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I
Sabemos que el “Acuerdo por la Paz” firmado el viernes 15 de noviembre por los
partidos políticos del orden, fue una cocina y una trinchera que construyeron para
sostener a Piñera en el gobierno, al mismo tiempo que defendían sus intereses de
clase. Acuerdo que, además, limita de manera considerable las potencias de un
pueblo trabajador que lleva meses en las calles, discutiendo, luchando e
imaginando formas distintas de organizar la vida. El quorum de 2/3, la paridad, y
la imposibilidad de que el pueblo en su conjunto de haga parte de la discusión, son
limites que no podemos negar, pero que aún están en disputa. Mucho más
importante y lamentable al mismo tiempo, es que dicho pacto por la “paz” se
fraguo mientras las fuerzas del orden –Militares y Carabineros- asesinaban,
torturaban y mutilaban al pueblo que se manifestaba en las calles. Represión y
pacto por la paz son dos caras de la misma moneda y lo primero y mar urgente es
seguir luchando por que no exista ningún grado de impunidad para los
responsables políticos y civiles.
II
A pesar de todo lo anterior, consideramos que el hecho de que los partidos del
orden, desde la UDI hasta sectores del Frente Amplio se atrincheraran y cocinaran
un acuerdo, da cuenta de la capacidad de movilización y presión que el pueblo fue
construyendo desde el 18 de octubre hasta la fecha. El proceso constituyente
expresa, no solo los intentos de cerrar la crisis institucionalmente por arriba, sino
también la capacidad de las masas de ejercer presión concreta. De ahí que
consideramos la coyuntura actual, como una disputa, y como un proceso que está
lejos de cerrarse. En ese marco, nuestro llamado es a votar por el “apruebo” y por
la “convención constituyente”, entendiendo que serán millones de personas
quienes, con credulidad, desconfianza, pero también con anhelos de que solo es un
paso más en una larga lucha, concurrirán a dejar en claro que no podemos seguir
viviendo así, y que simbólicamente, aprobar una nueva constitución, es reconocer
que necesitamos cambios estructurales y no parches. Aprobar, pero movilizarnos
por una asamblea constituyente, libre, plurinacional, feminista y soberana.
Seguramente marzo marcara la pauta de como proseguir en dicho objetivo. El
pueblo ya plebiscito en las calles, y seguramente lo seguiremos haciendo.
III
No obstante, por más que se avance hacia una asamblea constituyente, la grave
crisis ambiental que sufre Chile -y más específicamente los territorios y
comunidades más precarizadas- no puede esperar ningún día más para desplegar
soluciones reales. La crisis hídrica y las zonas de sacrificio no pueden esperar
itinerarios políticos de largo aliento. En este momento, hay comunas sin agua, con
racionamiento o en vías de una grave crisis hídrica. Además, diversos territorios
que mantienen a su población sumida en verdaderas zonas de sacrificio. Es por
esto, que hacemos un llamado a declarar “Emergencia Climática”, con el fin de dar
soluciones urgentes, radicales y concretas, frente al deterioro de los ecosistemas y
la vida de cientos de miles de personas a lo largo del país. En el marco de las
masivas movilizaciones y jornadas de protesta contra el régimen neoliberal y los
partidos que lo sustentan, decretar “Emergencia Climática” significa asumir la
posibilidad y la necesidad de cambiarlo todo para la subsistencia de los territorios,
los ecosistemas, y todos los seres vivos que en ellos habitan. En concreto,
proponemos:
Emergencia Climática: