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¿“Dios nos dio una oportunidad” el coronavirus y cómo un cristiano apoya gobiernos

progresistas?

Si hay algo que se esperaba, era que el presidente de Argentina el jueves hable por cadena
nacional anunciando las medidas que tomaría en lo inmediato a causa de la pandemia del
Covid-19 o Coronavirus. Pero lo que no se esperaba, al menos yo no lo esperaba, es que apele
a Dios como garante de una “nueva oportunidad”. Alberto Fernández, de público
conocimiento no es muy cercano a la doctrina cristiana, aunque se diga católico. Ya desde sus
discursos previos a ser presidente dijo públicamente que apoyaría todas las políticas y grupos
progresistas (Legalización del aborto, Ideología de género, Feminismo, LGTB, etc). Las cuales la
iglesia (y la mayoría de la población) no apoya. Esto me lleva a pensar que la situación que se
encuentra el presidente es grave. (No quiere saber nada con que Argentina sea un potencial
España o Italia) y por eso apela a una supuesta ayuda divina para con Argentina (y su gobierno
particularmente).

¿Dios apoya un gobierno semejante? ¿Es correcto que los cristianos militen por un gobierno
que impulsa políticas contrarias a lo que el cristianismo afirma y sostiene? ¿ Cuál debería
ser nuestra respuesta a ello? ¿Cómo podemos pensarlo?

En mis charlas con creyentes que apoyan este tipo de gobiernos no he oído argumentos
consistentes, excepto la “libertad de conciencia” la cual afirmo y promuevo. Partiendo de la
base de que sí son hijos de Dios, y no niegan doctrinas fundamentales como otras
denominaciones supuestamente cristianas (las cuales se inmiscuyen en toda política y grupos
progresistas). Quiero pensar y escribir sobre la mayoría de los argumentos que he escuchado y
valorar sus alcances y presupuestos:

1. “La biblia dice que todo irá de mal en peor”

Depende la postura escatológica que se mantenga. Pero sin entrar en ello. Consideremos
que sí, es cierto. Ahora bien, ¿La pregunta ante esto es cual será nuestra respuesta? ¿Votar
por gobiernos que apoyen políticas antinatalistas, contrarias a la naturaleza sexual y la
corrupción de menores como para que esto se torne cada vez peor? ¿O en su defecto, no
sería más viable ante ese enunciado que busquemos otros candidatos que al menos en sus
propuestas promuevan apoyar políticas Provida o Profamilia y mitigar aquellas primeras?
¿Y si no hay nadie, por qué no abstenerse? La excusa de que “todo irá de mal en peor” no
es un argumento válido para desatendernos de nuestra responsabilidad por aquello que
Dios honra. ¡Y aun menos apoyar a aquellos que profundizaran el mal moral de una
nación!

2. “Si bien estoy en contra, hay cosas mas importantes como la economía y la “justicia
social”

¿Es la economía importante? Afirmémoslo. ¿Es lo más importante? Yo aquí lo dudo


mucho. Quienes apoyan estos gobiernos creen sinceramente que sus políticas económicas
(sean liberales o más proteccionistas, como el caso de Argentina) son buenas y necesarias
antes que pensar en cualquier tema relacionado con el aborto o la IDG. Pero, pensando en
argentina, ¿dónde está esa “justicia social” cuando se habla de legalizar la muerte de niños
por nacer? ¿Como puede existir dicha justicia en donde se busque matar a los más
indefensos de una sociedad? No veo un patrón lógico aquí. Y me veo en condiciones de
desestimar este argumento por no tener una coherencia en sus enunciados. Es un “tiro en
el pie” hablando burdamente.
3. “Todos son una porquería”

¿Si todos son una porquería, porqué apoyar a un gobierno que es una porquería o que
tiene gente de esa misma naturaleza? La consecuencia lógica de este enunciado seria “me
abstengo de votar y/o apoyar a uno en particular”. No apoyar a uno que supuestamente es
una “porquería”. Excepto que consideres que este tiene algo más bueno que otros.
Entonces, ¿Qué es eso bueno? ¿La economía nuevamente? ¿La “justicia social”? Aquí
quedaría expuesto un círculo vicioso.

4. “Mis decisiones civiles y políticas no tienen por qué ser 100% bíblicas. En todo caso,
Dios me juzgará”

Este argumento presenta la disociación de la realidad en dos partes. La realidad de “las


decisiones políticas” y las “bíblicas”. Pero ¿existe esa diferencia? ¿o es más bien otro
artilugio para escapar olímpicamente de cualquier exposición bíblica que contradiga la
postura partidaria que se sostiene? Pienso que es más bien esto último. ¿Por qué no
sostener ese argumento con conductas sexuales ilícitas en el matrimonio, por ejemplo? Ya
que, si realmente le damos preponderancia a la biblia, veremos que esta nos insta en todo
nuestro ser (todo lo que somos) ser como Cristo y esta (la biblia) es la que nos da
testimonio de Él. Excepto claro, que no creamos que la biblia tiene preponderancia y
hagamos lo que nosotros queramos. Con los posteriores juicios divinos de perdida de
bendiciones y vergüenza al estar ante el Señor.

5. “En vez de juzgar tenemos que unirnos, orar y apoyar, nos guste o no”

Esto tiene una parte de verdad. La obligación de orar es cierta. Pero apoyar no
necesariamente. Si bien los apóstoles cuando escribían inspirados por el Espíritu Santo no
estaban en el mejor de los gobiernos (el imperio romano). ¡Tampoco apoyaban sus
prácticas, y dudo, que si existiera algo como la democracia los hubieran votado! Pablo
insta a Timoteo hacer “rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los
hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad”.
Y en Romanos, que las autoridades están para hacer el bien y que son puestas por Dios.
Estos pasajes nos dicen:

a. La autoridad es divina (natural) y así como con los padres, debe respetarse por devoción
a Dios.

b. Existe la condición de que hagan el bien, esto es para las autoridades. ¿Pero si estas
hacen el mal se les debe seguir dando respeto a ellas o a Dios quien es la fuente de esa
autoridad? Se le debe seguir dando a Dios como fuente de autoridad.

c. Tenemos que orar para vivir quieta y reposadamente. ¡Pero si las autoridades hacen el
mal y buscan coartar esa vida, debemos Orar por nuestras autoridades reconociendo la
autoridad de Dios en primer lugar, y sobre los gobiernos que hacen el mal oponérnosle
aun en oración! ¡Para que sea la causa de cristo la que triunfe y no las consignas de un
partido político!
Por lo tanto, si Dios bendice un país, les da “una oportunidad”, es gracias a los creyentes
que oran y que reconocen la autoridad de Dios. Y no por quienes gobiernan o por quienes
apoyan a un gobierno que promueve políticas contrarias a los designios divinos.

Definitivamente, no es lo mejor apoyar a estos gobiernos, pero si es correcto orar para


vivir quieta y reposadamente (lo cual significa oponerse a los malos gobiernos) y exponer
asimismo las obras de las tinieblas que buscan imponerse por medio de partidos políticos
con apariencia de piedad. En Efesios 6:10 Pablo dice a los Efesios que nuestra lucha “no es
contra carne y sangre sino contra principados y potestades”. Entiéndase “principados y
potestades” como “principios” y “mandamientos” contrarios a la verdad divina, los cuáles
se imponen por medio de estos gobiernos progresistas.

En tiempos de pandemias es correcto orar por aquellos que están en autoridad,


reconociendo la autoridad de Dios. Y orar oponiéndonos a toda otra política que estos
gobiernos buscan imponer por la fuerza. Alzar la voz con la verdad y reconocer que el
Señor es el que reina. (Salmos 47:8)

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