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EL GRAN LIBRO DE LOS CONCEPTOS. GREGORY L.

MURPHY

Capítulo 2: Tipicidad y la perspectiva Clásica sobre las Categorías.


La Perspectiva Clásica.
Una definición debe incluir todo lo que es descrito por una palabra y nada de lo que no es descrito por ella. Todo
lo que constituye y nada más.
Los filósofos han asumido que las definiciones constituyen la manera apropiada de caracterizar el significado de
las palabras y la pertenencia a categorías.
Las primeras aproximaciones psicológicas a los conceptos han asumido la perspectiva definicional.
Hull (1920) estudió el aprendizaje humano de conceptos. Utilizó como estímulos carácteres chinos adaptados.
Sus sujetos veían un carácter y luego debían responder con uno de 12 supuestos nombres chinos. Cada signo
asociado con un nombre dado contenía un radical o componente que era idéntico en los diferentes signos.
Asumía que cada ejemplo de un concepto contiene algún elemento que es crítico de este.
Dos aspectos de una definición:
NECESIDAD: los atributos de una definición deben ser encontrados en una entidad; de otra manera ésta no
constituiría un miembro de la categoría. (Si algo no contiene el atributo característico de las sillas, entonces no
es una silla).
SUFICIENCIA: si algo incluye todos los atributos mencionados en la definición, entonces debe ser un miembro de
la categoría. Los atributos de la definición son suficientes en conjunto para garantizar la pertenencia a la
categoría.
Hull adoptó estos aspectos en uno de los principios que siguió al diseñar su experimento " todas las experiencias
individuales que requieren una reacción determinada deben contener ciertas características que son al mismo
tiempo comunes a todos los miembros del grupo que requieren tal reacción (necesidad) y que no se encuentran
en ninguno de los miembros de los grupos que requieren reacciones diferentes (suficiencia)”. Adoptó la noción
conductista de que es la respuesta o reacción común lo que determina que las cosas pertenezcan a la misma
categoría. Creía que reflejaba cómo son las categorías en el mundo real. "Finalmente llega el momento en que el
niño adquiere el significado de la palabra perro, este significado es en verdad una característica más o menos
común a todos los perros, pero no a los gatos, muñecas y ositos de peluche. Para el niño el proceso de formarse
este significado conceptos enteramente inconsciente".
Smoke (1932) criticó el aspecto definicional de los conceptos de Hull. "Sí de hecho algunos conceptos se han
formado de esa manera, han de ser muy pocos en número". Los niños aprenden el concepto de perro y
pregunta " ¿Es esta característica más o menos común a todos los perros pero no a los gatos, muñecas y ositos
de peluche lo que constituye el significado de la palabra perro? ¿Cuál es el elemento común en perro? ¿Es algo
contenido en el patrón del estímulo visual? Si se confeccionarán dibujos de todos los perros, ¿Contendrían
ciertos trazos en común (como los caracteres de Hull) que podrían ser fácilmente es observados en tanto están
incluidos en cada uno?". La objeción está dirigida a la noción de que existe un único y simple elemento que es
común a todos los miembros de la categoría. Afirma que a medida que uno aprende más acerca de los perros, el
concepto (de uno) de perro se vuelve cada vez más rico, pero no una aproximación progresiva a algún elemento
simple. Percibe que lo que falta es que los componentes esenciales de un concepto son un complejo de rasgos
que están conectados por una relación específica, más que un solo elemento común. Da de ejemplo un
concepto llamado "Zum" que percibe Cómo más realista: tres líneas rojas rectas de las cuales 2 atraviesan a la
tercera trisecándola. Para un "no Zum" elaboraba algo con sólo dos líneas o algo con tres líneas pero que no se
cruzaban entre sí. Creó una situación que se ajusta precisamente el enfoque definiciónal: los zums tienen todas
las propiedades requeridas y en cuanto a los ítems que no reúnen estas, los sujetos deben aprender a no
llamarlos zums. De tal forma las propiedades de los zums eran necesarias y suficientes.
Aunque parece rechazar la visión de los conceptos como conformados por definiciones, en efecto adhiere a tal
posición. La principal diferencia entre su propuesta y la de Hull es que veía las definiciones como más complejas
de lo que lo hacía Hull.
Otra influencia qué promovió el uso de las definiciones en el estudio de los conceptos fue el trabajo de Piaget
sobre el desarrollo cognitivo. Este entendía al pensamiento como la adquisición de habilidades lógicas y por lo
tanto entendió los conceptos como entidades lógicas que podían ser claramente definidas. No defendió la
perspectiva sino que simplemente la presupuso. No tuvo una influencia directa en la mayoría de los
investigadores de los conceptos adultos, pero ayudó a reafirmar el enfoque definicional debido a su
extraordinaria influencia en la psicología del desarrollo.

Tesis principales del Enfoque Clásico.


La omnipresencia de la propuesta de las definiciones era tan fuerte que Smith y Medin (1981) la llamaron el
enfoque clásico de los conceptos. Propuso tres tesis para este enfoque:
• los conceptos están mentalmente representados como definiciones. Una definición establece las
características que son: a) necesarias y b) en conjunto suficientes para garantizar la pertenencia a una categoría.

•el enfoque clásico afirma que cada objeto es o bien parte de la categoría o bien no lo es, sin casos intermedios.
Esto es un aspecto filosófico del enfoque clásico. De acuerdo a la ley del medio excluido, una regla de la lógica,
cada proposición es o bien verdadera o bien falsa, en tanto no se ambigua. Por lo tanto, "Rachel es un ñu" es o
bien verdadero o bien falso, o bien es o bien no es un ñu, sin ninguna opción intermedia, incluso si no sabemos
cuál es la opción correcta.
•el enfoque clásico no realiza ninguna distinción entre miembros de la categoría. Cualquier cosa que se ajusta a
la definición es tan adecuada como miembro de la categoría como cualquier otra cosa. Un animal que comparte
un rasgo en común con todos los perros es por lo tanto un perro, de la misma manera que cualquier otra cosa
que presente ese rasgo. En sentido estricto, una definición es el concepto de acuerdo al enfoque clásico. Todas
las cosas que se ajustan a la definición son miembros perfectamente adecuados del concepto y todas las cosas
que no se ajusten a la definición son miembros Igualmente malos (no son miembros) del concepto, ya que no
existe más allá de la definición que pueda llegar a establecer diferencias entre estas entidades.
El supuesto básico consistía en que los conceptos son adquiridos por medio del aprendizaje de las características
que los definen. Sin embargo, a diferencia del supuesto de Hull, cualquier concepto de la vida real incluye
múltiples rasgos que se hallan relacionados de manera compleja. Los perros tienen cuatro patas, ladran, tienen
pelaje, comen carne, duermen y así. Algún subconjunto de estos rasgos sería parte de la definición más que sólo
una característica. Para algunos conceptos los rasgos podrían estar relacionados por reglas. El uso de los
conectores lógicos como Y, O y SI permiten definir conceptos muy complejos y conceptos que utilizaban tales
conectores eran los estudios en los experimentos psicológicos. A menudo estas definiciones serán descritas
como reglas que establecían lo que hay en una categoría.
Bruner, Goodnow y Austin (1956) realizaron el estudio del tipo de concepto lógicamente especificado y surgió
una industria artesanal para observar como los aprenden las personas. Los sujetos recibían una variedad de
cartas, cada una de las cuales contenía una imagen o descripción. Luego debían adivinar si el ítem pertenecía o
no a la categoría, usualmente recibiendo retroalimentación sobre sus respuestas. En los conceptos difíciles los
sujetos debían explorar las cartas una docena de veces o más antes de alcanzar una exactitud perfecta en la
categorización de los ítems; en los conceptos fáciles sólo le llevaba 4 o 5 pasadas. Los temas de investigación
incluían como el aprendizaje dependía del número de atributos de la regla, las relaciones utilizadas en la regla,
la forma en que se presenta en los ejemplos de la categoría, la complejidad del estímulo etcétera. El interés
dependerá de si aceptamos el enfoque clásico.

Problemas con el Enfoque Clásico.


El revolucionario trabajo de Eleanor Rosch en los 70' destruyó al enfoque clásico. Sucedió en virtud argumentos
teóricos y en parte por el descubrimiento de datos que no podían ser fácilmente explicados por el enfoque
clásico.

Argumentos teóricos.
El filósofo Wittgenstein (1953) cuestionó el supuesto de que los conceptos importantes pueden ser definidos.
Utilizó el concepto de juego como ejemplo. Es difícil llegar a una definición de los juegos que los incluya pero
que no incluya a los deportes que no son juegos o a las actividades como patear una pelota. Exigió sus lectores a
no decir simplemente "debe haber algo en común" sino a que intenten especificar aquellas cosas en común.
Resulta muy difícil especificar los rasgos necesarios y suficientes de la mayoría de las categorías del mundo real.
En la definición de perros: entidades que tienen cuatro patas, ladran, tienen pelaje, comen carne, no es
verdadera. Existen perros que han perdido una pata o el ladrido. Este tipo de argumento puede continuar por
algún tiempo cuando se trata de llegar a los rasgos necesarios. Uno puede encontrar algunos rasgos que
parecían un poco más necesarios. Pero aunque estos rasgos podrían ser necesarios no son suficientes. Todos los
animales son entes animados y respiran, no sólo los perros. Entonces rasgos como éstos no constituirán
definiciones adecuadas para los perros no distinguirán a los perros de otros animales similares.
Este argumento es básicamente negativo. Afirma que "no puedo pensar en ningún rasgo característico de los
juegos o los perros", Pero esto no prueba que no exista ninguno. Quizá sólo se trate de que no somos lo
suficientemente inteligentes como para descubrir los rasgos definicionales. El enfoque clásico presenta
problemas para explicar por qué somos tan incapaces de proponer una definición incluso cuando conocemos el
concepto, Por qué podemos utilizar esta definición para identificar a los perros y pensar acerca de ellos, pero las
propiedades que proponemos para los perros no son definicionales.
Los argumentos en contra del enfoque clásico podían ser en cierto grado limitados. En ciertos dominios técnicos
los conceptos pudieran estar bien definidos. Por ejemplo las reglas del béisbol están escritas y se asemejan a las
reglas de los viejos experimentos de aprendizaje de categorías. En la ciencia física uno podría encontrar
conceptos clásicos dado que los científicos abran dilucidado las reglas exactas por las cuales decidir si algo es un
metal o un miembro de un género biológico. Siempre que uno explora estos dominios encuentra más
imprecisión antes que arreglas perfectamente claras. En la biología pelean constantemente acerca de si ciertas
cosas corresponden a dos especies diferentes o no y cuáles especies pertenecen a los mismos géneros y así. No
existe un rasgo definitorio que identifique a los tipos biológicos. Disputa sobre si Plutón es un planeta.
Se podría esperar que los conceptos legales tuvieran una naturaleza clásica, de forma que las definiciones
pudieran ser aplicadas a todos por igual. En la praxis se ha encontrado que la ley es muy ambigua y los
legisladores no pueden prever todas las posibilidades de las que la ley deberá dar cuenta algunos de las cuales
no exista en el momento en que la ley es creada. Dado que las leyes son escritas en un lenguaje que hace uso de
conceptos cotidianos, en la medida que tales conceptos son difusos, la ley en sí misma es difusa. No existe un
límite claro entre lo legal y lo ilegal.
Quizá la única esperanza para los verdaderos conceptos clásicos está en sistemas pequeños y cerrados que
simplemente no dan lugar a excepciones y variaciones del tipo encontrado en el mundo natural, por ejemplo las
reglas del ajedrez.

Problemas empíricos.
Un problema general es que la nitidez concebida por el enfoque clásico no parece ser característica de los
conceptos humanos. La noción de una definición implica que la pertenencia a una categoría puede ser
determinada de manera discreta: la definición incluirá a todos los miembros de la categoría y a ninguno de los
que no son miembros. No existe necesidad de realizar distinciones adicionales entre los que son miembros de la
categoría y los que no. En la vida real existen muchas cosas que no están claramente dentro o fuera de una
categoría. Por ejemplo el tomate.
Hampton (1979) pidió a sus sujetos que evaluaran un número de ítems en cuanto a si constituían miembros de
diferentes categorías. No encontró que los ítems estuvieran segregados en términos de claros miembros y no
miembros. Encontró un número de ítems que apenas eran considerados como miembros de la categoría, y otros
que apenas constituían no miembros. Encontró que para siete de las ocho categorías que había investigado, los
miembros y no miembros formaban un continuum, sin un quiebre obvio en los juicios de pertenencia a las
categorías de los participantes. Los resultados podrían deberse a desacuerdos entre los diferentes sujetos. Por
lo tanto, el enfoque clásico podría ser verdadero para cada individuo, incluso cuando los resultados a nivel del
grupo no lo demostraran.
McCloskey y Glucksberg (1978) propusieron argumentos más fuertes acerca de la existencia de casos poco
claros. Encontraron que cuando se pide a las personas que realizan juicios reiterados de pertenencia a una
categoría había un subconjunto de ítems sobre los cuales los participantes cambiaron su opinión. Cambiaron de
parecer para los casos límites, para los ítems que están a mitad de camino entre ser claros miembros y claros no
miembros. Los cambios en las decisiones de los sujetos no reflejan una inconsistencia general o falta de
atención, sino una incertidumbre acerca de los miembros límites. Muchos conceptos no están bien definidos,
hay algunos ítems sobre los cuales uno no puede decidirse o que parecen ser más o menos miembros. El
enfoque clásico presenta dificultades para explicar este estado de cosas.
Otro problema para el enfoque clásico ha sido el número de demostraciones de los efectos de tipicidad. Los
miembros típicos de la categoría son los buenos ejemplos, los que normalmente vienen a la mente cuando se
piensa en la categoría. Los objetos atípicos son los que se sabe que son miembros, pero son inusuales de alguna
manera. El enfoque clásico no tiene forma de distinguir miembros típicos y atípicos de una categoría. Dado que
todos los ítems en la categoría se ajustan a los criterios de la definición, todos son miembros de la categoría.
Rosch (1975) diseño una tarea de evaluar ítems en término de cuan típicos son de una categoría, hizo 10
categorías y procuró discernir en qué medida los sujetos se mostraron de acuerdo entre sí. Descubrió que la
confiabilidad de las estimaciones de tipicidad fue extremadamente alta, aunque estudios posteriores sugirieron
que esto fue una sobreestimación (Barsalou 1987). Las personas están de acuerdo en que una trucha es un pez
típico y en que una anguila es un atípico. Las diferencias de tipicidad influyen sobre diferentes conductas y
juicios que involucran conceptos.
La necesidad de la borrosidad categorial.

McCloskey y Glucksberg (1978) encontraron que sus participantes realizaron juicios inconscientes para sólo un
subconjunto de los ítems, estos podrían ser descriptos en términos de su tipicidad. Los participantes no
cambiaron de opinión acerca de los ítems típicos o los claramente no ítems, sino acerca de los ítems en el medio
de la escala, los miembros atípicos y los no miembros que casi podrían haber sido miembros.
Rips, Shoben y Smith (1973) encontraron que la facilidad con que las personas juzgaban la pertenencia a una
categoría dependía de la tipicidad. Les fue muy fácil afirmar que un petirrojo es un pájaro pero fueron más
lentos en afirmar que una gallina (menos típico) es un pájaro. La influencia de la tipicidad no se encuentra sólo
en la identificación de ítems como miembros de una categoría, también ocurre en la producción de ítems de una
categoría.
Battig y Montague (1969) desarrollaron un estudio normativo en el que se dio los participantes nombres de
categorías como mueble o piedra preciosa y debían producir ejemplos de estas categorías, en la actualidad son
utilizadas como estímulos para los experimentos aunque son limitados dado que una serie de categorías
comunes no fueron incluidas.
Mervis, Catlin y Rosch (1976) demostraron que los ítems que eran más corrientemente producidos en respuesta
a los nombres de las categorías eran los que eran evaluados como más típicos.
Cuando las personas aprenden categorías artificiales tienen aprender los ítems típicos antes que los atípicos
(Rosch, Simpson y Miller 1976). El aprendizaje es más rápido si se enseña a los sujetos mayoritariamente con
ítems típicos que si se les enseña con ítems atípicos (Mervis y Pani 1980; Posner y Keele 1968). La tipicidad no es
sólo una sensación que las personas tienen acerca de algunos ítems.
Los ítems típicos son más útiles para las inferencias acerca de los miembros de la categoría.
Existen muchas influencias de la tipicidad sobre el aprendizaje del lenguaje y su uso. Se producen efectos sobre
la orden de la producción de palabras en oraciones y sobre la comprensión de anáforas.
Kelly, Bock y Keil (1986) Mostraron que cuando los sujetos mencionan dos miembros de la categoría juntos en
una oración el más típico tiende a ser mencionado primero.
Garrod y Sanford (1977) pidieron a sus participantes que leyeran historias que contenían miembros de una
categoría. Demoraron más tiempo en leer la oración cuando se refería a algo atípico que cuando se refería a
algo típico.
Rosch (1975) encontró que los ítems típicos tendían a servir como punto de referencia cognitivos. Por ejemplo,
las personas tendían más a decir que un parche de color rojo desteñido (atípico) era virtualmente lo mismo que
uno de color rojo puro (típico) que a decir lo inverso. Utilizando estos tipos de estímulos no lingüísticos la autora
mostró que la ventaja del color más típico no se debió a la frecuencia de las palabras ni a otros aspectos de estas
en sí mismas.
Cada vez que una tarea requiere que alguien asocia un ítem a una categoría, la tipicidad del ítem influye sobre
su desempeño. Si uno compara distintos miembros de una categoría y no encuentra un efecto de tipicidad,
sugiere que hay algo mal con él o al menos inusual acerca del experimento. Resulta desafortunado para el
enfoque clásico el que no pueda predecir el resultado más prevalente en esta área de investigación, es un gran
defecto el que este enfoque no explique porqué y como suceden estos, siendo que dichos efectos son
omnipresentes.

Revisión del Enfoque Clásico.


En cuanto a la evidencia en contra del enfoque clásico, autores han procurado revisarlo de manera que éste
pueda hacer frente a los datos sobre tipicidad y los miembros pocos claros. Realizaron una distinción entre dos
aspectos de la representación de las categorías, el núcleo y los procedimientos de identificación.
Idea básica: aunque los conceptos tienen en efecto definiciones las personas también han aprendido otras cosas
acerca de los conceptos que no son definicionales. Esta información nos ayuda a identificar miembros de
categorías o a utilizar información que no contribuye a la definición. Por ejemplo, no todos los perros tienen
pelaje, de manera que tener pelaje no puede ser parte de la definición de la categoría perro. De todas maneras
es útil utilizar el pelaje como forma de identificar a los perros, debido a que muchos perros lo poseen. Pelaje
sería una parte del proceso de identificación por el cual podemos afirmar si algo es un perro, pero no sería parte
del núcleo del concepto el cual contiene sólo la definición.
Parte del problema con esta propuesta es que no queda claro Cuál es la función del núcleo del concepto. Todos
los efectos de tipicidad deben surgir del procedimiento de identificación, dado que el núcleo de la categoría por
definición no distingue entre la tipicidad de los miembros. Una propuesta es que las personas Usan el
procedimiento de identificación para categorización es más rápidas y menos confiables pero que usan el núcleo
del concepto para categorización eso razonamientos más cuidadosos (Armstrong 1983; Smith 1974). Cuando las
tareas involucran un pensamiento más detenido, con menos presión de tiempo que en muchos experimentos,
podrían ser alentados a usar más el núcleo de la categoría.
En esta versión del enfoque, los efectos de tipicidad resultan de procedimientos de identificación mientras que
ciertas otras conductas (decisiones sobre categorización) dependen primariamente del núcleo del concepto.
El estudio de Hampton (1979) incluye un componente en el que los sujetos enumeraron propiedades diferentes
categorías y el autor intentó separar los rasgos definicionales de los que eran característicos. Los sujetos
primero dijeron cuáles propiedades utilizaban para decirse algo de una fruta, otros evaluaron ejemplos de frutas
y objetos similares para ver cuales poseían estas propiedades, podían haber tenido que considerar si la manzana
y la palta tienen propiedades tales como viene de una planta, es comestible, tiene cáscara, las cuales fueron
mencionadas por otros sujetos como rasgos definicionales. Hampton derivó una lista de rasgos necesarios para
cada categoría, incluyendo los rasgos que se encontraban en todos los miembros. Los ítems que los sujetos
identificaron como frutas tenían el rasgo es comestible y entonces éste constituye un rasgo necesario. El autor
encontró muchos casos de ítems que poseían todas estas características necesarias pero que no eran
considerados como miembros de la categoría. Esto constituyó otro fracaso en hallar rasgos definicionales de
categorías reales. Asimismo encontró que cuando simplemente contaba cuántos rasgos relevantes tenía cada
ítem pudo predecir en qué medida tendrían las personas a incluir el ítem como miembro de la categoría. Los
rasgos no definicionales son importantes para decidir la pertenencia de la categoría, no sólo los rasgos del
núcleo.
En trabajos más recientes, Hampton examinó la relación entre las medidas de tipicidad y los juicios de
pertenencia a una categoría. De acuerdo al enfoque clásico la tipicidad no está realmente asociada a la
pertenencia a una categoría sino que simplemente es reflejo de procesos de identificación. Los ítems
extremadamente atípicos como las ballenas o los pingüinos son tan mamíferos y pájaros como los ejemplos
típicos. Los resultados de Hampton en una serie de dominios muestran que las estimaciones de tipicidad son el
mejor predictor de los juicios sin límite de tiempo de pertenencia a una categoría, los que deberían sólo
involucrar al núcleo. Estos resultados parecen directamente contradecir el enfoque clásico revisado.
El enfoque clásico se ha vinculado con la lógica tradicional. Por ejemplo ¿cómo evalúa uno oraciones del tipo
todos los perros son animales o Coach es un perro y una mascota?. La lógica proposicional nos indica que
"Coach es un perro y una mascota" es verdadero si tanto "Coach es un perro" como "Coach es una mascota" son
verdaderos. Esto puede ser explicado desde el enfoque clásico por el argumento de que "Coach es un perro y
una mascota" es verdadero si Coach posee los rasgos necesarios y suficientes de tanto los perros como las
mascotas.
Existe evidencia empírica que sugiere que las personas no siguen esta regla. Hampton (1988) encontró que las
personas están dispuestas a considerar algo como miembro de una categoría conjuntiva (X E Y) Incluso si no está
en ambos componentes (X, Y). Los sujetos creían que el ajedrez está en la categoría de los deportes que son
también juegos, pero no creían que era un deporte. El ajedrez parece ajustarse a la definición de deporte en un
contexto pero no en otro. También encontró que los participantes creían que las casas hechas en árboles están
en la categoría de las viviendas que no son construcciones, pero también las consideraron construcciones. Las
personas juzgan que algo posee y no posee las características definicionales de las construcciones.
Una ventaja del enfoque clásico es que presenta una manera muy natural de explicar cómo las categorías
pueden estar jerárquicamente ordenadas. Las categorías pueden formar conjuntos anidados en los cuales cada
categoría incluye a las que están por debajo de ésta. Por ejemplo, un mismo objeto podría ser denominado
coach, un labrador amarillo, un labrador, un perro, un mamífero, un vertebrado y un animal. Estas particulares
categorías son significativas porque todos los labradores amarillos son perros, todos los perros son mamíferos,
todos los vertebrados son animales, etcétera. El enfoque clásico señala que si todos los X son Y entonces, la
definición de Y debe estar incluida en la definición de X. Esta regla garantiza que la pertenencia a la categoría
sea transitiva. El anidamiento de las definiciones provee una forma de explicar cómo las categorías forman
jerarquías.
Hampton (1982) sospecho que debía haber fallas en la transitividad, las cuales supondrían un problema
significativo para el enfoque clásico. El autor pidió a sus participantes que decidieran si unos ítems eran
miembros de dos categorías, una de ellas un subconjunto de la otra. Por ejemplo los sujetos decidieron si una
butaca es una silla y si es un mueble también debieron juzgar si las sillas son muebles. Encontré una cantidad de
casos en los que un ítem era juzgado como un miembro de la categoría su conjunto pero no de la categoría más
elevada. Si un asiento de auto posee los rasgos definicionales de las sillas, y las sillas poseen los rasgos
definicionales de los muebles, entonces un asiento de auto debe tener los rasgos definicionales de los muebles.
La tarea Hampton consistió en una decisión pausada sobre la pertenencia a la categoría, lo que incluye el tipo de
juicio que debería involucrar al núcleo del concepto. Resulta desconcertante para el enfoque clásico que incluso
tales juicios no hagan uso de definiciones de la manera esperada.
Un problema teórico para el enfoque clásico revisado es que el núcleo del concepto no parece ser en general
una parte importante del concepto, a pesar de su nombre y de la intención teórica de que represente el
concepto real. Cualquier tarea conceptual ha demostrado que existen ejemplos pocos claros y variación en la
tipicidad de los miembros de las categorías. Ya que el núcleo el concepto no permite tal variación todas estas
tareas deben ser explicadas haciendo referencia al procedimiento de identificación y los rasgos característicos.
Si Lleva más tiempo verificar que una gallina es un pájaro que hacerlo con un arrendajo azul, esto no puede ser
explicado en términos del núcleo del concepto, dado que tanto las gallinas como los arrendajos azules poseen
las propiedades nucleares de los pájaros. Por el contrario las gallinas y los arrendajos azules difieren en sus
rasgos característicos tales como el tamaño y la habilidad de volar. Por lo tanto los juicios rápidos no deben
estar basándose en el núcleo de la categoría. La mayoría de los investigadores han decidido que el núcleo del
concepto puede ser simplemente descartado.

Resumen de la Tipicidad como Fenómeno.


De forma algo confusa se suele afirmar que estos fenómenos revelan la estructura prototípica de los conceptos.
Un prototipo es el mejor ejemplo de una categoría. Uno puede pensar en miembros de una categoría, de
acuerdo a la cual las cosas que son muy similares al prototipo son consideradas como muy típicas o buenos
miembros, y las cosas que no son muy similares como menos típicas o buenos miembros en menor medida
(Rosch 1975).
Posner y Keele (1968/1970) generaron un patrón de puntos posicionados al azar como prototipo de la
categoría. A partir de este patrón, generará muchos más patrones de puntos, moviendo cada punto del patrón
original en una dirección al azar. En algunos casos los autores movieron los puntos sólo levemente en dicha
dirección al azar y para otros ítems movieron los puntos a una gran distancia. A estos dos últimos los
denominaron distorsiones del original. Resulta claro que el prototipo es el mejor y más típico miembro de la
categoría, ya que fue la base para generar el resto de los patrones. Sucedió que las distorsiones eran todas en
cierta medida similares entre sí en virtud del hecho de que fueron construidas a partir del mismo prototipo. Los
participantes que solo vieron las distorsiones de 4 prototipos fueron capaces de aprender las categorías a partir
de advertir esta similitud. Los ítems que habían sido creados a partir de pequeñas distorsiones fueron
aprehendidos mejor que los ítems que habían sido creados a partir de grandes distorsiones. Y cuando los
participantes fueron evaluados con los nuevos ítems sobre los que no habían sido específicamente entrenados
fueron más eficaces con las distorsiones menores. Cuánto menor la distorsión más típico era el ítem y este era
más acertadamente clasificado. Cada categoría Podría tener un ítem más típico no necesariamente uno que fue
específicamente aprendido sino quizá un ejemplo promedio o ideal que la gente extrae a partir de observar
ejemplos reales. A medida que los ítems se vuelven menos y más similares al prototipo, se vuelve más y más
probable que no estén incluidos en la categoría.
La tipicidad es un fenómeno que se manifiesta en grados, en el que lo ítems pueden ser extremadamente típicos
(cercanos al prototipo), moderadamente típicos (bastante cercanos), atípicos (lejanos) y miembros límite de la
categoría (cosas que están Igualmente distantes de 2 prototipos distintos). Esto es el rango de la tipicidad que
normalmente se observan las categorías.

Explicaciones teóricas acerca de los Fenómenos de Prototipos.


¿Qué hace que algo sea típico o atípico? Una respuesta posible es la frecuencia simple (Rosch). En Norteamérica
y Europa apenas se ven pingüinos mientras se hizo un gorrión es a menudo Y quizá existen muchas más sillas de
escritorio que mecedoras. Hay ciertos ítems bastante frecuentes que a pesar de todo son considerados como
atípicos en su categoría. Las gallinas son un tipo de pájaro sobre el que corrientemente se habla pero no son
consideradas tan típicas como otros pájaros raramente vistos y de los que solo pocas veces se habla como el
tordo. El handball es un deporte mucho más típico que las carreras de auto incluso aunque las carreras de autos
son más populares.
Mervis (1976) encontraron que la frecuencia simple del nombre de un ítem no predice su tipicidad. De ocho
categorías comunes que estudiaron, ninguna de las correlaciones entre la frecuencia del nombre y la tipicidad
fue diferente de cero.
La mejor respuesta a la pregunta de qué hace que algo sea típico está asociada a la frecuencia del ítem. Rosch y
Mervis (1975) propusieron que los ítems son típicos cuando tienen un alto parecido familiar con los miembros
de la categoría. Los miembros de la categoría son vistos como prototípicos de la categoría en su totalidad en la
medida en que mantienen un parecido familiar con otros miembros de la categoría. Los ítems típicos tienden a
poseer las propiedades de los otros miembros de la categoría pero tienden a no tener las propiedades de las
que no son miembros. Por ejemplo, aunque las oropéndolas no son muy frecuentes puedo reconocerlas como
pájaros típicos porque tienen propiedades frecuentes en los pájaros. Las gallinas son comunes pero sus
propiedades no son muy comunes entre los pájaros por lo tanto son pájaros atípicos.
Reforzaron este argumento. En primer lugar, los autores examinaron una serie de diferentes categorías
naturales para ver si podían predecir cuáles ítem serían típicos o atípicos. Seleccionaron 20 miembros de 6
categorías generales. Sus participantes tenían que valorar cada ítem en términos de cuán típico era de su
categoría. Debían hacer una lista de los atributos de cada uno de los ítems. La pregunta era si los ítems típicos
tendría más atributos en común que los ítems atípicos. Algunos participantes generaron un atributo para un
ítem pero otros no lo hicieron. Ocurre que los atributos enumerados para un ítem parecen ser Igualmente
aplicables a otro ítem, para el cual dicho tributo no fue mencionado. Por ejemplo las personas podrían
mencionar tienen cuatro patas para la Silla pero no para la cama. A causa de este problema pidieron a jueces
que examinaran la lista de atributos y que decidan si estos eran aplicables a todos los ítems. Los jueces
eliminaron también cualquier rasgo que fueran incorrectos. Los autores ponderaron cada atributo en términos
de la cantidad de ítems en que aparecía. Sumaron y encontraron que está puntuación de rasgos era altamente
predictiva de la tipicidad. Los ítems más típicos contenían rasgos que eran muy comunes en la categoría, los
menos típicos poseían diferentes rasgos. Encontraron que los 5 ejemplos más típicos de muebles poseían 13
atributos en común y los cinco ejemplos menos típicos sólo tenían dos atributos en común. Por lo tanto
constituyen una evidencia para la parte de la hipótesis del parecido familiar.
En segundo lugar, acerca de que los ítems típicos no contendrían rasgos encontrados en otras categorías, Rosch
y Mervis fueron capaces de poner a prueba para dos categorías más específicas y también encontraron
evidencia para esta hipótesis. Cuando más frecuentemente un ítem contenía rasgos de una categoría diferente,
menos típico era.
Podría haber alguna otra variable que no haya sido directamente medida pero que sea en verdad responsable
de la tipicidad, entonces llevaron estudios de parecido familiar que no estuvieran sujetos a este problema.
Utilizaron como ítems listas de cadenas alfanuméricas. Cada cadena era un ejemplar y los sujetos debieron
aprender a colocar cada ejemplar en una de dos categorías. Algunos ítems tenían más rasgos en común que
otros. Encontraron que los ítems con mayores puntuaciones de parecido familiar eran aprendidos primero y
puntuados como más típicos que los ítems con menores puntajes. Los ítems con mayor grado de superposición
con otra categoría eran más difíciles de aprender y fueron puntuados como mucho menos típicos luego de la
fase de aprendizaje.
El estudio de Rosch y Mervis (1975) brindó evidencia del parecido familiar según la cual los ítems son típicos y
poseen rasgos en común dentro de su categoría y no poseen rasgos en común con otras categorías. La tipicidad
está determinada tanto por poseer rasgos en común dentro de una categoría como por la falta de rasgos que se
superponen con otras categorías. Brindaron apoyo a la tesis de que ambas variables influyen sobre la tipicidad.
Este enfoque acerca de lo que hace que los ítems sean típicos ha permanecido en el tiempo. El agregado más
importante fue Barsalou (1985), que realizó un estudio más complejo con respecto a qué es lo que determina la
tipicidad en las categorías naturales. Midió tres variables. La tendencia central se refería la idea de parecido
familiar aunque sólo incluyendo la semejanza intra categoría. Los ítems que eran más similares a otros ítems en
la categoría obtuvieron las puntuaciones más altas de tendencia central. La frecuencia de instanciación se
refería a la frecuencia con que un ítem aparecía como un miembro de la categoría, tal como se desprendía de
las puntuaciones de los participantes. Intuyo que la simple frecuencia de un ítem no era tan importante como
cuan recurrentemente se consideraba un ítem como miembro de la categoría, esto fue lo que media la
frecuencia de instanciación. Los ideales se referían al grado en que cada ítem se ajustaba el objetivo primario de
cada categoría. Seleccionó una dimensión que parecía crítica para cada categoría. Los sujetos puntuaron los
ítems en estas dimensiones y también evaluaron la tipicidad de cada ítem dentro de su categoría. Los resultados
fueron las correlaciones entre estas diferentes medidas y la tipicidad de cada ítem. El autor controlaba
estadísticamente cualquiera de las dos variables y la variable restante seguía siendo significativa. La medida más
fuerte fue la de tendencia central. Los ítems que se manifestaron como más similares a otros miembros de la
categoría eran los más típicos. Más llamativo fue el efecto significativo de la frecuencia de realización. la
frecuencia pura de cada ítem no predijo la tipicidad. La frecuencia con que figuraban y tengo como miembro de
la categoría predecía su tipicidad. Pensar en un ítem como miembro de una categoría incrementa su tipicidad
quizá mediante un proceso de aprendizaje asociativo. El efecto de los ideales fue también significativo en
relación entre el ítem y alguna función abstracta objetivo. Los ideales fueron predictores bastante efectivos para
las categorías artificiales pero lo fueron menos para las clases naturales. Es posible que los ideales sean incluso
más importantes de lo que los resultados revelan. Si se realizarán pruebas más exhaustivas para los mejores
ideales aquellos quizá Podrían haber explicado una mayor porción de las puntuaciones de tipicidad.
La importancia de los ideales en la determinación de la tipicidad reside en que sugieren la importancia del lugar
de la categoría dentro de alguna estructura de conocimiento más amplio. Las personas no aprenden
simplemente que las herramientas son cosas como los martillos sierras o cepillos de carpintero sino que además
ponen en uso un conocimiento más general acerca de para qué se utilizan las herramientas y porque son
instancias de la categoría. Los miembros de la categoría que mejor sirven a tales funciones podrían ser vistos
como más típicos, más allá de los rasgos específicos que comparten con otros miembros.
Barsalou encontró que cuando las personas pensaban en una categoría los ítems típicos tendían más a ser
generados en primer lugar. Cuando las personas piensan en ejemplos de armas sólo raramente comienzan por
las lanzas o perros guardianes, tienden más a empezar por los ítems típicos como las pistolas o los cuchillos. La
frecuencia de instanciación podría bien ser un efecto de la tipicidad de los ítems, más que a la inversa. El efecto
de los ideales podría también manifestarse luego de determinarse la tipicidad de la categoría. Quizá el ideal de
vehículo se manifestó como resultado de pensar acerca de vehículos típicos y de cuáles eran sus propósitos. No
resulta claro Cuál es la gallina y cuál es el huevo.
Los ideales son importantes para determinar la tipicidad más allá de cualquier efecto de parecido familiar.
Estos estudios no demuestran que el parecido Familiar no es un determinante de la tipicidad sino que existen
también otros determinantes que Rosch y Mervis no habían predicho.
Estos autores afirman que la frecuencia en sí misma no da cuenta de la tipicidad ningún grado significativo. Si la
frecuencia de realización es una variable importante resulta menos claro.

¿Fin del Enfoque Clásico?


En primer lugar, ha sido extremadamente difícil hallar definiciones para la mayoría de las categorías naturales,
incluso más difícil encontrar definiciones que fueran representaciones psicológicas plausibles y que fueron
probablemente utilizadas por personas de todas las edades. En segundo lugar, los fenómenos de tipicidad y
pertenencia poco clara a una categoría no son predichosos por el enfoque clásico. Éste Debería ser enriquecido
con otros supuestos para poder explicar estas cuestiones. En tercer lugar, la existencia de decisiones
categoriales intransitivas resulta muy difícil de explicar desde el enfoque clásico. El enfoque clásico no ha
predicho muchos otros fenómenos de interés considerable en el área.
El concepto clásico de núcleo tiene muy poco que aportar, ya que los efectos más interesantes y robustos de
esta área no pueden ser explicados apelando a núcleos sino que resulta necesario referirse a los rasgos
característicos.
Ha habido una serie de intentos de revivir el enfoque clásico en artículos teóricos, algunas veces escrito por
filósofos más que por psicólogos. Algunos están interesados en preservarlos por razones históricas, este
enfoque tiene larga data en psicología, ha sido parte del pensamiento de occidente desde Aristóteles. Además
hay una belleza y simplicidad en este enfoque, que las teorías que lo sucedieron no poseen. Es consistente con
la ley del medio excluido y otras reglas tradicionales de la lógica muy queridas por los filósofos. Ser capaz de
identificar conceptos a través de definiciones de propiedades necesarias y suficientes es una manera elegante
de categorizar el mundo y evita en gran medida el desorden que conllevan los conceptos prototípicos. Y una
última razón es que sus proponentes usualmente no procuran explicar un amplio espectro de datos empíricos.
Se relaciona con preocupaciones filosóficas. Los autores no parten de los datos y tratan de darles una
explicación, sino que parten de una posición teórica que requiere la existencia de los conceptos clásicos y más
tarde intentan dar cuenta de las críticas psicológicas. Gran parte del apoyo que tales autores brindan a favor del
enfoque clásico consiste simplemente en críticas de la evidencia contraria a este.
No existe una tarea específica de las representaciones de conceptos que esté basada en el enfoque clásico. Las
teorías más populares sobre conceptos están basadas en las teorías de prototipos o ejemplares, las cuales son
fuertemente opuestas a la teoría clásica.
Capítulo 3: Teorías.
El enfoque clásico ha sufrido una gran derrota, donde se fueron desarrollando otras teorías que no asumían que
los conceptos estaban representados por definiciones, y que por lo tanto no se vieron sujetas a los problemas
que sufrió el enfoque clásico. Hubo tres tipos principales de teorías que surgieron luego de la caída del enfoque
clásico, que dan cuenta de los fenómenos de tipicidad.

EL ENFOQUE DE LOS PROTOTIPOS.

Una de las críticas del enfoque clásico de los conceptos fue la de Rosch, que reveló los defectos de cualquier
aproximación definicional a los conceptos. También constituyeron la base sobre la cual se diseñaron las
primeras alternativas al enfoque clásico, el enfoque de prototipos. Autores interpretaron que Rosch había
sugerido que cada categoría estaba representada por un único prototipo o mejor ejemplar. Quizás la categoría
de perro está representada por un único perro ideal, el que mejor Encarna todos los atributos que normalmente
se encuentran en los perros. Los ítems típicos serían aquellos que son similares a este prototipo; los ítems
límites sólo serían algo similares a este prototipo y sería también algo similar a otros prototipos. Posner y Keele
1968 estimularon la adopción de esta interpretación, dado que sus categorías habían sido construidas a partir
de un prototipo literal. Rosch negó que esta fuera la propuesta. Se mantuvo abierta a la estructura de tipicidad
y se centró en mostrar que tal estructura existe y ejerce una influencia importante sobre el aprendizaje y el
juicio acerca de las categorías.
La idea de que un único prototipo podría representar a una categoría entera resulta cuestionable. Por ejemplo
¿existe realmente un “ave ideal” que pudiera representar a todas las aves, grandes y pequeñas, y todas sus
características?. Pareciera poco probable que una sola representación pudiera ser aplicable a todas estas
diversas posibilidades, un prototipo único no brindaría ninguna información acerca de la variabilidad de una
categoría. Si cada categoría estuviese representada por un único “mejor ejemplar”, no habría forma de
representar las diferencias. La noción de un prototipo único como representativo de la categoría (mejor
ejemplar) no ha sido muy ampliamente adoptada.
El enfoque de prototipos propuesto por Rosch ha sido más frecuentemente interpretado como una
representación que describe de forma resumida a la categoría como un todo, y no como un solo miembro ideal.
Un componente del enfoque de prototipos se trata de una representación de resumen: la categoría entera está
representada por una representación unificada más que por representaciones separadas para cada miembro o
para diferentes clases de miembros. La representación en sí podría ser descrita en términos similares al
enfoque del parecido familiar de Rosch y Mervis (1975). El concepto estaría representado por rasgos
usualmente hallados en los miembros de la categoría, pero algunos rasgos serían más importantes que otros.
Por ejemplo, para las armas es importante que sean capaces de hacer daño, pero no es tan importante el hecho
de que estén hechas de metal. Por lo tanto, el rasgo hacer daño tendría un alto valor dentro de la
representación, mientras que el segundo no lo tendría. Cuando más frecuentemente aparece un rasgo en una
categoría mientras que no lo hacen otras categorías, más alto será su peso. Se pueden incluir rasgos
contradictorios con sus pesos. Por ejemplo, la lista de rasgos de un perro podría incluir pelaje corto y asignarle
un alto peso, pelaje largo con un más bajo peso y lampiño con un peso muy bajo. La variabilidad de una
categoría se haya implícitamente representada. Aquellas dimensiones que tuvieran una baja variabilidad
podrían poseer un único rasgo con altos pesos. Aquellas dimensiones con una alta variabilidad tendrían muchos
rasgos listados y a cada uno se le asignaría un bajo peso. Este sistema ofrece mucha más información de la que
brindaría un único mejor ejemplar.
No está claramente establecido qué hacer con aquellas dimensiones continuas que no poseen valores de rasgos
definidos. Si se trata de una medida continúa, en conteo de rasgos debería ser más sofisticado, Dado que los
ítems con ínfimas diferencias de tamaño deberían contar como conteniendo el mismo rasgo de tamaño, aun así
no fueran idénticos. Quizá lo que se recuerda es el promedio más que los rasgos exactos. Otra posibilidad es
que los rasgos que son distintivos son contabilizados, mientras que aquellos que están cercanos entre sí son
promediados. En el marco de los prototipos no existe un modelo detallado para tratar este tipo de rasgos, si hay
experimentos de aprendizaje de categorías.
Si la lista de rasgos es la representación del concepto ¿Cómo categoriza nuevos ítems? Uno calcula la similitud
del ítem respecto de la lista de rasgos. Para cada rasgo que el ítem posee en común con la representación,
recibe "crédito" de acuerdo al peso de dicho rasgo. Cuando carece de un rasgo que está en la representación, o
posee un rasgo que no está en la representación, el ítem pierde créditos por tal rasgo. Luego de pasar por todos
los rasgos del objeto, se suman todos los pesos de los rasgos presentes y se restan todos los pesos de aquellos
rasgos que no son parte de la categoría. Si este número supera un valor crítico, el criterio de categorización, el
ítem es considerado como un caso de la categoría; si no, no lo es. Por lo tanto, para que una ítem sea
categorizado como un miembro de la categoría resulta importante que el ítem contenga los rasgos de más peso
de dicha categoría. De manera que, cuánta mayor sea la cantidad de rasgos de alto peso que posea un ítem, más
probablemente será este identificado como miembro de la categoría.
Esta perspectiva explica el fracaso del enfoque clásico. En primer lugar, no se requiere que esté presente ningún
rasgo en particular para que el ítem sea categorizado. La falta de capacidad para encontrar tales rasgos
definicionales no crea dificultades a la teoría de prototipos como si en el enfoque clásico. Ningún rasgo
particular es definitorio. En segundo lugar, es comprensible porque algunos ítems podrían ser casos límite, sobre
los que la gente no se pone de acuerdo. Si un ítem posee la misma similitud con dos categorías entonces las
personas podrían no estar seguras y cambiar de opinión acerca de este. Podrían cambiar de opinión en
ocasiones diferentes si se concentraran en rasgos levemente diferentes o si se realizara un pequeño cambio en
el peso de uno de sus rasgos. En tercer lugar, es comprensible que cualquier ítem típico sea más rápidamente
categorizable que aquellos que son atípicos. Los ítems típicos contarán con los rasgos de más peso y por lo tanto
alcanzarán más rápidamente el criterio de categorización.
Hampton (1982) demostró que los juicios de pertenencia a una categoría pueden ser intransitivos. Por ejemplo:
las personas creen que el Big Ben es un reloj y creen que los relojes son muebles pero niegan que el Big Ben sea
un mueble. Desde el enfoque de prototipos, esto sucede porque las bases de la similitud cambian de un juicio a
otro. El concepto A puede ser similar al concepto B, y B puede ser similar a C y sin embargo A puede no ser muy
similar a C. Esto es posible cuando los rasgos que A y B comparten no son los mismos que comparten B y C. En el
enfoque clásico, este tipo de intransitividad no es posible, ya que cualquier categoría debería incluir todo el
conjunto abarcado por la definición del concepto supraordenado, y por lo tanto sería imposible que la decisión
de que algo es un reloj no pusiera una decisión de que constituye un mueble.

Desarrollos más recientes.


El enfoque de prototipos no ha atravesado un gran desarrollo teórico. Hay una carencia de precisión en muchos
de los escritos acerca de la teoría de prototipos que ha dado lugar a que sus críticos diseñen sus propios
modelos de prototipos.
COMBINACIONES DE RASGOS. Rosch y Mervis (1975), Smith y Medin (1981) y Hampton (1979). Esta perspectiva
consistía en que la representación de la categoría debe hacer un seguimiento de la frecuencia con que los rasgos
aparecen en los miembros de la categoría. Las personas hacen un seguimiento no sólo de los rasgos individuales
sino también de configuraciones de dos o más rasgos. Esta propuesta formó parte un modelo matemático: el
modelo de indicadores de configuraciones.
Un problema de esta propuesta es que inmediatamente plantea El dilema de la explosión computacional. Para
cualquier categoría con la que se estuviese extremadamente familiarizado, se podría tener conocimiento de
muchos más rasgos. La explosión es una explosión combinatoria. No sólo consumiría memoria sino que también
requeriría un esfuerzo de procesamiento mayor durante el empleo de la categoría, dado que cada vez que se
detectara un nuevo miembro de la categoría, se debería actualizar todos los pares, triples y cuadruples
observados. Y cuando se realizará una decisión sobre la categoría no alcanzaría simplemente con consultar las
1000 propiedades también sería necesario consultar los pares tripletes, etc., de rasgos relevantes.
ESQUEMAS. Uso de esquemas para representar conceptos. Esto ha sido tomado a modo de perfeccionamiento
de la propuesta de numeración de rasgos. Los rasgos consisten simplemente en una lista no estructurada, con
pesos asociadas. Una dificultad es que no representa ninguna relación entre los rasgos. Un esquema es una
representación estructurada que divide las propiedades de un ítem en dimensiones (ranuras) y valores de tales
dimensiones (llenadores de dichas ranuras). Las ranuras poseen restricciones que indican el tipo de llenadores
que pueden tener. La ranura puede determinar restricciones sobre el valor específico permitido para tal
concepto. Los llenadores de la ranura con concebidos como competidores entre sí. Las ranuras en sí mismas
podrían estar conectadas por relaciones que restringen sus valores.
La naturaleza no estructurada de la lista de rasgos podría ser un factor que podría conducir al aprendizaje de
ciertos conceptos u objetos peculiares. Cualquier rasgo puede ser agregado a la lista y no existan restricciones
sobre los pesos de un rasgo en relación con como son los otros rasgos. El hecho de que ambos rasgos al poseer
pesos altos resultan contradictorios no impediría su representación mediante una lista de rasgos. La intuición
de fondo de la teoría de esquemas es que las personas se estructuran la información que aprenden, lo que
vuelve más fácil encontrar la información relevante y les impide formarse conceptos incoherentes de este tipo.
Las listas de rasgos no poseen los tipos de relaciones que se necesitan para comprender un objeto en su
totalidad. Los esquemas pueden especificar información al incluir relaciones detalladas entre las ranuras.
La lista de rasgos es un recurso para detectar lo que las personas conocen acerca de una categoría, un esquema
puede proveer un panorama mucho más completo de lo que la gente sabe acerca de un concepto. En relación a
algunos propósitos, esta información extra puede no resultar muy relevante y por lo tanto resultaría más fácil
simplemente referirse a los rasgos. En algunos experimentos los conceptos han sido construidos básicamente
como listas de rasgos sin la información relacional adicional que un esquema incluiría.

EL ENFOQUE DE EJEMPLARES.

En este enfoque se rechaza la idea de que las personas poseen una representación que de algún modo contiene
el concepto entero. Por ejemplo nuestro concepto de los perros no es una definición que incluya todos los
perros ni tampoco consiste en una lista de los rasgos que se encuentran en mayor o menor medida en los
perros. El concepto consiste más bien en el conjunto de perros que la persona recuerda. No existe un concepto
real (tal como se lo concibe comúnmente) dado que no existe una representación de conjunto que represente a
todos. El concepto de perro consistiría en un conjunto de una centena de recuerdos almacenados sobre perros.
Suponga el lector que descubrió un animal caminando alrededor de su patio, este animal guarda una cierta
semejanza con otras cosas que el lector ha visto en el pasado. Lo que el lector haría es consultar su memoria
para ver a cuáles cosas resulta más parecido. Sí a grandes rasgos la mayoría de las cosas a las que resulta similar
fueran perros, entonces concluiría que se trata de un perro.
Como sucede en el caso del enfoque de prototipos en esta teoría tiene que dar lugar a la similitud.
Medin y Schaffer (1978) argumentaron que es necesario ponderar en memoria estos ítems en términos de cuan
similares son al ítem. Cuando se suman todas las similitudes existe más evidencia de que el objeto es x, de que
sea cualquier otra cosa. Lo que determina cómo es categorizado un ítem no consiste sólo en el número de
ejemplares que tal ítem permite recordar, igualmente importante es cuál similar es el objeto a cada recuerdo.
Esta teoría no afirma nada relativo a características definicionales, por lo tanto no enfrenta los problemas que
enfrenta el enfoque clásico. El enfoque ofrece una explicación natural para los fenómenos de tipicidad. Los
ítems más típicos son aquellos que mantienen una alta similitud respecto de muchos miembros de la categoría.
Cuando más similar sea un ítem a los recuerdos y cuánto menos similar sea respecto de los recuerdos de todo
aquello que no es, más típico será dicho ítem. Los casos limítrofes son aquellos ítems que resultan casi
Igualmente similares a los recuerdos de miembros de la categoría y a las que no son miembros de tal categoría.
Los ítems típicos serían categorizados más velozmente que los atípicos, dado que resultan muy similares a un
gran número de miembros de la categoría, y por lo tanto es muy fácil encontrar evidencia de que pertenecen a
ésta. La evidencia positiva se acumula más rápidamente cuando un ítem es típico. El caso de la intransitividad de
categorías es explicado en una forma similar a la del enfoque de prototipos. Cada vez que el fundamento para la
similitud cambia, el modelo de ejemplares es capaz de explicar este tipo de intransitividad.
El enfoque de ejemplares es capaz de dar cuenta de los resultados que llevaron a la caída del enfoque clásico.
Para algunas personas el enfoque de ejemplares resulta muy contraintuitivo, por ejemplo muchas personas
cuando deben decidir si algo es un perro, no experimentan conscientemente el proceso de recordar ejemplares
de perros. Sin embargo las experiencias conscientes de este tipo no son en general un dato confiable sobre el
procesamiento cognitivo. En verdad uno tampoco tiene una experiencia consciente de una definición o de una
lista de rasgos. El acceso a la representación de un concepto a menudo es muy veloz y automático. Otras
personas señalan que sienten que conocen cosas acerca de los perros en general y no sólo acerca de ejemplares
individuales, lo que uno sabe acerca de los perros en general podría ser precisamente lo que más común en los
ejemplares recuperados de la memoria. Entonces, cuando se piensa en tales ejemplares son estas características
generales las que vendrían a la mente. Cuando se aprende por primera vez una categoría, la información sobre
ejemplares podría ser todo lo que se codifica. No habría diferencia entre su memoria de la categoría en su
totalidad y el recuerdo de dicho único ejemplar. En referencia de los estados iniciales del aprendizaje pareciera
que cualquier quería debiera estar de acuerdo con el postulado de que traemos a la memoria los ejemplares
individuales o de otro modo no existiría un fundamento sobre el cual realizar generalizaciones. El modelo de
ejemplares requiere que estos recuerdos hayan sido específicamente categorizados.
¿Qué es un ejemplar?
Supóngase que mientras camino al trabajo veo una ardilla corriendo por el césped. ¿Constituye este breve
vistazo de una ardilla un ejemplar, incluso si no le presto mucha atención? De la misma forma he visto miles de
ardillas. ¿Están todos estos ejemplares almacenados en mi memoria? ¿Y son estos almacenados como ardillas?
Se necesita la codificación de la categoría del ejemplar para que éste tenga una influencia sobre la
categorización. Debería afirmar que si yo prestara atención y recordara a dicha ardilla, Entonces esto ejercería
un efecto sobre la manera en que identificare a los siguientes animales como ardillas. Si la ardilla no es
codificada en la memoria o es olvidada, entonces no ejercerá un efecto. Pero una teoría sobre los conceptos no
podría exactamente afirmar lo que una persona recordará o no.
Si cada ejemplar es considerado como un tipo, entonces la manipulación de la frecuencia no debería influenciar
las subsiguientes decisiones categoriales. Si los ejemplares se definen como instancias, Entonces los estímulos
que fueran como el ítem más frecuente constituirían mejores ejemplos de la categoría que los estímulos que
fueran como el resto de los ítems, menos frecuentes, dado que habría más ejemplares recuperados de la
memoria para el ítem más frecuente.
Un ejemplar no es una cosa. Nosofsky realizó una simulación del modelo de ejemplares mostrando que podía
dar mejor cuenta de los resultados si se consideraba cada presentación del estímulo como un ejemplar, más que
a cada tipo.
Para los modelos de prototipos y los modelos de ejemplares sobre conceptos se necesita que la teoría
especifique cómo se contarán las unidades (Cuántos rasgos/ejemplares se han visto) y los resultados empíricos
sugieren que lo más importante son los encuentros con los objetos, más que los objetos en sí mismos.

EL ENFOQUE DEL CONOCIMIENTO.

Este enfoque surgió como una reacción frente a los otros dos enfoques y fue un cierto sentido construido a
partir de ellos. El enfoque cognoscitivo propone que los conceptos son parte de nuestro conocimiento general
sobre el mundo. No adquirimos los conceptos de manera aislada de todo lo demás, más bien los aprendemos
como parte de nuestra comprensión general del mundo que nos rodea. Cuándo adquirimos conceptos sobre los
animales esta información es integrada en el marco de nuestro conocimiento general acerca de la biología, la
conducta y otros dominios relevantes. Esta relación se desenvuelve en ambas direcciones: los conceptos son
influenciados por el conocimiento previo, pero un nuevo concepto puede también producir un cambio sobre
nuestro conocimiento general. Si se aprende un hecho sorprendente acerca de una nueva clase de animal, esto
podría transformar lo que ya se conoce acerca de la biología en general, y si algo que se aprendiese acerca de un
animal no encajará con el conocimiento general, esto podría causar que el nuevo dato se ha cuestionado o se le
dé menos peso.
El enfoque del conocimiento enfatiza que los conceptos son parte de y engloba nuestro conocimiento general
del mundo, y Por ende existe una presión para que los conceptos sean consistentes con todo aquello que ya se
conoce. Para mantenerte tal consistencia, parte de la categorización y otros procesos conceptuales podría
consistir en procesos de razonamiento por los que se interfieren las propiedades o se construyen explicaciones a
partir del conocimiento general.
Este enfoque afirma que las personas se emplean su conocimiento previo para razonar sobre un ejemplo y
decidir de qué categoría se trata, o para aprender una nueva categoría.
Parte de la discusión acerca de los esquemas presentada propósito del enfoque de prototipos resulta relevante
aquí. Por ejemplo una de las razones a favor del empleo de esquemas para representar conceptos es que son
capaces de representar relaciones entre los rasgos y dimensiones. Estas es solo una forma de representar el
conocimiento sobre un dominio.
Uno de los estudios sobre tipicidad estuvo motivado por el enfoque del conocimiento. Barsalou (1985).
Encontró que los ideales son importantes como determinantes de la tipicidad. Los ítems que se acercaban al
ideal eran más típicos que los ítems que se encontraban más lejos y esto sucedía incluso cuando el parecido
familiar era factorizado primero en el juicio de tipicidad. La influencia de los ideales no podría reflejar sólo la
pura observación de la categoría, como afirman los enfoques de prototipos y ejemplares.
Los ideales de las categorías surgen de nuestro conocimiento acerca de cómo encaja cada categoría con otros
aspectos de nuestras vidas, su lugar dentro de nuestra comprensión más amplia acerca del mundo. También
denominó categorías derivadas de metas que estas son categorías que se definen sólo en términos de la forma
en que sus miembros cumplen con un determinado plan o meta, por ejemplo, cosas para comer en el marco de
una dieta. En el caso de las categorías derivadas de metas el parecido familiar explica poco de su estructura
categorial. Por ejemplo las cosas para comer en una dieta podrían incluir el apio, la gelatina sin azúcar, la
gaseosa dietética, las papas al horno, pescado al horno y la leche desnatada. Estos ítems difieren en muchos
aspectos. Son mucho menos similares entre sí comparadas con categorías de comidas normales tales como los
productos lácteos o las carnes, y sin embargo, todas están incluidas en la misma categoría en virtud de ser cosas
que la gente come cuando está a dieta. Aquí el ideal sería algo tal como tener la menor cantidad de calorías.
Barsalou encontró que los ejemplos más típicos de las categorías derivadas de metas eran aquellos más
cercanos al ideal. Una porción significativa de la variación no podía ser explicada por el parecido familiar. Este es
un caso extremo en el que el lugar de un ítem dentro de una estructura más amplia de conocimiento constituye
quizá el aspecto más importante de la pertenencia a una categoría, mientras que el “promedio” de las
propiedades de los miembros de la categoría tiene muy poco peso.
El ideal no podría ser derivado sólo a partir de la observación de ejemplos y de percibir aquellos rasgos que
aparecen más frecuentemente. Aunque las categorías derivadas de metas son un ejemplo extremo de esto
(dado que los miembros tienen poco en común más allá del ideal). Barsalou además encontró evidencia de la
importancia de los ideales en las categorías comunes.
Una de las cuestiones asociadas al enfoque del conocimiento es que las personas no se apoyan en la simple
observación o aprendizaje de rasgos para aprender nuevos conceptos. Las personas prestan atención a los
rasgos que su conocimiento previo les indica que son los más importantes. Realizan inferencias y agregan
información que no es en verdad percibida en el ítem en sí mismo. Su conocimiento es empleado de manera
activa para dar forma a lo que se aprende y a la manera en que dicha información es empleada luego del
aprendizaje.
Una limitación del enfoque del conocimiento es que gran parte de los conceptos no podrían estar basados en el
conocimiento previo.
Sólo luego de observar algunos miembros de la categoría que se puede saber qué conocimientos son relevantes
y podrían ser empleados para comprender la categoría. El enfoque del conocimiento no pretende explicar todo
lo referente a la adquisición de conceptos aludiendo al conocimiento general; también debe presuponer un
mecanismo de aprendizaje que esté basado en la experiencia. Esto podría ser visto como una falla del enfoque
del conocimiento, o simplemente podría considerarse al proceso de aprendizaje empírico como un problema
aparte.
CONCLUSIONES.

Ninguno de ellos sufre de los problemas del enfoque clásico. Todos predicen que las categorías comprenden
gradaciones de tipicidad y que existen casos limítrofes. A diferencia de las revisiones posteriores del modelo
clásico. Estas teorías argumentan que la vaguedad de las categorías es una parte integral del procesamiento
conceptual, más que una influencia poco feliz sobre algo que no corresponde al “verdadero” concepto. La
similitud de los ítems es inherentemente continua. Los miembros de la categoría son más o menos similares
entre sí y respecto del prototipo, y esta gradación de similitud conlleva diferencias en la tipicidad, diferencias de
tiempo de reacción en los juicios, y diferencias en el aprendizaje. El que un ítem sea consistente con el
conocimiento de uno acerca de un dominio complejo no es un asunto a todo o nada, sino más frecuentemente
una cuestión de consistencia relativa.
Los fenómenos de tipicidad son algo inherente al fenómeno que estos enfoques pretenden explicar.
Estos enfoques no son tan enteramente autosuficientes como uno quisiera. El enfoque de prototipos no niega
que las personas aprendan y recuerden ejemplos. La primera vez que uno se encuentra con un miembro de una
categoría, el único prototipo que uno se puede formar estaría basado en ese ejemplar singular. El conocimiento
de ejemplares y el de prototipos deben existir de manera paralela al menos hasta cierto punto, de acuerdo a la
teoría de prototipos. La propuesta general de esta teoría, es que a la hora de realizar juicios acerca de un
concepto, en el caso de las categorías maduras, las personas se apoyan en representaciones sumarias de la
categoría entera más que sobre ejemplares específicos.
El enfoque del conocimiento se centra sobre un importante aspecto del aprendizaje y representación de
conceptos. Debe admitirse que existe un componente de aprendizaje empírico de los conceptos, al menos para
dar cuenta de los resultados de los experimentos psicológicos que emplean estímulos artificiales fuera de
cualquier marco de conocimiento. Resultaría razonable que esta perspectiva sea combinada con alguno de los
otros enfoques con el objetivo de formar una teoría integrada sobre los conceptos. Los teóricos de ejemplares
podrían también concordar en que existiría un nivel de conocimiento general separado del conocimiento de los
ejemplares y que ejercería una influencia sobre los conceptos y su empleo.
Para el caso de los conceptos del mundo real, sería sensato no asumir que una sola forma de representación
conceptual podría dar cuenta del fenómeno en su totalidad.

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