Nº 9

Autor/a
Septiembre | 2014

ESPAÑA
DIGITAL
Revista del Comité Español de ICOM

Museos,
arqueología
y género
R e l at o s , r e c u r s o s
y experiencias

[1]
 ICOM 09
Revista del Comité Español de ICOM
ISSN 2173 - 9250
Revista patrocinada por
“Desde 1946, el Consejo International de
Museos representa a los museos y sus pro-
fesionales. La organización acompaña a
los actores de la comunidad museística en
su misión de preservar, conservar y trans-
mitir los bienes culturales.”
Imágen de portada:
Mujer arquera. Ilustración del módulo
expositivo prehistórico,
“El universo paleolítico”.
Museo Arqueológico Nacional. Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte.
Autor: Arturo Asensio.
Director: Luis Grau Lobo
Coordinadoras del presente número:
Isabel Izquierdo Peraile
Clara López Ruiz
Lourdes Prados Torreira
Editoras:
Isabel Izquierdo Peraile
Clara López Ruiz
Lourdes Prados Torreira
Comité de redacción:
Ana Azor Lacasta
Jorge Juan Fernández González
Josep Giralt i Balagueró
Luis Grau Lobo
Andrés Gutiérrez Usillos
Rafael Rodríguez Obando
Mónica Ruiz Bremón
María San Sebastián Poch
Joan Seguí Seguí
Gerencia de ICOM-España:
Nuria Rivero Barajas
Coordinadora de publicidad:
Clara López Ruiz
Diseño y Maquetación:
Itziar Úbeda Bermeosolo
Distribución exclusiva por Internet
ICOM España no se hace responsable
de las opiniones vertidas por los autores
en sus artículos.
[2]
Editorial
Luis Grau Lobo
Presidente de ICOM-España
Museos, arqueología y género:
en tierra hostil
Resulta curioso y hasta quizás ten-
ga una significación psicoanalíti-
ca que no cabe tratar aquí, que
los museos hayan tardado tanto
en renovar sus mensajes en el te-
rreno de la igualdad de género.
Este “acto fallido” de estirpe casi
freudiana se ha situado a la cola
de tantas y tan profundas como
han sido las transformaciones
acaecidas en los mensajes y la
manera de transmitirlos que han
afectado al museo, desde las pri-
meras craqueladuras de su tra-
dicional monolitismo, allá por los
míticos sesenta, hasta las vías de
agua (fresca) que han inundado
[3]
Autor/a
su quehacer desde que la mu-
seología se hizo nueva, crítica o lo
que quiera que sea, siempre que
sea museología.
Y resulta curioso (y tal vez sinto-
mático), por varias razones. La
primera de ellas tiene un largo
recorrido conceptual y es que, si
el museo es un hijo putativo de la
revolución, cabría esperar de él
una mayor atención a estos asun-
tos de justicia social que afectan
a un porcentaje tan amplio de
“minorías” (minoría mayoritaria,
claro, en torno al 50% de la po-
blación). Este argumento, sin em-
bargo, se apaga al primer soplo:
ICOM 09
Luis Grau Lobo | Presidente de ICOM-España
si hay una institución conservado-
ra, esa es el museo, llamado a jus-
tificar la revolución burguesa en
origen, y convocado, después, a
legitimar, a conservar, a dar argu-
mentos al statu quo. A cualquier
statu quo. Una especie de revo-
lucionario institucionalizado y, por
tanto, en absoluto rebelde, sino
todo lo contrario. Aún hoy esa
palabra, “conservador”, define la
profesión en esos términos oficia-
les de los que (casi) todos rene-
gamos.
Una segunda razón podría estar
en relación con los museos espe-
cíficamente arqueológicos, con
la propia Arqueología. Porque
entre todas las disciplinas, preci-
samente la indagación acerca
de los vestigios materiales de los
grupos anónimos, de los intérpre-
tes mudos de la historia, de la in-
trahistoria y de quienes la prota-
gonizaron de manera muy poco
protagonista, se ofrecía como
ámbito propicio para efectuar
un mayor ejercicio de equidad
en el reparto de los papeles na-
rrativos, fuera en el género, fuera
en otros y prejuiciosos asuntos. Si
[4]
la Arqueología era capaz de dar
voz a los desheredados, propor-
cionándonos un patrimonio no
mediatizado por el poder ni vin-
culado a las selecciones artificia-
les de las élites, si el azar era en
ella principio rector, no había por
qué imponerle unos patrones a
los que no tenía que servir. En de-
finitiva, si la historia estaba prota-
gonizada por nombres propios de
género masculino, al menos en los
vestigios arqueológicos y en su in-
terpretación no cabía supeditar-
se a tal axioma. La ocasión para
ser ecuánime estaba ahí, pero se
desaprovechó. Hasta ahora.
La tercera de las razones (se halla-
rán muchas otras, no es éste lugar
para su listado...), tan anecdótica
como reveladora, es que si existe
un ámbito administrativo en Es-
paña donde la mujer ha ejercido
desde hace más tiempo un papel
aventajado (en número y cualifi-
cación), este es el de los museos.
Hasta el punto de que no sólo era
un cuerpo funcionarial servido por
ellas en gran medida (la cuerpa,
era llamado con no poca sorna),
sino que además, la situación ha
ido a más y atañe, lógicamente,
a todas las plazas directivas. Que
el presente volumen sea obra casi
exclusiva de mujeres, todas ellas
relacionadas de una u otra forma
con los museos, habla de cómo
ha cambiado también el espíritu
de ese colectivo. Porque posible-
mente primero hay que creerse
los cambios para llevarlos a cabo,
especialmente entre quienes más
se ven concernidos.
Así, instalados plenamente en
esa renovación de lenguajes y
de conceptos (el lenguaje es el
concepto), más allá de las dia-
tribas algo estérilmente encona-
das sobre el sexismo del idioma,
el museo ha comenzado, con su
característica parsimonia pero
sabiendo que ha de hacerlo, a
renovar sus añejas perspectivas:
relatos, imágenes, reconstruc-
ciones, ordenaciones... todo ha
dado un vuelco hasta el punto de
que ya nos preguntamos cómo
no lo hizo antes. Pero nunca es
tarde. Por estos motivos, por to-
dos los proyectos, debates, ac-
ciones y reacciones que está sus-
citando este necesario asunto en
[5]
Editorial
las paredes de los museos y fuera
de ellas, permeándolas para que
los muros del museo recojan el
eco de la calle, desde ICOM-Es-
paña creemos que este número
de nuestra revista llega en buen
y provechoso momento. Aunque
ello lo juzgará quien lo lea, por su-
puesto.
Sólo un par de frases más para
agradecer el esfuerzo desprendi-
do y espléndido de quienes par-
ticipan en la elaboración de esta
publicación, coordinadoras del
volumen y autores. Gracias a ellos
y gracias a quienes hacen que,
poco a poco, con tesón y bue-
nas ideas, los museos sean menos
espacios para conservar y más
lugares para conversar. Sobre te-
mas de todo género.
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s p
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Presentación
ICOM 09
Museos, Arqueología y Género:
Relatos, recursos y experiencias
Isabel Izquierdo Peraile
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
isabel.izquierdo@mecd.es
Clara López Ruiz
Universidad Autónoma de Madrid
clara.lopezruiz@uam.es
Lourdes Prados Torreira
Universidad Autónoma de Madrid
lourdes.prados@uam.es
Una nueva publicación sobre re-
latos, recursos y experiencias en
torno a la perspectiva de géne-
ro en los museos podría dar idea
sobre su vigencia e implantación
en dichas instituciones, sin embar-
go y a pesar de su importancia y
contemporaneidad, son realmen-
te escasas las aproximaciones
que desde estos planteamientos
se han formalizado en los museos.
Precisamente el último volumen
[6]
de la Revista del Comité Español de
ICOM, Museos, género y sexualidad
(icom-ce_digital_08) invitaba a la re-
flexión sobre este aspecto tan presen-
te, desde una visión inclusiva y plural,
a través de interesantes experiencias,
muy distintas en sus objetivos, dando
idea de la diversidad de plantea-
mientos y enfoques que permite su
aproximación. Con anterioridad, el
volumen monográfico de la revista
Her&Mus (3, 2010), Mujeres y Museos,
Isabel Izquierdo Peraile| Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
presentaba a la mujer, a las muje-
res, como agentes generadoras de
nuevas realidades museísticas, pres-
tando especial atención a los mu-
seos de mujeres en distintos países;
y el monográfico de Museum Inter-
national (Nº 236, Diciembre 2007),
Gender Perspectives on Cultural
Heritage and Museums, que reco-
gía diversas experiencias interna-
cionales desde una perspectiva de
género. Otros proyectos museísticos
y patrimoniales, impulsados desde
las instituciones públicas, como Pa-
trimonio en femenino (www.mecd.
gob.es), en sus distintas ediciones
de los últimos años, han tenido y tie-
nen como meta visibilizar y comuni-
car esa otra parte de la historia de
la humanidad, tantas veces oculta,
a través de las colecciones de los
museos.
Del mismo modo, desde otros países
de habla hispana, llegan aportacio-
nes de gran interés, como la Guía
para la incorporación del enfoque
de género en museos (2012), edita-
do por la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos de Chile
(www.dibam.cl).
[7]
Pero más allá de una moda, la
perspectiva de género en su apli-
cación a los museos, constituye
toda una línea de trabajo, de in-
vestigación científica, metodoló-
gica, de análisis y reflexión, que
presenta múltiples facetas y mu-
chos retos todavía por abordar.
En este volumen que el Comité
Español de Consejo Internacio-
nal de Museos nos brinda para
poder profundizar, de nuevo, en
el enfoque de género en los mu-
seos, nos centraremos en un caso
particular: los museos que conser-
van, estudian, exponen y difun-
den cultura material, colecciones
arqueológicas, que son recursos
esenciales para el conocimiento
histórico y un vehículo comunica-
tivo de excepcional valor, con un
elevado potencial informativo y
también emotivo.
 ICOM 09
Paralelamente, desde la propia dis-
ciplina arqueológica, y a pesar del
mainstream dominante, como par-
te de la renovación metodológica
de la investigación en arqueología,
fundamentalmente en las últimas
dos décadas, y sobre todo, gracias
a las tendencias de corte posproce-
sual que han hecho especial hinca-
pié en la importancia del individuo
como agente social activo, se ha
puesto en valor la reflexión sobre la
historia y la antropología desde va-
riables como el género o la edad,
dando visibilidad a grupos sociales,
como las mujeres o la infancia y ju-
ventud, que tradicionalmente han
sido ignorados en los relatos del pa-
sado, tanto por la investigación his-
tórica, como en los discursos exposi-
tivos y otros ámbitos de los museos.
El volumen que presentamos en esta
ocasión aborda, desde un plantea-
miento interdisciplinar, aspectos de
la investigación, así como la teo-
ría y la práctica museológica que
convergen en la exposición como
excepcional espacio público de
interacción social. Los museos hoy,
tratan de convertirse en un espacio
integrador abierto a la sociedad,
[8]
cada vez más compleja y plural.
Su función social propicia un pro-
ceso regenerador y una dimen-
sión pedagógica que debe ser
permeable a estos nuevos plan-
teamientos de la investigación en
desarrollo de la actualidad.
Hablando de arqueología, de gé-
nero y de museos, la oportunidad
que ofrece el desarrollo de un
proyecto de investigación cen-
trado en esta materia1, presenta
e introduce los ámbitos y princi-
pales contenidos que desarrolla
este volumen monográfico de-
nominado: Museos, Arqueología
Género: Relatos, recursos y expe-
riencias (Isabel Izquierdo Peraile,
en este mismo volumen), que se
articula en tres grandes bloques:
Arqueología y Género: Valores
Patrimoniales y Museísticos, ¿Dón-
de están las mujeres: Discursos y
1. Este trabajo se enmarca en el Proyecto
de Investigación “La discriminación de la
mujer: los orígenes del problema. La fun-
ción social y educativa de los museos ar-
queológicos en la lucha contra la violencia
de género” (2013-2015), 035/12, financiado
por el Instituto de la Mujer (Ministerio de Sa-
nidad, Servicios Sociales e Igualdad).
Isabel Izquierdo Peraile| Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
Experiencias expositivas?, y Di-
dáctica y Género: La Educación
en el Museo.
En el primer bloque temático, de
mayor reflexión teórica y transver-
sal, que incluye algunos ejemplos
internacionales, se presentan pro-
puestas para esa visibilidad inelu-
dible a través de la divulgación
histórica en igualdad, otorgando
a las mujeres la importancia que
tuvieron en todas las culturas del
pasado (Margarita Sánchez Ro-
mero), tanto para el patrimonio
tangible como inmaterial, des-
tacando el papel de las mujeres
como gestoras y transmisoras del
patrimonio cultural de la comuni-
dad (Paloma González Marcén),
con aportaciones metodológicas
comprometidas para el caso es-
pañol donde se tiende a invisibi-
lizar a las mujeres en las escenas
del pasado que ambientan los
museos arqueológicos (Mª Ánge-
les Querol Fernández), y algunas
propuestas de recientes políticas
de género incorporadas en los
museos, como en el caso chileno
a través del ejemplo del Museo
Antropológico Martín Gusinde
[9]
donde la perspectiva de género
ha jugado un papel fundamen-
tal en la reinterpretación de las
colecciones (Francisca Martico-
rena Gallegillos y Paula Palacios
Rojas), la propuesta metodoló-
gica planteada en el Museu de
Francisco Tavares Proença Júnior
(Aida Maria Dionísio Rechena)
con el objetivo de crear institucio-
nes museísticas igualitarias, o las
aportaciones sugeridas desde el
INAH mexicano (María Rodríguez-
Shadow y Cristina Corona Jamai-
ca), con la reivindicación de la
importancia de las actividades
de mantenimiento en el México
Antiguo y su reflejo a través de al-
gunas exposiciones tanto perma-
nentes como temporales.
ICOM 09
A continuación, en el segundo
bloque, se sintetizan distintas ex-
periencias centradas en las ex-
posiciones, temporales o perma-
nentes, de museos españoles de
arqueología de distinta titularidad,
donde las mujeres se integran en
los discursos expositivos o protago-
nizan las narraciones, tales como
en la recientemente inaugurada
exposición permanente del Mu-
seo Arqueológico Nacional, con-
cretamente en el módulo exposi-
tivo dedicado a Grecia donde se
presentan los roles de género en
la sociedad griega (Paloma Ca-
brera Bonet), el Museo Nacional
y Centro de Investigación de Al-
tamira donde se reflexiona sobre
la presentación de la mujer en la
Prehistoria y en particular en las
sociedades paleolíticas (Pilar Fa-
tás Monforte y Asunción Martínez
LLano), el Museo Arqueológico
Regional de la Comunidad de
Madrid, modelo de visualización
de los colectivos infrarrepresenta-
dos en los discursos históricos de
los museos a través de sus expo-
siciones temporales (Inmaculada
Escobar García y Enrique Baque-
[10]
dano Pérez), o el Museo Arqueo-
lógico Municipal Jerónimo Molina
de Jumilla (Murcia), el Museo de
la Universidad de Murcia, el Mu-
seo Monográfico de Arte Ibérico
de El Cigarralejo y el Museo de Al-
bacete, a través de un proyecto
itinerante en torno al papel de la
mujer en la sociedad ibérica (Vir-
ginia Page del Pozo y Rubí Sanz
Gamo). Otras propuestas interna-
cionales valoran las posibilidades
de las exposiciones temporales en
el ámbito de la cooperación con
Latinoamérica (Clara López Ruiz y
Lourdes Prados Torreira) para es-
tablecer discursos de género en
el museo; así como las iniciativas
italianas, destacando las posibili-
dades de la realidad virtual como
herramienta museológica que
permite una relectura de género
de museos tradicionales (Geno-
veffa Palumbo).
Isabel Izquierdo Peraile | Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
Finalmente, en el tercer bloque
temático, Didáctica y Género:
La Educación en el Museo, se na-
rran distintas acciones de difusión
y comunicación, como las del
Museo Nacional de Arqueología
de Tarragona (Pilar Sada Castillo)
con propuestas museísticas para
trabajar la igualdad en la trans-
misión y aprendizaje de la histo-
ria; el Museo Arqueológico de
Córdoba (Lola Baena Alcántara)
enmarcadas, pero no sólo, en la
celebración del Día de la Mujer,
el Museo de Prehistoria de Va-
lencia, pionero en la difusión del
papel de las mujeres en la historia
a partir de la acción educativa y
expositiva del museo (Eva Ripollés
Adelantado, Laura Fortea Cerve-
ra, Begoña Soler Mayor y Helena
Bonet Rosado); o el contrapunto
europeo del Museo de la Acrópo-
lis de Atenas (Laia Pujol) donde se
ha puesto en marcha una infraes-
tructura tecnológica que permite
adecuar los contenidos del mu-
seo en función del perfil del visi-
[11]
tante, proporcionando experien-
cias interactivas personalizadas a
través de dispositivos móviles.
Agradecemos, finalmente, a las
autoras y autores de este volu-
men su colaboración, generosi-
dad y entusiasmo en un proyec-
to común que concierne a toda
la ciudadanía: la visibilización y,
sobre todo, la normalización de
estos nuevos enfoques en los mu-
seos. La mera existencia de nú-
meros monográficos sobre géne-
ro y museos evidencia el inmenso
camino que nos queda todavía
por recorrer para alcanzar nues-
tra meta final: una educación en
igualdad.

Editorial
Museos, arqueología y género:
en tierra hostil.
03
Luis Grau Lobo
Presidente del Comité Español ICOM
Presentación
Museos, Arqueología y Género:
Relatos, recursos y experiencias.
Isabel Izquierdo Peraile
Clara López Ruiz
Lourdes Prados Torreira
06
Coordinadoras del volumen
ARQUEOLOGÍA Y GÉNERO:
VALORES PATRIMONIALES
Y MUSEÍSTICOS
28|El patrimonio prehistórico y la
construcción de discursos igualitarios
sobre nuestro pasado.
Margarita Sánchez Romero
Universidad de Granada
36|Patrimonio cultural y derechos de las
mujeres: el papel de los museos.
Paloma González Marcén
Universidad Autónoma de Barcelona
44|Mujeres del pasado, mujeres del presente:
El mensaje sobre los roles femeninos en los
modernos museos arqueológicos.
María Ángeles Querol Fernández
Universidad Complutense de Madrid
ÍNDICE
A vueltas con el género... Hablando de
mujeres en los museos de arqueología.
Isabel Izquierdo Peraile
Ministerio de Educación,
14
Cultura y Deporte
56|As mulheres em museus arqueológicos
ou o silêncio de Eva.
Aida María Dionísio Rechena
Museu de Francisco Tavares
Proença Júnior (Portugal)
66|Género y Museos: Las Mujeres y las
Actividades de Mantenimiento
en el México antiguo.
María Rodríguez Shadow
Cristina Coronas Jamaica
INAH: Instituto Nacional de An-
tropología e Historia (México)
Universidad Pompeu Fabra
76|Museos Chilenos, consignando
ausencias, emprediendo caminos.
Experiencia en el Fin del Mundo:
Museo Antropológico Martín Gusinde
Francisca L. Marticorena Galleguillos
Paula F. Palacios Rojas
Museo Antropológico Martín Gusinde
¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES?
DISCURSOS Y EXPERIENCIAS
EXPOSITIVAS
90|Una reflexión sobre la presentación
de la mujer paleolítica
en el Museo de Altamira.
Pilar Fatás Monforte
Asunción Martínez Llano
Museo Nacional y Centro de
Investigación de Altamira
102|Identidad y género, modelos y
contramodelos. El nuevo discurso
expositivo de Grecia en el
Museo Arqueológico Nacional
Paloma Cabrera Bonet
Museo Arqueológico Nacional
DIDÁCTICA Y GÉNERO:
116|Miradas de la mujer ibérica. LA EDUCACIÓN EN
Una exposición itinerante en el
contexto de la arqueología de género. EL MUSEO
Virginia Page del Pozo
Rubí Sanz gamo 166|Trabajar la igualdad desde un
Museo Monográfico de Arte Ibérico de museo arqueológico:
El Cigarralejo, Museo de Albacete Los talleres del Museo Nacional
Arqueológico de Tarragona.
Pilar Sada Castillo
128|¿Cómo nos (re)presentamos? Museo Nacional de
Iconografías de género en las
exposiciones y actividades del Arqueología de Tarragona
Museo Arqueológico Regional
de la Comunidad de Madrid. 176|Relatos y experiencias.
Inmaculada Escolar García El Museo Arqueológico de Córdoba.
Lola Baena Alcántara
Enrique Baquedano Pérez
Museo Arqueológico de Córdoba
Museo Arqueológico Regional
de la Comunidad de Madrid
186|Femenino Plural.
El Museo de Prehistòria de València.
142|Repensar los museos desde Eva Ripollés Adelantado
la cooperación.
Laura Fortea Cervera
Una aproximación a Latinoamérica.
Lourdes Prados Torreira Begoña Soler Mayor
Clara López Ruiz Helena Bonet Rosado
Museo de Prehistoria de Valencia
Universidad Autonoma de Madrid
196|Una historia para Natalie. Creación
154|Museologia di genere virtuale. de experiencias móviles interactivas
Un nuovo approccio per una nuova
museologia. en el Museo de la Acrópolis de Atenas.
Genoveffa Palumbo Laia Pujol Tost
Universitá degli Studi Roma Tre Universidad Pompeu Fabra
ICOM 09
A vueltas con el género…
Hablando de mujeres en
los museos de arqueología.
Isabel Izquierdo Peraile1
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
isabel.izquierdo@mecd.es
Contexto de análisis:
Género, mujeres y museos de
arqueología
Treinta años después del ya re-
ferente texto de las arqueólogas
norteamericanas Margaret W.
Conkey y Janet D. Spector “Ar-
chaeology and the Study of Gen-
der” (1984), y poco después, del
de la historiadora Joan W. Scott,
“Gender, A Useful Category of
Historical Analysis” (1986), la pers-
pectiva de género en las discipli-
nas humanísticas o sociales, y en
especial, en la antropología, la
historia o la arqueología, sigue su
andadura en la investigación, la
enseñanza y en su aplicación a
la sociedad en distintos campos,
con múltiples propuestas y diver-
sos recorridos.
[14]
Isabel Izquierdo Peraile
del pasado y asumiendo la com- entre otros ámbitos del mundo
plejidad del diálogo entre pasa- contemporáneo.
do y presente en esta materia, la
Seguimos hablando, por tanto, de
noción de género sigue siendo útil
género como construcción simbó-
para el reconocimiento de jerar-
lica que varía según sociedades y
quías, restricciones e imperativos
épocas, en constante evolución y
que impactan y persisten todavía
negociación, y seguimos hablan-
hoy en nuestra sociedad de for-
do de mujeres, sin olvidar que en
mas muy diversas, condicionan-
su acepción más simplificada,
do la vida de las personas. Basta
El concepto de género, en un “género” se ha considerado en
con echar un vistazo a las últimas
sentido inclusivo e integrador, y algunos casos como sinónimo de
cifras de participación femenina
como parte esencial de nuestra “mujeres”. La aproximación a las
en las esferas política, económi-
vida social y de nuestra propia mujeres en arqueología desde el
ca, judicial o educativa, recien-
identidad personal, tiene que ver género, a través del estudio de la
temente publicadas en nuestro
con la educación, el aprendizaje, cultura material, está
la socialización, la imitación o la
“Asumiendo la complejidad del diálogo entre proporcionando he-
aculturación. Y estos conceptos,
pasado y presente en esta materia, la noción de rramientas metodoló-
a su vez, son claves en el análisis y
género sigue siendo útil para el reconocimiento gicas, numerosos ca-
la comprensión del pasado, me-
de jerarquías, restricciones e imperativos sos de análisis y, sobre
tas en última instancia de la histo-
que impactan y persisten todavía hoy en nuestra todo, nuevas miradas
ria. Después de muchos trabajos
sociedad de formas muy diversas, condicionando que implican la revisión
que han reconocido esta variable
la vida de las personas.” y el replanteamiento
como esencial en la percepción
país2 , para comprender los retos
aún pendientes en materia de
1 Este trabajo se enmarca en el Proyec- mercado de trabajo y brecha 2 Plan Estratégico de Igualdad de Opor-
to de Investigación “La discriminación de tunidades 2014-2016, Instituto de la Mu-
la mujer: los orígenes del problema. La fun- salarial, representatividad social, jer, Dirección General para la igual-
ción social y educativa de los museos ar- dad de Oportunidades, Secretaría de
queológicos en la lucha contra la violencia
conciliación y corresponsabili- Estado de Servicios Sociales e Igual-
de género” (2013-2015), 035/12, financiado dad, violencia contra la mujer, dad, 2014. www.inmujer.gob.es.pdf
por el Instituto de la Mujer (Ministerio de Sa- A modo de ejemplo, véase el denomi-
nidad, Servicios Sociales e Igualdad). proyección pública de la imagen nado Índice Europeo de Igualdad de
Véase, para su presentación en esta misma o tecnologías de la información, Género, Mujeres en cifras (junio, 2013):
revista: Prados, Izquierdo y López, 2013. inmujer.gob.es/estadisticas.pdf
[15]
ICOM 09
de distintos temas; la formulación
de nuevas preguntas; un acerca-
miento menos sesgado a la reali-
dad social; una visión más matiza-
da de las sociedades del pasado;
una mayor atención a las perso-
nas, en definitiva, a sus identida-
des y relaciones, en sus esferas
de acción social y política, como
individuos y también como co-
lectivos. Entendiendo por cultura
material (Figuras 1 y 2) esa materia
prima que en arqueología o en
antropología constituye una base
para el conocimiento del ser hu-
mano desde sus orígenes hasta
el presente, al ser fruto de sus ne-
[16]
Figura 1
cesidades y producto de sus rela-
ciones, en esta doble lectura, la
cultura material, los objetos, car-
gados de significado, en sus mar-
cos históricos, también pueden
arrojar luz sobre cómo los sistemas
de género fueron tejidos en la
vida de las personas y cómo es-
tos pudieron condicionar su iden-
tidad, pactos y conexiones en el
conjunto de las sociedades del
pasado.
En esta presentación resta un ter-
cer concepto (y contexto) clave
que articula y da sentido al hilo
conductor de mi aportación: el
museo. En nuestro caso, habla-
mos de museos de arqueología,
que custodian, exponen y difun-
den la cultura material transmi-
tida, como testimonio histórico y
cultural del ser humano. Un tipo
de museo, el museo arqueológi-
co, que, no olvidemos, responde
a esa clásica división de las co-
lecciones museísticas que evoca
patrones heredados de las disci-
plinas académicas tradicionales,
a los que se suman las particula-
ridades de la formación de cada
colección. Desde estos antece-
Figura 2
Figuras 1 y 2. Conjuntos de terracotas
púnicas. Colección del Museo
Monográfico del Puig des Molins, Ibiza.
Fotos: Isabel Izquierdo.
[17]
Isabel Izquierdo Peraile
dentes, en los museos arqueoló-
gicos, de historia o antropología
igualmente, se proyectan sobre
las colecciones muchas veces las
visiones dominantes del mains-
tream imperante, de la Academia
con mayúsculas, de la tradición,
con sus rasgos, restricciones y limi-
taciones. A propósito de esa pro-
ducción, y al mismo tiempo, trans-
ferencia de conocimiento que la
institución museo representa, en
un artículo reciente3 Jorge Wa-
gensberg publicaba una serie de
aforismos sobre los museos como
espacio de encuentro,
entre los que destacaré
especialmente el prime-
ro y el último que cito
aquí textualmente: “Un
museo es un espacio
de encuentro dedica-
do a proveer estímulos
a favor de tres cosas: el
3 El País, Cultura: “El museo en aforismos.
El éxito de un museo no radica en que la
gente vaya, sino en que la gente vuelva”,
Jorge Wagensberg, 20 de junio de 2014.
cultura.elpais.com
ICOM 09
conocimiento, el método usado
para obtenerlo y la opinión que
de aquel se desprende” y “Un mu-
seo está vivo cuando el visitante
tiene más preguntas después de
salir que antes de entrar”. Como
punto de partida resulta enrique-
cedor incluir estas reflexiones,
aparentemente tan sencillas pero
tan complejas al mismo tiempo,
sobre la misión y las funciones del
museo actual, que en el caso que
nos ocupa, evoca una metodolo-
gía de trabajo y un componente
subjetivo en la investigación que
genera un conocimiento proyec-
tado en las salas de exposición:
un determinado relato al fin y al
cabo, narrado a través de una
colección.
Volviendo al género, a partir de
sus propuestas reivindicativas
como categoría analítica de la
historia y la creciente visibilización
de las mujeres (y otros segmen-
tos sociales que tradicionalmente
han permanecido ocultos en la
historia, tales como la población
infantil, la infancia o la juventud,
entre otros grupos de edad y gé-
nero) y desde la investigación
[18]
arqueológica que ha impulsado
en las últimas décadas estos te-
mas (Montón y Sánchez Romero,
2008; Sánchez Romero, 2008 a y
b; Montón, 2014, sin ánimo de ser
exhaustiva, entre otras), sumadas
a distintas experiencias museoló-
gicas que han prestado atención
a estos vacíos en la exposición, se
apuesta en este texto y en este
volumen por el desarrollo de nue-
vos discursos integradores donde
esas categorías sociales, étnicas,
de edad y también de géne-
ro estén presentes. Una apuesta
que encuentra su máxima expre-
sión en la función expositiva del
museo, pero una reflexión que
también debe abrirse a otras fun-
ciones propias de la institución,
desde el estudio, la documenta-
ción e investigación de la colec-
ción a su faceta educativa, pro-
yección exterior y comunicación
con el público.
La exposición como lugar de
encuentro y otras funciones
del museo
La elaboración del discurso de
una exposición constituye un
Isabel Izquierdo Peraile
acto creativo complejo cuya fi- es realmente un modelo. De esta
nalidad esencial es la comunica- manera, aquello que el museo no
ción. Se trata del punto de parti- cuenta se convierte en marginal,
da en el proceso de planificación por lo que las mujeres se trans-
de una exposición, donde la se- forman muchas veces en sujetos
lección del mensaje principal y invisibles, sin capacidad alguna
de agencia y participación en la
“La elaboración del discurso de construcción de esa memoria co-
una exposición constituye un acto lectiva que el museo representa.
creativo complejo cuya finalidad
esencial es la comunicación.” El hecho es que, en las últimas
décadas, la investigación ar-
queológica en el contexto de la
los mensajes secundarios, la orde-
antigüedad, en un sentido am-
nación del guión de contenidos,
plio, está avanzando en numero-
la articulación global de las ideas
sos terrenos, “haciendo un zoom”
en torno a los bienes culturales,
a escala humana se pueden
junto a la síntesis de información
mencionar distintos temas tales
y la audacia en su transmisión,
como el uso del espacio, públi-
apuntan tan sólo algunos de sus
co y privado, regulado por con-
desafíos. Estas dificultades reales,
venciones sociales y de género;
no obstante, no pueden justificar
las fuentes de riqueza, ligadas a
ausencias y asimetrías que tradi-
la propiedad, sucesión, sectores
cionalmente han caracterizado
y condiciones de trabajo; la par-
la representación de las mujeres
ticipación en los rituales de paso,
en los discursos expositivos, en el
sacrificios, festivales, celebracio-
caso particular de los museos de
nes o dedicaciones; el reconoci-
arqueología (Izquierdo, en pren-
miento del individuo, el cuerpo,
sa) y, en general, en el conjunto
la salud, la sexualidad, la violen-
de los museos. Se ha de tener en
cia; la identidad, personal y co-
cuenta que la visión del pasado,
lectiva, la imagen, el vestido, el
además, constituye una referen-
adorno; la demografía, la genea-
cia para sucesivas generaciones;
[19]
ICOM 09
logía, la educación, la transmisión
de la cultura, la memoria y otras
actividades de mantenimiento;
la estructura y organización de
la sociedad, la familia; el espa-
cio doméstico y la co-residencia
como unidades de producción,
consumo y reproducción a esca-
la local; la negociación de rela-
ciones de poder, entre otros. Estas
líneas de trabajo vienen propor-
[20]
cionando claves para el cono-
cimiento de las sociedades del
pasado, fundamentalmente, pre-
históricas, protohistóricas y clási-
cas. Son temas en construcción
que empiezan a estar presentes
en las agendas de investigación
de los propios yacimientos y de
las colecciones arqueológicas,
aunque sin duda hay mucho ca-
mino que avanzar en este senti- Figura 4. Interior de casa ibérica con escena
salas la esencia del discurso en de telar. Ilustración del módulo expositivo
do. Parece oportuna pues, una protohistórico “El mosaico cultural Peninsular”.
la forma de presentar las colec-
llamada de atención a la nece- Museo Arqueológico Nacional. Ministerio
ciones, en sus espacios, calida- de Educación, Cultura y Deporte.
saria apertura e incorporación de Autor: Albert Álvarez Marsal.
des, ambientes y condiciones de
estas narrativas, con sus límites y
conservación, seguridad, accesi-
sus preguntas muchas veces no
bilidad y confort adecuados. En instalación de la colección (di-
resueltas categóricamente, en la
la materialización del diseño, las bujos, infografías y todo tipo de
construcción del conocimiento
imágenes y las palabras, que arro- ilustraciones como recursos mu-
en torno a los bienes culturales y
pan la colección, no elocuente seográficos en paneles, cartelas,
su representación en los mensajes
en sí misma, constituyen dos ele- hojas de sala etc.), muchas veces
de la exposición.
mentos básicos en la transmisión adolecen de las indicaciones pre-
El diseño expositivo, como segun- del discurso (Izquierdo, Prados y cisas para representar con rigor
do gran hito en la planificación López, 2012). Mucho se ha escri- y en igualdad las escenas repre-
de una instalación expositiva, tras to en los últimos años sobre la no sentadas, como se ha publicado
la elaboración del programa de inocencia del lenguaje, un deba- en reiteradas ocasiones (recien-
contenidos, debe plasmar en las te cotidiano sin resolver (Querol, temente, Querol, 2014), cayendo
2000). Del mismo modo, en para- en anacronismos, errores o injus-
lelo al guión expositivo y su plas- tos desequilibrios. La cultura de la
Figura 3. Mujer arquera. Ilustración del módulo
expositivo prehistórico, “El universo paleolítico”. mación a través de los textos, las imagen hoy, además, cobra una
Museo Arqueológico Nacional. Ministerio
imágenes (Figuras 3 y 4), los grafis- extraordinaria relevancia en pú-
de Educación, Cultura y Deporte.
Autor: Arturo Asensio.
mos que dinamizan y explican la blicos infantiles y juveniles (Prados,
[21]
ICOM 09
Izquierdo y López, 2014) como po-
derosa estrategia capaz de expli-
car, influir, transformar, sensibilizar
y conmover por lo que se hace
necesario cuidar estos recursos
de comunicación en las salas de
“La cultura de la imagen hoy, además,
cobra una extraordinaria relevancia en
públicos infantiles y juveniles como
poderosa estrategia capaz de explicar,
influir, transformar, sensibilizar y
conmover.”
Figura 5
[22]
exposición (Figuras 5 y 6). Además de
las instalaciones permanentes, al-
gunas exposiciones temporales, iti-
nerantes, o únicamente presentes
en el mundo digital o virtual, como
laboratorio de experiencias museo-
lógicas, están mostrando en
los últimos años cómo querer
es poder y con éxito están pre-
sentando discursos reivindicati-
vos del papel de las mujeres en
la historia, ligados a aspectos
en relación con las identida-
des o la memoria de género
y la sexualidad. Algunos ejem-
plos se recogen en diversos ar-
tículos de este boletín.
Además de la exposición, aun-
que en directa relación con
ésta, otras funciones del museo
como la identificación y el estu-
dio de las colecciones, deben
tener en cuenta estas proble-
máticas y plantearse nuevas
líneas de actuación, medidas
y objetivos específicos. Habla-
mos del museo como centro
de acopio, conservación, do-
cumentación y de investiga-
ción. La innegable función do-
cumental e investigadora de
Figura 6
Figuras 5 y 6. Público infantil en la exposición
temporal “Los últimos Carpetanos.
El oppidum carpetano de El Llano de la Horca
(Santorcaz, Madrid)” (18 de abril - 25 de
noviembre de 2012), Museo Arqueológico
Regional de la Comunidad de Madrid.
Fotos: Isabel Izquierdo.
la institución museo, en su aplica-
ción a la colección que custodia,
plantea nuevas necesidades, en
el caso del material arqueológi-
co, en el reconocimiento de ma-
teriales, la clasificación, inventa-
rio y catalogación de los bienes,
[23]
Isabel Izquierdo Peraile
así como en la planificación de
la agenda investigadora de las
colecciones, programando revi-
siones, relecturas de la colección,
introducción de nuevos enfoques
multidisciplinares y comparados,
entre otras medidas que exigen
estrategias meditadas y definidas,
a medida de las características
y necesidades de la colección,
también colaborativas y abier-
tas a enriquecer el conocimiento
que proyectan los bienes cultura-
les desde nuevas perspectivas.
Los museos arqueológicos y la
educación en igualdad
En su aportación al retrato del pa-
sado, la arqueología posee unas
cualidades innegables para la
enseñanza de la historia (Izquier-
do, López y Prados, en prensa).
Algunos datos, no obstante, nos
indican que todavía existen nu-
merosos retos en la interacción
con los visitantes, tales como, un
mayor y mejor funcionamiento
de las visitas familiares y escola-
res, tomando por caso el ejemplo
de los museos estatales según los
estudios promovidos por el Labo-
ICOM 09
ratorio Permanente de Público de
Museos4. En paralelo, son signifi-
cativas las imágenes que se aso-
cian a los museos (AAVV, 2013:
10), teniendo en cuenta que un
tercio de la población no visita
este tipo de instituciones nunca
o casi nunca y que dicho seg-
mento de la población percibe
claramente los museos como lu-
gares no adecuados –de forma
literal- para ir con niños. Comple-
mentariamente a los discursos de
la exposición y su museografía, es
“En su aportación al retrato
del pasado, la arqueología
posee unas cualidades
innegables para la enseñanza
de la historia.”
necesario por tanto plantear ac-
ciones pedagógicas que acer-
quen la colección al visitante y
revisen los discursos sociales y de
género, materializables en activi-
dades y productos didácticos di-
versos. Aquí conectamos con la
función educativa y la difusión de
la historia, donde son esenciales
las ideas previas que se trabajan
en la Escuela (con los textos y ma-
[24]
teriales escolares) y en esta línea
se han propuesto talleres o grupos
de trabajo sobre la representa-
ción o el cuestionamiento de los
roles de género, nuevos ejercicios
de revisión sobre piezas, conjun-
tos de piezas o temas específicos
de la exposición.
“Reforzar los lazos entre las
instituciones museísticas y las
enseñanzas del sistema educativo
es una asignatura pendiente, más
allá de la tradicional visita anual
del grupo escolar al museo.
Y la revisión de los discursos de
género desde una perspectiva
integradora, puede contribuir de
manera efectiva, concreta y real,
a ese paulatino cambio social
hacia la educación en igualdad.”
Reforzar los lazos entre las institu-
ciones museísticas y las enseñan-
zas del sistema educativo –pri-
maria, secundaria y superior- es
una asignatura pendiente, más
4. De la Secretaría de Estado de Cultura del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
mecd.gob.es/cultura-mecd
allá de la tradicional visita anual
del grupo escolar al museo. La
educación en los museos puede
aportar mucho sin duda a esa
definición de la institución como
agente de transformación social.
Y la revisión de los discursos de
género desde una perspectiva
integradora, puede contribuir de
manera efectiva, concreta y real,
a ese paulatino cambio social ha-
cia la educación en igualdad.
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AAVV (2013): Conociendo a to-
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[27]
ICOM 09
El patrimonio prehistórico y la
construcción de discursos
igualitarios sobre nuestro
pasado.
Margarita Sánchez Romero
Universidad de Granada
marsanch@ugr.es
La historia es un discurso del que,
por diversas y distintas razones, se
ha excluido a las mujeres. Nunca
han sido observadas como pro-
motoras de cambios sociales o
económicos, no se les atribuye el
uso de tecnología y, en muchas
ocasiones, no se las considera
como productoras debido a que
el resultado de sus trabajos, en la
mayoría de las ocasiones, no de-
jan huella; esto, sin duda, ha sido
usado para fomentar y justificar
las desigualdades existentes en la
actualidad entre mujeres y hom-
bres. La disciplina que estudia las
sociedades del pasado, lejano o
cercano, a través de su cultura
material es la Arqueología, una
ciencia que teniendo en cuenta
[28]
los objetos, los cuerpos y el con-
texto espacial y temporal cons-
truye una narración sobre lo que
sucedió.
Los discursos científicos que se
han escrito sobre los grupos hu-
manos de la Prehistoria casi nun-
ca han prestado atención a las
mujeres, y por tanto excepto en
muy contadas y escasas excep-
ciones, no aparecen en los textos
divulgativos más allá de los este-
reotipos que se han construido so-
bre ellas, bien la mujer exuberan-
te, sexualmente receptiva, bien
la mujer madre, guiada por el ins-
tinto biológico de cuidar. Un sim-
ple recorrido por libros de texto,
revistas de divulgación científica,
imágenes en medios de comuni-
cación e incluso exposiciones en
Margarita Sánchez Romero
museos nos situarán a las mujeres jos relacionados con los museos
o en uno de estos dos lugares, o (Querol y Hornos, 2011; Querol,
en la más absoluta invisibilidad. 2014, por citar los más recientes).
“Es posible acabar con la A continuación vamos a anali-
invisibilidad de las mujeres
zar tres experiencias distintas que
pueden servir como ejemplos de
en el relato histórico teniendo las posibilidades de la difusión del
como premisa fundamental patrimonio, en este caso prehis-
su conocimiento y su reco- tórico, de manera que no sólo se
proporciona información veraz
nocimiento a través de la y contrastada sino que también
investigación rigurosa y se hace justicia social. Tres casos:
comprometida.” una visita teatralizada a un yaci-
miento arqueológico que visibiliza
Esta situación hace que las muje- a las mujeres arqueólogas a lo lar-
res que no se ven reflejadas, o lo go de la historia; una publicación
hacen de manera estereotipada, con carácter divulgativo, que
en museos, exposiciones tempo- hace ver a mujeres presentes en
rales, centros de visitantes y en un territorio en distintos momentos
sus textos divulgativos entiendan históricos, y una página web que
que no forman parte de los he- genera y difunde imágenes de
chos y eventos que han constitui- las mujeres en el pasado. Los tres
do nuestra historia, o que lo han recursos son el ejemplo de cómo
hecho sólo de manera restringida es posible acabar con la invisibi-
lo que las relega a posiciones de lidad de las mujeres en el relato
desigualdad a la hora de explicar histórico teniendo como premisa
cómo hemos llegado a ser lo que fundamental su conocimiento y
somos. Éste es un tema que en los su reconocimiento a través de la
últimos años está siendo objeto investigación rigurosa y compro-
de un especial interés con traba- metida.
[29]
ICOM 09
Dentro de la actividad “Semana
de la Prehistoria”, el Conjunto Ar-
queológico de los Dólmenes de
Antequera (CADA), organiza una
visita teatralizada a los monumen-
tos megalíticos bajo el título “Una
mujer pionera en la arqueología:
Vera Leisner”. En esta representa-
ción, que se realiza en el entorno
del tholos del Romeral, la arqueó-
loga viaja en el tiempo desde los
años 30 hasta la época actual y
se sorprende al observar los cam-
bios que se han producido en el
paisaje y en el propio monumen-
to. Este “viaje” le sirve para expli-
car la historia de la investigación
sobre la tumba y la propia historia
del monumento, además de para
reflexionar sobre los cambios pro-
ducidos en el paisaje de la vega
antequerana y sobre la importan-
cia de la conservación de este
tipo de estructuras megalíticas.
En el diálogo que se establece en-
tre la guía que representa a Vera
Leisner y el público que realiza la
visita, la arqueóloga cuenta su
viaje a Antequera para estudiar,
junto a George Leisner, el dolmen
de Menga y los dos nuevos sepul-
[30]
Figura 1. Mª José Toro Gil, guía del CADA,
caracterizada como Vera Leisner en el trans-
curso de una de las visitas teatralizadas.
Foto: CADA. Junta de Andalucía.
cros descubiertos a principios del
siglo: Viera y El Romeral. Pero ade-
más aprovecha para reflexionar
no sólo sobre el sentido de la prác-
tica arqueológica, la importancia
de una buena metodología para
obtener resultados o la gravedad
el problema de expolio, sino tam-
bién sobre la situación de las mu-
jeres en su época (Figura 1).
La segunda de las experiencias
es la del libro Las mujeres en la
historia: itinerarios por la Provincia
de Granada. Con él, se pretende
contribuir al conocimiento de la
historia de las mujeres en este te-
rritorio, haciendo accesible a dife-
rentes tipos de público la experien-
cia de vida de mujeres de diversos
periodos históricos. El volumen se
articula en siete recorridos por sie-
te comarcas granadinas y utiliza
espacios concretos y recursos pa-
trimoniales para hacer visible esa
experiencia en los lugares que
sirvieron de escenario. Desde la
reflexión cercana, afectiva, a es-
cala de lo cotidiano y de lo próxi-
mo se trata de comprender la
trayectoria vital de mujeres singu-
lares, pero también de aquellas
que han quedado ocultas y de
las que desconocemos el nombre
(Birriel y Robles, 2012).
En el caso de la arqueología pre-
histórica, el itinerario discurre por
el altiplano granadino, acercán-
donos a las poblaciones de Orce,
Galera y Baza. Esta zona de la pro-
vincia de Granada destaca por
su riqueza arqueológica: la abun-
dancia y buena documentación
de los restos de las sociedades
del pasado permite acercarse
a la historia, las experiencias, los
conocimientos y las actividades
de las mujeres durante más de un
millón de años de historia. Desde
las primeras poblaciones que se
[31]
Margarita Sánchez Romero
asentaron en la Península Ibérica
y que ocuparon las riberas lacus-
tres de la cuenca de Orce, pa-
sando por el poblado de la Edad
del Bronce Castellón Alto, en Ga-
lera, hasta el mundo ibero que se
desarrolló de manera espectacu-
lar en esta zona, con una necró-
polis como Tútugi o una ciudad
como Basti. A través de los restos
arqueológicos dejados por los dis-
tintos grupos humanos se preten-
der dar a conocer los trabajos,
las tecnologías y las experiencias
de las mujeres. Así, frente a otros
discursos androcéntricos se habla
de cooperación como clave de
la evolución humana, se explica
la importancia real de estrategias
como la caza o el carroñeo, de la
atribución sexual de determina-
das producciones como la lítica,
de la importancia de las activida-
des de mantenimiento como cru-
ciales para la supervivencia de
estas comunidades y de la rele-
vancia de los espacios en los que
se llevan a cabo, de la construc-
ción de la identidad de las muje-
res a través del registro funerario,
o de su participación en las estra-
ICOM 09 Margarita Sánchez Romero

por el Instituto de la Mu- los ámbitos de la divulgación his-

Figura 2. Fabricación de útiles de piedra y
actividad de carroñeo en la Cuenca de Orce.
Autoría: Mª Carmen Merino.
Birriel, M. y Robles, S. (2012).
tegias políticas, sociales, rituales y
religiosas de los grupos humanos
en los que vivían (Sánchez Rome-
ro, 2012) (Figuras 2 y 3).
Por último, queremos destacar el
proyecto Los trabajos de las muje-
res y el lenguaje de los objetos: re-
novación de las reconstrucciones
históricas y recuperación de la
cultura material femenina como
herramientas de transmisión de
valores (2007-2010), financiado
jer y dirigido por Paloma
González Marcén, y del
que han formado parte
investigadoras de la Uni-
versidad Autónoma de
Barcelona, la Pompeu
Fabra, la Universidad
de Granada, la Universi-
dad de Jaén y el Museo
de Prehistoria de la Di-
putación de Valencia.
Este proyecto partía de
un presupuesto bási-
co: la divulgación histórica en su
sentido más amplio (educación
formal e informal, libros de texto,
publicaciones destinadas al gran
público, proyectos museográfi-
cos, prensa general y especiali-
zada, páginas web) adolece de
una carencia de repertorios gráfi-
cos sobre los trabajos y acciones
realizados históricamente por mu-
jeres, tanto en lo que se refiere a
la cultura material propia de tales
actividades (objetos arqueológi-
cos, etnográficos o en uso) como
a las reconstrucciones históricas
de los espacios y paisajes asocia-
dos y, en general, de representa-
Figura 3. Exvoto femenino íbero.
Autoría: Mª Carmen Merino.
Birriel, M. y Robles, S. (2012).
ciones en las que se pongan en
valor, mediante la plasmación ri-
gurosa, la relevancia de la agen-
cia femenina en la vida social de
todas las épocas y culturas (Gon-
zález Marcen et alii, 2012).
El objetivo principal del proyecto
era confeccionar un repertorio de
imágenes de elaboración propia
y de fácil acceso, tanto de la cul-
tura material que se asocia a las
mujeres, como de reconstruccio-
nes que facilitarán su uso en todos
tórica, desde libros de texto hasta
revistas de divulgación científica.
Subdividido en cinco ámbitos el
esquema conceptual es: el cui-
dado de las personas, procurar el
alimento, construir la comunidad,
“Frente a otros discursos
androcéntricos se habla de
cooperación como clave de
la evolución humana, de la
construcción de la identidad
de las mujeres a través del
registro funerario, o de su
participación en las estrate-
gias políticas, sociales, ritua-
les y religiosas de los grupos
humanos en los que vivían.”
espacios de vida, tecnologías
cotidianas. Los periodos seccio-
nados son: el Paleolítico Superior
del Mediterráneo occidental, el
Neolítico Pleno del nordeste de
la península ibérica, la Edad del
Bronce argárica, la sociedad íbe-
ra y los procesos coloniales de la
antigüedad.

[32] [33]
ICOM 09
Figura 4. La cultura argárica.
Autor: Miguel Salvatierra.
Foto: pastwomen.uab.cat
Para lograr los objetivos propues-
tos, las imágenes debían incor-
porar la aparición equilibrada en
personajes femeninos y mascu-
linos con un abanico amplio de
edades, y con trabajos asocia-
dos a mujeres, hombres o a per-
sonajes masculinos y femeninos
en función de los indicadores ar-
queológicos o de otro tipo de evi-
dencias (etnográficas, documen-
tales, etc.); la representación,
además, debía ser equilibrada de
planos de aparición de persona-
jes/acciones femeninas/masculi-
nas. Todo esto se acompaña de
documentación fotográfica refe-
rente a todos los ámbitos que vin-
culan la ilustración con hallazgos
arqueológicos concretos. Ade-
más, se seleccionaron diferentes
técnicas o ámbitos de la investi-
gación arqueológica que funda-
[34]
Figura 5. Aldea neolítica.
Autor: Francesc Ràfols.
Foto: pastwomen.uab.cat
mentaran la interpretación ico-
nográfica realizada (Figuras 4 y 5).
Finalmente, se trasladaron tanto
las láminas interpretativas elabo-
radas, como la documentación
fotográfica y metodológica, a un
formato susceptible de ser consul-
tado online de forma ágil, rápida
y de libre acceso y uso, dando lu-
gar al sitio webpastwomen.org/es
En definitiva, la capacidad expli-
cativa de las instituciones que tra-
bajan con el patrimonio histórico
en nuestro país las convierten en
muy potentes herramientas de
deconstrucción de estereotipos
sobre las mujeres, sobre los hom-
bres y sobre las relaciones que
mantienen entre ellos. Con una
legislación absolutamente clara y
contundente en este ámbito, no
queda más que seguir apostando
Margarita Sánchez Romero
por actividades que potencien la QUEROL, Mª A. y HORNOS, F.
igualdad y que den el valor que (2011): “La representación de las
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cuperación de la cultura material
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transmisión de valores, Instituto de
la Mujer, Ministerio de Sanidad,
Servicios sociales e Igualdad.
inmujer.gob.es
QUEROL, M. Á. (2014): “Museos
y Mujeres: la desigualdad en Ar-
queología.” Arqueoweb, 15: 270-
280.
pendientedemigracion.ucm.es
[35]
ICOM 09 Paloma González Marcén

Patrimonio cultural y “Las mujeres

derechos de las mujeres: pueden definirse como las principales

el papel de los museos. portadoras y transmisoras de ese patrimonio personal,

próximo y emocional que da forma a identidades
Paloma González Marcén
colectivas e individuales significativas.”
Universidad Autónoma de Barcelona
paloma.gonzalez@uab.cat
mujeres de la comunidad local el reconocimiento público de los
a un ritmo y con una periodici- conocimientos tradicionales de
dad marcada por las informantes este grupo de mujeres por parte
Hace algunos años, la arqueólo- de administración y profesionales,
y con el compromiso, por parte
ga Laurajane Smith publicaba jun- como, y de forma más importan-
de las investigadoras, de no dar
to con su equipo (Smith, Morgan y te, en una herramienta para au-
a conocer aquellos lugares que
Van der Meer, 2003) los resultados mentar el prestigio de las mujeres
les habían mostrado, ya que su
de un trabajo de campo destina- en su propia comunidad.
valor consistía, precisamente, en
do a inventariar elementos patri-
la confidencialidad de la transmi-
moniales en el área de Queens- Con este ejemplo se ponía ade-
sión. Esta experiencia servía a las
land en Australia. La investigación más de manifiesto: que los conoci-
autoras para ilustrar cómo la co-
se llevó a cabo mediante suce- mientos culturales de las comuni-
laboración con las comunidades
sivas reuniones con un grupo de dades y grupos contemporáneos
locales modifica procedimientos
han de ser gestionados priorita-
“El reconocimiento interno y externo y objetivos de la gestión
riamente siguiendo sus normas e
del patrimonio cultural.
de esa gestión de las mujeres La planeada confec-
intereses; que una gran parte del
conocimiento de las tradiciones
del patrimonio cultural puede ción de un inventario
Figura 1. Preparación del banquete co- y los paisajes culturales es gestio-
convertirse en fundamento de elementos patrimo- lectivo de retorno de los muertos
en la isla de Madagascar. nado por grupos de mujeres en
niales materiales se ha-
de procesos de empoderamiento Autor: Joel Casanova.
cada una de sus comunidades
bía convertido tanto Foto: CEPAP-UAB.

y de mayor equidad.” en un mecanismo para

(Figura 1); y que el reconocimiento
interno y externo de esa gestión

[36] [37]

ICOM 09
de las mujeres del patrimonio cul-
tural puede convertirse en funda-
mento de procesos de empode-
ramiento y de mayor equidad.
De hecho, y a pesar de los impor-
tantes cambios que ha experi-
mentado el papel social, cultural,
económico y político de las muje-
res (especialmente en Europa y los
países occidentales) en los últimos
[38]
Figura 2. Mujeres haciendo la colada
en el lavadero público en una aldea
de la región de Guangxi (China).
Autora: Paloma González Marcén.
Foto: CEPAP-UAB.
traditions) en poblaciones contemporá-
neas puede poner en peligro las largas
Figura 3. Mujeres transportan-
do agua en Bilate (Etiopía).
Autor: Rafael Mora.
Foto: CEPAP-UAB.
cincuenta años, las mujeres pue-
den definirse como las principales
portadoras y transmisoras de ese
patrimonio personal, próximo y
emocional que da forma a iden-
tidades colectivas e individuales
significativas.
En este patrimonio se combinan
tanto elementos tangibles como
prácticas intangibles mediante
Paloma González Marcén
A pesar de ello, y según
“La idea de preservación
se desprende del infor-
vinculada a tradiciones vivas (living me final del la reunión
de expertas de UNESCO
en género y patrimonio
inmaterial celebrada
décadas de lucha por los derechos
poco después de apro-
de las mujeres si se asume barse la Convención de
un concepto esencialista de su pa- 2003, la mención a las
pel en las sociedades así llamadas
mujeres no aparece de
forma explícita en los
‘ tradicionales ’.”
textos legales debido
a que diferentes países
consideraron en su momento que
los cuales se genera un sentido de
implicaría una discriminación (po-
pertenencia y un contexto singu-
sitiva) de las mujeres (UNESCO,
lar de expresión cultural, forman-
2004). Así pues, si bien esta nue-
do un entramado de actividades,
va concepción del patrimonio
relaciones y técnicas en el marco
cultural y del protagonismo de
de un paisaje material (Figuras 2 y
las mujeres en el mantenimiento y
3). Esta concepción del patrimo-
trasmisión de la riqueza y diversi-
nio cultural se ha visto reflejada en
dad de las expresiones culturales
el ámbito del derecho internacio-
de la humanidad abre todo un
nal mediante la aprobación por la
abanico de oportunidades para
UNESCO de la Convención para la
rediseñar políticas de desarrollo y
Salvaguarda del Patrimonio Cultu-
de empoderamiento de las muje-
ral Inmaterial en el año 2003 y la
res, (ONU Mujeres, 2013) también
Convención sobre la Protección y
pone al descubierto los conflictos
la Promoción de la Diversidad de
latentes entre el reconocimiento
las Expresiones Culturales en el año
de la diversidad cultural y el avan-
2005.
ce en la consecución de una ma-
[39]
ICOM 09
yor igualdad legal y social entre los
géneros.
La idea de preservación vinculada
a tradiciones vivas (living traditions)
en poblaciones contemporáneas
puede poner en peligro las largas
décadas de lucha por los derechos
de las mujeres si se asume un con-
cepto esencialista de su papel en
las sociedades así llamadas “tradi-
cionales”. En la Convención sobre
la eliminación de todas las formas
de discriminación contra las muje-
res (CEDAW), adoptada en 1979
por la Asamblea General de la ONU
-y que frecuentemente se describe
como la carta universal de los de-
rechos de las mujeres- estos dere-
chos se explicitan para todo tipo
de contextos: políticos, económi-
cos, sociales, culturales y familiares.
Concretamente, su artículo 5.a. se
refiere al aspecto probablemente
más ignorado por otros convenios
internacionales apuntando que:
“los Estados Partes tomarán todas
las medidas apropiadas para mo-
dificar los patrones socioculturales
de conducta de hombres y muje-
res, con miras a alcanzar la elimi-
nación de los prejuicios y las prácti-
[40]
Paloma González Marcén
2007). Sin duda, se trata de pro- Actualmente, gracias a las nue-
cas consuetudinarias y de cualquier
blemas de difícil solución donde vas perspectivas de la investiga-
otra índole que estén basados en
se entrecruzan variables, no sólo ción arqueológica y etnográfica,
la idea de la inferioridad o superiori-
culturales, sino también políticas se cuenta un ingente material
dad de cualquiera de los sexos o en
y económicas, y que, por tanto, para mostrar el papel estructural
funciones estereotipadas de hom-
han de ser abordados desde dife- de las mujeres en el mantenimien-
bres y mujeres.” Lógicamente, esta
rentes frentes. Uno de ellos reside to y cambio social y cultural. Sin
exigencia no es compatible con
en el papel a desempeñar por las duda, la mirada hacia el pasado
una noción de derechos culturales
instituciones culturales, en gene- desde los estudios arqueológicos
neutros en términos de género, tal
ral, y las museísticas, en particu- y de cultura material, la recupe-
como aparece en la Declaración
lar, para propiciar el empodera- ración de escritos femeninos y el
Universal de la UNESCO sobre la Di-
miento de las mujeres mediante registro de su memoria oral permi-
versidad Cultural de 2011 y que se
el reconocimiento de saberes y ten reforzar el protagonismo histó-
conforma en base a las dos conven-
prácticas culturales, tal como se rico y cultural de las mujeres en la
ciones antes citadas de 2003 y 2005.
ilustraba en el ejemplo inicial de salvaguarda de la diversidad cul-
Los derechos culturales se presentan
las mujeres Waanyi. tural y patrimonio intangible de la
considerando al grupo cultural de
humanidad. Pero, al mismo tiem-
forma homogénea sin reconocer la
po, su puesta de relieve plantea
desigualdad de género asociada a
“Se trata de abrir las puertas el reto de cómo gestionar este
ciertas prácticas culturales que se
pretenden preservar.
de los museos a las mujeres, patrimonio femenino, del pasa-
escucharlas y poner a su do y del presente, en beneficio
Así pues ¿cómo preservar la cultu- de las mujeres del futuro. Este reto
ra inmaterial y la diversidad cultural
disposición herramientas y
ha de conciliar el reconocimien-
promoviendo al tiempo políticas de medios de diseminación para to con la necesidad de modificar,
igualdad y de participación pública apoyar el largo y necesario no sólo su valoración simbólica y
de las mujeres? ¿Cómo asegurar que
proceso de reapropiación del social, sino también los marcos ju-
prácticas y saberes culturales de las rídicos y económicos en las que
mujeres sean reconocidos como ta-
patrimonio cultural y crear así
se insertan y que, en diferentes
les y mantengan la capacidad de las condiciones que eliminen grados y con diferentes formas,
gestionarlos sin que se les asegure su bagaje discriminatorio.” reproducen universalmente con-
un acceso equitativo a derechos y diciones de desigualdad y vio-
recursos? (Moghadam y Bagheritari,
[41]
ICOM 09
lencia. Se trata, en definitiva, de
abrir las puertas de los museos a
las mujeres, escucharlas y poner a
su disposición herramientas y me-
dios de diseminación para apo-
yar el largo y necesario proceso
de reapropiación del patrimonio
cultural y crear así las condiciones
Figura 4. Organizando una exposición so-
bre tradiciones populares en un pueblo
de la comarca de Els Ports (Castellón).
Autoras: Associació de Dones de Sorita.
Foto: CEPAP-UAB.
[42]
que eliminen su bagaje discrimi-
natorio, al tiempo que fomenten
su contenido creativo y cohesio-
nador (Figuras 4 y 5).
Figura 5. Taller y exposición de tejido arte-
sanal en Sagnlandet Lejre (Dinamarca).
Autora: Paloma González Marcén
Foto: CEPAP-UAB.
Paloma González Marcén
Bibliografía Enlaces
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M. (2007): “Cultures, Conventions, del Patrimonio Inmaterial
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pert Meeting “Gender and Intan-
gible Heritage”, 8-10 December
2003, Intangible Heritage Section.
www.unesco.org
[43]
ICOM 09
Mujeres del pasado, mujeres del presente:
El mensaje sobre los roles femeninos
en los modernos museos arqueológicos.
Mª Ángeles Querol Fernández
Universidad Complutense de Madrid
maquerol@ucm.es
Presentación
Aunque ya nos encontremos en
la segunda década del siglo XXI,
casi ninguna de las utopías femi-
nistas que nos planteamos en los
años ochenta del pasado siglo se
han convertido en realidad: quie-
nes trabajamos en esa línea, por
supuesto esperábamos que se de-
jara de utilizar el masculino como
género exclusivo, invisibilizando a
las mujeres, o que realmente lle-
gáramos a ser iguales en salarios
y posibilidades de vida. Y, ya en
nuestro singular mundo de la ar-
queología, suponíamos que la His-
toria nos iba a tener en cuenta en
el mismo grado que a los hombres
y que nuestra querida ciencia re-
construiría o representaría pasa-
[44]
dos con discursos que nos colo-
carían en el estatus de igualdad
que nunca habíamos tenido.
Así es que, asumiendo que el tra-
bajo debe continuar -y no po-
demos suponer hasta cuándo o
cuánto, porque las nuevas ge-
neraciones piensan casi siempre
que ya lo tienen todo consegui-
do- llevo varios años insistiendo
en una línea de investigación
que comenzó analizando los dis-
cursos publicados en España so-
bre “el origen del Hombre” para
comprobar hasta qué punto se
había tenido en cuenta en ellos a
las mujeres (Querol, 2000a; 2000b;
2001a; 2001b y 2005b; Querol y Tri-
viño, 2004) y que ahora se com-
Mª Ángeles Querol Fernández
pleta con publicaciones sobre la el contexto oficial en el que se en-
representación de las mujeres en cuentran” (Díaz Andreu, 2005). El
los museos arqueológicos, sobre problema viene “cuando la caza
todo en los más modernos (Que-
rol, 2003, 2005a y 2006; Querol y
es considerada la actividad eco-
nómica ‘importante’ y por tanto
Hornos, 2011 y en prensa), tema quienes la practican son los ‘im-
este último en el que otras auto- portantes del grupo’, mientras
ras también han incidido (Hornos que las actividades vinculadas
y Rísquez, 2000 y 2005). con el mantenimiento del grupo
son consideradas ‘menores’ y por
Mi planteamiento inicial es feminis-
ende quienes las practican tam-
ta, claro está: si el pasado que re-
bién” (Soler, 2008).
construimos mediante la arqueo-
logía y que luego
representamos en “Si el pasado que reconstruimos ha de
nuestros modernos
servir para comprendernos como seres
museos ha de ser-
vir para compren-
humanos, resulta incoherente que la
dernos como seres mitad de la humanidad - las mujeres -
humanos, resulta estén prácticamente ausentes.”
incoherente que la
mitad de la humanidad –las muje- No se trata de conseguir que mu-
res- estén prácticamente ausen- jeres y hombres aparezcan en
tes. Hay que tener mucho cuida- nuestras reproducciones y discur-
do porque a menudo pensamos sos realizando el mismo tipo de
que los discursos que montamos tareas o en las mismas actitudes,
con palabras y con imágenes sino de tener en cuenta que en
sobre el pasado son inocentes, y el momento actual –el momento
nunca lo son. En nuestras exposi- en el que el público, sobre todo el
ciones y en nuestros museos trans- infantil, está viendo y asumiendo
mitimos ideas que “son tomadas esas imágenes y discursos- existen
como ciertas por el público dado tareas consideradas “importan-
[45]
ICOM 09
tes” (como cazar, traer a casa el
sustento, arar los campos, pasto-
rear, hacer cerámica o dirigir al
grupo) y otras que, simplemente,
no se consideran así (como cui-
dar bebés, limpiar vajillas, cocinar
o mirar el paisaje).
La arqueología prehistórica deja
muy escaso campo para las re-
construcciones sociales porque
los criterios tecnológicos y de pro-
cedencias geográficas son los
que más han contribuido al dise-
ño de sus discursos. Esta caracte-
rística ha supuesto un verdadero
escollo a la hora de divulgar los
conocimientos del pasado a una
sociedad a la que le aburren y le
abruman, casi siempre con razón,
esos criterios tecnológicos y que
quiere escuchar cuestiones más
cercanas y comprensibles como
de qué vivían, cómo se relacio-
naban, para qué serían esos ca-
charros, cómo se vestían o cómo
se enterraban. Acudiendo así a
un actualismo a menudo exa-
gerado, cuando no queda más
remedio que hacerlo porque se
está programando una exposi-
ción, abriendo al público un ya-
[46]
cimiento o escribiendo un texto
para criaturas, se reconstruyen las
formas de vida campesina, agri-
cultora o ganadera, con o sin me-
tales, tomando como modelo a
las aldeas de nuestras bisabuelas.
Los resultados de todo esto no son
positivos para una educación en
igualdad.
Para estudiar el papel atribuido
a las mujeres en los modernos
museos arqueológicos, parto de
la definición de “escena” como
toda representación, por el me-
dio que sea -lo normal y más re-
petido son dibujos, pero también
hay videos, cómics, etc.- de dos
o más personas en interacción.
Es raro el museo moderno de Ar-
queología, de Antropología o
de Historia -muy mezclados estos
conceptos en un mismo museo,
por supuesto-, que hoy día no uti-
liza las imágenes de personas (las
escenas) como medio didáctico.
A veces parece solo un recurso
decorativo, pero por lo general es
lo que más se ve, lo que más lla-
ma la atención por su tamaño, su
luminosidad, su calidad o el lugar
que ocupa.
Mª Ángeles Querol Fernández
Además de contar el número de Seis museos nuevos
mujeres y hombres entre las figu- En el último trabajo publicado
ras de sexo definido, se tienen en sobre el tema (Querol y Hornos,
cuenta las posturas o actitudes, 2011) incluíamos el estudio de
los trabajos que realizan, si desem- cinco museos de carácter ar-
peñan el papel de protagonistas queológico abiertos al público
de las escenas, y la vestimenta y en el presente siglo: Museo de
los adornos. Almería, Museo de la Evolución
Humana (Burgos), Museo de Ar-
Las conclusiones a las que nos lle-
queología de Bizkaia (Bilbao),
van estos estudios, a veces extre-
Museo Arqueológico de Alicante
mas, tienen por objetivo llamar la
y Museo Arqueológico de Astu-
atención al personal que diseña
rias (Oviedo). En 2013 realizamos
museos y exposiciones, hombres y
el estudio de las representaciones
mujeres con muy distintas forma-
en las nuevas salas de Prehistoria
ciones y procedencias, para que
y Protohistoria del Museo Arqueo-
“se den cuenta” de que este as-
lógico Nacional (MAN) (Querol y
pecto que aquí presentamos es
Hornos, en prensa). Esto hace un
importante para una pretendida
total de seis museos cuyos resulta-
educación en igualdad.
dos numéricos son los siguientes:
PERSONAS
MUSEO ESCENAS RECONOCIDAS % MUJERES
Museo de Almería 57 265 33 %
Museo de la
36 223 25,5 %
Evolución Humana
MAN (Proyecto
Museográfico) 63 732 25,1 %
Museo de Arqueología
28 183 20 %
de Bizkaia
MARQ de Alicante 83 700 13 %
Museo Arqueológico
32 278 12 %
de Asturias
[47]
 ICOM 09
Pocos comentarios a hacer ante
estas cifras. El ejemplo podría ser
el Museo de Almería, donde se-
gún un visitante entrevistado “lo
único que se ven son mujeres”,
pero el 33% está muy lejos del pre-
tendido y real 50%.
En cuanto a las actitudes, llama
siempre la atención la abundan-
cia de mujeres arrodilladas, con
las dos rodillas en tierra, que apa-
recen en todos los museos, anti-
guos y modernos. El hecho de que
esa sea la postura de humillación
total del ideario artístico, hace
que nos hayamos fijado especial-
mente en ella. Un cuadro compa-
POSICIONES ALMERÍA BURGOS
EN PIE 50 % 47 %
DE RODILLAS 28 % 14 %
AÑOS 2006 2010
INAUGURACIÓN
[48]
rativo de los porcentajes sobre el
total de mujeres representadas,
teniendo en cuenta dos posicio-
nes, de pie y de rodillas, nos da los
siguientes resultados:
Por lo que respecta a los hombres
de rodillas, salvo la excepción del
Museo de Almería, en el que lle-
gan a un 10%, son muy escasos,
incluso inexistentes como en el de
Oviedo. Resulta tentador compro-
bar si el descenso en el número
de mujeres de rodillas tiene algo
que ver con la fecha de inaugu-
ración o si, con otras palabras, la
toma de conciencia de este as-
pecto ha ido modificando poco
BILBAO OVIEDO ALICANTE MAN
68 % 64 % 71 % 66 %
13% 9% 8% 7%
2009 2011 2002 2014
a poco el resultado final; pero no
es así. A pesar de que la fecha
del MAN es la más reciente, coin-
cidiendo con el menor porcenta-
je de mujeres arrodilladas, el resto
de los casos se comporta de for-
ma aleatoria (Figura 1).
En cuanto a los trabajos que rea-
lizan las personas representadas,
destaca la escasez de mujeres
en todos los ámbitos salvo en el
Figura 1. Museo de
Arqueología de
Bizkaia.
[49]
Mª Ángeles Querol Fernández
relacionado con la cocina y los
cuidados. Por extraño que pueda
parecernos, hay pocas mujeres
representadas en trabajos artesa-
nales (en torno al 15%), pero este
es un resultado positivo si se com-
para con otros ámbitos: el de la
agricultura o ganadería (en torno
al 9%), el de la construcción o mi-
nería (7%), y en el de comercio o
reuniones (9%).
ICOM 09
El conjunto de estas cifras nos está
dando una imagen del pasado
demasiado semejante a la del
presente: las mujeres parece que
no trabajan en ningún ambiente
realmente productivo, en definiti-
va, que no trabajan (Figuras 2 y 3).
Una prueba bastante excepcio-
Figura 3. Protagonismo
de personajes masculinos en
tareas artesanales.
Foto: MARQ de Alicante.
[50]
nal es el dibujo de los grupos que
representan la evolución humana
en la sala primera del Museo Ar-
queológico de Alicante (Figura 4).
En los cuatro hay mujeres, pero
además de estar en un segundo
plano, todas ellas miran, sin ha-
cer nada, tal vez inventando la
filosofía, mientras los demás,
hombres en primer plano,
trabajan.
Figura 2. Protagonismo
masculino de las escenas.
Foto: Museo de Galera (Granada).
Mª Ángeles Querol Fernández
¿De dónde ha salido todo esto?
¿Obedece acaso a estudios rea-
lizados con planteamientos teó-
ricos, contrastaciones científicas,
etc.? Mucho nos tememos que “Los modernos museos
no es así. Los modernos museos cuidan muy poco sus
cuidan mucho su arquitectura – discursos, ateniéndose
en algunos casos, son sobre todo al evolucionismo clásico, al
grandes proyectos arquitectóni- protagonismo masculino y a la
cos- y por supuesto sus sistemas importancia de las
de presentación. Pero creemos actividades
que cuidan muy poco sus discur- ‘propias’ de hombres.”
sos, ateniéndose al evolucionismo
clásico, al protagonismo masculi-
no y a la importancia de las acti-
vidades “propias” de hombres.
Figura 4. Grupos que representan la evolución
humana en el Museo Arqueológico de Alicante.
Foto: MARQ de Alicante.
[51]
ICOM 09
Un discurso distinto
La Arqueología moderna se ha
convertido en una ciencia social
de doble dirección: hacia el pa-
sado, intentando comprender lo
que nos precedió, y hacia el futu-
ro, ayudando a las nuevas genera-
ciones a plantearse y replantear-
se el mundo. Filtramos el pasado
estudiando sus restos y ofrecemos
sus resultados al presente. Nues-
tros medios son imágenes y pa-
labras, nada más. La mayoría de
nuestra ciudadanía pasa sus vidas
sin leer un solo libro de Historia o
de Arqueología y, si algo les llega,
es a través de los museos y las ex-
posiciones -además por supuesto
de la TV-. Mientras que esto último
no lo controlamos, lo primero sí:
quienes trabajamos en museos -
en conservación, en documenta-
ción, en docencia, etc.- tenemos
la obligación de detenernos a
pensar a fondo el mensaje social
que estamos transmitiendo con
nuestros tan cacareados medios
modernos.
Por lo que respecta al papel de
las mujeres en las sociedades del
[52]
pasado, ¿cuáles son los cami-
nos establecidos por la ciencia
arqueológica para averiguarlo?
Prácticamente ninguno. Y lo mis-
mo se puede decir ante cualquier
otra pregunta puramente social,
como por ejemplo si las perso-
nas de cierta edad trabajaban,
si las criaturas eran cuidadas por
sus propias madres o por grupos,
cuáles eran los tabúes, si es que
los había, en torno al sexo, o qué
importancia alcanzó, en determi-
nada sociedad, la fabricación de
cestas.
En definitiva, hoy por hoy no tene-
mos más remedio que asumir algo
bastante negativo: la Arqueolo-
gía -muy en especial la prehistó-
rica- no ha establecido aún los
medios científicos para contrastar
hipótesis sociales, salvo verdade-
ras excepciones; sin embargo la
presión económica actual -turis-
mo, puesta en valor, presenta-
ción al público, educación- nos
está obligando a construir discur-
sos sociales a través de palabras
y de imágenes, discursos muy
comprometidos siempre porque
Mª Ángeles Querol Fernández
no tenemos, para ellos, pruebas que en la actualidad estamos ha-
científicas. Así, existen las mismas ciendo- se refiere a la educación,
“pruebas” -es decir, ninguna- de sobre todo de las nuevas genera-
que las mujeres jugaran un papel ciones, que recibirían un mensaje
importante en los orígenes y pri- distinto que les alejara, al menos
meros tiempos de la humanidad un poco, de la idea tan general
como de lo contrario. Pues bien, y tan peligrosa de que la invisibi-
¿no podríamos modificar nuestro lidad, la inferioridad y la escasa
lenguaje y nuestras imágenes en importancia de las mujeres y de
pro de un deseo tan generalizado sus trabajos ha sido siempre igual,
en la sociedad occidental como desde el principio de los tiempos.
“Existen las mismas ’pruebas’ - es decir, ninguna - de
que las mujeres jugaran un papel importante en los
orígenes y primeros tiempos de la humanidad como
de lo contrario.”
la igualdad, el respeto y el equili- Bibliografía
brio entre los géneros? ¿Qué nos
DÍAZ-ANDREU, M. (2005): “Género y
costaría representar tanto a hom-
Arqueología: una nueva síntesis”, en
bres como a mujeres de la Prehis-
Margarita Sánchez Romero (ed.): Ar-
toria, en número similar, realizan-
queología y Género, Universidad de
do por igual todo tipo de tareas
Granada: 13-51.
y en las mismas actitudes? ¿Que
no tenemos pruebas? Tampoco
HORNOS MATA, F. y RÍSQUEZ CUEN-
las tenemos de lo contrario y sin
CA, C. (2000): “Paseando por un mu-
embargo lo hacemos.
seo y buscando el lugar de la mujer”,
Lo que ganaríamos con tal repre- Arqueología Espacial, 22: 175-186.
sentación -tan idealizada como la
[53]
ICOM 09
HORNOS MATA, F. y RÍSQUEZ CUEN-
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la actualidad: las mujeres en los mu-
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www.patrimoniointeligente.com
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ICOM 09
As mulheres em museus
arqueológicos ou o silêncio
de Eva.
Aida María Dionísio Rechena
Museu de Francisco Tavares Proença Júnior (Portugal)
aida.rechena@gmail.com
A nossa investigação na área
da “museologia social e género”
(museologia_aida_rechena.pdf)
levou-nos a concluir que os mu-
seus, considerados como proces-
sos de comunicação, refletem
parcelas da sociedade e da rea-
lidade contemporâneas e repro-
duzem a norma social e a cultura
dominante. O mesmo acontece
nas exposições dos museus que
resultam duma interpretação
atual dos objetos nelas coloca-
dos. Assim, consideramos que
os/as visitantes interpretam uma
exposição museológica com o
quadro mental de referência que
Figura 1. Ilustração de “atividade masculina”.
Exposição Permanente do Museu Municipal
Arqueológico do Fundão.
Autora: Aida Rechena.
Foto: MAMF.
[56]
possuem, quadro esse formado
no processo de socialização e
de aprendizagem. A maioria dos
museus confirma esse quadro
mental de referência, contribuin-
do para homologar estereótipos
e preconceitos de género que
os/as visitantes já possuem antes
de contactar com as exposições.
Verificamos que a linguagem uti-
lizada nas exposições tem poder
para validar os estereótipos e pre-
conceitos atuais relativos às mul-
heres.
Figura 2. Ilustração de “atividade feminina”.
Exposição Permanente do Museu Municipal
Arqueológico do Fundão.
Autora: Aida Rechena.
Foto: MAMF.
Isto significa que uma exposição
museológica organizada segun-
do os códigos e processos de
comunicação contemporâneos
reflete aquilo que a sociedade
[57]
Aida María Dionísio Rechena
atual pensa sobre o género e so-
bre as mulheres.
Ao colocarmos a seguinte ques-
tão: como estamos representa-
das, nós as mulheres, nos museus?
Estão lá as nossas vidas, as nossas
conquistas, a nossa produção ar-
tística, os nossos sonhos, as nossas
dores, as nossas alegrias, o nosso
passado e as nossas expetativas
de futuro? A resposta é muitas
vezes negativa: nós, as mulheres,
não estamos representadas nos
museus. Esta situação remete-nos
para uma questão central dos
estudos de género e estudos das
mulheres: a invisibilidade/secun-
darização da mulher na socieda-
de.
Focando a nossa atenção em al-
gumas exposições de arqueolo-
gia portuguesas verifica-se que a
maioria é desprovida de relações
humanas: não são apenas as mul-
heres que estão invisíveis nas ex-
posições de arqueologia, mas as
Pessoas. Nota-se uma tendência
nos museus para a adoção de
uma museografia de tipo clean,
de valorização estética do ob-
ICOM 09
“A invisibilidade das mulheres
em exposições de arqueologia
deve-se a várias razões. A pri-
meira é a utilização de um se-
xismo linguístico que deforma a
realidade. A segunda é o andro-
centrismo científico.”
Figura 3. Ilustração de “atividade feminina”.
Exposição Permanente do Museu
Municipal Arqueológico do Fundão.
Autora: Aida Rechena.
Foto: MAMF.
[58]
jeto, mantendo uma lingua-
gem tecnicista e neutra (logo
masculina). As mulheres ficam
ausentes ou, quando surgem,
são secundarizadas relativa-
mente aos homens, quer nos
recursos museográficos utili-
zados, quer na interpretação
dos objetos arqueológicos
expostos.
A invisibilidade das mulheres
em exposições de arqueologia de-
ve-se a várias razões. A primeira é a
utilização de um sexismo linguístico
que deforma a realidade. A segun-
da é o androcentrismo científico
que deriva do facto de os primeiros
investigadores serem homens e da
arqueologia como ciência ter per-
manecido um domínio masculino
até tempos relativamente recen-
tes. Outra razão é a persistência
de uma abordagem historicista e
descritiva da arqueologia, ancora-
da em posições empiristas. Outro
motivo é a resistência à mudança
na metodologia de investigação
produzida pela introdução de uma
perspetiva de género na museolo-
gia.
Figura 4. Ilustração da “evolução do Homem”.
Exposição Permanente do Museu
Municipal Arqueológico do Fundão.
Autora: Aida Rechena.
Foto: MAMF.
“Sabemos que a partici-
pação das mulheres na his-
tória da humanidade tem
sido paritária com a parti-
cipação dos homens, mas
a divisão social do trabalho
e a distinta atribuição dos
papéis sociais e a sua dife-
rente integração numa es-
cala de valores, tem levado
à secundarização e mesmo
à invisibilidade da mulher.”
Finalmente, a tendência para es-
quecer que as relações de géne-
ro e os papéis de género não são
imutáveis, mas mudam no tempo
e no espaço.
[59]
Aida María Dionísio Rechena
A invisibilidade das mulheres nos
processos de comunicação dos
museus começou recentemen-
te a ser estudada pela museolo-
gia, influenciada pelos estudos
das mulheres e pelos estudos de
género e espera-se que tenha re-
percussões na prática museal, no-
meadamente na execução das
exposições. Sabemos que a parti-
cipação das mulheres na história
da humanidade tem sido paritária
com a participação dos homens,
mas a divisão social do trabalho
e a distinta atribuição dos pa-
péis sociais e a sua diferente inte-
gração numa escala de valores,
tem levado à secundarização e
mesmo à invisibilidade da mulher.
Sabemos também que inúmeras
coleções arqueológicas, que es-
tiveram na origem de museus de
arqueologia, foram constituídas
e interpretadas por homens. As
mulheres, por não controlarem
o processo de constituição des-
sas coleções, ficaram relegadas
para franjas da atividade social
considerada marginal - o espaço
doméstico -ou remetidas para um
plano de inacessibilidade- o esta-
ICOM 09
tuto de santidade e divindade.
Quanto à mudança metodoló-
gica resultante da introdução de
uma perspetiva de género trans-
versal a toda a atividade dos mu-
seus podemos afirmar, com algu-
ma certeza que, neste momento,
ainda é uma utopia.
Vejamos alguns exemplos concre-
tos de exposições arqueológicas
em museus portugueses e da sua
relação com a presença e repre-
sentação femininas.
-Museu Francisco Tavares Proença
Júnior (mftpj.drcc) foi criado em
1910 pelo arqueólogo de quem re-
cebeu o nome. A atual exposição
de arqueologia inaugurada em
2004 apresenta a coleção do fun-
dador do museu sob uma perspe-
tiva de coleção, organizada por
séries de objetos arrumados por
tipologias: machados, lâminas,
epígrafes, cerâmicas, etc. Não
se deteta na exposição qualquer
presença feminina e os objetos es-
tão associados a tarefas tradicio-
nalmente atribuídas a homens: a
caça, a metalurgia, a epigrafia, a
pesca.
[60]
Figura 5. Exposição de arqueologia.
Exposição Permanente do Museu
Francisco Tavares Proença Júnior.
Autora: Aida Rechena.
Foto: DRCC/MFTPJ.
-Museu Municipal Arqueológico do
Fundão (MAMF), criado em 2005
e dedicado ao arqueólogo José
Monteiro, apresenta peças
queológicas recolhidas no território
do Fundão. Apesar da contextua-
lização existente na narrativa, as
gravuras utilizadas na museografia
mantêm a representação tradicio-
nal das mulheres nas sociedades
pré-históricas: em atividades tradi-
Aida María Dionísio Rechena
cionalmente femininas, como a Poderíamos continuar a nossa
olaria e preparação de alimentos viagem por outros museus, mas
e a tecelagem e a preparação as principais linhas de força es-
de tecidos. tão aqui expressas: a ausência
de relação entre as peças ex-
-Museu do Côa (harte-coa.pt)
postas com os seres humanos,
apresenta a interpretação das
ou seja, uma despersonalização
gravuras rupestres do Côa, prin-
das peças apresentadas como
cipalmente como obras de arte.
“obras de arte” e interpretadas
Em determinados pontos da
exclusivamente pelas suas ca-
exposição o museu tem algum
racterísticas materiais e visuais; a
cuidado na linguagem utilizada
permanência da linguagem se-
referindo-se nomeadamente ao
xista promotora de desigualdade
“génio criativo do homem/mul-
e da invisibilidade das mulheres;
her”. Contudo esse cuidado não
a dificuldade de adoção de uma
é transversal a toda a exposição
metodologia expositiva com uma
onde logo se regressa ao sexismo
perspetiva integrada de género;
linguístico com expressões como
a insistência na utilização de clas-
Homem do Paleolítico.
sificações arqueológicas sexistas
-Museu Nacional de Arqueologia como a expressão homem do
(MNA) apresenta as coleções Paleolítico, o homem caçador, os
de importância nacional e o es- recoletores.
pólio de estações arqueológicas
Como poderemos resgatar as
de referência. A museografia uti-
mulheres nestas exposições de
ar- lizada pelo museu tem sido tra-
arqueologia? A nossa proposta
dicional, com valorização das
passa pela alteração da meto-
peças pela estética, pela rarida-
dologia de trabalho na produção
de e importância para a história
de exposições em museus, ado-
nacional e sem qualquer preo-
tando uma transversalização da
cupação com as relação de gé-
perspetiva de género em todas
nero.
as ações museológicas.
[61]
ICOM 09
Esta opção obriga a analisar criti-
camente:
-os critérios de constituição dos
acervos arqueológicos dos mu-
seus;
-a interpretação desses acervos
com recurso a estereótipos atuais
na representação das socieda-
des antigas, nomeadamente das
mulheres, quando não existem
evidências arqueológicas para
tal;
Figura 6. Exposição de arqueologia. Exposição
Permanente do Museu Francisco Tavares
Proença Júnior.
Autora: Aida Rechena.
Foto: DRCC/MFTPJ.
[62]
-a capacidade de utilização dos
acervos arqueológicos dos mu-
seus para refletir temas importan-
tes para a sociedade atual, in-
cluindo a igualdade de género e
a visibilidade das mulheres;
-a chamada “tirania dos objetos”
das coleções por forma a conse-
guirmos a liberdade de os utilizar
fora das classificações e tipolo-
gias clássicas, mas de acordo
com a necessidade de comuni-
cação de uma dada exposição;
-as exposições em museus e a
sua metodologia de produção,
por forma a retirar dos objetos as
informações ocultas sobre as mul-
heres;
Aida María Dionísio Rechena
-o uso da imagem e da lingua- cedor. Não porque os indícios e
gem nas exposições de arqueo- vestígios da sua existência e ati-
logia, nomeadamente nos mate- vidade produtiva não estejam lá,
riais gráficos de suporte, evitando mas porque continuamos a insistir
o sexismo linguístico. na sua inclusão num “sujeito uni-
versal” que é masculino.
A atual responsabilidade social
que os museus dizem querer as-
sumir não é compatível com a
exclusão das mulheres quer dos
processos de decisão e gestão
dos museus e das exposições,
quer dos processos de análise
crítica da ação dos museus e da
sua produção, quer ainda da re-
presentação nas exposições e
processos de comunicação em
museus.
Se o silêncio das mulheres em
museus é palpável, o silêncio de
Eva, a mulher primordial, pré-his-
tórica, arqueológica, é ensurde-
“A atual responsabilidade social que os museus dizem
querer assumir não é compatível com a exclusão das
mulheres quer dos processos de decisão e gestão dos
museus e das exposições.”
[63]
ICOM 09

Bibliografía

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nero”, en A Mulher e a Sociedade.
Actas dos 3.ºs Cursos Internacio-
nais de Verão, Cascais, Câmara
Municipal de Cascais.

ContactoMuseu Francisco Tavares Proença Júnior

Dirección:
Largo Dr. José Lopes Dias,
6000 - 462 | Castelo Branco (Portugal)

Teléfono: +351 272 344 277

Web: www.culturacentro.pt

Correo electrónico: mftpj@drcc.pt

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[64]
ICOM 09
Género y museos:
las mujeres y las actividades
de mantenimiento en el
México antiguo.
María Rodríguez-Shadow
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
mrodriguez.deas@inah.gob.mx
Cristina Corona Jamaica
Universidad Pompeu Fabra
cristinacoronaj@gmail.com
Los museos son instituciones en
las que se resguarda el patrimo-
nio cultural de una colectividad,
allí se conserva su memoria so-
cial, la misma que se transmite a
través de discursos académicos
basados en los restos materiales
recuperados en las exploraciones
arqueológicas. Una parte muy im-
portante del registro arqueológi-
co atañe a las labores cotidianas
que son en las que la sociedad
basa su existencia, su reproduc-
ción y prosperidad, y de las cua-
les las mujeres se encargan.
[66]
la selección, clasificación
mirada crítica y la elabora-
ción de discursos sin ses-
Muy a menudo las exposiciones
que se ofrecen en los museos ado-
lecen de un carácter inequívoca-
mente androcéntrico, de mane-
ra que lo que se enfatiza son las
actividades que supuestamente
lleva a cabo el colectivo masculi-
no (o al menos el sector privilegia-
do): la guerra, el sacerdocio, el
comercio, el ejercicio del poder
supremo, la caza, lo artístico o lo
intelectual. En cambio, las labores
asociadas a las mujeres como el
embarazo, el parto, la confección
de la indumentaria, la cestería, la
preparación de la comida, la pro-
ducción cerámica y el cuidado y
la socialización de los infantes son
presentadas como irrelevantes o
sin importancia. Existe la tenden-
María Rodríguez-Shadow | Cristina Corona Jamaica
cia, salvo raras excepciones, a
mostrar las imágenes femeninas
y sus quehaceres en un segundo
plano o simplemente a omitirlas.
“Los museos, a través de
y exposición de objetos,
pueden favorecer una
gos androcéntricos con
representaciones de gé-
nero más equilibradas.”
En consecuencia, sus disertacio-
nes poseen contenidos diversos
que adquieren su configuración
a través de los contextos econó-
micos, políticos y sociales que los
generan, y sus discursos, aunque
se supongan objetivos y científi-
cos, sustentan una ideología jerár-
quica y elitista propia del universo
social del que emergen. Así, aun-
que se ha proclamado que en los
museos y exposiciones se apren-
den conocimientos novedosos
que pueden alterar positivamen-
te nuestra forma de percibir el
mundo, esas instituciones tradicio-
[67]
Autor/a
nalmente han operado en una
diversidad de modos atendiendo
exigencias, demandas y priorida-
des diferentes, asimismo, lo que
ellas hacen y cómo lo hacen se
ha modificado dependiendo
del contexto social, económi-
co y los imperativos del poder,
por este motivo, su razón de
ser, más que educativa es la
consolidación del statu quo.
No obstante, y como los mu-
seos, a través de la selección,
clasificación y exposición de
objetos, desempeñan un pa-
pel protagónico en la transmi-
sión de conocimientos, imágenes
e ideas sobre la vida en las co-
munidades del pasado pueden
favorecer una mirada crítica y la
elaboración de discursos sin ses-
gos androcéntricos con repre-
sentaciones de género más equi-
libradas en las que aparezcan
integradas las actividades desa-
rrolladas por las mujeres y el reco-
nocimiento de su carácter funda-
mental. Nuestro estudio se orienta
en esa dirección.
ICOM 09
Al colocar nuestra mirada en las
tareas que las mujeres llevaron a
cabo en las culturas del México
antiguo nos permite examinarlas
para destacar su relevancia tan-
to en los aspectos productivos
como los que conciernen a la re-
producción de sus comunidades
(Figura 1). En este acercamiento
hemos adoptado un enfoque de
género para matizar la tendencia
androcéntrica que ha sido una
particularidad de nuestra disci-
plina durante mucho tiempo. Asi-
mismo, el colocar la mirada en la
[68]
noción conceptual de actividades
de mantenimiento contribuye al
reconocimiento del carácter esen-
cial de las labores desempeñadas
por las mujeres.
Las actividades de mantenimiento
en las culturas mesoamericanas
En el Museo Nacional de Antro-
pología e Historia de la ciudad de
México, así como en el acervo de
desempeñadas por las mujeres.” análisis del registro ar-
la Fundación Armella se han loca-
lizado magníficas piezas, general-
mente figurillas cerámicas que dan
cuenta de las actividades de man-
tenimiento que las mujeres llevaron
a cabo en la antigua Mesoaméri-
ca. En efecto, a partir del análisis
del registro arqueológico puede
inferirse que las responsabilidades
primordiales de las mujeres eran,
desde luego, las de ser madres,
esposas y, por consiguiente, en-
cargarse del cuidado del ámbito
familiar y el trabajo doméstico, no
obstante, eso no las eximía, al igual
que en la época actual de realizar
otros quehaceres productivos.
Figura 1. Escultura de la diosa Xilonen,
la diosa del jilote o maíz tierno (Periodo
Posclásico,Cultura Mexica, 900-1521 d. C.).
Foto: FCAS.
María Rodríguez-Shadow | Cristina Corona Jamaica
Esto es, ellas eran quienes debían vigilancia de la salud de los miem-
llevar a cabo las actividades de bros de su familia y de la comuni-
mantenimiento, lo cual implicaba dad, así como apoyar algunas la-
la preparación de alimentos, la bores agrícolas y artesanales.
“Colocar la mirada en la En algunas figurillas ce-
noción conceptual de rámicas las mujeres son
actividades de representadas acarrean-
mantenimiento contribuye al do agua o cargando a
reconocimiento del carácter sus hijos (Figura 2). Tanto
esencial de las labores las fuentes documenta-
les disponibles como el
queológico nos indican
crianza de los hijos, llevar a cabo
que el ámbito familiar fue el espa-
las tareas relacionadas con el
cio básico en el que desarrollaron
proceso de la producción de los
las mujeres sus actividades y traba-
textiles, la cestería, la alfarería, la
jos: gestando, dando a luz, ama-
mantándolos tras el nacimiento,
cuidando, acunando y cargando
los niños, transportando leña, ela-
borando cerámica, hilando y te-
jiendo, así como moliendo la masa
para las tortillas y otros alimentos.
Los instrumentos de trabajo con
los que contaban las mujeres para
Figura 2. Figurilla femenina desnuda con va-
sija en la espalda sostenida por una banda
ancha y gruesa, posiblemente de cuero con
un mecate de ixtle. (Periodo Clásico, Cultu-
ra de Occidente de México, 200-900 d. C.).
Foto: FCAS.
[69]
ICOM 09
llevar a cabo las tareas relacio-
nadas con la alimentación de su
familia eran pocas y sencillas: el
metate, el comal, el molcajete,
las vasijas de barro (Figuras 3, 4 y
5). En lo relacionado con la ela-
boración de la indumentaria dis-
ponían de malacates para hilar,
las agujas para coser, punzones
de hueso, o el telar de cintura. In-
numerables figurillas de barro, y
esculturas de piedra atestiguan la
habilidad alcanzada por estas la-
[70]
Figura 3. Metate o metatl con mano de
molienda en roca basáltica. Presenta
huellas de uso en la superficie plana
como muestra de su intensa activi-
dad para moler granos y vegetales
duros (Posclásico Tardío, Cultura del
Altiplano Mexicano, 1200-1500 d. C.).
Foto: FCAS.
Figura 4. Molcajete o molcaxitl usado
para machacar productos para la ela-
boración de comida (Periodo Posclási-
co, Cultura Mexica, 900-1521 d. C.).
Foto: FCAS.
boriosas artesanas. Allí se des-
taca la diversidad de tejidos
y brocados, así como la indu-
mentaria característica de di-
ferentes regiones, identidades
étnicas y épocas históricas.
Entre las actividades de man-
tenimiento también se inclu-
yen el cuidado, educación y la
supervisión de los hijos, es decir, la
enseñanza de las reglas culturales
de la sociedad en la que nacen.
En una reflexión sobre la importan-
cia de las actividades de mante-
nimiento que históricamente han
llevado a cabo las mujeres debe
enfatizarse su carácter esencial e
indispensable, tanto en términos
materiales como simbólicos de-
biéndose subrayar que aún hoy
María Rodríguez-Shadow | Cristina Corona Jamaica
los esfuerzos desplegados por las
mujeres siguen siendo tareas muy
necesarias, de las cuales la socie-
dad no podría prescindir. Sin em-
bargo, es preciso reconocerlo, si-
guen sin concedérseles el valor y
el significado que tienen.
En este artículo hemos partido del
planteamiento de que los traba-
jos que las mujeres desempeña- Figura 5. Olla frijolera. (Cultura del Alti-
plano Central, Época desconocida).
ron en las comunidades pretéritas, Foto: FCAS.
tanto en la esfera de la produc-
ción como en la de la reproduc-
ción, significaron una contribución de la temporalidad cotidiana, así
esencial e imprescindible. Con- como el análisis de los arreglos,
sideramos que el examen crítico disposiciones y la pluralidad de
de las tareas llevadas a cabo por las rutinas de mantenimiento sig-
las mujeres en diversas comunida- nificaría un enriquecimiento muy
des antiguas, en distintos estratos importante en el entendimiento
socioeconómicos y espacios geo- de nuestro universo de estudio,
gráficos resultará clave, sin duda, en una esfera en la que las muje-
en la construcción de una visión res desempeñan un papel prota-
más equilibrada del pasado, que gónico y en el que, en última ins-
es en última instancia nuestra tancia, se sustenta la posibilidad
responsabilidad social y política de la producción y de la repro-
como académicas comprometi- ducción de nuestra especie.
das.
Tradicionalmente las exposicio-
La apreciación de las actividades nes museográficas adolecen de
de los miembros del grupo a través un marcado sesgo androcéntrico
[71]
ICOM 09
y el Museo Nacional de Antropo-
logía (MNA) de la ciudad de Méxi-
co no es la excepción, no obstan-
te, la sala del preclásico contiene
piezas que dan cuenta de las ac-
tividades de mantenimiento que
las mujeres estuvieron llevando a
cabo en ese periodo histórico en
el Altiplano Central. En esa sala,
aunque las representaciones fe-
meninas que se exhiben como
apoyo gráfico a la información
que proporcionan las figurillas
cerámicas no tienen de ninguna
manera un papel protagonista, y
las figuras masculinas dominan el
escenario en términos de activi-
dades de prestigio, posiciones de
autoridad y una más amplia di-
versidad de roles, mostrando una
marcada jerarquía de género, las
mujeres aparecen desempeñan-
do todas las actividades que he-
mos venido comentando. Y eso
resulta loable.
Con la finalidad de rendir un ho-
menaje a las raíces culinarias ela-
boradas por las mujeres y recono-
cer la herencia gastronómica de
los pueblos prehispánicos meso-
americanos, la Fundación Cultu-
[72]
ral Armella Spitalier (en adelante
FCAS) presentó la exposición “Co-
mer y ser. Raíces gastronómicas
de México” entre el 27 de enero
de 2011 al 31 de mayo de 2011 en
la Galería Andrea Pozzo de la Uni-
versidad Iberoamericana, campus
ciudad de México; y del 23 de no-
viembre de 2011 al 25 de marzo de
2012 en el Museo de Historia Mexi-
cana en Monterrey, Nuevo León. A
partir del eje temático de la alimen-
tación mesoamericana se mostró
parte del acervo de la Fundación
Armella, en donde el legado de
comida prehispánica ligado a los
objetos utilizados por mujeres mos-
traron los diversos productos como
el maíz, chile, frijol, chocolate, ji-
tomate y calabaza dieron origen
a muchas de nuestras tradiciones
que siguen siendo utilizadas en las
cocinas mexicanas (Figuras 6, 7 y 8).
Consideramos que el discurso mu-
seográfico que enfatice el impor-
tante papel que las mujeres des-
empeñaron en las actividades de
mantenimiento de sus comunida-
des coadyuva a la creación de
conocimientos que se conviertan
en un instrumento para cuestionar
María Rodríguez-Shadow | Cristina Corona Jamaica
el estado actual de devaluación
de las tareas esenciales de las
mujeres y proceder a impugnar
prejuicios y derogar prácticas
denigratorias como la subordi-
nación femenina, la explotación
sexual y la violencia hacia las mu-
jeres.
Figura 6. Tzotzocol o vasija usa-
da para almacenar agua. (Perio-
do Posclásico, 900-1521 d. C.).
Foto: FCAS.
Figura 8. Jarra decorada con
grecas escalonadas que sim-
bolizan el carácter cíclico del
tiempo (Periodo Posclásico, Cul-
tura Mixteca, 900-1521 d. C.).
Foto: FCAS.
Figura 7. Cajete utili-
zado para la elabo-
ración de alimentos
(Época y proceden-
cia desconocidas).
Foto: FCAS.
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Arqueología del Género, 1er. En-
cuentro Internacional en la UAM,
Madrid, Ediciones de la UAM: 93-
103.
María Rodríguez-Shadow | Cristina Corona Jamaica
Enlaces
Museo Nacional de Antropología Exposición Comer y ser. Raíces
(MNA) México, Sala Preclásico en gastronómicas de México, Museo
el Altiplano Central. de Historia Mexicana en Monte-
www.mna.inah.gob rrey, Nuevo León, México. Del 23
de noviembre de 2011 al 25 de
Fundación Cultural Armella Spita- marzo de 2012
lier (FCAS) www.museohistoriamexicana.org
www.fundacionarmella.org
Exposición Comer y ser. Raíces
gastronómicas de México, Ga-
lería Andrea Pozzo de la Univer-
sidad Iberoamericana, Campus
ciudad de México (27 de enero
de 2011 - 31 de mayo de 2011).
facebook
Contacto
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Dirección: Av. Paseo de la Reforma y calzada Gandhi s/n,
Col. Chapultepec Polanco.
Delegación Miguel Hidalgo | México, D. F. C. P.
11560
Teléfono: (+52) 55 4040 53002014
Web: http://www.mna.inah.gob.mx/index.html
Web:
Correo electrónico: atencion.mna@inah.gob.mx
Red Social: facebook
twitter
[75]
 ICOM 09
Muse o s C h i l e no s , c o n s ig n an do
a usen ci a s , e m p r e die n do c amin o s.
E xp e rie nci a e n e l F in d e l Mu n do :
M useo Antropoló gic o M a r t ín G u s ind e .
Francisca L. Marticorena Galleguillos
Museo Antropológico Martín Gusinde
lunamarticorena@gmail.com
Paula F. Palacios Rojas
Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos (Dibam), Chile
paula.palacios.r@gmail.com
Introducción
Desde el año 2002 la Dirección
de Bibliotecas, Archivos y Museos
(Dibam) forma parte de un pro-
grama de modernización del Es-
tado chileno que se ha propuesto
transversalizar la equidad de gé-
nero en la gestión pública. Este es
el marco institucional en el que
algunos museos han diseñado
iniciativas en ámbitos de investi-
gación, educación, extensión o
museografía con perspectiva de
género (patrimonio y género).
[76]
Al inicio del Programa sabíamos
que la demandada de paridad
cuantitativa no era un desafío
real en la Dibam. Los esfuerzos se
han concentrado entonces, en la
identificación de inequidades de
género referidas principalmente
a la forma en que se definen, ela-
boran, reproducen, interpretan y
recepcionan los contenidos pa-
trimoniales. Estas desigualdades
se expresan fundamentalmente
en la invisibilización de los aportes
que las mujeres han realizado en
diversas áreas del conocimiento y
han sido abordadas a través de
intervenciones focalizadas que,
de una u otra forma, interrogan
los límites de lo patrimonial. Era
imposible estandarizar modelos
de trabajo y requeríamos más
bien hacernos cargo de la com-
plejidad en el diseño de interven-
ciones adaptadas a contextos
sociales particulares.
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
Actualmente museos regionales y
especializados comienzan a acti-
var, por propia iniciativa, sus pro-
yectos de investigación de colec-
ciones con enfoque de género.
Esta generación de conocimien-
to es el primer eslabón de una ca-
dena de procesos que articulan
esfuerzos en áreas de educación,
extensión, trabajo comunitario
y coordinaciones institucionales
que agregan valor a productos y
servicios museográficos-museoló-
gicos. A continuación examinare-
mos brevemente una experiencia
específica que, si bien se enmar-
ca en la política pública nacional
y transnacional de equidad entre
hombres y mujeres, se activa y
recrea a pequeña escala de un
modo singular, inaugurando nue-
vas preguntas y reflexiones.
Experiencia en el Museo
Antropológico Martín Gusinde-
Puerto Williams
El Museo
El Museo Antropológico Martín
Gusinde (en adelante MAMG) se
encuentra ubicado en la ciudad
de Puerto Williams, específica-
[77]
mente en la isla Navarino a orillas
del Canal Beagle al sur de Tierra
del Fuego. Fundado durante la
dictadura, en el año 1974, por el
Ministerio de Educación Pública
de Chile, tuvo como objetivo ini-
cial “contribuir a la preservación
de los valores históricos-cultura-
les y científicos en la región de
las islas y mares australes y en el
Territorio Antártico, donde Chile
ejerce soberanía, y la necesidad
de conservarlos y exhibirlos para
fines de investigación científica y
de divulgación cultural”. Bajo tal
precepto, latente ya el conflicto
limítrofe con Argentina, el museo
se instaló en esta pequeña loca-
lidad, habitada por pobladores
yaganes, que habían sido trasla-
dados desde el antiguo asenta-
miento de Bahía Mejillones, junto
a familias estancieras y de la Ar-
mada de Chile.
Aunque la institución ya depen-
día de la Dirección de Bibliote-
cas, Archivos y Museos, durante
sus primeros cuatro años fueron
funcionarios navales quienes die-
ron origen a sus colecciones y a
la primera exhibición permanen-
ICOM 09
te. Posteriormente, funcionarios
civiles se hacen cargo del museo,
pasando a ser el Distrito Naval
Beagle, sólo un colaborador del
museo (Figura 1).
Figura 1. Antigua construcción del Museo,
1974. Archivo Distrito Naval Beagle.
Una estrecha relación con la co-
munidad yagán y la comunidad
de Puerto Williams en general,
permitió que durante treinta años
se ampliara la colección, princi-
palmente etnográfica, y la reco-
lección de documentación rela-
tiva a la historia local. En el año
2008, en el marco de la renova-
ción nacional de los museos chi-
lenos, se llevó a cabo un impor-
tante proyecto arquitectónico y
museográfico, siendo el museo
[78]
reinaugurado con una propues-
ta actualizada a los nuevos es-
tándares y políticas museísticas
(Figura 2). Actualmente el museo
cuenta con tres salas de exhibi-
ción permanente, dos de ellas,
ubicadas en el edificio central, y
la tercera, anexa al Monumento
Histórico “Casa Stirling” (Serrano
et alii, 2012).
La experiencia
“El historiador de los llamados lu-
gares de memoria enfrenta un
riesgo: sólo puede haber consen-
timiento con existencias a las que
les haya sido dado registrar las
huellas de acuerdo a unos proto-
colos de institución de la memo-
ria nacional”
Jean Luis Déotte
El museo, como lugar de memo-
ria, ha tenido un rol fundamental
en la construcción de la memoria
nacional. En el caso del MAMG
vemos que su creación estuvo
directamente relacionada con
el posicionamiento chileno en el
extremo austral del continente.
Como ya mencionamos, el mu-
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
seo es parte de una comunidad
pequeña, pero muy diversa. Se
suma a los pobladores más anti-
guos, las familias yaganes y colo-
nos, un gran porcentaje de resi-
dentes navales y trabajadores del
Estado.
La misión del museo ha sido ins-
pirar en la comunidad la conser-
vación del patrimonio natural y
cultural del archipiélago fuegui-
no, con un énfasis, durante los úl-
timos años, en la valoración del
protagonismo de mujeres y hom-
bres en la historia, la memoria y
su identidad como habitantes del
extremo austral del país. En este
sentido, se ha hecho esencial re-
flexionar sobre la principal temáti-
ca abordada por el museo: la cul-
[79]
Figura 2. Exposición
permanente del MAMG.
tura y el pueblo yagán. De esta
manera, en marco del Programa
de Transversalización de Género
en los Museos, en el año 2012 se
conformó un equipo de investi-
gación participativa, integrado
principalmente por mujeres de la
comunidad indígena yagán. El
objetivo fue crear un espacio de
diálogo que permitiera revisar los
contenidos de la museografía y
las colecciones en exhibición.
Probablemente una de las expe-
riencias más enriquecedoras al
trabajar en un museo pequeño,
es realizar de manera simultánea
la documentación de las colec-
ciones con la atención de público
y las actividades educativas. Esto
posibilita que el quehacer técni-
ICOM 09
co del manejo de las colecciones
no permanezca desligado de los
procesos de recepción de las au-
diencias, tanto locales como turis-
tas. Fue así como, desde el punto
de vista del equipo de investiga-
ción y otras experiencias desarro-
lladas con educadoras de la co-
munidad, se determinó que debía
ser abordada la exhibición de las
fotografías dentro del museo.
Para el caso de las educadoras,
éstas constituían uno de los ele-
mentos más valorados, concor-
dante con las opiniones que, en
general, los visitantes emitían. Sin
embargo, esta valoración tenía
un sustento bastante especial. Las
primeras preguntas surgían en re-
lación al origen de las fotografías,
como el año en que habían sido
tomadas y el autor, por supuesto.
Posterior a ello, el cuestionamien-
to, sobre éstas tenía que ver con
lo que representaban, no todas,
específicamente algunas.
Las fotografías presentes en la ex-
hibición corresponden al registro
etnográfico sobre los yaganes. En
concreto el museo muestra imá-
[80]
genes capturadas entre los años
1882 a 1980 aproximadamente.
En las de más antigua data las es-
cenas representadas se refieren
a una cultura canoera sin mayor
contacto con los europeos, cuer-
pos desnudos sujetando arpones
y familias en su akar tradicional.
Las siguientes, son fotografías que
han sido objeto de investigacio-
nes chilenas y argentinas, las que
han dado cuenta de cómo estas
imágenes han sido construidas
ideológicamente por sus autores,
interviniendo en las vestimentas
utilizadas por los indígenas, sus
posiciones, uso de artefactos, en-
tre otros elementos.
Dentro del último grupo de foto-
grafías señaladas, existían unas,
que en particular, concitaban
la atención de las educadoras y
de la comunidad yagán: las fo-
tografías del antropólogo y sa-
cerdote Martín Gusinde. Mujeres
y hombres yaganes planteaban
que estas imágenes correspon-
dían a sus familiares directos, pa-
dres, madres, abuelos y abuelas.
Las educadoras señalaban que
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
no entendían el origen de estas
fotografías, ya que los indígenas
estaban vestidos con ropas occi-
dentales y a su vez, al parecer por
estar en un ritual, poseían pintu-
ra corporal (Figuras 3 y 4). Extraña-
mente ninguno de los elementos,
tanto la vinculación con la comu-
nidad actual, como el contexto
de la fotografía, estaban presen-
tes en la exhibición.
Junto al equipo de investigación,
comenzamos a revisar en profun-
didad la colección fotográfica
Figura 4. Comunidad yagán, 1920.
De izquierda a derecha (abajo):
Carmen Harban, Peine, Kertie y Emi-
lia; y (arriba): Ethel, Isabel, Adelaide,
Harriette. Puerto Remolino. Fotografía
Martin Gusinde, Anthropos Institut.
[81]
de Martín Gusinde, facilitada por
el Anthropos Institute y gestiona-
da por Alberto Serrano, director
e investigador del museo. De un
total de 946 fotografías, buscába-
mos documentar gran parte de
las que correspondían al pueblo
yagán, más de trescientas. Este
registro estaba compuesto por re-
tratos individuales, familiares, gru-
pales, registros rituales y paisajísti-
cos.
En un inicio, el equipo estuvo con-
formado sólo por mujeres yaga-
nes, quienes manifestaron gran
entusiasmo, interés y compromiso
por llevar a cabo la tarea.
Figura 3. Comunidad yagán, 1920. De izquier-
da a derecha (abajo): Benito Sarmiento, Chris,
Homestead, Charlin y Walter; y (arriba): Juan
Calderón, Augusto Balfor, Alejandro Torres,
Santiago y Alfredo. Puerto Remolino. Foto-
grafía Martin Gusinde, Anthropos Institut.
ICOM 09
Durante ocho meses, y con la
participación de más miembros
de la comunidad, se sostuvo un
trabajo continuado, que consis-
tió en visionados comunitarios de
las fotografías, durante los cuales,
Cristina Calderón, representante
de edad más avanzada, reco-
nocía a gran parte de las muje-
res y hombres fotografiados. De
esta manera, cada participante
señalaba aspectos sobre las imá-
genes, como el parentesco con
éstas, reflexiones sobre sus con-
tenidos y su contexto de produc-
ción.
Para finalizar la primera etapa, se
diseñó un álbum fotográfico para
cada grupo familiar de la comu-
nidad indígena yagán. El álbum,
reunía una selección de cincuen-
ta fotografías, entre las que se en-
contraban los retratos de las per-
sonas que tienen un parentesco
directo con las familias en la ac-
tualidad; retratos familiares; imá-
genes de las principales ceremo-
nias y de los sitios más importantes
donde radicaban las familias:
Puerto Remolino y Bahía Mejillo-
nes. De la misma forma, como
gesto reparatorio, se diseñaron
[82]
cédulas para la exhibición perma-
nente del museo con el fin de incluir
los nombres de quienes aparecen
en las fotografías expuestas actual-
mente y poder establecer un víncu-
lo directo con sus descendientes. El
desarrollo de este proceso permitió
reflexionar sobre el registro fotográ-
fico, su conocimiento y su valor en
el contexto actual1. Significó lograr
una precisión en la información bio-
gráfica de sus antepasados que no
se poseía y se democratizó el co-
nocimiento hacia la comunidad de
este patrimonio fotográfico amplia-
mente conocido a nivel mundial.
(patrimonio y género ).
Esta experiencia de investigación
permitió alcanzar conclusiones que
generaron, obviamente, nuevas
preguntas. En primer lugar, la con-
vicción de que debíamos abrir las
distintas colecciones a este proce-
so de producción de conocimiento
1 Como primera reflexión institucional sobre
esta experiencia en el ámbito académico
cabe destacar la ponencia “Apropiación
del patrimonio fotográfico e identidad, más
allá de la generalidad” impartida por L.
Marticorena L. y A. Serrano, en el 2012 en el
marco del simposio Democratización y des-
plazamiento de lo patrimonial: Usos y rede-
finiciones celebrado en Santiago de Chile.
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
colectivo. Durante este proceso,
no era posible comprender de
manera aislada las fotografías de
las colecciones arqueológica, et-
nográfica e histórica. Era necesa-
rio cartografiar en la exhibición el
diálogo y/o la tensión que entre
los objetos se establecía, al ser és-
tos soportes del relato que se ha
construido sobre la cultura yagán,
desde los primeros exploradores
europeos hasta las naciones de
Chile y Argentina.
Nos preguntamos por el lugar que
cada colección posee, represen-
tando las jerarquías de los sabe-
Figura 5. Punta de arpón yagán,
Colección MAMG.
[83]
res validados y cómo la perspec-
tiva de género nos guiaba para
dilucidar ese entramado. De esta
manera, regresamos a las colec-
ciones centrándonos en cuál era
la importancia que le estába-
mos dando a la cestería yagán,
práctica principalmente femeni-
na y tradición aún vigente en la
comunidad, por lo que trabajar
sobre ella nos permitía poner en
discusión una colección arqueo-
lógica altamente masculinizada
y establecer una vinculación del
pasado hacia el presente.
(Figuras 5 y 6)
ICOM 09
De esta manera, en el
año 2013 trabajamos con
un grupo de tejedoras y
tejedores documentan-
do estos saberes e incre-
mentando la colección
del museo a partir de los
testimonios sobre la persis-
tencia de un oficio cuya
práctica ha sido tradicio-
nalmente mixta, y de este
modo, también cuestio-
nando las matrices etno-
céntricas para compren-
der la división sexual del
trabajo en los pueblos
indígenas. El museo aun
siendo un lugar para pro-
mover la valoración de
esta cultura, también es-
Figura 6. Canasto tejido en junco, Úrsula taba construido en base a
Calderón Harban, Colección MAMG.
las huellas de este “acuer-
do” doloroso, en el cual
se basó la discriminación, el ge-
nocidio y los abusos sobre mujeres
y hombres yaganes. La colección
arqueológica y las fotografías más
antiguas, daban cuenta del más
“puro estilo canoero” y no eran
puestas en cuestionamiento, en
base al imaginario de este pueblo
[84]
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
como extinto. Nuestras experien-
cias y preguntas, nos llevaban a
entender, más allá de lo teórico,
que las diferentes colecciones, las
fotografías y la estética de la mu-
seografía eran componentes de
un gran discurso, y la crítica de-
bíamos aplicarla al todo y a cada
una de sus partes
(museo antropológico ).
Reflexiones preliminares.
Todo por hacer
El trabajo iniciado desde el mu-
seo con la comunidad yagán
se encuentra aún en desarrollo.
Contraviniendo su origen castren-
se, retomamos la concepción de
museo integral (Mesa de Santia-
go, 1972), para replantear una re-
lación activa con la comunidad
local. De este modo, el Museo
Antropológico Martín Gusinde
se propone contribuir a la aper-
tura de una compuerta donde
se articulan, a través de ciertos
gestos de reparación histórica y
visibilidad museográfica, la parti-
cipación comunitaria, y especial-
mente el empoderamiento de las
mujeres. Este último, a partir de
[85]
la valorización de su propia cul-
tura y como protagonistas de la
reconfiguración de sus memorias
familiares y culturales.
Las colecciones del museo, des-
de esta otra óptica, aportan por
una parte al fortalecimiento de
procesos identitarios de reetnifi-
cación, y por otra, al desmonta-
je de imaginarios de la otredad
“exótica” que tradicionalmente
ayudaron a construir. En este sen-
tido, se retorna a las discusiones
sobre la construcción del “ima-
ginario fueguino” en la sociedad
actual, la circulación académica
y comercial de las imágenes de
los pueblos indígenas australes y
la valoración que pueden hacer
hoy de éstas, quienes componen
la comunidad yagán.
En este proceso complejo, la
perspectiva de género como
enclave teórico crítico, juega un
papel fundamental al posibilitar
la reconceptualización de las co-
lecciones, desestabilizando, de
manera inductiva, ciertos tópicos
arraigados propios de un para-
digma androcéntrico del cono-
ICOM 09
cimiento occidental asentado
en binarismos que reproducen
asimetrías. No se trata de ideali-
zar pasados pretéritos, pero sí de
estar plenamente conscientes de
los alcances de un conocimiento
y sus orígenes asentados en coor-
denadas de dominio colonial. Se
plantea la pregunta compleja
sobre la posibilidad de habla del
sujeto colonizado ¿Puede el mu-
seo constituirse en facilitador de
procesos contemporáneos de re-
articulación cultural? ¿Pueden las
colecciones museales y particu-
larmente la materialidad asocia-
da a trabajos feminizados activar
esos nuevos/viejos relatos e iden-
tidades?
Nos atrevemos a decir que en
tanto la cultura Yagán ha sido
comprendida como una “cultura
extinta”, la colección museológi-
ca que documenta su historia po-
see en su totalidad un cierto “halo
arqueológico” y por ende la difi-
cultad epistémica de vincular el
pasado con un presente en el ins-
tante de la representación. Al re-
correr el museo los visitantes una
y otra vez reafirman esta idea de
[86]
que todo lo ahí exhibido responde
a una cultura del pasado, y cual-
quier evidencia museográfica que
contradiga dicha certeza disloca
el discurso hegemónico.
El interés por interpelar a las disci-
plinas arqueológica, etnográfica y
museográfica a partir de este pe-
queño proyecto, se posiciona des-
de el esfuerzo por restituir sentidos
culturales latentes. No obstante la
pregunta sobre quién puede ha-
blar a partir de los vestigios arqueo-
lógicos (fotográficos y etnográfi-
cos) en este museo austral es difícil
de responder. Esta vez la comuni-
dad debe hablar para sí misma y
no para los otros (el álbum entre-
gado a cada grupo familiar fue de
acceso restringido y no para ser
exhibido por decisión de la propia
comunidad) y en tal sentido el si-
lencio se apodera del museo.
Francisca Marticorena Galleguillos | Paula Palacios Rojas
Bibliografía
MATURANA, F. (2006): “El documen-
ALVARADO, M., ODONE, C., MA-
tal fueguino chileno en el siglo XXI.
TURANA, F., FIORE D. F. (2007): Fo-
Una mirada desde la Antropología
tografías siglos XIX y XX. Imágenes
visual”, Magallania, 34 (1): 59-75.
e imaginarios del fin del mundo,
Santiago, Editores Pehuén.
PALACIOS, P. (2012): “Gestión pa-
BAEZ, Ch. (2005): “Uso y abuso. La trimonial y enfoque de género.
construcción del indígena fuegui- Rastreando los cruces posibles”, en
no en los textos escolares a través Daniela Marsal (Coord.), Hecho en
de la imagen fotográfica”, Revista Chile. Reflexiones en torno al patri-
Chilena de Antropología Visual, 6: monio cultural, Santiago de Chile:
19-33. 255-278.
CARVALHO, D. (2014): Represen-
SERRANO, A.; MARTICORENA L. y
tación desde la imagen y ma-
MONGES, H. (2012): La Casa Stir-
terialidad de las fotografías de
ling. Misiones anglicanas entre los
yaganes de Martin Gusinde: del
yaganes de Tierra del Fuego, Sub-
archivo fotográfico a “álbum fa-
secretaría de Desarrollo Regional y
miliar”, Tesis de Antropología,
Administrativo de Chile, Santiago
Pontificia Universidad Javeriana,
de Chile. subdere.cl.pdf
Bogotá.
COLLINGWOOD-SELBY, E. (2009):
El filo fotográfico de la historia.
Walter Benjamin y el olvido de lo
inolvidable, Santiago, Ediciones
Metales Pesados.
GUSINDE, M. (1986): Los indios de
Tierra del Fuego, “Los Yámana”,
Tomo I, Vol 1, Centro de Etnología
Americana, Buenos Aires.
[87]
ICOM 09

.2
Enlaces

Museo Antropológico Martin Experiencia Museo de la Educación

Gusinde (MAMG) Gabriela Mistral
Museo Antropológico Museo de la educación

Campaña Dibam donación de
objetos y documentos “Mujeres
en el Siglo XX: lo cotidiano se vuel-
ve parte de la historia”
www.mujeresdelsigloxx.cl
Experiencia Museo de Artes De-
corativas
www.artdec.cl
Cerámica de Lota
Museo de la educación_publicación
Guía para la incorporación del enfo-
que de género en Museos
Patrimonio y Género
Publicación Sobre la Mesa de Santia-
¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES?
go, Chile, 1972.
icomchile.org
DISCURSOS Y EXPERIENCIAS
EXPOSITIVAS

Contacto
Museo Antropológico Martín Gusinde
Pilar Fatás Monforte y Asunción Martínez Llano
Paloma Cabrera Bonet
Dirección: Aragay esq. Gusinde, Puerto Williams,
Provincia Antártica Chilena, Virginia Page del Pozo y Rubí Sanz Gamo
Región de Magallanes y Antártica Chilena.
Inmaculada Escobar García y Enrique Baquedano Pérez
Teléfono: (56-61) 621043 Lourdes Prados Torreira y Clara López Ruiz
Genoveffa Palumbo
Correo electrónico museomartingusinde@gmail.com

Web: www.museoantropologicomartingusinde.cl/

[88] [89]
 ICOM 09
Una reflexión sobre la presentación
de la mujer paleolítica
en el Museo de Altamira.
Pilar Fatás Monforte
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira
pilar.fatas@mecd.es
Asunción Martínez Llano
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira
asuncion.martinez@mecd.es
La presentación de la mujer de la
Prehistoria, y en particular su papel
en las sociedades paleolíticas, no
es tarea fácil. Sin testimonios escri-
tos que pongan nombre, edad y
sexo a los protagonistas del relato
sólo se puede trabajar con la evi-
dencia arqueológica y su interpre-
tación. Es difícil reconstruir modelos
sociales, relaciones interpersonales
o valores; los objetos paleolíticos no
son atribuibles a hombres o mujeres,
a ancianos o jóvenes; y las interpre-
taciones se hacen inevitablemente
desde las analogías etnográficas y
desde la contemporaneidad.
Figura 1. Une famille à l’âge de pierre,
Louis Figuier,1870.
[90]
Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano
ferenciado de tareas en función
“Con la aparición de la
Arqueología de Género o
del sexo, fruto del actualismo (Fi-
gura 1). El propio lenguaje utiliza-
Feminista y la contribución de do al escribir sobre Prehistoria ha
la Antropología Cultural en el fijado términos masculinos como
último tercio del pasado “el hombre de las cavernas” o “el
hombre de Cromagnon”. Esta si-
siglo, el tema de la mujer en la
tuación, arrastrada a lo largo de
Prehistoria comenzó a tratarse
casi todo el siglo XX, tuvo su co-
desde una perspectiva crítica.”
rrelato en las presentaciones de
los protagonistas de la Prehistoria
Precisamente una interpretación
-cuando, en el mejor de los casos,
sesgada y condicionada por los
presentaban a las personas y no
estereotipos de la época hizo
sólo los objetos y restos arqueoló-
que en el siglo XIX se escribiera
gicos- en los museos arqueológi-
una Prehistoria en la que estaban
cos del siglo XX.
ausentes las mujeres. Los “padres
Con la aparición de la Arqueo-
de la Prehistoria” -todos ellos hom-
logía de Género o Feminista y la
bres- se imaginaron a las gentes
contribución de la Antropología
paleolíticas organizadas en fami-
Cultural en el último tercio del pa-
lias tradicionales: el hombre -ca-
sado siglo, el tema de la mujer en
zador- era padre protector de su
la Prehistoria comenzó a tratarse
familia ante los peligros que ace-
desde una perspectiva crítica.
chaban. La mujer era madre, de-
La renovación conceptual de los
dicada a cuidar de sus hijos y del
museos arqueológicos en los últi-
hogar cavernario. Esta idea se
mos quince años, con las nuevas
tradujo en imágenes, de la que
exposiciones del Museo Arqueo-
es buen ejemplo la ilustración
lógico, MARQ, de Alicante (2000)
“Une famille à l’âge de pierre” de
y el Museo de Altamira (2001)
Louis Figuier de 1870, perpetuan-
como pioneras, ha supuesto una
do hasta prácticamente el último
mayor y mejor presencia de las
tercio del siglo XX un reparto di-
[91]
ICOM 09
mujeres de la Prehistoria en los
discursos expositivos, aún no sufi-
ciente (Querol y Hornos, 2011).
Hace quince años diseñamos una
nueva exposición permanente
para el Museo de Altamira bajo el
título “Los tiempos de Altamira”,
una contextualización necesaria
del arte de Altamira para explicar
las formas de vida y cultura de las
personas del Paleolítico. El objeti-
vo era presentar el conocimiento
actualizado sobre este periodo
de nuestra Prehistoria de forma
rigurosa y asequible al público
general. En el planteamiento ini-
cial de renovación se partió de
la renuncia expresa a trasladar a
la exposición el discurso tradicio-
nal disciplinar de la ciencia de la
Prehistoria o de la Arqueología
Prehistórica que había servido
hasta entonces como modelo de
transmisión del conocimiento en
museos arqueológicos y en otros
soportes de comunicación social.
Este discurso ha generado nume-
rosas imágenes icónicas sobre la
Prehistoria y varios estereotipos so-
bre nuestro pasado que perma-
necen en el saber popular y en el
[92]
imaginario compartido, teniendo
un marcado sesgo androcéntrico
las relativas a las formas de vida.
Por tanto, éramos conscientes de
la necesidad de presentar un rela-
to del inicio de la Historia con todos
sus protagonistas. El equipo del mu-
seo abordamos este objetivo des-
de el rigor científico y no tanto des-
de la corrección política.
La exposición Los Tiempos de Alta-
mira se caracteriza por utilizar un
lenguaje propio en el que la ima-
gen y la palabra, la síntesis y la expli-
cación, componen una narración
de varias lecturas. En este contex-
to de comunicación, el lenguaje
audiovisual ha hecho posible otra
manera de contar la Prehistoria, in-
tegrando informaciones diversas,
presentadas de forma sintética, y
permitiendo una visibilidad explíci-
ta de la mujer en el seno de las co-
munidades del Paleolítico. Sin em-
bargo, en los textos se deslizaron,
en varios paneles, términos mascu-
linos como referencia al conjunto
del grupo, el masculino genérico
habitual en la bibliografía.
Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano
En el sector dedicado al periodo
histórico anterior a los tiempos de
Altamira, la evolución de la hu-
manidad es presentada median-
te la selección de cuatro especies
humanas (Homo habilis, Homo
heidelbergensis, Homo neander-
thalensis y Homo sapiens), y con
imágenes a tamaño real cada es-
pecie es mostrada completa, en
su dimorfismo, hombres y mujeres,
y en su diversidad, niños, jóvenes,
adultos y ancianos (Figura 2). La
semántica de estas ilustraciones
va más allá de la reconstrucción
científica de las características
[93]
Figura 2. Sector dedicado a la evolución
humana. Exposición permanente del
Museo de Altamira.
Foto: Museo de Altamira.
de la anatomía de cada especie
humana, de su alimentación o su
vestimenta. Así, en la ilustración
de la pareja de Sapiens que ca-
mina en su exploración constante
de nuevos territorios, la coloca-
ción del hombre encabezando la
marcha fue aleatoria; sin embar-
go, fue intencionada la mirada
que la mujer dirige hacia el espec-
tador. A lo largo de la exposición,
las películas nos muestran “lo que
sabemos” a partir del patrimonio
arqueológico y de su investiga-
ción; muestran los objetos arqueo-
lógicos en manos de las personas
ICOM 09
que los pensaron, cómo los fabri-
caron, con qué materiales. Los di-
bujos animados muestran “lo que
podemos imaginar” a partir de los
datos científicos acerca de la or-
ganización social de los grupos de
cazadores – recolectores; en este
formato podemos ver a todos los
miembros de la comunidad in-
teractuando, personas de todos
los sexos y edades atareados en
sus quehaceres cotidianos en las
proximidades de su campamen-
to. Con esta estrategia de comu-
nicación la tecnología ayuda a
construir significados, a compren-
der el mundo pasado.
A pesar de estos esfuerzos por dar
visibilidad a la mujer y valorar su
papel en la sociedad paleolítica,
en el conjunto de la exposición
del Museo el número de repre-
sentaciones de hombres es supe-
rior al de mujeres. O, por ejemplo,
en el recurso museográfico que
presenta las diferencias morfoló-
gicas entre un sapiens y un nean-
dertal, se decidió presentar un
ejemplar masculino por ser más
evidentes sus diferencias que en-
tre ejemplares femeninos –dando
[94]
prioridad, en este caso, al mensa-
je científico–. A lo largo de estos
años, la revisión crítica generada
en las sucesivas acciones divulga-
tivas en torno a la exposición ha
convertido la reflexión permanen-
te sobre la figura de la mujer en el
Paleolítico en valor transversal a
toda la actividad museal. La ex-
posición que convencionalmente
llamamos “permanente” es, en
la práctica diaria, un escenario
versátil sobre el que releer el patri-
monio cultural mediante interven-
ciones educativas, lúdicas, musi-
cales, narrativas o espectáculos
teatrales.
Todos los años con motivo de la
celebración del Día de la Mujer
en marzo proponemos nuevas mi-
radas a la exposición del museo
mediante itinerarios divulgativos,
visitas teatralizadas o juegos en
familia. Pero el objetivo no es inter-
cambiar roles entre hombres y
mujeres, sino, en todo caso, com-
partirlos, presentar la contribución
esencial de todos los miembros
de la comunidad al bienestar del
grupo en el contexto de las so-
ciedades igualitarias paleolíticas.
Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano
Proponemos recorridos autoguia-
dos para descubrir otras lecturas
posibles en la exposición, a partir
de elementos de la museografía
aparentemente inconexos; pro-
ponemos a los visitantes mira-
das que rescaten a la mujer de
la Prehistoria de su invisibilidad
tradicional en el imaginario co-
lectivo. Para ello nos apoyamos
en la visibilidad explícita e inten-
cionada que la mujer adquiere
en la narrativa visual de la expo-
sición del museo. En recorridos
como “¿Dónde están las mujeres
del Paleolítico?”, “Las mujeres hi-
cimos Prehistoria”, “Más allá del
hogar: mujer, arte y tecnología
[95]
en Altamira” o “La evolución del
hombre…. y de la mujer” recor-
damos cómo era la imagen de
la mujer imaginada en grabados
y pinturas a principios del siglo XX
para sustituirla por la imagen de la
mujer pensada desde el conoci-
miento presente, sin estereotipos
del pasado, aunque quizá con los
valores actuales, una mujer que
nos mira directamente en la ex-
posición, entablando comunica-
ción visual con el espectador.
Figura 3. Portada del itinerario para
familias ¿Para él o para ella?
Foto: Museo de Altamira.
ICOM 09
Más allá del hogar y de la cueva,
buscamos a las mujeres también
como creadoras, detrás de las
herramientas y la tecnología pre-
histórica en el itinerario para fami-
lias “¿Para él o para ella?“ (Figura
3). Tradicionalmente, en la recons-
trucción de la vida cotidiana de
las comunidades del Paleolítico,
la caza y la producción tecnoló-
gica es una tarea atribuida solo a
los hombres. ¿Fue en realidad la
tecnología paleolítica “cosa de
hombres”? Si observamos los ám-
bitos en los que también las muje-
res participaron necesariamente
en el seno de sus comunidades,
[96]
como la crianza y las tareas en
los espacios habitados, aprecia-
remos que tuvieron que ser igual-
mente usuarias habituales de he-
rramientas muy diversas, y, por
tanto, buenas conocedoras de
“Las mujeres tuvieron que ser
igualmente usuarias habituales
de herramientas muy diversas,
y, por tanto, buenas conocedo-
ras de los materiales empleados,
del diseño de cada herramienta,
y de su perfeccionamiento.”
Figura 4. Danza contemporánea Narra-
tiva de los orígenes (Marina Bruno).
Marzo de 2013.
Foto: Museo de Altamira.
Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano
los materiales empleados, del di-
seño de cada herramienta, y de
su perfeccionamiento. ¿Estaban
necesariamente separados en el
seno de las comunidades paleo-
líticas la producción de útiles y el
uso habitual de éstos? Probable-
mente no.
Con el itinerario didáctico para
alumnos de Educación de Perso-
nas Adultas, “Dime qué te llevas
a la tumba y te diré quién eres”,
convertimos a la mujer en prota-
gonista de esta mirada hacia la
Prehistoria. Fijamos la atención
en el enterramiento paleolítico
de una mujer adulta en el abrigo
francés de Saint Germaine La Ri-
vière y en su rico ajuar funerario
para destacar el enterramiento
como comportamiento cultural
que nos diferencia y nos integra
entre nuestros iguales en el inicio
de nuestra Historia. Este Itinerario
nos conduce por la exposición y
nos ayuda a identificar cada uno
de los objetos que componen el
ajuar funerario, todos representan
una forma de vida, la de los caza-
dores recolectores en el Paleolíti-
co superior.
[97]
Autor/a
La mirada de artistas contempo-
ráneos a la colección arqueoló-
gica y a la exposición enriquece
progresivamente las formas de
expresión e interpretación desde
el museo. El teatro nos permite
imaginar prehistorias posibles y la
danza contemporánea estable-
ce puentes y puntos de contacto
entre la mujer del presente y del
pasado, huyendo de todo com-
promiso con la literalidad y repre-
sentatividad (Figura 4).
El lenguaje utilizado por el perso-
nal de atención al público es una
herramienta muy efectiva, pues
es la principal mediación entre
la exposición, el mensaje y el pú-
blico visitante. Los guiones de las
visitas guiadas a la Neocueva,
de la visita a la cueva (en las vi-
sitas experimentales que en 2014
se están realizando), los talleres
de Prehistoria, o las presentacio-
nes de los recursos divulgativos
presentan a las personas del Pa-
leolítico con términos genéricos –
personas, gentes, mujeres y hom-
bres- e incluyen explícitamente el
mensaje de que todos los miem-
bros del grupo participaban en las
ICOM 09 Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano

Figura 5. Portada del libro Kashuk en Altamira.
Autora de las ilustraciones: M. García Mingo.
Autores del texto: A. Martínez y J.A. Lasheras
Foto: Museo de Altamira.
tareas diarias necesarias para la
supervivencia y bienestar del gru-
po. El libro editado por el museo y
la Asociación de Amigos “Kashuk
en Altamira” (Figura 5) tiene como
protagonista a una niña paleolíti-
ca, a la que encontramos en la
historia realizando todo tipo de
tareas cotidianas; también
es una niña la protagonista
contemporánea del cuento
Sueños en rojo de la actual
Museoteca. Este espacio
para familias con niños fue
dedicado en 2008-2009 a la
mujer paleolítica y a las mu-
jeres creadoras en el Arte.
El Museo participa en la ini-
ciativa de la Subdirección
General de Museos Estatales
“Patrimonio en Femenino”
de la Red Digital de Colec-
ciones de Museos de España
que tiene como objetivo vi-
sibilizar la participación acti-
va de las mujeres en la cul-
tura a lo largo de la historia
a través de las colecciones
de los museos. Cada edición, los
museos presentamos objetos de
nuestras colecciones en una ex-
posición on line temática. Preci-
samente la dificultad de asignar a
mujeres u hombres el uso o fabri-
cación de los objetos paleolíticos
ha supuesto un reto para nuestra
participación en este proyecto,
reto que hemos afrontado como
oportunidad para reforzar y am-
pliar la difusión de estos mensajes
que se trabajan en la actividad
del museo.
En 2012, bajo el título “Ausencias
y silencios” nos decantamos por
deconstruir la asociación tradicio-
nal de las herramientas de sílex, su
diseño, producción y uso por par-
te de los hombres para introducir
la necesaria participación activa
de las mujeres en la acción social y
por tanto también como produc-
toras y usuarias de herramientas.
En 2013, enfocada la exposición
a “Mujeres ante la adversidad,
tiempos y contratiempos”, contri-
buimos al catálogo con el articulo
“La conciencia de una identidad”
y a la exposición con la presenta-
ción de las figuritas femeninas que
aparecen en toda Europa desde
hace 30000 años, descartando
en la argumentación el tradicio-
nal término de venus. Para “Tradi-
ción y modernidad” - en 2014- se-
leccionamos una aguja de hueso
destacando que este invento pa-
leolítico que ha llegado hasta la
actualidad es resultado de la in-
novación, la experimentación y
la creatividad humanas y que su
uso, por hombres o mujeres, sería
una tarea tecnológica importan-
te para el grupo.
Hoy, conscientes del papel social
de los museos para la educación
en igualdad, el género está inclui-
do como valor transversal explíci-
tamente en el Plan Director del
museo e incorporado plenamen-
te a la actividad museal. Pero te-
nemos la oportunidad de corregir
los errores del pasado en la na-
rrativa expositiva y trabajamos ya
en la renovación de la exposición
“Nuestra interpretación del
conocimiento actual de las
sociedades paleolí-
ticas devolverá,
al menos en el Museo de Alta-
mira, su visibilidad a la mitad
invisible de la humanidad.”
permanente con el convenci-
miento de que nuestra interpreta-
ción del conocimiento actual de
las sociedades paleolíticas devol-
verá, al menos en el Museo de
Altamira, su visibilidad a la mitad
invisible de la humanidad.

[98] [99]
ICOM 09 Autor/a

Bibliografía

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Jornadas de Departamentos de
Educación y Acción Cultural. A
Coruña: Museo de Bellas Artes da
Coruña: 289-297.
Jornadas DEAC

[100] [101]
ICOM 09 Paloma Cabrera Bonet

Identidad y género, modelos y mentos arqueológicos de excep-

cional valor, que nos ofrecen múlti-
teridad, a lo que se sitúa fuera de
los límites del orden, de la “normali-
contramodelos. El nuevo discurso ples informaciones sobre aspectos dad” que él mismo construye, para

expositivo de Grecia en el económicos, sociales, políticos e

ideológicos de la Grecia antigua.
definir su propia identidad. Posicio-
nado frente al mundo, se define a

Museo Arqueológico Nacional. El eje del nuevo discurso de la sala

sí mismo en oposición a “lo que no
es”, a “lo otro”, polarizado en tres
de Grecia es la construcción de
Paloma Cabrera Bonet categorías igualmente amenazan-
Museo Arqueológico Nacional la identidad, esencia del sistema
tes. La naturaleza, el extranjero y la
paloma.cabrera@mecd.es ideológico, ético, social y político
mujer son los elementos clave en
de la cultura griega, pues basó en
un proceso de interacción cons-
A Ricardo Olmos, antiguo Conservador de Grecia en el MAN, ella su concepción del mundo, del
tante que determina y, a la vez,
que me enseñó a amar y conocer el mundo griego, pues orden frente al caos, de lo civiliza-
juntos soñamos nuevos discursos de las salas de Grecia del
es determinado por estrategias de
do frente a lo salvaje, de lo griego
Museo y debatimos nuevas formas de trasmitir al público la exclusión o integración.
inagotable riqueza de los vasos, las imágenes y los textos
En el mundo grie-
griegos. “La naturaleza, el extranjero y la mujer son los
go la identidad
elementos clave en un proceso de interacción del varón se de-
La renovación del Museo Arqueo- tas piezas encierran. Al abordar el
lógico Nacional y la realización planteamiento del nuevo discur- constante que determina y, a la vez, es determi- fine, paradójica-
de un nuevo proyecto museo- so expositivo nos enfrentábamos nado por estrategias de exclusión o integración.” mente, a través
gráfico nos ha permitido elaborar a una larga tradición museográfi- de la de la mujer,
una nueva presentación de las ca caracterizada por un discurso frente a lo bárbaro, de lo masculi- de la interacción constante y esen-
colecciones de Grecia, integra- cronológico-estilístico, donde el no frente a lo femenino. Partíamos cial entre ambos mundos, diame-
das por cerca de 2000 vasos ce- hilo conductor de la narración era de un texto griego, una sentencia tralmente opuestos. La definición
rámicos, terracotas, esculturas y el desarrollo artístico de la pintu- que la tradición atribuyó a Tales de social de lo que es natural y nor-
bronces, datados desde el siglo ra vascular. Quisimos romper con Mileto: “Doy gracias a los dioses, mal para el hombre se construye
XVI al III a.C. Su relevancia, inter- ese modelo y ofrecer una visión por ser hombre y no animal, por ser en términos de lo que no lo es, que
nacionalmente reconocida, ha- del mundo griego más atractiva, varón y no mujer, por ser griego y es el dominio de la mujer y vicever-
cía imprescindible su exposición dar a conocer los aspectos más no bárbaro.” (Diógenes Laercio, sa. Él es la encarnación perfecta y
en un discurso museográfico que destacados de su cultura a través 1.34). Quintaesencia de la autode- absoluta de los valores esenciales
permitiera descubrir la inagotable de un referente esencial, los vasos finición, la sentencia delata cómo de una sociedad que se ha llega-
información y sugerencias que es- cerámicos y sus imágenes, docu- el varón griego se enfrenta a la al- do a llamar “el reino del falo”: es

[102] [103]
ICOM 09 Paloma Cabrera Bonet

dominador, agresivo, competiti- ponerse límites a sí misma, debe

vo, autocontrolado, visible y ver-
bal. La mujer debe ser sumisa,
pasiva, modesta, invisible y silen-
ciosa. Sin embargo, estos valores
“positivos” de la mujer son diame-
tralmente opuestos a la percep-
ción de su verdadera naturale-
za, esencialmente antisocial: es
ser limitada. Esto se logra con la
socialización a través del matri-
monio, la organización de su es-
pacio, con prescripciones sobre
sus gestos, ordenando sus rituales,
e imponiéndole tutores.
Bajo este paradigma identitario

irracional, transgresora, incapaz presentamos el nuevo discurso

de controlar y reprimir sus insacia- de Grecia desde una perspecti-

bles apetitos sexuales, y sus límites va de género, apoyándonos en

son difícilmente determinables o las imágenes de los vasos y terra-

controlables. La mujer sólo puede cotas, en sus funciones y contex-

trascender su naturaleza innata tos de usos. Tras una introducción

histórica, la nueva presentación
sus opuestos y perpetuar la exclu- Figura 1. Sala de Grecia. Unidad Temática

“En el mundo griego la comienza con una unidad te-

identidad del varón se
define, paradójicamente,
a través de la
mujer, de la interacción
constante y esencial
entre ambos mundos,
diametralmente opuestos.”
con ayuda de un hombre, de las
instituciones masculinas y de una
conducta aprendida y sanciona-
da en esta sociedad androcéntri-
ca. Como la mujer es incapaz de
mática, “La identidad griega”.
Cuatro vasos, cuatro imágenes,
un sátiro (contramodelo natural),
una mujer (contramodelo social),
un guerrero tracio (contramodelo
étnico) y las Amazonas (contra-
modelo mítico que reúne en una
sola figura todos los aspectos ne-
gativos de los anteriores), aislada
cada una en una vitrina, junto a
la escultura de Apolo (Figura 1),
sintetizan la ideología que legiti-
ma la superioridad del varón y le
permite ejercer un dominio total,
afirmar sus propios valores, negar
sión de lo diferente.
“La identidad griega”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
A partir de aquí, dos caminos pa-
ralelos y enfrentados se abren
para el visitante a través de dos “El eje del nuevo discurso de
unidades temáticas: “Oikos. La
la sala de Grecia es
casa” y “Polis. La ciudad”, la vida
en el hogar y la vida ciudadana. la construcción
El objetivo es mostrar la vida co- de la identidad, esencia del
tidiana griega y subrayar, desde
sistema ideológico, ético, social
una perspectiva de género, la
construcción de un sistema social y político de la cultura griega.”
y político que establece y sancio-
na la desigualdad y la exclusión.
Cada unidad temática está pro-
logada por una “pieza icono” de

[104] [105]
ICOM 09
gran fuerza visual que sintetiza y
presenta los argumentos del dis-
curso. “Oikos. La casa”, se abre
con una escultura de Afrodita. La
imagen de la diosa, vestida, ocul-
ta, preside el espacio de la mu-
jer y de los roles femeninos en el
ámbito que los varones le desig-
nan como propio. Velos, túnicas y
mantos son, frente al libre desnu-
do masculino, signos de su oculta-
ción y confinamiento doméstico,
y símbolo de sus virtudes. Frente a
ella, una estatua de Heracles ini-
cia la narración de “Polis. La ciu-
dad”. El cuerpo desnudo del va-
rón preside y presenta el espacio
[106]
masculino por excelencia, donde
se construye su identidad, que es
esencialmente la del ciudadano,
y donde se define su excelencia
a través de las virtudes que le son
propias.
Tres unidades expositivas nos in-
troducen en el oikos, el hogar, la
célula social primordial, el ámbito
femenino por excelencia, donde
se construye la identidad de la
mujer y se perpetúa su cometido
social. La primera, “Gamós. La
Figura 2. Sala de Grecia. Unidad Expositiva
“Gamós. La boda”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
boda” (Figura 2), narra el desarrollo
y significado simbólico del ritual de
la boda, sus secuencias y la confi-
guración del ajuar nupcial, signo
de prestigio y de consolidación de
su situación jurídica y social. La ima-
gen de una cratera ática y el texto
de Jenofonte (Económico, 7, 35 ss.)
que le acompaña, sintetiza la situa-
ción de la mujer el día después de
la ceremonia nupcial: “Tu ocupa-
ción será permanecer en casa. Se-
rás responsable de cualquier asun-
to y mirarás que el presupuesto de
un año no se derroche en un mes”.
[107]
Paloma Cabrera Bonet
La segunda, “Thálamos. El hogar”
(Figura 3), muestra las actividades
básicas de la vida doméstica en
este ámbito fundamentalmente
femenino. Un texto de Aristóte-
les (Económico, 140-141), preside
este espacio: “La buena espo-
sa conviene que mande en los
asuntos de puertas adentro de la
casa… sin prestar atención a los
asuntos públicos…”. Un conjunto
de vajilla de mesa alude al con-
trol femenino de la preparación
y consumo de alimentos. Figuras
Figura 3. Sala de Grecia. Unidad Expositiva
“Thálamos. El hogar”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
ICOM 09
en terracota de vivos colores nos
muestran sus vestidos, peinados
y adornos. El gineceo se puebla
de objetos femeninos, vasos para
contener perfumes, joyas, cosmé-
ticos, adornos y otros objetos ínti-
mos y cotidianos.
Por último, “Génesis. Las edades
de la vida” (Figura 4), nos introdu-
ce en el ciclo vital, desde su co-
mienzo, el parto y la infancia, has-
ta su final, la vejez y el llanto por la
muerte. Todas ellas son tareas de
exclusividad femenina. La vida se
gesta y se cierra en el oikos. Las
distintas etapas de la vida están
marcadas por ritos de tránsito,
[108]
regulados por códigos sociales y
religiosos que sancionan los distin-
tos grupos de edad y de género.
Dos destinos diferentes se diseñan
“Bajo este paradigma identitario
presentamos el nuevo discurso
de Grecia desde una perspec-
tiva de género, apoyándonos
en las imágenes de los vasos y
terracotas, en sus funciones y
contextos de usos.”
Figura 4. Sala de Grecia. Unidad Expositiva
“Génesis. Las edades de la vida”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
para los hijos: la niña, ya mujer, re-
gresará al oikos, el niño, ya hom-
bre, se integrará como ciudada-
no en la polis.
La exclusión, el silencio y la invisibi-
lidad de la mujer queda patente,
de forma contrastada, en la uni-
dad temática “Polis. La ciudad”,
una construcción económica,
social y política realizada bajo el
paradigma masculino y cimenta-
da en instituciones reglamenta-
das por y para los varones. En una
secuencia de nueve unidades
expositivas se muestran las princi-
pales actividades e instituciones
griegas que forman la raíz de la
[109]
Paloma Cabrera Bonet
vida ciudadana: la educación,
la convivialidad del simposio, la
política, el espectáculo teatral y
deportivo, el comercio, la ciencia
y el último y principal destino del
ciudadano, la guerra. Se contra-
pone así la vida pública ciudada-
na a la vida doméstica, enfren-
tadas espacialmente, desde una
perspectiva de género.
En todas ellas queda patente el
protagonismo masculino y la ex-
clusión femenina, y cuando la
mujer está presente, su imagen y
Figura 5. Sala de Grecia. Unidad Expositiva
“Pólemos. La guerra”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
 ICOM 09
su actividad actúan como refuerzo
del paradigma identitario construi-
do. Así, la presencia de la mujer en
un ámbito por excelencia mascu-
lino como es el de la celebración
del rito del simposio, la bebida en
común, se realiza bajo la figura de
la hetera, la cortesana, y bajo la
consideración simplemente como
objeto del placer del varón. En otro
espacio de exclusividad masculina,
la guerra (Figura 5), la mujer apare-
ce en las escenas de armamento
y despedida del varón que parte
hacia la batalla como elemento
de cohesión en el esquema fami-
liar, pues es ella quien asegura la
continuidad de la vida y quien pro-
porciona a la ciudad sus futuros de-
fensores. Hemos querido también
dedicar un espacio en este ámbito,
escenario del honor y la gloria del
varón, a las víctimas, especialmen-
te a la mujer: imágenes del mito
–la violación de Casandra duran-
te el saqueo de Troya- nos propor-
cionan el relato, y la crítica, de la
crueldad y el horror de la guerra. En
la unidad expositiva “Ágora. La po-
lítica”, centrada en Atenas y en la
democracia ateniense, en la par-
[110]
ticipación de los ciudadanos en
el gobierno de la ciudad, hemos
querido destinar, precisamente
aquí, en el ámbito dedicado a
ese sistema político, un espacio
a los excluidos de la vida política
por su condición, género o etnia:
mujeres, extranjeros y esclavos.
La unidad expositiva “Akrópolis.
La religión” sirve de nexo entre el
espacio del oikos y el de la po-
lis, pues el santuario es marco de
confluencia entre el mundo mas-
culino y femenino, el ámbito en
el que la mujer se integra como
oferente y participante, a veces
incluso como protagonista, en
los rituales religiosos de la ciudad.
Toda la comunidad participa en
la fiesta, hombres y mujeres, niñas
y niños marchan agrupados por
edad, condición y género, mos-
trando su unidad ante los dioses
y la aceptación de los valores y
destinos asignados. La ruptura del
tiempo cotidiano es periódica re-
afirmación, sancionada por los
dioses, de las identidades de gé-
nero.
Figura 6. Sala de Grecia. Unidad Expositiva
“Thánatos. La muerte”. MAN.
Foto: Fernando Velasco.
Los roles de género se perpetúan
en la muerte. La Unidad Temática
“Thánatos. La muerte” aborda la
configuración del ritual fúnebre
que propicia el tránsito del difun-
to a la vida de ultratumba y da
prestigio y cohesión a su grupo so-
cial. Tres unidades expositivas re-
construyen sutilmente el espacio
de la muerte, del cementerio y
de los ajuares que le acompañan
en su última morada. En la Atenas
del siglo V a.C., una estela, aquí
[111]
Paloma Cabrera Bonet
recreada sobre sus escalones
(Figura 6), señalaba el lugar del
enterramiento. Allí también que-
daban pequeños vasos blancos
de perfume, lécitos funerarios en
cuyas imágenes es protagonista
la mujer que despide al difunto o
que realiza una de las activida-
des tradicionalmente asignadas
a este género: el cuidado de la
tumba, la visita periódica al ce-
menterio y la ofrenda a los dioses
infernales. En la Magna Grecia,
en el siglo IV a.C., otros vasos, hi-
drias y lutróforo, fueron parte del
ajuar funerario de una mujer y re-
cogen las imágenes de su nuevo
hogar, el gineceo de Hades, dios
de los Infiernos, y la vida futura de
la nueva esposa, idealizada en
el más allá. Una estela de la Gre-
cia oriental presidió la tumba de
una mujer, cuya virtud doméstica
se ensalza a través de la imagen
grabada en la piedra. Frente a la
vitrina que recrea una tumba fe-
menina, una tumba masculina,
donde las crateras, que mezcla-
ron en vida el vino de sus simpo-
sios, acompañan al difunto en su
nueva vida en el allende. Una es-
ICOM 09
tela funeraria de Beocia, conser-
va la memoria del varón enterra-
do, un guerrero.
La última unidad expositiva, “Ha-
des. El viaje al Más Allá”, nos per-
mite asomarnos, a través de las
imágenes de vasos y terracotas,
a ese espacio imaginario, simbó-
lico, que es el de la geografía del
Más Allá. Seres híbridos, extraños
y monstruosos -esfinges, sirenas,
gorgonas, y tritonesas- pueblan
este espacio y ayudan a las al-
mas a encontrar su destino. La
muerte en Grecia es “lo Otro” por
excelencia y, por ello, en su ima-
ginario, tiene un rostro femenino.
En la última unidad temática,
“Mythos. El imaginario”, el mito,
instrumento legitimador del orden
creado e impuesto, sanciona mo-
délicamente la construcción de
la identidad griega, las virtudes y
valores de hombres y mujeres a
través de las figuras y acciones de
dioses y diosas, de héroes y he-
roínas. En este ámbito contrapo-
nemos dos unidades expositivas:
“Héros. Heracles”, que muestra
imágenes de este héroe, encar-
[112]
nación de las virtudes masculinas,
y “Enthousiasmós. Dioniso”, de-
dicada al dios de la vegetación
renovada, del vino, de la transfor-
mación, el dios que trastorna las
fronteras y que representa la inte-
gración de lo excluido: incorpora
en sus cultos y ritos al sátiro, a la
mujer, al extranjero, a los contra-
modelos, en la vida y, especial-
mente, en la muerte.
“La muerte en Grecia es ‘ lo Otro ’
por excelencia y, por ello, en su
imaginario, tiene un rostro
femenino.”
Objetos, imágenes y textos clási-
cos, realizados por y para los va-
rones, para reafirmar y perpetuar
su predominio, nos proporcionan
una lectura del papel social de
la mujer desde la perspectiva
masculina griega. Hemos queri-
do articular el nuevo discurso mu-
seográfico de Grecia desde la
presentación de unos roles de gé-
nero androcéntricos como provo-
Paloma Cabrera Bonet
cación intencionada. El objetivo BOYMEL KAMPEN, N. (1997): “Gen-
ha sido mostrar una realidad his- der and desire”, en A. O. Koloski-
tórica y suscitar la reflexión sobre Ostrow y C.L. Lyons (eds.), Naked
este modelo identitario, sobre sus Trhths. Women, sexuality and gen-
valores, y contrastarlos de forma der in classical art and archaeo-
crítica con los modelos y valores logy, Routledge, London: 267-277.
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WAGNER, B. y SPÄTH, Th. (2000): Contacto
Museo Arqueológico Nacional
Frauenwelten in der Antike. Ges-
chlechterverhältnisse und weibli-
che Lebenspraxis, Stuttgart. Dirección: C/ Serrano, 13 | 28001 | Madrid
Teléfono: (0034) 91 577 79 12
Enlaces
Web: www.man.es
Jornada “Las mujeres: sujeto de la
Correo electrónico: man@mcu.es
Historia”, organizado por el Festi-
val Miradas de Mujeres y el Museo
Arqueológico Nacional.
festivalmiradasdemujeres.es
PUBLICIDAD
Patrimonio en femenino. Exposi-
ción virtual organizada por el Mi-
nisterio de Cultura a partir de los
fondos que forman parte del pa-
trimonio cultural español.
www.mcu.es/museos
[115]
ICOM 09 Virginia Page del Pozo | Rubí Sanz Gamo

Miradas a la mujer ibérica. en 3D de diversas piezas ibéricas, En el situado a su derecha el au-

Una exposición itinerante

siendo ese lugar asturiano el que diovisual Miradas a la Mujer Ibéri-
puso fin a un fructífero recorrido ca (miradasalamujeriberica.es) y

en el contexto de la de doce meses. en el de la izquierda los créditos.

arqueología de género. “El objetivo era producir e La exposición fue

itinerar por diversos museos, ordenada en torno
Virginia Page del Pozo una exposición que pusiera a los siguientes blo-
Museo de Arte Ibérico “El Cigarralejo” de Mula de relieve el papel que la ques temáticos:
mariav.page@carm.es mujer desempeñó en la Un primer espacio ti-
Rubí Sanz Gamo
sociedad ibérica.” tulado “Los espacios
tura y Deporte para la solicitud de
Museo de Albacete ayudas a Corporaciones Locales para la mujer ibéri-
resanz@jccm.es Planteamiento y contenidos de la ca”, dedicado a contextualizar
para actividades que fomenten la
exposición histórica, cronológica y geográ-
comunicación cultural. El objetivo
era producir e itinerar por diver- La exposición fue concebida en ficamente a la cultura ibérica. El

sos museos, una exposición que tres espacios que permitieron vi-

pusiera de relieve el papel que la sionar los diferentes ambientes en

Por iniciativa de un grupo de per-
mujer desempeñó en la sociedad los que se movió la mujer ibérica,
sonas vinculadas a los museos
ibérica. El Ayuntamiento de Jumi- formados cada uno de ellos por
Arqueológico “Jerónimo Molina”
lla generosamente se brindó para varios paneles autoportantes, de
(Jumilla, Murcia), al de la Univer-
encabezar la petición, y además unos dos metros de altura, per-
sidad de Murcia, al de Arte Ibéri-
de los museos citados se sumaron fectamente adaptables a cual-
co del Cigarralejo (Mula, Murcia)
al proyecto los de Ullastret, Beni- quier tipo de sala. No faltó el ám-
y al Museo de Albacete, con la
carló, y Castellón. De esa mane- bito de “bienvenida” consistente
colaboración del Museo Arqueo-
ra la exposición tuvo un recorrido en una gran estructura triangular:
lógico de Murcia y las aportacio-
por antiguos territorios ibéricos en el lado que recibe al visitante
nes de la empresa Arqueoweb-
del este y sureste peninsular. A la figuraba el Título de la exposición
Patrimonio Inteligente, en el año
propuesta se incorporó además y un texto introductorio sobre la
2012 fue presentado un proyecto
la Fundación ITMA Materials Te- muestra, acompañado de una
a la Dirección General de Política Figura 1. Panel de bienveni-
chnology de Avilés, que conta- imagen de gran formato de la da, una estructura triangular,
e Industrias Culturales y del Libro
con la presentación y los datos
ba con las magníficas imágenes Dama de Elche (Figura 1).
del Ministerio de Educación, Cul- técnicos de la exposición.
Foto: Rubí Sanz Gamo.
[116] [117]
ICOM 09
término ibérico alude a los pue-
blos indígenas que habitaron la
franja mediterránea comprendi-
da entre la Alta Andalucía y el río
Herault (Francia) entre los siglos VI
a. I a.C, los cuales presentan cier-
tas diferencias en cuanto a vida
cotidiana y cultura material y que
se tuvieron en cuenta, al ser el
proyecto una muestra itinerante
que recorre dicha franja. Así mis-
mo, explica el papel de la mujer
en la sociedad y las fuentes es-
critas para su estudio. También la
cultura material que en ocasiones
confirma la información aporta-
da por las fuentes y por último, la
presencia de la mujer en las ne-
crópolis.
El segundo espacio, compuesto
por seis paneles, lo denominamos
“La vida cotidiana”. Recoge la
religiosidad y las diosas ibéricas,
relacionadas mayoritariamente
con la fecundidad y la naturale-
za y en las que apreciamos unas
marcadas influencias de otros
puntos del Mediterráneo; el tra-
bajo y la industria textil, tan ligada
a la mujer, ya que el hilado y la
confección de tejidos, realizados
[118]
Virginia Page del Pozo
Rubí Sanz Gamo
en talleres domésticos y para uso Figura 2. Un discurso basado en las
familiar, fueron tareas eminente- imágenes y los conceptos. Un discurso
de invitación a profundizar en la mujer
mente femeninas; el atuendo y, ibérica y la arqueología de género.
Foto. Patrimonio Inteligente.
adorno personal, gracias a la in-
formación proporcionada por las
representaciones en piedra, me-
tal y cerámica; las nutricias, imá-
bronce, como orantes u ofe-
genes de mujeres amamantan-
rentes, en diversas actitudes
do, localizadas en su mayoría en
que debieron formar parte de
la Contestania, que a veces pa-
un ritual, en el que han queda-
recen embarazadas y sostenien-
do inmortalizados momentos
do un ave, signo de la divinidad
concretos del mismo. La mujer
femenina; y la música, puesto
en la cerámica, concretamen-
que la mujer se muestra en distin-
ras más emblemáticas como la te la correspondiente a los siglos
tos soportes, tocando sobre todo,
Dama de Elche, la Dama de Baza III-II a.C., decorada con escenas
la flauta y la lira. Las cerámicas
o la Dama del Cerro de los San- donde ellas participan en ritos o
de Liria escenifican actos rituales,
tos, a otras con un importante va- celebraciones. O en el ámbito
donde las mujeres amenizaban
lor artístico, histórico y científico. doméstico, las damas portan un
con música, los desfiles o juegos
De todas ellas destacar, además espejo, una flor o hilan, al igual
representados en ellas.
de su significado, detalles tan re- que otras mujeres mediterráneas.
Finalmente “La mujer en el arte” levantes como los referidos al ves-
Completaron la exposición dos
(Figura 2). En cuatro paneles mos- tuario y adorno personal.
vitrinas-mesa. Una para exhibir los
tró las diferentes representacio-
Así encontramos la gran estatua- materiales arqueológicos presta-
nes de la mujer en el arte ibérico,
ria que representa generalmente dos por el Museo de Arte Ibérico
en cualquier tipo de soporte (pie-
a la mujer aristocrática en dife- del Cigarralejo (Mula, Murcia),
dra, cerámica o bronce) y des-
rentes actitudes, como las damas Museo Municipal Jerónimo Mo-
cubiertas en diferentes contextos
entronizadas con atuendos exclu- lina (Jumilla, Murcia), Museo Ar-
ya sean en necrópolis, santuarios
sivos de una gran señora y que, a queológico de Murcia y Museo
o poblados. Hemos compilado
veces, sirven de contenedoras de de Albacete, para su itinerancia.
una variada gama de piezas, en
cenizas. Los pequeños exvotos de En la otra se mostraban diversos
donde mostramos desde las figu-
[119]
ICOM 09
objetos, pertenecientes a la co-
lección estable de cada una de
las sedes, con el fin de que éstas
descubrieran al público sus pro-
pias colecciones relacionadas
con el tema y que, no itineraron
por las demás localidades. Tam-
bién dispusimos de dos pedesta-
les de pequeño formato, para la
exhibición de dos piezas significa-
tivas.
Toda esta información, pudo
completarse con unas magnífi-
cas imágenes de estatuaria ibé-
rica en 3D y hologramas digita-
les y analógicos, prestadas por
la Fundación ITMA1, así como de
una réplica a tamaño real de la
[120]
Dama de Elche, en la que se uti-
lizaron las últimas tecnologías en
cuanto a la precisión de los deta-
lles y la calidad de los acabados
(Figuras 3 y 4).
La muestra culminó con otras
actividades de carácter cultural
como conferencias referidas a la
actividad realizada por la mujer
en época ibérica en cualquier fa-
ceta de su vida y en los distintos
contextos en los que se movió, ya
sean religiosos, domésticos, socia-
les, funerarios o cultuales, a cele-
brar en cada una de las ciudades
que albergaron la exhibición.
Figura 3. Una pantalla táctil con
proyecciones en 3D permitía al vi-
sitante apreciar los más pequeños
detalles de la estatuaria ibérica
femenina, facilitando el aprendiza-
je a través de actividades lúdicas.
Foto: Ana Grací Castañeda.
1 Nuestro agradecimiento a Luís Roves
y Julio Ruiz miembros de la Fundación
ITMA Materials Technology y autores de
las imágenes y su procesamiento.
Figura 4. Recreación de la Dama de Elche
mediante la aplicación de tecnologías digi-
tales: ensayo de oportunidades que ofrece
(Fundación ITMA).
Foto: Ana Grací Castañeda.
No faltaron las visitas guiadas a la
misma, adaptadas a todo tipo de
públicos y por último, los talleres
didácticos orientados principal-
mente, a un público infantil. Estos
últimos consistieron en la elabo-
ración (“colorea y recorta”) de
unas caretas que representan a
las tres Damas más emblemáti-
cas de esta cultura, como son la
Dama de Elche (Alicante), la de
[121]
Virginia Page del Pozo | Rubí Sanz Gamo
Baza (Granada) y la Gran Dama
Oferente del Cerro de los Santos
(Albacete).
Respecto al audiovisual del panel
de bienvenida, mostraba una su-
cesión de mini-videos de un minu-
to de duración relativos a diferen-
tes aspectos de la mujer ibérica
que por razones de espacio no se
detallan en los diferentes ámbitos
descritos, tales como: “Armas en
tumbas de ajuar femenino”; “La
cerámica griega de figuras rojas”
con escenas pintadas con muje-
res en tareas cotidianas, o den-
tro de “Episodios mitológicos”,
junto a deidades o seres fabulo-
sos, imágenes que influirían en el
imaginario ibérico, por ejemplo
la paloma que asociada a diosas
de la fecundidad de todo el Me-
diterráneo en la cultura ibérica se
convierte en un símbolo represen-
tativo femenino.
Además de la información conte-
nida en los paneles, video y pan-
talla táctil, se elaboraron trípticos
en castellano, catalán, inglés y
francés, pósters y publicidad ex-
terior (lonas impresas).
ICOM 09 Virginia Page del Pozo | Rubí Sanz Gamo

Datos técnicos y equipo (Figura 5) Resultados

Comisariado: José Miguel García Catalunya-Ullastret (Girona, Ca- Tanto la exposición Miradas a la

Cano, Emiliano Hernández Ca- taluña), Museo de la ciudad de Mujer Ibérica como las actividades

rrión, Virginia Page del Pozo y Rubí Benicarló (Castellón, Comunidad asociadas a la misma, tuvieron una

Sanz Gamo. Valenciana), Museo de Bellas Ar- gran aceptación en cada una de

tes de Castellón (Castellón, Co- las sedes presentadas, tal y como

Equipo colaborador: Rosa María demuestra el gran número de visi-
munidad Valenciana), y Museo
Gualda Bernal, Francisco Ramos tantes que acudieron a la muestra,
de Albacete (Albacete, Castilla
Martínez y Carlos María López así como el interés demostrado por
La Mancha).
Martínez. los medios de difusión locales: pren-
Fechas de inicio y fin: 8 de mar- sa, radio y televisión, sin olvidar las
Entidad Solicitante: Excmo Ayun-
zo de 2013 hasta el 1 de abril de diversas redes sociales (Figura 6). To-
tamiento de Jumilla.
2014. dos ellos publicitaron los actos, ha- Figura 6. Los medios de comuni-

Entidades Colaboradoras: Museo ciendo eco de los resultados favo- cación social como aliados para
Coste total del proyecto: 65.091,56 la difusión del patrimonio.
Arqueológico “Jerónimo Molina” rablemente. Foto: Patrimonio Inteligente.
€. Ayuda del Ministerio de Educa-
(Jumilla, Murcia), Museo de la
ción, Cultura y Deporte a través
Universidad de Murcia, Museo de
de la 45.041,56 €
Arte Ibérico El Cigarralejo (Mula,
Murcia) Museu d´Arqueologia de

Figura 5. Un equipo de arqueólogos

y de responsables de Museos inser-
tados en la Ruta de los Iberos del
Sureste, con la concejala de Cultu-
ra del Ayuntamiento de Jumilla.
Foto: Patrimonio Inteligente.

[122] [123]
ICOM 09
Se consiguió captar la atención
de un público muy diverso entre
los que cabe destacar al com-
puesto por colectivos desfavo-
recidos o en riesgo de exclusión
social que, en principio, no suelen
ser usuarios habituales de un mu-
seo arqueológico. Para ello con-
tactamos con determinadas aso-
ciaciones de ámbito local, que
trabajan con estos colectivos,
tales como oficinas de servicios
sociales de los ayuntamientos,
la Asociación Local de Personas
mayores o la Asociación de Amas
de Casa. En las visitas guiadas se
atendió a sus particularidades,
prestando mayor atención a los
aspectos de la cultura ibérica que
les pudieron resultar más próximos
(determinados oficios tradiciona-
les, alimentación, vestuario, etc.).
Los museos de Jumilla y de Mula
contaron también con una guía
especialista en el lenguaje de sig-
nos, por lo que se pudo ofertar
una serie de visitas guiadas a gru-
pos de personas con discapaci-
dad auditiva.
[124]
Los objetivos programados se al-
canzaron satisfactoriamente, ya
que conseguimos:
- Dar una mayor visibilidad al pa-
pel de la mujer, destacando la
relevancia que tuvo en la cultura
íbera, puesto que desempeñó un
activo papel en los ámbitos co-
tidiano, social, festivo, religioso y
funerario.
“Se consiguió captar
la atención de un público
muy diverso entre
los que cabe destacar al
compuesto por
colectivos desfavorecidos
o en riesgo de
exclusión social que,
en principio,
no suelen ser
usuarios habituales
de un museo
arqueológico.”
Virginia Page del Pozo | Rubí Sanz Gamo
- Fomentar el conocimiento de la nio, dando a conocer materiales
notable importancia histórica, ar- recuperados en diferentes inter-
queológica y cultural del mundo venciones arqueológicas y los re-
ibérico: su extensión geográfica, sultados científicos de éstas.
cronología, sus relaciones con
- Propiciar que la cultura llegue a
griegos y fenicios y su riquísima
un amplio espectro de la socie-
cultura material, promoviendo el
dad, incluyendo a los grupos en
interés por la cultura ibérica en
peligro de exclusión social y, ha-
particular, y por la Historia y la Ar-
ciendo especial hincapié en ni-
queología en general, entre todo
ños y jóvenes en edad escolar.
tipo de público.
“Conseguimos dar una mayor visibilidad al
papel de la mujer, destacando la
relevancia que tuvo en la cultura íbera,
puesto que desempeñó un activo
papel en los ámbitos cotidiano,
social, festivo, religioso
y funerario.”
- Divulgar el patrimonio arqueo-
lógico local relacionado con el
mundo ibérico en cada una de
las sedes de la exposición, me-
diante la realización de diferen-
tes actividades complementarias
como las conferencias o visitas
guiadas a yacimientos ibéricos.
- Concienciar sobre la importan-
cia de la conservación, investiga-
ción y difusión de nuestro patrimo-
[125]
ICOM 09 Virginia Page del Pozo | Rubí Sanz Gamo

Enlaces

Exposición itinerante Miradas a la Museo de la ciudad de Benicarló.

Mujer Ibérica
miradas a la mujer iberica
MUCBE (Castellón, Comunidad Va-
lenciana)
Contacto
Museo de Albacete
www.ajuntamentdebenicarlo.org
Museo Arqueológico “Jerónimo Dirección: Parque de Abelardo Sánchez, s/n
Museo de Bellas Artes de Castellón 02002| Albacete (Albacete)
Molina” (Jumilla, Murcia)
facebook museo arqueologico (Castellón, Comunidad Valenciana)
Teléfono: + 34 967 228 307
jeronimo molina Fundación ITMA Materials Technolo-
gy de Avilés Web:
Correo electrónico: museo-albacete@jccm.es
Museo de la Universidad de Mur- http://www.itma.es/
cia Red Social: Facebook

Arqueoweb-Patrimonio Inteligente Twitter

http://www.um.es/web/museo/
www.patrimoniointeligente.com
Museo de Arte Ibérico El Cigarra- Web: www.patrimoniohistoricoclm.es/museo-de-albacete

lejo (Mula, Murcia)

www.murciaturistica.es

Museo de Albacete (Albacete,

Castilla La Mancha)
www.facebook.com/Museo
Albacete Contacto
Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo de Mula
Museo Arqueológico de Murcia
Dirección: Calle del Marqués, 1
www.murciaturistica.es
30170 | Mula (Murcia)
Museu d´Arqueologia de Cata-
lunya-Ullastret (Girona, Cataluña)
Teléfono / fax: 968 661 422 | 968 661 422
http://www.mac.cat/Seus/Ullas-
tret mariav.page@carm.es
Correo electrónico:

Web: http://museoelcigarralejo.blogspot.com.es/

[126] [127]
ICOM 09
¿Cómo nos (re)presentamos?
Iconografías de género en las
exposiciones y actividades del
Museo Arqueológico Regional
de la Comunidad de Madrid .
Inmaculada Escobar García
Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
inmaculada.escobar@madrid.org
Enrique Baquedano Pérez
Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
enrique.baquedano@madrid.org
Poderosas imágenes
Se dice que una imagen vale
más que mil palabras. Pocos se
atreverían a reconocer la verdad
de este dicho en su totalidad -las
palabras dicen, y cuánto…- pero
sí que una imagen contiene una
gran cantidad de información,
entre la que se encuentra la pro-
pia aportación de quien la realiza
y de quien la difunde. Basándo-
se en Heidegger, que aseveraba,
al referirse al poeta, que el artista
“funda el ser”, el poeta y crítico
de arte inglés Herbert Read afir-
maba que la imagen precede a
[128]
la idea y no es ésta, como común-
mente se ha creído, el origen de
las formas llamadas simbólicas. El
extraordinario poder de las imá-
genes reside en su capacidad de
estructurar el pensamiento y en
generar estereotipos, en que to-
das han sido construidas con un
propósito y responden a un obje-
tivo concreto.
Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez
El museo, como generador de las imágenes asociadas a dos de
conocimiento, no es ajeno a este nuestras exposiciones así como a
fenómeno y produce y difunde una iniciativa concreta de difu-
imágenes. En el Museo Arqueo- sión de la arqueología desde el
humor.
lógico Regional de la Comuni-
dad de Madrid reconocemos
Los últimos carpetanos. El oppi-
que el verdadero aprendizaje, el
dum de El Llano de la Horca
que produce cambios estructura-
Desarrollaremos especialmente
les, se adquiere gracias a proce-
el análisis iconográfico de esta
sos comprometidos y duraderos.
muestra por dos razones: en pri-
Como la reconstrucción total del
mer lugar porque fue un proyec-
pasado es imposible, procuramos
to doblemente propio, no sólo
ofrecer una sólida recreación ba-
por haber sido producido direc-
sada en los datos científicos con
tamente por el museo sino por
los que cuenta en cada momen-
haber sido también comisariado
to la investigación, sin olvidar que
internamente (por Gonzalo Ruiz
es siempre nuestra propia inter-
Zapatero, Catedrático de Pre-
pretación contemporánea la que
historia de la Universidad Com-
conformará el resultado final.
“En el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad
de Madrid procuramos ofrecer una sólida
recreación basada en los datos
científicos con los que cuenta en cada momento
la investigación, sin olvidar que es siempre
nuestra propia interpretación contemporánea
la que conformará el resultado final.”
Por lo que respecta a las accio- plutense de Madrid, y por los
nes concretas de difusión, con- arqueólogos del MAR Gabriela
centraremos nuestra atención en Märtens, Miguel Contreras y Enri-
[129]
ICOM 09
que Baquedano), y en segundo
lugar, porque en ella se trataban
aspectos del ámbito “privado” de
la vida, es decir, lo no-público, lo
doméstico, lo relacionado con el
mantenimiento de la comunidad,
con la alimentación, con el cui-
dado de la prole, con la relación
intersexual e intergeneracional,
con las creencias; en definitiva,
con los ámbitos tradicionalmente
relacionados con lo femenino.
“La exposición Los últimos
carpetanos, procuró dar presencia a
los colectivos infrarrepresentados
en los discursos históricos del
pasado: mujeres, niños, y ancianos.”
El museo generó y controló en
todo momento el proceso de
implementación de las distintas
materias en forma de imágenes,
textos y otros recursos museográfi-
cos. Durante el proceso de formu-
lación de todos éstos se tomaron
decisiones conscientes y delibe-
radas sobre la forma de dar a co-
nocer al público estos cruciales
aspectos. El reto era, pues, evi-
dente: ¿cómo difundimos estos
conceptos? ¿Con qué recursos?
[130]
Y, sobre todo, ¿qué imagen, qué
aprendizaje llevarán consigo nues-
tros visitantes a su propio ámbito
doméstico?
La exposición Los últimos carpeta-
nos, que estuvo en exhibición en
nuestro museo del 18 de abril al 25
de noviembre de 2012, trataba so-
bre la vida cotidiana en el oppidum
de El Llano de la Horca (Santorcaz,
Madrid), un yacimiento carpeta-
no excavado por el
MAR desde el año
2000. Para ilustrar el
discurso expositivo
se encargaron al
artista Arturo Asen-
sio un total de 19
ilustraciones relacionadas con los
distintos aspectos socioeconómi-
cos, de cultura material y espiritual
que se deseaban dar a conocer.
En ellas se procuró dar presencia a
los colectivos infrarrepresentados
en los discursos históricos del pasa-
do: mujeres, niños, y ancianos.
Para elaborar estas imágenes se
estableció un diálogo permanen-
te entre arqueólogos y dibujante,
ciencia y arte: los comisarios entre-
Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez
garon a Arturo Asensio la nece- aportaciones de los artistas son
saria documentación para ga- clave.
rantizar rigor y veracidad, y éste
Una Familia carpetana (Figura 1)
contribuyó con sus recursos plás-
da entrada al poblado. La que
ticos a conseguir que unas deter-
aquí se dibujó respondía a una
minadas ideas o personajes ad-
consciente interpretación. Inde-
quiriesen su peso. Los artistas, con
pendientemente de si la base de
su dominio del lenguaje pictórico,
la unidad organizativa de la so-
consiguen enfatizar el mensaje
ciedad carpetana estaba forma-
de los arqueólogos y que éste ad-
da por tal reducido núcleo o por
quiera fuerza iconográfica.
una realidad más extensa, en su
Así, más allá de consideraciones
de tipo cuantitativo (de un total
de 105 personajes representados
en las escenas, 53 son hombres y
52 mujeres), gracias a las aporta-
ciones del espléndido ilustrador
que es Asensio, a la hora de otor-
gar tal visibilidad entraron en jue-
go aspectos mucho menos evi-
dentes a ojos de la mayoría como
son las escalas, la jerarquía pro-
porcional, la colocación de las
figuras dentro de la propia esce-
na en sucesivos planos, la preg-
nancia de las manchas de color,
las miradas que interpelan al es-
pectador, etc. La preeminencia Figura 1. Familia carpetana, escena proceden-
te de la exposición Los últimos carpetanos.
de unos tipos sobre otros depen-
El oppidum de El Llano de la Horca
de en gran medida de aspectos
(Santorcaz, Madrid).
Ilustración: Arturo Asensio.
puramente plásticos. En esto las Foto: MAR.
[131]

ICOM 09
reconstrucción se optó por abo- En nuestra exposición, mujeres y
hombres comparten espacios y
lir las jerarquías iconográficas: no
hay prelación por razón de tama- ciertas actividades. La escena de
ño, todos los miembros de esta La alfarería (Figura 2) está protago-
unidad se han colocado en el nizada por una joven que ocupa
mismo plano y no hay actitudes un lugar preeminente en la com-
que revelen sumisión u obedien- posición por su colocación en pri-
cia de unos frente a otros. Efec- mer plano y su elevación con res-
tivamente, es ésta una apuesta pecto al resto de los personajes.
arriesgada pero que creíamos Y, sobre todo, por el empleo del
debía servir para crear un discur- torno, herramienta que requería
so de pertenencia que, con res- cierto nivel de cualificación en el
peto, diese la bienvenida a todos contexto de esta artesanía.
los sectores del público.
Figura 2. La alfarería, escena procedente de la
exposición Los últimos carpetanos. El oppidum
de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid).
Ilustración: Arturo Asensio, según versión de
Gonzalo Ruiz Zapatero, Gabriela Martens, Mi-
guel Contreras y Enrique Baquedano.
[132]
Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez
La escena En torno al hogar (Figu- La presencia masculina no se ob-
ra 3) también requería cierta aten- vió del cuadro sino que, gracias
ción, siendo éste el espacio de la a su escala y al hecho de salir del
casa que más se ha asociado a lo almacén con un animal dispuesto
exclusivamente femenino. En este a ser cocinado, se sugiere su con-
caso se colocó a la mujer en una tribución a estas tareas.
posición central, junto al fuego del
En la ilustración La calle (Figura 4)
que recibe luz directa, establecién-
se colocaron en primer plano dos
dose como personaje protago-
mujeres de distintas edades, una
nista, cercana al niño y a la mujer
madre y una hija pequeña, lle-
anciana, lo que confiere iconográ-
vando a cabo una actividad pe-
ficamente valor a las actividades
sada: la carga de leña. La calle la
de mantenimiento que allí realiza.
habitan también otras figuras que
realizan labores menos compro-
Figura 3. En torno al hogar, escena procedente
metidas físicamente, tanto hom-
de la exposición Los últimos carpetanos. El oppi-
dum de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid). bres como mujeres: comercian,
Ilustración: Arturo Asensio, según versión de
Gonzalo Ruiz Zapatero, Gabriela Martens, Mi- intercambian, muelen el grano.
guel Contreras y Enrique Baquedano.
[133]
 Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez
ICOM 09

La mujer es, pues, muy capaz de por la mirada “a la cámara” de Los pueblos de nuestro pasado como por los animales domésti-
llevar a cabo tareas que requie- la niña, que consigue establecer también estarían habitados por cos que contribuirían a su susten-
ren fuerza física. Ni más ni menos una relación directa con el espec- niños, ancianos, gentes de distin- to. La realidad de los niños en la
que la que cualquier ser humano tador y atraer su atención. Tras tas edades y complexiones, así Edad del Hierro, como en otras
puede soportar en virtud de su ellas, una imagen más tradicio- sociedades preindustriales, esta-
edad, peso, talla y capacidades. nal de fémina, moliendo el grano, “Los pueblos de nuestro ría probablemente relacionada
Su protagonismo viene determi- actividad documentada gracias con contextos de trabajo junto a
pasado también
nado por su colocación en primer a los estudios osteológicos como los adultos de su familia, así como
estarían habitados por niños,
plano, sus ropajes en colores roji- más habitual entre mujeres. Unas con otros de juego y aprendizaje.
ancianos, gentes
zos que impregnan la mitad dere- niñas corren por la calle llenando Las fichas encontradas en las ca-
de distintas edades y
cha inferior del cuadro, así como de vida el poblado. lles del yacimiento bien podrían
complexiones, así como haber servido para el entreteni-
por los animales miento de los niños y niñas carpe-
“La mujer es, pues, muy capaz de llevar a cabo tareas que domésticos que contribuirían tanos (Figura 5).
requieren fuerza física. Ni más ni menos que la que a su sustento.”
cualquier ser humano puede soportar en virtud de su edad,
peso, talla y capacidades.”

Figura 5. Niños y niñas

carpetanos jugando en un
poblado carpetano pro-
cedente de la exposición
Figura 4. La calle, escena proceden- Los últimos carpetanos. El
te de la exposición Los últimos car- oppidum de El Llano de la
petanos. El oppidumde El Llano de Horca (Santorcaz, Madrid).
la Horca (Santorcaz, Madrid). Ilustración: Arturo Asensio,
Ilustración: Arturo Asensio, según versión de Gonzalo
según versión de Gonzalo Ruiz Ruiz Zapatero, Gabriela
Zapatero, Gabriela Martens, Miguel Martens, Miguel Contreras
Contreras y Enrique Baquedano. y Enrique Baquedano.

[134] [135]
ICOM 09
Arte sin artistas. Una mirada al
Paleolítico
La imagen icónica de esta mues-
tra, que tuvo lugar del 18 de di-
ciembre de 2012 al 7 de abril de
2013, fue encargada también al
ilustrador Arturo Asensio por uno
de nosotros (E.B.), avanzado ya
el proceso de producción de la
exposición. Se necesitaba un po-
tente reclamo para los distintos
soportes publicitarios, que ade-
más contribuyese a fijar una serie
de conceptos relacionados con
nuestra percepción del arte pa-
leolítico.
[136]
Optamos por una mujer como
ejecutora de las pinturas del te-
cho de los polícromos de la cue-
va de Altamira. Además de reco-
ger las aportaciones de algunos
arqueólogos como José Manuel
Maíllo, se trataba de un home-
naje a Matilde Múzquiz –artista y
coautora, junto con Pedro Saura,
de las pinturas de la reconstruc-
ción contemporánea o “neocue-
va”- con el que pretendíamos res-
catar algunas de las conclusiones
experimentales que esta artista
dejó escritas, relacionadas con
la postura agachada, el tipo de
lámpara utilizada y su iluminación
(Figura 6).
Las críticas llega-
ron enseguida: no
había datos feha-
cientes de que los
artistas pudiesen
ser mujeres (¡cómo
se atrevían a plan-
Figura 6. Mujer pintando en el
interior de una cueva procedente
de la exposición Arte sin artistas.
Una mirada al Paleolítico.
Ilustración: Arturo Asensio,
según Enrique Baquedano.
Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez
tear tal hipótesis y a presentarla pú-
blicamente en esta exposición!).
Algún comentario llegó a afirmar
que “las arqueólogas de género
estarán encantadas por eso pero
son sólo el 1% de la profesión”. En-
rique Baquedano mantuvo sin titu-
beos su decisión y comenzaron a
llegar los elogios de manera muy
masiva. La gran mayoría entendió
su provocación intelectual y cien-
tífica, que además quedaba bien
explicada en su texto del catálo-
go.
Diario del Pleistoceno
Con motivo del Día Internacional
de los Museos del año 2012 cuyo
lema era “los museos en un mundo
cambiante” se dio a conocer en
el MAR El Diario del Pleistoceno, el
periódico más leído del Cuaterna-
rio, una publicación que difunde
la arqueología con sentido del hu-
mor, dando cuenta de la “actuali-
dad” del Pleistoceno, así como de
“reportajes en profundidad”. Fue
elaborado con la colaboración
del Instituto Quevedo del Humor
de la Universidad de Alcalá (Ma-
drid) y dedicado a Antonio Mingo-
[137]
te, que acababa de fallecer. En
él participaron Juan Luis Arsuaga,
Enrique Baquedano, Mª Ángeles
Querol o Gonzalo Ruiz-Zapatero
y los humoristas Mingote, Forges,
Ricardo, Gallego y Rey, Peridis,
Kap, Nani, Edu, Turcios, Kappel o
Corella, entre otros. Su precio era
de “un bifaz”.
Los dos primeros artículos “de al-
cance”, de Mª Ángeles Querol,
prehistoriadora, y Nani Mosque-
ra, humorista, hacen una inter-
pretación de las reivindicaciones
de género. Así, Angelrrolque, un
hombre desesperado en el mun-
do de las diosas, desea reivindi-
car ante la asamblea femenina:
(…) que nos incluyan en la trans-
misión de conocimientos a las ni-
ñas, que no se les oculten las co-
sas que hemos hecho los hombres
(…) ¿Qué pasa con la fuerza, que
no se valora como la astucia o la
capacidad de mando de las mu-
jeres? ¿Será que en el futuro no
habrá más remedio que inventar
la Arqueología de Género para
poner en evidencia todo lo que
1
cuento? (…)
ICOM 09 Inmaculada Escobar García | Enrique Baquedano Pérez

En las 39 viñetas que les siguen se trones cognitivos generadores de

incluyen, además de las icono-
grafías más “clásicas” en las que
el hombre es cazador y la mujer
una “ama de casa” (o de cueva)
paleolítica, otras que representan
desigualdad social. En una época
en la que es tan frecuente mani-
pular el pasado, es necesario que
seamos las instituciones cualifi-
cadas quienes presentemos éste Figura 7

a mujeres pintoras, cazadoras y, basándonos en el conocimiento

sobre todo, contestatarias (Figuras científico. Dando la visibilidad que
Figuras 7 y 8. Viñetas de los dibujantes Toni y Kap publicadas en el Diario
7 y 8). hemos dado a las mujeres, por del Pleistoceno, el periódico más leído del Cuaternario.
Fotos: MAR Instituto Quevedo del Humor de la Universidad de Alcalá (Madrid).
ejemplo, reconocemos el hecho
Seguiremos sacando más Diarios
objetivo y antropológicamente
dedicados a otros periodos de No se nos escapa que puede
demostrable de que en los gru-
nuestro pasado. Porque, como existir otro peligro: el de que in-
pos de primates superiores existe
bien se decía en éste, “acaba la terpretemos con los ojos de nues-
un equilibrio del 50% entre la po-
Edad del Hielo y empieza la Edad tros deseos y aspiraciones de
blación de individuos masculinos
del Humor”. igualdad, por muy legítimos que
y femeninos necesario para que
la especie sobreviva, salvo situa- sean. Los hechos empíricos y el
Hagámoslo bien
ciones extremas. En las atribucio- estudio de los textos nos darán
Para el museo estas iniciativas son
nes de ciertas actividades a unos las mejores claves para plantear
un acto de justicia. Su importan-
y otros puede haber opiniones di- nuestras imágenes que, a su vez,
cia para nosotros radica en que,
versas, pero en esto no. podrán ser modificadas en el fu-
desde nuestra esfera modesta, in-
turo. Y todo ello con la fuerza de
tentamos no crear excesivos pa-
la evocación que demanda la
actividad divulgativa en sí. Des-
“En una época en la que es tan frecuente
de el Museo Arqueológico Regio-
manipular el pasado, es necesario que seamos
nal de la Comunidad de Madrid
las instituciones cualificadas quienes esperamos haber contribuido a
presentemos éste basándonos en el conocimiento que el pasado sea mejor com-
científico.” prendido y valorado, a fomentar
la ilusión por descubrir y conocer,
Figura 8
1 Mª Ángeles Querol, “Angelrrolque, un aunque sea para que nuestras
hombre desesperado”. Diario del Pleisto-
ceno, 2012. propuestas sean rebatidas.
[138] [139]
ICOM 09
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petanos. El oppidum de El Llano
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drid), Catálogo de exposición.
Museo Arqueológico Regional de
la Comunidad de Madrid, Alcalá
de Henares.
VV. AA. (2012c): Diario del Pleisto-
ceno, Instituto Quevedo del Hu-
mor y Museo Arqueológico Regio-
nal de la Comunidad de Madrid,
Alcalá de Henares.
ContactoMuseo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
Dirección: Plaza de las Bernardas s/n | 28801 |
Alcalá de Henares (Madrid)
Teléfono: 918 79 66 66
Web: www.madrid.org
Correo electrónico: mar@madrid.org
[141]
ICOM 09
Repensar los museos desde
la cooperación.
Una aproximación
a Latinoamérica .
1 (Sánchez Romero, 2005; Prados y
Clara López Ruiz
Universidad Autónoma de Madrid
clara.lopezruiz@uam.es
Lourdes Prados Torreira
Universidad Autónoma de Madrid
lourdes.prados@uam.es
En el pasado número de la revis-
ta ICOM (icom-ce digital 08) pre-
sentamos el proyecto de investi-
gación “La discriminación de la
mujer: los orígenes del problema.
La función social y educativa de
los museos arqueológicos en la
lucha contra la violencia de gé-
nero” centrado en conseguir que
los museos incorporen a la mujer
en sus discursos expositivos, como
un medio, en definitiva, de lu-
char por la igualdad en nuestra
sociedad (Prados, Izquierdo y Ló-
pez, 2013). En este nuevo número
[142]
planteamos el género como ca-
tegoría de análisis y proponemos
diversas líneas de actuación en
los museos como espacios de in-
tegración social.
1 “Este trabajo se enmarca en el Proyecto
de Investigación ‘La discriminación de la
mujer: los orígenes del problema. La función
social y educativa de los museos arqueológi-
cos en la lucha contra la violencia de género’
(2013-2015), 035/12, financiado por el Instituto
de la Mujer (Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad).”
Género como categoría de análisis
Si consideramos el género una cons-
trucción cultural que varía en fun-
ción de las sociedades y las épocas
Ruiz, 2008; Izquierdo, López y Prados,
2012), podremos definir la museolo-
gía de género como la ciencia mu-
seológica que permite reconstruir
“La museología con
perspectiva de género
permite reconstruir
espacios y discursos
museísticos que engloban
a toda la comunidad.”
espacios y discursos museísticos que
engloban a todos los miembros de
la comunidad, independiente-
mente de su condición social,
edad o sexo, una museología
integradora, social, activa, que
permite cuestionar los paráme-
tros museísticos de la museología
tradicional en aras de un museo
garante de igualdad. Este marco
teórico nos permite por tanto aproxi-
marnos a los museos con el objetivo
de difundir una visión más igualitaria
del pasado, desprovista de los este-
[143]
Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
reotipos discriminatorios del pre-
sente, legitimizados y naturaliza-
dos a través del androcentrismo.
Esta dominación masculina se re-
fleja en los museos en una distri-
bución jerárquica de los objetos,
imágenes sesgadas y espacios
ocupados según el sexo, lo que
se reproduce inevitablemente
en la visión que el visitante tiene
de la sociedad actual. Recursos
museográficos que invisibilizan
a las mujeres, especialmente en
imágenes que ejemplifican esce-
nas del pasado; gráficas con len-
guajes marcadamente sexistas;
y discursos tradicionales en los
que sólo los hombres parecen ha-
ber protagonizado la historia son
“Es necesario romper con esa
injustificada infrarrepresentación
de las mujeres en la historia,
y los museos, como espacios
de comunicación e igualdad,
nos brindan esa posibilidad.”
la tónica habitual de los museos
analizados. En este sentido es ne-
cesario romper con esa injustifi-
cada infrarrepresentación de las
mujeres en la historia; y los mu-
ICOM 09
seos, como espacios de co-
municación e igualdad, nos
brindan esa posibilidad. Para
ello son necesarias políticas
públicas que contemplen no
sólo la igualdad de género en
los proyectos museísticos sino
que muestren parámetros es-
pecíficos para introducir el
enfoque de género en los dis-
cursos, en la museografía y en
la acción cultural del museo,
y en definitiva, que exijan un
compromiso de igualdad en
las instituciones museísticas. De lo
contrario estaremos transmitiendo
una visión sesgada del pasado,
desacorde con los datos aporta-
dos por la ciencia arqueológica y
contraria a la realidad social ac-
tual, que de forma plural, aboga
por una educación en igualdad.
Otro mundo (y otro museo) es po-
sible. Un ejemplo desde Bolivia.
Una de las pautas comunes que
hemos observado en muchos de
los museos arqueológicos analiza-
dos es la falta de sensibilidad ante
los estudios de género, ya sea por
desconocimiento o de manera
“La creación de nuevos discursos
desde un punto de vista de género
permitirá dotar al objeto
arqueológico de nuevos
significados que contribuyan
a dar cabida a aquellos grupos
postergados hasta
la fecha por el museo,
entre los que se encuentran
las mujeres, la población
infantil, juvenil
o anciana.”
intencionada. Algunas medidas
que publicamos en el pasado
(Izquierdo, López y Prados, 2012)
como la eliminación del lenguaje
sexista (Querol, 2005) o el cuida-
do de las imágenes de las salas
resultan hoy insuficientes; es ne-
cesario dar un paso más decisivo
mediante la creación de nuevos
discursos desde un punto de vista
de género, lo que permitirá a su
vez dotar al objeto arqueológico
de nuevos significados que con-
tribuyan a dar cabida a aquellos
grupos postergados hasta la fe-
cha por el museo, entre los que
se encuentran las mujeres, la po-
blación infantil, juvenil o anciana.
[144]
Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
Esta nueva mirada permite a las
mujeres actuales conocer su pa-
sado, reconocerse a través de
la creación de una identidad
femenina, y tomar las riendas de
su presente y su futuro, para fa-
vorecer un futuro en igualdad.
En esta línea, el Museo de Arte
Indígena ASUR (Sucre, Bolivia)
(www.asur.org.bo) refleja un
proyecto de empoderamiento
de la identidad cultural de las
mujeres andinas a través del te-
jido. Los estudios antropológicos
realizados por la Fundación de
Antropólogos del Surandino con
las diferentes comunidades de
las áreas culturales Jalq’a y Ta-
rabuco, suponen un ejemplo in-
mejorable de arqueología viva
donde la pervivencia de mode-
los a través de los siglos ha per-
mitido elevar los textiles étnicos
a la categoría de arte indígena,
recuperar técnicas precolom-
binas y contribuir al desarrollo
económico de las comunida-
des en riesgo de exclusión a tra-
vés de la comercialización de su
producciones en el museo. Estas
tradiciones reflejadas en su cul-
[145]
tura material permiten crear dis-
cursos llenos de significado desde
el punto de vista de género, a la
vez que elevan a categoría de
patrimonio cultural las activida-
des tradicionalmente asociadas
a la mujer, lo que conlleva su sig-
nificación social dentro del grupo.
Es curioso ver cómo este proce-
so de legitimación social del tra-
bajo femenino suscitó el interés
de la población masculina, que
comenzó también a tejer, lo que
permitió recuperar un repertorio
iconográfico antiguo, y estable-
cer toda una serie de motivos
iconográficos propios de la esfera
femenina y masculina.
Una exposición con miradas dife-
rentes: Mujeres Mesoamericanas
Prehispánicas y Mujeres Ibéricas.
Buscando el elemento común a
través de la arqueología.
La estrecha colaboración con
una de las investigadoras de este
proyecto de investigación “La
discriminación de la mujer: los orí-
genes del problema. La función
social y educativa de los museos
arqueológicos en la lucha contra
ICOM 09
la violencia de género”, la antro-
póloga mexicana M. Rodríguez-
Shadow, nos llevó a profundizar
en la necesidad de visibilizar y
comparar la actividad de las mu-
jeres en culturas diferentes, como
la Cultura Ibérica en la Península
Ibérica (siglos VI- I a C) y las Cultu-
ras Mesoamericanas Prehispáni-
cas. De esta forma, surgió la idea
de realizar una exposición con-
junta e itinerante, tanto en Espa-
ña como en México, al amparo
de otro proyecto en el marco de
la cooperación universitaria con
América Latina2 en el que parti-
cipamos también gran parte de
nuestro equipo de investigación3.
Una de las líneas de investigación
más exitosas de la antropología
prehispánica mesoamericana en
los últimos años ha sido los estu-
dios de género, cuyo referente
más destacado es la Dra. Ma-
ría J. Rodríguez-Shadow, como
atestigua su importante trayec-
toria investigadora y sus numero-
sas publicaciones en este campo
(http://www.ceam.mx/). Sin em-
bargo, en general, este ámbito
de los estudios mexicanos había
[146]
“El objetivo es resaltar
la importancia de estos trabajos
vinculados con el hogar
y la producción
doméstica; el procesado
y la transformación de
los alimentos; el
cuidado de los miembros
de la comunidad y el
reemplazo generacional; la
manufactura textil o
los procesos de
socialización y aprendizaje.”
2 “Proyecto de especialización en pa-
trimonio cultural arqueológico e histó-
rico (UAM-INAH México)” coordinado
por Joaquín Barrio de la UAM, dentro
de la 8ª Convocatoria de Proyectos de
Cooperación Interuniversitaria UAM-
Santander con América Latina.
3 El equipo científico mexicano del INAH
está compuesto por las investigadoras
M. Rodríguez-Shadow (coordinadora) y
Cristina Corona Jamaica del DEAS (De-
partamento de Antropología Social) -con
la colaboración puntual de los profesores
Manuel Gándara y Leticia López, a quien
agradecemos su ayuda-, mientras que el
equipo español de la UAM está formado
por Lourdes Prados Torreira (coordinado-
ra), Raquel Castelo Ruano y Clara López
Ruiz, del Dpto. de Prehistoria y Arqueo-
logía de dicha universidad, con la cola-
boración de Consolación González y los
doctorandos Javier Parra y Roberto Sanz.
Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
Figura 1. Mujer indígena tejiendo en
las instalaciones del Museo de Arte
Indígena Asur (Sucre, Bolivia).
Foto: Clara López.
estado vinculado, en particular, a
su colaboración con universida-
des americanas. Por ello ambos
equipos han visto necesaria una
colaboración más estrecha en
temas comunes, que requieren
una mirada desde dos mundos,
tan diversos y próximos, como
son las Culturas Mesoamericanas
y las Culturas Protohistóricas del
Mediterráneo y, en concreto, la
[147]
Cultura Ibérica, a través de un
tema específico como es el es-
tudio de las llamadas llamadas
“Actividades de mantenimiento”
(Rodríguez-Shadow y Corona, en
este mismo volumen). El objetivo
es resaltar la importancia de estos
trabajos vinculados con el hogar
y la producción doméstica; con
el procesado y la transformación
de los alimentos; con el cuidado
de los miembros de la comuni-
dad y el reemplazo generacio-
nal; con la manufactura textil o
con procesos de socialización y
aprendizaje. Su estudio, por tan-
to, resulta imprescindible para la
interpretación histórica, y sin em-
bargo, en la mayoría de las cul-
turas no se han tenido en cuenta
a la hora de explicar los procesos
históricos, a pesar de que resultan
fundamentales para entender los
momentos de cambio social.
La idea principal es realizar una ex-
posición divulgativa, con paneles
didácticos, en México y en Espa-
ña, como punto de partida para
un proyecto conjunto más ambi-
cioso que abarque otros ámbitos
de estas culturas. La exposición se
ICOM 09
Figura 2. Objetos arqueológicos relacionados con la producción textil,
Museo de Arte Indígena Asur (Sucre, Bolivia).
Foto: Clara López.
inaugurará en el Centro Cultural
La Corrala. Museo de Artes y Tradi-
ciones Populares (UAM)
(www.uam.es) en Marzo de 2015 y
posteriormente en el Centro Cultu-
ral Isidro Favela. La Casa del Risco
(México D.F)
(www.isidrofabela.com), para lue-
go itinerar por diferentes sedes es-
pañolas y mexicanas, que ya han
mostrado su interés en la misma.
[148]
El discurso expositivo se articulará
en diez bloques temáticos, que
se plasmarán en la exposición en
diez paneles dobles:
•Reflexiones Teóricas de las Cul-
turas Mesoamericanas Prehispá-
nicas y de la Cultura Ibérica. As-
pectos comunes y diferenciales.
•Actividades de Mantenimiento.
Definición e importancia en el de-
sarrollo de cualquier comunidad.
Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
•Alimentación: producción y ob-
tención de alimentos, su conser-
vación y preparación, alimentos
característicos, utensilios emplea-
dos a lo largo de todo el proceso,
transporte y almacenamiento del
agua, etc.
Figura 3. Mujer cargando leña, Cultura
de Tumbas de Tiro. Museo Nacional
de Antropología e Historia.
Foto: Fundación Cultural Armella Spitalier.
[149]
•Producción y manufactura tex-
til: actividades vinculadas al ám-
bito doméstico destinadas a la
producción de la indumentaria,
pero también mantas, velas para
barcos, etc. Vinculación con la
cultura material proporcionada
por estas sociedades: telares, fu-
sayolas, pesas, tijeras esquilar, es-
culturas femeninas ataviadas con
ricos vestidos, etc. Motivos deco-
rativos: expresión de identidades.
•Cestería y alfarería: procesos de
fabricación, principales recipien-
tes, decoración, etc.
•Reemplazo generacional, salud
y cuidado de los miembros de la
comunidad; aseo personal y lim-
pieza; preparación y administra-
ción de remedios medicinales;
embarazo; parto; lactancia etc.
(Figura 3).
•Procesos de socialización y
aprendizaje: adquisición del len-
guaje; mecanismos de identidad;
desarrollo de técnicas propias;
transmisión de saberes; mitos y
creencias, y en definitiva, trans-
misión del patrominio cultural de
la comunidad. Asimsimo, se con-
ICOM 09
Figura 4. Relieve de la Albufera, Cultura
Ibérica. MARQ de Alicante
(hoy desaparecida)
Foto: Proyecto IMMI.
templará la existencia de otros
grupos de género y edad como
los individuos infantiles y juveniles
a través de juguetes y miniaturas.
•Cuidado de los difuntos: Trata-
miento del cadáver en el hogar;
cortejo fúnebre: plañideras, mú-
sicas y danzantes, presencia de
[150]
Clara López Ruiz | Lourdes Prados Torreira
amuletos u otros objetos ca- aplicación móvil con servicio de de sus comunidades. Todas estas
racterísticos y protectores; “audioguía”, y visitas guiadas propuestas tendrán como objeti-
dobles enterramientos de mu- concertadas para grupos esco- vo principal revalorizar las activi-
jeres e infantes; comidas fu- lares, familiares y colectivos es- dades de mantenimiento en las
nerarias familiares, y cuidado pecíficos de mujeres (entre las distintas sociedades del pasado
de las tumbas. que destacan las amas de casa) para contribuir así a su reconside-
para mostrar que las actividades ración en el presente, y en defini-
•El hogar, las creencias fami-
realizadas por las mujeres son im- tiva, a construir una sociedad en
liares y las prácticas simbóli-
prescindibles para el desarrollo igualdad.
cas: capillas familiares; culto
a los antepasados; represen-
taciones del hogar en los san-
tuarios, la representación de
la comunidad, los grupos fa-
miliares y los individuos ante
la divinidad (Figura 4), divinida-
des agrícolas y culto femeni-
no, etc.
•Las Actividades de manteni-
miento: una mirada etnológica a
los dos ámbitos geográficos y cul-
turales.
Entre las actividades de difusión
proyectadas en el ámbito de la
exposición se contempla la ela-
Figura 5. Figurilla femenina amaman-
boración de un catálogo y una tando a su bebe. Sala del Preclásico,
Museo Nacional de Antropología e Historia.
guía didáctica, la creación de Foto: INAH.
una página web que aglutine
los contenidos e itinerancia de la
exposición, la creación de una
[151]
 ICOM 09
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[153]
ICOM 09
M use o l o gi a di ge n e r e v ir tu ale .
Un n uo v o a ppr o c c io p e r u n a n u o va
m use o l o gi a 1 .
Genoveffa Palumbo
Universitá di Roma Tre
gpalumbo@unior.it
Virtuale, museo, genere. Una re-
lazione ancora sostanzialmente
inesplorata.
Ormai i musei delle donne “reali”
che esistono non solo in Europa
ma in tutto il mondo sono molti. E
molteplici sono i punti di vista che
li hanno ispirati, le realtà culturali
e “di genere” che essi racconta-
no2. Dall’Asia all’America Latina,
dagli Stati Uniti all’Europa, i musei
delle donne esprimono diversissi-
mi concetti del femminile, dando,
al “genere” significati di volta in
volta mutevoli.
[154]
Tuttavia, proprio perché essi sono
“reali”, nel senso tradizionale del
termine, vale a dire che offrono
uno spazio espositivo fisso in un luo-
go preciso del paese che rappre-
sentano, pur usufruendo anche
di siti internet ai quali molti di essi
rimandano, non hanno elaborato
una nuova museologia del virtua-
1 Questo articolo sintetizza quanto si
potrà ritrovare sul Museo Virtuale delle
Donne dell’Università di Roma Tre inizia-
to nell’allora Dipartimento di Studi Stori-
ci diretto da Stefano Andretta e con la
preside di Facoltà Francesca Cantù.
2 In realtà sono più di 40 i musei delle
donne esistenti nel mondo: 16 nel conti-
nente americano (14 negli Stati Uniti, 1 in
Argentina e 1 in Cile), 16 in Europa, con
4 in Germania, 2 in Austria, 2 in Olanda,
2 in Svezia, 1 in Danimarca, 1 in Francia,
1 in Norvegia, 1 in Romania, 1 in Spag-
na, e uno con esposizione permanente
in Italia (a Merano), oltre quelli in Cina,
India, Giappone, Mali, Senegal, Sudan,
Vietnam etc. Per alcuni link ad alcuni
musei delle donne vedere la bibliografia.
le, e privilegiano, pertanto, tranne
rarissime eccezioni, metodi espo-
sitivi sostanzialmente tradizionali.
Il virtuale, è, insomma, per essi so-
prattutto una sorta di “aggiunta”,
che permette di riassumere i con-
tenuti del museo in modo da offri-
re, a chi non può effettuare una
visita “reale”, un’informazione
sommaria; essi, inoltre, utilizzano
il virtuale come un modo per te-
nersi in una rete, scambiarsi in-
“I musei delle donne esprimono
diversissimi concetti del
femminile, dando, al genere
significati di volta in volta
mutevoli.”
formazioni, progettare incontri e
partecipare al grande dibattito
“sul femminile”, opponendosi a
pregiudizi e ingiustizie diffuse nel
mondo. Spesso questi musei sono
luoghi di ricerca e di “difesa” del
femminile, forse più che realtà
specificamente “museali”.
Ma se noi tentiamo di partire da
un nuovo punto di vista che ci fa
[155]
Genoveffa Palumbo
riflettere sul fatto che anche un
museo virtuale è un museo “rea-
le”, perché il virtuale non deve es-
sere inteso come limitativo, cioè
come una copia imperfetta del
reale, ma piuttosto come esege-
tico, cioè come una spiegazione,
con più virtù (virtus), più potenza
del reale, ecco che nuove possi-
bilità si offriranno a chi progetta
un nuovo museo “delle donne”
o a chi vuole offrire una lettura di
genere di un museo esis-
tente.
Il virtuale come esegesi
Vediamo cosa concre-
tamente vuol dire “vir-
tuale”. La realtà virtuale,
etimologicamente lega-
ta alla parola “virtus”, virtù, poten-
za, capacità, è una realtà “po-
tenziale”, esiste, cioè, in potenza,
risponde ad un progetto, è una
realtà voluta e costruita, dunque
anch’essa reale. Reale, tuttavia,
su un piano diverso di realtà, que-
llo esegetico, quello dove la real-
tà si dispiega nella semantica dei
suoi significati. Un museo virtuale
è dunque anzitutto un museo che
 ICOM 09
fin dalla sua progettazione tende
a riappropriarsi dei significati delle
singole sue parti, a partire da que-
lle che ne definiscono lo spazio. In
altre parole, tutti gli spazi di un mu-
seo virtuale potranno esprimere,
fin dalla loro progettazione, quel-
le potenziali significazioni origina-
rie che il museo “reale”, di fatto,
difficilmente potrà possedere.
Le strutture architettoniche di un
museo virtuale potranno perciò
riappropriarsi del loro antico ruolo
“Non è difficile pensare all’uso di
questa potenzialità per un museo di
genere: dal pavimento al soffitto, dalle
pareti interne a quelle esterne ognuno
di questi elementi potrà dispiegare, con
link o con immagini, un universo di
significati che renderanno il museo
virtuale un work in progress po-
tenzialmente infinito.”
simbolico. Come accadeva per
l’esegesi dell’arte medievale, il
pavimento, le pareti, il soffitto po-
tranno acquisire di volta in volta
[156]
significati che ne dilateranno in
una potenzialità infinita i significa-
ti, conferendo al museo virtuale
spessori di realtà ignoti ai singoli
musei “reali”.
A questo punto non è difficile pen-
sare all’uso di questa potenzialità
per un museo di genere: dal pa-
vimento al soffitto, dalle pareti in-
terne a quelle esterne ognuno di
questi elementi potrà dispiegare,
con link o con immagini, con fonti
diversificate o con la potenzialità
di progetti, un universo di signifi-
cati che renderanno
il museo virtuale un
work in progress po-
tenzialmente infini-
to. Nell’impossibilità
di sviluppare, in
questa sede, i mol-
teplici aspetti di tale
problema, nel segui-
to di questo breve
articolo farò alcuni
semplici esempi che
possano aiutarci a
costruire quella nuova museolo-
gia di genere che il virtuale non
può non portare con sé. Del res-
to, chi scrive sta ultimando, per
l’Università di Roma Tre, un Museo
Virtuale delle Donne che cerca di
rispondere a queste esigenze.
Il pavimento: il luogo del fon-
damento. La storia delle donne
come fondamento.
Il pavimento è base e fondamen-
to. Dunque, se ci chiediamo che
cosa può essere base e fonda-
mento di un museo delle donne,
potremo rispondere: i documenti
e i libri che ci raccontano la sto-
ria delle donne. Il nostro spazio
museale avrà dunque un pavi-
mento sotto il quale si vedranno
antichi e più moderni documenti
d’archivio, ma anche antiporte,
frontespizi, copertine di libri che
sono stati importanti e “fonda-
mentali” per capire la storia delle
donne: immaginiamo un grande
pavimento di cristallo come quelli
che permettono di vedere gli stra-
ti di reperti archeologici anteriori.
Sotto questo pavimento, in ba-
cheche illuminate, le immagini di
questi libri “fondamentali” scorre-
ranno sotto i nostri occhi: potran-
no essere di volta in volta libri, do-
cumenti, miniature. Pensiamo, per
[157]
Genoveffa Palumbo
esempio, alla prima Città delle don-
ne (La Cité des dames di Christine
de Pizan). Molti di questi libri potran-
no aprirsi, facendo girare le pagine.
Le Pareti: un interno e un esterno. il
Museo delle Donne si collega con
gli altri musei.
Le pareti, da un lato, quello in-
terno, circoscrivono uno spazio,
dall’altro, quello esterno, ci metto-
no in collegamento con il mondo.
Dunque ad esse non potremo che
restituire questa loro duplice natu-
ra: all’interno, appesi o racchiusi in
nicchie, o poggiati su scaffali si es-
porranno quegli oggetti di vita quo-
tidiana, quei dipinti, quelle sculture
che serviranno a descrivere, circos-
crivendolo nello spazio e nel tem-
po, quel frammento di realtà che
vogliamo documentare in una sala.
All’esterno, vale a dire sfondando
con collegamenti virtuali la chiusu-
ra di questo spazio, si porranno quei
link che a questi oggetti consenti-
ranno di riacquistare la loro dimen-
sione più aperta e libera (collega-
menti con altri oggetti, altri musei,
altri luoghi, altri tempi).
ICOM 09
Il Soffitto: una prospettiva infinita
per raccontare il femminile.
Anche il soffitto non è semplice-
mente un “tetto” (tego, tegis)
che copre per proteggere, ma è
anche lo spazio senza il quale né
le pareti, né il pavimento stareb-
bero insieme. Esso deve esserci,
per fissare, dare forza all’insieme,
cogliere il senso di ciò che c’è in
quella stanza, formulare il tema,
il problema relativo a quella sin-
gola stanza, che vien fuori da ciò
che mostra il pavimento, ciò che
vediamo sulle pareti, ciò che ci in-
dicano i link collegati a quelle pa-
reti. Da questo punto di vista ogni
stanza del nostro museo virtua-
le cercherà di avere, attraverso
questa prospettiva, una potenzia-
lità di allargamento e di collega-
mento sempre aperta.
Il virtuale per legare. Musei Ar-
cheologici, Musei d’arte, Musei
delle Tradizioni popolari
Questo è il modulo unitario che
servirà, moltiplicato per quante
stanze saranno necessarie, in un
work in progress potenzialmente
infinito, a documentare e discute-
[158]
Genoveffa Palumbo
re i vari problemi che tale musea- di musei che quegli stessi oggetti
lizzazione propone. ha illustrato col pennello di grandi
pittori. Così vedremo, dalle vetrine
Musealizzazione che tenderà,
dei Musei delle Tradizioni popolari,
proprio in virtù di questa realtà vir-
fusi e conocchie (Figuras 1 y 2) che
tuale, a fare in modo che anche
ci faranno ricordare le Parche che
le distinzioni tra le varie tipologie
filano la vita degli uomini, o anti-
museali (Museo archeologico, Pi-
che raccolte di pesi da telaio o
nacoteche, Museo delle Tradizioni
arcolai di legno esposte nei musei
popolari, etc.) vengano valorizza-
archeologici (Figura 3), che si co-
te non nella separatezza attuale,
ma nella ricchezza dei collega-
menti virtuali che si potranno sta-
bilire, proprio sotto il punto di vista
“del femminile”, tra una tipologia Figura 2. Antiche rocche, Museo Nazionale
delle Arti e delle Tradizioni Popolari, Roma.
museale e un’altra. Foto: Genoveffa Palumbo.
I Musei delle Tradizioni popolari, ad
esempio, sensibili a problematiche
più socio-antropologiche che sto-
rico-artistiche, che non lasciano
oggi, generalmente, intravedere
llegheranno alle celebri Hilande-
lo spessore mitico degli oggetti
ras di Velázquez che lavorano as-
che espongono e tendono ad as-
sorte sotto lo sguardo inquietante
solutizzare una prospettiva storica
dell’immagine di Aracne.
ottocentesca, cercheranno inve-
ce di mostrare, attraverso link sulle Si supererà così la “separatezza”
pareti, i ritrovamenti archeologici che caratterizza, per motivi so-
che di quegli stessi oggetti illustra-
Figura 1. Raccolta di fusi e conocchie pro-
prattutto storici, ogni tipologia
vinienti della Campania, Napoli. Museo de-
no la lunga durata, l’immaginario lle Donne del Mediterraneo “Calmana”. museale e si eviterà il rischio che
Foto: Genoveffa Palumbo.
che ad essi si collega, la pittura, la un museo delle donne possa limi-
scultura, l’arte, insomma dei gran- tarsi a mostrare, come accade
[159]
ICOM 09
Figura 3. Arcolaio di legno provenien-
ti della Campania (secolo XIX). Museo
Donne del Mediterraneo “Calmana”.
Foto: Genoveffa Palumbo.
purtroppo assai frequentemente,
piccoli e troppo angusti spazi di
realtà che appiattiscono il femmi-
nile nell’unica dimensione familia-
re-maternale o in quella dei lavori
“cosiddetti femminili”, o, al con-
trario, lo disperdono in una molte-
plicità di ricerche interessanti ma
sostanzialmente “di contorno”
rispetto ad una prospettiva pro-
[160]
Genoveffa Palumbo
priamente museale: sulle donne
famose, sulla committenza...
E così, una volta compresa ques-
ta struttura teorico-simbolica, ma
estremamente concreta e reale-
non solo si ritroveranno con gran-
de facilità le fonti o la bibliografia
su un tema guardando ciò che
mostra il pavimento, ma si potrà
di volta in volta verificare come
tanti aspetti di un problema siano
legati ai libri che ne hanno parlato
anche molti secoli prima, alle tes-
timonianze “altre” che allargano
ogni tema, dispiegandone tutte
le possibilità.
Museo Virtuale delle donne di
Roma. Un esempio in tre sale. Figura 4. Web in fase di ultimazione del Museo
Virtuale delle Donne a Roma e nel Lazio.
Foto: Universitá di Roma Tre. il segreto che sta alla base delle
Il Museo Virtuale delle Donne (Fi-
prime grandi collezioni moderne
gura 4), attualmente in fase di ul-
ove la bellezza femminile di anti-
timazione sul sito dell’Università
che, celebri sculture conservate
di Roma Tre, comprenderà, per il
oggi soprattutto nei più celebri
momento, tre Sale: la Sala mitolo-
musei archeologici, sembra aver
gica, quella delle Tradizioni popo-
giocato un ruolo certamente non
lari, e una sala religiosa, che ab-
secondario nell’attrazione per
biamo chiamato Sala delle Sante.
l’arte e dunque nella nascita del-
Nella Sala mitologica, ai capola- le prime grandi collezioni.
vori d’arte chiederemo di svelarci
[161]
 ICOM 09
Nella Sala delle Tradizio-
ni popolari, gli oggetti
del lavoro e quelli de-
lle feste, gli arredi delle
case e gli antichi costu-
mi ci racconteranno an-
che il loro antico sfondo
mitico e religioso.
Nella Sala delle sante si
cercherà di compren-
dere chi siano state
davvero alcune donne
venerate come sante
e che ruolo esse hanno
avuto nella storia del cristianesimo
e in quella della città di Roma.
Si tratta, naturalmente, solo di
esempi, che, se sviluppati, po-
tranno estendere il discorso ad al-
tri paesi e ad altre reti museali, e,
soprattutto, farci comprendere
meglio i problemi legati alla storia
delle donne e alla storia tout court,
ma anche al presente di tutti noi,
donne e uomini.
[162]
Genoveffa Palumbo
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[163]
ICOM 09

Descubre a las mujeres en

las colecciones de los museos
.3
PAT R I M O N I O E N F E M E N I N O

DIDÁCTICA Y GÉNERO:
LA EDUCACIÓN
EN EL MUSEO

Pilar Sada Castillo

Mª Dolores Baena Alcántara
Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler y Helena Bonet
Laia Pujol Tost

www.mecd.gob.es/patrimonio-en-femenino

[164] [165]
ICOM 09
Trabajar la igualdad desde
un Museo Arqueológico:
Los talleres del
Museo Nacional
A r q u e o l ó g i c o d e Ta r r a g o n a .
Pilar Sada Castillo
Museo Nacional Arqueológico de Tarragona
psada@gencat.cat
tienen como objetivo -entre otros-
Que la humanidad está confor-
mada por hombres y mujeres es,
dicho así, una obviedad. Que la
Historia -el conjunto de hechos y
procesos que han ocurrido y se
han desarrollado en el pasado– se
ha ido conformando por el con-
junto de las sociedades huma-
nas, que se han ido sucediendo,
formadas por hombres y mujeres,
también. El cómo transmitimos
esta historia y de qué manera en
esta transmisión la presencia de
las mujeres, como integrantes de
la misma y la visualización de su
papel queda, o no, reflejada, es
uno de los elementos de reflexión
de estas líneas, en las que presen-
tamos algunas de las actividades
realizadas en el Museo Nacional
Arqueológico de Tarragona, que
los museos y de la difusión de la his-
[166]
trabajar la igualdad en la transmi-
sión y aprendizaje de la historia.
En los últimos tiempos, uno de los
ámbitos de la historiografía que ha
mostrado un desarrollo más nota-
ble, con sugerentes y significativas
aportaciones, ha sido el de los es-
tudios de género, con la voluntad
de releer la historia en clave fe-
menina, revisando el papel de las
mujeres en los procesos históricos
y, al mismo tiempo, facilitando ins-
trumentos para poder replantear el
conocimiento de la evolución his-
tórica en su conjunto.
Sin embargo, como en muchos
otros temas, estas nuevas aporta-
ciones científicas tardan demasia-
do tiempo en llegar al ámbito de
la difusión general y, en el caso de
toria, la manera de presentarla se
construye, en numerosas ocasio-
nes, sobre conceptos estereotipa-
dos, generalizaciones y simplifica-
ciones reduccionistas, que acaban
transmitiendo conceptos parciales
y, en muchos casos, erróneos, con
la creación de un imaginario obso-
leto y alejado de la realidad histó-
rica.
“En los últimos tiempos, uno de
los ámbitos de la historiografía
ha sido el de los estudios de
género, revisando el papel de
las mujeres en los procesos
históricos y, al mismo tiempo,
facilitando instrumentos para
poder replantear el conocimiento
de la evolución histórica
en su conjunto.”
Revisar las propuestas que se hace
desde los museos para la presenta-
ción y la transmisión de la historia,
a partir de los nuevos conocimien-
tos aportados por estos estudios
es, no solo una necesidad científi-
ca, sino, también, una cuestión de
justicia. Una revisión que pasa por
[167]
Pilar Sada Castillo
valorar los conceptos utilizados, el
lenguaje, así como las imágenes
propuestas de esta realidad.
Desde el Museo Nacional Arqueo-
lógico de Tarragona (en adelan-
te MNAT) -con unas infraestructu-
ras pendientes de actualización
y con proyectos de renovación
aparcados sine die y por lo tan-
to con graves deficiencias en su
discurso expositivo-, uno
de los instrumentos y de
las propuestas, para la in-
troducción de una nueva
manera de mirar y acer-
carnos a la historia, ha
sido el desarrollo de talle-
res didácticos, que tienen
como objetivo principal
la difusión del conoci-
miento de la historia del
mundo clásico y, en es-
pecial, de la evolución
de la ciudad romana de Tárraco
y su significado en este contexto
general.
La filosofía de estos talleres está
impregnada de la voluntad de
presentar una historia plural, acer-
cándonos a la realidad de Tárra-
ICOM 09
co a partir del conocimiento cien-
tífico y de poner en valor, de una
manera objetiva, las actividades
desempeñadas por hombres y
mujeres en la cotidianeidad de
este pasado.
Algunos ejemplos de este plan-
teamiento son los talleres “¡Haga-
mos hablar a las piedras!” y “¡Re-
encontrémonos en Tárraco!” -que
se realizan en el Museo Arqueoló-
gico- y “Caius y Faustina os invitan
a su villa”, desarrollado en la Villa
romana de Els Munts, uno de los
yacimientos arqueológicos que
gestiona el MNAT.
El taller “¡Hagamos hablar a las
piedras!” (Figura 1), es una pro-
puesta didáctica que nació en el
marco de la exposición “Tarraco,
piedra a piedra”, organizada por
el MNAT en el año 2009. La eva-
luación de aquellas primeras ac-
tividades permitió conformar el
taller permanente que se ofrece
en el museo arqueológico y que
tiene como uno de sus objetivos
acercarnos al conocimiento de
la historia y de la sociedad de Tá-
rraco a través del lenguaje de las
[168]
piedras. Un lenguaje que nos ha-
bla -a partir de un material esen-
cial para la humanidad, como ha
sido la utilización de la piedra a
Figura 1. El carro con los elementos
dinamizadores de la actividad
“¡Hagamos hablar a las piedras!”, que está
pensado, también para la accesibilidad.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
lo largo de todos los tiempos- de
la construcción, de la represen-
tación artística, de la utilización
simbólica y que, en el caso de
Tárraco -a través de los mate-
riales proporcionados por la ar-
queología-, nos permite conocer
la construcción de la ciudad, su
decoración, las actividades co-
tidianas o simbólicas, realizadas
por hombres y mujeres, partícipes
de esta utilización.
[169]
Pilar Sada Castillo
El taller se estructura, partiendo de
las características de estos mate-
riales, su procedencia, su elabo-
ración -en manos de hombres y
mujeres- y su utilización -también
en estas mismas manos-, a través
de 12 piezas, que van vinculadas
a 12 personajes de la Tárraco ro-
mana (seis mujeres y seis hom-
bres), que nos presentan el qué,
el cómo y el porqué de cada una
de ellas (Figura 2).
Una comerciante -Domitia Ge-
mellina-, una flautista -Afrania
Tertulina-, una flaminica -Aemilia
Paterna-, una matrona, -Lucretia
Montana-, una esclava -Melpo-
mene-, una panadera -Corne-
lia-, un militar -Valerius Rufus-, un
marinero -Quintus Ovidius Venus-
tianus-, un flamen -Lucius Saenius
Iustus- , un político -Lucius Fonte-
nius Maternus-, un liberto -Favor-
y un constructor - Quintus Murrius
Thales-, nos presentan cada uno
Figura 2. Uno de los aspectos que se trabajan
en la actividad: los oficios y las herramientas
relacionadas con el trabajo de la piedra,
con el ejemplo de un picapedrero,
un marmolista y una escultora.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
ICOM 09
una pieza, a través del significa-
do de la cual y de su utilización
podremos descubrir el papel de
estos personajes y su implicación
en la vida y el desarrollo de la ciu-
dad de Tárraco y de su historia.
Los participantes en la actividad
se dividen en seis grupos, traba-
jando cada uno sobre dos de los
personajes, un personaje femeni-
no y uno masculino (Figuras 3, 4 y 5).
Los datos proporcionados por la
arqueología, la epigrafía, los tex-
tos clásicos, el conocimiento de
la realidad de Tárraco a través de
Figura 5. Cada per-
sonaje con su pieza
y en su espacio de la
ciudad. Una ciudad
de y para el conjun-
to de la sociedad.
Foto: Archivo
MNAT- G. Jové.
[170]
las investigaciones recientes, nos
permiten reconstruir la historia a
partir de sus protagonistas -hom-
bres y mujeres- que hicieron esta
ciudad.
Figuras 3 y 4. Ubicando las piezas en el
conjunto de Tárraco. Cada una presentada
por su personaje y relacionada con
este y con un espacio de la ciudad.
Fotos: Archivo MNAT- G. Jové.
Figura 6. La dinámica del taller se basa en
la colaboración. Cada maleta es trabajada
por un grupo de cuatro o cinco personas,
que; a través del recorrido por el museo y
de las pistas de que disponen, deben con-
formar su personaje, sobre el cual deben
informar al resto de los participantes.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
Una ciudad a la que, también,
nos podemos acercar a partir de
la propuesta “¡Reencontrémonos
en Tárraco!”, un viaje al pasado,
que realizamos con la ayuda de
seis maletas, que corresponden a
otras tantas personas del conjun-
to de la sociedad de Tárraco (Fi-
[171]
Pilar Sada Castillo
gura 6). De nuevo tres personajes
femeninos y tres masculinos, que
nos facilitan el conocimiento del
conjunto de esta sociedad y de
sus características y evolución:
Sutoria, Cornelia, Iulia, Marcus,
Eros y Quintus, una síntesis de una
sociedad piramidal, pero plural, a
la que no nos podemos acercar
desde estereotipos repetidos has-
ta la saciedad, sino, a través del
conocimiento que nos propor-
cionan las investigaciones más
recientes (Figura 7). Unas investi-
gaciones sobre las mujeres de Tá-
rraco entre las que destacan las
que está llevando a cabo Mª Car-
men Delia Gregorio Navarro, al-
Figura 7. Reencontrarse con la sociedad de Tá-
rraco y conocerla es el objetivo del taller, que
finaliza con la formalización de los seis per-
sonajes: tres masculinos y tres femeninos.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
 ICOM 09
gunas de ellas incorporadas en los
discursos de las propuestas comen-
tadas y con el proyecto de poder
dedicar, en un futuro próximo, una
revisión de esta realidad: el papel
de las mujeres en Tárraco.
La investigación arqueológica nos
ha facilitado, también, el conoci-
miento de otra realidad, próxima
a Tárraco y partícipe de su historia
y evolución. Es el caso de la Villa
romana de Els Munts -situada en
la vecina localidad de Altafulla-,
uno de los principales conjuntos
de Hispania en su categoría. La
arqueología nos ha facilitado el
conocimiento de dos personajes
vinculados a esta villa en el siglo II
d.C., Caius Valerius Avitus y su mu-
jer Faustina (Figura 8), constatados
a través de diferentes objetos: un
sello personal, un pedestal de esta-
tua desaparecido y una inscripción
pintada en una de las estancias de
la villa, que nos habla de los dos
personajes como propietarios de
la misma y como responsables de
la construcción de un elemento
indispensable para el buen desa-
rrollo de la villa: una cisterna para
[172]
contener agua y abastecer al
edificio de baños del conjunto re-
sidencial. Estos dos personajes son
los que, actuando de anfitriones,
nos proponen un viaje al pasado
a partir de la actividad “Caius y
Faustina os invitan a su villa”, en la
que, a través de la mirada feme-
nina y masculina podemos acce-
der al conocimiento de la vida
cotidiana de época romana. Una
oportunidad para reflexionar so-
Figura 8. Caius y Faustina
en el hortus de su villa.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
bre el papel de unas y otros –mu-
jeres y hombres–, que han confor-
mado y continúan conformando
la historia. Una oportunidad, de
nuevo, para trabajar la igualdad
a partir del conocimiento de la
historia (Figura 9).
Otro de los caminos para avan-
zar en este sentido ha sido la pre-
sentación de algunos proyectos
producidos por otras instituciones,
que nos ha permitido -en proyec-
tos desarrollados en colabora-
ción- compartir conceptos e inte-
reses, coincidentes, sobre nuestro
patrimonio y nuestra historia. Este
fue el caso de la exposición Las
mujeres en la Prehistoria, produci-
da por el Museo de Prehistoria de
[173]
Pilar Sada Castillo
Valencia, presentada en el ante-
rior número de este boletín. Este
proyecto nos dio la oportunidad
de mostrar parte de las coleccio-
nes del MNAT, que no están pre-
sentes en el discurso general del
museo -un museo dedicado al
mundo clásico, especialmente-
permitiendo una aproximación a
una etapa histórica alejada de
nuestro ámbito de trabajo, ha-
ciéndolo, además, a través del
género (Figura 10).
Nos dio, también, la oportunidad
de presentar las últimas investiga-
ciones en esta materia, realizadas
en el ámbito de Cataluña -las últi-
mas excavaciones en el poblado
de la Edad del Bronce de Minfe-
rri o el espectacular
enterramiento de la
Cueva sepulcral de
Montanissell (Sallent-
Coll de Nargó)-, que
nos permitió visualizar
y poner al alcance
Figura 9. Caius y Faustina reci-
biendo a sus “invitados” en una
actividad, que podía seguirse,
también en lengua de signos.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
ICOM 09
de los visitantes el conocimiento
del papel de la mujer en la diná-
mica social y en el ideario de es-
tos diferentes grupos humanos (Fi-
gura 11).
Significó, también, una ocasión
para proponer algunas activi-
dades didácticas, como el taller
“¿Mujeres en la Prehistoria?”, en
el que, a partir de la reflexión so-
bre la visión que tenemos de esta
etapa de la humanidad, se pro-
ponía una nueva concepción
aprovechando el discurso gene-
rado en la exposición y abundan-
do en él, facilitando un nuevo
Figura 10. Descubriendo el uso y la función
de los objetos a través del papel de la mu-
jer, en una de las actividades didácticas de
la exposición Las mujeres en la Prehistoria.
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
[174]
Pilar Sada Castillo
fundamental, no sólo para hacer “El convencimiento y la
justicia a la propia Historia, sino esperanza de que el
para colaborar en la construcción
conocimiento de la historia
de una sociedad más igualitaria
en nuestro presente y, confiemos,
–de una historia
en el futuro. plural, construida por
hombres y mujeres– es
fundamental, no sólo para
hacer justicia a la propia
Historia, sino para colaborar
en la construcción de una
Figura 11. Un grupo de familias en el
taller ¿Mujeres en la Prehistoria?
sociedad más igualitaria
Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
conocimiento de esta etapa his-
en nuestro presente y,
tórica, reivindicando el papel de
las mujeres en ella. Un trabajo que
confiemos, en el futuro.”
se realizó tanto con grupos esco- Figura 12. La exposición “Las mujeres en la Prehistoria”
lares, como con familias y grupos significó una oportunidad para contactar con aso-
ciaciones de mujeres para trabajar y reflexionar
diversos, entre los cuales las aso- sobre la igualdad desde el museo a través
del patrimonio y de la historia.
ciaciones de mujeres de Tarrago- Foto: Archivo MNAT- G. Jové.
na y comarcas. Una oportunidad
para trabajar la igualdad desde
la educación y la formación per-
manente (Figura 12).
Contacto
Museo Nacional Arqueológico de Tarragona
Propuestas humildes, con voca-
ción de reflexión y de utilidad
Dirección: Av. Ramón y Cajal, 82 | 43003 | Tarragona
para la sociedad de hoy, desde
el convencimiento y la esperanza
Teléfono/Fax: +34 977 251515 | +34 977 25 22 86
de que el conocimiento de la his-
toria -de una historia plural, cons- Web: www.mnat.cat
truida por hombres y mujeres- es
Correo electrónico: mnat@gencat.cat
[175]
 ICOM 09
Relatos y experiencias.
El Museo Arqueológico de Córdoba.
Mª Dolores Baena Alcántara
Museo Arqueológico de Córdoba
mariad.baena@juntadeandalucia.es
Los museos contamos historias, y
en el caso de los museos arqueo-
lógicos transmitimos una parte im-
portante de la Historia a través de
los restos materiales de socieda-
des desaparecidas o que se han
transformado completamente. Y
lo que recuperamos son “realida-
des históricas”, múltiples y diversas,
con un cierto carácter fragmen-
tario, ya que los objetos con los
que trabajamos están desposeí-
dos de su total contexto original.
Por ello, incidimos en que se trata
de aproximaciones a determina-
dos aspectos de las sociedades
históricas. Pero tomar conciencia
[176]
de este hecho no limita la diver-
sidad de visiones que nos brinda
el desarrollo histórico, de ahí que,
además, tratemos de recuperar
a esos grupos de población tra-
dicionalmente más ocultos en los
museos. Porque el museo tiene un
importante papel como genera-
dor de pensamiento al custodiar
la memoria colectiva, la memo-
ria social, estando al servicio de
la colectividad y contribuyendo
al fomento de los valores demo-
cráticos, de respeto al otro, de la
convivencia, de superación de
desigualdades. Así, mostrar el pa-
pel de las mujeres en las historias
Mª Dolores Baena Alcántara
que contamos los museos, no ya y su traslación al discurso del mu-
únicamente como investigadoras seo. Esa interpretación fijaba la
y creadoras, sino como sujetos de identificación del hombre como
la historia, hace visible a esa mitad sujeto activo que realiza tareas
de la población que también ha esenciales en contraposición al
construido nuestra civilización. Y papel pasivo asignado a la mujer
lo trabajamos siempre como una que se le asignan tareas asisten-
cuestión transversal en todos los ciales, por otra parte muy impor-
aspectos de relación con nuestro tantes en el mantenimiento del
público: en la investigación, en grupo social. Por ello, intentamos
la exposición permanente, en las superar esa visión a través de de-
exposiciones temporales, en to- terminados elementos como por
das las acciones de difusión, etc. ejemplo, señalar algunas cues-
tiones en la información comple-
El Museo Arqueológico de Córdo-
mentaria de la exposición como
ba lleva unos años celebrando el
el caso de la asociación siempre
8 de Marzo desde la perspectiva
de la molienda como un proceso
de género aplicada a los museos,
femenino, y de procesos tecno-
además de implementarlo en la
lógicamente avanzados como la
exposición semitemporal Córdo-
metalurgia a través de imágenes
ba, encuentro de Culturas (que se
(Figura 1).
desarrollará hasta la rehabilitación
del Palacio de los Páez de Casti-
llejo para sede de la exposición
permanente). En esta muestra se
han dado unos pequeños pasos,
fundamentalmente intentando
superar en el discurso el cómo se
ha tratado tradicionalmente, en
todas las sociedades pasadas, y
cómo no, en la actual, la interpre-
tación del registro arqueológico
[177]
ICOM 09
Figura 1. Hombre moliendo cereal.
Museo Arqueológico de Córdoba.
Foto: Museo Arqueológico de Córdoba.
Otra acción es la incorporación
de piezas, sobre todo inscripcio-
nes de diversas épocas que refle-
jan el papel activo de las mujeres
en la sociedad de su época, o el
diseño de visitas temáticas con la
perspectiva de género como lí-
nea transversal.
[178]
La participación en los catálogos en
línea de la iniciativa Patrimonio en
Femenino, un proyecto en común
en la Red Digital de Colecciones de
Museos de España (Ceres) mecd.
gob.es), o la participación en el Blog
de la Cultura y el Deporte de Anda-
lucía (mujeres en los museos) es otra
actividad de difusión nuestra línea
de trabajo.
Centrándonos en las actividades diri-
gidas a los visitantes, en 2011 comen-
zamos un ciclo específico ligado a la
celebración del 8 de marzo, y enca-
minado a recuperar la memoria de
mujeres que vivieron en otros mo-
mentos, que ha continuado en 2012,
2013 y 2014.
En 2011, en colaboración con la
Asociación de Amigos del Museo
Arqueológico de Córdoba (AMAC,
que siempre ha prestado su colabo-
ración a lo largo de estos años) y con
el Instituto Andaluz de la Mujer (Jun-
ta de Andalucía) celebramos el ci-
clo Museos y género. Arqueología y
género con dos conferencias: “Patri-
monio en Femenino: Las Mujeres y la
Cultura Ibérica”, impartida por Isabel
Izquierdo, especialista en género y
arqueología, y conservadora de
museos de la Secretaría de Esta-
do de Cultura, y El papel de la
mujer a través de las colecciones
de un museo: “Príncipes de la ciu-
dad, Reina de la casa” por Octa-
vio Salazar, profesor de derecho
constitucional de la Universidad
de Córdoba (UCO), y especialis-
ta en temas de derecho, historia
y género (Figura 2).
Con la conferencia “El papel de
la mujer en la Bética romana du-
rante el Alto Imperio”, a cargo de
Figura 2. Imagen utilizada en la confe-
rencia El papel de la mujer a través de
las colecciones de un museo: “Prínci-
pes de la ciudad, Reina de la casa”.
Foto: Octavio Salazar.
LO MASCULINO VS. LO FEMENINO
[179]
Mª Dolores Baena Alcántara
la historiadora María Gago Durán,
tratando la situación a lo largo
del siglo I d. C., en el que las mu-
jeres experimentan un proceso
de emancipación sin parangón,
no sólo en el mundo clásico, sino
también en las diferentes edades
históricas hasta la contempora-
neidad, celebramos el Día de la
Mujer Trabajadora de 2012.
El 8 de marzo de 2013 dimos un
paso más incluyendo en la cele-
bración a la sociedad civil. Desde
las 15 horas hasta las 20 horas, el
museo y la asociación  ciudada-
na  Urban Knitting Córdoba, Te-
jiendo la red, organizamos activi-
ICOM 09 Mª Dolores Baena Alcántara

dades con distintas instituciones ca de Andalucía, y continuaba Este año completaba la celebra-
culturales de la ciudad y artistas con un taller infantil con dos par- ción otra conferencia “Una ima-
y profesores. Se promovió una in- tes: una a través de las piezas del gen de mujer entre dos culturas”,
tervención ciudadana y artística museo con dos talleres, Mujeres en la que Concha Choclán Sa-
que, desde otras miradas, perse- invisibles del Museo y Tejer en la bina, Jefa del departamento de
guía hacer visible tanto en el in- Historia, y otra denominada De la Museos de  la Delegación Territo-
terior del museo como en la pla- Historia a la actualidad, tratando rial  de Educación, Cultura y De-
za de acceso al mismo, el papel la conciliación familiar, la acción porte de Jaén, a través de una
de la mujer interactuando con el social de las desempleadas, la in- escultura femenina del siglo I a.C.,
resto de la sociedad bajo el lema vestigación hecha por mujeres, y nos mostró la valoración social
El Árbol: Intervención ciudadana el reconocimiento y valorización de las mujeres en una etapa de
y artística de deseos de igualdad de los trabajos de las cuidadoras cambios en la que las élites ibéri-
(Figura 3). Aquí el protagonismo a cargo de profesores de la UCO cas adoptan las formas que vie-
partía de uno de los árboles cen- y artistas plásticos. La música, la nen de Roma.  Entendiendo que
tenarios situado delante del mu- danza y la poesía también ocu-
seo, el cual se vistió con obras en paron un lugar relevante a través
1 La lista de colaboradores en el proyecto
lana que expresaban deseos de del recital La jaula se ha vuelto es extensa: Asociación ciudadana Urban
igualdad y libertad. El museo se pájaro, un breve viaje hacia la li- Knitting Córdoba, Tejiendo la red, Museo
Arqueológico de Córdoba, Filmoteca de
integraba acogiendo determina- bertad de la mujer por el camino Andalucía, Escuela de Música de Córdo-
ba, Aula de Danza de la Universidad de
das actividades de forma abier- que han trazado la escritura de Córdoba, Escuela de Arte Dramático de
Córdoba, La Bella Varsovia, poetas y edi-
ta al espacio de la ciudadanía, versos en femenino, a cargo de toras, Comisión de Igualdad de la Universi-
dad de Córdoba, Consejo de Estudiantes
como un todo aplicando el axio- los alumnos de la Escuela de Arte de la Universidad de Córdoba, Consor-
ma que siempre defendemos de Dramático de Córdoba y en co- cio Fernando de los Ríos, Marisa Vadillo,
creadora, Pilar Mayorga, Rosa Aparicio,
que museo-ciudad-sociedad tie- laboración con las poetas de La Encuentros en la Calle, Prin La música, Fer-
nando Vacas, creador plástico y músico,
nen estrecha relación. Bella Varsovia; una Interpretación Escuela de Pintura de Magui Mesa, Miguel
Gómez Losada, pintor, Pedro Peinado,
de Danza colectiva y afectiva a María Mercromina, Pepeciclo: circo, artes
Comenzamos con el ciclo “La escénicas, Ana Castro, poeta, Chispón
cargo de la Escuela de Músicos
mujer andaluza en los pioneros Teatro, artes escénicas, Esther Casado,
Figura 3. El Árbol: Intervención ciudada-
de Córdoba y del Aula de Danza Zum Creativos, Alfonso de Cabo, econo-
na y artística de deseos de igualdad.
del cine”, que incluía la proyec- mista, consultor y gestor de intangibles,
Foto: Museo Arqueológico de Córdoba. de  la Universidad  de Córdoba; y Sara Bandas, música, Chico Herrera, can-
ción en sesión continua de La gi- tautor, Antonio Urquízar, profesor titular de
conciertos de Chico Herrera, Za- Historia del Arte en la UNED, Leire Salazar,
tana andaluza de D. W. Griffith, 1 Fundación Intered, La Dolce Vita, talleres
rabanda y Prin´La Lá .
creativos culturales, Lanas Katia. Mis la-
en colaboración con la Filmote- nas (http://elarbol8m.blogspot.com.es/).

[180] [181]
ICOM 09
la transversalidad de las políticas
de género necesariamente está
presente en la cultura, en 2013 ini-
ciamos otra colaboración con el
Instituto Andaluz de la Mujer con
una serie de visitas guiadas con
el tema de la visibilidad de las
mujeres en la historia a través del
museo, con asistencia de colecti-
vos y asociaciones de mujeres de
toda la provincia de Córdoba.
En 2014, unimos las actividades
con motivo del 8 de marzo con el
Festival Miradas de Mujeres 2014,
una iniciativa de MAV, Mujeres en
las Artes Visuales, una asociación
interprofesional y de ámbito esta-
tal (festival de mujeres). Comen-
zamos con la primera cita de un
ciclo de conferencias anual or-
ganizado por el Museo Arqueo-
lógico y el Instituto Andaluz de
la Mujer: Mujeres, sujetos de la
historia, con “Género, Arqueolo-
gía y Museos”, a cargo de Isabel
Izquierdo, que realizó un recorri-
do por las nuevas perspectivas
que superan la exclusión de las
mujeres de la historia, por no ser
observadas como promotoras de
cambios sociales o económicos y
[182]
por no atribuirles el uso de tecno-
logía y, en muchas ocasiones, no
considerarlas como productoras,
lo que ha fomentado y justificado
las desigualdades.
Durante marzo de 2014 también
se realizaron visitas guiadas temá-
ticas: Visibilidad de las mujeres en
la exposición del Museo Arqueo-
lógico de Córdoba, con la co-
laboración de la Asociación de
Amigos del Museo, y se dedicó
la Pieza del mes a la “Inscripción
islámica de la señora Mushtaq”.
Manuela Marín, especialista en
Estudios Árabes e Islámicos y en
historia social del mundo islámico,
nos llevó a través de esta inscrip-
ción de una de las mujeres del
califa Abd al-Rahman III a cono-
cer el papel de las mujeres de la
familia de los omeyas cordobe-
ses, su capacidad económica y
su proyección pública mediante
la intervención en los programas
constructivos de Córdoba en los
siglos IX y X.
Una exposición temporal titulada
Donde habita la memoria. Mujeres
en las inscripciones (14 de marzo-
Mª Dolores Baena Alcántara
27 de abril de 2014, ampliándose
al 1 de junio por la demanda del
público), mostró inscripciones que
nos hablaban de mujeres de dife-
rentes épocas a través de piezas
no expuestas habitualmente en
las salas del museo (Figura 4).
Aquí escogimos las inscripciones
como únicas piezas a exponer
porque son documentos directos
de esa memoria, que contienen
gran cantidad de información y
muestran diferentes aspectos de
esas vidas. Las piezas romanas y
paleocristianas nos acercan a te-
mas como la participación activa
de las mujeres en la vida pública
de la ciudad (como el pedestal
de estatua de la sacerdotisa Lici- Figura 4. Cartel de la exposición. Donde Habi-
ta la memoria. Mujeres en las inscripciones.
nia Rufina del siglo II), la potestad Foto: Museo Arqueológico de Córdoba.
para administrar su propio patri-
monio, o los poemas en piedra
(inscripciones funerarias). Asimis-
mo, la inscripción visigoda de For-
tuna nos remite al conocimiento
de las mujeres de las elites hispa-
nas latifundistas del siglo VI. Y, por
último, las inscripciones relativas a
las mujeres en al-Andalus (como
la inscripción funeraria de Jatima
del año 1011) cuyo papel parece
[183]
ICOM 09
relegado sólo al hogar, pero que
revelan también que dispusieron
de recursos económicos, desa-
rrollaron trabajos determinados,
poseyeron cierta influencia  en la
vida política, o , incluso, se dedi-
caron a la ciencia (Figura 5).
El ciclo Mujeres, sujetos de la his-
toria se completa con la confe-
rencia “Prehistoria: cambio de
roles mujer-hombre” impartida
por Margarita Sánchez Romero,
profesora titular de Prehistoria y
Arqueología y miembro del Insti-
tuto Universitario de Investigación
de Estudios de las Mujeres y Gé-
nero de la Universidad de Grana-
da, quien valoró los estereotipos
e ideas preconcebidas acerca
de las mujeres que han tomado
[184]
como “espejo” a las poblacio-
nes del pasado y de qué manera
la Arqueología, como disciplina
científica, posee la capacidad de
recuperar las experiencias de las
mujeres. Por otro lado, Francisca
Hornos Mata, directora del Museo
de Jaén, en su conferencia titu-
lada “Cultura Ibérica: nuevos pa-
peles de las mujeres” demostró,
desde las aportaciones de la ar-
queología feminista, que la etapa
íbera está desvelando el papel de
la mujer fruto del replanteamien-
to de nuevas preguntas sobre las
evidencias estudiadas, tanto en
lugares de habitación como en
necrópolis. Por último, “La mujer
romana, presencia y cambio”
de Mª Dolores Baena Alcántara,
directora del Museo Arqueológi-
co de Córdoba
y “Mujeres
al-Andalus” con
María Elena Díez
Jorge, profesora
titular del Depar-
Figura 5. Donde habita la
memoria, mujeres en las
inscripciones.
Foto: Lola Araque.
Mª Dolores Baena Alcántara
tamento de Historia del Arte y del Bibliografía
Instituto de la Paz y los Conflictos BAENA ALCÁNTARA, Mª. D. (2011-
de la Universidad de Granada 2012): “El Museo Arqueológico de
cerraron el ciclo de conferencias, Córdoba. Un museo en transfor-
que está previsto extenderlo a mación”, museos.es, 7-8: 308-319.
2015 con el tema de las mujeres
en el judaísmo, dentro de las ac- BAENA ALCÁNTARA, Mª. D. (2012):
tividades de este museo para la “La historia contada. Museo ar-
conmemoración de los 700 años queológico de Córdoba” en
de la construcción de la Sinago- López Fernández Cao, M.; Fer-
ga de Córdoba. nández Valencia, A. y Bernárdez
Rodal, A. (eds.), El protagonismo
Se trata, por tanto, de incardinar
de las mujeres en los museos, Fun-
una presencia continua de la re-
damentos, Madrid: 127-138.
cuperación de esas memorias en
las funciones de investigación y
difusión del Museo Arqueológico
de Córdoba para mostrar otras
“historias”.
Contacto Museo Arqueológico de Córdoba
en
Dirección: Plaza de Jerónimo Páez | 7 | 14003 | Córdoba
Teléfono/Fax: 957 35 55 17 | 957 35 55 25
Correo
electrónico: museoarqueologicocordoba.ccd@juntadeandalucia.es
Web: http://www.museosdeandalucia.es
Web:
Redes sociales: Facebook
Twitter [185]
 ICOM 09
Femenino plural.
El Museu de Prehistòria de València.
Eva Ripollés Adelantado
eva.ripolles@dival.es
Laura Fortea Cervera
laura.fortea@dival.es
Begoña Soler Mayor
begonya.soler@dival.es
Helena Bonet Rosado
helena.bonet@dival.es
El SIP y Museu de Prehistòria de
València, desde su creación en
1927, ha sido y es una institución
científica abierta siempre a nue-
vas disciplinas y líneas de investi-
gación siendo buena prueba de
ello su incorporación en los úl-
“Como mujeres y arqueólogas,
debemos trasmitir un correcto
tratamiento del papel de ambos
sexos en las sociedades
prehistóricase históricas.”
[186]
timos años a las corrientes de la
Arqueología de Género tanto en
su vertiente investigadora como
museística.
Hoy, el equipo del Museu de Pre-
història de València, tanto mujeres
(13) como hombres (11), es cons-
ciente del compromiso que tiene
con la sociedad al ser un centro
para el aprendizaje por donde
pasan al año más de 100.000 visi-
tantes, muchos de ellos escolares.
En este sentido, como mujeres y
arqueólogas, debemos trasmitir
un correcto tratamiento del pa-
pel de ambos sexos en las socie-
dades prehistóricas e históricas,
así como difundir a las generacio-
nes futuras la importancia que tu-
vieron las mujeres en la historia de
la Humanidad.
Ellas, desde nosotras, en las ex-
posiciones temporales
El Museu de Prehistòria de Valèn-
cia realiza de forma periódica ex-
Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler | Helena Bonet
posiciones temporales e itineran- una de las exposiciones, ese pa-
tes, de producción propia, que pel, intentamos visibilizar a las mu-
recogen temas de investigación
de sus propios fondos o relaciona-
jeres, evitando el sesgo y huyen-
do de las miradas androcéntricas
dos con las temáticas del mismo. que ocultan a las mujeres en cual-
El éxito de la exposición itineran- quier período de la historia. No se
trata de buscar ningún equilibrio
te Las mujeres en la Prehistoria
consensuado al 50%, se trata de
-ocho años de itinerancia con 66
mostrar a las mujeres en sus acti-
montajes y 150.000 visitantes- nos
vidades cotidianas, aquellas que
transmitió de forma clara el interés
que la sociedad muestra por co- comparten, o no, con el resto del
nocer el papel de las mujeres en grupo, poniendo en evidencia,
el pasado (icom-ce_digital_08). cuando sea necesario, la falta de
Siempre con los datos que la in- rigor al abordar determinados as-
vestigación proporciona y cons- pectos sociales del pasado.
cientes de que en
muchas ocasiones
“En las exposiciones, intentamos visibilizar
no es posible de-
a las mujeres, huyendo de las miradas an-
terminar, en cada
drocéntricas que ocultan a las mujeres en
cualquier período de la historia.”
La muestra Prehistoria y cine (Figu-
ra 1), supuso un acercamiento a
cómo se ha percibido la Prehisto-
ria a través de la historia del cine.
Figura 1. Fotograma de la película Las
tres edades de Buster Keaton.
Exposición Prehistroria y cine, 2012.
Foto: SIP, Museu de Prehistòria València.
[187]
ICOM 09 Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler | Helena Bonet

bronce para solicitar o agradecer intercesión de las divinidades en

Las producciones audiovisuales
sobre este periodo han transmiti-
do a la sociedad ideas proceden-
Figura 2. Animación sobre rituales
de fecundidad. Exposición Imáge-
nes para las divinidades, 2013.
Autor: Ángel Sánchez.
Foto: SIP, Museu de Prehistòria València.
favores a las divinidades venera-
das en estos lugares en el curso
de su vida, desde el nacimiento
hasta la muerte. A través de la
indumentaria y de los gestos re-
presentados en los exvotos reco-
nocemos a mujeres maduras ves-
tidas con túnicas y mantos y que
cubren sus cabellos, o a mujeres
jóvenes que llevan sus manos al
vientre o a los pechos para pe-
dir por su fecundidad y por tener
un buen embarazo. Hay también
representaciones de úteros, enor-
memente expresivas de la preo-
cupación de estas mujeres por la
favor de la fecundidad.
En la actualidad se está trabajan-
do en la exposición temporal Vivir
junto al Turia hace 4000 años don-
de una familia extensa, formada
por unas 20 personas, nos habla
de la vida cotidiana de una al-
dea de la Edad del Bronce (Figu-
ra 3). Las voces del relato son un
hombre y una mujer que nos van
introduciendo en la historia del
Figura 3. Boceto de grupo familiar de
la Edad del Bronce. Exposición Vivir jun-
to al río Tura hace 4000 años, 2014.
Autor: Francisco Chiner.
Foto: SIP, Museu de Prehistòria València.

tes del conocimiento científico,

pero también tópicos presentes
en el imaginario colectivo, que
forman parte de las mitologías so-
bre los orígenes de la Humanidad.
Entre los muchos aspectos anali-
zados, tanto en el catálogo que
acompaña la exposición como
en la propia muestra, se hizo una
profunda reflexión sobre cómo el
cine ha transmitido la imagen de
la mujer prehistórica. Fotogramas,
películas, artículos y textos ponían
de manifiesto el tratamiento que
el cine ha dado a las mujeres en
cada momento.
La exposición Imágenes para las
divinidades (Figura 2) nos sumer-
gió en los rituales llevados a cabo
en los santuarios ibéricos encla-
vados en grutas en los pasos de
Despeñaperros, en Jaén. Los pe-
regrinos y peregrinas procedían
de diferentes poblados del territo-
rio de la ciudad de Cástulo (Lina-
res) y depositaron imágenes per-
sonales en forma de figuritas de

[188] [189]
ICOM 09
grupo. El relato nos muestra como
las mujeres se ocupan del man-
tenimiento, de la transformación
de alimentos, de la cocina y del
almacenaje (Figura 3). Las activi-
dades que se describen están do-
cumentadas por la presencia de
molinos, telares, cerámicas y hor-
nos, todas ellas vinculadas direc-
tamente al género femenino, que
suponen una toma de decisiones
económicas que afectan a todo
el grupo, de ahí la importancia de
mostrar de manera específica su
contribución.
En definitiva, a través de las ex-
posiciones, el museo muestra los
resultados científicos de las inves-
tigaciones arqueológicas que le-
jos de ser asépticos, cada día nos
aproximan más al comportamien-
to social, económico e ideológico
de las mujeres y los hombres de la
Prehistoria.
Ellas, desde nosotras, en las acti-
vidades educativas.
La realidad del museo es un jue-
go de interpretaciones. Hay una
primera interpretación arqueoló-
gica, la que se realiza a partir de
[190]
los restos recuperados en la exca-
vación; una segunda que consti-
tuye el cuerpo disciplinario de la
didáctica del patrimonio, la que
intenta ir más allá del efecto de
mostración que tienen los obje-
tos para dotarlos de significado; y
una tercera, la realmente impor-
tante, que es la que se produce
en la mente de las personas que
visitan el museo. Esta es la riqueza
de los restos arqueológicos, pues
siempre están sujetos a relecturas
y nuevas interpretaciones, puesto
que cada presente determina la
visión del pasado.
Como mujeres arqueólogas dedi-
cadas a la didáctica no podemos
evitar mirar a la Prehistoria con
ojos femeninos y plurales, desa-
rrollando programas educativos,
tanto dentro como fuera del mu-
seo, donde se da especial impor-
tancia a lo femenino. Hay pocas
evidencias materiales para definir
el papel social y económico de
las mujeres y de los hombres du-
rante la Prehistoria, desconoce-
mos la relevancia social que se
daba a los distintos roles y tareas
y, sobre todo, ignoramos cómo
Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler | Helena Bonet
sentían esa realidad las mujeres
y los hombres. Sin embargo, des-
de una perspectiva didáctica, es
fundamental superar la materiali-
dad de los objetos y entrar en el
plano de las historias vividas, y es
aquí donde se hace inevitable
arrastrar parte de nuestros esque-
mas mentales. En este sentido, las
mujeres que toman la palabra
en nuestras propuestas son fuer-
tes, ingeniosas y emprendedoras,
desde nuestras circunstancias no
podríamos entenderlas de otra
manera.
Desde 2005 está en funciona-
miento una actividad diseñada
“Es fundamental superar la
materialidad
de los objetos y entrar en
el plano de las historias vividas.”
expresamente para atender la
creciente demanda del público
infantil. Se trata de una visita a las
salas del museo a través de uno
cuento o narración, El misterio de
la Cueva y Epi y Nea, el encuen-
tro de dos mundos que se acom-
[191]
pañan de réplicas de piezas ar-
queológicas. En ambos casos, los
protagonistas, una niña y un niño,
comparten experiencias y cono-
cimientos.
“El ministerio de la curva” descri-
be la vida en el Paleolítico y hay
poca diferencia en cuanto a las
tareas que desempeñan los dos
personajes. Ambos aprenden a
cazar con propulsor, recolectan
frutos silvestres y participan de
la vida cotidiana del grupo. No
obstante, Desip, la niña, es más
decidida que su hermano Asip.
La segunda narración explica el
contacto entre los grupos caza-
dores y recolectores del
Epipaleolítico y las prime-
ras comunidades agríco-
las del Neolítico. En esta
ocasión, se muestran al-
gunas escenas con acti-
vidades llevadas a cabo
por mujeres, como el tejido y la
molienda, mientras que en otras,
al no haber evidencias en uno u
otro sentido, se le atribuye el pro-
tagonismo a Nea, la niña. Ella es
quien pinta las figuras rupestres y,
como en el caso anterior, la que
ICOM 09
toma las riendas de
la acción (Figura 4 ).
Desde 2008 se vie-
nen realizando jor-
nadas de puertas
abiertas en el po-
blado ibérico de la
Bastida de les Al-
cusses de Moixent
dirigidas a público
general (Figura 5). Se trata de una
propuesta compleja, en la que se
conjugan la visita guiada tradicio-
nal, la dramatización, los talleres y
otras actividades complementa-
rias. Cada año se genera un guión
con una temática distinta y unos
personajes que interactúan con el
público, que también forma parte
de la trama. Dado que la cultura
[192]
Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler | Helena Bonet
méstica (Figura 6), en los rituales A partir de estas experiencias ex-
religiosos y de comensalidad, y, positivas y educativas quisiéramos
en alguna edición, se ha trata- señalar que los cambios verdade-
do el tema de la maternidad y el ramente importantes en las acti-
papel de la mujer en los pactos y tudes y en la percepción de los
las alianzas entre linajes, dejando roles femeninos se gestan poco
la última palabra al público, que a poco, desde dentro, en cada
decidía el final de la trama gesto, en cada acción y, aunque
(Museo de Prehistòria de València). apenas se perciban, son los que
modifican la realidad, porque son
Figura 4. Ilustración del cuento Epi Nea,
el encuentro de dos mundos, 2013. imparables.
Autor: Gerard Miquel.
Foto: SIP, Museu de Prehistòria València.
“Los cambios en las actitudes y en
ibérica es una sociedad jerarqui- la percepción de los roles
zada y con una marcada diferen- femeninos se gestan poco a poco, desde dentro, en
cia de género en la distribución cada gesto, en cada acción y, aunque apenas se
de sus tareas, el discurso que se perciban, son los que modifican
transmite durante las jornadas re-
la realidad, porque son imparables.“
fleja esta realidad, si bien la mujer
siempre tiene un papel destaca-
do. En nuestras pro-
puestas, las damas
ibéricas participan
en la contabilidad
y en la gestión de
la economía do-
Figura 6. Dama ibérica
revisando la conta-
bilidad doméstica.
Figura 5. Cartel de las Jornadas Jornadas de puertas
de Puertas abiertas en la Bas- abiertas en la Bastida
tida de les Alcusses, 2014. de les Alcusses, 2009.
Autor: Ángel Sánchez. Foto: SIP, Museu de
Foto: SIP, Museu de Prehistòria Prehistòria València.
València.
[193]
 ICOM 09
Nuestra impresión es que la acción
educativa en los museos se desen-
vuelve en un entorno mayoritaria-
mente femenino y que cada vez,
de forma más clara, la función di-
dáctica va ganando peso. Por tan-
to, solo es cuestión de tiempo que
en estas instituciones, la balanza
que tradicionalmente estaba en
el lado masculino y ahora está pa-
sando al lado femenino, encuentre
su equilibrio.
Bibliografía
BONET, H. (2014): “Las mujeres en el
Museo de Prehistoria de Valencia”,
Saguntum, extra 15: 105-113.
BONET, H. Y SOLER, B. (2013): “Mu-
jeres y Prehistoria. Género y didác-
tica en el Museo de Prehistoria de
Valencia”, Museos, género y se-
xualidad, ICOM-CE digital, 8: 124-
131.
RIPOLLES, E. y FORTEA, L. (2006): El
misteri de la Cova, Museu de Pre-
història de València, Diputación
Provincial de Valencia.
[194]
Eva Ripollés | Laura Fortea | Begoña Soler | Helena Bonet
RIPOLLES, E. y FORTEA, L. (2013): Epi
y Nea. La trobada de dos mons,
Museu de Prehistòria de València,
Contacto
Museo de Prehistoria de Valencia
Diputación Provincial de Valen-
cia.
Dirección: Corona, 36 |46003 | valencia
RIPOLLES, E. y FORTEA, L. (2011):
Teléfono: 963-88-35-87
“La didáctica en los espacios pa-
trimoniales. Talleres de experimen- Correo electrónico: helena.bonet@dival.es
tación y Jornadas de visita” en La
Web: www.museuprehistoriavalencia
Bastida de les Alcusses. 1928-2010.
Museu de Prehistòria de València.
SOLER, B. (2012): “Eran así las mu-
PUBLICIDAD
jeres en la Prehistoria?” en Prehis-
toria y cine, Museu de Prehistòria
de València: 83-99.
SOLER, B. (2006) (coord.): Las mu-
jeres en la Prehistoria, Museu de
Prehistòria de València, Diputa-
ción Provincial de Valencia.
VIVES-FERRÁNDIZ, J. (2013): Imá-
genes para las divinidades, Mu-
seu de Prehistòria de València, Di-
putación Provincial de Valencia.
[195]
ICOM 09
Una historia para Natalie.
Creación de experiencias
móviles interactivas en el
Museo de la Acrópolis de Atenas.
Laia Pujol Tost
Universitat Pompeu Fabra
pujol.laia@gmail.com
CHESS, un nuevo tipo de visita al
museo
“Hola. Mi nombre es Meleso. Nací
aquí, en Atenas, en el año cuar-
to de la 61ª Olimpiada o, como
decís vosotros, en el año 533
a.C. ¡Pero mi ciudad era tan dis-
[196]Foto: Laia Pujol.
tinta de lo que se ve ahora! A tu
alrededor y bajo tus pies, se en-
cuentran los vestigios de aquella
Atenas. Podemos verlos juntas
mientras te cuento mi historia ¿Por
dónde empiezo? Quizá por aquel
atardecer de verano del 474 a.C.
cuando, con cincuenta y nueve
años de edad, subí por última vez
a la Acrópolis a llevar mi ofrenda
para Atenea, la gran diosa pro-
tectora de nuestra ciudad...”.
Figura 1. El inicio de “Meleso”, una de las experiencias
creadas por CHESS en el Museo de la Acrópolis.
Autor: The CHESS Consortium.
Así empieza la visita al Museo de
la Acrópolis (Figura 1) para Natalie
Schmidt, una diseñadora alemana
de aplicaciones para web, de 35
años de edad, que se encuentra
en Atenas por motivos de trabajo.
Habiendo encontrado en la página
del Museo (theacropolismuseum)
“El objetivo actual de muchos
sitios culturales es crear expe-
riencias que conecten lo máximo
posible con las narrativas que las
personas traen consigo y que (re)
construyen durante la visita.”
información sobre una nueva guía
para dispositivos móviles, Natalie se
ha escapado entre reuniones para
relajarse viendo los objetos arqueo-
lógicos y aprender sobre los temas
históricos y artísticos relacionados
con el mismo.
En realidad, Natalie no existe. Es,
como Georgia Athanasiou, uno
de los seis perfiles de visitante (más
un perfil de autor/a, la arqueóloga
Elli Petrou) que usa el Museo de la
Acrópolis para crear narrativas di-
gitales dentro del marco del pro-
yecto CHESS (chessexperience).
CHESS (Cultural Heritage Experien-
[197]
Laia Pujol Tost
ces though Socio-personal Inte-
raction and Storytelling) es un
proyecto de investigación de tres
años (2011-2014), cofinanciado
por la Unión Europea dentro del
7º Programa Marco, que reúne
a siete instituciones de tres tipos
distintos (industrial, científico y
cultural) con el objetivo de crear
una infraestructura tecnológica
destinada a los museos, que les
permita producir experiencias in-
teractivas y personalizadas de
forma sencilla, y ofrecerlas a sus
visitantes a través de dispositivos
móviles.
Las bases de la personalización
El objetivo actual de muchos sitios
culturales es crear experiencias
que conecten lo máximo posible
con las narrativas que las perso-
nas traen consigo y que (re)cons-
truyen durante la visita. Dado el
carácter físico y permanente de
la exposición, todavía basado en
gran parte en el paradigma de la
comunicación de masas, se han
puesto grandes esperanzas en las
capacidades de personalización
y adaptación en tiempo real de
 ICOM 09
las tecnologías digitales. Sin em-
bargo, éstas todavía no permiten
realizar una adecuación de con-
tenidos y formas de transmisión
totalmente individualizada.
Por eso, actualmente, se desarro-
llan y aplican distintas soluciones.
El proyecto CHESS optó por traba-
jar con perfiles de visitantes basa-
dos en la noción de “persona”
(The-Essential-Persona-Lifecycle).
Este concepto se usa en el ám-
“Las ‘persona’ constituyen una poderosa
herramienta de diseño, ya que sitúan
efectivamente a los/las visitantes y los/
las autores/as en el centro de atención”
Figura 2. Las siete “personas” o per-
files de visitante del proyecto CHESS
en el Museo de la Acrópolis.
Autor: The CHESS Consortium.
Foto: Laia Pujol.
[198]
bito del marketing y del diseño
centrado en el/la usuario/a, du-
rante el proceso de desarrollo de
un determinado producto o siste-
ma, para captar, comprender y
comunicar mejor la diversidad de
motivaciones, entornos de uso,
objetivos, actitudes, comporta-
mientos, habilidades, etc. de sus
usuarios/as finales. Las “personas”
no corresponden a verdaderos
hombres y mujeres sino que se
sintetizan a partir de
observaciones en el
mundo real.
Las siete “personas”
del proyecto CHESS
(Figura 2) se seleccionaron a partir
de un conjunto de variables de-
mográficas y de comportamiento
establecidas gracias a estudios
de público, observaciones en las
salas y entrevistas con el personal
del Museo. Inmediatamente des-
pués, estos arquetipos fueron re-
finados mediante talleres realiza-
dos con sujetos reales.
Las “personas” intervinieron a dis-
tintos niveles y en distintas fases
del proyecto. Desde la perspec-
tiva del desarrollo de contenidos
y componentes tecnológicos,
constituyeron una poderosa he-
rramienta de diseño, ya que si-
tuaron efectivamente a los/las
visitantes y autores/as en el cen-
Figura 3. “El CHESS Visitor Survey, el cues-
tionario mediante el cual el sistema es-
tablece la personalización inicial.
Autor: The CHESS Consortium.
Foto: Laia Pujol.
[199]
Laia Pujol Tost
tro de atención. Además, pro-
porcionaron un lenguaje común
para los/las profesionales involu-
crados/as y para los distintos pro-
cesos creativos interdisciplinares.
Finalmente, la evaluación de los
prototipos en cada ciclo del pro-
yecto se realizó con “personas”
reales, es decir, con usuarios/as
que encajaban con los perfiles.
Desde la perspectiva de la visita,
los/las visitantes son categoriza-
dos/as a partir de su semejanza
con las “personas”. Esta compa-
ración se realiza mediante técni-
cas de adquisición de perfil implí-
citas y/o explícitas. Las primeras
corresponden a la extracción de
características a partir del perfil
de usuario/a en las redes socia-
ICOM 09 Laia Pujol Tost

les; las segundas co- política, las festividades religiosas, puntos, Natalie puede ver o reali-
“La diferencia entre CHESS y una audio-
rresponden a la rea- etc., durante la Época Arcaica zar actividades extra. Éstas son de
guía convencional es que el motor de la
lización de un breve (s.VII-480 a.C.). tres tipos y responden a objetivos
visita no es la descripción de los objetos,
cuestionario inicial sino la narración de una historia conti- En distintos puntos, Natalie puede concretos: los juegos permiten
integrado en la pro- nua, multitemática, ilustrada por ellos” escoger qué temas u objetos pre- reforzar un contenido específico
pia visita (Figura 3). fiere ver. A medida que avanza la de forma activa; las imágenes

Sin embargo, al avanzar el pro- Historias digitales personalizadas visita, el sistema aprende de las interactivas permiten explorar los

yecto, la personalización tipológi- e interactivas acciones de Natalie y seleccio- objetos con detalle; la realidad

ca fue sustituida por el uso direc- Volvamos a Natalie. Se encuentra na automáticamente el recorri- aumentada permite, además,

to de las variables subyacentes a en la primera sala del Museo, iPad do y los contenidos adecuados. reconstruirlos; finalmente, las ani-

las “personas”. El motivo es que en mano. Basándose en sus res- También es capaz de proponerle maciones se utilizan en aquellos

estos atributos no sólo permiten puestas al cuestionario, el sistema temas relacionados u objetos cer- puntos en que la narración no

una personalización más refina- le propone la historia de Meleso, canos que cree que pueden ser está asociada a ningún objeto

da, sino que, además, es el modo una noble ateniense que dedica de su interés. Además, en algunos (Figura 5).

en que trabaja el sistema infor- una ofrenda a Atenea. De cami-

mático subyacente a la hora de
componer experiencias de visita
en tiempo real.
Figura 4. La Sala de las Obras Arcaicas en
el Museo de la Acrópolis.
Foto: N. Daniilidis.
Figura 5. Distintas actividades asociadas a objetos. De arriba abajo y de izquierda a derecha: el
no a este objeto, que se encuen-
juego “Paint the Daemon”, la animación sobre el mito de “Arachne”, una imagen interactiva inter-
tra en la Sala de las Obras Arcai- pretando detalles específicos del objeto y una reconstrucción mediante Realidad Aumentada.
Autor: The CHESS Consortium.
cas (Figura 4), Meleso le habla a Foto: Laia Pujol y Jens Keil.
Natalie acerca del amor y el ma-
trimonio, la mitología, las activi-
dades diarias, la moda, el arte, la

[200] [201]
ICOM 09 Laia Pujol Tost

La historia de Meleso fue diseña- tilla de redacción permitió crear

da expresamente para Natalie:
los estudios de público habían
confirmado que, en general, las
visitantes femeninas se interesan
por temas relacionados con lo
personal y cotidiano. Sin embar-
go, la historia contiene distintas
ramas temáticas e información
adicional pensadas para el res-
to de “personas”. Por ejemplo,
para Georgia, una catedrática
de literatura jubilada, que se sien-
te cómoda con el conocimiento
especializado pero no tanto con
la tecnología. Por eso, la perso-
nalización de las historias no sólo
afecta al tema sino también a la
experiencias con un ritmo fluido,
centrado en la interpretación de
los objetos, pero sin que se pierda
la sensación de narrativa.
“El objetivo final de
CHESS es que los
museos puedan producir estas
complejas experien-
cias por ellos mismos,
con lo que el proceso de
producción se simplifi-
Figura 6. El CHESS Authoring Tool, la he-
rramienta de software para la creación
ca y se reducen costes” de historias personalizadas interactivas.
Autor: The CHESS Consortium.
Foto: Laia Pujol.

duración, el tipo de visita (más

guiado o más exploratorio), y al
estilo de presentación de la in-
formación (más o menos formal
y experto). En cualquier caso, la
escenificación de la historia en la
sala se basa en una adaptación
del modelo de las “trayectorias”
(www.trajectorize.com), un mé-
todo de diseño y análisis de visi-
tas multimedia en sitios cultura-
les creado por uno de los socios
del proyecto. Su uso como plan-
En la creación las historias partici-
pó un equipo interdisciplinar for-
mado por distintos especialistas:
arqueólogos/as, que escogieron
los objetos y prepararon la infor-
mación científica básica; un es-
critor de novelas, que compuso
las historias; museólogos/as, que
ayudaron con la adaptación a las
salas; diseñadores/as gráficos/as,
que crearon imágenes y anima-
ciones; y, finalmente, varios equi-
pos técnicos, que se ocuparon
de la implementación de los dis-
tintos componentes del sistema.
El objetivo final de CHESS es, sin
embargo, que en el futuro todos/
as estos/as especialistas desapa-
rezcan. Es decir, que los museos
puedan producir estas visitas por
ellos mismos, con lo que el pro-
ceso de producción se simplifica
y se reducen costes. Para ello se
desarrolló el CHESS Authoring Tool
(Figura 6), un programa de orde-
nador destinado a la creación y
exportación a dispositivos móviles
de experiencias personalizadas
completas.

[202] [203]
ICOM 09 Laia Pujol Tost

De proyecto de investigación a Si subes al tercer piso, verás esta

aplicación para el público procesión representada en el fri-

Vista la gran aceptación del pro-

totipo en distintos foros internacio-
nales, la intención es que CHESS
so del Partenón, el templo que yo
ya no llegué a ver construido.” Y Contacto
Museo de la Acrópolis
así es como Natalie, emocionada

se convierta en una aplicación delante de la vitrina que contiene

Dirección: Dionisio Areopagita 15 |11742 | Atenas (Grecia)
accesible a todos los museos y una estatua de Atenea de bronce

sus visitantes. Para ello, los socios
industriales y científicos están
empezando a preparar una pro-
puesta para la segunda fase del
con la inscripción “Dedicado por
Meleso como dekate”, cierra su Teléfono: +30 2109000900
iPad y se encamina al tercer piso
Web: www.theacropolismuseum.gr
del Museo de la Acrópolis.

proyecto que, en los dos próximos Correo electrónico: info@theacropolismuseum.gr

años y nuevamente con ayuda

de fondos europeos, desarrolla-
rá las versiones comerciales de
la herramienta de edición y de la
aplicación para dispositivos móvi-
les.
PUBLICIDAD
“El día que escogí para llevar mi
ofrenda a Atenea no era un día
CURSO SUPERIOR
cualquiera. Hacía poco que ha-
DE MUSEOLOGÍA Y
bía empezado el Festival de las
CATALOGACIÓN de
Panateneas y por la noche las bienes culturales.
mujeres celebraban la vigilia del Inicio en octubre de 2014
érica
cumpleaños de la diosa con gri- Museo Lázaro Galdiano Museo d
e Am
Duración:
Fase teórica 250 horas
tos y acrobacias rituales. Al día si-
Fase práctica 400 horas
guiente empezaría la procesión.
Prácticas en museos
XXII EDICIÓN
Más de 50 profesores
especializados

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZA:

ISEP-CEU • C/Pirineos 55, Madrid
[204] 91 543 57 01, isep@ceu.es • www.isepceu.es
ICOM 09

[206]