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Ahí estaban ellos, aquí yo.

¿Dónde? No lo sé.

Solo recuerdo una cosa, parecía sentirse como una sombra.

Iban y venían por todas partes.

La inmensidad del cielo de noche hacía ver las estrellas en colores, rojo una
constelación, azul la vía láctea.

Y ahí estaba yo y aquí ellos.


¿Dónde era?...

Déjame recordar un poco más.


Aquí ahí, yo y ellos, ahí aquí, ellos y yo.

- ¿Qué está sucediendo? – se preguntaba Rabath.

Los miraba y se miraba una y otra vez.

Luego se miraba y los miraba.

Conversaban.

- En la década de los ochenta la sociedad establecía reglas para esos casos. ¿Qué es
eso de no inventar la rueda? ¿Qué tiene que ver esa rueda conmigo?

- He escuchado por todos lados eso de la rueda, que es mejor no volver a inventar la
rueda, que no es necesario, puedes continuar el trabajo de otros y mejorarlo pero
¿de qué rueda estamos hablando? ¿Una rueda de cuantos lados, cuál es su latitud,
longitud y altura? ¿Cuál es la proximidad de la tierra a esta rueda?

- Se lo he escuchado a los tecnópatas de mis compañeros de clase, a la médica bruja


de mi madre, hasta al autócrata de mi padre el asunto de la rueda, pero ¿Quién
diablos inventó la rueda?

- Nadie lo sabe. Investigando sobre esta materia llegue a saber que no se sabe quién
lo hizo, es como averiguar quién descubrió el fuego, lo cual no tiene sentido o mejor
dicho el sentido es que no se sabe, ósea, existió alguien y sirvió para algo y luego fue
muy importante para el desarrollo de muchas cosas en adelante.

- Te diré quién descubrió, o inventó como dicen algunos, la rueda. Fue el mismo
que descubrió el papel. Que vio por vez primera el fuego aquí en la tierra.

- El mismo que lo hizo siempre se ha encontrado aquí, se ha encontrado en todas


partes – afirmó Hart.
- Espero que no hables de dios o de la conciencia colectiva – espetó el otro de los
reunidos.

- Nada de eso, ¿me puedes decir quien inventó la amistad? ¿Cuándo fue creada,
relacionada, conquistada la palabra? ¿Formada?

- No lo sé. Pero seguramente alguien lo sabrá.

- Exactamente, alguien siempre lo sabe. Y ellos descubren e inventan cosas nuevas.

- Ciertamente no estás hablando ni de dios ni de un ser colectivo.

Jajaja, todos rieron.

-Parece que no conoces el significado de autócrata.

- Te diré que no importa esa rueda, quién la inventó o si nadie lo hizo o si quieres
que sea de otra forma o tal…, basta de eso - anunció de forma vociferante Rad.

- Déjate de tus tonterías, eso no es lo importante. No lo ves. Estas haciendo la


pregunta “o preguntas” equivocadas.

- Ah sí - contestó Hart - dime tú cuál sería la pregunta correcta, tú con todas tus
teorías de la conspiración y tus locuras del enigma del planeta tierra, tus juegos de
ciencia ficción y tus libros de física.

- ¿Me puedes contar de que estás hablando?

- Y no me vengas con que todo está tranquilo después del hablado desastre del
mercado del 9999, hoy a finales de diciembre nadie puede imaginar siquiera que
otra idea igual vuelva a surgir.

- Hoy estaba estudiando cuando vino a mí el número 999 y encontré que en esa
fecha había la misma histeria colectiva donde una caída de la bolsa azotaba con
acabar con muchos mercados agropecuarios y así mismo en el año 2000 y cuál
sería la sorpresa que no terminó en nada, continuó el tic tac del reloj, sin embargo,
no detuvo que muchas personas sufrieran de miedo.

-Hart lo que dices no tiene sentido; en el año 900 no había bolsa, ni siquiera bolsas
de plástico.

Jajaja, rieron los terminando su conversación por ese día templado de abril donde
las aves cantaban en la mañana, en esa plaza donde se encontraban decidieron
reunirse nuevamente al día siguiente para salir a trotar y no a conversar como
había sucedido este día.
Hart pensaba – que diablos, ¿qué clase de conversación fue todo eso?
Mientras paseaba su mirada por los árboles, las personas caminando pensaba – ahí
estaban ellos y yo, ahí estábamos nuevamente conversando ellos y yo.

- ¿Qué significa? – pensaba y pensaba en voz alta y en pensamientos.

Hart tiene amigos muy inteligentes y creativos, jóvenes de 12 años que están
buscándose a ellos mismos a través de sus sueños de mejorar el mundo.

Ellos conversan de muchos temas y locuras de la sociedad y la creación de un


mundo mejor.

- Soñé un sueño increíble esta mañana, bueno es lo que recuerdo del sueño, sabes a
veces puedo recordar lo que estoy soñando y cambiar el contenido de mis sueños –
le contó le contó una vez uno de ellos.

- A veces salgo de mi cuerpo en sueños y puedo volar, soñé esto muchas veces y ya
que no puede realizarse en serio, o sería una locura hacerlo, decidí lanzarme mejor
o sea que importa, ver antes de dormir y en mis sueños, todo eso que me gustaría
realizar.

- Todos los sueños que quiero hacer posible, que se hagan realidad.

- Muy interesante Jack – “me oí decirle, sin escuchar realmente”.

“Bueno pues ve y hacedlo” le dije, sin embargo él lo hizo en verdad y muchas cosas
funcionaron.

- Aquí tienes al experto en sueños, el señor Ted Masters - saltó el director de


televisión apuntando a Hart.

- ¿Se encuentra listo para salir al aire señor? – preguntó el director.

- Por supuesto, solo escuche y aprenda.

Por dentro reía, ¿cómo era posible que tratara a las demás personas así?

Él lo hacía porque podía solamente, le salía natural, se imaginaba que lo amaban


increíblemente y era verdad.

Así lo hacían ellos porque deseaban tener un modelo a seguir, alguien que estuviera
un peldaño más adelante para ellos alcanzarlos, subir adelante, también era
bastante optimista.

Luego de dar un par de vueltas en la plaza decidieron conversar sobre otros temas
mientras continuaban una vuelta nueva alrededor de la plaza.
- Conozco el saber de todos los sueños y tengo una percepción extrasensorial innata
para adivinar qué te enseña el contenido de los tuyos.

- ¿Ósea que puedes interpretar los sueños?

- Exactamente eso es – indicó Hart.

- No te creo nada, si es así yo puedo retroceder en el tiempo y saber lo que pasó en


el pasado.

- Eso todos lo podemos hacer.

- Pues no lo creo, estás hablando de algo muy complicado.

- No es así.

- “¿Sabes qué pasa cuando un joven es criado en un país completamente diferente


de dónde vino? – recordó Hart.

- Que se forma según la idiosincrasia de ese país.

Aquí quede.

-AJAJAJ, me haces reír Ted, siempre tan temprano en la mañana.

-De verdad, cuéntame, tal vez te pueda ayudar.- pide Ted.

-Soñé con una serpiente, MMM. –hace una pausa la chica antes de continuar- y con
una araña grande que mientras la miraba se convertía en un palote…

-Alicia sabes que buscando entre mis libros he encontrado algo extraordinario.

-Qué cosa Ted, cuéntame de qué se trata.

-¿Sabes la diferencia entre sentir y querer?

-No, ¿Por qué habría de saberlo?


Hace siete años Alicia tiene problemas de sueño, no puede dormir y sus padres
están muy preocupados por ella, entonces deciden llevarla a un centro médico del
sueño.

-Alicia ¿porque no te juntas con tipos de tu edad? –pregunta con mirada inquisitiva
un día Ted.

-Me madre me dijo que los chicos de mi edad en realidad no tenían mi edad.

-¿Y cuantos años tienen en realidad?

-En realidad tienen como tu edad. –señala Alicia a un niño más joven que Ted.

-¡En serio!- señala Ted a otro niño de esa edad aproximadamente.

-JAJAJA- ríen juntos por la plaza. –piensas que voy a creer eso, ¿de qué está
hablando? –interroga Ted.

-Que los que tienen mi edad, en realidad son más jóvenes y buscan otras cosas, en
cambio a tu edad, no buscas esas otras cosas, tú eres diferente.

-¿Cómo diferente?

-Con chicos de tu edad puedo conversar y nada más, tú buscas saber tanto como yo
quiero, podemos aprender y eso es lo que quiero.

-Abuelo ¿recuerdas cuando eras un niño?

-Espera un minuto Ted déjame terminar mi idea antes que se me olvide. –Continúa
ella mirando hacia el horizonte, las nubes se desenvuelven hacia la bahía sur que se
encuentra tras una larga hilera de pinos sobre un cerro de eucaliptus donde se paga
la entrada, sin embargo Ted no la deja seguir…

-No todavía, todo esto continua pareciéndome increíble el creer que estamos en
una fecha u otra, a esta hora o la otra, todas creaciones nuestras, del hombre,
celebrando un nacimiento cualquiera donde no se toma en cuenta período de
gestación, ni se conoce al detalle el funcionamiento del cerebro pero se toman en
cuenta invenciones de medida de tiempo como si fuera un suceso de siempre y no
creación del hombre. JAJAJA. –ríe Ted. Para mí. –Continua. -Todo esto no
termina de parecerme interesante aunque, tal vez, sea una intervención atrasada de
la sociedad, estoy seguro que tales interpretaciones continuaran repitiéndose y mi
optimista y sincera opinión es que realmente no importa la fecha que sea o cual sea.
-¿Me puedes dejar seguir con mi idea de la rueda, por favor? –pide la amiga sin
tener mucho alcance para el oído del antes interesado en lo que tenía que decir,
Ted.
-Mira para mí da lo mismo la fecha que sea para celebrar a quien sea ¿realmente
importa? podría ser el año 5000 y puedo decir ahora es el año 600 de mi
nacimiento y por eso yo digo que tal día es el que voy a celebrar, incluso creer que
sea el año 2020 es una invención para lo que nos compete pero ¿qué es lo que nos
importa entonces? comprendo la utilidad de esa medida para muchos usos, en
contraposición, yo conozco que anteriores civilizaciones tenían otras fechas para
medir su tiempo y eso fue borrado de la historia por el hombre, mi realidad es mía
para estar en cualquier fecha en el futuro o pasado o presente para utilidad mía
cuando sea requerida.

- JAJAJA, no puedo… JAJAJA. –ríe a carcajadas Alicia con el término de la


monografía de su amigo. –lo siento, no podía dejar de reír de tu convalecencia. Veo
que estas más loco de lo que yo pensaba, que cosas dices. ¿Podemos continuar en
mi casa te invito a cenar y continuamos con lo de la rueda?

-AHHHHHHH, sí, claro. –Dijo Ted y fueron hacia la casa de la amiga antes que
oscureciera completamente, los arboles rugían con el viento primaveral y las flores
se encogían para esperar el sol del día siguiente, la frescura del mar provocaba salir
a pasear a la orilla de los almacenes y visitar los mercados en busca de nuevos
quehaceres nocturnos.

Mientras paseaban a la orilla de la plaza central en vista de libros a la orilla este del
mismo los jóvenes continuaron con su conversación anterior.

-Siempre dices cosas así, y a veces parece una locura. –Señaló ella- .Realmente no
importa la fecha que está marcando el reloj y eso lo entiendo bien, pero cambiaste
el tema y esta vez me toca a mí.

-Es una locura ¿verdad? Pensar en tener la razón todo el tiempo. Nunca me dijiste
cuál era tu pregunta.

-Mi pregunta era MMMHUMMMM. –Carraspea Alicia antes de continuar. –


Estábamos hablando de la rueda y yo quería decirte que no importa la rueda y sus
locuras del mundo, tampoco importa cuántas longitudes tenga o no, todo lo que
importa es cuál es la tuya.

-¿La mía qué? –pregunta Ted.


-Tu rueda.
-¿Quéééééééé?, no entiendo de qué estás hablando.

-Sí– sigue Alicia, contestando a su pregunta. –Mira esos libros, todos son distintos
y de muchos autores, puedes buscar toda la vida el significado de que quiso decir
este autor u el otro y serán mensajes distintos y podrás aprender mucho y va a
pasar algo luego, te entretendrás mucho y vivirás muchas aventuras con sus amigos
pero al final no encontrarás eso que estás buscando.

-¿Qué cosa? –pregunta Ted.

-El porqué de la rueda. – Contesta ella. –A veces pienso si yo fuera un súper héroe
capaz de otorgar habilidades a alguien que recién conozco, no es que recién nos
conozcamos pero por ejemplo; Imagina cuando yo conozco a una persona y ella
obtiene un conocimiento avanzado y poder ilimitado entonces si yo tuviera una
relación mayor con esa persona ella además de conocimiento avanzado y poder
ilimitado obtendría energía infinita.

-¿AHHHHHH? –Masculló Ted en todo de pregunta.

-Esto es imperativo para la elección de una futura prospección ósea exploración de


posibilidades futuras basadas en indicios presentes. Imagina que no pudiera
comunicarme con nadie, no puedo comunicar mis ideas, por lo tanto, si no
encontrara a nadie pues no habría problema de superpoblación en el planeta y esta
sería opinión suficiente para justificar mi actuación.

-¿Qué actuación? ¡Por favor no continúes o me va a explotar el cerebro! Y ¿me


puedes hacer el favor de explicarte? – pidió Ted
-De encontrar el sentido de mi vida. Tu problema, el “problema” que crees tener y
que nos lleva a conversar de estas locuras. -Continuó Alicia.- Debemos entender
que somos únicos y que nuestras decisiones y circunstancias no nos definen ni
identifican sino nos muestran nuestra realidad, la que cada uno ha creado. –
Explicó ella.

-Hablo de tu pregunta de la rueda, enmascara la interrogante de ti mismo.

-GUAU, eso está increíble.

-Eso es lo que crees Ted, pues sígueme la corriente en esto. Un niño independiente
de cuan caro sea donde estudió y no le gusta donde estudia o tiene problemas de
bulling y la pasa mal no aprenderá nada y su retención será mínima.

-Pero tal vez aprendería algo, a defenderse o a tratar a los demás de forma
diferente, ¿no crees?, tal vez aprenda que más adelante las cosas podrían salir
mejor en el futuro. –respondió Ted.

-Mira si yo tuviera un hijo no lo llevaría al colegio, le ensenaría Energía 101,


Habilidades sociales del nuevo mundo, Geometría avanzada, Literatura y otras
cosas así de interesantes. Cada niño necesita una evaluación completa para evaluar
sus capacidades, habilidades e intereses para encontrar su propósito. Tenemos que
entender que cada uno de nosotros es único y con un único propósito lo que nos
hace automáticamente especiales y si solo sabemos esto ya es maravilloso y nuestra
energía cambia al universo. –señalo emocionada ella.
-Ok pero tendrás que demostrármelo y darme la idea de que tiene todo eso que ver
con mi asunto de la rueda ¡por júpiter! –Dijo Ted.

-Demostrarlo, lo demostraré. –Siguió Alicia. -Lo demuestro conmigo misma, no


debería estar diciendo esto pero lo haré porque eres mi amigo. Demuestro el
infinito mirando a 2 espejos encontrados o mirando a los ojos de alguien. Cuando
viene el otoño y las hojas caen para luego crecer nuevamente es suficiente prueba.

-¡No entiendoooo! –Masculló Ted.

-Ok. –Siguió ella. –Vamos por parte. ¿Qué es lo que no entiendes?

-No entiendo qué es eso de que cambiamos al universo.

Sonriendo a los ojos de su amigo dijo -Pues yo creo que la forma en que vemos o
interpretamos a los demás es completamente independiente de los demás y está
relacionado con nosotros mismos, así mismo, la forma en que interpretamos lo que
hacen los demás por nosotros, no tiene que ver con nosotros, tiene relación con lo
que ellos quieren aunque las razones pueden ser egoístas o no, son sus razones y así
mismo, tú estás interpretando basándote en ti. –Dijo la joven.

-Quieres decir que todo lo que diga será usado en mí contra ¿verdad? –Contestó
Ted
-Así es. –continuó ella. -Nadie obliga a nada a nadie. Las influencias externas son
aceptadas por nosotros como invitaciones que no queremos pero no podemos
rechazar, por ser inconscientes, y estas se extienden en el tiempo, mientras más
sigamos aceptándolas inconscientemente más nos rechazaremos a nosotros
mismos.
-Pero qué tal si eres obligado o forzado a realizar algo, ahí estas siendo obligado. –
defendió el joven.

-Por supuesto que sí, que está siendo obligado, lo que no ves es que yo no hablo de
fuerza bruta física aplicada, no estoy hablando del mundo en que vives, donde estas
encerrado el 100 por ciento de tu tiempo y al que no te permite acceso a ningún
otro lugar más, no estoy hablando de tomar decisiones o actuar, no estoy hablando
de seleccionar el camino correcto para ti, realmente no entiendes de lo que estoy
hablando ¿verdad? –señalo Alicia.

-Pues claro que no, no sé de qué lugar estás hablando o en qué mundo vives, y claro
que creo que en el caso de la educación un cambio sustancial del que hablas podría
cambiar las cosas pero dime tu necesidad de cambiarme los temas de conversación
y confundirme así de esta manera.

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