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Balances de Materiales y Energía

Los balances de materia y energía (BMyE) son una de las herramientas más importantes con las
que cuenta la ingeniería de procesos y se utilizan para contabilizar los flujos de materia y energía
entre un determinado proceso industrial y los alrededores o entre las distintas operaciones que lo
integran. Por tanto, en la realización del PFC (Proyectos Fin de Carrera), los BMyE nos permitirán
conocer los caudales másicos de todas las corrientes materiales que intervienen en el proceso,
así como las necesidades energéticas del mismo, que en último término se traducirán en los
requerimientos de servicios auxiliares, tales como vapor o refrigeración.
Dentro del PFC los BMyE tienen su lugar lógico en el Estudio de Viabilidad, ya que es por medio
de ellos que se obtiene la información necesaria para proceder al dimensionamiento de los
equipos y la estimación de las necesidades de servicios auxiliares (vapor, aire, refrigeración). En
la Memoria de Cálculo deberán incluirse los BMyE de la alternativa elegida, como un anexo de la
misma.

Balance de Materia (BM):


Los BM se basan en la ley de conservación de la materia, la cual, rigurosamente hablando, hay
que aplicarla al conjunto materia-energía, y no a la materia o energía por separado. Sin embargo,
en las condiciones que se dan en los procesos industriales objeto de los PFC quimicos, al no
abordarse el caso de los reactores nucleares, no existe transformación de materia en energía o
viceversa, con lo que la forma general del balance de materia TOTAL a un sistema, será:

La forma del balance a cada uno de los componentes será la misma, excepto cuando existe
reacción química, ya que en ese caso habrá que considerar la aparición o desaparición de los
componentes individuales por efecto de la reacción (sin embargo la masa total del sistema
nunca variará). Por ello el BM al componente ‘i’ tendrá la forma:

Una situación muy frecuente es que el proceso sea continuo, con lo cual el término de
acumulación será 0.
Tal y como se ha indicado los BM se pueden aplicar a una unidad de proceso (un equipo),
como a todo el proceso completo. Para una unidad o equipo, podrán plantearse tantos BM
independientes como componentes intervienen en el mismo, y a un proceso completo se le
podrán plantear un número de BM independientes igual a la suma de los de todas las
unidades del mismo, entendiendo como unidades de un proceso los equipos u operaciones
que lo integran. Además, en algunos casos existen relaciones impuestas entre las distintas
corrientes que nos pueden servir como ecuaciones adicionales a los BM.
Planteamiento de los BM en el PFC:

El primer paso para plantear los BM a un proceso determinado, consiste en, sobre el diagrama
de bloques del mismo, plasmar toda la información de la que se disponga, que básicamente
será:
1. Caudales de las corrientes
2. Composición de las corrientes
3. Otras relaciones o restricciones conocidas
Aunque es aconsejable analizar si el sistema está o no determinado, y el número de grados
de libertad, en caso de que no lo esté, siempre se conocerá la cantidad por hora de producto
final a fabricar, ya que este dato viene dado por la capacidad de producción que ha debido
quedar establecida en el Estudio de Mercado. A partir de dicho dato se pueden emplear
varias estrategias para plantear los balances, aunque no siempre serán todas posibles, o
incluso lo será sólo una (en general no suele ser posible hacer todos los balances
secuencialemente):
1. Resolver el balance al proceso global, y con los datos obtenidos plantear el balance
a la primera unidad, e ir resolviendo secuencialmente, cuando sea posible.
2. Tomar como base de cálculo (variable de diseño) el caudal de materia prima (si hay
varias se escogería la principal o una de ella), y resolver secuencialmente el proceso
hacia delante, empezando por la primera unidad, aunque luego habría que cambiar
la escala para que la capacidad de producción sea la deseada.
3. Comenzar a plantear y resolver los balances secuencialmente y hacia atrás,
empezando por la última de las unidades de proceso, si fuera posible.
En general el planteamiento y la resolución de los BM exige “manipular” y trabajar con la
información disponible, ensayando distintas estrategias, hasta llegar a una solución aceptable
y físicamente coherente, pues en ningún caso podrá salir del sistema más materia de la que
entra o viceversa.
Balances de Energía (BE):

Los BE son normalmente algo más complejos que los de materia, debido a que la energía
puede transformarse de unas formas a otras (mecánica, térmica, química, etc.), lo que obliga a
considerar este aspecto en las ecuaciones. En general, en el PFC, los BE serán
imprescindibles en equipos en los que el intercambio de energía sea determinante, lo que
fundamentalmente sucederá en cambiadores de calor, evaporadores, columnas de destilación,
etc., es decir, cuando haya que calentar o enfriar un fluido. En el caso de los reactores
químicos, también son imprescindibles los balances de energía para su diseño, ya que en
cualquier caso habrá que asegurarse de que la temperatura del reactor permanezca dentro del
intervalo deseado, especialmente cuando los efectos térmicos de la reacción sean importantes.
En reacciones bioquímicas dichos efectos no suelen ser muy significativos, así que se podrán
ignorar en el dimensionamiento preliminar de los fermentadores o reactores enzimáticos,
siempre que se justifique.
Dejando de lado el planteamiento de los BE en reactores, en la mayoría de los otros equipos, y
a efectos de dimensionamiento preliminar, la llamada ecuación de las entalpías, que se incluye
a continuación, suele ser suficiente para su planteamiento.

Donde ms y me son los caudales másicos de entrada y salida del sistema, He y Hs las


entalpías de los mismos, y Q el calor intercambiado por el sistema, que si es positivo será
ganado por el sistema, y si es negativo será cedido por el mismo a los alrededores.
El cálculo de la entalpía de cada corriente puede realizarse usando de su capacidad
calorífica, y una temperatura de referencia, aunque si hay cambios de fase también habrá
que considerar el calor latente. Para el vapor de agua lo ideal es usar las tablas de vapor de
agua saturado o recalentado, disponibles en bibliografía o incluso en aplicaciones on-line.

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