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Fecha: 09 de Junio de 2019

Título del Sermón: ¿ Dónde estás tú?

Versículo Bíblico: Génesis 3:1~24

Ge 3:1~24 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del
campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿ Conque
Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer
respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:
No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la
serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo
el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que
era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así
como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron
que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto,
al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de
Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al
hombre, y le dijo: ¿ Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el
huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le
dijo: ¿ Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿ Has comido del árbol de
que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que
me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová
Dios dijo a la mujer: ¿ Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La
serpiente me engañó, y comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por
cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los
animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los
días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en
el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en
tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu
marido,[a] y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto
obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé
diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor
comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres, y al polvo volverás. 20 Y llamó Adán el nombre de su
mujer, Eva,[b] por cuanto ella era madre de todos los vivientes. 21 Y Jehová
Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. 22 Y dijo
Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el
bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del
árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del
huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24 Echó,
pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines,
y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el
camino del árbol de la vida.

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo fue bueno, especialmente

cuando creó al ser humano lo hizo a su imagen y semejanza. No obstante,

el hombre cayó en pecado, y Dios le buscó a Adán y le preguntó diciendo:

“¿Dónde estás tú?”.

¿ Habrá preguntado Dios dónde estaba Adán porque realmente no lo

sabía? No es así. Espero que a través de la Palabra de Dios, hoy Ud.

conozca el por qué realmente Dios estaba buscando a Adán.

1. Dios, todo lo hizo bueno

Si vemos en Génesis 1:2, dice:

Ge 1:2 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban

sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las

aguas.

Dios dijo sea la luz, y fue la luz; y vio que la luz era buena y la separó de

las tinieblas. A la luz llamo día y a las tinieblas noche. Luego dijo que haya

expansión en medio de las aguas, y separó las aguas de las aguas, y

llamó a la expansión Cielos. También, juntó las aguas de debajo de los


cielos en un lugar, descubriendo lo seco; y llamó a lo seco Tierra y a la

reunión de las aguas mares, y vio Dios que era bueno. Luego hizo árboles

sobre la tierra que den semillas y frutos, como también el Sol, la Luna y

las Estrellas, y vio que todo era bueno. E hizo Dios las aves del cielo, los

peces del agua y las bestias y animales de la tierra según su especie. Y

vio Dios que era bueno.

Luego, al final de toda su creación, Dios hizo al hombre, a su imagen y

semejanza, para que gobierne sobre todo lo creado. En Génesis 1:31,

dice:
31
Ge 1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno

en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Debido a que Adán y Eva fueron creados a imagen y semejanza de Dios,

fueron las criaturas más sobresalientes y excelentes, antes de pecar.

Ellos vivían en el jardín del Edén, sin dolor ni tristezas, siendo inocentes

y bendecidos para multiplicarse, mirando y caminando con Dios por todo

el Edén. Ellos estaban vestidos con la gloria de Dios, por lo que no se

avergonzaban de no usar ropa humana, no había ninguna restricción en

sus corazones, ni siquiera ante Dios.

2. La tierra maldecida por el pecado

La prueba llegó a la vida de Adán y Eva. El diablo se acercó para tentarlos.

Dios les dijo: “De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres,

ciertamente morirás”. Sin embargo, Adán y Eva cayeron en la tentación

de satanás, y comiendo del fruto se rebelaron contra Dios.

Como resultado de la desobediencia, la tierra hermosa y rica creada por

Dios fue maldecida dando cardos y espinos; y el hombre y la mujer que

fueron hechos a imagen y semejanza de Dios fueron condenados a la

carga de la vida. Además, como el ser humano tiene alma, espíritu y

cuerpo, por la caída del hombre, fue condenado a muerte por rebelarse

contra Dios, por lo que desde ese momento todos estamos bajo el poder

de la muerte.

¿ Dónde estaban Adán y Eva luego de pecar contra Dios? Cuando Dios

dijo: ¿ Dónde estás tú? Tanto Adán como Eva se escondieron de su

presencia entre los árboles. Luego de desobedecer el mandamiento de

Dios y haber comido el fruto de árbol de la ciencia del bien y del mal, la

gloria de Dios desapareció en ellos, y se dieron cuenta que estaban

desnudos; y la vergüenza y el miedo se apoderaron de sus corazones.

Por la caída del hombre hemos perdido el hermoso lugar que Dios había

preparado, y desde entonces, vivimos ocultándonos a la sombra del

pecado, de la enfermedad, pobreza, maldición, muerte y destrucción.

3. La gracia de renacer

Si vemos en la Biblia, nuestro Dios bueno no abandonó ni le dejó solo a


Adán. Dios fue en busca de Adán y le dijo: “¿Dónde estás tú?”, para que

él se dé cuenta de lo que hizo y de su situación, y regrese a Dios por

medio del arrepentimiento. Adán y Eva intentaron cubrir su vergüenza

haciendo ropas con hojas de higueras, pero el sol pronto las secó. Esto

demuestra que el poder del ser humano nunca puede ocultar y tapar los

pecados y sus consecuencias.

En la actualidad, las personas tratan de cubrir su desnudez haciendo

vestimentas llamadas ética y moral, pero eso de nada sirve. Todos los

métodos y las formas humanas no pueden ocultar la vergüenza causada

por el pecado. Dios, para cubrir la vergüenza de ellos, hizo que mataran

animales y de su piel hiciesen para sus ropas. El cubrir la vergüenza de

otra persona es una representación del amor.

Cuando pienso en mi infancia, tengo recuerdos que siempre vienen a mi

mente. Era un frío día de invierno y yo estaba durmiendo, yo tenía la

costumbre de no taparme al dormir, y tanto mi mamá como mi abuela

siempre me cubrían diciendo: Si no te tapas, te vas a resfriar.

Además, en el verano, cuando mi abuela doblaba las ropas para

guardarlas, yo me acostaba a su lado, sin cubrir mi panza. Entonces mi

abuela, traía una sábana y me cubría. Cuando siempre pienso en el toque

de amor de ella, me recuerdo del amor de Dios.

De esta forma, Dios nos ama mucho más, y cubre nuestros pecados y
transgresiones. Si Dios juzgara realmente nuestros pecados y ofensas

como debe de ser, nadie de nosotros aquí estaríamos vivos ahora.

Dios tiene misericordia de nosotros y nos ama, y ha enviado a su Hijo

Jesucristo para cubrir nuestros pecados con su sangre. En 1Juan 4:9,

dice:

1Jn 4:9 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que

Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió,

derramando sangre animal. De la misma forma, es la sangre de

Jesucristo derramada por cada uno de nosotros y vistiéndonos de la ropa

de Cristo.

No obstante, Dios tuvo que pagar un alto y gran precio para salvarnos.

Entregó a su propio hijo, a Jesús, en la cruz para que sea ofrenda por

nuestros pecados, pues sin derramamiento de sangre no hay redención.

En el evangelio de San Juan 1:29, dice:

Jn 1:29 29 El siguiente día vio Juan a Jesú s que venía a él, y dijo:

He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Asimismo, en 1Juan 2:2, dice:

1Jn 2:2 2
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no

solamente por los nuestros, sino también por los de todo el

mundo.
Jesús es el Cordero de Dios, que quitó el pecado del mundo y es la

propiciación por nuestros pecados.

Por el pecado, todos nosotros estábamos controlados por las fuerzas de

la muerte, pues nuestro espíritu, alma y cuerpo estaban condenados a

morir. Sin embargo, Jesús, el Señor de la vida, vino a este mundo para

salvarnos y rescatarnos de la muerte, dándonos vida. Por lo tanto, todos

nosotros prosperamos en todas las cosas, tenemos salud y prosperán

nuestras almas.

Si nos presentamos ante el Señor, él nos perdona de nuestros pecados

y nos salva. Dios, para salvarnos, envió a su Hijo Jesús a este mundo,

haciéndole cargar todos los pecados de la humanidad. Nuestro Salvador,

al ser colgado en la cruz del Calvario, se convirtió en un sacrificio vivo y

real para toda la humanidad siendo juzgado por Dios.

Por lo tanto, cuando creemos en Jesús y le aceptamos como nuestro

Salvador, nuestro hombre interior nace nuevamente en el Padre. Como

somos nuevas criaturas en el Señor, somos hijos de Dios y le llamamos

“Abba, Padre”, y también podemos orarle pidiéndole nuestras

necesidades a nuestro Padre Celestial. Además, podemos cantar himnos,

alabarle, glorificarle, darle las gracias y escuchar su bendita Palabra.

Por medio de Jesucristo se nos abrió un nuevo mundo, nunca antes

conocido. En el pasado, solo habíamos visto el mundo material, el


tridimensional, a través de nuestros sentidos. No obstante, ahora

podemos ver más allá del mundo material, un mundo totalmente invisible,

inaudible e intocable. En el disfrute espiritual, ahora conocemos el mundo

de la cuarta dimensión, la espiritual.

Esto se debe a que nuestro espíritu, que murió por el pecado y las

transgresiones, ahora está vivo. Como ahora nuestros ojos, oídos y

comprensión espiritual están abiertos, podemos entender el mundo

espiritual. Es algo grande y maravilloso, que nosotros estando muertos

espiritualmente, ahora estamos vivos por medio de Jesucristo y somos

hijos de Dios.

El Señor nos ha resucitado de los muertos para que vivamos por la fe y

seamos obedientes a él. Durante mucho tiempo hemos vivido sin Dios y

lejos de él, por lo que somos tercos, soberbios y con el ego alto, incluso

luego de creer en Jesús. Por nuestro orgullo y nuestra soberbia es difícil

que caminemos con Dios, y aun siendo cristianos nuestro ego hace que

estemos lejos de nuestro Padre. Por lo tanto, luego de creer en Jesús,

debemos someternos a él, para que nuestro yo muera, y viva una nueva

criatura en fe y obediencia a él.

Hay muchas personas que se preguntan y dicen: “Yo creo en Jesús, pero

¿ Por qué sufro? ¿ Por qué tengo problemas y aflicciones?”. Todo esto

pasa por nuestras vidas para romper toda terquedad, orgullo, ego y
vanidad de nuestro ser. ¿ Hay alguien que muera tranquila y

cómodamente? Todos morimos llevando y cargando nuestra cruz.

Algunas personas mueren repentinamente, otros paulatinamente, cada

uno en su forma, experimentando y quebrando su propio yo. Cuando uno

pasa y sufre de decepción y fracaso, el dolor se apodera rompiendo toda

terquedad, ego y orgullo.

Los grandes hombres de la Biblia fueron personas que han sido

quebrantadas para ser utilizados. A Jacob le tomó 20 años quebrar su yo,

a José le costó 13 años de esclavitud y prisión, y a Moisés 40 años de

vida en el desierto para ser quebrantado.

Hermanos/as, las personas no se rompen y quebrantan fácilmente. Hay

personas que son quebradas cuando conocen el sabor del fracaso y la

decepción, y se presentan a Dios cuando ya no tienen nada, y por medio

de la fe y obediencia vuelven a vivir. Dios nunca bendice a aquellos que

no han sido quebrantados y transformados.

Prosperar en el alma significa que la terquedad, el ego y el orgullo han

sido quebrados. Cuando nuestro yo es quebrado, prosperamos en todas

las cosas y tenemos salud. ¿ Hay personas que hoy dicen que no tienen

motivo de vivir, no tienen esperanzas, están sin fuerza? Es momento de

dejar que Dios actúe, y que muera nuestro yo, para que sea él quien se

levante y gobierne nuestro ser.


Dios quebranta a sus hijos para darles de su bendición. Por lo tanto,

aunque pasemos por momentos difíciles, pruebas y tribulaciones,

quebremos nuestro yo, y confiemos solo en Dios, sujetémonos en él por

medio de la fe y seamos obedientes a su voz.

Asimismo, Jesucristo nos salva de la muerte física dándonos la

resurrección. Hoy en día, tanto la ciencia como la medicina se han

desarrollado grandemente, pero eso no quiere decir que se evite la

muerte. Las personas del mundo creen que la muerte es el fin, por lo que

viven sin esperanzas y en desesperación.

No obstante, los que creemos en Jesús, la muerte terrenal no es el fin de

nuestras vidas, pues Jesús nos prometió que viviremos para siempre. Si

pensamos que no hay vida luego de la muerte, y que hoy es el último día,

nos pasaremos comiendo y bebiendo, y queriendo disfrutar de los

placeres de la carne. Si hemos vividos correctamente, teniendo

autocontrol, soportando y venciendo los sufrimientos, y si no hubiera

resurrección luego de la muerte, ¿ No seríamos los más desdichados?

Pero, nosotros sabemos, que los que viven en busca de los deseos de la

carne, deseos de los ojos, lujurias y pasiones desordenadas, serán

condenados a la muerte. No obstante, para los que viven en justicia y

santidad, glorificando a Dios en todo momento, el Señor les dará vida

eterna.
En 1Corintios 15:20~22, dice:

1Co 15:20~22 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias

de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por

un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.


22
Porque asícomo en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán

vivificados.

Todos nosotros creemos en Jesús y nacimos de nuevo en el Espíritu

Santo. Una nueva criatura prospera en todas las cosas, tiene salud y

prospera su alma. Dios, por medio de Jesucristo, nos perdona de todos

nuestros pecados, y nos da vida salvando nuestro espíritu de la muerte.

Además, Dios destruye nuestro ego, soberbia y orgullo, y nos llena de fe

y obediencia, haciendo que todas las cosas prosperen en nuestras vidas.

Luego, sana nuestras enfermedades, nos fortalece, y en la Segunda

Venida del Señor resucitarán primero los muertos en Cristo, y luego

nosotros iremos en cuerpo espiritual, para vivir eternamente y para

siempre en los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra.

Ahora, en este momento, nuestro Dios quien nos da la vida, desea que

siempre vivamos de victoria en victoria y seamos prosperados en todas

las cosas, tengamos salud, y prosperen nuestras almas. ¿ Cuán

maravilloso es poder recibir esta gracia?

Jesucristo es la vida de nuestras almas y de nuestros corazones, la


resurrección de nuestra carne y, es el camino de todas las bendiciones

que Dios nos da día a día. En 2Corintios 5:17, dice:

2Co 5:17 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las

cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Nosotros, los que le tenemos a Jesús en nuestros corazones, ya no

somos ese viejo hombre en la desesperación. En Jesucristo somos

nuevas criaturas, por lo que cuando Dios nos pregunte: ¿Dónde estás tú?,

nuestra respuesta y confesión de fe tiene que ser esta:

“Dios, yo pertenezco a Jesús. Soy justificado y perdonado. Soy sano. Soy

bendecido. Tengo vida eterna. Yo sé perfectamente de dónde he venido,

por qué vivo, y hacia donde me dirijo. Soy tu hijo. Soy una nueva criatura”.

Cada día que pasa pensemos, soñemos, tengamos fe, y confesemos por

nuestros labios que somos nuevas personas bendecidas por Dios.

Oremos: Dios Bueno, lleno de amor y Misericordia. Recibe toda gloria

y alabanza por medio de todas tus buenas obras. Nosotros somos

perdonados de nuestros pecados, y ahora somos nuevas criaturas

por medio de la Sangre de Jesucristo. Rompe y destruye todos

nuestros egos, vanidades, y soberbias. Señor, ayúdanos y dirígenos

todos los días. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo. Amen.

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