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Revelación.

1.2.3. La fe, respuesta a la palabra testimonial de Dios.


1.2.3.1. Planteo.
Desde el aspecto de intersubjetividad de la noción "palabra" se puede afirmar que la
respuesta creyente a la Palabra de Dios, está incluida y no puede faltar en el "proceso" de
revelación de Dios. Constituye su fruto "más esperado". La libertad de la Palabra requiere
la libertad de la respuesta.
La noción misma de palabra, nos hacia referencia a la intersubjetividad: toda palabra buscaba
un tú. Es importante comprender la palabra de Dios teniendo en cuenta al sujeto a quien se
dirige, así la respuesta creyente, como momento de las Revelación en Cristo no puede faltar
nunca. La Iglesia es su fruto normal, deseado, el mas inmediato, el mas visible.
1.2.3.2. La libertad de la respuesta.
Si una de las notas de la Palabra es la libertad, esta libertad la encontramos en la respuesta. Y
esta libertad aparece enseñada en la Escritura como obediencia o desobediencia. Cf. DB 797-
799 DV 5.
1.2.3.3. Aspecto noético de la fe.
Desde la palabra como expresión (decir algo y al que habla): entendemos el acto de fe
como, en algún sentido, un conocer de lo que Dios es y quiere. Aspecto noético de la fe.
DB 180.383 DV 5.10
1.2.3.4. Objeto formal y material de la fe.
El conocimiento tiene un doble objeto (material y formal). Así el conocimiento por la fe está
indicado por el objeto formal (credere Deo): se funda en Dios que se revela. Creemos
porque Dios lo testifico de hecho. Este testimonio divino es la razón del asentimiento cre-
yente.
La razón teológica de Santo Tomás es muy clara: el conocimiento tiene un doble objeto, lo
materialmente conocido y aquello por lo que se conoce (objeto material y objeto formal). La
forma típica del conocimiento por la fe esta indicada por el objeto formal y el credere Deo
(revelación en sentido activo): siempre estará fundado en Dios que se revela y con quien se
entra en comunión. Dios que revela testificando y el hombre que cree, porque se apoya en el
testimonio divino. Este testimonio está constituido por la veracidad y la ciencia, pero
revelándose, como acción amorosa y libre. Cf. DB 1636.1789.
1.2.3.5. La fe es un don de Dios.
La Revelación es esencialmente y absolutamente sobrenatural. Por ello requiere el mismo
nivel ontológico en la respuesta: la fe sobrenatural como don de Dios, y no una fe
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puramente humana. Esta es sobrenatural no sólo en su objeto material (las cosas reveladas)
sino también, en su objeto formal (la luz por la cual se cree). Es un conocer de intencio-
nalidad distinta a la de la ciencia. Es un nuevo conocer.
El concilio de Orange había enseñado sobre la sobrenaturalidad de la fe, contra los
semipelagianos. El concilio Vaticano I la llama "virtud sobrenatural". El concilio Vaticano II
habla de ella en DV 5. En la Sagrada Escritura lo expresa muy bien San Pablo y Juan. DB
178.1789.
Nosotros hablamos de la sobrenaturalidad de la fe entendiéndola como algo que alcanza la
misma estructura intelectual-volitiva. Es sobrenatural en cuanto ser y su ser es
intencionalidad. Es un conocer nuevo, con toda la fuerza que tiene esta expresión; es nueva
vida con todo lo propio que tiene la vida intelectual y la vida volitiva. Por la fe tenemos el
pensamiento de Cristo, y vencemos al mundo en su objetividad, por la abertura de la nueva
intencionalidad a la objetividad suprema: Dios mismo, nos trascendemos como sujetos, como
interlocutores de Dios en su mismo ser trinitario, apoyados en la Verdad Primera.

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