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Fecha: 11 de agosto de 2019

Título del Sermón: El Espíritu Santo como viento

Versículo Bíblico: San Juan 3:1~13

Jn 3:1~13 1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre

los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios

como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios

con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de

nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿ Cómo puede un hombre nacer

siendo viejo? ¿ Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del

Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y

lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario

nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de

dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió

Nicodemo y le dijo: ¿ Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿ Eres tú

maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos

hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he

dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿ cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie

subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Si vemos en Génesis 1:2, dice:

Ge 1:2 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del

abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.


La palabra espíritu aquí es de la palabra hebrea ruah, que significa viento o soplo. Por lo

que, cuando el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, se movía sobre la faz de la tierra, las

obras de creación aparecieron en este mundo tridimensional, transformándolo en un

buen lugar a los ojos de Dios.

1. El Espíritu Santo trae cambios y creació n

En el evangelio de San Juan 3, vemos que Jesús describió al Espíritu Santo como viento.

Cuando Nicodemo, fariseo y un principal entre los judíos, vino a Jesús por la noche,

Jesús le dijo:

Jn 3:8 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene,

ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

El viento es invisible e impalpable. Del mismo modo, el Espíritu Santo es invisible e

impalpable. Aunque sea invisible está con nosotros, trayendo cambios y creación a

nuestras vidas.

2. El Espíritu Santo nos guía y ayuda

El Espíritu Santo está siempre con nosotros, desde el momento que se manifestó en el

día de pentecostés, como viento y con poder. Así como el viento es invisible pero está

siempre a nuestro alrededor, de la misma forma, el Espíritu Santo siempre está y estará

con nosotros.

Asimismo, Jesús dijo: “El viento sopla de donde quiere, mas ni sabes de dónde viene, ni

a dónde va”. Esto demuestra que el Espíritu Santo es soberano. En el libro de Hechos

de los Apóstoles 2, habla cuando el Espíritu Santo se manifestó en Pentecostés, como

un viento recio que soplaba, llenando toda la casa, y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. El Espíritu Santo tiene

soberanía absoluta, y está aquí para gobernarnos.

Nosotros no podemos utilizarle al Espíritu de Dios, mas bien, el Espíritu Santo nos utiliza

a nosotros. Nosotros no le gobernamos a él, pero el Espíritu Santo viene sobre nosotros

para gobernarnos, enseñarnos, ayudarnos y guiarnos, con su conocimiento, amor y

protección.

Por lo tanto, nosotros debemos decirle: “Ven Espíritu Santo. Te doy la bienvenida a mi

vida. Lléname con tu presencia. Yo solo dependo de tí”. ¿ Cómo actúamos cuando llegan

invitados a nuestras casas? Nosotros decimos: “Pasen, siéntanse cómodos. Están en su

casa. ¿ Desean algo para tomar?”, los tratamos bien. De igual forma, cuando invitamos

al Espíritu Santo a nuestras vidas, debemos respetarle y atenderlo con amor y devoción,

para que el Espíritu Santo se sienta feliz y gozoso de estar con nosotros. Si le

reconocemos, le damos la bienvenida e invitamos al Espíritu Santo, él vendrá y se

manifestará como viento, trayendo grandes cambios y creación a nuestras vidas.

El cambio y la creación de la vida no provienen del poder humano. Solo cuando el Espíritu

Santo nos guíe, el cambio llegará a nuestras vidas. Por lo tanto, el Espíritu Santo es

como una locomotora en nuestra vida cristiana.

Yo fui al Colegio Dongrae en Busán, y en la estación de Busán habían muchos vagones

de trenes. Los vagones llenos de cosas, no podían moverse por sísolos, inclusive habían

algunos que permanecían ahí por 3 días, otros por semanas, y el mes entero,

estacionados en las vías del ferrocarril sin poder moverse. ¿ Cuándo podían moverse los

vagones? Cuando llegaba la locomotora y se conectaba a los vagones, estos empezaban

a avanzar de a poco.
Lo que aprendí en ese momento fue que sin la locomotora los vagones no podían

moverse por sí solos. No importa cuántas cargas buenas estén en los vagones, sin la

locomotora están atrapados. Eso es lo que el Espíritu Santo hace. É l es la locomotora

que conduce nuestras vidas. Nosotros solo somos vagones, que aunque tengamos

muchos estudios, seamos cultos e inteligentes, estemos cargados de tesoros, sin el

Espíritu Santo no podemos hacer nada, y estamos atrapados y estacionados. Así como

la locomotora hace avanzar los vagones, el Espíritu Santo nos ayuda a avanzar.

Por lo tanto, no podemos hacer nada sin el Espíritu Santo. Cuando él nos guía, podemos

orar, evangelizar, ser de testimonios, y hacer obras de amor. Por eso, Jesús les mandó

a sus discípulos que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre,

al Espíritu Santo, pues sin él no podían hacer la obra de Dios. Les prometió que el

Espíritu Santo llegaría sobre ellos, para poder hacer la obra de Dios.

Nosotros crecimos como iglesia, y somos la iglesia más grande del mundo, esto es

porque hemos estado y estamos conectados a la locomotora del Espíritu Santo desde

los días de la iglesia de carpa. El Espíritu Santo nos guió y nos guía, y está al frente de

nosotros y de nuestra iglesia.

Hermano/a, en nuestras vidas es igual. Aunque seamos débiles e impotentes, estemos

en un camino de oscuridad y sin salida, el Espíritu Santo está ahí, para hacernos avanzar

y dirigir nuestras vidas.

3. Ser lleno del Espíritu Santo en oració n

Para poder recibir la ayuda del Espíritu Santo y avanzar hacia adelante debemos orar.

En Romanos 8:26, dice:


Ro 8:26 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos

de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros

con gemidos indecibles.

Cuando oramos, el Espíritu Santo obra y se manifiesta. ¿ Es posible tener relación con

Dios sin orar? Las relaciones personales se hacen conversando, por lo que, para

acercarnos a Dios debemos orar. Aunque vengamos a la iglesia, si no oramos, no

podremos tener una relación personal e íntima con Dios, y menos ser llenos del Espíritu

Santo.

Yo por eso, me levanto bien temprano, y oro por más de una hora y media o dos horas

todos los días. De lo contrario, me siento sumamente vacío, y todo lo que hago durante

el día me sale mal. Sin embargo, después de hablar con Dios por más de una hora y

media o dos horas, me siento cargado y lleno de la presencia del Espíritu Santo, por lo

que empiezo el día con alegría y gozo, y todos los trabajos de ese día, los resuelvo con

mcuha sabiduría, poder y victoria.

Hermano/a, este mundo está lleno de preocupaciones, por lo que nosotros también

vivimos preocupados. No podemos vivir sin problemas. A donde vayamos hay pruebas

y angustias. Perso si tenemos la fuerza de superarlos, salimos victoriosos ante cualquier

situación. Por lo tanto, nosotros debemos orar sin cesar y estar siempre llenos del

Espíritu Santo.

Mientras oramos y avanzamos con fe, el Espíritu Santo obra como viento en nuestras

vidas. Y cuanto más oramos, más fuerte se vuelve el viento del Espíritu de Dios, y luego

se convierte en un viento recio y fuerte. Cuando el viento del Espíritu Santo se vuelve en

un tornado del Espíritu Santo, mediante la oración y fe, las cosas negativas, nuestros
pecados, todos son limpiados y perdonados, pues la tormenta del Espíritu Santo limpia

todas nuestras transgresiones.

En los últimos años, nuestro país está sufriendo de la contaminación del polvo

extremadamente fino. Sin embargo, cuando sopla un fuerte viento, todo el polvo y la

contaminación desaparecen instantáneamente, trayendo aire fresco y limpio a nuestras

vidas. Del mismo modo, cuando el viento del Espíritu Santo sopla en nuestras vidas,

nuestros pecados, falencias, faltas, culpas y transgresiones se limpian completamente.

A medida que vivimos en este mundo podemos sentirnos desanimados o deprimidos. A

veces, estamos ansiosos, tristes,y nos llega la desesperación. Además, hay polvos de

odio y resentimientos acumulados en nuestra mente, que nos hacen sentir mal pues

están ahísin limpiarse. Sin embargo, cuando oramos, y el viento del Espíritu Santo sopla

en nuestros corazones, aleja todas las cosas viejas y trae nuevos cambios a nuestras

vidas.

Además, el viento del Espíritu Santo hace volar las maldiciones de la vida y nos trae las

bendiciones de Abraham. Todos los que nacimos como descendientes de Adán vivimos

en una pobreza espiritual, física y ambiental. Somos pobres espirituales porque la

comunión con Dios y nuestros espíritus murieron desde el momento de la caída del

hombre y su expulsión del Edén.

Además, tenemos enfermedades corporales, y nuestros corazones están enfermos. La

tierra fue maldecida, y para comer y vivir debemos trabajar y sudar en la frente. Sin

embargo, cuando el viento del Espíritu Santo sopla, todas estas maldiciones son

eliminadas, y la bendicion de Abraham llega a todos aquellos que creen y sirven a Jesús.
Nosotros somos bendecidos en el Señor, por eso no estamos en la pobreza, ni desnudos

ni hambrientos, sino que somos hijos de Dios, tenemos vida eterna, somos ciudadanos

y heredernos de los nuevos cielos y nueva tierra.

Nosotros que somos salvados por medio de Jesucristo, él nos dió al Espíritu Santo, que

a través de su poder, somos cambiados y transformados, para vivir una vida de prudencia,

integridad, honestidad y lealtad.

En la actualidad, nuestro entorno es cambiado por el mismo hombre. Nadie puede

escaparse de la pobreza ambiental, económica, viviendo una vida vaga y sin rumbo. Sin

embargo, su uno es leal, trabajador, sincero y honesto es bendecido por Dios, y puede

escaparse de las circunstancias pobres. El Espíritu Santo nos ha dado este cambio

personar para nosotros cambiar nuestro entorno pobre a rico.

El viento del Espíritu Santo es también viento de vida. Cuando sopla el viento del Espíritu

Santo, la obra de vida se manifesta en el lugar de muerte.

Nosotros sabemos que el diablo viene para robar, matar y destruir. É l se aferra a este

mundo con pecaos y conduciendo a las personas a la ruina, cargándolas con odio y

rencor. También, él enferma al mundo, cargando con maldiciones y llenando con muerte.

No obstante, cuando el Espíritu Santo obra, toda muerte es disipada, y reina la vida.

Veamos el libro de Ezequiel, capítulo 37, que dice que el Espíritu Santo llevó a Ezequiel

y le puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos secos. Pero cuando Dios dio

vida a los huesos, estos se levantaron formando un gran ejército. Al mostrarle esta visión,

Dios le dio esperanza a los israelitas cautivos.

La actualidad es igual. Cuando sopla el viento del Espíritu Santo, aparecen las obras de

la vida, y la esperanza florece en nuestros corazones. Cuando el viento del Espíritu Santo
sopla en nuestras vidas similares a los huesos muertos, éstas cobran vida y se fortalecen.

Nosotros, Ud. y yo, hemos nacido del Espíritu Santo, por lo tanto, podemos expulsar,

reprender y echar fuera todo pecado, maldición, enfermedad y muerte, dejando que el

Espíritu Santo obre, se manifieste y trabaje en nosotros.

Hace mucho tiempo, un tifón golpeó el norte de Taiwán, causando estragos en una

represa. Desde el colapso de la represa, no había ni una gota de agua para tomar. Así

que comenzó rápidamente la construcción de una represa temporal para reterner agua.

Era muy importante hacerlo dentro de los 5 días, y el alcalde tuvo que estar en el lugar

de los hechos. Pudieron construirla, y ésta hacía su función de retener el agua, pero

repentinamente meteorología predijo que un tifón, dos veces más grande, se volvía a

acercar.

Si el tifón anterior, había derrumbado una represa y había dejado sin agua potable a toda

una ciudad, la construcción de una represa temporal era en vano, ya que se iba

acercando un tifón, dos veces mayor. El alcalde de la ciudad se arrodilló y empezó a orar,

clamando a Dios: “Dios, hice lo mejor que pude hacer con fuerzas humanas. Si vuelve

otro tifón, la represa colapsará. Dios mío, ¿Qué podemos hacer?”. Cuando el alcande

estaba orando fervientemente, el Espíritu Santo habló directamente a su corazón y le

dijo: “Reúne a los periodistas, y proclama diciendo: ´Si oro, el tifón cambiará de rumbo´,

y yo cumpliré esas palabras”. Cuando el alcalde escuchó eso por primera vez, no lo podía

creer. É l era un ferviente cristiano, pero no era pastor, y le era difícil proclamar esas

palabras frente a los periodistas por lo qué dirían las personas, a lo mejor, dirían que era

un loco. El alcalde estaba profundamente preocupado sobre si obedecer o no la voz del

Espíritu Santo. Pero al final, decidió obedecer la voz del Espíritu Santo, y dio una
conferencia de prensa. Los periodistas que escucharon que se aproximaba un tifón, se

acercadon al alcalde y le dijeron: “No hay agua hace más de una semana. ¿ Qué piensa

hacer al respecto? El alcalde respondió diciendo: “He orado sobre esta situación, y Dios

me prometió que cambiaría el curso del tifón, por lo que no nos llegará nada”. Al escuchar

estas palabras, los periodistas se echaron a reir, y le dijeron: “Nosotros sabemos que

llegará el tifón, pues meteorología ya lo ha dicho”, y nadie creyó al alcalde.

El alcalde volvió a dirigirse a los periodistas diciendo: “Señores, ¿ Desean apostar

conmigo? Si el tifón golpea nuevamente este lugar, yo les daré a cada uno de los

presentes aquí, la suma de 50 dólares americanos. Fíjense bien, aquí no llegará ningún

tifón”. Los periodistas estaban felices publicando esta nota en sus periódicos. Pasaron

las horas, y a medida que el tifón se acercaba a Taiwan, el alcalde se sentía más

desesperado. Volvió a orar clamando a Dios fervientemente: “Dios, yo hice como me has

dicho, cambia por favor el rumbo del tifón. Todo el mundo lo está viendo. Obra Dios mío

en este momento”. Mientras estaba orando, el tifón se acercó a Taiwan, pero

sorprendentemente cambió de rumbo.

Si oramos suceden milagros. No importa qué tipo de viento envíe el diablo a nuestras

vidas para destruirnos, pues si el viento del Espíritu Santo sopla mientras oramos, el

viento del diablo desaparecerá de inmediato. Cuanto más oramos, más fuertes es el

viento del Espíritu Santo. Si oramos mucho, el viento del Espíritu Santo se convertirá en

un gran tifón.

En la Biblia encontramos ejemplos donde el viento del Espíritu Santo se convirtió en una

tormenta. Después de que Jesús resucitó y ascendió, los discípulos estaban unánimes

reunidos en el ático de la casa de Marcos para orar ardientemente y proclamar a Dios, y


el viento del Espíritu Santo se convirtió en una tormenta, bautizando a las 120 personas.

Las personas fueron llenas del Espíritu Santo y salían a predicar, y el evangelio se

expandió por todos lados.

Cuando sopla el viento del Espíritu Santo hay grandes cambios. Los que tienen miedo

obtienen valor y coraje, los débiles obtienen fuerzas y poder.

En Hechos de los Apóstoles 1:8, dice:

Hch 1:8 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y

me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Si el Espíritu Santo no se hubiera manifestado, los discípulos se habrían escondido en

el ático. Sus vidas hubieran sido como un vagón estacionado. Sin embargo, cuando el

Espíritu Santo se manifestó llenando sus vidas, ellos sintieron valentía y fuerzas,

recibieron el poder del Espíritu Santo para salir a predicar el evangelio a Jerusalén, a

toda Judea, Samaria y los confines de la tierra. Por lo tanto, es la obra del Espíritu Santo

en el día de pentecostés que ha cambiado el mundo.

Nosotros debemos orar más y más para que el viento del Espíritu Santo sople aún más

fuerte. También debemos orar para que el viento del Espíritu Santo derribe todo

comunismo, y que esta península se desarrolle y fortalezca. Nuestro país está pasando

por situaciones difíciles, pero este país no perecerá pues hay más de 10 millones de

cristianos que oramos día y noche por la República de Corea.

Cada vez que en nuestro país se presenta una situación difícil, nosotros nos juntamos y

unánimes intercedemos por nuestra nación. Ahora nuevamente es momento de orar

todos juntos, para que Dios obre y mantenga fuerte nuestra nación y a nuestra gente.

También debemos orar para que el Espíritu Santo sople en nuestras vidas personales.
Al ser llenos del Espíritu Santo, nuestras vidas son transformadas, descansamos

profundamente en el Señor, y obtenemos la victoria.

Hermano/a, el viento del Espíritu Santo no es un viento muerto, es un viento de vida y

salva a las personas. Cuando sopla el viento del Espíritu Santo, prosperamos en todas

las cosas, tenemos salud y prospera nuestras almas. Espero que Ud. y yo, disfrutemos

de las bendiciones dadas por Dios, confiemos en el Espíritu Santo y oremos sin cesar.

Oremos: Dios misericordioso. Manifiéstate con poder y sánanos a cada uno de

nuestras enfermedades. Ayuda a aquellos con problemas difíciles, y bendícenos

Señor. Derrama sobre cada uno de nosotros tu paz, amor y bendición. Ú ngenos en

este mismo momento. Que tu misericordia se renueve cada día en nosotros. Te

alabamos Señor. En el nombre de Jesús. Amén.

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