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Diáfano y lóbrego hálito

“Solo pido ser libre. Las mariposas son libres “


CHARLES DICKENS
La casa lúgubre

El miedo me asesina estando muerta, mi cuerpo es un desierto en medio de un oasis, la inseguridad


me hace añicos, soy tan ignorante de la vida, mi alma se quiebra sin haber existido, ¡¿mierda?!
¿Qué tipo de demonio soy? Soy la chica del fondo, la olvidada, tan invisible que lo invisible es
visible. Todo el mundo me ve como “perfección “vida, esperanza, bondad; empero ¿cómo me veo
yo? Bien… hasta el último borde de mi alma es exánime. Soy una persona que se da muchos
latigazos y tal vez no debería ser así; no obstante, es inevitable, lo hago, hundo un cuchillo en mi
ser. Lo único que sé es que soy un polvo muerto esperando vivir y mi corazón es un infierno que
necesita fuego del cielo.
Ahora bien, mi ser está fragmentado en diferentes raíces entre las cuales se encuentra la cultura.
Voy al ritmo del mundo en su constante “evolución “pero retroceso a la vez el progressus ad
originem es es el regressus ad futurum. Infortunadamente, hago parte de la sociedad, habitando en
un espacio y tiempo determinado, donde no soy autentica; pues bien, toda “la acumulación de
conocimientos y de innovaciones son derivados de la suma de las contribuciones trasmitidas de
generación en generación” (Cavali, 2004). Sin cultura no sería muerte, belleza y vida el mismo
tiempo, no sería nada. En adición , soy un tipo de pigmeo que quiero quedarme atrás, quiero sentir
la naturaleza, mirar esas pequeñas cosas que nos hacen felices, pero las ignoramos porque estas
hacen parte de lo cotidiano, comportarme como el antiguo ser humano que tenía corazón sin
saberlo, mirar mi pasado para mejorar mi futuro. Sí, me puedo definir como mundo, cultura…
nada pero todo a la vez, aquella que necesita cambio para poder alcanzar su clímax.
Por otra parte, mi sangre se compone de letras, traspiro olor de las frescas y amargas hojas de
libros, tal vez sea como “La literatura una obra de arte hecha con palabras” (Amorós,1979 ) de
igual manera, la gente a mi alrededor plantean ese estereotipo de que yo soy aburrida, sin interés
alguno, sin sabor, fea e incapaz, tal como lo hacen con un libro. Sin embargo, también poseo la otra
cara de la portada: el hecho de navegar en otros mundos estando en uno solo, trasmitir felicidad,
fantasía, consuelo, placer…. simplemente soy vida, un libro. Soy un escrito muerto, refundido en
lo más oculto de la biblioteca y este necesita que saboreen su cubierta, sientan su lomo, y se
pierdan en aquellas hojas negras que podrían ser un universo sin descubrir.

Hasta cierto punto, idolatro la soledad, aunque hay momentos en los cuales me consume, es una
sombra que me atrapa y no me deja ver la luz. Me miro al espejo y lo único que veo es vacío, me
siento como Hant’a “Con el último paquete, las moscas abandonaron mi cueva que, en abrir y
cerrar de ojos, apareció triste y solitaria como yo mismo” (Hrabal, 1976) melancólica, amarga…en
pocas palabras un caos.
“¿Cuántas veces se masturba uno a lo largo de su vida?, ¿miles? ¿Cientos de miles? ¿Millones?
(Millas, 1990) pues bien, siento que cambio pero me estanco, soy yo pero no soy yo, mi ser en un
círculo vicioso que vuelve una y otra vez al mismo abismo.
En resumen, vivo pero muero a la vez, soy mi propia enemiga y esto es peligroso. Reflejo un
espejismo de perfección… No entiendo qué ven las otras personas en mí, si con el pasar de los días
siento que soy tristeza, me siento encerrada en un calabozo sin salida; a pesar de aquello, en lo más
profundo de mi alma carcomida , un relámpago de luz lleno de esperanza, algo que me dice: ¡ vales
la pena y no sabes cuánto! y pese a que, peleo con mi demonio, conmigo misma una y otra vez
ese monstruo me devora, me hunde, me quema hasta congelarme; lo único que necesito es ganar
la batalla y poder sumergirme en el universo.
En conclusión, siempre pienso en cómo soy y no en quieen podría ser. Necesito bailar bajo la
lluvia y quemar cada célula de mi ser, urjo matarme para renacer. Una y otra vez digo “cambiaré”
empero, solo cambio de zapatos y aunque piso el mismo suelo debo mirar el sol en vez del cielo.
Necesito… amar, soñar, reír, llorar, ser querida, ser visible, simplemente necesito vivir. Volar
como una estrella fugaz, valorarme, tomar aquellas sombras que me exprimen hasta la última sangre
de mi corazón y así poder ser libre de mi propia esclavitud.

Referencias:
Cavali, L. (2007) La evolución de la cultura. Anagrama.
Amorós, A. (1979) Introducción a la literatura. Universidad de Michigan: Castalia.
Hrabal, B. (1976) Una soledad demasiado ruidosa. Harcourt trade publishers.
Millas, J. (1990) La soledad era esto. Ediciones destino

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