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ESCALERA

Po

TI

CA

Catdaga Coughlan
Introducción

El poemario está formado por dos partes, cada una de ellas


tiene seis poesías.
La primera es en la que cuento como estoy en un pozo donde
no veo la salida, todo el malestar que he ido sufriendo lo
focalizo en los escritos.
La segunda es en la que cuento como poco a poco voy bus-
cando una alternativa distinta para ver las situaciones que me
ocurren a lo largo de la vida.

Este poemario me ha hecho darme cuenta que nuestra vida


nunca es lineal, que la estabilidad que buscaba es irreal y que
lo que tenemos que hallar no es una estabilidad en las emo-
ciones, sino, en como llevarlas.
Primera
Parte
Engaño
Un mar de locura me rodeaba,
una oleada de inútiles movimientos;
unos reflejos, más mentirosos que mi propia existencia.
Una existencia atada a unas ilusiones más bien falsas.

Un día una voz me miró,


y yo la miré con puro interés.
Tan hermosas eran sus palabras...
que me sentía atraída,
atraída por una mentira.

Las sonrisas prevalecieron por un tiempo.


Ese tiempo no fue eterno.
Las sonrisas se volvieron falsas...
y poco a poco, dejaron de existir hasta desvanecerse.

Dolida, por el engaño;


muerta, por la mentira del ser,
me acurruqué en mi camastro
con el deseo repentino de no volver;
de no volver a sentirme así,
sentirme así de traicionada.

Cogí una pluma de una paloma,


la miré con ardor en los ojos,
dolida al ver la muerte en ella,
al ver cómo fue arrancada,
arrancada de su vida,
de la vida que tuvo en la paloma.
Estaba muerta, el engaño me mató,
me quedé sola en la mentira.
En la misma mentira que yo creé,
la misma que me convirtió en olvido.
Dolor y sangre

Mi mayor temor eran mis manos:


aquellas que se resbalaban por los cristales,
aquellos que se dejaban marcar por mis muñecas,
aquellas que derramaban un tinte rojo.

Mientras mi consciente apenas veía,


era mi subconsciente el que trabajaba.
Una sonrisa se dibujaba en mi rostro inerte,
y un llanto fantasma se mostraba en mi parte viva.
Soy Idiota

Sé que el dolor me mata,


que soy una mala hierba,
que cultivo malas manzanas,
que no son las de El Edén.

Esto no es un rollo religioso,


soy tan cruel como un cazador,
me gusta asustar a los otros.
Soy una mierda por dentro.

El dolor me mata;
mi crueldad me ahoga.
Soy la maldad en persona,
solo soy una bondad ficticia.

Oye, el que lee esto:


que sepas que te engaño;
que soy un mal rebaño,
que solo sé ser un árbol deformado.

Estoy deformada a través del mal.


Me odio por las veces que muevo la boca.

Soy una puta gilipollas de mierda.


Ojalá me atropellara una carroza.
Máscaras

Escucho como me hablan, no paran de gritar;


los oídos me sangran, no puedo escuchar;
mis escuchas se cansan, no puedo llorar;
los dolores aumentan, no puedo mirar.

Tengo una máscara que cubre mis ojos,


que hace que mi mirada no vea los horrores;
no quiero observar estos mundos,
todo es una sinfonía con malos acordes.

No paran de hablarme ellos,


no entiendo por qué no se callan.
Me gustaría hallarme entre silencios,
tener otra máscara que oculta,
solo que ésta la deseo en mis oídos.

Deseo no ver este mundo;


deseo no escuchar este lugar.
Deseo no sentir la vida.
Deseo con impaciencia morir.
El caos absurdo

En el giro la oscuridad era cálida.


La luz era fría.
La gente estaba triste entre risas.
La gente estaba feliz entre llantos.

¡El mundo se había vuelto loco,


el aire era tan caótico
que giraba en ambas direcciones,
el calor del sol enfriaba el universo!

El mundo y el universo habían cambiado.


Se podría decir que era el caos absurdo.
Tan absurdo, que las palomas volando
se chocaban contra el núcleo terrestre ardiendo.
Adiós

Mis venas pesan demasiado,


el alcohol me atrae con sutileza.
Mi dolor es incansable.
Mis sonrisas son falsas.

La muerte me atrae con su dulzura.


Me llama tanto dejar de existir...
La muerte es mi única salida,
un día en el que todo acaba.

Me despido de aquellas personas que me aguantaron.


Os digo que nada es vuestra culpa,
que todos sois increíbles,
que luchéis por lo que queréis.

Vales mucho, seas quien seas.


Por favor, te pido que seas tan feliz,
que llegues a ser aquello que yo no fui,
que luches por estar bien.

Adiós a todo el sentir.


Te anhelaré tanto como te odio.
Hola, puertas al vacío,
te conoceré tanto como ahora te desconozco.

Adiós, vida.
Segunda
Parte
Dolor de cabeza

Un virus se juntó con mi dolor,


con mis ansias por hacer;
por hacer por que el dolor desapareciera,
por hacer, por el por hacer,
por no poder quedarme quieta ni un momento.

Un dolor de cabeza me impide levantarme de la cama,


un dolor de cabeza me impide hacer mis quehaceres.
Una parte de mí le agradece a mi cuerpo haberle permitido
descansar,
¿porque cuántos quehaceres puede hacer un cuerpo sin
batería?
¿No sería mejor descansar un poco y ya seguir mañana?

Un virus me ayudó a adentrarme en mí misma,


a comprender que no debía estar en continuo movimiento,
que no debía preocuparme tanto por no hacer mis quehace-
res,
que no debía preocuparme por no ser perfecta.
Ya que una de las cosas más básicas que debía comprender
es que no soy perfecta,
igual que nadie lo es.
¿Estabilidad?

Cuando eres una niña deberías aprender,


deberías asimilar que las cosas no son tan grandes.
Cuando eres una niña deberías aprender,
deberías entender que las cosas no son como una quiere.

Pero yo no...
Yo no aprendí a ser paciente.
Yo no eduqué mis impulsos.
Yo no supe mantenerme en silencio en los momentos
inoportunos.
Pero yo puedo.
No es tarde para reeducarme,
para tener una segunda oportunidad,
para ser capaz de salir de mi montaña rusa.
Un día podré decir que estoy abrazando a eso que llaman
estabilidad.
No soy perfecta

Antes de esta poesía hubo otra,


accidentalmente la borré
y ahora escribo una totalmente distinta,
ahora escribo otra parte de mí.

Siento una gran impotencia...


pero debo aceptar que las cosas desaparecen.
Igual que poco a poco debo comprender,
debo asimilar que nada es perfecto.

Reconozco que no soy perfecta;


asumo que hay cosas que no sé.
Tal vez en mi mente debería entender,
debería vislumbrar que solo soy una más en la tribu.
Arropada
Sentía temor de ser una mierda en lo que siempre he deseado.
Mi infierno personal me animó a apuntarme a una academia.
Tal vez me maltrataba,
me hizo muchísimo daño.

Tenía miedo de apuntarme a un sitio y no encajar,


de ser una mala actriz,
de ser penosa en lo que quería,
miedo a no poder pagar mis estudios.

Sentía temor de hundirme y dejarlo todo,


de no poder ser constante,
de que toda mi clase me odiara por ser la rara,
cosa que ya me había pasado.

Tenía miedo a ser odiada,


a molestar solo con mi existencia.
Cierto es que este paso nunca lo habría dado
si no llega a ser por el infierno.

Estoy feliz de haber dado el paso;


me siento arropada en mi academia
a pesar de que mi dolor interno a veces me impida ir.
Agradezco estar en el lugar que siempre había deseado.

Estoy feliz con lo que vivo.


Tal vez en este tiempo,
tal vez he pasado cosas malas,
cosas que no tenían que ver con la academia, pero pasaban en
mi vida.
Estoy feliz, yo no sé qué habría hecho si aún me negara al
teatro.
Me gusta estar aquí,
me gusta el ambiente que se crea.
Me da igual que el mundo actoral sea duro.
Estoy feliz
de estar junto a gente tan bella,
gente tan buena.
Jamás me imaginé que encajaría y no encajaría tanto en un
lugar...
Sin vosotros,
mis compañeros de teatro,
tal vez seguiría enganchada a ese lugar,
ese infierno en el que debía ocultar mis sentimientos.
Sin vosotros,
no sería yo.
Fotografiada por Sandra Alonso
Aceptación

Por fin puedo aceptar,


aceptar que habrá días malos,
aceptar que habrá días en los que no haré nada
y aceptar que habrá noches en las que tendré miedo.

Acepto y acepto.
Acepto que habrá gente que desaparecerá.
Acepto que habrá otros que vendrán.
Acepto que la vida es un cambio continuo.

Me miré y me acepté.
Acepté cada corte en mi brazo,
acepté cada mancha en mi piel,
acepté quien era yo.
Estabilidad

Aún no estoy estable.


Aún no lo he superado todo.
Aún camino un poco inestable.
Aún siento rechazo hacia mi propio rostro.

Aun así, este libro me ayudó,


me ayudó a seguir en pie;
a seguir intentando vivir en este mundo,
a seguir luchando en este combate eterno al que llaman vida.

Gracias a este poemario empecé a prestarme más atención,


a hacerme más caso a mí misma.
Gracias a este poemario aprendí a aceptarme un poquito,
a tratarme con más cariño.

Puede ser que este poemario no haya sido mi salvación,


pero está siendo el inicio de un gran paso:
el inicio del paso de encontrarme a mí misma,
el inicio de poder llevar una vida con menos altibajos.
Poesías
Significativas
Con esta poesía me adentré en el mundo del verso.
Estaba en la asignatura de plástica y el profesor nos mandó
hacer una poesía con relación a un dibujo que debíamos ha-
cer, me sentí tan bien al escribir en verso que me enamoré de
ello y seguí intentándolo.
Bajada

Nací entre los pétalos,


soñé entre las ramas,
me enamorisqué entre los arbustos;
desilusionada caí en la tierra.

Buscaba entre los sacos,


en busca de la felicidad.
No hallé más que fracasos,
y caí en la soledad.
Actor
Tenía pánico de salir al escenario,
¿y si me olvidaba del guión,
y como un tonto atormentado
hacía el mayor ridículo de un actor?

Ojalá todo saliera bien,


¿acaso no sería como un tren,
un viaje de tren repleto de querer,
un viaje lleno de júbilo?

Me preparaba mi hermosa corbata.


Con una sonrisa cubierta de modestia.
Estaba apunto de salir a las tablas,
en el escenario muy pronto me hallaría.

Mi papel llegaba,
mi pánico se acentuaba,
mi dolor aumentaba.
Por favor, quiero ser como un hada.

Quería actuar tan bien como un hada,


un hada de un cuento de fantasía.
Ser tan bello hasta dar envidia,
conseguir que la gente enloquezca.

Quiero ser el loco que tu alma hirió;


quiero ser el corazón que tu cuerpo sintió.
Quiero ser tu amigo deseado.
Quiero ser el pedazo de alma que se te arrebató.
Agradecimientos
Muchas gracias a Helena y a mi madre por la ayuda con la
corrección del libro.
Muchas gracias a todos los que me habéis apoyado, a mi fami-
lia, a mis amigos, gracias por haber hecho este libro posible.
Muchas gracias a los lectores por esperar tanto a que lo publi-
cara.
Muchas gracias a Amparo por la ilustración que me hará para
los marcapáginas.
Muchas gracias a mi padre por el préstamo que me ha hecho
para que esto sea posible.
Muchas gracias a ti, por malgastar este ratito leyendo mi esca-
lada en la vida.

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