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Crímenes éticos

Por: Maria Adelaida Pérez S-000364826

“La ley moral es objetiva y única. No depende de cada persona” –Ética aplicada
a la ingeniería estructural-

Los ingenieros estructurales son los encargados de diseñar espacios en los


cuales posteriormente habitarán personas y este oficio conlleva la
responsabilidad de salvaguardar las vidas humanas que ocuparan esos
espacios. Para asegurar el éxito de la estructura y rebajar al mínimo los riesgos
de desplome o daño; el ingeniero debe acoplarse a unos códigos cívicos y
morales y a unas recomendaciones éticas básicas.

Antes de aclarar las reglas de juego del ingeniero estructural vale la pena
aclarar los conceptos de licito e ilícito, prudencia, justicia, osadía y cobardía; los
primeros dos se refieren a algo que está dentro fuera de la ley moral
respectivamente, prudencia es la virtud que ayuda a la permanencia en el
camino del buen obrar, justica se refiere a la cualidad de conseguir un objetivo
en sociedad conjunta, osadía y cobardía se definen respectivamente como
exceso o deficiencia en las exigencias de seguridad.

Entonces, de ese modo, se podrían dividir en dos grupos los ingenieros


estructurales; los osados (que pasan por negligentes) y los cobardes (que
generalmente son los que se rigen en su mayoría por la licitud y prudencia). En
la mayoría de casos de desastres o desplomes los responsables no suelen ser
parte del segundo grupo de ingenieros, al contrario, estos suelen ser parte del
primer conjunto.

Por ejemplo en el edificio de las tiendas departamentales de Sampoong que en


el año 1995 sufrió un desplome, después de las investigaciones post-siniestro
los resultados arrojaron dos causas: la primera fue problemas en el diseño,
más precisamente inconsistencias entre el diseño y el edificio realizad; y la
segunda fueron una serie de actos negligentes. Desarrollando la primera causa
se observan una sucesión de falencias éticas empezando con el
incumplimiento de recomendaciones de seguridad estructural lo que se
convierte en un acto ilícito ya que pasa por encima de la ley moral que
establece la responsabilidad de salvaguardar vidas, se continua con la
complicidad con el mal obrar del otro sumado con la depreciación de la
intuición de peligro de seguridad estructural debido a que los encargados
desechan al primer ingeniero porque este les advierte del peligro de cumplir los
requerimientos exigidos y estos contratan a otro que si hace lo que ellos
pidieron, estas dos le suceden las causas de irresponsabilidad: la primera fue
no comprobar las modificaciones lo que acarrea errores en los cálculos, la
segunda fue la falta de exigencia lo que se traduce a un típico caso de
chambonería. Y finaliza con la negligencia porque ni se trataron de evitar
errores, ni se hicieron reparaciones, se cedió a las presiones comerciales y se
saltaron controles y prácticas de seguridad y buen manejo.

El siguiente caso es el edificio Space en Medellín cuyo desplome en 2014”se


debió principalmente a una falta de capacidad estructural de las columnas de la
edificación para soportar las cargas actuales. (…)Esto se afectó además por
asentamientos de las pilas de cimentación y por los trabajos de reforzamiento
realizados en la noche del colapso. El estudio es concluyente en que (…) solo
los problemas estructurales explican lo ocurrido (…) El estudio señala que de
haberse diseñado el edificio con la etapa seis no hubiera colapsado. El análisis
que realizaron expertos de la universidad señala que incluso en la fase final de
la construcción, la probabilidad de falla del edificio era cercana al 100 %, por su
falta de capacidad estructural, asociada a la deficiencia en el
"dimensionamiento y diseño" de los elementos estructurales principales de la
edificación, como las columnas y las vigas.” –Noticias Caracol radio, noviembre
2014-. Como se puede evidenciar las falencias son prácticamente iguales; con
las diferencias de que el incumplimiento de recomendaciones de seguridad fue
un salto a una norma legal, no se cambia de ingeniero, entonces los errores
vienen desde el principio, y las negligencias fueron construir en suelo inestable
y no haber evacuado cuando el edificio presento los fallos.

El último caso es el puente Chirajara que aunque aún se desconocen las


causas oficiales del desplome, lo que se presiente es que los diseños estaban
errados desde el principio y no se hicieron simulaciones para comprobarlos y
los que debían revisar los diseños y las estructuras no hicieron bien su trabajo.
A pocas luces se deduce que hubo atropellos en la intuición de peligro de
seguridad estructural (exceso de osadía), critica con el mal obrar del otro,
comprobación y exigencia (exceso de osadía) y buen cálculo de la estructura.

En resumen este (y muchos otros desplomes) se dan por la chambonería de


los calculistas por la osadía de los ingenieros, por la avaricia de los
constructores y la falta de previsión de todos los anteriores. Todos quieren la
máxima ganancia al mínimo coste y al mínimo esfuerzo, pasando de largo las
normativas legales y la seguridad de los posibles habitantes, causando grandes
tragedias. Cada quienestá rigiendo su propia ley moral basándose en lo que
más les conviene a ellos mismos, ignorando el concepto de justicia.

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