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M2U6 - Comportamiento Del Consumidor, Segmentación y Posicionamiento - 19011
M2U6 - Comportamiento Del Consumidor, Segmentación y Posicionamiento - 19011
COMPORTAMIENTO
DEL CONSUMIDOR,
SEGMENTACIÓN Y
POSICIONAMIENTO
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Objetivos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1. El comportamiento del consumidor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
6. Posicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
6.1. La estrategia de diferenciación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
6 2. Imagen, identidad y posicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
6.3. El mapa de posicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
6.4. Las estrategias de posicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
6.5. Diseño y puesta en práctica de la estrategia
de posicionamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
El comportamiento del consumidor tiene relación tanto con lo que los consumidores adquieren
como con las razones por las que adquieren un determinado producto. Asimismo, hace refe-
rencia a cuándo lo compran, dónde, cómo y con qué frecuencia. En este sentido, el mercado
actual se ha diversificado y lo importante es desarrollar estrategias que se adapten a la realidad
del consumidor con el objetivo de fidelizarlo.
De todas formas, debemos tener presente que los consumidores reciben constantemente
información sobre productos y servicios y que, para evitar tener que evaluarlos cada vez que
toman una decisión de compra, los organizan en distintas categorías y los posicionan en su
mente para simplificar el proceso de compra. De manera que la posición de un producto o
servicio es el complejo conjunto de percepciones, impresiones y sentimientos que los consu-
midores tienen con respecto al producto. No obstante, y a pesar de que los consumidores
son capaces de posicionar los productos y servicios por sí solos, es mejor que las empresas
planifiquen las posiciones de mayor ventaja competitiva para sus mercados meta tan pronto
como hayan escogido sus segmentos objetivo.
Por tanto, podemos afirmar que la segmentación y el posicionamiento son actividades com-
plementarias para que el producto logre permanecer en la mente del consumidor meta por un
período de tiempo largo e, incluso, de manera permanente.
El estudio del comportamiento del consumidor no puede únicamente referirse a lo que adquie-
ren los consumidores como decisores de compra, tiene inevitablemente que considerar tam-
bién los motivos por los que toman la decisión de consumir un producto concreto, en qué
momento proceden a la compra, cómo lo hacen, en qué localización y cuál es la frecuencia
con la que lo consumen.
En un hecho, hay consumidores que con las opiniones que emiten o con las recomendaciones
referentes a uno o varios productos que proponen, tienen la capacidad de influir sobre las deci-
siones de compra de otros consumidores. Este perfil de consumidor es uno de los que más
interés suscita y uno de los que más estudios ha conseguido que se inicien en el ámbito de la
investigación de marketing en general y sobre el comportamiento del consumidor en particular.
En las dos últimas décadas se han producido cambios a nivel tecnológico que han tenido
implicaciones en todos los segmentos de la vida humana: han influido sobre la cultura, las
formas de relacionarse, las tradiciones, los hábitos…, en definitiva, también en los hábitos
de compra de los individuos y en su comportamiento global como consumidores, que es el
aspecto que nos interesa en este caso.
Estos cambios tecnológicos no han finalizado; lo que han instaurado es una situación de
cambio global constante que evoluciona casi cada mes, e implican que los otros actores
determinantes en la compra de productos que no son los consumidores —las organizacio-
nes— tengan que adaptarse de forma continua para poder ofrecer a sus clientes productos
dentro de esta nueva tendencia cambiante, acompañados de un sistema personalizado de
atención enfocado al cuidado de los clientes, lo que en inglés se denomina «customer care».
Los productos que las empresas ofrecen en el mercado están pasando por un cambio en los
hábitos de consumo; ya no se trata únicamente de vender un bien o un servicio, sino de brin-
dar al consumidor la «experiencia» de consumir un producto o servicio o de identificar al
consumidor con un determinado estilo de vida al consumir el producto o servicio que ponen
a su disposición.
Actualmente, el valor de muchas de las principales empresas vinculadas a las TIC a nivel
internacional (como Facebook, Google, etc.) está en la información que son capaces de
generar por sus usuarios.
https://www.nobbot.com/redes/google-facebook-recopilan-nuestros-datos/
Las compañías deben centrarse en evolucionar de forma pareja a los gustos y las necesidades
de su clientes potenciales de manera que consigan seducir a la mayor cantidad posible de
consumidores para que adquieran sus productos, puedan optimizar los servicios que ponen a
disposición de éstos y, finalmente, puedan resultar compañías más rentables, a pesar de reali-
zar una inversión muy superior a la que se realizaba en el pasado, puesto que los servicios de
Estos cambios es evidente que han provocado un cambio en las estrategias de marketing,
donde se impone que las empresas sean capaces de ofrecer en el mercado productos que
no sean tan básicos ni enfocados al consumo masivo: lo que hay que ofrecer es un tipo de
producto y servicio diferencial.
Los consumidores han implantado una tendencia que no está fundamentada sobre la fidelidad
a una marca y sus productos, sino sobre el valor diferencial de los productos y los servicios
que las compañías ofrecen fruto de los cambios que el mercado ha experimentado. La tan
generalizada fidelización de los clientes en los entornos tradicionales prácticamente ha desa-
parecido. El consumidor que predomina en estos momentos en el mercado es un consumidor
muy exigente, que puede elegir entre una gama múltiple de productos y que tiene la posibilidad
de elegir entre programas de fidelización atractivos que le ofrecen ventajas por el hecho de
consumir los productos de su marca o en el establecimiento «X».
Sobre todo ello se concentra la nueva tendencia de las compañías de ofrecer una «experiencia
diferencial» a sus clientes que potencie que se sientan identificados con la marca y sus pro-
ductos. Como sucede con marcas como Apple, que ha conseguido que los fieles a su marca
adquieran toda la gama de productos que la compañía de la manzana pone en el mercado,
con independencia del tipo de dispositivo o su utilidad; se adquiere porque es un producto
de Apple y tiene un valor diferencial para sus clientes fieles y entusiastas. Este tipo de cliente
como el que disfruta Apple es el tipo de cliente que, además, suele emitir opiniones muy
positivas sobre la marca y que, con esas opiniones de acceso libre y generalizado a través de
Internet, condiciona las intenciones de compra de terceros consumidores, genera el valor de
la marca y la importancia de estar en posesión de un producto de esta marca diferenciadora
y aspiracional.
Este tipo de estrategias de marketing son mucho más efectivas y tienen un coste consider-
ablemente menor que las que se ejecutaban anteriormente por parte de las compañías. Es lo
que se denomina «estrategia de customer relationship management (CRM) efectiva». Esa
estrategia busca que el consumidor disponga en el mercado de productos personalizados y
https://culturacrm.com/big-data/big-data-y-crm-grandes-aliados/
Aunque los hábitos de compra cambien, las necesidades de los consumidores siempre exis-
ten; así, una correcta segmentación del mercado de forma que se identifiquen nuevas estrate-
gias que soporten la utilización de los canales de comunicación óptimos pasa a ser una priori-
dad. Es tratar de adelantarse a su tiempo: conocer el perfil y las necesidades del consumidor
actual y adelantarse al perfil del consumidor futuro, lo cual es complejo; no siempre las marcas
consiguen acertar en sus proyecciones.
Denominamos «comportamiento del consumidor» a las actitudes que están en relación directa
con la compra, adquisición y uso de productos y/o servicios y el proceso de toma de decisio-
nes que determina este conjunto de actitudes.
Si la empresa tiene en su poder esta información podrá instrumentalizar las acciones de comu-
nicación, políticas de venta y promociones que estime más afines a sus objetivos y a cómo
alcanzarlos, pero siempre buscando al tiempo la satisfacción de sus clientes, que tiene una
importancia también determinante, ya que un cliente descontento es un cliente perdido.
Lo que aglutina a los consumidores, bajo la perspectiva de las empresas y sus estrategias de
marketing y comunicación, es lo que se denomina «público objetivo». El público objetivo es un
conjunto de personas agrupadas en función de unas características de naturaleza demográfi-
ca, económica, de consumo, sociológica y psicológica que las constituyen como una unidad
objetivo para las compañías. Según esto, los criterios que agrupan a los sujetos como un
público objetivo serían:
• Los criterios socieconómicos. Agrupan a los consumidores por criterios como el nivel
de ingresos, el horizonte de consumo o la clase social en la que se encuadran.
Criterios
sociodemográficos
Hábitos de compra
y consumo
•S erían todas las necesidades que siente un •S on las necesidades cuya satisfacción causa en
consumidor con independencia de los demás. la percepción del consumidor un sentimiento de
• Este tipo de necesidades es limitado, puesto que elevarlo, haciendo que se sienta superior.
una vez se han satisfecho tienden a desaparecer. • Este tipo de necesidades no tiene límite, una vez
se satisfacen, aparecen otras que las reemplazan.
c) Necesidades de pertenencia: los individuos que viven en sociedad tienen una necesidad
de aceptación e integración en un grupo social, una familia, un grupo de amigos…
Necesidad de
autorrealización
Necesidad
de status
Necesidades sociales /
integración social
Necesidades de seguridad
La escala de valores que jerarquiza estas necesidades es individual, es decir, que cada indi-
viduo puede modificarlos. Esto implica que una vez que las necesidades vitales han sido
cubiertas, son los deseos de cada individuo, para satisfacer determinadas carencias, los que
establecen el orden de las mismas.
Aquella que impulsa a la satisfacción de las Normalmente actúa como inductor negativo o
necesidades que se perciben. de rechazo a la satisfacción de esas necesidades
que se perciben.
La teorización acerca de los modelos que dan soporte a las motivaciones apunta a los
siguientes:
• Modelo psicosocial: indica que la motivación y también los deseos y la conducta que
los guía en un individuo están directamente relacionados por el nivel cultural y el entorno
social que se tiene como referencia y también por los grupos de pertenencia en los que
el individuo se siente inmerso.
• Modelo de aprendizaje: viene determinado por un principio que indica que el consu-
mo de cada producto o servicio va asociado a una experiencia, que puede ser positiva
o negativa, que marca un punto de inflexión para que con posterioridad el individuo se
sienta motivado a volver a consumir el producto o servicio.
Como complemento a esta teorización sobre modelos, existen teorías acerca de las motivacio-
nes que enfocan la decisión de compra por parte de los consumidores. Entre ellas se pueden
destacar las siguientes:
• Teoría de los motivos de compra inherentes. Esta teoría está basada en los instintos
comunes a todos los seres humanos. Por ello, la determinación de los rasgos inherentes
a los seres humanos puede utilizarse para las estrategias de marketing en la determina-
ción de los motivos que influyen sobre la compra de cualquier producto. Quizá el mayor
hándicap que plantea este modelo es argumentar las manifiestas diferencias que tienen
algunos individuos ante determinados productos o servicios; no explicaría estas varia-
ciones.
• Teoría de los motivos de compra racionales. Para este postulado, las decisiones
de compra que toma el consumidor son producto de una serie de motivos conscientes
y racionales. El consumidor trata de gastar sus recursos en aquellos bienes o servicios
que le proporcionan mayor satisfacción o que le son más útiles, a razón de la duración
del producto, su precio, su versatilidad…
Definiremos actitud como la orientación que muestra un sujeto hacia la actuación de una deter-
minada manera que se ve influenciada por diversos aspectos y que adapta a la especificidad
de las situaciones concretas.
Una actitud se puede definir como un estado de predisposición mental que se genera desde
las experiencias y las vivencias y que dirige las respuestas del individuo ante determinadas
situaciones.
Desde esta perspectiva, se puede indicar que la actitud tiene un componente social como
motivación social, más que motivaciones biológicas. Desde su experiencia los sujetos desarro-
llan una predisposición que condiciona sus respuestas ante los estímulos, y es la manera en la
que el sujeto se adapta activamente a su entorno y es la propia consecuencia de su proceso
cognitivo y conductual.
• Un elemento cognoscitivo, que implica la reacción que se tiene determinada por las
creencias o valores que el sujeto tiene acerca de un fenómeno u objeto. Estas creencias
y valores son diferentes en función de cada sujeto y de los fenómenos que enfrenta.
Ser capaz de anticiparse con las pistas que los consumidores van sembrando respecto a las
nuevas tendencias de consumo es vital para poder adaptarse con rapidez, y resulta estratégico
para poder orientar la producción y la promoción de los productos en el tiempo adecuado.
Las compañías están obligadas hoy en día a estudiar los comportamientos y las decisiones de
compra de los consumidores, es la pieza fundamental que les aporta la información necesaria
para completar el puzle de su política de marketing. Esto es válido tanto para la investigación
en el diseño de novedades como para las modificaciones sobre productos o promociones
vigentes o para entender por qué un producto o una acción de marketing no está recibiendo
la acogida esperada y sus resultados en consumo y ventas están por debajo de lo planificado
por las estrategias de marketing iniciales. Sirve, en definitiva, para reorientar a los profesionales
de esta área y poder adelantarse lo más posible a potenciales amenazas o incidencias.
Si nos centramos en lo que significa la actitud de un consumidor como una predisposición que
no es innata, sino que es adquirida a lo largo de su evolución y que le condiciona a reaccionar
de una determinada manera ante un estímulo específico, ya sea una reacción consciente o no,
estaremos trabajando en la dirección debida: estudiar cómo reacciona un consumidor ante
determinados estímulos y estudiar su respuesta. De esta forma se puede trabajar en minimizar
los riesgos, afrontar las potenciales amenazas y diseñar estrategias orientadas a la potencialidad
de lo que puede influir positivamente en el resultado de ventas de un producto o un servicio.
Hay que diferenciar en este punto lo que es una actitud y lo que es un «comportamiento». Para
el marketing la actitud es una predisposición aprendida por el sujeto y vinculada a motivacio-
nes, mientras que el comportamiento es una acción observable que tiene el sujeto, por lo que
la actitud será la que condicione o potencie determinado comportamiento en el sujeto, en este
caso en el consumidor.
Las actitudes tienen una solvencia en relación con el comportamiento que sostienen, pero esas
actitudes pueden modificarse y cambiar de forma progresiva o incluso radical, en base a las
experiencias del sujeto, ya sean individuales o experiencias colectivas que le determinan en su
conocimiento y racionalidad del entorno.
Aunque no sea evidente que las actitudes pueden verse condicionadas o influidas por la
situación concreta, sí puede deducirse de las situaciones que afronta el sujeto que las cir-
cunstancias que lo rodean infieren una determinada conducta o comportamiento. Aunque en
lo relativo al consumo tener una actitud potenciadora no siempre es sinónimo de ejecutar el
comportamiento de compra, como ejemplo baste valorar como una persona aficionada a los
automóviles puede tener una actitud altamente favorable a la marca Ferrari pero debido a sus
posibilidades económicas no poder adquirir un coche de esta firma y conformarse con un
utilitario marca Citroën.
Esto implica que cuando se pretende obtener información acerca de las actitudes, se trata
también de evaluar las circunstancias del medio en el que se va a tomar una decisión para no
caer en interpretaciones erróneas ante determinadas actitudes.
Si nos centramos en los factores que contribuyen a la «emisión» de una actitud determinada,
podemos concluir que los mecanismos que correlacionan sobre las actitudes son los que
siguen:
En este caso, la planificación estratégica de marketing debe buscar el refuerzo de las actitudes
favorables a la marca y/o al producto y tratar de minimizar las actitudes desfavorables a su
producto. Hay algunos ejemplos de acciones que se pueden emprender, en este orden:
a) Prueba de producto: de forma que el consumidor pueda probar el producto, por ejemplo en
un caso en el que haya tenido una mala experiencia previa con ese producto y se le ofrece
la oportunidad de cambiar esa experiencia y de que pueda reevaluar el producto para con-
seguir que su percepción mejore.
c) Asociar el producto con eventos: hace que la imagen del producto mejore, porque en la
valoración de los consumidores determinados eventos, tales como los eventos deportivos o
los patrocinios, dan un valor adicional al producto o a la marca.
e) Alimentar el ego del consumidor: como puede evidenciar el deseo de conseguir algo que
el consumidor potencial desea, como los anuncios en los que por el uso de ese producto
se maximizan aspectos de atractivo que potencian el éxito social del consumidor con el uso
del producto.
f) Comunicar un estilo de vida apetecido por el consumidor: de forma que se muestre como
el uso de ese producto puede conseguir que el consumidor pueda disfrutar de las posibili-
dades de un estilo de vida que desea.
Los rasgos que determinan una personalidad son los determinantes en su caso. La persona-
lidad es un conjunto de características psicológicas de un individuo y se ponen de manifiesto
en la interrelación del sujeto con el medio. En definitiva es lo que marca la diferencia entre los
individuos y los hace independientes y únicos.
Esto hace que la personalidad del individuo sea un componente fundamental que conforma las
acciones y reacciones ante estímulos y que tiene una influencia evidente y demoledora sobre
el sujeto y sus apreciaciones subjetivas.
La nueva disciplina dentro del marketing en referencia al estudio de las personalidades del con-
sumidor tiene un potencial interesante desde el momento en que permite indagar en las formas
de ser de los consumidores para tratar de establecer estrategias más individualizadas, muy
distantes de las grandes estrategias de masas que predominaron en el marketing del siglo xx.
Los tres rasgos más definitorios y característicos de una personalidad son los siguientes:
• El reflejo de las diferencias individuales, puesto que cada sujeto tiene una única combi-
nación de factores propios de su personalidad.
El marketing debe considerar siempre las diferencias que se marcan por las personalidades
de cada sujeto y cómo poder extraer conclusiones importantes mediante la observación de
las mismas que puedan conducir a una interpretación correcta que nos ayude en las políticas
y acciones de marketing.
Otro grupo importante de los estudios acerca del marketing son los que se enfocan a las
motivaciones de elección de una marca o de un producto. Se parte en principio de que en
base a unos determinados rasgos de personalidad se puede realizar una predicción sobre los
comportamientos del consumidor en referencia a una marca o a un tipo de producto y en eso
influyen también las acciones de comunicación que las marcas transmiten ligadas a valores
o principios.
De esta forma se puede indicar que los productos y las firmas son el reflejo de determinadas
tipologías de personalidad o estereotipos que se tienen en cuenta para sus estrategias y
que se presentan en la realidad social. Hay estudios que confirman estos términos, pero no
se puede asegurar con total garantía que los estereotipos responden a productos o marcas
determinados.
Ejemplo
¿Cómo es la personalidad de nuestro consumidor: conductiva, asertiva, expresiva o analítica?
En el siguiente artículo de PuroMarketing nos describen cómo actúan los consumidores según
sus rasgos de personalidad y cuál debe ser la estrategia de marketing a seguir con cada unos
de ellos para acercarnos a él.
https://www.puromarketing.com/13/24479/tipos-consumidores-personalidades-diferentes-
como-venderle.html
El estilo de vida se determina como la forma de vivir y de disponer de los recursos económicos
y de tiempo y ocio que tiene un individuo. El estilo de vida de las personas está estrechamente
ligado con su personalidad y con su propio sistema de valores, creencias y cultura. Esto es cla-
ramente una de las razones de las diferencias en las preferencias de consumo; individuos sujetos
a una misma influencia externa o estímulo externo reaccionan de forma totalmente distinta.
Hay estilos de vida que incluyen la combinación de diferentes actores. Normalmente bajo el
prisma del marketing, se combinan factores psicosociológicos y demográficos, como las acti-
vidades, las actitudes y opiniones. Se suelen establecer estrategias de segmentación de mer-
cados bajo las cuales el marketing trata de identificar aspectos comunes a individuos con un
modo o estilo de vida común. Esto sirve para estrategias que se orientan sobre todo a comu-
nicación, posicionamiento de los productos y desarrollo de nuevos productos y embalajes.
Dimensiones Ejemplos
2.3.1. La familia
• Autónomos: cuando de forma similar las decisiones de compra son tomadas de forma
independiente por cada uno de los integrantes de la pareja y no influye sobre las mismas
la opinión del otro.
Ejemplo
La publicidad es un reflejo de la sociedad, y los cambios sociales han dado lugar, entre otras
cuestiones, a nuevos modelos de familia.
https://www.youtube.com/watch?v=50rOxis5Dnw
Socialización Forma que tiene el ser humano de convivir con las personas y adaptarse a diferentes entornos.
Grupo social Grupo de personas que interactúan entre sí con la finalidad de conocerse y mostrar su
forma de ser.
Roles sociales Conjunto de conductas o comportamientos que pueden mostrar las personas dentro de un
grupo.
Se denominan «grupos de referencia» aquellos grupos que tienen importancia para el sujeto,
no por su pertenencia a ellos sino porque de algún modo se identifica con ellos.
• Grupos de referencia negativa, que son aquellos cuyas actuaciones son rechazables.
Por otra parte, podemos hacer otra distinción de los grupos de referencia:
• Los grupos de pertenencia son aquellos a los que pertenece el consumidor, con los
que interactúa. A su vez pueden clasificarse en grupos primarios, con los que el consu-
midor mantiene relaciones frecuentes y que, por tanto, inciden más directamente sobre
sus actitudes y comportamientos, como la familia y los amigos, y en grupos secunda-
rios, con los que el consumidor mantiene un contacto más esporádico.
• Los grupos de aspiración, en cambio, son aquellos a los que el consumidor admira
o a los que le gustaría pertenecer. Con algunos puede mantener cierto contacto, como
el grupo de directivos de su empresa, mientras que con otros puede no tener contacto
directo o de vínculo.
Ejemplos
• Grupos de pertenencia primarios: familia, amigos, compañeros de trabajo, compa-
ñeros de estudios.
Podemos distinguir tres tipos de influencias por parte de los grupos de referencia del consu-
midor:
Ejemplo
Son múltiples los casos de campañas publicitarias y acciones de marketing protagonizadas
por personalidades célebres (actores, actrices, deportistas, presentadores de televisión, etc.).
http://www.bancsabadell.tv/spots/acompanarte/
La influencia de los grupos de referencia varía según el tipo de producto, teniendo en cuenta
básicamente dos factores: si el producto es un bien de lujo o si es más necesario, y si se con-
sume en público o en privado. En el caso de que el producto se utilice de una manera visible,
las opiniones de las personas y la aprobación social son elementos más importantes en el
proceso de decisión de compra.
En los productos más indispensables, de los que disponen casi todos los consumidores, la
posesión del artículo no es un factor relevante, pero sí lo es, en cambio, su marca.
En este caso, por lo tanto, la influencia se ejerce fundamentalmente sobre la marca que se
compra, pero no sobre el hecho de disponer del producto. En cambio, la posesión del produc-
to es tan importante como la marca cuando se trata de un bien de lujo.
Sin embargo, la influencia de los grupos es menos intensa cuando las necesidades se satis-
facen de manera privada. La influencia sobre la marca pierde importancia en las compras de
bienes de lujo, y tanto las decisiones de marca como las de producto se ven poco afectadas
por las opiniones de los grupos de referencia para los bienes más indispensables.
Dentro del ámbito de la cultura y las subculturas, el marketing debe contemplar dos elementos
importantes: las tribus urbanas y la interculturalidad o cross culture.
a) Tribus urbanas
Este fenómeno hace que los jóvenes se identifiquen con formas de actuar y de pensar
dentro de estos grupos o tribus, generando una cultura alternativa propia que es totalmente
independiente a la que la sociedad en la que se desarrollan posee.
Lo habitual es que los integrantes de una tribu tengan tendencia a identificarse y compartir
su tiempo con personas que pertenecen a la misma corriente cultural o a la misma tribu. Se
suelen identificar por sus gustos comunes en la forma de vestir o por la música o la ideolo-
gía. En los últimos años han aparecido algunas tribus urbanas que se identifican por alguna
actividad de ocio, como es el caso de la afición a los videojuegos.
Ser integrante de una tribu urbana indica que el sujeto busca en sus compañeros compartir
sus puntos de vista y formas de sentir muy similares, aunque no siempre se es consciente
Ejemplo
Los hipsters y las barberías Barcelona Barber Shop
La tribu urbana de los hip (origen de los hipsters) surge en la década de los cincuenta del siglo
xx en Estados Unidos, como seguidores de la cultura jazz afroamericano.
Su expansión como tribu urbana se produce a principios del siglo xxi en el barrio de Williams
burg (Brooklin, NY) y, en el caso de España, en Barcelona, a partir de 2007.
Los hipsters se caracterizan por un gusto por lo vintage (tanto en la estética como en el con-
cepto de los productos y servicios que consumen. Se alejan de lo masivo y tienen predilección
por todo aquello que respira originalidad, autenticidad, sostenibilidad y diferenciación. Son
seguidores de la cultura indie.
Recogiendo estas premisas surge Barcelona Barber Shop, marca que recupera las barberías
tradicionales (vintage).
Hay ocasiones en que los hábitos y gustos de los integrantes de una tribu urbana están
fuera de los límites de las normas sociales y morales predominantes en la sociedad, por
ejemplo el consumo de sustancias estupefacientes, la utilización de la violencia… Pero las
actividades que realizan no suelen ser el objetivo principal del grupo, sino que su objetivo es
compartir su tiempo porque son semejantes y se entienden.
En el siguiente blog se describen todas las tribus urbanas así como su estilo de vida:
https://todas-las-tribus-urbanas.blogspot.com/p/inicio.html
Por este motivo, las empresas que cada vez tienen un cariz más internacional también se
constituyen en un actor fundamental en el escenario de nuevo cross culture, se trata de
conectar con nuevos públicos objetivos a los que anteriormente no se habría tenido acceso,
pero que en este nuevo escenario son determinantes.
• La lengua, que es básica para la interacción entre los seres humanos. La cultura tiene
una de sus manifestaciones en la lengua y el idioma, y en esta sociedad globalizada el
idioma que secuencia este fenómeno es el idioma de los negocios, la lengua inglesa.
• Las creencias religiosas, que se deben valorar y tener en cuenta antes de que se
puedan constituir en un fuerte obstáculo en la internacionalización. Es fundamental ade-
lantarse a cómo pueden afectar en el desarrollo de la vida los credos y religiones locales
en una nueva localización empresarial.
• Los valores culturales y las diferencias actitudinales, que determinan las visiones y
las valoraciones de diversos factores. Suele ser habitual que existan resistencias sociales
a la ubicación de empresas externas y que suelen despertar cierto recelo entre la pobla-
ción local. Para mejorar el posible resultado final es imprescindible un profundo conoci-
miento de las actitudes y los valores de la población local.
• Modales y costumbres, que suelen ser diferentes por localización geográfica, como
por ejemplo la puntualidad, un aspecto muy rígido en algunas culturas y más flexible en
otras.
• La estética o el arte final, que tiene que ver con los gustos, colores y el diseño que suele
ser el favorable en cada cultura. Estas diferencias influyen radicalmente en las decisiones
de compra, por lo que hay que estar familiarizada con ella.
• La formación o educación, que es un proceso que acompaña al ser humano desde los
primeros momentos. La transmisión cultural se realiza fundamentalmente desde el siste-
ma educativo. Las empresas internacionales necesitan conocer los aspectos cualitativos
de la educación del país donde desembarcan para enfocar su estrategia y desarrollo de
negocio.
Los estudios acerca de las conductas que los consumidores tienen y ejercen han sido una
de las principales preocupaciones de la disciplina del marketing desde sus inicios, aunque los
progresos más efectivos y determinantes se han producido desde el último cuarto del siglo xx.
Para este análisis han sido también determinantes todos los avances que se han seguido en
las ciencias que estudian la conducta humana, bien sea individualizada o en grupo.
Las actuaciones que se observan cuando se estudia el comportamiento de los sujetos ante
una situación de compra son complejas. Se puede realizar una aproximación más exacta al
objeto de esta disciplina cuando se evalúa dentro del estudio de la conducta humana. La
conducta humana se manifiesta en el proceso de compra, cuando la complejidad y la incerti-
dumbre son las que dominan las decisiones de los sujetos cuando se enfrentan a una decisión
definitiva en la compra de un determinado producto o servicio.
Como conclusión: se deben conceptualizar las actitudes y las conductas de consumo de forma
que no sólo se pueda proceder a la observación, sino que se consiga valorar adecuadamente.
Hay un inventario de datos que pueden ser de utilidad en esta tarea, tales como los datos
sociodemográficos, los ingresos u otros factores que se relacionan con el comportamiento
del consumidor ante la compra, pero no conocemos mucho acerca de los procesos mentales
que se producen antes, durante y después de realizar una compra, puesto que puede darse
la circunstancia de que ni el mismo comprador pueda explicarse su conducta.
No existe una teoría que consiga explicar totalmente el proceso de compra, de los comporta-
mientos de consumo y las decisiones de compra; quizá la teoría que más puede aproximarse
sea la psicología en su rama conductual o conductista. Los profesionales del marketing tienen
la necesidad de conseguir llegar a los motores de compra de los consumidores y entenderlos.
Lo que es claro es que el comportamiento de un individuo ante la decisión de una compra,
que suele ser tratado de «elección de compra», es el final de un proceso que implica tomar
una decisión, pero que es producto de un proceso complejo en el que actúan diversos factores
que condicionan la conducta y la revelan ante un determinado estímulo.
Los procesos de compra pueden ser de iniciativa privada individual, de iniciativa privada colec-
tiva, pueden llevarla a cabo entidades u organizaciones empresariales e incluso organismos
públicos, es decir, de iniciativa pública. Las compras satisfacen demandas que el individuo o
el colectivo de individuos o las organizaciones tienen y dependerá del motivo de la compra,
del objeto que se adquiere o del sujeto que realiza la operación, que esta compra se incluya
en una categoría que corresponda con el proceso administrativo, con la intencionalidad de la
compra o con el motor que provoca la compra.
Estos tipos de compras son las que están directamente relacionadas con las órdenes de com-
pra que emiten las organizaciones empresariales o los organismos públicos. Se distribuyen en
las siguientes subcategorías:
• Compras por tipo de material. Donde se establece la diferencia entre materiales que
constituyen el objeto de la compra, como puede ser la materia prima para la elaboración
de un producto por parte de una empresa, o las herramientas que ayudan en su produc-
ción, etc.
• Compras de abastecimiento. Estas compras son las que se establecen con el fin
de generar stock de aquellos componentes necesarios para producir un bien o porque
son necesarias para elaborar algún componente. Hay que gestionar el control del stock
con eficiencia.
Si tomamos la intención de compra o el motor como factor de tipología de una compra, nos
encontramos con tipos de compra irracional y tipos de compra racional.
Compra planificada
• Compra irracional
La compra irracional es la que se efectúa sin un análisis previo de forma total o parcial,
sin haber planificado de ninguna forma la compra, y viene provocada por factores emo-
cionales o por gustos específicos del consumidor; suelen estar relacionada con produc-
tos de no alto valor y que no impacta demasiado en el gasto total de dicho consumidor.
• La solución limitada.
Además hay alguna perspectiva que considera que se pueden dar otras situaciones de com-
pra, como las siguientes:
Otra forma de reconocer el estado de necesidad puede ser por una modificación en la percep-
ción propia desde el estado ideal, con independencia de los factores que lideren este cambio
de estado, frente a la necesidad de dar solvencia a esta situación y devolver al sujeto al estado
ideal. Por ahí pasa la solución del problema.
Existen alteraciones que son la causa de ese cambio de estado. Pueden ser alteraciones que
proceden de su vida familiar, la aparición de necesidades que anteriormente no tenía, cambios
sociales y/o económicos…
Cuando se consigue satisfacer una necesidad, se produce un efecto en el sujeto que sirve de
ejemplo, o retroalimentación que sirve para alimentar determinados patrones de comporta-
miento que crean una conducta en el razonamiento del sujeto que le identifican como su propia
personalidad y que se plasma en su modo de vida. De la misma forma, la carencia lleva a la
insatisfacción y ésta, a su vez, genera una sensación de descontento.
Cuando un consumidor manifiesta una necesidad también puede estar manifestando un des-
contento y cuando lo hace, se identifica con la búsqueda de alternativas o nuevas soluciones a
su necesidad, ésta es la oportunidad de las compañías para poder establecer nuevas estrate-
gias de mercado con la creación de nuevos productos que puedan dar respuesta a las nuevas
exigencias de los consumidores.
Las acciones de promoción y publicidad que ejecutan las marcas, o incluso las acciones direc-
tamente comerciales de la fuerza de ventas de una compañía, pueden generar la percepción
por parte del consumidor de la existencia de un problema, cuando le pone de evidencia que
existen alternativas diferentes a las que ha considerado hasta el momento y que pueden brin-
darle una experiencia diferencial: conseguir que incline la balanza de su decisión de compra
hacia nuestros productos.
Ésta es la etapa en la que se deben concentrar parte de los esfuerzos comerciales de las com-
pañías. Cuando el consumidor comienza a ser consciente del estado de falta de equilibrio su
propia naturaleza y personalidad le enfocan a reequilibrar. Es la tendencia natural de cualquier
sujeto, como se observa en la naturaleza en numerosas manifestaciones donde el equilibrio
preside los procesos naturales.
La segunda fase del proceso es cuando el consumidor, que está expuesto a las acciones de
comunicación y publicidad de las marcas, se orienta a recopilar información para poder tomar
una decisión más racionalizada.
Las fuentes a las que puede recurrir el consumidor durante el proceso de búsqueda pueden
ser directas o indirectas. Los medios de comunicación son complementarios en las acciones
comunicativas, pues tienen una incidencia en el proceso de forma indirecta.
Fuentes de Los que pueden influir sobre las decisiones de compra son los denominados «líderes
información de opinión», que sí cuentan para las marcas a la hora de establecer sus estrategias de
personales comunicación, sobre todo en un entorno como el actual, en el que las telecomunicaciones
han cobrado nueva importancia. Líderes de opinión son figuras como los denominados
«youtubers» o las «it-girls».
Los consumidores suelen conseguir información por parte de las personas de su entorno
próximo cercano, junto con la que obtienen de los medios de comunicación, pero que
tiene una menor incidencia en su decisión final: siempre se tiende a dar más credibilidad
a la persona cercana en la que se confía y que no tiene intereses económicos en la
recomendación del producto. Es el efecto de lo que se denomina «influencia personal».
Para los expertos en marketing es fundamental detectar quiénes se conforman como líderes
de opinión e identificarlos para poder elaborar estrategias dirigidas a ellos.
Fuentes de Las fuentes de información empresariales pueden comunicar sobre un mismo producto con
información las estrategias de producto, precio, distribución y promoción.
empresariales La política de promoción y comunicación desde el punto de vista de la compañía es la que
define, diseña, inserta y gestiona la propia marca. Es lo que se identifica como el dominio
de la marca, o el conocimiento profundo de las cualidades de su producto y su marca.
El factor más decisivo en esta estrategia de dominio de la marca es la venta personal,
que puede seducir al consumidor por la relación directa con él y porque establece un
diálogo propio de las relaciones entre comprador y vendedor. Un ejemplo de esto es el
«regateo», que potencia las relaciones y la comunicación, así como la negociación entre los
consumidores y los vendedores.
Los consumidores que están bien informados invierten menos tiempo en la búsqueda de
satisfacer las necesidades y comprar un producto. Cuando el precio de un producto es
elevado, el consumidor puede tardar en tomar una decisión y puede que acuda en varias
ocasiones al establecimiento para valorarlo antes de decidir y proceder a adquirir el producto.
Ésta es la etapa que se da en tercer lugar en el proceso de decisión de compra, pero tiene un
impacto menor en la decisión final.
El consumidor valora los diferentes criterios o alternativas que tiene a su disposición y sobre
ello toma una decisión.
La elección entre las alternativas que tiene el consumidor depende de los criterios de valora-
ción que constituyen los atributos que tiene a su alcance para tomar la decisión. Cuando se
tienen claros los diferentes criterios de valoración, el sujeto hace una comparación de toda la
información que ha obtenido en la recopilación de información. De esta forma se conforman
las opiniones sobre un producto o una marca y en qué grado cumple cada uno de ellos con lo
que se aproxime al ideal de producto que el consumidor tiene en mente.
La decisión final no deja de ser más que una actitud, actitud que implica la posibilidad de que
el producto “X” o el producto “Y” sea el elegido para consumir. En esa variedad de criterios
y atributos del producto deseados, pueden venir de factores subjetivos del consumidor o fac-
tores objetivos.
La estrategia de marketing debe estudiar, pues, todos los atributos de su producto y conseguir
llegar a identificarlos para potenciar la comunicación del producto en base a ellos y, prioriza-
dos, conseguir también mayor eficacia en las acciones comunicativas de marketing de los
productos.
Los criterios del sujeto frente a los productos también están influenciados por sus valores y
su estilo de vida. El marketing también debe intentar potenciar esta estrategia basada en la
promoción paralela a los estilos de vida de los potenciales consumidores que se segmentan
por el producto.
Es la cuarta etapa del proceso de decisión de compra. En ella el consumidor tiene que elegir
finalmente entre alguna de las potenciales alternativas que ha tenido operativas desde el inicio
del proceso.
Todos los procesos de decisión de compra llevan aparejada una serie de factores o actividades
que se complementan con ellos. De esta forma alguno de los factores del proceso es parte de
las actividades de evaluación de las diferentes alternativas.
Así, se establecen varias clases de compradores: los compradores económicos, los com-
pradores personalizados, los compradores éticos, los compradores apáticos, los compra-
dores marginales dedicados y los compradores en transición. Veamos a continuación las
características de cada uno de ellos (Fuente: http://www.ehowenespanol.com/tipos-com-
pradores-info_444191/).
Para algunos, esto significa elegir artículos de la marca de una tienda o cualquier artículo
con el precio más bajo. Para otros, significa tratar de maximizar el valor, es decir, eligen
productos de marcas de renombre y de alta calidad que ofrecen un menor costo a la
larga.
Los compradores económicos suelen buscar tiendas con una gran variedad, como gran-
des minoristas que hacen que sea fácil comparar precios dentro de una gran selección
de productos.
• Comprador personalizado
Buscan un gran servicio al cliente, que se encuentra generalmente en las tiendas o loca-
les más pequeños en comparación con los grandes minoristas.
Este tipo de comprador está dispuesto a pagar una prima por un mejor servicio y una
mejor experiencia de compra.
• Comprador ético
Esto puede incluir apoyar a los comerciantes locales en vez de comprar en las grandes
cadenas minoristas.
También puede extenderse a respaldar a los minoristas que apoyan creencias ambienta-
les o religiosas.
• Comprador de transición
Para poder dominar estas tipologías y diseñarlas más eficientemente se puede apoyar la
estrategia de marketing en un conocimiento de los datos sociodemográficos.
La ubicación del punto de venta es fundamental para conseguir que sea un establecimiento
rentable y que pueda progresar en sus ventas. Es una referencia directa para los consumi-
dores que se ubican en las inmediaciones del establecimiento, que tenderán a acudir de
forma prioritaria a esa tienda frente a otros locales ubicados más distantes de su domicilio.
También hay que considerar otros aspectos que potencian que los consumidores acudan a
ese establecimiento, como son los atributos físicos que tenga, la iluminación del estableci-
miento, la imagen global del mismo…
Ejemplo
Abercrombie & Fitch es un ejemplo de marca en la que uno de los pilares estratégicos es la
experiencia en el punto de venta.
Si la valoración final del producto es positiva esto condicionará en gran medida la opinión del
consumidor referente a este producto y la marca concreta, de igual forma que proyectará en
el futuro los resultados de la marca si la valoración es negativa.
Los resultados de la compra son las valoraciones posteriores que el consumidor hace una vez
adquirido el producto, del que inicialmente se encuentra satisfecho dado que ha conseguido
aliviar el estado de ansiedad producido por no satisfacer la necesidad que consigue paliar con
el producto. Es en ese momento cuando comienza a utilizar su escala de valores personal
para ubicar la posición del producto y emitir juicios a favor o en contra del mismo a partir de
su propia experiencia.
Esta satisfacción final positiva o negativa sirve de argumento que se fija en la memoria a largo
plazo del sujeto, de manera que la evoca en forma de recuerdo con posterioridad, siendo un
elemento a considerar en gran medida para las decisiones de compra futuras de ese sujeto.
Se puede indicar también que en tanto en cuanto el producto le sirve al sujeto para proyectar
su nivel de vida o su pertenencia a un grupo social determinado, su valoración será conside-
rablemente más inclinada a ver el producto de forma muy positiva, puesto que constituye un
elemento de importancia vital para mantener la imagen social que el sujeto pretende. Esto, evi-
dentemente, es más importante para unos sujetos que para otros, pero en definitiva es relevan-
te en todos los casos, incluso en aquellos que aparentemente no tienen especial fascinación
por la pertenencia social a un grupo. Po estos aspectos se preocupa también el marketing.
La estrategia comunicativa que implica el marketing es, orientándose a esa individualización del
consumidor y al cuidado al cliente, remitir un mensaje de refuerzo una vez adquirido el produc-
to (que puede ser mediante una carta) en el que le felicita y le pide su opinión al respecto de
la compra realizada, tratando de fidelizar a un cliente que ya ha manifestado una predilección
por nuestros artículos o nuestra marca.
La necesidad básica de las organizaciones consiste en servir de forma adecuada a los clientes.
Ejemplo
Un fabricante compra productos para producir otros nuevos. Un intermediario, como un mayo-
rista o un minorista, compra mercancía para venderla después a los clientes. Las instituciones
públicas tratan de cumplir con sus obligaciones legales y sociales, y las organizaciones no
lucrativas desean ayudar a sus miembros o a la sociedad con el desarrollo de sus actividades.
Dado que muchas características del comportamiento de compra son comunes entre estos
tipos de organizaciones, a menudo los compradores organizacionales se denominan compra-
dores empresariales o compradores industriales.
• Se detecta una alta concentración del poder de compra. A menudo se constata que
algunos clientes industriales llevan a cabo la mayor parte de las compras de un determi-
nado tipo de producto. Esta concentración de las compras les proporciona una posición
de fuerza en los procesos de negociación con la empresa que vende el producto.
Ejemplo
Las empresas de consultoría, las agencias de publicidad y los institutos de investigación de
mercados suelen disponer de comerciales y ejecutivos de cuentas que se encargan de atender
a un reducido número de clientes empresariales, con quienes mantienen una estrecha relación.
Ejemplo
La demanda de aviones que recibe Airbus depende de la evolución de los desplazamientos
que hacen los usuarios con este medio de transporte. Como consecuencia del accidente del
Airbus A400m en Sevilla, muchos países han suspendido el uso de este modelo de avión.
Con el fin de ahorrarse esfuerzos y gastos, los compradores suelen sistematizar este tipo
de compras siempre que les es posible. Hoy en día muchas se hacen por medio de
sistemas informáticos programados para llevar a cabo los pedidos cuando detectan una
reducción en el stock del producto. Además, se transmiten a los proveedores por redes
telemáticas privadas o mediante Internet.
A las empresas proveedoras les interesa tener clientes que les realicen este tipo de com-
pra porque, aunque requiere un proceso de negociación inicial que puede ser largo y
complejo, posteriormente se derivan pedidos regulares establecidos de una manera
estandarizada.
Por tanto, la recompra modificada requiere nuevos esfuerzos por parte de la empresa
que hasta ese momento había sido proveedora de la organización para mantener el
contrato de suministro. También proporciona una oportunidad para sus competidores,
que pueden convertirse en proveedores de la organización si son capaces de mejorar
las condiciones de suministro.
Factores Factores
individuales culturales
Ejemplo
Ante los cambios que se dan en el entorno de los compradores, las empresas tratan de actuar
para aprovechar las oportunidades de negocio que aparecen. Así lo hicieron las empresas de
equipamientos de videoconferencia, que aprovecharon los recortes en los gastos de viajes
de las empresas provocados por la reciente crisis financiera y económica.
Para el responsable de marketing de una empresa que tiene que vender a otras resulta
de vital importancia conocer los objetivos y la situación de los compradores, tanto actua-
les como potenciales, para intentar adaptar el producto o proceso de venta a cada uno
de ellos.
Ejemplo
Si el comprador ha implantado un sistema de calidad, la empresa debe esforzarse especial-
mente en adaptar el producto a los requerimientos técnicos establecidos en las normas de
calidad. Si, en cambio, el comprador se encuentra en proceso de reducción de gastos, quizá
sea preciso que reduzca el precio del suministro, aunque esta reducción pueda implicar una
merma de la calidad del producto.
La estructura organizativa del comprador también tiene una gran influencia. Así, una
empresa multinacional puede dar libertad de compra a sus filiales, de manera que el
proveedor debe dirigirse a cada una de ellas para negociar el contrato de compra, o
puede aglutinar las compras del grupo en un sistema centralizado que gestione las com-
pras con el proveedor.
Los papeles o roles que pueden desarrollar las personas que intervienen en el proceso de
decisión de compra se pueden resumir en los siguientes:
Decisores Toman la decisión de compra a partir de las diferentes ofertas recibidas de los
proveedores.
Aunque los responsables de esta función suelen ser los agentes o jefes de compras,
cuando la adquisición del producto comporta un gasto considerable, es posible que
se requiera la autorización de un directivo de rango superior.
Compradores Suelen ser los agentes o directores de compras, que se responsabilizan de trabajar
con los proveedores para negociar las condiciones de los contratos de suministro.
Usuarios También suelen actuar como iniciadores del proceso, son las personas que utilizan
el producto.
A menudo también definen las especificaciones de los bienes y servicios que se han
de comprar y valoran los resultados de los que finalmente se han adquirido.
De acuerdo con el modelo planteado por Santesmases, las actividades del proceso se pueden
agrupar en ocho fases distintas. Aunque se pueden identificar fácilmente en las situaciones de
nueva compra, algunas (como el reconocimiento del problema y la descripción de las especi-
Reconocimiento de la necesidad
Evaluación de la satisfacción
b) Definición de las especificaciones del producto deseado. Una vez que se ha identifi-
cado la necesidad, la organización determina las características técnicas que debe reunir el
producto y las cantidades del mismo que se tienen que adquirir.
Los consumidores individuales tienen necesidades diferentes de las organizaciones. Pero, ade-
más, y según sus actitudes y sus intereses, los particulares muestran preferencias distintas en
los medios de comunicación a los que se exponen, en los productos y las marcas que consu-
men, en las actividades que realizan en su tiempo de ocio y en otros muchos aspectos. A su
vez, las empresas y otras instituciones también tienen necesidades diferentes, considerando
la actividad a que se dedican o sus características como organización. A pesar de estas dife-
rencias, a menudo pueden identificarse grupos de consumidores, que llamamos «segmentos»,
con algún elemento en común. Los responsables de marketing se encargan de identificar y
comprender las características y los comportamientos de estos grupos por medio del proceso
de segmentación de mercados. Además, su conocimiento sirve para decidir a qué segmento
o segmentos se tiene que dirigir la empresa. De esta manera, la segmentación facilita la selec-
ción del mercado objetivo.
Las organizaciones orientadas al marketing tienen que conocer las diferencias existentes entre
los consumidores. La identificación de grupos de consumidores con necesidades y preferen-
cias similares les permitirá adaptar su oferta de producto, precio, distribución y comunicación
y, por tanto, satisfacerlos de la manera más adecuada.
A partir del conocimiento de dichos segmentos, la empresa selecciona los que quiere atender y
diseña para ellos una oferta o mix de marketing específico y diferenciado, con lo que se adapta
a sus particularidades.
Ejemplo
Uno de los principales divulgadores de la cultura del pan artesano y del propio oficio de pana-
dero es el catalán Xavier Barriga, propietario de las panaderías Turris, que ofrece a sus clientes,
según el propio Barriga: «Un pan grande, de miga semicompacta y alveolada, muy flexible y
muy húmeda, porque es ahí donde reside el sabor. La corteza tiene que ser muy crujiente y que
aguante perfectamente dos o tres días. A partir de esa tercera fecha, recomendamos pasarlo
por el horno dos o tres minutos para que recupere sus características durante unas horas. Ése
es el pan que consumimos mis hijos y yo; un pan que huele y sabe. Y el que rechazo es el
que procede de fermentaciones rápidas, a base de mejorantes y de cantidades industriales de
levadura, con amasados superintensivos. Porque creo que, a la larga, nos hace daño. Tene-
mos que dar tiempo a que se haga el pan. Si no lo hacemos, comeremos algo parecido a un
balón de fútbol hinchado, aire y almidón en estado puro que, al final, destroza el estómago».
Los segmentos del mercado son grupos amplios de consumidores que tienen alguna
característica común que hace que se comporten de manera similar ante la estrategia
de marketing. Suelen tener características similares, tanto demográficas, socioeconómi-
cas, de estilo de vida o de personalidad, como actitudes y hábitos parecidos ante la
compra. Con la estrategia de marketing de segmentos, las personas que forman parte
de un segmento reciben el mismo tratamiento por parte de la empresa.
Ejemplo
Un ejemplo de marketing por segmentos se observa claramente en el sector hotelero. Hay
hoteles que se han segmentado en un público que viaja por negocios, otros en vacaciones
familiares, otros para escapadas románticas, para personas que viajan con sus mascotas, etc.
• Marketing de nichos
A menudo, las grandes empresas no atienden de una manera específica las necesida-
des concretas de un nicho. Esta situación es aprovechada por empresas más pequeñas
o por filiales de las empresas grandes, que se especializan en atenderlas.
Ejemplo
Hay alojamientos que ofrecen servicios especiales a los cicloturistas (bikefriendly). Como caso
emblemático de microsegmentación destaca el proyecto de hoteles Angler Friendly, con carac-
terísticas especiales para los aficionados a la pesca.
Bajo el supuesto de que existe una afinidad entre los consumidores que viven en una
misma área local, se diseñan programas de marketing específicos que atienden sus
necesidades y deseos. Esta segmentación geográfica en el ámbito local se concreta en
la aparición del denominado «geomarketing», que utiliza bases de datos y programas
informáticos para tratar de identificar características y pautas de consumo comunes
entre los consumidores que residen en un área determinada.
Ejemplo
Zara aplica en sus puntos de venta la segmentación por grupos locales de consumidores.
Dependiendo de la ubicación del punto de venta en la ciudad, distribuye una parte de su colec-
ción u otra. Así, en las zonas donde reside población con rentas más altas o con una mayor
Según se explica en el documental Planeta Zara, es el encargado/a del punto de venta quien
selecciona el producto que llegará a la tienda, en función de las características de la población.
El máximo nivel de segmentación es aquel en el que cada segmento está formado por
un solo individuo o una única organización. El marketing que se dirige de manera indivi-
dualizada a cada consumidor ha recibido la denominación de marketing one-to-one
o marketing uno a uno (Peppers y Rogers).
Ejemplo
Viajes Nuba es una agencia de viajes referente en viajes a medida. Un referente, dentro del
sector, de la aplicación del marketing one-to-one.
Existen dos tipos de criterios o variables que pueden utilizarse para segmentar los mercados
de consumidores finales. Un primer grupo se corresponde con las características de los con-
sumidores, que pueden ser de carácter geográfico, demográfico, socioeconómico o psico-
gráfico. El segundo grupo, en cambio, corresponde a un conjunto de variables relacionadas
con la respuesta o el comportamiento del consumidor respecto a las ventajas esperadas, las
actitudes o el uso que le da al producto.
Aunque el fenómeno de globalización de mercados hace que las diferencias entre países
y regiones sean cada vez menos importantes, a menudo estos criterios ponen de relieve
diferencias significativas entre las características y los comportamientos de los consumi-
dores.
Así pues, la población de amplias zonas de Estados Unidos y del norte de Europa que se
encuentran alejadas de los centros urbanos y que con frecuencia presentan un clima adver-
so, es cliente habitual de los sistemas de venta a distancia, como la venta por correo y por
Internet. En cambio, estos formatos comerciales han recibido una acogida menos entusiasta
entre los consumidores de los países mediterráneos, más habituados a pasearse entre la
oferta de los establecimientos físicos para hacer sus compras.
Ofrece especial interés para algunas empresas el análisis de bases de datos de consumi-
dores para segmentarlos a partir de la localidad o el barrio en que residen. En estos casos,
el geomarketing puede llegar a identificar características y comportamientos comunes entre
los consumidores de un área geográfica determinada.
Las necesidades y preferencias de los consumidores se modifican a lo largo del tiempo, por
lo que puede ser adecuado agruparlos a partir de la edad. Además, las diferentes pautas de
consumo de las personas según el estado civil y la dimensión de la unidad familiar pueden
justificar su utilización como criterios para la segmentación de mercados.
El nivel de renta determina directamente la capacidad adquisitiva de las personas, por eso
muchas empresas lo utilizan para identificar los grupos de consumidores que serán menos
sensibles al precio o que disponen de los recursos necesarios para adquirir productos de
precio elevado, como determinados tipos de viajes. Sin embargo, no siempre es una variable
útil para predecir la pauta de comportamiento de los consumidores. Por este motivo, esta
variable se suele utilizar junto con la ocupación y el nivel de estudios.
Las variables psicográficas permiten dividir los mercados según las características de la
personalidad y el estilo de vida de los compradores. En muchos casos, las segmentaciones
que proporcionan explican mejor las características y los comportamientos de los consumi-
dores que las que resultan de la aplicación de criterios demográficos o socioeconómicos.
En contrapartida, resulta difícil aplicar estos criterios, especialmente los que se fundamentan
en la personalidad del individuo, habida cuenta de la dificultad que entraña la medición de
variables subjetivas.
Los estilos de vida hacen referencia a las actividades que desarrollan las personas, sus
aficiones, intereses e ideologías. La segmentación a partir de este criterio se usa con mucha
frecuencia, ya que la adopción de un determinado estilo de vida por parte de la persona a
menudo condiciona su comportamiento de compra.
Ejemplo
Las mujeres alfa son uno de los nuevos segmentos de mercado basados en el estilo de vida.
Son mujeres entre los veinticinco y los cincuenta y cuatro años. Pueden o no vivir en pareja,
y de ser éste el caso aportan más dinero que su pareja. Es una mujer preparada profesional-
mente, con un estilo de vida moderno, interesada en la cultura y en su imagen. Sofisticada y
exigente a la hora de consumir. Informada y difícil de fidelizar, aunque leal una vez que la marca
cumple sus expectativas.
La psicografía analiza los estilos de vida a partir de los patrones diarios de la vida de las per-
sonas y trata de segmentarlos a partir de sus actividades, intereses y opiniones. Una de las
aplicaciones más reconocidas de este tipo de segmentación es la del «programa de valores
y estilos de vida» de Strategic Business Insights, VALS (Value and Lifestyles).
También se puede agrupar a los consumidores en segmentos a partir del uso que le dan
al producto, su grado de fidelidad a la marca, los beneficios que intentan conseguir con la
compra o su actitud frente al producto.
Este tipo de segmentación aporta una información a partir de la cual se puede tratar de
ampliar los límites del mercado, aumentando de ese modo la demanda del producto.
La segmentación mediante los beneficios buscados considera las ventajas que los clientes
tratan de obtener con la adquisición y el consumo del producto. Estos criterios pueden
ser muy útiles para clasificar a los consumidores de determinados mercados, y ofrecen la
ventaja de permitir identificar fácilmente los segmentos que hasta ahora no habían sido bien
atendidos.
Ejemplo
Como ejemplo de diferentes productos adaptados a las ventajas que buscan los turistas actua-
les encontramos el turismo ecológico, de salud, rural, artístico-cultural, etc.
• Consumidores habituales.
• Consumidores esporádicos.
También se pueden segmentar los consumidores a partir del nivel de lealtad a una marca.
Hay que analizar, además, los motivos de su comportamiento: si la lealtad obedece a la con-
fianza en la marca o es consecuencia de la indiferencia, de un precio económico, etc.; si los
cambios de una marca a otra en los consumidores menos leales se deben a promociones
de ventas, a determinadas campañas publicitarias, etc. Además, es posible segmentar el
mercado según la actitud hacia el producto, que puede ser de entusiasmo, de indiferencia
o, incluso, de hostilidad.
Entre estos criterios el más utilizado es el que se basa en la dimensión de los clientes. A partir
de este criterio se establecen procesos de atención prioritarios para los clientes más importan-
tes, que suelen ser los que generan más ventas. No obstante, esta práctica entraña principal-
mente dos riesgos. En primer lugar, la marcha de la empresa puede depender excesivamente
de la evolución de una empresa cliente, y en segundo lugar, el cliente puede llegar a reunir
un elevado poder de negociación, que le permita establecer las condiciones del intercambio
comercial.
La clasificación de las empresas por actividades económicas permite detectar de manera más
general, pero también más sencilla, la importancia relativa de cada producto. La segmentación
a partir del uso del producto, en cambio, hace posible una identificación más detallada de las
necesidades reales de los consumidores y de la aplicación concreta que le dan al producto.
Entre los criterios que se consideran en este tipo de segmentación destacan la posición jerár-
quica de la unidad que toma las decisiones de compra, la organización de las funciones de
compra (departamentos de compras centralizados, descentralizados), las políticas generales
de compra, sus criterios de decisión y la importancia de la compra para el cliente.
Identificables La segmentación debe permitir identificar a los clientes que forman parte de los
y medibles segmentos y conocer su potencial de compra. Se hace necesario que aporte información
sobre las dimensiones demográficas y socioeconómicas de cada segmento para que se
puedan tomar las decisiones de marketing correspondientes.
Sustanciales La dimensión de los segmentos tiene que ser lo bastante grande como para compensar
el esfuerzo que representa ofrecerles una combinación de marketing específica. No se
puede establecer una dimensión mínima, ya que ello dependerá en gran parte del margen
de beneficio que se obtenga con la venta de cada producto y del volumen de negocio
que pueda generar cada segmento.
Accesibles La empresa debe conocer los medios de comunicación a los que se exponen los
miembros del segmento, así como los canales de distribución en los que adquieren los
productos. En caso contrario, no podrá establecer contacto con los consumidores ni
ofrecerles el producto.
Posibles La empresa ha de disponer de los recursos y las capacidades que se requieren para llevar
de utilizar a cabo programas de marketing que sean efectivos en los segmentos identificados.
5.5. D
efinición del público objetivo: diseño de las estrategias
de marketing
Cuando la empresa ha identificado diferentes segmentos a partir de los criterios más ade-
cuados en el mercado, deberá decidir cuáles de ellos constituirán su público objetivo. Para
seleccionarlos tendrá en cuenta, entre otros aspectos, su atractivo, en términos de dimensión,
el crecimiento potencial y el aprovechamiento de economías de escala y el riesgo que acarrea
definir una estrategia específica para ellos, así como los objetivos y los recursos de que dis-
pone.
El número de segmentos seleccionados como público objetivo y la manera en que serán tra-
tados por la empresa determina la estrategia que se adoptará, que puede ser indiferenciada,
diferenciada o concentrada.
La estrategia indiferenciada se lleva a cabo en los mercados en los que no se han podido iden-
tificar diferentes segmentos de consumidores o en los que, a pesar de haberlos detectado, no
se considera rentable establecer un programa de marketing diferenciado.
Mediante esta estrategia la empresa atiende todos los segmentos con el mismo marketing mix.
Esto lleva a diseñar y producir productos estandarizados, susceptibles de adaptarse a una
gran diversidad de necesidades y preferencias.
Con esta estrategia la empresa se dirige a la totalidad del mercado, pero trata de atender a los
diferentes segmentos de los que se compone a partir de una combinación específica de
los instrumentos de marketing.
La estrategia de marketing mix diferenciado implica que hay que disponer de una amplia gama
de productos, que se comercializan con estrategias adaptadas a cada segmento. Como se
atienden mejor las necesidades de los consumidores, se consigue aumentar la demanda glo-
bal del mercado. Sin embargo, también suelen aumentar los costes, dado que no se pueden
aprovechar al máximo las economías de escala. Para aplicar este tipo de estrategia, la empresa
debe disponer de recursos elevados, asegurarse de que todos los segmentos serán rentables
y de que sus propios productos no competirán entre sí.
Ejemplo
Un ejemplo de estrategia diferenciada sería Coca-Cola. Crea una variedad de producto (tradi-
cional, sin cafeína, zero, light…) para cada tipología de cliente que consume el refresco.
Con una estrategia concentrada la empresa establece como público objetivo a un segmento
o un número reducido de segmentos, y renuncia a dirigirse a todo el mercado.
Ejemplo
Un ejemplo de estrategia concentrada sería la marca de automoción Ferrari, que se dirige a un
público de alto poder adquisitivo y amante de los coches deportivos y la velocidad.
Es habitual que las empresas traten de diferenciar su mix de marketing con el fin de ofrecer
un valor especial y superior a los clientes potenciales. Si lo consiguen, habrán obtenido una
ventaja competitiva. Para conseguir esta diferenciación sobre la competencia hay que definir
previamente la posición que se quiere conseguir frente al público objetivo. De esta manera
se puede combinar con más eficacia el producto con el resto de los instrumentos del mix de
marketing.
La diferenciación constituye una fuente de ventaja competitiva, siempre que se destaque por
elementos que son valorados por los consumidores, que estén en sintonía con sus preferen-
cias. Para conseguirlo, es preciso identificar previamente los diferentes aspectos que pueden
influir en la percepción que los consumidores tienen del producto.
Apple ha conseguido que su público asocie su marca con equipos de alto rendimien-
to y con lo más avanzado del diseño. Las personas encuentran sus productos, al
mismo tiempo, útiles y bellos. A pesar de que el precio de muchos es superior a los de
la competencia, esta conquista ha significado que Apple se mantenga en los primeros
lugares de venta a nivel mundial.
Mientras que la imagen recoge las percepciones actuales de los consumidores, la identidad
representa las percepciones que se desean desarrollar y reforzar entre los consumidores y que
harán que la marca adquiera una personalidad propia y única, que se mantenga a lo largo del
tiempo.
El posicionamiento (término acuñado por los publicistas estadounidenses Ries y Trout) hace
referencia a las percepciones que tienen los consumidores sobre una marca o un producto en
relación con otras marcas o productos del mercado o, incluso, con los que son ideales para
ellos.
Por tanto, el posicionamiento es definido por los propios consumidores cuando se forman opi-
niones sobre las marcas y los productos y les atribuyen un lugar determinado en sus mentes.
Pero al mismo tiempo las actuaciones de las empresas influyen en esta «posición» en que los
ubican los consumidores.
También resulta imprescindible conocer los atributos de los productos que, en opinión de los
consumidores, son más importantes. Con esta información se sabrá con qué argumentos per-
ciben los productos los consumidores, y se podrán definir las dimensiones competitivas
sobre las que se compararán las marcas y los productos.
Además, hay que determinar la posición que ocupan todos los productos, los de los com-
petidores y el de la propia empresa, en relación con estos argumentos.
Se pueden definir diferentes estrategias de posicionamiento, entre las cuales destacan las
siguientes:
A partir de los atributos En este caso se destaca alguna característica del producto, como su larga
del producto duración, un precio económico, un servicio de calidad, un diseño original,
etc.
Según los momentos o las El producto se ofrece como el más adecuado para un determinado uso
ocasiones en que se consume u ocasión.
Destacando el tipo de Se puede destacar el grupo de usuarios del producto con la intención
personas que son sus de que el consumidor se identifique con sus estilos y comportamientos.
usuarios habituales
Ries y Trout, entre otros especialistas de marketing, son partidarios de que la estrategia de
posicionamiento de la marca se base en una única diferencia.
Consideran que los consumidores habitualmente se ven expuestos a un número muy elevado
de informaciones y estímulos de marketing y que, en consecuencia, les resulta difícil recordar
las características por las que destaca cada producto. Sin embargo, hay opiniones partidarias
de que el producto destaque por dos o más ventajas, especialmente cuando varias marcas se
han posicionado por ser las mejores en un mismo atributo.
Se conoce como consumidor a aquella persona que consume un bien o utiliza un pro-
ducto o servicio para satisfacer una necesidad; y el comportamiento del consumidor
es aquella parte del comportamiento de las personas y las decisiones que ello implica
cuando están adquiriendo bienes o utilizando servicios para satisfacer sus necesidades.
Por tanto, los especialistas y directivos en marketing deben plantearse estudiar un con-
junto de factores en torno al consumidor:
• su perfil sociológico y
El objetivo de la segmentación del mercado es crear una oferta de valor rentable para
estos segmentos. Una segmentación eficaz se puede medir, es sustancial, accesible y
diferenciable.
• Segmentación geográfica.
• Segmentación demográfica.
• Segmentación socioeconómica.
• Segmentación psicográfica.
• Segmentación por beneficios buscados.
Una vez se ha decidido el segmento al que dirigirse, la empresa tiene que decidir la posi-
ción del producto/servicio, que es la manera en que los consumidores definen el producto
en base a sus atributos y comparándolos con los de la competencia.
En este sentido, los mapas de posicionamiento son una buena herramienta para saber
la percepción que tienen los consumidores sobre una marca o producto. El mercado
actual se ha diversificado mucho y es de vital importancia desarrollar estrategias que se
adapten al consumidor actual, es decir, un consumidor exigente, con una gran variedad
de productos/servicios a su disposición y poco fiel a ellos. En este sentido, estudiar el
comportamiento del consumidor es necesario no sólo por saber qué adquiere, sino por
saber cuándo compra, dónde, cómo y con qué frecuencia. La tecnología ha generado un
cambio en los hábitos de consumo del mercado actual y, consecuentemente, las empre-
sas deben ofrecer a sus clientes una atención personalizada proponiéndoles experiencias
inolvidables.