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Adriana Puiggros - Pedagogia Social.
Adriana Puiggros - Pedagogia Social.
plurales.
Adriana Puiggrós: Sujetos plurales, espacios educativos
plurales
Anahí Pérez
Resumen
El presente artículo intenta realizar una aproximación al pensamiento de Adriana Puiggrós, sus
ideas pedagógicas y los aportes que resulta posible identificar en estas ideas para la Educación y
a la Pedagogía Social. Surge de la lectura de varios de sus trabajos, tanto artículos como libros en
diferentes momentos históricos de su carrera. Y de la posterior interpretación de estas lecturas.
Primero se aborda su visión del espacio educativo en América Latina, para luego profundizar en
algunos conceptos fundamentales de su desarrollo teórico, vinculados a la temática central del
curso.
Master en Ciencias. Comenzó su vinculación con el mundo pedagógico desde el ejercicio del
Magisterio (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004,
223).
también fue Decana en 1974. Luego de esto fue necesario su exilio dada la persecución
contra ella ejercida por el régimen militar (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N.,
Zysman, A., M. Mercado. 2004, p. 223).
Posee una extensa obra literaria conformada por catorde libros de su autoría y es
(Puiggrós, A. 1985, p.31). Propone por tanto el estudio del hecho educativo desde una visión
Cuenca del Plata, se instala en Buenos Aires, desde 1985 a 1989, en el Instituto de Sociología
ciudad de Rosario.
leyes endógenas” (Puiggrós, A. 1990, p. 17); por el contrario logra otorgarle una
dominio hegemónico de los grupos de poder económico. Nos dice sobre este sistema
cuenta, desde su visión, con las siguientes características: “hegemonía del Estado y
variantes” (Puiggrós, A. 1988, p. 15). Este modelo, refiere la autora, ha sido pensado desde
225).
resistencias, algunas puntuales del “progresismo”, al que, según la autora, le han faltado
propuestas, dejando “el espacio libre” para la perpetuación de modelos educativos, distantes
Los sectores sociales menos favorecidos ven vulnerados sus derechos de múltiples
formas, entre ellas la de la pérdida de valoración de sus saberes técnicos. La autora manifiesta
que “la valoración social de los saberes técnicos es una buena indicación del estado de los
sujetos sociales que los poseen” (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M.
Mercado. 2004, p. 19). Estos saberes en las sociedades contemporáneas al ser olvidados, se
están perdiendo, así como el deseo de su adquisición (Puiggrós, A., Gagliano, R.,
En nuestro continente, nos dice Puiggrós, se ha llevado adelante la lucha entre formas
(Puiggrós, A. 1990, p. 358). En algunos pueblos la imposición del modelo normalizador tuvo
Pero a pesar de las luchas la escuela tradicional se ha erigido como “ único agente
alfabetizador” (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004,
los saberes que son constitutivos de los lugares que se ocupan en la sociedad; la utilización de
calificativos, tales como: “ruso, el negrito el hijo de la trabajadora, el judío” pasaron a ser
problemática desde una visión asistencialista, con diferenciación del “currículum mínimo
A. 1990, p. 367).
los que circulaban saberes sociales productivos”, “saberes disponibles volcados a la praxis
relaciones sociales y económicas locales, barriales y regionales” (Puiggrós, A., Gagliano, R.,
misma, pero estos saberes, además, resultan de suma importancia porque “configuran los
Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p. 21). Y aún va más lejos al sostener la
asociación entre la quiebra de sectores fabriles en Argentina en los años 50 y las dificultades
de transmisión entre padres e hijos de estos saberes socialmente productivos. Estos saberes se
asociaron al trabajo manual que remitía a poblaciones indígenas, esclavas, sirvientes, peones
y a los campesinos (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado.
entre otros aspectos en la valoración social de una educación formal terciaria, contra la
desvalorización del trabajo manual que desarrollaron sus padres y abuelos (Puiggrós, A.,
De este modo se condena a las nuevas generaciones a: “usar sus saberes en circuitos
específicos, a depender de otros para realizar operaciones que son básicamente necesarias
en soportes culturalmente permanentes”. Debe existir según esta visión una reconocimiento
pedagógicos de “igual para todos” bajo esa consigna se han perpetuado y profundizado las
crecimiento”, aspecto que desde los años 80 con la influencia de la “teoría del capital
humano” y más adelante con “capital social” se modificó. Cambia de esta manera la
perspectiva sobre la educación para el trabajo, dejando de ser un “bien social”, “para ubicarla
como un elemento del mercado regulado por el libre juego de la oferta y la demanda”,
asimilándose en la mayoría de los casos al ámbito privado (Puiggrós, A., Gagliano, R.,
La autora nos expresa que aún hoy en día continúan existiendo serios problemas
marginalidad con la consecuente exclusión de millones de niños y niñas del sistema formal de
enseñanza (Puiggrós, A. 2001, p. 10). Del mismo modo, manifiesta la conexión entre estos
educativo, por el estímulo de “la competencia frontal como base de la eficiencia social”,
la actitud de estos gobiernos, alineados al neoliberalismo, como caritativa hacia los sectores
menos favorecidos, con el único fin de “(...) colocarlos fuera de la zona de alto riesgo
Mantener a los sectores excluidos en esa condición permite así la “legitimación de las
acción desde el acuerdo con el modelo hegemónico, dada la urgencia de grandes sectores de
nuestras sociedades (Puiggrós, A. 2001, p. 14).
sociales” (Puiggrós, A. 2001, p. 17). Destaca la autora el rol central que han desarrollado los
tecnológica y cada vez más todas las formas de educación superior” (Puiggrós, A. 2001, p.
17). Por otra parte “aumentan las tendencias corporativistas, separadas y desordenadas
dentro de ella los sujetos “se desdibujan” (Puiggrós, A. 2001, p. 18). Si bien la escuela se
tecnológica de nuestros tiempos. Son manifiestas, según la autora, las “dificultades para
escolar”, desde nuevas necesidades y sobre acuerdos entre “ los sujetos educativos”, las
Esta perspectiva entiende que existe una “amnesia” “deliberada” en relación a los
“saberes”, las “oralidades, destrezas, oficios, capacidades colectivas, convivialidades”,
conciencias por temores socializados promesas y autoritarismos” (Puiggrós, A., Gagliano, R.,
Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p. 11). Esta “amnesia” perdura hasta el
consumismo y al descarte (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M.
día de hoy, con el reclamo del derecho de poder educarse. Esta resulta ser una realidad cruda
en la que la autora plantea la defensa de la “educación como servicio del Estado” ( Puiggrós,
A. 1990, p.365).
La pedagogía es para la autora “la transmisión del conocimiento social necesario para
sujeto pedagógico como: “al producto de la vinculación entre los complejos sujetos sociales
Esta vinculación varía ya que tanto educador como educando son diversos, históricos
y sociales. Del mismo modo varían las formas de articulación entre ellos. La construcción del
de mediar entre los sujetos políticos y sociales, y la serie de “significantes” que se pretende
Según la autora existirían una serie de conflictos dentro del “proceso educativo” que
persiguen la lógica de obtención del poder hegemónico, a los que denomina “enfrentamiento
1990, p.32).
Señala, asimismo, el error que han cometido las teorías “reproduccionistas” al
mediado por el currículum, en forma más o menos manifiesta, y esta relación es la que
Cabe señalar, como bien lo explica la autora en su obra, que tanto el docente como el
alumno, confluyen a este vínculo con un bagaje de experiencias, posturas ideológicas más o
menos definidas, concepciones políticas, sociales, culturales, etc., que inciden a la hora de
establecer el vínculo educativo. La importancia que el papel del adulto adopta, como
referente que sin lugar a dudas es, resulta fundamental a la hora de generar las condiciones
Puiggrós se fundamenta en las ideas de Paulo Freire para pensar una alternativa
pedagógica al modelo educativo hegemónico sin roles fijos definidos, puesto que considera
que “Las posiciones de educador y educando no son fijas, inmutables, otorgadas otorgadas
445).
Puiggrós concibe a la educación, como un espacio que no resulta ser neutral sino, por
como privados”; con predominio de valoración al contenido transmitido por el educador “Lo
que dice el educador forma referido al trabajo, es acreditado por parte del educando como su
propiedad y tiene carácter habilitante para ejercer determinadas funciones y roles laborales y
sociales” (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p.
138).
Por otra parte, se menciona la concepción de educación informal del siguiente modo:
“como una serie de propiedades integradas por el sujeto por vías distintas a las escolares”.
Ésta convive con la representación de “falta” dentro del imaginario social, falta de tránsito
por el sistema formal, falta de certificados, no siendo valorada como posesión (Puiggrós, A.,
desde el seno de los grupos oprimidos (Puiggrós, A. 1994, p. 446). Desarrollando las
Dentro de estas nuevas formas de pensar los temas educativos, Puiggrós entiende que
existe una “urgencia por resignificar el papel de los conocimientos”, con un especial interés
“por vincular la educación con el trabajo”, en las que “las palabras educativas se reconecten
con la producción, que el Estado y los empresarios revaloricen los saberes en disponibilidad
que poseen los trabajadores y que saberes socialmente productivos presidan la transmisión de
la cultura entre las generaciones y los grupos sociales”. El trabajo, desde la visión de la
A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p.p. 7 - 8). Es necesario
modificar la “escasa incidencia de los saberes técnicos en los curriculum” (Puiggrós, A.,
Estos saberes, al igual que otros, reciben una valoración, múltiplemente condicionada,
escaso valor (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p.
16).
“enciclopedistas” y se han menospreciado los saberes “técnicos” (Puiggrós, A., Gagliano, R.,
Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p. 16). La autora entiende a estos saberes
técnicos “como una particular articulación discursiva de los conocimientos”. Dentro de estos
saberes técnicos son priorizados por las actuales lógicas del mercado, “los de más avanzada y
compleja tecnología (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado.
2004, p.p. 17 - 18). Estos saberes “emergen como fragmentos de una narrativa que los sujetos
intentan recomponer, con distinto resultado, para aprehender el nuevo mundo que los
interpela (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p.
137).
Por otra parte, sostiene Puiggrós, que conjuntamente con un currículum nacional, y
de un sistema de educación para los adultos”; modificaciones que serán posibles de realizar en
la medida que existe una clase dirigentes con voluntad política y compromiso para efectuar
(escuela tradicional y proyectos democráticos), “tender puentes para que el acceso a la cultura
letrada provenga y se legitime ante y por los saberes de la sociedad civil” (Puiggrós, A.,
Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado. 2004, p. 21). Considera que de esta
problemas del mundo material simbólico” (Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N.,
sociedades civiles, muchas veces ignorado (incluso por ellos mismos). Se “requiere reconocer
“diseño de los currículos” (Puiggrós, A. 1988, p. 16). Entiende que “la planificación
16).
Del mismo modo, en su obra rescata experiencias positivas dentro de la escuela, como
espacio a democratizar. Un ejemplo de esto resultó ser el “gobierno escolar propio”; en el que
se realizó una equiparación de poder entre generaciones con “el carácter alternativo de los
Puiggrós sostiene que: “Es necesario cambiar esta sociedad palmo a palmo,
democratizar cada segmento del sistema escolar, cada trozo de los discursos pedagógicos que
recorren las aulas, los auditorios, las empresas, los sindicatos, las alcobas, las calles, las
iglesias y las urnas” en un esfuerzo en poder modificar una realidad con marcadas
A modo de conclusiones
saberes socialmente productivos; sin duda, esto solo puede surgir de la revalorización de
estos saberes.
La educación tradicional ha practicado e implementado, en la mayoría de los casos,
saber tecnológico como otra forma de lenguaje ya instalado en la vida cotidiana de grandes
supera ampliamente a los saberes académicos. Del mismo modo consideramos fundamental
curriculares. El sistema educativo formal, no puede seguir educando para un mundo que ya
Referencias Bibliográficas
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Washington D.C.
Puiggrós, A. (2001). Educación y poder: los desafíos del próximo siglo. Paulo Freire
LACSO. Buenos
e a Agenda da Educação Latino - Americana no século XXI. C
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Puiggrós, A., Gagliano, R., Visacovsky, N., Zysman, A., M. Mercado (2004). La