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Pérez C., Miryam V. El Sentido del Erotismo.
Revista Ciencias y Humanidades. V. I N. 1. Julio – diciembre 2015. Pags. 125 – 150.
fuerza de querer siempre más. Es en reserva como signo de suplir una nece-
este momento donde el simulacro eróti- sidad, buscando protección en lo cono-
co recobra su sentido de gasto, puesto cido. Ahora bien, el erotismo se concibe
que una vez finalizado el evento erótico como la puerta de entrada a lo desco-
lo que queda es solo la fatiga de un nocido, Lugar en el cual el hombre se
pecho exaltado por el éxtasis de lo des- arriesga experimentando eventos acci-
conocido, de lo que se abre a partir de la dentales que renuevan la vida misma.
muerte de sí. El erotismo se revela ante la condi-
Cuando los participantes de un ción del hombre sujeto a la vida de pro-
evento erótico llegan a la región de lo yectos lo que implica una ausencia en el
desconocido, la prueba en cuestión del presente y un interés por el futuro, con-
ser es el único indicio de que el hombre secuentemente, se suprime la violencia
ha tocado el punto extremo de lo posi- del deseo que acontece en la inmedia-
ble, en una región donde la razón y el tez, se renuncia a la experiencia y al
conocimiento han sido desplazados por riesgo que ello implica. El erotismo, en
el gasto y el desborde de la existencia. última instancia acontece en una deten-
Lo desconocido se abre a partir del ción, es decir, en las banalidades que
desplazamiento de la seguridad que implica la individualidad y en la necesi-
brinda la razón al hombre. dad de buscar protección en lo conoci-
El erotismo es entonces un síntoma do, significan el drama de la existencia.
que amenaza a cada instante con restar- Pero cuando el momento erótico tiene
le valor a un mundo fundado en la utili- su fin, los participantes de nuevo se
dad y el trabajo. Un mundo cargado de concentran en su ser cerrado, vuelven a
significación que apacigua la violencia estar separados de los demás.
natural y frena la desmesura de la vida. El papel del deseo es hacer un lla-
El erotismo hace su burla al mundo de mado al hombre, para que éste se arroje
los proyectos, representa la figura del de nuevo al camino vertiginoso de la
vagabundo ocioso y codicioso, cuyo violencia, que se desenmascara a través
modelo es el gasto, el catabolismo exa- de la apertura del erotismo. Puesto que
cerbado, de esta manera el erotismo la humanidad en general no ha podido
hace mofa al hombre de la cotidianidad sosegar la violencia del deseo por com-
cuya energía es anabólica, constructora pleto, es decir, aunque el hombre se
y fundamentada en el ahorro y la con- dedique a una vida servil en el trabajo,
servación, a partir de estos modelos éste no deja de perturbar. El mundo del
contrarios se evidencia una tendencia en trabajo es una respuesta a la necesidad
la mayoría referida en la acumulación y de la humanidad por desplazar la vio-
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ser uno con el todo, noción que Bataille mos poseer, sólo subsisten en nosotros
expresa como la nostalgia de la unidad sensaciones de una gran intensidad,
perdida7. Sin embargo, el hombre quie- sensaciones que expresan las fuerzas
bra dicha disyuntiva cuando transforma desgarradoras del erotismo donde los
su vida sexual en una experiencia eróti- intereses y los valores del mundo pier-
ca. den su eficacia. En este momento toda
La búsqueda psicológica que acon- existencia es puesta al desnudo, en el
tece en el erotismo está ligada con el terreno de la inseguridad donde el hom-
intento del hombre por despojarse de su bre es expulsado de su estrechez indivi-
condición de ser aislado, es decir, el dual para perderse por completo en la
hombre como lo dice Bataille es un ser comunidad de los cuerpos. Para ello, es
separado en el abismo individual. Éste necesario mantenerse a la altura de la
padece por su ser discontinuo, quien muerte, es decir, la comunidad erótica
nutre y defiende la individualidad en- no puede durar más que al nivel de la
marcada en un mundo moderno. intensidad de la muerte y se acaba en
La búsqueda psicológica que entra- cuanto se traiciona dicho instante.
ña el erotismo es una respuesta del La desnudez erótica pone en cues-
hombre que expresa la necesidad pro- tión la racionalidad humana, mediante
funda de comunicarse con la vida no su fuerza desgarradora en el instante
aislada, no separada. Esto implica un decisivo en que dos seres se aman pro-
desgarramiento violento de su ser, de fundamente. Ocurre un franqueamiento
sus propios límites enraizados en su de los límites de la razón, a partir del
individualidad, ponerse fuera de sí en la despojamiento, no como un síntoma de
aventura de amar a otro. Es por eso que querer volver a una condición animal,
el erotismo es la exigencia de la muerte pues la violencia que acontece en el
del individuo en la disolución de su ser instante erótico no es la violencia de un
discontinuo, es necesario que perezca animal con razón, sino un intento por
en la experiencia amorosa, para acceder comunicarse con la unidad perdida. La
a un sentimiento en la fusión con el desnudez del erotismo implica no sólo
otro, participando por breves instantes perder las ropas sino desplazar toda
del todo de la vida. condición de utilidad. Un hombre des-
En ese instante de la muerte desa- nudo es un ser vulnerable ante lo des-
parece la sólida realidad que imagina- conocido, una apertura violenta como
el ser que se rompe en el juego de la
destrucción manifestando una profunda
7Bataille, George. “El erotismo”. Barcelona:
Editorial Mateu, 1971. p. 24
comunión con la unidad.
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da10”, la obsesión que define la esencia los cuerpos buscan disolverse y fusio-
del hombre como afirma Bataille, y que narse en una lucha frenética.
gobierna las tres formas de erotismo: El signo que promueve esta disolu-
ción del frenesí erótico es la desnudez
“Somos seres discontinuos, indivi- como un rompimiento del ser cerrado,
duos que morimos aisladamente en
manifestando el símbolo de la comuni-
una aventura ininteligible, pero te-
nemos la nostalgia de la continuidad cación corporal, de la apertura hacia lo
perdida. Soportamos mal la situa- infinito que se da a través de los cuer-
ción que nos clava en la individuali- pos, los cuales se abren hacia los con-
dad de azar, en la individualidad ca-
ductos secretos de la continuidad posi-
duca que somos. Al mismo tiempo
que tenemos el deseo angustiado de bilitando una profunda comunicación
la duración de este caduco, tenemos con la vida.
la obsesión de una continuidad pri- La desnudez de los cuerpos palpi-
mera, que nos liga generalmente al
ser. Cualquiera puede sufrir por no tantes da cabida a lo obsceno, a una
estar en el mundo a la manera de violencia que produce la desposesión
una ola perdida en la multiplicidad absoluta entre los amantes. La obsceni-
de las olas, que ignora los desdo- dad corresponde a un trastorno que
blamientos y las fusiones de los se-
res más simples.”11 desconfigura la condición de los cuer-
pos por medio de la posesión de sí, esa
3.1. El erotismo de los cuerpos posesión de la individualidad duradera.
En las partes obscenas de los cuerpos, a
Es una forma de erotismo que está la manera del vaivén de lasolas que se
ligada al sentimiento de la obscenidad penetran y se pierden una en la otra,
de los cuerpos. Esta forma erótica al tiene lugar la desposesión o a la pérdida
igual que las demás, está gobernada por de la discontinuidad entre los seres.
la violencia, la cual obliga al hombre a
romper su condición de ser cerrado. “Puedo ahora reír, beber, aban-
Cada participante en el evento eró- donarme al placer de los senti-
tico ejerce diferentes roles activos y dos, entregarme al delirio de las
pasivos creando en este movimiento palabras; puedo sudar en el su-
corporal una imagen sacrificial, arrai- plicio y puedo morir. Si no hu-
biera disuelto enteramente el
gada fuertemente, en la medida en que
mundo en mí, permanecería so-
metido a la necesidad y no po-
dría jugar conmigo mismo, como
10 Bataille, George. El erotismo. Barcelona:
Editorial Mateu, 1971. p.28.
11 Ibíd., p.28.
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Bataille, Georges. La experiencia interior. Bataille, Georges. El aleluya. 2ed. Madrid:
Taurus, p. 229 Taurus, 1981 p. 170
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saciarse. Lo que antes era mío ahora imposible que no está basada en poseer
le pertenece.” al otro, sino que el otro significa la tota-
“Si es posible: intentar, a través de
mis obras y mis hechos, liberarme lidad. La extrema violencia vibra en
de mi amor, como ella la hace a tra- este imposible donde la pasión no se
vés de su marido. ¿Y de qué manera resuelve en felicidad, sino en la herida
puedo llevar a cabo mi propósito si eterna del ser como la crisálida que
no casándome? Ella seguramente no
lo habrá logrado, si no viviera como constantemente se rompe.
esposa legítima, pues es su legítimo La relación que tienen los amantes
esposo el que la hace olvidar nuestro es la espera de un posible acontecimien-
amor. Isolda no podrá rechazar a su
to donde la individualidad desaparezca,
marido: aunque no le venga en gana
satisfacerlo, es su obligación. Pero un encuentro sin reservas, el deseo les
yo no tengo ningún compromiso; me brinda a los amantes la inquietud sobre
gustaría resolver mi problema como la imposibilidad de unión que está liga-
lo hace ella: quiero casarme con la
joven para saber lo que experimenta
da con la continuidad, la angustia surge
la reina, y ver si el matrimonio y la porque hay precisamente una ausencia
unión íntima me permiten olvidarla, de vinculo, es decir, lo inaccesible, se
así como ella ha sepultado nuestro trata de un deseo que arroja a los aman-
amor en el olvido gracias a la pre-
sencia de su esposo.”14 tes fuera de sí en la inseguridad de lo
imposible. El deseo no muere porque es
El amor trágico se resuelve en la una pasión que no llega a consumarse
imposibilidad de los amantes por no totalmente, por eso reclama constante-
encontrarse, su destino los separa y el mente la unión como posibilidad de ser
deseo se manifiesta como un profundo uno con el otro.
desgarramiento en el abismo que los Todas estas pasiones de Tristán e
aparta y los obliga a vivir su individua- Isolda, evocan la muerte, una muerte
lidad, a vivir en el dolor del deseo. Los literal de sí mismo o del ser amado por
amantes son envueltos en una violencia no poder tener ese vínculo sagrado con
que los amenaza a cada instante por el otro, el espectro de la muerte surge
alejarlos cada vez más. El deseo que cuando la promesa de felicidad cada vez
acontece en el erotismo de los corazo- es más imposible, mas no porque la
nes muestra la constante amenaza que pasión se acaba, sino porque a cada
atrae el intento de disolverse con el otro momento los amantes toman la terrible
en la intimidad de la pasión, una pasión conciencia de que se encuentran sumer-
gidos en la imposibilidad. Es allí el
14Beróul Y Thomas. Tristán e Isolda. México: lugar donde la muerte se muestra como
Dirección General de publicaciones de consejo la solución a tal suplicio. La pasión de
nacional para la cultura y las artes, 1990.p. 75
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los amantes entraña un posible sacrifi- la cotidianidad. Los amantes son obli-
cio de uno de los amantes, tal como gados a separarse, distanciamiento que
sucede por ejemplo con Romeo y Julie- amenaza con destruir la pasión que los
ta, condenados a la absoluta distancia, une pero los corazones se niegan a la
sintiendo la impotencia de no estar jun- terrible verdad y se aferran al recuerdo
tos. de lo imaginario, a ese mundo irreal de
Los amantes están sometidos al se- ilusiones que se torna real cuando el
creto de lo imaginario, a la fantasía de amante tiembla al ver de nuevo a su
la unidad, porque el otro es la única amado, su cuerpo es sacudido por la
imagen de la verdad. La imposibilidad alegría y la angustia, más por la angus-
de los amantes se da cuando el sacrifi- tia que por la alegría, pues los amantes
cio de lo imaginario y la verdad del otro también se enfrentan a los abismos de la
como totalidad cae, arrojándolos en una distancia que les recuerda penosamente
profunda angustia, es un corazón roto que no pueden ser un sólo y único cora-
que se adentra en el drama trágico, sus zón.
corazones experimentan un profundo La pasión es como un relámpago
vacío, son como siluetas perdidas que que atraviesa los corazones y metamor-
luchan obstinadamente por su plenitud fosea los cuerpos en expansiones líqui-
en la unidad, sin tomar conciencia que das, que hablan de la catastrófica trage-
la pasión puede ser la representación de dia del deseo de los corazones. Lamuer-
la destrucción violenta. te y el horror son figuras más cercanas
Los amantes en su búsqueda en la al erotismo de los corazones que la
continuidad del ser se enfrentan con el felicidad amorosa que constantemente
mundo, prefieren sucumbir en los ima- reclama tal pasión. Los amantes son
ginarios que reclama el corazón, se trata perturbados por la idea del abrazo de
de evocar la presencia de lo desconoci- los cuerpos como símbolo de unión, de
do que tiene lugar en los encuentros la totalidad del deseo colmado.
secretos e íntimos de los amantes, es allí
donde se hacen más reales y en ocasio- “Fuera del acoplamiento (¡al diablo,
nes se enaltecen los olores y el aliento entonces lo imaginario!), hay ese
otro abrazo que es un enlazamiento
en una noche oscura , el palpitar del inmóvil: estamos encantados, hechi-
corazón en un profundo abrazo que se zados: estamos en el sueño, sin
desborda en la nada, en el ardor del ser , dormir; estamos en la voluptuosidad
pero el ser amado está condenado a infantil del adormecimiento: es el
momento de las historia contadas, el
desaparecer cayendo de nuevo en la momento de la voz, que viene a fi-
discontinuidad, ese ser ideal muere en jarme, a dejarme atónito, es el re-
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