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Acerca de la Tutela Jurídica del Ambiente

Adriana N. Martínez

Del desafío y la respuesta del Derecho:


La problemática ambiental entrelaza dos conceptos básicos: ambiente y
desarrollo sustentable.
Su abordaje jurídico constituye uno de los mayores desafíos que ha afrontado
el derecho, ya que requiere la comprensión del ambiente como un todo, cuyos
elementos interactúan entre sí con un grado de interdependencia tal que, no
reconociendo fronteras políticas, alcanzan una dimensión más amplia
proyectándose a niveles regionales y globales. Esa comprensión sólo puede
alcanzarse incorporando al sistema de derecho, como bien supremo de tutela,
la calidad de vida del ser humano. (1)

El derecho ha sido conceptualizado por una tesis tradicional como el


ordenamiento social justo: el conjunto de normas ajustadas a la naturaleza
humana que posibilita el mejor desarrollo integral del ser humano, la
consecución de fines intermedios o naturales en la interrelación propia de la
vida en sociedad.
No por clásico el concepto reseñado a perdido vigencia ni actualidad, ya que su
valor fundamental finca en destacar como una pauta rectora que el ser humano
debe ser captado por el derecho en toda su dimensión y que ese sujeto está
inserto y se desarrolla en un medio que lo condiciona, a la vez que es
condicionado y modificado por su acción. Esta es su realidad, formada por lo
natural y lo socio cultural en mutua interrelación, constituyendo una ecuación
ambiente – desarrollo íntima e inseparable, que el derecho debe
necesariamente regular para lograr su fin último.

Esto es así y lo fue desde el comienzo de los tiempos, pero no la captación de


la problemática ambiental, cuyo tratamiento no puede ser ajeno al derecho.
La actualidad nos enfrenta con un mundo cuya estructura social y política se
hace más compleja día a día, cuyos fenómenos productivos y comerciales
cambian continuamente en cuanto a sus protagonistas y relación de fuerzas,
que ve desaparecer las fronteras tradicionales por los avances en materia de
comunicación y observa azorado los avances científicos – tecnológicos con el
consiguiente impacto sobre el ambiente. El derecho debe elaborar una
respuesta para no caer en la petición de principios de permitir que el sujeto de
su tutela, el ser humano, vea vulnerados sus derechos primordiales.

En la búsqueda de esa respuesta a la visualización y reconocimiento de los


grandes problemas ambientales - constantemente evidenciados por la realidad
cotidiana de la humanidad – la ciencia jurídica ha reconocido al ambiente como
categoría jurídica
Su conceptualización ha presentado dificultades epistemológicas, encubriendo
bajo la apariencia de problemas semánticos otros conceptuales e incluso
filosóficos al momento de su definición.
Coincidimos en considerar al ambiente como la sistematización de fenómenos,
procesos y valores, naturales, sociales y culturales que condicionan en un
tiempo y espacio determinado la vida del hombre en sociedad y el desarrollo
del resto de los organismos vivos y el estado de los elementos inertes, en una
síntesis integradora y dialéctica de relaciones de intercambio del hombre con
los diversos recursos naturales, agotables y no agotables en términos
económicos.(2) (3)

El ambiente, así entendido, se encuentra indisolublemente relacionado con el


concepto de desarrollo sustentable y el de calidad de vida.

El desarrollo sustentable apunta a que la calidad de vida se alcance sin


comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus
propias necesidades. Ambos conceptos se imbrican en torno al protagonista
central, destinatario y responsable individual y socialmente de su destino y del
futuro del planeta: el ser humano.
Desde esta aproximación surge claramente la necesidad de una visión
sistémica y globalizadora de la realidad, que permita la comprensión del todo y
la valorización de la parte como portadora de aptitud de la generación y
determinación de cambio.
Ello implica necesariamente el reconocimiento de nuevos paradigmas.
En este sentido, como ciencia social, otorga al individuo su rol de transformador
de la sociedad, lo que lleva a la jerarquización del hombre, sujeto y destinatario
primero y último de todo sistema jurídico, al mismo tiempo que incrementa sus
responsabilidades.
En su faz institucional, se produce una revalorización de los gobiernos locales,
basándose en el principio de inmediatez que otorga mayor eficacia en la
detección y acción ante los problemas concretos.(4)

La respuesta jurídica a la cuestión ambiental se ve substancialmente


determinada por las conclusiones emanadas de otros ámbitos científicos, dada
la naturaleza interdisciplinaria y globalizadora de la temática, pero no puede
percibirse como secundaria, por cuanto aborda cuestiones primordiales sobre
la orientación de una política, conectada con las ideas básicas de justicia y
equidad.

La cuestión ambiental atraviesa todas las disciplinas y categorías jurídicas y


requiere un esfuerzo de síntesis y unidad, que más allá de las
especializaciones, impregne todo el espectro del derecho.

El reconocimiento del derecho a gozar de un ambiente sano y equilibrado, que


conjuntamente con el derecho al desarrollo, el derecho a la paz, el derecho a la
libre determinación de los pueblos, al patrimonio común de la humanidad, y,
por último el megaderecho humano al desarrollo sustentable (5) –conformado
por el derecho al ambiente así como el derecho al desarrollo-, constituyen la
pléyade de derechos humanos de tercera generación (los derechos de la
solidaridad), ha implicado el establecimiento de una serie de principios que
inundan la totalidad del sistema jurídico, de ahí que se hable de su
transversalidad.

La protección jurídica de estas categorías y bien jurídicos requiere el


establecimiento de un nuevo sistema de valores y el cambio de pautas socio-
culturales que subyacen en todo el sistema, para lo cual el derecho debe
contribuir, mediante su función ejemplificadora y formadora de conductas,
conduciendo al fortalecimiento un perfil de desarrollo sustentable y solidario
que propugne la utilización racional de los recursos naturales para la
satisfacción de las necesidades actuales del hombre y al mismo tiempo
asegure el mejoramiento de su calidad de vida y la de las generaciones
futuras.(6)

De lo expuesto surge, pues, que nuevo bien jurídico supremo – la calidad de


vida- requiere equidad y solidaridad entre en generación y entre y las venideras
.
Por ello, coincidiendo con la postura de un insigne maestro (Morello), se ha
entendido que puede hablarse de derechos de cuarta generación, en cuanto a
su carácter de intergeneracionales, existiendo una hipoteca moral hacia las
generaciones venideras que pesa sobre la actual y grava los bienes
ambientales.

Como quedo expresado, el ambiente no reconoce, como sistema de


interrelaciones, los límites determinados por los sistemas sociales que dan
lugar a las organizaciones jurídico, político-administrativas. Los sistemas y
subsistemas naturales, y los fenómenos y procesos que en ellos se producen,
no se solapan estrictamente con los sistemas sociales.(7) El ambiente no
reconoce fronteras políticas. y consecuentemente, a los fines de la adecuada
tutela ambiental, las organizaciones nacionales y subnacionales de los que
surgen los ordenamientos jurídicos particulares entran en conflicto, con la
finalidad última de la tutela ambiental y del bien jurídico calidad de vida,
tornando necesaria la cooperación internacional.

Según lo expuesto, todas las ramas del derecho deben aportar a la


consecución de esos fines, por tanto es que la cuestión intercepta con el
Derecho Internacional y a ella compete efectuar su aporte.
En la actualidad, existe un cuerpo específico de normas internacionales para la
protección del ambiente, cuyo elemento consolidado es el reconocimiento,
como bien jurídico tutelado - desde una perspectiva substantiva o material - es
el medio vital humano, considerado en una dimensión planetaria y universal.
Desde la práctica, se aparta de los planteamientos totalizantes, inabarcables,
para regular aspectos más específicos de la problemática ambiental.
Por tanto, si bien la preocupación es holística, la acción es sectorial.
Progresivamente, la evolución de sus reglas va alcanzando todos los sectores
y se aproximan a alcanzar un nuevo objetivo totalizante: el desarrollo
sustentable y la calidad de vida del ser humano a escala mundial.

El ya destacado efecto transversal que caracteriza del derecho al ambiente, ha


impregnado el entero ordenamiento jurídico con sus fuentes, principios y
normas, a tal punto que muchos doctrinarios, actualmente no lo reconocen
como una nueva rama autónoma de la ciencia jurídica, sino que, como derecho
humano de tercera generación, junto con el derecho al desarrollo, atraviesa y
afecta a la totalidad del espectro jurídico, llegando a crear incluso, una nueva
concepción político-filosófica de Estado, a la cual se le ha dado en llamar el
nuevo Estado Social, Económico y Ambiental de Derecho. (8)

El ambiente es una nueva función del derecho y así ha sido asumida,


acometiendo a la vez la tarea de aportar a la consecución del desarrollo
sustentable y, por ende, a la calidad de vida intra e intergeneracional.

Estos fundamentos nos llevan concluir -siguiendo la posición de destacados


doctrinarios - que el objetivo final es lograr el pleno reconocimiento de las
nociones, principios e instituciones ambientales, de modo tal que se diluyan en
el derecho, puesto que todo el derecho deberá ser ambiental, como todo el
derecho es social.
La temática ambiental con sus vertiginosos cambios y constante complejidad
propone un inagotable desafío al derecho para demostrar su capacidad de
reacción y no ofrecer respuestas muertas a una problemática candente que
imperiosamente demanda respuestas adecuadas y vivas.
Es por ello que del análisis de las normas ambientales específicas surgidas, se
avizora el logro del objetivo señalado, en un proceso gradual, como han sido
todas las grandes transformaciones en las instituciones jurídicas, para
adecuarse a la magnitud, globalidad y complejidad del cambio requerido. Dicho
proceso deberá ser, además, permanente, progresivo y acelerado por así
requerirlo la gravedad y perentoriedad problemática ambiental.
Ese es el norte hacia el cual se dirige el derecho y el camino que ya ha
comenzado a recorrerse como una necesaria adecuación del sistema a la
realidad de su tiempo y en pos de su vocación de continuidad en el mañana,
que es sin duda , la continuación de la especie humana y del planeta todo..

De todo lo expuesto surge que la cuestión ambiental es una temática cuyo


abordaje desde la técnica jurídica excede la configuración de una nueva rama
especializada, el llamado Derecho Ambiental, dedicada a atender la
problemática del ambiente y el desarrollo sustentable.

Mientras se alcance el objetivo final descripto, se acepta la existencia del


Derecho Ambiental - entendido como el conjunto de normas específicamente
dedicadas a la protección y la tutela del ambiente - como un estadio intermedio
en el proceso gradual, continuo y permanente.
Así, derivado de las características propias del ambiente, se predica del
llamado Derecho Ambiental (a nuestro entender: de la normativa de protección
jurídica ambiental):
- su carácter interdisciplinario, aludiendo a la necesidad de recurrir a los
aportes y desarrollos de otras disciplinas científicas que abordan el
estudio de la cuestión ambiental
- su rigurosa regulación técnica, correlato necesario del anterior carácter
- su carácter sistemático: la regulación de las conductas se realiza
teniendo en cuenta el comportamiento de los elementos naturales y las
interacciones en ellos determinadas como consecuencia de la
intervención del hombre
- su espacialidad singular: el ambiente no reconoce, como sistema de
interrelaciones, los límites determinados por los sistemas sociales que
dan lugar a las organizaciones jurídico-político-administrativas. Los
sistemas y subsistemas naturales, y los fenómenos que en ellos se
producen, no se solapan estrictamente con los sistemas sociales. El
ambiente no reconoce fronteras políticas. y consecuentemente, a los
fines de la adecuada tutela ambiental, las organizaciones nacionales y
subnacionales de los que surgen los ordenamientos jurídicos
particulares entran en conflicto, con la finalidad del derecho ambiental,
tornando necesaria la cooperación internacional , lo que lleva a algunos
autores a señalar el carácter supranacional de esta rama jurídica
- su énfasis preventivo: sus objetivos son fundamentalmente preventivos,
aun cuando se apoye en un dispositivo sancionador
- su carácter horizontal - esta rama alcanza a las diferentes ramas
clásicas del derecho internacional e interno, tanto público como privado.
Las implica a todas y se vale de sus institutos y principios a los efectos
del cumplimiento de su finalidad.

A modo de colofón: la importancia del derecho en la intervención


ambiental:
En las políticas y acciones de intervención en las actividades antrópicas de
incidencia ambiental, la ordenación y la planificación ambiental estratégicas
estatales –de nivel nacional, provincial o municipal- han de considerarse los
aportes del derecho a la tutela ambiental.

La normativa jurídica aplicable es un elemento indispensable que ha de ser


relevada, y analizada por proponente de cualquier emprendimiento, obra o
proyecto ya que en base a ella será evaluada su autorización y en gran medida
de ella depende su factibilidad, concreción y éxito como apta la protección
ambiental, el desarrollo sustentable y la calidad de vida.

La eficiencia y la eficacia en el control y fiscalización de toda actividad


antrópica susceptible de producir efectos el logro de estos objetivos
fundamentales para lo cual la adecuada comprensión del plexo normativo es
ineludible.

La concreción de la participación activa y responsable de la ciudadanía en


general y de las organizaciones intermedias en las decisiones político-
administrativas depende de su real acceso a la información y educación
ambiental y el conocimiento de las herramientas aportadas por el ordenamiento
jurídico para su concreción.

Esta visión de la tutela jurídica ambiental y la importancia del componente


jurídico-normativo de la protección ambiental en la formación de profesionales y
funcionarios con cargos técnicos y de gestión, tanto en la actividad pública
como privada, de excelencia en la temática, acorde con el sentido de
responsabilidad asumido por el conjunto de la población respecto de la
cuestión ambiental, ha signado los contenidos y objetivos del ciclo jurídico de la
maestría de en Intervención Ambiental de la UNCOMA.

Con el fundamento expuesto se ha incluido en el Curso de Posgrado


Interdisciplinario en Intervención Ambiental, Obligatorio común para las tres
orientaciones, la asignatura Marco Jurídico de la Tutela Ambiental cuyo
objetivo general es el captación y comprensión de los principios e institutos
fundamentales aportados por el derecho a la protección ambiental y cuyos
contenidos mínimos son: Captación del concepto de ambiente por la ciencia
jurídica. El ambiente como bien jurídicamente tutelado. Problemática jurídica
ambiental en la República Argentina: heterogeneidad de fuentes, dispersión de
materias y diversidad de ámbitos de aplicación. La cuestión del reparto de
competencias en materia ambiental. Marco jurídico ambiental nacional. Leyes
de presupuestos mínimos de protección ambiental. Normativas sectoriales: su
incidencia en la tutela jurídica del ambiente. Empresa y ambiente. La dimensión
internacional de la tutela jurídica ambiental.

NOTAS

(1) Güidi, Graciela, julio 1998, en Documentos Ambientales, Nº2, Serie Desarrollo Sustentable-
La Plata, Argentina, Fundación Cepa, p. 128/130, “Ambiente, Desarrollo Sostenible y
Derecho”.
(2) Mossset Iturraspe, Jorge, diciembre 1.999, Daño Ambiental, Santa Fe, Argentina, Rubinzal
Culzoni Editores, Tomo I.
(3) Iglesias, Alicia Noemí y Martínez, Adriana Norma, octubre de 1997, Los Territorios del
Derecho, Colección de Cuadernos de Trabajo Nº 11, Departamento de Ciencias Sociales,
Universidad Nacional de Luján,Red de Editoriales Universitarias, Luján, Argentina
(4) Güidi, Graciela –Martínez, Adriana N., “Aspectos Jurídico-Institucionales de la Ordenación
del Territorio”,1995, documento preparado en calidad de integrantes del Grupo de Expertos
del Proyecto Políticas de Ordenación Territorial de la Subsecretaría de Acción de Gobierno,
“Bases para la formulación de una Estrategia de Ordenación Territorial. Documento de
Trabajo -Primer Avance”, Presidencia de la Nación, Secretaria General . Subsecretaría de
Acción de gobierno Dirección General de Estudios y Proyectos. Dirección de Proyectos de
Coordinación. Programa Políticas de Ordenación Territorial
(5) Peña Chacon, Mario, Revista Jurídica Lex, Difisión y aálisis, año VII, junio 2003, número
96, Edición Especial de Octavo Aniversario, México y e Revista Digital de Derecho
Ambiental Instituto de Derecho y Economía ambiental, segunda edición, abril 2004,
Paraguay, www.idea.org/rda/
(6) Martínez, Adriana N -Rosenfeld, Adriana, 2003, “Mecanismos para el cambio climático en
los instrumentos internacionales, su implementación en la República Argentina,
posibilidades de negocios ponencia publicada en Página web del ias.org.ar - Banco de
datos - Biblioteca temática – Jornadas y congresos
(7) Juste Ruiz, José ,1999, Derecho Internacional del Medio Ambiente, Madrid, España,
McGraw-Hill.
(8) Idem (5)

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