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PEC 1/12/2019
Así pues, pasamos a reflexionar sobre qué se puede considerar archivo, siendo definido
como documentos conservados por su valor. Al hacer esta amplia definición podrían pasar
como tales enormes cantidades de información, por lo que es necesario precisar en cuanto a
historia o antropología se refieren. Pero una vez más, la problemática de las categorizaciones
perdura con la clasificación de un tipo u otro de documentos, con lo que nos lleva a
preguntarnos cómo se llevan a cabo las recopilaciones de estos documentos. Aquí entra en
juego las clasificaciones de archivos por parte de la antropología, especialmente de la rama de
la etnohistoria al clasificar los archivos históricos dependiendo de su fuente documental.
Es necesario prestar atención a los archivos recogidos con una visión antropológica, ya
sea parcial, o específica de esta rama del conocimiento, puesto que así podrá recogerse una
versión más certera de la historia, no solamente de la historia oficial. De este modo, al prestar
atención a lo que se conoce como los acontecimientos que componen la historia, surgen
preguntas que dan lugar a las diferencias entre archivos, a saber entre las diferencias de rasgos
culturales o el enfoque hacia el pasado popular oral, siendo este no sólo de aquellos pueblos
sin escritura, sino también de hábitos de pueblos europeos no recogidos por la historia
institucional, a saber: las supersticiones, romances, etc. definido aquí como archivo folk, que
en muchas ocasiones dicen más de un pueblo que otro tipo de datos oficiales como las
relaciones políticas o administrativas: quién gobernaba y cómo, etc.
Alicia Mateos Lahoya Tiempo y Teoría de la Cultura: Etnohistoria
PEC 1/12/2019
Girando la mirada hacia este tipo de archivos y aquellos que empezaron a darle
importancia a tales conocimientos se menciona a Antonio Machado Álvarez, quien, siguiendo
el modelo británico, relacionó el folklore con las diferentes regiones, para recoger el saber
popular. Aunque abarque regiones geográficas concretas, como sucede con la sociedad de
folklore andaluz, el fruto de estos estudios no se puede llegar a considerar de área, puesto que,
según Trias Mercant, estos lo que engloban son rasgos culturales comunes, y una región tan
amplia como Andalucía contaría con un mosaico de áreas culturales diferentes. Es interesante
cómo éstas pequeñas sutilezas delimitan la clasificación archivística de interés antropológico.
Quizás lo más llamativo y básico sea la recopilación de los archivos folk, como herramienta
esencial para hablar de rasgos distintivos de los diferentes pueblos. Además, para la
recopilación de dichos archivos, el investigador se relaciona personal y directamente con el
objeto de estudio, siendo esta una de las definiciones de antropólogo y dándole la característica
aquí citada por Heush: “Matizar la humanidad en conjuntos culturales distintos...”
Sin embargo, aunque el archivo folk pudiese ser considerado como la unidad mínima
de material antropológico de archivo, hay que tener cuidado de no caer en meras curiosidades
y datos fuera de la norma de la historia institucional. La recopilación de archivos folk ha de
convertirse en una pista para preguntarnos más acerca de lo que se ha tratado sobre ese tema,
el por qué nos llama la atención esas características fuera de norma. Y todo ello sin dejar de
sospechar sobre la literatura relativa a esas piezas conocidas como folklore, reconociéndolas
como datos científicos adquiridos directamente de una fuente primaria y no romantizándolas
dentro de una literatura en donde se idealicen costumbres como rarezas o extravagancias.
Alicia Mateos Lahoya Tiempo y Teoría de la Cultura: Etnohistoria
PEC 1/12/2019
El estudio de la antropología de archivo nos debe llevar a hacer más preguntas acerca
de la historia que ya ha sido escrita y que acalla a aquellos a los que no se les daba importancia,
a saber: las mujeres, los pobres, los racializados, los homosexuales, etc. Hasta que la historia
institucional les reconoció dándoles voz tratando de solventar lo que hasta ese momento había
sido tan solo meramente anecdótico, camuflándose en fragmentos de archivo folk, si acaso. De
manera que estos archivos son el destello que investigadores con una óptica antropológica
precisan para llegar a preguntarse y redescubrir de nuevo la historia adormecida. Como toda
ruptura, son pequeños indicativos de realidades no normativas, bajo las que subyace el impulso
de la historia y lo más cercano a la realidad más científica que un investigador pudiese pedir.
Bibliografía: