A la luz de estas perspectivas clínicas, el aumento de las pruebas
respalda la idea de que el proceso neuropatológico subyacente a la
enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer comienza mucho antes del inicio de los síntomas clínicos, tal como se define actualmente. En la EP, los estudios longitudinales han demostrado que el trastorno idiopático del comportamiento del sueño de movimiento rápido (IRBD) aparece 26 años antes del diagnóstico ( 6 ), seguido de ansiedad (hasta 20 años) y reducción de la motilidad y el olfato gastrointestinales [hasta 12 años ( 7 )]. En la EA, otros estudios longitudinales han demostrado que la depresión aparece más de 10 años antes del inicio de la EA ( 8 ), seguida de quejas de memoria [al menos 9-10 años ( 9 )] y deterioro cognitivo leve (DCL) [hasta 6 años ( 10)]. No obstante, estos síntomas no son específicos de estas enfermedades, es decir, la presencia de cualquiera de estos síntomas no necesariamente conduce a la progresión a estas enfermedades. Sin embargo, los datos longitudinales han confirmado que las personas con IRBD tienen un mayor riesgo de conversión a PD [81% después de 26 años ( 6 )] y las personas con MCI amnésico y MCI multidominio tienen un mayor riesgo de conversión a AD [80% después 6 años ( 10)]. A pesar de estos hallazgos, los médicos no tienen marcadores prodrómicos disponibles que les permitan identificar a pacientes con DCL e IRBD que desarrollarán AD o PD. En estas poblaciones, a pesar de los desarrollos notables en neuroimágenes, genética y biomarcadores moleculares, todavía existe una necesidad urgente de marcadores prodrómicos específicos de la enfermedad [refiriéndose a "firmas" de un proceso patológico en curso antes de la presencia de síntomas típicos, por lo tanto permitiendo el diagnóstico clínico ( 11 )]. Investigaciones recientes enfocadas en tales marcadores ya han encontrado que el control de la marcha en condiciones de doble tarea [es decir, referirse a una situación en la que una tarea cognitiva secundaria se realiza simultáneamente con una tarea primaria mientras camina ] 12 podría contribuir a predecir AD y PD en sus fases prodrómicas (3 , 13 ). En resumen, tanto PD como AD comparten una larga fase prodrómica en la que el control de la marcha en condiciones de doble tarea ya está alterado. Dado que el perfil neuropatológico de la enfermedad de Parkinson difiere de la enfermedad de Alzheimer, surge la pregunta de si el paradigma de caminata de doble tarea es lo suficientemente sensible como para identificar patrones de marcha específicos de la enfermedad. Hasta donde sabemos, esta pregunta no ha sido abordada en la literatura. En este artículo en perspectiva, primero informamos los resultados que respaldan la idea de que los cambios en el control de la marcha pueden constituir marcadores prodrómicos tempranos, no invasivos y sensibles de la neurodegeneración subyacente en la EP y la EA (Figura 1 A). En segundo lugar, proponemos dos modelos de doble tarea que podrían ayudar a detectar específicamente estas dos enfermedades (Figura 1 B).