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En el prólogo por parte de Jesús Sánchez se menciona en mayor parte sus

condiciones de infancia marcadas fuertemente por la cultura y el contexto


socioeconómico de la época, y posteriormente como resultado de estas, como
recae en su personalidad de vida adulto y conservando esta misma cultura en una
familia y a mayores rasgos en una sociedad.

Primeramente, el escritor inicia con la frase “Puedo decir que no tuve infancia”,
refiriéndose claramente al resultado de un trauma, marcada por hechos mas
desagradables que conmemorativos. Resalta haber nacido en un pueblo solitario
de Veracruz, que contribuye a su recuerdo triste y solitario que tiene sobre su
infancia; se recalca que debido a la irrelevancia del pueblo, había muy pocas
oportunidades, ya que el contexto, al igual que ahora, se sigue manteniendo que
las mejores condiciones de vida, de trabajo, escolares, etc. siguen siendo un
privilegio de ciudades grandes, cosa que también menciona Jesús en dicho
Prologo.

El escritor solo pudo asistir un año en la escuela, debido a la mentalidad de los


padres de aquel tiempo, que no permitían que sus hijos estuvieran tanto fuera de
casa, y por lo tanto, imposibilitando sus oportunidades de recibir educación, su
hogar era como se acostumbraba en aquel pueblo, demasiado escaso en servicios
y en instalaciones; se menciona el trabajo al que se condicionaba la gente de
aquel lugar, como arriero de mulas, o agricultor, sin tener grandes ganancias, por
supuesto.

Se menciona también, como ha cambiado la ideología del ser padres, insistiendo


que en aquel tiempo los padres pensaban de una manera diferente y ese criterio
ha ido cambiando hasta el día de hoy, tal vez adaptándose a los cambios
culturales y sociales, como consecuencia de esta mentalidad temporal de sus
padres están el abandono de la escuela del autor y como aprendió a escribir fuera
de su casa.

No había problemas entre los hermanos y Jesus, lo menciona de manera clara,


aunque posteriormente como resultado de una movilidad social, crecieron y se
dejaron de frecuentar, o como dice el, cada quien se fue para su lado, y como se
acostumbraba, el mas chico, que en este caso es éste, se quedo en casa, para
seguir colaborando en labores del hogar.

La falta de cariño y de manifestaciones de amor por parte del padre de la familia


toma presencia de una manera demasiada natural para la época, naturalmente la
presencia del padre en la casa estaba marcada únicamente de manera
económica, asegurándose que a sus hijos no les faltase nada, y administraba lo
mucho que se gastaba, lo que a futuro hizo que nuestro redactor desempeñara un
papel un tanto similar en su papel familiar, resultado directo de la cultura
sembrada en su familia.

El contorno social de la época en que se narra la historia hace ver como normal la
separación de los padres de Jesús en algún momento, y los diversos saqueos
revolucionarios de comercios locales, propiciando de esta manera la destrucción
total del seno familiar.

Con el tiempo el autor creció, fue aprendiendo el oficio que le demandaba el


entorno y la época, resultado de apreciar al padre desempeñar este trabajo toda
su vida y con deseos de poseer bienes económicos también, apoyando en todo
momento sus desdichas monetarias con una fuerte fe religiosa, acorde al contexto
social de ese tiempo.

Para finalizar dicho prologo se hace alusión a la vida del mismo autor en una
etapa madura, donde desempeña los pensamientos y la cultura con las que fue
criado, una ausencia notoria con sus hijos y una actitud machista con la esposa,
haciéndola responsable en todo momento de los hijos, y normalizando todas estas
situaciones.

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