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I. GENERALIDADES
IV. ANTIHISTAMÍNICOS H1
B. Usos terapéuticos
1. Procesos alérgicos e inflamatorios: Los antagonistas del receptor H1 son útiles para tratar las alergias
causadas por antígenos que actúan sobre los mastocitos sensibilizados por anticuerpos de
inmunoglobulina E. Por ejemplo, los antihistamínicos son los fármacos de elección para controlar los
síntomas de la rinitis alérgica y la urticaria, donde la histamina es el principal mediador. Sin embargo, los
antagonistas del receptor H1 son ineficaces para tratar el asma bronquial, debido a que la histamina es
sólo uno de los diversos mediadores que intervienen en dicho proceso. [Nota: la epinefrina actúa sobre el
músculo liso de manera opuesta a la la histamina, y además lo hace en receptores diferentes. Por lo tanto,
la epinefrina es el fármaco de elección para el tratamiento de la anafilaxia sistémica y otros procesos con
liberación masiva de histamina.] Los efectos antiinflamatorios de los glucocorticoides son más potentes
que los de los antihistamínicos H1.
2. Cinetosis y náuseas: Además del agente antimuscarínico escopolamina, los fármacos más eficaces
para prevenir los síntomas de la cinetosis son algunos antagonistas del receptor H1, como la
difenhidramina, el dimenhidrinato, la ciclizina, la meclozina y la hidroxizina (v. fig. 42.5). Los
antihistamínicos evitan o disminuyen los vómitos y náuseas mediados por los quimiorreceptores y las vías
vestibulares. Al parecer, la acción antiemética de estos fármacos se debe al antagonismo sobre los
receptores centrales H1 y muscarínicos.
C. Farmacocinética
Los antagonistas de los receptores H1 se absorben bien por v.o y las concentraciones séricas máximas
se alcanzan al cabo de 1 a 2 h. La semivida plasmática media es de 4 a 6 h, a excepción de la meclizina,
que llega a las 12-24 h. Los antagonistas de los receptores H1 tienen una elevada biodisponibilidad y se
distribuyen por todos los tejidos, incluido el SNC. Todos los antihistamínicos H1 de primera generación, y
algunos de segunda, como la desloratadina y la loratadina, son metabolizados por el sistema del citocromo
P450 hepático. La cetirizina se elimina prácticamente sin cambios por la orina, y la fexofenadina, también
apenas sin modificar, por las heces. Después de una dosis oral, el comienzo de la acción se produce en
el plazo de 1 a 3 h. La acción de muchos antihistamínicos H1 orales dura al menos 24 h, y esto facilita su
administración una vez al día. El enantiómero activo de la cetirizina está disponible como levotirizina. Se
recomienda para administración una vez al día a la hora de dormir.
VI. FÁRMACOS EMPLEADOS PARA TRATAR LA CEFALEA MIGRAÑOSA: Se estima que en Estados
Unidos 18 millones de mujeres y 6 millones de hombres sufren intensas cefaleas migrañosas. En general,
la migraña puede distinguirse de otros dos tipos comunes de cefalea, la cefalea en brotes y la cefalea
tensional, por sus características clínicas (fig. 42.9). Por ejemplo, la migraña se presenta como dolor
pulsátil, dolor intermitente, la cefalea en brotes, como un dolor agudo, constante y muy intenso, y la cefalea
tensional, como un dolor sordo, con una sensación persistente de opresión en el cráneo. Los pacientes
con cefalea migrañosa intensa presentan de 1 a 5 ataques al mes de dolor moderado o intenso,
habitualmente unilateral. Las cefaleas afectan a los pacientes durante la mayor parte de su vida y
ocasionan gastos sanitarios considerables.
A. Tipos de migraña: Existen dos tipos principales de cefaleas migrañosas. El primero, la migraña sin
aura (anteriormente denominada migraña común), es una cefalea pulsátil intensa, unilateral, que dura
típicamente de 2 a 72 h. Se agrava a menudo con la actividad física y se acompaña de náuseas, vómitos,
fotofobia (hipersensibilidad a la luz) y sonofobia (hipersensibilidad a los sonidos). Aproximadamente el 85%
de los pacientes con migraña no presenta aura. En el segundo tipo, la migraña con aura (anteriormente
denominada migraña clásica), la cefalea va precedida de unos síntomas neurológicos llamados auras, que
pueden ser visuales, sensoriales y/o trastornos del lenguaje o motores. Lo más frecuente es que los
síntomas prodrómicos sean visuales y aparezcan de unos 20 a 40 min antes de que comience el dolor. En
el 15% de pacientes con cefalea precedida de un aura, ésta puede diagnosticarse. El dolor es similar en
la migraña con o sin aura, y en ambos tipos de migraña las mujeres están afectadas tres veces más que
los hombres.
B. Bases biológicas de las cefaleas migrañosas: La primera manifestación de la migraña con aura es
una depresión amplia de la actividad neuronal, con disminución del flujo sanguíneo en la región más
posterior del hemisferio cerebral. Esta hipoperfusión se propaga gradualmente por la superficie de la
corteza a otras áreas cerebrales contiguas. La alteración vascular va acompañada de cambios funcionales;
por ejemplo, las regiones hipoperfundidas muestran una respuesta anormal a los cambios en la presión
parcial de CO2 arterial. La hipoperfusión persiste durante toda el aura y hasta bien entrada la fase de
cefalea, tras lo cual se produce una hiperperfusión. En la migraña sin aura no hay fase de hipoperfusión.
Sin embargo, en ambos tipos de migraña el dolor puede deberse a dilatación arterial extra e intracraneal;
esta vasodilatación da lugar a la liberación de moléculas neuroactivas, como la sustancia P.
Figura 42.10 Fármacos útiles para el tratamiento y la profilaxis de las cefaleas migrañosas.
D. Profilaxis: La profilaxis antimigrañosa está indicada si los ataques se producen con una frecuencia
superior a dos o más veces al mes, y si las cefaleas son intensas o se complican con signos neurológicos
importantes. El propranolol es el fármaco de elección para este fin, aunque otros antagonistas adrenérgicos
β, particularmente el nadolol, son también eficaces. En la figura 42.10 se citan otros fármacos eficaces
para prevenir la migraña grave, recurrente y rebelde.