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Muy relacionado con este tema está el énfasis propuesto por el pastor para este mes: es una
vida examinada por Dios un corazón conforme al corazón de Dios.
Dios mismo uso esa expresión, “ el Señor mira el corazón” pero tal declaración no debe ser
usada livianamete, Y esa expresión es cierta, Dios mismo se la dijo a Samuel “ el señor no
mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que esta delante de sus ojos pero el Señor
mira el corazón”
Antes de ver juntos que implica esta afirmación, recordemos un poco la historia del contexto
Desde el tiempo de Abraham, hasta los días de Saúl, el pueblo de Israel no tuvo un rey
humano, solo Jehová era el Rey y declaraba su voluntad a través de los profetas, ellos
inicaban su mensaje declarando “ Asi dice el Señor”.
En los días de Sansón, vivió en Israel un juez y profeta llamado Samuel, representante de
Dios, quien por lo avanzado de su edad, empieza a delegar, en sus dos hijos algunas
responsabilidades de su ministerio,
Sin embargo, los hijos de Samuel, no se comportaron como su padre, sino que se volvieron
ambiciosos, amadores de ganancias desonestas,se dejaron sobornar y no obraron con justicia
Por la conducta impropia de los hijso de Samuel, los ancianos de israrel le pidieron al profeta
que querían que los gobierne un rey como lo tenían todas las naciones que les rodeaban
Samuel estaba afligido y descontento con la petición del puedo, sabía que esto evidenciaba
falta de fe en Dios como Rey
Pero Dios dijo a Samuel que atendiera la solicitud del pueblo y ungiera a Saúl como primer rey
de Israel
“haz todo lo que te digan, le respondió el Señor a Samuel, porque es a mí a quien rechazan y
no a ti, no quieren que yo sigan siendo su rey ( 1samel 8:7)
Saúl era un hombre humilde, pero con el tiempo se volvió orgulloso, egoísta y acabo
desobedeciendo a Dios.
Por su desobediencia deliberada, Dios lo rechaza, aparta su mirada de el, el espíritu del Señor
se aparta de El (1 samuel 16:14)
esto, Dios da instrucciones específicas a Samuel para que fuera a Belén, a la casa de Isaí, de
la casa de Juda, porque a uno de sus 8 hijos Dios había escogido como sucesor de Saúl.
1 Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no
reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos
me he provisto de rey.
2
Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una
becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido.
3
Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere.
4
Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad
salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?
5
El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y
santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio.
6
Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su
ungido.
7
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo
desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante
de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
8
Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha
escogido Jehová.
9
Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová.
10
E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha
elegido a éstos.
11
Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que
apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta
que él venga aquí.
12
Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces
Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.
13
Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en
adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.
Usando un poco la imaginación, podemos ver la escena, Samuel llega a la casa de Isai, el padre de
David quien tenia listos a sus hijos, los 7 mejores, aquellos que caficaban, según su criterio con
potencial para ser rey de israel
Uno a uno pasaron delante de Samuel quien quedaba boquiabierto con su porte, su altura, su
fuerz, su impronta, y de cada uno de los 7 penso que era el elegido por el Señor, pero Dios en cada
oportunidad respondio
V7
No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no
mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová
mira el corazón.
Y allí Isaí recuerda a su hijo, más joven, aquel que no había convocado, aquel que estaba
pastoreando y cuidado sus ovejas
V 12 y 13David no estaba en la lista de los elegibles, David fue juzgado por su apariencia,
pero Dios vio el corazón de David, por eso cuando Dios le confirma su elección a Samuel,
este unge a David como futuro rey de Israel
Cuando Samuel
Isai, de edad avanzada, tenía 8 hijos uno por uno fueron pasando delante de Samuel quien los
juszgaba por su buena presencia, porte y estado físico, pero Dios le dijo
No te impresiones por su apariencia ni gran estatura , no es este el que yo quiero
a un joven pastorcito llamado David, muchos años pasarían desde ese momento antes que
David ascendiera al trono de Israel
Para Isaí David nunca fue importante, siempre lo menospreció; de manera tal que cuando llega
Samuel a la casa de Isaí para ungir como rey a uno de sus hijos; Isaí ni se percató que David no
estaba presente
El pueblo de Israel, desde por profetas, pide a Dios un rey, envía al profeta Samuel a ungir al
que iba a ser rey del pueblo de israrel, a Saul,
Samuel obedientemente llega a Saul y le unge como rey y le dio de parte de Dios
instrucciones específicas para la misión que debía cumplir, las que Saúl no obedeció
puntualmente y fue desechado por Dios
Cuando Samuel unge como rey a Saul, le da isntruciones de como debía manejarse en la
mison que Dios le encomendaba,básicamente Saul y su ejercito debían desturir todo lo que
tenia el enemigo
Pero Saul, siguiendo su propio criterio, destruye todo pero perdona la vida de las mejores
vacas y ovejas, y pone como excusa que las va a usar para sacrificarlas a Dios
¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín
19
Que Dios mire el corazón, esto es cierto, pero es necesario saber que cuando Dios dijo estas
palabras al profeta Samuel no quisiera decir que a Él no le importa acerca de cómo una mujer
que teme Su nombre debe ser vestida, porque de otra manera no habría dicho por medio del
apóstol Pablo estas palabras: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa
decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni
perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a
mujeres que profesan piedad” (1 Timoteo 2:9-10). De hecho, las palabras “Dios
mira el corazón” significan que Dios, cuando elige a alguien, no mira a su altura, su belleza
exterior, su fuerza física, su educación, su posición social, su facultad intelectual, y otras cosas
externas que los hombres miran cuando tienen que elegir a alguien para darle algunas tareas
particulares y principalmente de comando, sino más bien mira el corazón, es decir, ve si su
corazón es sincero, amable, honesto y bien dispuesto hacia Él. Y luego, claro está que cuando
Dios dijo esas palabras también dijo: “el hombre mira lo que está delante de sus
ojos” (1 Samuel 16:7). ¿Por qué dice eso? Porque si un hombre mira a lo que es
externo, mira como un es vestido, como se mueve, y si usted se viste provocativamente sin
dudas atraerá sus ojos penetrantes y traviesos induciéndole a pecar, porque el hombre
cuando ve una mujer vestida de una manera seductora y provocativa difícilmente no piensa en
cosas malas, y en algunos casos va más allá de pensar en cosas malas tratando de violar a
esa mujer.
Por lo tanto, hermana, examina cuidadosamente la ropa que te pones para complacer a Dios y
para no hacer caer el hombre en pecado.
El que tiene oídos, oiga lo que la Palabra de Dios dice a la Iglesia del Señor
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