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III.

  Alteraciones nutricionales e Impacto Familiar 


Los niños con TEA presentan diversas alteraciones nutricionales, tal como menciona (Erickson CA y
cols., 2005) una enorme selectividad hacia los alimentos puede potencialmente llevar a estos
pacientes a una malnutrición proteico-calórica o a deficiencia de micronutrientes. Investigaciones
han sugerido que a pesar de esta selectividad dietaria, la malnutrición es poco común (Bowers L.,
2002).  Un estudio que reportó un alto grado de selectividad alimentaria en niños con autismo
también evaluó la adecuación nutricional de la dieta infantil. (Raiten y masaro, 2010) en donde se
analizó un registro dietario de 7 días para 40 niños con trastorno del espectro autista y 34 de
desarrollo típico. También evaluaron las percepciones de los cuidadores, hábitos alimenticios de
sus hijos, agrupados en las categorías de igualdad, comportamientos específicos de alimentación y
preferencias alimentarias específicas. En este estudio no se encontraron diferencias en la calidad
de la ingesta de nutrientes entre los dos grupos. (Schmitt, et al, 2010) compara la ingesta de
nutrientes en 20 niños con autismo y 18 control, de 7 a 10 años de edad usando un diario de
alimentos de 3 días en el cual no hubo diferencia en la ingesta de nutrientes entre los dos grupos.

Otra investigación (Herndon, et al, 2008) comparó la variabilidad de alimentos y nutrición. El


número de ingesta de nutrientes cayó por debajo de lo recomendado, la ingesta de proteínas,
vitamina A, tiamina, vitamina B-12, ácido fólico, sodio, potasio, magnesio, el fósforo y el cobre se
determinaron como adecuados, para todos los niños, existiendo ingesta inadecuada de hierro,
vitamina D, vitamina C, niacina, riboflavina y zinc se encontraron en uno o más niños. Cabe
mencionar que, la mayoría de los niños no suma cantidades adecuadas de frutas y verduras, pero
el 94% de ellos comían alimentos a diario, considerados por los autores como alimentos grasos y
azucarados. Como lo describe el estudio retrospectivo realizado por (Curtin et al, 2010), con
respecto a la valoración nutricional en niños y adolescentes con TEA se utilizaron los patrones de
referencia del Center for Disease Control (CDC) en el cual, en base a 140 historias clínicas de niños
de 3 a 18 años de edad entre 1992 y 2003 encontrando una prevalencia de sobrepeso del 35,7% y
de obesidad del 19%, lo que aumenta los riesgos de diabetes, hipertensión y enfermedades
cardiovasculares.

Todas las alteraciones nutricionales repercuten directamente en la familia y el entorno,  siendo


una preocupación importante en el núcleo familiar, debido a su impacto negativo en la adecuación
de nutrientes y comidas familiares (Bandini et al. 2010 ; Zimmer et al. 2011 ). Un factor
determinante es la selectividad de los alimentos, ya que se puede disminuir la satisfacción del
tiempo (Fulkerson et al., 2008) sumado a las dificultades que presentan los niños con TEA se
adiciona un factor tan relevante y cotidiano cómo es la hora de alimentación y nutrición, teniendo
implicaciones para la calidad de vida en las familias. (Lyons et al., 2010; Smith et al., 2010).
Zimmer, M., Hart, L., Manning-Courtney, P., Murray, D., Bing, N., & Summer, S. (2011). Food
Variety as a Predictor of Nutritional Status Among Children with Autism. Journal Of Autism And
Developmental Disorders, 42(4), 549-556.

Curtin, C., Anderson, S., Must, A., & Bandini, L. (2010). The prevalence of obesity in children with
autism: a secondary data analysis using nationally representative data from the National Survey of
Children's Health. BMC Pediatrics, 10(1).

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