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Foto # 2. Niñas Bailando en la Calle de su Cuadra. Dirigidas por la Profesora Harleen Rosario
Velásquez – Tadó Junio 22 de 2012.
Prácticas y saberes
sonoro-corporales de la primera infancia
en la población afrochocoana.
“Asinch”
Asociación para las Investigaciones
Culturales del Chocó
Capitulo 1
Cuando pelaitos 55
Capitulo 2
Entre primos, males y virtudes 80
Capitulo 3
Construcción de estéticas y sensibilidades sonoras y corporales en la
primera infancia de las comunidades afrochocoanas 198
Capitulo 4
Transformaciones y desarraigos en las prácticas sonoro-corporales de
los afrochocoanos: Consideraciones finales 304
Bibliografía 322
Presentación
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a la experiencia ya adquirida a través de la elaboración y circulación de
cancioneros y cartillas de iniciación en músicas populares tradicionales
de las regiones colombianas y de materiales pedagógicos para bandas,
coros y orquestas. Igualmente se amplía el campo de lectores y usuarios
que encontrarán en Velo que Bonito una buena síntesis de investigación
interdisciplinar en la que hacen presencia, entre otras, la antropología
social y la etnomusicología, para dar una visión nueva y enriquecedora
de la cultura afrochocoana. De esta manera, además del sector artístico,
personas de las áreas de la salud, jardineras y otros profesionales, podrán
beneficiarse de los contenidos de esta publicación.
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Atrato, Alto Baudó, Cantón de San Pablo, Cértegui, Litoral de San Juan,
Lloró, Medio Atrato, Quibdó, Sipí y Tadó, cofinanciadores del Proyecto
Música y Vida, estrategia de desarrollo musical regional, que permitió la
realización de la investigación y la presente publicación.
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Prólogo
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personas con quienes dialoga, incluyendo la etnógrafa misma. Se trata,
claramente, de una exposición que incursiona en diferentes dimensiones
de la intersubjetividad.
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infancia. Lo que se expone en el texto supera parámetros basados en
modelos que se formulan como estándares o mínimos universales
para la primera infancia. La concepción de vulnerabilidad, protección,
desarrollo, integralidad o capacidades, tienen aquí otros sentidos y otros
significados que conforman un valioso aporte al enfoque diferencial que,
indispensablemente, deben estar presentes en las relaciones interculturales
que entabla el Estado con los grupos étnicos de país. Veamos algunos
aspectos:
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ellos sino a la comunidad misma y a la espiritualidad que les identifica.
Las prácticas protectoras destinadas a la madres, al niño y a la niña, se
llevan al cuerpo por medio de rituales que dan cuenta de los símbolos
y creencias arraigadas en las construcciones míticas, y lenguajes de lo
sagrado. La autora analiza la trascendencia de la cosmovisión a través de
lo que llama “mundos mágico religiosos en la concepción de infancia:
entre males y virtudes”.
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Enfrentar el mal también es un asunto de poder y de control social. Las
prácticas preventivas y curativas implican invocar las fuerzas protectoras
recurriendo a sustancias provenientes de elementos de la naturaleza y del
cuerpo del bebé, de la sanadora o de animales. Del cuerpo y el espíritu
de la sanadora emanan diversos recursos como sucede con la saliva, la
palabra, los conjuros, los cantos o los movimientos que, a su vez, siempre
vuelven sobre el cuerpo del bebé. La capacidad de conjurar y curar el mal
conlleva una forma de posicionamiento social de la sanadora por medio de
la posibilidad de incidir en el destino de los sujetos y las representaciones
colectivas del cuerpo. La regulación, la vigilancia y el control sobre la
salud-enfermedad y la sanación se convierten así en símbolos sociales
de poder.
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que no “llame la atención”, en especial ante las personas foráneas. De
revelarse su virtud, la consecuencia acarrea la desgracia y hasta la muerte.
En esta práctica, la autora localiza el reconocimiento de la particularidad
de cada niño y cada niña. Asociado por la proximidad con la muerte se
encuentra el ritual fúnebre del gualy o chingualo que expresa, con enorme
riqueza simbólica, la vivencia de la muerte. De estas relaciones retoma
la herencia de las cosmologías africanas y las expresiones de formas de
resistencia afrocolombianas frente a la esclavitud.
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afrochocoanas, presentes en la conformación de la corporeidad que
orientan las formas de ser y de estar en el mundo.
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matrifocales que generan un entramado fundamental para posicionar
al infante dentro de la organización social y familiar tradicional de los
afrochocoanos. Esta relación es analizada a partir de la tensiones presentes
en el control y ejercicio de poder por medio del vínculo familiar, de las
relaciones de género, de la consanguinidad y de la afinidad. El texto abre
nuevos interrogantes ante lo que significa ser mujer negra y ser mujer en el
Chocó, ante las formas de resistencia y las alternativas que han construido
frente a la violencia real y simbólica en esta región y en el país.
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niña y el niño un constructor de cultura. En esta relación, el niño y la niña
expresan sus propios saberes, su mundo interior, sus deseos y lo que se
propone, mediante diversas acciones y formas comunicativas; para ello
pone todas sus capacidades al servicio de lograr sus propósitos. Desde esta
perspectiva plantea la construcción de la autonomía no como una “cultura
de la infancia” independiente, sino interpelada por las relaciones sociales.
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de opiniones, concejos y acciones directas sobre el bebé. En su propia
experiencia como madre en el Chocó, Ana María evoca la sorpresa ante
la naturalidad con que los miembros de su familia política entraban a
participar directamente en la crianza de su hija, siendo muy afectuosa y
fluida pero, a la vez, con un lenguaje corporal claramente diferentes a los
suyos. Todo este conjunto social nutre el universo sonoro-corporal del
niño y la niña desde una solida noción que reconoce en el nuevo ser a un
miembro que se incorpora a la gran familia.
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relación colonializada con músicas y cosmovisiones foráneas. El valioso
conocimiento que aquí se consigna acerca de la sociedad afrochocoana
permite identificar en la prácticas sonoro-corporales de la primera infancia
fuentes de identidad, de educación propia, de resistencia y empoderamiento,
en oposición a los imaginarios colectivos acerca de cuerpos meramente
exóticos o erotizados.
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Creo que este trabajo sustenta la viabilidad de desarrollar elementos
que identifican las bases de las “pedagogías propias” que dan cuenta
de relaciones intersubjetivas fundadas en el vínculo, en nociones de
infancia, desarrollo infantil y procedimientos para generar procesos de
enseñanza-aprendizaje. Comprender y vivificar las expresiones culturales
y las formas propias de educación en los grupos étnicos es una tarea
que promueve el Ministerio de Cultura, por medio de la investigación,
lleva a fortalecer los términos de respeto y equidad fundamentales en
las relaciones de interculturalidad. Lo que aquí se plasma constituye
una invitación a adelantar en el país trabajos que permitan estudios
transculturales de nuestras infancias.
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Maritza Díaz B.
Antropóloga - Educadora
Directora del Centro de Expresión Artística Mafalda
Docente de la Pontificia Universidad Javeriana
Foto # 5. Muchachas en el rio de Tadó pelando pepa de árbol del pan mientras nadaban y
sostenían una amena conversación. Junio 23 de 2012. Tadó – Chocó.
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Agradecimientos
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Mis primeros agradecimientos en este libro son entonces, para mi
interlocutor principal: mi maestro, jefe, esposo, cómplice, padre de mi
hija y co-investigador Leonidas Valencia; y para mi hija -la inspiración de
todas las líneas que vienen a continuación- Candelaria Valencia Arango.
También, dedico este trabajo a las personas que me obligaron a salir de mi
mundo limitado y comprender otras lógicas y códigos: mi suegra Zulma
Valencia Navia y a todos los miembros de la familia Valencia Valencia.
A Martha Milena Moreno, Celina Robledo, Guillermina Pino, Paola
Mayoral Moreno y Ana Dediego, quienes al acompañarme permanente
o esporádicamente en la crianza de mi hija, me permitieron comprender
muchas de las pautas y estrategias de endoculturación que rodean el
mundo de los niños y las niñas en este territorio.
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el trabajo de campo. Además, algunas de las entrevistas las realizó ella
individualmente durante su estancia en el Bajo Baudó, municipio en el
que vive parte de su familia.
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la ciudad de Quibdó. A Maritza Díaz, gracias!! Por insistir en el aporte
que hace Velo qué bonito al enfoque diferencial de Cuerpo Sonoro y por
ser una gran maestra y aliada para nuestro centro de documentación e
investigaciones “Corp- Oraloteca UTCH”. La inclusión en 2013 de la
Universidad Tecnológica del Chocó dentro de las instituciones que ofrecen
el diplomado “Cuerpo Sonoro, Arte y Primera Infancia” del Ministerio
de Cultura y la Fundación Rafael Pombo, nos brindó la oportunidad de
convertir los conocimientos de este trabajo en un elemento práctico y
de incidencia en la vida de las personas y nuestra propia vida. Gracias a
Elsa Castañeda por sus críticas y valiosos aportes en la última etapa de
esta investigación.
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tema. A la maestra Genoveva Salazar por sus acertadas críticas en todas
las etapas de esta investigación. A los profesores Carlos Miñana, Egberto
Bermúdez, Ana María Ochoa, Rubén López Cano y al Grupo de Valores
Musicales de la Universidad de Antioquia, por ser faros en mi camino
y por mostrarme cuál es el sentido de la investigación musical en un
contexto como el colombiano.
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Agradezco a mi familia: a Luz María Melo, Fernando Arango y Leonor
Rodríguez, Diego Arango y Margarita Arango, por su permanente apoyo
cuando escribía estas líneas y daba a conocer este trabajo. Al equipo de
la Corp- Oraloteca de la Universidad Tecnológica del Chocó y quienes
directa o indirectamente han participado en este proyecto y me han
acompañado como ayudantes e interlocutores: Alicia Orjuela, Neivo J.
Moreno Cuesta, Jossimar Mena, Yijhan Rentería Salazar, Natalia Quiceno,
Marcela Velásquez, María Fernanda Carrillo, Michael Berinbaum, Olga
Patricia Rojas, John Jairo Vanegas. A todos los estudiantes y profesores
de la Licenciatura en Música y Danza que en muchos momentos se
convirtieron en importantes interlocutores; especialmente John Jairo
Pino, Mary Nancy Moreno, Olga Martínez, Nelly Valencia, Iván Cañadas,
Magally Córdoba, Clarisol Martínez, Carmen Rentería, Hipólito Aragón,
e Indalecio Sánchez.
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proyecto académico que incidió en los contenidos curriculares y la visión
de la Licenciatura en Música y Danza.
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participantes del Hogar para el adulto mayor del Municipio de Cértegui;
y a los maestros de las escuelas municipales de música tradicional
quienes fueron nuestros guías e hicieron posible esta investigación en
Cértegui y Tadó: José Zamid Mosquera, Osbel Mosquera y James Bryan
Murillo Copete.
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Introducción
Cuando tenía ocho años, mi tía tuvo mellizos: un niño y una niña. Yo,
que era la prima mayor de la familia, de repente me convertí en una
importante ayudante que traía y llevaba teteros, aprendía a poner pañales
y, si me daban permiso, cargaba a uno de los bebés para mimarlo y
acariciarlo. Aprendí que cuando un bebé llega a una casa hay que hacer
silencio y dejarlo dormir; aprendí los conceptos de delicadeza, cuidado,
protección y la importancia de lavarse las manos a cada momento. A
los dos años nació mi hermano menor y, para ese entonces yo ya tenía
un gran dominio; lo cargaba y caminaba con él de una manera mucho
más desenvuelta pero siempre cuidando hacerlo suave y no moverme
demasiado para no irlo a “marear”. El silencio era una regla tácita, lo
mismo que lavarse la manos para acceder a él y hablarle como si fuera
una especie de esfera de cristal que en cualquier momento, con cualquier
tipo de exceso, se podría romper.
Cuando mi hija Candelaria nació, sin saberlo, ya tenía incorporadas unas
normas específicas en mi: en mi voz y en cada uno de mis comportamientos
para acercarme a su cuerpo. Pero al llegar con ella, de tres meses de
nacida, al Chocó y encontrarme con la familia y el contexto social de
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Foto # 6. Niñas de Cértegui; Jugaban a la que baile más y en un instante le posaron a
Alejandro Bernal “tómeme una foto”.
mi esposo, poco a poco me fui dando cuenta de que esas lógicas con
las cuales yo entendía tanto el cuerpo como las diferentes etapas por las
que iba pasando mi hija en su desarrollo, no eran universales. Entendí
que es posible cargar un bebé sin pedir permiso y sin previo proceso
de esterilización. Entendí que la música fuerte, las risas y las voces
estridentes hacen parte de la alegría del nacimiento. Entendí que existe
una protección que más que física es espiritual y entendí, que un bebé no
le pertenece solamente a su mamá sino que es parte activa y constitutiva
de una comunidad: una familia extensa. Y finalmente entendí, que la
sensibilidad sonora y corporal de Candelaria hacían parte de una historia
definitivamente muy diferente a la mía.
Y aquí comienza este relato; con una serie de preguntas provenientes del
choque y las tensiones de dos culturas que se encuentran y se encarnan
en los lenguajes y códigos del pequeño cuerpo de una bebé. Pero
este relato no es sobre mi ni sobre Candelaria; es, por el contrario, un
espacio de reconocimiento y valoración de todas las historias, creencias,
imaginarios y deseos que nos compartieron durante dos años una serie
de interlocutores: madres, padres, abuelas, parteras, curadores de ojo,
madres comunitarias, jardineras, maestras y maestros, cantadoras y
cantadores y, sobre todo, bebés, niñas y niños.
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Por las razones expuestas, el texto que presentamos a continuación
pareciera hablar desde diferentes orillas: la de la etnógrafa distante,
la de la etnógrafa madre y mujer y la de una etnógrafa políticamente
comprometida con la región del pacífico y con sus gentes, en tiempos
de profundas crisis sociales y políticas. Cada uno de estos personajes
hablan, desde diferentes posiciones, desde diferentes lugares, pero
con una sola convicción: exponer y valorar unas formas específicas de
comprender los cuerpos sociales, darles forma y “hacerlos sentir”, a partir
de unos órdenes sonoros y corporales que tienen una razón de ser en la
cosmovisión propia, en las formas de organización y cohesión social y
en el territorio.
Desde que nacen los niños hay unas formas en que estamos comprendiendo
su cuerpo y hay una serie de rituales y estéticas que se asumen alrededor
de éste y que son culturalmente construidas. Si logramos entender
estas particularidades y las percepciones que hay sobre los cuerpos, sus
movimientos y sonoridades, podemos tener una idea de cómo se han
formado las artes temporales como la música y la danza en cada grupo y
en cada contexto. Desde esta convicción, con este proyecto, buscamos los
elementos que contribuyen a la posibilidad de canales de comunicación:
lenguajes, que permiten que dos o más seres humanos se comprendan
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entre sí, se reconozcan y disfruten unos mismos fenómenos, en este caso
sonoros y corporales.
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pequeña escala, la minería artesanal y la llegada y salida de pequeñas o
grandes empresas que extraen todas las riquezas naturales y dejan a su
paso pobreza, despojo y destrucción (Arocha, 1996; Colmenares, 1989;
Mosquera, 2002; Palacios, 1978; Sharp, 1975; West, 1957).
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es estratégica ya que limita con los dos océanos y su selva alberga una
inmensa variedad de flora y fauna. Además de sus riquezas naturales, el
Chocó es un territorio habitado por diferentes grupos étnicos: la población
afrodescendiente, los mestizos y los pueblos indígenas Tule, Wounaan,
Embera Dovida, Katío y Chamí.
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con la música-, además de ser una cuestión “de sangre”, una aptitud que
se hereda genéticamente, es un saber que se trabaja y se construye. Por
este motivo, proponemos una especie de “arqueología” de las estéticas
músicodancísticas, que indague en las prácticas de construcción de
percepciones sonoras (auralidades) y kinésicas en la primera infancia.
1 En el Chocó se denomina “paisa” cualquier persona mestiza procedente del eje cafetero o de
otro lugar del interior de Colombia.
2 Quibdó agosto 30 de 2009, Barrio Santana. Madre de una niña de cuatro años, procedente de
Quibdó.
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La mayor preocupación de una madre y de una abuela en el Chocó
consiste en endurecer el cuerpo del infante. Se busca que este pequeño
cuerpecito desde una etapa bastante temprana sea autónomo y resistente
y, para lograr dicha fortaleza, existen una serie de prácticas que queremos
visibilizar en este trabajo y que de alguna manera nos explican no
solamente las condiciones sonoro-corporales sino, toda una cosmología
y formas de comprender y actuar en el mundo.
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Los afrodescendientes del Pacífico colombiano sufrieron inmensas
pérdidas debido a las estrategias de dominación de la economía y la
sociedad esclavista que se mantuvieron mucho después de la abolición
de la esclavitud a mediados del siglo XIX. La Iglesia Católica fue
sistemática en su labor de adoctrinamiento y persecución de las
manifestaciones propias tanto de las comunidades nativas como de los
recién llegados al Nuevo Continente en calidad de esclavizados. Pero
estas comunidades mantuvieron muchos de sus elementos culturales
en medio de diversos ejercicios de resistencia, tanto individuales como
colectivos, tanto “públicos” como “privados”. Por otra parte, un conjunto
de conocimientos basados en una cosmovisión católica y occidental puede
a la vez convertirse en saberes locales en los que se fundamentan unos
modos de ser y unos valores propios y auténticos (Arango, 2008:166).
Es así como en la intimidad de los hogares, en la relación madre-hijo,
en los conocimientos que transmiten las abuelas a nuevas generaciones,
encontramos prácticas como los romances, los alabaos, los arrullos, la
leyendas, las historias y los “secretos”, que han sido por centenares de
años, escenarios fundamentales para la reafirmación de una cosmovisión
y unos comportamientos propios.
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corporales. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, nos fuimos
encontrando tanto en las fuentes consultadas como en la información
obtenida en el trabajo de campo, con la imposibilidad de presentar lo
sonoro y lo corporal como dos capítulos aislados. Las estéticas, valores
y rituales sonoro-corporales deben entenderse como un todo inseparable
que se traduce en los cuerpos sensibles, en los cuerpos en movimiento.
Encontramos por lo tanto, que era fundamental antes que nada, explicar
el concepto de primera infancia y primera infancia en el Chocó a partir
de tres elementos: mundos mágico-religiosos, organización social y
“relación entre pares y autonomía”, y que para hablar de cuerpos sonoros
en el Chocó debíamos comprender tres elementos fundamentales que por
lo tanto le dan estructura a este trabajo: 1) pedagogías sensoriales, 2)
identidad y resistencia, 3) vínculos y comunicación. Las “pedagogías
sensoriales” hacen referencia a todas aquellas prácticas y discursos
culturales de los afrochocoanos que están encaminadas a unas
convenciones específicas conducentes a formar las texturas sensoriales
y kinestésicas que, en el caso del Chocó, denominamos “ búsqueda de
fortaleza armónica”; “identidad y resistencia” expone el rol de las pautas
de crianza y sus rituales en el mantenimiento de una identidad como
forma de resistencia frente a los procesos de globalización y colonización
y, finalmente, “vínculos y comunicación” es el capítulo que explicará las
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Foto # 7 Grupo Focal Tadó. Junio 24 de 2012.
particularidades en los lenguajes de “cuerpo-sonido-movimiento” de las
madres y del entorno social con los bebés.
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domésticos, en los escenarios casi siempre femeninos, hay un inmenso
trabajo alrededor de las corporalidades sonoras. Estas actividades se
traducen en el mantenimiento de complejas prácticas y rituales que se
han transmitido por generaciones y que tienen como fin la búsqueda de
fuerza, endurecimiento y armonía en las subjetividades y estéticas de los
cuerpos sociales3.
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La primera etapa del proyecto consistió en hacer un estado del arte, es decir,
una recopilación y análisis de la bibliografía encontrada tanto en Quibdó
como en Bogotá, en torno a los siguientes campos: etnomusicología,
antropología de la infancia, antropología de la educación, antropología
del cuerpo, antropología de la danza, relación madre e hijo, familia,
cultura y sociedad del Pacífico colombiano, entre otras.
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barrios, jardines y hogares infantiles de Quibdó. En ellos observamos
los espacios cotidianos de los niños: los juegos, su baño en el río, su
desempeño con diferentes oficios, entre otras actividades. Además se
entrevistaron en los diferentes lugares a madres, abuelas, jardineras,
madres comunitarias y maestros.
4 Es importante señalar que las fiestas de “San Pacho” se han convertido en un referente cru-
cial dentro de la construcción del discurso identitario, no solamente para los quibdoseños, sino
también para la gente de todo el departamento e incluso del Pacífico en general.
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En Quibdó, Tadó, Samurindó, Cértegui y Pizarro se realizaron grupos
focales en donde participaron parteras, comadres y abuelas, que hablaron
de una manera libre y espontánea, a partir de su experiencia personal,
sobre temas como el embarazo y sus cuidados, la maternidad, los
cuidados del bebé, mitos, creencias y costumbres de crianza, música,
sonidos y situaciones corporales que se desarrollan entre madre e hijo o
entre el infante y su alrededor. Como metodología utilizamos también la
técnica “teatro foro” que es una especie de juego de rol o dramatización
de situaciones concretas. En el teatro foro, los informantes se ponen
en una situación específica y muestran sus sentimientos y opiniones
frente a dicha situación. Esto permite acceder a actitudes, expresiones y
pensamientos que son difíciles de captar en medio de la entrevista o de
la mesa redonda.
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Foto #8 Camila Moreno Palacios Curandera del mal de nación. Cértegui – Chocó.
Junio 25 de 2012
a la que proporcionan los mayores. No sabemos cómo se sienten los
bebés con relación a los patrones y conductas que están insertas en una
sociedad que ellos no han elegido. Y en segundo lugar, fueron ejercicios
difíciles y complejos porque el sonido y el cuerpo no son temas comunes
de análisis.
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En septiembre de 2012, desde el Grupo de Investigaciones Corp- Oraloteca
UTCH y la Asociación para las Investigaciones Culturales del Chocó
(Asinch) con el apoyo del Ministerio de Cultura, organizamos el Primer
Encuentro Nacional de Cuerpo Sonoro, el cual tuvo como propósito
ofrecer una plataforma para socializar las experiencias del Programa
“Cuerpo Sonoro”. Este programa se inscribe en la política del gobierno
nacional de Colombia De Cero a Siempre e integra a un equipo de expertos
en Pedagogía, Antropología de la Infancia, Trabajo Social, Pediatría,
Neurología entre otros. con el objetivo de conocer, compartir y fortalecer
las prácticas pedagógicas de los formadores de la primera infancia. Así,
el evento nos permitió acceder a un panorama de experiencias a nivel
nacional, compartir con expertos académicos de la Antropología de la
Infancia, del cuerpo y de la música y adentrarnos en el fascinante mundo
de las sabidurías locales gracias a la participación de la comunidad:
madres comunitarias, parteras, jardineras, pedagogos artísticos, cantaoras
de gualíes, etc. El acceso a este universo de conocimientos nos permitió
contrastar nuestra investigación con diferentes tipos de experiencias
académicas y extraacadémicas y cuestionar o reafirmar nuestros enfoques
y metodologías.
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acompañan las formas de construcción sonoro-corporal en la primera
infancia en el Chocó, fue mi experiencia personal. Llegar a vivir al
Chocó con una bebé de tres meses me hizo encarnar situaciones que
de otra forma muy seguramente no habría podido dimensionar. A veces
pienso que convertir dichas experiencias en un problema de investigación
fue también un mecanismo de sanación, comprensión y asimilación de
una serie de conflictos y tensiones entre mi cultura y las cosmologías,
creencias, miedos, sabidurías y prejuicios afro. Vivir en forma tan directa,
con mi pequeña hija Candelaria, una serie de luchas de poder para decidir
de qué forma comprender su cuerpo, su salud, su alimentación, sus
mecanismos para interactuar y relacionarse con el mundo, me permitieron
hilar mucho más fino y, sobre todo, comprender que las construcciones
sonoro-corporales en la primera infancia se vuelven ilegibles si no lo
hacemos a la luz de las cosmologías propias y las estructuras sociales
de las familias afrochocoanas. De esta manera, aunque el texto que
presentamos a continuación no está escrito en primera persona, creo que
es en realidad una crónica sobre las formas de ser mamá en este territorio,
atravesada además, por la situación de que las dos principales asistentes
de investigación, Caterine Galindo y María Petunilda Asprilla, quedaron
embarazadas y tuvieron a sus bebés durante el proyecto. Los grandes
conocimientos de “Petu” por la infancia que tuvo en Docampadó (Bajo
52
Baudó), sus experiencias y saberes heredados y aprendidos de sus padres,
abuelos y curanderos en una tierra de duendes, diablos y brujas, fueron sin
duda la brújula que nos permitió orientarnos en las crónicas de hombres
y mujeres que compartieron todo este conocimiento con nosotras. Sin
más preámbulos y explicaciones sobre nuestras formas de abordar las
fuentes, teorías y metodologías que hicieron posible esta investigación,
comenzaremos por el principio: ¿cómo entender la “infancia”?
53
Cuando pelaitos…
La infancia es ante todo una categorización
social que está acompañada de prácticas,
saberes y valores culturalmente construidos.
Desde 1911, Franz Boas señalaba que las
capacidades mentales y el desarrollo de
los bebés no corresponden a parámetros
universales, sino que cada individuo desde
su más temprana infancia es susceptible de
las influencias de su contexto durante su
desarrollo. Es decir, los factores culturales
Foto # 9 Diana Marcela Córdoba Moreno Samurindo –Chocó. Julio 2 de 2012.
54
influyen en el desarrollo tanto físico como psicológico de los infantes.
Por su parte, las discípulas de Boas, Margareth Mead y Ruth Benedict, en
el marco de la corriente “Cultura y Personalidad” y a partir de estudios
transculturales, evidenciaron que existen discontinuidades en los procesos
de desarrollo de los bebés y cada sociedad posee sus propias convicciones
sobre la forma en que deben y no deben desarrollarse sus bebés y, más
adelante, sus niños y adolescentes (Le Vine y New, 2008: 13).
Por otra parte, como señala María Fernanda Moscoso la noción de infancia
está asociada a la necesidad del pensamiento moderno de separar y asignar
55
sitios, “es pertinente recordar los interesantes estudios llevados a cabo
por Laclau (1997) en los cuales se señala que las representaciones crean
sujetos: la otredad. Esto, a su vez, implica la elaboración de imaginarios
que llegan a ser hegemónicos en la medida en la que constantemente se
intenta fijar y cerrar los significados alrededor de aquella otredad: los
indios, las mujeres, los negros, los migrantes. Ahora bien, ¿no se podría
sugerir lo mismo de los niños y niñas?” (Moscoso,2009:3). Para Moscoso
el feminismo nos proporciona luces interesantes para comprender la
manera en que así como las características de género en los sujetos son
definidas culturalmente, las características de “ser niño” también. Y dicho
concepto está estrechamente relacionado con la idea de estar “cerca” o
“lejos” de la naturaleza; ser o no ser “moderno” o “salvaje” dentro de un
pensamiento que por lo demás resulta absolutamente patriarcal. Como
argumenta María Fernanda Moscoso, esta asociación de la infancia con
la naturaleza se relaciona con una idea de “evocación” (Moscoso, 2009:
4); todos hemos sido niños alguna vez y hemos debido “superarlo”.
De la misma manera en que fuimos “aborígenes” y “evolucionamos”;
encontramos por lo tanto que dentro de esta idea subyace una visión
evolucionista y por lo tanto, decimonónica. Los niños son lejanos, de la
misma forma en que lo son las sociedades primigenias y los indígenas en
la actualidad y, a ambos, se les asocia con la inocencia.
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Como señala Maritza Díaz, desde diferentes disciplinas encontramos
una variedad de enfoques en torno a la forma como se “transmiten” y
se perpetúan una serie de estructuras sociales y elementos culturales.
La psicología, la sociología el psicoanálisis y la antropología, han
comprendido la socialización como “el moldeamiento unilateral del mundo
adulto sobre el niño, sin que se establezca ninguna dinámica entre sujetos
y mucho menos de orden social o histórico” (Díaz, 1988: 12) . Desde la
antropología conceptos como “enculturación” (procesos mediante el cual
el individuo asimila los patrones y comportamientos de su grupo) y la
“endoculturación” (proceso de transmisión de la cultura de generación a
generación y de adultos a niños) han marcado la lógica desde la cual se ha
pensado el concepto de infancia.
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Foto # 10 Niñas Bailando en la Calle de su Cuadra. Dirigidas por la Profesora Harleen Rosario
Velásquez – Tadó – Chocó Junio 22 de 2012.
Los estudios contemporáneos de Antropología de la Infancia reconocen
las capacidades sociales con las que vienen los niños al mundo y de
esta manera apelan a la noción de “agencia infantil ” para explicar la
condición de los niños y las niñas como sujetos históricos que poseen
múltiples capacidades y conocimientos previos y que pueden incidir en
las relaciones sociales.
59
mismo de ellos y ellas, y de sus derechos como infantes.
Ello permitirá construir una categoría social basada en
las capacidades de su experiencia como sujetos, vale decir,
en el reconocimiento de que su interacción da un propio
sentido a la sociedad y la cultura” (Díaz, 2010: 13).
En “Velo qué bonito”, la pregunta que nos surge con relación al concepto
de “agencia”, teniendo en cuenta que este proyecto se centra en prácticas
y rituales de intervención sobre los infantes en edades muy tempranas, es
¿en qué momento podemos hablar de “agencia” en la vida de las niñas y
los niños?, ¿son los bebés “agentes sociales”?
60
Infancia y pedagogías
sonoro-corporales
63
Las percepciones se construyen desde diferentes canales (el gusto, el
tacto, el olfato, el oído, la visión) que interactúan unos con otros y que
en nuestro cerebro se relacionan de una forma tan estrecha que a veces
resulta imposible separarlos. Por este motivo, nuestra forma de construir
el mundo es crosmodal, multimodal y supramodal (Dissanayake, 2000);
es decir, nos acercamos a él de diferentes modos y a través de diferentes
canales que se solapan, se cruzan e interactúan haciéndonos entender
el mundo de una forma personal y culturalmente determinada. Como
señala Ellen Dissanayake, “resulta particularmente interesante que los
infantes pequeños además de ser supremamente sensibles y responsivos
a las propiedades rítmicas de los sonidos, expresiones faciales y
movimientos corporales de la madre, tienen la capacidad de percibirlos
crosmodalmente” (Dissanayake, 2000: 11). Esto quiere decir por ejemplo,
que a un acto como una mirada o un abrir y cerrar de ojos, el bebé responde
con movimientos corporales y/o vocalizaciones. Es en medio de estas
acciones y de la forma en que se consolidan las sensibilidades a través
de la crosmodalidad, que como seres humanos, nos preparamos para las
estéticas y artes temporales como la música y el baile.
64
naturaleza les ha impuesto. Pero la naturaleza de la que el hombre extrae
sus estilos musicales no es externa a él. Incluye su propia naturaleza,
sus capacidades psicofísicas, y la manera en que dichas capacidades han
sido estructuradas por sus experiencias con personas y cosas, las cuales
hacen parte del proceso adaptativo de la maduración en la cultura” (1973:
56). El planteamiento de Blacking ha sido clave dentro de los estudios
musicológicos para comprender las culturas musicales de las sociedades
humanas y desmitificar la supuesta superioridad de la música occidental.
Por otra parte, Blacking pone sobre la mesa una cuestión importantísima
que, a pesar del paso de los años, no ha sido interiorizada por buena parte de
“la academia” y algunos pedagogos musicales: se trata de la imposibilidad
de separar el sonido de la naturaleza corporal. La dicotomía naturaleza/
cultura, sonido/cuerpo, música/danza, es una construcción cultural que se
ha impuesto en las aulas de los conservatorios del mundo occidental.
Desde esta perspectiva, “Velo que bonito” tiene como punto de partida la
integralidad de la triada “cuerpo- sonido- movimiento”. Todos los seres
humanos somos musicales porque todos somos sonido y todos los seres
humanos somos bailarines porque somos un cuerpo en movimiento y
llevamos dentro de nosotros el ritmo. Sin embargo, sólo hasta hace muy
poco, como señala Silvia Español, estamos comprendiendo que el siglo
XX trajo consigo un “giro lingüístico” a partir del cual hemos pasado de
65
la lógica y el pensamiento “abstracto-narrativo” a la lógica y pensamiento
“corporal” (Español: 2008: 219). En lo abstracto- narrativo se priorizan
los procesos de interacción con el infante desde las vocalizaciones y el
sonido; prácticas que le permitirán adquirir posteriormente una lengua y
de esta manera comunicarse. En lo abstracto- narrativo, se comprende el
mundo más allá de nuestro contexto directo y lo que perciben nuestros
sentidos; es la lógica que nos permite tener diferentes códigos para
comunicarnos (la lengua, sus palabras y sus significados). Pensar desde lo
abstracto-narrativo implica pensar en un principio y en un final, más allá
de los procesos. El pensamiento corporal por su parte, es pensamiento
en movimiento, partiendo desde los sentidos y los contextos inmediatos.
Pero como señala Silvia Español, estas dos formas de pensamiento están
integradas, dependen la una de la otra y es imposible desvincularlas.
Por otra parte, Español señala que en la interacción de los adultos con
los bebés, si bien antes la atención estaba puesta en el sonido (lo que
se le “decía” al bebé) estamos presenciando un “giro lingüístico” en el
cual el ritmo que se le imprime a lo sonoro, el lenguaje kinésico que se
establece con el bebé y los movimientos a los cuales se expone y disfruta
su pequeño cuerpo, pasan a ser un territorio de análisis fundamental para
la comprensión de las capacidades cognoscitivas, la sensibilidad y la
manera como el pequeño comprenderá el mundo (Español, 2010).
66
En la interacción más temprana y espontánea adulto- niño, es donde
podemos observar el énfasis que le otorga un grupo social al pensamiento
narrativo o al pensamiento en movimiento. Los sonidos y movimientos
que recibimos y emitimos durante ese período de crianza forman el
campo sobre el que se labrarán nuestros futuros modos posibles de estar
con otros (Español, 2008: 82) y la forma en que se adquieren y se viven
dichos modos, está relacionada con el diseño evolutivo que tenemos como
especie humana y en los patrones propios de cada grupo cultural. Gran
parte de la responsabilidad de este hecho se debe a nuestra condición de
seres humanos dentro de la cadena evolutiva y los cambios que en ella se
han desarrollado durante miles de años.
67
continuación, están muy relacionados con las concepciones de infancia
en cada grupo social.
68
Foto # 12 Bebe Samuel Asprilla Rivas y su abuela endureciéndolo mientras juegan. Bajo
Baudó – Pizarro. Julio de 2012.
unas estéticas sonoro- corporales? La Etnomusicología ofrece diferentes
enfoques que nos pueden dar importantes argumentos para vislumbrar
algunas respuestas.
70
Para Amanda Minks, la Enculturación fue el siguiente paradigma que
influyó en la comprensión de la educación musical. Según Minks, éste ha
sido el paradigma predilecto en la Etnomusicología y se basa en el análisis
de los procesos de socialización de unas normas culturales y musicales
(Blacking, 1973; Merriam, 1964, Nettl, 1973). La investigación más
representativa de esta corriente es la de John Blacking sobre los venda
(1967). Este trabajo establece relaciones entre la música y las canciones
de género de los niños y plantea que las canciones infantiles no son
tan simples como piensa el folclor occidental; por el contrario, son un
complejo mundo de aprendizaje sobre el universo musical y la vida social
(Blaking, 1967). Blacking asegura que las canciones cristalizan algunas
normas de comportamiento.
71
Margareth Kartomi plantea que las canciones de los niños tienen
influencias de la música de los adultos pero no deben ser vistas como
un embrión de las canciones de éstos. El repertorio de los niños es una
forma en la que éstos se comunican y tiene un grado de improvisación
que ellos mismos han desarrollado. Este enfoque ha sido ampliamente
criticado, entre otras cosas, porque tiende a ocultar las relaciones
concretas materiales y sociales que conectan a los niños con actividades
expresivas de los procesos sociales, culturales, económicos y políticos
(Minks, 2002: 392).
72
La investigación etnográfica en contextos específicos también ha
sido fundamental dentro de los estudios de la música infantil y de la
educación musical (Marsh 1995, 1999, 2001; Campbell, 1998). Estos
trabajos se preguntan cómo los niños —junto con sus pares— aprenden
viendo, escuchando e imitando. Por otro lado, dichos trabajos también
se caracterizan por validar contextos informales de aprendizaje.
73
Foto # 13 Niños de la escuela tradicional de Cértegui haciendo música con tarros, canecas,
tapas, palos, etc…Dirigidos por el Maestro José Samid Mosquera. Cértegui – Chocó Junio 25
de 2012.
estudio sobre las canciones infantiles mexicanas y españolas, Fernández
Poncela observa que los textos refuerzan un sistema social determinado
con características que aunque no tengan por qué ser compartidas por
la sociedad abierta o directamente, se “inserta en la células cerebrales
desde la más tierna infancia” (2005: 142). Dichas características son
estereotipos y roles sociales relacionados con la guerra, la política, el
matrimonio, etc. De esta manera, la canción legitima formas de ser en un
lenguaje orientado, regulador, transformador y transmisor.
75
contradictorias de preservación y cambio coexisten en el lenguaje, la
música, y la interacción social” (Minks, 2002: 401).
76
4. Mito freudiano del peso determinista de la primera infancia en la
vida adulta
5. Primacía de los padres y los adultos en los procesos de
socialización frente a la capacidad de actuación de los mismos
niños (Miñana, 2005: 3-10).
77
El planteamiento de Wenger condiciona las comunidades de práctica
a los modos de aprendizaje y, a la vez, la comprensión de esos modos
de aprendizaje a las prácticas mismas. Las características de las
comunidades de práctica que plantea este autor posibilitan el acceso a
las características internas de las formas como se asumen socialmente
los sonidos y el cuerpo como ejes fundamentales en los procesos de
construcción de sujetos. Por características internas de las prácticas
entendemos su estructura sonora que se asume en las prácticas, los
usos del cuerpo y sus movimientos dependiendo de los contextos y
espacios específicos. En la medida en que las pedagogías y discursos
de aprendizaje se relacionan estrechamente con las prácticas sonoro-
corporales, podremos entender cómo se configuran los valores e
imaginarios alrededor de los sonidos, las “músicas” y los cuerpos de las
comunidades del Pacífico Norte colombiano.
78
afrochocoanas y la forma en que dicha concepción se relaciona con
unas políticas específicas de pedagogías alrededor de la triada “cuerpo-
sonido- movimiento”.
79
Entre primos, males y virtudes…
80
“En todos los tiempos, los hombres han deseado que
el embarazo transcurra lo más normalmente posible y
aun hoy en diversas comunidades no occidentales la
madre está apoyada por su comunidad en los momentos
previos y posteriores al nacimiento. Dar a luz, ayudar
a nacer, son los componentes de la vida y la muerte,
el gran ciclo de la naturaleza, y un momento natural
del comienzo de la vida. Más adelante, en Occidente,
con el cambio de costumbres y con la decadencia
del status de la mujer, los hombres se inician en la
obstetricia gracias a las parteras que les transmiten
las técnicas del parto. Pero a partir del renacimiento y
con el desarrollo de las sociedades urbanas del mundo
occidental, una nueva concepción del mundo y de la
vida comienza a manifestarse. Es en la época de los
grandes descubrimientos que el interés por la anatomía
cobra una importancia crucial” (Oiberman, 2000: 88)
Foto # 14 Cipriana Hernández Curandera de mal ojo. Cértegui – Chocó Junio 26 de 2012.
81
La conquista del universo y del cuerpo humano para la ciencia y, con
ello, la transformación del pensamiento occidental en la modernidad,
implicaron la ruptura de una serie de prácticas y rituales relacionados
con la vida y con la muerte. El nacimiento fue colonizado por nuevos
actores y nuevos saberes. Así, en territorios como el Chocó, encontramos
una abierta tensión frente al desarraigo, los choques y las negociaciones
entre la medicina moderna y las tradiciones y cosmologías propias. Estas
tensiones se traducen en una intensa lucha de poderes, a veces soterrada
y prácticamente invisible, que en gran medida se explica por el hecho de
que las ideologías y ritos que acompañan al embarazo y el momento del
nacimiento, dan cuenta de los principios que rigen la forma de pensar y
de existir de una sociedad (Davis- Floyd, 2001).
82
En las comunidades afrochocoanas encontramos permanentemente esta
tensión; los saberes tradicionales enfrentan complejas dinámicas de
señalamiento o diálogo, exclusión o inclusión, que están directamente
relacionados con la situación socio- económica, territorial y cultural de
cada grupo familiar. Sin embargo, en términos generales, el embarazo y
los cuarenta días de dieta son escenarios a los que las familias del Pacífico
prestan especial atención y en las cuales la concepción y el trabajo con el
cuerpo pasan a ocupar un primer lugar en la lista de prioridades. Además,
a este cuidado corporal lo acompañan una serie de creencias relacionadas
con el estado de liminalidad y vulnerabilidad de la madre ante los peligros
no solamente físicos sino sociales y espirituales.
83
desde el primer día que coge el embarazo hasta el último
día que cumple la dieta”
Doris Mosquera5.
84
En las zonas visitadas encontramos que, si bien la mayoría de los partos
se llevan a cabo en el hospital, la partera es una acompañante permanente
durante el embarazo, sobre todo para las madres primerizas. Es ella quien
proporciona las normas de comportamiento, alimentación y cuidados que
debe tener “la preñada”. En medio de su acompañamiento, ella vigila la
posición del bebé en el vientre, la salud física y mental de la madre y
se encarga de ofrecer los consejos necesarios para que el niño al nacer
encuentre un contexto social, emocional y físicamente sano.
85
Foto # 15 María Belarmina Perea Partera Tadó –Chocó. Junio 23 de 2012.
Octavila Mosquera ofrece a Petunilda Asprilla, mi asistente que está
embarazada, algunos consejos para cuidarse. De la misma manera, la
partera o comadrona María Andrea Moreno Palacios de Cértegui, nos
cuenta los consejos que da a las madres gestoras:
“Yo les digo ‘cuide a ese niño’, cómo se puede sentar, cómo
se puede acostar… si el niño está muy grande, acostarse poco
a poco, hablarle al niño en la barriga que ellos escuchan lo
que uno les dice. Uno les habla y ellos escuchan…”
María Andrea Moreno Palacios. 7
87
Las parteras o comadronas siguen recibiendo niños, aunque con menor
frecuencia en lugares que tienen fácil acceso a centros hospitalarios.
La comadrona es la madre, la sabia, la poderosa, la que comprende la
naturaleza y todos sus beneficios. Sus conocimientos han sido garantes
de la transmisión de diversos saberes y sobre ella, recae la enorme
responsabilidad de acompañar a las mujeres en el umbral, en ese espacio
liminal que celebra la vida y a la vez está tan cerca de la muerte.
88
Nació la niña y cuando fue a ver la niña salió con un ojo
negro y el otro café, entonces yo creo que esas cosas no se
deben hacer. O sea, disponer de los rasgos de una persona
durante el embarazo, no, que sea lo que Dios le mande y lo
que sea. Pues yo creo, considero que no se debe hacer”
María Dominga Casas. 10
89
cada movimiento, cada comportamiento, cada encuentro social, cada
conversación. Los miedos en el embarazo pueden estar relacionados con
la comida, los movimientos mal dados o las complicaciones de salud que
cualquier mujer embarazada puede tener.
90
cree que “la contraria” u otra persona que tiene intenciones de hacer mal
a la madre o a la familia en general, puede, por medio de un movimiento,
de magia o de la alimentación, hacer una “trama” y con esto interrumpir
el ciclo normal del embarazo y el nacimiento del infante. Dicha “trama”
debe ser contrarrestada rápidamente y se debe acudir a elementos
sagrados y religiosos para conseguir la protección. Veamos las siguientes
conversaciones con Ana Joaquina Dediego de Quibdó (Grupo focal,
2011) y Luz Almira Góngora (Entrevista Bajo Baudó- Pizarro, 2011):
91
Foto # 16 Plantas con que cura el mal de ojo Carmen Deyanira Murillo. Bajo-Baudó –Pizarro
Julio de 2012.
en la orilla del río y dijo: ‘no, esa señora está tramada,
yo le voy a preparar un bebedizo y si con este bebedizo
la señora no pare ahí si tienen que aplicarle cirugía’. Y
verdad, la señora se la llevo a su casa, le hicieron ese
bebedizo, inmediatamente como a los 10 minutos de
haberle hecho el bebedizo, se realizó el parto. Entonces
esa es la experiencia que tengo porque me tocó escuchar
y ver (…)
Ana Joaquina Dediego12.
93
La dieta que se mantiene en el embarazo merece especial cuidado ya que
existen amenazas y peligros tanto para la madre como para el infante, en
torno a lo que se come.
94
Las plantas medicinales son un acompañamiento importante en el
embarazo y el desarrollo del bebé después de su nacimiento. A pesar
de que la medicina occidental no comparte el uso de algunas plantas
durante la etapa de gestación, para las comunidades afrochocoanas son un
elemento que permite la conexión con la naturaleza, la resistencia cultural
mediante el posicionamiento de saberes locales y el mantenimiento de
unas jerarquías basadas en la organización social tradicional en donde
las mujeres mayores desempeñan un papel central. Los baños de asiento,
las tomas y los sobijos, en algunas ocasiones mezclados con orina, se
convierten en el mecanismo para asegurar la protección y la buena salud.
95
dizque de celedonia, con hierba de carpintero y ahí dizque
eso le sirve para que el bebé nazca rápido”.
Guillermina Pino. 16
96
el… el… el… cascajedo, tenemos el jalbe, tenemos esa
planta que se llama, eh… Santa María de Anís, tenemos la
concha del guayabo, la concha del guayabo y el cogollito.
Y algunas hojitas verdes del marañón que son útiles, son
muy importante para esas cosas”.
Pedro Fidel Moreno17.
97
Foto # 17 De izquierda a derecha
• Octavila Mosquera Viuda de Caicedo Partera y Curandera Tradicional
• Doris Helena Mosquera Perea Hacedora de remedios a mujeres que acaban de parir.
Tadó – Chocó Junio 23 de 2012.
si escucha música demasiado alto, puede poner nervioso al bebé. Lo
importante es que el niño o niña, reciban desde la gestación los cuidados
pertinentes que más adelante serán decisivos en su personalidad y forma
de comprender el mundo.
100
quiero que usted se salga de ahí de ese hueco”… que
ellos escuchan; no me deja hacer nada escúchelo… y
dizque se salió por que yo le di ese concejo …hmm yo fui
una madrugada dizque a saltarle la barriga pa’ ve si lo
podía sacar, si sube pero vuelve y se mete otra vez porque
ya está criándose ahí ya se crio ahí ,ahí abajo metido
ahí en su …cuando…uhmm….tomamos la yerbabuena,
la menta y la celedonia; se cocina bien cocido se le echa
un puntico de sal y se le da una toma si es de quitadsele
se le quita y si es pa’ aumentar se le aumenta. Ajusta el
dolor si es para parir de ‘pinpán’ ahí lo pare con sus
dos bebedizos que se toma y en el hospital tienen que
ponerle es el bromotil pa’ ajustalo…”
Maria Andrea Moreno Palacios19.
Sin embargo, aunque se cree que los sonidos demasiado fuertes pueden
afectar al bebé y ponerlo nervioso, por otra parte, algunas personas
piensan que cuando los bebés van a estar desde muy temprana edad en
ambientes que serán ruidosos por definición, deberán adaptarse a esta
condición incluso desde la gestación.
101
María Andrea: hay unas que tienen que estar en una
tranquilidad no oír mucho ruido o poner mucha bulla por
que los niños cogen nervios… porque de un susto pueden
tener nervios salen con nervios…
Ana María: y con relación a la música?
María Andrea: si están acostumbrados a viví junto así
como estoy yo, a este bailadero, se tienen que conformar
los niños a eso, a su bulla tienen que acostumbrarse a
su bulla”
Maria Andrea Moreno Palacios20.
102
y ella cada vez que escucha la chirimía escucha algún
instrumento mira cualquier instrumento, ella ha venido,
ya refleja eso. Entonces creo que sí está demostrado:
tanto los padres, como las mamas, jugamos un papel
fundamental en el crecimiento de los niños desde que
vienen en el vientre”
Jose Samid Mosquera.21
103
El nacimiento
Foto # 18 Gisel Rivas y su hijo Samuel Asprilla Rivas Bajo Baudó –Pizarro Julio de 2012.
104
“Como religiosa consideraba este compartir como el
mejor noviciado para conocer mi propia cultura y el por
qué de tantas manifestaciones externas diferentes a la
cultura occidental. Una de tantas noches, recorriendo
el río Calima, nos alojaron en la casa de Don Pedro.
Como la sala era grande, acomodaron allí con petates
y toldillos a los 8 hombres que conformaban el grupo y
a las 3 mujeres nos llevaron al cuarto de Doña Josefa,
la dueña de casa. A las dos de la mañana me despertó
el rumor de conversaciones y personas que entraban y
salían del cuarto y la luz de la lámpara de petróleo me
permitió entender que se trataba de un parto. Pronto
los de la sala también se enteraron; Don Pedro empezó
a repartir aguardiente y prendió su tocadiscos con los
vallenatos de moda.
105
Yo intenté levantarme para ver en qué podía ayudar,
pero una de las parteras me dijo: ‘hermanita quédese
tranquila, duerma si puede porque mañana les espera
un día duro de aquí para arriba con ese río tan seco,
y nosotras ya estamos acostumbradas a este corrinche’
agradecí la sugerencia pero insistí si tanto ruido no le
hacía mal a la señora en su trabajo de parto. La misma
Doña Josefa me respondió, ‘ya estoy acostumbrada, ese
hombre es tan feliz cuando nacen los hijos que la música
y el trago no pueden faltar. No se vaya a asustar porque
apenas llore el niño salen a hacer unos disparos para que
todo el pueblo sepa que estamos celebrando un nuevo
nacimiento’. Y así fue, la música, la bebida y los disparos
atrajeron a casi todos los vecinos que llegaban a buscar
‘el meaíto’ 22del recién nacido y Don Pedro, reflejando
la satisfacción en su rostro les pasaba un buen trago de
biche de la botella curada”23.
22 Los primeros orines del recién nacido a los cuales se les atribuyen poderes medicinales.
23 Hermana Ayda Orobio Granja. “Dimensión religiosa de la corporalidad” Ponencia de la Con-
federación Latinoamericana de religiosas- CLAR. Equipo de reflexión teológico afroamericano
y caribeño Encontrado en la página http://axe-cali.tripod.com/cepac/afroclar-orobio.htm. Última
consulta 26 de enero de 2013.
106
Esta hermosa crónica de la Hermana Ayda Orobio, aunque nos habla de
una escena de parto en una vereda de población afrodescendiente del
Río Calima, localizada en el departamento del Valle del Cauca al sur del
Chocó, es sin duda, como me lo confirman varios chocoanos, una escena
cotidiana en las poblaciones afro de este departamento. El nacimiento
es una fiesta y debe ir acompañada de vida: la vida se traduce en fuertes
sonoridades, comunidad, goce, baile y alcohol. El silencio es, por el
contrario, sinónimo de miedo. Actualmente en el Pacífico, el silencio es
lo que se siente en las poblaciones agobiadas por la guerra y el terror.
107
El silencio
108
A cuatro pasos de una estación de policía (todavía más miedoso)
El carro lleno de maletas
y esperamos que nos den paso para regresar a Quibdó
que el ejército nos permita pasar mientras ven qué hacer con un
camión lleno de dinamita: una represalia de las Farc.
Aquí estamos
Esperando salir corriendo..
Huir...
Volver...
A nuestra invidencia
A nuestra sordera
A nuestra zona de comodidad”.
109
El nacimiento es entonces una fiesta, así es como se celebra y todo se
dispone para esto. Madolia de Diego, importante cultora de la región,
nos contó que tradicionalmente, desde antes del nacimiento, las
madres solían componer un canción específica para arrullar al bebé que
estaba en camino. Por lo general, estas canciones que nos encontramos
en las entrevistas y grupos focales son vocalizaciones melodiosas
aparentemente desarticulados que se diferencian de una madre a otra25.
Más adelante haremos énfasis en las características de dichos cantos
para arrullar a los bebés. Pero lo que resulta interesante aquí, es el hecho
de que cada mamá tenga una forma única de arrullar a su bebé. Desde el
nacimiento la música como improvisación y vínculo madre- infante, se
encuentra presente.
Por otra parte, cuando el niño nace, es importante emprender una serie
de prácticas específicas que permitan moldearlo y endurecerlo. Para los
afro, el bebé que nace es un ser “inacabado” e “imperfecto” que hay que
terminar de formar una vez nazca, con prácticas sistemáticas y saberes
locales tradicionales.
En su libro Observando a los bebés Alicia Oiberman plantea que “si bien
muchos escritos históricos afirman la desvalorización de la temprana
25 Entrevista realizada a Madolia Dediego. Abril 25 de 2008. Barrio Cesar Conto, Quibdó
(Chocó)
110
infancia como un hecho generalizado, la especie humana se perpetuó
a lo largo de millones de años, porque existió la percepción de la
precariedad del recién nacido y su necesidad prolongada de cuidados.
Hacen falta muchos años de interacción niño-adulto para el desarrollo de
un individuo” (2001: 17). En este sentido, encontramos que la necesidad
de ofrecer cuidados a los recién nacidos ha sido sin duda, una de las
estrategias de supervivencia más importantes en la especie humana y sin
duda, dichos cuidados están revestidos de diferentes creencias y prácticas
en cada uno de los grupos sociales.
111
tener los bebés. Ellos son una especie de “bien común” y en algunos
casos, incluso quienes no hacen parte de la familia, pueden acceder a
ellos, cargarlos, llevarlos para sus casas, jugarles, etc27.
“
Bueno cuando nacían también uno como quien dice yo
tuve mis hijos y el primero fue con partera así casera y los
otros fueron así con Dios y la Virgen y mi mamá. Entonces
había una señora que se llamaba Cevelina, entonces
cuando yo tenía los hijos ella llamaba a la señora que le
27 En Colombia existen unas diferencias sustanciales entre las regiones montañosas del interior
y las zonas de selva húmeda tropical y las costas Pacífica y Caribe. Dicha características geográ-
ficas, climáticas, demográficas, económicas y culturales, han estado acompañadas de fuertes es-
tigmatizaciones que acompañaron el proyecto de Nación desde el siglo XIX. Para la antropóloga
Zandra Pedraza: “Impregnar de moralidad la experiencia de la identidad nacional y conseguir por
medio de ella la civilización fueron intenciones explícitas del esfuerzo de formar las identidades
latinoamericanas a través de la adopción de principios para la vida. Con ello en mente, las tareas
de ordenar el territorio y la población de las naciones durante el siglo XIX giraron en torno a tales
valoraciones como núcleo de la identidad regional. Moralidad y civilización se consideraron
necesarias para el progreso económico y la proyección del espíritu latino mestizo y para con-
seguir que la cultura regional se reconociera internacionalmente como liberada de los lastres de
inferioridad legados por la experiencia colonial. El estigma impreso por el sentimiento de hacer
parte del mundo civilizado pero ser rechazado por él lo reconoció la élite en los cuerpos propios
y en los habitantes de las más diversas regiones del país. En los pobladores de los climas cálidos
y húmedos, de las planicies llaneras , de las montañas distantes de zonas urbanas y de las sabanas
ardientes se señalaba reiteradamente la incapacidad para producir riquezas, experimentar el goce
estético y alcanzar una educación ilustrada; en fin, se les atribuía una barbarie expresada en de-
sidia, pereza, lujuria, desenfreno y suciedad. Estos atributos, asociados, bien con la constitución
física y moral, bien con el influjo en ellos de los procesos de colonización y mestizaje o de las
condiciones climáticas, se interponían en el camino hacia la civilización” (Pedraza, 2011: 116).
112
trozara el ombligo. Ella le trozaba el ombligo pero uno
cuando ya iban a nacer sus hijos entonces tenía todas sus
cosas organizadas. Que el cebo, que el algodón el alcohol
que todo eso ahí arregladito. Entonces cuando ya nacían
ellos que les trozaban, los curábamos con esparadrapo y
uno que se le decía yodo. Ahí había una cosita que se
le echaba al ombligo entonces se curaban tranquilamente
cuando se iban a bañar uno los bañaba. Entonces ahí
mismo les jalaba la nariz les pringaba los ojos todo se lo
iba acomodando: las piernitas se la subía, los deditos de
los pies uno se los apachurraba así para que no fueran
patones y todo eso. Y los cachetes también se los pringaba
uno con el cebo de res porque hay unos que les dicen “tu
mama no te echó cebo en la cara?”
Encarnación Murillo “Conoa”. 28
113
quién salva a la mujer parturienta del peligro. Por ese motivo, la Virgen
es una gran aliada de las comadronas.
114
obtenida en el trabajo de campo y las entrevista se convirtieron en tres
categorías de análisis para este trabajo: Mundos Mágico religisosos,
organización social y relación entre pares y autonomía.
115
Mundos mágico religiosos en la concepción de la infancia:
Entre males y virtudes
Foto # 19 Concatedral o Iglesia de San José de Tadó. Tadó- Chocó. Junio 23 de 2012.
116
“Los invito a salir de este mundo desequilibrado y a entrar
en nuestro mundo ‘mágico y divino’.
Desde que nuestros antepasados fueron separados de su
madre tierra y traídos a estas tierras desconocidas…
El que otros seres les hayan negado la vida como seres
humanos dice bastante…
El que se haya cometido el peor de los genocidios con ellos
dice bastante…
Toda nuestra historia dice bastante, pero el que hayamos
logrado subsistir y crear nuestra propia forma de vida en
estas tierras, dice más todavía”.
Onny Robledo, Construcción territorial en el Chocó, 1999.
117
espiritualidad también se vive colectivamente y sin necesidad de la
legitimación que pretenden otorgar las religiones hegemónicas. En este
capítulo nos centraremos en cuatro elementos y prácticas culturales que
explican la razón por la cual, cuerpo- alma-grupo social son un todo
indisoluble; estos elementos son: 1. Los males (el mal de nación y el mal
de ojo), 2. la ombligada 3. La virtud y 4. El chigualo o gualí.
118
El mal de nación y el mal de ojo
El mal de ojo por su parte, es una energía externa, que proviene de alguna
persona y causa un efecto de daño o enfermedad en algún ser animado
(personas, animales o plantas, por ejemplo). Los bebés son mucho más
susceptibles ante el mal de ojo y por este motivo hay que protegerlos con
ciertos amuletos y plantas. El mal de ojo es tan generalizado y sentido en
las comunidades afrochocoanas, que hay personas dedicadas a curarlo y
gracias a esto reciben un importante reconocimiento en la comunidad. En
nuestra investigación nos encontramos con varias curadoras y curadores
121
de ojo, que por lo general también son quienes saben curar el mal de
nación, y nos hablaron de las implicaciones de dichos males:
Luz Marina Sarria, partera que nació en el Departamento del Cauca pero
lleva más de treinta años en el Chocó, nos cuenta la forma en que ella
cura el mal de nación:
122
“ El mal de los siete días yo lo curo con el poleo, la yerba
buena y el orégano y si no, con el tabaco, el biche y el
mentol. Cuando es el orégano y el poleo se les da a tomar
y se les da frega y si es el tabaco apenas se frega cuerpo
entero […] Los baña uno a los dos días con el mata ratón
y el sauco y un poquito de sal y dos cucharadas de viche
que se le echa al baño. Se les da ese baño cuando tienen
gripa que esta pasmada. O en fin… se cocina el orozul,
la yerba buena el mejoralito y dos cogollitos de salvia
blanca y se cocina y se les da tomar. Y si no, se saca el
zumo de tres hojas de anamú y se les da con goticas de
limón crudo. Yo tengo un poco de nietos, ellos no van a
hospital, yo los curo”.
Luz Marina Sarria. 32
123
que enfría uno la muele la yerba, la frita y después que
se frita se deja enfriar y se le da la flotación. Eso es muy
importante; a todo niño, sea que nazca con mal, o que no
nazca con mal, hay que darle la flotación por fuera y el
agua por dentro […] La cebolla, el ajo, la yerba buena,
la menta, el tabaco, el turco… Eso uno lo muele bien
molido y se frita y enseguida una lo frita con un poquito
de aceite de comer en un calderito y entonces después
que se frita se deja enfriar y se le da esa frotación al
niño. Se dan cuatro y cinco frotaciones pero se cambia”
[las frotaciones] se le hacen aquí [en el pecho] y un
poquito de azufre, tres gótica de yoro [yodo] y tres
góticas de aceite canime pero dándole esa frotaciones no
se puede bañar”
Camila Moreno Palacios. 33
124
Para Asunción Córdoba Bejarano “Chon”, el mal de nación también es
posible detectarlo en los orines
125
Foto # 21 Teresa Lozano Murillo Cantaora de Alabao y arrullos. Bajo Baudó –Pizarro.
Julio de 2012.
visto, el mal de nación está íntimamente relacionado con el ombligo y
por este motivo, con el ritual de la ombligada del cual hablaremos más
adelante. Por ahora nos centraremos en el mal de ojo que es otro de los
elementos que evidencia los imaginarios que rodean a la primera infancia
en las poblaciones afrodescendientes del Chocó.
127
se va adelgazando sin razón alguna; con el ojo “pasmao” la persona
se queda en una situación casi inerte y es como si no siguiera el curso
natural de la vida y el ojo “violento” es con el que la persona muere
rápidamente y es muy difícil detectarlo y salvarlo.
En su casa de madera, sentada, con una tabla que cruza sus piernas y
reposa en los brazos de su silla, Carmen Deyanira Murillo, muele con
una piedra redonda, cuidadosamente escogida, un puñado de plantas y
extrae de ellas un zumo verde. Como señala Maria Petunilda Asprilla, la
energía, el cuidado, el respeto y la conciencia con el que se macera una
planta tiene repercusiones en el fin que se quiere lograr con ella (curar
o proteger a alguien). Los malos pensamientos y los malos propósitos,
contaminan las plantas porque son impurezas36.
128
“Cojo la yerba y la pico así la voy picando.. después
que pico aquí cojo una piedra y chachacha la machaco
después que la machaco ahora si le hago así con la mano
(amaso)… así , así, así. Y después que le hago así, ahí
cojo el agua y ras se la echo y después cojo un agua
bendita que la bendice el padre. La coge usted, y la echa
así, así ,así, así, así (en cruz, tres veces) y luego ahora
si coge la cabeza del muchachito y ahora si la echa así y
esta agua va bajando todo cubierta la persona hasta que
baja el agua tres días cada día. Después de eso le pongo
el secreto”
Carmen Deyanira Murillo.37
129
“Uno las plantas las coge así en los montes, en las esquinas
de la casa, en la esquina del fogón. Si a un niño ya le
curaron el ojo y uno quiere que no lo vuelvan a ojear, uno
lo cierra. Yo se lo sé cerrar, sino que por estos días yo las
plantas no las tengo porque se me murieron, usted coge el
ají pique, el guineo pajarito y siete plantas más y ahora
si le da el baño y de una vez se cierra… Ya no le vuelve a
dar más ojo y si lo quiere cerrar cuando está recién nacido
también. Pa recién nacido usted coge el anamú el ají
pique la hoja y coge el paico pa que no le dé lombriz y
coge usted eso y lo pone así al fogón a tostá, esas planticas
cuando ya están tostadas coge las muele bien moliditas y
ahí busca un trapito blanco y lo cierne… y ese polvito se
lo echa al ombligo hasta que sane, se muere y nunca le da
ojo ni lombriz ahí queda cerrado”.
Carmen Deyanira Murillo38.
130
Los sobijos o frotaciones son acciones curativas o protectoras de
intervención corporal. Se usan ungüentos, tomas o aceites naturales y se
frotan por todo el cuerpo para lograr una finalidad específica.
131
Los secretos pueden transmitirse entre familiares muy cercanos como de
padre a hijo o, pueden ser vendidos. En el caso en que sean vendidos,
debe haber un intercambio monetario a la hora de ejecutarlo, es decir, de
ejercer el conjuro.
“El secreto se lo coloco aquí así, así, así así (en la corona
de la cabeza, se hacen cruces, por lo regular tres) y después
se lo coloco aquí, aquí, aquí, aquí (en el pecho, se le hacen
tres cruces) da la vuelta y se lo coloco aquí, aquí, aquí
(tres cruces en la espalda, empezando por la parte alta
luego media y por último la parte baja de la espalda)”
Carmen Deyanira Murillo40.
Los secretos son por lo tanto frases mentales que funcionan como un
mantra y que le otorgan un poder especial a una persona. La razón por la
que no se puede ofrecer un secreto a cualquier persona se debe a que si
el secreto “se gasta mucho”, puede perder su eficacia. Dionisio Asprilla
explica el sentido de los secretos:
40 Ibid.
132
Foto # 22 Administradora del hotel el Faraón y niña vecina juegan y se miman. Cértegui –
Chocó. Junio 26 de 2012.
sin extraviarse pa ningún lado. Ni una más adelante ni
otra más atrás y eso es protección. Es como hacer una
oración la misma cosa que como uno está rezando el padre
nuestro, el credo. El credo no puede llevar una palabra
delante de la otra. La que es en un lugar es en un lugar.
Si sospongamos ‘creo en Dios Padre todo poderoso’… no
puede extraviase de ahí, tiene que seguir hasta rematar.
Así son las palabras del curandero. Yo tenía un hermano,
ese lo mataro, él aprendió a curar culebra. Si le picaba
una culebra a una persona y le preguntaba él cantaba
chicha como los indios, le preguntaba -‘en qué lado le
pico la culebra’ –‘que no que en el lado izquierdo’- ‘que
no que en el tobillo’… -ah, listo le colocaba un secreto,
dos, tres secretos y ahí venia y lo probaba. -`pa’ ve… no
tiene veneno colóquese su bota y vaya a trabajar, si no
va trabajar es por perezoso ya estaba curado a punta de
secreto’”.
Dionisio Asprilla Longa. 41
134
dichas invocaciones los afrodescendientes se comunican con las deidades
africanas sin intermediarios (Arocha 2002). Si, bien, la estructura en la que
se recitan los secretos recuerda mucho más a las formas de comunicación
con el santoral católico, no podemos desconocer, como señala Sergio
Mosquera, que es precisamente la relectura o “refuncionalización” de las
dinámicas de los santos una de las principales dinámicas que identifican
la espiritualidad y religiosidad afrochocoana: “La refuncionalización
es expresada en este contexto como la fórmula que encontraron los
afrochocoanos para darle a cada uno de los miembros del santoral católico
unas funciones, en el sentido de contenidos, en lugar de virtud, don o
gracia. Estas nuevas significaciones pusieron a los Santos en movimiento,
actuación, según el querer de la gente” (Mosquera: 2001:15).
135
La ombligada
136
de la ombligada, en el momento específico
en que el ombligo se cae, la comadrona,
la madre o la abuela, ponen en el ombligo
una sustancia vegetal, animal o mineral
que, como sustancia o parte, simboliza
un todo, marcará la vida del infante y le
dará dones y poderes especiales hasta que
muera.
138
es bastante complejo, ya que la ombligada también es una práctica muy
arraigada en las comunidades indígenas.
139
ahí nacen diez indiecitos todos esos diez indiecitos tiene
parte en ese terreno. Ese terreno es de ellos porque ahí
está su ombligo ahí nacieron y ese ya lo pelean y se lo
ganan. Entonces así es todo. Usted puede ombligá su hijo
y decí aquí está el ombligo de mi hijo con eso consta que
viví aquí, tiene derecho aquí”.
Dionisio Asprilla Longa. 42
El ombligo se conecta con la tierra, con la madre y con los ancestros que
vivieron en ella y la labraron. Los niños al nacer representan la conexión
y la apropiación del territorio. Con cada hijo se marca este territorio. Pero,
además los bebés nacen inacabados y hay que terminar de formarlos y
fortalecerlos física y espiritualmente con el poder y los dones que ofrece
la naturaleza.
140
eso se fritan, después de frito se deja enfriar y usted le
da la flotación de cuerpo entero y enseguida le pone un
ombliguero. Entonces, debajo del ombliguero se le pone
la cura”
Camila Moreno Palacios. 43
141
“El día que usted nace cogen una conga (una araña) y la
muelen y se la echan en el ombligo. Es ombligao con conga.
Usted puede úntale un poquito de saliva a cualquiera…
que le descansa… enseguida le descansa esa conga. Pero
si no está ombligado, usted le unta esa saliva y es lo mismo
que no le untara nada”
Dionisio Asprilla Longa. 44
142
La virtud
145
señores y se la robaron, estoy soñando, entonces luego de
que estoy soñando me despierto preocupada y toco así y
no la siento y comienzo a buscarla por toda la cama, y
ahí llamé al señor: ‘levantate que la niña no está en la
cama’, exactamente no estaba en la cama. Salimos por
toda la casa a buscarla, se lo cuento porque fue verdad,
es como difícil creerlo, si yo misma me pongo a analizarlo
y me parece que es mentira. Nos fuimos por toda la casa,
buscamos en la sala, no está, por la cocina, no está, en
el baño, no está, por debajo de la cama con una linterna,
nada. Cuando ya…ahora ¿que hacemos?, las puertas
están cerradas, ventanas, ¿por dónde se salió?, nosotros
ahí y ella en su cama sola. Y ya la preocupación, cuando
me dice él: “mirála aquí”, digo yo “¿dónde?”, estaba…
en la cama había una cobija tendida … La niña estaba
agarrada de la cobija colgando que ya casi los pies le
llegaban al suelo. Y recién nacida, apenas tenía 8 días.
Entonces son como cosas que realizan los bebés que a su
edad no es competente. Eso considero yo pues que es una
virtud. Y cuando un día yo estoy dando el seno y siento
que “chau” me muerde, me mordió, me mordió la teta,
146
era esta, entonces yo me saqué la teta, y cogí el dedo y se
lo metí a la boca y tenía cuatro dientes, tenía aquí, aquí
y acá abajo (señalando los colmillos de arriba y abajo),
pero todos en la misma dirección aquí.
Ana María Arango: y entonces ¿qué pasó con esa bebé?
Guillermina: Ella se murió (…)
147
“Tiene como tres meses o más que se murió una bisnieta
mía de virtud y esa fue una cosa ranpram [muy rápido]…
la virtud que ella tenía era porque hay unos que se voltean
antes de la hora, otros que se sientan, otros que silban
otros que cantan todo eso es virtud… Y desde que uno no
la hable dura su poquito pero desde que la hable hasta
ahí llegó”
Asunción Córdoba Bejarano “Chon”.46
148
La virtud entonces nos ilustra la idea social de que no todos los niños
son iguales, hay niños con cualidades especiales, niños que llaman
fácilmente la atención y por lo tanto pueden no ser de este mundo, son
sobrenaturales. Se debe entonces ignorar esta condición, ya que si los
poderes de estos niños no son de este mundo, el “cielo” puede reclamarlo.
Por lo tanto, debe mantenerse en secreto. No se puede hacer evidente.
Este es el motivo por el cual, se dice que los niños cuando mueren deben
ser despedidos de una forma diferente, con el gualí o chigualo, porque
son angelitos y se debe por lo tanto, celebrar su regreso al cielo.
149
Gualí o chigualo
150
150
niños que nacían le pertenecían a los esclavistas. Por esta razón, el aborto
y el infanticidio se convirtieron en hechos de resistencia. Algunas madres
esclavas prefirieron ver morir a sus hijos, antes que hacerlos partícipes del
indolente régimen de la esclavitud. La muerte del hijo significaba pues,
la conquista de la libertad (Mosquera, 2001). Sin embargo, más allá de
los procesos de resistencia que se generaron con la esclavitud, la vivencia
de la muerte en los negros de Colombia, está altamente influenciada por
la herencia religiosa y la cosmología africanas.
Para Jackes Barou (2010), las estructuras simbólicas y los actos que
acompañan la muerte en la mayoría de los grupos étnicos del continente
africano, encuentran una explicación en el carácter colectivo y gremial de
los mismos. La figura del “individuo” no existe y el sujeto es importante
dependiendo del tipo de relaciones que tiene con el grupo. La muerte
por su parte, es un acto individual que una vez acontece, es apropiada y
resignificada para dar un sentido dentro del grupo:
151
151
poco etnocéntrico ver en ese esfuerzo de domesticación
de la muerte la voluntad colectiva de despojarla de la
dimensión trágica que le es propia desde el punto de vista
occidental. Para que existiese una desdramatización de la
muerte a través de los rituales funerarios, también sería
necesario que las culturas que llevan a cabo esos rituales
concibieran la muerte efectivamente como un drama.
Ahora bien, nada prueba que ese sea el caso. Tal como
se ha podido aprehenderlas en el marco que les ha sido
propio hasta hace todavía muy poco tiempo, las sociedades
subsaharianas casi no tienen lugar para el individuo
ni lo alientan a forjarse una personalidad singular; el
individuo únicamente existe a partir de los lazos que lo
vinculan al grupo. La muerte, fenómeno esencialmente
individual, pierde importancia debido a la propia pérdida
de la importancia del individuo; y el lazo que hacía existir
al individuo a través del grupo al que se pertenecía no
se rompe con la muerte, salvo que, cuando vivo, hubiese
corrido el riesgo de excluirse del grupo, mediante la
práctica de la brujería, por ejemplo”
(Jackes Barou, 2010: 126)
152
Barou, describe cómo en muchos lugares de África subsahariana los
rituales de muerte, al igual que en el pacífico colombiano, son un esfuerzo
por mantener los lazos del muerto con su entorno y se reúnen para beber,
comer y cantar al desaparecido; lo cual se convierte en un mecanismo
para prolongar su existencia en el mundo. Pero después de este momento
en el que se le “prolonga la vida”, en el Pacífico colombiano ocurre
exactamente lo mismo con quien muere: se convierte en un “ancestro”.
153
los antepasados genera que en algunos pueblos de África, se asuma con
frustración la muerte de los infantes, “se considera al niño pequeño con
una gran deferencia y su muerte provoca un sentimiento de culpabilidad
muy fuerte entre sus parientes más cercanos. Su deceso se interpreta
como un rechazo a permanecer entre unas personas que no le dan las
muestras del respeto debido a su calidad de antepasado”. (2010: 128)
154
describe el alabao como “un canto fuerte de carácter religioso, que alaba
a Dios padre eterno, Jesucristo como hijo de Dios, a la Virgen María por
ser la madre de Jesucristo, a todos los Santos. El alabao tiene enseñanzas
religiosas y misterios, además la temática puede estar enfocada a temas
cotidianos como alabao a la tierra, al conjunto, a una masacre, una
creciente, subienda del pescado, etc. Los alabaos se han dividido en dos
grupos (alabaos mayores y menores) los alabaos mayores son dedicados
a Dios y Jesucristo y los alabaos menores a todos los Santos y demás
temáticas cotidianas o creaciones. El alabao pertenece a las comunidades
afrodescendientes del pacífico colombiano, a su tradición musical vocal
genuina que marca su historia y que se mantiene viva como una expresión
de identidad cultural” (Valencia, 2009: 78).
155
licencia siguen los romances y por último ya al amanecer
los pastores.
Lo primero en la cultura nuestra es que los padrinos
responden por el vestido del niño sea vivo o muerto. El
niño se muere y el vestuario para el entierro lo colocan los
padrinos. Esa es una norma de la cultura de este pueblo.
Los niños se visten de blanco y se hace un altar con arcos
de guadua y una mesa. Esa mesa va con su sábana blanca
y por los lados van todas las florecitas que mas pueda uno
ponerle a ese niño y dos velas blancas. Entonces inicia uno
a las ocho de la noche
Si un niño se murió desde la mañana tiene que esperar
hasta la noche. Se le organiza su altar y se coloca el niño
en el altar y se van a hacer sus cosas pero si hay gente
ahí acompañando hasta la noche que va toda la comunidad
acompañar. Al niño difunto se le ponen unos palitos en los
ojos . El niño va con los ojos abiertos. Como es ángel y
va para el cielo entonces tiene que ir con los ojos abiertos
Ahora si vamos con la licencia:
Licencia vengo pidiendo
para empezar a cantar
156
si no me das la licencia
me tomo, la facultad
Ay, ay… me tomo la facultad
La licencia usted la tiene
y el santo papa de Roma
pero no se vaya alzar
con el santo y la limosna
ay, ay con el santo y la limosna
Alzarme no puedo no
porque no soy jesuita
porque a mí me bautizaron
con sal y agua bendita
ay, ay… con sal y agua bendita
con sal y agua bendita
Con esa bautizo yo
porque con agua bautizaron
aquel que, moro nació
ay, ay… aquel que moro nació
Y ahí lo tienen mi gente:
Y estamos en Tutunendo
estamos en Tutunendo
157
es un camino muy largo
estos son los tres misterios
Para llegar a Tanando
estos son los tres misterios
para llegar a Tanando
Y arrópame que tengo frio
arrópame que estoy sudando
arrópame que tengo frio
arrópame que estoy sudando
échame la manta encima
Ay échame la manta encima
ay que ya me estoy calentando
y arrópame que tengo frio
arrópame que estoy sudando…”47
158
Foto #26 Elvira Copete Hacedora de gargantilla o amuleto contra el mal de ojo. Tadó
–Chocó Junio 24 de 2014.
en un símbolo complejo que festeja lo que a los ojos occidentales sería
“infestejable”: la muerte de un niño. Pero la celebración en la comunidades
afrodescendientes no necesariamente se traduce en dicha y alegría. La
fiesta es la catarsis del dolor y las tensiones sociales por medio del baile,
el canto, la percusión y el alcohol. En el jolgorio y la recordación de las
coplas se inicia un trance comunal marcado por la alta participación y el
sentimiento compartido.
Pero tal vez el fenómeno que más nos interesa en la temática que aquí
nos ocupa, está relacionado con la presentación del infante muerto en el
altar. La disposición del cuerpo y los símbolos que lo acompañan nos
hablan sin duda de una concepción de la muerte en estas comunidades y
una concepción del cuerpo mismo. Al niño y niña se le viste de blanco,
se le pone sobre la cabeza una corona de flores, se le abren los ojos con
un pequeño palito y en la boca se le pone una flor de color rojo. A su
alrededor se ponen otras flores de color y objetos pequeños o en miniatura
que representan ciertos oficios: Si es mujer se le pone un cucharón, un
pequeño canalete o una pequeña canoa y si es hombre se le pone un
machete de madera, una canoa y otros elementos que le recuerden que al
mundo se viene a trabajar.
160
El vestido blanco y la corona nos recuerdan que se trata de un ángel
que ha venido del cielo y que regresa a él “libre de pecado”. El blanco
simboliza la pureza y la corona le impone una jerarquía frente al mundo
de los vivos. Los ojos del infante deben permanecer abiertos ya que
mientras se hace el gualí, él está en su recorrido al cielo y debe observar
ese camino y el mundo de los vivos que va a dejar. Por eso se aseguran de
ofrecer una “fiesta” llena de baile, cantos y alegría, para que el niño o la
niña regresen al cielo con una imagen alegre y positiva de lo que dejaron
en este mundo. Es la misma razón por la cual se le rodea con utensilios
de trabajo; se trata de que el niño sea consciente de que a este mundo se
viene a trabajar y cuáles son los valores que importan.
161
debe asegurarse de que el difunto escuche todo el tiempo; se cree que lo
último que pierde es el oído. Así, el sigue escuchando y por este motivo
hay que decir cosas bonitas, alegres y positivas para que se vaya contento
de este mundo y no quiera regresar, ya que dicen, que los espíritus de los
niños asustan mucho más que los de espíritus de los adultos.
Sonido, cuerpo y movimiento, son por lo tanto componentes fundamentales
en los rituales fúnebres de los afrochocoanos. Ellos, junto con la vista,
representada en los palitos que le abren los ojos al niño muerto para que
vea la luz y su camino, son un “kit de estimulación” y vida para retar a la
muerte. En este ritual la muerte como la entendemos desde occidente, no
existe; es simplemente un acontecimiento más en vida de la comunidad,
un motivo más para estar juntos.
162
Infancia y seres sobrenaturales
165
Los “angelitos” juegan con los bebés, cuando los bebés se ríen, es
porque se encuentran jugando con los angelitos. Por su parte, el diablo
y el duende pueden llevarse a los niños y las brujas entran a las casas
para chuparlos.
166
de esos y se murió, quedó el otro, entonces ya ese
niño va y se acuesta en su cama, está durmiendo. Ta´
durmiendo y cuando al poquito pegó un grito. Entonces
es que ese niño, el que ya murió está jugando con él,
entonces él le dice, ‘vámonos pa´ allá hombre, vámonos
pa´ allá’, entonces el que está durmiendo dice ‘no yo
pa´ allá no voy, yo no voy. Andá vete tranquilo que yo
no voy a ir’. Entonces coge y le pega, cuando le pega,
pega el muchachito grita, Viendo pa’ ver si se lo pueden
llevárselo. Los angelitos llevarse a ese, porque como ya
estaban amañados a jugar con él, entonces ya buscan
pa’ llevárselo, entonces él dice que ya no va para allá”.
Enrique Moreno.49
167
rezos, gritos y muchas sonoridades en general. De esta manera el duende
renuncia a su empresa y deja a los niños, niñas o jóvenes sobre un árbol
en el monte.
168
Familia y “endurecimiento”
171
tomé fuerzas, me dispuse a recuperarla y nuevamente me encerré con ella
mientras escuchaba por primera vez la condena social, que todavía hoy,
a sus cuatro años, sigue cargando Candelaria “esa niña es esquiva”. La
lucha de poderes apenas comenzaba.
El niño que nace en el Chocó, debe ser protegido de una serie de fuerzas
externas y de unas serie de “males” constitutivos: el mal de nación, el
mal de ojo, la virtud, las brujas, los duendes, etc. Pero por otra parte, este
bebé debe tener una actitud abierta y responder fácilmente a las dinámicas
de interacción de la familia extendida y la comunidad. Por el contrario,
los bebés que “no le llegan” a la gente, es decir, no se dejan cargar y
llevar fácilmente de un lado al otro, se les rotula como “esquivos” y de
manera implícita existe una especie de reclamo con la madre, ya que lo
172
tiene demasiado protegido y esto no es bueno para un niño que debe ser
sociable y abierto con la comunidad. Por otra parte, es en la interacción
con el grupo que el niño adquiere las defensas y “se endurece”.
173
otros autores sin embargo, como Peter Wade (1997), Eduardo Restrepo y
Anne- Marie Losonczy, más que una recordación de estructuras africanas
se trata de un “olvido” de las mismas en medio de la consolidación de una
“identidad intersticial, resultado de violentas discontinuidades históricas”
(Losonczy, 1999: 15).
174
Matrifocalidad
177
íntimamente ligadas con el territorio y son concebidas como troncos
(Friedemann y Espinosa, 1992), como árboles genealógicos en las que
los lazos de sangre y la idea de ancestros siempre primarán sobre las
relaciones que puedan existir entre un hombre y una mujer. Como señala
Rossbach de Olmos, para el caso de la organización social del Medio
Atrato, debemos tomar el matrimonio como algo inestable por principio,
siendo la inestabilidad la norma (2004: 19). En este sentido, los lazos
de afinidad, es decir, la unión entre hombre y mujer, son lazos que se
entienden como débiles y que además, por lo general, tienen sentido si
hay hijos de por medio. Son los hijos los que le proporcionan estabilidad
a dicha relación. Las familias más tradicionales suelen reconocer el valor
de los niños que provienen de la alianza pero no la alianza en sí misma.
Y la autoridad de la familia matriarcal (la abuela) suele tener más poder
y autoridad sobre los infantes que la misma pareja. En este sentido, es
muy común que sean las abuelas, las tías y tíos quienes intervienen en
el proceso de crianza del bebé y que por lo tanto, la autonomía de
la pareja y su estabilidad no sean elementos determinantes dentro de
dicho proceso.
178
se van a concretar en la protección física y espiritual que éste recibirá por
parte de su entorno inmediato. Sin embargo, este panorama cambia un
poco en los contextos urbanos, y en la actualidad debido a los procesos
de modernización y globalización, y al mismo desempeño de la Iglesia
Católica. Vemos que la organización social tradicional se ha debilitado
y que ha tomado mucha fuerza la familia nuclear. Sin embargo, el
reconocimiento del tronco, es decir, de los lazos de consanguinidad y
su determinación sobre las relaciones de parentesco prevalece en los
afrochocoanos. En este sentido, a pesar de que los progenitores vivan
juntos, la matrona conserva su poder y es un referente permanente.
Tanto para ella como para sus descendientes lo que es importante en la
relación son los hijos que nacen de ella y en ningún momento los lazos
de afinidad.
Desde esta perspectiva, los bebés tienen una importancia enorme dentro de
las configuraciones familiares. En ellos reposa la legitimidad de los lazos
de consanguinidad y son ellos el receptáculo de una serie de tensiones
en medio de los juegos de poder de las familias y sus cosmologías, ritos
y tradiciones.
Por otra parte, ante familias extensas -tíos, primas, hermanos y vecinos
que pueden acceder a los bebés y llevarlos de un lado para el otro-, o
179
ante un medio ambiente “hostil” y peligroso -el río, las serpientes, los
insectos, la humedad, etc., resulta necesario que el bebé se “endurezca”.
180
sobre los ahijados) y la relación entre los mayores en ese
compadrazgo. Entonces ahí hay un lazo muy fuerte y muy
significativo. De allí que siempre nos enseñaron que los
padrinos son segundos padres y por eso suelen los hijos
decirle hermanos a los hijos de sus padrinos porque se
consideran hermanos de pila. Eso en la espiritualidad ha
venido bastantes fuerte”.
Wilson Murillo.51
181
“Saludar al padrino eso era algo muy grande. Recuerdo
que nos enseñaron nuestros padres que debíamos
postrarnos de rodilla y decirle al padrino ‘alabado sea
el nombre de Dios padrino’. De rodillas… Entonces el
padrino llegaba nos tomaba de las manos y nos decía
‘alabado sea para siempre ahijado’ y nos levantábamos
de´ ahí si él nos daba la mano y si no nos decía ‘levántese
de ahí ahijado’. Donde fuera nos teníamos que arrodillar.
Si le tocó en este pantano, ‘alabado sea el nombre de Dios
padrino’… Donde le tocó”
Octavila Mosquera viuda de Caicedo. 52
En el ritual del gualí por ejemplo, vemos que los padrinos tienen una misión
muy importante. Son ellos quienes deben cantar la licencia, es decir, son
ellos quienes piden el permiso a las deidades y ancestros, para que este
ritual tenga lugar. También son los padrinos quienes deben vestir al niño
muerto y quienes deben asumir muchos de los gastos del entierro en el
caso de que los padres no tengan la capacidad económica de hacerlo. El
sonido, representado en la interpretación vocal de la licencia y el cuerpo,
representado en la forma en que se viste y se dispone al niño en el altar,
se convierten en los dispositivos de alianza y protección espiritual de los
52 Comadrona, Tadó, junio de 2012.
182
padrinos hacia él. De la misma manera, ocurrirá con otras relaciones del
infante con su entorno y, específicamente con la familia extensa. Será la
música y el baile, los gestos, y la forma fuerte y contundente de tomar con
las dos manos la espalda del bebé y hacerlo bailar, las que manifiestan el
vínculo del infante con quienes lo rodean. Endurecimiento y protección
serán la consigna y la guía desde dónde se comenzará a construir todo un
mundo de sensibilidad sonora y kinésica.
183
en el siguiente capítulo. Y está el último, el “componente emocional”
que implica los vínculos, la comunicación, las formas específicas en que
se comienza a integrar a este bebé dentro de la familia y se le asigna
un nombre, una personalidad, unas historias… todo un mundo del que
aparentemente es ajeno, que lo sobrepasa, pero que le otorga un lugar y
una razón para ser y existir en su nuevo hábitat.
53 Masaje de moldeamiento corporal en el cual quien realiza el masaje se calienta la mano con
una vela de sebo.
54 Grupo focal Samurindó, junio de 2012.
184
Y así, después de comprender el trasfondo reliogioso y la estructura
social que acompaña la cosmovisión que se tiene de los niños, entramos
entonces a explicar los escenarios de “autonomía” o expresión de los
infantes. Es decir, esos espacios en donde son ellos los que se expresan,
más allá de las normas, cuidados y prácticas tradicionales de un grupo
que los ampara y a la vez les exige. Es lo que los estudiosos de la infancia
denominan “agencialidad”.
185
Relaciones entre pares y autonomía
187
propios. Para describir estos roles y formas de autonomía, los antropólogos
de la infancia nos hablan de “agencia” que Leinaweaver explica como la
forma en que “los infantes piensan, interactúan y se portan como actores
sociales creativos y competentes” (Leinaweaver, 2010: 58).
188
incluso hay unos que en la cosmología afrochocoana tienen “virtud”, esto
quiere decir, como vimos en el capítulo anterior, que son más avanzados
de lo que deberían y esto a su vez los hace vulnerables porque son más
propensos a morir. También, se consideran “angelitos” que tienen una
misión en el mundo y si mueren deben ser despedidos con una fiesta
para que regresen al cielo. En este sentido, tanto los comportamientos
como la cosmología nos muestra que los bebés intervienen los contextos,
los lazos y las formas de configuración social y que, aunque lo hacen de
manera no consiente, tienen la capacidad de transformar e intervenir en
las realidades.
189
Cuando reflexionamos sobre la primera infancia y la manera como en
ella se establecen unas estéticas sonoro-corporales desde el movimiento,
debemos distinguir al menos dos momentos: el primero, donde el bebé
es muy dependiente, limitado en sus movimientos (no gatea ni camina)
y articula sonidos aparentemente sin sentido, y el segundo momento,
que es cuando comienza a tener mayor conciencia de sí, de su cuerpo
y de su mundo, y comienza a moverse y expresarse de un modo mucho
más independiente que le permite tener una experiencia más activa de
su entorno. A partir de allí, el infante comienza a reconocer dentro de un
ambiente social, la presencia de otros niños y por lo general, demuestran
tener mucho más interés hacia ellos que hacia las personas adultas. Es
el momento en el que los vínculos del infante con su entorno se hacen
mucho más complejos y de la misma manera sus construcciones sonoro-
corporales también: los “pares” entran a ejercer un papel primordial.
190
niños y que se les brinde libertad para moverse, salir de sus casas e
interactuar con un entorno social más amplio que su entorno familiar,
facilita la formación de una especie de “cuadrillas” en las que los niños
con sus “pares” desarrollan sus propias “comunidades de práctica”.
Partimos de la definición de “comunidades de práctica” o “comunidades
de aprendizaje” de Wegner:
191
como los implícitos. Incluye lo que se dice y lo que se calla,
lo que se presenta y lo que se da por supuesto. Incluye el
lenguaje, los instrumentos, los documentos, las imágenes,
los símbolos, los roles definidos, los criterios especificados,
los procedimientos codificados, las regulaciones y los
contratos que las diversas prácticas determinan para una
variedad de propósitos”(Wenger, 2002: 71).
192
“Ellos ven que ese sentir de la música que se despierta
eso en ellos… son ellos mismos que lo manifiestan. Aquí
los niños por ejemplo acostumbran en las tardes y en las
noches a salir tocando con unas latas… Yo a veces estoy
en la calle y miro que pasan grupo de niños tocando con
latas y todo, entonces los invito para a que hagan parte
de la escuela de música para que puedan recibir una
formación más adecuada”.
Jose Samid Mosquera. 56
193
Panesso quiso descansar un poco y los niños siguieron su dinámica y
comenzaron a improvisar y mostrar sus propias composiciones. De
repente, apareció un líder, y poco a poco cada uno fue asumiendo su
papel en una orquesta cada vez más compleja y “ordenada”.
194
de ser de lo que realmente nos atañe en esta investigación: ¿Cómo se
consolidan las éticas y estéticas sonoro-corporales de los niños en el
Chocó a partir de unas prácticas rituales específicas? Y, cómo a partir
de dicha configuración estamos hablando más bien de la construcción
de unas sensibilidades concretas y por lo tanto, de la construcción de un
tipo de sujetos.
195
ahí se quedan y si están duro pa dormir uno los sostiene dándoles el seno y
los va pampeando “arrurú mi niño, arrurú mi amor, duérmete pedazo, de
mi corazón, duérmete pedazo de mi corazón, mmm…mmm”. Entonces
ellos oyendo ese arrullo se van quedando dormidos o si no “este niño
quiere, que lo arrulle yo, lo arrulla su madre que pasó dolor, lo arrulla su
madre, que pasó dolor mmm…mmm…Señora Santana, señora Isabel de
qué llora el niño, por un cascabel, de que llora el niño, por el cascabel
,señora Santana qué dicen de vos, que sois soberana y abuela de Dios,
que sois soberana y abuela de Dios”. Y ellos al oír ese arrullo, se van
quedando dormidos y ahí mismo los cogía y los llevaba a la cama. Así no
fueran chumbaos los volteaba bocabajito y se quedaban y dormían, me
iba a hacer mi destino o el almuerzo. Y tenían una cosa, yo podía estar
haciendo los oficios y a la hora que yo iba a servir la comida despertaban.
Entonces yo no podía darles de comer a ellos alimentarlos y comer, eso
nosotros tenemos una tradición que si uno se pone alimentar al niño y
está comiendo uno de mayor entonces les duele la barriga, ¿por qué? no
se sabe, por qué, pero les duele. Entonces primero lo alimentaba ahí, lo
recibía mi mama y ahí comía yo, y así sucesivamente, ya hasta el año les
daba su seno y los destetaba, y listo después venia era otro jajaja…”
196
Construcción de estéticas y sensibilidades
sonoras y corporales en la primera infancia de
las comunidades afrochocoanas
Foto # 31 Niñas Bailando en la Calle de su Cuadra. Dirigidas por la Profesora Harleen Rosario
Velásquez. Tadó- Chocó. Junio 22 de 2012.
198
“Todo en el cuerpo ha sido cincelado y, paradójicamente,
se lo juzga como la manifestación personal menos
modificable”.
(Zandra Pedraza, 1996: 5)
199
sorprendió. Esta escena se repite en muchos de los barrios de Quibdó y
hasta recuerdo haber sido gestora de momentos como estos en mi propia
casa para ofrecerle a mi hija ese contacto con otros niños, pero, sobre
todo, con unos movimientos y códigos sensoriales específicos. ¿Cómo
se construyen dichos códigos? ¿Cuál es el lenguaje subyacente que los
configura?
200
temores, conocimientos, intereses y la imaginación de la época”(Pedraza,
1996:4).
Más allá del repertorio de movimientos, contactos, sonidos, masajes,
piruetas y moldeamientos que veremos en unos instantes, en el Pacífico
Colombiano el contacto corporal se acompaña de un esfuerzo consensuado
socialmente por implantar en la modelación corporal, unos códigos éticos
y espirituales que harán a la persona. Cuando la mamá está moldeando
con sus manos las mejillas de un bebé, al mismo tiempo le está diciendo
lo que ella espera de él en la vida y lo que definitivamente no debe “ser”
o “hacer”. De esta manera, mientras toca las mejillas y la boca del niño
le da instrucciones como estas: “esto es para que no sea chismoso, esto es
para que no sea corrinchero57, esto es para que no sea grosero”, frases que
le van diciendo al infante cómo debe o no deber comportarse. Estas frases
las dicen en voz alta mientras van “arreglando” el cuerpo “inacabado” de
su bebé.
57 Es decir, chismoso.
201
Después de comprender las nociones de infancia y los marcos conceptuales
y prácticas dentro de la cosmovisión afrochocoana que las rodean, en este
capítulo nos enfocaremos en la problemática central que le da sentido a
esta investigación: ¿desde qué elementos comprender los valores éticos
y estéticos que moldean e intervienen los cuerpos y sus sensibilidades
motoras, kinésicas y sonoras?¿Cómo dichos elementos pueden, de alguna
manera, explicar el trasfondo de manifestaciones culturales y artísticas
como la música y la danza?
202
“pedagogías sensoriales”
Foto # 32 Luz Enith Hernández haciéndole pinino a su hija Yacira de cuatro meses. Bajo
Baudó – Pizarro. Julio de 2012.
204
Las prácticas tempranas de interacción de las madres, abuelas y parteras
con el bebé dan cuenta de unas “pedagogías sensoriales”, que marcarán
la forma de “intervenir” y “moldear” el cuerpo de los infantes. En las
poblaciones afrochocoanas dichas pedagogías sensoriales están basadas
en las nociones de armonía, fuerza y endurecimiento; lo que denomino
“fortaleza armónica”. Para lograr cuerpos fuertes y a la vez armónicos
encontramos unas prácticas sistemáticas que comienzan desde que el bebé
está en el vientre. Desde antes de nacer, el sonido y el baile, hacen parte
del kit de pedagogías sensoriales que buscan fuerza y endurecimiento
en cada etapa del desarrollo infantil. A partir del nacimiento, el contacto
con el cuerpo del bebé nos plantea una sensibilidad muy especial en la
que el contacto es duro, firme y contundente, por ejemplo en la forma de
agarrarlo,. Muy diferente a esa especie de suavidad y delicadeza con la
que se nos entrena en los procesos de cuidado infantil en el interior del
país y de manera generalizada en el contexto de la “cultura occidental”.
205
con las manos, navegar en una pequeña balsa por el río con absoluta
naturalidad y equilibrio, cargar bultos pesados, asumir jornadas laborales
prolongadas que implican un disposición corporal especial como en el
caso de la minería… Y en contextos urbanos, hallamos expresiones como
adolescentes haciendo piruetas con sus motocicletas y conduciéndolas
como si se tratara de una parte más de su cuerpo con la que pueden
demostrar su audacia. La violencia física, claro está, entraría también a
hacer parte de ese repertorio de sensibilidades corporales que implican
endurecimiento, fuerza y control.
206
Las prácticas tempranas de interacción de las madres, abuelas y parteras
con el bebé son una intervención directa con su cuerpo para buscar
armonía y fortificación. Para este propósito se hace moldeamiento del
cuerpo y la cara o se “pringan” mediante el uso de esperma de vela
de sebo.
207
ombligo no le esté cayendo frio. Ahí si ahora si coge uno y
busca una cobija, un trapo, un pañal y lo va envolviendo,
lo va envolviendo… ahora si coge un chumbe y lo va
chumbando. De ante lo chumbaban con manito así del
viaje pero ahora uno no acostumbra apenas de aquí pa
bajo [del pecho para abajo]. Y ahora si le arregla bien sus
piernitas y le va dando vuelta bien amarradito ahí y ellos
ahí batallaban pa’ quitase eso y bregaban y bregaban…
Hay unos que cuando se lo sacan, se van quitando eso
cuando van endureciendo”
Doris Mosquera.58
Esta práctica se lleva a cabo durante los primeros días del infante y va
acompañada de masajes que ayudan a moldear la nariz, el mentón, las
mejillas, las piernas, las caderas, la vagina, la cabeza, los brazos. Como
nos cuenta Petunilda Asprilla, en el Bajo Baudó a las niñas o niños
cuando tiene los senos muy grandes para su edad, se les oprimen hasta
sacar leche de las mamas y luego se le ponen unas piedritas especiales
para que no vuelvan a crecer. En el mentón, las mejillas y la espalda,
durante estos procesos de moldeamiento, se les hacen hoyitos para darle
208
gracia a estas partes del cuerpo. Este proceso de moldeamiento corporal
se realiza con movimientos contundentes sin que necesariamente le duela
al recién nacido.
“Con las niñitas, así como esta, así recién nacida, uno
tiene que cogé y quemase así un pedacito de algodón y
méteselo así a la partecita [la zona exterior de la vagina]
para que no quede ‘crestona’ para que le vaya rebajando
la cresta[labios mayores] porque si no le queda crestona
entonces tiene uno que coger algodoncito y quémalo y
taqui méteselo ahí porque si no quedan con la cresta
grande (jajaja)”
Doris Mosquera.59
209
Ahí, lo coge así y lo hace así y las manos así y lo va
chumbando de lado a lado, de lado a lado, hasta que lo
chumbo. Si es de día, y si es de noche usted tiene que déjale
una mano afuera pa si se tiro algún trapito encima se la
quite con la manito. Ahí coge fuerza… sí es hombre y si es
mujer que cargue su carga sin ningún problema”
Cipriana Hernández.60
210
proceso de desarrollo y el control corporal. Se espera que el niño haga
cosas como hablar, sentarse y caminar, rápidamente.
211
espontáneamente o de manera planeada, pero que entre los adultos
tácitamente responden a una especie de tensión, porque es en estos bailes
infantiles en los que se determina la belleza, la gracia, la fuerza y el
control corporal.
Los niños deben formarse para ser fuertes, duros, valientes y resistentes
y la formación del cuerpo es un elemento esencial para esta fortaleza,
un elemento del que se es consiente y por el cual se trabaja a pesar
de que genéticamente los afrodescendientes tengan la tendencia a ser
musculosos, flexibles, “duros” y, a la vez bellos y armónicos.
212
de Quibdó), la aculturación, el conflicto armado, la colonización y
la explotación del medio ambiente. Los cantos de la selva: el río, las
chicharras, los sapos y las aves han sido reemplazados paulatinamente
por las motos, los King Kong (parlantes de gran tamaño con alta emisión
de decibeles y al menos, desde mis etnocéntricos oídos mal sintonizados),
los motores fuera de borda, las retroexcavadoras y los helicópteros, en
una especie de “guerra sonora”.
213
Foto # 33 Niña de Pizarro en la playa Bajo Baudó –Pizarro Julio de 2012.
en contextos infantiles. No son repertorios escritos para niños pero son
ellos los primeros en apropiárselo ¿por qué? Las letras de estos nuevos
repertorios, que son una combinación de géneros locales con otros más
populares como el reggaetón, muchas veces hacen referencia a temáticas
sexuales no aptas para la población infantil; sin embargo contienen
temáticas simples y sus ritmos son “básicos”, repetitivos y pegajosos.
Por este motivo, los niños las apropian rápidamente y las convierten
en una parte de su repertorio. Lo interesante es que la tímbrica de las
voces e instrumentos de estos nuevos repertorios que se toman la ciudad,
pareciera estar acorde con esa “guerra sonora”, con ese “bochorno
acústico” y las personas los consumen con un alto volumen, como si no
se pudiera “apreciar” de otra manera.
215
“Esa niñita es sietemesina, nació chiquitica vea. Y le digo
que un día estábamos aquí y montaron un disco dizque
una “Micaela” y ella estaba así pequeñita así todavía sin
caminá no había dado el paso y entonces estaban otros
muchachos jugando bailando y ella llego y se paró en una
silla y se quedó viéndolos y cuando la vimos es que abrió
a correr a meterse en el medio de su baile y fue dele y
dele hasta hoy y la niña todavía no había caminado, la
calentura del baile la hizo caminar”.
María Belardina Perea62.
216
En la consolidación de pedagogías sensoriales que buscan una “fortaleza
armónica” hemos encontrado discursos con argumentos abiertamente
sustentados, en los que muchas de las políticas y saberes hegemónicos
alrededor de la salud y la higiene (que por lo general vienen de las
estrategias de desarrollo y modernización del estado) se consideran
obsoletas. Tener a los niños en un espacio cien por ciento exento de
bacterias es condenarlos a la debilidad y las enfermedades en la medida
en que no se les permite generar las defensas correspondientes. Pero las
defensas no solamente se adquieren para luchar contra las enfermedades,
las defensas también se construyen para responder a un contexto
socioeconómico hostil.
217
no los puede coger. Tiene que dejarlo llorar su buen
ratico también pa’ que los pulmones se le desarrollen… A
las mujeres de pronto uno las mima más porque como son
mujeres, pues uno que es mujer mantiene todo su relajo
sus cosas así. En cambio los hombres, ellos tienen que ser
echados pa’ lante. No pueden estar que cualquier cosita
que ahí van a llorar que parecen mujer. Hay unos que
hasta de tanto mimalos, salen hasta maricas.
Petu: Entonces ¿si lo mima mucho de pronto el niño le
sale gay?
Gisel Rivas: Ajá se le pone gay o se le pude quicatear.
Que ahí que cualquier caidita ahí mismito van a llorar
no. Hay unos que cuando están duros ellos se caen y no
lloran ellos mismos se levantan. En cambio que cuando
son así mimados ellos se caen y ahí hasta que uno los
levanta, ellos no se levantan. En cambio hay unos que
si apenas se caen ahí mismito se levantan están duros y
echados pa’ lante.
Petu: Entonces ¿cómo les demuestran el amor? porque
las mamas que los miman dicen que es para consentirlos,
¿entonces como los consiente uno?
218
Gisel Rivas: Pero dependiendo uno como va consentí su
pelaito. Yo el mío lo consiento pero no demasiado si él se
cae ‘pues levántese mijo y venga lo sacudo, siga jugando’
pero si va y ‘ya no me va jugá más’ porque se me cayó…
No, tiene que ser echado pa’ delante. Que ‘¡ay! que yo el
niño mira que se me repeló’, ‘que se me va enfermar’…
No. Los más mimados se mantienen todos enfermos porque
no ve que se kicatean. Aquí tengo que colocalo en su suelo,
porque si no lo coloco en el suelo, cuando lo vaya a colocá
entonces llora y se me emputa. Y no me deja hacé nada.
Entonces apenas este calladito le doy su teta ahí mismito
le saco sus gases y lo dejo así en su suelo que juegue ahí.
Gisel Rivas63.
219
Gisel Rivas: Con el orine y el mentol. Uno les echa por
aquí un poquito aquí, acá de mentol, pues pa que les ayuda
aflojale la gripa.
Gisel Riva, Pizarro
220
porque hasta mi nieto le eche meao y ninguno se puso
bobo y están bien.
Luz Almira Góngora64.
221
Luego de eso usted coge la clara de huevo la gasolina
sin ligar y el unta aquí en la rodillita el periódico con el
alcohol. Coge el alcohol y se lo echa aquí en la rodillita
con la clara de huevo y ahora usted llega y le pone el
periódico y los deja ahí hasta el otro día. Eso es para que
caminen rápido a mí me caminaban a los ocho meses”.
Teresa Lozano Murillo65.
222
el fortalecimiento del sistema inmunológico y la búsqueda de equilibro,
en belleza y armonía, es en el fondo la búsqueda de la fuerza espiritual
y de carácter que serán la protección frente a las adversidades de la
vida. Por otra parte, prácticas y rituales pueden fácilmente ser juzgadas
y mal interpretadas desde los hitos y constructos sonoro-corporales en
el orden de las subjetividades de una sociedad hegemónica occidental.
De esta manera, expresiones culturales que integran la nación, se han
jerarquizado según un sistema de castas sociales y les ha asignado un
lugar en los imaginarios y planos cartesianos que definen las razas y le
otorgan categorías alrededor de lo frío y lo caliente, lo alto y lo bajo,
los civilizado y lo salvaje, lo humano y lo animal, lo limpio y lo sucio,
lo puro y lo impuro, lo racional y lo primitivo, etc. Así, muchas de las
experiencias y prácticas que hemos señalado en este primer aparte del
capítulo, deben ser comprendidos desde una perspectiva mucho más
compleja, menos etnocéntrica y desde la valoración de unas estrategias,
pensamientos y cosmologías propias que se resisten a seguir un modelo
único y que entienden la construcción corporal como un elemento ético
y espiritual.
223
Identidad y resistencia
225
implican “similitud” o “contraste” ¿Cómo construir las sonoridades
y corporalidades?, ¿cómo moldear los cuerpos con sus sensaciones
y sus movimientos para que se reconozcan o no, como parte de un
grupo social?
226
El “orgullo corporal” y la “arrogancia corporal” encuentran su génesis y
siguen sus trayectorias a partir de diferentes fenómenos históricos:
227
en la adopción de manifestaciones norteamericanas y europeas
que controvertían los códigos de “control”, “recato” y “buenos
modales” fortalecidos por las élites durante los siglos XVIII, XIX
y XX (Pedraza, 1999). En Colombia, los nuevos valores estéticos,
en el terreno musical, comienzan a hacer parte de la cultura popular
con la incursión de la música caribeña y el auge de orquestas (Big
Band) como las de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, las cuales
invitaban a una nueva experiencia del cuerpo ligada a imaginarios
y formas de representación en torno a la idea de “ser moderno” y,
paradójicamente, también en torno a la cultura afrodescendiente
(Wade, 2000). Así, la experiencia del cuerpo ligada al baile y a “lo
afro”, contribuyeron al fortalecimiento del orgullo y/o la arrogancia
corporal.
3. Los movimientos sociales de mediados y finales del siglo XX, en
contra de la discriminación racial, encuentran en la música y el
baile estrategias fundamentales de resistencia y posicionamiento
frente a las sociedades hegemónicas. El movimiento folklorista en
Colombia, liderado por intelectuales negros y mulatos como los
hermanos Delia y Manuel Zapata Olivella, encuentra en la música,
la danza y la literatura, un terreno fundamental de visibilización
y empoderamiento cultural. Este “cuerpo exótico”, este “cuerpo
228
orgulloso”, seguirá luego nutriéndose de los discursos posteriores
con los nuevos movimientos sociales en el marco de la Constitución
de 1991 y la Ley 70, en donde la primera consagra a Colombia como
un país pluriétnico y multicultural, y la segunda, ofrece el marco
jurídico de protección para los derechos y la diversidad cultural de
las poblaciones negras, afro, raizales y palenqueras en Colombia.
La preocupación y exaltación de la diversidad, que comulga con
los ideales de políticas transnacionales como las declaraciones de
la UNESCO de Naciones Unidas, contribuye a la proliferación de
espacios de visibilización de la cultura afro en nuevos festivales
como el Festival de Música del Pacífico “Petronio Álvarez” en Cali,
la celebración del 21 de mayo como el día de la Afrocolombianidad,
Las declaratorias del Espacio Cultural de San Basilio de Palenque,
las Músicas de Marimba y Cantos Tradicionales del Pacífico Sur
Colombiano y las Fiestas Patronales de San Francisco de Asís como
Patrimonio Cultural de la Humanidad y la emergencia de un nuevo
movimiento de cine documental y programas de radio y televisión,
que a nivel nacional y regional se ocupan de exaltar y difundir el
orgullo corporal de la comunidad afro en Colombia.
4. La representación de la fuerza, la destreza y el ritmo corporal
en las estrategias publicitarias de los fenómenos de mercado del
229
capitalismo tardío, en donde las grandes marcas encuentran en los
cuerpos musculosos de los deportistas o en los bellos rostros de las
cantantes negras, un terreno abonado donde el consumo se convertirá
en estrategia de legitimación y resistencia de la diáspora afro (Gilroy,
1993, Wade, 1997, 2000. 2008). Este movimiento internacional,
proveniente principalmente de Estados Unidos, nutre la “arrogancia
corporal” desde la publicidad y el mercado de grandes marcas. La
movilización de imágenes en las que se relaciona estrechamente
a la comunidad afro con las expresiones dancístico- musicales y
el deporte, convierten la triada “cuerpo-sonido-movimiento” en
el escenario central desde el cual los afro encuentran un enclave
estratégico para contrarrestar o alimentar el racismo frente a
sociedades hegemónicas tanto blancas como mestizas.
230
señalamiento y degeneración del “cuerpo afrodescendiente” desde la
explotación laboral, la sexualización o la exotización, son un mecanismo
eficaz para hacer de él un territorio mucho más fácil de explotar.
231
precisamente –con territorio compartido o sin él- alrededor
de una estrategia subyacente sistemática y reorganizadora
de materiales culturales exógenos, cuyo resultado son las
identidades culturales en crisol con fronteras abiertas y
móviles” (Losonczy, Anne- Marie 1999: 16)
232
Foto # 35 Niños de Pizarro haciendo música con botellas y palos. Bajo Baudó –Pizarro.
Julio de 2012.
forma de subversión de los órdenes hegemónicos y de reafirmación
de una identidad étnica y cultural (Jiménez, 2007; Quiceno,2013;
Cunin, 2003)
3. Identidad y género: Son los estudios que se han centrado en la
construcción discursiva alrededor del cuerpo masculino y el cuerpo
femenino, como elementos fundamentales de diferenciación étnica
y racial que responden a fenómenos históricos (Friedemann, 1993;
Maya, Camacho, Vargas, Viveros, 2004, 2007). En estos estudios
encontramos también un énfasis en las estrategias de señalamiento
y aprovechamiento (exógeno o endógeno) del cuerpo afro a partir
de la sexualidad (Wade, 1999, 2000; Cunin, 2003). Por otra parte,
como señala Peter Wade, cuerpo y sexualidad negra son percibidos
como lo bestial, lo primitivo, lo contaminante (2000: 4).
4. Identidad territorial: Son los estudios que han encontrado alianzas
fundamentales entre la concepción del cuerpo en las comunidades
negras y la concepción de territorio. El territorio como una
extensión del cuerpo y el cuerpo como una extensión del territorio,
explica los traumatismos que viven las comunidades cuando son
despojadas (generalmente por la guerra y la violencia) de sus
territorios ancestrales (Oslender, 2000; Arocha, 2004; Escobar,
2007; Camacho, 1999; Arboleda, 2007; Quiceno, 2013)
234
En “Velo que bonito”, nuestra pregunta por la forma en que se construyen
los cuerpos, sus sensibilidades y valores éticos y estéticos desde la
primera infancia, pasa por la cuestión de la identidad y es atravesada por
cada una de las perspectivas que acabamos de referir. Desde el embarazo
se piensa el cuerpo del infante desde la categoría y la identidad racial,
la mayoría de las veces nos encontramos con la pregunta por el color de
la piel y los posibles “juegos genéticos” que se pueden dar. En muchas
mujeres encontramos que no solamente hay una preocupación por la
piel (algunas exteriorizan el deseo de que sus hijos no salgan demasiado
negros) sino, la preocupación porque el pelo de su bebé (sobre todo si
es niña) , salga demasiado “duro”, “chontudo” o “macho”. En algunas
ocasiones encontramos que se establece relación entre la alimentación
de la madre en embarazo y el color de la piel con la que saldrá el bebé.
En entrevista con Pedro Fidel Moreno, de la población de Tanando,
nos explicó la relación que hay entre la comida y el color de la piel del
recién nacido.
“Usted está tomando cola granulada con buena leche,
remolacha, algo así, pero no dejando de no mezclarla con
la cola granulada y le sale paisa [mestizo]el bebé, ¿si?”
Pedro Fidel Moreno67
235
Como lo pude vivir con mi propia experiencia, al ser una pareja
“interracial”, es decir, mi marido negro y yo mestiza, encontramos durante
el embarazo una “tensión” generalizada por la fisonomía de Candelaria
“¿Saldrá muy negra?”, “¿Saldrá más bien blanca?”, “le saldrá su pelo
bueno, o muy duro?” Me decían… ¿Usted cómo quiere que le salga? Era
una pregunta obligatoria durante mi embarazo. Y muchas veces, algunas
mujeres se sorprendieron cuando expresé mi secreto anhelo de que fuera
muy parecida a su papá…
“¿Por qué?”- Me contestó una vez una señora. “Yo cuando
estaba embarazada rezaba para que mis hijas me salieran
claritas”…
“Y eso por qué?”- le pregunté
“Para que no sufran lo que yo he sufrido”
236
como el moldeamiento corporal cuando “se pringa” el cuerpo del bebé,
estén asociadas a una idea de blanqueamiento y transformación de la
estética afro, como el trabajo sistemático que se hace con la nariz del
infante para “sacarla” y que éste no sea tan “ñato”.
237
no demuestra tener suficiente destreza para los oficios o el baile. En
esta conversación de “Petu” con Teresa Lozano Murillo, encontramos
la fuerte filiación entre el baile y la identidad tanto étnica como familiar.
Para una mamá sería muy desafortunado tener un hijo que no sepa bailar.
No es una desgracia; pero se trata de un hecho poco afortunado.
238
Pero la relación música- danza- identidad, está atravesada por
acontecimientos históricos en los que el cuerpo se convirtió en un espacio
de subversión y resistencia frente a la sociedad blanca dominante. El
puertorriqueño Ángel Quintero Rivera cuenta que “en sociedades de
plantación donde el trabajo ha sido envilecido por la esclavitud y el ocio,
se identifica con los movimientos indómitos (apasionados, voluptuosos,
bárbaros) del cuerpo en el baile negro, resultaba especialmente importante
para la plantocracia demostrarle al mundo sus esfuerzos formidables
contra ese, su enemigo interno, contra la presencia corruptiva de su
otredad amenazante” (2009: 225). En la Nueva Granada, el baile negro
también fue considerado como una expresión que transgredía los
órdenes establecidos. Como señala Orián Jiménez Meneses “los bailes,
particularmente los de la plebe, eran mal vistos por las autoridades
coloniales y se prohibían tanto por ser espacios propicios para el desacato
del orden social establecido, como por estimular los sentimientos y
pasiones del cuerpo, lo cual conducía fácilmente a la ‘inmoralidad’ y a
la ‘vida licenciosa’” (2007: 509).
La perspectiva del cuerpo afro sexualizado, nos conduce a la siguiente
mirada desde la cual se ha abordado el cuerpo afro, y es la identidad de
género, en donde, como señala Peter Wade, la noción de raza pasa por
la idea de sexualidad y “ la sexualidad del negro ha sido el semillero
239
donde los no negros, hombres sobre todo, han cultivado ideas sobre sí
mismos: los ideales de civilización, pureza y control sobre la naturaleza
humana se oponen a la sexualidad negra percibida como bestial, primitiva
y contaminante; y en el mismo sentido, la ‘civilización blanca’ era
percibida como constreñida, sobrerefinada e impotente, y se la imaginaba
como temerosa de perder cualidades básicas pero también poderosas,
vitales, ligadas a la naturaleza, fuertemente masculinas y seductoramente
femeninas” (Wade, 2002: 25). En las prácticas y saberes que “construyen”
los cuerpos infantiles, vemos la preocupación permanente por la forma
en que se configuran las identidades de género y éstas a la vez, ligadas
a la sexualidad. Los órganos reproductivos: el pene, los testículos y la
vagina, deben responder a una estética determinadas y para esto existen
una serie de creencias y prácticas. Una de las creencias más difíciles
de comprender está relacionada con la construcción de masculinidad.
Cuando en la casa hay goteras, se ponen los testículos del niño bajo las
goteras para darle una forma determinada69. Pero hay que cuidar que el
agua solamente caiga en los testículos y no en el pene, ya que podría
tener un efecto contraproducente. En el grupo focal realizado en Tadó,
69 La lingüista chocoana Yijhan Rentería Salazar, quien realizó la lectura de este texto para su
corrección de estilo, hizo el siguiente comentario el cual resulta bastante lógico: “Sobre esto en
particular creo que hay una explicación. Nunca había oído lo de ponerlos en la gotera de la casa
pero si he escuchado de mujeres muy mayores que a los niños hay que hacerles remedio para que
“las bolas no les cuelguen”. Así que por analogía creo que lo que se busca es que el frío del agua
de la gotera encoja el escroto ya que este responde al calor dilatándose y al frío encogiéndose”.
240
en junio de 2012, sostuvimos una conversación sobre la forma en que
se debía “chumbar”, arreglar el ombligo o “pringar” el cuerpo del bebé
dependiendo del sexo.
Aura Caicedo: ¡Hombre! Llega y los testículos de los
niños los coge y se los sube acá porque si no se los sube
jajaja le quedan más largas jajaja y si es mujer también
se lo recoge y le cuña los pies para que suba es para que
no quede rabón ni rabona. Al hombre se le hace de una
forma y a la mujer de otra …
Octavila Mosquera: cuando se está arreglando el niño
o niña, si es mujer no se le corta el ombligo. Por decir
algo, no se le corta, si es mujer, no se le corta así pa’
abajo. Se corta para encima y si es hombre se corta
así de pa’ bajo porque si le corta de pa’ abajo apenas
queda con un botoncito y lo engañan no satisface
jajaja… Entonces muy difícil para quedar la mujer en
embarazo tiene que trabajar mucho y al tiempo es que
sale en embarazo porque antes de cortar el cordón
umbilical uno amarra porque si no se vacía y se le corta
para si es hombre, y se le corta para si es mujer… ahí
queda perfecto lo que fue una mujer con algo muy bien
241
acomodado jajajaja! Es que si hombe!
Petu: después de eso le hacen masajes o qué le hacen a
la mama?
Octavila: se trata de empinar un poco porque a la hora
de tener el hijo entonces el hijo fácilmente busca para
írsele la cabeza para unir la madre entonces si se trata de
ir empinando, empinando para que salga aquí sale aquí
no sale así.
Doris Mosquera: Con las niñitas así como ésta, así recién
nacida, uno tiene que cogé y quemase así un pedacito de
algodón y meteselo así a la partecita [zona exterior de
la vagina] para que no quede crestona para que le vaya
rebajando la cresta. Porque si no, le queda crestona.
Entonces tiene uno que coger algodoncito y quémalo y
aquí metéselo ahí porque si no quedan con la cresta [los
labios mayores] grande ¡jajaja!” 70
242
partes íntimas con el talón, en un movimiento suave y
sincronizado]… Y también cuando es mujercita, se le
mete una cuñita acá entre medio de las piernas [en la
zona exterior de la vagina]. Se le mete una cuñita de
trapo pa’ subirle las carnecitas y no ve que queda con su
cosita que no le quede larga jajaja
Petu: Y porque no puede quedar así?
Teresa: Ay mija! porque se ve muy feo! Horrible!
Chiquitica pero gordita jajaja
Petu: O sea hay que subírsela pa que quede gordita y no
quede larga
Teresa: Eso, exactamente! Ella va subiendo poco a poco
va subiendo a la medida que usted la va chumbando le
va metiendo su trapito y va subiendo, va subiendo así
que cuando ellas se engordan… Ay mija!! quedan ahí
recogiditas y lo mismo a los hombres se le suben las
bolsas pa’ que no quede con las bolsas chorreadas
Petu: Y como se le suben las bolsas?
Teresa: A los hombres se le mete una cuñita aquí y en
estas partes de aquí y otra acá, y las bolsitas que queden
montaditas encima de la cuña del trapito. Y entonces
243
llega usted, y tra! le aprietan el chumbador así que las
bolsas quedan montaditas ahí que no quedan con esas
bolsas chorreadas ahí jajaja
Petu: y eso porque no le pueden dejar así
Teresa: Ay porque se ve muy horrible. Hay que arréglale
las bolsas. Eso que quedan ahí guindado, quedan
así como un toro. Ay no!!! Hay que arréglale eso lo
primero, igual a la mujer. Es que la mujercita puede ser
chiquitico, pero después que sea gordito, después que
ella jovencea su cosita le engorda ta ahi recogido.
Petu: tiene que ser recogido
Teresa: claro tiene que ser recogido porque si no le
queda, si vea jajaja!!! …pa bajo todo tiene que ser
aprendido
Petu: ¿Y cómo las mujeres negras tienen las nalgas así
montadas? eso también usted…
Teresa: Eso también, algunas, ¡Ay! como cuando se
ponen un licra un pantalón les queda…, aunque no
sea grande pero después que este recogidita se ve muy
bonito. Eso y eso uno se siente bien pero que se lo deje la
mama así largo hay ve, ¡Dios mío! le digo…”
244
Foto # 36 Atrás Inés Asprilla Zúñiga, Luis Enrique Asprilla Zúñiga y su amiguita. Bajo Baudó -
Pizarro Julio de 2012.
245
Conversación entre Petu y doña Teresa Lozano Murillo
en Pizarro. Diciembre de 2011
Por otra parte, los procesos de endurecimiento corporal con los bebés,
dan cuenta también de ideas de los comportamientos que se deben tener;
es decir, la implicaciones sociales que tiene el hecho de “ser hombre”
o “ser mujer”. Con los niños se debe ser un poco más exigente en los
procesos de fortificación corporal, mientras que las niñas reciben mucha
más atención en el moldeamiento del rostro y del cuerpo para que sea
armónico. Gisel Rivas, una joven madre de Pizarro, expresa que:
Pues las mujeres uno las mima más porque como son
mujeres ellas, pues… uno que vive así como todo… uno
que es mujer mantiene todo su relajo sus cosas así, pues…
En cambio los hombres tienen que ser echados pa’ delante.
No pueden estar que cualquier cosita… que ay! van a
llorar! que parecen mujer! que uno mujer es la que vive
más débil pero entonces los hombres no. Tienen que ser
fuerte, duro tienen que esta echado pa’ delante. Hay unos
que hasta de tanto mímalos salen hasta maricas!”
Gisel Rivas71.
71 Pizarro, julio de 2012.
246
El cuerpo femenino y el cuerpo masculino, es física y culturalmente
moldeado según unos roles específicos en la sociedad. En contextos
urbanos muchas de estas ideas se reproducen en la medida en que la
sociedad mestiza hegemónica, también ha sexualizado el cuerpo afro,
y asigna para él lugares específicos: los hombres trabajan en oficios
que implican cargas pesadas y las mujeres, la mayoría de las veces en el
servicio doméstico y cuidando niños ajenos. Sin embargo, la identidad
corporal no se reproduce de la misma manera en los nuevos contextos
urbanos y mucho menos en situación de desplazamiento forzado. Y la
razón de esto, es porque los sujetos respondemos también a una identidad
corporal que se construye desde el territorio. La identidad corporal
territorial es la forma en que se vincula al ser humano con el espacio en
que habita y el espacio que lo delimita. Por este motivo, encontramos que
la relación cuerpo- territorio sale a flote en muchos de los estudios que
se proponen explicar las construcciones identitarias de las comunidades
afrodescendientes. El territorio es importante porque es en ella donde
están enterrados los ancestros; pero es importante también, porque en
ella se ha nacido. Y esto nos remite al ritual de la ombligada. Como
señala Santiago Arboleda Quiñones:
247
representa un buen caso, por ejemplo con prácticas como
la ómbligada’, en la cual la placenta del recién nacido,
niño o niña, se entierra en las raíces de un árbol ya
plantado o en las de uno que se siembra con este propósito.
El ombligo que le cura al recién nacido con sustancias
extraídas de plantas y mezcladas con resinas de animales,
seleccionadas de acuerdo al carácter y las funciones
sociales que le espera, teniendo en cuenta el momento del
alumbramiento, que desempeña el recién nacido, el cual
queda ligado para toda la vida a ese árbol, a determinados
animales y a ciertos minerales. Esta práctica se ha
vinculado con el pensamiento bantú, en particular con la
filosofía muntú, pues se sabe que muchos de los actuales
pobladores de la zona descienden de grupos africanos de
este tronco cultural”. (Arboleda, 2007: 468)
248
“Las concepciones del cuerpo son tributarias de las
concepciones de la persona. Así, muchas sociedades no
distinguen entre el hombre y el cuerpo como lo hace el
mundo dualista al que está acostumbrado la sociedad
occidental. En las sociedades tradicionales el cuerpo
no se distingue de la persona. Las materias primas que
componen el espesor del hombre son las mismas que
le dan consistencia al cosmos, a la naturaleza. Entre el
hombre, el mundo y los otros, se teje un mismo paño, con
motivos y colores diferentes que no modifican en nada la
trama común”
(Le Breton, 2002, p.17).
249
dinámico, se transforma, se moldea, “hecha raíces”, se enferma, se cura,
se daña, se castiga, se controla o se sataniza, a partir de unas cosmologías,
creencias y prácticas sociales. Estas dinámicas corporales responden y
nutren a la vez unos discursos identitarios.
Ser negro y ser chocoano está totalmente mediado por los imaginarios
que atraviesan las sonoridades corporales de los sujetos. El cuerpo y el
sonido hacen parte de una historia de dominación, asimilación y resistencia
de las comunidades afrodescendientes y esclavizadas. Y esa historia
es condensada, materializada y sentida en las expresiones dancísticas
y musicales. Los cuerpos sonoros fueron sexualizados, satanizados
y tachados de primarios, salvajes y ruidosos por las sociedad blanca
colonizadora. Pero por otra parte, los escenarios festivos (los carnavales
250
y las festividades cívicas y religiosas) se convirtieron en un espacio clave
de catarsis colectiva, seducción para las clases subordinadas y, por parte
de ellas, de rebelión. Como describe Ángel Quintero Rivera,
251
hablan de muerte, de tristeza, de duelo. De hecho, como hemos señalado
en el capítulo anterior, el gualí, que es la muerte del infante o angelito,
incluye rondas infantiles, romances, juegos, coplas de doble sentido y
una expresión corporal que no se reduce solamente a manifestaciones
dancísticas. Por lo tanto, la triada “cuerpo-sonido-movimiento”, es la
manifestación del sentimiento, no importa de qué tipo; es sentimiento,
expresión de ser y de existir, y es la respuesta a unas formas de ser de la
vida social de los pueblos en donde el vínculo y la identidad grupal se
construyen en gran parte a partir de dichos elementos.
252
San Pacho y San Pachito
255
destreza, fortaleza y resistencia física. Los desfiles de los barrios y las
procesiones religiosas implican caminar o bailar horas y horas bajo un
sol inclemente o bajo los contundentes aguaceros de Quibdó (recordemos
que estamos hablando de un clima húmedo de selva tropical). Por lo
tanto, para asumir dicho acto ritual tanto física, como emocional y
psicológicamente, los más jóvenes deben ser iniciados. El “San Pachito”
es precisamente ese ritual de iniciación: en él los más chicos se preparan
para asumir las arduas faenas de baile, rumba, jolgorio y devoción, que
les espera para cuando sean mayores.
256
pequeñitos (de cero a dos o tres años), que son espectadores y viven el
desfiles desde los brazos de sus padres o familiares, 2) unos un poco más
grandes (de tres a cuatro años) que ya participan en el desfile y que por
lo general están cansados, llorando y buscando los brazos de sus padres
porque el cansancio físico y los empujones a veces no les permiten
continuar , y 3) los más grandecitos (de cuatro, cinco o seis años) que
son los más alegres y bailarines. Estos últimos ya entienden de qué se
trata la fiesta y la gozan completamente mientras establecen una mirada
de complicidad con los ojos orgullosos de sus padres y profesoras.
El paisaje acústico del San Pachito está marcado por sonidos fuertes y
estridentes. Desde que están en el vientre de la madre, los infantes se
inician en este orden sonoro y terminan de asimilarlo en el trayecto de su
infancia construyendo de esta manera sensibilidades auditiva y corporal
específicas. La chirimía, que es el formato instrumental que acompaña las
comparsas en los desfiles del San Pacho y San Pachito, está conformada
por un tambor cilíndrico llamado tambora, unos platillos fabricados en
lámina galvanizada que les ofrece un sonido muy agudo, un redoblante,
un bombardino, un clarinete (que asume el rol melódico con notas por lo
general muy estridentes) y a veces, a este grupo se suman un saxofón o
un trombón. Paralelamente, este entorno sonoro incluye la música a todo
257
volumen de los camiones de las licoreras. Ante oídos extranjeros, esta
sonoridad sería tal vez el efecto más inclemente que deben soportar las
pobres criaturas que están siendo iniciadas en las festividades y el sentir
general del pueblo en torno a ellas.
Para los padres el mayor motivo de orgullo es ver a sus hijos bailando al
son de la música y disfrutando los estímulos sonoros que llegan a ellos.
Ser “san pachero” significa para muchos “ser chocoano” y “ser negro”;
es un sello de identidad local, racial y regional que implica un trabajo
de endoculturación sistemático acompañado de discursos y prácticas
específicas. El San Pachito, fue por lo tanto un terreno muy fértil en
esta investigación para analizar las actitudes de los padres y el afán que
éstos tienen por tener hijos que demuestren esa “fortaleza armónica”,
y carisma que desde pequeñitos ha sido cuidadosamente fortalecidos y
construidos.
258
Consideraciones finales de una identidad sonoro-corporal
Pero más allá de ser las plataformas desde donde construiremos nuestras
capacidades y “formas de ser” para la artes temporales; este kit de
261
pedagogías sensoriales desde donde interactúan las madres con sus
bebés, es en realidad una de las primeras estrategias de la humanidad
para sobrevivir y para constituirse como “sociedad humana”. Sonido-
movimiento han sido dos elementos fundamentales en la conservación
de nuestra especie por el importante papel que desempeñan dentro de
la construcción de vínculo y mutualidad del infante con el mundo, y
especialmente con su madre.
262
apuntalado. Pero, además, y como consecuencia de la co-
evolución de predisposiciones, la modalidad del vínculo
con el congénere cambió de forma radical: no sólo se
acentuaron los sentimientos de filiación, tal como podían
estar presentes en nuestros antepasados evolutivos, sino
que emergieron modos de sentir sofisticados vinculados
con la percepción del tiempo.
La presión selectiva para aquellos mecanismos que
garantizaran el contacto psicológico dio lugar a rasgos
importantes del andamiaje parental. Condujo a que
conductas filiativas presentes en otros primates –como
expresiones faciales, gestos, movimientos y sonidos– se
elaboraran o trataran de un modo especial, mediante un
moldeado dinámico, rítmico y trasmodal. Para atraer
la atención de los bebés, los padres elaboran sonidos y
movimientos ordinarios: repiten (frases, movimientos,
sonidos, expresiones faciales) y exageran (sus contornos
melódicos, su amplitud, su duración y las pausas entre
ellos). La elaboración –que conlleva saliencia, novedad,
expectativa y, por tanto, emoción– de lo que de por sí ya son
pautas filiativas tiene la virtud de conducir directamente a
263
un estado de mutualidad inherentemente placentero y da
lugar al establecimiento de las primeras experiencias de
intersubjetividad entre el bebé altricial y el adulto atento
(Dissanayake, 2000). La conjunción del desvalimiento
del bebé y del andamiaje parental abrió las puertas a que
un ser (el indefenso) y otro ser (su cuidador) entraran
en un contacto íntimo de sentimientos que trascienden
las emociones darwinianas clásicas (ira, miedo, alegría,
interés, tristeza, etcétera), que compartimos con otros
primates, y permitió que emergiera lo que Stern (2000)
y Trevarthen (1998, 2000) denominan sentimientos
temporales, modos de sentir difícilmente verbalizables
que se expresan con maestría en las artes temporales, la
música y la danza, pero que encuentran su germen y origen
en las interacciones tempranas en las que adulto y bebé se
entienden a través del lenguaje del tiempo”.
(Español, 2010:50)
264
la posibilidad de sincronizarnos y pensarnos como comunidad -lo cual, a
su vez nos ha permitido agenciar grandes empresas de manera conjunta-.
Así, la música parece ser mucho más que un tema de expresión de
sentimientos o espacio para el entretenimiento, en la medida en que ha
desempeñado un rol fundamental en el encuentro con el otro y con los
seres sobrenaturales que le han dado sentido a nuestra existencia (Francis,
2013; Fitch,2006).
Los arrullos
Las canciones de cuna, conocidas como arrullos, que se emplean para
dormir a los bebés, son tal vez la forma más fascinante en la consolidación
del vínculo de la madre con el infante. En los grupos focales les pedimos
a varias madres y abuelas, que entonaran los arrullos que solían cantar
a sus bebés, y lo que encontramos fue un repertorio maravillosamente
auténtico en donde sobre las letras de los arrullos más conocidos como
“Señora Santana” se improvisan sorprendentes melodías nunca repetidas.
Otras veces interpretaron temas desconocidos, composiciones propias o
romances muy antiguos con letras acomodadas para la ocasión. Cada
mamá tiene su forma propia de entonar un arrullo y rara vez se copia de
otra melodía ya existente. Como lo señala Madolia Dediego,
265
Foto # 40 Niños chocoanos
“Aquí las mamás empiezan a cantar desde cuando nos
tienen en el vientre porque ellas empiezan a componer sus
canciones sus arrullos para cuando nosotros nacemos.
Cuando nacemos ya tienen las canciones y con esas nos
arrullan para dormirnos”
Madolia Dediego72.
Los arrullos, son una de las manifestaciones más íntimas en las que se
fortalece el vínculo de la madre con su bebé. Por medio de estas canciones
de cuna, la mamá tranquiliza al infante y comienza un recorrido en el que
las sensaciones no solamente sonoras sino también kinésicas, olfativas,
gustativas y visuales, configuran una plataforma emocional que a la vez
tienen la función de ayudar al niño a conectarse con el mundo y regular
sus emociones (Trehub, 2013: 5)
267
Ese eran los cantos que yo y bailaban mis hijos, los hacia
bailá con eso”
Asunción Córdoba Bejarano “Chon”, Samurindó, junio
de 2012
268
Teresa Lozano Murillo. Pizarro (Bajo Baudó), julio de
2012.
Teresa Lozano nos cantó en Pizarro los arrullos que entonaba a la hora
de dormir a sus hijos:
“Cuando me vaya de aquí
Tres cruces voy a poner
Una para despedirme
Y otra para no volver”
269
“Mamita, mamita quién es mi papá
de tantos que tengo no sé cuál será
Salite a la calle ponete a llorar
el que te acaricia ese es tu papa”
jajaja! Ay no! un poco de arrullo les cantaba a los hijos cuando cogía los
niños hasta que me quedaba dormida arrollándolos,
270
“allá en la punta sardinata
se baila es en una lata así
se le baila a los hombres
cuando los ves con la plata”
271
el limón cayó en el pecho y
el zumo en el corazón”,
“Todo eso le cantaba a mis hijos les cantaba a mis hijos hasta que yo me
emborrachaba de tanto cantale jajajajaja me quedaba dormida jajaja,
ellos me podían… me colocaba a pampiá, pampiá [dar palmaditas en la
espalda del bebe]”. Teresa
272
comieron huevito,
huevito quedó
echalo en la petaca, se le avinagró,
echalo en la petaca, se le avinagró”
(Coplas, grupo focal de Cértegui, junio de 2012)
“Urrurrú mi niño,
urrurrú mi amor,
273
urrurrú mi niño,
urrurru mi amor
y este niño quiere que le cante yo,
cántele su madre la que lo parió,
urrurrú mi niño,
urrurrú mi amor,
urrurrú mi niño,
urrurrú mi amor”
274
¿De qué llora el niño? por un cascabel,
Vaya allá a mi casa yo le daré uno,
vaya allá mi casa yo le daré uno,
Él no quiere uno sino quiere dos,
Él no quiere uno sino quiere dos,
niñito chiquito ya no llore más
vaya donde tu madre ella te dará,
vaya donde tu madre que ella te dará
Urrurrú mi niño ya no llores más
Urrurrú mi niño ya no llores más”.
275
lo arrulle su madre la que lo parió,
lo arrulle su madre la que lo pario,
Urrurrú mi niño urruru mi Dios,
urrurru mi niño, urrurru mi amor.
276
Señora Santa Ana, señora Isabel…
de qué llora el niño
quiere una manzana que se le perdió
quiere su manzana que se le perdió,
díganle que calle yo le daré dos,
una para el niño y otra para vos orroro, orroro”
(Coplas, grupo focal de Samurindó, junio de 2012)
277
Como argumenta Sandra Trehub, los seres humanos estamos
biológicamente predispuestos a ofrecer buenos cuidados a nuestros bebés;
esto implica acariciar, calmar y también, la mayoría de las veces hacer
vocalizaciones que en ocasiones carecen de todo sentido ( y de tener algún
“sentido” el bebé igual no lo entendería). En los momentos de tensión del
infante, la madre, o la persona que se encarga de sus cuidados, es quien lo
apoya en la regulación de sus emociones; y para este efecto, los cantos
y las vocalizaciones se convierten en una de las técnicas privilegiadas
para calmar a los bebés. Según Trehub, sin la interacción que establece
la madre con el bebé por medio de sus cantos, movimientos y sonidos
vocales, el bebé lloraría mucho más y probablemente tendría problemas
en su desarrollo (Sandra Tehub, 2013).
278
Construcción corporal y valores para
la vida
Cada gesto, cada contacto con el cuerpo del bebé tiene una técnica
determinada, una razón de ser. El cuerpo del niño no se interviene de
cualquier manera. Se interviene a partir de unos saberes específicos que
se han transmitido por generaciones y que en estos contextos rurales,
incluso las más jóvenes hablan sobre ellos con bastante propiedad.
En las comunidades afrochoconas existen unas formas específicas de
moldear cada parte del cuerpo para conseguir la “fortaleza armónica”.
Pero esta fortaleza y esta armonía no son superficiales en absoluto; están
directamente conectadas con la fuerza espiritual y con los valores y
formas de comportamiento que en el futuro tendrá esta pequeña personita.
Es decir, que en la cosmovisión afrochocoana, el tiempo de la madre, de
la abuela y demás integrantes de la familia extendida, con el pequeño,
ese tiempo que se invierte en la construcción de su corporalidad, se verá
posteriormente reflejado en los valores y comportamientos de éste. Una de
281
las escenas más conmovedoras que vivimos durante el trabajo de campo
fue en Pizarro cuando presenciamos una escena en la que Teresa Lozano,
acompañada de su hija moldeaban cada parte del cuerpecito de su nieto y
con suaves palabras y entre risas, le indicaban cómo debía comportarse,
o más bien, cómo no debía comportarse cuando fuera mayor:
282
Mutualidad compartida
285
que guiarán el desenvolvimiento de este pequeño y su relación con el
mundo. Sin embargo, en las comunidades afrodescendientes del Pacífico
colombiano, la mutualidad y el “paquete ritualizado de secuencias
conducturales, vocales, faciales y kinésicas” no es un asunto exclusivo
de la madre. Como señalamos en el capítulo anterior al describir las
formas de organización social y la idea del “cuerpo colectivo”, en estas
comunidades el bebé que nace no es solamente un asunto de su madre
y su padre, es un nuevo integrante de una familia extendida en donde
abuelos, hermanos, primos, vecinos, comadronas, curadores, etc. entran
a hacer parte de los primeros vínculos del recién nacido con el mundo.
Todos pueden acceder a él, todos pueden opinar sobre él, lo cual nos
lleva al concepto de la mutualidad compartida en donde esos lazos que
el nuevo miembro de la sociedad establece con su entorno, trasciende el
vínculo con la madre; sin querer decir con esto, que este vínculo no sea
fuerte y no esté lleno de encantadores detalles en medio de las pedagogías
sensoriales: los rituales y el “trabajo” en busca de una “fortaleza armónica”
tanto física como espiritual.
286
de paseo al Río Pacurita (corregimiento de Quibdó). Martha llegó con
su bebé de cinco meses. Cuando regresamos del río, Martha se quejó: el
bebé no la había dejado hacer sus oficios tranquila. Según ella, no paró
de llorar en toda la mañana porque “es que a este niño el silencio le hace
daño”… “¿Cómo?” pensamos todos ¿Cómo es posible que a un bebé
“el silencio le haga daño?”… Era como si estuviera hablando de una
fruta o de la lluvia ¡No pudimos evitar soltar la carcajada! Nos parecía
sencillamente surrealista esta expresión. A nosotros, que siempre hemos
relacionado el silencio con un ambiente sano, el contexto perfecto para
un bebé de esta edad, nos sonaba realmente extraño. Así que me quedé
pensando en esta expresión y después de analizarla detenidamente le
encontré todo el sentido: En muchas zonas del Chocó, y específicamente
en Quibdó, la “bulla” es parte constitutiva del vínculo del infante con su
entorno familiar. Es en el contexto de la música alta, las risas y los gritos,
que los niños crecen y se reconocen como miembros de un grupo social.
287
sería una “distorsión acústica”. Pero es posible que este tipo de “sordera
colectiva” esté mucho más marcada en las nuevas generaciones y en los
centros urbanos, si bien las personas del campo hablan con un volumen
alto por lo general. Lo cierto es que el paisaje acústico del centro de
Quibdó y los hábitos de escucha de los equipos de sonido y televisores en
esta ciudad, evidencian que desde pequeños los niños se están iniciando
dentro de unos códigos y señales en los que predomina una especie de
“insensibilidad sonora”. Es decir, el tipo de auralidades que encontramos,
las formas de percepción auditiva de los jóvenes en el panorama actual
de los municipios en el Pacífico, se caracterizan por preferir los sonidos
fuertes y estridentes antes que el silencio y la tranquilidad. Mi tesis es
que esta sensibilidad se yuxtapone a los demás canales de percepción y
conexión con el entorno. En este sentido, las formas de comunicación no
verbal, el trato con el cuerpo del otro, la sensibilidad visual e incluso el
gusto, están marcados también por una preferencia ante la fuerza física,
el contacto táctil fuerte, el gusto por tonalidades de color llamativos,
calientes e incluso estridentes, y sabores salados y condimentados,
configurando de esta manera un lenguaje o kit sensorial muy singular.
288
De lenguajes y pedagogías sensoriales:
singularidades que se constituyen en la
primera infancia
291
junto con la experiencia del mundo, la experiencia consigo mismo y la
experiencia con los otros. En la primera infancia, nuestro sistema nervioso
se desarrolla en medio de un “performance de sonido y movimiento” y de
cuatro formas de percepción de movimiento: “moverse”, “ser movido”,
“moverse juntos” y “ver moverse” (Español, 2012). Comprendemos el
mundo a través de la vista, el gusto, el oído, el olfato y el tacto, y nos
percibimos a nosotros mismo a partir de la “propiocepción”, es decir,
la percepción o percatación consiente de nuestro cuerpo; este contacto
permanente con nosotros mismos es permanente y privado. De los dos a
los tres meses de nacidos, a esta propiocepción del infante, se le añade la
volición; quiere decir que el bebé tiene una autoría sobre sus movimientos
(Español, 2012).
292
A diferencia de las pautas de crianza de las grandes ciudades de Europa,
Norte América y América Latina, en las comunidades o pequeñas
ciudades más tradicionales, el contacto de los niños no pasa por el
exceso de cuidados y distanciamiento con el cuerpo del bebé que hemos
heredado de la pediatría moderna desde el siglo XIX. En las sociedades
rurales, existe una relación con el infante mucho más desenvuelta, sin
tantos requisitos y procesos de esterilización. Y en las comunidades afro,
encontramos de manera generalizada (y esto lo podemos corroborar en
cualquier película, documental o etnografía de las sociedades africanas o
antillanas por ejemplo), una relación desenvuelta y desprevenida con los
bebés en donde la interacción con su cuerpo pasa por la secuencialidad
que imprimen sonido y movimiento. Este ritmo secuencial a la hora de
interactuar con los pequeños, que comienzan a formar sus estructuras
sensoriales y motoras, marca por completo el trasfondo de sus formas de
percepción y capacidades para las artes temporales como la música y
la danza.
293
siempre bailando, siempre haciéndole movimiento a sus
niños. De hecho ellas no cantaban la música como tal,
pero hacían movimientos en la boca como (patrón rítmico
con los labios como dando besos), así, entonces con ese
sonido se le hacían movimientos al niño. Cuando ya el
niño se para, que empieza a caminar, uno le dice: (mismo
patrón rítmico) y ellos empiezan a bailar, y así siempre,
pues yo lo que conozco de mis hermanos menores es eso,
ellos siempre pues como que esa felicidad ha sido como
con la música, vamos a bailar y vamos a jugar”.
(María Antonia Curi, directora del Hogar Infantil de Tadó,
junio de 2011)
294
escucha una canción y no se durmió con esa, entonces
la otra canción, de tal manera que el muchacho pueda
dormirse, generalmente lo hacían para dormirse y para
jugar. Entonces lo cogían le cantaban, le decían cosas, de
dos, tres meses y los cogían de las rodillas, los paraban y
le decían cosas, y el muchacho entonces, eso que uno cree
que él no está aprendiendo, lo estaba aprendiendo, o sea
enseñaban de una manera inocente pero habían estímulos.
Habían estímulos, entonces, ese canto para que él se ría,
ese canto para que él juegue, ese canto para que él… todo
eso son estímulos… y son aportes que nuestra comunidad
ha hecho con nuestros bebés. (Wilson Murillo, Tadó, junio
de 2011)
295
Estas formas de interacción temprana con los bebés son sin duda la
plataforma que sustenta la aptitud y familiaridad de éstos con la música y
el baile. Los niños responden de manera inmediata a los códigos sonoros
que presentan una información de secuencia rítmica permanente. Las
músicas afrodescendientes en las que encontramos una priorización de
los patrones rítmicos sobre los melódicos, identifican a los niños que han
crecido en medio de la constante interacción de patrones secuenciales de
movimiento (arriba-abajo por ejemplo), las palmas y las vocalizaciones.
Otros niños, cuyas madres han puesto el énfasis en unos códigos sonoros
que responden a patrones más melódicos que rítmicos, en las que las
letras y el mensaje de la canción priman sobre el canto responsorial,
probablemente hacen parte de culturas musicales en donde el canto de
las mamás enfatiza la melodía y el mensaje de la canción.
296
vientre empieza a escuchar música: vallenato, chirimía,
salsa, aquí no hay una música específica. Entonces ya,
cuando ya nos agrupamos, nos enfocamos a la chirimía, a
la música tradicional. Pero el niño desde pequeño empieza
a escuchar en su casa, al día de nacido. Una mamá toma
el niño, la mamá toma al niño no hay caricia como tal…
la caricia es más bien el movimiento para que él baile
¿ya? La mamá lo coge del cuerpito y empieza (gesto con
las manos de mecerlo hacia arriba y hacia abajo), esa es
la caricia.
El niño está sentado, está aprendiendo a sentarse y usted
le está es cantando la canción que está de moda, y para
qué se la canta? …como siempre he dicho, la canción
lleva un baile. El palmoteo, el ritmo (canta y palmotea un
pequeño fragmento) este ritmo es para que el niño baile,
lógico, entonces el niño siempre está experimentando el
movimiento, tanto es que usted ve niños que usted dice
‘Ay! pero mírelo como se mueve! y tienen un añito”.
Beatriz Garcés, Tadó, junio de 2011.
297
todo formas de comunicación; mecanismos de ser, estar y hacer parte
de un grupo. La música es comunicación y está hecha para vivirla en
comunidad. Escuchar música con bajo volumen o para sí mismo, carece
de toda gracia. La música no es un bien que se consume y que se disfruta
de manera individual; es un elemento de profundo arraigo comunal y en
la que se unen tanto niños como adultos.
298
mutualidad se construye de manera más amplia con la familia extendida,
y el contacto visual no es tan importante (sobre todo en comunidades
en donde el mal de ojo constituye una realidad tan sentida y vivida).
Esto no quiere decir, que no haya mutualidad y no haya vínculo. Por el
contrario, en la medida en que la interacción y las relaciones se construyen
crosmodalmente, si bien hay comunidades en las que el “face to face” no
es tan relevante, ,hay una gran comunicación desde lo kinésico, desde la
pertenencia al grupo, lo gestual y lo sonoro; asistimos por lo tanto a una
“mutualidad compartida”. En las comunidades afrochocoanas, más que
el contacto visual y la caricia, hay otros códigos que ofrecen al infante
reconocimiento, filiación y amor: los juegos vocales, los pellizcos, las
cosquillas, los bailes grupales, los nuevos sabores, las palmas y sobre
todo, la relación con otros niños que en sus familias y en sus barrios van
a ser fundamentales para crear los vínculos con un entorno.
299
Foto # 44 Niño de la escuela tradicional de Tadó. Tadó – Chocó Junio 23 de 2012.
“moderno”, descrito y analizado por académicos como Michel Foucault,
David Le Bretton (1990) y, para el caso latinoamericano Zandra Pedraza
(1996). Si bien la concepción de la modernidad en los Estados- Nación
de los siglos XIX y XX, están estrechamente relacionadas con discursos
pedagógicos en los cuales la consolidación del sujeto moderno se basó
en gran medida en una especie de “domesticación” y control corporal en
donde el pudor, la limpieza y los gestos “delicados” se convirtieron en una
triada para la negación de lo que se consideraba “salvaje y natural”, el
orden corporal en las comunidades afrochocoanas se rige por la búsqueda
de control corporal pero basado en otro tipo de subjetividad en donde el
individuo debe ser trabajado y moldeado, mediante técnicas colectivas
para el fortalecimiento armónico corpo-espiritual. El repertorio que
rige dicho orden corporal está basado por lo tanto, en otras premisas:
la búsqueda de endurecimiento, la protección mágico-religiosa, y la
consolidación de vínculos y estrategias de amarre a una familia y grupo
social. Vemos por lo tanto que en el fondo, no nos referimos solamente
a unos códigos sonoro-corporales o a la triada de sonido-cuerpo y
movimiento; en realidad, con esta investigación estamos dando cuenta
de formas de subjetividad: estrategias de “sujetar” al individuo a la
sociedad, que son propias y que hacen parte de una visión diferencial de
lo que significa sentir, ser y estar en el mundo.
301
Sin embargo, estas formas de subjetivación están amenazadas por la
incursión de modelos hegemónicos que se insertan desde las maquinarias
del estado, los medios de comunicación y la economía de consumo.
Además, el Pacífico Colombiano, ha tenido que padecer la guerra
más cruel y despiadada desde finales de siglo XX, en la década de
los noventa, hasta nuestros días. Dicha guerra, encarnizada contra los
líderes de los movimientos sociales y los campesinos defensores de
su territorio, ha causado un inmenso desplazamiento hacia los centros
urbanos, acelerando de esta manera la pérdida de las tradiciones que en
este capítulo hemos descrito y analizado. En el próximo capítulo por lo
tanto, nos detendremos en los fenómenos que han significado un cambio
en el orden corporal, las estrategias y cosmologías que “sujetan” a las
personas y los hacen partícipes de un pueblo, un entorno y una nación.
302
Transformaciones y desarraigos en
las prácticas sonoro-corporales de
los afrochocoanos
305
señalamiento de médicos y enfermeras. Cuando María Petunilda Asprilla
“Petu” (mi asistente en esta investigación) dio a luz, fue tremendamente
maltratada por las enfermeras de turno en el hospital. La acusaban de
haber consumido aguas de las que recetan las comadronas para adelantar
el parto. Aunque Petu, había tomado agua de canela, las enfermeras del
hospital le dieron un mal trato porque, según ellas, había adelantando el
parto tomando “agua de carpintero”, la cual es una de las recetas de las
comadronas en los pueblos del Chocó.
306
hace el maestro. Así hay un adagio: la experiencia hace el
maestro, perro viejo ladra sentado jajaja. Cuando el niño
nace yo pido que por favor me lo traigan a la casa a ver si
tiene mal umbilical porque ahorita habemos personas que
están desempeñando el cargo porque yo no, en ese sentido
no lo desempeñan, desempeñando el cargo del trabajo que
hay y el reconocimiento del mal”.
Octavila Mosquera, Tadó, junio de 2012
307
Ana: y no le hace falta?
Bertha: No… bueno gracias a Dios que no me hace falta
porque ya Dios me está llamando y ya no puedo removerme,
bailar y participar en los chigualos como participaba
antes. Ahora Dios me llama y como me llama ya yo no
puedo estar en bailes.
308
los equipos de sonido con parlantes gigantes llamados “king kong” han
desplazado las sonoridades de los instrumentos acústicos y sobre todo
de los más tradicionales, también la maquinaria pesada que llega con la
irrupción de la “locomotora minera”74 inunda las calles, ríos y selvas
de acústicas metálicas y violentas que hacen del sonido del viento, las
quebradas, los ríos y la fauna de la selva un verdadero lujo cada vez
más preciado.
74 Metas y Retos para el sector minero energético. Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014
“Prosperidad para todos”. Departamento Nacional de Planeación. https://www.dnp.gov.co/Link-
Click.aspx?fileticket=r6xQE9fkGPI%3D&tabid=82
309
e iban trastiando así. A mí me gustan todos dos, todos
dos ¿oyó?, todos dos me hacían mover. Pero ya no se ve
eso… ya cayó. Hace más de treinta años que no veo un
sexteto. Y ahora ya se acabó todo lo que mejor dicho era
bueno porque ahora baila común y corriente se fue el pa´
un bailadero o se va usted también pa´ un bailadero y los
bailaderos coja usted su parejo y baila toda su noche con
ella y el también baila toda su noche con su mujer”.
Cipriana Hermández, Cértegui, junio de 2012
310
Foto # 46 Tadó –Chocó Junio 22 de 2012.
en momentos festivos y cotidianos. Sin embargo, cuadrillas enteras de
niños, en todos los municipios que visitamos, nos demostraron, que
ellos son los primeros en oponerse a una escucha pasiva, indiferente
o distante. Por el contrario: tapas de ollas, palos, tubos y botellas
conforman los formatos instrumentales que se apropian de las calles de
manera colectiva. E independientemente del repertorio que practiquen,
son los niños quienes recuerdan la importancia de la praxis musical
en colectividad; son ellos quienes nos demuestran que tenemos más
opciones que simplemente ser sujetos pasivos y receptivos de formas
externas musicales y cosmovisiones foráneas.
312
“la Estrategia Nacional de Atención Integral a la
Primera Infancia creada en el gobierno del Presidente
Juan Manuel Santos y cuya vocería está en cabeza de
la Sra. María Clemencia Rodríguez de Santos, que
busca aunar los esfuerzos de los sectores público y
privado, de las organizaciones de la sociedad civil y
de la cooperación internacional en favor de la Primera
Infancia de Colombia.
La Alta Consejería para Programas Especiales busca
transformar la manera sectorizada en la que se han
suministrado los servicios de atención a la Primera
Infancia creando la Estrategia Nacional De Cero a
Siempre, que reúne políticas, programas, proyectos,
acciones y servicios dirigidos a la primera infancia, con
el fin prestar una verdadera Atención Integral que haga
efectivo el ejercicio de los derechos de los niños y las niñas
entre cero y cinco años de edad.
313
gestación hasta los cinco años. La Estrategia De Cero a
Siempre coordinará todas las instituciones, tanto públicas
como privadas, para lograr garantizar, en el largo plazo,
una atención integral a 2’875.000 niños y niñas del Sisbén
1, 2 y 3.
314
de las instituciones para cumplir los parámetros de
atención integral establecidos por la Estrategia.
315
locales tradicionales es infinita. Como hemos evidenciado en estas páginas,
en Colombia existen grupos étnicos con prácticas y saberes específicos
sobre la primera infancia, que se insertan en cosmovisiones y estructuras
sociales propias y auténticas. En este sentido, lo más fácil sería caer en
una visión esencialista que condenara cualquier forma de intervención,
y que estigmatizara estas estrategias y “biopolíticas” anunciando una
especie de apocalipsis de las formas tradicionales. Sin embargo, en
primer lugar, los discursos de control colonizador siempre han existido y
muchas de las prácticas a las que asistimos actualmente son el resultado
de ellos; y en segundo lugar, otros aspectos culturales y económicos
han cambiado la vida social de las personas en estos territorios y esto
ya de por sí tergiversa las prácticas y saberes tradicionales y genera en
gran parte la necesidad de la intervención y más que intervención, la
responsabilidad estatal.
316
Velo que bonito es un homenaje a los espacios de afirmación cultural que por
cientos de años han conservado las madres y las abuelas afrodescendientes
del Chocó. Es una investigación que deja más preguntas que respuestas
sobre las diversas formas en que estas prácticas y saberes están siendo
transformadas y las implicaciones de dicha transformación.
317
La estigmatización, el señalamiento, la explotación, la erotización y la
exotización del cuerpo afro, han establecido en las comunidades una
doble dinámica de relación con el mismo: “el orgullo corporal” y “la
vergüenza corporal”. A pesar de que la cercanía con las estéticas afro,
marcó unas formas de ser moderno hacia mediados de siglo XX (Wade,
2000) y a pesar de que la estética afro coloniza cada vez con mayor
fuerza las marcas y los espacios de consumo más hegemónicos en el
mundo, las cicatrices de la esclavitud siguen haciendo mella y todavía
hay un trabajo muy grande para hacer en la construcción de procesos
de reafirmación y autoestima de estas comunidades, que por lo demás
siguen siendo las más pobres y abatidas por las dinámicas de la guerra y
el desplazamiento.
Las madres y las abuelas del Chocó, con el mantenimiento de sus prácticas
y rituales, con la constancia de ese trabajo desde el moldeamiento y
el perfeccionamiento corporal que inserta valores de vida y fortalece
espiritualmente, con sus cantos y arrullos que cuentan historias y amarran
el alma de los niños a una tradición, son un pilar en los procesos de
resistencia, valoración y empoderamiento en los afrocolombianos. Pero es
difícil que estas prácticas y saberes se mantengan por fuera de su territorio.
Las comunidades indígenas y campesinas del Pacífico colombiano son
su territorio y su cuerpo es el mismo territorio. Por esta razón, ante la
318
Foto # 47 De izquierda a derecha Bernavela Palacios, Encarnación Murillo “Conoa”, María de la
Luz Robledo.
incursión de las políticas capitalistas extractivas que velozmente están
arrasando con la selva y contaminando los ríos, todas estas prácticas se
ven altamente vulneradas. Es importante por lo tanto demostrar que las
comunidades indígenas y campesinas del Pacífico Colombiano son el
garante de la tan valorada, exaltada y explotada “biodiversidad”. Que la
biodiversidad no es un conjunto de datos y estadísticas que arrojan las
especies de fauna y flora cuidadosamente analizados y cuantificados por
los científicos. La biodiversidad es la explosión de la vida en todas sus
dimensiones y es la gente: las comunidades que por años han cuidado
de su territorio y le han dado sentido en medio de sus prácticas, saberes
y cosmologías. El trabajo intensivo que al interior de los hogares y por
cientos de años han mantenido madres, abuelas, comadronas y curadores
de ojo y del mal de nación, es sólo un pequeño ejemplo de los mecanismos
que tienen las poblaciones afrochocoanas para comulgar y hermanarse con
su territorio. El propósito de estas líneas es por lo tanto evidenciar toda
esa riqueza que yace en los hogares de las comunidades del Pacífico y,
con ello, contribuir a la valoración, el empoderamiento y los procesos de
resistencia de la gente negra en Colombia. No desde los discursos trillados
y la arengas de automarginalización; pero sí desde la visibilización de
las sabidurías y las estrategias de supervivencia y mantenimiento de una
tradición de los más invisibilizados; o mejor, de las más invisibilizadas.
320
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Velo que Bonito se terminó de imprimir en la ciudad de Bogotá, D.C.
en el mes de julio de 2014 en los talleres de Opciones Gráficas Editores Ltda.
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