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DINOS CÓMO SOBREVIVIR A NUESTRA PROPIA

HUMANIDAD

Como si fuese una lluvia intensa que nos cae cuando estamos a la
intemperie y además no disponemos de impermeable o paraguas, es
más o menos así como, la mayoría de los habitantes de este planeta
estamos siendo mojados por miles de gotas de información, calificada,
descalificada, oficial, no oficial, espontánea, preparada, chequeada,
sin chequear. Son gotas que aunque muchas puede no penetrar
nuestra piel, al cabo de cierto tiempo, vemos alterado nuestro umbral
de tolerancia, y la piel empieza a arrugarse de tanta agua. Satura y
enmudece.

A esto se le agrega que el diluvio está acompañado, desde el inicio,


por el miedo, el pánico desatado por la información que circula debido
a la inmediatez de las redes sociales y redes de noticias. Creyendo
que estamos más protegidos que nunca por el Estado y sus
adyacentes poderes, enterados que efectivamente hay una grado de
verdad indudable acerca de la capacidad destructiva del corona virus,
pasamos a ser capturados por esa información (que no es lo mismo
que un “saber”) y obedientemente nos plegamos a la autoridad que
nos está salvando y salvando a la humanidad toda.

Dentro de este amplísimo panorama, me llama mucho la atención que


no se haya estudiado, al menos descriptivamente, el hecho de que
desde hace 40 años estamos habituados a protegernos contra los
virus, en cada casa, en cada empresa, en los organismos de gobierno,
en el campo militar, como parte del riesgo de usar la red, la web,
como un costo a pagar por los super beneficios que nos propone el
uso indiscriminado de la red. Estoy hablando concretamente de los
‘virus informáticos’ que circulan en las redes y sus poderosos
acompañantes, los sistemas antivirus que no hay computadora que
no disponga de uno, y que están diseñados para salvaguardar la
“salud” de nuestra herramienta esencial de la vida moderna. Con esto
quiero decir que no es poca cosa estudiar detenidamente y
responsablemente, las condiciones en que el mundo se dispuso para
que otro tipo de virus, el que destruye las células del cuerpo, haya
tomado protagonismo tan relevante en los últimos 30 años (SIDA;
EBOLA; AVIAR; VACA LOCA; ETC), y que ha puesto en peligro a todo
el sistema planetario, ahora con esta mutación de la gripe.
Sabemos que las epidemias y pandemias no son nuevas. Han asolado
en los años de la historia haciendo morir a cientos de millones de
habitantes. Pero lo que es único en la historia es el modo de
respuesta que están teniendo los estados y sus gobiernos, y el modo
en el cual están ejerciendo políticas de encierro y cuarentena estricta,
gobiernos que de por sí nunca antes tomaron en serio las
recomendaciones que le llovían del cielo acerca de los peligros de una
pandemia. El ejemplo más sonado es el de Bill Gates en el 2014,
quien pedía a los gobiernos que dedicaran esfuerzos y recursos
económicos para anticiparse a lo que vendría en el futuro próximo. No
desentona el hecho que lo haya dicho uno de los responsables e
inventor de la computadora personal y el sistema operativo más
exitoso y usado del planeta. Algo sabía acerca de los virus. Las
recomendaciones estaban, pero se las ignoró por múltiples razones.
Ahora lloramos por la leche derramada. La verdad está en que el
sistema sanitario no es capaz de paliar el número de enfermos que la
epidemia trae consigo. Recordemos que nunca , ningún sistema
sanitario de la historia estuvo a la altura de las circunstancias, salvo
tal vez en el caso del ébola.

Pero este pequeño escrito no pretende ahondar en este dilema sino


describir, contar, referirme a cómo convivimos con el alerta del virus
en nuestras computadoras, y si esto es así es posiblemente porque
debe de haber un sutil parentesco entre ambos discursos. El
lenguaje de la informática adoptó, no inocentemente o por azar,
llamar “virus” a aquellos programas que fabricados artificialmente,
podías pegarse a cierto programas de las computadoras y así,
copiándose a sí mismos, inutilizar parte de los archivos existentes, o
sea el capital que cada quien tiene en su máquina.

¿A QUÉ SE LE LLAMA VIRUS EN EL CAMPO DE LA BIOLOGÍA Y EN


EL DE LA INFORMÁTICA?

Partamos apoyándonos en la lengua.“Virus” en latín quería decir


humor, líquido y además, veneno, ponzoña, mal olor. En casi todas (si
no todas las lenguas) se dice así: “virus”.

Un virus es un agente infeccioso no celular, constituidos por material


genético y que cuando se ponen en contacto con células específicas,
penetran la membrana y se copian a sí mismas dentro del núcleo de
la célula finalmente destruyéndola y así se multiplicándose dentro del
sistema del organismo. Son proteínas, cadenas de ADN que están
recubiertas por otros elementos no proteicos, lípidos en algunos
casos, que hacen de envoltorio y contacto con el exterior. Digamos
que el organismo puede no disponer de células macrófagas, que
detecten esto componentes extraños, o no disponer de cantidad
suficiente de ellos como para anular el efecto dañino y el organismo
finalmente sucumbe, muere.

En el caso de que estemos hablando de la segunda acepción, veremos


que se trata de un programa software que tiene como objetivo alterar
el funcionamiento normal de un dispositivo informático, sin permiso o
acuerdo del usuario o conocimiento. Es un fin malicioso y que
reemplazan archivos ejecutables por otros infectados por un código X.
Se propagan a través de la red y basta que se abra un archivo
infectado para que se contagie el sistema operativo. Ya volveremos
sobre los detalles del funcionamiento de estos virus.

Un poco de historia no viene mal. Se sabe que ya en 1972, apareció


una interferencia en algunas pantallas de aquellas computadoras que
bajo el nombre de “Creeper” colocaba un mensaje en la pantalla que
decía “Soy una enredadera… agárrame si puedes”; no tenía un
propósito destructivo sino solamente experimental. Así se inventó el
primer “antivirus” “Cegador” para neutralizarlo.

En 1984, Fred Cohen, un investigador de la Universidad de California


del sur, fue quien en un documento presentado en un foro, acuñó la
palabra “virus” a una secuencia de símbolos que en un cierto
contexto, hace que otra secuencia de símbolos pase a contenerlos o
convertirse en ellos. Si consideramos a las proteínas también como
secuencia de símbolos y a la bioquímica del núcleo como su contexto,
el virus informático pareciera que actúa de la misma manera. Cohen
en ese entonces no encontraba en el medio matemático de trabajos
realizados acerca de la “seguridad del computador”. Entonces a cada
realización de un virus se la llamó infección y el tiempo que le toma
realizarlo es el tiempo de dispersión. ¿Que podría suceder si
espontáneamente se produjera un virus en una computadora? Cohen
decía que era más dañino a veces la cura que la enfermedad, ya que
para erradicar el virus hay que hacer desaparecer los archivos
infectados y posiblemente algunos por infectarse. Para eso consideró
que era mejor colocarlos en “cuarentena”, para que solos, se auto
anularan, se neutralizara su efecto, caducara su potencial disparador
de información incompatible con el sistema operativo.

Por otra parte Cohen decía que la relación entre el modelo


matemático y el biológico era más o menos exacto, debido a que no
disponemos d una definición precisa de qué es la vida. Y asumimos
que la vida tiene dos características: Reproducción y evolución, que
es como decir, supervivencia y cambio. Un cristal por ejemplo se
reproduce, se replica pero no cambia. El agua es otro ejemplo: cambia
su forma, pero no puede reproducirse por si misma. Por lo tanto, la
vida es algo así como un acoplamiento, de la forma con el entorno.

Cohen finalmente aseguraba que no hay un anticuerpo universal, ya


que no se puede impedir que haya virus dispersos. Es como con las
ideas; por más libertad de pensamiento, no se puede prevenir la
difusión de ideas en contra de la libertad de expresión. Una paradoja
de Russell. La protección absoluta de un sistema solamente se puede
lograr con el aislamiento absoluto, pero esto es inaceptable. La receta
sería que si no quieres tener virus en tu computador, no te conectes
con internet, nunca. Por lo tanto, si se trata de compartir (lema
fundamental del uso de la red) no existe el control total.

De allí en más se fueron creando industrias, compañías (buenas)que


ponen a los usuarios bajo su tutela para protegerlos de los virus
(malos), a cambio de dinero, o en otros casos (gratis pero que se
financian con datos del usuario), propaganda marginal, etc. Es un
poco como la mafia que llega al pueblo y visita a todos los
comerciantes para ofrecerles cuidarlos de las agresiones y amenazas
de los “mafiosos malos”, los cuales son ellos mismo actuando ex
profeso para generar el miedo de la sociedad.

EL PARADIGMA DE LAS VACUNAS

Decimos que la carga dañina del virus informático luego queda


alojada en la memoria RAM. Toma el control del sistema operativo y
alcanza incluso a grabarse en el disco duro. Otro modo de infección
es por los gusanos “worms” que estos se replican pero a través de las
redes funcionan como “delivery”. O los famosos ‘Troyanos’ porque
emulan a los troyanos de la Ilíada que alojaron al caballo dentro de la
ciudad sitiada y desde dentro atacaron.

Con respecto a los sistemas de prevención llamados “anti-virus”, los


hay “activos”, que descubren las trazas que deja el virus para así
eliminarlo o dejarlo en cuarentena. Y los “pasivos” que son en sí
recomendaciones: no instalar software de dudosa procedencia; no
abrirle la puerta a desconocidos (mail); usar la opción de “privacidad”
o borrar la memoria caché habitualmente.
Por el lado de la biología, el ejemplo más ilustrativo fue el de la
poliomielitis, que en 1950 había causado 30.000 muertos en EEUU y
miles de secuelas. Nacieron dos tipos de vacuna: primero la Salk, que
usaba lo que se conoce como “virus muertos” ( inactivos). Se
producen en el laboratorio inactivando al virus patógeno mediante
calor o formaldehído: la estructura queda intacta para que sea
detectado y produzca el organismo anticuerpos listos para neutralizar
al virus en caso de entrar al organismo. Es más lógico llamarlos
‘virus inactivos’ porque a fin de cuentas, el virus no es algo vivo.

La otra solución fue la vacuna Sabin, que está preparada usando


virus “atenuados” (como para la fiebre amarilla) y que consiste en
poner el virus en cultivos o en embriones de animales (pollos) y se van
creando sucesivas reproducciones controladas hasta el momento en
que se perfecciona en el pollo, pero deja de ser nocivo para las células
humanas. Y así es que se imparte en los humanos para producir
anti-cuerpos. El sistema inmunológico ahora los reconoce, pero no
puede reproducirse y es más eficaz que la vacuna anterior.

EL LIBRO NEGRO DE LOS VIRUS DE LA INFORMATICA

Fue publicado en USA un libro que ha circulado y está a la venta


actualmente, el cual de alguna manera enseña cómo fabricar virus. Y
todo comenzó a partir de la instalación del Windows 95, que
desplazaba al anterior sistema operativo el DOS.

Estos desarrollos dentro del campo de la computación han sido


sumamente activos e incluso el autor encuentra que ha sobrepasado
a los trabajos en biología. De alguna manera se puede decir que es
una re-escritura de los desarrollos en el DOS. El libro, curiosamente,
aporta (a la manera de un libro de cocina) nuevas recetas e
ingredientes. Es un libro de información y no pretende ofender a
nadie (dice el autor). Y se defiende aclarando que cualquier modo de
control de esta información convierte al asunto en una suerte de
esclavitud frente al monarca o tirano, a Dios incluso, que es quien
dice qué hacer y cómo hacerlo, que tener y qué no tener. Aboga por la
completa libertad de la información para que la ley no se convierte en
demasiada ley.

¿A quien le interesa sobre todo disponer de antivirus y de comandar


las acciones de los interesados? Por un lado habla de las empresas,
todas, ya que usan sistemas informáticos en una enorme cantidad.
Basta que haya un 1% de ellas que esté infectada con un virus, para
que ponga en cuestión el resultado del 99% restante. También en el
campo de las aplicaciones militares ya que las armas de los últimos
50 años, están cada vez más vinculadas necesariamente con las
computadoras. No hace falta ir muy lejos: los drones militares o los
aviones de combate teledirigidos a distancia. Si eso llegara a estar
infiltrado por un virus, todo el sistema de defensa y ataque de los
países quedaría en jaque. No estamos hablando ni de sables ni de
fusiles ni de barco con cañones ni aviones de combate de la segunda
guerra. Eso es así porque la población del siglo XXI ha quedado
totalmente por fuera del conocimiento de cómo funciona el sistema
militar. Las armas ya no son lo que fueron desde el inicio de la
historia. El cuerpo a cuerpo de la guerra ha sido desplazado por el
escritorio.

El libro denuncia que el movimiento general de los países está yendo


inexorablemente hacia un ideal del estado benefactor de Orwell, que
es el de un monopolio informático y donde su poder está basado en
saber todo acerca de todos. (Y este libro fue editado en 1999). Basta
con leer el estatuto fundacional de Google para saber que esa
empresa tiene como meta disponer de toda la información que se
produce en el mundo. Es cuando la ley se convierte en inmoral y
cuando su obediencia es inmoral.

Otro caso de vigilancia anti virus es el de la economía global e


impositiva. Qué sería de ese sistema recaudador si se invalidara el
sistema operativo, aunque sea parcialmente. La computadora como
herramienta para crear plusvalía, debe ser cuidada por el sistema del
capital ya que si pasa cierto nivel de inoperancia, afectaría la cadena
de producción y consumo, es decir , los medios en que se realiza la
sustracción del valor al trabajo de los hombres.

Lo que llama la atención por ser tan fascinante es que de pronto la


computadora parece que se independiza del usuario y parece que
está viva. Debido a ello es que Von Neumann por ejemplo, pretendía
llamar a los virus “automatón autoreproductivos” para descargarle
la carga emocional que tiene la palabra “virus” y que los condena a
ser equivalente a seres o entes del mal. Repito. Los virus biológicos
no son personas ni semejantes con intenciones distintas a las
nuestras. La diferencia con los virus informáticos, es que estos
últimos son fabricados por seres humanos con fines variados y
políticamente diversos. O sea que detrás de los virus de internet hay
un “”alguien”, mientras que detrás de los virus biológicos hay
“nadie”. Están vacíos de sentido. Si es así ¿porqué se les cubre de
algún sentido? Para darle sentido a lo que no lo tiene, como decía
Henry Miller acerca de la sexualidad. Es en ese preciso lugar donde
surgen las teorías conspirativas, discursos que colocan una especie
de “alguien- alien” donde está vacío de sujeto.

LA VIDA Y SUS METAFORAS

Heráclito llegó a decir: “vivir de muerte, morir de vida”. Lo que


diferenciaría a una cuerpo vivo’ de una máquina, es que en la
primera, las células se mueren y se recambian, mientras que en la
máquina se desgastan los elementos pero no se recambian solas.
Para ello el operario realiza el recambio de todo o de partes. Mientras
el ser vivo rejuvenece todo el tiempo para poner distancia de su
caducidad definitiva, la máquina se envejece todo el tiempo. Debido a
que es mortal es que siempre se está rejuveneciendo. Trincher decía
que la vida sólo puede existir a la temperatura de su propia
destrucción. Edgar Morin escribía que la vida es una navegación
sobre un océano de incertidumbre a través de archipiélagos de
certeza. Para él lo que diferencia a una doctrina de una teoría es que
la primera se blinda contra cualquier cambio y por eso duran siglos
mientras que las teorías se recambian, se renuevan. (Para el
psicoanálisis, en el caso de la enseñanza de Lacan, ella no condice
plenamente con ninguna de las dos.)

Valery anunciaba que los peligros que acechan al hombre son el


desorden y el orden o más bien, que el desorden esté en lugar del
orden, y el orden en el lugar del desorden. Los mayores crímenes la
humanidad se han realizado en nombre de la purificación, es decir,
de la verdad, como apegarse a un reglamento, o algún contrato de
manera absoluta. La purificación es un termino que es recuperado
por la biología y sabemos muy bien lo que contribuyó a poner en
movimiento el extermino que realizaron los nazis de la mano de la
industria moderna. Muerte industrial. Para Morin, el peligro máximo
es el de cerrar el mundo al encuentro de lo diferente.

Pero ¿qué es la vida? ¿Es una pregunta adecuada? Porque la vida


tiene demasiada heterogeneidad para acercarla a cualquier unidad.
¿En qué se diferencia un ser vivo de un no vivo? En el ser vivo, por
ejemplo, todas las reacciones siguen un programa prefijo y que
apuntan a la autoreproducción, la mutación y el metabolismo de tal
manera que el organismo no caiga en el equilibrio. Hace falta tensión.
Lo mismo para un sistema lógico de lenguaje que requiere reglas,
letras pero que sobre todo requiere primero el acto de lectura. La vida
surge a partir del desorden y donde haya gradientes termodinámicos.
Pero paradojalmente, para que se continue, requiere que el organismo
se regenere ordenadamente.

Fueron Watson y Crick quienes inventaron un sintagma algo


inquietante al hablar de la “información genética” en el campo de la
biología. Claude Shannon fue quien usó la información como una
medida cuantitativa de la complejidad de los códigos lineales.
Schroedinger decía que los cromosomas son el código jurídico y el
poder ejecutivo a la vez. Porque a fin de cuentas el ADN es una
molécula muerta ya que no se puede auto reproducir y son las
enzimas las que producen el ADN. Crick llegó a decir que una vez
que la información entró en la proteína, no puede volver a salir (1958)
El código genético tiene la estructura de un mensaje: Haz una
enzima!! El uso metafórico de la información proporcionaría el vector
para la diseminación del significado dice Evelyn Fox Keller.

Entonces ¿cómo es que la vida, la estabilidad de la memoria genética


es estable frente a un mundo de disipación de la energía?

Spinoza decía que la sabiduría del hombre está en meditar no sobre


la muerte sino sobre la vida. Fu durante la segunda guerra mundial
que se desarrollaron los mayores descubrimientos en el esfera de la
comunicación y administración de datos, ya que en ese tiempo nació
el cómputo, los códigos, los datos, las mujeres ocupando funciones en
la inteligencia, Türing, feedback y todo esto es lo inverso de la
entropía (caos). El paradigma de la guerra total aceleró y causó deseo
de dominar al enemigo en la dimensión del saber antes que en el del
cuerpo. Calcular algo acerca del deseo del otro, acerca de su
estrategia, su ideal, su proyecto, su fantasía.

Pero volvamos a los virus y sus metáforas. Porque es en este renglón


que Susan Sontag (con su libro que ya es un clásico: “La enfermedad
y sus metáforas”) nos impulsa a tener que insistir. Porque para ella
pensar es en sí una interpretación. Y que esa redundancia produce
más de lo mismo. Proponía, a contrapelo de toda opinión
hermenéutica, el dejar de pensar o sea, dejar de lado muchas veces a
las metáforas, como las que usó Virchow para apuntalar a la célula
como unidad, diciendo que era una metáfora de Estado. El campo de
la poesía no se debe de superponer a los demás campos, sino más
bien diferenciarse de ellos. Los peligros de hablar del cuerpo como si
fuese una empresa o una máquina. Lucrecio decía que había que
devolverle a los músicos la “armonía” ya que no hay armonía corporal.
Otros ejemplos: el cuerpo como un templo; la enfermedad como un
enemigo que invade (John Donne) o el cuerpo como un campo de
batalla, de pelea, lucha, guerra, agresividad. No está de más recordar
que Freud también acompañó sin quererlo esta moda, al hablar de
lucha entre instintos, o la pelea entre el oso y la ballena o el síntoma
como resultado de una transacción, y muchas más.

Cuando hay una guerra no se le pide a la gente que tenga presente el


costo y los resultados prácticos; no hay lugar para la prudencia y
ningún sacrificio es excesivo si hay que defender a la patria de un
invasor que aniquila a los jóvenes o los viejos. Las víctimas sugieren
inocencia y la lógica del inocente sugiere culpa. (Nada más parecido
a la guerra de las Malvinas en la Argentina que lo que está
sucediendo a partir de la política de enfrentamiento contra el
coronavirus, que viene de a poco llegando desde Europa, y que
requiere de prepararse a la invasión; no se habla de otra cosa y se
entiende que los médicos están a la altura de los soldados de
entonces).

Sontag promovía no incitar a la imaginación, no agregarle significado


sino privar de significado. Las metáforas, como los mitos, pueden
también matar. Decir que el cáncer = muerte. (Ella padeció de cáncer
durante muchos años y hablaba por experiencia).

El SIDA, por ejemplo, no es una enfermedad en sí misma; es una


constelación pero se la describe como una invasión-polución a través
de los fluidos sexuales y sanguíneos, usando la metáfora de la
paranoia política en la época (1983) en que había concluido la guerra
fría, en plena era de la ‘guerra de las galaxias’. El discurso imperante
era que había millones de individuos que cobijaban al enemigo (virus)
sin saberlo. Es como el Stress, o el bulling, nombres que no nombran
al objeto sino que lo imaginan. La transmisión sexual condenó a un
escenario donde era condenado el raro, al promiscuo, a la costumbre
contra natura o compartir la aguja con el otro. Se luchó mucho en
las calles y en los medios para desmoralizar a la enfermedad y
realizar políticas de prevención de la transmisión del virus sin tener
que censurar los actos privados de los ciudadanos.

El paradigma moderno por excelencia es hoy por hoy el del análisis


de los datos y la exploración por imágenes frente a la enfermedad
como “extranjera”, el mal chino, la infección napolitana, la gripe
española. El caso contrario más sonado en la historia, es cuando
cuando la viruela asoló las poblaciones nativas de lo que sería
América, en la cual los “civilizados” (extranjeros) enviados no por los
dioses sino a través del deseo de comercio y las guerras de invasión
trajeron consigo la peste virgen para los habitantes.

La velocidad de las imágenes es la que acelera el fantasma tan


temido. En complicidad imaginativa con el cine y la televisión ante
los desastres, el abuso informativo de los cientos de canales, requiere
de la velocidad de la comunicación para genera un mercado de
receptores. Todos los trabajos de Paul Virilio acerca de la bomba
informática o la sociedad de la velocidad; o el planeta enfermo de
Debord. Para el pensamiento actual mayoritario, sólo lo cuantitativo
es metodológicamente lo serio, lo medible, lo efectivo; lo cualitativo no
es más que un incierto decorado subjetivo o artístico Si la sociedad
están peligro, todo está permitido de ahí la militarización del discurso.

La época que posee todos los medios técnicos para alterar totalmente
las condiciones de vido sobre la tierra es también la época que, en
virtud del mismo desarrollo técnico y científico separado, dispone de
los medios de control y previsión para medir por adelantado adonde
lleva el crecimiento automático de las fuerzas productivas alienadas.

Hoy 2020, no alcanzó con Chernobil, ni el calentamiento global, ni


la acelerada extracción de más y más fuentes de energía no
renovable, ni la muerte de los océanos, ni la desigualdad monumental
entre los que acumulan la riqueza y aquellos que solo pueden
sobrevivir con lo mínimo. Porque, como todo puede circular, la
contaminación atmosférica es un caso, la exportación de basura de
un lugar a otro, es debido a que lo regional ha dejado de tener valor
frente a lo global.

PEQUEÑA CONCLUSIÓN

Las respuesta mundial a la pandemia tiene esta forma porque hay


un sistema de transmisión y de economía del goce de la imagen y la
palabra que aloja dentro de él, la figura del virus. El virus se
transmite por la red y llega primero el miedo que el virus Codiv-19.
Muchos podrán decir que es gracias a esa interconectividad
generalizada que se puede responder más adecuadamente y tomar
medidas preventivas. Lo que todos sabemos es que las medidas
preventivas que no han sido tomadas para enfrentar en el terreno
propio de los virus, o sea la medicina, de años a esta parte, son las
que dan lugar a creer que la causa está solamente en le virus, como si
tuviese voluntad de combate o representara el arma de una
inteligencia superior. Hoy por hoy hay que quedarse encerrado,
clausurado, no tanto para cuidar nuestra salud sino y sobre todo
para salvar a los estados en que no entren en una catástrofe
epidemiológica que sería muy maligna para la imagen pública de los
representantes de gobierno ante la comunidad. Escuchar una y mil
veces lo mismo en los medios, las mismas advertencias, es un modo
de culpabilizar a quienes no tenemos la culpa.

M.B.B.

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