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DEBOY

SABER POLICIAL No. 009


USO DE LA FUERZA
La Policía Nacional es la institución que constitucional y legalmente, está facultada para requerir de
manera preventiva a los ciudadanos, con la finalidad de exigir de ellos el cumplimiento de sus deberes y
obligaciones, al igual que garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades públicas, y
excepcionalmente en los casos en que sea estrictamente necesario, se podrá hacer uso de la fuerza de
manera proporcional y razonable, con la finalidad de restablecer los derechos presuntamente vulnerados
y garantizar el libre ejercicio de los mismos.
En el marco de las manifestaciones que podrán suscitarse próximamente, debemos comprender el
carácter Constitucional que reviste el derecho de reunión y derecho a la huelga consagrados en la
Carta, así:

“Artículo 37. Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo
la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de
este derecho”., y “Artículo 56. Se garantiza el derecho de huelga, salvo en los servicios públicos
esenciales definidos por el legislador. La ley reglamentará este derecho” . Así mismo, establecer
los límites que la ley dispone frente a ello, esto es, indicar que la ley no permite que las mismas
se realicen de forma violenta ni se atente contra la integridad o bienes de las personas, sin llevar
a cabo vías de hecho para lograr sus fines.

Frente a esa limitante el Honorable Consejo de estado, sala de lo contencioso administrativo sección
tercera - subsección A consejero Ponente: HERNÁN ANDRADE RINCÓN Bogotá, D. C., doce (12) de
junio de dos mil diecisiete (2017) Radicación: 760012331000200701298 01 Expediente: 54.046
Actor: WILMAN SILVA BETANCURT Y OTROS Demandado: Nación – Ministerio de Defensa – Policía
Nacional, indicó:

En cuanto a las limitaciones que resultan adecuadas frente a los derechos en cuestión, la Corte
Constitucional ha entendido que se encuentran dirigidas a evitar que se concreten amenazas graves e
inminentes a los derechos de las demás personas, pero que tales circunstancias deben estar
adecuadamente probadas puesto que no es posible establecer una sinonimia entre manifestación
pública y turbación del orden público. Así ha discurrido esa Corporación.

Por lo demás, la Constitución Política garantiza el derecho a reunirse y manifestarse


públicamente tanto en una dimensión estática (reunión) como dinámica (movilización), de forma
individual como colectiva, y sin discriminación alguna, pues así se deriva de la expresión “toda
parte del pueblo”. Todo ello, sin otra condición distinta, a que sea pacífico, o sea, sin violencia,
armas ni alteraciones graves del orden público. Esto significa que sólo la protesta pacífica goza
de protección constitucional. Así, aun reconociendo la tensión que surge entre el ejercicio del
derecho de reunión y manifestación pública y pacífica y el mantenimiento del orden público, no
puede el legislador desbordar los principios de razonabilidad y proporcionalidad al hacer uso del
margen de configuración o establecer restricciones cuya vaguedad conduzca a impedir tal
derecho. (…) (subrayas propias del texto citado)
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En el mismo fallo el Honorable consejo de estado puntualizó:

“Esta Corporación ha sostenido que los operativos que realice la Fuerza Pública en aras de
mantener el orden público deben tener en cuenta que los agentes del orden se encuentran
entrenados y equipados apropiadamente para afrontar este tipo de circunstancias y, por lo tanto,
se debe evitar el uso de medidas desproporcionadas e imprudentes, de manera que se garantice,
en la medida de lo posible, el ejercicio del derecho de manifestación y protesta pacífica

Ahora bien, frente al comportamiento que debemos adoptar como uniformados, encontramos el marco
Constitucional y legal que soporta la actuación Policial para el desarrollo de nuestra Misionalidad al
tener el compromiso de contribuir al mejoramiento de las condiciones de seguridad y convivencia
ciudadana y favorecer el ejercicio de los derechos y libertades de los habitantes de Colombia,
aportando a la construcción de la paz:

Constitución Política de Colombia:

ARTICULO 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad
general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida
económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional,
mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.

Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en
Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.

ARTICULO 218. La ley organizará el cuerpo de Policía.

La Policía Nacional es un cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación,


cuyo fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.

ARTICULO 296. Para la conservación del orden público o para su restablecimiento donde fuere
turbado, los actos y órdenes del presidente de la República se aplicarán de manera inmediata y de
preferencia sobre los de los gobernadores; los actos y órdenes de los gobernadores se aplicarán
de igual manera y con los mismos efectos en relación con los de los alcaldes.

Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley

Sobre el particular, dentro del marco jurídico internacional, especialmente los pronunciamientos de la
Organización de las Naciones Unidas, señalan la importancia del reconocimiento al derecho de reunión
pacífica donde se exhorta a los Estados a que se respete y proteja plenamente el derecho de todas las
personas a la libertad de reunión y de asociación pacífica, y a que se adopten todas las medidas
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necesarias para asegurar que cualquier restricción del libre ejercicio del derecho a la libertad de
reunión y de asociación pacíficas, sea conforme con las obligaciones que les incumben en virtud de las
normas internacionales de derechos humanos.

Teniendo en cuenta lo establecido en el artículo 93 Constitucional, según el cual “Los tratados y


convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos y que
prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno, los derechos y
deberes consagrados en esta Carta. Se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia.” . conforme a lo anterior, es nuestro deber acatar la
normatividad internacional y la jurisprudencia de la Corte interamericana de derechos humanos, luego
entonces se debe tener en cuenta ello para exponer si fuere el caso, que, la normatividad internacional
permite el uso de la fuerza y de las armas de fuego en distintas circunstancias.

Artículo 1: Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley cumplirán en todo momento los
deberes que les impone la ley, sirviendo a su comunidad y protegiendo a todas las personas
contra actos ilegales, en consonancia con el alto grado de responsabilidad exigido por su
profesión.

Artículo 3: Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando
sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas.

Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego por los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley

Teniendo en cuenta que, según estos compendios la labor de los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley, constituye un servicio social de gran importancia y, teniendo como premisa que los
mismos desempeñan un papel fundamental en la protección del derecho a la vida, la libertad y la
seguridad de las personas, tal como se garantiza en la Declaración Universal de Derechos Humanos y
se reafirma en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la cual entre otras cosas
establece:

4. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, en el desempeño de sus funciones,


utilizarán en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y
de armas de fuego. Podrán utilizar la fuerza y armas de fuego solamente cuando otros medios
resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del resultado previsto.

9. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no emplearán armas de fuego contra las
personas salvo en defensa propia o de otras personas, en caso de peligro inminente de muerte o
lesiones graves, o con el propósito de evitar la comisión de un delito particularmente grave que
entrañe una seria amenaza para la vida, o con el objeto de detener a una persona que represente
ese peligro y oponga resistencia a su autoridad, o para impedir su fuga, y sólo en caso de que
resulten insuficientes medidas menos extremas para lograr dichos objetivos. En cualquier caso,
sólo se podrá hacer uso intencional de armas letales cuando sea estrictamente inevitable para
proteger una vida.
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12. Dado que todas las personas están autorizadas a participar en reuniones lícitas y pacíficas, de
conformidad con los principios consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y
en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los gobiernos y los organismos y
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley reconocerán que la fuerza y las armas de fuego
pueden utilizarse solamente de conformidad con los principios 13 y 14.

13. Al dispersar reuniones ilícitas, pero no violentas, los funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley evitarán el empleo de la fuerza o, si no es posible, lo limitarán al mínimo necesario.

14. Al dispersar reuniones violentas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán
utilizar armas de fuego cuando no se puedan utilizar medios menos peligrosos y únicamente en la
mínima medida necesaria. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley se abstendrán de
emplear las armas de fuego en esos casos, salvo en las circunstancias previstas en el principio 9.

Internamente, nuestra Institución encuentra su fundamento legal en la Ley 1801 del 29 de julio de
2016, “Código Nacional de Policía y Convivencia”, donde se define el uso de la fuerza como un medio
de Policía y se señalan los casos en que se puede hacer uso de la misma, así:

Artículo 22. Titular del uso de la fuerza policial. La utilización de la fuerza legítima corresponde de
manera exclusiva, en el marco de este Código, a los miembros uniformados de la Policía Nacional,
de conformidad con el marco jurídico vigente, salvo en aquellos casos en los que de manera
excepcional se requiera la asistencia militar.

Artículo 149. Medios de Policía. Los medios de Policía son los instrumentos jurídicos con que
cuentan las autoridades competentes para el cumplimiento efectivo de la función y actividad de
Policía, así como para la imposición de las medidas correctivas contempladas en este Código. Los
medios de Policía se clasifican en inmateriales y materiales.

Artículo 166. Uso de la fuerza. Es el medio material, necesario, proporcional y racional, empleado
por el personal uniformado de la Policía Nacional, como último recurso físico para proteger la vida
e integridad física de las personas incluida la de ellos mismos, sin mandamiento previo y escrito,
para prevenir, impedir o superar la amenaza o perturbación de la convivencia y la seguridad
pública, de conformidad con la ley.

El uso de la fuerza se podrá utilizar en los siguientes casos:

1. Para prevenir la inminente o actual comisión de comportamientos contrarios a la convivencia,


de conformidad con lo dispuesto en el régimen de Policía y en otras normas.
2. Para hacer cumplir las medidas correctivas contempladas en este Código, las decisiones
judiciales y obligaciones de ley, cuando exista oposición o resistencia.
3. Para defenderse o defender a otra persona de una violencia actual o inminente contra su
integridad y la de sus bienes, o protegerla de peligro inminente y grave.
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4. Para prevenir una emergencia o calamidad pública o evitar mayores peligros, daños o
perjuicios, en caso de haber ocurrido la emergencia o calamidad pública.
5. Para hacer cumplir los medios inmateriales y materiales, cuando se presente oposición o
resistencia, se apele a la amenaza, o a medios violentos.

Parágrafo 1°. El personal uniformado de la Policía Nacional sólo podrá utilizar los medios de
fuerza autorizados por ley o reglamento, y al hacer uso de ellos siempre escogerá entre los más
eficaces, aquellos que causen menor daño a la integridad de las personas y de sus bienes.

Parágrafo 2°. El personal uniformado de la Policía Nacional está obligado a suministrar el apoyo
de su fuerza por iniciativa propia o a petición de persona que esté urgida de esa asistencia, para
proteger su vida o la de terceros, sus bienes, domicilio y su libertad personal.

Parágrafo 3°. El personal uniformado de la Policía Nacional que dirija o coordine el uso de la
fuerza, informará al superior jerárquico y a quien hubiese dado la orden de usarla, una vez
superados los hechos que dieron lugar a dicha medida, precisando las circunstancias de tiempo,
modo y lugar, y desenlace de los hechos. En caso de que se haga uso de la fuerza que cause daños
colaterales, se remitirá informe escrito al superior jerárquico y al Ministerio Público.

De igual manera, a través de la Resolución No. 02903 del 23 de junio de 2017, la institución “expide el
Reglamento para el uso de la fuerza y el empleo de armas, municiones, elementos y dispositivos
menos letales, por la Policía Nacional”, mediante el cual se determinaron los lineamientos para el uso
de la fuerza y los elementos que se deben utilizar para la aplicación de la misma.

En los artículos 11 y subsiguientes de la resolución en mención, hace referencia a los aspectos a tener
en cuenta al momento de hacer uso de la fuerza, donde señala lo siguiente:

“Artículo 11. Modelo para el uso diferenciado y proporcionado de la fuerza. El uso de la fuerza,
responde al nivel de resistencia del individuo, variando de las características de cada
procedimiento, siendo necesario mantener la autoridad y el dinamismo en su acción por parte del
funcionario de policía. El modelo contempla el uso de la fuerza preventiva (presencia policial,
comunicación y disuasión) al uso de la fuerza reactiva (fuerza física-armas naturales, armas
menos letales, armas de fuego).

Artículo 12. Uso de la fuerza preventiva. Hace referencia a la presencia policial ante un motivo de
policía o comportamiento contrario a la convivencia, está acompañada por un proceso de
comunicación y disuasión que integra:

1. Presencia policial. Es entendida como demostración de autoridad, por ello el funcionario de


policía, dotado, equipado, en actitud diligente y alerta, será suficiente para disuadir y prevenir la
comisión de una infracción a la ley penal o comportamiento contrario a la convivencia. Esa
presencia siempre debe ser en lo posible igual o superior al número de personas a intervenir en un
procedimiento.
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2. Comunicación y Disuasión: incluye.

a. Contacto visual: Es el dominio visual sobre una persona o vehículo, a fin de impedir la
realización de un acto ilícito o contrario a la convivencia.

b. Verbalización: Es el uso de la comunicación oral con la energía necesaria y el empleo de


términos adecuados que sean fácilmente entendidos y comprendidos por las demás personas
(procesos verbales). Las variaciones en el tono de voz dependen de la actitud de la persona
intervenida. En situaciones de riesgo es necesario el uso de frases cortas y enérgicas. La
verbalización debe ser utilizada en todos los niveles del uso de la fuerza.

El entrenamiento y la experiencia mejoran la capacidad de verbalizar. Durante su empleo debe


mantenerse contacto visual con el infractor, siempre que sea posible.

Artículo 13. Uso de la fuerza reactiva. Es la empleada cuando el funcionario se encuentra ante
resistencia activa. Comprende:

1. Fuerza Física: Corresponde al empleo de:

a. Control físico: técnicas policiales que permiten controlar, reducir, inmovilizar y conducir al
infractor.

b. Tácticas defensivas: permiten contrarrestar y/o superar el nivel de resistencia, con la intención
de lograr un impacto psicológico para que el infractor desista de su actitud.

2. Armas, municiones, elementos y dispositivos menos letales: Todos aquellos medios físicos
técnicos y tecnológicos, que permiten hacer uso diferenciado de la fuerza, sin llegar al desplegué
de fuerza letal.

3. Armas de fuego: Según el decreto 2535 de 1993 “Por el cual se expiden normas sobre armas,
municiones y explosivos” se entiende por arma el instrumento fabricado con el propósito de
producir amenaza, lesión o muerte a una persona. Las armas de fuego son las que emplean como
agente impulsor del proyectil la fuerza creada por expansión de los gases producidos por la
combustión de una sustancia química.

Se podrá hacer uso de las armas de fuego en defensa propia o de otras personas, en caso de
peligro inminente de muerte o lesiones graves, o con el propósito de evitar la comisión de un delito
particularmente grave que entrañe una seria amenaza para la vida. En todo caso, su empleo
estará cobijado por el marco jurídico de la fuerza y la reglamentación vigente al respecto.

Artículo 14. Clasificación de las armas de fuego. Para efectos del presente reglamento, deberá
tenerse en cuenta la clasificación de las armas de fuego existentes en la normatividad nacional,
internacional e institucional, podrá hacerse uso de estas como último recurso en el uso
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diferenciado y proporcionado de la fuerza, y solo en eventos donde la vida del funcionario de


policía o de terceros se encuentre en inminente peligro.

Artículo 15. Uso diferenciado y proporcionado de la fuerza. De acuerdo a los niveles de resistencia
que puede ejercer la persona intervenida en un procedimiento, el uso diferenciado de la fuerza
debe ser entendido de forma dinámica, ya que se puede iniciar en cualquiera de sus niveles, y
escalar o desescalar de acuerdo al nivel de resistencia (pasiva - activa) del individuo.

No siempre se van a dar en una intervención todos los niveles del uso de la fuerza, toda vez que
habrá oportunidades en que bastará una buena verbalización para lograr el control de la situación
que se enfrenta, y otras en que se deba hacer uso inmediato de la fuerza no letal o potencialmente
letal para extinguir la agresión.

Por lo tanto, el policía debe estar concentrado en observar los cambios de los niveles de
resistencia de la persona intervenida en un procedimiento, para decidir qué nivel de uso de la
fuerza debe emplear.

Artículo 16. Fundamentos para el uso de la fuerza. La aplicación del uso de la fuerza deberá en
todos los casos estar fundamentada en el respeto y cumplimiento de la ley, el respeto de la
dignidad de la persona y protección de los Derechos Humanos.”

De acuerdo a lo anterior, es importante resaltar que ha sido la misma jurisprudencia de la Honorable


Corte Constitucional y del Honorable Consejo de Estado, quienes han señalado que la fuerza solamente
debe ser utilizada de manera proporcional a la agresión y su utilización tienen la finalidad de controlar
la agresión manifiesta, y frente al uso del arma de fuego, han señalado las altas corporaciones que la
utilización de la misma, es el último recurso, ya que los miembros de la Policía Nacional, estamos
instituidos para garantizar la vida de las personas, mas no, para afectar la integridad de las personas, a
sabiendas que existen otros elementos y dispositivos menos letales al momento de hacer uso de la
fuerza, diferentes al arma de fuego.

Finalmente, la Corte Constitucional, en sentencia C-1214 de 2001, acerca de la Policía Nacional,


estableció que la Policía Nacional por mandato de la Constitución, hace parte esencial de la Fuerza
Pública, por cuanto como cuerpo armado permanente, aunque de naturaleza civil, tiene como fin
primordial "el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz". La función que
corresponde cumplir a nuestra Institución es, pues, de trascendental importancia para el Estado y la
sociedad, como que de su accionar depende, por una parte, que los asociados puedan ejercer a
plenitud sus derechos y libertades dentro del marco de la Constitución y la ley y, por otra, garantizar la
convivencia pacífica dentro del seno de la sociedad colombiana”.

En consecuencia, las citadas funciones y obligaciones constitucionales y legales exigen que actuemos
para contrarrestar los ataques que atentan contra las libertades públicas de los ciudadanos o contra la
convivencia pacífica, así como ejercer acciones de inmediata protección contra cualquier
manifestación delictiva o contravencional , en estricto apego a la normatividad citada dentro del
presente.

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