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Geografía Histórica

En tiempos de Don Ezequiel


Siglo XIX: Querétaro- Ciudad de México

Viajar en el México del siglo XIX era digno de una hazaña, esto debido a lo
accidentado de nuestro extenso y variado territorio geográfico, aunque en la
actualidad introducirse a ciertas regiones sigue siendo difícil.

La aventura era una parada segura en los viajeros, ya que sobraban motivos para
embarcarse en una serie de peripecias dignas de encontrarse en un libro, entre
ellas; lo inhóspito de los lugares, los pocos y descuidados caminos que unían al
país, los temidos y continuos asaltos, y por último sin ser menos importante la
curiosidad de los viajeros que los hacía participes de las pintorescas costumbres y
tradiciones que a su paso veían en los poblados, dando como resultado una
extraña pero atractiva experiencia.

Es necesario decir que muchas de las noticias acerca de lo que acontecía


política, social y económicamente en las regiones, naciones y continentes se
debía gracias a los comentarios, memorias, informes o libros que los viajantes
hacían; una mala o buena impresión podía cambiar el rumbo del imaginario de
algún lugar, por lo que los poblados quedaban guardados en la memoria
dependiendo de la opinión del autor.

Es pues éste pequeño ensayo una descripción y análisis del viajero y el paisaje de
la geografía y la historia decimonónica que muy seguramente le tocó vivir a
Ezequiel Montes Ledesma en su andar por estas tierras, ya sea al salir de la
capital y viajar hasta su tierra natal en Cadereyta, Querétaro; o cuando viajaba a
poblaciones de los estados de Hidalgo, Guanajuato y México a los cuales alguna
vez representó como diputado.
Trataré de acercar al lector al relieve natural y cultural que se pudo haber visto y
vivido en esos años, desde un punto de vista de un historiador, a la usanza de
aquellos viejos viajeros que narraban lo que acontecía como si fuesen especie
memorias por no llamar crónicas históricas regionales.1 No pretendo usurpar el
lugar del geógrafo, quien tiene su propio objeto de estudio, enfoque y método, los
cuales se asemejan a los nuestros en la historia pero que cambia la óptica de
estudio por muy poca que sea. Utilizaré entonces algunos consejos o ejemplos
que ellos han hecho en sus trabajos, en específico a los que denominan “geografía
humana”2 o “social” y nosotros llamamos “historia social” o “historia cultural” que si
uniéramos ambos enfoques podríamos decirle geografía-histórica,3 termino

1
Claude Cortez, Geografía histórica (México: Instituto Mora-UAM, 1991) 41.
2
Ibíd. 38
3
Carlos Córdova, Como Acercarse a la Geografía (México: LIMUSA, 2005) 8.
también utilizado por ellos y muy parecido al nuestro pero por azares del destino
muy poco hermanado al hacer estudios interdisciplinarios.

Volviendo a nuestro tema de estudio, es pertinente señalar que a pesar de que el


señor Montes Ledesma no recorrió grandes distancias entre su hogar en
Querétaro y la ciudad de México en el mismo centro de la república, su viaje del
Altiplano central4 a las entradas del Bajío en la antigua Gran Chichimeca,5
representó un andar de varios días que dejaba maltrecho hasta el más agraciado
de salud.

La travesía llevaba consigo el recorrer localidades poco habitadas y muy alejadas


de las costumbres citadinas (para aquellos amantes de la urbe) como lo narran
Guillermo Prieto y Antonio María de la Llata, quienes expresaban que distaban
mucho de las comodidades catrinescas.6 La comida por ejemplo, podía no ser el
más suculento platillo, pero ante la indomable hambre pocos se oponían a saciar
el apetito. Tal vez dormir en los portales de los pueblos varados en el camino, no
era lo más cómodo posible, aunque descansar el cuerpo del zangoloteo de los
caballos por un par de horas revitalizaba al más rudo sujeto.

Entonces el paisaje natural y urbano de Querétaro era distinto, modificándose


lentamente si miramos desde un telescopio y rápidamente si lo observamos desde
un microscopio, ya sea por las guerras o guerrillas constantes o por los intentos
modernizadores por parte de los gobiernos federal, estatal y municipal. Siendo
muy probable que la tierra que vio de niño Ezequiel Montes Ledesma entre 1820 y
1837 cambió para cuando Guillermo Prieto nos narró su transitar por la entidad en
1853-1855.

4
María Eugenia García Ugarte, Querétaro historia breve, (México: SEP, 2010) 15
5
Lourdes Somohano, coord., Una historia al alcance de todos (México: UAQ, 2008) 77.
6
Guillermo Prieto, nos narra sus peripecias en Viajes de Orden Suprema, cuando es desterrado por Antonio
López de Santa Anna de la Ciudad de México entre los años de 1853-1855 y es mandado a Cadereyta no sin
antes dar un recorrido por algunas ciudades y villas queretanas. Por su parte Antonio María De la Llata en su
informe hecho por su visita al Distrito de Tolimán, el cual es descriptivo desde el punto de vista
administrativo-gubernamental, no obstante nos da su impresión acerca de las costumbres de los poblados a
su cargo.
La Guerra de Reforma e Intervención francesa7 que como bien sabemos tuvieron
consecuencias destructivas en muchos poblados, como las ciudades de San Juan
del Río y Santiago de Querétaro (capital estatal), donde la población se dividió en
los bandos imperialistas y republicanos, ocasionando batallas hasta en los barrios.

La transformación paisajista fue más notable durante el Porfiriato,8 pues Querétaro


se vio beneficiado con el impulso modernizador llevado a cabo desde la
presidencia y desde el ejecutivo estatal que recayó por muchos años en Francisco
González de Cosió.9 Cabe mencionar que aunque en la primera mitad del siglo
decimonónico existían tramos del gigante de acero, no comprendían aun la ruta
Ciudad de México- Querétaro, esto se dio hasta la década de 1880.10

La tan repetida ventaja del ferrocarril causo una serie de factores en el


andar del viajero y el horizonte, pues de viajar por caminos de tierra o empedrados
se pasó a transitar por vías férreas, del mismo modo que el tiempo se redujo, de
dos días que era desde la ciudad de México, se hacía ahora en unas cuantas
horas, nueve para ser más precisos a la capital queretana, como se narra en una
descripción de esos años:

¡Hemos recorrido en nueve horas el espacio que, no hace un año todavía, se atravesaba
difícil y penosamente en un viaje de dos días mortales!11

7
En Querétaro como en otros estados del país, se dividieron los bandos políticos en liberales y
conservadores, teniendo su punto más álgido a mediados del siglo XIX, en especial entre los años de 1857-
1867, en la llamada Guerra de Reforma, fueron justo estos años cuando Tomas Mejía, Miguel Miramón y
Leonardo Márquez por el lado conservador controlaron parte del estado y por el bando liberal José María
Arteaga quien no solo encabezo la guerra sino la gubernatura en un par de veces hasta morir en 1865 en
plena Intervención francesa. En Lourdes Somohano, coord., Querétaro en el tiempo, Tomo II, (Querétaro:
Poder Ejecutivo del Estado, 2010) 81-87.
8
Etapa de la historia de México que se llamó así debido a la dictadura de Porfirio Díaz, (1876-1911) basada
en una seudo-democracia modernizadora que desarrollo un mercado nacional integrado
preponderantemente hacia la exportación, es importante señalar que hubo un periodo presidencial que
recayó en Manuel González (1880-1884). Joaquín Córdova Zoilo, El Porfiriato,
<http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2744.htm> (13 de Septiembre de 2015).
9
Francisco González de Cosió, gobernó primero de 1880-1883, nuevamente y de manera ininterrumpida de
1887-1911, en Cecilia Landa Fonseca, Querétaro una historia compartida (Querétaro: Gobierno del Estado,
1990) 106.
10
Rafael Ayala Echávarri, op. cit. 168.
11
Cecilia Landa Fonseca, Comp., Querétaro textos de su historia (Querétaro: Gobierno del Estado-Instituto
Mora, 1989) 144.
Viajes, Travesías y Peripecias

Iniciaremos nuestra andanza literaria, primero describiendo y ubicando los


viajes que se hacían en diligencia desde la Ciudad de México y después los
realizados por la máquina de vapor.

A la salida desde algún punto septentrional de la capital del país salían las
diligencias (tal vez en alguna de ellas Ezequiel Montes), carros, coches o como
hoy les llamamos melancólicamente carruajes con rumbo hacia el norte en busca
del Camino Real de Tierra Adentro12 herencia hispánica hecha para fines
administrativos, comerciales, políticos y sociales, pues por ahí se abastecía y
controlaba los granos del Bajío y los minerales de Guanajuato Zacatecas, San
Luis Potosí y demás minas que abundaban y abundan en la región.

12
UNESCO. “Camino Real de Tierra Adentro”, <http://whc.unesco.org/es/list/1351> (10 de Agosto de 2015)
Así se emprendían los viajes en carruajes pintorescos llenos de costumbres y
hábitos añejos a nosotros y propios del siglo XIX, en ellos convergían y se
repelaban estratos poblacionales desde el pueblo llano hasta los más pudientes,
estos últimos seguramente creían engalanar los viajes y tierras por las que
pasaban, pero en verdad hacían más variado y nutrido el paisaje cultural, sin
olvidar por supuesto a las pujantes y nacientes clases medias que veían crédulos
con un ojo en la vida aristócrata y con el otro en la picardía popular.

Al paso de las horas se hacía una primera escala, subían más pasajeros así como
aquellas revisiones, pagos de alcabalas y peajes. Acomodados todos en los
carruajes se preparaban para empezar uno de los tramos ascendentes y
accidentados entre la frontera mexiquense e hidalguense. Continuaba el recorrido
entre uno y otro movimiento brusco que causaba molestia entre los pasajeros,
pero se guardaba la calma con tal de pensar que pronto se llegaría al destino final.
Es aquí donde el paisaje tomaba un sin fin de formas con curvas, terrenos
desiguales y naturaleza en extremo; variedad de árboles y campos que invitan a
pensar en la creación divina de la tierra o la explicación científica de la vida,
según sea el credo que profesase el viajante-lector.

Horas más tarde se pasaba por San Miguel de los Jagüeyes en Huehuetoca
Estado de México, si la diligencia creía necesario una parada de largo tiempo lo
hacía y si no se hacían los deberes pertinentes para pasar seguir de largo, pues a
poca distancia quedaba Tepejí del Rio en Hidalgo , un lugar lleno de agua y
extensiones majestuosas de tierras impregnadas de ese color verde, aptas para
sembrar, Sitio que ofrecía un lugar más cómodo y práctico para descansar,
proveerse de víveres, recuerdos y cosas en general, dado que era un paso
forzoso para comerciar, por lo que el viajante encontraba más variedad de objetos
y por supuesto de alimentos bajo sus fondas. En ocasiones sí la noche no
apremiaba el paseante solía dormir bajo este suelo sino proseguía su camino
hasta Arroyo Zarco de nuevo en el Estado de México y ahí en un caserío frente al
camino se pernoctaba bajo una posada de buenas dimensiones y elegantes
muebles, según nos cuenta Guillermo Prieto, lo que hacía ameno la estancia en
este pueblo. Lamentablemente se descansaba poco porque como a las dos o tres
de la madrugada se emprendía de nueva cuenta la marcha de la diligencia. Ya
bien amanecido y después de ir descendiendo poco a poco en el camino se
llegaba a las inmediaciones de San Juan del Rio desde donde se apreciaban los
valles repletos de cultivos por aquí y por allá13 y hacía pensar en el pasado
glorioso de esta ciudad, de este estado (en algunas ocasiones era llamado
departamento, dependiendo del gobierno en turno) y de esta región, el Bajío.

San Juan del Río es y ha sido la segunda ciudad en importancia en el estado de


Querétaro y se encuentra ubicada al sureste de dicha entidad abajeña,14 colinda
con el Estado de Hidalgo al este y al sureste con el Estado de México, al sur con
el municipio de Amealco, al oeste con el municipio de Pedro Escobedo y al norte

13
Guillermo Prieto, Viajes de Orden Suprema, Tomo I (Querétaro: Gobierno del Estado, 1986) 217.
14
Francisco Javier Meyer Cosió, Querétaro Árido en 1881 (Querétaro: UAQ, 2001) 35.
con el municipio de Tequisquiapan. Pero en el año del 1870 al ser cabecera de
distrito colindaba con los distritos de Tolimán y Cadereyta, cabe recordar que
Tequisquiapan era parte de dicho distrito sanjuanéense al igual que dos pueblos;
San Pedro Ahuacatlan y San Sebastián de las Barrancas así como de múltiples
ranchos y haciendas.15 Dado estas descripciones entendemos que arribar a San
Juan era punto medular para introducirse al estado queretano ya sea hacia la
capital estatal, municipios sureños, los municipios centrales o la Sierra Gorda en el
norte. Por tanto enclave excelente para conseguir víveres para el camino o lugar
apto para descansar y hasta residir.

Siguiendo con nuestra narración a la llegada a San Juan del Río bajaba una calle
hasta una plaza que tenía por continuación el camino con rumbo a la ciudad de
Santiago de Querétaro, mientras en la entrada al poblado se encontraba el templo
del señor de Sacromonte, más adelante se observaba el rio donde la gente solía ir
a recrearse y hacia el norte de se encontraba la salida hacia Tequisquiapan
pasando por la histórica Hacienda la Llave.

Aquí descansaban nuestros viajeros (seguramente entre ellos el Sr Montes


Ledesma) y comían en sus portales, convivían y brindaban con tal nostalgia, pues
aquí se dividían los caminos de muchos hacia distintos rumbos antes citados. Por
lo que es probable que el borlote de la gente en general al comprar, vender,
arribar o emprender el camino, hacía muy animada la vida para las dimensiones
que en ese entonces tenía la ciudad, aunque cabe señalar que no siempre fue así
durante el siglo decimonónico.

A mediados del siglo XIX la industria sanjuanéense era decadente, su población


se estimaba en cerca de 30 mil habitantes, de los cuales Prieto narraba eran muy
trabajadores.16 Pero tan solo un par de años más tarde la Guerra de Intervención
invadió al país y en gran medida al estado de Querétaro que desde la capital hasta
la Sierra Gorda tuvo enfrentamientos que, dejaron aún más en declive la

15
Rafael Ayala Echávarri, San Juan del Río, Geografía e Historia, (Querétaro: Presidencia Municipal
de San Juan del Río, 2006) 165.
16
Guillermo Prieto, op. cit. 209.
económica y la estabilidad sociopolítica. San Juan del Rio no fue la excepción y
fue peleada por republicanos e imperialistas en un par de veces. Modificando el
paisaje urbano del lugar y reduciendo en cantidad las diligencias y viajeros que
pasaban por aquí, años más tarde la segunda ciudad queretana volviera a tener
una recuperación económica.

Mientras tanto reanudemos un poco al viaje en coche, probablemente Ezequiel


Montes seguía su camino hacia Cadereyta haciendo paso forzoso por la hacienda
La Llave, al norte de San Juan del Río, dicha finca es afortunada por estar
rodeada de agua, ríos al sur y al oriente, al igual que una presa. La cual favorecía
los cultivos variados de estas tierras entre los que destacan: maíz, trigo, frijol,
garbanzo, etc.

Sus aposentos ofrecían un respiro seguro antes de nuevamente partir con rumbo
al norte donde se encuentra Tequisquiapan (a dos horas en caballo de la hacienda
la Llave) en la actualidad dicho lugar es un municipio, pero en esos tiempos se
decía era una villa solitaria que salía de repente en el camino con su vistoso río
rodeado de árboles enormes y frondosos al igual que campos fértiles que nutrían
de color al lugar.

En la plaza se encontraba su iglesia de color rosado y al parecer el único edificio


que hacía resaltar la fisonomía del pueblo que se basaba en casas de piedra
pequeñas muy distantes unas de las otras, igualmente empedradas estaban las
calles aledañas a la plaza y un intento de banquetas en una que otra arteria. Al
parecer la época de bonanza en Tequisquiapan había quedado atrás, en otra
época sus telares y cultivos extensos pudieron dar trabajo a la comunidad, a
mediados del siglo no quedaba más que lo que hemos descrito y por supuesto la
hacienda donde se ubicaban los más portentosos sembradíos y la opulencia no
sólo de los dueños sino de un puñado de gente que acompañaba el lugar. Del río
hacia el norte vivía la gente más acaudalada y del río hacia el sur en los barrios de
San Juan y Magdalena habitaba la gente más menesterosa que por azares o
berrinches de la vida eran indígenas.
Como mencionamos anteriormente el pueblo se estaba deshabitando poco a poco
con la ruina de los telares y arrieros que antes hacían fluir de gente y dinero la villa
y solo los días de plaza, es decir, el domingo. Jornada en que Tequisquiapan
volvía por un a llenarse del ruido que emanaba de la convivencia humana. No
obstante falto decir algo importantísimo para el lector que de seguro fue una
actividad segura del viajante a su parada por Tequisquiapan y esta fue la de sus
baños de aguas termales que se escuchaban mencionar en todas partes como
insinuándose a sumergirse en ellas.17

Retornando a nuestra ruta, más hacia el norte queda Cadereyta, tierra


considerada por algunos de destierro y por otros una parada importantísima antes
de adentrarse en la inmensa Sierra Gorda.

Cadereyta encuentra al noreste del estado y norte de San Juan del Rio y
Tequisquiapan en la región del semi-desierto,18 fundado en 164019 como lugar
apto para evangelizar a los chichimecas serranogordenses, durante el siglo XIX
fue distrito y a ella pertenecían los actuales municipios de Pinal de Amoles,
Jalpan, Landa de Matamoros, San Joaquín, Arroyo Seco, entre otros. Fue
nombrada ciudad en el año de 1861, por órdenes del gobernador en turno, muy
seguramente a su crecimiento poblacional, aunque a decir verdad tenía serios
problemas acuíferos, desde muchos años atrás que la escasez de agua era una
constante, esto a pesar de que fue fundado al lado de una laguna, pero en el siglo
XVIII bajó el nivel de agua lo que trajo serios problemas a los habitantes de dicho
pueblo, tales vicisitudes las cuenta muy bien Guillermo Prieto en sus Viajes de
orden Suprema:

“Allí se agolpa un tumulto día a día en Cadereyta no con pipas ni con botijas sino jarros y
botellas. Esta el chorro custodiado como si fueses una imprenta con guardias, alias

17
Los datos aquí descritos fueron leídos de la obra de Viajes de Orden Suprema de Guillermo Prieto, lo cual
es muy bien descrito por Rafael Ayala Echávarri como costumbrista y pintoresco, en su libro San Juan del Río
Geografía e Historia en las páginas 151-152 de la edición 2006.
18
Francisco Javier Meyer Cosió, loc. cit.
19
Claudio Coq Verástegui, Cadereyta Alcaldía Mayor (México: Dirección de Patrimonio Cultural, 1988) 13.
censores, que miran lo que gotea. A tomar su prorrateo todos los vecinos llegan cual
viudas y retirados a Pedro Vélez se acercan.”20

De esta población se resaltan sus iglesias: La Soledad, Nuestra Señora de Belén,


San Pedro y San Pablo, y La Santa Escala que embellecían y embellecen la plaza
principal y el pueblo, fue también de distinguirse el gran caserío que abundaba
dividido por sus grandes y solitarias calles demostrando que ante las dificultades
físicas y climatológicas el temple y la fe aminoran los problemas. Es de distinguir
su ubicación protegida por los cerros y rocas ayudando a aquel valle a sobrevivir
durante siglos.

Como toda villa o centro de congregación Cadereyta se veía beneficiado de la


parroquia, la misa de los domingos y su subsecuente día de plaza, pues como
suponemos la gente venía desde lugares remotos de la Sierra como el Doctor o
lugares más cercanos como Vizarrón para tomar la ostia, después pasar a
comerciar o regatear, para convivir y divulgar las novedades de la región. Ahí
destacaba el mercado del Baratillo lugar apto para encontrar desde carne hasta
hierbas y aceites, al mismo tiempo que los mesones se atiborraban de gente
disfrutando los manjares culinarios.

Para 1872 se inició la construcción de una fuente recolectora de agua de los


manantiales que acortó la problemática del vital líquido, dicho pozo artesiano fue
construido gracias a la actuación e iniciativa de Ezequiel Montes que en más de
una vez intervino para agilizar su edificación en beneficio de la comunidad, pues
conocía de antemano las dificultades para proveerse de agua, quien más que él
para entender a los pobladores21. Años más tarde en 1888 un distribuidor de
agua22 benefició todavía más a la tan solicitada necesidad primaria, sin duda
alguna ambas construcciones contribuyeron a disminuir una posible emigración
que partiera de estas tierras secas a los valles fértiles de Querétaro u otras
regiones. Apreciamos entonces que la forma de proveerse de agua seguía siendo
a la vieja usanza por medio de pozos artesianos y por tanto utilizando los servicios

20
Guillermo Prieto, op. cit. 205
21
Correspondencia interna de Ezequiel Montes Ledesma N. de Clasificación: 1468, 1470, 1471, 2552, 3085,
22
María Buenaventura Olvera, Municipio de Cadereyta (México: Gobierno del Estado, 1997) 54.
de los aguardadores para trasladar el líquido a las casas. Tuvieron que pasar
algunos años desde la muerte del Sr. Montes para que se construyera dicho
distribuidor y fuente de agua más grande que sirviera para el abastecimiento de un
mayor número de población.

Hacia el noroeste de Cadereyta queda la villa de Bernal23 lugar donde nació


Ezequiel Montes Ledesma y hacia el norcentro se encuentra San José de
Vizarrón; lugar que fue designado pueblo en 1847 y que en nuestros días lleva el
nombre de Vizarron de Montes (de seguro el lector intuye porqué). Fue aquí donde
vivió su niñez con su padres Ezequiel Montes, el lugar en nuestra actualidad no es
tan grande y en esos tiempos debió tener dimensiones parecidas, pero sin tantas
divisiones en los lotes que hoy componen varias casas, pues al parecer las
familias Vega y Montes fueron los principales propietarios del circuito central de la
población, desde aquí se tiene una vista magistral de la imponente Sierra Gorda
queretana y más a lo lejos y al oriente la parte proporcional a la hidalguense. Aquí
la población se dedicaba y dedica casi en exclusivo a la extracción de cantera y
mármol, actividades fáciles de comprender al ver a lo lejos las minas que dominan
el horizonte.

Si lo pensamos bien en el siglo XIX y siglos anteriores, el trayecto hasta aquí


debió ser difícil y lento, asediado por un apabullante sol que hacía parecer al sonar
de las patas de los caballos y mulas que nunca se llegaría, pero sin embargo en
las andanzas de don Ezequiel no fue el lugar más remoto al cual viajó y habitó,
uno de ellos se encuentra en las inmediaciones de los estados de Hidalgo y
Querétaro en un lugar llamado Taxhido, al este de Tequisquiapan el cual no tiene
ni tenía camino directo de Vizarrón a Taxhido y tenían que hacer escala en
Tecozautla, Hidalgo o en ocasiones si no había víveres hasta Huichapan en dicha
entidad hidalguense.

Ahí hacían escala surtiéndose de víveres y tras un largo respiro iniciaba un largo
trayecto al silencioso Taxhido rodeado de barrancas y peñas que se asemejan a

23
Jesús Mendoza Muñoz, Los Fundadores de Bernal (México: Fomento Histórico y Cultural de
Cadereyta, 2007) 252.
alguna postal del reconocido Arizona. Para asombro del lector o del viajero es
contradictorio ir a los lugares antes citados en Hidalgo pues quedan más al este
que Taxhido, es decir que se tiene y tenía que ir hasta Tecozautla y Huichapan
para después regresar y adentrarse en las inhóspitas tierras rojas de Taxhido en la
plena línea divisora de los estados de Hidalgo y Querétaro. El lugar se encuentra
en una cañada bañada por el agua de los ríos cercanos y de la presa de Zimapan.
Finalmente después de muchas horas y días de andar trotando, partiendo desde
la ciudad de México pasando por San Miguel de los Jagüeyes, Tepejí del Rio,
Arroyo Zarco, San Juan del Río, Tequisquiapan, Cadereyta, Tecozautla o
Huichapan se llega a este tranquilo, enigmático e inspirador lugar, en el cual
Montes Ledesma parecía aislarse del bullicio, de la sociedad para así pensar,
reflexionar y escribir acerca de su convulsiva época.

Una maquina cambia la forma de atravesar el país

El tren llegó a San Juan del Rio y con ello al estado de Querétaro en el año
de 1882, un avance tecnológico que transformaría la vida cotidiana y económica
de la sociedad, que si bien se dio durante el gobierno del presidente Manuel
González,24 el devenir histórico la clasificara dentro del Porfiriato y dentro del
primer periodo del gobernador Francisco González de Cosió. Lo que pareció solo
un cambio en la geografía física, llevaba consigo modificaciones en las relaciones
socio-económicas de los prestadores de servicio como los mesones, diligencias,
comerciantes y vendedores en general de cualquier cosa indispensable en el
camino del trotamundos como: alimentos, vestimenta, bebidas etc.25

A continuación narraremos las peripecias en ferrocarril del viaje ciudad de México-


Querétaro:

Salía el tren desde la estación Buenavista al norte de la capital donde una vez
abordo se alcanzaba a ver a las construcciones más grandes de la ciudad de los

24
Joaquín Córdova Zoilo, loc. cit. <http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2744.htm> (13 de septiembre
de 2015)
25
Cecilia Landa Fonseca, Comp., op. cit. 145
palacios, sin mayor pretensión de perder el tiempo este se iba rápidamente al
admirar el panorama que se despedía del Valle de México y comenzaba el paisaje
de la Sierra de Guadalupe, en un par de horas los viajeros del ferrocarril observan
planicies que avisaban la llegada a Huehuetoca (Edo de México).

De nueva cuenta a lo lejos se percibía un accidentado terreno que hacía ver


arrugas en el horizonte que indicaban que estaba próxima la parada en Tula en
tierras hidalguenses, la vegetación boscosa llena de fresnos deslumbraba muy
posiblemente al viajante no importando clases sociales, sumado al hecho de
correr un tramo paralelo al río de dicho poblado, desde donde se veían las casas y
sembradíos cercanos al agua que daban una serie de colores y formas
pintorescas que pudieron inspirar a los pintores y no pintores a realizar el oficio del
pincel y lápiz. Finalmente se atravesaba el puente de Tula que al parecer era de
gran ingeniería, pues deslumbraba a primera vista.
De repente el camino cambiaba su fisonomía y de ser verde, corpulento y conífero
pasaba a ser seco, árido y poco vegetativo, tal vez sin gran valor para muchos
pero, no faltaría aquel personaje que viera en dicho paisaje opción para la pupila,
muy probablemente bajo la tranquilidad y temple que nos dan estos lugares,
donde el calor es seguro.

Pasaban el tiempo y el gigante de acero hacia su aparición en San Juan del Río
ya en tierras queretanas, bajaba hacia el valle de San Juan y es ahí donde de
nueva cuenta la sorpresa de la gente se hacía presente, al admirar el resultado del
trabajo arquitectónico que se reflejaba en una curva prolongada en las
postrimerías de la ciudad a la cual algunos autores sanjuanenses hacen constar
en sus escritos, al igual que la majestuosidad del puente que pasaba por encima
del rio San Juan.26 Así las vías del tren tocaban el norte de la ciudad y en ella se
encontraba su estación. Algunos bajaban aquí para emprender un nuevo destino,
otros seguían su curso hasta Santiago de Querétaro.27

A las afueras de la estación del tren se crearon líneas de tranvías suburbanos de


tracción animal que prestaban su servicio hacia dos puntos: la iglesia del
Sacromonte y la garita de Querétaro, haciendo más completo el servicio para los
viajantes, turistas y lugareños que veían sobrevivir algunas actividades
económicas para dar creación a otros servicios como este del ferrocarril urbano.28

Ya hacia finales del repetido siglo decimonónico, San Juan del Rio recobró sus
bríos económicos, y no solo en la agricultura sino en la ganadería y en las ramas
textil, cervecera y harinera.29 También es importante señalar que en la última
década de dicho siglo se instaló en la urbe un taller para ferrocarriles, lo que dio
una cantidad mayor de empleo a los habitantes que se veía reflejado en un
aumento de flujo monetario. Por lo que el San Juan que pudo ver en los últimos
años Ezequiel Montes distaba de aquel punto de pasada que parecía perpetuarse

26
José G Velázquez Quintanar, Municipio de San Juan del Rio (Querétaro: Gobierno del Estado, 1997) 123-
124.
27
Esta descripción del tren Ciudad de México-San Juan del Río se basó a una narración de la época que se
encuentra en Cecilia Landa Fonseca, Comp., Querétaro textos de su historia, 141-144pp.
28
Rafael Ayala Echávarri, loc. cit.
29
José Velázquez Quintanar, op. cit. 122.
en la imagen del viajero como pueblo estático, ahora se veía beneficiada por los
primeros impulsos modernizadores del Porfiriato.

Cabe señalar que Ezequiel Montes no utilizo este transporte para llegar a San
Juan del Río, a pesar de que fue contemporáneo de la creación de esta línea
ferroviaria, ¿Por qué no la utilizó? Tal vez por sus múltiples ocupaciones como
Ministro de Justicia o porque cuando se inauguró el tren en Querétaro no pudo
asistir por estar gravemente enfermo de cálculos en la vejiga, 30 sin embargo sabía
muy bien de la construcción de las vías férreas, tanto es así que en su
correspondencia interna hizo mención al tema, exhortando a su hermana Dolores
Montes a viajar en el ferrocarril central que ya llegaba a San Juan del Rio y si ella
decidía dejar Huichapan para irse a vivir a Cadereyta su traslado a la estación del
tren seria en un corto tiempo.31 El conocimiento del progreso del país auspiciado
en el desarrollo ferroviario era bien conocido por Montes y sus documentos son la
aprueba al mencionar “que tal línea ya llegaba a la Ciudad de León o a
Chihuahua, Hermosillo, Mérida”32 etc. Había vivido más de un lustro en Europa y
entendía de antemano los bienes económicos que aportaba a las arcas de una
nación, así que aunque no ocupó el gigante de acero para llegar hasta el estado
de Querétaro, no significa que fuera tema ajeno o desconocido para este ilustre
mexicano.

30
Correspondencia interna de Ezequiel Montes N. Clasificación: 3885, 4009
31
Correspondencia interna de Ezequiel Montes N. Clasificación: 4205
32
En distintas cartas podemos encontrar ejemplos de lo antes citado pero aquí señalaremos las siguientes,
Correspondencia interna de Ezequiel Montes N. Clasificación: 4376, 4658, 2008
Como podemos observar el paisaje físico y social de los pueblos, regiones,
estados como Querétaro y México en general fueron cambiando paulatinamente
durante el tan mentado siglo decimonónico (como ha cambiado cualquier siglo)
para bien o para mal de los grupos sociales que vivieron en esa época y en estos
espacios, trayendo consigo avances tecnológicos en transporte que modificaron el
entorno físico y las formas de relacionarse entre sí y con él, dotando nuevas
formas al enramado humano, que se vieron reflejadas en la vida política,
económica y cultural.

Por ejemplo el siglo XIX fue el periodo de la creación y auge del ferrocarril, por lo
que apenas llegaban las vías férreas las redes socioeconómicas cambiaban entre
los viajeros, pobladores locatarios, diligencias, comerciantes etc. Por ejemplo, en
lugar de realizar un viaje en carruaje, la gente prefería pagar el boleto del tren (por
supuesto los que podían pagarlo), a su vez los portales se veían afectados dado
ya no recibían el mismo flujo de viajeros, ya que estaban ubicados al lado del
Camino Real de Tierra Adentro y a pesar que el Ferrocarril Central siguió un curso
parecido, varió en algunos poblados. De manera global pensemos que aquellas
familias y grupos de comerciantes que ofrecían alimentos, indumentaria y objetos
en general para los trotamundos veían decaer su economía, las famosas
diligencias desaparecieron poco a poco, excepto en regiones en donde nunca se
vio la llegada del tren, aunque muchos años después las carreteras y automóviles
terminaron de enterrar tal usanza.

Regresando a nuestro tema se desmantelaron y relegaron así las antiguas formas


de comerciar y llevar consigo el conocimiento de los pueblos, pasando a una
nueva etapa de nuestra nación que trató de articular las distintas regiones de
México y con ello sus actividades económicas mediante un transporte que
garantizara el traslado de productos prioritariamente agrícolas y mineros en menor
tiempo y mayor proporción para fines de exportación nacional o internacional,
acelerando drásticamente la económica, a esta etapa la conocemos como
Porfiriato y a nivel mundial como Capitalismo.33

Dejando claro que una vez más el humano modifica su entorno en ocasiones a
propósito y en otras sin darse cuenta, trayendo consigo cambios en la interacción
de nuestra especie.

33
Joaquín Córdova Zoilo, loc. cit. <http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2744.htm> (13 de septiembre
de 2015)
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 Joaquín Córdova Zoilo, “El Porfiriato”


<http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2744.htm> (13 de Agosto de
2015)
 INEGI, “Mapas para imprimir”,
<http://cuentame.inegi.org.mx/mapas/nacional.aspx?tema=M> ( 23 de
Agosto de 2015)

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