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Imputacion y Fundamentacion en El Proceso Penal
Imputacion y Fundamentacion en El Proceso Penal
NOVIEMBRE 2019
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
NOVIEMBRE 2019
ÍNDICE
PAGINA
INTRODUCCION ………………………………………………………………
I
CONCLUSION …………………………………………………………….. II
I
1. TEORÍA DE LA IMPUTACIÓN EN EL PROCESO PENAL
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sujeto. En el año 1,930 Honig redacto un artículo, en el cual, Honig recurrió a la
perseguibilidad objetiva de una finalidad para eliminar cursos causales guiados por
la casualidad y distinguió en ella el criterio decisivo de un juicio de imputación
autónomo absolutamente independiente del juicio causal. Imputable sería sólo
aquel resultado que puede ser considerado como que ha ocurrido sirviendo a los
fines. Como ejemplo Honig utilizó el caso formulado por Traeger y hasta hoy
permanentemente repetido que consiste en que alguien envía a su sobrino a quién
quiere heredar, a un monte poblado de altos árboles en medio de una tormenta,
con la esperanza de que muera alcanzado por un rayo. Honig completó
expresamente la categoría de derecho natural de la causalidad mediante la
categoría normativa de la imputación caracterizando el resultado como el objeto
de la imputación y el actuante como el sujeto, el resultado de la acción debía ser
imputable.
1.1. DEFINICIÓN:
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Se denomina imputación a la delimitación de la responsabilidad penal por un
resultado ya en el tipo objetivo. Es aceptada como principio general de imputación
el que la acción humana haya creado un riesgo jurídicamente desvalorado y ésta
se haya realizado en el resultado. Ello requiere, por consiguiente, la comprobación
de:
Claus Roxín señala que existe Imputación "cuando la conducta realizada por el
sujeto crea un riesgo no permitido o aumenta uno ya existente aceptado más allá
de los límites permitidos y como consecuencia ocasiona un resultado que está
dentro del ámbito de protección de la norma.” 4
4
Roxín, Claus, La imputación al tipo objetivo, imputación objetiva y antijuricidad Pág. 201
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objetivamente imputable cuando la acción causante del mismo ha creado un
riesgo jurídicamente desaprobado (o típicamente relevante) que se ha realizado
en un resultado típico que pertenezca al ámbito o fin de protección de la norma
infringida.
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En la doctrina se ha establecido dos grandes principios que constituyen la
columna vertebral de la imputación que siendo estos:
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Por otro lado se ha sostenido otros criterios para establecer la imputación, dichos
criterios son los siguientes:
En otras palabras, lo que procura la teoría del delito es hallar criterios racionales
para una adecuada imputación de un hecho perturbador a una persona concretar,
por tanto la teoría de la imputación abarca también no solamente las categorías
sistemáticas de la culpabilidad y la tipicidad, sino también la denominada
antijuricidad.
5
Larrauri, Elena. Introducción a la imputación objetiva y antijuricidad, estudios de derecho penal. Pág. 93se
6
teoría de la imputación no se detiene ante circunstancias subjetivas, es decir, el
hecho imputado es algo objetivo.
Lo anterior significa que el tipo objetivo del delito culposo no se realiza solamente
por el hecho de que el comportamiento del autor se causal para el resultado, es
necesario además que ese comportamiento por implicar una contradicción al
deber, sea "causal" para el resultado en su configuración concreta; es decir, que
represente la realización del resultado antijurídico previsto en la ley. En realidad, el
anterior problema no es de causalidad; es una limitación a la responsabilidad del
autor desde el punto de vista de la violación al deber y el resultado, esto implica
que hay que probar en cada caso para imputar objetivamente el resultado que
éste hubiera podido ser evitado con la debida diligencia, aún con la observancia
por el autor de la debida diligencia, ese resultado no proviene de la violación al
deber de cuidado, y no puede ser imputado objetivamente.
6
Roxín, Claus. Ob. Cit. Pág. 248dent
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El principio según el cual a toda causa le sigue un resultado se llama principio de
causalidad y al nexo que une dicha causa con el resultado se llama relación de
causalida.
Este último caso consiste en formular un juicio normativo, también conocido con el
nombre de juicio de imputación y comprobar la existencia de la relación de
causalidad es el primer paso de la imputación.
Por otro lado se define la causalidad como el proceso por el cual se llega al
reproche, con varias condiciones, el nexo causal entre la conducta y el resultado
penalmente reprochable, sin ser ésta la única condición para dicho reproche, pues
debe tomarse en cuenta la intención del autor, su grado de imputabilidad al
momento de cometer el hecho, las eximentes de responsabilidad, etc., todo esto
dentro de una imputación subjetiva del resultado. El principal problema al que
puede enfrentar el juez es a no tener conocimiento suficiente para saber si se
cumple la relación causal en determinado caso, esto porque ciencias naturales
ajenas al derecho pueden verse involucradas, en el caso de estudio.
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cometido. Hay que tener presente que causalidad es sólo la condición mínima de
la imputación del resultado; debe añadirse aún la relevancia jurídica de la relación
causal entre la acción y el resultado. La relevancia de los cursos causales no se
limita sólo objetivamente, sino que también la exigencia de un aspecto subjetivo
del hecho, congruente, tiene un efecto limitador. Resulta evidente la importancia
de la causalidad dentro de la teoría de la imputación; todo comportamiento
delictivo tiene siempre un resultado y de ahí es imputable, así como fenómeno
físico, siempre la conducta va a producir un resultado.
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causalidad, de tal modo que ésta ya no es operativa. Por ejemplo: A envenena la
comida de B. Antes que el veneno haga efecto, C mata de un balazo a B.
f) Causalidad adelantada: Opera en los casos dónde dos o más conductas son
dirigidas al mismo fin, pero una de ellas se adelanta a las otras y produce primero
el resultado. Los problemas de la causalidad adelantada se resuelven en forma
sencilla, con lógica natural: una sola de la conducta de la conducta desplegada
produjo el resultado de forma tal que, aquellas acciones que casi lo ocasionaron y
son absolutamente irrelevantes desde el punto de vista causal y le son igualmente,
desde el punto de vista penal para la responsabilidad del resultado, ya que si se
determina con claridad el nexo causal con una de ellas, las otras pasan a segundo
plano. En caso de que no se logre determinar el agente productor del resultado,
debe aplicarse el principio in dubio pro reo. En este caso varias condiciones
establecidas de manera independiente actúan por medio de la acción conjunta en
el resultado.
Qué sentido tendrían, por ejemplo, las reglas que obligan a someter las hipótesis
acusatorias a la posibilidad de refutación por parte de la defensa, o el control
bilateral de la actividad probatoria y la producción de prueba de descargo, o la
discusión final, si a la postre los jueces nunca expresaran por qué han sido
ineficaces las alegaciones y objeciones de la defensa, prevaleciendo las de la
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acusación, o se abstuvieran de evaluar las pruebas dirimentes de descargo que
son la base del principio de fundamentación.
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El Código Procesal Penal establece cinco presupuestos en los que es posible
aplicar este principio:
a) Criterio de Oportunidad;
b) Conversión;
d) Procedimiento Abreviado;
e) Mediación.
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La significación del proceso penal es de tanta trascendencia que las formas
procesales deben ser simples y sencillas para expeditar dichos fines al tiempo
que, paralelamente, se asegura la defensa.
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Este principio busca la graduación del auto de prisión y, en consecuencia, su
aplicación a los casos de mayor gravedad cuando por las características del delito
pueda preverse que de no dictarse, el imputado evadirá la justicia. Es decir,
reduce la prisión provisional a una medida que asegura la presencia del imputado
en el proceso.
Se pena para reeducar y para prevenir delitos ya no tanto para imponer temor en
la sociedad, sino para favorecer y fortalecer el sentimiento de responsabilidad y de
fidelidad al ordenamiento jurídico.
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condiciones de acusación y defensa. Las "partes" tienen amplias
facultades para hacer valer sus derechos y garantías en el proceso
penal, pues mientras el Ministerio Público ejerce la persecución
penal; por otro lado, el imputado tiene la facultad de defenderse de
esa imputación que se le hace. De ahí que las partes por este
principio, tienen el derecho del contradictorio, de oponerse a la
imputación que se les haga. Para que esto sea efectivo, se hace
necesario, también, que ambas partes procesales, acusación y
defensa, tengan los mecanismos de ataque y defensa e idénticas
posibilidades de alegación, prueba e impugnación.
2.2.3. PRINCIPIO DE ORALIDAD: La oralidad asegura el contacto directo
entre los elementos de prueba y el Juez de sentencia, representa la
forma natural de esclarecer la verdad, de reproducir lógicamente el
hecho delictuoso, de apreciar la condición de las personas que
suministran tales elementos... En especial la oralidad sirve para
preservar el principio de inmediación, la publicidad del juicio y la
personalización de la función judicial. La oralidad como principio
procesal, encuentra su fundamento en el Artículo 363 del Código
Procesal Penal, que dice: "El debate será oral. En esa forma se
producirán las declaraciones del acusado, de los órganos de prueba
y las intervenciones de todas las personas que participan en él. Las
resoluciones del tribunal se dictarán verbalmente, quedando
notificados todos por su emisión, pero constarán en el acta del
debate".
2.2.4. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN: La inmediación exige también
una aproximación temporal entre la recepción de la prueba y el
pronunciamiento jurisdiccional que se base en ella. Por eso, los
beneficios del principio se aseguran mediante la regla de que el
debate debe realizarse durante todas las audiencias consecutivas
que sean necesarias hasta su terminación.
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2.2.5. EL PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN: Como lógica consecuencia de la
vigencia del principio de oralidad surge el principio de inmediación,
al que no sin razón se le ha denominado «compañero de viaje de la
oralidad». Este principio aparece también en la fase probatoria y se
une en forma inseparable a la oralidad, para funcionar como
principios hermanos que dan fundamento al sistema acusatorio.
2.2.6. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD: El principio de publicidad de las
actuaciones procesales es una conquista del pensamiento liberal
frente al procedimiento escrito o «justicia de gabinete» del antiguo
régimen; el movimiento liberal opuso la publicidad del procedimiento
como seguridad de los ciudadanos contra el arbitrio y eventuales
manipulaciones gubernamentales en la constitución y
funcionamiento de los tribunales, así, también, como instrumento de
control popular sobre la justicia. El principio de publicidad tiene sus
antecedentes en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, y es recogido en el artículo 10 que establece: "Toda
persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e
imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o
para el examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal".
2.2.7. PRINCIPIO DE SANA CRITICA RAZONADA: Por este se obliga a
precisar en los autos y las sentencias, de manera explícita, el motivo
y la razón de la decisión, lo cual hace al juez reflexivo y lo obliga a
prestar atención al debate y al examen de las leyes o doctrinas que
tienen relación con la cuestión litigiosa.
2.2.8. PRINCIPIO DE DOBLE INSTANCIA: La Constitución de la
República de Guatemala establece que en ningún proceso habrá
más de dos instancias, lo cual es un reconocimiento tácito de lo
pactado por nuestro país en tratados y convenios internacionales
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que garantizan el derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal
superior.
2.2.9. PRINCIPIO DE COSA JUZGADA: El fin del proceso judicial es la
sentencia firme, que en el caso del Derecho Procesal Penal
absuelve o condena al acusado, Fin equivale a término, límite,
consumación, objeto o motivo último.
2.3. GARANTÍA DE LA FUNDAMENTACIÓN.
Esta garantía impone a los jueces y magistrados que administran justicia que “Los
autos y las sentencias contendrán una clara y precisa fundamentación de la
decisión, su ausencia constituye un defecto absoluto de forma”. Contenida en el
Artículo 11 Bis del Código Procesal Penal.
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La resolución judicial que emite el juez contralor de la investigación, celebrada al
audiencia que manda la ley para conocer del acto conclusorio planteado por el
Ministerio Público debe contener una clara y precisa fundamentación de la
decisión, expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa la decisión,
en este caso, el rechazo a la petición del Ministerio Público, así como al indicación
del valor otorgado a cada medio de prueba; caso contrario la resolución judicial
carente de fundamentación violenta el derecho de defensa y de la acción penal,
según el Artículo 11 bis del Código Procesal Penal.
Esta resolución que contiene la orden de plantear acusación, debe cumplir con los
presupuestos legales regulados en el Artículo 11 bis del Código Procesal Penal, la
fundamentación en la forma y modo establecida en la ley y expresar los motivos
fácticos y jurídicos de la decisión de rechazar la solicitud.
Sin embargo el órgano jurisdiccional que emite esta resolución, incumple con los
presupuestos legales enunciados, los cuales no son opcionales sino de
cumplimiento obligatorio, de lo cual deriva una violación a derechos fundamentales
otorgados a las partes, siendo el derecho de defensa, perjudicando el imputado y
el de la acción penal, afectando al órgano acusador, es decir al Ministerio Público.
Esta resolución judicial por lo general, cumple con describir las actitudes de cada
parte que intervino en la audiencia de mérito, el pronunciamiento y los alegatos de
hecho y de derecho manifestados en la audiencia; sin embargo el juzgador al
resolver la petición planteada, omite fundamentar el rechazo y evita indicar los
motivos de hecho y de derecho que lo llevan a ordenar al Ministerio Público, al
planteamiento de la acusación.
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Los motivos de trascendencia jurídica que llevan al juez a ordenar acusar, no son
enunciados en la resolución que la contiene, existiendo ciertas causas o motivos
que obligan al juez a incumplir con el principio de fundamentación, entre los cuales
podemos mencionar:
La situación jurídica tratada, lleva a plantear aún más la necesidad de que juez
distinto conozca de la acusación que debe plantearse para que el juez que dicta la
resolución que contiene la orden formular acusación, cumpla con el principio de
fundamentación y evite violentar el derecho de defensa y de la acción penal,
desde el momento que emite tal resolución.
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3. IMPUTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DENTRO DEL PROCESO PENAL
GUATEMALTECO:
El ámbito del proceso penal está naturalmente más abierto al influjo de actitudes
ideológicas y políticas, así como también de juicios de conveniencia y de
oportunidades que guardan íntima relación con la polémica naturaleza de las
principales cuestiones suscitadas en torno al derecho penal.
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En el derecho y en la justicia penales, se hacen singularmente presentes como
problemáticas la libertad y la paz de la comunidad social y de cada uno de sus
miembros, el clima general de seguridad, la dignidad de las personas, que se
resuelve en el efectivo reconocimiento de su derecho de defensa y en la eficacia
preventiva del derecho y de los procesos penales.
Así, a una comunidad social que goce de una próspera paz general seguramente
se preocupará por las garantías del sospechoso y del inculpado notablemente más
que una sociedad que; se vea frente a múltiples delitos contra la propiedad y la
vida. En el derecho procesal penal es menor la influencia de principios técnico-
jurídicos y mayor la incidencia de factores ajenos a la técnica jurídica, ni la ciencia
ni las reglas jurídicas sobre el proceso penal han de menospreciarse en la teoría o
en la práctica.
3.1. IMPORTANCIA
3.2. DEFINICIÓN
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ordenamiento jurídico y del proceso penal y porque disciplina la defensa de la
sociedad ante el ataque de sus bienes fundamentales, de tal modo que aquél
protege también al individuo; en cuanto asegura su defensa durante la
substanciación del proceso instaurado como instrumento de justicia y le otorga
garantías de seguridad y estabilidad.
“El derecho procesal penal, es una disciplina jurídica que forma parte del derecho
interno del Estado de Guatemala, cuyas normas instituyen y organizan los
tribunales de justicia y que cumplen la función jurisdiccional” 8.
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cuanto en el proceso penal, la oralidad, la publicidad, la inmediación, la
concentración y el contradictorio; son principios procesales que determinan y
orientan a las partes y al juez en el desarrollo del proceso penal.
Ello implica, que la función jurisdiccional y la actividad que desarrollan las partes,
poseen el espacio o marco jurídico adjetivo, que delimita su actuación y garantiza
en forma efectiva la justicia; el respeto de sus elementales derechos en relación al
conglomerado social.
El derecho procesal penal es una rama del derecho público interno del Estado de
Guatemala, siendo su acción de carácter público, y la actividad jurisdiccional es
correspondiente al Estado como una institución organizada; política y
jurídicamente responsable de proveer a los ciudadanos el valor justicia.
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Sólo es objetivamente imputable un resultado causado por una acción humana (en
el sentido de la teoría de la condición cuando dicha acción ha creado un peligro
jurídicamente desaprobado que se ha realizado en el resultado típico. De acuerdo
con ésta fórmula para que pueda imputarse al autor el resultado objetivamente es
necesario que de manera objetiva, pueda fundamentarse y establecerse en ese
comportamiento un riesgo típicamente relevante y que ese riesgo se haya
realizado en el resultado típico efectivamente producido. Para responder por el
delito consumado de resultado, es necesario entonces, un primer juicio para
determinar si la acción del autor ha creado un riesgo típico o ha elevado el riesgo
existente para el bien jurídico tutelado.
- delitos de resultado,
- delitos de peligro,
- delitos de acción,
- delitos de omisión,
- delitos culposos,
- delitos dolosos,
- delitos consumado y
- delitos tentados.
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Podemos concluir, tal como lo prescribe Mir Puig en el sentido de que: "la
exigencia de imputación responde al principio de culpabilidad, en sentido amplio,
que requiere conexión al sujeto de cada nivel de lesividad de la teoría del delito,
pero al mismo tiempo es necesaria para completar la constitución del desvalor del
tipo, del injusto y de la infracción personal de la norma, la imputación es necesaria
para afirmar el desvalor intersubjetivo de la conducta y el desvalor del resultado
del tipo objetivo, la ausencia de los presupuestos típicos de alguna causa de
justificación también ha de ser objetiva para que el tipo pueda imputarse como
antijurídico y por último, el hecho antijurídico ha de poderse imputar a un sujeto
capaz de acceder a la norma en condiciones de motivabilidad normal imputación
personal, necesaria para que el hecho antijurídico se convierta en infracción
personal de la norma y se complete la culpabilidad del sujeto 10.”
10
Mir Puig, Santiago. La parte objetiva de tipo doloso, relación de causalidad e imputación objetiva Pág. 90
25
El primero lo constituye la declaración del sindicado. Con respecto a ella, la ley
ordena, en el artículo 81, lo siguiente: "Advertencias preliminares. Antes de
comenzar las preguntas se comunicará detalladamente al sindicado el hecho que
se le atribuye, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo, en la medida
conocida; su calificación jurídica provisional, un resumen de los elementos de
prueba existentes, y las disposiciones penales que se juzguen aplicables".
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veloz que conlleve falta de real aprecio hacia las debidas garantías, que son
aquéllas que permiten afirmar, con tranquila conciencia; que el imputado ha
podido defenderse en el terreno de los hechos y en el de los razonamientos
jurídicos.
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CONCLUSIONES
II
RECOMENDACIONES:
III
BIBLIOGRAFIA
LEGISLACIÓN:
IV