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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

IMPUTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN EN EL PROCESO PENAL

ROSALINA ALFARO GUERRA

NOVIEMBRE 2019
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO


MAESTRIA EN DERECHO PENAL
SEGUNDO SEMESTRE 2,019
CATEDRÁTICA: SONIA DORADEA GUERRA DE MEJIA

IMPUTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN EN EL PROCESO PENAL

ROSALINA ALFARO GUERRA

NOVIEMBRE 2019
ÍNDICE
PAGINA

INTRODUCCION ………………………………………………………………
I

1. TEORÍA DE LA IMPUTACIÓN EN EL PROCESO PENAL ……….


1

1.1. DEFINICION ………………………………………………………………


2

1.2. ESTRUCTURA DE LA IMPUTACIÓN ………………………………


4
1.3. CRITERIOS BÁSICOS DE LA IMPUTACIÓN EN MATERIA PENAL
5
1.3.1. CRITERIOS ELABORADOS POR JURISTAS ……………………....
5
1.4. FORMAS DE IMPUTACIÓN ………………………………………
6
1.4.1. IMPUTACIÓN INDIVIDUAL OBJETIVA O IMPUTACIÓN PERSONAL
OBJETIVA ……………………………………………………………… 6
1.5. IMPUTACIÓN SUBJETIVA ………………………………………
6
1.6. CAUSALIDAD EN RELACIÓN A LA IMPUTACIÓN ………………
7
2. FUNDAMENTACIÓN EN EL PROCESO PENAL ……………………...
10
2.1. PRINCIPIOS Y GARANTIAS QUE FUNDAMENTAN EL PROCESO PENAL
GUATEMALTECO …………………………………………………….. 10
2.1.1. PRINCIPIO DE EQUILIBRIO ……………………………………..
11
2.1.2. PRINCIPIO DE DESJUDICIALIZACION ……………………..
11
2.1.3. PRINCIPIO DE CONCORDIA ……………………………………..
12
2.1.4. PRINCIPIO DE EFICACIA ……………………………………………..
12
2.1.5. PRINCIPIO DE CELERIDAD ……………………………………..
12
2.1.6. PRINCIPIO DE SENCILLEZ ……………………………………..
12
2.1.7. PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO ……………………………..
12
2.1.8. PRINCIPIO DE DEFENSA ……………………………………..
13
2.1.9. PRINCIPIO DE INOCENCIA ……………………………………..
13
2.1.10. FAVOR REI ……………………………………………………. 13
2.1.11. FAVOR LIBERTATIS …………………………………….
13
2.1.12. READAPTACION SOCIAL …………………………….
14
2.1.13. REPARACION CIVIL …………………………………….
14
2.2. LOS PRINCIPIOS ESPECIALES …………………………………….
14
2.2.1. PRINCIPIO DE OFICIALIDAD …………………………………….
14
2.2.2. PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN ……………………………...
14
2.2.3. PRINCIPIO DE ORALIDAD ……………………………………...
15
2.2.4. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN ……………………………...
15
2.2.5. EL PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN ………………………………
15
2.2.6. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD ………………………………………
15
2.2.7. PRINCIPIO DE SANA CRITICA RAZONADA ………………………
16
2.2.8. PRINCIPIO DE DOBLE INSTANCIA ……………………………… 16
2.2.9. PRINCIPIO DE COSA JUZGADA ……………………………… 16
2.3. GARANTÍA DE LA FUNDAMENTACIÓN ………………………
16
2.4. PRECAUCIÓN DE NO CAER EN VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE
FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES…....
17
3. IMPUTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DENTRO DEL PROCESO PENAL
GUATEMALTECO ………………………………………………………
19
3.1. IMPORTANCIA ………………………………………………………
21
3.2. DEFINICIÓN ……………………………………………………... 21
3.3. LA IMPUTACIÓN PUEDE SER APLICADA A LOS SIGUIENTES DELITOS
……………………………………………………………………..
24
3.4. CONOCIMIENTO DE LA IMPUTACIÓN ……………………… 25

CONCLUSION …………………………………………………………….. II

RECOMENDACIÓN …………………………………………………….. III

BIBLIOGRAFIA Y EGRAFIA …………………………………………….. IV


INTRODUCCION

El tema a tratar se versa sobre la imputabilidad y la fundamentación en el proceso


penal guatemalteco, el cual pues consta de tres puntos a tratar; comenzaremos
desde el punto de la imputación; si bien es cierto la imputación en nuestro
ordenamiento jurídico penal es sumamente importante, también lo es realizarlo de
una manera objetiva en el que nuestro proceso sea realizado por un Juzgador
imparcial que se base estrictamente en la norma, las leyes y su experiencia a
través de su sana critica.

Tratando el segundo punto reflexionar acerca de los fundamentos del Derecho


Procesal Penal como expresión formalizada del control social, junto a las
teorizaciones de su instrumento característico: la pena y su legitimación. Indagar
acerca de los vínculos existentes entre el sistema jurídico penal y la política
criminal. Destaca particularmente la necesidad de situar el marco expansivo de la
intervención penal  como emergente de la sociedad de riesgo, problematizando de
seguido sus funciones. Se procura entonces, coronando una exposición acerca de
las ventajas del razonamiento sistemático, de aportar al maestreando los
fundamentos del marco de atribución de responsabilidad penal en cuanto
herramienta insustituible para la elaboración del respectivo conflicto, subrayando
especialmente su textura conceptual.

Y el tercer punto seria la unión de ambos puntos en la que se planteó la hipótesis


del tema a investigar, planteando como principal problema el estudio sobre la
imputación y fundamentación dentro de nuestro ordenamiento jurídico procesal
penal, buscando una solución dentro del marco legal de nuestro país para
establecer un mejor proceso penal con mejores garantías procesales, que brinden
al procesado una mejor herramienta en el uso de sus derechos.

I
1. TEORÍA DE LA IMPUTACIÓN EN EL PROCESO PENAL

Los orígenes de la idea de imputación se remontan en principio, a la llamada


teoría de la imputación del filósofo del derecho natural Samuel Pufendorf, pues la
palabra Zurechnunges, en realidad sólo es una traducción de la palabra latina
imputatio. Es en 1,927 cuando el concepto de imputación nace por obra del
civilista hegeliano Larenz, y en 1,930 Honig, neokantiano lo propuso para el
derecho penal. Larenz denomina imputación "al juicio sobre la cuestión de un
suceso puede ser atribuido a un sujeto como propio." 1 Para Larenz "la imputación
no significa otra cosa que el intento de delimitar el hecho propio del acontecer
fortuito,"2 de modo que cuando alguien es presentado como el autor de un hecho
se quiere decir que "es su hecho propio" y como dice Larenz "no es obra de la
casualidad sino de su propia voluntad," 3 para él la imputación al hecho es la
relación de un suceso con la voluntad. Aquí Larenz coincide con Hegel, en el
concepto de acción de éste.

Lo trabajado jurídicamente por Larenz, lo traslada a la ciencia del derecho penal


Honig quien acentúa la cuestión relativa a la imputación del resultado del hecho
propio; es decir, complementa expresamente la categoría naturalistica de la
causalidad mediante la categoría normativa de la imputación, de manera que para
que haya responsabilidad penal no basta sólo con la existencia de una relación de
causalidad, sino que, además se precisa la imputación del resultado.

Sin embargo como precursora de la actual teoría de la imputación figura la filosofía


idealista del derecho de Hegel.

El objetivo del concepto de acción remontable a publicó en el famoso Libro-


Homenaje a Frank, un artículo que evidentemente estaba inspirado en la revisión
de la teoría de Hegel. Para Hegel y la escuela Hegeliana del siglo XIX era imputar
al sujeto de la multiplicidad de cursos causales, solo aquello que puede ser
considerado como su obra, es decir, como la conformación del mundo a través del
1
Roxín, Claus. Derecho penal parte general tomo I fundamentos. Pág. 71
2
Roxín, Claus. Ob. Cit. Pág. 73
3
Roxín, Claus. La estructura de la teoría del delito. Pág. 98

1
sujeto. En el año 1,930 Honig redacto un artículo, en el cual, Honig recurrió a la
perseguibilidad objetiva de una finalidad para eliminar cursos causales guiados por
la casualidad y distinguió en ella el criterio decisivo de un juicio de imputación
autónomo absolutamente independiente del juicio causal. Imputable sería sólo
aquel resultado que puede ser considerado como que ha ocurrido sirviendo a los
fines. Como ejemplo Honig utilizó el caso formulado por Traeger y hasta hoy
permanentemente repetido que consiste en que alguien envía a su sobrino a quién
quiere heredar, a un monte poblado de altos árboles en medio de una tormenta,
con la esperanza de que muera alcanzado por un rayo. Honig completó
expresamente la categoría de derecho natural de la causalidad mediante la
categoría normativa de la imputación caracterizando el resultado como el objeto
de la imputación y el actuante como el sujeto, el resultado de la acción debía ser
imputable.

Como ya fue expresada, la concepción de Honig de la imputación fue proseguida


solo un año más tarde, en 1,931 y después en 1,939 por dos trabajos
fundamentales provenientes de dos autores destacados entre sí y que no
utilizaron el término imputación, pero si la trataron como cuestión y la continuaron
desarrollando. Hans Welzel, en la década de los años 30, específicamente en
1,939 elaboró aspectos importantes del génesis de la teoría de la imputación. En
la década del 50, de ese siglo, la teoría estuvo vinculada a la teoría objetivo final
de la acción como teoría de la acción típica, que se denominó luego concepto
social de la acción.

Es en 1,970 que Claus Roxín, en su artículo de homenaje a Honig: Reflexiones


sobre la problemática de la imputación en el derecho penal que reinicia o fomenta
la teoría de la imputación, que hoy conocemos, aunque posteriormente, la ha
reelaborado. A Claus Roxín se debe la gran aportación de depurar de todo vestigio
ontológico a la teoría de la imputación y elaborar el denominado principio de
riesgo.

1.1. DEFINICIÓN:

2
Se denomina imputación a la delimitación de la responsabilidad penal por un
resultado ya en el tipo objetivo. Es aceptada como principio general de imputación
el que la acción humana haya creado un riesgo jurídicamente desvalorado y ésta
se haya realizado en el resultado. Ello requiere, por consiguiente, la comprobación
de:

a) Que la acción haya creado un riesgo en el sentido de la equivalencia de


condiciones,

b) Que el riesgo creado por la acción sea jurídicamente desvalorado, y

c) Que se haya plasmado en la realización del resultado típico.

Claus Roxín señala que existe Imputación "cuando la conducta realizada por el
sujeto crea un riesgo no permitido o aumenta uno ya existente aceptado más allá
de los límites permitidos y como consecuencia ocasiona un resultado que está
dentro del ámbito de protección de la norma.” 4

Para el sistema funcionalista, se entiende por imputación, al conjunto de


elementos normativos que sirven para regular el nexo causal, que a su vez
pertenece a la parte objetiva de la tipicidad. La nueva categoría de responsabilidad
penal se compone por: la culpabilidad (entendida como reprochabilidad) y la
necesidad de pena que se requieran para el caso concreto. El sistema
funcionalista de Roxín, introdujo en el tipo objetivo una serie de elementos o
categorías normativos que sirven como un regulador o direccionador del nexo
causal, estos elementos son insertados en lo que se conoce como teoría de la
imputación, conforme a ella un resultado típico debe imputarse al autor si se
verifica que con su acción se elevó el nivel de riesgo permitido siendo
concretizado dicho riesgo en un resultado que a su vez pertenece al ámbito de
protección de la norma penal.

La teoría de la imputación procura confirmar la causalidad jurídica mediante una


serie de criterios normativos descritos en la siguiente fórmula: un resultado solo es

4
Roxín, Claus, La imputación al tipo objetivo, imputación objetiva y antijuricidad Pág. 201

3
objetivamente imputable cuando la acción causante del mismo ha creado un
riesgo jurídicamente desaprobado (o típicamente relevante) que se ha realizado
en un resultado típico que pertenezca al ámbito o fin de protección de la norma
infringida.

El peligro, que se determina se establece conforme al criterio de un observador


objetivo, el cual debe colocarse en la situación del sujeto que actúa y que todos su
conocimiento y posibilidades de actuación (criterio general normativo social). Una
segunda valoración se hace, después de ocurrido el resultado y con ellas se
determina si el resultado típico realizado en la concretización del riesgo típico y
jurídicamente relevante, creado por la acción del resultado.

Por lo anterior podemos denominar que imputación es la acción que delimita la


responsabilidad penal por un resultado ya en el tipo objetivo, cuando la conducta
realizada por el sujeto crea un riesgo no permitido o aumenta uno ya existente
aceptado más allá de los límites permitidos y como consecuencia ocasiona un
resultado que está dentro del ámbito de protección de la norma. La imputación
requiere que la acción humana produzca un riesgo o lo aumente más allá de lo
permitido por la ley, es decir, debe ser desaprobado legalmente. El riesgo debe
haberse realizado en el resultado, debe estar dentro del ámbito de protección de la
norma. La imputación es cuando la acción humana ha creado un riesgo
jurídicamente desvalorado o cuando está acción ha sido tipificada como delito y
como consecuencia haya resultado un efecto negativo hacia una persona.

1.2. ESTRUCTURA DE LA IMPUTACIÓN

Los elementos que forman parte de la estructura de la imputación son los


siguientes:

- Si el autor ha creado un peligro jurídicamente relevante.

- Si el peligro creado ha tenido ejecución en el resultado típico y si se ha realizado


en él.

4
En la doctrina se ha establecido dos grandes principios que constituyen la
columna vertebral de la imputación que siendo estos:

 Un resultado causado por el agente sólo se puede imputar al tipo objetivo si


la conducta del autor ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto
por un riesgo permitido y ese peligro también se ha realizado en el
resultado concreto.
 Si el resultado se presenta como realización de un peligro creado por el
autor, por regla general es imputable, de modo que se cumple el tipo
objetivo.

Se puede decir que la imputación al tipo objetivo presupone la realización de un


peligro creado por el autor y no cubierto por un riesgo permitido dentro del alcance
del tipo.

1.3. CRITERIOS BÁSICOS DE LA IMPUTACIÓN EN MATERIA PENAL

Los criterios de la imputación son tomados en cuenta para determinar si existe un


hecho delictivo imputable a una persona y que éste sea objetivamente imputable.

1.3.1. CRITERIOS ELABORADOS POR JURISTAS:


a) Creación de un riesgo jurídicamente desaprobado.
b) Realización del riesgo jurídicamente desaprobado en el resultado.
c) La creación desufie riesgo jurídicamente relevante.

La doctrina ha elaborado una serie de criterios adicionales al principio del riesgo


con el objeto de resolver los distintos grupos de casos que permitan la relación
natural de causalidad. Los criterios son:

- La creación del riesgo no permitido.

- Aumento o falta de aumento del riesgo permitido.

- La producción del resultado dentro del fin o esfera de protección de la norma


infringida.

5
Por otro lado se ha sostenido otros criterios para establecer la imputación, dichos
criterios son los siguientes:

- Fin de protección de la norma lesionada.

- Riesgo general de vida y alcance del riesgo permitido.

- Libre y responsable autolesión y puesta en peligro, voluntaria de la víctima.

- Autorresponsable intervención de un tercero y disminución del riesgo.

1.4. FORMAS DE IMPUTACIÓN

En la imputación podemos distinguir varias formas de determinar si el hecho


delictivo o delito está siendo imputado a una persona de forma correcta o
incorrecta, dentro de estas formas de imputación tenemos las siguientes:

1.4.1. IMPUTACIÓN INDIVIDUAL OBJETIVA O IMPUTACIÓN


PERSONAL OBJETIVA:

Se emplea en referencia al apartado dogmático tradicionalmente designado con el


término culpabilidad. García Cavero señala que, “la imputación personal en el
derecho penal debe construirse sobre la base de la individualidad y la socialidad
de la persona”5.

En otras palabras, lo que procura la teoría del delito es hallar criterios racionales
para una adecuada imputación de un hecho perturbador a una persona concretar,
por tanto la teoría de la imputación abarca también no solamente las categorías
sistemáticas de la culpabilidad y la tipicidad, sino también la denominada
antijuricidad.

La posición dominante defensora de la imputación maneja la distinción entre tipo


objetivo y tipo subjetivo, atribuyéndose a la imputación el primero y después los
datos subjetivos (como los conocimientos especiales en el delito doloso) para
determinar esa imputación. En ese sentido, las formulaciones de los críticos que la

5
Larrauri, Elena. Introducción a la imputación objetiva y antijuricidad, estudios de derecho penal. Pág. 93se

6
teoría de la imputación no se detiene ante circunstancias subjetivas, es decir, el
hecho imputado es algo objetivo.

1.5. IMPUTACIÓN SUBJETIVA:

La imputación subjetiva “consiste en atribuir a la persona del autor, en atención a


sus circunstancias personales, el conocimiento necesario para evitar la
defraudación de expectativas penalmente relevantes” 6. El derecho penal basado
en la libertad debe limitarse a aquella negación de la válidez que radica en la
consciente contra decisión del sujeto constituido por normas, si no el derecho
penal pierde su identidad y su mismo nombre. Se trata, entonces, de una garantía
básica en el marco de un Estado respetuoso de la libertad.

Imputación en los delitos culposos: De acuerdo con la teoría de la imputación no


es imputable el resultado en el caso de los delitos culposos, cuando alguien a
través de un comportamiento antijurídico causa un resultado, si ese mismo
resultado lo hubiera causado con un comportamiento conforme a derecho, con
una probabilidad lindante en seguridad.

Lo anterior significa que el tipo objetivo del delito culposo no se realiza solamente
por el hecho de que el comportamiento del autor se causal para el resultado, es
necesario además que ese comportamiento por implicar una contradicción al
deber, sea "causal" para el resultado en su configuración concreta; es decir, que
represente la realización del resultado antijurídico previsto en la ley. En realidad, el
anterior problema no es de causalidad; es una limitación a la responsabilidad del
autor desde el punto de vista de la violación al deber y el resultado, esto implica
que hay que probar en cada caso para imputar objetivamente el resultado que
éste hubiera podido ser evitado con la debida diligencia, aún con la observancia
por el autor de la debida diligencia, ese resultado no proviene de la violación al
deber de cuidado, y no puede ser imputado objetivamente.

1.6. CAUSALIDAD EN RELACIÓN A LA IMPUTACIÓN

6
Roxín, Claus. Ob. Cit. Pág. 248dent

7
El principio según el cual a toda causa le sigue un resultado se llama principio de
causalidad y al nexo que une dicha causa con el resultado se llama relación de
causalida.

Para poder atribuir un resultado a una determinada conducta, se requiere


establecer en primer término, si entre esa acción y ese resultado existe una
relación de causalidad desde una perspectiva natural, Sin embargo, aún no se
tiene resuelto el problema, es preciso, además determinar que ese vínculo natural
interese al derecho.

Este último caso consiste en formular un juicio normativo, también conocido con el
nombre de juicio de imputación y comprobar la existencia de la relación de
causalidad es el primer paso de la imputación.

Por otro lado se define la causalidad como el proceso por el cual se llega al
reproche, con varias condiciones, el nexo causal entre la conducta y el resultado
penalmente reprochable, sin ser ésta la única condición para dicho reproche, pues
debe tomarse en cuenta la intención del autor, su grado de imputabilidad al
momento de cometer el hecho, las eximentes de responsabilidad, etc., todo esto
dentro de una imputación subjetiva del resultado. El principal problema al que
puede enfrentar el juez es a no tener conocimiento suficiente para saber si se
cumple la relación causal en determinado caso, esto porque ciencias naturales
ajenas al derecho pueden verse involucradas, en el caso de estudio.

El juez tendrá que atenerse en un primer plano a la denominada causalidad


genérica, esto implica que el desarrollo de leyes causales es un problema
científico cuya tarea incumbe a cada rama especialmente del saber dentro de un
proceso judicial, sólo puede tenerse como demostrada la existencia de una ley
causal dentro de la ciencia correspondiente, ello sea admitido. Una vez que en el
proceso se logra determinar esta ley causal científica, el juez acude a la llamada
causalidad concreta dónde se procede a valorar si la conducta del imputado se
adhiere a esa causalidad científica como causante del resultado, caso en el cual
previa otras valoraciones se le impondrán la sanción correspondiente al delito

8
cometido. Hay que tener presente que causalidad es sólo la condición mínima de
la imputación del resultado; debe añadirse aún la relevancia jurídica de la relación
causal entre la acción y el resultado. La relevancia de los cursos causales no se
limita sólo objetivamente, sino que también la exigencia de un aspecto subjetivo
del hecho, congruente, tiene un efecto limitador. Resulta evidente la importancia
de la causalidad dentro de la teoría de la imputación; todo comportamiento
delictivo tiene siempre un resultado y de ahí es imputable, así como fenómeno
físico, siempre la conducta va a producir un resultado.

La doctrina divide a la causalidad en tipos o clases de causalidad, siendo los


siguientes:

a) Causalidad alternativa: Varias condiciones independientes actúan


conjuntamente, siendo cada una de ellas suficiente para la producción del
resultado. Todas ellas son efectivas al mismo tiempo para el resultado. Por
ejemplo: A y B le dan de manera independiente entre sí, una dosis de veneno que
actúa mortalmente al mismo tiempo.

b) Causalidad comulativa: En este caso varias condiciones establecidas de


manera independiente actúan por medio de la acción conjunta en el resultado. Por
ejemplo: A y B dan, de manera independiente entre sí un veneno a C, el cual
actúa mortalmente sobre él a causa de la acción conjunta de ambas dosis.

c) Cursos causales atípicos: Se produce un resultado por una causa que se


adjunta a la acción. Por ejemplo: A lesiona a B. El médico C, que atiende a B,
comete un error médico (mala praxis), por el cual B muere.

d) Causalidad hipotética: Otra causa podría haber causado al mismo tiempo el


resultado. Por ejemplo: A le da a B una dosis mortal de veneno. B habría muerto
aún sin la dosis de veneno en el mismo punto temporal.

e) Casos de causalidad interrumpida o rota: En estos casos existe un


acontecimiento interviniente independiente y excluye la existencia de la anterior

9
causalidad, de tal modo que ésta ya no es operativa. Por ejemplo: A envenena la
comida de B. Antes que el veneno haga efecto, C mata de un balazo a B.

f) Causalidad adelantada: Opera en los casos dónde dos o más conductas son
dirigidas al mismo fin, pero una de ellas se adelanta a las otras y produce primero
el resultado. Los problemas de la causalidad adelantada se resuelven en forma
sencilla, con lógica natural: una sola de la conducta de la conducta desplegada
produjo el resultado de forma tal que, aquellas acciones que casi lo ocasionaron y
son absolutamente irrelevantes desde el punto de vista causal y le son igualmente,
desde el punto de vista penal para la responsabilidad del resultado, ya que si se
determina con claridad el nexo causal con una de ellas, las otras pasan a segundo
plano. En caso de que no se logre determinar el agente productor del resultado,
debe aplicarse el principio in dubio pro reo. En este caso varias condiciones
establecidas de manera independiente actúan por medio de la acción conjunta en
el resultado.

2. FUNDAMENTACIÓN EN EL PROCESO PENAL

Siendo el fin de todo proceso penal y en verdad de todo proceso jurisdiccional, la


determinación de los hechos tras una actividad cognoscitiva reglada, con el objeto
de proceder a la aplicación del derecho a esos hechos, es en oportunidad de la
sentencia definitiva donde ese cometido se manifiesta en todo su esplendor; sería
imposible constatar el acierto o desacierto de la decisión si careciera de
motivación o ésta fuera solo aparente.

Puede advertirse entonces que sin la motivación de la sentencia carecerían de


sentido la mayoría de las reglas de garantía previstas para el proceso de
conocimiento previo.

Qué sentido tendrían, por ejemplo, las reglas que obligan a someter las hipótesis
acusatorias a la posibilidad de refutación por parte de la defensa, o el control
bilateral de la actividad probatoria y la producción de prueba de descargo, o la
discusión final, si a la postre los jueces nunca expresaran por qué han sido
ineficaces las alegaciones y objeciones de la defensa, prevaleciendo las de la

10
acusación, o se abstuvieran de evaluar las pruebas dirimentes de descargo que
son la base del principio de fundamentación.

2.1. PRINCIPIOS Y GARANTIAS QUE FUNDAMENTAN EL PROCESO


PENAL GUATEMALTECO.

Los principios generales e informadores del Código Procesal Penal guatemalteco,


implantado por el Decreto Legislativo 51-92, son los siguientes:

2.1.1. PRINCIPIO DE EQUILIBRIO: Este persigue:


 Concentrar recursos y esfuerzos en la persecución y sanción efectiva de la
delincuencia, y enfrentar las causas que generan el delito;
 Proteger las garantías individuales y sociales consagradas por el derecho
moderno;
 Paralelamente a la agilización, persecución y sanción de la delincuencia, y
con igual importancia, se mejora y asegura el respeto de los Derechos
Humanos y la dignidad del procesado, equilibrando el interés social con la
individualidad.

2.1.2. PRINCIPIO DE DESJUDICIALIZACION:

Las sociedades modernas descubrieron o, mejor dicho, debieron aceptar la


imposibilidad de la omnipresencia judicial. La avalancha de trabajo obliga a
priorizar, pues es materialmente imposible atender todos los casos por igual, ya
que algunos tienen trascendencia social y otros no. Para permitir que los asuntos
de menor importancia puedan ser tratados de manera sencilla y rápida fue
necesario replantear las teorías del derecho penal sustantivo referentes a los
delitos públicos. Surgió así la teoría de la tipicidad relevante, que obliga al Estado
a perseguir (prioritariamente) los hechos delictivos que producen impacto social.

11
El Código Procesal Penal establece cinco presupuestos en los que es posible
aplicar este principio:

a) Criterio de Oportunidad;

b) Conversión;

c) Suspensión condicional de la persecución penal;

d) Procedimiento Abreviado;

e) Mediación.

2.1.3. PRINCIPIO DE CONCORDIA:

Tradicionalmente, en el derecho penal, la concordia o conciliación entre las partes,


es posible únicamente en los delitos privados. Las exigencias y necesidades del
Derecho penal moderno han llevado a la consideración y revisión de los
planteamientos que impedían tal actividad en los delitos públicos de poca o
ninguna incidencia social. De tal manera que la falta de peligrosidad del
delincuente, y siempre que se trate de delincuente primario, así como la
naturaleza poco dañina del delito, han llevado a plantear la posibilidad del
avenimiento entre las partes como satisfacción del interés público.

2.1.4. PRINCIPIO DE EFICACIA:

Como resultado de la aplicación de criterios de desjudicialización y de la


introducción de la concordia en materia penal, el Ministerio Público y los
Tribunales de Justicia podrán dedicar esfuerzos y tiempo en la persecución y
sanción de los delitos que afectan nuestra sociedad.

2.1.5. PRINCIPIO DE CELERIDAD:

Los procedimientos establecidos en el Decreto 51-92 impulsan el cumplimiento de


las actuaciones procesales, agilizan el trabajo y buscan el ahorro de tiempo y
esfuerzos.

2.1.6. PRINCIPIO DE SENCILLEZ:

12
La significación del proceso penal es de tanta trascendencia que las formas
procesales deben ser simples y sencillas para expeditar dichos fines al tiempo
que, paralelamente, se asegura la defensa.

2.1.7. PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO:

El proceso penal es un instrumento de los derechos de las personas. El principio


de que nadie puede ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes y por un
acto calificado antes como delito o falta, ante tribunal competente y con
observancia de las formas establecidas, existía ya en el Código Procesal Penal
derogado; pero no se cumplía y habían normas que contradecían tal espíritu.

2.1.8. PRINCIPIO DE DEFENSA:

El principio al derecho de defensa, consiste en que nadie podrá ser condenado, ni


privado de sus derechos sin antes haber sido citado, oído y vencido en un proceso
judicial. Está consagrado en el artículo 12 constitucional y debidamente
desarrollado en el Decreto 51-92 del C. de la R.

2.1.9. PRINCIPIO DE INOCENCIA:

Toda persona se presume inocente mientras no se le haya declarado responsable


en sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada. (Art. 14 de la Constitución)
El Decreto 51-92 establece en el artículo 14 que el procesado debe ser tratado
como inocente durante le procedimiento, hasta tanto una sentencia firme lo
declare responsable y le imponga una pena o una medida de seguridad y
corrección.

2.1.10. FAVOR REI:

Como consecuencia del principio de inocencia, el juez deberá favorecer al


procesado en caso de duda y por tanto cuando no pueda tener una interpretación
unívoca o certeza de culpabilidad deberá decidir en favor de éste. En nuestro
medio tal principio es conocido como in dubio pro reo.

2.1.11. FAVOR LIBERTATIS:

13
Este principio busca la graduación del auto de prisión y, en consecuencia, su
aplicación a los casos de mayor gravedad cuando por las características del delito
pueda preverse que de no dictarse, el imputado evadirá la justicia. Es decir,
reduce la prisión provisional a una medida que asegura la presencia del imputado
en el proceso.

2.1.12. READAPTACION SOCIAL:

Se pena para reeducar y para prevenir delitos ya no tanto para imponer temor en
la sociedad, sino para favorecer y fortalecer el sentimiento de responsabilidad y de
fidelidad al ordenamiento jurídico.

2.1.13. REPARACION CIVIL:

El derecho procesal penal moderno establece los mecanismos que permiten en el


mismo proceso la reparación de los daños y perjuicios provocados al
agravamiento por el hecho criminal.

2.2. LOS PRINCIPIOS ESPECIALES:


2.2.1. PRINCIPIO DE OFICIALIDAD: Este principio obliga al Ministerio
Público a realizar o promover la pesquisa objetiva de hechos
criminales y a impulsar la persecución penal. La instrucción del
Ministerio Público requiere como supuesto que el hecho pesquisado
revista los caracteres de acción delictiva y la investigación deja
intacto el derecho del agraviado a participar en el proceso en calidad
de parte.
2.2.2. PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN: Con base a la garantía
constitucional, del derecho de defensa que asiste al imputado, la
legislación adjetivo penal establece un régimen de bilateralidad e
igualdad, en la relación jurídica procesal. Esto da oportunidad
suficiente a las partes procesales, para oponerse en iguales

14
condiciones de acusación y defensa. Las "partes" tienen amplias
facultades para hacer valer sus derechos y garantías en el proceso
penal, pues mientras el Ministerio Público ejerce la persecución
penal; por otro lado, el imputado tiene la facultad de defenderse de
esa imputación que se le hace. De ahí que las partes por este
principio, tienen el derecho del contradictorio, de oponerse a la
imputación que se les haga. Para que esto sea efectivo, se hace
necesario, también, que ambas partes procesales, acusación y
defensa, tengan los mecanismos de ataque y defensa e idénticas
posibilidades de alegación, prueba e impugnación.
2.2.3. PRINCIPIO DE ORALIDAD: La oralidad asegura el contacto directo
entre los elementos de prueba y el Juez de sentencia, representa la
forma natural de esclarecer la verdad, de reproducir lógicamente el
hecho delictuoso, de apreciar la condición de las personas que
suministran tales elementos... En especial la oralidad sirve para
preservar el principio de inmediación, la publicidad del juicio y la
personalización de la función judicial. La oralidad como principio
procesal, encuentra su fundamento en el Artículo 363 del Código
Procesal Penal, que dice: "El debate será oral. En esa forma se
producirán las declaraciones del acusado, de los órganos de prueba
y las intervenciones de todas las personas que participan en él. Las
resoluciones del tribunal se dictarán verbalmente, quedando
notificados todos por su emisión, pero constarán en el acta del
debate".
2.2.4. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN: La inmediación exige también
una aproximación temporal entre la recepción de la prueba y el
pronunciamiento jurisdiccional que se base en ella. Por eso, los
beneficios del principio se aseguran mediante la regla de que el
debate debe realizarse durante todas las audiencias consecutivas
que sean necesarias hasta su terminación.

15
2.2.5. EL PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN: Como lógica consecuencia de la
vigencia del principio de oralidad surge el principio de inmediación,
al que no sin razón se le ha denominado «compañero de viaje de la
oralidad». Este principio aparece también en la fase probatoria y se
une en forma inseparable a la oralidad, para funcionar como
principios hermanos que dan fundamento al sistema acusatorio.
2.2.6. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD: El principio de publicidad de las
actuaciones procesales es una conquista del pensamiento liberal
frente al procedimiento escrito o «justicia de gabinete» del antiguo
régimen; el movimiento liberal opuso la publicidad del procedimiento
como seguridad de los ciudadanos contra el arbitrio y eventuales
manipulaciones gubernamentales en la constitución y
funcionamiento de los tribunales, así, también, como instrumento de
control popular sobre la justicia. El principio de publicidad tiene sus
antecedentes en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, y es recogido en el artículo 10 que establece: "Toda
persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e
imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o
para el examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal".
2.2.7. PRINCIPIO DE SANA CRITICA RAZONADA: Por este se obliga a
precisar en los autos y las sentencias, de manera explícita, el motivo
y la razón de la decisión, lo cual hace al juez reflexivo y lo obliga a
prestar atención al debate y al examen de las leyes o doctrinas que
tienen relación con la cuestión litigiosa.
2.2.8. PRINCIPIO DE DOBLE INSTANCIA: La Constitución de la
República de Guatemala establece que en ningún proceso habrá
más de dos instancias, lo cual es un reconocimiento tácito de lo
pactado por nuestro país en tratados y convenios internacionales

16
que garantizan el derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal
superior.
2.2.9. PRINCIPIO DE COSA JUZGADA: El fin del proceso judicial es la
sentencia firme, que en el caso del Derecho Procesal Penal
absuelve o condena al acusado, Fin equivale a término, límite,
consumación, objeto o motivo último.
2.3. GARANTÍA DE LA FUNDAMENTACIÓN.

Esta garantía impone a los jueces y magistrados que administran justicia que “Los
autos y las sentencias contendrán una clara y precisa fundamentación de la
decisión, su ausencia constituye un defecto absoluto de forma”. Contenida en el
Artículo 11 Bis del Código Procesal Penal.

La fundamentación expresara los motivos de hecho y de derecho en que se


basare la decisión, así como la indicación el valor que se le hubiere asignado a los
medios de prueba.

Toda resolución judicial carente de fundamentación viola el derecho constitucional


de defensa y de la acción penal. De lo expuesto se establece que ninguna
resolución se encuentra excluida de la fundamentación impuesta por la ley.

2.4. PRECAUCIÓN DE NO CAER EN VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE


FUNDAMENTACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES.

Se ha desarrollado el marco legal relacionado al momento procesal en que se


dicta por parte del órgano jurisdiccional la orden de acusación, contenida en la
resolución que declara el rechazo de la decisión conclusoria de la fase
preparatoria presentada por el Ministerio Público; es decir los actos jurídicos que
preceden a su existencia en el proceso penal, siendo el rechazo por parte del juez
contralor de la investigación, del sobreseimiento, clausura provisional, suspensión
condicional de la persecución penal, criterio de oportunidad o del procedimiento
abreviado.

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La resolución judicial que emite el juez contralor de la investigación, celebrada al
audiencia que manda la ley para conocer del acto conclusorio planteado por el
Ministerio Público debe contener una clara y precisa fundamentación de la
decisión, expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa la decisión,
en este caso, el rechazo a la petición del Ministerio Público, así como al indicación
del valor otorgado a cada medio de prueba; caso contrario la resolución judicial
carente de fundamentación violenta el derecho de defensa y de la acción penal,
según el Artículo 11 bis del Código Procesal Penal.

Esta resolución que contiene la orden de plantear acusación, debe cumplir con los
presupuestos legales regulados en el Artículo 11 bis del Código Procesal Penal, la
fundamentación en la forma y modo establecida en la ley y expresar los motivos
fácticos y jurídicos de la decisión de rechazar la solicitud.

Sin embargo el órgano jurisdiccional que emite esta resolución, incumple con los
presupuestos legales enunciados, los cuales no son opcionales sino de
cumplimiento obligatorio, de lo cual deriva una violación a derechos fundamentales
otorgados a las partes, siendo el derecho de defensa, perjudicando el imputado y
el de la acción penal, afectando al órgano acusador, es decir al Ministerio Público.

Se afirma, que la resolución que nos ocupa incumple con la garantía de


fundamentación, lo cual deriva de ciertos motivos que no pueden ser
conceptualizados de justificados, pues esta supuesta justificación, no debe, ni
puede eximir al juez competente que resuelve una petición concreta, de la
obligatoriedad que impone la ley de fundamentar sus resoluciones que dicta en el
desarrollo del proceso penal.

Esta resolución judicial por lo general, cumple con describir las actitudes de cada
parte que intervino en la audiencia de mérito, el pronunciamiento y los alegatos de
hecho y de derecho manifestados en la audiencia; sin embargo el juzgador al
resolver la petición planteada, omite fundamentar el rechazo y evita indicar los
motivos de hecho y de derecho que lo llevan a ordenar al Ministerio Público, al
planteamiento de la acusación.

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Los motivos de trascendencia jurídica que llevan al juez a ordenar acusar, no son
enunciados en la resolución que la contiene, existiendo ciertas causas o motivos
que obligan al juez a incumplir con el principio de fundamentación, entre los cuales
podemos mencionar:

a) Si el juez contralor de la investigación, en la resolución que rechaza la solicitud


planteada por el Ministerio Público y en la cual ordena el planteamiento de la
acusación, cumple con el principio de fundamentación en la forma y modo
establecida en la ley, se estaría colocando subjetivamente en una imposibilidad
jurídica de seguir conociendo del proceso penal, aunque tampoco ese acto jurídico
se adecua perfectamente a una causal de recusación, lo cual deriva en
incertidumbre jurídica para las partes y para el sistema de justicia penal la alarma
de que puede existir una situación jurídica que no esta claramente regulada en el
ordenamiento jurídico penal.

b) El juez que ordena el planteamiento de la acusación, omite fundamentar la


resolución de mérito, por el hecho que la reserva para el momento procesal
oportuno, es decir cuando conozca de la acusación que debe plantearse. Esta
falta de fundamentación, en la resolución judicial que contiene la orden de
acusación, es consecuencia de que el juez tiene el conocimiento, que él es, quién
conocerá de la acusación que debe plantearse, motivo que lleva al juzgador a
cuidar no manifestar su opinión o criterio jurídico respecto a la valoración de los
medios de prueba que integran la investigación practicada por el ente acusador, lo
cual provoca una vulneración al derecho de defensa, sobre todo si reiteramos que
tal resolución es irrecurrible y de la acción penal, pudiendo derivar en una
acusación carente de fundamentación fáctica y jurídica.

La situación jurídica tratada, lleva a plantear aún más la necesidad de que juez
distinto conozca de la acusación que debe plantearse para que el juez que dicta la
resolución que contiene la orden formular acusación, cumpla con el principio de
fundamentación y evite violentar el derecho de defensa y de la acción penal,
desde el momento que emite tal resolución.

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3. IMPUTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DENTRO DEL PROCESO PENAL
GUATEMALTECO:

El derecho procesal es el conjunto de normas relativas a la estructura y funciones


de los órganos jurisdiccionales penales, o sea, de los órganos del orden
jurisdiccional; de los presupuestos y efectos de la tutela concerniente al derecho
penal y a la forma y contenido de la actividad relativa a dispensar dicha tutela.

La ciencia del derecho procesal penal se proyecta muy principalmente sobre el


conjunto de normas jurídicas, y a su vez, los trabajos científicos están presentes
en mayor o menor medida; en un sentido y en otro en la interpretación de esas
normas y en la labor legislativa que las crea y modifica.

El ámbito del proceso penal está naturalmente más abierto al influjo de actitudes
ideológicas y políticas, así como también de juicios de conveniencia y de
oportunidades que guardan íntima relación con la polémica naturaleza de las
principales cuestiones suscitadas en torno al derecho penal.

El derecho procesal penal, como ciencia y como legislación, se halla


permanentemente sometido a influencias; presiones y condicionamientos no
jurídicos. Pertenece a la naturaleza de las cosas que los asuntos penales en
general o, dicho de otra forma, que todo cuanto está o puede estar en juego ante
los tribunales penales, componga un conjunto de realidades y expectativas que
suele interesar a la ciudadanía y a la población tomada también en su conjunto y
no a las personas implicadas en cada proceso.

El derecho y la justicia penales afectan muy directamente al bienestar social y


conciernen de modo singularmente intenso a la personalidad de todo ser humano,
lo que comporta una riqueza y una complejidad especial, que se apuntan como
causa o concausa de la peculiar dificultad del derecho procesal penal, en sus dos
distintas dimensiones; normativa y científica. Consecuentemente, el derecho
procesal penal se presenta; en su referida doble vertiente.

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En el derecho y en la justicia penales, se hacen singularmente presentes como
problemáticas la libertad y la paz de la comunidad social y de cada uno de sus
miembros, el clima general de seguridad, la dignidad de las personas, que se
resuelve en el efectivo reconocimiento de su derecho de defensa y en la eficacia
preventiva del derecho y de los procesos penales.

Así, a una comunidad social que goce de una próspera paz general seguramente
se preocupará por las garantías del sospechoso y del inculpado notablemente más
que una sociedad que; se vea frente a múltiples delitos contra la propiedad y la
vida. En el derecho procesal penal es menor la influencia de principios técnico-
jurídicos y mayor la incidencia de factores ajenos a la técnica jurídica, ni la ciencia
ni las reglas jurídicas sobre el proceso penal han de menospreciarse en la teoría o
en la práctica.

3.1. IMPORTANCIA

El derecho es un regulador externo cuya misión consiste en poner orden a la vida


en sociedad con respecto a un grupo humano determinado. Integra el elemento
orgánico del Estado en cuanto se le considere a éste como la sociedad organizada
jurídicamente.

En función de ello, es de importancia señalar que conforme al sistema penal


vigente, se vea la definición de derecho procesal penal, desde un punto de vista
del sistema acusatorio, para lo cual se deben tener presentes, los principios
filosóficos en que se inspira, su raíz, ontológica y los elementos esenciales que lo
componen; así como los fines que persigue.

El ordenamiento procesal penal tiene un perfil político con claras y nítidas


resonancias institucionales.

3.2. DEFINICIÓN

El derecho procesal penal es un método de razonamiento que se desarrolla


coordinadamente con el objeto de obtener una sentencia justa ordenada por la ley,
y que es referente a la propia constitución; ya que es la fuente por excelencia del

21
ordenamiento jurídico y del proceso penal y porque disciplina la defensa de la
sociedad ante el ataque de sus bienes fundamentales, de tal modo que aquél
protege también al individuo; en cuanto asegura su defensa durante la
substanciación del proceso instaurado como instrumento de justicia y le otorga
garantías de seguridad y estabilidad.

“El derecho procesal penal es el conjunto de normas que regulan la actividad


jurisdiccional del Estado para la aplicación de las leyes de fondo, y su estudio
comprende; la organización del poder judicial, la determinación de la competencia
de los funcionarios que lo integran, la actuación del juez y que las partes deben
seguir en la sustanciación del proceso”7.

“El derecho procesal penal, es una disciplina jurídica que forma parte del derecho
interno del Estado de Guatemala, cuyas normas instituyen y organizan los
tribunales de justicia y que cumplen la función jurisdiccional” 8.

“Derecho procesal penal es un método impuesto por la autoridad para llegar a la


justicia; un método de razonamiento prefijado y ordenado por la ley, que las partes
y los jueces deben seguir etapa por etapa, de acuerdo a una secesión
preestablecida y una coordinación dialéctica, con el fin de obtener una sentencia
justa”9.

El derecho procesal penal, es el conjunto de normas, instituciones y principios


jurídicos que regulan la función jurisdiccional, la competencia de los jueces y la
actuación de las partes, dentro de las distintas fases procedimentales, y que tiene
como fin establecer la verdad histórica del hecho y la participación del imputado
durante la substanciación del proceso penal; para luego obtener una sentencia
justa.

Al hablar de un conjunto de normas, se hace referencia a que la legislación


procesal penal se encuentra sistemáticamente ordenada, a través del Decreto Ley
número 51-92 del Congreso de la República. Se habla de principios jurídicos, por
7
Maier, Julio Alberto. Derecho procesal penal, pág. 32.
8
Binder, Alberto. Introducción al derecho procesal penal, pág. 40.
9
Cabanellas, Guillermo. Diccionario de derecho usual, pág. 40.

22
cuanto en el proceso penal, la oralidad, la publicidad, la inmediación, la
concentración y el contradictorio; son principios procesales que determinan y
orientan a las partes y al juez en el desarrollo del proceso penal.

Al señalar las instituciones de la persecución penal, el procedimiento abreviado, el


procedimiento especial de averiguación y el juicio por delitos de acción privada,
entre otros, flexibilizan el desarrollo del proceso y la función jurisdiccional,
haciendo que la justicia sea pronta y cumplida; tal como lo ordena la Constitución
Política de la República.

Ello implica, que la función jurisdiccional y la actividad que desarrollan las partes,
poseen el espacio o marco jurídico adjetivo, que delimita su actuación y garantiza
en forma efectiva la justicia; el respeto de sus elementales derechos en relación al
conglomerado social.

El derecho procesal penal es una rama del derecho público interno del Estado de
Guatemala, siendo su acción de carácter público, y la actividad jurisdiccional es
correspondiente al Estado como una institución organizada; política y
jurídicamente responsable de proveer a los ciudadanos el valor justicia.

Las innegables peculiaridades del derecho procesal penal, deben entenderse


ligadas más bien a la existencia, dentro del único fin del proceso penal, de dos
valores en especial tensión y posible contraposición, que, sin embargo; han de
compaginarse y armonizarse.

La imputación requiere que la acción humana produzca un riesgo o lo aumente


más allá de lo permitido por la ley, es decir, debe ser desaprobado legalmente, el
riesgo debe haberse realizado en el resultado y estar dentro del ámbito de
protección de la norma. La cuestión jurídica fundamental no consiste en la
comprobación del nexo causal en sí, sino en establecer los criterios conforme a los
cuáles queremos imputar determinado resultado a una persona. Sólo es
objetivamente imputable un resultado causado por una acción humana, cuando
dicha acción ha creado un peligro jurídicamente desaprobado que se ha realizado
en el resultado típico.

23
Sólo es objetivamente imputable un resultado causado por una acción humana (en
el sentido de la teoría de la condición cuando dicha acción ha creado un peligro
jurídicamente desaprobado que se ha realizado en el resultado típico. De acuerdo
con ésta fórmula para que pueda imputarse al autor el resultado objetivamente es
necesario que de manera objetiva, pueda fundamentarse y establecerse en ese
comportamiento un riesgo típicamente relevante y que ese riesgo se haya
realizado en el resultado típico efectivamente producido. Para responder por el
delito consumado de resultado, es necesario entonces, un primer juicio para
determinar si la acción del autor ha creado un riesgo típico o ha elevado el riesgo
existente para el bien jurídico tutelado.

3.3. LA IMPUTACIÓN PUEDE SER APLICADA A LOS SIGUIENTES


DELITOS:

- delitos de resultado,

- delitos de peligro,

- delitos de acción,

- delitos de omisión,

- delitos culposos,

- delitos dolosos,

- delitos consumado y

- delitos tentados.

La individualidad de la persona no debe entenderse en un sentido naturalista


como capacidad de motivar psicológicamente sino como capacidad de ser autor
de un suceso externo, por esta razón, para el juicio de culpabilidad no interesa la
constitución motivacional del autor sino solamente la posibilidad de reconducir un
hecho a una unidad a algo indivisible a una persona, pero este no basta para
realizar una imputación personal, pues únicamente la socialidad permite un
proceso de atribución de sentido conforme a las características del sistema social.

24
Podemos concluir, tal como lo prescribe Mir Puig en el sentido de que: "la
exigencia de imputación responde al principio de culpabilidad, en sentido amplio,
que requiere conexión al sujeto de cada nivel de lesividad de la teoría del delito,
pero al mismo tiempo es necesaria para completar la constitución del desvalor del
tipo, del injusto y de la infracción personal de la norma, la imputación es necesaria
para afirmar el desvalor intersubjetivo de la conducta y el desvalor del resultado
del tipo objetivo, la ausencia de los presupuestos típicos de alguna causa de
justificación también ha de ser objetiva para que el tipo pueda imputarse como
antijurídico y por último, el hecho antijurídico ha de poderse imputar a un sujeto
capaz de acceder a la norma en condiciones de motivabilidad normal imputación
personal, necesaria para que el hecho antijurídico se convierta en infracción
personal de la norma y se complete la culpabilidad del sujeto 10.”

Para el derecho penal moderno, los hechos culposos presuponen la evitabilidad


de la realización del tipo. Al autor culposo se le castiga porque no ha evitado el
resultado jurídicamente desaprobado, a pesar de tener objetiva y subjetivamente
la posibilidad de hacerlo. La inevitabilidad personal subjetiva hace desaparecer el
reproche de culpabilidad, mientras que la inevitabilidad objetiva excluye, en el
campo de la tipicidad, la imputación del resultado.

3.4. CONOCIMIENTO DE LA IMPUTACIÓN

El derecho de defensa lleva implícito el derecho del imputado a conocer la


información del hecho que se le atribuye y a expresarse libremente sobre este.

Sobre el derecho a conocer la información, puede decirse, parafraseando a Julio


Maier, que para poder defenderse es necesario conocer la existencia de algo de
qué defenderse.

En el Código Procesal Penal la imputación necesaria juega su papel


fundamentalmente en momentos procesales claves para el ejercicio de una
defensa efectiva.

10
Mir Puig, Santiago. La parte objetiva de tipo doloso, relación de causalidad e imputación objetiva Pág. 90

25
El primero lo constituye la declaración del sindicado. Con respecto a ella, la ley
ordena, en el artículo 81, lo siguiente: "Advertencias preliminares. Antes de
comenzar las preguntas se comunicará detalladamente al sindicado el hecho que
se le atribuye, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo, en la medida
conocida; su calificación jurídica provisional, un resumen de los elementos de
prueba existentes, y las disposiciones penales que se juzguen aplicables".

Otro lo constituye el momento de la acusación, contemplada en el artículo 332 del


Código Procesal Penal, y que regula con detalle su contenido y forma. En este
momento tienen efectividad dos circunstancias importantes para el ejercicio de la
defensa. Una la constituye el hecho de que el Ministerio Público no puede acusar
sin antes haber oído al sindicado.

Y la otra, que el hecho objeto de investigación y posible hecho por el que se


realizará un juicio y del cual se acusará al sindicado, ha sido promovido por un
órgano ajeno al Juez, el Ministerio Público, diferencia de suma importancia en
relación con el procedimiento derogado y que tiende a hacer efectiva la
imparcialidad del juzgador.

Durante el juicio, en la fase del debate, se debe señalar nuevamente al acusado el


hecho por el que se hace el juicio y que se le atribuye (artículo 370).

No es sencilla la tarea de construir y ensamblar piezas procesales que miran a la


más expedita y completa reconstrucción de los hechos, a la celeridad del proceso
y al aseguramiento de cosas y personas; sin afectar negativamente con todo ello a
los derechos de la defensa y sin correr un riesgo excesivo de maltratar la dignidad
personal del imputado.

Sin embargo, hay que poner el máximo empeño en conocer óptimamente la


realidad delictiva y la de los mecanismos estatales que la afrontan: policía,
tribunales, expertos, con sus posibilidades, carencias y hábitos más o menos
arraigados y en ejercitar esforzadamente la prudencia, para evitar, tanto un
paroxismo garantista que acabe primando procesal y vitalmente al delincuente,
como una exacerbación del designio de impartir justicia de un modo tan expedito y

26
veloz que conlleve falta de real aprecio hacia las debidas garantías, que son
aquéllas que permiten afirmar, con tranquila conciencia; que el imputado ha
podido defenderse en el terreno de los hechos y en el de los razonamientos
jurídicos.

27
CONCLUSIONES

1. El Ministerio Público no cumple con el sistema garantista que establece la


normativa jurídica guatemalteca, realizando una mala aplicación de los
principios de objetividad, imparcialidad y legalidad al investigar únicamente
circunstancias en contra del imputado.
2. Al realizar la imputación el ente investigador de un delito no se basa en
criterios racionales para una adecuada imputación del hecho delictivo, ya
que no toma en cuenta la sitematización de la estructura del delito en el
periódo de investigación que éste realiza sobre el hecho delictivo
3. La eficacia protectora de la imputación supone que no tiene que basarse en
juicios de valor, sino en hipótesis taxativas y verificables, aserciones
empíricas que atribuyan la comisión de un hecho exactamente denotado
por la ley en su materialidad concreta como delito, puesto que las
aserciones de significado indeterminado no son verificables ni refutables; y
no permiten el ejercicio de una defensa técnica y material concreta.
4. En realidad se puede observar que el principio de fundamentación, a través
de la motivación en los puntos expuestos, que regula el Artículo 386 del
Código Procesal Penal, si bien es aplicado por los tribunales de sentencia
que fueron investigados, también se pudo observar que no es aplicado de
la forma que la doctrina al respecto establece.

II
RECOMENDACIONES:

1. El Ministerio Público al realizar la imputación de un delito tiene que basarse


en la sistematización de la estructura del delito realizando así una
imputación objetiva, imparcial y legal del hecho delictivo.
2. El juzgador debe tratar entonces de utilizar criterios que lo conduzcan a la
mayor objetividad posible. Para ello, tendrá a mano los que, con carácter
general, haya establecido la ley que abran la puerta de la interposición del
recurso de apelación especial. Tanto en materia de estándares probatorios
como de interpretación de la ley.
3. El Estado de Guatemala debe garantizar a sus habitantes el goce y respeto
de sus derechos y de libertades, siendo uno de los instrumentos para
cumplir con ese mandato constitucional, el de construir un ordenamiento
jurídico congruente y respetuoso de la Constitución Política de la República.

III
BIBLIOGRAFIA

1. ANTOLISEI, Francesco. La relación de causalidad en imputación objetiva y


antijuridicidad, estudios de derecho penal. 3ª ed. Buenos Aires Argentina:
Editorial Jurídica, 2009.
2. BARRIENTOS PELLECER, César Ricardo. Derecho procesal
guatemalteco. 4ª ed. Guatemala: Editorial Jurídica guatemalteca, 2007.
3. BARRIENTOS PELLICER, César Ricardo. La investigación a cargo del
Ministerio Público. 4ª ed. Guatemala: Editorial Fénix, 2009.
4. CABANELLA, Guillermo. Diccionario Del Derecho Usual. (s.e). Buenos
Aires, Argentina: Editorial Heliasta, 1976.
5. CAROCCA PÉREZ, Alex. Garantía constitucional de la defensa procesal. 5ª
ed. San José Costa Rica: (s.e.), 2008.
6. CASTILLO DE JUÁREZ, Crista. Teoría general del proceso. 10ª ed.
Guatemala: Editorial Crista, 2011.
7. BINDER, Alberto. Introducción al derecho procesal penal. Buenos Aires,
Argentina: Ed. Ad-Hoc, S.R.L., 1992.
8. CLARÍA OLMEDO, Jorge. Tratado de derecho procesal penal. Buenos
Aires, Argentina: Ed. Despalma, 1989.
9. CHACÓN CORADO, Mauro. El enjuiciamiento penal guatemalteco.
Guatemala: Ed. Vile, 1991.
10. SOSA ARDITI, Enrique. El juicio oral en el proceso penal. Buenos Aires,
Argentina: Ed. Astrea, 1994.

LEGISLACIÓN:

1. Constitución Política de la República de Guatemala. Asamblea Nacional


Constituyente, 1986.
2. Código Procesal Penal. Decreto 51-92 del Congreso de la República de
Guatemala, 1992.
3. Ley del Organismo Judicial. Decreto 2-89 del Congreso de la República de
Guatemala, 1989.

IV

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