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Mecanismos de voz y formación de palabra

Mecanismos de voz y formación de palabra

Editores:

Zarina Estrada Fernández


Albert Álvarez González
Lilián Guerrero
María Belén Carpio

El saber de mis hijos


hará mi grandeza
PM121
.M42
Mecanismos de voz y formación de palabra/ editores, Zarina Estrada
Fernández… [et al.] -- Hermosillo, Sonora, México : Editorial Univer-
sidad de Sonora : Editorial Plaza & Valdés, c2007.
255 p. : Il.; 21 cm.

ISBN: 978-970-722-643-2

1. Lenguas indígenas - Morfología - México. 2. Lenguas indígenas -


Sintaxis - México. 3. Lenguas indígenas - Morfología - América
Latina. 4. Lenguas indígenas - Sintaxis - América Latina. 1. Zarina
Estrada Fernández, ed.

Área de análisis bibliográfico. Coordinación de Bibliotecas. DDA, Universidad de Sonora

Diseño de portada: José Juan Cantúa

© 2007 Universidad de Sonora


Maestría en Lingüística
Centro de las Artes
Rosales y Blvd. Luis Donaldo Colosio s/n
Hermosillo, Sonora, México
C.P. 83000

© Plaza y Valdés Editores


Manuel María Contreras 73
Col. San Rafael, C.P. 06470
México, D.F., Tel. 50-97-20-70

ISBN: 978-970-722-643-2

Hecho en México
Printed in Mexico
Índice

Presentación .............................................................................................. 9
Albert Álvarez González ........................................................................ 17
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui
Fidencio Briceño Chel............................................................................ 45
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la
incorporación nominal en maya yucateco
Maritza Elena Enríquez Licón................................................................ 63
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa
Zarina Estrada Fernández....................................................................... 85
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su
manifestación en pima bajo
Rolando Félix Armendáriz ................................................................... 107
Los aplicativos en warihío
Ana Fernández Garay........................................................................... 133
La voz media en wichí (familia mataco-mataguaya)
Gabriela García Salido ......................................................................... 153
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán
Lilián Guerrero ..................................................................................... 177
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas
en yaqui
Manuel Peregrina Llanes...................................................................... 205
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana:
desde una propuesta tipológica
Thomas L. Willett................................................................................. 231
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano
del sureste
Presentación

La investigación lingüística que se ha venido realizando en la Universidad de


Sonora, en particular en el ámbito de las lenguas indígenas, cuenta con más de
veinticinco años de desarrollo. Los resultados de esta actividad pueden apre-
ciarse por ejemplo en las numerosas tesis de licenciatura y de maestría defen-
didas dentro de esta temática o en las que están en proceso de elaboración.
Como productos de esta tarea investigativa, se pueden mencionar también pu-
blicaciones en revistas arbitradas nacionales y extranjeras, un buen número de
ponencias presentadas en congresos nacionales e internacionales, así como va-
rios libros publicados sobre la materia: gramática y textos sobre pima bajo,
diccionario bilingüe yaqui-español, textos narrativos de lengua yaqui, mono-
grafía sobre lengua mayo, etc.
Esta investigación en lingüística se ha caracterizado principalmente por tres
aspectos: i. el impulso a la documentación de materiales en lenguas indígenas
yutoaztecas de la región, ii. el estudio de aspectos morfosintácticos y lexico-
gráficos de algunas de estas lenguas –en particular pima, yaqui y guarijío y iii.
la formación de recursos humanos tanto a nivel de licenciatura como de maes-
tría capaces de desarrollar temas de investigación lingüística en lenguas indí-
genas americanas.
El marco anterior ha permitido la integración y consolidación del cuerpo
académico que lleva por nombre “Estudios lingüístico-tipológicos y etnocultu-
rales en lenguas indígenas o minoritarias”, así como la apertura del programa
de postgrado de Maestría en Lingüística en el año 1998 cuya especialidad te-
mática se centra precisamente en los estudios lingüísticos de las lenguas indí-
genas.
En el 2003, la Dra. Zarina Estrada Fernández, líder de este cuerpo acadé-
mico (CA), presentó ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CO-
NACyT) una propuesta de proyecto de grupo de investigación que fue acepta-
da. Este proyecto fue planteado por el CA mencionado, precisamente para
consolidar la infraestructura académica y fortalecer el estudio morfosintáctico
en lenguas indígenas desde un mismo marco teórico y una sola metodología de
obtención y registro de datos, pero sobre todo, por el interés de impulsar el
trabajo de investigación en equipo hacia el interior de la Universidad de Sono-
ra así como en constante comunicación con investigadores de instituciones na-
cionales y extranjeras. Este proyecto continuó y consolidó las temáticas sobre
9
10

morfosintaxis en lenguas indígenas ya trabajadas por los diferentes miembros


del Cuerpo Académico nutriéndose, por lo tanto, de los antecedentes en inves-
tigación desarrollados a través de otros proyectos apoyados tanto por la Uni-
versidad de Sonora como por CONACyT. En este proyecto, sin embargo, se
incursionó en una nueva etapa de investigación morfosintáctica centrada más
específicamente en los mecanismos de voz, transitividad y formación de pala-
bra. El libro que ahora presentamos es justamente un producto concreto que
corresponde a algunos de los resultados alcanzados durante el desarrollo de
este proyecto.
Para el estudio de los diversos mecanismos de voz, cambio de valencia y
formación de palabra, se partió de ideas expresadas principalmente por Givón
(2001) y Shibatani (2006), quienes conciben a esas nociones conjuntamente
con la de transitividad dentro de un dominio funcional multi-dimensional.
Desde esta perspectiva, voz y transitividad se conciben como nociones ínti-
mamente relacionadas, precisamente porque a través de la investigación de és-
tas se puede llegar a explicar la diversidad de manifestaciones sintácticas
translingüísticas para expresar distintos eventos. Así, el concepto de voz ha
sido definido, dentro de este enfoque, como un cambio en la perspectiva del
evento enunciado por el hablante. En otras palabras, los fenómenos de voz y
transitividad, así como los mecanismos que llegan a modificarlos, proporcio-
nan una base conceptual teórica que permite explicar la variabilidad sintáctico-
semántica que da origen a los diversos tipos de oraciones que el ser humano
produce.
El proyecto se planteó entonces la exploración sistemática de los mecanis-
mos de voz en cinco lenguas yutoaztecas (pima bajo, yaqui, guarijío, tepehua-
no del sur y rarámuri o tarahumara), asumiendo una perspectiva más general
donde se pudiese mostrar el comportamiento de estas lenguas yutoaztecas den-
tro de un enfoque tipológico y relacionando estos mecanismos con los diver-
sos factores que se involucran en la transitividad y su codificación morfológi-
ca. La investigación buscó centrarse en los procesos morfosintácticos, semán-
ticos y pragmáticos que interactúan con los fenómenos de voz –principalmente
voz pasiva, voz media, construcciones causativas y aplicativas–, y resultan re-
levantes para las manifestaciones lingüísticas en el continuo de transitividad.
Dentro de las actividades contempladas para lograr este objetivo, se orga-
nizaron una serie de seminarios donde participaron diversos lingüistas especia-
lizados en lenguas de la misma o de diferente familia, para discutir, de manera
11

colegiada, las observaciones que se iban obteniendo. El objetivo fue incursio-


nar en las problemáticas relacionadas con el fenómeno de voz, cambio de va-
lencia y formación de palabras en lenguas diversas del mundo y en especial en
lenguas indoamericanas. Con la presencia de lingüistas de renombre interna-
cional en el estudio de estos fenómenos, Bernard Comrie, T. Givón, Matt Shi-
batani, entre otros, estos seminarios permitieron a los participantes presentar el
avance de sus trabajos sobre esta temática y generaron discusiones fructíferas
1
cuyos resultados presentamos parcialmente en este libro.
En efecto, los trabajos que integran esta publicación corresponden a una se-
lección elaborada a partir de las diferentes ponencias que fueron presentadas
durante el Primer, Segundo y Tercer Seminarios de Voz, Cambio de Valencia
y Formación de Palabra. Estos eventos fueron organizados en noviembre del
2003, del 2004 y del 2005 en Hermosillo, Sonora, por el cuerpo académico
“Estudios lingüístico-tipológicos y etnoculturales en lenguas indígenas y mi-
noritarias” de la Maestría en Lingüística, del Departamento de Letras y Lin-
güística de la División de Humanidades y Bellas Artes de la Universidad de
Sonora (Hermosillo, México) y corresponden a actividades académicas que se
inscriben dentro del Proyecto CONACyT de grupo de investigación intitulado
“Mecanismos de voz y formación de palabra” (ref. 39777) y dirigido por la
Dra. Zarina Estrada Fernández.
Este libro incluye diez artículos sobre distintas lenguas indígenas de Méxi-
co (el maya yucateco y lenguas yutoaztecas como el náhuatl, el yaqui, el guari-
jío (warihío), el zapoteco del Istmo, el tepehuano del sur, el pima bajo) y de
Argentina (el wichí). Todos los trabajos se inscriben dentro de la temática del
proyecto anteriormente mencionado, es decir los fenómenos de voz, de cambio
de valencia y de formación de palabras. Encontramos en el libro, tanto trabajos
sobre construcciones aplicativas y causativas que permiten aumentar la valen-
cia verbal como trabajos sobre resultativas, voz media e incorporación que sir-
ven como mecanismos de reducción de valencia verbal. Los contenidos más
específicos de cada uno de los trabajos se presentan a continuación siguiendo
el orden alfabético de aparición de los artículos en el libro:2
1
En el libro Studies in Voice and Transitivity (Estudios en voz y transitividad) a publicarse
en LINCOM-Europa, se reúnen también otros productos de este proyecto.
2
Todos los trabajos publicados en este libro han sido sometidos a arbitraje de pares acadé-
micos.
12

Partiendo de la propuesta tipológica de Nedjalkov (2001: 928-929) según


la cual se pueden identificar tres tipos sintácticos diferentes de estructuras re-
sultativas (resultativas P, S y A), Albert Álvarez González propone un análisis
de las construcciones de aspecto resultativo en yaqui donde se evidencia que
esta lengua posee diferentes marcadores morfológicos de este tipo y cinco ti-
pos sintácticos distintos –las resultativas P, S y A así como dos nuevas cons-
trucciones denominadas por sus características sintácticas: resultativa S biva-
lente y resultativa R. Este estudio muestra, igualmente, que el criterio determi-
nante para la marcación resultativa en yaqui no es en realidad un criterio sin-
táctico (valencia verbal) sino más bien semántico (la conceptualización del
evento denotado por el verbo base), y que el carácter resultativo está íntima-
mente relacionado en yaqui con las nociones de agentividad y de posesión.
Fidencio Briceño Chel presenta en su trabajo algunos casos en donde el
discurso maya permite la incorporación de nominales al verbo para hacerlos
más específicos, creando de esta manera nuevos verbos que pueden luego ser
reanalizados y utilizados como cualquier otro verbo dentro del sistema verbal
de esta lengua. Este hecho permite entonces que cláusulas transitivas sean in-
transitivizadas al incorporar al verbo el nominal que antes funcionaba como
objeto directo; asimismo, una vez lexicalizadas estas nuevas formas pueden
ser retransitivizadas en contextos específicos del discurso maya moderno. Fi-
nalmente el autor muestra cómo este recurso es bastante productivo en la len-
gua pues sirve también para la formación de nuevas palabras para denominar
oficios específicos.
El trabajo de Maritza Elena Enríquez Licón, describe los mecanismos
formales utilizados para expresar la causatividad en zapoteco del Istmo, lengua
del grupo otomangue hablada en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca; más es-
pecíficamente, se describe este fenómeno tal y como se presenta en el habla
del pueblo San Blás Atempa. Esta descripción se basa en un corpus de 125
verbos y su contraparte causativa. Primeramente se ejemplifican dos hechos
muy importantes para la comprensión del funcionamiento de los morfemas de
causatividad en la lengua; (i) el comportamiento de esta lengua en cuanto a la
transitividad, y (ii) la acumulación de morfemas causativos. Asimismo, se des-
criben los diferentes mecanismos con los que cuenta la lengua para expresar
causatividad tomando como marco teórico el trabajo de Shibatani y Pardeshi
(2002).
13

El análisis semántico-sintáctico de las construcciones aplicativas en pima


bajo que presenta Zarina Estrada Fernández, permite observar que en esta
lengua este tipo de construcciones respeta varias de las propiedades que se han
observado translingüísticamente. De acuerdo a dichas propiedades, el ‘aplica-
tivo’ se caracteriza por ser un procedimiento morfosintáctico: (i) muy produc-
tivo en la derivación de nuevos verbos; (ii) que introduce un participante peri-
férico –en muchas de las lenguas un beneficiario– a nuclear; (iii) que cuenta
con la posibilidad de no especificar al participante beneficiario, factor que po-
dría ser causal del llamado sincretismo aplicativo-causativo; (iv) donde la
elección del beneficiario responde a la jerarquía de animacidad y finalmente,
(v) que da lugar a expresiones de poseedor externo, mismas que en pima bajo
conservan una doble marcación del beneficiario, una como participante nu-
clear y otra como poseedor en la frase nominal. Esta doble marcación del par-
ticipante beneficiario podría ser resultado del principal efecto del aplicativo, ya
que al introducir como argumento nuclear a un participante opcional –el bene-
ficiado–, la lengua puede dar lugar a una interpretación ambigüa del mismo, es
decir ser polivalente, por lo que la doble marca del beneficiario asegura su in-
terpretación semántica.
El trabajo de Rolando Félix Armendáriz se interesa en las construcciones
aplicativas en warihío donde se evidencian dos tipos de construcciones princi-
pales: (i) la construcción con el sufijo verbal -ke, y (ii) construcciones con
otros sufijos aplicativos. Este sufijo verbal -ke aparece en tres fenómenos fun-
cionales diferentes y a la vez relacionados: benefactivo, posesión externa y da-
tivo ético. Sin embargo, el autor propone reunir en un mismo dominio funcio-
nal esas construcciones, basándose en diferentes propuestas de Shibatani: el
rasgo de ‘relevancia’ de las construcciones de posesión externa y dativo ético
(Shibatani, 1994), el esquema de ‘dar’ (Shibatani 1996), y una conceptualiza-
ción funcional del fenómeno de voz visto como los reflejos gramaticales de las
diferente fases de la evolución de una acción (Shibatani 2006). Este acerca-
miento busca también establecer el contraste semántico existente entre las
construcciones aplicativas y no aplicativas.
Ana Fernández Garay elabora un estudio de los distintos grados de tran-
sitividad que se pueden observar en la lengua wichí, lengua perteneciente a la
familia mataco-mataguaya, hablada por una comunidad al noreste de la pro-
vincia de Salta, en Argentina. El estudio se interesa igualmente en los diferen-
tes tipos de verbos que posee esta lengua según su valencia, y en los mecanis-
14

mos para aumentar la transitividad verbal (causación), y disminuirla (cons-


trucciones pasivas, reflexivas y recíprocas). En un último punto, se busca esta-
blecer si el wichí posee un marcador de voz media distinto del marcador re-
flexivo.
El artículo de Gabriela García Salido presenta un análisis en tepehuano
del sur, hablado en el ejido de Santa María Ocotán (Durango), de la voz re-
flexiva, recíproca y media, partiendo del estudio tipológico que sobre este tipo
de construcciones, realizó Kemmer (1993, 1994) en donde se propone que la
noción de distinguibilidad de los participantes permite explicar estos eventos y
separar, semánticamente, un evento reflexivo de uno recíproco y de uno me-
dio. Este hecho permite a la autora proponer que en el tepehuano del sur cier-
tos verbos intransitivos responden semánticamente a la voz media, aunque no
exista un marcador exclusivo en esta lengua para esta construcción. De igual
forma, se observa que la marca de reflexivo puede llegar también a añadirse a
ciertos verbos transitivos sin tener una lectura reflexiva.
El trabajo de Lilián Guerrero explora los mecanismos morfosintácticos y
los efectos semánticos que caracterizan a las cláusulas aplicativas en la lengua
yaqui. Se pone especial atención en las propiedades que distinguen la cláusula
aplicativa marcada con el sufijo -ria y la cláusula no-derivada. Se propone que
la derivación de aplicativas en yaqui no tiene que ver con la selección alterna-
tiva de objetos indirectos, sino que son dos expresiones sintácticas para un
significado similar: el receptor/beneficiario tiene dos formas de representa-
ción, como un argumento central directo (aplicado) cuando expresa a un parti-
cipante animado benefactivo, malefactivo, poseedor, y como un argumento
central oblicuo asociado a receptores y metas. La motivación para elegir entre
una y otra estructura es pragmática: prominencia y afectación.
Basado en la propuesta tipológica de la transitividad desarrollada por Kit-
tilä (2002), Manuel Peregrina Llanés presenta una descripción del compor-
tamiento de alternancia de esta categoría lingüística en la lengua náhuatl, y do-
cumenta, partiendo de un corpus constituido por once cuentos de la variante de
la Huasteca Veracruzana, la codificación de los distintos tipos de construccio-
nes transitivas. Después de haber presentado la noción de transitividad y el
prototipo de la cláusula transitiva básica, el autor presenta así los diferentes
mecanismos de alternancias de la transitividad en náhuatl: los que incrementan
la transitividad (alternancias causativa, aplicativa) y los que la disminuyen (al-
ternancia impersonal, por incorporación, recíproca, reflexiva, media). Por úl-
15

timo, se concluye con la propuesta de un continuo de transitividad para las dis-


tintas cláusulas de la narrativa que se han documentado en este trabajo de
acuerdo al grado de transitividad codificado en ellas.
Finalmente, el estudio de Thomas L. Willett es el segundo trabajo sobre el
tepehuano del sureste que se habla en Santa María Ocotán. En él, tomando en
cuenta más de setecientos cincuenta verbos de esta lengua, el autor analiza la
transitividad inherente de los verbos y los cambios de valencia que llegan a
sufrir así como los mecanismos morfológicos que afectan a los verbos y que
permiten expresar el valor aspectual de distribución. En un primer punto, se
presenta brevemente el sistema verbal, indicando cómo el sistema fonológico
lo afecta. En un segundo punto, se describe la manera en la cual se indica la
valencia inherente de un verbo y los usos tanto bitransitivos como reflexivos
de los verbos transitivos e intransitivos, y los cambios morfológicos que
acompañan esos usos. En un último punto, se presentan los múltiples sentidos
distributivos que se expresan mediante formas reduplicadas de los verbos, los
cuales se asocian a algún tipo de pluralidad o a alguna forma de repetición.
Esta obra cumple con el compromiso adquirido y enfrentado a lo largo de
tres años (2003-2006): atender a los fenómenos de voz y los comportamientos
que resultan de la formación de palabras, el más importante de ellos, la modi-
ficación y cambio de valencia. Al cumplir con este compromiso y dar a cono-
cer algunos de los trabajos desarrollados dentro de este proyecto, esperamos
contribuir a la comprensión y explicación de los mecanismos o fenómenos
lingüísticos estudiados.

Albert Álvarez González


Zarina Estrada Fernández
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui*

Albert Álvarez González


Universidad de Sonora

1. Introducción
Este trabajo se propone desarrollar un análisis de las construcciones de aspecto
resultativo con las que cuenta la lengua yaqui, lengua yutoazteca del noroeste
de México. Después de haber definido y explicado en términos semánticos y
sintácticos el tipo de construcción bajo estudio, examinaremos las diferentes
construcciones de estado resultante que posee el yaqui y que involucran los
morfemas -la, -i, -ia y -ri.3 Identificaremos así en yaqui cinco construcciones
de aspecto resultativo diferentes que podemos reagrupar en dos tipos según la
valencia verbal: construcciones monovalentes y bivalentes. Asimismo, situa-
remos estas construcciones en relación con la propuesta tipológica de Comrie
(1981: 68-70) y Nedjalkov (2001: 928-929) según la cual se pueden identificar
tres tipos sintácticos diferentes: la resultativa P, la resultativa S y la resultativa
A. Además de estas tres construcciones, mostraremos que el yaqui posee otras
dos construcciones bivalentes de aspecto resultativo que denominaremos por
sus características sintácticas: resultativa S bivalente y resultativa R. Buscare-
mos también mostrar que el criterio determinante para la marcación resultativa
en yaqui no es en general un criterio sintáctico (valencia verbal) sino más bien
semántico (la conceptualización del evento denotado por el verbo base). Fi-
nalmente, estudiaremos cómo las nociones de agentividad y posesión están re-
lacionadas con este tipo de construcciones estativas.

* Este trabajo se inscribe dentro de un proyecto de grupo de investigación apoyado por el


CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) de México, intitulado Mecanismos de
voz y Formación de Palabra (Ref: 39777) y dirigido por la Dra. Zarina Estrada Fernández.
3
Este trabajo se basa fundamentalmente en la información lexicográfica y los textos del ya-
qui presentes en Estrada et al. (2004) y en datos recabados en trabajo de campo con el hablante
nativo, Melquíades Bejipone Cruz.
18 Albert Álvarez González

2. Las construcciones de aspecto resultativo


2.1 Definición
Una definición semántico-funcional de las construcciones bajo estudio sería la
de construcciones donde una forma verbal derivada de verbos terminativos (es
decir, télicos) expresa un estado con la implicación del evento (acción o proce-
so) previo que lo provoca (Nedjalkov 1988, 2001; Nedjalkov y Jaxontov 1988:
3-8). Son por lo tanto construcciones que exhiben marcadores gramaticales de
aspecto resultativo como en los ejemplos siguientes del español:

(1) a. El carro está arreglado.


b. El sistema está caído.

En (1a) y (1b), se denota un estado particular que es la consecuencia de un


evento anterior (alguien arregló el carro, el sistema se cayó), mediante el ver-
bo copulativo está y el participio pasado en -ado o -ido. Este tipo de construc-
ción expresa explícitamente un estado e implícitamente un evento previo que
lo origina, por eso podemos denominar esta construcción de estado resultati-
vo.4 Estas construcciones son consideradas aspectuales porque permiten resal-
tar una fase del desarrollo interno del evento denotado por el verbo por encima
de las demás fases, caracterizando así el transcurso del tiempo de los aconte-
cimientos descritos. En la construcción resultativa, la fase enfocada es la fase
final del evento y corresponde a una conceptualización particular del evento
como vamos a ver a continuación.

4
Sin embargo, no toda construcción estativa es forzosamente una construcción resultativa.
Aunque ambas categorías expresan estados y comparten por lo tanto muchas características,
existe una diferencia en cuanto a la implicación o no del evento causante del estado. En efecto,
una construcción estativa stricto sensu expresa un estado de una entidad sin la implicación de un
evento previo como lo señala Nedjalkov (2001: 928). Este mismo estudioso reconoce sin em-
bargo la dificultad que a menudo existe para distinguir entre ambos significados y señala el
hecho de que en muchas lenguas estas dos categorías son intercambiables, por lo que es común
utilizar el término de resultativo para cubrir las dos categorías.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 19

2.2 Conceptualización de los eventos


Croft (1990, 1994) propone un marco referencial para entender la estructura de
un evento en términos de causalidad, es decir como una cadena causal de
eventos que comparten participantes y que involucran transmisión de fuerza.
Básicamente, la estructura de un evento simple consiste en una cadena causal
de tres segmentos: causa-cambio de estado-estado (cause-become-state). La
hipótesis manejada es que los verbos o las formas verbales corresponden pro-
totípicamente a uno de esos tres tipos de eventos o a esas tres visiones del
evento y que los sujetos y objetos corresponden al punto de inicio y al punto
final del segmento de la cadena causal representado por el verbo. Los verbos
seleccionan típicamente diferentes segmentos de esta estructura tripartita de
acorde al tipo de visión del evento que privilegian. La visión del evento causa-
tivo se enfoca en los tres segmentos (cause-become-state) y corresponde a los
verbos transitivos, la visión incoativa se enfoca sólo en los dos últimos seg-
mentos (become-state) y corresponde a los verbos intransitivos, mientras que
la visión estativa se enfoca en el último segmento (state) y corresponde a los
verbos estativos o a los adjetivos.

(2) a. Causative: The rock (x) broke the window (y).


x y (y) (y)
• • (•) (•)
cause become broken
b. Inchoative: The window broke.
y (y) (y)
• (•) (•)
become broken
c. Stative: The window is broken.
y (y)
• (•)
broken (Croft 1990: 53-54)

La construcción resultativa se refiere entonces a expresiones que denotan


situaciones en las cuales algún evento ocurre con la consecuencia de que una
entidad experimentará un cambio de estado. Basándonos en la conceptualiza-
20 Albert Álvarez González

ción de los eventos propuesta por Croft (1990, 1994), podemos entonces seña-
lar que las construcciones bajo estudio se enfocan en el tercer y último seg-
mento de la estructura de un evento simple y proponen una visión estativa del
evento denotado por el verbo.

2.3 Diferentes tipos sintácticos


Existen diferentes tipos de construcción resultativa. En efecto, la resultativa
ejemplificada en (2c) no es la única construcción resultativa posible. Así, se
reconocen comúnmente tres tipos diferentes según el proceso sintáctico invo-
lucrado (Comrie 1981: 68-70; Nedjalkov 2001: 928-929):

– la resultativa orientada a objeto en la cual el sujeto corresponde al obje-


to directo (paciente) del verbo transitivo de base (conocida como P-
oriented resultative o resultativa P). Esta resultativa es la más común y
corresponde al ejemplo en (1a) y al esquema en (2c).
– la resultativa orientada a sujeto en la cual el sujeto del verbo base se
mantiene. Ésta consta a su vez de dos subtipos según la valencia del
verbo base:
 resultativa orientada a sujeto intransitivo (S-oriented resultative o re-
sultativa S) ejemplificada en (1b).
 resultativa orientada a sujeto transitivo (A-oriented resultative o resul-
tativa A).5

En términos de proceso sintáctico, podemos señalar que de estas tres cons-


trucciones resultativas, sólo la resultativa P corresponde a un mecanismo de
detransitivización ya que es la única en donde se reduce la valencia verbal al

5
Nedjalkov (2001: 929) proporciona para la resultativa A, un ejemplo del ruso tomado de
Trubinskij (1988: 389-90). De la construcción transitiva de base en (a), pasamos a la construc-
ción resultativa bivalente en (b) donde observamos que el sujeto On ‘él’ se ha mantenido y que
se marca la resultatividad en el verbo mediante el sufijo de gerundio –vši:
(i) a. On nadel šapku. b. On byl nade- vši šapku.
3SG has put on cap 3SG had put on-CONV cap
‘He has put on a cap’. ‘He had a cap on’.
‘Él ha puesto un gorro’. ‘Él tenía puesto un gorro’.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 21

pasar de una construcción bivalente a una construcción monovalente. En tér-


minos semánticos, esta resultativa P implica una defocalización del agente (su-
jeto de la transitiva suprimido en la resultativa) y también una topicalización
del paciente (objeto de la transitiva) promovido en la resultativa a la función
sujeto.6 Al contrario, las resultativas S y A no implican una reducción de va-
lencia verbal, por lo que no representan mecanismos detransitivizadores y por
lo tanto tampoco pueden provocar una defocalización semántica del agente.
En cuanto a la valencia de estas construcciones resultativas, podemos señalar
que tenemos dos construcciones resultativas monovalentes (resultativa P de
verbo transitivo y resultativa S de verbo intransitivo) y una resultativa bivalen-
te (resultativa A de verbo transitivo).
La resultativa A, menos común que las demás, también es llamada resulta-
tiva posesiva ya que habitualmente se deriva de verbos transitivos cuyo objeto
es una parte del cuerpo o algo en contacto inmediato con el agente lo que pro-
voca una relación de posesión (en el sentido amplio) entre el agente y el pa-
ciente.
En cuanto al tipo de marcación de estas diferentes construcciones resultati-
vas, lo más común es tener un marcador idéntico aunque se puede dar el caso
de tener en algunas lenguas (como el japonés y el armenio citados por Nedjal-
kov 2001: 932) una marcación especial que diferencia por un lado la resultati-
va P y por el otro las resultativas S y A.

6
Givón (2001: 116) sitúa esta construcción estativa dentro de los mecanismos detransitivi-
zadores correspondientes a las construcciones de voz media que son para este autor, variantes de
construcciones semánticamente transitivas que implican una defocalización semántica del agen-
te. Así, en el caso de la media resultativa, un verbo que podía ser utilizado transitivamente para
describir un evento iniciado por un agente, es utilizado para describir el estado resultante del pa-
ciente que sigue a ese evento. Givón (2001: 116) ilustra este fenómeno con los ejemplos siguien-
tes donde de la activa transitiva en (a) se puede derivar la construcción resultativa de voz media
en (b):
(i) a. Activa-transitiva b. Estado resultante
She broke the window The window is broken.
‘Ella quebró la ventana’. ‘La ventana está quebrada’.
Independientemente de si estamos de acuerdo o no con esta noción de voz media propuesta
por Givón, podemos observar que esta caracterización sólo aplica para la resultativa P, y no para
las resultativas S y A.
22 Albert Álvarez González

3. Las construcciones de aspecto resultativo en yaqui


En su gramática de la lengua yaqui, Dedrick y Casad (1999) no mencionan
nada acerca de construcciones resultativas. Sin embargo, señalan que el yaqui
posee tres sufijos que permiten derivar adjetivos de bases verbales: -la, -i, -ia
(Dedrick y Casad 1999: 149-155). El análisis de los datos lexicográficos con-
tenidos en Estrada et al. (2004) muestra igualmente la existencia de otro sufijo
adjetival deverbal: -ri. Vamos a ver a continuación que estos marcadores son
utilizados en cinco distintas construcciones de aspecto resultativo en yaqui,
construcciones que podemos reagrupar en dos tipos distintos según la valencia
de la construcción: resultativas monovalentes y bivalentes.

3.1 Las resultativas monovalentes


En yaqui, las construcciones bajo estudio pueden exhibir cuatro marcadores
aspectuales diferentes que conforman dos grupos según la transitividad del
verbo base. En (3), se pueden apreciar dos construcciones resultativas deriva-
das de verbos intransitivos mediante la sufijación en -la e -ia, y en (4) otras
dos construcciones resultativas esta vez de verbos transitivos con los sufijos -i
y -ri.7

(3) a. U yoeme kikte.


DET hombre pararse
‘El hombre se está parando’.
U yoeme kikti-la8
DET hombre pararse-EST
‘El hombre está parado’.

7
Abreviaturas: ACU = acusativo; ADVZ = adverbializador; APL = aplicativo CAUS = causativo;
CONV = converb; DAT = dativo; DET = determinante; EST = estativo; INC = incoativo; INTR = in-
transitivo; LOC = locativo; NEG = negación; PAS = pasivo; PAST = pasado; PERF = perfectivo; PL =
plural; POS = posesivo; PRES = presente; RFLX = reflexivo; RES = resultativo; S = sujeto; SG = sin-
gular; TOP = tópico; TRANS = transitivo.
8
La sufijación mediante –la provoca que la vocal final del verbo intransitivo –e se cierre y
se convierta en –i.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 23

b. U yoeme naamuke.
DET hombre emborracharse
‘El hombre se está emborrachando’.
U yoeme naamuk-ia.
DET hombre emborracharse-EST
‘El hombre está emborrachado/borracho’.

(4) a. In maala wakas-ta bwasa.


1POS mamá carne-ACU cocer
‘Mi mamá está cociendo la carne’.
U wakas jaibu bwas-i.
DET carne ya cocer-EST
‘La carne ya está cocida’.
b. U miisi Joan-ta susuk-ek.
DET gato Juan-ACU aruñar-PERF
‘El gato aruñó a Juan’.
c. Joan susuk-ri.
Juan aruñar-EST
‘Juan está aruñado’.9

9
En cuanto a saber si estas construcciones son realmente resultativas y no solo estativas, se
puede utilizar la modificación adverbial (Embick 2004: 357). En efecto, contrariamente a las
estativas, las resultativas pueden ser modificadas por adverbios de manera lo que demuestra que
la construcción denota también un evento. En los ejemplos siguientes, hemos utilizado el adver-
bio compuesto kaa obiachisi ‘fácilmente’ para realizar la prueba de eventividad a las oraciones
de (3) y (4). Todas esas construcciones admiten la modificación adverbial por lo que estos cuatro
sufijos adjetivales deverbales pueden ser considerados como marcadores de resultativa.
(i) a. Kaa obiachi-si u yoeme kikti-la.
NEG difícil-ADVZ DET hombre pararse-RES
‘El hombre está fácilmente parado’.
b. Kaa obiachi-si u yoeme naamuk-ia.
NEG difícil-ADVZ DET hombre emborracharse-RES
‘El hombre está fácilmente emborrachado/borracho’.
24 Albert Álvarez González

Según la valencia de la base verbal con la cual se combinan estos cuatro


morfemas, tendríamos entonces participios de verbos intransitivos (-la/-ia) y
participios de verbos transitivos (-ri/-i). Los morfemas -la/-ia serían entonces
marcadores de resultativa S y no implicarían ningún proceso de detransitiviza-
ción (la construcción de base y la derivada tienen la misma monovalencia)
mientras que los morfemas -ri/-i serían marcadores de resultativa P e implica-
rían en relación con la construcción transitiva de base una detransitivización
(de transitiva a intransitiva) y por ende también una defocalización del agen-
te.10 Sin embargo, es interesante señalar que no todos los verbos sintácticamen-
te transitivos admiten la marcación resultativa P. Los casos que se salen del pa-
trón identificado anteriormente tienen que ver con la existencia de pares verba-
les transitivo/intransitivo y con la conceptualización prototípica del evento de-
notado por el lexema verbal.

c. Kaa obiachi-si u wakas bwas-i.


NEG difícil-ADVZ DET carne cocer-RES
‘La carne está fácilmente cocida’.
d. Kaa obiachi-si Joan susuk-ri.
NEG difícil-ADVZ Juan aruñar-RES
‘Juan está fácilmente aruñado’.
10
Varios elementos nos pueden inducir inclusive a considerar estos morfemas como alomor-
fos ya que parece que el sufijo -i vendría de -ri y el sufijo -ia de -ila. Esta hipótesis se apoya en
varios puntos. En primer lugar, la relación formal entre ambos pares corresponde a una evolu-
ción fonética muy común (debilitamiento y eliminación de la vibrante y de la lateral intervocáli-
ca). En segundo lugar, las características formativas de estos sufijos son similares (base verbal
intransitiva para -la/-ia y transitiva para -ri/-i). Finalmente, existen varios casos de polimorfismo
-ia/-ila, -i/-ri como se puede apreciar respectivamente en los ejemplos presentes en (i) y (ii):
(i) Polimorfimo -ia/-ila
tojte ‘decolorarse, desteñirse’ > tojtia, tojtila ‘descolorido/a’
watte ‘caer (Spl)’ > wattia, wattila ‘caídas/os, tiradas/os (PL)’
weche ‘caer (Ssg)’ > wetla, wechia ‘caída/o, tirada/o (SG)’
(ii) Polimorfimo -i/-ri
ji’ika ‘bordar, coser, tejer’ > ji’iki, ji’ikri ‘cosida/o’
kecha ‘encajar, parar’ > kecha’i, kecha’ari ‘encajada/o, parada/o’
tuuse ‘moler’ > tutujri, tutusi ‘machacada/o, molida/o’
wike ‘arrastrar, jalar, sobar’ > wiki, wikri ‘estirada/o’
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 25

Muchos verbos en yaqui exhiben una forma transitiva y una forma intransi-
tiva. En un buen número de estos casos, la valencia está marcada en la vocal
final. El verbo transitivo acaba generalmente en -a y el intransitivo en -e como
se puede apreciar en los ejemplos siguientes:

(5) bwas-a ‘cocer’ TRANS


bwas-e ‘cocerse’ INTR

En muchos pares verbales, esta oposición vocálica es acompañada por la


consonante t:

(6) kot-ta ‘quebrar’ TRANS


kot-te ‘quebrarse’ INTR

El doblete transitivo/intransitivo puede estar también formado a partir de la


forma intransitiva mediante la sufijación causativa.11

(7) bamse ‘apurarse’ INTR


bamsitua ‘apurar’ TRANS

En algunos pares verbales transitivos/intransitivos, la marcación resultativa


puede ser doble: la marca -ri/-i (con la forma transitiva) o la marca -la (con la
forma intransitiva). En estos casos, la construcción en -ri/-i tiene una implica-
ción agentiva que contrasta con la construcción con el sufijo -la que implica la

11
Es importante señalar, como lo hacen Jelinek y Escalante (2000: 171), que no todos los
verbos del yaqui tienen dobletes que contrastan en la valencia. Así, podemos tener algunos ver-
bos que son estrictamente intransitivos y que acaban en –a o estrictamente transitivos con una –e
final.
(i) tu’ute ‘adornar’ TRANS
jiapsa ‘vivir’ INTR

Encontramos también unos pocos verbos lábiles que mantienen la misma forma para un uso
dual: transitivo e intransitivo.
(ii) yoore ‘cicatrizar’, ‘cicatrizarse’
Jibao ‘alumbrar’, ‘alumbrar, brillar’
26 Albert Álvarez González

no-agentividad. La interpretación agentiva que corresponde a los morfemas -


ri/-i se percibe en los ejemplos de (8) y (9).

(8) Ju’u kuta kaa tu’i-si kotta-ri/kotta-i.


DET palo NEG bien-ADVZ quebrar-RES
‘El palo está mal quebrado (por alguien)’.

(9) Ju’u kuta kaa tu’i-si kotti-la.


DET palo NEG bien-ADVZ quebrarse-RES
‘El palo está mal quebrado’.

La interpretación agentiva en (8) se debe a que la base verbal en el caso de


la sufijación en -ri/-i es la forma transitiva (visión causativa del evento) mien-
tras que la ausencia de esa implicación agentiva en (9) se debe a que el sufijo -
la se combina con la forma intransitiva (visión incoativa). Sin embargo, no to-
dos los dobletes transitivos/intransitivos del yaqui funcionan de esta manera.
Esa doble posibilidad de marcación resultativa sólo es posible en casos donde
el verbo transitivo puede ser activo e inactivo, es decir que denota una acción
que se puede llevar a cabo con o sin un agente volitivo (en este último caso,
una acción provocada por ejemplo por una causa natural). En estos casos, el
sufijo -la se va a combinar con verbos intransitivos inactivos que tienen una
contraparte transitiva que admite como sujeto, un causante no agentivo. El su-
fijo -ri/-i servirá entonces para denotar el estado resultante de un evento ini-
ciado por un agente mientras que el sufijo -la denotará el estado resultante de
un evento sin implicación de un agente iniciador.
En (10b) y (10c), tenemos un ejemplo donde el verbo transitivo elpetua
‘aliviar’ está formado sobre el intransitivo elpea ‘aliviarse’ (10a) mediante su-
fijación causativa. En la construcción transitiva de (10b), el sujeto del verbo
causativo es una causa natural (no un agente prototípico) mientras que en
(10c), es una causa agente. En la construcción resultativa de (11a), el sufijo -ri
se combina con esta forma causativa e implica la existencia de un agente cau-
sante del estado de alivio mientras que en (11b), el sufijo -la se combina con la
forma intransitiva de base sin implicar a un agente causante. En (11b), se de-
nota el estado resultado de un evento no-agentivo y en (11a), se denota el esta-
do resultado de un evento prototípico (con agente iniciador).
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 27

(10) a. Joan elpea-k.


Juan aliviarse-PERF
‘Juan se alivió’.
b. U seberia Joan-ta elpe-tua-k.
DET tiempo de frío Juan-ACU aliviarse-CAUS-PERF
‘El tiempo de frío alivió a Juan’.
c. U yoi jitebi Joan-ta elpe-tua-k.
DET médico Juan-ACU aliviarse-CAUS-PERF
‘El médico alivió a Juan’.

(11) a. Joan elpe-tua-ri.


Juan aliviarse-CAUS-RES
‘Juan está aliviado (por alguien)’.
b. Joan elpea-la.
Juan aliviarse-RES
‘Juan está aliviado’.

Este análisis se ve igualmente reforzado por el ejemplo (12) en donde, con


un par verbal cuya forma transitiva (kuúta ‘batir’) es forzosamente activa al
referirse a una acción obligatoriamente desarrollada por un agente animado
volitivo (comúnmente humano) y cuya forma intransitiva (kuúte ‘batirse’) es
inactiva, sólo es posible el sufijo -ri/-i. La agentividad del evento denotado re-
quiere en efecto este tipo de marcación.

(12) a. Ume ainam kuúta-i.


DET harina batir-RES
‘La harina está batida’.
b. * Ume ainam kuúti-la.
DET harina batirse-RES
‘La harina está batida’.

Como es de esperarse, en el caso de pares verbales con una forma transitiva


que no admite un sujeto agente volitivo (por ejemplo poposiwa ‘oxidar’ en
(13a) con su correspondiente intransitivo poposiwe ‘oxidarse’ en (13b)), la
28 Albert Álvarez González

única construcción resultativa posible implica el sufijo -la (ejemplo (13c)),


siendo agramatical la construcción con el sufijo -ri/-i como se muestra en
(13d):

(13) a. U ba’a kuchi’im poposiwa-k.


DET agua cuchillo oxidar-PERF
‘El agua oxidó el cuchillo’.
b. Ume kuchi’im poposiwe-k.
DET cuchillo oxidarse-PERF
‘El cuchillo se oxidó’.
c. Ume kuchi’im poposiu-la.
DET cuchillo oxidarse-RES
‘El cuchillo está oxidado’.
d. * Ume kuchi’im poposiwa-ri/ poposiwa-i.
DET cuchillo oxidar-RES
‘El cuchillo está oxidado’.

Con la agramaticalidad de (12b), aparece el hecho de que algunos verbos


intransitivos inactivos no admiten la marcación resultativa en -la y que en es-
tos casos la construcción resultativa requiere obligatoriamente la marcación en
-ri/-i. Son los casos en que a pesar de existir el par verbal transiti-
vo/intransitivo, el evento es conceptualizado prototípicamente como transitivo
activo, es decir que semánticamente un agente volitivo inicia y controla ese
evento. Si se quiere denotar el estado resultado de ese evento, entonces éste no
puede ser conceptualizado sin la implicación de ese agente, lo que obliga a te-
ner la marcación resultativa en -ri/-i.
Al contrario, vemos con la agramaticalidad de (13d) que algunos verbos
sintácticamente transitivos no admiten la marcación resultativa en -ri/-i. Si el
sujeto de la construcción transitiva es un agente prototípico, la construcción
resultativa está marcada con el sufijo -ri/-i e implica semánticamente a ese
agente defocalizado. La defocalización semántica presente en la resultativa P
se refiere entonces a la supresión de un participante animado iniciador del
evento y, por ende, conceptualmente fundamental para el estado denotado que
es consecutivo a ese evento. Si el sujeto de la construcción transitiva no admite
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 29

un agente prototípico sino una causa desprovista de agentividad como en


(13a), la marcación en -ri/-i ya no es posible porque implica la presencia im-
plícita de un agente, el causante volitivo del estado denotado. En este caso, la
construcción resultativa requiere de la marcación en -la, es decir, que se forma
sobre el verbo intransitivo por ser conceptualmente irrelevante el participante
causante del estado (como si fuera un evento que ocurre automática o espontá-
neamente, sin la intervención de un agente). La conceptualización de este tipo
de evento es prototípicamente intransitiva-incoativa por lo que la denotación
del estado resultante implica ausencia de agente.
Además, algunos casos de pares verbales transitivos/intransitivos (como
por ejemplo kotta/kotte ‘quebrar/quebrarse’ en (8) y (9), o elpea/elpetua ‘ali-
viarse/aliviar’ en (11)) muestran una pluralidad de marcación resultativa: la
resultativa P marcada con los sufijos -ri/-i (base transitiva) y la resultativa S
marcada con el sufijo -la (base intransitiva). Esta posibilidad requiere, sin em-
bargo, una condición que tiene que ver con la agentividad. En efecto, las for-
mas intransitivas deben ser inactivas y las formas transitivas correspondientes
deben poder suscribir al prototipo de la transitiva activa (sujeto agente volitivo
iniciador y controlador de la acción) pero también deben poder admitir un su-
jeto causante no volitivo, es decir que deben denotar eventos que pueden ser
iniciados tanto por una causa volitiva (agente prototípico) como por una causa
no volitiva (no agente prototípico). En otras palabras, estos verbos son verbos
transitivos que pueden ser a la vez activos e inactivos. La diferencia semántica
entre esas resultativas se sitúa entonces en el hecho de que una construcción
implica un agente (resultativa P en -ri/-i) y la otra implica una ausencia de
agente (resultativa S en -la).
La resultativa monovalente en -ri/-i es entonces una resultativa P con agen-
te defocalizado (suprimido sintácticamente pero presente semánticamente), es
decir una construcción detransitivizadora que denota un estado y un evento
previo transitivo-causativo prototípico (es decir con sujeto agente). La resulta-
tiva monovalente en -la/-ia es una resultativa S que ni es defocalizadora de
agente ni es detransitivizadora ya que denota un estado y un evento previo in-
transitivo-incoativo (es decir con sujeto afectado). Más allá de la valencia ver-
bal, existen en yaqui eventos conceptualizados de manera causativa (con la in-
tervención de un agente prototípico) y los verbos correspondientes tienen una
sola marcación resultativa posible: la sufijación en -ri/-i sobre forma verbal
transitiva. Existen otros eventos conceptualizados de manera incoativa (sin la
30 Albert Álvarez González

intervención de agente) y los verbos correspondientes tienen una sola marca-


ción resultativa posible: la sufijación en -la/-ia sobre forma verbal intransitiva.
Existen finalmente eventos que pueden ser conceptualizados tanto de manera
causativa como incoativa (verbos transitivos que pueden ser activos e inacti-
vos). En este caso, el verbo transitivo-causativo requiere la marcación -ri/-i y
el verbo intransitivo-incoativo, la marcación -la/-ia. El sufijo -ri/-i servirá en-
tonces para denotar el estado resultante de un evento iniciado por un agente
(visión estativa del causativo) mientras que el sufijo -la denotará el estado re-
sultante de un cambio de estado (visión estativa del incoativo) lo que conlleva
la no-implicación de un agente iniciador. Lo que rige entonces la distinción de
marcación resultativa aquí no es tanto un criterio sintáctico (la valencia verbal
o transitividad sintáctica del verbo base) sino más bien un criterio semántico
(la transitividad semántica o agentividad del verbo base, es decir la conceptua-
lización causativa o incoativa del evento, con implicación o no de un argumen-
to agente).
La detransitivización sintáctica y la defocalización del agente en la resulta-
tiva P acercan esta construcción a una construcción pasiva prototípica en don-
de el agente está suprimido pero implicado, el paciente está topicalizado en
posición sujeto, y se inactiviza la situación del verbo transitivo (para un análi-
sis de la pasiva, ver por ejemplo Shibatani 1985). Nedjalkov (1988: 7) explica
la relación existente entre la construcción resultativa y la pasiva por el hecho
de que la resultativa de verbos transitivos expresa típicamente un estado del
paciente de esa transitiva que es promovido a la función sujeto en la construc-
ción resultativa, provocando la eliminación del agente. Es justamente aquí en
donde se entrecruzan las propiedades de la resultativa y de la pasiva. Esta si-
tuación hace que este tipo de construcción de resultativa P se llame también en
la literatura, pasiva de estado/resultado, pasiva estativa o pasiva resultativa (es
decir una construcción que denota un estado y el evento causativo previo que
lo provoca, es decir con la presencia de un agente prototípico que inicia y con-
trola el evento) en oposición a la resultativa S que podríamos llamar incoativa
resultativa (construcción que denota un estado y el evento incoativo previo que
lo provoca, es decir el cambio de estado sin presencia agentiva).
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 31

3.2 Las resultativas bivalentes


De las tres resultativas mencionadas por Nedjalkov (2001), la única construc-
ción bivalente es la resultativa A. En yaqui, el marcador utilizado en estos ca-
sos es el sufijo -la como se ejemplifica a continuación.

(14) a. María a supe-wam ji’ika.


María 3POS blusa-POS coser
‘María está cosiendo su blusa’.
b. María a supe-wam tu’i-si ji’ik-la.
María 3POS blusa-POS bien-ADVZ coser-RES
‘María tiene su blusa bien cosida’.

En (14a), tenemos una construcción transitiva de evento y en (14b) una


construcción transitiva de estado. Lo que diferencia formalmente a (14a) de
(14b), es la marcación resultativa -la ya que los argumentos sujeto y objeto se
mantienen idénticos. El agente María sigue en posición sujeto y el paciente a
supewam ‘su blusa’ en posición objeto, por lo que la resultativa A sólo implica
en relación con la construcción de base activa-transitiva un proceso de estati-
vización, sin ninguna detransitivización. En ambas construcciones, existe una
relación de posesión entre el sujeto-agente María y el objeto-paciente a supe-
wam ‘su blusa’. Mediante la construcción eventiva transitiva, se denota una
acción desarrollada por el sujeto-agente y que afecta al objeto-paciente mien-
tras que la construcción resultativa transitiva permite atribuir al individuo de-
notado por el argumento primero, la responsabilidad de la acción que ha origi-
nado el estado en que se encuentra la entidad denotada por el segundo argu-
mento. Dado que el estado alcanzado en (14b) es producto de la actuación de
un agente en una acción anterior denotada en (14a), se concibe ese agente co-
mo el posesor y el responsable de ese estado.
Contrariamente a sus características lexicogenéticas,12 vemos en (14b) que
el sufijo adjetival -la se combina aquí con un verbo transitivo activo para ob-

12
Los 32 adjetivos deverbales sufijados mediante -la que están presentes en el corpus lexi-
cográfico de Estrada et al (2004), muestran siempre una base verbal intransitiva (Álvarez en
prensa).
32 Albert Álvarez González

tener la construcción resultativa A. Aunque parece contradictorio con sus pro-


piedades formativas dentro del lexicón y lo que hemos visto con las construc-
ciones resultativas monovalentes, la situación coincide con lo mencionado por
Nedjalkov (2001: 932) según el cual cuando existe marcación resultativa dis-
tinta en una misma lengua, la oposición se da entre, por un lado la resultativa P
y por otro, las resultativas A y S. Es en efecto lo que sucede en yaqui aunque
podemos mencionar que parece ser que sólo el sufijo -la permite la construc-
ción de la resultativa A (el sufijo -ia no aparece en ninguno de los datos obte-
nidos y consultados).
El criterio semántico señalado anteriormente (la implicación o no de un
participante agente) para diferenciar la resultativa S (marcada con -la/-ia) y la
resultativa P (marcada con -ri/-i) nos permite entender mejor la construcción
de resultativa A en (14b) donde un verbo transitivo activo es marcado con el
sufijo -la, contrariamente a las propiedades lexicogenéticas de este último. La
presencia del participante agente como sujeto de la oración impide la marca-
ción resultativa en -ri/-i ya que estos sufijos son marcadores resultativos que
indican la supresión formal del agente aún implicado semánticamente, por lo
tanto son marcadores detransitivizadores incompatibles con la construcción
resultativa A. El sufijo -la no tiene tal función. Ya vimos que en la construc-
ción resultativa monovalente, este sufijo permite expresar un estado sin ningu-
na implicación agentiva. En la construcción bivalente de resultativa A, esa au-
sencia de implicación agentiva y de detransitivización hace que el sujeto siga
teniendo como rol semántico el de agente por lo que la implicación no agenti-
va del sufijo -la pasa a referirse a una ausencia de causa agente externa lo que
hace que el sufijo -la sea compatible con la construcción resultativa A a pesar
de tener un funcionamiento prototípico con verbos intransitivos.
Podemos tener otra construcción resultativa bivalente pero con sujetos in-
animados. En este caso ejemplificado en (15), la construcción está marcada de
nuevo con el sufijo -la pero su semantismo vuelve a ser el de implicación no-
agentiva y el verbo base es intransitivo aunque la construcción resultativa sea
bivalente.

(15) U kari bepa’aria-ta wet-la.


DET casa techo-ACU caer-RES
‘La casa tiene el techo caído’.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 33

En este caso, no tenemos una resultativa A ya que el sujeto del verbo base
no se mantiene. En efecto, el sujeto del verbo weche ‘caer’ en la construcción
de base no es u kari ‘la casa’ sino bepa’aria ‘techo’. Estamos por lo tanto ante
una nueva resultativa bivalente en la cual el sujeto de la construcción de base
(o por lo menos el núcleo) pasa a ocupar la posición de objeto (con marca de
acusativo) y el sujeto es un argumento nuevo (o el dependiente de la frase no-
minal sujeto) cuyo semantismo está de cierta forma incluido en el sentido del
argumento sujeto de la construcción intransitiva de base, mediante una rela-
ción de posesión, más concretamente de holonimia/meronimia (el concepto de
‘casa’ es holónimo de ‘techo’ y ‘techo’ es merónimo de ‘casa’). La construc-
ción de base sería entonces una construcción intransitiva que tiene como sujeto
una frase nominal posesiva:

(16) U kari bepa’aria weche-k.


DET casa techo caer-PERF
‘El techo de la casa cayó’.

Esta nueva construcción resultativa ejemplificada en (15) comparte algunas


características con las resultativas A y S. Como la resultativa A, (15) es una
construcción bivalente con sentido posesivo aunque no tenga la misma cons-
trucción de base (transitiva en la resultativa A, intransitiva en la resultativa de
(15)) y no comparta tampoco la animacidad del argumento sujeto (sujeto ani-
mado para resultativa A y sujeto inanimado para la resultativa en (15)). Como
la resultativa S, la forma verbal de base es intransitiva pero contrariamente a
ésta, el sujeto de la intransitiva (más bien el núcleo) no se mantiene en la resul-
tativa de (15) que es además bivalente y no monovalente como la resultativa S.
A falta de mejor denominación podríamos llamar esta construcción, resultati-
va S bivalente.
En (17) y (18), se pueden comparar dos construcciones resultativas biva-
lentes, una con sujeto animado en (17) y la otra con sujeto inanimado en (18).
A nivel verbal, la diferencia se sitúa en la transitividad: (17) tiene una forma
verbal transitiva mientras que (18) una forma intransitivizada mediante el
34 Albert Álvarez González

marcador reflexivo emo.13 Semánticamente, la diferencia radica en la animaci-


dad y por ende agentividad del participante sujeto: en (17), el argumento suje-
to es agente y posesor, es decir que está en un estado de posesión originado
por él mismo, en (18), el argumento sujeto es sólo posesor, es decir que está en
un estado de posesión sin ninguna mención de su origen. En ambos casos, el
marcador resultativo es el sufijo -la ya que no hay ninguna defocalización de
agente.

(17) Maria pueta-ta etapo-la.


María puerta-ACU abrir-RES
‘María tiene la puerta abierta (María la abrió)’.

(18) U kari pueta-ta emo etapo-la.


DET casa puerta-ACU RFLX abrir-RES
‘La casa tiene la puerta abierta’.

La resultativa S bivalente en (18) muestra también que este tipo de cons-


trucción se basa en un criterio semántico más que sintáctico ya que tenemos
una forma verbal intransitiva que entra en una construcción bivalente. La for-
ma verbal de la construcción resultativa nos indica en realidad el tipo de even-
to que ha originado el estado que se está denotando. Así, la construcción resul-
tativa con verbo transitivo de (17) se asocia a una conceptualización causativa
del evento causante del estado denotado (es decir, con sujeto agente y objeto
paciente) mientras que la construcción con verbo intransitivo se asocia a una
conceptualización incoativa que se enfoca en el cambio de estado (es decir,
con sujeto único afectado sin implicación agentiva). La oración (19) es por lo
tanto la construcción de base de la resultativa en (17) mientras que (20) lo es
de la resultativa en (18).

(19) Maria pueta-ta etapo-k.


María puerta-ACU abrir-PERF
‘María abrió la puerta’.

13
Este marcador reflexivo es utilizado con algunos verbos yaquis como marcador anticausa-
tivo (Álvarez 2005).
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 35

(20) U kari pueta emo etapo-k.


DET casa puerta RFLX abrir-PERF
‘La puerta de la casa se abrió’.

Nedjalkov (2001: 929) menciona de manera muy breve otra posibilidad de


resultativa morfológica –bastante rara según este estudioso– en la cual el suje-
to corresponde al objeto indirecto de la construcción de base. Menciona que es
similar a la resultativa A en el nivel sintáctico ya que como en ésta se retiene
un objeto directo y también en el nivel semántico dado el tipo de relación de
posesión que se da entre el sujeto y el objeto. Este autor proporciona un ejem-
plo del japonés proveniente de una comunicación personal con Shibatani,
ejemplo que a continuación presentamos.

(21) Japonés (M. Shibatani, citado por Nedjalkov (2001: 929))


A R T
a. Boku-wa fune-ni nimotu-o nose-ta.
I-TOP ship-DAT cargo-ACU load-PAST
‘I have loaded cargoes on the ship’.
‘He cargado cargamentos en el barco’.
R T
b. Fune-wa nimotu-o nose-te i-ru.
ship-TOP cargo-ACU load-CONV be-PRES
‘The ship is loaded with cargoes’.
‘El barco tiene cargamentos cargados’.

Podemos denominar esta construcción, resultativa R ya que el objeto indi-


recto (receptor/recipiente) del verbo bitransitivo de base pasa a ser el sujeto de
la construcción resultativa. Así, el argumento R en dativo en (21a) fune-ni
ocupa la posición sujeto en (21b) con la marca de tópico correspondiente fune-
wa, el argumento tema objeto directo sigue ocupando la misma posición y se
suprime el argumento agente sujeto de la construcción activa transitiva. La
marcación resultativa aparece en (21b) mediante el auxiliar i- y la forma del
gerundio del verbo base. La oración en (21b) conlleva así en relación con
(21a) una estativización y una detransitivización (de bitransitivo a transitivo)
mediante la topicalización del beneficiario/receptor (promoción del objeto in-
36 Albert Álvarez González

directo) y la supresión del agente. Además, la presencia del objeto directo en


una construcción estativizada provoca, como ya vimos, una relación de pose-
sión entre el sujeto y el objeto.
En yaqui, parece que este tipo de resultativa existe. Si comparamos las ora-
ciones resultativas en (22) y (23), vemos que las dos son construcciones con
dos argumentos pero (22) es una resultativa formada sobre una base verbal
transitiva y (23) una resultativa formada sobre una base verbal bitransitiva (ba-
se transitiva con un morfema aplicativo de aumento de valencia). Es decir que
(22) tiene como construcción de base a la oración transitiva en (24) mientras
que (23) tiene como correspondiente a la construcción bitransitiva aplicativa
en (25). La resultativa ejemplificada en (23) es por lo tanto una resultativa R ya
que el sujeto corresponde al receptor/beneficiario de la construcción bitransiti-
va correspondiente de (25) mientras que (22) es una resultativa A donde se
mantiene el sujeto agente de la transitiva de (24).

(22) Peo kari-ta ya’a-la.


Pedro casa-ACU construir-RES
‘Pedro tiene la casa construida (Pedro la construyó)’.

(23) Peo kari-ta ya’a-ria-ri.


Pedro casa-ACU construir-APL-RES
‘Pedro tiene la casa construida’. (por alguien)

(24) Peo kari-ta ya’a-k.


Pedro casa-ACU construir-PERF
‘Pedro construyó la casa’.

(25) Joan Peo-ta kari-ta ya’a-ria-k.


Juan Pedro-ACU casa-ACU construir-APL-PERF
‘Juan construyó la casa a Pedro’.

Como lo menciona en este mismo volumen Guerrero (2007), el sufijo -ria


corresponde en yaqui al morfema aplicativo que permite aumentar la valencia
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 37

verbal.14 Si comparamos (24) y (25), vemos que el sufijo aplicativo se acom-


paña de la adición de un nuevo argumento, el beneficiario Peo, evidenciando
así un proceso derivacional en el cual se incrementa la estructura argumental
del verbo mediante la creación de una nueva posición sintáctica (Peterson
1999; Mithun 2001). De la construcción transitiva de (24) pasamos a una
construcción bitransitiva en (25) donde un argumento que no es requerido por
la semántica del verbo, se incorpora al conjunto de argumentos centrales del
verbo base en función de objeto directo. La cláusula aplicativa tiene así dos
argumentos centrales directos con marcación acusativa,15 el objeto base (tema)
y el argumento aplicado (benefactivo).16
La resultativa R se construye por lo tanto en yaqui mediante la estativiza-
ción de una construcción benefactiva lo que conlleva la defocalización del
agente y la topicalización del beneficiario. Si comparamos la oración transitiva
en (24) con la resultativa R en (23), podemos evidenciar así dos procesos sin-
tácticos: primero, mediante el sufijo -ria, se obtiene una construcción benefac-
tiva en (25) con la introducción de un nuevo argumento beneficiario (aumento
de valencia +1) y segundo, mediante el sufijo -ri, se obtiene la construcción
resultativa en (23) con supresión del agente (reducción de valencia -1) y topi-
calización del beneficiario.
En términos sintácticos, la resultativa A en (22) no implica detransitiviza-
ción porque la construcción de base en (24) es también una construcción biva-
lente mientras que la resultativa R sí implica detransitivización porque la cons-
trucción correspondiente es trivalente. El sufijo -ri funciona de nuevo como un
morfema detransitivizador que implica la no-especificación del argumento
agente y la topicalización del argumento no agente (paciente en resultativa P y

14
Acerca de construcciones aplicativas, también podemos señalar el trabajo, en este mismo
volumen, de Estrada (2007) sobre pima bajo.
15
El yaqui se comporta así como una lengua de doble objeto ya que trata de igual manera al
tema y al receptor (ambos con marca de caso acusativo).
16
Siguiendo a Shibatani (1996) y a Guerrero (2007), podemos denominar las construcciones
yaquis con el marcador –ria como construcciones benefactivas más que aplicativas ya que codi-
fican únicamente como argumentos centrales directos a receptores y beneficiarios, contrariamen-
te a las cláusulas aplicativas que incluyen a instrumentales, locativos y comitativos. Las cons-
trucciones aplicativas son típicamente transitivas mientras que las benefactivas conllevan un es-
quema conceptual con tres argumentos ya que involucran un significado causativo (por lo tanto
dos participantes) y un cambio de posesión a un tercer participante (Shibatani 1996).
38 Albert Álvarez González

beneficiario en resultativa R). Por su parte, el sufijo -la no es un morfema de-


transitivizador, implica una estativización sin defocalización del agente y su
semantismo tiene que ver con ausencia de causa externa.
Aparentemente, también se pueden tener en yaqui construcciones resultati-
vas R con sujetos inanimados como en el ejemplo del japonés. En (26), vemos
en efecto una resultativa R donde se denota el estado de la casa u kari, conse-
cuencia de la acción de un agente suprimido pero implicado semánticamente.
De nuevo, podemos apreciar la doble marcación aplicativa (-ria) y pasiva re-
sultativa (-ri).

(26) a. U kari bepa’aria-ta ya’a-ria-ri.


DET casa techo-ACU construir-APL-RES
‘La casa tiene el techo construido’. (por alguien)
b. *U kari bepa’aria-ta ya’a-la.
c. *U kari bepa’aria-ta ya’a-ria-la.

Las oraciones en (26b) y (26c) son agramaticales porque en el estado deno-


tado debe existir una causa externa agente responsable de la construcción de la
casa, lo que es incompatible con el marcador resultativo -la. La construcción
eventiva de base a la oración bivalente de estado resultativo de (26a) aparece
en (27) y muestra una cláusula bitransitiva benefactiva con un argumento in-
animado. Esta oración contradice aparentemente lo señalado por Guerrero
(2007) según lo cual existe un requisito de animacidad para el argumento apli-
cado. Con base en (27), podríamos decir que cuando el argumento aplicado
mantiene con el tema, una relación de posesión, el requisito de animacidad ya
no parece funcionar.17

(27) Joan kari-ta bepa’aria-ta ya’a-ria-k.


Juan casa-ACU techo-ACU construir-APL-PERF
‘Juan construyó el techo a la casa’.
17
Guerrero (2007) señala que “la única aparente excepción al requisito de animacidad es
cuando el tercer argumento refiere a una institución conformada de individuos humanos”, lo que
podríamos considerar también como una no excepción dada la animacidad implícita de los ar-
gumentos señalados.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 39

La resultativa R en yaqui nos permite también ver que existe una asimetría
respecto a los comportamientos morfosintácticos de los objetos centrales en la
construcción aplicativa. En efecto, cuando el sufijo -ri se agrega a un verbo
aplicativo, es el argumento benefactivo el que funciona como sujeto de la
construcción resultativa pero nunca el tema como lo ejemplifica la oración
agramatical en (28). Similar comportamiento ha sido señalado por Guerrero
(2007) para la voz pasiva de verbos aplicativos en yaqui lo que de nuevo
muestra la existencia de un traslape funcional entre la pasiva en yaqui y la re-
sultativa en -ri/i que hemos justamente denominado pasiva resultativa.

(28) *U kari Peo-ta ya’a-ria-ri.


DET casa Pedro-ACU construir-APL-RES
‘La casa está construida en beneficio de Pedro’.

4. Conclusiones
El presente trabajo muestra la necesidad de reconsiderar la tipología propuesta
por Nedjalkov (2001) ya que el yaqui presenta cinco construcciones resultati-
vas distintas que se pueden dividir en dos grupos según la valencia de la cons-
trucción y cuyas características más importantes mostramos en el cuadro al fi-
nal de este trabajo.
El morfema -ri, marcador de las resultativas P y R, aparece siendo un mor-
fema detransitivizador cuya función semántica es la de denotar un estado re-
sultado de un evento causativo iniciado por un agente externo defocalizado
(no-especificado). Esta función defocalizadora es similar a la de la construc-
ción pasiva por lo que podemos considerar el sufijo -ri como un marcador de
pasiva resultativa que no sólo implica la no-especificación del argumento
agente sino también la topicalización del argumento no agente (participante
paciente en la resultativa P y beneficiario en la resultativa R).
En cuanto al sufijo -la, es un morfema no detransitivizador cuya función
semántica es la de denotar un estado resultado de un evento sin agente externo:
estado resultado de un evento incoativo/espontáneo para las resultativas S mo-
novalente y bivalente o de un evento causativo interno para la resultativa A, es
decir una construcción donde el sujeto es el propio agente causante del estado
denotado. Si nos basamos en la definición de la construcción media propor-
cionada por Lyons (1969: 373) según la cual es una construcción que sirve pa-
40 Albert Álvarez González

ra expresar eventos en los cuales la acción o el estado afectan al sujeto del


verbo o sus intereses, podríamos considerar entonces el sufijo -la como mar-
cador de media ya que su significado estativo está relacionado con la ausencia
de una causa externa (ninguna implicación agentiva en las resultativas S mo-
novalente y bivalente, implicación agentiva interna en la resultativa A).
Con esta diversidad de construcciones, vemos la importancia de la agenti-
vidad en la construcción resultativa yaqui. En yaqui, contrariamente por ejem-
plo al español, la construcción resultativa necesita aclarar si el estado es con-
secuencia de la acción de un agente o no. Con el marcador -ri/i, el estado es
resultado de la acción de un agente externo suprimido pero implicado semánti-
camente (resultativas P y R) mientras que el marcador -la implica que el estado
o es resultado de un cambio de estado sin implicación de un agente causante
(resultativas S) o es consecuencia de la acción del propio participante en posi-
ción sujeto (resultativa A). El criterio pertinente no es tanto la transitividad sin-
táctica (o valencia verbal), sino la agentividad, es decir la transitividad semán-
tica o la conceptualización causativa o incoativa del evento según la propuesta
de Croft (1990, 1994).18
Hemos visto igualmente que semánticamente las construcciones resultati-
vas bivalentes muestran siempre un semantismo posesivo.19 Cuando una cons-
trucción estativa es sintácticamente transitiva, a nivel semántico se aparta ob-
viamente de la construcción transitiva prototípica ya que el argumento sujeto
no puede tener como rol semántico el de agente ya que lo que se denota, no es
un evento sino un estado, y por consecuencia tampoco el objeto puede ser pa-
ciente. La relación activa entre el sujeto y el objeto de la construcción transiti-
va prototípica pasa a ser en la construcción resultativa una relación estativa-
posesiva. El participante sujeto pasa así a ser el poseedor del participante obje-
to que está en un estado particular.20 Incluso en las resultativas monovalentes,
18
Basta recordar el caso de la resultativa S bivalente, donde una forma verbal intransitiva en-
tra en una construcción sintácticamente transitiva, mostrando así que la semántica predomina
sobre la sintaxis ya que la forma verbal de la construcción resultativa no depende de la valencia
sino del tipo de evento que ha originado el estado denotado (causativo o incoativo).
19
Este semantismo aparece claramente en español donde las traducciones de las construc-
ciones resultativas bivalentes del yaqui siempre llevan el verbo posesivo tener.
20
Las relaciones de posesión entre sujeto y objeto en las construcciones resultativas bivalen-
tes son un poco distintas según la animacidad del argumento sujeto. Cuando el sujeto es inani-
mado, esa relación se restringe a la holonimia (el argumento sujeto es holónimo del objeto, es
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 41

podemos decir también que existe una relación de posesión ya que el sujeto
posee la característica denotada por el participio y tiene por ende un estado
particular, evidenciando así que la resultatividad tiene mucho que ver con dos
nociones muy íntimamente unidas: la atribución y la posesión.

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decir la entidad objeto representa una parte de la entidad sujeto). Cuando el sujeto es animado, la
relación de posesión es más amplia y la gama posible de participantes objeto se extiende a todas
las entidades que pueden ser poseídas por un ser animado.
42 Albert Álvarez González

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44 Albert Álvarez González
Resultativas monovalentes Resultativas bivalentes

Resultativa S Resultativa P Resultativa S Resultativa A Resultativa R

Marcación -la/-ia -ri/-i -la -la -ri

Sujeto S A A A
S=N1+N2 con N1
holónimo de N2

Construcción R
de base
Objeto P P
T

Verbo incoativo causativo incoativo causativo causativo + -ria

Sujeto S P N1 A R

Construcción
Objeto N2 P T
resultativa

Verbo estativo estativo estativo estativo estativo


Cambio de valencia y formación de palabras a través
de la incorporación nominal en maya yucateco

Fidencio Briceño Chel


Centro INAH Yucatán

En este trabajo, presento algunos casos de incorporación nominal tomados del


discurso maya en donde la incorporación de nominales a los verbos los hace
más específicos creando, de esta manera, nuevos verbos, mismos que pueden
luego ser reanalizados y utilizados como cualquier otro dentro del sistema ver-
bal de esta lengua. Este hecho permite entonces que cláusulas transitivas sean
intransitivizadas al incorporar al verbo el nominal que antes funcionaba como
objeto directo; asimismo, una vez lexicalizadas estas nuevas formas pueden
ser retransitivizadas en contextos específicos del discurso maya moderno. Fi-
nalmente veremos cómo este recurso es bastante productivo en la lengua pues
sirve también para la formación de nuevas palabras, por ejemplo, las que
nombran oficios específicos.

1. Algunas características básicas del verbo


En este primer apartado, quiero mostrar algunas de las características básicas
del verbo en maya; para empezar tengo que señalar que esta lengua se caracte-
riza por tener tres tipos básicos de verbos (Cf. Blair 1964, Owen 1968, 1973;
Straight 1974; Bricker 1978, 1981; Briceño en prensa), los cuales han sido cla-
sificados de este modo sobre todo por su comportamiento en construcciones
transitivas. Así, tenemos entonces que al primer tipo de verbos se le ha deno-
minado, entre otras formas, como verbos transitivos inherentes, verbos transi-
tivos radicales (Bricker 1981) o verbos de tipo q (Briceño en prensa), justa-
mente porque no agregan afijo alguno al aparecer en construcciones transiti-
vas, como se muestra en los ejemplos siguientes.1

1
Abreviaturas: ABS1S = absolutivo primera singular, ABS2S = absolutivo segunda singular,
ABS3S = absolutivo tercera singular, AP = antipasiva, AUX = auxiliar, ERG1S = ergativo primera
singular, ERG3S = ergativo tercera singular, COM = completivo, COMP = compulsivo, CR = causa-
tivizador, DEM = demostrativo, DUR = durativo, FEM = femenino, HAB = habitual, INC = incom-
pletivo, IND = futuro indefinido, INTR = intransitivizador, MASC = masculino, MOD = modo, NEG
46 Fidencio Briceño Chel

(1) a. t-in man-ik-ø kij.


DUR-ERG1S comprar-INC-ABS3S henequén
‘Estoy comprando henequén’.
b. t-in kon-ik-ø k’áan.
DUR-ERG1S vender-INC -ABS3S hamaca
2

‘Estoy vendiendo hamaca’.

El segundo tipo es el que corresponde a los denominados verbos transitivos


derivados; éstos introducen el sufijo transitivizador -t- inmediatamente des-
pués de la raíz verbal una vez que los verbos hayan hecho los cambios necesa-
rios para adecuarse a estructuras transitivas, como queda ejemplificado ense-
guida:

(2) a. táan u báax-t-ik-ø booláaj.


DUR ERG3S jugar-TR-INC-ABS3S bola
‘Está jugando beisbol’.
b. táan u jaan-t-ik-ø iik.
DUR ERG3S comer-TR-INC-ABS3S chile
‘Está comiendo chile’.

El tercer tipo es aquel que comprende los llamados verbos inacusativos


(Straight 1976, Lehmann 1993), los cuales añaden el causativizador -s- (Bri-
ceño en prensa) después de la base verbal que resulte luego de hacer los cam-
bios pertinentes en la vocal.

(3) a. táan in na’ak-s-ik-ø kuuch.


DUR ERG1S subir-CR-INC-ABS3S carga
‘Estoy subiendo carga’.

= negativo, PAS = pasivo, P1S = posesivo primera singular, P3S = posesivo tercera singular, REM
= futuro remoto, RV = raíz verbal, SUBJ = subjuntivo, TERM = terminativo, TR = transitivizador.
2
Ante verbos con vocal inicial, los pronombres de juego ergativo del maya yucateco se ca-
racterizan por añadir w- para la primera persona del singular y la segunda singular y plural, así
como y- para la tercera persona singular y plural, por lo que el paradigma de pronominales queda
de la siugiente manera: In w-, A w-, U y-, K, A w- -e’ex y U y- -o’ob.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 47

b. táan in w-éen-s-ik-ø kuuch.


DUR ERG1S bajar-CR-INC-ABS3S carga
‘Estoy bajando carga’.

2. Cláusulas intransitivas
Los verbos transitivos inherentes no pueden emplearse en oraciones intransiti-
vas incompletivas a menos que sean antipasivizados mediante la adición del
sufijo -aj. Verbos de este tipo son u’uy ‘escuchar’, il ‘ver’, beet ‘hacer’, a’al
‘decir’, e’es ‘enseñar, señalar’, entre los más comunes. Nótese que sin antipa-
sivizar resultan agramaticales, como se muestra en los ejemplos (4b) y (5b)
mientras que los ejemplos (4a) y (5a) presentan las formas aceptables:
(4) a. táan in w-u’uy-aj ba’ale’ ma’ t-in
DUR ERG1S-oír-AP pero NEG DUR-ERG1S
na’at-ik-ø ba’ax-i’.
entender-INC-ABS3S qué-NEG
‘Estoy escuchando pero no entiendo qué (es)’.
b. *táan in w-u’uy ba’ale’ ma’ t-in
DUR ERG1S-oír pero NEG DUR-ERG1S
na’at-ik-ø ba’ax-i’.
entender-INC-ABS3S qué-NEG
‘Estoy escuchando pero no entiendo qué (es)’.

(5) a. chéen e’es-aj u ka’aj tumen ma’


sólo enseñar-AP ERG3S AUX porque NEG
t-u t’aan.
DUR-ERG3S hablar
‘Sólo señala porque no habla’.
b. *chéen e’es u ka’aj tumen ma’
sólo enseñar ERG3S AUX porque NEG
t-u t’aan.
DUR-ERG3S hablar
‘Sólo señala porque no habla’.
48 Fidencio Briceño Chel

Un número mayor de verbos transitivos no necesitan de ningún sufijo deri-


vador ni ningún otro elemento morfológico que señale su intransitividad cuan-
do aparecen en cláusulas intransitivas incompletivas, sin embargo los verbos
de este tipo se intransitivizan mediante el alargamiento de la vocal, mecanismo
que ya ha sido descrito en Briceño (2004) como otro de los procesos de anti-
pasivización; compárese por ejemplo las oraciones (1a) y (6) para ver estas di-
ferencias, así como (7a) y (7b):

(1) a. t-in man-ik-ø kij.


DUR-ERG1S comprar-INC-ABS3S henequén
‘Estoy comprando henequén’.

(6 ) t-in maan.
DUR-ERG1S comprar
‘Estoy comprando’.

(7) a. ma’ t-u t’an-ik-ø maaya.


NEG DUR-ERG3S hablar-INC-ABS3S maya
‘No habla maya’.
b. ma’ t-u t’aan.
NEG DUR-ERG3S hablar
‘No habla’.

Por otro lado, los mismos verbos radicales adquieren un patrón ergativo-
absolutivo y además añaden el sufijo de antipasivo -n- en cláusulas intransiti-
vas de completivo y subjuntivo.

(8) a. maan-n-aj-en.
comprar-AP-COM-ABS1S
‘Compré’.
b. bíin maan-n-ak-en.
REM comprar-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día compraré’.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 49

(9) a. t’aan-n-aj-ij.
hablar-AP-COM-ABS3S
‘Habló’.
b. bíin t’aan-n-ak-ø.
REM hablar-AP-SUBJ-ABS3S
‘Algún día hablará’.

Por lo que entonces se observa una doble marcación de antipasivo, el alar-


gamiento vocálico y la adición del sufijo -n-; pero esta doble marcación no es
privativa de estos verbos, pues los verbos transitivos inherentes también mues-
tran una doble antipasivización en formas completivas y subjuntivas, una con
la adición de -aj- y otra con la presencia de -n-, como en los ejemplos (10a) y
(11a) para las completivas y (10b) y (11b) para las subjuntivas.

(10) a. u’uy-aj-n-aj-en.
escuchar-AP-AP-COM-ABS1S
‘Escuché’.
b. bíin u’uy-aj-n-ak-en.
REM escuchar-AP-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día escucharé’.

(11) a. il-aj-n-aj-en.
ver-AP-AP-COM-ABS1S
‘Ví’.
b. bíin il-aj-n-ak-en.
REM ver-AP-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día veré’.

Cualquier otra forma sin las dos maneras de antipasivización resulta agra-
matical como se puede advertir en los ejemplos (12a), (12a’), (13a) y (13a’)
para completivos y (12b), (12b’), (13b) y (13b’) para subjuntivos.

(12) a. *u’uy-n-aj-en
escuchar-AP-COM-ABS1S
50 Fidencio Briceño Chel

a’. *u’uy-aj-aj-en
escuchar-AP-COM-ABS1S
b. bíin u’uy-n-ak-en
REM escuchar-AP-SUBJ-ABS1S

b’. *bíin u’uy-aj-ak-en


REM escuchar-AP-SUBJ-ABS1S

(13) a. *il-n-aj-en
ver-AP-COM-ABS1S
a’. *il-aj-aj-en
ver-AP-COM-ABS1S
b. *bíin il-n-ak-en
REM ver-AP-SUBJ-ABS1S

b’. *bíin il-aj-ak-en


REM ver-AP-SUBJ-ABS1S

Por su parte, los verbos transitivos derivados usados en cláusulas intransiti-


vas incompletivas añaden -Vl en posición final que las intransitiviza (14a) y
(15a) y en muchos de los casos las nominaliza (14b) y (15b); para mostrar la
comparación retomamos las contrapartes transitivas (2a) y (2b):

(2) a. táan u báax-t-ik-ø booláaj.


DUR ERG3S jugar-TR-INC-ABS3S bola
‘Está jugando beisbol’.

(14) a. táan u báaxal.


DUR ERG3S jugar
‘Está jugando’.
b. táan u báax-t-ik-ø u báaxal.
DUR ERG3S jugar-TR-INC-ABS3S P3S juguete
‘Está jugando su juguete’
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 51

(2) b. táan u jaan-t-ik-ø iik.


DUR ERG3S comer-TR-INC-ABS3S chile
‘Está comiendo chile’.

(15) a. táan u janal.


DUR ERG3S comer
‘Está comiendo’.
b. táan u jaan-t-ik-ø u janal.
DUR ERG3S comer-TR-INC-ABS3S P3S comida
‘Está comiendo su comida’.

Estos verbos también adquieren el patrón ergativo-absolutivo en cláusulas


intransitivas de completivo y subjuntivo, donde además añaden el sufijo de an-
tipasivo -n-:

(16) a. báax(al)-n-aj-en.
jugar-AP-COM-ABS1S
‘Jugué’.
b. bíin báax(al)-n-ak-en.
REM jugar-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día jugaré’.

(17) a. janal-n-aj-en.
comer-AP-COM-ABS1S
‘Comí’.
b. bíin janal-n-ak-en.
REM comer-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día comeré’.

Finalmente, los llamados verbos causativos también añaden -Vl en posición


final al emplearse en oraciones intransitivas incompletivas, sin embargo tienen
la característica de que la V(ocal) final sea armónica con la vocal, también fi-
nal, de la raíz verbal. Compárense los ejemplos de (3) con los de (18):
52 Fidencio Briceño Chel

(3) a. táan in na’ak-s-ik-ø kuuch.


DUR ERG1S subir-CR-INC-ABS3S carga
‘Estoy subiendo carga’.
b. táan in wéen-s-ik-ø kuuch.
DUR ERG1S bajar-CR-INC-ABS3S carga
‘Estoy bajando carga’.

(18) a. táan in na’ak-al.


DUR ERG1S subir-AP
‘Estoy subiendo’.
b. táan in w-éen-el.
DUR ERG1S bajar-AP
‘Estoy bajando’.

A diferencia de las demás clases de verbos, éstos no adquieren la forma an-


tipasiva en cláusulas intransitivas de completivo, sino que toman un nuevo or-
denamiento y un nuevo marcador propio para este tipo de verbos:

(19) a. j-na’ak-en.
COM-subir-ABS1S
‘Subí’.
b. j-éem-en.
COM-bajar-ABS1S
‘Bajé’.

En el caso de las subjuntivas, siguen el mismo orden que los otros verbos,
pero al igual que en completivo, no usan el marcador de antipasivo -n-. Asi-
mismo mantienen el proceso de armonía vocálica en la marcación de subjunti-
vo:

(20) a. bíin na’ak-ak-en.


REM subir-SUBJ-ABS1S
‘Algún día subiré’.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 53

b. bíin éem-ek-en.
REM bajar-SUBJ-ABS1S
‘Algún día bajaré’.

3. La incorporación nominal
Este fenómeno es factible gracias a que la antipasivización hace posible que
un paciente no distintivo, no específico, de cierta clase, se incorpore al verbo
(Cf. Dayley 1990) formando un nuevo complejo verbal, por ejemplo:

(21) a. t-in chuk-ik-ø kay.


DUR-ERG1S pescar-INC-ABS3S pescado
‘Estoy pescando pescado’.
b. t-in chuk-kay.
DUR-ERG1S pescar-pescado
‘Estoy pescando pescado’.

Pero donde es más claro es cuando el verbo complejo formado con el no-
minal incorporado recibe los correspondientes sufijos propios del verbo, fe-
nómeno más comúnmente descrito (Bricker 1981) en las formas intransitivas
incompletivas mostradas con la antipasivización:

(22) a. t-in chuk-aj-ø kay.


COM-ERG1S pescar-COM-ABS3S pescado
‘Pesqué pescado’.
b. chuk-kay-n-aj-en.
pescar-pescado-AP-COM-ABS1S
‘Pesqué pescado’.

En este último caso, es claro que no existe ningún paciente particular espe-
cífico, y puesto que el paciente se incorpora dentro del nuevo complejo verbal,
ya no es un argumento en relación directa con el verbo, por lo que el verbo se
comporta como un verbo intransitivo derivado (Dayley 1990); el agente, ade-
más, se convierte en sujeto esta vez marcado con la forma absolutiva.
54 Fidencio Briceño Chel

4. La retransitivización
Algo más interesante es ver que una vez reanalizados estos nuevos verbos
compuestos creados a través de la incorporación, pueden ya emplearse como
cualquier otro verbo transitivo derivado y entonces llegan incluso a ser retran-
sitivizados, añadiéndoles los marcadores morfológicos correspondientes. El
ejemplo (23a) muestra la forma transitiva ch’ak ‘cortar’; este ejemplo servirá
de base para el inicio de la incorporación; el ejemplo (23b) muestra el verbo
compuesto ch’ak-che’ como el primer paso de la incorporación; (23c) nos en-
seña la antipasivización del verbo compuesto reanalizándolo así como verbo
intransitivo, y finalmente, (23d) y (23e) muestran la retransitivización y reaná-
lisis como verbo transitivo derivado ch’ak-che’e-t-aj para el completivo en
(23d), y ch’ak-che’e-t-ik para el incompletivo en (23e).

(23) a. t-in ch’ak-ik-ø che’.


DUR-ERG1S cortar-INC-ABS3S madera
‘Estoy cortando madera’.
b. t-in ch’ak-che’.
DUR-ERG1S cortar-madera
‘Estoy cortando madera’.
c. ch’ak-che’-n-aj-en.
cortar-madera-AP-COM-ABS1S
‘Corté madera’.

d. t-in ch’ak-che’e-t-aj-ø in kool.


COM-ERG1S cortar-madera-TR-COM-ABS3S P1S milpa
‘Corté la madera de mi milpa’. (Cortamadereé mi milpa)
e. t-in ch’ak-che’e-t-ik-ø in kool.
DUR-ERG1S cortar-madera-TR-INC-ABS3S P1S milpa
‘Estoy cortando la madera de mi milpa’. (Estoy cortamadereando mi
milpa)

Éste es un proceso bastante productivo aunque no generalizado en toda la


península, Bricker (1978) ha proporcionado ejemplos de la parte central del
estado de Yucatán y Gutiérrez (1997) ha mostrado este fenómeno para el cen-
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 55

tro del Estado de Quintana Roo, sin embargo en datos recopilados en Campe-
che no hemos documentado ejemplos similares y en elicitación directa hemos
obtenido algunos ejemplos que siempre fueron dudosos o “chistosos” para los
hablantes.
Otros ejemplos tomados de la variante de la zona henequenera, de la cual
provengo, y que comparte las mismas características básicas con la comunidad
trabajada por Bricker, muestran un comportamiento similar al descrito ante-
riormente, como puede verse en los ejemplos de (24):

(24) a. t-in páan-ik-ø weech.


DUR-ERG1S desenterrar-INC-ABS3S armadillo
‘Estoy desenterrando armadillo’.
b. t-in páan-weech.
DUR-ERG1S desenterrar-armadillo
‘Estoy desenterrando armadillo’.
c. páan-weech-n-aj-en.
desenterrar-armadillo-AP-COM-ABS1S
‘Desenterré armadillo’.
d. t-in páan-wech-t-aj-ø le
COM-ERG1S desenterrar-armadillo-TR-COM-ABS3S DEM

bej-o’.
camino-DEM
‘Desenterré armadillo en el camino’. (Cavé el camino como desente-
rrando armadillo)
e. t-in páan-wech-t-ik-ø le
DUR-ERG1S desenterrar-armadillo-TR-INC-ABS3S DEM

bej-o’.
camino-DEM
‘Estoy desenterrando armadillo en el camino’. (Estoy cavando el ca-
mino como desenterrando armadillo)

Es interesante ver que en el reacomodo del verbo compuesto, el nominal


weech ‘armadillo’, ya unido al verbo, acorta su vocal en la forma transitiva,
56 Fidencio Briceño Chel

con lo que resulta una integración plena a las reglas internas de la lengua, tal
como ha sido descrito en Briceño (en prensa) para los cambios internos en los
radicales verbales al usarse en cláusulas de dos argumentos.3
Un último ejemplo para el apartado de la incorporación y su posterior re-
transitivización es el presentado en (27).

(25) a. T-u líil-ik-ø ja’ te’ bej-o’.


DUR-ERG3S rociar-INC-ABS3S agua DEM camino-DEM
‘Está rociando agua en el camino’.
b. T-u líil-ja’.
DUR-ERG3S rociar-agua
‘Está rociando agua’.
c. líil-ja’a-n-aj-ij.
rociar-agua-AP-COM-ABS3S
‘Roció agua’.
d. T-u liil-ja’a-t-aj-ø le bej-o’.
COM-ERG3S rociar-agua-TR-COM-ABS3S DEM camino-DEM
‘Roció (con agua) el camino’.

3
Sirva como ejemplo el siguiente par de oraciones que muestran el acortamiento vocal del
radical verbal :
(i) a. táan u maan te’ k’íiwik-o’.
DUR ERG3S comprar DEM plaza-DEM
‘Está comprando en la plaza’.
b. táan u man-ik-ø ba’al-o’ob te’ k’íiwik-o’.
DUR ERG3S comprar-INC-ABS3S cosas-PL DEM plaza-DEM
‘Está comprando cosas en la plaza’.

(ii) a. ts’o’ok u ts’oon ichil u kool.


TERM ERG3S
cazar en P3S milpa
‘Ya cazó en su milpa’.
b. ts’o’ok u ts’on-ik-ø kéej ichil u kool.
TERM ERG3S
cazar-INC-ABS3S venado en P3S milpa
‘Ya cazó venado en su milpa’.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 57

e. t-u liil-ja’a-t-ik-ø le bej-o’.


COM-ERG3S rociar-agua-TR-INC-ABS3S DEM camino-DEM
‘Está rociando (con agua) el camino’.

5. La agentivización
En este último apartado, se hace mención de otro proceso de adecuación de los
nuevos términos surgidos a través de la incorporación, me refiero a la agenti-
vización, pues es bastante común que estas formas complejas aparezcan para
nombrar oficios o características de alguna persona. En este caso, la forma
verbal compleja se marca con un prefijo j- para masculino, o x- para femenino,
tal como se ilustra enseguida:

(26) a. j-ch’ak-che’. 4
MASC-cortar-madera
‘Cortador de madera’. (Talador)
b. j-páan-weech.5
MASC-escarbar-armadillo
‘El cazador de armadillos’.
c. x-líil-ja’.6
FEM-rociar-agua
‘La rociadora’.

Hay verbos muy productivos como kon ‘vender’, a partir del cual han sur-
gido una infinidad de términos que no sólo aparecen en la agentivización sino
también como verbos incorporados siguiendo los procesos antes descritos:

(27) a. j-kon-k’áan.7
MASC-vender-hamaca
‘Hamaquero’. (vendedor de hamacas)

4
Cf. (23b).
5
Cf. (24b).
6
Cf. (25b).
7
Cf. (1b).
58 Fidencio Briceño Chel

b. j-kon-xanab.
MASC-vender-zapato
‘Zapatero’. (vendedor de zapatos)
c. j-kon-nook’.
MASC-vender-ropa
‘Ropero’. (vendedor de ropas)
d. x-kon-janal.
FEM-vender-comida
‘Vendedora de comida’.
e. x-kon-sa’.
FEM-vender-atole
‘Atolera’. (vendedora de atole)

Otros más extraños son los que se han formado con un verbo maya y un
nominal tomado del español, como se muestra en (28):

(28) a. j-kon-traago.
MASC-vender-licor
‘Cantinero’. (vendedor de tragos)
b. j-kon-diaario.
MASC-vender-periódico
‘Periodiquero’. (vendedor de periódicos)
c. j-kon-plaaza.
MASC-vender-plaza
‘Vendedor de plazas’.

Como dije anteriormente, la lista podría ser enorme dada la productividad


de la lengua maya en este apartado, pero hasta aquí sólo hemos presentado
ejemplos con verbos transitivos, sin que esto quiera decir que los otros dos ti-
pos de verbos sean ajenos a este proceso, sin embargo su comportamiento es
un tanto diferente y requieren de un análisis más detallado. Obsérvese el si-
guiente listado de ejemplos donde estos elementos se han lexicalizado plena-
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 59

mente; se trata de elementos empleados cotidianamente en el discurso maya


actual.

(29) a. j-ts’ak-yaj.
MSC-curar-dolor
‘Médico’.
b. x-jots’-koj.
FEM-zafar-diente
‘Dentista’.
c. j-k’os-jo’ol.
MASC-podar-cabeza
‘Peluquero’.

Un listado final muestra la incorporación de léxico castellano al verbo ma-


ya formando así nuevas palabras en el vocabulario; son estos términos los que
hacen que la gente diga que esto no es maya sino un xe’ek’, una ensalada, una
mezcla (véase Pfeiler 1995 y 1997, así como Briceño 2002). Sin embargo, son
las formas en las que la lengua maya se mantiene viva y útil en todos los con-
textos posibles.

(30) a. j-p’o’-carro.
MASC-lavar-carro
‘Lavacarro’.
b. j-pots’-leche.
MASC-sacar-leche
‘Ordeñador’.
c. x-pak’-flor.
FEM-sembrar-flor
‘Floricultora’.

6. Palabras finales
En este trabajo he querido demostrar que el proceso de formación de palabras
a través de la incorporación en yucateco actual es bastante productivo. Asi-
60 Fidencio Briceño Chel

mismo, he procurado mostrar que la antipasivización es el método por exce-


lencia empleado en esta lengua para la intransitivización de los nuevos verbos
compuestos, justamente por eso vemos al menos tres formas claras de marca-
ción morfológica de ésto, como son:

(i) el uso de -Vl final en formas incompletivas,


(ii) la afijación de -aj a verbos transitivos inherentes, y
(iii) la afijación de -n- en formas completivas y subjuntivas.

Finalmente cabe mencionar que uno de los problemas que acarrea la apari-
ción de formas incorporadas es la traductibilidad de estos nuevos términos. Es-
tas formas son comunes y usuales en el discurso maya pero no siempre es po-
sible una buena interpretación de ellas en castellano, por ello, en el español
yucateco abundan términos de este tipo que lucen como incorporados justa-
mente por la falta de una manera clara de traducirlos o definirlos. Ésta es sólo
una muestra de lo que la incorporación puede hacer y de la creatividad de los
hablantes ante la necesidad de nombrar acciones y situaciones comunicativas
complejas. Mayores estudios seguramente servirán para caracterizar el com-
portamiento general o particular de los otros tipos de verbos de esta lengua.

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Angeles: University of California. 189-201.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa1

Maritza Elena Enríquez Licón


El Colegio de México

En este trabajo se describen los mecanismos formales utilizados para expresar


la causatividad en zapoteco del Istmo, lengua del grupo otomangue hablada en
el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca; más específicamente, se describe este fe-
nómeno tal y como se presenta en el habla del pueblo San Blas Atempa. Esta
descripción parte del análisis de alrededor de ciento veinticinco verbos y su
contraparte causativa. Primeramente, se ejemplifican dos hechos muy impor-
tantes para la comprensión del funcionamiento de los morfemas de causativi-
dad en la lengua; el primero, es el comportamiento de los procesos de transiti-
vidad y cambio de valencia; el segundo, el opacamiento y lo que parece ser la
posterior acumulación de morfemas causativos sin acumulación de significado
causativo. Posteriormente, se describen los diferentes mecanismos con los que
cuenta la lengua para expresar causatividad siguiento la propuesta de Shibatani
y Pardeshi (2002).

1. Propiedades morfosintácticas del zapoteco del Istmo


El orden de constituyentes de la lengua es VSO, teniendo como opciones
pragmáticas el movimiento del constituyente sujeto a la posición inicial. Hay
que señalar, sin embargo, que el orden SVO es un orden bastante común. La
lengua no marca sus argumentos, el sujeto se reconoce por la concordancia
verbal. Existen en el zapoteco del istmo (ZISBA de aquí en adelante) pronom-
bres libres y pronombres ligados; los pronombres libres funcionan como ar-
gumentos, tanto sujeto como objeto. Los pronombres ligados se unen al verbo

1
Agradezco a mi colaboradora, Célida Cartas Chiñas por su tiempo y por compartir el cono-
cimiento de su lengua conmigo, a la Universidad de Sonora por la beca que me proporcionó du-
rante los estudios de maestría. Agradezco profundamente a la Dra. Zarina Estrada Fernández,
por la asesoría que me brindó durante mi tesis de Maestría y su apoyo por medio del Proyecto
“Mecanismos de voz, cambio de valencia y formación de palabra” (39777). El presente trabajo
es una versión reducida de mi tesis de maestría titulada “Causatividad en Zapoteco del Istmo”.
64 Maritza Elena Enríquez Licón

para señalar al sujeto. A continuación presento la lista de pronombres del


ZISBA:

Libres Ligados
1S Na7a - a, -e, -ja2
2S Li7i - lu, lo
3SH La7abe - be
3SAnimal La7ame - me
3Scosa La7ani - ni
1PLIncluyente La7akanu - nu
1PLExcluyente La7akadu - du
2PL La7akatu - tu
3PLH La7akabe - kabe
3PLANIMAL La7akame - kame
3PLCOSA La7akani - kani
Tabla 1. Pronombres libres y ligados del zapoteco del Istmo.

El comportamiento morfosintáctico es ejemplificado por medio de las si-


guientes oraciones:

(1) a. na7a ka-za-ja.


1SGH PROGR-caminar-1SGH3
‘Yo estoy caminando’.
b. na7a gu-diñe lii.
1SGH COMPL-golpear.1SGH 2SGH
‘Yo te golpeé’.

2
-e y –ja parecen ser producto de procesos fonológicos de la lengua. Este tema no será toca-
do en este trabajo.
3
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, C = cosa,
CAUS = causativo, COMPL = completivo, DEM = demostrativo, HAB = habitual, H = humano LOC
= locativo, NMLZR = nominalizador, PL = plural, POS = posesivo, POT = potencial, PROGR = pro-
gresivo, SG = singular, TAM = tiempo-aspecto-modo, ZISBA = zapoteco del istmo de San Blas
Atempa.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 65

El zapoteco del Istmo (ZISBA) es una lengua que muestra patrones intere-
santes respecto a los fenómenos de transitividad y cambio de valencia. En la
lengua muchas raíces verbales parecen ser básicamente intransitivas; para tran-
sitivizar estas raíces la lengua cuenta con medios morfológicos, básicamente la
adición de una u- causativa, algunas veces también con la adición de una s-
causativa. Parte de las evidencias para clasificar un verbo como intransitivo es
la existencia o coocurrencia de mecanismos que sirven para transitivizar una
raíz verbal y la ausencia de marcas para detransitivizar los verbos. En zapoteco
del Istmo no existe un mecanismo pasivizador. En los siguientes ejemplos se
puede ver que un verbo intransitivo como ‘caerse’ puede aumentar su estructu-
ra argumental en uno al agregarse uno de los prefijos causativos, como en (2a)
biabani ‘se cayó’ que toma un solo argumento, el tema o paciente tasa ka ‘la
tasa’. En (2b), la contraparte causativa, ocurre marcada con el prefijo s-, bisaba
‘tiré’, expresa tanto el tema como el agente na7a ‘yo’:

(2) a. tasa ka bi-aba-ni.


taza DEM COMPL-caer-3C
‘La taza se cayó’.
b. na7a bi-s-aba tasa ka.4
1SG COMPL-CAUS-caer.1SG taza DEM
‘Yo tiré la taza’.

Aún los verbos que en otras lenguas se comportan como transitivos por
tomar dos argumentos, en ZISBA muestran una raíz intransitiva como bá-
sica, como en los ejemplos en (3). En (3a) rižaleni ‘se abrió’ aparece como
forma plena o no marcada, la contraparte transitiva en (3b) rusalebe ‘abrió’
toma el prefijo u-:

(3) a. puerta ka ri-žale-ni.


puerta DEM HAB-abrir-3C
‘La puerta se abrió’.

4
Como convenciones fonológicas se utiliza un “7” entre vocales para marcar una secuencia
laringizada; los símbolos utilizados para transcribir los datos son los del alfabeto fonético ameri-
cano, excepto por la vibrante múltiple, que transcribo como una ŕ.
66 Maritza Elena Enríquez Licón

b. maria r-u-šale-be puerta ka.


María HAB-CAUS-abrir-3SG puerta DEM
‘María abre la puerta’.

Tomemos como siguiente ejemplo un verbo típicamente bitransitivo, que


en ZISBA se deriva de un verbo transitivo simple; en este caso el mecanismo
que se aplica es la adición del prefijo causativo u- más algunos prefijos causa-
tivos como si- y g-:

(4) a. rarí r-aade-kabe bestidu ka.


aquí HAB-regalar-3PL vestido DEM
‘Aquí se regalan vestidos’.
b. maria r-u-si-g-aade-be ka bestido ka
María HAB-CAUS-CAUS-CAUS-regalar-3SG PL vestido DEM
ñaa-be.
mamá-3SG
‘María le regala vestidos a su mamá’.

Esta cláusula es un buen ejemplo de la codificación múltiple del morfema


causativo: la raíz verbal transitiva aade ‘regalar’ en (4b), muestra tres morfe-
mas causativos, pero sólo se agrega al argumento beneficiaro naabe ‘su ma-
má’. El morfema -g-, de acuerdo a mis datos, raramente aparece sin el morfe-
ma u- , aunque lo contrario sí puede ocurrir, como se ilustró en el par de ejem-
plos en (3). Dado este hecho, parece factible decir que el morfema -g- se ha
opacado en cierta medida y el morfema u- añade el significado causativo que
se perdió; sin embargo, como veremos más adelante, el morfema u- también
parece estarse opacando.
De esta forma, tenemos que la gran mayoría de los verbos del ZISBA son
sintácticamente intransitivos y pueden servir de base para derivar una forma
transitiva. Es importante aclarar aquí que aunque el mecanismo transitivizador
por excelencia es la causatividad, también hay casos de raíces verbales que
elevan su transitividad sin adquirir un significado causativo, como se verá más
adelante.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 67

1.1 Verbos causativos derivados


En el ZISBA existen varios mecanismos morfológicos causativizadores: el
prefijo u-, los morfemas si-, su-, s-, y g-. Algunas raíces presentan además
cambio en su primera consonante.
Uno de los mecanismos causativos, reconocido como tal por algunos estu-
diosos Kaufman (apud Smith-Stark 2002) y Smith-Stark (2002: 172), es el
morfema u-. Este morfema, por sí solo, efectivamente expresa causatividad en
algunos casos:
(5) a. xwan ri-lanaa-be.
Juan HAB-empujar-3SG
‘Juan siempre empuja’.
b. xuan r-u-lanaa-be baadu ka.
Juan HAB-CAUS-empujar-3SG niño DEM
‘Juan siempre empuja al niño’.

Sin embargo, en algunas ocasiones el morfema parece haberse opacado y


aparece con una marca extra de causatividad, como el cambio de sonoridad en
la primera consonante de la raíz. En (6b) se puede observar que la primera
consonante de la raíz šage ha cambiado su sonoridad:
(6) a. nudu ka ri- žage-ni.
nudo DEM HAB-desatar-3C
‘El nudo siempre se desata’.
b. laakabe r-u-šage-kabe nudu ka.
3PL HAB-CAUS-desatar nudo DEM
‘Ellos siempre desatan el nudo’.

Otra marca que puede aparecer junto a esta -u para expresar causatividad
simple (en oposición a la doble causatividad, como veremos más adelante) es
la adición de otro morfema de causatividad:
(7) a. maria ri-asa telayu.
María HAB-levantar temprano
‘María se levanta temprano’.
68 Maritza Elena Enríquez Licón

b. maria r-u-si-asa-be šeela-be telayu.


María HAB-CAUS-CAUS-levantar-3SGH esposo-3SGH temprano
‘María levanta temprano a su esposo’.

Un aspecto del morfema u- que es importante resaltar, es el hecho de apa-


recer con el aspecto habitual, lo cual habla de una restricción que generalmen-
te no es impuesta con otros morfemas que marcan voz, ya que esta restricción
no funciona con otros morfemas de causatividad de esta lengua. Un aspecto
más, relacionado con este causativizador que me inte-resa resaltar aquí, es el
hecho de que en algunas ocasiones u- aparece en verbos que aparentemente no
tienen un significado causativo y que en otros tiempos verbales esta marca de
causativo se pierde:

(8) a. la7abe r-u-žoñe-be.


3SG HAB-CAUS-correr-3SG
‘Él/ella corre’.
b. la7abe bi-žoñe-be.
3SG. COMPL-correr-3SG
‘Él/ella corrió’.

Sin embargo, si se desea producir un significado de causatividad, se añade


el prefijo si-:

c. laabe r-u-si- žoñe-be xwan.


3SG HAB-CAUS-CAUS-correr-3SG Juan
‘Él/ella hizo correr a Juan’.

Otro dato importante es que el morfema g- ya no es el único señalador de


causatividad, ya que en los pocos verbos que lo hace, aparece acompañado del
morfema u-:

(9) maria k-u-g-aase-be baadu ka.


María PROGR-CAUS-CAUS-bañar-3SGH niño DEM
‘María está bañando al niño’.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 69

Esto parece indicar que el causativo g- es más opaco que el causativo u-, ya
que este último todavía puede marcar causatividad de manera autónoma, lo
que no ocurre con el morfema g-. Los datos parecen señalar que el causativo
u-, en algunos casos, necesita que otro morfema de causatividad sea añadido
para obtener el significado causativo. Los datos parecen indicar que, en algu-
nos casos, el morfema u- puede ser tomada como una marca no productiva si-
no lexicalizada de causatividad, misma que hoy nos remite, en la mayoría de
las veces, a una raíz más transitiva a partir de una incialmente intransitiva. Ac-
tualmente los morfemas si- ~ su- ~ s- son los más productivos para en ZISBA,
como se muestra en los siguientes ejemplos:

(10) a. enda-r-aw ka ma bi-anda-ni.


NMLZ-HAB-comer DEM ya COMPL-frío-3NH
‘La comida se enfrió’.
b. Maria bi-si-anda-be enda-r-aw ka.
María COMPL-CAUS-frío-3SGH NMLZ-HAB-comer DEM
‘María enfrió la comida’.

En el ejemplo (11b) se pueden apreciar dos marcas de causatividad:

(11) a. siempre ri-ndawa ka barku ka


siempre HAB-hundirse PL barco DEM

ora no7o ka ola ka na-ro7o.


cuando haber PL ola DEM es-grande
‘Siempre se hunden los barcos cuando hay olas grandes’.
b. ka ola ro7o ka r-u-su-ndawa-kani
DEM ola grande DEM HAB-CAUS-CAUS-hundir-3PLNH

ka barku ka.
PL barco DEM
‘Las olas grandes hunden a los barcos’.

En zapoteco del Istmo se han reportado (ver Pickett 1998) solamente un


par de casos de construcciones con doble causatividad, como en los siguientes
ejemplos:
70 Maritza Elena Enríquez Licón

(12) a. maria kay-apa-be baadu ka.


Maria PROGR-cuidar-3SGH niño DEM
‘María cuida al niño’.
b. maria r-u-su-g-apa-be baadu ka.
María HAB-CAUS-CAUS-cuidar-3SGH niño DEM
‘María encarga al niño’. (María hace que otra persona cuide al niño)

En el ejemplo de (13c) se pueden apreciar dos marcas de causatividad, su-


y si-, esto es, María (causa) que (otra persona cause que se) duerma el niño.
Tenemos dos eventos causativos, de ahí la doble marcación o afijación. En el
ejemplo (13b) se aprecia la semántica causativa que el morfema ha aportado al
verbo kayasi ‘está durmiendo’, ya que otra entidad fuera del sujeto, ‘María’ es
la que está siendo dormida, o a quien se le causó que durmiera. En el ejemplo
(13c) interviene otra entidad, la otra persona, a la que María está causando o
haciendo dormir al niño, por ello, la doble marcación tiene significado, porque
hay dos eventos causativos, uno donde María causa que alguien haga algo, en
este caso, dormir al niño, y el segundo evento causativo es aquel que se da
cuando el causado de Maria, a su vez, causa que el niño duerma.

(13) a. maria kay-asi-be.


María PROGR-dormir-3SGH
‘María duerme’.
b. maria bi-g-asi-be baadu ka.
Maria COMPL-CAUS-dormir-3SGH niño DEM
‘María durmió al niño’.
c. maria bi-su-si-asi-be baadu ka.
Maria COMPL-CAUS-CAUS-dormir-3SGH niño DEM
‘María hizo (a otra persona) dormir al niño’.

En la siguiente parte del trabajo, analizo la totalidad de los mecanismos


causativizadores en ZISBA tomando como marco explicativo el continuo cau-
sativo de Shibatani y Pardeshi (2002).
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 71

2. Causativas léxicas, morfológicas y sintácticas


Shibatani y Pardeshi (2002) proponen que las causativas léxicas, morfológicas
y sintácticas forman un continuo. Uno de los aspectos semánticos relevantes
señalados por el estudio de Shibatani y Pardeshi (2002) es la división de los
verbos intransitivos en dos clases: i. verbos de estados o procesos (inactivos) y
ii. verbos de actividades (activos). Esta distinción es importante, ya que en al-
gunas lenguas cada grupo puede presentar un comportamiento distinto, como
ocurre en ZISBA. En este continuo, las formas menos productivas (causativas
puramente léxicas y las formas morfológicas) expresarán, más probablemente,
una causación directa, mientras que las formas más productivas (las morfoló-
gicasy las perifrásticas) se correlacionarán con la causación indirecta. Este
continuo se proporciona en el esquema 1. 5

2.1 Causativas léxicas


Las causativas léxicas son aquellas construcciones que presentan verbos que
no cuentan con una marcación formal de causatividad, pero que expresan una
acción de un agente da como resultado un cambio de estado en el objeto o pa-
ciente.
Shibatani y Pardeshi (2002) involucran en su descripción de una causativa
léxica a todas las formas que cuentan con un morfema de causatividad, pero
que su forma no puede ser predicha en base a los verbos no causativos. La ra-
zón por la que deben ser tomados como causativos léxicos es que precisamen-
te debido a su falta de predictibilidad, deben ser aprendidos individualmente y
(por lo tanto) deben estar listados en el lexicón. El grado de productividad de
cada una de las formas tiene que ver con la predictibilidad del morfema, es de-
cir, si se toma un morfema de causatividad, y este morfema es aplicable a dife-
rentes tipos semánticos de verbos, de manera que sea posible inferir una regla
de marcación de causatividad, entonces ese morfema es productivo. Si por el
contrario, el morfema de causatividad aparece en verbos en los que no pode-
mos predecir su aparición, en el sentido de que no tenemos una regla para infe-

5
Estamos hablando de un continuo donde la causatividad morfológica puede tener distintos
grados de productividad y alinearse con las formas menos productivas en una lengua, y con las
más productivas en otra.
72 Maritza Elena Enríquez Licón
rirla en un grupo dado de verbos, y además, el grupo de verbos en los que apa-
rece el morfema es relativamente pequeño, este morfema debe pertenecer al
grupo de las causativas léxicas, dígase, al grupo de aquellas palabras que se
aprenden individualmente.
Causación indirecta

< analítico/sintáctico
BAJA

ALTA

Esquema 1. Continuo de causatividad (Shibatani y Pardeshi 2002)


Grado de síntesis/lexicalización/gramaticalización

Grado de regularidad/productividad

aglutinantes
<
fusionales
<
Puramente lexicales
ALTA

BAJA
Causación directa
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 73

A continuación, algunos ejemplos de causativas léxicas en ZISBA:

(14) a. iĵi-laju ka bi-šale-ni.


pueblo-tierra DEM COMPL-abrir-3NH
‘La tierra se abrió’.
b. ka makina ka bi-šale-kani iĵi-laju.
PL máquina DEM COMPL-abrir-3PLNH.pueblo-tierra
‘Las máquinas abrieron la tierra’.
(15) a. do7o ka bi-šia-ni.
cuerda DEM COMPL-desatar-3SGC
‘La cuerda se desató’.
b. lwis bi-šia-be do7o ka.
Luis COMPL-desatar-3SGH cuerda DEM
‘Luis desató la cuerda’.

2.2 Causativas morfológicas


En ZISBA, como hemos visto en la primera parte de este trabajo, existen va-
rios prefijos de causatividad: si- ~ su- ~ s-, u- y g-, todos ellos con distinto
grado de productividad y predictabilidad. El proceso de ensordecimiento de la
primera consonante de la raíz verbal también fue ejemplificado. El cambio de
prefijo TAM es otro proceso morfológico con un grado mínimo de productivi-
dad, que también puede expresar causatividad como se presentará más adelan-
te.

2.2.1 Verbos intransitivos activos


La expresión de caustividad en verbos intransitivos activos e inactivos es dife-
rente en esta la lengua. La diferencia se manifiesta de la siguiente manera: al-
gunos verbos intransitivos activos utilizan morfemas y procesos morfológicos
causativos, sin embargo, otros de los verbos del mismo grupo solamente son
causativizados por medio de una construcción perifrástica. Hay que notar que,
aunque los intransitivos activos aceptan tanto una marca morfológica como
una perifrástica, es más probable –mayor en ocurrencia– la construcción peri-
frástica como forma causativizadora de los verbos de esta clase.
74 Maritza Elena Enríquez Licón

(16) a. maria kay-aase-be.


María PROGR-bañar-3SGH
‘María se está bañando’.
b. maria ku-g-aase-be baadu ka.
María PROGR-CAUS-bañar-3SGH niño DEM
‘María está bañando al niño’.

Otros de los verbos del mismo grupo, el de los intransitivos activos, sola-
mente son causativizados por medio de una construcción perifrástica, como en
los siguientes ejemplos:

(17) a. maría kuy-a7a-be.


María PROGR-bailar-3SGH
‘María baila’.
b. xwan bi-ni-be maria uy-a7a.
Juan COMPL-hacer-3SGH María POT-bailar
‘Juan hizo bailar a María’.

(18) a. xwan ka-šesa.


Juan PROGR-saltar
‘Juan salta’.
b. na7a bi-ne xwan i-šesa.
1SGH COMPL-hacer. 1SGH Juan POT-saltar
‘Yo hice saltar a Juan’.

Entonces podemos decir que los verbos intransitivos activos pueden apare-
cer en dos tipos de construcciones causativas: i. morfológicas y ii. perifrásti-
cas. Al parecer la causativización léxica no es un mecanismo disponible para
este grupo de verbos. Hay que notar que, aunque los intransitivos activos acep-
tan tanto una marca morfológica como una perifrástica, es más probable –ma-
yor en ocurrencia– la construcción perifrástica como manera de expresar la
causatividad en los verbos de esta clase.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 75

2.2.2 Verbos intransitivos inactivos


Las construcciones causativas en ZISBA que tienen como base a un verbo in-
transitivo inactivo son, en la mayoría de los casos, morfológicas. Tomemos
como primer ejemplo el verbo biasa ‘despertar(se)’:

(19) a. maria ma bi-asa.


María ya COMPL-despertar
‘María se despertó’.
b. maria bi-si-asa-be xwan.
María COMPL-CAUS-3SGH Juan
‘María despertó a Juan’.

El verbo biasa ‘despertarse’ en ZISBA utiliza un mecanismo morfológico,


esto es, el prefijo si-, para expresar una situación causativa que tiene como ba-
se a un verbo intransitivo inactivo. Otros ejemplos de verbos intransitivos in-
activos que utiliza un morfema de causatividad son:
n
(20) a. xwan bi-aba-be dani gigu ka.
Juan COMPL-caer-3SGH dentro río DEM
‘Juan se cayó al río’.
b. xwan bi-si-aba-be maria ndani gigu ka.
Juan COMPL-CAUS-caer-3SGH María dentro río DEM
‘Juan tiró a María al río’.

(21) a. xwan guy-aaki-be.


Juan COMPL-quemar-3SH
‘Juan se quemó’.
b. maria bi-s-aki-be xwan.
maría COMPL-CAUS-quemar-3SH juan
‘María quemó a Juan’.
76 Maritza Elena Enríquez Licón

(22) a. na7a bi-ĵiče.


1SGH COMPL-enojar. 1SGH
‘Me enojé’.
b. na7a bi-čiče la7abe.
1SGH COMPL-CAUS.enojar. 1SGH 3SGH
‘Lo hice enojar’.

Otro ejemplo de un verbo intransitivo inactivo es ati ‘morir’, en el cual la


causatividad se marca aspectualmente:

(23) a. xwan gu-ti-be.


Juan COMPL-morir-3SGH
‘Juan murió’.
b. xwan bi-ti-be pedro.
Juan COMPL-matar-3SGH Pedro
‘Juan mató a Pedro’.

En el caso de (22b) el causativo de ‘morir’, es decir, ‘matar’ se presenta un


cambio en el prefijo aspectual: de gu-, una de las formas de completivo que
tiene la lengua, pasa a bi-, otra de las formas de completivo, y esto expresa la
causatividad. Este es el único caso que se ha encontrado donde la causatividad
se expresa por medio del cambio de prefijo aspectual.
Por lo tanto, en ZISBA los mecanismos disponibles para los verbos inacti-
vos intransitivos son principalmente morfológicos, mientras que los de los
verbos activos intransitivos son sintácticos, aunque algunos acepten un prefijo
de causatividad. Este comportamiento hace distintos a los dos grupos de ver-
bos, razón por la cual se justifica la división de los verbos intransitivos en acti-
vos e inactivos.

2.2.3 Otros mecanismos para la causatividad


Un proceso morfológico muy poco productivo es la supleción de raíces verba-
les. En los datos de ZISBA hasta ahora documentados, solamente se cuenta
con un verbo donde la raíz cambia para expresar causatividad. En el caso de
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 77

la7a- ‘quebrar’, que cambia a nda7a-, como se aprecia en el siguiente ejem-


plo:

(24) a. ka bladu ka gu-la7a-kani.


PL plato DEM COMPL-romper- 3C
‘Los platos se rompieron’.
b. na7a u-nda7a ka bladu ka.
1SGH COMPL-romper.1SGH PL plato DEM
‘Yo rompí los platos’.

La causatividad también puede ser expresada por medio de un ensordeci-


miento de la primera consonante de la raíz:

(25) a. xwan ka-zaa-be.


Juan PROGR-caminar-3SGH
‘Juan camina’.
b. xwan ku-saa-be ti kaŕu.
Juan HAB-CAUS.caminar-3SGH un carro
‘Juan maneja un carro’.

En los ejemplos de (25) vemos que la raíz verbal -zaa, ‘caminar’ sufre un
cambio morfofonológico al ensordecerse la consonante inicial como mecanis-
mo utilizado por la lengua para causativizar verbos.6

3. Construcciones causativas perifrásticas


Las causativas perifrásticas son construcciones donde el verbo causativo apa-
rece de manera independiente y toma al evento causado como un elemento de-
pendiente. Los verbos causativos perifrásticos son definidos por criterios tanto
sintácticos como semánticos (Shibatani 1976). De acuerdo a Shibatani y Par-
deshi (2002:8) las causativas perifrásticas son aquellas en las que ocurre un
verbo causativo explícito como un predicado independiente. En ZISBA las

6
El cambio en la sonoridad es un proceso activo en la lengua que se usa no solo para expre-
sar causatividad en algunos casos, también es usada para expresar cambio de TAM.
78 Maritza Elena Enríquez Licón

causativas sintácticas o perifrásticas ocurren con los verbos auxiliares -uni-


‘hacer’, y -abi- ‘decir’.7 La causativa con el verbo ‘hacer’ codifica lo que Gi-
vón (2001) ha llamado causativas implicativas, esto es, el uso de una construc-
ción perifrástica con este verbo implica que la intención del causante de que el
causado llevara a cabo una acción fue exitosa. Por otro lado, las construccio-
nes que utilizan el verbo -abi- ‘decir’, pueden, aunque no necesariamente, te-
ner además una lectura no implicativa.

(26) a. gladis bi-aba-be.


Gladis COMPL-caer-3SGH
‘Gladis se cayó’.
b. na7a bi-ne gladis gi-aba-be.
1SGH COMPL-hacer. 1SGH gladis POT-caer-3SGH
‘Yo hice que Gladis se cayera’.

(27) a. baadu ka z-e-be8 ra skuela.


niño DEM PROGR-ir-3SGH LOC escuela
‘El niño va a la escuela’.
b. na7a bi-ne baadu ka č-e-be
1SGH COMPL-hacer.1SGH niño/a DEM POT-ir-3SGH
ra skuela.
LOC escuela
‘Yo hice al niño ir a la escuela’.
c. na7a g-uuye baadu ka č-e-be
1SGH COMPL-decir.1SGH niño/a DEM POT-ir-3SGH

7
El verbo -uni- pierde su vocal inicial ante otra vocal, de manera que al agregar el morfema
bi- de completivo, el resultado no es bi-uni, sino bi-ni. El verbo -abi- ‘decir’ muestra una forma
supletiva para el completivo, donde la forma de la raíz cambia a –uuye.
8
Como lo señalan Picket et. al (1998: 67): “[…] los verbos de movimiento tienen un prefijo
progresivo que no tienen otros verbos, el prefijo z-. En el caso del verbo ‘ir’ indica que el sujeto
salió y todavía no regresa”.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 79

ra skuela.
POT escuela
‘Yo pedí al niño ir a la escuela’.

3.1 Verbos transitivos y causativas perifrásticas


Como hemos visto, algunos verbos intransitivos solamente pueden ser causati-
vizados por medio de una construcción perifrástica en ZISBA, en cuanto a los
verbos transitivos, solamente unos cuantos aceptan un morfema de causativi-
dad:

(28) a. maritsa ka-ziidi-be iĵaza.


Maritza HAB-aprender-3SGH zapoteco
‘Maritza aprende zapoteco’.
b. selida k-u-sidi-be9 iĵaza maritsa.
Célida HAB-CAUS.aprender-3SGH zapoteco Maritza
‘Célida enseña zapoteco a Maritza’.

Sin embargo, la forma más común de causativizar un verbo transitivo es


por medio de una construcción perifrástica. Véase el siguiente par de ejemplos
contrastivos:

(29) a. selida bi-nda-be ti kansion.


Célida COMPL-cantar-3SGH uno/a canción
‘Célida cantó una canción’.
b. na7a bi-ne [selida g-unda ti.
1SGH COMPL -hacer. 1SGH Célida POT-cantar un/a
kansion].
canción
‘Y hice a Célida cantar una canción’.

9
La -u- es un antiguo causativo que actualmente funciona como transitivizador dado que ya
no expresa una semántica causativa, sin embargo, en la literatura de los estudios sobre el zapote-
co sigue considerándose como causativo.
80 Maritza Elena Enríquez Licón

En la construcción perifrástica del ejemplo (29b) estamos frente a una ora-


ción subordinada que actúa como complemento de objeto del verbo hacer,
donde el verbo principal es -uni- ‘hacer’ y el verbo subordinado es -unda-
‘cantar’. La oración principal codifica al causante, mientras que en la subordi-
nada se encuentra el causado. Otros ejemplos de causatividad perifrástica en
esta lengua son los siguientes:

(30) a. lwis gu-diñe-be li7i.


Luis COMPL-golpear-3SGH 2SGH
‘Luis te golpeó’.
b. na7a bi-ne lwis k-iñe lí7i.
1SGH COMPL-hacer.1SGH Luis POT-golpear 2SGH
‘Yo hice que Luis te golpeara’.
c. na7a g-uye lwis k-iñe-be lí7i.
1SGH COMPL-decir.1SGH Luis POT-golpear-3SGH 2SGH
‘Pedí a Luis que te golpeara’.

(31) a. lwis bi-senda-be ti karta para ña7a-be.


Luis COMPL-mandar-3SGH una carta para mama-3SGH
‘Luis mandó una carta a su mamá’.
b. na7a bi-ne lwis u-senda-be
1SGH COMPL-hacer.1SGH Luis POT-mandar-3SGH
ti karta para ña7a-be.
una carta para mamá-3SGH
‘Yo hice a Luis mandar una carta a su mamá’.
c. na7a g-uuye lwis u-senda-be
1SGH COMPL-decir.1SGH Luis POT-mandar-3SGH
ti karta para ña7a-be.
una carta para mamá-3SGH
‘Yo pedí a Luis mandar una carta a su mamá’.

Aparentemente la única diferencia entre dos construcciones causativas que


utilizan al verbo uni ‘hacer’, o a abi ‘decir’, es que la causativa con el verbo
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 81

uni ‘hacer’ codifican lo que Givón (2001) ha llamado causativas implicativas;


en otras palabras, el uso de una construcción perifrástica causativa con el ver-
bo uni ‘hacer’ implica la intención del causante de que el causado llevara a ca-
bo una acción fue exitosa. Por otro lado, las construcciones que utilizan el ver-
bo abi ‘decir’, pueden, aunque no necesariamente, tener además una lectura no
implicativa. Esto se puede apreciar si tratamos de negar la acción del causado,
como en los siguientes ejemplos, donde la utilización del verbo -uni- impide
que la acción sea negada, mientras que la utilización del verbo -abi- si la per-
mite:

(32) a. *na7a bi-ne lwis u-senda-be ti karta


1SGH COMPL-hacer.1SGH Luis POT-mandar-3SGH una carta
para ña7a-be pero ki n-usenda-be karta ka.
para mamá-3SGH pero NEG IRR-mandar-3SGH carta DEM
Lectura buscada ‘Yo hice a Luis mandar una carta a su mamá, pero él
no mando la carta’.
b. na7a g-uuye lwis u-senda-be
1SGH COMPL-decir.1SGH Luis POT-mandar-3SGH
ti karta para ña7a-be pero ki n-usenda-be
una carta para mamá-3SGH pero NEG IRR-mandar-3SGH
karta ka.
carta DEM
‘Yo pedí a Luis mandar una carta a su mamá, pero él no mandó
la carta’.

Para expresar otros matices como la fuerza utilizada para ejercer la acción
causativa, se utiliza el calco del español ‘a fuerza’:

(33) bi-ni-kabe a fuersa č-e-kabe


COMPL-hacer-3SGH a fuerza POT-ir-3PL

estudiante ka.
estudiante DEM
‘Ellos forzaron a los estudiantes a irse’.
82 Maritza Elena Enríquez Licón

(34) Pedro bi-ni-be a fuerza č-e xabier.


Pedro COMPL-hacer-3SGH a fuerza POT-ir Javier
‘Pedro forzó a Javier a irse’.

Existen, por lo tanto, dos verbos para expresar causatividad por medios sin-
tácticos en la lengua, y la diferencia de significado es que las construcciones
con el verbo uni ‘hacer’ son implicativas, mientras que aquellas que utilizan el
verbo abi ‘decir’ no lo son necesariamente. El matiz de fuerza que en lenguas
como el español es codificado por medio de un verbo, en este caso ‘forzar’, se
expresa en ZISBA por medio de la construcción a fuersa ‘a fuerza’, que fun-
ciona como un adverbio.
En este trabajo propongo a la causatividad perifrástica como el mecanismo
causativizador más productivo de la lengua, por lo que cualquier verbo, sin
importar si es transitivo o intransitivo de cualquier clase, puede ser causativi-
zado utilizando este mecanismo. Todos los tipos de verbos existentes en ZIS-
BA pueden aparecer en una construcción perifrástica. Es este criterio lo que
clasifica a la construcción perifrástica como la construcción más productiva de
la lengua para la marcación de la causatividad.10

4. Causación directa e indirecta


La distinción entre causación directa y causación indirecta reside en el hecho
de que en una causación directa existe un traslape espacio-temporal entre el
evento causante y el evento causado, mientras que en la causación indirecta,
los perfiles espacial y temporal de los subeventos pueden ser distintos; de
hecho los perfiles temporales deben ser distintos para que la causación pueda
ser considerada como indirecta. De acuerdo a Shibatani y Pardeshi (2002:
90)11 “[…] el rasgo definitorio de la causación directa-indirecta es la configu-
ración espacio-temporal de todo el evento causativo, más que la naturaleza del
causado”. Una causación directa se conceptualiza en un solo perfil espacio-
temporal, mientras que la indirecta involucra dos subeventos con dos perfiles

10
“Las formas causativas productivas son aquellas que tienen una marcación causati-
va constante y que también un gran número de raíces verbales puedan tomar esa mar-
cación causativa” Shibatani (comunicación personal).
11
También en concordancia con Givón (2001).
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 83

separados, el espacial y el temporal, y donde aunque, el perfil espacial pueda


ser el mismo en el evento causado que en el evento causante, el perfil temporal
debe ser distinto.
La distinción de los subeventos que forman un evento causativo es muy
importante para explicar la causatividad y sus mecanismos de expresión en
ZISBA, ya que esta división semántica es visiblemente importante en el com-
portamiento formal de la causatividad. La distancia que existe entre estos dos
parámetros tiene una correlación con la forma: mientras más unidos estén los
dos subeventos de la construcción causativa, más compacta será la construc-
ción con la que el evento causativo, como un todo, será expresado. Es decir,
más probable será que la construcción sea léxica, y a medida que los dos sub-
eventos puedan separarse, más probable será que la construcción sea expresa-
da por medio de una construcción perifrástica. Por ejemplo, el hecho de que
las causativas formadas con verbos intransitivos activos involucren a dos
agentes, por la misma naturaleza semántica del verbo intransitivo activo, hace
más probable que los perfiles temporales de los subeventos se separen, ya que
como el causado es un agente, tiene más poder o volición sobre cuándo hará el
acto que está siendo incitado o forzado a hacer.
Tomando en cuenta el parámetro de productividad, podemos presentar los
mecanismos causativos de la lengua en el siguiente continuo:

cambio de un completivo a otro


cambio en la raíz menos productivas
prefijo g-
dos prefijos causativos
ensordecimiento
prefijo causativo u- más productivas
prefijos si-, su-, s-
causativas perifrásticas

Esquema 2. Distintas formas de causativización en el ZISBA y su grado de


productividad.
Dados estos hechos, y debido al concepto de productividad descrito ante-
riormente, tomaré como causativas léxicas a las formas menos productivas:
cambio de un prefijo completivo a otro, cambio en la raíz, prefijo g- dos prefi-
84 Maritza Elena Enríquez Licón

jos causativos y ensordecimiento. El mecanismo causativo más productivo en


ZISBA es la construcción causativa perifrástica.
En conclusión, la causatividad en ZISBA se comporta de la siguiente ma-
nera:

i. Un verbo intransitivo activo tendrá las posibilidades de expresión cau-


sativa morfológica y perifrástica.
ii. Los verbos intransitivos inactivos se codifican generalmente por me-
dio de un morfema.
iii. Los verbos transitivos generalmente serán codificados por medio de
una construcción sintáctica o analítica. Aunque las construcciones
morfológicas no son totalmente predecibles, es un mecanismo aplica-
ble a los dos tipos de verbos intransitivos.
iv. Las causativas perifrásticas van a ser accesibles a todos los verbos de
la lengua.

Bibliografía
Givón, T. 2001. Syntax. An Introduction. 2 vols. Ámsterdam/Filadelfia: John
Benjamins.
Pickett, V. B. et al. 1998. Gramática popular del zapoteco del Istmo. Tucson,
Az/Juchitán, Oaxaca: Centro de Investigación y Desarrollo Binnizá, A. C. e
Instituto Lingüístico de Verano, A. C.
Shibatani, M. y P. Pardeshi. 2002. “The causative continuum.” The grammar
of causation and interpersonal manipulation. Ámsterdam/ Filadelfia: John
Benjamins. 85-126.
Shibatani, M. 1976. “The grammar of causative constructions: a
conspectus.” M. Shibatani (ed.). Syntax and Semantics. Volume 6.
The Grammar of Causative Constructions. Nueva York: Academic
Press. 1-40.
Smith-Stark T. 2002. “Las clases verbales del zapoteco de Chichicapan”. En
Z. Estrada Fernández, M. Figueroa Esteva y G. López Cruz (eds.).
Memorias. VI Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste. T. I.
Hermosillo: Editorial Unison. 165-212.
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas
y su manifestación en pima bajo

Zarina Estrada Fernández


Universidad de Sonora*

1. Introducción
Este trabajo aborda, desde una perspectiva tipológica, aspectos morfosintácti-
cos y semánticos relativos al sufijo aplicativo -di en pima bajo –lengua de la
rama tepimana de la familia yutonahua o yutoazteca que actualmente es
hablada en la región del noroeste de México por un número de hablantes que
no supera los 1 000 individuos.1 En especial se hace referencia a cuatro de las
características que en la literatura lingüística –específica sobre este recurso
lingüístico– han sido observadas: (i) el aplicativo es un recurso lingüístico
muy productivo en la derivación de nuevos verbos;2 (ii) este recurso es carac-
terístico por sus propiedades modificadoras de valencia al incorporar como
nuclear a un participante opcional, periférico o no nuclear; (iii) el papel o rol
semántico primordial del argumento aplicado es el de beneficiario, aunque es
posible también que involucre a otros roles semánticos, y (iv) existen lenguas
en las que el participante beneficiario no se encuentra obligatoriamente codifi-
cado en la cláusula.

*
Agradezco al Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck por el apoyo brindado du-
rante el verano de 2005, especialmente a Bernard Comrie y a Verónica Vázquez por sus comen-
tarios para mejorar este trabajo, cualquier error es de mi absoluta responsabilidad. Las investiga-
ciones de las construcciones aplicativas en pima bajo no habrían sido posibles sin el apoyo del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a través de su proyecto 39777 “Mecanismos de voz y
formación de palabra”.
1
De acuerdo a cifras del último censo de INEGI, los pima bajo suman un total de 741, (cf.
http://cuentame.inegi.gob.mx/impresion/poblacion/lindigena.asp).
2
Según lo señala Peterson (1999: 1) el uso del término “aplicativo” ocurre inicialmente en
las lenguas yutoaztecas (Carochi 1645/1983: 63) y, más tarde –de acuerdo a Polinsky (2005)–
fue retomado por los especialistas de lenguas africanas de la familia bantú.
86 Zarina Estrada Fernández

Las cuatro propiedades sintáctico-semánticas señaladas anteriormente, re-


sultan fundamentales para la explicación del aplicativo en pima bajo, sobre to-
do, las dos últimas, las cuales, según lo que se observa en esta lengua, podrían
ser factores explicativos para (i) el sincretismo causativo-aplicativo que se ha
observado en algunas lenguas (Shibatani 1996), y para (ii) los principios se-
mánticos que operan cuando un participante deja de ser especificado, particu-
larmente la jerarquía de animacidad (Comrie 1989).3

2. Aspectos gramaticales del pima bajo


El pima bajo es una lengua de tipo aglutinante, los participantes en la oración
básica y dependiente responden a una alineación nominativo/acusativa, aun-
que al igual que otras lenguas yutoaztecas vecinas, como el guarijío y el ta-
rahumara, carece de marcadores morfológicos de caso en los nominales. El
sistema de alineación nominativo/acusativo es claramente observable en los
determinativos –dígase artículos o demostrativos– quienes alternan sus formas
según sean sujeto (nominativo) u objeto (acusativo), propiedad que también se
observa en otras lenguas yutoaztecas como son el yaqui y el guarijío. Los de-
terminativos en pima bajo son: ig/ik NOM/ACU ‘este/a’ y id/ik NOM/ACU
‘ese/a’.4

3
Por limitaciones de espacio, no pretendo exponer y discutir la jerarquía de animacidad en
este trabajo, sin embargo, cabe señalar que ha sido ampliamente expuesta en la literatura lingüís-
tica. La jerarquía de animacidad básicamente se propone como una categoría conceptual univer-
sal que puede materializarse estructuralmente de diferentes formas en distintas lenguas. La je-
rarquía de animacidad propone que ciertos rasgos estructurales se comportarán de cierta manera
de acuerdo a un continuo en el que la entidad a la que se elija primero será aquella que cuente
con rasgo de animado-humano, para seguir un animado-animal y en un último lugar la entidad
inanimada. Según la propuesta de Comrie (1989: 185) la jerarquía es como sigue: humano >
animal > inanimado.
4
Abreviaturas: 1, 2, 3 = primera, segunda y tercera persona, ABS = absolutivo, ACU = acusa-
tivo, ADJVZ = adjetivizador, AL = alienable, APL = aplicativo, BEN = benefactivo, CAUS = causati-
vo, COM = comitativo, COMP = completivo, COMPL = complementizador, CONT = continuo, COP =
cópula, DEM = demostrativo, DET = determinativo, DIM = diminutivo, DIR = direccional, DTR =
ditransitivizador, DUR = durativo, ERG = ergativo, EST = estativo, FUT = Futuro, IMP = imperativo,
IMPF = imperfectivo, INC = incoativo, INS = instrumental, INT = intensificador, INV = inversa, IRR
= irrealis, LOC = locativo, NOM = nominativo, NSUJ = no-sujecto, OBL = oblicuo, OBJ = objeto, PAS
= pasivo, PF = perfecto, PL = Plural, POS = posesivo, PRE = preterito, PRIOR = prioritativo, PRS =
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 87

(1) a. ig kil ik gogos mua’a.


DET.SUJ hombre DET.OBJ perro matar.FUT
‘Este hombre matará a ese perro’.

El sistema pronominal en pima bajo sólo distingue entre formas de sujeto y


no-sujeto, estas últimas codifican las relaciones gramaticales de objeto directo,
indirecto, posesión y objeto de posposición (véase tabla 1).

Pronombres sujeto Pronombres Clíticos pronomina-


Independientes Reducidos no-sujeto les dependientes5
1SG aani aan in- -n
2SG aapi aap am- -p
3SG hig hig a- / Ø- Ø
1PL aatim aat tit- -t
2PL aapim aap mim- -m
3PL higam hig a- / Ø- Ø
Tabla 1. Formas pronominales del pima bajo.

En los ejemplos en (2) se ilustra: al pronombre sujeto aapim ‘2SG.SUJ’ en


una cláusula intransitiva en posición inicial en (2a); una cláusula transitiva
donde el pronombre enclítico de objeto am- ‘2SG.NSUJ’ antecede al predicado
en (2b). El mismo pronombre enclítico de objeto ocurre en (2c) en función de
poseedor, y en (2d) como objeto de posposición. Los nominales timitim ‘torti-
llas’ y Marii ‘María’ en (2b), carecen de marca morfológica.

(2) a. aapim kii-tam dara.


2SG.SUJ casa-LOC sentar.PRS
‘Uds. están en casa’.
b. aan timitim am-niar Marii vuikam.
1SG.SUJ tortillas 2SG.NSUJ-compar.PF María para
‘Te compré tortillas para María’.

presento, PUNT = puntual, PROP = propósito, RDP = reduplicación, RELINQ = relinquitivo, SG =


singular, SUJ = sujecto, TOP = tópico.
5
Estos pronombres ocurren solamente en cláusulas dependientes o subordinadas.
88 Zarina Estrada Fernández

c. id am-hoin-ga-r.
DET.SUJ 2SG.NSUJ-esposa-AL-POS
‘Ésa es tu esposa’.

d. aan am-viin him tieend-am.


1SG.SUJ 2SG.NSUJ-COM ir.CONT tienda-LOC
‘Yo voy contigo a la tienda’.

El orden de palabras básico es SOV, aunque suele verse modificado en di-


ferentes contextos pragmáticos.

3. El aplicativo en las lenguas del mundo


Según Comrie (1985: 316), Croft (2003), Polinsky (2005), el aplicativo es uno
de los procesos derivativos más conocidos por aumentar o reajustar la valencia
en lo relativo a un participante beneficiario. Otra caracterización, un tanto más
amplia, del mismo elemento es la que proporciona Crystal (1997: 23) en su
diccionario; de acuerdo a este último autor, el aplicativo debe ser entendido
como un tipo de voz, dígase un elemento lingüístico que topicaliza a uno de
los participantes de un evento, en donde, sin embargo, la importancia comuni-
cativa o foco se centra en el tipo de objeto o participante antes que en la rela-
ción entre el sujeto y objeto.6 Crystal, además, añade que es característico del
aplicativo el codificar como objeto a un variado rango de roles semánticos. Es-
ta apreciación nocional de Crystal, sintetiza brevemente el centro de la discu-
sión relacionada con los aspectos sintáctico-semánticos del aplicativo, ya que
apuntala, exactamente, hacia el impacto que el aplicativo tiene en el número
de argumentos o estructura argumental de un verbo, y en el tipo de roles o pa-
peles semánticos que ese argumento tendrá en la cláusula.
Otros autores, como Peterson (1999: 1),7 quien dedica su tesis de doctorado
al estudio de los aplicativos, coincide a su vez con Mithun (2001: 73), en con-
siderar al aplicativo como un elemento derivativo que afecta la morfología

6
“A type of voice” (“the focus is given on the type of objects rather than on the relationship
between subject and object”) (Crystal 1997: 23).
7
[A] “syntactic construction signaled by overt verbal morphology which allows the coding
of a thematically peripheral argument or adjunct as a core object argument” (Peterson 1999: 1).
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 89

verbal y cuya función primordial es la de permitir la codificación de un argu-


mento periférico como argumento nuclear, lo que confirma que el aplicativo
debe ser considerado como un proceso derivativo que incrementa la valencia
de un verbo. Como consecuencia de ello, y por estar orientado al argumento
objeto, el aplicativo además puede ser relevante en la ocurrencia de construc-
ciones de doble objeto (cf. Polinsky 2005).
Por su parte, Croft (2003: 227) observa que una tipología lingüística que
atienda al aplicativo, debe contemplar la existencia de dos clases de estos ele-
mentos: (i) a los aplicativos que crean un objeto, y (ii) a los aplicativos que
crean un sujeto. Dicha tipología, sin Croft decirlo, permitiría predecir la exis-
tencia de lo que Shibatani (1996), a su vez, denomina sincretismo causati-
vo/aplicativo. Sincretismo motivado, tal vez, por la amplia posibilidad de roles
semánticos que involucra el aplicativo: comitativo o de acompañamiento, re-
ceptor o beneficiario según Comrie (1985: 316); o bien beneficiario, poseedor,
comitativo, circunstancia temporal o substitución, según Croft (2003: 227). La
diversidad de roles semánticos mencionada puede además enriquecerse al con-
siderar los que Mithun (2001), Zavala (2002), así como Peterson (1999) con-
sideran. Mithun (2001: 73), por ejemplo, señala la variada riqueza semántica
del argumento añadido mediante el aplicativo, dígase receptor, beneficiario,
instrumento, asociativo, y en ocasiones hasta dirección o locación. Los ejem-
plos (3) y (4) –Mithun (2001: 73)– ilustran, un instrumental aplicativo y un di-
reccional o locativo en tuscarora y kapampangan, respectivamente:

(3) Tuscarora
neyene?θhkhwa?
ne-ye-ne?θ-ahkw-ha?
DUPLICATIVO-INDEFINIDO.AGENTE-escribir-APL-IMPF
‘Uno escribe con eso’.

(4) Kapampangan
nyang lawe-n ne ing biga…
nyang lawe-n=na=ya ing biga
cuando mirar-APL=3.ERG=3.ABS ABS cielo
‘Cuando ella vio al cielo, …’
90 Zarina Estrada Fernández

La misma situación es observada por Zavala (2002), quien sostiene que el


sufijo aplicativo de oluteco, -ja:y? y sus alomorfos -ay, -a?x, -a?, y -ja?, lle-
gan añadir a la cláusula un argumento beneficiario, malefactivo, directivo y
hasta algunos locativos prominentes.
Peterson (1999: 5), por su parte, menciona que en haka lai, lengua tibeto-
birmana del subgrupo kuki-chin, se agrega como argumentos básicos vía el
aplicativo, a objetos con rol de beneficiario, malefactivo, comitativo o a parti-
cipantes prioritarios, instrumentales y hasta aquellos que pudieran identificarse
con valor semántico de renunciativo.8 Algunos de éstos se ilustran enseguida:

(5) Prioritario (PRIOR)


a. booy ?a-kan-ton-ka?n.
jefe 3SG.SBJ-1PL.OBJ-reunir2-PRIOR
‘Él se reunió con mi jefe antes que nosotros’. (Peterson 1999: 9)
b. ?a-ka-kal-ka?n.
3SG.SBJ-1PL.OBJ-ir- PRIOR
‘Él fue adelante de mí’. (Peterson 1999: 9)
(6) Renunciativo (RENUN)
?a-law ?a-kan-thlo?-taak.
3SG.POS-tierra 3SG.SUJ-1SG.OBJ-escarbar2-RENUN
‘Él nos dejó y escarbó su tierra’. (Peterson 1999: 9)

Otra de las características morfosintácticas del aplicativo observada en la


literatura, es la que Watters (1996: 328) anota para tepehua.9 De acuerdo a este
autor, en esta lengua de la familia totonaca, el afijo aplicativo łi:- se caracteri-
za por no “actualizar” fonéticamente al argumento que introduce como nu-
clear, sino que en muchas de las ocasiones el contenido semántico del argu-
mento aplicado queda expresado inherentemente por el verbo. En los ejemplos

8
Peterson explica este valor semántico como sigue: “Sentences including -taak applicative
constructions are interpreted as involving the subject of the verb leaving the added object and
verbing [it].” (Peterson 1999: 9).
9
Con el nombre de tepehua se nombra a una rama de la familia totonaca, rama que a su vez
comprende tres lenguas: el tepehua de Pisaflores, el de Tlachichilco, Veracruz y el de Huehuetla,
Hidalgo; este último es al que hace referencia Watters (1996).
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 91

en (7) se ilustra un par de ejemplos de Watters (1996) donde se muestra esta


característica. En (7a) se proporciona la cláusula transitiva y en (7b) la aplica-
tiva, donde el argumento aplicado no se manifiesta fonéticamente pero es infe-
rido gracias a la ocurrencia del aplicativo en el verbo. El rol semántico del ar-
gumento aplicado es el de un directivo pero no necesariamente afectado:

(7) Tepehua
a. cak?a-y. b. łi:-cak?a-y.
morder-IMPF APL-morder-IMPF
‘X muerde a Y’. ‘X intentó morder a Y’.

Lo visto hasta aquí permitirá, de alguna manera, analizar el aplicativo en


pima bajo.

4. Propiedades derivativas del sufijo aplicativo en pima bajo


El sufijo aplicativo -di y su alomorfo -id, en pima bajo, tienen varias funciones
derivativas: (i) formar verbos transitivos a partir de raíces nominales y estati-
vas o adjetivales, (ii) derivar verbos transitivos a partir de formas intransitivas,
y (iii) derivar verbos que contienen un argumento beneficiario a partir de ver-
bos transitivos –dígase monotransitivos. La primera de estas funciones, la de
derivar verbos transitivos a partir de raíces nominales y estativas o adjetivales,
resulta natural en lenguas en las cuales la mayor parte de sus raíces léxicas
pueden llegar a ser elementos predicativos, tal es el caso del náhuatl, lengua
que Launey (1998) ha caracterizado como “omnipredicativa” precisamente por
esta característica. Los ejemplos (8) y (9) ilustran, en pima bajo, dicha propie-
dad; en (8a) y (9a) se muestra, respectivamente, un elemento léxico nominal,
suusk ‘zapatos’ o hivil ‘viento’, mientras que en (8b) y (9b) ocurre un predica-
do derivado formado por la raíz nominal modificada mediante el sufijo aplica-
tivo -id. En (8b) el objeto puesto es parte inherente del predicado marcado
mediante el sufijo -id, mismo que en (8a) corresponde al nominal suusk ‘zapa-
tos’. De igual manera, en (9a) el nominal hivil ‘viento’ ocurre como argumento
único de la oración pero como raíz del predicado en (9b), que al igual que en el
ejemplo anterior (8b), se ve modificado por el aplicativo -di:
92 Zarina Estrada Fernández

(8) a. ig okosi suusk niar.


DET.SUJ mujer zapatos comprar.PF
‘La mujer compró zapatos’
b. ig kil kav in-soigar susk-id.
DET.SUJ hombre caballo 1SG.NSUJ-animal poner.herraduras-APL
‘El hombre puso herraduras a mi caballo’. (Lit.: ‘el hombre zapatéo a
mi caballo’)

(9) a. takav si’ hivil.


Ayer INT viento
‘Ayer hizo mucho viento’.
b. la’al o’ob titir hivil-di tai naat vuika.
DIM persona brazas aire-APL fuego hacer para
‘Los niños abanicaron las brazas para hacer fuego’.

Ejemplos como (8b) y (9b) muestran la convergencia de las funciones del


sufijo aplicativo -di, como (i) verbalizador y como (ii) modificador de valen-
cia; convergencia debida, precisamente, a que el fin último de dicho mecanis-
mo es la de aumentar la valencia del verbo, mediante la promoción o inclusión
de un nuevo participante en la oración o cláusula.
Ejemplos como los que se proporcionan en (10) ilustran, con mayor ampli-
tud, las posibilidades derivativas del sufijo aplicativo -id a partir de nombres,
los ejemplos en (11) a partir de adjetivos o elementos estativos.

(10) Nombre + Aplicativo


suusk suusuk-id ‘zapatos’/‘herrar’
hivil hivil-di ‘viento’/‘abanicar’, ‘airear’, ‘ventear’
kubis kubis-di ‘humo’/‘ahumar’
si’i si’i-di ‘pecho’/‘alimentar’

(11) Adjetivos/Estativos + Aplicativo


onmag onama-d(i) ‘estar salado’/‘salar’
kaplik kap-id-ir ‘ser pequeño’/’encoger’
doa doali, doar < doadi ‘estar curado’/‘curar’
tuuk tuk-id ‘ser obscuro’/‘obscurecer’
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 93

tipilik tipilik-id ‘ser plano’/‘aplanar’


toahk toah-id ‘ser blanco’/‘blanquear’
i’ov i’ov-id ‘ser dulce’/‘endulzar’
u’uv, uuvag uuvag-id ‘estar oloroso’/‘olfatear’

Todos esos ejemplos confirman el carácter predicativo de las raíces nomi-


nales y adjetivales, lo que en términos sintácticos se traduce en expresar in-
herentemente un primer argumento, sobre todo porque el resultado final de la
derivación vía el sufijo aplicativo será de una forma transitiva, es decir, un
predicado de dos argumentos. Mismo efecto que puede observarse cuando
verbos intransitivos se ven modificados mediante el sufijo aplicativo -id como
se ilustra en (12):

(12) Verbos intransitivos + Aplicativo


bid bib-id/bib-di ‘voltearse’/‘voltear’
hoin hoin-id ‘mecerse’/ ‘mecer’
gig gig-id ‘saludar’/‘agitar las manos’
tii tii-di ‘hablar’/‘decir’
tig tig-di ‘llamarse’/‘nombrar’/‘llamar’
tuk tuk-id ‘acordarse’/‘recordar’

Finalmente en los ejemplos en (13) se ilustra el uso del sufijo aplicativo -id,
en la derivación de verbos bitransitivos, dígase verbos que requieren a un ar-
gumento beneficiado o maledictivo a favor o en contra del cual se realiza la
acción; todos ellos, elementos que en su forma básica no derivada, solamente
requerían de dos argumentos:

(13) Verbos transitivos + Aplicativos


a’ad aad-(d)i ‘vestirse’, ‘llevar puesto’/‘vestir’
gaagia gag-di ‘reunirse’/‘reunir para alguien’
hihk hihk-id ‘amar’/‘amar a alguien’
mua’a mua’a-di ‘matar’ (SG)/‘matar para alguien’
ko’i ko’i-d(i) ‘matar’ (PL)/‘matar para alguien’

La importancia del carácter derivativo del sufijo aplicativo ha sido ya ob-


servada en la literatura lingüística. Así, para una tipología sobre los aplicativos
94 Zarina Estrada Fernández

en las lenguas del mundo, Polinsky (2005) consideró dos parámetros: (i) el de
la transitividad del elemento verbal tomada como base para el aplicativo, y (ii)
el rol semántico del participante añadido por el proceso aplicativo (applied ob-
ject). De los dos, el de mayor riqueza descriptiva fue el primero de ellos, rela-
tivo a la transitividad de la base verbal, ya que permite dar cuenta de tres tipos
de lenguas:

i. lenguas que derivan formas aplicativas a partir de bases transitivas


ii. lenguas que derivan formas aplicativas a partir de bases intransitivas, y
iii. lenguas que derivan formas aplicativas a partir de los dos tipos de bases.

El estudio tipológico de Polinski (2005), fundamentado en un total de 185


lenguas del mundo, pudo observar que entre las lenguas que cuentan con este
tipo de construcción –un total de 83–, 74 mostraron poder derivar aplicativos
de bases transitivas e intransitivas aunque el participante involucrado no fuese
exclusivamente el beneficiario, es decir, ostentaba otro rol semántico,10 obser-
vación que el pima bajo supera precisamente por su potencialidad predicativa
y por derivar verbos aplicativos a partir de nombres y adjetivos.

5. El participante beneficiario en pima bajo


En las secciones anteriores, hemos definido el aplicativo como un mecanismo
de modificación de valencia orientado primordialmente a la exigencia de un
participante beneficiario como principal o nuclear. En pima bajo se observa
que un argumento beneficiario suele ser acompañado de la posposición vuika.

10
Resumen de Polinsky (2005: 442).
No. of languages
1. Benefactive object only; both bases 16
2. Benefactive object only; transitive base only 4
3. Benefactive and other; both bases 49
4. Benefactive and other; transitive base only 2
5. Non-benefactive object only; both bases 9
6. Non-benefactive object only; transitive base only 1
7. Non-benefactive object only; intransitive base only 2
8. No applicative construction. 100
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 95

Las frases que incluyen a esta posposición expresan a un argumento o partici-


pante periférico:

(14) a. Marii timitim la’al o’ob vuika.


María hacer.tortillas.PF DIM.PL persona BEN
‘María hizo tortillas para los niños’.

La misma posposición puede además introducir complementos de propósi-


to o finalidad:

(15) Marii mumsig vapsir piahis vuika.


María músicos traer.PF fiesta BEN
‘María trajo a los músicos para la fiesta’.

El beneficiario muestra carácter nuclear o básico cuando algún predicado


se ve modificado mediante el sufijo aplicativo. Cuando esto sucede, el partici-
pante anteriormente marcado con la posposición vuika, es decir el argumento
que expresa a la entidad animada y/o beneficiaria pierde su marcación pospo-
sicional y pasa a ser considerado uno de los argumentos básicos o nucleares de
la cláusula.
En los ejemplos en (16), ambos predicados han sido derivados de verbos
transitivos mediante el sufijo aplicativo. El efecto sintáctico-semántico del
aplicativo se observa tanto en que el significado del verbo derivado hace refe-
rencia obligada a un argumento beneficiario (somdi ‘coser para alguien’ y ga-
gid ‘buscar para alguien’), como en su perfil bitransitivo, porque ambas cláu-
sulas contienen tres participantes. El participante aplicado en los ejemplos en
(16) es, respectivamente, el nombre Hosip ‘Josefina’ en (16a), y el pronombre
no-sujeto de primera persona in- en (16b), ambos participantes entidades ani-
madas con rol semántico de beneficiario:

(16) a. Marii Hosip som-di ik mo’ovil.


María Josefina coser-PF-APL DET.OBJ blusa
‘María cosió a Josefina una blusa’.
96 Zarina Estrada Fernández

b. ig kil himak vitag tipar in-gag-id.


DEM.SUJ hombre una nueva hacha 1SG.NSUJ-buscar.PF-APL
‘El hombre me buscó un hacha nueva’.

En términos sintácticos, el participante beneficiario corresponde, en ambos


ejemplos en (16) a un objeto primario en términos de Dryer (1986); es decir,
un participante animado.
El mismo efecto puede observarse en predicados dentro de cláusulas de-
pendientes. El ejemplo en (17) muestra al verbo bitransitivo derivado mediante
el sufijo aplicativo hogdi ‘poner a alguien’. La cláusula dependiente tiene tres
participantes: al sujeto-agente expresado mediante el enclítico de segunda per-
sona -p sufijado al conectivo ko; al participante tema, remei ‘medicina’, y al
participante beneficiario lii o’ob ‘niño’.

(17) dotoor am- tu’a ko-p lii o’ob


doctor 2SG.NSUJ-ordenar.PF COMPL-2SG.SUJ DIM persona
remei hog-di am.
medicina poner-APL LOC
‘Ése doctor te ordenó poner la medicina al niño’.

El ejemplo en (17) coincide con los ilustrados en (15) y (16) en mostrar que
el beneficiario o argumento aplicado es una entidad animada.
Restricciones gramaticales en cuanto al número de argumentos a expresar-
se en una cláusula en pima bajo impiden que el sufijo aplicativo pueda modifi-
car a predicados bitransitivos. Un caso que podría llegar a ser analizado como
tal es el ejemplo (18), donde el verbo a’al ‘vestir’ pudiera ser interpretado co-
mo bitransitivo antes que transitivo. Sin embargo, lo cierto es que la ocurren-
cia del sufijo aplicativo modificando al verbo hace concluir que el verbo es
transitivo y que el argumento aplicado es, nuevamente, un beneficiario anima-
do, en dicho ejemplo, lii oob ‘el niño’:

(18) aan himak vonom lii oob a’ad-(d)i-(i)m.


1SG.SUJ un sombrero DIM persona vestir-APL-CONT
‘Yo estoy poniendo/haciendo vestir un sombrero al niño’.
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 97

Ejemplo de una cláusula donde el participante aplicado no es un animado


beneficiario se proporciona en (19). En dicha cláusula, el predicado daapikid
‘enderezar’ toma como tema para la derivación aplicativa a una raíz que a su
vez se ha derivado de un término de una propiedad, daap ‘derecho’. El impac-
to sintáctico del aplicativo, involucra a un participante beneficiario, el cual pa-
rece ser la entidad inanimada uus ‘vara’. Interpretación disponible solamente
mediante un proceso de extensión semántica que permite entender a un ele-
mento inanimado, uus ‘rama’ o ‘brazo del árbol’ como la entidad beneficiada.
Sin embargo, cabe la posibilidad de que en este tipo de construcciones el par-
ticipante beneficiario no se encuentre fonéticamente expresado. Así, la inter-
pretación posible señalaría como beneficiario a un participante animado, es
decir, ‘yo te enderezaré la vara’.11

(19) aan uus daap-i-k-id-(h)ag.


1SG.SUJ vara derecho-ADJVZ-EST-APL-FUT
‘Yo enderezaré la vara’.

Esta sección mostró que a diferencia de otras lenguas donde el aplicativo


involucra distintos roles semánticos (Mithun 2001, Peterson 1999, Zavala
2002), en pima bajo este proceso modificador de valencia apunta, exclusiva-
mente, a un participante animado semánticamente beneficiario, lo que coincide
con lo señalado en Polinski (2005) quien sostiene que el aplicativo debe ser
una entidad animada. Asimismo hay que anotar que procesos de extensión me-
tafórica son los que explican esta restricción semántica del aplicativo en donde
el participante aplicado no es una entidad animada, ej. (19).

6. Aspectos semánticos en torno al aplicativo


A semejanza de lo propuesto por Watters (1996) para tepehua, donde el argu-
mento aplicado se encuentra, muchas de las veces, no especificado, dígase fo-
néticamente no “actualizado”, el pima bajo muestra también este comporta-
miento. La no especificación de los argumentos de un verbo es un fenómeno
que con cierta frecuencia ha sido ya observado en lenguas en las que una serie
11
Comrie (1989: 187) señala que en la interpretación de oraciones potencialmente ambiguas
la animacidad juega un papel relevante.
98 Zarina Estrada Fernández

de categorías gramaticales no tienen carácter de obligatorias –como por ejem-


plo lenguas del este y sureste de Asia (Bisang 2004:110).12 Como consecuen-
cia de la no especificación del argumento aplicado, la referencia de este parti-
cipante puede llegar a ser potencialmente ambigua, lo cual, según Bisang
(2004: 115), influye para que la interpretación del mensaje dependa de un ma-
yor grado de inferencias por parte de los participantes del diálogo, es decir, el
mensaje dependerá de lo que los participantes conocen previamente. Considé-
rense por ejemplo las expresiones en (20) donde a pesar de estar presente un
verbo aplicativo, el beneficiario no ha sido codificado:

(20) a. vui ab sonta himk navaah ab am gag-li-di-a.


DIR DIR temprano una navaja DIR LOC buscar-INC-APL-FUT
‘Bien temprano él irá por ahí buscando una navaja’.
b. vaap-id-in a gaat.
tomar-APL-IMP DET pistola
‘Toma la pistola’.

En los ejemplos en (20), la presencia del sufijo aplicativo da lugar a la infe-


rencia de un participante beneficiario. Sin embargo, la falta de codificación del
participante aplicado, abre la posibilidad de que en el proceso de inferencia, se
elija como argumento aplicado o beneficiario al sujeto gramatical. Dicho as-
pecto podría ser el indicado si se toma en consideración la tipología de expre-
siones aplicativas descrita por Croft (2003: 227), en la que propone dos tipos
de expresiones aplicativas:

a) los derivados verbales aplicativos que crean objeto, y


b) los derivados verbales aplicativos que crean sujeto.

En el caso del pima bajo, los datos en (20) permitirían la interpretación del
participante aplicado o beneficiario como sujeto de la expresión, ya que ‘el
buscar una navaja’ en (20a) beneficia, al menos como una opción, a la persona

12
“Apart from the arguments dropped, a lot of other categories such as number, tense and
aspect (with verbs) or number and reference (with nouns) can be omitted.”
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 99

que lleva a cabo la acción y, en (20b), ‘el tomar un arma’ la inferencia posible
permite también considerar al sujeto como beneficiario.
Un caso distinto es el ejemplo en (21), donde la interpretación del partici-
pante aplicado o beneficiario resulta ambigua:

(21) vingar aap nook-im ko si la’isim kaid-di-(ha)g.


Cuando 2SG.SUJ hablar-CONT COMPL INT bonito escuchar-APL-FUT
‘Cuando tú hablas, suena bonito’.

La supuesta ambigüedad de interpretación del beneficiario es totalmente


eliminada por principios de economía lingüística que funcionan omitiendo al
participante correferente en la combinación de cláusulas, en este caso, el nexo
vingar ‘cuando’ anuncia la cláusula condicional o prótasis que antecede a la
construcción factiva o apódosis. En este tipo de estructuras, la omisión del su-
jeto de la expresión predicativa si la’isim kaid-di-(ha)g ‘se escucha bonito’
pone a la disposición del oyente dos posibles inferencias: al sujeto del hablar
como el beneficiado con el halago, o bien al hecho abstracto de hablar como
aquello que el hablante considera que suena bonito. Llama la atención enton-
ces, que la no especificación del beneficiario remita a dos posibles interpreta-
ciones: a la del sujeto como participante beneficiario o bien a una tercera per-
sona que en el caso particular de (21) no tiene una referencia específica sino
genérica. El primer tipo de inferencia permitiría explicar casos de sincretismo
causativo-aplicativo como los que se han observado en la literatura lingüística
(Shibatani 1996), dígase de expresiones donde el aplicativo elige como benefi-
ciario al sujeto de la oración. Obsérvense los ejemplos (22) y (23) de paiute
del norte, donde el sufijo aplicativo es glosado con las abreviaturas BEN ‘bene-
ficiario’. En (22) el participante beneficiario es la primera persona del singular,
i ‘a mí’, pero en (23), el beneficiario es ineludiblemente el sujeto de la expre-
sión al beneficiarse con el aprender a lazar ganado:

(22) Paiute del norte (Snapp et al. 1982: 71)


usu ka nati i timi-ki-u.
él ACU cinto me comprar-BEN-PUNT
‘Él me compró un cinto’.
100 Zarina Estrada Fernández

(23) usu uka mi u nitama [ i=sakwa kucu k wisi-ki


él COMP dice a-ti decir tú=deber.COND ganado lazar- BEN
supidak watu ] mi.
saber.DUR EVI
‘Él dijo, “Tú deberías aprender a lazar ganado”’.

Otra lengua con un comportamiento similar es el comanche; Charney


(1993) señala que en esta lengua, el sufijo causativo -ki= cumple una doble
función: como beneficiario y como causativo. Veamos los ejemplos en (24),
donde el sufijo ki se llama benefactivo si el argumento que recibe el beneficio
se encuentra codificado en la expresión, (24a), pero el sufijo recibe el nombre
de causativo si el participante beneficiado está ausente (24b). En ambos casos,
la interpretación preferible como participante beneficiario, será la de una enti-
dad animada antes que inanimada, lo cual tiene su origen en la jerarquía de
animacidad.

(24) Comanche
a. pattu-? Nii ta?o-?ai-ki=?i.
Paty-OBJ yo pesar:carne-hacer-BEN-COMP
‘Yo hice pesar la carne para Paty’. (Charney 5.71)
b. paa-i nii no?iyai-ki=tu?i.13
agua-OBJ yo hervir-CAUS-FUT
‘Yo voy a hervir agua’. (Charney 5.74)

Otro caso donde el aplicativo llega a elegir al sujeto como el participante


beneficiado o argumento aplicado es el ejemplo de oluteco, ilustrado en (25).
En ese ejemplo, Zavala (2002: 292) señala que es el sujeto, el argumento apli-
cado; interpretación posible por la ocurrencia del sufijo de pasiva tzo:k?, que
colabora para permitir dicha interpretación:

13
En el siguiente ejemplo se ilustra al verbo ‘hervir’ en su forma básica intransitiva:
paa-tsa no’iyai-ti.
water-TOP boil-GENERIC
‘The water’s boiting’. (Charney 5.75)
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 101

(25) je? kafet mi=yak-tzo:k?-a?x-anüpa.


ese café B2(ABS)=PAS-pagar=BEN-IRR.INV
‘A ustedes se les pagará por ese café’. (Zavala 2002: 292)

No debemos de olvidar, que de acuerdo a Bisang (2004), son precisamente


los procesos de inferencia los que directamente nutren, o dan lugar, a nuevas
gramaticalizaciones.
En el apartado siguiente, se analizan construcciones de poseedor externo en
las cuales se observa, otros casos donde, una vez más, el sufijo de aplicativo
da lugar a más de una interpretación para el argumento beneficiario.

7. Poseedor externo y argumento aplicado


En la literatura lingüística, se conoce como expresiones de poseedor externo
(external possesor), poseedor ascendido o promoción de poseedor, aquellas
donde el poseedor se analiza como tema, meta, benefactivo o receptor de una
cláusula, por ejemplo José en la siguiente oración: El perro mordió a José en
el tobillo, (cf. König y Haspelmath 1997: 4).
Heine (1997: 16), por su parte, considera que además de nombrar a estas
construcciones como de poseedor externo, también se les conoce como de es-
pecificación posesiva (possessive specification), debido a que en ellas se espe-
cifica al poseedor mencionando la parte afectada de su cuerpo generalmente
por medio de una frase locativa. En estudios de Gramática Relacional (cf.
Perlmutter 1983), las construcciones de este tipo fueron conocidas como aque-
llas donde ocurría una “ascensión o levantamiento de poseedor”, y derivaban
de construcciones donde el poseedor era inicialmente parte de una frase geni-
tiva o de posesión. El término de “levantamiento o ascensión del poseedor” se
otorgaba al considerar que el poseedor salía de la frase posesiva para conver-
tirse en un argumento regido por el verbo. Dicha definición agrupa a las cons-
trucciones de posesión externa con otras identificadas como modificadoras de
valencia verbal como el aplicativo, ya que en estas últimas, el poseedor o par-
ticipante periférico no-central pasa a ser un argumento básico o central (cf.
Gerdts 1999: 137; Payne y Barshi 1999).
En pima bajo, expresiones de poseedor externo pueden llegar a obtenerse
con el sufijo aplicativo o bien sin el mismo. En (26) se ilustran dos expresio-
nes: (26a) donde el poseedor –el pronombre in- ‘1SG.NSUJ’– se encuentra mo-
102 Zarina Estrada Fernández

dificando directamente a la parte del cuerpo, nov ‘brazo’ y, (26b) en la cual el


pronombre que hace referencia al poseedor se encuentra codificado en dos
ocasiones: una como poseedor de la parte del cuerpo, nov ‘brazo’ y otra ante-
puesto al verbo hikti ‘cortar’, posición regular del participante paciente o re-
ceptor.14 Obsérvese además que la expresión en (26b) se obtiene sin que el su-
fijo aplicativo ocurra en ella.

(26) a. aan [in- nov] hikti.


1SG.SUJ 1SG.NSUJ- brazo cortar.PF
‘Yo corté mi brazo’/‘Me corté el brazo’.
b. aan [in- nov] in- hikti.
1SG.SUJ 1SG.NSUJ- brazo 1SG.NSUJ- cortar.PF
‘Yo corté mi brazo’/‘Me corté mi brazo’.

En los ejemplos en (27) en cambio, el sufijo aplicativo interviene para la


obtención de dos construcciones que calificarían idealmente como de poseedor
externo. Sin embargo, como se observa en ambos ejemplos, el sufijo no-sujeto
in- que hace referencia al poseedor o beneficiario, se encuentra modificando
solamente al nombre poseedor y no al participante beneficiado antepuesto al
verbo.

(27) a. huaan in-kii toah-di-(i)r.


Juan 1SG.NSUJ-casa blanca- APL-PF
‘Juan blanqueó mi casa’.
b. ig kil kav in-soigar suusk-id-im.
DET.SUJ hombre caballo 1SG.NSUJ-animal herrar-APL-CONT
‘El hombre está herrando mi caballo’.

Una vez más, la interpretación del participante beneficiario en ambos


ejemplos en (27) estaría sujeta a las inferencias del participante en el acto de
habla. Sin embargo, principios universales como el de la jerarquía de animaci-
dad, permiten regular que sea la entidad humana la primera o preferible en la

14
Consultar Estrada (2003) para un tratamiento de las expresiones posesivas en pima bajo.
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 103

inferencia que el participante de habla realiza. Considérese por ejemplo, la ex-


presión en (27b): ante ella, el participante de habla puede tener disponibles,
hipotéticamente, dos inferencias: una donde la entidad beneficiada es el caba-
llo y otra donde es el participante hablante, la primera persona. La jerarquía de
animacidad determina que será la primera persona la que se elija como prefe-
rible para el rol de beneficiario y sólo en último caso podría elegirse a la enti-
dad animada no humana, el caballo.

8. Conclusión
En este trabajo se ha planteado un análisis del aplicativo en pima bajo desde
una perspectiva tipológica. Para ello, se ha partido de las características que
han sido atribuídas al aplicativo para diferentes lenguas del mundo. Estas ca-
racterísticas han sido: (i) que el aplicativo es un recurso lingüístico productivo
en la derivación de nuevos verbos; (ii) que el aplicativo es un mecanismo mo-
dificador de valencia porque incorpora como participante nuclear a uno opcio-
nal o periférico; (iii) que el rol semántico del argumento aplicado es el de be-
neficiario, aunque puede involucrar otros roles semánticos, sin embargo, esto
no es tan claro en pima bajo, y (iv) que en ciertas lenguas el participante bene-
ficiario no está obligatoriamente codificado en la cláusula.
Hemos mostrado que el aplicativo en pima bajo observa las cuatro propie-
dades anteriormente señaladas. La última de ellas es posible dada la existencia
de principios de carácter universal como la jerarquía de animacidad misma que
permite avanzar en una posible hipótesis explicativa para el llamado sincre-
tismo causativo-aplicativo. La jerarquía de animacidad resulta además relevan-
te en construcciones de poseedor externo donde un participante aparece do-
blemente codificado, como beneficiario y como poseedor.

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Los aplicativos en warihío

Rolando Félix Armendáriz


Universidad de Sonora

1. Introducción
La lengua warihío es miembro de la rama sonorense de la familia yutoazteca.
Las construcciones aplicativas, o sea, aquellas que agregan un argumento ante-
riormente oblicuo a la estructura argumental de la cláusula se dividen, en wa-
rihío, en dos tipos: (i) la construcción con el sufijo verbal -ke, y (ii) las cons-
trucciones con otros sufijos aplicativos.1
El sufijo verbal -ke aparece en tres fenómenos diferentes y a la vez relacio-
nados: benefactivo, posesión externa, y dativo ético. Explicar este sufijo sola-
mente en términos de aumento de valencia (Dixon y Aikhenvald 2000), un
‘permiso’ para un argumento “extra” (Baker 1988), o por la Ley de Sucesión
de la Gramática Relacional (Perlmutter y Postal 1983) no nos aclara las dife-
rencias y similitudes funcionales entre estas construcciones. Sin embargo, si-
guiendo las propuestas de Shibatani tales como el esquema de ‘dar’ (Shibatani
1996) para la explicación de las construcciones benefactivas, el rasgo de ‘rele-
vancia’ de las construcciones de posesión externa y dativo ético (Shibatani
1994), así como su conceptualización funcional sobre Voz (Shibatani 2006)
como “los reflejos gramaticales de las diferentes fases de la evolución de una
acción”, se puede reunir, en un mismo dominio funcional, las relacionadas pe-
ro diferentes construcciones, anteriormente señaladas. En todas estas construc-
ciones el sufijo verbal -ke es la base para la transmisión de dicho significado.
El propósito de este trabajo es tratar de establecer un contraste semántico
entre las construcciones aplicativas y no aplicativas. Es decir, si realmente po-
demos establecer, en todos los casos, una diferencia semántica entre ambas
construcciones, y si esta diferencia, en todos los tipos de construcciones apli-
cativas, podría ser identificada con un mismo dominio semántico.

1
Agradezco a Agustina Zayla Leyva su colaboración en esta investigación.
108 Rolando Félix Armendáriz

2. Información morfosintáctica básica del warihío


La lengua warihío: (i) no marca caso en los argumentos nominales centrales,
(ii) posee dos conjuntos de pronombres personales: un conjunto para las fun-
ciones S y A y otro conjunto para las funciones P, R, T, Reflexivo, Poseedor,
y S/A de cláusulas dependientes y, (iii) muestra un orden de constituyentes
flexible.

2.1 Estructura argumental


Los argumentos en un evento se dividen en argumentos centrales y argumen-
tos no centrales. La distinción en warihío entre estos dos tipos de argumentos
es relativamente simple: los argumentos centrales no están marcados y los ar-
gumentos no centrales están marcados con una posposición.

2.1.1 Argumentos pronominales y nominales centrales


Ninguno de los argumentos en (1)-(3) está marcado:
(1) a. wikahtá-ru=ne.
cantar-PFV.EV=1SG.S2
‘Canté’.
b. waní wikahtá-re.
Juan cantar-PFV
‘Juan cantó’.

(2) a. amó tetewá-ru=ne.


2SG.NS ver-PFV.EV=1SG.S
‘Te vi’.

2
Abreviaturas: 1SG.S = primera persona singular forma S, 2SG.S = segunda persona singular
forma S, 1SG.NS primer persona singular forma no-S, 2SG.NS = segunda persona singular forma
no-S, 3.NS = tercer persona forma no-S, A = agente, APL = aplicativo, BEN = benefactivo, COM =
comitativo, CUANT = cuantificador, DD = demostrativo distal, ENF = enfático, FAC = factivo, INC =
incoativo, INS = instrumental, LOC = locativo, NEG = negativo, P = paciente, PAS = pasiva, PFV =
perfectivo, PFV.EV = perfectivo evidencial, PROP = propósito, PRS = presente, R = receptor, REL =
relacional, S = único participante en un evento intransitivo, T = tema, TOP = tópico, TZR = transi-
tivador, VBLZ = verbalizador.
Los aplicativos en warihío 109

b. waní tetewá-re pedró.


Juan ver-PFV Pedro
‘Juan vio a Pedro’.

(3) a. amó itoče-rú=ne owítiame tapaná.


2SG.NS enviar-PRF.EV=1SG.S niña ayer
‘Te envié a la niña ayer’.
b. waní itočé-re owítiame maría tapaná.
Juan enviar-PFV=1SG.S niña María ayer
‘Juan envió la niña a María ayer’.

2.1.2 Argumentos pronominales y nominales no-centrales


En los ejemplos de (4), observamos en cursivas al argumento marcado con una
posposición. En (4a)-(4d), el argumento es un nominal y en (4e) es un pro-
nombre:

(4) a. u’má-ru=ne kusí-tere.


correr-PFV.EV=1SG. monte-entre
‘Corrí entre el monte’.
b. waní simi-ré pahkó-či.
Juan ir-PFV fiesta-LOC
‘Juan fue a la fiesta’.
c. no’ó wewe-rú=mu kuú-e.
1SG.NS golpear-PFV.EV=2SG.S palo-INS
‘Me golpeaste con un palo’.
d. yau-rú=ne pahkó-či waní-ma.
bailar-PFV.EV=1SG.S fiesta-LOC Juan-COM
‘Bailé con Juan en la fiesta’.
e. kari-tá-re=mu no’ó ičió.
casa-VBLZ-PFV=2SG.S 1SG.NS BEN
‘Construiste una casa para mí’.
110 Rolando Félix Armendáriz

2.2 Pronombres personales


En el caso de los pronombres, el warihío distingue dos conjuntos de pronom-
bres personales que ayudan a identificar a los participantes: un conjunto para
las funciones S y A y otro conjunto para las funciones de P, T, R, Poseedor,
Reflexivo, y también para S/A de cláusulas dependientes. Los pronombres en-
fáticos S/A ocurren al inicio de la oración, pero los no-enfáticos ocurren como
clíticos verbales.

Pronombres sujeto Pronombres


no-sujeto
libre y enfático ligado y no-enfático
1SG. neé =ne no’ó
2SG. muú =mu amó
3SG. apoé/puú -Ø Ø, ahpó
1PL. temé -teme tamó
2PL. emé -eme amó
3PL. a’póe -Ø Ø, ahpó
Tabla 1. Formas pronominales del warihío.

En los ejemplos (5a, b, f), a continuación, contrasto el pronombre libre con


el ligado en las funciones S/A. También es necesario observar que la misma
forma no sujeto para el pronombre de primera singular no’ó funciona como P
(5c), R (5d), Poseedor (5e), Reflexivo (5f), y como A de cláusula dependiente
(5g):

(5) a. neé u’má-ru. a’. u’má-ru=ne.


1SG.S correr-PFV.EV correr-PFV.EV=1SG.S
‘Yo corrí’. ‘Corrí’.
b. neé wewé-ru. b’. waní wewé-ru=ne waní.
1SG.S golpear-PFV.EV Juan golpear-PFV.EV=1SG.S Juan
‘Yo golpeé a Juan’. ‘Golpeé a Juan’.
c. waní no’ó wewé-ru.
Juan 1SG.NS golpear-PFV.EV
‘Juan me golpeó’.
Los aplicativos en warihío 111

d. waní no’ó itočá-re muní.


Juan 1SG.NS enviar-PFV frijoles
‘Juan me envió frijoles’.
e. no’ó no’nó no’ó wewé-ru.
1SG.NS padre 1SG.NS golpear-PFV.EV
‘Mi padre me golpeó’.
f. neé no’ó nené-na ehpého-či
1SG.S 1SG.NS ver-PRS espejo-LOC
‘Yo me veo en el espejo’.
f’. no’ó nené-na=ne ehpého-či.
1SG.NS ver-PRS=1SG.S espejo-LOC
‘Me veo en el espejo’.
g. kawé nané-na=mu [no’ó nawesa-míčio tamó
bien saber-PRS=2SG.S 1SG.NS hablar-PROP 1PL.NS
tekó aháma].
patrón COM
‘Estás de acuerdo en que yo hable con nuestro patrón’.

2.3 Orden de constituyentes


El orden básico SOV propuesto para el proto-yutoazteca por Langacker (1977)
presenta un alto grado de flexibilidad en warihío, esta variación se encuentra
motivada pragmáticamente. En el caso de participantes ambiguos no-marca-
dos, el orden es relevante:
(6) pedró wewe-ré waní.
Pedro golpear- PFV Juan
‘Pedro golpeó a Juan’.

El primer participante en ocurrir siempre está en función de agente:


(7) waní pedró weweré A: waní
pedró waní weweré A: pedró
weweré waní pedró A: waní
weweré pedró wani A: pedró
112 Rolando Félix Armendáriz

El orden no es relevante para participantes no-ambiguos no-marcados:

(8) a. pedró kuú kahpó-re.


Pedro palo quebrar- PFV
‘Pedro quebró el palo’.
b. kuú pedró kahpóre.
kuú kahpóre pedró
kahpóre kuú pedró
‘Pedro quebró el palo’.

3. Construcciones aplicativas
Una construcción aplicativa presenta dos principales características: (i) una
morfología verbal, y, (ii) un participante central que previamente era un parti-
cipante oblicuo (Peterson 1999, Mithun 2001, Polinsky 2005).
El sufijo verbal aplicativo puede ser el mismo para todos los roles o dife-
rente para diferentes roles. Asimismo, la construcción aplicativa puede ser op-
cional u obligatoria (Peterson 1999:41). La construcción aplicativa opcional
tiene una construcción oblicua alternativa. Por ejemplo, la construcción aplica-
tiva instrumental en haka lai (9a) tiene la versión no aplicativizada con el ins-
trumento como argumento oblicuo (9b):

(9) a. tiilooŋ khaa tivaa kan-tak-naak. (Peterson 1999: 41)


boat TOP river 1SG.S-cross-INS
‘We used the boat to cross the river’.
b. tiilooŋ=?in tivaa (khaa) kan-tak. (Peterson 1999: 41)
boat=INS river TOP 1SG.S-cross
‘We used the boat to cross the river’.

Por otro lado, una construcción aplicativa obligatoria no presenta la alter-


nativa oblicua, tal como sucede con la construcción aplicativa benefactiva en
tuscarora:
Los aplicativos en warihío 113

(10) Yahwa?kheya?netiyé.thahø. (Mithun 2001: 79)


yah-wa?-khey-a?netiyet-hahø
TRANSLOCATIVE-FAC-1SG/HUMAN.SG-send-DATIVE/BENEFACTIVE.P
‘I sent it to him’.

Los aplicativos pueden ser formados: (i) de base transitiva solamente, (ii)
de base intransitiva solamente, y, (iii) a partir de ambas bases (Polinsky 2005).
Con respecto a la valencia, los aplicativos pueden: (i) aumentar la valencia en
uno (Dixon y Aikhenvald 2000: 13), o, (ii) conservar la valencia original por
medio de un reacomodo de los objetos (Comrie 1985: 316) o del sujeto (Creis-
sels 2004: 9).3 En este último caso, el objeto/sujeto aplicativizado toma el lu-
gar del objeto/sujeto original, y éste es expresado como un oblicuo o bien, es
demovido.
La construcción aplicativa canónica tiene un argumento adicional en fun-
ción de objeto, sin embargo Creissels (2004: 9) señala que en tswana, el ins-
trumental oblicuo es aplicativizado hacia la función Sujeto y que el sujeto de
la versión no aplicativizada es demovido.
Los roles semánticos del argumento aplicativizado son por lo general el de
benefactivo (malefactivo), receptor, instrumento, asociado, dirección y locati-
vo. De acuerdo a la tipología de Polinsky (2005) en WALS (The World Atlas
of Language Structures), el parámetro del papel semántico permite dividir a
las lenguas en tres tipos:

(a) Lenguas donde el aplicativo se limita al benefactivo.


(b) Lenguas donde el aplicativo incluye al benefactivo y otros roles.
(c) Lenguas que admiten otros roles y no el benefactivo.

Asimismo, Polinsky (2005) en su estudio da los siguientes resultados:


No. de lenguas
1. Objeto benefactivo solamente; ambas bases 16
2. Objeto benefactivo solamente; solo base transitiva 4
3. Benefactivo y otro; ambas bases 49

3
Este tipo es excepcional y debe tomarse con ciertas reservas.
114 Rolando Félix Armendáriz

4. Benefactivo y otro; solo base transitiva 2


5. Sólo objeto no-benefactivo; ambas bases 9
6. Sólo objeto no-benefactivo; base transitiva solamente 1
7. Sólo objeto no-benefactivo; base intransitiva solamente 2
8. Sin construcción aplicativa 100

Shibatani por otro lado (1996) considera que la construcción con un verbo
de base intransitiva y la construcción con un verbo de base transitiva son dos
construcciones diferentes; la primera es una verdadera construcción aplicativa,
mientras que la segunda es una construcción benefactiva. Asimismo, Shibatani
propone que estas dos construcciones se forman basándose en dos esquemas
diferentes; la verdadera aplicativa está basada en el esquema transitivo prototí-
pico y la benefactiva en la construcción del esquema de ‘dar’. Por lo que si-
guiendo su división diríamos que las construcciones aplicativas, translinguísti-
camente, toman principalmente verbos intransitivos y las construcciones bene-
factivas transitivos.
La función de la construcción aplicativa tiene dos explicaciones principa-
les:

(i) El tipo basado en la morfosintaxis: al usar aplicativos, los argumentos


oblicuos son accesibles a construcciones tales como la pasivización y re-
lativización.
(ii) El tipo basado en el discurso: la función esencial es indicar que el objeto
aplicativizado tiene ahora una mayor prominencia y una continuidad to-
pical.

Mithun (2001: 86) señala que en tuscarora –una lengua con construcciones
aplicativas obligatorias “Los aplicativos permiten a los hablantes conformar lo
que es percibido como un evento único en una sola cláusula en lugar de en
dos”.4

4
Traducción mía.
Los aplicativos en warihío 115

4. Las construcciones aplicativas en warihío


El sufijo aplicativo prototípico -ke en warihío no es productivo para formar pa-
labras. Esto contrasta con la relativamente alta productividad de este sufijo en
pima bajo y yaqui (Z. Estrada y L. Guerrero respectivamente en este mismo
volumen).
Las construcciones aplicativas son vistas como un fenómeno que aumenta
la valencia de una construcción (Dixon y Aikhenvald 2000: 13), las cuales son
descritas en términos morfosintácticos dependiendo de si la derivación aplica-
tiva se da sobre una cláusula intransitiva (11) o una transitiva (12):

(11) a. waní simi-ré tiendá-či.


Juan ir-PFV tienda-LOC
‘Juan fue a la tienda’.
b. waní simi-ri-áči tiendá.
Juan ir-PFV-LOC tienda
‘Jua fue a la tienda’.
(12) a. hustína pasu-ré muní no’ó ičió.
Agustina guisar-PFV frijoles 1SG.NS BEN
‘Agustina guisó frijoles para mí’.
b. hustína no’ó pasú-ke-re muní.
Agustina 1SG.NS guisar-BEN-PFV frijoles
‘Agustina me guisó frijoles’.

El ejemplo en (11a) muestra la versión intransitiva no aplicativizada con el


argumento oblicuo tiendáči explícito, mientras que en (11b), la versión aplica-
tivizada, el argumento periférico es ahora el argumento central tiendá y el sufi-
jo verbal -áči ha sido agregado. Lo mismo ocurre en (12), donde (12a) es la
versión transitiva no aplicativizada con el adjunto no’ó ičió ‘para mi’, y (12b)
la versión aplicativizada con no’ó ‘mi’ en función O más el sufijo verbal -ke.
Aún cuando Dixon y Aikhenvald (2000: 16) insisten en un acercamiento inte-
grativo, esto es, un acercamiento que cubra la semántica, la sintaxis, y los as-
pectos discursivo-pragmáticos de las construcciones con cambio de valencia,
así como las aplicativas, sus criterios puramente morfosintácticos no nos per-
miten observar las diferencias –aparte de sus rasgos de transitividad– entre
116 Rolando Félix Armendáriz

(11b) y (12b), ni las similitudes funcionales que las construcciones aplicativas


puedan tener, como por ejemplo, con las construcciones benefactivas, de pose-
sión externa, dativo ético, y pasivas adversativas (Shibatani 1994, 1996).
Como ya se dijo, Shibatani (1996) considera a (11b) y (12b) como dos cons-
trucciones diferentes; la primera como a una verdadera construcción aplicativa y
a la segunda como a una construcción benefactiva. Shibatani (2006), dentro de
su conceptualización funcional de la voz como ‘las reflexiones gramaticales de
las diferentes fases evolutivas de la acción’, considera el parámetro de la termi-
nación de la acción. Él dice que “la acción se puede desarrollar más allá de su
curso normal, de tal manera, que el efecto se registra en una entidad no directa-
mente involucrada en el evento”. Este parámetro funcional nos permite reunir en
un mismo dominio funcional a los fenómenos gramaticales diferentes –pero re-
lacionados– señalados anteriormente. En warihío, podemos reunir a los fenóme-
nos gramaticales que involucran a benefactivas, de posesión externa, dativo éti-
co, y aplicativas con otros roles aparte del benefactivo bajo este dominio funcio-
nal de la voz. Los tres primeros tipos de fenómenos –cuya descripción y expli-
cación son parte del objetivo de este trabajo– comparten de manera interesante
la misma codificación con el sufijo verbal -ke, o sea que prácticamente constitu-
yen una misma construcción.
En este trabajo, tomaré como aplicativas tanto las benefactivas con el sufijo
verbal -ke así como aquellas construcciones con otros sufijos aplicativos, tra-
tando de: (i) siempre observar las similitudes y diferencias funcionales de los
fenómenos que cubre la construcción con el sufijo verbal -ke, (ii) integrar a la
construcción anterior otras construcciones aplicativas en un dominio funcional
de voz, y (iii) contrastar semánticamente las construcciones aplicativizadas
con las no aplicativizadas.

4.1 El sufijo verbal -ke


El sufijo verbal -ke interviene en diferentes fenómenos gramaticales en wari-
hío, tales como el benefactivo, la posesión externa, y el dativo ético. Como
hemos dicho anteriormente, estos tres fenómenos están íntimamente relacio-
nados al ser parte del mismo dominio funcional de voz. Este parámetro fun-
cional, disparado en el caso del warihío por la presencia del sufijo verbal -ke,
establece la afectación de una entidad no directamente involucrada en el even-
Los aplicativos en warihío 117

to. Procederé a la descripción de estos fenómenos gramaticales en los aparta-


dos subsecuentes:

4.1.1 Benefactivas
Shibatani (1996: 173-174) propone para el esquema de ‘dar’ las siguientes
propiedades:

Estructura: [FN1 FN2 FN3 DAR]


FN1 = codificada como Sujeto.
FN2 = codificada como Objeto Primario o como Objeto Indirecto
Dativo.
FN3 = codificada como Objeto Secundario o como Objeto Directo.

Semántica: FN1 CAUSA FN2 TENER FN3:


FN1= agente humano, FN2=receptor humano, FN3=tema objeto
FN2 ejerce un control posesivo potencial sobre FN3
FN1 crea una situación de posesión en beneficio de FN2

Vamos a examinar el siguiente ejemplo:

(13) a. hustína pasu-ré muní.


Agustina guisar-PFV frijoles
‘Agustina guisó frijoles’.
b. hustína pasu-ré muní kukučí ičió.
Agustina guisar-PFV frijoles niños BEN
‘Agustina guisó frijoles para los niños’.
c. hustína pasú-ke-re muní kukučí.
Agustina guisar-BEN-PRF frijoles niños
‘Agustina le guisó frijoles a los niños’.

Mientras que (13a) es un evento transitivo prototípico, y (13b) un evento


transitivo con un nominal oblicuo benefactivo, (13c) es una construcción que
sigue completamente los criterios de Dixon y Aikhenvald (2000) para las
construcciones aplicativas transitivas, pero lo que importa es que (13c) es una
118 Rolando Félix Armendáriz

construcción benefactiva facilmente construida de acuerdo al esquema de


‘dar’.
Ya que el warihío es una lengua cuyos participantes nominales centrales no
tienen marcado el caso, el orden de constituyentes es flexible, y dado que no
tiene concordancia verbal, es difícil establecer el estatus gramatical de la FN2.
La pasivización de una construcción benefactiva donde un receptor humano es
una forma pronominal podría ayudarnos al respecto. Como ya se dijo, el wari-
hío tiene dos grupos de pronombres personales: una forma para el sujeto de
una cláusula independiente, y otra forma para el paciente/tema, receptor, po-
seedor, reflexivo y sujeto de una cláusula dependiente. El ejemplo en (14)
muestra la distinción sujeto/no-sujeto:

(14) a. hustína pasu-ré muní no’ó ičió.


Agustina guisar-PFV frijoles 1SG.NS BEN
‘Agustina guisó frijoles para mí’.
b. hustína no’ó pasú-ke-re muní.
Agustina 1SG.NS guisar-BEN-PFV frijoles
‘Agustina me guisó frijoles’.
c. pasú-ke-re-tu=ne muní (hustína-e).
guisar-BEN-PFV-PAS=1SG.S frijoles Agustina-INS
Lit. ‘Se me guisó frijoles (por Agustina)’.

En (14a) el receptor humano no’ó ‘mí’ está codificado oblícuamente con la


posposición benefactiva ičió, el cual contrasta con su codificación no oblicua
en las versiones aplicativas de (14b)-(14c). En (14b) es un argumento aún con
la misma forma ya sin la posposición y en posición preverbal. Pero en la cons-
trucción pasiva en (14c) derivada de (14b) el receptor humano aparece con la
forma de sujeto ligado =ne.
Otro aspecto importante respecto a las expresiones explícitas de los partici-
pantes es que en warihío los participantes de tercera persona tienden a ser omi-
tidos dando por resultado una construcción benefactiva gramatical en (15a) así
como su versión pasivizada (15b):
Los aplicativos en warihío 119

(15) a. pasú-ke-re.
guisar-BEN-PFV
‘Ella/él/ellos se lo/los guisaron’.
b. pasu-ké-re-tu.
guisar-BEN-PFV-PAS
‘Les fue guisado (algo) (por alguien)’.

Shibatani (1996: 169-70), tratando de dar cuenta de las variaciones trans-


linguísticas de las construcciones benefactivas, propone una escala dispuesta
de acuerdo a los grados de facilidad de la formación de las benefactivas. La
ejemplifica con el inglés:

(16) a. I bought Mary a book.


b. *I opened Mary the door.
c. *I closed Mary the door.
d. *I slept Mary the garden.
e. *I killed Mary a centipede (a-e: transitivas).
f. *I danced Mary.
g. *I sang Mary (f-g: intransitivas con verbos de objeto cognado).
h. *I went Mary to the market (verdadera intransitiva).

Las lenguas varían de acuerdo a dónde establecen los límites de aceptabili-


dad y gramaticalidad. Lo que se ha observado es que hay mucha variación en
la formación de las benefactivas basadas en verbos intransitivos. En warihío,
incluso se pueden construir benefactivas de algunos verbos intransitivos (17f,
g, h), dado el contexto apropiado:

(17) a. markó kore-tá-ke-re hustín.


Marcos cerco-hacer-BEN-PFV Agustina
‘Marcos le construyó un cerco a Agustina’.
120 Rolando Félix Armendáriz

b. waho-na-ké-ru=ne puetá maniwíri.


abrir-TZR-BEN-PFV.EV=1SG.S puerta Manuel
‘Le abrí la puerta a Manuel’.
c. yetepa-ké-ru=ne puetá maniwíri.
cerrar-BEN-PFV.EV=1SG.S puerta Manuel
‘Le cerré la puerta a Manuel’.
d. ihpiči-ké-ru=ne hustína pete-čí.
limpiar-BEN-PFV.EV=1SG.S Agustina casa-LOC
‘Le limpié la casa a Agustina’.
e. ko’ye-ké-ru=ne ehté yomá rolándo.
matar.opl-BEN-PFV.EV=1SG.S piojo CUANT Rolando
‘Le maté todos los piojos a Rolando’.
f. yau-ké-ru=ne yomá tukawári maría.
bailar-BEN-PFV.EV=1SG.S CUANT noche María
‘Le bailé toda la noche a María’.
g. maniwíri no’ó wikahtá-ke-ru yomá aarí.
Manuel 1SG.NS cantar-BEN-PFV.EV CUANT tarde
‘Manuel me cantó toda la tarde’.
h. kuitá no’ó koči-pa-ké-pa-re.
niño 1SG.NS dormir-INC-BEN-INC-PFV
‘El niño ya se me durmió’. (¡Gracias a Dios! Estaba llorando mucho.)
i. no’ó newí-ke-re maría maará.
1SG.NS casar-BEN-PFV María hija
‘Se me casó la hija de María’. (Quería que se casara conmigo.)

Una construcción benefactiva imposible de construir en su forma aplicati-


vizada es la basada en el verbo intransitivo siminá ‘ir’:

(18) a. simi-rú=ne pahkó-či.


ir-PFV.EV=1SG.S fiesta-LOC
‘Fui a la fiesta’.
Los aplicativos en warihío 121

b. simi-rú=ne pahkó-či maría ičió.


ir-PFV.EV=1SG.S fiesta-LOC María BEN
‘Fui a la fiesta por María’. (En su beneficio)
c. *simi-ké-ru-ne pahkó-či maría.

Lo que es interesante es que en warihío se pueden tener construcciones be-


nefactivas en verbos a-transitivos tales como yukuná ‘llover’:

(19) a. tapaná yuku-ré.


ayer llover-PFV
‘Ayer llovió’.
b. tapaná no’ó yukú-ke-ru.
ayer 1SG.NS llover-BEN-PFV
‘Ayer me llovió’. (En mi beneficio)

De cualquier forma, el warihío confirma la propuesta de Shibatani (1996:


191) en el sentido de que las construcciones benefactivas se crean más fácil-
mente cuando una situación está más cercana a las situaciones descritas para el
esquema de ‘dar’ De hecho, el verbo mismo ihkókena ‘dar’, ‘regalar’ parece
tener el sufijo verbal -ke lexicalizado a cierto grado, ya que prácticamente no
ocurre sin él:

(20) a. waní ihkó-ke-re pií sipičá maría.


Juan dar-BEN-PFV uno vestido María
‘Juan le dio un vestido a María’.
b. ? waní ihkó-re pií sipičá maría.
c. waní ihkó-ke-re pií karí ahpó no’nó.
Juan dar-BEN-PFV uno casa 3SG.NS padre
‘Juan le regaló una casa a sus padres’.
d. ? waní ihkó-re pií karí ahpó no’nó.
122 Rolando Félix Armendáriz

Este verbo contrasta con otros verbos bitransitivos que no presentan la se-
mántica de ‘dar’ tal como el verbo itočéna ‘enviar’, el cual no presenta el sufi-
jo -ke:

(21) itočé-ru=ne kawái waní.


enviar-PFV.EV=1SG.S caballo Juan
‘Le envié el caballo a Juan’.

Esto podría sugerir que efectivamente, todas las construcciones benefacti-


vas que en warihío están formalmente marcadas, requieren del sufijo verbal
-ke. Puesto que están construidas de acuerdo al esquema de ‘dar’, reafirman la
propuesta de que el verbo ihkókena ‘dar’ parece haber integrado el sentido de
‘dar’ del sufijo -ke a la raíz verbal.

4.1.2 Posesión externa


Las construcciones de posesión externa según Payne y Barshi (1999: 1) son
aquellas “En las cuales una relación semántica poseedor-poseído es expresada
codificando al poseedor como una relación gramatical central del verbo y en
un constituyente separado de aquel que contiene al poseido”.5 Las construc-
ciones de posesión externa presentan el mismo sufijo verbal -ke, donde el po-
seedor es ahora un argumento central de la construcción (22b), el cual puede
ser pasivizado (22c).
(22) a. maniwíri me’yá-re waní kuitá-ra.
Manuel matar.SG-PFV Juan niño-POS
‘Manuel mató al hijo de Juan’.
b. maniwíri me’yá-ke-re kuitá waní.
Manuel matar.SG-BEN-PFV niño Juan
‘Manuel le mató a Juan el hijo’.
c. meri-ké-re-tu kuitá waní.
matar.SG-BEN-PFV-PAS niño Juan
Lit. ‘Su hijo fue matado, el de Juan’.

5
Traducción mía.
Los aplicativos en warihío 123

Con un poseedor pronominal se hace más evidente el estatus de argumento


central:
(23) meri-ké-re-tu=ne kuitá.
matar.sg-BEN-PFV-PAS=1SG.S niño
Lit. ‘Yo fui matado, mi hijo’.

(24) a. maniwíri ihčorewapáte-re amó pantaóni-wa.


Manuel ensuciar-PFV 2SG.NS pantalones-POS
‘Manuel ensució tus pantalones’.
b. maniwíri amó ihčorewapaté-ke-re pantaóni.
Manuel 2SG.NS ensuciar-APL-PFV pantalones
‘Manuel te ensució los pantalones’.

4.1.3 Dativo ético


En el fenómeno gramatical de dativo ético en warihío, también se utiliza la
misma construcción con el sufijo verbal -ke. En este caso, existe algún tipo de
relación implícita (no necesariamente de posesión) entre las dos entidades no-
sujeto, donde a uno de ellos se le da más prominencia semántica y sintáctica.

(25) a. ko’yá-ru=ne yomá ehté-ra rolando.


matar.PL-PFV.EV=1SG.S CUANT piojo-REL Rolando
‘Maté todos los piojos de Rolando’.
b. ko’ye-ké-ru=ne ehté yomá rolando.
matar.PL-BEN-PFV.EV=1SG.S piojo CUANT Rolando
‘Le maté todos los piojos a Rolando’ (de su cabeza).
c. ko’ye-ké-ru=ne yomá čikúri hustína.
matar.PL-BEN-PFV.EV=1SG.S CUANT rata Agustina
‘Le maté todas las ratas a Agustina’ (de su casa).

En (25b)-(25c) es difícil determinar –dada su falta de codificación– cuál


nominal es el que ha recibido mayor prominencia, si rolando ‘Rolando’ o ehté
‘piojos’ en (25b), o si hustína o čikúri ‘ratas’ en (25c). Presumiblemente es el
124 Rolando Félix Armendáriz

participante humano. Lo mismo parece suceder en (26a’, b’) en donde ambos


son humanos:

(26) a. kuitá koči-pá-re.


niño dormir-INC-PFV
‘El niño (de mi comadre) se durmió’.
a’. kuitá no’ó koči-pa-ké-pa-re.
niño 1SG.NS dormir-INC-BEN-INC-PFV
‘El niño (de mi comadre) se me durmió (yo lo estaba cuidando)’.
b. kuitá čiwá-re.
niño golpear-PFV
‘El niño (de mi comadre) se golpeó’.
b’. kuitá no’ó čiwá-ke-re.
niño 1SG.NS golpear-BEN-PFV
‘El niño (de mi comadre) se me golpeó (yo lo estaba cuidando)’.

La pasivización en (27a”) de la entidad no’ó ‘1SG.NS’, la cual no está direc-


tamente involucrada en el evento, parece confirmar que la construcción con el
sufijo verbal -ke integra a su estructura de argumentos centrales a entidades no
directamente afectadas por la acción (Shibatani 2006):

(27) a. newí-re maría taná-ra.


casar-PFV María hijo-POS
‘El hijo de María se casó’.
a’. no’ó newí-ke-re maría taná.
1SG.NS casar-BEN-PFV María hijo
‘Se me casó el hijo de María’. (Quería que se casara conmigo.)
a”. newi-ke-ré-tu=ne maría taná-ra.
casar- BEN-PFV-PAS=1SG.S María hijo-POS
Lit. ‘Yo fui casado, el hijo de María’.
Los aplicativos en warihío 125

4.1.4 El sufijo verbal -ke en el fenómeno de Voz en warihío


El siguiente podría ser un esquema del papel del sufijo verbal -ke en el fenó-
meno de voz en warihío:

Parámetros de la voz: fases de la acción


Origen Desarrollo Terminación
Po
Ben, PE, DE Pa V-ke (Pb)
Po
Esquema 1. Benefactivas, posesión externa, y dativo ético en warihío.

Siguiendo a Shibatani (2006) en su conceptualización de voz como las di-


ferentes fases de la evolución de la acción, he colocado en el medio del es-
quema a los constituyentes centrales de la cláusula. La flecha a la derecha se-
ñala una extensión de la terminación de la acción. Los participantes Pa y Pb son
los dos diferentes participantes en un evento transitivo, digamos el origen y la
terminación de la acción. Por otro lado, Po es un participante expresado obli-
cuamente. La flecha con dirección hacia la derecha está señalando que la ac-
ción se extiende a una entidad no directamente involucrada en el evento, o sea
a Po, codificada inicialmente como oblicuo. Por lo que Po, por efecto de la adi-
ción del sufijo verbal, se convierte en un argumento central ilustrado con la
flecha con dirección hacia la izquierda. El participante entre paréntesis es op-
cional, con esto abarcamos tanto oraciones transitivas como intransitivas.

4.2 Otras construcciones aplicativas


En esta subsección, describiré otras construcciones aplicativas donde intervie-
nen diferentes sufijos verbales que proveen la función instrumental, comitati-
va, y locativa.6

6
De aquí en adelante, glosaré a cualquier sufijo verbal que convierta un argumento oblicuo
en uno central con una glosa neutra de APL ‘aplicativo’ en lugar de las glosas de BEN ‘benefac-
tivo’ y APL ‘aplicativo’ a la manera de Shibatani (1996), independientemente de que las cons-
trucciones estén basadas en diferentes esquemas.
126 Rolando Félix Armendáriz

4.2.1 El aplicativo locativo -ači


El locativo básico -(a)či en (28a) –anteriormente en (11)– es demovido del
nombre tiendá ‘tienda’ en (28b), aparte observamos que el locativo ahora apa-
rece como un sufijo verbal:
(28) a. waní simi-ré tiendá-čí.
Juan ir-PFV tienda-LOC
‘Juan fue a la tienda’.
b. waní simi-ri-áči tiendá.
Juan ir-PFV-LOC tienda
‘Juan fue a la tienda’.

El mismo proceso puede darse con un verbo transitivo como weráni ‘po-
ner’:
(29) a. waní wera-ré sikorí mesa-čí.
Juan poner-PFV olla mesa-LOC
‘Juan puso la olla en la mesa’.
b. waní wera-ri-áči sikorí mesá.
Juan poner-PFV-LOC olla mesa
‘Juan puso la olla en la mesa’.

En el caso del verbo ohóe ‘caminar’, ‘vivir’ la construcción no aplicativi-


zada lleva el comitativo -ma, pero la construcción aplicativizada lleva el sufijo
verbal locativo -ači:

(30) a. no'ó maára ohoé no'ó yeyé-ma.


1SG.NS hija caminar 1SG.NS mamá-COM
‘Mi hija camina con mi mamá’.
b. no'ó maará ohoék-ači no'ó yeyé.
1SG:NS hija caminar-APPL 1SG:NS mamá
‘Mi hija vive en mi madre’.
a'. *no'ó maára ohoé no'ó yeyé-či.
Los aplicativos en warihío 127

El contraste entre la construcción no aplicativa y la aplicativa parece ser


uno respecto al tiempo que esté viviendo la persona con su madre. En la forma
no aplicativizada (30a) la convivencia es permanente, mientras que en la apli-
cativizada (30b) es temporal.

4.2.2 El aplicativo instrumental -e


La posposición instrumental -e también interviene en el proceso de aplicativi-
zación en warihío. En (31a) vemos a los nombres haóni ‘jabón’ y ooná7 ‘sal’
con el instrumental -e, en cambio en (31b) el instrumental es ahora un sufijo
verbal y los nombres ya no lo presentan:

(31) a. hustína wičó-na wakirá haóni-e/ooná-e.


Agustina lavar-PRS camisas jabón-INS/ sal-INS
‘Agustina lava las camisas con jabón/sal’.
b. hustína wičo-ná-e wakirá haóni/ooná.
Agustina lavar-PRS-APL camisa jabón/sal
‘Agustina lava las camisas con jabón/sal’.

En warihío la misma construcción aplicativizada con el instrumental pero


con el verbo ko’áni ‘comer’ suena anómala semánticamente ya que significa-
ría que la persona se está comiendo el instrumento, que en el caso de (32) sería
seeká ‘manos’ o hirówa ‘cuchara’:

(32) a. rolándo ko'á-ni seeká-e/hirówa-e.


Rolando comer-PRS mano-INS/cuchara-INS
‘Rolando está comiendo con las manos/la cuchara’.
b. ??rolándo ko'a-ní-e seeká/hirówa.
Rolando comer-PRS-APL mano/cuchara
??‘Rolando se está comiendo las mano/la cuchara’.

7
De acuerdo a Agustina ella acostumbra a lavar la ropa en ocasiones con sal, por lo que la
oración en (32a) con la posibilidad de ooná ’sal’ de funcionar como instrumento, suena semánti-
camente aceptable.
128 Rolando Félix Armendáriz

Incluso la aparición de un nombre comestible como aaróso ‘arroz’ inme-


diatamente después del verbo no hace a la oración gramatical o semánticamen-
te aceptable:

(33) ??rolándo ko'a-ní-e aaróso seeká/hirówa.


Rolando comer-PRS-APL arroz mano/cuchara
??‘Rolando se está comiendo el arroz, las manos, y la cuchara’.

Sin embargo la misma oración con el verbo ko’áni ‘comer’, con suhtú ‘uñas’
como instrumento es inaceptable en su forma no aplicativizda (34a), pero
aceptable en su forma aplicativizada (34b); obsérvese que en (34b) suhtú
‘uñas’ no es concebido ya como un instrumento sino como un paciente.8

(34) a. ??rolándo ko'á-ni suhtú-e.


Rolando comer-PRS uña-INS
?‘Rolando está comiendo con las uñas’.
b. rolándo ko'a-ní-e suhtú.
Rolando comer-PRS-APL uña
‘Rolando se está comiendo las uñas’.

4.2.3 El aplicativo comitativo -ma


El comitativo -ma también puede ocurrir en construcciones aplicativizadas:

(35) a. maría simi-ré obregón ahpó ye'yé-ma.


Mará ir-PFV Obregón 3.NS madre-COM
‘María fue a Obregón con su madre’.
b. maría simi-ré-ma obregón ahpó ye'yé-ma.
María ir-PFV-COM Obregón 3.NS madre-COM
‘María fue a Obregón con su madre’.

8
Esto podría explicarse simplemente porque la gente sí tiende a comerse o morderse las
uñas, pero no las manos o cucharas, pero es muy poco probable que utilicen las uñas como ins-
trumento para comer, de aquí la inaceptabilidad de (35a).
Los aplicativos en warihío 129

Sin embargo, en esta construcción aplicativizada (35b) la posposición ocu-


rre también en el nombre aparte de aparecer ahora como sufijo verbal.

5. El contraste semántico entre las construcciones aplicativas y no apli-


cativas en warihío
Todas las construcciones en (b) en la subsección previa poseen dos principales
características previamente mencionadas: (i) una morfología verbal expresa, y
(ii) un participante central el cual previamente era un participante oblicuo. Sin
embargo, con la excepción de un aplicativo benefactivo o locativo ocasional,
estas construcciones son difíciles de encontrar en los textos.
Casi todo el mundo está de acuerdo que al codificar a un participante obli-
cuo como participante central convierte a este participante en un participante
más topical o pragmáticamente relevante al evento en cuestión. Mi pregunta
es: ¿En qué sentido es más topical/prominente el argumento ahora aplicativi-
zado en warihío? O para decirlo de otra manera: ¿Cuál (si es que hay alguno)
es el contraste semántico entre la construcción no aplicativizada y la aplicativa
en warihío?
Es muy difícil determinar una diferencia de significado entre una construc-
ción no-aplicativizada y una aplicativizada, si esta última no ha pasado por un
proceso de convención respecto a su significado. La probable diferencia se-
mántica entre ambas construcciones se presta a argumentación si la misma no
tiene un uso ya establecido.
Una posible interpretación del contraste entre algunas de las construcciones
en la sección previa es:

(14a)-(14b): con (14b) es más probable que el benefactivo no’ó ‘me’ real-
mente haya comido los frijoles.
(17g) es más probable que el benefactivo no’ó ‘me’ realmente haya escu-
chado la canción.
(24a)-(24b): con (24b) amó ‘tu’, el participante estaba vistiendo los panta-
lones en el momento del evento, con (24a) los pantalones podrían haber es-
tado en otro lugar.
(27a)-(27a’): en (27a’) no’ó ‘yo’, quería que el hijo de María no se casara o
se casara con ella.
130 Rolando Félix Armendáriz

(28a)-(28b): en (28b) Juan permaneció en la tienda por un periodo más lar-


go de tiempo.
(30a)-(30b): (30a) es permanente, (30b) temporal.
(31a)-(31b): (31b) proporciona una información inesperada por lo que la in-
formante la percibe como una pregunta.
(32)-(34): En este caso con el evento ko’áni ‘comer’ cualquier objeto apli-
cativizado debe ser ‘comido’. Ésta es la razón de la anomalía de estos
ejemplos.
(35a)-(35b): (35b) proporciona una información inesperada por lo que la in-
formante la percibe como una pregunta.

5. Conclusión
Podemos postular las siguientes conclusiones acerca de las construcciones
aplicativas en warihío:

(i) Las construcciones benefactivas, de posesión externa, y de dativo ético


comparten en warihío el sufijo verbal -ke, cuyo papel parece ser darle
prominencia semántico-sintáctica a un participante no directamente invo-
lucrado en el evento que de alguna manera poseía ya una relevancia se-
mántica.
(ii) Siguiendo la tipología de los aplicativos en WALS (Polinsky 2005), po-
demos situar al warihío en el tipo más común: el que forma construccio-
nes aplicativas con ambas bases, intransitiva y transitiva, y un argumento
aplicativizado en papeles benefactivo y otros.
(iii) Las construcciones aplicativas en warihío son formadas a partir de la ne-
cesidad de hacer más prominente pragmáticamente al participante origi-
nalmente no central (Mithun 2001, Shibatani 2006).
(iv) Una de las subfunciones de una mayor prominencia pragmática de las
construcciones aplicativas con papeles no-benefactivos en warihío parece
ser establecer una relación ‘no-esperada’ entre el evento y el objeto apli-
cativizado.
Los aplicativos en warihío 131

Bibliografía
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132 Rolando Félix Armendáriz

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La voz media en wichí (familia mataco-mataguaya)

Ana Fernández Garay


CONICET- UBA - UNLPam

1. Objetivo
La lengua wichí pertenece a la familia mataco-mataguaya junto con las len-
guas chorote, chulupí y maká. El wichí se extiende por el norte de la Repúbli-
ca Argentina, la parte este de la Provincia de Salta, todo el oeste de Formosa, y
el noroeste del Chaco; también por una pequeña zona limítrofe de la República
de Bolivia. Si bien no se conoce con exactitud la cantidad de individuos que
conforman la etnia, las fuentes existentes nos hablan de 35 000 a 60 000 indi-
viduos en Argentina y 2 000 en Bolivia, la mayoría de ellos hablantes de la
lengua.
A pesar de ser una de las lenguas aborígenes más vitales de la Argentina,
ya que la mayoría de los indígenas de esta etnia hablan el wichí, aun los jóve-
nes y los niños, hasta la fecha se halla pobremente documentada, sobre todo en
lo que hace a los aspectos morfosintácticos (véase Viñas Urquiza 1970, 1974a,
1974b; Hunt 1913, 1940a, 1940b; Lunt, 1999). En esta oportunidad intentamos
estudiar los mecanismos de aumento y disminución de la transitividad existen-
tes en esta lengua, entre ellos la posible existencia de marca de voz media.

2. Corpus e informantes
Para este trabajo nos basamos en un corpus registrado en un primer trabajo de
campo durante el mes de mayo de 2004, en la comunidad wichí de la provin-
cia de Salta llamada Hoktek t ’oy ‘Lapacho Mocho’, la que se halla a 18 km de
Tartagal, ciudad importante del noreste de la provincia. Se halla habitada por
alrededor de setenta individuos, entre adultos, jóvenes y niños, muchos de
ellos hablantes monolingües de wichí. Algunos hombres hablan el español por
cuestión laboral. Se puede observar la influencia que la escuela está ejerciendo
actualmente sobre las últimas generaciones, ya que algunos jóvenes manifesta-
ron estar más interesados en hablar bien el español que en mantener la lengua
de sus ancestros. Estos jóvenes podrían, en el futuro, llevar adelante la sustitu-
ción de la lengua materna por el español dado el proceso de integración de este
grupo a la sociedad global que se va dando a través de la escuela, los medios
134 Ana Fernández Garay

de comunicación, y otros factores socio-económicos y laborales que presionan


sobre la comunidad.
El corpus consta de siete horas de grabación en cinta magnetofónica y está
constituido por un léxico extenso, sintagmas nominales y verbales y textos li-
bres. Estos últimos fueron transcritos con la ayuda de los informantes que los
registraron. Además se utilizarán los datos que se encuentran en la gramática
de Hunt (1940), en la de Viñas Urquiza (1974) y en la de Lunt (1999) para
ampliar los materiales de nuestro corpus.

3. Marco teórico
El estudio sobre el wichí se realiza dentro de los estudios tipológicos iniciados
con Greenberg en 1963 y desarrollados por Comrie, Givón y Dixon a partir de
1980. Tenemos en cuenta el trabajo de Kemmer (1993) sobre la voz media
(VM), quien plantea la existencia de una categoría lingüística coherente, aun-
que compleja, que subsume muchos de los fenómenos discutidos bajo el nom-
bre de voz media. Aunque no tiene límites precisos, la categoría de la VM tie-
ne un núcleo semántico claramente discernible que se ajusta a la caracteriza-
ción tradicional de la VM ejemplificado en la definición de Lyons (1969), para
quien la acción marcada por la voz media afecta al sujeto o a sus intereses. Se-
gún Kemmer hay una propiedad semántica que subsume la noción de sujeto
afectado. Esta propiedad general que denomina elaboración relativa de los
hechos, es el parámetro con el que se pueden medir el reflexivo y el medio
como categorías semánticas intermedias en transitividad entre eventos de uno
y dos participantes y además para diferenciar reflexivo y medio entre sí. Así la
VM forma parte de un dominio semántico-pragmático más amplio que incluye
no sólo las categorías tradicionales de voz activa y de voz pasiva sino también
las categorías de hechos transitivos e intransitivos. Asimismo, siguiendo a
Hopper y Thompson (1980), consideramos la transitividad como un conti-
nuum que va desde las construcciones sin participantes, a aquellas que poseen
hasta tres participantes, pasando por las de uno y dos participantes. También
consideramos la noción de valencia (Comrie 1981: 86) que remite al número
de argumentos que posee un verbo, y las estrategias para aumentar o disminuir
la transitividad verbal, como son la causatividad en el primer caso y la voz pa-
siva, voz media, reflexión y reciprocidad en el segundo (Dixon y Aikhenvald,
2000: 1-29).
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 135

4. El wichí
El wichí es una lengua aglutinante cuyos morfemas pueden generalmente
segmentarse de manera clara y precisa, aunque en ciertos casos se producen
algunas modificaciones fonológicas en el límite de los morfemas que impiden
u obstaculizan dicha segmentación. Nuestro análisis se hará sobre la oración
simple dado el corpus reducido con el que trabajamos.
La variedad wichí de Tartagal presenta seis fonemas vocálicos: /i, e, a, u,
o/ y veinte fonemas consonánticos /m, n, p, t, c, č, k, k‚, q, ÷, p’, č’, k’, s, ¬, x‚h,
l, w, y/. Se indica el acento (') anteponiéndolo a la sílaba acentuada, ya que
hasta el momento no está claro su status fonológico. Los pronombres persona-
les de esta lengua son:

Sing. Plural (-e)


1a o'am oa'me
2a 'am a'me
3a 'am a'me

Los prefijos posesivos son:

1a o- o-pe ‘mi puerta / nuestra puerta’


2a a- a-pe ‘tu puerta / vuestra puerta’
3a le- le-pe ‘su puerta / la puerta de ellos’

4.1 Índices personales de sujeto


El verbo presenta índices personales prefijados al verbo cuando se hallan cum-
pliendo la función sujeto. Estas formas prefijadas son las siguientes:

Sing. Plural
a
1 ho- ~ o- na-
2a le- ~ e- le- (combina con ame)
3a i- ~ Ø- Ø-
136 Ana Fernández Garay

La variación en los índices personales 2 y 3 se debe a procesos diacrónicos


que hoy son difíciles de explicar. Estas irregularidades se observan en los ver-
bos que comienzan con los fonemas y, l, n, t, t’, y no serán tratadas en este
trabajo (véase Viñas, 1974: 39 y ss).
Ejemplos:

(1) o-'yik
yo-ir
‘Yo me voy’.

(2) le-nam-'la / e-k


vos-venir-FUT 1
vos-ir
‘Vos vas a venir’. ‘Vos te vas’.

(3) i-noa'oho ~ Ø-noa'oho / Ø-nam


él-correr él-correr él-venir
‘Él corre’. ‘Él corre’. ‘Él vino’.

En el caso del índice de tercera persona, hay variación libre entre i- ~ Ø-,
aunque con el verbo nam ‘venir’ que comienza con el fonema /n/, nunca ocu-
rrirá la forma i- .

4.2 Índices personales de objeto


Los personales objetivos se sufijan al verbo. Éstos son:

Sing. Plural
a
1 -no -nam
2a -am -am
3a -am ~ -Ø -ame ~ -Ø

1
Abreviaturas: CAUS = ‘causativo’, CON = ‘conectivo’, COP = ‘cópula’, DIR = ‘direccional’,
DUR = ‘durativo’, FUT = ‘futuro’, INT = ‘intensivo’, PL = ‘plural’, O = ‘objeto’, REC = ‘recíproco’,
RFLX = ‘reflexivo’, VM = ‘voz media’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 137

Ejemplos:

(4) Ø-nax‫ܦ‬e-'no-ye
él-avergonzar-me-DIR
‘Él me avergüenza’.

(5) o-čot-'am-e
yo-ayudar-te-DIR
‘Yo te ayudo’.

(6) a. o-'hnut-Ø
yo-empujar-lo
‘Yo lo empujé’.

b. o'am te o-čah-'am-e ha'lwu'mek


yo CON yo-traer-le-DIR leña
‘Yo le traje leña’.

(7) a'me te i-leh-nam-če-'hen


ellos CON él-lavar-nos-DIR-PL.O
‘Ellos nos lavan’.

(8) o-'yahin-am
yo-mirar-ustedes
‘Yo los miro a ustedes’.

(9) o-čote-a'me
yo-ayudar-ellos
‘Yo los ayudo a ellos’.

En los ejemplos (4) a (9) se observa que el índice de sujeto se ubica a la iz-
quierda del verbo en tanto que el de objeto se coloca a la derecha de éste. An-
tes del índice de objeto se ubican los siguientes sufijos derivativos: el verbali-
zador (-ja), los causativos (-hat y -yen y sus distintos alomorfos), el enfático
(-hi), el intensivo (-k‫ܦ‬e), el instrumental o de compañía (-yeh ~ -eh). El índice
138 Ana Fernández Garay

de objeto es seguido por los morfemas derivativos locativos (-pe ‘sobre’) y di-
reccionales (-če ‘hacia afuera’, -ča ‘hacia abajo’, -pa ‘hacia arriba’, -ye ~ -e
‘hacia’). Los sufijos flexivos verbales cierran el sintagma verbal. Son los si-
guientes y aparecen en el orden en que son mencionados: el aspecto (-¬i ‘dura-
tivo’), el número (-hen que indica plural de sujeto cuando el verbo es intransi-
tivo y de objeto cuando es transitivo), el tiempo (-ne ‘pasado’ y -lame ‘futuro’)
y el sufijo de voz pasiva (-ek) (véase Viñas Urquiza, 1974: 72-91). Por otro
lado, el orden de la frase nominal sujeto no es fijo ya que puede ubicarse por
delante o por detrás del sintagma verbal, teniendo en cuenta cuestiones prag-
máticas.

5. Tipos de verbos según la valencia


Es Lucien Tesnière quien introduce por primera vez el término valencia en
Lingüística, en su obra titulada Elementos de Sintaxis Estructural. Este autor
lo toma de la química para indicar metafóricamente la capacidad de un verbo
para combinarse con distintos argumentos (1994: 411). Comrie (1981: 86), a
su vez, la define como “el número y clase de argumentos de sintagma nominal
que puede tomar un predicado (generalmente, un verbo)”.2 Dixon (2000: 2-3)
nos dice que la valencia remite al número de argumentos centrales que depen-
den de un verbo, generalmente el núcleo de un predicado, aunque, afirma,
puede también haber un sustantivo o un pronombre funcionando como núcleo
de predicado. Agrega que hay que distinguir los argumentos centrales de los
periféricos.
Hay dos tipos de oraciones universales, las intransitivas y las transitivas.
Las intransitivas presentan un solo argumento central que llamaremos S (suje-
to de intransitiva), en tanto que las transitivas poseen dos argumentos centrales
que llamaremos A y P. A es el que inicia o controla la actividad y P es el que
se halla afectado por dicha actividad. Formando parte de los argumentos cen-
trales encontramos a veces un tercer argumento llamado R, receptor o benefi-
ciario, que ocurre en oraciones bitransitivas. Así, un verbo monovalente re-
quiere un solo argumento central (S), un verbo bivalente necesita dos argu-
mentos centrales (A y P), y un verbo trivalente exige tres argumentos centrales

2
La traducción es mía.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 139

(A, P y R). A su vez, los argumentos periféricos, adjuntos o circunstantes, no


dependen de la naturaleza del verbo ni son exigidos por ellos, como ocurre con
los argumentos centrales. Los periféricos son incluidos opcionalmente para
indicar lugar, tiempo, propósito, instrumento, etc.

A. Verbos existenciales: son avalentes, es decir, no implican la presencia de


participante alguno. Es el caso de:

(10) te'čah-če.
frío-DIR
‘Hace frío’.

(11) ča'yo-k‫ܦ‬e.
caliente-INT
‘Hace calor’.

Estos mismos verbos avalentes pueden estar determinados por un partici-


pante en función sujeto, convirtiéndose así en verbos intransitivos con valor
atributivo estativo:

(12) a. tečah-(h)i wah.


frío-CON agua
‘El agua está fría’.
b. čayo-hi wah.
caliente-CON agua
‘El agua está caliente’.

B. Verbos intransitivos: son monovalentes, es decir que implican la presencia


de un participante único que se antepone obligatoriamente al verbo (SV) si
el sujeto se expresa por medio de los índices personales prefijados (véase
3.1.). Si se manifiesta por medio de un sustantivo o pronombre personal in-
dependiente, puede anteponerse o posponerse al verbo teniendo en cuenta
para ello razones pragmáticas (véanse los ejemplos (12a) y (12b) y (13a) y
(13b):
140 Ana Fernández Garay

(13) a. o-h'ča yik.


mi-padre irse
‘Mi padre se fue’.
b. i-čat-ča nax‫ܦ‬ah
él-nacer-DIR bebé
‘Nació el bebé’.

Un subgrupo de verbos intransitivos son los atributivos que indican cuali-


dad, estado o cantidad (véase Viñas Urquiza 1974: 87), y que en realidad son
adjetivos o numerales determinados por los personales, pues en esta lengua,
además de existir una clase verbal que funciona como núcleo de predicado
(véanse ejemplos (1) a (9)), otras clases como las de los sustantivos, adjetivos
o numerales pueden predicativizarse sin necesidad de morfemas verbalizado-
res tal como vemos en los ejemplos (14a y b):

(14) a. o-x‫ܦ‬i'cah.
yo-enojado
‘Yo estoy enojado’.
b. o-am'sah.
yo-chico
‘Yo soy chico’.

Otro verbo intransitivo es el verbo cópula 'ihni ‘ser, estar, existir’ que
puede sufijarse abreviándose como vemos en los ejemplos (12a y b), o presen-
tarse con su forma completa como en (15a y b):

(15) a. na'x‫ܦ‬aho ihni.


macho ser
‘Es machito’.
b. le-hu'sek 'ihni.
él-alma ser
‘Es noble’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 141

C. Verbos transitivos: pueden ser bivalentes o trivalentes. En el primer caso,


los bivalentes o monotransitivos presentan dos participantes, agente (A) y
paciente (P), como en los ejemplos siguientes, en los que el orden es AVP:

(16) a. o-'x‫ܦ‬enče le-'pe.


yo-abrir su-puerta
‘Yo abro su puerta’.
b. le-leh-'no-k‫ܦ‬e.
vos-lavar-me-INT
‘Vos me lavás’.

En el caso de los trivalentes o bitransitivos, nos encontramos con verbos


que presentan tres participantes: agente (A), paciente (P) y receptor (R), como
se ve en los ejemplos siguientes, en los que se observa el orden AVP(R):

(17) a. o-'wen-no činah'÷ah na'x‚ah.


yo-dar-CAUS dinero niño
‘Yo doy dinero al niño’.
b. o'¬am te o-čah-'¬am-e ha÷'l÷wu'mek
yo CON yo-traer-le-DIR leña
‘Yo le traje leña’.

Comparando la oración monotransitiva (16a) con la bitransitiva (17a), ve-


mos que el paciente u objeto de ambas y el receptor de la segunda están expre-
sados por frases nominales no marcadas por caso ni adposición, es decir que
estamos ante el alineamiento denominado doble acusativo o doble objeto
(Haspelmath 2005: 426-427). Carecemos de ejemplos donde tanto el paciente
como el receptor se expresen por medio de índices pronominales incorporados
al verbo (el ejemplo (17b) solamente presenta el receptor incorporado pero no
el paciente, que se halla expresado por una frase nominal), para poder deter-
minar si se mantiene el mismo alineamiento o si en tales casos la lengua pre-
senta un alineamiento diferente.
Podemos concluir que el wichí es una lengua que manifiesta características
nominativo-acusativas, ya que el verbo concuerda con S/A, aunque también
142 Ana Fernández Garay

posee un sistema de concordancia de número verbal que se halla controlado


por la frase nominal absolutiva, lo que implica que la lengua opera sobre una
base ergativo-absolutiva (véase Terraza, en prensa).

6. Aumento de la transitividad
Las lenguas presentan dos tipos de morfemas derivativos para aumentar la va-
lencia verbal, los causativos y los aplicativos. Dejaremos de lado los aplicati-
vos ya que hasta el momento no hemos podido documentar la presencia de es-
tos morfemas en el wichí, para ocuparnos solamente de los causativos. La di-
ferencia entre ambos es clara: el causativo manipula el punto inicial del even-
to, es decir que agrega un agente a los ya existentes, en tanto que el aplicativo,
manipula el punto final, ya que agrega un objeto (Martin 2000: 377).
En el causativo morfológico, el predicado causativo se relaciona con el no
causativo por medio del agregado de algún morfema derivativo, tal como
ocurre en el turco, lengua en la que se pueden formar verbos causativos a
partir de cualquier verbo por el solo hecho de estar determinados por un afijo
causativo. Para Dixon (2000: 43), los causativos morfológicos pueden
aplicarse en ciertas lenguas sólo a verbos intransitivos; en otras, a verbos
intransitivos y transitivos pero no a bitransitivos. Por último, hay otro tipo de
lenguas en las que pueden aplicarse inclusive a estos últimos.

a. Construcciones causativas
La lengua wichí presenta dos sufijos causativos, -yen y -hat, sufijos que pre-
sentan distintos alomorfos. El primero, gramaticalización del verbo yen
‘hacer’, posee los alomorfos -en ~ -on ~ -no ~ -ho, el segundo presenta los
alomorfos -kat ~ -it ~ -et (véase Viñas Urguiza 1974: 79-80 y Lunt 1999: 111-
114). Ambos grupos de causativos transforman verbos intransitivos en transi-
tivos y verbos transitivos en bitransitivos:

– Sufijo -yen
(18) a. le-'pumi.
él-húmedo
‘Él está húmedo’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 143

b. o-pum(i)-'yen ha'lwu'mek.
yo-húmedo-CAUS leña
‘Yo mojé la leña’.

En estos ejemplos se observa el adjetivo 'pumi ‘húmedo’ que ha sido predi-


cativizado por medio del índice personal de tercera persona, y convertido en
verbo transitivo por medio del morfema causativo -yen. La forma -yen se sufi-
ja a raíces que terminan en vocal.

– Variante -no
(19) a. o-'wen činah'ah.
yo-tener dinero
‘Yo tengo dinero’.
b. o-'wen-no činah'ah na'x‫ܦ‬ah.
yo-tener-CAUS dinero niño
‘Yo doy dinero al niño’.

Este alomorfo se sufija a raíces que finalizan en n, y en el ejemplo (19) lo


vemos transformando un verbo transitivo en bitransitivo.

– Sufijo -hat
(20) a. i-'x‫ܦ‬i la'tah.
él-manso caballo
‘El caballo es manso’.
b. o-x‫ܦ‬i-'hat la'tah.
yo-manso-CAUS caballo
‘Yo amanso al caballo’.

El sufijo derivativo -hat se sufija a adjetivos predicativizados, es decir a


verbos intransitivos atributivos, para formar verbos transitivos, al igual que el
sufijo -yen, del cual no parece diferenciarse ni por su función ni por su distri-
bución. Por los ejemplos documentados, este morfema se sufija a verbos que
finalizan en vocal.
144 Ana Fernández Garay

– Variante -it
(21) a. o-yes.
yo-cortarse
‘Yo me corto’.
b. o-yes-it ihčin.
yo-cortar-CAUS zapallo
‘Yo corto zapallo’.

Aparentemente este alomorfo se sufija a verbos que finalizan en consonan-


te. Las otras variantes mencionadas por Viñas y Luna no han sido documenta-
das en nuestro corpus hasta el presente.
Hemos registrado, por otro lado, el prefijo am- que precede adjetivos pre-
dicativizados y que funcionaría como un morfema causativo:

– Prefijo am-:
(22) a. o-am'sah.
yo-chico
‘Yo soy chico’.
b. o-ay-am-am'sah.
yo-VM-CAUS-chico
‘Yo me achiqué’.

Desgraciadamente carecemos de datos para dar mayor información acerca


de los sufijos derivativos causativos, pero a partir de los presentados, es evi-
dente que la causatividad morfológica es una estrategia productiva en esta len-
gua, que se aplica sobre todo a verbos intransitivos para generar verbos mono-
transitivos, aunque también se observa operando sobre verbos transitivos para
dar lugar a los bitransitivos. No hemos registrado, hasta hoy, ejemplos de ver-
bos bitransitivos a los que se agreguen afijos causativos.

7. Disminución de la transitividad
Así como existen mecanismos para aumentar la transitividad verbal, existen
también mecanismos para reducirla. Uno de ellos es la voz pasiva, cuya fun-
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 145

ción es borrar el agente o convertirlo en argumento periférico (caso oblicuo).


Asimismo, la reflexión, la reciprocidad y la voz media son mecanismos de
disminución de valencia verbal (Dixon y Aikhenvald 2000: 7-12; Kemmer
1993: 1-4).

a. Sobre la voz pasiva


Viñas (1974a: 77) considera el sufijo -ek como indicador de pasivización, y
agrega la autora que este sufijo implica un ordenamiento distinto de los argu-
mentos, ya que el objeto pasa a ubicarse a la izquierda del verbo, cuando nor-
malmente se ubica a la derecha. Por lo que pudimos observar en nuestro cor-
pus y en los trabajos de Viñas y Hunt, este morfema sería un elemento nomi-
nalizador de verbos por la función sustantiva que adquieren las raíces verbales
al ser determinadas por él. Los dos únicos ejemplos suministrados por Viñas
no manifiestan la función principal de la voz pasiva que consiste en la desfoca-
lización del agente, bien porque simplemente éste ha desaparecido de la ora-
ción o porque ha sido desplazado a una función oblicua. Sólo estaría presente
la topicalización del paciente, que se ha colocado por delante del agente. Los
ejemplos (23) y (24) están tomados de Viñas (1974a: 77):

Voz Activa Voz Pasiva


(23) o-län 'tunas 'tunas o-länek
yo-arranco tunas tunas yo-arrancadas

(24) nečaj mak mak nečayek


renueva cosa cosa renovada

Como puede observarse, estos ejemplos no resultan claros. Según la autora,


el empleo de -ek implica un ordenamiento diferente, pero, como decíamos
más arriba, no hay cambios en los participantes de la oración. Se siguen man-
teniendo ambos participantes (en (24) es evidente que el participante agente de
la activa es una tercera persona Ø- ). Por lo demás, Viñas no aclara si ambas
oraciones son parte de una oración mayor de la cual (23) y (24) serían subor-
dinadas con verbo no finito (véase más abajo), u oraciones simples. Hasta el
momento sólo hemos registrado dos ocurrencias de -ek:
146 Ana Fernández Garay

(25) ' nečay-ek ‘cuarto creciente de la luna’

(26) an-yen-ek ‘testigo’

En el primer caso estamos frente a una nominalización del verbo nečay


‘renovar’, es decir ‘lo renovado’. En el segundo, no tenemos el sentido del
primer morfema, pero el segundo es el causativo -yen, razón por la cual es cla-
ro que estamos ante una forma verbal transitiva, claramente ‘atestiguar algo’,
que al agregar el sufijo -ek da por resultado una forma nominal. Hunt (1913: 1)
considera el morfema -ik ~ -ek como un ‘modo infinitivo’ y traduce los ver-
bos que se hallan determinados por él como infinitivos o participios: ij- ‘cavar’
> ij-ek el cavar, el cavado’, aj- ‘pegar’ > aj-ik el pegar’. Muchas lenguas, co-
mo el mapuche y el tehuelche (Fernández Garay 2006: 141-158), emplean es-
tas nominalizaciones para la subordinación (Comrie y Thompson 1990: 349-
398). Pero esto deberá ser profundizado una vez que se amplíe el corpus con el
que estamos trabajando.

b. Reflexividad y voz media


La disminución de la transitividad en el wichí se produce por la presencia del
morfema reflexivo ¬ay, que es el mismo para todas las personas, y que se an-
tepone a la raíz verbal. El morfema ¬ay tiene por función disminuir la valencia
de verbos monotransitivos y bitransitivos pues las acciones reflexivas se sitúan
a medio camino entre los hechos de uno y de dos participantes (Kemmer 1993:
42-52, 96-102). Si el verbo está marcado como reflexivo debido al afijo '¬ay,
los dos participantes, agente y paciente, son correferenciales, es decir se refie-
ren a la misma entidad sujeto. Véanse los siguientes ejemplos:

(27) a. o-'ln cih'na.


yo-matar mujer
‘Yo maté a la mujer’.
b. 'ay-'ln cih'na.
RFLX-matar mujer
‘La mujer se mató’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 147

(28) a. o'am te o-'yah sinh.


yo CON yo-golpear perro
‘Yo golpeo al perro’.
b. o-'ay-yah-i.
yo-RFLX-golpear-DUR
‘Yo me golpeo’.

Es evidente que, cuando el hablante expresa un hecho reflexivo, aparece la


forma ay que indica correferencialidad de agente y paciente. Sin embargo, al
indagar sobre posibles marcas en el dominio medio, sólo encontramos los si-
guientes ejemplos que pertenecen a las clases semánticas de verbos que se in-
dican a continuación:

Movimiento traslacional:
(29) a. hi'no te ay-tonit-'če
hombre CON VM-alejar-DIR
‘El hombre se alejó’.
b. a-is'kat na'x‫ܦ‬ah
VM-esconder niño
‘El niño se escondió’.
c. ay-hut'wek wi'či
VM-reunir gente
‘Se reunió la gente’.

Se observa en el ejemplo (29b) que el marcador medio presenta la forma ¬a


distinta a la de (29a). Este fenómeno de pérdida de la y final ocurre siempre que
la sílaba siguiente presente una vocal i, tal como vemos en (30), (31) y (32).

Movimiento no traslacional:
(30) a-hi-če-h'ni can'Бah
VM-estirar-DIR-COP cuero
‘El cuero se estiró’.
148 Ana Fernández Garay

Medio emotivo:
(31) a-hin-ča-i.
VM-COP-DIR-DUR.
‘Ella se amargó’ (lit. ‘ella está bajoneada’).

Eventos espontáneos:
(32) ay-lat o-as.
VM-resfriar mi-hijo
‘Se resfrió mi hijo’.

(33) o-ay-wuh-yen.
yo-VM-grande-CAUS
‘Yo me agrandé’.

(34) o-ay-am-am'sah.
yo-VM-CAUS-chico
‘Yo me achiqué’.

Veamos ahora lo que ocurre con los verbos naturalmente recíprocos:

Naturalmente recíprocos:
(35) no'k‫ܦ‬oy-am-e-'hen.
saludarse-lo-DIR-PL
‘ellos se saludaron’.

Con respecto a los verbos recíprocos, debemos notar que el ejemplo (35)
no presenta la marca ay que aparece en (36):

(36) ay-la'h-en ok-ye'x‫ܦ‬as.


REC-pelear-PL mis-vecinos
‘mis vecinos se pelean’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 149

Estos ejemplos nos llevan a distinguir los recíprocos propiamente dichos


(Kemmer 1993: 96-97) de los naturalmente recíprocos. Los recíprocos propios
remiten a aquellas situaciones que son prototípicamente recíprocas, en la que
un evento simple presenta dos participantes que manifiestan dos relaciones; en
una de ellas uno de los participantes es iniciador de la acción pero a la vez es
punto final de la otra, tal como se observa en (36), razón por la cual el plural
verbal se refiere a ambos participantes pues los dos son sujeto y objeto del
verbo lah ‘pelearse’. Los ‘naturalmente recíprocos’, pertenecientes al dominio
medio según Kemmer, son los que se caracterizan por presentar un bajo grado
de elaboración de los eventos, o, como dice la misma autora, baja distinguibi-
lidad de los participantes, porque las acciones son simultáneas y por lo tanto
no fácilmente discernibles (se abrazan, se saludan). Hay lenguas, como el in-
glés, que marcan los recíprocos propios en tanto los naturalmente recíprocos
no presentan marca (Kemmer 1993: 102-116). Es el caso del wichí, que mani-
fiesta el mismo marcador de la reflexión para indicar los recíprocos propios,
pero éste desaparece cuando se trata de situaciones naturalmente recíprocas.
Hemos visto que los ejemplos documentados en nuestro corpus de verbos
pertenecientes al dominio medio son sumamente escasos. Se elicitaron más de
un centenar de tales verbos, pero sólo en muy pocas ocasiones aparecieron
marcados con la misma forma que indica reflexión. Sólo los ejemplos (29) a
(34) presentan dicha marca reflexiva. En todos los demás casos elicitados, es-
tos verbos pertenecientes al dominio medio ocurren como verbos intransitivos
sin marca alguna.
Por los datos expuestos, es evidente que el wichí carecía de marcador de
voz media, y que actualmente está trasladando la marca reflexiva a los verbos
del dominio medio, tal como ha ocurrido en algunas lenguas del mundo, entre
ellas, el francés y el español (cf. Kemmer 1993: 151 y ss).

8. Conclusiones
En este trabajo intentamos realizar una primera aproximación al estudio de los
mecanismos que posee la lengua wichí en el noreste de Salta, Argentina, para
aumentar y reducir la transitividad, poniendo especial atención a la existencia
de una posible marca de voz media. Como hemos podido observar, el wichí
estaría iniciando la expansión de la marca de reflexividad a ciertos dominios
de la voz media. El proceso es, por ahora, incipiente.
150 Ana Fernández Garay

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Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Buenos
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La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán

Gabriela García Salido


Universidad de Sonora/Universidad de Texas en Austin

1. Introducción1
En este artículo se presenta un análisis en tepehuano del sur2 de la voz reflexi-
va, recíproca y media. Según Kemmer (1993) en algunas lenguas del mundo,
las llamadas situaciones de voz media, en donde se incluye a las construccio-
nes reflexivas y recíprocas, se caracterizan por hacer uso de un mismo juego
de pronombres. Esta misma autora señala que, mientras que el criterio para re-
conocer a los recíprocos es la marca de pluralidad del sujeto, los eventos de
voz media no muestran diferencia morfosintáctica alguna frente a los reflexi-
vos, por lo que es en la semántica de estas situaciones en donde se observa la
diferencia. En su estudio tipológico sobre este tipo de construcciones, Kemmer
(1993, 1994) propone que la noción de distinguibilidad de los participantes
permite explicar estos eventos y separar semánticamente un evento reflexivo
de un medio.
Esta última observación permite explicar el por qué verbos intransitivos
como caer, reflexionar, bailar, descansar, germinar, entre otros, pueden ser
codificados con la marca de reflexivo. Estos verbos, sin embargo, no pueden
ser tratados como reflexivos si se parte de los criterios que caracterizan a la
voz media.
Este hecho nos lleva a proponer que en el tepehuano del sur ciertos verbos
intransitivos, como los mencionados anteriormente, responden semánticamen-
te a la voz media aunque no exista un marcador exclusivo en esta lengua. De

1
Este trabajo ha sido desarrollado gracias al apoyo del proyecto de investigación CONA-
CyT: “Mecanismos de voz y formación de palabra” (ref. 39777), a cargo de la Dra. Zarina Es-
trada Fernández. Asimismo, agradezco su asesoría y orientación.
2
El tepehuano del sur pertenece a la familia yutoazteca; se habla principalmente en el ejido
de Santa María Ocotán y en el ejido del Xoconostle, localizados al sur del municipio de El Mez-
quital en el estado de Durango. Según el censo de (2000) de INEGI, la comunidad está confor-
mada por cerca de 25,544 hablantes.
154 Gabriela García Salido

igual forma, se observa que la marca de reflexivo puede llegar también a aña-
dirse a ciertos verbos transitivos y expresar una lectura no reflexiva.
La información gramatical sobre la lengua tepehuano del sur que se mane-
ja, procede principalmente de la obra de Willett (1991) A Reference Grammar
of Southeastern Tepehuan y del diccionario del mismo autor (por publicar).
Los datos utilizados en el presente trabajo se componen, por un lado, de ora-
ciones elicitadas así como de textos glosados provenientes de las diferentes
visitas de campo, datos que se han obtenido gracias a la colaboración de Mar-
celino Mendía Cumplido, profesor bilingüe hablante de tepehuano del sur de
Santa María de Ocotán. También se ha hecho uso de materiales textuales que
T. Willett proporcionó. Agradecemos a ambos su colaboración y apoyo.

2. Características tipológicas del tepehuano del sur


El tepehuano del sur se caracteriza por ser una lengua fusiva con un corto nú-
mero de prefijos y mayor cantidad de sufijos. Una oración simple en esta len-
gua se forma a partir de una raíz verbal más una serie de afijos. El orden bási-
co de las palabras en la oración es, según Willett (1991), de verbo inicial aun-
que los textos analizados proporcionados por Marcelino Mendía muestran una
tendencia de orden sujeto, objeto, verbo (SOV). También es posible encontrar
el orden sujeto, verbo, objeto (SVO). Ejemplos donde se ilustran los tres dis-
tintos órdenes de elementos de la oración se proporcionan en (1). En (1a) se
muestra el orden SVO, en (1b) el orden VSO, oración precedida por un com-
plemento periférico y en (1c) el orden SOV.

S V O
(1) a. Juan juu gu timkahl.
Juan comió ART tortillas3
‘Juan comió tortillas’.
3
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, APL = aplica-
tivo, ART = artículo, CAUS = causativo, COND = condicional, CONJ = conjunción, COP = cópula,
DEM = demostrativo, DFH = dirección fuera del hablante, DUR = durativo, EC = evidencia conoci-
da, ENF =enfático, FUT = futuro, INC = incoativo, INT = intento, IT = iterativo, MED = media, MOT
= motora, NEG = negación, PERF = perfectivo, PL = plural, PUNT = puntual, RCP = recíproco, RED
= reduplicación, REL = relativo, REP = repetición, RFLX = reflexivo, RLZ = realización, SG = sin-
gular, SUB = subordinador, TEMP = temporalidad.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 155

V O S
b. mo’-ram das-tu’ gu bai’ñdya-kar dyi ubí.
cabeza-sobre poner-MOT ART echar^agua-cosa ART mujer
‘La mujer está cargando el agua con su cabeza’. (Willett 1991: 88)
S O V
c. apim tëkëb jiñ ua’da-’.
2PL alto 1SG llevar-FUT
‘Ustedes me llevarán por arriba’. (El tlacuache)

Esta lengua no cuenta con marcas de caso en los nominales, por lo que la
única forma de mostrar las relaciones gramaticales es por medio del sistema de
pronombres, el cual muestra un sistema de relaciones gramaticales nominati-
vo-acusativo. Este sistema, de acuerdo con Willett (1991), cuenta con dos con-
juntos pronominales de sujeto y dos de no-sujeto, todos estos paradigmas se
ilustran en la Tabla 1. En dicha tabla se incluyen entre paréntesis aquellos
elementos fonéticos que suelen elidirse en el habla común, por ejemplo, el
pronombre de segunda persona sujeto -’ap, pierde al segmento /a/ después de
una vocal y los pronombres de objeto jum- y jich- pierden la sílaba inicial /ju-/
y /ji-/.

Pronombres sujeto Pronombres no-sujeto


reflexivos, recíprocos
libres ligados objeto
y medios4
1SG añ -’iñ, -(a)ñ (ji)ñ- (ji)ñ-
2SG ap -’ap, -(a)p (ju)m- (ju)m-
3SG guñi -Ø Ø- (ju)m-
1PL ach -’ich, -(a) ch (ji)ch- (ji)ch-
2PL apim -(’)(a)pim jam- (ju)m-
3PL am -(’)(a)m ja- (ju)m-
Tabla 1. Pronombres libres y ligados de sujeto de tepehuano del sur.

4
Dado que el tepehuano del sur sólo tiene una forma para marcar la voz reflexiva, recíproca
y media, a lo largo del trabajo se marcan estos pronombres de acuerdo a la semántica del evento.
156 Gabriela García Salido

En el ejemplo en (2), se ilustra una oración intransitiva con el verbo cami-


nar en la que el pronombre sujeto es el de segunda persona del singular ap. En
el ejemplo (3), se aprecia el mismo pronombre ap de segunda persona mar-
cando al sujeto-agente del verbo nii’n ‘ver’; el objeto directo es marcado con
el pronombre jiñ, pronombre de primera singular. En (4) se muestra de nuevo
al pronombre ap marcando al agente de la oración bitransitiva, así como al
pronombre de primera persona objeto jiñ, que en este caso señala al beneficia-
rio de la oración ap jiñ maamit gu tumin ‘tú me diste dinero’.

(2) ap oiri.
2SG caminar
‘Tú caminas’.

(3) ap jiñ-nii’n.
2SG 1SG-ver
‘Tú me ves’.

(4) ap jiñ-maa-mit gu tumin.


2SG 1SG-dar-PERF ART dinero
‘Tú me diste dinero’.

Lo particular del sistema pronominal de esta lengua es que las formas no-
sujeto se extienden a codificar al reflexivo, al recíproco y la voz media, excep-
to en la segunda persona plural y en la tercera persona singular y plural, donde
el pronombre jum- de segunda persona singular marca a estas tres personas es
decir, el tepehuano del sur hace uso de un sólo juego de pronombres para estas
tres voces, lo que a la luz de la tipología de pronombres reflexivos expuesta
por Comrie (1993), permite caracterizar a esta lengua como de una sola forma.

3. Nociones básicas
Algunas nociones básicas en las que se fundamenta este trabajo, provienen de
autores como Kemmer (1993), Givón (2001) y Comrie (1993). Givón (2001:
95) menciona que el evento reflexivo ocurre cuando el sujeto y el objeto de un
evento o estado son correferentes. La noción de correferencia ha sido entendi-
da como una condición semántica mantenida entre dos participantes, es decir,
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 157

el sujeto actúa sobre sí mismo. Asimismo, se ha señalado que una expresión


recíproca codifica dos o más eventos, dependiendo del número de participan-
tes que conformen al sujeto de la expresión; esos diferentes eventos son, sin
embargo, codificados por el único verbo de la expresión. De esta manera, en
una cláusula recíproca, el sujeto del primer evento es al mismo tiempo objeto
del segundo evento y viceversa. Así, los participantes del evento son correfe-
rencialmente recíprocos. Por ello, las expresiones recíprocas se caracterizan
por contar siempre con un sujeto plural, característica específica que diferencia
a estas expresiones de las reflexivas. Definidos de esta manera, los eventos na-
turalmente recíprocos pueden también considerarse con un bajo grado de dis-
tinguibilidad de los participantes.
Lyons (1969) discutió la noción de voz media desde un punto de vista pu-
ramente semántico, definida como un indicador de una acción o estado que
afecta al sujeto del verbo o a sus intereses. Esta noción es retomada en el tra-
bajo de Kemmer (1993), enriqueciéndolas con la descripción de una serie de
situaciones asociadas con la voz media; entre estas situaciones se encuentran:
verbos de aseo personal, movimientos corporales, actividades mentales, even-
tos espontáneos, entre otros.
Asimismo, en el trabajo de Kemmer (1993) se proponen dos criterios para
explicar el comportamiento de la voz media: (i) la elaboración relativa de los
eventos y (ii) la distinguibilidad de los participantes. La autora señala que una
propiedad crucial en la naturaleza de la voz media, es la noción de sujeto afec-
tado; propiedad que trasciende en lo que ella denomina: elaboración relativa
de los eventos, misma que permite explicar la distinción de un evento reflexivo
de un medio.
De acuerdo a Kemmer (1993: 72), en los eventos medios existe un inicia-
dor y un elemento final o afectado por el verbo, ambas entidades no son fácil-
mente distinguibles entre sí. La diferencia conceptual entre el iniciador y el
punto final es mínima; es decir, ambos implican a un mismo participante, el
cual llega a ser conceptualizado como dos facetas del mismo evento. Esta dis-
tinguibilidad entre participantes se comporta de diferente manera en las cons-
trucciones reflexivas, recíprocas y medias, ya que la distinción entre los dos
participantes se encuentra claramente identificable en los reflexivos y recípro-
cos, no así en los eventos medios. Debido a que en la voz media esta distinción
no es tan clara, es decir, existe un sólo participante del cual se predica algo, se
dice que en la voz media existe baja distinguibilidad de participantes.
158 Gabriela García Salido

Kemmer menciona que la noción de distinguibilidad de participantes per-


mite diferenciar entre la noción de reflexivo en contraste con la de voz media,
y que además ambas están morfológica e históricamente relacionadas. Así,
Kemmer (1993: 66) argumenta que las expresiones reflexivas codifican una
mayor separación conceptual entre dos facetas de un mismo referente. Lo an-
terior sugiere que la marca reflexiva en general tiene la función de designar
eventos en donde el iniciador y el punto final son claramente distinguibles. Por
el contrario, la voz media tiene la función básica de indicar los dos roles se-
mánticos en uno, es decir, se encuentran fusionados y no se da la distinguibili-
dad entre éstos.
En su estudio tipológico, Kemmer (1993: 24) señala que existen lenguas de
dos formas y lenguas de una forma, es decir, que distinguen tanto la reflexiva
como la media, y lenguas que no distinguen formalmente entre estas dos vo-
ces. El tepehuano del sur es un claro ejemplo de una lengua que sólo tiene una
forma morfológica para marcar tanto la reflexiva, como la recíproca y la me-
dia.

4. La voz reflexiva
Según Givón (2001: 95), las expresiones reflexivas codifican un evento en
donde el sujeto y el objeto son correferentes. Ésto significa que en estas cons-
trucciones el sujeto es un agente iniciador de la acción que actúa sobre sí mis-
mo. En tepehuano del sur, la voz reflexiva se marca con los pronombres jiñ-,
jich- y jum-, mismos que anteriormente se proporcionaron en la Tabla 1.
Los eventos reflexivos requieren verbos sintácticamente transitivos como
golpear, cortar, ver, entre otros, los cuales semánticamente se comportan co-
mo intransitivos dado que solamente ocurre una entidad involucrada; por ello,
estas oraciones son semánticamente bajas en transitividad debido a que sólo
existe un participante, que cumple dos roles semánticos: el de agente y el de
paciente.
Kemmer (1993) menciona que existen tres tipos de reflexivos: el reflexivo
directo o prototípico, el reflexivo indirecto, y el reflexivo logofórico, de los
cuales sólo los dos primeros se han documentado en tepehuano del sur.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 159

4.1 Reflexivo directo


Kemmer (1993: 42) define al reflexivo directo como el reflexivo prototípico
en el que el agente y el paciente son correferentes. En (5a) se observa que el
pronombre de segunda persona sujeto ap se encuentra en correferencia con el
reflexivo jum- de segunda persona; en (5b) se observa el pronombre de tercera
persona reflexivo jum- en correferencia con el pronombre de sujeto guñi, ya
que ambos se refieren a una misma entidad guñi jum kok-tu-hl ‘él se golpeó’; y
finalmente, en (5c) se muestra al verbo golpear con el pronombre jiñ- de pri-
mera persona como marcador de reflexivo. Aunque en las construcciones re-
flexivas se involucra solamente una entidad, puede afirmarse que existe una
clara distinción de los participantes: por un lado, se encuentra el iniciador o
participante sujeto, y por otra parte, se distingue claramente el participante pa-
ciente o entidad afectada codificada con los pronombres de reflexivo. En (5a)
y (5b) ambas construcciones codifican al reflexivo con el mismo pronombre
jum- lo que da lugar a una ambigüedad, ya que este pronombre funciona para
marcar como afectado, tanto a la segunda como a la tercera persona. Lo que
permite desambiguar entre una oración y otra es la correferencia del pronom-
bre reflexivo con el pronombre sujeto.

(5) a. api jumi- kok-tu-hl.


2SG RFLX:2/3SG pelear-CAUS-CAUS
‘Tú te/le golpeaste’.
b. guñii jumi- kok-tu-hl.
3SG RFLX:3/2SG pelear-CAUS-CAUS
‘Él se/te golpeó’.
c. jiñ- kok-tu-hl.
RFLX:1SG pelear-CAUS-CAUS
‘Me golpeé’.

Otros verbos utilizados para expresar construcciones reflexivas directas,


son: ver, mojar, matar, patear, defender; algunos de ellos se ilustran de (6) a
(8). En (6) el predicado ninii’n ‘ver’ ocurre con el marcador reflexivo jum- de
tercera persona singular codificando al participante paciente y al pronombre
guñi codificando al sujeto agente, ambos en correferencia. De igual forma, en
160 Gabriela García Salido

(7) se codifica el verbo palhbui’n ‘defender’ con el reflexivo jum- en correfe-


rencia con la segunda persona ap. En (8) se muestra la expresión guñi jum-
mua ‘él se mató’ que codifica el participante sujeto con el pronombre guñi de
tercera persona singular en correferencia con el pronombre reflexivo jum-.

(6) guñii jumi- ninii’n.


3SG RFLX:3SG ver.PL:IMPRF
‘El se ve (en el espejo)’.

(7) api jumi- palhbui’n.


2SG RFLX:2SG defender:PERF
‘Tú te defendiste’.

(8) guñii jumi- mua.


1SG RFLX:1SG matar.PERF
‘El se mató’.

4.2 Reflexivo indirecto


El reflexivo indirecto se caracteriza por expresar a tres participantes: agente,
paciente y beneficiario, en donde el agente y el beneficiario son correferentes.
Los ejemplos en (9) dan cuenta de la voz reflexiva indirecta, donde el benefi-
ciario es la misma entidad que el agente ejecutor de la acción, por lo que la ac-
ción recae sobre el único participante en el evento. En (9a) se observa la ex-
presión onbai ‘regalar’ codificando, por un lado, al participante sujeto ap y,
por otro, al pronombre reflexivo de segunda persona jum-, ambos hacen refe-
rencia a la misma entidad; en (9b) se observa que en la oración guñi jum onbai
gu carro ‘él se regaló un carro’, el pronombre de tercera persona sujeto guñi se
refiere a la misma entidad que el pronombre reflexivo jum-.

(9) a. api jumi- onbai gu baak.


2SG RFLX:2SG regalar.PERF ART casa
‘Tú te regalaste una casa’.
b. guñii jumi- onbai gu carro.
3SG RFLX:3SG regalar.PERF ART carro
‘Él se regaló un carro’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 161

Otras construcciones semánticamente detransitivizadas y que muestran pa-


trones de marcación relacionados con el reflexivo y la media son las construc-
ciones recíprocas.

4.3 La voz recíproca


De acuerdo con Givón (2001), un evento recíproco es definido como aquel en
el cual dos o más eventos son codificados por un mismo verbo; al expresar es-
tos eventos juntos en una misma cláusula, el sujeto del primer evento corres-
ponde al objeto del segundo y viceversa. Ambos participantes son correferen-
cialmente recíprocos.
En tepehuano del sur, las construcciones con sentido recíproco se marcan
con los mismos pronombres que las construcciones reflexivas, es decir, con los
pronombres (ji)ch- para primera plural y (ju)m- para la segunda y tercera per-
sona de plural; estos pronombres se muestran en la tabla 2.

Plural
1 (ji)ch-
2/3 (ju)m-
Tabla 2. Pronombres recíprocos

A diferencia de las construcciones reflexivas, en la voz recíproca la plurali-


dad de los participantes se expresa mediante una reduplicación. Willett (1991)
señala que la reduplicación que se da en tepehuano ocurre sólo a nivel de síla-
ba y sólo se manifiesta en el principio de la palabra. La reduplicación tiene un
significado de pluralidad como en jiñ-kui-kui-m-it, ‘ellos me mordieron’, sin
embargo en algunos verbos puede llegar a tener un significado de continuidad
o repetición de la acción como en suu-sua ‘él lloró’.
Algunas oraciones que muestran un comportamiento recíproco en tepehua-
no del sur son las que se presentan en los ejemplos (10)-(20). En (10) aparece
el predicado chi-chiñxi-’ñ ‘besar’ codificado con el pronombre recíproco de
tercera persona jum-, pronombre que se encuentra en correferencia con el suje-
to gu bipibu’p ‘los muchachos’. Este ejemplo muestra una reduplicación ini-
cial de la sílaba chi-, que expresa la pluralidad en la oración gu bipibu’p am
jum chi-chiñxi-’ñ ‘los muchachos se besan’.
162 Gabriela García Salido

(10) gu bipibu’p am jum- chi-chiñxi-’ñ.


ART muchachos 3PL RCP:3PL RED.PL-besar-APL
‘Los muchachos se besan’.

En los ejemplos (11)-(13) también puede apreciarse la codificación del


pronombre recíproco jum-. En (11) se codifica el predicado a’-a’gi’ñ-dha-’am
‘platicar’ con el pronombre jum- de tercera plural en correferencia con los par-
ticipantes Juan y María. En (10) y (11) aparece la marca de aplicativo -dha con
los verbos chiñxi-’‘besar’ y -a’gi’ñ ‘platicar’; en ambos se observa que la mar-
ca de aplicativo ocurre obligatoriamente para dar lugar a un verbo que exige
un benefactivo. En (12) se codifica el verbo a’adhin ‘vestir’ codificado con el
pronombre jum-. En (13) se ilustra el predicado du-durma-hl-ka-mit ‘se aga-
charon’, codificado con el pronombre recíproco jum-, en esta construcción
aparece la marca de causativo -hl, porque la acción agacharse es realizada con
afectación de uno a otro.

(11) Juan gio guMaría tu-(ju)m- a’-a’gi’ñ-dha-’am


Juan CONJ ART María DUR-RCP:3PL RED.PL-platicar-APL-3PL

gammiji.
siempre
‘Juan y María se platican siempre’.

(12) María gio gu Juan tu-(ju)m- a’-a’dhin-am.


María CONJ ART Juan DUR-RCP:3PL RED.PL-vestir-3 PL
‘María y Juan se visten’. (uno al otro)

(13) María gio Juan jum- du-durma-hl-ka-m-it.


María CONJ Juan RCP:3 PL RED.PL-abajo-CAUS-TEMP-3PL-PERF
‘María y Juan se agacharon’. (uno al otro)

Otros ejemplos que confirman la reciprocidad en tepehuano se enlistan a


continuación.
(14) gu-’i’am jum- ko’-komkia’.
ART-3PL RCP:3PL RED.PL-abrazar
‘Ellos se abrazan’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 163

(15) gu bipibop am-it jum- ma-mat takab.


ART muchachos 3PL-PERF RCP:3PL RED.PL-conocer ayer
‘Los muchachos se conocieron en el baile ayer’.

En el ejemplo (16), se observa el predicado jumapa ‘reunir’ codificado con


el pronombre recíproco jum- de tercera persona plural y en (17) se muestra el
predicado chigui- ‘encontrar’ codificado con el pronombre recíproco (ji)ch- de
primera persona plural. En ambas construcciones, el reflexivo está lexicalizado
en la forma verbal por lo que el verbo ya implica la noción de ‘juntar o reunir’
personas.

(16) gu ja’kkam jum- jumapa-m-it


ART gente RCP:3PL reunir-3PL-PERF
‘La gente se reunió’

(17) añ ka-xi-jí ba-ch- chigui-a’-ich kabuimuk


1SG TEMP-INT-ir RLZ-RCP encontrar-FUT-1PL mañana
‘Me iré, nos veremos mañana’ (Willett 1991: 201)

Las oraciones (18)-(20) muestran también un comportamiento recíproco.


El verbo ‘pelear’ es considerado un verbo recíproco prototípico en las lenguas
del mundo. En (18) se muestra este predicado kokda’ ‘pelear’ codificado con
el pronombre jum- de tercera persona plural en su forma contraída -m- con el
prefijo ‘durativo’ tu-. En (19) se observa de nuevo el verbo kokda’ ‘pelear’ co-
dificado con el pronombre reflexivo jum-.

(18) jum ’o ’iñ-’am dhi a’ahl, cham tu-m-kokda’-am


RCP:3PL luchar-3PL ART niños NEG DUR-RCP:3PLpelear-3PL
‘Esos niños están luchando; ellos no están peleando’
(Willett 1991: 201)
(19) Pedro gio Juan jum- kokda’-m-it.
Pedro CONJ Juan RCP:3PL pelear-3PL-PERF
‘Pedro y Juan se pelearon’.

En (20a) aparece el verbo tii ‘ver’ en la construcción activa María tii gu


Juan ‘María vio a Juan’, en contraste con la construcción (20b) donde el verbo
164 Gabriela García Salido

ti-t(i)ga ‘ver’ reduplicado obtiene la lectura recíproca de ‘encontrarse’ gu


a’ahl amit jum titga mu-boicha’m ‘los niños se encontraron en la calle’. La
construcción recíproca requiere del pronombre jum- de tercera persona plural.

(20) a. María tii gu Juan.


María ver.PERF ART Juan
‘María vio a Juan’.
b. gu a’ahl am-it jum- tit(i)ga mu-boicha’m.
ART niños 3PL-PERF RCP:3PL RED-ver.PERF DFH-calle
‘Los niños se encontraron en la calle’.

Un verbo prototípicamente recíproco en ciertas lenguas del mundo es el


verbo ‘casar’. En tepehuano del sur, este verbo es la forma jajooñich que se
refiere a ‘tomar esposa’; la construcción se expresa mediante el pronombre re-
cíproco jum- en mi’mit mismo bhai’ ji-(ju)m jajooñich, ‘ellos se casaron entre
sí’, como se muestra en (20c). Otros verbos que pueden tener lectura recíproca
son: estirar, amar, maldecir, recordar, maquillar, saludar.

c. mi’ m-it mismo bhai’ ji-(ju)m- jajooñich.


allí 3PL-PERF mismo bien INC-RCP:3PL tomar.esposas
‘Ellos se casaron entre sí’. (Willett, “la creación del mundo”)

En el estudio de la voz reflexiva y recíproca, se exploraron diferentes cla-


ses de verbos; en la siguiente sección, analizaré verbos de voz media para los
cuales Kemmer (1993) observó un menor grado de distinguibilidad entre sus
participantes.

5. El dominio de la voz media


Kemmer (1993) en su trabajo tipológico acerca del ámbito de la voz media se-
ñala que, desde un punto de vista semántico, los verbos de voz media indican
una acción o estado que afecta directamente al sujeto del verbo y a sus intere-
ses. Es decir, que en las expresiones de voz media, el sujeto realiza una activi-
dad en donde este participante es a la vez afectado por dicha acción.
Las clases semánticas que involucran a verbos que muestran la marcación
de voz media presentadas por Kemmer (1993) son nueve: verbos de aseo per-
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 165

sonal, verbos de movimiento no traslacional, media indirecta, movimiento


traslacional, media de emoción, media de acciones de habla, procesos menta-
les, eventos espontáneos y media impersonal. En las siguientes secciones, se
describirán cada una de estas clases semánticas en tepehuano del sur.

5.1 Verbos de aseo personal


Los verbos de aseo personal son los que encabezan la lista de situaciones me-
dias. Kemmer define a las acciones de aseo personal como situaciones o even-
tos que involucran partes del cuerpo, esta clase incluye verbos como peinar,
rasurar, bañar. En (21) se ilustra el verbo jib- ‘raspar’/‘rasurar’ en una cons-
trucción que contiene el pronombre jum-, pronombre que marca la segunda y
tercera persona singular. Este pronombre se reduce fonológicamente a m- al
contraerse con el prefijo intencional xi-. Las construcciones con este verbo
muestran un bajo grado de distinguibilidad entre el participante sujeto, Pedro,
y el pronombre jum-, en la construcción en (21), dado que ambos se refieren a
la misma entidad.

(21) Pedro xi-m- jib.


Pedro INT-MED:3SG raspar
‘Pedro se rasura’.

En (22a) se ilustra la construcción activa María gaxbo gu ahlii ‘María pei-


na a la niña’ que contrasta con las construcciones (22b) y (22c). (22a) cuenta
con dos participantes, el agente: María y el paciente: gu ahlii ‘la niña’, mien-
tras que en (22b) y (22c) los pronombres jum-, y jiñ- señalan al participante
afectado que resulta ser el mismo que el participante sujeto, guñi tercera per-
sona singular en (22b) y añ primera persona del singular en (22c). En (22d) el
pronombre jum nuevamente ocurre contraído ante el aspectual durativo tu-:

(22) a. María gaxbo gu ahlii.


María peinar ART niña
‘María peina a la niña’.
b. guñi jum- gaxbo.
3SG MED:3SG peinar
‘Ella se peina’.
166 Gabriela García Salido

c. jiñ- gaxbo-iñ.
MED:1SG peinar-1SG
‘Me peinó’.
d. tu-m- jur.
DUR-MED:3SG pintar
‘Se pinta’.

Tanto el ejemplo en (21) como los ilustrados en (22b-d) muestran eventos


de voz media. En ellos, según el criterio de Kemmer (1993), resulta difícil dis-
tinguir claramente entre un participante sujeto agente y un participante afecta-
do o paciente. Todo indica que aunque en todas estas construcciones se invo-
lucre a una misma entidad como en las expresiones de reflexivo y recíproco,
en las expresiones de media no hay una distinción clara entre el iniciador de la
acción y el afectado.

5.2 Verbos de movimiento no traslacional


Los verbos de movimiento no traslacional denotan manipulación motora del
cuerpo o de una parte del cuerpo, sin que ocurra un cambio de lugar del sujeto.
Ejemplos con verbos que expresan un cambio de postura, pero sin movimien-
to, se ilustran en (23). La oración transitiva en (23a) contrasta con la media en
(23b), dado que en esta última el pronombre jiñ de primera persona hace tam-
bién alusión al pronombre sujeto añ, lo que indica un bajo grado de distingui-
bilidad de participantes. En (23c) la construcción muestra al pronombre de ter-
cera persona jum, mismo que hace referencia al participante afectado guñi. En
(23d) la construcción jiñ kiksañich ‘me rasqué’ es codificada con el pronombre
medio jiñ de primera persona singular, aquí de nuevo se aprecia baja distin-
guibilidad de participantes.

(23) a. María baíssi gu nonb-i’ñ.


María jalar.PERF ART brazos-3SG
‘María estiró sus brazos’.
b. añ jiñ- cho’m.
1SG MED:1SG estirar.PERF
‘Me estiré’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 167

c. guñi jum- to’m.


3SG MED:3SG estirar.PERF
‘Ella se estiró’.
d. jiñ- kiksa-ñ-ich.
MED:1SG rascar-1SG-PERF
‘Me rasqué’.

En (24) se encuentra el verbo intransitivo descansar, verbo de movimiento


corporal codificado con el pronombre jiñ de primera persona. Este ejemplo
permite observar que el pronombre de media no sólo ocurre en verbos que pu-
dieran llegarse a interpretar como transitivos como los ilustrados en (22) y
(23), sino también con verbos intransitivos. El ejemplo en (24) muestra un
grado menor de distinguibilidad de participantes en comparación con la clase
de verbos de aseo personal, ya que en el caso de un verbo como jiip ‘descan-
sar’ resulta imposible hacer la separación conceptual de dos participantes, sin
embargo, el verbo se comporta sintácticamente igual que los ilustrados en (22)
y (23).
(24) nichu’ ya’ñ pix jiñ- jiip’-ñ.
Nada aquí nomás MED:1SG descansar-1SG
‘Nada aquí nomás descansando’.

En contraste con el ejemplo en (24), en tepehuano del sur existen verbos de


movimiento no traslacional que no se codifican con el pronombre medio, sino
que aparecen como propiamente intransitivos, tal es el caso del verbo gii ‘vol-
tear’. Este verbo, ilustrado en (25), muestra que no acepta ocurrir en construc-
ciones con ambos pronombres, el de sujeto -ñ- y el de media jiñ. Véase en
(25a) la construcción ja’kdir giiñich ‘me volteé’, no codificada con el pro-
nombre medio, lo que se confirma en la construcción agramatical en (25b).
Otros verbos de esta clase que muestran también un comportamiento intransi-
tivo son: dumalhchia’ ‘agacharse’, daibo’ ‘sentarse’, boi’ya ‘acostarse’ y ulh-
ña’ ‘levantarse’.
(25) a. ja’kdir gii-ñ-ich
al revés voltear-1SG.PERF
‘me volteé’
168 Gabriela García Salido

b. * añ jiñ ja’kdir gii

La presencia de verbos intransitivos que siguen un comportamiento similar


al de ‘voltear’ permite impulsar la organización de verbos en un continuo de
transitividad y no en clases discretas.

5.3 Verbos de movimiento traslacional


Las situaciones de movimiento traslacional como irse, caer, escalar, bajar,
rodar, entre otros, comprenden acciones que implican un cambio de locación,
es decir, involucran traslado y no sólo un cambio de postura. En el ejemplo
(26), el verbo caer sólo requiere un argumento, por lo que es considerado un
verbo intransitivo. Este predicado es codificado en (26a) con el prefijo de me-
dia jiñ- de primera persona singular, mientras que en (26b) es codificado con
el pronombre jum-, el que en este caso marca la segunda persona singular. Un
verbo como caer no puede tener una lectura reflexiva, es decir, este tipo de
predicados es considerado como un canónico medio, ya que no puede pensarse
en caer a sí mismo. Se confirma entonces, en estos ejemplos, la baja distingui-
bilidad de participantes; es decir, resulta imposible hacer la separación concep-
tual entre el participante sujeto y la entidad afectada.

(26) a. añ jiñ- iar dirap jap.


1SG MED:1SG caer.PERF suelo sobre
‘yo me caí por el suelo’.
b. ap jum- iar dirap jap.
2SG MED:2SG caer.PERF suelo sobre
‘Tú te caíste por el suelo’.

De igual forma que en los verbos de movimiento no traslacional, en tepe-


huano del sur ciertos predicados que expresan situaciones de movimiento tras-
lacional, no son codificados con los pronombres medios, tal es el caso del ver-
bo jimia’ ‘ir’ ilustrado en (27a) y del verbo tixdia’ ‘escalar’ ilustrado en (27b):

(27) a. añ ji Korian.
1SG ir.PERF Durango
‘Yo fui a Durango’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 169

b. ap tix sacalhikam.
2SG escalar.PERF montaña
‘Tú escalaste la montaña’.

Datos como los ilustrados en (27) permiten coincidir con el carácter idio-
sincrásico de los verbos de media, ya observado por Kemmer (1993).

5.4 Eventos mentales


Los eventos mentales tienen la característica general de los medios, es decir,
bajo grado de distinguibilidad de los participantes. El participante involucrado
en este tipo de situaciones es un experimentante o una fuente mental y ambos
son, simultáneamente, el iniciador y el punto final del evento. Los eventos
mentales se pueden dividir en: de emoción y cognición. A continuación se
presentan cada uno de estos tipos de verbos en tepehuano del sur.

5.4.1 Eventos de emoción


En los verbos de emoción, no hay control por parte del participante. Estos ver-
bos se caracterizan por tener un alto grado de afectación del participante único
que es un experimentante. Este último tiene un grado muy bajo de volición
comparado con lo que ocurre con verbos de pensamiento o de percepción. En
el ejemplo en (28b), se proporciona una construcción media marcada que con-
trasta con la activa no marcada en (28a), donde el rol de experimentante o par-
ticipante afectado de Juan se observa en la ocurrencia del pronombre jum- de
media. En esta clase de verbos, resulta imposible separar conceptualmente al
participante sujeto del participante afectado, ya que ambos remiten a la misma
entidad.

(28) a. Juan i’nkia’ gu ahlii.


Juan asustar.PERF ART niño
‘Juan asustó al niño’.
b. Juan xi-(ju)m- i’nkia-tak.
Juan INT-MED:3SG asustar.PERF-EC
‘Juan se asustó’.
170 Gabriela García Salido

En (29a) y (29b), se ilustran datos tomados del cuento del tlacuache, donde
se observa a este personaje cumpliendo un rol de experimentante con los ver-
bos ji’kgat ‘divertir’ y chatka ‘sentir’. En (29a) la construcción es codificada
con el pronombre medio jum- que hace referencia al participante afectado gu
job ‘el tlacuache’. En (29b) la expresión na ba’ añ jix bhai’ jiñ chatka ‘para
que yo me sienta alegre’ se codifica con el pronombre medio jiñ-, pronombre
que remite a la entidad afectada añ ‘1SG’.

(29) a. gu job sap manim jum- ji’kga-t .


ART tlacuache según una vez MED:3SG divertir-PERF
‘…El tlacuache una vez se divirtió…’ (“El tlacuache”)
b. na ba-’ añ jix bhai’ jiñ- chatka.
SUB RLZ-FUT 1SG COP bien MED:1SG sentir
‘…para que yo me sienta alegre…’ (“El tlacuache”)

Otro predicado de emoción es ju’n ‘satisfacer’, mismo que en (30) ocurre


con el marcador de primera persona singular jiñ-. El bajo grado de distinguibi-
lidad de los participantes impide una separación conceptual de los mismos.

(30) am jiñ- ju’nañ-ich.


bien MED:1SG satisfacer-PERF
‘Me satisfice’.

5.4.2 Eventos de cognición


Otros verbos que muestran una sintaxis propia de la voz media son los que ex-
presan estados o procesos mentales, como pensar, meditar, recordar, olvidar,
suponer, entre otros. Verbos de este tipo se ilustran en (31). En (31a) aparece
el pronombre medio de primera persona jiñ- en correferencia con el participan-
te sujeto añ del verbo bua ‘olvidar’. En (31b) la construcción Juan jum
ti’ncho6 ‘Juan se acuerda de él’ incluye al pronombre medio jum-, que remite
6
En contextos reflexivos, el verbo ti’nchu ‘pensar o recordar’ cambia su significado al de
‘tener juicio’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 171

al participante afectado Juan, ambos señalan una misma entidad, lo que impli-
ca un bajo grado de distinguibilidad de participantes.

(31) a. añ ji jiñ- bua.


1SG ENF MED:1SG olvidar.PERF
‘Yo me olvidé’.
b. Juan jum- ti’nchu.
Juan MED:3SG recordar
‘Juan se acuerda de él’.

En (32a) se muestra el verbo intransitivo ga’nga ‘reflexionar’; semántica-


mente este verbo indica eventos de cognición y en su sintaxis muestra la carac-
terística propia de los verbos de media: bajo grado de distinguibilidad de parti-
cipantes y por ello, la ocurrencia del pronombre jiñ- de media. Este pronombre
se encuentra en correferencia con el único participante de la acción añ ‘1SG’.
En (32b) se ilustra la construcción ap jap jum a’ ‘tú piensas’, con el pronom-
bre medio jum-, pronombre que remite al pronombre de segunda persona sin-
gular ap, ambos representan una misma entidad, lo que confirma baja distin-
guibilidad de participantes.

(32) a. añ jiñ- ga’nga.


1SG MED:1SG reflexionar
‘Yo reflexiono’.
b. ap jum- a’.
2SG MED:2SG pensar
‘Tu piensas’.

5.4.3 Media de acciones de habla


La media de cognición de acciones de habla se observa con verbos que deno-
tan una acción dentro de discurso o habla, entre ellos: lamentar, acusar, que-
jar, mentir, rehusar. En el ejemplo (33), ocurre el pronombre medio de prime-
ra persona jiñ- en correferencia con añ ‘1SG’, sin embargo, los dos participan-
tes del evento no son claramente distinguibles.
172 Gabriela García Salido

(33) añ jiñ- iattu-hl.


1SG MED:1SG acusar.PERF-CAUS
‘Yo me acusé’.

En (34a) aparece la expresión Juan jix buam tum dandiuhli’ñ ‘Juan se mal-
dice’ codificada con el marcador medio de tercera persona jum- en contracción
con el marcador durativo -tu, marcador aspectual. Este pronombre y el nomi-
nal Juan hacen referencia a una misma entidad, lo cual apunta a un bajo grado
de distinguibilidad de participantes. En (34b) se ilustra la construcción cham
jup jumbuisapich ‘te rehusaste’, que incluye al pronombre medio jum-, pro-
nombre que en esta expresión se relaciona con el participante sujeto ap, ambos
referidos a una misma entidad.

(34) a. Juan jix buam tu-m- dandiu-hli-’ñ.


Juan ATR malo DUR-MED:3SG maldecir-CAUS-APL
‘Juan se maldice’.
b. cham jup jum- buis-ap-ich.
NEG IT MED:2SG rehusar-2SG-PERF
‘Te rehusaste’.

5.5 Eventos espontáneos


Otra clase de verbos es la que denota eventos espontáneos. Esta clase incluye
verbos que involucran una acción que se realiza por un proceso o causa natural
como germinar, crecer, cambiar. Estos eventos son los que denotan un cam-
bio de estado en la entidad afectada lo que se observa en la sintaxis por la ocu-
rrencia de un pronombre de media. En (35) la expresión gu ki’ngob jum kupio’
‘la puerta se abrió’ ocurre el pronombre de media jum- en supuesta correferen-
cia con puerta, cumpliéndose las características canónicas de la media: uno,
el sujeto es afectado y dos, el bajo grado de distinguibilidad de participantes,
ya que el evento de ninguna manera expresa una acción reflexiva. Otro claro
ejemplo de evento espontáneo se presenta en (36) con el verbo jaax ‘derra-
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 173

mar’; en dicha construcción el pronombre medio jum- hace referencia al no-


minal gu sudai’ ‘el agua’.

(35) gu ki’ngob jum- kupio’.


ART puerta MED:3SG abrir.PERF
‘la puerta se abrió’.

(36) bix gu sudai’ jum- jaax.


Todo ART agua MED:3SG derramar.PERF
‘el agua se derramó’.

Predicados como tajan ‘abrir’ y duu ‘cambiar’, codificados con el pronom-


bre medio jum- también entran dentro de las situaciones espontáneas, como se
muestra en las oraciones (37) y (38).

(37) dihl jum-tajan-Ø gu tok no’-t ba-ga.


sólo MED:3SG-abrir^arriba-3SG ART algodón COND-PERF RLZ-seco
‘el algodón se abre por sí sólo, cuando está seco’.
(Willett 1991: 199)
(38) gu botpoda’ jokmar jup jum- duu.
ART gusano mariposa IT MED:3SG cambiar
‘el gusano cambió a mariposa’.

Otros verbos de esta clase son: daagi ‘cuajarse’ y bhai’b(i)chi ‘pasar-


se/perder su sabor’, mostrados en (39):

(39) a. daagi ‘cuajarse’


b. bhai’b(i)chi ‘pasarse/perder su sabor’8

En (40) se ilustra el verbo intransitivo buabus ‘germinar o brotar’ en la


construcción nax bhai tum buabus gu kaichuk ‘el tiempo germinó la semilla’;
en ella se observa el pronombre medio (ju)m-, en lectura media con el paciente
8
Datos tomados de la presentación de Willett en el Segundo seminario de voz y formación
de palabra. Hermosillo, Sonora, noviembre 2004.
174 Gabriela García Salido

‘la semilla’. De igual forma, en (41) la expresión nat tum sur ‘y se inundó’
ocurre codificada con el pronombre medio (ju)m- que hace alusión a ‘el mun-
do’, ambos referidos a una misma entidad.

(40) nax bhai tu-(ju)m- buabus gu kaichuk.


como maduro/tiempo DUR-MED:3SG germinar ART semilla
‘El tiempo germinó la semilla’. (lit. la semilla germinó)

(41) na-t tu-m sur.


SUB-PERF DUR-MED:3SG inundar
‘Y se inundó’.
(Willett, “La creación del mundo”)

5.6 Media impersonal


Kemmer (1993) señala que las construcciones impersonales también forman
parte del dominio de la voz media, y las nombra ‘situaciones de media imper-
sonal’. En este tipo de expresiones, existe un agente en la acción descrita, pero
este participante no es expresado. La falta de especificación del sujeto agente
es lo que da pauta para que oraciones como las que se ilustran en (42) sean tra-
tadas como de media impersonal.

(42) a. jum- tua’ gu jun.


MED:3SG moler ART maíz
‘(Alguien) muele maíz’.
b. dhi’ cham jum- ga’ra.
DEM NEG MED:3SG vender
‘No se vende algo’.
c. jix io’m tu-(ju)m- a’ga ya.
COP mucho DUR-MED:3SG hablar aquí
‘Se habla mucho aquí’.
d. mi’ ti-(ju)m- ni.
allí DUR-MED:3SG cantar.PERF
‘Allí se canta’. (Willett, “Chameet”)
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 175

En (42a) la construcción media impersonal ocurre marcada con el pronom-


bre jum-, mismo al que se le ha llamado marcador de media. Otro ejemplo que
nos da cuenta de la media impersonal es el de (42b) cham jum ga’ra ‘no se
vende algo’. De igual manera, en (42c) se observa la construcción jix io’m tum
a’ga ya ‘se habla mucho aquí’ codificada con el pronombre medio jum- de
tercera persona. Finalmente la construcción en (42d) mi’ tim ni ‘allí se canta’
también se encuentra codificada con el pronombre medio jum-. El resultado
del uso del pronombre jum- en todas estas construcciones es una lectura im-
personal. Ejemplos con participantes agentivos de (42a) y (42b) se proporcio-
nan en (43):

(43) a. añ tua’ gu jun.


1SG moler ART maíz
‘Yo muelo maíz’.
b. María ga’ra gu junba’.
María vender ART elotes
‘María vende elotes’.

6. Conclusiones
He mostrado que en tepehuano del sur, el mismo juego de pronombres sirve
para marcar la voz reflexiva, la recíproca y la del dominio de la media. Según
Givón (2001), Kemmer (1993, 1994) y Comrie (1993), esto se presenta en va-
rias lenguas, ya que estas marcas se encuentran diacrónicamente relacionadas.
De acuerdo a lo presentado, el tepehuano del sur pertenece a las lenguas que
no distinguen formalmente entre el reflexivo y la media, por lo que debe ser
considerada una lengua de sola forma pronominal para esas distintas funcio-
nes. Asimismo, se mostró que en tepehuano del sur, el juego de pronombres
para estas construcciones se codifica en posición preverbal y que estos pro-
nombres pueden llegar a ser modificados, mediante su contracción, al entrar en
relación con otros afijos verbales como -tu- ‘durativo’, xi- ‘intención’ y va-
‘realizativo’.
La diferencia entre las construcciones de reflexivo y las construcciones de
voz media, radica en la naturaleza semántica de estos eventos. Las expresiones
reflexivas involucran a un participante agente que realiza una acción que afec-
ta a una parte de sí mismo, lo que influye para que el evento se conceptualice
176 Gabriela García Salido

con dos participantes entre sí correferentes. Esta propiedad posiciona a las


construcciones reflexivas en un punto cercano al extremo transitivo en el con-
tinuo de transitividad presentado por Kemmer (1993, 1994). La distinción en-
tre la reflexiva y la media frente a la recíproca se puede observar en la plurali-
dad del evento.
Las expresiones de voz media, en cambio, se acercan al extremo contrario
de la transitividad, dígase al extremo intransitivo, ya que aunque muestran
también formas correferentes, el participante único ocurre como paciente cla-
ramente afectado, situación que trasciende en la no distinguibilidad clara de
participantes.
Pudo también constatarse, en base a la lista propuesta por Kemmer (1993),
que entre los verbos que en tepehuano del sur se comportan como medios, se
encuentran los de emoción, de movimiento traslacional, de estado o procesos
mentales, eventos espontáneos y de media impersonal.

Bibliografía
Comrie, B. 1993. “Language universals and linguistic typology: data-bases
and explanations”. Sprachtypologie und Universalien Forschung (STUF).
46.1: 3-14
Givón, T. 2001. Syntax. An Introduction. Vol. I y II. Ámsterdam/Filadelfia:
John Benjamins.
Kemmer, S. 1993. Middle Voice. Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins.
________
. 1994. “Middle voice, transitivity and events”. En B. Fox y P. J. Hopper
(eds.). Voice Form and Function. Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins.
179-230.
Lyons, J. 1969. Introduction to theoretical linguistics. Cambridge: Cambridge
University Press.
Willett, T. L. 1991. A Reference Grammar of Southeastern Tepehuan. Dallas:
Summer Institute of Linguistics y University of Texas at Arlington.
Estructuras argumentales alternativas:
las cláusulas aplicativas en yaqui

Lilián Guerrero
IIF, Universidad Nacional Autónoma de México

1. Introducción1
Desde la lingüística formal, las cláusulas aplicativas se definen como cons-
trucciones sintácticas donde un argumento periférico (adjunto) se convierte en
un objeto sintáctico (Aissen 1983; Dryer 1983; Baker 1988; Alsina y Mchom-
bo 1990). Sintácticamente, el argumento aplicado suele comportarse como
‘objeto directo’. La construcción aplicativa generalmente alterna con una cláu-
sula no-derivada donde el argumento adjunto se expresa mediante caso o ad-
posiciones. Semánticamente, el nuevo argumento suele referir a receptores y
benefactivos. En kinyarwanda, por ejemplo, el verbo debe tomar el afijo apli-
cativo -er para expresar el participante benefactivo (1a); algo similar sucede en
tzotzil para codificar el receptor (1b). Aunque menos común, es posible obser-
var el uso de morfemas aplicativos para expresar argumentos instrumental,
como el caso del oluteco en (1c), eventos locativos –frases que describen la
locación donde se llevó a cabo la acción–, poseedores de argumentos te-
mas/pacientes, asociativos, de propósito y razón. Los primeros tres ejemplos
fueron tomados de Croft (1991: 241).2

1
Mi participación en el Seminario de voz, cambio de valencia y formación de palabra de
2003 y 2004 no hubiera sido posible sin el apoyo del proyecto “Mecanismos de voz y formación
de palabra” (CONACyT 39777) del cual fue responsable la Dra. Zarina Estrada Fernández.
2
Abreviaturas: ABS = absolutivo, ACU = acusativo, APL = aplicativo, ASP = aspecto,
CAUS = causativo, CLM = marcador de unión de cláusula, COM = completivo para
independientes, COMI = comitativo, CONJ = conjunción, DET = determinante, DIR = di-
reccional, ERG = ergativo, GEN = genitivo, IMP = imperativo, INS = instrumental, INT =
intransitivo, POT = potencial, LOC = locativo, NEG = negación, NOM = nominativo,
OBJ.INDF = objeto indefinido, PAS = pasivo, PL = plural, POT = potencial, PRS = presen-
te, PSC = pasado continuo, PFV = perfectivo, RED = reduplicación, SG = singular, VLZD
= verbalizador.
178 Lilián Guerrero

(1) a. Umukooôwa a-ra-som-er / *-Ø umuhuuûngu igitabo.


niña 3SG-PRS-leer-APL niño libro
‘La niña le lee un libro al niño’. (Kimenyi 1980: 31)
b. i-Ø-h-čon-be/*-Ø čitom li Šun.
ASP-3SG.ABS -3SG.ERG-vender-APL cerdo DET Šun
‘Yo le vendí cerdos a Šun’. (Aissen 1983: 272)
c. tan=toj-yoxetun-u=ampok je wata:ka.
A1(ERG)=INS-trabajar-COMI=también este palo
‘Yo también trabajé con ese palo’. (Zavala 2005)

Los estudios tipológicos muestran que las construcciones aplicativas invo-


lucran, de manera explícita, un proceso derivacional que incrementa la estruc-
tura argumental del verbo base al crear una nueva posición sintáctica (Peterson
1999; Mithun 2001), o reacomoda la estructura de la cláusula en el sentido que
el argumento adjunto remplaza al objeto base y éste es opcional, se marca co-
mo oblicuo o se comporta como un argumento inerte (Comrie 1985).
Este artículo explora los mecanismos morfosintácticos y los efectos semán-
ticos que caracterizan a las cláusulas aplicativas en la lengua yaqui. En esta
lengua yutoazteca, las construcciones aplicativas se distinguen como un
mecanismo de incremento de valencia cuando el sufijo aplicativo -ria se
combina con verbos intransitivos y transitivos. La combinación con verbos
bitransitivos varía; o bien, crea una nueva posición argumental sintáctica, o
reacomoda la estructura argumental de la cláusula con un ligero cambio de
significado. Además, el uso del sufijo aplicativo expresa construcciones de
posesión externa. En todos los casos, el argumento aplicado es siempre un par-
ticipante humano, prominente y afectado, del tipo benefactivo/malefac-
tivo/poseedor/sustituto. Como en otras lenguas yutoaztecas, el sufijo aplicativo
puede también derivar verbos causativos a partir de nombres y adjetivos, al in-
corporar un participante agente. Al examinar las estructuras que alternan con
las aplicativas, es posible sugerir que el uso de la derivación aplicativa en yaqui
responde no sólo a motivaciones estructurales, sino también a consideraciones
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 179

discursivas. Los datos que aquí se analizan provienen de ambas fuentes,


elicitación directa y textos.3

2. Propiedades morfosintácticas básicas


Entre las características tipológicas del yaqui, está el hecho que es una lengua
de verbo final, aunque el orden de los argumentos nominales es relativamente
flexible, presenta marcación en el dependiente y un sistema nominativo-
acusativo (Lindenfeld 1973; Escalante 1990; Dedrick y Casad 1999). La len-
gua distingue argumentos centrales directos –aquellos participantes que son
requeridos por la estructura semántica del verbo y reciben marcación de caso-,
argumentos centrales oblicuos –argumentos que también son requeridos por la
semántica del verbo pero se marcan con posposiciones, y argumentos adjuntos
–frases opcionales y périfericas, que se marcan con adposiciones. Para los ar-
gumentos centrales directos, el caso nominativo es no-marcado y el acusativo
se marca con el sufijo -ta (2a). La cláusula en (2b) muestra como la marca del
acusativo y el plural son mutuamente excluyentes.4

(2) a. Goyo-Ø Peo-ta bicha-k.


Goyo-NOM Pedro-ACU ver-PFV
‘Goyo vió a Pedro’.
b. U goi-Ø u-me chu’u-im ke’e-kan.
DET coyote-NOM DET-PL perro-PL morder-PSC
‘El coyote mordió a los perros’.

3
Agradezco a Manuel Carlos Silva Encinas, Cresencio Buitimea Valenzuela, y Rolando Fé-
lix Armendáriz el haberme proporcionaron los textos de yaqui –transcritos y glosados– para rea-
lizar este análisis.
4
Para aquellas lenguas que muestran marcación diferencial entre objetos centrales,
Aissen (2003) propone dos jerarquías semántico-pragmáticas, la de animacidad y la de
definitud, de tal manera que las lenguas pueden elegir entre una u otra en la asignación
de caso. Siguiendo esta idea, el yaqui prefiere marcar con acusativo aquellos argumen-
tos más altos en ambas jerarquías, p. ej. pronombres personales, nombres propios, y
frases nominales definidas y singulares. Las frases nominales plurales son menos pro-
minentes para la marcación de caso acusativo, menos definidas y/o menos específicas,
y sólo reciben marca de plural.
180 Lilián Guerrero

El sistema pronominal en Tabla 1 distingue pronombres nominativos, acu-


sativos, genitivos, y objetos de posposiciones.

Objeto
Nominativo Acusativo Genitivo
de posp.
1 SG inepo =ne nee ne- in, nim
2 SG empo =’e enchi e- em
3 SG aapo apo’ik / a a- a- / apo’ik
1 PL itepo =te itom ito- itom
2 PL eme’e =’em enchim emo- em, enchim
3 PL bempo apo’im / am ame- bem, bempo’im
Tabla 1. Sistema pronominal.

El sufijo acusativo -ta también marca al poseedor en una frase genitiva


(3a), al sujeto dependiente de cláusulas relativas (3b), cláusulas temporales
(3c) y cláusulas completivas (3d), así como complementos de algunas pospo-
siciones. Dado que este sufijo indica la función canónica del acusativo, dígase
marcar el tema/paciente de un verbo transitivo, considero a -ta como un mar-
cador de caso acusativo.

(3) a. Ini’e o’ou-ta kari kaa bwe’u.


este hombre-ACU casa NEG grande
‘La casa de este hombre no es grande’.
b. U kaba’i-Ø [ Peo-ta nenka-ka-’u ] muuku-k.
DET caballo-NOM Pedro-ACU vender-PFV-CLM morir(SG)-PFV
‘El caballo que Pedro vendió está muerto’.
c. Joan-Ø ye’e-ka [ Peo-ta ketunke kuba’i-ta
Joan-NOM bailar-PFV Pedro-ACU antes tambor-ACU
pona-o ].
tocar-CLM
‘Juan bailó antes de que Pedro tocara el tambor’.
d. Ivan-Ø ju’unea-Ø [ Flor-ta mansana-ta bwa-ka-’u].
Ivan-NOM saber-PRS Flor-ACU manzana-ACU comer-PFV-CLM
‘Ivan sabe que Flor se comió la manzana’.
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 181

Aunque algunos autores aseguran que la lengua tiene caso dativo (Escalan-
te 1990) considero que no hay tal distinción. En (4a), el sufijo -tau refleja la
secuencia acusativo-direccional. Evidencias para esta afirmación provienen,
por un lado, por el hecho que el direccional no es la única posposición que re-
quiere objetos acusativos. Otros argumentos centrales oblicuos marcados con
posposiciones y que toman complementos acusativos son -mak ‘comitativo’
(4b), -betana ‘fuente’ (4c) y -betchi’ibo ‘propósito’ (4d), sobre todo cuando
refieren a participantes humanos (Rude 1996). Por el otro, la frase jamuchi-
me-u ‘a las mujeres’ en (4e) resulta problemática para la propuesta de caso da-
tivo, pues aparece sólo la marcación de plural seguida del direccional; es decir,
no existe la secuencia *-taum, *-mtau, *-tameu.

(4) a. U o’ou-Ø toto’i-ta jamut-ta-u nenka-k.


DET hombre-NOM gallina-ACU mujer-ACU-DIR vender-PFV
‘El hombre vendió la gallina a la mujer’.
b. Kajlos-Ø jamut-ta-mak e’tejo-k.
Carlos-NOM mujer-ACU-COM platicar-PFV
‘Carlos platicó con la mujer’.
c. Karmen-Ø María-ta-betana soto’i-ta mabeta-k.
Carmen-NOM María-ACU-de olla-ACU recibir-PFV
‘Carmen recibió la olla de María’.
d. U o’ou-Ø toto’i-ta jamuchi-me-u nenka-k.
DET hombre-NOM gallina-ACU mujer-PL-DIR vender-PFV
‘El hombre vendió la gallina a las mujeres’.

3. Las cláusulas aplicativas en yaqui


Generalmente, las cláusulas aplicativas se describen como construcciones
transitivizadas. Es decir, los aplicativos forman parte del conjunto de afijos de-
rivacionales que incrementan la valencia del verbo al crear una nueva posición
argumental dentro de la cláusula.5 Si el verbo base es intransitivo, la construc-

5
Aunque se ha dicho que lenguas como el inglés manifiestan construcciones apli-
cativas cero (no marcadas) para predicados tales como spray ‘rociar’, present ‘regalar’,
182 Lilián Guerrero

ción derivada es transitiva; si el verbo es transitivo, es posible derivar una


cláusula bitransitiva. En el proceso de derivación, un argumento periférico –el
cual no es requerido por al estructura semántica del verbo y, de expresarse en
la cláusula no-derivada, aparece dentro de una frase periférica– se incorpora al
conjunto de argumentos centrales del verbo base en función de objeto. En un
estudio translingüístico de 183 lenguas, Polinksy (2005) encuentra que sólo 83
permiten construcciones aplicativas. Para aquellas lenguas que las presentan,
la derivación puede variar a partir de dos parámetros: la transitividad del verbo
base y el rol semántico del argumento aplicado. En términos sintácticos, las
lenguas varían en el número y función de los morfemas aplicativos, en la posi-
bilidad de coocurrir más de un afijo en una misma cláusula y, más importante,
en la licencia de combinarse con bases intransitivas y/o bitransitivas, además
de bases transitivas. En términos semánticos, el nuevo argumento puede res-
tringirse al rol benefactivo, puede referir al benefactivo y otros roles, o puede
expresar todos los roles semánticos excepto el benefactivo. (Para detalles en la
distribución translingüística de estos dos parámetros, véase Polinsky 2005:
WALS 105). Inicio la descripción de construcciones aplicativas a partir del
primer aspecto.
En yaqui hay un solo morfema aplicativo, el sufijo -ria, el cual nunca ocu-
rre más de una vez en la misma cláusula. La combinación más productiva es la
derivación con bases transitivas, como la que se ilustra en (5a), aunque se ob-
servan también algunas instancias con bases intransitivas y bitransitivas. La
cláusula aplicativa alterna con una cláusula no-derivada donde el tercer argu-
mento se expresa a través de una frase oblicua marcada con -betchi’ibo ‘para’
(5b).

(5) a. Aurelia-Ø Goyo-ta u-ka wakabak-ta joa-ria-k.


Aurelia-NOM Goyo-ACU DET-ACU wakabaki-ACU hacer-APL-PFV
‘Aurelia le cocinó wakabaki a Goyo’.
b. Aurelia-Ø u-ka wakabak-ta joa-k
Aurelia-NOM DET-ACU wakabaki-ACU hacer-PFV

y supply ‘abastecer’ (Croft 1991: 241), la mayoría de los estudios sintácticos coincide
en que una construcción aplicativa muestra explícitamente un morfema aplicativo.
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 183

Goyo-ta-betchi’ibo.
Goyo-ACU-para
‘Aurelia cocinó el wakabaki para Goyo’.

La posposición -betchi’ibo puede combinarse con nombres, verbos, adjeti-


vos, adverbios de manera y pronombres (Dedrick y Casad 1999: 198-200). La
función de esta frase posposicional va desde la expresión de una meta (6a), ra-
zón/motivo (6b), hasta causa (6c). En (6d) se ilustra una cláusula de propósito.
Los ejemplos en (6) provienen de textos.

(6) a. Yokoria-po bea ji’osia-m ito-u a-’au-wa


siguiente.día-LOC entonces papel-PL 1PL-DIR RED-haber-PAS
pago-ta-betchi’ibo.
pago-ACU-para
‘Al día siguiente nos trajeron papeles para el pago’. (Hilario 255)
b. Ian tajti junu’u bea, ne-betchi’ibo a tekipanoa-Ø.
ahora hasta DET así 1SG:ACU-para 3SG:ACU trabajar-PRS
‘Hasta ahora, debido a mí, él lo trabaja’. (El maejto 91)
c. Polobe, ne-betchi’ibo bea naa weye a tekipanoa-kai.
pobre 1SG:ACU-para así junto ir:SG:PRS 3SG:ACU trabajar-CLM
‘Pobre, por mi (causa), anda de un lado a otro trabajando’.
(El maejto 128)
d. Ka ne ta’a-na-betchi’ibo bea ne ama
NEG 1SG:ACU conocer-POT:PAS-para así 1SG:ACU junto

oba-tua-k.
cabeza-CAUS-PRF
‘Para que los demás no me reconocieran, me la pusieron (la camisa)’.
(Mi abuelo y yo 53)

3.1 Aplicativas a partir de nombres y formas adjetivales


Algunos nombres, adverbios y formas adjetivales que codifican propiedades
atributivas y físicas no-inherentes, pueden combinarse con el sufijo aplicativo;
la cláusula derivada tiene un significado causativo. En (7a), ba’am ‘agua’ es el
184 Lilián Guerrero

argumento único del verbo estativo suka ‘estar caliente’. Al combinarse con el
sufijo -ria (7b), se aumenta la estructura argumental, de uno a dos argumentos
centrales directos, resultando en una cláusula transitiva.

(7) a. Ba’am suka.


agua:PL caliente
‘El agua está caliente’.
b. Nepo ba’am suka-ria-Ø.
1SG.NOM agua:PL caliente-APL-PRS
‘Yo caliento el agua’.

Al expresarse explícitamente el agente en (7b), el verbo estativo se deriva


en un verbo causativo de logro, i.e. un verbo télico que expresa un cambio de
estado causado por un participante externo. De acuerdo con Estrada (2007), la
función dual causativo/aplicativo se observa también en el sufijo -id/-di del
pima bajo. Un patrón similar cumple el sufijo -ki del comanche (Charney
1993) y el -tia del náhuatl (Tuggy 1996). En (8) se contrasta la doble función
del morfema -ri en tarahumara (Burgess 1984: 32).

(8) a. Sewá-ri=ne.
flor-APL=1SG.NOM
‘Estoy haciendo flores’.
b. O’to-ri-wa.
tomar-APL-IMP
‘¡Llévale (algo) a él!’

Algunos verbos transitivos derivados que han sido lexicalizados como cau-
sativos aparecen en (9). Ciertos nombres concretos y abstractos también tienen
la terminación -ria, seguramente como consecuencia de un proceso histórico
de lexicalización. Algunos de éstos se derivan de adjetivos tales como lu-
tu’uria ‘verdad, conocimiento, sabiduría’, seberia ‘invierno’, teberia ‘longui-
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 185

tud’, y otros de verbos como chukti-ria ‘herida’, patta-ria ‘tapadera’, yore’e-


ria ‘cicatriz’.6

(9) El sufijo -ria expresa el participante agente


base adjetival base nominal
bwichop-ria ‘(negro-) ahumar’ nok-ria ‘(palabra-) abogar, rezar’
bali-ria ‘(frío-) congelar’ wiki-ria ‘(cuerda- estirado ), deber’
yosi-ria ‘(caliente-) calentar’ papajko-ria ‘(fiesta-) celebrar’
awi-ria ‘(gordo-) engordar’
suka-ria ‘(caliente-) calentar’ base adverbial
yo’otu-ria ‘(ser viejo-) criar’ bu’u-ria ‘(mucho-) incrementar’

3.2 Aplicativas a partir de verbos intransitivos


El sufijo -ria se combina con algunos verbos intransitivos inergativos tales
como siime ‘ir’, bwite ‘correr’, ye’e ‘bailar’ y bwika ‘cantar’. El verbo ye’e
‘bailar’ requiere un sólo argumento central, el agente Aurelia; al combinarse
con el aplicativo en (10a) se expresa un segundo participante, Goyo, a quién le
fue dedicado el baile. La cláusula derivada es transitiva. En la estructura alter-
nativa en (10b), Goyo se marca con la posposición -betchi’ibo y la interpreta-
ción es que Aurelia hizo algo a favor/en lugar de Goyo. En (10c), el aplicativo
se combina con la partícula negativa e’e y deriva un verbo transitivo ‘escon-
der, guardar’.

(10) a. María-Ø Goyo-ta yi’i-ria-k.


María-NOM Goyo-ACU bailar-APL-PFV
‘María bailó para Goyo’.
b. María-Ø ye’e-k Goyo-ta-betchi’ibo.
María-NOM bailar-PFV Goyo-ACU-para
‘María bailó a favor/en lugar de Goyo’.

6
Algunas partes del cuerpo también terminan en -ria: tenberiam ‘labios’, pujbepa’ariam
‘párpado’, somo’opuriam ‘lagaña’, sikupuriam ‘riñones’, naka gojo’oriam ‘oídos’, yeka go-
jo’oria ‘nariz’, koba meje’eria ‘frente’, gok beta’aria ‘palma del pie’, mam beta’ariam ‘palma
de la mano, gok mobe’eria ‘huella’.
186 Lilián Guerrero

c. Junama’a te am e’e-ria-k.
Allá 1PL:NOM 2PL:ACU NEG-APL-PRF
‘Allá los escondimos’. (Hilario 14)

Harley et al. (2006) aseguran que el aplicativo en yaqui se limita a verbos


intransitivos inergativos como el de (10a) y transitivos, mientras que los in-
transitivos inacusativos como el de (11a) y los supletivos descartan la deriva-
ción aplicativa. Esto sugiere, según los autores, dos restricciones de las aplica-
tivas, (i) que -ria requiere sujetos intencionales y agentivos, y (ii) que los su-
pletivos intransitivos son inacusativos. De acuerdo con esto, al ser inacusati-
vos, los supletivos no permiten relacionar la acción del argumento externo al
de rol semántico de benefactivo. Sin embargo, las construcciones en (11b) y
(11c) se derivan de verbos supletivos inergativo e inacusativo, respectivamen-
te.

(11) a. * Uu tasa María-ta hamte-ria-k.


DET taza maría-ACU quebrar.INTR-APL-PFV
‘La taza se quebró por/en María’. (Harley et al. 2006)
b. Aurelia-Ø Goyo-ta siim-ria-k.
Aurelia-NOM Goyo-ACU ir(SG)-APL-PFV
‘Aurelia abandonó a Goyo’/*se fue en beneficio de Goyo’.
b.’ Aurelia-Ø siika Goyo-ta-betchi’ibo.
Aurelia-NOM ir(SG):PFV Goyo-ACU-para
‘Aurelia se fue, partió a favor/en lugar de Goyo’.
c. Jesús-Ø yoemmia-ta muuk-ria-k.
Jesús-NOM gente-ACU morir(SG)-APL-PFV
‘(A) Jesús se le murió la gente’.
c.’ Jesús-Ø muuku-k yoemmia-ta-betchi’ibo.
Jesús-NOM morir(SG)-PFV gente-ACU-para
‘Jesús murió por/en beneficio de la gente’.

Más que una restricción absoluta en términos sintácticos, los ejemplos en


(11) muestran que la derivación aplicativa de intransitivos, en general, es poco
productiva por razones semántico-pragmáticas. Por un lado, es difícil estable-
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 187

cer una situación en el mundo real donde un individuo ría, camine, corra, vue-
le en beneficio de otro participante, a no ser que la primera interpretación sea
de sustitución, es decir, hacer algo en lugar de otro individuo. En mis datos,
los pocos ejemplos de intransitivos con -ria consisten en verbos con fuerte
contenido cultural como cantar, bailar, rezar, los cuales refieren un objeto
cognado y/o hay un beneficiario tácito (dígase, Dios, los santos, el público), o
donde -ria codifica un participante con alta relevancia pragmática y/o afecta-
ción. De hecho, muuk-ria ‘morir por’ en (11c) expresa cierta relación de pose-
sión: la gente de Jesús murió. Mientras que en (10) -ria introduce un partici-
pante benefactivo, en (11b) y (11c) expresa un participante negativamente
afectado, malefactivo. Cuando el tercer participante se codifica como un ar-
gumento oblicuo, la interpretación es ambigua, entre un benefactivo o un par-
ticipante sustituto. La cláusula en (12a) ejemplifica una base estativa ‘estar fe-
liz’; en (12b), el sufijo aplicativo permite expresar un argumento me-
ta/motivo/causa.

(12) a. María-Ø alle’a-Ø Kajlo-ta-betchi’ibo.


María-NOM feliz-PRS Carlos-ACU-para
‘María está feliz por Carlos (por lo que le pasó)’.
b. María-Ø Kajlo-ta alle’a-ria-Ø.
María-NOM Carlos-ACU feliz-APL-PRS
‘María está feliz por Carlos’.

El hecho que los verbos intransitivos se resistan a la derivación de aplicati-


vas en la mayor parte de las lenguas del mundo puede explicarse de dos mane-
ras. Por un lado, Shibatani (1996) propone distinguir entre una cláusula aplica-
tiva y otra benefactiva. Mientras que la primera puede expresar como argu-
mentos centrales directos a frases locativas, instrumentales e incluso, comitati-
vas, las benefactivas codifican únicamente receptores y beneficiarios. Para
aquellas lenguas que las distinguen formalmente, esto explica por qué las apli-
cativas generalmente se combinan bien con bases intransitivas –funcionando
como un morfema derivativo–, mientras que las benefactivas evitan verbos in-
transitivos. De acuerdo con Shibatani, las aplicativas son típicamente cláusulas
transitivas, mientras que las benefactivas conllevan un esquema conceptual
más complejo que involucra ambos, un significado causativo y un cambio de
188 Lilián Guerrero

posesión a un tercer participante. Entonces, al no tomar un argumento interno


–en términos de la hipótesis inacusativa–, las aplicativas intransitivas fallan en
cumplir con dicha implicación de transferencia. Por el otro, Polinsky (2005)
asegura que, más que la derivación aplicativa, las lenguas prefieren utilizar el
proceso de causativización para transitivizar un verbo intransitivo. Tanto el
proceso causativo como el aplicativo corresponden a mecanismos de aumento
de valencia. Mientras que todas las cláusulas causativas tienen en común el
significado, de una acción causada por un participante externo, las aplicativas
tienen en común el efecto sintáctico, es decir, agregar un nuevo participante
objeto al conjunto de argumentos centrales. En otras palabras, en la derivación
causativa, el argumento nuevo siempre es agente (causante); en las aplicativas,
el rol semántico del nuevo argumento varía. Para el yaqui, sólo en la deriva-
ción de bases nominales y adjetivales, el argumento puede –pero no necesita–
ser del tipo agente. En las aplicativas intransitivas y transitivas, -ria incorpora
un participante acusativo, con función de benefactivo, malefactivo, me-
ta/motivo, sustituto, pero nunca de agente o tema/paciente.

3.3 Aplicativas a partir de verbos transitivos


Si la base es transitiva, las lenguas difieren en términos de si el aplicativo sirve
para hacer más transitivo el verbo base (dígase, una cláusula de doble objeto), o
si funciona para reacomodar la estructura argumental del verbo (Comrie 1985).
En el último caso, el argumento aplicado remplaza al objeto base en algunos
procesos morfosintácticos, e incluso en la marcación de caso (Mithun 2001: 74).
Para el yaqui, la combinación del aplicativo con bases transitivas deriva cons-
trucciones de doble objeto, tal como se ilustró en (5) y (13). Nótese que la cláu-
sula aplicativa tiene dos argumentos centrales directos marcados con el sufijo
acusativo, el objeto base (tema) y el argumento aplicado (benefactivo).

(13) a. Aman te kari-ta am ya’a-ria-k.


allá 1PL:NOM casa-ACU 2PL:ACU hacer-APL- PFV
‘Allá les construimos una casa’. (Hilario 13)
b. Junak bea n-a firmar-oa-ria-wa-ka.
luego entonces 1SG:ACU-3SG:ACU firmar-VLZD-APL-PAS-CLM
‘Entonces luego después de que me la firmaron’. (Hilario 289)
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 189

c. Si’ime-ta a etejo-ria-k.
Todo-ACU 3SG:ACU platicar-APL-PFV
‘Ella le dijo todo’. (El gato salvaje 23)

La interpretación malefactiva se observa en ciertos verbos de actividad que


implican objetos cognados. En (14a), ji’i-ria ‘beber-’ codifica un participante
afectado más que beneficiado; la lectura buscada era aquella donde Goyo be-
bía cerveza en beneficio/honor de Fermín, p. ej. un brindis. En (14b), etbwa-
ria ‘robar-’ indica que Aurelia-ta no recibe la gallina, sino que se la quitan. Pa-
ra estos dos verbos, la lectura benefactiva se rescata únicamente si el tercer ar-
gumento se codifica a través de la frase oblicua, como en (14c).

(14) a. Goyo-Ø serbesa-ta Fermín-ta ji’i-ria-k.


Goyo-NOM cerveza-ACU Fermín-ACU beber-APL-PFV
‘Goyo le bebió la cerveza a Fermín’. / *bebió la cerveza en honor de
Fermín’.
b. Goyo-Ø Aurelia-ta u-ka toto’i-ta etbwa-ria-k.
Goyo-NOM Aurelia-ACU DET-ACU gallina-ACU robar-APL-PFV
‘Goyo le robó la gallina a Aurelia’.
c. Goyo-Ø u-ka toto’i-ta etbwa-k
Goyo-NOM DET-ACU gallina-ACU robar-PFV
Aurelia-ta-betchibo.
Aurelia-ACU-para
‘Goyo robó la gallina para Aurelia’.

La combinación del aplicativo con verbos transitivos es interesante en ya-


qui, pues permite afirmar dos propiedades. Primero, que la función básica del
morfema aplicativo es la de aumentar la valencia del verbo base al incorporar
un participante que no es requerido conceptual ni estructuralmente. Segundo,
que el uso del aplicativo está léxicamente determinado, o sea, que no todos los
verbos pueden tomar aplicativos, y la semántica del predicado derivado no ne-
cesariamente se establece composicionalmente (Mithun 2001). En otras pala-
bras, el rol semántico del nuevo argumento y la interpretación de la cláusula
como un todo se debe al verbo derivado más que al aplicativo per se.
190 Lilián Guerrero

3.4 Aplicativas a partir de verbos bitransitivos


El yaqui tiene tres tipos de verbos que implican tres participantes semánticos.
En los dos primeros, el verbo toma dos argumentos centrales directos marca-
dos con caso más un argumento central oblicuo; en el tercero, el verbo toma
tres argumentos centrales directos (Guerrero y Van Valin 2004). Para el pri-
mer tipo, el verbo selecciona al tema como acusativo y al receptor/meta/fuente
lo marca con una posposición, p. ej. nenka ‘vender’, mana ‘ofrecer’, reuwe
‘pedir prestado’, jinu ‘comprar’, entre otros. En (15a), nenka ‘vender’ toma
tres argumentos semánticos: el actor Aurelia, el tema toto’ita ‘gallina’ y el re-
ceptor (o fuente) Peotau ‘a Pedro’. Al agregarse el sufijo aplicativo, pueden
suceder dos cosas. Primero, que se incorpore un cuarto argumento acusativo,
Lupeta en (15b), un participante que se ve beneficiado con la venta, no con la
gallina. Segundo, que se re-acomoden los argumentos centrales del verbo, de
tal manera que Peotau se codifique como un argumento central directo en
(15c).

(15) a. Aurelia-Ø Peo-ta-u toto’i-ta nenka-k.


Aurelia-NOM Peo-ACU-DIR gallina-ACU vender-PFV
‘Aurelia vendió la gallina a Pedro’.
b. Aurelia-Ø Peo-ta-u toto’i-ta Lupe-ta
Aurelia-NOM Peo-ACU-DIR gallina-ACU Lupe-ACU
nenki-ria-k.
vender-APL-PFV
‘Aurelia vendió la gallina a Pedro (receptor) en beneficio de Lupe’.
c. Aurelia-Ø Peo-ta toto’i-ta nenki-ria-k.
Aurelia-NOM Peo-ACU gallina-ACU vender-APL-PFV
‘Aurelia vendió la gallina en beneficio/en lugar de Pedro’.
d. Aurelia-Ø toto’i-ta nenka-k Peo-ta-betchi’ibo.
Aurelia-NOM gallina-ACU vender-PFV Peo-ACU-para
Aurelia vendió la gallina (a alguien) para/en lugar de Pedro’.

Dentro de las líneas teóricas de la Gramática Relacional, Aissen (1983) pro-


pone que los benefacivos en tzotzil pueden interpretarse como un tipo de ‘avan-
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 191

ce 3-2’ de objeto indirecto a objeto directo. Croft (1991) también hace referencia
a la ‘promoción’ del objeto indirecto. Si el tercer argumento se codifica como un
argumento central directo en yaqui, hay un cambio de significado; mientras que
en (15a) y (15b) es claro que Pedro recibe la gallina, la primera interpretación de
(15c) es aquella donde Aurelia vendió la gallina por/en lugar de, en beneficio de
Pedro. Es decir, sólo en las dos primeras Pedro entra en posesión de la gallina; la
construcción en (15c) también refleja una situación de posesión, pero inversa:
Pedro era el dueño y se beneficia de la venta. Esto significa que la aplicativa en
(15c) no es la versión derivada de (15a), pero sí la de (15d).
El segundo tipo de verbos bitransitivos muestra una alternancia locativa e
incluye predicados tales como benta ‘untar’, chijakta ‘salpicar’, seaji’iki ‘bor-
dar’, jissa ‘rociar’. Todos estos verbos implican la existencia del agente Goyo,
del objeto movido, y de alguna superficie sobre/en la cual será puesto el obje-
to. En (16a), el objeto mantekiata se codifica como acusativo, mientras que la
locación pannimmet se marca con la posposición locativa -t ‘en’. Al combi-
narse con el aplicativo (16b), se incorpora un cuarto argumento a la estructura
semántica y conceptual del evento: un beneficiario acusativo. En (16c), el lu-
gar se marca con el sufijo de plural -im y el tema como instrumental; de nuevo
el sufijo -ria en (16d) incorpora un cuarto participante a la estructura argumen-
tal del verbo.

(16) a. Goyo-Ø pann-im-met mantekia-ta benta-k.


Goyo-NOM pan-PL-PL-LOC mantequilla-ACU untar-PFV
‘Goyo untó mantequilla en el pan’.
b. Goyo-Ø Iban-ta pann-im-met mantekia-ta
Goyo-NOM Ivan-ACU pan-PL-PL-LOC mantequilla-ACU
benta-ria-k.
untar-APL-PFV
‘Goyo untó mantequilla en el pan para/en beneficio de Ivan’.
c. Goyo-Ø pann-im mantekia-e benta-k.
Goyo-NOM pan-PL mantequilla-INS untar-PFV
‘Goyo untó el pan con mantequilla’.
192 Lilián Guerrero

d. Goyo-Ø Iban-ta pann-im mantekia-e benta-ria-k.


Goyo-NOM Ivan-ACU pan-PL mantequilla-INS untar-APL-PFV
‘Goyo untó los panes con mantequilla para/en beneficio de Ivan’.

Si el aplicativo se utiliza con el fin de reacomodar los argumentos centra-


les, es decir, que el oblicuo se marque como acusativo en (17), la construcción
resulta agramatical y sin sentido.

(17) * Goyo-Ø pann-im mantekia-ta benta-ria-k.


Goyo-NOM pan-PL mantequilla-ACU untar-APL-PFV
‘Goyo le untó mantequilla al pan’.

El tercer tipo de verbos marca al tema y al receptor como acusativos; en es-


te grupo están verbos tales como miika ‘dar’, maaka ‘regalar’, reuwa ‘prestar’,
majta ‘enseñar’, tejwa ‘decir’. En (18a) se ilustra el verbo miika ‘dar’. Lo inte-
resante de este grupo de predicados es que se resisten a combinarse con el
aplicativo -ria, tal como se muestra en (18b). La única manera de expresar un
cuarto participante es a partir de la frase oblicua en (18c), en una situación
donde Goyo le hizo llegar la gallina a Aurelia a través de Lupe.

(18) a. Goyo-Ø toto’i-ta Lupe-ta miika-k.


Goyo-NOM gallina-PL Lupe-ACU dar-PFV
‘Goyo le dio a Lupe la gallina’.
b. *Goyo-Ø toto’i-ta Lupe-ta Aurelia-ta miik-ria-k.
Goyo-NOM gallina-ACU Lupe-ACU Aurelia-ACU dar-APL-PFV
‘Goyo le dio a Lupe la gallina para Aurelia’.
c. Goyo-Ø toto’i-ta Lupe-ta miika-k
Goyo-NOM gallina-ACU Lupe-ACU dar-PFV
Aurelia-ta-betchi’ibo.
Aurelia-ACU-para
‘Goyo le dio a Lupe la gallina en beneficio de Aurelia’.

El hecho que los verbos del tercer tipo no permitan la combinación con el
aplicativo se ha observado en otras lenguas tales como el alemán, yimas,
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 193

alamblak, sesotho. Una posible explicación es que dicha restricción se deba a


que los verbos tengan un límite máximo de posiciones sintácticas. Es decir, la
estructura argumental de un verbo dentro de una misma cláusula está limitada
a tres argumentos centrales directos. No obstante, esta restricción estructural
no incluye estructuras morfológicas que involucran dos predicados, como es el
caso de las cláusulas causativas. En (19), el verbo base me’a ‘matar’ toma dos
argumentos, el agente y el paciente; el sufijo causativo -tua agrega un nuevo
participante a ‘hacer’, el actor Goyo; el sufijo -ria incorpora el beneficiario de
‘matar’, jamutta ‘mujer’. La construcción derivada contiene cuatro argumen-
tos centrales directos, todos obligatorios, tres de ellos marcados con acusativo.

(19) Goyo-Ø Peo-ta jamut-ta toto’i-ta


Goyo-NOM Pedro-ACU mujer-ACU gallina-ACU
me’e-tua-ria-k.
matar-CAUS-APL-PFV
‘Goyo hizo a Pedro matar la gallina para la mujer’.

3.5 Posesión externa


Un tipo particular de cláusulas aplicativas se ilustra enseguida. En (20a), el
verbo transitivo tojta ‘desteñir’ toma un participante agente, Aurelia, y un te-
ma, la frase posesiva nim tajjo’ota ‘mi ropa’. En (20b), el verbo derivado toj-
ta-ria copia al poseedor, el pronombre genitivo in ‘mi’ de la frase posesiva,
como un argumento central directo, acusativo.

(20) a. Aurelia-Ø nim tajjo’o-ta tojta-k.


Aurelia-NOM 1SG.GEN ropa-ACU desteñir-PFV
‘Aurelia destiñó mi ropa’.
b. Aurelia-Ø nim tajjo’o-ta nee tojta-ria-k.
Aurelia-NOM 1SG.GEN ropa-ACU 1SG.ACU desteñir-APL-PFV
‘Aurelia me destiñó mi ropa’.

La construcción con aplicativo altera la estructura argumental de la cláusu-


la, pues -ria aumenta la valencia del verbo base, lo que resulta en dos argu-
mentos acusativos. En (20b) el poseedor semántico se expresa dos veces, co-
194 Lilián Guerrero

mo poseedor interno del objeto base y como argumento central directo. De


hecho, la lengua permite una estructura alternativa, donde el poseedor aparece
únicamente como un argumento acusativo, es decir, ascención del poseedor,
en términos de la Gramática Relacional. Véase los ejemplos en (21).

(21) a. Aapo in mam-pusiam pueta-po pitta-k.


3SG.NOM 1SG.GEN mano-dedo.PL puerta-LOC apachurrar-PFV
‘Él/ella apachurró mi dedo en la puerta’.
b. Aapo mam-pusiam pueta-po nee
3SG.NOM mano-dedo.PL puerta-LOC 1SG.ACU
pitta-ria-k.
apachurrar-APL-PFV
‘Él/ella me apachurró el dedo en la puerta’.

De acuerdo con la interpretación de los hablantes, aquellas construcciones


donde el argumento introducido por el aplicativo es correferencial con el po-
seedor, codifican una situación donde se otorga mayor prominencia al tercer
argumento que aquella codificada en las construcciones no-derivadas. Las
cláusulas en (22) corroboran esta situación de mayor afectación.

(22) a. U tai-wechia-Ø siime takaa-ta nee


DET calor-caer-NOM todo cuerpo-ACU 1SG.ACU

bwalgotta-ria-k..
desguanzar-APL-PFV
‘La calentura me desguanzó todo el cuerpo’.
b. Sejtul ta’apo into waate yoeme-m nee ba’a-ta
uno día CONJ algunas persona-PL 1SG:ACU agua-ACU

patta-ria-k.
quitar-APL-PFV
‘Un día unas personas me quitaron el agua’. (Hilario 315)
c. Ju-ka iliki bea tajo’o-ta nee watta-ria-k.
DET-ACU poco así ropa-ACU 1SG.ACU tumbar-APL-PFV
‘Me quitaron la poquita ropa [que traía]’. (Mi primera experiencia 46)
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 195

Para la frase nominal poseída en (21a), el objeto representa una entidad lo-
cativa estativa, mientras que el argumento aplicado en (21b) y los de (22) cla-
ramente se refieren a un participante privilegiado aunque afectado. La ascen-
ción del poseedor a través del uso de la aplicativa se ha observado también en
otras lenguas yutoaztecas como el pima bajo (Estrada 2007), warihío (Félix
2007) y náhuatl (Tuggy 1996). Los ejemplos en (23) pertenecen al náhuatl de
Orizaba; en una situación donde el objeto es una espina o astilla, la cláusula en
(23b) expresa que al sacarla del cuerpo (locación) se beneficia enormemente a
dicha persona (beneficiario). En ambos ejemplos, la relación de acoplamiento
o separación física del objeto respecto a la locación es prominente y, en ese
sentido, la derivación aplicativa funciona para focalizar tal prominencia.

(23) a. Ni-mitz-tlali-lia.
1SG:NOM-OBJ.INDF-poner-APL
‘Yo te puse algo’. (Tuggy 1996: 428-429)
b. Ni-mitz-kix-ti-lia.
1SG:NOM-OBJ.INDF-emerger-CAUS-APL
‘Yo te saqué algo’.

Así, a diferencia del mecanismo de alternancia dativa, la derivación de


aplicativas en yaqui no tiene que ver con la selección alternativa de objetos in-
directos, sino que son dos expresiones sintácticas para un mismo significado:
el beneficiario tiene dos formas de representación, como un argumento central
directo cuando expresa a un participante poseedor, y como un argumento cen-
tral oblicuo asociado a receptores y metas. La motivación para elegir entre una
y la otra es pragmática: prominencia y afectación.

4. El rol semántico del argumento aplicado


Las lenguas del mundo presentan algunas restricciones con respecto al rol se-
mántico del argumento aplicado: (i) se limita al benefactivo, (ii) incluye al be-
nefactivo y otros roles tales como el asociativo, instrumental y locativo, y (iii)
se permiten otros roles excepto el benefactivo (Polinsky 2005). Hasta ahora,
hemos visto que el argumento aplicado en yaqui es básicamente un individuo
que bien, o es privilegiado o se ve beneficiado (positiva o negativamente), por
el evento en cuestión. Para el yaqui, participantes inanimados en función de
196 Lilián Guerrero

metas, receptores, instrumentales y locativos no pueden expresarse como ar-


gumentos centrales directos a partir de la derivación aplicativa. Los ejemplos
en (24) corroboran esta restricción de animacidad:

(24) a. *Karmen-Ø bwa’a-ta wakas-ta toi-ria-k.


Carmen-NOM sopa-ACU carne-ACU traer-APL-PFV
‘Carmen trajo la carne para la sopa’.
b. Karmen-Ø bwa’a-ta-betchi’ibo wakas-ta toja-k.
Carmen-NOM sopa-ACU-para carne-ACU traer-PFV
‘Carmen trajo la carne para la sopa’.
c. *Joan-Ø wakas-ta tomi-ta me’a-ria-k.
Juan-NOM vaca-ACU dinero-ACU matar-APL-PFV
‘Juan mató la vaca por dinero’.
d. * Goyo-Ø paan-im mantekia-ta benta-ria-k. (=(17))
Goyo-NOM pan-PL mantequilla-ACU untar-APL-PFV
‘Goyo le untó mantequilla al pan’.

El argumento aplicado puede ser animado cuando el objeto base es inani-


mado o animado, es decir, mismo rango de animacidad. La única aparente ex-
cepción al requisito de animacidad es cuando el tercer argumento señala a una
institución conformada de individuos humanos, como la iglesia o la guardia,
en (25).

(25) Goyo-Ø u-ka wakas-ta jinu-ria-k u-ka


Goyo-NOM DET-ACU vaca-ACU comprar-APL-PFV DET-ACU
teopo-ta.
iglesia-ACU
‘Goyo compró la vaca para/en beneficio de la iglesia’.

5. El estatus semántico-sintáctico del argumento aplicado


Cuando en una misma de construcción coocurren múltiples argumentos acusa-
tivos, surge la pregunta de si los argumentos son simétricos o no con respecto
a ciertas propiedades y comportamientos morfosintácticos (cf. Levin y Rappa-
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 197

port 2002). Para el yaqui, en una construcción donde el beneficiario y el tema


se marcan ambos con el sufijo acusativo, ambos argumentos pueden modifi-
carse por una cláusula relativa en (26a)-(26b), y ambos también pueden ser in-
terrogados en una cláusula activa.

(26) a. Aurelia-Ø Goyo-ta joa-ria-k [ tuuka u-ka


Aurelia-NOM Goyo-ACU hacer-APL-PFV ayer DET-ACU

wakas-ta bempo’im toja-ka-’u ].


carne-ACU 3PL:GEN traer-PFV-CLM
‘Aurelia le cocinó a Goyo la carne que trajo ayer’.
b. Aurelia-Ø u-ka wakabak-ta joa-ria-k
Aurelia-NOM DET-ACU wakabaki-ACU hacer-APL-PFV
[u-ka o’ou-ta yepsa-ka-’u].
DET-ACU hombre-ACU llegar-PFV-CLM
‘Aurelia cocinó la carne en beneficio del hombre que llegó’.
c. Jii-ta a=jinu-ria-k Joan-Ø María-ta?
que-ACU 3SG:ACU=comprar-APL-PFV Joan-NOM María-ACU
‘¿Qué le compró Juan a María?’
d. Jabe-ta a= jinu-ria-k Joan-Ø toto’i-ta?
quien-ACU 3SG:ACU=comprar-APL-PFV Juan-NOM gallina-ACU
‘¿Para quién compró Juan la gallina?’.

Aunque el uso de clíticos es opcional dentro de la cláusula, es posible ob-


servar que en una construcción aplicativa los pronombres clíticos pueden refe-
rir no sólo al tema plural (27a) sino también al beneficiario plural (27b). La
cláusula en (27c) es agramatical porque el clítico está en coreferencia con una
frase oblicua.

(27) a. Goyo-Ø u-ka jaamut-ta toto’i-m


Goyo-NOM DET-ACU mujer-ACU gallina-PL
am=jinu-ria-k.
3PL.ACU=comprar-APL-PFV
‘Goyo las compró las gallinas para beneficio de la mujer’.
198 Lilián Guerrero

b. Goyo-Ø u-me jaamuch-im toto’i-ta


Goyo-NOM DET-PL mujer-PL gollina-ACU
am=jinu-ria-k.
3PL.ACU=comprar-APL-PFV
‘Goyo se las compró las gallinas para las mujeres’.
b. * Goyo-Ø toto’i-ta am=jinu-k
Goyo-NOM gollina-ACU 3PL.ACU=comprar-PFV
jaamuch-im-betchi’ibo.
mujer-PL-para
‘Goyo se las compró la gallina para las mujeres’.

La única propiedad donde los objetos centrales no son simétricos es en el


uso de la voz pasiva. Cuando el sufijo -wa se agrega a un verbo aplicativo, es
el nuevo argumento el que funciona como sujeto pasivo (28a) pero nunca el
tema (28b). El tema acusativo puede funcionar como sujeto pasivo únicamente
cuando el beneficiario se expresa en una frase oblicua (28c).

(28) a. María-Ø u-ka toto’i-ta jinu-ria-wa-k.


María-NOM DET-ACU gallina-ACU comprar-APL-PAS-PFV
‘(A) María le fue comprada la gallina’.
b. * U toto’i-Ø María-ta jinu-ria-wa-k.
DET gallina-NOM María-ACU comprar-APL-PAS-PFV
‘La gallina fue comprada en beneficio de María’.
c. U toto’i-Ø jinu-wa-k María-ta-betchi’ibo.
DET gallina-NOM comprar-PAS-PFV María-ACU -para
‘La gallina fue comprada para María’.
d. * U María-Ø u-ka toto’i-ta jinu-wa-k.
DET María-NOM DET-ACU gallina-ACU comprar-PAS-PFV
‘(A) María le fue comprada la gallina’.
e. Aurelia-Ø nim tajjo’o-ta nee tojta-ria-k.
Aurelia-NOM 1SG.GEN ropa-LOC 1SG.ACU desteñir-APL-PFV
‘Aurelia me destiñó mi ropa’.
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 199

Algunos estudios han explorado la relación entre el orden de los elementos


y la animacidad de los argumentos objeto. Primus (1998: 421) propone que en
el orden lineal de los argumentos verbales hay dos conceptos relacionales que
parecen determinar la posición básica del receptor y el paciente: las relaciones
temáticas y las relaciones formales de marcación de caso.

(29) a. Jerarquía temática


proto-agente < proto-receptor < proto-paciente
b. Jerarquía de caso
nominativo/absolutivo < acusativo/ergativo < dativo/oblicuo < adposición

En términos generales, la jerarquía temática predice que el receptor está por


encima del paciente; este orden relativo se corrobora en muchas lenguas euro-
peas. El orden paciente-receptor se puede explicar a partir de las propiedades
formales de marcación de caso, pues los pacientes se expresan, generalmente,
con un caso más alto en la jerarquía (29b) que el caso canónico que identifica
a los receptores. La propuesta de Primus es que el orden relativo de un proto-
receptor (es decir, receptor, meta, benefactivo, poseedor) y proto-paciente en
una misma construcción depende de la interacción de estas dos jerarquías en
una lengua en particular. La autora también comenta que la animacidad puede
ser un candidato potencial para explicar el hecho que los participantes agentes
generalmente preceden a los receptores y estos últimos a los pacientes, cuando
no interviene la marcación formal.7
A pesar de la aparente flexibilidad en el orden de palabras en yaqui, hay
cierto acomodo lineal en los argumentos acusativos que no es totalmente arbi-
trario. Hemos visto que el participante agente suele introducir la cláusula;
cuando el benefactivo se marca con la posposición -betchi’ibo, es decir, cuan-
do hay una distinción formal entre los dos argumentos, la posición de la frase
oblicua dentro de la cláusula varía, antes o después del verbo derivado. Cuan-
do el benefactivo y el tema no se distinguen formalmente, es decir, cuando
ambos son acusativos, hay una fuerte preferencia por benefactivos precedien-

7
El orden animado-inanimado dentro de una cláusula de doble objeto se ha corroborado en
lenguas mayas (kekchi y tzotzil), bantú (kinyaruanda y sesotho), así como el lakota y el alemán
(cf. Primus 1998).
200 Lilián Guerrero

do a los temas/pacientes. De hecho, cuando ambas interpretaciones tienen sen-


tido y/o los dos participantes tienen el mismo grado de animacidad, el orden
inverso puede resultar en la lectura opuesta.

(30) a. Goyo-Ø u-ka wakas-ta u-ka tooro-ta


Goyo-NOM DET-ACU vaca-ACU DET-ACU toro-ACU
jinu-ria-k.
comprar-APL-PFV
‘Goyo compró el toro en beneficio de la vaca’.
b. Goyo-Ø u-ka tooro-ta u-ka wakas-ta
Goyo-NOM DET-ACU toro-ACU DET-ACU vaca-ACU
jinu-ria-k.
comprar-APL-PFV
‘Goyo compró la vaca en beneficio del toro’.

Para el yaqui, la derivación aplicativa es el único mecanismo que permite a


un argumento originalmente periférico (no prominente) funcionar como sujeto
pasivo. Esta selección permite, por un lado, asegurar que las construcciones
aplicativas siguen el patrón de objeto primario (Dryer 1986): el argumento apli-
cado es el objeto primario, mientras que el objeto base es el objeto secundario.
Por el otro, en un modelo donde las construcciones son semánticamente intran-
sitivas y transitivas, Actor y Undergoer, el macrorol semántico del argumento
aplicativo undergoer corresponde al participante aplicado.8 Finalmente, para
dar cuenta de aquellos casos donde el argumento aplicado es un participante
privilegiado, positiva o negativamente, será conveniente considerar una tercera
jerarquía. Zavala (2005) redefine las construcciones aplicativas en una lengua
como el oluteco donde, bajo condiciones específicas, el aplicativo no incremen-
ta ni reacomoda la estructura argumental de la cláusula, sino que registra que la
oración contiene un participante pragmáticamente prominente que no es un ar-
gumento central. Siguiendo esta motivación semántico-pragmática, es posible
proponer una jerarquía como:

8
Para detalles en el análisis de construcciones de doble objeto y la selección de actor-
undergoer, véase Guerrero y Van Valin (2004).
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 201

(31) Jerarquía de prominencia


mayor afectación/prominencia > menor afectación/prominencia > no afectación

Si hay dos argumentos formalmente idénticos (acusativos) y los dos pue-


den competir en términos de animacidad, sólo aquel participante que presupo-
ne una relevancia semántica y pragmática en términos de prominencia
y/afectación se interpreta como argumento aplicado.

6. Comentarios finales
Las construcciones aplicativas en yaqui están restringidas sintáctica y semánti-
camente. Por un lado, la derivación de bases intransitivas y bitransitivas es me-
nos productiva y predecible que la derivación a partir de bases transitivas. La
interpretación de una cláusula derivada en las primeras dos instancias corres-
ponde al significado del verbo derivado como un todo, más que al morfema
aplicativo per se. Lo mismo sucede con bases nominales y adjetivales donde la
cláusula derivada tiene una interpretación causativa. Excepto en el último tipo,
el nuevo argumento se marca siempre como acusativo mientras que el resto de
los argumentos centrales conserva su marcación formal, dígase no hay reaco-
modo en la estructura argumental del verbo base. Por otro lado, mientras otras
lenguas yutoaztecas como el náhuatl y el guarijío permiten el uso del aplicativo
para expresar nociones semánticas tales como el locativo, fuente, incluso ins-
trumental, el yaqui es más conservador y prefiere incorporar participantes
humanos, privilegiados, afectados –positiva y negativamente– y sustitutos. Sin
duda, el principio de animacidad motiva el hecho de que se descarten frases ins-
trumentales y locativas aplicadas. La aparente excepción es el caso de los po-
seedores vs. entidades locativas en elevamiento del posesivo, pero incluso aquí
el poseedor debe ser humano y altamente afectado.
A partir de esta distribución, el uso del aplicativo es expresar como argu-
mento central directo a un participante que comúnmente se codifica en una
frase periférica. En otras palabras, la derivación aplicativa, aunque opcional, es
la única estrategia que permite a un participante humano –benefactivo, male-
factivo, sustituto, privilegiado, poseedor de un paciente–, asociarse a funciones
sintácticas que se limitan a argumentos centrales directos, dígase sujetos pasi-
vos, afectación, tópico, foco. Por lo tanto, la selección del hablante entre una
estructura no-derivada y una derivada no es arbitraria, ni exclusivamente es-
202 Lilián Guerrero

tructural, sino que responde a motivaciones semánticas y discurso-


pragmáticas.

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Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana:
desde una propuesta tipológica

Manuel Peregrina Llanes


Universidad de Sonora

1. Introducción
La noción de transitividad fue introducida originalmente en el griego antiguo
por estudiosos como Apolonios Dyscolos y Aristóteles (Kittilä 2002a: 20).
Así, desde ese tiempo a la fecha, esta noción lingüística ha sido abordada en
las lenguas del mundo a partir de varios aspectos morfosintácticos y funciona-
les. Sólo por mencionar: Shibatani (1985) para pasivas; Klaiman (1991) para
la voz gramatical en general; Shibatani (1976), Comrie y Polinsky (1993) para
causativas; Haspelmath (1987; 1993) para anticausativas; Kemmer (1993) para
voz media; Lyons (1969), Givón (1984), Croft (1990), Dixon y Aikhenvald
(2000), Lazard (1998), Tsunoda (1999) y Kittilä (2002) proporcionan diversos
acercamientos al fenómeno de la transitividad como un todo.
La diversidad de los estudios de la transitividad permite, y hasta cierto pun-
to exige, que se le aborde desde varios niveles dentro de la lingüística, como
son: el morfológico, el sintáctico, el semántico y el pragmático. Desde el punto
de vista sintáctico, es necesario identificar los procedimientos de los que echa
mano una lengua en particular para organizar las relaciones que guardan los
elementos que se identifican hacia el interior de las cláusulas respecto al predi-
cado, y aquellas que se dan entre cada uno de ellos. Desde el punto de vista
semántico, es necesario conocer los mecanismos de los que se vale la lengua
para poder asignar el rol semántico que ejecuta cada participante en relación al
predicado.
El presente estudio explora las estrategias observadas en construcciones
transitivas e intransitivas en la lengua náhuatl. En particular, el objetivo es des-
cribir los procesos de cambio de valencia que caracterizan a este idioma, pro-
cesos tales como aumento y disminución de valencia. Se comentan también
algunos acercamientos teóricos al fenómeno de la transitividad.
Es importante comentar que este trabajo es parte de mi tesis de maestría
(Peregrina 2005), el cual aporta un primer acercamiento al fenómeno de transi-
tividad y cambio de valencia en la lengua náhuatl de la variante de la Huasteca
206 Manuel Peregrina Llanes

veracruzana. Parte de la importancia de este estudio radica en el hecho que los


datos provienen de narraciones y textos de la lengua. A reserva de continuar
con la investigación, el objetivo es proponer un continuo en donde se especifi-
que con claridad la transitividad en esta variante moderna del náhuatl de
acuerdo a los rasgos particulares de cada construcción.
Estudios previos sobre la transitividad de este idioma incluyen a Peralta
(2002) y Launey (2001), ambos analizando las construcciones causativas. El
presente análisis amplía nuestro conocimiento sobre este proceso en dos senti-
dos (i) describe el comportamiento de alternancia de esta categoría lingüística
documentando la codificación de los distintos tipos de construcciones transiti-
vas, y (ii) presenta una propuesta de organización de los distintos niveles de
transitividad a partir de la noción de cláusula transitiva prototípica.
Aunque el estudio se centra en las propiedades sintácticas, se ha buscado
también aportar información semántica y pragmática relevante. Para ello, se
sigue parte de la metodología propuesta por Kitillä (2002a); Givón (1984,
1995, 1997, 2001); Hopper y Thompson (1980) y Lazard (1998).
Tipológicamente, el náhuatl se caracteriza por ser un idioma con tendencia
aglutinante y polisintética, muestra un alineamiento nominativo-acusativo en
cláusulas simples y complejas, lleva a cabo la marcación de sujeto y objeto en
el núcleo de la cláusula, se comporta como una lengua de objeto primario y de
marcación en el núcleo. El orden de los elementos es predominantemente
SVO, aunque suele ser flexible. La morfología rica del náhuatl muestra cómo
son las cabezas (núcleos) de las frases (verbales, nominales, adposicionales)
las que están marcadas y no los dependientes. En (1) encontramos a la cláusula
principal codificada por medio del verbo -ijtoj ‘decir’ y la marca del objeto ki-
de tercera persona del singular. El participante en función de objeto de este
verbo transitivo está codificado por la cláusula exclamativa ay totiotsi nokoaj-
tli ‘¡Ay dios mi gavilancito!’ que está en función de una subordinada comple-
tiva. Como podemos observar en este ejemplo, los participantes están marca-
dos en el verbo por medio de los pronombres afijados a la raíz verbal.

(1) ø-ki-ijtoj-ki ’ay totio-tsi


3SG.SUJ-3SG.OBJ-decir-PERF ay dios-HON
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 207

no-koaj-tli!
1SG.POS-gavilán-ABS1 (SYP)
‘Dijo: ¡Ay dios mi gavilancito!’

En cuanto a la marcación de los participantes, Launey (1997: 22) argumen-


ta que “En términos actuales, el náhuatl es una lengua sin casos pero de in-
dexación personal, es decir: las funciones actanciales (sujeto u objeto) se mar-
can no en el sintagma nominal mismo, sino en el verbo del que depende dicho
sintagma nominal.”
El corpus de datos en el que se basa la descripción del fenómeno que nos
ocupa, está constituido por 25 cuentos, formados a su vez por 1650 cláusulas
las que fueron capturadas y glosadas para este análisis. Estos materiales de la
variante moderna del náhuatl de la Huasteca Veracruzana fueron elicitados por
Alan Sandstrom. Los textos son parte de una colección completa que se com-
pone de 86 cuentos. El método del interlineado de los cuentos se ha llevado a
cabo fundamentalmente a partir de la consulta de los trabajos sobre el náhuatl
de Beller (1979); Molina (1977); Siméon (1977) y Sullivan (1992). En la pri-
mera línea de las cláusulas, se cita la forma en que se elicitaron originalmente
los datos; en la segunda línea se especifica la glosa morfológica y en la última
línea citamos la traducción al español a la que se ha llegado como resultado
del análisis. Véase en (2) el ejemplo del interlineado.

(2) namaj ti-nech-maka-s se mo-konej.


ahora 2SG.SUJ-1SG.OBJ-dar-FUT uno 2SG.POS-hijo
‘Ahora me tienes que dar un hijo tuyo’.2 (UC)

1
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, ABS = abso-
lutivo (no poseído), APL = aplicativo, AUX= verbo auxiliar, BEN = benefactivo, CAUS = causativo,
CNST = constructivo (poseído), COL = colectivo, DET = determinante, DIR = direccional, FUT =
futuro, HAB = habitual, HON = honorífico, IMP = imperativo, IMPRF = imperfecto, IMPERS = im-
personal, LIGA = ligadura, LOC = locativo, NA = nominalizador agentivo, NEG = negación, OBJ =
objeto, O.INDEF = objeto indefinido, PERF = perfectivo, PL = plural, POS = posesivo, PREHAB =
presente habitual, RED = reduplicación, RFLX = reflexivo, SG = singular, SUJ = sujeto.
2
A continuación cito el título del cuento y la abreviatura del mismo que usaré al citar cada
ejemplo en este trabajo: ‘La sirena y el pescador’ = SYP ; ‘Un conejo’ = UC; ‘El cerro’ = EC;
‘El venado’ = EV; ‘El maíz’ = EM; ‘Monos’ = M; ‘Un tonto’ = UT; ‘La zorra’ = LZ; ‘Un ancia-
no’ = UA; ‘Dos hombres’ = DH; ‘Un señor murió su esposa’ = SME; ‘Los muertos’ = LM; ‘El
208 Manuel Peregrina Llanes

Después de haber glosado los datos, procedimos al análisis sintáctico de las


construcciones; separando el texto en cláusulas simples, compuestas o comple-
jas con el fin de distinguir los distintos argumentos principales y periféricos
que componen cada una de ellas. Por las características morfológicas del ná-
huatl, en cada cláusula los participantes son codificados por medio de morfe-
mas afijados a la raíz verbal (véase los ejemplos en (3)). Los pronombres per-
sonales definidos prefijados de sujeto, objeto, reflexivo y los pronombres inde-
finidos para persona y cosa se muestran en este mismo orden en la tabla 1.

Indefinido/ Indefinido/
Número Persona Sujeto Objeto Reflexivo
persona cosa
1ª ni- -nech-
Singular 2ª ti- -mitz-
3ª ø- -ki- mo- -te- -tla-
1ª ti- -tech-
Plural 2ª in- amech-
3ª ø- -kin-
Tabla 1. Pronombres del náhuatl

Las cláusulas en (3) ejemplifican la marcación pronominal de los partici-


pantes. En (3a) ‘Y él lo encontró’, el participante agente es tercera persona del
singular, por lo cual es ø-, mientras que el participante objeto/paciente se mar-
ca con el prefijo ki- para la ‘3SG.OBJ’. Además, podemos encontrar la codifi-
cación de los participantes a través de pronombres libres como se ejemplifica
en (3b), donde encontramos el pronombre libre ya ‘3SG.SUJ’ y también pueden
ser codificados a través de frases nominales plenas como en la cláusula en
(3c), en donde vemos a un participante codificado por la frase nominal nopa
tlakatl ‘el señor’ y otro participante presentado por la frase nominal se kuaku-
chara ‘una cuchara de madera’.

brujo’ = EB; ‘Una mujer vampiro’ = MV; ‘Nacimiento de San Juan’ = NSJ; ‘Un mono’ = UM;
‘Jesuscristo’ = EJ; ‘Un ciego que era cazador’ = CQC; ‘Un hombre y un zopilote’ = HYZ; ‘Un
señor pobre’ = USP; ‘Una varita de la virtud’ = VDV; ‘Una muchacha y una pulga’ = MYP;
‘Una muchacha que no respetó la lumbre’ = MNL; ‘Los machetes trabajan solos’ = MTS y ‘Un
niño con su abuelita’ = NCA.
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 209

(3) a. kil ø-ki-ita-to.


y 3SG.SUJ-3SG.OBJ-ver-DIR
‘Y él lo encontró’. (UC)
b. ya kena ø-ki-nalikichti-k.
3SG.SUJ sí 3SG.SUJ-3SG.OBJ-atravesar-PERF
‘Él sí lo pasó’. (EM)
c. nopa tlaka-tl ø-ki-chij-chij-ki
DET señor-ABS 3SG.SUJ-3SG.OBJ-RED-hacer-PERF

se kuakuchara.
uno madera-cuchara
‘Este señor hizo una cuchara de madera’. (UT)

La información se organiza como sigue. Primero, se introducen brevemente


algunas de las propuestas sintácticas y semánticas sobre la transitividad, tales
como la Kitillä (2002a); Givón (1984, 1995, 1997, 2001); Hopper y Thomp-
son (1980) y Lazard (1998). Después se describen los mecanismos que esta
lengua indígena permite para la construcción de las cláusulas en donde encon-
tramos alternancias de la transitividad a partir de cláusula transitiva básica. Por
último, se concluye el estudio con una propuesta de la transitividad en el ná-
huatl como un continuo de acuerdo al grado de transitividad codificado en
ellas.

2. Noción de transitividad
Iniciamos este apartado con la presentación de una cláusula intransitiva en (4),
donde se hace sencillo el reconocimiento del único participante, ya que en este
caso la frase nominal nopa ichpokero ‘la muchacha’ guarda concordancia con
el pronombre de tercera persona sujeto que está indicado por la ausencia de
una marca formal para las terceras personas sujeto, es decir corresponde a un
morfema ø- en posición preverbal. Además se distingue que el verbo yah ‘ir’
no tiene marca de pronombre objeto.

(4) wa nopa ichpokero ø-yah-ki.


y DET muchacha 3SG.SUJ-ir-PERF
‘Y la muchacha se fue’. {SYP/160}
210 Manuel Peregrina Llanes

A continuación presentamos la aportación de Givón (1995: 76) al definir


semánticamente el evento transitivo mismo que delinea al prototipo de la cláu-
sula transitiva básica.
Definición semántica de un evento transitivo:
a. Agente: La cláusula transitiva prototípica incluye un agente
volitivo, controlador, activamente iniciador quien es respon-
sable del evento, éste es, su causador evidente.
b. Paciente: El evento transitivo prototípico incluye a un pacien-
te no volitivo, inactivo no controlador quien registra los cam-
bios de estado del evento, éste es, su evidente afectado.
c. Modalidad verbal: El verbo de la prototípica cláusula transi-
tiva codifica un evento que es perfectivo (no durativo), se-
cuencial (no perfecto) y real (no hipotético). El evento transi-
tivo prototípico es: realizado, completado, real y perceptual-
mente y/o cognitivamente percibible. (Givón 1995: 76)

Las siguientes construcciones del náhuatl, mostradas en (5), podrían clara-


mente ser consideradas transitivas prototípicas de acuerdo a la definición pre-
sentada anteriormente. Observemos que tanto desde la morfosintaxis como
desde la semántica podemos distinguir en estos eventos a los dos participantes
requeridos, los cuales se codifican de la siguiente manera. En la cláusula de
(5a), el participante agente está codificado por medio de una frase nominal
plena. Además, por ser tercera persona del singular, hay en el verbo un prefijo
ø-, mientras que el participante paciente está presente a través del pronombre
de objeto de tercera persona del singular ki- prefijado a la raíz verbal. En (5b),
de nuevo el participante agente es tercera persona, y el paciente se expresa por
la frase nominal se muñeko tle sera ‘un muñeco de cera’ y su prefijo corres-
pondiente con la que guarda concordancia. Algo similar ocurre en (5c), en
donde en la posición más próxima al tema verbal encontramos el morfema ki-
que corresponde a la tercera persona del singular en el rol de paciente. Sin em-
bargo, en esta cláusula no hay una frase nominal plena para codificar al agente
o al paciente.
(5) a. kemaj ø-ki-ichtek-to-k mo-kompadre.
cuando 3SG.SUJ-3SG.OBJ-robar-DIR-PERF 2SG.POS-compadre
‘Cuando tu compadre lo robó’. (LM)
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 211

b. ø-ki-chi-ki se muñeko tle sera.


3SG.SUJ-3SG.SUJ-3SG.OBJ-hacer-PRET uno muñeco de cera
‘Él hizo un muñeco de cera’. (UC)
c. wan kino ø-ki-tlankechi-k.
y entonces 3SG.SUJ-3SG.OBJ-morder-PERF
‘Y entonces él lo mordió’. (UC)

Hopper y Thompson (1980) es tal vez el mejor estudio acerca del tema y ha
sido de gran influencia para la mayoría de los estudios particulares. La pro-
puesta es considerar al fenómeno como un continuo, más que una distinción
discreta entre cláusulas transitivas e intransitivas. Estos autores proponen un
conjunto de diez parámetros semánticos los cuales son realizados morfosintác-
ticamente. La idea es que hay lenguas en las que un parámetro dado contribu-
ye a la expresión de la transitividad y esto mismo sugiere una escala de acuer-
do a la cual las cláusulas pueden ser jerarquizadas. Esto significa que no sólo
el número de parámetros, sino que también el tipo de parámetro que se presen-
te en una cláusula darán el grado de transitividad que posee dicha cláusula.
Los parámetros propuestos son los siguientes:

(6) PARÁMETROS DE
ALTA BAJA
TRANSITIVIDAD
A. Participantes 2 o más participantes A y O 1 participante
B. Kinesis acción no-acción
C. Aspecto télico atélico
D. Puntualidad puntual no-puntual
E. Volición volicional no-volicional
F. Afirmación afirmativo negativo
G. Modo realis irrealis
H. Agentividad A alto en potencialidad A bajo en potencialidad
I. Afectación del O O totalmente afectado O no afectado
J. Individualidad del O O altamente individualizado O no-individualizado3

3
Hopper y Thompson usan ‘A’ (para Agente) y ‘O’ (para Objeto) al referirse a los dos parti-
cipantes en una cláusula transitiva. El término ‘paciente’ hace referencia a un O el cual es de
hecho el ‘receptor’ de la acción en una relación transitiva.
212 Manuel Peregrina Llanes

La idea básica de los eventos transitivos es que éstos involucran dos parti-
cipantes: un participante agente y un participante paciente. El involucramiento
de dos distintos participantes es considerado aquí como el más importante ras-
go de la transitividad, ya que se observa el evento tal cual es dentro del mundo
real, además de la participación de los dos participantes que están involucra-
dos en el evento.
En base a los parámetros citados en (6), las cláusulas pueden ser distingui-
das unas de las otras en lo relativo a su transitividad: el mayor número de ‘pa-
rámetros más altos’ indica la más alta transitividad de una cláusula. Esto tam-
bién puede impactar en el hecho de que una cláusula estructuralmente intransi-
tiva puede ser más transitiva que una cláusula de dos argumentos (Hopper y
Thompson 1980: 254). Esto lo podemos visualizar por medio de cláusulas ci-
tadas en (7a) y (7b). La cláusula en (7a) contiene dos participantes, mientras
que en (7b) tenemos estructuralmente una cláusula intransitiva. Sin embargo,
el grado de volición del participante agente (único) de (7b) es mayor que el del
participante experimentante de la cláusula (7a). Además el prefijo ach- glosa-
do aquí como ‘NEG’ es presentado como rasgo de baja transitividad en el pa-
rámetro F citado en (6).

(7) a. wa ach-ø-ki-mati
y NEG-3SG.SUJ-3SG.OBJ-saber
kani ø-el-tok nopa a-tl.
donde 3SG.SUJ-estar-EST DET agua-ABS
‘Y no sabe dónde está el agua’. (M)
b. wan ya kema ø-asi-ko pa i-cha ya.
y ya cuando 3SG.SUJ-llegar-DIR en 3SG.POS-casa 3SG.SUJ
‘Y cuando llegó a su casa él’. (SME)

Lazard nos ofrece una definición de transitividad semántica que es acorde a


la noción tradicional lingüísticamente hablando (Lyons 1968: 350; Tsunoda
1999: 383 y Lazard 1998b: 55), e incorpora un rasgo semántico extra a la no-
ción de transitividad, la existencia de una energía que fluye de un participante
(agente) a otro (paciente).
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 213

En concordancia con la etimología del término, la transitividad semántica evoca la


idea de algo pasando (transitando) de un participante a otro, de un agente a un ob-
jeto. Nosotros somos de la idea de que el significado de una oración como por
ejemplo “el jardinero mató al conejo” es típicamente transitiva, ya que ella implica
alguna intención del agente la cual está realizada en la acción, cuyo efecto modifi-
ca el estado del objeto: desde la voluntad de la mente del jardinero algo está pasan-
do en el mundo real, una cosa que se manifiesta en el hecho de que el conejo está
muerto.4 (Lazard 1998: 236)

En general, los rasgos ontológicos de la transitividad son aquí entendidos


en referencia a la transitividad de eventos en el mundo no-lingüístico. Esto in-
cluye aspectos como afectación del paciente y agentividad (Hopper y Thomp-
son 1980: 252), lo cual significa que los rasgos de mayor transitividad de las
cláusulas están basados en la transitividad semántica de los eventos realizados.
Por lo tanto, las propiedades estructurales de la cláusula no son consideradas
en el análisis semántico, lo cual hace evidente lo que en este trabajo es consi-
derado transitividad semántica.
Kittilä (2002a: 15) menciona que la transitividad semántica comprende dos
diferentes nociones; la transitividad inherente y la transitividad contextual, las
cuales aportan una contribución significativa a la transitividad. La transitividad
inherente se refiere a las diferencias entre eventos como ‘él mató a la culebra’
vs. ‘él vio muerta la gran culebra’. En correspondencia al número de los parti-
cipantes involucrados, nosotros inferimos los roles semánticos asociados con
los argumentos según la semántica de los verbos de las cláusulas en (8a) y
(8b). Por ejemplo, el participante en (8a) nopa okichpil ‘el niño’ (marcado ø-
en la raíz verbal) funciona como un agente, mientras que en (8b) el sujeto
(marcado ø- en la raíz verbal) y glosado como ‘3SG.SUJ’, está considerado
como un experimentante, a pesar de esto, la marcación morfosintáctica de los
argumentos es idéntica.

(8) a. wan nopa okich-pil


y DET varón-hijo

4
La traducción es mía.
214 Manuel Peregrina Llanes

tlen ø-ki-mik-ti-k koa-tl.


que 3SG.SUJ-3SG.OBJ-morir-CAUS-PERF culebra-ABS
‘Y el niño que mató la culebra’. (SYP)
b. wa ø-ki-ita-to
y 3SG.SUJ-3SG.OBJ-ver-DIR
mik-tok wei koa-tl.
morir-EST grande culebra-ABS
‘Y él vio muerta la gran culebra’. (SYP)

Por otra parte, debe considerarse también la transitividad contextual, mis-


ma que comprende los casos en los cuales la transitividad inherente de los
eventos es de alguna manera manipulada. Esto quiere decir que los grados de
transitividad pueden variar. Los cambios en la transitividad inherente son mo-
tivados por los cambios entre eventos distintivamente completos, mientras que
los cambios en la transitividad contextual no afectan la semántica básica de los
eventos. En el corpus estudiado, hemos podido documentar las cláusulas ilus-
tradas en (9) para mostrar cómo el náhuatl codifica eventos en los cuales se
muestra la diferencia en cuanto a la transitividad inherente. En (9a) y (9b), te-
nemos codificadas dos cláusulas con el verbo -mik- ‘morir’; la semántica in-
herente de los eventos es la misma, esto lo vemos reflejado en el hecho de que
en (9a) el participante nopa tlakatl isihua ‘la esposa de este señor’ es el parti-
cipante en función de sujeto realizando el rol de experimentante en relación al
predicado codificado en el verbo -mik- ‘morir’. Mientras que en (9b) el parti-
cipante nopa okichpil ‘ el niño’ que está en función de sujeto es el agente que
volitivamente afecta el estado del participante paciente koatl ‘víbora’, siendo
el causador del evento codificado por el verbo -mik- ‘morir’. Hecho que co-
rresponde a un grado de transitividad mayor al añadir un nuevo participante
codificado por el morfema causativo -ti-. Por lo tanto, y como veremos más
explícitamente en el tercer apartado de este trabajo, entre la cláusula de (9a) y
la de (9b), se encuentra una diferencia en el grado de transitividad, y esto se
refleja claramente en la morfología de la lengua, por medio de la marca de
causativo sufijada a la raíz verbal de (9b). Es decir, aún cuando en (9a) y (9b)
el verbo sigue el mismo, el grado de volición (6-E) y el de agentividad (6-H)
es mayor en (9b) que en (9a). En (9b) se presenta un cambio en la transitividad
inherente de la cláusula en comparación con la de (9a). Este cambio no afecta
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 215

la semántica básica del evento, en el sentido de que tanto isihua ‘su esposa’ en
(9a) como koatl ‘culebra’ en (9b) están muertas.

(9) a. nopa tlaka-tl ø-mik-i i-sihua.


DET señor-ABS 3SG.SUJ-morir-PERF 3SGPOS-esposa
‘Este señor su esposa murió’. (SME)5
b. wan nopa okich-pil
y DET varón-hijo

tlen ø-ki-mik-ti-k koa-tl.


que 3SG.SUJ-3SG.OBJ-morir-CAUS-PERF culebra-ABS
‘Y el niño que mató la culebra’. (SYP)

Por lo tanto, la transitividad semántica es claramente el más apropiado


acercamiento, como punto de partida a este respecto, ya que la marcación de la
alta o baja transitividad de los eventos puede ser radicalmente diferente y esto
nos permite distinguir rasgos que permiten ver a las cláusulas con distintos
grados de transitividad dentro de un continuo.

3. Cambios de valencia transitiva


La transitividad básica se basa en la presencia de la distinción de los partici-
pantes agente y paciente, mientras que cualquier cambio en la estructura de las
cláusulas motivado por algunos rasgos de la transitividad, es considerado co-
mo una posible alternancia o cambio de valencia. En los típicos casos, el cam-
bio se refleja directamente a través de las modificaciones morfosintácticas en
la estructura de la cláusula, pero también existen casos en los cuales la expre-
sión de tales cambios es menos directa.
Kittilä (2002a: 116) nos dice que la etiqueta “alternancia de la transitivi-
dad” se refiere a los cambios en la valencia verbal que son requeridos por la
marca de manipulación morfológica del verbo. Así, todo posible cambio en la
estructura de la cláusula es considerado como una posible alternancia transiti-
va. Esto por el hecho de lo que hemos considerado aquí una cláusula transitiva

5
Una lectura permitida en español sería ‘A este señor se le murió su esposa’.
216 Manuel Peregrina Llanes

básica y porque la presencia de dos participantes es un prerrequisito de la tran-


sitividad.

3.1 Tipos de alternancias


Siguiendo a Kittilä (2002a: 158), argumentamos que en base a sus consecuen-
cias estructurales, las alternancias de la transitividad pueden ser divididas en
dos tipos: (i) las que incrementan la transitividad, (ii) las que disminuyen la
transitividad.

3.1.1 Alternancias que incrementan la transitividad


De los mecanismos que propone Kittilä (2002: 159) respecto a este apartado,
en el corpus estudiado hemos documentado que el número de argumentos se
puede incrementar de dos maneras: mediante estructuras con un morfema de
causatividad sufijado a la raíz verbal y mediante estructuras con un sufijo de
aplicativo en la raíz verbal.

3.1.1.1 Alternancia causativa


Como en todas las lenguas, las formas causativas corresponden a la expresión
de un nuevo agente que provoca la realización de la acción que desarrolla el
sujeto de la cláusula. En náhuatl, el causativo se marca por un sufijo -tia, -ti o
-ltia. Cuando contrastamos las cláusulas (10a) vs. (10b), y (11a) vs. (11b), po-
demos observar que en (10a) y (11a) tenemos cláusulas transitivas básicas, es
decir, cláusulas con dos participantes, un agente y un paciente. Mientras, en
(10b) y (11b) encontramos la presencia de la marca morfológica del causativo
-ltia/-tia/-ti sufijado a la raíz verbal y con esto una alternancia que aumenta la
transitividad de estas cláusulas, dando como resultado la introducción de un
nuevo participante a la cláusula. En el caso de (10b), en cambio, el participante
añadido introducido a la cláusula por el causativo, realiza el rol de agente. El
cuento nos expresa que el maíz se dio (germinó, creció) porque San Juan le
propició agua para que se diera el proceso natural de la planta, sin embargo,
los dioses sólo habían provocado truenos y rayos y no habían podido hacer
que el maíz creciera. Como podemos ver, en esta cláusula, el participante codi-
ficado por el pronombre libre tohuanti ‘nosotros’ es el nuevo agente señalado
en el verbo por medio del sufijo causativo -ltia que está afijado a la raíz -keli-
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 217

‘hacer intencionalmente’. Por su parte, la cláusula (11b) es un ejemplo intere-


sante para el tópico que nos ocupa, ya que a la raíz verbal -mik- se ha sufijado
el morfema causativo -ti-; este sufijo introduce a un ‘nuevo’ participante a la
cláusula que realiza el rol de agente y tiene las características propias de un
agente como humanidad, volición, control, entre otras.

(10) a. wankino ø-ki-tlankechi-k.


entonces 3SG.SUJ-3SG.OBJ-morder-PERF
‘Entonces él lo mordió’. (UC)
b. zin-tli wa tohuanti ach-ti-k-eli-ltia.
maíz-ABS y nosotros NEG-1PL.SUJ-hacer.intencionalmente-CAUS
‘Nosotros no pudimos hacer que se diera’.
lit. ‘El maíz y nosotros no pudimos darnos’. (EC)

(11) a. wan ø-ki-tsomo.


y 3SG.SUJ-3SG.OBJ-golpear
‘Y lo golpeó’. (UC)
b. wan nopa okichpil tlen ø-ki-mik-ti-k
y DET niño que 3SG.SUJ-3SG.OBJ-morir-CAUS-PERF
koa-tl.
culebra-ABS
‘Y el niño que mató la víbora’. (SYP)

3.1.1.2 Alternancia aplicativa


Al ser el náhuatl una lengua de valencia fija,6 los verbos transitivos y algunos
intransitivos pueden aumentar su valencia añadiendo un argumento de tipo da-
tivo. Este mecanismo de cambio de valencia está presente a través del sufijo
-lia, y su variante -li, en (13b). Por medio de la comparación de las cláusulas
transitivas básicas en (12a) y (13a) con las cláusulas en (12b) y (13b) respecti-
vamente, describiré este proceso. En la cláusula de (12a), el verbo de la cláu-
6
“... náhuatl una lengua “de valencia fija”, donde cada verbo tiene un número fijo de argu-
mentos. Sin embargo, existe un pequeño número de verbos “ambivalentes”, y en particular algu-
nos que presentan acciones técnicas como tejer, moler (...).” Launey (1997: 26).
218 Manuel Peregrina Llanes

sula transitiva básica está codificado con los pronominales para sujeto ø-
(3SG.SUJ) y objeto ki- (3SG.OBJ). Mientras que en (12b), -ij- ‘decir’ es un ver-
bo transitivo y requiere de dos participantes; uno en el rol de agente ni-
‘1SG.SUJ’ y el otro en el rol de paciente se tlajtoli ‘unas palabras’. Sin embar-
go, por la presencia del sufijo -li, la cláusula requiere de un tercer participante
que no era requerido por la valencia verbal básica. En esta expresión, este ter-
cer participante está codificado en el verbo por medio del pronombre de objeto
-mits- ‘2SG.OBJ’, el cual está en función de objeto directo y realizando el rol
semántico de benefactivo. La cláusula en (13a) está codificada por la raíz ver-
bal -chi- ‘hacer’, y como verbo transitivo requiere de dos participantes; uno
con la función de sujeto y realizando el rol de agente ø- ‘3PL.SUJ’, y el otro en
función de objeto y realizando el rol de paciente ki- ‘3SG.OBJ’. Por su parte, la
cláusula en (13b) codifica una cláusula con el verbo -tejte- ‘cortar’ que requie-
re dos participantes, uno en función de sujeto con el rol de agente nopa flojo
‘el flojo’, y el otro en función de objeto y realizando el rol de paciente itsonte-
ko- ‘su cabeza’, pero debido al contexto pragmático y al carácter parecido de
cabeza nos da la referencia a koatl ‘culebra’. Sin embargo, la marca de aplica-
tivo -lij aumenta la transitividad de la cláusula.

(12) a. ø-ki-kua-j nopa es-tli.


3PL.SUJ-3SG.OBJ-comer-PL DET sangre-ABS
‘Ellos comen la sangre’. (MV)
b. ni-mits-ij-li-s se tlajto-li.
1SG.SUJ-2SG.OBJ-decir-APL-FUT uno palabra-ABS
‘Te voy a decir una palabra’. (M)

(13) a. ø-ki-chi-j-ke toro.


3SG.SUJ-3SG.OBJ-hacer-PL-PERF toro
‘Lo convirtieron en toro’. (M)
b. wa nopa flojo ya
y DET flojo 3SG.SUJ

ø-ki-tejte-ki-li i-tsonteko.
3SG.SUJ-3SG.OBJ-cortar-PERF-APL 3SG.POS-cabeza
‘Y el flojo le cortó la cabeza’. (SYP)
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 219

3.1.2 Alternancias que disminuyen la transitividad


Esta lengua presenta mecanismos particulares para la disminución o pérdida
de argumentos. De las alternancias de la transitividad que la disminuyen cita-
das por Kittilä (2002a), hemos podido documentar las siguientes: impersonal,
incorporación, recíproca, reflexiva y media. Cabe señalar, que pese a que otros
autores han documentado el morfema de voz pasiva -lo para el náhuatl clásico
(Launey 1997), en el corpus considerado no aparece esta marca en ninguna
cláusula. Véase el ejemplo en (14) tomado de Launey (1997: 30).

(14) a. nitlakwa ‘yo como’


b. nikwalo ‘soy comido’

3.1.2.1 Alternancia impersonal


La alternancia impersonal disminuye el grado de transitividad de la cláusula en
un número menor de argumentos. Si bien el objeto indefinido se marca con un
prefijo, como se ilustró en la tabla 1, el sujeto indefinido permanece como una
tercera persona singular ø. Véase (15a) donde el sujeto es una tercera persona
singular ø, aparentemente indefinida –aunque su referente se establece dentro
del contexto narrativo. En el ejemplo (15b), ocurre la combinación de pro-
nombres indefinidos te- y tla- para indicar literalmente ‘alguien dará de comer
a algunos’. La pluralidad del objeto se rescata por el sufijo -e. Nótese también
que la primera frase de esta construcción involucra un verbal impersonal tla-
koalistli ‘hay banquetes’ (lit. ‘lo que comen’).

(15) a. ø-ki-ita-k para i-sihuaj.


3SG.SUJ-3SG.OBJ-ver-PERF que 3SG.POS-esposa
‘Él vio que es su esposa’. (SME)
b. onka tla-koa-lis-tli para te-tla-maca-s-e.
hay O.INDEF-comer-NA-ABS para O.INDEF-O.INDEF-dar-FUT-PL
‘Hay banquete para dar de comer’. (SYP)
220 Manuel Peregrina Llanes

3.1.2.2 Alternancia meidante incorporación


Launey (1997) argumenta que la incorporación equivale a la composición de
un nombre con un verbo, o bien de una raíz nominal como parte de la frase
verbal. En las cláusulas que muestran incorporación, la raíz nominal implica
un objeto genérico, y el verbo pierde un argumento, pasando de transitivo a
intransitivo. Esta alternancia se ha observado en el corpus narrativo, con lo
cual podemos corroborar el argumento que presenta Kittilä (2002) acerca de
esta alternancia que disminuye la transitividad.
Como podemos apreciar en la cláusula en (16), el verbo šo:či-teki- ‘cortar
flor’ se encuentra incorporado, ya que la raíz verbal tiene en su margen iz-
quierda al nominal šo:či- ‘flor’. El ejemplo hace referencia a una mujer cuyo
oficio es el de cortar flores. Semánticamente el verbo teki es transitivo y re-
quiere de un participante sujeto que en esta cláusula esta codificado mediante
la frase nominal in sowa:-λ ‘la mujer’; en el verbo no se encuentra la marca
para el participante en función de objeto, en su lugar se presenta el nominal
que haría esa función.

(16) ø-šo:či-teki-s in sowa:-λ


3S-flor-cortar-FUT DET mujer-ABS
‘la mujer corta flores (como un oficio)’.

3.1.2.3 Alternancia recíproca


Debido a la naturaleza de su significado, en los eventos recíprocos la caracte-
rística más relevante de los participantes es que, al ser agentes y pacientes al
mismo tiempo, se afectan mutuamente. En (17a) los sujetos agentes aparecen
como frases nominales plenas coordinadas por la conjunción wayi ‘y’, esto los
integra en un sujeto plural. Estos dos participantes no querían realizar la ac-
ción de verse uno al otro, o sea de verse mutuamente. Esto lo afirmo en base a
el pronombre reflexivo mo- en posición preverbal, que está en concordancia
con la forma pronominal no marcada de sujeto de tercera persona del plural.
En (17b) los participantes están codificados a través de los morfemas ø- para
la tercera persona del plural sujeto, mo- de reflexivo y el sufijo de plural -e,
estableciendo así la correferencialidad de los sujetos agentes con ellos mismos
como pacientes, ya que la acción realizada por un participante afecta directa-
mente al otro y así mutuamente. El efecto de ‘pelearse’ en (17c) está directa-
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 221

mente llevado por el sujeto marcado con el morfema de plural -me en la frase
nominal plena tsopilo ‘zopilote’, que son los participantes pacientes del even-
to.

(17) a. nopa okich-pil wayi nopa y-sisi


DET varón-hijo y DET 3SG.POS-abuela

ach-ø-ki-neki ø-mo-ita-s-e.
NEG-3PL.SUJ-3SG.OBJ-querer 3PL.SUJ-RFLX-ver-FUT-PL
‘Un niño y su abuelita no querían verse’. (NCA)
b. wankino ø-mo-tlaskamat-k-e.
entonces 3PL.SUJ-RFLX-agradecer-PERF-PL
‘Entonces se agradecieron’. (SYP)
c. ø-ki-ita-to
3SG.SUJ-3SG.OBJ-ver-DIR
ø-mo-tewij-ti-ka-te tsopilo-me.
3SG.SUJ-RFLX-golpear-LIGA-AUX-PL zopilote-PL
‘Él vio pelearse zopilotes’. (SYP)

3.1.2.4 Alternancia reflexiva


Como en muchas otras lenguas, la expresión de cláusulas recíprocas y reflexi-
vas hace uso de un mismo marcador, en este caso, el morfema mo-, tal como
se ilustra en los ejemplos de (18). En estas expresiones, el participante en fun-
ción de sujeto realiza el rol de agente y en ocasiones de experimentante. Este
único participante sujeto mantiene correferencialidad con él mismo, que es el
participante paciente de la cláusula, de lo que podemos concluir que en este
tipo de eventos, el único participante de la cláusula ejecuta dos roles semánti-
cos, siendo esta correferencialidad la principal característica de los eventos re-
flexivos (Faltz 1997: 34). En (18a), coyote ‘coyote’ es definido sintácticamen-
te como el sujeto agente del verbo transitivo -kichtili- ‘liberar’ (lit. salir-CAUS-
APL), el cual a su vez requiere de un participante en función de paciente para
que su transitividad sintáctica esté completa. La marca del reflexivo establece
que el participante único ‘coyote’ que es el sujeto agente, actúe sobre sí mismo
afectándose por la acción codificada en el verbo. En (18b), el agente está codi-
222 Manuel Peregrina Llanes

ficado por la forma no marcada del pronominal de tercera persona singular. Es


importante notar que en (18b) existe un participante plural presentado por me-
dio de una frase nominal plena ome iijijxi ‘sus dos piernas’, que nos remite
directamente al paciente del verbo de la cláusula. La marca de reflexivo mo-
afijada a la raíz del verbo kopishuilte ‘agrietar’ es congruente, ya que la frase
nominal de la que hablamos es una parte inherente del participante sujeto
agente, o sea, no es otro participante, sino una parte del único participante de
la cláusula, que es afectado directamente por la acción que él realiza sobre una
parte de su mismo cuerpo.

(18) a. kil ø-mo-kich-ti-li-k koyote.


y 3SG.SUJ-RFLX-salir-CAUS-APL-PERF coyote
‘y el coyote se liberó’. (EC)
b. ø-mo-kopishuil-t-ehua ome i-ijijxi.
3SG.SUJ-RFLX-agrietar-LIGA-AUX dos 3SG.POS-pierna
‘Ella se deja zafadas sus dos piernas’.
lit. ‘Ella se zafa a sí misma sus dos piernas’. (MV)

Al igual que en la alternancia recíproca, la posición del pronombre de obje-


to prefijado a la raíz verbal es ocupado por el morfema mo- reflexivo. Esto lo
ilustramos a través de la comparación de la cláusula transitiva básica de (19a)
y la reflexiva de (19b).

(19) a. ø-ki-ma-nohui-k nopa i-chichi.


3SG.SUJ-3SG.OBJ-mano-echar-PERF DET 3SG.POS-perro
‘Lo ayudó su perro’. lit. ‘Le echó la mano su perro’ (M)
b. ya ac-ø-mo-kahui-li-k.
3SG.SUJ NEG-3SG.SUJ-RFLX-dejar-APL-PERF
‘Ella no se dejó’. (SME)

3.1.2.5 Alternancia media


Para este apartado, es definitoria la influencia del trabajo de Kemmer (1993,
1994). Dentro del dominio de la voz media, encontramos las expresiones en
donde es evidente la afectación del sujeto, ya sea por él mismo, como en las
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 223

cláusulas (20a), (20b), (20c) y (20d) o por otra entidad no expresada en el con-
texto como en (20e). En el náhuatl, esta alternancia en la transitividad, al igual
que la reflexiva y la recíproca, se encuentra marcada morfológicamente por
medio del pronombre mo- prefijado a la raíz verbal.
En (20a), se codifica un movimiento no traslacional en el que el rito del
matrimonio conlleva la idea de sumisión al codificar el verbo -koili- ‘inclinar-
se’ con el sentido de casarse. En (20b), el verbo marcado con mo- codifica una
situación de movimiento traslacional -koapi- ‘regresar’. En (20c), tenemos una
expresión de habla emotiva por medio del verbo -tlateihuiya- ‘quejarse’. En
(20e), la lengua expresa este evento espontáneo con el verbo -chij- ‘hacer’,
‘convertirse’ denotando una clara afectación del sujeto. Por último, la situa-
ción en (20e) es codificada a través de un verbo de emoción -koezo- ‘entriste-
cerse’.

(20) a. ya ø-ki-tokaro-s
3SG.SUJ 3SG.SUJ-3SG.OBJ-tocar-FUT
para ø-mo-koili-s.
para 3SG.SUJ-RFLX-inclinarse-FUT
‘Este le va a tocar para casarse’. (SYP)
b. nopano ø-mo-koapi nopa tropas.
ahí 3SG.SUJ-RFLX-regresar DET tropas
‘Ahí se regresan las tropas’. (SYP)
c. wa ø-mo-tla-teihuiya-ya
y 3SG.SUJ-RFLX-O.INDEF-quejarse-IMPRF
ka nopa apanchanej.
con la sirena
‘Y se quejaban con la sirena’. (SYP)
d. kino ø-mo-chij-ki koaj-tli.
después 3SG.SUJ-RFLX-hacer-PERF gavilán-ABS
‘Y se hizo gavilán’. (SYP)
224 Manuel Peregrina Llanes

e. wankino ø-mo-koezo-k to-nan-tsi.


entonces 3SG.SUJ-RFLX-entristecer-PERF 1PL.POS-madre- HON
‘Entonces se puso triste virgen’.
lit .‘Entonces se puso triste nuestra madre’. (EC)

Ahora bien, cuando comparamos la cláusula de (20d) con la transitiva bási-


ca de (21), podremos observar que el morfema mo- ocupa la posición que co-
rresponde al morfema de objeto, es decir, la posición que un pronombre puede
ocupar más inmediata a la izquierda de la raíz verbal, lo cual corrobora el ar-
gumento de que en las construcciones de las expresiones medias, el participan-
te único es afectado por la acción codificada en el verbo. A continuación cita-
mos nuevamente la cláusula en (20d) para hacer más clara la apreciación ante-
rior al compararla con la cláusula en (21).

(20) d. wankino ø-mo-koezo-k to-nan-tsi.


Entonces 3SG.SUJ-RFLX-entristecer-PERF 1PL.POS-madre- HON
‘Entonces se puso triste virgen’. (EC)

(21) ya nopa ø-ki-hual-chihua nopa tekita.


3SG.SUJ DET 3SG.SUJ-3SG.OBJ-DIR-hacer DET trabajo
‘Ésta venía a realizar quehaceres el trabajo’. (SME)

4 Conclusiones
El propósito de este trabajo fue presentar un acercamiento preliminar de las
construcciones transitivas de la lengua náhuatl, así como describir los procesos
de aumento y disminución de valencia. A partir de los datos, y siguiendo los
estudios sobre el tema de autores como Hopper y Thompson (1980); Givón
(1984, 1995, 1997, 2001); Lazard (1998) y Kittilä (2002), es posible proponer
un continuo de transitividad, tal como se ilustra en (22). En la presentación del
continuo se usan letras entre corchetes para señalar el tipo de construcción al
que se está haciendo referencia.
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 225

(22)

[IN] [M] [INC] [IM] [R] [RC] [TB] [A] [C]

— +
Continuo de transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana
[TB] En esta posición, se localizan las cláusulas que cumplen con los
aspectos citados en la definición para una cláusula transitiva básica.
Véase los ejemplos en (4).
[C] Las construcciones causativas reflejan una alternancia que incrementa
la transitividad de la cláusula, estas cláusulas cuentan con marca de
causativo. Por lo tanto, si esta alternancia permite que un nuevo
participante sea agregado a la cláusula, y además, uno de los
participantes realiza el rol de agente en función de sujeto, esta cláusula
estará más alta en su grado de transitividad que las aplicativas, ya que
en estas últimas añaden un participante objeto como central. Esto lo
concluimos basados en los parámetros citados en (6). La agentividad
(H) es un rasgo más alto que las relacionadas al objeto (I) y (J) en la
escala propuesta por Hopper y Thompson (1980). Véase los ejemplos
en (10) y (11).
[A] Las cláusulas que en su morfología reflejan una alternancia aplicativa,
estarán jerarquizadas hacia el grado mayor de transitividad, ya que
añaden a un participante en la función de objeto directo, realizando el
rol de benefactivo o receptor. Sin embargo, serán menores en el grado
de transitividad que las causativas, ya que en estas últimas, el
participante que se añade está en función de sujeto realizando un rol
de agente. Véase los ejemplos en (12) y (13).
[IM] Esta alternancia de disminución de transitividad permite que un parti-
cipante, en este caso el agente, pierda su rasgo de individuación. Este
tipo de cláusulas se localizan en la posición en el continuo en donde
todavía se distinguen a los dos participantes, teniendo un sujeto
caracterizado por rasgos bajos en transitividad de acuerdo a los
parámetros citados en (6). Véase el ejemplo en (15).
226 Manuel Peregrina Llanes

[INC] Las construcciones en donde la alternancia permite una incorporación


del objeto en el verbo, permite la disminución de la transitividad de la
cláusula y es por eso que se encuentra hacia el extremo de menor
grado de transitividad del continuo. La incorporación tiene como
característica principal que el objeto pierde su rasgo de individuación
de acuerdo a la escala presentada en (6). Véase el ejemplo en (16).
[RC] La alternancia recíproca que disminuye la transitividad sería en este
continuo la que sigue a la cláusula transitiva básica, porque, aunque
está codificada con el morfema reflexivo mo-, se identifican a dos
participantes en correferencia. Véase los ejemplos en (17).
[R] La alternancia reflexiva también disminuye el grado de transitividad
en la cláusula y codifica una cláusula de un participante semántico que
realiza dos roles, el de agente y el de paciente. Éstos son identificados
por medio de las marcas pronominales de sujeto y reflexivo. La
correferencialidad entre ellos es resultado de la alternancia. Véase los
ejemplos en (18).
[M] La posición que ocupan las construcciones con alternancia media, está
señalada en el verbo por medio del morfema mo-, el cual refleja la
afectación del participante semántico con él mismo, que realiza el rol
de paciente en las cláusulas. Véase los ejemplos en (20).
[IN] En este continuo, las construcciones en las cuales se distingue a un
solo participante tanto sintáctica como semánticamente ocupan la
posición más baja en transitividad . Véase el ejemplo en (4).

Actualmente estamos glosando otros cuentos más de esta colección, que


unidos a los citados en este trabajo, se analizarán a la luz de la propuesta de
Givón (1984), para elaborar una clasificación semántica de los verbos encon-
trados en las cláusulas de este corpus de datos. Esto permitirá proponer un
continuo en donde se especifique con claridad la transitividad en esta variante
moderna del náhuatl de acuerdo a los rasgos particulares de cada construcción
y bajo la propuesta tipológica de Kittilä (2002).
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 227

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383-391.
La transitividad y la distributividad en los verbos
del tepehuano del sureste

Thomas L. Willett
Instituto Lingüístico de Verano

1. Introducción
El idioma tepehuano del suroeste1 es de carácter polisintético y algo fusional
(Willett 2002); esto influye para que los verbos sean las palabras más comple-
jas. Además de los múltiples afijos flexivos que indican tiempo y aspecto (Wi-
llett 1991), las bases verbales pueden presentar varias formas de acuerdo a tres
factores: (i) el sistema fonológico que rige la acentuación y la resilabificación
correspondiente (Willett 1982, 1985); (ii) la transitividad inherente del verbo y
los cambios de valencia que llegan a sufrir (Willett 2003); y (iii) los mecanis-
mos morfológicos de expresión del valor aspectual de distribución en el verbo.
El presente estudio analiza los dos últimos factores en más de setecientos
cincuenta verbos de esta lengua. En primer lugar, resumimos el sistema verbal
e indicamos cómo el sistema fonológico lo afecta. Segundo, describimos la
manera en la cual se indica la valencia inherente de un verbo y ofrecemos ex-
plicaciones para algunas anomalías. Asimismo describimos los usos tanto bi-
transitivos como reflexivos de los verbos transitivos e intransitivos, y la forma
como el verbo cambia para reflejar esos cambios semánticos. Tercero, descri-
bimos los múltiples usos distributivos que se expresan mediante formas redu-
plicadas de los verbos, los cuales pueden indicar algún tipo de pluralidad o al-
guna forma de repetición. Finalmente, damos algunas conclusiones, así como
indicaciones para futuros estudios.

1
El tepehuano del sureste se habla en la comunidad de Santa María Ocotán, Municipio de El
Mezquital, estado de Durango. El alfabeto utilizado para escribir el tepehuano en este estudio fue
adoptado por los maestros bilingües tepehuanos en 1990. Todas las letras corresponden a las del
español con excepción de las siguientes siete: bh [b], dh [d], lh [], x [], ‘ [], i [ ] y  [
].
232 Thomas L. Willett

2. El sistema verbal
La frase verbal es el componente central de la oración. Se usa para expresar
tanto eventos como estados. Los eventos son de dos tipos: acciones en las cua-
les el sujeto es el agente, y procesos en donde el sujeto es el paciente. Los es-
tados son los resultados de las acciones o procesos, en ellos, el sujeto también
es paciente (Willett 1991).

2.1 El radical verbal


El radical verbal puede ser una base sencilla o una modificada por un proceso
morfológico de formación de radical. La base verbal sencilla se presenta a me-
nudo para indicar el aspecto progresivo del tiempo presente de un evento, co-
mo en oiri ‘andar’ en el ejemplo (1a),2 o bhai ‘estar cocido’ en (1b), para indi-
car un estado que está vigente. Asimismo, la base verbal en sí misma indica el
aspecto habitual de un evento, como en (1c) donde kua’ ‘comer’ expresa valor
habitual. En casi todos estos casos, la última vocal se suprime por un proceso
fonológico global. Solamente cuando se presenta con el sufijo -t [-t] ‘copreté-
rito’, como en (1d), o con el sufijo -k [-k] ‘pretérito puntual’, como en (1e), la
vocal final no se suprime.

(1) a. Ya’-ñ pix ja’p oirí.


[ya’-n p x ja’p oir ]
aquí-yo nada.más área andar
‘Aquí nada más ando’.

2
Abreviaturas: 1A = primera persona, 2A = segunda persona, 3A = tercera persona, ANIM =
animado, APLIC = aplicativo, ART = artículo, ATR = atributivo, BITR = bitransitivo, CAUS = causati-
vo, CNF = confirmativo, CONT = continuativo, COPRET = copretérito, DIR = dirección, EST = de
estado, EVID = evidencial, EXT = extensión, FORM = formativo, FUT = futuro, IMPER = imperativo,
INAN = inanimado, INC = incoativo, INTR = intransitivo, MOV = moción, OBJ = objeto, PL = (del)
plural, POS = posesión, PRES = presente, PRET = pretérito, PREV = acción previa, PROGR = progre-
sivo, PROP = con propósito, PNT = pretérito puntual, RFLX = reflexivo, REP = repetitivo, RES =
resultativo, SG = (del) singular, SUJ = sujeto, TERM = terminativo, TRANS = transitivo.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 233

b. ¿Ba-x bhai aa gu bhab?


[ba-x bhai aa u bhab]
ya-está cocido CNF ART frijol
‘¿Ya están cocidos los frijoles?’
c. G’ kua’ iñ gu on.
[gé kua’ iñ gu on]
grande comer yo ART sal
‘Yo como mucha sal’.
d. ¿Paa-p tu juana-t bhaan taabhak?
[paa-p tu juana-t bhaan taabhak]
dónde-tú EXT trabajar-COPRET en época.de.sequía
‘¿Dónde trabajabas durante la época de sequía?’
e. Pui’ xi chiida-k pu jii.
[pui’ xi chiida-ka pu jii]
así con.intensión decir-PNT simplemente ir.PRET
‘Habiendo dicho eso, se fue’.

La mayoría de las bases verbales se reducen para indicar el tiempo pretéri-


to. Este proceso de reducción normalmente sigue dos pasos: (a) suprime la úl-
tima consonante y la última vocal de la base y (b) alarga la vocal que queda al
final, o le agrega una -i, por ejemplo jugi-ab comerá en (2a) al suprimir la sí-
laba final da juu ‘comió’ y koxi-ab ‘dormirá’ en (2b) pierde la sílaba -xi e in-
troduce posteriormente la vocal -i. Sin embargo, el proceso de reducción no se
aplica a todas las formas del pretérito, ya que algunas permanecen sin cambio
como en (2c) y otras, como en (2e) se modifican por otro tipo de proceso mor-
fofonológico. En la sección 3, se tratarán casos donde algunas bases verbales
cambian su forma debido a un proceso de reduplicación.

(2) a. jugi-a’ vs. juu


[hui-a’] [huu]
comer-FUT comer.PRET
‘comerá’ ‘comió’
234 Thomas L. Willett

b. koxi-a’ vs. koi


[koxi-a’] [koi]
dormir-FUT dormir.PRET
‘dormirá’ ‘durmió’
c. batbia
[batbia]
‘se baña; se bañó’
d. saba’da vs. saba’lh
[sb’d] [sb’lh]
‘compra’ ‘compró’

Algunos radicales verbales se derivan de un sustantivo o un adjetivo por


medio de un afijo. En los ejemplos en (3), se ilustra al afijo nominal -tu [-tu],
que indica ‘posesión’ en sustantivos (3a-b) y ‘extensión temporal o locativo’
cuando se presenta en los verbos. Véase en (3a) que el afijo, además de palata-
lizarse, se escribe de forma independiente para respetar la ortografía definida
hasta hoy por los hablantes de tepehuano. Otro de estos elementos se ilustra en
(3c-d). En dichos ejemplos, el sufijo -ta [-ta] ‘formativo’, igualmente palatali-
zado, se presenta después de un sustantivo, e indica ‘hacerlo’, ‘tenerlo’ o ‘ad-
quirirlo’.

(3) a. Maa’n pix chu sa’ua iñ.


[maa’n p x chu sa’ua in]
uno nada.más POS cobija yo
‘Nada más tengo una cobija’.
b. Cham tu taat dhi alhii.
[cham tu taat dhi alhii]
no POS papá este niño
‘Este niño no tiene papá’.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 235

c. Mi’ tu ba’k-cha-’ sap.


[mi’ tu ba’k-cha- ’ sap]
allí EXT casa-FORM-FUT según
‘Dice que allí va a hacer su casa’.
d. Ba tu jooñ-cha-k gu Peegro.
[ba tu joon-cha-k u peero]
ya EXT esposa-FORM-PNT ART Pedro
‘Pedro ya se casó’. (Literalmente: ‘Pedro adquirió una esposa’)

Tal como se ha ilustrado en los ejemplos hasta ahora vistos, un radical ver-
bal puede cambiar su forma según distintos procesos fonológicos.

2.2 Los afijos verbales


Los afijos verbales se pueden agrupar según dos criterios: (i) según sean se-
mánticamente similares, y (ii) de acuerdo a la posibilidad de combinarse con
los mismos tipos de verbos. En (4) se presenta una lista de todos los afijos ver-
bales del tepehuano del sureste agrupados según estos dos criterios.
Este cuadro muestra claramente que la mayoría de los afijos se presentan
con los verbos de evento, tanto acciones como procesos, los cuales permiten
una mayor diferenciación con respecto al tiempo, aspecto y otras categorías
relativas a las acciones. Sin embargo, hay algunos afijos que se usan con todo
tipo de verbos sin excepción, como son los de persona y número del sujeto y
del objeto (Willett 1994), y los tiempos y aspectos más generales (Willett
1991). A diferencia de otros idiomas en los cuales hay diferentes conjuntos de
afijos para las distintas clases de verbos, los afijos tepehuanos del cuadro (4)
tienden a presentarse con casi todos los verbos tepehuanos.
Dado que la mayoría de los verbos son de acción, los afijos de aspecto se
pueden combinar según el tiempo en que ocurran; esta organización se ilustra
en (5). De esta manera pueden conjugarse los verbos para verificar cuáles son
las diferentes formas de sus radicales.
236 Thomas L. Willett

(4) Afijos verbales


La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 237

(5) Afijos verbales flexivos de eventos


FUTURO PRESENTE PASADO

Sencillo -a’ Sencillo [sin terminación] Pretérito [¿base cortada?]


Continuativo -d(h)a’ Progresivo -im Continuativo -d(h)at
Continuativo -ka’ Movimiento -tu / -chu’ Copretérito -t
Propósito -(mi)ra’ / -pu’ Resultado -ix / -xim Copretérito -imik
Traslado -ika’ Terminado -cho / -chu Puntual -k
Acción previa -(j)(i)i Imperativo xi- / bi- Propósito -m
Imp. de exigir -(i)ñ Prop. punt. -(mir)ak / -puk
Imp. de mandar -mir / -pu

En (6a) y (6b) se proporcionan radicales verbales llamados “regulares” da-


do que no se ven modificados al agregar alguno de los diferentes afijos. Las
conjugaciones en (6c) y (6d), en cambio, se llaman “irregulares” en el sentido
de que la base verbal se resilabifica como consecuencia de su combinación
con algunos de los sufijos.

(6) a. Conjugación del verbo takbuna “arrancar”


FUTURO PRESENTE PASADO

Sencillo takbuna-’ Sencillo takbun Preterito takbu


Cont. takbun-da’ Progresivo takbuna-im Cont. takbuna-idhat
Cont. takbuna-idha’ Movimiento takbun-tu’ Copretérito takbuna-t
Propósito takbun-mira’ Resultado takbuñ-ix Copretérito takbuna-imik
Traslado takbun-ika’ Terminado takbuñ-chu Puntual takbuna-k
Acc. previa takbuna-i Imperativo xi-chakbun Prop. pret. takbuna-m
Exigir takbuna-iñ Prop. punt. takbun-mira-k
Mandar takbun-mir
238 Thomas L. Willett

(6) b. Conjugación del verbo bakuana “lavar”


FUTURO PRESENTE PASADO

Sencillo bakuana-’ Sencillo bakuan, bopkon Pretérito bakua,bopko


Objeto Plural bopkona-’ Progresivo bakuana-im, Continuativo bakuan-dat,
bopkona-im bopkon-dat
Continuativo bakuan-da’, Movimiento bakuan-tu’, Copretérito bakuana-t,
bopkon-da’ bopkon-tu’ bopkona-t
Propósito bakuan-mira’, Resultado bakuañ-ix, Copretérito bakuana-imik,
bopkon-mira’ bopkonñ-ix bopkona-imik
Traslado — Terminado bakuañ-chu, Puntillo bakuana-k,
bopkoñ-chu bopkona-k
Acción previa bakuana-i, Imperativo xi-bakuan, Prop. pret bakuana-m,
bopkona-i xi-bopkon bopkona-m
Imper. De exigir bakuana-iñ, Prop. punt. bakuan-mira-k,
bopkona-iñ bopkon-mira-k
Imper. de mandar bakuan-mir,
bopkon-mir

(6) c. Conjugación del verbo saba’da “comprar”


FUTURO PRESENTE PASADO

Sencillo saba’da-’ Sencillo saba’n Pretérito saba’lh


Cont. saba’n-da’ Progresivo saba’da-im Cont. saba’da-idhat
Cont. saba’da-idha’ Movimiento — Cont. saba’n-dat
Propósito saba’n-mira’ Resultado saba’dh-ix Copret. saba’da-imik
Traslado saba’da-ika’ Terminado saba’ñ-chu - saba’di-cho Puntual saba’da-k
Acción saba’da-i - saba’da-ji Imperativo xi-saba’n Prop. pret. saba’da-m
previa
Exigir saba’da-iñ Prop. punt. saba’n-mira-k
Mandar saba’n-mir
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 239

(6) d. Conjugación del verbo taapna “partir, rajar”

FUTURO PRESENTE PASADO

Sencillo taapna-’ Sencillo tapaas, taatas Pretérito taap, taatsa


Objeto taatsa-’ Progresivo taapna-im, Continuativo taatas-dat
plural taatsa-im
Continua- taatas-da’ Movimiento — Continuativo taapna-idhat,
tivo taatsa-idhat
Continua- taapna-idha’, Resultado taapñ-ix, Copretérito taatsa-t
tivo taatsa-idha’ taachx-ix
Propósito taapna-ra’, Resultado taapñi-xim, Copretérito taapna-imik, taatsa-
taatsa-ra’ taatchi-xim imik
Traslado taapn-ika’, Imperativo xi-chaapan, Puntual taapna-k,
taatsa-ika’ xi-chaatas taatsa-k
Acción taapna-i, Imper. de taapna-iñ, Prop. pret. taapna-m,
previa taatsa-i exigir taatsa-iñ taatsa-m
Imper. de taapna-mir, Prop. punt. taapna-ra-k,
mandar taatsa-mir taatsa-ra-k

3. La transitividad
3.1 La valencia inherente
La valencia inherente de los verbos tepehuanos se refleja en la última vocal de
la base de manera semejante al náhuatl clásico (Langacker 1977). Es decir, la
gran mayoría de los verbos que son transitivos terminan en -a [-a], como los
de (7a), y la gran mayoría de los verbos que son intransitivos terminan en i [í],
como los de (7b).
240 Thomas L. Willett

(7) a. Verbos transitivos que terminan en -a

bizma quebrar (en pedacitos)


boi’k(a)na aplanar (zacate o milpa)
dabna quitar (plumas o pelo)
do’nkona, dado’nkosa soltar, dejar caer
gidhuulhkada cortar una muesca (en un árbol)
gibichpaga golpear, dar puñetazos
io’mda consolar
i’ya tomar (líquido), beber
ilhpiga pelar (cáscara)
i’nkiata asustar, espantar
jaapga cortar (ramas u hojas)
jaaxcha Tirar (líquido)
jiika cortar (con cuchillo, tijeras o serrucho)
jilhga tender (a solear)
jumaa tallar, raspar (para extraer los hilos)
kaipga desvainar
ki’sma quitar (con los dientes), roer
kilhba desgranar (maíz)
ki’ya, kiikiya morder (con la boca); picar (con el aguijón)
mamaaya tatemar, asar
niira esperar (compl. anim.); averiguar
oraa cosechar (maíz), pizcar
sobkona pelar, tallar (madera)
soi’nta, sasoi’nta domesticar (animal)
sulh(i)ga hacer tortillas (de masa ya hecha)
suussa ordeñar
taata sentir, probar; palpar, tentar
taikna cortar, rasgar (ropa)
tiimna, tiimmusa caer (encima), apachurrar
toobh(io)pa dar vuelta
tuispa moler (cosas desecadas)
tuumsa quebrar (en pedazos grandes)
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 241

(7) b. Verbos intransitivos que terminan en -i


baki, baapki entrar, meterse (sujeto animado)
bapoiki chamuscarse
bappani retoñar (planta enredadera)
ba’puni brotar (líquido)
bipgi relampaguear (lluvia)
bhixchiki estornudar
chiññaki bostezar
dabni caerse, quitarse (piel)
dani orar, alabar, amar (a Dios)
diiboni salir, correr (líquido)
iibhi respirar
iipuni, i’puni retoñar, brotar (yemas u hojas)
iri, i’ri caerse, tumbarse (en un plano o una pendiente)
i’rpuki sangrar, salir sangre
jagi consumirse, extinguirse (leña o hielo)
jaiki quebrarse, rajarse, henderse
jigisi, ii’ñxi caerse (desde una altura); ser abortado
jiiñ(a)ki gritar, chillar; cantar (gallo)
jimiiññori, jiboi’ññori correr; huir (por medio)
jiimi Reír
kom(i)chi, kookmichi dormir (junto a la lumbre)
koomgiri, kokmagiri ensuciarse (con polvo o ceniza); ponerse gris (cielo)
magooni, momgoni cansarse
miamri acercarse (tiempo)
ninbhiki flamear (lumbre)
oni, ua’ki despejarse (cielo); limpiarse (trastes o ropa)
sarokki, sosroki roncar; bufar, dar resoplidos
taapni, taatki partirse, rajarse (por pegar o secarse); nacer (ave)
tood(o)ni, totdoni espantarse, darle a uno miedo
tukri, tutkuri ponerse negro, ensuciarse; ponerse oscuro (piel por
solearse)
xip(u)ni, xixpuni estallar, tronar; poncharse (llanta o pelota)
242 Thomas L. Willett

Caber anotar, que en tepehuano del sureste también se encuentran unos


cuantos verbos transitivos que terminan en vocal -o [-o] ó -u [-u], mismos que
se ilustran en (8):

(8) Verbos transitivos que terminan en -o ó -u


gibku rozar, pasar (ligeramente por el cuerpo)
kusbio, kuuksiopo colgar (en el hombro o en la cabeza)
tiimo terminar (de hacer); casarse

Debemos señalar que tanto los verbos terminados en -a [-a] como en -o


[-o] suelen perder la vocal final cuando se combinan con el sufijo de futuro -a’
[-a’], como se ilustra en (9a), cambio fonético que no se presenta con los ver-
bos que terminan en -i [-i], aunque esta vocal cambia siempre a -i [- ], como
en los ejemplos en (9b).

(9) a. baapsa’ (baapsa - a’) ‘lo bordará’


[baapsa’ (baapsa - a’)]
do’ñcho’ (do’ñcho - a’) ‘lo soltará’
[do’ncho’ (do’ncho - a’’)]
gaamu’ (gaamu - a’) ‘lo meterá’
[aamu’ (aamu - a’)]
b. gakia’ (gaki - a’) ‘se secará’
[akia’ (ak - a’)]
milhia’ (miri - a’) ‘correrá’
[m lhia’ (m r - a’)]

Sin embargo, existen verbos que resultan ser la excepción a estas tenden-
cias. Así, hay verbos intransitivos que pueden terminar tanto en -a [-a], -o [o],
o bien en -u [-u]. Otros cuentan con dos bases alternas, una que termina en -i [-
i] y otra que termina en -a [-a]. Véanse ejemplos en (10).
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 243

(10) Verbos intransitivos que terminan en -a y en -i


dai’ññi, boopo correr (para agarrar velocidad o para apurarse)
kikbo, gu’ki ~ guguuki pararse, ponerse de pie (sujeto animado); detenerse (el
movimiento); clavarse, enterrarse (cosa puntiaguda)
titbi ~ titbia jugar

Otros verbos que se comportan así son aquellos con incorporación del obje-
to directo en un evento semánticamente transitivo, como los de (11a), o de un
radical derivado de otra manera, como los de (11b).

(11) a. Verbos intransitivos que terminan en -a, -o ó -u: radicales


de incorporación
baiñchuda, hacer funda (de piel) baiña funda
bapaiñchuda -tu causativo
-da continuativo
chiñbota salir barba, salir bigote chiñbo barba, bigote
-ta formativo
g’kamta recibir un puesto (político) g’kam autoridad, jefe
-ta formativo
ikxicha tejer (morral de algodón) ikxich morral de algodón
-ta formativo
kunta casarse (mujer) kun esposo
-ta formativo
moomta madurar (tubérculo comestible) moom cabezas
-ta formativo

(11) b. Verbos intransitivos que terminan en -a, -o ó -u:


otros radicales derivados
dusaarka, du’sarka aflojarse dusaarak, flojo(s)
du’sarak
juruuñdha queder, estar (en un lugar); lle- jurni hacerse tarde
gar al último día (del mitote) -da continuativo
miikidha tardarse, dilatarse miik lejos
-da continuativo
244 Thomas L. Willett

Otro grupo de verbos, como los ilustrados en (12), no tienen explicación


sincrónica, por lo que es necesaria mayor investigación para poder determinar
su origen histórico y explicar el por qué no se conforman a la tendencia gene-
ral.

(12) Verbos intransitivos que terminan en -a, -o ó -u


sin motivación sincrónica
bhaataya marchitarse, resecarse (planta)
gaiñbu rascar (con las uñas)
goota rascar (con las uñas o la pezuña)
kobko florearse, reventar, esponjar (comida); madurar (parcialmente,
fruta)
sa’rkada desviarse (del camino principal)
tokbidha brillar (luna)
xiboorka, extenderse (ramas)
xi’xborka

En segundo lugar, hay algunos verbos transitivos que terminan en -i [- ].


Algunos de ellos pueden presentarse sin el objeto directo, como si fueran in-
transitivos, como los de (13a). Para los verbos en (13b), verbos transitivos que
terminan en -i [- ], no se cuenta aún con una explicación, aunque es posible
afirmar que se trata de verbos históricamente intransitivos.3

(13) a. Verbos transitivos que terminan en -i y que pueden presentarse


sin objeto directo
a’si burlarse, reírse
boopni desyerbar (zacate); arrancar (pelo)
isi sembrar
i’bhi oler
jaaki tostar (granos o semillas)

3
Véase Jelinek y Escalante (2000) para un estudio sobre la alternancia de raíces transitivas e
intransitivas en yaqui.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 245

(13) b. Verbos que terminan en -i


bipni masticar (para sacarle el jugo)
iimi emparentarse, ser pariente; nombrar como pariente (al saludar)
kukmi comer, masticar (cosas secas)
saam(u)ni sonar (campana)
tiit(i)bi buscar, recoger (lo necesario); pepenar
tubu’i juntar, recoger (granos)

3.2 Aumento de valencia


Cuando la valencia inherente de una situación se aumenta por la presencia de
un argumento semántico beneficiado, el sufijo derivacional aplicativo -idha
[-idha] se presenta al final de la base, a veces precedido por el sufijo de ben-
factivo -xi [-xi] y/o uno de los sufijos causativos -tu [-tu] o -lhi [-lhi] (Willett
2003). Esto convierte a un verbo intransitivo en un verbo transitivo, como en
(14a), y a un verbo transitivo en un verbo bitransitivo, lo que quiere decir que
la acción se lleva a cabo para otra persona, como en (14b). Este proceso no es
ya gramatical, sino lexicalizado, pues no se forman ya nuevas palabras de esta
manera, y las que ya están formadas muestran muchas variaciones no predeci-
bles, tanto de forma como de significado.

(14) a. Verbos transitivos derivados de verbos intransitivos con -idha


“aplicativo”4
INTRANSITIVO TRANSITIVO
baigiki, bapaigiki hincharse baigikchuda hinchar
bai’gi sacar agua bai’ñdha sacar o llenar de
agua
batbi ~ batbia bañarse batbichdha bañar
ba’kcha, hacer una casa ba’kchidha, hacer una casa
ba’pkicha ba’pkichdha
bhi’nni dar vuelta bhiibga, enrollar; envolver
bhippiga

4
Ver en este mismo volumen los trabajos de Estrada (2007), Félix (2007) y Guerrero (2007)
sobre aplicativos en pima bajo, warihío y yaqui.
246 Thomas L. Willett

dibi regresar; nacer dibia’ñchuda parir, dar a luz


kabka ponerse duro kabkada apretar
kiika pararse kikbuichdha ayudar a pararse
kosi, kook(o)si dormir koxchuda, poner a dormir; de-
kookxichdha jar dormir
maaxiri clarear; nacer; mamxidha colorear, pintar
aparecer
ñiñia despertarse ñiñiichdha despertar
n(i)oki hablar ñiokdha regañar
n(i)oki hablar ñio’kdha saludar; despedirse
oiri, oipo andar, caminar oidha acompañar; seguir
saas(a)bi tocar música saasbidha tocar música
ti’i ~ kai’chi decir tiida ~ kai’chdha decir
totpoki hervir totpoxdha hervir
umga cortar zoyate umgax(i)dha cortarle zoyate

(14) b. Verbos bitransitivos derivados de verbos transitivos con -idha


“aplicativo”
TRANSITIVO BITRANSITIVO
baasa, baapsa meter, poner adentro baaxdha, meter, poner aden-
baapxidha tro
bakta tender (tapete, petate bak(u)xidha tender (tapete, peta-
o cobija) te o cobija)
ba’nnidha mojar (obj. inan.) ba’nnix(i)dha mojar (obj. inan.)
bhippio’ka desenredar, desatar bhippio’k(i)dha desenredar, desatar
echkada alistar, arreglar echkax(i)dha alistar, arreglar
ga’ra vender ga’lhidha vender
ixcho esconder ixchoidha esconder
ixi sembrar ixdha ayudar a sembrar
jikpata trenzar jikpax(i)dha trenzar
jiñkaidha leer jiñkaix(i)dha leer
junmada guisar (con mole) junmax(i)dha guisar (con mole)
juuri untar juulh(i)dha untar
kaa oír; escuchar; kaichdha hacer oír
obedecer
ki’s(a)pa apachurrar, aplastar ki’spidha hacer un taco
kupio’ka abrir kupio’kdha abrir
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 247

nii’ñdha cuidar nii’ñxidha cuidar


sai’bhio’ka desatorar sai’bhio’k(i)dha desatorar
tibgata empezar, iniciar tibgax(i)dha empezar, iniciar
tiimiri, tiibopi llevar, jalar (con soga) tiimilhdha, amarrar (animal
tiibiopdha o algo pesado)
xoi’pna chupar xoi’p(i)ñidha chupar (para curar)

Muchos otros verbos no cambian su forma cuando cambian de valencia. Es


decir, algunos cuentan con la misma forma tanto para el caso transitivo como
el intransitivo y/o el reflexivo-recíproco, como los de (15a-c), mientras que
otros verbos transitivos no cuentan con una forma intransitiva o reflexivo-
recíproca correspondiente, como los de (15d).

(15) a. Verbos lábiles que se usan como transitivos e intransitivos.


iki TRANS cortar; cosechar (fruta)
INTR romperse, reventarse (soga o hilo)
jip(i)ri TRANS enfriar
INTR enfriarse; bajar calentura
kajaana TRANS desbaratar; esponjar, desenredar (una fibra)
INTR desbaratarse
kapiana, kakpiasa TRANS pegar (con las manos); patear (con las patas delan-
teras)
INTR aplaudir

(15) b. Verbos transitivos-reflexivos.


badii’dha TRANS echar agua (encima), mojar
RFLX mojarse (completamente)
biiñkada TRANS bendecir (a otra persona), rezar (para otra perso-
na)
RFLX creer, confiar (en otra persona)
dagi, da’ngi TRANS agarrar; extender (la mano para saludar)
RFLX cuajar
dakoo’ñ(i)dha TRANS animar (con exigencia), exigir
RFLX esforzarse
gakii’ñ(i)dha TRANS secar (obj. inan.)
RFLX secarse (obj. anim.)
gaxbu TRANS peinar (a otra persona)
248 Thomas L. Willett

RFLX peinarse
iñbhio’ka TRANS destapar, descobijar
RFLX destaparse, descobijarse
jiis(u)ma TRANS recoser, remendar (una prenda específica)
RFLX recoser, remendar (ropa en general)
ji’dilhkada TRANS separar, apartar (obj. pl.)
RFLX separarse, apartarse (suj. pl.)
kuugalh(i)dha TRANS cumplir (mandato ceremonial)
RFLX cumpirse, terminarse (tiempo señalado)
nak(oo)ga TRANS soltar, dejar escapar (obj. anim.); soltar,
caer (obj. inan.)
RFLX aguantar, soportar; poder, tener fuerza suficiente
nam(ii)ki, naan(ii)ki TRANS saludar (con respeto); encontrar (a otra persona)
RFLX juntarse (caminos o ríos)
pataasa TRANS cambiar, reemplazar
RFLX cambiarse (ropa u oficio)
ti’ñchu, titi’ñchu TRANS recordar; pensar (como recuerdo)
RFLX tener juicio

(15) c. Verbos transitivos que también se usan como intransitivos


y reflexivos-recíprocos.
a’ga TRANS hablar (con alguien); hablar (mal de alguien)
INTR hablar
RFLX haber junta, haber plática
bhai’b(i)chi TRANS rebasar, ganar (altura o distancia)
INTR dejar de crecer
RFLX pasarse (perder su sabor)

(15) d. Verbos transitivos sin equivalentes intransitivos


o reflexivos-recíprocos
ai’chuxdha hablar mal, murmurar (de alguien), criticar (a alguien)
a’gidha hablar, preguntar (a otra persona); aconsejar; reclamar
baidha invitar (a que vaya); llamar (a que venga); llevar (consigo)
ia’ñdha subir (al cuerpo); afectar, contagiar
jii’ñdha creer (lo dicho o lo escrito)
kolhbixdha hacer un hoyo (para almacenar agua)
niilh(i)dha despiojar
tabuimgidha despedirse
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 249

En lo relativo a los verbos bitransitivos, se ha observado que varios de ellos


permanecen sin cambio si funcionan como reflexivo-recíprocos, pese a mos-
trar el sufijo de aplicativo como los ejemplos en (16a). Otros, en cambio, co-
mo los ilustrados en (16b), son específicamente bitransitivos.

(16) a. Verbos bitransitivos y reflexivo-recíprocos


aadh(i)dha BITR poner (pantalón, falda o zapatos).
RFLX vestirse, arreglarse
taiñbuidha BITR prestar
RFLX pedir prestado

(16) b. Verbos bitransitivos


bamii’ñdha, baapmi’ñdha levantar
iimchuda designar (como herencia); regalar (un animal)
maki dar; dar de comer
onba(i)g(i)dha regalar; servir (comida)

Cabe observar, que no existen verbos bitransitivos que alternen su forma al


funcionar como transitivos simples.
Por otro lado, existen también una buena cantidad de verbos exclusivamen-
te reflexivo-recíprocos, es decir, verbos que no cuentan con formas bitransiti-
vas, transitivas ni intransitivas correspondientes, como los de (17a). En (17b)
se ilustra el caso de un verbo intransitivo que acepta la función reflexiva.

(17) a. Verbos reflexivos-recíprocos


biona desgastarse (ropa)
boiñkidha, bapoiñkidha desatarse (a fuerzas)
dapiiñdha ~ dairrixdha resbalarse (intencionalmente)
gabna, gaga’bisa lastimarse, torcerse (parte del cuerpo)
gu’x(i)dha comer (poquito en la mañana); desayunar
ikoimdha lavarse (las manos o la cara)
jik(ia)chi cortarse (con un objeto puntiagudo)
kiikiidha encajarse, conectarse
nabaich(u)da tomar mezcal (ceremonial)
tulhiiña sufrir
xidhuutda, xixdhutda abstenerse (de cierta comida), ayunar (ritualmente)
250 Thomas L. Willett

(17) b. Verbos intransitivos también con función reflexiva


ipgidha INTR dar sombra
RFLX abrigarse, protegerse (en la sombra)

3.3 Verbos de estado


A diferencia de los verbos de evento, los verbos de estado normalmente no
terminan en una vocal. Algunos cuentan con la forma y el significado del as-
pecto resultativo, como los de (18a), en cambio otros cuentan con la forma de
un adjetivo predicativo como los de (18b).

(18) a. Verbos de estado en forma de resultado de una acción


ESTADO ACCIÓN
di’, diidi’ tener agujero di’ra, di’ngarsa abrir (lata);
hacer un hoyo
kio, oi’dha’ vivir (en cierto lugar), kiicha, oi’ñcha establecer resi-
habitar dencia, llegar a
vivir
kiik, guguuk / estar (parado, suj. anim.) kiika, gu’ka / kiisa, pararse (obj.
tuut / estar (puesto, cosa lar- tuttu anim.) / poner
ga) (en posición
vertical, obj.
inan.)
suuda’ / estar lleno / estancarse suudu ~ su’nni, llenarse; salir
suu’n, suus’n (agua) susdui ampollas

(18) b. Verbos de estado en forma de adjetivo predicado


ESTADO ACCIÓN
jix aa’ querer, desear (hacer al- aaga querer, decidir; faltar
go); querer, amar (a una (tiempo); pensar; necesi-
persona) tar; preocuparse
jix ñia, jix poder ver, tener vista ñiñia, ñiññia despertarse
ñiññia
jix xi’iraa’ tener vergüenza xi’irbo avergonzarse
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 251

Un número reducido de verbos de estado no corresponden morfológica-


mente a un verbo de evento, como los de (19a). Solamente dos verbos de esta-
do se prestan al uso reflexivo, como los de (19b).

(19) a. Verbos de estado que no corresponden a un verbo de evento


bia’ tener
jix ñaa gustarle comer (a alguien); querer comer, antojarse
tui’dhi’ ~ tu’ii’ estar (en cierto lugar o de cierta manera)

(19) b. Verbos de estado que se prestan al uso reflexivo


[jix ATR + jum RFLX = xim]
xim daa’ no dar mucho fruto (planta); no multiplicarse fácilmente
(animal)
xim maat acostumbrarse (a estar en cierto lugar)

3.4 La distributividad
Muchos verbos tepehuanos cuentan con formas reduplicadas indicando distri-
butividad. Este concepto gramatical representa dos significados distintos: (i) la
pluralidad del sujeto o del objeto, y (ii) la repetición de un evento. Algunos
verbos cuentan con una sola forma distributiva, mientras que otros cuentan
con más de una forma para la repetición. A veces la forma distributiva parece
irregular, pero la mayoría de estos verbos siguen las reglas de reduplicación de
sustantivos y adjetivos (Willett 1982).

3.4.1 La pluralidad
En (20a-d) se ilustran verbos que alternan sus formas de singular a plural, en
concordancia con el sujeto de un verbo intransitivo como en (20a-d) o con el
objeto de un verbo transitivo como en (20b-c). En (20a), el verbo koxi-a’ re-
duplica la primer sílaba ko- al mismo tiempo que elimina la primera vocal de
la raíz para indicar sujeto plural. En (20b), el verbo reduplica la sílaba inicial,
bhi-bhia-’ en concordancia con el objeto plural. (20c-d) ilustran formas verba-
les supletivas, es decir, la alternancia de la raíz verbal en concordancia con el
objeto o sujeto plural. En estos dos últimos casos, la forma del plural no es re-
duplicada, sino parcialmente irregular, como en (20c), o totalmente irregular,
como en (20d).
252 Thomas L. Willett

(20) a. koxi-a’ vs. ko-kxi-a’


[koxi-a’] [ko-kxi-a’]
dormir-FUT PL-dormir-FUT
‘dormirá’ ‘dormirán’
b. bhia-’ vs. bhi-bhia-’
[bia-’] [bi-bia-’]
sacar-FUT PL-sacar-FUT
‘lo sacará’ ‘los sacará’
c. jaiña-’ vs. jaisa-’
[haina-’] [haisa-’]
rajar-FUT rajar.PL-FUT
‘lo quebrará’ ‘los quebrará’
d. gixi-a’ vs. sulhgi-a’
[ xi-a’] [sulhi-a’]
nacer-FUT nacer.PL-FUT
‘nacerá’ ‘nacerán’

3.4.2 La repetición
Además de mostrar pluralidad, muchos verbos cuentan con una o más formas
reduplicadas que indican la repetición o reiteración. Es decir, que el evento se
repite varias veces en distintos lugares, o en un solo lugar, esto se observa en
los verbos en (21a) donde se expresa la reiteración temporal de la acción, o en
(21b) donde se expresa la reiteración en varios lugares. Si el verbo cuenta con
una forma para pluralidad, la forma para repetición puede ser distinta, como en
(21c).

(21) a. Formas reduplicadas que indican repetición de tiempo


UNA VEZ VARIAS VECES
moikda moimkada barbechar (para sembrar)
sisi sissi picar, herir
(profundamente); señalar (con la mano)
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 253

(21) b. Formas reduplicadas que indican repetición de lugar


UN LUGAR VARIOS LUGARES
diik(i)chi di’nkichi seguir (por las huellas)
giop(a)na gioppana dejar tirado; extenderse
(desordenadamente)

(21) c. Formas reduplicadas diferentes de repetición y de pluralidad.


PLURALIDAD REPETICIÓN
booda, boop(o)da bopda, boopda acostar (obj. anim.); poner a incubar (ave)
tiimilh(i)dha, tii- tibaippidha amarrar (animal a algo pesado)
biopdha

La repetición se expresa con más frecuencia en el tiempo presente, como


en (22a), y en el aspecto continuativo, que se indica mediante el sufijo -da
[-da], como en (22b). Algunas formas se reduplican según las reglas fonológi-
cas, mientras que otras parecen irregulares.

(22) a. Repetición en el tiempo presente


BASE PRESENTE
aichulh(i)dha ai’chulhi’ñ llevar, traer, hacer llegar (a otra
persona)
baaga bapga regar (planta); batir (masa con
agua)
bakchi, bapakchi bapattik remojar (cuero); meterse (al agua)
bax(ii)bha baxii’m ~ baxxi’m extraer (líquido de abajo hacia
arriba)
bi’aa bipia’ cuidar, apecentar (animal)
bi’i bio’ ~ bipio’ sobrar; quedar (lugar)
bin(a)da bipna’n agregar, mezclar (obj. inan.)
bo’i boppo acostarse (para dormir, suj. anim.)
buusni, bubuaki bussak = busaak, buan salir (persona o planta); fluir (lí-
quido)
bhi’s(a)pa bhibhi’sap adherir, pegar (con pegamento)
dadagi da’ngir ~ daada’ agarrarse (uno al otro); pelearse
(entre sí)
da’i ~ d’i, niini dada’ ~ dd’, nini’ volar
254 Thomas L. Willett

diba di’nbar podrirse


gaaga ga’nga buscar; pensar
gaam(i)dha ga’mi’ñ poner, meter (en bolsa para otra
persona)
gi’aa, giigia gigia’ lazar (con soga “chavinda”)
gisi, suulh(i)gi gi’nsi, suulhi’ nacer (animal o fruto); nadar
gi’ri, gi’giri gigi’r crecer, desarrollarse
ii’mchuda i’ii’mchu’n asfixiar
jab(u)ka jappukar esponjar (masa); sentir terror
jokiana jokkias raguñar
jumchulhdha jummichulhi’ñ acabar (líquido de otra persona o
animal)
jupni, juup(aa)ki jupaak, juupak zafarse
mai’ñña, ma’yasa ma’yas tirar (bala o piedra)
mootoidha, mom- momtoi’ñ ayudar a cargar (sobre la cabeza)
toidha
nab(oo)di naboo’n, naapo’n cazar (animal)
sai’ch(u)da, nangi sasai’chu’n, nangiar colgar
sarni, saaski saasak rasgarse, romperse (tela o vaque-
ta)
suusu, susdui susdar, susdui llenarse (con líquido)
tuki tutki apagarse, extinguirse (lumbre o
motor)
tuu’nni, tutdaki tuutdak brincar

(22) b. Repetición en el aspecto continuativo


BASE CONTINUATIVO
aa ~ aaji a’ji’n-da alcanzar; llegar
baabu, boos(o)ga bappuda, booso’n-da sacar (de donde está meti-
do)
bi’chulh(i)dha bi’chulhdhatu’n-da hacer lo mismo (a otra
persona)
bi’dha bipi’ñ-dha guardar comida
boorta, bapoorta bortar-da, bapoortar-da sudar
buidha buppa-da echar (cosas granuladas)
buidha buppi’ñ-dha tortear (para otra persona)
bura, buup(u)ra bupra-da, buupur-da amarrar
bhaamu, bhaaku bhammuk-da, bhakku-da enojarse
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 255

bhiidha bhiibhi’ñ-dha servir (comida a otra per-


sona)
bhi’ññi, bhii’ññigi bhibhi’ññir-da, bhibhii’ññir- ir (a donde no se ve); dar
da vuelta
daasa, darsa daa’nsa-da, daraas-da poner; sentar; plantar
daax(i)dha, daa’ñxi’ñ-dha, dalhxi’ñ-dha parchar; dar plazo (a otra
dalhxidha persona)
daibu, daraibu dadaarri-da sentarse; pararse (ave)
dodi, duduadi duduar-da, duduadhi’ñ-dha aliviarse (de una enferme-
dad)
ga’ ~ g’ gaga’-da asar
jimi, jiimi jimmi-da ir; venir
maimu, maiku miammuk-da, maikkur-da emborracharse
miich(u)da mimiichu’n-da encender; prender
mootoya, momtoya momto-da cargar (sobre la cabeza)
mu’a, kooda mumua’n-da, koo’n-da matar
o’ñxidha a’oo’ñxi’ñ-dha perder, esconder (obj.
anim.)
tibiap(u)tuda tibiapputu’n-da hospedar
tiigidha titgi’ñ-dha poner una trampa (para
animal)
tukgi, tutkagi tutgir-da, tutka’n-da delirar; emborracharse
xi’mñidha xikkui-dha tapar (bien)

Muchas veces hay más de una forma del aspecto continuativo, como en
(23a), pues pueden distinguir entre acciones de poca frecuencia, de mucha fre-
cuencia y las que se llevan a cabo mientras el sujeto está en movimiento, etc.
Además de esto, los verbos que expresan acciones que se llevan a cabo todo el
tiempo, pueden presentarse con el sufijo -k [-k]“estado no-presente”, como
en (23b). Este fenómeno nos lleva a pensar que es precisamente aquí donde los
hablantes de tepehuano todavía están innovando, o sea, que el sistema verbal
del tepehuano pasa por un proceso de lexicalización para ampliar los signifi-
cados que se pueden expresar por medio de las formas a su alcance. Desde
luego, este es un tema que requiere más estudio.
256 Thomas L. Willett

(23) a. Múltiples formas de repetición en el aspecto continuativo


BASE CONTINUATIVO
ardimi ardim-da ~ a’rdim-da corretear, arrear; perseguir
bhaidha bhaidhi-dha ~ bhabhai’ñ- cocinar; cocer (comida)
dha
da’ni, da’npiki da’npik-da ~ dadaapnir-da resbalarse (accidentalmente)
duni ~ bua duñii-dha ~ duiñchu’n-da hacer; pasar; suceder
ilh(ii)dha ilhii’ñ-dha ~ ilhdhi-dha pensar; creer; sentirse
jidhoora ji’ñdhor-da ~ jidhoorai-dhahervir (comida)
jiiba jibai-dha ~ jiibai-dha raspar, escarbar; lijar, apla-
nar
jiip(i)dha jiipi’ñ-dha ~ jippi’ñ-dha descansar
jugioka jugiok-da ~ jugiokkar-da acabar, consumir (no líqui-
do)
jumi juumi-dha ~ jumii-dha acabarse, agotarse (líquido)
kiis(a)pa kiisap-da ~ kiissapai-dha pisar
kir(o)nidha kirni’ñ-dha ~ kiron-da crujir, rechinar (los dientes)
kokda kokda-da ~ kokdai-dha pelear
kuana, kookosa kukuas-da, kookos-da despegar; quitar (cubierto)
naada naadai-dha ~ nanda-da poner lumbre
ni’i ni’-da ~ ni’ii-dha bailar
obia’ki obia’k-da ~ obia’ki-dha cojear, renquear
oi’dha oi’dhi-dha ~ o’ii’ñ-dha juguetear, retozar (uno con
otro)
saada saadi-dha ~ sasdai-dha arrear (sin lazar)
sai’cha sai’chai-dha ~ sasai’char- crecer (zacate)
da
sap(oo)ki ~ sopki sapook-da ~ sopki-dha contar cuentos, charlar
taañxidha taañxi’ñ-dha ~ taañxidhi- pedir (para otra persona)
dha
tani taan-da ~ tañii-dha pedir (comprado o regalado)
tii’dha ~ ti’iidha tii’dhi-dha ~ titii’ñ-dha poner, tapar (a otra persona)
tiit(i)ki tiitik-da ~ tiitki-dha soñar
tikka tikka-da ~ tikka’n-da preguntar
tobiiki ~ totbiki tobiik-da ~ totbik-da reflejar (luz), brillar
toksogi toksogir-da ~toksor-da espumar
tuki tuutkui-dha cargar (en la espalda)
tuuta tua’-da ~ tuudai-dha moler (cosas blandas)
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 257

ua’na u’uan-da ~ ua’nai-dha escribir


xiona xion-da ~ xiontu’n-da menear (líquido)
yaas(a)pa, yassapa yassap-da ~ yaaspai-dha enterrar

(23) b. Formas de repetición con el sufijo estativo -ka


BASE CONTINUATIVO
aada aa’n-ka ponerse (pantalón, falda o zapato)
bak(u)xidha bakxi’ñ-ka tender (tapete para otra persona)
daa’ñ(i)dha daagi’ñ-ka agarrar (para otra persona)
jumpada jumpa’n-ka juntar; reunirse (suj. anim.)
miimda miimi’n-ka atizar (fuego)
nui’ñña, nu’yas nu’yan-ka ~ nu’yas-ka empujar, mover
soo’m(i)dha sosbhi’ñ-ka obstruir (paso), detener, atajar
uañ(i)dha uañi’ñ-ka limpiar, perdonar (a otra persona)
umuag(i)dha umagi’ñ-ka pedir ayuda
xialh(i)cha xialhich-ka adornar (con flores)

4. Conclusión
La tabla (24) resume lo que hemos descrito aquí sobre la transitividad. Los
números y letras entre paréntesis corresponden a los ejemplos donde los datos
representativos están citados. Los números después del signo de igualdad co-
rresponden a todos los verbos estudiados de esa categoría.
Por medio de este resumen, se puede apreciar qué tanto el concepto de
transitividad afecta las formas verbales en tepehuano del sureste. La transitivi-
dad inherente se indica en la última vocal de la gran mayoría de las bases ver-
bales. Asimismo, existen muchos radicales en los cuales la transitividad se
aumenta o disminuye por medio de afijos derivacionales y otros que, sin modi-
ficarse, se prestan al uso en otra valencia. Un limitado grupo de datos perma-
necen aún sin una explicación posible, ejemplo de este tipo de verbos se ilus-
traron en (11a) y (13b).
Además, muchos verbos cuentan con formas reduplicadas para pluralidad
del evento, y otros cuentan con una o más formas reduplicadas para indicar la
repetición del evento. Queda claro que los dos conceptos de transitividad y de
distributividad contribuyen, en gran parte, a que las conjugaciones de los ver-
bos en tepehuano del sureste muestren un fuerte grado de complejidad.
258 Thomas L. Willett

Es de esperar que una futura generación de hablantes nativos salga a inves-


tigar estos datos más a fondo, pues solamente ellos pueden profundizar en los
significados de los verbos al grado que puedan descifrar mejor las razones por
las cuales existen formas aparentemente inexplicables para ciertos verbos tran-
sitivos e intransitivos y cómo las muchas formas para la reiteración o repeti-
ción de un evento se relacionan con las formas para la pluralidad.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 259

(24) Resumen de la transitividad de los verbos


260 Thomas L. Willett

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el Primer seminario de voz, cambio de valencia, y formación de palabra, 17,
18 y 19 de noviembre, Universidad de Sonora, Hermosillo.
Mecanismos de voz y formación de palabra
Se terminó de imprimir en marzo de 2007.
Tiraje: mil ejemplares.

Compuedición: Irene Santacruz Pujol

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