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ISBN: 978-970-722-643-2
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Hecho en México
Printed in Mexico
Índice
Presentación .............................................................................................. 9
Albert Álvarez González ........................................................................ 17
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui
Fidencio Briceño Chel............................................................................ 45
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la
incorporación nominal en maya yucateco
Maritza Elena Enríquez Licón................................................................ 63
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa
Zarina Estrada Fernández....................................................................... 85
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su
manifestación en pima bajo
Rolando Félix Armendáriz ................................................................... 107
Los aplicativos en warihío
Ana Fernández Garay........................................................................... 133
La voz media en wichí (familia mataco-mataguaya)
Gabriela García Salido ......................................................................... 153
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán
Lilián Guerrero ..................................................................................... 177
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas
en yaqui
Manuel Peregrina Llanes...................................................................... 205
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana:
desde una propuesta tipológica
Thomas L. Willett................................................................................. 231
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano
del sureste
Presentación
1. Introducción
Este trabajo se propone desarrollar un análisis de las construcciones de aspecto
resultativo con las que cuenta la lengua yaqui, lengua yutoazteca del noroeste
de México. Después de haber definido y explicado en términos semánticos y
sintácticos el tipo de construcción bajo estudio, examinaremos las diferentes
construcciones de estado resultante que posee el yaqui y que involucran los
morfemas -la, -i, -ia y -ri.3 Identificaremos así en yaqui cinco construcciones
de aspecto resultativo diferentes que podemos reagrupar en dos tipos según la
valencia verbal: construcciones monovalentes y bivalentes. Asimismo, situa-
remos estas construcciones en relación con la propuesta tipológica de Comrie
(1981: 68-70) y Nedjalkov (2001: 928-929) según la cual se pueden identificar
tres tipos sintácticos diferentes: la resultativa P, la resultativa S y la resultativa
A. Además de estas tres construcciones, mostraremos que el yaqui posee otras
dos construcciones bivalentes de aspecto resultativo que denominaremos por
sus características sintácticas: resultativa S bivalente y resultativa R. Buscare-
mos también mostrar que el criterio determinante para la marcación resultativa
en yaqui no es en general un criterio sintáctico (valencia verbal) sino más bien
semántico (la conceptualización del evento denotado por el verbo base). Fi-
nalmente, estudiaremos cómo las nociones de agentividad y posesión están re-
lacionadas con este tipo de construcciones estativas.
4
Sin embargo, no toda construcción estativa es forzosamente una construcción resultativa.
Aunque ambas categorías expresan estados y comparten por lo tanto muchas características,
existe una diferencia en cuanto a la implicación o no del evento causante del estado. En efecto,
una construcción estativa stricto sensu expresa un estado de una entidad sin la implicación de un
evento previo como lo señala Nedjalkov (2001: 928). Este mismo estudioso reconoce sin em-
bargo la dificultad que a menudo existe para distinguir entre ambos significados y señala el
hecho de que en muchas lenguas estas dos categorías son intercambiables, por lo que es común
utilizar el término de resultativo para cubrir las dos categorías.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 19
ción de los eventos propuesta por Croft (1990, 1994), podemos entonces seña-
lar que las construcciones bajo estudio se enfocan en el tercer y último seg-
mento de la estructura de un evento simple y proponen una visión estativa del
evento denotado por el verbo.
5
Nedjalkov (2001: 929) proporciona para la resultativa A, un ejemplo del ruso tomado de
Trubinskij (1988: 389-90). De la construcción transitiva de base en (a), pasamos a la construc-
ción resultativa bivalente en (b) donde observamos que el sujeto On ‘él’ se ha mantenido y que
se marca la resultatividad en el verbo mediante el sufijo de gerundio –vši:
(i) a. On nadel šapku. b. On byl nade- vši šapku.
3SG has put on cap 3SG had put on-CONV cap
‘He has put on a cap’. ‘He had a cap on’.
‘Él ha puesto un gorro’. ‘Él tenía puesto un gorro’.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 21
6
Givón (2001: 116) sitúa esta construcción estativa dentro de los mecanismos detransitivi-
zadores correspondientes a las construcciones de voz media que son para este autor, variantes de
construcciones semánticamente transitivas que implican una defocalización semántica del agen-
te. Así, en el caso de la media resultativa, un verbo que podía ser utilizado transitivamente para
describir un evento iniciado por un agente, es utilizado para describir el estado resultante del pa-
ciente que sigue a ese evento. Givón (2001: 116) ilustra este fenómeno con los ejemplos siguien-
tes donde de la activa transitiva en (a) se puede derivar la construcción resultativa de voz media
en (b):
(i) a. Activa-transitiva b. Estado resultante
She broke the window The window is broken.
‘Ella quebró la ventana’. ‘La ventana está quebrada’.
Independientemente de si estamos de acuerdo o no con esta noción de voz media propuesta
por Givón, podemos observar que esta caracterización sólo aplica para la resultativa P, y no para
las resultativas S y A.
22 Albert Álvarez González
7
Abreviaturas: ACU = acusativo; ADVZ = adverbializador; APL = aplicativo CAUS = causativo;
CONV = converb; DAT = dativo; DET = determinante; EST = estativo; INC = incoativo; INTR = in-
transitivo; LOC = locativo; NEG = negación; PAS = pasivo; PAST = pasado; PERF = perfectivo; PL =
plural; POS = posesivo; PRES = presente; RFLX = reflexivo; RES = resultativo; S = sujeto; SG = sin-
gular; TOP = tópico; TRANS = transitivo.
8
La sufijación mediante –la provoca que la vocal final del verbo intransitivo –e se cierre y
se convierta en –i.
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 23
b. U yoeme naamuke.
DET hombre emborracharse
‘El hombre se está emborrachando’.
U yoeme naamuk-ia.
DET hombre emborracharse-EST
‘El hombre está emborrachado/borracho’.
9
En cuanto a saber si estas construcciones son realmente resultativas y no solo estativas, se
puede utilizar la modificación adverbial (Embick 2004: 357). En efecto, contrariamente a las
estativas, las resultativas pueden ser modificadas por adverbios de manera lo que demuestra que
la construcción denota también un evento. En los ejemplos siguientes, hemos utilizado el adver-
bio compuesto kaa obiachisi ‘fácilmente’ para realizar la prueba de eventividad a las oraciones
de (3) y (4). Todas esas construcciones admiten la modificación adverbial por lo que estos cuatro
sufijos adjetivales deverbales pueden ser considerados como marcadores de resultativa.
(i) a. Kaa obiachi-si u yoeme kikti-la.
NEG difícil-ADVZ DET hombre pararse-RES
‘El hombre está fácilmente parado’.
b. Kaa obiachi-si u yoeme naamuk-ia.
NEG difícil-ADVZ DET hombre emborracharse-RES
‘El hombre está fácilmente emborrachado/borracho’.
24 Albert Álvarez González
Muchos verbos en yaqui exhiben una forma transitiva y una forma intransi-
tiva. En un buen número de estos casos, la valencia está marcada en la vocal
final. El verbo transitivo acaba generalmente en -a y el intransitivo en -e como
se puede apreciar en los ejemplos siguientes:
11
Es importante señalar, como lo hacen Jelinek y Escalante (2000: 171), que no todos los
verbos del yaqui tienen dobletes que contrastan en la valencia. Así, podemos tener algunos ver-
bos que son estrictamente intransitivos y que acaban en –a o estrictamente transitivos con una –e
final.
(i) tu’ute ‘adornar’ TRANS
jiapsa ‘vivir’ INTR
Encontramos también unos pocos verbos lábiles que mantienen la misma forma para un uso
dual: transitivo e intransitivo.
(ii) yoore ‘cicatrizar’, ‘cicatrizarse’
Jibao ‘alumbrar’, ‘alumbrar, brillar’
26 Albert Álvarez González
12
Los 32 adjetivos deverbales sufijados mediante -la que están presentes en el corpus lexi-
cográfico de Estrada et al (2004), muestran siempre una base verbal intransitiva (Álvarez en
prensa).
32 Albert Álvarez González
En este caso, no tenemos una resultativa A ya que el sujeto del verbo base
no se mantiene. En efecto, el sujeto del verbo weche ‘caer’ en la construcción
de base no es u kari ‘la casa’ sino bepa’aria ‘techo’. Estamos por lo tanto ante
una nueva resultativa bivalente en la cual el sujeto de la construcción de base
(o por lo menos el núcleo) pasa a ocupar la posición de objeto (con marca de
acusativo) y el sujeto es un argumento nuevo (o el dependiente de la frase no-
minal sujeto) cuyo semantismo está de cierta forma incluido en el sentido del
argumento sujeto de la construcción intransitiva de base, mediante una rela-
ción de posesión, más concretamente de holonimia/meronimia (el concepto de
‘casa’ es holónimo de ‘techo’ y ‘techo’ es merónimo de ‘casa’). La construc-
ción de base sería entonces una construcción intransitiva que tiene como sujeto
una frase nominal posesiva:
13
Este marcador reflexivo es utilizado con algunos verbos yaquis como marcador anticausa-
tivo (Álvarez 2005).
Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 35
14
Acerca de construcciones aplicativas, también podemos señalar el trabajo, en este mismo
volumen, de Estrada (2007) sobre pima bajo.
15
El yaqui se comporta así como una lengua de doble objeto ya que trata de igual manera al
tema y al receptor (ambos con marca de caso acusativo).
16
Siguiendo a Shibatani (1996) y a Guerrero (2007), podemos denominar las construcciones
yaquis con el marcador –ria como construcciones benefactivas más que aplicativas ya que codi-
fican únicamente como argumentos centrales directos a receptores y beneficiarios, contrariamen-
te a las cláusulas aplicativas que incluyen a instrumentales, locativos y comitativos. Las cons-
trucciones aplicativas son típicamente transitivas mientras que las benefactivas conllevan un es-
quema conceptual con tres argumentos ya que involucran un significado causativo (por lo tanto
dos participantes) y un cambio de posesión a un tercer participante (Shibatani 1996).
38 Albert Álvarez González
La resultativa R en yaqui nos permite también ver que existe una asimetría
respecto a los comportamientos morfosintácticos de los objetos centrales en la
construcción aplicativa. En efecto, cuando el sufijo -ri se agrega a un verbo
aplicativo, es el argumento benefactivo el que funciona como sujeto de la
construcción resultativa pero nunca el tema como lo ejemplifica la oración
agramatical en (28). Similar comportamiento ha sido señalado por Guerrero
(2007) para la voz pasiva de verbos aplicativos en yaqui lo que de nuevo
muestra la existencia de un traslape funcional entre la pasiva en yaqui y la re-
sultativa en -ri/i que hemos justamente denominado pasiva resultativa.
4. Conclusiones
El presente trabajo muestra la necesidad de reconsiderar la tipología propuesta
por Nedjalkov (2001) ya que el yaqui presenta cinco construcciones resultati-
vas distintas que se pueden dividir en dos grupos según la valencia de la cons-
trucción y cuyas características más importantes mostramos en el cuadro al fi-
nal de este trabajo.
El morfema -ri, marcador de las resultativas P y R, aparece siendo un mor-
fema detransitivizador cuya función semántica es la de denotar un estado re-
sultado de un evento causativo iniciado por un agente externo defocalizado
(no-especificado). Esta función defocalizadora es similar a la de la construc-
ción pasiva por lo que podemos considerar el sufijo -ri como un marcador de
pasiva resultativa que no sólo implica la no-especificación del argumento
agente sino también la topicalización del argumento no agente (participante
paciente en la resultativa P y beneficiario en la resultativa R).
En cuanto al sufijo -la, es un morfema no detransitivizador cuya función
semántica es la de denotar un estado resultado de un evento sin agente externo:
estado resultado de un evento incoativo/espontáneo para las resultativas S mo-
novalente y bivalente o de un evento causativo interno para la resultativa A, es
decir una construcción donde el sujeto es el propio agente causante del estado
denotado. Si nos basamos en la definición de la construcción media propor-
cionada por Lyons (1969: 373) según la cual es una construcción que sirve pa-
40 Albert Álvarez González
podemos decir también que existe una relación de posesión ya que el sujeto
posee la característica denotada por el participio y tiene por ende un estado
particular, evidenciando así que la resultatividad tiene mucho que ver con dos
nociones muy íntimamente unidas: la atribución y la posesión.
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decir la entidad objeto representa una parte de la entidad sujeto). Cuando el sujeto es animado, la
relación de posesión es más amplia y la gama posible de participantes objeto se extiende a todas
las entidades que pueden ser poseídas por un ser animado.
42 Albert Álvarez González
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Construcciones de aspecto resultativo en yaqui 43
Sujeto S A A A
S=N1+N2 con N1
holónimo de N2
Construcción R
de base
Objeto P P
T
Sujeto S P N1 A R
Construcción
Objeto N2 P T
resultativa
1
Abreviaturas: ABS1S = absolutivo primera singular, ABS2S = absolutivo segunda singular,
ABS3S = absolutivo tercera singular, AP = antipasiva, AUX = auxiliar, ERG1S = ergativo primera
singular, ERG3S = ergativo tercera singular, COM = completivo, COMP = compulsivo, CR = causa-
tivizador, DEM = demostrativo, DUR = durativo, FEM = femenino, HAB = habitual, INC = incom-
pletivo, IND = futuro indefinido, INTR = intransitivizador, MASC = masculino, MOD = modo, NEG
46 Fidencio Briceño Chel
= negativo, PAS = pasivo, P1S = posesivo primera singular, P3S = posesivo tercera singular, REM
= futuro remoto, RV = raíz verbal, SUBJ = subjuntivo, TERM = terminativo, TR = transitivizador.
2
Ante verbos con vocal inicial, los pronombres de juego ergativo del maya yucateco se ca-
racterizan por añadir w- para la primera persona del singular y la segunda singular y plural, así
como y- para la tercera persona singular y plural, por lo que el paradigma de pronominales queda
de la siugiente manera: In w-, A w-, U y-, K, A w- -e’ex y U y- -o’ob.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 47
2. Cláusulas intransitivas
Los verbos transitivos inherentes no pueden emplearse en oraciones intransiti-
vas incompletivas a menos que sean antipasivizados mediante la adición del
sufijo -aj. Verbos de este tipo son u’uy ‘escuchar’, il ‘ver’, beet ‘hacer’, a’al
‘decir’, e’es ‘enseñar, señalar’, entre los más comunes. Nótese que sin antipa-
sivizar resultan agramaticales, como se muestra en los ejemplos (4b) y (5b)
mientras que los ejemplos (4a) y (5a) presentan las formas aceptables:
(4) a. táan in w-u’uy-aj ba’ale’ ma’ t-in
DUR ERG1S-oír-AP pero NEG DUR-ERG1S
na’at-ik-ø ba’ax-i’.
entender-INC-ABS3S qué-NEG
‘Estoy escuchando pero no entiendo qué (es)’.
b. *táan in w-u’uy ba’ale’ ma’ t-in
DUR ERG1S-oír pero NEG DUR-ERG1S
na’at-ik-ø ba’ax-i’.
entender-INC-ABS3S qué-NEG
‘Estoy escuchando pero no entiendo qué (es)’.
(6 ) t-in maan.
DUR-ERG1S comprar
‘Estoy comprando’.
Por otro lado, los mismos verbos radicales adquieren un patrón ergativo-
absolutivo y además añaden el sufijo de antipasivo -n- en cláusulas intransiti-
vas de completivo y subjuntivo.
(8) a. maan-n-aj-en.
comprar-AP-COM-ABS1S
‘Compré’.
b. bíin maan-n-ak-en.
REM comprar-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día compraré’.
Cambio de valencia y formación de palabras a través de la incorporación nominal en maya 49
(9) a. t’aan-n-aj-ij.
hablar-AP-COM-ABS3S
‘Habló’.
b. bíin t’aan-n-ak-ø.
REM hablar-AP-SUBJ-ABS3S
‘Algún día hablará’.
(10) a. u’uy-aj-n-aj-en.
escuchar-AP-AP-COM-ABS1S
‘Escuché’.
b. bíin u’uy-aj-n-ak-en.
REM escuchar-AP-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día escucharé’.
(11) a. il-aj-n-aj-en.
ver-AP-AP-COM-ABS1S
‘Ví’.
b. bíin il-aj-n-ak-en.
REM ver-AP-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día veré’.
Cualquier otra forma sin las dos maneras de antipasivización resulta agra-
matical como se puede advertir en los ejemplos (12a), (12a’), (13a) y (13a’)
para completivos y (12b), (12b’), (13b) y (13b’) para subjuntivos.
(12) a. *u’uy-n-aj-en
escuchar-AP-COM-ABS1S
50 Fidencio Briceño Chel
a’. *u’uy-aj-aj-en
escuchar-AP-COM-ABS1S
b. bíin u’uy-n-ak-en
REM escuchar-AP-SUBJ-ABS1S
(13) a. *il-n-aj-en
ver-AP-COM-ABS1S
a’. *il-aj-aj-en
ver-AP-COM-ABS1S
b. *bíin il-n-ak-en
REM ver-AP-SUBJ-ABS1S
(16) a. báax(al)-n-aj-en.
jugar-AP-COM-ABS1S
‘Jugué’.
b. bíin báax(al)-n-ak-en.
REM jugar-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día jugaré’.
(17) a. janal-n-aj-en.
comer-AP-COM-ABS1S
‘Comí’.
b. bíin janal-n-ak-en.
REM comer-AP-SUBJ-ABS1S
‘Algún día comeré’.
(19) a. j-na’ak-en.
COM-subir-ABS1S
‘Subí’.
b. j-éem-en.
COM-bajar-ABS1S
‘Bajé’.
En el caso de las subjuntivas, siguen el mismo orden que los otros verbos,
pero al igual que en completivo, no usan el marcador de antipasivo -n-. Asi-
mismo mantienen el proceso de armonía vocálica en la marcación de subjunti-
vo:
b. bíin éem-ek-en.
REM bajar-SUBJ-ABS1S
‘Algún día bajaré’.
3. La incorporación nominal
Este fenómeno es factible gracias a que la antipasivización hace posible que
un paciente no distintivo, no específico, de cierta clase, se incorpore al verbo
(Cf. Dayley 1990) formando un nuevo complejo verbal, por ejemplo:
Pero donde es más claro es cuando el verbo complejo formado con el no-
minal incorporado recibe los correspondientes sufijos propios del verbo, fe-
nómeno más comúnmente descrito (Bricker 1981) en las formas intransitivas
incompletivas mostradas con la antipasivización:
En este último caso, es claro que no existe ningún paciente particular espe-
cífico, y puesto que el paciente se incorpora dentro del nuevo complejo verbal,
ya no es un argumento en relación directa con el verbo, por lo que el verbo se
comporta como un verbo intransitivo derivado (Dayley 1990); el agente, ade-
más, se convierte en sujeto esta vez marcado con la forma absolutiva.
54 Fidencio Briceño Chel
4. La retransitivización
Algo más interesante es ver que una vez reanalizados estos nuevos verbos
compuestos creados a través de la incorporación, pueden ya emplearse como
cualquier otro verbo transitivo derivado y entonces llegan incluso a ser retran-
sitivizados, añadiéndoles los marcadores morfológicos correspondientes. El
ejemplo (23a) muestra la forma transitiva ch’ak ‘cortar’; este ejemplo servirá
de base para el inicio de la incorporación; el ejemplo (23b) muestra el verbo
compuesto ch’ak-che’ como el primer paso de la incorporación; (23c) nos en-
seña la antipasivización del verbo compuesto reanalizándolo así como verbo
intransitivo, y finalmente, (23d) y (23e) muestran la retransitivización y reaná-
lisis como verbo transitivo derivado ch’ak-che’e-t-aj para el completivo en
(23d), y ch’ak-che’e-t-ik para el incompletivo en (23e).
tro del Estado de Quintana Roo, sin embargo en datos recopilados en Campe-
che no hemos documentado ejemplos similares y en elicitación directa hemos
obtenido algunos ejemplos que siempre fueron dudosos o “chistosos” para los
hablantes.
Otros ejemplos tomados de la variante de la zona henequenera, de la cual
provengo, y que comparte las mismas características básicas con la comunidad
trabajada por Bricker, muestran un comportamiento similar al descrito ante-
riormente, como puede verse en los ejemplos de (24):
bej-o’.
camino-DEM
‘Desenterré armadillo en el camino’. (Cavé el camino como desente-
rrando armadillo)
e. t-in páan-wech-t-ik-ø le
DUR-ERG1S desenterrar-armadillo-TR-INC-ABS3S DEM
bej-o’.
camino-DEM
‘Estoy desenterrando armadillo en el camino’. (Estoy cavando el ca-
mino como desenterrando armadillo)
con lo que resulta una integración plena a las reglas internas de la lengua, tal
como ha sido descrito en Briceño (en prensa) para los cambios internos en los
radicales verbales al usarse en cláusulas de dos argumentos.3
Un último ejemplo para el apartado de la incorporación y su posterior re-
transitivización es el presentado en (27).
3
Sirva como ejemplo el siguiente par de oraciones que muestran el acortamiento vocal del
radical verbal :
(i) a. táan u maan te’ k’íiwik-o’.
DUR ERG3S comprar DEM plaza-DEM
‘Está comprando en la plaza’.
b. táan u man-ik-ø ba’al-o’ob te’ k’íiwik-o’.
DUR ERG3S comprar-INC-ABS3S cosas-PL DEM plaza-DEM
‘Está comprando cosas en la plaza’.
5. La agentivización
En este último apartado, se hace mención de otro proceso de adecuación de los
nuevos términos surgidos a través de la incorporación, me refiero a la agenti-
vización, pues es bastante común que estas formas complejas aparezcan para
nombrar oficios o características de alguna persona. En este caso, la forma
verbal compleja se marca con un prefijo j- para masculino, o x- para femenino,
tal como se ilustra enseguida:
(26) a. j-ch’ak-che’. 4
MASC-cortar-madera
‘Cortador de madera’. (Talador)
b. j-páan-weech.5
MASC-escarbar-armadillo
‘El cazador de armadillos’.
c. x-líil-ja’.6
FEM-rociar-agua
‘La rociadora’.
Hay verbos muy productivos como kon ‘vender’, a partir del cual han sur-
gido una infinidad de términos que no sólo aparecen en la agentivización sino
también como verbos incorporados siguiendo los procesos antes descritos:
(27) a. j-kon-k’áan.7
MASC-vender-hamaca
‘Hamaquero’. (vendedor de hamacas)
4
Cf. (23b).
5
Cf. (24b).
6
Cf. (25b).
7
Cf. (1b).
58 Fidencio Briceño Chel
b. j-kon-xanab.
MASC-vender-zapato
‘Zapatero’. (vendedor de zapatos)
c. j-kon-nook’.
MASC-vender-ropa
‘Ropero’. (vendedor de ropas)
d. x-kon-janal.
FEM-vender-comida
‘Vendedora de comida’.
e. x-kon-sa’.
FEM-vender-atole
‘Atolera’. (vendedora de atole)
Otros más extraños son los que se han formado con un verbo maya y un
nominal tomado del español, como se muestra en (28):
(28) a. j-kon-traago.
MASC-vender-licor
‘Cantinero’. (vendedor de tragos)
b. j-kon-diaario.
MASC-vender-periódico
‘Periodiquero’. (vendedor de periódicos)
c. j-kon-plaaza.
MASC-vender-plaza
‘Vendedor de plazas’.
(29) a. j-ts’ak-yaj.
MSC-curar-dolor
‘Médico’.
b. x-jots’-koj.
FEM-zafar-diente
‘Dentista’.
c. j-k’os-jo’ol.
MASC-podar-cabeza
‘Peluquero’.
(30) a. j-p’o’-carro.
MASC-lavar-carro
‘Lavacarro’.
b. j-pots’-leche.
MASC-sacar-leche
‘Ordeñador’.
c. x-pak’-flor.
FEM-sembrar-flor
‘Floricultora’.
6. Palabras finales
En este trabajo he querido demostrar que el proceso de formación de palabras
a través de la incorporación en yucateco actual es bastante productivo. Asi-
60 Fidencio Briceño Chel
Finalmente cabe mencionar que uno de los problemas que acarrea la apari-
ción de formas incorporadas es la traductibilidad de estos nuevos términos. Es-
tas formas son comunes y usuales en el discurso maya pero no siempre es po-
sible una buena interpretación de ellas en castellano, por ello, en el español
yucateco abundan términos de este tipo que lucen como incorporados justa-
mente por la falta de una manera clara de traducirlos o definirlos. Ésta es sólo
una muestra de lo que la incorporación puede hacer y de la creatividad de los
hablantes ante la necesidad de nombrar acciones y situaciones comunicativas
complejas. Mayores estudios seguramente servirán para caracterizar el com-
portamiento general o particular de los otros tipos de verbos de esta lengua.
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Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa1
1
Agradezco a mi colaboradora, Célida Cartas Chiñas por su tiempo y por compartir el cono-
cimiento de su lengua conmigo, a la Universidad de Sonora por la beca que me proporcionó du-
rante los estudios de maestría. Agradezco profundamente a la Dra. Zarina Estrada Fernández,
por la asesoría que me brindó durante mi tesis de Maestría y su apoyo por medio del Proyecto
“Mecanismos de voz, cambio de valencia y formación de palabra” (39777). El presente trabajo
es una versión reducida de mi tesis de maestría titulada “Causatividad en Zapoteco del Istmo”.
64 Maritza Elena Enríquez Licón
Libres Ligados
1S Na7a - a, -e, -ja2
2S Li7i - lu, lo
3SH La7abe - be
3SAnimal La7ame - me
3Scosa La7ani - ni
1PLIncluyente La7akanu - nu
1PLExcluyente La7akadu - du
2PL La7akatu - tu
3PLH La7akabe - kabe
3PLANIMAL La7akame - kame
3PLCOSA La7akani - kani
Tabla 1. Pronombres libres y ligados del zapoteco del Istmo.
2
-e y –ja parecen ser producto de procesos fonológicos de la lengua. Este tema no será toca-
do en este trabajo.
3
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, C = cosa,
CAUS = causativo, COMPL = completivo, DEM = demostrativo, HAB = habitual, H = humano LOC
= locativo, NMLZR = nominalizador, PL = plural, POS = posesivo, POT = potencial, PROGR = pro-
gresivo, SG = singular, TAM = tiempo-aspecto-modo, ZISBA = zapoteco del istmo de San Blas
Atempa.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 65
El zapoteco del Istmo (ZISBA) es una lengua que muestra patrones intere-
santes respecto a los fenómenos de transitividad y cambio de valencia. En la
lengua muchas raíces verbales parecen ser básicamente intransitivas; para tran-
sitivizar estas raíces la lengua cuenta con medios morfológicos, básicamente la
adición de una u- causativa, algunas veces también con la adición de una s-
causativa. Parte de las evidencias para clasificar un verbo como intransitivo es
la existencia o coocurrencia de mecanismos que sirven para transitivizar una
raíz verbal y la ausencia de marcas para detransitivizar los verbos. En zapoteco
del Istmo no existe un mecanismo pasivizador. En los siguientes ejemplos se
puede ver que un verbo intransitivo como ‘caerse’ puede aumentar su estructu-
ra argumental en uno al agregarse uno de los prefijos causativos, como en (2a)
biabani ‘se cayó’ que toma un solo argumento, el tema o paciente tasa ka ‘la
tasa’. En (2b), la contraparte causativa, ocurre marcada con el prefijo s-, bisaba
‘tiré’, expresa tanto el tema como el agente na7a ‘yo’:
Aún los verbos que en otras lenguas se comportan como transitivos por
tomar dos argumentos, en ZISBA muestran una raíz intransitiva como bá-
sica, como en los ejemplos en (3). En (3a) rižaleni ‘se abrió’ aparece como
forma plena o no marcada, la contraparte transitiva en (3b) rusalebe ‘abrió’
toma el prefijo u-:
4
Como convenciones fonológicas se utiliza un “7” entre vocales para marcar una secuencia
laringizada; los símbolos utilizados para transcribir los datos son los del alfabeto fonético ameri-
cano, excepto por la vibrante múltiple, que transcribo como una ŕ.
66 Maritza Elena Enríquez Licón
Otra marca que puede aparecer junto a esta -u para expresar causatividad
simple (en oposición a la doble causatividad, como veremos más adelante) es
la adición de otro morfema de causatividad:
(7) a. maria ri-asa telayu.
María HAB-levantar temprano
‘María se levanta temprano’.
68 Maritza Elena Enríquez Licón
Esto parece indicar que el causativo g- es más opaco que el causativo u-, ya
que este último todavía puede marcar causatividad de manera autónoma, lo
que no ocurre con el morfema g-. Los datos parecen señalar que el causativo
u-, en algunos casos, necesita que otro morfema de causatividad sea añadido
para obtener el significado causativo. Los datos parecen indicar que, en algu-
nos casos, el morfema u- puede ser tomada como una marca no productiva si-
no lexicalizada de causatividad, misma que hoy nos remite, en la mayoría de
las veces, a una raíz más transitiva a partir de una incialmente intransitiva. Ac-
tualmente los morfemas si- ~ su- ~ s- son los más productivos para en ZISBA,
como se muestra en los siguientes ejemplos:
ka barku ka.
PL barco DEM
‘Las olas grandes hunden a los barcos’.
5
Estamos hablando de un continuo donde la causatividad morfológica puede tener distintos
grados de productividad y alinearse con las formas menos productivas en una lengua, y con las
más productivas en otra.
72 Maritza Elena Enríquez Licón
rirla en un grupo dado de verbos, y además, el grupo de verbos en los que apa-
rece el morfema es relativamente pequeño, este morfema debe pertenecer al
grupo de las causativas léxicas, dígase, al grupo de aquellas palabras que se
aprenden individualmente.
Causación indirecta
< analítico/sintáctico
BAJA
ALTA
Grado de regularidad/productividad
aglutinantes
<
fusionales
<
Puramente lexicales
ALTA
BAJA
Causación directa
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 73
Otros de los verbos del mismo grupo, el de los intransitivos activos, sola-
mente son causativizados por medio de una construcción perifrástica, como en
los siguientes ejemplos:
Entonces podemos decir que los verbos intransitivos activos pueden apare-
cer en dos tipos de construcciones causativas: i. morfológicas y ii. perifrásti-
cas. Al parecer la causativización léxica no es un mecanismo disponible para
este grupo de verbos. Hay que notar que, aunque los intransitivos activos acep-
tan tanto una marca morfológica como una perifrástica, es más probable –ma-
yor en ocurrencia– la construcción perifrástica como manera de expresar la
causatividad en los verbos de esta clase.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 75
En los ejemplos de (25) vemos que la raíz verbal -zaa, ‘caminar’ sufre un
cambio morfofonológico al ensordecerse la consonante inicial como mecanis-
mo utilizado por la lengua para causativizar verbos.6
6
El cambio en la sonoridad es un proceso activo en la lengua que se usa no solo para expre-
sar causatividad en algunos casos, también es usada para expresar cambio de TAM.
78 Maritza Elena Enríquez Licón
7
El verbo -uni- pierde su vocal inicial ante otra vocal, de manera que al agregar el morfema
bi- de completivo, el resultado no es bi-uni, sino bi-ni. El verbo -abi- ‘decir’ muestra una forma
supletiva para el completivo, donde la forma de la raíz cambia a –uuye.
8
Como lo señalan Picket et. al (1998: 67): “[…] los verbos de movimiento tienen un prefijo
progresivo que no tienen otros verbos, el prefijo z-. En el caso del verbo ‘ir’ indica que el sujeto
salió y todavía no regresa”.
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 79
ra skuela.
POT escuela
‘Yo pedí al niño ir a la escuela’.
9
La -u- es un antiguo causativo que actualmente funciona como transitivizador dado que ya
no expresa una semántica causativa, sin embargo, en la literatura de los estudios sobre el zapote-
co sigue considerándose como causativo.
80 Maritza Elena Enríquez Licón
Para expresar otros matices como la fuerza utilizada para ejercer la acción
causativa, se utiliza el calco del español ‘a fuerza’:
estudiante ka.
estudiante DEM
‘Ellos forzaron a los estudiantes a irse’.
82 Maritza Elena Enríquez Licón
Existen, por lo tanto, dos verbos para expresar causatividad por medios sin-
tácticos en la lengua, y la diferencia de significado es que las construcciones
con el verbo uni ‘hacer’ son implicativas, mientras que aquellas que utilizan el
verbo abi ‘decir’ no lo son necesariamente. El matiz de fuerza que en lenguas
como el español es codificado por medio de un verbo, en este caso ‘forzar’, se
expresa en ZISBA por medio de la construcción a fuersa ‘a fuerza’, que fun-
ciona como un adverbio.
En este trabajo propongo a la causatividad perifrástica como el mecanismo
causativizador más productivo de la lengua, por lo que cualquier verbo, sin
importar si es transitivo o intransitivo de cualquier clase, puede ser causativi-
zado utilizando este mecanismo. Todos los tipos de verbos existentes en ZIS-
BA pueden aparecer en una construcción perifrástica. Es este criterio lo que
clasifica a la construcción perifrástica como la construcción más productiva de
la lengua para la marcación de la causatividad.10
10
“Las formas causativas productivas son aquellas que tienen una marcación causati-
va constante y que también un gran número de raíces verbales puedan tomar esa mar-
cación causativa” Shibatani (comunicación personal).
11
También en concordancia con Givón (2001).
Causatividad en zapoteco del Istmo hablado en San Blas Atempa 83
Bibliografía
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Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas
y su manifestación en pima bajo
1. Introducción
Este trabajo aborda, desde una perspectiva tipológica, aspectos morfosintácti-
cos y semánticos relativos al sufijo aplicativo -di en pima bajo –lengua de la
rama tepimana de la familia yutonahua o yutoazteca que actualmente es
hablada en la región del noroeste de México por un número de hablantes que
no supera los 1 000 individuos.1 En especial se hace referencia a cuatro de las
características que en la literatura lingüística –específica sobre este recurso
lingüístico– han sido observadas: (i) el aplicativo es un recurso lingüístico
muy productivo en la derivación de nuevos verbos;2 (ii) este recurso es carac-
terístico por sus propiedades modificadoras de valencia al incorporar como
nuclear a un participante opcional, periférico o no nuclear; (iii) el papel o rol
semántico primordial del argumento aplicado es el de beneficiario, aunque es
posible también que involucre a otros roles semánticos, y (iv) existen lenguas
en las que el participante beneficiario no se encuentra obligatoriamente codifi-
cado en la cláusula.
*
Agradezco al Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck por el apoyo brindado du-
rante el verano de 2005, especialmente a Bernard Comrie y a Verónica Vázquez por sus comen-
tarios para mejorar este trabajo, cualquier error es de mi absoluta responsabilidad. Las investiga-
ciones de las construcciones aplicativas en pima bajo no habrían sido posibles sin el apoyo del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a través de su proyecto 39777 “Mecanismos de voz y
formación de palabra”.
1
De acuerdo a cifras del último censo de INEGI, los pima bajo suman un total de 741, (cf.
http://cuentame.inegi.gob.mx/impresion/poblacion/lindigena.asp).
2
Según lo señala Peterson (1999: 1) el uso del término “aplicativo” ocurre inicialmente en
las lenguas yutoaztecas (Carochi 1645/1983: 63) y, más tarde –de acuerdo a Polinsky (2005)–
fue retomado por los especialistas de lenguas africanas de la familia bantú.
86 Zarina Estrada Fernández
3
Por limitaciones de espacio, no pretendo exponer y discutir la jerarquía de animacidad en
este trabajo, sin embargo, cabe señalar que ha sido ampliamente expuesta en la literatura lingüís-
tica. La jerarquía de animacidad básicamente se propone como una categoría conceptual univer-
sal que puede materializarse estructuralmente de diferentes formas en distintas lenguas. La je-
rarquía de animacidad propone que ciertos rasgos estructurales se comportarán de cierta manera
de acuerdo a un continuo en el que la entidad a la que se elija primero será aquella que cuente
con rasgo de animado-humano, para seguir un animado-animal y en un último lugar la entidad
inanimada. Según la propuesta de Comrie (1989: 185) la jerarquía es como sigue: humano >
animal > inanimado.
4
Abreviaturas: 1, 2, 3 = primera, segunda y tercera persona, ABS = absolutivo, ACU = acusa-
tivo, ADJVZ = adjetivizador, AL = alienable, APL = aplicativo, BEN = benefactivo, CAUS = causati-
vo, COM = comitativo, COMP = completivo, COMPL = complementizador, CONT = continuo, COP =
cópula, DEM = demostrativo, DET = determinativo, DIM = diminutivo, DIR = direccional, DTR =
ditransitivizador, DUR = durativo, ERG = ergativo, EST = estativo, FUT = Futuro, IMP = imperativo,
IMPF = imperfectivo, INC = incoativo, INS = instrumental, INT = intensificador, INV = inversa, IRR
= irrealis, LOC = locativo, NOM = nominativo, NSUJ = no-sujecto, OBL = oblicuo, OBJ = objeto, PAS
= pasivo, PF = perfecto, PL = Plural, POS = posesivo, PRE = preterito, PRIOR = prioritativo, PRS =
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 87
c. id am-hoin-ga-r.
DET.SUJ 2SG.NSUJ-esposa-AL-POS
‘Ésa es tu esposa’.
6
“A type of voice” (“the focus is given on the type of objects rather than on the relationship
between subject and object”) (Crystal 1997: 23).
7
[A] “syntactic construction signaled by overt verbal morphology which allows the coding
of a thematically peripheral argument or adjunct as a core object argument” (Peterson 1999: 1).
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 89
(3) Tuscarora
neyene?θhkhwa?
ne-ye-ne?θ-ahkw-ha?
DUPLICATIVO-INDEFINIDO.AGENTE-escribir-APL-IMPF
‘Uno escribe con eso’.
(4) Kapampangan
nyang lawe-n ne ing biga…
nyang lawe-n=na=ya ing biga
cuando mirar-APL=3.ERG=3.ABS ABS cielo
‘Cuando ella vio al cielo, …’
90 Zarina Estrada Fernández
8
Peterson explica este valor semántico como sigue: “Sentences including -taak applicative
constructions are interpreted as involving the subject of the verb leaving the added object and
verbing [it].” (Peterson 1999: 9).
9
Con el nombre de tepehua se nombra a una rama de la familia totonaca, rama que a su vez
comprende tres lenguas: el tepehua de Pisaflores, el de Tlachichilco, Veracruz y el de Huehuetla,
Hidalgo; este último es al que hace referencia Watters (1996).
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 91
(7) Tepehua
a. cak?a-y. b. łi:-cak?a-y.
morder-IMPF APL-morder-IMPF
‘X muerde a Y’. ‘X intentó morder a Y’.
Finalmente en los ejemplos en (13) se ilustra el uso del sufijo aplicativo -id,
en la derivación de verbos bitransitivos, dígase verbos que requieren a un ar-
gumento beneficiado o maledictivo a favor o en contra del cual se realiza la
acción; todos ellos, elementos que en su forma básica no derivada, solamente
requerían de dos argumentos:
en las lenguas del mundo, Polinsky (2005) consideró dos parámetros: (i) el de
la transitividad del elemento verbal tomada como base para el aplicativo, y (ii)
el rol semántico del participante añadido por el proceso aplicativo (applied ob-
ject). De los dos, el de mayor riqueza descriptiva fue el primero de ellos, rela-
tivo a la transitividad de la base verbal, ya que permite dar cuenta de tres tipos
de lenguas:
10
Resumen de Polinsky (2005: 442).
No. of languages
1. Benefactive object only; both bases 16
2. Benefactive object only; transitive base only 4
3. Benefactive and other; both bases 49
4. Benefactive and other; transitive base only 2
5. Non-benefactive object only; both bases 9
6. Non-benefactive object only; transitive base only 1
7. Non-benefactive object only; intransitive base only 2
8. No applicative construction. 100
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 95
El ejemplo en (17) coincide con los ilustrados en (15) y (16) en mostrar que
el beneficiario o argumento aplicado es una entidad animada.
Restricciones gramaticales en cuanto al número de argumentos a expresar-
se en una cláusula en pima bajo impiden que el sufijo aplicativo pueda modifi-
car a predicados bitransitivos. Un caso que podría llegar a ser analizado como
tal es el ejemplo (18), donde el verbo a’al ‘vestir’ pudiera ser interpretado co-
mo bitransitivo antes que transitivo. Sin embargo, lo cierto es que la ocurren-
cia del sufijo aplicativo modificando al verbo hace concluir que el verbo es
transitivo y que el argumento aplicado es, nuevamente, un beneficiario anima-
do, en dicho ejemplo, lii oob ‘el niño’:
En el caso del pima bajo, los datos en (20) permitirían la interpretación del
participante aplicado o beneficiario como sujeto de la expresión, ya que ‘el
buscar una navaja’ en (20a) beneficia, al menos como una opción, a la persona
12
“Apart from the arguments dropped, a lot of other categories such as number, tense and
aspect (with verbs) or number and reference (with nouns) can be omitted.”
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 99
que lleva a cabo la acción y, en (20b), ‘el tomar un arma’ la inferencia posible
permite también considerar al sujeto como beneficiario.
Un caso distinto es el ejemplo en (21), donde la interpretación del partici-
pante aplicado o beneficiario resulta ambigua:
(24) Comanche
a. pattu-? Nii ta?o-?ai-ki=?i.
Paty-OBJ yo pesar:carne-hacer-BEN-COMP
‘Yo hice pesar la carne para Paty’. (Charney 5.71)
b. paa-i nii no?iyai-ki=tu?i.13
agua-OBJ yo hervir-CAUS-FUT
‘Yo voy a hervir agua’. (Charney 5.74)
13
En el siguiente ejemplo se ilustra al verbo ‘hervir’ en su forma básica intransitiva:
paa-tsa no’iyai-ti.
water-TOP boil-GENERIC
‘The water’s boiting’. (Charney 5.75)
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 101
14
Consultar Estrada (2003) para un tratamiento de las expresiones posesivas en pima bajo.
Aspectos semántico-sintácticos de las construcciones aplicativas y su manifestación en… 103
8. Conclusión
En este trabajo se ha planteado un análisis del aplicativo en pima bajo desde
una perspectiva tipológica. Para ello, se ha partido de las características que
han sido atribuídas al aplicativo para diferentes lenguas del mundo. Estas ca-
racterísticas han sido: (i) que el aplicativo es un recurso lingüístico productivo
en la derivación de nuevos verbos; (ii) que el aplicativo es un mecanismo mo-
dificador de valencia porque incorpora como participante nuclear a uno opcio-
nal o periférico; (iii) que el rol semántico del argumento aplicado es el de be-
neficiario, aunque puede involucrar otros roles semánticos, sin embargo, esto
no es tan claro en pima bajo, y (iv) que en ciertas lenguas el participante bene-
ficiario no está obligatoriamente codificado en la cláusula.
Hemos mostrado que el aplicativo en pima bajo observa las cuatro propie-
dades anteriormente señaladas. La última de ellas es posible dada la existencia
de principios de carácter universal como la jerarquía de animacidad misma que
permite avanzar en una posible hipótesis explicativa para el llamado sincre-
tismo causativo-aplicativo. La jerarquía de animacidad resulta además relevan-
te en construcciones de poseedor externo donde un participante aparece do-
blemente codificado, como beneficiario y como poseedor.
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104 Zarina Estrada Fernández
1. Introducción
La lengua warihío es miembro de la rama sonorense de la familia yutoazteca.
Las construcciones aplicativas, o sea, aquellas que agregan un argumento ante-
riormente oblicuo a la estructura argumental de la cláusula se dividen, en wa-
rihío, en dos tipos: (i) la construcción con el sufijo verbal -ke, y (ii) las cons-
trucciones con otros sufijos aplicativos.1
El sufijo verbal -ke aparece en tres fenómenos diferentes y a la vez relacio-
nados: benefactivo, posesión externa, y dativo ético. Explicar este sufijo sola-
mente en términos de aumento de valencia (Dixon y Aikhenvald 2000), un
‘permiso’ para un argumento “extra” (Baker 1988), o por la Ley de Sucesión
de la Gramática Relacional (Perlmutter y Postal 1983) no nos aclara las dife-
rencias y similitudes funcionales entre estas construcciones. Sin embargo, si-
guiendo las propuestas de Shibatani tales como el esquema de ‘dar’ (Shibatani
1996) para la explicación de las construcciones benefactivas, el rasgo de ‘rele-
vancia’ de las construcciones de posesión externa y dativo ético (Shibatani
1994), así como su conceptualización funcional sobre Voz (Shibatani 2006)
como “los reflejos gramaticales de las diferentes fases de la evolución de una
acción”, se puede reunir, en un mismo dominio funcional, las relacionadas pe-
ro diferentes construcciones, anteriormente señaladas. En todas estas construc-
ciones el sufijo verbal -ke es la base para la transmisión de dicho significado.
El propósito de este trabajo es tratar de establecer un contraste semántico
entre las construcciones aplicativas y no aplicativas. Es decir, si realmente po-
demos establecer, en todos los casos, una diferencia semántica entre ambas
construcciones, y si esta diferencia, en todos los tipos de construcciones apli-
cativas, podría ser identificada con un mismo dominio semántico.
1
Agradezco a Agustina Zayla Leyva su colaboración en esta investigación.
108 Rolando Félix Armendáriz
2
Abreviaturas: 1SG.S = primera persona singular forma S, 2SG.S = segunda persona singular
forma S, 1SG.NS primer persona singular forma no-S, 2SG.NS = segunda persona singular forma
no-S, 3.NS = tercer persona forma no-S, A = agente, APL = aplicativo, BEN = benefactivo, COM =
comitativo, CUANT = cuantificador, DD = demostrativo distal, ENF = enfático, FAC = factivo, INC =
incoativo, INS = instrumental, LOC = locativo, NEG = negativo, P = paciente, PAS = pasiva, PFV =
perfectivo, PFV.EV = perfectivo evidencial, PROP = propósito, PRS = presente, R = receptor, REL =
relacional, S = único participante en un evento intransitivo, T = tema, TOP = tópico, TZR = transi-
tivador, VBLZ = verbalizador.
Los aplicativos en warihío 109
3. Construcciones aplicativas
Una construcción aplicativa presenta dos principales características: (i) una
morfología verbal, y, (ii) un participante central que previamente era un parti-
cipante oblicuo (Peterson 1999, Mithun 2001, Polinsky 2005).
El sufijo verbal aplicativo puede ser el mismo para todos los roles o dife-
rente para diferentes roles. Asimismo, la construcción aplicativa puede ser op-
cional u obligatoria (Peterson 1999:41). La construcción aplicativa opcional
tiene una construcción oblicua alternativa. Por ejemplo, la construcción aplica-
tiva instrumental en haka lai (9a) tiene la versión no aplicativizada con el ins-
trumento como argumento oblicuo (9b):
Los aplicativos pueden ser formados: (i) de base transitiva solamente, (ii)
de base intransitiva solamente, y, (iii) a partir de ambas bases (Polinsky 2005).
Con respecto a la valencia, los aplicativos pueden: (i) aumentar la valencia en
uno (Dixon y Aikhenvald 2000: 13), o, (ii) conservar la valencia original por
medio de un reacomodo de los objetos (Comrie 1985: 316) o del sujeto (Creis-
sels 2004: 9).3 En este último caso, el objeto/sujeto aplicativizado toma el lu-
gar del objeto/sujeto original, y éste es expresado como un oblicuo o bien, es
demovido.
La construcción aplicativa canónica tiene un argumento adicional en fun-
ción de objeto, sin embargo Creissels (2004: 9) señala que en tswana, el ins-
trumental oblicuo es aplicativizado hacia la función Sujeto y que el sujeto de
la versión no aplicativizada es demovido.
Los roles semánticos del argumento aplicativizado son por lo general el de
benefactivo (malefactivo), receptor, instrumento, asociado, dirección y locati-
vo. De acuerdo a la tipología de Polinsky (2005) en WALS (The World Atlas
of Language Structures), el parámetro del papel semántico permite dividir a
las lenguas en tres tipos:
3
Este tipo es excepcional y debe tomarse con ciertas reservas.
114 Rolando Félix Armendáriz
Shibatani por otro lado (1996) considera que la construcción con un verbo
de base intransitiva y la construcción con un verbo de base transitiva son dos
construcciones diferentes; la primera es una verdadera construcción aplicativa,
mientras que la segunda es una construcción benefactiva. Asimismo, Shibatani
propone que estas dos construcciones se forman basándose en dos esquemas
diferentes; la verdadera aplicativa está basada en el esquema transitivo prototí-
pico y la benefactiva en la construcción del esquema de ‘dar’. Por lo que si-
guiendo su división diríamos que las construcciones aplicativas, translinguísti-
camente, toman principalmente verbos intransitivos y las construcciones bene-
factivas transitivos.
La función de la construcción aplicativa tiene dos explicaciones principa-
les:
Mithun (2001: 86) señala que en tuscarora –una lengua con construcciones
aplicativas obligatorias “Los aplicativos permiten a los hablantes conformar lo
que es percibido como un evento único en una sola cláusula en lugar de en
dos”.4
4
Traducción mía.
Los aplicativos en warihío 115
4.1.1 Benefactivas
Shibatani (1996: 173-174) propone para el esquema de ‘dar’ las siguientes
propiedades:
(15) a. pasú-ke-re.
guisar-BEN-PFV
‘Ella/él/ellos se lo/los guisaron’.
b. pasu-ké-re-tu.
guisar-BEN-PFV-PAS
‘Les fue guisado (algo) (por alguien)’.
Este verbo contrasta con otros verbos bitransitivos que no presentan la se-
mántica de ‘dar’ tal como el verbo itočéna ‘enviar’, el cual no presenta el sufi-
jo -ke:
5
Traducción mía.
Los aplicativos en warihío 123
6
De aquí en adelante, glosaré a cualquier sufijo verbal que convierta un argumento oblicuo
en uno central con una glosa neutra de APL ‘aplicativo’ en lugar de las glosas de BEN ‘benefac-
tivo’ y APL ‘aplicativo’ a la manera de Shibatani (1996), independientemente de que las cons-
trucciones estén basadas en diferentes esquemas.
126 Rolando Félix Armendáriz
El mismo proceso puede darse con un verbo transitivo como weráni ‘po-
ner’:
(29) a. waní wera-ré sikorí mesa-čí.
Juan poner-PFV olla mesa-LOC
‘Juan puso la olla en la mesa’.
b. waní wera-ri-áči sikorí mesá.
Juan poner-PFV-LOC olla mesa
‘Juan puso la olla en la mesa’.
7
De acuerdo a Agustina ella acostumbra a lavar la ropa en ocasiones con sal, por lo que la
oración en (32a) con la posibilidad de ooná ’sal’ de funcionar como instrumento, suena semánti-
camente aceptable.
128 Rolando Félix Armendáriz
Sin embargo la misma oración con el verbo ko’áni ‘comer’, con suhtú ‘uñas’
como instrumento es inaceptable en su forma no aplicativizda (34a), pero
aceptable en su forma aplicativizada (34b); obsérvese que en (34b) suhtú
‘uñas’ no es concebido ya como un instrumento sino como un paciente.8
8
Esto podría explicarse simplemente porque la gente sí tiende a comerse o morderse las
uñas, pero no las manos o cucharas, pero es muy poco probable que utilicen las uñas como ins-
trumento para comer, de aquí la inaceptabilidad de (35a).
Los aplicativos en warihío 129
(14a)-(14b): con (14b) es más probable que el benefactivo no’ó ‘me’ real-
mente haya comido los frijoles.
(17g) es más probable que el benefactivo no’ó ‘me’ realmente haya escu-
chado la canción.
(24a)-(24b): con (24b) amó ‘tu’, el participante estaba vistiendo los panta-
lones en el momento del evento, con (24a) los pantalones podrían haber es-
tado en otro lugar.
(27a)-(27a’): en (27a’) no’ó ‘yo’, quería que el hijo de María no se casara o
se casara con ella.
130 Rolando Félix Armendáriz
5. Conclusión
Podemos postular las siguientes conclusiones acerca de las construcciones
aplicativas en warihío:
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132 Rolando Félix Armendáriz
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La voz media en wichí (familia mataco-mataguaya)
1. Objetivo
La lengua wichí pertenece a la familia mataco-mataguaya junto con las len-
guas chorote, chulupí y maká. El wichí se extiende por el norte de la Repúbli-
ca Argentina, la parte este de la Provincia de Salta, todo el oeste de Formosa, y
el noroeste del Chaco; también por una pequeña zona limítrofe de la República
de Bolivia. Si bien no se conoce con exactitud la cantidad de individuos que
conforman la etnia, las fuentes existentes nos hablan de 35 000 a 60 000 indi-
viduos en Argentina y 2 000 en Bolivia, la mayoría de ellos hablantes de la
lengua.
A pesar de ser una de las lenguas aborígenes más vitales de la Argentina,
ya que la mayoría de los indígenas de esta etnia hablan el wichí, aun los jóve-
nes y los niños, hasta la fecha se halla pobremente documentada, sobre todo en
lo que hace a los aspectos morfosintácticos (véase Viñas Urquiza 1970, 1974a,
1974b; Hunt 1913, 1940a, 1940b; Lunt, 1999). En esta oportunidad intentamos
estudiar los mecanismos de aumento y disminución de la transitividad existen-
tes en esta lengua, entre ellos la posible existencia de marca de voz media.
2. Corpus e informantes
Para este trabajo nos basamos en un corpus registrado en un primer trabajo de
campo durante el mes de mayo de 2004, en la comunidad wichí de la provin-
cia de Salta llamada Hoktek t ’oy ‘Lapacho Mocho’, la que se halla a 18 km de
Tartagal, ciudad importante del noreste de la provincia. Se halla habitada por
alrededor de setenta individuos, entre adultos, jóvenes y niños, muchos de
ellos hablantes monolingües de wichí. Algunos hombres hablan el español por
cuestión laboral. Se puede observar la influencia que la escuela está ejerciendo
actualmente sobre las últimas generaciones, ya que algunos jóvenes manifesta-
ron estar más interesados en hablar bien el español que en mantener la lengua
de sus ancestros. Estos jóvenes podrían, en el futuro, llevar adelante la sustitu-
ción de la lengua materna por el español dado el proceso de integración de este
grupo a la sociedad global que se va dando a través de la escuela, los medios
134 Ana Fernández Garay
3. Marco teórico
El estudio sobre el wichí se realiza dentro de los estudios tipológicos iniciados
con Greenberg en 1963 y desarrollados por Comrie, Givón y Dixon a partir de
1980. Tenemos en cuenta el trabajo de Kemmer (1993) sobre la voz media
(VM), quien plantea la existencia de una categoría lingüística coherente, aun-
que compleja, que subsume muchos de los fenómenos discutidos bajo el nom-
bre de voz media. Aunque no tiene límites precisos, la categoría de la VM tie-
ne un núcleo semántico claramente discernible que se ajusta a la caracteriza-
ción tradicional de la VM ejemplificado en la definición de Lyons (1969), para
quien la acción marcada por la voz media afecta al sujeto o a sus intereses. Se-
gún Kemmer hay una propiedad semántica que subsume la noción de sujeto
afectado. Esta propiedad general que denomina elaboración relativa de los
hechos, es el parámetro con el que se pueden medir el reflexivo y el medio
como categorías semánticas intermedias en transitividad entre eventos de uno
y dos participantes y además para diferenciar reflexivo y medio entre sí. Así la
VM forma parte de un dominio semántico-pragmático más amplio que incluye
no sólo las categorías tradicionales de voz activa y de voz pasiva sino también
las categorías de hechos transitivos e intransitivos. Asimismo, siguiendo a
Hopper y Thompson (1980), consideramos la transitividad como un conti-
nuum que va desde las construcciones sin participantes, a aquellas que poseen
hasta tres participantes, pasando por las de uno y dos participantes. También
consideramos la noción de valencia (Comrie 1981: 86) que remite al número
de argumentos que posee un verbo, y las estrategias para aumentar o disminuir
la transitividad verbal, como son la causatividad en el primer caso y la voz pa-
siva, voz media, reflexión y reciprocidad en el segundo (Dixon y Aikhenvald,
2000: 1-29).
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 135
4. El wichí
El wichí es una lengua aglutinante cuyos morfemas pueden generalmente
segmentarse de manera clara y precisa, aunque en ciertos casos se producen
algunas modificaciones fonológicas en el límite de los morfemas que impiden
u obstaculizan dicha segmentación. Nuestro análisis se hará sobre la oración
simple dado el corpus reducido con el que trabajamos.
La variedad wichí de Tartagal presenta seis fonemas vocálicos: /i, e, a, u,
o/ y veinte fonemas consonánticos /m, n, p, t, c, č, k, k‚, q, ÷, p’, č’, k’, s, ¬, x‚h,
l, w, y/. Se indica el acento (') anteponiéndolo a la sílaba acentuada, ya que
hasta el momento no está claro su status fonológico. Los pronombres persona-
les de esta lengua son:
Sing. Plural
a
1 ho- ~ o- na-
2a le- ~ e- le- (combina con ame)
3a i- ~ Ø- Ø-
136 Ana Fernández Garay
(1) o-'yik
yo-ir
‘Yo me voy’.
En el caso del índice de tercera persona, hay variación libre entre i- ~ Ø-,
aunque con el verbo nam ‘venir’ que comienza con el fonema /n/, nunca ocu-
rrirá la forma i- .
Sing. Plural
a
1 -no -nam
2a -am -am
3a -am ~ -Ø -ame ~ -Ø
1
Abreviaturas: CAUS = ‘causativo’, CON = ‘conectivo’, COP = ‘cópula’, DIR = ‘direccional’,
DUR = ‘durativo’, FUT = ‘futuro’, INT = ‘intensivo’, PL = ‘plural’, O = ‘objeto’, REC = ‘recíproco’,
RFLX = ‘reflexivo’, VM = ‘voz media’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 137
Ejemplos:
(4) Ø-naxܦe-'no-ye
él-avergonzar-me-DIR
‘Él me avergüenza’.
(5) o-čot-'am-e
yo-ayudar-te-DIR
‘Yo te ayudo’.
(6) a. o-'hnut-Ø
yo-empujar-lo
‘Yo lo empujé’.
(8) o-'yahin-am
yo-mirar-ustedes
‘Yo los miro a ustedes’.
(9) o-čote-a'me
yo-ayudar-ellos
‘Yo los ayudo a ellos’.
En los ejemplos (4) a (9) se observa que el índice de sujeto se ubica a la iz-
quierda del verbo en tanto que el de objeto se coloca a la derecha de éste. An-
tes del índice de objeto se ubican los siguientes sufijos derivativos: el verbali-
zador (-ja), los causativos (-hat y -yen y sus distintos alomorfos), el enfático
(-hi), el intensivo (-kܦe), el instrumental o de compañía (-yeh ~ -eh). El índice
138 Ana Fernández Garay
de objeto es seguido por los morfemas derivativos locativos (-pe ‘sobre’) y di-
reccionales (-če ‘hacia afuera’, -ča ‘hacia abajo’, -pa ‘hacia arriba’, -ye ~ -e
‘hacia’). Los sufijos flexivos verbales cierran el sintagma verbal. Son los si-
guientes y aparecen en el orden en que son mencionados: el aspecto (-¬i ‘dura-
tivo’), el número (-hen que indica plural de sujeto cuando el verbo es intransi-
tivo y de objeto cuando es transitivo), el tiempo (-ne ‘pasado’ y -lame ‘futuro’)
y el sufijo de voz pasiva (-ek) (véase Viñas Urquiza, 1974: 72-91). Por otro
lado, el orden de la frase nominal sujeto no es fijo ya que puede ubicarse por
delante o por detrás del sintagma verbal, teniendo en cuenta cuestiones prag-
máticas.
2
La traducción es mía.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 139
(10) te'čah-če.
frío-DIR
‘Hace frío’.
(11) ča'yo-kܦe.
caliente-INT
‘Hace calor’.
(14) a. o-xܦi'cah.
yo-enojado
‘Yo estoy enojado’.
b. o-am'sah.
yo-chico
‘Yo soy chico’.
Otro verbo intransitivo es el verbo cópula 'ihni ‘ser, estar, existir’ que
puede sufijarse abreviándose como vemos en los ejemplos (12a y b), o presen-
tarse con su forma completa como en (15a y b):
6. Aumento de la transitividad
Las lenguas presentan dos tipos de morfemas derivativos para aumentar la va-
lencia verbal, los causativos y los aplicativos. Dejaremos de lado los aplicati-
vos ya que hasta el momento no hemos podido documentar la presencia de es-
tos morfemas en el wichí, para ocuparnos solamente de los causativos. La di-
ferencia entre ambos es clara: el causativo manipula el punto inicial del even-
to, es decir que agrega un agente a los ya existentes, en tanto que el aplicativo,
manipula el punto final, ya que agrega un objeto (Martin 2000: 377).
En el causativo morfológico, el predicado causativo se relaciona con el no
causativo por medio del agregado de algún morfema derivativo, tal como
ocurre en el turco, lengua en la que se pueden formar verbos causativos a
partir de cualquier verbo por el solo hecho de estar determinados por un afijo
causativo. Para Dixon (2000: 43), los causativos morfológicos pueden
aplicarse en ciertas lenguas sólo a verbos intransitivos; en otras, a verbos
intransitivos y transitivos pero no a bitransitivos. Por último, hay otro tipo de
lenguas en las que pueden aplicarse inclusive a estos últimos.
a. Construcciones causativas
La lengua wichí presenta dos sufijos causativos, -yen y -hat, sufijos que pre-
sentan distintos alomorfos. El primero, gramaticalización del verbo yen
‘hacer’, posee los alomorfos -en ~ -on ~ -no ~ -ho, el segundo presenta los
alomorfos -kat ~ -it ~ -et (véase Viñas Urguiza 1974: 79-80 y Lunt 1999: 111-
114). Ambos grupos de causativos transforman verbos intransitivos en transi-
tivos y verbos transitivos en bitransitivos:
– Sufijo -yen
(18) a. le-'pumi.
él-húmedo
‘Él está húmedo’.
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 143
b. o-pum(i)-'yen ha'lwu'mek.
yo-húmedo-CAUS leña
‘Yo mojé la leña’.
– Variante -no
(19) a. o-'wen činah'ah.
yo-tener dinero
‘Yo tengo dinero’.
b. o-'wen-no činah'ah na'xܦah.
yo-tener-CAUS dinero niño
‘Yo doy dinero al niño’.
– Sufijo -hat
(20) a. i-'xܦi la'tah.
él-manso caballo
‘El caballo es manso’.
b. o-xܦi-'hat la'tah.
yo-manso-CAUS caballo
‘Yo amanso al caballo’.
– Variante -it
(21) a. o-yes.
yo-cortarse
‘Yo me corto’.
b. o-yes-it ihčin.
yo-cortar-CAUS zapallo
‘Yo corto zapallo’.
– Prefijo am-:
(22) a. o-am'sah.
yo-chico
‘Yo soy chico’.
b. o-ay-am-am'sah.
yo-VM-CAUS-chico
‘Yo me achiqué’.
7. Disminución de la transitividad
Así como existen mecanismos para aumentar la transitividad verbal, existen
también mecanismos para reducirla. Uno de ellos es la voz pasiva, cuya fun-
La voz media en Wichí (familia mataco-mataguaya) 145
Movimiento traslacional:
(29) a. hi'no te ay-tonit-'če
hombre CON VM-alejar-DIR
‘El hombre se alejó’.
b. a-is'kat na'xܦah
VM-esconder niño
‘El niño se escondió’.
c. ay-hut'wek wi'či
VM-reunir gente
‘Se reunió la gente’.
Movimiento no traslacional:
(30) a-hi-če-h'ni can'Бah
VM-estirar-DIR-COP cuero
‘El cuero se estiró’.
148 Ana Fernández Garay
Medio emotivo:
(31) a-hin-ča-i.
VM-COP-DIR-DUR.
‘Ella se amargó’ (lit. ‘ella está bajoneada’).
Eventos espontáneos:
(32) ay-lat o-as.
VM-resfriar mi-hijo
‘Se resfrió mi hijo’.
(33) o-ay-wuh-yen.
yo-VM-grande-CAUS
‘Yo me agrandé’.
(34) o-ay-am-am'sah.
yo-VM-CAUS-chico
‘Yo me achiqué’.
Naturalmente recíprocos:
(35) no'kܦoy-am-e-'hen.
saludarse-lo-DIR-PL
‘ellos se saludaron’.
Con respecto a los verbos recíprocos, debemos notar que el ejemplo (35)
no presenta la marca ay que aparece en (36):
8. Conclusiones
En este trabajo intentamos realizar una primera aproximación al estudio de los
mecanismos que posee la lengua wichí en el noreste de Salta, Argentina, para
aumentar y reducir la transitividad, poniendo especial atención a la existencia
de una posible marca de voz media. Como hemos podido observar, el wichí
estaría iniciando la expansión de la marca de reflexividad a ciertos dominios
de la voz media. El proceso es, por ahora, incipiente.
150 Ana Fernández Garay
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La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán
1. Introducción1
En este artículo se presenta un análisis en tepehuano del sur2 de la voz reflexi-
va, recíproca y media. Según Kemmer (1993) en algunas lenguas del mundo,
las llamadas situaciones de voz media, en donde se incluye a las construccio-
nes reflexivas y recíprocas, se caracterizan por hacer uso de un mismo juego
de pronombres. Esta misma autora señala que, mientras que el criterio para re-
conocer a los recíprocos es la marca de pluralidad del sujeto, los eventos de
voz media no muestran diferencia morfosintáctica alguna frente a los reflexi-
vos, por lo que es en la semántica de estas situaciones en donde se observa la
diferencia. En su estudio tipológico sobre este tipo de construcciones, Kemmer
(1993, 1994) propone que la noción de distinguibilidad de los participantes
permite explicar estos eventos y separar semánticamente un evento reflexivo
de un medio.
Esta última observación permite explicar el por qué verbos intransitivos
como caer, reflexionar, bailar, descansar, germinar, entre otros, pueden ser
codificados con la marca de reflexivo. Estos verbos, sin embargo, no pueden
ser tratados como reflexivos si se parte de los criterios que caracterizan a la
voz media.
Este hecho nos lleva a proponer que en el tepehuano del sur ciertos verbos
intransitivos, como los mencionados anteriormente, responden semánticamen-
te a la voz media aunque no exista un marcador exclusivo en esta lengua. De
1
Este trabajo ha sido desarrollado gracias al apoyo del proyecto de investigación CONA-
CyT: “Mecanismos de voz y formación de palabra” (ref. 39777), a cargo de la Dra. Zarina Es-
trada Fernández. Asimismo, agradezco su asesoría y orientación.
2
El tepehuano del sur pertenece a la familia yutoazteca; se habla principalmente en el ejido
de Santa María Ocotán y en el ejido del Xoconostle, localizados al sur del municipio de El Mez-
quital en el estado de Durango. Según el censo de (2000) de INEGI, la comunidad está confor-
mada por cerca de 25,544 hablantes.
154 Gabriela García Salido
igual forma, se observa que la marca de reflexivo puede llegar también a aña-
dirse a ciertos verbos transitivos y expresar una lectura no reflexiva.
La información gramatical sobre la lengua tepehuano del sur que se mane-
ja, procede principalmente de la obra de Willett (1991) A Reference Grammar
of Southeastern Tepehuan y del diccionario del mismo autor (por publicar).
Los datos utilizados en el presente trabajo se componen, por un lado, de ora-
ciones elicitadas así como de textos glosados provenientes de las diferentes
visitas de campo, datos que se han obtenido gracias a la colaboración de Mar-
celino Mendía Cumplido, profesor bilingüe hablante de tepehuano del sur de
Santa María de Ocotán. También se ha hecho uso de materiales textuales que
T. Willett proporcionó. Agradecemos a ambos su colaboración y apoyo.
S V O
(1) a. Juan juu gu timkahl.
Juan comió ART tortillas3
‘Juan comió tortillas’.
3
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, APL = aplica-
tivo, ART = artículo, CAUS = causativo, COND = condicional, CONJ = conjunción, COP = cópula,
DEM = demostrativo, DFH = dirección fuera del hablante, DUR = durativo, EC = evidencia conoci-
da, ENF =enfático, FUT = futuro, INC = incoativo, INT = intento, IT = iterativo, MED = media, MOT
= motora, NEG = negación, PERF = perfectivo, PL = plural, PUNT = puntual, RCP = recíproco, RED
= reduplicación, REL = relativo, REP = repetición, RFLX = reflexivo, RLZ = realización, SG = sin-
gular, SUB = subordinador, TEMP = temporalidad.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 155
V O S
b. mo’-ram das-tu’ gu bai’ñdya-kar dyi ubí.
cabeza-sobre poner-MOT ART echar^agua-cosa ART mujer
‘La mujer está cargando el agua con su cabeza’. (Willett 1991: 88)
S O V
c. apim tëkëb jiñ ua’da-’.
2PL alto 1SG llevar-FUT
‘Ustedes me llevarán por arriba’. (El tlacuache)
Esta lengua no cuenta con marcas de caso en los nominales, por lo que la
única forma de mostrar las relaciones gramaticales es por medio del sistema de
pronombres, el cual muestra un sistema de relaciones gramaticales nominati-
vo-acusativo. Este sistema, de acuerdo con Willett (1991), cuenta con dos con-
juntos pronominales de sujeto y dos de no-sujeto, todos estos paradigmas se
ilustran en la Tabla 1. En dicha tabla se incluyen entre paréntesis aquellos
elementos fonéticos que suelen elidirse en el habla común, por ejemplo, el
pronombre de segunda persona sujeto -’ap, pierde al segmento /a/ después de
una vocal y los pronombres de objeto jum- y jich- pierden la sílaba inicial /ju-/
y /ji-/.
4
Dado que el tepehuano del sur sólo tiene una forma para marcar la voz reflexiva, recíproca
y media, a lo largo del trabajo se marcan estos pronombres de acuerdo a la semántica del evento.
156 Gabriela García Salido
(2) ap oiri.
2SG caminar
‘Tú caminas’.
(3) ap jiñ-nii’n.
2SG 1SG-ver
‘Tú me ves’.
Lo particular del sistema pronominal de esta lengua es que las formas no-
sujeto se extienden a codificar al reflexivo, al recíproco y la voz media, excep-
to en la segunda persona plural y en la tercera persona singular y plural, donde
el pronombre jum- de segunda persona singular marca a estas tres personas es
decir, el tepehuano del sur hace uso de un sólo juego de pronombres para estas
tres voces, lo que a la luz de la tipología de pronombres reflexivos expuesta
por Comrie (1993), permite caracterizar a esta lengua como de una sola forma.
3. Nociones básicas
Algunas nociones básicas en las que se fundamenta este trabajo, provienen de
autores como Kemmer (1993), Givón (2001) y Comrie (1993). Givón (2001:
95) menciona que el evento reflexivo ocurre cuando el sujeto y el objeto de un
evento o estado son correferentes. La noción de correferencia ha sido entendi-
da como una condición semántica mantenida entre dos participantes, es decir,
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 157
4. La voz reflexiva
Según Givón (2001: 95), las expresiones reflexivas codifican un evento en
donde el sujeto y el objeto son correferentes. Ésto significa que en estas cons-
trucciones el sujeto es un agente iniciador de la acción que actúa sobre sí mis-
mo. En tepehuano del sur, la voz reflexiva se marca con los pronombres jiñ-,
jich- y jum-, mismos que anteriormente se proporcionaron en la Tabla 1.
Los eventos reflexivos requieren verbos sintácticamente transitivos como
golpear, cortar, ver, entre otros, los cuales semánticamente se comportan co-
mo intransitivos dado que solamente ocurre una entidad involucrada; por ello,
estas oraciones son semánticamente bajas en transitividad debido a que sólo
existe un participante, que cumple dos roles semánticos: el de agente y el de
paciente.
Kemmer (1993) menciona que existen tres tipos de reflexivos: el reflexivo
directo o prototípico, el reflexivo indirecto, y el reflexivo logofórico, de los
cuales sólo los dos primeros se han documentado en tepehuano del sur.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 159
Plural
1 (ji)ch-
2/3 (ju)m-
Tabla 2. Pronombres recíprocos
gammiji.
siempre
‘Juan y María se platican siempre’.
c. jiñ- gaxbo-iñ.
MED:1SG peinar-1SG
‘Me peinó’.
d. tu-m- jur.
DUR-MED:3SG pintar
‘Se pinta’.
(27) a. añ ji Korian.
1SG ir.PERF Durango
‘Yo fui a Durango’.
La voz media en tepehuano del sur de Santa María de Ocotán 169
b. ap tix sacalhikam.
2SG escalar.PERF montaña
‘Tú escalaste la montaña’.
Datos como los ilustrados en (27) permiten coincidir con el carácter idio-
sincrásico de los verbos de media, ya observado por Kemmer (1993).
En (29a) y (29b), se ilustran datos tomados del cuento del tlacuache, donde
se observa a este personaje cumpliendo un rol de experimentante con los ver-
bos ji’kgat ‘divertir’ y chatka ‘sentir’. En (29a) la construcción es codificada
con el pronombre medio jum- que hace referencia al participante afectado gu
job ‘el tlacuache’. En (29b) la expresión na ba’ añ jix bhai’ jiñ chatka ‘para
que yo me sienta alegre’ se codifica con el pronombre medio jiñ-, pronombre
que remite a la entidad afectada añ ‘1SG’.
al participante afectado Juan, ambos señalan una misma entidad, lo que impli-
ca un bajo grado de distinguibilidad de participantes.
En (34a) aparece la expresión Juan jix buam tum dandiuhli’ñ ‘Juan se mal-
dice’ codificada con el marcador medio de tercera persona jum- en contracción
con el marcador durativo -tu, marcador aspectual. Este pronombre y el nomi-
nal Juan hacen referencia a una misma entidad, lo cual apunta a un bajo grado
de distinguibilidad de participantes. En (34b) se ilustra la construcción cham
jup jumbuisapich ‘te rehusaste’, que incluye al pronombre medio jum-, pro-
nombre que en esta expresión se relaciona con el participante sujeto ap, ambos
referidos a una misma entidad.
‘la semilla’. De igual forma, en (41) la expresión nat tum sur ‘y se inundó’
ocurre codificada con el pronombre medio (ju)m- que hace alusión a ‘el mun-
do’, ambos referidos a una misma entidad.
6. Conclusiones
He mostrado que en tepehuano del sur, el mismo juego de pronombres sirve
para marcar la voz reflexiva, la recíproca y la del dominio de la media. Según
Givón (2001), Kemmer (1993, 1994) y Comrie (1993), esto se presenta en va-
rias lenguas, ya que estas marcas se encuentran diacrónicamente relacionadas.
De acuerdo a lo presentado, el tepehuano del sur pertenece a las lenguas que
no distinguen formalmente entre el reflexivo y la media, por lo que debe ser
considerada una lengua de sola forma pronominal para esas distintas funcio-
nes. Asimismo, se mostró que en tepehuano del sur, el juego de pronombres
para estas construcciones se codifica en posición preverbal y que estos pro-
nombres pueden llegar a ser modificados, mediante su contracción, al entrar en
relación con otros afijos verbales como -tu- ‘durativo’, xi- ‘intención’ y va-
‘realizativo’.
La diferencia entre las construcciones de reflexivo y las construcciones de
voz media, radica en la naturaleza semántica de estos eventos. Las expresiones
reflexivas involucran a un participante agente que realiza una acción que afec-
ta a una parte de sí mismo, lo que influye para que el evento se conceptualice
176 Gabriela García Salido
Bibliografía
Comrie, B. 1993. “Language universals and linguistic typology: data-bases
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Willett, T. L. 1991. A Reference Grammar of Southeastern Tepehuan. Dallas:
Summer Institute of Linguistics y University of Texas at Arlington.
Estructuras argumentales alternativas:
las cláusulas aplicativas en yaqui
Lilián Guerrero
IIF, Universidad Nacional Autónoma de México
1. Introducción1
Desde la lingüística formal, las cláusulas aplicativas se definen como cons-
trucciones sintácticas donde un argumento periférico (adjunto) se convierte en
un objeto sintáctico (Aissen 1983; Dryer 1983; Baker 1988; Alsina y Mchom-
bo 1990). Sintácticamente, el argumento aplicado suele comportarse como
‘objeto directo’. La construcción aplicativa generalmente alterna con una cláu-
sula no-derivada donde el argumento adjunto se expresa mediante caso o ad-
posiciones. Semánticamente, el nuevo argumento suele referir a receptores y
benefactivos. En kinyarwanda, por ejemplo, el verbo debe tomar el afijo apli-
cativo -er para expresar el participante benefactivo (1a); algo similar sucede en
tzotzil para codificar el receptor (1b). Aunque menos común, es posible obser-
var el uso de morfemas aplicativos para expresar argumentos instrumental,
como el caso del oluteco en (1c), eventos locativos –frases que describen la
locación donde se llevó a cabo la acción–, poseedores de argumentos te-
mas/pacientes, asociativos, de propósito y razón. Los primeros tres ejemplos
fueron tomados de Croft (1991: 241).2
1
Mi participación en el Seminario de voz, cambio de valencia y formación de palabra de
2003 y 2004 no hubiera sido posible sin el apoyo del proyecto “Mecanismos de voz y formación
de palabra” (CONACyT 39777) del cual fue responsable la Dra. Zarina Estrada Fernández.
2
Abreviaturas: ABS = absolutivo, ACU = acusativo, APL = aplicativo, ASP = aspecto,
CAUS = causativo, CLM = marcador de unión de cláusula, COM = completivo para
independientes, COMI = comitativo, CONJ = conjunción, DET = determinante, DIR = di-
reccional, ERG = ergativo, GEN = genitivo, IMP = imperativo, INS = instrumental, INT =
intransitivo, POT = potencial, LOC = locativo, NEG = negación, NOM = nominativo,
OBJ.INDF = objeto indefinido, PAS = pasivo, PL = plural, POT = potencial, PRS = presen-
te, PSC = pasado continuo, PFV = perfectivo, RED = reduplicación, SG = singular, VLZD
= verbalizador.
178 Lilián Guerrero
3
Agradezco a Manuel Carlos Silva Encinas, Cresencio Buitimea Valenzuela, y Rolando Fé-
lix Armendáriz el haberme proporcionaron los textos de yaqui –transcritos y glosados– para rea-
lizar este análisis.
4
Para aquellas lenguas que muestran marcación diferencial entre objetos centrales,
Aissen (2003) propone dos jerarquías semántico-pragmáticas, la de animacidad y la de
definitud, de tal manera que las lenguas pueden elegir entre una u otra en la asignación
de caso. Siguiendo esta idea, el yaqui prefiere marcar con acusativo aquellos argumen-
tos más altos en ambas jerarquías, p. ej. pronombres personales, nombres propios, y
frases nominales definidas y singulares. Las frases nominales plurales son menos pro-
minentes para la marcación de caso acusativo, menos definidas y/o menos específicas,
y sólo reciben marca de plural.
180 Lilián Guerrero
Objeto
Nominativo Acusativo Genitivo
de posp.
1 SG inepo =ne nee ne- in, nim
2 SG empo =’e enchi e- em
3 SG aapo apo’ik / a a- a- / apo’ik
1 PL itepo =te itom ito- itom
2 PL eme’e =’em enchim emo- em, enchim
3 PL bempo apo’im / am ame- bem, bempo’im
Tabla 1. Sistema pronominal.
Aunque algunos autores aseguran que la lengua tiene caso dativo (Escalan-
te 1990) considero que no hay tal distinción. En (4a), el sufijo -tau refleja la
secuencia acusativo-direccional. Evidencias para esta afirmación provienen,
por un lado, por el hecho que el direccional no es la única posposición que re-
quiere objetos acusativos. Otros argumentos centrales oblicuos marcados con
posposiciones y que toman complementos acusativos son -mak ‘comitativo’
(4b), -betana ‘fuente’ (4c) y -betchi’ibo ‘propósito’ (4d), sobre todo cuando
refieren a participantes humanos (Rude 1996). Por el otro, la frase jamuchi-
me-u ‘a las mujeres’ en (4e) resulta problemática para la propuesta de caso da-
tivo, pues aparece sólo la marcación de plural seguida del direccional; es decir,
no existe la secuencia *-taum, *-mtau, *-tameu.
5
Aunque se ha dicho que lenguas como el inglés manifiestan construcciones apli-
cativas cero (no marcadas) para predicados tales como spray ‘rociar’, present ‘regalar’,
182 Lilián Guerrero
y supply ‘abastecer’ (Croft 1991: 241), la mayoría de los estudios sintácticos coincide
en que una construcción aplicativa muestra explícitamente un morfema aplicativo.
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 183
Goyo-ta-betchi’ibo.
Goyo-ACU-para
‘Aurelia cocinó el wakabaki para Goyo’.
oba-tua-k.
cabeza-CAUS-PRF
‘Para que los demás no me reconocieran, me la pusieron (la camisa)’.
(Mi abuelo y yo 53)
argumento único del verbo estativo suka ‘estar caliente’. Al combinarse con el
sufijo -ria (7b), se aumenta la estructura argumental, de uno a dos argumentos
centrales directos, resultando en una cláusula transitiva.
(8) a. Sewá-ri=ne.
flor-APL=1SG.NOM
‘Estoy haciendo flores’.
b. O’to-ri-wa.
tomar-APL-IMP
‘¡Llévale (algo) a él!’
Algunos verbos transitivos derivados que han sido lexicalizados como cau-
sativos aparecen en (9). Ciertos nombres concretos y abstractos también tienen
la terminación -ria, seguramente como consecuencia de un proceso histórico
de lexicalización. Algunos de éstos se derivan de adjetivos tales como lu-
tu’uria ‘verdad, conocimiento, sabiduría’, seberia ‘invierno’, teberia ‘longui-
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 185
6
Algunas partes del cuerpo también terminan en -ria: tenberiam ‘labios’, pujbepa’ariam
‘párpado’, somo’opuriam ‘lagaña’, sikupuriam ‘riñones’, naka gojo’oriam ‘oídos’, yeka go-
jo’oria ‘nariz’, koba meje’eria ‘frente’, gok beta’aria ‘palma del pie’, mam beta’ariam ‘palma
de la mano, gok mobe’eria ‘huella’.
186 Lilián Guerrero
c. Junama’a te am e’e-ria-k.
Allá 1PL:NOM 2PL:ACU NEG-APL-PRF
‘Allá los escondimos’. (Hilario 14)
cer una situación en el mundo real donde un individuo ría, camine, corra, vue-
le en beneficio de otro participante, a no ser que la primera interpretación sea
de sustitución, es decir, hacer algo en lugar de otro individuo. En mis datos,
los pocos ejemplos de intransitivos con -ria consisten en verbos con fuerte
contenido cultural como cantar, bailar, rezar, los cuales refieren un objeto
cognado y/o hay un beneficiario tácito (dígase, Dios, los santos, el público), o
donde -ria codifica un participante con alta relevancia pragmática y/o afecta-
ción. De hecho, muuk-ria ‘morir por’ en (11c) expresa cierta relación de pose-
sión: la gente de Jesús murió. Mientras que en (10) -ria introduce un partici-
pante benefactivo, en (11b) y (11c) expresa un participante negativamente
afectado, malefactivo. Cuando el tercer participante se codifica como un ar-
gumento oblicuo, la interpretación es ambigua, entre un benefactivo o un par-
ticipante sustituto. La cláusula en (12a) ejemplifica una base estativa ‘estar fe-
liz’; en (12b), el sufijo aplicativo permite expresar un argumento me-
ta/motivo/causa.
c. Si’ime-ta a etejo-ria-k.
Todo-ACU 3SG:ACU platicar-APL-PFV
‘Ella le dijo todo’. (El gato salvaje 23)
ce 3-2’ de objeto indirecto a objeto directo. Croft (1991) también hace referencia
a la ‘promoción’ del objeto indirecto. Si el tercer argumento se codifica como un
argumento central directo en yaqui, hay un cambio de significado; mientras que
en (15a) y (15b) es claro que Pedro recibe la gallina, la primera interpretación de
(15c) es aquella donde Aurelia vendió la gallina por/en lugar de, en beneficio de
Pedro. Es decir, sólo en las dos primeras Pedro entra en posesión de la gallina; la
construcción en (15c) también refleja una situación de posesión, pero inversa:
Pedro era el dueño y se beneficia de la venta. Esto significa que la aplicativa en
(15c) no es la versión derivada de (15a), pero sí la de (15d).
El segundo tipo de verbos bitransitivos muestra una alternancia locativa e
incluye predicados tales como benta ‘untar’, chijakta ‘salpicar’, seaji’iki ‘bor-
dar’, jissa ‘rociar’. Todos estos verbos implican la existencia del agente Goyo,
del objeto movido, y de alguna superficie sobre/en la cual será puesto el obje-
to. En (16a), el objeto mantekiata se codifica como acusativo, mientras que la
locación pannimmet se marca con la posposición locativa -t ‘en’. Al combi-
narse con el aplicativo (16b), se incorpora un cuarto argumento a la estructura
semántica y conceptual del evento: un beneficiario acusativo. En (16c), el lu-
gar se marca con el sufijo de plural -im y el tema como instrumental; de nuevo
el sufijo -ria en (16d) incorpora un cuarto participante a la estructura argumen-
tal del verbo.
El hecho que los verbos del tercer tipo no permitan la combinación con el
aplicativo se ha observado en otras lenguas tales como el alemán, yimas,
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 193
bwalgotta-ria-k..
desguanzar-APL-PFV
‘La calentura me desguanzó todo el cuerpo’.
b. Sejtul ta’apo into waate yoeme-m nee ba’a-ta
uno día CONJ algunas persona-PL 1SG:ACU agua-ACU
patta-ria-k.
quitar-APL-PFV
‘Un día unas personas me quitaron el agua’. (Hilario 315)
c. Ju-ka iliki bea tajo’o-ta nee watta-ria-k.
DET-ACU poco así ropa-ACU 1SG.ACU tumbar-APL-PFV
‘Me quitaron la poquita ropa [que traía]’. (Mi primera experiencia 46)
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 195
Para la frase nominal poseída en (21a), el objeto representa una entidad lo-
cativa estativa, mientras que el argumento aplicado en (21b) y los de (22) cla-
ramente se refieren a un participante privilegiado aunque afectado. La ascen-
ción del poseedor a través del uso de la aplicativa se ha observado también en
otras lenguas yutoaztecas como el pima bajo (Estrada 2007), warihío (Félix
2007) y náhuatl (Tuggy 1996). Los ejemplos en (23) pertenecen al náhuatl de
Orizaba; en una situación donde el objeto es una espina o astilla, la cláusula en
(23b) expresa que al sacarla del cuerpo (locación) se beneficia enormemente a
dicha persona (beneficiario). En ambos ejemplos, la relación de acoplamiento
o separación física del objeto respecto a la locación es prominente y, en ese
sentido, la derivación aplicativa funciona para focalizar tal prominencia.
(23) a. Ni-mitz-tlali-lia.
1SG:NOM-OBJ.INDF-poner-APL
‘Yo te puse algo’. (Tuggy 1996: 428-429)
b. Ni-mitz-kix-ti-lia.
1SG:NOM-OBJ.INDF-emerger-CAUS-APL
‘Yo te saqué algo’.
7
El orden animado-inanimado dentro de una cláusula de doble objeto se ha corroborado en
lenguas mayas (kekchi y tzotzil), bantú (kinyaruanda y sesotho), así como el lakota y el alemán
(cf. Primus 1998).
200 Lilián Guerrero
8
Para detalles en el análisis de construcciones de doble objeto y la selección de actor-
undergoer, véase Guerrero y Van Valin (2004).
Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 201
6. Comentarios finales
Las construcciones aplicativas en yaqui están restringidas sintáctica y semánti-
camente. Por un lado, la derivación de bases intransitivas y bitransitivas es me-
nos productiva y predecible que la derivación a partir de bases transitivas. La
interpretación de una cláusula derivada en las primeras dos instancias corres-
ponde al significado del verbo derivado como un todo, más que al morfema
aplicativo per se. Lo mismo sucede con bases nominales y adjetivales donde la
cláusula derivada tiene una interpretación causativa. Excepto en el último tipo,
el nuevo argumento se marca siempre como acusativo mientras que el resto de
los argumentos centrales conserva su marcación formal, dígase no hay reaco-
modo en la estructura argumental del verbo base. Por otro lado, mientras otras
lenguas yutoaztecas como el náhuatl y el guarijío permiten el uso del aplicativo
para expresar nociones semánticas tales como el locativo, fuente, incluso ins-
trumental, el yaqui es más conservador y prefiere incorporar participantes
humanos, privilegiados, afectados –positiva y negativamente– y sustitutos. Sin
duda, el principio de animacidad motiva el hecho de que se descarten frases ins-
trumentales y locativas aplicadas. La aparente excepción es el caso de los po-
seedores vs. entidades locativas en elevamiento del posesivo, pero incluso aquí
el poseedor debe ser humano y altamente afectado.
A partir de esta distribución, el uso del aplicativo es expresar como argu-
mento central directo a un participante que comúnmente se codifica en una
frase periférica. En otras palabras, la derivación aplicativa, aunque opcional, es
la única estrategia que permite a un participante humano –benefactivo, male-
factivo, sustituto, privilegiado, poseedor de un paciente–, asociarse a funciones
sintácticas que se limitan a argumentos centrales directos, dígase sujetos pasi-
vos, afectación, tópico, foco. Por lo tanto, la selección del hablante entre una
estructura no-derivada y una derivada no es arbitraria, ni exclusivamente es-
202 Lilián Guerrero
Textos
‘El gato salvaje’. En Jiak nikpo e’tejoim, pláticas en Yaqui. 1998. M. C. Silva
Encinas, P. Álvarez Romero, C. Buitimea Valenzuela (eds.). Hermosillo:
Universidad de Sonora.
‘Mi abuelo y yo’, ‘Mi primera experiencia’. En Preesio betana nottiwame. C.
Buitimea Valenzuela. En prensa. Hermosillo: Universidad de Sonora..
‘Don Hilario’. En La Secuencia temporal en el discurso narrativo Yaqui. M. C.
Silva Encinas. 2004. Tesis de maestría. Hermosillo: Universidad de
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‘El Maejto’. M. C. Silva Encinas. Ms.
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Dedrick, J. y E. H. Casad. 1999. Sonora Yaqui language structures. Tucson:
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Estructuras argumentales alternativas: las cláusulas aplicativas en yaqui 203
1. Introducción
La noción de transitividad fue introducida originalmente en el griego antiguo
por estudiosos como Apolonios Dyscolos y Aristóteles (Kittilä 2002a: 20).
Así, desde ese tiempo a la fecha, esta noción lingüística ha sido abordada en
las lenguas del mundo a partir de varios aspectos morfosintácticos y funciona-
les. Sólo por mencionar: Shibatani (1985) para pasivas; Klaiman (1991) para
la voz gramatical en general; Shibatani (1976), Comrie y Polinsky (1993) para
causativas; Haspelmath (1987; 1993) para anticausativas; Kemmer (1993) para
voz media; Lyons (1969), Givón (1984), Croft (1990), Dixon y Aikhenvald
(2000), Lazard (1998), Tsunoda (1999) y Kittilä (2002) proporcionan diversos
acercamientos al fenómeno de la transitividad como un todo.
La diversidad de los estudios de la transitividad permite, y hasta cierto pun-
to exige, que se le aborde desde varios niveles dentro de la lingüística, como
son: el morfológico, el sintáctico, el semántico y el pragmático. Desde el punto
de vista sintáctico, es necesario identificar los procedimientos de los que echa
mano una lengua en particular para organizar las relaciones que guardan los
elementos que se identifican hacia el interior de las cláusulas respecto al predi-
cado, y aquellas que se dan entre cada uno de ellos. Desde el punto de vista
semántico, es necesario conocer los mecanismos de los que se vale la lengua
para poder asignar el rol semántico que ejecuta cada participante en relación al
predicado.
El presente estudio explora las estrategias observadas en construcciones
transitivas e intransitivas en la lengua náhuatl. En particular, el objetivo es des-
cribir los procesos de cambio de valencia que caracterizan a este idioma, pro-
cesos tales como aumento y disminución de valencia. Se comentan también
algunos acercamientos teóricos al fenómeno de la transitividad.
Es importante comentar que este trabajo es parte de mi tesis de maestría
(Peregrina 2005), el cual aporta un primer acercamiento al fenómeno de transi-
tividad y cambio de valencia en la lengua náhuatl de la variante de la Huasteca
206 Manuel Peregrina Llanes
no-koaj-tli!
1SG.POS-gavilán-ABS1 (SYP)
‘Dijo: ¡Ay dios mi gavilancito!’
1
Abreviaturas: 1 = primera persona, 2 = segunda persona, 3 = tercera persona, ABS = abso-
lutivo (no poseído), APL = aplicativo, AUX= verbo auxiliar, BEN = benefactivo, CAUS = causativo,
CNST = constructivo (poseído), COL = colectivo, DET = determinante, DIR = direccional, FUT =
futuro, HAB = habitual, HON = honorífico, IMP = imperativo, IMPRF = imperfecto, IMPERS = im-
personal, LIGA = ligadura, LOC = locativo, NA = nominalizador agentivo, NEG = negación, OBJ =
objeto, O.INDEF = objeto indefinido, PERF = perfectivo, PL = plural, POS = posesivo, PREHAB =
presente habitual, RED = reduplicación, RFLX = reflexivo, SG = singular, SUJ = sujeto.
2
A continuación cito el título del cuento y la abreviatura del mismo que usaré al citar cada
ejemplo en este trabajo: ‘La sirena y el pescador’ = SYP ; ‘Un conejo’ = UC; ‘El cerro’ = EC;
‘El venado’ = EV; ‘El maíz’ = EM; ‘Monos’ = M; ‘Un tonto’ = UT; ‘La zorra’ = LZ; ‘Un ancia-
no’ = UA; ‘Dos hombres’ = DH; ‘Un señor murió su esposa’ = SME; ‘Los muertos’ = LM; ‘El
208 Manuel Peregrina Llanes
Indefinido/ Indefinido/
Número Persona Sujeto Objeto Reflexivo
persona cosa
1ª ni- -nech-
Singular 2ª ti- -mitz-
3ª ø- -ki- mo- -te- -tla-
1ª ti- -tech-
Plural 2ª in- amech-
3ª ø- -kin-
Tabla 1. Pronombres del náhuatl
brujo’ = EB; ‘Una mujer vampiro’ = MV; ‘Nacimiento de San Juan’ = NSJ; ‘Un mono’ = UM;
‘Jesuscristo’ = EJ; ‘Un ciego que era cazador’ = CQC; ‘Un hombre y un zopilote’ = HYZ; ‘Un
señor pobre’ = USP; ‘Una varita de la virtud’ = VDV; ‘Una muchacha y una pulga’ = MYP;
‘Una muchacha que no respetó la lumbre’ = MNL; ‘Los machetes trabajan solos’ = MTS y ‘Un
niño con su abuelita’ = NCA.
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 209
se kuakuchara.
uno madera-cuchara
‘Este señor hizo una cuchara de madera’. (UT)
2. Noción de transitividad
Iniciamos este apartado con la presentación de una cláusula intransitiva en (4),
donde se hace sencillo el reconocimiento del único participante, ya que en este
caso la frase nominal nopa ichpokero ‘la muchacha’ guarda concordancia con
el pronombre de tercera persona sujeto que está indicado por la ausencia de
una marca formal para las terceras personas sujeto, es decir corresponde a un
morfema ø- en posición preverbal. Además se distingue que el verbo yah ‘ir’
no tiene marca de pronombre objeto.
Hopper y Thompson (1980) es tal vez el mejor estudio acerca del tema y ha
sido de gran influencia para la mayoría de los estudios particulares. La pro-
puesta es considerar al fenómeno como un continuo, más que una distinción
discreta entre cláusulas transitivas e intransitivas. Estos autores proponen un
conjunto de diez parámetros semánticos los cuales son realizados morfosintác-
ticamente. La idea es que hay lenguas en las que un parámetro dado contribu-
ye a la expresión de la transitividad y esto mismo sugiere una escala de acuer-
do a la cual las cláusulas pueden ser jerarquizadas. Esto significa que no sólo
el número de parámetros, sino que también el tipo de parámetro que se presen-
te en una cláusula darán el grado de transitividad que posee dicha cláusula.
Los parámetros propuestos son los siguientes:
(6) PARÁMETROS DE
ALTA BAJA
TRANSITIVIDAD
A. Participantes 2 o más participantes A y O 1 participante
B. Kinesis acción no-acción
C. Aspecto télico atélico
D. Puntualidad puntual no-puntual
E. Volición volicional no-volicional
F. Afirmación afirmativo negativo
G. Modo realis irrealis
H. Agentividad A alto en potencialidad A bajo en potencialidad
I. Afectación del O O totalmente afectado O no afectado
J. Individualidad del O O altamente individualizado O no-individualizado3
3
Hopper y Thompson usan ‘A’ (para Agente) y ‘O’ (para Objeto) al referirse a los dos parti-
cipantes en una cláusula transitiva. El término ‘paciente’ hace referencia a un O el cual es de
hecho el ‘receptor’ de la acción en una relación transitiva.
212 Manuel Peregrina Llanes
La idea básica de los eventos transitivos es que éstos involucran dos parti-
cipantes: un participante agente y un participante paciente. El involucramiento
de dos distintos participantes es considerado aquí como el más importante ras-
go de la transitividad, ya que se observa el evento tal cual es dentro del mundo
real, además de la participación de los dos participantes que están involucra-
dos en el evento.
En base a los parámetros citados en (6), las cláusulas pueden ser distingui-
das unas de las otras en lo relativo a su transitividad: el mayor número de ‘pa-
rámetros más altos’ indica la más alta transitividad de una cláusula. Esto tam-
bién puede impactar en el hecho de que una cláusula estructuralmente intransi-
tiva puede ser más transitiva que una cláusula de dos argumentos (Hopper y
Thompson 1980: 254). Esto lo podemos visualizar por medio de cláusulas ci-
tadas en (7a) y (7b). La cláusula en (7a) contiene dos participantes, mientras
que en (7b) tenemos estructuralmente una cláusula intransitiva. Sin embargo,
el grado de volición del participante agente (único) de (7b) es mayor que el del
participante experimentante de la cláusula (7a). Además el prefijo ach- glosa-
do aquí como ‘NEG’ es presentado como rasgo de baja transitividad en el pa-
rámetro F citado en (6).
(7) a. wa ach-ø-ki-mati
y NEG-3SG.SUJ-3SG.OBJ-saber
kani ø-el-tok nopa a-tl.
donde 3SG.SUJ-estar-EST DET agua-ABS
‘Y no sabe dónde está el agua’. (M)
b. wan ya kema ø-asi-ko pa i-cha ya.
y ya cuando 3SG.SUJ-llegar-DIR en 3SG.POS-casa 3SG.SUJ
‘Y cuando llegó a su casa él’. (SME)
4
La traducción es mía.
214 Manuel Peregrina Llanes
la semántica básica del evento, en el sentido de que tanto isihua ‘su esposa’ en
(9a) como koatl ‘culebra’ en (9b) están muertas.
5
Una lectura permitida en español sería ‘A este señor se le murió su esposa’.
216 Manuel Peregrina Llanes
sula transitiva básica está codificado con los pronominales para sujeto ø-
(3SG.SUJ) y objeto ki- (3SG.OBJ). Mientras que en (12b), -ij- ‘decir’ es un ver-
bo transitivo y requiere de dos participantes; uno en el rol de agente ni-
‘1SG.SUJ’ y el otro en el rol de paciente se tlajtoli ‘unas palabras’. Sin embar-
go, por la presencia del sufijo -li, la cláusula requiere de un tercer participante
que no era requerido por la valencia verbal básica. En esta expresión, este ter-
cer participante está codificado en el verbo por medio del pronombre de objeto
-mits- ‘2SG.OBJ’, el cual está en función de objeto directo y realizando el rol
semántico de benefactivo. La cláusula en (13a) está codificada por la raíz ver-
bal -chi- ‘hacer’, y como verbo transitivo requiere de dos participantes; uno
con la función de sujeto y realizando el rol de agente ø- ‘3PL.SUJ’, y el otro en
función de objeto y realizando el rol de paciente ki- ‘3SG.OBJ’. Por su parte, la
cláusula en (13b) codifica una cláusula con el verbo -tejte- ‘cortar’ que requie-
re dos participantes, uno en función de sujeto con el rol de agente nopa flojo
‘el flojo’, y el otro en función de objeto y realizando el rol de paciente itsonte-
ko- ‘su cabeza’, pero debido al contexto pragmático y al carácter parecido de
cabeza nos da la referencia a koatl ‘culebra’. Sin embargo, la marca de aplica-
tivo -lij aumenta la transitividad de la cláusula.
ø-ki-tejte-ki-li i-tsonteko.
3SG.SUJ-3SG.OBJ-cortar-PERF-APL 3SG.POS-cabeza
‘Y el flojo le cortó la cabeza’. (SYP)
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 219
mente llevado por el sujeto marcado con el morfema de plural -me en la frase
nominal plena tsopilo ‘zopilote’, que son los participantes pacientes del even-
to.
ach-ø-ki-neki ø-mo-ita-s-e.
NEG-3PL.SUJ-3SG.OBJ-querer 3PL.SUJ-RFLX-ver-FUT-PL
‘Un niño y su abuelita no querían verse’. (NCA)
b. wankino ø-mo-tlaskamat-k-e.
entonces 3PL.SUJ-RFLX-agradecer-PERF-PL
‘Entonces se agradecieron’. (SYP)
c. ø-ki-ita-to
3SG.SUJ-3SG.OBJ-ver-DIR
ø-mo-tewij-ti-ka-te tsopilo-me.
3SG.SUJ-RFLX-golpear-LIGA-AUX-PL zopilote-PL
‘Él vio pelearse zopilotes’. (SYP)
cláusulas (20a), (20b), (20c) y (20d) o por otra entidad no expresada en el con-
texto como en (20e). En el náhuatl, esta alternancia en la transitividad, al igual
que la reflexiva y la recíproca, se encuentra marcada morfológicamente por
medio del pronombre mo- prefijado a la raíz verbal.
En (20a), se codifica un movimiento no traslacional en el que el rito del
matrimonio conlleva la idea de sumisión al codificar el verbo -koili- ‘inclinar-
se’ con el sentido de casarse. En (20b), el verbo marcado con mo- codifica una
situación de movimiento traslacional -koapi- ‘regresar’. En (20c), tenemos una
expresión de habla emotiva por medio del verbo -tlateihuiya- ‘quejarse’. En
(20e), la lengua expresa este evento espontáneo con el verbo -chij- ‘hacer’,
‘convertirse’ denotando una clara afectación del sujeto. Por último, la situa-
ción en (20e) es codificada a través de un verbo de emoción -koezo- ‘entriste-
cerse’.
(20) a. ya ø-ki-tokaro-s
3SG.SUJ 3SG.SUJ-3SG.OBJ-tocar-FUT
para ø-mo-koili-s.
para 3SG.SUJ-RFLX-inclinarse-FUT
‘Este le va a tocar para casarse’. (SYP)
b. nopano ø-mo-koapi nopa tropas.
ahí 3SG.SUJ-RFLX-regresar DET tropas
‘Ahí se regresan las tropas’. (SYP)
c. wa ø-mo-tla-teihuiya-ya
y 3SG.SUJ-RFLX-O.INDEF-quejarse-IMPRF
ka nopa apanchanej.
con la sirena
‘Y se quejaban con la sirena’. (SYP)
d. kino ø-mo-chij-ki koaj-tli.
después 3SG.SUJ-RFLX-hacer-PERF gavilán-ABS
‘Y se hizo gavilán’. (SYP)
224 Manuel Peregrina Llanes
4 Conclusiones
El propósito de este trabajo fue presentar un acercamiento preliminar de las
construcciones transitivas de la lengua náhuatl, así como describir los procesos
de aumento y disminución de valencia. A partir de los datos, y siguiendo los
estudios sobre el tema de autores como Hopper y Thompson (1980); Givón
(1984, 1995, 1997, 2001); Lazard (1998) y Kittilä (2002), es posible proponer
un continuo de transitividad, tal como se ilustra en (22). En la presentación del
continuo se usan letras entre corchetes para señalar el tipo de construcción al
que se está haciendo referencia.
Transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana 225
(22)
— +
Continuo de transitividad en la narrativa náhuatl de la Huasteca Veracruzana
[TB] En esta posición, se localizan las cláusulas que cumplen con los
aspectos citados en la definición para una cláusula transitiva básica.
Véase los ejemplos en (4).
[C] Las construcciones causativas reflejan una alternancia que incrementa
la transitividad de la cláusula, estas cláusulas cuentan con marca de
causativo. Por lo tanto, si esta alternancia permite que un nuevo
participante sea agregado a la cláusula, y además, uno de los
participantes realiza el rol de agente en función de sujeto, esta cláusula
estará más alta en su grado de transitividad que las aplicativas, ya que
en estas últimas añaden un participante objeto como central. Esto lo
concluimos basados en los parámetros citados en (6). La agentividad
(H) es un rasgo más alto que las relacionadas al objeto (I) y (J) en la
escala propuesta por Hopper y Thompson (1980). Véase los ejemplos
en (10) y (11).
[A] Las cláusulas que en su morfología reflejan una alternancia aplicativa,
estarán jerarquizadas hacia el grado mayor de transitividad, ya que
añaden a un participante en la función de objeto directo, realizando el
rol de benefactivo o receptor. Sin embargo, serán menores en el grado
de transitividad que las causativas, ya que en estas últimas, el
participante que se añade está en función de sujeto realizando un rol
de agente. Véase los ejemplos en (12) y (13).
[IM] Esta alternancia de disminución de transitividad permite que un parti-
cipante, en este caso el agente, pierda su rasgo de individuación. Este
tipo de cláusulas se localizan en la posición en el continuo en donde
todavía se distinguen a los dos participantes, teniendo un sujeto
caracterizado por rasgos bajos en transitividad de acuerdo a los
parámetros citados en (6). Véase el ejemplo en (15).
226 Manuel Peregrina Llanes
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383-391.
La transitividad y la distributividad en los verbos
del tepehuano del sureste
Thomas L. Willett
Instituto Lingüístico de Verano
1. Introducción
El idioma tepehuano del suroeste1 es de carácter polisintético y algo fusional
(Willett 2002); esto influye para que los verbos sean las palabras más comple-
jas. Además de los múltiples afijos flexivos que indican tiempo y aspecto (Wi-
llett 1991), las bases verbales pueden presentar varias formas de acuerdo a tres
factores: (i) el sistema fonológico que rige la acentuación y la resilabificación
correspondiente (Willett 1982, 1985); (ii) la transitividad inherente del verbo y
los cambios de valencia que llegan a sufrir (Willett 2003); y (iii) los mecanis-
mos morfológicos de expresión del valor aspectual de distribución en el verbo.
El presente estudio analiza los dos últimos factores en más de setecientos
cincuenta verbos de esta lengua. En primer lugar, resumimos el sistema verbal
e indicamos cómo el sistema fonológico lo afecta. Segundo, describimos la
manera en la cual se indica la valencia inherente de un verbo y ofrecemos ex-
plicaciones para algunas anomalías. Asimismo describimos los usos tanto bi-
transitivos como reflexivos de los verbos transitivos e intransitivos, y la forma
como el verbo cambia para reflejar esos cambios semánticos. Tercero, descri-
bimos los múltiples usos distributivos que se expresan mediante formas redu-
plicadas de los verbos, los cuales pueden indicar algún tipo de pluralidad o al-
guna forma de repetición. Finalmente, damos algunas conclusiones, así como
indicaciones para futuros estudios.
1
El tepehuano del sureste se habla en la comunidad de Santa María Ocotán, Municipio de El
Mezquital, estado de Durango. El alfabeto utilizado para escribir el tepehuano en este estudio fue
adoptado por los maestros bilingües tepehuanos en 1990. Todas las letras corresponden a las del
español con excepción de las siguientes siete: bh [b], dh [d], lh [], x [], ‘ [], i [ ] y [
].
232 Thomas L. Willett
2. El sistema verbal
La frase verbal es el componente central de la oración. Se usa para expresar
tanto eventos como estados. Los eventos son de dos tipos: acciones en las cua-
les el sujeto es el agente, y procesos en donde el sujeto es el paciente. Los es-
tados son los resultados de las acciones o procesos, en ellos, el sujeto también
es paciente (Willett 1991).
2
Abreviaturas: 1A = primera persona, 2A = segunda persona, 3A = tercera persona, ANIM =
animado, APLIC = aplicativo, ART = artículo, ATR = atributivo, BITR = bitransitivo, CAUS = causati-
vo, CNF = confirmativo, CONT = continuativo, COPRET = copretérito, DIR = dirección, EST = de
estado, EVID = evidencial, EXT = extensión, FORM = formativo, FUT = futuro, IMPER = imperativo,
INAN = inanimado, INC = incoativo, INTR = intransitivo, MOV = moción, OBJ = objeto, PL = (del)
plural, POS = posesión, PRES = presente, PRET = pretérito, PREV = acción previa, PROGR = progre-
sivo, PROP = con propósito, PNT = pretérito puntual, RFLX = reflexivo, REP = repetitivo, RES =
resultativo, SG = (del) singular, SUJ = sujeto, TERM = terminativo, TRANS = transitivo.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 233
Tal como se ha ilustrado en los ejemplos hasta ahora vistos, un radical ver-
bal puede cambiar su forma según distintos procesos fonológicos.
3. La transitividad
3.1 La valencia inherente
La valencia inherente de los verbos tepehuanos se refleja en la última vocal de
la base de manera semejante al náhuatl clásico (Langacker 1977). Es decir, la
gran mayoría de los verbos que son transitivos terminan en -a [-a], como los
de (7a), y la gran mayoría de los verbos que son intransitivos terminan en i [í],
como los de (7b).
240 Thomas L. Willett
Sin embargo, existen verbos que resultan ser la excepción a estas tenden-
cias. Así, hay verbos intransitivos que pueden terminar tanto en -a [-a], -o [o],
o bien en -u [-u]. Otros cuentan con dos bases alternas, una que termina en -i [-
i] y otra que termina en -a [-a]. Véanse ejemplos en (10).
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 243
Otros verbos que se comportan así son aquellos con incorporación del obje-
to directo en un evento semánticamente transitivo, como los de (11a), o de un
radical derivado de otra manera, como los de (11b).
3
Véase Jelinek y Escalante (2000) para un estudio sobre la alternancia de raíces transitivas e
intransitivas en yaqui.
La transitividad y la distributividad en los verbos del tepehuano del sureste 245
4
Ver en este mismo volumen los trabajos de Estrada (2007), Félix (2007) y Guerrero (2007)
sobre aplicativos en pima bajo, warihío y yaqui.
246 Thomas L. Willett
RFLX peinarse
iñbhio’ka TRANS destapar, descobijar
RFLX destaparse, descobijarse
jiis(u)ma TRANS recoser, remendar (una prenda específica)
RFLX recoser, remendar (ropa en general)
ji’dilhkada TRANS separar, apartar (obj. pl.)
RFLX separarse, apartarse (suj. pl.)
kuugalh(i)dha TRANS cumplir (mandato ceremonial)
RFLX cumpirse, terminarse (tiempo señalado)
nak(oo)ga TRANS soltar, dejar escapar (obj. anim.); soltar,
caer (obj. inan.)
RFLX aguantar, soportar; poder, tener fuerza suficiente
nam(ii)ki, naan(ii)ki TRANS saludar (con respeto); encontrar (a otra persona)
RFLX juntarse (caminos o ríos)
pataasa TRANS cambiar, reemplazar
RFLX cambiarse (ropa u oficio)
ti’ñchu, titi’ñchu TRANS recordar; pensar (como recuerdo)
RFLX tener juicio
3.4 La distributividad
Muchos verbos tepehuanos cuentan con formas reduplicadas indicando distri-
butividad. Este concepto gramatical representa dos significados distintos: (i) la
pluralidad del sujeto o del objeto, y (ii) la repetición de un evento. Algunos
verbos cuentan con una sola forma distributiva, mientras que otros cuentan
con más de una forma para la repetición. A veces la forma distributiva parece
irregular, pero la mayoría de estos verbos siguen las reglas de reduplicación de
sustantivos y adjetivos (Willett 1982).
3.4.1 La pluralidad
En (20a-d) se ilustran verbos que alternan sus formas de singular a plural, en
concordancia con el sujeto de un verbo intransitivo como en (20a-d) o con el
objeto de un verbo transitivo como en (20b-c). En (20a), el verbo koxi-a’ re-
duplica la primer sílaba ko- al mismo tiempo que elimina la primera vocal de
la raíz para indicar sujeto plural. En (20b), el verbo reduplica la sílaba inicial,
bhi-bhia-’ en concordancia con el objeto plural. (20c-d) ilustran formas verba-
les supletivas, es decir, la alternancia de la raíz verbal en concordancia con el
objeto o sujeto plural. En estos dos últimos casos, la forma del plural no es re-
duplicada, sino parcialmente irregular, como en (20c), o totalmente irregular,
como en (20d).
252 Thomas L. Willett
3.4.2 La repetición
Además de mostrar pluralidad, muchos verbos cuentan con una o más formas
reduplicadas que indican la repetición o reiteración. Es decir, que el evento se
repite varias veces en distintos lugares, o en un solo lugar, esto se observa en
los verbos en (21a) donde se expresa la reiteración temporal de la acción, o en
(21b) donde se expresa la reiteración en varios lugares. Si el verbo cuenta con
una forma para pluralidad, la forma para repetición puede ser distinta, como en
(21c).
Muchas veces hay más de una forma del aspecto continuativo, como en
(23a), pues pueden distinguir entre acciones de poca frecuencia, de mucha fre-
cuencia y las que se llevan a cabo mientras el sujeto está en movimiento, etc.
Además de esto, los verbos que expresan acciones que se llevan a cabo todo el
tiempo, pueden presentarse con el sufijo -k [-k]“estado no-presente”, como
en (23b). Este fenómeno nos lleva a pensar que es precisamente aquí donde los
hablantes de tepehuano todavía están innovando, o sea, que el sistema verbal
del tepehuano pasa por un proceso de lexicalización para ampliar los signifi-
cados que se pueden expresar por medio de las formas a su alcance. Desde
luego, este es un tema que requiere más estudio.
256 Thomas L. Willett
4. Conclusión
La tabla (24) resume lo que hemos descrito aquí sobre la transitividad. Los
números y letras entre paréntesis corresponden a los ejemplos donde los datos
representativos están citados. Los números después del signo de igualdad co-
rresponden a todos los verbos estudiados de esa categoría.
Por medio de este resumen, se puede apreciar qué tanto el concepto de
transitividad afecta las formas verbales en tepehuano del sureste. La transitivi-
dad inherente se indica en la última vocal de la gran mayoría de las bases ver-
bales. Asimismo, existen muchos radicales en los cuales la transitividad se
aumenta o disminuye por medio de afijos derivacionales y otros que, sin modi-
ficarse, se prestan al uso en otra valencia. Un limitado grupo de datos perma-
necen aún sin una explicación posible, ejemplo de este tipo de verbos se ilus-
traron en (11a) y (13b).
Además, muchos verbos cuentan con formas reduplicadas para pluralidad
del evento, y otros cuentan con una o más formas reduplicadas para indicar la
repetición del evento. Queda claro que los dos conceptos de transitividad y de
distributividad contribuyen, en gran parte, a que las conjugaciones de los ver-
bos en tepehuano del sureste muestren un fuerte grado de complejidad.
258 Thomas L. Willett
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