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INTRODUCCIÓN
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textos que se ocupan de intereses aparentemente más alejados. No obstante la
situación descrita, resulta posible establecer, en lo grueso, un recorrido mínimo y
obligatorio, como, asimismo, algunos hitos importantes en el desarrollo del
pensamiento de Freud en torno a la psicopatología.
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otros fenómenos propios del desenvolvimiento del ser humano en la cultura y la
sociedad, que habían quedado insuficientemente explicados con las
conceptualizaciones precedentes. En el campo de la psicopatología, la
introducción del concepto de pulsión de muerte va a significar un desplazamiento
del interés de Freud hacia las patologías perversas, las alteraciones del “yo” y las
patologías del “superyó”, que encontrarán cabida y mayor comprensión, en el
modelo estructural del aparato psíquico que distingue entre las instancias que
conocemos como Ello, Yo y Superyó.
Partiendo por lo más general, puede decirse que los esfuerzos de articulación de
las distintas y sucesivas concepciones psicopatológicas de Freud se constituyen,
como toda psicopatología que se precie de tal, en tres tipos de problemas o
vertientes: una serie de problemas y conceptos propios de una teoría etiológica,
enseguida, sin orden de prioridad, otro conjunto de observaciones y
denominaciones surgidas en el trato con los pacientes, relativas a un método y
una sistematización pertinentes a la constitución de una nosografía, o descripción
de las entidades psicopatológicas, que resulta ser característicamente freudiana, y
por último, aunque no menos importante, un empeño de ordenamiento y
clasificación que aspira a convertirse en una nosología. Conectados de distintas
maneras y en diversos grados, con los tipos de problemas que acabamos de
mencionar, encontramos que el pensamiento psicopatológico de Freud implica:
una teoría propiamente freudiana de la sexualidad que encontramos como una
parte de la teoría de las pulsiones; distintos momentos en la concepción de la
naturaleza del conflicto psíquico, como, por ejemplo, las teorías del complejo de
Edipo y de castración; una concepción tópica de la organización del aparato
psíquico; ideas relativas al modo de trabajo del aparato psíquico y los principios
que lo rigen; distintos momentos en el desarrollo de una teoría explicativa de la
vivencia de angustia; concepciones pertinentes a los mecanismos de la formación
de los síntomas propios de las diversas patologías; una reflexión teórica propósito
de los mecanismos de defensa; etc. Sabiendo que en este punto no podemos ser
exhaustivos, sólo podemos agregar que todos estos elementos y problemas
forman el tejido de lo que puede llamarse: las concepciones psicopatológicas de
Freud.
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y/o presentar bajo un nuevo cariz una gran cantidad de enigmas y dificultades en
el empeño de pensar la realidad psíquica y sus patologías. Un resultado
semejante, no obstante, si fuésemos capaces de apegarnos a la virtud
descubridora y heurística del estilo de pensamiento de Freud, puede significar un
beneficio apreciable, aun cuando no sea por otra razón que la de relanzar y
prolongar las líneas de un pensamiento que ha gravitado tanto y de manera tan
prolífica en los últimos cien años.
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puntos en los que se reexaminan y, eventualmente, se producen modificaciones
sobre las ideas anteriores. Asimismo, se estudia la introducción de nuevos
conceptos, modelos, elementos y teorías, que, sobre los diversos problemas de
psicopatología, contribuyen a enriquecer y ahondar el conocimiento en este campo
de investigación. Los dos capítulos, entonces, corresponden a la distinción entre
dos etapas sucesivas en los desarrollos de Freud en este campo. En el capítulo
<<V>> –continuando la secuencia de la primera parte–, seguimos, en lo central,
los sucesivos pasos en que se fue introduciendo la problemática del narcisismo y
la consecuencias que representó la elaboración de este concepto en la teoría
psicopatológica freudiana. En el capítulo <<VI>> procedimos de manera análoga
con respecto a la modificación de la teoría del dualismo pulsional que significó la
introducción del conflicto entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte, por una
parte, y por la otra, la formulación de la segunda tópica del aparato psíquico.