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INTRODUCCIÓN

Las Concepciones Psicopatológicas de Sigmund Freud

INTRODUCCIÓN

La psicopatología, en Freud, constituye un vasto campo de problemas e hipótesis


que se desarrolla a lo largo de toda su obra. Un buen ejemplo de ello son los 52
años de recorrido que median entre el trabajo con que el editor de la “edición
canónica" de las “Obras Completas de Sigmund Freud” –que conocemos como
Standard Edition–, James Strachey, da comienzo a la publicación: “Informe de
mis estudios en París y Berlín”, escrito en 1886, y el breve trabajo “La escisión del
yo en el proceso defensivo”, fechado en Enero de 1938, año en que, su ya larga
enfermedad pone término a la producción intelectual de Freud. El primero de estos
trabajos es un testimonio del cambio en el interés de Freud desde la neurología,
disciplina en la que ya había obtenido un reconocimiento nada desdeñable, hacia
la psicopatología. Un evento importante en este cambio es la impresión que le
causa el conocimiento de J. M. Charcot y las investigaciones que éste realiza
sobre la histeria en el Hospicio de la Salpêtrière. El segundo de los trabajos que
hemos mencionado, se ocupa específicamente de un problema psicopatológico de
capital importancia para la comprensión de las perversiones y las alteraciones del
“yo”.

La obra de S. Freud admite diversas lecturas, la mayoría de ellas razonablemente


justificadas, y, dependiendo del tenor de estas lecturas, se puede realizar también
distintos agrupamientos relativos al tipo de problemas e intereses que en ella se
abordan. Se constituyen de este modo distintos campos de trabajo en torno al
pensamiento de Freud. La delimitación entre éstos, sin embargo, no siempre
puede realizarse de manera fácil y unívoca cuando se quiere asignar a cada uno
de estos campos los textos correspondientes. No es infrecuente que en los
trabajos de Freud se entrecrucen variados intereses y problemas en un mismo
escrito. Esta situación obliga a que, cuando se quiera abarcar uno de estos
campos, como es el caso al ocuparnos del pensamiento psicopatológico de Freud,
debemos estar dispuestos a adentrarnos en otros territorios que a primera vista
parecen dedicados a otro tipo de problemas. Desde la partida misma debemos
reconocer la estrecha relación entre la psicopatología y los campos de la
metapsicología y los escritos técnicos, sin perjuicio del hecho que, también,
habremos de encontrar importantes esclarecimientos para la psicopatología en

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textos que se ocupan de intereses aparentemente más alejados. No obstante la
situación descrita, resulta posible establecer, en lo grueso, un recorrido mínimo y
obligatorio, como, asimismo, algunos hitos importantes en el desarrollo del
pensamiento de Freud en torno a la psicopatología.

Puede hablarse, de este modo, de una primera, una segunda y, eventualmente,


una tercera concepciones de la psicopatología en el pensamiento de Freud.
Estrechamente ligada al descubrimiento de la represión o la defensa, que es
como Freud denomina al comienzo, indistintamente, al mecanismo psíquico que
infiere al encontrarse con el fenómeno clínico de la resistencia, podemos
establecer una primera concepción de la psicopatología que, por extensión, se
acostumbra denominar el momento de las “neuropsicosis de defensa”. En este
momento, la distinción fundamental, que posibilita la organización de un esquema
psicopatológico, es la que separa aquellas patologías en que puede postularse la
ingerencia de un proceso psíquico en la causación del síntoma, las neuropsicosis
–o psiconeurosis– de defensa, de aquellas que, por el contrario, evidencian en
sus formaciones sintomáticas una insuficiencia del trabajo psíquico, las “neurosis
actuales”. Un segundo hito relevante, que merece ser reconocido como la
oportunidad en que se producen importantes modificaciones sobre el modelo
psicopatológico precedente, puede situarse con relación a la conceptualización
metapsicológica del fenómeno –que se venía haciendo presente desde los inicios
en el tratamiento de los pacientes– de la transferencia; este es el momento en
que puede hablarse de una concepción de la psicopatología que pone en el centro
la distinción entre “neurosis de transferencia” y “neurosis narcisistas”. Esta
segunda concepción de la psicopatología supone a la base un profundo trastorno
del punto de vista “económico”, al interior de la teorización metapsicológica, como
consecuencia de la introducción, en la problemática de la pulsión sexual, de la
distinción entre una “libido de objeto” y una “libido narcisista”.

Podemos proponer un tercer momento en el pensamiento psicopatológico de


Sigmund Freud, situando en el centro de esta nueva concepción, las profundas
consecuencias que tiene en la reflexión freudiana la postulación, en el texto “Más
allá del principio de placer”, de 1920, de la pulsión de muerte, y la formulación de
un nuevo modelo de aparato psíquico, en “El yo y el ello” (1923). El concepto de
pulsión de muerte, suscita, desde su introducción, una fuerte polémica al interior
del movimiento psicoanalítico, entre aquellos que se declaran partidarios, y
reconocen en esta idea una pieza imprescindible del pensamiento psicoanalítico, y
otros que lo desestiman por considerarlo un concepto superfluo. No obstante la
polémica aludida, si nos atenemos a la evolución de la obra freudiana, no
podemos dejar de reconocer, en los trabajos posteriores a 1920, la huella de esta
audaz intelección de Freud, que él mismo no trepida en calificar como surgida de
la especulación, de la necesidad de que se ve impelido a seguir y desarrollar una
idea y una reflexión para ver hasta dónde ella lo lleva. La concepción de una
pulsión de muerte surge del reconocimiento, en la clínica, de la compulsión de
repetición y de la necesidad de radicalizar la teorización a propósito de la agresión
y la destructividad humanas. El concepto de pulsión de muerte aparece, entonces,
situando en el nivel de la reflexión metapsicológica, una serie de hechos clínicos y

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otros fenómenos propios del desenvolvimiento del ser humano en la cultura y la
sociedad, que habían quedado insuficientemente explicados con las
conceptualizaciones precedentes. En el campo de la psicopatología, la
introducción del concepto de pulsión de muerte va a significar un desplazamiento
del interés de Freud hacia las patologías perversas, las alteraciones del “yo” y las
patologías del “superyó”, que encontrarán cabida y mayor comprensión, en el
modelo estructural del aparato psíquico que distingue entre las instancias que
conocemos como Ello, Yo y Superyó.

En este sumario recorrido que acabamos de realizar, al modo de un sobrevuelo


que no nos permite apreciar en detalle la gran cantidad de problemas, accidentes
y facetas que puede presentar este territorio, que reconocemos como el campo de
las concepciones psicopatológicas de Freud, nos queda por mencionar una gran
cantidad de cuestiones propias de la problemática psicopatológica, que
constituyen, en definitiva, la trama de la reflexión freudiana en este asunto.

Partiendo por lo más general, puede decirse que los esfuerzos de articulación de
las distintas y sucesivas concepciones psicopatológicas de Freud se constituyen,
como toda psicopatología que se precie de tal, en tres tipos de problemas o
vertientes: una serie de problemas y conceptos propios de una teoría etiológica,
enseguida, sin orden de prioridad, otro conjunto de observaciones y
denominaciones surgidas en el trato con los pacientes, relativas a un método y
una sistematización pertinentes a la constitución de una nosografía, o descripción
de las entidades psicopatológicas, que resulta ser característicamente freudiana, y
por último, aunque no menos importante, un empeño de ordenamiento y
clasificación que aspira a convertirse en una nosología. Conectados de distintas
maneras y en diversos grados, con los tipos de problemas que acabamos de
mencionar, encontramos que el pensamiento psicopatológico de Freud implica:
una teoría propiamente freudiana de la sexualidad que encontramos como una
parte de la teoría de las pulsiones; distintos momentos en la concepción de la
naturaleza del conflicto psíquico, como, por ejemplo, las teorías del complejo de
Edipo y de castración; una concepción tópica de la organización del aparato
psíquico; ideas relativas al modo de trabajo del aparato psíquico y los principios
que lo rigen; distintos momentos en el desarrollo de una teoría explicativa de la
vivencia de angustia; concepciones pertinentes a los mecanismos de la formación
de los síntomas propios de las diversas patologías; una reflexión teórica propósito
de los mecanismos de defensa; etc. Sabiendo que en este punto no podemos ser
exhaustivos, sólo podemos agregar que todos estos elementos y problemas
forman el tejido de lo que puede llamarse: las concepciones psicopatológicas de
Freud.

Una investigación cronológica, que pretende seguir el desarrollo de todo este


conjunto de conceptos y problemas, como la que suponemos posible, es la tarea
que nos proponemos realizar. Un proyecto semejante, sin embargo, ha de
reconocer, también, como lo más seguro que, dado el carácter de la reflexión
freudiana, en la que vemos una vocación por abrir problemas y objetos al
pensamiento, más que cerrarlos, saturándolos, no tenga otro efecto que develar

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y/o presentar bajo un nuevo cariz una gran cantidad de enigmas y dificultades en
el empeño de pensar la realidad psíquica y sus patologías. Un resultado
semejante, no obstante, si fuésemos capaces de apegarnos a la virtud
descubridora y heurística del estilo de pensamiento de Freud, puede significar un
beneficio apreciable, aun cuando no sea por otra razón que la de relanzar y
prolongar las líneas de un pensamiento que ha gravitado tanto y de manera tan
prolífica en los últimos cien años.

La exposición de nuestro trabajo consta de dos partes. La <<Primera parte>>,


expone el desarrollo de las ideas de Freud en el campo psicopatológico, en lo que
puede denominarse como una primera etapa, desde los inicios de su investigación
en psicopatología, hasta el año 1906, en el que la publicación del trabajo: “ Mis
tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis”, en el cual
realiza una especie de recapitulación de las ideas fundamentales que había
desarrollado hasta ese momento. Nos pareció que ese momento señalaba un
punto en el cual se completaba, un modelo de comprensión y ordenamiento de los
fenómenos psicopatológicos. Este primer modelo lo caracterizamos como una
<<Concepción de la psicopatología basada en el concepto de defensa>>.
Desarrollamos esta parte de nuestro trabajo siguiendo dos líneas de desarrollo; en
una nos ocupamos de los problemas y conceptos que admiten ser agrupados bajo
la designación de nosografía, por corresponder, fundamentalmente al propósito de
identificar, deslindar, y describir los elementos que son propios de cada una de las
entidades psicopatológicas. En este orden de problemas se nos puso de relieve la
importancia de un particular elemento, <<el mecanismo de la formación de
síntomas>>, alrededor del cual se organiza, de manera principal, la
caracterización de cada una de las entidades clínicas. En el primer modelo de
psicopatología, este elemento está representado por los <<mecanismos de
defensa>>, de allí que hemos designado a este modelo en función del concepto
de defensa. La otra línea de investigación que siguió nuestro trabajo, en esta
etapa, concierne a los problemas relativos a la etiología de las distintas
psicopatologías. Estos dos grupos de problemas son tratados, respectivamente,
en los capítulos <<II>> y<<III>>de este trabajo, que son también los más
extensos. El capítulo <<I>> consiste en el señalamiento de un punto de partida a
la investigación psicopatológica de Freud, en el deslinde de un campo de
problemas propiamente psicológicos en las patologías, respecto del campo de la
neuropatología. En el capítulo <<IV>> y último de la primera parte, realizamos un
ordenamiento de las entidades psicopatológicas investigadas por Freud, a través
del entrecruzamiento de los distintos mecanismos de formación de síntomas y las
etiologías particulares a cada una de las entidades; mostrando una determinada
lógica, o razón, en la clasificación de las diversas patologías en distintos grupos.

La <<Segunda parte>> de este trabajo se divide, a su vez, en dos capítulos. El


estudio de la obra psicopatológica de Freud sigue aquí, como en la primera, el
desarrollo de la investigación freudiana siguiendo un orden cronológico, pero, a
diferencia de la parte anterior, hemos optado por seguir el estudio de los
problemas y conceptos, prescindiendo de la división en problemas de etiología y
nosografía. Hemos examinado cada obra en su oportunidad destacando aquellos

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puntos en los que se reexaminan y, eventualmente, se producen modificaciones
sobre las ideas anteriores. Asimismo, se estudia la introducción de nuevos
conceptos, modelos, elementos y teorías, que, sobre los diversos problemas de
psicopatología, contribuyen a enriquecer y ahondar el conocimiento en este campo
de investigación. Los dos capítulos, entonces, corresponden a la distinción entre
dos etapas sucesivas en los desarrollos de Freud en este campo. En el capítulo
<<V>> –continuando la secuencia de la primera parte–, seguimos, en lo central,
los sucesivos pasos en que se fue introduciendo la problemática del narcisismo y
la consecuencias que representó la elaboración de este concepto en la teoría
psicopatológica freudiana. En el capítulo <<VI>> procedimos de manera análoga
con respecto a la modificación de la teoría del dualismo pulsional que significó la
introducción del conflicto entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte, por una
parte, y por la otra, la formulación de la segunda tópica del aparato psíquico.

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