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Paula Valeria Pinilla Rodríguez

“Lo imposible” del contrato de seguro

Al finalizar de ver la película “Lo Imposible”, existen dos tipos de personas: una

extensa mayoría que no encuentra similitud entre los hechos del filme y algún problema

jurídico en especial; y luego, nos encontramos nosotros, un pequeño grupo de

personas que le vemos el lado jurídico a cualquier serie o película que veamos. Sí, lo

sé, quizás seamos un poco raros, pero como verán, muchas veces estos análisis

jurídicos serán necesarios para la vida diaria, y así, mientras la mayoría de personas

piensa que “Lo Imposible” es solo una película más de drama; yo me pregunto, de

entre tantas cosas, ¿qué hubiese sucedido si la compañía de seguros no le hubiese

respondido a la familia tras el incidente? Y ésta, querido lector, será la pregunta que

abrirá camino a la reflexión plasmada en este escrito.

Como sabemos todos los que vimos este filme, la historia se centra en los eventos

ocurridos en Asia a finales del año 2004, cuando un fuerte tsunami afectó a grandes

zonas del continente; en esta película, somos testigos de una familia de turistas que

sobrevivió a la mencionada catástrofe natural. El lector recordará que, en las escenas

finales de la cinta, un avión suministrado por la compañía de seguros que previamente

había contratado la familia protagonista, fue quien los evacuó de la ciudad en la que se

encontraban.

A raíz de esto, podemos decir que la familia obtuvo un “final feliz”. Pero imaginemos

que, en esa misma ciudad, en ese mismo día, y a esa misma hora, se encontraba otra

familia que no fue auxiliada por su compañía de seguros, y que, en razón de esto, inició

a depender única y exclusivamente del gobierno tailandés. Suponiendo que dicha

familia ficticia si hubiese contratado a una compañía de seguros, tendríamos que entrar
Paula Valeria Pinilla Rodríguez

a analizar lo siguiente: ¿La compañía no respondió por negligencia, por fuerza mayor,

por hecho de un tercero, o porque las catástrofes naturales no estaban incluidas en el

seguro?

Me centraré en la primera y última hipótesis que incluí en la pregunta anterior. Así

pues, si la mencionada compañía de seguros no hubiese respondido por negligencia,

estaríamos hablando de responsabilidad empresarial, y, por ende, debe de existir una

indemnización por el daño causado y por el contrato incumplido. Creo que aquí no da

lugar a ninguna interpretación, por el simple hecho de no haber actuado, se genera el

nexo causal entre dicha omisión de la empresa y el perjuicio ocasionado a las víctimas.

Así las cosas, dejando atrás dicha hipótesis, me centraré ahora en el supuesto de que

una catástrofe natural no estuviese incluida en el contrato de seguro.

No conozco la razón de por qué muchas compañías de seguros no incluyen en sus

planes, los eventos de la naturaleza como terremotos y tsunamis, llego a suponer que

es por temas económicos, o quizás porque creen, idiotamente, que tales eventos son

muy raros y que, por las pocas veces en que ocurren, no estiman necesario que se

incluya dentro del contrato de seguro de viaje. Sin embargo, ninguna de estas dos

razones me parece coherente, y no encuentro problema alguno en que incluyan a estos

riesgos dentro del seguro de viajes. Al fin y al cabo, cuando una familia compra uno de

estos seguros, lo hace para sentirse seguros ante cualquier situación, y no sería justo

con ellos, que un evento tan desafortunado como lo sería un tsunami, no estuviese

asegurado, y que, por ende, tuviesen que ser respaldados únicamente por el gobierno

local de donde se encuentren, pues, lastimosamente, en la mayoría de estos eventos,


Paula Valeria Pinilla Rodríguez

las personas pierden todas sus posesiones, y tienen que sobrevivir con nada más que

lo que llevan puesto.

Aunque puede que para el lector esto suene descabellado, la realidad no es nada

distinta, muchas compañías de seguros solo “aseguran” los eventos más cotidianos

como lo sería una gripa o una fractura de hueso; y estos eventos mayores los dejan a

un lado.

Mi invitación para el lector es que reflexione sobre esto, no solo cuando termine de

leer este escrito, también cuando vaya a adquirir un seguro de viaje, y, espero yo, que

comparta también esta reflexión con más personas, y así, quizás algún día, logremos

que el congreso legisle sobre este tema, para así defender los derechos de los viajeros.

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