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Es necesario considerar la preexistencia de una relación vinculante de carácter legal denominado

Matrimonio, el cual es considerado como la institución social más importante en la que a través de
esta se establece la integración de una familia, derivada de la ley biológica que exige la
perpetuidad de una especie, en este caso la humana. El Matrimonio se podría definir como
"contrato civil (porque tiene la presencia del Estado) y solemne (porque necesita requisitos para
que tenga validez), celebrado entre dos personas de sexo diferente (hombre y mujer), con el
objetivo de perpetuar la especie".

En el aspecto civil, es considerado como un contrato el cual sólo será válido si se ciñe a las normas
establecidas por nuestra ley, como contrato este reviste una serie de formas solemnes
sancionadas por una autoridad civil en tal carácter contractual podemos asumir que este reviste
un carácter de disolubilidad, y es en tal caso que se puede recurrir ante la autoridad para solicitar
tal disolución del vínculo no sin que la autoridad procure garantizar los intereses de los hijos, y de
ambos cónyuges, por lo que es de vital importancia el conocimiento de sus derechos con respecto
de su persona, bienes e hijos.

Por su propia naturaleza el matrimonio es perpetuo; debe disolverse; normalmente, sólo por la
muerte de uno de los cónyuges. En efecto, los fines fundamentales del matrimonio sólo pueden
cumplirse en forma favorable en uniones duraderas; no pueden lograrse cuando la unión es
pasajera.

La palabra divorcio proviene del latin divortĭum, en un sentido estricto es la disolución del vínculo
matrimonial, mientras que en un sentido amplio, se refiere al proceso jurídico que tiene como
objetivo dar término a una unión conyugal.

El divorcio es la consecuencia de la decisión acordada entre los dos cónyuges o tan solo la
voluntad de uno de ellos, según corresponda el caso, de disolver el vínculo matrimonial por las
diferencias irreconciliables que se suscitaron en la pareja.

Dentro de estas diferencias y obviamente atendiendo a que cada caso tendrá sus propias
peculiaridades, podemos contar: la infidelidad de algunos de los cónyuges, el abandono, injurias,
violencia doméstica para con el cónyuge y los hijos, la cual puede ser física/psicológica, o ambas.

Es decir, cuando una pareja decide divorciarse es que ya no hay nada más por hacer para salvar a
la misma y entonces el hecho de avanzar al paso del divorcio supone que cada cual recuperará la
libertad para por ejemplo rehacer su vida con otra persona en caso de desearlo.

Si bien en la actualidad, la mayoría de las legislaciones del mundo aceptan y contemplan en sus
leyes al divorcio, todavía existen algunas que ostentan una muy cerrada convicción y que no
permiten bajo ningún punto de vista que esta unión se disuelva tan solo por aducir problemas en
la pareja.

De todas maneras, de hecho o por ley, desde que existe la figura del matrimonio ha existido a su
lado la del divorcio, aunque claro, en los tiempos más remotos era más común que tanto el
hombre o la mujer solicitasen el mismo como consecuencia del adulterio de la otra parte y no
como se ha hecho común hoy en día, más que nada entre las celebrities, por diferencias
irreconciliables surgidas de la convivencia.
El divorcio deberá ser pedido y tramitado ante un tribunal que se ocupa de las cuestiones civiles o
de familia y como decíamos más arriba, puede ser pedido por los dos cónyuges luego de un
acuerdo previo o solicitada por una sola de las partes. Luego de la sentencia favorable, la persona
no vuelve al estado civil de soltero, sino de divorciado, pero de todos modos esto es por ejemplo
lo que le permitirá poder casarse nuevamente.

Pero el divorcio trae aparejado algunas cuestiones que una vez que queda instituido deberán
resolverse también sí o sí como consecuencia de este, como ser, en el caso de haber bienes en
común deberán ser divididos en partes iguales y en la circunstancia que haya hijos en común lo
que se hará es dirimir, también en un tribunal, la patria potestad de los chicos y luego establecer
un régimen de visitas para aquel cónyuge que no se haya quedado con la tenencia pero que quiere
por supuesto cumplir su rol de padre/madre.

El divorcio en Venezuela está regulado en el capítulo XII (Artículos 184-196) del Código Civil.

Según el artículo 23 de la Ley de Derecho Internacional Privado, la ley venezolana aplica cuando el
domicilio del conyugue, quién intenta la demanda de divorcio, se encuentra en Venezuela.

Según el derecho venezolano el matrimonio se disuelve por la muerte de una de las partes o por
divorcio. El derecho venezolano también prevé la anulación del matrimonio en el capítulo IX
(Artículos 117-130) del Código Civil.

Son causales de divorcio en Venezuela de conformidad con el artículo 185, 185-A y 189 las
siguientes:

1.º. El adulterio.
2.º. El abandono voluntario.
3.º. Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.
4.º. El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos,
así como la connivencia en su corrupción o prostitución.
5.º. La condenación a presidio.
6.º. La adicción alcohólica u otras formas de farmaco dependencia que hagan imposible la vida
en común.
7.º. La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en
común.
8.º. Separación por más de 5 años.
9.º. Separación de cuerpos por más de un año sin haber ocurrido reconciliación alguna.

Y, a pesar de que el artículo 185 del C.C., dispone que sean causas únicas de divorcio las
comprendidas en su enumeración en ordinales, el artículo 185 A, agregado en el Código Civil,
establece una nueva causa. En efecto, el artículo 185 A regula:

«Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por más de cinco (5) años, cualquiera
de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida en común.»

Cuando una pareja contrae matrimonio válidamente, se supone que es principio perpetuo, pero
cuando existen circunstancias o razones que impiden que la pareja continúe cohabitando, este
hecho interrumpe la situación jurídica, quedando suspendido legalmente el cumplimiento entre
ellos de asistencia, sin embargo, el vínculo matrimonial que los une persiste o subsiste; en este
sentido la separación de cuerpos es solamente una separación de hecho y no de derecho.

En este caso para que surta efectos la separación de cuerpos, la pareja, en forma conjunta, por su
propia voluntad y sin ningún tipo de coacción debe solicitar mediante un escrito ante el juez de
primera instancia en lo civil, en caso de no tener hijos, o que estos sean mayores de edad, o ante
un tribunal de protección del niños, niñas y de adolescentes, en caso de tener hijos menores de
dieciocho años, debidamente asistidos por un abogado de su confianza, que se conceda la
separación de cuerpos. Una vez que la autoridad judicial conceda la separación de cuerpos libera a
los cónyuges de la responsabilidad de convivir.

La separación de cuerpos no es una situación definitiva y hasta tanto no se declare el divorcio la


pareja puede reconciliarse en cualquier momento sin necesidad de un documento o autorización.

La Separación de Cuerpos Contenciosa procede por las mismas causales del artículo 185 del CC. En
éste caso el Procedimiento de Separación se intenta por demanda y se tramita en juicio al igual
que el Divorcio.

Si han transcurrido más de cinco años desde su separación de hecho, bastará con que esposo y
esposa acudan personalmente ante un Tribunal acompañados por un Abogado de su confianza y
soliciten el divorcio. Ruptura prolongada de la vida en común (artículo 185 A. C.C.). De
conformidad con el artículo 185 A del Código Civil, cualquiera de los cónyuges puede solicitar el
divorcio alegando ruptura prolongada de la vida en común, cuando han permanecido separados
de hecho por más de cinco años.

Según lo precepto en el artículo 192 del Código Civil; Cuando el divorcio o la separación de cuerpos
se haya fundamentado en alguna de las causales previstas en los ordinales 4º, 5º y 6º del artículo
185, el cónyuge que haya incurrido en ellas quedará privado de la patria potestad sobre sus hijos
menores. En este caso la patria potestad será ejercida exclusivamente por el otro progenitor. Si
éste se encontrara impedido para ejercerla, o ha sido privado a su vez de la patria potestad, el Juez
abrirá la tutela.

La guarda de los hijos menores de siete (7) años será ejercida por la madre, salvo que por graves
motivos, el Juez competente tome otra providencia. El cónyuge a quien no se ha atribuido la
guarda, conserva las demás facultades inherentes a la patria potestad y las ejercerá
conjuntamente con el otro.

La reconciliación de los cónyuges pone término al procedimiento de separación y deja sin efecto
ulterior lo en él resuelto, en conformidad con el artículo 194 del Código Civil.

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