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EUCARISTIA

Doce hombres, el Maestro, doce panes, la vida


doce copas, la alianza, se mezclaban aquel día.
Donde Jesús lavándoles los pies, les enseñaba lo que es la vida.
Donde Jesús derramando su sangre, les perdonaba su maldad vivida.
Eucaristía.

Muchos hombres, un Maestro, muchos panes, una vida


muchas copas, una alianza, se comparten hoy en día.

Donde Jesús con su resurrección


solo nos pide amarnos siempre y sin medida,
donde Jesús con su Eucaristía. nos da la gracia de la nueva vida,
Eucaristía.

Un cordero, el maestro una ofrenda, su vida


una muerte, el camino, forman nuestra Eucaristía.

Donde Jesús se hace carne viva


y nos la ofrece como pan de vida.
Donde Jesús nos baña con su sangre
y nos la ofrece como alianza nueva.

/Eucaristía/ la Gracia santa de la paz,


/Eucaristía/ signo sagrado de unidad,
/Eucaristía/ presencia viva de Jesús.
Estaciones de Vidal  V 

I  Toma la cruz preciosa, 


Me está el deber clamando, 
Por mí, Señor, inclinas  Tan generoso cuando 
El cuello a la sentencia;  Delante va el Señor. 
Que a tanto la clemencia  Voy a seguir constante, 
Pudo llegar de Dios.  Las huellas de mi Dueño, 
Oye el pregón, oh Madre  Manténgame el empeño, 
Llevado por el viento  Señora, tu favor. 
Y al doloroso acento 
Ven del Amado en pos.  VI 

II  Tu imagen, Padre mío, 


Ensangrentada y viva 
Esconde, justo Padre,  Mi corazón reciba, 
La espada de tu ira,  Sellado con la fe. 
Y al monte humilde mira,  Oh Reina, de tu mano 
Subir el dulce Bien.  Imprímela en mi alma, 
Y Tú, Señora, gimes  Y a la gloriosa Palma, 
Cual tórtola inocente;  Contigo subiré. 
Que tu gemir clemente 
Le amansará también.  VII 

III  Yace el divino dueño 


Segunda vez postrado, 
Oh pecador ingrato  Deteste yo el pecado, 
Ve a tu Dios caído,  Deshecho en contrición. 
Ven a llorar, herido  Oh Virgen, pide amante, 
De contrición aquí.  Que borre tanta ofensa 
Levántame a tus brazos  Misericordia inmensa 
Oh bondadoso Padre,  Pródiga de perdón. 
Ve de la tierra Madre, 
Llanto correr por mí.  VIII 

IV  Matronas doloridas 


Que al justo lamentáis, 
Cercadla, Serafines,  Por qué si os lastimáis 
No acabe en desaliento  La causa no llorar? 
No muera en el tormento,  Y pues la cruz le dimos 
La Rosa Virginal.  Todos los delincuentes 
Oh acero riguroso,  Broten los ojos fuentes 
deja su pecho amante,  De angustia y de pesar. 
Vuélvete a mí cortante, 
Que soy el criminal. 
IX  XIII 

Al suelo derribado,  Dispón, Señora, el pecho 


Tercera vez el Fuerte,  Para mayor tormento 
Nos alza de la muerte  La víctima sangrienta 
A la inmortal salud.  Viene a tus brazos ya. 
Mortales: Qué otro exceso  Con su preciosa sangre 
Pedimos de clemencia?  Juntas materno llanto, 
No más indiferencia  Quién, Madre, tu quebranto 
No más ingratitud.  Sin lágrimas verá? 

Tu bañas, Rey de gloria,  XIV 


Los cielos en dulzura 
Quién te afligió, Hermosura,  Al Rey de las Virtudes, 
Dándote amarga hiel?  Pesada losa encierra, 
Retorno a tal fineza  Pero feliz la tierra, 
La gratitud pedía;  Ya canta salvación. 
Cese ya, Madre mía  Sufre un momento, Madre, 
De ser mi pecho infiel.  La ausencia del amado, 
Presto de Tí abrazado, 
XI  Tendrasle al corazón.

El manantial divino 
De sangre está corriendo, 
Ven, pecador gimiendo, 
Ven a lavarte aquí. 
Misericordia imploro, 
Al pie del leño santo, 
Virgen, mi ruego y llanto, 
Acepte Dios por Tí. 

XII 

Muere la Vida nuestra 


Pendiente del madero, 
¿ Y yo cómo no muero 
De amor o de dolor? 
Ay, casi no respira 
La triste Madre yerta 
Del cielo abrir la puerta 
Bien puedes ya, Señor. 

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