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El artículo 39 de la ley 472 de 1998 prevé que “el demandante en una acción
popular tendrá derecho a recibir un incentivo que el juez fijará entre diez (10) y
ciento cincuenta (150) salarios mínimos mensuales”. Las acciones populares no
tienen por objeto la obtención de beneficios pecuniarios, sino “la protección
efectiva de derechos e intereses colectivos, de manera que se hagan cesar los
efectos de su resquebrajamiento” y lo que debe motivar a los ciudadanos a
interponerlas es la solidaridad, lo cual no se opone a que la ley haya establecido
una compensación a la carga adicional que asumen las personas que ejercitan
una acción en beneficio de la comunidad y no en el mero interés individual. El
estímulo económico en favor de quienes ejercen las acciones populares viene
desde el Código Civil (artículo 1005) que lo fijaba en el equivalente a “una suma
que no baje de la décima ni exceda de la tercera parte de lo que cueste la
demolición o enmienda, o el resarcimiento del daño; sin perjuicio de que si se
castiga el delito o negligencia con una pena pecuniaria, se adjudique al actor la
mitad”. Tal beneficio económico, no fue concebido como un castigo para la
entidad o persona reacia a cesar en la trasgresión de los derechos e intereses
colectivos, sino como una compensación por la labor altruista del actor, así dicha
suma deba pagarse a costa de la entidad o persona responsable de la
vulneración. Por eso, la Sala ha considerado que el incentivo procede a pesar de
que la entidad demandada se allane a cumplir el deber demandado por el actor,
en la primera oportunidad procesal, como lo es la realización del pacto de
cumplimiento, que “no implica que la labor del demandante haya sido menos
diligente, pues su actuación en esa audiencia fue necesaria para esa
conciliación”. El reconocimiento anticipado desde la misma contestación de la
demanda, de los hechos en relación con los cuales se afirma que se vulneran los
derechos colectivos, no incide sobre el derecho a la compensación y no es
determinante para la fijación de su cuantía, que según la ley oscila entre 10 y 150
salarios mínimos mensuales. El derecho al incentivo no surge por voluntad de las
partes ni está sometido a la liberalidad del juez, surge del mandato legal, aunque
su cuantía sí la establece éste de manera discrecional. Nota de Relatoría: Ver
Exps. AP-007 del 2 de diciembre de 1999 y AP-125 del 19 de octubre de 2000
Encuentra la Sala que si bien es cierto que la ley 472 de 1.998, estableció la
obligatoriedad de la presencia del agente del Ministerio Público en la audiencia de
pacto de cumplimiento, no erigió en causal de nulidad de esa audiencia, ni del
pacto que en ella se logre, ni del proceso, la inasistencia a ella de ese
funcionario.En efecto, señala el primer inciso del artículo 27 de la ley 472 de 1998
que a la audiencia especial de pacto de cumplimiento en la cual el juez escuchará
las diversas posiciones sobre la acción instaurada, se debe citar al agente del
Ministerio Público, cuya intervención será obligatoria. Pero no se estableció la
ausencia del Ministerio Público como irregularidad con la capacidad de generar la
nulidad de lo actuado. Ahora bien, el alcance del sexto inciso del artículo 27
citado, al disponer que la audiencia se considerará fallida cuando no
comparecieren la totalidad de las partes interesadas, no es el de que la sanción
allí establecida se extienda al evento en que no comparezca al proceso el agente
del Ministerio Público, quien no tiene la calidad de parte en las acciones
populares, como si se le ha dado para los demás procesos que se adelantan ante
la jurisdicción contencios o administrativa (Art. 127 C.C.A.). Al respecto, es claro
que la mencionada nulidad ha de negarse, pues la misma ley 472 de 1998,
reconoce al Ministerio Público la calidad de sujeto procesal y no de parte. Por
tanto, su inasistencia no es motivo para declarar fallida la audiencia, esto es que,
el efecto jurídico de la inasistencia del procurador a la audiencia de pacto de
cumplimiento no es que ésta se declare fallida. Distinto es que la misma norma
señale sanciones a la inobservancia de la obligatoriedad de asistir a la
mencionada audiencia. La ausencia del agente del Ministerio Público a la
audiencia de pacto de cumplimiento sólo trae consecuencia adversas para el
funcionario encargado de tal labor, en los términos del artículo 27 de la misma ley
que dispone que “la inasistencia a esta audiencia por parte de los funcionarios
competentes, hará que incurran en causal de mala conducta, sancionable con
destitución del cargo”. Como las nulidades procesales son taxativas y la
irregularidad que pone de presente el demandado no está consagrada como
nulidad, no hay lugar a acceder a su solicitud en el sentido de que se anule el
pacto de cumplimiento.
CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
I. ANTECEDENTES
1. La petición.
6. Fijar los incentivos a lo que pueda dar lugar, según la ley 472 de
1998 establecido en el capítulo XI en su artículo39 de la cual podremos
tener derecho, y lo que se pueda recuperar en un porcentaje como lo
dice el artículo 40, por multas dejadas de cobrar a los candidatos a
quienes se le desmonte su publicidad y los contratistas por dejar
escombros en plena vía pública; se nos entregue copia auténtica de los
documentos mediante el cual (sic), se levanta el acta de visitas a sitios
donde estaban pendones, afiches y murales.”
2. Hechos.
En cuanto a los hechos, manifestó que son parcialmente ciertos, pues en cuanto a
los escombros de la obra que se realiza en el colegio Antonia Santos, diariamente
se recogen los que van saliendo del día anterior, lo que no significa que nunca se
recojan. Que los escombros de la obra de la carrera 8 entre calles 7 y 6, fueron
recogidos inmediatamente.
Que en lo que tiene que ver con la ocupación del espacio público, concretamente
de la vía Panorama, la administración ha venido adelantando una campaña para
su recuperación lo que a su vez ha generado situaciones de alteración del orden
público, que es físicamente imposible mantener el espacio público totalmente
libre, no sólo en dicho municipio sino en todo el país dados los problemas de
desplazamiento y desempleo que generan trabajos informales, lo que no quiere
decir que el municipio no adelante actividades tendientes a su recuperación.
4. El pacto de cumplimiento
Sobre el reconocimiento y pago del incentivo consideró que era procedente pues
el negarlo implica desconocer procedimientos de celeridad y eficacia de los
derechos colectivos como quiera que se desestimularía la terminación anticipada
del proceso.
6. La impugnación
c) Y que en todo caso se debió aclarar si eran diez S.M.L.M.V. para todos o para
cada uno de los actores.
Las razones por las cuales solicita la declaratoria de nulidad del proceso desde la
fecha de la celebración de la audiencia de pacto de cumplimiento fueron, en
síntesis, las siguientes:
a) Que a pesar de que al revisar el artículo 140 del C. de P. C. no aparece
taxativamente enunciada la nulidad propuesta, la Constitución Política en su
artículo 29 consagró una causal de nulidad específica que opera de pleno
derecho, no solo cuando a pruebas se refiere, sino por violación del artículo
superior mismo.
Los puntos a definir en esta instancia a la cual se llegó sólo en virtud del recurso
de apelación propuesto por el municipio demandado, son dos, a saber: i) la
determinación de la procedencia del incentivo dispuesto por el a quo a favor de
los accionantes; ii) la determinación de la existencia o no de nulidad en el pacto
de cumplimiento logrado, dada la ausencia del agente del Ministerio Público en la
audiencia en la cual se estableció el pacto.
El artículo 39 de la ley 472 de 1998 prevé que “el demandante en una acción
popular tendrá derecho a recibir un incentivo que el juez fijará entre diez (10) y
ciento cincuenta (150) salarios mínimos mensuales”.
Las acciones populares no tienen por objeto la obtención de beneficios
pecuniarios, sino “la protección efectiva de derechos e intereses colectivos, de
manera que se hagan cesar los efectos de su resquebrajamiento” 1 y lo que debe
motivar a los ciudadanos a interponerlas es la solidaridad, lo cual no se opone a
que la ley haya establecido una compensación a la carga adicional que asumen
las personas que ejercitan una acción en beneficio de la comunidad y no en el
mero interés individual.
1
Sentencia de la Corte Constitucional C-215 de 1999.
2
Sentencia de la Sección Tercera del 2 de diciembre de 1999, exp: AP-007
El derecho al incentivo no surge por voluntad de las partes ni está sometido a la
liberalidad del juez, surge del mandato legal, aunque su cuantía sí la establece
éste de manera discrecional. Así lo destacó la Sala en providencia del 19 de
octubre de 2000, expediente: AP-125, al señalar que “la facultad de premiar a los
particulares por emprender labores de protección de intereses colectivos, sin
duda, queda siempre en cabeza del juez, pues no se trata de un asunto
negociable, sino que está dispuesto en la ley como un derecho del actor que,
debe ser concedido por el juez en el momento que discrecionalmente determine
dentro de los parámetros legales.”
La Sala considera que en el sub judice el actor tiene derecho al incentivo. Para su
tasación debe tenerse en cuenta que el proceso terminó anticipadamente, esto es,
mediante sentencia aprobatoria de un compromiso adquirido por la parte
demandante, con el consentimiento del actor sin haberse agotado el período
probatorio, actividad suficiente para que la vulneración de los derechos colectivos
cesara en virtud del referido compromiso.
La Sala advierte que hay lugar al pago del incentivo a cargo del municipio
demandado pues la omisión en el cumplimiento de sus obligaciones, permitió la
vulneración de los derechos colectivos a la seguridad y salubridad públicas al
consentir que los particulares contaminaran visualmente el municipio, no
recogieran los desechos de la construcción de obras públicas, invadieran el
espacio público con desechos y vehículos lo cual de paso no permitía el goce de
un ambiente sano por parte de los habitantes de Yumbo.
Con el pago del incentivo tampoco se vulnera el patrimonio público, pues éste
tiene como fin atender a las necesidades de la comunidad y en este evento la
misma comunidad será beneficiada con las medidas que adoptará la
administración, en relación con la protección de los derechos colectivos a la
seguridad y salubridad públicas, al goce del espacio público, y a un ambiente
sano. Por lo tanto, no puede considerarse dicho pago como un gasto injustificado
sino como la retribución de una gestión adelantada con el fin de mejorar la calidad
de vida de la población.
Frente a la nulidad propuesta, encuentra la Sala que si bien es cierto que la ley
472 de 1.998, estableció la obligatoriedad de la presencia del agente del
Ministerio Público en la audiencia de pacto de cumplimiento, no erigió en causal
de nulidad de esa audiencia, ni del pacto que en ella se logre, ni del proceso, la
inasistencia a ella de ese funcionario.
En efecto, señala el primer inciso del artículo 27 de la ley 472 de 1998 que a la
audiencia especial de pacto de cumplimiento en la cual el juez escuchará las
diversas posiciones sobre la acción instaurada, se debe citar al agente del
Ministerio Público, cuya intervención será obligatoria. Pero no se estableció la
ausencia del Ministerio Público como irregularidad con la capacidad de generar la
nulidad de lo actuado.
Ahora bien, el alcance del sexto inciso del artículo 27 citado, al disponer que la
audiencia se considerará fallida cuando no comparecieren la totalidad de las
partes interesadas, no es el de que la sanción allí establecida se extienda al
evento en que no comparezca al proceso el agente del Ministerio Público, quien
no tiene la calidad de parte en las acciones populares, como si se le ha dado para
los demás procesos que se adelantan ante la jurisdicción contencioso
administrativa (Art. 127 C.C.A.).
3
En providencia proferida de Sala Unitaria, el 7 de marzo de 2001, Exp. 11774, M.P. Dr. Alier Eduardo
Hernández Enríquez, se resolvió revocar el auto que había ordenado al Ministerio Público, pagar las
expensas para la notificación de recurso extraordinario de súplica por él interpuesto. Allí se hizo referencia a
la calidad del Ministerio Público como sujeto procesal especial y no como parte, al afirmar que “al Ministerio
Público no le son exigibles el cumplimiento de ciertas cargas procesales, como es el caso del pago de
expensas, en consideración a que no se trata de una parte procesal en el sentido estricto, sino que su
intervención en el proceso obedece al cumplimiento de funciones y deberes constitucional y legalmente
señalados.”
En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley,
FALLA: