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La Precordillera

Se extiende desde el norte de Mendoza hasta la rioja y limita hacia hacia el norte con la cordillera
frontal y sierras pampeanas; hacia el sur con la cuenca de cuyo; hacia el este con las sierras
pampeana y hacia el oeste con la cordillera frontal.

Esta unidad fue separada de la cordillera de los andes por stelzner (1876) quien la denomino
antecordillera, mientras que burnmeister (1876) la denominara contracordillera.

Su denominación en el uso actual se debe a Bodenbender (1902, p. 218), quien la describiera en


las provincias de San Juan y Mendoza. Estas estructuras fueron analizadas por Suess (1909,
p.335), quien reconoció como unidad segregada de la cordillera andina a la precordillera
argentina. Este autor interpretó a esta precordillera como una unidad más antigua donde
participaba el zócalo brasiliano, que desde el borde oriental de la puna (actualmente considerada
como cordillera oriental)se extendía hasta el sur de Mendoza.

El basamento de la precordillera se conoce en forma indirecta, a través de xenolitos de rocas


cristalinas y metamórficas en las rocas volcánicas miocenas.

Sobre la base de sus características estratigráficas y estructurales esta unidad ha sido dividida en
tres subunidades: la precordillera occidental, la central y la orienta. Desde el punto de vista
estructural los sectores occidental y central están representados por una faja plegada y corrida
epidérmica, mientras que el sector oriental corresponde a un bloque de basamento con una
estructura de igual vergencia que las sierras pampeanas (hacia el este).

La precordillera central se corresponde con los depósitos de la plataforma calcárea ordovícica.


Delgados depósitos mayormente peliticos del silúrico y areniscas eodevónicas de ambiente
somero se apoyan en este sector en discordancia sobre los anteriores.

Depósitos marinos turbiditicos correspondientes a la cuenca de antepais del devónico inferior a


medio desarrollan un frente deltaico que prograda desde el este al oeste.

En aparente concordancia se apoyan las sedimentitas neopaleozoicas correspondientes a


depósitos continentales y marinos someros.

En el sector occidental las facies de plataforma están ausentes y son reemplazados por facies
clásticas de talud ordovícicas que contienen importante olistolitos calcáreos procedentes de la
plataforma con fósiles del cámbrico medio a ordovícico inferior.

Las sedimentitas ordovícicas se intercalan con basalto de naturaleza oceánica con típicas lavas en
almohadilla y están interpuestas tectónicamente en el sector sur con una secuencia ofiolitica
desmembrada con tectonitas basales ultrabasicas, gabros estratificados, piroxenitas, diques en
diques y lavas basalticas almohadilladas.
Los depósitos neopaleozoicos se asientan en marcada discordancia angular sobre los
eopaleozoicos. Están constituidos por facies marinas dominantes, en las que se registran
frecuentemente depósitos glaciarios de edad carbonífera superior.

Extensos conglomerados de edad pérmica constituyen los depósitos más jóvenes.

El sector oriental presenta sus sedimentitas más antiguas expuestas al norte de Guandacol, las
que están constituidas por depósitos continentales rojos y evaporitas de edad cámbrica inferior.

En discordancia se apoyan los depósitos de la plataforma carbonatica correspondientes a


diferentes unidades desde el cámbrico al ordovico inferior.

Las secuencias cámbricas tienen la típica fauna de olenellus que le permitio a Borrello (1963)
establecer los fuertes vínculos faunísticos que tienen estos depósitos carbonaticos con sus pares
conjugados de Laurentia.

Secuencias del ordovícico superior clástico, con niveles conglomeradicos e importantes olistolitos,
están contenidas o cubiertas por depósitos silúricos de gran espesor.

Toda esta zona presenta una importante deformación de edad devónica inferior. Los depósitos
carboníferos continentales se apoyan en este sector mediante discordancia angular.

Los depósitos terciarios corresponden a sedimentitas continentales de naturaleza sinorogenica, las


que muestran el paulatino levantamiento y apilamiento de la precordilera durante el mioceno y el
plioceno, en forma sincrónica con la expansión del volcanismo de arco hacia el este.

La precordillera se caracterizaría por terrenos paleozoicos que se habrían levantado


principalmente durante el cenozoico superior.

La cordillera patagónica austral

Se encuentra en el límite de Chile con Argentina. En el sur argentino, limitando haciael este con la
meseta patagónica norte, el macizo del deseado y la meseta patagónica sur; hacia el norte con la
Cordillera Patagónica Septentrional.

Se considera tradicionalmente a la cordillera patagónica austral asociada a los depósitos de la


transgresión marina cretácica correspondiente a la cuenca de Magallanes o austral. Así fue
definida por Leanza (1972b), quien estableció su límite norte a la latitud de lago Fontana. Está
caracterizada por el desarrollo axial de batolito patagónico, aunque sus afloramientos están
principalmente en la vertiente chilena de la cordillera.

Se la puede dividir en dos segmentos de diferentes comportamiento e historia geológica, el


segmento norte y el sur divididos a la altitud de 46° 30’ S, limite propuesto por gansser (1973) y
que a la vez coincide con el punto triple de Aysen.
Segmento norte:

Este segmento tiene una estructura diferente distinta constitución geológica y topografía
contrastante (ramos, 1989).

Las características principales de este segmento son si bajo relieve relativo, en comparación al
segmento sur; la existencia de un arco volcánico activo y la falta de depósitos paleozoicos en la
vertiente argentina de la cordillera.

Su basamento no aflora, con excepción de unos enclaves metamórficos en el arroyo Flores,


afluente sur del lago Fontana, dado que los depósitos más antiguos están representados por las
andesitas y dacitas de edad jurásica superior.

A la latitud del lago fontana se registra una importante progradación deltaica desde el este hacia
el oeste que corresponde a depósitos de prodelta y frente deltaico, caracterizado por las
secuencias marinas tihoneocomianas.

Estas secuencias constituirían hacia el este el engolfamiento de Rio Mayo, que a estas latitudes
estaría compuesto por una serie de hemigrabenes de orientación transversal a la cordillera.

Estos depósitos marinos y continentales están cubiertos por vulcanitas y depósitos piroclasticos
de edad cretácica temprana tardía.

A la latitud del lago Fontana se pueden distinguir los arcos volcánicos internos y externos, que se
interdigital en la cuenca de intraarco del Katterfeld.

Hacia el norte esta cuenca se acuña hasta desaparecer a la latitud de Trávelin.

Hacia el sur se une con el engolfamiento de Rio Mayo, ante la desaparición del arco volcánico
externo y su reemplazo por basaltos de edad cretácica.

Una serie de cuerpos intrusivos de edad cretácica inferior de composición granodiorita y granítica,
con escasos gabros tholeiticos, atraviesan los depósitos anteriores.

Durante el terciario la región fue relativamente estable, encontrándose depósitos miocenos


rellenando los valles principales y ahogando el relieve preexistente. Estos depósitos tienen
frecuentes niveles de tobas de caída pliniana originados en los volcanes del cenozoico superior,
ubicados más al oeste y de los cuales el volcán Hudson es el más austral.

La estructura de este sector está caracterizada por bloques de orientación oblicua al tren principal
cordillerano, los que sometidos a una leve compresión han sido parcialmente invertidos. Las fallas
mantienen en la actualidad sus rechazos directos, aunque los indicadores cinemáticos muestran
una compresión y un movimiento inverso.

Segmento sur:
Se ubica al sur de Lago Buenos Aires y se caracteriza por una topografía más elevada que el
anterior, en promedio unos 2 km más alta, con cerros como el San Valentín, San Lorenzo, Fitz
Roy,Murallon, Stokes y Las Torres del Paine; todos ellos tienen naturaleza granítica y no
corresponden a edificios volcánicos.

El basamento de esta región está caracterizado por potentes secuencias de flysch de edad
paleozoica media a superior.

En estos depósitos se distinguen facies sedimentarias sin metamorfismo y facies


leptometamórficas.

Stocks tonalíticos de edad carbonífera superior se conocen en el lago Mogote y el rio San Lorenzo,
los que representarían un magmatismo de arco neopaleozoico desarrollado en el subsuelo de las
estribaciones más orientales de la cordillera (Ramos, 1983).

Potentes secuencias volcánicas de edad jurásica tardía, dominantemente acidas, de composición


dacitica a riolitica, se apoyan sobre secuencias psefiticas de sinrift.

Los depósitos marinos, que se inician en el Tithoniano, muestran regresiones a edades diferentes
de norte a sur. Este paulatino retroceso del mar y continentalización de la cuenca se extiende al
Maestrichtiano y al Paleoceno en y hacia el sur del lago argentino, respectivamente.

Los depósitos continentales se interdigitan con productos volcánicos, siendo cada vez más jóvenes
hacia el sur.

Aproximadamente a los 98 Ma se emplaza el batolito Patagónico y el área sufre la primera


compresión orogénica.

Transgresiones marinas atlánticas se registran en el eoceno y en el oligoceno superior-mioceno


inferior. Ambas transgresiones están separadas por depósitos parálicos carbonosos y actividad
basáltica de retroarco.

En el mioceno inferior se acumulan potentes secuencias de depósitos sinorogenicos que marcan el


levantamiento de la cordillera patagónica austral al que se asocia el emplazamiento de una serie
de stock miocenos como los de San Lorenzo,Fitz Roy,etc.

Estos depósitos están cubiertos en discordancia por coladas basálticas alcalinas de edad miocena
tarde.

El segmento sur de la cordillera patagónica está caracterizado por el desarrollo de una faja plegada
y corrida que es responsable de un importante acortamiento y levantamiento a estas latitudes.
Esta faja se desarrolla al sur del punto triple de Aysén y esta generada por la colisión de la dorsal
de Chile.
El arco volcánico después de casi 10 millones de años sin actividad comienza a resurgir en la zona
volcánica austral y está representado por escasos y reducidos volcanes tales como el Lautaro,
Aguilera, Cook, entre otros (Stern y Kilian, 1996).

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