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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0246/2012

Sucre, 29 de mayo de 2012

SALA TERCERA

Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños

Acción de amparo constitucional

Expediente:                 00416-2012-01-AAC

Departamento:           Oruro

En revisión la Resolución 001/2012 de 8 de marzo, cursante de fs. 39 a 45, pronunciada dentro


de la acción de amparo constitucional presentada por Arturo Velasco Robles contra Rossio
Carolina Pimentel Flores, Alcaldesa del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 29 de febrero de 2012, cursante de fs. 13 a 16, el


accionante asevera lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Los contratos laborales 0462/06, 0001/07, 0495/07, 0499/08 y 1023/2010  evidencian que
desde el 2 de octubre de 2006 trabajó en la Alcaldía Municipal de Oruro en calidad de abogado
asignado a distintas reparticiones; empero, el 18 de enero de 2011, recibió la nota de
comunicación del Director de Recursos Humanos indicándole la ruptura ilegal de su relación
laboral, en total desconocimiento de su derecho al trabajo y en vulneración de la Ley de la
Persona con Discapacidad, debido a que tiene bajo su custodia a su hermana Altagracia
Velasco, quien padece de ceguera en los ojos y pie cabo bilateral, discapacidad que le impide
por sí misma procurarse una fuente de empleo, por ello inicialmente estuvo bajo permanente
cuidado de sus padres, pero ante el fallecimiento de los mismos pasó a su cuidado, situación
que fue constatada por el Servicio Departamental de Gestión Social (SEDEGES) de Oruro, según
informe social de 17 de julio de 2002.

Cumpliendo con los requisitos para su declaratoria de discapacidad, el 27 de octubre de 2010,


el Comité Departamental de Personas con Discapacidad (CODEPEDIS) le otorgó el Carnet de
Persona con Discapacidad con vigencia hasta el 27 de diciembre de 2013, que certifica su
discapacidad permanente e irreversible; por tanto, en condición de su tutor goza de
inamovilidad funcionaria conforme el art. 2.II del Decreto Supremo (DS) 29698; por estas
razones realizó varias solicitudes a la Alcaldesa demandada, pero ninguna fue absuelta de
forma oportuna, obligándolo a interponer acción de amparo constitucional por restricción a su
derecho de petición, a raíz del cual recién se le respondió mediante nota de 28 de noviembre
de 2011, declarando la Alcaldesa demandada la negativa a su petición de inserción laboral, con
el fundamento que no estaba clara la tutoría respecto de su hermana; que su dependiente es
una persona mayor de 18 años y no se trata de ninguno de sus hijos, y que si bien cuenta con
el carnet de discapacidad emitido por el Comité Nacional de Personas con Discapacidad
(CONALPEDIS), no  presentó la declaratoria de invalidez permanente.

Realizando una fundamentación respecto de cada uno de los puntos señalados,  por memorial
de 26 de enero de 2012 solicitó su reconsideración, pero no obtuvo respuesta alguna,
presentando el 1 y el 7 de febrero del mismo año, solicitud de pronunciamiento a su pedido,
pero tampoco obtuvo contestación, omisión con la que se lesionó su derecho de petición al no
emitir una respuesta pronta, oportuna y fundamentada sea en sentido positivo o negativo,
conforme establecieron las SSCC 0843/2002-R, 0176/2003-R y 0299/2006-R; sin embargo,
hasta la fecha de presentación de esta acción no se emitió ninguna respuesta.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

El accionante considera lesionado su derecho a la petición, previsto en el art. 24 de la


Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, a demás: a) Se ordene a la Alcaldesa absolver su petición de


reconsideración en forma fundamentada; y, b) Se condene el pago de costas judiciales y
honorarios profesionales.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 8 de marzo de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
33 a 38 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante a través de su abogado ratificó y reiteró los extremos de su demanda,


puntualizando lo siguiente: 1) Como emergencia de su destitución y al amparo de la Ley de la
Persona con Discapacidad, solicitó su reincorporación como personal regular del Gobierno
Municipal, pero ante sus reiteradas peticiones que no obtuvieron la debida respuesta tuvo que
formular amparo constitucional, que fue tramitado en noviembre del año pasado y que obligó
al mismo a absolver en forma negativa o positiva su solicitud de inserción laboral, pero como
se le dio una respuesta negativa, solicitó a la autoridad demandada mediante memorial de 27
de enero de 2012, la reconsideración observando los tres argumentos de su negativa; 2)
Respecto del tutor el Código de Familia no establece el procedimiento para las personas con
discapacidad; la tutoría de los mayores sólo procede cuando sea declarada interdicta y la
interdicción de una persona discapacitada es imposible, de modo que la solicitud de exigir una
declaración de tutoría es imposible; 3) El DS 27477 modificado por el DS 29608 establece la
salvedad de la protección al mayor de edad siempre y cuando cuente con certificado de
discapacidad permanente, certificado que es respaldado por el carnet de discapacidad; 4) El DS
28521 establece que el carnet de discapacidad es la cúspide de varios documentos, exámenes
médicos, informes de trabajo social, verificación del estado de discapacidad, calificación que se
realiza por los órganos respectivos; por ello el carnet de discapacidad no se puede emitir, sino
se expide primero el certificado único de discapacidad con su correspondiente afiliación de
invalidez permanente; es decir, el certificado único de discapacidad y la declaratoria de
invalidez permanente son requisitos para acceder al carnet nacional de la persona con
discapacidad, carnet que fue presentado; máxime si el Servicio Departamental de Salud señaló
que el certificado único de discapacidad y la declaratoria de invalidez permanente son
documentos confidenciales y custodiados; 5) El 1, 6 y 7 de febrero solicitó respuesta a su
pedido de reconsideración, pero la demandada no efectuó ningún pronunciamiento; y, 6) La
presente acción se dirigió para obtener una respuesta positiva o negativa a su solicitud de
reconsideración.

Con el derecho a la réplica el accionante señaló que: i) El argumento que el carnet fue
obtenido en forma irregular, no fue expresado en la respuesta de rechazo que formuló la
demandada en noviembre de 2011, sino que fueron otros los argumentos que sustentaron su
rechazo; ii) En esta acción constitucional no se puede controvertir la forma de obtención del
carnet, ésta fue formulada para la satisfacción del derecho de petición, cuya lesión ha sido
demostrada; iii) Tampoco tiene sustento el justificativo que la falta de respuesta pronta y
oportuna se debió a la denuncia presentada en su contra por falsedad de documento, máxime
si desconoce sobre su presentación; iv) No puede ingresarse a un círculo vicioso para que en
cada acción de amparo se tenga que conocer los argumentos por los cuales no se absolvió una
petición; v) El recurso de revocatoria y el jerárquico es exigible cuando existe una autoridad
superior para resolverlo; en tal sentido, no podía plantear recurso de revocatoria ante la
Alcaldesa, porque no existe una autoridad jerárquica ejecutiva superior a ella, además no se
planteó recurso de reconsideración de una ordenanza municipal para que el Concejo Municipal
competente lo resuelva. Lo que se planteó es una reconsideración conforme a lo previsto en el
art. 24 de la CPE para que sea absuelta positiva o negativamente; y, vi) No es admisible
justificar la falta de respuesta con argumentos recién esgrimidos en esta acción y de los que
nunca tomó conocimiento; la respuesta a toda petición debe ser en forma escrita y oportuna,
finalidad por la que se planteó la presente acción.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

El apoderado de la Alcaldesa demandada en la audiencia sostuvo lo siguiente: a) La


jurisprudencia constitucional estableció que se debe absolver la petición de acuerdo con las
circunstancias del caso particular; por ello, cabe mencionar que el accionante obtuvo el carnet
de discapacidad de manera irregular; es decir, sin contar con el certificado emitido por el
Instituto Boliviano de la Ceguera, existiendo certificación de ausencia de registro de su
hermana en el mencionado Instituto; b) La Ley de Procedimiento Administrativo establece el
plazo de seis meses para absolver la reconsideración; además, se presentó denuncia penal
contra el accionante por el delito de falsedad material, circunstancia que impidió que la
respuesta sea pronta y oportuna; c) El accionante debió utilizar los recursos de revocatoria y
jerárquico, existiendo, por este aspecto, causal de subsidiariedad en la presente acción; más
aún si equivocó el trámite de la reconsideración, porque debió ser formulada ante el Concejo
Municipal; d) Inicialmente la jurisprudencia constitucional estableció que la reconsideración no
constituía un recurso a ser activado, pero posteriormente determinó que adquiere el carácter
de recurso a ser tramitado conforme a la Ley de Procedimiento de Administrativo; y, e) Al
existir hechos controvertidos no se absolvió el trámite de reconsideración, máxime si la
certificación de 3 de marzo de 2012 reiteró que el accionante obtuvo el certificado en forma
irregular. Finalizó solicitando la denegatoria de la acción.

I.2.3. Resolución

La Sala Civil, Familiar y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
constituido en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 001/2012 de 8 de mayo,
cursante de fs. 39 a 45 por la que concedió la tutela sin imposición de costas, ordenando que
en el plazo de cuarenta y ocho horas la demandada conteste a la petición del accionante, bajo
conminatoria de remitirse antecedentes al Ministerio Público para su procesamiento penal por
atentado contra las garantías constitucionales. Resolución que fue pronunciada con los
siguientes fundamentos: 1) La Presidenta de la Federación Departamental de Personas con
Discapacidad (FEDEPEDIS) y el Director Ejecutivo de CODEPEDIS, emitieron certificación sobre
la obtención irregular del carnet de discapacidad de la hermana del accionante; sin embargo,
esta presunta obtención irregular del carnet debió ser objeto para una respuesta a la petición
de 27 de enero que formuló el accionante, pero no se la hizo; asimismo, la certificación del
Director Departamental de la Ceguera respecto a que la hermana del accionante no se
encontraba registrada en ese Instituto, también debió formar parte de la respuesta a la
petición reclamada, certificación que data del 2 de enero de 2012; evidenciándose que la parte
demandada tuvo conocimiento de ello y pudo emitir una respuesta pronta y oportuna, pero no
lo hizo; y, 2) La solicitud del accionante se amparó en el derecho de petición previsto en el art.
24 de la CPE y no así respecto de un trámite administrativo, para que opere el recurso de
revocatoria y jerárquico; en virtud de la disposición constitucional referida, la respuesta debe
ser clara, formal, pronta y fundamentada; es decir, explicándose la razón de la decisión de
rechazo o de aceptación; pero en el caso pese a las reiteradas solicitudes de respuesta, la parte
demandada no efectuó ninguna contestación al memorial de solicitud de reconsideración,
presentado el 27 de enero de 2012.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:

II.1. El 6 de enero de 2010, mediante contrato de prestación de servicios a plazo fijo, Arturo
Roberto Velasco Robles fue contratado por el Alcalde Municipal del Gobierno Autónomo
Municipal de Oruro en calidad de abogado de la Unidad de Género y Familia de la citada
Alcaldía, contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2010 (fs. 11).

II.2. De acuerdo con lo aseverado por el accionante y no desvirtuado por la Alcaldesa


demandada, el Director de Recursos Humanos del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro,
mediante nota de 18 de enero de 2011, agradeció los servicios del accionante, quien solicitó su
reincorporación por tener bajo su custodia a su hermana con discapacidad permanente e
irreversible. Al no recibir respuesta presentó amparo constitucional contra la ahora
demandada, lo que dio lugar a que mediante memorial de 28 de noviembre de 2011, emita
respuesta rechazando su solicitud de reinserción laboral, con los siguientes fundamentos: i) No
se tiene con precisión el tema de su tutoría, toda vez que no se trata de uno de sus hijos, sino
más bien de su hermana; ii) El dependiente constituye una persona mayor de 18 años, razón
que hace inoperable el beneficio de la ley; y, iii) Si bien cuenta con el carnet de discapacidad
emitido por el CONALPEDIS, pero no se presentó la declaratoria de invalidez permanente,
contenida en el Certificado Único de Discapacidad  (fs. 13 a 15 vta.).

II.3. El accionante mediante memorial presentado el 27 de enero de 2012, solicitó a la


Alcadesa demandada reconsideración de su negativa (fs. 2 a 3).

II.4. Por memorial de 1 de febrero de 2012, el accionante reiteró a la Alcaldesa su solicitud de


reincorporación, pidiendo la emisión de una resolución expresa que conceda o deniegue su
petición (fs. 4), solicitud que fue reiterada por memorial de 7 de febrero del mismo año (fs. 6).
II.5. Mediante nota de 2 de marzo de 2012, dirigida al Encargado de Recursos Humanos del
Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, la Presidenta de la Federación de Personas con
Discapacidad (FEDEPEDIS) de Oruro) y el Director Ejecutivo del CODEPEDIS, ratificaron la
certificación de obtención irregular que efectuó el accionante del Carnet de Discapacidad de su
hermana (fs. 21).

II.6. El 2 de junio de 2011, el Director Departamental del Instituto Boliviano de la Ceguera


emitió certificación dando constancia que la señora Altagracia Sara Velasco Robles -hermana
de la accionante- no se encuentra registrada en esa institución (fs. 24).

II.7. El 14 de diciembre de 2011, la Alcaldesa demandada formalizó denuncia penal contra el


accionante por la presunta comisión de falsedad material, falsedad ideológica y uso de
instrumento falsificado (fs. 26 a 27).

II.8. Hasta la fecha de presentación de esta acción de amparo constitucional -29 de febrero de
2012- la solicitud de reconsideración presentada por el accionante no fue respondida.

III.  FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la vulneración de su derecho de petición alegando que la Alcaldesa


demandada no dio respuesta pronta y oportuna a su solicitud de reconsideración de la
negativa a incorporarlo como trabajador de la Alcaldía de Oruro, no obstante encontrarse bajo
la protección de la Ley de Personas con Discapacidad por tener bajo su cargo y custodia a su
hermana con discapacidad permanente e irreversible. En consecuencia, en revisión de la
Resolución dictada por el Tribunal de garantías, corresponde determinar si la demandada
incurrió en acto lesivo del derecho del accionante a fin de otorgar o denegar la tutela
solicitada.

III.1. El derecho de petición alcance y contenido

En consideración a que el objeto de la presente acción es el resguardo del derecho de petición,


consagrado en el art. 24 de la CPE, cuya norma constitucional reconoce que toda persona tiene
derecho a la petición de manera individual o colectiva, sea oral o escrita, y a la obtención de
respuesta formal y pronta, para cuyo ejercicio no se exigirá más requisito que la identificación
del peticionario, corresponde recordar el desarrollo efectuado por la jurisprudencia
constitucional sobre el contenido y alcance de este derecho respecto de los servidores
públicos.

En este cometido, la SC  0189/2001-R de 7 de marzo, reiterada por las SSCC  1930/2010-R y
0723/2011-R, entre otras, entendió el derecho de petición “…como la potestad, capacidad o
facultad que tiene toda persona de formular quejas o reclamos frente a las conductas, actos,
decisiones o resoluciones irregulares de los funcionarios o autoridades públicas o la suspensión
injustificada o prestación deficiente de un servicio público, así como el de elevar
manifestaciones para hacer conocer su parecer sobre una materia sometida a la actuación de
la administración o solicitar a las autoridades informaciones; en sí es una facultad o potestad
que tiene toda persona para dirigirse, individual o colectivamente, ante las autoridades o
funcionarios públicos, lo que supone el derecho a obtener una pronta resolución, ya que sin la
posibilidad de exigir una respuesta rápida y oportuna carecería de efectividad el derecho. En
consecuencia, el ejercicio del derecho supone que una vez planteada la petición, cualquiera
sea el motivo de la misma, la persona adquiere el derecho de obtener pronta resolución, lo
que significa que el Estado está obligado a resolver la petición. Sin embargo, el sentido de la
decisión dependerá de las circunstancias de cada caso en particular y, en esa medida podrá ser
positiva o negativa” (negrillas y subrayado agregados).

Bajo este razonamiento, las SSCC 0776/2002-R, 0176/2003-R refrendadas por sus similares
0810/2010-R, 2715/2010-R determinaron que este derecho se estima lesionado “…cuando la
autoridad a quien se presenta una petición o solicitud, no la atienda; es decir, no la tramita ni
responde en un tiempo oportuno o en el plazo previsto por Ley, de forma que cubra las
pretensiones del solicitante, ya sea exponiendo las razones por las cuales no se la acepta, o
dando curso a la misma, con motivos sustentados legalmente o de manera razonable, sin que
pueda tenerse por violado el derecho de petición, al darse una respuesta en forma motivada,
pues el derecho de petición en su sentido esencial no implica necesariamente una respuesta
positiva, sino una respuesta oportuna y emitida en el término legal, además de motivada” (las
negrillas y subrayado nos pertenecen).

Asimismo, en correspondencia con este razonamiento, la SC 0843/2002-R de 19 de julio,


determinó como parte del contenido esencial de este derecho, la obligación de los servidores
públicos de poner en conocimiento del peticionante la respuesta formulada, señalando: “…que
la exigencia de la autoridad pública de resolver prontamente las peticiones de los
administrados, no queda satisfecha con una mera comunicación verbal, sino que es necesario
que el peticionante obtenga una respuesta formal y escrita, que debe ser necesariamente
comunicada o notificada, a efecto de que la parte interesada, si considera conveniente, realice
los reclamos y utilice los recursos previstos por Ley” (negrillas y subrayado agregados). En el
entendido, conforme determinaron las  SSCC 1541/2002-R y 1121/2003-R, entre otras, que la
respuesta por parte del servidor público “…no puede quedar en la psiquis de la autoridad
requerida para resolver la petición, ni al interior de la entidad a su cargo, sino que debe ser
manifestada al peticionante, de modo que este conozca los motivos de la negativa a su
petición, los acepte o busque impugnarlos en otra instancia que le franquee la Ley” (las
negrillas y el subrayado son nuestros). Razonamiento que fue reiterado por la SC 0119/2011-R
de 21 de febrero, entre otras.

Asimismo, es preciso recordar que también forma parte del contenido del derecho de petición,
lo expresado en la SC 1159/2003-R de 19 de agosto, cuando estableció que la respuesta debe
resolver el fondo del asunto, al entender que “…el derecho de petición se encuentra satisfecho
no únicamente por una respuesta emitida por la autoridad, sino una vez que dicha autoridad
haya resuelto o proporcionado una solución material y sustantiva al problema planteado en la
petición, sin que se limite a una consecuencia meramente formal y procedimental” (las
negrillas y  el subrayado nos pertenecen).

Como puede constatarse, el contenido y alcance desarrollados por la jurisprudencia


constitucional precedentemente glosados han merecido un reconocimiento constitucional en
la previsión comprendida en el art. 24 de la Ley fundamental, al que debe añadirse la facultad
de presentar la petición en forma oral, según manda la normativa constitucional señalada.

III.2. El derecho de petición y el silencio administrativo negativo

De otro lado, para resolver la problemática planteada, resulta pertinente señalar que la
jurisprudencia constitucional analizó el contenido esencial del derecho de petición y su
correspondencia con lo establecido por la Ley de Procedimiento Administrativo, cuyo art. 17
inserta los  institutos jurídicos del silencio administrativo negativo y positivo.
Así la SC 0018/2005 de 8 de marzo, estableció lo siguiente: “El silencio administrativo, en
consecuencia, es una presunción legal que le asigna un efecto positivo o negativo a la
inactividad de la administración que no se pronuncia oportunamente con referencia a una
petición del administrado, cuya finalidad se afinca en el interés de proteger al administrado
contra la morosidad administrativa cuando requiere de un pronunciamiento expreso de la
administración, de tal suerte que el legislador -debe entenderse así- privilegió el interés
público, específicamente del administrado, al poner límite a la dilación del pronunciamiento de
una resolución, y a cuya consecuencia, éste, o bien puede consentir con sus efectos siéndole
favorable o no, o por el contrario, quedará habilitado para impugnar la determinación en pie”
(negrillas agregadas).

En este  contexto, la SC 0299/2006-R de 29 de marzo, determinó que “…si bien el objeto del
silencio administrativo (negativo o positivo) es precautelar el interés del administrado, dicha
defensa la efectúa mediante la previsión de las consecuencias de la falta de respuesta de la
administración a la petición; o sea, el silencio administrativo negativo consagra la previsión de
un acto presunto como consecuencia de la falta de respuesta a la petición efectuada por el
administrado, de tal forma que ante esa ausencia de respuesta, la ley ofrece al ciudadano la
posibilidad de reclamar el fondo del asunto solicitado y negado por vía de silencio
administrativo negativo, a través de los mecanismos de impugnación administrativos o
jurisdiccionales; empero, no implica la satisfacción del derecho a la petición, porque este
derecho fundamental, afinca su contenido esencial, no afectable por el legislador, en la
obligación que tiene la autoridad administrativa de responder, en la forma y con el contenido
previsto por ley al peticionante. Dicho de otro modo, el silencio administrativo negativo regula
los efectos de la falta de respuesta al peticionante; empero, no implica respuesta, sino una
forma de protección del fondo de lo solicitado por el peticionante, de tal modo que su
pretensión no quede en estado de incertidumbre o irresolución, sino que la negativa a lo
solicitado, por un acto presunto legalmente, pueda ser impugnado”.

En tal sentido la referida sentencia, concluyó que el derecho de petición “…no encuentra
satisfacción en el silencio administrativo negativo, porque su contenido esencial y legal es el de
generar una respuesta formal y motivada por escrito, que resuelva el fondo del asunto
peticionado, sea notificado al peticionante y en el plazo de ley; por tanto, el silencio
administrativo negativo no exime la responsabilidad de las autoridades administrativas por
lesión del derecho a la petición, afectación que puede ser reclamada en la vía de la jurisdicción
constitucional, y también en la ordinaria, pudiendo el afectado por falta de respuesta acudir a
la que corresponda de acuerdo a ley” (las negrillas y el subrayado son nuestros).
Entendimiento compatible con lo previsto en el art. 24 de la CPE.

III.3. Análisis del caso concreto

En la problemática planteada consta que luego del agradecimiento de servicios que recibió el
accionante, solicitó su reincorporación por tener bajo su custodia a su hermana con
discapacidad permanente e irreversible, pero al no recibir respuesta por parte de la
demandada se vio obligado a presentar amparo constitucional en su contra, acción que motivó
a que la Alcaldesa demandada recién mediante memorial de 28 de noviembre de 2011, emita
respuesta rechazando su solicitud de reinserción laboral, con los siguientes fundamentos: a)
No se tiene con precisión el tema de su tutoría, toda vez que no se trata de uno de sus hijos,
sino más bien de su hermana; b) El dependiente constituye una persona mayor de 18 años,
razón que hace inoperable el beneficio de la ley; y, c) Si bien cuenta con el carnet de
discapacidad emitido por el CONALPEDIS, pero no se presentó la declaratoria de invalidez
permanente, contenida en el Certificado Único de Discapacidad.

Ante la respuesta señalada el accionante por memorial de 27 de enero de 2012 solicitó a la


Alcaldesa demandada la reconsideración de su negativa, argumentando respecto a los
fundamentos que sustentaron la negativa de su incorporación, lo siguiente: 1) El ordenamiento
jurídico no establece el procedimiento para la tutoría de personas con discapacidad, sino para
los declarados interdictos o las personas mayores que padecen de enfermedad mental; 2) En
cuanto que su hermana es mayor de edad, el DS 27477 modificado por el DS 29608 determina
su alcance cuando el discapacitado cuente con declaratoria de invalidez permanente que debe
estar contenida en el Certificado único de Discapacidad, requisito imprescindible para la
obtención del carnet de discapacidad como documento principal que acredita el Registro y
grado de discapacidad; 3) El Certificado único de Discapacidad es un documento confidencial
que se halla en custodia del SEDES Oruro. La situación jurídica de hallarse bajo el amparo de la
Ley de la Persona con Discapacidad y sus Decretos Supremos se define por el carnet de
discapacidad, cuyo equipo responsable de su emisión depende del SEDES; y, 4) No existe plazo
de caducidad para el derecho de inamovilidad funcionaria.

Al no merecer respuesta a esta última solicitud, el accionante por memorial de 1 de febrero de


2012, reiteró a la Alcaldesa su solicitud de reincorporación, pidiendo la emisión de una
resolución expresa que conceda o deniegue su petición; es decir, una respuesta sobre su
pedido de reconsideración de la negativa a reincorporarlo como trabajador amparado por la
Ley de Personas con Discapacidad al tener bajo su cargo a su hermana con discapacidad
permanente e irreversible, solicitud que la tuvo que reiterar por memorial de 7 de febrero del
año citado.

De los actuados referidos, se concluye que la Alcaldesa demandada no efectuó ninguna


respuesta al memorial de 27 de enero de 2012 -de solicitud de reconsideración de su negativa
de reincorporación- no obstante las reiterados pedidos de respuesta; circunstancia que
demuestra que al no responder a la solicitud del accionante, en forma positiva o negativa,
generó un estado de incertidumbre en el accionante, evidenciándose que hasta la fecha de
presentación de esta acción tutelar -29 de febrero de 2012- transcurrió más de un mes sin que
la demandada hubiere efectuado respuesta motivada a la solicitud del accionante,
desconociendo lo previsto en el art. 24 de la CPE, cuyo contenido esencial implica el derecho a
una respuesta formal, escrita, pronta y oportuna, que resuelva en forma motivada el fondo de
la petición con motivos sustentados legalmente o de manera razonable, y que esa respuesta
sea comunicada a efectos de que la parte interesada, si considera conveniente, realice los
reclamos y utilice los recursos previstos por ley, contenido esencial que fue vulnerado por la
ahora demandada quien no resolvió el fondo de la solicitud del accionante, menos efectuó
algún pronunciamiento que permita concluir que su situación estaba siendo considerada.

A lo señalado debe agregarse que la Alcaldesa demandada no obstante de haberse accionado


en su contra una anterior demanda de amparo constitucional por lesión del derecho de
petición del accionante, incurrió nuevamente en dicha omisión, persistiendo en una conducta
no requerida por el orden público; en el entendido que una de las finalidades de las acciones
tutelares, además de precautelar y restablecer los derechos fundamentales, es generar en los
servidores públicos y personas demandadas una actitud respetuosa de los mismos, forjando un
cambio de comportamiento distinto al ejercido con anterioridad a la demandada de tutela, de
tal forma que  la actitud asumida -considerada lesiva de derechos- no vuelva en lo posterior a
repetirse, no sólo con relación a la persona que presentó la acción de defensa, sino de manera
general, respecto de todas las personas que se encuentren en similar situación; empero, esta
actitud no fue asumida por la Alcaldesa demandada, dando lugar a que nuevamente se
formule en su contra otra acción de amparo por lesión reiterada, actitud que quebranta el
orden constitucional garante de los derechos.

Consecuentemente, los actos asumidos por la Alcaldesa demandada no encuentran


justificativo alguno; más aún si se encuentran comprometidos derechos de las personas con
discapacidad, cuya atención bajo el nuevo modelo resulta de prioritaria atención; por lo
mismo, no resultan justificantes los argumentos expuestos por la Alcaldesa demandada
respecto a que no emitió ninguna respuesta debido a la denuncia penal que efectuó contra el
ahora accionante porque supuestamente habría obtenido en forma irregular el carnet de
discapacidad de su hermana.

Tampoco, encuentra sustento el criterio de la demandada de ser aplicable la previsión del


silencio administrativo negativo, puesto que el derecho de petición no encuentra satisfacción
en el silencio administrativo negativo, debido a que su contenido esencial es el de generar una
respuesta formal y motivada por escrito, que resuelva el fondo del asunto peticionado, en
tanto que el silencio administrativo negativo regula los efectos de la falta de respuesta al
peticionante, abriendo la posibilidad de utilizar los medios recursivos previstos por ley,
máxime si en el caso presente el accionante no tenía ningún medio recursivo o de reclamo
habilitante.

Por lo precedentemente señalado, se establece que el Tribunal de garantías que conoció y


resolvió el presente amparo, al conceder la presente causa, compulsó y evaluó correctamente
la problemática.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión resuelve: APROBAR la Resolución 001/2012
de 8 de marzo, cursante de fs. 39 a 45 dictada por la Sala Civil, familiar y Comercial Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, y en consecuencia, CONCEDER la tutela
solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños

MAGISTRADA

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez

                                                                 MAGISTRADA

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