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SALA TERCERA
Los contratos laborales 0462/06, 0001/07, 0495/07, 0499/08 y 1023/2010 evidencian que
desde el 2 de octubre de 2006 trabajó en la Alcaldía Municipal de Oruro en calidad de abogado
asignado a distintas reparticiones; empero, el 18 de enero de 2011, recibió la nota de
comunicación del Director de Recursos Humanos indicándole la ruptura ilegal de su relación
laboral, en total desconocimiento de su derecho al trabajo y en vulneración de la Ley de la
Persona con Discapacidad, debido a que tiene bajo su custodia a su hermana Altagracia
Velasco, quien padece de ceguera en los ojos y pie cabo bilateral, discapacidad que le impide
por sí misma procurarse una fuente de empleo, por ello inicialmente estuvo bajo permanente
cuidado de sus padres, pero ante el fallecimiento de los mismos pasó a su cuidado, situación
que fue constatada por el Servicio Departamental de Gestión Social (SEDEGES) de Oruro, según
informe social de 17 de julio de 2002.
Realizando una fundamentación respecto de cada uno de los puntos señalados, por memorial
de 26 de enero de 2012 solicitó su reconsideración, pero no obtuvo respuesta alguna,
presentando el 1 y el 7 de febrero del mismo año, solicitud de pronunciamiento a su pedido,
pero tampoco obtuvo contestación, omisión con la que se lesionó su derecho de petición al no
emitir una respuesta pronta, oportuna y fundamentada sea en sentido positivo o negativo,
conforme establecieron las SSCC 0843/2002-R, 0176/2003-R y 0299/2006-R; sin embargo,
hasta la fecha de presentación de esta acción no se emitió ninguna respuesta.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 8 de marzo de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
33 a 38 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Con el derecho a la réplica el accionante señaló que: i) El argumento que el carnet fue
obtenido en forma irregular, no fue expresado en la respuesta de rechazo que formuló la
demandada en noviembre de 2011, sino que fueron otros los argumentos que sustentaron su
rechazo; ii) En esta acción constitucional no se puede controvertir la forma de obtención del
carnet, ésta fue formulada para la satisfacción del derecho de petición, cuya lesión ha sido
demostrada; iii) Tampoco tiene sustento el justificativo que la falta de respuesta pronta y
oportuna se debió a la denuncia presentada en su contra por falsedad de documento, máxime
si desconoce sobre su presentación; iv) No puede ingresarse a un círculo vicioso para que en
cada acción de amparo se tenga que conocer los argumentos por los cuales no se absolvió una
petición; v) El recurso de revocatoria y el jerárquico es exigible cuando existe una autoridad
superior para resolverlo; en tal sentido, no podía plantear recurso de revocatoria ante la
Alcaldesa, porque no existe una autoridad jerárquica ejecutiva superior a ella, además no se
planteó recurso de reconsideración de una ordenanza municipal para que el Concejo Municipal
competente lo resuelva. Lo que se planteó es una reconsideración conforme a lo previsto en el
art. 24 de la CPE para que sea absuelta positiva o negativamente; y, vi) No es admisible
justificar la falta de respuesta con argumentos recién esgrimidos en esta acción y de los que
nunca tomó conocimiento; la respuesta a toda petición debe ser en forma escrita y oportuna,
finalidad por la que se planteó la presente acción.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil, Familiar y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
constituido en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 001/2012 de 8 de mayo,
cursante de fs. 39 a 45 por la que concedió la tutela sin imposición de costas, ordenando que
en el plazo de cuarenta y ocho horas la demandada conteste a la petición del accionante, bajo
conminatoria de remitirse antecedentes al Ministerio Público para su procesamiento penal por
atentado contra las garantías constitucionales. Resolución que fue pronunciada con los
siguientes fundamentos: 1) La Presidenta de la Federación Departamental de Personas con
Discapacidad (FEDEPEDIS) y el Director Ejecutivo de CODEPEDIS, emitieron certificación sobre
la obtención irregular del carnet de discapacidad de la hermana del accionante; sin embargo,
esta presunta obtención irregular del carnet debió ser objeto para una respuesta a la petición
de 27 de enero que formuló el accionante, pero no se la hizo; asimismo, la certificación del
Director Departamental de la Ceguera respecto a que la hermana del accionante no se
encontraba registrada en ese Instituto, también debió formar parte de la respuesta a la
petición reclamada, certificación que data del 2 de enero de 2012; evidenciándose que la parte
demandada tuvo conocimiento de ello y pudo emitir una respuesta pronta y oportuna, pero no
lo hizo; y, 2) La solicitud del accionante se amparó en el derecho de petición previsto en el art.
24 de la CPE y no así respecto de un trámite administrativo, para que opere el recurso de
revocatoria y jerárquico; en virtud de la disposición constitucional referida, la respuesta debe
ser clara, formal, pronta y fundamentada; es decir, explicándose la razón de la decisión de
rechazo o de aceptación; pero en el caso pese a las reiteradas solicitudes de respuesta, la parte
demandada no efectuó ninguna contestación al memorial de solicitud de reconsideración,
presentado el 27 de enero de 2012.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. El 6 de enero de 2010, mediante contrato de prestación de servicios a plazo fijo, Arturo
Roberto Velasco Robles fue contratado por el Alcalde Municipal del Gobierno Autónomo
Municipal de Oruro en calidad de abogado de la Unidad de Género y Familia de la citada
Alcaldía, contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2010 (fs. 11).
II.8. Hasta la fecha de presentación de esta acción de amparo constitucional -29 de febrero de
2012- la solicitud de reconsideración presentada por el accionante no fue respondida.
En este cometido, la SC 0189/2001-R de 7 de marzo, reiterada por las SSCC 1930/2010-R y
0723/2011-R, entre otras, entendió el derecho de petición “…como la potestad, capacidad o
facultad que tiene toda persona de formular quejas o reclamos frente a las conductas, actos,
decisiones o resoluciones irregulares de los funcionarios o autoridades públicas o la suspensión
injustificada o prestación deficiente de un servicio público, así como el de elevar
manifestaciones para hacer conocer su parecer sobre una materia sometida a la actuación de
la administración o solicitar a las autoridades informaciones; en sí es una facultad o potestad
que tiene toda persona para dirigirse, individual o colectivamente, ante las autoridades o
funcionarios públicos, lo que supone el derecho a obtener una pronta resolución, ya que sin la
posibilidad de exigir una respuesta rápida y oportuna carecería de efectividad el derecho. En
consecuencia, el ejercicio del derecho supone que una vez planteada la petición, cualquiera
sea el motivo de la misma, la persona adquiere el derecho de obtener pronta resolución, lo
que significa que el Estado está obligado a resolver la petición. Sin embargo, el sentido de la
decisión dependerá de las circunstancias de cada caso en particular y, en esa medida podrá ser
positiva o negativa” (negrillas y subrayado agregados).
Bajo este razonamiento, las SSCC 0776/2002-R, 0176/2003-R refrendadas por sus similares
0810/2010-R, 2715/2010-R determinaron que este derecho se estima lesionado “…cuando la
autoridad a quien se presenta una petición o solicitud, no la atienda; es decir, no la tramita ni
responde en un tiempo oportuno o en el plazo previsto por Ley, de forma que cubra las
pretensiones del solicitante, ya sea exponiendo las razones por las cuales no se la acepta, o
dando curso a la misma, con motivos sustentados legalmente o de manera razonable, sin que
pueda tenerse por violado el derecho de petición, al darse una respuesta en forma motivada,
pues el derecho de petición en su sentido esencial no implica necesariamente una respuesta
positiva, sino una respuesta oportuna y emitida en el término legal, además de motivada” (las
negrillas y subrayado nos pertenecen).
Asimismo, es preciso recordar que también forma parte del contenido del derecho de petición,
lo expresado en la SC 1159/2003-R de 19 de agosto, cuando estableció que la respuesta debe
resolver el fondo del asunto, al entender que “…el derecho de petición se encuentra satisfecho
no únicamente por una respuesta emitida por la autoridad, sino una vez que dicha autoridad
haya resuelto o proporcionado una solución material y sustantiva al problema planteado en la
petición, sin que se limite a una consecuencia meramente formal y procedimental” (las
negrillas y el subrayado nos pertenecen).
De otro lado, para resolver la problemática planteada, resulta pertinente señalar que la
jurisprudencia constitucional analizó el contenido esencial del derecho de petición y su
correspondencia con lo establecido por la Ley de Procedimiento Administrativo, cuyo art. 17
inserta los institutos jurídicos del silencio administrativo negativo y positivo.
Así la SC 0018/2005 de 8 de marzo, estableció lo siguiente: “El silencio administrativo, en
consecuencia, es una presunción legal que le asigna un efecto positivo o negativo a la
inactividad de la administración que no se pronuncia oportunamente con referencia a una
petición del administrado, cuya finalidad se afinca en el interés de proteger al administrado
contra la morosidad administrativa cuando requiere de un pronunciamiento expreso de la
administración, de tal suerte que el legislador -debe entenderse así- privilegió el interés
público, específicamente del administrado, al poner límite a la dilación del pronunciamiento de
una resolución, y a cuya consecuencia, éste, o bien puede consentir con sus efectos siéndole
favorable o no, o por el contrario, quedará habilitado para impugnar la determinación en pie”
(negrillas agregadas).
En este contexto, la SC 0299/2006-R de 29 de marzo, determinó que “…si bien el objeto del
silencio administrativo (negativo o positivo) es precautelar el interés del administrado, dicha
defensa la efectúa mediante la previsión de las consecuencias de la falta de respuesta de la
administración a la petición; o sea, el silencio administrativo negativo consagra la previsión de
un acto presunto como consecuencia de la falta de respuesta a la petición efectuada por el
administrado, de tal forma que ante esa ausencia de respuesta, la ley ofrece al ciudadano la
posibilidad de reclamar el fondo del asunto solicitado y negado por vía de silencio
administrativo negativo, a través de los mecanismos de impugnación administrativos o
jurisdiccionales; empero, no implica la satisfacción del derecho a la petición, porque este
derecho fundamental, afinca su contenido esencial, no afectable por el legislador, en la
obligación que tiene la autoridad administrativa de responder, en la forma y con el contenido
previsto por ley al peticionante. Dicho de otro modo, el silencio administrativo negativo regula
los efectos de la falta de respuesta al peticionante; empero, no implica respuesta, sino una
forma de protección del fondo de lo solicitado por el peticionante, de tal modo que su
pretensión no quede en estado de incertidumbre o irresolución, sino que la negativa a lo
solicitado, por un acto presunto legalmente, pueda ser impugnado”.
En tal sentido la referida sentencia, concluyó que el derecho de petición “…no encuentra
satisfacción en el silencio administrativo negativo, porque su contenido esencial y legal es el de
generar una respuesta formal y motivada por escrito, que resuelva el fondo del asunto
peticionado, sea notificado al peticionante y en el plazo de ley; por tanto, el silencio
administrativo negativo no exime la responsabilidad de las autoridades administrativas por
lesión del derecho a la petición, afectación que puede ser reclamada en la vía de la jurisdicción
constitucional, y también en la ordinaria, pudiendo el afectado por falta de respuesta acudir a
la que corresponda de acuerdo a ley” (las negrillas y el subrayado son nuestros).
Entendimiento compatible con lo previsto en el art. 24 de la CPE.
En la problemática planteada consta que luego del agradecimiento de servicios que recibió el
accionante, solicitó su reincorporación por tener bajo su custodia a su hermana con
discapacidad permanente e irreversible, pero al no recibir respuesta por parte de la
demandada se vio obligado a presentar amparo constitucional en su contra, acción que motivó
a que la Alcaldesa demandada recién mediante memorial de 28 de noviembre de 2011, emita
respuesta rechazando su solicitud de reinserción laboral, con los siguientes fundamentos: a)
No se tiene con precisión el tema de su tutoría, toda vez que no se trata de uno de sus hijos,
sino más bien de su hermana; b) El dependiente constituye una persona mayor de 18 años,
razón que hace inoperable el beneficio de la ley; y, c) Si bien cuenta con el carnet de
discapacidad emitido por el CONALPEDIS, pero no se presentó la declaratoria de invalidez
permanente, contenida en el Certificado Único de Discapacidad.
POR TANTO
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