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David Harvey

Los límites
del capitalismo
y la teoría marxista

Textos de ~ Economía
Fondo de Cultura Económica
Traducción de
MARILl'7. CAso
DAVID HARVEY

LOS LÍMITES
DEL CAPITALISMO
Y LA TEORÍA
MARXISTA

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
ECONOM[A CONTEMPORÁNEA

LOS LÍMITES DEL CAPITALISMO


Y LA TEORÍA MARXISTA

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l'd1111•1111'<lid1)11 t•n in~lí·"· l!JH!!
Pti mt•ra edici<ín t•n t'SJ>élliol 1990
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INTRODUCCIÓN \ ~ ·'·i:· .; (~l ·


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Se dice que cualquiera que estudia a Marx :;e siente obligado a escribir.un librC>¿;;-!'.:
acerca de esa experiencia. Yo ofrezco esta obra como prueba parcial de e~ta.pro~)_Yi-f
posición, pero tengo una excusa ad~cional. Después de terminar hace casi,~una,;-?:dl
década Socialjusticc and the City, decidf mejorar las formulaciones teritativ~s:.Yi:·~!~
las que posteriormente vi que. eran err~ne~s, y escribir una declarac.ión defi~~~.i".'a~1 :[~:h.·
sobre el proceso urbano ha.Jo el capuahsmo desde una perspectiva manustat::'·d~
Cuanto más me adentraba en este proyecto, más me daba cuenta de que algurip~:r..:.:tf,
de los aspectos básicos de la teoria marxista a los que yo trataba dP. ap~lár: es~a~'. H~
ban poco desarrollados, y en algunos casos casi no se habían considerado,_ Astes:;'..::·:~
que me dediqué a escribir la teoría de la urbanización, a integrarla con estud~ci(·::~J~
históricos detallados del proceso urbano tomados de Inglaterra, Francia·.y ,Es·j J~
tados Unidos, y de paso llenar casualmente algunos "espacios vados" de la :teoría;:; ;¡Ji
marxista. El proyecto pronto llegó a ser completamente inmanejable.: En est~:·Jj~
libro, largo como es, trato sólo de los "espacios vacíos" de la teoría. Pemiftanme:."1Ji
explicar cómo sucedió esto. ·· · ..:::.-~·1tít1 ~t;f~~
Es una virtud y a la vez una dificultad en Marx que todo se r .!laciona·!c;on• ~Ó.~"";: ;UI
do. Es ir.1posible trabajar con uno de los "espacio~ vados" sin trabajar,~impl~~~~~;~~ff
nea mente con todos los demás aspectos de la teona. Los pedazos y fra~ento~~: \H~
que había que entender -como la circulación del capital en ambiente~J:ons-::t'~1i
truidos, el papel del crédito, y los mecanismos (como la rP.nta) que media~:enJa1:·)~i
prod~~ción .de las configuraci~nes espaci~les- no los podía comprender;si~·.~arl':'.i:f~
atenc1on cuidadosa a las relaciones que uenen con el resto· de la teorfa;:Y.1;: por.:.;;.f~
ejemplo, que los errores anteriores en la interpretación de la renta surgfan~prec;:ih:_::~;j~
samente de no haber integrado esre aspecto de la distribución a la teorf3:·g~neral1~'.~!~
de la producción y distribución que Marx propuso. El problema, empetole(q4ei·. ·)
existen interpretaciones diferentes de esa teorla general. Además;· ·comer;~~ '. :;
Título original: podría esperar, la investigación de los'tópicos de interés para mt sugería.mie,\ia.Sj.:~')
The l.1mits lo Capital formas de pensar sobre la teoría de valor, la teorla de la crisis, etc.·No tuv~~~~.~(,r·¡·~
©1982, David Haryey remedio que escribir un tratado sobre la teoría marxista en general, presraif.dóhU
Publicado por Ba!i.il BlaC"kwell Publisht•1· Lid., Oxfonl particular atención a la circulación del capital en ambientes construidos,;._eli~.iste~:(¡j ji
ISBN 0-631-12968-5 ma de crédito y la producción de configuraciones espaciales.· . · ( ;~:~•¡bv.:f~H
Todo esto me llevó muy lejos de mi interés original por la urbanizac~ón tiajd:el{ rd'~
capitalismo, los detalles de la administración de Haussman en Parfs, las gló~as yt>'.-j;
.. horrores subsecuent~s .de la Comu~a y el pr~ceso de transformación, urb~?~ Y\~·:·1]\
D. R.·~ 1990, FoNno m: Ct 11.Tt'RA Ec:oNóMIC:A, s. A. m: c. V.
Av. de la Universidad 975: 03100 Mhirn, n. F.
lucha de clases.en m1 cmdad adopuva de Baltimore. No obstante,Ios lazo~1~~tan~':·~·lí
allf. Cr.eo que es posible juntar todo esto, tras~en~er los linderos aparent~ ~~ntre:\\r;:J
ISBN 968-16~3302-4
la tcona, abstractamente formulada, y la h1stQna, concretamente regisq·~d~h°"Pl
entre la claridad conceptual de la teoria y los enredos aparentemente irl~~.rmi~ L ;S ll
• 1

.-- Impreso en Mhko na bles de la polftica. Sin embargo, el tiempo y el espacio me obligan a esctjbir Ia·i;<~
7 . . ';: . ~~;¡;~

.·ri~l~; ·
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8 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN ' ·,9: :'.~;fW

teoria como uri concepto abstracto, sin hacer alusión a la historia. En este senti- mas manifiestamente complicados. Esos objetivos no son fáciles de reconcili~r .. ) :)
do, me temo que esta obra es sólo una pálida apologfa de una concepci6n mag· En algunos puntos, la lucha por la simplicidad me lleva cerca de los peligrós:d~L'. )}
nffica, y por añadidura una violación de los ideales del materialismo histórico. reduccionismo; en otros, la lucha por conservar la fe en la intrincada integi;idad ·: :J
Puedo decir en defensa propia que nadie más parece haber encontrado la for- del tema casi me hace caer en el oscurantismo. No he evitado ni el erro.i: ni' nii : , ·~ ·;
ma de integrar la teoría y la historia, y de preservar la integridad de ambas tras· propia satisfacción, y me doy perfecta cuenta de que lo que parece reduccioni.s-. '
cendiendo a la vez su separación. Marx se tomó grandes trabajos para mantener mo para el experto que ha estado sumergido largo tiempo en la teoria marxista ,
intacta la relación entre la historia y la teorfa en el primer volumen de El capital, no le puede parecer oscuro al recién llegado. En vista de esto, mi táctica h3: ~i.d;o ··i~
pero como resulradc sólo abarcó más o menos la veinteava parte de lo que querfa esforzarme por lograr suficiente simplicidad en los capftulos iniciales par~. dar~~.: . eH
(nunca terminó El capital, y dcj6 totalmente intactos sus proy<'ctos de libros los r<'cié·n ll<·gados, dispuestos a luchar con conceptos reconocidamente, diflcile~, .. : · .:~
sobre el comercio extranjero, el mercado mundial y la crisis, el Estado, etc.) La la mayor oportunidad posible de enJremarse a contribuciones más.considerabl~1;-:·:-:~ ¡;
historia desapareció casi totalmente de los estudios preparatorios que c.:>mponen <~n capítulos posteriores. Yo he tratado de conservar la fe, a pesar de .las co~~lit;·:' )il
el segundo volumen de El capital~ Por mi parte, yo deseaba repasar los materiales caciones ~el tema que nos ocupa, en l.os capítulos sobre.el capital ~jo, las ~n~~.-:"· ;··,Ü~
que reunió Marx en los tres volúmenes de El capital, las tres partes de Teorías sobre zas y el dmero, la renta y la producción de configuraciones espaciales~ . .1:~~ ... ~/y:,
/.a plusnlía y los Grundris.se, a fin de ocuparme de los tópicos que me interesaban Sin embargo, no deseo que estas palabras se interpreten como un argu~(;nt~ · >:?~:
particularmente. La única forma de hacerlo era privar a la teoria de cualquier con- lineal, a pesar de que aparentemente fluyen en esa forma. Los primeros ~ªPJ< •.. · :,~
tenido histórico directo. tulos no son bloques de construcción fijos y firmes sobre los que se puede~: le.;
Espero que la teoría general aqur formulada sea de utilidad para el estudio de vantar los capítulos subsecuentes. Éstos no se derivan o se deducen de un conjurV :. :~
la historia y la fomiulación de las costumbres polrticas. Yo la he encontrado útil, to original de proposiciones presentadas desde el principio. M¿s bien, comie~o ... ,
y me ha ayudado a entender por qué se dedica periódicamente el capitalismo a con las abstracciones más simples que propuso Marx y luego trato de ampli~;s~. ··::;..
hacer c1stentaciones de especulación loca con la tierra, por qué cayó Haussman significado a·través d"! su consideración en diferentes contextos. La visión d~l .t~~ ::·~~
en 1868 victima de la misma clase de dificultades financieras que acosaron a tal debe ir apareciendo a medida que más y más fenómenos se integran en l~: ~as~. ':¡;;;
Nueva York en los setenta, por qué las fases de la crisis siempre se manifiestan ta y compleja imagen del capitalismo como modo de producción. L~ dific~l~a~>: ¡;{;
como una reorganización conjunta de tecnologias y de configuraciones regiona, está aqui en sacar una forma de presentación -una forma de argumentád~i'.i~~r¡_. :~J~
les de la producción y así sucesivamente. Sólo puedo esperar que otros encuen· usted quiere- que no viole ~l contenido de los pensami~ntos expresados:~E-~~~ :. : -~~·ii
tren ig.¡almente útil la teoría. Si no es asr, entonces supongo que me toca cargar ::apitulo se enfoca en determmado aspecto del todo. La dificultad es J?res~i:va~ el. ·. ;. ;~
con el peso de demostrar la utilidad de la teoria en obras futuras que tengan un enfoque central y al mismo tiempo mantener dentro de nuestro radio .VI~ual s~' 1:.
contenido histórico, geográfico y poUtico más explicito. Esto no debe interpre- relación con todo lo demás. La invocación constante de "todo lo demás~· llen~r~á ~E
. tarse en el sentido de que considero que la teoría es correcta y sacrosanta. Con innecesariamente los capitulos posteriores y harta incomprensibles los jnicia~es,. :-· ::-)1
toda seguridad merece modificaciones de todos tipos a la luz de una revisión te6· porque habría que invocar, sin explicarlos, temas que aún no se han anal~~~do~ · · - ·~
rica, de una construcción mejor y más general de la teoría, y de comparaciones
· meticu~osas con las crónicas históricas, asi como en los fuegos de la lucha
Marx trató de ocuparse del problema en los capftulos iniciales ele El·capitá,l~·;cH-. :.:.iflf
señando un lenguaje. de tal densidad y abstra~ción que deja perplejos a..los.~ot;.. ; ;¡~
politica. Yo publico estos descubrimientos teóricos como una contribución al tales comunes y corrientes, por lo menos la. pnmera vez que lo leen .. Yo.he~i:~t~·. '. :;:~
proceso colectivo del descubrimiento. Lo hago ahora porque no puedo llevar es· do de encontrar un justo medio. Uso la~ ideas de oposición. antago~~~~:.Y· '='.)l
té tem& mucho más adelante sin un cambio radical de dirección, que tomaría contradicción co~o hi~o~ que mantiene.º. unidos los m~te~iales .. , ~ J~.~~~J~ .~ J~!~
varios años más en dar frutos.
· Yo podria pronunciar entre jadeos esta introducción, con comentarios que
empleo un mecamsmo logico que Marx uuhz~ coi:i gran eficacia .. Pos~~no~;~~~· i.;Jld
suenen muy cultos sobre asuntos como la epistemologfa y la ontologfa, sobre la exploraremos sus detalles, pero vale l~ pena dilucidar de ant~mano l~ tá. c~. ~~.-~ ~. ~~.-.::·i. ~. :.'.~.) ~
neral, aunque sólo sea para proporcionar al lector alguna ~dea de ~ó~o_~~~'.~~.t · :~g~ .
¡. .•.·

teoría y la prác.:tica del materialismo histórico y sobre la "verdadera" naturaleza sarrollará el argumento subsecue~te. .· ; :. r,·~ }3i. ·~ :·~,.¡~~;· .
de la dialéctica. Empero, prefiero dejar que los métodos de indagación y presen- En la formulación de la teoría, nos encontramos a cada paso con antago1l:15f~ ::·:~ :t·
tación hablen por sr mismos a través del texto, y dejar que el objeto de la indaga- mosque se convierten en configuraciones curiosas de contradicciones inte'~;:Y. , ': ·;;!~
ción surja en el curso del estudio en vez de colocarlo a priori como una figura de externas. La resolución de cada una provoca simplemente la formación de.~~~~;_/:;¡]l~·ii
cartón recortada sobre un escenario iluminado por detrAs. Por otro lado, creo nuevas o su traducción a un terreno nuevo. En esta forma el argumento .P~~~~<· :<r.'~Ü
que el lector puede encontrar útiles algunos comentarios :;obre lo que he t:atado girar hacia adentro o hacia afuera para abarca: cada aspecto ~el modo d~.!P~ºJ ',!·:':~ti!
de hacer; ·y sobre la forma que he utilizado. ducción capitalista. Por ejemplo, Marx inicia El capital con la idea de q~e)~: . ?;~ll
, El objetivo general ha sido combinar una forma de pensar que me parece mercanda material es simultáneamente un valor de uso y un valor de cam_~~c;>t..Y( ··.;·~~~
dfaléctica con h mayor simplicidad posible de exposición que permitan unos tP.· que las dos formas de valor necesariamente se oponen entre sí. Esta _oposici~n¡. :·j~1,~~
·._; ·,, ~ .. ~ ·~1f!'¡
. ,. · .
~; ~ ¡;·fM'~

,:j'j.¡;:;~
10 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 1 11'

(que es algo intrínseco de la mercancía) logra su expresión externa en la sepa- de las guerras del imperialismo y del interimperialismo desde una perspectiva . ,
ración entre las mercancías en general (valores de uso) y el dinero (la representa- nueva. Vemos una vez más que la búsqueda de una "fijación espacialº a las · . :
ción pura del valor de cambio), pero el dinero absorbe luego funciones contradicto· contradiccione& internas del capitalismo termina simplemente proyecd.ndolas,
rias dentro de mmismo, que se puede:t resolver a su vez sólo si el dinero circula en aunque en nuevas formas, al escenario del mundo. Esto, en mi opinión, nos per·
cierta forma, es decir, como capital. Así sigue adelante el argumento abarcando mite construir una estructura para hacer teorias sobre la geografia histórica def
los antagonismos de clase entre el capital y el trabajo, la dinámica contradictoria modo de producción capitalista. 1
del cambio tecnológico, y finalment~ evoluciona convirtiéndose en una disquisi· Yo no alego que éste es el fin del asunto, ¿cómo podría serlo considerando la
ción larga y elaborada sobre aquellas contradicciones aparentemente irreconci- forma de hacer teorías? En el epílogo indico algunos. campos de asuntos· sin ter~
liables que llevan al capitalismo a los cataclismos y las crisis. Los primeros s~ete minar. Tampoco alego que todo lo que he dicho es original o indiscutible: Esto ..
capitulo.'! resumen e interpretan el argumento de Marx de acuerdo con esa lógica, me lleva a otro asunto que merece ser presentado a modo de introducción;: ,. ·,
hasta llegar al punto que yo llamo "el primer corte" en la teoría de la crisis. La r:radición intelectual marxista experimentó un resurgimiento notable eri la
ejempli!icado por su teoría de la tasa de ganancia decreciente. década pasada, resurgimiento que se caracterizó por sus vivas disputas y vigoro·;
En los capítulos restantes uso el mismo mecanismo lógico para llevar el argu· i;as polémicas de no poca virulencia. Yo he luchado, no siemp:e con éxito, por;
mento de Marx hasta terrenos menos familiares. El análisis del capital fijo y (le la mantenerme al día de las obras publicadas que han proliferado enormemente,
formadón del fondo de consumo del capítulo vm, muestra que los excedentes de incluso durante el transcurso de cinco años aproximados que he estado escri-
capital y trabajo, producidos bajo las condiciones descritas en el "primer corte" biendo. Para reconocer el estimulo de cada idea que hay en el texto se requerirfa
de la teoría de la crisis, se pueden absorber por la creación de nuevas formas de una cantidad increíble de notas a pie de página. Por eso simplemente deseo re-
circulación orientadas más bien a usos futuros que a presentes. Sin embargo, en- conocer aquf la deuda que tengo con los esfuerzos colectivos de muchos escrito·
contramos entonces que estas nuevas formas a la larga se contradicen con una res, pensadores y profesionales. El valor de personas como Paul Sweezy, Maurice
·dinámica continua de cambio tecnológico, que en si misma es una condición n~­ Dobb, Paul Baran, Edward Thompson, Eric Hobsbawm, R. Rosdolsky y otros,
cesarfa para la perpetuación de la acumulación. Como resultado, el "valor" asig· que mantuvieron viva la flama del pensamiento marxista durante años incref- ..
nado ~.1 capital fijo se convierte en una magnitud inestable y la circulación contim.:aa blementc difíciles, fue siempre una inspiración. Sin el estímulo del resurgimiento ·
de capital se ve amenzada con u·na alteración severa. • del pensamiento marxista, con escritores tan diversos como Althusser, Pou-
1

El si.;rema de crédito llega entonces al rescate. En los capitulos IX y X descubn· lantzas, Wallerstein, Amin, Mande} y otros, probablemente yo habría aban-.
mas que el sistema de crédito, como una especie de "sistema nervioso central" donado este proyecto desde hace mucho. Entre estos pensadores cuento a Manuel
para la regulación de la corriente de capital, tiene la capacid.ad potencial para Castells y Vicente Navarro como amigos personales que me ofrecieron ayuda y·
resolvH todos los desequilibrios a que está propenso el cap1tahsmo, para re· estimulo una y otra vez. ,
solver las contradicciones que señalamos anteriormente, pero sólo lo puede ha· También he luchado para clasificar los debates lo mejor que he podido (aun·
cer pagando el precio de absorber en su interior las contradicciones. _Las grandes que debo confesar que renuncié a clasifkar algunos de ellos a caun de mi pro-
concentraciones de poder financierc, acompañadas de las maq uinac1ones del ca· funda frustración). Para confrontar las d;versas posturas tomadas en cada punto 1

pita) financiero, pueden desestab.ilizar o estabilizar el capitalismo con igual faci- de la controversia tendría que extenderme interminablemente, mientra5 que ·a1.
lidad. Además, surge una oposición fundamental en cualquiera de los dc.s casos gunas obras, como las de Kozo Uno, llegaron a la escena demasiado tarde para
entre ei sistema financiero -la creación de dinero como dinero a crédito- y su que pudiera prestarles la detenida atendón que merecen. Asi es que decidi oc'u·
base monetaria {el uso del dinero como una medida del valor). Esto prepara el parme directamente de los debates fundamentales, a medida que éstos se inmis-.
escenario para examinar los aspectos financieros y monetarios de la formación cuyen en puntos claves de mi propio argumento. Aun entonces solfa pasar; por ..
de las crisis, incluyendo los pánicos financieros y la inflación. Esto forma el "se· alto las polémicas y mencionar simplemente de pasada aquellas que ti~nen una:.. ·
gundo corte" de la teoría de la crisis. participación más activa en el debate. Espero que la fluidez dd texto compense,
El capítulo que trata sobre la renta completa nominalmente la teorfa de la la falta de pirotecnias verbales. · · : · • ·' ·
distribución, pero también nos permite considerar la dinámica espacial así como Finalmente, están aquellas personas e instituciones con las que estoy e~ ~euda .·
temporal desde una perspectiva teórica. Un análisis ulterior d~ l~s movilidad~s directamente en una u otra forma. Me complace acusar recibo de una beca.Me7:
geográficas del capital y del trabajo muestra cómo las contrad1cc1ones del capi- morí'a.l Guggenheim en Parfs, que me dio la oportunidad de estudiar Ja urbani~ '.. ,.t,:
talismo son, en principio por lo menos, susceptibles a una "fijación espacial"; la zación francesa, pero, quizá lo más importante, me permitió :ibordar el.< ..;J.:
expansión y el desarrollo geográfico poco uniforme impiden la posibilidad de embrollo de la tradición marxista de aquel pafs. M. G. Wolman, jefe del Depar·.: : ¡,
que un capitulismo propenso a la contradicción se corrija a sí mismo. Esto ll~va tamento de Geografía e Ingeniería Ambiental de la Universidadjohns Hopkins·~' 1 :¡ ii;
directamente al "tercer corte" de la teoría de la crisis, que trata sobre su formación demo,stró un hondo. c?mpromiso coi:i el principio de la libertad de indagación >\; ;:~){l~
en sus aspectos espaciales. Bajo este en-:abezado podemos enfocar los problemas ayudo a crear cond1c1ones de trabajo sumamente favorables para eso. . · · · · : Jh
', ·-1:~1{

J~t[ü
12 INTRODUCCIÓN

~, A~principios de los setenta, tuve también la buen.a fortuna de enc~nt~ar un


grupo de personas que ~Jarticiparon en una exploración sumamente vigorizante
deL.pensamiento marxista. Dick Walker y Lee Jordan, Gene Mumy, Jorn y :1·
. Alñµd Ba.mbrock, Flor Torres y Chuck Schnell, Ric Pfeffer, Lata Chatterjee y l. MERCANCÍAS, VALORES Y RELACIONES ·.. ,.,
Bar~ara Koeppel, compartieron sus ideas y me ayudaron con sus esfuerzos cole~­ DE CLASE
tivos a quitar las capas de mistificación que nos rodean. Lo que es más, lo h1·
cie~on con uri sentido de diversión y de goz<? que es verdaderamente raro en los
seres. humanos. En años recientes, Beatriz Nofal y Neil Smith continuaron esa El método de análisis empleado por mi y que nadie hasta ahora habfa aplicado a los
. tradición. También revisaron página por página el manuscrito. Tengo una problemas económicos, hace que la lectura de los primeros capítulos resulte bastante
deuda enorme con ellos. Barbara, Claudia, John y Rosie, me dieron un apoyo penosa, ... Yo no puedo hacer otra· cosa que señ~lar de antemano este peligro.y pre-
muy especial. Finalm-ente, John Davey, de Basil Blackwell, esperó paciente.men· ''enir contra él a los lectores que buscan la verdad. En la ciencia no hay calzadas reale~.
te el producto final y me permitió amablemente que me a~o?erara de un rmcón y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres, tiene que estar dispuesto a escalar, la
montaña por senderos escabrosos. (El capital, 1, p. XXV.)* •·
de su cocina donde a veces entraba el sol, para que escnb1era éstas y muchas 1.. ~ '

otras Uneas. MARX inicia su análisis en El capital examinando la nat~raleza de las mercari-
das. A primera vista esta elección parece en cierto modo arbitraria, pero si revi-
samos los escritos con los que se preparó El capital -y que ocuparon casi tres_d~­
cadas- encontraremos que la elección no fue arbitraria· en lo absoluto. F~e ·e¡ _,
resultado de una indagación extensa, un largo viaje de descubrimiento que llev6
a Marx a una 'conclusión fundamental: descubrir los secretos de la mercancfa es
drscifrar los intrincados secretos del propio capitalismo. Asf, el pdncipio es en
realidad una conclusión. .
· Marx considera la mercancf a como la encamación material del valor de w¿~
valor de cambio y oolor. De nuevo nos presenta estos conceptos en una forma
aparentemente arbitraria, por lo que parece "q'ue se tenga la impresi6n de estar
anl<! una construcción n /m'nri.. (F.l r.n/n·tal, l. p: XXIJJ). Sin embargo, ~stos son
conccptoli :1bsoluLamcmc fund.imcmales para todo lo que sigue. Son el eje sobre'el
cual gira todo el análisis del capitalismo. Tenemos que entend!!rlos si hemos ·de
entender lo que nos quiere decir Marx. 1 .
En esto existe cierta dificultad. Para entender plenamente los conceptos se re~
quiere que entendamos la lógica interna del propio capitalismo. Como no es ¡>ó-
sible que logremos esto desde el principio, nos vemos obligados a usar los concep-
tos sin saber precisamente lo que significan. A?emás, la forma relacional en q~_e

• Todas las citas de El capital que aparecen en este texto están tomadas de la edición del FCE y
la paginación, por tanto, corresponde a ella. ! , .~ ¡.
. ¡;
l El sello caracterfstico del ml:todo materialista de Marx e5 comenzar la explicación cxarÍiinando !

las caracterfsticas de objetos materiales con los q.ie todos estamus familiarizados. "Yo no arranco
nunca de los 'conceptos'. ni, por tanto, del 'concepto del valor' .•. Yo pano de la forma social mls
simple en que toma cuerpo el producto del trabajo en la sociedad actual, que es la 'mercanda'" (No-'
/tu 1111ir¡:i1wl1•.1 al "Tratado de cconnm1a política" de A dolph Wagner, pp. 4 l 5·416. [Todas las citas
11:u• :u111I ap:m·1·rn dr las nhras 111• Man. 1•s1án cornadas de las ediciones que de dichas obras ha rdli·
7.ado el Fondo de Cu hura Económica en su colección "Obras Fundamentales de Marx y Engels" ~~~ /
adclan1c = OFMF.); entonces, pues, siempre que aparezca por primera vez algl'.in tftulo de alpa
ohm clr Marx. ~r i;t•r1:1larli c•I ni1mrro dd romo de la colección y la pfigina a que i:orresponde dic~a
lramtC'ripcit'ln, antCC'<'clifnclola liÍ<'mprc las ÍnÍcialCS dcl tftulo de fa colección :t que aqul hacemos ref~¡.
r<"nria; rn las V<'C'rs pmncriorr.1 a la primera mención de las obras qJe aqul ~ferimos señalaremos naaa .
mái. c·I número dc la página dc donde procede, dando por sabido el número del tomo mencionado.])
IS
.. '?:;.'?~
. ......
,·'
" . ,;,f.~J
14 MERCANClAS, V A LORES V RELACIONES DE CLASE
f:·~"
MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE ·15 ( :' "~I

Marx procede implica que no puede tratar ninguno de estos conceptos como un una investigación detallada. Una vez que se ha entendido el componente, pode- ; .:~
bloque de construcción fijo, conocido o siquiera conocible sobre cuya base se
pueda interpretar la rica complejidad del capitalismo. Marx parece decimos mos contar con él como si fuera una base inmutable para indagaciones subse· ·,:>·~.'. : _·.1~.-,':
cuentes. De vez en cuando, como es natural, parecen faltar las piedras angu· .. ".:
que no podemos interpretar los valores sin entender GUé es el valor de uso y el va- lares del conocimiento, y cuando sus grietas llegan a ser evidentes para todos, .·.,
lor de cambio, y no podemos interpretar esta última categorfa sin entender ca- presenciamos una de esas revoluciones dramáticas del pensamiento -cambios •'·:"
balmente la primera. Marx nunca trata un concepto aisladamente como si se. de paradigmas, como se les llama algunas veces- tan característicos de la cien· ''.~I:;¡
,
pudiera entender por sf mismo. Siempre se enfoca en una u otra de las tres rela- da burguesa. · ,. · ;·. .:{:
ciones posibles entre ellos -entre el valor de uso y el valor de cambio, entre el La mayoría de nosotros, que fuimos educados en las tradiciones "occidentales:• ·
valor de uso y el vabr, y entre el valor de cambio y el valor. Las relaciones entre del pensamiento, nos sentimos a gusw con esa estrategia de indagación. El hech?
los conceptos son lo que realmente cuenta. de que Marx se apartara de ella, si llegamos a entenderlo. nos parr.l.:e desconcer: . ·. 1;
·,_En el cur:;o de El capital podemos observar a Marx cambiando de un par rela- tante si no es que verdaderamente perverso. Además, siempre está alli la tenta·
eiorial a otro, usando percepciones acumuladas desde un punto de vista para es· ción de tratar de reducir lo que no es familiar a términos familiares. volviendo a
.tablecer interpretaciones desde otro. Como ha dicho Ollman, es como si Marx enunciar los argumentos de Marx en términos más fáciles óe comprender. Esta
· Viera cada relación como una "ventana" separada desde la cual pudiéramos mi- tendencia está en la base de muchas interpretaciones erróaeas de Marx, hechas
rada estructura interna del c~1pitalismo. Lo que se ve desde una ventana carece por marxistas y no marxistas por igual. y produce lo que yo llamo una interpre-
de relieve y de perspectiva, pero cuando pasamos a otra podemos ver las cosas ración "line3)'' de la teoría expuesta en El capital.3 ·
que. anteriormente estaban ocultas a nuestra vista. Armados con ese conocimiento, Esta interpretación "lineal" sigue los lineamientos siguientes. Marx, según se
podemos reinterpretar y reconstruir lo que vimos a través de la primera, dándole dice, ha creado tres bloques de construcción potenciales para interpretar la pro·
máyor profundidad y perspectiva. Al pasar de una ventana a otra y registrar ducción e intercambio de mercancfas, presentándonos los conceptos de valor de
cuidadosamente lo que vemos, nos acercamos más y más a entender la sociedad uso, valor de cambio y valor. Supuestamente, Marx resume la cuestión del valor·
capitalista y sus inherentes contradicciones. de uso en la primera página de El capital y de alU en adelante considera que su
Esta forma dialéccica de seguir adelante :mpone un gran esfuerzo al lector. estudio no tiene que ver con su propósito aunque sigue teniendo interés históri·
Nos vemos obligados a andar a tientas en la oscuridad, armados con conceptos co. Una investigación de los valores de cambio sirve simplemente para mostrar
sumamente abstractos y aparentemente a prion' de los cuales conocemos poco, y que los secretos del capitalismo no se pueden revelar haciendo únicamente un es-
a trabajar desde perspectivas que aún no estamos en posición de evaluar. Por tudio sobre ellos. Así Marx construye la teoria del valor-trabajo como la base s6·
tanto, la mayoría de los lectores encuentran grandes dificultades al leer los pri· lida, el bloque de construcción fijo que cuando construyamo~ sobre él nos dirá
meros capf=ulos de El capital. No obstante, después de un periodo penoso y a todo lo que necesitamos saber sobre el capitalismo. La justificación de la teorla
menudo fru~trante de andar a tientas, comenzamos a percibir en dónde estamos del nlor·trabajo, bajo este punto de vista, escriba en el descubrimiento de Marx de
y qué es lo que estamos viendo. A medida que Marx va iluminando poco a poco que "toda la historia es la historia de la lucha de clases", y que dicha teorla debe sos-
ante nosotros los diferentes aspectos de la intrincada complejidad del capitalis· tenerse porque es la expresión de las relaciones de clase en el capitalismo. .
mo comienza a surgir cierta comprensión, aún confusa. El significado de los con· Esa versión "lineal" de la teoría de Marx se encuentra con varias dificultades,
ceptos valor de uso, valor de cambio y valor se vuelve m~s claro en d curso del de las cuales consideraremos una brevemente. En el tercer volumen de El capi·
análisis. Cuanto más entendemos cómo funciona el capitalismo, más entende· tal, Marx examina la "transformación de los valores en precios". La exactitud de
mos a qué se refieren estos concepcos. 2 su procedimiento de transformación es vita~ para la interpretad~n "lineal" por-
Todo esto contrasta vlvidar.1ente con la forma de enfocar los conocimientos que Marx parece estar derivando el valor de cambio del bloque de construcción
como "bloques de construcción", tan común en la ciencia social burguesa y tan fijo de la ceo ría del valor. Como todos conceden r1ue los capitalistas operan con
profundamente arraigada en los modos de pensar burgueses. Según estas formas el valor de cambio y no con los valores, el análisis .de Marx de las "leyes del movi·
de pensar, es posible y deseable construir bases sólidas para los conocimientos m!ento" del capitalismo se levantan o caen, según esta interpretación, con la
aislándolos en sus componentes básicos dentro del sistema social y sometiéndolos a coherencia lógica de la transformación. ",;
Desgraciadamente la transformación de Marx es incorrecta. No parece haber
2
• Ollman (1973). Engels tambi<:n nos previene espedficamente cuando dice: "No ha sabido
comprender que Marx, donde él cree que J~fine, se limita a desarrollar cosas existentes, sin que haya ' F.sa interpretación "lineal" caracteriza a las presentaciones de Robinson (1967) y de Samuelson
A.
l:
que buscar en él definiciones acabadas y perfectas, valederas de una vez por todas. AIU donde las ¡:
(1971) sobn- l'St<' tema (que:" parece ser uno de los pocos puntos en que están de acuerdo). Se: puedrn
cosas y sus mutuas relaciones no se conciben como algo fijo e inmutable:, sino como algo sujeto a mu- encontrar versiones "estructuralistas" más problemáticas c:n Bronfenprenner (1968) y Elster (1978),
danza, es lógico que tambié!" sus imagenes me1talei., los conceptos, se hallen expuestos a cambios> mientras que incluso Sweezy ( 1968) -en una obra que por lo demás merece la mayor admiración..:...
transformaciones, que no se las enmarque en definiciones ñgidas, sino que se las desarrolle en su pro· parece caer en esta trampa. En mi opinión, esto le sucedió por no apreciar plenamente la relaci6n'
ceso histórico o lógico de formación." (El capilal, JJJ, p. 16.) que establece: Marx entre I~ concepros de valor de uso y de valor (viarue las notas 5 y 9). ·,
r
t

16 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE


MERCANC1AS, VALORES Y RELACIONES.DE CLASE

una relación necesaria entre los valores que representan las mercandas y las ta· condiciones de producción de mercandas, los actos de producción y constlmó:~( '
sa-; a las cuales se intercambian estas mercancfas. Los detractores burguesl~ (y tán separados por el intercambio, pero la apropiación de la naturaleza'siemP.re~'.
1

:algunos simpatizadores) han tenido un día de actividades muy interesantes. Di- sigue siendo fundamental. De esto se deduce que nunca podemos pasar porr aleo,, .
cen que el primero y el tercer volúmenes de El capital se contradicen irreconci: lo que Marx llama "el lado material" de las mercancfas. Si lo· hiciéramoi1
liablemente. Según ellos, Marx finalmente recuperó la cordura en el tercer volu- dejarhmos la satisfacción de los deseos y necesidades humanas sin ninguna Telá~. ·
men y' se dio cuenta de que la teorfa del valor del primero era una distracción ci6n con la naturaleza. i '"d •pUw~
inaplicable a la comprensión de los procesos reales de producción e intercambio El lado material de las mercancías entra en relación con las necesidades ylo~,
de m~rcancfas. Todo lo que se requerfa para lograr esto último era una teorfa de deseos humanos a través del concepto de su valor de uso. Este valor de uso:se· ·
·precios relativos que no hiciera alusión a los valores. Además este argumento, puede considerar "desde los dos puntos de vista de la calidad y la cantidad'\ Có:""
dada la interpretación "lineal", es suficientemente poderoso como para llevar a los mo un .. conjunto de muchas propiedades" que pueden "ser 'Útiles en diversas for:-
marxistas a dudar un poco de la aplicabilidad de la teorla marxista del valor o a mas", la mercancía posee ciertas cualidades que se relacionan con diferentes.da.~
caer en lineas de defensa que suenen merameme afirmativas en vez de coheren- ses de deseos y necesidades humanas. El alimento satisface nuestra hambre,· la
tes y convincentes. . ropa nuestra necesidad de calor y la vivienda nuestra necesidad de alojamiento(
· · Sin embargo, un examen de Ja obra de Marx muestra que el valor de cambio, Además, aunque Marx insiste en que "como valores de uso, las mercanclas repre-.
lejos de derivarse de la teoría del valor en alguna etapa posterior del juego, es fon· sentan, ante todo, cualidades distintas", tamb:én insiste en que "al apreciar un valor
damental para investigar esta teorfa desde el principio. Sin entender esos valores de uso, se :.e supone siempre concretado en una cantidad, v. gr. una docena de
no podemos decir nada significativo sobre el valor. El valor de cambio y el valor relojes, una vara de lienzo, una tonelada de hierro, etc." (El capital, I, p. 4). •\!·
son categorfas relacionales, y ninguno de los dos se puede tratar como un bloque En relación con el valor de cambio, al que considera bisicamerite como una
de construcción fijo e inmutable. El estudio de Marx del problema de la trans- relación cuantitativa, Marx hace hincapié en los aspectos cualitativos de los valo·.
formación es sólo un paso en una investigación continua de las intrincadas rela- res de uso; pero en un sistema sofisticado e intrincado de producción de mercan-
ciones enfre ellos. Además, definitivamente no está tratando de derivar el valor cías, los aspectos cuantitativos de los valores de uso adquieren gran importancia.
de cambio de los valores, ce mo parece suceder bajo la interpretación lineal. Esto Los productores usan cierta cantidad de insumos -fuerza de trabajo, materias
explica por qué Marx, que se daba cuenta plenamente de los defectos lógicos de primas e instrumentos de producción- para crear una cantidad de producto
su argu.'llento (aunque quizá no de todas sus implicaciones), los pudo descartar fisico que se usa para satisfacer las necesidades y deseos de cierto número .de gen-.
por considerarlos poco importantes en relación con el tópico real que le preocu- tes. La proporción entre los insumos fisicos y los productos en el proceso de pro- ·:.
paba. i!:ste es, empero, un asunto al quf' regTesaremos :en el capitulo 11. d11cción proporciona una medida física de la eficiencia. Una descripción del to~
Dr. es·:o se deriva que debemos evitar cualquier cosa que huela a interpreta- tal de los insumos y los productos nos proporciona una imagen global de cómo se
ción "lineal" de la teorfa marxista. No obstante, si seguimos el método de Marx, relaciona la apropiación de la naturaleza con las necesidades y deseos humanos.
entonces esto significa que estamos destinados a encontrar el tipo de dificultades En una sociedad caracterizada por la división del trabajo 7 la espec~alización
que enfrenta cualquier lector de El capital. Tenemos que comenzar caminando de la producción, podemos definir lo que se requiere para la reproducción social
a tientas en la oscuridad, armados con categorfas marxistas que en el mejor de en tér.ninos de la cantidad de producto en determinada industria (como el
los casos entendemos parcialmente. Desgraciadamente no hay forma de evitar hi.erro y el acero) que se necesita para satisfacer las demandas de todas las demás
esta dificultad: "no existe una vía fácil para llegar a la cienciaº. industrias (como los automóviles, la construcción, las herramientas, etc.); Un
En este capitulo trataremos de reconstruir el argumento de Marx con respecto a e~tz.do de reproducción es aquél en que los insumos y los productos están equi-
las relaciones entre valor de uso, valor de cambio y valor bajo condiciones de librados. Al excedente dentro de un sistema de este tipo lo podemos llamar plw-
producción e intercambio de mercancías. Al mismo tiempo trataremos de expli- producto; o sea, una cantidad de valores de uso materiales que sobrepasan:a
car lo que hace Marx y por qué lo hace. En esta forma espero hacer menos fati- los que se necesitan para reproducir el sistema en determinado pals. Este plus-
gosa la ascensión de los empinados caminos que llegan a las cumbres luminosas p::-oducto se puede usar en diversas formas, como en la construcción de monu-
de la teorfa marxista: mentos o en crear nuevos medios de producción o en ayudar a producir aún '!llá~
plusproducto. El plusproducto de diferentes industrias se puede comb~nar de
l. VALOR DE use. VALOR DE CAMBIO y VALOR nuevo de tal manera que la cantidad total de producto se haga m~s grande a tra·
vés del tiempo, ya sea por simple expansión de las industrias existentes o po.r la
a) Valor de u.so formación de otras enteramente nuevas. . ' . r ·~
Las caracterfsticas cuantitativas de un sistema de producción flsico de este ti:-
Con base en la concepción del mundo de Marx está la idea de que los seres huma- po son de considerable interés, aunque existen, como es natural, algunos proble-
no_s se apropian de h naturaleza para satisfacer sus deseos y necesidades. Bajo mas de especificación. Necesitamos saber qué valores de uso se requieren para
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18 MERCANClAS, VA LORES Y RELACIONF.S DE CLASE MERCANClAS. V A LORES Y RELACIONES DE CLASE '

reproducir o ampliar la fuerza de trabajo (lÓ que nunca ha sido un tema fácil), En su forma relacional, la categoria --vulor de uso'' es extremadamente U;n~~r. .': >r:,1
t~dnte u~ ed?~~~ ·.:.:N.·~1·:.J
1 1
cómo identificar a las industrias, cómo justificar el capital fijo, los productos para el anlálisis surbsecuente. "Solamendte uir oscurus que no ha ya :
conjuntos, etc. No obstante, la necesidad obvia de equilibrar las cantidades de di e• nada de E capita ', afirma Marx, "pue e argumentar asr; ... el va1or e.~·
insumos y productos hace que el estudio directo de los aspectos fisicos de la P.ro- no desempeña, según él, papel alguno" (Notas marginales al uTratado de eco~o~úí .: :: ::
ducci6n sea posible y a la vez potencialmente ilustrativo -y por lo tanto han sido política" de Adolph Wagner, p. 416). Marx explica su estrategia en Grundrisse; I~,' !"¡~
el foco de la atención desde que Quesnay creó su Tableau économique. Marx si- (¡:ip. 285-286)* muy explrcitamente. Un valor de uso es el "objeto de satisfacci6.il · •·
gue esta técnica en el segundo volumen de El cafital, y en años más recien~es de un sistema cualquiera de necesidades humanas. Esto constituye su aspecto ~: J¡
·Leontidf creó un método elaborado para estudiar la estructura de los fluJOS ma tcria 1 [de la mercanda], que puede ser común a las más distintas époc~ .~e·
füicos dentro de la economía. Tenemos ahora estudios de los insumos productos procíucción y cuyo estudio cae, por consiguiente, fuera [del campo] d~.i~3:
de economfas nacionales, regionales y urbanas seleccionadas. La cuestión es, en- economía politica". Sin embargo, luego añade que "el valor de use entÍ'á~~
tonces, ·¿qué ideas se pueden obtener, con respecto a Ja lógica interna ~el capitalis- la órbita de ésta [la econonifa polftica] cuando es modificado por las moderna~
mo, de estudiar las caracterfstic:as físicas de este sistema de producción aislado? rel~ciones de producción, o interviene, a su vez, en ellas, modificándolas'~.·: {
, Man:·reconoce, naturalmente, que todas las sociedades se deben reproducir Esta es una afirmación extremadamente importante. Explica cómo y por qué
·fisicammte para poder sobrevivir. Desde el punto de vista de la producción, el Marx entreteje el estudio del valor de uso en su argumento. Los valores de wo
aspecto füico de la reproducción social es captado por una descripción del pro- van tomando su forma de las relaciones modernas de producción, y a su vez¡in·
ceso de trabajo. Podrfamos describir esto en términos universales como: "la acti- tervienen para modificar esas relaciones. Los análisis del proceso de trabajo,. la
vidad adecuada a un fin, o sea, el propio trabajo, su objeto y sus medios" (El capi- organización social y técnica de producción, las caracterfsticas materiales del ca.'-
tal, l, p. 131.) 4 pital fijo, y cosas por el estilo - todas consideradas desde el punto de vista del .va.~
Los estudios tle M ux sobre la economía política lo llevaron a sentir una pro- lor de uso-. se entretejen i:on el estudio del valor de cambio y el valor en forma
funda suspicacia hacia las clasificaciones universales de este tipo. El vefa a las intrincada. En el caso del capital fijo, por ejemplo, encontramos a Marx afir:-
propias categorías como Ltn producto de una determinada sociedad, y buscó mando una y otra vez que el valor de uso aquf "desempeña también un papel,,
conceptos que pudierar. servir pa~a distinguir al capitali~rno de otr~s. for~as de como cate,soría económica" lGrundrisse, 11, p. 65). Una máquina e~ un valor .de.
producción y por lo tanto que sirvieran como base para disertar la.lo~ica interna uso producido bajo relaciones de producción capitalistas. Personifica el valor;
del capitalismo. En esta forma, Marx trata de hacer que su matenahsmo sea ge· de cambio y el valor. Además, tiene un papel sumamente importante en lá mJ:
nuinamente hi!llórico. dificación del proceso de trabajo, las estructuras de producción, las relaciones
En b. primera página de El capital, Marx trata de separarse del valo.r de uso entre los insumos y los productos, y cosas por el estilo. La producción y el uso de
argumentando que la comprensión de la naturaleza exacta de las necesidades y máquinas cae dentro del terreno de la economfa polftica.
deseos humanos "no hace ninguna diferenda" y no contribuye en nada a un es· No estamos aún en posición, naturalmente, de entender cómo modifican al
tudio de la economia polftica. No podemos diferenciar a las sociedades sobre la concepto de valor de uso las relaciones capitalistas de producción (y al mismo
base de: sus valores de uso. Por lo tanto, "descubrir los diversos usos de las cosas ei; tiempo cómo las modifica éste) porque aún nos falta captar las interpretaciones
trabaje de la historia" más bien que de la economfa politica. . marxista del valor de cambio y del valor, per'!'.l sería útil considerar cómo evoluciona
E.5to na sido interpretaJo por algunos en el sentido de que Marx consideraba h comprensión marxista del valor de uso en el curso del análisis, examinando
·que las r.aracterfsdcas estructurales del capitalismo se podfan investigar indepen- con detenimiento un ejemplo importante.
dienternente de cualquier consideración del valor de uso. Nada podfa estar más Consideremos la concepd6n de las necesidades y deseos humanos que Marx
lejos de la verda.d. De hecho, si Ma~x ~ubiera ton:iado ~erd~~erame~te ese cami- parece relegar a una mera cuestión de historia en la primera página de El capi-
no, habría destruido la base matenahsta de esa mvesugac1on. Habiendo recha- tal. Ya al final de la primera sección, después de un breve examen del valor. de
zado el valor de uso como una categorfa universal en la primera página de El ca- cambio y del valor, Marx modifica su argumento e insiste en que para producir
pital, Ja vuelve a introducir como una categorfa relacional en la segunda. La mercancías "no basta producir valores de uso, sino que es menester producir va-
mercancía es concebida como una personificaci6n del valor de uso y del valor de lores de uso para otros, valores de uso sociales". A menos que la mercanda satis·
cambio. Esto prepara la escena p.ua considerar el valor de uso en relación con el
valor de cambio y con el valor. 5 capital. También señala ia siguiente declaración bastante sorprendente en Sweezy (1968, p. 26) de
que "Marx excluyó el valor de uso (o como se le llamarla ahora, "utilidad") del campo de la investi-
4 Stttdman (1977), basándose en lo que dice Sraffa (1960), reinterprela a Marx a la luz de las gación de la economfa poUtica basándose en que no personifica directamente una relaci6n soci~l''. .,
caraclerlsticas de los sistemas de producción flsicos. Fine y Harris (1979) resumen las critica!: d~ este Swec:zy, como señala Rosdolsky, está duplicando aquf una mala interpretación de Marx que se re-
enfoque. monta por lo menos a los escritos de Hilferding a principios de la dfcada de 1900. '.'
s Rosdolsky (1977, pp. 75·98), explica perfectamente el uso de Marx del concepto "valor de • Todas las citas que aqut se hacen de los Grundri.sse están tomadas de la edición del FCE, .JFME,
uso" y la manera en que se emplea el concepto, principalmente en los Grundrisse pero tambi~n en F.I 15. y la paginación corresponde a este tomo.
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RELACION~ ¡~!'· 1füi


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MERCANC!AS, VALOm Y DE CLASE
20 MERCANClAS, VALORES Y RF.LACIONES DE CLASE

cantidad deben producir de una mercancía en vista del precio promedio de yen~, .i:::, J-
~aga u~a necesidad o deseo social, no puede tener ni valor de cam?io ni valor (El ta, y compran ciertas cantidades de me;cancfas a precio de compra a; fm~de '.-.;. ·..•
capital, I, p. 8). La categorfa valor de uso, aunque ~hora ya se e~uende como un emprender la producción de mercancfas. En los hogares se decide qué cantidad : : '··.f_.:'.~f~,'
valor de uso social en relación con el valor de cambio y el valor, indudablemente se va a comprar de determinado producto en vista de su precio en relación ~QQ. ·!. ¡
·ya está realizando una función económica.. ·. . . sus d~eos y necesidades y del ingreso de que se dispone. Estas transacciónes ~.táp~ · · l.~::!:·~j
; Esto 'nos invita a considerar cómo modifica el cap1tahsmo las necesidades y fundamentales en la vida diaria bajo el capitalismo- constituyen eJ."mundo.de '! • :¡~Wtt
deseos sociales. A través de gran parte del primer volumen de El capital, Marx
da por sentado que estas necesidades y deseos sociales son conocidos. En lo que se las apariencias" o la "forma fenoménica" de la actividad económica; .El
ma de la economfa política siempre ha sido explicar por qué las merc~ncfa$;"e
probl~·.. ·.
. _
:·,·:r'..·:'_:,·:,_.J}.:'_f·;:,..:

refiere a los frabajadores, por ejerr.plo, los considera como "un producto históri- intercambian a los precios que lo hacen. :r~.,.~· )6ií~ '· ·.·.l f
co" que depende del "nivel de cultura de un país y, sobre todo, entre otras cosas, El valor de cambio, expresado a través del sistema _de precios, seda i:el~tiva~! ., ¡~~t !!·
de las condiciones, los hábitos y las exigencias con que se haya formado la clase d.e / mente fácil de entender si pudiéramos aceptar sin dudas dos premisas inicial~. . ..
los obreros libres" (El capital, l, p. 124). No obstante, luego Marx pasa a consi- 1
En primer lugar, una mercancía func~ona como un numeraire ia;iparci~~.:.
derar c6mo afecta la acumuladón de capital a las condiciones de vida del tra- -c~mo dinero- a fin de que los valores relativos de todas las demás mercanc;:fll,
.!:
bajador. El "nivel de vida" del trabajador se ve ahora como algo que varía de
acuerdo con la dinámica de la acumulación capitalista.
se puedan expresar sin ambigüedad como un precio. En segundo lugar,.,vivim~s.
en un mundo de producción de mercancías: todos los productos son producidos para ·
··.·.;J,
,; Hacia el final del segundo volumen de El capital, Marx da un paso más allá. intercambiarse en el mercado. En una sociedad capitalista, estas dos premis~~. · .· ~:
La totalidad del sistema flsico de reproducción es separado en tres sectores que parecen casi "naturales", no parecen plantear dificultades serias, aunque s6.l.Q.
',,: i
:-~~
. producen medios de producción, mer~andas-salario. (!1ecesidades) y ~rtículo~ de sea porque reflejan circunstancias que nos son familiares. Armados c~m ellas,: :J
lujo. Las corrientes entre los sectores tienen que eqmhbrars~# (en c~nudad, Vill~r podemos proceder a analizar directamente el sistema de precios. Vemos qué la~.
y términos monetarios) si ha de ocurrir.la simple repro~ucc1on o s1 ha de ocurr~r mercancías se intercambian de acuerdo con precios relativos y que los precios
una expansión ordenada de la producción. La concep~16n ~e los deseos y ?eces1- cambian en respuesta a la oferta y la demanda. El sistema de precios evidente."¡.
dades de los trabajadores experimenta ahora otra modificac1~n. Los trabaJad~res ment<: proporciona un mecanismo descentralizado sumamente sofisticado par;
conflan en la producción capitalista de mercandas para satisfacer sus necesida- coordinar las diversas actividades de innumerable 1 agentes económicos de dive~~;
des, y al mismo tiempo los productores de mercancf~s c~nflan en que los tra?aJa- sa índole. Además, parece como si las leyes de la CJferta y la demanda fueran su·,
dorc11 gn11tcn su clin<'ro en las m<'rcandas.ci11~ In!! capuah11ta11 pucclcn ~rorluc1r. F.t fidcnl<'s parn <xplinir los pr<-cios r<-lativos.
0
. ·;
sistema de producción (bajo control cap1cahsta) responde a las necesidades y de- Marx acepta la importancia de la oferta y la demanda para equilibrar el mer·
seos del trabajador y a la vez los crea. cado, pero niega con vehemencia que la oferta y la demanda nos puedan decir
Esto prepara el camino para considerar la producc!ón de nuevos con.s~mos algo acerca de cuál será el equilibrio de los precios de las mercancfas.
como un aspecto necesario de la acumulación de. capital. Esta pr?d~~c1on de
consumo se puede lograr en diversas formas: "·~n pnm~r lugar, amphac10~ cuan- Cuando la oferta y la demanda se neutralizan redprocamente, dejan de explicar nada,
titativa del consumo existente: en segundo lugar, creación de nuevas neces1dad~s, no influyen en el valor comercial ni nos ayudan en lo más m(nimo a comprender por
mediante la exlensiún de las necesidades ya existentes en un círculo más ampho; qué el valor comercial se expresa precisamente en esta suma de dinero, no en otra. Las
en tercer lugar, creación d<> nuevas necesidades, descubrimientos y producci~n verdaderns leyes internas de ia producd6n capitalista no pueden explicarse, eyidente~
de nuevos valores de uso" (Grundrisse, 1, p. 277). El concepto valor de uso cambia mer:te, por el juego mutuo de la oferta y la demanda. (El capital, 111, ;>p. 192-19S.t,
así de algo incrustado en "cualquier sistema de necesid~des humanas" a una ·l·
comprensión más e!:ipecífica de cómo se moldean las necesidades y deseos huma- Ésta es una afirmación muy drástica, y tenemos que ver cómo la ja.:..stifica Marx,.
nos bajo el modo de producción capitalista (véase Lebowitz, 1977-1978). Finalmente lo explica en el capítulo 111, pero una de las piezas claves de su argu·
mento está en su análisis del dinero. . Í'

b) Valor de cambio, dinero y sistema de precios 6 Debemo:. señalar que Marx siguió en esto a Ricardo. É,,te consideró que la oferta y la de~~~d.~
eran importantes como un mecanismo de equilibrio pero, como Marx, no consideró que era una con~.
cepdón suficientemente fuerte del mundo como para formar la base de la teorla riel valor. "Usted di·
Nada es más necesario para el funcionamiento de la sociedad capitalista que la. ce que la oferta y la demanda regulan el valor", le escribió a Malthus, pero "esto, según creo, no dice
trans~cción elemental en la cual adquirimos cierta cantidad de valor de uso a nada" (citado en Meek, 1977, p. 158). La oferta y la demanda es el meollo de la teorla del valor rieo·
cambio de cierta suma de dinero. La información generada por estas transac- clásica y marginalista, pero la critica de Sraffa ( 1960) de esta última ha hecho retroceder por lo me-
ciones -que la tvnelada de trigo cuesta "x" cantidad, lo mismo que un par de nos a an segmento de la teorfa económica contemporánea hasta la base común proporcionada, por
ª!
I .

zapatos o una tonelada de acero- proporciona señales que nos sirven ~e guía Jo menos a este respecto, por Marx y Ricardo. Meek tiene una buena explicación sobre este punto
(1977, cap. 10).
tomar decisiones de producción y de consumo. Los productores deciden que

r.· ...
22 MERCANClAS, \A LORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANCÍAS. VALORES V RELACIONES DE CLASE 2!!.

' Marx inicia su argumentación en El capital tratando el valor de cambio como imposible sin dincr3 que lo facilite. Por tamo, el crecimiento del cambio .y la '
~¡ fuera un asunto sencillo, a fin de llegar a su definición inicial sobre la teoría aparición de una mercancía-dinero van necesariamente de Ja mano.' - I· -.1d···
del valor; pero luego regresa inmediatamente a cuestiones de intercambio pt1.ra La mercancía que asume "el símbolo de dinero" llega a ser diferente t. todas las
mostrar que es algo verdaderamente problemático y que su estudio, en relación demás. Un análisis de sus características especiales rcsuJta ilustrativo, puesto que ..el
al valor. es mt..y ilustrativo. Su línea de conducta general es mostrar que el va!or enigma dr.lfetichc di11cro no es. por tamo, más que el enigma del fetiche mercancía,r
de cambio de una mercanda no se puede entender sin analizar la naturaleza del que cobra en el dinero una forma visible y fascinadora" (El capital, 1, p. 55). _.
"dinero" que permite que c-1 valor de cambio sea expresado inequívocamente co- La mercancía-dinero. como cualquier otra mercanda, tiene un valor, an va·
mo un precio. En particular, pone en tela de juicio la idea de que cualquier lor de cambio y un val01 ele uso. Su valor es determinado por el tiempo de trabk¡
mercancía pueda ser alguna vez un numeraire imparcial, y trata de mostrar que, jo socialmen1e necesario que se utiliza en su producción, y refleja las condiciones
por el contrario, el dinero personifica una contradicción fundamental. sodalC"s y físk••s csp<'cífic.:.as del proceso de trabajo bajo el cual es producido. Los
La tarea básica, afirma Marx, "no estriba en saber que el dinero es una mer· valores de rnmbio de todas las demás mercancfas se miden contra el patrón fo.r;·
canda, sino en saber cómo, por qué y de qué modo lo es" (El capital. l. p. 55) . El mado por escas condiciones específicas de producción de la mercancfa-djn~Í'c:?J
dinero~ una creación social. "La naturaleza", argumenta Marx, "i;to produce dine- Desde esr.e punto de vista, el dinero funciona como una medida de valor. y.su Ja·
ro, como no produce banquero~ o letras de cambio" (Grundrisse, 1, p. 131). Ade- lor de cambio supuestamente debe reflejar ese hecho. El valor de uso del din«1tº.
más, el dinero no ha sido cstabJeddo arbitrariamente o por meros convencior.a- consisle en que facilita la circulación de wdas las demás mercandas. Desde ~te·
lismos. La mercanda Ilamada dinero fue producida en el curso de la historia por punto de vista funciona como un medio de circuladón. Sin embargo, en el curs9i
un proceso social específico -la participación en actos de intercambio- que se de la lubricación del intercambio del dinero adquiere un valor de cambio que se,.
tien~ q'.te entender si hemos de penetrar alguna vez en la lógica interna del siste- forma como "el re.f7ejo, adherido a una mcrcanda, de las relacion~ que n;ie~i~~i;i1
ma de precios. 7 cmre todas las demás" (El capüal. 1, p. 53). El dinero llega a tener el valor de lo.que
Marx trata la forma mercanda simple como el "germen" de la forma moneta - puede comprar. Como resultado, la mercan::ía-dinero adquiere un valor de c~~!P;
ria. Ur. análisis del trueque directo muestra que las mercancías pueden asumir lo <lual, el valor dictado por sus propias condiciones de producci6n (su valor Y.~
que él llama forma de valor "equivalente" y "relativa". Cuando una comunidad cambio "inherente") y el que dic!a lo que puede comprar (su valor "ref1ejq")~ h
mide el valor de los bíencs que se adquieren contra el valor único de un bien del €.sta du.ilidad surge, explica Marx, pvrque el valor de cambio, que conc~.bi­
cual se deshace la gente, este último funciona como su forma de valor equivalen- mos inicialmente como un atribuco inherente de todas las mercandas, ahora ~s;:
te. En un estado inicial. cada rnmunidad o agente de trueque posee mercancías tá representado por un patrón de medición que se encuentra fuer.a y separadQ de,
que operan como la forma de valor equivalente. Con la proliferación del inter· las propias mercancí<:>s (Grundrisse , 1, pp. 51-52). El problema de c..>mo repre- -
cambio, una mercanda (o conjunto de mercandas) probablemente surgirá co· sentar y medir los valores queda solucionado en esta forma, peTO se llega a esta
mo e} "equivalente universal" -una mercancía-dinero básica como el oro. Los solución a expensas de volver inherente la dualidad del valor de uso y el ~IQr .•
valores relativos de todas las demás rnercandas se pueden expresar entonces en dentro del valor de cambio del propio dinero. En pocas palabras, el dinero "so::-
términos d<· esta mercancia·<linero. En consecuencia , el "valor" adquiere una lucion.il las comradícciones del trueque directo y el intercambio, a cambio de
medida claramente reconocible, única y socialmente aceptada. La sustituc.ión plantearlas como contradicciones generales" (Grundrissc, 1, p. 200). Todo esto
de muchas determinaciones diferentes del valor de cambio (subjetivas y a menu - tiene algunas ramificaciones muy importantes. •; ,
do accidentiles) a una medida monetaria establecida es producido por una pro- Podemos ver, por ejemplo, que la cantidad cota) de dinero que circula en Ja
liferación de las relaciones de intercambio hasta el punto en que la producción sociedad a determinada velocidad tiene que ser suficiente para facilitar una can·,
de bienes para el cambio se convierte en "un acto social normal" . Por otro lado, cidad decenninada de intercambio de mercancías a precios apropiados. Podemos
también podemos ver que un sistema general de intercambio de mercancías sería designar la demanda de dinero como P Q (donde Pes un vector de los precios
0

y Q las cantidades respectivas de mercancías en circulación) y el abastecimien·.


7 Lo5 estudio~ sobre la teorfa del diacro rlc M;1rx son pocos y espaciados. Rosdolsky (1977) da una to <le dinero como M· V (donde JW es la cantidad de dinero disponible y V es su
excelente explicación de cómo lkgó Marx .1 su concepd6n final del dinero. Mar:r: on Money d1• í't.' velocidad de circulación). En equilibrio, MV = PQ (El capüal, l. p. 81), Si la
Brunhof.f (1976) es ütil. pero como índica ~u auwcritica al final. esta autora pasó por alto varios pun-
cantidad de mercancias en circulación aumenta rept:ncinamente, mientras que
tos que trata de incluir en su~ obras postcriorc~ ( 1!J76b y 1978) que en gt"neral son excelentes. Harris
(1976; 1979) y Barrere (1977) también h;ln reunido alg(m material de interés. Sin embargo . lo que es M y V permanecen constantes , entonces el valor reflejo de la mercancia-dinero
inquietante es la fu1ma er> que las obras S'!ncralcs sobre Marx a menudo hacen a un lado el problema subirá a un nivel que puede estar muy por encima de su valor inherente.1 Un
del dinero como un tópico especial. en vc1. de tr.:nn.rlo corno el centro de todo el análisis. La única ex- aumento en el abastecimiento de dinero o en su velocidad de circulación puede
cepción es Mandel (1968). que en forma cncomiahle integra el dinero y el crédito en su tcxw . Del rectificar esto, pero el volumen del intercambio de mercanc:as estará fluctuandp
mismo modo, hay un p~lisro inherente en la aparición ele estudios especiales que tratan la teorfa dd i·
dinero de Marx como algo que S<' puede trata'r por st~parado de los demás aspecros de su teoría. Esp<" perpetuamente, día a día, mientras que las circunstancia! que hicieron que de- ·''·
ro evitar este escollo en los ca plt u los J x y x. terminada mercancía fuera seleccionada como mercanda-dinero (escasez, cte.)

..
::Y.~r:.:; ::,:;rrt.,
: !\'~f ·~~
·24· MERCANCIAS, V A LORES V RELACIONES DE CLASE MERCANC!AS, VA LORES Y RELACIONES DE CLASE 25. :. : '..)~h/
~ilitan 'en contra de un ajuste instantáneo en su abastecimiento. Una forma po-
. •' ..... ,. ~.;·:

ción para obte11er más dinero, una ganancia, y al dinero que circula en ésta for·í:.· · : '.: ~~;p ·
)ible 'de salir·de esta dificultad es crear un fondo de reserva, una acumulación, ma M: le llama capital. ·¡¡ ~i, ni t .; , ': ~.;}~
:·qtie se· puede usar flexiblemente frente a fluctuaciones potencialmente amplias en el . Hemos llegado al punto en que podemos ver que :as condiciones de intercam! : ,;~!~
~:yolum~n 'del intercambio de mercandas. Otra posibilidad de usar algún dpo de sis- b.10 general de m~rcancfas hacen que la forma de circulación capitalista sea 50J. ,: " .. ·¡~J~.:
:_:téina de crédito, y luego usar la mercanda·dinero para pagar el saldo de las cuentas cialmente necesana. Esto tiene multitud de implicaciones sociales. Se crea un e&¡··: · · \;~¡
'álfuialde determinado periodo de tiempo (un dfa, un mes o un año). En esta pacio. ~cial en que. las oper~ciones del. cap!talista se vuelven necesarias 'a fin de' : ·. :;T f
fofma:la demanda de dinero se puede reducir considerablemente y los efectos de estabihzar las relaciones de intercambio. Sm embargo, . . : · · :: • ·! ';,!'i · : f:· /
)as·3flilctuaciones que ocurren dia a dfa en el volumen del intercambio de . . ~.~ :.··, ,(:l~.'
. •t'"·!;
·~ . ~· '
~ercandas se pueden neutralizar. '¡,.•f; i
actúa como capt"talista, como capit~l personificado, dotado de conciencia y d~ vol~-: : · ; • ·,'?'1:·".~!. ~
.P''7~tó enfoca inmediatG.mente nuestra atención sobre cienas funciones adi· t~d, .en la med1~a en q~e sus operaciones no ti~nen más motivo propulsor que la apro.~
.'·~fünale5 del dinero: como una reserva de valor y como un med!"o de pago. Ambas
Aependen ·de la capacidad del dinero para operar como ·ur..a forma independien-
piación progresiv.a de nqueza ~bs~racta. EJ valor de wo no puede, pues, considerarie.
Jamh coll'!o fin directo del capitahsmo ... Este afán absoluto de enriquecimiento, esta:
.. i:w~.:
.:~\ :!¡!\
·te"éle poder social, que a su vez se deriva del hecho de que el dinero es la expre· ca.rrera desenfrenada en pos del valo! h.ennana al capitalista y al atesorador;~ pero~ · ·.
mientras que ~ste no es más que el capitalista trastornado, el capitalista es el at<.sorador ·
S\ón social del propio valor. "El individuoº, sugiere Marx consecuent(:mente,
nacional. El ~ncremento i?saciable de valor que el atesorador persigue, pugnando .p0·~ .
"lleva consigo, f•n su bolsa, su potencia social a mur.era de nexo con la sociedaci" salvar a su dmero de la circulación, lo consigue, con más inteligencia, el capitalista;' . :« ',~·
'(Grundrisse, 1, p. 61). Este poder social es "alienable sin restricción o condiciones", lanzándolo una y otra vez, incesantemente, al torrente circulatorio (El capital, f, p. 109)'.~
y;i por tanto, llegar a ser el "poder privado de personas privadas" (El capital, 1,
'pp: llO y 132): La codicia de ese poder social lleva a la apropiación, el robo, la Asf llegamos a la pregunt1 fundamental que podemos hacer a una 5oci~~d.'c~;·
: '":' )¡i[f,
,-:
:aCU.mulación: -todo se vuelve posible. Marx se extiende considerablemente,. pitalista.: ¿de dónde vienen las ganancias? S6lo la teorfa del valor nos puede :dai:
con detalle en Grundrisse, 1 (véanse particularmente las pp. 51-81), para dcscri· los medios para contestar esta pregunta. · : ·:.
birlos efectos destructivos de la monetarización, a través de las relaciones de po· . : ?lf
der social, sobre las sociedades tradicionales.
En El capital, Marx se ocupa de demostrar otro punto. Si el uso del dinero co· ''1~(
mo una reserva de valor o como un medio de pago proporciona la única forma '
' c) La teoría del valor r::;t~ . :·);_.(~
de mantener equilibradas las dos formas de valor de cambio inherentes en el di-
Aho~a po~emos con~iderar la teorfa del v~lor implfcita en los procesos de ,Pi-~ ~·'.
1

nero, entonces esto requiere que el poder social del dinero se use en.cierta forma. :" 1 .:'·~~.l:.f •.

Si la acumulación es necesaria para equilibrar el proceso de intercambio (El ca· duc~ión e intercambio de mercancfas. A diferencia de los valores de uso y de..los· ·
pital, I, p. 91), entonces esto implica que el dinero acumulado se debe usar de precios, no ha y un punto de partida evidente para este análisis. o comenzamos. .;_, .: \i.:.·.;
acuerdo con ciertos principios racionales; el dinero se debe retirar de la circula· co~ ~na suposición a pn·ori sobre la naturaleza del valor, o buscamos una teoi;a · .·
ción cu2ndo la producción de mercancfas esté·baja, y ponerse de nuevo en circu- O~JdetidvaMdel va~or a través de una investigación material de cómo funciona la So"' .:._:_~!.·;
lación cuando reviva la producción de mcrcancfas. Cuando el dinero se usa co- cie a . arx sigue el segundo camino. Puesto que en nuestra sociedad el mu~dó ·
mo medio de pago, todos los agentes en el proceso de intercambio se convienen de las apariencias está dominado por los precios de cienas cantidades de valorci de .. ; ;.· .· :,'.: .·.
en deudores o acreedores, y esto implica de nuevo ciertos principios coherentes uso, éstos proporcionan los datos para establecer una versión inicial d~ la te~rta"
para contraer deudas y para pagarlas. En ambos casos nuestra atención se enfo- d~l val.ar. Una vez que esta última está en su lugar, se puede examinar la rela;.: J~
ca en detenninada forma de circulación. Asf entendemos por qué la circulación de ción dialéctica entre los valores, los precios y los valores de u&O como un medi~ 1
· ·· d~
para analizar la lógica interna del capitalismo. .. . :, .·'(p
El argumento inicial en El capital llama la atención por su simplicidad.:~M~ · t·:,r~
dinero, como· un fin en sf misma, aparece como "una necesidad social que brota au·
temáticamente de las condiciones del proceso de circulación" (El capz~al, I, p. 94).
·: Marx define la forma de circulación de las mercandas (mercancfa-dinero·
rilercancfa, o M·D-M en forma abreviada) como un intercambio de los valores
define la ~ercan~fa como la personificación de los valores de uso y de
los separa inmediatamente y procede directamente a analizar el valor de cani-·
cam~ib,'. ~_.-,}ti ·¡, :·
.'!::'..:·::.:·:-.:·.
. ;
de uso (el uso de zapatos contra el de pan, por ejemplo) que. depende esencial- bi~. El hecho ~e i~alar dos valores de uso diferentes (que son ellos mismos cuali~·
mente de la.s cualidades de los artfculos que se intercambian. El dinero funciona tauvamente diferentes) en el intercambio, implica que ambos valores de uso , '.'>'
aquf como un cómodo intermediario. Ahora encontramos una forma de circula· tienen algo en común. El único atributo que tienen en común todas las mer~an- . ;.:
ción, M·D-M, que comienza y termina con la misma mercancfa exactamente. ¡¡. cfas es que son productos del trabajo humano. "Pues bien, considerados cQmo · •··
La única motivación posible para poner dinero en circulación en fonna repetida cristalización de esta sustancia social común a todos ellos, estos objetos son valo- .. ~~
es obtener al final más dinero del que se posefa al principio. Una relación cuanti- ref., valores-mercandas" (El capital, 1, p. 6). · ' 1 • ,, 1,

tativa reemplaza las cualidades del intercambio. El dinero es puesto en circula· El argumento es casi idéntico al que presentó Ricardo en Prlncip1:os de ecofiO.. * ... ~
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26 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE


1 MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
27 · T'l.•1·:.
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mía política y tributación. Marx parece seguir totalmente a Ricardo tratar el al bajo relaciones de producción capitalistas. Al mismo tiempo. la teoria del valor· ·. : l~.·.
problema del valor, en esta etapa, como el problema de encontrar un patrón
apropiado para el valor. 6 Su única modificación es que introduce una distinción 1 trata de llegar más aUá del problema de definir simplemente un patrón de valor pa-
ra determinar los precios relativos de las mercandas. La teoría del valor viene a
,

entre el "trabajo útil" definido como ''trabajo humano realizado con un objetivo reflejar y a personificar las relaciones sociales esenciales que son el meollo de la ·
definido para producir \'alorc.s de uso" y el "trabajo humano abstracto", que forma de producción capitalista. E! valor es concebido, en pocas palabras, como
"crea y forma el valor de las mercancías" (El capital, 1, pp. 41-46). Sin embargo. una relación social, pero Marx no nos arroja este concepto arbitrariamente,.co·
el argumento de Marx ahora parece redundante, puesto que el patrón del valor mo una construcción a prion:. En vez de eso, trata de mostrarnos paso por paso
es ese aspecto del trabajo humano que crea el valor. que éste es el único concepto del valor que tiene sentido; que la ley·d~l val9r co-
Marx rompe la redundancia por medio de un análisis de la diferencia entre el mo él la concibe opera realmenre como una gula dentro de la historia del capúa-
trabajo abstracto y el concreto. Todo trabajo es concreto en el sentido de que lismo. La prueba de esto debe estar necesariamente al final de su análisis, no al:
abarca la transformación material de la naturaleza, pero el intercambio en el principio. 9 . · «i."·
mercado suele borrar las diferencias individuales tanto de las circunstancias de Marx tomienza casi de inmediato a explicar qué es lo "socialmente necesa~
la pr.,ducción como en las personas que realizan el trabajo. Si yo pM.gn de acuer- rio". Nos dice que es el trabajo "que se requiere para producir un valor de uso
do con el tiempo de trabajo real personificado, entonces cuanto más perezoso sea cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el grado medio de
el trabajador más le debo pagar, pero en general yo pago el precio que rige en el destrell e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad". Esto no se puede
mercado. Lc1 que realmente sucede es que la conmensurabilidad de las mercan· entender sin regresar a un análisis del valor de uso. En primer lugar, la producti-,
cías adquiridas a través del intercambio hace que el trabajo personiticado en vidad del trabajo es consideiada en términos puramente fisicos: la determinan;
ellas bea igualmente conmensurable. S1 se requiere un dia como promedio para "el grado medio de destreza del obrero, el nivel de progreso de la ciencia y de sus
fabricar un par de zap:uos, entonces el trabajo abstracto personificado en un par aplicaciones, la organización social del proceso de producción, el volumrn y la "·
de za.patos es un dfa, sin importar si le tomó a determina.do trabajador 2 o 50 eficacia de los medios rle producción, y las condiciones naturales" (El.capital, ~..' .
hora:; fabricarlo. El trabajo abstracto es definido entonces como "tiempo de tra- pp. 6-7). En segundo lugar, el trabajo no puede crear un valor a menos que cret1
bajo socialmente necesario". (El capital, I, p. 7 .) un valor de uso social, valores de uso para otros. Marx no entra en detalle:.. sobre.·
Todo lo que esto hace es insertar el calificativo de "socialmente ne.:esario" lo que quiere decir por un "valor de uso social" en esta etapa. Simplemente afl~.~. ,:. : .
dentw de la teorfa de Ricardo que considera el tiempo de trabajo como el maque el valor tiene que ser creado en la producción y realizado por medio dt;l >
patrón del valor. Esto casi no hace que la versión de Marx sea suficientemente intercambio y consumo si ha de seguir siendo un valor. Este breve regreso a la ·es\ '.
fuerte como para soportar el peso de todo'i los análisis subsecuentes, ni parece su- fera del valor de uso es una muestra de gran parte de lo que vendrá.~ ,;
ficientemente profunda como para justificar que se le trate como la base sólida Por ahora Marx opta por enfocar más de cerca el valor en relación con el va~
de la teorfa marxista y por tanto como una premisa que se debe defender a toda lor de cambio. Su investigación de las formas materiales del valor logrado po~
costa. Cierto, pero sólo hasta que preguntamos qué quiere decir exactamente medio del intercambio revela que la sustancia del valor -el trabajo .humanó
"socialmente necesario". abstracto - puede regular la producción e intercambio de mercancfas· s6lo si.
La invocación de la necesidad social debe ponernos sobre aviso. Contiene las existe una forma de representar materialmente ese valor. En seguida llega a Ja
semillas de la crftica de Marx de la economia polftica asf como de su disecció:.1 conclwión: "El dinero, como medida de valores, es la forma o m.anifestaci6n ne~
del capitalismo. Lo que Marx nos mostrará eventualmente, en una disertación cesaría de la medida inmanente de valor de las mercancfas: el ·tiempo de· '
llena ele profunda preocupación por establecer los linderos entre la libertad y la trabajo" (EL capital, 1, p. 56). . n
necesidad bajo el capitalismo, es que el trabajo humano en su forma abstracta es Nótese una vez más la invocación de la necesidad. Cuando relacionamos esto.
una destilación, finalmente lograda bajo relaciones de producción muy especffi .. con la idea anterior del "tiempo de trabajo socialmente necesario" llegamos: á.
cas, de una variedad aparentemente infinita de áctividades laborales concretas. una premisa importante. La existencia del dinero es una condición necesaria P.ª~
Descubriremos que el trabajo abstracto se puede convertir en la medida del valor ra la separación y destilación de lo abstracto del trabajo concreto. · ;, -i'rri
sólo en el grado en que se vuelva general un tipo especifico de trabajo humano, Podemos ver por qué sucede esto examina'ldo las consecuencias de un creci"l
el trabajo por un salario. miento en las relaciones de intercambio. Este crecimiento, como ya hemos visto,.
&to diferencia inmediatamente la teoria del valor de ~arx de las teorfas del depende del dinero y al mismo tiempo propicia su existencia, pero iambién .tiene.
valor-trabajo convencionales (en particular la de Ricardo). Marx conviene una consecuencias para la distinción entre el tr2.bajo concreto y el abstracto:·,, · :
declaración universal no histórica en una teoria del valor que opera únicamente
P ltoh (1976) prooorciona un estudio excelente de la forma en que Marx usa los argumentos de
Ricardo para dar forma a su propia concepción en EJ. capüal, y el anfculo de Pilling (1972) también 9 El contraste enrre este punto de vista y otras interpretaciones de la teorfa del valor será co~ide-:
es de considerable interEs. Véase tambi~n Elson ( 1979). rado en el apt'ndice de la p. 35. · '.
1.· ..

" ,.: . ·'¡

. ~

28 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE


MERCANCIAS. VALORES Y RELACIONES DE CLASE 29

Es en el acto de cambio donde los productos del trabajo cobran una materialidad de
valor socialmente igual e independiente de su múltiple y diversa materialidad flsica de El intercambio de mercancías por dinero es suficientemente real, y no obstante
objetos útiles. Este desdoblamiento del producto del trabajo en objeto útil y materiali- oculta nuestras relaciones sociales con los demás detrás de una sola cosa, la pro- ·
zación de valor sólo se presenta prácticamente allr donde el cambio adquiere la exten· pia forma monetaria. El acto de intercambiar no nos dice nada acerca de las
sión e importancia suficientes para que se produzcan objetos útiles con vistas al cambio condiciones de trabajo de los productores, por ejemplo, y nos mantiene en un esta·.
. ·.. A partir de este instante, los trabajos privados de los productores asumen, de he- do de ignorancia con respecto a nuestras relaciones sociales ya que éstas son m_edfa-
cho, un doble carácter social. De una parte, considerados como trabajos útiles concre· das por el sistema de merc.ado. Nosotros respondemos únicamente a los precios . 1
¡:
tos. tienen necesariamente c1ue satisfacer una determinada necesidad social y encajar, de cantidades de valores de uso. Esto también indica que, cuando intercambia- .-_;
. por tanto, dentro del trabajo colectivo de la sociedad, dentro del sistema eler.1ental de
la divisi6n social del trabajo. Más, por otra pane, sólo serán aptos para satisfacer las mos cosas, "implicamos la existencia del valor ... sin estar conscientes de ella~? ..
múltiples necesidades de sus pi opios productores en la medida en que cada uno de esos La existencia del dinero - la forma del valor- oculta el significado social del pro~
trabajos privados y útiles concretos sea susceptible de ser cambiado por cualquier otro pio valor. "El valor no lleva escrito en la frente lo que e.s." (El capital, 1,-p. 39~).
trabajo privado útil, o lo c¡ue es lo mismo, en la medida en que represente un equiva- Consideremos ahora la relación que esto implica entre los valores y los pr~·~
len1:e suyo. Para encontrar la igualdad toto coelo de diversos trabajos, hay que hacer cios. Si el sistema de precios permite la formación de valores al mismo tiempó
forzosamente abstracci6n de su desigualdad real, reducirlos al carácter común a todos que oculta la base social de los valores, entonces la magnitud de los precios relativos
ellos como desgaste de fuerza humana de trabajo, como trabajo humano abstracto. (El no tiene que corresponder necesariamente a la magnitud de los valores·relati:..
ca¡~:~al, 1, pp. 38-39.)
vos. Marx considera que las desviaciones entre las dos magnitudes 11 no son un de·
fecto", porque "adoptan admirablemente la forma de precio" a una situación
El rápido movimiento de Marx de una "ventana" a otra en el primer capitulo de que se caracteriza, aparentemente, por irregularidades sin ley que se compensen ·
El ca.fdtal nos ha llevado al punto en que podemos ver claramente las intercone- entre sf (El capüal, 1, p. 63). El flujo y reflujo de la producci6n ·de mercan~fás
xiones entre el crecimiento del intercambio, la aparición del dinero y la del tra· para intercambio, que provienen de las decisiones espont~neas d~ múlti~d ~é .·
bajo abstracto como una medida de valor. También hemos ganado 3uficiente productores, pueden ser adaptados por el sistema de precios precisamente por~
perspectiva de estas interrelaciones como para ver que la forma en que se nos que los precios son libres para fluctuar en formas en que no podrfa fluctuar ú.n'.a
apar!cen las cosas en la vida diaria puede ocultar y revelar en igual medida su medici.Jn estricta de los valores. Los valores, después de todo, expresan Un puh¿o
significado social. Marx capta esta idea en "el fetichismo de las mercancfas". de equilibrio en las proporciones de intercambio después de que la ofertay la de~ ..
La extensión del intercambio pone a los productores en relaciones cie depen· manda han sido equilibradas en el mere.ido. La flexibilidad de los predos per\
dencia reciproca. No obstante, se relacionan entre sf por medio de los productos que mite que tenga lugar un proceso de equilibrio, y por tanto,· es esencial para fa· .
intercambian en vez de relacionarse directamente como seres humanos. Las re· defi~ición de los valores. . · · . , I•
J
lacio·:-,es sociales son expresadas como relaciones entre cosas. Por otro lado, las Algo más problemático, empero, es que "la-forma de precio puede, aderriáS', · :.<·. ~
propias cosas se intercambian de acuerdo con su valor, que se mide en términos encerrar una contradicción cualitativa" hasta el punto en que "el precio ~eje de
de trabajo abstracto, y el trabajo abstracto se convierte en la medida del valor a ser en absoluto expresión de valor". Los objetos que no son producto del tt~bajÓ • .
travC:s de un proceso social especffico. El "fetichismo de las mercancías" descrfüe humano, tierras, conciencia, honor, etc., "pueden ser cotizados en dinero pot··
un estado en que "las relaciones sociales que se establecen entre sus trabajoii pri· sus poseedores y recibir a través del precio el cuño de mercanc{a.s" (El capital, ~; ·.·
vados aparecen como lo que son; es decir, no como relaciones directamente so· p. 63). Enton•:es, las mercancfas que son producto del trabajo humano se debén ·
dales de las personas en sus trabajos, sino como relaciones materiales entre per· distinguir de las "formas de mercancfa" que tienen un precio pero no un· valor-~,
· sonas y relaciones .sociales entre co.sa.s". (El capital, 1, p. 38.) F.ste tópico no se trata seriamente de nuevo hasta el tercer volumen de El tap~'tal. .
.No es un accidente que Marx exponga este principio general del "fetichismo Allf descubriremos el fetichismo que se da a las categorfas renta (que j>o'~e·u~ .· _
de las mercancfas" inmediatamente después de considerar la aparición del dine· precio a la tierra y hace parecer como si el dinero creciera en la tierra); 1~te~ .-.·
ro como forma de valor. 10 Ahora se ocupa de hacer un análisis a fin de usar el (que 1e pone un precio al propio dinero). Por el momento nosotros también ~~Jª,t.·,.
principio general del "fetichismo" para explicar el carácter problemático de la remos a un lado estas espinosas cuestiones. .. . \.' ·'. ·; ·· ,
relación entre el valor y su expresión monetaria: La caracterización de Marx del fetichismo de las mercancfas nos amma a ·coií1-
siderar con más profundidad el significado social del valor. En una· de sus prim~t :.
Pero esta forma acabada del mundo de las mercancfas - la forma dinero - , lejos de ras declaraciones sobre este·tema, Marx consideró el valor como "el modo' de.· . ·
re\·elar el carácter social de los trabajos privados y, por tanto, las relaciones sociales existencia civil de la propiedad". En El capital Marx no es tan drástico," j>éro"sin ~..
entre los productores privados, lo que hace es encubrirlas. (El mpital, 1, p. 41.) embargo esta dimensión de su argumento es de gran importancia. ,: , ·. ; ·.
El intercambio de mercancfas presupone el derecho de los propietarios.priv~~ ..
10 Rubin (1972) ha hécho algunos comentarios fascinantes sobre el tema del fetichismo en El ca-
dos a disponer libremente de los productos de su trabajo. &ta relación jurfdic;~. ,
pital de Marx.
no es sino "una relación de voluntad en que se refleja la relación económica"íd.e
30 MERCANCÍAS. VALORES Y REL/,CIONES DE CLASE !•l.l-.RCA1'4C:ÍAS. VALORES Y RELACIONES DE CLASE 31

intercambio (El capital, l, p. <18). Si se han de establecer proporciones de inter· un valor ele uso por otro bajo condiciones de libre intercambio a menos que valo·
cambio que 1eflej~n con exactitud los requerimientos sociales, entonces los pro· ráramos a los clos por lo menos igualmente bien. O, dicho en términos moneta·
ductores deben "tratarse entre sí como duefios privados de objetos aliem.:bles y rios, un peso equivale a otro peso en términos de su valor adquisitivo sin impor·
por implicación como individuos independientes". Esto significa que los "indivi · taren el boisillo de quién cslá. Todo el razonamiento de la operación del sistema
duos jurídicos" {personas, corporaciones, etc.) deben poder abordarse entre sí en de precios desea nsa en el principio de que "el cambio de mercancfas es siempre
condiciones de igualdad en el intercambio, como dueños únicos y exclusivos de un cambio de equivalentes" (El capital, 1, p. 113). Por tanto, la definición de los
las mercancías, con la libertad de comprar y vender a quien ellos deseen. La valores <lescansa en <'Sta idea restringida y bastante específica de la igualdad en
ex\stenda de condiciones de este tipo supone no sólo una sólida hase kgal de in- d sentido de que ciiv<'rso.s valores de uso producidos bajo diversas condiciones
tercambio sino también el poder para obtener los derechos a la propiedad privada y concretas de trabaju humano se reducen al mismo patrón, en el curso del in ter·
hacer valer los contratos. Este poder, naturalmente, reside en "el Estado". El Es· car.1bio en d mercado. Se lt:.~ puede poner tn una relación de equivalencia. Em-
tado en una u otra forma es una prccondición necesaria para el establecimiemo pero, una ve1 que hemos puesto esta idea de la igualdad firmemente en su lugar,
de valores. podemos usarla como una palanca para llevar toda la discusión de la lógica in-
En la medida en que estén garantizados k1s derechos a la propiedad privada y terna del capitalismo a un 11uevo plano de análisis más provechoso. Veamos có·
en ql:e se hagan valer los C\•ntratos, la producción se podrá llevar a cabo cacl::l mo lo hace !\larx.
vez más "porque son productos de trabajos privados independientes Lo.~ unos di:
los otros" y que expresan sus relaciones con la sociedad a través del intercambio
de su:. productos (El capüd, 1, p. 38). El sistema de precios, que también re· d) La teorifi de la plusvalía
quiere la reglament'}ción del Estado aunque sólo sea para garantizar la calidad
del dinero en circulación (véase más adelante el cap. x). facilita la coordina· 1 It~mos llegncfo al punto en que poJemos presentar una concepción del capital
ción cie las actividades espontáneas de innumerables individuos para que la prn· gue integre miescra comprensión de las relaciones entre el valor de uso. el valor
ducción alcance "la proporción cuantitativa ... que la sociedad requiere··. Po- de cambio y t•l valor. El capital. insiste Marx. debe definirse como un proct"so
demos, bajo escas condiciones, estudiar "la conducta puramente atomística de más bie;1 que como una cosa. La manifesr.ación material de este proceso existe
los hombres en su proceso social de producción, y, por tanto, la forma maleriul <:orno una transformación del dinero en mercandas, y de estas en dinero con una
que revisten sus propias relaciones de producción, sustraídas a su control y a sus gananci:i adicio11al: D - M - (D + ~). Sin embargo. como ya hemos definido el
actos individuales conscientes" (El capital, l, p. 55). dinero como la rep·•escnlarión material del valor, podemos decir también que el
Este modelo funcional de una sociedad de mercado con todos sus aditamentos capito.I es ·111 proceso ele e::pansión del valor. A esto le llama Marx la producción
políticos y legales prevaleció mucho, como es natural, en la econom~a p:>lí~ica de de plusvalía.
ese tiempo y se remonta, como ha demostrado tan hábilmente el profesor El capital debe, en el curso de su circulación, asumir las formas de dinero (va·
MacPherson, por lo menos hasta Hobbes y Locke. 11 Es evidente que Marx consi- lor ck rambio) y ele mercancías (valores de uso) en diferentes momentos:
deraba que la operación de la ley del valor dependía de la existencia de estas
condiciones básicas de la sociedad. Además, Marx considera que las ideas <l<· En realidad. el valor sr erige aquí c.>n sujt'I "> de un procelO en el que, b:tjo el cambio
"indi'lidualidad", "igualdad", "propiedad privada" y "libertad" adquieren signi · constanre d<' las formas de dinero y mercanda. su magnitud varía automáticamente,
ficados muy espedficrn; en el contexto del intercambio del mercado, significados despn·ndit~ndost• rnmo plusvalía de sí mismo. (E/ capital, 1, pp. 109-110.)
que no deben confundirse con ideologías más generales de libertad, indh·iduali-
dad, igualdad, etc. En la medida en que estos significados altamente específicos Sin embargo. no dt•bt:mos divorciar nuestra comprensión de este proceso de
se difunden totalmente en las ideas burguesas de constitucionalidad, creamos "aucoexpansión del valor" <le su expresión material. Por esta razón,
confusiones en el pensamiento y también en la práctica.
Consideremos, por ejemplo, que la idea de igualdad, desempeña un papel el valor necesila a11tc todo una forma independiente en que se contraste su identidad
clave en el argumento de Marx. Aristóteles había argumemado desde mucho an- consigo mismo. l•:-;1&1 forma sólo puede dársela el di1wro. Por eso el dinero constituye el
tes que "el intercambio no se puede reaJizar sin la igualdad", principio que Marx punto de arranque y d punto final de todo proceso de valorización . . . El valor se con-
cita aprobatoriamente. Esto nc1 significa :¡ue cada persona es o debe ser conside· vienr. por Lanlo, en tvdor /Jrogresivo, en dinero progresit:o, o lo que es lo mismo, en ca-
pital. (El ca/nial, 1, p. JIC.)
rada igual en todos aspectos. Simplemente significa que no intercambiaríamos

11 No quiero implicar Cfln esto que estoy enteramente de acuerdo con MacPher.iOn (1962), cuya obra
Esca definición de capital tiene algunas implkaciones de amplio alcance. E:1 pri-
Poüti'cal Theory <-f PolSessive Indir.idUlllism pasa por alto, entre otras cosas, la organización patriarcal de mer lugar, implica que el capital que funciona en la sociedad no es igual a la
las farrulias al mismo tiempo que se salta muchas de las complejidades reales. Véase Tribe (1978) y Mac- existencia total de dinero, ni es igual a la existencia total de valores de uso (que
farlane (19i8). El propio Marx trata ei;ros temas con algún detalle en los Grundrisse, 1 (pp. 15'1·165). podemv~i definir como el total de riqueza social). El dinero 'lUe guardo en mi
MERCANCÍAS. VALORES Y REL1\CIONES DE CLASE M ERCANC1AS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE
.!IS

bolsillo como un medio para comprar las mercandas que necesito para vivir ro valore~ como re~~ladores de. I~ proporción de intercambio. También podemos
está siendo usa::lo como capital. Lo mismo se puede decir de los valores de uso de deducir la conexion: la aparición de la forma capitalista de circulación y de los
la casa en que vivo o de la pala con la que trabajo en el jardfn. Exist~n. por lo valort!s como regulad?res del intercambio van de la mano, porque ambos son
tanto, muchas cosas que pasan en la sociedad y que no están relacionadas direc- producto de la extensión y expansión de éste.
tamente con la circulación de capital, y por tanto debemos resistir la tentación En el libro de .Marx las contradkciones rara vez se resuelven, casi siempre se
de reducir todo a ~stas simples categorfas marxistas. El cap·¿tal monetario es, en- desplalan, y lo rm.smo sucede en este caso. La forma capitalista de circulación des-
tonces, esa parte de la existencia total de dinero, y el capital productivo y en c:insa en una desigualdad porque los capitalistas poseen más dinero (valores) al
mercancías son aquellas porciones de la riqueza social total que están atrapadas fina! del proceso del que renfan al principio. Sin embargo, los valores son esta-
en un proceso muy especifico de drculación. Según esto, el capital se puede formar ble~.i<los P?r un proceso de intercambio que descansa en el principio de la
convirtiendo el dinero y los valores de uso y poniéndolos en circulación a fin de equzml~nc~a. F..sto plantea una dificultad. ¿Cómo pueden realizar una desigualdad
obtener dinero, de producir plusvalfa. los ~c.ipuah~tas - Ll D - a través de un proceso de intercambio que presupone la
En segundo lugar, esta definición del capital como "proceso" significa que pode- eq~ivalencia?. E~ pocas palabras, ¿de dónde viene la ganancia bajo condiciones
mos definir a un "capitalista" como un agente económico que pone en circulación de intercambio JUsto?
el dinero y los valores de uso a fin de obtener más dinero. Existe la posibilidad Por más que nos esforcemos, argumenta Marx, no pode~os encontrar una
de que a los individuos les agrade o no este papel, que lo personifiquen e incor- respuesta.ª esa ~regunt~ en el terreno del intercambio. Violando los principios
porer. su razonamiento dentro de su propia sicologfa. Los capitalistas p•.ieden ~e la equ1valenc1a (haciendo trampas, forzando el intercambio, robando 0 ha-
ser personas buenas o malas, pero esto no nos interesa: podemos tratar simple- ciendo ~os~s por el estilo) sólo podemos hacer qui~ la ganancia de un individuo
mente a "los papeles económicos representados por los hombres" como "otras sea l~ perdida de ot~o. Esto puede resultar e., la co11centración del dinero y de los
tantas personificaciones de las relaciones económicas en representación de l~s medios de producci?n en unas cuantas m~nos, pero no puede formar una base
cuales se enfrentan los unos con los otros" (El capital, I, p. 48). Para los propósi- estable para una sociedad en la que se supone que innumerables productores van
tos que tenemos a mano nos podemos concentrar en los papeles en vez de con- a tratar de obtener una ganancia "justa" sin volverse canfbales en el proceso.
centrarnos en las personas. Esto nos permite sustr3ernos de la diversidad de las Por tanto, tenemos que buscar la respuesta por medio de un escrutinio cuida-
motivaciones humanas y operar al nivel de la necesidad social en la forma en que doso ~el terreno de la producción. Tenemos que cambiarnos de la "ventana"
ésta es captada en un estudio Je los papeles de los agentes económicos. que m~ra al mundo ~esde la relación formada entre el valor de cambio y el valor,
Lo último, aunque no lo menos importante, es que la definición de Marx del Y cons.idcrar la relación _entre el valor y el valor de uso. A partir del capitulo VI
capital demuestra una relación necesaria más bien que fortuit~ entre la fom1a _capi- del primer volumen de El ca/>ital hasta bien entrado el tercer volumen, Marx ge·
talista de circulación y la determinación de los valores como tiempo de trabajo so- neralme1~tr d~ por scnta.do (con pocas excepciones significativas) que todas las
cialmente necesario. Com·.> éste es un asunto muy importante, debemos volver a mercancias se intercambian a sus valores, que no existe distinción entre precios y
repasar sus bases. v.abres. Entonces, el problema de la ganancia llega a ser idéntico al de la expan-
Hemos visto que la extensión del intercambio y la aparición del dinero son si~m de los valores, ~ hay que buscar la solución de ese problema sin apelar en
partes integrales una de otra. También hemos visto que la contradicción incor- ninguna forma a la idea de que hay desviaciones emre los precios v los valores.
porad3 dentro de la forma-dinero (entre su valor de uso y su valor) se pueden~­ Desde esta nueva ".ventana" que da a la _lógica interna dei capitalisir.o Marx ve
solver sólo si existe un fondo monetario de reserva que se puede poner o sacar de daramem: el camino que lo lleva a la construcción d~ la teoría de la plusvalia.
la circulación como lo requieran las condiciones de intercambio de mercancias. Veamos como fluye este argumento.
El dinero debe comenzar a circular en cierta forma. Puesto que D - M - D no . La producción ocurre en el contexto de relaciones sociales definidas. La rela-
produce un cambio cualitativo en la n~t~raleza ?e l~ me~cancf_a con que se cuenta ción social qu_e domin_a bajo la forma de producción capitaHsta es la relación
al principio y al final del proceso, la umca motivación sistémica para esta forma entre el .trabajo asalariado y el capital. Los capitalistas controlan los med~os de
de circulación está en el cambio cuantitativo, que significa un proceso de circu- pr0ducci6.n, el proceso de producción y el destino que se da al producto final.
lación de la forma: Los ~ra ba1adores venden su fuerza de trabajo como una mercancía a cambio de
D - M - (D + Ll). salarios. En pocas palabras, presuponemos que la producción ocurre en el con-
texto de una relación .de clase definida entre el capital y el trabajo.
Lo que Marx nos muestra es que, incluso si no existieran las diversas motiva- Ladfuerza de t.rabaJO como ~na mercancfa tiene un carácter doble: tiene un
ciones humanas (la codicia del oro, el deseo de tener poder social o de dominar), 1
va or e uso Yun valor de c.imbio. El valor de ·cambio es determinado d d
la forma capitalista de circulación habría tenido que llegar a existir en respuesta con las reglas .del intercam~io de mercancfas, por el tiempo de tr~ba~oª~;[al~
a las presiones contradictorias que se ejercen sobre el dinero a través de la expan- mente nec.esano que ~e requiere para reproducir dicha fuerza a cierto nlvel de vi-
sión y extensión del intercambio. Por otro lado, el intercambio también r~tahle:e da y con cierta capacidad para participar en el proceso de trabajo. El trab.ijador
MF.RCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
S5
se desprende del valor de uso de la fuerza de trabajo a cambio de su valor de
una de la otra. El plen? desarrollo de una vcasiona el florecimiento de Ja otra.
cambio.
~uesto que ~a producción de la plusva)ra sólo puede ocurrir bajo ciertas rela-
Una vez que los ca_pitalistas adquieren la fuerza de trabajo, pued~n ponerla a ciones especificas de producción, tenemos que entender cómo llegaron a existir
trabajar en formas que los benefician a ellos. Como los capitalistas compran el éstas. Tenemos que entender el origen del trabajo asalariado.
uso de la fuerza de trabajo durante cierto lapso de tiempo en que pueden mantener
sus derechos a dicho uso, puede11 organizar el proceso de producción (su intensi-
Pero, h~y algo indiscuiible, y es que la naturaleza no prcduce, de una parte, poseedo-
dad, tecnología, etc.) para asegurarse de que los trabajadores produzcan un va-
res de dmero ~ de mercandas. y de otra parte simples poseedores de sus fuerzas perso-
lor mayor al que reciben durante el lapso de tiempo contratado. Para los capita- n~les de trabajo. Este estado de cosas no es. evidentemente, obra de la historia natural,
listas, este valor de uso de la fuerza de trabajo no consiste simplemente en que ni es tampoco un estado de cosas social común a todas las épocas de Ja historia. Es, in·
pueden poner a trabajar dicha fuerza para producir mercancí~s, sino que .tiene du~lablemente, el fr~to de un d~sa~rollo histórico precedente, el producto de una larga
la capacidad especial de producir un valor mayor del que uene ella misma, s~ne de t_ransf~rmac1ones econom1cas, de la destrucción de toda una serie de forma-
puede, en pocas palabras, producir una plusvalía. ciones mas anuguas en el campo de la producción social. (El capüal, l, pp. 122-123.)
El análisis de Marx está fundado en la idea de que "el valor de la fuerLa de
trabajo y su valorización en el proceso de trabajo son, por tanto, dos factores co~n­ ~arx ha juntado ahora tod?s los hilos lógicos de un complejo argumento. Comenzó,
pletamente distintos" (El capital, I, p. 144). El excedente del valor que personifi- igual que nosotros, con el simple concepto de la mercancía como la personificación
can los trabajadores en mercancías en relación con el valor que requieren par?. su r
del va.lar de uso del valor de cambio. De la proliferación del intercambio dedujo Ja
propia reproducción da la medida de la explotación del trabajo eu la produc· ne~es1dad del dmero como una expresión del valor, y mostró una relación nece-
ción. Nótese, sin embargo, que la regla de la equi~alencia en el intercambio no s~na entr~ la form~ capitalista de circulación y la determinación de las propor-
se ha violado en ninguna forma aunque se ha producido un excedente. Por tan- c10nes de mtercamb10 de acuerdo con un tiempo de trabajo socialmente necesario.
to, no hay explotación en la esfera del intercambio. ~hora nos ha mostrado que .la contradicción que esto genera entre Ja eq;1 ivalen-
Esta solución al origen de las ganancias es tan simple como elegante. Da en el c1a presupuesta por el camlno y la desigualdad implicada por las ganancias sólo
clavo, como dijo Engds, "desencadenando una tormenta repentina" (El capital, s~ puede resolver ide.ntificando una mercanda que tenga la característica espe·
11, p. 17). c1al d~ poder producir un valor mayor que el que ella misma tiene. La fuerza de
La economía politica clásica no pudo ver la soluci?n porque confundió el tra- trabajo es esa mercancía: ~uando se pon.e a ·.ral 1ajar para producir plusvalfa,
bajo como medida del valor con la fuerza de trabajo como merc?n.cía. que. se ~uede ~esolver la contrad1cc1ón, p~ro esto 1mp.lica la existencia del trabajo asala-
compra y st: vende en el mercado. En la teoría de Marx se hace una distinción Vltal nado. fodo lo que queda por explicar es el ongen del propio trabajo asalariado.
entre el trabajo y la fuerza de trabajo. "El trabajo", afirma Marx, "es la sustan- A esta tarea es a la qur ahora debemos abocarnos.
cia y la medida inmanente de los valo'"cs, pero de suyo carece de valor". Suponer
otra cosa sería suponer que podemos medir el valor del propio valor. Además, "si
realmente existiese algo c0mo el valor del trabajo y, al adquirirlo [el capitalista], 2. L1\S REl.1\CIONE.S DE CLASE Y EL PRINCIPIO
pagase efectivamente este valor. el capital no existiría, ni su dinero podría, por C,\ PIT,\ l.IST;\ OE l.1\ A\.lJMU 1.AC:l(lN
tanto, convertirse en capital" (El capital, I, pp. 449-453). Lo que vende el tra-
baj'1dor al capitalista no es el trabajo (la sustancia del valor~ sin? la fuerz~ de ~as invl'stigaciones de Marx sobre las relaciones entre los valores de uso, los pre·
trabajo, la capacidad pua llevar a cabo en forma de mercancias cierta cantidad cios y los valores en el contexto de la producción e intercambio de mercancías
de tiempo de trabajo socialmente necesario. . . lleg~n a un~ conclusión fundamental. La relación social que está en Ja base de Ja
La distinción entre trabajo y fuerza de trabajo lleva a Marx a una conclusión teona marxista del valor ~s la relación de el.ase entre el capital y el trabajo. La teoría
clave, una conclusión que le permite rectificar y transformar la teoría del valor- del ~alor e~ una expres1ó? de esta rela.c1ón de clase. Esta conclusión sef.iara a
trahajo de Ricardo. En una sociedad en que no se pudiera distinguir entre el tra- Mar:< de Ricardo y ~ons~1tuye l~ esencia de su crrtica de la econo:nfa polrtica
bajo y Ja fuerza de trabajo (como sucede en la teoría de Ricardo), la ley del valor burguesa. Pero, ¿que quiere decir exactamente una relación de clase?
podría operar sólo en grado muy restringido. La ley del valor, "ley que precisa- . Marx inserta con la mayor cautela el concepto de clase en su análisis de El ca-
mente se desarrolla en toda su plenitud a base de la producción capitalista" (El pzta~. N~ hace profesiones de fe directas como aquélla de que "toda la historia es
capital, I, p. 448), y esto presupone relaciones sociales de trabajo asalariado. En
la h1stC1na de ~a l~cha de clase.s", ni enco~tramos que introcinzca el concepto de
otras palabras, la contradicción entre el capital y el trabajo asalariado '·constitu- clase como algun deus ex ma_chzna que explica todo pero no tiene que ser explicada.
ye el último desarrollo de la relación de valor y del sistema de producción basado El conc~pto d.e clase ev~luc1ona en el curso de la investigación de los procesos de
en él" (Grundrisse, II, p. 114). P.íccl~~c1.ón e intercambio de ~er~ancías. Una vez que está en su lugar una defini-
Esto sip1ifica simplemente que el valor y la producción de plusvalía son parte ción m1c1al, Marx puede ampliar inmensamente el radio de acción de su investiga-
36 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE 57

ción, incorporar idea:; específicas en las relaciones de clase, y moverse libremente ~al ~el modo de producción capitalista trata de despojar a la dura lógica del ca-
entre los valores de uso, los precios, los valores y las relaciones de clase al disectar la p1tahsmo de todos los rasgos que la complican. Los conceptos usados no presuponen
lógica interna del capitalismo. Esto es lo que !e permite romper la camisa de fuer· má~ que lo que ~s estrictamente necesario para esa tarea, pero una formación
za de la economfa politica tradicional. soc~al - una sociedad determinada, constituida en determinado momento his-
El análisis ele la producdón e intercambio de mercancías revela la existencia
r~nco.- es mucho más compleja. Cuando Marx escribe acerca de los sucesos
de dos papeles distinthos y opuestos en la sociedad capitalista. Los que buscan
h1stónco.s :eales usa categortas de clase más amplias, más numerosas y mucho
las ganancias adoptan el papel del capitalista, y los que renuncian a la plusvalia
más flexibles. Por ejemplo, en los pasajes históricos de El capital encontramos a
para alimentar ei;as ganancias adoptan el papel del trabajador. A través de todo
la clase ~apitalis~a tratada como un elemento dentro de las clases gobernantes en
El capital, Marx tnta al capitalista como "el capital personificado" y al trabajado1
u~a ~oc1edad, mientras que la burguesía significa de nuevo algo dift:rente. En el
simplemente como el portador de una mercancía, que es la fuerza de trabajo Diecwcho Brumario de Luis Bona parte, que Marx presenta a menudo como el
(El capital, 1, p. 48). En pocas palabras, los trata como "personificaciones de las modelo del análisis histórico en acción, encontramos analizados los sucesos
relac:io1tes económicas que existen entre ellos". Marx entra en detalles rnbre las
oc~rrido.s en Fr~ncia de 1~48 a 1fl51 en términos de lumpenproletariado, prole-
implicaciones sociales, morales, sicológicas y políticas de estos papeles distinti-
~anado. mdustnal, ~1equena burguesía, clase capitalista, dividida en facciones
vos, y f.(llo se aparta de esta representación dua' de la estructura social capitalista
mdustnalcs y financieras, aristocracia terrateniente y clase campesir.. a. Todo esto
en la medida en que lo considera n~cesario para el análisis. está muy lejos de los pulcros análisis de dos dases presentados en gran parte de El
Sin embargo, este mo·io formal y :.;evero de tratar el concepto de clase está
c..ipilat. •~
yuxtapuesto en El capital con significados más ricos y confusos que se derivan dtl
estudio de la historia. En consecuencia, a los comentaristas contemporáneos que
siguen la tradición marxista les agrada distinguir entre el concepto de clase en to, c;ue abarca todo pero es sumamente abstracto, es en algunas formas el m~s interesante pero tam·
bién crea las mayores dificultades. La mayor pane del debate ha versado sobre este uso d~I término
cuanto se relaciona con el modo de producción capitalista y aquel que lo hace . Yo ~saré este te~cer sentido del "modo de producción" como un concepto preliminar, cuyo conte:
con las formaciones sociales capitalistas.t 2 Esla distinción es útil. El análisis for- mdo ~u:1 está pen?•~nte de descubrirse por medio de un cuidadoso estudio teórico, histórico y com·
parauvo. La amb1gucd.ad que algunos han detc.ctado con toda razón en el uso que le da el propio
l'l i.I término "modo de producción" aparece con frecuencia en toda la obra de Marx, mientras
Marx al concepto atestigua la naturaleza tentativa de sus propias formulaciones y en este sentido
que el concepto "formación social" aparece menos. La disr inción entre los dos conceptos llegó a ser harfamos bien ~n ~eguirlo. El problema con el enfoque de Althusser es que su~n~ que se pued~
motivo de ardiente debate en la obra d•! Althusser (1969), Ahhusser y Balibar ( 1970), Poulantzas lograr una teon~ac1ó~ completa a través de algún tipo de "práctica teorica" rigurosa. Aunque Marx
(1975) y otros que trabajaban en lo que llegó a ser conocido como I~ tradición "ahhuseriana" del genera algunas ideas m:iportan~es, el pleno significado de la idea llegar~ a verse sólo después de u'n
marxism~ estructuralista. El debate subsecuente ha ido desde lo innecesariamente oscuro y dificil prolongado ~roceso de mdagac16n q.ue segu~amente debe incluir estudios históricos y comparativos,
(Althus5er y Balibar) hasta lo ridlculo (Hindess y Hirst, 1975), y alcanzó su nadir de autodcstruc.ivi· pe~o tenemos que comenzar nul"stra mdagac16n en alguna parte, armados con conceptos que aun ne·
dad en la obra de Hindess y Hirst (1976) y Cutlcr, Hindcss, Hirst y Hussain (Ul78); véaJe tambi~n la ccsllan cumpletar_sc. Con l"stc fin, ap~laré principalmente al segundo concepto, más limitado, del
reseñad•! este último por l-larris (1978). Cierta cantidad de cordura, junto con algunas ideas impor· mod~.dc.: pr~du~c1ón, a fin de ccmstru1r ~aso a paso una comprensión más amplia del modo de pro·
tantcs, han sido inyectadas en el debate por escritores como Ollman (1971), Godelier (1972), Ther· ducc1on cap1tahsta en general. Me permito hacer hincapié en que ésta es sólo una de las fonras en
born (1976), Laclau (1977) y más recientemente Cohen (1978). E. P. Thompson (1978), justamente que po~emos abordar el significado pieno del concepto. ·
encolerizado por el carácter poco histórico y poco interesáme de gran parte del debate, lo descarta La 1d.:a de una "formación social" sirve principalmrnte para recordamos que la diversidad de las
todo como una idiotez teórica ~rande y arrogante, pero en el proceso es censurado con toda razón cost~mbr'7 humanas dentro de cualquier socicclad no se puede rcclucir simplemente a las costumbres eco-
por Anú!rson (1980) por tirar pepitas de oro dentro de lo que, como él mismo reconoce, es una esco· nó1mcas dictadas por su modo de producción dominante. Althusser y Balibar sugieren dos formas en
ria voluminosa. que podemos pensar en una formación social. En primer h.gar, debemos reconocer la "relativa
El propio Marx u.o;a el término "modo de producción" en tres formas bastante diferentes. Escribe autpnom[a" de las costumbres económicas, polfticas ideológicas y teóricas en la sociedad. E:sta es una
sobre el "modo de producción del algodón'', por •!jemplo, refiriéndose a los métodos y técnicas reales forma de decir que existen muchas oportunidades, dentro de ciertos limites, de hacer variaciones
que se usan en la producción de determinada clase de valor de uso. El modo de producción capitalis· cult~rale~, instit~c~o?ales, polhi~as, morales e ideológicas bajo el capitalismo. En seJUndo lugar, en
ta a menudo quiere decir la forma caracter[stica del proceso de t,rabajo bajo las relaciones de clase ~:15 s~tuac1on~s h1stoncas reales c1enamcnte encontramos varios modos de producción entretejidos o
del capitalismo (incluyendo, por supuesto, la prod.icción de la plusvaUa), que presume la produc· aruculados unos con otros, aunque un modo puede ser evidentemente dominante. Dentro de de-
ción de mercanda:; para intercambio. Ésta es la forma principal en que Marx usa el concepto a lo terminada formación social se pueden encontrar elementos residuales de modos pasados, las semillas
largo de todo El capital. El concc·plo es una representación abstracta de un conjunto d•: relaciones de m?dos futuros y elementos importados de algún modo que existe en esa época. Todas estas carac·
definido en forma ra7.onablemcnte estrecha véase el caphulo IV de este libro donde se explica la ma· terlsucas, debemos mencionar, son explicables mis bien <iue accidentales o puramente idic.sincr~ti­
nera en que las ÍUl!rzas productivas (la capacidad de transformar la naturaleza] y las relaciones so· cas, _rero para entend~r~as tenemos 9ue adoptar una estructura de anilisis mucho más compleja que
dales [de· clase] se combinan dentro Jel proceso de trabajo para definir el modo de producción la d.1ctada por el anihs1s de cualquier modo de producción en particular (concebido en el sentido
caracterfstico). Por otro lado, algunas veces Marx usa holfsticamente el concepto, particularmente est~1c~~). Por esta ra.zón es muy útil la unión de los términos "modo de producción" y "formación
en sus escritos preparatorios como los Grundrisse, y para propósitos comparativos. El concepto se re· social .
fiere entonces a toda la gama de 1dado.1t'S de producción, intercambio, distribución, y consumo, as[ 15 E~. el tercer .volumen d~ E~ capital, _Marx comienza a dividir la clase capitalista en "facciones"
corno a los arreglos institucionales, jurfdicos y administativos, a la organización pol[tica y al aparato º. ~las~ : con:ierc1antes, capuahstas en dinero, financieros y terratenientes, sobre la base del papel
11

del Estado, a la id1..'0logfd y a las formas caracteristicas de reproducción social [de clase]. En esta vena chsunuvo que J~ega ~ad~ uno de ellos en relación con la circulación del capital. También considera
podemos comparar los modos de producción ··capitalistas", "feudales", "asiliticos". etc. F.stc conccp· bre\'ementl" las 1mphcac1ones de la separación entre la propiedad y el control, y IO!; "salarios d·! su-
38 MERCANClAS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANCIAS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE 59

La interacción entre dos sistemas conceptuales aparentemente dispares - el dales enteras" porque en el terreno del intercambio (que incluye la compra y la
histórico y el teórico- es crucial para explicar plenamente el concepto de clase. venta de fuerza de trabajo) "las compras como las ventas se celebran siempre
Además, por extensión la interacción es crucial para entender la aaturaleza del entre ciertos individuos" (El capital, l, p. 494). Por tanto, ¿bajo qué condié:iones
propio valor, p~ro los lazos son duros de forjar y Marx ciertamente no completó podemos buscar relaciones entre clases sociales enteras, y cuáles son las implica-
la tarea. A lo largo de gran parte de El capital, por ejemplo, Marx "se aferra teó- ciones de que la individualidad parece tomar precedencia sobre la clase en el
ricamente al hecho" del trabajo asalariado, exactamente del mismo modo que el terreno del intercambio?
capitalista contemporáneo acepta el hecho "prácticamente" (El capital, l, p. 122). Marx demuestra que, debajo de la superficie de las relaciones de intercambio,
No obstante, detrás de este hecho teórico está al acecho una importante pregun- ~ "en lo profundo, se desarrollan otros procesos muy distintos, en los que esta
ta histórica: ¿cómo y por qué sucede que el dueño del dinero encuentra a un tra- igualdad y esta libertad aparentes de los individuos desaparecen" porque el "valor
bajador que vende libremente la mercancía fuerza de trabajo en el mercado? La r
1
de cambio ... implica ya de antemano una coacción para· el individuo" (Grun·
relación entre el capital y el trabajo no tiene una base "natural", surge como resul- l drisse, l, p. 138). La coacción surge de la necesidad de proporcionar un valor de
!
tado dt- un proceso históricJ específico. Al final del primer volumen de El capital, 1 uso para otros a un precio reglamentado por las condiciones usuales de produc-
Marx describe los procesoi; por los cuales el capitalismo viene a reemplazar al ción de una mercanda; y el mecanismo que se halla detrás de esta coacción es la
feudalismo. competencia.
La J.istoria que relata Marx es discutible en sus detalles, pero simple en su Es importante entender la manera en que Marx apela al principio de la com-
concepción básica. 14 La aparición de la clase capitalista va de la mano con la for- petencia.ir• Marx argumenta que la competencia es la causa de que o;e vendan las
mación de un proletariado. Este último es "el fruto de una lucha multisecular
entre c~pitalista.s y obreros" (El capital, 1, p. 212), cuando los que se dedicaban a
¡ cosas al precio que valen o uno aproximado, pero no nos explica la naturaleza
del propio valor; tampoco puede arrojar ninguna luz sobi.·e el origen de la ga-
;
la forma de circulación capitalista luchabc..n por encontrar un modo de produc- nancia. La igualación de la tasa de gananc:ias se debe explicar en términos de
1
ción apropiado como base sistemática para generar ganancias. Ambas clases están competencia, pero para saber de dónde vienen las ganancias se requiere una
atrapadas en una oposición simbiótica pero inexorable. Ninguna puede existir
sin h1 otra, pero la antítesis entre ePas es profunda. Su desarrollo mutuo toma
varias formas intermedias, y avanza sin uniformidad por sector y por región. Al
fim..l, la relación entre el capital y el trabajo se vuelve hegemónica y dominante,
l estructura de análisis totalmente diferente. Marx no creyó necesari("I analizar de-
talladamente la competencia en los dos primeros volúmenes de El capital, con
una excepción muy importante.
La conducta del capitalista individual no depende de "la buena o mala voluntad
dentro de una formación social en el sentido de que toda la estructura y direc- de cada capitalista 'porque' la lz"bre concurrencia impone al capüalista z'ndivi·
1
ción del desarrollo baila principalmente al son que le tocan ellos. A esta altura dUtLl, como leyes exteriores inexorables, las leyes inmanentes de la producción
estamoi justificados en llamar a esa sociedad una sociedad capitalista. Sin em- capitalúta" (El capital, 1, p. 212). En la medida en que los individuos adoptan el
barg·J, no se ha demostrado el punto esencial, o sea, que el trabajo asalariado no papd ele capirnlistas, se V<'n obligados a hacer que el motivo de la búsqueda del
es u11a categorfa universal. La relaci6n de clase entre el capital y el trabajo, y la 1 lucro forme parte inherente de su ser subjetivo. La avaricia y la codicia, y las
teoría d.~l valor que ésta expresa, es una creación histórica.
i inclinaciones del avaro, encuentran la forma de expresarse en este contexto, pero el
capitalismo no está fundado en estos rasgos del carácter, la compet.!ncia se im-
1 pone sobre los infortunados participantes, quieran o no.
a) El papel de los capitalistas como clase y Existen otras consecuencias para los capitalistas. Consideremos, por ejemplo,
el t'mperativo de acumular l. lo que pueden hacer con los excedentes que se apropian. Pueden elegir entre
consumirlos o reinvertirlos. Esto da lugar a "un conflicto demoniaco entre el ins-
La esfera del intercambio, según recordamos, se caracteriza por la individuali-
'
1
tinto de acumulación y el instinto de goce" (El capital, 1, p. 500). En un mundo
dad, la igualdad y la libertad. "No cabe buscar en ellas relaciones entre clases so- de innovación tecnológica y de cambio, el capitalista que reinvierte puede ganar
la partida al capitalista que disfruta de los excedentes como ingiesos. La pasión
perintendencia" que se pagan a la administración. Aparentemente Marx pensó que la teorla de la de la acumulación quita el deseo de disfrutar. El capitalista no se abstiene de disfru-
estructura de clase bajo el modo de producción.capilalista iba a ser uno de los productos finales, que tar por inclinación:
se sacarla al final del análisi~. de sus detaUadas investigaciones de cOmo OFra la ley del valor.
14 La versión de Marx de la "acumulación originaria" en Gran Bretaña ha sido repasada una y'
otra vez por los historiadores, y no se puede considerar separadamente de todo el argumento sobre la
15 La suposición de una perfecta competencia desempeña un papel muy diferente en la teorfa de
transicilm del feudalismo al capitalismo. El tstudio de Dobb ( 1963) sobre el desarrollo económico del
capitalismo todavla tiene muchas cosas recomendables, y las lfneas generales del debate dentro éel Marx a aqud que desempeña en las economías convencionales. Marx lo usa para mostrar cOmo,
campo marxista están detalladas en Hihon (1976). También vale la pena estudiar con cuidado el de- incluso cuando d capitalismo es•á funcionando en una forma que los economistas palrticos burgueses
bate que giro alrededor del estudio r:l:sicode Thompson (1968), The Making ofthe Englisl Working eonsideran perfecta, de todos modos tiene en la explotación de la fuerza de trabajo la fuente de las
Class. ganancias.
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1
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40 MERCANCIAS. VALORES Y RELACIONES DE CLASE M~:RCANCÍAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
t. 41

El capitalista sólo es respetable en cuanto personifü·ación del capital. Como 1al. cnm·
1 libra 1•11 tomo a '°:f li~111Ú'.{ d1• laj11nwdn; lucha ventilada emre el capitalista universal,
pane con el íllcsorador el instin10 ahsol1110 ele enriquen!rse. Pero lo que en ésll' no c·s o Sl'a, la d1w• rn/11!11'1.fla, <Ir un laclo. y del otro el ohrcro universal, o sea, Ja clase obre-
más que una mania individu:d, es cu el capi1alis1a el resultado <lcl mcrnnismo sodal. 1 rn (l·:l 111/J1ittl. l. p. IH0.) 1"
<le) que él no es más que un resone. Además, el desarrollo de Ja producción capitalista
conviene en ley -:le necesidad rl incremento constante del capital invcnido en una Finalmente hemos llegado al punto en que no sólo es admisible sino necesario
empresa industrial, y la concurrencia impone a todo capitalista individual las Jey,•s in· ·busc:u las relaciones entre clases sociales enteras. Además, ahora poáemos ver
mancntes del régimen capi1:ilis1a <le producción como leyeJ coactivas impui~slas desde
más cla1 amente por qué un mundo de igualdad, libertad e individualidad f:D el
fuera. Le obliga a expandir constantemente su capital para conservarlo, y no tiene más
medio de expandirlo que la acumulación progresiva (El capüal, 1, p. 499).
terreno del ~ntercambio, oculca un mundo de lucha de clases, que afecta al capital y
a los t~a.baJadores por igual, .en el terreno de la producción .
. Ind1V1dualmente los trabajadores son libres de vender su trabajo bajo condi-
Por tanto, la regla que gobierna la conducta de todos los capitalistas es "acumu· ciones. cont~ac~uales de cualquie.r tip~ (po~ una jornada de trabajo de cualquier
lar por acumular, producir por producir" (El capital, 1, p. 501). Esta regla, du~ac1ón) s•. as1 lo desean, en prmc1p19. Sm embargo, también tienen que com ..
puesta en vigor por la competencia, opera independientemente de la voluntad pcur entre s1 en el merca~~ de ~rabajo. Todo esto significa que "el obrero aislado,
individual del capitalista. Es el sello distintivo de la conducta del individuo, así el obrero como vendedor !1bre de su fuerza de trabajo, se halla totalmente inde-
como la caracterfstica que distingue a todos los miembros de la clase capitalista. fens~:: ant~.':.I á~án de acumular de !~s capit~li~tas. El único remedio es que Jos
También sirve de lazo de unión a todos los capitalistas, porque todos tiem·n una tra~.1Jadorcs .se1unten ... com_o clase para resJStlr las depredaciones del capital (El
necesidad común: fomentar las condiciones de la acumulación progresiva. cap1tal, 1, pp. 238-241 ). Ademas, cuanto más fonnas de resistencia colectiva ofrez.
can lns trabajadores, más se verán obligados los capitalistas a constituirse como
¡ une. clase .~ara a~egu~ar colectivamente que sean preservadas las condiciones de
b) lmpli< acinnes de la acumulación del caf>italista I• arumulac1011 progresiva.
¡
/mm el trabajador
:
l
El .cstucfio de la lucha cll' clases a propósito de la duración de la jornada de
trabajo revela o~ro ~unto. Cuando !os trabajadores no se han organizado como
La competencia ~·mre los capitalistas obliga a cada uno de ellos a usar un proceso de f clase, .la competencia desenfrenada entre los capitalistas tiene potencial para
!. dcstrut~ la .fuerza de trabajo, la fuente misma de la plusvaUa. De vez en cuando,
trabajo que sea por lo menos tan eficiente como el que prevalece en la sociedad.
Los que· acumulan más rápidamente suelen sacar del mercado a los que acumu· 1
l
l?s _capuahslas deben, por ~ntcrés propio, constituirse comu una clase y poner
Jan con menor velocidad. Esto implica que cada i::apitalista siente un incentivo 1
t
lir~ucs al g_rac!o de: su propia competencia. Marx interpreta los decretos de las
perpetuo de aumentar la velocidad de! acumulación por medio de una mayor ! pnmcr~s r:1bncas mglrsa.s como un intento hecho por "un estado gobernado
explotación en el proceso de trabajo en relación con la tasa de explotación que ! por .c~p1tahstas y tcrr~temcn~es" por "poner un freno a la avidez del capital, a su
preva:ece en la sociedad. &to tiene nu.nerosas implicaciones para los trabajadores ¡ ~.ºd.1cia d«· explotar ~m medida la fuerza de trabajo" y a atenta1 arrancar las
El líu,ite máximo de la jornada diaria de trabajo, por ejemplo, está fijado por f ~a~cc~ de la fuerza vital de la nación'" (El capital, l, p. 184). Existe entonces una
las r~stricciones füicas y sociales, que por otro lado son de "un carácter muy elás
tico y dejan el más amplio margen" (El capital, l, p. 178). Movidos por la com-
¡' d1sunc16n - que a menudo es bastante borrosa- entre la reglamentación de este ti-
p~ y la reglamentación obtenida por las victorias de la clase trabajadora y de sus
petencia o por su propia inclinación, los capitalistas pueden tratar de obtener aliados en la lucha por obtener una jornada de trabajo razonable.
una plu~valla absoluta extendiendo la jornada de trabajo. Los trabajadores, por Los capitalistas también pueden acumular captando la plusvalía relativa
1
su parte, demandan una jornada diaria "normal" de trabajo, y obviamente f Marx. señala dos formas de hacerlo. Cuando aumenta la productividad de lo~
sufrirán si se permite que la necesaria pasión de Jos capitalistas por la acumJla· 1rabapdores en los sectores que producen "mercancias·salarios" -las mercan·
ción siga adelante sin obstáculos. La batalla ha comenzado. .cías .que ncc~sitan los trabajadores-· disminuye el valor de la fuerza de trabajo.
~I mve1 de_ vida absoluto, medido en términos de las cantidades de bier.es y servi·
Pugnando por alar1:ar todo lo posible la jornada de trabajo, llegando, incluso, si cios ~aten~les que p~ede obtener el trabajador, no sufren cambios; sólo la pro·
puede:. a convenir rma jornada de trabajo en dos. el capitalista afirma sus derechos de
comprador. De otra parte, el carácter espC'cifico de la mercancía vendida entraña un
, f
porc10.n de 1~terca?1.b10 (los precios) y los valores cambian. Sin embargo, el aba-
ratam1ent? s1~tem?t•c.o. de las mercancías-salario está más allá de la capacidad
límite opuesto a su consumo par el comprador, y. al luchar par reducir íl una dete1m!na· de los capnahstas md1v1duales. Se requiere una estrategia de clase de algún tipo
da magnitud normal la jornada de trabajo. d obrero reivindica sus derechos de vende·
dor. Nos enco~tramos. pues, antC' una antinomia. ante dos derechos encontrados, san· í.'.
16
• La idl'a ~c. que, en una sodcdad ligada a las clases como es el capitalismo, la fuerza es el único
donados y acuñados ambos por la ley que rige el cambio de mcrcandas. Entre derecho.; medio de dc1.:1d1r entre dos derechos, lleva a Marx a criticar enérgicamente a aquellos que, como
iguales y contrarios, decidt la fuerza. Por eso. en la historia de la producción capitalis· l'roudhon. l~ala.r~n ~e fom1ar una ~ocicdad socialmente jw;ta apelando a ciertos conceptos bur-
la, la reglamc11tació11 de la jornada de trabajo se nos revela como una lucha q•Je SC' guesC's de la JllSUc1a. rucker ( 1970) llene un caphulo exreleme iobre este tema.
MERCANCIAS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANCiAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
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(subsidios a las mercancías básicas, comida barata y politicas de vivienda, etc.) s1 El resultado global es el siguiente: la competencia por la acumulación re-
esta forma de plusvalía relativa se ha de traducir en un medio sistemático de ace· quiere que los capitalistas infrinjan una diaria violencia a la clase trabajadora en
)erar la acumulación (y no en un medio esporádico e incontrolado~. . . . el lugar de trabajo. La intensidad de esa violencia no está bajo el control de los
La segunda forma de plusvalía ralativa está al alcance de los cap1tahstas md1- capitalistas individuales, particularmente si la competencia no está regulada. La
viduales. Los individuos pueden usar sus palancas para salvar la brecha entre el búsqueda incansable de la plusvalía relativa aumenta la pr1Jductividad de los
tiempo de trabajo socialmente necesario y sus propios c?stos de ~roducción pri· trabajadores, al mismo tiempo que devalúa y deprecia el trabajo, y eso sin decir
vados. Los capitalistas que emplean técnicas de producción superiores y cuentan nada de la pérdida de la dignidad, el sentirlo de control sobre el proceso de tra-
con una productividad de los trabajadores superior al promedio, pueden obtrner bajo, del perpetuo acosamiento de los supervisores y de la necesidad de adaptarse a
una plusganancia vendiendo al precio fijado por el ~romed.io social cua~do sus los d;ctados de la máquina. Como individuos, los crabajadores casi ro están en
costos de producción por unidad están muy por debaJO de dicho pro~ed10._ Esta posición de resistir, muy particularmente porque el aumento de la productivi-
forma de plusvalla relativa suele ser efímera, porque la competencia obhga a dad suele "liberar" a cierto número de ellos dejándolos entre las filas de los de~
ocros productores a mejorar sus tácticas o a salirse del mercado. No obstante, al sempleados. Los trabajadores pueden ir adquiriendo el poder para resistir sólo a
mamenerse a la cabeza de su campo de productividad, los capitalistas individuales través de una acción de clase de algún tipo, ya sea por actos espománeos de
pueden acelerar su propia acumulación en relación con el promedio s~ial. Esto violencia (la destrucción de máquinas, los incendios y la furia del populacho de
explica entonces por qué el capitalista "a quien. sólo le interesa la ~roducc1ón de va· eras anteriores, que no han desaparecido de ninguna manera) o por la creación
lor de cambio, tiende constantemente a reducir el valor de cambio de sus mercan· de organizaciones (como los sindicatos) capaces de librar una lucha de clase co-
das" aumentando la productividad de Jos trabajado~es ~El capdal, 1, .P· .257). lectiva. La compulsión de los capitalistas por captar aún más plusvalfa relativa
Anuf está la fuente del cambio tecnológico y orgamzauvo haJo el cap1tahsmo. no sigue adelante sin tropezar con un reto. La batalla se libra una vez más, y los
Poste;·iormerne regresaremos a este punto, en el capí~ulo IV. Por el ~omento m:itivos principales de la lucha de clases son problemas relacionados con la apli·
nos ocuparemos simplemente de definir las consecuencias ~ara el trabajador de cación de la maquinaria, la velocidad e intensidad del proceso laboral, el
que los capitalistas individuales busquen la plusvalfa relauva a través de. la ~x­ empleo de mujeres y niños, las condiciones de trabajo y los derechos del trabaja·
tensi6n de la cooperación, la división del trabajo y el empleo de la ma_q~mar~a. doren el lugar de trabajo. El hecho de que las luchas por estos puntos son parte
La cooperación y la división del trabajo dentro del proceso de tra~ajo 1mphca de la vida diaria en la sociedad capitalista atestiguan que la búsqueda de la
Ja concentración del trabajo y los trabajadores en el lugar donde estén insta.lados los plusvalfa relativa está presente en todas partes, y que la v~olencia necesaria que
medios para )¡¡_a, coordinación y control baje la autorida~ despótica del c~~itafü· esto implica está destinada a provocar algún tipo de respuesta de clase de parte
ta. La competencia obliga a que se cvncentren progresivamente las acuv1dadcs de los trabajadores.
(hasta que, rnpu<·stamen~e. todas las economías de escala.estén agotadas), a que
las estructura~ de autoridad se hagan cada vez más estrictas, y a controlar los
mecanismos dencro del lugar dt' trabajo. Junto con esto va una organi;~ación je· e) La cla.H~,el valor y la contradicción de la ley
rárquica y de formas de especialización que estratifican a la clase tr~~ajadora y capitalista de la acumulación
crean un<1. ca?a social de administradores y supervisores que dmgen -~n
nombre del capital- operaciones realizadas día con dfa en el lugar del traba.JO A r.sta altura, la explicación del concepto de clase está lejos ele ser completa. No
El empleo de la maquinaria y la aparición del sistema de fábricas han afectado hemos dicho nada sobre la fonna en que una "clase" se constituye a si misma so-
aún más profundamente a los trabajadores. Las habilidades individua;es que se cial. cultural y políticamente en dt-terminada situación histórica; tampoco nos
requieren son más reducidas (un proceso que ahora se ha descrito, en forma has· hemos aventurado a decir nada en lo absoluto sobre los complejos problemas de
r
tante poco elegante, como "desentrenar" o "descapacit~r"), el artesano se. ~a la conciencia de clase, la ideología y las identificaciones del yo qu~ las acciones
convertido en un operador de la fá'->rica. Se ha hecho hmcap1é en la separac1on de clase presuponen inevitablemente. Sin embargo. la versión limitada del con·
entre el trabajo "intelect·1al y el "manual", y se suele convertir al primero en un
11
cepto de clase que hemos presentado es suficiente para permitir algunas refle-
poder "del cap:.tal sobre los trabajadores'', Las mujeres y los niños también xiones y conclusiones.
pueden ser inc~11idos en la fuerza de trabajo más fácilmente, y la fuerza de traba- Consideremos en primer lugar el significado que debemos darle al "tiempo de
jo de toda la familia viene a sustituir el t.rabajo del ind~viduo. La. intensidad ~el trabajo socialmente necesario" como la medida del valor. La clase capitalista se
proceso laboral aumenta, y se imponen ritmos de trabajo más estrictos. Ademas, debe reproducir a sí misma, y sólo puede hacer esto por medio de la acumula-
en todo esto el capitalista tiene a la mano un nuevo mecanismo mucho más pode· ción progresiva . La clase trabajadora Lambii:n se debe reproducir a si misma en
roso para reglamentar la actividad y productividad del ~rabajador, la ~áquba. ~1
1
trabajador tiene que adaptarse a los dictados de la máquma, y la maquma está bajo
condiciones apropiadas para la producción de plusvalta. Y sohrl! todo, la rela-
ción de esta clase entre el capital y los trabajadores se debe reproducir . .::orno to·
el control del capitalista o de su representante. das estas características son socialmente necesarias para la reproducción de la
44 MERCANCIAS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE r MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONF.S DE CLASE 45

forma de producción capitalista, entran en el concepto de valor. El valor, por un papel fundamental, y sus leyes permanecen intactas. La producción de
plusvalia resuelve la contradicción dentro del modo de producción capitalista de
tanto, pierde su simple connotación tecnológica y fisica y llega a verse como una
relación social. Ya hemos penetrado en los fetichismo~ del intercambio de
r acuerdo con las leyes del intercambio. Sólo en la producción llega a estar claro el
mercandas e identificado su significado social. En esta forma, el concepto de carácter de clase de las relaciones sociales. Dentro de la clase capitalista eo;to pro·
clase está integrado en el concepto del propio valor. duce una contradicción entre la individualidad que presupone el intercambio y
Ahora estamos en posición de ser mucho más explfcitos acerca de la naturaleza de la acción de clase necesaria para organizar la producción. Esto plantea proble·
la ley del valor. Consideremos este asunto desde un punto de vista histórico, ya que mas, porque la producción y el intercambio no están separados entre sí sino que
el trabajo asalariado es un producto histórico al igual que la relación de clase están enlazados orgánicamente dentro de la totalidad del modo de producción
entre el capital y los trabajadores. La ley capitalista del valor es un producto his· capitalista.
tórico especifico de las sociedades en qt:e domina la forma de producción capita· Podemos ver en acción esta contradicción en el análisis de Marx de las luchas
lista. La descripción del paso cie la sociedad precapitalista a la capitalista ti·~ne por.la ?uració? de la jornada de tr.abajo. En este análisis descubrimos que cada
por objeto· revelarnos cómo pudo haber ocurrido esta transición. En primer lu- capitalista actua buscando su propio beneficio y se enzarza en una lucha compe-
gar, la aparición de la forma monetaria y el crecimiento del intercambio !la ido titiva contra I~s demás capitalistas, lo que produce un resultado global que va en
disolviendo poco a poco los lazos de dependencia personal y los ha reemplazado contra de sus intereses.como clase. Su acción individual puede poner era peligro
con dependencias impersoniles a través del sistema de mercado. El crecimiento la base de la acumulación, y puesto que la acumulación es el medio por el cual la
del sistema de mercado da lugar a una forma de circulación claramente capita· clase capitalista se reproduce a sí misma, puede, por tanto, por.eren peligro Ja
lista, que deicansa en la búsqueda de las ganancias. Esta forma de circulación base de su propia reproducción. Los capitalistas entonces se ven obligados a consti·
contiene una contradicción, ya que por un lado presupone la libertad, igualdad tuirse como clase -generalmente por medio del Estado- y a poner lfmites a su
e individualidad mientras que por otro lado las propias ganancias presuponen propia competencia. Sin embargo, al hacerlo se ven obligados a intervenir en el
una desigualdad. Esta contradicción fundamental da lugar a diversas formas proceso de.intercambio -en este caso en el mercado de trabajo- y por tanto a
inestables de capitalismo, en que se buscan las ganancias sin dominar el proceso ofender las reglas de la individualidad y la libertad de intercambio.
de producción. Los banqueros ponen a trabajar el dinero para obtener más di· La ~o~tradicción dentro de la clase capitalista entre la acción individual y los
nero, los comerciantes tratan de obtener ganancias por medio del intercambio, requerimientos de clase nunca se pueden resolver dentro de las leyes presupues·
los especuladores de tierras comercian con las rentas y las propiedades, y asf su· tas por el modo de producci6n capitalista, y esta contradicción está en las rafees,
cesivamente. Durante un tiempo, el intercambio injusto, el pillaje, el robo y los como veremos posteriormente, de muchas de las contradicciones internas de la
actos coercitivos de todas clases pueden sostener esos sistemas; pero al final llega forma de acumulación capitalista. También sirve para explicar muchos de los
a ser necesario dominar la propia producción a fin de resolver la contradicción dilemas sociales y políticos a los que se ha enfrentado la clase capitalista a travé.;
fundamental entre la igualdad qut• presupone el intercambio y la desigualdad de toda la historia del capitalismo. Existe una línea que oscila continuamente
que se requiere para obtener ganancias. Dive.rsas fases de la industrialización er.tre.la necesidad de pr~servar la libertad, la igualdad y la individunlidad, y la
que .11 principio eran débiles, como los experimentos con el sistema de planta· necesidad de tomar medidas como clase que a menudo son represivas y coactivas.
dones, preparan el camino para la insdtucionalización de la forma industrial La única forma en que la producción de plusvalfa resuelve las contradicciones
capitalista, que descansa en el trabajo asalariado y en la producción de dentro de la forma de circulación capitalista es planteando una nueva forma de
plusvalía. El advenimiento de la forma de producción capitalista resuelve las contradi~ción dentro de la clase capitalista, la contracción entre el capitalista indivi-
contradicciones je) intercambio, pero no lo hace desplazándolas, y surgen cl11al y el mterés de la clase capitalista en reproducir las condiciones generales que se
nuevas contradicciones de un tipo muy diferente. necesitan para la acumulación.
El análisis rlel concepto de clase dentro de El capital tiene por objeto revelar En sl.!gundo lugar, consideremos la relación entre el capital y el trabajo que
la estructura de estas nuevas contradicciones que prevalecen en el fondo del modo ele presupone la producción de plusvalía. Como cualquier otra mercancfa, la fuerza
producción capitalista. Por extensión, llegamos a ver la teoría del valor como la pcr· d~ tra~ajo se int~rcambia en el mercado de acuerdo con las reglas .r.ormales de
sonificación e int~gración de fuertes contradicciones, las cuales originan el cam- dicho mtercamb10, pero hemos visto que ni el capitalista ni el trabajador pueden
bio social. real~e~te darse el lujo de dejar que el mercado de fuerza de trabajo opere sin
Recordemos ante todo la forma en que la igualdad, la individualidad y la li· restricciones, y que ambos bandos se ven obligados en ciertos momentos a tomar
bertad de intercambio son transformadas por la competencia en un mundo de acción. de clase. La clase trabajadora debe luchar por preservarse y reproducirse
compulsión y coacción, de tal manera que cada capitalista individual se ve obliga· a sf misma, no sólo físicamente sino también social, moral y culturc..lmente. La
do de buen o mal grado a acumular por el simple afán de acumular. Sin err.bargo, clase capitalista debe necesariamente infligir una violencia a la clase trabajadora
el terreno de la igualdad, la individualidad y la libertad nunca es revocado total· a fin de man~e~er la acumulación, y al mismo tiempo debe controlar sus propios
mente. De hecho, no puede serlo porque el intercambio continúa desempeñando excesos y res1st1r aquellas demandas de la clase trabajadora que amenazan a la
46 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE r MERCANCÍAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE 47

acumulación. Esto hace que la relación entre el capital y los trabajadores sea patrón fijo e inmutable ligado a los insumos-trabajo, que luego dc:be dar razón
simbiótica y contradictoria a la vez. La contradicción es la fuente de la lucha de no sólo de los precios relativos de las mercandas, sino también de las acciones
clases. También genera contradicciones internas dentro de la forma de acumu- distributivas, la explotación, y cosas por el e5tilo. Pronto nos parece insuficiente
lación capitalista, al mismo tiempo que ayuda a explicar gran parte de le que ha ese concepto tan estrecho cuando lo comparamos con fines tan grandiosos. Es
sucedido en la historia del capitalismo. difícil explicar sin ambages la relación entre los valores y los precios relativos; el
No es sino hasta los capítulos finales del primer volumen de El capit.al que po· .:apital fijo y los productos conjuntos plantean problemas aparentemente insal-
demos apreciar finalmente la transformación que ha llevado a cabo Marx c~n la vables (véase el cap. VIII). Los críticos de la teoria del valor han realizado una
teoría del valor-trabajo de Ricardo. Vemos ahora que el tiempo de trabajo so· campaña bastante exitosa en contra de las interpretaciones tradicionales, como
cialmente necesario es el patrón de valor sólo en la medida en que h~m llegado a las que presentan Dobb (1940), Sweezy (1968) y Meek (1973).
existir un modo de circulación capitalista y un modo de producción capitalista La respuesta de muchos ha sido volver a manifestar lo que consideran que ha
con sus relaciones sociales características. Además, éste es el resultado de un proce· sido siempre el verdadero s:gnificado de la posición tradicional, o sea, que el valor es
so de transformación histórica específico, que creó el trabajo asalariado como un una expresión unificada de los aspectos cuantitativos y cualitativos del capitalis-
fenómeno vital de la vida social. En su camino hacia esta conclusión fundamental, mo y que ninguno hace sentido sin el otro (Sweezy, 1979). El valor está entonces
Marx ha reunido multitud de ideas valiosas sobre la estructura del capitalismo. investido con "más que un significado estrictamente económico", expresa "no
Hemos visto la importancia de ciertas relaciones jurídicas expresadas a través de meramente la base material de la explotación capitalista sino también, e insepa·
los derechos de propiedad y la acción del Estado para hc:.cer valer esos derechos. rablemente, su forma social" (Clarke, 1980, p. 4). Aunque algunos, como Desai
Hem1Js advertido la importancia de ciertas clases de libertad, individualidad e (1979), evidentemente sienten que no hay problema en explora.r conjuntamente
ij{Ual:lad. los aspectos cuantitativos y cualitativos, el efecto de interpretaciones más "radi-
Por tanto, la teoría del valor incorpora y personifica las contradicciones fun· cales" del valor ha sido negar los rigores de la matematización cuantitativa.
damtmtales del modo de producción capitalista expresadas a través de las rela- emplead.a por los "constructores del modelo" (en su mayorfa economistas profe·
ciones de clase. La necesidad social requiere que se reproduzcan tanto el capital sionales como Morishima, 1973; Roemer, 1980; etc.~ y empujar la teorfa marxis~
como los trabajadores, así como las relaciones de clase entre ellos. La relación ta hacia una critica más incisiva de la economfa poUtica (que a veces incluye tra-
entre capital y trabajadores es en si misma una contradicción que constituye la tar con desprecio a los constructores del modelo) y a una exposición más vibrante
fuen.:c de la lucha de clases, mientras que la reproducción del capital y del tra· del materialismo histórico. El peligro aqui es que el "valor" degenere en un con-
bajo incorpora una contradicción entre la individualidad y la acción colectiva de cepto puramente metafísico. Lo que se ganará en indignación moral i;e pe,.derá
clase. El concepto dei valor no se puede entender independientemente del de en eficacia c!entífica. O bien la teoría del valor, al abarcar "toda la magnitud de
lucha de clases. la interpretación materialista de la historia", será presa de la objeción de Joan
El concepto del tiempo de trabajo socialmente necesario se extiende ahora R·:>binson (1977) de que "algo que significa todo no significa nada". Esas acusa-
mucho más allá de lo que Ricardo soñó alguna vez cuando enunció su tecrfa del ciones no se llevan bien con aquellas que se identifican con la afinr.ación de
valor-trabajo. Debemos eHar preparados para seguirla a donde nos lleve, porque Marx de que ha construido una base verdaderamente cientffica para entendrr la
hem•Js creado un vehiculo realmente poderoso que nos permitirá analizar la lógica forrna de producción capitalista.
interna del capitalismo. Todo esto ha preparado el escenario para una reconstrucción más cuidadosa
de lo que dijo el propio Marx (siguiendo la tradición de eruditos como Rubín,
APÉNDICE 1972; Rosdolsky, 1977, etc.). Aunque la idea del valor como un instrumento ex-
plicativo o como una magnitud empiricamente observable sencillamente tuvo
LA TEORÍA DEL VALOR que ser abandonada, todavía se le puede tratar como un "fenómeno real con
efectos concretos" (Pilling, 1972; Fine y Harris, 1979, cap. 2). Se le puede inter-
La interpretación correcta de la teoria del valor de Marx es un asunto muy dis- pretar como la "esencia" que está detrás de la "apariencia", la "realidad social"
cutido. Las escuelas de pensamiento rivales se han separado tanto en años re- que está detrás del fetichismo de la vida diaria. La validez del concepto se puede
cientes que sus rafees comunes ya casi no se pueden discernir. La gravedad de la evaluar entonces en términos de los efectos concretos que nos ayuda a entender e
desavenencia está ejemplificada por el creciente clamor de parte de algunos en iuter:Jretar. El concepto del valor es crucial porque nos ayuda a entender, como
el sentido de abandonar por completo el concepto del valor, puesto que e~ ''un no lo puede hacer ninguna otra teoría del valor, la intrincada dinámica de las
impedimento importante" para una investigación histórico-materialista del ca· relaciones de clase (tanto en la producción como en el intercambio), del cambio
pitalismo (Steedman, 1977; Hodgson, 1980; Levine, 1978; Morishima, 1973; tecnológico, de la acumulación con todos los rasgos que le acompañan de crisis
Elster, 1978). La demanda puede estar justificada cuando se aplica a aquella ir_. periódicas, del desempleo, etc. Sin embargo, para lograr esto, las interpretaciones
terpretación riel valor como un concepto puramente explicativo, como un tradicionales como aquello que logra el trabajo en producción tienrn que crder
48 MERCANClAS, V A LORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANClAS, V A LORES Y RELACIONES DZ CLASE 49

el lugar a una comprensión más compleja del trabajo social expresado y coordi- presa de gran inquina contra los criticas de El capital, está en "el anális~s de las
nado dentro de una unidad de producción e intercambio, mediada por relacio- relaciones reales" de tal manera que "toda esa palabrerfa sobre la necesidad de
nes de distribución (Fine y Harris, 1979, cap. 2). probar el concepto del valor proviene de una completa igno~ancia ~el ~e!'1a que
Incluso este concepto, aunque obviamente se acerca mucho más a la inten- se trata y del método científico". El valor no se puede definir al prmc1p10 de la
ción de Marx, no capta totalmente el significado de la revolución real que forjó in\'estigación, sino que tiene que descubrirse en el curso de ella. ~a meta es des·
Marx en su método de enfoque. Elson (1979), ha reunido recientemente un con- cubrir exactamente cómo se da valor a las cosas, a los procesos, e mcluso a los se-
junto de interesantes ensayos (y añadió uno sumamente interesante de su cose- res humanos, bajo las condiciones sociales que prevalecen dentro de un modo de
cha) que exploran los aspectos revolucionarios de la teoria del valor de Marx en producción predominantemente capitalista. Proceder en otra forma significarla
términos de la unidad entre la cienci:i rigurosa y la politica. Yo siento gran sim· "presentar a la ciencia antes de la ciencia". La ciencia consiste, concluye Marx,
patfa por estos argumentos, y veo mi propio trabajo como un ensayo explorato· "en demostrar cómo la ley del valor se afirma a sf misma" (Selected Correspon-
rio que sigue las líneas que Elson y otros han comenzado a definir. dence [con Engels]. pp. 208-209).
Mi propia interpretación está basada en una lectura de los textos de Marx en Una explicación cabal de ese "cómo" requiere hacer teorfas rigurosas. Marx
que destacan y dominan ciertas ideas. El valor, en primer lugar, es "un modo so· r.:n parte logra esto último aplicando implacablemente métodos di~Mcticoo; de ra-
cial definido de existencia de la actividad humana" logrado bajo relaciones capi- zonami<'nlo, cuyos principios son muy diferentes de los del formalismo matemá·
talistas de producción e intcrcamhio (Tcorfos sobre la /1111.svalía, 1, p. 46)'". Por tico, pero igual de duros y rigurosos. La tarea del materialismo histórico es tam-
tantr., Marx no está interesado principalmente en dar forma a una tcorfa de los bién "asimilarse en detalle la mal<'ria investigada, a analizar sus diversas formas
precios relativos, o incluso en cstablcn·r reglas fijas de distribución drl prorlucto de desarrollo, y a descubrir sus nexos internos" con to~a la integridad y re~pe.to
social. Está interesado más directamente en contestar esta pregunta: ¿cómo y sin concesiones por las "relaciones reales" que caracterizan las formas matenahs-
por qué asume el trabajo bajo el capitalismo la forma que en él adopta (cf. El- tas de la ciencia. "Sólo después de coronada esta labor, puede el investigador
son. 1979, p. 123). La disciplina impuesta por el intercambio de mercancías, las proceder a exponer adecuadamente el movimiento real" a fin de "reflejar ideal-
relaciones monetarias, la división social del trabajo, las relaciones de clase en la mence en la exposición la vida de la materia" (El capital, 1, p. 19).
producción, la enajenación de los trabajadores del contenido y el producto del El método de exposición que se utiliza en El capital -el m~todo que he trata·
trabajo, y el imperativo de "acumular por el afán de acumular" nos ayudan a do de duplicar en este libro- es descifrar paso a paso las restricciones a la libre
entender los logros y limitaciones reales del trabajo humano bajo el capitalismo. aplicación del trabajo humano bajo el capitalismo, para ver las contradicciones
Esta disciplina contrasta con la actividad del trabajo humano como "el fuego vi- de esta o aquella forma que contienen las semillas de otras contradi~ciones q1~e
viente que da forma", como "la transitoriedad de las cosas, su temporalidad" y requieren exploración ulterior. El reflejo, como el asunto que describe, expen-
como la libre expresión de la creatividad humana. La paradoja que hay que en- menta una transformación perpetua. La descripción rigurosa del "cómo" no es
tender es cómo la libertad y la transitoriedad del trabajo viviente como un proce· una carta para el dogmatismo, sino una puerta hacia una ciencia de la historia
so es objetivada en una fijación de ambas cosas e intercambia proporciones entre humana verdaderamente revolucionaria y creativa. Además, esa ciencja es sólo
las cosas. La teoria del valor trata de la encadenación de las fuerzas y restriccio- una parte de una lucha mucho más amplia !Jara disciplinar ó. la propi~ discipli-
nes que disciplinan al trabajo como si fueran una necesidad impuesta externa- na, "para expropiar a los expropiadores", y así lograr la reconstrucción cons-
ment.e; pero lo hace reconociendo claramente que en el análisis final el trabajo ciente de la forma del valor por medio de la acción colectiva.
produce y reproduce las condiciones de su propia dominación. El proyecto
polftic:o es liberar al trabajo como un "fuego viviente que da forma" de la dis-
ciplina de hierro del capitalismo.
De esto se deduce que el trabajo no es y nunca puede ser un patrón de valor fi.
jo e invariable. Marx, en las Teorías sobre la plusvalía, se burla de aquellos eco-
nomistas burgueses que tratan de establecerlo como tal. Por medio del análisis
del fetichismo de las mercandas, Marx nos muestra por qué "el valor no lleva
escrito en la frente lo que es", y por qué la economia polftica burguesa no puede
contestar la verdadera pregunta: "¿por qué el trabajo toma cuerpo en el valor y
por qué la medida del trabajo según el tiempo de su duración se traduce en la
magnitud de valor del producto del trabajo? (El capital, l, p. 45). "La prueba y
demostración de la verdadera relación del valor" la escribió Marx a Kugelmann
• Las Teon"w sobrt la plwvalia estfo publicadas en tres tomos en las OFME del FCE y a ellos
corresponden los núms. 12, 1S y 14.
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 51

relativos y los precios que prevalecen en un sistema de producción de mercanclas


no se pueden determinar sin fijar la tasa de salario. Como el trabajo no es una
mercancía reproducible en un sentido normal, la tasa de salario se convierte en
II. PRODUCCIÓN Y. DISTRIBUCIÓN una variable que tiene que ser determinada fuera de las relaciones técnicas que
prevalecen dentro de un sistema de producción de mercandas. Además, puesto
que la tasa de los salarios en el sistema de Sraffa es inversamente proporcional a
la tasa de ganancia, está a unpaso de ver la lucha de clases como algo fundamen-
LAS Rt:tACIONt:S entre la creación de un valor a través de la producci-:m, y su dis· tal. Aunque la apelación a la lucha de clases como el determinante fundamental
lribución en forma de salarios, ganancias, intereses, renta, etc., nunca han si· de la di:.;tribución relativa de las ganancias y salarios suer1a muy marxista, la con-
do fáciles de determinar. Marx se dedicó a resolver las contradicciones y a corre· cepción que presenta Sraffa es bastante diferente de la que pr~senta Marx, y úl-
gir los errores de la economía política clásica, y pens~ que lo había conseguí.do timamc~nte ha provocado un debate bastante áspero entre los "neorricardianos"
plenamente. A juzgar por el revuelo d.c las controv~rsaas qu~ provocaron sus_·~· y los marxistas.'
terpretaciones, o lo logró demasiado bien o se enganó a si mismo respecto al ex•· La segunda línea de argumentos que se ha de considerar adoptó la conr.ep-
to de su empresa. ción de Smith de la renta, los salarios y las ganancias como fuentes simultáneas
Aunque los matices eran considerables, Marx se ~ncontró básicament_e fren:e del valor y de los ingresos. Esto llevó finalmente a la idea de que la (Jarticipación
a dos llneas de argumentación, que tuvieron su origen en la presennc1ón mas distritutiva de la renta, los salarios y las ganancias eran meros refl~jos de la contri-
bien confusa de la teoria del valor de Adam Smith. Por otro lado, Smhh parece bución de tierra, trabajo y capital al proceso de producción. Para Marx, la idea
sostener que el valor de las mercancias es determinado por el trabajo, } que e~to de que el capital era la fuente de valor, que la tierra era la fuente de renta o
regula los salarios, las ganancias y la renta ..Existe, entonces, algo r:nás que el m· inc!uso que el trabajo era la fuente de los salarios equivalía a la representación
dicio de una teoría de la plusvalía en Smuh porque las ganancias y la renta má~ extraordinariamente fetichista de las relaciones de la producción capilalis-
pueden, bajo esta interpreración, cons~derarse .~orno deducciones del ~~.lo~ pro· ta: "es su forma de existencia como aparece en la superficie, divorciada de lasco-
ducido por el trabajo. Por otro lado, Sm1th tamb1en argumentó que en l~ ~oc1edad nexiones oc'1ltas y de los lazos de conexión intermedios". La idea de que las
civilizada", los salarios, las ganancias y la renta eran "las tres fuentes ongmales de rentas podían en cierta forma crecer de la tierra no era sino una "ficción sin
ingresos, así como de todo valor intercambiable". El valo~, en este ose•, l;':m~ce fantasia, una religión de lo vulgar", que presentaba la realidad en términos de
surgir de sumar los valores separados de la renta, los salarios y las ganane1.ts co· "un mundo encantado, pervertido y desbarajustado, en que el Señor Capital y la
mo están personificados en una mercancía. . Señora Tierrn andaban por allf como personajes sociales, y al mismo tiempo di-
Ricardo señaló la contradicción y rechazó firmemente la segund1 mterpreta· rectamente como meras cosas" (Teorías .sobre la plusvalía, 111, pp. 403-478; El
ción a favor de una teoria del valor.trabajo, pero entonces surgió una brecha in· capital, III, cap. XLVIII).
conveniente entre la teoria del valor (fijada únicamente por el tiempo de traba- La "vulgaridad" de este punto de vista no se derivó tanto de los errores per se
jo) y la teoria de la distribuc~ón (~jada por la escas~z relativa ~e tierra, t.~abaj? y como de lo que Marx consideró como el cultivo deliberado de concept'Js con
capi1al). Todo esto era muy mqmetante, porque Ricardo consideró que el pnn· propósitos apologéticos (motivación que ciertamente nunca atribuyó a Adam
cipal problema de la economia politica" era dete.rminar las ley~s q~e regu!an la Smith). El hecho de separar la tierra, el trabajo y el capital como factores de
distribución del producto entre las tres clases d; soc.tcd~~: los prop1eta~~ de ?#erras, producción independientes y aparentemente autónomos, tuvo una ventaja doble
los dueños de acciones, y los trabajadores.• La 1mphcac1on de que la distnbu~IOn era pa::ra las clases gobernantes, puesto que les permitió proclamar "la necesidad
el resultado ele un proceso social independiente del que regía la producc1ó~ ~ue fisica y la eterna justificación de sus fuentes de ingresos" al mismo tiempo que
puesta en términos más explrcit~s por J ._St. Mili, que estableció una firme lhsun- inhibía cualquier idea de explotación, porque el acto de la producción podla
ción entre "las leyes de producción de riqueza que son leyes v~rdaderas d~ ~a na- describirse en principio como un montaje armonioso de factores de producción
turaleza ... y los modos de su distribución, que, ~ujetos ª. c1_ertas con~1c10.1e:;, separados e independientes.
dependen de la voluntad humana". En consecuencia, el ~oc1ahsm? de Mil! se en· A este respecto, la estructura neoclásica es casi idéntica a la economía politica
focó sobre las cuestiones de distribución y trató las relac10nes sociales de 'ª pro- vulgar de la cual se quejó Marx tan amargamente. La esenda del argi:.mento
2
ducción como algo separado e inmutable. • • • • neoclásico es que la competencia por los factores de producción -tierra, trabajo
Existen varios ecos de esta separación entre la producción y la d1stnbuc1ón en
las representaciones neorricardianas aclUalc-s. S1 affa demuestra que lo~ valores ~ Sraffa ( 1960); Stel'dman ( 1977) es uno dl' los principales exponentes de la posición "neorricar-
diana". y Rowthorn ( 1980) t•s uno dl' sus principales oponentes. Fine y Harris ( 1979) proporcionan
un buen resumen del debate (al mismo tiempo que se ponen en contra del neorricardianismo). y
1 J'ét1.Sl' la intrmlu:l'iím dt• 5raffa a la ohra dt• l<ic·:mlo (c•clición clC' 1!170). Oobb (J 975-1976), poco antes de- !IU mut'rtt•, hiw un llamamiento algo impaciente p0r un mejor en·
~ Dobh (19i3. p. \2!"1). En ~r1wrnl. l>ohb prnpml'io11a 1111a \'Í~i<'>n global l"XCl'klllt'. tcndimicmo por ambos lados.
!>0
52 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 55

y capital- obliga a los empresarios a pagar una cantidad igual al valor que crea "distribución operada en ella", porque hacerlo serla producir una "abstracción
la unidad marginal (la menos empleada) de cada factor. Teniendo un determi- vacua" (Grundris.se, 1, p. 12). Es en este sentido que la producción y la distribu-
nado estado tecnológico y abastecimiento de factores relativos (escaseces), enton- ción se consideran como "diferenciaciones dentrc. de una totalidad" que no se
ces la competencia se asegura de qw! cada factor "obtenga lo que crea", y que puede entender sin considerar la relación que cada una tiene con la otra.
"la explotación de un factor no pueda ocurrir". Esto está sólo a un paso de infe- Una vez más, Marx se sale de la camisa de fuerza de la econonúa polrtica conven-
rir que las participaciones distributiv..ts de la renta, los salarios, el interés, etc., cional a fin de ver la producción y la distribución en el contexto de las relaciones de
son participaciones socialmente justas. La implicación política es que no tiene clase. Toda la estructura para pensar en la distribución queda refonnulada en el
caso, o no se requiere, la lucha de clases, y que la intervención del gobierno se proceso. "Cuando se examinan las relaciones de distribución", observa Marx, "se
debe confinar principalmente a asegurar que prevalezca esa competencia per- part~ ante tod? el pretendido hecho de que el producto anual~ distribuye como
fecta. En el léxico de muchos escritores marxistas, esto llena con creces los requi- salano, ganan~1a y renta del suelo. Pero el hecho, asf expuesto, es falso" (El capita:,
sit<>E. de "una economía polftica vulgar" .4 111, p. 811). S1 nos basamos en los resultacios ya obtenidos por medio de la inves-
Marx expone su concepción general de la relación entre la produc.ción y la tigación del valor de uso, precios, valor y relaciones de clase, vereiiios por qué es-
distribución en la "lntrc.,ducción" de Grundrisse asf como en el tercer volumen te "pretendido hecho así expuesto, es falsa".
de El capital. Allf criticó enérgicamente a los que se aferran a una concepción Recordemos primero que Marx ·<lefine al capital como un proceso (pp. Sl-S2
ecouómica "en que la distribución se halla junto a la producción como una esfe- de este libro). La expansión del valor ocurre con la producción de. plusvalla de
ra autónoma" y califica de "absurdos" a aquellos (como J. St. Mill) "que tratan a los r.apitalistas que emplean un tipo espedfico de trabajo, el trabajo asalariado.
la producción como una verdad eterna, mientras que destierran a In historia al Esto~ su vez presupone la existencia de una relación de clase entre el capital y los
reino de la distribución". Marx critica igualmente a los que se conteman contra- trabajadores. Cuando sometemos esta relación a un escrutinio cuidadoso, vemos
tar todo "dos veces" como agente de producción y como fuente de ingresos. La .inmediatamente que el salario no se puede concebir como un "ingreso" o como
conclusión general a la que llega Marx es que "la producción, distribución, in- "una participación distributiva" en el sentido ordinario. El trabajador no reclama
tercambio y consumo no son idénticos, sino que son miembros de una totalidad, una participación del producto en virtud de su contribuciOn al valor del proriuc·
diferencias dentro de una unidad" y que los "efectos recfprocos" entre estos dife- to. La esencia.de la transacción es algo muy diferente. El trabajador renuncia a
rentes "momentos" tienen que entenderse en el contexto de la sociedad capitalis- SU! derechos a controlar el proceso de producción, al producto y al valor incor·

ta considerada como un "todo orgánico". Todo esto es muy abstracto, y debemos porad.l en el producto a cambio del valor de la ÍU!rza de trabajo. F.ste último no
considerar más explicitamente lo que quiere decir. t~ene nada que ver directamente con la contribución del trabajador al valor del
Marx hace hincapié en que las formas de distribución son reflejos de las rela- producto.
ciones sociales de producción. Sugiere que "la forma determinada de participar El trabajador recibe entonces el valor de la fuerza de trabajo, y nada mis. To-
en Ja producción determina las formas de distribución", y que el caricter históri- do lo demis se lo apropia la clase capitalista en general como plusvalla. Léi for-
co de las relaciones de distribución es el caricter histórico de las relaciones de ma en que esta plusvalfa se divide luego entre las diferentes formas de ganancia
producción" (El capital, 111, p. 815). Desde este punto de vista, parece como si la sobre el capital industrial, la renta de la tierra, el interés sobre el capital-dinero,,
distribución estuviera determinada por consideraciones de producción. l~ ganancia sobre el capital mercantil, etc., es determinada por consideraciones
Por otro lado, Marx considera luego significados alternativos de la distribu- muy diferentes. La relación de clase entre el capital y los trabajadores es de un
ción. Su propósito es mostrar cómo las relaciones de prodw.cción y dh;tribución se tipo enteramente diferente comparado con las.relaciones sociales que sostienen
mezclan y se entretejen. Señala que ambas son producto del mismo proceso his- las diferentes sectores de la clase capitalista (industriales, comerciantes, rentis·.
tórico, que dependió de la separación del trabajador de los instrumentos de pro- tas, inversionistas, terratenientes, etc.). Cuando Marx insiste en que nos enfo-
ducción asf como de la expropiación de la tierra a los productores directos (o de quemos en la producciOn para descubrir los secretos de la distribución, lo hace
los productores directos a la tierra). La distribución, sigue argumentando, no se porque es allt donde llega a estar muy clara la relación fundamental entre el ca·
debe considerar sim?lemente como la distribución del producto o valor entre las pital y el trabajo.
clases sociáles, sino también como la distribución de los instrumentos de produc- Marx se felicita a si mismo frecuentemente por su habilidad pará explicar el
ción, de la tierra y de la distribución de los individuos (generalmente por naci~ origen de la ganancia por medio de una teorla de la plusvalfa que no hace alu-
miento) entre las diversas posiciones de clase. E.stas formas de distribución siOn a las categorfas distributivas de la renta y del interés. Sin embargo, una cosa
"impregnan a las propias condiciones de producción . . . con una cualidad so- es mostrar el origen de la ganancia en la plusvalla -y por extensión en la rela-
cia!. espectfica", y por tanto la producción no puede considerarse aparte de la ción de clase entre el capital y los trabajadores- y otra determinar la magnitud
de esa ganancia, y salir con las reglas que fijan la división del producto social to-
tal en salarios, ganancias sobre el capital industrial, renta, interés, etcétera.
4 Gerdes (1977), Beneui (1976) y Benetti, Berthomieu y Cartelier (1975) toman posiciones fuerte·
mente antimarghtalistai;, mientras que Meek (1977, cap. 9) toma una posición algo menos antagónica.
Hay que decir desde un principio que a Marx le preocupaban más las magnitu-
54 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 55

des que la comprensión de las relaciones sociales. No obstante, luchó resueltamente llama - y se ocupa del efecto que tiene sobre la teoría del valor la forma en que
con ciertos aspectos cuantitativos de la distribución, como lo atestiguan adecuada- el capital variable (o nómina total) es dividido entre los diversos individuos
mente innumerables ejemplos numéricos en EL capital. Desgraciadamente, como dentro de la clase trabajadora. La segunda trata sobre la forma en que Marx
observó su editor Engels, "aunque Marx pisaba terreno firme como algebraico, esta- transforma los valores en precios de producción el "problema de la transforma-
ba. poco familiarizado con d cálculo comercial" (El capital, 11, p. 253). Sus diversos ción", en pocas palabras. Esto se ocupa de la manera en que la plusvalia se
errores matemáticos han permitido que muchos de sus criticas -particularmente distribuye entre los productores capitalistas. Ambos asuntos han sido objeto de
aquellos positivistas que consideran que no se puede decir nada significativo amargos debates que, lejos de aquietarsf' en el curso del tiempo, se han vuelto
sobre una relación social a menos que se le pueda cuantificar con exactitud- aún más contenciosos.
pueden hacer mella en el manejo de Marx de los aspectos prácticos y cuantitati- A continuación trataré de explicar estas im•1ortantes controversias al hablar
vos de la distribución; el conjunto de estos ataques puede desacreditar la versión de los argumentos de Marx bobre las relaciones entre la producción y la distribu·
de Marx del origen de la propia ganancia. ción. De acuerdo con los intereses de Marx, trataré de concentrarme en los signi-
Como consecuencia siguió una larga y apasionada controversia respecto a la ficados sociales e históricos sin negar la importancia del argumeato matemático
teorfa de la distribución de Marx. No hay duda de que esta controversia toca riguroso cuando sea apropiado. Creo que llegará a ser evidente que el reto mar·
as.mtos de considerable peso y actualidad. Sin embargo, la dificultad está en mante- xiano a las teorias de rroducción y distribución pasadas y presentes -todas las
n.;:r el interés de Marx por el ..;ignificado histórico y los orfgenes sociales en el primer cuales enfrentan sus propios problemas internos crónicos- es un reto muy pode-
piano de una controversia que, en sus detalles, está dominada int.·•litable~e~­ roso. De hecho, los elaoorados intentos pan desacreditarlo parecen sugerir que
te por intereses cuantitativos y matemáticos. Esta tarea se vuelve aún más d1fíc1l Marx había puesto I.i mano en algo de grau importancia. Esto no quiere decir,
por la sofisticación de la técnica matemática que se requiere para evaluar las di- naturalmente, que la teoria marxista esté libre de dificultades serias: en este as-
versas "pruebas" matemáticas que se presentan para demostrar que la teoría pecto, el aluvión de críticas de los economistas polfticos burgueses, presentes y
marxista del valor es - -o no totalmente contradictoria en su tratamiento de la pasados, ha ayudado a definir 10 que se tiene que hacer para que la teoría mar-
producción y la distribución. xista de la producción y la distribución sea más coherente.
En este aspecto es de interés la obra reciente de Morishima y C.itephores
(1978). Ellos señalan que la teorfa del valor-trabajo, hasta muy recientemente,
ha sido formulada exclusivamente en términos de un sistema de ecuaciones si-
l. L,\ P1\RTICJP,\CIÓ:": DEL C1\PITAL VARIABLE EN EL
multáneas. Usando este enfoque, Morishima habia señalado ante1 iormente que
PRODUCTO SOClt\I. TOTAL. EL VALOR DE LA FUERZA
la teoria marxista del valor no funcionaba satisfactoriamente cuando se enfren·
DI~ TRAl\AJO Y l.A DETERMINt\CIÓN m: LA TASA SALARIAL
taba a diversos problemas, y por tanto habia llegado a la conclusión de que
dt!bia ser abandonada, sugerencia que como es natural no fue bien recibida por
muchos marxistas. En su nueva obra, Morishima y Catephores muestran que, si la El valor del producto social total en determinado año se puede exprebar como
trnria del valor es formulada en términos de desigualdades lineales, entonces C + V + P, siendo C el valor del capital constante (máquinas, materias primas,
la mayoría de los problemas desaparecen. Esto los lleva a retirar su proposición insumos de energía, etc.), V el valor que se paga por la fuerza de trabajo, y P la
anterior de "quitar el concepto del valor de la economia marxista".!i plusvalía total producida. Sobre una base anual podemos tratar el capital cons-
La cuestión aqui es mostrar que, a pesar de todo su rigor -un rigor que el tante como la fuerza de trabajo gastada para reponer el valor equivalente de los
propio Marx evidentemente admiraba y aspiraba a tener- la matematización me¿.ios de producción usados. Por tanto, no pasa a ser una cat<:goria importante
d<: la teoría marxista es en si misma un asunto sujeto a discusión. Por tanto, de- en la teoría de la distribución. Esta última' se ocupa, entonces, de explicar lama·
bemos tratar las pruebas matemáticas como lo que son. deducciones rigurosas nera y proporción en que un valor reci~n creado se divide entre los trabajadores
basadas en ciertas suposiciones que pueden captar v no los embrollo.; de las rela- (V) y los capitalistas (P). También debemos considerar cómo se divide V entre los
ciones socia[es con las que trata Marx. trabajadores individuales y P entre los capitalistas individuales o entre las diver·
Existen, sin embargo, dos puntos de controversia que según los crllicos de sas facciones de la burguesía (como rema, interés, ganancia de la empresa, etc.).
Marx am~nazan a las bases mismas de la teoría marxista en gener;.il. Como dato A fin de entender totalmente la teoria de la distribución de Marx tenemos que
interesante, ninguno de ellos se relaciona con el proceso general de la distribu- explorar las relaciones entre el valor, el valor de uso y el valor de cambio cómo
ción del valor social total entre las diversas categorfas de salarios, renta, interés y definen al valor de. la fuerza de trabajo, del nivel de vida de los trabajadores y de
ganancia. La primera de éstas trata de la reducción del trabajo heterogéneo la tasa salarial. Esta exploración ayudará a sacar a la luz la crítica de Marx de la
al trabajo simple - el "problema de la reducción" como generalmente se le economía política convencional y el capitalismo por igual. Comenzaremos con la re·
ladón entre la tasa salarial (un concepto de valor de cambio) y el valor de la fuerza
·,Véase Morishima (19i3í y Morishima y Ca1cphorcs (1978, esp. p. 19). de trabajo.
56 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 57

La sum::i. total de los salarios en una economfa se puede considerar como el Esta declaración requiere algunas explicaciones, particularmente porque la
producto del número de trabajadores empleados (n) por la tasa salarial prome· última oración ha sido objeto de argumentaciones cont~nciosas. Recordemos
dio (w). El capital variable total se puede representar igualmente r.umo v · n, primero que los trabajadores se ganan la vida a duras penas a través de una forma
siendo v una magnitud llamada el valor de la fuerza de trabajo. Podemos vP.r in· de circulación del tipo M·D-M. Ellos comercian con el valor de uso de la única
mediatamente. que tanto la suma total de los salarios como la participación de v mercancía que poseen a cambio del dinero de su salario. Luego convierten este
en el producto social total varfan, cuando todo lo demás permanece constante, dinero en mercancias suficientes para reproducir su propia existencia. El con-
de acuerdo con los números totales empleados. Aunque éste es un principio im- cepto del "valor de la fuerza de trabajo" se relaciona con la totalidad de ese pro-
pcrtante, estamos más interl!sados en la relación entre la tasa salarial y el valor ceso de circulación por el cual la clase de los trabajadores se reproduce.
de la fuerza de trabajo. ¿Por qué hemos incluso de distinguir entre ellos? Podemos, sin embargo, considerar lo que interviene en cada eslabón de esta
Aqut el principal propósito de Marx es exponer el significado social del pago corriente general de la reproducción social. La negociación por la cantidad no-
de salarios.º El sistema de salarios, argumenta, oculta la diferencia entre el tra- minal de dinero de salario y las condiciones del contrato (la duración de la jorna-
bajo humano abstracto como la sustancia del valor y del valor de la fuerza de da de trabajo, la velocidad e intensidad del trabajo, etc.) se enfocan en el primer
trabajo que, como cualquier otra mercanda, está fijada por sus costos de pro- eslabón. Lo que trata de demostrar Marx, naturalmente, es que el regateo por el
ducción. Aquellos que, como Smith y Ricardo, no hicieron esa distinción, ge- contrato de salario que tiene lugar en el r.1ercado no tiene que violar la regla de
neralmente cayeron "en una contradicción y en una confusión inextricable", que todas las mercancias se deben intercambiar a su valor, porque el valor de uso de
mientras que sus hermanos más "vulgares" pudieron encontrar aqui una "base la fuerza de trabajo para el capitalista es precisamr·nte ru capacidad de producir una
segura .. para ocultar el verdadero origen de las ganancias en la explotación de plusvalía. Además, la infinita variedad de formas que puede tomar el regateo por
lo~ trabajadores. "La forma del salario", afirma Marx, "borra toda huella de la los salarios (salario por hora, pago a destajo, tarifas por dia, etc.)oculta efectiva·
división de la jornada de trabajo en trabajo necesario y trabajo excedente", por· mente la relación de clase de la explotación en la producción poniendo todo el
que "todo el trabajo nfmrr.ce comos; ÍU<'sc trabajo retribuido". E.n (':\lO ":;;" hasan hincapii· rn lo!i diversos modos de intercambio en el mercado. Además, la tasa
todas las ideas jurldicas del obrero y tlel capitalista, todas las mistificaciones del de salario individual pt.ede ocultar gran parte de los costos sociales de la repro·
régimen capitalista de producción, todas sus ilusiones librecambis1as, todas las ducción. Si, como sucede frecuentemente, la fuerza de trabajo de toda una fa.
frnses apologéticas de la economia vulgar" (El capital, 1, pp. 451·4fl!!). El valor milia sustituye a la del trabajador individual, entonces la cantidad de iuena de
es, como hemos argumentado, un concepto que quiere reflejar la relación de trabajo proporcionada puede aumentar considerabl~mente, la tasa de salario in-
clase entre el capital y los trabajadores. El concepto del válor de la fuerza de tra- dividual puede disminuir, mientras que los costos de reproducción se seguirán
bajo sirve principalmente para mantener la idea de la explotación er. el primer cubriendo plenamente (midiendo estos costos como el conjunto de mercancfas nece-
plano del análisis. . sarias para garantizar la reproducción de la iamilia) (El capital, I. pp. 323-324). 7
¿V qué quiere decir exactamente Marx cuando habla del valor de la fuerza de Es evidente que el estira y afloja a propósito del contrato salarial en un merca·
trabajo? Ese valor se determina, argumenta Marx, por el valor de hs mercancías do supuestamente "libre" puede producir un.a variedad infinita de resultados
ne,esarias para mantener y reproducir a los individuos que laboran en su "estado con respecto a las tasas de salario individual, las estructuras del salario y las con·
no1mal". El grupo determinado de mercancfas que se requiere para hacer eso diciones del contrato, pero Marx sigue a los economistas polfticos clásicos en el
varía de acuerdo con la ocupación (mayor gasto de energfa requiere más susten- sentido de que observan que los salarios suelen girar alrededor de algún tipo de
to, por ejemplo) y de acuerdo con "las condiciones del clima y a las demás condi- promedio social al que éstos llamaron el "precio natural". El problema es enton·
ciones naturales de ca~a país". Incluye también los costos de criar a los niños, y ces explicar cómo se llega a este precio natural. La economfa politica clásica dio
en la medida en que se toma tiempo y esfuerzo para adquirir y mantener esas ha· varias respuestas a esta pregunta, y Marx la enfoca en los salarios reales, distintos
bilidades, se afectará el cos.to de la reproducción de la fuerza de trabajo. Sin em- a los nominales. &to dirige nuestra atención al siguiente paso del proceso, la
bargo, lo que la distingue de otras mercancfas es que aquf entra en la determina· c0nversión de los salarios en mercancías.
ción del valor de la fuerza de trabajo "un elemento histórico moral" que depende Como tenedores de dinero, los trabajadores son libres de comprar como les
"del nivel de cultura de un país y, sobre todo, entre otras cosas, de la.; condicio- plazca, y tienen que ser tratados comtJ consumidores con gustos y preferencias
nes, los ·hábitos y las exigencias con que se haya formado la clase de los obreros li- autónomos. No debemos tomar esto a la ligera (Grundrisse, 1, p. 162). Frecuente·
bres". (El capital, 1, p. 124: cf Salario, precio y ganancia, OFME, 11, p. 506). mente surgen siluaciones en que los trabaj~dores pueden realizar una elecd6n, y

No se ha escrirn mucho sobre hu 1coria~ de Marx sobre la dt'terminadón ilt•I salario. Tanto
li
de hecho lo hacen, y la manera en que lo hacen tiene importantes implicaciones. .
. '
1 K~cr h·11ú1111·no hu ~iclo ol1M~rvado frci:ucmcmente en las ,1rimeras etapas del desarrollo capita·
Mandel (1971) como Rosdolsky ( 1977) tienen descripciones útiles, pero lo más interesante que se ha
cscdto al rt.specto es lo de R«i>wthom (1980, cap. 7). que trata sobre asunto.~ imporlantes al n.ismo lisia en muchos paises, pero también se le puede identificar en los palses capitalistas avanzados.
1ir.mpo que cxponr la cvoludlm hi:;1l>rica <ll>l ¡•rnsamic·nto rlr Marx t'll relación con 111:1 h;tM"li 11111• pro- Prnrha tlr rilo r:> la gran can1iclml rlr mujrrrs ca.~adas que han ingresado a la fuen:a de trabajo en Es·
1aclos l h1i1los a pai-cir ch· 1!1!10.
porcionó Ricardo.
58 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

Incluso si, como generalmente sucede, s~ ven obligados a comprar sólo a4uellas
! PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

trabajadore~ permane~e constante. Es evidente que ha variado mucho de acuer-


59

mercancfas que los capitalistas están preparados para vender, y las compran a los
1 do c~n las c1rcu~stanc1as históricas, geográficas y "morales" y Marx, en Salario,
precios que dictan los capitalistas, la ilusión rle libertad de elección en el merca-
preczo Y gana11c1a, ~· 507, hace hincapié en "cuan importante es el papel ue n
do desempeña un papel ideológico muy importante. Proporciona tierra fértil pa-
ra las teorias de soberanía del consumidor, asi como para aquella interpretación
e~te punto dcscmpcna Ja tradición hislórica y las costumbres sociales". Ta~bi:n
vio que las necesidades eran relativas en vez de absolutas.
particular de la pobreza que le echa la culpa directamente a la victima por no
presupuestar correctamente sus inbrresos para sobrevivir únicamente. Existen, ade· El ráp~do crccimicn~o del capilal productivo provoca un aumento igualmente rá 'd
más, abundantes oportunidades aquí para varias formas secundarias ue explota· ele la riqueza, del lujo de las necesidades y los goces sociales. Por tanro, aunque 10~1 o~
ción (terratenientes, comerciantes al menudeo, instituciones de ahorro), que de ces del obrero aumenten, la sacisfacción social que procuran disminuirá si se le g .
nuevo pueden distraer la atención de lo que Marx considera como la forma ~a con l~1s foccs .acrcccniados del capicalisla . . . Nuestras necesidades y nuestr~sº;f:::s
central de explotación en la producción. 1 rotan.. / a soctcdacl. razón por la cual los nedimos por ella, y no por los objetos que
Sin embargo, debemos ir más allá de estas apariencias superficiales y tratar de os saus. accn. ~ i.:omo son de carácter social. tienen también un carácter relativo
descubrir el significado esencial del valor de la fuerza de trabajo como un proceso (TTaba1vasalanadoycapital, OFl\IE, 11, pp. 20·21.) ·
de rEproducción social del trabajador. Sencillamente, los trabajadores necesitan
valores de uso si han de sobrevivir. En la medida en que estos valorer. de uso se Se~ Marx, 13:5 necesida~es son pro~uct_o de un proceso histórico especifico. e En la
proporcionen en forma de mercandas, los trabajadores necesitan un salario sufi- ~edi<la en que esa evolución del cap1tahsmo se refleja sobre la producción de "un
ciente para pagar el precio del mercado. El valor de la fuerza de trabajo puede sistema cada vez más. vasto y más rico en neces!dades" (Grundrisse • ¡ • p. 278) , d e b e·
ahora interpretarse en relación con el salario real -la intersección de ese con· rr.os..prever cam b.ios perpetuo:; en los datos formados por el nivel de vida "nor-
junto partic·..ilar de valores de uso necesarios para la supervivencia del trabajador mal de los trabajadores. Como la mayorfa de los conceptos clave de Marx e'1 del
y el valor de cambio de las mercancías que van en ese paquete. valor de la fuerza de trabajo nos revela sus secretos sólo al final de un anál: ·
Consideremos primero el asunto desde el punto de vista de los valores de uso. ª.1 prmc1p10,
• · • • h
pero a ora estamos por lo menos en posición de apreciar la direc-
is1s, no
No todos los valores de uso son proporcionados como mercancías. Mue;hos son ción qu~ _estaba tomando. El valor de la fuer<:a de trabajo se puede entender sólo
elaborados dentro del hogar. En la medida en que los trabajadores satisfacen sus en relac~on con las ~.odalid~de~ ~oncretas de la reproducción de la clase trabaja-
propias necesidades, ganan cierta aULonomía sobre el capital (véase el cap. VI de dor...~ bajo las condiciones históricas específicas impuestas por el capitalismo.
este libro). Supongamos, por el momento, que los trabajadores tienen que ,:)Jn embargo, esta grandiosa formulación se acerca a significarlo i:odo y por lo

corr.prar todos los valores de uso básil:os que necesitan como mercancías. Tene· tanto nada. ·: B~eno, hasta que la traemos de regreso a la tierra al considerar
mos entonces que definir ese paquete particular de valores de uso que satisfacen los.procesos h.is~ónc.~s por los ~uales el nivel de vida, el valor de la fuerza de tra-
las necesidades de los trabajadores. Esto no se puede hacer sin dar la c.ebida con· bajo Y la pamc1pac1on del capaaJ variable en el totaJ del producto s~cial son re-
sideración a los "elemenlos históricos morales" que entran en el nivel rJe vida de ~lado~ realmente. Los economistas políticos clásicos ofredan una varierlad de
los trabajadores. Marx no nos a,·uda mucho aquf. Simplemente se separa del hip~tes1~ sc;>b~e este tem~. 9ue ~arx rechaza o reformula como parte de su propia
asumo en general afirmando que "en un pais y en una época determinados, la ~eona dIStmuva de Ja d1stnbuc1on. Ahora consideraremos las cuatro hipótesis más
suma media de los medios de vida necesarios constituye un factor fijo" (El capi- importantes.
tal, l. p. 124). Para el propósito del análisis podemos mantener constante el nivel de
vida de los trabajadores, definido en términos de valor de uso. Este mecanismo a) El salario de subsistencia
permite a Marx generar una inspiración teórica muy importante. Si bajad valor
de cambio de ese paquete fijo de valores de uso (y seguramente debe hacerlo, en En ccasiones se ha descrito a Marx como un teórico del salario de substs' t · 11
vista del aumento de la productividad de los trabajadores), entonces el valor de N d d . enc1a.
a a pue e estar más lejos de la verdad. Marx se opuso en-5rgicam~nte a la
la fuerza de trabajo puede bajar sin que esto vaya en detrimento del nivel de vida
de los trabajadores. Esto, naturalmente, es una fuente fundamental de plusvalía K Lrbowitz ( 1!177 · l 978) resume las opiniones de Marx.
relativa para los capitalistas. P aumenta porque V disminuye. '' La condt.•nación de Marx a la tesis de La.salle se puede encontrar en la Críiica al pro rama de
Armados con esos descubrimientos, podemos llevar a cabo toda cla;e de com· Gotl~a. R~sdols.ky ( 1977, PP· 29!>·297) comenta sobre la versión marxista de las teorlas del s~lario de
binaciones posibles. La participación de V en el producto social total puede dis- s~bsistenc•~: ~ientr~s que Baumol (1.976) critica a los que, como Maarek (1979), encuentran e! vesci-
g10 de una le} de hierro de los salanos" en la obra de Marx siendo que no existe ninguno Baumol
minuir (implicando un aumento de la tasa global de explotación) al mismo tiempo e~pcro .toma la curiosa posición de que "es cuestión de semámica si pensamos en el valor de los sala:
que mejora rl nivel de vida de los trabajadores, o un descenso en la tasa de explo- n~~ pamen.d? del v~lor de la fuerza de trabajo, a la que definimos como una subsistencia fisiológica,
tación puede ir acompañado de un descenso en el nivel de vida. o ·'. pr~íenr~amos lll~~rpret_ar el valor de la fuerza de trabajo como una cantidad sumamente
Sin embargo. Marx definil ivamcntt no quiso implicar que el nivel de vida ele los ílexible · Lejos de ser cucsuón de semántica". creo que un concepto flexible del valor es fundamen-
1al JMra todo t•I arguml'nlO marxiano.
60 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 61
doctrina de Lasalle de la supuesta "ley de hierro" de los salarios y, como ya he-
mos visto, negó que los salarios estuvieran inexorablemente ligados a los requisi· b) La oferta y la demanda de
tos de la reproducción fisiológica pura del trabajador. El capital, como proceso, la fcerza de trabajo
es mucho más ~exible y adaptable.
Este concepto erróneo puede estar basado, en parte, en el punto de vista de La idea de que la tasa de salarios varia en respuesta a las condiciones de la oferta
Marx de que el valor mínimo de la fuerza de trabajo es fijado por las mercandas y la demanda no es nada dificil de aceptar. No obstante, Marx recha~a firmemente
físicamente indispensables para la renovación de las energías vitale~ del traba- el argumento de que la oferta y la demanda tlictan el precio natural de la fuerza
jador (El capital, I, p. 126). Con seguridad vio cómo funcionaban las tenden- de trabajo, y no digamos su valor o el nivel de vida de los trabajadores. La oferta
cias dentro del capitalismo para hacer que bajaran los salarios hasta este mfnimo y I~ ~emanda ~n ftmda~~~tales para el e~uilibrio del mercado, pero en equili·
fisiológico, o incluso aún más abajo, amenazando ast hasta la reproducción bno ya no exphcan nada , mcluso el precio natural de la fuerza .:le trabajo debe
fisica de la fuerza de trabajo. Existf.m también tendencias contrarias que empu· ser determinado "independientemente de la relaci6n de fa. oferta y la demanda"
jaban a la tasa de salarios en la dirección opuesta. Este concepto erróneo quizá (El capiial, I, p. 450).
provino del hábito de Marx de suponer que la fuerza de trabajo generalmente Debemos. tener cuidado de interpretar correctamente lo que quiso decir aqul
comercia con su valor, y que el nivel de vida realmente es constante en términos Marx. ÉJ nun~a a~gumentó que el proceso de intercambio no tenfa nada que ver
de los valores de uso que se requieren para su reproducción social. (:&ta idea con la determmac1ón de los valores. De hecho, sostiene firmemente la opinión de
prevaleció durante gran parte del primer volumen de El capital, que tanta q~e ~os valores en ge~eral y el valor de la fuerza de trabajo en particular llegan a
influencia tuvo.) Por medio de tsas suposiciones pudo deducir la teoria de hl existir sólo en la medida en que florece el mercado de intercambio. Los factores
plusvalfa relativa. En el proceso a menudo usa el lenguaje de "subsistencia", que determinan el valúr de la fuerza de trabajo deben ser expresados finalmente
"costos minimos de reproducción", "necesidades básicas", etc., sin relacionar fir· a través de este proceso de mercado. Con lo que Marx no está de acuerdo es con
memente estos conceptos con la idea de los "elementos históricos morales" que la identificación errónea de los mecanismos de la oferta y la demanda, como se
intervienen en la determinación del valor de la fuerza de trabajo. pueden ver claramente en el mercado con las fuerzas que les sirven de base y que
Existe en todo esto el peligro de una considerable confusión en cuanto a la o~eran a tr~vé.s del mercado. Marx sigue aquf a Ricardo al preguntar qué deter·
verdadera naturaleza del argumento de Marx. &to se debe a que más allá del mina en primer lugar la oferta y la demanda en los mercados de trabajo. Cuan·
mínimo fisiológico (que está perpetuamente al acecho) parece haber conceptos ~o trat.amos de contestar esta pregunta vemos que la acumulación del capital
algo variados de lo que fija el valor de la fuerza de trabajo y que constituye la tiene cierto poder sobre ambas. Veamos cómo sucede esto.
"subsistencia". Como se queja Rowthorn con todo derecho, Las variables demográficas desempeñan 1m papel muy importante por el lado
de la ofert~. Ricardo aceptó de buen grado la ley de la población de Malthus co·
Marx define el vaior de la fuerza de trabajo en tres formas diferentes, basándose sucesi· mo el medio por el cual la oferta de trabajadores se ajustarla a la acumulación
vamente en: 1) el costo de producción de la fuerza de trabajo bajo determinadas condi· por medio del aumento de las tasas de salarios. Marx no niega la existencia de
cionés históricas: 2) el nivel de vida tradicional al que están acostumbrados los trabaja· ese me~anismo (El capital, I, pp. 517-606), 10 pero supuestamente por repulsión a
rlores, y 3) el nivel de vida que prevalece en los modos o formas de producción no caµi· ~ualqmer ~osa qu: huela aunque sea remotamente a malthusianismo, le da poca
talistas. (Rowthom, 1980, p. 210.) 1mportanc1a a la 1~ea (c~. ~on .cap. VI). E? v~z d~ eso se concentra en los pró·
cesos de acumulación or•.gmana (proletanamzac16n forzada), movilización de
(El ítltimo es importante porque fija "el salario mfnimo requerido para inducir a lo~ sect?res latentes del ejército industrial de reserva (las mujeres y los niños), Ja
la gente a buscar trabajo o quedarse trabajando en el sector capitalista".) Estas m1~ac16n (de las zonas rurales a la~ urbanas o de formaciones sociales precapi-
definiciones no son conceptualmente equivalentes, pero Rowthom sigue adelan· tahstas como Irlanda) y la producción de superpoblaciones relativas por medio
te para demostrar lo que a mí me parece un punto vital. Existe, dice Rowthorn, ~e ~ecanismos únicos del capitalismo. La acción directa de parte del capital o la
"una ilación común" que pasa por todas las diversas definiciones: si el mtnimo acc16n tomada por el Estado a favor del capital (cercamientos, etc.) se convirtió
(cualquier.a que sea su d~finidón) no es satisfecho, entonces hay "consecuencias en el foco principal de su análisis de las fuerzas que regulan la oferta de la fuerza
muy graves: o declina la oferta de fuerza de trabajo de buena calidad, ya que los de trabajo. Además, aunque Marx no lo hace, podemos ver fácilmente que las
trabajadores no se mantienen o se reproducen correctamente, o dejan por com· poltticas de población e inmigración puestas en vigor por el estado capitalista en·
pleto el sector capitalista; o bien hay un conflicto o alteración c.uando los traba- cajan en esta perspectiva del manejo global de la oferta de la fuerLa de trabajo
jadores luchan por lo que consideran como su justa retribución" (Rowthorn, por el capital.
1980, p. 210). Esta ilación unificadora resulta ser la amenaza que se formula a la Por el lado de la demanda, el capital es capaz de ajustarse a sus requerimientos
mayor acumulación de capital. Volveremos a ver esta idea más adelante, en la sec·
ción 1.d. 10
Morii híma y Catephores: 1978, cap. 5) tratan de integrar en la teorra de Marx algún argumen-
to explicito sobre el crecimiento de la población.
62 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 63

no sin tensiones y dificultades, claro está-· por medio de la reorganización, la van las ganancias y consecuentemente la acumulación. Varios marxistas han
reestructuración y el cambio tecnológico. Además, la movilidad del capital mo· atacado enérgicamente este plan, y con frecuencia lo han tachado de neorricar-
netario en el escenario mundial proporciona al capital la capacidad para adap· dianismo puro. 11
tarse a las diferentes situaciones demográficas asf como a las diversas circunstan· Los problemas que se presentan aquí son de gran importancia. Tenemos que
cias "históricas y morales" que, incialmente al menos, podrían afectar el valor de considerar en particular el grado en que los cambios en la relación de poder
la fuerza de t&·aba;o c..liferencialmente de t;na a otra región y de uno a otro país. r.ntre el capital y los trabajadores pueden modificar sustancialmente la partici-
Así como la acumulación del capital acarrea el cambio perpetuo del capital de pació:1 relativa.de las dos partes en el producto total, y el grado en que las luchas
una línea de prc.ducción a otra, de un lugar a otro, y eso sin decir nada del im· diarias por los salarios nominales y reales así como por el nivel de vida de los tra-
pulso perpetuo a estiuct•uar de nuevo la organización social y técnica de la pro- bajadores :concebido en t~rminos del valor de uso) pueden afectar considerable·
ducción, así l:i demanda qe la fuerza de trabajo expresa los requerimientos de la mente el valor ele la fuerza de trabajo.
acumulación. Marx admite sin dificultad que las magnitudes cambiantes de los salarios y las
' De nuevo regr~samos a la idea de que los requerimientos globales de la at::u· ganancias se limitan entre sí, y que el equilibrio entre ello.!':, "la fijación de su
mulación de capital tienen la capacidad de ejercer una influencia controladora y grado efectivo sólo depende de la pugna incesame entre el capital, y el trabajo,
hcg<-mónica sobre la oferta y la demanda de la fuerza de trabajo. "El caoital traba· ya que el capitalista aspira constantemente a reducir el salario a su mfnimo fisico
ja en ambos lados al mismo tiempo" (El capital, 1, p. 640). Aquí, según creo, es y a prolongar la jornada hasta su máxima ganancia, mientras que el obrero, por
donde Marx desea colocarse respecto a las fuerzas subyacentes que fijan el valor su parte, presiona constantemente en el sentido opuesto. El problema asunto se
de la fuerza de trabajo. Esto no quiere decir, empero, que todas las fuerzas que reduce a un problema de correlación de fuerzas entre las dos part\!s en lucha"
operan en el mercado tengan esta cualidad. Pueden surgir escaseces por razúnes (Salan·o, precio y ganancia, pp. 507-508.)
que están totalmente fuera de la influencia del capital, pero encontramos ')Ue Marx también argumenta, empero, que un aumento en el salario real sólo
Marx afinn<A que bajo esas circunstancias los salarios deben estar "por encima de significa una disminución en la tasa de ganancias suponiendo que no haya habi·
su valor", y que pueden permanecer así por largos periodos de tiempo (EL capi- do cambios en la fuerza· productiva del trabajo, ni expansión en la cantidad de
tal, 1, p. 518). Al expresar así las cosils, Marx indica, en efecto, que dese:i distin· capital y la fuerza de trabajo empleadas, así como en la produl:ción. De lo contra·
guir entre aquellas fuerzas contingentes que pueden empujar más y más las tasas rio, dept'ndicndo de la tasa y las condiciones de acumulación, los salarios reales y
de salarios, y las fuerzas socialmente necesarias que van u:iidas a la acumulación la tasa de ganancia pueden subir o bajar juntos o moverse e:l forma inversa
del capital en general y que dictan el valor de la fuerza de trabajo. En esto con· (Teorfas sobre la plusvalfa, 11, pp. 383·384). El salario real, puede aumentar,
cuerda totalmente con su estrategia global: v•!r el valor como una expresión de la argumenta Marx, siempre y cuando el aumento "no interfiera con el orogreso de
ncc1..!;idad social bajo relaciones de clase del capitalismo y afirmar que los valores la ;i.:rnnuhu:i(m" (El rn/Jitul. 1, p. :>24). La cuestión es, entonces, ¿puede el poder
(incluyendo el de la fuerza de trabajo) llegan a ser los reguladores de la vida eco· organizado <ll' la da:w lral>ajadora mantener en aumento los salarios aunque esto
nómica sólo en la medida en que el modo de producción capitalista se vuehe he· <llllt'IM<.'t' la an1mulaci611?
gemónico dentro de una formación social. Al fra<.'ítsar la transición al socialismo, Marx niega que esa posibilidad se
pueda llevar a cabo a largo plazo. Su razón no es difrcil de aducir. Las luchas por
la distribución, después de todo. tienen lugar en el mercado. La relación cbve,
c) La lucha de clases por la tastl de salarios para Marx. está en la producción -allí es donde tuvo su origen la plusvalía. Es
una abstracción inadmisible interpretar la parcicipación de los trabajadores en
La idea de que las proporciones relativas de V y P en el producto social total (y el producto social total como el resultado dr. una relación de poder pura en el
por implicación de V, el valor de la fuerza de trabajo) son fijadas por la lucha de mercado cmre el capital y Jos trabajadores. Por esv Marx reduce la lucha de da·
dasc:s, por la relación de poder entre' d capital y los trabajadores organizados, ses por la partkipaciún clist ribucional al rnngo. de un mecanismo equilibrador,
suena muy marxista. En tiempos rccicmes se ha puesto en uso L>ajo la hipótes:s algo sc•nu·ja111e a la oft>rta y la demanda. A través del curso del ciclo industrial,
ele la "reducción de las ganancia:;" en la crisis capitalista. El argumento dice así: por ejemplo. t•I m<iyor poder de los tralrnjadores durante una oscilación aseen·
una lucha exitosa de parte de los trabajadores (porque el trabajo escasee o por· <lente haría suliir los salarios por encima de su valor, aunque sólo fuera para
que esté mejor organizado~ hace que aumenten los salarios verdaderos y dismi- compensar la caída de los salarios por debajo de su valor durante !a depresión
nuyan las ganancias. La "reducción de las ganancias" resultante hace más lenta
11
la acumulaci5n y finalmente llevé! al estancamiento. La respuesta del capital es Glyn y Sutdiffr ( 1!17!!) \' Ur1ddy y Cm11y ( 1975) proporcionan las dos declaraciones más sen·
crear (ya sea deliberadamente:: c1 porque no tiene otra alternativa) una severa re· cillas y directas 50brc la .. reducción de las ganancia.;" como un fe!lómeno empfrico, mientras que
ltoh ( 197 Ba) proporciona un argum<;mo más 1eórico. Emre las criticas de la tesis, las mejores son las
cesión (como la de 1973-1974) que tiene el efecto de disciplinar a los tnbajado·
de Yaffc (1973) y d(" Wl·ck.s ( 197!1). proporcionando este úhimo una evaluación muy dura. y en mi
res, reducit>ndo los salarios re1les y estableciendo las condiciones para que revi- opinión bas1:111u· correcta, dl' la l<'sis como una proposición 1eórica.
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 65
64 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

subsecuente. Los cambios en las relaciones de poder pueden generar fluc· pcrficiales. la hipótesis de la "reducción de las ganancias" es totalmente plausi-
ble..·, e incluso inobjetable.
tuaciones en los salarios alrededor del precio natural que refleja el valor funda·
Sin embargo, como mantienen sus críticos, es una concepción totalmente ina·
mental de la fuerza de trabajo. Si, como resultado de la fuerte organización
decuada de las leyes globales del movimiento del capitalismo, y ciertamentr! es
laboral, los salarios permanecen por encima de su valor durante un largo perio·
una versión inadmisible de la teoría de Marx sobre la formación de las crisis.
do, entonces esto se debe a que no interfiere con la acumulación .. Marx ~~vierte
expJícitamente a la clase obrera que "no debe exagerar la efica:1a defimuva en Una lucha de clases de este tipo tiene poco o nada que ver con la determinación
estas luchas cotidianas" y "no debe, por tanto, entregarse intcgramente a e.sta del valor fundamental de la fuerza de trabajo, aunque desempeña un papel vi·
tal, como la oferta y la demanda. para equilibrar el mercado.
imprescindible guerra de guerrillas, impuest~ incesantemente por l~ a~c1ón
violenta del capital, que parece no querer termmar nunca, o por las osc1lac1ones
del mercado". "En vez del lema conservador de jUn salario justo por una jornada
de trabajo ju.sta!' deben iilscribir en sus banderas la consigna revolucionaria de d) El proceso de acumulación)' el valor de
·A btJ.fo el sistema del salario/' "(Salario, precio y ganancia, p, 510). la .fi1erza de trabaJo
l.~ lucha de clases desempeña aquí un.papel ambivalente. Por un lado ~yuda
1

a los trabajac.ores a conservar algo de digddad y a rechazar ]as formas de.violen· Marx rechaza abiertamente todas las formulaciones que fijan un valor inmu·
cia más crasas que los capitalistas suelen usar con sus empleados. También for· table a la fuerza de trabajo (como el salario de subsistencia fisiológica) o la parti·
ma la base parn las luchas por la definición del pa<!uete de valor.es de us? que cipación del capital variable en el producto total (como la llamada teorfa del
com:ituyen el nivel de vida de los trabajadores (p?r ejer.nplo, atención méchca en "fondo de trabajo") basándost: en que "el capital no es ninguna magnitud fija,
comparación con el consumo forzoso de protección m1htar). Al enfocarse en el sino una pa rtc elástica de la riqueza social. parte que fluctúa incesantemente", y
terreno de ks valores de uso y las necesidades humanas, esas luchas pueden fJr· en que la fuerza de trabajo forma una de "las potencias elásticas del mismo" del que
mar la base de un verdadero movimiento revolucionario, que tiene un objetivo: igualmente debe decirse que está en perpetuo flujo (El capital, l, pp. 513-514).
abolir un sistema fundado en la irracionalidad fundamental de acumular por el Tambi~n argumenta que tanto la lucha de clases por la participación distribu·
afán de acumular. Sin embargo, la lucha por los salarios reales dentro de los cional como la oferta y la demanda desempeñan papeles vitales para equilibrar
confines del capitalismo sirve merameute, en opinión de Marx, pa1~ asegurar d mercado y pueden, ocasionalmente, obligar a los salarios reales a alejarse de
que la fuerza de trabajo se intercambie a su valor o a un valor aproximado. Se los valores; a wces por periodos prolongados. Pero en el análisis final, operan como
puede llegar a ese valor a través de un proces~ d~ lucha de clases, pero esto n.o mediadores del mercado sólo para las fuerzas más fundamentales que fijan el va-
sigoifica de ninguna manera que el valor refleja simplemente los poderes rC'lall· lor de la fuerza de trabajo. Ahora bien, ¿cuál~s son estas fuerzas fundamentales?
vos del capital y el trabajo en el m.'.!rcado. La respuesta general de Marx a esa pregunta no es dificil de encontrar. Una
Un dato interesante es que la hipótesis de la "reducción de las ganancias". distribución inicial de los medios de producción divide al capital del trabajo, pero de
correctamente interpretada, apoya en vez de refutar esta conclusión. El cam· allí en adelante las relaciones de distribución tienen que ser consideradas como
hiante equilibrio del poder entre el capital y el trabajo puede mouificar re~l­ "el carácter histórico de las relaciones de producción". Además, la producción y
meme al salario real en tal forma que restrinja o aumente la tasa de ganancia. la distribución "son miembros de una totalidad, diferencias dentro de una uni-
Este tipo de cosas es exactamente lo que púdemos esperar que suceda dentro del dad" .. que t~mbién incluye el intercamb~o y el consumo. (véanse bs pp. 41-42 de
dominio del intercambio. Ésta es, e::mpero, la descripción de un movimiento super· estC' libro). El valor de la fuerza de trabajo no se pude fijar separándolo de las re-
ficial, y deja intacto el valor de la propia fuerza de trabajo. Si los ~al~rios reales se laciones internas dentro de su totalidad -una totalidad que, además, está do-
salen de línea con la acumulación, entonct:s se ponen en mov1m1ento fuerzas minada por el imperativo de acumular por el afán de acumular. Anteriormente
compensatorias c:.ue los obligan a bajar y, si. es neces.ario, disminuye el pod~r re· mencionamos (p. 14) que Marx construye sus conceptos en forma relacional.
lativo en el mercado de la fuerza de trabajo orgamzada (ya sea por medio del Ahora ::ncontramos un caso especifico de la aplicación de esa estrategia. Como
aumento del desempleo o a través de restricciones politicas o de otro tipo sobre la siempre, el problema es hacer que este concepto sumamente abstracto sea más
fuerza de trabajo organizada). 12 Como una descripción de estos movimientos su· accesiblC' a la interpretación concreta.
Aún no estamos en posición de descifrar todo el argumento, pero la concep·
ción general es aproximadamente la siguiente: existen una distribución de
12 Lo que se trata de demostrar, naturalmente,~ que si el equilibrio de poder ent~e el capital Y
el trabajo es tan precario qu•• amenaza a la acumulac16n, entonces se deben tomar medi?as para rec·
tificar ese equilibrio del poder. La intención de la Ley Wagner de 1933 en Estados Unidos era, por
inflación crónka son las demandas de salario (y el poder para i· acerlas valer). Estos cambios en el
tanto, mejorar el poder de Jos sindicatos para negociar en el mercado, a fin de ayu?ar a resolver lo
r.quilibrio del poder no ocurren automáticamente, ni ocurren sin luchas a veces terribles, pero el equilibrio
que 1,reneralmente se interpreta como una crisis de falta de eonsumo. Deseamos m~~onar, para esta·
cambia a traví'li del tiempo. y hay ra;:oncs para creer que los cambios son en pane una respuesta a los
ble~r un contraste, el intento qtie están haciendo actualmente muchos pafses cap1tal1St~ a~elantados
probkma~ de la acumulación.
por frenar el peder de los sindicatos en un momento en que se considera q1Je las causas pnnc1pales de la
l'IWlllJCCIÚN \'DISTRIBUCIÓN .

'
l'IWIHICCl(>N Y J)ISTRJJHJCIÓN
67
equilibrio rnlrc «'I capi1al v:iriahlf• y la plui:;valín determinada en relaci61~ co.n .la .
f

.~ man('Jllc•s rlPI prnc1•so di' n•proclucci{)n <l<•I capirnl" (/~/ cnf1ilnl. 1, p. 481). El ca·
rnsa de acurnulación y la eslruciura glol>al de: Ja producción y el consumo. u l'.xls·
pita! dt·lu· li111i1a1 su propia "st·d ilimitada de riqueza" para que no llegue al gra-
te también un camino d<• crcdmimto en equilibrio para el empico total .qu~,
do de destruir la capaci,fad de reproducirse de la fuerza de crabaj1J de delermi-
cuando se divide entre V, da un valor de equilibrio de las fuerzas de ~raba.10 m<l1·
nada calida~f; pero Laml.Jién advertimos que los capitalistas pagan saJarios, que
\•iduales. Si hay un aumento general en el niv.el de vida d.e los trabajado::es (me-
después reciben de nuevo como pago por las mercancías que prodt•cen. La
dido por Jos valores de uso de que pueden disponer) y s1 éstos llegan a ser una
distribución funciona aquí como un lazo m~diador entre Ja producción y el con-
oane del "elemento histórico y moral" que abarca el valor ~e la fuerza de crab~­
sumo, o como Marx prefiere decirlo, emre Ja creación del valor en la producción
Jo. es porque la acumulación de capital requiere la producción de nuev:is neces1-
y la realización del valor en el intercambio. El capitalista debe, después de lodo,
darles, o porque las leyes de la acumulación son indiferentes a. las. formas
producir va!ores de uso sociales -mercandas que alguien puede pagar y que al-
espr:dficas de valor de uso producidas. El valor de la fuerza de trabajo llene que
guien desea o necesita. Los capitalistas individuales no pueden esperar razona·
ser considerado como un d no en perpetuo movimiento, regulado por el P~?ceso
blememe que sea posible disminuir los salarios de sus empleados y al mismo
de acumulación. Se puede definir, en pocas palabras, como la re.muneraczon so-
tiempo preservar un mercado en expansión para las mercancías que producen.
cialmente necesaria de i'afuerz.a de trabajo; socialmente necesaria desde el ~un·
Tndo esto nos lleva más allá de los estrechos confines de la distribución pu se,
to ele vista de conLinua acumulación del capital. La invocación de la nec~s.1d~d
pero allí es exactamente a donde Marx quiere llevarnos. Quiere que veamos que
social es importante, pues nos permite distinguir ent~e el concepto de.equilibrio
el valor de la fuerza de tral>ajo y la participación de los trabajadores en un valor
del valor de la fuerza de trabajo y las innumerables c1rcunsc~n·:1as acc1dent~les Y
recién creado no se puede entender fuera del proceso general de la producción y
fouuitas qJe pueden obligar a los salarios a quedar por encima o por debajo de
realización de la plusvalía. En el capítulo 111 nos ocuparemos de estudiar este
este valor de equilibrio. . . . . proceso.
l--lay que hacer hincapié en que esta conclus16n se aphca umca~ente a aquella
concepción muy estrecha del nivel de vida que descansa en la c_anud~d de valur~s
dr. uso malcrialcs que puede conseguir el trabajador por medio del mtercamb10 2. R1·:ni:cc1óN l>EL TR,\llA.JO COMPu-;10 ,,
de mercancias. No dicta qué paquete determinado de valores de uso se le pro· TR1\ll ..\JO Sll\ll'LE
porcionarán (aLrnción médica o discos), ni tiene que ver con aquellos aspectos de
Ja vida y la cultura dentro de la clase trabajadora que están fuera d~ la esfera del El capital variable total no se dh·ide igualmente entre los trabajadores indivi-
inlC'rcambio d·~ mercancías. En estos dos aspectos, la clase trabajador~ pued.e dualt-s La forma en que se di\'ide depende de una amplia variedad de factores:
cjf'rcer cierta autonomía y. a Lravés de sus propias luchas y de sus.pro.P1as.dcc~· el grado d«' hahiliclacl. grado de fuerza del sindicato, estructuras de remuneración
sirmes, puede hacer gran p~ine de su propia cultura y ?e su l?ropia historia. El acos1umhra las. edad y amigiicdad. prn<iuctividad individual, escasez relativa en de·
he:ho de q1Je esté t>n posición dl' hacer!? se debe ~tribuir pr~c1samente a q~e da terminados mercados dt• trabajo (por sector o geográfico), etc. En potas palabras.
forma a su existencia partiendo de un intercambio de cualzdades por medio de nos enfremamos con }ill!rzw de trabajo heterogéneas que son recompensadas di·
una forma de circulación definida como M-D-M. 1·1 ferencialmente.
Para el capital, el significado de este intercambio es totalmen~e difcr~nte, nalu· EsLo prC'scma un dohk problema para la teoría !llarxista. En primer lugar, las
rahneme. El capitalisla espera obtener de él una plusvalía. A _rnm~rí1 vista parce<· propias difcrC'ndas en los salarios rC'quicren explicación. En segundo. y fste es el
que, cuanto meno!"> se le dé al trabajador, más tendrá el cap1~al, sm eml>argu ... al asunto «h·I <¡lll' nos on1pan·mos principalmente aquí. la heterogeneidad de la
oLt.ervar el proceso de acumulación en general vemos, en primer lu~ª!• que la fuerza de 1ral.ajo ha sido considerada por algunos críticos burgueses como el ta·
.:onservación y reproducción co'lstames de la clase obrera son cond1c1ones per- l<>n de Ac¡uil"s de la leoría del valor de Marx. Veamos por qué .
Marx explicó el valor de cambio de las mercancías refiriéndose al ti~mpo de
trabajo socialmente necesario que personifican (en la siguiente sección veremos
1~ 1 05 1 " uicrl'n convl'rtir a Marx en un 1córico del equilibrio general. con iodos los irmru-
l ·n-~cl.a··~acos se ven en dificultaú.., a esia altura del análisis. Invariablemente encuentran q1w
que este concepto también debe ser modificado). Para hacer esto Marx ruvo que
mcn os ...... .. • bl' d 1 · · ·I
no ueden determinar el c1¡uilibrio de la tasa ele salarios y por tamo se ven o 1ga o.. ? tomar~ lll\~ conslrLiir una paula ele \'alor consistente en trabajo abstracto simple; esto su·
de ~ida 0 el .:quilibrio del salario corno un íactor es1ructural permanente y~ determmaJo exog<"na· po:iía que· existía alguna forma satisfactoria de reducir la manifiesta heteroge-
mt'nce: véo.w Maarek ( 197!1). Rocmcr ( J9BO) y Morishima y ~atcphores ( 1918, cap: ~ ). • .·. neidad del trabajo humano concreto. con toda su diversidad de habilidades y de
M 8 . ( 1978) ha tom:.do este pu neo y lo ha convenido en una fuerte criuca de la~ 1rn11.1s
mai·xist:sr~;f: t~tán
lucha de clam;. Señala c¡ut• si los trabajildorcs interesados únicamc1~t••
t·n l 1)¡\"'.'~1· otras cosas. a unidades de trabajo abstracto simple. La forma en gue Marx rraró
re.· •le uso que puetlcn controlar. cntonn-s 1JUi1.á accedan o incluso coo¡'K'ren en su.propia cxp~o;arn~ el problrm:1 es ambivalente y enigmática. Simplemente afirmó que "la experien·
e; el lugar de trabajo siempre y cuando esto redunde en su beneficio en f~nna de b1c11es rnale~a t·:~· .' cia demuestra que esta rt·cluccióu de trabajo complejo a rrabajo simple es un fe.
hecho de que los capilalistas estén interesados en los valores y los trabaJad~1:es en los val~rcs dt 11~0 nóm:-n.> que se da tocios Jos días y a todas horas" por medio de un "proceso social
proporciona una bJse para la cooperación, más bien que para la co.nfrontac1on, en el proceso de tr.1·
b:ijo. Burawoy tiene razón c•n t•so. pero generalmente hace demasiada alharaca.
que ohra a <·spaldas d<' los produc1orcs" (El capital. l. p. 12). En una nota a pie
de p<ígina Marx adara que "no nos rc:ferimos al salario o valor abonado al obre-
. . - .. -~ 1

68 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 69

ro por un dfa de trabajo, supongamos, sino al valor de las mercandas en que ~u Este método se mete en varias dificultades. El trabajo simple se convierte en la
jornada de trabajo se traduce". Todo esto ~oncuerda P.erfec~amente con la d1~­ unidad contable, y se supcme que el costo de producción de ese trabajo simple no
tindón entre el valor de la fuerza de trabajo y el trabajo social como la esenc:1a tiene efecto sobre el sistema. Asimismo, las habilidades que adquieren los traba-
del valor. El proceso por el cual las habilidades heterogéneas so.n reducidas a tra· jadores aparecen como una forma de capital constante que conservan ellos. La
bajo simple debe ser independiente de los procesos que detennman la tasa de r.a· reducción se logra, de acuerdo con Tortajada (1977), a expensas de introducir·
)arios en el mercado. una versión de la teorfa del capital humano. Esto borra los problemas de la.
Marx no se molesta en explicar qué quiere decir por "un proceso social que explotación de clase y entierra los procesos sociales reales en una mitologfa de
obra a espaldas de los productores". Su alusión a la "experiencia" indica 9ue progreso propio que ciertamente va en sentido contrario a la corriente general
Marx piensa que todo esto es •!vidente. Quizá lo era para él, ~ero no lo ha s1~0 de la teorfa marxista. Estas dificultades se originan, continúa Tortajada, "'preci-
para sus crlticos. Si, como insiste Bohrn-Bawerk (1949), el úmco proceso sc..c1~l samente en la forma en que se ha planteado el problema de la reducción, tanto
que puede hacer esto es el intercambio de los productos de esa fuerza de trabajo por los críticos de la teorfa marxista como por aquéllos que tr&taron de replicar·
en el mercado, entonces "tenemos la comprometedora circunstancia de que la les". En pocas palabras, los marxistas han tratado de responder al problema
pauta de reducción es determinada por las relaci~nes reales de ii:itercambio", ~e sobre un terreno definido por los críticos burgueses, más bien que en los ténni-
supone que las relaciones de intercambio son explicables en térmmos del trabajo nos que define Marx. Recordemos que el trabajo abstracto nació por un proceso
social que personifican. Existe, según parece, "una circularida~ fund~rncntal e que expresa la unidad fundamcm-.1 de la producción y el intercamb!o bajo un
ines(:apable" en la teoria del valor de Marx. Los v~lores, segun se dice, n? ~e modu de producción claramente capitalista.
pueden determinar independientemente de los precios del mercado.' y estos ult~ · Regresemos ahora al argumento de Marx, donde dice que el trabajo abstracto
mo!, no los primeros, son ft:ndamentales para entender cómo funciona el cap•·
talfamo. En consecuencia, los oponentes más violentos de Marx, de BOhm· se desarrollará, por tanto, de un modo tanto más puro y más adecuado cuanto más
Hawerk a Samuelson ( l S57}, se han burlado de la teorfa del valor de Marx por pierda el trabajo su carácter especifico y de arte, cuanto más abstracto e indiferente se
con.>iderarla "una abstracción inaplicable". y argumentan que la teorfa moder- haga a la destreza especial del obrero y a su forma especifica, para convenirse en una
na de los precios que ellos han adoptado es m.uy superior ª. h1. formulada po~ actividad mecánicamente swtancial, meramente mecánica. indiferente a su fonna, en
Marx. Hasta un crítico relativamente comprensivo como Mortsh1ma (1973) saco una actividad en general. (Crundrisse. 1, pp. 179-180.)
Ja conclusi6u de que la reducción requiere tasas diferenciales de explctacaón La irnlifl'rt'lll'Íól nm respecto a cualquier tipo determinado de trabajo presupone
(que alteran gravemente la teorfa de la plusvaUa) o la conversión d_e habilidades una totalidad muy desarrollada de tipos de trabajos reales, entre los cuales ninguno es
diferentes a un denominador común por medio de tasas salariales (lo cual predominante con respecto a los demás. Y entonce:,, deja de pensarse exclusivamente
destruye por completo la teorfa del valor). Frente a ~stas criticas tan fuertes, se bajo una forma especial. Por otra parte, esta abstracción del trabajo en general no es
tan sólo el resultado espiritual de una totalidad concreta de trabajos. La indiferencia
vuP.lve imperativo resolver el problema de la ~educción. . . . ante el trabajo determinado surge en una forma de sociedad en que los individuos
Vna manera de respuesta ha sido reducir el trabajo complejo a trabajo pueden pasar fácilmente de un trabajo a otro y en que el tipo determinado de trabajo
simple, dando por sentado que la fuerza ele trabajo i~p~rte valor.en proporción es para ellos algo casual y, por tanto, indiferente ... Donde más desarrollada aparece
a su .:osto de producción. Esto no establece la reduc~16n m~epend~ent\!me?te del esta situación es en la forma más moderna de existencia de la sociedad burguesa: en
proceso de intercambio y por sf misma no puede evitar la circula_ridad de .a cual Estados Unidos ... Este ejemplo del trabajo revela palmariamente cómo hasta las
se queja Bohm-Bawerk. Tanto Rowthorn (1980) como R01:icag!•a (197~) trat.an categorías más absLractas ... , son, sin embargo, en la c1etenninabilidad de esta misma
de identificar un proceso de producción que logre la reducción sm refonrse al m· abstracción, al mismo tiempo, el producto de relaciones históricas y sólo poseen plena
tercambio. f<.owthorn argumenta: validez para estas relaciones y dentn de ellas. (Crundris.se, J, pp. 18-19; ej. también
Resultados del pToccso inmediato de producción, p. 1033.)
El trabajo complejo equivale a cierta camidad de trabajo no.calificado realiza~? .en el
periodo actual más detemunada cantidad ?e trabaj~ personificado e~ ~as hab1haades El trabajo abstracto se convierte en la medida del valor en el grado en que
dd trabajador en cue:.lión. Algc del trabaJo personificado en las .hab1hda?es es espe· existe la fuerza de trabajo como una merc¡o.ncfa que los capitalistas pueden
cializado en sf mismo, y puede a su vez descomponerse en trabajo no calificado más controlar libremente en el mercado. El proceso de acumulación requiere una
~rabajo personificado en las habilidades producidas en cada pcrio?o. anterior. Al ex· fluidez en la aplicaci6n de la fuerza de trabajo a diferentes tareas en el contexto
tender esta descomposición indefinidamente hacia atr~ se puede eh~mar por ~mple· de una división de trabajo que prolifera rápidamente.
to el trabajo calificado, reemplazándolo por una .corriente de trabajos. no cahfi~ados El capitalista puede crear esa fluidez organizando la división del trabajo
realizados en diferentes momentos ... La reducción ... se puede realizar muy inde- dentro de la compañia, y transformando el proceso de trabajo a fin de reducir
pendientemente del nivel de salarios y el análisis evita la acusación de circularidad de las barreras técnicas y sociales al movimiento de trabajo de un tipo de actividad
llohm-Baw~rk. (Rowthom. 1980, •ap. 8.)
a otro. Las habilidades monopolizables son anatema para el capital. En el grado
en que se convierten en una barrera para la acumulación, deben ser subyugadas
70 PROIJUCCIÓ!\' Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 71

o eliminadas por la transformaci6n del nroccso de trabajo. Las habilidades mo- ejemplo el'· Hnhm·Bawcrk trabajan por su cuenta, mientras que uno -el escul·
nopolizables llegatl a ser improcedentes porque el capitalismo hace que lo sean tor-- posC'(' habilidades C'speciales monopolizables. La condición que le interesa
(Salario, precio y ganancifl, p. !JOR). :1 MMx c•s cpu· amhos 1rah,1jaclon-.-; c·s1~ín empicados por capitalistas que nrodu-
La reducción del trabajo calificado a trabajo simple es algo m:is qul' una ccn merca11das · -c•statuas y caminos- mientras que ninguno tiene una habili-·
fabricación lnl<'lectual: <'s un procrsn rral y ohsc•rva hl<'. qm• opera con <'fcc·rns ciad mo11op11li1.alil<·. aumpw c·l trahajo impartido puede ser de diferente productivi-
dcvastadorc-s sobre los trabajadores. Por talllo, Marx presta considerable aten- dad. Bohm·B.Jwerk se separa totalmente de las relaciones capitalistas de produc-
ción a la destrucción de las habilidades artesanales y su sustitución vor el "traba- ción --lo cual no es una base adecuada para elaborar una crftica válida de
jo simple" -un proceso que, como documenta Braverman detalladamente, ha Marx. El razonamiento circular que Bohm-Bawerk creyó haber detectado es
seguido adelante inexorablemente a través de la historia del capitalismo (consi- consecuencia de haber arrancado el problema de la reducción de sus rakes en
deremos, por ejemplo, cómo se ha transformado la industria automotrÍ7., pasan- los procesos históricos reales, que vuelven a dar forma al proceso del trabajo y
do de la producción especializada de vehículos a la tecnología en masa de la generalizan el intercambio de mercandas. Si se pone de nuevo en este contexto
línea de montaje, lo que implica una reducción del trabajo calificado al simple). 1s más amplio, el problema de la reducción desaparece y se vuelve insignificante.
E;i:o no quiere decir que el capital ha tenido éxito en todos lados al forzar esas 1e- Nos quedamos aquí con dos puntos caracteristicos. En primer lugar, necesita·
ducciones, y Marx fue el primero en reconocer que el legado histórico de las ha- mos explicar las diferencias de salarios que existen, entendiendo plenamente que
bilidades artesanales a menudo resistía fuertemente a los ataques montados por ésLas no tienen nada que ver necesariamente con la manera en que el trabajo so-
el capital. Tampoco está libre de contradicciones la historia de este proceso de cial se convierte en la esencia del valor. En segundo lugar, tenemos que conside-
reducción. El hecho de reducir las tareas a la rutina en un nivel con frectaencia re- rar el grado en que la reorganización del proceso del trabajo bajo el capitalismo
quieu! la creación de habilidades más sofisticadas en otro nivel. La estructura dd ha eliminado habilidades monopolizables, y por tanto ha logrado la reducción
trabajo se vuelve más jerárquica, y los que están a la cabeza de esa jerarquía que es la base de la teoría del valor. Nos ocuparemos de esta segunda cuestión en
-los ingenieros, científicos de la computación, planeadores y diseñadores, el capítulo I\'. ya que plantea algunos desafio.) técnicos graves al sistema mitrxista.
cte.-- comienzan a acumular ciertas habilidades monopolizables. Esto plantea
problemas para el análisis de clase, y para entender el proceso de trabajo bajo el
capicalismo -problemas a los cuales regresaremos en el capitulo IV.
3. LA DISTRIOUCIÓN OE LA PLUSVALfA Y LA
Concluimos, entonces, que el "proceso social" al cual se refiere Marx es nada TRA'.'.'SFOR:O.l:\CléJN DE LOS \'Al.ORES EN PRECIOS
menos que la apadción de un modo de producción caracteristicamente capitalista DE l'ROOl ICCIÓN
bajo el control hegemónico del capitalista, en una sociedad dominada por el in-
tercambio puro de mercancías.U' La reduccitm a trabajo abstracto simple no Marx pcr•s;1ha qm· uno ck los "mC'jorcs puntos" de su obra fue "la forma en que
podía ocurrir en ninguna otra clase de sociedad donde hubiera productos poco trató la plusvalía. independientemente de sus formas particulares como ganan·
importantes ¿e mercancías, artesanos, agricultores, esclavos, etc. La forma va· cia, interés, renta del suelo, etc." La teoría de la plusvalia explica el origen de las
lor como reguladora de la actividad social funciona sólo en la medida en que lle- ganancias en la explo1 ación del trabajo dentro de los confines del proceso de
ga a exinir cierta clase de sociedad, caracterizada por relaciones de clase producción bajo la relación social del trabajo asalariado. La teoría de la distri·
espedficas di! producción e incercambio. budón tiene que ver con la conversión de la plusvalía en ganancia. Marx le dio
A la luz de esta conclusión, es instructivo regresar a la clase de ejemplo al que gran importancia a ese paso. "Hasta el preser.te", escribió, "la economia
apehn los críticos de Marx cuando tratan de desacreditar su argumento. Bohm- política ... o se separó por la fuerza de las distinciones entre plusvalía y ganan·
Bawerk considera el ejemplo del intercambio entre un escultor y un picapedrero, cia, y sus proporciones. a fin de poder retener la determinación del v<>.lor como
a fin de mostrar que el trabajo como valor no se puede distinguir del valor de di· base, o bien abandonó esta determinación del valor y con ella todo vestigio de un
ferentes fuerzas de trabajo determinada:; por medio del intercambio dt' sus pro- enfoqu~ científico''. En el Lercer volumen de El capital (r. 174). Marx afirma
ductos. Su ejemplo no está equivocado, pc ..o es la forma de trabajo particular e qu·~ "esta trabazón interna" entre la plusvalía y la ganancia "se descubre por vez
individualizada que, en opinión de Marx, deja incluso de ser concebible en una prilT'cra aquí". F. na es una afirmación drástica, que justificaría algún examen
totalidad de intercambio~ bien desarrollada. Además, ambos trabajadores en el au11que no hubiera sido el foco de una controversia inmensa y voluble.
El argumtnto de Marx respecto a la relación entre la plusvalía y las ganancias
¡;, Braverman ( 197-1). lla h;1bido innu11wrah11·:. nhkas del argumen10 de Bra\'erman que revisa· C'n Lc"-rminos genl'rah.•s l'S é'slt'. La plusvalía se origina en el proceso de producción
rrrnos en el capí1ulo I\'.
16 Desai (1979. p. 20) est:rihl·: "La proporciim del valor del trabajo es a la Vl'7. una fl1rmula y un
por virtud de la relación de clase entre el capital y el trabajo, pero está distribuida
proce.;o histórico. F.s p1•r eso qul' la dasifkadím de trabajo abstracto e indiferenciado no es una alis· entre los capitalistas individuales de acuerdo con las reglas de la competencia.
1racción. sino una tenc.k,cia histórka." Vrns1• también el t•studio de Anhur ( 1976) sobre el conc1·p111 Al considerar cómo está distribuida la plusvalía entre los productores capita-
del tr.1hajo abs1rano. list'ts en diferentes sectores, Marx muestra que las mercancías ya no se pueden
72 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 7!1

intercambiar a sus valores -una condición que él dio por sentada en bs dos pri· Supongamos ahora que las dos industrias tienen la misma importancia y que
meros volúmenes de El capital. Las mercancías se deben intercambiar de acuerdo la tasa promedio de ganancia, g, es de 50%. El efecto de igualar la tasa de ga-
con sus "precios de producción". Convendría que desde el principio diminára· nancia es cambiar las tasas de cambio de las dos mercancfas. Cada mercancfa se
mos una fui!nte potencial de confusión. E.stos precios de producción todavia se intercambia ahora de acuerdo con las proporciones indicadas por e + v + g, en
miden en valores, y no se deben confundir con los precios en dinero realizados en vez de e + v + p. A la primera de estas medidas se le llama el 11 '1)recio de pro-
el mercado. Marx todavía se aferra "1 tiempo de trabajo socialmente nece!iario dLcción". ~e mide, insistimos, en valores y no en precios monet.arios. Bajo la
como a una medida. Lo que nos muescra ahora es que las mercancias ya no se competencia podemos esperar que las men:anclas se intercambien de acuerdo
pueden seguir intercambiando de acuerdo con el tiempo ele trabajo soci.ilmente con sus precios de producción y no de acuerdo con sus valores.
necesario que ellas personifican. Podemos construir un argumento idéntico respecto a los capitales que tienen
A fin de seguir el argumento de Marx, debemos primero establecer algunas diferentes tiempos de rot.uci6n. Marx no lo hizo directamente, pero también de-
definiciones y aclaraciones básicas. Al tiempo que se emplea en produc11 una bemos reconocer la importancia del tiempo de rotación al formar las propor-
mercancia se le llama "periodo de producción". Al tiempo que se emplea en rea· ciones de intercambio. Como el capitalista está interesado en obtener ganancias
lizar el valor personificado en la mercancía por medio del proceso de intercam · durante un ?eriodo de tiempo promedio (una tasa anual de ganancias sobre el
bio se le llama "tiempo de circulación". El "tiempo de rotación" del capital es el capital, por ejemplo), el capital que hace un movimiento total muchas veces en
tiempo que se tarda el valor de determinado capital para realizarse a través de la u? año ganará una tasa de ganancias mucho más alta en comparación con el ca-
producción y el intercambio -o sea, la suma del periodo de producción y el pital que se mueve sólo una vez (dando por sentadas composiciones de valor simi-
tiempo de circulación. El "capital consumido" es el valor total de las materias lares y tasas de explotación similares). El capital y el trabajo suelen pasar de los
primas e ins:rumentos de producción que se usan en el curso de un periodo Je sectores con menos rotación a los de mayor rotación hasta que las tasas anuales
producción. Como el capital fijo se puede emplear plenamente durante el pe- de ganancia se hayan igualado. Los precios relativos quedarán afectados, y aquí
riodl) de producción pero no se puede agotar, el capital consumido dura::i.te un tenemos una razón adicional por lo que las mercancfas ya no se seguirán inter-
periodo de producción será igual o menor que el "capital empleado". Podemos cambiando de acuerdo con sus valores.
tratar al "capital constante", e, ya sea como el capital consumido o como el capi· Lo que Marx está haciendo aqul es poner en vigor su regla general de que la
tal empleado, dependiendo de lo que estemos tratando de mostrar. El "capital producción determina la distribución, pero que la primera no puede considerar-
variable", v, es el valor de la fr.erza de trabajo consumida en un periodo de pro· se independientemente de la distribución incluida en ella. El procedimiento de
ducción. La "tasa de plusvalía" (o "tasa de explotación") la da la proporción transformación de Marx de hecho utiliza un sentido doble de la "distribución".
entre la plusvalia y el capital varibale, p!v. La "composición del capital en va· La distribución del capital entre las diferentes industrias de acuerdo con la tasa
lor" es definida como e /v. La "tasa de ganancias'', g, es p!(c + v) que. cuando se general de ganancia es la que lleva a la formación de precios de producc:ón, que
formula nuevamente, queda en esta forma: tienen el efecto de distribuir diferencialmente la plusvalfa de acuerdo con las
composiciones de valor y los tiempos de rotación de los diferentes capitales.
g = Plv El efecto distributivo general puede expresarse rr:uy simplemente. Cada capi-
(c/v) + talista comribuye a la suma total de la plusvalfa en una sociedad de acuerdo con
la fuerza de trabajo que emplea, y hace uso de la suma de la plusvalía de acuer-
Adviértase que todas estas r.1edidas están expresadas en valores. do con el capital total que presenta cada uno. En forma algo jocosa, Marx llamó
Ahora suponemos un proceso competitivo que iguala la tasa de ganancia en a l'Sto "nnnunismo capitalista": "de cada capitalista de acuerdo con su fuerza
todas las industrias y sectores. Lo qm• queda claro entonces es que las proporcio- ele• 1rahajo 101<11 a cacla capitalista de acuerdo con su inversión total". Más es·
nes de intercambio son afectadas por las diferencias en la composición de valor del J(
pc·dfin111u·11lt". {'Slo sig11ifica <1uc las indu'>trias con una baja compoiición de
capital. Consickrcmos d ejemplo siguiente. Una economía tiene dos industrias. valor (industrias que requieren "trabajo intensivo") o una rápida rotación pro·
La primt:ra emplea 80 unidades de capital constante y 20 unidades de capital va· <lucen mayor plusvalía de la que se les devuelve en forma de ganancias, mientras
ria ble y crea. 20 unidades de plusvalía, mientras que los datos de la segunda son que sucede lo contrario con las industrias con alta composición de valor (los lla·
20c, 80v y 80p. El capital total en ambas industrias es exactamente el mismo. mados sectores de "capital intensivo") o de baja rotación. Éste es un resultado im·
Definimos estos como "costos de producción", e + v. La tasa de explotación, portante. Proporciona la base para algunas interpretaciones marxistas erróneas
p!v, es la misma en ambas industrias. También supo~emos que el periodo de del imperialismo -paises dominados por industrias con una baja cClmposici6n
producción es idéntico. No obstante, ahora notamos que la tasa de ganancia en de valor ced~n la plusvalia a paises dominados por una alta composición de valor. 17
la primera industria (con una alta composición de valor) es de 20% mientras que 1
i F.1nmmrnel ( 1972): <>i t>rror proviene de que cuando se deducen solJciones correctas al proble·
en la segunda industria (de baja composición de valor) la tasa de ganancia es de m.1 dr la tran~frr<•ncia. <-s1as no muestran necesariamente una transferencia dd valor de los sectories
80%. La tasa de ganancia no se ha igualado. n111 haja n1111po:.idó11 de• valor a los secmrcs con aha compo.sición.
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 75

y bien, ¿a qué se debe todd esta controversia? Los enérgicos alegatos del pro- jo ciertas condiciones rigurosamen~e definidas. El problema llega a ser entonces
pio Marx, junto con algunos comentarios prnv~c~tivos de Engels en sus prólo~.?s identificar y justificar las condiciones de la solución.
del segundo y tercer volúmenes de El capztal s1rv1eron para enfo.car la acenc~on El problema matemático formal surge porque es necesario, en vista del méto-
sobre lo que de hecho es la característica clave de la teoria marxista: la relación do de lu ecuación simultánea, mantener algo sin variaciór. entre la estructura de
entre la plusvalía y la ganancia. Desgraciadamente, la solución q•.ie propcme v~lor y la del precio de producción si se ha de llegar a una solución. Como el pro-
Marx está equivocada o es incompleta. Los críticos burgueses se han abalanz~Jo pio Marx argumentó que la suma de los precios de producción debe ser igual a la
sobre lo que ven como un error fundamental y lo han usado para desacreditar suma de los valore,;, y que la plusvalia total debe ser igual a la suma total de las
toda la teoria marxista de la producción y la distribución, insistiendo todo el ganancia!;, estas dos han $ido elegidas generalmente como invariables. El proble-
tiempo en que se debe restaurar la distribución al lugar que le cor:~sponde y del ma es que estas dos condiciones no pueden presentarse simultáneamente en vista
cual Marx trató de desalojarla. Consideremos ahora la naturaleza del supue~to de esta representación matemática particular. En consecuencia, se han propues-
"crror". 18 to rr.ultitud de soluciones matemáticas diferentes, cada una de las cuales usa una
Marx pr·.!para un c~adro de cinco industri~ cuya compos.ición de ~alor varía condidón de invarianza diferente. 19
a fin de ejemplificar cómo se forman los precios de producción cuando la con- Esto permite a Samuelson (1971) argumentar que, puesto que no hay una ra-
pet<:ncia ha igualado la tasa de ganancia (El capital, 111, cap. IX). Marx !;Upo- zón lógica para elegir una invariante sobre otra, la transformación de Marx de
ne, con propósitos de exposición, que los capitalistas compran mercancias a sus valor es a precios de produt:ción no es una transformación matemática en ningún
valores y las venden a sus precios de pro::iucción. También supone que la tasa de sentido real, sino simplemente un proceso que borra un conjunto de números y
ganancia promedio es conocida, y que se puede calcula~ de antemano sop~sando los reempla2.a con otro conjunto. El precio del análisis de producción en el tercer
por igual cada uno de los cinco factores y promediando la producción de volumen de El capital no tiene una relación lógica necesaria con la teoría del va-
plusvalía en relación con el capital total adelantad~. , . lor propuesta en el primer volumen. Esta última, entonces, se puede ver como
Podemos detectar de inmediato dos problemas. 51 todas las mercanc1as se in- un ensayo de metafísica o "un rodeo intrascendente" en el camino hacia la teorfa
tercambian de acuerdo con sus precios <le producción, entonces esto se aplica de los precios, fundamental en el tercer volumen. Puesto que la teorfa de los pre-
tamo a los insumos como a los productos. Los capitalistas compra11 a precios de cios ha sido "revolucionada" desde la época de Marx (principalmente por la "re-
producción y no, como lo fija Marx en sus esquemas, .de acuerd~ con los valor~s. volución" marginalista, que está en la base de la teoria neoclásica contemporánea),
Marx se da cuenta de esto perfectamente, pero considera que no es necesario, se puede relegar a Marx, en lo que se refiere a su contribución a la teoría de los
para los fines de nuestra presente investigación, seguir a~ondand~ e? ~ste precios, a los libros de historia como un "poat·Ricardiano de poca import&.ncia".
punlO.. (El lapita/, I l I. p. 170). En segundo lugar, como el capital es rcd1smbu:do Asf bromea Samuelson con el fantasma marxista.
de los sectores con baja composición de valor a los ~e alta composición d~ valo~. Una forma de responder a Samuclson ha sido aceptar su contribución mate·
la producción 1otal de plusvalía cambia y esto modifica la tasa de gananc~a. E\'1· mátic~ y luego argumt·ntar que, aunque quizás él sea "un excelente economista
dememente, el procedimiento de transforma~ión 9ue ha creado ~arx.es in~?m· matemático", es un "economista político maltsimo". Laibman ( 1973-1974) elige
pleco. Es, en el mejor de los casos, una aprox1ma~1ón. Marx no hizo hincap1~ en asf la tasa de explotación como la invariante, sobre la base de que la lucha de
que esto fuera asf. y Engels contribuyó a confund1.r el asunto proclamando mun- clases y la tensión social entre el capital y los trabajadores es el sello cualitativo
falmente en su prólogo que Marx habia establecido la solución al prvblema, lo del modo de producción capitalista. Aunque esto puede ser cierto, implica que
que· confundiría y acallaría a sus críticos para siempre. . . el equilibrio entre los salarios y las ganancias en una economia capitalista lo fija
Bohm-Bawerk (1949) señaló prontamente los defectos del proced1m1ento de únicamente la lucha de clases: proposición que nosotros negamos anteriormen-
Marx, los trató como errores fundamentales, y ridiculizó todo el esquema mar- te. Éste es un precio demasiado alto por deja atrás las objeciones de Sam..ielson.
xista de las cosas. Lejos de silenciar a sus criticos, la solución de Marx al prcble- Una segunda manera de defensa requiere tratar el problema de la transfor-
rna de la transformación les proporcionó abundantes municiones para usarlas en madón como un problema histórico. Bajo esta interpretación, las mercancías
realmente se intercambiaban a sus valores bajo c.Jndiciones de intercambio
contra suya. .
El problema de la transformación asumió su aspect~ a~tual con los. intentos simple de mercancías entre productores independientes no sometidos al dominio
matemáticos por corregir el error de Marx. Von Bortk1ew1cz fue el pnm~ro e~ del capital. Con la aparición de las relaciones de producción capitalistas, las re·
proporcionar una solución .natemática en 1907. Usó un método de ecua~1ón s1 • ladones de valor se volvieron oscuras y finalmente quedaron enterradas bajo los
multánea y mostró que era posible resolver el problema de la transformación ba- precios de producción. Esta interpretación encuentra alguna justificación en el
comemario de Marx de que "el cambio de mercancías por sus valores ... presu-
lM Existf'n muchbimas publka<·ionc~ sobre l'I problema de la. trnnsformadón.' l!:iumol .(197-1).
tksai (1979), Laibman (1973-1974). Gcrstein (1976). lloward y Kmg (1975), ~!oris!urna (19.3). S~·
l!l Swt'l'Z)' (1 !:168) describe la solución de llortkiewicz y Laibman (1973· l 974) revisa varias solu·
inudson (1971) )' Shaikh (1978). todos proporcionan buenas descripciones dc~dc dt\'ersas pcrspe<.'lt·
doncs ma1can¡i1ka:;.
\'3S. Oostalc.-r ( J978a) tlcscrihc los principios del debate r.n una obra l xcclcnit'.
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 77
76 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

Marx de resolver el problema a pesar de su dificultad inherente y de su técnica


pone, pues, una fase mucho más baja que el cambio a base de los precios de pro-
matemática extremadamente limitada. 21
ducción, lo cual requiere un nivel bastante elevado en el desarrollo capitalista". Por
Varias ideas interesantt'S sobre el problema de la transformación han provenido,
tanto, es "absolutamente correcto considerar los valores de las mercandas, no
de hecho, del campo no marxista. Tanto Baumol (1974) como Morishima (1973)
sólo teóricamente sino históricamente, como el prius de los precios de produc-
han dicho muchas cosas positivas y pertinente:; sobre el problema. Baumol argu-
ción'' (El capital, III, pp. 181-182}. Engels opinó que, "si Marx hubiese podido re-
menta con toda razón, por ejemplo, que la preocupadón fundamental de Marx
visar el libro 111 antes de su publicación, es indudable que habrfa desarrollado
fue establecer una teorfa de la distribución, y que la transformación real de valores a
considerablemente este pasaje" (El capital, 111, p. 30). Luego Engels se puso a
prec.ios de producción es una cuestión secundaria. 22 En la misma forma Morishi-
darle detalles sobre la idea, y en su "Complemento" de El capü·al (vol. 111) escri-
ma defiende el punto de vista de que Marx se esforzaba por tener percepciones
bió una larga versión histórica del problema de la transformación. A partir de
sociales en vez de lograr la exactitud matemática, y que desde este punto de vista
entonces se han escrito varias versiones más restringidas, por escritores como
lo que Marx decidió hacer lo hizo muy bien.
R. L. Meek (1977, cap. 7). As[ es que, ¿cuál es el significado social que buscaba Marx? Él presenta enér-
F.ste enfoque histórico presenta dos problemas, aunque suena muy marxista gicamente sus conclusiones, comparando el efecto de la transformac:ión con el
apelar a la historia para resolver un dilema lógico. En primer lugar, advertimos que produjo l<i apropiación de la plusvalía relativa por los capitalistas:
que esta relación va en sentido totalmente contrario al argumento que presenta-
mos anteriormente, o sea, que los valores no se pueden establecer totalmente en Al desarrollarse. la plusv,Jía relativa ... las fuerzas sociales productivas ... del trabajo
la awencia de relaciones capitalistas de producción. Contradice la idea de una en el proceso d1recto de éste se desplasen del trabajo al capital. De este modo, el ca-
relación integ1:al entre la teorfa del valor y la capacidad de producir plusvalía. ~ital se· rnnvicr~e ya en una entidad m~y mítica, pues todas las fuerzas sociales produc-
Además, como documentaron detalladamente Morishima y Catephores (1978), 11vas tll'I 11aha.1u apan·t·t·11 t·omo prnp1rtladt•s suyas y no d<'I trabajo como tal, como
el enfoque general de Marx indica que "lo que él estaba buscando en la teorfa fu1~rzas que brotan <le su propio seno.
del valor-trabajo no era la descripción abstracta de un periodo precapitalista del Todo <'slO va \'<'lan<lo más y más la verdadera naturaleza de la plusvalía y. por tan-
cual podía derivar genéticamente al capitalismo desarrollado, sino más bien los to, el verdadero mecanismo del capital. Y esto se acentúa todavfa más al transformar;
instrumentos teóricos que le permitirian llegar a la rafz de las relaciones económi- se .... los valores en precios de pro~ucción ... Se interpone aquf un complicado proce-
cas capitalistas". Por lo tanto, la versión histórica del problema de la transtéir- so so~ial. el proceso de cc•mpensac1ón de los capitales que desglosa los precios medios
relativos de las mercandas de sus valores y las ganancias medias obtenidas en las distin-
madón -incluso en sus versiones más moderadas y elaboradas- debe ser defi-
tas rama!> de producción ... de la explotación real del trabajo por los distintos capita-
nitivamente rechazada. 20 les. No sólo en aparienci<.., sino en realidad, nos encontramos con que el precio medio
Como no podemos apelar a la lucha de clases o a la historia para resolver el de las ~ercan~fas difiere des~ valor, es.decir, del trabajo materializado en ellas, y la
problema, tenemos que recurrir a tratar la transformación como "un mecanismo ganancia media de un determmado capital no coincide con la plusvalfa que este capi-
est{atico, atemporal y anaUtico" para analizar minuciosamente las relaciones so- tal extrae de los obreros que trabajan para él. .. Las mismas ganancias medias norma-
ciales del capitalismo. Nos vemos obligados a encontrar una técnica matemática les parecen inmanentes al capital, independientes de la explotación. (El capital, 111,
razonable para tratar con el problema. En fecha bastante reciente, Shaikh pp 765-767.)
(1978) propuso seguir la técnica que usó Marx, y diseñó soluciones iterativas
que, a cada vuelta de la iteración, ajustaran los costos de:. los insumos y la cuota El hecho de que la ganancia tuvo su origen en la explotación de la fuerza de tra-
de ganancia hasta que se identificaran los precios de equilibrio de la producción. bajo ya no es tan evidente, sino que se vuelve un hecho borroso para trabajadores
De acuerdo con este punto de vista, Marx simplemente realizó el primer cálculo y capitalistas por igual. "Bajo ésta su forma transfigurada de ganancia, la plus-
en esta secuencia y no se molestó por el resto, porque no pareda tan importante valía niega su origen, pierde su carácter, el cual aparece aquf irreconocible." "Esta
llegar a la solución matemática correcta como sacar la conclusión social. Morishima ~onfu.;ión de los teóricos revela mejor que nada cómo el capitalista práctico pri-
(1973), con su acostumbrado ingenio matemático, nos muestra que si el procedi- s10nero de la lucha de la competencia e imposibilitado para ahondar en modo algu-
miento de transformación se maneja como una cadena de Markov, desaparecen no debajo de la superficie de sus fenómenos, tiene que sentirse completamente inca-
muchas de las dificultades que surgen cuando se le trata en términos de ecuacio- paz para captar a través de la apariencia la verdadera esencia interior y la estructura
nes simultáneas; la igualdad entre la suma de los precios de producción y la su· interna de este proceso" (El capüal, III, pp. 173-174). Además, en la medida en que
ma de los valores pueden coexistir felizmente con la igualdad de la plusvalia y
del total de las ganancias, como insistió Marx que deberla hacerse. Le que es 21 Morishima (1973), Shaikh (1978) y Desai (1979) son todos útiles aquf.
verdaderamente sorprendente, en opinión de Morishima, es lo cerca que estuvo 22 Baumol ( 1974) parece ser el que mejor ha capte.do lo que Marx estaba tratando de hacer con
I~ t~ansformación, y val~ ~a pena leerlo con cuidado. Dostaler (1978b) proporciona una descripción
similar y trata de reconc1har los asuntos dentro de la estructura de una teoña dd valor como la que
:!O Morishima y Catephorrs (1978) proporcionan argumentos detallados, y en mi opinión bastan- estamos adoptando aquf.
te correctos, del motivo por el cual piensan que Marx habr(a rechazado ese enfoque histórico.
78 PRODUCCIÓN Y DISTRIDUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 79

los teóricos del capital reflexionaron sobre esta confusión, también fueron capa- sa. La tarea de cualquier teoría de la distribución es explicar la necesidad social
ce:; de penetrar en los secretos que ocultaban los fenómenos de la competencia. de esta distribución de la plusvalia, y los procesos sociales que realiza.
Son estos secretos los que Marx dice haber revelado plena y eficazmente "por vez La forma de distribución secuencial, que pasa de la producción de plusvalfa a
primera". la distribución, no nos debe engañar haciéndonos pensar que las relaciones de
El fetichismo que proviene de que los valores se transformen en precios de distribución no tienen importancia para entender la producción. Como Marx
producción desempeiia un papel crucial en el argumento de Marx. Este fetichis- argumenta que la producción no se puede considerar separadamente de "la
mo :-ealiza una función ideológica y apologética obvia, al mismo tiempo que distribución que va incluida en ella", tenemos q.1e considerar la posibilidad muy
mistifica el origen de la ganancia como plusvalía. Esa mistificación es peligrosa real de que la renta y el interés desempeñen papeles importantes como condi-
para el capital porque la reproducción de la clase capitalista depende por ciones de producción.
completo de la continua creación y recreación ele la plusvalía; pero incluso si los De hecho, posteriormente trataré de mostrar que la formación del capital fijo
capitalistas pudieran penetrar detráf del fetichismo de su propia concepción, -y en particular la creación de las infraestructuras fisicas en el ambiente
seE,ruirfan sit':ndo incapaces de rectificar una situación potencialmente grave. La construido no se pueden entender independientemente de los procesos sociales
competencia los obliga i asignar trabajo social y a arreglar sus procr.sos de pro· que regulan la distribución. Por tanto, las relaciones de distribución afectan las
duc:ción de tal manera que se iguale la tasa de ganancia. Lo qu~ Marx nos condiciones de producción. Marx sencillamente no niega esto, pero insiste én
muestra ahora es que esto no e~ tá relacionado necesariamente con el hecho de que por significativos que puedan ser estos efectos, nunca pueden explicar el ori·
aumentar al máximo el producto total de la plusvatra en la sociedad. Nosotros gen de la propia plusvalia.
encontramos en esto u na base material para esa asignación errónea y sistemática Marx abrió una nueva perspectiva sobre la lógica fundamental que dicta las
de! trabajo social, y esa inclinación sistemática en la organización del proces•J la- relaciones de distribución, al examinar el proceso general de la circulación del
bo:-al que lleva al capitalismo a sus crisiE peri6dicas. La competencia necesa- capital. Marx describe el proceso de expansión del valor como una secuencia de
riamente lleva a c:ada capitalista a comportarse en una forma que amenaza la metamorfosis, cambios de estado. La forma más simple devercstoescomo un pro·
base misma de su reproducción social. Se comportan asf porque la lógica del ceSCI en que se pone en circulación el dinero para obtener más dinero. Se desembolsa
mercado los obliga a responder a los precios de producc~ón más bien que a los re· dinero para comprar fuena de trabajo y medios de p ..oducción, y por medio de la
querimicntos directos para la producción de plusvalía. Esta es la idea crucial que producción se les da la forma de mercancías que se venden en el mercado:
surge del estudio del problema de la transformación. Es el resultado que seguire·
mm hasta su amarga conclusión lógica en los capitulos subsecuentes. D - M ( ~) ... P ... M' - D' (etcétera).

Al íinal del proceso hay más dinero que al principio. y el valor de la


4. INTERl::s. IU'.NTA Y (;,\NANCl1\ SOllRE F.L CAPITAL MERCANTIL men:anda producida es mayor que el valor de las mercancías usadas con insu·
mos. Las dos fases D·M y M'·D' son transformaciones que tienen lugar al
En vista del revuelo que ha provocado el debate sobre los problemas de la reduc· comprar y vender, mientras que P. el proceso de producción, abarca una trans·
ción y la transformación. CJ hasLa dcrto punto sorprendente encontnr que los formación material en <'I producto y la perso11ificaci6n del trailajo socialmente
demás componentes de la teoría de la distribución de Marx hayan levantado can n~c:esario. ·
pocas contrcvcrsias. Esto se puede explicar en parte pcr el estado de pasmosa El p:-occso de circulación que comienza con dinero y termina con dinero (más
confusión en que dejó Marx sus teorfas de la renta y el interés, y por d hecho de ganancia) es el paradigma de la circulación del C"apital, pero cuando vemos la
qu~ los Marxistas no han podido presentar de común acuerdo adaraci<'nes circulación como un proceso que nunca termina, encontramos que lo podemos
congruentes sobre el lío que dejó Marx. analizar en varias formas diferentes. Podemos verlo como algo que comienza y
Como en los capítulos posteriores examinaremos detalladamente c:ada nno de termina con el aclo <le la producción, o con el capital en forma de mercancías.
estos aspectos de la distribución, por el momento me limitaré a hacer algunos co· Podemos crear tres ventanas separadas para ver las características globales de la
memarios generales sobre la dirección que pareció tomar Marx, y las rdzones circulación de capital (véase la gráfica 11. l). Desde cada ventana podemos \eral·
que dio para hacerlo. ~~ ~ifcrcnle. Marx describe lo que podemos ver desde cada una en los capítulos
Recordemos que la t<>oría de la plusvalía se levanta bdependientementc de m1c1ales del segundo volumen de El capüal.
cualquier teorla de la distribución (aparte del más fundamental de todos los Vemos que las condiciones que reglamentan la circulación del capital-dinero
arreglos distribucionales que separa el trabajo del capital). La plusvalía se con- son bastante diferentes de las que gobiernan el capital llevado como capital pro-
viene en ganancia a través del proceso social de la competencia. La ganancia a ductivo a un proceso de produeción especifico, y que ambos son diferentes de las
su vez se divide entre los componentes de la ganancia sobre el capital mercantil, condiciones que reglamentan la circulación del capital-mercancía. Al final, lo
el interés sobre el capital-dinero, la renta de la tierra y la ganancia de la empre· que nos inceresa es la circulación del capital en general, pero no podemos enten·
BO PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 81

der esto, según el punto de vista de Marx, sin examinar primero las diferen- ta~ condiciones necesarias que reglamentan las relaciones entre la producción de
ciaciones que hay dentro de ella. la plusvalía y su distribución. Sin embargo, no nos da las condiciones suficientes
que determinan los arreglos distribucionales que deben prevalecer bajo el capi-

f}
w
Venta de energía lalK>ral y
;::::;:~~~,:::;,"";""''"' '"" ,,,.,
{ 1
w
talismo. En capítulos posteriores consideraremos estas condiciones suficientes.
Por el momento debemos contentarnos con una simple de.;cripción de las
categorías distribucional<'s llll<' sei1ala Marx.

[_ E·--t---¡ a) El capital mercantil

~=- C~:}r~········ i·~:=~:~········C··~5~·1 C'-+ · · ·


Cuando el capital es retenido en forma de mercandas, existe como capital-
mercancías. Sin embargo. como el capital sigue siendo capital sólo como un va-
lor en movimiento, se deduce que el capital-mercancía debe ser transformado
continuamente en capital-dinero si ha de conservar su carácter de capital. La ve-

L_____ -·--- _l._J : 1


locidad y eficiencia de esta transformación es de g. an importancia para el capi-
talista. El tiempo de circuk.ción (el tiemp0 durante el cual el capital asume la
~~ F~~....t.~ /~:;['!...................... ~.~-_J

l
forma de mercancías) afecta al tiempo de rotación y por tanto a la tasa de ga·
nancia. La transformación trae consigo ciertos costos, que necesariamente se de-
art,·:ulos para producción 1 -y---' ben deducir de la plusvalía producida -o sea, que al poner en el mercado un
la ¡:roducc1ón Compra de Compra de Función dr? producto se obtiene su valor. pero no se le crea. La reducción del tiempt> de circula-
por los a: lículos p 11 1 artículos para producción
car::italistas consumo por e. lu producción ción y la economía de los costos necesarios de circulación son importantes para
cap1tahsta por el los capitalistas que se dedican a la producción. porque estos dos medios hacen
M' 1 e capitalista { M' que aumente la plusvalía que queda en sus manos. Esto proporciona una oportu·
nidad para el capital mercantil. El comerciante asume todos los costos y la res-
r reducto
~ ;irti< ulos por 1m r.up1t.1l1sta
1 Ver .t.• dP.I dP. 1 ponsabilidad de poner en el mercado sus productos, a cambio de una tajada de
1 la ¡:.lusvalía producida. Con la igualación de la cuota de ganancia, el comerciante
C' Ja 0110
C'
debe recibir exactamente la misma cuota de ganancia sobre el capital adelanta·
do que el producto. La ventaja de todo esto para los productores capitali;tas es,
natur<tlmente, que se acorta el tiempo de rotación, y las e..:onomias en 1t.>s costos
- - - - - Ciclo del capital-dinero
de circulación (por medio de economías de escala, esp'!cialización de funciones,
............. ..... C1r:lo del capital productivo etcétera) .
- - - - - Ciclo del capital-mercancía
Dicho en términos de valor, esto significa que los productores venden las
mercancías a los comerciantes a menos de su valor, y éstos a su vez las venden a
GRÁFICA 11.1 La drculaci6n del capital (tomada de Desaz: 1979, p. 33) su valor. La diferencia es una apropiación de la plusvalfa, que cubre los c-astos
necesarios y la ganancia sobre el capital que adelanta al comerciante. Esto pone
al capital mercantil en una relación curiosa con la producción de plusvalla. Por
fatas diferenciaciones, junto con los problemas ligados a la transformación un lado, la relación es parasitaria en el sentido de que el comerciante no crea
del capital de un estado a otro, pueden dar lugar a especializaciones de función. ni:"lgún valor sino que meramente se lo apropia. Por otro lado, el capital mer-
Los comerciantes capitalistas. por eje.11plo, adoptan responsabilidades específi- cantil puede incrementar la plusvalía realizada por el productor, acelerando la
cas r<·specto al capital l·ajo su forma de mercancías y se especializan en transformar rotación de capital y reduciendo los costos de circulación necesarios.
las mcrcandas en dinero. Del mismo modo, la circulación del dinero reqlliere las
habilidades especiales del banquero y del financiero q•ie, una vez que toman el
mando del uso general del dinero como capital, se convierten en capitalistas 1m b) Capital-dinero e interés
dinero que reciben intereses. Esto deja al capitalista productivo al ma11do sólo de
la producción de plusvalía. Cuando el capital toma la forma de dinero y se convierte en capital-dinero
Esta separación de los diferentes ciclos del capital nos permite establecer cier- se manifiesta como capital en su forma más pura, como valor de cambio divor-
82 PRODUCCIÓN V DISTRIBUCIÓN
PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN 83

ciado de cualquier valor de uso específico. La paradoja, natu.ralme~te, es que no


Sin embargo, el poder que confiere este privilegio no valdrfa de nada si no fuera
puede retener su carácter de cap:tal sin que se le.ponga.en cir~ulac1ón para tra-
porque esa tierra es una condición indispensable para la producción en gene-
tar de obtener gananc:as. El proces.:> normal de circulación bajo el modo de pro-
ral. En la agricultura la tierra llega a ser inclusive un medio de producción en el
ducción capitalista trae consigo el uso deJ capital.-din~ro para crear la plusvalía
sentido de que se la despeja, se la mejora y se la trabaja en una forma que hace
por medio de la producción de rnercandas. Esto imphca que el valor. de uso del
que la propia tierra sea una parte integral del proceso de producción.
capital-dinero consiste en que puede mandar sobre la fuerza d~ trabajo y los me-
La circulación de capital encuentra una barrera en la forma de la propiedad
dios de producción, que a su vez se pueden usar pa.ra producir may~r valor d~l territorial. El terrateniente puede exigir un tributo -o sea, apropiarse de una
que representaba originalmente el dinero. L~ capa.c1da~ para produc.1r plu.svaha porción de la plusvalfa - a cambio del uso de la tierra como una condición o me-
aparece entonces como una fuerza del propio capital-dmero. ~l cap1tal-dmero
dio de producción. El grado en que esta barrera se manifiesta como la fuerza de
en i:onsecuencia se convierte en una mercancía como cualqmer otra. Posee un clase de los terratenientes depende de las circunstancias históricas, pero siempre
valor de uso y u~ valor de cambio. Este valor de cam~io es la tasa. de interés._ que existe el poder para apropiarse de una parte de la plusvalfa en forma de ren-
"Con el capital a interés", observa Marx, "se perfecciona estefettche automa-
ta, debe reflejar necesariamente una pauta de relación social que penetra de
tico ... el dinero que alumbra dinero, sin que bajo esta forma se trasluzcan las
grado o por fuerza al corazón del proceso de producción y condiciona su organi-
cicatrices de su origen" (Teorías sobre la plusvalía, 111, p. ~04). "Pa~a el econo- zación y su forma.
mi~ta vulgar, que pretende prestar el capital como fuente mdepend1ent•! de va-
lor, de creación de valor, esta forma [representa]. naturalmente, una [.manera
de] devorar que se ha descubierto, una forma en que la fuente de ganancias es ya
irrc:·conocible." d) Las relaciones de distribución y las relaciones de clase,
El resultado es que el interés sobre el capital-dinero llega a estar separado de vistas en perspectiva histórica
lo que Marx llama "ganancias de la empresa", o sea, la gan~ncia que se obtiene por
dedicarse a la producción real de mercancías. La separación surge porque cuan- Con excepción de la renta, que descansa sobre el poder monopolista de la propie-
do los capitalistas individuales tie~en ~inero en sus m~nos, pueden escoge~ entre déld privada sobre la tierra, la división de la plusvalía entre el interés sobre el capi-
ponerlo en circulación como cap1tal-dmero ganando mterés, o ponerlo ~irecta­ tal-dinero, la ganancia sobre el capital productivo (ganancia de la empresa) y la ga-
mente en circulación a través de la prc·ducción de mercandas. Esta elección de- nancia sobre el capital mercantil, está implícita en los tres ciclos del capital y en
pende hasta cierto punto de la organización de la propia ~rod.ucción, ~orque la las tres formas fundamenLales que puede asumir el capital en el proceso de circu-
compra de grandes artícu1os -co'!lo una planta y maqu!nana, por ('Jemplo ~ lación. Sin embargo, aquí no estamos tratando simplemente con la relación lógi-
requiere dinero acumulado, o un sistema de a~orros y prestamos a ~11 de ~uav1- ca encre la circulación del capital y la distribación que entraña.
zar un proceso de inversión que de lo contrario seria sumamente disparejo. Marx. por ejemplo, hace hincapié en que codas estas formas de capital -el
En los capítulos 1x y x nos ocuparemos de los det~lles del sistema de cr~dito y capital mercantil, el capital-dinero y la renta de la tierra- existieron desde tiempos
del interés sobre el car·iul-dinero. Todo lo que nos mter~sa mostrar aqu1 es que que :;e remontan hasta antes de la aparición del capital industrial en su sentido
la diferencia entre el capital-dinero o en su forma productiva lleva finalmente a la moderno. Por tanto, tenemos que -:onsiderar un proceso histórico de transforma-
separación entre el interés sobre el capital· dinero y la ganancia de la e~presa. ción en que esLas distintas formas de capital, independientemente poderosas, llega-
Esta distinción equivale a una división de la P~U;S~alfa entre dos f~rm~s d1fere~­ ron a estar integradas dentro de un modo de producción puramente capitalista.
tes, que puede cristalizar finalmente en una d1v1S1ón ~ntre los ~ap1tahstas :n di- Estas diferentes formas de capital tuvieron que quedar sometidas a un proceso de
nero y los empresarios productores. Aunque ambos tienen un interés comun e~ circulación cuyo principal objetivo era que el trabajo asalariado produjera plus-
la expansión de la plusvalía, no siempre van de acuerdo cuando se trata de la di- valía. Por tantu, la forma y manera de este proceso histórico debe ser el foco de
visión de la plusvalía producida. nuesla·a aLcnción.
fatas formas de apropiación de la plusvalía (todas las cuales ocultan el origen
de dicha plusvalía) también tienen que considerarse en términvs de las relacio-
nes sociales que ellas presuponen y sostienen a la vez. El resultado es que ahora
c) Renta de la tierra
tenrmos que modificar la idea de las relaciones de clase que prevalecen dentro
del modo de producción capitalista. Aunque existe cierta comunidad de intere-
Como en un capitulo posterior hablaremos ampliamente sobre la natural~za de
ses entre los capitalistas apropiadores y 'os capitalistas productores de plusvalfa
la renta, sólo necesitamos considerarla aquí en forma muy s?mera .. A pnmer.a
(comunidad de intereses que sustenta la concepción global de la burguesfa en la so-
vista no parece haber una püsición lógica para la renta en la c1rculac1ón de capi-
ciedad capitalista), existen también diferenci~ciones dentro de la burguesfa que
tales como los hemos descrito. El monopolio que ejercen los terratenientes al ser
tienen que interpretarse como "fracciones" o como clases autónomas. La "clase"
dueños privados de la tierra es la base cie la renta como una forma de plusvalía.
de los rcnLbLas que vive enteramente del interés de su capital-dinero no debe
81 PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

confundirse con la de los capitalistas industriales que organizan la producción de


la plusvalfa, los capitalistas mercantiles que hacen circular las mercancias, o los
terratenientes que viven de la renta de la tierra. En este momento no importa
mucho si los llamamos clase, fracción o estrato. Lo esencial es reconocer las rela- 111. PRODUCCIÓN Y CONSUMO, OFERTA Y DEMANDA Y
ciones sociales que debt:n acompañar a las diferentes formas de distribución, y
reconocer que como resultado debe prevalecer la unidad y a la vez la diversidad
REALIZACIÓN DE LA PLUSVALÍA
dentro de la burguesfa. De la misma manera ·1ue la distinción entre salarios y ga·
nancias como una categoría genér:ca no se puede considerar excepto como una LA IDF.A de que debe haber algún tipo de equilibrio entre la producción y el con·
relación de clase entre los capitalistas y los trabajadores, así las relaciones de sumo y entre la oferta y la demanda parece bastante inocua. El papel principal
distribución son de naturaleza social, por más que se empeñen los vulgarizadores del mercado en un sistema general de intercambio de mercancías aparentemente
en ocultarlas bajo términos fetichistas que nos dicen que el dinero y la tierra produ- es el de equilibrar la oferta y la demanda y, por tanto, lograr la relación necesa-
cen interés y renta por arte de magia. Tenemos que reconocer una vez más que, ria emrc la producción y el consumo. No obstante, toda la relación entre la ofer-
aunque estas relaciones de distribución entran a la producción y la condicionan ta y la demanda y entre la producción y el consumo, ha sido el foco de una bata-
en formas importantes, es el estudio del propio proceso de producción el que re- lla inmensa y a veces terrible en la historia de la economia politica. La intensi-
vela los secretos de la distribución. Creer otra cosa es caer víctima del mundo de dad del debate es comprensible, considerando lo que está de por medio. No sólo nos
las apariencias, que está lleno de fetichismos, y no poder penetrar en "la esencia encontramos aquí frente a la interpretación de los ciclos de los negocios y la estabi-
interna y la estructura interna ... detrás de su apariencia exterior". lic.a<l a corto o a largo plazos del capitalismo, sino que entramos al meollo de la
controversia sobre la viabilidad fundamental del modo de producción capitalista.
En tiempos de Marx, el punto central de la controversia era la premisa de que
la oferta necesariamente crea su propia demanda. Hubo varias versiones matizadas
::le la Ley de Say, como se le llamaba generalmente. 1 La más sendlla afirmaba
que los ingresos que se pagan a los proveedores de los factores de la producción
(tierra, trabajo y capital) en forma de salariot ganancias y rentas deben ser
iguales al precio total de las mercandas producic.as por estos fac.tores. Esto signi-
fica que "el ingreso generado durante la producción de determinado producto es
igual al valor de ese producto", y que cualquier i•tcremento en la "oferta de] pro-
ducto significa un aumento en el ingreso necesario para crear una demanda de
e3e producto". con la consecuencia general de que "la oferta crea su propia de·
manda". Un corolario de esa ley es que no puede haber una producción excesiva
general o una "saturación general". y que las crisis son resultad~ de "choques
exógenos" (guerras, revoluciones, fracasos generalizados en las cosechas, etc.) o
de desproporciones temporales en la producción. Puede haber una producción
' excesiva dentro de una industria o región geográfica, pero esto significa qur la
producción ha bajado en otra parte. Lar. transferencias de capital y de fuerza de
trabajo pueden equilibrar el sistema. Lo que la Ley de Say descartó fue una sa-
turación general.
La economía política clásica c:staba dividida en cuanto a la validez de la Ley
de Say. Ricardo, James Mili, John Stuart Mili y la mayoría de los economistas
respetados de ese tiempo aceptaron alguna versión de dicha ley. Los "teóricos de
la saturación general". como Malthus y Sismondi, puJi-eron dar explicaciones a
las crisis periódicas del capitalismo pero no pudieron iguala1 la fama intelectual
de sus oponentes. La causa principal de la saturación general, en ~pinión .de
Malthus, era la necesidad de una demanda adecuada para la producción. La tn·
tensidad del deseo de consumo (y en esto Malthus tuvo una versión primitiva de
1 He wmado aqul muchos datos de un excelente estudio de Sowell sobre la Ley de Say (1972).
85
86 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA 37

la teoría de la utilidad del consumidor) era la fuente principal que llevaba a la ladones entre la producción y el consumo han llevado a algunos marxistas a in-
acumulación. A la opinión de Ricardo de que las necesidades humanas son iJi. tepretar a Marx como un "partidario del bajo consumo" que vio el desequilibrio
mitadas y que la frugalidad y el ahorro son las fuentes principales de la acwnula- entre la oferta y la demanda efectiva ejercida por la mas¡t del proletariado como
ción, Malthus ·Jpuso la barrera de un deseo insuficiente de consumo y el problema la principal barrera para la acumulación y como la fuente de crisis periódicas y
de que "el ahorro, llevado más allá ci.e cierto límite, destruye las ganancias". re:urrentes. Éste es el punto de vista de Paul Sweezy, por ejemplo. 2 ¿Acaso no
Marx calificó ie "fatamalla lastimosa" y de "balbuceos infantiles" a la Ley de fue el propio Marx quien dijo que "la razón última de toda verdadera crisis es
Say, y criticó acerbar.nente a Ricardo (a quien por lo general admiraba) por su siempre la pobreza y la capacidad restringida de consumo de las masas, con las
"miserable sofistería" al aceptar una versión de la Ley de Say. "Ricardo", señaló: que ·:ontrasta la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas
Marx, "recurre a la absurda premisa de Say según la cual el capitalista no pro- productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consu-
duce por la gdnanda, por la plusvalía, sino que produce directamente en gracia mo de la sociedad"? (El capital, 111, p. 455.)
al consumo, al valor de uso a su propio consumo. Pierde de vista que la mercan- Rosa Luxemburgo (1951), por otro lado, expresó una queja totalmente dife-
cía necesita convertirse f·n dinero" (Teorías sobre la plusvalía, 11, p. 432). Los ri- rente. El análisis de Marx de la reproducción social en el segundo volumen de El
cardianos se aferraron al "concepto de la unidad" entre la demanda y la oferta y capital pareció mostrar que la acumulación de capital podia continuar indefini-
entre la producción y el consumo "al enfrentarse a la contradicción". Por tanto, damente y sin límites. Eso pareció poner a Marx de acuerdo con la versión de Ri-
cuando se llegó a las crisis por el exceso generalizado de producción, se vieron re- cardo de la Ley de Say, según la cual no hay una cantidad de capital que no se
ducidos a insistir en "que la producción jamás se veria expuesta a crisis si se atu- pueda emplear en un país, puesto que el único límite a la demanda global es el
viera a sus libros de escuela" (Teorías sobre la plusvalía, II, p. 461). impuesto por la propia producción.
;\tforx vociferó igualmente condenando a Malthus, cuyo análisis era "puerilmence Marx ha sido descrito en varias formas, por marxistas y no marxistas por
endeble, cuán trival y cuán vacío" y ~uy::> trabajo principal en la econorr;ía política igual, entre otras cosas, como partidario del bajo consumo, como un teórico del
era "un pujo de fuerza de la impotencia" (Teorías sobre la plusvalía, 111, p. 1i). Los crecimiento equilibrado, y un teórico de la tendencia hacia un estancamiento secu-
ataques verbales que le lanzó Marx a Malthus tenian más que ver con la apologfa lar a largo plazo. 3 Su evidente simpatía hacia la opinión de Sismondi de que el
de estP. último "de la situación existente en Inglaterra, los privilegios de los terra· nivel de producción total no se había elegido arbitrariamente, y que hay un pun-
tenientes, 'el Estado y la Iglesia', los pensionados, los recolectores de impuestos. to de equilibrio para la distribución del ingreso total y del producto que
los especuladores de la bolsa, los ministrile~;. párrocos y servidores de poca faciliLaría la reproducción y expansión del producto y del ingreso a través de
categoría" que con la posición de Malthus en la controversia sobre la "saturación períndos de tiempo sucesivos, ha llevado a algunos economistas burgueses a ver a
general". Con respecto a esta última, Marx le reconoció a Malthus que no había Marx como el precursor de Keynes. El propio Keynes, mientras apelaba a
tratado de ocultar "las contradicciones de la producción burguesa" aunque las Malthus y pasaba por alto a Sismondi, ciertamente colocó a Marx en ese "bajo
denur.ició a fin de "poner de relieve como necesaria la miseria de las clases traba- mundo furtivo" de los teóricos que matenfan viva la cuestión de la demanda
jadoras" y de demostrar "a los capitalistas de la necesidad [de un] clero de la efectiva deficiente. El ataque de Keynes a la Ley de Say -que habfa pasado de
Iglesia y el Estado bien cebado, para crear una demanda suficiente con este fin" las manos de Ricardo y John Stuart Mili a las de los economistas neoclásicos-· no
(p. 4'1). Marx sintió mucha más simpatía por Sismondi quien, en su opinión, era menes enérgico que el que Marx había lanzado muchos años a.ntes. También
había "captado en forma más bien burda pero no menos correcta" la "cont:.·adic- cubrfa en gran parte el mismo terreno. Es interesante mencionar que el econo-
ción fundamental" dentro del sistema capitalista "obligado por sus leyes inhe- mista polaco Kalecki, que llegó independientemente a muchas de las mismas
rente~ ... a crear las fuerzas productivas como si la producción no tuviera lugar conclusiones que expuso Keynes en su Teorfa general de la ocupación, el interés
sobre una base social estrecha y restringida". Sismondi pudo consecuentemente y el dinero, comenzó basándose firmemen:e en la teoría marxista.
ver qllc "las crisis no son accidentales ... sino manifestaciones esenciales (que Sin embargo, la relación entre la teoría marxista y la keynesiana no es fácil de
ocurren en amplia escala y en periodos definidos) de contradicciones inheren- determinar. Aparte de las diferencias obvias en la metodología, filosofía y creen-
tes", que forman las "causas más profundas y esccindidas de las crisis" (pp. 56, cias políticas, Keynes estaha muy interesado en los fenómenos a corto plazo y las
84). Desgraciadamente, Marx no habla mucho más de Sismondi en Teorías políticas de estabilización que podia seguir el gobierno, mientras que Marx estaba
sobre la PlmvaUa, pues dice que "la crítica de sus ideas [no] tiene st1 cabida más interesado en la dinámica a largo plazo y la lógica interna del capitalismo co-
[aqui, sino) en una parte que me propongo escribir más tarde [sobre] el movi- mo motor del cambio histórico. No obstante, cuando la teoria keynesiana es pro-
miento real del capital (la compNencia y el crédito)" (p. 43). yectada a largo plazo, comienza a exhibir paralelos con ciertos aspectos de la
Como Marx no completó su proyecto, no podemos encontrar una teoría de las
~ Sweezy ( 1968); para una historia crltka de las 1eorfas del bajo consumo, 1-éase el excelente eslU·
crisis completa y coheren~e. en s11s escriws; ni sabemos exactamente qué aspectos
uio de Bleant•y ( 1976).
de la teoría de la "saturación general" estaba preparado para aceptar. Sus co- :i Os:Hkha}'a ( 1974) obscrv¡¡ ('ll fornrn i111crl'Santc las diferentes form.1s en que distintas escuelas
mentarios crítir::os sobre la Ley de Say y algunas observaciones suyas sobre las re· ele· p1·mamír1110 sr han apropiado de los argumrntos de Marx.
88 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALlA 89

teorfa marxista, mientras que la teoria marxista del interés, la formación del ca· Las crisis en el mercado mundial, donde "todas las contradicciones de la produc-
pital fijo y los ciclos de los negocios -por débilmente articulados que estén- se ción burguesa hacen erupción al mismo tiempo", se entenderfan plenam•!nte
puede comparar provechosamente con la teorfa keyne~'iana. Además, estamos después de un estudio cuidadoso de la competencia, el sistema de crédito, el EStado,
tratando con dos teorías que evolucionan rápidamente, y en las que hay mucha etc. Por ejemplo, Marx retrasó la consideración de las opiniones de Sismondi porque
influencia mutua. Es igualmente fácil ver a Marx a través de anteojos keyne· deseaba preparar primero el terreno para la teorla - no deseaba postular una teorla
sianos que ver la teoría de Keynes c:omo un "caso especial" de la teorfa marxista. 4 sobre una base conceptual inadecuada. Por tanto abordó las relaciones entre la pro-
A Marx también se le ha tratado como el precursor de la teoría moderna del ducción y el consumo y entre la oferta y la demanda, con la mayor .:ircunspec-
crecimiento. Es :.nteresante seguir aqui el linaje de la descendencia. Feldman, un ción. Cuando se publicaron por primera vez estas cuestiones, generalmente se hizo
economista soviético que trabajó en los veinte, trató de dar detalles sobre los mo· en un contexto muy especifico y bajo suposiciones muy re~trictivas. Marx nos de-
delos de reproducción social contenidos er. el segundo volumen de El capital (los jó con varios análisis parciaies pero sin una imagen de la totalidad. Esto explica
mismos modelos que habían molestado tanto a Luxemburgo). Feldman sacó un por qué su obra ha dado origen a tal variedad de teorfas, que a menudo se
"modelo" ~e cr.:cimiento económico que se anticipó en ciertos aspectos a las c:~mtradiccn entre sí. La síntesis que trataba de alcanzar Marx supuestamente
condusiones que sacaro:i muchos añcs después Harrod y Domar. El modelo de debfa ser presentada en su trabajo sobre el mercado mundial y las crisis -una
crecimiento d~ Harrod y Domar buscó un justo medio entre el hincapié Je Ricardo obra que nunca llevó a cabo. No podemos, naturalmente, determinar con exac-
en la prod1.1cción y el de Keynes en la demanda. Domar -que reconoció libre· titud cómo habrfa sido esa obra, pero podemos repasar algo del terreno que pre-
mer..tc su deuda con Fe Id man - hizo hincapié en que su propósito era resoher paró Marx con su minuciosidad caracterfstica y buscar algunos indicios del lugar
los dilemas que dejaron pendientes Marx y Keynes, siguiendo la pista a "los efe~· al que se encaminaba.
tos de la acumulación 1iel capital sobre las inversiones actuales, las tasas de ga·
nancia, el nivel de los ingresos y el empleo". También trató de mostrar que "exis·
te una tasa de crecimiento del ingreso, aunque esté vagamente definida, que si se 1. PRODUCCIÓN Y CONSUMO, OFERTA Y DEMANDA CRÍTICA
logra no lleva a la disminución de las tasas <le ganancia, la escasez de oportuni· DE LA LEY DE SAY
dades de inversión, el desempleo crónico y otras calamidades similares ... hasta
donde podemos juzgar ahora, la tasa de crecimiento no está. más allá de nues1 ras Ea forma bastante abstracta, Marx enfocó sus pensamientos a las relaciones
posibilidades físicas". Esta posibilidad de un crecimiento equilibrado - un entre la producción y el consumo en la célebre "Introducción" de los Grundri'sse.
equilibrio dinámico- no significa qu:: se logrará automáticamente en la prácti· Allf argumenta que "la producción, la distribución, el cambio y el consumo ...
ca, :1 por eso Harrod y Domar usaron la idea del equilibrio, como lo hizo Marx, son todos miembros de una totalidad. Distinciones dentro de una unidad", y que
como la base P"·ra entender la inestabilidad crónica del capitalismo. 5 las interacciones mutuas entre estos diferentes momentos tienen una estructura
Yo explico todo esto para mostrar que el análisis de Marx de la relación entrt> sumamente compleja. Marx califica de "idea obvia y gastada" a que "la produc·
la producción y el consumo es susceptible de diversas interpretaciones, y por tan· citm hac<' surgir los objrtos corr{'spondientes a las necesidades; la distribución los
to se le puede ver como el precursor de muchas teorías burguesas de ese tiempo. reparte con arreglo a las leyes sociales; el cambio vuelve a distribuir lo ya distri-
a menudo incompatibles entre sí. Las formulaciones de Marx han generado in· buido, a tener dividido aún más las proporciones, ya de las necesidades de cada
terpretaciones igualmente diversas dentro de la tradición marxista en las obr.:.i.s cual y, por último, en el consumo el producto sale de este movimiento social para
de Luxemburgo, Baucr, Bujarin, Grossman y Sweezy. que señalan caminos convertirse directamente en producto servidor de la necesidad individual y a satis-
que parecen muy diferentes, dependiendo de cuál aspecto de los escritos del pro· facerla mcc;liame el disfrute". Ese concepto e!;, para Marx, bastante inadecuado.
pio Marx sobre la producción y el consumo recibe un lugar prioritario. 6 Entonces, ¿cómo se le puede representar adecuadamente? Marx ve tres fonnas
¿Y qué- fue precisamente lo que dijo Marx sobre todo esto? Si hubiera una res· fundamentales que puede asumir la relación entre la producción y el consumo.
puesta sencilla, no habría lugar para la controversia. Podemos establecer con En primr.r lugar, el consumo y la producción pueden constituir una identidad
bastante certeza el mol ivo por el cual Marx no explicó claramente su posición. inmediata, porque el acto de la producción requiere el consumo de materias pri·
mas. instrumentos de trabajo y fuerza de trabajo. La producción y el consumo
1 Keyncs(l936)Sl" limila a aludir de pasada a Marx. pero Kalecki (1971) y Robinson (1967: 1968)
son aqut la misma cosa, y podemos llamar 2. esto ''con~umo productivo". El con·
exp<'rimentaron una iníluenc-ia muc-ho más directa. Sobre la relación entre d pensamif'nto krym··
siano y el marx:sta, véanse Dumenil (1977), Fine (1980), Mattick (1969) y Tsuru (1968).
sumo por lo general requie•·e también un proceso de producción simultáneo (es·
'• Osadchaya ( 1974) discutC' esto (la dta de Domar proviene de alll) pero hay qu<' ver también a pecialmente en los servicios personales) y esta "producción del consumo" (como la
Dlaun (1978). Erlich (1978). Kühne (1979) y 1-:rdle (1971). preparación de alimentos en el hogar) descansa de modo similar en una identifica-
b El trl'ml'ndo debate sobrl' si el capitalismo estaba o no dt'stinado a desplomarsl' produjo una ción inmediata entre la producción y el consumo. La distinción entre el consumo
l·amidad increíLll' de publicaciom•s" prinripios de siglo. Sweczy resume gran parte dl'I dt'batl'. al
productivo y la producción del consumo llega a ser importante bajo las relacio-
igual qu<' Kühne (1979): t•rmr tamhirn Luxemburgo ( 1951 ). Luxemburgo y llujarin ( l'l72). Cross·
man ( 1977). Pt1nnrkol'k ( l 97i) y Ro:.dolsky ( 1977). nes de producción capitalista, porque el primero está totalmente dentro de la
!JO PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALlA 91

esfera de la producción de plusvalía mientras que la segunda puede permanecer primer paso que da Marx es poner la cuestión de la relación entre las comrras y
fuera de In esfera de producción directa de la plusvalía - hasta donde abarca las ventas en el contexto de un sistema generalizado de intercambio de mercan·
servicios personales a la burguesía o actividad productiva dentro de la familia de das, en contraste con el trueque simple. No era admisible, bajo el punto de vista
los trabajadores (cocinar, lavar, etcétera). de Marx, establecer "el equilibrio metafisico de las compras y las ventas" redu-
En segundo lugar, Marx ve la producción y el consumo en una relación mutua de ciendo el proceso de circulación al trueque directo (Contribución a la 1.:rítica de
mediación. La producción crea el material para el consumo, dicta también la la economía polttica, OFME, 11, p. 297).
manera en que se consume, y al mismo tiempo proporciona el motivo para el La circulación de las mercancias ocasiona una continua transformación del va-
consumo por medio de la creación de nuevas necesidades y deseos social~s. Por lor de uso material a la forma de valor de cambio; pero cada secuencia, M-D-M,
otro lado, el consumo produce producción en el doble sentido de que la produc· tiene que verse simplemente como "un conjunto de cadenas entrelazadas hasta el
ción sale sobrando sin el consumo, mientras que el consumo también proporcio· infinito de este movimiento que comienza y termina sin cesar en un número infi·
na el motivo para la producción a través de la representación de los deseos hu· niLo de puntos diferentes". Así, "cada venta o cada compra singular subsiste en
manos idealizados como deseos y necesidades humanos específicos. cuanto acto indiferente y aislado, cuyo acto complementario puede separarse en el
En tercer lugar está lo más difícil de captar, que es la manera en que se rclacio· Liempo y en el espacio y no necesita, pues, empalmarse directamente a él para ser
nau la producción y el consumo, de tal manera que "cada cual crea, al r.fectuar- su continuación" (Contribución a la critr'ca de la economía política, pp. 293-294).
sc, al otro en cuanto otro". Este es el sentido marxiano de la dialéctica, de los sig· Esta separación en espacio y en tiempo entre las ventas y las compras crea la po·
nificados relacionales, que funciona aqui con creces. Marx trata de transmitir sibilidaa -la única posibilidad- de que haya crisis (El capital, l, p. 73; Teorías
aquí el sentido d•~ un proceso en el que la producción fluye al interior de un pro· s~?re la plusuali'a, IJ, pp. 460-476). Es el dinero el que hace posible esta separa-
ces•:i de consumo (en el que se completa)-. y viceversa. La unidad de los dos proce· c10n, porque una persona que acaba de vender no tiene la obligación inmediata
sos constitu:1e t.n proctso social de reproducción. "Lo más importante, aqui, es de comprar y en vez de hacerlo puede guardar su din~ro. Marx insinúa una con·
limitarse a destacar que, aunque consideramos la producción y el consumo como cepción mu> simple de la Ley de Say mientras da forma a una refutación directa
actividades rie un sujeto o individuo suelto se manifiestan, en todo caso, como de dic'1a ley
momentos ele un proceso en que la producción constituye el punto de pa:tida real
y. lambién, púr tanto, el momento lrascendente." Sin embargo, para que esto
[Las compras y las ventas] se desdoblan y pueden sust<'.ntivarse la una con ;especto a la
no se malinterprete en el sentido de que la producción determina el consumo, otra. La oít>rta de tocias las mercandas puede, en un momemo dado, exceder de la de·
Marx añade rápidam-:mte que el consumo "como necesidad" es un momento manda de todas las mercancías, si la demanda de la mercancía general, [que es] el di-
intrinseco de la producción cuando se halla df..ntro del contexto de un proceso de nero ... excrde de la demanda de todas las mercancías especiales . . . Si la relación
reproducción social, "el individuo produce un objeto y, mediante su consumo, re- entre la oícrta y la demanda se concibe de un modo más desarrollado y más concreto,
tor::ia así, pero como un individuo productivc.· que se reproduce a si mismo". F.11 una ello se debe a la produccicin y al consumo. Aquí habrfa que volver a ret1~ner la unidad
soc\edad caracterizada por la división del trabajo y el intercambio y por la relación de esros dos momentos, que es de por sí y se impone de un modo violento precisamente
social entre el trabajo y el capital, los procesos de reproducción deben abarcar la en las crisis frente al tlesdoblamit'11to y el a11tago11i.smo. (Teorí'<1s sobre la plusvalía. 11,
reprnduccién de la fuerza de trabajo y rambién la reproducción de la relación so- p. 465.) .
cial entre el tapital y esa fuerza. En heve explicaremos las implicaciones de todo
esto F.sto anuncia un tema importante en el análisis de Marx, quien argumenta: "La
fste punto de vista "dialéctico" de la relación entre la producción y el consumo crisis no es otra cosa que la afirmación por la fuerza de la unidad de fases del
constituye, para Marx, la única lonna adecuada de conc:eptualizar el problem2. proceso <le producción que se han vuelto ind~pendientes entre sí", o, como pre·
Subraya que el valor se debe entender en términos de la unidad de producción y fierc expresarlo en El caf'ital (111, p. 247): "el conflicto entre estos factores en
consumo que le sirve de base, aunque dividida por la seperación entre ellos. Des· pugna !.e abre paso periódicamente en forma de crisis. Las crisis son siempre so·
de este punto de vista podem JS revelar los secretos de la oferta y la demanda y luciorles violentas puramente momentáneas de las contradicciones existentes,
sentar la base pa:·a una crítica de la Ley de Say. Sigamos a Marx a lo largo de ese erupciones violentas que restablecen pasajeramente el equilibrio roto".
camino. Marx hace uso frecuentemente en su obra del concepto del equilibrio. Debe·
"Nada más necio'', dice Marx colt!ricamente en El capital (1, p. 72), "que el mos especificar la interpretación que se le da, pues de lo contrario corremos el
dogma de que la circulación de mercancías supone un equilibrio necesario de las peligro de interpretar mal su análisis. Al considerar la oferta y la demanda, por
compras y las ventas, ya que toda venta es al mismo tiempo compra, y viceversa. ejemplo, Marx comenta que "cuando dos fuerzas actúan por igual en sentici.o
Si con ello quiere decirse que el número de las vemas operadas supone un n(1me· contrario 'ir neutralizan, no influyen en lo más minimo en lo anteriN; por tanto,
ro igual de compras, se formula una necia perogrullada. Pero no, lo que se pre· los fenómenos que se produzcan en estas condiciones deberán explicarse por
tende probar es que el vendedor lleva al mercado a su propio comprador". El causc.s ajenas a la intervención de estas dos fuenas". P~1r tanto, si "la ofena y la de·
92 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA
PRODUCCIÓN Y CONSUMO DELA PLUSVALlA 9S

manda se neutralizan recíprocamente, dejan de explicar nada'', y de allr se deduce da fase: en la primera aparece como dinero, en la segunda como proceso laboral
que "las verdaderas leyes internas de la producción capitalista no pueden explicarse y en la tercera como mercancía material. La circulación del capital presupone
por el juego mutuo de la ofena y la demanda" (El capital, 111, pp. 192-193). El que pueden ocurrir transferencias continuas de una fase a otra sin ninguna pér·
equilibrio entre la ofena y la demanda se logra sólo por medio de una reacción dida de valor. Las transferencias no son automáticas, y las diferentes fases están
en contra de la alteración constante del equilibrio.
separadas en tiempo y en espado. Como consecuencia, ·:surgen r~l&.ciones decir-
Como prueba de esta última proposición, Marx cita el ajuste perpetuo que se culación así como de producción que son e.orno otras tantas mmas que hacen
logra por medio de la competencia, que muestra incontrovertiblementc "yresu· explotar" el suave funcionamiento de la sociedad burguesa:
pone que existe algo qué compensar y que, por tanto, la armonía es siempre re·
sultado dd movimiento de suprración de la dcsarmonia existente". Asimismo, El l'iclu clrl rapirnl súlo Sl' desarrolla normalmente mientras sus distintas fases SC: suce-
"todas las esferas de producción conservarían la misma proporción entre si" cosa den sin interrupción. Si el capital se inmoviliza en la primera fase, D - M, el capital en
que no se puede lograr c>xcrpto "nm la nrutralización conRtantc el<· una falta clr di1wro C(llC'd;i p;irnlirnclo n11no tc•:mm: si se• inmnvili7.íl C'I\ la fose tic la produc-ci6n,
armonfa" ('J eorias sobre .'a plu.walú1, 11, p. '187). c¡uc·,la1:í11 paaali!.;ulu:., de• m1 lado, los llll'dios dl· prnduccilm, miemras de otro lado la
Todo esto suena (y es) bastante convencional. Lo que diferencia a Marx ele la fuerza ele• trabajo pcrm¡,necerá ociosa; si se inmoviliza en la última fase M' - D', las
economía politica burguesa (antes y después de Marx) es el hincapié que pone en mcr¡;ancías almacenadas sin vender pondrán un dique a la corriente de la circulación.
la necesidad de partir del equilibrio, y en el papel crucial de las crisis para res· (El capital, 11, p.49.)
taurarlo. Los antagonismos incrustados dentm del modo de producción capita·
lisl:a son tan fuertes que sacan continuamente al sistema del estado de equilibrio. Aquí surgen confusiones porque Marx le da un doble significado ª. la palabra
En el curso normal de los acontecimientos, insiste Marx, el equilibrio se puede "circulación". Al decir "circulación de capital", pensamos en el capital avanza·
lograr sólo accidentalmente (El capital, 11, p. 440). Marx invierte asf la tesis de do a través de todas sus fases, una de las cuales es la esfera de la circulación, el
Ricardo de que el desequilibrio es accidental, y trata de identificar las fuerzas in· momento en que una mercancfa terminada llega al mercado en el proceso de ser
t~mas del capitalismo que generan el desequilibrio. Para hacer esto, empero, int-ercambiada. La circulación de capital se puede concebir de la siguiente ma-
Marx tiene que generar conceptos de equilibrio apropiados para esa tarea. Es nera: la plusvalía se origina en la producción y se ejecuta a través de la ci.rcula-
precisamente por esto que Marx encont~ó necesario ir más .ª11~ de la apar~e~cia ción. Aunque el momento fundamental en el proceso puede ser la producción, el
superficial de la orcrta y la demanda e incluso de las descnpcmnes superfit:~ales capital "que no pasa la prueba de la circulación" ya no es capital.
de la producción y el consumo, a fin de articular una teorfa del valor apropiada Marx define la "realización del capital'' en términos del movimiento exitoso
para este f TOf'Ósito. Sólo después .de que la teoria del valor ha cumplido su f~_n· del capital a través de cada una de sus fases. 7 El capital-dinero se tiene que reali-
ción, podemos regresar a las cuestiones de la oferta y la demanda y la produccmn zar a través de la producción; d capital productivo S•'! debe realizar en forma de
y el consumo y explorarlos en detalle. Mientras tanto el foco de la aLención cam· mercancías; y las mercancías se deben realizar como dinero. Esta realización no
bia o la producción y realización de la plusvalía como capital, .~arque. est~. des· se logra automáticamente porque la.; fases de la circulación del capital están se-
pués de tGdo, es lo que forma realmente el modo de producc1on capuahsta. paradas en el tiempo y en el espacio.
Al capital que no se realiza se le denomina en diversas formas: "devaluado",
"desvalorizado", "depreciado", o incluso "destruido". Marx (o sus traductores)
2. LA PRODUCCION Y REALIZACIÓN DE LA PLUSVALÍA
parecen usar estos términos indistintamente y sin constancia. Yo limitaré mi uso
de estos términos en esta forma: la "destrucción del capital" se refiere a la pérdida
Le\ relación entre la producción y el consumo ha sido considerada hasta aqui en física de los valores de uso. Yo me limitaré a usar la idea de la "depreciación del ca-
términos de los valores de uso y los preciüS. Ahora los examinaremos desde el pital'', siguiendo principalmente el uso r:noderno, como _la .cambiant~ valuación
punto de vista de los valores, y llevaremos esta idea al contexto de la p~·oducción monetaria de los bienes (de lo que se denva que la aprec1ac15n es tan importante
de plusvalía. como la depreciación). Por último, reservaré el término "devaluación" para las
Recordc"llos, en primer lugar, que el capital es definido como un proceso, como situacicnes en que se pierde el tiempo de trabajo socialmente necesario bajo su
un valor "en movimiento" que experimenta una expansión continua por medio de forma material, sin que necesariamente quede destruida esta forma.
la producción de plusvalía. Consideremos ahora la estructura del proceso decir- Todos estos son conceptos muy importantes. y desempeñan un papel clave en
culación como aparece en la Gráfica 11. l. En una forma más simple, y considerada el análisis que sigue. El propio Marx adopta algunas frases confusas como la
desde el punto de vista del capitalista individual, el capital circula a través de t:·es "depreciación de los valores'' y la "depreciadón moral", e incluso extiende esas
fases básicas. En la primera, el capitalista actúa como comprador en los merca· fases para hablar sobre la "depreciación de la fuerza de trabajo" asr como de la
dos de mercancías (incluyendo el mercado de la fuerza de trabajo). En la segunda,
el capitalista actúa como un organizador de la producción, y en la tercera aparece i Algunos traduccores y teóricos prefit'ren el término "proceso de valorización" para abarcar la
en el mercado como vendedor. El valor adopta un aspecto material diferente en ca· neadó~ <le la plusvalfa a travl-s del proceso de trabajo (11éa.se la introducción de Ernest Mandel a la
94 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA 95

"depreciación del trabajador" como persona. El juego de las palabras es intere· Esta "devaluación virtual" se supera o se "suspende" tan pronto como el capital
sante porque enfoca la atención en las relaciones, pero también puede confundir reanuda su movimiento (I, p. 314). La ve~taja de ver la devaluación como un
en el sentido de que lo que se describe no se mantiene claramente a la viuta. "momento necesario en el proceso de valorización" (1, p. 272) es que nos permite
Al restringir mi propio uso de estos términos para que la destrucción se relacione ver inmediatamente la posibilidad de una devaluación general de capital -una
con el valor de uso, la depreciación con el valor de cambio y la devaluación con el crisis-- y nos aleja de las identidades que asume bajo la Ley de Say. Cualquier
valor, espero aclarar algunos de los significados de Marx, pero esta aclaración se fracaso para mantener cierta velocidad de circulación del capital a través de va-
logrará a un alto costo si no reconocemos que el valor de uso, el valor de cambio y rias fases de producción y realización generará una crisis. La estructura de tiem-
el valor expresan una unidad básica que requiere que la destrucción, la depre· po de la producción y la realización se convierte entonces en una consideración
ciación y ia devaluación del capital sean consideradas unas como parte de otras. crucial. Las crisis sobrevienen si aumentan los inventarios, si el dinero queda
Todas las crisis son crisis de realización y resultado de la devaluación del ca pi· ocioso más tiempo del estrictamente necesario, si se retienen existencias durante
tal. Un examen de la circulación del capital y de sus posibles diversificaciones su· periodos más largos durante la producción, etc. Por ejemplo, "la crisis no [seda]
giere que esta devaluación puede tomar diferentes formas tangibles: 1) capital· solamente porque la mercancía resulte invendible, sino porque no puede vender-
dinero ocioso; 2) capacidad productiva no utilizada; 3) fuerza de traba.io no se dentro de determinado plazo" (Teorías sobre la plwvalía, 11, p. 473).
empleada, o empleada por debajo de su capacidad y, 4) un excedente de mer· Hay algo más en todo esto. El tiempo que dura cada uno de los ciclos es, en
candas (inventarios excesivos). cierto sentido, una pérdida de capilal, aunque sólo ~:ea porque "el tiempo pasa y
En Grundrisse, (1, pp. 271 y ss.) Marx le da mucha importancia a esta idea no se le puede captar" (Grundrisse, 1, p. 396).
general. De nuevo, para evitar las malas interpretaciones, debemos tomar medi·
das para aclarar este arg11mento. Un error común, por ejemplo, es considerar
Mi~ntras (el capital) permanece en el proceso de producción, no es circulable, y apare-
una crisis de "realización" como esa forma particular de crisis que surge cuando
ce virtualmente desvalorizado. Mientras permanece en el proceso de circulación, no es
no se encuentra comprador para las mercandas. La realizacion y la venta de capaz de producir ... Mientras no puede lanzarse al mercado, queda fijado como pro-
mercancia.; serian tratadas entonces como la misma cosa, pero Marx argumenta ducto; mientras tiene que permanecer en el mercado, se halla fijado como mercanda.
que las barreras a la realización existen en el interior y entre cada una de las fa. Mien~ras no puede cambiarse por las condiciones de producción, queda fijado como
se.; de la circulación. Consideremos las diferentes formas que rueden tomar estas dinero. (Grundrisse. 11. pp. 42-43).
barreras a la circulación del capital.
Existe, por tamo. una presión considerable para acelerar la velocidad de la circu·
ladón del capital, porque esta aceleración hace que aumente la suma de los va-
a) La estructura del tiempo y los costos lmes producidos y la tasa de ganancia. Las barreras a la realización se reducen al
de realización minimo cuando ocurre "el paso del capital de una fase a otra con la misma velo-
cidad del pensamiento" (Grundrisse, 11, p. 51). El tiempo ne rotación del capital
En Grunddsse, Marx elabora un argume uo que a primera vista parece algo pecu· es. en sí mismo, una medida fundamental que también indica ciertas barreras a
liax. Sugiere que, cuando el capital adopta determinada forma -como, por la acumulación. Como una tasa acelerada de rotación del capital reduce el tiem-
ejemplo, un proceso c:..e producción, un producto que espera a ser vendido, una p:- durante el cual las oportunidades pasan sin ser aprovechadas, una reducción
m•::rcancía que cin:ula en las manos de los comerciantes capitalistas, dinero que del tiempo tle rolación libera recursos para la acumulación ulterior.
espera a ser transferido o usado- entonces ese capital queda "virtt.almente de· Hay también ciertos costos que origina la circulación del capital. Hay que hacer
valuado" (JI. p. 46). El capital que se encuentra "descansando" en cualquie.. a de pasar las mercandas de su fase de producción a su destino final para su consu·
estos estad:ls puede calificarse de "negado'', "inactivo", "durmiente" o "fijado". mo. Marx trata estos movimientos fisicos como parte del proceso de producción
Por ejemplo, "mientras el capital permanece estancado bajo la forma de producto material (t•éase el cap. XII) y, por tanto, como productores de valor, pero trata
acabado, no puede actuar como tal capital, [y] es [ast] capital negado" (1, p. 396). otros aspectos de la circulación como no prod,1ctores de valor porque los consi·
<lera como costos de transacción que se pagan como deducciones de la plusvalía,
edición de Penguin de El capital). Aunque esto tieue la virtud de hacer una clara distinción emre los sin importar si estos costos los origina el productor o algún ¡¡gente especializado
procesos de re2lización en la producción y los procesus de realización en el mercado (y hace hincapié (un comerciante, vendedor al menudeo, banquero, etc.). Los costos de contabi-
en !as diferencias cruciales encre ellas), dene la desventaja de distraer la atención de la cont;nuidad lidad, almacenamiento, mercadotecnia, recolección de información, publici-
necesaria en el flujo de capital a través de las diferentes esferas de producción e intercambio. Puesto dad, etc., son considerados lodos como costos de circulación necesarios. Lo mis·
que estoy interpretando el valor en términos de la unidad de producción e imcrcambio, prefiero usar
el término "1ralizaci6n" para referirme al movimiento y la autoexpansión del capital y dejar que el
mo se aplica a los costos que origina la circulación del dinero -instalaciones
contexto o un modificador apropiado i1.Jiqul'n si estoy hablando sobre la realiza,·ión a través del bancarias. mecanismos de pago, etc. Marx llama a estosfauxfrais (costos nece-
proceso de trabajo (valorización), la rea:ización a través del intercambio o sobre la unida :1 de amba5. sarios) de la circulación porque son inevitables y se deben contraer si ha de circu·
96 P~ODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALÍA PRODl'CCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVAL1A 97

lar el capital en forma de dinero y mercancías. Ad~más, debemos incluir aquf b} Dentro de los confines del proceso de producción, los capitalistas deben
ciertas funciones básicas del Estado que son necesarias para preservar e incre· disfrutar de una relación con Ja fuerza de trabajo y de una tec:nologfa que les
mentar los mecanismos de circulación. Los costos necesarios se restan de Ja acu· permita preservar el valor de las mercancías compradas y añadir una plusvalfa.
mutación porque deben pagarse de la plusvaH:a producida. Los ahorros en estos Marx menciona con algo de ironia que la realización del capital en la produc~
costos (los que se derivan de la explotación de la fuerza de trabajo) tienen el efecto d6n depende de la "devaluación" del trabajador. 8 El punto está bien tra~ado.
de liberar capital para la acumulación, y por tanto son un medio importante para Los capitalistas deben dar forma al proceso laboral para ajustarse al promedio
aumentar la acumulación. social por lo menos, e imponer a los trabajadores un ritmo e intensidad de traba·
Las pérdidas atribuidas al tiempo utilizado, ast como !.os costos reales que ori· jo que permita la extracción de la plusvalía. Deben contrarrestar la guerrilla in-
gina la circulación, componen un conjunto de barreras a la realización del capi· cesante que acompaña a la lucha de clases en el lugar de trabajo e imponer, 'de
tal. De aquf se deriva que el impulso de acumular también se debe manifestar ser posible, un control despótico sobre el proceso de trabajo. Si no lo consiguen,
como un impulso por reducir estos costos de circulación -de transporte, costos eso significa que no se produce plusvalia y que el capital-dinero que se hallaba al
de transacción, de mercadotecnia, etc. La eliminación o reducción de estas principio en el bolsillo del capitalista no se ha realizado como capital.' La compe-
barreras es parte de la misión histórica de la burguesía, del mismo modo que la tencia pone una obligación ulterior al capitalista: mantenerse al ritmo del proce-
acumulación por el afán de acumular. Más adelante tendremos frecuenremente so general de cambio tecnológico. La reorganización del proceso de trabajo lleva
la oportunidad de resucitar esta idea, tanto en un contexto teórico como histórico. a "revoluciones en el valor": el tiempo de trabajo socialmente necesario se redticé
y el valor del producto unitario baja. El capitalista que no se mantiene al pa.sO
experimenta una devaluación de capital; el capital se pierde porque las condi-
b) Los problemas estructurales de ciones de trabajo individuale;;, concretas y específicas no corresponden a las con-
la realización diciones para perso~1ificar el trabajo abstracto. Evidentemente, hay que superar
muchas barreras si el capital-dinero se va a realizar en la producci6n.
En cada momento o fase de la circulación del capital encontramos determinadas c) Como vendedores, los capitalistas se encuentran en posesión de mercnndas
clases de problemas y vale la pena examinarlr s a medida que consideramos la materiales que deben encontrar usuarios dispuestos a desprenderse del valor de
transición del dinero a medios de producción y fuerza de trabajo, y la traducción cambio equivalente al valor personificado en cada mercancia. La conversión de los
de ~!stos "foctnrc-s rlc- prod11rción" a una C1ctividarl rle trabajo que produce una Ví1lorc-s df' uso matt•riale~ c-spcdficos a la forma general riel valor de cambio -el
rnércancfa misma que dcbi: encontrar luego un cnrnpratlor t'll el 11u·n·ado. dim"o paren· m:ís dif'ídl t·11 pd11c.:ipio que ia conversión de dine10 a mer-
a) Si los capitalistas no pueden encontrar en el mercado las cantidades y calida· cancias. Por esta razón Marx hace hincapié particularmente en esto. Aquf en-
des correcta-; de materias primas. instrwnentos de producción o fuerza de trabajo al contramos la barrera del consumo. Esta barrera tiene un aspecto dual. En pri-
precio apropiado para sus requerimientos de producción individu~les, entonces su mer lugar. la mercanda debe llenar una necesidad social; ser un valor ae uso so-
dinero no es realizable como capital. El dinero forma una acumulación. Esta barrera cial. E!dscen limites claros para tipos específicos de valores de uso, por ejemplo,
parece algo menos terrible porque el dinero es la forma de valor general y pued( cuando cada miembro de una sociedad capitalista es feliz poseedor de una bici-
convertirse en cualquier otra mernncía sin ninguna dificultad. El capitalista cll!ta, el mercado de bicicletas queda limitado estrictamente a los requerimien·
tiene una amplia gama de opciones. Estas opciones se vuelven más escasas si el c<1pi· tos de la reposición. Cuando se encuentra con mercados saturados de este tipo, el
tafüta emplea grandes cantidades de capital fijo que tiene una vida relativa- capital se ve obligado a estimular nuevas necesidades sociales y nuevos deseos por
mente larga. A fin de realizar el valor del capital fijo, el capitalista se ve obligado medio de diversas estratagemas. Por tanto, la continua evolución de las necesida-
a mantener un.i clase especifica dr. proceso de trabajo con requisitos de insumos des y los deseos sociales es considerada como un aspecto importante de la historia ca-
particulares durante varios años. Sin embargo, cuando se ve esto en conjunto, no pitalista, un aspecto que expresa una contradicción básica. En los Manwcrüos
podemos ser tan optimistas como para creer que todos los capitalista~ podrán sa- ec:onómico-filosóficos de 1844, OFME, 1, p. 627, Marx argumenta que el capita-
tisfacer sus necesidadc~ totales de materias primas y fuerza de trabajo. AdC'más, lismo "se manific-sta en parte en el hecho de que lo que por un lado es el refina·
con una porción de la plusvalía reinvertida, aquellos capitalistas que produzcan miento de las necesidades y de sus medios produce de otro lado un salvajismo
medios de producción para otras industrias deben ampliar su producción amici· bestial y una simplificación tosca, abstracta y total de las necesidades". En los
Grundris.se y en El capital hay muchos datos que justifican estas palabras.
pándose a requerimientos futuros que no es seguro que se materialicen. Una ex·
µansión global de la demanda de fuerza de trabajo también presenta multitud Desde el punto de vista de los capitalistas que tratan de convertir sus mercan-
de problemas. Pasteriormeme examinaremos algunos de los problemas estruclu· cf as en dinero, el problema no es simplemente satisfacer las necesidades y deseos
rales que surgen en este ca·m. Lo que hay que reconocer aquí es que surgen dífi· sociales, sino encontrar clientes con suficiente dinero para comprar las mercan-
cuitades e incertidum·Hes incluso en c:ila primera fase en que el direro se tiene cías que desean. La demanda efectiva del producto -la necesidad respaldada
que convertir en insumos de materias primas y fuerza de trabajo. 11 Magalim• ( 1975) construyl' un argum<'nto muy imeresante sobre esta base.
98 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALlA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PI.USVALIA 99

por la capacidad para pagar- es la única medida aplicable (Teorías sobre la tenida de capital, porque los "obreros no pueden comprar nunca más que una
jJlusvalía, 11, 466). Si no existe una demanda efectiva de mercancías, entonces el parte de valor del producto social igual al. .. valor del capital variable desem·
trabajo personificado en la mercanda es trabajo inútil y el capital invertido en bolsatio" (El capital, 11, p. 311). Esto no quiere decir, empero, que la demanda
su producción se pierde y se devalúa. . de mercancías-salario por los trabajadores no es importante o que no merece que
Por tanto, a esta altura de la circu )ación del capital es cuando los capitalistas se le revise cuidadosamente.
son más vulnerables. Como tenedores de dinero o amos del proceso de produc- Considerado desde el punto de vista de la relación de clase entre el cap!tal y
ción, los capitalistas ejercen control directo, pero cuando la mercanda se tiene los trabajadores, el consumo individual del trabajador se vuelve "un meru factor
que intercambiar, la suerte del capitalista depende de los actos de otros en el procer.o de reproducción", puesto que sirve para reproducir la fuerza de
-trabajadores, otros capitalistas, consumidores improductivos, y fac.:ores por el trabajo requerida para la !Jroducción de plusvalfa (El capital, 1, p. 482). Al mis-
estilo- todos los cuales tienen dinero y deben gastarlo en ciertas formas si se ha mo tiempo los trabajadores se encuentran en una relación propia de una 'tienda
de realizar el valor personificado en las mercandas. de raya" respecto a la producción capitalista de mercancfas. "Por ejemplo, el ca.:
Sin emLargo, cuando vemos el proceso global de la circulación del capital, pi tal paga semanalmente el salario que el obrero lleva al tendero, etc., éste lo de-
nos llama la atención inmediatamente lo que parece ser un problema importan· posita directa o indirectamente, en manos del banquero y, a la semana siguien·
te. Si el modo de producción capitalista se caracteriza por la expansión perpetua te, el banquero se lo devuelve al fabricante para que éste vuelva a repartirlo
de! 'lalor a trav~s de la producción de la plusvaHa, entonces ¿de dónde viene la entre los obreros, etc., y así sucesivamente" (Grundrisse, 11, p. 92).
demanda efectiva total para realizar el valor en expansión por medio del inter- La reproducción de la clase trabajadora y la capacidad de consumo qt.ie trae
cambio? consigo quedan atrapadas dentro de la circulación del capital. Los capitalistas
deben producir colectivamente suficientes mercancías-salario y desembolsar sufi-
ciente capital variable en forma de salarios para asegurar que la clase trabajadora ·
3. EL PROBLEMA DE LA DEMANDA EFECTIVA Y LA CONTRADICCIÓl'1 posea la demanda efectiva que se requiere para su propia reproducción. No obs-
ENTRE LAS RELACIONES DE DISTRIBUCIÓN Y LAS CONDICIONES PARA tante, los capitalistas individuales están bajo una continua presión competitiva
LA REALIZACIÓN DE LA PLUSVALIA
para acortar los salarios y reducir el valor de la fuerza de trabajo, mientras que
los que pro<lucen mercandas-salarios ven a los trabajadores como una fuente de
L:is "necesidades sociales". es decir, lo que regula el principio de la demanda, se hc:lla
demanda efectiva. Marx dice entonces lo siguien~e:
c;encialmente condicionado por la relación de las distintas clases entre sí por su respc:c-
riva posición económica; es decir, en primer lugar, por'la proporción existente entre la
plus\•alfa total y el salario y, en segundo lugar, por la proporción entre las diversas par- "Contradicción del régimen de producción capitalista: los obrero~ como coni¡;radores
le\ en que se descompone la plusvalía (ganancia, interés, renta del suelo, impuestos, de mercancías, son importantes para el roncado. Pero, como vendedores de su
c:tc.); por donde vuelve a .:lemostrarse aquí que nada absolutamente puede explicarse mercancía ·-la fuerza de trabajo-, la sociedad capitalista tiende a reducirlos al
pnr la relación entre la oforta y la demanda si no !'e expone previamente la base sobre minimum del precio. Otra contradici:ión: ... las fuerzas de la producción no pueden
la que dc,;cansa esta relación (El capital, III, pp. 185-186). emplearse h1sta el punto de que no sólo se prc.duzca mts valor, sino que ademts pueda
realizai-se; pero por la venta de las mercandas, la realización del capital-mercancías y
Un :l investigación de la demanda social efectiva lleva a Marx a la siguiente también, por tanto, de la plusvalía, se halla limitada, no por la necesidad de consumo
de la sociedad en general, sino por las necesidades de consumo de una sociedai la gran
condusión: mayoria de cuyos individuos son pobres y tienen necesariamente que permanecer siem-
pre en ese estado." (El capital, II, p. 283.)
.:..as condiciones de la explotación directa y las de su realización no son idénticas. No
~llo difieren en cuanto al tiempo y al lugar, sino también en cuanto al concepto. Uuas se Esta contradicción no se pue~e arreglar aumentando los salarios o modificando
hallan limitadas solamente por la capacidad productiva de la sociedad, otras por la pro·
el valor de la fuerza de trabajo. Los cambios de este tipo dan por resultado que
porcionalidat.I entre las distintas ramas de la producción y por la capacidad de consumo
d•! la sociedad. Pero ésta ... se halla determinada ... por la capacidad de consumo a- los lujos se conviertan en necesidades -lo que ejemplifica cómo "los deseos sociales
h=t>e de Ja~ condiciones antagónicas de distribución. (El capital, llI, p. 243.) son muy elásticos y cambiantes" - ; "se restablecerá el equilibrio y el final de todo es-
te proceso será que el capital de la sociedad, incluyendo, por tanto, el capital-
Exi:;te entonces una contradicción básica entre los arreglos distribucionales dinero, se distribuirá en diferente proporción entre la producción de artículos de
caracteristicos del capitalismo, y la creación de una demanda efectiva suficiente primera necesidad y la de ardculos de lujo" (El capital, 11, p. 305; 111, p. 191).
para realizar el valor de las mercandas a través del intercambio. Sigamos a Marx Aunque el capital variable que forma la demanda efectiva de los trabajadores
mientras se dirige a esta conclusión. tiene su origen en el capital, los capitalistas que producen mercancías-salarios
Consideremos primero la demanda ejercida por la clase trabajadora. É:sta son powncialmente vulnerables a los hábitos de consumo de la clase trabajado-
nunca puede ser una "demanda adec~ada" en relación con la acumulación sos· ra. Por tanto, ocasionalmente "el señor capitalista, al igual que su prensa, se
100 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA 101

muestra con frecuencia descontento del modo como los obreros invierten su di- nas improductivas que giran alredeJor de ella discurre paralelamente con el con.su-
nero", y se hacen entonces toda clase de esfuerzos (disfrazados de filantropfa mo de la clase obrera" y que los capitalistas deben gastar una porción de su plusvalfa
burguesa y de cultura) para "elevar el nivel de vida del obrero mediante el mejo- como ingresos para la compra de bienes ele consumo (El cajn~al, 11, p. 297). Para
ramiento de sus capacidades espirituales y morales y convertirlo en un consumidor que esto suceda se requiere "el despilfarro de la clase capitalista" (p. 365) o una
nacional'' (El capital, 11, p. 458). "Racional" es definido, naturalme:1te, en rela- división de la clase capitalista en capitalistas que ahorran y "los consumidores
ción con la acumulación de capital y no tiene nada que ver con las necesidades y improductivos" que "no sólo constituyen un canal de desagüe para los productos
deseos humanos fundamentales. Asf es que hasta los trabajadores, particular- lanzados al mercado, sino que, por su parte, no lanzan al mercado ninguna clase
mente en las sociedades capitalistas avanzadas, están sujetos a la influencia de la de prodt.óctos" (Teorías subre la plusvalía, 111, p. 40). Estos "consumidores impro·
puhJicidad, mientras que el gobierno también interviene (generalmente en ductivos" representan "el consumo en gracia al consumo", y existen como una
nombre del seguro social) para colectivizar el consumo en formas que le dan la es?ecie de imagen reflejada en la "pasión de acumular" que prev&.lece entre los
posibilidad de manejarlo en una manera que concuerde con la acumulación capitdistas productivos.
(por medio de políticas fiscales y de gastos del gobierno). Sin embargo, todo esto Malthus, naturalmente, vio la necesidad de un consumo conspicuo de parte
no niega ese otro lado de la "racionalidad" capitalista que presiona perpetua- de la burguesía y la convirtió en una condición necesaria y suficiente :rara la acumu·
mente para reducir Jos salarios reales. Esto nos lleva de regreso a la contradic- ladón del capital. Marx acepta que el consumo burgués se debe mantener al pa-
ción fundamental que impide que la demanda de los trabajadores actúe como so .'.:on la acumulación para evitar las crisis, pero habla despreciativamente de la
una solución al problema de la demanda efectiva. idea de Malthus de que esa clase de consumidores (o compradores) improducti-
Los capitalistas generan una demanda efectiva de :Jroductos como comprado- vos puede funcionar como el deus ex machina de la acumulación, proporcioná.n·
res de materias primas, productos semiterminados y varios medios de produc- dole estímulo para la ganancia y medios para realizar la plusvalfa por medio del
ción (que incluyen la maquinaria, los edificios y las diversas infraestrnt:turas consumo. Como es natural, los capitalistas individuales generalmente tienen la
flsic..:as que se requieren para la producción). El valor total del capir;al constante capacidad de sobrevivir bastante bien y de vivir de su riqueza mientras esperan
ad·¡llirido proporciona la demanda total del producto de estas industrias. Como qae la plusvalfa regrese a ellos. Desde este punto de vista parece como si los capi·
sucede con el capital variable, esta demanda efectiva de capital constante se ori· talistas arrojaran dinero en circulación para adquirir bienes de consumo que, al
gina. con el capitalista. La expansión de la producción requiere crecientes de- final del periodo de producción, se paguen con la plusvalfa, pero esto tiene
sembolsos para el capital constante y para la expansión de la demanda efectiva. limites claros como proceso social general. Tenemos que considerar la siguiente
En la medida en que ese cambio tecnológico obliga.a hacer sustituciones entre pregunta: ¿de dónde provienen exactamente los recursos financieros si no es de
el capital variable y el capital constante (la producción se vuelve más constante y la p!usvalía? Esto casi nos hace caer en la tautologfa siguiente: los recursos finan·
requiere grandes inversiones de capital), asf presenciamos un cambio progresivo cieros para realizar la plusvalfa provienen de la producción de la propia plusva-
hac~a la producción y el consumo de medios de producción. lía. T cnclrcmos finalmente que penetrar en esa tautología y averiguar qué se en·
Debemos mencionar, empero, qm• la demanda total en cualquier momento es cucntra d1·trás clt• c·lla.
igual a M + V, mientras que el valor de la producción total es M + V+ P. Bajo Sin embargo, ya podemos ver que las condiciones de distribución que prevalecen
condiciones de equilibrio, esto nos deja todavfa con el problema de saber de dón· en la sociedad capitalista levantan barreras a la realización por medio del intl?r·
de viene la demanda de P, la plusvalfa producida pero aún no realizada a tra'lés cambio, barreras mucho más restrictivas que las que existen en la esfera de la
del intercambio. propia producción. "La naturaleza [misma] de la producción capitalista", escri·
Podemos buscar una respuesta a esto considerando en primer lugar el consu- bió Marx, "significa producción sin tener en cuenta [para nuda] los limites del
mo de artículos de lujo de parte de la burguesta. Lo que debe suceder para que mercado" (Teorías sobre la plusvalía, 11, pp. 480-482). "Como el mercado y la
la oferta y la demanda esti'n en equilibrio es que la clase capitalista ponga dinero producción [son] dos [campos] indiferentes" ... , continúa, "cabe la posibilidad
en circulación comprando mercandas cuyo valor equivalga exactamente a la de que la ampliación de uno [de ellos] no se compagine con la del otro''. El exce·
plusvalía producida. so de producción, el abastecimiento excesivo de mercandas, "tiene como condi-
ción, especialmente, la ley general de la producción del capital, [que consiste en]
Por paradójico que ello pueda parecer a primera vista, es la propia clase capitalista la producir a tono con las fuerzas productivas ... sin preocuparse de los limites esta·
c¡uc pone en circulación ei dinero que sirve para realizar la plusvaUa que en las blecidos por el mercado o las necesidades solventes y [llevar a cabo] esto mediante
mercancías se contiene. Pero, bien cn1endido que no lo lanza a la circulación como di· la ampliación constante de la reproducción y la acumulación ... mientras que
nero desembolsado, es decir. como capital. Lo lanza como medio de compra para ad- de otra parte, la masa de productores [la clase trabajadora] sigue ateniéndose
quirir su cvnsumo individual. (El capital, 11, p. 299.) necesariamente a la medida media de las necesidades y a la base de la produc-
ción capitalista" (Teorías sobre la plusvalía, Il, p. 491).
F.st•l nm indica inmediatamente que una de las condiciones r•ecesarias para la Una forma potencial de salir de esta dificultad es ampliar las relaciones co-
acumulació:t sostenida es que "el consumo de toda la clase capita1ista y de la~ perso-
102 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSV ALIA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALIA 105

merciales con sociedades y sectores no capitalistas o precapitalistas. Ésta iba a ser ta, de dinero, pero que, si la plusvalfa no puede volver a convertirse directamen-
la solución de Luxemburgo al problema de la demanda efectiva, y la llevó a es- te en capital, existe, bajo forma de dinero, como posibilidad de nuevo capital."
tablecer una firme conexión entre la acumulación de capital y la expansión geo- (Grundrisse, I, p. 276). Quizá la demanda efectiva adicional requerida para realizar
gráfica del capitalismo por medio de polfticas coloniales e imperialistas. Marx en ge- la plusvalía puede venir simplemente de una expansión de la cantidad de dinero,
neral excluye de El capital las cuestiones del comercio exterior, y da por sentado que ya sea directamente por medio de la producción de una mercancfa-dinero, como
"la producción capitalista est:i establecida en todas partes y se ha apoderado de cada el oro, o indirectamente a través del sistema de crédito.
rama de la industria" (El capital, 1, p. 581), pero en Grundrisse (I, p. 276) no se A primera vista, esa solución parece tener sentido. Un análisis del dinero
restringe. Allf argumenta que "una condición de la producción capitalista es ... muestra que la insuficiencia en la cantidad de dinero puede obstaculizar grave-
la creación de una órbita de circulación cada vez más amplia", ya que "la ten- mente la circulación de mercancfas. Bajo condiciones de insuficiencia de dinero
dencia a crear un mercado mundial se halla, por tanto, directamente implicita podemos observar una aceleración en la acumulación cuando aumenta el abas-
en el concepto mismo del capital". Esto lleva a Marx a una tesis general que se tecimiento de dinero. Partiendo de esto, podemos sentir. la tentación de inferir
aplica por igual a la difusión geográfica y a la penetración profunda de la in- injwtificadamente que una expansión en el abastecimiento de dinero siempre lleva a
fluencia del capitalismo sobre la vida social: la acumulación, y que lo hace proporcionando la dP.manda efectiva de un pro-
ducto del que en otra forma se carecerfa. Aunque Marx acepta que la organiza-
El capital fomenta esta tendencia a remontarse por sobre las barreras y los prejuicios ción del sistema ele crédito es una condición necesaria para la supervivencia de la
nacionales y a sobreponerse a la deificación de la naturaleza y al modo tradicional de acumulación (véase el cap. IX de este libro), nos advierte que "no hay que formarse
satisfacer las necesidades, circunscrita dentro de determinados limites concretada a tampoco ideas místicas acerca de la capacidad productiva del sistema de crédito"
las necesidades existentes y a la reproducción del viejo modo de vida. El capital a<.túa (El capital, 11, p. 310). Sin embargo, se siente la tentación de ver al sistema de
destructivamente contra todo esto y (ejerce una acción] constantemente revoluciona-
ria, derd>ando todos los limites que obstruyan el desarrollo de las íuerzas productivas y
crédito como la fuente de la demanda efectiva adicional: Además, desde el punto
w oponen a la expansión de las necesidades, a la diversificación de la producción y a la
de vista del ciclo dinero-capital, D-M-(D + íilJ), parece como si se requiriera
!Y.plotación y el intercambio (libre] de las fuerzas naturales y espirituales. (Grundrissc, más dinero al final de cada rotación a fin de dar cabida a íilJ, la ganancia.
l. p. 278.) Por todas estas razones, dan ganas de aceptar una versión de Ja ilusión mone-
tarista que nos dice que el problema de la demanda efectiva se resuelve con una
Los teóricos de la supersaturación g<'n\~ral no apreciaron la capacidad del capi· expansión en el abastecimiento rle dinero. Aunque Marx advierte que los pro-
Lalismo para generar esas Lransformaciones revolucionarias en el modo de vida y ductores dt· oro sí crean más dinero del que adelantan en la producción (ya que
para convertirse en un sistema mundial. Desde este punto de vista, Marx saca la producen plusvalia que entra direc"tamente a la circulación como dinero'. recha-
conclusión de que "los economistas que, como Ricardo, identifican la produc- za definitivamente que ésta puede ser una solución al problema de la demanda
ción de manera inmediata con la autovalori2.ación del capital -sin preocuparse efectiva. Como el dinero es un costo de circulación más bien que una actividad
para nada ni de los límites del consumo ... los lleva a comprender de un modo productiva, el hecho de apoyarse en los productores de dinero para que propor-
más exacto y más profundo la esencia positiva del capital que aquellos otros que, cionen la demanda efectiva adicional tendrfa el efecto de quitar el ca pi tal de la
como Sismondi, subrayan solamente las limitaciones creadas por el consumo producción de plusvalfa y meterlo en la absorción de plusvalfa como costos de
(Gnmdn'sse, 1, p. 279). Lo que no apreció Ricardo fue que el derrumbe ince- circulación. Marx señala que ha habido una tendencia histórica a tratar de eco-
san:e e inexorable de antiguas barreras y la transformación revolucionaria de las nomizar en costos de circulación por medio del sistema de crédito, lo que
necesidade3 a escala mundial "sólo transfiere las contradicciones a una esfera ejemplifica la futilidad de recurrir a los productores de mercancfa-dinero como
más amplia y les da mayor latitud" (El capüal, II, p. 468). una fuente de demanda efectiva. Un asunto más complejo es disipar las "fantás-
Aunque Marx acepta la idea de que la acumulación inevitablemente tla como ticas ilusiones" que rodean al sistema de crédito; en los capttulos IX y X lo exa-
resultado que el capital penetre y absorba los sectores no capitalistas -incluyendo minaremos detalladamente, pero al final encontraremos que se le aplican argu-
aquellos que están en lugares lejanos- niega específicamente que esto pueda re- mentos similares.
solver el problema de la demanda efectiva. Marx pensó sencillamente que si se Marx le da el golpe de gracia a la ilusión monetarista, al considerar el papel
había de hallar una soluciór., ésta debía estar dentro del propio modo de pro- del dinero en relación con las mercancfas y con los ciclos productivos del capital.
ducción capitalista. 9 La cantidad de dinero requerida a determinada velocidad de circulación (más
Asf es que Marx se vuelve a considerar otra posible solución al problema. "La cualquier cantidad que se requiera como un fondo de reserva) está relacionada
p{•1.svalía creada en un punto requiere en otro punto la creación de plusvalia ... con el valor total de las mercancías que e;;tán circulando. Desde este punto de
aunque sólo se trate, por d momento, de una producción adicional de oro y pla- vista, "no cambia absolutamente nada. , . que esta masa de mercancfas conten-
•l Marx parre<' C'Slar siguirndo aqul la Filo.rn(ín cl1•l Dert•cho dr Hegel. v.:nse rl caphulo XIII rlr
ga o no alguna plusvalía". La reserva de dmero puede necesitar repos1c16n o
1·~1t· lihrn. aumC'nto a fin clt• dar cahicla a la prolifC'ración del intercambio, pero esto no tiene
104 PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVALlA PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE LA PLUSVAL1A 105

nada que ver directamente con la realización de la plusvalia a través del inter- del capitalismo se puede interpretar como un capital en busca de plusvalla. La
cambio (El capital, Il, pp. 417 y ss.). penetración de las relaciones capitalistas en todos los sectores de la economfa, la
F.sta investigación de los aspectos monetarios de la realización de la plusvaHa movilización de varias fuentes "latentes" de fuerza de trabajo (como las mujeres
parece llevar a un callejón sin salida, pero su análisis correcto nos propordona y los niiios) tienen una base similar. Asf llegamos a ver el capitalismo como lo que
ciertas claves sobre cuá~ puede ser la única solución posible al problema de la de· es rcalmcn1.c: un modo de producción pennanentemente revolucionario, que traba·
manda efectiva. La ilusión monctarista surgió en parte, por ejemplo, porque se ja consLamemcnte bajo la necesidad social de trar.,;for:narse desde el interior, al
confundió la cantidad total de dinero con la cantidad total de dinero que fun· mismo tiempo que presiona constantemente contra las capacidades del mundo
dona como capital. El capital-dinero se puede aumentar convirtiendo en capital social y físico para sustentarlo. Esto, naturalmente, es un proceso contradictorio.
una cantidad cada vez mayor de la reserva constante de dinero. Asi es como Para comenzar, el capitalismo encuentra barreras externas porque "las dos fuen-
Marx llega a su propia solución. La c:niversión ulterior de dinero a capital es la tes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre" no tienen capacidades ilimi-
que proporciona la demanda efectiva requerida para realizar la plusvalía en el tadas (El capital, I, p. 424), pero también encuentra "limites en su propia natu-
intercambio. Exploremos ahora esta solución sencilla, aunque algo sorprenden- raleza" (Grundrisse, 1, p. 279), y éstas son las "contradicciones internas del capi-
te, del problema. talismo" que Marx trata de exponer.
El dinero debe existir antes de que se le pueda convertir a capital. Además, Lo que Marx ha hecho ahora es damos uha interpretación muy especffica de la
una insuficiencia de dinero en relación con la cantidad de mercandas en circu· idea de que "la producción, la distribución, el cambio y el consumo ... son todos
lacióu actuará como un obstáculo para la acumulación. No obstante, la crea- miembros de una totalidad. Distinciones dentro de una unidad" (Grundrisse, I,
ción de dinero no garat1t:za en ninguna forma su conversión a capital. Esta con- p. J4). Marx ha vuelto a formular ~a idea del valor como un concepto que debe
versión abarca la creación de lo que Marx llama "el capital ficticio", dinero captar las relaciones dentro de esta totalidad. Ha demostrado, respecto a la rela-
puesto en circulación como capital sin una base material en mercandas o activi· ción entre la producción y el consumo, cómo cada "uno de ellos no sólq es inme-
dad productiva. Este capital ficticio, formado por proces~s.que consi?erare~os diatamente el otro ni se limita a servirle de mediador, sino que cada cu~.l crea, al
detalladamente en el capítulo IX. está siempre en, una pos1c1ón precaria prec1!.a· efectuarse, al otro en cuanto el otro", y nos muestra prr.cisamente qué debe suce-
mente porque no tiene base material, pero esto le proporciona su poder distintivo: der cuando "se interponga la distribución entre la producción y el consumo"
al buscar una base material se le puede intercambiar por la plusvalra personificada (Grundrisse, 1, p. 9).
en las mercandas. Asf queda resuelto el problema de la realización, como e:dste en Por otr'l lado, Marx tarnbi~n nos ha mostrado que el carrusel de la perpetua
la esfera del intercambio. acumulación no es una máquina automltica, ni siquiera es una máquina bien
Sin embargo, esta solución al problema de la demanda efectiva significa ia aceitada. Nos ha mostrado la relación necesaria que debe prevalecer entre la
creación de nuevo capital-dinero, que ahora debe realizarse en la producción. produ·:ción y la distribución, la producción de plusvalfa y su realización, el con-
Así completamos todo el círculo. Estamos de regreso en la esfera de la produc· sumo y la formación de nuevo capital, y entre la producción y el consumo. Tam-
ción, que es, naturalmente, donde Marx insiste que debemos estar todo el tiem· bién ha identificado multitud de condiciones necesarias -panicularmente con
po. La solución a los problemas de la realización en el intercambio se convierte respecto a la creación de dinero e instrumentos de crédito- que deben prevale-
en el problema de realizar la plusvalra a través de la explotación de la fuerza de cer ~i se ha de lograr el equilibrio.
trabajo en la producción. Vemos una vez más la necesidad social de la acumula- También nos ha mostrado que no hay nada que garantice que se encontrará
ción perpetua, pero ahora deducimos esa necesidad de un estudio de los procesos este punto de equilibrio en la práctica. Lo mejor que podemos esperar es que se
de rc~alización dentro del flujo continuo de la producción y el consumo. alcance el equilibrio "por a~cidente". Lo peor, y esto es lo que Marx está comen-
Fue en el primer volumen de El capital, en el capftulo xx·n, que llevad s~gniii· zando a mostrarnos, es que hay fuerzas poderosas que sacan de equilibrio el siste-
cativo titulo de "Conversión de la plusvalía en capital", donde Marx estableció por ma, que la acumulación por el afán de la acumulación es un sistema inestable a
primera vez ia necesidad social de la "acumulac~ón por l~ acumulación, y la pr~­ corto y a largo plazos. Las crisis aparecen entonces como el Wl.ico medio eficaz de
ducción por la producción", en vista de las relaciones sociales que prevalecen ~ªJO contrarrestar el desequilibrio, de restaurar el equilibrio entre la producción y el
el capitalismo. En un capitulo paralelo (XVII) del segundo volumen de El capital, consumo. Sin embargo, estas crisis traen consigo la devaluación, la depreciación
titulado "La circulación de la plusvalía", Marx deduce tentativamente el mismo y la destrucción del capital. Y este nunca ha sido un proceso con el que se pueda
principio de un estudio de las relaciones entre la producción y el consumo. _Ve· vivir en forma cómoda, particularmente porque también trae consigo la deva-
mos que se puede lograr un equilibrio entre la producción y el consumo baJO el luación, la depreciación y la destrucción del trabajador.
modo de producción capitalista sólo por medio de la acumulación permanente,
en vista de las relaciones "antagónicas" que hay entre la producción y el consumo.
Por otro lado, la acumulación permanente depende de la existencia de una
fuerza de trabajo capaz de producir plusvalfa. La expansión geográfica necesaria
CAMBIO TECNOLÓGICO 107

ción y d rnnsumo. fü significado de Marx es más amplio y a la vez mb estrecho


que esto.
Cuando Marx habla de "tecnologfa" se refiere a la forma concreta que toma
IV. EL CAMBIO TECNOLÓGICO, EL PROCESO DE un proceso de trabajo real en un caso determinado, la forma observable en que
se producen detenninados valores de uso. Esta tecnologfa se puede describir di·
TRABAJO Y LA COMPOSICIÓN DE VALOR rectamente en términos de las herramientas y máquinas usadas, el diseño flsico
DEL CAPITAL de los procesos de producción, la división técnica del trabajo, el empleo real de
las fuerzas de trabajo (sus cantidades y calidades), los niveles de cooperación, las
cadenas de mando, la autoridad jerárquica y los métodos particulares de coordi·
"La tecnologfa nos descubre la actitud del hombre ante la naturaleza, el proceso direc· nación y control usados.
to de producción de su vida, y. por tanto, de las condiciones de su vida social y de las
ideas y representaciones espirituales que de ella se derivan." (El capital, 1, p. 303.) La tarea es entpnces penetrar debajo de esta apariencia superficial y entender
por qué determinados procesos de trabajo adoptc..n dt:terminadas formas tecno·
DE TODAS las malas interpretaciones del pensamiento de Marx, quizá la más lógicas. Con este fin, Marx considera los procesos de trabajo en términos de las
excraña es aquella que lo convierte en un determinista tecnológico. 1 Marx no Ju¿rzas productivas y las relaciones sociales de producción que personifican. 2 Por
consideró el cambio tecnológico como la fuerza motora de la historia. Esta mala "fuerza productiva" Marx quiere decir el poder para transformar Ja naturaleza.
intr:rpretación de su argumento se dehe, en parte, a que se impusieron significa· Por "relaciones sociales de producción" quiere decir la organización social y las im-
dm contem?oráneos a las palabras de Marx, y también a que no se entendió su plicaciones sociales del qué, cómo y por qué de la producción. ~tos rnn conceptos
mitodo de indagación. Las definiciones comúnmente aceptadas nos dicen, por abstractos, y debemos señalar bien su significado. Gran parte de lo que sigue descan-
ejemplo, que la tecnologfa implica la aplicación del conocimiento científico para sa sobre su interpretación correcta. Usaremos estos conceptos para descifrar las
crear los instrumentos ffsicos para la producción, el intercambio, la comunica- contradicc?oncs dentro de la producción, en la misma forma en que la dualidad del
valor de uso y del valor de cambio proporcionan la palanca conceptual para expo·
ner las contradicciones del intercambio de mercancías. El paralelo es correcto. La
1 Hook (1933) trató de cl.imina·. hace mucho tiempo, esta interpretación pero, en cierto modo,
M: lt' ha revivido en años recientes. El argumento más poderoso, por amplio margen, es el que presen·
fuerza productiva y las relaciones sociales de producción se deben considerar ini-
tó C<Jhen ( 1978), quien acepta la apelación "tecnológica" pero no la de "determinista" en su interpre· cialmente como dos aspectos del mismo proceso de trabajo material, en la misma
1ac;(in de la primada de las fuerzas productivas dentro de la versión marxista del materialismo histórico. forma en que el valor de uso y el de cambio son dos aspectos de una :;ola
14a cobra de Cohcn. aunqur cx1rcmadamrntc íuil para aclarar muchos puntos ~obre Marx. d<"muestra mercancía. El valor de cambio en mercancías tiene una referencia externa en
las 1onsecuc11cia1i que surg1·n cuando se• inwq1n·ta a Marx de acuerdo con "las normas de clari.lad y
fonna de dinero, y las relaciones sociales de producción tienen una referencia
~igor que distinguen la filosoíla analhica del siglo XX" (p. IX). Según Cohen, Marx define una fuerza
prnductiva como "la propiedad de los objetos" en vez de definirla como una relación que existe entre externa en forma de las relaciones de clase que prevalecen en la sociedad en ge-
los objetos (p. 28). La lista de fuerzas productivas incluye la fuerza de trabajo (y todas sw calidades) y los neral y que impregnan el intercambio, la distribución y el consumo as[ como la
m('(!ios de producción (incluyendo los instrumentos de producción, las materias primas y los espa· producción. En la misma forma en que el valor de uso se vuelve a integrar en la
cios). Cohen analiza las declaraciones de Marx y encuentra que, aunque hay innumenbh.'5 ocasiones economía política como un valor de uso social, as[ la idea puramente flska de
en que Marx afirma que los cambios en las fuerzas productivas generan cambios en las relaciones SO·
dales, "no hay generalizaciones que afirmen el movimiento putativo en sentido inverso ..• en el cuerpo de
una fuerza productiva se reintegra en la economía politica como ia fuerza que
la obra de Marx" (p. 138). La relación "dial~tica" entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales crea la plusvalfa para el capital por medio de la producción material de
no se sostienr, y asr se establece la primada de las fuerzas productivas. La única causa de duda es la mercandas. Dada la imporancia de estos conceptos, debemos pasar a establecer
declaración de que la burgucsla es la que revoluciona las fuerzas productivas que cambian las relaciones so· su significado con todo cuidado.
cialrs. Cohen ci>ncede que las relaciones de producción capitalista "son un estimulo prodigíC'so para Comenzaremos eliminando algo que comúnmente causa confusión. La iden-
el desarrollo de las fuerzas productivas". pero hace que esto sea compatible con la prima.:::( a de la tesis
de fuerzas productivas al afirmar que "la función de las relaciones capitalistas es promover el creci·
tificación de la "tecnología" con las "fuerzas productivas" es errónea y es la causa
miento del podu productivo. y que estas fuerzas .;urgen y persisten cuando están aptos para hacerlo". de las malas interpretaciones que se hacen dé Marx, las cuales lo convierten en
La clasificación de la drfinicíón inicial de Marx de la fuerza productiva es, en mi opinión, corree· un determinista tecnológico. La tecnología es la forma material del proceso de
la, pero como en el caso del "valor de uso", esta concepción en si misma es de poco interés para trabajo, a través de la cual se expresan las fuerzas y relaciones que sirven iie base
Mar'<. Como ya dijimos, a semejanza del valor de uso, las fuerzas productivas son inteKradas de
nuevo en el argumento sólo ruando se les entiende como una relación social especfficament~ encaja·
a la producción. Equiparar a la tecnologfa con las fuerzas productivas sería co-
da dentro del modo de producción capitalista. Cohen, er:tpero, se apega a la definición inicial y no mo equiparar el dinero, la forma de valor material, con el propio valor, o
scñ.1la la transformación en el uso que le da Marx al término. Toda la argumentación en El capital se equiparar el trabajo concreto con el abstracto. Sin embargo, en la misma forma
dedica precisamente a descifrar la interpenetraci6n dialéctica de las fuerzas produt:tivas y lao; retado·
1u•s mciales como el lugar donde se originan ac¡uel1&1s contradicciones que empujan perpetuamente al capi·
1afü~mo a nuevas configuraciones. La filosoOa analflica puede servir para ani.ilizar ÍTi.ises, pero apa· 2 Therborn ( 1976, pp. !156-~t;6) reconstruye en forma muy completa el génesis de estos conceptos

reme-mente no sirve para captar el ílujo total de un argumento. a través de todo el desarrollo intelectual que les da Marx.
106
10.~ CAM l\IO TECNOLÓGICO
CAMBIO TECNOLÓGICO 109

en que un análisis del dinero puede revelar mucho sobre la naturaleza del valor, por medio del trabajo humano y apropiarse de ella. Ese poder se puede aumen·
así un análisis de las t.ecnologias rrales puede "revelar" la naturaleza de las fuer- tar con el uso de varios instrumentos de trabajo que, junto con la propia tierra,
zas productivas y las relaciones sociales integradas dentro del modo de produc- forman los medios de producción y constituyen la base necesaria para el trabajo
ción capitalista. Éste es el sentido que se le debe dar a la cita que aparece al prin- productivo (El capital, I, p. 133). Sin embargo, la forma especifica que toma la
cipio del capftulo. relación con la naturaleza es un producto social, "un regalo, uo de la naturaleza,
El análi:;is de las tecnologías existentes puede ser un ejercicio preliminar útil y sino de una historia que abarca fililcs de siglos" (El capital, 11 p. 512). La
necesario, pe10 Marx concibe su método en forma muy diferente (Grundrisse, tecnología real del proceso de trabajo está formada por procesos históricos y so·
1, pp. 15-22). Comienza con las J.bstracciones más sencillas posibles, to:na¿as ele dales, y refleja necesariamente las relaciones sociales entre los seres humanos a
"las relaciones reales de vida", y luego construye conceptualizaciones cada vez medHa que combinan y cooperan en las tareas fundamentales de la producción.
más ricas y complejas que "van acercándo~e. pues, gradualmente" a las formas Las fuerzas productivas del trabajo no se pueden medir separándolas de estas re·
concretas que asumen las actividades "en la superficie misma de la sociedad" (El ladones sociales.
cajJital, 111, p. 45). "Este ... último rs", afirma Marx, "el único que puede consi- Ac!.emás, el proceso de trabajo tiene un propósito en relación con los deseos y
derarse como eJ méto<lo materialista, y por tanto científico" de interpretar los fe- necesidades humanas y ayuda a satisfacerlo~. "hay algo en que el peor maestro
nómenos que nos rodean ... producción de mercancías, dinero e intercambio, d~ obras aventaja, desde luego. a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de
formas tecnológicas concretas, crisis, etcétera (El capital, l, p. 303.) ejecucar la construcción, la proyecta en su cerebro" (El capital, 1, p. 130). Las
El méwdo materialista de Marx y su preocupación por las "relaciones reales concepciones espirituales del mundo se pueden convertir en una "fuena material"
de vida" lo llevaron a concentrar su atención sobre el proceso del trabajo como en un sentido dual: llegan a estar "objetivadas" en objetos materiales, y materiali-
un punto de partida fundamental para la investigación. "Es la actividad racional zarlas en procesos de pro<lu:.:ción reales. Por tanto, la actividad de producción
encaminada a la producción de valores de uso, la asimilación de las materias natu· incorpora cierto conocimiento del mundo, conociruiemo que es también un pro-
rales al servicio de las necesidades humanas", escribe Marx, "la condición general ducto social. Cada modo de producción hace que evolucione un tipo espedfico de
del intercambio de materias entre la naturaleza y el hombre, la condición natural cie11cia, 'un "sistema de conocimiento" apropiado para sus necesidf\des fisicas y
de la vida humana" (El capital, 1, p. 136). Y ¿qué puede ser más fundamental sociales distintivas. Marx le da mucha importancia a la forma en que el capita._
que eso? La relación con la naturale1a se trata dialécticamente, claro está. La se- lismo trata de unificar "las ciencias naturales con el proceso de producción" y có-
paración entre lo "humano'' y lo "natural" se ve como una separación dentro de mo el principio de "analizar el proceso de producción en las fases que lo constitu-
una unidad porque "el qu ~la vida fisica y espiritual del hombre se halla entrelaza· yen, y de resolver los problemas así propuestos por la aplicación de la mecánica,
da con la naturaleza no lÍ<'ne otro sentido que el de que la naturaleza se halla la química. y toda la gama de las ciencias naturales, se convierte en el principio
c·rHrdazada consigo misma. pu<·; el hombre es parle de la naturaleza" (Mauus· determinalll<' en todas pan<'s" (El capital, 11, pp. 387-418). Incluso comenta có-
crztos ecouómicos-JilosúficuJ, OFME, 1, p. 600). El lenguaje es muy hegeliano, mo los propios inventos se convierten en un negocio, y la producción de nuevos
pero Marx no se aparta de esta posición en sus obras posteriores. 3 Sin embargo, el entendimientos científicos llega a estar integrada necesariamente en la dinámica
enfoque cambia a un e..;tudiJ de la separación dentro de la unidad: tlel capitalismo (Grundrisse, 11, p. 114). 4
Entonces, el proceso laboral se concibe inicialmente como una unidad de
E.I trabajo es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre ... el fuerzas productivas, de relaciones sociales y de concepciones espirituales del
hombre se enfrenta como un poder natural con la materia de la naturaleza. Ponf' en ac· mundo. La importancia de la separación dentro de la unidad, en el primer caso,
ctón las fucrt.as naturales quc- fonnan su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabt:za y es que da forma a las preguntas que le hacemos a cualquier ~ecnología, a cual-
la mano, para de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las mate·
quier nroceso laboral que podamos encontrar.
rias quc la naturalcrn le brinda. (El ca/JÜaf, 1, p. 130.)
Consideremos, por ejemplo, a una persona que está excavando un dique. Po-
demos describir el uso del nervio y el músculo y quizá podamos medir el gasto de
Aquf encontramos el concepto de "fuerza productiva" en su forma m:is ~encilla y
energía física de parte del excavador. Podemos describir igualmente las cu&.lida-
más fácil d~ comprender: representa el poder para transformar la natural~za
des de la naturaleza (la facilidad con que se puede excavar la tierra) y los instru·
mento.i de trabajo (pala o máquina excavadora). También pod~mos medir la
:s Schmid1 ( 1971) proporciona un amplio estudio en ·The Co11cept uf Nat ure in Mar.t. Se ec¡uivo·
C'a, romo muutra Smi1h ( 1980). al dt·linir a la 11<1turalcza como el terreno de los valores tic uso y al ol· productividad del trabajo en términos de los metros cúbicos de tierra extrafdos
\'1da1 qur lo qm.• preocupa a Marx son lo:; valon·s de uso sociales, o, en este caso, la producción de los en determinado lapso de trabajo. Sin embargo, si nos limitamos a !!Sta descrip-
valmr:; de uso rn forma dr una "1·a1uralcza producida" (el ambiente construido, un paisaje flsko ción flsica directa, pasamos por alto muchas cosas importantes. De hecho, Marx
mmHlicado por la acción humana). E.~ta naturaleza producida toma la forma de una ~crcanda, y
por tanto se dl.'ue concebir en términos de la rdación entre los valores de uso, de cambw y e~ valo~.
1 Noble ( 1!177) r.xplora d1•1alladamcnu· d>mo la ciencia de la ingrnit'rla. la innovación tecn_o~ógi·
l .a namralcza, hajo estas cirnins1a11cias. y:l no pu1•dc verse como algo 1otalr.1cnlC' externo a la cx1strnc1a
l:a y el capítali:m10 corpur:1tivu Sl' rl·lacionan l'ntrc si en Estados Unidos despul!s de la Guerra CIVIi. A
hum.111a y a la sodcclad humana, Vrrrmos r:su· asunto más ampli unentc en los capiu los VIII y XI.
prsar de todos sus defectos. la ou1a de J. D. Hcrnal (1969) sigue siendo cibica.
1)ll CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 111

considerar;a la medición de la productividad como una abstracción sin significa· cesariamente nuevas relaciones con la naturaleza, nuevos conocimientos y
do. Para interpretar correctamente la actividad debemos primero descubrir su nuevas relaciones sociales. Existen obstáculos sociales poderosos que pueden de-
propósito, el diseño consciente del cual es parte y la concepción espiritual :icl tener a las sociedades en estados relativamente estáticos -estados a los que Marx
mundo que toma forma e11 la actividad y en su resultado. Debemos también co· llama la "prehistoria" - pero una vez que se dt.:rriban esos obstáculos (por el me·
nocer las relaciones sociales que intervienen en ella. ¿Hace el trabajo un esclavo, dio que sea), .se altera el equilibrio:• entran en juego fuerzas contradictorias. Las
un obrero asalariado, un artesano, un socialista dedicado, un fanático religioso contradicciones entre fuerzas productivas, relaciones sociales y concepciones es·
que participa en una ceremonia religiosa, 11 un señor rico aficionado al ejerdcio pirituales del mundo se vuelven la fuente central de tensión. La lr'.cha perpetua
físico agotador? Hay actos físicos idénticos que pueden tener una varied1d infini· por superar las contradicciones se convierte en la fuerza Ir.otora de la historia.
ta de significados sociales. No podemos interpretar las actividades sin entenGer Esta interpretación general de las fuerzas que gobiernan la trayectoria de la
su propósito social. Sólo en esta forma podemos presentar una forma significativa de historia humana se utiliza para entender la dinámica del capitalismo. La bús-
medir la productividad. Marx lt rla mucha importancia a la idea dt• que la pro- queda insaciable de la plusvalía por parte de los capitalistas pone en movimiento
ductividad en relación con las necesidades y deseos humanos es muy diferente a revoluciones perpetuas en las fuerzas productivas, pero estas revoluciones crean
la productividad en relación con la creación de la plusvalfa. Y, finalmente, sólo condiciones que no concuerdan con la acumulación ulterior del capital y la
cuando comprendemos totalmente el significado y el propósito social podremos reproducción de las relaciones de clase. Esto significa que el sistema capitalista
entender por qué se eligen ciertas tecnologías en vez de otras. Al finai, lo que es inherentemente inestable y propenso a las crisis. Aunque cada crisis puede re-
cuenta es la relación entre las fuerzas productivas, las relaciones sociales de pro· solverse por medio de una reestructuración radical de las fuerzas productivas y
duc::ión y las concepciones e~piriLUales del mundo. las relaciones sociales, la fuerza fundamental del conflicto nunca es eliminada.
De aquí se deduce que las revoluciones en las fuerzas productivas no se pueden Surgen nuevas contradicciones que generan formas de crisis aún más g-eneraliza-
lograr sin una reestructuración radical de las relaciones sociales y del sistema de co· das. La única solución fundamental a las contradicciones está en la eliminación
nocimientos. No obstante, el impelU para lograr ese cambio está, según Marx, en la de su fuente, en la creación de relaciones sociales fundamentalmente nuevas; las
n:::ituraleza misma del proceso de Lraliajo. "aclúa sobre la naturaleza 1·xterior a é~I y del socialismo.
la n·ansforma, transforma su propia naturaleza" (El capital, l, p. 130). Por tanto, la Dicho en estos términos, este ;¡rgumento supuestamente no convence a nadie.
relación recíproca (dialéctica) entre el sujeto y el objeto del trabajo es el meollo Su utilid-id está en las cuestiones que plantea. Dirige nuestra atención, ante to·
del proceso de desarrollo. Este proceso, cuando se generaliza a contextos sociales do, a las relaciones sociales que originan cambios en las fuerzas productivas y en
e h,stóricos, lleva a la idea de que "al adquirir nuevas fuerzas productivas, los particular nos impelen a confrontar el fundamentu de clase para esos cambios.
hombres cambian su modo de producción; y al cambiar el modo de produc· En segundo lugar. se nos desafía para que mostremos si es posible que el ritmo.
ció11 . . . cambian todas sus rclaciorws sociales" as( como sus conccpdones l'spiri- forr:1a y dirC'cción de las revoluciones en la capacidad para transformar Ja natu·
luaks del m";Jndo (iWú,•rt(1 dt• la.Ji'lo.1.1/ia, p. 87). • raleza co11cuerden con un crecimiento estable y balanceado. Si no es as[, ¿no te-
Podemos analizar más c.letalladamente este p:-oceso considerando las separa· nemos aquí una explicación fundamental para las evidentes crisis periódicas del
dones dentro de la unidad del proceso de trabajo. ¿Qué sucede, por ejemµlo, si capitalismo? Éstas son las inportantes preguntas que trataremos de contestar en
no se logra b cooperación social requerida para hacer funcionar cierta clase de los próximos capítulos, pero primero necesitamos ligar con más cuidado nuestro
sistema de producción, o s1 la capacidad social y el deseo de transformu la natu· aparato co11ceptual a la forma histórica específica que ha tomado el morlo de
raleza no hact:n juego con los medios de producción disponibles? ¿Qué sucede producción capitalista.
cuando el resultado desead0 no hace juego con la comprensión científica del
proi:eso de produc:ción que se necesita para producir ese resultado? Hay toda da·
se de oposiciones y an1 agonismos en potencia entre las fuerzas productivas, las 1. LA PRODUCTIVIDAD Df.L TRABAJO
relaciones sociales y las concepciones espirituales del mundo. Por otro lado, una BAJO EL CAPITALISMO
cosa es hablar de potencialidad y otra muy distinta establecer, como lo lrata de
hacer Marx, la necesidad de esas contradicciones dentro del c;\pitalismo. Inicialmente, quizá nos inclinemos a tratar la productividad del trabajo en tér-
Su argumento general es el siguiente: a fin de producir y reproducirse, ~os se· minos puramente frsicos, y medirla por la cantidad de materia:; primas que un
res humanos se ven obligados a entrar en relaciones sociales y a luchar para trabajador, usando ciertos instrumentos de producción, puede transformar en
apropiarse de la naturaleza en una forma que concuerde con estas relaciones so· determinada cantidad de productos terminados o :;emiterminados dentro de deter.-
ciales y con su conocimiento del mundo. En el curso de esa lucha producen ne· minado periodo de tiempo. Marx está en contra de esa concepción,~ pues no dis·
~ nlaug ( 1968. p. 231) arnsa a Marx de una "horrible confüsión entre la productividad fisic .. y la
• Las citas dr la Miwrú1 clt• fa fi/o50/fo que ;1parccc11 e11 es1r lihrn correspond<>n a 1:1 edición ,Id
FCE de las OFME, t. 4, y la pilginación, por tamo, al lomo mencionado. produ-:1ividad d1•l valor". pl'ro la confusión surge miÍs de la mala interpretación de Blaug del proce·
dirniento r"lado11¡¡) de Marx t¡ue dl'l propio Marx.
112 CAMBJO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 11!

tingue entre el trabajo concreto y el abstracto, y da por sentado que los capitalis- qt:.:e produce plusvalía se puede considerar "productivo" de acuerdo con la defi-
tas están i :ue ·esados en la producción de valores de uso más bien que de valores nición de Marx, gran cantidad de actividades f'isicamente productivas (principal-
en general y de plusvalía en particular. Marx propone i...na definición claramente ca- mente en los servicios y circulación) terminan bajo la clasificación de "improducti-
pitalista de la productividad en el trabajo: vas", por necesarias que puedan ser socialmente. La intención del argumento de
Marx era tomar una mera clasificación de los trabajadores hecha por los econo·
Dentro <lcl ca¡>ÍLalismu, sólo es productivo el obrero que j1roduce plusvalía para el ca/1i- mistas políticos (Adam Smith en particular) y convertirla en términos que refle-
talista o quf trabaja parn hacer rentable el capital . .. Por tanto, el concepto del tra· jaran las relaciones de producción capitalista. Hay muy pocas pruebas de que
bajo productivo no <"rltraña simplcm,·nce una relación entre la actividad y el efec10 útil Marx deseara pasar de este punto. Ciertamerite no estaba proponiendo una cla-
de ésta . . . sino que lleva además implicita una relación específicamente social e histó- sificación nueva y más elaborada Je las ocupaciones (dividiéndolas en producti-
ricamente dada ele producción, que conviPrte al obrero en instrumento directo devalo- vas e improductivas) pues si lo hiciera llevaría el debate de regreso al terreno de-
rización del capital. (El capital, I, p. 426.)
finido por los fisiócratas y por Adam Smith, que era precisament~ el terreno del
que Marx trataba de sacarlo. Todo lo que Marx estaba sugiriendo aquf era, en
Marx prosigue diciendo en forma poco comprensible que "ser un trabajador efecto, que cualquier definición de trabajo productivo bajo el capitalismo tenía
productivo no es una suerte, sino una desventura". Esta definición de valor de la que verse en relación con el proceso real de la producción de plusvalía. A medi-
productividad proporciona a Marx una herramienta poderosa para golpear a los da que ampliemos nuestra perspectiva sobre ese proceso (por ejemplo, sacándolo
economistas vulgares. "Solamente la estrechez burguesa, que considera las for- del interior del proceso de trabajo y haciendo que abarque todo el proceso de
mas capitalistas de la producción ... como ... eternas ... puede confundir el circulación del capital) también se irá ampliando la definición de trabajo pro-
problema de lo que es el trabajo productivo desde el punto de vista del c.1pital ductivo. "Ahora, para trabajar productivamente ya no es necesario tener una in-
con el problema de cuál es, en general, el trabajo productivo ... y, por cc•nsi- tervención manual directa en el trabajo; basta con ser órgano del obrero colecti-
guiente, creerse muy sabia al conteslar qut' todo trabajo que produzca algo ... vo, con ejecutar cualquiera de sus funciones desdobladas" (El capt'tal 1, p. 425).
es r!O ipso productivo" (Teorías sobre la j1lusvalía, l, p. 365). L1 idea de que lo que cuenta es la productividad colectiva, más que la pro-
Armado con este concepto del valor más bien que de la productividad física, ductividad individual, tiene implicaciones para nuestra concepción de fuerza
Max puede también bajar de su pedestal a la idea que comúnmente se tiene de productiva. Las formas en que los trabajadores se relacionan entre si y se refuer-
que el capital es en sí mismo algo productivo. Los aumentos en la prnd~1ctividad zan muLUamente en el desempeño de sus diversas tareas evidentemente tiene que
física, particularmente los que se logran con la aplicación de la maquinaria, ver con su productividad colectiva. La eficiencia no es un asunto puramente téc-
aparecen como un atributo, o incluso un producto, del capital. El capital "se nico sino que, como lo sabe cualquier experto en relaciones industriales, por lo
convierte ya en una entidad muy mística, pues todas las fuerzas sociales p1oduc- menos ·~n parte es una cuestión social. El dilema para el capitalista con!';iste en
r.h·as del trabajo aparecen como propiedades suyas y no del trabajo como tal, co- saber si debe movilizar a las fuerzas positivas de cooperación como ura fuerza
mo fuerzas que brotan de su propio seno" (El capt'tal, 111, pp. 765-766). Pero, productiva del capital a través de mecanismos que. en el análisis final, se pueden
¿qué denota verdaderamente esta apariencia? Marx contesta que representa considerar coactivos. Las estraLegias de enriquecimiento del empleo y de coope-
simplememe la capacidad del capitalista para apropiarse de las fuerzas produc- ración e inlegración entre lrabajadores y gerencia parecen diseñadas específica-
tivas del trabajo social en tal forma que estas lleguen a parecer las fuerzas pro- mente para disfrazar la relación básica de dominación y subordinación que pre-
ductivas del capital (Teorías sobre ln plusvalía, I, pp. 362-363). Esto sólo puede valece necesariamente dentro del proceso de trabajo. Esto nos hace considerar el
suceder debido a las relaciones específicas de clase que prevalecen dentro de la papel dedsivo de la lucha de clases dentro de dicho proceso.
producción, relaciones <¡lle dan acceso al trabajador a los medios de producción
bajo las condiciones que dicta el capital.
Esta definición de valor de Marx sobre la productividad también presenta difi- 2. EL PROCESO DE TRABAJO
cultades. Ha ciado lugar, por ejemplo, a un largc y tedioso debate sobre la diferen-
cia entre el trabajo "productivo" y el "improductivo". 6 Puesto que sólo el trabajo Uno de los aspectos más interesantes del primer volumen de El capüal es la facilidad
~on que Marx pasa de las abstracciones más sencillas posibles (como el valor) a refle-
•i Los que estén imcrcsados en seguir el <l<'hate dC'bcn consultar las obras de Fin<' y Harris (1979. xiones sobre la historia de las luchas por la jornada de trabaje.. y la mecanización, pa-
cap. 3), Gougl. (1972). Hunt (1979), O'Connor (1975) y los diversos Lemas del Bull<1i11 ofrh1! Confc·
sando por la implicación política de la necesidad de derrocar al capitalismo con
rence of Socialist Eco11omists ( 1973-1975). Hay también muchas obras en francés sobre este asunto:
1•¡•a11 Berthoud (1974); Freyssnct (1971; 1977) y Nagcls (1974). El debate cobra mayor import;•ncia
una revolución. Aunque este trabajo se ejecuta con un arte consumado, sus
hasta el grado q'll.' algunos rscritores, como Poulantzas ( 1975), atribuye las difrrenei; sen los estados conclusiones pueden ser algo engañosas. Poniendo todo esto er1 el contexto de su
objt•tivos de conciencia dentro de ciertas fracciones de la clase trabajadora a las diferencias ele rango proyecto global (incluso como se articuló en los otros dos volúmenes de El capi·-
cntn <'l trabaj.idor prnclurtirn y el imprndunirn.
tal), bien podríamos argumentar que el lazo emre la historia y la teoría en el pri-
114 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 115

mer volumen se anudó premamramcnte, y que las implicaciones polfticas ~esa· Los capitalistas movilizan las fuerzas que surgen de la cooperación y de la división
caron con demasiada rapidez. Esto no quiere decir necesariamente que Marx es· del trabajo detallada, y aprovechan la mayor productividad de trabajo resultan·
tuviera equivocado. Ni la interprelación histórica ni la acción poHtica pueden te. Los Lrabajadores se vuelven cada vez más "modos especiales de existencia del
St!rvir a la perfección de la teoría, r.1ientras que la última puede surgir sólo de capital", y se ven sometidos cada vez más ?l cont~ol "despóti~o" .de los capi_talistas y
pruebas pcrpelUa.i sacadas de la experiencia histórica y de la prárcica política. sus representantes. Surge una est~uctura jerárqmca y auton~ana ?e r~lac1on.es so-
Sin embargo, el primer volumen de El capital es un documento tan seductor que ciales demro dd lugar de trabajo. Los métodos de trabajo qmzá sigan siendo
muchos :nandstas lo ¿ratan como la última palabra, siendo que se le debe consi- ~gua les, pc>ro la especializacii)n de trabajadores en tareas específicas puede per-
derar como un esi'uen:o extraordin:uio pero preliminar para ver cómo la teoría, mitir que éslas estén tan simplificadas que las puedan realizar t.rabaj?d?res con
la interpretación hislórica y las estralegias para la acción política se relacionan poccis conocimientos o habilidade~. "En la ~anufactura, el ennqu~c1m1ento de
entre sí y ;;e deí:erminan mutuamcnle. la fuerza productiva social del obrero colectivo, y por tanto del capital: se ~all.a
La discuti'.Jilidad <lcl argumento de Marx se puede ver inmediaLamentc en el condicionada por el empobrecimiento del obrero en sus fuen.as producuvas mdi·
debate contemporáneo sobre la naturaleza del proceso de trabajo bajo el rapita· viduales" (El capital, I. p. 294). Aquí surge una distinción general entre el tra-
lismo. El debate es importante porque el proceso de trabajo es fundamentai para bajo calificado y el no calificado, pero la base técnica de la ~r.oducción tambi~n
el funcionamiento de cualquier modo de producción. Si la manera en que Marx requiere la preservación de una _jerarqufa de .poderes y h~b1hd?des de tr~baJO,
lo representa está equivocada, entonces se puede cuestionar casi LOdo lo demás. junto con diferencias en los salarios (la reducción del trabajo calificado al simple
E debate wmó más urgencia y dirección a partir de la publicación de Lahor and no es completa). En estos casos la creciente fuerza productiva del trabajo tam-
MtJnopoly Capital de Braverman en 1974. Con excepción del fascina."lte ensayo bién surge de una reorganización de los procesos de trab'1.jo existentes y n~ tr?e
<le Gramsci ( 1971) sobrl' el "fordismo", ésta fue la primera obra importante !:-ajo la consigo necesariamente ninguna inversión importante de parte de los cap1tahs·
ua<lición marxista que abordó los cambios en el proceso de trabajo en el siglo xx. tas, aunque quizá se necesiten nuevos edificios e instalaciones, puest~ que l~ co-
El trabajo subsecuente ha pu este en lela de juicio la concepción orii;inal de Marx oocración a menudo significa la totalización de varios procesos bajo el mismo
y Ja extensión de Braverman. t~cho (pp. 320, 355). . " . .. .
Marx organiza sus pensamientos sobre este asunto alrededor de la distinción El capitalismo supera la "estrecha base técnica d~ la fab~1cac1on mtr~.du-
emre la "supeditación formal" y la "supeditación real clel trabajo al capital" (El ciendo maquinaria y organizando el sisterr.a de la fábrica. ~si l.1ega a ser posible
ca.pita!, 1, p. 427). La "supeditación formal" es suficiente para la producción úe la transición a un modo de producción verdaderamente cap1tahsta. Aunque esto
la plusvalía absoluta, y se produce tan pronro como los trabajadores se ven obliga- abarca una inversión activa de parte de los capitalistas, la ventaja es que se
dos a ven<le1 su fuerza de trabajo para poder subsistir. El proceso de lrabajo sigue puede usar la máquina para aume.ma.r la productivida~ física. del trabaj~ al mis·
addante como antes, con excepción <le la introducción de "una relación económi- mo tiempo que permite a los capitalistas controlar la. mtens1dad ~el ntmo del
ca de supremacía y subordinación", que surge porque los capitalistas dirigen y su· proceso de trabajo regulando la velocidad de la máqum.a. El trabajado~ se vuel-
P'~rvisan "naluralmeme" las actividades del trabajador, y porque el trabajo tien· ve entonces un mero "apéndice", un esclavo de la máquma. La separación entre
de a volverse mucho más continuo e intensivo "ya que se hac.:e cualquie1 esfuerzo el trabajo manual y el imeleccual, la destrucción del trabajo manual y de las hab~li­
para asegurar que no se consuma más tiempo de trabajo socialmente necesario dades artesanales, el empleo de mujeres y de niños, todo sigue como consecuencia.
(o que se consuma menos) en la elaboración del producto" (Resultados dt•l pro- Para Marx, el empobrecimiento del trabajador bajo el capitalism0 estuvo i~al o
ce.w inmediato de producción, p. 1025). A través de la competencia en el inter· más relacionado con la degradación del trabajador en el proceso de trabajo que
cambio, el tiempo de trabajo socialmente necesario comienza a sentir~e como el con los saiarios bajos y las tasas de explotación. Con el uso de la maquinaria por
reglamentador del proceso de trabajo, aunque los trabajadores conservan bas· los capitalistas, "el instrumento de trabajo se. vu~lve un.medio para :scl~~vizar,
tante contrnl sobre sus habilidades tradicionales y sobre los métodos empleados. ex!>lotar y empobrecer al trabajador; la colnbmaci~n social y la organiza~10~ del
La reducción del trabajo calificado a trabajo simple no ocurre, y la única com· proceso de trabajo se convierten en un modo organizado de aplastar la vttahdad
¡misión surge de la necesidad <lel trabajador de vender su fuerza de trabajo para individual del trabajador, su libertad y su independencia" (Resultados . .. , p. 506).
poder sobrevivir. La violencia de la clase capitalista debe caer necesariamente sobre el trabaja-
El "verd<idero sometimien~o del trabajo al capital" surge cuando los capitalis- dor a fin de extraerle la plusvalfa; y donde se ve esto con más facilidad es en la
tas comienzan a reorganizar el propio proceso de trabajo a fin <l:! adquirir degradada relación con la na.turaleza, resultado rlel pr?C~o.laboral. Est? prov~a su
plusvalía relaliva. Con C!ito, todo el modo de producción "se modifica, y nace una propia respuesta. Los uabajadores recurren a áctos mrl1v1duales de v1o!enc1a, sa-
forma de /muluráon es/Jeci/iá1111enlc~ ca/Jilali.sto" junto con "las correspondientes botaje (patología industrial de todas clases), así como a formas colecuvas de re-
relaciones de producción" (Resultados . .. , p. I024). En otras palabras, las rela- sisteucia al uso y abuso de la maquinaria. Las luchas sociales a las que da lugar
ciones de clase que pr ~v..ilecf"n dentro del capitalismo en general penetran ahora esta resislencia violema forman ur tema cen::ral en las historias sociales y políti-
dentro del proceso laboral a través de la reorganización de las fuerzas productivas. cas de aqudlos países que han tomado el camino capitalist:t a la industrialización.
i _ _ .. ·--L.·-···--···---.. ····~-··--~ ..-· ....

CAMBIO TECNOLÓGICO 117


116 CAMBIO TECNOLÓGICO

Sin embargo, Marx parece insistir en que, a la larga, las formas individuales 0 dificil explicar sus sutiles argumentos en unos pocos párrafos, pero trataremos de
colt:etivas de resistencia de los trabajadores dentro del proceso de trabajo deben caer hacerlo. Braverman le da gran imponancia a la administración cientffica y a la
ante las fuerzas avasalladoras de las que puede echar mano el canital. Estas formas revolución de la ciencia y la tecnologfa, y ias considera como dos aspectos del ca-
aisladas de resistencia sólo retrasan lo inevitable. Sólo un movÍ~iento revolucio- pital que "crecen del capitalismo monopólico y lo hacen posible". Ambos tienen
nario generalizado puede hacer que los trabajadores recuperen lo que casi cierta· ~ondas implicaciones para las relaciones sociales dentro de la producción y para
mente está perdido. .a forma que toma el proceso laboral. La administración cientffica (taylorismo)
To~o .est~ proceso, empero, no está exento de compensaciones y contradicciones. lleva consigo una separación sistemática entre el trabajo intelectual de la con·
~a ~ot1d1amdaci de las tareas reqder: habilidades administrativas, conceptual~ y cepción y el trabajo manual de la ejecución, y asf fragmenta y simplifica este úl-
tecnicas muy refinadas. Esto trae consigo un nuevo tipo de ordenamiento jerárquico timo de tal manera que hasta un "gorila entrenado" lo puede llevar a cabo. La
(al que Marx presta poca atención, aunque está implicado en la persistencia necesa- movilización de la ciencia y la tecnología le da al capital la capacidad organizada
ria de la cooperación y la detallada división del trabajo dentro del sistema de las para revolucionar las fuerzas productivas casi a voluntad. Agranda la separación
fábricas). Los trabajadores también llegan a ser indiferentes a las tare<.s que reali- entre el trabajo manual y el intelectual y, cuando se combina con la administra-
z~n. están listos para adaptarse a cualquier nueva tecnología y son capaces el.e cam· ción científica, asegura que el control sobre el proceso de trabajo pase de las ma·
b1ar fádlmerne de una línea de producción a otra. &ta capacidad para adaptarse nos del trabajador a las de administración: 'esta transición aparece en la historia
·-que a menudo requie.·e saber leer y escribir, saber manejar los números, capaci- como la c.najenación progresiva entre el trabajador y el proceso de producción"
dad para sP.guir instrucciones y para hacer rutinarias las tareas rápidament ~­ (Braverman, 1974, pp. 57-58). Estl'l asegura que, "a medida que decline la habili·
contrarresta la tendencia a la degradación del trabajo en formas importantes. dad anesanal, el trabajador desciende hasta el nivel de una fuerza de trabajo gene-
Las habilidades de este tipo, aunque muy diferentes de las del artesano tradi- ral e indiferenciada, adaptable a una serie amplia de tareas, mientras que la ciencia
cional, implican ~a creacién de un nuevo tipo de trabajador: "el individuo de- crece y se concentra en manos de la administración (Braverm:m, 1974, pp. 120-121).
sanollado, en su totalidad, para quien las diversas funciones sociales no son más El "<lescntrc11arnicnto" <le las masas de trabajadores ha ~eguido adelante paso a
que otras tantas manifestaciones de actividad que se turnan y revelan" (El capi- paso, y a mr<lida que el capital obJene un control cada vez más completo y total so·
tal. I, p. 408). Al "liberar" a los trabajadúrcs de sus habilidades tradicionalci-, el bre. el proceso de trabajo, e! ,trabajo "se acerca cada vez más a corresponder,
capital al mismo tiempo genera un nuevo tipo peculiar de libertad para el Lraba- en'ª vida real, a la abstracc1on empleada por Mux en un anál~sis del modo de
jador. producción capitalista", la reducción del trabaj.1 especializado a trabajo abs-
Debemos advertir aquí la forma en ql'e la pa!abra "habilidad" experimenta tracto simple es completa (Braverman, 1974, p. 182). Asf queda resuelto el
una transformación sutiJ de significado. Por un lado está la habilidad tradicio- problema que se planteó anteriormente (pp. 57-61).
nal de los artesanos, que les confiere cierto poder porque es hasta Lierto punto El único problema importante que le queda al capital es hacer que los traba-
mon.::>poli7.ahlc. Ese tipo de habilidades son anatema para el capital. Pueden ac- jadores seres humanos vivientes con aspiraciones y preocupaciones reales- se
tuar como una barrera a la acumulación del capital (porque las tasas de los sala· habitúen y se reconcilien con la degradación del trabajo y la destrucción de las habi-
rios suben fácilmente para una habilidad que escasea) e impiden que penetren lidades tradicionales. Bravcrman interpre'.a el cambio aparente en la estrategia
las relaciones ~ociales capitalistas de dominación y subordinación dentro de la administra.tiva de con:rolar el trabajo a controlar al trabajador por medio de
producción. Éstas son las habilidades que tic'len que eliminarse si ha de sobrevi- programas de relaciones industriales diseñados para aumentar la sarisfacción en
vir el capiLalismo. Por otro lado, es importante para el capital que surjan nuevas el Lrabajo, disminuir los sentimiemos de enajenación, etc., como una extensión y
habilidades, :¡ue permitan flexibilidad y adaptabilidad y, sobre t1Jdo, susti- profundización de las tácticas del taylorismo para penetrar dentro de la estruc·
tuibilidad (que no sean monopolizables). El "desentrenamiento" del cual escribe tura psicológica de los propios trabajadores. También esto, empero, tiene que
Marx con frecuencia trae consigo una transformación directa de las habilidades ser puesto en su contexto, porque lo más notable sobre la contribución de Bra-
monopolizabl'!s, haciéndolas no monopolizables, aunque las primeras nunca verman es la forma específica en que relaciona la transformación de los procesos
pueden desaparecer totalmente. Las habilidades de los ingenieros, científicos, industriales bajo el monopolio del capitalismo con la transformación de todus los
aspectos de la vida en el siglo XX (Braverman, 1974, p. 271 ).
gerentes, diseñadores, etc. a menudo se vuelven monopolizables. Lo único que
hay que ver, entonces, es si los poderes de monopolio que llevan consigo esas ha- Braverman muestra, por ejemplo, cómo las mismas tendencias afectan otros
bilidades son absorbidos totalmente como un poder del capital, al formárse una terrenos aparte del de la producción. Gran parte del trabajo de concepción y
facción distintiva de la burguesia (los gerentes y los cientfficos), o si se les puede c.o~~rol se vuelve cotidi~no·de tal manera que se le niegan generalmente con pre-
c2.ptar como parte de Jas fuerzas colrclivas del trabajo. s.•::lon aquellas .ºPºTl~nidades de. nueva~ formas de habilida~ que c!ea el capita·
Braverman (1974). en una obra rica que es obligatorio leer, pone al día las hsmo. El trabajo dedicado a la c1rculac1ón de mercandas, dmero, mformación,
idea$ de Marx y trata también de mc..sr.rar cómo el proceso de trabajo ha sido etc. - actividades que se han vuelto cada vez más importantes a medida que el
modificado a medida que el capitalista ha pasado a su "etapa de monopolio". Es capitalismo de monopoliC' se vuelve más complejo- también ha quedado <legra-
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118 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TF.CNOLÓGICO 119

dado y privado de su habilidad, al igual que gran parte del trabajo de admi- ducci(>n dl'I capitalis1a" ha quedado totalmente descuidada. 11 Marx y Braverman
nistración. Bravennan no se detiene en el trabajo de oficina. Lleva su a1gumcnto muestran erróneamente el cambio tecnológico y organizacional como una res-
hasta la comunidad y hasta el corazón de la vida familiar, donde muestra las puesta inevitable al funcionamiento de la ley del valor, a las reglas que gobier-
hondas implicaciones que tiene para la división del trabajo por sexos, la organiza- nan la circulación y la acumulación del capital, cuando las luchas que libran los
ción de la farrilia, etc. Br;verman trata, como dijo Burawoy, sobre trabajadores en el lugar de trabajo han afectado el curso de la historia del capi-
talismo.9 F.sa historia, cuando ha sido reconstruida correctamente por medio de
la tcncl<•11<:i.1 dt· toda la t•strnctur;1 social ;1 ver la vida social c•11 té·r111i11oscl<· ml'rca11das. técnicas fieles al materialismo histórico, es muy diferente a la que relatan Marx o
y con ello la degradación del trabajo, manifesta<_la por la separación e.mre concep~i~n y Braverman. Este último impone explicaciones teóricas a las realidades históricas y
rj 1·c111·ii'111. F.-;11• fr11c'111wno ;i p;1 rrn· n111111 1111 n e·1·11111<•1110 c;111e'l'1"11s11 v 11c·11r s11 pn1p111 1111 así dcfon11a la his1oria. Su!> lcmfas rdlc•jan la iclc·ologfa capi1alista m:ls hicn c¡i1r la
1·11lso ... No ptlC'cle· cl1·:-.1,111s.11 11.1:-.l.1 •1'11' y.1 h.1y;1 :-.11lio1di11,1elo t11cl;1 l,1 11a111;1 ele· L1 \"icl.1 prác1ica c-api1alis1a. Marx. dice Lazonick ( 1979, pp. 258-259), da una "descripción
s;1ci;il. l.;• pr<'on1pacii'>11 por las< a usa:-. 1·spc•cffic-as, qu<' m·asio11an <'Sto ac1uí 1•11 vn de·
<'ngañosa de los cfc·c1os de la máquina automática para hilar ... porque sacó su
·1!l;í. y ahora t'll vc•1. de 111;ís tanlr. 11111ic11t' l(ll<' ver C'Oll c•I amplio 11111vi111ic·11to de la his
conclusión sobre la imnipolencia de la tecnología para someter el trabajo al ca-
loria. (Burawoy, 1978, pp. 295-296.)
pita? de una aceptación sin crftica de la ideologfa capitalista" (particularmente
la que adoptaron Ure y Babbage). Balmer, Edwards y Burawoy ven igualmente
La obra de Braverrnan, aunque ha recibido alabanzas universales como una
a Braverman como una víctima de la ideología del taylorismo porque la historia
con~ribución importante, también ha provocado una tormenta de críticas y co-
reai muestra, según ellos, que la clase trabajadora derrotó al taylorismo en el
memarios. Como Braverman explícitamente arraiga sus argumentos en los de
lugar de trabajo y obligó a los capitalistas a buscar medios de control nuevos y
Man, ha surgido un debate general sobre si es adecuada la forma en que ambos
más aceptables (para los trabajadores). 10 Los capitalistas tuvieron que ceder, en
autores han tratado el proceso de trabajo bajo el capitalismo. La discusión h.1 to·
parte debido a la tenacidad de la lucha de la clase trabajadora en el lugar de tra-
mado fuerte:: matices, y a menudo ha sufrido la influencia de los puntos de vista
bajo, pero !amhifn debido a llue los nuevos procesos de producción, lejos de redu-
de <.:ada quien. Algunos huscan representaciones más rigurosas y c~xactao; dentro de
cir el poder de los trabajadores para rebelarse contra el capital, han aumentado su
la amplia e~t:uctura que definen Marx y Braverman; otros ponen objeciones, no
capacidad, para hacer sabotaje y provocar alteraciones por su misma conexión e
a Marx sino a 13. forma en que Braverman extiende las ideas de Marx a las dr-
interdependencia. Por lo tanto, los capitalistas han tenido que cede.· y buscar la
cunsrancias del capitalismo del siglo XX; mientras que otros critican enérgica-
cooperación voluntaria de los trabajadores. 11 El r~sultado ha sido u ansformar el
memc a ambos. Como no e.; posible hacer justicia ,aquí a este debate, presencaré
"terreno discutido" dentro del lugar de trabajo en un "terreno de concesiones" . 12
a co11tinuaci<m un roU.1gt' d<' las níti,·as que s<' han diri1-{iclo en conr ra de <'s!os
La cooperacii'>n entre el capital y rl trabajo respecto a la fonna que toma el pro-
dos autores. 7
ceso laboral (planes para enriquecer el empleo, "autonomía responsable", etc.) y
l.os críticos de Bravcrman lo han acusaclo de diversos delitos. A pesar de su
s<>br'! la definición de la estructura de trabajo (ordenada jerárquicamente para ofre-
compasión y prt!ocupación por Jns trabajadores, tanto Braverman como Marx
cer al trabajador movilidad en el trabajo dent-:-o de la empresa e inclusive una carre-
los tratan dentro del proceso de trabajo como objetos, dominados por el capital y
ra), se ha convertido en la orden del día y reemplaza gradualmente la confrontación
rnbordinados a su voluntad. Pasan por alt::> que los trabajadores son seres huma-
y el conflicto en el lugar de trabajo.
nos, dotados de conciencia y volumad, capaces de expresar preferencias ideológicas,
Esas críticas son potencialmente devastadoras. No sólo ponen en tela de juicio
polbcas y económicas en el lugar de trabajo, capaces (cuando así les conviene) _de
las líneas básicas de la inLerpretación histórica y teórica que h"l trazado Marx, si·
adaptarse y hacer concesiones, pero también preparados, cuando es necesario,
no que también desafian las base:; mismas de la política revolucionaria de
para librar una guerra perpetua en contra del capital a fin de proteger sus dere-
Marx." Las críticas han sido presentadas con seriedad, y en algunos casos han
chm dentro de la producción. La lucha de clases dentro del proceso laboral se
r<'duce así a un asunto transitorio de poca importancia, y "la resistencia del tra-
K Fric·dman ( 1!!77;1; l 977h) es particularmente enérgico en este punto.
bajador como una fuerza que ocasiona cambios de adaptación en el modC> de pro- '' 1:dwartls ( J 979) adopta csto corno su terna básico en su li~ro Co11teJlt•d Terra¡",1,
1;. Palnwr (197!">). Edwanls (1979) y Durawoy (1978) todos demuestran este punto.
; .\1 co11strui1 en 1·~ta forma un colla¡:e d1• las críticas. me doy perfecta cuenta de que no estoy ha- 11 El cuidadoso estudio de Burawoy titulado Ma11ufacturi11g Co11Je11t (1979) es un intenlo exce·
' ic-nc.lo justicia al punto di' vi~1a el<' r;ula indi.-itluu, y al mismo tiempo no soy totalmente ju~to con le•ne por dot·umclllar esta idea.
Br;l\c·nm.. n y ron ~larx. Las m1rnl'rosa~ 1·0111nl111ci111ws al debate han sido 1esumidas y revi~adai; por 12 l.a; fr;isl'sson de• Eclwanh(l979) y Elbaum et al .. (1979).
l·.lg<' · ( 1979). <¡uil'n tambií·n pro¡mrdona un.1 rxll'llSa bibliogrdfía. El colla:{1' 1ambií·11 us 1 mucho 1·: Edw;11cls ( 1!179) argumcnta. por ejemplo, que la perpetuación y el incremento del ordena·
111atcr:al de Bur;,woy (1978; 1979). Edwa1ds (1!179), Frit·dman (1977a; 1977b) y Pahner (1975). Los mienll> j<'r;ín1uic11 de las <'structuras de empico y de salario bajo el control '"burocrático" de la gran
11·111as especiali·s de Politics ami Sorit!ty (n>I. 8. núms. 3--1, 1978), y Mo11tlily Rrt·iew (vol. 28. núm. 3. rnrporació11 (un sis1ema que él distingue claramente del control "t~cnico" por medio del taylorisrno)
1976) v l'I simposio puhlicad1' rn el C:a1n/Jri</~1· /01mwl o( Eronomics (vol. 3, 111írn. 3. 1979). <IU< nm· ha frag111r111aclo t•n vez d<· homog<'lll'ÍZar a la das<' trah:tjadora. Los lrahajadores (individualmente y
1i'-'11C' una impurtalllt' ckclar; l"i<111 i11trmlunoria de• Elhaum 1•t al .. y artkulos dl'tallados de l.a11mk. en grupo) pl'1sigm·n sus propio:-. intereses a travé.s de alguna mezcla de .confroma_c~ón y concesiones,
i'.Pitlih )'Otros, }¡¡111 sido lltili1<Hlll~ talllbi(•IJ C'Xll'm<lllll"lll!'. y los 111;ís 111 i\'ill'giado~ de l'llos (q1w con Jrccuencia resultan scr los que tienen habthdades artesanales
- -·~ -~- ,....~-~-~ - -·-----·-··-· .. ---- ,,.,...-~ . -- -·~

120 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 121

estado cuidadosamente documentadas. Por lo tanto, no se les puede descartar a ciencia politica y de clase no se forja, después de todo, apelando a la teor.fa.
la ligera. La ventaja de construir defensas en contra de ellas es que se agudiza y Tiene hondas rafees en la trama de la vida diaria y particularmente en la expe-
en ~gunos respectos se corrige nuestra interpretación de lo que Marx estaba t.ra· riencia dei trabajo. La teoría, empero, muestra que el capitalismo se caracteriza
tando de demostrar. por fetichismos que oscurecen, para el capitalista y el trabajador por igual, el
La acusación de que Marx trata al trabajador como un objeto hast.I cierto origen de la plusvalfa en la <'xplotación. La experiencia subjetiva inmediata del
punto es correcta. Lo que Marx trató de demostrar precisamente es que el mun· proceso laboral no lleva necesariamente a las mismas conclusiones que expresó
do no se puede entender únicamente a través de la experiencia subjetiva que se Marx, por las razones que el propio Marx adivinó, pero no por eso es menos real.
tenga de él, y que la visión de la clase trabajadora de sus propias potencialidades Así fS que puede existir una división entre lo que enseñan las experiencias coti·
y poderes quedó seriamenre desvirtuada sin llegar a ser una ciencia materialista dianas y ,lo que predica la teorfa, división que los ideólogos del capitalismo no
verdadera. Este argumento no niega la validez de las experiencias subjetivas de tienen reparos en utilizar y exacerbar. Marx, por su parte, es~aba bastante incli-
los trabajadores, ni dice que el ingenio puro y la variedad de las respuestas de los nado a negar la autenticidad de la experiencia (la triste clasificadón de "falsa
trabajadores no valen la p 1 ~na de comentarse o estudiarse. Es vital entender có· conciencia" salta <le inmediato a la mente), y a imponer ·con gran fuena el
mo hacen frente los trabajadores a su situación, los "juegos" que inventan para poder revelador de la teoria. Además, su hostilidad profunda y sin concesiones
hacer soportable el prc,ceso laboral, las formas particulares de camaraderfa y hacia aquellos socialistas que tejfan redes utópicas de subjetivismo y fantasfa le
competencia a través de las cuales se relacionan entres[, las tácticas de coopera· hicieron más difícil crear un espacio en su propio pensamiento en el cual la expe·
ción, la confrontación y el esquivar sutil, con las que se relacionan con la autori· rienda subjetiva de la clase: trabajadora pudiera desempeñar el papel que le
dad, y s.)bre todo, quizá, las aspiraciones y el sentido de morali<lad que le ponen a correspondla. En consecuencia, no pudo resolver el problema de la conciencia
sus propias •1idas. Es importante también entender cómo construyen los trabajado· p•Jlítica, y es interesante mencionar que Bravennan también creyó prudente evi·
res una cultura distintiva, como crean instituciones e integran a otras institu· tar esa cuestión. 14
dones en la suya y construyen organizaciones de defensa propia. No obstante, la cuestión es fundamental y seguirá estando presente. Ha perse-
Sin embargo, lo que Marx trata de descuhrir es aquello que los trabajadores guido a algunos de los mejores pensadores marxistas -por ejemplo, Lukacs,
se ven obligados él. enfrentar y contra lo que se deben defender; quiere entender Gramsci y los miembros de la escuela de Frankfurt, como Fromm, Mareuse,
cómo llegan a un acuerdo con las fuerzas manifiestas que los acosan constante· Horkhtimer y Habermas- que buscan una explicación al carácter no revolu-
mente. ¿Por qué tienen que enfrentarse bs trabajadores con nuevas tecnologías, cionario de las clases trabajadoras en los pafses capitalistas adelantados a través
aceleraciones, despidos. "desentrenar1.1icmo", autoritarismo en el lugar de trabajo e de una integración de Marx y Freud. Sin embargo, es justo decir que la dualidad
inflación r·n el mercad•)? Para cnt.cnuer lodo esto se requiere que construyamos ck·l trahajaclor corno "objeto del capital" y como "sujeto creativo viviente" nunca
um1 teoría materialista del modo de producción capitalista, de la circulación y la ha quedado resucita adecuadamente en la teorfa marxista. De hecho, ha sido la
acumulación del capiLal por medio de la producción de mercancía1 .. La teoría causa oc una fricción inmensa y continuada dentro de la tradición marxista.
muestra c:i.uc, desde el punto de vista del capital, los trabajadores sí son obje.:os, Aquellos que, como E. P. Thompson en su epopeya The Making o/ the English
un mero "fat;:tO"" en la producción - la.forma variable del capital-· para la crea· Working Class, consideran al trabajador ante todo como un sujeto creativo, se
ción de la plusvalía. La teoría pone frente a los trabajadores, como en un cspe· encuer.tran frecuentemente castigados y enviados al ostracismo como "moralistas" y
jo, las condiciones objetivas de s1J propia enajenación, y deja al desnudo las foer· "utópicos" por colegas de mentalidad más teórica cuya preocupación principal pare-
zas que dominan su ex.stencia social y SJ historia. La construcción de esta teoda, ce ser la preservación de la integridHd y el rigor de la ciencia materialista marxista.
por técnicas que fueron más allá de la simple reproducción de la experiencia Thompson condena a estos últimos por "separar arbitrariamente un 'modo de pro-
subjetiva, fue seguramente el logro más notable de Marx. ducdón' de todo lo que realmente pasa en la historia", una "práctica teórica"
Sin embargo, la indudable fue~za reveladora de la teoña marxista no garantiza
1
que se justifica a si misma y que "termina sin decimos nada y pidiendo perdón
por sf misma que el p-·oletariado l&. absorba como una guia de acción. La con- por todo". Más espedficamente, Thompson manifiesta su desprecio por las
"autoridades del 'proceso laboral' que nunca han encontrado aplicable a su exal-
tradicionales) pueden obten<'r gran part<' ck lo que desean (salarios y pensiones. seguridad de su tada teoría la obra de Christopher Hill sobre 'los usos del sabatarianismo', ni la
l!'mpll!o, responsabilidad en el trabajo, etc.}. Uajo estas circunstancias de oligopolio, el capital tiene mía sobre 'el tiempo y la disciplina del trabajo', ni la de Eric Hobsbawm sobre 'el
libertad de acdón para hacer este tipo de concesiones. La clase trabajadora en Est<'aos Unidos
nunca ha sido, ni t'S probable qur llcgur a ser, V<'rdadcramente revolucionaria, y el llamamienlo de
artesano vagabundo', ni la de una geueración de 'historiadores del trabajo' none-
Marx por una transformación revolucionaria dt•I moúo de producción ~stá destinado a caer en oldrn americanos, franceses e ingleses, a quienes a menudo hada a un lado con desprecio,
sordos. La única estrategia polltica para la izquierda es proteger el "terreno de las conce5ione~" lar soure el estudio del Liempo y el movimiento, el taylorismo y el fordismo". No de·
laboriosamente construido a travfs de años ele lucha de clases (particularmente en la arena poUtic.i) y
busrar, por m~todos dcmócrntas sociales, extender ese terreno hasta donde sea posihle, en nombre
del wcialísmo. Se pueden encontrar ultirns an·d.1as contra este enfoque en dos rcst•ñas de lu ohm de H l!ravt•rma11 ( 197'1. p. 27): l\urawoy ( 1978) enfoca muy dircctamt'nte este punto al dar forma a
F.dwards en Mo11tlily Ret.1icui (dicit•mhrl!' tic 1979). su crítica de Uraverman.
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12:! CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 125

be sorprendemos que los cñticos de Marx y de Bravennan hayan sacado mucha podemos entender la c0nciencia política de los trabajadores sin considerar
fuerza de la obra de Thompson.•s cuidadosamente cómo funcionan estos procesos, pero esto, en sf mismo, no nos
¿Qué e~ lo que sucede con nuestra teorfa cuando permitimos que el trabaja- dice nada en particular sobre el ritmo, dirección y contenido de la acumulación
dor vuelva a ser tratado como un "sujeto creativo"? Thompson es muy explicito. de capital. Las formas concretas de tecnologfa, organización y autoridad pueden
"Al rev~s de lo que piensan algunos teóricos" escribe Thompson, "ningún traba- variar mucho de un lugar a otro, de una firma a otra, en tanto que esas va-
jador conocido de los historiadores se vio privado de la plusvalía sin encontrar al- riaciones no constituyan un reto para el proceso de acumulación. Evidentemente
guna forma de devolver el golpe (hay muchas fo1mas de trabajar lentamente); y hay más formas de obtener una ganancia que de matar una pulga, y si el valor de la
paradójicamente, al devolver el golpe las tendencias se dividieron y las propias productividad del trabajo se puede obtener mejor con un grado razonable de
'formas de desarrollo' siguieron camjnos inesperados" ( 1978, pp. 345·346). Aquí auto~omía de los trabajadores, se les permite que así sea. Se supone que al capital
llc·gamos a la ralz del prob!cma: el papel de la lucha de clases y de la resistencia le da igual la forma en que se preserva y se incrementa el valor de la productivi-
de los trabajadores en la modificación y la guía del propio proceso labornl. ¿Pue- dad del trabajo, y es esta indiferencia la que se capta en el con.:epto abstracto de
den los trabajadores, como sujetos creativos que se resisten a las depredaciones las fuerzas productivas.
del capital. convertirse así por lo menos parcialmente en autores de su propia Marx, por su pane, llama la atención principalmente sobre el poder extraor-
hisLOria? ¿Pueden modificár las formas del cambio tecnológico, los sistemas de dinario del capital para adaptarse a las variables circunstancias en que se encuen·
control gerencial y de autoridad, la organización, intensidad y velocidad del tra- tra, circunslancias 4uc incluyen una tremenda diversidad "en la natu~·aleza" así
bajo, los modelos de inversión y reinversión y, por lo tanto, la dirección, ritmo y como en la "naturaleza humana". Por ejemplo, la amenaza de la movilidad del
contenido de la acumulación del propio capital? La experiencia inmediata nos capital, del cierre de la planta, o de que se trasladen a otra parte los talleres con
su¡~iere una 1 cspuesta positiva a estas preguntas, pero la teoría parece indicar la consecuente pérdida de empleos. es una fuerza poderosa con la que se puede
otra cosa. ¿Podemos rcconciliarlas? disciplinar a los trabajadores. Estas medidas de parte del capital no están exen-
Lo que enseña la ceorla marxiana es que el capitalismo opera bajo el impera· tas dr su <.'oslO o de· sus contradicciones internas, pero a la larga lo que
tivo perpetuo e implacable de revolucionar las fuerzas productivas (entendidas Marx prc<lic.:c es que la rcsisLcncia de los trabajadores debe ceder el pasC' ante es·
er, términos del valor de la productividad de la fuerza de trabajo). Nosotros hemos tos tremendos poderes de adaptación. Además, la fuerza que guia todo esto es la
replicado que ésa es una tesis abstracta, a la que se ha conv•!rtido en una tesis tendencia a igualar la tasa de ganancia por medio de la competencia. La noble
concreta <'.ludiendo a los datos especificas del cambio tecnológico. 16 AqJí pode- lucha que se libra aquí en la retaguardia, la resistencia especifica que se ofrece
mos declar:ir culpables a Marx y a Braverman <le pasar cun demasiada rapidez alii, pue<lrn ser imponanlcs para entender el desarrollo poco uniforme del capi·
de ia ahstracción a las estrategias concretas dd desentrenamiemo. Una inspec- talismo mundial (porque, por ejemplo, la industria británica se ha quedado a la
ción más detallada de lo que sucede en la fábrica indica que la intersección cie la zaga de otras naciones), pero se reducen hasta la insignificancia, se vuelven
redstencia del u a bajador y la presión con que contesta la administración es un inaplicables. cuando se les compara con el amplio movimiento de la historia de
asunto muy intrincado, cuyos resultados no se pueden predecir co~ facilidad. la acumulación capitalista.
Las mezclas sutiles de la coacción, la eler:ción sumaria y la integración que com- Es precisamente en relación con los poderes de adaptac.:ión del capital en ge·
po11en la estrategia de la administración, encuentran respuestas igualmente suti· ncral y de los procesos de la competencia en particular que los crfticos de Marx
les de resistencia y coc1peración de parte de los trabajadores. Además, también ha(en los embrollos más pavorosos. Por un lado, Friedman, Elbaum et al., apa-
nos damos <.·uenta, como señala Friedman, de las limitaciones de la represión y la rentemente niegan la eficacia de la competencia como el imperativo que lleva a
autonomfa del trabajador dentro del proceso de producción. Cuand·:> se les lleva revoluciones perpetuas en las fuerzas productivas a fin de reemplaz¿i r a la lucha
a sus lfmitr~. ninguna de las dos estrategias parece enteramente viable, y las rela- de clases dentro de la producción. 18 Es más bien como si, habiéndose metido al
ciones sociales dentro de la empresa traerán consigo casi inevitablemente un interior del proceso laboral en una forma sumamente instructiva, olvidaran
equilibrio flucu. . ante entre los dos. 17 luego que existe Lodo un mundo allá afuera de competencias de precios, reinver-
¿Y qué significa todo esto? En primer lugar, nos dice definitivamente que no siones y desinversiones, movilidad del capital-dinero, etc. Le que Marx describe
como el efecto mutuamente disciplinante de la ley del valor en el mtercambio y
dentro de la ;>roducción se pasa por aleo totalmente. Burawoy, por su parte,
I'• Thompson (l!l78. pp. 347-354). El ckba1e entre Thompson y Anderson (1980) gira alrededor aunque le da mucha importancia al significado ideológico, politico y económico
clr l'~ta dual ida·!. y leido con c-1 espíritu correcto ofrc-c e· alguna e.spt"ram.a ele reconciliar los dif,•rcnu»
<le las luchas en las fábricas, se ve obligado a regresar a la compet\!ncia a fin de
;i111w1s de \'Ísia deniro de íormulacio1w~ nm•vas y mucho más poderosas.
lo Exis1e11 v¡¡rios i111em11s por ajustar la in1crpre1adón de Marx, y algunos de ellos son sumamc nie
:ml..-s; i·éa.sc, por t'jemplo. "Brighwn Libour l'rop•ss Group" (1977) r Palloix (1976). Tambil-n valr •ri Elhau111 i•t al . ._ (1!:179. p. 22!1) argumentan que la competencia divide a los capitalistas y por

la prna consultar la reseña de EIKrr ( 1979). talllo por la información que co111ienr rnrno por la posi· rnnto ~r~·na su eapandad p;ira usar nuevas 1t•cnologías qur socaven el poder de sus 1rabajadorcs. En
ciún c¡ue adop1.1. la st•t:emn 3 dl' l'Sh' capit11lo \Trt·mos la forma en que la competencia y la lucha de clases se intcrsec·
17 Friedman ( 1977 a: l 97ib) y Burawoy ( 1978: 1979) exploran c•ste procl"so rnn bas1anle cuidado. 1.111 ,·n rl'lac·i(m l'un 1•1 r:imbio ll'«nológko.
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124 CAMBIO TECNOLÓGICO


CAMBIO TECNOLÓGICO 125

explicar por qué esas luchas no han llegado a ser ellas mismas la fuente del cam-
bio en el proceso de trabajo. Además, al hacerlo ha llegado a una conclusión, la fábrica cor.10 parct! de un paquete de controles (otros son el monopolio y la
frecuentemente implicada en otras obras de este tipo, de que "la lucha de clases reglamentación del Estado) que mantienen el cambio tecnológico dentro de cier-
no fue la sepulturera del capitalismo, sino su salvadora" (1979, pp. lí'B-179, 195). los límites aceptables para ellos. Desde este punto de vista, pueden consiJerarse
Es interesante saber que esto nos proporciona la clave para poner las luchas útiles las modestas restricciones que se les ponen por medio de la militancia de
los trabajadores. El problema, naturalmente, es que las demandas de los traba-
de clase en las fábricas en la perspectiva correcta. Como las luchas economi·
jadores no siempre se caracterizan por su modestia, y en esos ~asos el capital de-
sísticas a propósito de la tasa salarial (véase el cap. 11 de este libro), son parte de una
perpetua guerra de guerrillas entre el capital y los trabajadores. Los trabajado- be rea:cionar con toda la fuerza y el poder que pueden alcanzar. 20
Esto nos deja con un problema residual de alguna importancia. Tanto Marx
r<-s le ponen un límite a la palanca del capital respecto al cambio tecnológico,
C.Jmo Braverman indican que la reducción del trabajo de calificado a abstracto
pero la presión contraria de la gerencia impide igualmente cualquier movimien·
y simple se realiza por medio de la división técnica del trabajo, la mecanización,
to real ha.da una autonomía auténtica de los trabajadores, o sea, a que se raane-
automatización y manejo cientifü:o. Además, ''para Marx, la tendencia en la·
jcn a si mismos. Dentro del flujo y reflujo de la militancia de los trabajadores y la
evolución del proceso laboral fue crear un proletariado industrial homogéneo
presión de la gerencia en su contra, podemos señalar una tendencia hac¡a "la
que descubra su unidad en su sujeción común al capital que destruye las habili-
introducción de un cambio unidireccional a largo plazo en el proceso laboral".
dades 'tradicionales' y 'preindustriales' ". Elbaum et al., afirman que estas opi-
La dinámica cíclica de las luchas en las fábricas equilibran los cambios a largo plazo
niones son demasiado simples. ·
dentro de la trayectoria global del desarrollo capitalista (Burawoy, 1979, p. 178).
Desde este punto de vista, esas luchas deben verse realmente como fricciones
transitorias, lo cual no quiere decir que carezcan de importancia política o ideo· Cualquiera que sea la estructura técnica de la producción, los capitalistc1s pueden re-
querir divisiones jerárquicas de trabajo como formas de manejar la empresa. Al deter-
lógica. Pueden proporcionar la base para luchas polfticas más amplias y más
minar la estructura de estas j..!rarquias, las luchas formales e informales de grupos
grandes, aunque los fecichismos necesarios que las rodean impiden cualquier estratégicos de trabajadores a menudo desemv~ñan un papel crucial. .. el desarrollo
translado automático df' lo que se experimentó en ellas a estados más generales 'del capitalismo industrial no sólo no eliminó a todos esos grupos "tradicionales" de ar·
de conciencia politica. •Y tcsa11os e incluso a los trabajadores externos, sino que las relaciones entre diferentes
Las luchas de este tipo desempeñan un papel muy importante para el capital. grupos de trabajadores (especialmente los artesanos y los trabajadores menos entrena-
Por un lado, son una amenaza perpetua al sistema, pero por otro lado ayudan a dos) han desempeñado un papel crucial para determinar la estructura de la división
estabilizar los asuntos por una razón básica y muy fundamental. El cambio cec· del trabajo que surgl' del t·ambiu lccnulógicu. (Elbaum el al., 1979, pp. 228-229.)
nológico qut' aumenta perpetuamente puede ser sumamente destructivo para el
capital, es, como veremos, una fuente importante de inestabilidad (¡imaginemos Aqui intervienen varias cuestiones: la veracidad histórica las diferentes descrip·
una socied~d en que las tecnologías cambiaran cada dial). La resistencia de los dones de la evolución del proceso laboral. la estrategia polftica e ideológica, la
trabajadores puede retardar el ritmo del cambio tecnológico, y en la medida en cc1nciencia de clase, etc., pero la más importante a esta altura de nuestra investi·
que esto ponP. a una fábrica bajo competencié.: puede ayudar a estabilizar el cur· gación sobre el modo de producción capitalista se refiere a la reducción del t::-a-
su del desarrollo capitalista. Aquí hay un "terreno de concesiones" sobre el cual bajo calificado a trabajo simple. Si la evolución histórica del proceso de trabajo
eJ capital puede estar medianamente dispuesto a operar. Así como los capitalis· no ha avanzado hacia esa reducción, entonces ¿qué crédito se le puede dar a una
tu se dieron cuenta de los beneficios que se podían obtener reglamentando la teoría del valor que presupone que ha ocu'rrido es:1 reducción? Ciertamente, las
jornada de trabajo una vez que pudieron verse con facilidad los costos sociales descripciones que proporcionan ahora los historiadores del trabajo indican que,
de no hacerlo, asr pueden llegar a reconocer los beneficios de las formas instituciona· si l.i reducción ha ocurrido en lo absoluto, es por un proceso que ha ttJmado un
lizadas de negociación con los trabajadores a propósito del ritmo y dirección del camino sumamente tortuoso e intrincado. 21 Nos vemos obligados a reflexionar
cambio tecnológico. El problema para el capital es evitar alteracioues innecesa- una vez :..nás sobre la relación entre la teoría del modo de producción capitalista
rias dentro del prc·ceso de trabajo, y alcanzar ese ritmo y configuración del cam· como un todo y la evolución histórica de las formaciones sociales capitalistas.
bio tecnológico que concuerda con la acumulación sostenida. El capital no Podemos comenzar simplificando el problema. En primer lugar, no es posible
siempre logra esto, y como ya veremos, hay fuerzas que militan en contra de sepuar las jerarquías administrativas de las que están basadas en la técnica porque
cualquier !lolucióP. a este problema. No obstante, los capitalistas seguramente se
dan cuema de los inmenso:; peligros que acechan en el cambio te:nológico sin w l.:1 No¡wr;il'ié111 tan l'Xll'tl<li<l;i crure la adminis1racióny los trabajadores que en.::uen1ra Bura·
restricciorn~s. y casi ciertamente consideran las negociaciones con los trab2jado1es en woy ( 1!1'19) dl·hl· i111erpn·tarst'. en mi opinión, a la luz de cs10. Cuando dos partes cooperan y una
ticnr mucho m;is poder quc.- la 01ra (en el análisis final). entonces Ja naturaleza volunt1'1rla de la coo-
peradl'>n sr drhl· porwr en ida de juicio. Yo siento una suspicacia parecida cuando leo que los sos·
1~1 Aquí cs1an.os simpl1•1m."1Tll' haricmlo ceo a Marx y Len in sobre la difcn·ncia entre la cmu-iencia pt•t·hosos 1·s;;í11 "n1opc1 antlo" l'Oll las au1oridadl'S rn la' inve11tigaci6n de algún crimen.
c•:onomisfstica "de simlic; 10" y la nmricm·ia ..socialist:1 rcvolucionaria". :!I l.:1s 0111ª'1ll· Monrgonwry ( 1!17!1), Sionr ( 1974) y Zdtlin (1979) proporcionan algunos ejemplos
t•xn•ll'lllt·s.
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126 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 127

ambas tienen un papel en la movilización de las fuerzas productivas del trabajo ~in:imismo tecnol~gico y organiz~t~vo del capitalismo a una lucha desesperada,
para la creación de la plusvaJia. En segundo lugar, Marx ciertamente no argu- librada Pº.r. el capital, para estabilizar las condiciones inestables inherentes a Ja
mentó que !a reducción de trabajo calificado a trabajo abstracto simple requería reprodu.cci.on de clase. Marx mide los limites de este proceso y explora sus
la homogenización de la fuerza de trabajo hasta el punto que ya no quedaran ha- contradicciones. D~ forma a una teoría de Ja formación de la crisis, y luego basa
bilidades. La reducción significaba Ja eJiminación de habiJidades monopoJizables, en partr. su llamamiento por la transición al socialismo sobre la necesidad de cu-
y la creación de un modelo flexible de habilidades que permiliera sust.ituciones rar las .bu.rdas irracionaJidades que surgen de las crecientes contradiccione:. entre
reJativamente fáciles. Las habiJidades restantes podían jwtificarse razonablemente el crecimwnto de las fuerzas productivas y las reJaciones sociaJes sobre Jas que se
como otros tantos múltiplos del trabajo abstracto simple. Finalmente, debemos basa eJ modo de producción capitalista.
recordar la insistencia de Marx en que la reducción misma no tiene nada CJUL ver Cuando nos ~olvemos .ª ~onsiderar la matriz de las relaciones sociales q..ae im-
directamente con eJ modelo de las diferencias en Jos saJarios basadas en lo~: costos pulsan eJ cambio tecnoJogico, nos enfrentamos con aJgunas corrientes que nos
de Froduc<.ión, o "en diferencias que hace ya largo tiempo han dejado de ser rea- confun?en. )'que se cruzan entre sí de manera interesante. La competencia entre
les, aunque perduren en el terreno del convencionalismo tradicional" (El capi- los cap1lal.1stas Y. en menor grado, dentro de Ja clase trabajadora, desempeña
tal, I, p. 148). FJ sistema del salario, al oscurecer el origen de la pJusvalía, contiene u~ ?apel importante. P~_ro no podemo~ juzgar la respuesta a esa competencia
caracterlsticamentc toda clasE" de deformaciones y cosas raras: el trabajo a desta- a1slandola d.c la sepa~ac1on entre el capital y el trabajo. que es el seJlo distintivo
jo, por ejemplo, podría tener efectos diferenciales considerables sobre las recom- de las relaciones soci.aJe~ capitaJistas. Consideremos, por ejemplo, las posibles
pensas que reciben los trabajadores y así dar "un radio de acción más ampJio'' a respu~stas de los cap.uahstas al aumento en la competencia. Éstas pueden ser:
la "individualidad, y con ella al sentido de libertad, independencia y autocontrol 1) .bajar la ta~a saJ~nal; 2) aumentar Ja intensidad de un sistema de producción
de los trabajadores" así como a "su competencia unos con otros" (El ca_bita/, l, existente; 3) ~nvertlr en un nuevo sistema de producción; 4) economizar en in-
p. 555). Marx indudablemente no conocía todos los detalles de Ja deteryninación sumos de capital ~ons~ante <.seguir trabajando más tiempo con maquinaria vieja,
de los salarios o de su orden jerárquico, pero esto se debfa simplemente a que no u.sar c~n mas :fic1encia los msumos de energía y materias primas, buscar mate-
atribuía gran importancia a esta "apariencia superficial" de las cosas. La medi- na~ pnmas mas baratas en el mercado, etc.); 5) buscar combinaciones y susti·
da esencial .:le Ja reducción del trabajo caJificado a trabajo simpJe esd en el gra- tucio~es de factores más eficientes; 6) cambiar la organización social de Ja pro-
do en que el capitalismo ha creado habilidades que son fáciles de reproducir y de ducc.ió~ (est~~cturas de emp~eos, jerarquías de mando) tratando de Jograr que Ja
:o;mlitulr. Todas las pruebas indican que ésta es la dirección que ha estado to· admmistr~~1~n sea m~s eficie~te; 7) apelar a los trabajadores para que coope·
mando el capilalismo, con islas considerables de resistencia aqui y allá. Puesto ren y lr~b.1,1cn con mas cmpeno para conservar sus empleos; 8) inventar nuevas
que: el trabajo especializado se sigue reduciendo a trabajo simple, lcnemos que eslralcg1~s dc.- mcrca¿otecnia (diferenciación de productos, publicidad, etc.) y,
sacar la conclusión de qut el capitaJismo se está apegando más a la ley de) valor 9) cambiar d~ ubicación (véase el cap. XII}. Por medio de una o de varias res·
implicada en su modo de prod•1cci6n dominante. 22 Desde este punto de vista, puest~s com l>ma~a~: los capit~J.islas individuales pueden tratar oe prf"serví.r 0
por lo menos, parece haber pocas bases para refutar los argumentos básicos de de meJor~r su po~1~1?n competitiva. La estrategia eJegida dependerá de Jas cir·
Marx y de Braverman. cunstancias Yposi~1hdades, así como de las predilecciones de la administración.
El c.urso del cambio tecnológico bajo esas condiciones es diflciJ de predecir.
~m rmba.rgo, el p~nto central de Marx es que la competencia impeJe al capi·
3. LA~ FUENTF.S DE CAMBIO TECNOLÓGICO tahsmo haci~ revoluciones perpetuas en las fuerzas productivas de cualquier tipo
BAJO EL CAPITALISMO Y por .cualquier medio. Los capitalistas compiten entre si en e) terreno del inter·
cam~io. Cada uno tiene la posibilidad de modificar su propio proceso de pro-
Es evidente que la sociedad capitalista ha mostrado un grado extraordinario de d.ucción, a fin de q.ue IJegue a ser más eficiente que los que predominan en la so-
dinamismo tecnológico y organizacional a través de toda su historia. La difi:::ul- ciedad. Esto da ongen a Ja plusvaUa relativa. Una vez que sus competidores Jos
tad está en ~xplicar este dinamismo en una forma que ubique su origen dentro han alcanzado en ese terreno, los innovadores originaJes tienen incentivos para
de Ja sociedad en vez de tratarlo como una fuerza externa con su propia dinámica avan~ar una vez más a fin de sostener la plusvalfa relativa que estaban captando
autónoma. 25 Es en relación con é!.to donde encontramos a Marx en su mome::uo antenor~ente. ~~~o. es n~tura!, a9uf abundan Jas oponunidades para el
más poderoso, como critico y como analista. A grandes rasgos, Marx atribuye el ~mpresano con miciat1va e 1magmación, ese individuo nobJe e inspirador tan
~~ l~bcmos nwncionar tjUl' la períccd6n <il' la cmnpctcncia es igualmente vital p:u a lograr rd<1· 1mpor1 ame para el folclor del capitalismo y tan frecuentemente descrito como el
riom-s de vnlor pura¡, en la l'sfcra dd i111rrc.:ambio, pero esta perfección no ha exis1ido en 11inp111a origen de su dinamismo tecnológico.2 4
panr aunque, como verl'mos l'n l'I capítulo•·. la tl•ndcncia histórica tkntro cid capicalismo ha ido
hacia la perfrcdón en la compctt•m·ia.
n Maga1L11 ( 1!1 i5 J hizo uua cxcell'Jllc rcsdi,1 de Jai; perspectivas tnandnas y no marxinns sohn• l'lí- ~·'. ."lrh11~1pl•trr ( l 9:h; 1939) es probablerneme el dcfcns•>r mÍis descarado de esta idea dentro de
cas e l1t•s1iunes. V1'a.se un hu!'n <'jrmplo de las srgundas en I lcertjc ( 1977). lo?> c1rculos 111trl1·rtualmcn1c rt·s¡JC•lahh·s
128 C1\MBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TEC"lOLúGICO 129

Como es natural. lé consecuencia social de la competencia es avanzar a saltos be mantenerse al paso del requisito de absorber las cantidades cada vez mayores
continuos, adoptando nuevas tecnologías y nuevas formas de organización inde- dr. mercancías que se producen.
pendientemente de la voluntad de cualquier empresario particular, siempre y En determinado momento es probable que haya muy poca uniformidad en el
cuando, naturalmente, los mercados sigan siendo competitivos. Sólo queda esta desarrollo de las fuerzas productivas (entre firmas e industrias individuales e
pregunta: ¿cuáles son los limites a este proceso? incluso ~ntre sect.ores y regiones enteros). Sin embargo, los cambios tecnológi~os
Los capitalistas son también sumamente interdependientes, y el grado de su no son independientes entre si. Cada uno sirve para definir al otro a través de
interdependencia aumenta con la proliferación en la división del trabajo. Los múltiples interacciones. Estos cambios son sumamente dificiles de determinar.
efectos de derramamiento y multiplicación llegan a ser considerables: De hech~, son tar:. ~xtensas las interacciones, tan amplias las ramificaciones, que
el cambio tecnológico p:uece asumir una dinámica autónoma, enteramente di-
Al revolucionarse el régimen rle producción en una rama industrial, ésta arrastra con· vorciada de sus orígenes en la competencia capitalista y las relaciones de clase. El
sigo a las otras. Esto que decimos se refiere principalmente a aquellas ramas industria· cambio tecnológico puede llegar a estar "fetichizado" como "una l:osa en si mis-
les qur., aunque aisladas por la división social del trabajo, que hace que cada una dt• ma". como una fuerza cxógena que sirve de guía en la historia del capitalismo.
ellas p.·oduzca una mercancfa independiente, aparecen, sin embargo, entrelazadas como La suposición de la necesidad e inevitabilidad del cambio tecnológico se vuelve
orras tantas fases de un proceso general. Asf por ejemplo, la implantación del hilado t~n fuerte que el esfuerzo p~ra lograrlo -cristalizado en una ideC'logía prevale-
mecánico obligó a que se mecaniza.it" también la rama textil, y ambas provocaron, a su ciente del progreso tccnol6g1co-- llega a ser un fin en sí mismo.
vez, la revolución químico-mecánica en los ramos de lavanderfa, tintorería y estampa· Todo esto señala a una espiral interminable y cada vez más acelerada de cam-
do . . . La revolución experimentada por el régimen de producción agrícola e indus- ~io _tecnológico. provocado por la competencia y mantenido por los efectos mul·
trial determinó, a su vez, un cambio revolucionario en cuanto a las condiciones genera·
uphcadorc.> que reverberan a través de esferas de actividad económica cada vez
les del proceso social de producción, o sea, en cuanto a los medios de comunicación y
m~s integradas. Lo notal:.le bajo estas circunstancias no es que la sociedad capi-
transporte . .. De aqur que ... el sistema de comunicación y de rransporr:e Je ac.'aptase
poco a poco al régimen de producción de la gran industria por medio de uua red de talista sea tecnológicamente di?á~ica, sino que su dinamismo haya sido tan mudo y
barco~ fluviales de vapor, de ferrocarriles, tra11satllinticos y telégrafo~. Por o~ra parte, c?ntrolad?. Esto se pu.ed~ atribuir e~ parte a ]as barreras que surgen de las rela-
las masas gigantescas de hierro que la industria tenía ahora que forjar, soldar, cortar, cron~s socr~l~s del capitalismo. C~ns1deremos, entonces, las barreras que erige el
taladrar v moldear, reclamaban a su vez mtiquinas ciclópeas ... Por rodas estas raw- propio capital contra la tendencia hacia el cambio tecnológico y organizaciona]
ncs, la gran industria no Luvo más remedio que apoderarse de su medio característico en perperna aceleración.
de producción, de la máquina, y producir máquinas por medio de máquinas. De este Cualquier cambio lecnulógico y organizacional ocasiona costos directos e in-
modo, se creó su base técnica adecuada y se levantó sobre sus propios pies. (El capital, directos. Emre los primcrus están los desembolsos en plantas y equipos m•evos, el
1, pp. ';13-314.) costo de volver~ entrenar la fuerza de trabajo, y otros costos directos para poner
todo esto a funcionar. Entre los segundos está la inexperiencia de los administrado-
Esta espiral <le efectos multiplicadores parece no tenr.r fin. Para comenzar, cual· res er las nuevas técnicas o los nuevos sistemas de autoridad, la resistencia de los
quier desarrollo poco uniforme de las fuerzas productivas dentro de fases diferentes trabajadores. e incluso el sabotaje de métodos a los cuales los trabajadores no es-
de un sistema de producción integrado verticalmente planteará problemas para tán acostumbrados o que encuentran degradantes, las horas perdidas en el
que fluya11 sin tropiezos insumos y productos partiendo de las materias primas aprendizaje. además de una amplia variedad de efectos externos imprevistos que
sin trabajar hasta llegar al producto terminado. Es difícil imaginar cómoJ las no entr~1'.o~ en los cál~ulos inicia.les. Cualquier firma tiene que sopesar los costos
estructuras tecnológicas pueden estar exactamente correctas para equilibrar ese Y benef1c10~ del cambio en relación con los esrados existentes y previsibles de Ja
proceso. Los efectos generales de derramamiento en otras esferas probablemente competencia. Como muchos de estos costos y beneficios son d~sconocidos y el es·
se caracterizarán por un desarrollo poco uniforme, y por efectos colaterales en tado de la competencia es siempre impreder:ible, entran a escena como elementos
espiral. Consideremos, por ejemplo, aquellos cambios tecnológicos que hacen mediador~~. la capacidad individual y la inclinación a correr riesgos, a la que,
disminuir el costo y el tiempo de circulación. A medida que prolifera b división c?mo y~ d1ymos, le dan mucha importancia los intérpretes burgueses de la histo-
dc•J trabajo y las interacciones del mercado se vuelven más complejas, suelen na capnahsta.
aumentar los costos y también la presión para reducirlos. Desde un punto de vis- S~n emba~go, los más importantes entre los costos potenciales son los que trae
ta fisico esto significa presión para reducir e] costo y el tiempo de movimiento de consigo el reuro prematuro del capital fijo que aún no se ha amortizado totalmente.
los productos y para economizar en costos de ventas al mayoreo, al menudeo y Et va!or cristalizado en la maquinaria y en otras formas de capital fijo pueden re-
mercadotecnia. Las innovaciones que afectan la velocidad con que puede circu- c.uperarse sólo después de cieno tiempo. Las revoluciones en las fuerzas produc·
lar el dinero (el sistema de crédito), y la velocidad con que se puede reunir y dise- uvas pueden tener aquí efectos desastrosos, y obligar a Jos productores a sufrir
minar la información (el telégrafo, teléfono, radio, telex, etc.) también se vuelven grandes pfrdidas si llega al merca<lo equipri nuevo (más barato y más e'.iciente).
imperativos. Ni siquiera el hogar es inmune: la tecnología del consumo final de- Esto nos lleva a un tt•rdtoril) qul' exploraremos con más detalle en el capitulo
1:10 CAMBIO TECNOLÓGICO C1\~l IUO TECNOLÓGICO 151

VIII. Por el momento simplementl' diremos que la ironía del capital fijo. qul' es dl' lo~ trabajadores en relaci;1n cnn l'I capital se convierte en un mecanismo crucial
c·n sí mismo uno <le los medios prircipaks l'mpleados para aumentar la productivi· para ascgu1~¡1r la pL'rpc1uación clt• '41 acumulación frente a las condiciones cam·
ciad del trabajo social, es quc una vez. instalado se convierte en una barrera a la hiantrs di' la oferta de trnhajadorl's. Asimismo, se puede poner a trabajar la tecnolo·
innovación ulterior. Así el capital rnnstruyc barreras. dentro de sí mismo, a su gfa para di~n1inuir 1·! poder dd u·ahajo organizado, ya sea en la fábrica o en la mesa
propia clin{1rnica. de negociaciones. "La maquinaria", argumenta Marx, "se convierte en el arma nuís
Los efectos potencialmc1llc <ll'sorganiza<lores del cambio tecnolbgico pul'clen /wdcrosa para reprimir las sublevaciones obreras periódicas, las huelgas y de·
verse en todo el sistema tk producci1)11 y realización del valor. Los cambios im más movi111il'ntos dl'satados contra la autocrada del capital". La máquina de
portantes son difíciles de absorber, y pueden asestar un fuerte golpe a la cstabili· vapor. por ejemplo "permitió a los capitalistas echar por .tierra las .e~ige~ci~s
dad del sistema. Cuando r·I desarrollo se vucl\c demasiado poco uniforme pucdl' crecirntes de los obreros, los cuail·s amenazaban con empujar a la cns1s al mc1-
provocar crisis de dcsproporción, (por ejemplo, entre la capacidad para produ· piente sistema fabril". De hecho. "se podría f'scribir, arrancando del año 18~0,
cir medios de produc 1 ión ¡ la capacidad para producir artículos de consumo). toda una historia de los inventos creados. como otras tantas armas del capital
Dejando a un lado los efectos disciplinarios de las crisis, entran en juego otras cnn1 ra la~ rentl'has obrcrn~ .. (F./ rn/Jital, 1. p. 361 ). La dinámica de la competen-
fuerzas que sirven para moderar la inserción arbitraria y potencialmente ca· cia l"api1alis1a de 1111t'\'o pan•n· :wi'talar hacia la completa clcstruccilrn del pode~
tablrófica del cambio tecnológico en un sistema de producción y realización cuyo 1·con(lmini \' poli1ico dl' los trabajadores.
~uuilibrio es a menuuu delicado. Las firmas individuales naturalmente estún re· Sin emb;1rgn. at¡uí tamhir."·n hay tendencias compensatorias en acción. te~l·
11{1entes a adoptar innovaciones quc aumenten su producción más allá de lo que dcncins que ~in•en para frenar a la competencia y que. por tanto, regulan el rll·
puede absorber el sistema. Al darse cuenta de los embotellamientos en el trans· mo del cambio lecnológicn. Por ejemplo. la cuestión de si se empicará o no capi-
porte y las comunicaciones, o en la capacidad del mercado, las firmas dejarán de tal fijo cll'pendc de "la d1frrencia entrl' d valor de la máquina y el valor de la
empujar con tanta fuerza hacia el cambio tecnológico competitivc y se confor· ful'rza di' 1rahajo que ree111pla1a'". En vista ele las difrrencias que existen entre
marán con ganancias promedio en vt·z de ganancias cxc<.'sivas. Adc·más, como c•I u11;1 11aciú11 y 01ra c11 t·I pt<'cÍo de la fuerza de trabajo. no fue nada sorprendente
resultado final ele la competencia es cierto grado de monopolización, la prüctka que hoy s1· produzcan cn Inglaterra máquinas que "sólo se emplean en Norte-
monopolística se convierte en parte de la estrategia para controlar el ritmo glo· a111fric•1 .. y c¡uc l11gla1erra. "la 1icrra de la maquinaria", se c~racterizara al mis·
bal del cambio tecnológico. La.participación activa del Estado por medio d·~ le- mri tiempo por "un dt•rrochc vcrg-om.oso de la fuena de trabajo humana para los
yc:; de patente, financiamiento para la investigación básica y cosas por <·I estilo prop1)sitos más despreciables". La razón se puede expresar bastnnte brutalm<.'n·
p1~l·de contribuir a una ba•.cría impresionante.de controles potenciales que man- ce: "En l11~la1erra se c111plc·.111 todavía. cll' Vl'Z t•n cuando. por ejemplo, par;1 sirgar
tienen a raya la tcndc·nda hada la acdt'racil>n perpetua clrl progrl'so tt•cnolúgic11. los hn1c:-; d~· lns c;i11alcs. 11111/1.,.1'.\ c11 ,.,.,de cahallos, porque el trabajo ncn·sario p:.1ra
En el capítulo v nos ocuparemos de estos asuntos. la produffiú11 de caballos ~· m{1qui11as representa una cantidad matemáticamt>nte
Las barreras al cambio tecnolúgico y organizativo están allí. Al mantener el ciada y. en cambio. 1•1 soste11imic1110 de esas mujeres que forman parte de la pobla·
rbno del cambio dentro ele límilcs razonables para el capital, estas barrerns ayu· ción sobranle está por debajo de todos los cálculos" (El capital, 1. pp. 322-323). A ve-
dan a equilibrar lo que en otra forma podría ser un proceso pt•ligrosame11te ines- ces. n1;111do c·I ejfrciw industrial de r<'sen·a llega a ser muy grande. el capital
table. CuJndo el cambio se llPva a t•xtrC"mos, esas barreras actllan en contra de la 1icat· muhitthl dl' i11n·111ivos para regresar a las ti·cnicas que rl'quieren mudrn
prnpia acumulación. y por ta11to dehc11 rnperarse para que pueda sobrevivir el 111¡1110 de obra (dt' allí qm· 41ctual111l'llll' hayan rc\'i\'ido los talleres en qu,. se
capitalismo. El camino al t·ambio tecnológico nunca ha estado totalmente libre explota a los trah;1j;1dores aun en los países capitalistas a\'atlZaclos). El estímulo por
dr obstáculos pero las fuerzas que lo regulan tienen que estar delicadamente ba· forn1:1s 111{1s complejas de cambio ll'cnológico y organizacional ciertamente dismi·
lanceadas para asegurar la continua<:iún de la acumulación del capital. 11uyc en <·pocas con cxcedc111es crúnicos de t1abajadores. .
Algunos de los mecanismos que mantienen ese delicado equilibrio llegan a ser T<.mbién hC'mos ar~unwntaclo que la lucha de clases en el lugar de tral>aJO
más evidentes cuando introducimos <.'n la escena la relación de clase entre el ca· juega un papel importéllltl' como mecanismo cquil_ibrador .. ~as luchas ~ucden
pital y el trabajo. Ya hemos visto que el valor de la fuerza de trabajo, que asame scr\'ir p:1ra fn•nar la peligrosa acelt·ración del cambio tecnolog1co en multitud ele
un nivel de vida constante en términos físicos, se ve r(:ducido por el aumento de formas (por ejemplo, las tecnologías nuev~s ~equierc~ cierto grado d<.' coopc.ra·
la productividad del trabajo en el sector de las mercandas-salario, pero que tam· ción de los trabajadores para que se puedan mtroduc1r). Por tan~o.' la guernll.a
bién entran en juego fuerzas de contrapeso para asegurar que el trabajo obtenga pc·m1aiwn:1· rn el lugar dc trabajo puede desempeñar papeles posu1vos y ncg-at1·
una "participación equilibrada" del valor total producido. Si el trab.1jo obtiene \'OS c·u la es1abilirnciém dt·I n1pitalis1110.
más de su participación y los salarios suben por encima de su valor en una forma La relación exacta entre estos factores es muy compleja. Podemos estar segu·
que amenace la acumulación, entonces la presión aumentará para introducir ros dt• qu<' l'I illlperal Í\'o dt· animular estü ~i<.'mpre en ~I h~Jrizonte. El pr~blrma
tecnologías que ahorren fuerza de trabajo y produzcan desempleo. La produc· •·s que la~ lormas rea'c·~ de· ca111hio 1t·c110UJ~1,·o y organ1zac1onal son tan d1v(•rsí~S,
ción de una superpoblación relativa que haga bajar los salarios y frene rl poder ,. la~ ful'r7a" que las n·gula11 l'St:'111 tan entremezcladas. que no las podemos d1s·
132 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO

tinguir fácilmente. Aunque el cambio tecnológico desempeña un papel central En el primer caso, un estado tecnológico determinado está relacionado con
en la teoría marxista, no lo entendemos completamente. No hay duda de que la cierta productividad física de la fuerza de trabajo. Esta productividad fisica se
competencia y la interdependencia capitalista, asi como la lucha de c!ases entre mide en diversas unidades no comparables como el número de metros de tela
el capital y el trabajo. forman el eje sobre el que gira el análisis. pero la interac· que se han tejido, el número de zapatos que se han manufacturado, las tonela·
dón y los efectos multiplicadores no han sido analizados completamente, lo mis· das de hierro y acero producidas, etc., por trabajador y por hora. Marx llama a es-
rno que las consecuencias de la producción directa de nuevos conQcimientos tas proporciones "la composición técnica del capital". Cuando se les reduce a
científicos. una base común de valores, estas proporciones son expresadas en términos de la pro-
Esto constituye una importante laguna en la exposición de Marx. La laguna porción entre el capilal variable y el capital constante que se emplea en un periodo
está alU, pero debemos interpretar correctamente su significado. Si, después de de producción determinado. La proporción clv se llama "la composición de va·
todo, la tecnología de determinado proceso laboral es una expresión y una cristaliza· lor del capital". En algunos casos se prefiere usar como medida de proporción
ción de las contradicciones centrales del capitalismo, como afirma frecuentemenle cl(v + p}, puesto que esta etapa es con más exactitud la proporción entre el trabajo
Marx, entonces una comprensión plena de la primera depende de que se descifre "muerto" pasado (medios de producción de todas clases, propiedad de los capita·
por completo la segunda. Por tanto, un entendimiento de la tecnología se debe listas) y el número que le da el "trabajo vivo". Se pueden comparar entonces las
wnsiderar como el producto final de esa linea de investigación que Marx no diferentes industrias y sectores de acuerdo con las diferentes composiciones de
cr1mplct6. valor de sus capitales. Las industrias que requieren grandes inversiones Je capi·
No podemos ni siquiera comenzar a analizar las leyes del movimiento del capita· cal constante muestran altas composicior..es de valor, mientras que las industrias
lismo sin exponer ames alguna conceptualización de la tecnología. Marx hace esto que empican mucho trabajo vivo se hallan al otro extremo de la escala en com-
por medio de los conceptos abstractos de la fuerza productiva y de las relaciones so· posición de valor.
cialcs cristalizadas dentro de la materialidad concreta del proceso laboral. Así Ya hemos visto cómo y por qu(• deben recurrir los capitalistas al cambio tec·
¡:·ucde abnenerse de dar detalles específicos de los cambios tecnológicos rt>ales y nológico. Hemos visto las razones por las que las composi.:iones técnicas del capi·
simplemente argumentar que las revoluciones en las fuerzas productivas son un tal están cambiando perpetuamente. El siguiente paso es mostrar cómo afectan
producto necesario de las relaciones sociales del capitalismo. No obstante, en el los carnLios en la composición técnica a la composición di! valor. Para hacer esto,
':t~rso de la invC'stigación subsecuente debe surgir una comprensión más profun- Marx introduce el concepto de la "composición orgánica de! capital', diciendo
t1a de todo esto, como sucedió con la propia ley del valor. Lo que Marx trata de que e:; "la composición ele valor. en cuanto se halla determinada por la composi-
pobar es que las revoluciones en las fuerzas productivas son fundamentalmente ción téc11ica y rdleja los cambios operados en ésta" (El capital, l. p. 517). La
<'.ntagónicas a las relaciones sociales que las originaron. Es allí, en opinión de irnplicaciún inmC'diata Je esta observación es que ia composición de valor tam-
h•;arx, donde está la contradicci{m central del capitalismo: la contradicción bién pul'dc.· cambiar. por razones que no tienen nada que ver con la composición
t:Nre la cvo]ución de las fuerzas productivas y las relaciones sociales. tf>c"nica.
Tr.ncmos aquí trc.·s conceptos cruciales para el argumento que sigue. Desgra-
ciadamente, hay mucha confusión en el pensamiento de Marx -y una confusión
4. LAS COMPOSICIONES TÉCNICA, ORGÁNICA enorme en la bibliografía subsecuente-· en cuanto a las relaciones entre las com-
Y DE VALOR DEL CAPITAL p0siciorws técnica, orgánica y de valor del capital. La distinción entre las composi-
ciones de:; valor y orgánica, por ejemplo, par.ece muy importante, pero en a 1gunos
Ahora nos ocuparemos de la difícil cuestión de las repercusiones de las revolu- puntos encontrarnos que Marx usa los términos indistintamente mieritras que
ciones permanentes en las fuerzas productivas sobre el propio capital. Al ha· otras vece!> paren• hacer hincapié en que se deben mantener separados. La poca
crrlo, será conveniente dar por sentado que las tecnologías concretas empleadas uniformidad en su uso se puede explicar en parte por el hecho de que Marx llegó
(en el amplio sentido que le da Marx al término, que incluye todas las czracterís- a estos conceptos relativamente tarde y no logró elaborarlos correctamente. El
ticas orgdnizacionalcs) expresan fielmente la configuración fundamentJl de las concepto de la composición orgánica, por ejemplo, aparece sólo en la tercer edi-
fuerzas productivas. En la misma forma trabajaremos con los valores, dando por ción del primer volumen de El capital, supuestamente como una muestra de las
sentado que todas l2s mercancías se intercambian a sus valores (los precios refle- ideas que habfan de venir en el tercer volumen, aún no terminado. Sea lo que
jan valores). Esas suposiciones permiten un grado mayor de generalidad en la sea ]o que sucedió, hay aquí una gran confusión que se debe aclarar. 2 ~
discusión y nos permite hablar rnn más libertad de los cfeclos potenciales 2~• La posidón c¡ue yo tomo es muy similar a la que presentaron Fine y Harris ( 1979), pero estoy

concretos de las fuerzas fundamentales en una forma que potencialmente se particularmente agradcddo con Dumcnil ( 1975; 1177) por sus estimulantes ideas sobre este tema.
Hay ahora muchas obra!> que emanan de los que tienen un espfritu más bien matemático, como Roe-
puede generalizar a la experiencia histórica. El carácter tentativo de esas identi- mer ( 1977: 1978) pero, por amplio margen. la obr:i más instructiva es la de Von Wcitslicker (1977).
f>c·aciones y el carácter hipotético de las generalizaciones resultantes se debe po· Robinson ( 1978), como podrla l'5pcrarsc, tambi~n proporciona una inspirada contribución que no se
dr.r ver a partir de nuestras observaciones anteriores. puede rk~cartar f;'ídlmc•ntc.
13-1 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO

Consideremos primero la idea de que la composición de valor se puc·clc modi· tinguir entre las composiciones de valor y las orgánicas. Los capitalistas indivi-
ficar por razones que no son los cambios en la composición técnica. F.n sus duales controlan su propio proceso de producción y seleccionan su tecnología
críticas de Ricardo y Cherbuliez (Teorías sobre la plusvolía, JI, pp. 277 -31 O: 111, de acuerdo con las circunstancias económicas, pero operan en un ambiente de
pp. 319-350), Marx sugiere que Ja composición de valor se pul·de modificar y l1l' mercado en que lo~ valores de los insumos son fijados por fuerzas sobre las que no
hcd10 se modifica indc·pendicntemcnte de las fuerzas que regulan la composiciún or· tienea comrol ningún individuo. aunque las decisiones de cada empresario res-
gfinica. En el capítulo sobre "La rema absoluta" en El ca/>ilal (111, p. í'IO). llega pecto a la tecnología tienen efectos multiplicadores sbtémicos. Lo que Marx
aún más lejos: "Capitalistas de igual composición orgánica pueden presentar. eventualmente trató de probar es que las decisiones individuales aparentemente
pues, distinta composición tic valor, y capitales de igual composici611 porcentual racionales amenazan la base de la acumulación, y por tanto la propia supervi-
de valor pueden representar fases distintas de composición orgánica y. por tanto. vencia de la clase capitalista. Fue esta contradicción la que Marx trató de captar
expresar distintas etapas de desarrollo de la productividad social del trabajo." p0r medio de los conceptos gemelos de las composiciones valor y la orgánica.
Como se supone que sólo hay una proporción de valor que puede pre,·aleccr El primer volumen de El ca/Jita/ considera la producción desde el punt:>· de
dentro de un proceso de pr,lducciírn, esta observación tan fuera de lo romún en vista del t.•mpresario individual que trata de obtener la ganancia máxima bajo la
cierto modo nos pone l'n aprietos en cuanto a la interpretación exacta que se da competencia. Sólo se consideran allí aquellas innovaciones tecnológicas que cap·
a la composición orgánica en comparación con la composición de valor. Despuí•s ta;1 la plusvalía rl"lativa dentro de la empresa. Alrnque se mencionan los efectos
de esm, ciertamente no podemos tratar a las composiciones orgánica y de valor co· multiplicadores de las innovaciones tecnológicas. los efectos que podrían tener
mo té1minos idénticos (como se hace tan frecuentemente en las obras publicadas). ~s' os sobre las proporcionc.i de valor de lm insumos generalmente se pasan por
~.1arx aparentememe tenía intención de reservar el té1 mino "1 ornposiciém '>r· alto excepto en el caso del capital variable; la disminución del valor de la fuerza
gánica" para indicar aquellos cambios en la tecnología que ocurren dentro de de trabajo como rl'sultado del aumento de la productividad en las industrias que
una empresa que afectan la composidón de valor del capital. La "comp1Jsición producen mercancías-salario es considerada como una fuente principal de plus·
r>rgánica" e.; una etiqurta que idl"ntifica determinada .fiwnll' de cambios l'll la valía para los capitalistas. Aquí encontramos el supuesto "prejuicio del ahorro
composición <le valor. E1 significado de esa identificaci<>n es el siguient<': la de trabajo" en la descripción de Marx de la innovaci6n tecnológica. Sin embar·
mezcla tecnológica dentro de la empresa está en gran parte bajo el control de los go, con la atención enfocada sobre el cambio ~ecnológico dentro de la empresa,
capitalistas individuales, q11e pueden modificarla y la modifican ha.ita donde Marx pm·de sacar la conclusión de que existe una tendencia inevitable a que
pm~den en su búsqueda incansable de la plusvalía, ya sea en respuesta a la com- aumentt.' la composición de valor como resultado de la mayor productividad
pe1encia o por preocup;;ci{m por el esradQ de la lucha de clases. La dinámica de física dc·l trahajo. Esta idc~a surge con gran fuerza en el tercer volumen de El ca-
<'S<' proceso se puede 1·ntendcr indqwndirmemcnte de los coslos íluctuanl<'s de j>irn I (p. ~ l •1 ) .
lm insumos en la producci{m.
Sin embargo, las composiciones de \'alor Lambién serán modificad<1s por diversas
consideraciones sobre l<ts cuales no tienen control los capitalistas individuales. Las La misma camidad de fuerza de lrabajo·que un capital variable de determinado volu-
fuC'rzas externas que rf"gulan la composición de valor tienen distintos orígenes. pero men dt• valor pucdc movilizar pone en movimiento, elabora, consJme proouctivamen-
lc, rn ,-l mii.1110 Licmpo. por vinud de los métodos de producción peculiares que~ de·
las podemos separar en dos grupos. En el primero debemos considerar las fuerzas
sarrofüm dentro de la producción capitalista, una masa cada vez mayor de medios de
'·ac:.:identales y concurrentes" que afectan el valor de los insumos que compran lrabajo. de maquinaria y de capital lijo de todas cla<>es, de materias primas y auxi-
los capitalistas en el mercado. Éstos varían desde "accidentes" climáticos (sin que liares: l's de.cir. un capital constante con un volumen de valor cadn vez mayor. Es~~ d_es-
impone si fueron inducidos por la acdón humana), alteraciones en el comercio, censo relativo creciente del capital variable en proporción al constante ... coincide
guerras, la explotación sistemática de la superficie de la tierra en busca de recur· con el aumento progresivo de la composición orgánica del capital socjal, considerado
sos más "productivos", etc .. todos los cuales afectan el tiempo de trabajo social- en ;:uamo a su media. Y no es, asimismo, más que otro modo distinto de expresar el de·
mente neci·sario requerido para producir mercancías. En segundo lugar tent>mos sarrollo progresivo de la fuerza social productiva del trabajo.
que considerar la multitud de interacciones y efectos multiplicadores que enlazan la
productividad del trabajo e 1 un sector con el valor de los insumos en otro. Estos La supuesta "ley" del "aumento progresivo de la composición orgá;iica del capita~"
efc.:tos de interacción, que denen sus orígenes dentro del proceso de trabajo, a desempeña un papel vital en el argumento de Marx, y por tanto, debemns consi-
pe5ar de este no están bajo el control del capitalista individual. Dicho en otra derarla cuidüdosamente. Lo que dice Marx es que la proporción entre el trabajo
fo1 ma, la composición <le valor del capital dentro dC' un proceso de producción "muerto" y el "vivo" tiende a aumentar como resultac'o de la innovación tecnológica
depende •:rucialmente del estado de tecnología adoptado por los empresarios Jentro de la empresa, pero no nos prueba que esto es lo que sucede n·xesaria-
que producen los insumos para ese proceso de producción. mente. De hecho, a medida que sondeamos más profundamente su argumento, en-
Este cor.traste entre las fuerzas intl'rnas y e"<ternas de la empresa es muy sig· contramos que la manera en que formula el problema trae toda clase de dificulta·
nificativo, y en mi opinión es la idea <1ue Marx estaba tratando de captar al dis· des. Lo que sucede es que Marx no se ha liberado totalmente de los conceptos
136 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 187

errf>neos de la economfa política tradicional. Veamos en qué aspectos sucede esto.


La economia polftica tradicional manejó la estructura de la producción capi·
talista en términos dr una reserva de capital fijo y flujos de capital circulante.
Las ganancias se interpretaron entonces como un flujo de ganancias reales que
t
se obtienen al usar adecuadamente los bienes (dinero o planta flsica). Marx rom· &.
pió con este concepto y sustituyó la distinción entre capital constante y capital 8
cu
variable. A ambos los concibió como flujos. 26 Recordemos que Marx definió ¡:
el capital como un proceso en que el valor experimenta una expansión, y por Tiempo -
tanto buscó definiciones que relegaran la corriente de este proceso. La fueria de tra·
bajo se usó para preservar el valor de los medios de producción usados, al mismo Gráfica IV .1
tiempo que les daba valor; "el obrero añade al objeto sobre el que recae el trabajo
nuevo valor, incorporándole una determinada cantidad de trabajo" (El capital, 1,
p. 150). La composición de valor del capital representa la proporción entn~ el va· corriente pura degenera rápidamente en la reductio ad absurdum de ~ue ~ólo
lor que se está preservando y el valor que se añade. Es una proporción entre dos aquél trabajo que está siendo cr~stalizado en ~se momento es t.ra~aJO vlV~,
flujos. El concepto de la composición orgánica, como hemos visto, enfo1::a nues· mientras que todo el demás trabajo se debe clasificar como trabajo muerto ,
tra atención en la forma en que el cambio tecnológico dentro del proceso de pro· pasado. El segundo modelo se puede conservar (save) sólo considerando cómo se
ducci6n hace posible que la misma cantidad de fuerza de trabajo aplicada pre· rompen estas corrientes por los intercambio~ en el mercado, lo Gue nos trae de
serve y amplíe más valor que anteriormente. Entonces surgen dos dificultades. regreso una vez más a la cuestión del grado de integración vertical. •
En primer lugar, podemos ver directamente que la composición de valor del .Esta dificultad no perjudica tanto al argumente• de Marx como parece a pri-
capité.:.l como lo mide Marx es sumamente sensible al grado de integración vertical mera vista. Después de todo, Marx incluye caracteristicas organizacionales en su
en los procesos de producción. Si un proceso de producción comienza con algo· de&c~ipción de la tecnología, y los niveles de centralización y concentración
dón en rama y termina con una camisa, el valor del insumo inicial de capital (entre los que debe incluirse también el problema de la integración ~ert~cal) son
constante es pequeño comparado con el capital variable aplicado. Si ese mismo un:a. preocupación vital para él. De hecho, podemos usar esta aparente d1fic~ltad
proceso de producción se divide entre dos firmas independientes, una <le las en formas creativas. Si la concentración vertical tiene el efecto de hacer bajar la
cuales produce algodón y la otra camisas, enton~es la cantidad de capital cons· composición de valor del capital -dando siempre por sentado, naturalmente,
cante parece aumentar po•·que el trabajo cristalizado en la producción de la tela que la tecnología de producción real permanece consta~te- entonces p~~dr.
ahora aparece como el capital constante que compran los fabricantes dt: camisas. proporcionar un mecanismo que contrarreste l~ supue!=ta ley d~ la compos~c16n
P1xlemos rt:presentar esta idr.a pc·r medio de un diagrama (véase la gráfica IV. l ). 27 orgánica en aumento". Antes de que nos entusiasmemos demasiado con la idea,
Consideremos un proceso que c.:omienza en el momento t 0 , con un insumo inicial es conveniente que consideremos ciertas circunstancias importantes que la mo-
de capital constante, Ce, y que avanza hasta el momento tn añadiendo capital va· tlifican.
riable al valor de v0 y añadiendo plusvalia, Po· La composición de valor del capi·
tal en este caso es c0 /v0 • Ahora consideremos este mismo proceso de producción
dividido en dos segmentos en el momento '• de tal manera que el valor total en
ese momento se convierte en el insumo de capital constante, c2 , dentro del segundo
segmento del proceso (véase la gráfica IV.2). La composición de valor promedio en f
este caso es (c1 + c2)/(v1 + v2 ), que obviamente es mucho mayor que c0 /v0 •
Un modelo de inventarios y corrientes de este pro..:eso encuentra que la cantidad ~
o
de capital constante es sensible al grado de integración vertical. Un modelo de ¡;¡
>
26 Blaug (1968. p. 229) se queja amargamente de la forma en que Marx "baraja libremente las
definiciones dP. rei.erva y corriente sin hacer ninguna advertencia al lector", mientras que Von Weiz·
saclc.er (1977, µ. 201) comenta que "lo que Marx realmente nata de encontrar es la proporci6n tnrre
el capital conuante (una reserva) y el producto del capital variable y la velocidad de rotación del ca· Gr~fica IV .2
pital \'aria ble (una corriente)". La s·~gunda pa··tc de esta definición es útil, pero yo argumemaria que
Marx tambi~n estaba interesado en el proceso de trabajo como una corriente que preserva activa-
men:e al capital constante. El segundo volumen de El capital trata sobr¿ el proceso de circulaci6n de1 capi-
27 La idea pro~iene b:isicamenu." de Dumeníl ( 1975 ). tal. El acto de la producción es tratado ahora como un momento en un proceso de
r:AMBIO TECNOLÓGICO 139
158
CAMBIO TECNOLÓGICO

circulaciór.. Aqui aprendemos a apreciar plenamente lo que significa conceb.i~ ~l D - M FT) ... P ... M ' -
( MJ> D' (etcétera).
capital como ltn proceso, como una corriente ..Nos vemos e~puest~s a un ~nahs1~
de los costos de circulación, tiempos de rotación, producción y c1rc.ulac1ón, a51 ¿Cuánto liempo deb<' quedarse el capital dentro de la producción antes de pro-
como a las peculiaridades de la circulación del capital .fijo. Lo más 1mporta~t<' •. bar su valor en la esfera del intercambio? La respuesta de Marx a esta pregunta es
desde el punto de vistrt del problema c,ue esta~os cons1derand.o actualm~nh.:, es la siguiC'llll': <'l menor tiempo posible, ya que el capital es un valor sólo cuando
que estamos examinando detalladamente los tiempos de rotación del capital va· está en movimiento, o sea, en el acto de ser transformado de dinero en actividad
riable y constante as[ como de la plusvalia . . productiva. luego en mercancías, luego en dinero, etc. Por lo tanto, hay un fuerte
En cada uno de estos aspecto; se considera importante y necesano el camino incentivo por acelerar la rotación del capital lo más posible. Esto va en contra de
cecnológico. La disminución de lm. costos de circulació.n y la reducción d~l .tie~­ la integradón vertical de la producción, puesto que requiere que el capital per-
po Je rotacién puede servir para aceleraf la acumulación. El uso del capital ÍIJO manezca un periodo más largo en producción antes de entrar a la esfera del in-
presenta un problema, ya que por un lado puede servir para. aumentar el ~alor lerc:unbio. La división de un procc>so de producción en muchas fases y empresas
de la productividad del trabajo mientras que por el otro requiere un lc.1_rgo lu.·m· dilN<·nt,•s <'lllazadas a tr<1vés del intercambio del mercado parece ser sumamente
pode rotación y así disminuye la acumulación. El efecto de estos ca~L1os tecno· deseable. pul'sto que disminuye el tiempo de rotación del capital. Por esta razón,
lógicos sobre la composición del valor -dentro de las empresas a51 como en la inclu!'O las corporaciones grandes prefieren subcontratar gran parte de su pro-
sociedad en general- no se ha e}l.plorado en ninguna forma coherente. ~n Jlg~· dtocción con empresas :mis pequeñas. con tiempos de rotación más cortos. El
,, 03 pasajes diseminados, Marx parece sugerir que los tiempos de rotación mas efecto de esto, como ya hemos vislO, es aumentar la composición de valor del ca-
ráfidos aum~ntan la composición del valor, pero en general el concepto de valor pitaa independientemente de cualquier cambio que pueda instituirse respecto a
0
composición orgánica se pasa totalmente por alto en el segundo volumen de El los procesos de producción. En el siguiente caphulo examinaremos las implica-
catiital. . ciones de C'sto para la organización capitalista de la producción.
·Es obvio que ta composición d~ valor del capit.al es muy sens1bl~ a .l.as .tasas de Existr otro aspeclo en que la estructura construida en el segundo volumen de
rotación relativa del capital variable y del capital const.ant;-. S1 d1:1n11~uye el El ctJ.pi.-al nos proporciona un medio para analizar las fuerzas qu~ regulan la
tiempo que toma recuperar el capital variable, entonces d1smmuye el ca~1tal va· composición de valor del capital. En los dos últimos capítulos de ese volumen,
riable adelantado y la composición de valor aumenta, .aunque '·ª canudad de Marx construye un modelo desagregado de una economía y examina las condiciones
fuerza de trabajo empleada siga siendo exacta~ente la misma. El uem~o d~ roc_a·. para un crccimienlo equilibrado (1.1éasc el cap. VI). Este modelo desagregado
ciün del capital constante es aún más problem~uco. Tenemos que ~anejar d1vers~s pro¡>orciona un interesante formato para explorar all:!unos de los efectos de interac-
matuias primas e insumos de ener~ía, 9ue p~e~en ser rotados a diferentes vcloc1· ción del cambio tecnológico en diferentes sel:tores de una economía. Considere-
dades, asi como el capital fijo (maqumana, ed1ficios •. e~c.) que puede ser rotado m~y mos una C'conomia dividida en dos sectores que producen artículos de primera
!cr.tamente en relación con otros artkulos. No es fácil inventa~ una formad~ ~ed1r necesidad (que fijan d valor de la fuerza de trabajo) y medios de producción (los
el volumen del capilal constante que está preservado ~ªJº estas cond1~1ones. clememos dl'l capital constante). Si la tasa del cambio tecnológico es más alta en el
Incluso dejando a un lado los espiurn.os probl~mas relacionados con la. ~1rcula_­ sector 'l'H' produce artículos de primera necesidad, entonces la composición de
ción del ca~Jital fijo (véase el cap. v111). es evidente que um1. ~celcrac1on en d \'alor global del capilal tenderá a aumentar debido a los ahorros relativos en des-
tiempo de rotación del capnal constante reduce la composición de valor del embolsos dC' capital variable. De lo contrario, la creciente productividad del traba-
capital. . . •· 1 • jo en el sector que produce medios de producción se convierte en una palanca para
Por tanto, independientemer.te del grado de mte~rac1ón ver.1cal, os uempos hacer bajar la composición global de valor del capital. Por tanto, el hecho de que
de rotación relativa del capital variable y del capital constante dentro ?e
la aumente o quC' no aumente la composición global de valor del capital en respuesta a
empresa tienen efectos directos sobre las composiciones de valor de. l?s capitales la innovación tecnológica depende totalmente dr los sectores en que ocurren estos
usados en la producción. Bajv las circunstancias correctas, la compos1c1ón de valor cam!Jios tecnológicos y de los efectos de interacción que tienen estos cambios en
decreciente lograda aumenlando la integración vertical se puede ~ompens~r toda la ecouomia.:.>11 Aquí tenemos la posibilidad de discriminar entre el ahorro
ampliamente aumentando el tiempo de rotación de la constante rclauva al cap•· <le capital constante, el ahorro de capital variable o las formas neutrales de cam-
lal variable usado. . bio tec11ológico.
Sin embargo, el análisis presentado en el segundo volumen de El capttal lam· Según parece, hay multitud de consideraciones que se derivan del análisis del
bién nos indica otras circunstancias que están directamente en contra de ~umeutar segundo volumen, que tienen implicaciones parn entender el efecto del cambio
la integración vertical en la producción. La circulación general del capital toma tecnológico y organizacional sobre la composición de "alor del capital. Pocas de
esta forma:
:111 l lowanl y King ( 1975, pp. 198· l 99) resumen d argumento sobre este asunto. l'éase tambi~n
Ml'l'rtjc ( 1972). t¡Ul' da una prl'Sl'ntación 1t'.•cnica.
140 CAMBIO TECNOLÓGICO CAMBIO TECNOLÓGICO 141

estas consideraciones se toman en cuenta en el tercer volumen. Puesto que se su- Consideremos, primero, qué le sucede a la tasa de explotación, p!v, con el
pone que este último trata sobre la producci6n capitalista en general, como una aumento de la productividad de la fuerza de trabajo. Existe la ironía, claro está, de
unidad de producción, intercambio y realización, la omisión es algo sorprendente. que "al crecer la productividad del trabajo, crece también ... el abaratamiento del
Esto tiene una explicación bastante simple. El borrador del tercer volumen que obrero y crece, por tanto la c~ota de plusvalía'· (El capi~al, I, pp. 509-510), pero esto
ha llegado a nuestras manos fue escrito con anterioridad, antes de que se es exactamente lo ~ue ~e quiere decir al aumentar el valor de la productividad de
emprendieran las extensas investigaciones registradas en el segundo volumen. la fue~za de traba~o. Sm embargo, Marx generalmente sostiene que las clases de
Sólo podemos hacer conjeturas sobre lo que habría escrito Marx en el tercer camb10s tecnológicos que aumentan la tasa de explotación pueden hacerlC' sólo
volumen de El capital si lo hubiera revisado después de completar el segundo. en una tasa descendente (Grundrisse, 11, p. 340). Ésta es una aseveración radical
No obstante, podemos evitar algunas confusiones innecesarias si tenemos en que requiere una prueba rigurosa. Marx nos ofrece sólo un lfmite matemático'
cuenta el impulso glohal de su proyecto. Podemos incluso dar algunos pasos bas- que dice que cuanto más pequeña es la proporción de capital va.riable añadid~
tante simples y modestos para aclarar y hacer avanzar su argumento. en el valor total, más dificil es reducir esa proporción; pero los límites necesarios
aquí son sociales, no matemáticos. Podemos invocar la necesidad de mantener el po-
der de consumo de los trabajadores como una fuente necesaria de drmanda efectiva
5. EL CAMBIO TECNOLÓGICO Y LA ACUMULACIÓN para la _realización del capital a través del intercambio. P'>demos, en pocas pa-
labras.!. invocar todos los argumentos presentados en el capitulo JI, que sugieren
que exista una proporción de equilibrio del capital variable en el producto social
Her.-ios mostrado por qué el capitalismo es tecnológicamente dinámico por nece-
totca.l del cual~~ es posi?le ~~arlarse si~ destruir las condiciones de equilibrio pa-
sidad, y par qué existe bajo el imperativo de "renovarse o morir". Seacillamente,
r~#la producc1on y rea~1zac1on del capital en general. Vemos aqui la contradic-
las relaciones de clase que dominan en el capit¡iJismo ponen en vigor y aseguran
c1on qu~ surge nec~sanam.ente cuando cada capitalista se esfuerza por reducir la
las reorganizaciones perpetuas del proceso de trabajo tratando de obtener la plus-
~roporc1ón de capital vanable en el valor ~otal dentro de la empresa, al mismo
valía relativa. Los capitalistas, n.ituralmente, no operan en un vado, y enc-uen-
tiempo q~e ~specul~ o v~nde sus pro~uctos a los trabajadores empleados por
tnn una variedad de obstáculos, tales como la lucha de clase dentro del proc-eso
otros cap1tal1Slas. Este dilema surge mdependientemente de cualquier lucha
de trabajo. los lhnites del conocimiento cienttfico y tecnológico, los problemas de
s~bre la tas~ de salario real. y podemos ver fácilmente cómo estas luchas, bajo
cancelar valores cristalizados en maquinaria y equipo viejos, el simple costo del cam·
circunstancias favorables, pueden ayudar a sacar a los capitalistas de las dificul-
bio, etc. El ritmo, fonna y dirección del cambio tecnológico están restringidos en
tades que ellos mismos crean.
formas importantes, y también sabemos que el imperativo fundamental de revo-
Consi?~remos en segun.do lugar lo. que suc<:de a la tasa global de ganancia bajo
lucionar perpetuamente las fuerzas productivas (entendido como una proposi-
las cond1c1ones del cambio tecnológico general. Si medimos la tasa de ganancia
ción abstracta} se puede reafü.ar a través del .logro de una amplia variedad de es-
como p!(c + v), que es lo mismo que p!v!(l + c!v}, entonces obviamente la casa
tados tecnológicos reales (entendidos como la configuración particular del equipo
de ganancia bajará si la composición de valor del capital aumenta mientras que
pesado y la organización social que preserva y promueve la productivi.dad ~~ los
la tasa de plusvalfa permanece constante. En el capitulo VI nos ocuparemos de-
trabajadores). Sobre todo, hemos visto cuán importante es hacer hmcap1e en
tall~~amente de esta idea, pero ahora podemos ver de inmediato que una com·
que- éste es el valor de la productividad del trabajo, que a fin de cuen~as es todo
pos1c1ón de valor estable del c2.pital tiene un papel potencialmente importante
lo que importa. Los cambios en la productiv~dad ~sica son sólo un medio ~ar~ lo-
que desempeñar para estabilizar la tasa global de ganancia. No obstante, la idea
grar ese fin. Por tanto, el cambio 1ecnológ1co existe como la palanca principal
de la composición orgánica nos dice que el cambio tecnológico ti.entro de la
para llevar más lejos la acumulación del capital por medio de aumentos pem1a-
empresa está orientado principal y necesariamente a aumentar la composición
nentes en el valor de la productividú.d de la fuerza de trabajo. de valor. Sin duda se pueden identificar varias influencias de contrapeso: los
Si sometemos todo este proceso a un escrutinio cuidadoso, inmediatamente
efectos de interacción pueden ser tales que mantengan estable la composición de
nos damos cuenta de su <arácter contradictorio. Estas contradicciones, hay que
valor global frente a una composición orgánica en aumento. Por otro ladC", tam-
subr'ayarlo, son parte del propio capital y serian una fuente principal de confu-
bién podemos ver claramente que los capitalis!as individuales, presionados por
sión y tensión incluso en la ause·1cia de cualquier barrera "en la naturaleza'' (las
la competencia y siempre en busca de la plusvalra relativa, captan la forma
limitaciones de la base de rec.irsos) o en las formas espedficas de lucha de clases
eff mera de esta última de la ventaja tecnológica en la sociedad que no concuerda
que el sometimiento rea.l del trabajo al capital está destinado a desata::-. Imagine-
i::on una tasa de ganancia estable. En pocas palabras, los capitalistas individuales
mos por un momento u.1 mundo en que el legado de ~a "naturaleza" s~~ ilimitado .Y
se componan de tal forma que amenazan las condiciones que permiten la repro·
en que los trabajadores obedezcan las órdenes del capital con una doc1hda~ Y. servi-
ducción de la clase capiLalista.
lismo más característico de un autómata que de un ser humano. El objetivo de
esta ficción horrible es ayudarnos a entender cómo el capitalismo crea barreras Todo esto pone la cuestión de la mezcla tecnológica en el centro de las contca·
dentro de sí mismo, frustrando asf continuamente su propio proceso ele desarrollo. dicciones del capitalismo. Naturalmente que no es lo mismo du a la tc.:cnologfa
1'12 C1\MIHO TF.<:NOl.ÚC.1\.0 Ct\/\11\IO Tl·:C:NOl.ÓGICO 143

rsa posiriím <:l'ntral. tlllt' darll' a111011omía para dc•tt•rminar la historia dt•I t·apila ci(111 Vl'rlic al, t'l ta111a1io cli· la t'111pn·sa, <'Le., y así fije el límite entre el mercado y
lismo. Podemos ver que la tecnología real personificada en el proceso de trabajo el ambiente controlado (relativamente) dentro de la empresa. Puesto que este
es una fuente de contradicciones originada.s por requerimientos antagónicos. Es equilibrio es el producto de fuerzas fundamentalmente opuestas, es inherente-
este antagonismo fundamental lo que capta Marx, aunqu~ ~n una for~a más mente inestable. Empero, aquf existe una conexión con los prospectos para la
bien confusa, a través de los conceptos dualef. de las compos1c10nes orgánica y de acumulación. La composición de valor del capital no se puede determinar inde-
valor. El problema para el capital en general es estabilizar en alguna forma la pendientemente de estas características organizacionales. Si una composición de
composición de valor frente a una tenden<.:ia permanente a aumentar la campo· valor estable es esencial para tener ganancias estables, entonces deducimos que
sidón orgánica por medio del cambio te•:nológico dentro de la empresa. Lo que existe alguna forma de equilibrio de la organización que concuerde con la acu-
Marx trata de mostrarnos fundamentalmente es que sólo existe una forma en mulación equilibrada. Ésta es una idea fundamental y muy sencilla, que puede
que se logra est J, y es a través de las crisis. Dichas crisis se pueden interpretar como ayudar a C'ntender la cambiante organización de la producción capitalista. En el
la reestructuración for7.ada del procrso laboral, de tal manera que hagan regre· capítulo siguiente nos ocuparemos de esta idea en forma más concreta.
sar al sistema total a un estado que se ajuste a grandes rasgos a las condiciones de
la acumula..:ión equilibrada.
Marx n<J pr~5enta el argumento en esta forma, ni explora todas sus compleji·
dades y dimensiones. En los capítulos siguientes llegaremos a dicho argumento,
pero hay una dimensiím que vale la pena comentar aquí porque está implícita en
las consideraciones que ya hemos hecho en ef.te capítulo.
A menudo, Marx le dio mucha importancia a la contraposición entre la
anarquía y el desorden caracteñsticos de las 1elaciones de mercado, y el despotismo.
autoridad y control que existe dentro de la empresa. En la práctica, esta polari·
zación no es tan fiera como Marx la describió, pues la lucha de clases dentro del
proceso de trabajo modifica a la segunda, y la conducta monopólica, oligopólica
y de "liderato de precios" modifita a la primera. Sin embargo, incluso tomando en
cui!nta esas modificaciones, el principio general al que apeló Marx parece razo·
naolemente válido. Hay que advertir que el concepto de composición orgánica
está ligado a determinaciones dentro de la empresa y por tanto dentro de la are·
na del control capitalista. La composición de valor, por otro lado, representa b
relación g<:neral entre el trabajo vivo y el m11erto después de que se han elimina·
do todos los efectos de interacción y otras fuerzas diversas dentro del mercado. y
por tanto está ligado a determinaciones expresadas a través de la anarquía y el
de:1orden del mercado.
El límite entre el terreno controlado y la anarquía del rr.ercado está determi·
1&ado por el tamaño de la empresa. El lugar exacto en que se traza este límite es
de gran importancia para el funcionamiento de la economía en general. Por tanto
debemos considerar las fuerzas, si es que hay alguna, que determinan a grandes
rasgos la posición de <'Ste límite. El análisis de la definición de la corriente de la
composición de valor da aquí algunos resultados interesantes. Ya hemos mostra·
do que cuanto mayor sea el grado de integración vertical, más baja será la com·
posición de valor del capital dentro de la empresa y más grande es la arena del
control capitalista directo. A esto se opone el requisito de acelerar el tiempo de
rotación del capital fragmentando la actividad, subcontratando y generando
una proliferación en la división del trabajo. Esto sirve para aumentar la compo·
~ición de valor del capital. y al mismo tiempo para extender la arena de las rela·
c:iones de intercambio caut1cas y anárquicas a expensas de la producción regulada y
controlada. Entre estas dos fuerzas podemos comenzar a detectar el requisito de
algún equilibrio en la organ!zaci,)n de la producción que fije el grado de integra·
ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 145

talismo de monopolio" y poco después. acuñó la expresión "capital monopolista


de estado" para describir las nuevas formas de organización ec~nómica que esta·
han evolucionando entonces en los países capitalistas adelantados. A partir de
entonces, multitud de escritores han tratado de clasificar e interpretar estos
V. LA CAMBIANTE ORGANIZACIÓN DE cambios organizacionales. Esto no ha resultado fácil, y le ha seguido un activo
LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA debate sobre algunos de los fundamentos de la teoría marxista. 1 ·
El debate se centra principalmente sobre la supuesta transición de las formas
de capitalismo "competitivas", pasando por las formas de "monopolio" o de "fi.
PoR LO menos en su apariencia superficial, vivimos en un mundo muy diferen- nanzas'', a la presente etapa de capitalismo "monopolista de estado". Algunos
te al que prevaleció en Ía época de -Marx. En ningún lado se ve esto más clara- esc.ritores ponen en tela de juicio la terminología de las etapas, mientras que
mente que er. los drásticos cambios que han 01:urrido en las formas capitafütas otros la aceptan por considerarla descriptivamentt! útil pero interpretan el signi-
de organización para la producc.ión y la mercadotecnia. "Desde el principio de ficado de los términos en forma muy diferente. A continuación me dedicaré a
la Revolución Industrial" escribe Hymer, "ha existido una tendencia a que la analizar el proceso de la transición sin preocuparme particularmente de las eti-
empresa representativa aumente en tamaño, pasando del taller a lafábrica, lue- quetas que se le han de poner. En esta forma espero identificar una interpreta·
go a la corporación nacional, a la corporación multi"divisional y ahora a la cor- ción de la transformación organizacional que concuerda con la teoría marxista
poración multiuacional" (Hymer, 1972, p. 113). Aunque los gobi~rnos nunca del valor y así dejar a un lado varios fantasmas que persiguen a la bibliografía
fueron exactamente laissezfaire respecto a la actividad económica durant'! todo marxista.
el siglo XIX (ya que siempre desempeñaron papeles claves respecto al dinero y a Para comenzar. sería útil que recordemos que si Marx nos enseñó algo esto
las obras "públicas" cu gran escala, asf como asegurando las bases legales de los era, seguramente, que el mundo de las apariencias nos engaña y que la tarea de
contratos y la propiedad privada), las intervenciones del Estado que ahora son la ciencia es penetrar detrás de las apariencias e identificar las fuerzas que allí se
muy comunes a través de politicas fiscales y monetarias eran virtualmente d.!sco- encuentran. Si la teoría de Marx es tan robusta como él dice, entonces nos debe
nocidas antes de la década de 1930. La simple escala y complejidad de la organi- proporcionar las bases necesarias para interpretar las formas dramáticas y muy
zación -tanto en el gohierno como en los negocios- han cambiado hasta evidentes del cambio organizacional que ha ocurricto bajo el capitalismo durante
quedar irreconocible:; en los últimos 200 años. lo~ últimos cien años aproximadamente.
Cualquier teoría de la evolución económica del capitalismo debe tomar en Comenzaremos conectando la cur~stión del cambio organizacional con el argu-
cuenta estos enormes cambios de la organización, y explicar su necesidad histórica. mento general sobre el cambio tecnológico que se presentó en el último capítulo.
El propio Marx frecuentemente aludió a lo que él llamaba "las leyes de ccntrali· f.sta conexión es directa y obvia, aunque sólo sea porque Marx es?ecíficamente
zación del capital", y Engels escrihió detalladamente sobre esta idea. La necesi- inciuyc las características organizacionales en su definición de la tecnología. La
dad de resoJver el "antagonismo" entre rl control ejercido dentro del taller y "la nctesidad de realizar revoluciones permanentes en las fuerzas productivas impli·
anarqufa de la producción en la sociedad en general", escribió Engels, inevi- ca, entonces, que debe haber revoluciones permanentes en la organiz:¡ción de la
tablemente lleva a la centralización del capital como un medio parn extender las producción, pero si el enfoque general de Marx del cambio tecnológico es
islas de courol sistemático dentro del mar de las fuerzas ciegas del mercado. Las correcto, entonces debemos interpretar el cambio organizacio11al como una res-
sociedades por acciones fueron el primer paso de la organización en esta direc- puesta ~ fuerzas contradictorias. Debemos también anticipar que la organiza-
ción, pero pronto "esta forma t~.mbién llegó a ser insuficiente" y cedió el paso a ción alcanzada en determinado momento encarnará fuertes contradicciones que
los monopolios en gran escala (consorcios, convenios de industriales para contro- probablemente seráu fuente de inestabilidad y de crisis.
lar precios, etc.) que buscan la dominación del mercado y la integración vertical No es nuestra intención tratar de divorciar el análisis del cambio organiza-
en la producción y la distribución. "Finalmente, el representante oficial de la so- cional del análisis de los cambios en las formas del proceso de trabajo. Cada uno
ciedad capilalista -el Estado- tiene que emprender la dirección de la produc- debe verse como parte integral del otro. Sin embargo, el hecho de enfocar el lado or-
ci6n." Estas transformaciones necesarias, argumentó Engels, "no terminaron ganizacional de esta relación nos proporciona algunas ideas especiales. También
con la naturaleza capitalista" de la producción sino simplemente sirvieron para con- nos permite considerar el grado en que son todavía aplicables los argumentos de
seguir de minera mejor la producción de plusvalia. Marx, formulados en un mundo que estaba organizado de un modo muy dife-
Despué:i; de Engels, Hilferding trató de hacer un amplio análisis del "capital rente al que estamos acostumbrados ahora.
financiero", conceptualizado como una unificación del capital bancario y del 1 Hilferding (ed. 1970); Lenin (l·d. 1970). Gran parte del debate contemporáneo en el mundo de
capital productivo a través de una variedad de arreglos organizacionales. Lenin, habla inglesa proviene de llaran y Sweezy ( 1966). pero en Europa el debate tomó un giro bastante di·
utifüando gran parte del argumento de Hilferding aunque rechazan<lo la fcrcnu:: vétuc Boceara (1974). Poulantzas (1975), Ahva1er (197?) v el resumen en las declaraciones
política de este último, calificó al imperialismo como "la etapa superior del capi- reciemes de Fine y Harris (1979. caps. 7 y 8). llolloway y Picciott~ (1978) y Fairley (1980).
144
146 ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 147

Como ya hemos visto, el 1•sfuerzo competitivo por obtener plusvalia, y la nece· organización de la producción -expresado en términos del tamaño Cf! la empresa,
sidad de disciplinar a los trabajadores a las leyes de la acumulación, forman la el grado de integración vertical, el nivel de centralización financiera, o lo que
base del dinamismo tecnológico del capitalismo. La apropiación de las fuerzas sea- que concuerda con la acumulación capitalista y la operación de la ley del
prnductivas de los trabajadores por el capital requiere que éste renueve su orga· valor. Además, parece estar sugiriendo que este punto de equilibrio se
ni'Zación. El análisis de la cooperación, la detallada división del trabajo, y el de alcanzaría. por Jo menos en teoría, por el funcionamiento de tendencias opues·
la maquinaria, indica la necesidad de una organización jerárquica del proceso tas hacia la centralización y la descentralización. Como de costumbre. debemos
de trabajo y la separación entre el trabajo manual y el intelectual. La escala ere· ver el concepto del equilibrio como un medio conveniente de identificar el des-
ciente de la producción también requiere la concentración del capital, princi- equilibrio al que está propensa la sociedad capitalista. Además, debemos tratar
palmente a través de la acumulación. de identificar las fuerzas que alteran el equilibrio en la organización de la pro~
La concentración, empero, también puede acelerarse por un proceso de ducdón bajo el capitalismo y fomentan la centralización o la descentralización
centralización del capital. Los capitalistas en gran escala se pueden tragar a los excesiva!...
más pequeños, ya sea por medio de la competencia o empleando diversas estra· El problema, naturalmente, es que Marx no es explicito en cuanto a la clase
tagemas financieras (adquisición de otras compafüas, fusiones, etc.). Todo esto de centralización a la que se está refiriendo (financiera, productiva, etc.). y no
requiere nue,•os arreglos institucionales y orgeanizacionales, a menudo explícita· manific.sta explicitamente cuáles son las "fuerzas de repulsión" que impulsan a la
mente sancionados o estimulados por el Estado. La centralización completa "<·I descentralización, aunque en varios lugares habla del incentivo para el capital de de·
trabajo de la acumulación permitiendo que los capitalistas industriales extien· dkarse a subcontratar extensamente sus operaciones (El capital, 1, p. 464), y de la
dan la escala de sus operaciones". Esto forma el "punto de partida" para "la tendencia del capitalismo a abrir nuevas ramas de producción que por lo general
transformación progresiva de procesos aislados de producción, llevados a cabo son en pequeña escala y requieren mucha mano de obra (Grundrisse, 11, p. 154).
por los métodos acostumbrados, a procesos de producción socialmente combina· Sin embargo, podemos hacer teorías sobre este proceso, basándonos en lo que
dos y científicamente arreglados". La centralización puede lograr "en un abrir y se dr.scubrió en el capítulo anterior sobre los Umites de la integración vertical y el
cerrar de ojos" lo que tomaría muchos años de concentración a través de la acu· limite necesario entre la producción y el intercambio. El incremento en la integra·
mulación. "1arx concluye que existe una "ley de centralización del capital' que ción vertical hace que disminuya la composición de valor (lo cual es ventajoso para
desempeña un papel vital para regular la organización cambiante de la produc· la obtención de 1as ganancias) pero aumenta el tiempo de rotación (con lo cual
ci6n bajo el c• pitalismo (El capital, 1, pp. 529-532). d;sminuyen las perspectivas de obtener ganancias). En el primer caso, el grado
Se ha dad.'l mucha importancia a esta supuesta "l1•y" en. las obras publicadas de integraciún vertical puede ser interpretado como el producto de estos dos incenti·
subst"cuentemente, ya que parece explicar perfectamente bien la enom1e centraliza· vos opuestos.
ción observable de la fuerza económica y política en unas pocas corporaciones domi· Aqui entran también en juego consideraciones necesarias que fijan el lfmite
nantes. Sin embargo, como trxlas las dC'claraciones de Marx "que parecen leyes'', de· entre la esfera del control capitalista dentro de la producción y la del intercam-
bl'mos tener cuidado de no atribuirle poderes absolutos y sin restricciones. E11 la bio en el mercado. Es cierto que en el mercado "reinan la suerte y el capricho",
m;sma forma en que podemos identificar fuerzas de contrapeso a la "ley Je la prro también debemos recordar que la ley del vJ.lor, respaldada por la "autoridad"
cr.!ciente composición orgánica del caµital", asf podemos concebir varias fuerzas de la competencia y "la coacción que ejerce sobre ellos la presión de sus mutuos
que contrarrestan la tendencia a la centralización. intereses", es establecida en parte a través de coordinaciones del mercado que
El propio Marx prestó mucha atención al fenómeno de la centralizc.ción. r:leterminan "qué parte del tiempo de trabajo de su sociedad disponiUle se puede
Marx argumenta que el monopulio es el resultado final inevitable de Ja compe· gastar en cada clase de mercancías" (El capital, l, p. 290). Las esferas de la pro·
tencia, y que el afán de controlar llevará a una integración vertical progresiva ducción y del inLercambio se condicionan mutuamente. El capitalismo no puede
dentro del si!llema de producción capitalista. Sólo se llegará al limite máximo de abstenerse de las coordinaciones del mercado y seguir siendo capitalismo. La
todo esto "cuando todos los capitales invertidos en ella se aglutinen en manos de centralización extiende la esfera de la producción controlada a expensas del in-
un solo capitalista" (El capital, l, pp. 529-532). No obstante, Marx argumenta tercambio. Si la esfera de operaciones del intercambio se recoita hasta el punto
en otro lado que la tendencia hacia la centralización "no tardarfa en llevar a la que las coordinaciones del mercado quedan gravemente menoscabadas, enton·
producción capitalista a la hecatombe, si no existiesen otras tendencias contrari~s. ces los pron:sos que permiten que se decerminen los valores (véase el cap. 1) se
que actúan constantemente en un sentido descentralizador al lado de esta fuerza vudven menos eficaces y la operación de la ley del valor queda mutilada. Esto
centrípeta"(Elcapital, III. p. 245; Teoría.ssobrelaplusualía, III, p. 311). Existen supuestamente explica. por qué la centralización excesiva sin "fuerzas de repul-
cicrLas "fuerzas de repulsión'' que esLán siempre activas para asegurar que "por- sión" que la contrarresten pronto "ocasionaría el derrumbe de la producción capi·
ciones del capiul original se separen y funcionen como nuevos capitales inJe· talista". Las esferas de producción e intercambio. como dos partes de una misma
pendientes" (El capital, l, p. 529). unida<l, son imponantes para la permanencia del capitalismo. El limite entre
Lo que Marx parece estar proponiendo es que existe algún "equilibrio" t:n la ellas puede ser íluido, pero evidentemente no puede alejarse demasiado de un
148 ORGANIZ,\CIÓN DE I·RODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 149

punto de equilibrio sin amenazar seriamente la reproducción del propio capita- confundir el hecho de que el capitalismo sicrr.pre sigue siendo capitalismo co.1 la idea
lismo. de que las relaciones de producción y la estructura económica global siguen estando sin
El comentario de Marx de que la ley del valor se afirma a si misma como "una transformar. De acuerdo con la teoría marxista, las relaciones de producción son obje-
ley de la naturaleza" bajo el capitalismo no es una obsetvación casual o petulante. to ele un proceso incesante de transformación ... Esto no impide que la naturaleza
esencialmente capitalista de estas relaciones se preserve y se profundice, pues, persiste
Claro está que la ley del valor es un producto social, pero las relaciones sociales
la relación fundamenta) de la explotación deJ proletariado (Boceara, 1974, p. !1). 5
del capitaiismo se aseguran de que una sociedad capitalista no sólo esté- ligada a
las consecuencias de la ley, sino tzmbién de que trate de perfeccionar perpe·
tuamente el funcionamienh> de la ley. F.sto implica que el cambio organizacio- La clase de reconciliación que propone Boceara debe, si ha de se-r convincen-
nal se debe interpretar en términos de ese proceso. Si esta idea es aceptable como te, ser teóricamente segura e históricamente apropiada. Una teorfa marxista de
hipótesis, t•ntonces nuestra tarea consiste en explicar la forma en que los cambios la dinámica capitalista debe estar unida con los resultados de la investigaci6n
manifiestos y de amplio alcance de la estructura de la organización bajo el capi- histórico·materialisla, una unificación que Marx insisda era vital para ambos.
talismo han servido pan perfeccionar la operación de la ley del valor. Bajo este Puesto que ésta es siempre una tarea muy dificil, avanzaré esquemáticamente.
punto de vista, supuestamente, Engels argumentó que los cambios que se pu- En teoria, supongo que el funcionamiento de la ley del valor depende de la anicula-
dieron observar en la organización en el siglo XIX fueron fomentados por el de- ción de un conjunto de mecanismos competi~vos que sirven para tres prop6sito5 fun-
seo de incrementar la producción de plusvalfa. damentales: igualar los precios de las mercandas, igualar la tasa de ganancia entre
La transición de la forma de organización competitiva a la de monopolio y las empresas y entre los sectores, y finalmente canalizar el movimiento del capital y
luego a la de monopolio estatal ciertamente parece representar un ir..ovimiemo ubicar la fuerza de trabajo de tal manera que se sostenga la acumulad6n. Para
que se a1eja de la "autoridad" de la competencia y por tanto es un 11ovimiento que simpHfic.ar las cosas, también trataré de pasar por alto totalmente la mecánica real
sf aleja del poder regulador de la ley del valor. Algunos marxistas han sacado esa del proceso por el cual se forman nuevas estructuras de organizaci6n. La tarea
conclusión. Daran y Sweezy, por ejmplo, argumentan lo siguiente: básica es entonces comparar ante si las etapas supuestamente diferentes del capi-
talismCJ en relación con su grado de competencia,' compensación de precio y de
No podemos contentarnos con remendar y corregir el modelo competitivo que si:·ve de ganancia, y la corriente sostenida de capital hacia llneas de actividad que pro·
base a la teoría económica [de Marl' J. . . En un intento por entender el capitalismo en duzcan plusvalfa.
su etapa de monopolio, no podemos ~epararnos de él o presentarlo como un mero fac- Consideremos ahora la etapa supuestamente "competitiva" del capitalismo
tor modificador; debemos ponerlo en el centro mismo del esfuerzo analítico. (Baran y como existía, digamos, en la década de 1840 en el mundo capitalista ''avanza-
Sweezy, l 96ó. pp. 5-6.) do". La actividad industrial en esa época estaba organizada casi totalmente a
El abandouo del modelo competitivo en Marx ciertamente no lle•1a consigo el bas(' de negocios familiares, usando métodos de contabilidad y de negocios que
abandono de la ley del valor, que Baran y Sweezy están plenamente preparados eran r.umamente tradicionales, en el sentido de que el empresario de la década
para hacer, como hay que reconocérselos. El problema es que no podemos reti· de 1840 se habría sentido muy a gusto en el medio mercantil de los comerciantes
ru esto, la pkza clave del análisis de Marx, sin poner en duda o compn:.imeter italianos del siglo xrv. La misma persona actuaba como propietario y como ad·
senamente todas las demás categorfas marxistas. Después de todo, cuando las ministrador, el tamaño de la empresa era tan reducido que toda la estructura in-
categodas se definen relacionalmente, se deduce que no se puede modificar una dustrial se podría calificar razonablemente como descentralizada en gndo su-
o i,acarla dd análisis por arte de magia sin alterar a todas las demás. 2 mo. Clar9 está que al mismo tiemro habfa muchos ejemplos de industrias inte-
Boceara aC'epta igualmente la idea de una transición de la etapa competitiva gradas verticalmente, en que la división social del trabajo aún no había cobrado
a la de monopolio y a la de monopolio estatal, pero trata de reconciliar t>stas fuerza, asi como formas de monopolio más antiguas que aún no se habían elimi·
transiciones con la teorfa :narxista viéndolas "dialfrticamente'' en vez de unilate- nado; por ejemplo, la British East India Company que duró hasta 1845. Podrla·
ralmentr.. El paso de una forma a ocra es, en su opinión, un intento por superar mos suponer razonablemente que estos últimos pasartan con el tiempo, al igual
las contradicciones implfciLas en una forma anterior por medio de la creación de que extensos sectores de activida<l que aún estaban organizados a lo largo de
una nueva forma de capitalismo que, a r.u vez, está condenada a expresar las líneas precapitalista:> (producción artesanal, agricultura rural, comercio petil
cC1ntradicciones fundamentales del capitalismo, aunque bajo formas nuevas y bourgeoú y producción de talleres, etc.). Todas estas formas quedarían redud·
aparentemente bastante diferente5. No debemos das finalmente al modelo capitalista puro. Las únicas actividades centralizadas y
en gran escala eran las 'obras públicas o casi públicas (los ferrocarriles, canales,
Aquf t'lwte cierta ironra. Mientras ílaran y Sweezy se prcparan para abandonar la ley del valor
!: instalaciones portuarias, etc.) y las finanzas del gobierno. Algunas de las princi-
e11 ~1
intcrcamoio, Bravcrman (1974). in~pirándo.se en su trabajo. muestra convine ·ntememe cómo pales casas de banca, como Baring y Rothschild, estaban en posición de levantar
la idea mar:oci~ta del valor capta con una exactitud devastadora las condiciones que prevalecen dentro
de la producción (véa,se el cap. 1v, scc. ~de rstc libro). Para mf es un misterio cómo pueden prevale-
ce·: los valores dentro de la producción, pero no en el intercambio. 3 Para una crítica enérgicl!. ele la formulación de Boceara, triase Thfrct y Wievorka ( 1978).
150 ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAJ'ITALISTA ORGANIZACIÓN DE t•RODUCCIÓN CA 0 1TALISTA 151

o hundir a los gobiernos, y el poder de estos últimos para imponer tributos esta- ganancias.!• La virtud de los empresarios capitalistas de vanguardia, esas figuras
ba integrado cada vez más en el mundo de las altas finanzas a través de las legendarias dd capitalismo del siglo XIX, estaba precisamente en su notable ha-
deudas del gobierno. En estos terrenos había muchas quejas sobre la inmensa bilidad para sostener la acumulación a pesar de todas estas barreras, incluyendo,
concentración de poder económico y financiero, pero la actividad industrial y debemos decirlo, su propio modo de organización. Además, si las transferencias
agrícola, en general, era en pequeña escala. bastante descentralizada y general- tecnológicas y los movimientos de capital eran bastante notables, teniendo en
mente independiente del control financiero directo por los "altos financieros" cuenta la situación general, no podían considerarse como la perfección de la
que, en general, se resistían a panicipar en forma directa y prolongada en la pro· competencia bajo ningún concepto. Por tanto, ¿cómo es posible que se llame ge-
ducción industrial y agrícola. La principal conexión entre la actividad productiva y neralmente a este periodo de la historia capitalista "la etapa clásica de la compe-
el mundo de las finanzas estaba en que éste daba crédito comercial a corto plazo. tencia"?
Sin embargo, una cosa es señalar la pequeña escala de las empresas y la frag· La respuesta supuestamente está en la manera en que la "empresa" ha sido
mentación de la actividad económica, y otra suponer que esto traia consigo una idealizada en el pensamiento burgués y en el papel hegemónico que juega este
competencia perfecta, la igualación de los precios y las ganancias, y no digamos pensamiento para dar forma a nuestra comprensión sobre el mundo. La visión
una base adecuada para la acumulaciiln sostenida. Las variaciones en los precios de los empresarios, persiguiendo sus propios intereses individuales y egoístas pero
de una localidad a otra eran muy marcadas. Aunque no existen muchos esttAdios guiados por la rriano invisible del mercado, en tal forma que incrl!mentan. el
sistemáticos sobre las diferencias en las tasas de ganancia, las pruebas que tene· bienestar social general, es común en Adam Smith y en la ecouomla neoclásica
mos - todas en términos de dinero-precio-, indican que variaban mttcho de de su tiempo. Esta última, en particular, idealiza a las empresas en formas que
una empresa a otra, de una industria a otra y de un lugar a otro:' Los mecanis· nunca existieron y fetichiza a la empresa en pequeña escala, que carece de cual·
mos para compensar los Frecios y las ganancias por medio de la competencia .:¡uir.r grado de poder de monopolio en el mercado, como el agente ideal para
eran cualquier cosa menos perfectos, y la ubicación del trabajo era casual en el lograr el equilibrio competitivo. De ahi ha surgido una asociación injt:.stifü.ada
mejor de lo!) casos. No es dificil ver por qué sucedía esto. entre la pequeña escala de la organización y la competitividad.
Para comenzar, los costos de transpone eran relativamente altos y la imegTación A Marx no lo engañaron con esa visión, y a nosotros tampoco áeben engañamos.
espacial de las economías nacionales, y no digamos la economía internacional, esta- En la ~tapa supuestamente "competitiva" del capitalismo, cuando las empresas
ba en sus etapas más primitivas. Las empresas muy pequeñas podia funcionar eran en realidad relativamente pequeñas, la ley del valor operaba imperfecta-
como monopolios en el mercado local que controlaban. Los costos de transac- mente y tas leyes del movimiento sólo se sendan parcialmente. Por tanto, el
ción -los gastos necesarios de la circulación - era~ también relativamente altos problema en la década de 1840 era perfeccionar la competencia, aum~ntar la
en relación con el volumen y el valor, mientras que el flujo de la información era operación de la ley del valor y i::ontinuar aumentando la productividad del trabajo
lento, esporádico e incompleto respecto a los movimientos de precios, las oportuni- de tal manera que se pudiera sostener la acumulación. Las barreras a la circulación
dades de ganancia, las técnicas de producción, etc. Los mercados de capital enaban y al movimiento tenfan que superarse y los monopolios locales eliminarse por medio
en un estado muy primitivo; frecuentemente eran locales en vez de nacionales, y to- de la integración espacial. Los costos de transacción teman que reducirse mucho, los
da la estructura institucional para facilitar el flujo del dinero (ya sea para permitir el mecanismos para la recolección y diseminación de información tenían que mejorar·
intercambio de mercancías o en se. función como capital-dinero) casi no estaba se y la estructura institucional para facilitar los pagos en dinero, flujos de capital,
adaptada para producir ajustes rápidos en la producción. Para colmo de males, cte .. aún no se había creado. Había que hallar soluciones a todos estos problc·
la estructura tradicional de familias propietarias era una barrera a Ja vez que mas. La ironía aquí es que la organización tradicional de la empresa en pequeña
una \'Írtud cuando se trataba de ser capaces de responder a nuevas oportunida· escala -tan idealizada en la teoría burguesa como un dechado de competitivi·
des de obtener ganancias. Puesto que la propiedad y el control eran idénticos y dad- fue una de las barreras más serias para encontrar soluciones a estos pro-
la forma de compafüa por acciones aún tenia que penetrar suficientemente en la blemas. La organización tradicional de la empresa tenía que superarse a fin de
actividad indust:ial y agrícola, el potencial de expansión de los negocios, ya sea perfeccionar la competitividad del inte:·cambio y de la obtención de ganancias.
por medio <le la operaciln en gran ese.tia o la expansión geográfica, estaba limi- Las b;.ureras a la competencia se redujeron hasta cierto punto por las mejoras
tado estrictL'mente por la capacidad administrativa de la familia o de una so· impresionantes en el transpone, las comunicaciones y las técnicas bancarias. Sin
ciedad limitada. embargo, en cada uno de estos sectores podemos presenciar la aparición de fonuas
Por tanto, un alto grado de descentralización de la organización iba de lama- de organización en gran escala y, casi monopolisticas, con un poder inmenso
no del poder de monopolio localizado, y de toda clase de fricciones y barre.ras sobre el mercado según los criterios del siglo XIX. Los ferrocarriles, en particular,
que inhibían la verdadera competencia<' impedían la igualación de lo<; precim y
r. Chandler ( 1962. p. 3) l'scribc: "Las rnmpañías compraban sus materias primas y sus produccos
1erminados <'n la lm·alidad. Cuando fabricaban para 1111 mercado qu<' t'staba algo alejado de la fr\bri·
·I Los <"sludios sobre In :1ut• lt• ~uceclici n"1lmc·111e
a l 1 1as;1 de ganandus son pocos y espacia.los. ra. compraban y \'l'ndfan a irav(•s dt• ag<'llll') a l'omisión que 1ambi~n se ocupaban dl' 1<.s negocios de
Bo·1v'cr et al. (1965) han produddn una 11~ la~ ohrns mejores y más instruccivas sobre esll' 1ema. \•ari<ls otras rmpwsas."
. -- - ·-·------------------------
152 ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 15S

proporcionaron el terreno de pruebas para las formas modernas de organización escala - como canales, ferrocarriles, muelles, etc. - , derivó precisamente de
corporativa. La "revolución de la organización" que tuvo lugar a fines del siglo e-;as objeciones. Toda la historia de las bancarrotas especulativas de mediados
XIX, y que culminó con la aparición de los consorcios y los convenios de in- del sigfo XIX hasta la fecha sugieren que las objeciones estaban l"!jos de ser infun-
dustriales para cont:·olar precios y normas, puede verse en parte como un intento dadas, y que la forma "financiera" de capita'lismo se enfrenta a un perpe':.uo pro·
por superar todas estas barreras a la competencia reemp,azando el negocio fami- blema d~ ma~,tener en orden su propia casa (véanse los caps. IX y X de este libro).
liar por la empresa moderna. Esta sustitución ocurrió, según Chandler, cuando El efecto neto de aumentar el tamaño de la empresa, la centralización de ca-
"la coordinación administrativa permitió mayor productividad, costos más bajos pital, la integración vertical y la diversificación dentro de la forma corvorativa
y ganancias más altas que la coordinación por mecanismos de mercado". La de la empresa ha sido reemplazar la "mano invisible" del mercado por la "mano
nueva forma tuvo múltiples ventajas: visible" de los administradores. Entonces, ¿cómo se relaciona esta mano visible
de la coordinación administrativa dentro de la esfera de la producción con la
Al realizarse rutinariamente las transacciones entre unidades, los costos de estas tran- expresión del valor que, según nos dice nuestra teorfa, se debe alcanzar p0r lo
t.acciones bajaron. Al enlazar la administración de las unidades de producción con las menos parcialmente a través del intercambio?
unidades de compra y distribución, se redujeron los costos de la información sobre los El control monopólico y el poder del mercado permiten que la gran corpora-
mercados y las fuentes de abastecimiento. Algo que tuvo mucho mayor importancia ción sea una "creadora de precios" en vez cie una "tomadora de precios" en el
fue que la integración de muchas unidades permitió que el flujo de mercandas de una mercado. No obstante, aunque los administradores cuentan con una serie de
unidad a otra estuviera coordinado por la administración. La programación m&s eficaz
de los flujos hizo posible un uso mb intenso de las instalaciones y del personal emplea· estrategias para fijar los precios, ninguna es exactamente arbitraria y algunas,
do en los procesos de producción y distribución, y asl aum~ntó la productividad y redu- como la fijación del costo marginal en los precios, armonizan con las circunstan-
jo los costos (Chandler, 1977, pp. 6-12). cias de la oferta y la demanda como nunca lo hizo ninguna fijación de precios en
el mercado. Aunque es cierto que los precios resultantes no son los mismos que
Chandler mantiene que la empresa mercantil de este tipo "apareció por pri- los quC' se obtienen a través de la competencia de precios, las desviaciones de ningu-
mera vez en la historia cuando el volumen de las actividades económicas akauzó na manera son suficientemente importantes como para justificar que~ abandone la
un nivel que hizo que la coordinación administrativa fuera más eficiente y más idea de que los valores son expresados a través de los preciof del mercado. La
lucrativa que la coordinación del mercado". La búsqueda de las ganancias hizo oferta y la demanda simplemente reemplazan a la competencia abierta como
que disminuyera el papel del intercambio y extendió la esfera de la producción mecanismo. La objt.ción de que los administradores toman decisiones basándose
porque, en cierta escalad·~ la producción, los costo~ de transacción y circLlladón en la csLal>ilidad y el crecimiento a un plazo relativamente largo, tiene más peso
eran más altos en el mercado que dentro de la empresa. Al volver internos estos (aunque para muchos el plazo largo no es muy largo). Este cambio a futuro y en
costos, la empresa pudo disminuir las barreras a la circulación de capital y mejorar la capacidad para planear la obsolescencia es particularmente importante cuan-
la capacidad de igualar la tasa de ganancia: Por tanto, la centralización del ca- do se trata del uso del capital fijo (véase el cap. VIII).
pital puede mejorar en vez de disminuir la capacidad para igualar las ganancias. Asimismo, casi no se puede dudar de que la "clase administradora" hasta
La empresa comercial m.:>dema también hace, como vio Marx, "del capitalista cierto punto ha cobrado vida propia, se ha vuelto "relativamente autónoma" de
realmente en activo, en un simple gerente, administrador de capital ajeno, .Y de los dueños del capital y por tanto se ha convertido en "una fuente de permanen-
los propietarios de capital en simples propietarios, en simples capitalistas en dine· cia, poder y crecimiento continuo" .6 Por otro lado, en la medida en que las
ro" (El captial, 111, p. 415). La forma financiera que asumió entonces el capitalis· estructuras administrativas se han burocratizado, se han vuelto rígidas, inflexi-
mo permitió "una extensión en proporciones enormes de la escala de la producción bles e incapaces de adaptación importante. Asimismo, en la medida en que la
y de las empresas", que iba mucho más lejos de lo que lo:; capitalistas individuales corporación moderna ha captado la ciencia, la tecnologfa y la planeaci6n (y, por
pudieron esperar alguna vez. Esto significó "la supresión del capital como pro· medio de las leyes de patente, ha desarrollado una capacidad para regular la in-
piedad privada dentro de los lfmites del mismo régimen capitalista de prodL•c- novación) ha tenido éxito para integrar en su interior los procesos del cambio
ción" (El capital, 111, p. 415). tecnológico. 7 La corporación se dedica a producir nuevas clases de procesos de
Esta separación entre propiedad y admini:;tración ayudó a superar laf. limita· trabajo y nuevas estructuras administrativas, asf como nuevos productos y nuevas
dones administrativas de la empresa familiar al estilo antiguo, y a abrir el campo a líneas de productos. En el grado en que domina ciertas ramas de la producción,
la aplicación de técnicas de manejo y organización modernas. Esto, sin embar- las estimula a expensas de todas las demás, a menudo en detrimento de la estruc-
go, trajo consigo algunos peligros. Adam Smith, sin duda teniendo en mente las tt.ra económica global. Y en el grado en que las corporaciones se ven obligadas,
quimeras especulativas de principios del siglo XIX, consideró a las compañías
6 Chandlcr ( 1977) proporciona una gran cantidad de datos históricos sobre esto. El problema ge·
por accionl!s como licer.cias para que los empresarios irresponsables pudieran es-
nt'ral dl" la "dasl· administrativa" ha sido anali.:ado por varios e:-scritores como Poulantzas (1975),
pecular con el dine10 de otras personas. La renuncia a sancionar las formas de Ht·ckn (1'177) y WriJ.:lll (1!178).
organización de las compañfas por acciones, excepto en obras púbfü:as de gran 7 N:1blc ( 1977) propnrciona una rcsl"Jia c~cdcntc de cómo sucedió esto.
IM ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCC!ÓN CAPITALISTA 155

por virtud de su tamaño y de su importancia, a negociar con los gobiernos, ínter· Las pruebas históricas concuerdan con este argumento.' Las ·estructuras des·
vienen en la politica en forma abierta o encubierta y poco escrupulosa para sus ccnt~afüa<las ~ multidivisionales dentro de la gran corporación comenzarou a
propios intereses egoistas. ~urgu en la decada de .1 ~~O en respuesta a tipos específicos c!e problemas, los
En todos estos aspectos, la forma corporativa moderna de las organizaciones ,_~ales resultaron muy d1f1ciles de r~~olvcr para lo~ sistemas centralizados del pe-
parece ser la antitesis de la competitividad y, por· implicación, incapaz de riodo que acaba de pasar. Como dtJ<> Chandler, 'al crear una tensión cada vez
igualar los precios y ganancias de acuerdo con los precios de producción y la tasa me~os .tolerable sobre las estructuras administrativas existentes, la expansión
promedio de ganancias. terruonal Y.e~ ?1.ucho..mayor grado.la ~iversificación de los prodJctos trajeron la
Veamos ahora el otro lado de esta imagen. Los grandes conglomerados finan· forma mult1d1v~s1onal . L.a.reorgamzac16n estructural emprendida en la General
cieros han logTado la capacidad de cambiar el capital y la fuerza de trabajo de Motors en medio de la crms de 1921·l922 creó una organización descentraliza-
una ltnea a otra y de una parte del mundo a otra "en un abrir y cerrar de ojos". da q_u<':. "no sólo la ayudó a conseguir la tajada más grande del mercado auto·
Estos conglomerados pueden crear -y de hecho crean - sistemas muy elaborados mov11ís~1~0 de Estados ':lni~os, sino también a ampliar y administrar con éxito
para reunir y utilizar inform•~ción sobre técnicas de producción, y sobre las c·por· sus ~ct1v1dades de fabncac1ón, m~rcadotecnia al otro lado del mar. Además,
tunidades del mercado y de las ganancias. Los costos de transacción se reducen debido a su estructura administrativa, fue capaz de llevar al cabo brillantemrnte
al mínimo dentro de la corporación, y la producción y distribución se pueden una amplia estrategia de diversificación en la ·fabricación y venta de todo Lipo de
planear hasta el último detalle como si no existieran barreras internas a la realiza· n:iotores Y productos q1.1e usaban motores, en los años que siguieron a la reduc-
ción. En igual forma puede responder a muchas de las dificultades que acompa· ción. del s;ne.rcado automovilrstico a fines de los veinte.". La competencia, incluso
ñan a la creciente dependencia del capital fijo en relación con la plancadón de la df upo hmnado que funciona bajo el oligopolio de mercado, pronto obligó a
obsolescencia. En todos estos aspectos, la corp'lración moderna ha aumentado su otras compañías automovilísticas a seguir su ejemplo. La estructura corporativa
capacidad potencial para lograr una igualación de la tasa de ganancia dentro de descentralizada y multidivisional se habia generalizado en todo el mundo para la
sus confines. 11 década de 1960. 9
Sin embargo. una cosa es hablar de c.apacidad potencial y otra muy diferente El pJnto interesante, naturalmente, es que esta estructura descentralizada está
señalar la necesidad de lograr algo. Para descubrir los secretos de la igualación org~mz~da de tal modo q~e a cada división (ya sea una línea de productos o-un
de ganancias y las formas contemporáneas de competencia, tenemos que pe- t~rmono) se le puede ped1~ que rinda cuentas financieras. La actuación admi·
netrar en el laberinto de las estructuras administrativas modernas. Recorderr.os mstrativa de cada división se puede medir en términos de la tasa de utilidades
que Marx insistió en que debíamos penetrar "al taller oculto de la producción, sobre el capital de dicha división. La función de la administración central es
en cuya puerta hay un cartel que dice: 'No admittance exception busine~.s', ... con~rolar la a~tuación y ubicar recursos - fuerza de trabajo, habilidades adminis·
Y se nos revelará definitivamente el secreto de la producción de plusvalía" (El ca- tra.uvas Y medios financieros - en relación con la lucratividad presente o la que se
pital, 1, p. 128). est1'?a para el futuro en cada división. Con los costos de transacción reducidos al
Chandler es uno de los pocos historiadores que han tenido la suerte de entrar mimmo, la est.ructura administrativa moderna genera una forma de competencia
en este difkil territorio. Sus descubrimientos son interesantes. Lo más importan- dentro ~e sf misma que a menudo tiene el efecto de igualar la tasa de ganancia. La
te desde el punto de vista de nuestro argumento presente es esto: lo que des<le ~l conclus1on a la que esto señala es que el conglomerado financiero moderno es en
ext<~rior parece un movimiento constante y aparentemente irreversible hacia la ~érminos de su organización interna por lo menos, mucho más eficiente ~ara
centralización, ha ido acompañado en el interior por una descentralización igualar la tasa de ganancia que sus antepasados supuestamente más competitivos
progresiva y controlada en la estructura de la administración. Aquí, quizá, podemos de la primera mitad Jel siglo XIX.
encontrar el secreto del movimiento de contrapeso hacia la descentralización, que ~ta estruc~ura corporativa m.ultidívisional y la incorporación de la· compe·
impide el derrumbe de la producción capitalista debido a la centralización excesiva. ten~ia no ~urgieron en forma accidental. Los grandes consorcios y los c')nvenios
La idea de un equilibrio en la organización, logrado por el balance entre las fuerzas ~e mdustnales para controlar precios y normas (formados a principios de este
de repulsión que empujan a la descentralización, y las fuerzas de centralización, siglo en u1.1a fas~ de centralización en masa del capital) estuvieron en graves difi-
no c~s remota en lo absoluto. Sin embargo, ahora está expresada por la integra· cultades financieras durante un corto periodo a pesar de todo su poder sobre el
dór. de la competencia dentro de la corporación, que se presente a sf misma ante mer:a<lo, que supuestamente era inmenso. Además, estuvieron en dificultades
el mundo como un monstruo monopolístico centralizado. P.rec1samente _porque no s~bían exactame?te en medio de sus complejas opera·
~iones; de donde proveman sus ~ananc1~s ~ los costos innecesarios en que
ll F.sta c-s la principal conclusión que .se pu<'de sacar de la obra de Palloix ( 1971, 1973 ): uéame mcuman. El desplome de la producción cap1tahsta pareda realmente inminente, si
tambil'n laa lt:c1uras editadas por Radice (1975). En contraste con la desuni61. que prevalece entre
Uaran y Sweez;t por un lado y Braverman por"' otro (véase la nota 2). PaJJoix auna esta visi6n de la
• • ~haru.llc;r ( 1962, pp- ·~·l·•i6); J lannah ( 1976) proporciona un estudio análogo de la experiencia
9
creciente pcnetnción de la ley del valor a 1ravf.; del intercambio internacional con la que podría dar· bntamca. Vea.w 1amb1l'll Scott (1!179).
se en c:I campo de la producción (t•hue Palloix. 1976).
156 ORGANIZACIÓN DE :?RODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 157

no hubiera sido por "las fuerzas de repulsión" que se desataron y que crearon la los actores económicos que intervienen en esos procesos hacen que sea cada vez
estructura multidivisional. menos seguro que las formas capitalistas de organización se apro'.'<imen a ese
Las "fuerzas de repubil)n" fueron movilizadas, empero, por restricciones ex- equilibrio que aseguraría la compensación de los precios y las ganancias v
ternas que operaban a través del mercado, restricciones que obligaron incluso a sostendría la acumulación.
las corporaciones más grandes a ajustarse en cierto modo a la ley del valor. Esto El prohlcma de mantener los procesos lompetitivos por medio de arreglos or·
nos trae a la cuestión de cómo se mantiene la competencia entre conglomerados ganizativos se vuelve aún más agudo cuando consideramos la participación del
financieros, y el gradr· t•n que es.ta competencia produce una compensación de Ri;tacto <'ll 1:1s c-sfrras <Ir la produn:-i(m y <'I intercambio. Hablamos aquf de los tipos
precios y ganancias a través de todas las unidades económicas sin importar su lél· de ;n1crw11d<m dirc.·cta <le parte del Estado más bien que del Estado como pro·
maño o su tipo. tector de los derechos de propiedad privada, de los contratos, etc .. o del Estado
La principal prueba para el oligopolio y el monopolio está en el grado de po· como "garante" de los proyectos de producción y reproducción de la fuerza de
der del mercado, y en la capacidad para dictar precios libres de presiones com- trabajo (por medio de inversiones en la salud, la educación, los servidor de bene-
petitivas en el mercado. Los precios del mercado son igualados por dictados del ficiencia, etc.). Aunque toda la cuestión del intervencionalismo estatal es demasiado
monopolio, o de acuerdo con las estrategias del "liderato de precios" dentro de compleja para que nos ocupemos aquf de ella detalladamente, podemos identificar
un oligopolio. Las tasas de ganancia quizá se igualen todavfa, pero la compensa- de inmediato tendencias de contrapeso hacia la centralización y descentralización,
ción es deformada por los precios de monopolio que supuestamente se desvfan de expresadas dentro del aparato estatal y a través de él.
los precios de producción que se realizarlan bajo la competencia. . Por un lado, vemos que el Estado trata de impedir la centraHzación exc~siva,
F.s fácil dar demasiada importancia a este argumento. Las grandes corporaclO- ya r.ea regulando las formas capitalistas de organización (por medio de una serie
nes, que operan dentro de un ambiente de mercado monopolfstico, están sujetas a de ley~" diseñada para impedir el monopolio) o bien generando arreglos administra-
varias presiones competitivas. Compiten a través de la diferenciación del produc- tivos descentralizados dentro de él mismo. La estructura polftica y administrativa del
to, la sofisticación de la mercadotecnia, y cosas por el estilo. La separación entr(; la federalismo y la organización de la industria bancaria en Estado:; Unidos son
propiedad y la administraci6n también ha tenido fuertes repercusiones sobre la ejemplos excelentes de arreglos sumamente descentralizados, mantenidos por
forma que toma ahora la competencia. En la medida en que la corporación ope- mec:!io del propio Estado. ·
ra con fondc.s prestados y obtiene dinero emitiendo acciones y bonos, entra en Por otro lado, el gobierno frecuentemente actúa para estimular la centraliza-
una competencia general por el capital-dinero. La ar.:tuación de una empresa se ción del capital. Las fusiones y adquisiciones de compañfas pueden ser fomentadas e
mide en tfrminos de su rendimiento (plusvalfa distribuida como ganancias a los incluso subsidiadas, como parte de una poUtica de reorganización incustrial
accionistas o tenedores de bonos) y de las perspectivas de crecimiento a largo pla· patrocinada por el gobierno. Las empresas en gran escala que están más allá del
zo. Una empresa ineficiente y de bajo rend~miento no puede permanecer viva radio de acción del capital privado pueden ser financiadas, construidas e incluso
mucho tiempo, sin importar su poder en el mercado respecto a los precio~- manejadas por el gobierno - por ejemplo, en Europa no se ha coF15truido ninguna
Por tanto, la competencia toma muchli formas además de las que van hgadas planta de hierro y acero en gran escala en años recientes sin una amplia partici-
a la competencia en el mercado. Las prácticas y reorganizaciones administrati- pación del gobierno. Los s"!rvicios públicos, los transportes y las comunicaciones
vas han incorporado procesos competitivos dentro de la empresa (incluso han son campos en que el gobierno participa directamente, o los regula, en parte por
creado mercados de trabajo internos). mientras que la cómpetencia por el la escala de la inversión requerida y en parte porque estamos tratando a<¡uf co-
capital-din~ro ha c:i.mbiado la atención a los mercado~ de ~apital coT?o un me- mo "monopolios naturales" que surgen debido a que es flsicamente imposible te-
dio para disciplinar hasta las más poderosas de la~ unidades eco~óm1cas. Es~as ner un gran número de competidores operando en el mismo terreno (por
formas de competencia pueden ser tan eficaces para igualar los precios y g".in~nc1as ejemplo, no tendrá sentido tener quince ferrocarriles diferente; entre dos puntos).
(en vista de la eficiencia superior lograda en otros aspectos) como la forma clásica de Los gobiernos pueden tratar, bajo ciertas circunsta1;1cias, de consolidar a alguna
coordinación en el mercado, en la que una "mano invisible" supuestamente guiaba empresa débil en algún sector clave de la economía, y subsidiarla a fin de hacer
infaliblemerite a los empresarios para que se comportaran de acuerdo con la ley que baje el costo de los insumos de capital constante á las empresas privadas. Esto
del valor. lleva, naturalmente, a una deformación de los precios del mercado en relación
1
&to no quiere decir que la competencia funcione perfectamente bajo el C1ligopo· con los precios de producción, ,y puede llevar a una reestructuración de las tasas
lio. De hecho, existen muchos problemas compendiados por las relaciones trabadas de ganancia según las lineas dictadas por el gobierno.
entre las instituciones financieras y las corporaciones industriales, la proliferación de · Las políticas fiscales y monetarias que sigue el gobierno tienen igualmente
las compañlas poseedoras ele acciones y los grandes conglomerados financieros (que profundas repercusiones. Estas politicas, diseñadas para mantener ''la estabilidad
a menudo prestan poca atención a los detalles diarios de la administración), etc. Los económica y el crecimiento", no pueden dejar de tener implicaciones para. las
procesos competitivos -del tipo que sean- siempre están expuestos a que los mu- formas capitalistas de organización (estén o no estén construidas bajo las lineas
tile la centralización excesiva. Además, el tamaño mismo, el peso y el poder de keynesianas). Para cC"menzar, la conducción de la corriente de capital a través
158 ORGANIZACIÓN DF. PRODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 159

dd propio aparato gubernamental da al gobierno poderes fiscales y monetarios i~posiol<"; de ahí que, cuanto más logren <lichas políticas equilibrar la produc-
sumamente centralizados. Los gastos militares y las obras públicas en gran escala cmn y el consumo " largo plazo, más amenaza11 las relaciones sociaJes de la
pueden, bajo ciertas condiciones, absorber grandes porciones dd producto so· dist_ribución que son básicas para el capiralismo. Cuando la política pública se ve
cial total. Además, las leyes que gobiernan los impuestos, los arreglos por depre- obh?~da a proteger l~s rehciones sociales de la distribución, la capacidad para
dación, ele., que quizá fueron dictadas como parte de una serie de instrumentos eqmltbrar la producción y el consumo disminuye inmediatamente.
para garantizar la estabilidad económica y el crecimiento, a menudo tienen pro· En segundo lugar, cuando eJ Estado se dedica a la producción directa durante
fundas consecuencias para la organización corporativa. un periodo prolongado, generalmente tiene que pedir prestado a los mercados
Todos c:stos asuntos son muy complejos, y merecen estudiarse cuidadosamente. de capi~al. No puede pedir prestada una cosa que no está allí, y se ve obligado a
Los introducimos aquí con el propósito de considerar en términos teéricos genera· c?mpct~r.' au~~ue sol>r.e una ~ase algo privilegiada, por su tajada de capital-
les el grado en que es posible que este tipo de arreglos organizativos concuerde con dmero. r am.b.1cn debe proporc1o_nar. una tasa de utilidad sobre el capital que pide
d funcionamiento de la le¡ del valor como Marx la definió. En la superficie por prestado. uuhdad que debe vemr duectaroente de la explotación de la fuerza de
lo menos, las actividades del gobierno parecen tener poco o nada que ver con el trabajo t•n t:I sector que esrá bajo su co ntrol, o indirectamente por los impuestos
rr.antenimiento de rsc proceso de intercambio competitivo a través del cual la a la plusvaha que se produce en otro lado.
t~oría marxista ve operar a la ley del valor. "El capital monopolista de estado", Todo esto quiere d:cir que ~n determinado momento el Estado tiene que rendir
como se le llama algunas veces, parece induso más fundamentalmente antagóni· cuentas ~~1hrr los prec1?s financieros ~undamentales de la circulación de capital y la
co a la operación de la ley del valor que el capital monopolista o financiero. to producc1on de plusvaha. Los mecamsmos por los cuales se le presiona para qu'.! lo
Podemos reducir la complejidad de esta cuestión atendiendo a los mecanismos haga f1ecuentemente son in trincados sutiles, pero existt:n suficiente~ ejemplos
por los que el Estado puede ser disciplinado por el capital. Desgraciadamente, de casos en que se han ejercido estos poderes disciplinarios, que hacen este argu-
r.sto no resuelve todas las dificultades, pero indica un camino que podemos se· mento más que plausible. Una potencia capitalista dominante, como Estados
guir para salirnos de lo que parece un atolladero teórico grave. Unidos, o una agt:ncia internacional como el Fondo Monetario Internacional
Podernos concebir al Estado como una entidad controlada políticamente para s~guntm< n~e ejercen fuerte presión sobre los gobiernos más débiles para que s~
\(Is intereses de la clase capitalista. La idea de que el Estado es "el comité ejecutivo de ajusten a ciertas normas de conducta. La participación del gobierno en c.iertos
la burguesía" es familiar en los círculos marxistas. Aunque a menudo hay un ele· sectores que se consideran del dominio de la empresa privada puede quedar
mento de verdad en este concepto, no tenemos que invocarlo aquí necesariamente restringida, así como la centralización excesiva del poder económico dentro del
puPSto ql.e hay otras fuerzas en acción que puede servir igualmente bi<"n pare disci· gobi~r~o. Cuan?o los gobiernos _solicitan ayuda financiera, se les pueden poner
plinar al Estado a los requerimientos del capital. dando por sentado, naturalmente, c?nd1.c1oncs esmcu1s a l~s operaciones de las ~mpresas estatales (respecto a su efi-
que se preservarán los arret-:los legaks e institucionales básicos del capitalismo. Estas Cteilcta y el lucro, por ejemplo). Inglaterra, Italia y Portugal se encuentran entre
fuerzas son princip<1lmcnte financieras. En primer lugar, los impuestos - que for· los países a quienes ha disciplinado financieramente el Fondo Monetari<' Inter-
man la savia vital de la actividad del Zstado- son ellos mismos una tajada de la nacional en años recientes. Lo mismo le pasó al gobierno de la dudad de Nueva
plusvalía o del capital variable. El Estado no puedt- tomar más de una "porción York, a quien disciplinaron fuerzas movilizadas dentro del sistema financiero de
equilibnda" de plusvalía o de capital variable si no quiere alterar fund am'."ntal- Estados Unidos en el periodo 1973-1978.
mcnte los arreglos distribucionales que sirven de base a la circulación del ·:apital. La conclusió~ que podemos sacar razonablemente es que los estados que se
Aquí debemos mencionar, naturalmente, qut' como la producción y el consumo apartan demasiado de las formas y políticas organizacionales que concuerdan
nunca pueden estar en equilibrio bajo las relaciones antagónicas de la distribu· con la circuladón del capital, la preservación de los arreglos distribucionales del
ción, llega a ser un objetivo definido de las polfticas keynesianas emprender lo capitalismo y la producción sostenida de plusvalía pronco se encuentran en dificulta·
des finan7ieras. La crisis focal, en pocas palabras, resulta ser el medio por el cual
111 La teorÍ<I del Estado ha sido objrto <lr inu·n:.a discusión cntrl' los marxista5 en años recientes.
se puede 1mpon.er fundamentalmente la disciplina del capital a cualquier apara-
El ll{'bate hH wnido mültiples focr1as v es imposible resumirlo <·n un corto espacio. Fine '! HarrÍ5 to estatal que sigue estando dentro de la órb:ta de las relaciones capitali!:»tas de
( 1~79), l lall11way y Pin io1t1> ( 1~1781 y WriKlll {1!178) proporcionan interesantes persp<'ctivas y rcsúme- producción.
111'~. La forma en qur yo in1rodu11.:o el Estado l'n el presente argumento indica cierta s1mpa1ia por el Según P.arece, toda la historia del cambio organizacional bajo el capitalismo
enfolJU<' que defienden 1lolloway y Pkdouu. Ellos ;1bogan por una teorfa materialista del EMado.
puede ~er 1nterpretada como una progresión dictada por un esfuerzo hacia la
com1ruida partiendo dr un cxaml'n cuidadoso dr la n•lación neccs.uia entre las formas estatales por
lll• lado y las formas de producción y dt· rrladnm•s sociales por d otro (como están expre-Jadas a través de
perfección en la operación de la ley del valor. Según esto, el capitalismo se ha
lrn. procesos contradictorios de la acumulación). Despojado de su formalismo lógico y potenrialmente vuelto más sensible (en vez de menos sensible) a la ley del valor. La apariench
árido, este enfoque tiene en mi opinión muchn que ofrecer para ayudarnos a comprender muchos as· superficial de un movimiento que se aleja del espíritu de competencia y se acerca
penos del E.!.tado bajcJ el capitali5mo. Otro ;1sunto 5crfa saber si es10 n•>S puede llevar a una t••oría al monopolio y a] monopolio estatal -aunque descriptivamente exai::ta en cier-
completa df'l Estado, pero rn ('~!(' monwnio no puedo cspt'cular al respecto. Volveré a tratar este te·
rn.1 t•n los comentarios filiall"s de· t·s1a ohm.
tos aspectos- resuJta ser histórica y teóricamente engañosa si se le toma al pie de
160 ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA ORGANIZACIÓN DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA 161

la letra. El capitalismo nunca ha sido perfectamente competitivo, ni siquiera lo Detrás de todo esto existe una ironía aún más profunda. La ley del valor es un
ha sido remotamente de acuerdo con el ideal. Al esforzarse por llegar a ser más producto so.cial, y la rel~ció~ social que la sustenta no es otra que Ja relación
competitivo, el capitalismo ha desarrollado estructuras que divergen de la ima· entre el ca~1tal Yel trabajo. ~m embargo, l~ pr~pia ley del valor trae consigo to·
gen predominante de lo que debe ser una organización verdaderamente competiti· da una sene de transformaciones de orgamzación que no se pueden lograr sin
va. Por otro lado, en la práctica ha desarrollado nuevos modos de competencia que tran~f~rma~ si~ultáneamente. Ia.s relaciones de clase. La aparición de una "clase
permiten t!ue la ley del valor opere en formas diversas pero cada vez más efectivas. admmistrauva . separada y disunta de los dueños del capital, de las estructuras
La \.ida diaria para la masa del pueblo que está cautivo dentro de las relaciones so· gu~ernamentales de i?t~~vención y regulación, de la forma cada vez más jerár·
dales del capitalismo se ha vuelto cada vez más competitiva. La competencia en el qu1ca de ordenar la div1S1ón del trabajo; la aparici~n de burocracias corporati·
escenario internacional se agudiza; la disciplina de los gobiernos realizada por vas Y gub~rnamentales ... todo esto oscurece la relación simple entre el capital
los mecanismos financieros se ha vuelto una parte de las noticias que recibimos Yel trabajo que sustenta a la propia ley del valor. •t
todos los días. Los gerentes de divi:iión sienten el agudo filo de la competencia No nos debe sorprende~ que todos esto!i cambios sociales extensos sean pro-
diaria en sus comunicaciones con la gerencia central. Desde todos estos puntos ducto de la ley del valor. Simplemente confirman la proposición marxista básica
de vista, vemos que las leyes del m.Jvimiento efe) capitalismo todavia están en que n~s si~ió de pu_nto de partida. T~atamos de. crear una estructura tecnológica y
proceso de perfeccionamiento, y la ley del valor finalmente hace lo mismo y orgamzauva apropiada para determinado conjunto de relaciones sociales, y nos
queda como la dictadora absoluLa de nuestras vidas. encontramos con que estas últimas deben cambiar para ajustarse a la prime·
Sin embargo, decir que la ley del valor se está perfeccionando no es lo mismo ra al tratar de cambiar el mundo, nos cambiamos a nosotros mismos. O, dicho
que indica• que estamos entrando a una era de annonfa capitalista. Estamos e~ una forma marxista más clásica, la resolución de un conjunto de contradic-
muy lejos de eso. La ley del va:or personifica contradicciones, y bs arreglos de tipo ciones dentro del aparato social y tecnológico del capitalismo inevitablemente
organizativo que se formulan de acuerdo con su funcionamiento no pueden, ba· engendra otras contradicciones. Las contradicciones vuelven a surgir en formas
jo esas circunstancias, ~star libres de contradicciones. El resultado es una ten· nuevas y fre~ue~tememe más confusas. Este proceso está escrito en grandes
dencia hacia la inestabilidad crónica de tipo organizativo dentro del modo de !:tras en la h.istona de las formas de organización capitaiista y de las transforma-
producción capitalista. 11 ciones que dichas formas han experimentado.
El afán de controlar todos los aspectos de la producción y del intercambio
sude crear una centralización excesiva de capitales - tanto en el srctor privado
corno en el estatal - que es una verdadera amenaza a la perpetuación de la pro·
ducción capitalista. Dependiendo de la dificultad con que se ponen en moví·
miento las fuerzas compensatorias que empujan a la descentralización. el sistema se
estanca, se atasca, y queda cautivo por el peso y la complejidad de rn propia
estmctura organizativa. A la inversa, la descentralización excesiva y la oportuni·
dad y c1 capricho del mercado pueden crear tal clima de incertidumbre, tantas
divisiones entre la producción y la realización, que ésta también tiene que
quedar compensada por el movimiento hacia la centralización. El pumo de
equilibrio entre estas dos tendencia;; opuestas es inherentemente inestable. Se
logra, en el mejor dr! los casos, sólo por accidente, y no hay mecanismos que im-
pidan que las relaciones antagónicas del capitalismo desequilibren las estmcturas df'
organización. En este punto podemos percibir que las crisis tienen un papel
constructivo no sólo para introducir nuevas tecnologías estrictamente hablando,
sino también para forjar nuevas estructuras de organización que vayan más de
acuerdo con la ley del valor (en el sentido de que proporcionan la base para que
se renueve la acumulación a través de la producción de plusvalía). Esto, empero,
es un asunto que volveremos a tratar en el capitulo VII.

~ Mendonar:nos en el l'apltulo IV. sec:dón 1. que la transformación del pro~eso laboral tiende
2

11 Hilferding (ed. 1970) vio muy claramente que el efecto del oligopolio, los convenios de: in· hacia ~na capa~1dad aún mayor a oscurecer el origen de las ganancias en la plusvalía, v aquf vemos
dustriales para ¿ontrolar precios y marcas. etc., distorsionan los precios en la producción aún más de el reíle10 ~e e.sa idea expr~sado en las formas capitalistu de organización. Todo esto indica que el te·
lo que sucede1fa en otro :aso, y que por tanto el monopolio solfa exacerbar en vez de curar los pruble· ma ?el fe11ch1.smo n~ccsano que enuncia Marx en e5e extraordinario pasaje del primer volumen de El
mas subyacentes de la inestabilidad. capital se aphca mas qut> nunca a nuestra comprensión del mundo.
DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 163

ción a través de la reproducción ampliada de la circulación del capital. El modelo


está apoyado en el dominio teórico de la circulación de capiial y el intercambio, y
trata sobre las condiciones de realización del capital a través del consumo (véase
el cap. 111 de este libro), pero su argumento es imaginativo y tentativo en vez de
VI. LA DINÁMICA DE LA ACUMULACIÓN riguroso.
La intención del tercer volumen de El capital es sintetizar los descubrimientos
ELC,\Pl,.ALISMO es sumamente dinámico e inevitablemente expansionista. Movido de los dos primeros volúmenes, y construir un modelo que integre la relación
por el motor de la acumulación por amor a ~a acum~lación, que usa como com- entre producción y distribución con los requerimientos de producción y realización.
bustible la explotación de la fuerza de trabajo. constituye una fuerza per~~nen­ Se construye un modelo sintético de dinámica capitalista -de "producción capitalis-
temente revolucionaria que da forma permanente al mundo en que v1v1mos. ta en general" - alrededor del tema de "la tasa decreciente de ganancia y su ten·
¿Cómo podemos representar y analizar l~ comp~eja. dinámica -las leyes internas dencia decreciente". Este modelo, engañosamente simple en su forma es usado
de movimiento- del modo de producción cap1tahsta? como un vehkulo para descubrir las diversas fuerzas que provocan el desequilibrio
Marx contesta esta pregunta elaborando una variedad de "representaciones en el capitalismo y asf proporcionar una base que permita entender la forma·
abstractas" de los procesos de producción y circulación del capital. Luego trata a ción y solución de las crisis. Desgraciadamente, el modelo hace poca alusión a los
estas representaciones como "objecos teóricos", investiga sistemáticamente. ~us descubrimientos del segundo volumen. y por canto carece de base firme en un
propiedades, y así construye varios "model~s·: de la di~ámica de la acumulac1on. terreno teórico que debe abarcar la producción y l? circulación conjuntamente.
Cada "modelo" forma una "ventana" o pos1c1ón ventajosa desde la cual se puede. El modelo debe ser tratado, entonces, como un esfuerzo preliminar y bastante
ver un proceso extraordinariamente complejo. incompleto por entender y problema dificil y complejo. Dentro de poco veremos
El capital nos expone tres "modelos" principales de la dinámica de l~ a~umu­ cuán incompleto es este tercer modelo.
lación. Cada uno refleja la forma en que el "objeto teórico" está consutmdo en La intención de este capítulo es delinear las caracterfsticas de cada uno de es-
cada uno de los tres volúmenes de El capital. En el primero, Marx trata de des- tos "modelos" de acumulac.ión, y evaluar sus limitaciones ast como las ideas que
cubrir el origen de las ganancias en un proc~so de produc~i6n llevado a cabo ~a­ generan. Al igual que Marx, trataré de presentar el argumento en tal forma que
jo la égida de la relación social entre el capital y el trabajo. Construy~ Y exphca se puedan ver fácilmente las contradicciones fun. lamentales entre producción e
la teoria de la plusvalia, y hace gran hincapié en los procesos del cambio tecnoló- intercambio, }' entre lo~ requerimientos ce equilibrio para la producción de
gico y organizacional. Empero, las cuestiones o Jificultad.es q~e. pod~ía pro.vacar plusvalia y la circulación de capital. Estas contradicciones de hecho propor-
la circulación del capital son excluidas totalmente del análisis bajo la simple cionau una base válida para entender la formación y solución de las crisis bajo el
sup~sición de que los capital:stas no experimentan ninguna dificultad para des- capitalismo. El mecanismo real de ese proceso, tan vital para la lógica interna
hac:erse de las mercandas que producen ya que las mercandas generalmente se del capitalismo, se explicará en el capitulo VJJ.
intt!rcambian de acuerdo con sus valores. Esto deja libre a Marx para elaborar su
primer modelo de la acumulación, que explora las condiciones sociales y tecnoló-
gica3 que fijan la tasa de explotación. El modelo, aunque ~rn:iem~?te anchdo l. LA PRODUCCIÓN DE PLUSVALÍA Y LA LEY GENERAL
dentro del dominio teórico de la producción, trata sobre la dz.stribuczon de los va- DE LA ACUMULACIÓN CAPITALISTA
lores producidos entre capitalistas y trabajadores. Este modelo es discutido en tér-
minos duros, rigurosos y sin concesiones. . . Si, como a~egura Marx, "la misión histórica del periodo burgués" es "acumular por
El segundo volumen de El capital atiende a la circulación del rap1tal a través acumular, producir por producir" (El capital, 1, p. 501), entonces una porción
de todas sus fases: de la plusvalia debe convertirse de nuevo en capital para producir más plusvalta.
Hacia d final del primer volumen de El capital, Marx explica detalladamente la
D - M (~~)· .. P .. . M' - D' (etcétera). "influencia del crecimiento del capital sobre la suerte de las clases trabajadoras"
y en el procrso construye un modelo de la dinámica de la acumulación. A fin de
l.a producci(m y la com¡ ra d<· ÍU••r1.a dr trahajo son considrra~los como "mo· focilit;ar el arg1mu•n10. incorpora t:kitamente ciertas suposiciones Existen sólo
mentas" relativamente poco problemáticos en este proceso. Se enfocan los dos clases en la sociedad: h.n capitalistas y los trabajadores. Los primeros ~e ven
problemas que surgen a m<"dicta (JU<' C'I :.:apital pasa de Uf! es~aclo a otro. y las rcla· ohligados por la t·omprlrncia a rcinwrtir por lo menos una parte de la plusvalfa
dones de intercambio que dd->en prevalecer si se ha ele reall1.ar el capital. No se qu<· se apropian a fin d(• usegurar su propia reproducción como clase. Los traba-
da mucha importancia al cambio tecnológico, y las grandes !íneas de la lucha jadores, a los qur se niega cualquier accC'SO a los medios de producción, deprnden
de clases, can evidentes en el primer modelo, desaparecen casi totalmcntl' de la totalmente para su subsistencia de que les den empleo los capitalistas (la clase
escena. Esto permite a Marx construir un "modelo" muy diferente de la acumula· trabajadora no puede producir nada por si misma). Los capitalistas no encuen-
lli:!
164 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 165

tran barreras para dispont!r de las mercandas a su valor. Los costos de circula· pendiente. Después de todo, es la acumulación por el afá.n de la acumulación la
ción, asf como todos los costos de transacción, son pasados por alto. La econo· que obligó a subir la tasa de salarios por principio de cuentas al empujar la de·
mfa es considerada como un solo conjunto, por lo que se pueden pasar por alto manda de fuerza de trabajo por encima de su reserva disponible.
las relaciones de insumo y producto entre los diferentes sectores. La primera versión de este modelo nos permite explicar las oscilaciones a cor·
En una economfa tan simplificada, existen sólo dos formas de ingresos: los sa- to plazo en las tasas de salario en relación con las fluctuaciones en el ritmo de la
larios y las ganancias totales, o para hablar en términos de valor, el capital va· acumulación. La tasa real de explotación, representada por los salarios, fluctúa
riable y la plusvalia. Puesto que plv representa la tasa de explotación, podemos alrededor del valor de equilibrio fundamental de la fuerza de trabajo. Empero,
explorar cierras facetas de "la suerte de los trabajadores" examinando los cambios en no hay nada en la especificación del modelo que garantice que a la larga no
la tasa de explotación bajo las relaciones sociales de la producción e intercambio ocurrirán alteraciones importantes en el equilibrio. En caso de haber fuertes
capitalistas. Para hacer esto se rec¡uiere que examinemos las porciones relativas barreras•• cualc¡uier aumento en el 2bastecimiento de fuerza de trabajo, las tasas
ele capital variable (la suma total de los ~alarios) y de la plusvaUa (antes. ~e la de salarios pueden subir tan por encima del valor de la fuerza de trabajo que ya
cli.s1rihuriém) f'll f'I procl11c10 social 1111al. /\11ncp1f' Marx llf'va a caho c·I análiMs rn 11') q11rda ra.i;i n:uh para la ac·111mil;u·i(m. Rajo rslas C"onrliriones, la rcprocluc·
tfarninos de valor, apela t{1citanw1ll<' a los precios del mercado porcp1e cnusidc·ra ci611 d<·I t·;1pitulis1110 Sl' vnfa a11wm1zada.
(llH' los salarios se pueden modificar independientemente del valor ~~n<lam('.ntal /\sf co11struyC' Marx su segunda versión de su modelo de la acumulJción. Aho·
de la fuerza de trabajo. La tasa de salarios, la tasa real de explotacmn, es fijada ra abandona la suposición de que las productividades flsicas y de valor del traba·
por Ja oferta y la demanda de fuerza de trabajo. Lo que Marx tiene que explicar· jo permanecen constantes. Los cambios tecnológicos y de organización pueden
nos ahora es la forma en que las realidades cotidianas de la oferta y la demanda usarse como un medio para mantener la acumulación frente a la escasez de fuerza
están estructuradas ellas mismas a fin de asegurar una tasa de explotadón que de trabajo. Al reducirse la demanda de capital variable en relación con el capi·
concuerde con los requerimientos de la acumulación. tal tCJtal adelantado, estos cambios hacen bajar la tasa de salarios y por tanto
Marx construye dos versiones de su modelo de acumulación. El primero permiten un aumento en la tasa real de explotación. Marx dice que este resulta-
excluye los cambios tecnológicos y de organización, y da por sentado que las pro· do se logra aumentando la composición de valor del capital. Un aumento en la
ductividades fisicas y de valor de la fuerza de trabajo permanecen constantes. "productividad del trabajo social", por tanto, "se convierte en la palanca má.s
Bajo estas condiciones, la acumulación acarrea un desembolso creciente en capi· poderosa de la acumulación" (El capital, 1, p. 5?5).
tal variable y, por tanto, "reproduce el régimen del capital en una escala superior, Marx especifica los mecanismos exactos que permiten lograr un aumento en
crea en une de los polos más capitalistas o capitalistas más poderosos y en el otro la tasa de explotación sin que importe el ritmo de la acumulación. Los cambios
más obreros asalariados". Dicho en otra forma, "la acumulación del capüal su· tecnológicos y de organización reducen tanto la demanda de fuerza de trabajo
pone, por Lanlo, un aumenlo del proletariado" (El capital, 1, p. 518). eu relación con la oferta disponible, que se produce una "superpoblación relati·
¿De dónde proviene este aumento en la oferta de fuerza de trabajo? Podemos va" o un "ejército industrial de reserva". En pocas palabras, una porción de la
visualizar un aumento •:r. la población total, o una participación mayor de la fuerza de trabajo es arrojada a la calle y reemplazada por miquinas.
población existente en la fuerza de trabajo. Este aumento cuantitativo no va
acompañado necesariamenre de un aumento en la tasa de explotación, la masa Si la existencia de una superpoblación ob:era es producto necesario de la acumula·
de la fuerza de trabajo explotada simplemente aumenta para mantenerse al paso de ción ... esta superpoblación se conviene a su vez en palanca de la acumulación del capi·
la acumulación. De hecho, la suerte del trabajador puede mejorar. Los salarios tat más aún, en una de las condiciones de vida del régimen capitalista de producci'ón.
pueden aumentar y colitinuar aumentando, siempre y cuando esto no interfiera Constituye un ejército industn'al dt' reserva, u11 contingente disponible, que pertenece
con el progreso de la acumulación. Sin embargo. si los salarios suben por encima al capital de un modo tan absoluto como si se criase y mantuviese a sus expensas. Le
del valor de la fuerza de trabajo en tal forma que disminuya la acumulación, en· brinda el material humano, dispuesto siempre para ser explotado a medida que lo re·
tonces la tasa de acumulación se ajustará: damen sus necesidades variables de explotación e independiente, además, de los '(mi·
tes que pueda oponer el aumento real de población. (El capital, l, p. [.g;,)
Se capitaliza una parte menor de la renta, la acumulación se amortigua y el movirr.ien·
to de alza de los salario!i retrocede. Como vemos, el alza del precio del trabajo se mueve Este desempleo inducido por la tecnología no sólo proporciona una reserva de
siempre dentro de lfmites que no sólo dejan intangibles las bases dc:I sistema capitalista, fuerza de lrabajo para facilitar la conversión de plusvalfa a nuevo capital variable,
sino que además garanli7.an su n·prnducción en una escala cada V<'Z 1TJi'is :tita. (F.l ffl/n"- sino que también ejerce una presión para que bajen las tasas de los salarios:
tal, l. p. 524.)
OmanH· los periodos <le estancamiento y prosperidad media, el ejército industrial de
El ritmo de la acumulación parece avanzar en forma inversamenlc proporcional rc11crva ejerce presión sobre el ejército obrero en activo, y durante las épocas de su.·
a la tasa de salarios. No obstante, Marx insiste en que, a pesar de las i'parie11cias, perprmluceión y paroxismo pone un freno a sus exigencias. La superpoblaci6n relativa
la acumulac:ión sigue siendo la variable independiente y la tasa de salarios la de· es, por Jtmlo, el fondo sobre el cual se mueve la ley de la oferta y la demanda de traba·
166 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 167

Jo. Gracias a ella, el radio de acción de csla ley se encierr~ deut ro de _fos límites que exi~wn otras influencias de contrapeso podrá verse claramente cuando examine-
convienen e'í absoluh a la codicia y al despotismo del capital. (El capllal, l. P· 541.) mos el segundo modelo de acumulación sobre el incremento en la reproducción.
Se pueden sacar tres conc.:lusiones fundamentales del primer modelo de acu·
Finalmente descubrimos aquí el secreto de aquellos mecanism•)S que m?~­ mulación de Marx. En primer lugar, la acumulación de capital está ligada
tienen la p2rticipación de los ~alarios en el producto tot~I en u_na proporc1on estruc.:turalmente a la producción de desempleo, que genera crisis endémicas de
"absolutamente convl~nir.nte" para la acumulación de capital (vease el cap. 11). intensidad íluctuante en gran parte de la clase trabajadc.ra. En segundo lugar,
El cambio tecnológico, que se encuentra bajo el control de los capilalistat;, se las fuerZéls que regulan la tasa salarial suelen mamenerse por debajo del nivel re-
puede usar para asegurar que la tasa de explotación se n:1~menga cerca ck un <1uericlo para mant<·ncr un crecimiento equilibrado. Esta segun<la conclusión es
equilibrio clc·finido por los rl'qul'ri111it ntos clr~ la acumulan.on ".No lrny ~acla qui' vi1al para 1·1 argumt·11to prcsemaclo en el segundo y tercer modelos de acumula·
asrgurc que este equilibrio Sl" lol(I ará exactamente. Las osc1lac1ones dchcas c.•~ lu ción. En tercer lugar. el control ele los capitalistas sobre la oferta de fuerza de
partidpat·ií•u rrltlliva clr sal:irins y ganandas rc•íl,•j:11·;í ."l;1.c1111st;i~11r í11r1111!'lnl', 1ralia jo ( ;1f prodlll ir 1111 rjí-rdtn i11d11sl rial dr rrs,•rva) snc<1va ,., podl'r ele la ÍU<~rza
uhsorcióu m~s o 11H·1111s intensa l l'L'allilll<.u:i611 del cJ~rnto mdusl rwl de· re11·1 va 11 de 11:1hajo dt·ntm dd pro1csu tk trabajo, e· indina el equilibrio de la lucha de
supcrpoblarión obrc:·a" (El rn/1ilril. l. p. 535). . • . . dasc-s cn l;i producción a favor del capital (véase el cap. IV).
La tasa salarial también se puede mantener s1stemaucamcnte por debajo del Toda la estructura teórica que construye Marx a fin de deducir la ley general
valor de la fuerza de trabajo con ciertas condiciones. El cambio tecnológico, co· de la acumulación capitalista descansa sobre ciertas suposiciones fuertes y bas·
ma vimos en el capitulo IV, tuvo sus orígenes en la competencia así como en la tante restrictivas. Aunque algunas de éstas se abandonarán e¡1 el curso del análi-
necesidad de resolver la escasez de mano de obra o el incremento de la lucha de sis subsecuente, otras quedarán sin cuestionar. De lo que nos ocuparemos ahora
clases. El crecimiento del ejército indusu ial de reserva embota el estímulo para es de estas últimas.
hacer cambios tecnológicos sólo cuando las tasas salariales están tan bajas que el Consideremos, por e.jemplo, la definición del valor de la fuerza de trabajo. El
capital fijo cuesta más que la fuerza de trabajo que se supone vien~ a suplir. ~ la cambio tecnológico, que reduce el valor de las mercancfas de primera nece~idad,
inversa, la tasa salarial deja de bajar sólo cuando se embota. el esumul? ~ac1a ;1 puede reducir el valor de la fuerza de trabajo y por tanto los desembolsos en capital
cambio tecnológico. No hay nada en lo absoluto que garantice que el hmne mas variable sin disminuir en ninguna forma el número de trabajadores empleados o su
béljo fijado a la tasa salarial por consideraciones de este tipo corresp.:mderá al sa· nivel de vida fisico. Esto, como ya hemos visto, es una fuente de plusvalía relativa
lario de equilibrio requerido para la acumulación balanceada. Así queda prcpa· para el capitalista; pero también significa que la proporción de los salarios en el
rc¡.Jo el escenario para lo que deduce el célebre teore~a de Marx respecto al em- producto social total puede estar disminuyendo mientras que el nivel de vida real
pobrecimiC'nlo inevitable y progresivo de~ proletariado. . . de los trahajadores, mC"dido en términos de valor de uso. permanece constante o
El teorema se deriva con toda nat urahdad de las premisas integradas en este incluso aumenta (r,oéase el cap. 11 de este libro). Marx no incluye esta posibilidad
modelo de acumulación. Marx muestra que la acumulación y el cambio tecnolú- en su modelo y supone, en efecto, que el valor de las mercancias requeridas para
gi,·o bajo el capitalismo signific_an un. aumen~o en el nú~~ro absoluto de desem· reproducir a la clase trabajadora en cierto nivel de vida (medido en términos de
pleados, 1endencia que pµede invertirse, bajo las supos1c1ones del modelo. sólo valor de uso) permanece conscame a través del tiempo. El empobrecimiento de
hrrvemC"ntC' en periodos dC' extraordinaria C"Xpansión. El clcs1·mpl<'o y cl cmplro los trahaj;ulon·s rs juzg-ado rn l'l'hiei6n eon este criterio. Bajo estas suposiciones,
por debajo de la propia capacidad son produci.d~s por_ el .capital. En conscc11c1~­ cuc1lquier Jisminución en la proporción de capital variable en el producto social
cia., la clase trabajadora se enfrenta con una cr1S1s endem1ca respecto a la seguri· total pueclC" ser represr-ntado automáticamente como un empobrecimiento abso-
dad en el empleo, la tasa salarial, la~ condiciones de trabajo, etcétera. luto del proletariado.
Las fuerzas que impulsan al "aumento del proletaria~o" son l~~ po~e~osas La suposición de que la familia del trabajador no tiene capacidad para pro-
que pueden, a menos qu~ se les frene, red~cir a los trabaJ~dores a condmones ducir por sí misma y que el valor de la fuerza de trabajo es definido enteramente
d.t existencia meramente animales". El único freno que existe dentro de las pre· por el intercambio de mercancías en el mercad.o también crea problemas de or-
misas del modelo de Marx C'S el relacionado con la disminución del incentivo para den teórico y de interés histórico. En la medida en que los trabajadores se
innovar a medida que la tasa salarial baja a niveles aún más b.ajos.' Pu~sto que pueden mantener a sí mismos, el valor de la fuerza de trabajo disminuye y la tasa
eMe freno es relativamc·nte débil, la ley general de la acumulación 1mphca rea!· de acumulación aumenta. Desde este punto de vista, a los capitalistas les con-
mente un aumento en la proletarización de la población y mayor e?,1pro~re~1- viene obligar a los costos de reproducción de la fuerza de trabajo a que regresen
miento. Esto ha sido considerado frecuentemente como una de las pred1cc10· a la estructura de la vida familiar lo más posible (y por tanto que caigan general-
ncs" erróneas de Marx en cuanto al futuro de la clase trabajadora bajo el capita· meme sobre los hombros de las mujeres). 1 Esto implica entonces que lm trabajadores
lismo. Aunque Marx no estaba reacio a explotar políticamente esta aseveración, de
hecho no es una predicción en lo absoluto sino una aseveración qm· depende por 1 Es en este cortcxto que tenemos que considerar 10do el asunto del papc:I del trabajo de Ja fami·

completo de las suposiciones del primer modelo de acumulación. El hecho de que lia para lijar el valor Je la fuerza de trabajo. Véase d d1•bate en New Left Re11iew despuh de la
1611 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACliMULACIÓN 169

deben t('ner por lo menos acceso limitado a sus propios medios de producd5n. Pero Después de todo, la fuerza de trabajo es una mercanda fundamental para todo el
si los trabajadores pueden satisfacer en parte sus propias necesidades de repro· sistema de producción capitalista. Es también la única mercanda que no se pro-
ducción, entonces tienen menos necesidad de participar como trabajadores asa· duce directamente bajo las relaciones capitalistas de producción. Es producida
lariados y ciertameme tendrán r.iás resistencia cuando se trate de dedararsl! en p<>r un proceso social en que la familia de la clase trabajadora ha tenido, y aún
huelga y de otras formas de lucha de clases. Desde este punto de vista, a la clase tiene. un pape1 fundamental en el contexto de las instituciones sociales y lastra·
capitalista le interesa aumentar la dependencia de los trabajadores dd intercarn· dicion~s culturales en las que puede influir la burguesfa y que pueden quedar
bio de mercancías. Esto. empero, significa permitir un aumento en el nivel de vi- cercadas por las intervenciones estatales de todas clases, pero que, en el análisis
da rle los trabaja.dores y un aumento en el valor de la fuerza de traLajo. r.nal es un proceso social que está siempre dentro del dominio de la clase trabaja-
Los capitali-itas individuales. si se les deja tan sólo con sus propios recu~sos, in· dora. Como la lantidad y la calidad de Ja oferta de trabajo es una caracterfstica
duciablemente harfm todo lo posible para mantener bajos los salarios. Por tanto, í:nportante de la ley general de la aclJmulacibn capitalista, podñamos esperar
la · tendencia constante del capital" es "reducir el precio de la fuern de trabajo que Marx haga alguna alusión a ella, aunque sólo sea para posponer para otra
a r:;te nivel nihilista". "Cuanto más éxito tengan en esta empresa, menos control oponunidad su consideración más detallada. Sin embargo, le da poca atención
podrán ejercer sobre la fuerza de trabajo" pues "si Jos obreros pudiesen vivir del al problema y ciertamente no se ocupa de él posteriormente. Esta OJ"lisión es, po·
ai1c, no se pagaria por ellos ningún precio" (El capital, l, pp. 505-506). Por tan- siblemcnte, una de las lagunas más graves en toda la teoria dt: Marx, y está resul·
to, existe un conflicto potl•ncial entre la necesidad de economizar en desembol- tando sumamente difícil de salvar aunque sólo sea porque l 1s relaciones entre la
so.\ al capital variable a fin de aumentar la tasa de explotación, y la necesidad de acumulación y los procesos sociales de reprod.ucci6n de la fuerza de trabajo se
controlar a la fuerza de trabajo con fuertes lazos económicos de dependencia. ocultan en u11 laberinto tal de complejidad que parecen desafiar el análisis:'
Sólo cuando los trabajadores depcndl'n totalmente del capitalista para mantener Podrfamos defencler a Marx contra esta critica señalando que el propósito de
un nivel de vida razonable puede éste usar plenamente su poder para dominarloi. la ley ge1wral de la acum u lación fue establecer que el capital hiw que surgiera
en el lugar de trabajo. un ejército industri al de rrserva sin importar cuál era la oferta de fuerza de tra·
Esta contradicción ha desempeñado :.m papel importante en la historid del bajo, y que pudimos explicar la pobreza y el desempleo sin referirnos a los proce·
capitalismo, y supuestamente he1 tenido m ucho que ver con los cambios en los ni- sos de reproduc-ción social que invocaron con frecuencia (pero sin entenderlos
'Jeles de vida físicos, en el proceso de trabajo en el hogar, en el papel de la mujer bien) los economistas clásicos. Los ataques de Marx a la teorla de Malthus sobre
en la famil.a. con la estructura de la vida familiar, los estados de conciencia de la población - una teoría que Ricardo aceptó alegremente y sin critica- fueron
dHsc, las formas de lucha de clases, etc:. Marx excluye ~sas consideraciones dt' su <"xplicir.os y violentos. Marx se quejó amargamente de la opinión de Malthus que
modC'io de acumulación. Ca:;i nn lo podemos culpar por ello, puesto qu<' •od.\s <1tribuía la pobreza y la miseria de la masa de la población a una ley supuesta-
estas cuestion~s son difíciles y complejas. Un escrutinio cr[tico de las suposici<~nes mente "natural" de la población. Marx argumentó que no existe una "ley uni·
<le este modelo nos permite, sin embargo, gi·nerar algunas especulaciones intere- versal de IJ población", sino que "todo régimen histórico concreto de ?roducci6n
sames sobre las fuerzas contradictorias que gobiernan la historia capitalista. tiene sus leyes de población propias, leyes que rigen de un modo históricamente
Los evidentes cambios en el nivel de vida material de los trabajadores en los concreto" (El capital, l. p. 534). Lo que la ley general de la acumulación logn
países capitalistas avanzados ¿reflejan una extensión del control del capital sobn· hacer con mucho éxito es demostrar que Ja producción de una superpoblación
la Fuerza de trabajo por medio de la mayor dependencia material que trae un ni· relativa que realiza el capital está "en el fondo de la pretendida 'ley natural de la
ve\ de vida -nás alto? ¿Este afán de controlar significa también que existe una población' "que Malthus formuló y Ricardo aceptó.
tendencia secular a reducir el grado en que los trabajadores y sus familias tienen Sin embargo, surgen problemas tan pronto como tratamos de llevar la ley ge·
que llevar el peso de sus propios costos de reproducción? Ésta es la clase de pre· neral de- !a acumulación a territorio más realista. Marx nos da a ~ntender que a
guntas que pueden h<icerse. 2 fin de hacer eso habría que construir una teoría de la acumulación y crecimiento
Lo más importante <le todo es que esto nos lle\'a a considerar el hecho ba~tante de la pobbción como un todo integrado. La acumulación, afirma Marx, lleva
sorprendente de que Marx no emprendió ningún estudio sistemático de los pro· consigo "como condición fundamental, el máximo crecimiento de la población,
(esos que gobiernan la producción )'reproducción de la propia fuerza de trabajo. de las capacidades del trabajo vivo" (Grundnsse, 11, p. 116). Además, "si la acumu-

puhlicaci6n drl ariirulo d{' S{'ccombr 1197·1 ): ··:onference of Socialist Economists ( 1976): l limml'I· 3 Éste l·~ un tópico que merece un exienso análisis histórico y teórico. Thompson ( 1963). Foster
weit y Mohun fl977) y Malos (1980). ( 1975). Scolt y Tilly ( 1975), Meillassowc ( 1981) y muchos otros han emprendido la tarea, mientras
2 En la medida en que la i.uloida del nivel de vicia maierial de los trabajadores hace aumcmar la c¡uc );1 liler<llura feminista ha puesto en cela de juicio muchas ideas marxistas tradicionales y ha vuel·
dcpc-ndencia de l>sios y sus familias en relación con el capital, se le debe asociar con u1. mayor grado w a dar forma al contenido y dirección de la discusión en formas importantes. Véase, por rjemplc•,
ilc cr.operación y negociación del tipo que infonna Burawoy (1979). Se supone que los capitalistas se dan Eisenstein ( 1979), Humphries ( 1977). Hanmann ( 1979) y h "lmroducción" de Leacock a la obra de
c:u<:nta del beneficio que les reporn aumentar la dependencia, y ciertamente, por medie• del Estado, Engds, el origen de la familia, la propiedad privada y el Estado ( 1942; 1972 ed.) Véase tambi~n Za·
han hecho esfuerzos extraordinarios para fomentar las deudas, etcétera. rmky ( 1976). Donzelot ( 1979) y Mcrignas (197 8).
170 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 171

ladón ha de ser un proceso continuo, entonces este crecimiento absoluto de la pobla· engaños. Por tanto, la movilización de un ejército industrial de reserva latente
ción aunque puede estar dic;minuyendo en relación con el capital empleado es una ne· se puede considerar como una tarea simple o fácil de lograr.!.
condición necesaria. El aumento de la población aparece como la base de Ja acumu- La expansión de la oferta de trabajo por estos medios alcanza st&s Umites
lación como proceso cor.tinuo" (Teorías sobre la plusvalía, II, p. 47; cf Grundrisse, cu~ndo lada la población fisicamente capacitada participa en la fuerza de aa-
11, pp. 764,_ 771). El crecimiento de la población, como señala Sweezy, parece ~ªj?· Aunque algunas de las economías avanzadas están a punto de alcanzar este
ser una importante premisa oculta de la ley general de Marx ele la acumulación h~ite: hay gran~es. reservas de fuerza de trabajo en otras partes del mundo. La
capitaEsta. Hablando en general, parece que los procesos que invoca Marx no h1stona d.el capital~smo está rep.leta de ejemplos de economias precapitalistas
pueden orr~rar eficazmente bajo condiciones de una disminución absoluta de la que han sido destr~1das ~su~ ?abitantes proletarizados, ya sea por las fuerzas del
población, y que cuanto más rápida sea la tasa de expansión en la oferta de tra- m~rcado o por la v10lcnc1a f1S1ca. Esto es lo que les sucedió a los irlandeses a me-
bajo por medio del crecimiento de la población, menos marcadas serian las fluc· diados d~l siglo XIX (era uno ~e los ejemplos favoritos de Marx), pero podemos
tuaciones dclicas." ver los mismos procesos en acción actualmente con mexicanos y puertorriqueños
Por desgracia se nos han proporcionado muy pocos datos en cuanto a los meca- que entran a la f~erza de trabajo dt" Estados Unidos; argelinos que se vuelven
nismos que emazan el crecimiento de la población con la acumulacVin. Cuando part<' del proletana~o francés; yugoslavos, griegos y turcos que se vuelven parte
se trata de Jas caracteristicas que hacen posible una alta tasa de crecimiento de de la foerza. de trabajo sueca, etc. Todo esto nos lleva al umbral de otro problema
la población (los matrimonios a temprana edad, el aumento en las tasas de nací· qu~ se relac1o~a con la ley gene-ral de la acumulación capitalista: las movilidades re·
mfr:ntos, etc.). Marx no piensa en forma muy diferente a Malthus. La úr.ica adi- latnas de c.a,rit~I y fuerza ~e t.ra~ajo en.el escenario mundial (véase el cap. XII).
dón, que tiene gran importancia, es que la familia de la clase trabajadora, a La mov1hzac1ón de un ejerc1~0 mdusmal de reserva - particularmente la porción
quien se niega el acceso a los medios de producción, se esforzarla en tiempos de "latente" - <lepen.de de la. movilid~d social y geográfica del trabajo y del capital.
prosperidad al igual que en tiempos de depresión, por acumular la única forma de Respecto al trabajo, por ejC'mplo, CJanto más rápidamente pueda desplazarse de
"propiedad" que posee: la propia fuerza de trabajo (El capital, 1, pp. 544-545). una esfera de producción a otra y de un centro local de producción a Nro la fu~rza
Sin embargo, las leyes sobre el crecimiento de la población bajo el capitalismo de trabajo", más rápidamente se puede compensar la tasa de ganancias y se puede
- en caso de existir dicha~ leye~- aún no se han especificado. Marx parece estar satisfacer la pasión por la acumulación (El capüal, 111, p. 198; 1, p. 535). Una fuer·
atrapado en el mism-> pantano general de ignorancia que sus contemporáneos za de tra~ajo m~y fácil de movilizar se vuelve una necesidad para el capitalismo,
respecto a los procesos de reproducción de la fuerza de trabajo. pero aqu1 tamb1en podemos detectJr una contradicción. El ejército industrial de
La fuerza de trabajo también se puede ampliar aumentando la proporción de reserva puC'de desempC'ñar su papel de hacer bajar los salarios sólo si permanece
la población total que participa como trabajadores asalariados. Este ejército in- ~n su lugar .. como una amenaza permanente a los que ya tienen empleo. La fuer-
du-;trial de reserva "latente", corno lo llama Marx, puede existir en varias for- ia de trabajo no debe ser tan móvil que escape a las garras c!el capital. A este res·
mas: lo puecen formar las mujeres y los niños de la familia que aún no hau sido pecto la movilidad superior del capital en el escenario mundial, que se apropia
empicados r.:omo trabajadores asalariados, los campesinos independientes con en forma exclusiva la posibilidad de moverse por todo el mundo y atrae a una
tierras, los artesanos de todas clases, y multitud de otras persona~ que pueden proporción cada vez mayor de la población del mundo a las relaciones de inter-
ganarse la vida sin vender su fuerza de trabajo como una mercancía. Marx sos- cambio si no es que a relaciones capitalistas de producción, llega a ser vital para
tiene que la expansión del modo de producción capitalista suele destruir todas mantener la acumulación por el solo afán de la acumulación.
estas formas sociales - muchas de las cuales son reliquias de un sistema económi- L?s aspectos sociológicos, d~mográficos y geográficos de la oferta de trabajo
co precapitalista- y aumentar la proporción de la población que tiene que ven- son importantes para cualquier teoría general de la acumulación, pero se
dc1· su fuerza de trabajo a fin de sobrevivir. En la época de Marx, esa proporción pueden poner a .un lado ~azonablemente si se considera el principal propósito de
era relativamente pequeña incluso en los paises capitalistas adelantados como la Marx al const~u1r este ~nmer modelo de acumulación. Lo que Marx demuestra,
Gran Bretaiia. No fue sino hasta tiempos bastante recientes que las relaciones so- en forma c~nv1.ncente, rigurosa y brillante, es que si bajo el capitalismo encontramos
ciales del capitalismo penetraron lentamente en todas las esferas de la vida, para pobreza, miseria y desempleo, hay que interpretarlas como el producto de este modo
hacer que el trabajo asalariado fuera la condición general de existencia. A este de producción y no ~~ribuirla~ a la "naturaleza". Sin embargo, una teoña más gene·
respecto nos encontramos actualmente avanzando progresivamente hacia ral de la .ªc.umulac1on requiere que se abandonen algunas de las suposiciones
aquellas conciiciones que permiten que la ley del valor opere sin restricciones. más restncuvas, y esto es lo que Marx procede a hacer en su segundo y tercer mo-
Sin embargo, la creación del proletariado moderno no ha sido fácil, y desde los delos.
primeros momentos de la acumulación originaria hasta el presente ha requerido
la e,.,propiación violenta, maniobras legales de todas clases y una buer,a dosis de
!i El csrndío de Lt'nÍn sobre El cfrv1rrnl/o ,J,•f rapitaliwro en Rruia (cd. 1956) todavfa val J
lrt'TSl'. e a pena
·I VéaJe Swcczv (1968, pp. 222·226) y Morishima y Catcphores (1978).
172 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 175

2. ACUMULACIÓN POR MEDIO DE LA AMPLIACIÓN por alto, al igual que el hecho de que las mercancfas se intercambian a los pre-
'
í'
DE LA REPRODUCCIÓN cios de producción en vez de a sus valores. Marx también deja a un lado total-
mente las fluctuaciones en los precios mon«:tarios del mercado, los flujos reales
Al final del segundo volumen de El capital, Marx saca la acumulación del tt:rre- de dinero, el sistema de crédito, etc. Los esquemas dan a entender que se trata
no de la producción y moldea sus caracterfsticas en el terreno del intercambio. sólo con los valores de uso y los valores, pero en la práctica el análisis es realizado
Los modelos de la "reproclucción ampliada" exploran las condiciones que casi totalmente en términos de valor, refiriéndose muy poco a las magnitudes de
permitirfan que siga adelante la acumulación en forma balanceada, por medio material físico.
de intercambios de mercandas entre los diferentes sectores o ºdepartamentos" de El análisis de Marx de los flujos de valor es en pane verbal y en parte numérico.
una economfa. Los "esquemas de reproducción" que construyó Marx han conti- Las ideas pueden ser expresadas en forma mucho más simple en términos alge·
nuado fascinando a los escritores marxistas y no marxistas por igual, y han ejerci- braicos. El producto total del departamento 1, T1, se puede expresar como M1 +
do una influencia profunda aunque a menudo subterránea sobre todos los aspectos Vi + Pi, y para el departamento 2, .M2 + Vi + 1\ = T2. Si ha de haber acumula-
del pensamiento económico. En consecuencia, l~ esquemas han ~ido desmenuzados ción, entonces una parte de la plusvalía en ca:la departamento tiene que r•~gresar a
y analizados en detalle, y los investigadores han jugado con sus variantes y las han él a fin de comprar más medios de producción y fuerza de trabajo. Podemos enton-
usado para echar luz sobre la teorfa marxista y la teorfa burguesa. Como se han ces analizar los componentes de valor en el producto total de cada departamento
publicado muchas descripciones de !os esquemas, me limitaré a resumir sus prin· en la siguiente forma:
cipales r.aracterfsticas y a ofrecer una interpretación y evaluación de ellas. 6
Marx apela al criterio del valer de uso para dividir una economía en "depar- departamento 1
Lamentos". El departamento 1 produce capiLal constante, fijo y circulante, valo- (medios de producción)
res de uso destinados a consumirse en la producción. El departamento 2 produce departamento 2
valores de uso para el consumo individual, artículos de primera necesidad para (bienes de consumo)
Jos trabajadores y artkulos de lujo para la burguesfa. Se construye un modelo de
acumulación de dos sectores para mostrar cómo las proporcionalidades definidas y Aq1Jf PJ representa la cantidad de plusvalía que queda para el consumo después·
las tasas de crecimiento relativo tienen que ser mantenidas en la producción de df' la reinversión en medios adicionales de producción, .1M, y en capital varia-
m1!dios de producción (departamento 1) y de artkulos de consumo (departamen- ble adiciond, a V.
to 2) si. se ha de lograr una acumulación equilibrada y a largo plazo. Sm embargo, A fin de que este sistema esté en equilibrio, el producto total de los medios de
en vanos puntos del texto Marx sugiere que se deberían hacer más divisiones; se producción en el departamento 1 (T2) tiene que ser exactamente igual a la demanda
debería distinguir entre el capital fijo y el circulante en el departamento l, y entre de medios de producción en los departamentos l y 2 (M1 + a Mi + Mz + M2).
los ~mkulos. de prime.ra ner~idad y los de lujo en el departamento 2, por ejemplo. Suponiendo que los trabajadores y los capitalistas gasten todas sus utilidades en
Las canudades ffs1cas de msumos '/productos en los dos departamentos tienen bienes de consumo, entonces T2 = Vi + a Vi + Poi + Vi + a V2 + Po2. Asf
que estar exactamente en las proporciones correctas si se ha de llevar a cabo la es fácil mostrar que la tasa de intercambio que se requiere entre departamentos
acumulación sin tropiezos. E1 departamento 1 debe producir exactamente la canti- para mantener el crecimiento equilibrado es la siguiente:
dad de medios. de producci~n pa~a satisfactr las necesidades de todos los produc·
tores de maqumana, matenas pnmas, etc. El departamento 2 tiene que producir M2 + a M2 = Vi + .6. Vi + Poi.
exactamente la cantidad de bienes de consumo para mantener la fuerza de tra·
bajo en su civel de vida acostumbrado y satisfacer las necesidades y deseos de la Dicho en palabras, esto significa simplemente que la demanda total de medios
hurguesfa. La forma material y la cantidad de las mercandas tiene un impor- de producción del departamento 2 debe ser exactamente igual a la demanda total
r.a.nte papel potencial que desempeñar en estos modelos de acumulación (El ca- de bienes de consumo que emanan del departamento 1. Si nC' se mantiene esta
pital, 11. p. 84-). proporción, entonces no se puede m:mtener una acumulación balanceada y se
Los intercambios fisicos entre los departamentos se logran a través del merca· produce una crisis de desproporción (exceso o escasez de medios de producción o
do, y de esto ::;e deduce que los intercambios de dinero entre los departamentos de bienes de consumo).
también deben estar equilibrados. A fin de estudiar este proceso sin dem'asiadas El t-jemplo numérico de Marx tiene algunas propiedades intt!resantes, por lo
complicaciones, Marx da pOI sentado que todas las mercandas se intercambian que "'ª~e la pena reconstruirlo. Los productos de los dos d.epartamentos son:
a sus valores. &to significa que el efecto de la competencia capitalista se pasa
departamento 1 4000M + 1000 V + 1OOOP = 6000 = Ti
6 Se pueden encontrar amplias dcscripcionl's en Des:ii ( 1979); Howard y King ( 1!)75); Morishima departamento 2 1500M + 750V +· 750P = 3000 = T2.
(1973) y SweeLy (1968\.
174 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN UINÁMICA DE ACUMULACIÓN 175

Adviértase que la tasa de explotación, p!v, es la misma en ambos departamentos estar relativamente libre de tropiezos. Un modelo que muestra la reproducción del
pero que las composiciones de valor del capital, c/v, y las tasas de ganancia, capitalismo a perpetuidad tiene cierto atractivo para los economistas burgueses, pe-
gl(t· + v), difieren entre los departamentos. No hay igualación en la tasa de ga- ro plantea serios dilemas a los marxistas. Si el capitalismo puede continuar acumu-
nancia - esto se deriva de la simplificación de Marx de que las mercancías se in- lando a perpetuidad, entonces ¿en qué se basan los marxistas para predecir la des-
tercambian a sus valores en vez de intercambiarse de acuerdo con sus precios de aparición inevitable del capitalismo, o siquiera la inevitabilidad de la formación de
producción. crisis? Luxemburgo, por ejemplo, se inquietó tanto con estas preguntas que todo su
Las proporciones de rein,,ersión que mantendrán equilibrado este sistema tracado sobre La acumulación del capital se dedica a una vigorosa denuncia de los
son: errores y omisiones de Marx en su formulación de los esquemas de la reproducción.
Para entender mejor este debate debemos considerar las premisas que llevan los es-
departamento 1 4000M + 400aM + 1000 V + IOOAV + 500Po1 = 6000 = T1 quemas, y la intención de Marx al elaborarloo;.
departamento 2 1500M + IOOAM + 750V + 50AV + 600P02 = 3000 :.: T2 El propósito de Marx no es dificil de adivinar. Él deseaba hacer mejorar al no-
table Tableau économique de Quesnay, en el sentido de que "los innumerables
La forma en que Marx formula esto da por sentado que sólo los capitalistas actos individuales de circulación se resumen inmediatamente en su movimiento
ahorran, y que reinvierten únicamente en su departamento; una suposición algo de masas característico-social: en la circulación entre las grandes clases económi-
extraña, en vista de que generalmente se dice que el capital es sumamente mo- ca~ de la sociedad funcionalmente determinadas" (El capital, 11, p. 321). Marx
vible entre los sectores. Ad·1iértase también que la reinversión ocurre en tal for- desea, en pocas palabras, estudiar el "proceso de circulación" del "capital social
ma que las composiciones de valor del capital no se alteran. Este modelo no global" en términos de las relaciones de clase del capitalismo.
incluye ningún cambio tecnológico. Esto también es extraño, y va totalmente en Sin embargo, también desea desenredar las contradicciones que se presentan
contra del hincapié que se da al cambio tecnológico en el primer modelo de acu- en ese proceso. Asf que inventa un mecanismo que le permite identificar las tasas
mulación. La tasa de reinversión también difiere entre los dos departamentos: de crecimiento proporcionales en los diferentes departamentos, en las cantidades
los capitalistas del departamento 1 convierten la mitad rle su plusvalía en medios producidas, en los valores de intercambios y en el empleo, puesto que si no se lle-
adicionales de producción y en capital variable, mientras que los capitalistas del nan estas tasas darán por resultado una crisis. La razón de que se tomó tantos
departamento 2 convierten sólo una quinta. parte de la plusvalía que producen. trabajos p~ra definir el equilibrio es, como siempre, estar más capacitado para
Cuando tomamos los números de Marx y continuamos la acumulación durante en~end~r ~or qué es inevitable salirse del equilibrio bajo las relaciones sociales
varios años, sucede algo raro a esta reinversión. A fin de mantener equilibrado el de. cap1tal1smo.
sistema, los capitalistas del departamento 2 tienen que aumentar su tasa de rein- El crecimiento balanceado y armonioso que muestran los esquemas de la
versión en el segundo año y en cada aíio subsecuente de 20 a 30 por dento. reproducción también tiene que juzgarse teniendo en cuenta las suposiciones
Aunque estas pe·:uliaridades se pueden atribuir en parte a los números que restriclivas de dichos esquen~as. Tenemos que advertir, antes que nada, que la
eligi.J Marx, nos sirven para enfoca1 la atención en las tasas relativas de reinver- forma en que Marx hace su exposición es contraria al concepto del capital como
sión en los dos •leparta·nentos pues son críticas para preservar la estabilidad del un proceso continuo, y por tanto no coincide en la Irnea general de ataque que
sistema. Dcsignand) estas tasas como a1 y a2 respectivamente, y las composi- tomó en todo el segundo volumen de El capital. Los esquemas de reproducción
ciones de valor del capital en los dos departamentos como h1 y k2, se ;Juede mos- miden el capital como el valor de una reserva de insumos disponibles al principio
trar que um. conrlición para el equilibrio en el intercambio bajo la reproducción de un periodo de producción (la constante inicial y el capital variable) aumenta-
ampliada ef. la siguiente: do por la plusvalía redistribuida para comprar capital constante y variable adi-
cional al final de un periodo de producción. Los equilibrios necesarios son defi-
nidos por un procedimiento de contabilidad aue se realiza al principio y al fin
del año, y que pasa por alto todo lo que sucede en el intermedio. La contabilidad
también da pür supuesto que todo el capital existe en forma de mercancfas que
Esto quiere d,•cir que las tasas relativas de reinversión deben reflejar diferencias en se usan en su totalidad durante el periodo de producción, no existe ningún capi-
las composiciones de valor en los dos departamentos (Howard y King, 1975, p. 191). tal como dinero, como inventarios o como capital fijo que se lleva de un periodo
De aquí se deduce qm. las tasas relativas de expansión del empleo en los dos de- de producción al siguiente. Al modelar la acumulación en términos sumamente
partamentos varían de acuerdo con las tasas de reinversión y las composiciones simplificados, Marx gana mucho en maleabilidad analítica, pero el precio que
de valor. paga es que se aparta del concepto del flujo -básico pero mucho más dificil-
El modelo de acumulación de dos sectores que construyó Marx parece mostrar quc elaboró con tanto esfuerzo en los capftulos anteriores, particularmente en
que. bajo las condiciones correctas, incluyendo las estrategias de reinversión correc- los que trataban sobre la circulación del capital variable y de la plusvalfa.
tas ce parte de los capitalistas. la acumulación puede cont:nuar indefinidamente j En segundo lugar, el hincapié en el intercambio de valores excluyendo todo lo
-
176 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 177

demás no concuerda con el propósiw que manifestó tener Marx, y viola su regla interesante porque ayuda a iluminar algunos de los temas básicos que le preocu-
d~ nunc:i. tratar aisladamente a cualquier miembro del triunvirato (valor, valor paban a Marx. Morishima considera lo que sucedería cuando la plusvalia creada
<l•! uso y valor de cambio). El crecimiento balanceado de hecho requeriría que el en un departamento se puede reinvertir en otro. Saca la conclusión de que el ere- .
valor de uso fisico y los intercambios de din~ro también estuvieran equil~brados. cimienrn balanceado que describen los ejemplos numéricos de Marx se volverla
Aunque se puede perdonar a Marx por abandonar una de estas divisiones del en~onces inestable, con .. oscilaciones explosivas . . . alrededor del camino del
análisis, no se Je puede excusar por abandonar dos, particularrr.cnte porque la crecimiento balanceado, si el departamento 2, produciendo mercandas-salario
intención que manifestó era considerar el valor de uso y los aspectos del valor e~ y articulas de lujo, es más alto en composición de valor de capital (o tiene más in·
su modelo. Si hubiera realizado lo que tenía intención de hacer, habría produc1· versión de capital) que el departamento l ". Tenemos "explosión sin fluc·
do algunas ideas muy útiles. . . tuaciones", o "divergencia monótona de un camino de crecimiento balanc!ado",
A fin d~ saber, Jor ejemplo, si un intercambio de valores balanceado comctde cuando la composición de valor del capital es más alta en el departamento 1 que
con el intcrcambi~ de valores de uso balanceados, primero necesitarfamos infor- en el departamento 2. Por tanto, se necesita muy poco para generar fuertes
mación sobre los coeficientes tecnológicos que relacionan los insumos físico::; con fluctuaciones cíclicas o inestabilidad crónica partiendo de los esquemas de
los productos y fijan los valores relativos de las mercancías que se escán intercam- reproducción, y esto, supuestamente, era lo que Marx deseaba analizar. Sin em·
biando. Esto nos lleva directamente al concepto muy importante de una bargo, el caso que presenta Morishima es de particular interés, ya que sugiere
tecnología uz'a.ble, definida como aquella tecnologia de producción que puede que la nivelación de la tasa de ganancia bajo la competencia alterará. el
equilibrar simultáneamente los intercambios fisic?s y ?e \'~lor entre .os de~arta· equilibrio requerido para el crecimiento equilibrado. Esto en si mismo es un claro
mcntos. El tiempo de trabajo socialmente necesano cnstahzado en los med1m de ejemplo del tema marxista fundamental de que el crecimiento equilibrado es impo·
prnducción tiene que estar exactamente en la proporción correcta con ~¡ tiempo sible bajo las relaciones sociales del capitalismo (Morishima, 1973, pp. 125·127).
df' trabajo socialmente necesario cristalizado en los bienes de consumo, s1 se ha de El modelo de Mo·dshima también abarc.i suposiciones que han sido debida·
lograr el equilibrio simultáneamente en las dimensiones de valor de uso y de valor. mente criticadas. Desai señala que, si los capitalistas varfan sus tasas de reinver-
Evidentemente esto pone severas restricciones a la tecnología que se puede adoptar. sión en vez de reinvertir a una tasa constante como da por sentaio Morishima,
Marx parece darse cuenta de algunas de estas dificultades, porque mantiene podrán aminorar la tendencia a la inestabilidad a largo plazo y a las oscilaciones
constante la tecnología en sus modelos de reproducción ampliada. Este trata· ciclicas explosivas. Empero, al hacerlo los capitalistas pueden generar movimien·
rr:iemo contrasta marcadamente con el hincapié que se da al cambio tecnológico tos cíclicos en la tasa de desempleo, y esto presenta otra dificultad: no hay abso·
e11 el modelo de acumulación del primer volumen. El contraste es tan vívido que lutamente ninguna garantía de que la "tecnología viable" y la "tasa apropiada de
inmediatamente suginf' una hipótesis m~y importante: que hay un grave reinversión" aumentarán la demanda de fuerza de trabajo de una manera que con·
conflicto potencial entre la "tecnologfa viable" definida desde el punLO de vista cuerde con su oferta. Esto nos trae de regreso a la contradicción entre las condiciones
del intercambio balanceado y el cambio tecnológico que se requiere para mantener fijadas para la acumulación sostenida en el primero y segundo modelos de acu·
la acumulación por medio de la producción. Este choque de requerimientos, muladén (Desai, 1979, caps. 16 y 17).
idcntif.cado y entendido correctamente. nos proporciona un<. herramienta para Según parece, no hemos hecho justicia a la complejidad del pensamiento de
dc>mcnuzar las crisis bajo el capitalismo. Si Marx hubiera expuesto firmemcnce Marx. El capítulo en que Engels reconstruyó las notas de Marx sobre la repro·
un argumento de este tipo. entonces los problemas que acosan al modelo sintéti- ducción simple (un capítulo largo, tortuoso, laborioso, pero al mismo tiempo hon·
co de acumulación en el tercer volumen de El capital se habrían podido resolver <lamente imaginativo). contiene multitud de materiales que son dificiles de in-
mucho más fácilmente. Por tamo. este "choque de requerimientos tecnológicos" tegrar en el modelo simplificado de reproducción ampliada. No debemcx pasar por
e~ un tema que trataremos de nuevo detalladamente en la siguiente sección y el alto tampoco Jos interesantes capítulos sobre la circulación del capital variable y la
capitulo subsecuente. plusvalfa que lo preceden. Marx se daba perfecta cuenta de las dificultades que
Hay varias otra~. suposiciones restrictivas integradas en el modelo de Marx de acechaban en la línea de análisis que estaba tomando. Aunque puede parecer algo
la reproducción ampliada, que rtquieren examen crítico. Se supone que sólo injusto .;eleccionar algunos asuntos de entre esta masa de materiales; por cons~de·
ha y dos e la ~es en la so- :icdad - los ca pitalisras y los trabajadores - y otros aspee· r<.. ."los de particular imponancia, existen tres problemas que nos llaman la atención.
tos de la di~tribuci 'm son pasados por alto. El dinero funciona meramente como Pn"mero, debemos advertir que la reproducción de la fuerza de trabajo llega a
un medio de pago; no se le acumula; la plusvalía producida en un d<·partamento estar integrada en la circulación de capital. El trabajador llega a ser verdadera·
no se pued::- invf.!rtir en otro; no hay nivelación en la tasa de ganancia; hay una mente un "apéndice del capital", en la esfera del intercambio y en la esfera de la
ofrna infinita dc- fucrrn rle trabajo. f'lC. Con las técnicas matemáticas mod<:rnas producción. Aunque Marx no presta gran atención a los d~talles espl!dficos, ve
es posible explorar lo que sucede cuando se desechan algunas de estas suposi- que la 'acumulación equilibrada" requiere que los trabajadores usen el capital
ciones, y en algunos casos se h<in logrado ideas valiosas. variable que reciben para comprar mercanda'i de los productore~ del departa·
El tralrnjo de Monshima a lo larg{, de estos lineamientos es panicularmente mento 2, I.a demanda cfecLiva de h clase trabajadora -que depende de la tasa
l '78 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN
DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 179
salarial- ~e convierte en un factor que puede contribuir al crecimiento equi-
librado o contrarrestarlo. Los procesos descritos en el primer volumen de El ca- ei moddo de la reproducción ampliada, pero en el largo capitulo sobre la reproduc·
pital explican por qué los salarios no pue~en subir muy ~or .encima de algu~a ci6n simple Marx Lienc algo que decir sobre los problemas de encontrar una tasa
proporción de equilibrio del producto nacional, y además m~1can que pr~~al~ce equilibrada de inversión para los artfculos del capital fijo que duran varios pe·
una tendencia a hacer que bajen !os salarios muy por deba~o de ese equihbr~o. riodos de producción. Marx señala alJí que el departamento l, que produce ca·
En el segundo volumen de El capital vemos por qué los s~~anos no f uede~ ?ªJªr pita! fijo y también circula capilal constante, tiene que enfrentarse a algunos
muy por debajo de este equilibrio sin precipitar una cns1s en la c1rc~lac~o~ de problemas peculiares sobre los momentos oportunos para la reinvrrsi6n, las
capital dentro del departamento y entre los departamentos: los cambios rap1?os corrientes de dinC'rn y cosas poi el estilo. Marx sugiere que es probable que la in-
en Ja proporción de trabajo en el producto total alteran la acumulación versión m capital fijo engendre fuertes movimientos cíclicos, que tienen la capaci-
1~quilibrada a través del intercambio. . dad potencial de convenirse en crisis, incluso bajo las suposiciones simp!ificadoras
Las consecuencias sociales de transformar a la clase tra haJadora en un mero más estrictas. Por tanto. la circulación de capital entre los dos departamentos está
apéndice del capital - como "capital variable" - en el t~rreno <lel intercam~io destinada por lo menos a oscilar alrededor del punto de equilibrio tan pronto como
son muy numerosas. Una vez que el com;umo d:
los trabaJa~oref; llega a e~tar in- el capital fijo es introducido en la escena. Éste es un asunto importante que Marx
dejó inconcluso en su teoría: es tan importante que lo consideraremos separada-
tegrado dentro de la circulación de «apita), su mdependenc1a y autonomia ~n la
mente en el capítulo VIII.
esfera de las relaciones de intercambio se convierte en una amenaza pote!1c1?1, Y
lc•s capitalistas deben tomar medidas para h?cer que d1srnim~ya. Los capuahstas En tercer lugar, aunque el dinero es tratado como un medio de pago en el
que producen mercancías-salario se ven obhgados a productr los valores ~le uso modelo de la reproducción ampliada, hay innumerables declaraciones en el texto
espedficos que los trabajadores desean y necesitan .. Como posee.dores de dmero, que indican que la producción y circulación de dinero no son tan simples como
después de todo los trabajadores son "libres" de ejercer su opnón como consu· parecen. Marx elimina los problemas planteados por el capital-dinero y por el
midores. Tambi,én podemos ver que el "consumo raciona~" -racional desd~ el siscema de crédito basándose en que oscurecen los procesos reales de circula-
punto de vista de la acumulación de capital- es. neces~no para que el capital ción de los valores (El capital, 11, p. 358 ss. ). No obstante, tambi~n reconoce que
rnriable que se paga como salarios se traduzca sm tropiezos en las m~rcandas la circulación de dinero y la creación de crédito tienen efectos reales, mientras
que produce el departamento 2. Lo~ mecanismos por los que el.. :ap1tal llega que la producción de una mercancía-dinero no puede incluirse simplemente co-
hasta el lugar donde viven los trabaJadore~ para asegura_rse dd cor;isumo ra· mo una rama del departamento 1 porque tiene algunas caraccerfaticas muy pe-
donal'' de parte de éstos, y de la reproducc16n. de las cant~dades y cahclades ne- culiare.!i (es, por ejemplo .. la rama de la producción que arroja más dinero a la
cesarias de fuerza de trabajo, son muy complejas. El prop10_ Marx se burla de la cirrnlarión del que absorbe en la compra de capital constante y variable). Marx
forma en que "El señor capitalista, al igual que su prensa ... ~1vaga sobre la r:ultura trata de oruparsc c1e wdo esto dando por sentado que "Siempre será necesario ...
y charla filantrópicamemc" cuando "se muestra co~ frecuencia desconle~to del mo· dar por !.u puesto la existf'ncia en manos del capitalista, junto a su capital producti·
do como los obreros invierten su dinero" (El ca.pita[, 11, p. 458). A es~o debemos vo. ,IC' un cieno fondo de dinero . ya sea para invertirlo como capital. ya para
añadir los diversos instrumentos de persuasión y dominio. incluyendo .los que gastarlo como rema" (El capital, 11. pp. ?·56-357). De dónde proviene este dinero,
moviliza el Estado (generalmente, como es natural, en nombre del b1ene~tar quién es responsable de su abastecimiento y cómo "promueve" este abastecimiento
público), por medio de lfls cuales la cultura de la clase trab~ja?ora y sus .~á hilos los intercambios y "facilira el adelanto del capital" . son preguntas difíciles a las
e.e consumo son puestos más o menos en línea con los requenm1encos del consu- que• regresaremos C'n lo.s capítulos IX y x. Todo esto no interfiere necernriamente
r.·.o racional para la a•:umulación". Sin emb~rgo. cuanto más nos avent~~emos a con el modelo de la reproducción ampliada, puesto que este modelo da por sen-
lo largo de este camino, más nos veremos obligados a entrar en ese dom1~10 ~e la tado que el capital existe sólo como mercancías. Sin embargo, si buscamos mo-
reproducción de la fuerza de trabajo que Marx general~ente p~sa por a1to. ~or delos más realistas, en que el capital también toma la forma de dinero y de apa-
otro lado, la traducción del trabajo vivo en un mero capital ~·anable nos permite ratos productivos que pasan de un periodo de producción al siguiente, entonces
percibir, aunque sea débili:nente, las )~neas de una form~ diferente de lucha de todo el asumo del dinero y del crédito se vuelve fundamental para el análisis.
dases a propósito de la cahdad de la vida para los trabajadores. Estos tres tópicos no agotan de ninguna manera los problemas que presen-
En segu.ndo lugar, Marx hace una breve incursión en el asunto de la. fonnac1ón Y ta Marx. Los he seleccionado en parte para ejemplificar la riqueza imaginativa de
el uso del capital fijo. Esto presenta demasiadas dificultades como para mlegrarlo en Marx en c.·uanto al 1racamiento de los procesos de reproducción del capital, y en
parte para demostrar puntos de gran importancia para el argumento general que
estoy tratando dC" establecer. Respecto a la circulación del capital variable, por
i No debemos disimular en ninguna forrn.1 la dificultad de transforma.r la vida Y_la cul_tura de I¡¡ cjcmpio, podemos ver ahora fuerzas que compensan a laf que contribuyen a que
clase trabajaúora e, pautas susceptibles a la t•xp!utación por la acumulación de ca~•nal. Esto da lu· aumcme C'I empobrecimiento del proletariado. Al relacionar entre sí al primero
gar a formas el~ conflicto y de lucha t•n el lugar de trabajo que son un aspecw muy 1mporrnnu.· de· la
vi1la capitali1'ta; •éase Casit·ll~ (1977) y llarv1·y (1978).
y 'il',1r;tt.nclo mod,.Jos de acumulación. podemos identificar las fuerzas que contri-
lmycn a una tasa de salarios equilibrada, o participación de los salarios en el
DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 181
180

producto total. Cualquier desviación radical de esa participació? .equilibr~da de inventarios, las reservas de capital-dinero, las operaciones del sistema de crédito,
los salarios en los valores totales probablemente generará una crisis en la circula· etc., todas cobran mucha importancia. Sin embargo, muchos de estos proble·
ción de capital, una crisis que se puede desatar en la esfera del intercambio o en mas desaparecen al analizarlos, o en todo caso provocan oscilaciones dclicas a
la esfera de la producción, dependiendo de si los salarios están por encima o por un proceso de reproducción secular que por lo demás funciona sin tropiezos.
debajo de su valor de equilibrio. Los procesos sociales de la determinación de sala- Una exploración elaborada de estos rasgos adicionales hace pe.ca mella en
rios -competencia entre los capitalistas, lucha de clases, etc. - son de tal na~ura· modelos que muestran la reproducción permanente de las relaciones de clase del
leza que aseguran que este equilibrio se logre sólo por accidente. La producción Y capitalismo y en estados relativamente libres de problemas. Tomados directa·
el consumo no se pueden mantener en equilibrio bajo relaciones antagónicas de mente por lo que son, divorciados enteramente del proyecto global de Marx, los
distribución (véase más adelante la sec. S). modelos merecen las vigorosas denuncias a las que los somete Luxemburgo.
¿En dónde nos deja esto en términos de una evaluación global de los esquemas Además, Luxemburgo tiene razón en su principal objeción: que Marx no explica
de la reproducción ampliada? Con to~a seguridad Marx no estaba. tr~tando d.e en ninguna parte de sus esquemas de reproducción de dónde ha de venir la de·
construir ·ma estructura con que ejemplificar los hechos reales del crecimiento capi· manda efectiva que servirá para realizar el valor de las mercdndas en el inter·
talista, o las realidades de las estructuras insumo-producto. Comparándolos con ese cambio. En esto Marx sólo está siendo fiel a sí mismo. Después de todo, su punto
tipo de proyectos, los esqu·~mas de reproducción tendr.ran un mero interéi; histó- principal en el primer volumen de El cap'ital fue que nunca se podrá descubrir
rico -innovativo e imaginativo para su tiempo, pero sm la fuerza de los modelos de dónde provienen las ganancias analizando el terreno del intercambio. Ade·
contemporáneos. Juzgándolos en reladón con.el propio proyec~o de Marx, los es- más, en el capftulo sobre la circulación de. la plusvaira en el segundo vvlumen de
quemas tienen una interpretación bastante diferente. Están dise~ados p~ra .que El capital, Marx dc::scubre exactamente la misma cosa sobre la demanda efecti·
podamos discernir teóricamente la lógica interna de la acumulación capitalista, va. Por hondo que escarbemos, nunca podremos averiguar cómo se realiza el ca-
generando modelos de un "objetivo téorico" definido respecto al dominio de la pital en el intercambio sin regresar al terreno de la producción, ese "taller ocw·
circulación de capital a través del intercambio. Consideremos la natunleza de to ... en cuya puerta hay un cartel que dice: 'No se permite la entrada a los que
estas ideas y la manera en que pueden usarse legftimamente. no tengan que ver con el negocio' ". Es entonces en el terreno de la producci6n
En el primer volumen de El capital (p. 487) Marx escribe: donde "veremos, no sólo cómo el capital produce, sino también c6mo se produ-
ce él mismo" (El capital, 1, p. 128). Es también c·n el terreno de la producción
Por tanto, el proceso capitalista de producción, enfocado en conjunto o como proceso donde se realiza el capital (véase el cap. 111). Eso es, después de todo, lo que signifi-
de reproducción, no produce solamente mercandas, no produce solamente plu~va~[a, ca el "acumular por ac-:.imular" como el pn'mus agens dentro del modo de pro-
sino qur. produce y reproduce el mismo régimen del capital: de una parte al capitalista ducción capitalista.
y de la otra al obrero asalariado. Lo que consigue todo esto, naturalmente, es obligamos a considerar el mar·
cado contraste entre las reglas que regulan la acumulación en el terreno de la
También vimos, en el primer modelo de acumulac.ión, cómo ésta "reproduce producción, y las que regulan la acumulación equilibrada en el terreno del in·
el régimen del capital en una escala superior, crea en uno de los po~os más capi· tercambio. Interpretados dentro del contexto del proyecto global de Marx, los
talistas o capitalistas más 'poderosos y en el otro más obreros asalariados" (El ca· esquemas de la reproducción nos dan la mayoría de las ideas teóricas que necesi.,
pital, 1, p. 518). tam~s. La acumulación balanceada a través del intercambio es realmente po·
Los esquemas de reproducción nos permiten examinar la reproduccióu de la sible a perpetuidad, siempre y cuando el cambio tecnológico q~ede confinado
relación de clase entre el capital y los trabajadores desde el punto de vista de las dentro de limites estrictos, que haya una oferta infinita de fuerza de trabajo que
relaciones de intercambio. El capital circula, como si dijéramos, a través del siempre se venda a su valor, y que no haya competencia entre los capitalistas y no
cuerpo de trabajador como capital. varia?le y por t~nt~ lo conv~erte en un mer~ haya nivelación en la tasa de ganancia. Una vez que relajamos estas suposiciones
apéndice de la circulación del propio capital. El capi~ahsta está igualmente apn· (que son las variables cruciales en el primer modelo de acumulación) entonces
sionado dentro de las reglas de la circulación del capital, porque sólo observando surgen alteraciones crónicas en el proceso de intercambio. La "tecnolog[a via·
estas reglas se asegura la reproducción y expansión del capital constante y la pro· ble" que debe prevalecer en el intercambio se ve alterada permanentemente por
ducción de m~s plusvalfa. En pocas palabras, estamos viendo las reglas que go- las revoluciones en las fuerzas productivas.
biernan la reproducción ·..!n una escala progresiva de clases sociales enteras. Dicho con ~ás sencillez, las condiciones que permiten que se logre el
Visto únicamente desde el punto de vista del intercambio, este proceso de la equilibrio en el terren~ de la producción contradicen las condiciones que permiten
reproducción social paiece estar relativamente libre de problemas. Existen, claro es- que se logre el equilibrio en el terreno del intercambio. El capitalismo no puede
tá., innumerables peculiaridades y complicaciones que deben tomarse en cuenta alcanzar un estado en que satisfaga simultáneamente estos dos requerimientos
en cualquier descripción completa de la acumulación balanceada. Las dificulta· en conflicto. El escenario está preparado para construir un tercer modelo de
qes que presenta la circulación del capital fijo, el problema de dar cuentas de los acumulación, un modelo que exponga las contradicciones internas del capitalis·
182 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 18S

mo y que demuestre cómo estas contradicciones son el origen de todas las formas
de crisis capitalista.
g = _p_ = ____,P,__l_v_
c + v + c/v

3. LA TASA DECRECIENTE DE GANANCIA Y SUS De la segunda de estas expresiones podemos ver que la tasa de ganancia es inver-
INFLUENCIAS COMPENSATORIAS samente proporcional a la composición de valor y directamente proporcional a
la rasa de explotación. Si la tasa de explotación aumenta más lentamente que la
Los esquemas de repr.Jducción en el segundo volumen de El capital demuestran composición de valor, entonces tendremos una tasa de ganancia decreciente.
que el proceso capitalista de producción en general representa una sfntesis de la Marx en general sostiene que la rasa de explotación pu~de incrementarse úni-
producción y la circulación. En el tercer volumen Marx trata de ir má.> allá de cainente por tasa decreciente (véanse las pp. 80 y 81-163-164 de este libro). La ere~
unas "reflexiones generales acerca de esta unidad", para "descubrir y exponer cie11te dificultad para exprimir aún más a una fuerza de trabajo ya severamente
las formas concretas que brotan del proceso de movimiento del capital, conside· pauperizada, el estado de la lucha de clases y la necesidad de r.untener a la clase
rado como un todo" y que, por tanto, "van acercándose, pues, gradualmente a la trabajadora consumiendo un poco por lo menos ejercen una influencia restricti-
forma bajo la que se presentan en la superficie misma de la sociedad" (El capi'- va. Además, se puede mostrar que la tasa de ganancia se vuelve menos y menos
tal, III, p. 45). sensible,, los cambios en la tasa de explotación, cuanto mayor llega a ser la com·
Para que Marx pudiera completar su proyecto, tenía que conr.truir un tercer posición de valor (véase Sweezy, 1968).
modelo de acumulación que sintetizara las ideas de los dos primeros. El modelo Por tanto, la prueba de la "ley" de la tasa decreciente de ganancias está en
debe describir y reflejar las contradicciones internas del capitalismo y describir moi>trar que la composición de va1or del capital tiende a subir sin restricciones~;
sus manifestaciones en el mundo de las apariencias. Para Marx esto significaba Marx simplemente invoca aquí la supuesta "ley de la creciente composición or-
cxpHcar el origen, funciones y consecuencias sociales de las crisis. gánica del capital" como una prueba :mficiente. Luego concluyé que el "de-
Desgraciadamente Marx no completa bien su proyecto. En vez de eso nos deja sarrollo progresivo de la fuerza social productiva del trabajo" es el que, bajo las
con un esbozo preliminar de lo que podría ser su tercer modelo de acumulación. relaciones sociales del capitalismo, provoca uµa tendencia permanente a que baje
Marx sostiene sus ideas sobre "la ley más importante de la economía política mo· la tasa de ganancia (El capital, 111, p. 214). Por medio de esta simple estraLagema,
dema", la de una tendencia hacia una tasa decreciente de ganancia. Ésta es, se· Marx hace ']UC la ley de la ganancia decreciente sea compatible con las "leyes de·
gún afirma, "una ley que, a pesar de su sencillez, jamás ha llegado a compren· movimiento del capitalismo".
derse debidamente, y menos aún a enunciarse en forma consciente" (Grundr:sse, Sin embargo, en vista del "enorme desarrollo adquirido por las fuerzas pro:
11, p. 152). La idea de que la tasa de ganancia tiende a declinar no era nueva. ductivas del trabajo social" bajo el capitalismo, "la dificultad con que hasta
Smith, Rkardo y John Stuart Mili describieron la forma en que el capitalismo ahora han venido tropezando los economistas, o sea, el explicar la baja de la cuota
perdía fuerza gradualmente hasta que caía en un "estado estacionario" con una de ganancia, surge la dificultad inversa, a saber: la de explicar por qué esta baja
ta.!:a de acumulación de cero. Siempre ansioso de convertir El capital en una crí· no es rnayor o más rápida" (El capital, 111, p. 232). La "ley" resulta ser una "ten·
tica de la economía política asf como en una exposición de "las verdaderas leyes dencia" porque está modificada por multitud de influencias compensatorias.
dei movimiento" del capitalismo, Marx trató de construir un modelo que expli- Marx menciona seis influencias compensatorias en El capital, pero dos de
cara la supuesta tendencia hacia la tasa decreciente de ganancia al mismo tiempo ellas (el comercio extranjero y un aumento en las acciones) no se ajustan a sus supo·
que identifica los orígenes de las crisis bajo el capitalismo. siciones usuales (una economía cerrada y un concepto de la plusvalía que
La economía polftica clásica (con excepción de Smith) explicó la tendencia excluye los datos de la distribución). Esto nos deja con: 1) una tasa de explota-
hacia una tasa decreciente de ganancia mediante factores externos al funciona· ción en aumento aunque a menor velocidad; 2) disminución de los costos del ca-
miento del capitalismo. La culpa, sugirió Ricardo, está en la naturaleza, porque pital constante (que frena el aumento de la composici6n de valor); 3) reduccibn
la productividad industrial estaba sujeta a que disminuyeran las utilidades. Las y
de los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo, 4) un aumento en el
alusiones de este tipo a la "naturakza" eran anarema para Marx; :uando se ejército industrial de reserva (que preserva a ciertos sectores de los estragos del
enfrentó con el problema de la ganancia decreciente, dijo acerbamente qu~ Ri- progreso tecnológico haciendo que disminuya el incentivo para reemplazar la
cardo "abandona el campo de la economía política y se refugia en la qufmica or· fuerza de trabajo por máquinas). En los Grundrisse, 11 (p. 154), Marx hace una
gánica" (Grundrisse, 11, p. 157). Marx busca la causa de estos fenómeno~ dentro lista de varios otros factores que pueden estabilizar la tasa de ganancia "aparte
de la lógica interna del capitalismo. El argumento que construye es brillante y de las crisis". &cribe sobre "la constante desvalorización de una parte del capi-
simple. tal existente" (que según supongo quiere decir la obsolescencia planeada), la
Definamos la tasa de ganancia, dice Marx, como: "transformación de una gran parte del capital en capital fijo que no sirve como
medio de producción directa" (inversión en obras públicas, por ejemplo) y el
184 DiNÁMICA DE ACUMULACIÓN DINAMICA DE ACUMULACIÓN 185

"desperdic:o improductivo" (los gastos militares se usan a menudo como un puntos de vista diversos (teóricos, históricos, empfricos), examinada cuidadosamente
ejemplo en la bibliografla contemporánea). Marx prosigue diciendo que la dis- en cuanto a sus implicaciones políticas e interpretada en formas muy diferentes. Yo
minución en la tasa de ganancia se puede "retrasar por la creación de nuevas no trataré de hacer una reseña de la contro11ersia ni de la manera en que se de-
ramas de producción en que se necesita más trabajo directo en relación con el sarrolló, puesto que los que lo deseen pueden consultar los innumerables artkulos
capital, o donde el poder productivo del trabajo aún no está desarrcllado" que se publicaron sobre este tema. 9 No obstante, rs evidente que se requiere ha-
(cuando se abren o se preservan sectores que requieren trabajo intensivo). Final- cer una evaluación de este tercer modelo de la acumulación de Marx.
mente, la monopolización es tratada como un antfdoto a la tasa decreciente de La evaluación puede realizarse en dos niveles. En el primero, podemos consi-
ganancia. derar el rigor, la coherencia lógica y el significado histórico de la "!ey" de la ga-
· Esto, para decirlo suavemente, e~. un conjunto algo heterogéneo de factores nnncia decreciente como una premisa por derecho propio. En el segundo nivel,
que hay que considerar, y todos merecen un examen detenido del que Marx les más general. podemos CO!lSiderar hasta dónde sinletizar la ley (o alguna versión
da. Además, en rúnguna parte nos proporciona un análisis firme de estos factores. de ella) los descubrimientos de los dos primeros modelos de acumulación, para
Algunos, como los salarios que llegan a estar por debajo de los valore~, parecen ser proporcionar así una interpretación firme de las leyes del movimiento del capita-
paliativos temporales en el m'!jor de los casos, mientras que otros, como los lismo en general.
ahorros en capital constant~ y la iniciación de lineas de producción que re- A continuación argumentaré que Marx, en su ansiedad por desembrollar a los
quieren trabajo intensivo, parecen tener el potencial para mantener estable, a la economistas políticos, se sintió atraído a hacer una interpretación errónea de lo que
larga, la tasa de ganancia. Debemos mencionar también que algunos factores, debió haber sido un modelo sintético de las contradicciones del capitalismo. Más
como una inversión en obras públicas y en gastos improductivos, probablemente espedficamente, al hacerse cargo del problema de la inevitabilidad de una tasa
pueden ser interpretados más bien como respuestas a la disminución de las ga- decreciente de ganancia quitándoselps a los economistas polfticos de esa época y
nancias, mientras que otros, como la preservación o la iniciación de líneas de tratándolo como una pregunta, Marx se aparta de la 15gica de su propio argu-
producción que requieren trabajo intensivo y ahorros en capital constante, mento a tal grado que lo que debió haber sido una premisa tangenciai aparece co-
o.:urren "naturalmente" con los cambios tecnológicos que se generan bajo l<i.s re- mo fundamemal, mientras que la premisa fundamencal queda enterrada en una
laciones de producción capitalistas. masa de argumentos tangenciales. Corno resulta:io, Marx no logra sintetizar los dos
Como quiera que sea, Marx nos deja con la impresión definida de que ningu· ptimeros modelos de acumulación. Tampoco representa correctamente las "formas
na de esta multitud de influencias heterogéneas compensatoria:;, tomadas sepa· concretas" que asumen las contradicciones internas del capitalismo ..en la super-
radamente o en conjunto, pueden contrarrestar con éxito la tendencia a largo fici<>" de la sociedad. No obstante, a pesar de todos estos defectos, se las arregla
plazo hacia la tasa descendente de ganancia. En el mejor de los casos retrasan lo para desenmascarar lo que bien podría ser la fuente fundamental de las crisis ca·
inevitabk Marx lleva luego su argumento hasta su conclusión final: pitalistas: la contradicción entre la evolución de las fuerzas de producción por
un lado, y por el otro las relaciones sociales sobre las que se basa la producción
En contradicciones absolutas, en crsis y convulsiones, se manifiesta la creciente incon- c.i. pita lista. Ahora daremos forma a este argumento general.
gruencia de la relación del desarrollo productivo de la sociedad y las relaciones de pro- En primer lugar, se debe aclarar el rango exacto de la supues~a "ley". Una co-
ducción vigentes. Destrucción violenta de capital no por causas exteriores a él, sino como sa sería, por ejemplo, afirmar teóricamente que, si existe una tendencia !lacia la
condición para su propio mantenimiento: tal es la forma más tajante en que se le acon- disminución de la tasa de ganancia, entonces se debe explicar en una forma que
seja que se largue, dejando sitio a un estado superior d~ producción social. (Grundrisse, concuerde con las leyes globales del movimiento de! capitalismo, y otra muy dis-
11, p. 153.) Linta mantener, como lo hace Marx definitivamente en varias ocasiones; que la
ley capta la lógica interna de la dinámica capitalista al mismo tiempo que explica las
Aparentemente, Marx ha matado dos pájaros de un tiro. Les ha aclarado a los tendencias reales y observables en la tasa real de ganancia (Grundrisse, 11, pp. 151-
C'Conomistas pollticos por qué debe disminuir la tasa de ganancia y al mismo tiem- 152; El capital, 111, cap. xm). De hecho, existe mucha confusión en cuanto al
po ha diseñado a grandes rasgos un modelo que refleja las contradicciones del ca- rango epistemológico exacto de la ley, una confusión señalada por las diversru, for-
pitalismo y sus manifestaciones concretas en "el mundo de las apariencias". Des- mas en que Marx se refiere a ella como una "ley", una "tendencia" o incluso con el
graciadamente su argumento es incompleto, y de ninguna manera está especificado término híbrico de "ley de la tendencia". Por comodidad seguiré refiriéndome a la
rigurosamente. Además, aunque Engels impone una forma muy clara al argu- tasa decreciente de ganancia como una ley sin suponer que esa etiqueta le con·
mento con sus correcciones, el texto está plagado de toda clase de ambigüedades. fiere algún rango epistemológico particular.
En consecuencia, la explicación de Marx y su uso de la ley han sido objeto de
una inmensa y continua controversia dentro de la tradición marxista, al mismo 8 Las C"ncuC"stas de Fine y Harris (1979) y Wright (1978) son útiles. Una buena muestra de opiniones
tiempo que se les ha menospreciado en los círculos burgueses (lo cual no es seria Cogoy (1973); Desai (1979); Hodgson (1974); Morishima (1973); Steedman (1977); Swcczy (1968) y
sorprendente, en vista de lo que describe la ley). La ley ha sido investigaua desde Vaffe (1973).
186 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 187

La importancia teórica de la ley es bastante clara: la capacidad de prod·Jcir servado) en el curso de un año; 2) d capital constante empleado durante todo un
plusvalia en relación con el valor total que circula como capital disminuye a tra- año (que indui.ría el capital fijo que no se usó) y, 3) el capital adelantado para la
vés del tiempo debido precisamente a las revoluciones tecnológicas que los capita- compra de capital constante (en cuyo caso los tiempos de rotación Je los diversos
listas individuales instituyen en búsqueda de la plusvalia. Sin embargo, Marx elcmenco~ del capital const~nte se vuelven cruciales para el cálculo). El propio
explica la ley en términos de valores en vez de precios del mercado, de r:al mane- Marx vacila entre las dos primeras definiciones, y ocasionalmente invoca la ter-
ra que las consideraciones monetarias a corto y a largo plazos (como la inflación cera. Engels, dándose cuenta de que Marx no había hecho justicia totalmente a
endémica o los pánicos financieros) no se pueden incluir en el análisis. Esto signi- los descubrimientos del segundo volumen de El capital, insertó todo un capítulo
fica que la ley no se puede usar para describir la "apariencia superficial" de la di- sol: re el "efecto de la rotación sobre la tasa de ganancia" y con frecuencia ~ñadió
námica capitalista. Además, la ganancia es interpretada como plusvalía antes de su frases y párrafos para llamar la atención a lo que él veía como una grave omisión
distribución como renta, interés, ganancia sobre el capital industrial y mercan- en la formulación de Marx de este probk:ma.
til, impuestos, etc. Esto significa que Ja tasa de ganancia sobre, digamos, el capi- ~n general, :1argumento de Marx en el ter~er volumen de El capital reflejá
tal industrial, puede subir o bajar como resultado de los cambios en la distribu- sus ideas del primero, pero hace poca referenc11 a las poderosas formulaciones
ción más bien que como un reflejo de los movimientos en la tasa de ganancia como del segundo volumen {lo cuaJ no es sorprendente, puesto que el texto del tercer
la define Marx (Grundrisse, 11, p. 154). rnlumen que ha llegado a nuestras manos aparentemente fue escrito antes de
Por tanto, tenemos que tener cuidado particularmente de tratar la ley como que se emprendieran extensas investigaciones del segundo). En la práctica, la
una premisa histórica o empírica directa. No podemos, por ejemplo, reunir datos ~xclusión del capital fijo y del tiempo de rotación del análisis nos deja con una
sobre las ganancias corporativas de Estados Unidos a partir de 1945 y probar o definición de e como el capital constante usado en el curso de un año, y una defi-
desaprobar la ley apelando a ese registro histórico en particular. Inciuso los intentos nición de las ganancias que no sintetiza en ninguna forma las estructuras
más valientes y más elaborados (como el de Gillman, 1957) por hacer gráficas de la anal!t.icas de los dos primeros modelos de acumulación. En pocas palabras, la
composición de valor del •:apital y de la tasa de ganancia durante un periodo de medida de Marx de la tasa de ganancia podría ser razonable si estamos prepara-
tiempo prolongado, se ven con suspicacia porque las relaciones necesarias entre los dos para dar por sentado que todo el capital es producido y usado en todos los
valores y los precios dd mercado son difíciles de establecer, al mismo tiempo que sectores durante un periodo fijo de producción. Esa definición tan limitada
los cambiantes arreglos distribucionales también enturbian considerablemente podría ser aceptable para algunos propósitos, pero casi no es adecuada para captar
las aguas (es particularmente problemático dar razón de los impuestos). No es la lógica interna del capitalismo en general, y no digamos "las formas coneretas·~
fácil hacer que concuerde un registro histórico dominado por los movimientos de que asumen las leyes del movimiento del capitalismo "sobre la superficie de la so-
precios y la distribución proporcional con la ley de las ganancias decredentes. 9 ciedad". · ·
Lo más que puede soportar la ley como una premisa histórica es el peso, que Además, todas la~ objeciones teóricas que se presentaron en el capítulo IV,
no es insignificante, de explicar el estancamiento secular a largo plazo y las crisis respecto a las relaciones entre las composiciones técnicas, orgánicas y de valor
periódicas violentas. Marx suele hacer hincapié en las crisis, pero hay mucha del capital, entran ahora e.n juego plenamente como objeciones a la especifica-
confusión en el texto en cuanto a si el capitalismo puede superar o no una ten- ción de Marx de la ley de la ganancia decreciente. Ahora pasaremos a integrar
dencia in.herente a la decadencia a largo plazo, quizá por la vía de sacudimientos estas objeciones, una por una, en el argumento.
..:ada vez más violentos y de racionalizaciones· hechas en el curso de las crisis. Marx se da cuenta perfectamente, como es natural, de que los t,;ambios tecno-
E.xisten diferentes escuelas de pensamiento sobre este punto. 10 lógi:os ~u~ reducen e~ valor del capital constante (fijo y circulante) pueden, bajo
Desgraciadamente, el argumento de Marx sobre la tasa decreciente de ganan- las <..ond1ciones apropiadas, elevar la tasa de ganancia o por lo menos contrarres·
cia no ha recibido honores particulares ni ha sido definida rigurosamente como tar su supuesta tendencia a bajar. Sin embargo, no explica directamente por qué
una premisa puramente teórica. Consideremos, por ejemplo, la definición de e:ios cambios no pueden estabilizar la composición de valor global del capital y;
ganancia que usa Marx: por tanto, la tasa de ganancia a largo plazo. Por eso sus críticos han señalado un
supuesto prejuicio en la teoría de Marx hacia las innovaciones "que ahorran tra~~
p!v hajo" en c.omparación con las que llama "de ahorro de capital" o "neutrales",
g
+ clv prejuicio que algunos consideran justificable dentro de la época de Mnx, pero
no en la actualidad, en vista de las formas predominantes de progreso tecnológi-
No está totalmente claro, en el texto de Marx, lo que quiere dedr e, el capital co ~~e han ocurrido desde la segunda mitad del siglo XIX. li Esta es una clasifi-
constante. Existen tres posibilidades: 1) que sea el capital constante usado (pre- cación algo desafortunada del problema -clasificación que, debemos· insistir,
proviene de la teoría burguesa - puesto que a Marx sólo le interesan los movimien-
9 Véa.se tambi~n la discusión de Desai (1979, pp. 193-198).
ll Véas1• Blaug (1968) y Hecnje (1977).
10 Kühne (1979) y Sweezy (1968) resumen algunos de los debates.
188 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 189

tos en la proporción de valor del capital constante y variable. A este resp~cto tie~e a ganancia captada por las empresas individuales debe aumentar al aumentar la
mano, en Jos esquemas de reproducción del segundo .volum~n de El capzta~, un ins- integración vertical - como ya dijimos, dando por sentado que todo lo demás
trumento para explorar los efectos de las tasas diferenciales de cambio tecno- permanezca constante. En cierto sentido el efecto es ilusorio, porque el argu·
lógico en los dos departamentos que producen artículos de capital constante y de m·!nto de Marx sobre la tasa decreciente de ganancia está dirigido a la economfa
capital \'ariable respectivamente. vista como un conjunto. A Marx le preocupa la tasa a la cual los capitalistas, vis-
Así, Morishima (1973, pp. 160-163) y Heertje (1977) muestran que una distribu- tos en conjunto, usan los valores que dirigen para crear la plusvalía. Además, la
ción especial del cambio tecnológico -que se enfoque particularmente en ciertos integración vertical, a menos que vaya acompañada del cambio tecnológico, de
sectores del departamento l que produc~ medios de ~reducción - .puede lle" ar a diferentes modelos de explotación, etc., supuestamente no tiene repercusiones
una composición de valor del capital de upo estable o mcluso decreciente en la eco- sobre la tasa global en sí misma. En cambio sí afecta a la forma en que los capi-
nomía en general. La circunstancia que permite ese _resultado ~ exactamente la que talistas participan en la plusvalia total. Un simple aumento en la integración
Marx creyó indicada en el momento en que ~l capital se paro ~erdader.amente en vertical parece ser una forma de aumentar o proteger los niveles de ganancia
sus propios pies, cuando desarr?lló la capacidad para prod~cir m~qurnas con la dentro de la empresa cuando la plusvalra real producida es más baja que el pro·
ayuda de las máquinas (El capital, I, p. 314). Una economia de?icada a la pro- medio. Hay oportunidades evidentes de ubicar mal la fuerza de trabajo con es;.
ducción de máquinas por medio de máquinas aú~ más perfect.:i~nadas, p~~ece tas condiciones.
una locura, naturalmente, pero la posibilidad técnica de que pudiera es.tab~l~zar El hecho de aumentar la integración vertical generalmente significa aumen-
la composición de valor del capital existe realmente. Estam.os enton~e~ JUStl~ica­ tar la centralización del capital y pasar la tecnología del capital variable al capi-
dos al preguntar si los procesos sociales que regulan el cambio tecnologico bajo el tal constante. Lo que se puede ganar por medio de la integración vertical se
capitalismo pue~en. gar~nti~a.r ese re~ult~do. . · .. . puede perder por medio de los cambios de tecnología en el proceso de trabajo_
Como los capitahstas individuales msutuyen cambios tecnologicos en respues- Por otro lado, una empresa más pequeña tiene la ventaja de una rotación más
ta a las presiones competitivas y al estado de la lucha de.clases, p~d~mos sacar 1 ápida y de una mezcla tecnológica que generalmente depende más del capital
inmediatamente la conclusión de que la mezcla de cambios tecnologicos que se variable (aunque no siempre es éste el caso). La diversificación de !a producción,
requiere para mantener estable la composición de valor ~el capital se logrará ac- acompañada de cambios en la mezcla tecnológica, puede proporcionar un medio
cidentalmente en el mejor de los casos. De hecho, lo mejor que pueden hacer los para aumentar la tasa glübal de ganancias. El problema es que las ventajas de la in-
capitalistas individual1~s que dirigen sus ~ropios procesos de prod.~~ción es tratar tegración vertical empujan en la dirección exactamente opuesta. En este senti-
de aumentar la productividad del trabajo que emplean en relac~on con el pro- do, debemos considerar que la tasa de gananda es sensible a la mezcla exacta de
medio social. El impulso de la innovación te~noló.gica dentro de l~ emp~esa es características organizacionales y tecnológicas. Nos encontramos considerando, una
siempre hacia el ahorro en el tiempo de trabaJO socialmente necesano ..BªJº c.on- vez más, la idea de un grado óptimo de centralización y descentralización en la pro-
diciones de escase1. de trabajo o de aumento de la lucha de clases, hay incentivos ducción, en relación con la acumulación sostenida (véase las pp. 148-159 de este
para que los caphaiistas individuales econ.om.icen .en .l~ fuerza de trabajo que libro).
emplean. El incentivo paralelo para los capitalistas mdividua~es d..e ~ratai de eco- Es en este escenario donde podemos evaluar algunas de las formas en que
nomizar en el capital constante es, por el contrato, mucho mas debil. Los proce- Marx pensó que se podía estabilizar la tasa de ganancia. En algunos casos éstas
sos reales que regulan el cambio tecnológico baj~ el ca~italismo de hech~ se p1ovocan la movilización de las "fuerzas de repulsión" que generalmente
inclinan sistemáticamente hacia el ahorro en el capital variable y no en el capital contrarrestan la centralización excesiva. En primer lugar, se pueden abrir
constante. El carácter anárquico de la competencia intercapital.sta impide cual- nuevos sectores que requieran trabajo intensivo para satisfacer nuevas necesida-
quier aplicación racional del cambio tecnológico;_ ~'racional",. es decir, desde. ~l des y deseos sociales a fin de compensar la creciente dependencia del capital
punto de vista del mantenimiento de la a~umulacion por medio .d~ ~na esta~ih­ c:onstante en sectores más antiguos y más centralizados. Podemos introducir aquf
zación de la composición de valor de~ capital. En esta fo..~ª· Ias crms ~~ convier- la idea de los "ciclos de innovación de productos", puesto qt~e se ha observado
ten en el medio para racionalizar las estructuras tecnologicas en relacion con los frecuentemente que los productos nuevos, producidos inicialmente en pequeña
requerimientos de la acumulación. Dicho en estos términos, el argumento de escala con tecnologías que requieren trabajo intensivo, se transforman finalmen-
Marx Hobre la tasa decreciente de ganancia parece mucho menos vulnerable a te en industrias de producción en masa con grandes inversioneii de capital cons·
los ataques de sus criticos. Pero no es aquí en donde están las ver¿.adera3 dificul· tante. Así podemos mostrar fácilmente que para que la innovación de productos
tades de la formulación del problema por parte de Marx. . compense plenamente la tasa decreciente de ganancia se requerirla un ritmo
Se podría construir una lfnea de critica diferente basándos~ en las ideas ex- permanentemente acelerado de descubrimiento de productos. A la larga esto es
puestas en el capítulo IV, sección 4. Ali\ mostramos que la medida de la compo- inconcebible. ·
sición de valor disminuye (cuando todo lo demás permanece constante) al Por otro lado, la creciente división del trabajo y la especialización de las
aumentar la integración vertical. De aquf se deduce que la medid.a de la tasa de empresas dentro de Une'ls de producción existentes, proporciona un mecanismo
!'JO DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 191

más poderoso para estabilizar la composición de valor del capital. Históricamente situación de producir cada vez más máquinas por medio de r.1áquina:;, o de basarse
ha habido una tendencia hacia la 'diseminación" de la producción, una s:g· \!n una disparidad cada vez mayor entre la riqueza de. las dos grandes clases sociales.
mentación creciente de procesos de producción que anteriormente es~a~an m· Asimismo, los cambios de técnicas, aunque son una posibilidad real, son la clase de
tcgrados e:-i una unidad, y que ahora for~an fases separadas ~ especializadas, ajuste que probabkmente hará el industrial obligado por las crisis que algunas
coordinadas a través del mercado o más directamente por medio de subcontra· veces ocurren en el curso normal de los acontecimientos.
tos. La ventaja está en una eficiencia superior ?erivada d~ la especia~izadón de Además, el hecho de cambiar y volver a cambiar la tecnología ocasiona cos-
funciones. y en que se acorta el tiempo de rotación del capital (un fenomeno que tos. Marx sostiene definitivamente que las reorganizaciones tecnológicas en gran
examinaremos más adelante cc!l más detalle). Como las empreS"Is más peque· escala sólo se pueden "poner en vigor a través de las catástrofes y las crisis" (El
ñas, en parte por su tamaño, sueler~ requerir m~s tra bajo intensiv?, y puesto que capital, 11, p. 151 ). Esto sucede particularmente por las "peculiaridades" que
la especialización de función permite un cambio drastico en el caracter del tra·
1
lleva consigo la circulación y el uso del capital fijo, lo cual nos trae al punto en
bajo requerido así como en las relaciones laborales, el resultado puede ser .la es· que tenemos que ocuparnos de los elaborados estudios de Marx sobre el tiempo
tabilización de la tasa global de ganancia a pesar de las supuestas desventajas de de trabajo, los tiempos de producción y circulación, la circulación del capital fi_-
la desintegración. 12 •
jo, etc., e integrarlos dentro del modelo de la ganancia decreciente. Para hacer
La disminución en la tc.sa de ganancia también se po~ria frenar por. medio esto tenemos que regresar a los puntos básicos, y redefinir la ganancia en una
de mecanismos que retrasan el ritmo del cambio tecnológico. Hay multitud de fom1a que refleje auténticamente una síntesis de las ideas de los volúmenes 1y11
de El capüal. ·
formas - adquisiciones, leyes de pa~en~e y cosas por el es~ilo- por medio ~e las
cuales las organizaciones poderosas mh1ben la compet~nc1a y el impulso de m~o· El capital, como podemos recordar, es concebido como un proceso de circula-
var. Las grandes superpoblaciones relativas pueden estimular el regres~ a las tec· ción y expansión del valor. A partir del segundo volumen de El capital, vemos
nicas que requieren trabajo intensivo, como lo.s talleres ~n que se explota a los que el capital toma expresiones materiales muy diferentes en el curso de su circu-
rrabajadores (Koeppel, 1978), particularmente s1 las m~qumas resultan más caras lación. Esto sugiere una fórmt:la más bien diferente a la que usa Marx para la
ganancia. 15
que la fuerza de trallajo que reemplaza.n. Al~nos crit1cos llevan este ar~mento
aún más lejos. Dicen que no hay nada 1rrevers1~le acerca de .la tecnolo&'ia: Yqu.e plusvalía
p'
e] hecho de cambiar y volver a cambiar de las técrucas que requieren trabaJ~ ~ntens1·
vo a las que requieren fuertes inversiones de c~pital constante pueden estab1hzar ~~­
cilmente la tasa de ganancia (Howard y Kmg, 1975, pp. 207-210). Van ~ar~Js capital- inventarios de inventarios de inventarios de
(1980), por su parte, usa la prueba ele Okishio (1961) para mostrar que los cap1tah~­ dinero materias primas, productos mercancias en el
tas, bajo la competencia, eligen técnicas que nec~anamente ~educen los valores um· + capital fijo y + terminados y + mercado que aún no
tarios de todas las merrancfos (incluyendo la fuerza de trabajo), y aument~n la t.asa fuerza de trabajo parcialmente se vender\
de ganancia transicional para ellos mism~s .~si como la t~sa de ganancia socia!, terminados
sin importarles lo que sucede a la compos1c1on de valor, siempre y cuando el m·
\'el de vida físico de la fu.en.a de trabajo permanezca const~nte. Esta pod.erosa '-..; El denominador aqui tiene por objeto ca?tar en témJinos de valor la cantidad
versión de la teoría de la plusvalía relativa sólo falla bajo el monopoho, el total de capital en las diferentes fases de la circulación del capital. Como están
aumento del nivel de yida de los trabajadores o debido a las barreras que opone las cosas, esta formulación no toma en cuenta los tiempos de rotación diferen-
la circulación de capital fijo. . dales, y da por sentado que tod0s los productos se producen y se consumen
La innovación provocada por la competencia no produce necesaria.mente el dentro de un periodo de rotación uniforme. También trata a la plusvaHa como
resultado preciso que predice Marx. Sin embargo, todavfa puede funcionar ~o­ un flujo en relación con las reservas totales de capital en diversos estados.
rno la fuerza fundamental que provoca el desequilibrio y las.crisis. Si los s:~anos Consideremos ahora qué aspecto tendria una versión de flujo de esta fórmula.
reales se mantienen constantes, como da por sentado Okish10, la. ~roporc1on de No podemos ni siquiera comenzar a especificarla sin conocer las estructuras y re·
capital variable en el producto total declina, provocando deseqmhbnos entr~ la querimientos de tiempo de producción y circulación en diferentes sectores de la
producci6n, Ja distribución y la realización, a menos que haya una acel~rac16n economía. Los modelos de la reproducción ampliada son útiles para aclarar las
compensadora en la demanda de medios de producción y artículos de}UJO. ~n~ estructuras. Podemos ver, por ejemplo, que el capital que toma la forma de capi-
economía que se apegue a esa trayectoria pronto se encontrarla en la lunática tal variable tiene una existencia dual: por un lado su forma de dinero se encuentra
en alguna parte entre los capitalistas que han pagado salarios y los productores
de mercancias que aún tienen que recibir de regreso ese dinero a cambio de las
12 Burawoy ( l 979) proporciona algunas imeresances observaciones sobre. la ?iferf"ncia en las rela •
cioncs de ir.abajo enirc compañías grandes y pequeñas, y lo que esto puede significar para la produc·
13 Dumenil (1975) estimula las ideas a lo largo de estas lfneas.
th•idad del trabajo.
192 DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 195

mcrcandas-salario que proporcionan, mientras que en su formad~ m~rcancla La solución que Marx permanentemente nos está dando a entender en el se-
existe como fuerza de trabajo que funciona a las 6rdenes de los capitahstas. En gundo volumen de El capital, pero que no lleva hasta su conclusión final, es que
esta forma, podemos examinar !as condiciones de circulación del capital cons· el sistema de crédito proporciona el mecanismo para reducir los diferentes tiem-
tante y ,,ariable y de la plusvalta (El capital, II, caps; XV-XVll). . . pos de rotación a una base común, y que esta "base común" es la tasa de interés.
Por CJtra parte, los requerimientos de tiempo varlan.mucho y ~on muy d1flc~les En la misma forma en que el intercambio de mercancfas en el mercado sirve pa-
de incorporar en cualquier concepción de las ganancias (por eJ~mplo, los ?•fe- ra reducir diversas labores concretas al denominador común del trabajo abstrac-
rentes componentes del capital constante se usan en ~a pr?duc~1ón .ª ve~oc1dad to, asf los procesos del mercado que rodean al propio dinero (en particular~ esa
diferente). Hay que encontrar alguna forma de reducir. la mfimta d1verndad de parte del mercado de dinero llamada el r.1ercado de capital) reducen diversos
tiempos de circulación a algún denominador común. Dicho en otra forma: tene· procesos de producción concret0s con sus requerimientos espedficos y a menudo
mos que identificar teórica y prácticamente algún "proceso normal ~e c1rc~la­ sumamente idiosi ncráticos a un tiempo de rotación socialmente necesario que
ción del capital'' o, como yo preferiria llamarlo, "el tiempo de rotación so•:1al- sea uniforme.
mente necesario". Yo definiria a este último, por analogía con el concepto de Sin embargo, esta conclusión altera profundamente el propio argumento de
tiempo de trabajo socialmente necesa.rio, como ."el promed~o de tiempo que se Marx. Él insiste en que el origen y la tasa de ganancia se pueden discutir inde-
requiere para que dé la vuelta detennmada cantidad d.e cap1t.al dent.ro de deter· pendientemente de los hechos concretos de la distribución. Aunque el on'gen de
minado sector, bajo condiciones normales de producción y c1rculac1ón prevale- la ganancia en la explotación de la fuerza de trabajo realmente se puede analizar
cientes en ese momento". en esta forma, podemos sacar ahora la conclusión de que la tasa de ganancia no
Las empresas con tiempos de rotación más cortos de lo necesario recibirán ga- se puede discutir independientemente de los procesos de distribución que for-
nancias excesivas o plusvaUa relativa. Por tanto, es probable que haya una lucha man la tasa de interés, excepto bajo ciertas suposiciones sumamente restrictivas
competitiva para acelerar los tiempos de rotación. También podemos ver que un que especificaremos en breve.
tiempo de rotación más rápido da una 1asa de ganancia m~s alta sobre un~ base La notoria renuencia de Marx a dejar entrar en su análisis los hechos concre-
anual cuando todo lo dc:más se mantiene constante. Los tiempos <le rotación se tos de la distribución provenfa de su fiera lucha contra una economfa poUtica
pued~n reducir por diversos .medios, ~no del~ cuales consiste en divi.di~ un pro- burguesa que trataba la distribución como la fase fundamental, al mismo tiemJ
ceso de producción en fases mrlepend1entes bajo el mando de empres<ts mdepen· po que eludía claramente la necesidad de considerar las relaciones sociales de la
dientes. Esto, como ya hemos visto, proporciona un ince~tivo para. crear más producción. Sin embargo, Marx comete la equivocación opuesta. Su negativa de
"diseminación" en los sistemas <le producción Las gan2.nc1as decrecientes r~la· ocuparse del papel del sistema de crédito y de la tasa de interés en el segundo vo-
donadas r.:on el aumento de la desagregación pueden, por tanto, ser vencidas lumen de El capital impide que florezca plenamente un análisis potencialmente
por el aumento de las ganancias relacionado con la mayor rapidez en la ro~a­ rico clt-1 proceso de circulación del capital. El hecho de no integrar en su argu-
ción. Existe, supttestamente, un punto de equilibrio entre estas dos tendencias mento sobre la tasa decreciente de ganancia ni siquiera los descubrimientos limi-
opuestas que concuerda con una tasa de ganancia estable. . . tados pero profundamente sugestivos del t:empo de rotación, impidió que dicho
Una inspección más a fondo del concepto del tiempo de rotac1~n soc1a.lmente argumento se usara como ur.. modelo simético viable <le las contradicciones del
necesario indica, sin embargo, que lo estamos usando para cubnr multitud de i:apitalismo.
complejidades que no se deberian enterrar tan a la liger?. Los diferen~es eleme~­ ¿Adónde nos lleva esto con respecto a la ley de la ganancia decreciente? ¿No
tos del capital variable y del capital constante rotan? diferentes veloc1~ades aun hay alguna forma en que podamos reducir al mlnimo eLdaño y rescatar por lo
dentro de las empresas, y es probable que haya velocidades d~ promedio de rota· menos una parte del ar~mento de Marx?
ción sumamente divergentes en los diferentes sectores ..Es pos1bl~ que tome déca· A primera vista parece que lo mejor que podemos hacer es exponer muy cla-
das la rotación del capit.al encerrado en un proyecto h1droeléctnco, y que sól~ se ramente las premisas que harían posible que se sostuviera el argumento de
requieran algunos días para recuperar el capital inve~tido en iustalar un taaler Marx:
de la industria del vestitlo en que se explota a los trabajadores. ¿Cómo se pueden
reducir esos tiempos de rotación tan divergentes a un común denominador, a fin 1) Una sociedad de dos clases compuesta únicamente por capitalistas y traba·
de poder comparar la nsa de ganancia? .. jadores;
Es tan crucial encontrar una respuesta a este problema como lo fue exphcar la 2) Una economía con una estructura sumamente simple, en que todos los
forma en q;.ie el trabajo abstracto se convierte en. una me?id:i p~ra evaluar las produclos se produzcan y se consuman dentro del mismo periodo de tiempo
diversas formas de trabajo concreto. Sin una medida com~n de tiempo de rota· uniforme. Esto significa que todos los tiempos de rotación se deben rnnsi·
ción, no puede haber uniformidad de las tasas de gan?nc1a porque no hay u~a dcrar como iguales, que no existen inventarios o acumulación de uercandas o
pauta frente a la cual determinar si la tasa de gana~c1a es más alta o más baja de dinf'ro. y que el capital fijo no se lleva de un peri::>do de producción al
que el promedio, y ni siquiera si está subiendo o bajando. siguiente;


·¡
. "

DINÁMICA DE ACUMULACIÓN DINÁMICA DE ACUMULACIÓN 195


l!M

3) El dinero fundnna ptaram<'lll<' c-omo un medio de intcrcamhio qm· r<'ll<'ja lo las n·lacio11cs dl' clase al mismo tiempo que la "acumulación equilibrada"
y mide los valores con precisión: cnt re los sectores y dentro de ellos, en lérminos fisicos, monclarios y de valor. A
4) Las relaciones capiwlistas <lC' producción e intercaml>io dominan cada fa. lo que Marx está lralan<lo de llegar en su tercer modelo es que, si la acumulación
ceta de la vida. se ha de mantener, entonces la composición de valor total del capital debe per-
manecer razonablemente estable. Regresando al interior de la estructura de los
Entonces en vista de la clasificación de Marx de las "relaciones capitalistas de r.squemas de reproducción, podemos especificar más claramente lo que eso sig-
producdÓn ·!intercambio", podemos deducir qu~.la tasa de gan~ncia debe bajar nifica. La tecnología viable ahora abarca una distribución específica del cambio
necesariamente ldando por sentado, como ya d1Jm1os, que la formula de Marx tecnológico a través de los sectores, a fin de mantener estable la composición de
para la ganancia es apropiada). El problema de.la ganancia decreciente, q~e valor del capital. Lo que esto nos dice es que la dinámica del cambio tecnológico
acosó a los economistas politicos de ese tiempo, queda resuelto efica:~merte. Sm y organizacional es crílica para la estabilidad del capitalismo, y que los c<'minos
t•mbarg•J, yu no considero que ésta es la idea más importante que se puede sacar hacia el cambio que son compatibles con el crecimiento balanceado son, en caso
de una especificación más rigurosa de la ley de Marx. . de existir, sumamente restringidos.
La premisa fundamental surge de una consideración de los procesos que uen· La pregunta básica que plantea Marx es ésta: ¿cómo es posible que los proce-
den a generar la ganancia decreciente pc-r principio de cuentas. Lo que real· sos del cambio tecnológico y de organización, como los regulan los capitalistas
mente nos muestra Marx es que los capitalistas individuales, coaccionado~ por la individuales que zctúan bajo las relaciones de clase del capitalismo, puedan
<:ompetenda, atrapados por las necesidaces de ~a lucha de ~l~ses y respond1end:> a logTar alguna vez la tecnología viable que permita la acumulación equilibrada y
los dictados ocultos de la ley del valor, hacen ajustes tecnologicos que apartan~ la Ja reproducción de las relaciones de clase a perpetuirlad? Aunque Marx no
economfa en general "del desarrollo 'sano, normal' del proceso ~e ~xplo~ac~ó~ comprueba este punto más allá de toda duda, presenta un argumento bastante
c:apitali~ta" (El capital. 111, p. ~53)- Di~ho e.n otra for":1ª· los cap1tahstas md1v1· bueno afirmando que la mezcla tecnológica y de organización necesaria sólo se
duales, actuando para su proµ10 mteres bajo las relaciones ~oci::1.les de produc· puede alcanzar temporalmente y por accidente, y que la conducta de los capita-
ción e intercambio capitalistas, generan una mezcla tecnol~g~ca que a~~naza la iistas individuales tiende perpetuamente a desestabilizar el sistema económico.
: 1cumulaci6n ulterior, destruye la potencialidad de un crec1m1ento equ1hbrado Y Ésta es, según creo, la interpretación correcta que se debe dar a lo que Mar1'
pone en peligro la reproducción de la clase capita~ista en general. En pocas pala· describe como la contradicción fundamental entr: las fuerzas productivas y las
bras, los capitalistas individuales actúan necesanamente en una forma que de· relaciones sociales bajo el capilalismo. Es también, en mi ooinión, la premisa
sestabiliza el capitalismo. .. • funJarncmal que se encuentra denlro del argumento de la tasa d~creciente de
Desgraciadamente, Marx oscurece esta premisa ~undame?tal concentrando· ganancia.
se en su supuesta expresión como una ley de ganancia decreciente, con toda~ las
connotaciones históricas, empfricas '/ teóricas que implica una ley de este upo.
Podemos rescatar a Marx de sus aplogistas y de sus detractores regresando al
principio fundamental de una co~tradi~ción cn~re •.as fuerzas de producción Y. las
relaciones sociales de la producción bajo el capnahsmo, y trazando la expres_ión
de esta contradicción en términos de las características r.ecnológicas y organiza·
cionales a las que ~e debe adherir necesariamente el capitalismo si ha de lograr
un crecimiento equilibrado.
En el primer volumen de El capital vemos a los capitalistas .i~dividuales al
mando de sus procesos de producción, usando el cambio tecnologico dentro de
la empresa como una "palanca" para lograr la acumu~ación, una palanca que se
usaria contra otros capitalistas en la lucha por la plus~alia absoluta ~ contra el
trabajador en la lucha para impedir que la clase trabaJado~a se apropiara de al-
guna parte de la plusvalfa producida._ E'..l resu~tado: revol~c1ones perma~entes. en
las fuerzas productivas y una producuv1dad siempre creciente del trabaJ? ~ocial.
f:sta es la idea que Marx trat1) de captar en un concepto de una compos1c1ón or·
gánica creciente del captt2'.I. . .
Cuando vamos algo más lejos que Marx, en el anáhs1s de los esquemas de
reproducción que aparecen en el seg;an~o volumen de .E_l ~apital nos .en~on~r~­
mos con el concepto de una tecnologta viable que perm1tma reproducir <.:on ex1-
LA TEORIA DE LAS CRISIS
Í·

permanente n~ ex~ste" (Teorías sobre la plusvalía, II, pp. 432-433; 457). Sin ém-
~argo, la declmac1ón secular a largo plazo todavfa es posible -y quizá culmine
incluso en la catástrofe final que predicen algunos marxistas- debido al radio
de a~ción más amplio y a la intensidad más profunda de estas crisis periódicas.
VII. EXCESO DE ACUMULACIÓN, DEVALUACIÓN Y En ciertos puntos, Marx parece indicar que el capitalismo realmente merece esa
"PRIMER CORTE" A LA TEORÍA DE LAS CRISIS suene (Grundrisse, p. 750).
To~? lo que podemos decir con seguridad absoluta es que Marx quiso que su
l:A TENDENCIA decreciente de la tasa de ganancia "alienta la superproduc- expos1c1ón de la ley de la ganancia decreciente fuera una declaración del primer
ción, la es_peculación, las crisis, la existencia de capital sobrante junto a una corte de su teorfa sobre la. formación d~ las crisis bajo el capitalismo. Digo pn·-
población sobrante". Además, revela "que el régimen de producción capitalista mer corte porque, ~orno vimos e~ el último capftulo, al no integrar en el tercer
tropieza en el desarrollo de las fuerzas p~oductivas con un obstáculo que no guarda volumen de ~~ capital todas sus ideas contenidas en los dos primeros, no hizo
la menor relación con la producción de la riqueza en cuanto tal. &te peculiar obs- una declarac10~ completa de las contradicciones internas del capitalismo. Sin
:áculo acredita precisamente la limitación y el carácter puramente histórico, tran. embargo, también encontramos que al escribir sobre la formación de las crisis
~itorio, del régimen capitalista de producción ... "(El capi~al, III, pp. 240-241).
Marx se vio obligado a seguir adelante con sus propios análisis en formas descon-
En sus comentarios, Marx parece implicar crisis periódicas, decadencia secu- certantes, tales como invocar aspectos de la teorfa que estaban poco desarrolla·
lar a largo plazo, estancamiento, e incluso quizás alguna catástrofe económica dos ..~sf que<lamos nosotros con un sinnúmero de asuntos sin concluir. Una ins-
fundamental. La interpretación exacta que se da él. estos comentarios es de gran pecc1on de aq~~llas breves secciones en que Ma.rx considera explfcitamente la
importancia política. Los teóricos del big-bang asumen una postura política fo~ma de las cns1s hace que tengamos una lista de verificación de los asuntos que
muy diferente a la de aquellos que creen que el capitalismo va a acabar con un se mvocaron y que aún están pendientes de considerar:
lloriqueo. Las diferencias políticas que dividieron al movimiento socialista inter-
nacional en el period0 1890-1926 (entre Luxemburgo y Lenin, entre los que 1) ~l modo d~ producción peculiar, la circulación y rec:;lización del capital fi.
seguían dentro de una línea "revclucionaria" y los que,· como Bernstein, Kautsky JO, y las dificultades que surgen de los tiempos de rotación diferenciales;
y Hilferding, buscaban un caminq,demócrata social hacia el socialismo) fueron 2) el proc~so ?e cambio orga~iza.~ional y estructural que afecta el grado de
expresadas frecuentemente en tér~inos de diferentes interpretaciones sobre la centrahzac1ón y descentrahzac1on del capital;
dinámica a largo plazo del capitalismo. En la actualldad, la postura politica del 3) el papel del ~istema de crédi~o, el capital-dinero y el que da intereses (todo
Partido Comunista Francés se refleja en la teoria de Boceara de la transición al lo cual requiere que se anahcen los aspectos monetarioF de la circulación
capitalismo de monopolio estatal, y lo~ ataques dirigidos a esa teoria por escritores de capital);
como Magaline reflejan una postura politica muy diferente de otras fuerzas de la iz· 4) las intervenciones del Estado en la circulación de capital;
quierda'. Las estrategias de alianza de clases, de "compromiso histórico", de "Euro- 5) los aspectos flsicos de la circulación de mercancfas (el movimiento de
comunÍ!;mo" se debaten igualmeme frente al telón de alguna teoria de la evolución a mercancias en el espacio) junto con el comercio exterior, la formación del
largo plazo del capitalismo. Por tanto, la búsqueda de una interpretación "mercado i:nundial" y to?a la estructura geográfica del capitalismo;
"correcta" de la teoria de Marx no es un ejercicio académico vacío, sino una ta· 6) las complejas configuraciones de las relaciones de clase dentro de las for·
rea politicamente sensible que hay que emprender con todo el rigor de que pode· mac~ones sociales y entre estas fo1maciones (por ejemplo, las distinciones
mas disponer. fac~1onales dentro de la clase c~pitalista y las distinciones dentro del prole-
El propio Marx es tan ambivalente que hace enojar a la gente . .En consecuen· tariado basadas en valores nacionales, diferentes de la fuena de trabajo).
cía, sus ~scritos han sido objeto de interpretaciones ampliamente divergentes. 1
La ambivalencia sigue existiendo incluso cuando ha descartado aparentemente Esta lista no agota los múltiples rasgos que deben incluirse en cualquier versión
ciertas posibilidades. Por ejemplo, Marx manifiesta firmemente que "la super- fi_nal de ~a teoria de las cris.is. Todas las dislocaciones en la esfera de la reproduc-
producción no provoca una baja permanente de la ganancia, pero e3 permanen- ción soc1al -la reproducción de la fuerza de trabajo, de la ideología burguesa
temente periódica. Sigue a su superproducción", y que •ccuando Adam Smith del ~parat~ polf_tico y militar diseñado para asegurar el control, etc. - requiere~
explica la baja de la tasa de ganancia por la superabundance of capüal . .. se ~onsiderac16n. Sm emba~o, M.arx evidentemente considera que las contrarucciones
trata de un efecto permanente, y esto es falso. En cambio, [hay] transitoriamen- mherentes en la producción e mtercambio de mercandas son hásicas para enten-
te superabundance of capital. Superproducción, crisis, es algo distinto. Crisis der la formación de las crisis bajo el capitalismo. En este sentido la teorla "first·
cut" de las crisis es algo más que una primera e1proximación. Re~ela más bien el
motivo básico de la evidentt inestabilidad del capitalismo como un modo de or-
1 Shaikh ( 1978) y Wright ( 1978) pmporcionan encuestas de las diferentes imerprctaciones dr. la
teoría de las crisis de Marx.
ganización económico y social.
196
l9E LA TEOR.lA DE LAS CRISIS
LA TEORIA DE LAS CR.ISJS 199

La estructura de las relaciones de clase implicadas en este "primer cont" a la


esto suena como una conlradicci6n en los términos. 7 El argumenlo de Marx se
teoría de la formación de las crisis no es difícil de exponer en forma esquemática.
inclina a conceder que hay una contradicción, pero insiste en q~e está en el m~do_de
Desde el primer volumen de El capital vemos que la acumulación "reproduce el ré-
gimen del capital en una escala superior, crea en uno de los polos más capitalistas producción capitalista más bien que en loit términos per se. Estos fueron d1~ena·
dos meramente para reflejar las contradicciones inherentes en la producción e
o capitalistas más poderosos y en el otro más obreros asalariados". También vemos
i11tercambio capitalistas. Todo esto nos obliga a hacer algunas reflexiones funda-
que eJ desempleo, y el ejército industrial de reserva, son necesarios para la acu-
mentales sobre la naturaleza del r-ropio concepto rlel valor. · .
mulación, y que esto se traduce en una crisis endémica para una proporción
En el capítulo 1 mencionamos que M~rx se apartó d:l conceJ?to del valor de
fluctuante de la clase trabajadora. En el segundo volumen de El capital vemos
Ricardo, considerado dicho valor como uempo de trabajo cnstahzado, sólo para
las condicionf's que permiten que los actos individuales de circulación se junten
insertar la salvedad de "socialmente necesario" dentro de la definición. Luego
dentro de un proceso Je "circulación entre clases económicas de la sociedad determi-
argumenté que la invúcación de la "necesidad social" es la que le proporciona a
nadas según su función" a fin de permitir la reproducción de la clase capitalista y de
Mane Ja palanca para formular una critica de la economfa poHtica y una rela-
Ja clase trabajadora. El tercer volumen de El capital saca a la luz las contradicciones,
ción de las contradictorias leyes del movimiento del capitalismo. El concepto del
y les expresa como un derrumbe de los procesos de reproducción social de ias dos
valor como tiempo de trabajo cristalizado no se debe interpretar, por tanto, co?1.º
grande~ clases de la sociedad, cuya forma se expresa en el hecho de que un "ex-
un blo~uc de construcción fijo e inmutable en el cual se puede fundar un ~náhsts
ceso de capital vaya unido al exceso creciente de población". Podemos ver que
<le las contra<licdones del capilalismo, sino como un concepto que experimenta
una "plétora de capital responde a las mismas causas que provocan una super-
permanentes modificaciones en su sign~ficado a ~cdi~a que captamo~ cuáles son
población relativa", que provoca la circunstancia peculiarmente irracional de
las características socialmente necesanas del cap1tahsmo. Además, si como nos
"capital ocioso [en un polo] y poolación obrera desocupada [en el otro]" (El ca-
muestrn ;\f arx en el tercer volumen de El capital, el capitalismo necesariamente
pital, Ill, pp. 243, 249).
está plagado de contradicciones, entonces el concepto del valor debe reflejar ne-
La crisis evidentemente afecta al capital y a los trabajadores por igual, así co-
ccsari.imcnte este hecho.
mo a la bast> mismt1 de la reproducción (1 e las relaciones de clase. Por tanto, una
!Vtarx nos adviene sobr<- esta posibilidad desde la sección introductoria de El
comprensión técnica del modUJ operandi del "primer corte" de la teoría de la
cajJit'l[ (vol. l. p. 3). cuando menciona que el trabajo cristalizado que n~ llena
formación de las crisis de Marx se tiene que exponer teniendo como telón d~ fon-
un deseo o una necesidad social, o sea, 4.ue no es un valor de uso, es trabajo des·
do las crisis en la reproducción de las relaciones de clase.
perdiciad0 y por tanto no es un valor. El problema que plantea esa idea se man-
cicne !acente de allí en adelante bajo la premisa de que todas las mercancías se
intercambian a sus valor<'s o a sus precios de producción (que todavfa se miden
1. LA SUPl·:RACL:~tlll.AC:l(>N Y LA DEV1\LUACIC)N DEL CAPITAL en valon·s). Empero. un análisis de las contradicciones internas d~I. c.apitalismo
mueglra una tendencia perpetua a producir "no valores", a desperd1c1ar la fuer-
El '1rgumenlo de Marx sobre la tasa decreciente de ganancias dem~1estra conv~n­ za de trabajo ya sea porque no la emplean o porque la util:zan para cristalizar el
cc ucmcntc guc la pasión necesaria <le los ca)Jitalistas por el cambio tecnológ1co trabajo en mercancías que no llenan deseos o necesidades sociales en la forma en
qt1r. produce plusvalfa, aunado al imperativo social de l.a "acumulación po_r la que están estructuradas bajo las relaciones sociales del capitalismo. Recordemos que
arnmulació11". produce un excedenlc de capilal en rela~16n con la~ oporti~mda· el valor no es un atributo univc-rsal de todo trabajo humano en todas partes. Está
Je~ para emplearlo. Ese estado de producción excesiva de capital recibe el ligado específicamente a la producción e in~ercambio capital.i~ta, y ahora tiene
nombre de "1>uperacurnulación de capitíll''. que verse como algo que incluye lo cont~ano, )a no pro~uccmn de valores y la
Si la can:idad de capital en circulación ha de estar equilibrada con la capaci- producción de no valores. Esto trae consigo la devaluación.
c.lat! limitada para realizar ese capitétl a través ~e la producción y el inte~cambio
- una condición implicada para la C'stabilizac1ón de la tasa de ganan~1a- en- ~ A los qut• interpretan la tl'oría marxista del valor como un puro sistema de contabilidad no les
parece qul' tenga ~cmido la idt'a <lt· la "devaluación" , Y. es notable que .el concepto n~nca aparece en
to:ices se debe eliminar una porción del capital total. Para que se vuelva a es-
las presentaciones <l<.· Morishima (1973), Dol>b (1975) o incluso de Dcsa1 (1979). A los mttrpretes bur·
tablecer el equilibrio, la tendencia a la acumulación excesi~a se debe ~ontra~~{S· gu<.'scs les da muchas dilirultadt'5, Asi. von Bo.rtkicw.:cz (1952) atri.buye a Marx "el perve~~o deseo de
tar con proce:;os que ayuden a eliminar el excedente de capital de la c1rculac1?rt. proyectar t·ontradicciones Jñgicas ('O los propios ohjcros, en la misma forma que Hegel . Hay que
Estos procesos pueden ser cxaminirrndos bé.jo el encabezado de "la devaluación mencionar tJlll' la Lógica de Hegt.'1 iníluyó mucho sobrt.> Marx, y que por tam0 no nos debe sorprcn-
de capital". ckr que el concepto cid valor contt•nga su propia negación en la f~~:t de."no ~alor'' . Lo intercs~nt~
solm.• la p1rs~111ación <ll· Marx l'S la mant•ra en que supe~a el _mod~ 1deahsta de presentac1~n
A primera vista. t'l concepto de "devaluación" parece algo raro o incluso caraC"leri.slirn de Hcgd y da a totla la idt•a una base matenahsta. D1chos1mplemente, s1 el valor~ tn·
puede parecer una tomería. Después de todo, el capital inicialmente se definió trrprt'tado <.0mo trabajo humano C'n !.U a!tpccto social ba)o el c~pit.alismo, e~tonces _el ''no valor"
corno "el valor en movimiento". y aquí hablamos de la "devaluación del valor": puede st-r i11tC'1prrtaclo como trabajo humano qu(' ha ¡1Crd1do su s1gmficado social debido a procesos
llUC' tamhii·n son p<.•t·uliam; tlrl c:api1alismo.
t.'

200 LA TEORIA DE LAS CRISIS LA TEORIA DE LAS CRISIS 201

Un dato interesante es que ya hemos puesto en su lugar el aparato conceptual sobrepasan a lo que normalmente se requiere para que el capital circule
que permite esa modificación. En el capítulo 111 mostramos cómo y por qué con· sin tropiezos;
sideró Marx que la devaluación es un "momento necesario" en la circulación del 2) los excedentes de los inventarios de insumos de c:apial cons~ante y de
valor. El capital, en el curso de su circulación, experimenta una serie de "meta· mercancías parcialmente terminadas, que sobrepasan a lo que se requiere
morfosis", pasa de ser dinero a ser mercandas materiales, luego procesos de pro- para la circulación normal del capital;
ducción, mercanctas, etc. Puesto que el capital es valor en movimiento, el valor 3) capital ocioso dentro del proceso de producción, particularmente el capi·
sólo puede seguir siendo valor si se le mantiene en movimiento. Esto permite a tal fijo que no está siendo usado a toda su capacidad; ,
Marx proporcionar una definición puramente técnica de la devaluación como 4) capital-dinero excedente y saldos ociosos de dinero en efectivo que sobre-
un valor que está "descansando" en cualquier estado determinado durante más pasan las reservas monetarias que se requieren normalm'!!nte:
de un momento. Un inventario de mercandas que aún no se han usado o vendido, 5) excedentes de fuerza de trabajo, trabajadores que realizan un trabajo que
una reserva de dinero, etc., se pueden agrupar bajo el encabezado de "capital está por debajo de su capacidad, expansión del ejército industrial de reser..:
devaluado" porque el valor no está en movimiento. Esta devaluación necesaria, va muy por encima de lo que normalmente se requiere para la acumula-
hherente en la circulación del propio capital, se suspende automáticamente una ción, una tasa de explotación en aumento que crea por lo menos una deva-
vez que el valor reanuda su movimiento al experimentar las "metamorfosis" de luación temporal de la fuerza de trabajo;
pasar de un estado a otro. La devaluación no tiene efectos adversos permanentes 6) tasas decrecientes de utilidad sobre el capital adelantado, que se expresan
!iempre y cuando ese cap¡tal pueda completar su circulación a través de todas las como disminución de las tasas reales de interés, de las tasas de ganancia
fases dentro de determinado periodo de tiempo. Desde este punto de vista técni- sobre el capital industrial y mercantil, disminución de las rentas, etc.
co, podemos ver que el concepto de "tiempo de rotación socialmente necesario"
e:r:á implicado en la idea del propio valor, y que ese valor no puede tener signifi· Esta lista resume la apariencia que tomad exceso de acumulación •. y liga a todas
cado independientemente de las "devaluaciones necesarias" que acarrea la cir- sus formcts a la contradicción fundamental entre la evolución de las fuerza.> pro-
culación del capital a través de diferentes estados. ductivas y la barrera que ponen las relaciones sociales del capitalismo. Esto per-
El propósito del argumento de Marx, que hace que la devaluación se aparte mite a Marx exponer el error teórico del punto de vista de Ricardo de que puede
del propio valor, es escaparse de las identidades que asume bajo la. Ley de Say, haber un exceso de capital pero generalmente no una producción excesiva de
n;.ostrar que la oferta no crea necesariamente su propia demanda y que la poten- mercandas (El capital, 111, p. 253). Marx sostuvo que era absurdo admitir la
cialidad de las crisis siempre acecha en la necesidad de superar perpetuamente "existencia y necesidad de un fenómeno determinado al que se llama A, y ne·
la separación entre los diferentes "momentos" o "fases" en la circulación del ca- garlo tan pronto como se le llama B" (Teorías sobre la plusvalía, 11, pp. 496-499).
pital en tiempo y en espacio.~ En la mayor parte de El capital, Marx se contenta F.1 análisis también nos ayuda a enfrentar la controversia -siempre ruidosa y
ce>n invocar la posjbilidad y sólo la posibHidad de las crisis, pero cuando presenta bastante obstinada - que ciene lugar en los drculos marxistas sobre si las crisis se
el primer corte de su teorfa de las crisis, el concepto de la devaluación pasa a deben interpretar como algo que surge del "bajo consumo" (la incapacidad de
primer plrnc para ayudar a entender los efectos adversos permanentes de las las masas para pagar las cantidades inmensas de mercancfas que producen los
contradictorias le¡es tle movimienro del capitalismo. La devaluación es la cura capitalistas) o de una tendencia hacia la tasa decreciente de ganancia." En el
oculta del exceso de acumuladón. mundo de las apariencias, la tasa decreciente de ganancia y la saturación de mer-
Ahora estamos en posición de basarnos en las ideas generadas por los argu- canclas son representaciones superficiales del mismo problema fundamental.
mentos presentados en el capítulo 111, que alir nos deben haber parecido más Concebida teóricamente, la tendencia hacia las revolucicmes perm.mentes en las
bien abstractJts y quisquillosas. El exceso de acumulación de caphal en ger.eral fuerLas productivas (expresadas en un aumento de la composición de valor del
se puede traducir inmediatamente en manifestaciones particulares de exceso de capital) se convierte en la base para entender la formación de la~ crisis sólo cuan-
capital "retenido" en todos los estados que 3sume en el curso de la circulación. do se le pone en oposición a las relaciones "antagónicas" de distribución y produc-
Por tanto, podemos tener: ción sobre las cualrs está fundado el capitalismo. Lo fundamental es la oposición
entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales, y por tanto no podemos
1) una producción excesiva de mercancías, una saturación de mercanctas asignar prioridad a uno u otro bando.
materiales en el mercado expresada con un exceso de inventarios que Además, el análisis indica que la tendencia hacia un exceso de acumulación
seguramente estará expresada en la historia capitalista por periodos y fases en
5 Si concebimos el "valor" como u abajo humano en su aspecto social expresado por medio de la que presenciamos saturaciones en el mercado, grandes aumentos en los inventa-
circulación continua de capital a travk de la producción y el intercambio, entonces la critica de
Marx sobre la Ley de Say, que hace hincapi~ en la "separación dentro de la unidad" de producción y
rios, ociosidad de la capacidad productiva, capita~-dinero ocioso, desempleo, y
consumo, significa que el propio valor debe intemalizar esa separación como "no·valor". En t'Sta for·
ma la posibilidarl de las crisis y alteraciones pasa a formar parte de la idea del propio valor. -i Blcancy (1976), Shaikh (1978) y Wright (1978) explican detalladamente las confusiones.
'"

LA TEORIA DE.LAS CRISIS 20S


LA TEORlA DE LAS CRISIS
202
capacidad potencial de subir o de bajar (El capital, 111, pp. 302-303). Bajo cier-
disminución de Ja tasa de ganancia en dinero (después de la distr~~ución). Pode· tas circunstancias, la depreciación se puede entender como una forma de de-
mos tener cierta confianza en el primer corte a la teoría ~e 1.as cn.>1s de Marx, :'ª. valuación. Cuando la productividad de la fuerza de trabajo está aumentando
que la historia del capitalismo está marcada regular y periódicamente por. sucesos rápidamente, por ejemplo, los valores unitarios de las mercancias bajan rápidamen-
de este tipo. La interpretación tiene que ser cautelosa, porqu~ ~ar~ deja fuera te, y por eso el valor cristalizado en inventarios de capital constante, productos
mucho material, y el análisis de la foi mación real. de las crisis aun no se ha pardalmente terminados o terminados y de mercancfas en el mercado tiene que
emprendido. Lo más que podemos sacar en conclusión en este momento es que ser reevaluado permanentemente en relación con la productividad social recién
los signos son muy alentadores. . . . . alcanzada por la fuerza de trabajo. Bajo condiciones normales, la depreciación
Si la acumulación excesiva toma estas formas superficiales de apanenci~, en· puede tener sólo un efecto marginal sobre las mercancías que se producen y se
tonces p·;demos esperar que su secuela - la devaluación- tenga los mismos usan dentro de un periodo de tiempo muy corto. Sin embargo, los procesos de
efectos tangibles. El capital en su forma monetaria se puede devaluar a cau~a d.e producción que requieren un periodo de trabajo largo, grandes inventarios de
la inflación; la fuerza de trabajo se puede devaluar por el desempleo y la Jismi· reserva de capital constante o grandes cantidades de capital fijo resienten mucho
nución de los salarios reales del trabajador: las mercancias alma~en~das en for· más esa depreciación. Las mercancías que necesariamente permanecen largo
ma terminada 0 semielaborada quizá tengan que venderse con perdida.: el valor tiempo en el mercado, o que sólo se pueden consumir lentamente, se ven afecta·
cristalizado en el capital fijo se pnede perder mientras permanece ?cioso. Los rlas de igual manera -como la vivienda, los servicios públicos, las redes de
mecanismos son diferentes en cada caso, y los efectos varian dependiendo de la transporte, etcétera. \,
clase de devaluación de la que estamos hablando. Además, aún no enamos en Las incesantes "revoluciones en el valor" fomentadas por la permanente bús~
1
l
posición de explicar explícitamente todos los aspectos de ese procc~ - por queda de la plusvalfa relativa siempre amenazan al valor de cualqui1~r trabajo .j

'emplo aún tenemos que poner en su lugar las estructuras para considerar la pasado que aún no se ha realizado a través' de la producción o el consumo final.
~~flació~. y la formación y uso del capital fijo. Sin embargo, Pº?,emos ~ropor· Aunque esta dificultad se siente en cierto grado en todos lados, tiene mucho ma-
cionar algun~s análisis más detallados de *los procesos de devaluac1on en vista del yor significado social en algunas esferas. El capitalista individual prcbablemente.
lparato conceptual con que contamos. Este será el tema del resto del presente la advierte más directamente cuando la introducción de un capital fijo más ba·
capitulo. rato y más eficiente reduce el valor de la maquinaria que está empleando. Hay
ana fuerte presión para evitar estos efectos adversos usando hasta agotarlo el ca·
pital fijo lo más rápidamente posible, lo cual significa intensificar el proceso de
2 LA "DEVALUACIÓN CONSTANTE" DEL CAPITAL COMO trabajo, implantar el sistema de turnos, etc. (El capital, 111, pp. 123-124). La so-
~ESULTADO DEL AUMENTO EN LA PRODUCTIVIDAD DE ciedad en general probablemente advierte el problema más enfáticamente cuan-
LA FUERZA DE TRABAJO do hay revoluciones en el valor de la mercancfa-dinero básica (el oro), o cuando
hay inflad611 en el valor·atribuido al papel moneda -siendo este últimp la for-
, · a i"nterna del capita1ismo tiene otras características c,ue ma social j>or excelenda que asume la devaluación en los tiempos modernos. En.
Marx a fiirma que 1a )ogic ..
. · '6 de Ja taca de ganancia "aparte de las crisis; como por capítulos posteriores nos ocuparemos de estos dos asuntos, puesto que aún no re·
retrasan la d 1smmuci n · .· · " (G d ·
ejemplo, la devaluadón conscante como parte del capital existente run .mse. nemos las bases técnicas para tratarlos aquí.
Sin embargo, podemos dar ahora alguna consideración a la relación de la
H, p. 153). · · 1 p esto que el acumulación excesiva y la devaluación con la centralización del capital. Marx se
· Lo que. Marx liene aquf en mente es en esencia bastante s1mi;> e. u b .
valor de una mercancía está fijado. en el primer caso, por el uem~o d~tr~ ªJº afana por hacer hincapié en que una tasa decreciente de ganancia va acompaña-
socialmente necesario que se requiere para producirla, ent?nces ~va or . n;'n;iuye da e.e un aumento en el volumen de ganancias, con lo cual quiere decir que las
con el aumento de la productividad de la fuerza de trabaJO. EJ m1sm~ pnncipio se crisis suelen ser resultado, no de disminuciones absolutas en la producción de
'lplica incluso cuand·1 hablamos de los precios de producción (la velocdidad~ de~ ca_m)· plusvalía, sino de que el volumen de la plusvalla producida no puede mantenerse
' J d mentar en vez e 1smmuir . al ritmo de la expansión de la cantirlad de capital que está tratando de captu-
b' difier~ e11tre los sectores y en a gunos casos pue e au . . . .
P:r tanto. el aumenlo en la productividad de la fuer.:a de trabajo baJ? el .cap~tallis· rarla. Si la reducción de la cantidad total de capital es todo lo que o;e necesita pa-
'om añado en general por un descenso en los valores umtanos e as ra que el sistema recupere su equilibrio, entonces la centralización de capital,
mo va ª': (PE[ capital lII P· 226), siempre y cuando todo lo demás pernancz- que abarca la "expropiación progresiva de los productores más o menos directos"
mercancias • • d'fi d omento a (El capital, lll, p. 220), se puede ver como uno de los medios disponibles para
ca i al El valor de la misma mercancía puede mo 1 icarse e un m . .
otroguEn. la esfera del intercambio este hecho es expresado como una difer~nc1~ llevar a cabo esa tarea. La adquisición de los capitalistas más pequeños por otros
cntr~ el precio de compra original y su costo de reposición subsecuente e11 term1· más grandes priva a los primeros de su capital por medio de una especie de
expropiación, que de hecho devaiúa su capital para ventaja de los capitalistas en
nos¿~=l~~ferencia da lugar a que el valor de cambio de las mercancías tenga la
2-04 LA TEORIA DE LAS CRISIS
LA TEORIA DE LAS CRISIS 205
gran escala. Estos últimos pueden absorber los bienes flsicos y financieros de los
capitalistas en pequeña escala a un valor reducido. El mismo volumen de ganan- mente la tasa de ganancia que reciben los capitalistas individuales. Esto, argu-
cias es companido luego entre un número más pequeño de capitalista.e; que se las menta Boceara, es una función importante del Estado en la etapa de "mor.opolió
han arreglado para reducir la cantidad total de capital en circulación sin menos· estatal" del capitalismo. · 1

cabar en ninguna forma sus propias actividades. Lo que han hecho en realidad D_e hecho, Boceara ve los dos principios de la acumulación excesiva y la deva-
es pasar los costos de la devaluación a los capitalitas más pequeños que han sido luaci~n como la clave. pa_ra entender las transformaciones estructurales que ha
expropiados. Puesto que la centralización siempre se está realizando bajo el ca· ~xl?enmentado el. cap1tahsmo en el curso de su historia. Boceara sugiere que la'
pitalismo, forma uno de los medies para lograr una devaluación constante dt umc~ respuesta viable a largo plazo al exceso de acumulación es lograr "deva-
una parte del capital existente. Sobre esta base, podemos también esperar que I':lac\ones ~structurales", que co.ntrarr~sten la tendencia hacia la tasa de ganan-·
las crisis periódicas vayan acompañadas de fuertes fases de centraliza.ción. s c1a ~ecrecien~e al mantc,cr en c1rculaci6n más y más capital en el estado de deva-
Cuando Marx indica que un aumento en el "capital por acciones" puede ayu- luación relativo y en el absoluto. Las transiciones sucesivas de las finanzas de
dar a detener la tasa decreciente de ganancia, se e:;tá refiriendo a una forma de competencia a la~ de monopolio y luego, finalmente, al capitalismo de monopolio
devaluación muy diferente a la que se logra por medio de la centrali;:aci6n. Si estat~l se han de m~erpretar como reorganizaciones sociales del capital•smo, que
una párte del capital en sociedad circula en una forma que recupera sólo una perrmten dar soluciones estructurales a sus contradicciones internas. .:
porción de la plusvalia que ayuda a producir, entonces se libera una plusvalfa . El ar~mento de Boccara,es una versión especial de la teorfa de Marx. No~
que se puede distribuir entre los capitalistas restantes a fin de estabilizar la tasa 1mpla~sibl~! no carece de prue~as que lo apoyen, y en ciertos aspectos es muy
de ganancia. Marx cita el ejemplo de~ los ferrocarriles, que se pueden producir y atractivo .. Sm embargo, los crfucos afirman que es una simplificación bruda y
h~cer funcionar al costo mi\s el interés pagado en forma de dividendos (El capi- q?e ~s senamente engañoso. 6 Se observa principalmente la forma en que los ca-
tal, 111, p. 239). El ejemplo es instructivo. Sugiere que una porción del capital fi. pitahs~a.s comparten la plusvalfa, en vez de observarse en los procesos propensos
jo socialmente requerido se puede prestar con intereses a los usuarios, que el ca- a la cns1s de la producción de plusvalía tctal. Toma un aspecto parcial de la teSis
pital se puede prestar en forma flsica asf como monetaria. La popularidad de las de Marx sobre el exceso de acumulación y la devaluación, y la coloca dentro de
sociedades por acciones y el advenimiento del "capitalismo financiero" (que una estructura monolftica para interpretar la historia del capitalismo. Lo peor
puede hacer que evolucionen métodos como el préstamo de equipo financiado de todo es que t?ma los procesos de devaluación constante del capital y los trata
por un banco, etc.), se pueden interpretar entonces como un aju~te orgánico y c?mo una solución general a la tendencia crónica hacia el exceso de acumula-
estructural que compensa la acumulación excesiva, puesto que una porción del ción, deformando así gravemente la versión de Marx sobre cómo se desenvuelven
capital social total ahora circula para captar intereses en vez de recoger toda la l~s crisis capitalistas. En estos aspectos, todas las criticas están ampliamente jus-
plusvalfa que produce. El capital que circula asr está relativamente devaluado, u.ficadas. No obstante, la devaluación constante del capital es un proceso sufi-
porque recibe menos de la tasa de ganancia media. Por tanto, la tendencia hacia c1ememcnte real con efectos materiales tangibles sobre la acumulación. El análisis
el exceso de acumulación se puede compensar con ajustes de tipo orgánico que d~ Bo_ccara _es ~til en este aspecto. No es una base correcta para interpretar la
aumentan la cantidad de capital relativamente devaluado en circulación. La difi- h1st~na capitalista o la formación y soludón de las crisis bajo el capitalismo.
cultad que presenta esta idea es, naturalmente, que Marx se ve obligado a invocar . Fmalmente, tenemos que considerar la devaluación de la fuerza de ·trabajo.
datos de la distribución en un punto de su argumento en que aún no ha sentado La teorfa de la plusvalía relativa muestra que "es afán inmanente y tendencia
las bases para considerar la tasa de interés, o Jos efectos de las formas financieras constante del capital reforzar la productividad de trabajo, para de este m~do
de capitalismo sobre las tendencias en la tasa de ganancia. Como ya hemos visto, abaratar las mercanc~a.s, y ~~n ellas los obreros" (El capital, 1, pp. 256-257).
ésta es una parte de la teorfa marxista que está débil y requiere rectificación. ~demás, ~arx, ~I decir que este desarrollo de la fuerza productiva va acompa-
Este argumento se puede llevar un paso más adelante. Boceara {1974), por na~?· al m~smo t~empo, p~r una depreciación pa~ci~l de los ca~itale~ en funcio-
ejemplo, señala que puede haber una devaluación absoluta del capital si este nes ".también senala que alli donde esta depreciación se agudiza con la concu-
continúa circulando con una tasa de ganancia de cero. Esto puede suceder cuan- rre?~1a, descarga su peso principal sobre los hombros del obrero, .con cuya explo-
do interviene el Estado para organizar ciertoo; sectores (por ejemplo, los servicios tacion rcdobla~a procura resa.rcirse el capitalista" (El capital, 1, pp. 510-511).7·
públicos y el transporte) a fin de contribuir a la producción total de plusvalfa al Mar:x no se abstiene de usar la idea de la "devaluación" en un sentido mora! a fin
mismo ti•!mpo que no recupera absolutamente ninguna porción de la. plusvalfa de establecer un paralelo entre los procesos que llevan a una disminución del va-
producida. El Estado puede así subsidiar al sector privado y aumentar artificial- lor de la fuerza de trabajo, y los procesos mediante los cuales "lo que en un polo

~ Hannah (l 976, apéndice 1) 1iene algunos da10; intercsan1es sobre la centralización del capital 6
Thércl Y Wicvorka ( 1978) explican de1alladamente las criticas. Yo acepto la mayor parte de sus
por medio de fusiones en lngla1crra dura me el siglo xx, y Aglietta (1979) reúne materiales similares argumentos. Véase 1<1mbién Fairley ( 1980). ·
s<Jbrc Estados Unidos.
Aun~ue Marx usa at¡uí el tfrmino "clcprcciadón", es evidente que quiere decir "devaluación"
7

en el senudo que le <'Slamos dando a cs1e último thmino.


LA TEORIA DE LAS CRISIS 207
206 LA TEORIA DE LAS CRISIS

es acumulación de riqueza es, en el polo contrario ... acumulación de miseria, dones, "los primeros industriales dan casi ~iempre en quiebra, mientras que los
de tormentos de trabajo. d~ esclavitud, de despotismo y de ignorancia y degra- que les suceden, haciéndose cargo a precios mucho más baratos de los edificios,
dación moral'' (El capital, 1, p. 547). 8 Aunque estas polémicas atronadoras están la maquinaria, etc., de los anteriores, realizan prósperos negocios" (El capital,
construidas alrededor del modelo unilateral de la acumulación presentado en el III, p. 115).
primer volumen de El capüal, la necesidad estructural de un ejército ind~strial Marx es aún más explícito en El capital acerca de la destrucción de los valo-
de reserva, y de desempleo inducido por la tecnología, no se pueden considerar res, y si leemos más detenidamente sus comentarios podemos ver que la mayorfa
como otra cosa que un requerimiento para mantener "devaluada" la fuerza de i:le las formas de acumulación excesiva y devaluación que ya hemos menci.Jnado,
1rabajo de que se dispone para alimentar los fuegos de la acumuladón futura. están relacionadas unas con otras:

La destrucción principal y la de carácter más agudo ... es la que se refiere a los valores
3. DEVALUACIÓN EN EL CURSO DE LAS CRISIS del capital. la parte del valor-capital que presenta simplemente la forma de ... t(tulo
de crédito sobre la producción bajo sus diversas formas, queda inmediatamente depre-
ciada con la disminución de los ingresos a base de los cuales se calcula. UnJ pane del
Las suaves imágenes de la "depreciación" ceden el lugar a las imágent·s más oro y la plata constantes queda inmovilizada, no funciona como capital. Una parte de
''iolentas de la "destrucción" cuando se trata de describir las deuluaciones que las mere andas que figuran en el mercado s6lo puede efectuar su proceso de circulación
ocurren en el curso de las crisis. En el momento de la crisis, todas las contradic· y reproducción mediante una contracción enorme de sus precios, es decir, mediante la
dones inherentes en el modo de producción capitalista se expresan en fonna de depreciación del capital que representa. Asimismo quedan más o menos depreciados
naroxismos violentos que imponer~ "soluciones violentas puramente momentáneas" los elementos del capital fijo ... El proceso de reproducción, por lo cual éste resulta
que "restablecen pasajeramente el equilibrio.. ro~o" (E~ ~api~al, I~l. p. 247). El paralizado y embrollado por la baja gener~I de los precios. Esta perturbación y parali·
exceso de acumulación es contrarrestado por la mmov1hzac16n e mduso la a"lu· zación afecta,la función del dinero como medio de pago ... La cadena d~ las obliga-
ciones de pago en determinados plazos, se agudiza todavra más por la consiguiente
!ación parcial de capital" (EL capital, 111, p. 251). La destrucción puede afectar
bancarrota del sistema de crédito que se desarrolh simultáneamente con el capital y
el valor de uso o el valor de cambio, o ambos valores: conduce de este modo a agudas y violentas crisis, a súbitas y profundas de¡.>reciaciones
y a una perturbación y paralización reales del proceso de reproducción, que detenni·
Cuando d proceso de reproducción se estanca y el proceso de trabajo se re;;tringe y. a nan el consiguiente descenso de ésta. (El capital, 111, pp. 251-252.)
trechos, se paraliza totalmente, se destruye el capital real. La maquinaria que no se
emplea no es capital. El trabajo que no se explota.es tanto [c~m?] producción perdid~.
Las materias primas que yacen ociosas no son capital. Los ed1fic1os que pennanecen sm La consecuencia es que se pone en peligro la reproducci6n de las relaciones de
usar (al igual que la maquinaria recién construida) o que quedan inacabados, las mer- clase. Surgen conflictc..s sociales que, por lo menos a grandes rasgos, reflejan las
canclas que se pudren en los almacenes, todo ello es dcsuucc.ión de capital. .. las co~· contradicciones bajo J¿i_s cuales opera el capitalismo. Por ejemplo, el antagonis-
dicioncs de producción existentes no actúan, no entran en a~c1ón realmente con:io cond1· mo latente entre los capitalistas individuales, que actúan por motivos egofstas, y
done:; de producción. Su valor de u~o y su val~r de cambio .s7 v?n•. as(, al d1a~lo ... los intereses de clase del capital (véanse las pp. 193-194 de este libro;) pasa al pri-
Pero, en segundo lugar, destrucción del capital por las cn-;1s significa deprc.--c1ac1on mer plano:
de volúmenes de valor . .. Gran parte del capital nominal de la sociedad, es dt:cir. del
valor de cambio del capital existente, ha quedado destruido para siempre. aunque pre· Mientras las cosas van bien, la concurrencia actúa, según hemos visto al estudiar la ni-
cisamente esta destrucción, toda vez que no afecta el valor de uso, puede fomentar la velación de la tasa general de ganancia, como una hermandad práctica de la clase ca-
nueva reproducción. (Teorías sobre la plusvalía, 11, pp. 456-457 .) pitalista, entre la que el botin común se distribuye colectivamente, en proporción a la
cuantía de la parte aportada al negocio por cada cual. Pero cuando ya no se trata preci·
La destrucción del valor de cambio que ocurre simultáneamente a la preser· sament~ del reparto de las ganancias, sino de las pérdidas, cada cual procura reducir en
vación de los valores de uso es particularmente importante en sectores que de- la medida de lo posible la !Jarte alícuota que en ellas le corresponde, para hacer cargar
penden fuertemente del ~apital fijo. En co.n~iciones de c~i.sis, el valor d~ u~~ el con ellas a los demás. Las pérdidas son inevitables para la cla$e en su conjunto. Pero,
capital fijo con frecuencia se puede adqumr por una bicoca, lo que flgmf1ca ¿qué parte de ellas tiene que soportar cada capitalista? Esto lo decide la fuerza y la astu-
que el valor de cambio que tienen que adelantar los capitalistas para adquirir el cia: al llegar aquí, la concurrencia se convierte en una lucha entre hermanos enemigos. A
capital constante fijo de sus competidores en desgracia baja dramáticamente, lo panir de este momento se impar.e el antagonismo entre el interés de c;..da capitalista
mismo que la composición de valor del capital. Marx también dice que esa cir- individi.;.al y el de la clase capitalista en ~u conjunto ... (El capital, 111, p. 251.)
cunstancia es de particular importancia pues afecta la introducción de innova·
La ·lucha para ver quién carga con las consecuencias de la devaluación, la
Magalinc (1975) proporciona la explicación m;is perccp1iva de las implicacio"les dr: la dt•va·
8
depreciación y la deiarucción del capital probablemente será amarga e intensa.
luaci6n de la fuerza de lrabajo para la Lcoría marxista. El rompimiento de los lazos fraternales dentro de la clase capitalista tien( rever-
208 LA TEORlA DE LAS CRISIS
LA TEORIA DE LAS CRISIS 209

bt:raciones cuando los caseros, financieros, capitalistas industriales) mercantiles


zamos a ver la tragedia humana de la clase trabajadora como consecuencia de la
y los intereses estatales tratan todos de preserv?r su respectiva porc~ón de plus· devaluación del capital variable.
valfa. Sin embargo, lo que sucede aquí no es simplemente u~ refleJO del poder
La lógica interna que gobierna las leyes de movimiento del capitalismo es
faccional. La existencia de capital excedente en forma monetana -que, rec~rde·
frfa, cruel e inexorable, y sólo responde a la ley del valor. No obstante, el valor es
mos es "la forma más adecuada de capital" - significa que, "Es éste, al mismo
cic~po [<'l periodo de las crisis], un periodo en el que el interés ?1onetario se enri- una relación social, un producto de determinado proceso histórico. Los seres hu-
manos fueron organizadores, creadores y participantes en esa historia. Hemos
quece a costa del inte1és industrial" (Teorías sobre la plusval~a, II: p. 457). La
construido, afirma Marx, una vasta empresa social que nos domina, delimita
estructura misma de las crisis y la manera en que se forman dicta ciertos efectos
nuestras libertades y finalmente nos impone las peores formas de degradación.
distributivos distintivos.
Lo mismo sucede en la relación entre el capital y los trabajadores. Al arrojar La irracionalidad de este sistema llega a ser más evidente en tiempos de crisis:
de sus puestos a los trabajadores, los capitalistas descartan al capital variable y
ast transforman el problema endémico de las crisis en una condición de d~sajuste Destrucción violenta de capital, no por causas exteriores a él, sino como condición para
su propio mantenimiento: tal es la fonna más tajante en que se le aconseja [a alguien]
.;r6nico y de colapso social para el ejército industri.al .de reserva. Los .trabaJado~es
que se largue, dejando sitio a un estado superior de produi:ci6n social. (Grundrisse •. il,
que tienen la suerte de conservar sus empleos casi ciertamente sufrirán una dis- p. 153.)
minución en los salarios que reciben, lo cual significa por lo menos una depre-
dación temporal en el valor de la fuerza de trabajo que puede, bajo las c.ircuns-
tancias apropiadas, traducirse en una reducción pei:manente de ese valo~. La
competencia entre los trabajadores se exacerba, lo mismo que los antagomsmos
generales entre los trabajadores y el capita~. . .. .
Cualquiera que sea la forma en que se d1stnbuyen las pérc.1das, y cualqmera
que sea la lucha por el poder que sobrevenga, el requerimiento general de d~vol­
•1er al sistema algún tipo de equilibrio significa la destrucción del valor de cierta
porci611 del capital en circulación con el fin de e~uilibra~ el capital circulan~e to·
tal que tenga la capacidad potencial de producir y realizar la plusvalia baJO .1_as
relaciones capitalistas d1~ producción. Una vez que se ha logr~do la de•1alu~c1on
necesaria, se elimina el exceso de acumulación y la acumulación puede empren-
der nuevamente su curso, a menudo sobre nuevas bases sociales y :ecnológkas.
Asi el ciclo sigue de nuevo su curso (El capital, 111, p. 249), pero la paradoja fun-
damental sigue existiendo:

El m1s alto desarrollo de la productividad, junto con la mayor expansión d.:! la riqueza
existente, coincide con la depreciación del capital, la degrada~ió!" del trabajador, y el
más intenso agotamiento de sus fuerzas vitales. ~tas contrad~cc1ones cond~cen a e~·
plosiones, cataclismos, crisis, en las :1ue la suspensión ~omentanea de trabajo y el am·
quitamiento de gran parte del capnal llevará a éste, v10lentamente, .ª'punto en que
podni retirarse ... [No obstante], estas catcistrofes, regularmente rc1tcr.ad.as, con~u·
cena su repetición en una escala cada vez más alta, hasta provocar por ulumo su vio·
lenta calda" (Grundrisse, 11, pp. 153-154).

Este "primer corte" de la teoría de la formaci~n. de las crisis l>~j~ :' ~api.t~lis­
mo es una mezcla de agudas percepciones, expos1c16n confusa y .1u1c10 mtumvo,
todo condimentado con una pizca de esa visión milenaria a la que era propenso
Marx. Pero la relación, aunque incompleta, tiene una fuerza qu~ arrastra, por
lo menos en términos de las consecuencias sociales de la devaluación d~l capital
que nos describe. Podemo~ comenzar a .v~r cómo, por qué y ~e acuerdo con qué
reglas riñen entre sf en uempos de cns1s, cómo cada facción busca el poder
polftico como un medio para hacer tragar el daño a los demás. Además, comen-
EL CAPITAL FIJO 211

form.a que ~onoce, es decir, por medio de la producción de merrancfas. Cuando


l~s diversos mstrumemos de trabajo son producidos como mercancfas, intercam·
b1ado~ como m_ercancías y consum_idos productivamente dentro de un proceso de
trabajo encaminado a la producción de plusvalía, y, al final de su vida útil, re·
VIII. EL CAPITAL FIJO em1ilazados por nuevas mercandas, se convierten, según el léxico de Marx en
capital fijo. '
Los modelos de acumuhción que consideramos en el capítulo VI daban por
EL ANÁLISIS. de Marx ck las conlradictorias "leyes de movimiento" del capita· s~n~Qdo q~e toda la .producción y el consumo ocurrían dentro de un periodo de
lismo descansa en gran parte en la comprensión de las suaves corrientes y las profun- t~empo umforme. 1 rataban sobre los efectos del cambio tecnológico al mismo
das perturbaciones relacionadas con el cambio tecnológico. Aunque el concepto de uemp.o que suponían q~e el capital fijo, que se lleva de un periodo al siguiente,
Marx de la tecnología es muy amplio, le concede cierta prioridad a los instrumentos no existe. Debemos rectificar ahora esta omisión y considerar cómo se relaciona
de trabajo -la maquinaria en particular- como las armas principales en la lucha con la acumulación la formación del capital fijo, su uso y circulación (que están
para preservar la acumulación de capital. Esos instrumentos de trabajo se pueden implícitos en la idea del cambio tecnológico).
usar en la lucha competitiva por la plusvalía relativa, para aumentar la productivi- La definición de Marx del capital fijo es bastante distintiva, muy diferente a la
dad física y de valor de la fuerza de trabajo y para reducir la demanda de traba- de los.e~onomistas clásicos o neoclásicos. En primer lugar, puesto que el capital
jadores (forzando así la tasa salarial a bajar como consecuencia de la formación es defm1do como "valor en movimiento", se deduce que el capital fijo también se
de un ejército indusmal de reserva). También se pueden usar para aplicar la d~be co~~iderar en. esta forma. ~l capital fijo no es una cosa sino un proceso de
fuerza del trabajo pasado "muerto" sobre la fuerza de trabajo vivo en el proceso cJrculac1on de cap1tal por medio del uso de objetos materiales, como las má·
de trabajo, con toda cla:;e dt. consecuencias para los trabajadores (véase el cap. quin.as. De .aquí se d~duce también que la circulación del capital fijo no se puede
IV, sec. 4). ÉsLas son armas pavorosas que pueden usar los capitalistas una vez
commle~ar mdepend1entemen~e ~e los efectos útiles específicos que las máquinas
que han Lomado rl conLrol de los medios de producción .. y .otro~ .mstrumentos de tr~b~Jº tienen dentro del proceso de producción. El ca-
Sin embargo, los inslrurnentos de trabajo capaces de producir estos efectos pttal hJO ~o se p~ede d~fimr independientemente del 1iso que se les da a los obje-
tan útiles tienen que ser producidos primero: t?s materiales. s.olo los rnstrumentos de trabajo que se usan realmente para faci-
litar la pr~du~c1ó~ de .plusvalía son clasificados corno capital fijo.
La naturaleza no construye máquinas, ni locomotoras, ferrocarriles, tell-grafos eléctri· Hay vana~ 1mphcac1ones que se desprenden de esta definición. Por ejemplo,
cos, tdares mecánicos. t•tc. É..;tos son productos de la industria hu mil 'la, materiales na· no todos loJ instrumentos de trabajo son capital fijo, las herramientas del artesa·
turales transformados t'll úrganos df' la voluntad humana sohrl' la naturalt•la ... Son no no se usan para producir plusvalía y por tanto no se pueden definir como ca-
órgmws del cerebro /w11u111t1 creados por la memo del lwmbn'. la potencia obj1•1ivada
pital. L?s artículos usados. para el consumo final, más bien que en el consumo
del saber. (Gruru/rÍJ.H'. 11. p. 115.)
producuvo, como los cuchillos, los tenedores y las casas, no son capital fijo pero
Los capitalistas se deben apropiar de estas fuerzas de producción, junto con la forman parte ~e lo. que Marx llama "el fondo de consumo" (El capital, 11,
p. 184). El capital fijo es, entonces, sólo aquella parte de la riqueza social total,
habilidad y el conocimiento que personifican, darles la formJ que ellos re·
la reserva total de bienes materiales, que se usan para produc.ir plusvaUa. Puesto
quieren y movilizarlas como una "palanca" para la acumulación:
que los mismos objetos se pueden usar en diferentes formas, son definidos como ca-
pital fijo "no por el modo determinado de su ser, sino por el empleo que se les da".
El desarrollo del medio de trabaj.:.i como máquina no es algo fortuito ... sino la meta· Por tanto, I~ cantidad total de capital ~jo puede aumentar o disminuir simple·
morfosis hislórica de los medios de trabajo tradicionales, adaptados a las ncesidades
del capital. La acumulación del sab~r y de la destreza ... se ve también absorbida :por ?1ente ca~~1ando los u~s de las cosas existentes (Grundrisse, 11, pp. 9~-101). Esta
el capital, erigido frente al trabajo: se revela [,aqui,] como una cualidad del capital o, 1~ea es suhc1entemente importante como para justificar un ejemplo. De la existen-
para decirlo más exactamente, del capital fijo. (Grnndrisse, 11, p. 108.) cia total de ganado de un pafs, sólo aquellos animales que se usan como bestias de
carg~ en la agricultura capi.talista se pueden considerar como capital fijo. El capi-
Los capitalistas toman el control de los instrumentos de trabajo en el primer tal fijo se puede aumentar simplemente usando más animales como bestias de car·
caso a través de un proceso histórico específico, la acumulaciór. origir.aria. Esto ga. ~l ejemplo también indica otra cosa: puesto que el ganado se puede usar como
implica, sin embargo. que al principio "el capital empieza sometiendo a su im- besuas de carga o como productores de leche o de carne simultáneamente, tienen
perio al trabajo en las C•lnc.licionc~ técnicas históricas en que lo encuentra" (El dos usos, sólo uno de los cuales se puede calificar de capital fijo. Marx cita un
capital, l, p. 248). Como el afán por lograr la plusvalía relativa se vuelve cada ejemplo similar refi.r!éndose al camino, que puede servir simultáneamente para "la
vez más fuerte, el capitalismo debe inventar medios para producir instrumentos verdadera. ~r?duc:c1on, para p~searsc, etc." (Grundrisse, II, p. 101).
de trabajo "adecuados a su propósiLo". Además, puede producirlos en l:t única La flex1b1hdad de la defimc1ón de Marx del capital fijo en relación con su uso
210
j

!'.
~
l
212 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO

es de gran importancia, pero también plantea un peligro interpretativo. No de· producción. El capital en forma de mercandas o dinero está ..en una forma en
bemos atrevernos a suponer, nos c.dvierte Marx, "que este valor c!e uso -lama· que .no es ni fijo ni circulante". Puesto que todo el capital debe tomar la forma
quinaria en si [misma]- sea capital, o que su existencia como maquinaria se de dme~o o mercanda ~n al~n mo~ento de su existencia, podemos deducir que
confunda con su existencia como capital" (Grundri.sse, JI, pp. 109-110). Suponer la relación ent~e el ca~ital ~JO ~.el c1rcu~ante as[ c~mo la relación entre el capital
tal identidad seña equiparar el valor de uso con el valor, y caer.presa del fetich1smo c?nstante y vanab~e es ?1ed1ada por los mtercamb1os de mercandas y dinero y mo-
que transforma "el carácter social, económico, que se imprime a las cosas e.1 el dificad~ por la existencia del capital en estas otras formas (El capz~al, 11, pp. 181-
proceso social de producción en un carácter natural, inherente a la misma natura· 183). Sm embargo, dentro de la esfera de la producción podemos identificar
lcza material de estas cosas'' (El capital, ll, p. 200). El extremo de ese concepto tan ahora dos fori:n~s muy diferentes de conceptualizar la forma orb'ánica del capi·
erróneo es la idea de que las máquinas se pueden convertir en el factor activo del tal. Las defimc1ones duales, expuestas en el cuadro vm. l, a primera vista nos
proceso de trabajo capaces por sf mismas de producir valor. Entonce!., cuando confunden. Así, ¿cuál es exactamente su propósito?
consideramos el capital fijo que poseemos, debemos tener en cuenta siE'mpre la re·
lación entre el valor de uso. el valor de cambio y el valor de un objeto en el contex· CUADRO Vlll.1
to de la acumulación a través de la producción de plusvalla.
El capital fijo se puede distinguir del capital circulante, en primer lugar, por Categorfas dentro de la producción
la manera en que se imparte su valor al producto final. A diferencia del capital Producción de Movr'miimto del
:onstante, que funciona como materia prima, los elementos materiales qur. consti· Formas materiales plwvo1"ia capital
tuyen el instrumento de trabajo no son reconstituidos fisicamente en el producto
final. El valor de uso de la máquina queda atrás después de que se ha completado Planta y equipo
el proceso de producci6n. Cuando la máquina se desgasta, el capital fijo se ha infraestructuras físicas Capital fijo
de la producción Capital
consumido enteramente dentro del proceso de producción y nunca regresa a la
constante
esfera de la circulación. Sin embargo, el valor equivalente del capital fijo circula
"poco a poco, en la proporción en que pasa de él al producto final" (El capital, Materias primas
JI, p. 140). materiales auxiliares Capital
La segunda característica que distingue al capital fijo es su peculiar "modo es· materiales a la mano Circulante
pecífico de valorización, en el modo de rotación, [y] en el modo de reproducción"
(Grundris.se, 11, p. 138). Se puede distinguir de otros elementos "auxiliares" del Furn:a de trabajo Capital Variable
capital constante Cf U~ no están reconstituidos en el producto final (insumos de
~nergfa, por ejemplo) por su uso a través de varios periodos de rotación. Esto liga
la definición del capital fijo al proceso de rotación de otros element·~s del capi· Las categorfas de capital constante y capital variable reflejan la relación de
tal constante, y ya hemos mencionado que el tiempo de rotac.ión no es homogéneo clase entre el capital y los trabajadores dentro de "el taller oculto de Ja
de ninguna manera. La distinción entre el capital fijo y el circulante, por tanto, pr~ducci'ón" y en est~ forma nos ayudan a entender la producción de plusvalfa, el
en el primer caso es una mera distinción cuantitativa que "se solidifica" y pasa a origen de las ganancias y la naturaleza de la explotación; nos permiten ver "no sólo
5er una diferencia cualitativa a medida que se usan instrumentos de trabajo más c6mo el c~pital produce, sino también cómo .se produce él mismo" (El capital, J,
durables (Grundris.se, JI, pp. 105-106). El capital fijo y el circulante se convier- P: 128). Sm emb~rgo, el movimiento del capital a través de la producción tam-
ten entonces en "dos modos diferentes de existencia del capital", que exhiben L1én ~ncuentra ciertas barreras que pueden frenar y en ocasiones alterar la cir-
características de circulación muy distintas. Puesto que los instrumentos rle tra· culación global del capital. La dicotomía entre fijo y circulante está diseñada
bajo se transforman en capital fijo a través de un proceso histórico especifico, para ayudarn~s a entender estos problemas, pero en ninguna forma nos ayuda a
tambié::i se deduce que "el propio capital produce su doble manera de circular eat~nder el on~e~ de las ganancias porque si "todas las partes que constituyen el
como capital fijo y circulante" (Grundris.se, JI, pp. 112, 134 y 144). La relación capital. .. se d1stmguen meramente por su modo de circulación", y si el capital
entre el capital fijo y el circulante, como ya veremos en la sección 2, se vuelve en· desembolsado para pagar salarios Y" no se distingue de las demás materias pri-
tonces una consideración clave al hacer una gráfica de las leyes del movimiento mas, "con el.lo se entierra entre escom?r~s, de un manotazo, la base de la que
del capitalismo. hay que parur parji comprender el mov1m1ento real de la producción capitalista"
Las categorfas del capital como "fijo" y "circulante" organizan nuestros pensa· (El ca/>ilal, 11, pp. 191-194). No debe sorprendernos entonces que los economis-
mientos en formas fundamentalmente diferentes a los implii.:ados por las t~s burgueses le ?en m~cha importancia a la distinción entre el capital fijo y el
categorías de capital "constante" y .. variable" que hemos usarlo hasta ahora. circulante, al mismo uempo que pasan por alto la distinción entre el capital
Ambos conjuntos de categorías tienen esto en común: se definen derJtro de la constante y el variable.
214 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 215

Como ya hemos dicho, es caracterlstico de Marx construir diferentes "ventanas" pende de las condiciones que prevalecen dentro del proceso de trabajo - la du-
que dan al mundo, a fin de entender la complejidad de. los sistemas. ec?nómicos ración de la jornada de trabajo, la intensidad del trabajo, etc. - que afectan la·
d~sde diferentes puntos de vista. Hasta aquí hemos exammado el cap1tahsmo des· velocidad a la cual se utilizan las máquinas en promedio.
de el 'punto de vista del capital corn;tan~e y variable •. y así .hem.~s entendi~o mu~?º Finalmente, y aquí encontramos una dificultad importante, d valor de uso de
sobre el proceso básico de la acumulación, pero la mvesugac1on de la circulacion la máquina para el capitalista depende de la plusvalía (o la ganancia) que la má-
requiere diferentes categorías. La tarea que tenemos ante nosotros e~ llegar a en- quina ayuda a generar. En un mercado competitivo en que todas las mercancías
tender Jos procesos de circulación del capital a través de la producción, por me- se intercambien a sus valores (o precios de producción), el capitalista que posee
dio de los conceptos del capital fij0 y circulante. máquinas más eficientes o más durables en relación con el promedio social realizará
la plusvalía relativa. La máquina será más o menos útil dependiendo del estado
de la competencia; del valor de las mercancías en el mercado y del promedio de efi-
1. LA CIRCULACIÓN DEL CAPITAL FIJO ciencia de las máquinas dentro de determinada industria. El capitalista podría,
hipotéticamente al menos, intercambiar la máquina en determinado momento
"La circuladón de esta parte del capital a que aquí nos referimos", escribe de su vida útil, o incluso rentar su valor de uso sobre una base anué\l. Incluso to-
Marx, "presenta un carácter peculiar" (El cap~·tal, 11, p. 141). Para ~nterarn~s mando en cuenta el valor ya transferido a través del consumo productivo, el valor
d-el motivo de las peculiaridades, tomaremos primero el caso más sencillo. Consi- de cambio probablemente varía de un momento a otro según las circunstancias so-
deremos, entonces, una máquina producida como una mercancía, usada en u~ ciales - el ritmo del cambio tecnológico dentro de una industria evidentemente
prnceso de producción bajo el control del capital y reemplazada al final de su vi- sería un factor de gran importancia. La implicación es que el valor de la má-
da útil por otra máquina. . . .. . quina se ajusta en el curso de su vida, y que es una magnitud inestable en vez de
Como mercancía, la máquina es únicamente capital fiJO potencial. Se con- estable.
vierte en capital fijo tan pronto como el cap.italista la ~ompra y la incorp~ra al El :Kto final en el drama de la circulación del capital fijo viene cuando la má-
proceso de producción. A través del acto de mtercamb10, el prod~ctor realiza el quina está desgastada y requiere reposición. Si el ca~ital fijo se ha de reproducir,
valúr de cambio de la máquina mientras el comprador se ve obligado ~hora a entonces se debe hacer una reserva de valor suficiente para reemplazar la má-
tratar de preservar ese valor de cambio por medí? del consum? productivo. Su- quina al final de su vida útil. Aquí encontramos otra peculiaridad: el valor de
pongamos por un momento que el valor de cambio de la máquma en el momen- cambio inicial que se ha de recuperar no es necesariamente el mismo que el valor
to de su compra es equivalente a su valor. de cambio de la reposición que se requiere para asegurar la reproducción del ·ca-
Como otros insumos de capital constante, el valor de la máquina tiene quepa· pital de producción.
sar y realizarse a través de las mercancías producid~s. Sin ei:nbargo, como valor ?e Por tanto, aparentcrr.ente existen tres formas en que se puede determinar el
uso, la máquina nunca deja el proceso de prod~cción. Reti~ne su forma material "valor" del capital fijo: saber el precio de compra inicial, saber la plusvalía que
corpora? como un valor de uso que es consumido productiva~e~te durante v~­ ayuda a producir a través del consumo productivo, o conocer su costo d~ rep0si-
rios periodos de producci6n. Sin embargo, el va!or de la maquina deb~ c~nu­ ción. Entonces, ¿cuál es el verdadero valor d<: la máquina? Y si no sabemos cuál
nuar circulando en alguna forma si se ha de realizar ese valor. La pecuhar1dad es su verdadero valor, ¿cómo C'S posible que discutamos siquiera la circulación
de esta forma de circulación está en esto: el capital fijo continúa circulando como del capital fijo como valor? No es fácil contestar estas preguntas. Yo argumentaré
valor al mismo tiempo que está encerrado materialmente .dentro de los confine_s que el valor de la máquina en cierto momento es determinado simultáneamente
del proceso de producción como un valor de uso (Grundrisse, 11, p. 93; El cajn· por las tres circunstancias. Esto implica que el valor de la maquinaria está en un
tal, 11, pp. 140-141). perpetuo estado de flujo -- conclusión que es incompatible con el concepto dei
Esto plantea una dificultad inmediata y obvia. _Debemos establecer qué ~s lo vaior considerado como "tiempo de trabajo cristalizado", pero que seguramente
que reguia las relaciones entre el consumo product~vo del val~r de uso ma~crial Y concuerda con el concepto del valor de Marx considerado come una reh.. ción social.
la circulación del valor a través de las mercancias producidas. Ademas, en- Marx evita estas dificultades aplicándose únicamente a :o que sucede dentr"a
contramos que la transferencia de valor, e incluso el propio valor, son regulados del .:erreno de la producción cuando el valo::- del capital fijo -medido por su
por un proceso social de gran compleji~ad. . . precio el<~ compra inicial -- es recuperado por me3io del consumo productivo.
Para comenzar, el consumo productivo de la máquma dept. nrlc hasta cierto Marx propone la regla siguiente para la circulación del capital f!jo: "su circulación
punto de sus características puramente físicas, siendo de pdmordi~l importancia como valor corresponde a su consumo en el proceso de producción como valor de
su durabilidad y eficiencia ñsica. Cuanto más durable sea la máquma, más lenta- uso" (Grundrisse, 11, p. 93). Debemos, por tanto, prestar cuidadosa atención a las
mente tr;.msfiere su valor al producto final. Por otro lado, Marx ta~bién ins~t~ <"n propiedades de valor de uso físico de la máquina como la base (y sólo la base) para
que las máquinas ociosas o que se utilizan poco p~erden su valor sm transtenrlo: entender el proceso de circulación del capital fijo. Las prolongadas investigado·
sufren devaluación. Por tanto, la ta~a de transferencia del valor al producto final de- nes de Marx de las propiedades materiales de las máquinas tienen que entender-

·!
EL CAPITAL FIJO 217
216 EL CAPITAL FIJO

se en ese contexto. Finalmente, tenemos también que considerar la forma en que Mediante el funcionamiento del medio de trabajo, con su desgaste correspondiente,
los valores de uso son determinados socialmente ellos mismos e integrados con la una parte de su valor pasa al producto y otra permanece adherida al medio de trabajo
teoría dd vaJor. Pero comencemos con las propiedades puramente materiales de y, por tanto, al proceso de producción. El valor asr adherido va disminuyendo constan·
temente hasta que el medio de trabajo queda fuera de uso y su valor se distribuye, por
las máq~inas. . . consiguiente, durante un periodo de tiempo más o menos largo, entre una masa de
La máquina mejora la eficiencia física de los.proces~s d~ tr.abaJO repetidos. productos que brotan de una serie de procesos de trabajo constantemente repetidos ...
Esta eficiencia puede permanecer .constante, meJ?rar, d~smmu1r o mo:;t~ar una Cuanto más dure el medio de trabajo, cuanto más lento sea su desgaste, más tiempo
variedad de altibc..jos durante la vida de la máquma. Mientras q~e a~u1, como permanece adherido en esta forma útil el valor del capital constante. Pero, cualquiera
en otras partes, es el promedio lo que importa, la regla de Mar~ t~phca que ~l que st:a el grado de su duración, la proporción en que transfiere valor al producto se
valor debe circular en una forma que refleje la cambiante efic1enc1a promedio halla siempre en razón inversa al total del tiempo durante el cual funciona. Si de dos
de las máquinas a través de ~u vida. Marx también consideró la durabilida~ de máquinas del mismo valor una se desgasta en cinco años y la otra en diez, la primera
la máquina como "la base material del régimen de circulación que los convierte transferirá en el mismo tiempo el doble de valor que la segunda. (El capital, 11, pp.
en capit~l fijo" (El capital, ll, p. 196). La durabilid~d de las máquinas .Puede 140-141.)
variar, pero como ya dijimos, lo decisivo es el promedio (p. 1~5). La veloc~dad a
la cual circula el capital fijo depende, en parte, de la velocidad promedio a la Lo que Marx está exponiendo aquí es lo que se conoce ahora como la "deprecia·
cual las máquinas se desgastan con el uso. .. .. .. ción en línea directa" de la maquinaria. Para evitar confusiones, usare el término
'Esta vida "promedio" depende, a s•J vez, del desgaste no~m~l y del ma.nte· "transferencia de valor" para referirme a la velocidad con que el valor cristalizado en
nimiento y reparaciones normales". Estos so~ co.nceptos dtfic~le~ de prt:c1sar. la maquinaria se realiza a través del consumo productivo. Marx se daba perfecta
aunque su importancia general es bastante obvia. Sm u~ ~antemmte~to ~orrecto, cuenta de que un modelo de "transferencia en ltnea directa" era un exceso de
la vida de la máquina será más corta, pero el mantemm1ento re~uier~ i_nsumos simplificación. Asimismo, no concuerda en lo absoluto con el tono global del ar·
ulteriores de fuerza de trabajo y materiales, además de aquellos 9ue mtervmieron ~n ... gumento de Marx en El capital, puesto que da un papel autónomo y aparente-
la producción original de la máquina. Lo mismo se puede decir ele las re~arac10- mente determinante al modo de ser fisico y material del capital fijo. Marx parece
nes "normales". Marx trata estos gastos como parte del valor de la máquina, con caer precisamente en la trampa del fetichismo que habfa atacado con tanta fre-
la diferencia de que se extienden a través de la vida de la máquina en vez de tc.ner cuencia. La admisión del valor de uso como una categorfa económica está muy
que descmlmlsaTli<' todos a 1;, vc1.. Pe!~ e;t~ raz6~ Marx trata r.~sto~ ~as~Oli co~o. P.ª.~~<" hicn, pero nn por c·so se lihrn Marx de la obligación de especificar la. forma en
del capital circulanLc en vez del ÍlJo (El capital, 11, P·. l.12). L.1 c.omp~ a 1111u.1l qm· <'St' valor d(' uso t•s "nwdifka<lo por las relaciones modernas de producción".
de la máquina obliga al capitalista a destinar una porc16n del c.ap1tal circulante Si tomamos el modelo de la transferencia de valor en línea directa como algo
al mantenimiento y reparación del capital fijo: "la transferencia de valor por el sacrosanto, nos encontramos de inmediato con varias dificultades.
desgaste de capital fijo se calcula a base del periodo medio de vida de éste, y a su vez Por ejemplo, la transferencia de valor en h·,ea directa calculada con respecto
este periodo medio de vida se ca~c~la partiend~ del supuesto de que s~ desembol· a un precio de compra original (que se supone es equivalente al valor) será igual
sa constantemente el capital adicional necesano para mantener aquel en estado a la inversión por reposición sólo bajo condiciones especiales y muy poco realis-
de funcionar" (El capital, 11, p. 156). tas; ninguna innovación tecnológica, ninguna variación en el costo de la ma·
La distinción entre reparac.iones y reposiciones desgraciadame~te es algo quinaria, etc. Cuando estas condiciones no se aplican, surge una discrepancia
borrosa. Las máquinas a menudo están "formadas ~or eleme~tos desigu?les qu~ entre el valor recuperado y el valor necesario para la reposición. La circulación
se agotan y tienen, p::>r tanto, que reponerse en penados de tiempos desiguales continua de capital fijo es amenazada en este punto de la reposición.
(El captial, II, p. 152). La máquina en general puede ser reparnda 'feemplaz~n­ La transferencia de valor en linea directa también supone que la. vida de la
do las partes defectuosas, pero cuando todas las partes que forman una ~áquma máquina es un dato conocido. ¿Cómo se determina entonces esta vida? Marx
han sido reemplazadas, ¿acaso no ha sido reemplazada tod~_ la máquma? .Las proporciona dos respuestas. Inicialmente, apela a Ún concepto puramente/isico:
circunstancias de este tipo hacen muy dificil calcular la duracmn de la. máquina" una máquina es construida con cierta capacidad fisica y durabilidad, y se des·
Marx dedica gran ~antiJad de energia a darle vueltas a estos asuntos, sm resolver· gasta totalmente dentro de cierto periodo de tiempo, pero también reconoce que
los a su propia satisfacción (El capital, ll, pp. 150-162)} !V1arx termina haciendo a la vida económica puede ser diferente. El capitalista no descarta una má.quina
un lado todas estas complicaciones ñsicas a fin de definir un modelo sumament.e porque se ha desgastado físicamente por completo, sino porque puede obtener
simplificado de la "depreciación" de la maquinaria, en que la circulación del capt· una ganancia más alta reemplazándola por otra. El 11alor de uso de la máquina
tal fijo muestra las siguientes características: para el capitalista es que le permite producir mayor plusvalfa, y este valor de
us:>, como reconoce Marx claramente, cambia con las circunstancias sociales.
1 El problema de diferenciar entre la reparación y la reposición es particularmente agudo en el
Por tanto, la vida económica de una máquina no se puede conocer de antema-
caso del ambiente construido, como veremos posteriormente (pp. 232-23!'>). no, puesto que depende de cambios en el diseño y costo de la maquinaria, la ve-
218 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 219

locidad y forma generales del cambio tecnológico, las condiciones que afectan la técnica (como Sraffa y Morishima se empeñan en señalar) que tiene relación con
tasa de explotación de la fuerza de trabajo (por ejemplo, el flujo y reflujo del el análisis del capital que se emplea en la producción de bienes que toman dife-
ejército industrial de reserva), las diferencias en la tasa de ganancia bajr. dife· remes periodos de tiempo. Además, hay indicios de que Marx vio el análisis de pro-
rentes tecnologías dentro de determinada linea de producción, etc. La vida dr ductos conjuntos como una forma de solucionar los dilemas planteados por su
las máquhas siendo una determinación social, es variable en el mejor de ios casos y modelo de transferencia de valor en línea rlirecta (El capital, 11. p. 134; Teorias
en el peor es impredecible, es empujada de acá para allá por los vientos de la sobre la _'.1lusvalía, III, p. 391). Marx simplemente no insistió en esa posibilidad
competencia, la búsqueda incansable de las ganancias, y un proceso de acumula· (por la razón que haya sido) y por tanto no presionó para resolver lo que ha re-
ción que gener:i el dramático ritmo del cambio tecnológico. Lo que cornenziJ apa· sultado ser uno de los problemas más complejos que ha tenido que manejar la
rentemente como una base material sólida para el análisis de la transferencia de teoría económica.
valor, se transformó por los procesos sociales en un pantano ele incertidumbre. Este artificio teórico de los productos conjur~tos es algo más que una· cómoda
La velocidad a la que el capital fijo transfiere su valor al producto final, origi· ficción, porque de hecho existen mercados de máquinas de segunda mano, y la
nalmente concebida como algo que pertenece sólo a la producción, evidente· renta de equipo sobre bases periódicas se hace con cierta frecuencia. Además,
r.:iente no puede ser analizada independientemente de los efectos de los vientos como los tilulos sobre la capacidad de producción se pueden vender en forma de
helados de la competencia sobre el mercado. Un dato interesante es que ya hemos acdones, podemos identificar otra forma de mercado que refleja, en pane, la pro-
e:icontrado un problema paralelo al determinar el significado de la composición ductividad actual del capital fijo en relcJción con la producción de plusvalfa.
orgánica y de la conposición de valor del capital. Lo indicado ahora es qm.· nos Existe, entonces, una base material y social para volver a valorar las acciones de
volvamos a ocupar de este mismo asunto, puesto que el capital fijo tiene un pa· capital fijo de un momento a otro.
pel muy importante que juga1 para determinar la composición orgánica y la de Sin embargo, aquéllos que han analizado rigurosamente el asunto en tiempos
valor. Ahora encontramos la regla de que el valor de uso del capital fijo dentro recientes han llegado a la conclusión de que el tratamiento de la circulación de
de los confines de la producción y de la empn:sa depende de la habilidad de ésta capital fijo como un caso particul<!r de producción conjunta plantea serios dile-
para realizar ganancias en un ambiente de mercado competitivo. ¿Cúmo pode· mas a la teoría marxista del valor. Morishima, por ejemplo, afirma que "el reco·
mos entonces dar con un método para manejar la transferencia de valor del ~a­ nocimiento de la producción conjunta y de otros procesos de fabricación ... nos
pital fijo bajo esas circunstancias? Para hacerlo obviamente se requiere qur cons· anima a sacrificar la propia formulación de Marx de la teoría del valor-trabajo"
truyamos una especie de puenr.e entre los procesos de producción y los de circula· (Morishima, 1973, p. 180), Steedman es aún más enfático:
c.i.ón, ya que están separados y relacionados a la vez.
Las dificultades se pueden resolver con la mayor facilidad trata11do le circula· r:n presencia del capital fijo, la elección del lapso óptimo de vida ele una máquina es
dónde capital fijo como un caso de producción conjunta. Al principio de cada determinado sólo durante r.I proceso de elevar al máximo la cuota de ganancia, por lo
periodo de producción, el capitalista adelanta una cantidad de ,·alor para que las magnitudes de valor, que dependen de la vida efectiva de la máquina, son de·
comprar fuerza de trabajo, materias primas e instrumentos de trabajo. Al final lerminadas sólo cfrs/més de que se determina la cuota de ganancia. Las condiciones
del periodo el capitalista tiene una mercancía a la venta en el mercado y una físicas de la producción y la tesa real de salarios son los determinantes inmediatos de la
cuct" de ganancias. La tarea es mostrar qué determina estas condici::mes de producción
cantidad sobrante ele valor de capital fijo cristalizado en una máquína que se fisica y estos salarios reales, no dedicarse a hacer cálculos de valor sin sentido. (Steed·
puede usar nuevamente, reemplazar o incluso vender a otra persona. El valor re· man, 1977, p. 183.)
sidual del capital fijo es tratado como uno de los productos del proceso de pro·
ducción. Esta forma de manejar el problema ha sido usada con gran efecto por
Levine argumenta en forma semejante que si Marx hubiera aplicado la regla
escritores como Von Neuman, Sraffa, Steedman y Morishima. Este último autor
del "tiempo de trabajo socialmente necesario" a la transferencia de valor del ca·
muestra cómo se puede usar este artificio para determinar la vida económica de
pital fijo, habría descubierto "dificultades esenciales en el cálculo del valor-tra-
las máquinas, para proporcionar un "criterio económico para la aclopci(~n de las
bajo de las mercancías" producidas con la ayuda del capital fijo:
decisiones por parte de los ~mpresarios de no seguir usando una máquina de de·
terminada edad", y cvmo un método para poner la transfcrenc•<' de valor en
línea con el costo de reposición. 2 Un dato interesante es que el propio Marx creó la El valor con que el capital fijo contribuye al producto no es determinado po; su ve lor
original ni por su valúr actual, sino por el r.ambio de val'>r durante el periodo pertinen·
te. Es este componente. inherentemente dinámico de la determinación del valor de la
2 Morishima (1973, p. 1'>3). En las manos de Sraffa (1960) csre método produce la inrcn'Sanre mercancía producida, lo que se pierde al reducirla a una cantidad de tiempo de traba·
iil"a de que la dccrión d1· t1'<·11ol11gía. y por rndr rl valor de uso dt• las mát¡uinai., dt•pt•ndr de· la tasa jo. La cantidad de valor "transferida" al producto dentro de determinado periodo varia
ce ganancia. y que pueden m:urrir cambios y más cambios de 1ecnolo¡(fas con las variaciones 1·11 la ta·
H de ganancia. Ya hemos visto que• una dr las criticas básicas contra <'I argurnt>nto de M:-.rx dc• l:i tasa libro). Ahora nos t'sforzar<'mos por mostrar más com:rt>lamcnre a qui' se debe el conílicro entre el
decrecienre de ganancia se d<'hcn a c¡u<' no admitió la posibilidad de esos ~·amhios (p. 185 ele rsu· prnn·so dt• t:irrnlariím dt'I capital fijo y la capaddacl para cambiar de recnologlas a volunrad.
-r

1~1. CA.PITA 1. fo'IJO


220 t:I. CAl'ITAL J.'fJO 221

con la velocidad a la que camhia el valor dd capital fijo cmplcmlo duranlc ese periodo. producción" (El ca.p_ital, 11, pp. 71 y .s.s.). El cambio tecnol6gico desemp\!ña un
Puesto que la determinación del valo~ de la ~ercanda es .gobcrn~<lo po~ una t?sa de papel tan desestabilizador respecto a la circulaci6n del capital fijo como el que ;-
cambio de valor, es inherentemente 1rreduc1ble a cualquier cantidad ÍIJa de tiempo
desempeña en los modelos simples de la acumulación excesiva y devaluaci6n que
de trabajt'. La determinación del valor de cambio como una sum 1 del tiempo de trabajo
examinamos en el capítulo anterior. · :
pc.sado y actual queda excluida (Levine, 1978, p. 302).
El .v~lor, como ya hem~s argu~entado, no es una medida fija que se use para
descnb1r un mundo cambiante, smo que Marx lo trata como una relación social
Levine prosigue diciendo, como una observación al margen, que "a fin de con-
que lleva la contradicción y la falta de certeza en su propio centro. Entonces, no
servar la teoría del valor-trabajo como una teoría de la determinación del valor de
existe ninguna contradicción entre el concepto del valor de Marx y la circulación
<·ambio ... seria necesario, en efecto, excluir al capital fijo" (Levine, 1978, p. 302).
del capital fijo. La contradicción está integrada dentro de la idea del propio valor.
Todas estas observaciones reflejan con exactitud la dificultad de llegar a algu-
na forma apropiada de calcular la velocidad con que el valor del capital fijo se
LransfierC' al producto. 5 Todas ellas indican que el valor del. capital fij? se m~difi­
ta necesariamente a través del th.~mpo de acuerdo con las c1rcunstanc1as sociales.
2. LAS RELACIONES ENTRE EL CAPITAL FIJO Y EL CIRCULANTE
,\demás. to•ias pru<'ban en forma concluyente que la circulación del capital fijo
110
se puede reconciliar con una teoría del valor que descans~ únicamente en l.a Marx sosr:enfa que "el capital fijo es premisa para la producción del capital circu-
cristalización del tiempo de trabajo presente y pasado. El propio Marx llegó preci- lante, lo mismo que el capital circulante lo es para la del capital fijo" (Grundisse,
samente a esa conclusión. Una vez que el capital fijo se separa del circulante~ en- 11, p. 140). Tanto las máquinas que se usan como capital fijo como los insumos
contramos drcunstancias que "contradicen por entero la teoria del valor de Ricar- del capiLal constante circulance son producidos en primer lugar por medio del
do, como también a su teorta de la ganancia que es en realidad la teoría de la u~o d~I capital fijo y circulante (EL capital, 11, p. 183). Además, e.orno el capital
fiJo pierde su valor cuando no se usa, un flujo continuo de capital circulante
plusvalía" (El capital, 11, p. 198). . . . .
La teoña del vaior de Ricardo considerada como uempo de traba.JO cnsLahzado -de fuerza de trabajo y materias primas- es una condición necesaria para la
debe rechazarse realmente; pero la teoria del valor de Marx vista como tiempo de realización de su valor.
trabajo sricialmente necesa~io es muy diferente.4 Aunqu~ Marx, por ~m~ida~. Puesto que cada uno de ellos es necesario para el otro, debe exi~tir cierta rela-
frec'uentemente equipara el t:·abajo socialmente necesano con el trabar cnst?h- ción entre los flujos de capital fijo y de circulante. Por ejemplo, si la acumula-
zado, este último no abarca tod•JS los aspectos del valor como una relación rnc1al. ción equilibrada no se logra, el capital total de la sociedad se debe dividir entre
El valor, recordemos, "sólo existe em:arnado en valores de uso", por lo que "al las proporciones del fijo y del circulante de acuerdo con alguna regla "racional",
perderse el valor de uso [de un artículo), se pierde también el valor encarnado en decimos racional desde el punto de vista de la acumulación. Los economistas clá-
él" (El capital, l, p. 152). Ésta es una simple extensión de la regla marxista d.e ~i<..os ~recuentementc atribuyen las crisis a la desproporción entre el capital fijo
que las mercancías "deben mostrar que son valores de uso antes de P?der real~­ y el circulante, y Marx está de ac•Jerdo, pero trata la desproporción como un
zarse como valores" y que "si una cosa es inútil, también lo es el trabajo contem· síntoma más bien que como una causa, y busca los mecanismos que la producen.
do en ella; ese trabajo no cuenta como trabajo, y por tanto no crea n~ngún valor" Consideremos, entonces, el simple caso de una máquina con una vida conocida
(El capital, 1, pp. 9, 48). Por tanto, los cambios en la utilidad de la máquina du- que transfiere su valor al producto final de acuerdo con la regla de la "linea di-
rante su vida no dejan intacto su valor. El principal factor que afecta. al valor de rectél". Los valores en forma de mercandas son retirad'Js de la circ-.1lación en el
la maquinaria es la frecuente "revolución en el ~alor" ~ue .se relaciona con el momento de la compra. No se sacan de la circulación ningunas otras·mercandas
cambio tecnológico. "Es precisamente la producción cap1tahsta la que se carac- (excepto para reparaciones y mantenimiento) hasta que la máquina es reempla-
teriza por el cambio continuo en las relacion.es de valor, au~que sólo sea por la zada. Sin embargo, cada año se devuelven mercancías a la circulación por medio
productividad siempre cambiante del trabajo que caractenza a e:,te modo de del consumo productivo de la máquina hasta que la mercanda equivalente al valor
cristalizado en la mfü¡uina es devuelto totalmente a la circulación en el último año
:s 1-:1 ud.1aic a propmirn dr "las ganancias pnsilivas con una plusvalfa negaliva" bajo <·on~i~ionl"5 de su vicia. La circulación de dinero toma un curso muy diferente. Es puesto en
ck proclmTilm ronj11n1. 1 rs i11 .. 1111c·1iv11 a 1-:-11· rc·s¡wrto. Vfa.u• S1e·c•1hnan ( 1!177. n1p. 1.1 ). l\lon~hnna. Y circulacii'm "d<' una sola V<'l; prro sí1lo se sustrae de nuevo a circulación fragmemaria
Catcphorl'S (1978. pp. 2!1·3H) y i•I rrd1aw el<' Fi1w y 1larris clc•I argu111c·11111 ¡im 11111si.lrrml11 1·sp1111n y grndualrnc111e, rnnli;111tc la realización de las partes de valor que el capital fijo
( 1979. pp. 39-48). • • • va aiiaclirnclo fragmrmariamrntC' a las m('rcancí;--;" (F.l capital. 11, pp. 143-149).
4 Fine y 11.irri~ (l!l7!1. p. ·Ir•) M"ii;il;11111111' "ni Su't'1lm;111111 Mnr1sl111n;i c•mplran c•I 1·111wrp111 clc•l v;i·
A fa ha de· un si... 1r111a dt· n«·di10, d rnpitalista tiene que acumular una reserva de di-
lor cll' Mi'nc. La divc·r~c·uda fu111la1111•111i1l dc· ;1111l111s c·M·riwu·s 1ri;prc·111 al t'nt11c·pto dr M;11i1c•s1¡111•
)rn; clns vc•u rl valor i;i111plr111c·111t• 1·11m11 1111 nmc·rp111 clr nmtahiliclacl, mic•111ras 'I"" Marx lo 1r.a1:1111- nc•ro hasta <JU<' tiem• lo suficient<'mente para comprar una nueva máquina (p. 161).
1110 un lrn(unrno rral qur 1ic·1w C'fc·rcos 1 n11n·c·111s". l.a misnrn nflÍ«ól M' Ir p11r1lc· h;1n·1 ;il 11111·1110 La p<'culiariJ;ul d<· <"Sic intnrnml>io está en sus cáracterlsLicas de tiempo. El
íru.~1racln clr Rorm('r ( 1979) dr inu.·Rrar la formación y U50 dl'I raphal fijo tiene ro drl ar¡,¡umrnto clr dinero y las mercancías circulan de acuerdo con pautas temporales bastante di-
Marx 5ohrr la 1asa denrriC"nle de ¡.tananria. ferentes. Inmediatamente después de la compra de la máquina hay un exceso de
222 EL CAPJT AL FIJO EL CAPITAL FIJO 223

dinero en circulación en relación con las mercandas, mientras que hacia el final huir) directamente al proceso de producción" (Grundrissf!, 11, p. 116). Entonces,
de la vida de la máquha prevalece la situación opuesta. A la larga esos dcsequili· antes que nada, ¿cómo se van a procurar o a producir esos excedentes de produc-
brios se contrarrestan entre sí (bajo las bases que hemos dado por sentadas), de tos y fue.rza de trabajo? Hay dos respuestas posibles a esa pregunta. ;
tal mar.era que no hay efectos adversos agregativos mientras el sistema de crédito . En primer lugar, los excede11tes se pueden procurar a través de Ja apropiación
puede funcionar para que lleven a cabo sin tropiezos los pagos de dinero durante ~1recta y d; la acumulación o~iginaria. La formación de un proletariado sin
la vida de la máquina. No obstante, la circulación del capital fijo ejerce influen· llerras partiendo de una población campesina, por ejemplo, puede crear la fuer-
cías que alteran a corto plazo incluso los procesos de la reproducción simple. Los za de trabajo ex~edente que.se necesita. Los irlandeses se convirtieron asr en peo-
intercambios de dinero y mercancías entre los departamentos l y 2 (véase el cap. nes de ferrocarriles y trabajadores de la construcción, particularmente después
VI) correspondería entre si sólo bajo la situación improbable de que una propor· de la hambruna de la papa, que a su vez fue un producto de la penetración de
ción igual del capital fijo total en sociedad fuera "retirado" y reemplazado cada las relaciones sociales capitalistas en la sociedad irlandesa, y que finalmente los
año. Esto requeriría una tasa fija de transferencia de valor y una estructura de obligó ~ salir de sus tierras. Los capitalistas también pueden, por apropiación 0
edad particular de la reserva de capital fijo. La falta de un sistema de crédito conversión, adquirir el \•alor de uso del capital fijo sin que ese valor de uso sea
también provocaría desequilibrios, porque los capitalistas tendrían que acumu- producido primero por otros capitalistas en forma de mercancías. Esto puede su-
!ar dinero para cubrir los costos de reposición mientras que el capital circulante ceder porque el capital fijo se puede crear simplemente cambiando los usos de la.;
necesario para construir la máquina tendría que ser adelantado antes de su re· cosas c:xist~ntes. Los medios de pro~ucción y los instrumentos de trabajo se les
posición. Y así, concluye Marx, "puede y debe surgir una desproporción de la pu~~en quitar a los artf"Sanos y trabajadores; los bienes de consumo se pueden ad-
producción de capital fijo y circulante ... incluso cuando el capital fijo es mera· qumr y se les puede dar un uso productivo. Por ejemplo, bajo el sistema de putting
mente preservado" (El capital, 11. p. 415). out, las cabañas de los tejedores, que hasta entonces habfan sido parte del fondo
Esta penetración técnica -que Marx, como tiene por costumbre, establece a dt" consumo. comenzaron a funcionar como capital fijo (Teorías sobre la
través de tortuosos ejemplos matemáticos- nos lleva hasta el borde de cues· plnswlía. 11. p. 16). Un efecto similar ocurre cuando los sistemas de transporte
tiones mucho más amplias que surgen cuando el cambio tecnológico requiere construi~~s principal~ente para el consumo comenzaron a ser usados más y más
que la proporción <le capital fijo se amplíe en rela:ión con el capital circulante. para art1v1dadcs relacionadas con la producción.
Esto suc·:!de porque la producción de maquinaria lleva consigo la "producción de La \'Cntaja aL1uí es que el capital fijo se puede formar sin interferir en ninguna
medios para la creación de valor" más bien que la creación directa je vdores de forma con el rnpital circulante. Sin embargo, la cantidad de capital fijo que se
uso para el consumo individual (Gru11drisse, 11, p. 118). Dicho en otra forma: puede formar así depende de las condiciones preexistemcs· el capital, después de
todo, "no comenió C'I mundo desde el principio .:;ino más bien encontró. producción
La parte de la pr iducción nrienta<la hacia la producción d~ capital fijo no prl~~uce di· y productf!s ya prcsentC's, antes de s~byug;irlos a su proceso" (GrwzdTisse. 11, p.
rectamente objetos de disfrute ... El que una parle del tzem /10 de produccwn ba.sle 88). Por CJcmplo. la Inglaterra del siglo XVIII poseía una vasta reserva de bienes
para la producci<i11 directa y el que .se ::mplee una parle cada vez ma~or eu La produc· materiales (quizás c-1 doble o el triple de los que posee Nigeria actualmente), y estos
ción de medio.s de producción dependen. . , pue.s, del grado de produc:cufo ya dcamado. v:ilores <l<' uso se podían convenir fácilmente en capital fijo con poco o ningún
Habrá que tener en cuenta, para ello, el que la sociedad pueda o no r.sperar: el que
costo. Los primeros industriales adquirieron gran parte de su capital fijo dándo·
pueda suslracr tanto al disfrut<. directo. como a la pro~ucción ~estinada a él una gr?n
parle. de la riqueza ya creada y destinarla al trabajo no directamente productu:o
les nuevos usos productivos a las estructuras antiguas (molinos, graneros, casas,
(Grunirisse, 11, p. 116). sistemas de transporte, etc.). Las tasas de formación de capital fijo nunca llega·
ron mucho más allá de 5 ó 63 del producto nacional, comparadas con 12% o
Marx pasa entonces a especificar las condiciones que permiten que se forme el más que generalmente se considera esencial para poner en marcha la acumula-
capital fijo: ción de capital.s El caso aberrante de Inglaterra, que es tan vital aqur porque
había de encabezar la acumulación sostenida de capital, se pnede explicar consi-
f_c;to requiere un <·icrto niw.·I ele la produclividad ya logrado y una abundancia relativa,
derando las fluidas definiciones de Marx. La apropiación, conversión y acumu-
nivel que deberá hallarsr• en relación di re.«;¡~. con la transformación de l. <..'a pi tal circu· lación originaria proporcionaron el capital fijo sin desviar nada del capital cir-
lante en capilal fijo ... Una condición para ello es tanto la plwpoblac16n (desde este <.:ulante. Estas características siguen teniendo alguna importancia en la hist~ria
punto de visla) como la plwproducción.(Crundn'.s.se, 11, p. 116.)
~ Scgú11 la obra de Rostow ( 1960) Stage.s of Eco11omic Crowth (con su imeresame subtitulo de "un
manific51<> no r:omunista'"), Inglaterra logró su "despegue" hacia el crecimiento económico emre
Además, esta "pluspoblación y plusproducción" deben ser mucho mayores si
1783 y 1802 duplicando su tasa de inversiones de 5 a 103. Deane y Cole (1962. pp. 261·264)
el capital fijo es de gran escala, de larga vida y sólo indirectamente relacionado encuentran rorns pruebas de l'St: resurgimiento en la formación de capital, y el debate subsecuente
con la producción: "[tendrá que haber] más maquinaria activa para constru~r ~~ran partl' del cual está rl·imprcso en Crouzct (1972)- da un fuerte apoyo a esa conclusil:n. Tam-
ferrocarriles, canales, conducciones de agua, telégrafos, etc., que para [contri· b1en \'alt• la pl'lla consultar sobre csll' punto a Mathias (1973).

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224 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 225

del capitalismo; los inmigrantes africanos, por ejemplo, desempeñan un papel vi· tal circulante a capital fijo sólo puede exacerbar a la larga el problema del exce-
tal en las construcciones de Francia, lo mismo que los habitantes del sur de Euro· so de acumulación. Una parte del capital fijo estará condenado a la ociosidad a
pa y en gran parte de Europa Occidental·. Sin embargo, para que el cambio tec- través del exceso de acumulación, y el propio capital fijo sufrirá una devaluación.
nológico desempeñe su papel correctamente, el éapitalismo tiene que d~sarrollar Una solución a corto plazo a los problemas del exceso de acumulación exacerba las
la capacidad de producir rxcedentes de productos y de fuerza de trabajo dentro dificultades a la larga, y pone parte del peso general de las devaluaciones periódicas
de sus confines. sobre el capital fijo. La única diferencia seria que el momento oportuno y el ritmo
F.<no nO!i llrva al srguruln rnrrnnismo import:ml<' para g<'ncrar las preconclidon<'S de la formación de la crisis y de su resolución ahora se verfan profundamente
necesarias para la formación del capital fijo. El exceso de acumulación, que srhrím af••cf :u los por c·I prnn•so d<" rol al'Í(111 •lrl propio capital fijo.
hemos visto surge n<'cesariamentc hajo el capitalismo en forma pPriódica, abarca La d<·valuación del capital fijo se podría retardar indefinidamente ~ambiando
la creación de un "capital desempleado en un polo y una pol>lación de trabajado· má~ Y. 1.n:"1s capital a la formación de capital fijo. Tugan-Baranovsky discutió esta . i
res desempleados en el otro" (véase el cap. VII). Los excedentes de fuerza de traba· pos1b1hdad en el contexto de los esquemas de la reproduc':ión ampliada de
~arx. Este autor mostró que la acumulación podfa continuar perpetuamente
6
jo, de mercandas, de capacidad productiva y de capital-dinero potencialmente
son convertibles en capital fijo. Ésta es una idea teórica fundamental y muy impor· siempre~ cua~do_la inversión en capital fijo creciera en las proporciones correc-
tante. Dice, en efecto, 4ue las contradicciones de la acumulación producen las ;¡ tas. Est? 1m~hc~na una economía en que se pudieran construir máquinas para
·'··
precondiciones necesarias para la formación del capital fijo sobre bases periódicas. ' producir maqumas que construyeran más máquinas, cosa que parece bastante
A continuación trataremos de descifrar algunas de las implicaciones de esta ~bsurda d~sde el punto de vista de las necesidades humanas, pero que el capita·
sorprendente idea teórica. ~1smo teónc~~ente es capaz de llegar a hacer, puesto que los capitalistas están
Comenzamos considerando cómo se relaciona el flujo y reflujo del ejército in· interesados umcam~n~e en la plusvaUa y 110 les importa un comino qué valores de
dustrial de reserva con la formación de capital fijo en la ausencia de cualquier uso producen. Los hm1tes de esta economía de locos sólo se alcanzarían cuando el
"acumulación originaria" o de la movilización de sectores "latentes" dentro de flujo de ca¡;>ital ~.irculante llegara.ª ser insuficiente para apoyar el uso continua·
una población. Bajo esas condiciones, una superpoblación relativa es principal· do del .~ap1tal f•J.º• o ~uando el ntmo del cambio tecnológico implicado por Ja
mente el producto del cambio tecnológico que crea el desempleo, pero el cambio fonnac1on de capital fijo llegara a ser tan rápido que las devaluaciones que se produ-
tecnológico generalmente requiere la formación de capital fijo; y este <iltimo re· cen al hacer más corta la vida económica de las máquinas llegaran a ser un proble-
quiere que se haya formado anteriormente un ejército industrial de reserva. El ma serio. Aunque la solución de Tugan-Baranovsky no se puede sonener a la lar·
ritmo de la oferta y la demanda de fuerza de trabajo y la capacidad para absor· ga' a ruda a explicar por qué el capitalismo tiene ataques frecuentes de inversión
ber el exceso ele fuerza de trabajo por medio de la formación de capital fijo parece exces1v.i <'n alta tecnología. sin que le importen los excedentes de fuerza de tra·
estar regulado por circunstancias contradictorias. Los mismos procesos que produ· baj~ que ya existen o las necesidades humanas de las poblaciones. Por tanto, el
cen un ejérdto industrial de resep1a también lo absorben. La contradicción está capital puedf' responder a corto plazo al exceso de acumulación cambiando a la
cxpresaci.a cara<..terísticamente a través de fases de formación del capital fijo y de form~ción de capital fijo_ - cuant~ más lurga sea la vida del capital fijo y más
absorción de la fuerza de trabajo excedente seguidas de un desempleo generali· amplia s~ escala será_ me1or (por e1emplo, obras públicas a gran escala. presas,
zado r un estancamiento en la formación del capital fijo. Por otro lado, n0 pode- ferrocarriles, etc.). Sm embargo, en algún momento futuro Jos problemas del
mos entenC!er ese proceso totalmente sin considerar la forma en que los produc· exceso de acumulación están destinados a surgir de nuevo, quizás a ser registra-
tos excedentes también se generan y se absorben. dos en una escala aún más grande en la devaluación del propio l'Jpital fijo.
Los excesos de mercancías, capacidades productivas y fuerza de trabajo rela· Las contradicciones inherentes en la forma de circulación del capital fijo se
donados con el exceso de acumulación no pueden cambiarse in.>tant!ineamente pueden abordar desde otro ángulo. Marx argumenta que "cuanto más se desa·
de, digamos, industrias de bienes para el consumidor (ropa, zapatos, etc.) a la rrolle el capital fijo, .más se co,vierte en condición extrínsecamente imperiosa
producción de artículos de capital fijo (maquinaria, ferrocarriles). A mt>nudo se del ~?do de pr?ducc1ón basado en el capital la co11ti11uidad del proceso de pro-
requiere una crisis para obligar a hacer ese cambio del capital circulante al capital ducc101! o ~l flujo constante de la reproducción" (Gru11drú.sc, 11. p. 113). Cuando
fijo. De hecho, M.irx dijo que la "crisis constituye siempre el punto de partida de los capitalistas compran capital fijo están obligados a usarlo hasta que su valor
una nueva gran inversión", que sientan "una nueva base material para el si· (calculado en la Forma que sea) se recupera totalmente. El capital fijo "compro·
guiente .:ido de rota'ciones·· (El capital, Il, p. 165 ). Si esos cambios pudieran mete la producción de los años siguientes" "anticipa el trabajo futuro como con·
ocurrir instantáneamente y sin costo, entonces los problemas del exceso de acu· travalor" y por tanto ejerce un poder coactivo sobre los usos futuros (Grundris-
mutación y devaluación del capital circulante se podrfan resolver totalmente con se, 11, p. 138). Marx se enfoca en la eira nía que el capital fijo, bajo la forma
la formación de capital fijo. El limite de esos cambios estaría sólo en la capacidad de la máquina que está bajo el control del capitalisLa, ejerce sobre las condicio-
para realizar el valor de las inversiones de capital fijo. Puesto que el empleo de
6
capital fijo significa un aumento en la productividad del trabajo, el cambio de capi· Kalc-cki (1971, cap. 13) da una i111crcsan1r descripdc'm drl rs<1ucma de Tugan-Baranrwsky.
~:l. CAl'IT/\l. FIJO EL CAPITAL FIJO 227
226

nes <le trabajo del trahajudor (tk :1hi que sea tan lar~o y e1~i·rgico t•I rnpi111~1: arrl'glos nmw los monopolios y las leyes de patente- para controlar el ritmo
que trllla sobrl' la maquinaria en t•I prinwr volumen de E~.1·ajnl~I). f_o;Le p~nto .'it dr rs1• camhio l('(·nolcig-in>. 11
puede generalizar. Cuanto más capital circula en forma ÍIJª· m.:is queda v1~1cula· Cuando no existen controles que den buen resultado, la obsolescencia planea·
do el sistt'ma de producción y consumo a las actividades especít1cas encaminadas dé..i llega a ser imposible. Lo que comenzó como oscilaciones y desequilibrios sin
a la realización del capital fijo. . importancia entre los departamentos y en las proporciones entre el capital fijo y
La contradicción que abarca esto se puede ver fác:lmente. ~or un ~ado, el ca· el circulante aumentan rápidamente hasta convertirse en oscilaciones explosivas o en
pital fijo proporciona una poderosa palanc~ para la ~c~mulac1ón, mientras que divergencia monótona de un camino de crecimiento equilibrado (véanse· las
la inversión ulterior en capital fijo proporciona un alivio por lo menos te.~poral pp. 176-177 de este libro). La circulación del capital fijo se atora en la maraña
a los problemas de la acumulación excesiva. Por otro lado, ~a produccion Y el de fuerzas contradictorias relacionadas con el cambio tecnológico, el dese·
consumo están cada vez más aprisionados dentro de fo~mas fiJas de hacer las .co· quilibrio, la formación de crisis, el exceso de acumulación y la devaluaci6n. Fue
sas y cada vez más comprometidos a líneas de producción específicas. El cap.1ta· precisamente ese resultado el que Marx tenia en mente en sus estudios de ·Ja
lismo pierde su flexibilidad, y se frena su capacidad de innovación (El capttal, circulación del capital fijo.
JI,p.165). l · M Por ejemplo, Marx argumenta explfcitamente que la búsqueda competitiva de
Esto nos hace retroceoer inmediatamente a ese mundo comp ~Jº• que ~rx la plusvalía relativa obliga a reemplazar "los instrumentos viejos de trabajo antes
conocía pero acerca del cual hizo poco por ilustrarnos, en que la vi?a económica de la expiración de su vida natural", y que si esto ocurre en "una escala social bas-
del capital fijo ya no corresponde a su vida fisica. l.:ª t~ansferenc~a de v~~or en tante grande" se "realiza principalmente por medio de catástrofes y crisis" (El ca-
línea directa ya no se puede aplicar como una descnpción de la circulacio? del pital, 11, p. 170). También menciona que "los constantes perfeccionamientos, que
capital fijo. El problema más grave que surge a~uf se refiere a las repercusiones privan de su valor a la maquinaria existente, a los equipos de las fábricas, etc., o a
de la maquinaria nueva, más barata y más eficiente. sobre el.valor de uso.y, en su correspondiente valor de uso" tienen un "efecto particularmente: directo ..sobre
consecuencia, sobre el valor que se le da a la maquinar~a anugua. Rec~rnendo todo en la primera época, a raíz de introducirse la maquinaria ... [cuando ésta]
al lenguaje de los precios, Marx menciona cómo "las meJ.oras consta~tes i~trodu· va quedando constantemente anticuada antes de tener tiempo de reproducir su
ciclas en h construcción de estas máquinas y su abaratamiento deprecian sm cesar valor". Las rápidas reducciones en el costo de reposición tienen efectos similares.
los ~iejos ~jemplares, que vendidos en ma~a a precios irrisorios, sólo .son rentables Y así encontramos que "las grandes empresas s6lo prosperan generalmente al cam-
en manos de grandrs capitalistas" (El capital, 1, P'. ~96; 111, PP· 123~ 1 24). Las ~er­ bhr de mano, después de dar en quiebra su prime· propietario y de traspasarse a
petuas revoluciones en la tecnología pueden significar la devaluación del capital bajo precio, lo que permite a quien las adquiere iniciar la producción con una in-
fijo en una escala extensa. ., d versi6n menor de capital" (El ca/Jita/, III, pp. 123-124).
Los intercambios entre los departamentos 1 y 2 pueden mm.bien qu~ ~r so- En t'I curso de una crisis parcial o general, los elementos del capital fijo se de-
metíd.m a la desorganización. Sin embargo, si el ritmo del camhw tecnolog1t:o es valúan en mayor o menor grado. Esto forma entonces "un medio inmanente al
uniforme, y si los capitalistas se pueden sentir razonable"?ente seguros de lo que régimen capitalista de producción, encaminado a contener el descenso de la r.uo-
es eran respecto a las tecnologías futuras, entonces es ~os1bl~ planear la obsoles· ta de ganancia y a acelerar la acumulación del valor-capital, mediante la creación
c!cia de su capital fijo y manejar la circulación d~I cap1~al. fijo de acuerdo con al- de capital nuevo" (El ca/1ital, 111, p. 248). En pocas palabras, la composición del
(m \an racional.; En esta forma se pueden reducir al mm1mo los efectos ~csorga· valor tmal del capirnl se estabiliza frente a un fuerte cambio tecnológico por la
~izar.ores del cambio tecnológico y se puede reducir el efecto de las _relaciones de devaluaci6n forzada de una parte del capital constante fijo. Los conceptos de
intercambio entre los dos departamentos a oscilaciones bastante ~éb1les. Emper?, acumulación excesiva y devaluación tienen, entonces, un papel particular que
la obsolescencia planeada sólo es posible si se controla la vel?c1da~ de~ cambio dt'sempeñar f'n relación con la circulación del capital fijo. Marx concluye:
tecno l og1 .
~ ·co El monopolio el patrocinio del gobierno de la mvesugac1ón y de·
• . . . · ( · 1
sarrollu y !as restricciones legales a la aphcación de mnovacio~es en parucu ar La conclusión a que llcgar:1os es lJUC este ciclo de rotaciones encadenadas que abarca
las leyes ele patent.?s y licencias) desempeñan entunces papeles 1mpo~tantes pa~a una serie de años y que el capital se halla obligado a recorrer por sus elementos fijos,
regulH el ritmo del cambio tecnológico y hacer ~ue la obs~lescencia planea.ª sienta las bases materiales para la.; crisis periódicas, en que los negocios recorrt"n las fa.
· dis¡lOnible para contrarrestar la evidente tensión entre el cambio ses sucesivas de la depresión, la animación media, la exaltación y la cr:!'is. Los periodos
sea un m('d 10 . d • 1 fi · D h ho
tecnológico y su corolario innevitable, la devaluac16n e 1 ~apita IJO. ~ ec . e~ 9uc se i.nviert~ capital son, en realida.d, muy distintos y dí.ipares. Sin embargo, la
se puede demostrar q•Je los efectos incoherentes y destructivos del cambio .tecno· cns1s constnuye siempre el punto de paruda de una nueva gran inver.;ión. Y también,
lógico incontrola fo requieren U!la respuesta capitalista bajo la forma d~ diversos por tanto. -desde el punto de viSLa de la sociedad en conjunto- brinda siempre, más

7 Valr la prna nwndonar d par:ilclo nm ia!' opiniones de Uoccara sobrr la rlc\•aluaci<m n•la1iva. H La dt-snipdó11 tll· Nohlc ( 1977) dd uso conl rolado de las !-?yes de patente t•n F.~tados Unidos

tapílUlo VII.
l'é11Jf' el d<'S<lt• prindpim til· si~lo r·rKaja muy hit•11 con rs1a descripción teórica.

f
228 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 229

o menos, una nueva base material para el siguiente ciclo de rotaciones. (El capilal, 11, compleja, debemos retrasar su consideración hasta el siguiente capitulo. Lo mejor
p. 165.) que podemos esperar hacer aqui es mostrar cómo y por qué el sistema de crédito
debe existir necesa;iamente como un medio para tratar de resolver algunos de
Las crisis, entonces, toman un aspecto bastante diferente y una nueva d~men· l~s pro?lemas cr~mcos que surgen en el contexto de la formación y el uso del ca·
si6n cuando introducim0s en la e.;cena la circulación del capital fijo. La contra· p1tal fijo. La mejor manera de hacer esto es considerando las situaciones en que
dicción fundameutal entre la evolución de las fuerzas productivas y las relaciones los problci:nas de la circulación del capital fijo asumen una forma exagerada y
sociales del capitalismo sigue siendo el meollo de todo esto. El ritmo del cambio muy especial.
tecnológico, que está relacionado él mismo principalmente con el afán de obte·
ner la plusvalfa relativa (véase el cap. IV), sigue siendo la principal palanca de la a) Capital fijo en gran escala y de gran durabilidad
acumulación y la fuerza principal que contribuye al desequilibrio. Sin l!mbargo,
ahora vemos que la manera misma en que ~stán constituidas muchas de las fuer· El tiempo de rotación del capital fijo es una funci6n de su "durabilidad rela-
zas de la producción - a través de la producción de mercancías y de plusvalía- tiva", y el "grado de duración de su materia es, por tanto, condición previa para
engendra una forma de circulación dd valor que se contradi.:e con el cambio que pueda de~empeñar _la función de medios de trabajo y también, por tanto,
tecnológico ulterior. El cambio tecnológico se retrasa (privando asf al capital de la b~se material del r~g1men d~ ~irculaci6n que lo convierte en capital fijo" (El
su principal palanca de acumulación) o bien sigue presionando con el inevitable cajrl~al, II, p. 1~6). -a durabilidad depende de las propiedades flsicas, y las
resultado de la devaluación del capital fijo. Sin embargo, toda la manifestación cualidades matenales de los valores de uso tienen un efecto importante sobre el
material y el ritmo temporal de la formación de la crisis se modifica fundamen· tiempo de rotación, pero ~arx también insiste en que "la mayor durabilidad del
talmente. En una situación de este tipo, la teorla "first-cut" de las crisis de Marx capital fijo no se d~be concebir com~ una cualidad puramente ffsica" (El capi-
(véase el cap. VII) evidentemente no sirve. Queda por verse cómo se debe ajustar tal, 11, p. 196). Se .mcorporan ~atenales .durables a los artkulos de capital fijo
esa teoria para que come en cuenta la formación y uso del capital fijo. porque el hacerlo uene sus ventajas; por ejemplo, "cuan:o con mayor frecuencia
hay que reemplazarlo [el medio de producción], más costosa e inútil resulta la
parte del capital invertido" (Grundrlsse, 11, p. 119). Por otro lado, cuanto má.;
3. ALGUNAS FORMAS ESPECIALES DE LA CIRCULACIÓN dure el capital fijo más probable es que quede expuesto a la devaluaci6n provo-
DEL CAPITAL FIJO cada por el cambio tecnológico.
. Esto quiere decir que la durabilidad del capital fijo varia de acuerdo con las
Al asirnos al ejemplo de la maquinaria, hemos podido simplificar el concepto c1rcunstan~ias económ!~as y .las posibilidades materiales y tecnológicas. Ya he-
del capital fijo. Pero el capital fijo también incluye artfculos tan diver:,os como ~os men~1onado que .tos diferentes elementos del capital fijo de un negocio
los barcos y los muelles, ferrocarriles y locomotoras, presas y puentes, abastecí· tienen diferentes penodos de rotación, dependiendo de sus diferentes
miento de agua y sistemas de drenaje, centrales de energía eléctrica, edificios de du~abilidades": y lo mismo se puede decir del capital en la sociedad en general. Ne-
fábricas, bodegas, etc. Un zapapico y un ferrocarril pueden ser clasificados los cesitamo·; considerar entonces los problemas especiales que surgen cuando, por la
dos como •:apita) fijo, pero su similitud cesa rápidamente de alli en adelante. Por razón que sea, se crea capital fijo de mayor durabilidad bajo las relaciones capi·
eso debemos separar el concepto de capital fijo y considerar algunas de las "pe· talistas de producción.
c~liaridades" especiales que surgen entonces. La ~antid~d de valor que ha sido puesto en circulaci6n monetaria y retirado
Hasta aquí hemos excluido también cualquier consideración detallada de có· di! la ·c1rculac1ón de mercancfas al principio también varia mucho dependiendo de
mo afectan a los asuntos las intervenciones del sistema de crédito, aunque la la naturaleza del capital fijo formado. Los muelles y puertos requieren mucho
cue1;tión ha quedado latente en el fondo del análisis. A primer.a vista el crédito más que simples implementos agrkolais. También sucede que algunos artkulos
ciertamente aparece como un medio apropiado dt' superar las contradicciones de capital fijo se pueden producir en forma incremental -se pueden 1mpliar
entre el capital fijo y el circulan1·e. Sin embargo, Marx sigue fiel a sus ideas e in· poco.a poco, como una línea de ferrocarril- mientras que otros tienen que ser
siste en que en la medida en que el crédito logra realizar esa función, absorbe terminados totalmente antes de qu~ se puedan poner en uso, como por ejemplo
contradicciones dentro de su propia esfera. Las contradicciones se desplazan en una presa. En todos estos casos, el modo de ;;er fisico y material del capital fij.J
vez de ser eliminadas. Marx hace alusión a ese desplazamiento cuando califica afecta el grado de dificultad que se encuentra al formarlo. Existen, como si dijé·
"las difereutes clases de utilidades sobre el capital fijo y circulante" como la dife· ramos, barreras a la entrada de capital a ciertas clases de actividades· debido a la
r~ncia entre las anualidades, los intereses y las diferentes formas de renta por un escala del e~fuerzo inicial _que requ~eren. Estas barreras son en parte un reflejo
lado, y las ventas y las ganancias por el otro ( Grundrisse, 11, p 129). En la si· d•! la~. prop1eda~es matcn~les y fis1c~s del val o~ de· uso requerido, pero aquf,
guieme sección hablaremos más detalladamente de este tema. tamb1en, mterv1enen las c1rcunstanc1as económicas. La escala de inversión de
Pue~to yul' la c•sf<'ra clcl din<'ro, el crédito y el interés es extraordinariamente capital fijo depende en parte del afán de lograr economfas a escala en la producd6n,
,-

230 EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 251

economfas do~de se emplee el capital constante, y no es independiente del grado Los intercambios de mercancías materiales entre los departamentos estin
de concentración y centrafización del capital. todavía sujetos a alteraciones por su propia cuenta, y f"stas alteraciones se inten-
Como quiera que sea todo esto, la producción y circulación de capital fijo de sifican con la introducción de capital fijo en gran escala y de gran duración. Des-
gran escala y ~ran dur~bilidad plantea algunos problemas muy especificos que puéi; de todo, "cuanto menores sean losfrutos directos que rinda el capita.lfijo",
hay qu~ estu~1ar. Consideremos, entonces las dificultades que surgen en relación más grande debe ser la "pluspoblación y esta plusproducció:'l relativas; por tanto,
con l~ m.vers1ón y uso ~e artkulos como las modernas instalaciones para la pro- [tendrá que haber] más maquinaria activa para construir ferrocarriles, canales,
ducción mtegrada de hierro y acero, un complejo petroqufmico, una estación de conducciones el.e agua, telégrafos, etc." (G:·undri.sse, 11, p. 116). Esto significa
energía nuclear, o una gran presa. . q'.le se requiere una apropiación en masa (trabaj0 de esclavos, acumulación ori-
Para comenzar, el periodo de trabajo que se requiere para producir esos ginaria. etc.) o un exceso muy grande de acumulación para poder llevar a cabo p~o­
artfculos será muy largo, y representará una carga considerable para los produc- yectos de este tipo. Además, en la medida en que preven los "frutos futuros del
t.:>res. Marx argument~ que en "las fases aún incipientes de la sociedad capicalisra, trabajo'' por un periodo muy largo en el futuro, también aprisionan el capital ·en
las ~mpr~sas q~e requieren un largo periodo de trabajo, y por tanto una gran in- fo;mas que no siempre son deseables.
v~rnón e.e capital para mucho tiempo, sobre todo cuando las obras sólo pueden Si, en el curso del desarrollo capiti.lista, hubiera una progresión uniforme en
ejtcutarse en gran escala, no pueden llevarse a cabo, como ocurre, por ejemplo, todos los frentes de pequeña a gran escala y de inversión a corto plazo a inversión
mn los ~ª?~les, las carreteras, etc., más que al margen del capitafümo, a costa a largo plazo en capital fijo, entonces se~ía más fácil incorporar la teoría de la
de,1. mumc1p10 o del Estado" (El.capital, II, ~· 2~7). Sin embargo, en la era capi· formación y circulación del capital fijo a la teoría general de la acumulación.
ta11sta ~vanzada, la ,c~ncentra~1ón y centrahzac1ón de capital y la organización Aunque hay razones objetivas por las que "la magnitud y durabilidad del capital
de un sistema de creduo sofisucado permite que se lleven a cabo e;os proyectos fijo aplicado se desarrollan con el desarrollo del modo de producción capitalista"
sobre una base capitalista. (El capital. II, p. 165), también C'S cierto que "el desarrollo de la productividad.en
. Existen problem~s similares ocasionados por los desembolsos gigantescos de diferentes líneas de la industria avanza a velocidades sustancialmente diferentes y
~·~ero de los usuano~ que rcquie~en el caphal fijo, y debido también al largo con frecui·ncia incluso en direcciones opuestas", debido no sólo a las condiciones
tu.mpo qu~ toma -digamos, 30 anos o más- recuperar ese dinero por medio de naturales y sociales sino también a la "anarquía de la competencia y la peculiari·
la producción. Por tanto, los capitalistas individual~ pueden tratar, por necesidad dad del modo de producción burgués" (El capital, 11, p. 260). Existen, por
''de las condiciones especificas" de esos proyectos y pasarlos "a los hombros dcÍ ejemplo, varias formas de capital fijo, infraestructuras físicas como muelles y
~ais" (Grundrisse, 1, p. 584). Ciertamente, el capital fijo de esta escala y durabi- puercos, sistemas de rrnnsporce y cosas por el estilo, que son de una escala relati-
l~dad no puede ser producido o usado sin recurrir al sistema de crédito. Este último vamente grande y que necesitan ser producidos al principio de la historia deÍ de·
hbera a los ca pita 'istas individuales de la obligación de acumular enormes canti- sarrollo capitalista. Además, puesto que surgen tensiones entre et grado de
d2.des de capital-dinero en preparación a la compra del capital fijo y convierte el centrafüación y de descentralización del capital, entre las esferas del inLcrcam-
pa.go de ese capital fijo en un pago anual. Lo que realmente sucede -dado por bio y de la producción en el mercado. podemos esperar que estos factores tam-
s~ntad';? que no intervienen los ahorros personales de parte de otras clases de la so- bién intt'ractúen con las dec-isiones sobre el uso del capital fijo de cierta escala y
c•cdad - C'.; qu~ !os productores capitalistas que invierten en el presente piden prcs- durabilidad.. Las diferencias <'n la escala y durabilidad del capital fijo cstá11 des-
t~do a otros cap1tahstas que está~ ahorrando_ con miras a una inversión o reposi- tinadas, según parece, a ser un rasgo esencial del desarrollo poco uniforme del
ción futura. En esta forma el capital se manuene en uso totalmente a pesar de la capitalismo.
gran rotaci.ón de los articulos de capital fijo en gran escala.
El cr~d1to hace teóricamente posible balancear los intercambios rle dinero b) Capital fijo de tipo "independientemente"
entre los divers?s departamentos que producen mercancías-salario, capital fijo
constante o capital c1rcu~ante constante, aunque los intercambios de mt:rca·:icías
H<iy circunstancias en que el capital fijo "no se manifiesta romo mero instru·
no son modificados directamente en ninguna forma. No obstante, para que exis·
mento de producción dentro dei proceso de producción, [de que se trata], sino
ta ª.i:'1º~ía en los imer.cambios de dinero los ahorros agregados deben estar en
eqmhbno con las necesidades de inversión. E.uo nos lleva inmediatamente a pre- como forma independiente del capital, por ejemplo, en forma de ferrocarriles, ca·
gun.tar. cómo se podrfa establecer ese equilibrio bajo las relaciones sociales del nales, caminos o conducciones de agua, como capital incorporado al suelo, etc."
capuahsmo. Vemos que s..>lo se puede tratar este asunto en el contexto total de (Gnmdrisse, II, p. l 01 ). El capital fijo de tipo "independiente" se puede distin-
guir del capital fijo que está encerrado dentro del proceso de producción inmediato
un an~lisis del sistema de crédito. Si no prevalece esta condición de equilibrio y
por las funciones específicas que realiza en relación con la producción - actúa,
postenormente veremos por qué no sucede esto "excepto por accidente" (véase el
como dijo Marx, "como la precondición general de la producción" ~p. 144).
cap. IX), entonces el crédito puede terminar exacerbando el problema er. vez de
Para el capitalista ind;vidual la diferencia se puede expresar como aquella
resolverlo.
que existe entrC' la maquinaria y los edificios que la albergan. Sin embargo. en la

i'
1'
EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO
252

sociedad f•n general podemos observar muchas situaci~nes en que los c~pitalistas ~a­ cJ capital fijo es prestado en vez de vendido, entonces funciona como un equivalente
cen uso del capital fijo de tipo independiente de que disponen en co~un y. como m- del capital-dinero, puede circular como tal, siempre y cuando el v:ilor cristalizado
dividuos, sobre una base parcial, intennit~nte C'I. te~poral (Grundruse, ~l. P· 132): en él se recupere a través de su vida y siempre y cuando produzca intereses. Como el
l a relación peculiar que este tipo de capital fiJO tiene con la producc~ón i:stá re l interés es sólo una parte de la plusvalía, el capital fijo de tipo independiente cir-
l;cionada con una clase específica de proceso de circulación "la reahzac16_n d~ cula sin tratar de recuperar toda Ja plusvalía que ayuda a producir. E.sto deja libre
valor de la plusvalía que él contiene aparece en la for~a de una. anuahda ._ una plusvalía que se puede dividir competitivamente entre los capitalista:o: restantes
dond/el interés representa la plusvalía y la anualidad la u.uhdad suc1..-s1va del valm que luchan por igualar la tasa de ganancia. En pocas palabras, un crecimiento
adelantado (Grundrisse, II. p. 130). El capitalista, en realidad, compra el ~~lo.~ de en las formas independientes de capital en comparación con las formas encerradas
uso de esta clase de capital fijo sobre una base anual o_"libre par~ el serv1eio ; el libera plusvalia y puede así contrarrestar! por lo menos a corto plazo, la tasa decre-
edificio que alberga la producción es rentado por el ano, un camión eleva~or de ciente de ganancia como Marx la definió. Se supone que fue por esta razón que
carga se renta por una semana o un envase se renta para llevar la mercancrn a su Marx consideró importante analizar "la proporción en que el capital total de un
pais se divide en estas dos formas" (Grundris.se, II, p. 101). E.sto, a su vez, tiene
<l ...stino final. . · · d dd implicaciones para nuestra interpretación de la escala cambiante y la organh.ación
- Esto implica que la forma independiente de capital fiJO es yropte a e otra
persona que no es el productor capitalista. Aquí está la base racio~al para la form~ del capitalismo durante los últimos doscientos años (véase d cap. V).
el~ circulación que surge entonces. En efecto, los ~ueños del ca pita 1 se lo rentan a En segundo lugar, podemos examinar toda esta cuestión desde el punto de
k<'i usuarios en una forma fija en vez de monetaria:
vista del capitalista individual. Si aceptamos una de las definiciones de Marx de
la Lasa de ganancia como la proporción de plusvalia producida en relación con
Las mercancías prestadas como capital se presentan con su carácter de c_apita~ fijo o el capilal empleado, cmonces un aumento en el uso del capital fijo dentro del
capital circulante. El dinero puede prestarse en ambas fonnas, como capital ÍI}º· por proceso de producción aumenta el capital empleado en relación con e1 capital
· m lo cuando se reintegra en fonna de renta vitalicia, en cuyo caso refluye siempre real consumido en un periodo de producción. El uso de formas independientes
~~: l~s ¡'mereses una parte del capilal. Hay ciertas mercandas que, por la naturalet.a de capital fijo no tiene el mismo efecto porque el capital total empleado incluye
de sú :alor de uso. sólo pueden prestarse como capital fijo, como.ocurre con las casas, ahora sólo rl pago que hace el capitalista por usar el capital fijo durante ese pe-
lo!! bu ucs las m~quinas, etc. Pero todo capital prestado, cualquiera que sea su fomla riodo de tiempo. Al sustituir las formas cerradas de capital fijo por formas in-
· 1 m~do ~orno su devokción pueda resultar modificada por e~ carácter de su valor de dependientes se reduce el capital total empleado por los capitdistas individuales
~:o es siempre u·la forma especial del capital-dinero. (El.cap1tal, 111. p. 331.) aunque el capital total cvnsumido puede e5tar aumentando. La tasa de ganancia
para el capitalista individual se puede elevar por medio de esta estratagema. Un
De aquí se deduce que no podemos ir muy lejos en la cxplic~ción ?e esta fo"!'a ...:ambio hacia el capital fijo de cipo independiente ayuda a frenar la tendencia
Je circulación del capital fijo sin un examen cuidaC:oso del cap1tal~dmero y del m· hacia una tasa decreciente dr ganancia. En este contexto es importante reco·
terfs. Fue por esta razón que Marx l'xcluyó un examen más ampho clcl pmblem~ nacer que hasta cierto punto la relación entre las formas independientes y ence-
,~ 11 los pasajes que trataban sobre el capital fijo y.se ocupó exclus1va~entl' del c~p1· rrada de capital fijo es una relación fluida; un industrial puede rentar edificios y
~al fijo encerrado dcnlro del proceso de producció.n. ~o obst~nte, !'uz~ algunos~º; ;naquinaria, o comprarlos directamente. Además, cuando los tiempos son
mentarios provocativos que merecen alguna explicación: OlJ~· ror ejemplo, q difíciles podemos prever un aumento en la renta de equipos, como el que presen·
1,-1s em res<a.s en gran escala que hacen mucho uso del c?p1t~l f1JO ~como Jos ~errc.· ciamos en los últimos años en los países capitalistas adelantados.
·¡ P "sólo c;on posibles siempre y cuando que arrojen simples intereses, siendo Todo esto da por sentado que las formas de organización son capaces de pro·
carnes - - ld · '
t!<;ta una de las causas que comienen el descenso de la ta::.a genera e g~nanc1a, )ª porcionar capital fijo de tipo independiente, y que su circulación no tropieza
ue rstas empresas. en las que el capital constante guarda una proporctón ta_n des- con, dificultades peculiares ni encuentra barreras importantes que lo inhiban.
~edida con el capital variable, no entran necesariamente en la corh~ensactón ~e Es esencial un sistema de crédito que funcione activamente, y hay que crear formas '
la tasa general de ganancia" (El capital, lll, p. 416). Por tanto.' es posible prev~mr de organización como las compañías en comandita por acciones. Éstas son con-
l.is crisis transformando "en capital fijo una gran part~ del capital_ global {que] im- diciones necesarias. Además, el capital fijo que circula independientemente
pide que aclúe como agente de la producción directa" (Gru~dmsl, 11, P· 154). corre cierto riesgo al hacerlo. En cierto sentido los problemas de la realización
E.,c; bastante raro que los marxistas no hayan adoptado esta idea y expl~rado su~ del valor cristalizado (y el cálculo de la transferencia de valor, etc.) son más se-
implicaciones. Lamo teóricas como históricas. 9 Marx afirma dos cosa.i. Pnmero'. s1 rios aquí que en el raso del capital fijo encerrado dentro de la producción, el uso
'l La descripción de Boceara (1974) sobrC' la devaluación logra ver cs1c punto. pc~o h1cg~ o~vir· del capital fijo depende enteramente de las condiciones económicas generales y
túa su verdadera importancia ancxandola a una temía de la devaluación ~micmral ha.JO el capnal_1 s?~º es mucho más vulnerable a las devaluaciones repentinas debido a las declina-
niono olisrn e!..: Esiado: 1-e111 c el capimlo \'11. Magalinc (1975), al corrcgn C'orrectamcnlc la p~1~1 n ciones en su uso. Por otro lado, puesto que aquí estamos tratando con capital fijo
u·óríc~ rneral dt• lloccara. S<' abSlicnc de cnncrder la \'cnlad parcial dd_ argumento de cs1e ult1~o
rrspectr~ a la circul.1ci6n dd c.1pital fijo a una tasa más baja dc rcmuneraciún qul' d proniedir social. a menudo es usado en común y que actúa como la precondición general para la
1
1

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J1
EL CAPITAL FIJO 235
El. CAPITAL FIJO
:~:q
Una mercancía es capital circulante para sus producros, sin importar cómo se
.. 1
lusvalia dentro de la firma no provoca· usa. Ul•saparcce de la circulación cuando es vendida al consumidor final y su va·
producción, la búsqu.eda compct1~1va ~e o~ P.co en el mismo grado. a rienos que los lor equivalente es devuelto al capitalista en forma de dinero. Si las mercandas
rá devaluaciones debidas a_l ca~?1º. tccn cn~iente estén en competencia unos con tienen una larga vida y siguen estando en uso, entonces forman una parte de la
c¡ue proporcionan el capttal f1JO mdep nto mucho más lejos sin una con- riquela social total de la sociedad, pero ~·a no funcionan como capital en movi-
. demos llevar este pu :i
(1tros · Senc1llamcntt>. ·r·
no po . da l.,. oferta y la ciernan a para miento. A este respecto, hay una diferencia crucial entre el uso continuado del
d • 0 está organiza ..
sideradón muy cspPc1 ica e co.m .. capital fijo (que mantiene el valor circulando c':lmo capital) y el uso continuado
los tipos independientes de capttal ÍlJOf ticular de capital están !ejos de de anículos del fondo de consumo.
Las opiniones de Marx sobre ~ta .ormtr:s::rien de su argumento que hemos Si a csw se redujera todo el asunto, entonces podríamos dejar a un lado des-
encontrarse bien desarrolladas. A emas. e. mo da respuestas. Empero, como preocupadamente la cuestión del fondo de consumo, pero cenemos que conside·
roporcionado suscita. ta nrns pieguntas
. . co l acº16n más profun d a h asta. que•
P · te diferir una eva u rar el asunto desde el punto de vista de los compradores. Estos últimos tienen
Marx debemos necesanamen . • del sistema de crédito en su 1ugar. que pagar el valor tot<J' equivalente a la mercancfa en determinado momento a
' na comprens1on . . e
tengamos por 1o menos u . . • ~r de gran imporlanc1a, pero qu fin de obcener una corriente de beneficios futuros. Pueden acumular dinero, o
. • abordar ideas que parecen se .
Aqu1 solo podemos ··b'l'd l de explorar en toda su plenllud. pedir prestado el propio artículo (en cuyo c:aso pagan renta) o el dinero para
aún no estamos en pcst t t ac comprarlo (en cuyo caso pagan interés). La renta y el interés son un acompaña-
miento acoslurnbrado del uso de muchos artículos del fondo de consumo. Es im-
4. EL FO~DO DE coNSU~lO portante entender el motivo.
Algunos artículos del fondo d"' consumo, como la vivienda, requieren un des-
del consumo un pape>! a lgo ·ana·1 º.::.ªºal cmholso inicial tan grande que están fuera del alcance Je los medios de compra
Ciertas mercancías realizan ~n el terreno d producción. Las mercancías no directa de la gente, con excepción de los muy ricos. Si la vivienda se ha de produ·
ue desempena - e l capita
. . 1 fiJO en. el proceso . e como i11strru111.•11to.~ d e consu~n o . cir como una mt'rrancfa. entonces se vuelve esencial rentarla o pedir dinero pres-
q 'd d' ente smo qu<.' sirven ·1· d . ·1na .
son consum1 as irectam. . 1 cuchillería y \os utens1 10-; e <~e tado. Si11 las intervenciones del casero, el sistema de crédito y el Estado, se le
Incluyen artículos tan chVl'rsos ~~>.~1~0 a lavadoras, casas, y diwrsos meJ1os de negaría acceso a) capital a una forma de producción extensa y básica. 11 La acu-
refrigeradores, ~paratos de te~e;•~~; ylos paseos. Todos esos artículos pue-den mulación de dinero para comprar artículos de consumo coscosos también altera
consumo colectivo como los p _q y b do de fondo de consumo. la circulación del capital porque retiene el dinero (que en otra forma se rodria
l baJO el enea eza l d ·las
·
agruparse convementemen ~
J'
'o ~l fondo de consumo se basa en e l~so e convenir en capital) y actúa como una barrera para que la circulación ne utili-
La distinción enue el capnal ÍlJ y . l L (culos se puc:dLn tran...,ferlf de una dades se transforme sin tropiezos en la realización de capital a ti avés del inter-
nercancias y no en su nat~raleza matenb~. dos aru~o (11éase \a p. 213 de este libro). nmbio. Cu;rndo el sistema de crédito llega al rescate, permite ahorrar a algunos
d de un cam 10 e su · 1
rategoría a otra por me IO \ Iteres se puede convertir, por eJcmp o, consumidores (a cambio de un interés) y a otros les permite pedir prestado y pa·
· · i·
El capital ÍÍJO crtsra izac lo en bm <'!-tªS
. Y ta , l
a artamenLOs y galenas e e arte. y vi ºce· gar tanto el interés como el principal a través de un extenso periodo de tiempo.
en artkulos de fondo de cons~mo co~;ul~áneamente como medios de p:-~duc­ Los intercambios entre los diversos deparcamentos pueden ast ser protegidos
versa. Algunos artículos funcionan si 6 ·'l . or ejemplo). Los usos conjuntos contra una acumulación excesiva de utilidades.
dón y de consumo (car;cteras y ~rntom \il es. P Sin rmbargo, el efecto inmediato es integrar el uso de gran parte del tondo de
son siempre posi'Jles. . e ser pmducidos como mercancías. consumo a la circulación del capital que produce intereses. El dinero se presta con·
· . d nsumo no uenen qu . .
Los instrumentos eco . . .. nda en su propto uempo y con tra las futuras utilidades de aquellos que usan el arcículo del fondo de consumo ..
l duc1r su propia v1v1e . b .
Los trabajadores puec en pro . i los productos de su prop10 tra aJO. El artículo actúa como una garantía para el préstamo, lo que significa que debe
· mb1ar entre s . ¡· ·•
conservar su carácter de mercancía como un valor de uso material que poten-
sus pi opios esfuerzos, e interca 1 . eros años de la ,núust ria izacmn
· omunes en os pnm lT cialmente se puede poner en el mercado. Si el deudor no cumple con sus pagos,
Los sistemas de este upo. e ... r 1" de \as mercancías de ercer
. l ll adn sector m1mma d 111 emonccs el 4ue presta debe estar en posibilidad de recuperar la mercancia y
rapitahta, persisten en e am . l de los países capitalisrns avanza os.
Mundo y en las economías no convenc;b1olna els rorma que coma la provisión del fon· ofrecNla en venra en el mercado. La formación de un mercado de segunda ma·
b · essens1 eaª'' • d
El valor lle la fuerza de tra a10 . .J do con las mercancias compra as en no de muchos artículos dd fondo de consumo (casas, automóviles, etc.) es un co-
• f'J'ada oe acuer l rolario necesario del financiamiento de Ja deuda correspondiente a su cnmpra.
do de consumo, porque esta i • • al interés en este momento es e pro·
el mercado. Empero. com~ nuestro pn~c1p ntado que el fondo ele consumo es El capi1al puede cirmlar y de hecho circula dentro del fondo de consumo y a
.• \ pnal daremos por se .
ceso de circulanon e e1 ca : , l· ducci6n c<1pitafüta de mercanc.as.
produtido únicanH'!llC' a tnwcs de .1 pro ..
11 FI s1•r1or 1h• la \'iVi(·mla ha ~i<lo objeto de muchas invf'llrigacíoncs hechas desde una perspectiva
1 ·t M ínfnrm:1l y l;i :1ru11111lat·iún dt• rapi1,il (pnm t· marxist<1 t·n .1110~ rt•t it·nwi.. l'ra.H' la !'IKucsla de Bassetl y Shon (l 980).
1
111 l'orll''- ( ElHO) rt'I."¡.,;¡ la hi~1l!u!{í<.1ÍÍ~ '" Ht' I' S<'C e
palnwmr en rc·l;tdi'>n l on Ain~·rira l.o.11111.1).

\:
EL CAPITAL FIJO EL CAPITAL FIJO 2S7
2S6

través de él. En la medida en que penetra el capital-dinero los instrumentos de tí~ulos vendibles que están dentro del fondo de consumo corren el riesgo de de-
consumo toman la forma de capital en mercancías almacenadas. Las reglas de
~n~ ~uente. ~ese quilibrio
1 c~édito tien:lae~:;a:~~
va uarse en el curso de una crisis, mientras que las deudas excesivas u
circulación del capital dentro del fondo de consumo se vuelven un aspecw im- df' ..Por otro lado, el sistema de
portante para la circulación del capital en general. El propio Marx pospone
formació~a~itt~
a e esumu ar a producción (por medio de la formadón de · · -
cualquier consideración detallada sobre esto, basándose en que "dependerá de como la realización en el intercambio (por medio de la fiJ;) ';;'
algunas otr3s determinaciones (rentar en vez de venta, intereses, etc.)" que aún cdonsumo). En capítulos futuros consideraremos las ramificaciones má:pr~~unºd e
tienen que ser exploradas (Grundrisse, 11, p. 119). La explicación es válida, pero e este asunto. a'5
puede ser útil establecer aquí varios puntos iniciales relacionados con el fondo 4 ) Vale la pena mencionar la distinc'ó "
dad" y "ardculos de lujo" dentro del fonid; ;;tcroen artícuLlos de primera necesi-
de consumo. o · sumo. a manera a menudo

1) Las vidas flsicas y económicas de los ardculos dentro del fondo de consumo ~~;p~~~~~nct~~
.. d l f
aq~a:
d
~e ~::~=~~~nc~:s~:~o~~oudteilidades tiene ra r:iificaciones
consumo para 1a reproduc

Ji
están fijadas por fuerzas diferentes a las que prevalecen en el caso del capital fi- ~~~;~u~sªd:ep:~~eeratrabaj~d· Hday que recordar que la reducción en el costo de lo~
y las rentas bajas o los. ~agos de interés baJ>s b~neficia~ at~:pi~~:~ p~rqb~:a~~s
1
jo. La competencia por la plusvalía relativa que revoluciona perpetuamente el necesi a es una fuente de plusvalia L · · d
i! capital fijo y lo devalúa periódicamente brilla por su ausencia denLro de la esfera
ll¡¡ del consumo. La competencia que existe está relacionada con las modas y
caprichos pasajeros, y con el 6.eseo de exhibir muestras de un alto nivel social.
economfa en estas111
cía" (El capital condiciones
99) L
de vid a [son.
·] un· m~t?~º de elevar la tasa de ganan- ª
Puesto que el "consumo racional" para la acumulación depende de que se sos- ª m~nu.do des~t~ co~i~~tes c.nc:n~~a1;:~~~c~~~~;t~i;~~~:f:s ~=::r~~s trabajadores
11 tenga cierta rotación de los usos e.el fondo de consumo, el capital tiene que movi- capitahstas-dmero, trabajadores-salario y capitalistas en general .; ~:t:ctores,
lizar las fuerzas de la moda y de las muestras de rango social. Como quiera que resultado frecuentemente la intervención del Estado. . a como
sea esto, la obsole~cencia económica de los ardculos dtl fondo de consumo no
1: ocurre en respuesta a las mismas presiones que dan forma al uso del capital fijo. Las
revoluciones en las fuerras p~·oductivas crean una obsolescencia económica sólo indi- 5. EL AMBIENTE CONSTRUIDO PARA LA PRODUCCIÓN
¡ rectamente, los artículos <le consumo más baratos y más eficientes hacen que no re- EL INTERCAMBIO Y EL CONSUMO '
sulte económico mantener los viejos; las revoluciones en el transporte y la reubi-
cación industrial hacen que salgan sobrando las viviendas en ciertas regiones; y Una . de los medios .de· trab ªJ.o, me
b . parre • 1uyen do en e1la las condiciones generales de tr _

0lada¡"~';;;,;:~:~::Jc;¡~~lere ~,~'veces :n
asi suce&ivamente. La vida material física de los objetos tiene un papel más
localm.::;ne, al entrar como medio de trabajo
importante que desempeñar en el caso del fondo de consumo. Por lanto, la obso- localmente ... as veces, se pr uce de antemano bajo esta forma vincu·
1! lescencia física integrada es tan importante para sostener los mercados como la los altos hornos ·1:~:~:~;se~~· ~-gr., co~ las mejoras d:? la tierra, los edificios fabriles,
l!
¡; obsolescencia económica. bajo se hallen v'inculados l~cal:n:~oecaardnheesn~detc ... El hec(hu de que los medios de tra·
2) El valor de cambio de los articulos de segunda mano dentro del fondo de . . os con sus ra ces a la tierra ·
ij consumo es dictado generalmente por el valor de artículos nuevos equivalentes. parte d~l capital fijo una función especial en la economía de las naciones' ;:i~~~j:~:
º? pue en ser enviados al extranjero ni circular como mercancías en el ~ercado m
dial. Los tlt~los de p~opiedad sobre este capital fijo pueden t.:ambiar de mano co~:
La potencialidad de venta de esos artículos depende de su enajenabilidad y de su
capacidad (en cualquier etapa de su vida fisica) para prod·1ci1 un flujo de futu-
ras utilidades a cambio de su uso. El precio del articulo es fijado entonces por las
utilidades que puede generar, capitalizado a la tasa de interés en ese momento :ii~~~. ~~~r:i:d~~~~~~:~ ª;~ !:~:di::~:.:~~~:.~~~~:;~ :·~:~;:i~es~~
I!r (véanse los caps. IX y XI).
cambiar la cam~¿o
de. las personas propietanas de este tipo de capital fijo no hace
proporc1 n existente entre la parte materialmente fija de la riq d
3) La compra de artículos del fondo de consumo por medio de hip\ltecas y de pals y su parte móvil (El capital, 11, pp. 144-145). ueza e un
¡: otras formas de crédito para el consumidor es sensible a la disponibilidad de di-
i nero. Por tanto, los impulsos cíclicos que se derivan de la tende~1cia hacia el ex-
l
ceso de acumulación son tan fue!tes en la formación del fondo d<~ consumo como vib~~~x ·i~siste en fue no debemos confundir el capitalfijo con el capital inamo-
en la inversión en capital fijo. Sin embargo, la capacidad para absorber capital- 1 03 arcos Y as locomotoras son capital fijo aunque se mueven mientras
1: dinero ocioso dentro del fondo de consumo está limitada por la circulación de que
u a gunos
· ·1 elementos
) s· del capital circulante •como la eneraía

hi'dr~au l'tea tienen
'· que
!l
j:
1
utilidades futuras. El exceso de deudas respecto al fondo de consu"ll<J puede ser
un problema tan serio como el exceso de inversión en capital fijo. El derecho a
d:::~:ñ5~ :1 ~a ~7,::"r~~,~~jo'~~~~;~.j~~~o~~i::~:~~~ ;·~~nl~~~0':~~;: 1~eql':
¡ las utilidades futuras derivadas del trabajo futuro puede sobrepasar (.On mucho las
j
l capacidades creadoras de valor de ese trabajo futuro. En ·:onsccuencia, los ar- 12 \' o •
exammo Clito más detalladamente en Harvey (1977).
l.

1:
~38 EL CAPITAL FIJO ELCAPITALFIJO
239

naciones en particular. Una porción del fondo de consumo (viviendas, parques, to de la tie_r;a)._ Tam~ién surgen problemas porque los diferentes elementos tienen
etc.) es también inamovible. una durac10n
• . f1S1ca
. diferente y se desgastan a diferente velocidad . La de prec1ac1
· '6 n
Esto nos lleva a la concepción de un ambiente construido que funciona como econ~1~1ca,_ pa_rt1cularm:~1e de elementos que funcionan como fuerzas producti·
un vasto si~tema de recursos creado por los seres humanos, que comprende valores vas pa1a el capH~I, t~1.nb1en desempeñan un papel. Por otro lado, como la utilidad
de uso cristalizados en el paisaj~ flsico, que se pueden utilizar para la producción, el de los ~lementos md1v1cluales dep.en~e en gran parte de la utilidad de los elementos
intercambio y el consumo. Desde el punto de vista de la producción, estos valores de ~.t.e .'~~ rodean, s~ pon711 en movnmento pautas complejas de depreciación y a re·
uso pueden considerarse como precondicionP.s generales de la producción y co· ~1a~1<!11 (con ram1f1cac1ones para las relaciones de valor) p~·ovocadas por Jos a~tos
mo fuerzas directas dentro de ella. Tenemos que ocuparnos, entonces, de "las mdiv'.dua!e~ de ren~vació~: r~po~:~ión o lransformación. Los efectos de "derrama"
mejoras implantadas en el sucio, las conducciones de aguas, los edificios; y. en ~e l~s dec1s1on~s de 1.'~vers1on md1v1duales están localizados en el espacio. De modo
gran parte itambiénJ la maquinaria, puesto que, para poder funcionar, necesita sim1J.ar .. la dcs11'vers1on en una parte del ambiente construido probablemente de-
ésta fijarse" físicamente [al suelo}; los ferrocarriles; en una palabra, toda forma preciara l?s valores de las propiedades que lo rodean.
[material] en que el producto de la industria tenga que unirse sólidamente a la . A.1 decir que hay producción de mercancías para el ambiente construido
~uperficie'' (Grundrisse, 11, p. 145). El ambiente construido para el consumo y el i~~hca que se pueden fnnnar mercados para la producción y venta de elementos in~
intercambio no es menos heterogéneo. d1v1duales que_ consecuentemente tienen un valor de uso, un valor de cambio y
El ambiente construido comprende multitud de elementos diverscs: fábricas. un valor. Aqu_i e~_com~amos algunos problemas ulteriores. La exclusividad del
presas, oficinas, tiendas, bodegas, carreteras, ferrocarriles, muelles, centrales de use Y la apr~p1ac1on ~nvada de v?lores de uso se puede establecer para algunos
fuerza motriz, sistemas para el abastecimiento de agua y para su eliminación elementos (casas. fábricas, etc.) mientras que los usos colectivos son posibles para
mediante el drenaje, escuelas, hospitales, parques, cines, restoranes, etc.; la lista otros elementos ~carr~te~as, banquetas, etc.). El ambiente construido en general
es interminable. Muchos elementos, como los templos, las casas, los sistemas de es en p~rte. ~n bien publ.1co Yen parte un bien privado, y los mercados de los ele·
drenaje, etc. ~on legados de actividades realizadas bajo relaciones de producción mentos md1v1~u~les reflejan las complejas interacciones entre las diferentes clases de
no capitalistas. En cualquier momento el ambiente construido aparece como un me~cados. ~s1m1smo, como los diversrn; elementos dentro del ambiente cons-
palimpsesto de paisajes diseñados de acuerdo con los dictados de los diferentes truido func1ona.n como valores d~ uso l0calizados, existe la posibilidad de que se
modos de producción en diferentes etapas de su desarrollo histórico. Sin embar· les ponga una euque.ta con el precio, incluso después de que su valor ha sido devuel-
go, bajo las relaciones sociales dd capitalismo, todos los elementos asumen la to total~eme. al capital. Se puede obtener una renta por su uso y capitalizarla, a la
forma de mercancías. tasa de •~teres que prevalece en ese momento, dentro de un precio del mercado
Considerados puramente como mercancías, los elementos del ambiente cons· sobre la uerra y sus accesorios. Hay dos clases de valor de cambie que existen en-
truido exhiben ciertas características peculiares. La inmovilidad en el espacio ton~~s una al lad~ _de la otra: la renta capitalizada sobre elementos antiguos y el
significa que una mercancia no puede moverse sin que se destruya el valor cristali-
zado en elJa. Los elementos del ambiente con:.;truido tienen la posición o ubicación
r.reuo:k producnon de l~s. nuevos. Se llega en forma muy diferente a los dos pre·
c.1os, pt ro quedan reconc1hados dentn.1 de una sola estructura de precios por el
espacial como un ~.tributo fundamental, en vez de incidental. Por tanto, tienen sistema del merc~do. Si yo puedo comprar una casa vieja por menos de lo que
que ser construidos J armados in situ en la tierra para que la tierra y la apro· me toma producir una. nueva con características casi idénticas, ¿por qué he de
piación de la renta de la tierra (véase el cap. Xl) lleguen~ sC"r significativos. Ade· molestarme en construir una nueva?
más, la utilidad de determinados elementos depende de su ubicación en relació11 La ~ormación de mercados de tierra y propiedades, tiene repercusiones suma-
con otros, las tiendas, casas, escuelas y fábricas deben estar razonablemente próxi· me~1te importantes sobre la circulación del capital por medio del ambientr cons·
mas entre sí. Toda la cuestión del orden espacial del ambiente con<:truido tiene que ~m~tl? en general. ~e puede. º.btener una tasa de utilidades sobre el c:ipital-dinero
ser considerado entonces; la decisión de dónde poner un elemento flt.l se puedf· <livor· mviru~rido en prop1~dadt-s v1e1as, así como en la producción de propiedades nuevas.
ciar de donde están los otros. El capnal-dm~ro ocioso se puede prestar con igual facilidad como propiedad que
Entonces, el ambiente construido tiene que ser considerado como una mcr· e~ forma de d11.1ero;_Puesto .que una pa.rte.del valor de uso de una propiedad de·
canda mixta, completa y geográficamente ordenada. La producción, orden, p~nde.de su ub1cac1or. relauva, los capuahstas en dinero pueden invertir incluso
mantenimiento, renovación y transformación de esa mercancía presenta graves en la tierra Yen la renca. ~utura que puede producir. Puesto que la renta es consi·
¡ conflictos. La producción de elementos individuales - como casas, fábricas, cien· d~rada co.mo. una porc1on de plusvalra que se apropian los caseros, el capital-
1 das, es1·uelas, carreteras. etc. - tiene que ser coordinada, tanto en el tiempo como clmcro St:> invierte ahora en la apropiación en vez de hacerlo en la prod '6
¡ Co · . · . ucc1 n .
en el espacio, de tal manera que permita que la mercancía mixta a.mma Ul"a con· . ~o prem~sa teon~a, esto parece l>astante irracional. Sin embargo, la aplicabi·
1
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figuración apropiada. Los mercados de tierra (véase el cap. XI} sirven para asignar hda~ material co.ns1ste en que todos los aspectos de la productión y el uso del
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1
11
la tierra a determinados usos, pero el capital financiero y el ~tado Lambién sirven ambie~tf' c_onstru1do caen d~ntro de la órbita de la circulación de capital. Si esto
como coflrdinadores (principalmente por medio del uso. regulación y planeamien· no fuer.1 as1, emonn-s el capnal no podrra establecerse a sí mismo Uunto con todas
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EL CAPITAL FIJO
EL CAPITAL FIJO
240

sus contradicciones) en el paisaje físico, en una forma que apoye en general a la producción capitalista. El proceso de acumulación tiene que verse ahora cómo
acumulación; no se podría influir sobre el ambiente construido que req.u1ere el algo que ~pera. d~nt~o de una e.str~ctura temporal y espacial definida de acuerd~
capital para la producción, el intercambio y el consumo, a fin de benefic1í:T a los con la lógica d1sunuva de} cap1tahsta. Como en los capftnlos XI y XII nos ocupa-
remos. del problema del tiempo y el espacio, me limitaré aqui a hacer algúnas
intereses del capital. u . . . reflexiones sobre la naturaleza temporal de la situación. · : ·; '·
El propio Marx :e daba perfecta cuenta de que todo esto tenia im~hcac1ones
Por c~modidad; me refer.iré a l_a totalidad de los procesos por los cuales circu-
más amplias. La concepción del capital circulando .ª.través del a~b1ente cons·
la el capital a traves del capital fiJO y a Ja formación y USO de) fondo de consumo
truido implica - escribió Marx - que la mera "condición tecnológica para el de·
como el circuito secundan'o del capital. Dentro de este circuito secli.ndario debemos
sarrollo del proceso (lugar en r¡ue el proceso de producción se efectúa)'' si! puede
dar un lugar d~~cierta prioridad a la formación y uso del capital fijo en relación
considerar como una "forma de capital fijo". La apropiación de "agentes natu·
rales como el agua, la tierra [ésta, sobre todo], las minas," etc." én principio no es con la producc1on de ~lusvaUa, pu~sto que esto define la escala de tiempo relati~
va dentro de .la cual circulan los diferentes elementos del capital constante. 'Sin
diferente a la apropiación de otros valores de uso materiales y de su transforma·
embargo, es interesante observar cómo el ritmo de la formación y uso del fondo
dón en capital fijo al ponerlos ell uso como tales (Grund:zsse, I~, p. 1.05~ .. Las
de consumo va entrando gradualmente dentro de una paut:i que se ajusta a gran-
mejoras de la tierra - sean para la agricultura o para la mdustna -: s1gn~f1can
des ~asgos a la del capital fijo. Próximamente mostraremos por qué sucede esto.
que la propia tierra "tendrá que acabar funcionando ... como .capital fijo. en
El proceso de circulación del capital fijo no establece una escala de tiempo
un proceso cie producción fijarlo por la propia loc~lid.id". (El capzta~, II, p. 187).
¿Cómo es posible entonces que discutamos la circulación de capital ~n el am· absoluta contra ~a r.ual se pu~da medir la a~um~lación. La investigación de
Marx de las propiedades matenales de la maquinana ocasionalmente se acercó a
biente construido sin dar debida consideración a las propiedades de tierras? Y
;.m ibui~ la circul~ción del cap.ita) fijo a la velocidad con que se deterioraban las
una vez que permitimos la entrada a las propiedades de tierras, ¿puede quedar
muy atrás la teoría de la renta? (Grundrisse, ll, p. 123.) No podemos comrolar sustancias matenales que recibfan "un uso y desgaste normal"; pero el uso y
desgaste normal no se puede definir sin una idea anterior de la intensidad· del
totalmente lo que está sucediendo sin entender plenamente las teoría~ ¿e la ~enta
us~, y el conce~to de la vida económica (no la flsica) altera rápidamente cual-
y del interés. Podemos ver ahora por qué argumenta Marx que l~ d1fer~ncia en
qu1c~ constr~cc16~ fácil de una métrica temporal. Esta última resulta ser ·ún
el tipo de utilidad sobre el capital fijo y el circulante es la d1fer~ncia entre
anualidad, interés, y las diversas formas de renta, por un lado, y por el.otro la reflejo d~ la mtens1dad general de la producción de plusvalfa dentro del proceso
de trabajo. Después de todo, el tiempo de trabajo necesario y excedente son ras~
venta directa para obtener una ganancia. As'i qu.ed~n claramente defim?as l~s
1areas que nos toca realizar en los tres capitulos s1gu1entes .. La renta y el mteres gos c.entral~s d~el ap~rato conceptual inicial de Marx. La lucha por la plusvalfa
como formas ele distribución tienen que estar plenamente integradas dentro de relativa esta as1 volviendo a dar forma perpetui\mente a la temP<>ralidad del tra-
bajo social y de la vida social.
la teoría del modo de producci<m capitalista.
Ap~rte de esto, Marx demuesta que 12 separación entre· el capital fijo y el drcu·
lante .imparte un ritmo cíclico -potencialmente explosivo- a los intercambios
~ntre l~s departamentos 1 ~ 2. En vista de flujo y reflujo en el volumen del ejército
6. EL CAPITAL FljO, EL FONDO DE CONSUMO Y LA
mdustnal de reserva, y los intervalos que se producen en la formación del capitál
fijo (~articularme~te e~ las obras en gran escala, que toman un .largo periodo de
ACUMULACIÓN DE CAPITAL

trabajo), parecen mev1tables las fuertes fluctuaciones ctclicas en el ritmo de la


Los capitalistas no pueden andar buscand? durante mucho tiempL los ben~ficios acumulación. Estas imparten a su vez impulsos dclicos a la formación del fondo
del cambio tecnológico sin for:nar capital fiJo. Pueden así crear un modo de c1rcula- de consu~o que pueden, bajo ciertas circunstancias, amplificar el desequilibrio
ci6n discintivo y bastante peculiar del capital que a su debido tiempo "se cristaliza" por medio del efecto multiplicador. .:! '
dentro de un "mo1lo de existencia separado del capital". Asimismo, es necesario
Tam~ién advertimos que el exceso de acumulación de capital trae consigo l'a
un fondo de consumo para la reproducción de la fuerza de trabajo, y por e~~ sur·
prod~~,ción de e~c~dentes de .fuerza de trabajo, mercancfas y capital-dinero,
gen formas especiales de circulación del capital para abarcar su producc1on en cond1C1ones propicias para esumular los flujos de capital circulante al circuito
forma de mercancía. SP.cundario del capital en general. Si se puede lograr el cambio al cirr.uito secundano
&ro tiene efectos dramáticos sobre el proceso de acumulación. Se introducen
de ~api~al -proces~ que bien puede abarcar una "crisis de cambio" ¿e algfi.n tipq!_
relaciones temporales especificas dentro de los modelos de acu~ulación, que .ini· el circuito ser.undano ap~rece como algo venido del cielo pan la absorción de capi-
cialmente son especificadas sin referirse a ninguna escala de uempo en i:arucu·
tal excedente que se. ha ido a~ui:riulando. Por otro la~o. la capaddad para absor·
lar (véase el cap. VI). La creación de un ambiente construido nos obliga a consi· her el exceso de capital está hmitada en dos formas distintivas. La realización del
derar los arreglos espaciales y de lugar como atributos especificas del modo de capital fijo depende. de que aumente el consumo productil'o, el cual.a la la~ga
genera aun más capital que ha de ser absorbido. La realización del capital en el
1' Para un análisis más detallado de este tema. véase Harvey ( 1978).
212 EL CAPITAL FIJO
EL CAPITAL FIJO
24'.i
fondo de consumo depende de Ja expansión de utilidades futuras para cubrir la
deuda de las compras actuales. En ambos casos acecha la amenaza de una <leva· ción del capital, en una mera barrera a 1 . .
el capital "encuentra barreras en ~ acumuJac16n ulcer10r. En esta forma,
luación si no se cumplen las condiciones correctas, pero en este punto adquiere
resolver esas contradicciones Se rsu pJrop1a nat,uraleza". Sólo hay dos formas de
capital importancia la interacción emre el capital fijo y Ja formación y t.so del · esue ven por a fuerz d ..
o se desplazan a un planu más alto • -a en e1 curso e una crasis,
fondo de consumo. Pueden surgir circunstancias en que el capital fijo ampliado
en la produLción se puede realizar a través de la expansión del capital que circu· dientes para la formación de crisis Jer:~s t~e:e~~ donde proporcionan los ingre-
do. Tomando esto en cuenta J p J erente y a menudo más profun.
la dentro del fondo Je con.sumo. Es evidente que ésta es una solución quimérica - . • nos vo vemos ahora al bl .
e 1 cred110 y las finanzas en relació • pro ema total del dmero,
;,) proble·na del exceso de acumulación (véa.se el cap. X), pero en Ja medida en . n con 1a acumulación de capital.
que los dos procesos se pueden alimentar y fomentar entre sí, retardan el dcsen·
lace inevitable.
La implicación es que la formación de las crisis toma un ricmo tempora 1 defi·
nido, en el primer caso, por los riempos de circulación relativa en los cliversos
componentes del capital fijo en relación con la producción de plusvalía. Sin em·
!'>argo, la diversidad de los tiempos de drculación potenciales es considerable. El
11istema parece encaminarse hacia la in(oherencia total, a menos que podamos
localizar una sola fuerza unificadora que ponga su sello a los proceso-; temporales
rn general. La idea central que surge del estudio de la formación del capitll fijo
es que la tasa de interés lleva a cabo esa función precisamente. Relaciona el pre·
>ente con el futuro, y define u11 horizonte de tiempo para el capital en general. Si
podemos descubrir qué es lo que regula la tasa de interés, habremos descifrado
el secreto del tiempo de rotación socialmente necesario; y ésa es la carea que rea-
lizaremos e.1 los dos capítulos siguientes.
Sin em~argo, aquí existe cierta ironía. La circulación del capital a trav(·s de
la forma material de capital fijo y del fondo de consumo se regula apelando al
capital en su forma monl'taria pura. Aquí están las semillas de uua contradic·
ción fundamental. Por un lado, el capital fijo aparece como la corona de gloria
del desarrollo <:apita lista pasado, la "potencia objetivada del saber", y un indicador
del grado en que "el saber social general se ha convert¡do enfuena productiva
directa" (Grundri.ssc, 11. p. 115). El capital fijo eleva a nuevas alturas el poder
productivo de los trabajadores, al mismo tiempo que asegura la dominación del
trabajo "muerto" pasado (capital cristalizado) sobre el trabajo vivo en el proceso
de trabajo. Desde el punto de vista de la producción de plusvalía, el capital fijo
aparece como "la forma más adecuada de capital".
Por otro lado. el capital fijo es "valor aprisionado dentro de un valor de uso
específico", relacionado con fonnas específicas de producción de mercancías bajo
condiciones tecnológicas específicas. Para que se realice su valor, debe controlar
el trabajo futuro como un contravalor. Por esta razón el capital fijo confina la
trayectoria del desarrollo capitafüta futuro, inhibe el cambio tecnol6gico ultc·
rior y coacciona al capital precisamente porque está "condenado a una existen·
cia dentro de los confin·~s de un valor de uso específico". El capital en general es
''indiferente a toda forma determinada del valor de uso y puedt., abandonando
la fom1a que sea. C'ncamar en cualquier otra". Desde este punto de vista, el capital
circulante (dinero) aparece como .. la forma más adecuada de capital'' porque se
adapta instantánt.ainenre a los requerimie.ntos del capital (Grundri.sse, 11, p. 108).
El capital fijo. que aparece desde el punto de vista de la producción como el
pináculo dd éxito del capital, se convierte, desde el punto de vista de la circula-
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS 245
1
ta. Rosdolsky y De Brunhoff vuelven a poner el análisis de Marx del dinero en.
una posi~i~n central dur~nte la década de los sesenta, pero los frutos recogidos.
por la b1bbografia marxista sobre el sistema de crédito siguen siendo notable-
mente escasos. 2
IX. DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS
A. ~ontinu~ción trataré de llenar las lagunas teóricas. El objetivo es integrar ~l:
anáhs1s del dmero y del crédito con la teorfa general de la acumulación. Esto nos
pon.e e? mejor posi~ión de entender cómo y por qué las "leyes de movimiento" del.
MAP.X no completó su an.álisis de los fenómenos monetarios y financieros. Pre· cap1tabsmo n~esanamente ~expresan a través de la circulación del ca?ital-dinero
sentó una teorta del dinero muy gener.il y ~umamente abstracta en el primer vo· que produ~e mtereses canalizado a través del sistema de crédito, que hasta cierto
lumen de El capital (resumiendo alli los análisis más extensos pero más tentatfvos punto les sirve de gufa. Entonces, no debe estar muy lejos de nuestro alcance un
que aparecen en los Grundrisse y en la Contribuci6n a la critica de la economía ";egu.ndo corte" a la teorfa de las crisis que integre los fenómenos monetarios y fi.
política). A;imismo, dejó en gran confusión sus notas sobre el funcionamiento nancu:r~s ~on la teorta general de la producción capitalista de mercancfas.
del sistema de crédito. Engels tuvo grandes dificultadfs para ordenarlas a fin de Es. d1fk1~. empero, diseñar un método d~ exposición que refleje los puntos
publicarlas i!n el tercer volumen de El capital. En el prólogo de esa •>bra Engels esenciales sm dar un aspecto falaz a las complejidades. Por tanto, he dividido Jos
se ·~uejó de que no "teniamos un proyecto terminado, ni siquiera un esquema cu· materi~les en d~s capitulas. En éste trato sobre los diversos aspectos del diner,o,
yo> rasgos generales pudieran irse completando, sino simplemente un conato de el crédito y las fmanzas desde un punto de vista más bien técnico. Comienzo con
elaboración del problema, que en más de una ocasión acaba en un montón des· una descripción más amplia del papel del dinero, tópico que abordamos breve-.
ordenado de notas, observaciones y materiales". Engels le fue fiel a Marx y ter- "?ente en. el capitu!o J. E.sto refleja Ja ~pinión. de Marx de que el dinero tiene que en-
minó produciendo la mayor parte del óesorden. Éste fue un "asunto sin tenniilar" t1:nderse mdepend1entemente de la c1rculac1ón del capital. La transformación del
de gran importancia en la teoría de Marx. ~mero en ~apual, pue~e verse ent~Pces como nuevas configu~aciones de los usos bá~·
Es dificil decir cuánta importancia le dio Marx a este asunto que quedó sin s1co~.del dmero. El clme.ro adquiere asi el potencial para circular como un capi·
terminar. Pensó que el análisis del dinero terna suficiente importancia como pa- tal·?mero que produce mtereses. Luego considero las funciones de e.;ta forma de
ra colocarlo antes de su investigación de la circulación del capital, pero tamb=én capital a fin de mostrar que es un aspecto socialmente necesario del modo de.
insistió en que el on"gen de las ganancias (en la plusvalfa) se podfa entender sin P.toducción capital~ta ..El ~apftulo te~~a con una breve descripción de los prin-
apelar a ninguna de las categorías <le la distribución. Por tanto, el análisis del cipales conductos e 1nsmuc1ones que fac1htan en forma concreta la circulación de
crédito, las finanzas y la circulación de capital que produce intereses se dejó has· capital que produce intereses.
ta después del análisis de los movimientos generales e incluso de la tasa de ga· . Las. piezas se ponen primero e? s~ lugar sin demasiada preocupación por la
nancia. Dudamos que pueda estar justificada esa tardfa introducción del papel ~mám~ca glo.bal •. el pleno flore~1~1ent~. de las contradicciones o la supuesta
d{"l crédito. Incluso cuando se hallaba en camino de hacer deducciones sobre la transt~rmac1ón mter~a del capitalismo que fomenta la aparición del sistema
tendencia decreciente de la tasa de ganancia, Marx indicó frecuentemente que de crédito. Estas cuest11Jnes más amplias y más emocionantes se analizarán en el
este o aquel problema no Sf' podía resolver sin considerar el papel dd crédito. capitulo x.
Cuando juntamos estas observaciones, el sistema de crédito aparece más y más .si hubiera un tema general que uniera los dos capftulos, serfa que el dinero
como una compleja parte central dentro del rompecabezas marxista ele las relacio· ex1Ste como la e~camaci~n del poder social general, independientemente de los pro·
nes internas. Empero, es una pane central que muestra dentro de la clase capitalista cesos de producción part1cuJares o las mercancías espedficas, y exterior a ellos.' El
las relaciones entre los requerimientos de los capitalistas individuales y los de su 1
Véanse Lenin (ed. 1970), Hilferding (ed. 1970).
clase, asf como entre las facciones del capital. El sistema de crédito es un produc- 2
Rosdolsky (1977) presta mucha atención al problema del dinero: y las obras de De BrunhofF
to de los propios esfuerzos del capital para resoJver las contradicciones internas (1971; 1976; 1978; 1979) son fundamentales. Mandel (1968, caps. 7 y 8) proporciona uno de les po·
del capitalismo. Lo c1ue Marx nos va a mostrar es la forma como la solución del cos texto.~ donde el dinero y el crédito están integrados dentro del análisis, y tambil:n ha tratado de·
capital termina aumentando las contradicciones en vez de disminuirlas. ~antener las c~estiones financieras en primer plano en sus obras posteriores. Oiras contribuciones
dignas de ~enc16n son las d~ Harris (1978; 1979) y Barrére ( 1977); este último trató de integrar una
Desgraciadamente, los marxistas han prestado poca atención a este aspecto t~r1a del ~mero Y de~ crl:c:hto en la teor1a general del capitalismo monopolista de Estado. Cutler,
de la teorfa. Este descuido es tanto más sorprendente si consideramos la impor· Hmdess, H~rst ! H~ssam (1978: vol. 2, pt. 1) tienen cosas muy interesantes que decir acerca del dine·
tanda que le han dado muchos, tomando el ejemplo de Lenin principalmente, a ro y de las msutuc1ones finan~aer~ en gener~l. pero malinterpretan totalmente la posición de Marx
la "forma financiera de capitalismo" como una etapa especffica en la historia del sob~e est?5 asuntos: La contnbuc16n de Amm (1974) es tambil:n digna de mención.
desarrollo capitalista. La obra de Hilferding (de la cual hizo uso Lenin directa· ~a tde~ del dmero como un poder social, del que se apropian los capitalistas y lo transformaron
en capatal·dmero, está en e! centro de la con~~pci6n marxista y la diferencia de los puntos de vista
mente) fue publicada en 1910 y ha seguido siendo, hasta muy recientemente, el burs.ueses, tod?S los cu~les ttend~~. en el anáhsas final, a reducirse a alguna versión de Ja teor1a de la
único intento importante rle tratar el tema del sistema de crédito en forma direc- canttdad de dmero (vea11.se Hams, 1979; De Brunhoff, 1979). Los textos burgueses que siguen Ja
244
246 DINERO, CRtOlTO Y FINANZAS DINERO. CRÉDITO Y FINANZAS 247

capital-dinero puede funcionar como el capital común de la clase capitalista, pt~· equivalente universal, el dinero funciona como una medida de valores y propor-
ro también es posible que los capitalistas individuales se lo apropien o lo amasen. dona un patrón de precios contra el cual se puede evaluar el valor de todas las
Esto hace que :o;e vuelva más aguda la contradicción entre la acción individual y los demás mercandas. Sin embargo, la realización de esos precios depenrle de un
requerimientos para la reproducción de la clase capitalista, pero Marx también proceso de imercambio y por tamo abarca valores de cambio. La intervención
insiste en que el dinC'ro expresa un poder social que depende fundamentalmente del intercambio convierte una relación necesaria entre las proporciones de valor
de la creación del valor real ¡:,or medio de la cristalización del trabajo social en en "una proporción de cambio entre una detenninada mercancía y la mer-
mercancfas materiales. La relación entre el dinero como la expresión genenl del cancía-dinero". Los predos del mercado se desvian de los valores como resul-
valor y las mercancías como la cristalización real del valor es lo que forma el eje tado. "Y ello no supone un defecto", insiste Marx, porque "las irregularidades
sobre d cual gira el análisis. ilegales" de la producción e intercambio de mercandas, las oscilaciones perpe-
tuas entre la oferta y la demanda, no pueden equilibrarse excepto permitiendo
que los precios fluctúen alrededor de los valores (El capital, 1, p. 63).
1. EL DINERO Y LAS MERCANCIAS El valor de uso de la mercanda-dinero es que facilita la circulación de las
mercandas y, por tanto, funciona como un medio de circulaci6n. El valor de la
Podemos recordar que una mercanda es una cosa material que personifica un mercancfa-dinero es fijado en este caso como un reflejo de los intercambios que
valor de uso y también un valor de cambio. Esté. dualidad es la fuente de la cual efü.. ayuda a producir, "no hay más que leer al revés las cotizaciones de un bo-
fluyen todas las contradicciones de la forma monetaria. Consideremos cómo se letin de precjos, y encontraremos la magnitud del valor del dinero representa-
expresa en el intercambio esta dualidad ciel valor de uso y el valor de cambio. La da en las más diversas mercancías" (El capital, 1, p. 57). Desde este punto de
forma relativa del valor surge porque el valor de cambio de una mercancfa no se vista, el dinero toma la form~ relativa de valor. El antagonismo entre las formas
puede medir en tf.rminos de sf misma, sino que se debe expresar siempre en tér· relati\la:; y las equivalentes de valor es preservado dentro de la forma monetaria
mino~ de otra [la idea de que 20 metros de lino = 20 metros de lino no nos dice porque la mercanda-dinero ahora personifica dos medidas de valor: el tiempo
nada, mientras que 20 metros de lino = un abrigo nos dice mucho). El inter- de trabajo socialmente necesario que personifica, y cJ tiempo de trabajo social-
cambio de do:; mercancias también presupone una relación de equivalencia mente necesario por el cual puede intercambiarse por lo general. Cl!:'ro está qúe
entre ellas, e indica la existencia de una forma equivalente de valor que Marx. en un mundo perfecto, las dos representaciones del valor coincidirian, pero las
atribuye al tiempo de trabajo socialmente necesario para crearlas o valor en sf "irregularidades ilegales'' de la producción e intercambio de mercancfas impi-
mismo. Esta forma equivalente de valor tiene que encontrar un representante den incluso que se alcance esa perfección. La divergencia entre las dos represen-
maLedal, "terrenal", para que se pueda generalizar el intercambio de los valores taciones regresa frecuentemente a perseguirnos en el análisb que sigue.
de uso. La proliferación del intercambio garantila que una mercanda se conver- Consideremos ahora la función del dinero como un medio de circulación. Su·
tirá en el equivalente universal, la encarnación socialmente reconocida del tra· pongamos, pc.r el momento, que el oro es la única mercancfa-dinero. La canti·
bajo humano en forma abstracta. A esta mercanda le llamamos mercancía· dad de oro requerida para hacer circular cierta cantidad de mercandas a sus
diner'l. Los valores relativos de todas las demás mercandas ~ pueden reprcsem:ar precios, es fijada por la masa de oro que está en circulación, multiplicada por la
entonces por medio de precios, que son las proporciones según las cuales se ínter· velocidad con que circula. La fórmula M V= PQ es idéntica a la que empleaban
cambian por co;ta mercancía-dinero. Sin embargo, podemos detectar inmediata· los teóricos de la cantidad como Ricardo. Marx también la usa, pero rechaza la
mente una contradicción que consiste en que el trabajo en forma abstracta está idea de que la cantidad de dinero determina el nivel de los precios; un postulado
siendo representado por una mercancía determinada, producida bajo 1:ondi- básico de los teóricos de la cantidad (El capital, I, pp. 123-124). 4 Los precios
ciones especificas de trabajo humano concreto. Esta contradicción siempre esta- son, al final de cuentas, fijados por valores (o por "los precios de producción",
rá con nosotros en lo que sigue, aunque, como ya veremm, generalmente toma véase eJ cap. 11 de este libro). Sin embargo, la velocidad de circulación de las
formas menos claras. mercandas y del dinero Ouctúa diariamente, y los precios y cantidades de mercan-
La mercancía-dinero, como cualquier otra rnercancfa, tiene un valor, un valor cias también se modifican según las circunstancias. Por tanto, la necesidad de
de uso y un valor de cambio. Su \'alor está fijado por el tiempo de trabajo socialmen- oro flw:túa, y los precios se pueden desviar mucho de los valores a me"los que se
te necesario pe:-sonificado en él (aunque a través del trabajo concreto). Como el pueda encontrar alguna forma de aumentar y disminuir la cantidad de oro en
circulación en un plazo relativamente corto. Marx argumenta que una reserva
tradición neoclásica (como el de Nieharu, 1978) modifican la premisa neúcl:isica tradicional en de aro -una acumulación- es necesaria para dar cabida a esas fluctuaciones
cuanto a la supuesta neutralidad dd dinero dentro de un sistema económico que está en íavor de un (El capital, 1, p. 91). La cantidad total de oro requerida es entonces igual al oro
anAlisis mli elaborado de los costos de transaccilm, la oferta y la demanda de saldos en efectivo, cte.
Esto permite que la cantidad y las formas del dinero tengan efectos reales sobre la acumulaci6n, la
drma11da, el crecimiento, el empico. d prorlucto, etc., pero la concepción del dinero como fuenti· de 4 De Brunhoff ( 1971: 1!>79) y Harris ( 1979) revisan la teorfa de la cantidad de dinero desde una
poder ~ocia) y la diícrcnciaciérn éntrc e.linero y capital·1lii1cro están totalmente ausenw11. pcnprl·tiva m;incista.
248 DINERO, CRtDITO Y FINANZAS DINERO, CRIDJTO Y FINANZAS 249
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que se necesita para que circulen las mercandas a sus valores má.s cualquier can- billete con una cantidad determinada de mercanda-dinero básica. Este tipo .. de
tidad que se necesite de reserva. papel moneda tiene la ventaja de que su calidad se puede ajustar má.s ficilmente
Como es natural, el oro debe producirse primero como una mercancfa. Se a cualquier aumento en la necesidad de dinero, que puede deberse, por ejemplo~.·ª
puede requerir oro adicional para reemplazar el que se pierde por el uso y des- un aumento del volumen del intercambio de mercancfas, al mismo tiempo ,que
gaste, o para facilicar una producción más amplia de mercancfas. Sin embargo, es mucho menos costoso producirlo y por tanto ayuda a que bajen los costos' de
la capacidad para surtir oro es gobernada por las condiciones concretas de la circulación. Sin embargo, esas economfas sólo son posibles si se penn~te que ,la
producción, y como cualquier mercanda monet'aria debe ser rara y de cualida- cantidad total de papel moneda sobrepase la cantidad de mercanda·diner9,en
des espedficas, encontramos que el abastecimiento de oro (o de cualquier otra la cual se puede convertir ese papel moneda. Bajo condiciones normalei. esta 1di-
mercancfa-dinero) no se ajusta instantáneamente. Asimismo, cuando el oro fun- ferencia no presenta problemas, pero en tiempos de crisis con frecuencia, se
ciona puramente como un medio de circulación, sus coseos de producción tienen tienen que suspender la convertibilidad. Esto pone de relieve una desv.entaj~ pe·
que ser considerados como parte de los costos necesarios, o faux Jrais, de la circu- culiar de codos los papeles moneda. Una vez que se ponen en circulación. 19s
ladón. Esto sucede porque el oro que fur.ciona como dinero (a diferencia del billetes, no es posibfo recogerlos de nuevo (por lo menos, no en la niisma forma
orn que tiene usos no monetarios) debe estar perpetuamente en circulación y no en que se pueden fundir las monedas de oro y usarse para otros propósitos), de
convertirse nunca en una parte del consumo individual o productivo. Como pro- cal manera que llega a ser imposible ajustar en forma descendente la oferta de pa·
veedores del "lubricante del intercambio" los productores de oro quitan recursos pel moneda para adaptar 1a a un volumen decreciente de circulación de mercan-
a los usos productivos. cías. La inflación resulta entonces una posibilidad muy real.
La labor de pesar y calibrar el oro es arriesgada y molesta. El oro, en común El papel moneda puro - "papel moneda emitido por el Estado con curso for·
con otros dineros metá.licos, es inflexible, costoso e incómodo cuando se usa co· zoso" (Critica de la economía política, p. 127)- corta completamente la cone-
mo una. mercancfa monetaria pura, aunque posee las cantidades necesarias para xión entre el dinero y el proceso de producción de cualquier mercanda-dinero .. El
funcionar como dinero (o quizá sea precisamente por esto). El inconveniente de abastecimiento de dinero queda asf liberado de cualquier restricción flsica a
pesarlo se pull!de reemplazar por la labor más simple de contarlo can pronto co- la produt:ción, y se pueden lograr mejor las ventajas de la flexibilidad de oferta y
mo la mercancfa·dinero se convierte en moneda: economía de circulación. Sin embargo, el poder del Estado llega a ser entonces
mucho más pertinente, porque el respaldo polftico y legal debe reemplazar el
Piezas de oro cuyo cuño y cuya figura indican que contienen las fracciones de peso de respaldo proporcionado por la mercancla-dinero a fin de que los usuarios de pa·
oro res¡.res1:ntadas por los nombres rle cálculo de la moneda libra esterlina, cheUn, pel moneda puro puedan tener confianza en su valor y estabilidad.
etc., son moncdJs. l.o mismo que la fijación del precio de las monedas, el trabajo téc· Desde' el punto de vista de un medio puro de circulación, el dinero puede to·
nico de la acuñación compete al Estado. Al igual que como moneda de cálculo, en mar igualmente bien cualquier número de formas. La capacidad para lubricar
cuamo moneda corriente el dinero adquiere un cardcler local y político, habla diferen· el intercambio es lo único que importa. La elección de la forma que toma el di-
tes lenguas y porta diferentes uniformes nacionales. La esfera en que el dinero drcula
nero depende entonces de la eficiencia relativa de cada forma para supc.rar los
como moneda es una esfera de circulación interior de las mercandas circunscritas por las
fronteras de la comunidad, lo que la distingue, por tanto, de la circulación general del
costos de transacción. De hecho, los costos de transacción se pueden eliminar .to·
mundo de las mernncias. (Contritud6n a la critica de la economía política) 4 talmente y reemplazarse por costos de contabilidad en la metlida en que, se
pueden registrar las transacciones en un libro mayor y balancearlas entre los
Sin embargo, con las monedas surge la posibilidad de una separación entre sus agentes económicos al final del dfa, mes, año, o lo que sea. Desde este punto de
valores reales y nominales. La degradación de la moneda puede conv.enirse en visea el dinero se puede eliminar excepto como "dinero contabilizado".
un problema, y al mismo tiempo la producci6n de monedas tiene que ser contro· Sin embargo, el dinero es algo má.s que un simple medio de circulación. De-
lada cuidadosamente. La legislación se vuelve imperativa, y el Estado gt!neral- jando a un lado su función como medida de valor -una función que la sociedad
mente toma la responsabilidad de la acuñación (aunque también es posible la capitalista y los economistas burgueses periódicamente tratan de descartar como
"acuñación libre" regulada por el gobierno, o sea la producción de monedas por inaplicable6 aunque no lo logran-, el dinero sigue poseyendo algunas propiedades
personas privadas). El Estado necesariamente adopta el papel de agente econó·
mico.r. Las monedas, a su vez, pueden ser reemplazadas por sfmbolos en forma 6
Niehans (1978, p. 140) comenta sobr(! la extendida tendencia a denunciar la mercanda·dinero
de fichas o de papel. El papel moneda convertible eulaza el valor aparente del come una "reliquia bárbara" proveniente de "etapas menos ilwtradas a la sociedad humana" pero
no está de acuerdo con esto, como veremos a continuación: "La mercanda·dinero es el Cmico tipo de
dinero del que se puede decir actualmente que ha pasado la prueba de Ja hisroria en las cconomlas de
mrrracln. C:nn t'Kc:c·pd{m tlr n1rtc15 intcrluclios de guerra, revolución y crisis financil'ras, las rcono·
• OFME, l, p. 305. mlas oc:ritlc111alc.-s han usado los sistemas de la ml'rcancla·dinero desde los albores de su historia casi
toma de nuevo t"I hilo de la relación entre el dinero y el fa1ado en fonna de·
!1 De Bn:.nhoff (1978) has1a rl prewntc. Dicho con má.'i prttisic'in. es sólo desde 1975 que se ha dicho que la ausencia de cual·
•allada. Vilar ( 1976) proporciona una interesante historia de las diversas formas de dinero. qui..:r law con el mundo <le las mercancías es una caracterfstica nonnal del sistema monetario. Pasarán
250 DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS
DINERO. CRÉDITO Y FINANZAS
251

"trascendentales" peculiares. El dinero representa, después de todo, el valor de (como los bancos) para ajustar la cantidad de dinero instantáneamente al volumen
cambio por excelencia, y por tanto se encuentra en la posición opuesta a todas de las transacciones de m~rcancfas; el dinero-crédito, a diferencia del oro se
las demás mercancías y sus valores de uso. El dinero asume un poder indepen·
puede a~pliar y contraer.ª ~ol~ntad. Por otro lado, los que otorgan el crédito:
diente y externo en relación al intercambio porque, como equivalente ~niversal, deb~n sujetarse a alguna d1sc1phna, y la calidad del dinero-crédito debe estar ga-·
es la encamación misma del poder social. Además, las personas pnvadas se rant1zada para que este pueda circular con seguridad.
pueden apropiar este poder social y pueden usarlo. Ahora tenemos que analizar En et.primer caso, el dinero-crédito está ligado a un conjunto determinado de
el significado de todo esto. . t~ansacc1ones de mercancía que llevan a cabo individuos paniculares. Si las transac-
El dinero permite que se separen las ventas de las compras en el espacio y en el cao~es de mercancfas no se llevan a cabo al precio previsto, o si Jos individuos
tiempo. Las restricciones del trueque se pueden superar porque un agente eco- qmebra~, entonces la "destrucción" del dinero-crédito toma un giro bastante
nómico puede vender una mercanda por dinero en un lugar y en un momento, y más ommoso; se "~evalúa"~ o .se "deprecia" directamente porque no se puede pa~:
usar el dinero para comprar una mercancfa de equivalente valor en otro lugar y garla deud~. El dmero-cred1to no se puede convertir en otras formas de dinero·
en un momento subsecuente. Asf se libra el intercambio de la tiranía de la Ley (~xcepto quizá, con un gran descuento por a1guien que esté dispuesto a correr el
de Say (véanse las pp. 91-94), pero para que esto suceda se req~iere q~e el p'?der nesgo de comprar lo que podría resultar una letra de cambio sin valor) La
social del dinero siga siendo el mismo en el tiempo y en el espacio. El dmero uene ~estrucción "nor;11al" del di~e.ro-crédito está expresada aquf como una ano~a­
que ser capaz de funcionar como una reserva de valor que inspire confianz~ a la h?ad caracterfstaca de las cr1s1s comerciales y monetarias. La "devaluación" del
gente; pero cuanto más dinero se use para acumular valor en vez de para c1rcu· dmero-crédito es un asunto privado que puede tener consecuencias socialés La ·
lar valores, mayores llegarán a ser los costos monetarios de la circulación. "devalu.a~i?n" del fapel moneda emitido por el F.stado (debida a cambios e ri Ja·
0

El uso del dinero como "dinero contabilizado" viene al rescate: y así el crédito cou~erub1hdad o simplemente al hecho de que se han impreso más billetes de lo
"se arraiga espontáneamente" dentro de los procesos de intercambio de m<!rcancfas d~b1d?)1 es ante todo un problema social (con claras consecuencias privadas y dis~
(El capital, l, p. 127). El dinero-crédito tiene su origen en l~s letras de cambi~ y
notas de crédito contratadas privadamente, las cuales adqmeren la forma social
~.nbuw as~: ~~ el c~pítulo X nos ocuparemos del tema de la "devaluación" y Ja
destrucc1on del dmero. Por el momento simplemtne mencionamos la posibili-
de dinero tan pronto como comienzan a circulcar como medios de pago. Este di· dad fo~al. de que ocurran esos procesos a través del uso de dinero-crédito de
nero tiene la doble ventaja de que se puede ajustar instantáneamente a las modi· cualquaer upo.
ficaciones en el volumen de la producción de mercancfas (los productores sim-
. Las in~ti~uciones monetarias tienen la obligación de relacionar los diversos
pl<'mente aumentan o disminuyen las letras de cambio que circulan entre ~í) al dmero·cred1to entre sf, así como con dinero "real" (como el oro o dinero de curso
mismo tiempo que permite hacer muchos ahorros en los costos de transacción y legal. respaldado por el _F.stado). Estas instituciones tienen su origen en los traficantes
circulación. La cantidad de mercancía-dinero requerida se reduce a la necesaria de dmero que, a cambio de un porcentaje de los costos de transacción disminuidos
para la circulación activa, más cualquier cantidad que se necesite para balan- q~e ellos comiguen, manejan los aspectos puramente técnicos de la circulación de
cear las cuentas y contar con un fondo de reserva para las contingencias. dmertJ. Cu~ndo se usa el dinero como medio de pago, los traficantes de dinero
En otros aspectos, el dinero-crédito tÍPne ciertas peculiaridades. Por lejos que pueder. registrar las transacciones y juntarlas para fundar los prototipos de los
pueda circular una letra de cambio contratada privadamente, siem~re debe b~n~os de liquid~ción (El capita~, 1, p. 95 ). Entonces ellos pueden usar su propio
regresar a rn lugar de origen para su reembolso. Las otras formas de dmero no dm<.:ro Y proporcrnna~ una func1~n .de descuento centralizada para las innume-
cir.culan en esta fo1ma Una moneda de oro puede pa;ar de mano en mano y se· rables letras de cambio que se ongman y circulan entre los productores indivi-
guir siempre en circulación sin regresar e~ ningún mome~to .ª.su hgar de ori- duales de mercancias. En determinado momento, los traficantes de dinero
gen. Esas formas de dinero son formas soc~ales desd~ el pr1.nc1p10 aunque. se les pueden encontr~r más con.veniente, eficiente y lucrativo sustituir con sus propias
haya dado un ~o privado. En contraste, el dmero-créd1to es dmero creado pnv~da­ letras de cambio las de mnumerables productores individuales. Fs entonces
mente que puede desempeñar un propósito social cuando se le pone en circularrón. cuando los t~aficantes de dinero se convierten en banqueros. La emisión de
Sin embargo, cuando se ha liquidado la deuda original el dinero-crédito desaparece letras ban~anas meramente formaliza el asunto porque estar letras no son otra .
de la circulación. Las actividades de los individuos privados están creando y de;;tru· co~a que giros. que de~e pagar el banco. Con la aparición de los bancos quedó en
yendo perpetuamente el dinero-crédito. Éste es un concepto de vital importan su lu~ar la P.nmera hilera de una d;sposición jerárquica dentro del sistema mo-
cia. Por un lado, explica la capacidad de los individuos e instituciones privada5 netarm: ~I d~n~ro ban.:ario reemplaza las letras de cambio emitidas por los pro-
ductores md1V1duales como medio de circulación.
E! banco se encarga entonces de desempeñar dos tareas b~sicas. Primero, pro-
varias dk:adas mis antes üe que podamos decir si el mundo occidental se ha embarcado finalmt>nte,
como se prodama a menudo, ~n una nueva erad~ dinero rao relaci.onado c~n..las mercand~s (Non·
co11modity) o !"Í el presente penodo res•dtará ser simplemente otro 1nterlud10. La perspectiva mar· porciona una casa central de liquidación para las letras de cambio, y asf permite
xista nos indica que de hecho estamos "simplemente en otro interludio". supuestamente caracterizado ~ue se hagan grandes .ahorros en 1~ c~tos de transacción y circulación. Segundo,
por las crisis financieras, la guerra y quizás incluso la revolución. cuando los bancos emiten sus propios billetes o permiten que se extiendan cheques
252 DINERO, CRf:DJTO Y FINANZAS
DINERO. CRIDITO Y FINANZAS 25S

que deben pagar ellos, sustituyen con su propia garantia la de innumerablf.s gravemence por la aparición de competidores en el Oeste medio y extremo~ La
capitalistas individuales. Cuando el sistema de intercambio es relativamente otra difi~ultad es que el inmenso poder de cualquier banco que puede realizar·
simple, el conocimiento personal y la confianza de los capitalistas individuales esa función está siempre sujeto a los caprichos y arbitrariedades de sus directores
puede garantizar la calidad de las deudas contrafdas, pero en un sistema mer· privados. 7 • . ,
cantil complejo esto no puede formar una base adecue.da para el sistema de eré· En cons<.:cuencia, la mayoría de los bancos centrales forman un grupo aparte
dito. El banco trata de institucionalizar lo que anteriormente era un asunto de de los demás bancos al ccntar con ciertos privilegios de monopolio. Libre de lá
confianza y credibilidad personal entre los capitalistas individuales. La mayoria necesidad de competir, el banco central se puede dedicar a su única tarea: de-
de la.s letras que provienen de capitalistas individuales se pueden convertir libre- fender la calidad del dinero nacional. A fin de realizar esta función, el banco
mente en dinero bancario, pero si el banco ha de mantener la calidad de su pro· central se vuelve el guardián de las reservas de oro del pafs. Esto le da el poder
pio dinero debe conservar el derecho a rechazar aquellas letras que coru;idere para sacar el dinero bancario "malo" al negarle la convertibilidad en dinero del
riesgosas o sin valor. El banco vigila la credibilidad de los capitalistas indivi· banco central, que es la única clase de dinero que se puede convertir libremente
duales y actúa como su intermediario. en oro. . .
Por otro lado, los bancos son también instituciones privadas que compiten Como guardián de la reserva de oro nacional, el banco central puede garanti-
entre sf. Deben también, como facilitadores del intercambio de mercancfas, entrar zar la calidad del dinero sólo dentro del territorio de la nación. El banco central
en relaciones mutuas, y hay que encontrar medios para equilibrar las cuentas se encarga entonces de equilibrar los pagos entre las nacio~es. Durante todo el
entre ellos. Cada banco puede mantener una reserva de oro para este propósito. tiempo en que el dinero del banco central se puede convertir en oro, este último
Bajo condiciones normales, la reserva de oro sólo necesita ser una pequeña pro- funciona como el equivalente universal en el intercambio mundial, pero una vez
porción del valor total de las mercandas en circulación, lo suficiente para balan- que los patses abandonan la convertibilidad dentro de sus propias fronteras, se
cear las cuentas entre los bancos. Sin embargo, cuando está en duda el valor de vuelve cada vez más dificil mantener intacto el patrón oro en una escala interna-
las mercancfas en el mercado, la necesidad de una reserva adecuada de cional (particularmente cuando el capital se vuelve multinacional). Si la únic~
mercancfa-dinero se vuelve más apremiante o de lo contrario, el banco puede forma de equilibrar las cuentas entre las naciones es por medio de !as diferentes
quebrar. Por otro lado, resulta molesto, arriesgado y poco eficiente tener que monedas nacionales, entonces éstas tienen que poderse co::wertir libremente
enviar oro de acá para allá y almacenarlo. Fue necesario encontrar alguna otra entr~ sf a algú~ tipo de ~ambio d~terminado. Entonces surge el problema de ga-
forma de hacer que los d:versos dineros del banco se pudieran convertir libre- rantizar la cahdad del dinero nacional en el mercado mundial. Ciertos patsessu-
mente los unos en los otros. mamente poderosos -como Inglaterra en el siglo XIX y Estados. Unidos entre
Un banco central de algún tipo puede resolver este problema. Proporciona el 1945 y 1971- pueden desempeñar el papel de "banqueros mundiale~". Cuando
medio para que los bancos equilibren las cuentas entres[ sin tener que mandar el la mayorfa <le las reservas de oro del mundo estaban encerradas en Fort Knox y
oro de un lado a otro. Para hacer esto, el banco central debe poseer dinero de alta Escados Unidos tenia una posición dominante en términos de la balanza de pagos y
calidad que pueda garantizar la seguridad de las transacciones entre los bancos. del comercio mundial, pudo prevalecer el patrón dólar fijado bajo el Acuerdo de
El dinero de los bancos individuales se puede convertir libremente en dinero del Breuon Woods de 194 1 y el dólar se convirtió de hecho en el equivalente univer~
1

banco central sólo cuando el banco central está satisfecho de la calidad y seguri· sal. Sin embargo, el deterioro de la balanza de pagos y la competencia cada ve:Z
dad del dinero del banco individual. El banco central es el escalón siguiente en más fiera de Alemania Occidental y de Japón hizo a Estados Unidos en el.es·
la jerarquta de las instituciones monetarias. Desde estas alturas el banco central cenario internacional lo que los bancos del Oeste le hicieron a J. P. Morgan. La
traca de garantizar la credibilidad y calidad del dinero de los bancos privados. devaluación subsecuente del dólar en 1971 señaló el derrumbe del Acuerdo de
Existen \'arios arreglos institucio"1ales que pueden satisfacer la necesidad de Bretton Woods, y comenzó entonces la búsqueda de un nuevo orden monetario
un banco central. Un solo banco muy pod'!roso o un consorcio de bancos puede intem~cional. Se ha inventado una serie de paliativos momentáneos y se han
desempeñar ese papel. Por ejemplo, antes del derrumbe de 1907, J. P. Morgan hecho mtentos por establecer algún tipo de papel moneda supranacional de calidad
junto con algunos otros banqueros de Nueva York, desempeñó esta función en s Jperior como los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional
1

Estados Unidcs. Esta solución, empero, presenta una doble dificultad. En la ("papel oro"). Pero como señala De Brunhoff (1976, pp. 48-58). estos intentos
medida en que los bancos están en competencia entre sr. "el dinero malo saca al están fundados en la falaz premisa de que una forma.de dinero-crédito puede
bueno" y esto socava la calidad del dinero que se supone han de proteger los baucos. funcionar como la medida fundamental del valor. Aun no se ha encontrado una
La capacidad de un giupo privado para desempeñar el papel de garantizador de- fom1a de garantizar la calidad del dinero nacional, excepto ligándolo a la pro·
pende de su poder sobre los demás bancos del sistema. Sólo los más poderosos <lucción de alguna mercancfa especffica.
pueden darse el lujo de: garantizar la calidad del dinero nacional. No fue un acci·
Kolko ( 1?77) prop~rdona una interpr~taci6n muy atractiva del derrumbe de las garantfas pri·
7
d~nte que el pánico financiero de 1907 en Estados Unidos tomara ur. giro tan in-
vadas de la cahdad del dinero en E3tados Urudos y de la formación subsecuente del Sistema de Reser·
controlable, en parte porque el poder de J. P. Morgan estaba siendo desafiado va Federal respaldado por el ütado en el periodo 1907·191S.
2!H DmERO. CRtDITO Y FINANZAS DINERO. CRtDITO Y FINANZAS 255

La historia también nos pone sobre aviso de los dilemas de las políticas moneta· allf donde termina el de los 4descontadores' privados y, por tanto, en un momento
rias que son diseñadas y llevadas a cabo a través de las operaciones de los bancos er. que el poder de aquél se halla ya extraordinariamente limitado" (Grundrü.se I
centrales. Los países (como Inglaterra y Estados Unidos) que permiten que se p. 33 ). El r.ango de monopolio de u.n banco central dentro de un país ~10 le da ;o~
use su dinero como reserva monetaria para arreglar las cuentas internacionales, deres efecuvcs de control, por terrible que sea el poder de la autoridad moneta-
eslán plagados perpetuamente por un dilema de política: no saben si defender ria. En forma semejan~e, ~o~ banqueros privados ejercen control só.lo después de
los intereses del capital nacional o defender los intereses del capital en escala que los descontadores mdtv1duales ya no pueden ir más adelante para usar sus
mundial. Cuando determinada economía domina la producción de mercandas letras de cambio privadas. '·
del mundo y su comercio, los dilemas están relativamente mudos, pero se vuel· ~ajo esas.circunstancias, lo más que puede hacer cualquier autoridaci mon~­
ven más agudos a medida que el ambiente internacional se vuelve más competi· taria es dedicarse a la "represión financiera" negándose a descontar el dinero-
tivo. Sin embargo, el capitalismo mundial simplemente no puede funcionar sin créd1to que existe en los niveles más bajos de la jerarquía. 8 El Fondo Monetario
una reserva estable de moneda de algún tipo, y ésta es la dificultad que ha Internacional se puede poner a disciplinar a las naciones-Estado, los bancos
enfrentado el sistema monNario imernacional desde principios de la décé.da de .:entrales pueden disciplinarª. los bancos, y los bancos pueden disciplinar a los
1970. prodactores de mercancías. Sm embargo, los poderes ejercido:; son poderes de
Aunque hemos simplificado excesivamente las circunstancias históricas y cierta· n.eg~ción i;iás bien que de c~eaci6n. Marx concede de buen grado que u:1 abast~­
mente hemos resumido mucho sus complejidades, se puede establecer el carácter c1miemo tnJ.decuado de dmero, una estructura financiera inapropiada o; en
jerárquico de las instituciones monetarias como un corolario necesario de la exis· el presente contexto, polfticas monetarias estrictas, pueden funcionar coino
tencia del dinero-crédito. La necesidad de ese orden jerárquico se puede deducir barr~ras a la expansión de la producción de mercandas y, bajo ciertati circuris-
de la contradicción fundamental entre el dinero como medida de valor y el dinero ~.anc1as, r,ueden exac~rbar las crisis, como sucedi6 en 1847-1848 despué~ de la
como medio de circulación. Aunque el dinero-crédito parece estar perfectamente er~ónea Ley Banca!"1a de 18~ en Inglaterra (El caJ;ital, 111, ·p. 484). Empero,
bien adaptado para funcionar casi sin fricciones como un medio de circulación, su segun este .punto de vista, no e~iste un poder monetario sobre la tierra que pueda
capacidad para representar los valores de mercancias "reales" es objeto de per- por sf mismo generar mágicamente una expansión en la producci6ri de
petua suspicacia. La idea de alguna medida absoluta de valor puede parecer re· mercancías. E~ verd~de10 fmp~tu del sistema está en la acumulación· por me.4i,o
dundante en cualquier nivel particular de la jerarquía, pero el problema de ase- de la producción e mtercambio de mercancfas. Marx se opone violentamente,
gurar la c:ilidad del dinero sigue existiendo -y ¿qué es esta calidad sino una por tanto. a esa versión de la doctrina monetaria que supone que el abast~c1-
garantfa de que una cantidad nominal de dinero-crédito representa realmente miento de dinero tiene efectos creativos. 9 •

los valores reales de las mercancfas? . ~te análisis del di~er?~ bajo condiciones de .Producción ~imple de merc~ncf~.
Las instituciones de orden superior garantizan la calidad del dinero en un orden mdi.ca que la contradic~ion c.emral ent~e el dmero como una medida d.e valor y
más bajo de la jerarquía, como lo hacen los bancos con los capitaíistas indivi- el d.mero como un medio de mtercamb10 nunca se resuelve, si acaso se traslada
duales, el banco central con los bancos privados, y un "banquero mundial" de a mve.les más y más altos dentro de una jerarqufa de instituciones monetadas.
facto con los bancos centrales nacionales. Pero, ¿qué es lo que asegura la cali- Las ~1versas funcione~ derivativas del dinero -como reserva de valor y cc::>m.o
dad del dinero en la cúspide de estajerarquia? ¿El oro? ¿El papel oro? ¿El oro ne- ?1ed10 de pago •. por eje~plo- dan lugar a más confusiones. Empero. podemós
gro (petról~o)? ¿Los dólares? A este nivel, la idea del dinero como una medida t~terpretar mejor las diferentes formas que toma el dinero -la mercancfa-
necesaria de valor se niega a morir. Marx observa: "Es en el mercado mundial d1nero, las monedas, el papel moneda convertibles e inconvertibles diversos
donde el dinero funciona en toda su plenitud como la mercancfa, cuya forma dineros-crédito, etc. - como un resultado del afán de perfeccionar el ~ero comó
natural es al mismo tiempo forma directamente social de realización del trabajo un. "lubricante" del interc~mbio ~ue no ocasiona fricciones, n~ cuesta nada y se ajus~
humano en abstracto" (El capüal, 1, p. 99). El orden jerárquico de las institucio- te instantáneamente, al mismo tiempo que se preserva la ºcalidad" del c'inero come)
nes monetarias supera las contradicciones entre las formas equivalentes y relativas u?a medida de valor. El car~cter incieno y "sin leyes" de la producción e intercam-
de valor, entre el dinero como una medida de valor y un medio de circulación, en bio de mercancias lleva a diferentes agentes económicos a demandar diferentes
los niveles locales y nacionales, sólo para dejar sin resolver el antagonismo en la dases de dinero para propósitos definidos en coyunturas particuiares. En tiem:
arena internacional. pos de crisis, por ejemplo, los agentes económicos generalmente buscan formas
Hay que demostrar otro punto sobre esta estructura jerárquica de las institucio· seguras de dinero (como el oro). pero cuando la producción de mercancfat está
ncs monetarias. A primera vista parece como si los que se encuentran en la cúspide
d1! esta jerarquía - los banqueros centrales en particular- controlaran firme· 8
El término "represión financi~r~" es us~do por Mc~innon. (1975, cap. 7), y yo lo uso aqul no
mente la circulación de dinero y por tanto esluvieran en una posición magnifica porque esté de acuerdo con la defimc16n técnica de McKmnon sino porque describe gráficamente eJ
fenómeno que se está investigando.
para influir sobre la producción e intercambio de mercancfas. Marx rechaza 9
~e Brunhoff ( 1971) y Harris ( 1979) proporcionan buenas reseñas de la critica marxista del mo·
explícitamente este punto de vista. "El poder del Banco", argumenta, "comienza n~ta nsmu.
256 DINERO, CRfmrro y FINANZAS DINERO, CRf:1>rro y FINANZAS 257

en auge y proliferan las relaciones de intercambio, la demanda de dinero-crédito


está destinada a aumentar.
Armados con estas ideas generale., podemos ahora proseguir a considerar cómo
se pone en uso el dinero especffica~nente bajo el modo de producción capitalista. A Ymedida de valor (¿en qué otra fonn-a se puede confirmar el awnento de D - D '?).
continuación veremos que la contradicción básica entre el dinero como medida Entonces, las .funciones d~l dinero as~men "la importancia de funciones de capi-
de valor y el dinero como medio de circulación se vuelve aún más marcada bajo
ta 1 sólo por virtud de sus mterconex1ones con l:as otras etapas de [la circulación
el capitalismo, pero también que las funciones y formas del dinero se utilizan en del capital]" (Et capital, 11, pp. 77,81).
formas admirables y a menudo extremadamente sutiles. .. . La "d~~er~ncia perceptible" entr~ la circul?ci6n de dinero como capital y la
circulacron de dmero a través del mtercamb10 de mercancías está, en el prim<:r
caso, en las nuevas formas en que los capitales usan el dinero. La "tran;forma-
2. LA TRANSFORMACIÓN DEL DINERO EN CAPITAL c~ón del din.ero en .capital" _(El ~apita[, 1, segunda parte) también depende de las
c1rcunstanc1as sociales e h.1stóncas. El din.ero puede circular como capital sólo
Marx construye su teoría del dinero partiendo de una investigación de la produc- cuaudo la fuerza de trabajo, con la capacidad para producir más valor del que
ción e intercambio de mercancfas sin referirse en lo más mfnimo a la c1rculación ella misma tiene, está disponible como una mercanda:
del capital. Toma este camino porque una economfa de dinero es un rasgo co·
mún cie diferentes modos de producción y no sólo del capitalismo (El capital, 11,
pp. 104-108. Cometeríamos un serio error, argumenta Marx, si tratáramos de El poseedor del dinero y el poseedor de la fuerza de trabajo se enfrentan tan sólo como
entender el dinero estudiando la circulación del capital. Por. la misma razón, comprad?r y v:ndedor respectivamente ... [Pero] el comprador aparece de antema·
también nos equivocaríamos s: tratáramos de entender los complejos mundos de "º: al mismo uempo, como poseedor de )os medios de producción ... Por tanto.. ,
existe va. ~e da por supuesta la relación de clase entre capitalista y obrero asalariado ...
la circulación monetaria y de las operaciones financieras bajo el capitalismo simple- N~ es el _dinero el que e~gcnclra, por su naturaleza, esta. relación; es, por el contrario, la
mente sobre la hase de alguna teoría general del dinero (El capital, 11, p. 31). Debe· ex1stenc1a de esta rclac16n la que convierte la simple función del dinero en función de
mos eVitar a toda costa confundir el dinero con el capital, y reconocer que existe capital. (El capital, II, pp. 32·33.)
"entre la circulación de dinero como capital y su circulación como dinero ...
una diferencia perceptible" (El capital, I, p. 105). Ahora debemos considerar
más cuidado:;amente esta "diferencia perceptible". En c~nsecuencia: el trabaj_? asalariado forma un puente entre la esfera de la
Bajo condiciones de simple producción e intercambio de mercanclas organi· producción y la del mtercamb10, que de no ser por esto podrfan estar muy separa-
zada.1 bajo lfneas no capitalistas, encontramos que "el dinero hace circular las c~as. Por un la<l?, la compra y la venta de fuerza de trabajo es únicamente una
mercancfas" y que "las mercancfas hacen circular el dinero", es decir, "la circu- simple ~ransacc1ón de mercancfas que se vuelve especial por el hecho de que es
lación de mercancf as y la circulación de dinero se determinan entre sf" ~n reflejo en.el mercado de nna relación social de la producción. Por otro lado, una
(Grundrisse, 1 p. 99). El dinero circula básicamente en el orden inverso a la circu- simple relaci~n entre comprador y vendedor ºse convierte en una relación inma-
lación de mcrcancfa~. Surgen complicaciones cuando el dinero se usa como nente a la misma producción" (El capital, JI, p. 104). Las relaciones so=iales
medio de pago (el dinero fluye y el intercambio de mercancfas diverge en espacio de la. producción se expresan tanto dentro como Juera del proceso real de pro-
y en tiempo, asf como en cantidad) y cuando el dinero se mueve, por la :razón duc~16n. Es a tr~vés de~ puente propo~cionado por el trabajo asalariado que el
que sea, hacia adentro o hacia afuera de una cantidad atesorada. Tampoco es capital ~uede fluir contmuameme a través de las esferas de la producción y el in-
fácil integrar a los productores de dinero dentro de un sistema monetario de este tercambio (aparte de las alteraciones de las crisis, naturalmente). El dinero no se
tipo sin alterar su lógica que, por lo demás, es simple. podría convertir en capital si no existiera el trabajo asalariado.
Sin embargo, el asunto se ve muy diferente cuando consideramos la forma de Incluso entonces, la transformación del dinero en capital no es un asunto que
circulación capitalista, cuya expresión más simple es la siguiente: se lleva.ª ca~o sin problemas. Yo no puedo meterme en el bolsillo 10 dólares y
. convertirlos. 1nstantá?eamente e? capital. En cada lfnea de producción debo
ade~antar c1~rta c~nudad de capital-dinero a fin de comprar el edificio, maqui-
D - M(FT )· .. P ... M' - D'. nana, m_atenas pnmas y fuerza de trabajo que se necesitan paro. echar a andar la
MP' r.roducc1ón. de plusvalfa. Debo atesorar suficiente dinero para entrar en el nego-
cio (la canudad varfa de una linea df' producción a otra, como se puede ver oor
Marx insiste, empero, que cuando el dinero funciona como capital todavfa el contraste critre lps ferrocarriles y los talleres de la industria del vestido). Sin
"puede realizar sólo funciones monetarias" como medio de circulación (facilita embargo, la acumulación retira dinero de la circulación, y e•;to, si ocurre en
el intercambio gran escala. puede alLcrar la circulación de dinero y de mercancfas El sistemá
258 DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS 259
de crédito se convierte entonces en una necesidad. Así yo puedo convercir en ca· cuando los capitalistas corren a apoderarse de la mercanda-dinero básica (el
pital los diez dólares que tengo en el bolsillo al depositarlos en un banco donde se oro, por ejemplo) como la única representación legítima del valor, o bien son
pueden prestar inmediatamente como capital a cambio de un interés. impuestos como parte de una politica consciente de una poderosa autoridad mo-
La circulación del capital impone obligaciones y cargas adicionales al sistema netaria que opera como una extensión del Estado. Bajo estas últimas circunstan-
monetario, y sólo se les puede hacer frente por medio de la organización del sistema
cias, las politicas monetarias que sigue el Estado son cruciales para entender la di-
de crédito como la base de las operaciom!S financieras. En la sección 4 considerare-
námica de la acumulación capitalista. 10 Sin embargo, cualesquiera que sean las
mos más deta!ladamente las funciones del sistema de crédito, pero resulta útil deli- circunstancias, la tendencia hacia el exceso en el terreno de las finanzas es
near aquí algunas de las demandas que hace el capital. Por ejemplo, la preserva- controlada finalmente por un regreso a las verdades eternas de la base monetaria.
ción y expansión del valor requiere con~inuidad y una. coordinaci?n sir.. tropiezos A continuación trataremos de descifrar paso a paso las relaciones entre los fe·
cuando la base material de b producción se caracteriza por la d1scontmuidad y nómenos monetarios y financieros. Comenzamos con el interés y el capi~al a interés,
la discordancia. Los intercambios entre departamentos e industrias con diferen· como las categorías fundamentales que operan dentro del sistema de crédito.
tes periodos de trabajo, 1a circulación y los tiempos de rotaci~n s~ tienen que Luego procederemos a describir con sencillez las funciones y conductos del siste·
allanar en alguna forma, y también se tiene que lograr la coordmac16n entre los m<.. de crédito en relación con la circulación de capital. Procederemos en ambos
circ11itos de dinero, mercancias y producción del capital. La tasa de ganancia se casos como si el conflicto con la base monetaria no tuviera un papel importante
puede igualar sólo si el capital-dinero se puede mo~er rápidai:nente.de una e~fera que desempeñar. Esto nos pondrá entonces en posición de atacar los puntos má.i;
de producción a otra, mientras que la acumulación y la remvers1ón requieren amplios y más complejos que se refieren a los aspectos monetarios y financieros
graneles desembolsos periódicos que de lo cont~ario se habrfan atesorado. . de la formación de las crisis en el capitulo siguiente.
Por estas y otras razones, el sistema de crédito surge como una clara denva·
ción del modo de producción capitalista, y el capital que produce intereses viene
a desempeñar un papel muy especial en r~lación con la circu~ación del ~apital. 3. EL INTERÉS
No obstante, este elaborado mundo del crédito y las finanzas se enge neccsanamente
sobre una base monetaria definida por condiciones de simple producción e inter·
cambio de mercancias. Esto es asi porque el dinero sólo puede realizar funciones de El capical a interés o capital usurario, para emplear el término arcaico, figura con su
herm<tno gemelo, el capital comercial. entre las fom ·as antediluvianas c'el capital que
dinero, inc:uso cuando es puesto en circulación como capital u ofrecido como
preceden desde muy lejos al régimen de producción capicalista y con las que nos encon-
capital a préstamo. Como esta base monetaria está plagada de contradiccio~es, tramos en las más diversas formaciones económicas de la sociedad (El capital, 111, p.
el mundo de las finanzas se l .:vanta suhre cimientos tambaleantes. En la mc.dl(Ja 55!.i).
en <~ue las finanzas c¡¡pitalistas se liberan de las ataduras del sistema monetar.io,
adoptan dentro de si mismas con~radicciones y t?man. una postura anL~gómca Podemos establecer rápidamente las condiciones que permitieron que florecieran el
wspecto a su propia base monetana. Marx hace .hmcap1é en ~sle antagon~smo ...y préstamo de cli.,cro y la usura. Por medio de la proliferación de las relaciones de in-
en t!I capfr ulo X Lralan·mos de cntt·1ult·r cúmo 11nponc un giro moll<'Lario y 11· '''1t·amhio, ,.¡ dirH'ro "s(' ''staLl<'C(' <'Omo un pod<"r externo e independiente de los
nandero peculiar a la aparición de las crisis ~ajo el capitalismo. . . produ~tores". Asf adlJUÍcre un poder social del que pueden apropiarse las perso-
Sería útil delinear las bases de este antagonismo, aunque sólo sea para 111d1car na~ pnvadas. y pueden usarlo. La usura proviene del uso privado de este poder
a ·dónde se encamina el análisis. Por virtud de su control sobre los medios de pro- social en forma de préstamos de dinero. Este poder socavó .. la riqueza antigua y
ducción, los capitalistas también se pueden apropiar el poder social inherente en feudal, y la propiedad antigua y feudal", asf como las formas de organización
el dinero y ponerlo a trabajar como capital-dinero y asf producir plusvalia por pol!tica características de estas sociedades. Ayudó a romper el poder de los terra-
medio de la producción. La lógica de la circulación global de capital los obliga a tenientes feudales y a separar de sus medios de producción a los pequeños agriculto-
crear nuevo~ instrumentos financieros y un refinado sistema de crédito que em· res, artesanos y pequeños productores de los hurgos. Empero, aunque la ul\ura
puja· al dinero y al capital que produce intereses hasta un_ papel prominente ~n "actúa revolucionariamente", sus repercusiones son destructivas y negativas en
relación con la acumulación. No obstante, el poder coacuvo de la competencia vez de positivas y creativas. "No altera el régimen de producción, sino que se
.obliga a los capitalistas, como agentes económicos individuales, a abusar de ese adhiere í'. éJ para chupar su sustancia como un parásito, y lo arruina" (El capi~al,
sistema y asi socavan el poder social del propio dinero: la moneda se puede dete· 111, cap. XXXVI). Las prohibiciones y sanciones legales contra la usura surgieron
riorar, ocurre una inflación crónica, crisis monetarias, etc. El resultado del uso por estas razones ..
del dinero como un medio de circuladón a través del sistema de crédito, socava Como los usureros se apropian de toda la plusvalia producida, retienen la circu-
la utilidad del dinero como u~1a medida y una reserva de valor. Entonces se de- laciór, del capital. Esa barrera tiene que romperse:
ben tomar medidas para preservar la calidad del dinero. Se vuelven necesarios
los controles monetarios escrictos. Esos controles surgen en el curso de un..i crisis
1
º Véase_De Brunhoff ( 1976) para una explicación de las relaciones entre el Es1ado, las finanzas y
la acumulac16n.
260 DINERO, CRtDITO Y FINANZAS
DINERO, CRtrilTO Y FINANZAS 261
En el curso de su evolución, el capital industrial debe entonces subyugar [al capital
mercantil y del usurero J y transformarlos en knciones derivadas o especiales de sf mis· para establecer ~o necesario para la producción de plusvalfa. La actividad de
mo ... AJli donde la producción capitalista ... es el modo de producción dominante, el p~estar y de ped1~ p~estado establece una relación de clase entre estos dos tipos
capital a interés se ve dominado por el capital industrial, y el capital comercial es, St"n· d1fer~nte~ de cap1.tahstas. Marx expone esta relación en la siguiente forma. Los
cillamente, una forma del mismo capital industrial derivada del proceso de circulación. prop~etanos del dmero ~ratan de aumentar su capital prestando a interés, lo que
Pero ambas formas tienen que renunciar a su independencia y someterse al capital indus· 1mp~1ca una forma. de .circulación de la clase D·(D + i). Supongamos que se pres-
trial. Al capital a interés se le aplica la violencia (del Estado), mediante la reducción ta d1ner~ a un c~p1tahsta que se dedica a la producción, y que no tiene recursos
coactiva del tipo de interés, para impedir que siga dictando sus condiciones al capital monetarios propios. Entonces tenemos:
industrial. .. La verdadera manera de que se vale el capital industrial para someter
fal capital a interés J consiste en crear una forma propia y peculiar para él: el si.stema de
crédito . .. El sistema de crédito es su propia creación. (Teorías sobre la plusualla, 111, Propietario del dinero D
p. 416.) (M + zJ

F.l inter~s. como las demás categorías distribucionales de la renta y el capital


Capitalista productivo D - Me~~) .. .P .. M' (D + Ad)
mercantil, es considerado como una forma antigua de apropiación, y fue ava·
sallado por el capitalismo para adaptarlo a sus propios requerimientos específi· No obstante, los propietarios del dinero y los empleados del capital generalmente se
cos. Por tanto, la .. usura" y el "interés sobre el capital-dinero" tienen significados enfrentan unos a otros como individuos jurfdicos independientes. Es evidente
sociales totalmente düerentes en el léxico de Marx. La düerencia no se puede que los que presta~ no lo. harían si no obtuvieran algún tipo de recompensa. Los
atribuir a la forma del propio dinero, porque el dinero sólo puede realizar fun- pr?<1uctores no ped1ñan dinero prestado a menos que ellos también ganaran algo. y
ciones monetarias: as1,~ argumenta Marx, la plus~alía se divide entre los poseedores del capital e in-
teres y los empleados del c:ipztal que reciben las ganancias de la empresa. Puesto
Lo que distingue al capital a interés, en la medida en que éste constituye un elemento que a Marx aq~f, como en otras ocasiones, le preocupan los papeles más bien que
esencia! del régimen e? pitalista de producción, no es, en modo alguno, la naturaleza o las ~omJ~S part1c~lares en que son representados y puesto que los empleados del
el carácter de este mismo capital. Son, simplemente, las distintas condiciones er que capital siempre u~nen la opción de prestar cualGuier dinero que tengan a interés
funciona. (El capital, III, p. 561.) en vez de rem~erurlo, M~rx saca ~a conclusión de que "el que emplea el capital,
ª.unque tra~aJe ~on capnal propio, se desdobla en dos personajes distintos: el
Las circunstancias que Marx tiene en mente son exactamente aquellas q•.1e per- ~•mple prop1~tar10 del capital y el que lo emplea" (El capital, 111, p. !59). E;
miten la transformación del dinero en capital. En pocas palabras, el dinero debe con~epto .básico que surge ~monees es éste: er foterés es un "mero fruto" df. poseer
ser capaz de dominar el trabajo de otros; el trabajo asalariado ya debe existir, capnal-dmero como pr~piedadfuera de cualquier proceso rea! de producción,
creado por los procesos históricamente específicos de la acumulación originaria m1en.tr~s que la ganancia de la empresa es el "fruto exclusivo" del capital puesto
(en los que indudablemente intervino la práctica de la usura). El poder social del a traoa1ar dentro del proceso de producción. La circul<Jción del dinero como ca-
dinero puede ser usado entonces por sus poseedores para comprar fuerza de tra- pital se debe interpretar en esta forma:
bajo y medios de producción, el primer paso por el escarpado camino de la pro-
ducción y realización de la plusvalía. El antagonismo entre el capital y el trabajo
FT i {interés)
asalariado toma ahora una dimensión totalmente nueva. Por un lado, la con-
centración del poder social del dinero en manos de unos pocos es un prerrequisito D - M( MP). .. P ... M' - (D + Ad)
para la iniciación de la forma de circulación capitalista. Esto presupone que ya
g {ganancia de la empresa)
se ha logrado una clistribución apropiada de la riqueza de dinero que determina
la producción. Por otro lado, la concentración y centralización progresivas dr.I ~ capital a interés se puede definir entonces como cualquier dinero o equivalente de
poder del dinero en manos de los capitalistas, es el resultado de la producción de dmero que prestan los dueños del capital a cambio de la tasa de interés en curso.
phsvalfa. Esta concentración es una condición distributiva necesaria para el capita- AlJuf serla útil i~troducir varias observaciones y advertencias. Para comenzar,
lismo, bajo el cual se reproduce perpetuamente (El capital, III, pp. 341-342). los poseedores del dmero lo pueden prestar a otros agentes. económicos aparte c!e los
Todo >!Sto pone el dinero en una posición muy especial en relación con la circu- productores de plusvalfa: a comerciantes, terratenientes, gobiernos, diversos sec·
lación de capiLal y la producciim d<' plusvalía. El dinero cxisLe como una forma tares de la bu~guesía, e incluso a los trabajadores. El dinero se puede prestar para di-
de propiedad capitalista que se encuentra fuera de cualquier proceso de produc- versos prop6s1 Los q uc no tienen nada que ver directamente con la producción de
ción real, y es inde/n!1tdü•n/e de N. A<111í surge una distinción entre los capilalis- pJusvalfa. Puesto que a. los poseedores del dinero lo que les interesa principa!-
tas como dueños del dinero y comu empleados del capital, que usan ese dinero mcntc es a_umclllar su drncn. con intereses, se supone que les da igual a quien se
presta el dmcro y para qué propósitos siempre y cuando sea seguro que se Jos de-
262 DINERO, CRF:DITO Y FINANZAS DINERO. CRt.DITO Y FINANZAS 26!

vuelvan. Es10 crea algunas dificultades; Marx se da cuenta de ellas pero las hace de producción, etc. Próximamente volveremos a ver estos puntos. En segundo
a un lado por razones sumamente plausibles. Si, en el análisis final, todos los pa- lugar, hace parecer como si el dinero "creciera" automáticamente a través del
gos han de fialir directa o indirectamente de la plusvalía, entonces lo que hay que ti~mpo y hace que el propio tiempo parezca dinero. Marx pene mucho empeño
examinar es la relación crucial que existe entre el capital a interés y la produc-
ción de plusvaHa. Desgraciadamente, al circunscribir el análisis en esta forma iie
:1
e.n denu?ciar fetichismo de ese ccncepto mostrando muy concretamente que,
s1 el capual-dmero aumenta con los intereses a través de un periodo de tiempo
crean tantos problemas como los que se resuelven cuando tratamos de descubrir d.eterm1?ado, esto se, debe a que los cap~talistas productivos han logrado produ-
las fuerzas que determinan la tasa de interés. Posteriormente regresaremos a este cir suficiente p~usvaha dentro de ese periodo como para cubrir el pago de los in-
asunto. ten.:ses (Ef capital, lll, p ..334). Los capitalistas en dine10, en la medida en que
La virtud del enfoque de Marx es que nos hace ver la relación que existe encre puede~ dictar las tasas d~ mterés y las fechas de pago, controlan directamente la
dos formas de capital, asf como la relación eminentemente de clase entre los po· mten~1dad de la_ producción ?e ¡;>lusvalía. _Posteriormente regresaremos al poder
seedores del capital -capitalista-dinerarios- y los empleados del capital coactivo p0tenc1al de los capuahstas en dmero sobre los capitalistas industriales
-capitalistas industriales. "El interés es una relación entre Jos capitali:aas y no (t·éanst! las pp. 304-308 de este libro).
entre el capitalista y el obrero" (El capital, 111, p. 366). Marx rechaza la opinión El va~or de uso del dinero como mercancía es bastante claro, pero ¿qué p'>de-
burguesa de que la ganancia de la empresa es realmente un regreso a las habilidades mos dec1~ de su valor y de su valor de cambio? Aquf encontramos otra peculiari-
gerenciales del empr~sario como lrabajador. Él no niega que la coordinación y da1d. El dmero es .el representante del valor, y no puede ser más valioso que el valor
la dirección son actividades productivas, pero insiste en que la determinación de qt:e representa. Sm embargo, el valor de uso del dinero es que puede ser usado para
los salarios aquí finalmente se tiene que ajustar a los salarios en general debido a producir u.n valor mayor bajo la forma de plusval.a. Entonces llegamos a lo que
"ei desarrollo de una clase numerosa de gerentes industriales y comerciales" y el Marx considera como una expresión totalmente irracional: el valor del valor es
"desarrollo general que reduce el costo de producir fuerza de trabajo entrenada que produce mayor valor(¡). Puesto que "el precio no es otra cosa que el valor expre-
especialmente" (El capital. 111, p. 89). Aunque ésta es una opinión bastante sado ~n dinero", se puede decir igualmente que "el interés como precio del capital,
simplista de la determinación de los salarios para las llamadas "clases geren· cons.otuyc de por si una expresión absolutamente irracional" (El capüal, 111, p. 340).
dales'', no hay razones para negar que las ganancias de la empresa están muy El dmero como mercancía tiene un valor de us.o pero no un "valor" o "precio na·
por encima de lo que se paga como salarios de superintendencia, por mucho que tural". Esto también se deduce de que la transformación del dinero en capital no
la teorfa y la práctica burguesa puedan tratar de disfrazar esa ganancia como abarca un proceso de producción material y no abarca la cristalización del tra-
una forma de salario. Posteri•>rmente encontrz.remos la! circunstancias (en par· bajo.
tkular las formas de organización de las compañías en comandita por acciones) Este argumento es en cierta forma un trabalenguas, pero lleva directamente
en que el disfraz llega a ser aún más efectivo (véanse las pp. 282-284 de este libro). al rechazo de Marx de las teorías de una tasa de interés "natural'', una doctrina
Si el interés es una "relación entre dos capitalistas", entonces tenemos que en- qu~ estaba muy extendida en la economía polftica de ese tiempo. Igualmente
tender la naturaleza e implicaciones de esa relación. La existencia del dinero como rechaza, principalmente por implicación, cualquier "teoría de la productividad
capital fuera de la producción y las actividades de prestar y pedir prestado implican marginal". del "precio" del capital-dinero basándose en que esas teorías fetiC"hi-
que el dinero adquiere "un valor de uso adicional, el de servir como capital". Es- zan al capnal como "un faclor independiente de la produ(.ción" dotai:IC' de pode-
te valor de uso reside en su "facultad de crear y aumentar el valor", en la capa- res míslicos de auloexpresión (Teorías sobre la plusmlía, III, pp. 403-478).
cidad para "producir una ganancia común y corriente bajo condiciones nor- Entonces, ¿cómo se determina la tasa de interés? 11 A falta de cualquier otra
males". En pocas palabras, el dinero como capital se convierte en una explicación, Marx recurre a la oferca y la demanda. En todos los demás casos
mercanda, aunque de un tipo muy especial como su "propio modo peculiar de rechaza explicaci?~es de este lipo basándose ~n que, cuando la oferta y la de-
enajenación" (El capital, 111, pp. 326-343). El quid de la relación entre los capi· ma~da están equ1hbradas en el mercado, no sirven para explicar nada. L.i tasa
talistas industriales y los capitalistas en dinero está en las "peculiaridades" que de mterés aparentemente es una excepción a esta regla. La fijan las fuerzas del
surgen cuando el propio capital toma el carácter de una mercanda. mercado de oferta y de demanda de dinero como capital bajo condiciones de
Consideremos entonces la relación entre un capitalista en dinero que presta a ~ompetencia. Además, si "no existe ley alguna que regule la división fuera de la
un capitalista industrial. El capitalista en dinero se separa del valor de uso del 1m~uest~ por la competencia", entonces la tasa de interés se convierte en "algo
dinero sin recibir a cambio ningún equivalente, lo que constituye un tipo muy arbur?no y que escapa a toda ley", "la determinación es accidental, puramente
peculiar de transacción. Lo que espera el capitalista en dinero es que se le devuelva empírica, y sólo la pedantería o la fantasía tratarfan de representar este ar.ciden-
el capital-dinero original más los intereses al final de un pen'odo de tiempo determi- te como -una necesidad" (El capital, III, pp. 342, 354).
nado. En primer lugar, así se impone una dimensiún de tiempo específica a la
circulación del capital en general, lo cual abre toda clase de caminos pa·~a t:·acar 11
Harris (1976) tiene una imrodución útil a las fuerzas que fijan la tasa de interEs en el análisis
con los tiempos de rotación diferenciales, los tiempos de circulación, los periodos que Marx hace del fenómeno.
DINERO, CRtDITO Y FINANZAS DINERO. C!lIDITO Y FINANZAS 265
264

Podemos interpretar estos comentarios en dos formas. ~ Ma~x está diciendo 4. LA CIRCULACIÓN DEL CAPITAL Q.UE PRODUCE IN1ERF.SE.'\ Y
que la determinación de la ta~a de interés e~ tot~lme.nte arbitraria.' no obedece a LAS FUNCIONES DEL SISTEMA DE CRWITO
ninguna ley y no es susceptible a una inverngación cienti~ca ulte~ior excepto co·
mo un hecho empirico regular, o podemos pensar que quiere deci.r q~e la tas~ de La circulacióu de dinero como capital a interés presagia la fonnaci6n de una clase
inter~s no está regulada directamente por la ley del valor. Yo me mchno hacia la de capitalistas-dinerarios que controlan el poder social del dinero y ~ue se man-
segunda interpretación por dos mot:vos. En primer lugar, serta muy poco carac· tienen con los pagos de los intereses. La existencia real de dicha clase no se puede
terístico de Marx tomar la primera po.;ición, y no concordaría en lo absoluto con atribuir simplemente al deseo de los individuos de librarse de la molestia de produ-
sm luchas contra. las fuerzas que detenninan la tasa de interés. En segund.o lu- cir, aunque los capitalistas, cuando tienen la oportunidad, con frecuencia suelen ha-
gar, encontramos que Marx en varias ocasiones hizo declaracio~es que sugteren cer eso precisamente. La magnitud y el poder de cualquier clase de capitalistas en
que hay "leyes especiales" que determinan el interés y la ~a~an~ia d~ la empresa dinero y la circulación del dinero como capital a interés de hecho está restringida
(El capital, Ill, p. 359). Tambié~ indica que, au~que.el h~ite mfe~~or de la tasa dentro de lfmites bastante estrictos. "Si a una parte desproporcionadamente
de interés en principio puede bapr hasta cualqmer mvel, sie~pre se pres~n.tan grande :ie los capitalistas se les ocurriera convertir su capital en capital-dinero,
circunstancias que contrarrestan la baja y que lo elevan por encima de este mmimo ello traería como consecuencia una enonne depreciación del capital-dinero y
relativo" (p. 344). Cada vez que Marx invoca las "cirscu~stan~ias que cont_r~rr~s· una taja tremenda del tipo de interés; muchos ... se verfan obligados, por tan·
tan" generalmeme encontramos que las sigue no muy lejos la idea d.el eq~ihbno. to, a volver a convertirse en capitalistas industriales" (El capital, 111, p. 362).
Ese equilibrio es determinado "por l~ o~~rta y I~ d~manda de capual-dmero, ~ De hecho, puesto que los capitalistas en dinero absorben la plusvalfa en vez de
diferencia de las otras formas del capital_. Marx mdica luego firmemente .en que generarla, podemos preguntarnos por qué tolera el capitalismo a esos aparentes
dirección se encamina: "podríamos seguir preguntando: ¿cómo se determinan la parásitos. 1lay dos razones. La primera es quf' la circulación de capital confiere
oferta y la demanda de capital-dinero?" (p. 399). un pé1pcl muy especial al dinero como el equivalente general del valor, y este papel
Podemos sacar la conclusión de que no existe "una tasa natural de interés" re- inevitablemcnle proporciona una fuente potencial de sostén a una clase de
gulada, como supontan frecuentemente los economistas burgue~es de e~a época, capitalistas cu dinero puros. La ~egunda es que la circulación del capital a interés
por el valor del dinero o>mo una mercanda. El v~lor y el precio del dmero son lleva a cabo ciertas funciones vitales, y la acumulación de capital requiere por
expresiones totalmente ''irracionales". La tasa de interés es re~lada a través de tanto que los capitalistas en dinero logren sus propósitos y se afinnen activamen-
un proceso dr mercado en que la oferta y la demanda des~mpenan un papel da· rc como un pml,·r cxt<'fno a los procc~:os de produce :ón e independiente de ellos.
ve. Lo que tenemos que establecer ahora es cómo están cst.ructu r:H.las la ?fc•:ta Y A continuaci{m cxplkaremo<; cómo y por qué sucede esto.
la demanda de dinero como capital bajo el modo de producción capuahsta. La imagen general que surge finalmente es que la acumulación equilibrada
Desgraciadamente. Marx no nos proporciona ningún análisis coherente de este depende de que se logre un equilibrio específico de poder y asignación de funciones
proceso, por lo que tendremos que llenar algunas l~gu~as. Es evident~ que no entre los capitalistas en dinero que operanfuera y los capitalistas industriales que
podremos entender la demanda de dinero con:'º capital sm e~tender pn~ero los operan dentro del proceso real de producción. La tarea que tenemos ante nosotros
diversos usos que se le puec.e."l dar al capital-dmero y las funciones que uene que consiste en determinar en dónde está este punto de equilibrio, y explicar la for-
realhar bajo el capitalismo. Por la misma razón, no podemos entender la oferta ma en que las contradicciones internas del capitalismo inevitablemente lo violan
de dinero como capital sin tenn ur a idea general de las estructur~s y los ca~ales y luego lo restauran por medio de las crisi~.
inscimcionales de las operaciones financieras que reúnen y consolidan ~I dmero Como primer paso hacia esta meta, nos ocuparemos de las funciones del capital a
come capital para pre~tarlo. Necesitamos, en p_ocas palabras, anahz~r _co~ interés en relación con la acumulación. Esto nos ayudará a establecer la necesi-
cuidado las funciones y canales del sistema de crédito como el pr~ducto distmt~­ dad que existe de un capital a interés y del capitalista en dinero como un poder
vo del modo de producción capitalista, como el sistema. que ~ermite que el ~api­ independiente en relación con el capital industrial. Empero, al ocupamos de estos
tal a\'asalle a la usura y la convierta en formas de capital a mterés, .ipropiadas asuntos debemos recordar siempre que el dinero sólo puede realizar funciom~s
para sus propios propósitos inherentemente contradictorios. _ .. monetarias. La circulación del capital a interés está siempre ligada a e~a regla.
En las dos secciones siguientes nos ocuparemos de hacer ~n an~lisis detalla?o Esto implica que el sistema de crédito está construido como una elaboración de
del sistema de crédito. Lo haremos, en el primer caso, como s1 ese SIStema estuvie- las func~ones y formas del dinero que existen bajo la simple producción e inter-
ra libre de contradicciones y funcionara perfectamente en relación con la circula- cambio de mercancías. Estas funciones y formas se "amplfan, se generalizan y se
ción del capital. F.sto preparará el terreno para considerar las contradicciones en van modelando" bajo el capitalismo en formas que no eran posibles ni deseab!es
el capitulo subsecuente. bajo las formas de producción precapitalistas (El capital, 111, p. 381). Sin em-
bargo, este irse "modelando" tiene lugar en una forma·que "envuelve en el mis-
terio el --novimiento real" hasta el punto que los elementos básicos desaparecen
casi totalmente de vista (El capital, 11, p. 148). Tenemos entonces una tarea
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS 267
DINERO. CRtorro y FINANZAS
266

doble: describir la rl"lación entre el siste~.ª de crédito ,Y la acu;ula~~~~~ ~ =~:i~::~


pueden movilizar como capital-dinero. La consecuencia, empero, es que los ca-
pitalistas, rentistas, caseros, gobiernos, trabajadores, gerentes, etc., pierden su
tiempo observar estrictamente la relacmn entre el sistem.1 ~ cr i
identidad social y se convierten en ahorradores. Los fondos de reserva de todas
mo~~~:~~:;aremos las funciones del ~ist~ma de. crédito y la cir~ulación del ca pi~ clases se engloban indiscriminadamente dentro de "la forma homogénea, igual a
sí misma, del valor sustantivo, del dinero" (El capital, Ili, p. 353). Esto plantea
tal a interés bajo seis encabezados prmc1pales sm pr~st?r atenc.ión a la forma e.
algunos problemas conceptuales al mismo tiempo que proporciona más que un
que se fusionan estas funciones o expresan contradicciones.
indicio de confusiones y contradicciones potenciales.
Consideremos, por ejemplo, la posición de los trabajadores. Ellos general-
mente ahorran para comprar artículos duraderos, para hacer frente a las necesi-
a) La movilización del dinP.ro como capital dades de la ancianidad, para pagar los gastos extraordinarios (como t:nfennedades,
embarazos, entierros, etc.) y también pueden ahorrar cuando los tiempos son
El dinrro ue no circula como capital se puede considerar .~orno. capital-di_nero propicios y los salarios están por encima del valor, a fin de contrarrestar las "va·
:~:~~,~~¡~1;;~:~.~~~!~d~~;:~:7::~;;;~~.l~. ~::::~~~~º.;,;~:~:::b:~;~ cas flacas" en que los tiempos son malos y los salarios caen por debajo del valor.
El concepto del valor de la fuerza de trabajo debe abarcar cierto nivel de los
. de circulaci6n, o es usado como reserva de valor por .agen .es e~on.o ahorros de los trabajadores, pero cuando estos ahorros son movilizados como ca-
u~ medio necesitan mantener un fondo de reserva para cualquier propósito. pital, los trabajadores también pueden recibir intereses. Esto parece convertir a
micos que
los trabajadores en capitalistas-dinero y contravienen las leyes del valor como las
ue se retira dinero de la circulación para acumuluse en hemos especificado httsta aquí, porque los trabajadores tienen derecho a una
Estos numerosos puntos en q . l . d'1v'1duales parecen otros tantos part-e de la plusvalía que producen (pero véase la p. 280 de este libro). Además,
P itales-dinero potencia es m •
numerosos tesoros o ca . . . vilizan el dinero y lo privan de su ca·
obst~culos opuestos a la c1rculac16n. porque .mmo 1 Se imauina los trabajadores tienen así un fuerte interés en preservar el propio sistema que los
· , ·6 periodo de uempo mis o menos argo .. · o· explota porque la destrucción de ese sistema traerfa consigo la destrucción de sus
pá<:idad de c1rcu ac1 n por un • acias al sistema de crédito, todos es·
uno fácilmente la alegria que causa .el ver como, .~r l disponible en loanable capitt:l, en ahorros. Por otro lado, en la medida en que los ahorros de los trabajadores se
tos capitales potenciales ... se conv1e.rten en cap1 a . l del porvenir sino de un convierten en una fuente importante de capital-dinero, las organizaciones de
"ª lital·dinero, y no de un modo pasivo y como un~ canune a • trabajadores adquieren considerable poder económico, de ahr la lucha por el
~~do activo y en proceso de crecimiento. (El capital, 11, p. 438.) control de los fondos de pensiones de los sindicatos, los fondos de los seguros. etc.
Esto introduce toda una nueva dimensión en la lucha de clases.
El dinero se puede movilizar como capital por la via sistema .de cr~lito. en .do~
?el Cualquiera que sea el significado sociai que pueda tener esto, la oferta de
forrr.as distintas. Primero, los bancos pueden convertir una corncnt_e e t1;nsa:n capital-dinero evidentemente es afectada por loi:; arreglos distribucionales que
· · J ara hacer préstamos. Lo hacen sustuuyen o r. prevalecen bajo el capitalismo, y las diversa<; "rese. vas de valor" que los diferentes
dones ~o~~tana~:~r~~ft~~gfros o cheques del banco) el dinero en efectivo, vol- agentes económicos tienen que mantener para funcionar eficazmente. Las rela-
s~ prop~o mero) f . . d.el dinero como medio de circulación dentro de sus
viendo interna a unc1on .ó or ciones reales dentro del sistema de crédito se vuelven muy difíciles de discernir,
· basándose en los depósitos y retiros de compensa~i n para. prop · mientras que la conducta de los agentes económicos como ahorradores está so-
operac10~~1iance de dinero permane::i.1e que se puede converur en capital para rr.etida a presiones muy diferentes, en comparación con su conducta como asala-
ch1onu ué Por e1'emplo el hecho de pagar los salarios con cheque en vez riados, caseros, industriales, o lo que sea.
acer pr stamos. • · 1 a a ge·
de dinero en efectivo se puede ver como parte de un.a estrategia g~nera -d~ r 'as
· d d J t nsacc1ones monetarias o. man ·
nerr ~tit:~: .~~~:ª~~ i~=t~~~~o~es efi:=n;~ras concentran los "ahorros
b) Reducciones en el costo y el tiempo de circulación
di- ?e
n el d1'nero mo~entáneamente inactivo de todas las clases" y los. convierten
nero Y d " funcionar como "Uno de los gastos principales de circulación", argumenta Marx, "es el dinero''
en capital. "Pequeñas sumas, incapaces cada una e P?r s1 pa~a . ,, (El
(El capital, 111, p. 414). El sistema de crédito ayuda a fomentar la eficiencia de
capital-dinero se funde11 ~n grandes masas y fon:nan.~s1 un po ~r ~º:e~=~~utrir la circulación monetaria y a ahorrar en costos de transacción. Asf ayuda a reducir
p ·t l 111 p 384) La concentración y centrahzac1on del cap1ta P
~: ::a.'.nen~e . Los c~pitalistas individuales que están ahorrando puP.~en pre~tar los costos necesarios pero improductivos de la circulación que hay que sufragar
incluso bajo la simple producción de mercancias. Alli está, en opir.ión de M.mc,
a foterés a lo~ capitalistas que están reinvirtiendo, y esto hace qt:.~d~aJen llos ~ive·
· r t pueden amasar ere uos a nnsmo la "base natural" del sistema de crédito en la simple producción e ln:ercambio
les de atesoramiento porque 1os capua is as . . 1. • é El de mercancías.
tiem o ue mantienen activas sus reservas monetanas como cap1ta . .i mter s.
· p qrinci io se aplica a todos Jos agentes económicos en la sociedad que re· En forma semejante, el sistema de crédito puede ayudar a quitar toda clase de
~~~:~:un r!do de reserva por cualquier raz6n. Los ahorros de todas clases se barreras al libre correr del capital a través de las respectivas esferas de la produc-
DINERO, CRIDITO Y FINANZAS 269
DINERO. CRtDITO Y FINANZAS
268
e) Circulación del capital fijo y formaci6n del
ci6n y la circulación. Las mercandas que requieren periodos de producción su- fonda de consumo
mamente largos, por ejemplo, se pueden pagar a plazos. Esto permite que los
productores roten varias "eccs el mismo capital durante un solo periodo de pro- F.I l·api1:1I ~jo .•. n1m/1ro11•1•/1• In /mu/11critit1 dt' los años si uientc.s ••
ducción. El uso del crédito también hace- posible unir una corriente de dinero d 1rahn.10 h11uro nuno conlravalor. La amidpación de los fg t f . . . . yd. 1' • ant~c1pa
es · · ·· 1 · ru os uturos e trabajo no
..... un.1 . . mv<~nnnn 0 e· s1s1cm<1
· rn·diL1·c:1'0
· • en el modo esp qr d
· · T1'cn e sus razcas
~:.:•;;~::: 1~',' ;~~~) ca'/;i:fJ¡¡o~
con otro entre las industrias c1ue requieren periodos de producción radicalmente
difereí1tes. Los tier.'lpos de circulación diferenciales y el crecimiento del comercio a 1 ;'. de rolació11, en el modo d• reproduccidn del
larga distancia forman igualmente una de las "bases materiales" del sistema de eré·
dito, mi•!ntras que el crecimiento del crédito permite que las mercancias pe-
r1 .16
entr~ la formaci?~.Y la circulación del capital fijo,:: a~::i~~~ ~: t~:is~=!:~ n
Lo que llama la atención en esta aseveración .
netren a mercados mis distantes (E/. capital, 11, pp. 251-252; Ill, pp. 451-453). Los
consumidores que desean adquirir el valor de uso de un objeto (como por
ejemplo una casa) durante un largo periodo de tiempo pueden también tratar de ~~éd.110 y la prev1S1on de los frutos futuros del trabajo. La circulacién del capi~~
~~~~~~~~¡~ ~~rgp::c\:e~;ndas al c~p~t~I . Se tiene que atesorar suficiente dinero
compra m1c1a 1 y para tender un puente a tr é d l
hacerlo con pagos periódicüs "a crédito". En todos estos aspectos, el sistema de
.
crédito permite la continuidad en la circulación del dinero al mismo tiempo que uempo hasta que regresen los valores por medio de la rodu i . av s e
abarca l;i descontinuidad en la producción, circulación y consumo de las roer·
canda.;. Por medio del sistema de crédito, todos los tiempos de rotación se redu· c~éd~o se v~elve vital para facilitar la circulación del ~apita~~1:· ~c~~=r::p:~
me~ ~e~ás
~ap1tahstas que mv1erten en el presente pueden pedir prestad
º. que as clases de la sociedad no hayan hecho ahorros . rsonal
cen al "tiempo de rotación socialmente necesario".
D~sdt~ el punto de vista del capital, el tiempo de rotación es tiempo perdido, y
. J:
1 es,. los
listas que están ahorrando con vistas a la ex ansión o re . º.a mt~ a os cap~ta·
Marx a menudo hace hincapié en que la necesidad de acelerar la rotación del ca· que la circulación del capital fijo "se solilfica" dentrpoods1ec1uónn f~tura. ~ mded1da
pital es ''la razón fundamental del crédito y de las tretas crediticias del c.ipital" diente d · 1 ·6 . a 1onna m epen-
t ~ circu ac1 n.'. Y a med1~a que su escala, cantidad y durabilidad aumen-
(Grundrisse, U, p. 77; El capital, II, p. 282). La reducción del tiempo de rotac.ión
en realidad libera capital-dinero, que se puede nsar entonces para acumular aún c:~:~~z ':n~~~Ta~~~~~:· el capitali~mo debe ir formando un sistema de crédito
más. Podemos discernir un efecto multiplicador dentro del sistema de crédito; el del capital fijo. para maneJar los problemas que plantea la circulación
11
uso del capital-dinero para acelerar la rotación libera más capital-dinero. !
Las inversiones
construid f ·de un· "tipo independiente" • parucu. 1annente en d ambiente
.
La necesidad de mantener la continuidad de las corrientes de dinero y de re-
ducir los tiempos de rotación frente a una multitud de movimientos de . . o, s~r an imposibles de lograr si no se contara con acceso al crédito Las
;versiones. a argo plazo se pueden convertir en pagos anuales o el capital .
mercandas, la proliferación de la división del trabajo y los tiempos de produc-
ción r circulación ampliamente divergentes, es un esdmulo poderoso para la
~e centr~hzar en ,,na escala capaz de financiar empresas ;an vastas co::::~~;
creación de un sistema de crédito. Sin crédito, todo el proceso de acumulació'1 se j=~~~a~;l~~édi:~~s, .~ue!les ~ puertos, centrales eléctricas y otras obras seme-
. · ~ci ita 1gua mente el consumo individual de mercandas que
estanca y se hunde. 1enen una 1arga vida
tmi . -corno por ejemplo
. . .
las viviendas y los automóviles-
En estos casos es, pues, inelCcusable recurrir al crédito; crédito cuya extensión crece a: cia:it;~~oq~: e:a~º~~e:~o p~lda pr?'porciona.r bienes públicos a través del finan-
crecer el volumen de valor de la producción y cuya duración se prolonga al aumentar mercancías S as. cap1t.al ta~bu~.n se puede prestar en forma de
el alejamiento de los mercados. Es un juego de acciones y reacciones. El desarrol11J del restarlos a. i ~ p~edelcompra~ equipo, ed1fic1os, t'tc. con el dinero capitalista y
n er .s a os usuanos. El resultado neto es ue el . l .
proceso de producción hace que se extienda el crMito, y el crédito se traduce en la ex· P
~u-::de circular en relación con el capital fiJ'o en divers~s fo~aasp1tLa ~ l~tereses
tensión de las <'peraciones industriales y mercantiles. (El capital, 111, p. 452.) tienen en com ~ d 1 t · o umco que
·o futuro comuon to as as olrmas es que el pago de intereses está ligado al traba-
Por la misma razón, e) crédito permite que se inserte una cuña en las identida· J un contrava or.
des presupuestas por la Ley de Say, una cuña mucho más vasta de lo que fue posi- · Por esta
d razón· 1el ·créditc· llega a ser un eslabón esenc1'al que media entre lasco-
ble alguna vez que con otras formas de dinero. Las compras y las ventas pueden me~es e c~plla fijo y circulante. Por encima de los problemas directos de coordi-
nar ?s corne.ntes que marchan de acuerdo cor.. ritmos mu diferentes de'!>e ~

:::~~~d~~;:i~ddle;::~~~i°/;:~~::fa;:;!s~;,::~~~r~d~:~::~o:º~e~'c:pe~~f;.J,~;
quedar cada vez más separadas entre sí en tiempo y en espacio. Bajo estas <"ondi-
ciones, la potencialidad de las crisis se vuelve mucho mayor. El crédito no s6lo
permite que se extiendan, generaHcen y realicen las funciones tradicionales del
dinero, sino que hace exactamente lo mismo con las tendencias a las crisis dentro nedecap tu ol VIII
l'Xceso ·ó mencionamos
d · la dificultad potencial . que surge cuando el.
del capitalismo. capital fij:~~~~;~:a~di~;::~t;i~~~~~la~:gea:~:
• • fouse Jabas~r
1. ncan a tiaescdirculatión
e zapatos,del
se
12 De Brunhoff ( 1971) revisa en la tcoña burguesa la discinci6n entre el dinero y los multiplicadores
del crl:clito desde una perspectiva marxista, y demuestra que la distinción tiene poca apli.:aci6n.
fj ''""'

DINERO, CRWITO Y FINANZAS 271


DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS
270
un periodo especifico de tiempo a cambio <le un pago de intereses. Du,·ante ese
puede encauzar a través del sistema de crédito y ponerse a trabajar ~o~ ~brercs tiempo el dinero queda ligacio a valores de uso espedficos (mercandas, aparatos
sanees ara construir, digamos, un ferrocarril. Sin embargo, esto eJ~ inta~ta productivos, etc.), e inmediatamente surgen problemas. Los que prestan quid
ce . ~ad roducciva excedente y las mercandas excedentes que uenen .os no puedan o no deseen renunciar al control sobre su dinero durante el lapso de
~::~~=~~es dtzapatos. Al crear valores monetarios equivale~tes a los e.xce~e~~~ tiempo que necesitan los que piden prestado para financiar sus operaciones. La
l 'd d productiva ociosa y poner ese dinero en carcu ac1 dificultad para coordinar la variedad aparentemente infinita de necesidades de
~~:i~p:é~;~c~te: 1~ª~::~cr:cción de ferrocarri~es, de hec~o se puede cr;;;l~dar e: parte de los que prestan sus ahorros y los que piden prestado es sintúmática de
a ital de una esfera a otra, pero este cambio ocurre sin e~tar respa a o po un dilema más profundo. En la medida en que el capital a interés se comprome-
c. P • n intercambio real de mercancías. El sistema de crédito opera como una te con valores de uso específicos, pierde sus poderes de coordinación porque pier-
~~~ de "capital ficticio", como una corriente capital-dinero no respaldado po~ d(' su flexibilidad. Surgen barreras dentro del proceso de circulación del capital
· . '6n de mercancías. Le que se prevé, naturalmente, es que a a interés, barreras que se eliminan con la creación de lo que Marx llama el "ca-
ninguna transacc1 . t • la demand·t
mentar los empleos en la construcción de ferrocarn 1es aumen ara d á. • pi•:al ficticio".
~u atos de esta manera se agotarán los inventarios excedentes y s~ pon ~ .ª La inclir.ación potencial por el "capital ficticio" estA deptro de la propia
tr:~:)ar d/nuevo la capacidad productiva ociosa. En este caso, el capital ficuc10 forma-dinero, y está relacionada particularmente con la aparición del dinero-
delantado se realiza subsecuentemente en forma de .valo~ real. crédito. Consideremos el caso de un producto que recibe crédito garantizAndolo
ª L 'fi ·. de "capital ficticio" de hecho está. 1mphcada cada vez que se con unas mercancías que no se han vendido. El dinero P.quivalente de la
a c.: 1as1 acac:oll t alor Esta
extiende un crédito, en previsión de un trabajo futuro como un con .rav · . mercar.cía es adquirido antes de que se realice una venta. Este dinero se puede
't l ermite ue el capital circulante que se ha acumulado en exce usar entonces para comprar nuevos medios de producción y fuer::a de trabajo.
!~rn:~~i:¡~ªt~~ ªie~os a la ~rmación de capital fijo, proceso que p~ede disfrazar Sin embargo, el que presta se queda únicamente con un pedazo de papel, cuyo
tot~lmente la ~parición de las crisis a corto plazo. Empero, la crea~16n de ~alo.r;s valor está respaldado por una mercancia que no se ha vendido. Este pedazo de
· · .. ntes de la roducción y realización real de las mercanc1as siempre a si o papel se puede clasificar como valor ficticio. El crédito comercial de cualquier
ficuc10,, ª. .
un negocio arriesga ·
pdo El sistema de crédito se convierte en la arista cortante tle
S h á. ha la brecha tipo crea estos valores ficticios. Si los pedazos de papel (letras de cambio princi·
la acumulación con todos los peligros que esto trae._ e ace ~ s a~c palmente) comienzan a circular como dinero-crédito, entonces lo que está. circu·
entre los valores ficticios dentro del sistema de crédito y el dinero hg?do a los va landa es un valor ficticio. Así se abre una brecha entre los dineros-crédito (que
., l Esto uiere decir que ya está preparado el escenario p~ra que siempre tienen un componente ficticio e imaginario) y el dinero "real" ligado di-
~;~:r::·1ªc~:~is dent! del sistema ?e ~rédito1 . Co~ ~~osl~~f~~::~~~~l=~~~sc~n~ rectamente a una mercancfa monetaria (El capital, 111, p. 55G). Si este dinero-
profundos, ¿por qué tolera el .cap1tahsmo a capna ic 1c1 . crédito se presta como capital. entonces se convierte en capital ficticio.
testar {-Sta pregunta en términos generales. En e:,te caso, la creación del capital ficticio se puede considerar como algo
más o menos accide11tal, pero el accidente se conviene en necesidad cuando co·
nectamos los procesos de circulación del capital a interés y el capital fijo. El
d) E/ capital ficticio capit.il-dinero se tiene qut> adelantar ahora comra un trabajo futuro en vez de
contra la garantía de mercancías existentes. Además, se tiene que adelantar por
p demos en el primer caso, definir la circulación de c~pital a interés c~1mo.una toda la vida del capital fijo y comprometerse durante ese tiempo a un valor de
in~ern:c.ción entre el ciclo monetario del capital y los ciclos de las mercanc1as Y uso especifico. La única garantía es el valor d~l capital fijo, y esto, como vimos
en !!l capítulo VIII, está sujeto a determinaciones complejas e inestables. Lo que
del capital productivo.
sucede realmente es que el derecho al trabajo futuro que define el capital fijo es
' CaiJital comprometido Capital-dinero convertido a través del sistema de crédito en un derecho ejercido por el capital-
•a con las formas no comprometido dinero sobre una porción de la plusvalia que se produzca en el futuro. El capital-
Capital-dinero más intereses dinero es invertido en la apropiación futura. Por tanto, desde el principio el
no comprometido l productivas o
mercantiles capital-dinero adelantado ha de ser considerado corno capital ficticio porque no
está. respaldado por ninguna garantía firme. Ademá.s, la producción de plusvalfa
Cuando exisre el capital como dinero, posee tod~~ las virtudes de ~a int~rcan;· futura es incierta y varía según el estado de la competencia, el ritmo riel cambio
biabilidad general, la flexibilidad de uso, l~ m~v1lld~d, etc. El crl1t~b·~·~n~r ~ tecnológico, la tasa de explotación y la dinámica global de la acumulación y el
puede realizar mejor sus funciones de col rdinac1ón si preserva su ;x\ 1 t ad e exceso de acumulación. Empero, incluso frente a esas circunstancias inciertas, el
relación con usos específicos. si permanece pcrpetua~ente fuera e ~;ro uc~ capital-dinero ciene que ser adelantado por lo menos durante la vida del capital
ción , sin comprometerse cun productos específicos. S1~ ~~bargo. en e: .urso d fijo. Esto pone fuertes barreras a la circulación del capital que produce intereses.
·) l 'ó los que prestan deben sacrificar la flex1b1hdad de su dmero por
su circu ac1 n,
272 DINERO, CRtDITO V FINANZAS
DINERO. CRIDITO Y FINANZAS
27S
Se pueden inventar diversas soluciones para hacer frente a estas bar~eras.
Pueden intervenir intermediarios financieros y combinar los ahorros y los riesgos Estos valores, cuando se trata de títulos del Estado, ~ólo son capital para quien Jos ha
a fin de pedir prestado a corto plazo y a prestar a largo plazo. Pueden hacer esto comprado para quien por tanto representan su precio de compra, el capital invenido
en previsión de ahorros futuros y de la producción futura de plusvalfa (que rinal- en ellos; de por sí no son tal capital, sino simples tftulos de crc~dito; si se trata de hipote-
mente deben significar la misma cosa, porque los ahorros s?n generados pan1endo cas, son simples derechos a percibir las rentas futuras de la tierra ... Ninguno de estos
de las utilidades que fluyen de la producción). La otra solución es .que los producto- ·~bjecos representa verdadero capital, forma parte integrante del capital ui constituye
de por sí un valor. (El capital, 111, p. 433.)
res refinanden su deuda sobre una base anual o que pongan directamente en el
mercado acciones sobre la producción de plusvalfa futura. La compra Y ~a .v~nta
de acciones y valores permite que los dueños del dinero preserven su n.exib1hdad En todos estos casos, el capital-dinero está invertido en consignación. Al capita-
y liquidez, 2J mismo tiempo que los precios de las acciones se pueden ajustar a las lista en dinero le da lo mismo (supuestamente) de dónde provienen sus utilidades
variaciones en la producción de plu~valla. . . . e invierte en deudas del gobierno, hipotecas, acciones, futuras mercancfas, o lo
Esas soluciones, que inscitucionalizan el capit~I fict1c10 dentro del ~~stema rle que sea, según la tasa de utilidad, la seguridad de la inversión, su liquidez, etc.
crédito, generan algunas confusi1lnes. "Las acciones de las compamas fe.rro- "De este modo se borra hasta el último rastro del verdadero proceso de valoriza-
viarias, mineras, navales y de otras sociedades representan un verdadero cap1.tal, ción del capital y se refuerza la idea del capital como un autómata que se valori-
a saber: el capital invertido y que funciona en esta.s em~resas, o la suma de d.me.: za a sí mismo y por su propia virtud". El resultado, sostiene Marx, es que la pro-
ro desembolsado por los socios para que pueda ser mvert.1do en ell~s como c~p1tal ducción de intereses "es la matriz de todas las fonnas absurdas de capital" en que
(El capital, 111, p. 440). Sin embargt), el titulo. de prop1eda~ no ~an a quien los "inc!uso la acumulación de deudas" puede "aparecer como una acumulación de
posee ning(m poder de disposición sobre este capital", y el p~opm capital~? se puede capital". "Todo", dice Marx, ''se duplica y triplica y se convierte en simples fan-
retirar porque el titulo es sólo un derecho sobre una.porción de las u_uhdades fu- tásmas". El sistema de crédito registra "la cumbre de la distorsión" hasta el gra-
turas. Los tftulos son "auplicados en papel" del capital real; el duplicado en pa- do de que la acumulación de derechos sobrepasa mucho a la producción real (El
capital, l IJ, pp. 439-445).
pel puede circular mientras que el capital real no puede hacerlo. "En la me~1da
en que la ai::-umulación de estos tltulos expresa la .acumulación de ferrocarrd~s, El principal propósito de Marx es sacarnos del error de que un derecho co-
0
minas, barcos de vapor, etc., expresa la amphac16n del proceso real d: rep10- merciable sobre alguna utilidad futura es una forma real de capital. Desea po·
ducción." Empero, como Guplicados en papel los tftulos son puramente formas nernos sobre aviso de la falta de cordura de una sociedad en que la inversión es
ilusorias y ficticias de capital". Los precios de estos tftulos pueden entonces lJ~c­ consignación (rentas, deudas del gobierno, etc.) parece ser tan importante como
tuar de acuerdo con sus propias leyes "independientemente del valor del capnal !a inversi<)n en la producción. Marx insiste en que al final sólo esta última tiene
real que representan" (El capital, 111, pp. ~41-449). . impona11ch1; "si no existiese verJadera acumulación es decir, aumento de los
En cierto aspecto estos precios ~n fluctuación pueden re~ejar algo ~eal re'ipect~ medios dl' producci5n ¿en qué favorecerla a esta producción la simple acumula-
:ti <'~tallo d<"I "ª pit ;i 1 prnil 11c1 ivo. 1~11 ,., rn pf 111 lo VllJ mrnc10na 1~1os como rl v;~ ¡,~, ción de lítulos de deuda en forma de dinero?" (El capital, 111, p. 4Ó4). Si todo el
del 1.:apital fijo era una d<•tcrn1i11adtJ11 i11r•stahlt~. porque· l l pn·c·10 de· nm~1u :1 " : '
1 f'api1:1l·cli1wro s1• i11vic·r11· r11 co11sig11aci(m y ninguno c·n l.1 prnducri(m ~·ral, <"n·
cial, el costo de reposición y la tasa de producción de plusvalfa proporc1?naba.n l1111tc·s 1111 J,. 1pwd.1 11111cho 1ic·111p11 ti<· vida al c;ipitalisnw. Y cuando se logre la
diferentes medidas de valor. De aquí surgió el concepto del valor dd capital ÍIJO ··cumbrt· d<· la dis1orsiú11" en <.'! sisll'ma de crédito, la calidad del dinero como
como una magnitud que cambia perpetuamente, afectada por el .estado de la ~om­ mc<li<la de valor se verá amenazada; tanto así que en eJ curso de una crisis, como nos
petcncia, el dinamismo tecnológico y el ritr~o de la acumulac1~n. Hasta cierto señala Marx incansablemente, el sistema se ve obligado a buscar una base mone·
punto, la variación en los predcs de las acc1on~s se put!de cons1?erar.como un caria más sólida que la que proporciona el dinero-crédito y el capital ficticio.
reflejo de los cambios en los valores de la propia reserva de ca~Hal fiJo. . Con tanta falta de cordura imegrada dernro del sistema de crédito, ¿por qué
permitir que continúe esca situación?
Desgraciadamente, los precios cambiant1:s de los ti~ulos tamb1~n.son determi-
nados por muchas otras fuerzas. Además, la ganan~ia no es la umca forma. de Cuando exploramos paso por paso el proceso de acumulación y sus contradic-
utilidades en la sociedad capitalista. Existen, por ejemplo, las .rent~s. Y los. im· ciones, encontramos que el capital ficticio está contenido en el concepto del pro-
puestos. Marx sostiene que "la forma del capital a interés ll~va 1mphc1ta la 1.dea pio capital. La formación y circulación del capital fijo son necesarias para la
de que toda renta concreta y regular en dinero aparezca como. mterés de un capital, acumulación. La barrera que crea el capital fijo a la acumulación (véase el
ya provenga de un capital o no" (El capüal, III, p. 437). Estos m~esos se pl..ed~n ca· cap. VIII) se puede superar sólo por medio del sistema de crédito en general y
pitalizar a la tasa de interés actual y los tftulos sobre ellos también ~ puede.n .mter· por. la crc-?~ión de forma~ ficticias de ~apital en particular. Al permitir que el
cambiar en el mercado. La deuda del gobierno (l? último en ca~1tal fict1c10, ~n capital ficucro florezca, el sistema de crédito puede apoyar la transformación del ca-
opinión de Marx) y la tierra (véase el cap. x1) no tienen un valor inherente, Ysm pital circulante en capital fijo y hacer frente a las crecientes presiones que surgen
embargo pueden asumir un precio: a medida que más y más del capital social total de la sociedad comienza a circu-
lar en forma fija. El capital ficticio es tan necesario para la acumulación como el
DINERO, CRIDITO Y FINANZAS 275
274 DINERO. CR!:DITO Y FINANZAS

propio capital fijo. Posteriormente encontraremos circunstancias que darán aún q_ue puedan ten~r en el mercado de dinero. Por tanto, la información que propor-
c1~na Ja. tasa de mterés y las funciones que puede realizar el capital a interés per-
más peso a esta conclusión. En vista de la línea general del argumento de Marx res-
pecto a la forma en que se generalizan y se resuelven las contradicciones internas miten ~Justes mucho m.ás rápidos en las corrientes de capitales, y asf pr..,porcionan
del capitalismo, no debe sorprendemos que la circulación del capital a interés sea la un conjunto de mecanismos para compensar la tasa de ganancia (El capital, III,
salvadora de la acumulación y a la vez "la matriz de todas las formas absurdas". pp. 351-354). Esto puede suceder porque "el capital a interés es el capital como
propiedad" que está fuera de la producción, "frente al capital como función"
Asf podemos entender el papel del capital ficticio como espada de dos filos.
uentro de la producción (p. 363). Desgraciadamente, el capital común de la cla-
se de todos l~s capitalistas se convier~e. bajo las relaciones sociales del capitalis-
mo en el capnal común de una clase de capitalistas en dinero cuyos intereses es-
e) La compensación de la tasa de ganancia
pec~ficos no siempre coinciden con los ?el. capital en general. En el próximo
cap1tub nos ocuparemos de esa contrad1cc1ón.
Existen numerosas barreras para la compensación de la tasa de ganancia, pero el
libre flujo del capital a interés (acrecentado por la existencia de las formas ficticias
de capital) hace mucho por eliminarlas. Claro está que la tasa general de ganancia f) La centralización del capital
"sólo existe constantemente como tendencia, como movimiento de compensación
entre las tasas de ganancia especiales" que están en un flujo perpetuo entre las El sistema de crédito "que en sus comienzos se desliza e insinúa recatadamen-
firmas, industrias y empresas. El "equilibrio de divergencias constantes" por medio te, como tímido auxiliar de la acumulación, atrayendo y aglutinando en manos
de la competencia presume que el capita' puede fluir de esferas con ganancias de capitalistas individuales o asociados, por medio de una red de hilillos invi·
inferiores al promedio a esferas con ganancias superiores al promedio (El capi- sibl.es, el dinero diseminado en grandes o pequeñas masas por la superficie de la
tal, 111, pp. 351-352). El crédito desempeña aquí un papel obvio, "permite que el socreda<l, hasta que pronto se revela como un arma nueva y temible en el campo
capital acumulado no se invierta precisamente en la esfera en que se ha engen- de batalla de !a competencia y acaba por convertirse en un gigantesco mecanismo
drado, sino allí donde tienen mayores posibilidades de valorizarse" (Teorías social de n·1nralizaci6n de capitales" (El capital, 1, p. 530). En relación con esto
sobre la plusvalía. 11, p. 445). El crédiLO es al~~o más que un medio útil para al· <·ru·onuamo~ que "las instituciones <le cré<lito modernas son tanto efecto como
c·nff1.;11 Uf' íin vil a 1: 1,111sa d1• [¡¡ ('Olll'C'llll,ll"iÚll ltl'llllalÍ1aci{111j clC'l t"ilpÍl:il" ((:rllllf/rÚ.W, 1, P• 31),
< :1111:.idt·n·uans cci1110 sut·<·<h· t·stu.
En el mercado de uinero se enfrentan solamcnLc prcslamisrns y presrnt;1rios. La rncr- La centralización del capital por la vía del sistem<" de crédito desata todo el
canda present.i aquí la misma forma, la forma de dinero ... (los capitalista:; indivi· ¡>~J<lcr y potencial del. :amb~o tecnológico y organizacional como la palanca primor·
dmdes] aparecen confundidos como prestalarios ele dinero y el capilal se enfrenta tam· dial de la acumulac1on (vease el cap. IV). En esta forma se llega más fácilmente
bién con todos ellos bajo una forma a la <1uc le es indiferente la modalidad especial de
a las economías a escala, se pueden superar las barreras planteadas por la limita-
su empleo. El capital aparece ... como lo que el c-apilal industrial sólo es en el movi·
miento y la competencia entre las distintas ramas: como capital de suyo común de la da capacidad de organización ~e los negocios familiares, y se pueden emprender
clase. Por otra parte, el capital-dinero posee realmente en el mercado de dinero la for· proyect?s en gran escala (parucularmentc los que forman parte del ambiente
ma en que se distribuye cumo elemento común indiferente a su aplicación c!•pecial, cor.stru1do). Además, con la ayuda del capital ficticio se puede hacer todo esto
entre las distintas ramas, entre la clase capitalista, con arreglo a las necesidades de pro· sin que se inte.r~umpa indebidamer.te ~l libre flujo de capital-dinero (excepto
ducdón de cada rama especial. (El capital, lll, p. 353.) dura.me las cns1s, naturalmente). El sistema de crédito también proporciona
rr.ed1~s pa_ra contrarr~star los efectos desestabilizadores del cambio tecnológico y
En pocas palabras, el sis1ema de crédito aparece como una especie de sistema orgamzac1onal: Por eJ:mplo, Marx señala el aumento en el i::apital-acciones co-
nerviosc central qne coordina las actividades c'ivergentes de los capitalistas indi- mo una de las mfluenctas que contrarrestan la tendencia hacia la tasa decrecien-
viduales. El capital a interés, que representa el capital común de una clase, fluye te d? ganancia. Se pueden organizar empresas con una composición de valor
en respuesta a las tasas de interés diferenciales. Además, la tasa de interé:; puede ¡~arucularmente alta compuestas principalmente de capital fijo por medio del
funcionar como un "barómetro y termómetro" del capitalismo, cosa que no hace sistema de crédito: a fin de que "Estos capitales no entren, por tanto, en el mecanis-
la tasa de ganancia. Esto sucede porque la tasa de interés se logra como "un mo de co~pcnsac1ón de la tasa general de ganancia" puesto que se pueden producir
efecto simultáneo en masa" de la oferta y la demanda de capital-dinero, un resul· e1~tonc?s s1 dan "simples intereses" únicamente (El capital, III, pp. 239-416). El ca-
tado conocido (se le cita diariamente en el mercado) y que varía uniformemente pital circulante que se ha acumulado excesivamente se puede "cambiar" a una
(aunque- Marx reconoce que hay tasas <le interés diferenciales entre diferentes mer· forma de circulación de capital fijo que ayuda a aumentar la tasa de ganancia. 1'
cados y paises). Así, c-uando la tasa de interés a largo plazo sube mucho más que
1 ~ Éste es el significado de la teoría de Boceara (1974) dt> la devaluación relativa discutida en el
la ganancia que recibe la empresa en determinada linea de producción, los in-
l·apítulo \11 de L'~le libro.
dustriales sienten el incentivo de no reinvertir sino de poner cualquier plusvalia
f

J
276 DINERO. CRtDJTO Y FINANZAS DINERO, CRIDITO Y FINANZAS
277

La composición de valor del capital puede reducirse igualmente aumentan~o la Gran parte de la complejidad que ha surgido en el mundo de las finanzas
integración vertical, y la tasa de ganancia se puede aumentar acelerando el u~m­ refleja los intentos continuos y elaborados por armonizar dos papeles irrec.oncilia-
po de rotación. Si todo lo demás fallara, los procesos vi~len~os de la ac~mulac1ón bles. Aunque a esto se puede reducir todo el asunto, no por ello estamos menos obli-
originaria pueden continuar en el corazón mismo del cap1tabsmo a m~1da que l~s gados a examinar los canales e instituciones que han surgido bajo el capitalismo,
"piratas del crédito" siembran el caos ganando dinero con!ª devaluación de.l capi- ya que estos tienen importantes efectos materiales e implicaciones teóricas. El
tal de loii demás; "los peces chicos son devorados por los tiburones y las ~VeJaS por propio Marx se enfoca principalmente en los bancos, hace un análisis preliminar
los lobos bursátiles" (El capital, 111, p. 418). En todos estos aspectos el sistema de de las compañías en comandita por acciones y menciona, aunque generalmente
crédito se convierte en un instrumento vital en la lucha par~ d~tener las fuerzas al pasar, la amplia gama de instituciones financieras especializadas, como los
destructivas contenidas dentro de la lógica interna. del capitahs~o .. bancos que llevan pequeñas cuentas de ahorros para los trabajadores, las
Aunque es cierto que Marx pone el mayor hincapié en la ce~trahz.ac16n del ca- compañías de seguros, etc. No fue posible que Marx previera el amplio creci-
pital por la vfa del sistema de crédito, también ocurre que dicho sistema puede miento del crédito para el consumidor, los fondos de pensiones y otros pertrechos
guiar las fuerzas de la descentralización, como la ªJ:>ertura de nueva~ lf~eas .de del sistema de crédito. Por esta razón, aparentemente queda mucho por hacer
producción, la proliferación en la división del trabaJO y l~ d~scentra~1za~1ón in- para poner al dfa el análisis de Marx.
terna dentro de las formas contemporáneas de la orgamzac1ón tapuah~ta. _La No estamos buscando clasificaciones para describir la variedad aparentemen-
centrafü:adón del capital-dinero puede ir acompañada de una .d~sc~ntrahzac1ón te infinita de los arreglos institucionales que han surgido en diferentes paises a
en la organización de la actividad productiva. A~[ surge u~a d1st~nc1ón entre las través de la historia del capitalismo. Como señaló Marx, no es necesario hacer
formas de organizaciónji'nancieras y las industriales, al mismo tiempo que sur- un análisis exahustivo puesto que aqur sólo buscamos una base teórica firme pa-
gen tipos espedficos de relaciones que las unen (véase el cap. X). Por t~nto, ra encender la forma en que los canales e instituciones del sistema d'! crédito
la proliferación de los instrumentos de crédito y de las estratagemas financ1~ras afectan las leyes de movimiento del capitalismo. Consideremos este tópico hajo
parece ser ·vital para la preservación del capitalismo, y desde este pun~? de vista cuatro encabezados principales.
dicha proliferación es un efecto y a la vez una causa de la acumulac1on.

a) Los pn"ncipios generales de la me1..liación financiera:


5. CANALES E INSTITUCIONES DEL SISTEMA DE CRtDJTO circulación del capital y circulacióa de los ingresos

Aunque es cierto que podemos encontrar muchos actos de prest~digitación en el En la base de todas las operaciones financieras existe siempre una transacción ele-
resbaladizo mundo rle las finamas, el sistema de crédito no funciona por ~rtc de mental entre las unidades económicas que poseen excedentes de valore.s y las uni-
magia. Hay que encontrar los medios pa:-a r~alizar las tareas, los _medios r~­ dades econbmicas que desean hacer uso de esos excedentes con algún propósito.
quieren insdtuciones, y las instituciones necesitan gente que las orgamze Y las d1· Las uniuadcs económicas pueden ser individuos (de cualquier clase), corporaciones,
rija. Lo~· banqueros, financieros, corredores de bolsa, et. a~., que pueblan el gobiernos, sindicatos, imtituciones como la Iglesia y la Corona, organizaciones pro·
mundo de las f~nam as realiL.an funciones sumamente espec1abzadas ~entro de la fesionales y mercantiles. fondos de pensión, obras de caridad, bancos, etc., mientras
divisiün del trabajo. En uno u otro grado, constituyen una clase especial dentro de q'.1e la gama de los posibles propósitos es inmensa (hacerlos circular como capital in-
Ja burguesla. Puesto que el sistema de crédito funciona realmente como una espe· dustrial o m~rcantil; comprar una casa, erigir un monumento, llevar a cabo una
cie de sistema nervioso central que regula los movimientos del capital, esta clase campaña política, comprar una posesión en el campo para la amante favorita,
construir un templo, etcétera).
ocupa lo que parect! ser el alto mando de la economía, desde el cual conf~onta a
los capitalistas industriales o mercantiles como los representantes del capual so· Las instituciones financieras se congregan alrededor de la neceo;idad de encontrar
cial total. . medios eficientes de reunir y concentrar esos excedences y si es necesario convertirlos
Los capitalistas en dinero, como los llarnare~~s, se ven at~apados asa en un en dinero, como preparación para poner en circulación ese dinero como capital
cúmulo de contradicciones; el sistema de cred1to adopta mtemamente las a interés. En medio de lo que parece ser una confusión inmensa, debemos, desde
contradicciones dd capitalismo y no las elimina. f'or ejemplo, los banqueros son ca- el principio, hacer una firme distinción entre la circulación de laforma-dinero
pitalistas que compiten entre si y deLen desempeñar su oficio usando todos lo~ de la renta y de la forma-dinero del capital, como Jos Uamó Mar.< (El capital,
111, p. 421).
trucos de que pueden echéir mano trucos que, de vez en cuando, los h.acen caer
al abismo de Ir. rutina financiera. Por otro lado, se supone que actuan como Ya nos hemos ocupado extensamente de esta última forma de circulación: la
representantes "responsables" del cap:~al social total y que usan sus poderes con plusvalía que se convierte en dinero y se usa para producir más plusvalía. La circu-
acierto y prudencia "para beneficiar al público". A ellos les correspond.~ mante· lación de la forma-dinero de los ingresos es un proceso muy diferente. Suponga-
ner el dinero de la gente "tan seguro como en el Banco de Inglaterra . mos, por ejemplo, que los trabajadores organizan instituciones (como las primeras
DINERO. CRIDITO Y FINANZAS 279
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS
278
.Marx. supone ~na tasa de interés uniforme y homogénea, que presupone la
sociedades constructoras de Inglaterra o )as asociaciones de ahorros y préstamos e:ustenc1? de un sistema de crédito altamente integndo. Las fragmentaciones se
de Estados Unidos) que permiten que se usen los ahorros de algunos trabajado- podrian mterpretar como el resultado de una especialización de funciór. Por el
res a cambio del pago de intereses. para ayudar a otro~ trabajadores a co~prar lado ?e la oferta, la movilización de los ahorros plantea diferentes proble~as de·
sus casas. Todo lo que está sucediendo aqui es que los mgresos de los trab?Jado- pendiendo de la clase de ~midad económica. Los bancos que llevan pequeñas
res (el capital variable) se están redistribuyen~~ dentro de I~ cla~e tra~ajador,a cuent?s de ahorros, las sociedades que construyen viviendas, las asociaciones que
de las familias que tienen excedentes a las fam1has que necesitan incurrir en de- m~nej~n ahorros y préstamos, una red de ahorros nacional, sociedades de bene·
ficit para adquirir la vivienda que necesitan. El problema es interpretar el pago fic1en.c1a, .los fondos de ~r.ns~ones y seguros, etc., pueden ser apropiados para los
de intereses que evidentemente no va en proporción de la plusvalía. La respue~ta trabajadm es, pc~o ~o estan bien adaptados para manejar los ahorros de los Rockefe-
es bastante simple. La monetización de las relaciones dentro de la clase trabaja· ller o de .los shei'k.s arab:S dueños de pozos ae petróleo. Los ahorros de las grandes
dora subyuga a sus miembros al dominio formal (a diferencia del real) del capi- corporacmnes y del gob1emo requieren igualmente un manejo espe~ializado. Por e)
tal que produce intereses, como el coordinador .c~ntralizado de la o~erta de lado d.e )a. demanda, los préstamos de negocios pequeños, el crédito agrfcola, el
ahorros de los trabajadores y de la demanda de v1v1endas por 1.os r.rabaJa?ores. finan.c1a~uento de compras de los consumidores (automóviles, viviendas, Ptc.). el fi-'
La circulación de los ingresos es extensa. Abarca la conu atac16n de servidores nanc1am1ento de. la de.uda del gobierno, el financiamiento de proyectos en gran
serviles por la burguesia, r pagos por multitud de servicios de p~rte de todas.las esca!~ (ferrocamles •. sistemas de transporte público, servicios públicos) y la satis-
clases. Por medio del sistema de crédito, muchas de estas transacciones se convier- f~cc10n de las nece~1dades de l~s corporaciones multinacionales, son tipos muy
ten en una relación entre deudor y acreedor, y se hacen préstamos a los consumi- diferentes de negocios que reqmeren una pericia especializada.14
dores contra ingresos futuros. Las transacciones pueden llegar a ser tan ficticias en L.a estructura. financiera resultante está fragmentada hasta cierto punto (aunque
esta esfera como en la esfera de la circulación del capital. Marx no consideró la los ~~stem.as nacionales v~ríar. mucho en este proceso, de ser sumamente deseen·
circulación de ingresos como la meta principal ~e la investigaci?n, puesto .que t.rah .. ados e~ Estados Umd~s a ~er sumamente centralizados en Francia).'& Estas
todos esos ingresos tienen su origen en la circulac16n y acumulac16n del capital. fragmentaciones de hecho 1mphcan que no existe un solo mercado financiero si-
Por tanrn, se enfoca en el proceso de circulación básica excluyendo todo lo de· no mllchos. Además, podemos ver que existen tasas de interJs diferenciales e~tre
más. Sin embargo. nuestra comprensión de la oferta y la demanda de fondos los~ mercado~ y. entre las naciones, mientras que existen diferentes tasas en Jos
presta bies puede quedar oscurecida con demasiada fa~ilidad .. porque el sist.ema p~t'Stamos rclac10nado~ con l~s diferentes clases de actividades de financiamiento.
de crédito suele fusionar sin discriminación la circulación de ingresos)' la circu- S11_1 embargo, lo que 1mpres10na sobre los sistemas de crédito modernos es que
lación de capital. cxJste un alto grado de integr.ación dentro de una estmctura a menudo extrema-
Teóricamente, podríamos distinguir varios "mini-circuitos" dentro del siste· dament~ f~agmentada. Por ejemplo, la corriente de fondos que entran y salen de
ma ele crédito. Los circuitos pueden conectar las unidades que tienen excedentes las asociac1on~s de ahorros y préstamos de Estados Unidos es sumamente sensible
con lai. que los necesitan, ya sea dentro d~ la clase trabajado~a, dentro de 1.a a las tasas de mterés que se ofrecen en otros países. La oferta de dinero sobre hi-
burgm·sía, entre los gobiernos, y entre las ?•ferenter. clases de um~ades econ6nu- poteca.!: en el mercado de la vivienda se ve afectado as[ por la demanda de dinero
cas. En ninguno de estos casos podemos interpretar el pago de mter~ses como en otros sect?res de la economía. La tasa de interés diferencial entre los pafses
una ta~ada directa de plusvaUa que el capital prestado ayuda a producir. La tasa (~~ando se ajust~ a la tasa diferencial de inflación en las monedas )ocales) tam·
de int~r~s simplemente ayuda a regular las cantidades solicitadas y prestadas to- bien desata ráp1dame~te flujos de capital-dinero "caliente" a cualquier lugar
madas de los ingresos dentro de la esfera de consumo. La única conexión con la ~onde Ja ~asa real de mterés sea más alta. Existen fuerzas muy poderosas que
circulc-.ción del capital -que por cierto es una conexión importante- está en tienden a ~gualar. ~a tasa .de interés a largo plazo. Sin embargo, la consecuencia
una d1~minución del atesoramiento personal y un aumento en la demanda de e~ qu~ la c1rculac1an <le dmero como ingresos y como capital casi no se puede dis-
bienes de consumo que esos créditos pueden ayudar a generar. Estos minicir- tmgmr dentro del sistema financiero.
cuitos son muy diforcntes ~ los que con:ctan a un cap~talist~. con otro, o los '!ue
enlaian los ahorros provenientes de los mgresos con la mvers1on en la producción
directa de plus·rnlia.
Supongamns. por e! momento. que los diversos minicircuitos están aislados 14 Aunqm· la rt"Sr.ña de llilfcrding (eJ. 19i0) es anticuada la descripción de )as fi
entre !>Í. La tasa de interés en cada drcuit.o se fijaría entonces denlro de esa esfe· nandr.ras lfUI' proporriulla sigul' teniendo mucho interés. · l'Structuras I·
ra y supuestamente variaría de ac1n~rdo con la oferta y la. demanda. E~pero, el •~. Se pueden cnc~ntrar de1icripciones com-encionales de la estructura financiera francesa en
Couuere (1~76) y Mo~m (1~74), y materiales comparativos respecto a Inglaterra en Revdl (1 9 75
dincrc es siempre dinero sin importar quién es el que lo uene en su bols11lo. Por
eso comenzaría a íluir de los circuitos rlonde la tasa de interés es l>aja a aquéllos
~n
re!.!>ccto a l·..s1:1dos ni~port
.. dos en el o/ thc Commi.uion on Money and Credit (1961) ~esto J1~
al
po. la llu11t Commus1011 Rej)(Jrt (1971). Goldsmith (1969) trata de hacer algunas comp!aciones ge-
d')nde es alta, y habría así una tendencia hacia la compen.sución de la tasa de ga· nerales sobre d u~ma de la estructura financiera y el des~rrollo.
nancia.
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS DINERO, CRWITO Y FINANZAS 281
280

b) Compañías en comandita por acciones y mercados simplemente en una forr."la totalmente independiente de las variaciones en los
de capital ficticio ingresos pr~v~stos. Hay otras consideraciones que modifican aún más el precio,
como la fac1hdad de venta en el mercado, la seguridad, el plazo de tenencia, los
impuc~;tos, etc. No necesitamos ocuparnos aquí de estos detalles, puesto que lo
Ya vimos en e!. capítulo V que si el capital quiere extend~rse y s~brevivi~ ~e tiene
que liberar de las restricciones impuestas por los negoc~os de upo ~am1har. L.a que nos interesa es la relación entre los precios en general y los valores reales que
forma de organización corporativa desatí> toda la potencia de.l c?mb10 tecnol~~: deben representarse eventualmente. Esta relación nos proporciona una clase im-
co y organizacional, estimuló la producción de nu~~os conoc~m1e.~tos y perm1uo portante para tratar de explicar cómo y por qué los valores (precios) ficticios al·
que se lograran economfas a escala en la producc1on, orgamzac1on y mercado· camados a través del sistema de crédito pueden quedar tan lejos de los valores
tecnia. Esta forma de organización separó a los dueños de los gerentes, y llevó a expresados en "la base monetaria".
una forma de financiamiento que liberó el capital-dine·:o como un poder ~nde· En el caso de las compañías en comandita por acciones, el capital real (en forma
pendiente, como propiedad capitalista pura que está fuera de la producción~, de ferrocarriles, planta productiva, etc.) existe realmente, y el tftulo de pro-
piedad qu~ da un dividendo (in~erés) está respaldado en uno y otro grado por
circulación de mercandas.
Las corpor J.ciones organizadas de acuerdo con el principio de la sociedad en una capacidad real para producir plusvalfa. El problema es discernir la firmeza
comandita por acciones juntan dinero vendiendo acciones y, bonos a los capita· d~! .respaldo, y la única forma en que los inversionistas pueden averiguar esto es,
listas en dinero. El dinero reunido se pone a trabajar como capital para producir p1d1endo que se les revelen totalmente las finanzas de la compafüa. De lo contra-
plusvalfa (esto es, suponiendo que la empresa tenga otra intenció~ que no s~a la rio, }as corporaciones pueden encontrar formas de parecer más fuertes (o mAs
de una "pura estafa"). Los inversionistas conservan sus tftulos de propiedad y reciben débiles) de lo que son realmente, y de acuerdo con esto manipular los precios de
intereses (fijos o variables, según sea el caso). Los títulos son simplemente de· sus acciones. Por ejemplo, se puede usar d:nero prestado para suplementar los
rechos (que se pueden vender en el mercado) a una participación en la prod~c· pagos .de dividendos y así fomentar más inversión en una empresa que parece
ción de plusvalía futura. Los inversionistas pueden retirar su dinero en cualqmer lucrativa aunque no lo es (este proceso se conoce como stock waten'ng y fue muy
momento vendiendo sus acciones y bonos a otros inversionistas. Estas compras y común a principios del siglo xx). 16
ventas llevan a la creación de un tipo especial de mercado, el mercado de valo· Los mercados de mercancías generalmente operan con el valor real acechando
res. Éste es un mercado de capital ficticio, para la circulación de los derechos de en algún punto del horizonte, y, dejando a un lado los casos obvios de estafa, los
inversionistas simplemente especulan sobre las condiciones de realización de los
propiedad como tales. . . .
Los derechos de propiedad vit:nen en muchas formas. En prmc1p10, los Utulos valores en diferentes lugares y tiempos. Esa actividad especulativa es útil en el
de cualquier tipo se pueden comprar y vender. Los gobiernos pueden ve.nder de- sentido de que, si no se somete a demasiada manipulación, puede llevar a una
rechos a una porción de los impuestos futuros. Los derechos a la propiedad de compensación de los precios. Los mercados de mercandas futuras pueden reali-
mercancías se pueden vender sin que estas cambien de mano realm~nte, o, como zar una función similar, proporcionando una gula a los dueños de mer.:ancfas
sucede en los mercados de m ~rcancías futuras, antes de la producción real de la~ sobre si deben almacenar o sacar al mercado dichas mercancías en determinado
mercancfas. Los derechos a la tierra, los edificios, los recursos naturales (p~rfo· momento. Empero, esto requiere que se prevea el valor futuro de la producción
ración de petróleo, derechos a la exploración de minerales, etc.) también se en. f?r.ma de mercancías. Los mercados de hipotecas (precios de la tien a y de los
pueden vender y comprar. Existen, segú~ parece, .tantas c~ase~ de mercados de ed1f1c1os) presentan problemas aún más complejos, que se pueden clasificar sólo
cápital ficticio como hay formas de propiedad baJO el cap1tahsmo. después de una investigación detallada de la renta como una categorfa económi-
La complejidad de estos mercados es asombrosa, y esto ha dado lugar a que ca (véase el cap. XI).
surja una gran variedad de instituciones. y mecanismos esp~cializados que se ocu· La deuda del gobierno es igualmente difícil de clasificar. Marx la consideró
pan de los problemas esp~cíficos relacionados coi:i las d1ferent.es clases de de- como una forma puramente ilusoria de capital ficticio. El dinero representado
rechos de propiedad (por ejemplo, el mercado de hipotecas funciona de una ma· por la deuda nacional ya fue gastado desde hace mucho tiempo (engueras, gas·
nera muy diferente al mercado de futuras mercancías). No obstante, todos estos tos del Estado, etc.), por lo que los inversionistas compran derechos sobre la
mercados tienen una cosa en común. Los títulos de propiedad son "duplicados ?euda, que es respaldada simplemente por el poder del gobierno a gravar con
en papel", qut"' en sí mismos no tienen rnlor, aunque circulan con un precio. Esto 1~puestos la producción de plusvalía. Esta clasificación ciertamente es apro-
da lugar a dos p~eguntas: primero, ¿qué es lo que fija los precios? y segundo, ¿es piada para la mayoría de las deudas nacionales, piero existen también formas de
el título un duplicado de algún valor real? .
Lo que fija el precio de los títulos de pr~pieC:ad son general~ent~ los mgresos 16 Algunos ejemplos espectaculares de especuladores que hicieron millones devaluando las inver·
presentes y los futuros previstos a los que uene derecho el prop1eta~10 del titulo, siones de otras personas, se pueden encontrar en la historia del trinsito en masa de las finanza'! en la
capitalizados a la tasa actual de interés. P.uesto. que lo que de~ermma la tasa .de década de 1890 y principios de 1900; véanse Hendrick (1907) y Roberts (1961) contra el fondo descrito
interé!; es la oferta y la demanda de cap11:al-dmero, los precios pueden vanar por Cheapc ( 1980).
282 DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS DlNERO. CRIDITO Y FINANZAS 28.S

gastos públicos que no er.cajau dentro de este modelo. Si una e~presa munici- ahorros y de préstamos y las sociedndes consu uctoras, los sindicatos de crédito,
pal, financiada con préstamos solicitados al mercado d: capnal, vend~ una las cuentas de ahorros por correo, etc. movilizan ahorros que provienen de una
mercancia (electricidad, gas, agua, transportes) a un precio que crea suficientes cantidad existente de valores. Bajo estas condiciones, es imposible ahorrar antes
ingresos para pagar el interés sobre la deu~a ~ ~eja lo su~ciente para la exp~~­ de que se produzcan los valores. Esta restricción no se aplica a los bancos, qlle
sión ulterior de los negocios, entonces en princ1p10 no es diferente a la compan!a dan crédito y crean valores-dinero por virtud del crédito que dan. Los bancos
en comandita por acciones. La única diferencia está en su forma de propiedad y crean valores-dinero ficticios cuando sustituyen por sus prop¡os giros las letras
en sus facultades para fijar los precios. Si la actividad está subsidiada parcial o de cambio que los capitalistas (y otros) circulan entre si. Estos valores-dinero fic-
totalmente por los impuestos, entonces el asunto comienza a tomar un aspecto ticios se pueden prestar como capital. Esto significa que los bancos pueden con·
muy diferente. Sin embargo, hay m~chas actividade~ .producti~as que puede vertir una corriente de dinero que está siendo usada como med.io de pago en
emprender el Estado respecto a la infraestructura f1S1ca y soc1~l (como pcr capital-dinero "libre". Pueden crear capital-dinero antes de la producción de los
ejemplo la salud y la educación). Al mejorar las fuerLas productivas de .la so· valore~:. El único límite a esta capacidad está en la necesidad de mantener cierta
ciedad, el .ütado puede contribuir, directa o indirectamente, a la pro?':1cc1ón de reservé. de <linero para hacer frente a cualquier demanda súbita de dinero de
plus"alia. El dinero invertido en la deuda del Estado no cesa automat:..cameut-e parte de sus clientes. El ase<lio al banco oct•rre cuando los depositarios pierden la fe
de circular como capital simolementt! porque entra dentro de la estructura de en el dinero-crédito del banco y tratan de obtener en su lugar "dinero-real" (la
las finanzas oúblicas. El capital a interés puede continuar circulando si el mercancía-dinero o una oferta legal de pago_ respaldada por el gobiemo).
aumento en l~ producción de plusvalía logrado por medio de !nversiones c!stat~les La capacidad de los bancos para crear capital-dinero directamente a partir
productivas genera los ingresos crecientes por concep~o de 1m~ue~t~s que for- de valores fic:icios es importante. Existe, como hemos visto, un problema perpetuo
man, a su vez, la base para los pagos de intereses a aquellos que invirut:ron en la bajo el capitalismo: encontrar los recursos inactivos 11ecesarios para que el capi-
deuda estatal. F..sta es, naturalmente, la teoría de los "gastos productivos" que iia tal pueda pasar de usos relativamente improductivos a usos más productivos;
servido de base para toda clase de actividades del Estado, 1 pero el. hecho d.~ que
7
siempre definidos, naturalmente, en términos de la producción de plusvalfa. En
ese resultado es posible no garantiza en ninguna forma que esas int\!rvenct.ones las primeras etapas del capitalismo, la acumulación originaria y la apropiación
estatales vayan a crear los valores reales. forzaron la reubicación directa o indirectamente (por medio de la usura). En
En todos estos casos, la relación entre los precios de los títulos y los valores reales erapas posteriores, la movilización de los ahorros vino a desempeñar un papel
que representan dichos titulos queda oscurecida. necesariame~1te'. Los propi~s importante. Sin embargo, a medida que la acumulación originaria declinó en im-
ingresos no están ligados directamente a la producc1~n de plusvaha, si.no 9ue :stan portancia relativa, y a medida que una proporción cada vez mayor del total de
mediados pN reglas de distribución y por una multitud de arreglos inst1tuc1ona- los ahorros de la sociedad se movilizó totalmente a través del sistema de crédito,
les que ayudan a coordinar la corriente de capital a interés, per? que. oscurecen la creación de capital-dinero a partir de Ja corriente de dinero dentro del sistema
la rdación con los valores reales. La oferta y la demanda de capital-dinero tam- bancario se convirtió en la fuente individual más importante de los recursos
bién interviene, puesto que los precios s.on util~d.ades capitalizadas a la tas~ de i~­ inactivos necesarios para forzar las reubicaciones de las corrientes de capital. La
tcrés. Sin emhargo, los mercados de capital ficuc10 son vitales para la ~up~rVIvencia 1ínica fuente aparte de ésta es el exceso de acumulación, pero incluso aquí la capaci-
del capitalismo, porque sólo a través de ellos se puede .~~gurar la cont~~u1da<l d: la dad productiva y el exceso de mercancías se deben primero monetizar a través del
corriente de capital a interés. Esta corriente, como d1J1mos en la secc1on ~nteno~, sistema bancario para que puedan ocurrir las reubicaciones. Además, la capaci-
realiza algunas funciones vitales de coordinación. Los m~rcados de capital. ficu- dad del sistema bancario para generar una oferta de capital-dinero antes de la
cio proporcionan formas de coordinar a la fuerza coordinadora en la sociedad producción del valor real aumenta con el volumen creciente de las transacciones
capitalista. del mercado y la proporción creciente de esas transacciones logradas a través del
sistema bancario.
e:) El .sistema bancario Marx se enfoca en el papel de los bancos más bien que en otras clases de inter-
mediarios financieros precisamente porque los bancos combinan funciones ,no- ·
La distribución entre los bancos y otros intermediarios financieros es importante.'ª netarias y financieras. Como concluye correctamente De Brunhoff (1978, p. 57),
Los bancos de ahorros, los fondos de pensión y de seguros, las asociaciones de "el sistema bancario es el sector estratégico del sistema de crédito" porque los
ba11cos son "las únicas instituciones que combinan el manejo de los medios de
17 El Barón de Haussmau fue el primero que introdujo esta idea de los "gastos productivos" del pago y del capital-dinerc". Estos dos papeles se complementan entre sí perfecta-
Estado en su programa de re•:onstrucción de Parls durante el Segundo Imperio ~véase, Pinkney, mente ya que el progreso de la acumulación requiere la creación de valores ficti-
1958). Esta idea ya se ha generalizado ahora en la mayoría de las teorías burguesas de las finanzas
públicas. Las teorfas marxistas del fatado son e11 panicular reticentes en su forma de manejar esta
cios en forma de dinero antes de cualquier producción real. Sin embargo, como
potencialidad, aunque Barker ( 1978) da una interesante estructura que merece ve~se en detalle. ya hemos dicho anteriormente (véase .sufJra, pp. 247-249), la capacidad de los ban-
J.i Guriey y Shaw ( J 960) discuten esta distinción en forma útil, aunque en términos burgueses. cos para crear dinero-crédito sin restricciones representa una eterna amenaza a la
DINERO, CR~DITO Y FINANZAS
284 DINERO, CRtDITO Y FINANZ ~5 285

calidad del dinero como medida de valor. Esta amenaza se duplica y se triplica a
d) Las instituciones del Estado
medida que la creación de valores ficticios se convierte en una necesidad en vez
de ser simplemente una tentación pasajera.
Bajo esas circunstancias, la potencialidad para es.pec~lar en. exceso es eno~e, Los si~temas de crédit~ .modernos, generalmente exhiben un alto grado de in-
Los valores ficticios (dineros-crédito) son puestos en c1rculac1ón como capital y tegración entre sus actividades privadas y estatales, mientras que toda una rama
convertidos en formas ficticias de capital. Como resultado, "la mayor p:irte del del aparato estatal se ha entregado ahora al manejo directo o indirecto del s=ste-
mismo capital bancario es puramente ficticio y se halla formado por dtulos. de ma de crédito. Las razones de ese alto grado d.:: participación estatal no son
deuda (letras de cambio), titulrn de la Deuda pública (q.u~ repre~e~tan capital dificiles de señalar.
pretérito) y acciones (asignaciones que d.an der~cho a percibir rend1m1entos ~u·t~u· . La acumulaci?n requi~re una corriente libre y sin trabas de capital-dinero a
mte~és. ~ta corriente se llene que mantener a fesar del exceso de especulación,
ros)" (El capital, 111, p. 44~). Marx dedica págmas enteras a relatar con fru1c10~
ejemplos de cómo ocurre "el colmo de la distorsión" dentro d~I sector b~ncar10 I? d1stors1ón ~~odas las ~emás "formas absurdas" que inevitablemente genera el
s1st~ma de cre?1to. ~ evidente que se requiere algún tipo de regulación si la circu-
del sistema de crédito. La gravedad de la amenaza para la cahdad dt·I dm~ro es
l~c1ón del capit~I a mterés ha d~ se~ir adel~nte libre de alteraciones sev~ras y cró-
obvia. nicas. La capacidad de los cap1tahstas en dmero -los banqueros y financieros-
La respuesta, como vimos en la primera se~ción de este libro, e~ crear un.a
jerarquia de instituciones con el expreso propósito de proteger la calidad del d1· para r~gul~rse as< n:iismos (sin impor.tar cuán perspicaces puedan ser respecto a
nero. Dentro de cualquier pais existe generalmente un banco central que se en- sus obhgac1ones hacia la clase cap1tahsta en gener:il) está limitada estrictamente
cuentra en la cumbre de esta jerarquia (dejamos a un lado por el momento los por su posición. competitiva en relación con los demás capitalistas en dinero, y su
aspectos internacionales del problema). Si el hecho central ha de cumplir su tarea, lea.ltad de facción de~tro de .la es~ru.ctura interna de las relaciones de clase capi-
t~hstas. Una .~e?'1lac1ón de ~:po hm1tado se puede lograr bajo el oligopolio (por
debe impedir que los valores ficticios se aparten de~asia~o de los _valore~ de las
mercandas reales. El banco no puede imponer una identidad estricta -mduso ejemplo, los cmco grandes bancos de Inglaterra hicieron una labor bastante
suponiendo que tuviera el poder para hacerlo- porque eso negarla l~ ~produc· buena dt· regularse~ sí mismos hasta hace poco tiempo), pero los poueres regula-
ci6n de capital-dinero libre para fonar nuevas formas de acumulac10n, pero dores firmes necesariamente descansan en el monopolio, y este último debe nece·
sariamente caer bajo la reglamentación del Estado. Por tanto, los bancos centrales
tampoco puede permitir que 1a cre~ción de dinero-crédito se salga de ~~s li'!'ites.
no son el (mico eje del sistema de crédito moderno, sino un punto central de
Aquí está lo que incluso los economistas burgueses reconocen como .el arte más
control dentro del aparato estatal. ·
bien que la "ciencia" de la dirección de la banca central (véase N1ehans, 1978,
Si? embargo, la necesidad de una reglamentación del Estado no comienza y
capitulo 12). . . . .. term~na con el Banco central. Cuando los capitalistas en dinero no regulan sus
El resultado es que "el banco central es la piedra angular del sistema de ~rédito y
"la reserva de metálica como garantia de la convertibilidad de los billetes lle prop10s excesos, el Estado tiene que intervenir para eliminar las peores formas de
abuso en la Bolsa de valores (stock-watering y otras formas de estafa), mientras
banco" (El capital, 111, p. 535). Esto significa que el banco central, despojado de
que las barreras a la oferta de capital-dinero pueden ser eliminadas por medio
su lazo directo con una mercanda-dinero implicada por la frase "reserva de me·
tal", necesita regular la corriente de crédito al tratar de preservar la calidad del de g~rantias estata.les p~ra los depósitos y los ahorros. El Estado también puede
cons1de~ar necesa.rio estimular ciertas clases de corrientes de crédito por razones
dinero. Existe entonces una tensi6n entrt: la necesidad de mantener la acumula-
e~on~m1cas o ~0~1ales (por esta razón generalmente se pone a un lado el finan-
ción por medio de la creación de crédito, y la necesidad de preservar la c~lidad
c1am1ento .de v1v1endas como •ma clase especial de mercado de cr~dito). El &ta·
del dinero. Si se inhibe la primera, terminaremos con un exceso de acumulac16n de
mercancias y una de•raluaci6n específica. Si se permite que se eche a perder Ja do. p~ede incluso fundar instituciones de crédito con propósitos especiales (para
calidad del dinero, tenemos una devaluación generalizada por la via de la inflación cred1to a~icola. desarrollo de proyectos en zonas poco prósperas, préstamos a
cr6nica. Éstos son los dilemas de los tiempos modernos, pulcramente presentados. los negocios pequeños, préstamos a estudiantes, etc.). El sistema de crédito es
entonces, un campo importante de acción para la polltica estatal. '
Los sistemas monetario y financiero están unidos dentro del sistema bancario
En muchos aspectos, estas intervenciones del Estado se pueden considerar co·
y, dentro de la nación-Estado, el banco ce~tral se co_nvierte en el ~er regul~dor
~o opcion.ales o contingentes, porque dependen del éxito o fracaso de los ca pita·
supremo. Lo que sucede en efecto es lo sigwente: el SIStema de credito .propo1c1ona
un medio pz.ra disciplinar a los capitalistas individuales, e incluso a facciones enteras hstas en d:nero para regularse a si mismos, o del estado general de la lucha de
del capital a los requerimientos de clase, pero alguien tiene que regular a los re· clases e~presada a t~avés del ap~rato estatal o dentro de él. Sería tonto nl!gar que
la poliuca monetaria y fiscal uene un contenido politico fuerte y abrumador.
guiadores. El banco central se esfuerza por llenar esa función, pero como estos
Emper~, también es necesario entender que el Estado nunca puede escapar ;i su
poderes reguladores están en manos de una facción especifica del capital, c.asi es·
obligación general de regular, y que la intervendón estatal institucionalizada es
tán destinados a que se les pervierta y se les socave. Esto nos trae directamente a
la cuesti6n de la participación del Estado en los asuntos monetarios y financieros. una respuesta inevitable a la internalización y exacerbación de las fuenas
contradictorias del capitalismo dentro del propio sistema de crédito.
DINERO, CRÉDITO Y FINANZAS

286
. . . lica ue los poderes del Estado tienen que
Dicho en ténnmos sociales, esto i~p q l . l' t en dinero· esto lleva
l 1 perac1ones de os caplla is as ' 1
ser invocados para regu ar asº. . . . ··n controla al Estado? F.n términos
. 1 pregunta s1gu1ente. e.Y quie ·1·
inmed1atameno:e a a 1 poderosas contradicciones mov1 iza· X. EL CAPITAL FINANCIERO Y SUS
teóricos mis gen~rales, encontr~mos quee::n contener sólo apelando a arreglos
das dentro del sistema de crédito se ~u. e esto nos lleva a considerar cómo CONTRADICCIONES
instituciona!izados de un orde7 m:s al~:~ ye~~re el capital y el trabajo así como
los antagomsmos fun~amenta es e ~están inte ados dentro del Estado. Éstas
entre las diversas facciones de ambo . ta!;es que desgraciadamente caen EL ::oNC.l::l'TO del capital financiero tiene una historia peculiar dentro del
son naturalmente, preguntas enormes e im.;or 19 •
pensamiento marxista. El propio Marx no usó el término, pero legó;;. la posteri-
fue~a del radio de acción de la presente o ra.
dad una serie de escritos no muy coherentes sobre el proceso de circulación de di-
ferentes clases de capital-dinero. La definición del capital financiero que implica
Marx es la de un tipo particular de proceso de circulación de capital que se
centra en el sistema de crédito. Los escritores posteriores se han inclinado a
abandonar este punto de vista del proceso, y a tratar el i:oncepto en términos de
una configuración particular de alianzas faccionales dentro de la burguesfa, un
bloque de poder que ejerce una influencia inmensa sobre los procesos de acumula-
df>n en general. Sin embargo, apartr-: de la obra básica de Hilferding, sobre este
tema, y la iníluencia que tuvieron algunas de sus ideas sobre el trascendental ensa-
yo de Lenin sobre el imperialismo, el concepto sigue sin analizar. Ha pasado el
folclor de la teoría marxista con pocos intentos de debate.
Desde esta posición privilegiada, los marxistas han resucitado periódicamente
e~te concepto cada vez que consideran que es apropiado desde el punto de vista
polémico o científico. Claro está que e] uso del concepto por este o aquel escritor
frecuentemente atrae comentarios crfticos, y ocasionalmente surgen amargos de-
bates sobre preguntas de este tipo: ¿los banqueros controlan las c.lrporaciones o
las corporaciones controlan a los bancos?' Sin embargo, los debates por lo gene-
ral se ct·ntra11 en la manera en que está constituido un bloque de poder Jlamado
"capital financiero", y la relativa imponancia de este bloque de poder en relación
con otros bloques. Empero, por lo general no se interroga sobre el motivo princi-
pal de que se haya constituido ese bloque de poder ni la necesidad social de su
existencia.
El objetivo de este capítulo es establecer un 'contraste entre la perspectiva del
capital financie.·o como un proceso, y como un bloque de poder, y mostrar que
una exploración de la primera, con hincapié particular sobre sus contradic·
cienes internas, ayuda a identificar las fuerzas de contrapeso que crean y soca-
van a la vez la formación de bloques de poder coherentes dentro de la burguesfa.
Al mismo tiempo argumentaré que la comprensión correcta de los procesos tiene
cierta prioridad en la teoría marxista porque nos da ideas mucho más profundas
sobre la dinámica de la acumulación y la formación de las crisis que los sondeos
en los intrincados mecanismos de la formación de bloques de poder. El caprtulo
tl 1 odas marxistas recientes s:>bre el Estado están bastante concluye con una teoría sec(lnd·cul de las crisis que se esfuerza por integrar la
l!IDesgraciadamente, gran parte e :;rtfa relación entre el Estado y los sistemas monetarios y de
comprensión de las contradicciones inherentes en el capital financiero como un
mal informadas ~uando ~e.~rata de ent~n inión fundamental para interpretar gran parte ~e I? que
crédito. Esta úluma relac1on es. en m1 ~p : d d 1 'nstituciones estatales bajo el capnahsmo.
hace el Estado, asi como la estructura ~1í~en~1a ~oí~ ;sd~riva precisamente de su sensibilidad a es· 1 Véanse el debate entre Fitch y Openheimer (1970) y Sweezy (1971) y sus diversos ecos en Hennan
La cualidad más destacada de la obra e e run ( 1973: 197!1) y Kotz ( 1978).
ta rdadón. 287
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES 289
CAPITAL FINANCJiRO Y SUS CONTRADICCIONES
288
visión que existe entre las compras y las ventas que fue el motivo por el que
proceso con la comprensión de los problemas del desequilibrio en la producción Marx rcchaz6 la Ley de Say--· se puede salvar, y la producción se puede armoni-
expuestos en los capítulos VI y VII. zar con c·I rnnsurno para asegurar la acumulación equilibrada. Cualquier
aum<"nto c•n la corrirr.tc n<" crédi10 para la construcción de viviendas, por
c·jr1111.l11. :;i1v1· 1'º< o 1·11 J;i a1·111alid;11l :-¡j 110 se· cJa un aumc11l0 paralelo en la co·
1. t:J. SISTEJ\.IA DI~ C:Kf:nrro SEGÚN MARX rri<·u1t· dl' rinanciarnicnlO hipotecario para facilirar las compras de casas. El cré-
dilo :w purdr usar para acdcrar la producción y el consumo simultáneamente.
En el capftulo 1x consideramos en detalle las diversas f~nciones té~nicas Ylos b~ne· Las corrientes de capital fijo y circulante también se pueden coordinar a través
fidos que el sistema de crédito confiere a la circulación d~ capital. Tomándolo del tiempo por la via de ajustes aparentemente simples dentro del sistema de cré-
como un todo integrado, el sistema de crédito se puede co~s1dera~ como .una espe· dito. Todas las conexiones en el proceso de realización del capital, excepto uno,
cie de sistema nervioso central por medio del cual se ~oord~na la circulaci~n. global se pueden poner bajo el control del sistema de crédito. La única excepción tiene
del capital. Pennite cambiar la ubicación del capital-~mero en~re acuvi~a?es, gran importancia. Aunque la gente puede adquirir insumos y deshacerse de los
empresas, sectores, regiones y pafses. Fomenta la continuidad ~e diversas ac~iv~?a· productos con la ayuda del crédito. no hay sustituto para la transformación real
des un.i naciente división del trabajo y una reducción en los tiempos de rotacmn. de la naturaleza a través de la producción concreta de valores de uso. Dichos va-
Fa~ilita la compensación de la tasa de ganancia y arbitra entre las fuerzas que .tra· lores pueden quedar sometidos al control giobal de clase sólo cuando el finan-
tan de lograr la centralización y la descentralización del capital. Ayuda a coo.rdmar ciero y el industrial son la misma persona (iJea que tanco Lenin como Hilferding
las relaciones entre las corrientes de capital fij.o ~ circulante. La t.asa de interés adoptaron posteriormenle). ·
hace a un lado los usos presentes por los requenmientos futuros, mientras que las Consideremos, en segundo lugar, aquellas relaciones "antagónicas'' de distri-
formas de capital ficticio enlazan las co~rientes de capital-dinero actual con la bución que actúan como una barrera a la producción y realización de plusvalia
previsión de los frutos futul'os del trabajo. . como un proceso continuo. ¿No se puede modificar la participación distribucional
El capital a interés puede desempeñar todos estos papeles porque d dmero de salarios, rentas, interés, impuestos y ganancias de la empresa por medio del sis·
representa un poder social generc.l. Cuan?o está co~ce?trado en manos de l~s tema de crédito? Los sabrios ciertamente pueden ir disminuyendo poco a poco a
capitalistas -una concentració~1 que re~eJa la ap~op.1ac1ón de plusvalta ~ el d1· causa de una inflación alimentada por el crédito, y los ahorros de los trabajado·
ne ro llega a expresar el poder de la propiedad cap1ta.hstafuera de cualq uer pr~­ res se pueden movilizar igualmente como capital a través del sistema de crédito,
1

ceso especifico de produc.:ión je mercandas. El cap1tal-dmer~, cuando se mo~1· uuizá para devaluarse en el moment.o de una crisis (El capital, III, p. 476). Están
liza por medio del sistema de cr~dito, puede operar como capital de suyo comun también las "formas secundarias de explotación" -hipotei:as y crédito al consu-
de /lJ clase [capitalzSta] (El capztal, 1.11. p. 353). . . . . midor, por ejemplo- por las cuales se pueden modificar los ingresos reales de
Cuando está correctamente orgamzado y manejado, el capital-dinero a~asa los trabajadores (p. 569). Además, las compras y ventas i:le tftulos scbre ingre;;os
do por medio del sistema de crédito tiene el poten.cial para afinar la. ~áquma .de futuros de cualquier tipo integran otros aspectos de distribución (la ap1opiación
la acumulación por medio de la elaborada coordmac16n de las. dec1S1ones de in· Je rentas, impuestos y ganancia de la empresa) dentro del sistema general de circu·
versión que se toman en una economla. Indiferente.ª cualquier uso especifico ladón del capital-dinero. El sistema de crédito también facilita la centralización de
que se le dé, este capital-dinero se puede ~sar. par~ 1~~oner la voluntad de la capital, y permite que el capital se libre de las ataduras de la empresa familiar y
clase capitalista como colectividad a los capatahstas md1V1duales. Cuando los. ca· opere como capital corporativo; los arreglos distribucionales dentro de la clase
pitalistas individuales, actuando egofstamente y tratando de llevar al máx1m~ capitalista se pueden modificar en esta forma, y se puede manejar el grado de
sus ganancias en un ambiente competitivo, adopt.a~ tecnologt.as y toman de~1- cencralización y descentralización (véase el capitulo V). Si hay un arreglo distri-
siones que no concuerdan con la acumulación equ1hbrada, el sistema de c~é~1to bucional perfecto para asegurar la acumulación equilibrada, enLonces los ban·
ofrece la esperanza de controlar esa cond~ct~ errática. La honda contrad1cc16n~ cos y el crédito proporcionan medios potenciales para convergir sobre ese punto
entre las conductas individuales y los requenm1entos de clase, que, como argume de equilibrio.
tamos en el capitulo VII ejerce una influencia desestabilizador~ ~a~ poder'lsa sob~e Supuficialmente por lo menos, el sistema de crédito contiene ci potencial pa·
la trayectoria de la acumulación, aparece contro.lab~e, qmza m~luso reconc1· ra salvar los antagonismos entre la producción y el consumo, entre la producción
Jiable. Se puede imponer estabilidad sobre un cap1tahsm~ anár'!u1co Y poco c~· y la realizacif>n, entre l0s usos presentes y el trabajo futuro, entre la producción y
ordinado por medio de la organización correcta y el manejo del sistema de créd1· la distribución. También proporciona medios para arbitrar entre los intereses
to. O por lo menos así parece. . . individuales y de clase de los capitalistas, y así detener las fuenas que conducen
El inmenso poder potencial que reside dentro del ~JStema de cré?,'to merece a la crisis. Armada con este instrumento tan poderoso, la clase capitalista tiene
que se le ilustre más ampliamente. Consideremos pnmero .la r~!anon entre la todo tipo de incentivos para perfeccionarla. Además, hay muchas pruebas de
r
proqucción y el consumo (véans.e l?s caps ..m VI). Una ub1cac1on correcta d:~ que cada crisis sucesiva del capitalismo ha obligado al sistema de crédito a tomar
crédito puede asegurar un cquihbno cuanmauvo entre estos dos sectores. La d1
CAl'IT/\I. FINANCH:RO Y SUS CONTRADICCIONES 291
\.APITA!. FIN/\N\.IEIW y sus r.oNTR/\l11CCIONI·:s
2!111

. . d •;u resolución (un espléndido ejemplo es la Como el poder con que está investido el capital común de la clase se presta a la
nuevas configuraciones en el curso e . fi . de Estados Unidos en la décad l apropiación y explotación individual. el sistema de crédito llega a ser el foco de
t •6 d' . 1 de la estructura manuera l l
transmrrnaci n ra ica . . . b. ico que aparece en el capitu o IX: e intensas luchas faccionales y juegos de poder personales dentro de la burguesía.
1
de 1930). Todo esto confirm~ ~ menshaJet'i::po sin el sistema de crédiw. que se El resultado de esas luchas de poder es evidentemente importante. No obstante,
. r
capita ismo no
puede sobrevivir mue o
. r las coordinaciones que permue.
. Marx le presta muy poca atención. Es casi como si lo considerara un conflicto
vuelve cada dia mas elabor?do po . d risis? La respuesta de Marx es que obvio en la superficie de la sociedad burguesa, un conflicto que oculta un con·
. · s que siguen ocurnen o e . .. d
Entonces, e.como e b'. . . l'mitaciones de Ja valonzac1on e 1 ca· junto de relaciones subyacentes mucho más profundas entre la circulación del
el crédito "hace desaparecer tamt ien cst,1~s igeneral" (Grundrúse. 11. p. 45). Lo dinero a interés como capital, y los procesos de producción de ¡:>lusvalía. En este
. l a l e 1evar la solamenl<' a su iorma• m.
pita . . .• , larwt sude empeorar 1a:-. cm;,1s ••. <·apitulo ('S)><'ro mostrar que la teoría del capital financiP.ro como ur. proceso, a
. l ·.. . t' rl uso (1t• 1 crr< 1110, a 1· • n' • · 1 . difcrc·ncia de la teoría de un conjunto determinado de arreglos institucionales o
que quiere e cc1. es qu . l l l mas que surgen en el intcrcam Jto y
porque sólo puede ocupars~. de .º~ pro>_ el. ·... muhinul <Ir circuns1andas ('ll un cntálogo sohr<· qui<-n domina :1 (¡11ién dentro ele la burguesía, revela muchas
1 l 1 • I· >rmlucnon. l'.x1su·n, .u' m.1s, .. · co'ias :ml111· la tli11:í111ica contradi1.:wria de la acumulación que de lo contrario
nu1wa te oi. ' ( ,1 1 .••. 1 •. 1. . ·cio t'rrúncas a los produ<'ton•s } ,1s1
que el crédito puede generar sena es t ' pi.'. exceso de acumulación. Exami· seguirían escondidas.
agravH las tendencias ha~ia la dcsp.roporcion y La tercera barrera que impide que el sistema de crédito haga la función de
nemos algunas de estas ci~cun~ta~cias. de ganancia (a la cual ayuda el sistema afinar la acumulación proviene de que el capital-dinero no discrimina particu-
Primero, la co~pensación e a t~sa lera en vez de disminuir la lucha por larmen1 e de dónde viene el dinero o a dónde va. Por ejemplo, los ahorros de todas
de crédito) perfecciona la competenbc~a yace l' 'co Esto también asegura que las las clases sociales son agrupados de tal manera que cualquiera asume el papel de
· t avés del cam io tecno ogi ·
la plusvalia relauva a r . d oducción más bien que de acuer· ahorrador sin importar cuál es su posición social. 1 os ahorros de los trabajadores
• · mbien a sus precios e pr .
mercancias se mterca l . l ado del cambio tecnológico y 1as se· se mezclan con los de los capitalistas en dinero en formas que a menudo los vuel·
do con sus valores. Puesto que e rumo lace er . de producción son la causa de ven imposibles de distinguir. El poder del dinero que se reúne por la vfa del siste·
d d cci6n que dan os precios •
ñales erróneas e pro u ión odemos decir que, a este respecto, e1 ma de crédito tiene una base social extraordinariamente amplia. Cualquier
1
la te1idencia al exceso de a~umu ac • .f¡brio en vez de disminuirla. cambio en la propensión a ahorrar de parte de cualquier clase de la sociedad
crédito exacerba la tend~ncta a~ des~á~' fiere cierta independencia a los fi· puede alterar el equilibric del poder entre los fin:mcieros y otras clases, particu-
En segundo lugar• el sistema e cr uo c~~sentantes del "capital en general". larmente los _capitalistas industriales.
nancicros y les da un lugar aparte ~orno redp. . inserta a si misma entre los El capital-dinero es igualmente indiscriminativo en cuanto a sus usos, puestCJ
otros mterme 1anos se . d' que generalmente fluye hacia los lugares donde hay utilidades apropiadas sin
Una "clase" d e b anqueros Y a una "clase" de capitahsrns en 1·
( hos de los cuales pertenecen dº . importarle de qué tipo son. Aunque esto permite que la circulación del capital a
que ahorran mu~ . italistas" (Grundrisse. 11, P· 256). Los m·
nero) y la "clase mdusmal de lo.::, cap 'é lle an a constituir una clase sepa· interés integre e incluso quizá discipline al gobierno, la deuda del consumidor y
gentes de las so~iedad~s pc·r acciones t~~~~ (E' capital, 111, PP· 369-372). El del productor, la especulción en bonos y acciones, las mercandas futuras y la ren·
rada que maneja el dinero de ~tras p d evas facciones o "clases" dentro ta de la tierra, no hay nada que impida que la inversión especulativa en la apro·
. . d l . t ma de crédito engen ra nu . . 1 ) S piación de ingresos se salga totalmente de control. Peor aún, una acumulación
crec1m1ento e sis e 1 do término para descnbir os · e
de la burguesía. _(Marx a menudo~~= :a 7t~i~tas en dinero. los financieros Y los de dl.!rechos (títulos) puede aparecer como una acumulación de capital-dinero, y
supone que las diferentes clases de 1 P.t la interés como el capital común ele los tftulos pueden continuar circulando aunque no se basen en la producción real.
dirigentes se encargan de desplegar~ ':pi a b'car el capital-dinero en una forma Por ejemplo, la especulación en tftulos de tierras totalmente improductivas
la clase capitalista en general, y que e Een u i orno individuos se ven obligados puede alimentar un proceso de acumulación ficticia si estos dtulos se pueden
~ •• 1 ) ción en general. mpero. e ·
que taci 1lt~ .a acumu ª d io interés 0 del de su facción. usar como una garantía para otras ventas y compras. Un ejemplo espectacular
por la competencia a actuar e~ pro e~ prop otros "caballer<•s d~ las altas ocurrió en Estados Unidos en la década de 1830, cuando los títulos de tierras que
Debido a su posición ventajosa. los l ~nquer~: ~rédito "como si fuese su capital estaban en manos de bancos y de individuos funcionaron como si fueran dinero;
.. d dedicar a explotar e sistema .• el auge del papel se detuvo con una sacudida cuando el presidente Jackson insistió
finanzas se p~e en . d "una buena parte de ésta [la acumu1ac1on
privado" y ast se pueden a_rro~1ar e ial El capital 111, P· 450). La "enorme en que todos los pagos destinados a la compra de tierras federales se hicieran en
real)" a ex¡:.ensas del cap.nal md~str 1 ~ de e.rédito da a "esta clase para. dinero metálico. Con frecuencia surgen circunstancias en que "parece duplicar·
. . • .. es posible gracias a sistema . se y a veces tripli<:arse todo el capital por el diverso modo a como el mismo capi·
centra l1zac1on que . ólo diezmar periódicamente a 1os
. d f b loso qu•' le pernute, nos d d tal o simplemente el mismo titulo de deuda aparece en distintas manos bajo di·
sitana un po er ª. u . : . . d 1 modo más peligroso en la ver a era
capitalistas industriales, smo mm1scu1~~e' de 1 poder social externo del dinero en versas formas" (El capil.al, lll, p. 443).
·• .. ( 511) La concentraciot. e d Lo que comt!nzó como un sano mecanismo para exp1esar los intereses colecti·
pro<luccion P· · . temente no está exenta de aspectos a ·
manos de la oligarquía financiera aparen vos de la clase capitalista, orno un medio para superar "las ataduras y barreras
versos.
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES 298
292

· h d la producciór." v así elevar las "bases materiales" del capitalismo a capitalista y proyecta las contradicciones internas del capiLalismo sobre el esce-
m erentes e · J • • ld l eso d"'
· l de erfeccio'n "se convierte en la palanca prmcipa e exc - nario mundial en una forma nueva. "No cabe duda", ('Scribe Lenin, que "la
nuevos mve es P · .. l · l fi · · pa ·an
·• d 1 ción". Las "formas absurdas de ca pu a 1cucio s. transición del capitalismo al escenario del capitalismo monopolista, del capital
plrod~cc1only e esp::i~en que ocurra el "colmo de la distorsión" den<.ro del s.1s· financiero, está c-on<>ctacla con la intensificación de la lucha por la repartición
a pnmer pano, YP l ·• l s contrachc·
'd'l Lo que comC'nz6 como una pu 1era so uc1on a a. del mundo". "El imperialismo", continúa Lenin, "es el capitalismo en esa etapa del
tema d e ere 1 o· · · h • l
· · l'smo se convierte en un pn>blema que ay que rcso ver. desarrollo en que se establece el dominio de los monopolios y del capital finan-
cio~:s c~~c~~~~~ ~u; saca Marx es que el sistema de cr~di~? pcrmi~e "~~~a ~x1;ª."~ ciero; en que la exportación de capital ha adquirido pronunciada importancia;
sión enorme de la escala de producción y de las ernpr.:sas ' la. susutu~1on e ca en que ha comenzado la división del mundo entre los consorcios internacionales, en
pitalista individual por formas "sociales"~ ~·asociadfs ~~ ~api:al (s~~;e:::;;t~: que se ha llevado a cabo la división de todos los territorios del globo entre las
acciones corporaciones, etc.), la scparacion entre os mgen es y . '.,n grandes potencias capitalistas". Las contradicciones inherentes del capitalismo
creación.de monopolios que requieren la interferencia del Estado, Yla a_par~c:~ están ahora expresadas en términos de un desarrollo cada vez más dramático del
de una "nueva aristocracia financiera". Todo esto "acelera el desarroll.~ rnate~a le capitalismo y una reestructuración radical de las relaciones de clase. Una
las f\terzas productivas" y establece el mercado mundial, pero tam~1e~.ac~ e~~ ~ oligarquía financieramente dominante respaldada por "los estados que tienen
formación de l~s crisis y trae al primer plano los "elen:ientos par~ a iso uc1.:m. poder financiero" compra la paz de los trabajadores en los p:iíses "medulares",
· 1· M rx dice que "Esto equivale a. la supresión del régimen de produc
de l caplta 1smo. a .• . r por tanto a fomentando la formación de una "aristocracia de los trabajadores", mientras
ción capitalista dentro del propio rég¿m~n d~. P(r;tucpc~:~ c~rt~;t~ 419 ). Í7_ ' que el resto del mundo es empujado a estados de dependencia, de servidumbre y
una contradicdón que se anula en s1 misma ca i a'. '. . . . de rebelión cada vez más hondos. La competencia dentro de la oligarqula finan-
exrendió mucho sobre estas ideas, pero la h1stona st lo hizo, lo mi~rno ciera y entre los estados que tienen poder financiero se incrementa en vez de dis-
Marx: no se . ri s subsecuentes. Por tanto, debemos conside· minuir. El resultado final son las rivalidades entre los imperialistas, y las
que vanos marxist~s en comenlta 'do d Marx cómo se deben llenar y adaptar
ó deben interpretar as i eas e • . 1 guerras. Así llega Lenin, comenzando con el concepto del capital financiero, a
rar e mo se . l realidades de las operaciones financieras del sigo xx. un análisis magnífico del imperialismo del siglo XX.
para que encajen en as r total·
s¡n embarqº• al hac::~ 1 :e~:~ios ~~~:rs~~e~~~:~~e:~~s~=~:a ~ºa~!r~~:z
0 frase Sin embargo, el contenido teórico del argumento de Lenin no está claro en lo
absoluto. No da detalles en ninguna parte sobre el concepto del capital financiero,
mente en nmguna pa q gn • . ,. El objetivo entonces es dar una
"una •:ontradicción que se anu ahen st rms_ma . to refleja l~s dilemas' de1 uso del
1 y la forma exacta en que este transforma las cont>adir.ciones internas del capita·
interpretación a esa frase y ver asta que pun lismo en rivalidades emre los imperialistas sigue estando oscura. Lenin sacó
crédito bajo el capitalismo. muchas de sus ideas, en forma algo ecléctica, de las estructuras de pensamiento
algo dispares propuestas por Hobson, Bujarin y Hilferding. 5 Sólo este último da
uaa base teórica muy firme al concepto del capital financiero dentro de una
2. EL CAPITAL FINANCIERO SEGÚN LENIN Y HILFERDING estructura marxista. Aunque Lenin criticó enérgicamente la línea política de
Hilferding, parece aceptar con una sola salvedad el concepto básico del capital
. .. - t n que se pasa del capitalismo financiero que presenta este autor. La (mica salvedad se refiere a las "euónea.;"
"El .;iglo xx"' escribió Lenrn, sena 1a e1 pun o e l l d . . . del ca pi·
viejo al nuevo, de la dominación del capital en g~~~:~ :o:ce~~:~:~1;:der social opiniones de Hilferding sobre el dinero. 4 J.enin nos deja en la oscuridad en cuan-
tal financiero". Los bancos, argumento .~arx,lp . 1· t olectivo" y así "su· to a la naturaleza de ese error, que como veremos próximamente, era crucial.
. perar como un so o capna 1s a c • Pero primero debemos considerar la contribución de Hilferding.
del dd.mer~ en su~ m;;<l~~·n~ sólo todas las operaciones comerciales e industriales, El formato global del argumento de Hilferding es una copia fiel del de Marx.
bor mar a su vo un d'd los industirales buscan el po·
sino incluso gobi~rnos e?te~o:i!:~;e r:~r~v:se;ef~:entralización del capital- el
Hilferding comienza examinando las diversas formas de dinero antes de proce·
uer a mostrar -como hicimos nosotros en el capítulo anterior- cómo y por qué
der del monopolio -prmc P . "El capital financiero" se de·
1 es esencial el crédito para la perpetuación de la acumulación de capital. Inicial-
capital industrial y b~~cano .su~I~ congiut~::sl~nos grandes bancos múnopo·
mente, los bancos meramente median las corrientes de dinero, pero el progreso
fine, entonce~, como el calpita . ~n~=\~s asociaciones monopolistas de indus·
lizadores, fusionados con e capita
s Hobson (ed. 1965), Hilferding (ed. 1970) y Bujarin (l972a). La obra de Bujarin fue publicada
tria¿:s·::;ligarquía financiera" que cm1tr.ola el ~inero tien~ co~~ ::s~r:d~a:c;~~ de.;pués de la de Lenin, pero se supone que cuvo influencia pueslo que Lenin le escribió un prólogo,
por lo menos un afio ames de publicar su propia obra sobre esce tema. Las extensas lecturas de Le-
financiero. Esta oligarquía transforma sistemáticamente e mo nin, como se manifiestan en sus notas, fueron documentados por Churchward ( 1959), y la cuntribu·
ción de Hobson ha sido examinada crfticamente por Anighi (1978).
2 Lenin (ed. 1970, vol. l, P· 703); las citas subsecuentes son todas de Imperialismo, Jase supen'or 4 Len in (ed. 1970, vol. l, p. 678). Las opiniones de Lenin sobre las limitaciones de la obra de Hil·
del capitalismo. ferdin3 aparecen en Churchward (1959, p. 79).
294 CAPITAL ... INANCIEKO \'SUS CONTl{ADICCIONES
Ct\l'ITAL. FINANCIERO Y SUS CONTRAUICCIONES
295
de la acumulación pone cantidades ca<la vez mayores de .capita.l.·d.inero en las
reglamentación de los precios, lo que eventualmente Jleva a desproporciones y
manoo; de los banqueros, que entonces no tienen más remedio que. ~Jar una parte
concradicciones entre la producción y la realización de la plusvalfa" (Hilferding,
cada vez mayor de sus capitales en la industria" e integrar sus act.1v1dades c~~ las
ed. 1970 p. 40). En pocas palabras, los convenios para fijar los precios no pueden
del capital induscrial. Puesto que los industriales.~btienen ventajas co!11peuuvas
abolir las crisis. El sistema de crédito, aunque está bajo el total dominio de la
(particularmente respecto a la escala de la operac1on) del acceso ~l capital banca·
rio deben asomarse cada vez más a las fuentes externas de capital para présta·
oligarqu~a. falla también, porque en el análisis final lo que determina la tasa de
m~. El capital financiero, dice Hilfenling (con aprobación de Lenin), interés es la dinámica de la producción de plusvalía y no al revés. Cualquier intento
de amoldar el dinero-crédtio a fin de estabilizar este sistema inherentemente ines-
table finalmente dará como resultado una crisis financie ..a. Hiltercling invoca
significa Ja unificación del clpital. Las esferas anceriorrn~nte separadas ~el capital .in·
luego, sin más explicaciones, la opinión de Marx de que en el curso de una crisis
dustrial, comercial y bancario escán ahora colocadas conjuntamente bajo la d1~ecc16n
de las altas finanzas, en que los capicanes de la industria y Jos b~n.c_os están ~mdos en
el sistema regresa necesariamente a sus "bases monetarias", desechando los nu-
forma personal e fntima. Esta asociación tier.e como base la ab.oh~1on de la hbr~ com· merosos capitales ficticios adquiridos durante la fase de prosperidad (ed. 1970,
p1:tencia entre los capitalistas individuales por las gra~des asoc1ac1~nes monopolm-.<l~­ p. 372). El proteccionismo, el imperialismo y las relaciones entre los estados,
ras. La consecuencia natural de toJo esto es un cambm en la relación de la clase cap•· así como cncre los seccorcs monopolista y no monopolista, son tratados como
talista con el poder csiatal. (Hilferdi.1g, ed. 1970, p. 409.) expresiones particulares de estas tendencic.s básicas haci.-. la formación de las cri-
sis, modificadas por el carácler oligárquico del capital financiero.
Hilferding trata extensamente, de nue~o con la apr~~ación de Leni~, sobre las Lenin difiere de Hilferding en dos aspectos. Primero, aunque parece aceptar
marijfestaciones inscitucionales de esta unidad; la creac1on de monopolios,_ consor· la identificación de las finanzas con el capital nacional en el caso de las principales
dos. convenios para fijar precios, operaciones de la Bo~a. de valores: etc. Senala q.ue poten~ias imperialist~s'.: ~en~do cambia a un concepto supranacional del capital
Ja especulación en títulos de propíedad ~o~as ficuc1as. de ca!11tal ~ecesana· financiero --una pos1c1on similar a la de Hobson- cuando se trata de analizar la
mente desempeña un papel crucial. La apanc1ón de una ohgarqu1a financiera cam· condición general del capitalismo mundhl. La formulación de Lenin es, en este
bia las dimensiones de la lucha de clases en formas importantes. Hilferding da aspecto, más ambigt!a que la de Hilferding.s En segundo lugar, se refiere al
por sentado que el Estado se convierte e~ un ag~nte del capital fina~ciero, y ~ue error de Hilferding respecto a la teoría del dinero. Lenin no nos ilustra en cuan-
el capital financiero opera como capital nac1o~al en. el. escenario mundial. to a la naturaleza de las implicaciones de este error, pero De Brunhoff lo ha
Luego formula una interpretación particu_lar.del 1mpenahsmo y de ~us contra· confrontado recientemente en forma directa. Consideramos que sus opiniones
merecen analizarse.
dicciones. La cadena de argumento es la s1gu1ence. .
La aparicif>n del capilal financiero (que en sí m~smo es un paso necesario pa~~ Hilferding, argumenta de De Brunhoff (1971, pp. 81-93), sigue a Marx en
perpetuar el capicalismo) requiere la interferencia del Esta?º. como lo prc~ro cuanto al formato únicamente. Su opinión del capital financiero como una uni-
Marx. Las políticas estatales, forjadas en. respu~sta a los requen~mentos del capital dad de capital bancario e industrial lo lleva a construir una "teoría financiera de
financiero, hacen que tenga interés pnmord1al exportar cap.1tal, en ve~ ~de ex· los fenómenos monetarios" donde Marx construyó una "teoría monetaria de las
portar productos. Las relaciones encre los estados (competencia, protecc~on: do- finanzas". La diferencia es importante. Marx construyó su teoría del dinero a
minio y dependencia) transforman las contradicci.~mes internas del ~ap1tahs!110 partir de un análisis de la producción e intercambio de mercancías sin referirse a
en un desarrollo poco uniforme y plagado de conflictos en el esc~?a~10 mundial. la circulación de capital. Al hacerlo, prim~ro identificó la contradicción entre el
Las contradicciones se expresan ahora en términos d_e un C.esequ1l~bno d~ f~erzas <linero como medida de valor y el dinero como medio de circulación, a fin de
entre los sectores de monopolio y los de no monopolio, entre la ohgarquia fman- sentar las bases para entender cómo se intensifica esa contradicción cuando el
ciera y "el resto" así como encre las. na~iones·Estado. Todo esto se origina en los dinero circula como capital. Esta contradicción desaparece casi totalmente de la
procesos básicos del desarrollo capnahsta. obra de Hilferding. Los fenómenos monetarios se reducen a "puros órganos de
Aquí Hilferrling (ed. 1970, cap. 17) apela a una ~e.rsión particular ele l? teoria las finanzas capitalistas", completamente bajo el control del capilal financiero.
de las crisis de Marx. Las variaciones en la compos1c16n de valor del cap1~~l, ~r· Hilferding describe al capital financiero <.:orno hegemónico y controlador.
gumenta Marx, deforman la~ señales de los precios y generan deseqmhbnos mientras que Marx lo describe como algo qu(' está atrapado en su propia red de
entre los departamentos que producen medios de producción y los q~e pro?ucen contradicciones internas. La contradicción central para Marx está entre lo que
mercancías-salario, entr~ la producción y el consumo, entre el .capital ÍIJO Y ~l él llamó el sistema fi"nanciero (el crédito) y su base monetaria. Hilferding cita Ja
circulante, etc. Los cárlels y los monopolios pueden controlar el ntmo ~el ca~nb10 opinión de Marx de que durante las crisis es esencial volver a la base monetaria,
tecnológico así como los precios, pero esto simplemente exacerba las d1st:rs1ones pero no explica por qué o cómo. Éste es el tópico de que nos ocuparemos ahora.
de precios entre los sectores monopolista y no monopolista: "l~s conv~mos para s Churchward (1959, p. 78) indica que Lenin incluso puso en duda el concepto básico de Hilfording
fijar precios no modifican, sino que vuelven más agudas, las d1slocac1one~ en la =
del capital financiero, escribiendo en su libro de notas: "¿No es suficicnle 1·on que el capital financiero
caphal banl'a1io?". Anighi (1978) hace hincapié en la <liferencia entre Hobson y Hilferding.
296 CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
1 CAPITAL FINANCIERO V SUS CONTRADICCIONES
297
3. LA
brecha e~tre el valor "inherente" del oro y el valor "reflejado'' del dinero como
CONTRADICCIÓN ENTRE EL SISTEMA FINANCIERO
V SU BASE MONETARIA
una. medida del valor de las mercandas que hace circular ese dinero.
sm. e~bargo, un.estudio de los procesos de circulación de capital indica que
el cap1t~h~mo debe ~r formando un sistema de crédito refinado y debe crear for-
Marx afirma frecuentemente que, en el curso de una crisis, el capitalismo se ve
obligado a abandona1 las ficciones financieras y reg~esar al ~und? del dinero en ~as ficuc1a~ de capital para poder sobrevivir. Luego los aspectos "ficticios" d I
efectivo, a las eternas verdades de la base· monetana. Clasifica Jocosaml!nte al
sistema monetario como que "es esencialmente cat61ico, el sistema de crédito
dm~ro - el crédit? y el .papel "dinero" - se llevan al extremo, y sus lazos con l:
wahdJd del trabajo soc1al se vuelven cada vez más tenues. Si el trabajo social está
sustancialmente protestante" porque a este último lo mueve _la/e en "el valor· firmemente representado ~?r la merca~da-dinero (el oro), entonces podemos
dinero como espírit J inmar.ente de las mercancías, la fe en el regimen de prod~c­ argumentar que Ja separac1on entre el dmerC' en este último sentido y las finan-
ción y en su orden prec!estinado, la fe en los distintos agentes de la producción z<:as se exacerba por la circulac:ión de capital. Esto es lo que quizo decir Marx al
como simples personificaciones del capital que se valoriza a s! mismo". Sin em~argo, hablar º.el concepto de una contradicción entre el sistema financiero y su base
prosigue señalando que "del mismo ~odo que el pro.test~nusmo n? se emancipa de mon_e~ana. Exploremos la naturaleza de esta contradicción un poco más
los fundamentos dt:I catolicismo, el sistema de crédito sigue moviéndose sobre los cxphcuamente.
fundamentos del sistema monetario" (El capital, 111, pp. 553-554). Aunque el
Co.ns~d~remos, po~. ejemplo, lo que sucede cuando el dinero·crédiro y las "for-
crédito frecuentemente "desplaza al dinero y usurpa el lugar que a és~e corres-
mas f~cuc1as de_ v~lor usurpan el lugar de Ja mercancía-dinero. Si el ritmo de la
ponde", el banco central sigue siendo siempre "la piedra angular ~el slSlema de crea_c1ón de credu? concuerda con el ritmo del trabajo socialmente necesario
créditc" y "la reserva metálica" es a su vez, la "piedra angular del sistema de eré· reahz~do. e.n la sociedad, entonces los efectos del crédito son beneficiosos en vez
dito" (pp. 535-536). Dicho en otra form~, "e.1 dinero -en forma de metales de per3ud1c1ales.respe~to a la circulación del capital. Sin embargo, no se puede hacer
preciosos-- sigue siendo la base de lu que 1amas puede desprenderse, por la na·
gran cosa para 1mped1r que la creación del crérlito se salga de control totalmente, y
turaleza misma de Ja cosa., el régimen de crédito" (p. 566). por ot.ro lado, ~I problema del exceso de acumulación acecha perpetuamente en
el honzonte. S1 ~esult~ que l?s valores ficticios no están respaldados por Jos pro-
Es vital entender lo que quizo decir Marx con todo esto. A primera vista sus
ideas parecen algo anticuadas porqt~e apela expllcit?mente ~ los metales. p~e­ ductos del trabajo social, o s1, por cualquier razón, la fe en el sistema de crédito
ciosos como la "piedra angular" del sistema monetano; una idea caracter1st1ca se tambalea, entonces el capital debe encontrar alguna forma de volver a esta-
del siglo XIX. No obstante, si profundizamos en la lógica del argumento de
blecer su base de operaciones en el mundo del trabajo socialmente necesario.
Marx, podemos identificar un principio muy importanté qui! se aplica al ca pita·
~ay dos formas d~ lograr esto: se pueden ligar firmemente todas rns operaciones
lismo en general. a l:i mercancia-dmero (el oro) como la medida fundamental del valor; se
La inevitabilidad de la contradicción entre el sistema financiero y su base mo- pued~ buscar alguna ot~~ forma de establecer un lazo directo con los procesos
0
netaria se remonta directamente a las funciones duales del dinero como medida matenalcs ~e la producc1on real de mercancfas. Ambas soluciones tienen defectos.
de ,·alor y como medio de circulación. Cuando el dinero funciona como una me- En el primer caso, todos los valores se deben convenir a la mercancía-dinero
dida de valor, debe representar verdaderamente los valores que ayuda a cin::u· ~orno _nna .pru~?ª del valor que representan. Ésta era la situación general que
lar. El dinero aquí "en realidad no es otra cosa que una expresión particular ?el conoc1? Marx, tan pront.o como se.estreme~e el crédito ... se pretende que to-
carácte:- social del trabajo y de sus productos", una medida externa. aceptada sc-c~al­ ~a ~a n.quez? r~al se convierta efectiva y súbitamente en dinero, en oro y plata,
mente del valor cristalizado en las mercancías. La razón para hgar esa medida a~pITaoón d1spara~ada, pero que brota forzosamente del sistema mismo". La sú·
de valor con un metal especffito, como el oro, es as-egurarse de que ese patrón lma de~an~a de liquidez y con-..ertibilidad en oro sobrepasa mucho al oro y Ja
para medir, cuando toma forma material, sea tan preciso y tan poco ?mbiguo plata ~,'spo111ble~, que "se reduce a dos o tres millones guardados en las arcas del
como sea posible. La contradicción al hacer esto, naturalmente, se manifiesta en Banco (El capital, 111, p. 536). El resultado es el siguiente:
que el producto de un proceso de trabajo .concreto_~ específico -:-el oro, por
ejemplo-, es tratado como la repr.esentac16n maten?] del .trabaJ~ abstracto.
Por otro lado, cuando el dinero funciona como un medio de c1rculac1ón, se debe Cunstiluy<' una bast• de.'ª producción capitalista que eJ dinero se enfrente a Ja mercan-
divorciar de la "verdadera" representación del valor, permitir que los precios del cfa como forma sustanuva del valor ... En épocas de crisis, en que el crédilo se reduce
mercado se desvíen de los valores y compr.Jbar que es el flexible lubricante de un o desaparece en absoluto. promo el dinero se enfrenta de pronto de un modo absoluto
proceso de intercambio impredecible que camb.ia pcrp~t~amcntc. El ~apcl moneda a las m~~caucías como medio único de pago y como la verdadera existencia del valor...
y el dinero a crédito pueden oprrar entonces sm restncc1ones y creauvam<"nte. Se i;acr1f1_c:1. por lamo. el valo.r de las mercancfas para asegurar la existencia fantástica
y sustan~1va de este valor en dmero. Como valor-dinero sólo se asegura de un modn e-
Bajo la simple producción e intercambio de mercancías, estos dos aspl'c.tos del
rwral mwmra~ s1· mwgura el dinero. fiara asegurar 1m par de millones d dº hg
dinero existen dentro de una relación difícil y antagónica. De hecho, la c,rcula- T e mero, ay
<1ue ~·~en lta.r, ~or tanto, n.1uchos millones de inercandas. Esto es inevitable en la pro-
ción de capital, como dijimos en el capitulo 1, surge en parte para .'ialvar la duccron ""J1llahs1a y c:on.~u1uye una de sus bellezas. (El capi'lal, 111, p. 484.)
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCION~ 299
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
298
1 a el moneda se puede convertir ¡¡. tan pronto como se vuelve evidente al exceso de acumulación, la realización de
Empero, todo esto da por sentado que e P.dP ó el caso del papel moneda in- los valores ficticios y de los valores en forma de mercandas se ve amenazada. La
1 • so· Marx no cons1 er
bremente en meta es precio. 1:.. d d 1 Estado Bajo esas cirscunstancias -que demanda de dinero en ese momento es estrictamente una demanda de liquidez.
convf'rtible respaldado por e P0 er e .• · el si lo XX_ las cosas se ven En ese momento, un regreso a la base monetaria seguramente destruiría los capi-
han llegado a ser la regla más que l.a exc.epct1omnoesntrata!do con diferencias funda· ·1 tales ficticios y devaluarla las mercancías. La única defensa factible df• un banco
. T ue detennmar si es a .
muy chferentes. enemos q b' f nia aparente del conflicto entre central en contra de esa sit•iación es imprimir dinero respaldado por el Esndo y
• 1 t on un cam io en 1a or 1
mentales o s1m~ emen e e . p d mos llegar paso a paso a .ma respuesta a i comprar los excedentes a fin de realizar los valores de los capitales ficticios. Marx
sistemas finar.caeros y monetanos. o e . l descarta explícitamente esa solución (El capüal, 111, p. 460) porque da por sen-
esa pregunta. . . .. d oro la carga de disciplinar al siste· tado un sistema monetario respaldado por el oro; las reservas limitadas de ero
Bajo condiciones d~ mcon~e~ub1hda br:°el b~nco central. Al elevar la tasa de 1 impiden que el banco central intervenga y compre "todas las mercancfas depre-
ma de crédito y al capital ficuc10 cae so d' el dicho" aumentar el ! dadas a sus antiguos valores nominales".
1 " rieta las tuercas. como ice '
interés, el banc~ cent~a ap éd. rnero del banco central, y así calmar las Empero, si el dinero nacional no es convertible a oro, entonces un banco
costo de convertir el danero-cr atbo ~n e 1 t l la creación de capital fi·.:ticio (El cemral puede realmente imprimir dinero a fin de defenderse en contra del exce-
. l . mantener ªJº cun ro . l so de acumulación y la devaluación, pero al hacerlo devalúa su propio dinero.
fiebres especu auvas Y . . 1• r juiciosamente la tasa de mtcrés y lS
capital, III, p. ~10). Al maneJ~~ ydm~:~~~~ia poderosa puede tener la esper~nza La tendencia hacia el exceso de acumulación se convierte, en pocas palabras, en
reservas requendas, una autora ª . . t·aempo que preserva la cahdad una tendencia hacia la inflación desatada. Marx no consideró esa posibilidad ni
. d · • d las mercancaas a1 m1sm 0 .
de e\1tar la eva1uac1on e d d " ílej'o del val:>r del trabajo socaal. Es· examinó sus implicaciones, pero esto no socava en ninguna forma la estructura
. d' m un "ver a ero re real d 1~ su argumento. El hecho de defender el valor nominal de las mercandas
de su propio mero co o . d l banco central debe hacer juego con el ere·
to implica que la oferta de dmero el l nomfa en general Esta clase de que personifican el tiempo de trabajo socialmente innecesario, es tan irracional
· 'd d de va oren a eco ·
cimiento de la pro d ucuvi ~ . ntral ha llegado a ser la regla desde la como defender el dinero como una medida pura del valor apegándose ciegamen·
P olíti:a de parte di! la auwnda<l mo~etan~ ce te el dinero como una medida de va· te a 1m patrón oro. La inflación desatada es tan difícil de soportar en la vida
~ d 1 ciega de1erenc1a an .
década de 193O' 1..uan o a .. . de las mercancías de tales proporciones diaria como la devaluación de las mercancías.
lor traJ·o consigo una devaluac1on mas~va . . 1· Sin embargo, lo que nos dice la teoría de Marx es que la contradicción entre
. · erv1venc1a d,..l cap1ta ismo.
que quedó en juego 1a propaa suplflica está fu~dada en una ilusión. ~n primer el sistema f,nanciero y su base monetaria se reduce fundamentalmente a una
Marx argumentarla que esa P~ l 1 nte del comercio mundial y cortar contradicción entre el "capital no en forma de mercandas, sino en forma de di·
l puede a1s arse tota me -
luuar, el banco centra n0 . 'nternac·1onal. su autonomia esta nero" (El capital, 111, p. 435). Bajo condiciones de exceso de acumulación, la
.-., 1 • · d istema monetano 1 · .
sus lazos con a gun ~·~? es . o de cambio con el extranjero. El dmero ~;. clase capitalista parece tener una opción entre devaluar el dinero o las
limitada por su pos1c1on en el up l .. n con otros dineros nacionales s1 el mercancías, entre la inflación o la depresión. En caso de que la politica moneta·
. d · devaluado en re ac10 . . ria esté dedicada a evitar ambas cosas, simplemente terminará incurriendo en
c1onal pue e termmar . • d las reglas del sistema monetano mte~a-
banco central se b~rla .acuvam~nlt.: 1 de tro de la jerarquía de los dineros, la "idea a'Tlbas (como lo ejemplifica el estado actual del capitalismo).
cior1al. Además. a mvel mtemac1ona en. 'r" (v&ase la páuina 2~0 de este El poder del capital financiero t"videntemente es muy limitado. Marx argu·
·· d'd de valor se mega a mon oi; o· .
del amero como una me • a d . les e 'internacionales restrmg~ el mentó explícitamente, por ejemplo, que "ningún tipo de legislación bancaria
·• las mone as nac1ona .
libro). La re l ac1?n entre 1 s· h una definición clara del dmerc del puede eliminar una crisis", aunque "una legislación bancaria ignorante y al re-
podc-r de cualquier banc~ cendtrad. 119~~ - a~\ propio sistema monetario interna· vés ... puede contribuir a acentuarla" (El capital, lll, p. 460). Esta conclusión se
muc~do -como ha sucedido es e · aplica a toda la gama de posibles politicas monetarias. "Mientras el carácter .so-
cional entra en crisis. . 1 0 a falta de cualquier restricci6n cial del trabajo aparezca como la existencia en dinero de la mercanda y, por
d Marx es que me us .
La seri~ d a O\Jje~1on e er del b~nco central. estando circuns·:r!to es~nc·
1 • • •
tanto, como un objeto situado al margen de la verdadera producción, serán in-
monetana mternaciona~, el Pº.d . formación de las crisis. Existe. evitables las crisis de dinero, como crisis independientes o como agudización de
te msuficiente para evitar 1a .
tamente, es tola 1men 1 . • 1 VII una tendencia crónica a producir las crisis reales" (p. 484).
como hemos argumentttdo en e caplludo ' l a·o·n Ahora tenemos que consi· Las contradicciones cmrc el sistema financiero y su base monetaria aumentan
. l· tados de exceso e acumu ac . y se vuelven aún más terribles i.a medida que progresa el capitalismo. Éstas son las
excedentes d e c.apll~ • es . . ue los ca itales ficticios deben ser creados nece·
derar la drcunstancaa ad1c1onal d~_q l l P ue significa que "la acumulación de contradicciones que Hilferding no vio en lo absoluto porque interpretó erróneamen·
sariamente ante~ de la acumul.ac10~ rea r~ ~e~esariamente una acumulación ma· te la teoría del dinero de Marx. F.ste error cuesta caro, y aunque Lenin lo reconoce,
capinl-dinero tiene que reflepr s1em~ (El p 't l 111 p 474). Esto no es no lo rectifica sino que prefiere usar la definición r'.e Hilferding del capital finan·
. d l lmente existe ca t a • • · ,
yor de e apita1 e que rea . , eal de los valores de las mercancias ciero como un vehículo para mostrar cómo se proyectan las contradicciones in·
problemático sie~prc y ~uando lalexpans•~:rprevia de capital ficticio. Empero, ter nas del capitalismo en el escenario mund.ial.
se mantenga al mismo ntmo que a creac1

¡
i
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES 501
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
soo bienes node
culación ca ital que t'.1enen a mano. El c~:duo
vendidos . se necesita pan lubricar la cir·
Sin embargo, enterrada dentro de aquellos torturados capftulos que aparecen tal genera ing:esos yq~: ~!h'eso~ y ~ara eqm.hbrar la relación entre ellos. El capi-
en el tercer vohimen de El capital sobre la banca y las finanzas, está una poderosa el sistema se ued~ re rod:~r i~a men~e CITcular de. regreso ai. capital para que
interpretación de las contradicciones internas del aspecto financiero del propio ca· realización a ii.avés de )a produ:c~ó~ro~1rzos¡. La .uómdad f~ndament~l entre la
pitalismo. Cuando nos familiarizamos con la teorf a básica del dinero expue!.ta pn:servada. y a rea 1zac1 n en el mtercamb10 debe ser
en el primer volumen de El capital, podemos comenzar a comprender cómo la
la tasa de interés, pero es parten~~ºu~omo ca pu al no es el ,único det~rminante de
acumulación por el afán de la acumulación y la circulación del capital parten Por tanto, la demanda de di . .
por enmedio las funciones del dinero como medio de circulación y como medida das que se le hacen al sistema de crédit~aquete mucho mas ~omplejo de deman-
de valor y erigen en su base una relación profundamente antagónica entre el las partes componentes es importante. Éstis ~:~i:::~=~:etana. La se~ara~ión en
mundo del dinero como medida del valor del trabajo social, y el intrincado y la demanda, asf como la diversidad d 1 1 ersos puntos Je ongen de
:~~~~t:~:e:~e::~~~f~~~¿~)dÍe~ ~alu:r ;':. ~~~~~~::~.:~r~~:.~~.( ::i: e1~';.":,~
1
complejo mundo de las O?eraciones financieras basadas en el crédii:o. Marx no
analizó totalmente todas las posibles dimensiones de este antagonismo; por
ejemplo, la potencialidad de devaluación a través de la inflación, o la manera en producción, circulación intercam1~t:º a mteres .en las diversas acuvidades de
que se puede expresar el antagonismo como rivalidades entre los imperialistas y mo, etc. Indican la posibilidad ' arrenda~1~~to, administración, consu-
como competencia internacional. Pero estas ideas tan profundas todavla se
pueri.en apredar por lo que son, y la t~orfa se extendió sobre la base. ~~;:t~~·::;:,•. de las lagunas en?;~~::~; ~e1:'.:~'c1'~:~:~:n-t:t::i::1h;:;i::i~';,':.
toda da as.~oncretamente como puede ocurrir "el colmo de la distorsión"
delicado•: :~li~o~mas a~surdas" dentro del sistema de crédito para destruir :i
4. LA TASA DE INTERÉS Y LA ACUMULACIÓN ción a trav~s delr:~t~~:a:;;:~r~:~be t~eva~cer entre la producción y la realiza-
dem d d d' . re o o, ace que nos percatemos de que una
. adn ª1 e créu 1º _puede significar estados muy diferentes dentro de la d1'ná
La tasa de interés sobre el dinero de alta calidad (dinero del banco central) des·
empeiia un papel vital para regular las relaciones entre el sistema financiero y su c'esfavor~bles en la circ~l~~~~ª~edi~;e~o:xceso
m 1ca e a acumu ación d 1
de acumulación hasta bloqueos
·
base :nonetuia. Estotra~ de nuevo a colación la pregunta; ¿qué es lo que fija la La oferta de dinero a interés está s · d · · .
tasa de interé~ en general? La respuesta a que llegamos en el capítulo IX fue que plcjas. E~ta oferta, argumenta Marx ·e~J:~a a etC'rmmac1ones igualmente com·
lo que la fija son las fuerzas qne determinan la oferta y la demanda de capital· en uarle el resultado de "facto '1 parte_ el producto de la acumulación,
. • res 1ue a acompanan [a I 1 ·• ]
dinero que produce intereses. Ahora debemos identificar estas fuerzas. difieren totalmente de ella" y ª acumu ac1on pero que
. • en parte e1 resultado de s ·
Por el lado dt· la demanda. se debe hacer primero una distinción entre la c~e­ muy mdepcndientes (El capital, Ill, p. 476): ucesos aparentemente
manda de dinero como medio de pago y como un medio de compra. Ambos se
reladonan con la circulación de capital en general, pero ocupan momentos diferc11· 1) Los industriales, comerciantes financie1os 1
tes de ese proceso. La demandarle dine"."o para lanzar una nueva producción es ner parte de la plusvalía rod • 'd • 'caseros y e Este.do pueden rete·
muy diferente en su significado de la demanda de dinero para realizar valores ya
producidos. Esta última prevalece particularmente en tiempos de acumulación ~:j:~•~:!:.~~·::o~·:~~~:~~ed;~ .~:r~:;;:~: ~e~.~~;~~~~:~~ i:;i:~i~:::::
exc(·siva, mientras que la primen· es típica de un estado de gran competeucia •) ponerlos en circulación com~ c~~i~;~~t~~,:~~.~om1cos pueden esforzane por
por la plusvalía relativa. Las dos demandas no son independientes entre !ti, como
er~ ocioso (y por tanto
.. El exceso de acumulación produce excedentes de din .
es natural, y e':iste entre ellas algún tipo de relación con un intervalo de tiempo. una tasa baja de interés) debido a la e d
Una demanda de crédito para inversión hecha ahora, probablemente llevará a 3 el dinero _como ca~ital en general. scasez e oportunidades para emplear
una demanda posterior de crédito para poner mercandas en el mere ado.
) ~~~i?a:cyi~a: ~el. sistema banc~rio para movilizar dinero a través de diversas
Los capitc.les no son los únicos agentes económicos que demandan dinero, ya
sea como medios de compra o como medios de pago. Surgen toda clase de de·
. 1
escritas en e capnulo IX puede provocar un
capnal para hacer préstamos "1'ndep en d'1entemente en absoluto
.
a acumulación de
d 1
mandas de la circulación de ingresos. Los trabajadores y la burguesla por igua' l a verdadera ai..:um:.alación" (El capital 111 465) e o que es
buscan crédito para el consumidor y financiamiento hipotecario (medios de 4) L d d 1 ' 'p. ·
compra), y también tratan de monetizar ciertos bienes que tienen en su poder h:;e/~r:s::~o~ª:~t~! ~:~:~ pueden eml pezar a c.ircular como capital para
e ª en que a gente tiene fe en la salud de la
antes de cualquier intercambio real (medios de pago). La demanda colectiva de
n~~nao:~~ los estados psicológicos esperanz~dos son importantes, por lo me-
dinero a interés proviene de la circulación del capital y de la circulación de los
da p!azo. para _ese proceso que convierte las deudas contraidas priva-
ingresos, pero la;; dos formas de circulación no son independientes entre si. Una mente en iormas sociales de dinero.
expansión del crédito del consumidor puede realizar la misma función (mediada
por el mercado) que el hecho de dar crédito a los capitalistas sübre ir.ventarios de
302 CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
sos
5) Los arreglos distribucionales y el poder relativo de las facciones implicadas en relación a la acumulación Ese e uirb . .
también pueden ter:er un efecto dramático sobre la calidad del dinero acu· relación entre la circulacio'n d.e d1ºneq 1. no sée puede defimr en términos de la
mulado en una forma lista para usarse como dinero a interés. Los dueños de ro a mter s por un 1 d 1 · ·
producción y consumo (realización) por el otr O a o y as act1V1dades .de
tierras pueden exprimir a los campesinos; el Estado puede sacarle dinero a to· tersectan la circulación de in resos 1 .º·
pera en el punto en que se m-
das las clases por medio de los impuestos; una fuerte oligarquía financiera
puede usar su poder para reunir vastos recursos monetarios bajo su mando; y
porque el sistema de crédito !s
un c~ e d~ap~tal necesa~iamente. Precisamente
tiene que moverse en una forma or ma or centralizado, la tasa de interés
así sucesivamente. mola realización de la plusvalfa ;nuefioarymude a ma.ndtener tanto la producción co-
6) Una fluctuación poco usual de la oferta de dinero (expansión o contracción • a sostem a.
¿Por que preocuparnos entonces por hacer u r 1b
del flujo de oro o impresión de dinero por el Estado) puede, a corto plazo, que afectan la oferta y la demandad d' .na ista e a orada de las fuerzas
aumentar o disminuir la cantidad total de dinero disponible para conversión simple. Las ~ctividades materiales qu: e~~::-~t~r~n~~:é~~e~ª respuesta es bastante
en dinero a interés hasta que los efectos son absorbidos por los ajustes de precios. por tanto, fiJan la tasa real de interés, son tan div a ~:a deman~a y que,
logra una tasa equilibrada de interés L . ersas que s. o por accidente se
La mezcla heterogénea de fuerzas que afectan la oferta y la demanda de dinero a siempre está presente, y si inspeccion~m:s ~ap~c1dad potencial de desequilibrio
inter& garantiza una inestabilidad considerable en la tasa de interés. No nece.;ita· demanda de dinero a interés odem as uerzas .qu~ regulan la oferta y la
mos ocupamos de las fluctuaciones a corto plazo; como el precio de cualquier
mercancía, la tasa de interés oscila diariamente a medida que la oferta y la de·
altera el equilibrio de la tasa' ínter~: /e ;e;.
~~~? la :ógtca mtema del c-apitulismo
to estable y balanceado, por el camino d; la{ª a a ~.conomfa d~ ~n crecimien-
manda se equilibran entre sí en el mercado. Lo que interesa es la tasa de interés gún creo, el punto a donde nos uerfa llevar onnac1on de la cn~1s. Üte es, se-
fundamental a largo plazo. Existen dos posibles mecanismos que podrfan dar al· idea, trataremos de reconstruir s~ representac~~r~~I ~i~l~ ~e ejemplilfic~r esa
guna semblanza de orden y coherencia a las fuerzas que afectan la ofr.rta y la de- mostrar cómo los movimientos de la tasa de i t - e acumu ~c1ón, y
manda, y que sin ellos podrfan ser una mescolanza. traduciendo la dinámica contradictoria d l n erés d~sei:npt"nan un papel c...rucial
Consideremos en primer lugar la posibilidad de que la tasa de interfs est~ domi- de crisis monetarias y financieras. e a acumu ación en formas específicas
nada por "la lucha entre los capitalistas en dinero y los industriales" a propósito de
la división de la plusvalta y el "precio" del capital antes de que ºentre el pr~ceso
de producción" (Teorías sobre la plusvalía, II, p. 509). Los signos de esta lucha
abundan en la sodedad capitalista. Marx no niega de ninguna manera su im- 5. EL CICLO DE LA ACUMULACIÓN
portancia: lo que se necesita es establecer exactamente lo que significa. La tasá
de interés fundamer.tal ~es básicamente un reflejo de la relacióh de poder entre 5<· ha dicho a menudo que Marx nunca tuvo .
Esto es sólo parcialmente cierto. Marx les si ~.na teo.rfa del c1~lo de Joi; ne~ocios. 6
la rdadó~ entre la acumulación, la formació~ ~~llafe1s~a ª.los impulsos cfchcos en
los industriales y los financieros? El hecho de f.:Uponerlo sería relegar todas las de·
más facetas de la determinación de la tasa de interés (por ejemplo, la determina·
tasa Hlanal; sentó las base~ para analizar las os;il r~to mdustfal. de reserva y la
ción d.e los ingresos) a un papel perifé::ico y puramente secundario. En general,
ducc~ón y el intercambio entre los diversos d ac1ones exp os1vas en l? pro-
Marx no estaba e•1 contr2 de poner las relaciones directas de la producción '!n el nmstruyó un modelo sintético del ritmo t e)artamentos de producción; y
primer plano de los asuntos, pero yo argumentaría que la guerrilla constante
l::ción y devaluación (véanse lf)s ca ítulos ~~p~~~ general d~I exceso ~e acu~u­
entre los industriales y los financieros desempeña un papel similar al de la lucha en· del capital fijo (capítulo Vlll) tamKién reve] y ·).1Susdes.tud1os ~e la c1rculac16n
tre el capit~.I y los trabajadores a propósito de la tasa salarial (véase el cap. 11): ·• an c1c os e mnovac1ón ex ·•
reno\.ac1on y devaluación. El problema es mezclar . . • pans1on,
en el análisis final no es sino una parte de todo un complejo de procesos sociall!s una representación unificada de la dinámica estas ideas parciales ~entro de
que deben servir para mantener la tasa de interés cerca de una posición ele
como si el capitalismo estuviera acosado ~emporal. ~~lo co~trano parece
equilibrio definida en relaciun con la acumulación sostenida. Un desequilib;io atraviesan la economía en formas confusa;,or impulsos c1chcos divergentes que
en la relación de poder entre la iudustria y las finanzas obligará a apartarse dd
equilibrio y así amenazar la acumulación. De aquí se desprende que la supervi· Las fluctuaciones de la tasa de interés están 1 .
mientos.cklkos y les imponen alguna semblanzae~eeo~;;~r0Mm1sm~ de los movi-
vencia del capitalismo depende de que se logre algún tipo de equilibrio de poder
unos przmum agens. Son un eslabón central mediado . arx mega que sean
correcto entre los intereses industriales y financieros. Ésta es una conclusión im-
.>an las contradicciones internas de] capitalismo S .r a tr~vés .~el cual se expre-
portante, porque sugiere que el pod~r del capital financiero (como quiera que- 4ue fijan la tasa de interés establece ese pum . u mvesugac1on de las fuerzas
esté institucionalizado y definido ese bloque de poder) es necesariamente un ¡.io-
der restringido, que nunca puede ser ilimitado o totalmente hegemónico.
Esto nos deja todavía en la oscuridad en cuanto a lo que fija la tasa funda·
;~·~~i~~:::~.ru;:r:::e~~:~:. i~·::: ~r:;~·~:é:~~~~~::~:;~q~~~~;~~~!:;~
mica que nge
mental de interés. La única opción es concebir i.::na tasa equilibrada de interés 1; Vi'nns(• Smith (t•d l 'J37) W1'l•o11 ( l<J,."') Sh
• • • ·' • .io Y erman ( 1967).
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES !105
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
!104
mente los precios más b:ijos. El capital devaluado (mercandas, capitaJ fijo, edi·
dla con día el ciclo industrial y sus acompañamientos monetarios y fi.nancieros fidos, etc.) se puede comprar por una bicoca, reduciendo as{ los desembolsos en
(El capital, 111, p. 344). En vez de eso pasa a construir una representac1~n su~a­ capital constante y haciendo bajar la composición de valor del capital. Los pro-
mente simplificada del curso dclico de la acu~ulación en .general. S~ mtenc1ó~ ductores que han resistido la tormenta generalmente se ven favorecido'! con una
es captar las interacciones entre la acumulación,. el cambio tecnológu:o,. la fo1- posición de fuerte liquidez; pueden pagar sus cuentas con dinero constante y sonan-
mación del capital fijo, el empleo y el desempleo, JUnto co~ 1.as tasas sal~n.ales, la te. Las bajas tasas de interés y los excedentes de fuerza de trabajo hacen que la si-
demanda del consumidor, la formación del capital ficuc10, la ~p.armón del tuación sea óptima para la formación de capital fijo con financiamiento a largo
dinero-crédito y el regreso final a la base monetar~a durante las cnsrs de exces~ plazo.
de acumulación y de devaluación. La representación de Marx se puede recons Una vez que los productores se han deshecho de la mayorfa de sus existencias
truir leyendo cuidadosamente el volumen 111 de El capital (ca~s. XXVI-XXXV). excedentes, comienza una modesta expansión. Esto permite que suban los pre- IÍ

El proceso de acumulación pasa por varias etapas de .estancamiento, recupera· cios y, como los salarios siguen bajos, la proporción más grande de plus·oralfa que
ción, expansión basada en el crédito, fiebre especulauva y bancarrota. se va a ganancias de la empresa ahora surte efecto. La tasa de ganancia revive y
da lugar a que vuelva a haber confianza en los negocios. Puede comenzar una
expansión cautelosa de la producción basada en la posición de fuerte liquidez 4e
a) Estancamiento los negocios que han sobrevivido; éstos usan sus propios fondos para financiar la
expansión.
La fase de estancamiento que se produce a ratz de una bancarr~ta se caracteriza La baja tasa de interés puede llevar, con el regreso de alguna fe en el sistema,
por una severa reducción de la producción y bajas tasas de ga~anc1~. Los p.-oducto· al financiamiento de ciertas inversiones en capital fijo a largo plazo (quiiá con la
res se ven obligados a bajar los precios para deshacerse de. eX1Stenc1as e~cedentes a ayuda del Estado). Una concentración de esta clase de inversiones hace que haya
menos de su precio de producción. El desempleo se generah.za y los salanos g.eneral· más empleos en el departamento 1 y, debido a su largo periodo de producción.
mente se ajustan en un nivel más bajo. La demanda ef~ct1va es escasa debido a la crea una demandé'. efectiva sin "proporcionar inicialmente ningún elemento de
disminución de los ingresos disponibles (tanto los salanos como las entradas d~ la oferta" (El capital, 111, p. 306). Esta demanda efectiva se deja sentir en el sector
burguesta). La demanda de dinero como medio de cir.culación está en u~ nivel de t·ienes para el consumidor (departamento 2). La tendencia hacia las oscila-
bajo (el volumen de intercambio de mercancías ha bajado). La fe en el ~1s~ema ciones explosivas entre los dos sectores se pone suavemente en movimiento.
de crédito ha sufrido una severa sacudida, mientras q~e ~a demand~ .de capital ª .El poder económico de los capitalistas industriales suele ser mayor que el de
préstamo se ha reducido mucho porque se ven ~on pes1m1smo las uuhdad~s futu· los banqueros y financieros, porque los primeros tienen suficientes reservas de di-
ras. El dinero se usa principalmente para medir l~s valores y par~ despojar a la nero en efectivo para financiar su propia expansión y para extenderse f ntre s{
economia del capital ficticio que le es ajeno. El uempo de ~otac~ón r~al de las crédito comercial a fin de asegurar la continuidad de la producción frf",lle a los
mercancías se acorta drásticamente puesto que ~o hay crédito d1spo~1ble .para tiempos de rotación desiguales, etc. No se requiere para este propósito el capital que
extenderlo. No obstante, la tasa de interés es baJa; la plétora _de cap1tal·dmero prestan los bancos. La absorción de ese capital a préstamo a través de cualquier
restable producido por el exceso de acumulació~-i es aho~a evidente. Este exce· formación de capital fijo en gran escala, queda más que igualado por una ex-
~ente de capital-dinero está relacionado con las oportunidades para emplearlo pansión gradual en la oferta de capital-dinero libre, proveniente de los ahorros
hcrementados de todas las clases sociales, el incremento de los flujos que han de
con seguridad. . 1 · .. "(
La fase de estancamiento se caracteriza por un ajuste tecn? ó~co suave . en convertir los bancos en capital prestable, etc. Por lo tanto, la tasa de interés si·
el amplio sentido marxista, que incluye el cambio de la organi:ac1ón y d~ l.as ms· gue estando baja.
tituciones) en contraste con la violencia sacudida que aco~pana a las cns1s. Los La cantidad de capital ficticio aumenta, pero las nuevas promociones gene·
ajustes gradualmente hacen que las tecnologías de producción y las tasas del P.re· ralmeme van relacionadas en esta etapa con la inversión directa en medios de
cio de producción vayan concordando cln los requerimientos ~e la acumulación producción, y el crédito comercial extendido está ligad0 estrechamente con las
equilibrada. Entonces queda preparada la e;cena para la expansión subsecuente. mercancías reales que están en circulación. Ésta es la clase de creación de capital
fü:ticio que se necesita y que no presenta problemas, porque generalmente va se·
r.uida de una expansión en la acumulación. Por tanto, no constituye una amena-
b) Recuperaci6n za a la prc.;ervación de una base monetaria segura.
Durante esta fase la competencia no es muy dura. El autofinanciamiento de
los negocios genera una concentración gradual y poco uniforme, y las amplias
Durante la fase de estancamiento surgen diversas oportunid~des. La dismina· variaciones en las tasas reales de ganancia pueden coexistir porque lo que cuenta
ción de los salarios y de las tasas de interés deja una proporción más grande. Je es el drcuito del capital productivo. El poder dei sistema de crédito para hacer
plus\'alia sobre las ganancia.> de la empresa, lo cual puede compensar parcial-
306 CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
807
que se iguale la tasa de.~ananc1a b .
. no resulta muy evidente en estos momentos ..
1 lo mismo que la demanda de d1·
La drculaci~n de u~1hdad~~ co L:a ~:!:n~~ efectiva de bienes para f'I consu· escala vasta y tle amplio alcance". futo requiere a6n mls capital a préstamo y
nero como medio de c1rculac1o°d b. e del consumidor comienza a ocupar un pone ..1 la industria aún más firmemente al servicio del capital-dinero. Sin em-
mo final se fortalece• y el sector e ien s .• bargo, las ganancias de la empresa son sólo una forma de utilidades fut1.1ras para
lugar preponderan~e en la dinámica de la acumulac1on. atraer al capital presta ble: los industriales deben competir por .los fondos con los
especuladores de tierras, los corredores de bolsa, los que trafican con la deuda
del gobierno, etc. "fu precisamente en estos momentos cuando aparecen en esce-
c) Exp1rnsión b1sada en el crédito na en un grado ostensible los caballeros que operan ... basándose exclusiva-
mente en el crédito monetario" (El capital, III, p. 459).
i n el ··istema económico. La expansi..Jn del
Ya se ha recuperado ahora la le ~ .. 1 incremento de las entradas de la
empleo, ( el aumento de los sadano;ecyt1.:a creciente de bienes para el consumo
· uian una. deman. ~ a de
hurgues a p1·esaº. ei, utilidades crea expectativas· · · · res·
opmmstas.
d) Fiebre especulativa
final. El aumento en la c1rculadc1ond . (renta de la tierra, impuestos, hipo·
Pecto a las utilidades futuras e to os tipos ) La expansión basada en el crédito genera aumentos de precios, aunque sólo sea
f nancia de la empresa · d porque la cantidad total del medio circulante ahora sobrepasa con mucho al pro-
tecas,
. etc.,b as como ga
1 expansión que se rea 11z • paso a paso en la fase prcce ente,
6 ducto del trabajo social. Además, el desempleo casi desaparece y las tasas de sa-
Sm em argo, a Tb . n la capacidad productiva, con 1os con·
ahora revela multitud de deseq~1 i nos e d ctos en el aparato productivo en larios comienzan a subir; la situación de los trabajadores, observa Marx, siempre
J
secuentes embotellamientos de msumos pro ucidad productiva excedente. Pa· están en su m::?jor época en vísperas de una crisis. La demanda efectiva de
general. Ahora desapar~ce to~o rastraora ~r~~~ueva oferta, particularmente de mercandas-salario sigue siendo fuerte, pero los salarios altos están ahora comen-
recen necesarias nuevd.s mvers1ones p . primas insumos parcialmente zando a hacer mella en la acumulación, al mismo tiempo que el aumento en las
los elementos de capital constante -~óatenasuelve a e~focar en las inverdoncs tasas de interés también hace mella en las ganancias de la empresa. Atrapados
d ·na ria La atenc1 n se v en una reducción de las ganancias, los industriales buscan desesperadamente
manufactura
en os Y maqui
el departamento l, a med1.d· a que 1os p recios de capital constante aumentan nuevas formas para salir de sus dificultades. Entonces los ayuda y los encubre un
en respuesta a la escasez de su.d ofedrtda. 1 pitalistas industriales para financiar sistema de crédito que ya se encuentra fomentando la producción y la realización.
· · la capac1 a e 'lS ca .•"d Empero, sólo puede hacer esto al precio de crear grandes cantidades de capitai fic-
Al mJSmo tiempo, y para exten erse cr 1 entres( se agota a meu1
d éd"to bl' a dquP.
. . .
sus propias mvers1ones d d' o en efectivo. Se ven o ign os, ticio, o hacer lugar para "la forma más colosal de juego de azar y de estafa".
d 1 lí 'tes de sus reservas e mer r , Detrás de esta fiebre especulativa pueden verse hondas alterac.iones del equi-
van llegan o a os . mia los bancos y fimanc1ero . s que en consecuencia, 1orta.ecen . librio. La desproporción entre los departamentos, entre la producción y la dis-
d f a recurnr,
entonces, . 1 El . tema de crédito se para en sus propios
1 Cap ital industria · sis . ¡ tribución y entre Ja cantiddd de dinero-crédito en circulación y la ptoducción
supo er rente a d "ón e intercambio de mercanc as.
pies c:omo el coordin~dor g_e,eral d~e ªx!;~io~c~~ circulación aumenta. Esta .de·
1 real de valores, está creciendo. La composición de valor del capital aumentará-
La demanda de capu~l-dmero y 1 i en el sistema ahora es sufic1en· pidamente. La fuerza de trabajo no está allf para permitir la expansión conti·
manda origina su propia oferta .. puestohque ª1 etftulos sobre las deudas circulen nuada de la acumulación a través de la producción de plusvalfa, mientra~ que la
f Para permitir que asta os d l d casa real de explotación va descendiendo. Únicamente la acumulación de capital
temente uerte i como
d 'tal-dinero La cantl'da d de capital ficticio se va .a e aman o ficticio puede tapar las grietas con papeles, y sólo es cuestión de tiempo antes de
como una o erta e cap1 . j la brecha entre la base monetana como una que reviente la burbuja especulativa.
paso a paso a la acumulación rea' y fi d papel moneda en circulación
medida real de los valore!; y las diversas ormaa e
comienza ba hacerse más ancha. d l . a de crédito en relación con la in-
1 ciente poder e s1stem 'ó e) Bancarrota
Sin em argo, e ere . 1 la tasa de ganancia (la conex1 n
dustria también suele obligar a qu~ se igu~ e interés es ahora muy fuerte). La
entre la ganancia de la empresa y a tasa 1e más aguda y la tasa de interés co· La arremetida de una crisis generalmente es provocada por un fracaso espectacu-
competencia por los fondos prest~bles se vue ve J. dos a una lucha competitiva lar, que hace que se tambalee la confianza en las formas ficticias de capital. El
Los industriales se ven empu ª ]Jánico que le sigue de inmediato, enfoca la atención sobre la calidad de diversos
mienza a aumentar.
l• 1 t' a en una época en que empieza a haber escasez de. mano Es dineros-crédito. El regreso al "catolicismo" de la base monetaria se lleva a cabo
por la plusva ia re. a iv.. sar el valor de la fuerza de trabaJO. to
de obra. Los salanos tienden a ~brepa lóaicos Presenciamos una "gran ex· con creces. Surge una escasez crónica de dinero del tipo correcto -estrechamente
· ran fuertes ajustes tecno o· · ligado a la mercanda-dinero- en el preciso momento en que los productores y
hace que se requ le • • • •ón de nuevas empresas en una
pamión de capital fijo de todas formas) 1a 11uc1ac1 los comerciantes están haciendo un esfuerzo por cumplir con sus pagos. La tasa
de incerés sube hasta "llegar a un nivel usurario" (El capztal, lll, p. 346). La ex-
CAPITAL FINANCIERO'\ SUS CONTRADICCIONES S09
CAPITAL FlNAf\CIEf<.0 y SUS CONTRADICCIONES
sos
la circulación del capital queda rota m~men· social y, finalmente, entre el dinero y las mercandas como expresiones del
tensa cadena d.e pagos se ro.illpe, ~ . t la crisis aparece como "una simple capital. 7 La intención es mostrar cómo se entrelazan las diveras contradicciones
táneamente en mil pedazos. A pnmer~lv1s a est'1ón de "la convertihilidad de del capitalismo y se apoyan entre sf en una secuencia dinámica para producir
. d' " porque es so o una cu ·
crisis de crédito y. mero.' " ( 460) La demanda de liquidez <iumenta ráp1· u~ia oleada inicial de acumulación y su desenlace final: la devaluación salvaje
las letras de cambio en dmero P· · del capital y del trabajo.
damente: Sin embargo, el curso histórico real de la acumulación es un proceso mucho
1 do de su quimera racionalista y de su máe complicado. Lo afectan, en primer lugar, toda una serie de circunstancia$
Hace un momento, el ciudadano, ~ ev~ dinero como una ilusión. No habla más di· aparentemente extrañas: guerras, revoluciones, malas cosechas, sequías, etc. En
embriaguez de prosperidad, proclama ha e a de una punta a otra del mercado segundo lugar, hay innumerables matices dentro de la estruc~ura de Jas propias
i El grito que a ora resuen
nero que la mercanc a. 1dineral y como el ciervo por agua fresca, su contradicciones internas. El grado de organización de la clase trabajadora puede
mundial es: 1No hay másd~erca~~t~~~: eriqueza. (El capital, l, p. 95). modificar considerablemente los ajustes en la tasa salarial, asf como el ritmo y la
alma brama ahora por mero, dirección del cambio tecnológico a través del curso del ciclo. La unificación del
. . d l a ital-mercancía hace que el dinero como capital industrial y bancario modifica la relación de poder entre ellos, mientras
La alterac1fm en la circulación e e P d · za A-1 tratar de estable·
ú · forma segura e r1que · que la centralización o descentralización excesiva de capital también puede impartir
una medida de valor sea 1a mead . l ital en forma de mercandas:
cer la base real de los valores se estru}e e cap giros especiales al proceso de acumulación. ,Las complicaciones de este tipo hácen
que cada ciclo sea único. Marx evidentemente trata de sustraerse de esos rasgos
ralización orque se dilate el reflujo del ca~ital •. se circunstanciales, y nosotros haremos lo mismo.
Tan pronto como se produce una pa . p duc1'rá una pl~tora de capital m·
b ·en los precios, se pro Sin embargo, hay un nsunto que merece consideración especial. Es el papel de
abarroten los m~rca dos 0 ª1 . d' á cumplir sus funciones. HabrA una masa
1
dustrial, pero baJO una fonn~ que ~~~p~~: masa de capital fijo, pero ociosa en gran la polftica monetaria y fiscal en relación con el ciclo. Es dificil ocuparse de este
de capital-mercandas, pero mvend1 ~· '6 Las fá.bricas dejan de funcionar, las asunto sin un análisis cabal del Estado capitalista, 8 pero una investigación somera
parte por el ~stancamiento de la repro ucc~;~t~s· terminados se amontonan c:Jmo del problema nos ayudará aqw a entender por qué cienos aspectos del aparato esta-
materias pnmas se acumulan, los pro tal, como el banco central, están necesariamente fuera del control democrático.
rnf'rcandas en el mercado (El capital, 111, P· 454). También nos ayudará a entender, aunque sea en una forma general, las circuns-
. l zados fuera de su empleo, la tasa salarial des· tancias que permiten que la devaluación del cap; :al se transforme en la destruc-
Masas de trabapdores son .ªn l . • de los ingresos sut·e una alteración eró· ción del dinero a través de la inflación.
dende precipitadamente y la c1rcu. acroln '6 d capital La demanda efectiva de La forma más simple de regular la calidad dei dinero en la sociedad es ligarlo
. ·• l f llas en la c1rcu ac1 n e · . ..
mea en reacnon a as ª . que los precios. En conse· a alguna mercancfa-dinero universalmente aceptada, como el oro. La desventa-
·d e desploma 1o mismo .
bienes para el consum1 or. s d' ' deben sacrificar muchos mrlloncs ja es que el valor del trabajo social está ligado a las condiciones del trabajo
cuencia, por unos pocos millones en mero se concreto en la producción de oro. Si este último cambia, entonces también lo
en mercancías." . d 1 t bajador sigue adelante paso a paso. Los hace la expresión general del trabajo social como un precio. Marx no se preocu·
LJ. devaluación del cap~La1'y ~ ra 'é d 'se unos a otros. El trabajador es pó indebidamenLe por este problema. Considero que los aumentos ocasionales
. d eguir con vida com1 n o . .
capiuhstas tratan e s d . . nalidad fundamental del cap1ta1is· en la oferta de oro (como, por ejemplo, después de la "fiebre del oro" de 1849)
1
sacrificado \gualmente en el a~~ar e.óª irdrealc~~zonamiento irracional del sistema. representarfan un choque temporal y luego serian absorbidos por los ajustes de
· · como la man11estac1 n
mo. L as cns1s, . económico
bre el paisaje . d e ,.a so·
precios (El capital, l, p. 60).
económico, ponen una amarga envo1tura so El Estado se implica en la regulación de) dinero tan pronto como se introdu_cen
ciedad capitalista. monedas, fichas, papel moneda y dinero - crédito como medios para hacer circu·
lar las mercancías. El Estado se encuentra mezclado, de grado o por fuerza, en
6. LA POLITICA DEL MANEJO OEL DINERO la politica del manejo del dinero y puede incluso adoptar una actitud .ictivista de

. d cumulación revela una apretada textura de 7 Los primeros escritores de Kalc:cki (1971) sobre el ciclo de los negocios durante la d~ada de
La descripción escueta del ciclo e a l 'ó entre el cambio tccnol6gico, 1930, utilizaron mucho material de Marx, aunque llegaron a resultados que se acercan a los de Key·
. l d sem ..,leo y la acumu ac1 n, l'
interacciones entre e e r . ntre la producción y la rea iza· nrs. Toda la curs1i611 de ciar forma a la clinilmica de los agregados marxistas se planteó de nuevo en
. '6 1 cstildo de Ja compctcnc1a, e l . l;i clfrmla clr l!lfifl y clc"liClc• 1•11111111·1-s ha sido un foco rnntinuu de intcrb para la gente que tiene incli·
Ja tasa de rcmvcrs1 n y e • . ·ntrc la circulación de ca1~ital y a c1r·
11adu11t-s nw1emá1icas. Vétt.Je Shcnnan (1967). Wcis.skopf (1978) y las presentaciones altamente ma·
ción en los diferentes dcpanamcnLos. le d nda de dinero a interés, entre el
· d e ·ingresos, e ntre 1r111::l1irni; ch- Morii;hirn;i ( 197:i).
culac1ón . .la oferta
. y .a ema ., financieros, entre el cap1ta
1 10
· l Ye l 11 lle· lh1111h11ff ( l!l7H) rs 1111a .!1 l:1s mc·jon•i; pn·:wmaC'Íont"i; resp<'clo a la Ílllt'gración de las ..:ues·
poder relativo de los cap1tahstas mc~us~ta ~s y l ~ión y como m<·dida del trabajo 1ionc-s cid 11i11rrn y la:> li11a1m1s nm el fundunamicnlll del estado capitalista.
trabajo, entre el dinero como med10 e c1rcu a
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES Sil
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
!10
. 1 las rincipales naciones que se dedi· de una teorla completa de la determinación de los precios. Además, es evidente
a lgu'n tipo.9 Para .el siglo. xvm, por eJemp º•. .P d conscientemente, estrate· ~1uc los precios pueden subir o bajar por muchas razones diferentes.'º Si nos
.t taban pers1gu1en o, .
Ca ban al comercio cap1ta1is a es t" as monedas en maniobras per- sustraemos de los choques circunstanciales que puede sufrir cualquier sistema
. 1 · • de sus respec 1v ·¡· económico -malas cosechas, guerras y rumores de guerra, etc. - as( como de
gias de devaluac:ión y reva ua.c1on ial olitica. Las doctrinas mercanu istas
petuas para lograr una ventaja c~~er~e Jn~istema de crédito maduro y la crea· las perpetuas oscilaciones de los precios del mercado que acompañan el
reflejaban esas tá.cLicas. La ap~nc1 n aldo legal le plantearon al F..stado ca· equilibrio de la oferta y la demanda en el mercado, podemos identificar diversas
'ó de formas ficticias de cap1rnl co.1 resp fuerzas que afectan los movimientos en los precios fundamentales de producción
CI n d r alcance . )"
pitalista. unos problemas e mayo l ¡ Í IX la tarea de asegurar la altJ. ca l· de ias diversas mercancías.
Eventualmente, como vim~s en e 1e~~:~~ d~ banco central. Como el banco La lucha competitiva para adquirir la plusvalfa relativa debe aumentar la pro·
dad del dinero le corresp~~d16 a a~· io~es bajo las cuales otras monedas son ductividad fisica y de valor del trabajo, y asf abaratar las mercandas (El cajn~al, l,
central tiene el poder ~e fijar las con ~c dentro de ciertos limites, regular la ta· pp. 257-258). La expansión de la producción a tierras más fértil~s. la ape~·tura
convertibles en su propia moneda, ~u; ~ÍI p 508). El banco central no pue~e de nuevas fuentes de materias primas, la búsqueda de fuerza de trabajo más barata
sa de interés del mercado (El capita: . ' .or su osición en el tipo de cambio y más maleable y la reducción en los costos de circulación (particularmente el
obrar ~.rbitrariamente' pues está re~~ngt:rºiros la~os con algún tipo de dinero transporte) se suman a toda una baterfa de fuerzas que tienden a hacer bajar los
con el extranjero, las reserv~s de o di:t Debemos también invocar la reg.la de precios. En su contra se encuentran los costos crecientes relacionados con el agota·
supranacional en el escenano mun . ntrales comienza en donde termina el miento de los recursos naturales, la congestión u otros cuellos de botella en el
Marx ele que "el poder de los banqu~ro~fice ue el banco central puede responder aparato de la producción, la lucha de clases de parte de los trabajadores, el mo·
de los descontadores p~vados". Est~:~~o1: ~inero que emanan del interior del nopolio creciente y cosas por el estilo. En el análisis final, los movimientos de
únicamente a las presiones d~l ~ó d lusvalia No obstante, la forma en que prcck>s son dictados por el equilibrio de fuerzas increfblemer.te divergentes y
sistema de producción y reabzac1l nde P. nes q~e toma el banco central (o que particulares.
. porque as ec1s10 . . bar Sin embargo, la circunstancia que estamos considerando aquf tiene una lógi-
responde es importante' . . ortante para aminorar o exacer
por su legislación) ~ienen un p~p.el mu~~~~rias estrictas en épocas de acumula- ca más simple. 11 La representación de Marx del ciclo de acum'.llación, muestra
las oscilaciones ctchcas. Las po.tu~a~m l ión La crisis a menudo apar\!ce, en que los precios bajan en la fase de estancamiento, aumentan gradual:nente y
ción excesiva pueden in~ens.i~car da. eva ua~e le. impone a la sociedad un banco luego se aceleran rápidamente durante el auge. El regreso a la base monetaria
• T lugar como una cns1s de mero, q durante una bancarrota provoca un derrumbe forzoso de los precios. Si se cons-
pnme • . .
central inflexible y obstinado: d' estrechamente a un patrón oro, uene truye una base monetaria más flexible, que en vez de estar ligaJa a la
Cuando e~ banco central hga su mero de oro limitada oblig:1 a eleva!' mercancía-dinero permita la impresión de dinero inconvertible respaldado por
. · brar Una reserva d .l el Estado durante la crisis, entonces se supone que la baja de los precios se puede
muy poco espacio para mamo . ma usura en una época en que to ~. ~
las tasas de in1erés hasta un punto ~e extred l l1'dad Cuando la converub1h- mantener ha jo control.
f . el dinero e a ta ca . . En la superficie, una politica de este tipo parece eminememente sensata en
capitalistas buscan re ugio en ( n contraste con la suspensión tempo·
dad a oro se suspende permanentemente e 1 la tasa de interés sobre ese dinero comparación con la polftica opuesta; la de permitir que los valores de las
ral) la cantidad de dinero del banco centra¡¡~ El "arte" de la banca central mercandas salgan perdiendo a fin de preservar la integridad del dinero de alta
• · · t mentos de po uca. ·· 1
se pueden conyerur e~ ms ru
consiste en usar estos instrumentos e rd olitica para tratar de estabilizar e curso
'ó Al mismo tiempo, el hecho de cor·
inherentemente i~estable de la acumu a~1 ;·el oro da lugar a la posibilidad for·
calidad. Empero, esto viola la regla de Marx de que la realización de los valores
no se· puede lograr con un mero aumento en la oferta de dinero (véase el cap.
111). También significa que el dinero debe abandonar su papel como medida del
tar los lazos del dmero del ~aneo centr~ c .ón nos ocuparemos detalladament~ valor d.el trabajo social. Ariemás, la idea de que las tendencias del capitalismo a
mal de una inflación sostenida. A contmuac1 las crisis severas, como las delineamos en el capitulo VII, se pueden aminorar en
de esa posibilidad. cierta forma con una política de este tipo, parece trafda de los cabellos. Lo mis
que puede suceder es que cambie la forma que tome las crisis. Veamos cómo su-
ce<le esto.
7. LA INFLACIÓN COMO UNA FORMA DE DEVALUACIÓN
IO Marx respeta en forma sorprendente el estudio vanguardista de Tooke sobre los movimientos
de precios, un tema que.ha seguido siendo el foco de la historia económica burgu~a desde entonces.
. . d las fases y los casos de inflación. Cual- 11 Las explícitas teorías marxistas de la inflaci6n son sorprendentemente endebles cuando ponen
En la historia de~ capitalismo abun fian ómenos tiene que estar integrada dentro los pies en la tierra. J. Harvcy (l 977) y Rowthom (l 980) son lecturas básicas, mientras que Jacol>i et al.
quier interpretación general de esos en ( 1975) revisan algunos de los problemas ligados con los diversos enfoques marxistas de este tema.
mientras que Vitar (1976) construye Sherman (1976), Sweezy y Magdoff (1972), De Drunhoff (1979), Fine (1979a), Mauick (1380) y Man·
9 En De Brunhoíf ( 1978, 1979) se dan algunos antecedentes, del ( 1978) Lratan de hacer análisis desde diferentes á:lgulos.
una t:istoria fasdnante.
--------·--·-

CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES 515


CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
312

ca:it:~ui;:estano ~ue se puede


Recordemos en primer lugar lo que nos dice la teorfa del exceso de acumula· efectiva de mercancf as incurriendo en un déficit r .
cubrir con préstamos solicitados al mercado de
~:!~?and a
1 ~~~~ee:fe:~~:.~~!~
ción. Se produce demasiado capital en relación ccn las oportunidades para
usarlo porque los capitali:;tas individuales, empujados por la competencia y es· efectiva resuelve el problema .ie la realización

~~7ae~:~~~~~e~~~~~~:~:=~~ ~uorfia~~tEsa,toobt~iga : ::~~~dla:s;a:a!ª~~i~:e~~~l:~:=~


forzándose por llevar al máximo sus ganancias explotando a la fuerza de trabajo, 10, e aumento en la demanda de fond 0 bl
adoptan tecnologías que hacen que la economla se aparte del camino de la acu-
mulación equilibrada. El desequilibrio empeora porque los precios de producción, . . . · 1ene e1ectos esastrosos sob l
e.iones mdustnales y comerciales ( . re as opera-
que se forman a través de la compensación de la tasa de ga:iancia, dan señales puede forzar la devaluación misaunque obviamente no ~bre el capital bancario) y
erróneas sobre los precios en relación con el potencial de producción de plusvalta polfticas estatales Existe ma contra la cual se diseñaron inicialmente las
social. Además, la creación necesaria de capitales ficticios antes de la acumu,a· de dinero de alta .calidad =~:~~ee~ una fuer~e pre~ión para aumentar la oferta
ción real suelen oscurecer el desequilibrio fundamental. central, al tomar una acción ac~r que ªJen as tasas de interés. El banco
Los capitales ficticios y el capital a interés invertido en ellos están en peligro de las mercanclas.12 de este upo, puede ayudar a evitar la devaluación
de quedar destruidos en el curso de una crisis, mientras que la devCJ.luación
Desgraciadamente, esa estrategia también "b .
puede afectar al capital en cualquiera de los estados dentro del proceso de circu· re~lización del capital ficticio. Si, por ejem lo c~nt~ b~yó s1multá?~amente a la
ladón. lauva considerable en títulos de t' p ' a a ido una acuvtdad especu-
manda efectiva de viviendas ma~~~;~:· enton~es el hecho de a~mentar la de-
D - M (Z )· .. P .. .M' - D' etcétera. tiempo que aumenta la demand d muy VII va esa especulación, al mismo
a e mercanc as como tab · ·
apoyo a este tipo de capital ficticio implic fi iques, vtgas, etc. El
por su propio capital ficticio (un aumento e:·1:~e~e~~od q~~ el Estado sustituye
Consideremos ahora cómo se relaciona con todo esto una expansión del dinero el Estado) Ja masa de capital ficticio privad f1 a e mero r~paldado pór
dito. Si esto es bueno o malo de end o que ota p~r allf en el sistema de cré-
del banco central.
Desde el punto de vista del capitalista individual, el primer signo de acumula- dos asi se pueden realizar en fa;es suebesenteramendted les~ los va~ores ficticios crea-
. . cuentes e a circulación d · l
ción excesiva ocurre cuando aumenta la dificultad de convertir en dinero las con 1a negoc1ac16n ·~xitosa, aunque problemát' d 1 e cap1ta .
mercancías o títulos de propiedad (capitales ficticios) a un precio que permita ahora sobre el dinero, el cual sufrirá devalu 'ó ~ca, e lazo M-D, el peso cae
que se realice la tasa de ganancia promedio. La transición de M - D es siempre culación dentro de su lapso "norm l" E . ac1 n s1 no se le pone de nuevo en cir-
a . x1sten tres usos posibles para ese dinero.
dificil porque requiere que se pase de un valor de uso (o titulo de propiedad)
concreto y el)pedfico a la forma de poder social más general que existe: el dine· 1) Zl dinero reinvertido en la producción deb e cruzar 1a 1ínea d1v1sona
. . .
ro. Esta transición se ve obstaculizada por una falta de demanda efectiva o, lo
que equivale a la misma cosa, por una escasez de dinero disponible. Los capitalis·
tas individuales y otros agentes financieros (bancos privados) pueden salva1· esta di- D M<FT)
A:fP .
ficultad extendiendo crédito. Los capitalii;tas reciben un dinero que equivale a las
mercancías que no se han vendido (incluyendo la tasa de ganancia promedio Un ª~_mento en D aumenta la demanda de fuerza de traba ·o medios
sobre ellas). La cantidad de dinero a crédito de un orden más bajo aumen.:a rápida· ducc10n y absorbe cualquier excedente en la oferta de a~b:S Est de pro-
mente. Entonces se presiona sobre el banco central para que amplíe la oferta de (U· ¡ara <1uc ~uban los precios, lo cual, en el contexto de una crisi~ si;~::~:
nero de alta calidad. Si el banco central accede a hacerlo, entonces parece corno si r°s costos e producción no declinan ni remotamente como lo harla
pudiera mantener la liquidez global y al mismo tiempo se eliminaran todas las orma. La "sacudida tecnológica" ni si uiera se acerca nen otra
barreras a la realización de los valores.
Desgraciadamente, el asunto no es asf de simple. El dinero emitido por el
hanco central se pucclc usar ele muchas formas. Puede alimentar la circulación
.
., malnwnle . l<"n<lría · <'incluso
· puede "cr q se presione
·' que . a 1ªoslaprod
que conu~~en una pauta de ajuste tecnológico más carac.terlsti~: ;;~:para
fuerzat que nor·

de
d <·xpa11s1on
. .. . <I<' la <I<' rrtracci6n
'lll<' ' • 1~oS S3 1anos,
. .
por CJemplo q ' áfase
de capitales ficticios y asi agravar las fiebres especulativas. Se puede convertir en
una demancla efecfr1a de mercancías (en contraste con los titulas de propiedad).
eclmcn lo sufic1entc como para estimular el regreso a actividade~ enu~ue ~~
Keynes insistió en que estos últimos eran más importantes para la estabilidad
teorfa fundamental del dinero ~e es ese . 1 etanstas como los keynesianos aceptan la misma
12 Como señala Harris ( 1979) tanto los mon .
económica que la demanda efectiva, y trató de canalizar par medio de polfticas sianas siempre contienen una f~~te pers n~~a mente un.a teorla cuantitativa. Las polfticas kcyne·
específicamente fiscales (en contraste con las poUticas puramente monetarias) la empeñar su papel correcto si las polfticashe i~a monet~nsta porque el banco central tiene que des-
demanda efectiva, en formas que podrfan contribuir a la estabilidad en vez de que divide a los monetaristas de los ke nes~:nO: =~fr a guna op~rtun.idad de éxitó a corto plazo. Lo
exacerbar la tendencia hacia el desequilibrio. Demos ahora una versión simplifi· al fijar las metas fiscales y monetaria!. grado de ducrec16n que se le permite al Litado
cada de esta idea. En tiempos de depresión, el Estado puede crear una demanda
514 CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADlCClONES CA PJT AL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
515

co real de fuerte ~nflación puede ser el resultado de muchas fuerzas. La inflación


requiere mucha mano de o~r~: '..S po )librio bajo estas condiciones.
E co robable que la composición de valor
del capital regrese a su pos1c1on de equ. . • en la compra de títulos sobre del tipo que estamos considerando aqui tiene una interpretación e!ipeclfica.
2) El dinero puede ser. mvem ~en
· ·d aprop1ac1on La transformación de devaluación en inflación trae consigo simultáneamente
bonos deuda del gobierno, etc.) Los va·
utilidades futuras (uerra, acc1onesJ . j mente terminan aumentando la la centralización y socializaci6n del proceso de devaluación que acompaña al ex-
lores ficticios creados por el Esta o sm~.P e stá en manos de particu~ares. ceso de acumulación. Debemos mencionar que la devaluación comienza como
• 1fi · · de la econom1a que e un asumo privado (por ejemplo, las empresas individuales quiebran; determinadas
cantidad de caplla 1cuc10 1 bl d la realización de esos capitales
Entonces se plantea de nuevo ~ pro ema e mercancias se quedan sin vender) y termina teniendo ramificaciones sociales
ficticios a través de la prod'J~c16~. 1 d'
(desempleo, disminución de la circulación de ingresos, etc.). La inflación es un
o extra en su propio consumo. Esto
3) La burguesía desvía una porc1óln de l 1~er lo que a su vez invita a que suba la problema social al principio, pero tiene consecuencias privadns y particulares.
aumenta la demanda de artku os e ~JO, • Por tanto, la transformación de devaluación en inflación tiene ciertas implica-
demanda de fuerza de trabajo y medios de producción. ciones técnicas, económicas y polfticas que merc.:en ser exploradas.
En primer lugar, la socialh:ación de la devaluación reduce los efectos de suce-
. one en circulación el Estado tiene que reali· . sos particulares sobre el ritmo básico del ciclo de acumulación. Las quiebras po-
Por tanto, el dmero extra que p d 'ó Esto confirma el descubrimiento
tt:nciaJmente perjudiciales de corporaciones individuales se pueden evitar o absor-
zarse en algún punto a través de la.pro ~cc1 .~·de la circulación de plusvalfa (El
h. M 11 su mvest1gac1on ber (por ejemplo, por medio de fianzas del Estado) y sus costos se pueden difun-
fundar.iental que izo arx ~ 95-96 de este libro): la realización en la esfera dir sobre la sociedad en general. Asl se reduce mucho la posibilidad de que even-
capital, 11, cap. XVII; cf. con as pp. d 1 realización ulterior en el terreno tos de este tipo hagan que se caiga todo el sistema. En segundo lugar, la "deva-
del intercambio depende a fin de cuentas e a
luación constante" que trae consigo el cambio tecnológico (véase el capitulo VII)
de la producción. de acumulación surge porque se se puede convenir en una inflación "leve" constante que, según argumentan al-
El argumento de Marx.es ahora q::i~c~~~esCTncluyendo el grado de centraliza·
1
gunos key11esianos, ayuda a preservar el crecimiento equilibrado; los cambios en
llega a la mezcla tecnológica en la p i'ertamente no concuerdan con
. 'ó · 1 etc ) por procesos que c las estructuras de precios proporcionan señales para la obsolescencia planeada y
ción, la mtegrac1 n vert1n • . . 1 . L reación de dinero adicional en la
el equilibrio de la a~umulac1ó~ u ter1o~~s =c~o a esos rocesos. La impresión de
las nuevas inversiones. En tercer lugar, las oscilaciones leves en el proceso de acu-
mulación se pueden controlar y algunas veces incluso manipular con fines
esfera del intercambio no ca;.ib1a n~d~ : la defonn~ción de las señales de pre-
dinero no puede curar ~l.pr? em~. tie~e ~~ ~erza plena de la sacudida, qur. haría
polfticos a corto plazo (un caso de estos últimos es el llamado "ciclo polltico de
dos empeora el dt:sequihbno. Se ~ . • d quilibrio medida por la composición
los negocios". en que la polftica monetaria se usa para c-rear un auge artificfal en
que el sistema regresara a una pos1c~o~ e e dones tecnológicas que desestabili-
la ec.onomfa justamente antes de las elecciones). 15 Los costos de brotes leves de
de valor del capital, se fomentaln m ~ mn~v~acia el exceso de acumulación pro-
devaluación, que algunas veces atacan con demasiada dureza durante el breve
zan el sistema, y esto hace que a ten enc1a espasmo de la crisis, se pueden atenuar y diseminar como un brote leve de infla-
ción sobre un lapso de varios años.
bablcmente aument~ en. v~z d~ refrenar~e. entes privados continúan e>aendién-
La socialización de la devaluación a través de la inflación ~ambién extiende
Si los capitalistas mdlVldua es y ?tros ~g de la acumulación excesiva y las es- instantáneamente los efectos de la acumulación excesiva sobre todas las clases so-
dose crédito e~tre sf f ~e~te a l~ ~r~~~e;:~:;tral continúa respaldándolos con la ciales, pero los efectos de ninguna manera se sienten en igual forma. Las conse·
pirales de capual fict1c10, y s1 el d . d 1 SIS'tema de crédito empezará a cuendas distributivas varfan de acuerdo con las circunstancias. Marx señaló, por
d di
1mpr~1ón e nero, e
. . ntonces a emenc1a e . d
dinero res aldado por el Estado se liberará e ejemplo, que Ja depreciación del oro y la plata en los siglos XVI y XVII "depre-
destruir. lo que encuentre
.ó d a ctuar
su paso. El una me di~d a firme del trabaJ'o socialmente
como daron a la clase trabajadora" asf como a los propietarios de tierras en relación
cualquier pretens1 n e.ª d' . li a sobre los capitalistas, no hay nada, con los capitalistas, y ayudaron asf a concentrar el poder del din~ro en las manos
necesario. Si el dinero ejerce l?ºc~d 1sc1p ? tos suban sus precios arbitrar:amen- de estos últimos (Grundrúse, 11, p. 202). "Los ingresos de las clases imp1oducti·
excepto la competenci.a, que ·~p1 a qube .es de la disminución en la pro·
R l. á nancias en el mtercam 10 a pesar d vas y de las que viven de rentas fijas" tienden a permanecer .. estacionarios duran-
te. ea izar n ga . 'ó f ancamente insostenible. Se pro uce te la inflación de los precios, que acompaña siempr~ a la superproducción y a la
ducci6n real de plusv.alia. Es~ s1tua~ n ~s ~ásicas hacia el desequilibrio empeo-
superespecuJación", y esto "disminuye ... en términos relativos" su poder adquisi-
una inflación generalizada, y as ten. enct~ erzas de contrapeso como la posición
tivo en esos tiempos (El capi'tal, III, p. 461). Los que viven con ingresos fijos sa·
ran, esto es, a menos que entren en J~ego u .' o el reconocimiento consciente
len ganando durante el descenso de los precios que ocurre con el regreso a la ba-
del banco central con el tiÍ~ de camb~o :xt::~~::r la disciplina monetaria.
de parte del banco cen~rad e iue ~~ ~eel:s mercancías se puede convertir en la
El resultado es que a eva uadc1oln. f1 'ón Debemos reiterar que ésta no es ts l\.alecki ( J971) fue probablemenie el primero en detectar la probabilidad de una manipula-

.nero ~ que pued e ex1'stir ' y que cualquier interludio histór1·


. d 1 d'1 través e a m ac1 · . ción polftica del ciclo de los negocios. Boddy y Crotty (1975) adoptan la idea en el contexto de una
la única formae de mflac16n
devaluactón 1eorfa de la reducción de las ganancias que rechazamos anteriormente, (pp. 52-54).
816 CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
817

se monetaria, pero salen perjudicados cuando la devaluación se transforma en ción sin la af\lda de un gran ej~rcito industrial de reserva. El significado de la
inflación permanente. . . . . llamada "Curva de Phillips" -que mostró un trueque entre la inflación y el
La inflación también suele red1stnbu1r el poder del dmero, que pasa de los
desempleo - fue que parece ofrecer a los creadores de la polftica un blanco ya
ahorradores a los deudores porque estos últimos pagan sus deudas con moneda hecho para la polftica fiscal y monetaria. 14
depreciada. Sin embargo, el hecho de ci,ue esto suceda o no depende ~e la t~sa de Como resultado, la lucha por el salario nominal se convierte gradualmente en
interés, que se vuelve negativa en térmmos reales cuando la tasa de mflac16n es una lucha por el salario real. Los trabajadores se encuentran luchando en dos
más alta que la tasa de interés nominal. Una ~asa de ~nterés neg~tiva real an.un· fr~ntes. Buscan ~n los co~tratos cláusulas estrictas sobre el costo de la vida, para
cía la devaluación general de los ahorros de dmero. S1 la tasa de mterés nommal e~~tar que les ca1ga1:1 encima los costos de la devaluación por la vía de la infla-
varía de acuerdo con los recursos de dinero, entonces los ahorros de la gran bur- c1on. De esto se d~nv? una teoña de la inflación por el empuje de los salarios,
guesfa se pueden preservar de los estragos de la inflación, mientras que los de las que culpa a los smd1catos avorazados del alza de los precios. Esta teorfa es
clases trabajadoras quizá se devalúen (ej. El capital, III, pp. 476-477). correcta, en el contexto teórico que estamos considerando aquf, sólo en el senti-
Lo mb importante de todo es que cuando la inflación se vuelve per:nanente do d.e que los trabajad?res im~iden que se cure el exceso de acumulación por
permite a los capitalistas realizar un.objetivo la~ente,;11-nJ:iel.ado. "La el~ capi· n:ied10 de una devaluación masiva de la fuerza de trabajo por la vfa de la infla-
talista", observa Marx, "nunca res1stirfa los smd1catos , si siempre y bajo toda ción. Emp~ro, los trabajadores también tienen que confrontar las polfticas fiscales
clase de: circunstancias pudiera hacer lo que está haciendo ahora como una ex· Ymonetarias que penmten que la devaluaci6n se transforme en inflacióh eh pri-
cepción ... esperar, aprovecharse de cualquier aumento en los sal~rios a fin d;; mer lugar. El foco de la lucha de clases puede cambiar de la confrontación di-
subir a(m más los precios de las mercancfas y asf embolsarse ganancias mayores recta entre el ,capital y el tr~bajo a una confrontación entre los trabajadores y el
(El c:apilal, 11, p. 504). Esta posibilidad se vuelve real única~ente cuand.o la Estado. Est~ ul.t1mo se con~1erte así en un escudo protector para los intereses de
estricta disciplina de la mercancía-dinero cede el paso a las prácticas más flojas y la dase cap1tahsta. Puede 1?clu~o pa~ecer, c?n la ayuda no muy sutil de la pro-
flexibles de la creación estatal de papel moneda inconvertible. Si el Estado se p_aganda. burguesa, como. s1 la mflac1ón tuviera su origen en el gobierno inefi-
ocupa del problP.ma de la demanda efectiva y amplia el abastecimiento de dine· ciente e ineficaz, en polfucas fiscales y monetarias erróneas. Esta atribución es
ro para mantenerse al mism1J paso, entonces los capitalistas individ~ales pueden correcta respecto a la causa inmediata. Lo que pasa por alto es la estructura fun-
estabilizar sus tasas de ganancia, frente al descenso de la producción df• plus· d.amental de las relaciones de clase que empieza por generar crisis de acumula-
vaUa, simplemente ajustando los precios de las mercancfas q~e produc~n. La ción excesiva y de devaluación.
única limitación a corto plazo en el mercado es la competencia de precms. En ~a conversión de devaluación en inflación parece tener efectos positivos y ne·
la medida en que se van formando monopolios, oligopolios y "lid~rato de pre· gativos desd~ el punto de vista del capital. Por un lado, puede aliviar la presión
cios", Ee debifüa la competencia de precios. Por esta razón la mflac16n se atribu- de fo~mas d1~~ct?s ~e confl.icto a propósito de lo~ salarios e incluso hacer que se
ye frecuentemente a las prácticas corp?ra~ivas bajo el "capitalis?1o m.~:mopolis~a''. uece~lte un eJe~cHo 1~d~stnal de re.:>erva más reducido para equilibrar la tasa de
Esas prácticas tienen efectos secundanos importantes, pero la mflac1ón del upo salanos. También socializa los costos de la devaluación a través de todas las clases
que estamos considerando aquí tiene rafees mucho más profundas en~~ transfo~­ detrás del escudo de la polftica fiscal y monetaria llevada a cabo por el Estarlo.
maci6n general de la devaluación de las mercandas en devaluac1on del d1· Por otro lado, provoca la formación de alianzas de clase encaminadas a asumir
nero. . el poder del Estado. La inflación hace más difuso el conflicto al ampliarlo y vol-
La lucha de clases cambia dramáticamente con la inflación. Las reducciones verlo a enfocar en el Estado.
de salarios son duras de imponer directamente y por lo general provocan una Sin embargo, la inflación no puede curar la tendencia hacia el exceso de acu-
respuesta muy concreta de la clase trabajadora contra un blanco muy di~ecto. mulación. Si al~~ logra ¿s exacerbar el problema atenuando y retrasando sus
Con la inflación generalizada, los patrones conceden aumentos en los salan?s de efec~os .. Las ~olm~as estatales permiten que se forme y culmine una enorme
dinero nominal y asf reducen la intensidad de la oposición directa de los t~abaJa~o­ ~rf'stón mflac1onana hasta el punto en que se vuelve potencialmente muy explo-
res. Lo que sucede a los salarios reales depende totalmente de la tasa de mflac1ón siva. El peso muerto del capital ficticio improductivo se siente cada vez más la
y los capitalistéis individuales pueden alegar que ésta no depende de ellos perso· posi~ión del banco central frente al tipo de cambio con el extranjero se debilita ~ro­
nalmente. La devaluación de la fuerza de trabajo se logra entonces a través de la gres1vamente (provocando la devaluación de la moneda nacional en relaci6n con
inflación. En la medicla en que tiene éxito esta estrategia, permite que los
problemas del exceso de acumulación se contrar~est~n p?r medio de un. aumento
La Cuna de Phi~lt"/Js.se refiere a la observación ~mpfrica de que existió, durante varios años
14
en la tasa de explotación lograda a través de la d1smmuc1ón de los salanos reales.
Los mecanismos del ajuste de salarios que describe Marx en la "ley general de la por lo menos, una relación inversa entre Jos aumentos en la tasa de salarios y el nivel de desem leo.
acumulación capitalista" (véase el cap. VI) se modifican fundamentalmente:·. Esto fue t~ansfonnado luego de?rro d.e Ja prem!sa teórica general de que existe una correspond!icia
Puede ser posible incluso manejar los ajustes de salarios por medio de la im1a- rntre el n.1vel d~ desempleo y la 1.nflac16n. Las circunstancias de la d~cada de 1970, cuando d desem·
pleo Y la mílac16n aumentaron Juntos, puso en tela de juicio todo el argumento (vétJJe Fine, l 979a).
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318 CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIOl''ES
519
el dinero mundial), y las estructuras de precios se vuelven tan inestables que Aunque es cieno que la devaluación de l
pierden su coherencia como una fuerza coordinadora. Sobre todo, la racionali· trabajo) se puede evitar a corto plazo por la ~~~e~cancía~ (incluye11do.la fuerza de
zaci6n fle la producción, que es la única soluci6n al exceso de acumulación, no problemas de la inflación no se d ac~ón, es igualmente cieno que los
se puede poner en movimiento correctamente. En pocas palabras, los problemas teoría marxista nos dice que pue en curar sm devaluar las mercancfas La
· • en respuesta al ex d . ·
del exceso de acumulació11 no se pueden disipar por la socialización de la deva· puede devaluar el dinero o las mercancfas ( l ceso e acumulación, el capital
luación a travé!. de la inflación. sólo la devaluación de las mercanc~ . 1 o a guna mezda de ambos). Empero,
En este sentido, es interesante ver la serie de remedios para la inflación que se zar Ja reestructuración que penn't'iaás, me uyendo la fuerza de trabajo, puede for-
n, · . 1 Ir que se reanude Ja ac 1 ·# ••

han propuesto, todas las cuales apelan a algún tipo de cambio básico en ia parti- xuizá no exme mejor testimonio de 1 . . l 'd umu ac1on eqmhbrada.
cipación del Estado. lismo que el hecho de que las opciones a irróac1~na i ad fundamental del capita-
.
fimes d e sus relaciones econ micas que ex' d
En primer lugar, el Estado puede volver a constituir una base monetaria de clase d · isten entro de los con-
·
]ast1mosa. ommantes sean de 1
estricta para la economía. Aunque esta necesidad no está ligada a una mercan . La opción más grande á . una e ase tan restringida y
cia-dinno, si implica polflicas monetarias muy restrictivas (que hacen que suban ci..Jnes de clase o eliminarlas por c~mrr;,l s t arr_ipha está entre preservar esas rela-
las tasas de interés), recortes en el estimulo del gobierno a la demanda efectiva, y dan lugar. e 0 Junto con las contradicciones a que
permiso para que surtan efecto las fuerzas rudas del mercado que devalúan las
mercancias y la fuerza de trabajo. Una depresión convencional, administrada
por el Dotado, hace su labor de reestructurar el aparato productivo, eliminando 8. EL CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
los capitalista ficticios excesivos, disciplinando a los trabajadores, etcétera.
En st:gundo lugar, el Estado puede imponer controles de salarios y de precios Eu este capftulo aparecen dos concentos del e . .
o tratar de que se calme la inflación por medio de algún tipo de polttica de de un proceso de circulación de.I cap.ital l . ap~tal filmanc1ero. El primero es el
ingresos, un "contrato social" con los trabajadores (que generalmente equivale a d . . . . a mtercs· e segundo d bl
po er mst..ituc1onalizado dentro de 1 b ' ' e un oque de
algún lipo de devaluación negociada de la fuerza de trabajo) y una estrategia de totalmente adecuado por sí mism: ur~esta. Ninguno de los d.Js conceptos es
inversilm para la industria. Las intervenciones de este tipo deben ir acompañadas de narlos. ' por 0 que nos esforzaremos por combi-
restricciones monetarias y fiscales para que tengan oportunidad de funcionar. Los En su apariencia superficial, el poder or nizado . ..
monetaristas argumentan que las políticas de este tipo simplemente deforman te, aparentemente impenetrable y nos. .ga de las finanzas es unpresionan-
.
c1ero está envuelto en un miste · mspua un
. temor rever t
en e. El ·
sIStema finan-
las señales de precios y por tanto destruyen cualquier base correcta para que se
reanude la acumulación. La teorfa marx=sta está de acuerdo con ese juicio, ex- intrincado mundo de la banca c~~t q~e .Pro_vie~e de su complejidad. Abarca el
cepto bajo la circunstancia poco probable de que la estructura de precios decre· Banco Mundial, el Fondo Monet·1ri~JaJ,nitnst1tu~ionel)s internacionales remotas (el
. ' ernac1ona todo J •
tada y las estrategias de inversión diseñadas estabilicen la composición de valor ca d os fimanc1eros entrelazados (bols d 1 • un comp ejo de mer-
· as e va ores mercados d
del capital. Esto traerla consigo una denluación organizada y planeada por fa. ras, etc. ) e mstituciones (fondos de 'ó d. e mercanctas futu-
ses del capital y de la fuerza de tralajo por medio de polrticas estatales. uniones de crédito banros de ah pens1 n y e seguros, bancos merca~uiles
• · orros etc ) Sub rl · •
F.n tercer lugar, el Estado, en conjunción con el capital, puede tratar de ace- de bancos privados increfblemente p d .. ( 1rBe to o, mcluye una multitud
lerar el desarrollo de las fuerzas productivas y esperar que asf se puedan bajar los Agricole de Francia el Bardays de G o eBrosos - e aneo de América, el Credit
precios para compensar la ola inflacionaria. Algunas veces se argumenta que la
l . ·
'ansitan .
sm '
cesar entre Basilea Zu ran
. h Lretana)d . Los banq ueros y sus coh ones
rafz de la inflación es el fracaso para aumentar la productividad. La teoria que reui1iones internacionales se to~ann~ ' .. on res, Nueva York y Tokio. En sus
estamos adoptando aqui indica que el desarrollo incontrolado y desequilibrado suene de millones de gentes lo q . ~~ISJones que evidentemente afectan la
de las fuerzas productivas en el contexto de las relaciones de clase del capitalismo mente controlan no sólo las 'vidas u; I~ J~a d~u.e los banqueros del mundo real-
es lo que provoca el exceso de acumulación en primer lugar. Puesto que Ja infla- por igual) sino también de las corp e ~s m IVlduos (capitalistas y trabajadores
..l oraciones más grandes y l b'
ción es una transformación de la devaluación, no se puede curar con un progra· cerosos. Esta irr.agen logra aún . . os g·:> iemos más po-
ma indiscriminado para aumentar la productividad. El Estado puede tratar de ese aspecto del Estado que se ded'I:::yo; credibdi~ad cuando vemos que incluso
cambiar la mezcla tecnológica (con fusiones forzadas, incentivos fiscales espe· rias -el banco central- siempre 1 ad a rotecc::ión de las operaciones moneta-
dales a ciertos sectores, patrocinio del Estado a la investigación y desarrollo), pe· Se puede perdonar al ciudadanoe ~~;n contr~l democrático.
ro si ha de resolver los problemas de acumulación excesiva, no puede evitar im- temor reverente y total cuando se f y clornente por caer en un estado de
poner los costos de la devaluación a ciertos segmentos del capital y del trabajo. 'd d en renta a a magnitud del d d l d'
que resi e entro de esas institucione d 1 fi . po er e mero
Las curas de .!ste tipo, que traen consigo el manejo directo o indirecto del apara- ge. El misterio del sistema financieros y le re ma~iento de la élite que las cliri-
to productivo por el Estado, aunque o.uizá no sea socialista, tampoco le con· través de él, genera una mística Est ' yr ª.Potencia de las fuerzas que operan a
vienen mucho al futuro del capitalism0. . . · a m st1ca es terreno fértil ñ
consp1rac1ones, conspiraciones para dividi b para teo as sobre
r Ygo emar el mundo, grupos de pen-
CAPll AL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES S21
CAPITAL FINANCIERO y ses CONTRADICCIONES
~20

.. rilateral) ue inventan estrategias encami· gicamente en el control del resto. entonces prevalece una unidad de posición y
sadores (como la célebre Commón TI par.:1ser ejecutados por una poderosa control dentro del centro estratégico de la circulación de capital a inter~s. Esto
nadas a la dominación del planeta, ~ anes us representantes polttico:;. proporciona una primera definición operante del capital financiero. 1s
· t s corporauvos y s .
cábala de bancos, gigan e d t 0 del mi"sterio revelar la lógir.a apre· Sin embargo, la centralización excesiva del poder dentro de ~ste centro estra·
· · l'b ar a to o es evponer la vulnera b.l'd
'
1 i ad
l .a tarea rle la ciencia es i r d 1 istema . fi .
mancier0 , ,,.. 1 tégico no concuerda con el ejercicio correcto de sus funciones de coordinaci6n.
miante que corre por las venas e s . . erfic1ºal de poder y de contro t::>- Se tiene que mantener la competencia dentro del sector financiero si la tasa de
· na apariencia sup d · ·
interna que se escond e b ªJº u . na mezcla sutil de teorta y e mvcsu· interés se ha de ajustar en formas que respondan a la acumulación, si el capital-
• La tarea requiere u dinero ha de fluir libremente y evitar las preferencias que imponen generalmen-
talmente hegem Ó mcos. -' llevar a cabo correctamente.
• • 1- para que se pueua . l'd
gación hislónco-matena isla 1 te llegan a calleJ·ones sm sa i a, te las prácticas monopollsticas. Empero, la forma de la competencia varfa
. . d' ctos genera men ¡· d
los estudios empincos ire . . 1 bl Si por eJ'emplo, una é ile e dentro del sector financiero. A veces se manifiesta como una intensa rivalidad
• ·· temente mso u es. • •1 · t entre imperios financieros; otras veces proviene de mecanismos sociales que
fracasan frente a acertlJOS aparen . las puntas de los dedos mu upes y
mente conspirativa es tan poderos~. ueFie enla acumulación, entonces, ¿cómo se mantienen disperso el poder del dinero dentro de la burguesía, en otros casos está
delicados instrumentos co~ l~s cua es:ali;:;s que hacen caer de cabeza a la garantirnda por requisilos legales que restringen a ciertas instituciones a cienas
ueden explicar los penódacos res b Jcómo es posible qne los finan· clases de actividad (financiamiento de la vivienda, por ejemplo), delimitan el
P .. ? O tomando otro rum o, t. d d de
eccnomta en las crisis ' bríos uardianes de un proceso or ena o área grográfica de operación (por ejemplo, restricciones a que se pongan sucursales
cieros puedan aparecer como los s~ d 1gs intereses de la burguesla en general y intcrcslatales de los bancos en Estados Unidos) o incluso dictan las condiciones
acv.mulación, que asumen el manejo 1 e o 1 mismo tiempo sr dediquen patcn· h!\skas dr man1·jo d<· una carirra <h· hi<'ll<'S qu<' pu<'dc C'<>ntrolar dctcnninada clase
't \ ·om(m dr rc;a • ase, Yª · '6 l·• ·h!W
n11cran con<' \ cap• ª < • • na loca cs1>cculan n Ya to< ' l ' · d<· i11Mi111dón fiuandl'ra (los fondos de pensión y de seguros generalmente operan
mcnte a la · '6
aprop1aci n vena l y .excesiva, al u d" a la ·sociedad en paroxismos · . u<
-'. lrnjo rsLas rcstricciom·s). A menudo hay cierta ambigíiedad en cuanto al lugar en
te . • • 1 11ven para iun ir
de prácticas parasuanas que so o s donde reside realmente el poder del dinero en un sistema tan fragmentado. Por
cao~ y desorden? . . orno una corriente de capital a interés plaga· ejemplo, la actual concentración de grandes cantidades de dinero en forma de
EJ. concept~ d~l capital financcro c debemos decirlo, que concuerda totalmente fondos de pensión ha dado lugar a un debate no muy interesante sobre el "so·
do de contradicciones - un concept~' proceso más bien que como una cialismo del fondo de pensiones" (o sea, la idea de que la masa de la gente es
con la idea general de Marx del cap~tal cor~o u~da y a descifrar los acert1jos. Nos dueña de una gran proporción del capital ficticio de la sociedad por medio de
cosa- ayuda a pen~trar en_ 1~ callej~:Se~~~~ sa ;aciones que surgen cuando con~i- ahorros de su pensión) y una batalla real y muy intensa por el control del poder
uda a entender la mcstab1l!dad de gu d oder dentro de la burgue:-;1a. del dinero que representa esos fondos de pensiones. Igualmente, la acumulación de
ª~ramos al "capital financiero" como ~tin bll~qdue eeepxpcrimcntan los investigadores
d gran parte del dinero en unas pocas manos no significa necesariamente que esos
· ·a la d1 1cu ta qu · ..
o ltJ que equivale a la misma cos , ' d li . . . conslante de "capital financiero . pocos controlen activamente el uso de ese dine• o. Pueden tratar de evitarse ries-
• . 1 r una e m1c1on 1 d'
cuando buscan en pnmer uga

námica de la lransformaci~n orgamz.acrona


• .
t bordamos en el capilulo V: a i·
También arroja más luz so~re un to~1co .que del capitalismo. Vamos ahora ••
gos dispersando su riqueza a través de una amplia variedad de instituciones que
operan independientemente de ellos.
Por otro lado, la fragmentación total y la descentralización del sistema finan·
ahondar más en estas cuestrones. ciero también es perjudicial. Un banco central con poderes de monopolio es
quien mejor garantiza la calidad del papel moneda. El hecho de que no se
l .. e" de Los Ji11ancicros centralice el poder del dinero también actúa como una barrera a la conversión
a) El capital (iwuicicro como a e1as . del dinero en capital, así como a la acumulación subsecuente ya que esta úlLima
. y de los ca pilalistas en dmero
depende de la centralización del capital. La rápida reorganización del capitalis-
. 'nero como un poder externo en rdaci6~ con mo en su forma corporativa y conglomerada -pasos que según vimos en el
Los que controlan la cornente .d~ di até . ca en la sociedad capitalista. 51 esta capitulo V son necesarios para la perpetuación del capitalismo- no se podrfan
la producción ocupan una posición ~str gi base de poder real. entonces se re· haber logrado sin un cambio simultáneo en la capacidad para centralizar el po-
é · ha de converur en una
posición estrat gica se r 1 'tal·dinero en ·unas pocas manos. Esta der del dinero.
q uiere ante todo que se centra ice ef ca pi Primero unos pocos individuos o fa. Por Lanto, la tensión entre la centralización y la descentralizaci6n es tan evi-
'ó d ocurrir en dos ormas. ' 1 d 1 po dente dentro del bloque de poder financiero como en cualquier otra parte (véase
centralizac1 n ~ue ~ . eden acumular en sus manos a masa e ·
milias extraordmanament~ neos ~u d unas pocas instituciones poderosas el capítulo V) Se hace evidente en diversas formas. Por ejemplo, ayuda a expli·
der del dinero de la sociedad.. egu~· o, de innumerables individuos, que
pueden controlar el poder del dmero isxer::as pocas familias ricas, como los 1~ Lenin se preguntó si esta definición scrfa suficimtc ~n deccnninado momenco (véase Churchward,
individualmente no tienen poder~ C~an ~n parte del dinero y participan enér· 1969). Esta definición funcional sirve de base a la pcrspcccivc. de Fitch y Openheimer (1970).
Mellon y los Rockefeller' son duenos e gr
~llCllCI---·-----

CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES 325


CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
322
capi~al bancario a través del curso del ciclo El .. . .
relauvo de las mercandas en . . equihbno cambiante refle1a el peso
car por qué Estados Unidos exhihe un sistema financiero sumamente des· comparación con l · J
entro del proceso de acumulación E l . as expresiones de valor del dinero
centralizado y aparentemente caótico (que se mantiene en su lugar gracias a una
te, el capital industrial está en una . ~ ·~ p~meras fases de la oscilación ascenden-
d
mercandas. Durante las fases poster,1ci dnl e mando porqu~ lo que cuenta son las
rara colección de leyes que se fueron dictando poco a poco por la influencia de
una burguesta que ha tratado espasmódicamente de contrarrestar la amenaza de
financieros para fomentar un ~ e auge se unen los intereses industriales y
crédito. En las crisis, el diner~ ~:~=~~~; d~o~os valores-mercanda basada en el
la ceni:ralización excesiva) al mismo tiempo que se caracteriza por una inmensa
concentración de dinero entre unas pocas familias que operan a través de unas
en sus manos los destinos de los . 1' y . bancos parecen tener totalmente
poca.1 institucion<S financieras en gran escala." Ayuda a explicar por qué los captta istas mdustri 1
bancos compiten entre sí ~n algunos terrenos, y al mismo tiempa en otros forman exce d entes no se pueden converti
u ed en tam bº.
d' a es porque las mercandas
alianzas, comorcios y, de vez en cuando, cábalas conspiracionales a fin de reunir 1en caer bajo la dema r dend merod' · Empero • los propios . bancos
una concentración suficiente de poder monetario para manejar los aspectos t.n de.l .banco central) que exceda con n:1ucªho: mero de alta calid~d (oro o dinero
P
gran escala y a largo plazo del financiamiento de la acumulación. Los reajustes cnsis, el poder reside en aquéllos que t' lad?ferta. En las profundidades de la
perpetuos de las estructuras i'llStitucionales y de las prácticas financieras crean gran El ciclo de acumulación sufre muc~:~en i~ero e.orno último recurso.
cunstanciales y a intervenciones t . modificaciones debido a sucesos cir-
embargo. los cambios en las pau~=s e~;~~i~:~ic~ltrmente ~as del gobierno. Sin
ca:1tic\ad de confusión. Vistas como la expresión material de la tensión fundamental
denno de la circulación del capital a interés, las confusiones y las contradicciones
en forma de mercandas y en ~orm d dº y antagonismo entre el capital
tienen más sentido. Son simplemente la apariencia superficial de la necesidad de a e mero no qued r · d
equilibrar la centralización y la descentralización dentro del sistema financit"rn. mente toman nuevas configuracione C . • an e imma os. Simple-
biante relación de poder entre el s. ...Jnlu.nudan f~nnando la base para la cam-
1b l captta m ustnal y b ·
a ras, os arreglos institucionales de . . . ancano. En otras pa-
agentes económicos deben verse y orgamzac1ón, junto con la acción de
b) El capital financiero como la unidad del capital
bancario e industrial q~e no puede seguir' adelante más que a través de l e un ~r?ceso de acumulación
como un producto d
dmero y las mere andas dentro Je 1 .d d d l a º.Pos1c16n perpetua entre el
miento". El concepto del capital fi a ~m a e capital como "valor en movi-
E\ concepto del capital, financiero presentado por Hilferding y aceptado gene· . manc1ero como un ·d d
ustna 1 y el bancario es inobjetable en . . . • a um a entre el capital in-
ralmente pot Lenin, es el de una unidad entre el capital bancario y el industrial. d
vea como una unidad que incorpo pn~c1pi.o, s1empr~ y cuando la unidad se
La cnidad es selectiva en el sentido de que los grandes bancos y las grandes co:uradicción. raen su mtenor la tens16n, el antagonismo y la
cmm·csas industriales son los únicos que forman la base para delimitar el capital
fin~nciero como un bloque de poder distintivo. Por esta razón el concepto del &to deja abierta la pregunta en cuanto a las fo
cap~tal financiero, en manos de Lenin en particular, se fusiona en forma imper· poran las contradicciones dentro de d t
Consi<lcremos por eJ·emplo
. drmas especificas en que se incor-
e erm.ma as estructuras de organización
et:ptible e indiscriminada en cierto punto con el del capitalismo monopolista en ' • una corporación c 1 d ·
uc ias operaciones financiera.s se . incorporan
. ong omera
dent d 1 a en gran escala ·
M l
gentral. m~nte se unen con la producc1º0'n d d ro e a empresa y aparente·
La unidad entre el capital bancario y el industrial, si es que existe, cienamen· ·
nenc1a · d e umdad
. es engañosa En laentro . e run todo inegra t d o, pero esLa apa-
tt! eHá llena de tensiones. Es obvio, naturalmente, que las grandes corporaciones . . · misma iorma en qu l d
c1ones ·se· ven
( .obligadas a incorporar los mecanismos . de la co e as gran . es .corpora-
.
no pueden dirigir sus asuntos sin usar extensamente los servicios bancarios, y que so b rev1v1r vease el cap · v) , ta m b'' . mpetenc1a s1 quieren
los bancos ansian desesperadamente dirigir los grandes flujos de dinero que ge· 1en se vr.n obligad
entre las finanzas y la prod º6 r- . as a mantener la separación
neran las grandes corporaciones. En este sentido los capitales bancario y corpo· ucci n. .a:.:>tO abre la 'bºlºd d

entro de la cor1Joración confl' pos1 1 1 a de un conflicto
rativo en gran escala se necesitan entre si, existen en una relación simbiótica. Si • teto que se relacio d'
msmo anterior entre el capital en fo .d . na irectamente con el antago·
esto fuera todo lo que quiere decir la unidad del capital bancario e industrial, rmbargo, la unificaci6n <lcl control prmoa e. dmero o en forma de mercandas. Sin
entonces no habria problema, pero tanto Hilferding como Lenin quisieron decir 1 . . r porc1ona a la empr .
algo más: afirmaron que la unidad e.> una unidad funcional, que domina el pro·
a superv1vcncta
. en tiempos d,.... cns1s
. . o para a expan 'ó esa .otras estratemas
1 ~· para
mamohras financieras · ad · . .
qu1s1c1oncs e un d sr nen - uempos de auge · Las
ceso de acumulación y divide el mundo en regiones de suborclinaci6n a\ poder dcshacersC' de los bienes etc - . . a compania por otra, fusiones
colectivo de unos pocos bancos y corporaciones de gran tamaño. . ·• · · son tan importante 1 . ·
opcn1cmncs de JJruduccº1o'n L 1 h s como e comprom1o;o con las
El análisis del capital financiero nmm una corriente revela la unidad funda· · · a uc a por la sup · ·
c1ones toma asi toda una nueva di .ó erv1venc1a entre las corpora-
mental y el antagonismo entre las operaciones financieras y las de producción de modifica por eso. Si todas lasco mens~ n, pero el problema fundamental no se
plusvalta. El ciclo de acumulación -suponiendo que no intervenga activamente rporac1ones tratan d b · ·
puramente financieras sin incre e so revivir con maniobras
el Estado- indica un equilibrio de poder cambiante entre el capital industrial y el no le queda mucho ti~mpo de ~~~t~~ o re~st~~cturar la producción, entonces
captta ismo. La forma aparente de la
16 Domhoff (1978) y Zeitlin (1974) proporcionan una información detallada Sobre este punto.
;:í;.,
...
: . ,:~t
•(;

ll
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES 825 i~
324

a ~n.~rés y se .~elac1ona con ella a tra-


lucha cambia, lo mismo que la estructura instituciona! y de organización, pero neralmente afecta b circulación del ca ital . . . ;..
vés de un aspecto mucho más aro r pd ¡.
los elementos esenciales no. institucional, y a menudo diseña l! ~ºan:l acuv1 ades. F~Jª la ~tructura legal e ,.
es altame~te d1ferenc1ados a trav& de
El debate algo áspero sobre si los bancos controlan a las corporaciones o 11 si las
los cuales circula el capital a interés 1
corporaciones controlan a los bancos, debe verse en el sentido en forma similar . No deuda del consumidor el finan . para entrar a diferentes actividades como la .¡
está claro de ninguna manera en qué consiste realmente el control. Las definiciones
formales (por ejemplo, cierto porcentaje de las acciones) rara vez captan hábitos que
y cosas por el estilo.
fi'
A
menudoc1am1el ntlo de la .vivienda, el desarrollo industrial
regu a as corrientes que van po l d'r ~
i

cana1es, •Jando las tasas de interés difer n . l . . . r os 11erentes '


crédito. El grado de centralización o d e c1a l~s o ~mgiendo las ubicaciones de
están en perpetuo cambio. Además, como el proceso de acumulación invariable-
1
·~a ~
mente produce fases en que hay muchas mercancias y poco dinero y viceversa, • • escentra 1zac1ón del diner d l i
tenemos que prever cambios perpetuos en la relación de poder entre el capital mente sensible a las polrticas fiscales del Es d . o y e co?tr?l es .
uvos,1 asf como a las estrategias m . ta o y a los impuestos redtstrtbu- . ¡:
bancario y el industrial. Desde este punto de vista, el hecho de poner a los jefes Estado absorbe una porción de la one~anas dque a!ectan. la inflación. El propio r
de las corporaciones en los consejos de administración de bancos importantes y la deuda estatal, en el roe come~te e c~~1tal a .mterés bajo la forma de ~'.
de nombrar a los presidentes de los bancos como directores de las corporaciones puede diferencia;' aún !ás s:so, ~~a ca~~a~ ficuc10 d.e ciertas cualidades (que se~ .: F
parece un intento futil de establecer una unidad de organización frente a un pidiendo prestado· la deuda d~g
bª. um ad Esoagencia gubernamental que estA -{;
r · ··.
. 11e~ente, por ejemplo, a la de la ciudad de N
proceso plagado de contradicciones. <l''" ' 0 ierno e tados Unidos
Sin embargo, estaríamos en un erro• si dejáramos aquf el asunto. Las pautas es cua itauvamente
mtrmcado sistema está el banco centr l ;eva York). En el centro de este ..
cambiantes de control de las corporaciones por los bancos o de los bancos por las calidad del dinero nacional. a 'con to os sus poderes en relación con la .
corporaciones también tiene que verse como parte de un proceso perpetuo de
sond !O, en busca de una forma de organización que acreciente la capacidad del Una parte del aparato estatal está atr d . .'
ladón del capital a interés Existe apa o totalmente en el prcceso de circu-
capitalismo para sobrevivir frente a sus propias contradicciones internas. Exac- no se puede considerar ni .siquierau::~st~ecto, y sólo un aspecto, del Estado que
tamente en la misma forma en que las oscilaciones perpetuas en los precios del está construido necesariamente al . ava.m;~te au~ó~omo del capital porque
merc·ado son fundamentales para el establecimiento del equilibrio en los valores, Los administradores de este aspecto ad~~agen e moVJm1ento del propio capital.
asf la~ oscilaciones perpetuas en el equilibrio del control entre los banqueros y las capital a interés y funcionan como "el ;~ar_a~o ~tat~l manejan la circulación del
corporaciones son esenciales para lograr esa relación equilibrada entre las finan· portar cuál es su afiliación polític A , m1t ebJlecuuvo de la hurguesfa" sin.im- . ~~
ne~esana r
zas y la producción de plusvalía, que es sumamente apropiada en un momento a. s1 se esta ece una unid d .
particular del proceso de acumulación. La "clase" que ocupa el centro estratégico, una !?arte d el aparato estatal y los capitalistas en d' .a entre . !
nanc1eros que participan de modo simil l . mero: los mdustnales y los fi-
que une las finanzas con la producción, puede definirse en determinada si· Desde el exterior parece como si una a~óend a circulación ~el capital a interés.
tuac:ión; pero seguramenle seguirá siendo una configuración inestable en 18vista tamente con los interes~s industriales se~c1 n .el Estado estuviera coludida direc-
de las presiones contradictorias y los requerimientos que operan sobre ella. nueva definición del capital financie:o· nanc~rfios .. ~st pasa al primer plano una
Por tanto, el concepto unitario del capital financiero que presenta Hilferding están unificados.19 ' una e mición en que los tres intereses
tiene que juzgarse como algo demasiado unilateral y simplista, porque este autor
no se ocupa de la manera específica er que la unificación del capital bancario y el Esta unidad contiene una contradicción ast coro 0 l . .
formación. Marx argumenta que . 'd . a potenc1ahdad de trans·
induslria! integra en su interior una ..::onlradicción insuperable. Lo mejor que del Estado" al mismo tiem o e1 s~s;~ma e crédito "requiere la interferencia
puede hacer es afirmar en términos muy generales, y no específicos, que el capi- el trabajo social. El capitatso¿u~. sodc1a iza el capi~al y centraliza el control sobre
. a~1 n y e control del
tal fo1anciero no puede superar las contradicciones del capitalismo, sino que me· Es d 1ª iza o, puesto bajo la regul '6 1
. ta o, es el producto inevitable del crecimi
ramente sirve p4ra intensificarlas. Lo que deja sin explicarse exactamente cómo sistema de crédito comtituye "la forma d ent~ ?el cap1tahsmo. Por tanto, el
y por qué sucede esto necesariamente. tlucción" (El capital, 111, PP· 417-419). e trans1c1ón a un nuevo modo de pro-

. l ~sobre el antagonismo dentro de


Nuestra atención se enfoca inmediatament
la unidad de la circulación global del
e) El capital financiero y el Estado d d . caplta a mterés El han
e to o, uene la tarea poco envidiable de di . l' . ~o cent~al • d espués
. ~·hlmar
l{Ueros descarriados y castigarios por sus mev1ta en la carreray ban-
a los ir.dustnales
es excesos para
A ni\·el del. banco central, el capital financiero, cualquiera que sea su definición,
se integia directamente con una parte del aparato estatal. Empero, el Estado ge- 19 Hi~ferding, en la práctica, suele incluir al Estad
do en s~ teoría ~el capttal financiero, puesto
. .
que la unidad del capital bancario e industrial se lo
17 Véase el intercambio entre Fitch y Opcnhcimer (1970) y Sweezy (1971). plamea problemas porque las finanzas i'ntern . gral entro e la nac1ón·Esta:lo. Esta formulación
lllPor tanto, simpatizo dccididamcme con la definición de capital financiero que da Thompsun s
~pranac1ona
· 1 aciona es a veces tien
en su forma de organización. La conexión
b
en uno. ase nac1~nal
·
y otras
(1977. p. 247} como "una combinación aniculada de capital comercial, capital induslrial y capital uene una naturaleza muy compleja. t-éa.se De B hoff e(~tre las finanzas y el Estado evidentemente
bam'.ario" dentro de la cual el capital banc-ario es tlomina11te pero no determit1ante. ' run 978) y Holloway y Picciotto (1978).
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES 827
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
326
la estructura del po~~r estatal; las contradicciones internas desaparecen. Los
acumular y captar los beneficios de la acumulación. Con frecuencia surge un bloques de .pod~r umf1ca?os, centrados en las naciones-Estado, luchan entre sf
conflicto abierto. particularmente en tiempos de crisis, entre el aparato estatal, por la do~ma.c16n ~u~d1al. Lenin toma la linea de Hilferding en el anilisis de
que ejerce necesariamente poderes disciplinarios, y todas las demás f~cciones del las. pot~nc1as 1mper.. ahstas esenciales, pero también usa las ideas de Hobson,
capital. :Este conflicto existe incluso en los estados donde el poder político está da· qmen vao. las operaciones financieras como un medio independiente de controlar
ramente en manos de la burguesía. La capacidad de reglamentación y control del a lo~. go~1~rn~s.. del mundo. El cap~Lal financiero, escribió Lenin, es una fuerza
capital. aunque a favor de los intereses de la clase capitalista en gener.al, neccs~· tan dec1S1va en to<lo lo económico y en todas las relaciones internacionales
riamente reside dentro del aparato estatal. Entonces parece como s1 un mov1· que es c~paz de som~ter in_c~us~ a los estados (y de hecho lo hace) disfrutando d~
miento de la clase trabajadora pudiera dominar al capital si consigue controlar !ª ple.na mdependenc1a pohuca . Esto puede ocurrir sólo si la corriente de capital a
el centro estratégico que está dentro <lcl aparato estatal, pero de inmediato re· t~teres alcanza un aspecto supranacional, muy por encima de las meras rela-
sulta evidente el lado opuesto de la medalla. Puesto que una parte del aparato ciones de poder entre los estados. Los gobiernos contraen deudas fuera de sus
estatal es un puro reflejo del propio capital, incluse> un gobierno socialista (como fronteras, y _quedan ~sí s~metidos a cierta disciplina fiscal y monetaria, sin im~
han descubierto muchos a su costo) no puede hacer otra cosa que esforzarse por portar q.ue esta sea ~Jerc1cla por banqueros internacionales poderosos (co~o los
manejar más eficazmente la corrienle cargado de contradiccio~es ~el ~apital a ~othsch1ld y !os Barmg en el siglo XIX, o consorcios de bancos privados y agen-
interés. Claro está que unos ajustes aquí y allá en las estructuras msutuc1onales y ~ias supranacionales co~o el F~ndo Monetario Internacional actualmente). La
en la c!irecci6n y cantidad de las corrientes puede traer beneficios a los trabaja· \;o.nducta de las economias nacionales puede ~er sometida igualmente a la disci-
dores, pero lo~ límites d<· esas redistribuciones están circuns~ritos e~~rictam"!nt.e plm.a de las c~rrientes internacionales, panicularmente del capital-dinero. EJ.
por la unidad necesaria que también prevalece dentro ~e la c1.~culac1~n del ca~•· capnal financiero, afirmó Lenin, es esa etapa en que el capital "echa sus redes
tal a interés. Sólo la abolición rotal de esta forma de c1rculac1on hara que el Es· sobre ~odos los países del mundo", por medio de la exportación de capital-dinero
tado t!scape de una posición de choque co~ el capital: Fal.lando eso, la lu~ha de más bien que de mercandas.
clases se incorpora dentro del Estado debido a la obhgac16n dual de ~ervu &A. la L~ calidad ~enigmática de l~ ~elación entre el capital financiero y el Estad~ se
corriente de capital a interés al mismo tiempo que se esfuerza por sausfacer las convierte a~u1 en algo_ ~uy facil de entender. Mier.tras que el aparato estatal
necesidades de los trabajadores. form~ ~l nucle? estr~teg1co de control para la circulación del capital a interés,
Independientemente de las circunstancias, el Estado nunca puede verse como este ulu.~o es hbre s•.multáneamente para circular en tal forma que discipline a
un socio problemático del capital industrial y bancario dentro de un bloque de su pr?pos1to a bs naciones-Estado. El Estado controla y a la vez es controlado en su
poder dominante. Las contradicciones fundamentales que infestan .1ª. circula· relación con.la circulación de capital. 20 Depende de Ías circunstancias cuál de las
ció,1 del capital a interés frecuentemente se externan ~om~ una ~pos1c16n en~re fuerzas.domina, per~ allí, como en otras partes, los desequilibrios tienen que ser
c·I fatado (particularmfnte el bance central) y el capital mdusmal y bancanJ. conc.eb~dos como oscilaciones perpetuas alrededor de un punto de equilibrio en
Por tanto, el papel del Estado es siempre enigmático y ambivalente. lncl~so un '":'ov1m1cnto en~re fuerzas que hacen contrapeso. El equilibrio es esa configura-
Estado puramente capiLalista, dir~gido por y para la burguesía, no puede circun· ción en la rela.c16n entre !os poderes del Estado y el capital financiero que puede
venir las contradicciones. mantener al s1st~i:'1ª. caprtahsta en su precario camino evolutivo. Cuando no se
Todo esto se vuelve aún más problemático cuando se proyecta al escenario in· preserva ese eqmhbno, fre~te a las f~erzas ~ncrefblemente poderosas que lo alte·
ternacional. El banco central, como el guardián de la ;;:alidad del dinero na· ran perpetu.amente, .esto solo empuja al sistema capitalista a una crisis global
cional, entra en relación con otros bancos centrales para construir el núcleCJ del que neccsanamen.te mvoca el poder de otros estados capitalistas que compiten
sistema monetario internacional. incluso cuando ese sistema está basado firme· en el. terreno políuco, económico y militar. La guerra aparece entonces como un
meme en una mercancía-dinero como es el oro. Las reservas de oro y la posición medio para resolver las contradicciones internas del capitalismo (véanse hs
de la nación-F.stado respecto al tipo de cambio internacional, afectan entonces pp. 441-447 de este libro).
materialmente la capacidad del banco central para responder a las <lificultades ~esgi:_aciadamente,. algunas preguntas vitales que nos vienen aquf a la mente
internas de ta acumulación de capital dentro de sus frontt!ras, pero el Estado estan mas allá del radio de acción inmediato de este análisis. Lo que quiero de·
también asume cienos poderes para regular las corrientes de capital, en mo~tra.~ es que la relación_ entre el capital financiero (en cualquier forma que se
mercandas, dinero, e incluso en forma variable a través de tarifas protectoras, le conc1.ba) y el .f:~aado esta fundada en una contradicción dentro de una unidad.
controles del tipo de cambio y politicas de inmigración. Además, las relaciones Cualquier anáhs1s del Estado. y de las relaciones de poder entre los estados debe
entre los estados ciertamente no se pueden discutir independientemente de la en.tender la naturaleza y el origen de la~ conrradicciones, y hacer de este entendi-
compe,_encia económica, polílica, cultural y militar que hay entre c.l~os. miento el centro mismo de su discusió::i.
Lo que intrigó a Hilferding y a 1:eni?, naturalmente: fue l~ c?nex10~ entr~ el 20 El estudio de Bujarin ( l 972a) sobre lmp.Jrialúmo y economía mundial da m h · ·
capital finandero, el Estado y las nvahdades entre los 1mpenahstas: H1lferdmg a cs1c pumo y vale la pena que se le estudie con cuidado. uc a 1mportanc1a
enfoca la cuestión en la unidad entre el capital industrial y el bancano dentro de
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES 829
CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES
328

1o más arofundas q~e provocan el des-


perficial que viene de corrientes much
9. EL "SEGUNDO CORTE" A LA TEORiA DE LAS CRISIS: LA RELACIÓN equilibrio. También nos muestra
ENTRE LA PRODUCCIÓN, EL DINERO Y LAS FINANZAS propicias para esas fiebres es ecufu~v~ts e~eso e acumulac16n crea condiciones
de estas últimas casi invariabkmente • ..: 1e i1ª1 n:ianer~ que una .concatenación
cultad aquí está en separar la m sena a a ex1stenc1a de la pnmera. La difi·
El "primer corte" a la teoría de las crisis (capítulo VII) nos reveló su origen dentro de
la producción. En vista de la contradictoria unidad que prevalece necesariamen· tua de los ritmos más hondos cl~r~a e;puma .superfici~l. de la especulación perpe·
te entre la pr.oducción y el intercambio, las crisis inevitablemente encuentran El análisis del ciclo de acumulacióonnac16n de cns1~ en la producción ..
expresión en el intercambio. El capital puede aparecer aquf como mercandas o más integrada de la relación entre los~ p~epara e~cam1?0 para una perspectiva
como dinero. Puesto que el dinero es la forma independiente por medio de la cual producción. Ésta nos muestra cómo 1 en men,?s. manc1eros y la dinámica de la
"se puede establecer en cualquier momento" la identidad del valor (El capi'tal, se manifiestan en el intercambio cóm: contrad1~c.iones internas de la producción
1, p. 110), podemos deducir que las crisis deben tener una expresión monetaria. diuero y de las mercancías luegd se con~~: opos1C1ón ~ntre l~ formas de valor del
EJ análisis del créáito y de la circulación del capital a interés, así como de la fonna· un antagonismo franco entre el sistema fi~e, ~r la Vla ~el SIStema de crédito, en
ción de capitales ficticios y de todas las demás complicaciones financieras y mone· tagC1nismo forma luego la roca sob anc1ero y su ase monetaria. E.ste an-
tarias que han sido el tema de los dos últimos capitulos, añaden una dimensión EI análisis parece describir un cicr; ¿ue se est~ell~ finalmente la ~cumulaci6n.
totalmente nueva a la teoría de la formación de las crisis y su expresión bajo eJ dad especulativa externa, pero ése no ee ~cumu ación que _opera sm una activi-
capitalismo. Estamos ahora en posición de <lar un "segundo corte" a la teoria de las es esencial para toda la dinámic ól se caso. La form~c16n del capital ficticio
de esto es externo después de u:·) y s . ~ s~ puede determinar cuánto o qué parte
Resulta ser que la superficie de la a cr1s1s l a ~echo su trabajo de racionalización ..
crisis, esf:>rzándona: por integrar eJ aspecto finandero y monetario del asunto ton eJ
análisis anterior de las fuerzas que provocan el desequilibrio en Ja producción.
Por el momento confinaremos nuestra atención en el capitalismo dentro de un de la acumulación como los movir:~~:~u ~c1 n e~ tanl esencial para la dinámica
los valores. os e precios 0 son para la formación de
país o, Jo que equiv:.ile a la misma cosa, dentro de una economía capitalista mun·
dial que se caracteriza por un solo sistema monetario indiferenciado. El hecho más Esto enfoca la atención sobre 'fitlefecto ind" "d .
singular de que tendremos que ocuparnos es la manera en que el sistema de eré· c\eJ ciclo de acumulación - un dd t 11 IVl ual mis importante en la idea
dito reúne el capital como el capital común de la clase, con la potencialidad de ~onjunto de formulaciones tan ten~~t~v~;e frevó a Mar~ a enterr~r la idea en un
contrarrestar aq.1ehas conductas descarriadas de los capitalistas individuales que justamente de atribuirle una idea y agmentanas que quiia se me acuse
que no tuvo realmente M fi 1
ant1111storica en que si: especificc el . 1 C d . 1 . · e re ~ero a a manera
"L • • •

que cu~lquier otro (véase la secció~I~ ~·e e:t a c1c o uene la misma apariencia
son la principal fuente de d..:sequilibrio en la producción. A esto podemos añadir
todos aquellos poderes vitales que permiten la coordinación de la producción
con la realización ~1 el consumo y la distribución. Aparentemente el sistema di:! ver al sistema capitalista a su tat ~ cap.) Y por tanto parece devol-
su curso. Esto casi no encaja en e~i~~o ~n~e ~spués de que la crisis ha seguido
5
crédito tiene s\.lficiente poder como para contrarrestar la tendencia al des·
equilibrio en la producción. Eo;te poder no se puede aplicar directamente, sino que gobiernan la evolución histórica d;le~a eital~rx por las leyes de movimiento
que se debe transmitir a trwés de los precios y de otras señales en la esfera del in· parados para ver cómo se cum len .. p. smo, a menos que estemos pre-
acumulación sucesivos En ese el' estas ul~1mas durante el curso de ciclos de
. · aso nuestra mterpret ·.. d 6 fi .
tercambio. ciclo de acumulación se debe aJ. us t ar en ionna
La existencia de esos poderes no garantiza que se vayan a usar. De hecho, en r
que e acion de c mo unc1ona el
los primeros años del capitalismo la ¡tpropiación privada de los beneficios qur se Desde el punto de vista de la evoluc· oncuer e.
de acumulación opera entonces como1ó~ a l~~go plazo del capitalismo, el ciclo
iban a obtener del uso del capital común de la clase era tan predominante que el
siste::na de crédito fue el lugar en que surgieron crisis especulativas, relativamen:e mucho más hondos de transformación ; .n;e
menos temporalmente la tens1'ó
¿o por el cual se logran procesos
b s c1a . tos procesos deben aliviar, por lo
independientes del desequilibrio en la producción. Esas crisis especulativas
tienen efectos considerables; pueden poner una tensión sobre la producción de
. • n su yacente entre las fu
1ac1ones sociales para que pueda sobrevivir el . . erz~!; prod uct1vas
·
y las re-
plusvalía y alterar el curso de la acumulación. Luego parece como si el único ori· ciones básicas de clase siguen sin m difi .ó cap1tahsmo. Sm embargo, si las rela-
mente se desplazan y se vuelven a o 1cac1 n, entonces las contradicciones mera-
gen de las crisis estuviera en las manipulaciones financieras. Marx rechaza esta
interpretación con buenas razones. Sin embargo, el "segundo corte" a la teoría de lación proporciona el "espac1·0 b~rea~'edn un plano diferente. El ciclo de acumu·
L ua ~ .Pue en ªJustar entres(
a 1erto entro del e l d ·
las crisis siempre debe dar margen para auges especulativos relativamente autó· las fuerzas productivas y las relaciones soc· l
nomos en el capital fijo y la formación del fondo de consumo, en las ventas de donada con la oscilación ascend .1a es. ~ acuv1dad especulativa rela-
tierras, en los precios de mercandas y los futuros de las mismas (incluyendo los privada con nuevos productos neme penn1tel experimentación individualizada y
. ~e u~en o nuevas formas de
. , uevas tecno ogias (i l d
de mercandas-dinero como el oro y la plata) y en los bienes de papel de todas organización), nuevas infraestructuras fisicas
clases. Esa!l fiebres especulativas no se tienen que interpretar necesariamente co· enteras, configuraciones de clase form y socia. es, .mcluso nuevas culturas
mo manifestaciones directas de desequilibrio en la producción; pueden ocurrir y fermento atomistico de experim~Itac'" as de organh1zac16n y lucha de clases. El
ion crea mue as cosas superfluas y dime·
de hecho ocurren por su cuenta. Empero, Marx demuestra que son espuma su·
CA PI"' AL FINANCIERO Y SUS CONTRADICCIONES 331
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
!130 mente del banco central para defender la calidad del dinero nacional, es que és-
. l para fases posteriores de
. . la base materia M L tos dan la capacidad para responder al desequilibrio en la producción, estructu·
ras pero al mismo uempo sienta l ci6n es el que pasa por alto arx. a
' l ión Este aspecto de la especu a d '6 fin de eliminar los elementos rando como contrapeso una amplia gama de señales del mercado y fuerzas
acumu ac . . tura la pro uccl n a d á pectos dentro del sistema de crédito. Ya vimos en la sección 4 la forma en que esto
bancarrota racionahza y r~~truc . También somete todos los em s as . puede transformar la expresión inmediata de las crisis, que pasan de la deva-
extraños; los nuevos y los vteJOS ?°~igual.de la clase capitalista y en c?nsccue~~~a luaciún ele las mercancías a la <lcvaluad6n del dinero. El ''segundo corte ... a la
vida social a los requerimientos nizada o sin organizar' no. o
de algu" n tipo de respuesta or~a
L'

1 cor:a ch· las crisis elche abra7.ar activamente esta posibilidad.


de la l h' b' 1.. de diversas facciones
prende a c ispa b d ir esto) smo tam it;n Sin embargo, aunque el blanco de la política estatal quhá no es ambiguo, los
de parte de los trabajadores _(so ra e~ oca de la innovación imjmr.sta por U•~ª
medios para lograrlo son de una calidad muy diferente. La inilación no logra la
ecta~,/:¡~~ ~~;i¡~~í:da~~~i~:J~.~::ie.nte, Y :es:.:~~=~:~~: ~=~::r;~,~;;re~
•fe a.se, reesu·ucturación requerida en la producción, y desvía ·el resultado del ciclo de
acumulación en formas imponames que a la larga tienen pocas probabilidades
. • El New Deal de Roosevelc encaja exalc ªrue-as productivas las rela-
y
represion. regresen as • d de <le compensar el desequilibrio en la producción. La meta d(. la politica estatal
taci6n. El efecto neto d~~e scdr que Tbrio desde la cual se pueda empren er
&.

tiene que ser entonces la de organizar la reestructuración, organizar lo que se es·


. soc'iales a una pos1c16n e equ1 •
c1ones ·6 . l f pera será una crisis conlrolada. Esa estrategia encuentra d:>s barreras. Primero,
nuevo d proce~o de acumu1ac1 .nl. go en su representación esquemáuca de a or· la lucha de clases (no sólo entre el capital y los trabajadores sino también entre
a un proceso ana o .
Marx muestr d . • e transforma en otro. las diversas facciones del capital industrial, comercial, bancario, etc..) se integra
ue un mc·do de pro ucc1on s
ma en q d ue se hayan desarrollado demro del aparato escatal con toda clase de efectos impredecibles. Segundo, la
'd 1 na vez antes e q . d exptriencia indica que el grado de control es inversamente proporcional al éxito
,. . rden social ha sido destru1 o a gu nuevas relaciones supenores e
~~ :;11:sºfuenas producti~·as de· l~:;~~l~~~=::~t:s ~: que las cond~ciones 7e:::~ia!:
1 1
de la empresa. La innovación y reestrm.:turación burocratizada es un proceso
meno<; vigoroso y menos viable para h~cer que evolucionen nuevas formas de ca-
producción nunca recmp az~n a do dentro de la cstruclura de la anugul a soc esto.que
a su existencia hayan ma ura . . ue es capaz de ren ver, pu pitalismo, que Ja versión de "mercado libre" delineada en la sección 5 de este.
h · 'dad :w r··IJª as1. u· n1'camcnte aquellas t a - q
par.
1 rob 1ema mis
. mo sí>lo surge cuando capítulo. Su única virtud, como es natural, es que permite que se controlen los
un e . . . 1. . ara su soluc10n ya es
las c:ond1c1one~ ':"ª~:1~ac::onomía política, P· i l.)
· ·
um~:~en ~;<is detallado siempre most~ará qu\~npprcsentes o por lo menos en vías de 1 peores aspectos de la bancarrota.
Ha habido un debate considerable en los círculos marxistas sobre si las crisis
formarse. (Cnt ica . . se deben descacar como problemas cíclicos temporales, que culminan quizá en el
. . r hace que el cap1Lahsmo sea desenlace final de la catáscrofe capitalista, o decadencias seculares a largo plazo
. . lesde e 1 mleno d
La capacidad para. trans f orma1~e e naleónica ue cambia perpetuamente. e ,·arac1eri1.adas por la clcg<·neraciún gradual y el debilitamicmo frente a los brotes
una beslia algo pecuhar, u1~a besua ca1. r. clcspre~de periódicamente d~ su pu:·~· de cotllradin:ioncs imcrnas. El "segundo corte" a la teoría de las crisis establece
color• y semejanle a la s~·~v·~n~c .Pº.rlJ~~ ~~terés arroja luz sobre los mc<.'1os matc- una diferencia entre las bancarrotas periódicas, que son siempre el catalizador
El estu<lio de la circulac1on e cap1ta. transformaciones internas. Vemos í·ara la transformación interna del capitalismo (y quizá, finalmente, para la
ria les <.oncreto'i p•n los C' ~a les se for~~~I ~=~e asumir necesariarnent~, en deter· transición al socialismo), y los problemas a largo plazo que surge~1 con la trans-
que la circulación del capllal en...gen. 1 de la circulación de capital a interés. És-1 formación irreversible de las configuraciones en la circulación del capital, la for-
minado momento, un nuevo asp-cto. e. l financiero como una fuer~a de c~~tro mación de clases, las f ucnas productivas, las instituciones, etc. EstdS últimas, co-
. álida de la cual surge el cap1ta . da por la mestab1hdad
ta es la cns . . internas y caracteriza mo observó Marx, son afectadas fuertemente por la creciente sodalización del
. da n·~1lcta de contrad1cc1ones b t sino que abarca la crca-
orgamza • 1- . .• fenómeno a strac o, fi . propio capital, primero por la vía del sistema de crédito y 1inalmente a través de
crónica. Esta aparic1on no es ~n •· iones nuevas facciones de clase: co~ :hru lé"s intervenciones socialmente necesarias de parte del Estado. Esto también
ción de nuevos instrumentos e ms\.auc la.circulación del propio cap1Lal. Iodo transforma el carácter de las bancarrotas periódicas. En vez de ser el efecto so·
. y nuevos cana es para
raciones Ya lianzas, .•
esto es parte de la evoluc1on nec~sa\::a :e
.· d I capitalismo. .
crédito se ha de movilizar com?. una
Sin embargc·, si el poder del s1~~~ 'o en la roducción, entonces tamb1~n se
cial agregado de un proceso individualizado y esencialmente atom~stico, se con·
vierten en un problema social desde el principio. El Estado, a través de sus
políticas, llega a ser responsable de crear lo que espera será una "recesión
fuerza que contrarresle ~l desequ1.1bn o ambi o del poder de una ~las~, no controlada" que tendrá el efecto a largo plazo de volver a echar a andar la acu·
debe lransformar en u~ mstr~mentc. !sº~e esta oS:quclla facción de cap1tal1SL~#s, mulación.
en el sentido de que caiga en las ":'ª~ n tal fonna que asegure la reproducc1on Las opciones para la Lransformación interna del capitalismo se vuelven cada
sino en el sentido de que debe csgnn~usc ~l Estado se echa a cuestas entonces la car· vez más JimiLadas, más y más confinadas a innovaciones dentro del propio apa-
del capital por medio de la ª~.umult~1ó~·· l ~r meciio de políticas fiscales y moneta- rato estacal. Además, una vez que se ha alcanzado el límite de !a capacidad del
a de asegurar la reproducc1on de t:apua v rias otras ramas del aparato estat~l.. La Estado para manejar creativamente la economia, el uso cada vez más autoritario
g. s ejecutadas por el banco ccnlral y p<>r a t tal en vez de depende; unica·
na. . de 'invocar otros aspectos del aparato es a '
ventap
CAPITAL FINANCIERO y SUS CONTRADICCIONES
332
. l ital los trabajadores, aunque generalme~te
del poder de1 Estado -sobre e cadp y b e estos últimos- parece ser la úmca
. r h más devasta ores so r .
uenen e1ectos m~c. o l tructura legal' institucional y polfuca de 1a so·
respuesta. Las cns1s abarcan .•ª es ende cada vez más del despliegue del poder XI. LA TEORÍA DE LA RENTA
ciedad capitalista, y su soluc1on dep l d la problemática de la transfor·
.. · E esta forma se a tera to a . .
m1htar y represivo. n d'os evolutivos o revolucaonanos. Los
. l . r ya sea por me 1 .
mac16n de cap1ta ISI'~'lo, .. socialismo cambian dramáuca·
problemas y perspecuvas para 1a trans1c1 6 n a 1 LA RENTA, es decirlo, preocupó profundamente a Marx. Él trató de hacer
un "análisis científico de la renta del suelo". de la "forma económica especí
mente. . 'fi d ·n ma·s duro cuando desechamos la su· fica, independiente, de la propiedad territorial basada en el régimen capita-
. t man un s1gn1 ica o au . d l
Estos cam b 1os o .d s los aspectos internacionales e a lista de producción" en toda su "pureza, libre de todos los aditamentos que la
P osición de un sistema cerrado y co~s~ el:am~ del "dinero mundial" -en cual·
.. d • · El poder d1sc1p mano · falsean y desfiguran" (El capital, 111, p. 582). No obstante sus escritos sobre este.
formac1on e 1as cns1s. . . - las com le. as relaciones entre difrrentes si~· tema, todos los cuales fueron publicados p6stumamente, son en.su mayor parte
q uier forma que esté const1tu1dlo y . d pi Jmovº1lidad del capital y el trabajo
• 11 a ser e escenano e a . pensamientos tentativos que puso por escrito en el proceso del descubrimiento.
temas monetartos egan .. d n a medida que los estados nva 1es,
· d"1 I L s cnsts se esenvue1ve · Como tales, a menudo parecen contradictorios. Las formulaciones contenidas
en el escenano mun ª· ª . m iten entre si para ver quién 11~- en su libro anterior. Teortas sobre la plusvajta, difieren considerablemente de los
que poseen diferentes sist~mas m~ne~:n:S;ac~xp~rtar la inflación, el desempleo, pocos pasajes bien pulidos de El capital, mientras que su análisis en esta última
va el paso de la devaluac1on. La uc p • s excedentes etc se convierte en
· · I s mercanc1a • ·• obra, aunque extenso y a menudo peneLrante, está plagado de ciertas dificulta-
la capacidad producuva ociosa, a d l risis se difunden diferencialmcnte
de~ que no ceden fácilmente a su toque mágico usual. El resultado es mucha
el eje de la política nacional. L~s costos ~ ai~o político y militar de los estados
~onfusión y una controversia inmensa y continuada entre las pocas almns valero·
de acuerdo con el poder fi~a~c1erLo, e:on mvueÍve una de las soluciones poten·
. L como ms1ste emn, se '6 sas que han tratado de encontrar su camino a través del campo minado de sus
rivales. a ~~erra,. . io es léndido e inmediato de devaluac1 n por escritos sobre este tema. 1
dale!> a la cnsts c.ap1tahsta (un med. 1· p l neocolonialismo así como la do·
La rema, en el análi5is final, es simplemente un pago hecho <i los terratenien·
medio de la destrucc1'6 n ) · El impena 1smo bl Ye '
tral en la economía global de1 tes por el derecho a usar la tierra y sus accesorios (los recursos incrnstados en su
. . 11 an a ser un pro ema cen
minación fmanuera, eg aremos de estos asuntos. interior, los edificios colocados sobre ella, etc.) La tierra, concebida en este sen·
capitalismo. En el capitulo XIII nos ocup
tido muy amplio, evidentemente tiene un valor de uso y un valor de cambio.
¿Puede tener también entonces un valor( Si es asi, ¿cómo se puede reconciliar la
existencia de ese valor con las teoñas del valor que descansan en el tiempo de trabajo
cristalizado (como la de Ricardo) o, en el caso de Marx, en el tiempo de trabajo so-
.:ialmeme necesario?
Claro está que las mejoras hechas a la tierra son el resultado del trabajo hu-
mano. Las casas, tiendas, fábricas, caminos, etc. se pueden producir como
mercancías y por tanto se les puede tratar como valores en el curso de la circula·
ciñn a través del ambiente construido (véase el capitulo VIII). Un componente
de la renta se puede tratar entonces como un caso espedal de interés sobre el ca·
pital fijo o el fondo de consumo. La parte de la renta que plantea el problema es
e! pago puro de la tierra sola, independiente de las mejoras que haya en ella. A

1 La obra de Lenin (ed. 1956) El de.sarro/lo del capitalismo en Rwia y la de Kautsky (ed. 1970)
La que.stio11 agraire (tiéase también el resumen en ingl~ de Banaji, 1976) son los dos clisicos poste·
rieres a Marx. Otros estudios más recientes C:e ínter~ son Rey (1975), Postel·Vinay (1974) y Tribe
(1977; 1978), los cuales toman una linea muy crltica en contra de lo qut: ellos consideran como los
errores más graves de Marx. BaH ( 1977) y Fine ( 1979) se acercan much'l m:is a b. intención original
de Marx. Edcl (1976) revisa en forma útil los recientes intentos por encontrar aplicaciones urbanas a
los conceptos de Marx, pero no se ocupa de las contribuciones de los fra'nce5es sobre ese tema: véa.se
Lipietz (1974), Topalo\' (1974) y Dichervois y Theret (1979). Una buena historia de las tcorta bur·
guci;as de la renta se puede encontrar en Kciper el ni. (1961).
333
TEORIA DE LA RENTA 555
TEORlA DE LA RENTA
334
t de la tierra A continuación trataremos la la conclusión de que la renta acarrea algo más que una simple relación de distri-
este componente le llama Marx ren ~ e ei interés sobre las mejoras se ha bución, y que en su interior o detrás de ella existe algún tipo de relación de pro-
renta de la tierra como renta, y asumiremos qu ducción.
explicado en otra forma. 1 s de renta no se hacen a la tierra y Marx sabía perfectamente, como es natural, que la propiedad de tierras
Marx insiste, naturalmente, en que os pagod te tipo se hacen a los terrate· habia desempeñado un papel vital en esa "distribución que determina la pro-
l suelo Los pagos e es • 1 ducción" inicialmente, y que separaba al trabajo de los medios de producción en
q ue la renta no crece en e · ·. . ' mbi'o general de mercanc1as, pe-
• . 'bl l cerios sm un interca . l la tierra, pero también le acechó la sospecha de que "la propiedad territorial se
nientes y sena impos1 e ta • . d 1 ditamentos legales y jurídicos de a
na monetización de la ec?nomta y to os . o~ a . nta igualmente de que esta base distingue de los demás tipos de propiedad en que, al llegar a una determinada fase
Propiedad privada de la uerra. E~per~; se ba cludee la rema tiene que volv~r com· de desarrollo, aparece como una forma superflua y nociva, incluso desde el punto
'd d . e la exphcac1on ca a de vista del mismo régimen capitalista de producción" (El capital, 111, p. 580).
legal no dec1 e na a Yqu . • con una teoria del valor qtof' Sl
petible el pago hech? ostensiblemente a 1a uerra Detrás del ambiguo verbo "aparece" está la idea más afirmativa de que podrfa
enfoque en el trabajo. 1 'd d ué se había equivocado 1'.icardo al sr.rlo realmente, y esta opinión cobra fuerza a medida que Marx va construyendo
Marx pudo ver con bastante e an a en q do encontrar la forma de superar su argumento. Si la relación de clase dominante es la que existe entre el capital y
buscar respuestas a esta pregunta' perof no. pu J'uicio en contra de admitir los el trabajo, entonces "las circunstancias bajo las cuales el capitalista tiene que
. d'fi l d Marx sentía un uel te pre . . compartir a su vez una parte de la ... plusvalia que ha capturado con una terce-
esa misma 1 icu ta . 6 d teoria y estaba muy mclmado a
. 'b ··nen el coraz n e su • .. ra persona que no trabaja, son sólo de impNtancia secundaria" (Teorías sobre la
hechos ele la d istn uc10 1 .ó de distribución y no de producc1on.
l 0 una pura re ac1 n . plu.walía, 11, p. 152). En caso de que eso no sea suficientemente expltcito, poste-
tratar a a renta ~om . . . ueden como lo demuestra amphamente
Empero, las relaciones Je d1stnbuc16n p é . 'de coordinación dentro del modo riormente habla de la "reducción de la propiedad territorial ad absurdum" y de
. é r papeles estrat g1cos la total separación entre el terrateniente y el control sobre la tierra "constituyen
el caso del ·~ter s, ~cu.pa . ladón del capital a interés no produce va 1or
de producc1on capJtahsta. La cirdc~ 1 ducción de plusvalía (con todas sus los dos grandes méritos que deben atribuirse al régimen capitalista de produc-
.
directamente, peroª yuda a coor mará a pro .
'ble entonces que la circulac1on · • del ción" (El capital, 111, p. 576).
contradicciones, naturalmente): ¿Ser posi 'logo de coordinación? Posterior- Podriamos preguntarnos, naturalmente, qué es lo que obliga al capital a
capital en busca de la renta reahcle un p~pe daneaMarx se encietra profundamente compartir sus ganancias con un grupo social tan reducido. Empr.ro, luego lee-
•d r que en os escritos .
mente tratare e mostra 1 • culaci6n "correcta" de cap1ta 1a mos en la misma página algo más inquietante en el sentido q•1e la renta del suelo
· · ta pregunta que a cir . .• es la "fonna en que aquí se realiza ... se valoriza la propiedad territorial" y, lo
una respuesta posmva a es 'd 1 oceso de diseñar una orgamzac1on
través del uso de la tierra y p~r.dtandto t(o o le taprde contradicciones) está ligada al que es aún más sorprendente, que "los obreros asalariados, los capitalistas y los
• 1 " apropia • d a " de acuv1 ad es . rep e ue a su vez descansan sobre la capa· terratenientes, forman las tres grandes clases de la sociedad moderna". Este últi-
espacia
funcionamiento de los mercados eCuerra,lq p'1tal a interés la apropiación de la mo pensamiento está expuesto en el capítulo Lll, "Clases", que Engr.ls colocó al
· . d la renta orno e ca • .• final de El capital. Parece sumamente extraño que nos diga, al final de una obra
cidad para apropiarse e .. . ativos en relación con la acumulac1on.
renta desempeña papel:s P?~1uvos y ~cg 1 costo de permitir formas absurdas que ha construido una interpretación de la dinámica del capitalismo sobre la ba-
Sus funciones de coordmac1on se rea izan a ento casi no se puede discernir se de la relación de clase entre el capital y el trabajo, que en rt:alidad las tres
.. d · f.mpcro ese argum
de especulac1on e 1a uerra. · ' t r extraordinariamente renuente a grandes clases constituyen la "sociedad moderna".
dentrv de los textos de Marx. y éste par~ce.es a pel positivo bajo el capitalismo. ¿En qué sentido puede enconces la propiedad en tierras "producir \alor"
admitir que el terratenienle teng~bc~a quier pteªa sus perpetuos combates con la cuando la propia tierra, por definición, no es una fuence de valor? y ¿cuál es
. •. eden atn uir en par . Id exacta posición de clase de los Lerratenientes dentro de un modo de produc-
Sus dilemas aqu1 se pu · . d' d scriben a los terratenientes c0mo
• 1•· lá ·ca Los ncar aanos e
econom1a po mea e si · á .· de la Era feudal. Malthus 1es ción capitalista despojado de todos sus "detalles poco importantes que deforman
. t superfluos y par s1Los y ofuscan"? ¿Es que la renta pone a los terratenientes en contra de los capitalis·
P arfts1tos, c:omo remanen es 'd s y por tamo como una fuente de
• .. como consuma ore
dio un papel mas posmvo, d' locar Marx dentro de todo esto? Oh· tas, de los trabajadores o de ambos? En pocas palabras, ¿la apropiación de la
· ·En dónde ·se po Ht co . ·
deman d a e f ecuva. ~ renta trae consigo la explotación de quién, y por quiénP
r ·e en el campo e iv1 a
d ~. lthus ·Cómo se podía distanciar
• ·~ La respuesta a estas preguntas son tanto más difkiles de encontrar porque en
viamente no quena pone s b M lth s;. Por tanto se pasó abiertamente
de Ricardo sin parecer que apoya a a a6 ud. 'tierna Por un lado no podía tra· el mundo dt" las apariencias parece como si los diversos factores de la producción
. d ro esto le present un · ·
al campo de R icar o, pe . . mente pasivo y parásito, que se apropia - la tierra, los trabajadores y el capital- estuvieran dotados de poderes mágicos
tar al terrateniente como un agente p~rc otro lado proporcionar una base que los hacen la fuente de valor. Marx, como podría esperarse, muestra gran ha-
de la plusvalía sin ha~er. ~ada a ~am 'tod~ faº~enta baj'o el capitalismc y para la b1lid11d e~ ironía al tratar sobre estas ideas fetichistas (Teorías sobre la /1/wmlía,
• .
teonca para , .
la aprop1acmn conttnuaca .
d' . . de propietarios de uerras. uan o
e d
. • . . 1 de una e1ase isunuva . ·1 . Rl"y ( H•i:i. p. 24) pla111ca el ¡ roblema esta fonna.
repro d ucc1or. ,oc a . • • ·te último aspecto, es d1fíc1 evitar 2 c.1
Marx considera la prc.p1cdad de 1a uerra en es
TEORf A DE LA RENTA SS7
TEORÍA DE LA RENTA
336

planet~ como es.feras privativas de su voluntad privada con exclusión de todos lm


111, pp. 403-478; El capital, 111, cap. XLVII, .PP· .754 ss). No obstante, también demás (El capital, III, p. 574). Puesto que la tierra es monopolizable y enaje~
concede que es "natural" que los producto~es se s1en~an ~lenamente ~ g.usto.' co· nable, se puede rentar o vender como mercanda. Bajo ciertas circunstancias los
mo en su casa dentro de estas formas enajenadas e uracionales de capual-mte· cl~rechos de propied~d ~rivada son dificiles de estat.lecer, como por ejempl~. el
rés tierra-ren~a del suelo, trabajo-salarios, pues son precisamente las formas de aire, el a~a en movimiento y los peces que narlan en ella. No consideraremos
la ~pariencia en que ellos se mueven y con l~ que conviven diar~ia~ente". Los aqui ese upo de problemas.
productores individuales se pueden dar el luJO de ~reo~uparse umcamente. de La propia tierra es, asimismo, un. bie~ no reproducible. Por contraste, algu·
que su ganancia sobrepase a lo que pagan en salanos, interés, rent_a y capital 1~os (pero no todos) ·_,alores de uso cnstahzados en ella no sólo son reproducibles
constante (El capital, lll. pp. 768· 772). La renta que P?gan ~~ sufi~ie~tem~nte smo que se les. puede crear a travé~ de la producción de mercandas (fábricas, di-
real, y su respuesta a lo que de hecho puede ser una clas1ficac1on feth:hista uene q.ues, ca~as, uenda~, _etc.). La cahdad de la tierra en un estado apropiado para
efectos suficientemente reales que hay que tomar en cuenta. Armados con la CH!rtos tipos de actividad humana se puede modificar por medio de la creación
teoría del vabr, es fácil despojarse de los neces~rios fetichismos que c~r~an a la de valores de us_o en el ambiente construido, pero la cantidad total de tierra .
experiencia cotidiana, pero los asuntos_ no terminan ~lli. El desafio teonco cl)n· sob~e la superfic~~ del globo no se puede aumentar o disminuir en forma signifi- .
sistc en definir una teoría coherente de .a renta de la tierra dentro de la estructu· cauva por la accion de los seres humanos (aunque la tierra que se le roba al mar
ra de la propia teoría del valor. Ésta es la tarea inmediata que nos ag-Jarda. puede ser importante localmente). ·
Me ocuparé del problema por etapas, comenzan~o con el valo~ de uso de la Cuando llegamos más allá de estos puntos muy generales, nos encontramos
tierra. Podria pensarse que éste es un punto de parud~ bastante m~ongruent;. con multitud de distinciones sutiles, por ejemplo, la distinción entre los valores
pero 110 presenta peligros si se entiende bien que las cuahdades matenalcs se .estan de uso totalmente "naturales" y los creados por la acción humana o el uso activo de
examinando aquí en su aspecto social. Luego examinaré ~l pa~el de la propiedad la tie~ra para la producción y la extracción el). comparación c~n la tierra que se
territorial en la historia del capitalismo, a fin de tratar de 1denufic~r la fo!'11" ver· usa simple~ente com? espac ~0 (El capital, l~I, pp. 717. 718). Marx argumenta
daderamentc capitalista de dicha propiedad. Las primeras dos secc10nes sientan la que la propiedad terntonal 1 demanda su tnbuto" en todos esos sentidos, pero
base y los antecedentes necesarios para analizar las formas de ~nta, e.l P?pcl como t~n.em.os que comenzar por alguna parte, comenzaremos con la última de
contradictorio de la propiedad territorial bajo el modo de producc1on .ca~1tahsta, estas distmc1ones. . .
y las consecuenLes luchas distribucionales que surgen e~tre el ca~ita!•sta Y el
terrateniente. En la sección final consideramos la propiedad terntonal como
una forma de ''capital ficticio" que opera en los merca~os de tierras, y trata~os,
La tierra como la base para la reproducción y la extracción
sobre esta base, de dar plena justificación a la existencia de la renta ~e la uerra
a)
en virtud de las funciones de coordinación que realiza asignando la ~1erra a :;us
usos y dando forma a la organización geogr~~ca en formas que re_fl.eJan la com· Los valores de ~s~ que contiene la tierra se puede extraer (como los minerales),
petencia y van de acuerdo ~on la acumulaci?n. Estos. papeles posmvos de .la te· s~ pueden movihzar en_ la producción como "fuerzas de la naturaleza" (por
e~~mplo, .la energfa del viento y del agua), o usarse como base para la reproduc-
nencia de tierras también uencn consecuencias negauvas, pero la base social de
los dueños de tierras como una facción del capital se puede definir así en forma cion contmuada (como.en la agricultura y la ingenier(a forestal). En los primeros
dos casos podemos clasificar los valores de uso como condiciones o elementos de
general. la producción. La agricult~ra es a_l~ especial. La tierra no sólo proporciona
aqui _una reserva ~e sust.anc1as nutnuvas que se han de c:onvertir er. alimentos y
l. EL VALOR DE USO DE LA TIERRA
en diversa~~ matenas p~imas p~r la acción del crecimiento de las plantas y la
La tierra, junto con el hombre, constituyen "las dos fu~ntes ori~nale~ de toda ri· reproduccmn de los animales, smo que también funciona como un instrumente
queza" (El capital, 1, p. 424). En estado virgen, la t~e~a es el objeto gen~~al o medio de producción. El proceso de producci..)n está parcialmente cristalizado
sobre el que versa el trabajo humano", la ''condici?n oi:gmal" de toda produccmn, dentro de la propia tierra.'
y la depositaria de una variedad aparentemente mfi~na de valores de us? poten·
ciales "que la naturaleza brinda al hombre" (El capital, 1, p. l?l; Teor:as so~r.e t~r~inologfa
5 La de Marx no es siempre la misma. Se refiere a la tierra en varias formas: como
u~,ª cu11d1cwn para la producción, una precondidón para la producción, un elemenlo de produc"
la plusvalía, ll, pp. 42-43). Sin embargo, ese concepto .tan umven.al solo es uul cwll, .un elemc11lo dent_ro del cual se lleva a cabo la producción, un elemento de la producción.
en la medida en que indica las circunstancias q~e el_ capital debe .enfrentar o mo· ( TeoTULr so~r~ l~ plusvalra, l~, PP: S2, ~7, 42, 221; El capital, 111, p. 717.) Lo que tieno:: en mente al ha·
dificar. El valor de uso de la tierra y sus accesorios uene que considerarse en rela· c~r estas d1stmc1ones está bien ejemplificado en el siguiente pasaje: "La renta agrícola propiamente
d1ch.i ... es lo que se paga por el permiso de invertir capital. .. en el elemento tz'erra. La tierra es
ción con el modo de producción capitalista. . .
Bajo las leyes de la propiedad privada los individuos pueden adqum~ poderes
aqu(, el 11lemcnlo de producción/' Como tal, se le puede considerar como una forma de capital cons:
tante (ya sea fijo o circulante). "Las fuerzas naturales por las que aqul se paga", en el caso de la renta
de ml)nopolio "que les da derecho a iisponer sobre determinadas porciones del
TF..ORÍA ílE LA RENTA TEORÍA DE LA RENTA ggg
3SR

Esta condición material no es la ba:.;e para la apro~iación de la renta. Gran quienes pueden disponer de determinadas porciones del planeta y de sus perte·
arte del análisis de Marx de la renta agrícola se dedica a atacar ese. concepto nencias". Además, los fabricantes que son dueños de caídas dt! agua "excluyen a
~an erróneo y a explicar cóm J pudo surgi.r. La distinció~ ~ntre los medios de pr~~ los que no los poseen del empleo de esta fuerza natural, porque el suelo, y más
d cci6n producidos)' no producidos sugiere una base vahda para ~acer una das aún c-1 suelo dotado de saltos de agua, es limitado (El capital, 111, p. 600). Estos
ti~ción entre la ganancia sobre el ·:apiLal (considerada como ~ed10 de prod~.c- fabricantes escán destinados a recibir ganancias extraordinarias a perpefüidad
. • producido) y la renLa de la tierra (considerada como medio de producc1on !JOr virtud de las ventajas naturales de que disfrutan. Los dueños de ti~rras se
c1on • · • han pe
no producido). Marx argumenta que ésta es una d: 1as•.1usaones quema!> · pueden apropiar de estas ganancias exLraordinarias y convertirlas en rentas de
netrado dentro de la economía politica burguesa (El capz~al, lll: PP· 763·764). Es· tierra sin que disminuya en ninguna forma la ganancia media.
to implica que "las rentas crecen en el suelo" y que la uerra uene valor aunq~e Lo que fija el nivel de la ganancia extraordinaria (y, por implicación, de la ·ren-
no es producto del trabajo humano; premisas que no concuerdan con la ~eona ta) es la diferencia entre la productividad individual y la productividad med~a. y er
del valor de Ricardo ni tampoco con la de Marx. Veamos cómo puede ~u~g·~ esta precio de producción que prevalece dentro de la industria. Hay que hacer hinta:
ilusión. Nosotros atribuimos significado social directamente a las d1stmcwd~~s pié en qu.! la fuerza natural "no es la fuente de la plusvalia, sino su base
uramente de valor de uso. Marx argumenta, para esta~lecer u~a ~ontra •e· natural", y que las ganancias extraordinarias existirfan incluso sin su conversión
~ión que el rasgo distintivo de la propiedad de tierras ~ªJº el capn~hsmo es l.a en renta de la tierra. La circulación de capital, más bien que la propiedad de
totai se aración entre la "tierra como condición de trabaJO de la pr.op1edad ter.n· tierras, es el factor activo en este proceso. Sin embargo, si el precio promedio de
torial vpdel terrateniente" (p. 576). El capital es el único que domm~ los medios producción cae por debajo del que se puede lograr incluso Cl)n la ayuda de los
de prr;ducción, sin importar si estos medios están cristalizad~s en la u.erra o en la "rlones gratuitos" de la naturaleza, entonces estos últimos resultarán inútiles (en
fábrica. Esw presupone, naturalmente, que las formas_ mtermed1~s de pro· la misma forma que las máquinas de vapor eliminaron la rueda hidráulica). Por
ie<lad de tierras (como cuando los agricultores son ~ue?os de las ~1erras) ~a~ tanto, la "permanencia" de las ganancias extraordinarias se debe juzgar en rela·
~ado paso a un modo de producción puramente capnahsta de la uerra (vease ción con los procesos generales del cambio tecnológico.
mfü; adelante la sección 2 de este cap.). . . . .. . ~ .. Es10 nos ll<'v;1 a la c11<'sti611 g<•ncral de la modificación de las "íuenas natura-
Los valores ele uso Jd inLcrior y de la supcrí1c1c de la uc~ra son tl~mcs g1 ,,. les" por la acción humana. Es posible modificar el suelo en formas que son muy
LUitos ele la NaLUraleza", y varían mucho en cuanto a su canud.ad y ca~1<tad. Por imponantes para la productividad agrícola. Esta forma de cambio tecnológico
tanto, la roductividad física de la fuerza de trabajo ~aria segun las crrcunst~n­ del suelo como mediu de producción tiene algunas caracteristicar. muy pecu~
cias naturales que son monopolizables y no reproducibles. La plusv~lfa. relativa liares. Por lo general sólo se puede lograr lentamente; un hecho que, en opinión
anancias cx~raordinarias) se puede acumular en manos de l~s cap1tahst~u; que de Marx, explica por lo menos en parte el ritmo relativamente lento del cambio
(?
tienen accesc. a va 1ores de uso de calidad superior·' (recursos .romerales
. fáciles
1
de tecnológko en la agricultura, en comparación con la industria (Teorías sobre la
. • poderosas "fuerzas de la naturaleza" o tierra de feruhdad natura supe· plu.walía, 11, pp. 92-96). Sin embargo, el capital "puede unirse a la tier-a, incor·
exLrac.r. l p
rior). 3in embargo. la plusvalía relativa es un e emento erma_nen •
te en -ompa
~ . · porándose a ella, de un modo más bien transitorio, como ocurre con las mejoras
ració;i con el caso normal en que se logra sólo en form_a pasajera Pº~ med·ao·d~ de carácter químico, fertilización, los abonos, etc .. o de un modo más bien per-
vcnta_!aS tccnol6gicas efímeras (Teorías sobre la plusvalza, ll, P· 93). Esta dasLm manentemente, que es el caso de los canales de desagüe, las obras de irrigación,
ci{m es imponante para entender la base de la renta. . . • l(ls desmontes, los edificios de explotación, etc. (El capital, 111, p. 577). A este
El ejemplo que proporciona Marx es instructivo. Un ~ap1tahsta usa una ca1d~ capital se le llama capital-tierra, una forma particular de capital fijo que circula
de a ua ( ue no es un producto del trabajo humano), m1~ntr~s que otro .usa ca~ y q•1e supuestamente se usa en una forma normal (véase el cap. VIII). Este ca-
bón 1proiucto del Lrabajo humano) para mover su maq~ma.na. Cualqu1e~dca~­ pital fijo debe ganar por lo menos intereses.
talista uede ir al mercado y comprar carbón y maqumana, per~ la c.ªª., a e Consideremos ahora las implicaciones de las inversiones para la fertilidad de
agua e:'"una fuerza natural monopolizable que ... sólo se halle a d1spos1c1on <le la tierra. La fertilidad, debemos mencionar desde el principio, "económicamen-
te, pues, implica siempre, una relación: dice siempre 'relación' al estado concreto
--- •· la roducción como co11díció11, ya sea como fuerza pro· de desarrollo químico y mecánico de la agricultura, en un Momento dado y.varia,
r!;.
dl" i•dificios. caldas ~e agua. etc'.: entrtn en 1 evidentemente quiere decir un espacio puro y por tanto, a tono con este desarrollo". La fertilidad se puede mejorar "de un mo-
dur1h·<1 ya como HIW q"a iw11 con o cua • arx d . d de roducción \' asimis·
simple .:pero no constituyen el c/1•me11to de esta n~is~a esfedra etbeórmma a 1 tperra es el dept>sito de do artificial la composición del suelo e simplemente cambiando los métodos
1 m'n s los yac1m1entos e car n. etc .. a 1
mo en la renta que se paga por as ' ª-. A ¡ por
ga la tierra no porque sea el elemento en agTOnómicos" (El capital, 111, p. 606). Consideremos la primera de estas posibilida-
los valores de uso arrancados a sus lntranas. g~ sepa .
el que deba producirse, como ocurre con la agncu_ltura. ni Pº~!u:f:rt;:
de sus condiciom·s. romo ocurre con los saltos de agua o con d
'
::r: 1 roducción como una
!onstruir. sino porque
1 ed' t la laboriosidad"
de~. Hay dos peculiaridades que resaltan de inmediato. La5 mversiones sucesivas
tienen la capacidad de basarse unas en las otras y de generar mejoras permanentes.
contiene los wlores de u.so depositados en ella y de que hay que apo erarse m tan e En contraste, las inversiones sucesivas en maquinaria no tienen ese efecto. De hecho,
(Teoría.; .sobre la /'111.wa/ia, ll. pp. 220·22 l ). las revoluciones tecnológicas en la industria a menudo traen consigo la deva-
TEORIA DE LA RENTA 541
TEORIA OE LA RENTA
340
a la mano si regresamos a los conceptos básicos del valor de uso, el .valor de cam-
luació~ del equipo. antigufo. LasLm~{~~:: d'~s:ªs;i~;rt~;~ ~~á;ns'::~!d:~:c~ªa~:~ bio y el valor.
valuación en la misma orma. ª · . d 1 Un valor de uso, recordemos, "no es una cosa de aire", sino que está. limitado
· · nte" (p 724) Por tanto las circunstancias que estruyen as
mejora contmuame · · ' · l por las "propiedades flsicas de las mercancfas". Las propiedades espaciales de
capacidades productivas de la tierra no son comparables con las que reman en a ubicación, situación, forma, tamaño, dimensión, etc., dcb~n verse, en el primer
industria (pp. 752-753). . d 1 t de caso, como atributos materiales de todos los valores de uso sin excepción. Además
La segunda peculiaridad surge porque la mejora .~erm.anednte e un o e nosotros podrfamos, si lo deseáramos, igualar todc ~los objetos "bajo el aspecto
· 'fi h ue crear las cuahda es que posee por
tierra generalme~te sigm ica qlue ~y(tl capital 111, p. 692). El capital crea en del espacio", distinguirlos "como puntos diferentes en el espacio" y examinar las
naturaleza otra tierra, en ouo ugar • . relaciones espaciales entre ellos (Teorías sobre la plusvalía, 111, p. 127). Empero,
n lu ar las condiciones de producción que son dones gratuitos de la n.Hur~ 1eza las propiedades materiales de los valores de uso "llaman nuestra atención sólo en la
~n ot~a parte. El lindero entre el interés sobr~ el ca.pital y la renta s¡'b~e ~a u~rra medida en que afectan a la utilidad ... de las mercancfas". El a:specto social de
parece algo bonoso hasta que se amortiza ~a inversión, cuando ~u~ 9~i~~ ~~J.~:: los valores de uso es lo que cuenta finalmente, pero no podemos entender este as·
anente se convierte en un bien gratuito y por tanto en prm~ipi pecto social de los valores de uso bajo el capitalismo independientemente del in-
~~Tc:s dones atuitos de le. naturaleza. "La productividad del~ ~ierr~ engend.ra· tercambio y de la formación de valores.
da así por ef::apital coincide posteriormente con su producufvida~ na~~;:~ d~ Advertimos, entonces, que las mercandas "tienen que ser trafdas al mercado"
rma aumenta la renta ... Sobre estas bases, Marx re ?ta a opi. para su intercambio (aunque el intercambio de tftulos puede realizarse en un lu-
en esta fo r las "fuerzas originales e mdestrucubles de
~i~~:;~~·~ep~~~~: ::~~= ;~:r~:s:~~ ~~oducto de la historia tanto como de la na· gar), y que esto eventualmente abarca un movimiento flsico en el espacio. Este
último es es·.!ncial para la formación de los precios. En la medida en que el inter·
turaleza. cambio se vuelve general y se perfecciona, asf la circulación de mercancfas 11 rom·
pe con todas las restricciones en cuanto al tiempo, lugar e individuos". La forma
b) Espacio, lugar y ubicación de los precios refleja las condiciones de producción en diversas ubicaciones bajo
diferentes condiciones de trabajo concreto. El pr">ceso de inter~ambio, en pocas
La renra es el concepto teórico por medio del cual la economfa polí~ica ~de cual~~~~r palabras, se sustrae perpetuamente de los datos e:,;pecfficos de ubicación a través
afiliaciÓn) tradicionalmente confronta el problema. de la organización es¡.a . de ía formación de los precios. Esto prepara el cambio para conceptualizar los
teriormente proporciona una base para iversas valores en términos libres de lugar. F.l trabajo abstracto cristal~zado en determi-
;;;:~~~ ~~:~0 ~::~~~:01~; la o~ganiza~ión espaci~: ~e:~~a~:opl~~~~~~~¿~t~~ nadas ubicaciones bajo condiciones concretas y especificas es un promedio social
lismo Esto es ast porque \a uerra sirve no sólo como 1d . "· el tomado a través de todas las ubicaciones.y condiciones.
· ·· orno centro loca e operaciones , La acumulación de capital abarca la expansión del valor a través del tiempo.
no también como una "base, como smo, c 'ó . 'd d humana" (El
espacio es un elemento necesario en toda producci n y acuvi a A primera vista parece como si en un análisis de este tipo se pudiera hacer a un
lado el espacio con seguridad, pero la acumulación, despojada de su runto de re-
cap~:~ 1!~ :.~~ :¡~,~~:.~~:nente. el valo~ de uso del e~pac~ •fero ·~~~:e~~ ferencia material en valores de uso y dinero, sólo se podrfa representar en forma
obra :;e encuentran diseminadas vanas alusiones a este va ?r. a º-r:~in lastra· ideal en vez de material. El eje sobre el cual gira siempre el análisis, como vimos

~:,:6 ~: ~~~~~¡~: 'a1;:~a?:r:~:(q:,';:~~!".i:"p~:i~_:i:~~ld;.;:~~- funpe';jn~~:


en el capitulo I, es la relación entre el valor de uso, el valor de cambio y el valor.
El· truco, entonces, es poner en movimiento nuestra comprensión de las pro-
tán ~nplicados ciertos principio~ t.e~ricos: 1la c:~~~:: ~~~~=¡~nd:~t;~:blema piedades espaciales materiales de los valores de uso, junto con los conceptos de

~~~~;:n~~j:!~.f~::~f:i:u~=d~~v:~:~:s ~~!entes que reales. Su solución está


valor de cambio y de valor. Entonces se puede descifrar el significado de las pro·
piedades espaciales de los valores de uso en su aspecto social. A continuación da-
remos ciertos pasos tentativos por ese camino.
. . H L f bvre (por ejemplo, 1974) ha sido el La propiedad privada territorial confiere poder exclusivo a las personas privadas
1 (),.todos los escritores marx1s1as 1mronan1cs, e.nry e e d' 'ón espacial al pcnsa·
• r
más persistente, por amp 10 margen,
en su lucha por incorporar una 1mens1
h "
.
• lizaci6n" más convencional de la teor(a
sobre ciertas porciones del planeta. Esto trae consigo una conce'pci6n absoluta
miento marxista. Lipietz (1977) trala de acer una. esldpac,1aRe·.:e... or Radical Politicttl Economics
del espacio, una de cuyas propiedades más importantes es un principio de indivi-
· ·
de la acumulación, mientras que u
n número especia e a
. l
.,. - 'J
niforme aborda temas similares. Han sur· dualización establecido por medio de la exclusividad de ocupación de cierta por-
(vol. 10, núm. S, 1978) sobre ~I desarr~llo regtona p:~eulos afos, sobre el problema del "fe· ción de espacio; no hay dos personas que puedan ocupar exactamente la miSina
gido considerablf'S controversias, paruculla~ente e . l en~f:gente aparezcan com.J relaciones
. . · .. h iendo que 18!. re ac1oncs socia es . . .
uch1smo de1 espacio , ac d l . t estarfan de acuerdo en pnnc1p10 en que 1as suburbio, los paises desarrollados y el "Tercer Mundo", etc., como atributos imponantes del capita·
• A nque to os os marx1s as •.
entre los lugares o espacios. . u . cia si e existiendo el problema de cómo y cu6ndo es uu 1 lismo (véanJe Peet, Í981: Smith, 1981; Soja. 1980).
relaciones de el~ son de ca pu al importan_ • ~ 1 mo entre la ciudad y el campo. la ci'.ldad y el
cor.sidcrar los antagonismos entre las categonas espaoa es, co .
342 TEORIA DE LA RENTA
TEORÍA OE LA RENTA
S4S
ubicación en este espacio y ser consideradas como dos personas separadas. 5 La
exclusividad de rnntrol sobre un espacio absoluto no ~s~i. confinad~ ~ la& ~erso: aparente incoherencia si se definen rápidamente la~ implicacio.1cs para la mer·
nas pnva · d as sm
· 0 que se extiende a los estados, las d1v1S1ones. admm1strat1vas
. } canda fuerza de trabajo. El costo de la reproducción, y por lo tanto el valor de In
cualquier otra clase de individuo jurídico. La propiedad privada de t1t.rras, que fuerza de trabajo, es sensible al costo de ir y regresar del trabajo, de acuerdo con
en la ráctica generalmente se registra a través de u.na encu~sta catastral y un la regla general de Marx de los costos de transporte. Si todos los trabajadores reci-
mapa p establece claramente la porción de la superficie d~
la tierra sobre h cual ben una tasa de salario pareja, entonces los que viven en "ubicaciones favoreddas"
tiened poderes exclusivos de monopolio los individuos privados. tienen una ventaja relativa sobre los que viven más lejos. Si el salario se fija en un
Cuando los productores de mercancías las llevan ~I ~erc~do, las trasladan a nivel necesario para asegurar la reproducción del trabajador que vive más lejos
través de un espacio que se puede definir como relativo. Bajo este co~cept,o del (comu puede suceder algunas veces bajo i.:ondiciones de escasez de mano de obra),
espacio se rompe el principio de individualización, porque muchos md1v1duos entonces todos los demás trabajadores reciben un salario algo superior al valor.
ueden ocupar la misma posición en relación con algún ~tro runto - por De aquf se deduce que los que poseen tierra pt:.eden convertir el salario excedente
~·em lo, más de un productor puede estar exactamente a diez k~lómetr~s
del en renta de la tierra sin alterar en ninguna forma el valor de la fuerza de trabajo.
~erc~do- mientras que la métrica que prevalece.dentro d~I esp~c10 ta~b1én
sr Es importante distinguir los casos de este tipo de los casos en oue los dueños de
uede modificar de acuerdo con las circunstancias; las d1stanc1as medid.as en las tierras cobran rentas exorbitantes, y de otras formas secundarias de explota·
~osto 0 en tiempo no son las mismas, y ambas son muy diferentes de las distan· ción que utilizan los dueños con los trabajadores que ocupan sus tierras. En el úl-
das ffsicas (véase el cap. xn; · "d .. t timo caso, naturalmente, la renta de Ja tierra es suplementada por una deducción
Los roductores en ubicaciones más favorecidas ("m~s favorec1 as en es e hecha al valor de la fuerza de trabajo, exactamente en la misma forma en que
caso se ':nide en términos de costos de transporte más bajos) puede_ ga- obten~r los poderosos intereses de los terratenientes pueden, bajo ciertas circunstancias,
nancia·· extraordinarias. Estas ganancias extraordbarias, como las d1ferenc1as en obtener rentas extraordinarias a expensas de la ganancia del capitalista.
la fertilidad natural, se deben considerar en el primer caso como a.lgo .perm;- El caso de la fuerza de trabajo es un ejemplo de que podemos, en principio
nen~emente fijo en comparación con la forma generalmente transitoria de a por lo menos, investigar cada una de las múltiples actividades dentro del capita-
Jusvalla relativa' relacionada con ventajas tecnológicas efimeras. _De esto se deduce lismo, tratar de descubrir la base racional de cada una y los principios de ubica·
p ue a uellos que son dueños de tierras en ubicacio~es fa~orec1das
plleden con· ción que las guían, y así establecer la base para los pagos de renta en diferentes
~ercir Ías ganancias extraordinarias en renta de la tierra sm afectar la tasa pro- lineas de acth·idad. Algunas funciones -como la venta al maroreo, la venta al
medio de ganancia. . 1 r menudeo y las funciones de dinero y financieras- son más fácile~ ae tratar sobre
Sin embargo, como cualquiera puede ocupa~ el espacio. -Y. nos~!º os P c- esta base que otras; por ejemplo, la ubicación de funciones administrativas, reli-
ductorcs- tenemos que considerar las implicaciones de ~b~cac1ones más. favo- giosas, "ideológicas" y cientfficas. Empero, en el anilisis final el valor de uso de
recida:;" desde el punto de vista de todas las formas de actlVldad h~ma~ª·~ mclu- determinada situación no se puede entender independientemente de las abi-
endo las del consumo. Cuando dejamos el terreno de la prod~cc1én .e,tr.cta de garradas necesidades de toda una serie de actividades de las que Marx sólo se
~ercandas entran en juego una amplia gama de circunstanc1a_s sociales y fm · ocupó periféricamente, y que por tanto excluyó de su anilisis (Teor(as sobre la
tuitas Las 'referencias de consumo de la burguesía no son, despues de todo, ~nte· plusvalía, JI, pp. 271-272). 7
ramc~te pr~•:cibles, ya que les dan fonna los cambios en los gustos, los ~apnch~ i.a apropiación de la renca sobre la base de la situación se vuelve un asunto
de la moda, las ideas sobre el prestigio, etc. Empero, se puede reduc1r algo .1 mucho más complicado tan pronto como concedemos que las ventajas reladvas,
aunque sean una característica permanente de cualquier paisaje, se están modi-
ficando perpetuamente respecto a determinados lotes de tierra. Se m.Jdifican
!. En ffsica, el espacio absoluto se refiere a una concepc1'6n.d e1espacio
• como
d "contenedor" inmu·
das fi'as a trav& de "históricamente, de acuerdo con el desarrollo económico ... la instalación de
table y eterno. En la práctica esto se reduce: a postula~ un cC;¡umo d;g~~rp e~;) queJel c'Spacio "no medios de comunicación, la construcción de ciudades, etc., y el crecimiento de
las cuales se mueve la mareria. Yo argu~emt= en otro uga~e ~:?'~rtirse ~n .una de estas cosas o en
la población" (Teorías sobre la plusvalía, p. 312~. Los cambios en la capacidad
es absoluto, relativo o l"elacional .en~¡ ~'~7,º• ~ero q~::c~as El problema de la conct:ptualizacion
ladas simultáneamente, depend1en o I~ ¡•s ,circunsh c n I~ seres humanos respecto a él". Yo sigo de la industria del transporte son particularmente importantes puesto que "las
correcta del espado se resuelve por mcl io < e: o que i~e~amos a uf vemos la propiedad privuda u diferencias relativas se desplacen de un modo que no corresponde a las distancias
srn;leniendo este punto de vista. En ~~ c~so ~1.uc ~t:~vés de las c~al~ circula el capital. La conccp- naturales" (El capital, II, p. 222). El efecto neto en algunos casos puede ser el
de igualar las diferencias que surgen de la situació~ pero en otros es posible que
otras divisiones territoriales coma um a es IJas la ro iedad rivad":l
lUalización del espacio absoluto tiene sentido purque es asf como se expresa P P P
se logre exactamente el resultado opuesto (El capüal, 111, p. 605). En el capitulo XII
territorial.
6 .1 1 . d 1 • ha dominado al espacio absoluto newtoniano durante unos
100 a~:s ~~r~~:¡ ;:, ;e:~·~~s g~ó:a~~~oy Olros dentlficos sociales han adoptado esta idea ebnl tiempos nos ocuparemos de los detalles de cómo y por qué debe ocurrir esto necesa-

:~l~it!:;~:~er:C~.~:~~r ~~:~7J~~;e 1~ ~=k·tividad c;;:i· t.'Spacio respecto a I~ procesos de intercambio.


· 6g 13) M como de costumbre se adelantó nota emente a
7
Que aún por decidirse cuál srrfa la forma de un enfoque auténticamente marxista de la teoña
de la situación. En d capitulo XII se lratarán algunos aspectos de estt" problema.
TEOR!A DE LA RENTA S45
TEORiA DE LA RENTA
34t,

d l ue necesitamos saber es que las ventajas de des en competencia. Detrás de este concepto está la idea de que a los duefios de
riamente. Por el momento, to 0 ? q eden modificar por medio de la ac· tierras no les importa si la renta que reciben es una deducción de los salarios por tra-
ubicación de lotes es.Pe~íficos de t,1erra .seó pdu 1 propio capital (partic.ularmente a bajo, o provienen de una ganancia extraordinaria (o incluso media) del capital, o de ·
. h Esto significa que . a acc1 n e .
c1ón umana. ·cadones) puede crear relaciones es· cualquier otra forma de ingreso. Además, el propio Marx se da perfecta cuenta
través de la inver~ión en transrorte J:~:~:::lores de uso pueden ser tra(dos de de que "la miseria es para los alquileres una fuente más copiosa que las minas del
paciales. Los ambutos esp~1~l::álisis como cualidades creadas socia~mente y. Potosí para España", y se queja amargamente de cómo el "poder inmenso .. de los
regreso entonces al terreno e iado para su plena investigación er. re· dueños de tierras se usa para "deshauciar prácticamente al obrero de la tierra
por tanto, como un tema correcto y aprop e.orno su morada" (El capital, III, p. 717).
ladón con la operación de la ley del valor. Cuando consideramos la manera en que la inversión de capital modifica las
relaciones espaciales y las cualidades de la tierra en determinados sitios, surgen
dificultades más graves. En esto, el ca?it~l tiene cierta participación. Se puede
e) Situación, fertilidad y precios de. producción dedicar dinero a mejorar el transporte, y as{ abrir tierras más fértiles a la explo-
tación, o se pueden mejorar tierras inferiores que ya se están cultivando. La pri-
. . l diferencias en la "productividad natural" se
Los efectos de la situación Y /s e confunden a veces se refuerzan y a mera estrategia, que se ocupa de la relatividad del espacio, probablemente
mezclan entre si en numerosas orm~:~~ef;rtil ero mal, situada puede ser aba~· beneficiaría a muchos dueños de tierras, mientras que la segunda está confinada
vec(:s se contrarrestan entre si. º1:1ª os ffrtil pero más favorablemente si· más exclusivamente a los dueños individuales. Dejando a un lado los problemas
donad.a para ir en pos de una tierra men sociales obvios que surgen de esa diferencia, todavfa quedan por resolver los
tuada: complejos efectos de interacción de la inversión sobre dos aspectos del va,lor de
uso que a veces se refuerzan entre sí y a veces se contradicen. Si Marx se hubiera
. . .· 'ón la fertilidad y el carácter variable del fac-
Los efectos contrad1ctonos de la s1tuac1. y t que sufre constantes cambios pro· molestado en resolverlos detalladamente, se habría ocupado de ciertos aspectos
• '6 compensado contmuamen e, . 1 de la renta que ahora faltan en su análisis.
tor s1tuac1 n, que es b' . et:c cto· que lanzan alternauvamcnte a a
. . d h · la com 1nac16 n, ie .. Tal como está, Marx pasa por alto todas esas dificultades eliminando la cues·
grestvos orienta os ac1a . . nas veces iguales, otras veces me·
~ompetencia con las tierra anuguas nuevas uerras, u tión de la situación y concentrándose únicamente en los diferenciales de fe:tilidad
Jores y otras peores. (El capital, 111. P· 71S.) que afectan únicamente a la agricultura. üta simplificación le permite deducir un
. de tirrra fértil puede tener un efecto "de derrama" sobre principio muy importante. El precio de la producción de mercandas agñcolas
A la mver.;a, una m~sa t . "si la tierra peor se halla intercala· generalmente lo fija el costo de producción en la peor tierra, más la tasa media
una tierra más pobre situada en 1;s fercan ª~· de su situación sobre otras tierras de ganancia. Esto se aparta rndicalmeno:e de la determinación de los precios en
da entre la mejor' ésta le cohn~~ e a ·~e~t=JJ:s tierras ya cultivadas o a punto de la industria, donde Jo que prevalece es el promedio social, y se puede justificar
más fértiles, pero que no se a .ªn um a 621 622) de dos maneras. Primera, el cambio tecnológico no puede eliminar los diferen-
ser pues~as en cultiv.o:· (El capzt~:é~I~Je~¡ran ~n gr~do diferente de sensi?ilidad ciales de productividad "basados en la naturaleza" en la misma forma en que los
Las diferentes acttv1da~es ~ª7 l de con otros atributos cuahtauvos de elimina en la industria (las ganancias extraordinarias son un rasgo permanente de
a la simación, al contrano e. olque suce ·1ble generalmente hablando, a la los que tienen la suerte de poseer tierras más fértiles). Segunda, una expansión
. d 1 La agncu tura es sens . .
determina os ~gare~. . mientras que las fábricas, casas, uen· en la producción agrícola hace que se integren al cultivo más tierras inferiores y
fertilidad y la muac1ón con~untlamente. l ·e ac'1ón s·1n embargo las cualida· que se intensifique la producción de las tierras superiores sólo cuando resulta
'bl · cipa mente a a s1 u · •
das, etc., son sens1 es ~rm. . .• ecto salud etc. - no son ajenas a la lucrativo hacerlo. Cualesquiera que sea el caso, las tierras más malas ::>iempre de-
des del terreno -d~cnaJe .. mchnacaon, .asp l~ses de ~gricultura industrializada ben realizar la tasa media de ganancia para que las sigan cultivando. ltste es el
situación de este úlumo, m1entr~s .qu~ c1~t~:a~ de la tierra que ocupan. "Cuanto principio que Marx está más ansioso por establecer, y que sirve de base a gran
casi no dependen de la. produc.~1V1da e;ta Marx "más entran dentro de ella todos parte de su teoría de la renta.
más se desarrolla la agr1cultu.ra ,,' :º~ el exterio~ y por implicación. más se libera Marx reconoce, naturalmente, que las circunstancias no son de ninguna ma-
sus elementos como mercanc1as es e Teoriru ~obre la plusvalía, II, p. 48). nera así de simples. Da por sentado un equilibrio en la demanda y la oferta de
de las cualidades específicas del su1~lo ( l o del es acio Marx se sus· mercancías agrícolas, por ejemplo. También da por sentados los efectos de inte·
Las diferentes actividades compiten ent~e si pbor el upsl••"valíap II p. p. 226 y ss. ), racción entre la fertilidad y la situación, y las pautas diferenciales de inversión
. d t proceso (TPortru so re a ...., • •
trae expltcuarnente e es e , • t'ón (más 0 menos como una de capital en ambos, ast como que la competencia entre diferentes ltneas y rarna.S·de
f l · prudente aventura 1a opm
aunque en orma a go im a la tierra no a tcola "se regula por la renta producción de la tiexra no tienen, en el análisis final, ningún r.fecto sobre
di1rresión) de q~e la re?ta .?(E~od pital 111 p 71~. Marx debió haber 1.-:onside· la coherencia teórica del principio. En la sección S de este capttulo volveremos a
agrkola en sentido e~tnclto d ca .
rado a las rentas como a go etermma 0 s •
d h,;mitáneamente por muchas activida· considerar la validez de estas suposiciones, pero primero debemos considerar la
TEORÍA DE LA RENTA 347
TEORÍA DE LA RENTA
346
moderna de la propiedad territorial. La propiedad territorial privada, como e)
posición social de los terratenie~tes, c:on .sus derecho~ e~clusivos a ciertas por· capital mercantil y la usura, es a la vez prerrequisito y producto del modo de
ciones del planeta, bajo las relaciones sociales del cap1tahsmo. producción capiLalisLa:

La hisloria de la propiedad de la cierra, que pone de manifieslO la gradual transforma·


2. LA PROPIEDAD TERRITORIAL ción del landlord feudal en el rentista, y del colono a perpetuidad, semicributario y con
frecuencia privado de libertad en elfarmer moderno, y del siervo vinculado a la tierra
"En cada época histórica", escrfof! Marx. "la propiedad ha ido evolucio!1ando e~ y el campesino sujeco a prestaciones personales en el jornalero agrícola, serla en reali-
forma diferente y bajo un conjunto de relaciones s?ci~les totalme~te ~1~erent~~ dad la hiscoria ele la formación del moderno capital. (Grundrisse, 1 p. 142.)
(Miseria de la filosofía, p. 154). La aparición del c~pitahsm~ pr?v<;1;o la d15oluc~~n
de las antiguas relaciones económicas de la propiedad temtonal y su convers1on La versión general de Marx de esta historia se puede dividir en dos fases. En la
a una forma que fuera compauble con la acumulación sostenida. Desd~ eHe primera, las renta:; feudales pagadas con trabajo se transforman en rentas del
punto de vista el capital se puede considerar como "el creador de la propiedad mismo tipo y finalmente en rentas de dinero. Est3 transformación presupone
territorial moderna, de la renta de la tierra". Esto último tien.e q.~e entend7rse "un desarrollo ya bastante considerable del comercio, de la industria urbana y
mo "la ex resión teórica del régimen capitalista de producc1~n (Grun~ris~e, de la producción de mercancías en general y, por tanto, de la circulaci6n mone-
~o p lGG: El( capital, 111, p. 725). El sello distintivo.de la propiedad tcr~:tonal taria" (El capital, III, p. 738). La ley del valor comienza a regular los precios por
b.ajo el capitalismo, argumenta Marx, es una disoluc16~ tan complet.a de la co· meclio del intercambio en el mercado. La monetización de las rentas feudales
abre la posibilidad de arrendar la tierra a cambio de pagos en dinero y, finalmen-
nexión entre el terrateniente y la tierra" que el terrateniente, a ca~1b10 e.le un pa·
go monetario directo, confiere al capital todos los dere~hos a la tierra como ms· te, a la compra y la venta de la tierra como una mercanda. El capital basado en Ja
trumento y como condición de producción. El terrateniente asume asi un ~ape~ ciudad puede penetrar al campo y tran.;fonnar alli las relaciones sociales. A los
asivo en relación con el dominio de los trabajadores (cosa qu~_ le perm1t~ e procesos más suaves de monetización se pueden añadir los procedimientos más
~ontrol de la tierra) y con el progreso subsecuente de la ac~mulac1on (E~ cajntal, voraces del usurero (que contribuyen mucho •· que los terratenientes tradiciona-
lII pp. 575-576, 593). De aqui se deduce que, aunque puede ocu~nr que ~? les ya no puedan asir tan firmemente sus tierras) y. finalmente, la expropiación
u~ el Lerrateniente percibe en otro'i tipos de sociedad se llame también r~nta . violenta (con o sin la sanción del Estado):
ql ·. "fi do de ese pago "difiere sustancialmente de la renta característica de
:st~~~;::a de producción [capitalista]" (p. 815). La apropi~ción de la rent~. se La depredación de los bienes de la Iglesia, la enajenación fraudulenta de las tierras del
dominio público, el sc.queo de los terrenos comunales, la metamorfosis, llevada a cabo
puede definir entonces simplemente como "la forma económica en que se rea iza por la usurpación y el terrorismo más inhumanos, de la propiedad feudal y del patri·
la ropiedad territorial" bajo el capitalismo (p. 591). . monio del clan en la moderna propiedad privada: he ahf otros cantos métodos 1d(lico.s
ta historia real de la transformación d~ la renta feudal. en renta de la tierra de la acumulació1i rmginana. (El capital, 1, p. 624.)
por los capitalistas, la historia del sometimiento de la .Propiedad feudal al modo
de producción capitalista, t:scá. salpicada de c'Jmplej1dades genera~as en ~~~ Sin embargo, la privatización de la propiedad territorial y el sometimiento for.
ar~e or las corrientes encontradas de la lucha .de clas~s ~ el ~º?~1·:to socia · mal del productor a un sistema de producción e intercambio de mercandas no
~- mbflm surgen dificul' ades porque "la producción cap1tahsta m1c1a su carrera alcanza necesariamente esa forma de propiedad territorial que es un puro reflejo
>:rr.iendo de la premisa de [un régimen de) propiedad sobre la tierra que no_ nace de las re1aciones de producción capitalistas. Pueden surgir formas intermedias de
~e~ uélla, sino que se da como un supuesto prevz'o" (Teo.rias. sobre .ta pluJualta, 11, todas clases, y quizá. la mejor manera de interpretarlas sea, como lo hace Rey,
. 2 { 9). Las condiciones originales de la propiedad. terntonal vanaron mucho, ~ corno "articulaciones complejas" de diferentes modos de producción, uno sobre
~l unas, como las de Inglaterra, parecieron más fá.c1lcs d~ transformar ~ue otr~s. el otro. Esto no implica que aceptemos la conclusión básica de Rey de que la ren-
C~mo la se araci6n entre el Lrabajo y la tierra como m~d10 de proc.lu_cc1on h~ ..ido ta bajo el capitalismo se puede entender sólo como una relación de distribución
. sibruc sien~ouna precondición esencial para la formación del LrabaJO ~salariado. ~ue refleja una relación de producción de un modo de producción distinto (por
ia r:nma de la propiedad territorial prccapitalista desempeñó un p~pel igualmente ejemplo, del feudalismo), con el cual está articulado el capitalismo (Rey, 1973,
importante en la acumulación originaria de capital en la creación de la forma p. 60). Sin embargo, en la transición al capitalismo surgen situaciones eri que el
concepto de Rey es sumamente apropiado.
e Tribe (1978) proporcionan descripciones de los orfgcnes de la propieda~ ~errilO·
n)
R. Y ( 19 Por ejemplo, los terratenientes frecuentemente explotan directamente a los
11
. y bb ( ) y Hilton (1976) se ocupan del problema general de la trani;1c16n del
rial, mientras que 0 o 1963
productores que trabajan. Esto se aplica igualmente a las economfas esclavistas
feudalismo al capitalismo. 1 • d d feudal sometida a la inlluencia del dinero y de (r.omo el sur de Estados Unidos antes de la Guerra Civil) y a los sistemas de pro-
1
9
~ey ~::~~t~!~~::z~:~~;~~li;:~~~·:r:ar condi~iones para la producr.i6n capita'.ista (co· ducción de labriegos que han sobrevivido. hasta la era presente. En ec;te último
;¿~~ c~~ulsión de los cam~inos de la tierra) porque se vio obligada a aumentar stis rentas.
•·e•rm-

S48 TEOR1A DE LA RENTA


TEORIA DE LA RENTA
549
caso, el terr2.t~nit~nte tiene toda clase de incentivos. para sac~r la renta má~ima,
no sólo porque esto eleva al máximo sus ingresos, smo también porque obliga al En vez de eso, Marx gastó una cantidad enorme de energfa en sus últimos
labriego a trabajar cada vez más duro y a producir más mercanctas para el mer- años siguiendo la pista a la historia de la propiedad territorial en Rusia. Estaba
cado a predos cada vez más bajos (en vista del aum~nto en la oferta). Desde este fascinado por la posi.bilidad de que la comuna rural rusa pudiera proporcionar
punto de vista, la explotación masiva de una población i:ural por la clase.terrate- la ~ase. p~r~ pasar d1re~tame.nte "a la forma comunista más aha de p1 opiedad
niente concuerda totalmente con el capitalismo industrial pu~s porporc1ona co- temtorial sm pasar por 'los mismos procesos de desintegrac.ión qur. determinaron el
mida barata a los trabajadores urbanos y una oferta de materias ~rimas bari\tas desarrollo histórico del Occidente". En su opinión, el hecho de que esto pudiera
para la industria. Sobre esta base se puede crear un~ pode~osa aham.a entre los suceder dependfa de que se eliminaran previamente aquellas "influencias noci-
intereses de los terratenientes y los de la burguesf a industrial. vas" -principalmente las del dinero y del capital mercantil- que normalmente
Sin embarg•l, esa forma de explotación rural, como la P.lusv~lfa absol~ta. e~ a~osaban a esas ~onnas .co!11unales de propiedad desde todos lados. Bajo condi-
general, tiene sus lfmites. Las formas intermedias de produ~c1ón uenden a m?ibir ciones de revolución soc1ahsta general, las formas tradicionales de propiedad co-
"el desarrollo de las fuerzas sociales productivas del trabaJº: la~ formas so~1ales munal podrfan ser realmente "la fuente de la regeneración social de Rusia'' (Prólo-
del trabajo, la concentración social de los capitales... y la aphc~c1ón pro~es1va de go a. la edición rus~ del Manifi'esto Comunista; Selected Correspondence, p. 540).
la ciencia., (El capital, 111, p. 747). Por esta razón, las formas mter~e~1as final- Sm embargo, mcluso dentro de Occidente, Marx tuvo que conceder que
mente ceden el paso a un sistema de producció? que logra ~I somet1~1ento real hi\bia gran ca~tidad. de variación histórica que diferenció la experiencia entre
de los trabajadores al capital (en vez de al terrateruente) y q~e libera al~ tierra de las una Y otra nación e mcluso entre una y otra región. Esto se puede atribuir en
barreras que inhiben el desarrollo de las fuerzas productiva!. La úm~a forma en parte a las caracterfsticas residuales de "que la renta en especie procedente de la
que puede ocurrir esto es, quitando por completo al dueno de la ~1erra, cual· ~conomfa natural de la Edad Media", pero también a la penetración desigual de
quier poder directo sobre el uso de la tierra, s?bre la fuerza de tr~baJO empleada 1as _rel~ciones capitalist.as bajo circunstancias históricas que muestran "infinitas
en ella y sobre el capital adelai.ltado, a cambio de un pago de d1?er~. va~1ac1ones y gra~uac1ones en su aspecto", demandan un estudio empfrico
Marx evidentemente no se sentía demasiado seguro de su descri~c1ón de cómo c.mdados~ (El caP_ita~. 111, PP: 729-735). La historia real de la propiedad de
llegó a exiscir la forma de propiedad territorial capita~ista. Posteriorment~ afir- tierras bajo el capitalismo ha sido un asunto lleno de confusión. Es difkil detec-
maría que había tratado meramente de "trazar el cammo por el cual .. en Europa t~r de?tro ~e ~sa historia la lógica de una transformación necesaria de la pro-
p1edaa terntonal a su forma capitalista.
Occidental, SL'.rgió el sistema económico capitalista del vientre. del s1ste1?a e~o­
nómico feudal". Marx atacó a aquellos que transformaron "m1 re.seña histórica Estas co~fusiones todavia nos persiguen. Son el foco de grandes controversias
de la génesis del capitalismo en una teorfa histórico-~losófica del c~mo ge~eral del en. las sociedades en que los elementos precapitalistas están fuertemente
desarrollo prescrito por el destino a todas las nac1~?es, cualesq.Ulera que fueran atrmchc:rados, donde la propiedad territorial ejerce una influencia independien-
las circunstancias históricas en que se encontraran , y reconoció de bue.n gr~do te poderosa, y donde todavía reina la alianza entre la oligarqufa rural y una
que ''sucesos notablemente análogos, pero que ocurrieron en lugares histórica- ~ur.guesía industria!· En estas sociedades rodaví~. se :;ostiene la tesis de Rey, que
mente diferentes llevaron a resultados totalmente diferentes" (Marx y Engels, Se· md1ca que las relaciones sobre la tierra han sido extraordinariamente lentas pa-
lected Corre.spondence, pp. 312-313). . ra adaptarse a los dictados de las relaciones de producción puramente capitalis-
tas en muchas zonas del mundo. 10
Le inquietaba, por ejemplo, el problema de la forma que tomó la prop.•e<l~d
territorial en algunos paises, como Estados Unidos, donde no hab!a nmgun Sin embargo, las confusiones son igualmente evidentes en los paises capitalis-
feudalismo que reemplarnr. Su argumento aquí e~ <JUe, ~uando el cap.1~ª1 ~o en- tas adelantados. En Gran Bretaña, como han mostrado recientemente Massey y
cuentra propiedades de tierras como una precond1c1ón, las crea.él m1.,mo , por Catelano (1978), la propiedad de tierras ya no existe (si alguna vez existió) como
la sencilla razón de que "el divorcio del obrero con respect~~ la ue.rra.y a la pro· un interés .de clase unificado y relativamente homogéneo, sino que comprende
piedad territorial es condición fundamental de l~ producc1on capuahs.ta y de la 8!upos variados y heterogéneos que van desde las instituciones antiguas (la Igle-
producción de capital" (Tcori'a.s .sobre la plusvalza: 1, p. 43; 11, pp. 278-2~9). Su s~a, l~ Corona, la~ grandes propiedades de los aristócratas), pasando por las ins-
capitulo sobre la teorfa d~ la colonización en el pnmer volumen de El capital de- utuc1.ones financieras (bancos, fondos de seguros y de pensiones) hasta una
muestra lo mismo. Empero, hay alusiones ocasionales a que la ~orm_a qu~ estaba .amplia gama de dueños individuales y corporativos (incluyendo a los trabajadores
tomando la propiedad territorial en E.stados Unidos era algo especial (El capital, 11~, que son dueños de sus propias casas) y las agencias del gobierno. Esta heteroge-
pp. 621-624; Marx y Engels, Selected Correspondence, pp. 226-228). E.s una lásu- ~eidad es dificil de reconciliar con la idea de que los terratenientes constituyen
ma que Marx no examinara esta forma más prof~ndamente porq~e .~ta~os una de las tres grandes clases en la sociedad capitalista". Em'lero, ~i ahondamos
Unidos, como ya veremos, es el único pafs en que la tierra, .desde.el prmc1p10, me dentro de esta diversidad podemos comenzar a ci.etectar ·una caracterfstica
tratada en la forma que más se acerca a la que dictan cons1derac1ones puramente
capitalistas (aunque incluso aquf la correspondencia está lejos de ser exacta). IO Adem.ás.dt" Rey (197.3), Amin (1976), Laclau (1977) y Tay1or (1979) han presentado argumen-
tos caractensucos desde diferentes puntos de vista.
350 TEORIA DE LA RENTA
TEORIA DE LA RENTA
351
central de guía en la conducta de todos los agentes económicos, independiente· le da poca imporcancia a esta idea N
mente de quiénes son y de qué les dictan sus intereses inmediatos: es la creciente este capítulo. . osotros volveremos a veda en la sección 6 de
tendencia a tratar a la tierra como un puro bien financiero. Aquí está la clave de la Sería muy bueno, e indudablemente • ·1 .
forma y de los mecanismos de la transición a la forma puramente capitalista de propiedad territorial cómo d b . . u~1 • especificar las características de la
L
d e·•emos también especificar el roe e enan ex1sur en un estado e ·t r
propiedad privada. d~ la tierra. h' . ap1 a ista puro, pero
Si se comercia libremente con la tierra, entonces ésta se convierte en una torial queda reducida a esa co d~ 'óesoL istónco. por el cual la propiedad terri-
n 1c1 n. a capacidad p · .
mercancía clC" uf' tipo b2stante especial. Como la tierra no es producto dei traba- para comerciar con ellas en . fi ara enajenar 1as tierras y
ninguna orma garant · 1
jo, no puede tener un valor. La compra de la tierra "c.onfiere al comprador un comprará como un bien financ· iza que se es venderá 0
título que le autoriza a percibir la renta anual" (EL capital, 111, p. 748). Cual- capitalismo la cierra no se ha ierdo'dpuro, y durante gran parte de la historia del
· · · ven 1 o Y comprado libre d
quier corri~nte de ingresos (como una renta anual) se puede considerar como el prmc1p10 tan simple. El crecimiento d 1 . . mente e acuerdo a ese
interés S(Jbre algún capital imaginario y ficticio. Para el comprador, la renta fi. de las relaciones monetarias y el ere . . e m~e~c?mb10 de mercancías, la difusión
gura en sus libros de contabilidad como el interés sobre el dinero dc:"sembolsado nes conceptuales favorables para cimiento e s1s~ema de crédito forman condicio-
.
fimancu.·ro. · que se trate a la tierra cad •
rn la compra de la tierra, y en principio no difiere de inversiones similares <·n la El atractivo de la t' . , a vez mas como un bien
. . · 1erra como una inversión (s 'd d
rleuca del gobierno, acciones y bonos Je las empresas, deuda del consumi<l.or, prest1gm que tradicionalmente d . 1 u segun a así como el
cte. f.I dinero desembolsado es capital a interés en todos los casos. La tierra llega vulnerahl<' al ca1lir·1l i·xcedc111 a Cqu1ere e que la posee) siempre la ha hecho
1 • · C'. uanto más capit·tl • 1 h
a ser una forrr a de capital ficticio, y el mercado de tierras funciona simpleml.'nt<" Pazo, a través de h acuinula ·• . · ' ' cxcec ente aya (a corto
. • c1on excesiva y a largo plazo) • b bl
como una rama particular - aunque con algunas caracter[sticas especialts- de que 1a uerra sea absorbida al i t . d 1 • mas pro a e será
la circulación del capit.il a interés. llajo esas condiciones se trata a la tierra rnmo en general. El crecimiento de l;s
do sobre la tierra como un bie fi
%'::e ~ a;st~~ctura de circulación de capital
~ os e ipotecas, los impuestos del Esta·
un puro bien financiero que se compra y se vende según la renta que produce.
Como todas las demás formas de capital ficticio, lo que se compra v se vende es la compleja historia de la acumn 11nª~.c1ero. (9ue ?bliga a la monetización) y toda
. u ac1on ongtnana y Ja m · ·ó d
un derecho a un ingreso futuro, lo cual significa un derecho sobre utilidades fu. r:1ones de propiedad de tierras ( u M d . . oneuzac1 n e las rela-
tura;; por el uso de:' la tierra o, más directamente, un derecho al trabajo futuro. también desempeñan sus papeleq e ar~ escnbe parcialmente en Grundrisse)
Cuando el comercio con tierras se ha reducido a una rama especial de la c1rcu· b a bl c:"mente es la necesidad d s respectivos 1 . .
Empero e 1 • 1. . fi
• n e ana 1s1s mal• pro-
)ación del capital a interés. entonces yo argumentarfa que la propiedad Lerr: · rierra, de abrir la tierra a la libe revo .uc1ondar las fuerzas productivas sobre la
tnrial ha logrado su forma verdaderament·~ capitalista. Marx no llega a esta d uzca la propiedad territorial re cornente e capital Jo
a 1 t . d
bl"
'. que o iga a que se re-
conclusión directamente. aunque hay varias alusiones diseminadas en el texto
.imp rica que las formas tradicionales a enenc1a e un bien fin
de 1 .
·
anc1ero puro. Esto
que indkan que el comercio de tierras puede realmente ser tratado como una extraída a los campesinos) ya no ueden esxp º.tac1ó.n ru~al (la plusvalía absoluta
forma de capital ficticio (El capital, 111, pp. 745-753). Una vez que ·~sta si- capi~al c•n general (el abastecim'p d egu1· ir sat1sfac1endo las necesidades del
r 1ento e a nnentos y de m t · ·
tuadón se vuelve general, entonces todos los terratenientes quedan atrapados en a .1anza entre los terratenientes rurales y los . d . 1 ª. enas primas): La
u11 sistema gene1 al de circulación de capital a interés y pasan por nito S'JS impe· msrno del tipo que caracterizó a la . . m . ustna es .se convierte en un antago-
rativos a su propio riesgo. Los dueños que son productores, por ejemplo, se E! trato de Ia tierra como un b' pr~mera ~mtad del siglo XIX en Gran Bretaña.
rnfrcntan a una clara elección entre comprar la tierra o rentársela a otra persona. tenientes" una facción de lo . .1~n1·. manc1e.ro puro y la reducción de los terra-
s ca pila 1stas en dmero que J 1 'd ·
La forma en que se eje~·ce esa opción, bajo condiciones puras de propiedad ca pi· por l a razón que sea tener d h ian e eg: o simplemente
. • erec o a una renta más bi '
tttlista. no debe hacer ninguna diferencia. En la misma forma que los capitalistas ma d e ingresos futuros no está lib d en que a a 1guna otra for-
pueden cobrar intereses y ganancias sobre su capital cuando usan sus propios ción normal de ser duefto de un r~. edsus aspeu~s contradictorios.11 La condi-
fondos en la producción, así pueden cobrar renta y ganancia sobre su capital si la tierra, ser dueño de un <lerech:: il~ :~roducc1ó? tr~e consigo, en el caso de
son dueños de la tierra que usan. Empero, los papeles están bastante separados. de cualidades peculiares (véase 1 .g; J~~ que estan ligados a un valor de uso
Un productor, como terrateniente, puede con igual facilidad vender la tierra y lista sobre el uso de la tie a se~c10~ e este capítulo). El pl)der monopo-
arrendársela a otro, o hipotecarla en un banco. La renta se debe pagar ya sea di· propiedad - nunca se puede ~:-h-1mp ica,do por la condición misma de la
. :1 acer tota mente de sus .
rectamente a otro o indin·c :amente en la forma de un ingreso que ya no se percibe porque 1a tierra varía mucho en cuant fi Td d aspectos monopolistas,
porque el productor no moviliza el capital ficticio que representa la tierra y no monopolista crea toda clase de op o ~dsud ert1 1 a • situación, etc. Ese poder
ortum a e:; para la ap · ·- d
pone ese dinero en movimiento para realizar la plusvalra a través de la produc· que ~o surgen en el caso de otras clase d b' . ropiac1on e la renLa,
ción, empero, esto también presupone una forma de producción capitalista tanc1as especiales. Claro está q 1 s e 1 ienes fin~nc1eros, excepto bajo circuns-
sobn: la propia tierra na propiedad de los campesinos ha sido eliminada, etc.). ue e contro monopolJSta puede surgir en cualquier
Adt•más, es evidente que la forma capitalista de propiedad privada sería incon· 1_ 1 SrudeHski y Kroos ( 1952) relatan al u1 d . .
cebtble si no hubiera un sistema de crédito refinado que todo lo abarque. Marx lac1ón incontrolada de iicrras. g los e los ep1sod1os más extraordinarios de la especu-
TEORlA DE LA RENTA TEORIA DE LA RENTA S55
552
. . vitable ue infecta inevitablemente la circu· ejemplo más obvio es el viñedo que produce vino de extraordinaria calidad que
sector' pero es.un aspecco_ cróm.co e me 1 com qra de tierras. Por tanto, las "formas
se puede vender fácilmente a un precio de monopolio. En esta circunstancia, "el
lación del capital a mtc~es a t.~ª~~~~;oªde la ~istorsión" logrado dentro del siste· precio de monopolio crea la renta". Es evidente que Marx no pensó que este tipo
absurdas" de especulación y e á r t ara amplificarse mucho en el ca·
f
ma de crédito (vér:se el cap. X) est n is~: nte ación de la propiedad dentro
so de la especulación co~ rent~s fut.uras. d bri~a tierra a la libre corriente de
de renta de monopolio estuviera muy extendida en la agricultura, pero sugiere
que en zonas densamente pobladas las rentas de casas y de terrenos se puede
explicar sólo en escos cérminos (Teorías .sobre la plusvalía, II, pp. 21, 28). Los lu-
de la circulación d~l capital a mteres pue e ~ contradicciones del capitalismo.
gares elegantes y de prestigio crean toda dase de posibilidades de cobrar rentas
capital, pero también la abre plenamente a seª~aracteriza por la apropiación y el
de monc.polio a otras facciones de la burguesfa. La segunda situación es que los
El hecho de que l~ hace en ~n conte:~o ;.~~lema de la especulación de la tierr.a terratenientes se pueden negar a ceder la tierra no usada que está. bajo su
control monopolista. garantiza. qude . p d la inestable dinámica global del cap•· control, a menos que les pague una renta sumamente alta; esto hace que los pre·
d irirá profunda importancia en .. ro e
:a1?s':no. A continuación regresaremos ¡. este tema una y otra vez. ci.J~ del mercado de las mercancfas producidas sobre esa tierra se eleven forzosa-
mente por encima de su valor. En este caso, que depende de la escasez de tierra y
del podn colectivo de dase y de la posición del dueño de la tierra, la renta que se
3. LAS FORMAS DE LA RENTA cobra crea el precio de monopolio. Esta forma de renta de monopolio puede ser
importame en todos los sectores y afectar el costo de granos, asi como el costo de
. l italismo podia tomar cuatro formas di- viviendas de la clase trabajadora.
Marx consideró que la. renta, baJO e cap d . ' de renta diferencial. Estas En ambos casos, como es natural, la renta de monopl)lio depende de la capa-
ferentes: de monopolio, absoluta, y _os ~~:a clásica. Muy al princ.ipio de cidad para realizar un precio de monopolio para el producto (vino, granos o vi-
categorias están adaptad.is de la econom1a P viendas). Asimismo, en ambos -::asos la renta de monopolio es una deducción de
sm. investigaciones, Marx declaró: la plusvalía producida en una sociedad en general, una redistribución, a través
. . . mente es la )Osibili<latl de la renta ahsolul?· del imcrcambio, de la plusvalía total (El capital, 111, pp. 770-771). El primer ca-
La única cosa 4uc Lcngo q~c probar ll ónca 1 d d d~l cual 'ha girado la controvclSla so puede ser eliminado de la consideración porque, como sucede con el comercio
sin violar la ley del valor. Este l'> el punto a rlc e or l'd d Ricardo niega esta posibili-
d 1 fi .• cratas hasta a actua 1 a . de antigüedades y obras de arte, sólo tiene un interés periférico en cualquier es·
teórica, desde los d¡as e os is•? (S l led correspondencc, con Engcls, p. 134.)
dad, pero yo mantengo que existe. e ce tudio de la producción general de mercandas. El segundo caso plantea proble·
mas mf1s g<·nrr;ilrs. que· .•w pucclc·11 1rn1 ar m<'jor en rclaci(m con la renta absoluta.
. . . . . . . ·'al on1 ia cic·ntos ele· p:"1ginas en El rn/1itaf y c11
l.11 raro c·s 'I"" la "111.1 cl1fc" 111 1
f' 11 IÍ •l\lras llUC
1 . '·s >lula fue Lratacl.1 t'll lon11a
a renta au e b) La renla absoluta
T1?oríus sobre la Pl u.wa i~L, .e . . . ,l d M r la renta absoluta fue dictado
. y e el mteres 1mc1a e arx Pº ~ . b
sumaria. o creo qu d' . s de la economía pohuca urguesa
más por su f~scinaci6n por la~ contraf 1ccd1oney que su contribución real está en ::...as condiciones para la existencia de la renta absoluta no sc...n diffciles de dedu-
·d · ones teóricas pro un as, cir, en vista de los instrumentos que tenemos a mano. Comem:aremos men·
que por rons1 erac1 d'f . 1 a un terreno totalmente nuevo.
llevar la teoría de la renta 1 crenc1a cionando la dificultad general de instituir el cambio tecnológico en sectores que
usan la tierra como un medio de producción (véase la p. 336 de este libro). La
agricultura es el ejemplo mis obvio. Existe entonces una fuerte probabilidad de
a) Renta de monopolio que la composición de valor del capital en la agricultura sea más bajo que el pro-
medio social. Si se da por sentada una compensación completa de la tasa de ga·
der mono olista de dueños privados sobre nancia en todos los sectores, entonces los precios de producción en la agricultura
Toda la renta está. basada en el po b'rn podemos dar por sentado, sin estarán por debajo de los valores (véase e] :ap. 11, sección 3). En otras palabras;
. . del planeta Empero, tam h:; • 'd d't
ciertas porciones : . l'b emente por lotes de uerra e 1 e- un capital de cierta magnitud produce mayor plusvalfa en la agricultura de la
contradecirnos, que los usuarios c~mp1ten t r los terratenientes compiten en la que recibe en forma de ganancia, porque los secore:; contribuyen a la plusvalfa
rente calidad en diferenLes situaciones, y dque obtener No obstante, a veces sur·
• r t e sf por la renta que pue en · . . E social total de acuerdo con la fuerza de trabajo que emplean, pero perciben
misma 1onna en r ·ondiciones compeuuvas. ntonces plnsvalia de acuerdo con el capital total que adelantan. Empero, esta suposición
. · en que no preva 1ecen esas e d' r
gen circunstancias . E 'sten dos situaciones 11erentes descansa ~·sobre la cambiante distribución proporcional del capital social total
J' las rentas de monopo1IO. XI - d
se pue en rea t~ar
d . l lll 718 . 719 ). En la primera, los duenos e entre las diversas esferas de la producción, sobre la permanente entrada y salida
que parecen aplicables (El cap1ta ' • PIP· l'd d o situación especial rela-
t olan tierra d~ a guna ca 1 ª de la corriente de capitales", y da por sentado que no existen barreras a la com-
propieda d es ~ue con r . .d d tá.n en posición de cobrar rentas de mo· pensación de la tasa de ganancia. La renta absoluta puede surgir cuando la pro-
donada con cierta clase de acuv1 a .es E el terreno de la producción, el piedad territorial erige una barrera sistemática a esta libre corriente de capital;
nopolio a los que desean usar esa uerra. n
TEORIA DE LA RENTA S55
TEORIA DE LA RENTA
354
mente en conflicto con ellos. Sin esa separación y oposición entre la produéción y
r cia extraña a la que no pudiera sobreponerse en
Si el capital tropezase con una p~te 1 b e de un modo parcial restrin5iendo la distribución, toda la interpretación marxista de las crisis se desmorona .. Ahora
ól udiera so reponers · .
modo alguno o a 1a qu~ 5 0 P d ión 0 no admitiéndola sino en cond1- encontramos una versión especifica de esta oposición. La nec~sidad social de
su inversión en determinadas ramas de pro ullcc mpensación·general de la plusvalía propiedad privada territorial bajo el capitalismo provoca arreglos distribuciona-
. 1 t do o en parle aque a co . 1
c1ones que exc uyen e~ o d'· .. d dable que en las ramas de producción en que ta les - la capacidad para apropiarse de la renta- que están en conflicto potencial
para formar la ganancia me ia es in ul ndas sobre su precio de producción con la acumulación sostenida. Lo que Marx trata de demostrarnos fundamen-
ocurriese el remanente ?el valor de as me~c~a convertirse en renta y adquirir como talmcme es que es imposible lograr una organización "racional" de la agricultura.
engendraría una ganancia cxcedentelque po ~1 p es b'1en la propiedad h·rritorial es
. · · frente a a ganancia. u • . El uso de la tierra es necesariamente irracional, no simplemente desde el punto
tal una ex1stcnc1a sustanuva 1 te el capital deseos.J de inverurse en
. - . barrera que se evanta an . . El de vista de satisfacer los deseos y necesidades humanas (porque eso no hace falta
esa potencia extrana y esa . 1 e interpone así ante el capnahsta. (
la tierraº· si se quiere. es el terrateniente e que s decirlo), sino también desde el punto de vista de la acumulación sostmida por
capital. 111. PP· 706· 707.) medio de la reproducción ampliada. Ésta es una contradicción fundamental, a
ícolas se pueden vender por encima de la que regresaremos a su debido tiempo.
De aquí se deduce que los productos agrb l t al mismo tiempo que se venden El segundo punto es que la renta absoluta depende del poder de los tt:rrale-
. d d · • y así dar rP.nta a so u a, . . .
sus precios e pro ucc1on, U t bsoluta puede existir sm mterfenr nientes para crear una barrera a la compensación de la tasa de ganancia y de la
por ~ebajo o incluso a sus val~r~~;alo~~ ~~ndi~e~a aparente que llevó a Ricardo a persistencia de una baja composición de valor del capital dentro de la agricultu-
en nmguna forma con la ley e ·da su erado pukramente. Parte de ra. Si la composición de valor llega a ser igual o más alta que el promedio social.
negar la posibilidad de la re~ta a~~~u~a ~:~tura :n
virtud de la intensidad de su
la plusvalia exc•!dente producida e. b 'gn) "h tada" (como dice Marx) por el
entonces la rema absoluta desaparece (El capital, 111, pp. 709-710; Teorías sobre
la plusmlía, lI, pp. 220 361 ). ¿Hasta qué grado, entonces, la barrera colocada
. · · • d alor mas aJa es ur
trabajo ~compos1c1on e v e dentro Je la compensación de la tac;a de ganan- por la propiedad de tierras al libre flujo de inversión quita las ganas de realizar
terratemente, para que n? ent:ende a un recio de monopolio, pero esro repre- mejoras agrít:olas y así asegura la base para la perpetuación de la renta absoluta?
cia. Sin duda la me.rca.nc1a s~ lusvalia d~ los sectores agrícolas a otros sectores Marx apenas nos da un in:iicio de ~sa posibilidad en una ocasión (Teorías sobre
senta que n~1 st red1stnbuye a p 1 d'10 más bien que una re· fo jJ/u.mllía, ll, p. 112). )'éste no parece ser su principal argumento. Claro está
. · d l más altas que e prome • . que las estructuras sociales anacrónicas de la tierra -la propiedad de los campe·
con compos1c1ones e va or . • lt como seria el caso bajo la renta
1
distribución activa de la plusvaha a a abgnclu udra, e de de las condiciones de la sinos, por ejemplo - están relacionadas con un rel ardo de las fuerzas producti-
· El · 1 de la renta a so uta ep n · vas en la agricultura, pero Marx no liga la renta absoluta con la persistencia de
de monopolio. mve d l xtensión de tierra nueva que se pone. baJO
oferta y la demanda, así como. e ª1 e oducto no es la causa de la renta, ''sino esas estructuras. La considera más bien en relación con la propiedad de tierras
cultivo. El aumento en el precio de pr 1 precio del producto"' aunque la en gran escala que está abierta a la agricultura capitalista. La baja composición·
que la renta es la caus~ del aumento ~n e valor o a su valor (El capital, 111. de valor del capital en la agricultura se puede atribuir más al retraso tecnológico
mercanda se sigue vendiendo a menos e su y científico en ese sector que a cualquier otra cosa. Una vez que la agricultura se
PP· 707-708). . t ios sobre este concepto de la renta abso- ponga al día, cosa que debe hacer en determinado momento, entonces la renta
Aquf se impone hacer vanos comeln ar 'b 'do frecuentemente a que resuelve absoluta desaparecerá, dejando a los terratenientes que tomen rentas de mono-
· l validez se la atn m . polio si pueden hacerlo .U
luta. ~n pnmer uga~.· su ma de la tn.nsformación (capítulo 11, sección 3). Se
con éxito el llamado proble .. .. de Marx respecto a este proble- Sin embargo, si los terratenientes son suficientemente poderosos como para
l eces que 1os errores .
ha argumenta d o a gunas v de la renta absoluta. Ciertamente, el mvel obtener la renta absoluta, entonces ¿por qué no toman también la renta de mo·
ma destruyen totalmente su c~nc~to anancias excedentes disponible~ despué~ _de nopolio obligando a los precios de las mercandas a subir por encima de su valor
de la rema absoluta depende 1e" efe~tos de la interacción y la retroahmentac1on. hasta un precio de monopolio arbitrario? Los terratenientes pueden, y con frecuen·
que se toman en cuenta todosd o~M de la renta absoluta, creo que su enfoque cía lo hacen, retirar artificialmente la tierra de la producción y asi elevar las rentas
Lejos de alterar el concepto e • ~rx t 'ón correcta que se le ha de dar al en t•I rcsro ( Teur/as sobre la plusvalía, lI, p. 301; El capital, 111, 702-703). La
, . · l sobre la mterpre ac1 re~puesta es que los terraLenientes pueden hacerlo bajo ciertas condiciones, pero
de esta uluma arroja uz 10 b b Marx era identificar las reglas de
r · ón .. Lo que usca a . .
proceso de trans1ormac 1 · . 1... de los procesos sociales (el mter- las implicaciones son fundamentalmente diferentes. Con la renta absoluta, los
. . . d 1 l 1
lf que se ap 1can a trav~ d'
distnbuc16n e a P usva ª . ) t r que estas reglas eran totalmente •- terratenientes no interfieren directamente con la producción de plusvalfa.
cambio en el mercado en parucu1a~. y ~os ~a l' y por tanto estaban potencial·
fercntes de los procesos de producc1on e p usva ia,
ll El hl·eho tic qu .. Rry (1973) calificara JC' "fiasco" la teoría de la renta absoluta tle M•mc está
correno pardalmellll' <·n d st•tuido tic que bue elabora muy teóricamente algo que termina siendo de
. . M de l 862 como prueba de que el ~tudio
40) in\'orn la com.•spoml~nc;a <le >Cl ªc:an (que se <listin~c de los valorl'S), más
12 Rcv ( 1CJ73. p.
poca imppfl¡111ria. Empl'rn, la u·ndenria a condenar roda la teoría de la renia oe Marx sohr.. la base
de la ren~a lll'v6 a Marx al conn·pto dd precm te pn u . dl· ('Sl' "lia~1 o" drlini1iv;i111t·m1· l":'lÜ ÍUl'ra ill' lugar.
bien t¡m· a la inversa.
'M"ª Hdi&

356 TEORIA DE LA RENTA


TEORIA DE LA RENTA
857
Simplemente intervienen respecto a la distribuición de la plusvalfa producida. palabra~, la RD- l queda fijada por la diferencia entre los precios individuales de
La renta de monopolio recorta activamente la producción de plusvalta (aunque producción y ~l valor en el .m~r~ado determinado por condiciones de producción
no cuando se impone bajo el consumo) y obliga a una redistribución de la so.bre la peor tierra. En prmc1p10, esta concepción no difiere de la que present(j
plusvaUa de otros sectores, no hacia la agricultura sino a las manos de los terrate- Ricardo. ·
nientes. Los efectos sobre la acumulación probablemente serán muy diferentes. Es cierto que Marx modifica a Ricardo hasta el grado que muestra, cuando se
Sin embugo, ambos tipos éie renta dependen de la capacidad de los produc- toman en cuent~ los efectos duales de la situación y la fertilidad, que la agricul-
tores capitalistas para realizar precios de monopolio. La competencia entre los tura puede con igual facilidad ampliarse a tierras más féniles (dependiendo de
productores limita la capacidad de los terratenientes para apropiarse la renta ~ónde. se encuentr.an) y que, por tanto, no está justificada la suposición general
absoluta o la renta de monopolio (en el capitulo XII veremos los aspectos espa· ncard1ana de los mgresos decrecient·es en la agricultura. Empero, algo intere-
dales de esta competencia). La capacidad de los dueños de tierras, por virtud de sante es que el propio Marx elimina la situación de su consideración y se con-
su propiedad de tierras, para erigir una barrera a la inversión no presume auto- centra únicamente en l~ fertilidad para elaborar su argumento (El capital, JIJ,
máticamente que los usuarios de esa tierra estén en posición de cobrar un precio pp. 605:606). La exclusión.no es totalmente inocente. Las ventajas situacionales
de monopolio por las mercandas que producen, o que los productores capitalistas son tan importantes para cierta~ ramas de la industria como lo son para la agri-
estarán dispuestos a pagar las rentas exhorbitantes que les cobran. Por esta ra- cultura, y esto hace que la agricultura no sea un caso (mico. También sucede
zón, Marx arg.amenta que "bajo condiciones normales" incluso la renta absoluta que la "permanencia" de la ventaja situacional se está modificani:lo pennanente-
que se cobra en la agricultura ser~ pequeña, sin importar cuál es la diferencia mente debido a las inversiones en transportes y a los cambios en la distribución
entre el precio de producción y el valor (El capital, 111, p. 715). Podemos, sobre g:eogr~fica de la acti_vidad económica y de la población. Por tanto, las ventajas
esta base, iuterpretar mejor la forma bastante sumaria en que Marx tra.ta un s1tu.ac1onales se modifican por razone:; que puedan no tener nada que ver con la
problema que inicialmente pareda tan importante para él. La renta absoluta no agricultura per se y que están, en cualquier caso, generalmente fuera del control
es la calegorfa importante. Los problemas teóricos reales, según descubrió d.e los productores indi~iduales. Ocurren cambios como resultado de procesos so-
Marx, no están tanto en que Ricardo no admitió la renta absoluta, sino en su in- ciales de gran complejld~d y generalid~d, aunque debemos advenir el impor-
cerpretación errónea de la renca diferencial. Éste es un tópico al que debemos tante papel que ~es~mpena la especulación en rentas de tierras (de todos tipos).
regresar ahora. Empero, Ma~x elu:runa de la escena la especulación (El capital, 111, pp. 719-720)
asr como la s1tuac1ón y la competencia de usos diferentes. En la sección 6 vere-
e) /,a rnnlíL diferencial mos escas asuntos.
La. RD es fác.il. de interpre.tar en vista de estas suposiciones simplificadoras.
En sus primeros trabajos, Marx evidentemente vio la formulación de la rent.i. di- Refleja las cond1c1ones matenales que hacen que los diferenciales de fertilidad
ferencial de Ricardo como algo razonablemente problemitico. Sin embargo, en s~an r_asgos permanentes de la producción. Los propietarios de tierras que se
El capital comic-nza a descubrir problemas y fallas en Ja formulación de Ricardo apropian la RD-1 asumen una posición neutral respecto a la determinación del
y crea los lineamieutos de una teorfa bastante diferente, una teoría de la que valor en el ~ercado, y por ta~co se les puede exonerar de toda culpa por retrasar
ape.ias hay indicitJs en Teorias sobre la plusvalía y que de ninguna manera eslá la acumulación o por cualquier otro trastorno social.
completame~1te resuelta en El capital. Empero, las obras recientes de B1ll y '.fine . Esta .interpretación experimenta una modificación con~iderablc cuando
han comemado a aclarar a dónde trataba de llegar Marx en capítulos llenos de mt~oduc1mos en escena la segunda forma de renta diferer.cial (RD-2). Es bastante
argumentos apa.rentemente tortuosos y de elaborados cilculos matem~ticos. 14 fácil elaborar un~ ve~ión d~ la RIJ_-2 aislada de la RD-1. Simplemente expresa los
Ya se han descrito las condiciones necesarias para obtener la renta diferencia) efectos d~ la~ aphcac1ones d1ferenc1ales del capital a tierras de igual fenilidad, pe·
del primer tipo (RD-1 ). El valor en el mercado de productos en que se usa la ro. Marx msme en que la RD-1 se ?ebe ve~ siempre como la base para la RD-2,
tierra como un medio básico de producc!ón queda fijado por el precio de pro- mientras que toda la fuerza de sus mdagac1ones se encamina a descubrir exacta-
ducción en la peor de las tierras: la tierra que tiene el precio de producci6n m~:; mente cómo las dos formas de renta "sirven simultáneamentt· como lfmites unas
alto debido a su combinación particular de fertilidad y situación. Por tanto, los de otras" (El capital, 111, pp. 683-684). Al final, lo que cuenta es la relación
productores que tienen mejores tierras redben ganancias extraordinarias. 5i su- entr_e las dos formas de renta, y estas relaciones no son fáciles de desenrredar. Es
ponemos qur el capital se aplica igualmente a tierras de diferentes calidades, en- a~u~ donde Marx se aparta más radicalmente de Ricardo y hace su contribución
tonces las ganancias extraordinarias se pueden considerar como un rasgo perma- ongmal a la teorfa de la renta en general.
nen~e. Se pueden convertir en RD-1 sin afectar Jos valores del mercado. En otras ~i? embargo, comencemos con el caso más simple. Si la tierra tuviera igual
feruhdad e~ t?~os )~dos (y la situación no tuviera ningún efecto), entonces la
11 En lo que sigue me apoyaré ÍUl'rtcrfü•ntc en la obra de Ball ( 1977) y más particulanncntl· en la RD-1 no ex1stma. S1 todos los productores inviertieran exactamente la misma
de Fine (1979). cantidad de capital en su tierra -llamemos a esto capital "normal" invertido-
358 TEORÍA OE LA RENTA TEORIA DE.LA RENTA 559

entonces no habría tampoco RD-2, pero si algunos productores invierten más que los terratenientes están en posición de apropiarse de la RD-2? El caso más
que ei capital "normal" 1 y ganan utilidades proporcionales al capital que invier- obvio, pero el menos interesante, surge cuando las inversiones crean mejoras
ten, entonces el precio individual de la producción será más bajo que el valor de permanentes (porque las inversiones sucesivas, como ya hemos visto, se basan
mercado fijado por la aplicación del capital "normal". Todas o algunas de estas unas en las otras en vez de devaluarse entre si). "Estas mejoras, aunque sean obra
diferencias pueden ser apropiadas como RD-2. del capital, actúan como si se tratase de la calidad natural diferencial de la
Aquí estamos tratando con la corriente de capital organizada por los pro· tierra misma" (p. 655), pero lo que sucede es que la inversión destruye la suposi-
ductores que usan la tierra como medio de producción. Damos por sentado que ción de una "fertilidad igual" y asi crea una base para la apropiación de la RD-
la agricultura está organizada completamente sobre una base capitalina, y que 1. Después de todo, la fertilidad es un producto social. La RD-2 se convierte di-
"no hay ninguna tierra que rinda una cantidad cualquiera de producto sin in- rectamente en RD· I.
versión de capital" (El capital, 111, p. 654). El problema es entonces entender la Los casos más interesantes surgen porque la RD-2 "sólo entra en funciones en
lógica que guía la corriente de capital a la agricultura en vista de las condiciones cach momento dado sobre un terreno que es, a su vez, la base abigarrada sobre
peculiares que tiene la tierra como medio de producción, y del fenómeno de la la que descansa la rema diferencial l" (El capital, Ifl, p. 627). Aquí encontramos
propiedad privada rerritorial. Ésta es, evidentemente, la más importante de todas que la RD-2 se puede apropiar únicamente sobre la base de la RD-1. Es esta últi-
las tareas que enfrentamos al construir una teoría de la renta de la tierra en su ma la que conviene las cualidades de la primera, que de no ser así serían transito-
forma distintivamente capitafü;ta. Aquí el capital, concebido como una corrien- rias, en cualidades suficientemente permanentes como para permitir que ocurra
te de valor, se enfrenta a la circunstancia peculiar de que debe fluir activamente una apropiación de la renta. Veamos cómo puede ser esto.
a través de la propia tierra (que es propiedad de otro) a fin de realizar la La fertilidad "económir:amente implica siempre, pues, una relación", y por
plusrnlra. eso cambia con el "estado concreto de desarrollo" (El capital, 111, p. 606; este
Podemos pasar inmediatamente a hacer ciertas observaciones. La corrie::ue libro, p. 370). Por tanto, la peor tierra no se puede identificar independiente-
de capital dependerá en parte del ritmo de la acumulación y la concentración de •i:ieme de la aplicación "normal" del capital (y de la tecnología y mét.'.>dos que
capital dentro de la agricultura, pero también será sumamente sensible a la exis- vienen con ella), pero el capital "normal" debe también variar de acuerdo con la
tencia de un sistema de crédito y a las condiciones generales que prevalecen naturaleza del suelo (lo que es "normal" para suelos arcillúsos no seria indicado
dentro de los mercados capitalistas, "en periodos de escasez no bastará con que para la tierra negra ligera, suponiendo que se produzca la misma mercancia). El
la tierra inactiva dé al arrendatario la ganancia media", i:nientras que "en otros concepto de capital "normal" llega a tener tantos matices como las fertilidades a
periodos de plétora de capital éste afluye a la agricultura sin necesidad de que las que se aplica ese capital. Por tanto, el caso "normal" es la aplicación desigual
suba el precio comercial" (El capital, 111, p. 714; cf. pp. 626-627, 640-641). Pa- de capital a tierras de fertilidad desigual. Marx considera entonces lo que sucede
ra simplificar, mantendremos constantes estas condiciones externas, aunque la cuando se hace una inversión extraordinaria de capital. Considera nueve casos,
cone~~ión entre la tendencia al exceso de acumulación (capitulo VII} y la creación tabulados de acuerdo con el precio del mercado (que puede ser constante, creciente
de mejoras de capital fijo en la agricultura (capitulo vm) se deben mencionar o decreciente) y según la productividad de la segunda inversión en relación con la
como algo de gran importancia potencial. También debemos señalar la posibilidad primera (que puede aumentar, disminuir o permanecer constante). Dependien-
de alg11nas formas peculiares de circulación que surgen cuando Jos terratenientes do de la combinación particular, Marx puede demostrar situaciones en que "la
son también los financieros, cosa que sucede algunas veces. En esos casos, el di- peor tierra se deja sin cultivar, sigue siendo la reguladora, o es reemplazada por
nero de las rentas que se apropian los terratenil!ntes puede circular directamente una tierra aún más mala. La RD-1, que originalmente fue concebida como el
de regreso a la agricultura como crédito. El terrateniente recibe entonces renta e reflejo de diferenciales permanentes, ahora se vuelve variable de acuerdo con las
interés, mientras que el productor está confinado a las ganancias de la empresa, condiciones de la oferta y la demanda (reflejadas en los movimientos de precio
que, bajo condicio;.1es particularmente represivas, pueden terminar s:endo algo del mercado) y la productividad del capital que fluye hacia la agricultura. Ade-
semejantes al sueldo de un gerente. más, podemos 11er ahora que incluso las inversiones de productividad decreciente
Empero, !o más importante para nuestro propósito actual es considerar las Jevarían a un aumento en el precio del mercado sólo cuando esas inversiones se
implicaciones de los cambios en la corriente "normal" del capital. Esto, argumen- hacen en la peor tierra (pp. 630-631). Puesto que el aumento de las inversiones
ta Marx, puede modificarse gradualmente como resultado de inversiones sucf-si- nom1almente iría a las tierras mejores, es totalmente posible que la mayor concen-
vas: "tan pronto como el nuevo tipo de explotación se generaliza hasta convertirse tración de la producción en las tierras mejores llevará, inc!uso bajo <.:ondiciones en
en el dpo nonnal, el precio de producción desciende" (El capital, 111, p. 654). Por que las inve~siones provocan la disminución de las utilidades, a una caída en los
tanto, la base para la RD-2 p1obablemente quedará socavada con el paso del tiem- precios del mercado y una disminución de la RD-I, porque la producción en las
po. Puesto que la RD-2 es el producto de los cambios de las corrientes de capi~al peores tierras cesa por completo (el regulador de los precios del mercado cambia
hacia la tierra, también se le debe considerar, por lo menos en el primer caso, a tierras mejores).
come un efecto transitorio y no como un efecto permanente. Entonces, ¿cómc es Todo esto iicne dos implicaciom:s inmediatas. Primera. como dijo Fine ( 1979.
S60 TEORIA DE LA RENTA
TEORIA DE LA RENTA S61

p. 254), "no hay una presuposición de que la interacción de RD· l y RD-2 sea
cia. "en dos países donde los precios de producción sean iciéncicos, idénticas las
simplemente aditiva". Vemos más claramente cómo las dos formas de renta,
diferencias entre las dislintas clases de tierra y donde se invirtiese la misma masa de
de hecho, "sirven simultáneamente para limitarse entre si". Empero, por la mis· capital, pero de tal modo que en uno de ellos se invirtiese más bien en fonna de
ma razón llega a ser imposible para el terrateniente o el capitalista separar las in 11ersiones c::oordinadas en una superficie mayor, tendrfamos que la renta por
dos formas de renta, distinguir lo que se le debe a la corriente de capital y lo que acre y, por consiguiente, el precio de la tierra serían mayores en el primero y me-
se le debe a los efectos "permanentes" de las diferencias naturales en fenilidad. n~res en el segundo, aunque la masa de la renta sería la misma en ambos (El ca-
La verdadera base para la apropiación de la renta se vuelve borrosa. Al final, el pital, 111, p. 642). La propiedad puede tener efectos positivos, negativos o
terrateniente se apropia la renta diferencial sin conocer su origen, pero la forma neutrales sobre los precios del mercado, la acumulación de capital, el grado de
exacta en que lo hace tiene implicaciones para los precios del mercado y para la dispersión de la producción, etc. Una conclusión secundaria es que la renta dife-
acumulación del capital. Además, es aqut donde queda clara la segunda impli· rencial puede surgir, bajo ciertas condiciones, incluso en la peor tierra (El capt'-
cación del argumento de Marx, que es la más interesante. 1
tal, 111, cap. XLIV). s Marx había llegado a esas conclusiones generales desde
Consideremos el caso de la productividad decreciente del capital adicional mucho antes, sin ninguna prueba que las respaldara. "La renta", escribió,
aplicado a Ja peor tierra. "El que el precio de producción se compensase a base del "quizá no determine el precio del producto directamente, pero determina el mé-
precio medio o que el precio individual de producción de la segunda inversi~n de todo de producción, s: una gran cantidad de capital se concentra en un lote pe-
capital pasase a ser el precio regulador" depende totalmente de si ..el terratemente queño de tierra, o una cantidad mb pequeña de capital se difunde sobre· un
tenga tiempo a fijar como renta la ganancia excedente... en tanto que se cubre la terreno más grande, o si produce este o aquél tipo de producto.. (Teorías.
dem&1.nda" al precio dictado por la segunda inversión (El capital, 111, p. 691 ). La in- sobre la plusvalfa, 111, p. 515). La apropiación de la renta se puede ver en diver-
tervención de los propietarios de tierras afecta aqut el valor del mercado, y su sas formas: como socialmente necesaria, como algo totalmente nocivo, o como
postura respecto a la acumulación ya no es tan neutral. . . . algo indiferente en relación con la acumulación de capital. Esta conclusión nos
Consideremos, para establecer un contraste, el caso de un capnal a<l1c1onal ayuda a entender el•papel contradictorio de la propiedad territorial y la apropia·
de productividad decreciente o inclu:;o negativa que se traslada a li<!rras supe· ción de la renta bajo el capitalismo.
riores cuando el valor del mercado sigue siendo constante en un nivel fijado por l.
las condiciones de producción en la tierra de peor calidad. No habiendo apro·
piación de la renta, "Esto quiere decir que podrá seguirse invirtiendo durante
mucho tiempo capital adicional infraproductivo e incluso con credente 4. EL PAPEL CONTRADICTORIO DE LA RENTA DE LA TIERRA Y DE LA PROPIEDAD
infraproductividad, hasta llegar el momento en que el precio individual de pro- TERRITORIAL RAJO EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA
ducción de quarter producido en las tierras mejores, sea igual al precio general
de producción", eliminando asf la ganancia extraordinaria y la renta diferencial El mon~polio de la propiedad territorial, además de ser una "premisa histórica",
sobre la tierra superior. Sin embargo, "bajo la ley de la propiedad territorial. .. es. también una "base constante" para el modo de producción capitalista (El ca-
Habría opuesto un límite en el caso en que el capital adicional sólo produce a pital, 111, p. 575). La implicación es que la apropiación de la renta y la existen-
base del precio general de producción. Pasado este límite tendrían que cesar las in- cia de propiedades ;?rivadas de tierras son condiciones socialmente necesarias
versiones adicionales de ce pita] en la misma clase de tierra ... Y esto encorpecerá la para la perpetuación del capitalismo. Es necesario establecer firmemente la base
compensación del precio medio de producción en caso de infraeroductividad". de esa necesidad social. Entonces podemos explicar por qu~ la ft.:erza revolu-
(El ,:apital, 111, pp. 682-685). Entonces, en este caso parece que la intervención cionaria del capitalismo, que con tanta frecuencia destruye las demás t.arreras
de la propiedad territorial y la apropiación de la renta tienen un efecto benéfico sociaJes que están en su camino, ha dejado intacta la propiedad de tierras (aun-
para la acumulación. Impiden la corriente de capital por canales que de lo que en un estado transformado) y ha permitido la apropiación de la renta (una
contrario no producirian plusvalia (aunque tampoco ganancia). parte de la plusvalia que en otra forma se sum uia al capital) por "una clase que
Finalmente estableceremos un contraste entre el efecto de las relaciones de no trabaja personalmente ni expJota directamente a obreros, ni puede tampoco ...
propiedad en "paises con civilizaciones más maduras", donde existe un "precio alegar razones moralmente edificantes" para que continúe su exist.!ncia (p. 768).
de reserva" de algún tipo sobre las tierras sin cultivar y los paises en que el capital En pocas palabras, ¿cuál es la base social real para la reproducción de la pro-
puede fluir con el único obstáculo de lo~: cosi:os de desmonte de las tien-as nuevas. piedad de tierras bajo el capitalismo?
Es ebvio que ~sto último llevará a formai; extensas de inversión y lo primero a La respuesta de Marx es suficientemente clara;
formas intensivas (El capital, 111, pp. 625-624). Sin embargo, "la concentración
de capital en una superficie de tierra menor hace que aumente la cuantía de la La propiedad territorial no tiene nada que ver con el proceso real de producción. Su
tierra por acre, alll c.Jonde, en igualdad de circunstancias, su diseminación en papel se- limila a trasladar una parte de la plusvalfa producida del boJsillo del capital al
una superficir <le: tierra mayor no produciría este mismo efecto". En consecuen- · ;, Fiiw ( l 9i9. pp. 266·268) examina c-ómo puede surgir la renta t'n Ja pt'or tierra.
362 TEORIA DE LA RENTA TF.ORIA DE LA RENTA 563

suyo propio. Sin embargo, el capilalisLa desempeña un pap~l en ~l ~roi:eso c:ipicalisLa frente a la clase obrera como una condición de producción que no le pertenece a
de producción, no sólo por la presión que ejerce sobre el ~apaal, m solo por9ue la ~an ella, finalidad que se logra plenamente cuando la tierra se convierte en propie-
propiedad de Ja Lierra constiLuye una premisa y una co~~1c16n <le la pr~du~c16n cap~La· dad del Estado ... en common properly de la clase burguesa, del capital" (Teo-
lista, al serlo de la expropiación <le) obrero de las cond1c1ones del ~r~baJo, smo espe~1al· rías sobre fo. plusvalía, 11, p. 33). Esta propiedad de la tierra por el Estado no
mente porque aparece como personificación de una de las cond1c1ones más esenciales debe confundirse con "la propiedad de la gente" que abolirla realmente toda la
de la producción. (El capilal. 111, p. 760.) base di'! la producción capitalista (p. 104). Empero, existe una seria barrera para
que el Estado sea propietario de la tierra y para la abolición de la rema. Aparte
Consideremos ahora estos Lres papeles más cuidadosamente. del hecho práctico de que muchos miembros de la burguesía (incluyendo a los
capitalistas) son terratenientes, "el ataque contra una formil de propiedad ...
resultaría peligroso para la otra forma" (pp. 33-34). Además, la otra forma es
a) La separación e11t re el trabajador y la tierra como medi'o la propiedad de los medios de produ~ci6n de Jos cuales deriva el capital su pro·
de fJroducción pio rango y legitimidad legal. Por tanto, la preservación e induso el acrecenta·
miento de la propiedad privada de tierras· realiza una función ideológica y legiti·
"Si Ja tie;,.a se hallase ... a libre disposición de cualquiera, fallarla un funrJa~~ntal mizadora para todas las formas de propiedad privada; de ahí la importancia, como
elemento para laformaciún del capital. .. Desapare~ería, c~n ~llo la producuv1dad argumeman algunos, de conferir el derecho a ser dueños de sus propias casas a
del trabajo en sentido ricardiano, es decir, en senudo capnahsta! que es la pro· los miembros de la clase trabajadora (se les confiere la posesión de uu medio de
ducción' de trabajo ajeno no retribuido" (Teorías sobre la fl.ustxzlt~,. 11. p. 33). En consumo). Desde este punto de vista, podemos considerar a la renta como un pa-
vista del carácter fundamental de la tierra como una cond1c1ón ong;inal de \a pro· go colateral que se permite a los terratenientes a fin de preservar la santidad e in-
ducción, Jos ~ue la trabajan deben ser atraídos en alguna ~orma u obligados a entrar •1iolabilidaJ de la propiedad privada en general. Este aspecto ideológico y
al intercambio de mercancías. El hecho de que los t~rratementes obtengan la renta de jurídico de la propiedad territorial tiene implicaciones importantes, pero en sf
Jos campesinos, uescmpl•ña un papel viwl para obhgarl~s a desprcn?ersc por lo me· misma no es suficiente para explicar la forma capitalista de la renta o las contra-
nos de una porción de su producto en vez de consumulo ell?s m1sm~s. Empero, dicciones a que da lugar la forma capitalista de la propiedad territorial.
para que se logre el pleno dominio del capital sobre los t~abaJa~or~, s1 debe crear
primero una fuerza de trabajo asalariada, un proleta~ado szn. tierras. La acu·
mutación originaria que sale de la tierra produce t~aba~o asalan~d?. Una forma c) La /Jropiedad territorial y el flujo de capital
definida de propiedad de tierras llena ~se~ _papel h1st6n.co ~ ;ontmua ~le~ándolo
en Ja medida en que Jo requiere la amphac1on y profu~d1za~1on del cap1tahsm~ en La propiedad territorial y la apropiación de la renta modifican considerable-
el escenario mundial. Cuando el capital encuentra s1tuac1ones e? que no existe mente a la corriente de capital hacia la tierra y a través de ella como una condición y
la propiedad privada territorial, entonces de?e Lomar. medidas acuvas para c~ear· un medio de producción. Aunque se ha dicho mucho sobre la "barrera" que el
la a fin de asegurar la producción de trabajo asalariado. A~Jemás, la nec~~1clad capital terrateniente opone a la corriente de capital, y de los efeccvs negativos de
de negar a los trabajadores el acceso a la tierra ~om.o medio de prod1;1c~10~ en las apropiaciones de la renta sobre la acumulación, resulta ser que la propiedad
ninguna forma disminuye con el adelanto del cap1tahsmo. De ~echo, s1gt.:.e s1~~­ territorial también desempeña un papel para obligar a colocar correctamente el
do una necesidad permanente si se ha de asegurar la reproducción de la relac1on capital en la tierra. La dificultad está en asegurar el incremento de este papel
de clase entre el capital y los trabajadores. . . positivo y en restringir al mismo tiempo el negativo.
La barrera que coloca la propiedad ~erritorial. en~re el trabaJO y la uern es ~o· Eu el caso del monopolio y de h renta absoluta. la propiedad territorial pone
cialmente neresaria para la permanencia del cap1tahsmo, pero al crear la prop1~­ barreras que son difkiles de justificar en relación con los requerimientos b&sicos del
dad Lerrilorial como una barrera al trabajo, el capit?l tambi~n se crea barr~ra~ ,el capitalismo. Por tanto, la apropiación de estas formas de renta se debe considerar
mismo. Al hacer posible la reproducción del trabajo asalariado, la.aprop1ac1on como una iníluencia totalmente negativa sobre la colocación correcta de capital
de la renta tamlJién se vuelve posible. Aquí está un aspecto de la pos1C1ón contra· a Ja tierra, y en consec'.lenica, a la formación de precios de mercado válidos y al
dictoria de la propiedad de tierras bajo el capitalismo. sostenimiento de la acumulación. Por esta razón, es evidente que al capital en
general le interesa mantener las rentas absolutas y de monopolio dentro de
limites estriclos, para asegurar que sigan siendo pequeñas (como Marx insistió
h) La /Jropiedad territorial y el principio de la f1ropiedad fJrivada
que debían ser) y que ocurran esporádicamente.
El problema más interesante surge en el caso de la compleja interacción entre
las dos formas de renta diferencial que, como viinos en la sección 3, puede tener
Los capitalistas pueden organi1.ar la separación entre el trabajo~ la tierra, sim-
cfeccos posiLivos. ncgalivos o neutrales sobre la formación de los precios del merca·
plemente asegurándose de que "la tierra 1w sea common /JTo/nwty, que se en·
564 TEORIA DE LA RENTA
TEORIA DE LA RENTA 565
do, la concentración y dispersión del capital, y la acumulación. Desgraciadamente,
gran parte de la polémica dirigida contra la renta de monopolio y la renta absoluta y totalm~nte n~e~o _de dific~ltad ~ los procesos de reproducción del capitalismo.
contra el papel parasitario y ~uperfluo del terrateniente en esas situ2.ciones, se ha Lo ~uc al pr~nc 1 p 1 ?_parec1a ~n instrumento pulcro para racionalizar la coordi-
nación. ?e la. mve_rs1on. en 1~ Uerra, se convierte en una fuente de contradicción,
trasladado al análisis de la renta diferencial. Por tanto, se han subrayado los 6
conf~sion. e irra~ionahdad. Nuestra interpretación de la activa lucha entre los
aspectos negativos de las intervenciones de la propiedad territorial, y se ha pres-
tado poca atención al papel positivo de coordinar la corriente de capital a la propietanos de tierras Ylos capitalistas se deben basar en estos antecedentes. De-
tierra y a través de ella en formas que apoyan ampliamente la acumulación ulte· be haber un proceso social de algún tipo que fije, clara y abiertamente, lo que se
rior. Consideremos ahora a la propiedad territorial en su aspecto positivo. ha vuelt~ oscuro desde el punto de vista de las relaciones sociales reales de· la
producc1on.
Uno de los "grandes logros del modo de producción capitalista", escribió
Marx, fue el de "racionalizar la agricultura" a fin de que pudiera operar en una
"escala social" con la "aplicación científica consciente de la agronomía", capaz
de generar el producto agrícola excedente tan vital para la acumulación dt:l ca· 5. LAS RELACIONES DE DISTRIBUCIÓN Y LA LUCHA DE CLASES
pital a través de la producción industrial. El logro de un equilibrio correcto en la ENTRE EL TERRATENIENTE Y EL CAPITALISTA
división del trabajo entre la industria y la agricultura, y de una colocación co-
rrena del trabajo social total en la sociedad a diferentes líneas de producción den· El valo~ tota! anual en ~a sociedad capitalista se distribuye en forma de salarios .
tro de la agricultura, depende básicamente de la capacidad del caFital para fluir ren~a.' mteres, ganancia de la empresa e impuestos. ¿Cuál es la proporció~
libremente hacia la tierra y a través de ella (EL capüal, III, pp. 575-576, 592). La eqml~braq~ de la renta en este valor anual total, y cómo se determina? La respues-
forma que asume la propiedad territorial bajo el capitalismo, en concraste con to· ta m.as ?bv1~. es apelar al poder relativo de las diferentes clases y ver las relaciones
dos los modos de control precedentes o alternativos sobre la tierra, parece ser un de chst~buc1on co?Io ~n resulcado de la lucha de clases. Desde el punto de vista de
conjunto de arreglos totalmente adaptados a los requerimientos del capital. El la propiedad t~~~1~onal, esa lucha es multidimensional porque el terrateniente
hecho de que esos arreglos ?rovoqu~n la apropiación de la renta de la tierra no ~ueda en oposm~n contra todos los que usan la tierra: capitalistas (que usan la
tiene ninguna diferencia. La tierra es liberada y transformada en un campo tierra. como medio ?e producción o simplemente como espacio), campesinos,
abie-rto para la operación del capital. Marx lo expresó muy suscintamente en La trabaj~dores, financ1~~os, el Est~do y va~ias facciones de la burguesfa. Se puede
misen"a de la filosofía (p. 159): "La renta, en vez de atar al hombre a la Natura- apropiar Ja re.nta hac1endola sahr de los mgresos (dando lugar asf a muchas for-
leza, meramente liga la explotación de la tierra a la competencia" y. podrfamos mas secun~anas de explotación) asf como de la plusvalfa producida directamen-
añadir, a la acumulación del capital. te por medio de la producción. Se supone que al terrateniente no le importa· de
Hay un sentido en que la apropiación de la renta diferencial incrementa la !ª
dónde .prov~nga_ re~t~, en tanto que la siga percibiendo.
competencia en vez de limitarla. Al gravar y quitar las ganancias extraordinarias La 1~vesugac10? teonca de Marx de la renta de la tierra trata sól.o sobre las
que son relativamente permanentes, el terrateniente hace que se igualen las tasé'.s de proporciones relauvas d~ t~rrateni~nte y capitalista en la plusvalía producida en
ganancia entre los productores de la competencia. Esos productores deben com· I~ U~rra: Empero, nos mvua a mirar la lucha evidente sobre las proporciones
petir sobre la base de métodos nuevos (que, como los de la industria, se pueden d1stnbuuvas ~orno una expresión de fuerzas más profundas que circunscriben los
generalizar rápidamente) más bien que sobre la base de ventajas "injustas" que poderes relativos de las clases implicadas.
se deben a ~os "dones gratuitos de la naturaleza" o a los resultados heredados de Tom~mos c_omo ~jemplo la relación entre los terratenientes y los agricultores
los esfuerzos humanos que se remontan a muchos siglos atrás. Cuando las venta· productivos. S1 cons~deramos a estos últimos como trabajadores independientes
jas injustas son eliminadas, la competencia obliga a los productores a desarrollar en control. de su. propio proceso de producción, entonces Jos terratenientes existen en
aún más las fuerzas productivas y a racionalizar aún más la produr.ción. Como una relación directa de explotación con ellos, y tienen toda clase de incentivos
veremos en la sección 6, este principio llega hasta la racionalización de la organi- para sacarles I~ mayor cantidad posible de renta a fin de obligarlos a trabajar
zación espacial del capitalismo a través de la competencia. má~ Y a ~roduc1r más mercancf as. La lucha entre el terrateniente y el agricultor
E.l problema es que no hay forma de asegurarse de que los que se aprop~an la st hbr~ d~1·ectamente y la fuerza es la que decide el resultado. 17 Le'.' que le interesa
renta tomen lo que les corresponde y sólo lo que les corresponde. Ahora podemos al capitalista, en tanto que se logre una provisión adecuada de alimentos y materlas
ver cuan brillante fue el análisis de Marx. Las complejas interacciones de la RD· l
(que evidentemente se le·debe al terrateniente) y de la RD-2 (que se le debe, por 16 Es r
.to exp Jea.un .tema que ~orlo demás es algo confuso en El capital (III, pp. 576-580), en ue
lo menos parcialmente, al capital) hacen imposible distinguir qué es lo que óebe la propiedad territorial se ve simultáneamente como la gran racionalizadnra de la producdón
obtener cada uno de ellos; las relaciones reales se vuelven borrosas. La existencia agrfcola y como la fuente de toda clase d ! efectm nocivm
11 L · ·
de la renta de la tierra no sólo liga el uso de la tierra a la competencia y a todas os .terrntementes trata.n d~ sacar el equivaleme de la plusvltlfa absoluta en forma de mercan·
las contradicciones que de ella provienen, sino que también introduce un tipo das m~ bien que como trabajo directamente. La analogía entre la lucha dt. los terratenientes con Jos
campesinos y la lucha por la jornada de trabajo es útil.
TEORiA DE LA RENTA TEORÍA DI:: LA RENTA 36i
366

primas baratos, es aliarse con los terratenientes y fomentar niveles cad<A vez más del terrateniente junto con la tierra, y así incrementa su renta". Aquí está "uno de
altos de explotación de la tierra. los secretos ... del enriquecimiento progresivo de los terratenientes, ciel incre-
La situación es muy diferC'nte cuando los terratenientes cobra n rentas a los ca· mento constante de sus rentas y del creciente valor en dinerP de sus tierras". Sin
pita listas que usan la tierra como medio de producción. Los primeros podrían. si embargo, aquí está también "uno de los grandes obstáculos con que tropieza una
son suficientemente poderosos, apropiarse de gran parte de la ganancia de los agricultura racional", así como todas las der:1ás formas de inversión en el am·
capitalistas, pero aquí encontramos circunstancias limitantes que modifican mate· biente construido, porque e' arrendatario "rehuye todas las mejoras e inversiones
rialmente las relaciones de clase. Los terratenientes no pueden obligar a los capitalis· de las que no f'spera poJer ref:"mbolsan..e íntegramente durante la vigencia de su
tas a invertir ~n la misma fonna en que pueden obligar a los campesinos a trabajar. contrato" (El capital, 111, pp. 577-580).
Además, cuanto más alta sea la renta que se obtf'nga, más disminuirá la corrien· La lucha por la duración y los términos del arrendamiento y la justa campen·
te de capital a la tierra. por lo que el incremento de la renta evidentemente es sación por la inversión <le capital en mejoras permanentes se convierte, como es
una táctica autoderrotista de parte del terrateniente. De hecho, si observamos de esperarse. en el problema contractual básico en la relación entre el capital y
más de cerca este procesL, vemos que los terratenientes tienen fuent"; incemivos el terrateniente. Además, como sucede con e] contrato sobre la jorndda de tra·
para abrir la tierra a la corriente de capital ya que, después de todo, el valor de bajo (tan básico para la relación entre el tapital y los trabajadores), en último
uso de Ja tierra es lo que permite la apropiación de la renta a su dueño, y lo que término lo reglamcnw el Estado, ya sea por legislación o por precedente legal.
importa es la renta por hectárea . El valor de uso de la tierra para el capitalista es El resultado de esta lucha tiene importantes implicaciones para la acumulación.
el de un medio para la producción de plusvalía: lo que importa es la renta en re- Si el capital adquiere un derech'J perpetu0 a las mejoras permanentes que crea él
lación al capital adelantado y a la plusvalía producida. La diferencia entre las mismo, entonces las gananci as extraordinarias se vucl\'en una caracteristica per-
dos perspectivas permite que exista un "teHeno de concesiones" emre ellas. Por manente en vez de transitoria dentro de Ja competencia por la plusvalía relativa.
ejemplo, la tasa de renta sobre la tierra puede continuar aum('.ntando al mismo Esto embota las fuerzas que ligan la explotación de la tierra a la competencia.
tiempo que la 1asa ele renta sobre el capital adelamado permanece constante o La asignación d'e trabajo social a estas o aquellas activiciades quedará distor-
incluso disminuye (El capital. IlI, p. 633). Bajo ciertas condiciones, el terratenien- sionada, en .:omparación con la acumulación equilibrada. El resultado será casi
te tiene un fuerte incentivo para permanecer pasivo y reducir las barreras que lC' cienamence un exceso de concentración de actividades en el espacio y surgirán
111 varios d.esequilibrios graves dentro del proceso de acumulación capitalista.
pone la propiedad territorial a la corriente de capital.
La relación entre el capiral y la propiedad territorial no se reduce ;1sí a una La t<'oría de la renta de la tierra es un ejemplo de que esas consecnencias se
armonía perpetua. No es fácil distinguir, por ejemplo, entre los campesinos que pueden <·vitar únicamente si los propietarios de tierras se apropian sin considera·
producen y los productores capitalistas independientes, y los terratenientes no cioncs de las ganancias cxlraonlinarias que se obtengan de cualquier clase de
son necesariamente lo bastante sofisticados para ver la conveniencia de modifi - ventaja permaneme, sea o no creada por los seres humanos. Empero, si el te-
car sn estrategia (de subir al máximo la renta que obtienen de los carnpesir,o'i a rrateniente sr apropia de ellas con demasiada rapidez o salvajismo, entonces el
ajusrar st.J.s miras cuando se trata del capital). Asimismo, el desarrollo del trabajo estímulo para hac<'r inversiones también se emboca. ¿Es acaso posible identificar
social "estimula la demanda de tierras", y los propietarios de tierras adquieren un punto de equilibrio entre estos dos requerimientos contrarios? El ounto más
así "Ja capacidad ... para aprovecharse de una parte cada vez mayor" de la obvio yue hay quC' vt•r es el momento en que la inversión ya ha sido plenamente
plusvalía producida (El capital, Ill, pp. 593-595). Si tiene la suerte <le contar amortizada. Empero, ese punto es difícil, si no imposible, de identificar porque
con esa capacidad, ¿qué terrateniente se resistiría a usarla? El terrateniente está la vida física de estas in.rersiones es sumamente larga, mientras que la vida eco-
prrpt•tuamente atrapado entre la evidente tontería de tomar dema~;iado poi.:o y nómica sufre wdas las ambigüedades que encuentra la circulación del capital fi.
los castigos que le esperan por tomar demasiado. jo en general (uéase el cap. VIII). Como la vida del capital se uniforma de acuer·
La mism.1 tensión se cierne sobre las condiciones de contacto que st rela· <lo con la tasa de interés, y como la renta se asimila al interés en forma de
cionan con las mejoras permanentes. Aunque sea el capitalista quien haga las capital ficticio, así el conflicto se regula por lo menos por una clase de proceso
mejoras, éstas "entran ... en propiedad del terrateniente" tan pronto como "ex- social (aunque la casa de interés, como vimos en los capítulos IX y X, no es exac-
pira d plazo contractual del arrendamiento". Por ejemplo, el interés sobre los tamente un regulador coherente o libre de contradicciones).
edificios "está en manos del capilalisla industrial, el especulador de bienes Las evidentes tensiones que intervienen en todo esto tienen varias soluciones
raíces , o el arrendat:irio mientras durr el contrato", pero luego "pasa a ma.10s posibles. Quizá la más interesante, desde el punto de vista de la historia social
del capitalismo, es la granja familiar ocupada por el dueño. Bajo este sistema,
los productores pueden ser capitaliscas y terratenientes a la vez, y así el conflicto
IH 1.a impfü:aci<>n de que los lerra1cnie11l('S deben sacar la rema má.dma a los campesinos y ron!ó('r- entre los dos personajes aparentemente desaparece. Marx considera esa si-
\·ar la apropiación de la renta sin dárst'la a lo..¡ terratenicnlL'S capita~istas se dL'Sprcndf' i~mNfü11amcn~f'.
tuación como algo excepcional y fortuiLo (El capital, 111, pp. 697-698), y es
Pos1el. Vinay ( l 9i l) proporciona muchas pmebas que apnyan 1'.'Sla idea. pero Rey malimNprei a d s1g·
nificado d<" lo!! U('scubrimienlO'> y considera qur no concuerdan con la teoría de la rcn•a d<" Marx. difícil rebatir su razonamienco. Los dueños que ocupan la tierra están sujetos al
368 TEORÍA DE LA RENTA TEORJA DE LA RENTA 569

precio de compra de ésta, e incluso cuando la tierra ha ido pasando de mano en ~roductores .ª entrar al intercambio de rnercandas) al mismo tiempo que centra-
mano libremente a través de muchas generaciones, el ingreso al que se renuncia h~a~ el capital, aunq~e en manos de los terratenientes, :i través de la apro-
p1ac1on de la ren~a de mnumerables productores en pequeño. E!1 la medida en
1

en virrud del capital ficticio encerrado en el "valor" de la tierra no se puede hacer a


un lado a la ligera. Además, ea muchos casos la ocupación del dueño nominal qule e~os terratenientes usan el capital que centralizan en formas productivas,
oculta una relacióu hipotecaria (equivalente a la renta) y una relación de crédito mas bien que en sacarle el jugo a la tierra consumiendo en forma conspicua, de-
(equivalente al interés sobre el capital prestado para la producción actual), de- sempeñan un papel vital y central en la historia de la acumulación.
jando al dueño y ocupante con la ganancia de la empresa únicamente. Como la . De hecho, uno de los triunfos del capitalismo ha sido obligar a los dueños de
propiedad territorial garantiza la circulación del capital a interés, las formas tierras a desempeñar ese papel positivo como una condición para su supervivencia.
modernas de ocupación de los dueños en la agricultura simplemente logran todo Empero, aquí aparece una línea mucho más general de lucha de clases, porque
lo que se podrfa esperar bajo las relaciones sociales del capitalismo. De he=ho, los dueños de tierras no estaban necesariamente dispuestos a tratar la tierra bajo
aquí pueden surgir algunas formas curiosas de circulación que merecen una in- su mando como un puro bien financiero, ni estaban dispuestos necesariamente a
vestigación más detallada. Si los productores cultivan bajo contrato, realizan usar el pode~ del d~nero que ha~ían centralizac'o simplemente como dinero que
gran parle del trabajo ellos mismos y están sumamente endeudados con las insti· se pone en circulación como capital. A fin de cuentas, el poder social del dinero
tucioncs financieras por el pago de la hipoteca y el crédito sobre las operaciones estaba destinado a dominar sobre el poder social de la tierra. El uso de la tierra
actuales, por lo que el dueño nominal y ocupante quizá debería considerarse CCJ· para adquirir dinero habfa sido durante largo tiempo la meta de los sectores mb
mo un gerente o incluso un trabajador que recibe una especie de participación dinámicos de terratenientes, y a la larga esto significó simplemente Ja fusión de
"a de;tajo" de la plusvalía wtal producida. Es importante, como siempre, pe· los terratenientes con los arrendadores de todos tipos. 19 Los terratenientes per-
netrar detrás de la aparierc2a superficial y establecer las relaciones sodales rea· dieron su papel autónomo e independiente y se transformaron necesariamente
les de producción que prevalecen. en ~na fac~ión del propio capital. Las luchas históricas entre los terratenientes y
La lucha entre el capitalist~ y el terrateniente ocurre muy obviamente en tres los mdusmales en la lnglaterra del siglo XIX, y las luchas semejantes que conti-
terrenos: 1) las condiciones de contrato que regulan el uso de la tierra; 2) la núa habiendo en muchas otras partes del mundo, deben verse contra el telón de
magnitud de la renta y. :;) la duración del arrendamiento y la compensación fondo de esa transformación necesaria que asimila a ambos dentro de la estructura
por las mejoras, aunque hay otras consideraciones más generales que afectan los de la circulación del capital a intl!rés. En el proceso, la proporción de la renta en
arreglos distribucionales. Los ingresos del terrateniente (las rentas) forman parte la plusvalía total producida es cada vez menos el producto del conflicto abierto
de lm ingresos generales de la burguesía. Estos ingresos se pueden atesorar o se de clases entre dos clases sociales casi independientes, y cada vez más pasa al in-
pueclt~n poner de nuevo en circulación. En el primer caso, la circulación de ~api· terior de la lógica que fija la circulación del capital a interés entre las diversas
Lal er general corre riesgo de quedar gravemente alterada. En el segundo, los formas de capital fi~ticio que surgen dentro del moco de producción capitalista.
ingre~;os pueden continuar circulando por medio de la compra de servicios, de Esto r.os lleva ?1ás directamente a la forma y el motivo por Jos que el capital a in-
artículos de lujo y cosas por el estilo, o convertirse en capital-dinero, que fluye a terés llega a circular a través de la propia tierra. ·
la producción y al consumo por la vía del sistema de crédito. La forma en que se
usan los ingresos tiene importantes implicaciones.
Los ingresos que fluyen de regreso en la compra de artkulos de lujo pueden 6. EL MERCADO DE TIERRAS Y EL CAPITAL FICTICIO
desempeñar un papel importante para estimular la demanda efectiva, aunque
no, como ya hemos visto (cap. 111), para resolver el problema de la "realiza· Marx no emprendió ningún análisis detallado de los mercados de tierras. Le dio
ción" del capital. Los terratenientes en este caso también operan como una de prioridad a construir la teor[a de la renta de la tierra porque consideraba que
las "clases consumidoras" de la sociedad, y sus actividades están integradas allr se encon~ra~a el re.to teórico. real. Sin embargo, en la misma forma en que el
dentro de la dinámica global de la circulación de capital. Empero, en vista de su hecho de atnbu1r el ongen del dmero a las diferentes formas de valor cr;stalizado
colocación demro de este sistema, no es difícil ver que sus actividades alLeran las en las mercancias no dice todo lo que hay que decir sobre el papel .del dinero y
proporciones necesarias entre la agricultura y la indu:,tria, entre la ciudad y el del crédito, así, el hecho de ligar el origen del precio de Ja tierra a una renta ca-
campo y entre la producción de mercandas-salario básicas (comida en particular) y pitalizada de la tierra no agota todas las cosas importantes que se pueden decir
aniculos de lujo. sobre los mercados de tierras bajo el capitalismo. Los mercados de tierras exhi-
Es más imeresante considerar el uso de los ingresos del terrateniente como ben características peculiares y realizan funciones imponantes, y merecen un
capitai-dinero. Este uso sugiere un fuerte lazo potencial entre los propietarios de análisis por su propio derecho. ·
tierras ·y la banca, un lazo que .se puede observar fácilmente y que tiene gran im·
porlan~ia en la historia capitalista. También indica una gran capacidad poten- l9 Spring (1963) y Thompson (1963) documentan la absorción gradual de la aristocracia británi-
cial para movilizar los productos excedentes fuera de la tierra (obligando a los ca de terralenientes a las filas de la burguesfa como capitalistas, financieros, etc.
::;i¡o TEORIA DE LA RENT:\ TEORÍA DE LA RENTA 571

La teoría de la rema de la tierra resuelve el problema de cómo la tierra, gue portantes de coordinación y asi legitima y justifica la apropiación de la renta
no e~ un producto del trabajo hunano, puede tener un precio e intercambiarse dentro de la lógica global del modo de producción capitalista.
como una mercancía. la renta de la tierra, capitalizada corno el interés sobre d- La circulación del capital a interés a través de los mercados de tierras coordina
gún capital imaginario, constituye el "valor" de la tierra. Lo que se .compra y se el uso ele la tierra con la producción de plusvalia en la misma forma en que ayu·
vende no es la tierra, sino el derecho a la renta que produce. El dinero que se da a coordinar las asignaciones de fuerza de trabajo y a igualar la tasa de ganan~
desembolsa equivale a una inversión que produce intereses. El compn.dor ad - cia a través de diferentes líneas de producción en general. Las peculiaridades de
quiere un derecho sobre ingresos futuros previstos, un .derecho sob~e los frutos la tierra añaden algunas fallas nuevas a este proceso. En la práctica se necesita
futuros del trabajo. En pocas palabras, el derecho a la tierra se convierte en un:1 poco para obligar a los capitalistas a rer~unciar a las ventajas relativamente per·
foima de capitalfictido (véanse las pp. 266-270 de ~ste libro). "Si el.capital es pres manen tes (de fertilidad o situación) que disfrutan en detem1inado lote de tierra
rndo a otro como dinero. tierra, e-asa. <'te., se convierte como en pita! en mercan- para promover un uso diferente pero que da rentas más altas, par~icularmente si
ci.J, 1J la mercancía pucsla en circulación es el capital como capital" (Gru11drisse, los beneficios que se obtendrán de invertir en ese cambio se perciben inmediata-
l l , p. 131 ). Esto e; lo que ya hemos est~blecido: º
2
. mente en forma de remas más altas. La situación cambia materialmente si el ca·
Las fuerzas básicas que regulan el precio de la uerra y sus accesonos son I~ t ~sa de pital a interés circula a través de los mercados de tierra buscando perpetuamente
interés y los ingresos futuros previstos por concepto de rentó.s. Los movi~tentos renta~ futuras más altas y fija de acuerdo con esto los precios de la tierra. En este
en la tasa de interés imponen fuertes ritmos temporales y tra~n fluc-:uacDnes. :n caso, la circulación del capital a interés promueve en la tierra actividade~ que se
los precios de ta tierra dentro de una estructura global defim.da p~r la rel~cion ajustan a usos más altos y m(_jores, no simplemente en el presente, sino también
entre la acumulación de capilal y la oferta y demanda de capual-dmero (veanse en pn·visión de la producción de plusvalfo futura. Los dueños de tierras que las
Jos c 2 pitulos IX y X). Las tendencias a largo plazo hacia una tasa decreciente de- tratan como un bien financiero puro realizan exactamente una tarea de este ti·
intcrés 0 plétoras temporales de capital-dinero generalmente dan por resuhado po. Coaccionan al capital (elevando las rentas, por ejemplo) o cooperan con él
el incremento de los valores de la tierra (permaneciendo constantes las rentas). para asegurar la creación de rentas más altas de la tierra. En el caso de una
Los cambios previstos en las rentas fu turas, ligados ? las corr~entes futuras de alianza activista entre el terrateniente y el capitalista, el primero adopta el papel
capital y al trabajo futuro, afectan igualmente los precios de la uer~a. y de la pr•:- del fraccionador que trata de captar rentas más altas, mientras que el capitalista
piedad. Por esta razón incluso la tierra que no se ~sa ~uede adqumr un precio capta Ja ganancia. 21 Las situaciones de este tipo que menciona Marx pueden sur·
(El ca.pital, 111. pp. 621-622). El cl~mc:>mo esp~culauvo siempre está presente en el gir entonces con demasiada facilidad: las rentas incrementadai:: pesan mucho
comercio de tierras. La imp~rt<..nc1a de esto tiene ahora que cs.t~blec~rsc, aunque más qu<· la ganancia que se puede obtener de la inversión directa.
Marx en general excluye Ja e<;pcculación de su esfera de ac~1on. Sm t·mbargo. AJ (•c;forzarse perpetuamente por dar a la tierra su "uso más alto y mejor'', los
nos da un ejemplo interesante. En el caso de la constru~c16n de cas~s en las dueños de tierras crean un mecanismo de selección que escoge los usos de la
ciudades que crecen rápidamente, dice Marx, la gan~nc1a que se obue~e por tierra y obliga a que se les asigne capital y trabajo, cosa que quizá no ocurrida de
construir es sumamente pequeña, "sus principales ganancias salen de las s:1b.1das de otra manera . Mirando hacia el futuro, también inyectan al uso de la tierra una
las rentas", de tal maner.1 •iue ··ta renta <le la tierra. y no la casa , es el objetivo real fluidez y dinamismo que sería difícil de generar en otra forma. Cuanto más em-
de los especuladores de Ja construcción" (El caf1ital, lll , pp. 71~-720; l~. p. 2.'.14). puje tengan los dueños de tierras en este aspecto, más activo será el mercado de
Los que tiener. tenenos no asumen de ninguna.manera una actitud i:as1va en este cierras y más se ajustará el uso de la tierra a los requerimientos sociales; e~ este
caso. Desempeñan un papel creando l~s condicio~es 9ue permite~ apropiarse ~e caso, la acumulación de capital.
las rentas futuras. El adelanto del capnal y la aplicación del trabajo en el pres1.:n· Ahora podemos trazar un círculo completo con el papel <le los terratenientes y
te aseguran un aumenLU en las rentas futuras. , la apropiación de la renta bajo el capitalismo. La apropiación de la renta no sólo
Este caso tiene más imponancia general de lo que Marx aparemem~nte creyo. Al es socialmente necesaria, sino que los terratenientes deben necesariamente tomar un
perseguir activamente la apropiación de l~s valores, los ~ueños ~e tierras pueden papel activo en su búsqueda de rentas más altas. No hay nada incongruente en
dar nuevas configuraciones a la producción sobre la tterra. e incluso forzar la esa conducta, siempre y cuando, naturalmente, se trate a la renta simp1emente
producción d\! plusvalia en una escala y con una intensidad que. quizá no como un bien financiero. una forma de capital ficticio abierto a todos los inver·
ocunirían en ocra forma. Claro está que al hacerlo condenan al trabajo futuro a si011iM as. Cuanto más libre esté el capital a interés para vagabundear por la
grados siempre crecientes de explotación en nom~re de la propia tie:ra'. El papel Tierra en busca de títulos que adquirir sobre futuras rentas de la tierra, mejor
activista del capital ficticio que opera sobre la ucrra y _las ~ontrad1cc1?nes ~ue podrá llenar su papel coordinador.
engendra merecen un escrutinio cuidadoso, ya que realiza ciertas funcione:; 1m- Al mismo tiempo, cuanto más abierto e~té el mercado de tierras, el capital·
20 Los incentirns sociales para conservar la tierra - prestigio, importancia simb6l~ca. (r~dición.
etc. _ :ambién son rr.uy imporlanu.'S en la práctin, pero los excluimos al¡lli de ~a cons1~lcr~c16n por· :.!I l..aman:'ie ( 1976) proporciona una de las mejores exposiciones teóricas del papel del fracciona·
que no lienen rafees direclas d('mro de una tl'oría pura del modo <le proclucc1ón cnp1l 1lista. do. desde una pcrspt"ctiva marxista.
372 TEORiA DE LA RENTA TEORIA DE LA RENTA

dinero excedente podrá comLruir pirámides de títulos de deudas con más temeridad piar: pueden obligar a que_ se asigne a la tierra un tipo de inversión que no tiene
y Lratar de realizar .sus esperanzas exageradas por medio del pillaje y la dest:ruc· sentido de~~e el pumo de vista de los requerimientos globales de la acumulación.
ción de la propia tierra. La inversión en apropiación, tan necesaria para el A esta. vers1on ~e°:tro de las tierras de las fuerzas que crean el desequilibrio gene·
descmpei'io de estas funciones coordinadoras, es aqui, como en otras partes, "b ral bajo ~I cap1tahsmo (véase el ca~itulo VI~) se deben añadir también los proble·
fuente de toda clase de tácicas poco cuerdas" y la fuente <le distorsiones poten- 1.!'ªs parucularcs que ~ur~en de las mteraccto"les complejas de la RD-1 y la RD-2.
cialmente graves. La especulación en tierras puede ser necesaria para el capita- Estas aseguran que nmgun terrareniente pueda confinar los costos y beneficios
lismo, pero las orgías especulativas se convierten periódicamente en fuente <le de los planes que él o ella promueva a su propio lote de tierra_ En conjunto, las
destrucción para d propio capital. fuerzas que dan forma a la geograffa del capitalismo a través del funcionamiento
El significado de estos poderes de coordinación, junto con sus consecuencias ?e mercad~s de tie:ras es~án _en perpetuo peligro de d.isolvf"rse en una pesadil)a de
negativas, son particularmente evidentes cuan¿o se llega al problema de la organi- mcoherenc1a y orgias periódicas de especulación, que obligan al trabajo.futuro a
zación espacia), un tópico que Marx también suele excluir de su campo de acción ~ntrar den~ro de configuraciones insoscenibles (desde el punto de vista del traba-
teórico, excepto como un inceres periférico. El mercado de tierras da fo.ma a la JO, rl~I capital o de ambos). El problema está en impedir esa disolución, al mis·
asignación de capital a la cierra y así da forma a la estructura geográfica de la mo tiempo que se preserva el mercado de cierras como un instrumento coordina-
producción, intercambio y consumo, la división técnica del trabajo en el espa· dor básico.
do, los espacios socioecon6micos de 1eproducción, etc. Los precios de la derra El ca pi cal tien~ sólo dos líneas de defensa en esas situaciones: el monopolio 0 el
forman señales a las cuales pueden responder diversos agentes económicos. El concrol esta~al. Nmgu.na de las dos soluciones está libre de contradicciones internas.
mercado de tierra~ es una fuerza poderosa que sirve para racionalizar las e~:cruc­ El monopolm del proceso de desarrollo de la tierra a través de la concentración en
turas geográficas en relación con la competencia. gran escala d: propiedades territoriales permite un proceso coherente de desarrollo,
Los dueños de tierras desempeñan además un papel activo en el prcceso de en qu.e los diversos ~fectos sinergísticos de las inversiones se pueden coordinar
estructuración y reestrucmración geográfica, siempre y cuando, naturalmente, venta3osamente. Inc1dentalmente, aqui podemos caer en la tentación de conec-
traten a la tierra como un bien financiero puro. Consideremos las relaciones de tar a lo~. dueños de tierras c?n las altas finanzas, una conexión que se remonta
transportación. El estimulo para revolucionarlas surge de la necesidad de dismi- 11_1uy ~tras .Y hace que la vem6n en tierras del "capitalismo financiero" sea ante-
nuir el tiempo de circulación de las mercancías, de extender geográficamente los nor h1stóncamente a la versión del capital indus-rial que ya hemos considerado
(capítul·J x). El probl~~~ con esta clase de mcnopolio es, naturalmente, que
22
mercados y así hacer posible que resulten más baratas las materias primas,
ampliando la base de la realización al mismo tiempo que se acelera el tiempo de abre la puerta :1 1~ pos1b1lidad de que se apropie de rentas de monopolio, una
rotación dd capital. Si la renta depende Je la ubicación relativa, y la ubicación f~nna <le apropiación que en general es adversa p• ra la acumulación. Los finan·
relativa se debe transformar con los adelantos en el transporte, entonces la inver- c1er?s pueden cont~arrestar parcialmente esta tendencia actuando por su cuenta.
sión en transportes está destinada a incrementar el valor de la tierra en las zonas El ~istema de :rédu~ estructura el mercado de tierras para preservar la circu-
próximas a él. Los dueños de tierras están destinados a ganar (o a perder) de lactó~ de~ _capual a mterés como una entidad total. El resultado es un tipo de
acuerdo con esto. Tienen fuertes intereses neados respecto al lugar y al momen- coo~dmac~on doble que se logra entrelazando las diversas formas de circulación del
to de la inversiór. en transporte. Incluso pueden estar dispuestos a promoverlo c_ap1tal a mtcrés. El probl~ma con esta solución es que, aunque los mercados de
con una pérdida (preferiblemente usando el dinero de otras personas o por medio tierras pueden estar mejor coordinados, pueden quedar expuestos más directa-
del Estado) a fin de beneficiarse con rentas más altas. Los terratenientes ingleses mente~ tod?s los problemas inherentes del propio sistema de crédito.
aprendieron este truco desde haC!! mucho tiempo y ha seguido siendo una faceta ~a hnea fmal de def~nsa es el Estad?\ ~ue puede adoptar diversos poderes pa·
básica del capitalismo desde entonces. ra regular el uso d.e la u~rra, la exprop1ac16n de la tierra, la pleneación de su uso
Los dueños de tierras generalmente se ven empujados a competir por esa y, final~ente, l~ t~verstón real, para contrarrestar la incoherencia y las fiebres
pauta particular de desarrollo, ese manojo particular de inversiones y actividades, e,;peculat1vas penódicas a las que están propensos los mercados de tierras. Aunque el
que tiene más probabilidades de incrementar las rentas futuras. La forma de la Estado pued~ indudablemente poner su sello a las estructuras geográficas, no Jo
pauta geográfica del uso de la tierra de acuerdo con la competencia depende de hace necesanamente en formas que liguen efectivamente el uso de la tierra a la
la competencia entre los terratenientes por rencas más altas. Las coordinaciones c~mpete:ncia o el proceso de reestructuración geográfica a la acumulación de ca-
que se vuelven posibles por la existencia de mercados y señales de precio~ son, en pital. Un grado demasiado alto de participación estatal también hace que se
este aspecto, de vital importancia.
Sin embargo. el carácter anárquico de esa competencia puede tener fuertes
!.
2
Marx -onsi~era que la "r;loriosa Revolución" de 1688 en Gran Bretaña forjó una oligarqufa
consecuencias negativas. Los capitalistas excedentes se pueden poner a trabajar con gohernam~ a parrn de una "alianza natural" entre "la nueva aristocracia de la tierra" y "la nueva
despilfarro; los t".!rratenientes individuales, actuando según su egoísmo inme- ban~ocraoa de la aha finanza que acababa de dejar cascarón. y d~ los gTandes manufactureros" (El
diato y tratando de llevar al máximo la renta de la tierra que se pueden apro- capr.:al, 1, p. 618).
374 TEORiA DE LA RENTA TEORlA DE LA RENTA 375

ponga en tela de juicio toda la validez de los derechos de propiedad sobre los me- ta. Luego impone estas contradicciones al paisaje fisico del propio capitalismo. No
dios de produrci6n en general así como sobre la tierra. obstante es, al mismo ciempo, un mecanismo vital de coordinación en Ja lucha por
El capitalismo no puede desenvolverse sin precios para la tierra y sin mercados organizar el uso de la tierra en formas que contribuyan a la producción de
· de éstas com·J me :anismos coordinadores básicos en la asignación de sus usos. Se plusvalía y a la estructurac~ón de 1as formaciones sociales capitalistas en general.
puede esfonar meramente en restringir sus operaciones para hacerlos menos in-
coherentes y me.nos vulnerables a los desórdenes especulativos de esta c.:onclusi6n
general podemos d~ducir dos imp1icaciones:
La primera es que los precios de la tierra no pueden existir sin el poder de 1110·
nopolio de la propic-dad privada territorial y la capacidad de apropiación dt las
rentas que le confiere ese poder. Tanto la renta como la propiedad pri•1ada terri-
torial son socialmente necesarias para la permanencia del capitalismo. La necesidad
de la reproducción social de la propiedad de tierras y de la apropiación de la
renta han quedado definidas plenamente. Las preguntas con que comenzó.mos
este capitulo han quedado bien resueltas.
Este argumento requiere una advcrtench importante. Sólo sirve aquella pro-
piedad territorial que las trata como un bien financiero puro. Todas las demás
formas de propiedad territorial deben hacerse a un lado. La tierra debe convertir·
se en u.11a fonna de capital ficticio y tratarse como un campo abierto a la circula-
ción del capital a interés. Sólo bajo estas condiciones desaparece la apare1.te
contradicción entre la ley del valor y Ja existencia de Ja renta sobre la tierra. Es a
la investigación histórica a quien le corresponde averiguar hasta dónde han llt:-
gado las fonnaciones sociales capitalistas por ese camino. Es indiscutible que la
ley del valor bajo el modo de producción capitalista provoca ese proceso df'
transformación.
La st!gunda implicación es que el precio de la tierra capta simultáneamente eJ
carácter temporal de la acumulación (registrada por movimientos en la tasa de
imcrés) y el carácter específico de los valores de uso materiales distribuidos en el
espacio y, por tanto, u ne las consideraciones temporales y espaciales dentro de
una sola estructura definida por Ja ley del valor. Empero, no hace todo esto en una
forma pasiva o neutral. EJ precio de la tierra se debe realizar a través de la apro-
piación de la renta futura, que descansa sobre el crabajo futuro. Por tanto, el
pago que da el capital por el precio de la tierra condena al trabajo a actividades
muy especificas en determinadas ubicadones a través de un lapso de tiempo fi.
jado por la tasa de interés, para que no se devalút" el capital adelantado en la
compra de la tierra. Aquí vemos una vez más cómo restringe al trabajo vive la
operación de Ja ley del valor.
La circulación en títulos 1c tierras del capital a interés desempeña un papel
análogo al del capital ficticio en general. Indica los caminos por los que se ubica
la acumulación futura, y actúa r:om•J un catalizador que reorganiza Ja configu-
ración espacial de la acumulación de acuerdo con los imperativos fundamentales
de esta tiltima. El hecho d< que algunas veces presiona demasiado (más de Jo que
pueden soportar el capital o los trabajadores) o en direcciones erróneas (por la~
distorsiones que surgen inevitablemente cuando la circulación de capir al-dinero
encuentra y utiliza los privilegios de monopolio que van ligados a la propiedad
privada de tierras) simplemente establece que el mercado de tierras necesariamente
absorbe 1odas las contradicciones fundamentales del modo de producci6n ~apitalis-
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES g77

encontrar una forma de abordar el asunto, que esté basada teóricamente en con-
ceptos marxistas. básicos y sea I? suficientemente robusta como para manejar las
evidentes confus10nes, antagonismos y conflictos que caracterizan la articulación
XII. LA PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES espacial de las actividades humanas bajo el capitalismo. Además, los fenómenos
ESPACIALES: LAS MOVILIDADES GEOGRÁFICAS DEL que tenemos que observar aqui son de una variedad aparentemente infinita.
Incluyen sucesos y procesos tan diversos como las luchas individuales sobre los
CAPITAL Y EL TRABAJO d~rechos jur.isdiccional~s a un lote ~e tierra, las polfticas coloniales y neocolo-
niales que siguen las diferentes naciones-Estado, la diferenciación residencial
dentro de las zonas urbanas, las luchas entre pandillas callejeras sobre su "terri-
LA crneRAFIA histórica del capitalismo ha sido simplemente notable. Pueblos torio". la organización y diseño del espacio para transmitir significados sociales y
con la mayor diversidad d·~ experiencia histórica, que vivían en una serie dt: cir- simbólicos, la articulación espacial de diverrns sistemas mercantiles (financieros,
cur.stancias físicas increibles, han quedado unidos, a veces con halagos pero de mercancías, etc.), las pautas regiom.. les de crecimiento dentro de una división de
la mayoría de las veces por el ejercicio cruel de la fuerza bruta, en un.1 unidad trabaje, las concentraciones espaciales en la distribución del ejército industrial
compleja bajo la división internacional del trabajo. Las relaciones monetarias de reserva, las alianzas de clase formadas alrededor de conceptos territoriales co-
han penetrado bas1::1 el último rincón del mundo, en casi cada aspecto de la vida mo la comunidad, la región y la nación, y así sucesivamente.
social e incluso en la vida privada. Esta subordinación forma de la actividad huma· Frente a tal diversidad, sería demasiado fácil sucumbir a ese "fedchismo espa-
na al capital, ejercida a través del mercado, ha sido complementada cada vez m;\s cial" _que iguala todos los fe~ómenos sub specie spatii y trata las propiedades geo-
por aquella subordinació11 real que rcqu:cre que se convierta el trabajo en Ja métncas de las paulas espaciales como algo fundamental. El peligro opuesto está
mercancia-fuerza de Lrabajo por medio de la acumulación originaria. Esta trans· en ver la organización espacial como un mero reflejo de los procesos de acumulación
formación radkal de las relaciones sociales no 1a ido avanzando uniformemenlt::. y reproducción de clase. A continuación trataré de seguir un camino intermedio.
Ha avanzado más rápidamente en t.nos lugares que en otros. Se le ha resistid.o Yo veo la situación como un atributo mate:ial fundamental de la actividad hu·
fuertemente aquí y se le ha dado la bic11venida allá. Ha penetrado en forma rela· ma?ª· pero re~onozco que es un producto social. La producción de las configu·
tivamenle pacifica en un lugar y con violencia genocida en otro. raciones espaciales se puede tratar entonces como un "momento activo" dentro
También ha ido acompañada de Lranc;formaciones físicas pasmosas en su radio de la dinámica temporal global de la acumulación y de la reproducción social.
de acción y radicaJes en sus impHcaciones. Nuevas fuerzas productivas han sido La base teórica para esto fue expuesta en parte en el capfculo XI. El espacio,
producidas y distribuidas por toda la tierra. Vastas concentraciones de capital y como mostramos allí, es un atributo material de todos los valores de uso, pero la
trabajo se han reunido en zonas metropolitanas de increíble complejidad, produc.::ión de mercancías conyierte los valores de uso en valores de uso sociales.
mientras que los sistemas de transporte y comunicaciones, que se ramifican por ~uego tenemos que considerar cómo se convierten los atributos espaciales mate-
todo el planeta, permiten que la información y las ideas, así como los bienes mate· nales de los valores de uso -la situación en particular- en espacios sociales por
rialcs e incluso la fuerza de trabajo se muevan por todos lados con relativa facilidad. medio de la producción de mercancías. Puesto que la producción de mercancias
Las fábricas y los campos, las escuelas, los templos, centros comerciales y par· trae consigo relaciones entre el valor de uso, el valor de cambio y el valor, podemos
qucs, caminos y vías de ferrocarril atestan un paisaje que ha quedado csculf ido de~ucir que nuestr~ comprensión de las configuraciones espaciales en su aspecto
en forna indeleble e irreversible de acuerdo con los dictado~ del capitalismo. social debe basarse igualmente en la comprensión de cómo se integran entre si el
Como ya dijimos, esta transformación física no ha avanzado .miformemente. 1•

Las vastas concentraciones de fuerza productiva de unos lugares contrastan con sin mu( ha premediración. Las fuerzas que producen y sostienen las configuraciones C5pacialcs ..1 me·
nudo se pierden en las intrincadas dt"~cripciones de determinados puntos históricos y geográficos.
regiones relativamente vacías. Las fuenes concentraciones de actividad en un lugar Hay mucha~ menos obras que ayudan a construir una ·eoria. Las formulaciones de Palloix (1975a:
comrasran con zonas en qw· el desarrollo está muy diseminado. Todo esto cons:ituye l975b) }'de Aydalot (1976) me han parecido muy sugestivas. Hcnri Lefebvre (1972; 1974) nos ha
lo que llamamos el "desarrollo geográfico poco uniforme" del capitalismo. hecho notar repetidamente la importancia de la produ.:ción t.le espado, la polllica del espacio y el
Esta apariencia superficial de extraordinario cambio histórico y geográfico papel del espacio cu la reproducción soda! (principalmente en el contexto urbano). Las abundantes
o?ras 50bre urbanizad~~ que han ~ur~do desde Castrlls, 1977, por ejemplo, han sido útiles pero de
clama por un examen teórico. Hay mur::ho que hacer aquí y desgraciadamente
ninguna manera defimuvas. Los estudios sobre el desarrollo regional a(m tienen que analizar igual-
no tenemos suficientes guías teóricas sobre cómo hacerlo. 1 La dificultad está en mente todo el problema en alguna forma rigurosa (véanse Lipietz, 1977; la Retliew of Radical Politi-
ca~ F.conomics, vol. .rn. núm. 3, 1978; Dulong, 1978; Santos, 1979; Carney, Hudson y Lewis, 1979, y
el interesante trabajo ele Massey, 1978; 1979). El estudio de De Gaudemar (1976) es un intento de
1 Las obras marxistas sobre el problema de la organización espacial han sido notablemente e5po·
vanguardia por escribir teóricamente sobre el asunto, mientras que t!l estudio de Shaikh (1979-1980)
rádicas y poco sistemáticas. Hay mw has obras sobre- el imperialismo y neocolonialismn, llenas de
concepto~ espaciales, pt•ro los términos sin descriptivos en vez de estar bien cimentados <"n l.1 tcoria.
sobrf" e~ com~rcio internacional y la ley del valor es muy ªlflldn. Los dos capfLUlos siguientes se han
Frases como "centro y periferia" y "el primero y el tercer mundo" se cudan fáciJmente en estas obras beneficiado inmensamente de la5 discusiones con Beatriz Nofal y Ncil Smith, quienes aportaron
muchas ideas originales a éstos.
376
378 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES !79

valor de uso, el valor de cambio y el valor en la producción y uso de configura· #Si la integración espacial se logra por medio de la circulación de capital a tra-
ciones espaciales. La investigación del mercado de tierras que aparece en el ves del espac10.' entonces nuestra atención debe enfocarse en la forma en que se
capítulo XI nos da un ejemplo del camino a seguir. Debemos ahora construir un mueven el capnal y la fuerza de trabajo. No podemos apelar aquí a las ideas co-
argumento de tipo más gene1 al. muncs,;ntre .'.ªburguesía sobre la#movilidad de "factores de produc~i6n" separa-
El trabajo útil y concreto produce valores de uso en un lugar determinado. dos, ~ cosas que se. pueden desviar de un punto del espacio a otro. El concepto
Los difl!rentes trabajos emprendidos en diferentes lugares se relacionan entre sí a marx1sca. es necesan~meme algo más complicado. El capital se mueve como
través de actos de intercambio. Es necesaria la integración espacial -el enlace m~rcanctas, co~o dm.ero, .º como u? proceso de trabajo que emplea capital
de la producción de mercancías en diferentes situaciones por medio del inLer- constante y ~~nable con diferentes tiempos de rotación. Además, Ja relación
cambio- para que el valor llegue a s<"r la forma social del trabajo abstracto. Fs· entre!ª mo~ihdad del capital variable y la de los propios trabajadores introduce
to es, .mpuestamentc, lo que Marx teni'a en mente cuando escribió lo siguiente: otr:1¡ dnnens16~ en la lucha ~e clases, mientras que los problemas ligados a la circu-
lac1on de captta~ en:•
ambiente _c~nstruido también requieren atenci6n especial.
La nqueza abstracta, valor, dinero, y f"Il consecuencia el trabajo abstracto se desarrolla Esta desagregación sigue automat1camcnte, ya que Marx describio Ja circulación
en Ja medida en que el trabajo concreto se desarrolla para convenirse en una totalidad de capital como:
de diferences cipos de trabajo que abarca el mercado mundial. La producción capita·
lista ~e basa en el valor o en el desarrollo del ti abajo contenido en el producto como
[trabajo] social. Pero esto sólo [es posible] a b:ise del comncio exterior y Jel mercado
mundiaJ. Esco es, por consiguiente, tantu premisa como resultado de la producción ca·
D - M ( t;.:;) ... P ... M' - D' (ctcl!tera).

pitalista. (T1•odaJ sobre lo plzml(lfía, Ill, p. 226.)


La capacidaJ del capital para moverse depende de cuál de estos divf>rsos estados
De aquí SC' deduce entonces que cuando no se logra la integración espacial, esto ocupa. A continuación consider~remos la movilidad potencial del capital en cada
altera la univernalidad de la forma valor. En algunos casos esto puede llevar a un uno de estos estados, antes de integrar los diversos movimientos dentro de una
intercambio entre los diferentes "sitemas de valor" o a un intercambio desigual c?_mprensió~ de los ritmos temporales y espaciales a la circulación y acumula-
entre d:ferentcs sistemas de comncio: 2 c10n ~e capaal. f:n esta forma esperamos descifrar cómo se logra la integración
csp~cial por medio de los procesos de circulación material concreta del propio
La lc·y del valor sufre aqu1 modíficadoncs l""tnciale1'. O las jornadas ch• trabajo de difC'· capital.
rente:>5 países pueden comportarse las u;1as con respecto a las otras lal l·omn !>C compor·
tan ¿entro de un país el lrabajo complejo, cnl~fic11do, y el no calificado, simple. En e~:te
caso, el país rico explotará al pobre. (Teorias sobre la plusvalia, 111. p. 91.)
l. RELACIONES DE TRANSPORTE Y MOVILIDAD DEL CAPITAL

E11tonces, ¿cómo se logra una integración espacial? El intercambio de COMO MERCANCÍAS

mercancías es üna condición nece~;aria, como lo es la disponibilidad de un


"equivalente universal" (como el oro) como la base monetaria del intercambio La cap~cidad para transportar las mercandas <le un lado a otro cl<.fine la movilidad
mundial. Las barreras físicas al movimiento de mercancías y de dinero a través del capital en fo~':-1ª de mercancías:' Esta movilidad depende de las relaciones de
del espacio tiene que reducirse al mir.imo. Sin embargo, las condiciones suficien· ~ranspo~t~, mod~f1cadas por los atnbutos de las mercancías como w peso, tama-
tes para la integración espacial las dan las movilidades geográficas del capital y no, fr.ag1hdad, s1 sou perecederos, etc. Marx argumenta que "la condición en e]
de la fuerza de trabajo.' "En el capital", despul-s de todo, "la sustantivación del espacio, el ~~a~sportar el. producto al mercado, forma parte del mismo proceso
valor se manifiesta en una potencia mucho más elevada que en el dinero" ~e pro~u.-:c1on (Grundrts.se, 1, p. 386; El capital, II, pp. no yss.). Por tanto, la
(Teorías sobre la plusvalía, III, p. 116), mientras que "la tendencia a crear un md_us~na del .transporte produce valor porque es una "esfera de producción ma-
mercado mundial se halla, por tanto, directamente implícita en el concepto mis- tenal qt.1e efectúa un _cambio material en "el objeto sobre que recae el trabajo,
mo del •:apita!" (Grundrisse, 1, p. 276). El movimiento geográfico del dinero y de un cambio en el espa~10, [un] cambio de lugar". "Lo que la industria del trans-
las mercancías como capital no es el mismo que el movimiento d<' los productos y P?rte venue es este ~1smo desplazamiento de lugar." (El capital, 11, p. 50; Teo-
de los metales preciosos. Después de todl'', el capital es dinero usado en cierta nas sobr~ la /Jlusvalza, 1, p. 382.)
forma, y no es de ninguna manera idéntico a todos los usos del dinero. Como cualquier otro insumo intermedio, el valor dd "cambio di! ubicación"
2 Emma.nucl ( 1972) explora ti tema del intercambio desigual, y Shaikh ( 1979-1980) explora el C'ntran en el costo o precio de las mercancías. Por tanto, en el valor de todas las
problema genC'1 al del valor en el imercamlJio internacional. mercancías van incluidos todos los costos de transporte socialmente necesarios,
~ El hcd10 de no distinguir entre el intercamLio ck men:anda~ y e.le e.linero por un lado, y la circu-
y de Engels ~obre este tema.
lación de capital por el otro. estropea la obra ele Wi!ll<'rstein ( l 974) que por lo demás es interesamc. 4
De la lfayc ( 1979) ha reunido muchos tk los textos uásicos de Marx
380 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 381

definidos como el costo promedio de hacer que los productos lleguen a su destino A medida que las relaciones espaciales se modifican como respuesta a las inver-
final. El costo del movimiento no es la única consideración. La regularidad y siones en transporte, también se modifican las fortunas relativas de lo~ capitalistas
confiabilidad de los flujos de transpone pueden reducir la necesidad de inventarios en diferentes ubicaciones. Algunas sufren devaluación de la fuerza de trabajo, de
de materias primas y de productos terminados, y ast libera~ capital inactiv.o para su capital fijo y su fondo de consumo (vivienda, etc.) mientras que otras dif.frutan,
la acumulación activa (El capital, II, p. 122 y ss.) La contmu1dad en la circula- por lo menos temporalmente, de ganancias extraordinarias y una revaluaci6n
ción del capital sólo se puede asegurar por medio de la creación de un sistema de favorable de los medios disponibles de producción y consumo. Podemos sacar
transporte eficiente y espacialmente integrado, organizado alrededor de alguna entonces una conclusión importante, una conclu~ión que modifica necesa-
jerarqufa de centros urbanos (como el que está represent~do en la teor~a ?e la riamente el ccncepto general de la acumulación excesiva y la devaluación, ex-
ubicación de Losch, 1967, y Christaller, 1966). La velocidad del mov1m1ento puestos en el capítulo Vil: la devaluación, cualquiera que sea su causa, siempre
también es vital. "La distancia espacial" se reduce entonces a tiempo porque "lo afecta o. determinado lugar, a una situación específica.
importante no es la distancia en espacio al merca~o, sino la velocidad con que se Posteriormente nos ocuparemos de las implicaciones de este principio de lar-
puede llegar a él" (Grundrisse, 1•. p. 390; El capit~l, 11, .P· 222). go alcance, pero aquí confinaremos nuestra atención a sus efectos dentro de la
Las reducciones en el costo y tiempo de mov1m1ento, Junto con los adelantos propia industria del transporte. Puesto que el cambio de situación es pr1Jducido
en la reeularidad y confiabilidad de los servicios de transporte, se deben al "cle· y consumido en el mismo momento, una superproducción y devaluación inme-
sarrollo'"'de las fuerzas de producción por el capital". Marx describe el impulso diatas son técnicamente imposibles. Sólo el capital fijo se puede devaluar, pero
consecuente por revolucionar las relaciones de transporte ~n términos.muy gene· el capital fijo en la industria del transporte es muy amplio y gran parte de él está
rales. El capital, escribe Marx, debe "esforzarse por dernbar cualquier barrera integrado en el ambiente construido, como caminos, vias de ferrocarril, termi-
espacial. .. para el intercambio, .Y con~uistar toda la. tierr~ para su mer~ado", nales, etc. El capital fijo de este tipo es particularmente vulnerable a los helados
debe "aniquilar este espacio con el uempo a fin de reducir el uempo de rotación del vientos de la devaluación, pero la devaluación siempre se encamina a determinado
capital a "un abrir y cerrar de ojos". "A medida que la producción va.cent~ándo· lugar por· determinado camino; una terminal pierde movimiento aqur, una
se cada vez más sohre el valor de cambio y, por tanto, sobre el cambio [mismo], nueva carretera suplanta el tráfico del ferrocarril allá. Las revoluciones en las
van adquiriendo mayor importancia para ella las condiciones materiales del fuerzas productivas dentro de la industria del transporte siempre tienen efectos
cambio, los medios de transporte y comunicación" (Grundrisse, 1, p. 378). especifü;os de situación. La competencia dentro de la industria adquiere por
Además, a medida que las revoluciones t~cnológica~ en otros sec~ores amplf.•tn el tant.I) algunas caracterfsticas peculiares. Esto sucede en parte cuando el capital
volumen de las mercancías que se van a mtercamb1ar, los cambios re~oluc1ona­ fijo está integrado en la tierra, la competencia se realiza entre "monopolios natu-
rios en los medios de comunicación y transporte se vuelven una necesidad abso· rales" en el espacio, como los llamó Adam Smith. La fndole de éste "monopolio
luta (El capital, I, p. 314). .. . natural" implica que no tendrfa sentido instalar varias lfneas de ferrocarril entre
Esto tiene innumerables efectos. La mov1hdad del capital en forma de mea - dos ciudades, mientras que la competencia entre varios transportadores en las
candas se logra dentro de una estructura de espacios relativos que está en per· mismas rutas (as in road haulage) resulta más lógica. Como a menudo se re-
petuo cambio, puesto que "el ::osto y el tiempo de las distancias puede cambiar quieren grandes cantidades de capital para construir Irneas de ferrocarril, muelles
debido al desarrollo de les medios de transporte en una forma que n•J corres· y puertos, aeropuertos, etc., los capitalistas quizá no estén dispuestos a invertir sin
ponde a las distancias geográficas" (El cap~tal, ll, p. 222). La disminuci~n en estar protegidos contra el riesgo de la devaluación especifica en una localidad,
los cost.os promedio del traslado reduce directamente el _val?r (y el precio d~ provocada por la compétencia. Esto significa la restricción de la competencia
producción) de las mercandas trans?ortadas. Los efectos md1rectos no son m~­ y la creación de monopolios regulados por el Estado, e incluso de monopolios
nos importantes. Dicho simplemente, r.i concebimos el valor como un pro~ed10 cuyo propietario sea el Estado. Aqui es donde está el dilema. El estimulo compe-'
socinl tomado sob:re todas las situaciones integradas dentro de alguna red de mter- titivo por revolucionar las fuerzas productivas dentro de la industria se embota.
cambio, entonces la expansión o cor..tracción de esa red provocadas por cambios No obstante, ya hemos visto que el capitalismo en general requiere perpetuas re-
en la capacidad de transporte modifican las relaciones de valor ..Los produ_ctos y ducciones en el costo del tiempo y movimiento, la eliminación de todas las barreras
recursos anterio1menLe inaccesibles, puestos dentro de la red de mtercamb10 por espaciales y la "aniquilación del espacio y del tiempo".
medio de nuevos arreglos de transporte, pueden tener efectos asombrosos sobre La tensión se puede resolver. en parte, si el capital dentro de la industria del
los valores (y los precios de producción). El dominio de las situcione~ a través de transµorte se divide en capital fijo, de un tipo independiente, que circule en el
las cuales se promedia el "valor" depende, en poca.s palab~as, del mvel y grado ambiente construido y otros tipos de capital (camiones, barcos, etc.) que se
de integración espacial que se ha logrado bajo relaciones de tran3porte muevan libremente en el espacio. La devaluación que está ligada al espacio, se
especificas. De aqui se deduce que magnitudes tan cruciales como el valo~ de la reduce al mfnimo en este último sector y las barreras a la competencia abierta y
fuerza de trabajo y la composición de valor del capital son sumamente sens1bl1~s a a la inversión disminuyen consecuentemente. Los problemas realmente serios de
las fuerzas productivas que entran en juego dentro de la industria del transporte. la devaluación que es especifica del lugar, provocados por el cambio tecnológico
382 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES ses

en la transportación, quedan confinados entonces al capital fijo que circula in· general. Las fuertes devaluaciones y la re~structuración dentro del sistema de
transporte, con todo lo que esto implica para dar forma a las configuraciones es-
dependientemente er1 el ambiente construido.
Esa separación puede ocurrir únicamente a través de la participación del sis- paciales y a los niveles de integración espacial, se vuelven entonces inevitables.
tema de crédito y del Estado (Grundrisse, 1, pp. 376-386). El elemento de "mono- Ésta e:; la contradicción central que modifica y circunscribe la movilidad del ca-
polio natural" se puede regular y controlar entonces colectivamente, mientras pital en forma de mercancías.
que los efectos de la devaluación se socializan en un grado correspondiente. Además,
como vimos en los capitulos VII y VUI, las inversiones de este tipo se pueden orga·
nizar de tal forma que den interés únicamente y ast disminuya la presión gl·Jbal 2. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL VARIABLE Y DE LA FUERZA
ascendente sobre la composición de valor del capital. La desventaja es que el rit- DE TRABAJO
mo del cambio tecnológico dentro de esta porción de la industria del transporte
está sujeto al poder, las politicas y algunas veces a los caprichos arbitrarios de los La fuerza de trabajo es una mercancía, pero las condiciones que gobiernan su
capitalistas asociados (por <jemplo, una cábala de financieros poderosos) o de movilidad son muy especiales. :Es la única mercancía que puede Jlegar al mercado
los burócratas del Estado. La coordinación de estrategias de inversión para la for- por sus propios pies. Por lo tanto, el término "movili¿ad del trabajo" ocupa una po-
mación de nuevas infraestructuras físicas dentro de la industria del transporte se sición especial en el discurso económico. En la teoria burguesa, y frecuentemente en
vuelve entonces problemática. Los movimientos del precio de la tierra (del tipo el lenguaje cotidiano, se refiere a la libertad del trabajador para vender su fuerza de
que discutimos en. el capitulo XI) ahora entran en escena, porque los que organizan trabajo cuando y donde quiera, a quien él desee y para los propósitos que le plaz-
las inversiones en infraestructuras inmóviles para el transporte a menudo se can. Esa libertad de contrato es crucial para las concepciones burguesas de los
pueden apropiar de los bf'neficios del aumento en el valor de la tierra en•las zo- derechos humanos y las libertades civiles. Marx no niega la importancia de estas
nas donde se construyeron estas infraestructuras (esto se aplica igualmente al Es- libertades positivas, pero insiste en que se \'ean en relación con el otro lado más
tado y a los capitalistas asociados). Esto significa que es benéfico (desde el punto oscuro de las cosas. El trabaj_ador es "libre en un doble sentido, pues de una
de vista del capital en general) dejar libre la especulación de tierras y la apro- parte ha de poder disponer libremente de su fuerza de trabajo como su propia
piación de rentas e impuestos sobre la tierra, como .medios para jalar, empujar y mercancía, y, de otra parte, no ha de tener otras mercandas que ofrecer en venta;
guiar las inversiones en el transporte. Aquí encontramos una confirmación a?i· ha de hallarse, pues, suelto, escotero, libre de todos los objetos necesarios para
cional para la tesis general expuesta en el capítulo XI, aquélla de que la apropaa· realizar por cuenta propia su fuerza de trabajo" (El capital, 1, p. 122). "Libera·
ción de la renta realiza funciones viLales de coordinación dentro del capitalismo. do:;" por el proceso de la acumulación originaria del control sobre los medios de
Sin embargo, el efecto es que la creación de infraestructuras de transporte de· producción Oncluyendo el acceso a la tierra), la mayoría de los trabajadores no
pende de los mecanismos especulativos~' políticos más bien que de mecanismos tienen oLra opción sino vender su fuerza de trabajo al capitzlista a fin de sobrevivir.
de mercado más usuales. La dualidad de esta libenad se traduce en formas radicalmente diferentes de
En todo esto hay algunas contradicciones importantes. La acumulación re· ver su movilidad geográfica. s Como sujetos creativos (véanse las pp. 111-119),
quiere que se envíe más y más capital a la producción de medios de transporte y k·t trabajadores vagan perpetuamente por el mundo tratando de escapar de
comunicación (El capital. 11, p. 251), pero la industria del transporte general· las deprcda:iones del capital, evilando los peores aspectos de la explotación,
mente tiene una alta composición técnica y de valor del capital y poco poder para la siempre luchando, a menudo con algún éxito, para mejorar su suerte. El capital
prodw::ción de plusvalia dentro de sus confines. Por tanto, esta debilidad se tiene debe necesariamente adaptarse a este proceso, y en la medida en que esto suce¿e los
que contrarrestar con adelantos compensatorios en la capacidad para producir trabajadores dan fonna a la historia y a la geografía del capitalismo. Sin embargo,
plusvalía en los sectores a los que da servicio la industria del transporte, si se ha'1 concebido como un objeto dominado esencialmente por el capital, el trabajador
de mantener tasas de gananc.:ia totales. no es otra r:osa que capital variable, un aspecto del propio capital. Las leyes que
Lo peor de todo es qU\.~ vemos que el capitalismo trata de superar las barreras ~obiernan el movimiento de capital variable están incrustadas dentro de las ~eyes
espaciales creando infraestructuras físicas que están inmóviles en el espacio y que que regulan la movilidad y acumulación del capital en general.
son sumamente vulnerables a la devaluación especifica del lugar. Los caminos, Marx hace hincapié en el segundo de estos puntos de vista en El ca·pital. Al
vias férreas, canales, aeropuertos, e~c. no pueden ser cambiados de lugar sin que hacerlo contrarresta los mitos burgueses que prevalecen en cuanto a la supuesta
el valor cristalizado en e'los se pierda. El valor tiene que ser inmovilizado en hi. libertad del trabajador. F.n vista de las condiciones generales del trabajo asala-
tierra cada vez más para lograr la integración espacial y para eliminar las barre· riado, la libertad del trabajador para moverse se convierte exactamente en lo
ras espaciales a ta circulación de capital. En uno u otro momento, el valor persa· contrario. En busca de empleo y de un salario para vivir, el trabajador se ve obligado
nificado en el espacio producido del sitema de transporte se conviertf' en la
barrera que hay que superar. La preservación de determinados valores dentro de ~ De Gaudrm;ir ( 1976) contiene una excelente explicación y proporciona buenos resúmenes de

la red de transporte implica restricciones para la expansión ulterior del valor en las opiniones de Lcnin y de Luxemburgo sobre la migr::.ción de·IO! trabajadores bajo el capitalismo.
.984 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 385

a seguir al capital a dondequiera que éste fluya. Esto implica la "abolición de to· por lo q~e. vale la pena luchar desde el punto de vista de la clase trabajadora.
das las leyes que impiden que los trabajadores se transfieran de una esfera de pro· Las cond1c1ones en que vive el ejército industrial de reserva es un motivo de 1<1 lucha
ducción a otra y de un centro local de producción a otro", y la eliminacióri de de clases, ya que result~ problemático decidir quién va a sufragar el costo y cómo
"todas las bar.·eras legales y tradicionales que impedirfan que [los capitafütas] p~ede mantener el ~ap1tal su acceso a las reservas de trabajo. Los diferentes go-
comprarán esta o aquella clase de fuerza de trabajo" (El capltal, Jll, p. 189; biernos pu~deu reñir por este asunto; pero lo más importante de todo, desde el
Results of the Inmediate Process of Production, p. 1013). Igualmente trae consi· punto de vista del presente argumento, es que la "libre" movilidad de la fu~rza
go la alteración y la destrucción de las formas de· vida y de sustento tradicionales de trabajo se ve obstaculizada por el deseo de los capitalistas de mantener en su
por medio de la acumulación originaria, un proceso que Marx considera exten· lugar las reservas de trabajo. Este principio se vuelve aún mis evidente cuando
samente. También empuja a los capitalistas a adoptar procesos de trabajo que l?~ trabajadore~ poseen habilidades o cuando tos capitalistas invierten en educa-
no dependen de las habilidades monopolizables tradicionales. Esto tiene muchas c1on, entrenamiento en el trabajo, servicios de salud, etc. Las cualidades de la
implicaciones para el trabajador. La "indiferencia" del capital a las formas determi· fuerza de trabajo se vuelven entonces importantes. Marx menciona por ejemplo
nadas que toma el proceso de trabajo se extiende inmediatamente al trabajador, que durante la penuria del algodón de la década de 1860 en Lancashlre, los "fabri:
mientras que los ºtrabajadores libres" deben aceptar que "su trabajo siempre produ- cantes con~ertaron un ~cuer?o secreto con el gobierno para poner todos los obs-
ce [para ellos] el mismo producto, dinero ... "En principio" siempre deben t:.:star táculos posibles a la em1grac1ón, en parte para tener listo el capital invertido en
"listos y dispuestos para aceptar cualquier variación posible en ... [su] a:tividad la c~rne y la sangre de Jos trabajadores" (El capital, 111, p. 142), Abundan las
que promete recompensas más altas". Los salarios diferenciales proporcionan tácuc~s para mantei:ier ligados a determinadas compañfas a los trabajadores
entonces los medios para coordinar los movimientos de los trabajadores a los re· prefen~os. Las p0Ht.1cas de e~igr~ción e inmigración se puetlen manipular a
querimientos del capital. La versatilidad y movilidad geográfica de la fuerza de mstam;:ias de d~termmados cap1tahstas, y al mismo tiempo las empresas pueden
trabajo, asl como la "indiferencia" de los trabajadores al contenido de su tra.bajo ~onfem ella~ mismas derechos de anti8"?e~ad no transferibles y contratos de pen-
son esenciales para la "fluidez del capital". Marx opina que el pafs donde esas n1n que actuan como barreras al mov1m1ento. Incluso la movilidad geográfica
condiciones "aparecen más vívidamente es Estados Unidos" (Results of the Im- se pu(de.controlar en parte dentro del mercado interno de trabajo de la.!:I grandes
mediate Process of Production, pp. 1014, 1034). Bajo estas condiciones, la "li- COfP?~a;;:iones por medio de ascensos y planes de incentivo. Asi se puede coordinar la
bertad del trabajador" se ve reducida en la práctica a la "libertad del capital" (El mov~hdad social y geográfica de la fuerza de trabajo de acuerdo con necesidades
ca/Jita/, 1, p. 610~. Cuanto m~is movilidad tenga el trabajador, más fácilmente part1cul_nes. Empero, estas necesidades particulares no son necesariamente
podrá adoptar el capital nuevos procesos de trabajo y aprovechar las situaciones co~pa~t?les con los requ~rimicntos generales de la acumulación. Los capitalis·
superiores. La libre movilidad geográfica de la fuerza de trabajo parece ser una las md1V1duales o las fac.c~ones del capital pueden, para favorecer sus propios in·
condición necesaria para la acumulación del capital. ter~ses: ;efrenar la movihdad de la fuerza de trabajo en formas que pueden ser
Esta premisa no está libre de contradicciones. Si la movilidad geográfica de la pe~!~d1c~~les a .1~ reproducción d.el sistema capitalista en general. Por estas razones.
fuerza de trabajo ha de satisfacer las necesidades del capital, entonces la libertad la h.br~ mov1hdad ~e la ~uerza de trabajo queda reducida a un revoltijo de re·
absolu :a del trabajador para moverse debe quedar circunscrita estrictamente. quer.1m1entos co~trad1ctonos, incluso cuando se le ve puramente desde el punto
Por ejemplo, el ejército de reserva de los desempleados. a quienes el cambio tec- de vista del capital.
nológi<:c> ha "liberado" tan poco ceremoniosamente de sus medios de vida, puede La movilidad de la fuerza de trabajo también tiene que entenderse en el con·
crear condiciones favorables para la acumulación ulterior sólo si sigue estando texto de l~ procesos que gobiernan su producción y reproducción, Se requieren
disponible para el capital. Esto a menudo significa que debe permanecer en su muchos anos .para formar ui:i t~abajador y las habilidades, actitudes y valores
lugar. Los requerimientos legales u otros mecanismos sociales deben bloquear las qu: s~ le han mculcado so~ d1fkiles de cambiar: Además, la fuerza de trabajo es
rutas de escape; por ~jemplo, la propiedad de tierras y la renta impiden a Jostra- la ~ruc.a mercancia p~oduc1da fuera de las relac10nes de producción directamente
bajadores regresar a la tierra y asf escapar de las garras del capital. Tampoco se cap~tal~sLas: Los trabajadores crian a sus propias familias, y por refinadas que sean
puede permitir que se extinga el ejército industrial de reserva, a menos que el ca- l~ instituciones burguesas que los rodean, la reproducción de la fuerza de trabajo
pital pueda absorber "elementos vitales primigenios del campo" o movilizar el s1e?1pre ~ueda fuera del control directo de los capitalistas. No obstante, se re·
ejército industrial de reserva latente, en contraste con el activo (El capital, I, pp. ~uieren mfraestru~tu~as sociales y ñsicas de gran duración y a menudo impo·
211, 544). De lo contrario, el capital debe encontrar la forma de mantener vivo y rn sibles de mover, difíciles de construir e igualmente difíciles de desmantelar 0
su lugar un ejército industrial de reserva, por medio de prestaciones a Jos desemplea- trans.formar, par.a facilitar la producción de fuerza de trabajo de cierta cantidad
6
dos, seguro social, planes de beneficencia, etc. Los capitalistas individuales no Y cahdad. Esas infraestructuras pueden también absorber cantidades conside-
pueden asumir fácilmente estas cargas, que por lo general recaen sobre d Estado. rables de capital (principalmente en forma de deuda del gobierno/.
Entonces surgen varios dilemas. Un sistema de apoyo social, como la legislación y
Donzdot ( 1~J7~J) y sus n itk•.l.~ propordonan inter~sames ideas.
6
reglamentación de Ja jornada de trabajo en la'> fábricas, es inherentemente algo
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 58'1
S86 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONF.S ESPACIALF.S

bajo com~ un m~dio de control social y de apoyo adecuado a los procesos de


La oferta de fuerza de trabajo también muestra necesariamente diferenciaciones
reprodu~c161:1 social para f~erzas de trabajo de ciertas cualidades. Esos impulsos
internas. Para comenzar, la fuerza de trabajo como mercanda siempre tiene un
contrad1ctonos, q~e se de~1van de las contradicciones internas del capitalismo en
aspecto de "producto conjunto'': hombres, mujeres y niños, viejos y jóvenes, dé·
general, gener~n 1_nfluenc1~s de contrapeso sobre la movilidad geográfica de la
hiles y fuertes, todos están disponibles para la explotación. En segundo lugar, las
fue~a de trabajo, mdepen?ientemente de la voluntad de los propius trabajadores.
infraestructuras sociales que ayudan a producir fuerza de trabajo de un tipo
S~~ embargo, los tra~aJadore~ so.n algo más que meros objetos del capital. La
pueden inhibir la creación de otro. Ésca es la lógica de la diferenciación residen-
mov1hdad g~~~áfica tiene un s1gmficado bastante diferente para elloE. Repre~
cial en las metrópolis contemporáneas, puesto que los vecindarios organizados
~enta la pos1b1l.1dad de escapar de la tiranía y la opresión, incluyendo la que les
para la reproducción de profesionales son necesariamente diferentes a los que se
~mpone ~l capital. Representa ~a esperanz~ y el esfuerzo por una vida mejor,
destinan a la reproducci6n de los obreros. Cuando se añade a las düerenciaciones
incluso s1 _ese es~uerzo le h~ce el juego al capital cuando los trabajadore:; respon·
hist6ricas, religiosas, raciales y culturales, esta tendencia hacia la especializaci6n
de~ a los mce~~1vos matenale~ que les ofrecen los capitalistas (salarios mis altos y
geográfica en la reproducci6n social puede tomar una forma aún más enfática. Los
m~joru cond1c1ones de traba~o). En esto existe cierta ironfa. El capital en gene•
procesos de reproducción social se cristalizan entonces dentro de una especie de
ra .. con~a e11 que. los traba~adores busquen perpetuamente una vida mejor
cobija hecha de retazos, dividida por la especialización local, interregional e
-d~~mda en términos. matenales y monetarios...:.. como medio para coordiuar la
incluso internacional. Esta cobija de retazos se puede relacionar entonces con
m~v1h~ad .d~ los trabajadores~ s~s requerimientos y para disciplinar a los capi·
marcados diferenciales en el valor y en el valor de la productividad de la fuerza
tahstas md1V1duales a l~ requenm1entos de clase. Por ejemplo, la "libre" movilidad
de trabajo. geográfica de los trabajadores ayuda a equilibrar la tasa de salarios con el valor
Los capitalistas pueden aprovechar esas diferenciaciones, y de hecho las usan
promedio de la fuerza de trabajo que mantiene en equilibrio la acumulaci6ri
activamente para div¡dir y gobernar a la clase trabajadora, de ahf la importan·
(vlase el cap. 11).
cia del racismo, el sexismo, el nacionalismo, y los prejuicios religiosos y étnicos
Por .Jtr~_Iado, la movilid~d geográfica también impone cargas al trabajador.
para la circulación del capital. Sin embargo, al hacerlo, Jos capitalistas apoyan
la permanencia de barreras a la libre movilidad individual, que a la 12'.rga es tan
La alterac1~n ?elos mecamsmos de apoyo tradicionales y de las formas de vida
pue~~ ser difícil de soportar. Aquf encontramos el lado opuesto del impulso para
vital para la acumulación. Por tanto, los capitalistas pueden avanzar y retroce-
movilizarse como medio de escape. Las redes de contactos personales, los sistemas de
der en su apoyo y su oposición a las pol:ticas sociales que eliminan la di:tcrimina-
apoyo y los elaborados mecai:ii~mos que ayuda~ a hacer frente a la vida y que se
ción racial, sexual, religiosa, etc. en los mercados de trabajo, dependiendo de las
e?cuentran dei:itro d~ la fam1ha y de la comumdad, la protección de las institu·
circunstancias. Debemos también mencionar que Ja libre movilidad individual
c1ones, y eso s~n decir nada de los mecanismos para la movilización polftica,
posiblemente no concuerde con el sostén de mecanismos apropiados de repro-
pueden convertn~ pcr_los esfuerzos creativos de las trabájadores y de sus familias en is-
ducción social. Marx observó que esta movilidad, generalmente, es destructiva
.las de fuerza y pnvdegio de~tro de un ~~r de lucha de clases. La protecci6n de esas
para las formas de vida tradicionales y que, necesariamente, fragmenta y socava
ISias a menudo asume gran 1mportanc1a en las vidas de los trabajadores. La fuerte
la cohesión social de la familia y de la comunidad. Esto tiene ciertas consecuencias
lealtad a la familia, la comunidad, el lugar y el medio cultural actúan como
negativas, desde el punto de vista del capital. Si las cualidades de la fuerza de
barreras a la movilidad geográfica. La exclusión de otros trabajadores -sobre ba-
trabajo relacionadas con un sistema particular de reproducción social son im·
ses ~conómicas, ~aciales, religiosas, étnicas, raciales, etc. - también pueden
portantes aunque sea para un sector de los capitalistas, entonces éstos, para fa.
considerarse cruciales para la protección de las islas de fortaleza ya establecidas.
vorecer sus intereses, pueden tratar de estabilizar las instituciones de la familia y
É;ste ÍUP. un problema que encontró Marx cuando se aventuró dentro de la com-
de la comunidad, ya sea a través de la filantropfa privada o del Estado. Por estas
pleja política de los trabajadores ingleses e ir,andeses bajo el capitalismo del siglo
razones, tamb.lén, un segmento de la burguesía puede apoyar las mejoras cívicas,
XIX en la Gran Bretaña. 8
la reforma educacional y urbana, la construcción de viviendas y la prestación de
El resultad~ es que los trabajadores, si no pueden escapar totalmente de las
servicios de salud, etc. 7 No obstante, al hacerlo, los capitalistas apoyan diferen·
garra~ del c~p1tal, se enfrentan a una amarga elección. Pueden escapar y buscar
ciaciones que actúan necesariamente como barreras a la movilidad in~ividu~I.
una vida mejor en otra parte o pueden permanecer en su lugar y luchar. La elección
Como ya dijimos, podemos identificar tensiones fundamentales y amb1valenc1as
de parte del capital. La libre movilidad individual del trabajador es un atributo 8 "Cada centro ~omercial e in~ust.rial de lnglalerra posee ahora una clase uabajad-Jra di'vldida
importante que hay que fomentar, pero los capitalistas también necesitan man· en d~ campo~ ho.ttiles, 1~ pro~elar1os ingleses y los prolelarios irlandeses. El trabajador ingl~ común
tener en su lugar las resenias de trabajo, mantener segmentados los mercados de tra- Ycomente odia al &rabajado~ 1rlan~és por ser un co~pelidor .que hace que baje su nivel de vida ...
Las ~la~c;; ~obc~.nantes manucncn vivo esle antagonismo y lo intensifican ... por lodos los medios a
s~ d1~~os1c16n. l'.sle es el sec~cto de la impote11cia de la clase lrabajadora inglesa, a pesar de su orga·
7 Los movimie;ttos de rdorma urbana del siglo xrx en ambos lados del All:lnlico proporcionan ml.ac1on. fs el secreto de como mantiene su poder la clase capitalista" (Selected Correspondence
espléndidos ejemplos de dedicación al bienestar de las clases uabajadoras por medio de la reforma wilh Engels. pp. 236·237). '
moral y materi:1l. t
1
l
388 PRODJf;CIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ES FACIALES S89

lo es todo o nada, existen algunas soluciones intermedias como las migraciones que incre~entan la movilidad. de las mercancías (Grundrisse, I, p. 63 ). 9 El
estacionales, periódicas e incluso relativamente largas (junto con los envíos que correo, telegrafo, teléfono, radio, telex, transferencias electrónicas etc. todo
ayuda.ª qu~ el dinero-cré~ito atraviese el espacio "en un abrir y cerr~r de ojos".
1
hacen a las familias que dejaron atrás). La elección, en el análisis final, pertenece a
los Lrabajadores sin importar la influencia del capital, pero la ironía sigue existien· E~ ca_pual-dmer~ de este up~ aparentemente puede vagar por el mundo casi sin
do. Cualquier camino que sigan los trabajadores tiene la capacidad potencial de ~ngun. e~to~bo ru obstácL1lo, mtegrando y coordinando la producción y el intercam-
convertirse en algo ventajoso para el capital. Se puede deducir del argumento de b1~ casi sm importar las barreras espaciales materiales. Puesto que Marx argumenta
Marx que esta capacidad potencial está destinada a realizarse (aunque con (vea.se el _capf.tulo I) que l~ valores se convierten en reguladores del intercambio de
muchas argucias y fallas) si la condición fundamental que define la posición del merrnnc1as solo en la medida en que evoluciona un sistema de intercambio bien in-
trabajador en la sociedad capitalista permanece intacta. Si los trabajadores de· tegra.do, se p~ede deduc.ir que ~anto más libremente se mueva el dinero-crédito, las
~en vender su fuerza de trabajo a fin de sobrevivir, entonces no hay e:;capatoria. r~la~aones. de mtercamb10 reflejarán más perlectamente las relaciones de valor y mis
Este fue, naturalmente, el punto polftico que Marx siempre trató de recalcar. La s1g?1ficat1vo llegará a ser hablar de una mercanda-dinero como el equh·alente
única solución a las contradicciones del capitalismo lleva consigo la abolición del u DI versal. ·
trabajo asalariado. . Sin embargo, inme?iatamente encontramos ciertas paradojas y contradic·
Para no llegar a una solución tan dramática, los trabajadores y el capital se c10n~s que chocan socialmente con la libre movHidad incluso de los dineros-
ven obligados a entrar en pautas curiosas de lucha y Cl)ncesión sobre la movilidad créd1to. _Est.os ~leimos pueden funcionar únicamente en el contexto c.le ciertos
geográfica de la fuerza de trabajo. Tanto el capital como los trabaja dore:; tienen a;reglos mst1tuc1onales firmes, los más importantes de los cuales son los que propor-
derecho a irse a otro lado, y entre los dos derechos la fuerza decide, pero Jos re· ~1onan el Estado. Ma~ i~iste en que todas las formas "idealesº de dinero poseen u·n
sultados no son fáciles de interpretar. Al luchar para alcanzar sus propios fines c.aráct.er local y poli~1co , y su capitulo sobre el "dinero" en El capital está lleno
- yo. sea trasladándose a otro lado o quedándose donde están y luchando para de a.lus1ones a la nación-Estado como la unidad monetaria básica cuando se usa
mejorar las condiciones de la reproducción social- los trabajadores pueden d dmer~ como '!n medie· puro de circulación. Las relaciones entre los sistemas
ayudar, si los remanentes siguen estando siempre limitados, a estabilizar el capi· monetanos de diferentes naciones-Estado y entre los bloques monetarios entran
talismo en vez de socavarlo o derrocarlo. Por otro lado, el movimiento errático ento?ces en escena. Surgen barreras sociales al movimiento de dinero debido a
de capital puede alterar las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo los d1fer~ntes arreglos leB:ales, institucionales y polfticos que respaldan el sistema
y asf amenazar la base misma <le la explotación ulterior de la fuerza de trabajo. El monet~no. Por tant.o, ~l 1mpulso por crear un sistema de crédito tan libre, como
capital puede entonces verse obligado a regresar a las pautas de apoyo a Ja fami· sea P.~mble, .de .restncc1o~es ~spaciales materiales descansa, paradójicamente, en
lía y a la comunidad que pueden, a su vez, incrementa1 la base de los trabajado· las. d1~erenc1ac1o~e~ terntonales, que pueden impedir el movimiento de dinero
res para la lucha política. La movilidad geográfica del capital y del trabajo no bajo ciertas cond1c1ones. Ya hemos encontrado antes este tipo de contradicción
deja de ser un asunto ambiguo desde cualquiera de los dos puntos de vista. Ésta La movilidad espacial de las mercancfas depende de la creación de una red ·d~
es la condición fundamental para entender la movilidad del trabajo. E.3 la condi· transporte q~e no se mueva ~n el espacio. En ambos casos, las barreras espaciales
ci6n que seguirá existiendo en tanto que los trabajadores tengan que vender su se sup;r~n solo por la creación de determinadas estructuras espaciales. Cuando
fuer7.a de trabajo como una mercancía a fin de poder vivir. e~tas ulumas se convierten en barreras, cosa que generalmente sucede con el
tiempo •. ento~ces pode~os ver más claramente cómo es que "la universalidad a
la qut! tiende mcontemblemente [el capital], encuentra limites en su propia na·
3. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL·DINERO
turaleza" (Grundnsse, 1, p. 279) .
. Ciar~ está qu_e el dinero-crédito podrfa vagar libremente por el mundo si estu~
Las diferentes formas de dinero - barras de oro, monedas, billetes, créditos, etc. - vieran hgados duectamente a una mercanda-dinero, como el oro pero la virtud
varían de acuerdo con la facilidad y seguridad con que pueden moverse. Las cer.tra1 del d_inero-crédito ~s que está liberado de estas ataduras: -Por ejemplo,
monedas de oro, con una alta proporción entre el valor y el peso, no resultan d.ebe. necesanamente estar hberado de las restricciones monetarias durante la os-.
muy costosas de mover físicamente, pero el tiempo que toman y los riesgos que cdac16n .~scendente. par.a que se puedan lograr las nuevas configuraciones de la
esto entraña ponen limitaciones definidas. Bajo las circunstancias de los tiempos producc1on y orgamzac16n de la plusvalia. Por la misma razón, está de!;tinado a.
modernos, los dineros-crédito son los más móviles de todos. Pueden moverse de quedar devaluado ~n relación con el dinero "de alta calidad" durante una crjsis.
un lado a otro del mundo tan rápidamente como lo permiten Id información y Entonces se vuelve •~portante en.dónde está situado ese dinero de alta calidad, y
las instrucciones respecto a su uso. La única barrera física está en el sistema de su fuerza como medida del trabajo social. Cuando el oro todavia funciona como
comunicaciones a través del cual se transmiten los mensajes.
Los adelamos en las técnicas de la transferencia de información son por tanto
~ Véast1 De la Haye (1979), quien hace hincapié en las comunicaciones en su introducción a los
tan fundamentales para la acumulación como las revoluciones en el transporte cscmos de Marx sobre el lema que lralamos.
590 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES S91

la única medida de valor, entonces las reservas de oro de los bancos centrales for- 4. LA SITUACIÓN DE LOS PROCESOS DE PRODUCCIÓN
man la base monetaria. Cuando el papel moneda inconvertible, respaldado por
el Estado, funciona come- la única medida del valor dentro de un páÍS, entonces El origen de la plusvalfa está en un proceso de trabajo concreto organizado bajo
la oferta y la calidad del dinero del banco central es el único respaldo interno del relaciones capitalistas de producción e intercambio. La transformaci611 material
dinero-crédito. Los intercambios internacionales ocurren entonces dr. acuerdo de la naturaleza, la producción de valores de uso sociales, ocurre necesariamente
con las fluctuantes proporciont:s de intercambio establecidas entre los diferentes en determinado lugar. Con la única excepción de la industria del transporte (cu-
dineros nacionales. En cualquiera de los dos casos, el valor del trabajo social, ya yo producto es el cambio de situación), la producción de mercancfas esti ligada
sea registrado por las reservas de oro o por la posición de la nación-Estado en el a una situación determinada durante el proceso de trabajo. Las situaciones
mercado de cambios, se convierte en el apoyo fundamental del sistema de crédito. pueden cambiar, sin incurrir en la devaluación del capital empleado, s6lo des-
Cuanto más fuerte es su tipo de cambio o sus reservas de oro, o ambas cosas, más pués de que se ha llevado a cabo el proceso de trabajo. Lo que determina la du;.
libertad de acción tiene el banco central para proporcionar una base monetaria raci¿n de cada proceso de trabajo es el tiempo de rotación reul del capital
firme para el sistema de crédito. Marx se dio perfecta cuenta de la importancia empleado. Cuanto más largos sean estos tiempos de rotación más diílcil serl cam-
de esas relaciones, como se puede ver claramente en sus escritos sobre la forma- biar las ubicaciones, a menos que los componentes de ese capital -máquinas e
ción de las crisis y la "ausencia de lingotes de oro" (El capüal, 111, cap. xxxv). inventarios- se puedan trasladar .con un costo nominal. Los productores
El resultado es el siguiente: mientras que el dinero-crédito puede recorrer el quedan iirmemente arraigados por largos'periodos de tiempo, a causa del capi-
mundo a la misma velocidad que la información relacionada con ellos, también tal fijo con un largo tiempo de rotación que está cristalizado en la propia tierra.
encuentran barreras sociales que les pone la existencia de diferentes dineros na- Se les puede liberar hasta cierto punto de esas restricciones si el Estado u otra
cionales de diferente calidad (dependiendo de la posición del tipo de cambio, las facción del capital (dueños de propiedades, financieros) tienen en sus manos esós
reservas de oro, las polfticas del banco central, y cosas por el estilo). 10 En tiempos elementos del capital fijo y los rentan a los usuarios por un plazo corto.
de crisis. los dineros-crédito se ven obligados a relacionarse de nuevo con una ba- La situación de la producción bajo el capitalismo es un asunto muy intrinca-
se monetaria geográficament~ diferenciada. Cada nación-Estado se esfuerza por do suj<!to a determinaciones múltiples. La ventaja de determinada situaci1n·pa-
proteger su base monuaria para poder asegurar la viabilidad del sistema de cré- ra el capitalista individual depende del costo del capital constante y variable, de
dito. Esto significa incrementar la producción de valor y de plusvalia dentro de la transportadón a los mercados con suficiente demanda efectiva, del costo del
sus fronteras, o apropiarse los valores que se producen en otras partes (por medio capital a interés, el costo y disponibilidad de una serie de servicios subordinados,
de empresa.; coloniales o imperialistas). A esto sigue automáticamente la compe- asi como el precio de la tierra. Estos costos varf an de acuerdo con la munificenciá
tencia interestatal respecto a las corrientes de capital (cualquiera que sea su fonna). de la naturaleza (los recursos "naturales", como se les llama), las condiciones so·
Cada nación-Estado puede entonces encontrar necesario proteger su base r.:ione- dales, políticas y económicas que afectan el valor de la fuerza de trabajo, los costos
taria restringiendo los movimientos de capital (por medio de tarifar. protectoras, de los insumos intermedios, el grado de demanda efectiva, etc. Los productores
subsidios a la producción, controles del tipo de cambio, etc.). El movimiento de también se dedican a la competencia espacial, es decir, la competencia por las
la fuerza de trabajo también puede ser controlado. situaciones y sitios favorables, por el dominio de determinadas zonas de merca-
Sin embargo, toda la lógica se desploma ahora sobre sf misma. A fin de prote- do, etc. Estas consideraciones fueron tratadas, naturalmente, en la teoña bur-
ger la base monetaria que forma los cimientos de los dineros-crédito -la forma guesa de la situación. 11 Nuestra tarea aqui es interpretarlas desde una perspectiva
más móvil de capital- puede ser necesario restringir la movilidad espacial del marxista.
capital en gener.al. Esa situación es inherentemente inestable y contradictoria. La:> "leyes coactivas de la competencia" desempeñan un papel importante en
Además, la inestabilidad genera incertidumbre y una actitud más defensiva de la teorfa de Marx, pero él suele pasar por alto los aspectos espaciales. En el análisis
parte de las autoridades monetarias en las diferentes naciones-Estado. Asi estamos de la renta (véase el cap. IX) se alude a ellos brevemente, y en otras partes se les
en camino de entender cómo, en ausencia de cualquier acuerdo supranacional (del menciona ocasionalmente. De hecho, Marx afirma frecuentemente que es razo·
tipo negociado en Bretton Woods en 1944), el sistema monetario inte~"Ilacional nable dejar para después los detalles de cómo funciona realmente la competencia~
se puede disolver y acabar en el caos a medida que las crisis se desenvuelven geo- Lo que le interesa son las relaciones fundamentales que prevalecen despu& de
gráficamente sobre el escenario mundial. Posteriormente nos ocuparemos de es- que han realizado su función la competencia, la oferta y la. demanda, las fluc-
te tema. tuaciones de precios y todos los demás fenómenos superficiales caracterbticos del
mercado. Para su propósito es suficiente dar por sentada someramente una com-

11 La mejor encuesta sigue siendo la de Isard ( 1976), y la obra más curiosa, wbre rodo en este tema
FJ anAlisis de Mandel en The Second Slump es un instructivo estudio de cómo llegan a juntarse
10
estos prncesos en determinada coyuntura. sigue siendo la de LOsch (1967). '
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES S9S
S92

petenc.ia perfectz.. ¿Qué sucede entonces cuando integramos más explícitamente tas individuales, cuidando sus propios intereses y esforzándose por llevar al máxi-
en el argumento los aspectos espaciales de la competencia? mo sus ganancias bajo las presiones coercitivas de la competencia, suelen
Bajo la competencia, la ventaja relativa de la situación se ~raduce en una ga- ampliar la producción y cambiar de situación hasta el punto que desaparece la
nancia extraordinaria. Este tipo de ganancia, como la que acumulan los capita· capacidad para producir más plusvalfa. Ésta es, s~gún parece, una versión espa-
listas que usan teq1ologías superiores, se puede considerar como una forma de cial de la tesis de Marx de la tasa decreciente de ganancia. 15
plusvalía relativa. La obtienen los capitalistas individuales que venden al precio Este modelo no es partic:ilarmente realista, pero ayuda a identificar algunas
social medio pero producen a costos locales más bajos que el promedio social. Se hipótesis útiles para trabajar. En primer lugar, los procesos que cC'ntribuyen al
debe distinguir de la forma permanente de plusvalía relativa que obtiene la clase "equilibrio espacial" · - que han sido explicados ampliamente en la teorfa bur-
capitalista·en general al declinar el valor de la fuerza de trabajo. Para mantener guesa de la situación- deben verse, desde la perspectiva marxista, como parte
clara la distinción me apegaré a la terminología de la ganancia extraordinaria de los procesos que llevan a las crisis de acumulación. A la inversa, aquellas fuerzas
para indicar la plusvalía rela:iva que pueden obtener los capitalistas individuales de contrapeso (incluyendo las que se desatan en eJ curso de las crisis) que empujan Ja
que gozan de ventajas tecnológicas o de situación. E.n la medid~ en. que los pr~­ economía espacial de la producción a algún estado aparente de desequilibrio
ductores se pueden reubicar a voluntad, la ganancia extraordmana de una si- crónico, desempeñan un papel potencialmente imponante para posponer, limitar o
tuación superior, como la de la tecnología superior, será effmera. Si. por otro lado, resolver las crisis espaciales totales de la acumulación. El sentido general de estas
la ganancia extraordinari<i resulta ser relativamente permanente, entonces se le hipótesis es confirmar que la situación como un momento activo dentro de la circu·
gravará como tierra (situación) o como renta (véase el cap. xi). La tasa de ladón y acumulación totales del capital, a las que posteriormente llamaremos
ganancia para los producLOres capitalistas suele igualarse a través de la.s si- "desarrollo geográfico poco uniforme", junto con la reestructuración radical de la
tuaciones ya sea por la apropiación de la renta o por la movilidad geográfica de economia del espacio del capitalismo, desempeñan un papel vital eri los procesos·
la producción de capital. de formación y resolución de las crisis, y puede haber incluso una "fijación espacial"
Sin embargo, aquí enfocaremos la competencia espacial y la consecuente mo- (como nósotros b. llamamos) de las contradicciones internas del capitalismo.
vilidad geográfica de la producción capitalista. A fin de que tengamos una idea
sobre el lugar a donde se encamina el argumento, comenzaremos con un modelo
sumamente simplificado. Supongamos que tocios los capitalistas hacen girar todos a) La tecnología en comparación con la situación como
los elementos de su capital sobre una base anual, y que están libres para cambiar fuentes de la plusvalía relativa
la situación sin incurrir en ninguna devaluación al final de cada año. Imaginemos,
también, un plano cerrado sobre el cual los capitalistas en competencia con Los capitalistas individuales pueden tener esperanzas de adquirir la plusvalfa
idénticas tecnologías acumulan capital por medio de la producción e intercambio de .... ganancias extraordinarias - adoptando tecnologfas superiores o buscando si-
un producto homogéneo. Supongamos, finalmente, que todos los capitalistas tuaciones superiores. Esto quiere decir que existe una comercialh:ación directa
tienen una información perfecta sobre las oportunidades de obtener ganancias entre los cambios de tecnolC'gfa y los de situación en la búsqueda competitiva de
en ese plano. Al final de cada año los capitalistas pueden trasladarse al interior las ganancias extraordinarias. Los productores que tienen situaciones poco ven-
de una configuración espacial de situaciones de producción que: igualen la tasa de tajosas, por ejemplo, pueden compensarlas adoptando una tecnología superior,
ganancia. Empero, ¿qué hacen entonces con su capital acumulado? Si un capita- y viceversa. Por tanto, las relaciones entre estas dos fuentes potenciales de ganan-
lista amplía su producción y cambia de situación para llevar al máximo la pC>si- cia extraordinaria merecen una consideración más detallada.
bilidad de realizar valores (tanto en la producción como en el intercambio), 1~n· Primero mencionaremos que en ambos casos la ganancia extraordinaria que
tonces los demás capitalistas se ven obligados a hacer lo mismo a fin de defencier acumulan ios capitalistas individuales, en principio, es temporal y desaparece
su posición competitiva. 12 El efecto total a largo plazo, en un plano cerrado, es tan pronto como los demás capitalistas adoptan la misma tecnología o camblan
que la búsqueda de ganancias extraordinarias individuales en esa situación obliga a
la tasa de ganancia media a acercarse cada vez más a cero. Éste es un resultado 15 De aquí se deduce que el eqdlibrio espacial expur.sto en la obra de LOsch Economics o( Loca-
sorpren<lente. Significa que la competencia por la ventaja situacional relativa, lion, con sus pulcras redes hexagonales de zonas mercantiles y sus jerarqufas de lugares centrales, es
en un plano cerrado, bajo condiciones de acumulaci6n, suele producir un esce- un terreno con cero acumulación, que no concuerda en lo absoluto con el modo de producción capi·
nario de producción que es la antftesis de la acumulación ulterior. Los capitalis- talista. Casi no debe sorprendemos que no hayamos visto este tipo de paisajes y el propio L&ch tiene
grandes dificultades para inyrctar din~mica a su argumento. El cambio tecnológico es tratado como
un don externo, un fenómeno inexplicado, cuando lo que realmente hay que mostrar es la forma y el
12 La bibliograiía burguesa sol.ne la lcorfa de la situación está llena de toda clase de discusiones motivo en que las presiones de la competencia inducen al cambjo tecnológico denlro de un sistema si-
insirim:adas sobre Ja:; diferentes formas de competencia espacial. Para poder tratar este tema. yo tuacional. Una investigación más detallada de este punto indica que es imposible lograr el
adopto aqui una versión sumamente simplificada. El problema no es describir los procesos de la com· .. equilibrio espacial". en el sentido burgués. bajo las relaciones sociales del capitalismo, por razones
pclenda. sino llegar a las relaciones sociales que sirven de base a sus resultados. estructurales profundas.
394 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 595

a situaciones igualmente ventajosaa. Bajo condiciones de reubicación instantánea 2) El mercado de mercandas-salario declina en los alrededores, y los provee-
y sin costo, la ganancia extraordinaria debida a la situación seria insignificante, dores locales de dichas mercandas quedan en una posición desfavorable,
excepto en el caso de recursos monopolizables y especiales del tipo que da lugar a la por lo menos temporalmente. En respuesta, pueden introducir innova-
apropiación de la renta. Puesto que existen barreras a la reubicación (el costo, el ciones o cambiar de situación.
tiempo que toma terminar determinado proceso de trabajo, etc.), la acción del e.api- 3) La demanda de medios de producción aumenta localmente, y los provee-
ta! puede producir falas con ventajas situacionales relativas. La anal~gia con el caso dores quedan temporalmente en una situación ventajosa.
de la renta diferencial del segundo tipo es exacta (véase el cap. XI). Las configu-
raciones espaciales relativamente permanentes y con ganancias extraordinarias, Es evidente que hay multitud de efectos de la interacción total, y que le tomará
embotarfan el incentivo de los capitalistas para emprender un cambio tecnológi· algún tiempo a la economia reaccionar y encontrar algún tipo de "equilibrio es-
co en esas situaciones ventajosas, a menos que las ganancias extraordinarias pacial" en que las tasas de ganancia se igualen de nuevo.
fueran gravadas como renta de la tierra. Aqui reafirmamos la tesis explorada en En tercer lugar, las sustituciones dentro de las clasificaciones de capital cons-
el capitulo XI, de que la apropiación de la renta desempeña un papel importante tante y variable debidas al cambio tecnológico tambi~n contribuyen a modificar
para igualar la tasa de ganancia de los productores a través de las situaciones, los cálculos de las ventajas situacionales:
forzando as( a los capitalistas individuales a regresar al camino recto y estrecho
de buscar las ganancias extnu:irdinarias a través del cambio tecnológico. 1) El cambio de trabajo especializado a no especializado (o viceversa), que
Consideremos ahora una situación en que la movilidad del capital de producción viene como consecuencia de los cambios en el proceso de trabajo, modifican
y la apropiación de la renta han igualado la tasa de ganancia a través de todas las la importancia dei acceso a diferentes tipos de oferta de trabajo (en canti-
situaciones dentro de un plano limitado en el cual h:ay una reserva finita de dad y calidad), mientras que la separación entre el diseño y la ejecución
fuerza de trabajo. La acumulación sigue adelante sin restricciones en tamo que puede incluso permitir que se dividan las decisiones de situación para dife.
haya excedentes de fuerza de: trabajo. A medida que se absorben los excedentes rentes f~ses de un proceso de trabajo que por lo demás está integrado.
de trabajo, más y más capitalistas que buscan ganancias extraordinarias se verán 2) La sustitución de un tipo de materia prima por otro tiene consecuencias si-
obligados a adoptar nuevas tecnologlas. &tas modifican y trastornan las condiciones tuacionales directas, dependiendo de la disponibilidad de esas materias
bajo las cuales se logró el equilibrio espacial anterior (definido como compens.1.ción primas en forma natural.
de la tasa de ganancia). La competencia espacial se reactiva en diversas formas: 3) Los cambios en las técnicas modifican el grado en que se depende de
Prim.ero, los productores que tienen tecnologías superiores pueden extender sus restricciones espaciales globales; la energfa hidráulica permite situaciones
mercados a expensas de otros que se ven obligados entonces a responder, ya sea en pequeña escala, restringidas pero dispersas espacialmente, la máquina
cambiando de situación o adoptando la nueva tecnología. Si la nueva tecnología de vapor liberó la producción de esas restricciones pero ligó la situación
afecta a las economías de escala y es neutral respecto al valor de la fuerza de tra- más estrechamente a formas de transporte más convenientes. mientTJ.s que
bajo (o sea, no da lugar a la forma permanente de plusvalfa absoluta), entonces la energia eléctrica permite dispersar o concentrar la producción casi sin
la plusvalía producida en el plano permanece constante. Simplemente se le re· restricciones como el caso to requiera (cf. El capital, 1, pp. 307-308).
distribuye. Si la nueva tecnologfa requiere un aumento en el capital adelantado,
entonces la tasa de ganancia media declina, aunque el capitalista individual pri· En cuarto lugar, el cambio tecnológico y de organización - cooperación, la di-
vilegiado todavia está en posibilidad de o~tener ganancias extraordinarias. Aquf visión detallada del trabajo y el empleo de maquinaria- suelen promover el
vemos dt! nuevo en acción el aspecto espacial de la tasa decreciente de ganancia. aumento de la concentración de las actividades de producción. Las economfas
Para que se estabilice la tasa de ganancia es necesario sacar c!.e los negocios a al· de escala :efuerzan un:t tendencia que quizá también sea fomentada por lacre-
gunos competidores, y esto significa una devaluación específica del lugar. ciente centralización del capital (véase el cap. v). La creciente interdepen-
En segundo lugar, cuando los productores aumentan las composiciones tl!cni· dencia dentro de la división del trabajo (en oposición a la competencia por el
cas y de valor de los capitales que emplean, entonces se producen tres efectos re· control de mercados espacialmente distintos) significa que los cambios tecnológicos y
lacionados: de organización bien pueden llevar a la aglomeración de actividades dentro de
los grandes centros urbanos. Marx hace alusión frecuentemente a estos procesos
1) La demanda de fuerza de trabajo en los alrededores de los innovadores pero también señala que la cooperación "permite extender el radio de acción del
pueden bajar, provocando el desempleo y la disminución de los salarios, trabajo" mientras que la di.risión social del trabajo y la apertura de nuevas lineas
asi como las oportunidades adicionales de adquirir plusvalfa relativa sobre de productos estimula la dil'isión territorial y la dispersión geográfica del trabajo
la base de condiciones favorables a la expansión del mercado de trabajo lo- (El capital, I, p. 265). La tensión entre la concentración geográfica de la pro-
cal (por el momento damos por sentado que no hay movilidad de la fuerza ducción, y la especialización y dispersión territoriales, es muy evidente y no se
de trabajo). puede entender independientemente de la dinámica tecnológica relacionada
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 597
!196 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES

Los capitalistas individuales se pueden ir a otro lado sin incurrir en deva-


con la acumulación de capital. Esos efectos geográficos a su vez crean oportuni- luación, sólo bajo la circunstancia, pero es probable, de qu~ lleguen a su término
dades para que los capitalistas individuales adquieran ganancias extraordinarias simultáneamente todos los tiempos de rotación y periodos de trabajo del capital
(temporalmem:e) por medio de cambios de situación. . ~ que emplean (variable, constante, fijo, etc.). La falta de simultaneidad significa
La conclusión general que se puede sacar de todo lo anterior es qu~ la bus· algún grado de devaluación que siempre traen consigo las mudanzas. La única
queda de las ganancias extraordinarias po~ medio del ~am~io tecnológ1~0 no es pregunta es: ¿qué grado tiene la devaluación, y qué efectos ciene? Una regla de
independiente de la búsqueda de ganancias extraordmanas por medio de la reubicación "racional" tendria simplemente que ganar en plusvalía más de lo
reubicación. En la medida en que se eliminan las oportunidades de obtener ga- que se perdió por la devaluación ocasionada por la mudanza. Sin embargo, ¿qué
nancias extraordinarias debido a la situación (por la movilidad de la producciór1 procesos sociales garantizan que el capitalismo puede acercarse a poner en vigor
0 por la apropiación de la renta), los capitalistas individuales se ven obligados a esa regla racional?
buscarlas por medio de los cambios. t~cnológic?s. Estos últ.hno~ generalm~nte La amenaza de la devaluación impone restricciones al ritmo del cambio tec-
crean nuevas oportunidades de adqumr ganancias extraordmanas de la ubica- nológico y a la velocidad del ajuste situacional. Cuanto más largos sean lo ciempos
ción. Dicho en otra forma, cuanto más se acerque la producción a algún equi- de rotación, mayor será la int=rcia geográfica y temporal dentro de la economfa
librio espacial (por ejemplo, la compensación de las tasas de ganancia e? di.ver- espacial de la producción. El efecto es escabilizar el paisaje de la producción;
sas siu~ciones), mayor será el incentivo competitivo para que los. capitalistas una influencia de contrapeso no totalmente indeseable a la tendencia hacia la
individuales alteren la base de ese equilibrio espacial. La competencia, podemos inestabilidad frenética que se señaló en la :;ecció11 anterior, pero entonces surgen
decir como conclusión, promueve simultáneamente cambios en las. configura- problemas de otro tipo.
ciones espaciales de producción, cambios en la~ mezclas tecnológica~, la ~e­ Las industrias que emplean grandes cantidades de capital f~o no pueden
estructuración de las relaciones de valor y cambios temporales en la dinámica reubicarse fácilmente. En un sistema de producción caracterizado por la inter-
global de la acumulación. El aspecto espacial de la competen~ia es u~ in.~ediente dependencia y la competencia, los diferenciales en los tiempos de rotación entre
activo en esta mezcla de fuerzas volátiles. A falta de cualquier restncc1on de las las industrias, las estructuras específicas de aglomeración y dispc:rsión, y cosas
fuerzas compen:;atorias, la búsqueda individual de las ganancias extraordinarias por el estilo. abundan los problemas de coordinación y las barreras a la reorgani-.
mantendrfa la economfa espacial de la producción capitalista en un est¿;do que zación espacial de la producción se multiplican en grado correspondiente. El es-
se parecería a un juego incoherente y frenético de las sillas v~cfas.
11
•• pacio y la ubicación aparecen entonces como fuentes activas de plusvalfa a los
Esta conclusión se modifica en la medida en que se relajan las supos1c1ones capitalistas individuales. Por la misma razón, la amenaza de devaluación que
iniciales de una oferta de trabajo fija y un plano limitado. Bajo condiciones de trae consigo la reorganización espacial pare-:e aún más grande. El efecto puede
excedentes de trabajo y de una tasa de explotación alta, el incentivo de la com· ser que se incline la balanza de la inestabilidad crónica hacia el estancamiento
petencia para cambiar de tecnologia o de situación se reduce mucho, mientras situacional. Aquí encontramos una versión aún más profunda de esa contradic-
que en un plano sin limitaciones las condiciones que prev~lecen en la fro.1tera ción que acosa ·a la circulación del capital fijo. El capitalismo confla cada vez.
geográfica del capitalismo llegan a ser importantes. Existen, además, otr~s más en el capital fijo (incluyendo el que está incrustado en u!l paisajt especifico
influencias que suelen estabilizar las pautas de situación. Pasemos ahora a cons1 · de producción) para revolucionar el valor de la productivi<lad del trabajo, y lo
derarla~. único que encuentra es que su calidad de fijo {la distribución geográfica especi-
fica) se conviene en la barrera que hay que superar. La tensión entre la inesta-
bilidad generada por el capital recién formado y el estancamiento relacionado con
b) Tiempo de rotación del capital en producción; la inercia geográfica las inversiones pasadas, siempre está presente dentro de la geogrz.fia de la pro-
y temporal y el problema de la devaluad6n du~ción capitalista.
Aquí está una base para entender los procesos de la formación y resolución de
Los diferentes elementos del capital empleados en la producción dan la vuelta a las crisis dentro de la economía espacial de la producción capitalista. Un rompi-
velocidad diferente dentro de las diferentes industrias. Cuanto más largos sean m:ento con las mezclas tecnológicas pasadas y las configuraciones espaciales pasadas
esos tiempos de rotación, mayor será la inercia geográfica y temporal dentro de a menudo provoca una devaluación masiva, pero el hecho de no "racionaliz&.r" las
la economfa espacial de la producción capitalista. Lo que impone especifica· mezclas tecnológicas y las configuraciones espaciales sirve de base a las crisis de
mente la inercia es la amenaza de devaluación. acumulación excesiva. La devaluación general que ocurre en el curso de las crisis
"libera" capital para establecer nuevas tecnologías y nuevas estructur;¡,s espa-
14 Ésle es un paralelo de la tesis burguesa, presentad~ por primer~ vez por K~pmans Y.Beckman.
de que no hay un conjumo de precios que asegure la as1gnac16n ópt~ma de ~cuv1d.ades a Sllua.<.:1f.·n~
c:.iales simultáneamente,~~ pero ahora tenemos que añadir otra falla más a esta
bajo condiciones de ganancias máximas descentralizadas cuando las mst~lac1oncs snu_adas son mtl1~1·
sibles y enlazables en cu.alquier forma. El fracaso del sistema de precios hace aqu1 qu~ cualqmcr l~ E·fü• tc-ma ha siclu explorado recientemente por Massc}' (1979) y Walker y Slorper (1981).
pauta de siluación sea ineslable.
---\.,,
1

598 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 599

imagen ya tan compleja. La de\'aluaci<m es siempre, como ya hemos visto, cristaliza en un sistema sumamente especializado que enla,a agentes económicos
especifica de un lugar. No tiene que extenderse uniformemente por todo el pla· que realizaa cada papel separadamente o en combinaciones limitadas. 16
no. Dt:" hecho, la naturaleza misma de la competencia espacial asegura que las La forma en que funciona este sistema no se puede entender .;in invocar los
ganancias extraordinarias de un lugar se obtendrán a expensas de pérdidas por elementos de la distribución, tales como renta, interés e impuestos. La renta (véase
devaluación en otro lado. Por tanto, las crisis se desenvuelven con efectos dife· el cap. XI) es la base del precio de la tierra y opera asignando capital y traba-
renciales a travé.i; de la superficie del plano. jo a la tierra, sirve de guia a la situación de la producción, intercambio y consu-
mo futuros, fija la división geográfica del trabajo y la organización espacial de la
reproducción social. &to se a plica únicamente en la medida en que la tierra se
5. LA CONFIGURACIÓN ESPACIAL DE LOS AMBIENTES convierte en una forma pura de cÁpital ficticio. Los tltulos de propiedad de la
CONSTRUIDOS tierra se deben intercambiar libremente como un bien financiero puro. La renta
se asimila entonces como una forma de interés que se identifica espedficamente con
Si los productores capitalistas pueden comprar los valores de uso que van ligados los atributos de situación. El capital-dinero, por su parte, también se puede
al capital incrustado en la tierra.sobre una base anual o "libre para el servicio", conv<:rtir en un valor de uso material y prestarse como tal a cambio de un pago
entonces pueden cambiar la situación más fácilmente, sin incurrir en los fuertes de intereses (véase el cap. VIII). Por tanto, el capital a interés puede circular
castigos de la devaluación. Por tanto, es ventajoso para ellos que otra persona directamente a través del ambiente construido, los ingresos que se generan asl se
sea dueña del capital incrustado en la tierra. &ta ventaja -que se aplica a todos pueden capitalizar y los dtulos de propiedad se pueden intercambiar. El Estado
los demás agentes económicos, como comerciantes, financieros e incluso traba· puede también facilitar la circulación de capital en el ambiente construido emi·
jadores- se realiza cuando una porción del capital total circula a través del am- tiendo bonos contra ingresos futuros por concepto de impuestos. Estos últimos
biente construido como "capital fijo de un tipo independiente" (véase el cap. también se pueden capitalizar y convertir en formas de capita' ficticio.
Vlll). El principio general que se aplica es éste: tanto el capital como el trabajo Dentro de tOdo este sistema, la circulación del capital a interés desempeña un
pueden llegar a tener más movilidad geográfica al precio de congelar en un lu · papel hegemónico. El poder del capital-dineto se ~jerce continuamente sobre todas
gar a una porción del capital sociala total. las facet~s de la producción y realización, al mismo tiempo que las situaciones
Esa situación es inherentemente conflictiva. Si la porción del capital que está espaciales caen dentro de su órbita. Elsistema de crédito afecta los mercados de
libre para moverse aprovecha plenamente su movilidad potencial, entonces la tierra y de propiedad y la circulación de la deuda estatal. Asl se ejerce presión
otra porción del capital que está encerrada en un lugar seguramente sufrirá todo sobre los terratenientes, fraccionadores, constructores, el Estado y los usuarios.
tipo de revaluaciones inciertas (tanto aurr.entos como disminuciones). Si el capi· Además, la formación de capital ficti.cio permite que el capital a interés fluya en
tal que está enct:rrado dentro del ambiente construido es propiedad de un sector forma continua relacionada con el uso diario de los valores de uso fijos, inmóviles y
separado del capital, entonces está preparado el escenario para el conflicro entre de larga duración. Los títulos que dan derecho a esos ingresos pueden incluso
sectore;. circular por el mercadci mundial aunque los propios bienes no pueden moverse.
Veamos cómo sucede todo e:;to. Esto tiene multitud de ventajas. La brecha que existe entre la necesidad de pro-
Las necesidades peculiares de circufación del capital a través del ambiente ducción y las posibilidades de realización se puede vigilar continuamente bajo la
construido han dado lugar <1 la evolución de un tipo especial de sistema de pro· forma de fluctuaciones en las rentas, tasas de interés e impuestos, mientras que
ducción y realización que define nuevos papeles para los agentes económicos. los mercados de tierras, de propiedades y de deudas del gobierno proporcionan
Los terratenientes reciben renta, los fraccionadores reciben incrementos !m la s·~ñales elaboradas para la inversión y desinversión de un lugar a otro. Se pueden
renta sobre la base de las mejoras, los constructores perciben ganancias de la evitar las devaluaciones importantes que ocurren de golpe permitiendo múltiples
empresa, losfinancieros proporcionan el capital-dinero a cambio del interés, al ajustes de precios de menor cuantía durante la vida de algún bien fijo e inmóvil.
mismo tiempo que pueden capitalizar cualquier forma de ingresos provenientes Los inversionistas pueden introducir o retirar capital-dinero en cualquier mo-
del uso del ambiente construido dentro de un capital fict'icio (precio de pro· mento (a veces con una ganancia y a veces con una pérdida). El riesgo omnipre·
piedad), y el Estado puede usar los impuestos (presentes o futuros) como respal· ser1te de la devaluación también se puede socializar parcialmente porquf' una
do de las inversiones que el capital no puede o no quiere emprender pe,.o que a pérdida grave aqu{ puede quedar más que compensada por determinada ganancia
pesar de todo sirven para ampliar la base de la circulación del capital. Estos papeles más allá. Además, si llegan a ocurrir devaluaciones masivas localizadas, se
existen sin importar quién los desempeña. Cuando los capitalistas e-empran puedtn absorber parcialmente dentro de! sistema de crédito o por el E.stado.
tierra, la fraccionan y construyen sobre ella usando su propio dinero, entonces Lai, intrincadas mediaciones de los diversos agentes económicos que se apro-
asumen múltipl.es papeles, pero cuanto más capital adelanten dentro de este tipo
de actividad. menos tendrán para ponerlo a producir directamente. Por esta ra- 16 Topalov (1974) y Lamarche (1976) proporcionan análisis de este sistema p1;-a la producción de
zón, la_producción y mantenimiento de los ambientes construidos, a menudo se amb:cmes construidos.
1.

400 PROUUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES


PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 401

pian de los ingresos de diferentes tipos caen dentro de una estructura común, la suelta a la c..propiación de la plusvalía de parte de los terratenientes, fracciona-
del sistema de crédito, que realiza funciones fundamentales de coordinacil>n (véase dores, financieros y otros semejantes (ninguno de los cuales, con la excepción de
el cap. IX). El efecto es reducir el tiempo y el espacio a una ml:trica común los constructores, organiza la producción real de la plusvalfa). En particular, es-
determinada socialr.1ente: la tasa de interés, que en sí misma es una representación to suscita la pregunta siguiente: ¿qué cantidad de apropiación es apropiada? NÓ
del valor en movimiento. Los horizontes temporales y geográficos del flujo de ca- hay una respuesta clara para esto·, e incluso si la hubiera no hay una garantla de
pital quedan definidos simultáneamente. Por ejemplo, se toman recursos de h que las fuerzas que están en movimiento bajo el capitalismo podrían dar esa res-
tierra y se ocupan terrenos en la periferia e.-i proporciones dictadas por la tasa de puesta alguna vez. De aquí surge la persistente preocupación de que podrla circu-
interés prevaleciente, más bien que de acuerdo con alguna otra concepción del lar demasiado capital en tierra improductiva y en especulación con propiedades
bienestar actual o futuro. Además, las fluctuaciones en las tasas de interés -qu~ o en la deuda del Estado, a expensas de la verdadera producción de plusvaUa.
son eila& mismas un producto de la acumulación obtenida al explotar la fucrz.a ¿Por qué tolerar entonces la existencia ue ese ejército de especuladores en
de trabajo (pp. 296-3Q5 de este libro)- hacen que los horizontes temporales y bienes raíces, corredores de bienes raíces y otros personajes semejantes? La respuesta
geográficos del flujo de capital se extiendan hacia afuera o se contraigan. ya debe de ser evidente para ahora: la especulación en tierras, los mercados de pro-
Demro de estt: sistema general súrge ~ma serie de tipos especiales d(' arreglos piedades y la especulación con la deuda del gobierno son males necesarios. Sin duda
institucionales cue se ocupan de los problemas cotidianos de la coordinaci5n en la especulación excesiva desvía el capital de la producción real y en consecuencia
la producción, ~so, transformación y abandono de elementos particulares den· se lleva su merecido con la devaluación, pero el hecho de recortar la especula·
tro del ambiente construido. 17 Por ejemplo, "red-lining" por las instituciones fi. ción tiene resultados igualmente ofensivos desde el punto de vista del capitalis-
nancieras y la renovación urbana a menudo provocan un abandono organiza- mo. Se restringirfa la transformación de las configuraciones espaciales en el
do. El Estado también establece estrategias de planeación urbana y regional y ambiente construido y no habría esperanza de que se materializar:t el paisaje
canaliza, d~ acuerdo a ellas, las inversiones públicas y privadas. Surgen regla- físico necesario para la acumulación futura. Sería bueno que existiera algún t~r­
mentaciones leg?.les y administrativas para controlar y fomentar los beneficios mino medio entre estos dos extremos, pero no la hay. La especulación desatada y
interactivos y los costos de diferentes tipos de usos de la tierra próxima. Los la apropiación sin control, aunque son costosos para el capital y le "chupan la
arreglos de este tipo modifican los mecanismos básicos de los mercados de tierras sangre" al trabajo, generan el fermento caótico del cual pueden surgir nuevas
y de propiedadef., fundados en el intercambio de capitales fictidos. El efeuo es configuraciones espaciales. Las reestructuraciones especulativas logradas en fases de
la creación de una jerarquía de medios para la producción, modificación y crédito fácil y de expansión tienen que ser racionalizadas en el curso de las crisis
transfonnación de las configuraciones espaciales (estos medios pueden provenir siguientes. Las olas de especulación en la creación de nuevas configuraciones es·
del Estado, de las instituciones o del mercado). paciales son tan vitales para la supervivencia del capitalismo como otras fonnas
El propósito general de estos arreglos tan intrincados, es establece.r medios y de especulación. Además, en vista de su forma, no hay duda de que los procesos
formas independientes ele circulación que den forma a las configuraciones espa- que hemos considerado aqui pueden contribuir con demasiada facilidad a la lo-
ciales del ambiente construido, para qur:! se ajusten a los diverSQs requerimientos cur2. que se manifiesta periódicamente dentro del sistema de crédito. Podemos
del capital y del trabajo en general. Sin embargo, este grandioso objetivo se sacar la firme conclusión de que la creación de configuraciones espaciales y la
logra a un costo tremendo. Por ejemplo, la apropiación de la renta fomenta la ilu· circulación de capital en el ambiente construido es un momento sumamente ac-
sión fetichista de que la tierra e incluso la situación p~oduce valor d~rectan:iente. tivo en los procesos generales de formación y resolución de las crisis.
Otras ilusiones similares rodean a los mercados de propiedades y a la c1rculac1ón de
la deuda del gobierno. Los capitales ficticios son, después de todo, fi.:ticios.
La circulación <le tltulos que dan d·!recho al trabajo futuro es inherentemente
6. LA TERRITORIALIDAD DE i..AS INFRAESTRUCTURAS
especulativa. Todo el sistema de relaciones sobre el cual está basado la produc-
SOCIALES
ción de configuraciones espaciales en el ambiente construido suele facilitar, y en
ocasiones exacerbar, los ataques de loca especulación a los cuales está propenso Lds infraestructuras sociales que dan apoyo a la vida y al trabajo en el capita-
en cualquier caso el sistema de crédito. Ademá~. las luchas faccionales a propósito lismo no fueron creadas de la noche a la mañana, y requieren cierta profundidad
de la distribución -entre terratenientes, fraccionadores, financieros, construc· y estabilidad para dar resultados. Asimismo, están diferenciadas geográficamente.
tores y el Estado- pueden degenerar fácilmente en perversas sangrías con rernl- El cómo y el por qué son asi es problema de la historia, pe::o hay fuerzas podero-
tados materiales que a menudo tienen poco o·nada que ver con las ne•:esidades ns en movimiento dentro de la lógica del capitalismo que las mantiene en esa
reales del capital y del trabajo en general. Según parece, hay algo perverso en forma. Estas fuerzas merecen alguna aclaración.
tratar de crear condiciones físicas favorables a la acumulación dando rienda Las infraestructuras sociales y las instituciones del capitalismo son increl-
blemente Jiversas y llenan una serie de funciones. Regulan los contratos, el in-
17 Véanse Dcar y Scolt (1981) y Scott (1980). tercambio, el dinero y el crédito, así como la competencia entre los cafitalis-
402 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 405

tas, la centralización de capitales, las condiciones del trabajo (como la jornada plusvalías, y bajo el capitalismo eso significa que se apoyan en la producción de
de trabajo) y varir:>s otros aspectos de la relación entre el capital y el trabajo. A plusvalfa. Desde este punto de vista, no se les puede interpretar en ninguna otra for-
menudo definen determinadas estructuras de la lucha de clases. Proporcionan m:i que como superestructuras erigidas sobre una base económica. 18 Por tanto, la
los medios para obtener conocimientos ciemificos y técnicos, nuevas técnicas admi· circulación del valor, que apoya las infraestructuras sociales y la gente que se
nistrativas y nuevos medios para facilitar el cobro, almacenamiento y comunicación empJea en ellas, integra los procesos materiales de producción de plusvalfa en el
de la información. También abarcan la serie de instituciones que contribuyen a 11 lugar de trabajo y con la perpetuación de dichas infraestructuras.
reproduc:ción de la fuerza de trabajo (~crvicios de salud, educación, servicios so- La forma de conceptualizar esta relación es un problema. En un extremo es-
ciales, etc.) y a la vida cultural en todos sus matizados aspectos (incluyendo los <le la t:1n aquellos que insisten en el poder independiente y la autonomía relativa de la
burguesía). Ofrecen mc:dios de control ideológico así como foros para el debate organización de las infraestructuras sociales en relación con la base económica
ideológico. Algo más siniestro son los medios de vigilancia y represión, que (lo cual implica el poder para imponer impuestos a la plusvalía sin restricciones).
siempre son el último recurso cuando la sociedad se ve empujada al interior de la En el otro, están aquellos que ven las infraestructuras sociales como meros reflejos de
caldera de un fiero conflicto de clases. los requerimientos de la acumulación (lo cual niega los intrincados lazos y la im·
Un inmenso ejército de gente se emplea en la preservación y el acrecentamien- portan;:ia de la historia y la tradición). 19 Bajo el ú~timo concepto, el problema de
to de esas infraestructuras e in,:;tituriones sociales, que se coaligan, a veces estrc·· la organización geográfica resultaria discutible en gran parte; la territorialidad
chame:ne v a veces no, dentro de un sist·~ma de relaciones sociales de un tipu de las infraestructuras sociales reflejarla simplemente las necesidades de la divi-
particular ~n un tiempo y lugar determinados. Una disección correcta de esas re· sión geográfü:a del trabajo y otras facetas de la organización espacial requerida
lacionc:; sociales (y de sus contradicciones intenas) requiere mucha más considt· por e! capital. Ninguno de los dos conceptos es satisfactorio y necesitamos salir
ració:i de la que nos podemos dar el lujo de exponer aquí. Sin embargo, se debe en alguna fonna del atolladero.
aventurar algo a fin <le idcmificar las prindpales fuerzas que gobiernan su evolu· La circulación del capital, como hemos argumentado a lo largo de toda esta
ción espacial. Au;ique no son tan fáciles de dctem1inar, y por cierto son más ne- obra, debe considerarse como un proceso continuo de expansión del valor. La cir·
bulosos las infrJestructuras sociales" los ambientes construidos exhibt•n ciertos culación de lus valores a través de las infraestructuras sociales es sólo un momento
paralel~s en las relaciones que tien~n con la circulación de capital. A •::onti·
.¡ en este proceso total. Debemos ahora descubrir el significado de ese momento en
nuación examinaremos detalladamente esa idea. i relación con el proceso total.
Los diferemes elementos de la inf raesl rucLura social se· funden para formilr .¡ Los valores gravados d~I capital que fluy,,. para apoyar las infraestructuras so·
una especie de "complejo de recursos humanos", que es mayor qu<' la mera suma da.es regresan al Cilpita! en forma de una demanda efectiva de mercandas que
de sus panes. Ese complejo de recursos es difícil de cambiar, aunque súlo sea por produc.en los capitalistas. En esto no hay pérdida de capital. Lo~ que están
el fuerte lazo de elementos aparc·ntemcme diferentes que hay dentro <le él; lm. empleados aparecen entonces como meras "clases consumidoras" y como tales
fuertes lazos entre la religión y la educación son un buen ejemplo. Sólo por esta ra· pueden desempeñar ocasionalmente un papel para contrarrestar los problemas
zón, c1 "complejo de recursos humanos" no se ajusta instantáneamente de ning11na 1 de la desproporción, etc. (véase el capitulo 111). Empero, el tiempo absorbido por
manera a los rc<¡ucrimicmos del capirnl. Forma parte del amoicnLe geográfico la circulad(>n del valor en las infraestructuras sociales es tiempo perdido para la
humano, al cual se debe adaptur en cieno grado el capital. Aclernás, es suma· producción de plusvalía. El d'!mpo total de rotación del capital se extiende a través
mente sensible a cualquier matiz en la hiswria cultural, racial, étnica, religiosa y de la expansión de esta esfera de circulación, para detrimento de la expansión de
lingüística. Las relaciones sociales del capitalismo, por ejemplo, se incubaron los valores. Además. existe la posibilidad de hacer toda clase de redistribuciones
denLro del vientre de alguna sociedad preexistente o fueron impuestas por la geográficas. El "impuesto" sobre la plusvalía producida en un lugar puede volver
fuerza desde el exterior en años po:neriores. Las infraestructuras sociales ya dife- a surgir como una demanda efectiva en el otro lado del mundo, esto sucede con
renciadas fueron las "materias primas" con las cuales se tuvo que dar forma a organizaciones como la Iglesia Católica Romana lo mismo que con el Bank of
nuevos complejos de recursos humanos. La calidad de las materias primas iniciales Amcrica. Pueden surgir centros de consumo que no tienen ninguna base en la
se puede discernir por los resultados, y la forma e historia de la organización de los producción local de plusvalía. Esos centros, poblados en su mayor }Jarte por las
elementos de la infraestructura social .1segura que exisLan centros de poder "cla~;es consumidoras", pueden llegar a estar identificados principalmente con
político y arreglos territoriales que no son <le ninguna manera expresiones direc· funciones de infraestructura social de tipo ideológico, administrativo, de investi-
tas de las relaciones sociales ciel capitalismo. Esto se aplica particularmente al gación, etc. Los principios que gobiernan esas redistribuciones geográficas de los
aparaLo estatal, a la administrat:ión, a la religión organizada, etcétera.
Sin embargo, nuestra tesis es que la circulación de capital transforma, crea,
IS Yo he visco cálculos que muestran que el capilalismo reproduce el total de toda su riqueza cada
sostiene e incluso resucita ciertas ir; fraestructuras so dales a expensas de otras. Es siete años.
difícil decir cómo sucede esto exactamente, pero la línea general de la interconexión 19 Para un t>jr111plo de esa opinión, véa11.11· Ahhusscr y Dalibar (1970); Cohen (1978); Poulantzas

es suficientemente clara. La~ infraestrucLUras sociales tienen que apoyarse en las (l!Ji5: 197~) y J'h11111pson (1978).
404 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 405

que van a las infraestructuras sociales no tienen ninguna relación con el mejora- •-.
flujos de valor a través de las iufraestructuras sociales son difkiles de establecer.
Aparte de la restricción general del tiempo de rotación (que se vuelve maleable a miento de la producción de valor, y tienen mucho que ver con la círculaci6n de
medida que aumenta la facilidad del movimiento geográfico), las redistribu- los ingresos. Los capitalistas se pueden ver obligados por las "clases consumido·
ciones geográficas parecen arbitrarias y accidentales en el peor de los casos, y en ras" a aportar plusvalía, ya que éstas han adquirido en alguna fonna el poder
el mejor de los casos parecen ser el resultado de luchas de clases entre facciones polftico para imponer impuestos. Las clases trabajadoras pueden también obli-
de la burguesía (incluyendo a las "clases consumidoras" que tienen intereses garlos a hacerlo. La inversión en control ideológico y en represión, por ejemplo,
espedficos propios). Algunas de estas redistribuciones se pueden definir a si mismas está relacionada con la amenaza de una resistencia de la clase trabajadora organi-
geográficamente con el nombre de una ciudad, región, o nación-Estado. En el zada, mientras que la necesidad de integrar y de pasar a sus filas a los trabajadores
próximo capitulo volveremos a trata"' este tema. por medio de gastos sociales surge sólo cuando los trabajadores han acumulado su-
La circulación del valor a través de las infraestructuras sociales puede tener ficiente poder para requerir la elección sumaria.
también repercusiones directas e indirectas sobre la producción de plusvalía. Sin embargo, desde el punto de vista de la acumulación, la inversión en infra-
Aunque es dificil señalarlo con precisión, el concepto de la "productividad" de estructuras sociales no es una pérdida de capital, siempre y cuando el aumento
flujos de- valor al interior de las infraestructuras sociales no es redundante de nin- !!n la producción de plusvalía logrado como consecuencia de las mejoras en las
guna manera {el paralelo con la inversión pública en infraestructuras ffsicas nos condiciones soc~ales contrarreste sobradamente el aumento en el tiempo de rotación
viene a la mente dt. inmediato). Las mejoras en las condiciones sociales para la Jel capital. Esto nos da una regla útil para evaluar el papel de este "momento"
producción de plusvalía puede tener importantes efectos a largo plazo. Las me- particular en la circulación total del valor.
joras en la calidad y cantidad de la fuerza de trabajo por medio de servicios de- A menudo toma largo tiempo hacer mejoras en las condiciones sociales. :E:stas
salud y educación, asf como a través de multitud de medios intangibles que absorben valor durante un periodo de tiempo y generan benefic~os mucho más
afectan la disciplina, la ética del trabajo, el respeto a la autoridad, la concien- tarde y por largos periodos (por ejemplo, toma muchos años socializar y educar a
cia, y cosas por el estilo, puede tener un efecto saludable sobre la producción de un trabajador). Esto hace que la inversión en infraestn:..cturas sociales sea un
plusvalía. Además, si los trabajadores se muestran inquietos o recalcitrallles ¿por campo ideal para la absorción del capital excedente acumulado, retardando así
qué predicarles desde la prensa o el púlpito, o intimidarlos aplicándoles san-
ciones morales, o fuerza legal o represiva? Por tanto, algunas de las corrientes 2. l la devaluación, ya que durante el periodo de inversión no hay disminución de la
demanda efectiva. Puesto que las diferentes clase; de inversión social dan resul-
la infraestructura social se pueden ver romo inversiones diseñadas para fomentar las
condiciones sociales favorables a la producción de plusvalia. El mismo principio
l tado en diferentes lapsos de tiempo, el manejo fiscal apropiado <lel Estado alarga
mucho la perspectiva de estabilización del proceso de acumulación.
se aplica cuando las corriente~ a la administración y reglamentación ayudan a Sin embargo, en el análisis final surgen aquf exactamente los mismos dilemas
mantener la seguridad y suavidad de un proceso de rotación acelerado de capi· 1 que e'l la inversión en el ambiente construido. Puesto que la mejoría en las condi-
tal. Las corrientes para apoyar la investigación cientrfica y técnica, para citar só-
lo otro -.:aso, pueden volver también directamente a la esfera de la producción
como una fuerza material (tecnologfas nuevas). No puede negarse la inmensa
lJ ciones sociales da lugar al incremento en la producción de plusvalfa, el problema
fundamental de la acumulación excesiva se exacerba. Por otro lado, si la
mejorfa en las condiciones sociales no lleva a ese aumento, entonces la inversión
importancia del "momento" infraestructura) social en el proceso de circulació:..1 1 se debe considerar improductiva y el valor absorbido en ella se pierde efecti-
1 vamente. La devaluación del capital debida a la circulaci6n improductiva a
total del capital. 1
Las corrientes de valor de este tipo no producen plusvalía por sí mismas. -~ travé~ de las infraestructuras sociales llega a ser una posibilidad muy real. No
Simplemente fomeman las condiciones para la producción de plusvalfa. El obstante, el hecho de que las inversiones sean o no productivas no depende de sus
problema que persigue a los capitalistas, al igual que a nosotros, es identificar cualidades inherentes, sino de la capacidad de los capitalistas para apro-
las condiciones, medios y circunstancias que permiten que se realice este poten· vecharlas; la educación de una fuerza de trabajo especializada resulta inútil si se
cial. En la medida en que esto les beneficie, los capitalistas individuales pueden modifica el proceso de trabajo de tal manera que requiera fuerza de trabajo no
tratar de limitar las inversiones en infraestructuras sociales y asf fomentar la in- especializada. Por esta razón, lo que inicialmente pareda un mecanismc fácil
vestigación y desarrollo, mejorar la calidad de la fuerza de trabajo (servicios de para la estabilización de la acumulación, se convierte en un pantano de incerti·
salud, entrenamiento, etc.), pero como muchos de los beneficios son tan incier· dumbre, al que vuelven suficientemente real las crisis fiscales periódicas en los
tos como difusos, los capitalistas tienen que constituirse en una clase gastos sociales del Estado. 20
-generalmente por medio del Estado- y as( encontrar medios colectivos para Las inversiones de este tipo muestran una pecJiiaiidad adicional. No se des-
satisfacer sus necesidades. Puesto que el Estado es un campo general de la lucha gastan con el uso (como las máquinas) per'l, como las mejoras en la fertilidad de
de clases, resulta imposible discernir directamente cuáles de las corrientes de valor la tierra, se pueden ir incrementando a través del tiempo como bienes renovables
que están hajo su égida representan las necesidades inmediatas del capital y
cuáles resultan de presiones ejercidas por otras clases. Muchas de las corrientes 2 º O'Connor ( I97S) proporciona un interesante análisis.
406 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFJGURACIONES ESPACIALES 407

en vez ele agotables. Los avances en el conocimiento ciendfico no se desgastan, ni los Esta imagen general se debe modificar en la medida en que los diversos aspectos
avances en el refinamiento juriúico, las tácticas educacionales, la destreza técnica en de la infraestructura social, o las ventajas que generan para la &cumulacVin, son
el manejo y la administración, y cosas por el estilo. Las actitudes de la fuerza de ellos mismos geográficamente móviles. Por ejemplo, las transferencias de valor
trabajo pueden también evolucionar en formas más favorables a la acumula· del tipo ya mencionado pueden poner las funciones de investigación y desarrollo
ción. La circulación del valor a Lravés de las infraestructuras sociales puede pro· en lugares muy distantes de la producción. Las ventajas de la aglomeración y del
ducir concentracilin geográfic;1 de condiciones de alta calidad. Esas regiones acceso a la fuerza de trabajo sumamente especializada que se requiere a menudo
aparecen entonces como "naturalmente" favorecidas para la acumulacién en juntan muchas de esas funciones dentro de unos pocos centros importantef que~
virtud de los "recursos humanos y social<"s" allí concentrados. Con esa base, es a su vez, llegan a ser terreno fértil para comenzar lineas de productos totalmente
probable que el capital para la producción se sienta atraído hacia estas regiones. nuevas (la industria de circuitos integrados de silicio que se ha formado reciente'·
Sin embargo, aquí también entran en juego tendencias de co11trapeso. Los mente ..ilrcdedor de Palo Alto es un buen ejemplo). Los "productos" de esa inver-
adelantos en la infraestructura social de tipo relativamente permanente pueden sión en infraestructuras sociales también se pueden trasladar. Los conocimientos
formar una base para la obtención de rentas de la situación. Algo más importante y el trabajo altamente especializado, que se logran a un alto costo, pueden ir de
es que el mantenimiento de las infraestructuras sociales impone costos, ya sea di· un lugar a otro, ya que la "transferencia tecnológica" y la "fuga de cerebros" son
recta o indirectamente, porque su preservación depende de que el capital las use dos aspectos muy importantes dentro del proceso general de redistribución geo-
en forma "restringida" (aqui es evidente el paralr1o con el mantenimiento de la gráfica. Las corrientes encontradas de movimiento son demasiado complicadas
fertilidad de la tierra). Si los costos de mantenimiento aumentan (en relación con comrJ para prestarse fácilmente al análisis teórico y el significado de esos movi-
otras regiones competidoras), entonces disminuye la ventaja situacional para los mientos para diferentes industrias con diferentes procesos de trabajo varía
capitalistas. Cansados de. pagar fuertes impuestos o de restringir su sed df" explo· mucho. Sin embargo, su importancia se tiene que reconocer en cualquier consi-
tación, los capitalistas pueden 1 trasladarse (a menudo con la ayuda de nuevos deración de la e1olución de las configuraciones espaciales bajo el capitalismo.
procesos de trabajo adaptajos a trabajadores no especializados) a nuevos am- Hay un rasgo dominante q11e definitivamente reGuiere una atención especial.
bientes sociales donde les "recursos humanos" sean más p Jbres pero sea menos r..:l Estado proporciona el canal individual más importante para que fluya el valor a
costosos mantenerlos. Los bienes acumulados en regiones antes privil~giadas
quedan destruidüs en esta forma, y el valor absorbido en su creación se pierde.
Esto nos trae más directamente al aspecto geográfico del problema. El desarrollo
l las inf racstrunuras sociales. Por eso son tan importantes los impuestos como una
forma de ingresos destinados al mantenimiento y fomento de dichas :nfraestructu·
ras. Además, puesto que la deuda del Estado es el •1ehículo para que se invierta en
geográfico poco uniforme de las infraestructuras sociales queda reproducido, en e!
análisis final, a través <le la circulación del capital. El capital produce y reproduce,
j infraestructuras sociales, los poderes de coordinación y vigilanda de los mercados de
capital y la tasa de inwrés tienen que aplicar su influencia. La participación del Es-
aunque a través de toda clase de mediaciones y transformaciones sutiles, su am- .1 tado surge en pane porque hay que hallar medios colectivos para hacer lo que no
biente social y fisico. Al final, se <lebcn reproducir inclusive los elementos preca· es razonable esperar tiue hagan los capitalistas individuales, y en parte porque la
pitalislas que persislen, con la producción <le plusvalía. Sin embargo, la lucha de clases requiere las mediaciones del aparato estatal para que se pueda
geografía social que evoluciona no es un mero reflejo de las necesidades del capital, hacer cualquier tipo de inversión en terrenos socialmente sensibles. La participa-
sino el lugar donde se producen contradicciont-s poderosas y potencialmente des- 1 ción tomó una forma nueva cuando se reconoció que esas inversiones podían ser
organizadoras. La geografia social que está adaptada a las necesidades del capital en productivas (en el sentido de mejorar las condiciones sociales para la creación de
un momento de su historia no concuerJa .'lecesariamente con los requerimientos ·1 plusvalia) y estabilizadoras (en el sentido de manejar la demanda efectiva a través de
posteriores. Puesto que esa geografía es difícil de cambiar y a menudo se hacen
en ella fuertes inversiones a largo plazo, posteriormente se convierte en una i un largo periodo). La política fiscal e5tatal se convirtió asf en un instrumento vi-
l.al en el arsenal de la burguesfa para manejar el proceso de acumulación (el uso
barrera que hay que ,!;Uperar. Hay que ~Jroducir nuevas geografias sociales, a me- de g-astos militares en esta forma es un buen ejemplo). Los Irmites de esas tácticas
nudo con alto costo para el capital y generalmente acompañadas de no pocos administrativas han llegado a ser evidentes (véa.se también el cap. X).
sufrimientos humanos. Por esta razón, la ree~•tructuración periódica de la El sig-nificado de la participación del Estado desde el punto de vista de nuestro
geografía de infraestructuras sociaics generalmente se logra en el curso de una
crisis. La devaluac:ón del capital cristalizado en las infraestructuras de un lugar 1 presente tema merece una breve aclaración. Puesto que el Estado ha adoptado el
papel d~ administrador tolal de la producción y reproducción de infraestructuras
específico y no digamos la destrucción de las formas tradicionales de vida y to·
das las formas de localismo integradas alrededor de las instituciones sociales y ~ sociales (incluyéndose as[ mismo), despliega una forma jerárquica de organización
pan disringuir entre lus aspectos locales, regionales, nacionales e internaciona·
humanas, se vuclvf' entonces uno cJe los elementos centrales de la formación y re-
solución de las crisis bajo el capitalismo.Y'
j les de las corrientes de valores. La organización territorial del Estado -dt: la
cual lo más importante son los linderos de la nación-Estado- se convierte entonces
21 El Lranrna de la "crisis fiscal" de l:i dudad de Nueva York en la década de l 970 es un ejemplo
en la configuración geográfica dentro de la cual se lleva a cabo la dinámica del
l'XCdCllll'.
proc~so de inversión. Claro está que esta orgcnizadón territorial no es inmuta·
408 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODCCCIÓ~ DE CO~TIGCilACIO~*ES ESPACIALES 409

ble, y de vez en cuando se requieren reorganizaciones radicales basadas en una porque el dinero es un poder social encarnado sino también porque es más fácil
mayor eficiencia de la administración y en consideraciones semejantes. 22 No obs· llevar}~ de un lugar a ~~ro. Las restricciones mutuas, podemos concluir, limitan
tante, en determinado momento la organización territorial de los pl')deres del necesaname~t~ la movthdad ~eográfica global del capital y de la fuerza de trabajo.
Estado forma el ambiente geográfico fijo dentro del cual operan los procesos de Las restncc1~nes se ace~tuan cuand~ recor~amos que para que no haya crisis
inversión. Los Estados se ven entonces obligados a competir entre si para dar en la acu~ulac1ón se requiere que la c1rculac1ón del capital se complete dentro
condiciones infraestructurales que sean atractivas para el capital. También se de det~nmnado lapso de tiempo -el tiempo de rotación socialmente necesario que
ven obligados a competir por capital-dinero para financiar su deuda. Como con- se con~1deró en el cap.fn~lo IV. El capital qu_e no circula en e&te lapso de tiempo se
secuencia, el Estado pierde su poder para dominar políticamente al capital y se devalua, p~ro el mov1m1enlo espacial requiere que el capital tenga determinado
ve obligado a adoptar una postura competitiva y subordinada. Además, como estado -dmero o mercandas, por ejemplo- mientras se mueve. Esto aumenta
en el curso de una crisis llega a ser necesario destruir los complejos de recursos el tiem~o de r~tación. El significado de la frase de Marx "la aniquilación del espacio
humanos, queda un Estado en contra de otro en una vigorosa competencia. para con el tiempo nos llega ahora a la mente con redoblada fuerza. Los rtquerimientos
ver quién va a soportar el costo de esa devaluación y de esa destrucción social. El ter;nporales d~ la circulación de capital limitan el tiempo disponible para el movi-
principio general de la devaluación específica de un lugar se convierte entonces, miento espacial dentro de cada estado. La unidad de producción y realización de las
por lo menos en este terreno de las infraestructuras, en la cuestión de las deva- valores mantiene el movimiento geográfico del capital dentro de lfmites muy
luaciones y la destrucción social específicas del Estado. En el capítulo XIII nos estrictos.
ocuparemos nuevamente de cómo funciona esto a nivel local, regional y nacional. fata conclusión está modificada por dos consideraciones importantes. En primer
lugar, se aplica en el sentido estricto a un capital individual que está ·~xperimen­
tando su proceso acostumbrado de expansión. La circulación total en sociedad
está compuesta de innumerables procesos individuales de este tipo, cada uno de
7. LAS MOVILIDADES DE CAPITAL Y DE TRABAJO
CONSIDERADAS EN FORMA GENERAL 1 los cual~s comit:!nza ~ te~mina en m~mentos diferentes. Esto da oportunidad pa·
j ra mulutud de sustituciones espaciales entre diferentes procesos temporales.
La geografía histórica del modo de producción capitalista está construida, como
'.j
'j Los ~~pitalista~s individuales pueden recibir dinero a cuenta de procesos de pro-
hemos implicado hasta aquí, con los movimientos en que intersectan las diferent~s ~ ducc1on que aun no están completados, de mercandas que aún no se han vendido.
clases de capital y de fuerza de trabajo. Ahora debemos ver si existe alguna uni· Los ~apitalistas de una región industrial pueden prestar el dinero que ganan en
:J
dad fundamental de los movimientos aparer.temente diversos e incoherentes y, ;j la primera parte del año a los agricultores de otra región, quienes se los devuel-
en carn de ser <1.Si, descubrir las contradicc;ones alll contenidas. ~ v~n después de la. c~secha. Lo ~ue a nivel individual se ve como restricciones muy

La base que se necesita para explorar esas cuestiones se da en el concepto de J., rigurosas al mov1m1ento espacial, se reduce mucho cuando se ve el proceso de
unidad y contrad=cción dentro de la circulación de capital (véa.se el cap. IIJ). circulación en su totalidad. El sistema de crédito en particular, facilita las trans-
:!
El capital en ce.da une· de los estados que contiene el pnceso: ferencias y sustituciones a larga distancia entre procesos temporales sumamente
diverg('lllt·s, p~c-ro la importa.n.cia de las sustituciones también ayuda a explicar
la aglomerac1on. La probab1hdad de encontrar la clase adecuada de fuerza de
D-M (f;~). .. P... M'- D' trabajo, materias primas, refacciones, etc., mejora cuanto más ct:rca están los
capitalistas y los trabajadores, las sustituciones reducen al m(nimo la posibili-
dad de que se rompan los procesos de circuladón de los capitalis~as individuales.
tiene una capacidad especial y singularmeme definida para el movimiento geográfi· En esto encontramos una tensión entre la dispersión que hace posible el sistema
co. Puesto que el capital ha sido definido como un valor en movimiento, debe pasar de cr~dito y la aglomeración que parece ser deseable en otros puntos de tran-
necesariamente de un estado a otro, lo cual signi::ica que dos o más formas de capital sición.
(y de fuerza de trabajo) deben estar necesariamente en el mismo lugar al mismo Sin embargo, la disciplina temporal del movimiento espacial se altera aún
tiempo en el momento de transición. Por tanlo, cada transición constituye una más profundamente cuando consideramos la circulación de capital (o simple-
intersección mULuamente restrictiva de diferentes capacidades de movimiento mente de valores) a través de las infraestructuras frsicas y sociales. Esas formas de
espacial. El proceso de circulación en general comprende varias inte-secciones circul~ción tienen un ef~cto doble. En primer lugar, puesto que muchos aspectos
mutuamente restrictivas, cada una con sus problemas peculiares. Como regla de l~ .mfraestruc~ura fis1ca y ~ocial están fijos en el espacio, el problema de la
general, es mucho más fácil ir, por ejemplo, de D-M que de M-D, no sólo mov1hdad geografica se convierte en un problema de transformación del am-
biente i;ocial y físico dentro del cual circulan otras formas de capital. En vista del
22 L&.~ reorganizaciones de los gobiernos locales y regionales, los esfuerzos por construir mercado·; prolongado ~~empo de rot~ción y de la complejidad de la tare'il, este proceso de
C'Omune.\, y cosas por el estilo. son c-jcmplos de cómo fum iona esta clase de procc-sos. transformac1on es necesariamente lento. En segundo lugar, la dunción de Jos
410 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONFS ESPACJALFS
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES
411
tiempos de rotación que intervienen permiten snbstituciones a través de lapsos
de tiempo mucho más largos. Consideremos el asunto desde el punto de vista del
capital-dinero. Aquí existen varios caminos poLenciales de circulación. Por el ca·
mino acostumbrado, el capital entra en un proceso de producción, se convierte
en una mercancia y se vende en el mercado bajo la estricta disciplina del tiempo
de rotación socialmente necesario, pero el dinero también puede fluir al interior del
capital fijo y a la formación del fondo de consumo, incluyendo la formación de
infraestructuras físicas. También puede fluir a la ciencia y a la tecnologfa, a me·
jorar la administración, o a la creación y mantenimiento de una variedad de
infraestructuras sociales que fomentan las condiciones para la producción de •!"\

plusvalía. La· disciplina temporal a lo largo de cada uno de estos caminoc; es


mucho más relajada porque los tiempos de rotación son mucho más largos. Esto
explica cómo la provisión de infraestructuras fisicas y sociales puede ir muy por
delante de otras movilidades de ser necesario; queda mucho tiempo disponible
para que la alcancen otras formas de capital y de fuerza de trabajo. No obstante,
a la larga todas estas formas diferentes de circulación tienen que relacionarse
entre sí. Se pueden establecer relaciones ficticias por la vfa del sistema de crédito
y estandarizando todos los tiempos de rotación contra la tasa de interés (véa:.e el
cap. IX). Vemos al propio dinero, tratando de imponer una disciplina común a
los diferentes caminos que puede tomar; pero la creación de valores reales, a di-
ferencia de los mo·1imienLos de valor ficticios, depende de la continuidad de to·
das las corrientes en relación con la producción real. Por tanto, los diferentes
procesos de circulación deben fluir unos en los otros directamente, en la manera
descrita en la gráfica XII. l. Cada camino tiene requerimientos temporales dife·
rentes y, por inferencia, oportunidades de movimiento espacial radicalmente di-
ferentes. Sin embargo, la unidad fundamental de la producción y realización se
dehr preservar. si es nrcrsario por mc>clio de crisis. Podemos conduir que est;.
unidad <:s la que, en el análisis final, someLc a una disciplina común las divcr·
gentes movilidades geográficas que existen dentro de un sistema de corrientes
temporalmente inconexas.

a) Complemeni'lriedad

La división del pro.:eso de circulación en muchos sistemas aparentemente inde-


pendientes cre2 tension~s dentro de la unidad de producción y realización, pero
también adapta admirablemente a! capitalismo para la tarea de orga:1izar los
flujos espaciaies a los requerimientos agregativos a largo plazo. Las diferente\
clases de capital se pueden me.ver de tal manera que se complementen entre sl en
la b(1squeda de un nuevo orden espacial. Si el capital no puede penetrar las
barreras espaciales en un;t forma, puede hacerlo fi\cilmente en otra. Aquf los
movimientos del capital-dinero pued<'n abrir el camino, a]]á pueden ser comer·
dantes llevando mercancías. Incluso los trabajadores, buscando libertad en al·
guna frontera, p1.1eden desempeñar un papel. La transformación de las configu·
raciones espaciales ocurre a través de los saltos continuos de las diferentes clases
de capital y fuerza de trabajo que están dotaios de diferentes poderes de movili-
PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES 415
412

dad. Además, esto no entraña peligro siempre y cuando se logre la complemen· inversión complementarias que recompensen sobradamente el desembolso ini-
tariedad dentro de un lapso de tiempo requerido. dal. O bien el Estado puede tratar de obligar a otros elementos del capital y del
Sin embargo, a medida G.Ue cambian las circunstancias, diferentes clases de trabajo a amoldarse, a fin de garantizar la productividad de sus propialJ inver-
capital suelen adoptar el papel de dirigentes. El movimiento de las mercancias y siones, pero ~I riesgo de devaluación siempre cobra mucha importanda. .
del oro, que eo otro tiempo hizo posible la introducci?n .del capital, f~e su~lan­ La histor:a _Polftica del colonialismo y del imperialismo es un ejemplo intere-
tado paulatinamente a fines del siglo x1x por el mo\'1m1ento del capital-dmero sante de este upo de problema. La conquista militar establece el control del Es-
como crédito, un cambio que atestiguó el creciente refinamiento de los sistemas tado. Los inspectores establecen la propiedad privada de la tierra (la renta
de crédito ast como la aparición del "capital financiero" (de la clase que sea) como el puede ~xcl~ir al trabajador de I~ tierra), se construyen enlaces de transporte. y
emisario del imperialismo económico. Las inter.renciones del capital ficticio y del comumcac1ones, se establecen sistemas legales (que conducen al intercambio,
Estado también tienden más y más a liberar el capital para la producción de las naturalmente) y se proletariza y disciplina a las poblaciones precapitalistas (por
severas restricciones que habia experimentado anteriormente; la inversión dir\!C· la fuerza y la represión si es necesario, pero también por medio de la ley, la edu-
ta se volvi6 más factible, acompañada, naturalmente, de la aparición de nuevas cación, la actividad misional y cosas por el estilo). Todo esto cuesta grandes su-
formas de organización como la corporación multinacional para asegurar la mas de dinero. Por tanto, detrás de sus justificaciones ideológicas sup~rficiales,
comrlementariedad de dinero, mercancfas, producción y movimientos de trabajo. la polftica del imperialismo capitalista equivale a una gran inversión especulativa
La importancia relativa de los comerciantes, financieros, industriales, y trabaja· a largo plazo que puede dar o no resultado. El debate sobre cuánto se benefi-
dores en la transformación de las configuraciones espaciales ha variado en el cian los capitalistas con el imperialismo es realmente un debate sobre si esta in-
curso de la historia del capitalismo. versión dio resultados o efectivamente se devaluó. La destrucción a la que se so-
La inversión en infraestructuras ñsicas y sociales requiere una consideración metió a las poblaciones precapitalistas y la alta tasa de explotación lograda no es
especial. Al liberarse de las severas restricciones del tiempo de rotación social· una garantia de que las empresas coloniales fueran lucrativas. Por otro lado. su
mente necesario, puede tener iniciativas y retrasos mucho más largm. El hecho fracaso no prueba que el móvil de estas empresas fuera algún intentivo benévolo
de que se realicen estas posibilidades depende de ciertas condiciones, Y. <le .los de traer ilustración y desarrollo a regiones "atrasadas" del mundo. Simplemente
efectos que tengan. Debe haber capital excedente y una forma de organización quedaron atrapadas en la dinámica capitalista de la acumulación y devaluación.
(generalmente el Estado, pero a veces ll;n grupo poder~ de fi~ancieros) capaz En pocas palabras, las inversiones fueror . condiciones necesarias pero no sufi-
de c<mtralizar el capital excedente, dedicarlo a la creación de ciertos valores.de cientes para la permanencia de la acumulación. 25 ·

uso, y esperar varios años antes de cosechar alguna recompe~a. Esto también Esta dinámica, empero, no carece de una pauta. Como ya hemos mostrado,
implica un reconocimiento y previsión co~scientes de ~as ne~es1dades futur~s del los horizontes temporales y espaciales del capitalismo se ven reducidos cada vez
capitalismo. A la inversa, también es pos~ble ver esas mversiones com.o l~s m~ro· más a una manifestación de la tasa de interés, que a su vez es un reflejo del estado de
ductoras de las corrientes futuras de capital, y por tanto como el prmc1pal ms· la acumulación. El exceso de acumulación generalmente hace bajar la tasa de
trumento de la transformación geográfica, que estructura el trabajo futuro. Es interl·s y así extiende los horizontes temporales y espaciales. Los capitalistas se
una introducción particularmente expuesta y una condición nec~saria, ·~n ve~ de pueden dar el lujo entonces (y de hecho se ven obligados a hacerlo) de explorar
suficiente, para las configuraciones geográficas futuras de las comentes de capital. las frúnteras geográficas o de buscar la producción de valores de uso que les redi-
La producción, la fuerza de trabajo y el comercio no siguen necesariamente los uíen más y más en el futuro. Al hacerlo, el ..:apital encuentra finalmenLe aquellas
caminos que les prepararon las inversiones en infraestructuras y, por tanto, esas barreras que tiene su propia naturaleza y que precipitan las crisis, crisis qi.J.e se
caracterizan a menudo por aumentos en las tasas de interés, que restringen una
inversiones se devalúan.
F.sto nos trae a la mente algunas ideas teóricas ast como controversias históricas ve~ más los horizontes temporales y espaciales. Puesto que la tasa de interés tiene
de gran interés. Aunque los comerciantes capitalistas pueden co~prar y v~nder repercusiones sobre todas las formas de capital, éstas suelen operar bajo una dis·
casi cualquie'r cosa que deseen y en la forma que lo deseen -dedicándose mc:lu- ciplina común. Esto explica en gran parte el ritmo acelerado del desarrollo del
sive al trueque si es necesario- la producción capitalista es mucho más exigente capitalismo en el espacio. 24 Las oscilaciones descendentes y las conuacciones de
respecto a los requerimientos infraestructurales. La expa~ión geográfica r~­ este proceso se caracterizan por la ruptura de la unidad entre producción y reali-
quiere que se establezcan previamente los ?erechos de propiedad, la ley, ad?11· zación y, en estos tiempos, por una alteración de la complcmentariedad en el mo-
nistración y las in fr¡iestructuras fisic:as básicas com~ el transporte. L? más. im- vimiento altamente diferenciado del capital. Consideremos ahora la base de esas
portante de todo, el carácter de la fuerza de trabajo como mercanc1a se tiene alterac~ones.

que asegurar. Ea todo esto es vital la intervención del Est~do, y debe adelantarse 25 El debat ~sobre si los ferrocarriles encabe¿aron o retrasaron el desarrollo de Estados Unidos e
necesariamente a la producción, perc no se puede gan.nuzar que los gastos esta· Inglaterra en el siglo x1x también t.'5 muy instructivo en este aspecto. ·
tales de este t:po sean productivos. No obstante, la creación de condiciones füicas 24 El estudio de Brinley Thomas ( 1973) so'..ne la economfa atlántica del siglo XIX describe bien el fe·
nómeno, al igual que el estudio de Walkcr (1977} sobre la suburbanizaci6n.
y sociales favorables puede atraer otras formas de capital a configuradonei; de
411 PRODUCCIÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALF-'i PRODUCCJÓN DE CONFIGURACIONES ESPACIALES
415

b) Contradicciones y conflicto Casi no necesitamos d~r detalles sob~e las diversas tácticas y m'étodos empleados
ya que los hemos descrito ant~s parcialmente, pero hay que mencionar al 0 inte~
Las formas altamente diferenciadas de circulación y movilidad espacial pueden r~sante ~ob~e ~os resuJtados. S1 los trabajadores se dedican a una migracJn indi-
permitir que el capitalismo dé forma a su geografía histórica de acuerdo con los vidual sm hmnes dentro de los confines del sistema de salario y trabaje, lo má
dictados de la acumulación; pero también aumentan inmensament~ las posibili· due pu~den esperar es que se igualen los niveles de vida y las condiciones d~ trabaj~
dades de que se formen crisis. Recordemos que la separación entre ventas y e un lug~.r a otro en un !1ivel medio que concuerde con la perpetuación de la
compras en el tiempo y el espacio forma la base del ataque de Marx a la Ley de acumu aci~n. Empero, s1 se quedan en su lugar y luchan colectivamente
Say (véase e~ cap. 111). Ahora encontramos circunstancias en que )as separaciones ~u~den mejorar estos resultados. No siempre es fácil para el capital irse a otro la~
en espacio y en tiempo están necesariamente muy atenuadas. En la medida en ~len respuesta. Aunque la movilidad del dinero-crédito y (;) traslado de los
que es más dificil asegurar la complementariedad entre los diferentes proce.ms de ta eres son armas formidables, no siempre se pueden emplear sin destruir los va-
circulación, proliferan las posibilidades de que se formen las crisis. Aqur busca- l lor?slque otros sectores del capital han integrado en las infraestructuras físicas y
mos una base puramente técnica para entender los aspectos espaciales de la for-
mación de las crisis.
j socia es. ·
Sin err: b~~go, la_ moviJidad de parte del capital no da Jos mismos resultados
j
Como vimos en el capítulo 111, la devaluación es una faceta normal de la circula· l ~~~ la ~1o~il1dad sm re.nricciones de los trabajadores. Los capitalist.is son sen-
ción. Lo que realmente nos preocupa son las pérdidas que no se pueden recuperar s1 es a va or de la fuerza de ~rabajo y a la productividad de plusvalía (re resen-
toralmente al reanudarse la circulación de capital. Claro está que hay innume- tada por las tas~s de ganancia). La compensación de las tasas de gana~cia no
rables devaluaciones "accidentales" e individuales que ocurren simplemente por· produce .necesanament.e una compensación en el nivel de vida y las condiciones
que las formas y cantidades requeridas de capital y fuerza de trabajo ne están de_ trabajo ~e los ~rabaJad~res. De hecho, por Jo general, Jos capitalistas son Jos
exactamente en el lugar corree.to, en el momento correcto. Detrás de esas devalua· mas favorecidos s1 se mantienen los diferenciales en el valor de la f d
b · J . d~ · . uerza e tra-
dones generalmente se encuentran errores de cálculo, falta de visión, información ~j~ Y as ~on 1c1o~es de trabajo. Por tanto, la moviJidad sin restricciones del ca-
deficiente, sisremas de transporte poco confiables, etc. Éstos no son necesariamente rita es n~as apropiada para la acumulación que la movilidad sin restricciones de
parte de algún proceso más grandioso dentro de Ja lógica del capitalismo, sino pane os t~ab~Jadores, .1? cual puede explicar la tendencia que existe en el si lo XX a
del costo normal de hacer negocios, de explorar nuevas configuraciones espaciales, restrm~1r la mov1.hdad de la fuerza de trabajo en relación con la del c!pit 1
de definir nuevas oportunidades geográficas. Sin embargo, los esfuerzos por reducir .¡ L3 idea de unidad y contradicción dentro de la producción y realizació: de
al mínimo esos riesgos no carecen de trascendencia. La aglomeración, las mejo· ~i los valores, es•fundamental
cl 1 .. · •
· · en 1a c1rcu
. para el análisis de Marx de la s crisis · 1ac16n

ras en el tra11sporte y otras clases de organización geográfica pueden r~ducir .1 c capu.11. 'r a hemos visto en este capítulo cómo esa idea se J h 1
·r··· 1 J · . proonga asca.e
ª'.ta 1srs ( ,.. as mtersecc1ones entre las formas altamente diferenciadas de movili-
mucho estos costos normales.
Las tensiones relacionadas co.1 la perspectiva de devaluaciones, por pequeña~; que d~d geogrJ.fica. Dentro ?e una estructura de este tipo, podemos entender me'or
sean, desata fuertes comentes competitivas que pueden extenderse y ocasionalmente como las diferentes fac_c1ones del c-a~ital pueden poner obstáculos en el camfno
provocar conflictos entre facciones. Cuando las diferentes clases de capita! tienen d~ las demás con la misma frecuencia con que se complementan entre sí en la
dueños separados, crea antagonismos. Los capitalistas en dinero pueden estar en busquecla de un arele~ espacial más lucrativo, cómo el capital. y Jos trabajadores
desacuerdo con los comerciantes y ambos pueden chocar con los producto1es, pueden usar eJ espacio como un arma en la lucha de clases Tod d ·
h 11 l · · · o esto eja su
mientras que aquellos que están interesados en preservar los valores enturados _ue :i en .e crec1m1cnto de las fuerzas productivas y en Ja evolución de las rela-
en las infraestructuras físicas y sociales se sienten amenazados por el movimiento c10nes sociales dentro de la geografia concreta de Ja historia del capitalismo Por
fluido del dinero-crédito, por el hecho de que los talleres se vayan a otro lugar, tanto, las fuer~as que llevan a la crisis deben surgir de la materialidad con~reta
d e esa geograf1a.
etc. La movilidad. del capital de ciena clase puede constituir una amenaza al valor
del capital de otro tipo. Además, cuando se desata una crisis general de devalua-
ción, la lucha de cada sector por imponer a los demás los costos de la devaluación a
menudo incluye la amenaza de irse a otro lado o el traslado real. El significado
social del análisis de Marx de las diferenciacionrs dentro de la unidad global de
la circulación de capital se puede ver ahora más fácilmente. EsM prepara el esce·
nariCI para analizar las contradicciones y las complementariedades entre lJs di fe·
rentes clases de movilidad. En el capítulo XIII consideraremos cómo puede cris·
talizar todo esto en rivalidades entre los territodos.
La amenaza de irse a otro lado y la amenaza con que se le responde también
se convierte en un arma importante en la guerra entre el capital y los trabaJadorCf\,
CRISIS EN LA ECONOMfA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
417

ralelo entre su presentación y una problemática identificada en la obra de Hegel


Filosofía del Derecho (Hegel, 1967, pp. 149-152). Este autor examina el desarrollo
XIII LAS CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL interno de la población y de la industria dentro de Ja sociedad civil y, como Marx,
detecta una "dia1éctic~ -~i:i~~m~'.~qqe_prodyce UI)ª _creci~nte acurnulac~(>I?-,cle.riqueza
CAPITALISMO. DIALÉCTICA DEL IMPERIALISMO cr1 un pofOyuna c!e~ient_e acumul~ción de miseria .en e1 .PJro. La sociedad hiu-
güesa parece incapaz de detener esta creciente polarización y su acompañamien-
to, la creación de un canal1a miserable, por medio de cualquier transformación
capítulo del pnmer ~o umen. e z'ntema de sí misma. Por tanto, se ve obligada a buscar alivio exter,-1,0, ºEsta
. 1 d El capital trata sobre "La moderad
ece un poco raro que se le haya
dialéctica interna de Ja sociedad cívica impulsa as[. .. a abalé.. nzars_e !ll~s_aHá qe
EL ÜLT1Mo
1 · ·6 "A pnmera vista, par
teoría :le la co omzac1 n. d El ital Marx excluye explícitamente las sus propio~}!f!>:ites y .h.~scar mercados, y consecu"!ntememe susmecfiós necesarios
colocad·.J allí. En la ~ay~r parte. e 1 c;!ioni~l basándose en que su considera·
de st1bSistencia, en otras tierras,dóride escáséen.los bienes que el!a ha pr~du~ido
cuestiones del comercio mternac1onad.Y . ortar ningu' n elemeratc :mevo al
. " ra confun u sm ap en exceso o donde en general ·esté ·atrasada en su industria." Más particularmente,
ción s1:rve meramente Pª. ¡ ión" En general, Marx habla sobre e1
P roblema (de la acumulac1ón], º,ª s.u s~ uc d ;, (·l:'1capz'tal 1 p 498: 111, p. 443). una soCied.ád dvif"ma.dura" se ve impulsada- a fundar ·colonias para abastecer a
. · istema econom1co cerra o .c.i 1 • • • su población con nuevas oportunidades y para abastecerse "a si misma con una
capnalH•mo como un s . 1 final de una obra que pareció a 1.
Entonces, ¿poi .qu .~ o
. é b rda esas cuesuones a . nueva cicmanda y campo para su industria". Hegel propone, en pocas palabras,
el ca itulo anterior, donde Marx anuncia, en solt~ciones imperialistas y coloniales a las contradicciones internas de una so-
canzar su culmmac1on natural en d pl h final de la propiedad privada ca- ciedad civiJ fundada en la acumulación de capital.
. 6 · que ha sona o a ora
medio cie gran rec nea' .
pitalista y que es inevitc..ble la "exprop1ac1 n . 6 de unos pocos usurpadores por 1a En forma hasta cierto punto poco caracterfs.tica, Hegel deja abierta la reladón
exacta entre los procesos de transformación interna y externa, y no indica si la
masa del pu~blo"? , . se ca Itulo es Cl.enunciar las contradic-
El propósito explicito de Marxd enl ~.
sociedad civil puede o no puede resolver permanentemente sus problemas inter-
mpulac1'ón originaria" y así reafirmar
. 1 d · 'ó burguesa e a acu . · nos por medio de la expansión espacia1. 1 Con o sin intención, ésta es la pregunta
c10nes en a escnpc1 n . r . S • la descripción burguesa, el capital cu-
la coher~ncia ~es~ propio aná ist. ;~~ fructífero de la capacidad de trabajo
que quedó pendiente en el capítulo de Marx sobre la colonización. La 1'transfor- ·
mación externa" puede proporcionar ~!!!~.!:C.ªc:lºs y nu_evos campos para la
vo su C•ngen h~stóncamente en e eje 1 f
industria só1o al preci_c:> ~e~y~~yer.ª c;i:ear_ relaciones capitalistas de propiedad pri-
de trabaJ'o se orioinó como un
. d . tras que a uerza o·
del propio pro uctor, m1e? l ue acumularon riqueza por su Ya'clayun-a--capiú:idád para apropiarse del plüstrabajo de otrós. Simplememe se
contraLo social, celebrado libremente, entre os qhacerlo "Esta linda fantasia",
.. . f J'd d Jos que optaron por no · . vuelven a·crear las condiciorÍes originales que dieron Jugar a Jos problemas.
d1hgenc1a y ruga M 1 a Yeda destroza d a en 1as e olonias · Es allí donde los 1de61o- Marx saca la misma conclusión respecto a Ja expansión del comercio interna-
. . d
gcomo la llama arx, qu 1
bl'gados a d escu b nr
. "l a verdad sobre ]as cond1c10nes e, cional. Su aumento "no hace más que desplazar las contradicciones a una esfera
os burgueses se 1 vendo b . d "puede acumular para s1 más extensa, abriendo ante ellas un campo mayor de acción" (El capltal, 11, p.
. . tria" Cuando e1 tra ªJª or ,,
vk
~.~-\ produc:c16n en ama re pa
. ,1 . d
de hacer esto cuan o es ue
d n-o de sus medios de producc1on-
. 'bl " 416). A la larga, no hay solución externa para las contradicciones internas del
\\j mISmo -y so o pue . . d d roducción capitalista son impos1 es . capitalismo. La única solución es una "transformación interna" que cure por la
la acumulación capaahsta yelmo ? e p 1 ·~ soc1'al que descansa en "la
d fisico smo una re ac1on • fuerza a la sociedad del afán de acumular, y trate de movilizar capacidades na·
1-- \El capi·;al no es un pro. ucto . d d por uno mismo; en otras palabras,
~niquilac~ón.de prop1e~ad p;,1~tt: 1~~:1 ~ecreto
la que la burguesia, al promo·
tura1es y humanas para lograr una libertad que comienza sólo cuando ha queda·
do atrás "e1 terreno de Ja necesidad" (El capital, 111, p. 759).
la exprop1ac1ón del tr~bªJ?,dor .,,;] . bl' d a descubrir en el nuevo mundo (El En vista de la inclusión de Marx a trabar combate con el fantasma de Hegel,
ver los planes de colomzac1on, se vio o iga a
es difícil creer que no tuvo todo esto en mente a1 terminar en esta forma su única
cap1·u..:l, I, cap. XXXIII). fó d tema abordado anteriormente: que la 2

El capítulo es un pulcro colo nd edu~"díl' " y que "ha quedado inscrita en


obra importante publicada. Su lógica, como de costumbre, es impecable, y su
·~ · · · no tuvo na a e 1 ica ' · l ¡ c1itica de la ideología burguesa es desvastadora. No obstante, el capftulo no re-
acumulac1on ongi.nan.a indelebles de sangre y fuego" (El capzta ' ' suelve totalmente e1 problema. Meramente afirma que las "transformaciones ex-
Jos ar'!.ales de la historia con tr:z~s • llegara al poder y preservara ese po·
pp. 608-609). El hecho de q~e da urgu~s1a bién legitimiza ~onvenientemente la
der apropiándose del trabajo e otros¡ ami tortil1a y "expropiar a los expro- 1 Avinc.i (1972, cap. 7) resume el argumcmo general, mienLras que Hirschmrn (1976) yuxtapone
lucha de la masa del pueblo para vdo t:r alocó Marx ese capítulo sugiere que una inLcrprctación d<·l argumento de J legel concra una imerpreLación algo caprichosa efe Marx.
Piadores". No ob;tante, el lug~r en on e co 2 Cuando Marx se declaró, en uno de los prólogos de El cap1~al (l. p. xxm). discfpulo de Hegel
1 ~ pho
hacía "cerca de trt'inra años", lo que tenía en mcn!e era su Crítica de la ji1osofía del Derecho de Hegel.
tenia en mente atengamos
Posiblememe go mas am . d..ic10
un m . d e 1a inLención de Marx en un curioso pa-
La "fntrodut·ción" de O'Mallcy a csLa úlLima obra es muy útil. O'Malley argumenta que después de leer
416 la JWtJsofia del Dert!clw Marx la llcv6 en su mente durante gran pane de su vida intelectual subsc::uente.
CRISIS EN LA ECONOMiA ESPACIAL DEL CAPITALIS\ifO 419
CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
418

. . l uh u ación fonnal y luego la subyugación real movmuento integrador de la circulación <le capital en general, "fomenta esta
ternas" tr~en consi~o primero 1ª s. \ g a donde se traslada este último. El tendencia a remontarse por sobre las barreras y los prejuicios nacionales y a
del trabajo al capital en cua qmer ugar d ada rincón sobreponerse a la deificación de la naturaleza y al modo tradicional de satisfacer
tá en el punto donde ca a persona en c
limite eittemo de este procesodes d l • b'ita del capital Hasta que se llega a las necesidades, circunscrita dentro de determinados límites, concretada a las
d d trapada entro e a or · . . necesidades existentes y a la reproducción del viejo modo de vida". El capitalis-
del mun o que a ~ .. " a las contradicciones internas del cap1tahsmo
ese límite, las soluciones.b~~te~:~x está cerca de rec:onocer otro tanto en sus Lre· mo "actúa destructivamente contra todo esto y [ejerce una acción] constante-
parecen tota.lmente ~act:l ;:~el del comercio internacional para contrarrestar la mente revolucionaria, derribando todos los limites que obstruyen el desarrollo de
ves ob~ervlaci~n~s so re ncias dei:recientes. El comercio internacion~l (y 12. ~xpor­ las fuerzas productivas y se opone a la expansión de las necesidades, a la diversifica-
supuesu ey ~ as g~na uede aumentar la tasa de ganancia en diversas ción de la producción y a la explotación y el intercambio [libre] de las fuerzas
tación de capital) ciertamente p . ·n de la ...scala de produc- naturales y espirituales" (Grundrisse, l, p. 278).
. ·f " na expansio '-
forma!=, pero puesto que esto s1gm !~ª u a el roceso de acumulación"• mera- Si::t embargo. el capitalismo también "encuentra barreras dentro de su propia
ción" en el país natal, que~ su ve~ sac~~e;esos ~ue dieron lugar originalmente a naturaleza", que lo obligan a proc!ucir nuevas formas de diferenciación geogd-
mente H:rnuna exacerband:.> aque o P orno una solución a la larga se fica. Las diferentes formas de movilidad geográfica descritas en el capitulo XII
. d ncia Lo que se ve c . interactúan en el contexto de la acumulación y asf construyen, fragmentan y es-
la tasa decreciente e gana M. b'. se. ve obligado a conclui~· que la 1ey
• . · pero arx tam ien culpen configuraciones espaciales en la distribución de las fuerzas pro·iuctivas, y
conviene en 1o contrano, • t denci'a" y que "sus efec-
. d · " ctúa solo como una en • generan diferenciaciones similares en las relaciones sociales, arreglos institu-
de las ganancias ecrecientes a . d o' lo baJ·O ciertas circunstancias y dei:·
mente pronuncia os s • cionales, etc. Al hacerlo, el capitalismo apoya frecuentemente la creación de
tos se me lven suma .. . 111 236-238). Entonct:s, ¿cua1e:;
P ués d! periodos prolongados (El cdapital,I , P.ipo.dos prolongados? El capítulo nuevas distinciones bajo formas antiguas. Los prejuicios, culturas e instituciones
" . . " cuánto uran os per precapitalistas son revolucionados sólo en el sentido de que se les dan nuevas fun-
son estas circunstanci.as y í l . tendón de responder sutilmente a
final de Marx, que evidentemente ten a a m ciones y significados en vez de que se les destruya. Esto se aplica igualmente a los
· l t ndo de nuevo esa pregunta· . prejuicios como el racismo, el sexismo y el tribalismo y a las instituciones como la
Hegel, i:ennma .P an ~\ del colonialismo, de la expansión geográfica y e 1
El papel del impena ismo ~ . . • l bal del capitalismo no está resuelto en lglcsiD y la ley. Las diferenciaciones geográficas aparecen entonces frecuente-
· · terntona
domimo · · l en la estabihzacion . • g o. d obJ'eto de intensa ' controversia · ya mente como lo que no son en realidad; aparecen ce mo meros residuos históricos,
· . D hecho conunua sien o en vez de rasgos activamente reconstituidos dentro uel modo de producción capi-
la teoría marxista. e ; • d or construir una respuesta compren·
menu¿n de amargo debate. Aun que)· a P 6 He el tan claramente hace tantos talista.
sible e :rr:futable al prob.~cmr. (u:sp ~~:~.. a lo~ problemas del capital? y si no E.e; importante reconocer entonces que la coherencia territorial y regio.tal que
años. e.Existe entonces un ~rrleg o p fi n los procesos de formación y resolu- se puede discernir por lo menos en parte dentro del capitalismo ha sido producida
es asi, ¿qué papí'I desempena a geogra ia e activamclllc, en vez de recibida pasivamente como una concesión a la "naturale-
ción d·:: las crisis? za" o la "historia". La coherencia, tal y como es, surge de la conversión de las
restricciones temporales en restricciones espaciales a la acumulación. La
plusvalía debe producirse y realizarse dentro de cierto lapso de tiempo. Si se ne-
1. DESARROLLO GEOGRÁFICO roca UNIFORME cesita tiempo para superar el espacio, la plusvalia también debe producirse y
realizarse dentro de cierto territorio geográfico.
b a su erficie plana dotada por todas pa rtcs dr. Sigamos esa idea por un momento, y podremos ver más fácilmente Ja base del
El capitalismo no se desarrolla so re un. hp énea con vias y medios de trans·
maten.1s primas y de fuerza de trabajo orno~ exti~nde de:i.tro de un ambiente desarrollo geográfico poco uniforme bajo el capitalismo. Si la plusvalía se tiene

P
orte en todas direcciones, sino que crece y s d'
iado que abarca gran ivers1 a
'd en la munificencia d que producir y realizar dentro de una región "cerrada", entonces la tecnología
de la producción, las estructuras de distribución, los modos y formas de consu·
geográfico sumamente var . . e la fuerza de trabajo, que es "un don.
de la naturale.:a y en la producuvh1.dad .d e abarca miles de siglos" (El capital, mo, el valor, las cantidades y cualidades de la fuerza de trabajo, asf como todas
N t . leza sino de una istona qu . las infra<.structuras fisicas y sociales necesarias, deben concordar entre si dentro
no d e la a ura • d tan bajo el capitalismo atacan, corroen, de esa región. Cada cambio en el proceso de trabajo tiene que ir acompañado de
I, PP· 429-431). Las fuerzas que sed e~a economfa y la cultura precapitalista. Los
disuelven y transforman gran pan~ e ª1 e ·1ón de traba]' o asalariado por me- cambios en la distribución, consumo, etc .• para que se mantenga una base es-
b' d ncías y de dmero a iormac . lahlc para la acumulación. 4 Cada región se inclinaría a formar una ley del valor
intercam ios e m~~ca . . ·. 1 miw acioncs masivas ele Lrabajadorcs, la a pan·
parn sí misma, rdiacio11a<la con su nivel de vida maLcrial particular, las formas
dio de la acuml:iacion origmana,. a~. l' .. d J lJfOCCSO de Lrabajo y, fi11almcnlC, Cl
ciún <l•! una forma daramcnLc cap1La isla e de proceso de trabajo, los arreglos institucionales e infracstructurales, C"tcétcra.
. . . s.
·: 1~'~ ohr;is p11lilk.11la~ s11h1r 1·1 im¡lf'riali:.11111 ,\ni'. n~·;r,~~;;1111 rrn1.1~ .• 1111 1rclrll v1·1· 11·~rfim. al n'll· ·I Ko;la idl'a 1·s!;i muy pn·sPllll' t'll fo ohrn ele· Ayd;1ln1 t l!l71i).
prl'lll C1 narrau·Hrowll ( 197'1), Km1p ( 1%7) y Amlll . .
CP.ISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO 421
CRISIS EN LA ECONOMlA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
420
sell<1 distintivo de la forma de industrialismo capitalista. La acumulación de ca-
d en lo absoluto con el universalismo pital y la miseria van de la mano, concentradas en el espacio.
Ese proceso de desarrollo no conlcuer. ª1· Los 1"1nderos reuionales inva· Estas tendencias hacia la aglomeración obviamente encuentran limites físicos
· · · lina e cap1ta ismo. o-
hac1a d cual siempre se me . etuas modificaciones porque las y sociales. Los costos de la congestión, la creciente rigidez en el uso de infra-
riablemente son borros~s y están suáe~os a p;~~l transporte y las comunicacioaes. estructuras fisicas, el aumento de las rentas y la simple falta de espacio sirven de
distancias relativas cambian con los a e antods La tentación de los capitalistas de contrapeso a las ventajas de la aglomeración. La concentración de la miseria for-
· al nunca están cerra as.
Las economias regt~n . es .
dedicarse al comercio mterregional. de obte d r · d ·
ner nancias con el intercambio es1-
uiera que sea más alta la tasa
gual y de colocar los capital~s e~c~~~nt~d:;á~q los trabajadores seguramente
ma un terreno fértil para la conciencia de clase y la inquietud social. Entonces
comienza a verse cada vez más atractiva la dispersión espacial.
Aquí invocamos todas aquellas fuerzas que actúan bajo el capitalismo y que
de ganar.cía, a la larga es irres1su e. l . Íu ar en que los niveles de vida tienden a producir "una esfera de circulación cada vez más amplia", a integrar
sentirán la tentación de trasladars~ ahcu.a qlu1eresogde acumulación y la amenaza el mundo dentro de un solo sistema caracterizado por una división del trabajo
á l tendencia ac1a e exc
sean más altos. Adem s, ª . r d na reuión a extender sus fronteras territorial e internacional. La movilidad del dinero-crédito y la tendencia a eli-
de devaluación, obligará a los cap1ta istas e u do-
"t l a pastos más ver es. minar las barreras espaciales han llegado a ser la clave para entender la rápida
11
o simplen~ente a evar su cap1 ~l d la economfa espacial del capitalismo se ve
0 dispersión de la circulaci6n de capital a través de la faz de la tierra. Las perspec-
El resultado es qu~ el desarr~ . e p r un lado hay que derribar las barreras tivas de mayores ganancias atraen a los capitalistas a buscar y explotar en todas
asediada por tendencias contra~1ctonas. o los medios para lograr e:,to pro- direcciones (El capital, III, p. 253-254). La acumulación extiende sus redes en
espaciales y las distinciones regionales;/ por otr~ rma nuevas barreras espaciales círculos cada vez más amplios a través dr.l mundo, abarcando finalmente a todo
· · · geourá1\cas que io
vocan nut·vas d1ferenc1aciones . o- . • ' áfi del capitalismo absorbe las y a todos dentro del proceso de circulación del capital.
que hz~ q~e superar. La or~am~=~~~ v;~~;r Es1t': es lo que quiere decir el con- · Sin embargo, la dispersión también encuentra poderosas restricciones. Las
contrad1cc1ones dentro de la orm ·r rme del capitalismo. grandes cantidades de capital incrustadas en la propia tierra, las infraes~ructuras
cepto d el d esarro 110 , l'nevit·" b'emente
.· poco unllo •
sociales que desempeñan un papel tan importante en la reproducción del capital y de
la fuerza de trabajo las restricciones a la movilidad del capital que estfl atado a ?roce-
sos d.e trabajo concreto, todo tiende a mantener en su lugar al capitz.l :'las costosas
2. LA CONCENTRACIÓN y DISPERSIÓN GEOGRÁFICAS
infraestructuras iisicas y sociales dependen mucho de las econonúas de escala que
·r:me se expresa parcialmente en términos de propicia la concentración.
El dei;arrollo geográfico poco or
Ul'll e empuj'an a la concentración o a La tendencia u la concentración geográfica se opone a la tendencia a la dis-
. .ó t e fuerzas de contrapeso, qu . d persión, y no hay una g.uantia de equilibrio estable entre ellas. Las fuerzas que \
una opos1c1 n en r • . 1 .6 del capital. Las consideraciones e
la dispersión gcogrnficas en la circu ac1 n. son ·interesantes Por ejemnlo, en llevan a la aglomeración pueden fácilmente colaborar unas con otras y flroducir .
unque fragmentarias, · •. d una concentración excesiva que se opone a la acumulación ulterior. Las fuerzas {
Marx sob:e este punto, ª. . or ex licar la increlble concentrac16n e
El capital se preocupa prmc1palment~ p fos cambios correlativos en las rela- que llevan a la dispersión pueden igualmente salirse de control. Además, las re- j
fuerzas productivas en los ~~ntro~ ur . ~nosJ rx capta los efectos de interacción voluciones en la tecnologfa, en los medios de comunicación y de transporte, en la
dones sociales de producc1on y. e v1e 7~ r~ucción dentro de las ciudades, que centralización y descentralización de capital (incluyendo el grado de integración
que llevan a la rápida aglomera~16~ d d p ducción capitalista (Grundrisse, IJ • vertical), en los arreglos monetarios y de crédito y en las infraestructuras sociales
se han convertido en talleres co e•:uvo~. e pro las fuerzas que impulsan a la y füicas, afectan materialmente el equilibrio de las fuerzas que están eu acción~
·El p · l 1 ''86) Tamb1en muestra que . d
PP· 10-11. ca z1a ' ' p. .. . t s llevando nuevas invers1onc!s e Es.to empuja al capital hacia fases -algunas veces simultáneas y otras sucesi·
aglomerndón pueden colaborar udnas con o ra 'lugares ya establecidos (El capz·- vais- en que se ahondan y se amplían las configuraciones espaciales de las fuer-
. d t . s de bienes e consumo a . d 1 1.as productivas y las relaciones sociales.
transpor·:e e m us na . iente concentración y aumento e
tal, Il, p. 223) Todo esto requiere unba cr:c lo cual significa cambios radicales Es a través de estas teorías que podemos entender mejor el desarrollo acelera-
proleLariado en los gr~ndes centros ur ~~o de la 'uerza de trabajo dentro de ios do de las fuerzas productivas en un lugar y su retardo relativo en otro, la ripida
en las condiciones sociales de repr~duc~~ nde ele~entos primitivos y fisicamente transformación de las relaciones sociales aqu[ y su rigidez relativa allá. Fenómenos
centros u•-banos, o "la ~?nstante 11"a;o~c1 n 21 l, 408, 490 y 544). Además, una como Ja urbanización y el desarrollo regional e internacional encuentran su lugar
incorruptos del campo (El cap ·' ' PP·. umulación es que aparezca un natural dentro del plan marxista de las cosas,!> pero hay que entenderlos como
. . · para que se sostenga ia ac .
cond1c16n nece~ar1a "fl . ., El h cinamiento de Jos trabajadores en oposiciones más bien que unilateralmente. Los antagonismos entre la ciudad y el {
ejército industrial de res~rva o~an~c .f a agobiantes, esclavitud, ignorancia, campo, entre el centro y la periferia, entre el desarrollo y el subdesarrollo, no son /
medio de una "acumul~c1ón de m1~~~d::~: exacerbado por varias formas se-
bruta lidad y degradac_i?n mentall ' d 1 viviendas), han llegado a ser el !> Véarue Dear y Scou (1981); Carney, Hudson y Lewis (1979).
cundarias de cxplotac1on (como a renta e as
422 CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO -423

accidentales ni impuestos desde afuera. Son el producto coherente de diversas fuer- cales. Los sectores de .la clase ~ra_b?jadora que se las han arreglado -por medio
zas que intersectan y que operan dentro de la unidad global del proceso de circu- de la lucha o por a~;1dent~ ~IStonco- para crear islas de privilegio dentro del
lación d~l capital. mar de la explotac1on, qu1za se unan también a esta alianza. Además, si una
conce.!lión local entre el capital y la fuerza de trabajo es útil para la acumulación
local, entonces la ~u~guesía en general la puede apoyar. Esto sienta la base para
3. MANIFFSl'ACIONES REGIONALF..S DE LA LUCHA que aparezca una alianza con bases territoriales entre los diferentes sectores del
DE CL1\~a:S Y DE FACCJONES capital, ~! esta~o local e incluso clases enteras, en defensa de los procesos de re-
pr~ducc10n ~oc~al (de la acumulación y de la fuerza de trabajo) dentro de deter-
& innegable que la lucha de clases y el conflicto entre facciones asume un aspecto mmado temtono. Hay que hacer hincapié en que la alianza descansa en la necesi-
espacial. a menudo territorial, bajo el capitalismo. Con frecuencia se resta im· dad de inmovilizar a ciena porción del capital a fin de dar libertad para moverse
portancia a los fenómenos de este tipo, diciendo que son producto de sentimien- al resto del capital.
tos humanos muy arraigados -lealtades al lugar, a "la tierra", la comunidad y La alian~a ge.neralmente se de?ica a alabar a la comunidad, y se esfuerza por
la nación, que generan orgullo cívico, regionalismo, nacionalismo, etc. o que logr~r la sol.1dandad de la comunidad o de la nación como medio para defender
son producto de antipatías igualmente arraigadas entre grupos humanos, fundadas los d1~ersos mteres~s de sector y de clase. La competencia espacial entre localida-
en la ran, idioma, religión, nacionalidad, etc. Empero. el análisis anterior nos des, c1~dades, regiones y naciones adquiere un nuevo significado a medida que
permite explicar la regionalización de la lucha de clases y de facciones indepen- c~da alianza trata de captar y i'etcner los beneficios que dan las corrientes de ca-
diente.mente de esos sentimientos. No quiero implicar con esto que los sentimien- 1~1tal Y de fuc.r~a de trabajo a través de territorios bajo su control efectivo. En
tos humanos r.o tienen nada que ver con el conflicto interregional, o que no tiempos de cns1s más general surgen amargas luchas sobre cuál localidad ha de
pueden ~urgir conflictos autónomamente ~:obre estas bases; simplemente dest~o so?ort.ar el pe~o. de la devaluación que llegará seguramente. Esas condiciones
afirmar que existe una base material, dentro del proceso de circulación del propio matenales ohjellvas proporcionan abundante nutrición a las ideas sobre la
capital, para las manifcstacion•~s interregionales de la lucha de clases y de facciones.r. ª.rmonía de la con:iunidad y la solidaridad nacional. Esas ideas son tan significa·
Esta base material es la situación conflictiva que surge cuando una porción uvas para. las facciones del trab.ajo. como para las facciones del capital, y la bús-
del capi1 ¡,l social total se tiene qur· quc·dar inmóvil a fin de dar al capital restante queda de mtereses con bases terntonales con frecuencia es conveniente para ambos.
mayor flexibilidad de movimiento. El valor del capital, u·na vez que queda encerra- En.esta forma el capital pued~ tener esperanzas de prevalecer, por medio de con-
do dePlro de infraestructura:; físicas y sociales inmóviles, tiene que defenderse para ces1?u.es, sobre un·ª· clase trabajadora geográficamente fragmentada, pero al hacerlo
; no devabarse. En un nivel mínimo, esto significa asegurar el trabajo futuro que ~~ d1v1de ~ s~. deb1l~ta a sí mismo. La fuerza de trabajo, por su parte, puede mejo-
/ preven estas inversiones, confinando el proceso de circulación del ca pi mi resl an- rar s~ po.s1~1.on social.' p~ro al costo de abandonar deman<las más revolucionarias
1,. te dcnl rr de cierto territorio durante cierto periodo de tiempo. y ahnr d1v1.s10m·s lerntonall'S dentro de sus filas. La lucha total de clases !'C' disnelve
'" Algun,.ts facr:iones del capital están más comprometidas que otras con la in- c.ntoncr.s dentro de una se1:ic de conflicto~ con bases territoriales que a~>0yan, sos·
versión inmóvil. Los dueños de tierras y de propiedades, los fracciom dores y uen~n. Y e11 algu.nos casos mcluso reconstituyen toda dase de prejuicios locales y
constructores, el estado local y aquellos que guardan en su poder la deuda hipo· trad1c10nes arraigadas.
tecaria, están sumamente interesados en forjar una alianza local para proteger y . Sin embargo, la estabilidad y coherencia de cada alianza con bases territo-
promover los intereses locales y detener la amenaza de una devaluación localizada, nal~s se ve amena.7.ad.a po; poderosas fuerzas que la alteran. Algunos sectore.; del
específico. de ese lugar. El capital de producción que no puede move1se fácil- cap1ta~·. - los capuahstas en di~ero en particular- son más susceptibles a la
mente pu~de apoyar la alianza, y estará tentado a comprar la paz y la habilidad atrac..:10':1 de las buenas ganancias, y el capital de producción casi no se puede
de la fuer.:a de trabajo local haciendo concesiones en los sueldos y las condiciones de dar el hijo de pasar por alto la plusvalia relativa que se obtiene al t:rasladarse a si-
trabajo, ganandu así los beneficios y la cooperación de los trabajadores y h'lcien· tuaciones s~peri~res. Unos sectores del capital rompen la alianza local y bus-
do que aumente la demanda· efectiva de mercandas·salario en los mercados lo· can g~nanc1as mas a~tas en ~tra parte. Además, aunque el capital y la fuerza de
trabajo se pueden ahar en ciertos puntos (como las barreras a las importaciones
baratas) y hac:-r concesione:. en o~ros, el antagonismo entre ellos nunca de;apare-
6 La cuestión de cómo se forman y actúan las burguesías nacionales, rebri'lnales y locales nunca ce. En la med1ela en que se agudiza la lucha de clases, unas facciones del capital
ha sido an.ilizada claramente desde una perspectiva marxista, excepto desde un punto de viHa pura· pue:le.n estar tentadas a huir del territorio, o a tomar represalias contra el poder
mc111c político y esl ratégico dentro de alguna concepl·ión global de la lucha de clases. El problema es
profundo'! está plagado de controversias. Las n~dc11tl'S comribudones de Nairn ( l 9i7), Da vi~ ( 1~78)
or!~amz.~do ele la fuerza de trabajo, por ejemplo, con políticas abiertas d la in·
y Ami11 ( 1~Jt:O) han abordado el tema más plenamente y han provocado vigorCl'ias crfúcac;. Yo no prcte11t.10 m1grac1on. La coherencia de la alianza local está siempre amenazada desde el
señalar une n.>spuesta cabal a los problrmas plan1cados: ~implememe deseo n.-velar la base matl'tial dcn•ro interior y desde d exterior.
de la lógicé de la acumulación para drnas clases de división por faccion<:S a lo largo de líneas regionale: Los difcremcs sectores del capital y de la fuerza de trabajo tienen diferentes
·- ·----·-·----
.----·-· ·-. - -- -···-------·--------
----------~

424 CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO


CR.1~15 E:'\ LH.CO~,O~lL-\ E.SPACL-\L DEL CAPITALISMO
425
intereses dentro del territorio, dependiendo de la naturaleza de los bienes qlle
poseen y de los privilegios que disfrutan. Algunos son socios más co?fiables que 4. Los ARREGLOS JERÁRQUICOS y EL PASO DEL
otros en una alianza loca1, pero todos los sectores sienten alguna tensión entr~ las CAPITAL AL ESCENARIO INTERNACIONAL
vinudes del compromiso local y la tentación de irse a otro lado. Los te.rrate~1en­
tes, por ejemplo, podrían aparecer como el sostén "natural" ~e cualquter alianza Las tensiones entre la fijación y el movimiento en la circulación del capital, entre
local en virtud de los bienes que poseen, pero si se trata a la tierra como un puro la co~centración y la dispersión, entre el compromiso local} los intereses globales,
bien financiero, entonces las especulaciones de las c~mpañias que adquieren pone inmensas tensiones sobre las :apacidades organizativas del capitalismo. En j
tierras pueden alterar la alianza local tanto como cualquier otra c?sa. Al ~tr~ lado consec_u!,!1~i~~-}a __llis!~~ia -~el. capitalismo se ha caracterizado por la contin-Ui
del espectro encontramos capitalistas en dinero acosados por dilemas similares, expTOrac1ón y modificªción de los arreglos organizativos que pueden caÍmar y
aunque los bienes que controlan son sumamente móvi!es. Si. un ~aneo poderoso ~~~~ner esas tension.es. El resultado ha sido la creación de estructurasjeiárquicas
tiene una deuda hipotecaria sobre gran pa~te de la mvers1ó.n mf~aestructura~ mtegradas de organización que pueden enlazar el trabajo local y particular con
dentro de un territorio, la calidad de su propia deuda se detenora s1 saca t~do e1 el logro del trabajo abstracto en el escenario mundial. Las crisis se articulan y las
capital·dinero excedente y lo manda a otro lugar donde ~a tasa de ganancia sea luchas de clases y de facciones se desenvuelven dentro ele esas "formas. de organi-
más alta. A fin de realizar el valor de la deuda que ya esta en s~ p~der, el banco zación, mientras que las propias formas a menudo requieren una transform·a·
quizá :ii! vea obligado a hacer más inversiones dentro de un terntono con .un~ ta- ción dramática frente a las crisis de acumulación. · "
sa de 1ranancia más baja de la que podría obtener en otro lado. Los .cap1tahstas ·Ya h"éinos encontrado un ejemplo de esa estructura jerárquica integrada. En
dedic~rlos a la producción tienen una opción semejante. Pueden me1orar s~ po· el capítulo IX mostramos que es necesaria una jerarqufa de dinr.ros de diferentes
sición competitiva apoyando las mejoras a la infr~estructura local por m~d10 de calidades para que siga adelante la acumulación, pues sólo en esta forma puede
su partidpación en una alianza local, o pueden irse a otro lado donde .• e sabe relacionarse la necesidad local de medios de circulación con el equivalente uni-
que hiy mejores oportunidades. También pueden usar la a~enaza de un versal coryio medida de valor. Los acontecimientos locales y particulares, como
traslado para hacer que otros socios más vulnerables se vean ~bhgados a darle la creación de dinero a través de una transacción de crédito en determinado
conce~iones (exenciones de impuestos, por ejemplo). Los trabajadores tampoco tiempo y lugar, se pueden integrar dentro de los arreglos monetarios, mundiales·
son inmunes a esas presiones, y es posib1e que se abstengan de llevar sus d~man­ por medio de la jerarquía de instituciones que está dentro del sistema monetario.
das hasta extremos revolucionarios por temor a provocar la .huida del capital, lo También argumentamos que existen contradicciones dentro de este sistema je-
cual iría en detrimento de lo~: derechos que ya han conseguido. . rárquico. y que lo que sucede en un nivel no concuerda necesariamente con lo
La lucha entre clases y entre sectores no queda anulada por esto. Simplemen- que debe suceder en otro. La expresión fundamental de las crisis, por t.jemplo,
te asume un aspecto territorial que opera conjuntamente con otras formas .de es una conlradicción emre el sistema financiero y su hase monetaria. La preser·
lucha. Exactamente en la misma forma en que la bús.queda de la plusvalia relauva vación de la calidad del dinero como medida de valor es una tarea que les toca
invc.ca al mismo tiempo a la tecnología y a la situación, así l~s luchas_ de clases Y en suerte a aquellas instituciones internacionales que ocupan los escalones de
de facciones se desenvueken necesariamente en ~l espacio y el uempo. La mando de la jerarquía. De aquí se deduce que las crisis se manifiestan inva-
geografía histórica del capitalismo es un pro~eso soc1~l que desca.nsa en la evolu- rial>lemente como conflictos entre los diversos niveles dentro de esta jerarqufa de
arreglos monetarios.
ción de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales que existen coi:no con·
figuradones espaciales particulares. Hay fuerzas de contrapes,? en acc16n que Abundan otras formas jerárquicas de organización, y muestran tensiones si-~\
ponen la movilidad espacial del capital y de la fuerza de trabajo dentro de una milares dentro de ellas mismas. Las empresas multinacionales, por ejemplo, tienen
geograiia llena de tensión y propensa a las contradicciones. Los conflictos con una perspectiva global pero tienen que integrarse con las circunstancias locales
7
bases turitoriales se vuelven entonces parte de los med~os _por los cuales la lucha en multitud de lugares. Pueden utilizar ampliamente la subcontratación local y en
de clases relacionada con la acumulación y sus contrad1cc1ones. busca. nuevas ba- esta forma pueden participar, en grado limitado, en el apoyo a una alianza terri-
ses para seguir acumulando, trata de encontrar otras alternativas. 1:51as nuevas torial locaL La centralización del capital dentro de su organización va acompa- r.._-·
bases <;.brazan simultáneamente la creación de nuevas configu~ac1~nes espa- ñada invariablemente de descentralización especial (vAa.se el cap. v), y eso :. . lY'
ciales, asi como nuevos procesos de trabajo. Las alianzas terr1to~1aJes Y los significa algún grado de compromiso y responsabilidad con la localidad, junto
conflictl)S inter territoriales se deben interpretar como mome~tos activos dentro con la i::apacidad para ejercer mayor poder local por medio de amenazas directas
de la h!noria general de la lucha de clases y no como aberraciones. º. in~irectas. La im~~ración local de las empresas multinacionales hace que sea_ i
d1fic1l tomar la dec1s1ón de quedarse en un Jugar o cerrar una pi.anta sucursal. 1
Además, dentro de la jerarquía de la empresa multinacional, lo que tien~ sentí·
do en un nivel no necesariamente lo tiene en otro. El capital mercantil multina-
1
Radice (1975): Palloix (1973: l975a).
'126 CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
CRISIS EN LA ECCNO•
1 .. j
m A ESPACIAL DEL CAPITALISMO
427
cional se enfrenta a los mismos dilemas. Las estrategias globales salvan la tensión que imegra al individuo dentro de la 1. .
cnlre el compromiso local y la lucha por apropiarse de la plusvalía dondequiera Cuando los lrabajadores por e" 1 comp eJa totalidad de la sociedad civil.
que sea posible hacerlo. Aunque siempre parece como si el poder esluviera en la 1 lugar, qui7.á lo hagan s·~bre la)~~! ~·e c~:~;;n ~n~ .casa en ?eterm~nado tiempo y
cima de estas estructuras jerárquicas, la fuente fundamental de ese poder es tradiciones del contrato a ~8: 0 ipotecano sancionado por las
siempre la producción en determinados lugares. Las empresas multinacionales ab- ·, do por la ideología burgue;aoy;do por las poht:cas gubernamentales y estimuJa-
sorben en su interior las tensiones entre la fijación y el movimiento, entre el amortización y una tasa de .int~~fsag~: n;ens~ales al banc? .reflejan un plazo de
compromiso local y los intereses globales. Su única ventaja es que pueden orga· acumulación mediadas por 1 f q efleJ.an las cond1c1ones globales de la
nizar su ocupación del espacio y la hi1.toria de su propia geografía de acuerdo · · a uerza y segund d d · · ·
dentro del sistema financiero y por la fuerza de 1a e ms~1tuc1~nes particulares
con un plan consciente. El ú.1ico problen-.a es que estos planes son concebidos en con el comercio mundial En el ·1· . r· 1 a econom1a nacional en relación
un ambiente de a-.:umulación, plagado de incertidumbre y de contradicciones. · ana 1s1s ma lOda t d" · ~
das y reducidas a un pago mens 1 1 b ' ses as me 1ac1ones son capta- f
El sistema polítko está organizado a lo largo de líneas jerárquicas similares, J C<]uivalente). En el Olro exlremo ua ad ~ne~ (o a una. institución financiera 1
por razones similares.ª Aunque la nación·Eslado ocupa una posición clave en C'Sta ¡ por L:aer CSlabilidad a una econo '.cuan dº. º1s anqueros internacionales luchan
jerarquía. las organizaciones supranacionales reflejan la necesidad de coordina- llacen en el contexto de m "lt. m1a dmun. . la que . parece
. est ar a 1 bord e d e1caos, lo
ciones globales y los arreglos gubernamentales de la región, la ciudad y el vecin- . . u 1P 1es cc1s1ones mdrviduale 1 ·
caótica de luchas entre los territorios 1. d s Y en a intersección
dario enlazan los intereses universales con los intereses puramente locales. Er.tre ·1.· • • a 1anz.ls e c 1ases y de fa ·
pcrc1u1r su unpotencia se pueden el d' . cc1ones, etc. AJ
los niveles de esta estructura jerárquica abunda rl conflicto, haciendo burla de M . ' e •car a crear mstituc:io 1
onetano Internacional -que tienen el oder d" . ~es - como e Fondo
cualquier teoría del Estado como un fenómeno unitario y monolítico. Además,
aunque gran parte del poder puede estar situado a nivel nacional, el problema
de integrar los rcqucrimienlos locales con los globales sigue siendo un probl<·· .
diaria del individuo e:
naciones·Estado y así oner en · P para. tscipltnar Y enga~usar a las
formas v~:~f r por las fuerzas politicas que afectan la vida
sidcrar cúmo afectan las mC' r . es yda veces t~aumáticas. Ahora debemos con-
ma espinoso para cualquier gobiC'rno.JEI conflicto se vuelve particularmente agudo .. e 1ac1011cs e este ll(JO la fo ·• . ,-
as cr1s1s dentro de la economía esp . 1 d . . rmac1on y reso 1uc16n de
para cualquier nación que aspire al papel de banquero mundial. ~Debe acceder ' ac1a e 1 cap1talismo.
e incluso organizar, en nombre de las perspectivas globales de la acumulación, a
la d<'strucción de ciertas economlas globales dentro de sus fronteras? ¿O debe
tratar de protegerlas y de s~guir políticas provincianas e incluso aisladoni~;tas 5. EL TERCER CORTE A LA TEOJ{ÍA DE LAS CRISIS:
ASPECTOS GEOGRÁFICOS
c¡uc al íinal signifiquen la autocracia. y le den el golpe de gracia a las paulas glo-
l>ales abiertas de acumulación? Los capilalistas se comportan como . .
Eslas diversas estructuras, organizadas jerárquicamente en las esferas de las p · capna 1mas dondequie
crsig~1en la expansión del valor or medio de ~~ q~e se en~uentren.
finanzas, la producción, el Estado, etc., junto con las jerarquías urbanas estruc- consecuencias sociales Acum 1 p . la explotac1on sm considerar las
turadas f 1ara asegurar el movimiento efici~nte de las mercancías, engranan con 1
cioncs que llevan a la .deval u.~n dcaplna en. ex~eso y al final crean las condi-
dificultad para definir varias escalas: local, regional, nacional e internacional uac1on e os capnahst . d' "d 1
dl' trabajo a través de las cr1's1". s· b as m 1v1 ua es y de la fuerza
(para usar categorías comunes i;ue reflejan más o menos nuestro significado). Se · ~· m em argo esto su· d d d
r.a de desarrollo geográfico desigu 1 d '.d ce e e~~ro e una estructu-
pueden formar alianzas con bases territoriales en cualquiera de estas escala~. pero de diversas clases de capital y d fa ' prod UCI a por )as mov1hdades diferenciales
la naturaleza de la alianza y su política suelen modificarse, a veces muy dramáti- . . · e uerza e trabaJ'o toda I d d
rcslricc1ones temporales imp...aest • sen aza as entro de las
camente, de una escala a otra. Las pautas de clase y la lucha faccional y de i.:om- Estas movilidade d f . ª1 s por e 1 proce!lo de circulación del propio capital.
petencia entre territorios cambian también. Los asuntos que parecen fundamen- s an orma a os procesos de trab . . ..
dos como "una totalidad de d"r d ªJº concretos e md1v1dualiza-
tales en una escala desaparecC'n tot aJmente de vista en otra; los sectores que par- . tierentes mo os de trabaJ'o b J
mund1al", y así definen el traba" b que a arcan e mercado
licipan activamente en una escala puP.den desvanecerse de la escena o incluso N JO a stracto como valor
cambiarse a otra. Entre lo particular y lo universal está toda una maraña de .. ueslra tarea es construir un "tercer corte" a la ; d .~
cns1s, que reconozca específicamente 1 . l"d leona . e la formac1on de la~
arreglos organizalivos que median la dinámica de la corriente de capital dentro definido ba =o las relaciones cap"t 1· asdcua 1 dades materiales del espacio socia~·
de la economía espacial del capitalismo, y proporcionan múltiples y diversos fo. .J 1 a 1stas e pro uc ió · .
rl'eordar que el "primer cone" 1 í d 1 c n e mtercamb10. Po:iemos
ros en que se desenvuelven las luchas de clases y de facciones. ª ª teor a e as crisis trató sob J f fi
mental de IC1s contradicciones imern d 1 . r .. re a ueme unda-
El embrollo y ei desorden de estos arreglos a menudo oscurece su importancia las dinámicas temporal€s a medid as le capnda tsmo. El segundo corte" examinó
como mecanismos de transmisión que relacionan la acción concreta particular -:::on a que es van ando forma y la d" d J
arreg1os financieros y rnonela·'ios El .. s van me tan o os\\
los rfeclc.s globales del trabajo abstracto, y así conforman la econum:a política • •
1
• tercer corte" del que n
llene qu~ ~ntcgrar la geografía del desarrollo •. . os or:npamos aquf, )
de las Cíl.SIS. La tarea no es r· ·1 ·r poco uniforme dentro de la teorfa
La dis.:usión de Dulong (1978) <le lll organizadón del poder regional en Francia e> muy interesante. ac1 . enemos que ocupa 1 f,
!1 dctennina.:ioncs múltiples sim ll # • rnos en a guna orma de
' u aneas y conjuntas. Por ejemplo, cuando cam-
428 CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO

bia la plusv~lía.rebtiv~:~~;a~~:t1:1t~t~~u~~~:ncaonªfrontar a sus c~mpetidores. Es-


. . · l la tecnológica esto a menudo
da a los capttahst~s co.
poco con la migración de los trabajadores. El efecto total es que las devaluado·
, . h difícil elaborar teorías. Por tanto, en se-
ta falta de determmac1ones umcas. ~ce drásticamente simplificadas, a fin de
nes específicas llegan a ser algo más que un asunto casual y accidental.\.k.a com. '} .·~
guida empleare~os algunas su~~sic~on~s risis dentro de la geografía del de·
petencia por el espacio lleva al cierre de una planta aquí, a la pérdida de una vía ·~:r;;
captar la esenua de la formac1 n e as c de ferrocarril allá. Las pérdidas de empleos relacionados con esto y la disminución !_-:;
sarrollo poco uniforme. de la demanda local efectiva de mercandas salario o de capital corutante provocan ¡'
ajustes demro de la economía del espacio que llevan a devaluaciones ulterior~
Las devaluaciones se sistematizan dentro de ciertas configuraciones espaciales • 1

a) Devaluación particular, individual y específica de un lugar por medio del poder racionalizador del conflicto de clase y de la competencia
sobre las formas absoluta y relativa de la plusvalía. La reestructuración continua
. . e to la fuerza de trabajo del tipo que sea, de las configuraciones espaciales por medio de revoluciones en el vajor debe ver-
Cuando el capital bajo cualqmerl asp c tyo a ropiado por la razón que sea, pro-
. 1 1 gar correcto en e momen P • . se ~iuevamente como un rasgo normal del desarrollo capitalista, 9
no estan en e u . , 1 . nes Multitud de movimientos especu 1auvos
bablen1ente sufnran deva uac10 . tas en el espacio y el tiempo iean
oderes de planeación consciente~;
l dinaciones corre·-tas y exac .
hacen que as coor · . b) Laformadón de las crz'sis dentro de las regiones
cue!:tiün de accidente, a me~os qu~ s~ iser~n kn el curso normal de los event.Js,
por la vía del sis1:ema financ1erol o -~6 ~a o. capital o de su fuerza de trabajo FJ exceso de acumulación proviene de las contradicciones entre las fuerzas produc-
algunos individuos sufren deva ua....i n e ~u o encuentran empleos Líen remu·
. t obtienen buenac: ganancias f' d tivas y las relaciones sociales dentro del proceso de circulación del capital. Estas
m1ent'!'as que o ros l : ultantes particulares y especí icas e contradicciones rompen la unidad deseada entre la producción y la realización de la
nerados. La multitud de d.eval~ac1donest re~e algu~n,plan mois grandioso. Simple-
1 1 · nen que cnsta izar en ro . ld 1 plusvalía. La unidad se puede restaurar sólo por la fuerza a través de las crisis de de-
un ugar,
mente sonno Ie del costo humano ~1orma 1• del desgaste social natura e a a-::u-
parte valuaciór•. La producción y realización se tien':!n que lograr dentro de determinado
tierr:po de rotación y ya mostramos anteriormente que esto se traduce, bajo cienas
mulación a través .de la com~~te11;c1aificado. En primer lugar, la devaluac~ón es condiciones, en Ja producción y realización de la plusval(a dentro de los r.:onfines de
Este concepto tiene un do e s1gn d n proceso de trabajo determmado
un espado definido. El efecto total es dificil de describir porque cada capital indivi-
una determinación social. No se trata de que ~nado lugar sino de que no pueda
d f · en lo absoluto en etermi • f · dual, operando desde detenninada situación, tiene sus propias condiciones especffi~
no pue a unc1onar . . Las devaluaciones siempre us10- i::as de producción, intercambio (incluyendo transportación) y realización.
generar por l.o men~s la tasa. ~~~~u~f &~:~~~:~) con el trabajo univer:sal y s?cial Para simplificar, dimos por sentado inicialmente que toda producción y reali-
nan el trabajo parucular e m •v_i • son es ecíficas de determinado uem-
(abstracto). Además, las devalualc10~es szemJJr,es genefales de crisis descansan sobre
zaciün de: capitales interdependiemes ocurre dentro de una región cerrada. La
l E ndo lugar as iormas ma 11 E acumulación sigue adelante dentro de esa región a velocidades que dependen de la
po y ugar. f . , n dsegu
evento• loca'1 es. parucu . 1a res e individuales y surgenl de
L e dos. S n expansión local del proletariado, el estado de la lucha de clases, el ritmo de la in-
esta ~on us1on e .1'.farx dividió la identidad presupuesta en a ey e ay
la mrnma forma en. q~~
novación, el crecimiento de la demanda efectiva cotal, etc., pero como los capi-
isis (al considerar la separación entre ventas y talistas seguirán siendo capitalistas, el exceso de a..:umulación está destinado a
en otras tantas poszbzltdades de cr ,. bles devaluaciones particulares
compras en el espacio y el tiempo), as1 m~dumder~entro de las cuales se pueden aparecer. La amenaza de la devaluación masiva cobra mucha importancia, y la
,- d lugar crean oportum a es sociedad civil parece destinada a experimentar la congoja, alteración e inquietud
y especu1cas e un . .. ás enerales de crisis. Ahora tenemos que
echar a perder las p~1b1hdades dm g nvierten en. heridas profundas como
que acompañan a la restauración forzosa de las condiciones favoraLles para la
acumulación.
mostrar cómo las hendas supura a~ se col . l'
'ales únicos de cap1ta 1smo. Ésta es, naturalmente, exactamente la clase de "dialéctica interna" que obliga a
consecuencia de procesos soc1 d do se busca la plusvalía relativa por
Las revoluciones en el valor se esd at~n cu.~n El efiecto es devaluar los capitales
la sociedad a buscar alivio en algún tipo de "arreglo espacial". Las fronteras de la re-
. · d logía 0 e s1tuac1on. gión se pueden ampliar o se puede obtener alivio exportando capital-di11ero,
medm del cambio e tecno . . o en situaciones inferiores. Este proceso se mercancías o capacidades productivas o importando nueva fuerza de trabajo de
empleados bajo Lecnologfas mfer10resl l tiempo de rotación mejorando el
l. l impulso por ace erar e r otras regiones. La tendencia al exceso de acumulación dentro de la región sigue
comp ica porque e . . d'fi los es acios relativos, y asi trans1orma
transporte y las comunH.:a..:1om~s mo I i~a p El movimiento de trabajadores sin control, pero se evita la devaluación con "transformaciones externas" sucesivas y
. . · es en inferiores y viceversa. d caC.:a vez más grandiosas. Este procese supuestamente puede continuar hasta que
s1tuac1ones supenor . .d . altos y de mejores condiciones e
individuales en busca de mv~les ~e v1 a 1:11~ l capital de tener acceso a reseivas
trabajo contribuye a la confusión; . a vent~~~ac~ones se puede ir perdiendo poclJ a
baratas de trabajo excedente en ciertas s1 !J Massey 1198 l) explora esta idea profundamente en relación con la elec:rónica y las industrias de
ingeniería eléctrica del Reino Unido.
430 CRISIS EN LA Et:ONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO CRISIS E~ LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
451

se agoten todas las posibi~idades o hasta que otras regiones se resistan a ser trata· en~uemra fuertes ~a~reras: las fronteras pueden cerrarse, las sociedades precapi-
das C'Omo meiOs apéndices convenientes. tahsl~s pu~den resistir la acumulación originaria, pueden surgir movimientos re-
Sin embargo, tan pronto como la región abre sus fronteras a las corrientes de voluc1o~ari~s, etc., pero las barreras también pueden surgir de toda ia lógica
capital y de fuerza de trabajo, las relaciones de valor dentro de la región comienzan co~trac~1ctoria de la acumulación del capital. Consideremos ahora estas barreras con
a reflejar la ''totalidad de diferentes formas de t~abajo que abarcan el mercado mas cU1dado. ·
mundial''. Las revoluciones en el valor se pueden imponer igualmente bien a la Cuanto más abierto está el mundo a la reeMructuración geográfica, más fácil-
regi6n desde el exterior. La posición competitiva de la región en general puede mente se pueden encunt~ar soluciones temporales a los problemas del exceso de
decaer porque otras regiones han pasado por la incomodidad y la tragedia de acumulación. La expansión geográfica, como el aumento de la población (véase
una reestructuración interna de su aparato productivo, sus relaciones sociales, l~ p. 163 de esce libro). proporciona una fuerte base para la acumulación soste-
los arreglos de distribución, etc. La regió.1, lejos de resolver sus problemas de exceso nida: Las crisis se r.educen a cri~is poco importantes provadas por el cambio a
de acumulaciün ccn la creación O.e relaciones externas, se pue<le ver obligada a medida .que las corrientes de capital y de fuerza de trabajo pasan de una región a
sufrir una devaluación a(m más salvaje debida a la presión externa. La competen· ?tn:, o mclu."o se regresan, y desatan devaluaciones regionales (que pueden ser
cia entre las r·~gil•nes llega a estar a la orden del dia. Además, las fuerzas relativas mtensas al_gunas veces) así como ~justes importantes en las estructuras espaciales
de diferentes alianzas con bases territoriales llegan a ser factores importantes. (como el s1sLema de transporte) diseñadas para facilitar las corrientes espaciales.
El asunto ahora se vuelve un poco más confuso. La distinción entre "transforma· E1 problema, n~turalmente, es que cuanto más se desarrolla el capitalismo,
ª
mas suele sucumbir.. las fuerzas que _rr~~ocan la inercia geográfica. /\qur enl
1

cienes externas" e "internas" se vuelve dificil de precisar. Los linderos regionales, ;i es


que existen, !)e vuelven fáciles de atravesar para el capital y los trabajadores, contramos una vcrs1011 de esa contrad1cc1on que Marx dcscribi6 como la domi·
las alianzas locales se tambalean notoriamente en ciertos puntos y las formas nac!~n del trabajo pasa~o sobre el tr~bajo vivo. La circulación lle capital qu'eda
jcrán.1uicas de organización. que operan en diversas escalas, ofrecen diferentes · aprisionada cada vrz 1~1as dentro <le mfracstructuras físicas y sociales inmóviles/
posibilidades de coordinación. El grado en que los problemas de acumulación cread.as para apo~ar. c:1c~tas d<~ses de producción, ciertas clases de procesos de i.
e,.:cesiva que surgen en un lugar se puede aliviar con el desarrollo ulterior o la de· trabajo, arreglos d-stnbuc1onales, pautas de consumo, etc. Las cantidades cada vez 1 ;¿;
valuación en otro lugar depende de la intersección de todas clases de fuena di· más gra1_1~c~ de .capical fijo y l~s tiempos de rotación cada vet más largos en la ,
vc:"sas y conflictivas. produ~ci~n 1mp1den que el capital se mueva sin inhibiciones. En pocas palabras, .
Sin embargo. el resulcado es que algunas regiones prosperan mientras ctras el crenm1ent?. de las fu~rzas productivas actúa como una barrera a la rápida ;
dt·cl:nan, pcrr) esta necesidad no augura una crisis global del capitalismo. Los r~es_tru.cturacton geogr;H1~a exaclamente en la misma forma que obstaculiza la ·
di1Cr1!mes ritmos regionales <le la acumulación pueden estar coordinados en forma <lma1111ca ele la acumulación futura al imponer el peso muerto de las inversiones
poco estricta, porque las coordinaciones descansan en las movilidades rUversas y pasadas. Su rg<·n .alianzas territoriales, que a menudo se vuelven cada vez más po·
a mc·nudo conflictivas de diferentes formas de capital y de fuerza de trabajo. 10 El der?sas Yse arraigan 1~1ás profundamente, para proteger y fomentar el valor del '
momento en que el ciclo de acum1ilación gira hacia arriba o hacia abajo puede capaal ya comprometido dencro de la región. )
\'Uri::.r de una región a otra con interesantes efectos de interacción. La unidad _l~odas est:i~ fu~rzas se e?t~elazan. fortalecen la tendencia :lacia la inercia gco·
con d proceso de acumulación, presupuesto t·n versiones anteriores de las teorías g~af1~a. y as1 1mp1den la.rnp1da r~estructuración en la economia espacial del ca·'
dl' la crisis, se fragmenta en diferentes ritmos regionales que pueden con igual pnalismo. Peor <tun, bajo la presión de la devaluación, las fuerzas de la inercia 1
fadlidad compensarse entre sí o intensificarse hasta el punto de pl"ovocar un puede~ fortalecerse en vez de debilitarse y así exacerban el problema, puede surgir
enorme choque global. Existe la posibilidad muy real de que el ritmo global de ~ma a!ianza local para conservar los privilegios ya ganados, para mantener las
la acumulación se sostenga por medio de oscilaciones compensadoras dentro de
sus partes. La geografía del desarrollo poco uniforme ayuda a convertir las tenden·
mv~rs1ones que ya s: h~n hecho, para_ ma?tener intacto un compromiso local, y
para. protegerse a s1 m1~mas de los fnos vientos de la competencia espa6al por
·'
cías del capitalismo a la crisis en configuraciones regionales compensadoras de rápi· medio de: ~ont~oles ~-la 1mpo:tación y exportación, controles al tipo de cambios
da acumulación y devaluación. Y leye~ Je mm1grac~on. No se. pueden lograr nuevas configuraciones espaciales
porque no se ha dejado que sigan su curso las devaluaciones regionales. El de-
sarrollo geográfico poco uniforme del capitalis.no asume entonces una forma
c) Las crúis del cambio que n? concuerda en lo ahsoluto con la acumulación sostenida, ya sea dentro de
la región o a escala global.
El cambio suave de excedentes de capital y de fuerza de trabajo de una región a otra Cu~nto más prev.a~ecen las fuerzas de la inercia geográfica, más profund~s(
crean una pauta de oscilaciones compr~nsatorias dentro del total. Este cambio 11.:garan a ser las cns1s ~gregadas del capitalismo· y más salvajes serán las crisis ) ~
to Véanse Carney, Hudson y l.·~wis (1979) y el número especial dcljoumal of tlie U1iio11 of Radi· provocadas por el cambio antes <le que se restaure el equilibrio. Las alianzas lo- )
cal Pditical Eco110111ics, vol. JO. núm. 3 (1978). cales se tendrán que reorganizar dramáticamente (la aparición del fascio;:mo es el ~
CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
432
~ario y _financiero internacional. Se han creado niveles enteros dentro de J . ·l
ejemplo más horrible), las mezclas tecnológicas se m~dificarán ~epentinamente Jt'rarq~ia (bancos cent.rales e instituciones monetarias internadonales) y ha:··
(provocando devaluaciones masivas de las plantas anuguas), las mfraestruc~uras aparecido nuevas relaciones de poder entre los niveles. Las compafüas multina-
físicas y sociales quedarán reconstituidas cotal~ente (a menu~o po.r ~ed1? de cionales han .buscado t?rpemente. nuevas formas de organización para hacer~ 't
crisis en los gastos del Estado) y la economía espacial de la producción, d1Stnbuc1ón Y f~ente .ª las circunstancia~ en co~unuo cambio. Los sistemas polfticos y admi!.; :
consumo capitaFstas quedará totalmente transfon:nada. El costo ?e
la deva- nist~auvos se encuentran siempre igualmente bajo presión para que se adapten ·.· :._.;
luación para los capitalistas individuales y los tra~aJadores se~á ~ons1~er~ble. El Sm e~bargo, esas estructuras jerárquicas no se adaptan instantAneamente ~~·. '.
capitalismo levanta la salvaje cosecha de sus propia~ .contrad1cc.10nes internas. las ~ecesidades del capitalismo. Para comenzar, cada conjunto d1! instituciones f ,:_
Sin embargo, por salvajes que puedan ser esas cns1s de cambio, la reestructu- se ªJUSla a la luz d~ los intereses particulares de los que las dirigen, asf como en'.?;
ración total de la economfa espacial del capitalismo a escala global todavia ~os respuesta a la presión externa. Las corporaciones multinacionales actúan para .
ofrece \a perspectiva de una restauración ?el.equilibrio a ~ra~és de ~na reorganiza- obtener acceso a las materias primas, a los mercados y a la fuerza de trabaJ·º t .
ción de las parces regionales. Las contradicciones del cap1tal~smo aun está? ~ome- tan de ab. arcar espacio · y e~c 1uir
· a 1a competencia y están tan interesado& •enrael · ! ¡
nidas dentro de las estructuras globales del desarrollo geografico poco uniforme· monopoho como en coordinar los requerimientos particulares con los globales J
Una vez que est?n _en posi~ión de manejar la escasez, quizás organicen simple:
mente el co.merc10 internacional e incluso pautas enteras de desarrollo geogrAfi· 1
l
d) Nuevos arreglos pará coordinar lt~J~t~'}:c~c?!!. esfx!:~io._l lO poco uniforme según sus intereses estrechamente definidos. & probable que \.
y el desarrollo geográfico poco uniforme us.en su po.der para rob~r, engat~sar y apropiarse de la mayor cantidad posible (
dt.: .plus~alia de lo~ <lemas. Lo mismo se puede decir de los banqueros (en éual- ·
No to: as las formas de desarrollo geográfico poco uniforme y de expansión espaci~l -,' q~1er. n1,v~I de la JCrarqu.ía), .políticos, administradores, etc. La apropiación de
hacen dismi11li.ir los problemas del exceso de acumulación. De hecho, las confi·, csle up< alu.·~a las coordmac10nes y puede necesitar la creación de nuevas c
guraciones espaciales t;enen tantas probabilidades de conui~uir al problcm.a co~o 1 dentro de la Jerarquía para disciplinar a los demás. apas ~/
de resolverlo. Esto enfoca nuestra atención en los mecanismos de co(lrdmac1ón,, lnclus? cuand.o ~o su~umben a la pura venalidad, los administradores dentro )
que da.n forma a las configuraciones espaciales y a 1~~ corrientes decapita~. Por, ?e e~tc .siste~a JCrarqu~co c~n frecuencia poseen sufici"!nte poder como para
ejcmplú como mostramos en el capítulo XII, la movilidad geográfica del dmcro, influir en el ntmo y la d1recc1on de la expansión geográfica. Esto se aplica parti-
las mer~andas, el capital de producción y la fuerza de trabajo dependen de !a culann<'nt<' a la.s grandes empresas, a las instituciones financieras importantes y
creación de infraestructuras flsicas y sociales fijas e inmóviles. ¿Cómo se pueden: al Estado, que t~enc el poder nominal para controlar las corrientes de capital de
cambiar estas infraestructuras para adaptarlas a los volúmenes en expansión del ca-,: f~crrn a~uerdo
ele trabajo de con los intereses de la alianza territorial que 1o!go-
pi tal e1. movimiento?. . . . . b1erna. La competencia entre los Estados (u otras unidades) o las luchas de po-
Se 'Jueden cc..nstruir nuevos sistemas de comurucac1ones y transporte, como vimos der entre los n~veles dentro de la jerarquía tienen marcados efectos sobre las
en el capítulo VIII, usando el exceso de capital acumulado, aunque al ·:o~to de paucas po.co uniformes ?e desa~rollo. Además, las estructuras jerárquicas no son
akuna devaluación del capital cristalizado en tiempo pasado. Las nuevas inver- '.~de~er~dientes entre s1; por ejemplo, la ev~lución de corporaciones muhina-
si~nes corren el riesgo de devaluarse sólo si no s~ materializan las .e~pansi.ones cr01.1ales dcp~ndc de nuevos arreglos monetanos internacionales y nuevas formas
previf.tas en la configuración espacial e~perada, o s1 se amontonan mas mv~rs1ones de .mter_venc1~n estatal; Las ~?tegraci~nes implican que las luchas de poder sobre
que compitan con éstas. El ritmo de transformación e? el tr~nsporte y los mstemas qmén ha de ejercer que func1on coordmadora son endémicas. Además esas luchas
de comunicaciones queda restringido por estas consideraciones. Por lo general de ~od~r a menudo se libran sin tomar en cuenta para nada las nec~sidades del
las comunicaciom.s no se pueden ampliar con suficiente rapidez para hacer fre.nte a capitalismo en gcnenl. .·
las necesidades de cantidades cada vez mayores de mercandas en mov1m1ento Sin embargo, aunque no hubiera abusos, seguirfa sin resolverse la tensión
a nuevas regiones. Las estructuras espaciales fijas que ~e requieren para salvar el es- f~nda.mcntal entre ~a fijación y la movilidad, tensión que originó los arreglos ·e-
pacio se convierten ellas mismas en las barreras espaciales qu~ hay que s~pe~ar. rarqu~cos .~n un principio.D~spués de todo, la estabilidad de los arreglos ~e
I La misma observación se .aplica a ~quellos arreglos sociales, orgamzauvo~ e coordm~.c1on es un at.nb.uto vnal fre?~e al dinamisi:rio perpetuo e incoherente.
iníraestructurales que, como vimos anteriormente, suelen mostrar u?a esu:uct~raJe· La tens10n entre la fijación y la mov1hdad está destinada a romperse en algún
rárquica integrada, caracterizada por toda clase de trasl~pos y d1sconunu1dades \, punto.
desordenados, pero que pueden enlazar los aspectos paruculares y locales con los ¡ En uuo de es~s p'unt~s sobreviene una crisis en los mecanismos coordinadores.')(
aspectos globales del trabajo bajo el capitalismo. De hecho, gran parte del aparente \ Las estructuras J.erárqu1cas resguardadas se tienen que reorganizar, racionalizar ¡
desorden de estos arreglos refleja el hecho de que están en un proceso cont~nuo de } Y r~f?rmar. Se tienen que crear nuevos sistemas monetarios, nuevas estructuras Í
transfonnaciónA Por ejemplo, el notable aumento en el volumen del comercio mun· -' pohucas, nuevas formas de organización para rl ca?ital. Las contracciones del j
dial y de la corriente de capital pone una presión inmensa sobre el sistema mane·

,........
4'.M CRISIS EN LA ECONOMÍA KSPACIALDELCAPITALISMO
CRISIS F.N l.A F.CONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO 455 :,
parto a menudo son dolorosas, pero fsta es la única forma en que los arreglos
institL:cionales que han engordado y se han multiplicado- puedeu ajustarse por ejrmplo, que bajo condiciones de acumulación excesiva los ingleses "tienen. ¡:
miis a los requerimientos fundamentales de la acumulación. Si las reformas dan que prestar su propio capital al exterior con objeto de crearse un mercado" que . :
buen resultado, entonces por lo menos parecerán posibles las coordinaciones que rl c?pital tiene que ponerse "las botas de siete leguasu, atravesar las barreras es- '.: 1
absorben el exceso de acumulación por medio del desarrollo geográfico poco pac1ales, y así alcanzar "-en relación con el desarrollo de sus fuerzas
uniforme. Si fallan, entonces el desarrollo poco uniforme resultante exacerba las productivas- lo que dentro de sus límites sólo podría realizar muy lentamente"
dificultades en vez de resolverlas, y sobreviene una crisis global. La única solución es (Teorías sobre la plusvalía, 111, p. 107; Grundrisse, I, p. 284). Lo que tenemos
: una n~estructuración total de las relaciones dentro del modo de producción capitalis- que averiguar es si las crisis se disipan o se acentúan por medio de esos mecanis·
, ~ ta, incluyendo los arreglos de coordinación jerárquica. m~s, y las respuestas son tan variadas como los medios con que cuentan los capi-;,
talmas de una región para deshacerse del exceso de capital que han acumuladÓ1 .:
llevándolo a otra región. Veamos cada una de estas posibilidades por orden.·;,,
6. CÓMO SE VAN FORMANDO LAS CRISIS GLOBALES

No e:; posible que el desarrollo y la expansión geográficas poco uniformes curen las a) Mercados externos y bajo consumo
l contradicciones internas propias del capitalismo. Los problemas del capitalismo
J no se pueden resolver instantáneamente como por a.rte de magia con algún "arreglo Si el exces~ de capital que se ha acumulado en Inglaterra se pr<-sta a Argenti~a· .
Lespacial". No obstante, es importante reconocer que las crisis más generales surgen como medio de pago pa~~ que compre las mercancías excedentes producidas en
del caos y la confusión de sucesos locales particulares. Comienzan como procesos de Inglaterra, entonces el ah:no para el exceso de acumulación es eflmero en el mejor
trabajo concrrtos e individuales y como intercambios del mercado que van ere· de los c_asos y la pers~ecuva ge~eral para evitar la devaluación es insignificante.
ciendo hasta llegar a ser crisis globales en la calidad del trabajo abstracto, de la Al scgmr una estrategia de este upo se da por sentado que las crisis del capitali~mo ·
forma-valor. Las restricciones temporales y espaciales del tiempo de rotaci,'m que se manifi~sta~ parcialmente como una falta· aparente de demanda efectiva:
aseguran que se produzcan entretanto gran variedad de diferenciaciones re- se pueden atnbmr totalmente al bajo consumo. Marx recha.:a esta versión in·
\ ter.re.~10nal del argumento con la misma firmeza que a la versión original. En su
gionales. Por tamo, las crisis se producen a causa del desarrollo geográfico poco
uniforme, coordinado por formas de organización jerárquica. La misma obser· opm1on, todo lo que sucede es que los efectos del exceso de acumulación se mul-
vaci6n se aplica a los efectos de la dc•1aluación. Éstos siempre se haccil sentir en ti~lican a través del e:,~acio durante la fase de la oscilación ascendente que está
dclt•rminad0s tiempos y lugares y van tomando configuraciones características alimentadil por el créduo, y se registran como una brecha cada vez más ancha
( por r·~gi~n.' secwr u ;rganización .. L_os e.f~ctos s~ p,ueden difundir yJ1ast~ cierto entre la ~al~nza comercial y la balanza de pagos entre regiones. Cuando el siste·
; pu~! ~lllgar cambiando las corrientes ae capital y de f~erza de trab~~--<;.~~re ma de credno cae de nuevo dentro de su base monetaria, y Marx insiste que asl
se1~tor·~s y entre regiones (a veces simultáneamente) o emprendiendo una reco'!lS· debe ser, entonces estos balances interregionales modifican la secuencia de even-
frtíceiSn radkal ·de. tas infraestructuras físicas y socialés. Las crisis glohate; se tos. Marx describe una secuencia caracterfstica en esta forma:
va1Í f:: rmando por ei efecto de crisis dr cambio menos traumáticas.
Lc:1:, crisis globales se fom1an, entonces, como "ensamblaje a la fuerza de mo· Puede ocurrir. que la crisis estalle primeramente en Inglaterra, en el pafs q~e concede
el mayor créduo y reclama crédito menor, porque la balanza de pagos ... que es nece-
mentos que se desgarran, que exis~en indiferentes el uno con respecto a! otro, pero
sario liqui?ar inmediatamente, vaya en contra suya, a pesar de que la balanza general
que, sin embargo, fo1man una unidad" (Teorías sobre la ·plusvalía, III, p. 106). de .comerc1~ sea favorable . .. El crack producido en Inglaterra, iniciad6" acompañado
Para !.?xplorar este proceso de fusión más concretamente, adoptamos algunas por el reflujo de oro, salda la balanza de pagos de Inglaterra ... Luego Je toca el tumo
supmiciones simplificadoras más t ien drásticas. Suponemos que el planeta está a otro pats ...
dividido en economías regionales "que operan independientemente y a la vez e'i· La balanza de pagos, en tiempos de crisis, es contrada a todo pafs ... pero siempre
tán correlacionadas". Las regiones están conectadas por corrientes de capital y a uno tras otro, como en los incendios de gavillas ... Entonces se ~vela que todos Jos
,, de fuerza de trabajo bajo la égidá de arreglos de organización estructurados en· P.~fses se han .excedido. al mismo tiempo en las exportaciones (es decir, en la produc·
forma jerárquica.· que son neutrales en cuanto _a sus efectos. Lo_s ritmos de la c10n) Yen las _importaciones (es decir, en el comercio), que en todos ellos se han exage·
acumulación varían entre una y otra regi_ón. Sin_embargo, la_~endencia hacia el rado los prec10s y se ha forzado el crédito. Y en todos sobreviene la bancarrota.
ex<:e!'O de acumulación y la devaluación es universal en todas las regiones. Cada
región se ve obligada periódicamente a buscar alguna transformación e11 sus re· Los costos de la devaluación se le i~ponen por la fuerza a la región que inició
el problema:
ladones externas, que alivie la incomodidad de las crisis de devaluación dentro
dC: ella misma.
Mux se dio pe!"fecta cuenta de la existencia de esas situaciones. Mencion6, En primer lugar, el éxodo de los metales preciosos; en segundo lugar, la venta de Jc.s
mercancías recibidas en consignación; la exportación de mercandas para su venta o
í
CRISIS EN LA ECONOMlA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO '457J
4S6
'
para conseguir en el interior del pais anticipos en dinero a cuenta de ellas; el al;:a del tipo se puede resolver a través de una expansión de la producción, pero esto simple~:~
de interés, la rescisión de los créditos, la baja de los t(tulos y valores, la venta de tftulos mente transfiere el problema de "acumular por acumular y producir por produ'~ í
y valores extranje~. la atracción de capital extranjero pa~a invertirlo en estos títulos y cir" a otras regiones, al mismo tiempo que intensifica el exceso de ncumulaci6n :
valores desvalorizados y, finalmente, la bancarrota, que viene a saldar coda una masa en su país. "Cuando se envía capital al extranjero", argumenta Mari,· '.'no ·~ :
de créditos. (El capital, 111, pp. 461 ·462, 485.) ¡ porque este capital .no encuentre en términos ab~olutos ocupación dentro' del)
'"país. Es porque en el extranjero puede invertir con una tasa de ganancia más
alta''.;
La secuencia suena tristemente familiar. Evidentemente aquí no hay una (El capital, 111, p. 253). El efecto es aumentar la tasa media de.. gaha~cia ¡
perspectiva de un "arreglo espacial" a las contradicciones del capitalismo, pero (Teorías sobre la plusvalía, 11, pp. 399-400), y acelerar la tendencia ha~~a la5 gá/(.
como el mundo es un lugar complicado, incluso aquí pueden surgir posibilidades nancias decrecientes a la larga (El capital, 111, p. 236). El mismo resultadc ·se:ji
que por io menos pospongan la inevitabilidad de la crisis. ~i, po~ ejemplo, Argen· logra si la ampliación de la producción en el extranjero abarata los elementos,¡
tina tiene abundantes reservas de oro pero Inglaterra no tiene nmguna, entonces del capital constante y las mercancías-salario en el mercado nacional.' La .com~. ¡,
el exceso de mercancías producidas en este último pais se puede pagar en nume· posición de valor del capital declina temporalmente y la tasa de explotad6il.!:
rario. Lns balanzas se mantienen por medio de transferencias interregionales de aumenta. Como resultado se produce aún más capital. . . . ":!~ ;. !'
numerario. Esto puede atenuar el proceso de la formación de crisis, pero a la la.rga Esto implica que el exceso de acumulación en el pafa sólo se puede aliviar.~i'se· i
puede tener el mismo efecto que invocar a los productores de oro como los gran· envfa al extranjero el capital-dinero excedente (o su equivalente en mercarícl~) l
des estabilizadores del proceso de circulación del capital como un codo (véanse para crear n~evas fuerzas productivas en nuevas regiones sobre una ~as'e córi{i.:;
las pp. 93·96 de este libro). . . nuamente acelerada. Además, las fuerzas productivas se tienen que usar en. dertit.;·\·
Cuando el capitalismo llega a depender mucho del comercio con. formaciones forma para que se pueda reproducir el capital. Las relaciones sacial~ apropiad~: I'.
sociales no capitalistas, surge una posibilidad más curiosa. Marx concede que para el capitalismo - el trabajo asalariado- tienen que estar en su lugar y s~r: ~:
realmen:e pueden surgir circunstancias en que ."el régimen capitalista de pro· capaces de una expansión paralela. Por tanto, la expansión geogrlfica de ·1ai .
fuerzas productivas significa la expansión del proletariado sobre una base gi'q- :[
1
ducción se halla condicionado por los tipos de producción que quedan al margen de
su fase de desarrollo" (El capital, Il, p. 99). El grado de alivio que se proporciona ( bal. Aqut volvemos de nuevo a la premisa (véase la plg. 163 de este.libro).d~.;
asi depende de la naturaleza de la sociedad no capitalista y de su capacidad para in- que las crisis del capitalismo son menos intensas bajo condiciones de ntpi~fo'L
tegrarse dentro del sistema capitalista a través de intercambic;>s de mercancias y aumento de la fuerza de trabajo, ya sea por medb de la acumulad6n !>~ii~átj~·:
de dinero. Empero, la formación de las crisis sólo se controla si los países no ca.~i­ o por un aumento natural. En breve veremos las implicaciones más p!ofundas de ,
talistas "consuman y produzcan en el grado que convenga a los paises de produccmn todo esto. . ·
capitalisra" (El capital, lll, p. 254). ¿Cómo se puede hacer eso sin meterse en la 1 Exportar las fuerzas productivas significa exportar todo el paquete del modo
política y la economía de la dominaci.ón imperialista? ~?el uso entonces, hay. con· ·, de producción capitalista que incluye mocos de distribución y de consumo. &ta
tradicciones que hacen que esa resoluc1fm sea temporal. Usted no pued~ ~o.ntmuar ; parece ser la única forma de resolver los problemas de exceso de acumulación
inundando el país con sus manufacturas a menos que lo ponga en pos1b1hdad .de del capitalismo y genera diversos efectos regionales, depenciendo de las rela-
darle a cambio algo de sus productos." De aht que "c~anto má~ dependen lo_s in- ciones entre las regiones y las condiciones que prevalecen en cada una. '· ,
tereses industriales [británicos] del mercado de la India, más siente la necesidad La destrucción de formas precapitalistas de economía y de industria por medio
de crear nuevas fuerzas productivas en ese país, después de haber arruinado su de la competencia de productos hechos con máquinas (ayudados por costos d.e
indusr.ria nativa" ( On Colonialism, con Engels, p. 52). Aquí ya no se trata de transporte más baratos) "convierte por la fuerza" a los paises en proveedores de
buscar alivio ext1~rno por medio del comercio, sino de forjar nuevos sistemas de materias primas. "Se implanta una nu~va división internacional del trabajo ajus-
producción basados en nuevas relaciones sociales en nuevas regiones. Ahora nos tada a los centros principales de la industria maquinista, división del trabajo que
ocuparemos direl:lamente de esa posibilidad. convierte a una parte del planeta en campo preferente de producción agricola
para las necesidades de otra parte organizada primordialmente como campo de
producción industrial" (El capital, 1, p. 376). Sin emba:-go, si la división territorial
b) La exfJortación de cafJÍtal para producción del trabajo permanece constante, entonces la circulación de capital casi ciertamente
generará crisis de cambio más y más profündas en las corrientes de capital y de tra-
bajo entre ellas. La única solución es una transformación ulterior ·en la división
El capital excedente que se presta en el extranjero como medio de compra (más
bien que como m~dio de pago) contribuye a la formación de nuevas fuerzas pro· territorial del lrabajo, basada en la intensificación del modo de producción ca-
ductiva:; en otras regiones. Un movimiento externo de este tipo tiene una rela- pitalista dentro de la nueva región. Marx esperaba que ocurriera esa transfor·
ción toté'.lmente diferente con el proceso general de la acumulación excesiva. mación en·la India:
Concuerda con el argumento de Marx de que el problema de la realización sólo
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CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO


CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO ?\·:;. ~i '
. ·r ;,._:'.Jr• .
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creciente intensidad- depende de que se agoten las posibilidades de m~~~~~tb~·
:. cuando usted ha introducido maquinaria en la locomoción de un pa~ que posee ~en:o mación revolucionaria a lo largo de Uneas capitalistas. &o no·depende""'dejii~}>~·
· y· carbón, ya no puede retirarla de su fabricación. . . ~or ta~to, el sistema ferrovt~no pagación de nuevas fuerzas. productivas sobre la faz de la Ti~~~.· :~~r~ d~l.~~~~ . R
·de la India se convertirá en el verdadero precursor de la mdustna moderna ... que d1Sol- de nueva fuerza de trabajo. Ahora ~os ocuparemos de ese punto. 1 ';•':cf.:~ 11 ~~:/:: ·
~erá las divisiones hereditarias del trabajo sobre las cuales descansan las castas hindúes,
. : : . :esos impedimentos decisivos al progreso .y al poder de la India .. ·. El pe~odo b~rgués .· ':.' :''''.,~¡;~~~~~ ¡
e) La expansión del proletariado y la acumulaci6n ongin~ry~ i;.;Ú\~t:J. (
'·. ./: {. de la historia tiene que crear.la base. ~aterial del .nuevo mundo ... La mdustna y .el
~1, · comerciJ burgueses crean estas cond1c1o~es matenales de un nuev? mundo ~n la m1s-
ina forma en que las revoluciones geol6gJ.cas han creado la superficie de la Tierra. (On '·. ~ · :,.·, w;:i: r~~; ~¡r-.Gi:
· ·· Colónialis"!, con Engels, pp. 85-87 .) · Detrás de todos los cambios llenos de matices que ocurren ~n la .divfsi6il\frt:~t.
cional del trabajo, en la tecnología y organización. y en la distrlliuti6rif1~f·
' ·La transición prevista se retrasó mucho en la India debido a una mezcla de resis- fuerzas productivas, está .una premisa marxista básica: la acumufaCi6n}IW~a\~1
tencia interna a la penetración capitalista y a las politicas imperialistas impuestas el aumento del prClletanado (El capital, l, p. 519). Por ejemplbfé_I pu- n.
por los ingleses. Sin embargo, el punto teórico es ~p~e, si se bl~quea~ es~s transi- {
'f
.:;f del desacuerdo de Marx con Hegel no es que la colonización ncJ'~e 'pü'!'d~~.~~tí
lujo de librarse temporalmente de las contradiéciones d~l. .capi.~~!!slr!ti~~~~.·~
ciones por la razón que sea, entonces la capacidad del pa1s cap1tahsta para
d~shacerse de. más capital acumulado a la larga también queda bloqueada. ~l
~
l'
{
1
sólo puede hacerlo s1 va acompañada de la acumulación originatia! E1""118'fl_i_f.i
..,. ~.··

1 áfreglo espaci.al se niega y las crisis globales son inevitables. ~or tanto, el ~rec1-
\ miento sin restricciones del capitalismo dentro de nuevas regiones -nos vienen
irimediatamente a la mente Japón y Estados Unidos- es una necesidad absoluta
! ¡;
do de aquel último capitulo del primer volumen de El capital ~hora"~€_lt<fs:'. .
; con re?ov.ada fuerza. La. acum.ul.aci~n de capital es el ~u.me_~~o;:ae,1
\¿eso s1gmfica ac~mula~1?n 0~1gi~ana de uno u o.tro upo. · ··-.r·~: ~:~:.,~~~,_-.,. /! .
1

La acumulación onginana uene muchos aspect.os. Las ·p'enetta~~ . ·~.


·f:il>l'tR . '
para la supervivencia del capitalismo. Éstos son los camp.os en que.los ca~i~ales
que se han acumulado excesivamente pueden se~ absorbidos con ~ás fac1hd~d
en formas que crean más oportunidades mer~anules y má.s oportunidades de m-
1
~
formas-dinero y de comercio ejercen "en todas partes· tina irtfluehchP'í_\iiNS':i ,
nos disolvente sobre las organizaciones anteriores de la ··produC:Ei6n~•'tlfd~ •
se orientaban primordialmente, en sus diversas formas; liacia el ·vafilr~\:T~~
1
1

versión lucrativa. Sin embargo. aqui encontramos otro upo de problemas. Las
nuevas fuerzas productivas en las nuevas regiones ofrecen una amenaza competi- (El capital, 111, p. 320; Grundrisse. l, pp. 116-117). Sin emb3:rgd~~IYlf&:;.. ·,~·fi· "til
- proceso de trabajo y las relaciones sociales de produccióp qtle~~e$\i1W'~·.

'
tiva a la industria basada en ese país. Además, el capital· suele acumularse
muchc> ~·:1 la nueva región, que se ve obligada a velar·por su propio orden espa- 'll
considerablemente dependiendo de las condiciones iniciales·! 3 'LaPélé~~
.cial a fin de evitar las devaluaciones internas. ~ "clásica" de la acumulación originaria que hace Marx en El tápital'eS'l:áY.S\Íje~' 1
La d•!-..aluación es el resultado final, no importa lo que se haga. El pais se repetición en otras partes sólo en la medida en que se encuentran' ·~d,Malll8tf~ ·
enfrenta a una encrucijada. El desarrollo sin restricciones del capitalismo en más o menos paralelas. El propio Marx reconoció algümis '.de laJ' pbtJ'áft!s~ '
nuevas rl'!giones, causado por las exportaciones de capital, trae la devaluac.ión. en riaciones. Las plantaciones en las colonias, manejadas por capitalisfag~~a?fftl~.
el pa is natal a causa de la competencia intern3:cional. El desarrollo restrmg1d.o en la esclavitud, produdan para el mercado mundial y- estabari' ·1nt~~adár:-rot~. ~
en el extranjero limita la competencia internacional pero bloquea las oportuni- malmente dentro del capitalismo sin estar basadas en el 'trabajó.asaHIHadW!~nlJ :
· ·. ':;:¡• ·~n~HJ·,ZSI~,
dades de mayor exportación de capital y así provoca de~al~aciones gen~ra~as en
el interic·r. No debe sorprendernos entonces que las prmc1pales potencias impe- Por muy grande que sea el surplu.s produce que extraigan de sus esdav~s"tiijh'Hrflt.i~b;~~
rialistas haya.n vacilado en sus politicas entre la "puerta abierta .. o comercio ma simple, como algodón o mafz, pueden mantenerse en este tr'abájo ·s~m~é';lü~l~
. . do 11 n"ated, ya que el comercio exterior les permite [imprimir] a·este prodl.tcfo'simpielaf~~b
libre, y un~ ~utarquia d entro d e un 1~~eno cei;a . .
Sin embargo, dentro de estas restncc1ones existen toda clase ~e opc1.ones. La ~ ma de valor de uso que se quiera (Teo~ sobre la plusvalía• m,"'j:ip~·2f ~j~.~·7}(\~1\!~:
· ·1 : • ~uc.·rnpn-, :'.
"misión histórica" de la burguesía nos-e logra de la noche a la manana, ni se crean
en un día las "condiciones materiales de un nuevo mundo". La intensificación y ~ Los modos de explotación en las sociedades tradicion~les'o~sadas·;~~ 1 1él a@~\;·
1

.difusión del capitalismo es una transformació_n revolucionaria pr~~ongada, que cultura también se pueden convertir en reinos sometidos forrÍla,ll'Ílénte 'hitsbiéh ·'.
se logra a trav~s de varias generaciones sucesivas. Aunque las crisis locales, re· que realmente al capital. Todo el debate, que Marx presagió en:parie;5o1;fret~I ~.
gionale; y de cambio son fenómenos norm~les para que se l.leve a cab·º· ese proce· modo de prod~cci~n asiático y la conversión direc;ta de ~os .pode.·r.~s.'; ~~-.t·~~. ª.~~.-·~.::éµ.··r:'~.
so a través del desarrollo geográfico desigual, la formación de cnsts globales formas de capitalismo estatal plantean un problema s1milat.' Incluso lo ·e¡~~ t

- que g·eneralmen.te se experimenta inicialmente como una crisis de cambio de Marx llamó "las colonias propiamente dichas" -como "&ta(i'os Unidb~~u1fr~ia~ ~
lia, <:te."-:-_ no e~c~Pª1:1 a los sutiles ~atices dentro de la estructura g~~~~af~_e;1~'t~
acumulac1on onginana. "Aquí", dice Marx, · ,' · · 1 ·~~ ),i :::>!~.: }r
' . : : ! ·:i1 ? ~·;>,¡.~ . ~¡
11 El c·studio de Gardner (1964) de la diplomacia del New Deal de parte de Estados Unid•1s ·;; ,·'

capta mu} bien la esencia de este conflicto.


'i
440 CRISIS EN LA ECONOMlA ESPACIAL DEL CAPITALISMO CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO

I~gran mayorla de los c0lono~ agricolas, aunque hayan traido de la metr6foli una can· 1, p. 530). Las crisis que se ahondan y se amplían dentro de configuraciones globales
udad mayor ~ m.enor de capital, no forman una clase capitalista ni su producción es transforman las tendencias canibalistas del capitalismo en C'ltros tan:<>S modos de
tampoco ca.pr~alLSla. Se trata, más o menos de campesinos que trabajan para sí mis· destrucción mutuamente asegurada, que se desatan pedódicamente como la últi~a
m~s, pa.ra qu1.!nes lo fundam~mal es ... producir su propio sustento ... Son y se· forma de devaluación.
guirán siendo duranre mucho tiempo competidores de losfarmers, los que produc~n ya
en plan mis o menos capiralista (Tevría.s sobre la plusvalía, 11, pp. 271-272).
d) La exportación de la devaluación
Aqul [en las colonias]. el régimen capitalista tropieza por todas partes con el obstáculo
del productor.que, hallándose en posesión de sus condiciones de trabajo, prefiere enri· Xl En tiempos de devaluación salvaje, las rivalidades interregionales degeneran ge·
qu~ce~e él mismo con su trabajo a enriquecer al capitalista. En las colonias, se revela ·. •: neralmente en luchas sobre quién ha de soportar el peso de la devaluación. La
praclzcamente, en su lucha. el aulagonismo de estos dos sistemas económicos exportación del desempleo, de la inflación, de la capacidad productiva ociosa,
dü1m~tra~mente opues~os. Cuando el capitalista se siente respaldado por el poder de la
se convierten e~ las _apuesta~ del juego¿b Entre... l~~s-utilb:ados están
mctr?poh, pocura quitar de en medio por la fuerza el régimen de producción y apro-
piacr6n basado en el propio trabajo (El capital, I, p. 650.) guerras comerciales, mundac1ón del mercado coñ productos de- bajo precio,
'" guerras sobre las tasas de interes, restricciones a la corriente de capital y a las divisas,
Pasaron muchas generaciones antes de que finalmente se dejara "libre" al traba· políticas de inmigración, conquista de las colonias, subyugación y dominio de
jador como un puro trabajador asalariado. Hay muchos pasos intermedios en ese economias tributarias, reorganización forzada de la división del trabajo dentro
camino, muchas formas intermedias que pueden adquirir las relaciones sociales de los imperios económicos y. finalmente, la destrucción fisira y la devaluación
de producción y cada una de ellas paga su tributo al capital en la forma de un forzada del capital de un rival por medio de la guerra. Cada uno de estos métodos
product.o e~cedente por lo menos. Empero, a medida que el valor revolucionario requi.ere que se manipule agresivamente algún aspecto del poder económico, fi-
del capuahsmCJ cob.ra fuerza, las formas intermedias ceden el paso al trabajo nanciero o estatal. Entonces para el primer plano la polftica del imperialismo, en el
asalariado puro .Y simple: Nuevos asaltos de acumulación originaria atacan y sentido de que las contradicciones de! capitalismo se pueden curar si domina el
corroen las relaciones sociales de producción logradas a través de asaltos prece- mundo alguna potencia omnipotente. Los males del capitalismo no se pueden
dentes. El desarrollo geográfico disparejo de ese proceso está grabado en los anales contener tan fácilmente, pero la degeneración de las luchas económicas en
luchas políticas contribuye a la larga a que se estabilice el ::apitalismo, siempre y
d.e la histori~ hu~nan~ "con letra~ de sangre y de fuego". Una lucha de guerrilla
violenta y ep1sód1ca, librada en diversos terrenos y bajo toda clase de condiciones cuando se destruya suficiente capital en el proceso. El patriotismo y el naciona-
li~mo tienen muchas funciones en el mundo contemporáneo y pueden surgir por
sociales, brotó periódicamente dentro de confrontaciones importantes entre los
rcpre~entantes de sistemas económicos opuestos. Asf se creó la geografía social y
diversas razones; pero frecuentememe proporcionan un disfraz sumamente có-
humana del nuevo mundo, para hacer juego con las nuevas condiciones mate· modo para la devaluación del capital y del trabajo. En breve regresare~os este a
riales expuestas allí. aspecto del asunto, ya que en mi opinión constituye la más seria de las amenazas.
Sin embargo, a medida que el capitalismo agota las posibilidades de acumu· no s6lo a la supervivencia de la raza humana.
l~ción .originaria a expensas de las formaciones sociales precapitalistas e interme·
d1as, w:ne que buscar en otra parte nuevas fuentes de fuerza de trabajo. Al final 7. EL IMPERIALISMO
s?lo le queda un can:iino: pra::ticar el canibalismo. Algunos capitalistas, aunque
siguen estando nominalmente en control de sus propios medios de producción,
Marx nunca propuso una teorfa del imperialismo, pero se supone que habría
llegan <1 estar formalmente subordinados a otros capitalistas, principalmente por
tratado el tema en los libros que se proponfa escribir sobre el Estado, el comercio
la vfa del sistema de crédito pero también a través de la subcontrat2.ción a
exterior y el mercado mundial (Selected CoTTespondence, con Engels, pp. 112-llS).
, empresas más grandes o la dependencia de proveedores con poderes monopóli-
A falta de esos trabajos, sólo podemos hacer conjeturas sobre cómo habrfa in- ·
c.os. Otros son obligados a ingresar al proletariado directamente, a veces medio
tegrado Marx el tema del imperialismo, escrito con letras tan grandes en la his-
tiempo y a veces tiempo completo, por medio Je la competencia o de la quiebra.
toria del capitalismo, con la teoría de la acumulación.
Ot~os sectores dentro de la bu~guesía pierden igualmente su independencia an-
Los estudios del imperialismo a partir de Marx ha:i contribuido mucho a
terior r se vuelven meros trabajadores asalariados, aunque dentro de un sistema
nueslra comprensión de la historia, pero se ven en apurúS para basar sus descubri-
jerárquico finamente graduado.
mientos en la propia estructura teórica de Marx. El resultado ha sido la construc·
~orno es natural, Marx se daba perfecta cuenta de que los capitalistas corrían
ción, no de una teoría sobre el imperialismo, sino de multitud de presentaciones
el ne~go de que los echaran al proletariado, pero confinó principalmente su
sobre este asunto. 12 Cuando están basadas directamente en el pensamiento de
atenc16n en unas fases de la devaluación que siempre son, en uno u otro grado,
fases de- la acumulación originaria a expensas de capitalistas ya existentes (El capiial, 12 Véanse las encuestas de Barrau-Brown (1974), Kemp (1969) y Amín (1980).
CRISIS EN LA ECONOMIA ESPACIAL DEL CAPITALISMO 443
442 CRISIS EN LA ECONOMiA ESPACIAL DEL CAPITALISMO

de este reto en toda su extensión, pero la descripción algo más matizada de la diná-
Marx, suelen apelar a uno u otro aspecto únicamente - la búsque~~ de ~~rca~os mica espacial del capitalismo, como se presenta en eMos últimos capitulos, puede
extranjeros, la export::tción de capitales excedentes, la .acumulanon or~ginanJ.. ayudar a elaborar una base material dentro de la teoría de la acumulación para
el desarrollo geográfico disparejo, o lo que sea- más bien que a la t~ona en g~­ gran parte de lo que pasa por imperialismo. .
neral. En otroi<> casos afirma que han dejado atrás a Marx y que recufican º.•m· El punto central que he tratado de hacer llegar a mis lectores en los dos últimos
siones y supuestos errores. Gran parte de esta literatura es. fuerte y P.ersuas1va. capítu¡os es que la producción de configuraciones espaciales es necesariamente
Constituye un testimonio conmovedor de las depredaciones. realizadas .en un momento constitutivo activo en la dinámica de la acumulación. La forma de
nombre del progreso humano por un capit~lismo voraz. Tamb_ién capta. la m- las configuraciones espaciales y los medios para aniquilar el espacio con el tiempo
mensa complejidad y riqueza de la interacción humana, a m~d1d.a que d1vers~s son tan importantes para entender estas dinámicas como los métodos mejorados
r
pueblos del mundo con historias, culturas mo~os de producción. 1gual~ente d1· de cooperación, el uso más extenso de la maquinaria, etc. Todas estas características
versos se van integrando dentro de una umdad incómoda y opresiva bajo la ban- l .. tienen que asimilarse dentro de una amplia concepción del cambio tecnológico y or-
dera de la ley capitalista del valor. ganizativo. Puesto que este último es el eje sobre el cual gira la acumulación asi
Lai; imágenes dominantes de estas obras unifican dramáticamente los. te~as : como el nexo de1 cual fluyen las contradicciones del capitalismCl, puede deducir-
de la explotación y del "arreglo espacial". Los centros explotan a la.s pe~1fe~1as, 'lse que las expresiones espaciales y temporales de esta dinámica contradictoria
las metrópolis explotan al campo, el primer mundo subyuga y ex~lota sm .m•sen~or- son de igual importancia. u
dia al tercer mundo y le impone el subdesarrollo desde el ex tenor, y as1 suces1va- Hemos visto que las configuraciones espaciales se producen y se transforman a
multt. La luchá de clases se resuelve dentro de la lucha de formaciones sociales i ,. través de las abigarradas movilidades de diferentes clases de capital y de fuerza
1
perifé-icas contra la fuente central de opresión. ~ c~~~~-r~~ela ~o~~r~ la ~ "~ ':.~ de trabajo (incluyendo el movimiento de capital a través de las infraestructuras
ciudad, la periferia contra el centro, el tercer mundo contra el ynmero E.Stas 1 '\ ·: .;. . ,:-1 .~ sociales y físicas inmóviles). Las complementariedades y los antagonismos dentro
irtfágenes espaciales son tan pod.erosas que fluyen de regre~o l~bremente a la )-·~;_,:·:.r ·y _ ~ _-, de la necesaria unidad de estas movilidade§ produce un paisaje geográfico desigual,
interpretación de las estructuras, .inc~uso en el corazón del ~ap1tahsmo. El subde- t._ ••• / ,
sarrollo regional en los paises capitalistas avanzados es cons1de~ado.c~mo un pro· :¡ --~ /'
1, j;ll inestable y lleno de tensión para la proclucción, el intercambio y el consumo. Las
fuerzas de concentración contrarrestan las de dispersión y producen centros y pe·
ceso coherente de explotación de regiones por las metrópolis d?minantes, ~as ~ ...~ p' riferias, a las cuales las fuerzas de la inercia pueden convertir e11 caracterfsticas
cuales mantienc.n guettos como "ncocolonias ent~ras". ~) lenguaje de El capltal ,.,.~ ~, '!' 1; , rdativamente permanentes dentro de la economfa espacial del capitalismo. La
parect! desplazado por otras imágenes igualmente 1':'1pres1onante~, e? que la gente: ' ··. división del trabajo asume una forma territorial, y la circulación del capital bajo
de un lugar explota a la de otro. Nuestra .tarea consiste.en rec?nsmmr lo que algu· .- restricciones espaciales asume configuraciones confinadas regionalmente. Estas
nas veces aparece como líneas de pensamiento antagónicas, e integrarlas dentro <le"'· ·" proporcionan una base material para las alianzas de clase y de sector para defen·
un solo marco de referencia teórico. Como están las cosas, los lazos se fundan en la 1 der e incrementar el valor en movimiento dentro de una región. En la mt>dida en
emoción provocada al exponer los dat~ ?e la expl~t~ción, o b!en pr~y~ctándose a los ~~ C· que la lucha de clases llega a un terreno de concesiones entre el capital y el tra·
planos más altos posibles de abstracc1on y conc1b1endo el 1mpen?hsmo como.la .. , bajo c!entro de una región, el trabajo org3nizado puede venir a apoyar esas alian-
confrontación violenta entre el capitalismo y otros modos de producción (o fonnac10- '·· zas a fin de proteger empleos y privilegios ya ganados. Por tanto, la regionalización
nes so.:iales), que entonces lleg·an a estar "articulados" unos ~on otros en configura· ¡· de la circulación del capital va acompañada y r-~for73da por la regionalización del
dones particulares en diferentes tiempos y lugares, dependiendo del resultado ?e ;i · conflicto de clases y de facciones.
las luchas que se han librado. El tercer enfoque, que compart~n Luxemburgo Y~enin,, · La homogeneidad hacia la cual tiende la ley del valor contiene su propia ne·
es ver el imperialismo como la expresión ext.erna Y, dominan~e e.n determ1~ada ·.. ( gación en la creciente diferenciación regional. Entonces surgen toda clase. de
etapa de la historia del capitalismo y lograda bajo la égida d~I cap1t~hsmo financ1er~, : //:, ' oportunidades para la competencia y el intercambio desigual entre las regiones.
de las contradicciones internas a las cuales está propensos1stemáucamente el cap•·~. La concentración de voder económico y político dentro de una región puede
talismo. Esos escritores apelan directamente a la idea d~l "ar~e.glo esp.acial", pero_..... , convenirse en una base para dominar y explotar a otras regiones. Bajo la ame-
explican el hecho de que Marx haya descuidado este tópico d1c1endo simplemente ! naza de la devaluación, cada alianza regional trata de usar a otras como medio
que la historia hizo que el ~ae.stro pasara d~ mod~. Nin~no de estos enfoque~ es de aliviar sus problemas internos. La lucha sobre la devaluación toma un giro re-
1

muv satisfactorio. El imperialismo estaba vivo y bien en uempos de Marx, quien


fre~uentemente hizo comentarios al respecto en sus populares escritos (véase On Colo- ., Los escritos sobre la5 crisis, como los que describen Wright (1978) y Shaikh (1978) a menudo
nialism, con Engels), mieni ras qur. la idea de los modos de pr<>?u~ión que interse~tan descuidan totalmente la dimensión geográfica, o la tratan como un apéndice, mientras que las escri·
y entran en conflicto fue lanzada, aunque en forma preh~inar, en Grundrzsse., tos sobre el imperialismo a menudo son curiosamente ingenuos en su concepción de cómo se forman
y proliferan las crisis dentro de una estructura de desarrollo disparejo. Late Capitalism de Mande!
Queda pendiente entonces extender la teoría de la acumulación de Marx pa~a q~e 1 7 (1975) y ..1ccumulatio11 on a World Sea/e de Amin (1974), aunque lejos duer perfectos, tiem:n la vir-
abarque las diversas teorías de aquell~s que _tr~tan de representar la expenenc1~ 1 tud dt: mantener a la vista los aspectos geográficos.
histór;ca de la explotación a través del 1mper1ahsmo. Yo no puedo ocuparme aqt 1
444 CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO
'\

CRISIS EN LA Eco
gional, per·::> las diferenciaciones regionales se vuelven inestables. Además, las NOMfA ESPACIAL DEL CAPlTALISMO .
abigarradas movilidades de capital y de fuerza de trabajo suele socavar las pro· , que Marx y L . 445
.: emn, de que la b
pi as estructuras regionales que ayudaron a crear. Las alianzas regionales se .i amplia y más profu d ase para la formación de 1 ..
estrellan sobre la roca de la competencia internacional y del impulso para l~bras, no existe un ~a~:~r los pr?c~~os que hemos descrit:: cns1s se hace rnás.
igualar la tasa de g·anancias (particularmen:e sobre el capital-dinero). La lucha dicciones del capital" g o espacial que pueda comen 1qui r. En pocas pa~
para reducir el tiempo de rotación ordena de nuevo las distancias' relativas y ha· 1smo. er a a arga las contra- .
ce que los linderos regionales parezcan desatinos, aunque de todas maneras ya
eran sumamente poroso~ (aunque los patrullen oficiales de aduanas y de in·
migración). Además, cuando amenaza la devaluación, los elementos individuales 8. RIVALIDADES ENTRE LOS JMP
TOTAL COMO LA FORM ERJALISTAS, LA GUFRRA
del capital y del trabajo pureen seguir dos caminos igualmente probables: coner a A FINAL DE DEVALUACIÓN
refugiarse (!n el lugar más seguro, o quedarse en su lugar y luchar por exportar ¡ En dos ocasiones durante J . 1 -
los costos a otras rr.ginnes. sio na d a por rivalidades · e sig o .XX ' el mun do f ue arrojado ¡
El resultado es un caos :ie movimientos confusos y desordenados hacia la ho· neración, eJ mundo ex en.tre los imperialistas. Dos veces en: a gue;ra total oca·
mogeneidad y también hacia la diferenciación geográfica. Las organizaciones destrucción física 1 penmentó la devaluación masiva d 1 J e~pac10 de una ge-
estructuradas jerárquicamente -de los sistemas financieros y políticos en i
Claro está que la e ~onsumo final de la fuerza de traba. e capuaJ a través de la
particular·-· son esendales para que se logre contener el desorden. Esas organi- eri especial por Ja v~:J a ~e clas~s ya había cobrado su tji~ c~mo ca.me de cañón.
zaciones, aunque carecen totalmente de efecto creativo directo, generalmente en el lugar de trabajo eyn~1a ~~e m:iponfa diariamente el cap~t;I e~ vidas y ~razos,
concenrnn un inmenso poder represivo financiero, polftico y militar en sus esca· guerras im er' J' . a vio enc1a de la acumulació . . . ~ os trabajadores
Iones superiores. Este poder se puede usar para aumentar la tasa de explotación '1iliCrcaaesec~ªp--::-atal~-l~~)ra~as contra otras fonn_acion~s ~ng.mlana (incluyendo las
en forma directa (principalmente desplegando la fuerza represiva del aparato es· ru··1 . JStas pero 1- .. - - ocia es enn0mb--a-··1·--
1a es fúeron provóéad ' as .en~rmes pérdidas de J d re_ e as
tatal) o redistribuyf!ndo la plusvalía ya producida entre facciones o regiones. La puede explicar esto sobas tº~ fas nvahdades entre los im;; . ~~ guerras mun-
lucha por d control de los centros estratégicos dentro del F.stado, el sistema mone- entre el ca . J re a ase de una teoría na istas. ¿Cómo se
tario iriternacional, las instituciones del capital financiero, etc., son preparativos historia? paa y el trabajo como algo fundame~~r apel~ a. la relación de clase
vitales ;;i i:ualquie:- facción o región ha de hacer pasar los costos de Ja devaluación a Éste fue nat l para a interpretación de la
1• ' ura mente el bl
otra rcgi6n. e •mpe~ialismo, pero su ar pro ema con el que luchó Leni
El :mp'.'rialismo es mucho más que esto, naturalmente, pero mucho de lo que de <"mlngücdad El . . gumento, como vimos en J nen su ensayo sobre
pasa por imperialismo descansa en la realidad de la explotación de los pueblos n·laci6n.' encone. ¿ • capual financiero es nacional o~ capftu~o x • está plagado
d . . cs. entre el despl' .. mternac1onal? c ál
de un:i región por los de otra que está bajo la égida de alguna potencia supe- !eg~e militar y político de od
rior, dominante y represiva. Ya hemos mmtrado que esa realidad está contenida en
el conce¡.."'to del propio capitalismo. Existe, entonces, una base material para la
enc.1ª mdudable dentro d l
una integración espacial t
tan poderosos y estaban rg o a ? y si los monopolios y el ca /nac1onale~ y forjar
¿ u es la
bc~puahsmo a crear formas mtit' er ~statal y la ten.
perpetuación y reconstrucción de los prejuicios tradicionales, de las rivalidades las contradicciones del p ?pe~sos a chocar entre sf, ¿por é p tal fi~anc1ero eran
regionaks y nacionales dentro de una estructura evolutiva de desarrollo geográ- lo que hace q 1 capaahsmo sin llegar a destru' qu no pudieron contener
. ue as guerras ent 1 • 1rse entre si? ¿Qué
fico ctispuejo. Podemos entender igualmente la formación de alianzas dentro de vivencia del capitalism ? re os imperialistas sean ne . es entonces
las regiones, la lucha por el control de instituciones ordenadas jerárquicamente y las , El .. tercer corte" o •
cesanas para la
super-
violenta!. confrontaciones periódicas entre las naciones y las regiones. Sin embar- ..J .
g uerras mterimperiaJi a 1a teona de ¡ ..
t as cns1s nos sugiere q .
go, el hecho de decir que existe una "base material" para esos fenómenos dentro acumulación má b' s as como momentos const1'tut1' uel Interpretemos Jas
• s 1en que vos en a d' á ·
de la circulación del capital no es lo mismo que decir que todo se puede entender de h codicia excesiva Ve como aberraciones, accidentes o 1 . m mica de la
en est'i forma. Tampoco significa que esos fenómenos -incluso cuando logran ¡ Cuando la ''dial. ·. .amos cómo sucede todo esto e simple producto
'1 b ect1ca interna" q f . .
algún t.:quilibrio somero entre la homogeneidad y la diferenciación regional, uscar 1a solución d ue unc1ona dentro d .
entre la concentración geográfica y la dispersión- proporcionan una base firme i mercados, nuevas o ~:~sn~roblemas en el exterior• entonc:su~a reglón la lleva a
para la acumulación futura de capital. De hecho, no es dificil detectar una .i
;:¡ baratas, fuerza de t;aba. •:a~es. para Ja exportadón de capit ~be bus~ar nuevos
contradicción central. Los procesos descritos permiten que la producción geo· al~o más que un paliati~~ te ªJº costo, et~. Tocias estas med~~ matenas primas
gráfic•1 de plusvalía se separe de su distribución geográfica, como sucede con la !;¡ b?.JO futuro o provoc d' emporal, necesitan adquirir u d sh para que sean
produ1:c.i6n y la distribución social. Puesto que, como ya hemos visto, la separa- F1 pansión se puede 1 ar •rectamente una expansión d J n erec .ºsobre el tra-
sectorcs latentes dcfg~~r ~on. el crecimiento de la pobla . ~ p[oletar.'~do. Esta ex-

,
ción en:re la producción y la dist.ribución es una de las rocas sobre las cuales se
estrella la circulación continua de capital, podemos llegar a la misma conclusión La sed insaciablce~e;lc~to •~d~strial de reserva o la ac~:~já~i:ov1~1z.aci~n de los
con que ha perseguido la =~~~~~~~ó~e 0:~i:a;rf~e~tes de trabaj: ~~~~:"~·vigor
' estruyendo • transfiorr.ian d y
0
446 CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITALISMO CRISIS EN LA ECONOMÍA ESPACIAL DEL CAPITAi.ISMO
447

absorbiendo a las poblaciones precapitalistas dondequiera que las encuentra. Al fina.! I~ guc-rra se- libró para contener la autarquía y abrir todo 1 d 1
Cuando hay excedentes de trabajo esperando a que los tomen, y los capitalistas potenc1ah_dacles de la expansión geográfica y del desarrollo dº e .m~? ? a a.s
no han comc.tido el error (impulsados por la competencia) de ligar su destino a faa soluc1ém, prrscgui<la ll'rcament,. ha ·o J h 1sp3rejo 1hm1tado ..
una mezcla tecnológica que no pueda absorber esa fuerza de trabajo, entonces las después de 1945 tuvo Ja ventaja de j J ª b egemonia de &tados Unidos
de devaluación ~ destrucción ue s~ohocarse so. re uno de los brotes más salvajes
crisis generalmc·nte son de corta duración, meros ajustes en una trayectoria ge·
neral de la acumulación global sostenida, y generalmente se manifiestan como violenta del capitalismo Ade~· ~ya~ regis~rado alguna vez en la historia
crisis de cambio leves dentro de la evolución de la estructura del desarrollo geo-
gráfico disparejo. Esto era lo que sucedía generalmente con el capitalismo del
;:;~Pi:a 1 :e~7gum:7•~ed~str~cci~~ ~:f c~';~:~~:in:n;~~~~é:~~~:o~i~~i~~~:
.• esa estrucc1on. El mundo se salvó de los terrores de la
siglo XIX. El verdadero problema comienza cuando los capitalistas, frente a la gran depres1on, no por algu' n "nuevo trato" J • l ·
1 • . g onoso o por e toque m1ui d
escasez de fuerza de trabajo y espoleados como siempre por la r.ompetencia, in- a ~conom1a keynes1ana en las tesorerías del mundo . J d o·~º e.
ducen el desempleo por medio de innovaciones tecnológicas que alteran el muerte en la guerra global. • smo por a estrucc16n y
equi!ibrio entre la producción y la realización, entre las fuerzas productivas y las Superficialmente, el internacionalismo y multilateralismo d J
relaciones sociales que las acompañan. El cierre d·e las fronteras a la acumulación rece muy diferente. La libertad global para el movimiento d e a ~ospuena pa·
originaria por el simple agotamientCJ de las posibilidades, la creciente resistencia de ~us forma_s) ha per~itido acceso instantáneo al "arreglo espa;i;l~,P~~~ ~nd~od;s
parte de las poblaciones precapitalistas, o el monopolio de alguna potencia do- . a expans10_n ~eografica dentro de una estructura de destrucción e 10 e
minante, han teuido tremenda importancia para la estabilidad a largo plazo del igual. La rap1da acumulación de capital sobre esta base llevó a 1!~~grá~;a des-
capitalismo. Ésta fue la marcada transformación que comenzó a sentirse a medi- algunos casos a la recreación de centros regionales de acumulación in~ac1onl en
da que el capitalismo llegaba al siglo XX. Ésta fue la marcada transformación tes, tales como Alemania Japón Brasil M' . epen 1en-
1
que, mucho más que la aparición de las formas de monopolio o de finama~; del
capi1alismo, desempeñó un papel crucial para empujarlo cada vez más profun· ;.~~~c~~.~~~~y~~;~ ::~·.~~~~~";¡º~: 1:~~~:;:~~:,~.":;~~ f.: !~:;,_~~id~~:.~;
dam1:!nte al torbellino de las crisis globales y que llevó, inexorablemente, a los ti· nuevamente, y con ella la amenaza renov d d autarqu1a cobró importancia
librada con arm d d . .ª ª e una guerra global, esta vez
acumulació~ ori;~naer~nap:x;:n~::t~~~~~~~~:s::~~lrs!~~º·
pos de acumulación originaria y de devaluación que provocaron las guerras
entn· los capitalistas. Yorientadas hacia la
C'Jmo siempre, los detalles de sus mecanismos son intrincados, y las innume- ~.os mar~1stas, desde que Luxemburgo escribió por primera vez sobre este tema
rables corrientes encontradas de las fuerzas en conflicto hacen que se confundan ~<' an srnt1do atraídos por I~ idea de los gastos militares como un medio de ab~
mucho las coyunturas históricas reales. Empero, podemos construir una simple sorbrr los excedentes de- capital y de fuerza de trabaJ·o L b J · ·
t ·· 11 · •. · a o so escenc1a mstan .
línea de argumento para ejemplificar los puntos importantes. Si ha de continuar •mea < t' material behco, y la fácil manipulación de las te · · · J
. . · ns1ones mternac1ona es
el proceso de acumulación, cualquier alianza regional, debe seguir teniendo acceso para convenir 1as <·n una demanda política para J
<l r _ que se aumenten os gastos de
a las reservas de trabajo así como<' aquellas "fuerzas de la naturaleza" (como los ... ~,e~s~, anaden l~stre a la idea. Se ha dicho algunas veces que el ca italismo se
mim·rales claves) que dr. lo contrario pueden monopolizar. Si existen reservas de ~-stab1!1za por medio del presupuesto de defensa, aunque en formas q~e rivan a
arnba~ cosas en la región donde circula la mayor parte del capital, entonces surgen ·~ sociedad de programas más humanitarios y de mayor valor social ~es a
pocos problemas, pero cuando la'.> fronteras internas se cierran, el capital tiene ~·1ad~m.entc, esta líne~ de.fensamientos prevalece en la parte del mundo do1;:'d~
que buscar en otro lado o correr el riesgo de devaluación. La alianza regional ~.ª_Y .ªJ? con~umo. D1~0 desgraciadamente", no tanto porque esa inte reta·
siente la tensión entre el capital incrustado en el lugar y el que se mueve para u~n c~t~ equivocada.' smo porque la presente teoría sugiere una interpr:ración
crear nuevos centros de acumulación permanente en otro lado. Entonces co- mas siniestra y terrible de los gastos militares: las armas no sólo se deben
mienza a sentirse el conflicto entre los diferentes capitales regionales y nacionales ~o~prar.j. pagar con los excedentes de capital y de trabajo, sino que también se
sobre el acceso a las reservas de mano de obra y Jos recursos naturales. Los temas / en ut1 izar, porque ést~ es el único medio que tiene a su disposición el capita-
del multilateralismo y el internacionalismo chocan contra el deseo de una ~sm,J .par~ al~anzar los niveles de devaluación que ahora se requieren. La idea
autarquía como el medio para preservar la posición de determinada región fren- tiene ~mphcac1ones espantosas. ¿Qué mejor razón puede haber para declarar que
te a las contradicciones internas y las presiones externas - autarquía dd tipo que Y~. es ~ra de que se vaya el capitalismo, para dar paso a algún modo d d .
prevaleció en la década de 1930, cuando la Gran Bretaña cercó su comercio r.on CJon mas cuerdo? e pro uc
la Cmnmonwealth, Japón se extendió hasta Manchuria y el continente a~;iático,
Alemania hacia el este de Europa, e Italia hasta África, poniendo a diferentes
regiones unas contra de otras, cada una persigu;endo su propio "ar11eglo es-
paci.11". Sólo Estados Unidos consideró apropiado seguir una politica de "puer-
ta abierta" fundada en el internacionalismo y en el comercio multilateral.
EPILOGO 449

comenzar por este punto, puesto que la acumulación a largo plazG siempre prt:-.
supone una expansión del proletariado. Nunca debemos olvidar, empero, que ,
aunque la fuerza de trabajo es una mercancía, el trabajador no lo es. Además,'.
aunque los capitalistas puedan verlos como "manos" que poseen estómagos, "co-
mo alguna baja criatura de la orilla del mar", como dijo Dickens alguna vez,·lcs.' ·
EPÍLOGO propios trabajadores son seres humanos que poseen toda clase de sentimientos,,
esperanzas y temores, que luchan por formarse una vida ellos mismos que con-..
tenga por lo menos satisfacciones mínimas. Las condiciones para la producción y;
. l 'ó El modo de pensar dialéctico. por reproducción de las fuerzas de trabajo de diferentes cantidades y calidades existen : l.
• • admite conc us1 n.
Un trabajo de este upo n 0 . sible cerrar el argumento en un punto rn el centro mismo de esa vida. Además, aunque los trabajadr)Tes jOn suscep·,
lo menos como yo lo interpreto, hace •.mpo d la contradicción interna y E:xtema, tibies a toda clase de influencias de las instituciones y la cultura burguesa, al final
. L · s configuraciones e . h ·
determinado. as curiosa . '6 bl'gan
1 al argumento a girar ac1a nada puede subvertir el control que ejercen sobre denos procesos muy básicos de·.
té n la mtroducc1 n, o · d
sobre las cua 1es comen e d todos tipos. La presentación e su propia repr9ducción. Sus vidas, su cultura y. sobre todo, sus hijos, son algo
adentro y hacia afuera en terrenos nuev~; n~evos caminos de investigación que que ellos deben reproducir~
nuevas pregumas que deben co.ntesltta;~~~mente la reevaluación de los conceptos Los historiadores marxistas y de otras ideologías han prestado gran aten~ión a
hay que emprender, provoca s1ml u f 'ón perpetua del aparato conceptual estos temas en años recientes, mientras que a los estudiantes marxistas de los pro-
básicos - corno e l d el va lor- y a re ormac1 . •1 • extraordinario que perc1'b'irnos cesos urbanos les gusta ver a la ciudad como el lugar en que se reproduce la fuer-
'b' l ndo Qu1za o mas .
q ue i;e usa para d escri ir e mu . 1 . . . d fluidez de su pensamiento, 1a za de trabajo. Abundan ahora los estudios sobre la clase trabajadora, su familia,·
'd d t a Marx es a mtrmc.1 a . Es
al e.:tudiar cu1 a osamen e . d ntro del cuerpo de sus escritos. comunidad, cultura, estratificación y vida social en toda su manifiesta compleji-
erpetua creac1 'ó n d e nu evas perspecuvas ed 'han frecuentemente la ·
c1eílCla · dad, y la aparición de una fuerte critica feminista ha aportado nuevas ide2s.
P · l filó 1 fos burgueses escri . . d
extraño entonces que os so ceptible a los procedimientos e Esos estudios necesitan desesperadamente una slntesis; de hecho, !sta es quizá la
. rrado que no es sus . . d
marxista como un sistema ce • propias hipótesis conviruén o1as tarea más urgente que enfrenta la teorla marxista. Es, además, una tarea que
verificación con los cuales tratan de cEserrar su:o también que muchos marxistas debe emprenderse sabiendo claramente que la reproducción de la fuerza de tra-
en verdades universa. les e ·mne gables. . extran . .
dos en dogmausmo doctri· ·
. arraigados y apasiona bajo a través de la vida de la clase trabajadora es una dimensión muy diferente al
conviertan compromisos muy 'd d como los modos de pensar bur· análisis del modo de producción capitalista. Esto nCJ es una mera adición a lo
l nuevas oportum a es ·
nario, tan cerra d o a as . ~1 desmiente totalmente ese cierre. que ya sabemos. sino que constituye un punto de partida fundamentalmente di-
ucses · ·
trad1nona 1e.s • cua ndo el propio •" 1arx t como un nuevo prmc1p10. . . . c.s r.
g 1 d b ve• ··e so amen e · . fcrt·me a aquél en que está basada la teorla de El capital. El punto de partida no
d
En realidad, ca a ma e e fi ·' d d y no digamos luchar y Jugar es la mercancía, sino un suceso simple, el nacimiento de un niño de la clase tra-
<lifkil para lr>s i:imples mortales acepta~ esa v~:s;r~ciadamente no existe, como bajadora. Los procesos subsecuentes de socialización e instrucción, de aprendi·
con sus implicaciones en form_as ~r~lauvas.ll ar a la ciencia"' y de hecho se re· zaje y disciplina, pueden transformar a ese ser humano en un ser que tiene cierta
observó el propio . M1 arx "una via fac1 para eg .
1 s "cumbres luminosas " d e l ceno·
,. . '6 "para 11 egara a . capacidad para trabajar y que está dispuesto a vender esa capacidad como una
nuiere uní\ . tat1g0sa ascens1 n de te1'er aunque potencialmente mercancía. F..sos procesos merecen el estudio más detallado posjble.
, d d 1 ~ ento que tratamos • . 'fi .
cimiento. La n e a.gum. • ·1 De las sombras iniciales de la m1su icac1 6 n Resulta problemático averiguar cómo embona y se eatreteje la reproducción
inte1minable, no es una red mconsut1 .f "s firme a medida que los diferen· del capital (a través de la producción de ph.tsvalía) con la reproducción de la vida
surgen formas suaves, qu e toman una orma . . mas ventaJ'osas y se estu d'ian d es • de
que vive el trabajador. Las dos dimensiones captan, en su oposición, la tensión
.1 · d de nuevas pos1c1one 1 .
tes rasgos se • umman es h b' rto El con1'unto de re ac1ones central entre la riqueza de una cultura abigarrada y las áridas realidades de la
.. t les que se an a ie . .
nut:·vas "ventanas co~cep u.a de forma. Pero si cada fin no es smo un búsqueda de las ganancias. Debe existir algún tipo de unidad entre las dos para
que hemos llt-gado a d1scermr no ~ar~ce á inas precedentes nos deben llevar a que la sociedad capitalista pueda lograr una semblanzd de estabilidad social, y
rincipio, entonces los esfuerzos e as p g a construir nuevos concept·:>S, las separaciones importantes deben seguramente ser la señal de que vienen crisis
P · ue hay que tomar, d
considerar nuevos car.1mos q . d te epílogo es ocuparse e esas que se caracterizan por una grave pugna civil. No obstante, ninguno de los dos
a ex.plorar nuevas relaciones. El propósito e es . procesos puede dominar al otro fácil o directamente, a pesar de su mutua inter·
cueniones. . de lusvalía la fuerza de trabajo, es dependencia. Hay que encontrar medios de coordinación, y otros tantos meca-
l a mercancía crucial para la produce• 6 n . lp bre 1'as cuales los capitalistas nismos de restricción mutua, que mantengan en alguna forma a la sociedad en
· 'd b · 1 iones socia es so
Producida y reproduc1 a ªJº re ac M no prestara más atención a esta pa· suficiente equilibrio en sus partes separadas como para impedir un derrumbe social
.
no uenen control d'irec to · Es raro que. arxEs 1 .
• que una s1mp le exp lora· total. Este tema también ha sido explorado en otra parte, principalmente en tér·
• 1 . l d' ns1ones a gomas .
radoj'a en todas sus mu upes i.me . 1 del crecimiento demográfico en mir.os de las relaciones entre las luchas en el lugar de trabajo y aquéllas libradas
. 1 ritmos tempora es . • .1
c:ión de las relaciones entre os . 1d l mulación aunque sena uu
diferentes regiones Y l a d .manuca
· · es¡>acia e a acu •
448
•t.__
. .,-----·-:......... .: ==·------------
450 EPÍLOGO
EPILOGO 451
en el espacio en que se vive para tener vivienda, salud, educación, etc. Es obvio
que existe algún tipo de unidad fundamental en todas esas luchas, y ambos bandos En pocas palabras, el Estado desempeña un papel vital en casi cada aspecto
lo saben. Los trabajadores saben que las habilidades monopoliza bles aprendidas de la reproducción de capital. Además, cuando el gobierno interviene para esta-
en la comunidad pueden dar buenos dividendos en el nivel de salarios y las con- bilizar la acumulación en vista de sus múltiples contradicciones, sólo lo logra al
diciones de trabajo, y los capitalistas se han dado cuenta desde hace mucho precio de absorber en su interior estas contradicciones. Adquiere la dudosa tarea de
tiempo de que si han de dominar a los trabajadores en el lugar de la producción, administrar la dosis necesaria de devaluación, pero tiene alguna opción sobre
deben c_iercer una influencia importante sobre ellos en su lugar de reproducción. cómo y cuándo hacerlo. Puede situar los costos dentro de su territorio por me- ·.
Sin embargo, las conexiones son extensas y los modos en que se ejerce influencia dio de una dura legislación laboral y de restricciones fiscales y monetarias, :o '. ·
de contrapeso son de extraordinaria complejidad. Las crisis de devaluación, que puede buscar alivio externo por medio de guerras comerciales, políticas fiscales y ·
afectan al capit'al y a los trabajadores por igual, necesariamente mandan rever- monetarias combativas en er escenario mundial, respaldadas al final por la fuer~
beraciones a través del lugar de trabajo y de la comunidad, que pueden sacudir za militar. La forma final de devaluación es la confrontación militar y la guerra
a la sociedad civil hasta sus cimientos. global. · _;
Los principales canales por los cuales pueden ejercer funciones de coordina- Ya hemos considerado todos estos aspectos del Estado moderno en el texto an.· · ,.

r ción y de restricción mutua son las diversas instituciones del Estado moderno. Yo
no he considerado en lapresente obra la ceorfa marxista del Estado capitalis~
\ en-partt.•porque sentí qü-e-pa-ra tratar plenamente esie tema-tancflscutiao~dcoía
terior, pero no forman una base adecuada para elaborar una teoria amplia del : !
Estado porque quedaron fuera demasiados elementos. Se debe integrar dentro
del argumento la reproducción del trabajador y de la fuerza de trabajo, y la pro-
\ hace:- primero un análisis cuidadoso de los procesos de reproducción del trabajador ducción y uso de conocimientos como una fuerza material en la producción y como
\, y de la fuerza de trabajo, pero el Estado capitalista no ha sido descuidado total- un arma para la dominación y el control ideológico. A medida que nos esforza·
1 mente ·~n las páginas precedentes. De hecho, en todas partes ha estado presente mos por completar esta carea, quedan dos cosas a la vista. La primera es que las
, .~. \ como la entidad que garantiza los contratos y las libertades de los individuos civiles, instituciones tan fundamentales para la reproducción del capital (como el banco.
1· l y como el poder represivo que forja y mantiene la fuerza de trabajo como una central) se mantienen hasta cierto punto separadas de las que se ocupan de la
\mercancía. El Estado sirve de sostén a la competencia entre los capitalistas y re- reproducción del trabajador y de la fuerza de trabajo. La segunda es que tiene
\;gu.la las conCliciones de empleo. Puede facilitar la centralización del capital, que prevalecer algún tipo de unidad entre las diversas instituciones, se tiene que
~pero también puede contribuir al equilibrio entre la centralización y la des- lograr algún equilibrio, para que la sociedad como una entidad funcionaL se
icentralización, gue preserva la estabilidad de la composición ele valor del capital. Se pueda reproducir. Esto suscita preguntas sobre la ubicación de los poderes, la le-
encarga de la producción de mercancks (principalmente en el ambiente cons- girimidad, la democracia y la ideología, que los marxistas han confrontado di-
fruido) que los ca?Ítalistas individuales no pueden o no quieren proporcionar, rectamente en multitud de obras muy discutidas. Sobre todo, nuestra atención
por ''Ítajes que puedan ser para la a\.'.'umulación ulterior. Usa sus facultades de se debe enfocar entonces sobre la lucha polftica por el control del aparato estatal
plancación para dar forma a la economia espacial del capitalismo directamente, y los poderes que residen allí. La lucha de clases se desplaza del lugar de produc-
y así pllede incluso regular la frecuente tensión entre la concentración v la dis· ., ción a la arena política.
persión geográficas. A través del banco central, desempeña un papel hegemóni- . . . Entonces surge otro problema. La relación entre el capital y el trabajo ha
co en el abastecimie11to de dinero de cierta calidad. Al considerar las funciones quedado transformada en múltiples configuraciones en conflicto. Ya hemos
fiscales y monetaria.s del Estado podemos ver la amplia latitud de su intervend6n idcntifirndo ciertos rasgos de este proceso a medida que el capital y el trabajo se
,potencial en la dinámica temporal y espacial de la acumulación dentro del terri- dividen en diferentes facciones y a vrces se vuelven a constituir alrededor de al-
torio bajo su jurisdicción. El sistema estatal se convierte asf en una parte vital de guna alianza regional. Además, tan pronto como tomamos en cuenta otros c:.s·
,esa batería de l>rganizaciones ordenadas jerárquicamente que enlazan los traba- pcctos de la vida capitalista -como la formación de una é!ite científica y técni-
jos individuales dentro de la totalidad expresada como trabajo abstracto. Po.· ca, el crecimiento de las funciones administrativas, de la burocracia, etc. - con
'ocupar una posición tan estratégica, y por contar con las armas fundamentales frecuencia resulta casi imposible discernir la relación entre capital y trabajo que
del poder polftico y militar, el Estado llega a ser la institución central alrededor está debajo de todo esto. Yo creo que es sir.1bólico que el último capítulo del tercer
de Ja cual se forman las alianzas de clase, y los poderes fiscales y monetarim: volumen de El capital trate sobre el problema de clases bajo el capitalismo. La
pueden presionarse para que sirvan a una alianza de este tipo. Los arreglos posición del capítulo es importante, aunque su contenido no se puede tomar tan
distrib Jcionales pueden modificarse, la inversión en apropiación puede contro-
1
seriamente . .Sugiere que las configuraciones de clase que existen realmente bajo
larse. los capitales ficticios creados y las tendencias a la devaluación pueden con- el capitalismo tienen que interpretarse como el producto :le fuerzas alineadas
vertirse así en inflación. F.l Estado se convierte en la institución central a través para apoyar la acumulación de capital y la reproducción del trabajador como el
.de la cual se arreglan los conflictos entre las regiones, y la base a partir <le la cual portador de la mercancía-fuerza de trabajo. Por tanto, las configuraciones de
\cada alianza regional busca su "arreglo espacial". clase no se asumen a priori, sino que se producen activamente. La relación de
"" clase entre el capital y el trabajo -una relación que reconoce simplemente la
452 EPILOGO F.P(LOGO 45S ¡;
importancia que tiene comprar y vcnd:·r fuerza de trabajo para la vida económi·
ca bajo el capitalismo- es meramente un punto de partida desde el cual se ha
¡ de ninguna manera una prcrrogati~a exclusiva de la burguesía- pueden des- .
. oric·ntar y rnnfundir. Adem:ís, ningún teórico puede alegar que lo sabe todo. En ,
el<' analizar la produCl·itm dt' conliguraciom•s de clase mucho m;ís eomplicadas, ~ uno u otro punto sr deb<"n hacer conexiones tangibles entre la trama de la teorfa
características del capitalismo. La t·orriente de fuerzas 4uc están en acciém 1 y la trama dr la g<'ografía histórica. El poder persuasivo del primer volumen de .
dentro de la dinámica d(' la historia capitalista -una ..:orriente que hemos trata· f El capital se deriva precisamente de la forma en que el aparato conceptual para.
do de captar por lo menos parcialmente en las páginas anteriores-· crea pre~iones
hacia la formación de nuevas estructuras y alianzas de clase (incluyendo las que
¡ hacer teorías apoya las pruebas históricas y estas lo apoyan a él. Ésta es la clase
de unidad que debemos esforzarnos continuamente por mantener y mejorar.
están basadas en el territorio), pero las alianzas de clase, la identidad y la concien· Sin embargo, la separación dentro de esta unidad, correctamente interpretada,,
da no son instantáneamente maleables en lo absoluto. La tensión qu¿ resulta me- tiene su lugar. Puede ser el lugar de una tensión creativa, un punto de palanca
rece el escrutinio más detallado posible. La lucha de clases no se puede entender para la construcciéin de nuevas ideas. La insistencia prematura en la unidad de
correctamente, después de todo. sin entender cómo se forjaron y se mantuvieron teoría y práctica h~stórica puede llevar a la parálisis y a la éstasis, y a veces a
las configuraciones y alianzas de clase en primer lugar. formulaciones totalmente erróneas. O nos esforzamos por meter una geograffa
EM- enfoque puede ayudar a salvar lo que a menudo aparece como la separación histórica recalcitrante dentro de una dinámica descrita por unas pocas categorias
más grave enlre los teóricos de un modo de producción puramente capitalista y simplistas, o creamos nuevas categorías, basadas en Ja historia de sucesos partí·
los que tratan de reconstruir las geografías históricas reales de las formaciones culares que pueden captar sólo la apariencia superficial, nunca el significado so-
sociales capitalistas en toda su rica complejidad. Los teóricos pueden tratar de cial interno. ·
tejer su.s argumentos a fin de "describir y exponer las fonnas concretas que brotan Hay incluso cierta virtud en aceptar e incluso perseguir hasta sus últimos
del pr?ceso de movimiento de capital considerado como un todo" y así, "acercándo- límites la separación entre la teorfa y la práctica histórica, aunque sólo sea porque su
se, pu~. gradualmente" a las formas concretas bajo las que el capital "se presentz. desarrollo disparejo abre nuevas perspectivas a la unidad que necesariamente
en la i;uperficie misma de la sociedad" (El capital, 111. p. 45). En esta forma "la debe prevalecer'entre ellos. Correr sobre dos piernas es más rápido que ir brin-
vida del asunto en cuestión" puede quedar "reflejada idealmente como en un es· cando con las piernas amarradas.
pejo" (El capit(¿l, l, p. 19). Emp~ro, el aparato conceptual inc.rust.ado ~n esa .re- Sin embargo, en el análisis final la unidad es lo importante. El desarrollo mu-
construcción teórica no es de nmguna manera una abstracción idealista, smo tuo de la teoría y de la reconstrucción histórica y geográfic.3, todo proyectado t.n
que está constituido por categorías y relaciones, como la fijerza de trabajo, la el ÍUt"go de la práctica política, forma el crisol intelectual del cual pueden surgir
plusvalía (absoluta y re!ativa) y el capit~I como un proce~o, forJa.do ~ través de nuevas estrategias para una reconstrucción cuerda de la sociedad. La urgencia
transformaciones históricas reales a traves de la acumulación ongmana, la apa· de esa t<1rea, t•n un mundo acosado por toda clase de peligros locos -incluyendo
rición de las formas-dinero, el intercambio en el mercado, y la fiera lucha por el la amenaza dr una guerra nuclear total (que es una forma poco gloriosa de deva-
control capitalista dentro del terreno de la producción. Las propias categorías luación)- seguramente no necesita demostración. Si el capitalismo ha llegado a
provienen de una experiencia histórica real. esos límites, entonces nos toca a nosotros encontrar la forma de transcender los
La i:eoría comienza cuando ponemos a funcionar estas categorias basadas en límites del propio capital.
la historia a fin de forjar nuevas interpretaciones. No podemos aspirar a expli·
cario t•Jdo con estos medios, y ni siquiera conseguir una comprensión cabal de
eventos individuales. F.stas no son las tareas que debe emprender la teoria. El oh··
jetivo es, más bien, crear estructuras para entender, creár un elaborado aparato
conceptual con el cual captar las relaciones más significativas que existen dentro
de la in:rincada dinámica de la transformación social. Podemos explicar como
premisa general por qué el cambio tecnológico y de organización y las reorganiza-
ciones geográficas dentro de la división espaéial del trabajo son socialmente necesa-
rias para la supervivencia del capitalismo. Podemos entender las contradicciones
que lle\<an estos procesos y mostrar cómo se manifiestan estas contradiccione'> dentro
de la geografia histórica del desarrollo capitalista tan propensa a las crisis. Podemos
entender cómo se forman ·1uevas configuraciones y alianzas de clase, cómo se
pueden expresar como •:onfiguraciones territoriales y degenerar en rivalidades
entre los imperialistas. Éste es el tipo de idea~ que nos puede .dar _la teoría._ .
Sin embargo. una teoría que no puede arro1ar luz sobre la h1stona o la prdcU-1
ca poUtica sin d1.tda es redundante. Peor aún, las teorías erróneas -que no son
--- -·.;;;;;;----=-~--

t:
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JI. Producción y distribución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . SO

1. La participación del capital variable en el producto social totaJ, el valor


de la fuerza de trabajo y la determinación de la tasa salarial, 55; 2. Reduc-
ción del trabajo complejo a trabajo simple, 67; 3. La distribuci6n de la
ph.isvalta y la transformación de los valores en precios de producci6n, 71; 4.
Inter~. renta y ganancia sobre el capital mercantil, 78.

III. Producción y consumo, oferta y demo.nda, y, realización de la plusvalta . . . 85

1. Producción y consumo, oferta y demanda critica de la Ley de Say, 89: 2.


La producción y realización de la plusvalfa, 92; 3. El problf'ma de la de·
manda efectiva y la contradicción entre las relaciones de distribt'.ci6n y las
cond.iciones para la realizaci6n de la plusvalfa, 98.

l l'. El cambio tecnológico, el proceso de trabajo y la composición de valor del


capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106

1. La productividad del trabajo bajo el capitalismo, 111: 2. El proceso de


trabajo, 113; S. Las fuentes de cambio tecnológico bajo el capitalismo, 126; ·
4. Las composiciones técnica, 01gánica y de valor de capital, J 32: 5. El cam·
bio tecnológico y la acumulaci6n, 140.

V. La cambiante organización de la producción capitalista . . . . . . . . . . . . . . . . 144

VI. La dinámica de la acumulación ............................. , ...... 162


. . l\
1. La producci6n de plusvalfa y la ley general de I~ acumulaci6n capitalista,
163; 2. Acumulaci6n por medio de la ampliaci6n de la reproducci6n, 172:
S. La tasa decreciente de ganancia y sus influencias compensatorias, 182.
467
468 fNDICE
INDICE 469
VII..Exceso de acumulad6n, devaluad6n y "primer corte" a la teorla de las cri·
sis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 1. Relaciones de transporte y movilidad del capital como mercancfas, 379;
2. La movilidad del capital variable y de la fueria de trabajo, 888; S. La
l. La supcracumulaci6n y la devruuaci6n del capital, 198; 2. La "devaluaci6n movilidad del capital-dinero, 588; 4. La situaci6n de los procesos de pro-
constante" del capital como resultado del aumento en la productividad d: la ducción, 591; 5. La configuración espacial de los ambientes construidos,
fuena de trabajo, 202; 8. Devaluaci6n en el curso de las crisis, 206. 597; 6. La territorialidad de las infraestructuras sociales, 401; 7. Las movi-
lidades de capital y de trabajo consideradas en forma general, 408.
VIII. El capi¡p.lfijo ................................................... 210
XIII. La.s cri.si.s zn la economía e.spaci'al del capi'talismo. Dialéctica del imperia-
J. La circulaci6n del capital fijo, 214; 2. Las relaciones entre el capital fije l'i.smo .•...................................•.............••..•.
416
y el circulante, 221: 5. Algunas formas especiales de la circulación del capi·
tal fijo, 228; 4. El fondo de consumo, 254: 5. El ambiente con.5truido para J.' Desarrollo geográfico poco .unifo~e, 418; 2. La concentraci6n ydisper·
la producción, el intercambio y el consumo, 257; 6. El capital fijo, el fondo s16n geogrAficas, 420; 5. Mamfestaaones regionales de la lucha de clases y
de consumo y la acumulaci6n de capital, 240. de facciones, 422; 4. Los arreglos jerárquicos y el paso del capital al escena·
rio internacional, 425; 5. El tercer corte a la teorfa de la crisis: aspectos geo·
gráficos, 427; 6. Cómo se van formando las crisis globales, 484; 7. El impe·
IX. Dinero, crédito yfinaru.as ......................................... 244
rialismo, 441; 8. Rivalidades entre los imperialistas. La guerra total como
la forma final de evaluaci6n, 445.
1. El dinero y las mcrcancfas, 246; 2. La transformación del dinero en capi·
tal. 256; 8. El interés, 259; 4. La circulación del capital que produce intere-
ses y las iuciones del sistema de crédito, 265; 5. Canales e instituciones del Epilogo ................................................................... t.
448
sistema de crédito, 276.

Bibliografia ...................................... , .... , . , ........ , .. , .. . 454


X. El capital financiero y !7l.f contradicciones ........................... 287

l. El sistema de crédito según Marx, 288; 2. El capital financiero según


Lenin y Hilferding, 292; 3. la contradicci6n entre el sistema financiero y 1ru
base monetaria, 296; 4. La tasa de interés y la cumulaci6n: 800; 5. El ciclo
de la acumulaci6n, 3í'8; 6. La polftica del manejo del dinero, 808; 7. La in-
flaci6n como una forma de devaluación, 510; 8. El capital financiero y sus
contradicciones, 519; 9. El "segundo corte" a la teoña de las crisis: la rela·
ción entre la producci6n, el dinero y las finanzas, 828.

XI. LA. teoría de la renta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 553

l. El valor de uso de la tierra, 336; 2. La propiedad territorial, 346; 3. La:;


formas de la renta, 352; 4. El papel contradictorio de la renta de la tierra y
de la propiedad territorial bajo e 1 modo de producci6n capitalista, 561; 5.
Las relaciones de distribución y la lucha de clases entre el terrateniente y el
capitalista, 365; 6. El mercado de tierras y el capital ficticio, 369.

Xll. La producción de configuraciones espaciales: las movilidades geográfir.as


del capital y el trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . 576
·lf

David Harvey
Los lími1·es
del capitalismo
y lo teoría marxista

ª
_Q
Interesado en el anóllsis de la urbanización en el c~pltaUsmo, run~ame.ntOridola
v
en ·estudios históricos detallados del proceso urbano·. Dovld Harvey descubtf6. ~.g
algunos ·espacios vacfos" en la teorfa marxista que lmpea1an la reallzocl6n do $0~ E
proyecto. El autor. 4;)ntonces. decidió ocuparse de tates •espacios vacTos" y ~no" g
tuve m~s remedio -nos dice- que escribir un tratado sobre la teorfa marxista e;n;~
general . . · , ,: -
Los límites del capltaHsmo y la teorfa marxfsta trasciendo ·1os linderos opo~~n.té~'t-§
entre la teoría y la historia· mediante uno propuesta Innovadora. v preservo d Id F~
vez "la Integridad de ambas". El autor. en la primera porte del Volumen. elabora" 0
un panorama y una Interpretación de los tesis de Marx sobre los procesos de pro- Q5
duccl6n y distribución de las mercanctos. En la ¡egunda. conduce ·e1 argumento · ll>
de Marx a terrenos menos famlllares". ocupóndose del anóllsts de las mercancrm; ~
del valor y de las relaciones de clase. de los cambios constantes en la organiza:- o
cf6n de lo producción copltallsta. del anollsls de conceptos como copita! nJo. j
dinero, crédito y fianzas. de lo teorfa de lo renta, etcétera. · a

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