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SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

Entendemos por “drogas” todas las sustancias legales (alcohol, tabaco, café) o
ilegales (cannabis, cocaína, alucinógenos) que tienen la capacidad de modificar el
estado de conciencia, la conducta, las emociones y los pensamientos y crear conductas
de dependencia o abuso. La mayor parte de los estudios disponibles indican que hasta
un 60% de pacientes bipolares abusa o depende de alguna droga, sobre todo del alcohol.
Este abuso empeora, evidentemente, el curso de la enfermedad y su pronóstico. Un
paciente que consume tóxicos experimentará más episodios e ingresos de los que habría
tenido de no consumirlos.
Una buena parte de los enfermos bipolares que tienen problemas de abuso o
dependencia de sustancias entran en relación con las drogas como forma de
automedicarse, es decir, de buscar alivio para alguno de los síntomas, generalmente
antes de que les sea diagnosticado el trastorno bipolar. Es frecuente que el abuso del
alcohol de muchos pacientes bipolares alcohólicos haya empezado siendo un uso a
modo de “ansiolítico”, antes de recibir un tratamiento adecuado, o que pacientes que
tienen dependencia de la cocaína hayan empezado su relación con este tóxico con la
esperanza consciente o no de que el consumo actuara como activador cuando estaban en
plena fase de apatía o depresión. Este tipo de conducta encaja perfectamente en lo que el
refranero castellano conoce como “pan para hoy y hambre para mañana”, ya que, aparte
de generar dependencia y una lista casi inacabable de problemas físicos, el consumo de
tóxicos acaba por agravar la propia sintomatología psiquiátrica:
El alcohol provoca depresión a medio plazo, aumenta la ansiedad, desestructura
el sueño, disminuye el control de los impulsos, provoca deterioro cognitivo, aumenta la
agresividad y puede ocasionar la aparición de síntomas psicóticos y manía.
El cannabis crea un síndrome amotivacional caracterizado por una gran apatía,
deprime, puede desencadenar una manía, desestructura el sueño, aumenta la ansiedad y
puede provocar síntomas psicóticos en forma de delirios paranoides.
La cocaína puede desencadenar por sí sola un episodio de cualquier tipo,
ciclación rápida, ansiedad, agresividad, síntomas psicóticos, desestructuración del
sueño, deterioro cognitivo y muchos otros síntomas que generalmente terminan en
constantes ingresos.
Los alucinógenos y las drogas de diseño conllevan también un gran riesgo,
incluso si se consumen una sola ve, y pueden hacer necesario un ingreso. Ocasionan la
presencia de síntomas psicóticos, como alucinaciones visuales y/o auditivas y delirios,
en cualquier persona, aunque ésta no sufra trastorno psíquico alguno, y los citados
síntomas pueden persistir durante largo tiempo y dar lugar fenómenos de flash-back
(repetición de los síntomas semanas o meses después del consumo de sustancias). En
una persona que padece trastorno bipolar, el consumo de alucinógenos o drogas de
diseño puede provocar manía, síntomas psicóticos, ansiedad, etc.
El peligro del café radica sobre todo en su capacidad para alterar la estructura
del sueño. Como sabemos, disfrutar de una cantidad y calidad de sueño adecuadas es
una condición imprescindible par mantener el trastorno bipolar compensado. T aquí
remarcamos especialmente la “calidad” del sueño, ya que muchas personas afirman que
pese a tomarse un café después de cenar duermen 8 horas; quizás duerman esas 8 horas,
pero sin duda su sueño será de peor calidad. Lo recomendable es no tomar ningún café
durante las 8 horas previas a acostarse, porque la duración media del efecto del café es
precisamente de unas 8 horas. Por otro lado, no es en absoluto nocivo tomar un par de

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cafés al día (p. ej., uno por la maña y otro después de comer), aunque esto depende de
cada persona porque el efecto del café es muy variable. Durante las fases depresivas es
aceptable tomar algún café más, siempre por la mañana y siempre que no haya ansiedad.
El café está absolutamente desaconsejado en pacientes ansiosos y pacientes con
antecedentes de crisis de pánico. Asimismo, se desaconseja tomar cualquier tipo de
cafeína (café o refrescos de cola) durante las fases hipomaníacas, maníacas y mixtas, o
si existe la sospecha de inicio de una de ellas.
Respecto al consumo de tabaco, es cierto que los pacientes bipolares fuman más
que el resto de la población, básicamente por dos motivos: a) para tratar de controlar la
ansiedad, y b) para tratar de aliviar algunos efectos secundarios de los antimaníacos,
aunque esto no se hade de forma intencionada. Desde un punto de vista psiquiátrico, el
tabaco no implica graves riesgos, aunque ya sabemos que es muy nocivo para la salud
física. En todo caso, el único problema del tabaquismo en el paciente bipolar surge en el
momento de dejar de fumar. Podemos dar seis consejos importantes:
1. Nunca se debe intentar dejar de fumar durante una descompensación.
2. Es recomendable intentar dejar de fumar en los períodos de mayor
estabilidad (a partir de 6 meses de eutimia).
3. No se debe intentar dejar de fumar de forma “heroica” (cortando
bruscamente).
4. Es recomendable buscar la ayuda de terapias psicológicas para dejar de
fumar de una forma racional y sin riesgos.
5. Es recomendable el uso de terapias sustitutivas (chicles o parches de
nicotina) para evitar el síndrome de abstinencia, que puede dar lugar a la
aparición de ansiedad e irritabilidad.
6. El uso de medicamentos para dejar de fumar, como el bupropión, está del
todo contraindicado en pacientes bipolares, salvo durante las fases
depresivas, ya que el bupropión es un antidepresivo y, por lo tanto, puede
provocar una descompensación hipomaníaca o maníaca.

Otro aspecto que debemos comentar es el mal uso o el abuso que algunos
pacientes hacen de los fármacos, que pasan a ser tratados como drogas. Los
únicos psicofármacos que pueden crear dependencia si no se usan
adecuadamente y siguiente estrictamente las indicaciones del médico son los
ansiolíticos (benzodiazepinas como alprazolam, diazepam o Lorazepam). Por lo
tanto, aunque el médico ya evita prescribir estos fármacos a pacientes con riesgo
de adicción, siempre debemos tener presenta la importancia de seguir a rajatabla
las indicaciones del psiquiatra.

Tarea 13.
¿Qué importancia crees que tiene el sueño en el curso de tu enfermedad?
Anota a diaria cuántas horas duermes, cuál es tu nivel de energía y cómo te
sientes.

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