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2.Objetivos de la investigación
FASE CONCEPTUAL
ACTIVIDADES:
2.Recolección de datos
PASOS:
4.Análisis de datos
5.Interpretación de resultados
Los desechos sólidos (heces) de los gatos pueden contener un parásito llamado toxoplasma
gondii que pueden causar toxoplasmosis, una infección de la sangre que es rara pero grave. La
toxoplasmosis también puede ser contratado comiendo carne infectada, carne medio cruda o
por el comiendo frutas o verduras contaminadas. Si ha tenido gatos durante algún tiempo,
puede haber sido expuesto a la toxoplasmosis y desarrollado inmunidad.
Fatiga
Fiebre
La toxoplasmosis es más común en áreas con climas cálidos y húmedos. Más del 50% de la
población en el centro y sur de Europa, África, Sudamérica y Asia están infectados con
toxoplasmosis. La toxoplasmosis es común en Francia posiblemente debido a la preferencia de
la carne mínimamente cocida y cruda.
Para las mujeres que no son inmunes a la toxoplasmosis, la exposición a este parásito justo
antes o durante el embarazo puede provocar que el feto se infecte. De acuerdo con la
Organización de Especialistas en Información Teratológica (OTIS), cuando la madre se infecta
entre las semanas 10 a 24, el riesgo de problemas graves en el recién nacido es de
aproximadamente 5.6%. Los efectos en el bebé incluyen: parto prematuro, bajo peso al nacer,
fiebre, ictericia, anormalidades de la retina, retraso mental, tamaño anormal de la cabeza,
convulsiones, y la calcificación cerebral.
Evite la exposición a heces de gato; Buscar a alguien que cambie la arena para gatos
Lávese bien las manos después de tener contacto con su gato o el contacto con la carne cruda
INVESTIGACIONES DE LA TOXOPLASMOSIS
Mediante pasajes individuales por 20 ratones blancos, y por vía intraperitoneal de la emulsión
de cerebros de 20 cuervos, Comgyps atr-atus foetens, se consiguió aislar 10 cepas de
Toxoplasma gonclii (50 %). Con esto se pone de relieve la gran susceptibilidad de un huésped
hasta ahora ignorado a la infección toxoplásmica crónica, y se establece la primera
observación de este agente en aves silvestres de la Argentina. Alimentando ratones blancos
con leche obtenida por ordeño de una perra, Lma gata y una cabra, infectadas
experimentalmente toxoplasma, se demuestra de modo fehaciente que el parásito se elimina
por la leche, la que, ingerida por los ratones, les causa, en su casi totalidad, enfermedad
mortal.
Se considera que las hembras en producción láctea, durante el período agudo de la infección,
por efecto de una parasitarían más intensa, eliminan mayor cantidad de toxoplasmas, lo que
hace más fácil la transmisión en dicho período. Administrando a cucarachas Periplaneta
awleana, por vía digestiva, una gota de líquido ascítico extraído de ratones blancos afectados
de toxoplasmosis, se consigue demostrar, mediante inoculaciones del triturado del insecto a
ratones, que el T. gondii sobrevive por lo menos 65 días en el organismo del artrópodo. Se
prueba. Que es posible la infección por ruta digestiva al conseguir la transmisión de la
enfermedad a ratones blancos, alimentándolos con triturado de cucarachas infectadas
experimentalmente 17 días antes. Estas comprobaciones, el sistema de vida y alimentación de
las cucarachas y la posibilidad de que éstas puedan ser ingeridas por perros, gatos y aves,
permiten suponer que los mismos puedan representar algún rol en Ya gran cadena
epidemiológica humana y animal. Inoculando el líquido resultante del triturado de retina de
animales bovinos sacrificados para el abasto público, en distintas zonas de 1 país, se consigue
aislar por primera vez en la Argentina, 74 cepas de T. gondii a partir de 304 animales
investigados (24,34 %). En estudios comparativos y simultáneos, inoculando Ia emulsión del
triturado de 3 g. de corteza cerebral del mismo animal, se consigue evaluar la significación de
1s retina como depositaria del parásito, y la excelencia del material para el diagnóstico
postmortenl. Se estima que los primeros aislamientos obtenidos de la retina de bovinos, la
elevada prevalencia de esta infección crónica e inaparente que denuncian y la posible relación
entre humanos y animales, ya señalada, ponen de manifiesto un serio problema social,
económico y sanitario.
1910: Mello reportó el primer caso de toxoplasmosis canina, descubierto en Turin (Italia), en
un perro aparentemente infectado de moquillo. Observó anemia pronunciada, anorexia,
debilidad extrema, diarrea y exudado sanguinolento.
1916: Fedorovich reportó un caso en un canino y otro en un niño del mismo vecindario, se
encontró el microorganismo circulante y cuadro febril en ambos casos. Por primera vez se
relacionan la toxoplasmosis canina y la humana.
1916-1918: Chatton y Blanc realizaron trabajos sobre inespecificidad del T. gondii y pruebas de
inmunidad cruzada.
1935: Sabin y Olitsky demostraron el parasitismo obligado del T. gondii. Realizaron cultivos en
tejidos y pruebas serológicas. Ratificaron su inespecificidad y confirmaron su ubicuidad.
1937: Sabin y Olitsky inocularon el toxoplasma en animales de laboratorio. Descubrieron los
anticuerpos protectores.
1937: Wolf y Cowen estudiaron el caso de una niña con coriorretinitis y encefalomielitis
granulomatosa por parásitos.
1942: Olafson y Monlux describieron por primera vez la toxoplasmosis en los gatos (EE.UU.) y
se refirieron a la transmisión por consumo de carne mal cocida.
1942: Springer y Johnson (Keagy y Wiktor, 1952) describieron epizootias extensas en cerdos,
conejos, palomas y otros animales. Explicaron la importancia epidemiológica (contagio
humano).
1945 y 1950: Maxwell, Van Thiel y Cowen se refirieron a la infestación por consumo de carne
cruda.
1948: Sabin y Feldman propusieron y utilizaron la prueba de diagnóstico conocida como Dye-
-Test.
1949: Van Thiel destacó la transmisión por vía genital (machos) y por gotas aéreas.
1952: Farrel se refirió a la infestación porcina y a la transmisión por consumo de carne mal
cocida.
1960: Cowen, Wolf, Labady y Werner estudiaron la infectación por vía genital en las hembras
(contagio venéreo).
1960: Gibson y Jumper realizaron estudios en perros con la utilización del método de
diagnóstico Dye-Test.
1963: Siim, Biering Sorensen y Moller refieren que la toxoplasmosis espontánea ha sido
reportada en 27 tipos diferentes de mamíferos salvajes y domésticos.
1970: Sheffild y Melton realizaron estudios sobre la forma fecal de la toxoplasmosis en gatos.
1971: Desmonts realizó estudios sobre el ciclo del toxoplasma en la naturaleza y demostró la
forma en que se efectúa en el gato.
1971: Averill y de la Hunta reportaron 3 casos positivos de toxoplasmosis canina con síntomas
nerviosos, en EE.UU.
1971: Weiland, Kuhn y Saar investigaron las secreciones y excreciones de perros infectados por
quistes toxoplásmicos.
1972: Prakash señaló que los resultados de la prueba del complemento son de gran utilidad
para diferenciar el estado agudo del crónico, en la toxoplasmosis.
1997: Bowie, King, Werker, Issac-Renton, Bell, Eng y otros realizaron un estudio sobre la
probable contaminación del agua de consumo por toxoplasma. La toxoplasmosis en la
medicina veterinaria cubana En Cuba, diferentes investigadores han reportado la enfermedad
en animales domésticos, incluidos los de interés económico. A continuación se refieren
algunos de estos reportes sobre la base de datos que han reflejado distintos autores entre
ellos: Boado (1977), González (1977) (González Hernández
1913: Primer reporte de la enfermedad, realizado por Campuzano quien describió sus
síntomas en un perro; el diagnóstico lo realizó por síntomas clínicos y por estudios
histológicos.
1964: Diagnóstico clínico e histológico en caninos, en la provincia de Las Villas. Realizado por
González Rubiera.
1970: Martínez, Fernández y Verdura diagnosticaron la toxoplasmosis en pequeñas crías de
conejos en la provincia La Habana, con la utilización de los métodos anatomopatológicos y el
aislamiento por medio de la inoculación en ratones.
1977: Silveira y González realizaron el diagnóstico por RFC en humanos, bovinos, cerdos,
equinos y perros. Silveira y Suárez efectuaron el diagnóstico por intradermorreacción en
cerdos.
1980 Silveira y otros repiten el diagnóstico en gallinas, pato, pavo, ovino y caprino.
1984: María Fadraga y otros aplicaron el aislamiento en inoculación en ratón, jutía conga,
conejo, mono y ovino.