Está en la página 1de 133

Posted originally on the Archive of Our Own at http://archiveofourown.org/works/734997.

Rating: Explicit
Archive Warning: Choose Not To Use Archive Warnings
Category: M/M
Fandom: Supernatural
Relationship: Jensen Ackles/Jared Padalecki
Character: Jared Padalecki, Jensen Ackles, Matt Cohen, Other Character Tags
to Be Added
Additional Tags: Alternate Universe, Challenges
Stats: Published: 2013-03-25 Chapters: 6/6 Words: 62963

Objetivo enfocado, fondo difuminado


by Silvicj

Summary

Jensen Ackles es un famoso fotógrafo afincado en Los Ángeles, un auténtico experto en


reportajes de moda que ha trabajado para las mejores y más importantes revistas
internacionales. Su fama de profesional serio y centrado en su trabajo es inquebrantable e
indiscutible... hasta que un día un desgarbado, dulce y divertido chico de universidad se
cruza en su camino, y toda su profesionalidad y buenas maneras se ven afectadas por los
apasionados sentimientos que ese aspirante a modelo novato produce en su interior. Y sin
saber cómo ni por qué, se encuentra a sí mismo haciendo cosas que nunca hubiera
imaginado.

Notes

Fic escrito para el Baby Bang del 2011.


Enfoque (Focus)

Parte 1 - Enfoque – Focus (Toda historia tiene un principio)

En fotografía: Centrar en el visor de una cámara fotográfica la imagen que se quiere obtener –
centrar la atención sobre un determinado asunto y tratar de resolverlo de forma acertada.

*****

A sus veintiocho años, Jensen Ackles prácticamente vivía bajo la influencia de esas palabras. Su
vida estaba totalmente centrada en su trabajo, totalmente enfocada en un objetivo en concreto…
“su amor por la fotografía”, su necesidad de capturar cada imagen, cada movimiento y cada gesto
en un recuerdo imborrable.

Lo tenía decidido, iba a ser el mejor fotógrafo de todos los tiempos…

Incluso mejor que Bresson, su inspiración. Quien tomaba imágenes únicas, y al igual que él, era
muy cuidadoso con el encuadre y el momento en que realizaba la fotografía.

Y no permitía que nada ni nadie le distrajeran de ese objetivo. Se había puesto automáticamente
en esa función desde que salió de la universidad de Dallas seis años atrás, y desde ese entonces, el
enfoque había sido perfecto.

En ese corto periodo de tiempo, se había mudado de su querida Texas natal a la flamante, calurosa
y alborotada Los Ángeles, y convertido en uno de los fotógrafos más solicitados del continente.

Las firmas más prestigiosas y las revistas de moda más importantes a nivel internacional
reclamaban sus servicios continuamente. Incluso las galerías de arte más representativas se
peleaban por albergar en sus exposiciones aunque fuera una única foto del codiciado tejano.

El rubio era famoso por su temple, por su profesionalidad y su indiscutible calidad como
fotógrafo. Amaba su trabajo, y eso se reflejaba en cada una de las fotografías que tomaba.

Su cerebro actuaba como una cámara completamente equipada. Sus ojos lo veían todo a través de
una la lente perfectamente ajustada, a través de un visor que todo lo analizaba y documentaba en
su increíble memoria fotográfica.

Él no veía a las personas como el conjunto de un individuo completo, veía sus rasgos de forma
individual, sus gestos, sus miradas… cada una de esas partes que hacían especial a cada ser
humano, y era capaz de registrar con su cámara de fotos esas peculiaridades que solamente él veía,
mostrándolas al mundo para advertirle de lo que se perdía.

Hasta ese día, Jensen creía tenerlo todo bajo control. No dejaba que la fama que le precedía
afectara a su comportamiento, y sobre todo, procuraba no mezclar su vida personal con la laboral.
Tenía muy claro que nunca nada ni nadie conseguirían desenfocar su mente de su objetivo
principal…

Estaba muy equivocado.


********

A diferencia del objetivo totalmente enfocado que suponía la vida de Jensen Ackles, la vida de
Jared Padalecki era más bien un fondo difuminado y bastante abstracto.

Tenía un propósito, un sueño que intentaba visualizar pero que difícilmente se distinguía entre la
imagen que representaba su vida real.

Sí… tenía también un objetivo claro, pero no tenía ni idea de cómo llegar realmente hasta él.

Jared era un chico de buena familia, cariñoso, alegre, tímido y reservado. Cualidades que, según
su padre, le hacían débil y crédulo. Algo que no se podía permitir si realmente quería labrarse un
futuro en el mundo del espectáculo. Eso sin contar que era gay, algo que según Jeffrey Padalecki,
también le cerraría muchas puertas.

Por supuesto, él no compartía la opinión de su padre. Él estaba seguro de que sería lo bastante listo
y capaz como para sobrevivir en un ambiente de buitres carroñeros como el que era el de los
actores.

Por eso precisamente, había terminado en el lugar en el que estaba. Por demostrarle a su padre que
se equivocaba, que aunque fuera gay, débil e impresionable, si quería algo, no pararía hasta
conseguirlo.

Lo que nunca llegaría a saber, era cómo había dejado que su amigo Matt le convenciera para hacer
lo que estaba a punto de hacer…

Antes de que se diera cuenta, estaba parado frente a la puerta de entrada del increíble hotel de
cinco estrellas que era el Four Seasons de Los Ángeles.

Acababa de llegar de San Antonio –Texas, su tierra natal-, donde había terminado la carrera de
artes escénicas hacía únicamente tres meses.

Al llegar del aeropuerto, solamente había tenido tiempo de ir a casa de su amigo, -donde se
hospedaría hasta que encontrase algo por su cuenta-, darse una ducha rápida y dejar la maleta.

Matt le había convencido para que se mudara a L.A. con él en cuanto terminara sus estudios. Tal y
como había hecho él mismo un par de años antes.

Su amigo le prometía el ya tan codiciado y conocido sueño americano. Matt había conseguido
hacerse un lugar de honor como modelo principal de una firma de ropa interior importante en la
ciudad. Viajaba por todo el mundo haciendo reportajes, tenía una preciosa casa junto a la playa en
Beverly Hills, y su vida personal era cuanto menos, bastante más activa de lo que Jared hubiera
podido siquiera llegar a soñar en uno de sus días más inspirados.

Así que, a sus veintidós años y aunque secretamente asustado por abandonar la seguridad de su
hogar, se vio haciendo las maletas y reuniéndose con esa promesa de futuro que tan fácilmente se
le ofrecía.

Lo que no hubiera esperado era que, nada más llegar, su amigo ya le tuviera concertada una
prueba con un famoso fotógrafo local que buscaba modelo para una de sus exposiciones.

Jared no tenía ni idea de lo que tenía que hacer, solamente sabía que aquello era una locura. Él
nunca serviría como modelo, lo suyo era actuar.
Era capaz de ponerse ante cientos de personas desconocidas en un teatro abarrotado e interpretar
cualquier papel que le pidieran con los ojos cerrados. Pero por alguna razón, ponerse frente a una
cámara de fotos le daba auténtico pánico.

Se trataba de quedarse quieto mientras una persona le estudiaba con la mirada y captaba cada uno
de sus fallos con una instantánea…

La verdad, no estaba seguro de que él valiera para eso.

Actuar era diferente, era como jugar a fingir ser otra persona, y él siempre había tenido mucha
imaginación, podía con eso. Pero posar… Su autoestima no era tan buena como para permitirle no
morir de un ataque de vergüenza.

Pero Matt le había dicho que aquello podría proporcionarle una fuente de ingresos rápida y fácil
con la que poder costearse los numerosos castings a los que tendría que presentarse si quería tener
una oportunidad de triunfar, o incluso un apartamento de alquiler si finalmente decidía mudarse a
vivir por su cuenta.

De modo que ahí estaba. Temblando como una florecilla del campo asustada al ser arrastrada por
el viento en medio de la gran ciudad, parado frente a la puerta del hotel y sin ser capaz de reunir el
valor para entrar en su interior.

Planta 14 – Habitación 1456 rezaba en el papel que descansaba en su mano y que Matt le había
dado antes de salir.

-No llegues tarde, JT. Aquello estará plagado de buitres que querrán quitarte la oportunidad…- Le
había dicho su amigo.- Pero sé que tú vales más que ninguno de ellos, y estoy seguro de que en
cuanto Jensen te vea, estará de acuerdo conmigo.

Jared cogió aire profundamente y lo soltó después con lentitud.

-Está bien… ¡Vamos allá!- Se dijo justo antes de cruzar la puerta de cristal que daba la bienvenida
al Four Seasons.

**************

Al menos había treinta o cuarenta chicos más esperando para tener una oportunidad de trabajar
con él. Y eso que había puesto el anuncio en el periódico solamente un par de días antes. Pero en
este negocio las cosas iban así, las noticias iban de boca en boca tan rápido como la pólvora.

Jensen había fotografiado ya al menos a otros quince chicos sin llegar a ver en ningún momento
nada que realmente le impresionara.

Trabajar con las mujeres y hombres más bellos del continente tenía ese problema, tanta perfección
a veces le resultaba aburrida.

Los mismos chicos altos, en su mayoría rubios, musculosos y de ojos claros. Parecía haber un
prototipo que gustaba mucho en las revistas para las que normalmente trabajaba.

Pero esta vez la cosa era distinta.

Esta vez buscaba algo diferente. Buscaba a alguien que le hiciera… sentir. Alguien que provocara
que se volviera a mirar por segunda vez para asegurarse de lo que estaba viendo. Y no solamente
por su belleza.
Este no era un trabajo más para una revista de moda, en esta ocasión se trataba de su propia
exposición. Y no es que los trabajos que hacía normalmente le desagradaran, mientras tuviera una
cámara en la mano no había foto que fuera un desperdicio de su tiempo. Después de todo, eso
pagaba con creces su casa y su cómoda vida.

Pero una exposición propia era algo mucho más serio, mucho más profesional.

Carlson Industries era una galería de arte muy famosa en California, y su propietario le había
ofrecido la oportunidad de montar toda una exposición con su propio material. Sus fotos estarían
expuestas durante dos meses a un público venido de todas partes del mundo. Y eso era algo que
siempre había deseado.

La lujuria, la soberbia, la pereza, la gula, la ira, la envidia y la avaricia… Esos iban a ser los
sentimientos que iba a mostrar en su exposición. Los siete pecados capitales eran un tema que
siempre había fascinado a Jensen.

Ya tenía casi todos los pecados en su haber. Durante los últimos meses, había hecho diferentes
castings para encontrar al modelo perfecto para cada sesión de fotos. Y aunque con la envidia y la
soberbia el trabajo había sido bastante sencillo, ya que esas “cualidades” se daban mucho en la
gente de Los Ángeles, con el tema de la lujuria lo iba a tener más complicado.

Porque ése era el único pecado que le faltaba… La lujuria.

Y no iba a ser difícil transmitirla en una imagen porque la lujuria no fuera típica de esa ciudad,
nada más lejos de la realidad, sino porque en ocasiones en California el sexo estaba tan implícito
en todas partes que costaba distinguir lo que era verdadera lujuria con lo que era un mero
espectáculo porno.

Tenía que encontrar a alguien que reflejara en sus ojos ese sentimiento, que hiciera sentir a la
gente, que transmitiera a la perfección lo que quería mostrar tan sólo con una imagen.

Y supo perfectamente quién iba a ser ese alguien en cuanto le tuvo encuadrado en el visor de su
cámara.

Jensen era de los que trabajaban cámara en mano, nada de trípodes ni soportes que estabilizaran y
auto enfocaran la imagen. Los evitaba tanto como podía. Le gustaba pasearse por el lugar y pre
visualizar cada uno de los rincones en los que iba a moverse mientras trabajaba.

Fue así cómo, por casualidad, ese chico alto, castaño y de sonrisa dulce impactó contra su retina
por primera vez.

No supo qué fue lo que sintió. Qué era esa extraña sensación que le recorrió el cuerpo y le oprimió
el pecho, la oleada de calor que subió desde su estómago, recorriendo su cuerpo, pasando por su
garganta hasta instaurarse entre sus mejillas… No sabría identificar ese sentimiento aunque
quisiera, porque simplemente no lo había sentido nunca antes.

El aura de ese chico sencillamente le llamaba, le instaba a contemplarlo.

Jensen se quedó parado al verle, callado… quieto en el centro de la habitación sin hacer otra cosa
que mirar a ese chico. Con la cámara en sus manos, pero sin dejar de ver al castaño como si
estuviera en el centro de su visor. Como si fuera una foto perfecta, totalmente encuadrada y clara,
en la que el fondo simplemente desaparecía, se desdibujaba para dejar paso a lo que realmente
importaba en esa imagen… él.
****************

Cuando entró en la suite 1456, lo primero que pudo ver fue el gran número de chicos altos,
guapos y perfectos que había haciendo cola para conseguir lo mismo que él se proponía.

-Ni de coña voy a conseguirlo.-Se dijo en voz baja Jared.

-Tu primera vez, ¿verdad?- Le dijo un rubio de ojos grises y pelo rubio platino que había justo
delante de él en la interminable cola que empezaba en el salón de la suite y continuaba por todo el
pasillo de la planta catorce.

-¿Tanto se nota?-Dijo medio sonriendo con timidez.

-Un poco- le contestó divertido el rubio.- Tienes cara de acojonado y eres bastante pesimista…

Entonces Jared se rió, esta vez con ganas, dejando ver sus preciosos hoyuelos y su sonrisa
kilométrica.

-Soy Chris.- Se presentó el chico, haciendo que Jared se moviera para acercarse un poco más a él
y le apretara la mano que le ofrecía en forma de saludo.

-Jared.-Contestó él.

Fue en ese instante, cuando se acercó a él para estrechar su mano, cuando un movimiento, algo
frente a él, le distrajo y captó su atención.

Ese hombre era rubio también, pero su pelo era de un color más dorado y oscuro, con los ojos
verdes más increíbles y bonitos que había visto, y le miraba fijamente desde el centro de la
habitación.

Sus miradas se cruzaron y, por un momento, Jared no supo reaccionar, ni qué decir, o qué
pensar… simplemente se quedó en blanco, perdiéndose en esos maravillosos ojos que le
observaban con detenimiento y que parecían intentar ver su alma a través de esa mirada.

Supo quién era él en cuanto le vio moverse para dejar la cámara de fotos que llevaba en la mano
sobre la mesa auxiliar que había en un rincón del comedor, ahora improvisado como sala de
fotografía.

-Seguiremos con el siguiente turno en cinco minutos.-Escuchó decir al rubio en voz alta,
intentando que todos los asistentes le oyeran.- Para los que acabáis de llegar, cada persona a la que
haya fotografiado pasará a dejar su currículum, una foto y sus datos a mi ayudante antes de salir.
De ese modo podré ponerme en contacto con él en cuanto haya tomado una decisión. Gracias.

Jared sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al sentir esa voz. La voz de Jensen era profunda
y grave, y su aspecto serio e imponente a pesar de la gran belleza de sus rasgos finos y perfectos.
Al parecer, Matt se había quedado bastante corto al explicarle lo escandalosamente guapo que era
el famoso fotógrafo.

Los cinco minutos de descanso pasaron y la ronda de fotos continuó. Para cuando le tocaba al
chico con el que había hablado con anterioridad y que iba justo delante de él en la cola, Jared
empezó a sentir un calor sofocante embotarle la cabeza y una sensación extraña en la boca del
estómago.

-¿Sabes dónde está el baño?- Le preguntó a un moreno de ojos azules que continuaba la cola tras
él.
El chico señaló la puerta de una habitación que había a su izquierda y volvió a ignorarle como si le
molestara su presencia.

Jared le dio las gracias, sopesando si le daría tiempo de escaparse un minuto para echarse algo de
agua en la cara y despejarse los nervios. Pero no hubo suerte.

-Gracias… ¿siguiente?- Dijo la voz profunda del fotógrafo.

El castaño empezó a caminar con paso decidido, pero cuando llegó al lugar en el que estaban
instalados los focos de la iluminación para las fotos y se puso frente a Jensen y éste le miró…

-Lo siento, yo… un minuto…- Jared salió a toda prisa en dirección al baño más cercano con la
mano puesta en la boca como si algo se le fuera a escapar de su interior.

**************

Jensen se quedó alucinado. Después de estar contando ansiosamente los muchos palurdos a los
que le quedaba fotografiar para poder tener por fin delante a “ese” chico, y cuando de una maldita
vez lo tiene frente a él… el castaño sale corriendo hacia el baño con toda la pinta del mundo de
estar a punto de vomitar.

“Novato”- Pensó.

Normalmente no lo habría dudado, no se habría molestado. Si hubiera sido otro, automáticamente


habría pasado al siguiente y ni siquiera se habría preocupado por saber su nombre. Pero con ese
chico…

Sin pararse a pensarlo, se vio pidiendo un nuevo descanso y encaminándose al baño en su busca.

Dio un par de toques en la puerta del baño como advertencia de su presencia, y después
simplemente entró.

La imagen de Jared tirado en el suelo del baño, con la espalda apoyada en la fría superficie, una
mano visiblemente mojada sujetando su frente y las rodillas levantadas, le hizo sonreír divertido.

El novato estaba mareado.

Bueno… al menos no ha vomitado…-Se dijo.

-Lo siento…- gimió de forma lastimera Jared con un ruego en su voz cuando le escuchó entrar.
No tenía valor de abrir los ojos para comprobar si era el fotógrafo el que estaba junto a él.- Los
nervios… yo…

Jensen entró en la pequeña habitación y cerró la puerta tras él, no quería curiosos merodeando en
esos instantes.

Se apoyó contra la pared y se quedó mirando la enorme figura del chico tendida en el suelo.

Debía medir algo más de un metro noventa y era de constitución fuerte y musculosa, pero por los
rasgos de su cara creía adivinar que el castaño debía tener unos veinticuatro años como mucho.

Más tarde confirmaría que se equivocaba en eso último.

Sin saber qué motivo le empujó a hacerlo, Jensen empezó a hablar.


-Tendría más o menos tu edad la primera vez que dirigí un reportaje fotográfico….

El increíble sonido de esa voz profunda llegó a los oídos de Jared y supo en seguida que era el
fotógrafo el que hablaba.

En esos instantes sintió que quería morirse. Había hecho el ridículo delante de él - más bien
delante de todos- y ahora el rubio venía en persona a encargarse de darle el “gracias, ya te
llamaremos” que nunca cumpliría.

Pero cuando se detuvo a escuchar lo que Jensen le decía, se dio cuenta de que no era eso lo que el
guapo fotógrafo intentaba.

-Fue en el hotel Plaza de París, en la semana de la moda. Era mi primera oportunidad de demostrar
lo que valía, pero los nervios me jugaron una mala pasada. Sin poder controlarlo, acabé vomitando
encima de los caros zapatos de diseño que vestía Víctor.- aclaró riéndose de sí mismo al recordar
aquella escenita.

Jared se rió también sin poder evitarlo.

-Dime que ese “Víctor” era, “Víctor el de iluminación”… “Víctor el de maquillaje”, ¿quizás? -
Bromeó el castaño.

-Más quisiera…- Contestó riéndose Jensen.- Ese Víctor era más bien “Víctor el de Victorio y
Lucchino”.

Al oír esas palabras fue cuando por fin Jared fue capaz de quitarse la mano de la cara y abrir los
ojos para mirar al rubio. Más que nada porque la risa que le entró fue tan exagerada que fue
incapaz de mantenerse tal y como estaba.

-Así que le vomitaste a uno de los diseñadores más importantes del mundo…-Dijo el castaño, sin
darse cuenta de que el mareo estaba cesando.- Vaya… de pronto lo mío no me parece tan malo.

-No lo es…- Dijo Jensen, separándose de la pared y acercándose a él para tenderle una mano y
ayudarle a incorporarse.- Todos hemos tenido una primera vez, chico… Unas son dignas de
recordar, y otras dignas de olvidar… es todo.- Dijo esta vez con tono pícaro y sonriéndole
abiertamente.

Jared sonrió algo sonrojado y sujetó la mano que el fotógrafo le ofrecía para levantarse.

Una vez estuvo de pie, fue cuando se dio cuenta de que el mareo no había cesado del todo. Se
sintió dar vueltas y tuvo que apoyarse en la pared.

-Hey… ¿Estás bien?-Preguntó el rubio, acercándose hasta estar casi pegado a su cuerpo y
sujetando las mejillas del castaño entre sus manos.

Jared se sintió arder por dentro, tanto por la vergüenza que le producía la cercanía del fotógrafo
como por el roce de sus manos suaves contra su piel. Jensen le acariciaba lentamente las mejillas
mientras le miraba visiblemente preocupado al mismo tiempo que se mordía el labio inferior.

El rubio mientras tanto no creía lo que estaba haciendo.

Hacía menos de cinco minutos que le conocía y ya era incapaz de mantener sus manos lejos de
él… definitivamente ese chico tenía algo.

Pero es que Jensen no podía evitarlo. Tenía al alto frente a él, a escasos centímetros de su cara,
con esa expresión indefensa, con esos semi rasgados ojos grisáceos mirándole con timidez al
mismo tiempo que se mordía el labio asustado, en un gesto tan sensual que era imposible que lo
hiciera queriendo. Y el fotógrafo no podía pensar en otra cosa que en aferrarse a su boca y aspirar
todo el aire que pudiera haber dentro de ella.

Sus miradas se cruzaron con intensidad durante unos segundos, hasta que por fin Jared contestó.

-Sí… sí…- balbuceó, nervioso e indeciso.- Es sólo que… no estoy acostumbrado a esto. Nunca
he trabajado de modelo, lo mío es más bien la interpretación. Pero un amigo me recomendó que
me presentara y… Bueno, supongo que no debí hacer caso a Matt. Lo siento… siento haberte
hecho perder el tiempo, Jensen.

Iba a preguntarle cómo sabía su nombre cuando cayó en la cuenta.

-¿Matt? Espera… ¿Eres el amigo de Cohen? ¿Paleski?- (espacio) Preguntó Jensen incrédulo.

-Más bien, Padalecki…-rectificó- Pero sí… Aunque en realidad prefiero Jared, no parece ser tan
complicado para el resto del mundo.

-Ups, perdón, fallo mío… Jared. – Se disculpó Jensen.- Encantado de conocerte al fin, Cohen me
ha hablado mucho de ti…-Entonces el rubio se separó de él, algo que realmente dolió más al
corazón del castaño de lo que hubiera esperado.

-Y yo siento que haya sido en estas circunstancias.- Se disculpó avergonzado el alto.

-Tranquilo… Hagamos una cosa- Dijo entonces Jensen con expresión desenfadada,
encaminándose a la puerta del baño para salir de él.- Lávate un poco, respira con tranquilidad
cinco minutos y después sales, ¿ok?

-Gracias.- Contestó el alto, mostrando su sonrisa más sincera al hombre que, a pesar de casi no
conocerle, le miraba con una extraña expresión de cariño y comprensión desde la puerta.

Se quedó pensando que podría ser que realmente su padre se equivocara. Que no todo el mundo
fuera a acercarse a él por querer algo a cambio y que simplemente todavía quedaran personas
decentes en California que sencillamente ayudaban a los demás por la simple bondad de su
corazón.

O también podría ser que Jared fuera tan iluso como su padre pensaba.

********************

Jensen se quedó parado en la puerta del baño unos segundos, se miró las manos extrañado, como
si todavía no creyera lo que había pasado dentro de ese baño, y después se pasó una de ellas
preocupado por la cara.

No podía creer que se hubiera echado encima del chico de esa manera tan descarada, y además,
había sentido cómo empezaba a empalmarse solamente con respirar el mismo aire que él a tan
poca distancia de su boca. Con la simple idea de rozar esos labios finos y atraparlos entre los
suyos.

El chico era un novato, y él necesitaba a un profesional para un trabajo como ese. Daba igual que
fuera amigo de un buen amigo, tenía que pasar. No importaba que fuera precisamente amigo de
Cohen.

No, no iba a contratar a Jared. Era dulce, guapo, alto… pero inexperto. Cosa que no le importaría
para ciertos momentos del día, o de la noche, más bien. Estaría más que feliz de enseñarle al
novato ciertas técnicas que…

¡Joder, se lo haría de tantas…!- Sacudió la cabeza intentando despejar ese pensamiento de su


mente.

Pero, NO. Jared tenía algo que por alguna razón le provocaba hacer las cosas sin pensar, y no iba
a arriesgarse a que ese comportamiento se repitiera en más de una ocasión o en mitad de un
trabajo. Así que no… no… NO.

¡Céntrate Jensen! ¡NO!

Se dirigió hacia el lugar en el que había dejado la cámara para continuar la sesión de fotos; Tenía
encuadrado al siguiente chico en su visor cuando de nuevo sus pensamientos dejaron de coincidir
con sus actos.

-Gracias a todos por haber venido, pero la sesión se termina aquí. Ya tenemos lo que
necesitábamos. Os llamaremos para daros una respuesta en unos días.

******************

Para cuando, unos minutos después, Jared logró reunir el valor suficiente como para salir del baño
y dar la cara frente a todos los chicos que esperaban su turno, fuera ya no quedaba nadie.

Todo estaba perfectamente recogido a excepción de la mesa en la que Jensen tenía sus papeles y la
cámara de fotos.

-¿Dónde está todo el mundo?- Preguntó al fotógrafo, que recogía su cámara y la guardaba en una
bonita funda de color negro. Ni siquiera su ayudante parecía estar todavía por allí.

-Se han marchado ya.- Contestó el rubio.

-Wow… creía que había tardado menos ahí dentro. Lo siento, ya me marcho.- Dijo
encaminándose a toda prisa hasta la entrada de la habitación y agachando la cabeza aún más
avergonzado de lo que había estado antes.

Pero entonces sintió la mano de Jensen aferrarse a su brazo e impedirle continuar.

-¿Cómo me voy a poner en contacto contigo para la sesión de fotos si no me dejas al menos un
teléfono?- preguntó sonriéndole al tiempo que levantaba una ceja falsamente molesto.

-Pero… yo…

-¿Qué, no tienes teléfono?- Se burló el rubio.

-No… digo, sí, claro… lo que quiero decir es que… bueno, no pensé que me escogerías.- Dudó
alucinado el castaño.- Ni siquiera he llegado a hacerme la foto y encima he montado el numerito
del baño y…

Entonces Jared se calló un instante y su expresión pasó de la sorpresa a la triste comprensión.

-Ah, vale, ¿es por Matt, verdad?... No necesitas hacer esto, Jensen. Gracias, pero no es necesario
que…

-Mira, Jared…- Le interrumpió Jensen.- Te seré sincero. Me recuerdas mucho a mí cuando


-Mira, Jared…- Le interrumpió Jensen.- Te seré sincero. Me recuerdas mucho a mí cuando
empecé, y por alguna razón, me gustaría darte una oportunidad. Sé lo difícil que es empezar en
esta profesión.- (espacio) Mintió descaradamente.

Vio la duda en la expresión del alto y sin poder frenarse continuó hablando. Por alguna razón era
incapaz de conformarse con un no por respuesta.

-Además…- Dijo mirándole de arriba abajo y regalándole su mejor sonrisa coqueta.- No necesito
tenerte frente al objetivo para saber que la cámara te adora, Jared… Créeme, en eso nunca me
equivoco.

Nuevamente el alto volvió a sentir el rubor de sus mejillas ante las palabras del fotógrafo, y se
pasó una mano por su melena castaña mientras sonreía tímidamente.

-¿Qué te parece si te llamo mañana y lo hablamos?- Preguntó el rubio al ver que sus palabras
habían dado el resultado esperado.- Según me dijo Cohen vivirás con él un tiempo. Consúltalo
con él, pídele su opinión si así te quedas más tranquilo... ¿Sabes?... Que seáis amigos será bueno
para la exposición, después de todo vais a ser los dos modelos principales… Él puede darte
algunos consejos y, si estás interesado, yo puedo llevarte a trabajar a un par de sesiones conmigo
para que pruebes antes de darme una contestación definitiva.

-¿Que Matt, qué?- Preguntó sorprendido Jared.

*****************

¿Se puede saber cuándo ibas a explicarme que las sesiones de fotos iban a ser entre dos y que tú
eres el otro modelo con el que tengo que trabajar para la exposición de Jensen?- Le reprochó Jared
a Matt en cuanto le tuvo delante.

Habían quedado en cenar juntos en casa de su amigo, o bueno, la que por un tiempo sería su casa
también. Un bonito ático en el centro en el que fácilmente podrían vivir cuatro personas más con
tranquilidad y sin problemas de espacio.

Matt Cohen era un chico moreno, un poco más bajo que Jared y con los ojos azul claro y un
cuerpo de modelo de infarto. Un auténtico casanova que volvía locos tanto a hombres como a
mujeres, y que no solía decir que no ni a unos, ni a otros.

-Pensé que eso te pondría nervioso y te echarías atrás antes de intentarlo, por eso no te dije Jar.

-No digas tonterías.- Le replicó el alto.- Si me hubieras dicho que iba a trabajar contigo
seguramente me habría puesto frente a Jensen menos acojonado de lo que iba y un poco más
tranquilo al saber que si lo conseguía, al menos trabajaría con alguien conocido y todo sería un
poco más fácil.

Matt se quedó callado un instante, sopesando el punto de vista de su amigo, pero decidió que se
equivocaba. Jensen no debía haberle explicado todavía de qué iba la exposición, ni cuál sería su
papel en ella.

-¿Te ha explicado ya Ackles de qué van a ir nuestras sesiones?- Preguntó con una sonrisita
maliciosa.

Jared le miró desconfiado antes de preguntarle. Se levantó de la mesa en la que estaban cenando y
dejo los platos en el fregadero para después desplomarse en el sofá frente a la tele.

-No… me dijo que me llamaría hoy, que primero lo hablara contigo y después él me daría el resto
de los detalles. ¿Por qué?

-Verás…- Contestó Matt, dejando su plato sobre la mesa y acercándose a Jared para sentarse a su
lado en el confortable y enorme sofá de su apartamento. Se hizo el loco mirando al partido que su
nuevo compañero de piso había puesto en la televisión, porque sabía que cuando dijera lo que iba
a decir, su amigo se atragantaría con su propia saliva.

-... la exposición de Jensen va sobre los siete pecados capitales.- Empezó a explicar a su nuevo
compañero, que hasta el momento le miraba con detenimiento pero con expresión relajada.- Ya
tiene todas las partes de la exposición cuadradas, o sea, que los reportajes de seis de los pecados
ya los tiene hechos, solamente le falta uno.

-¿Cuál?- Preguntó Jared con tranquilidad.

-La lujuria.- Contestó Matt con visible satisfacción.

Entonces su amigo cambió levemente la expresión de su cara por una algo menos tranquila.

Matt continuó hablando.

-Hay algún pecado que ha recreado a través de mujeres, la avaricia, la soberbia… pero Jensen me
dijo que tenía pensado recrear el pecado de la lujuria a través de dos hombres… Cosa que es
completamente comprensible, ya que él es gay.

-¿Jensen es gay?- Preguntó el castaño alucinado.

-Jensen no es solo gay… es EL GAY… Salió del armario tan sólo hace unos meses, y desde
entonces se lo rifan casi más que cuando creían que era un casanova que debía poder cepillarse a
todas las modelos del mundo… Ha roto más corazones en el mundo de la moda que el mismísimo
Travis Fimmel, y eso que no se ha dejado ver nunca todavía con nadie del mundillo… Lleva su
vida privada de una forma muy… privada.- Terminó riéndose de su propia frase.

-¡Vaya!... –Jared estaba realmente sorprendido. Nunca hubiera imaginado que alguien tan perfecto
como Jensen pudiera estar en su mismo bando. Aunque en el fondo sintió una alegría en su
interior que no pudo controlar, se encontró a sí mismo pensando que quizás pudiera tener alguna
oportunidad con él.

¿Por qué he pensado eso? ¿Oportunidad para qué, Jared? No digas tonterías, alguien como él ni
siquiera perdería el tiempo contigo... Es un fotógrafo de renombre, tú un simple novato
acojonado… No sueñes. – Se reprochó a sí mismo mentalmente.

-Sí, es como una norma no escrita para Jensen… Ya sabes, “Donde tengas la olla no metas la
polla”, “Donde comas no cagues” y “dónde…

-¡Ya!- Se quejó Jared.- Ya Matty, por Dios… vale, lo he pillado. No le gusta mezclar los negocios
con el placer. Entendido.

Por algún motivo, al castaño no le gustó nada esa “regla no escrita” por la que se regía Jensen.

-Bueno, y a lo que iba. Hablando del tema en una fiesta de la revista Maxim, Jensen me explicó lo
que quería hacer y me ofrecí voluntario para ayudarle.

-Pero…- Jared estaba cada vez más nervioso con el tema, empezaba a ver por dónde iba la cosa y,
para ser sinceros, se estaba acojonando.- ¿Por qué? Yo, no sé… ¿Qué se supone que tenemos que
hacer? ¿Fingir que nos enrollamos o algo así? No se me ocurre otra manera de personificar la
lujuria.
-Pues el por qué es sencillo… a parte de los diez mil dólares que nos pagará Jensen por hacer el
trabajo…

En ese instante los ojos de Jared se abrieron de manera desorbitada y su boca formó una enorme O
al escuchar la cifra que iban a pagarles. Esperaba que alguien como Matt cobrara esa cantidad de
dinero, pero él… no era más que un novato. Ese debía ser su día de suerte.

-… pues porque es una oportunidad única. – continuó su amigo- Mato dos pájaros de un tiro, me
promociono con el gran Ackles, algo que me abrirá muchísimas más puertas, y además podré
meterle mano a mi mejor amigo. ¿Es o no el mejor trabajo del mundo, Jar?

Matt finalizó su explicación con una sonrisita sardónica y guiñándole un ojo coqueto.

-Muy gracioso…- Fingió molestarse el alto.

-Venga…- Matt se acercó más a él y le pasó un brazo por los hombros para hablarle al oído.- No
es como si fuera a ser la primera vez que nos besamos, o que tu pequeño Jared y yo nos vemos las
caras…- Cuando terminó de decir eso, pasó la lengua de forma juguetona por la oreja de su
amigo.

Jared casi saltó del sofá al sentirle.

-Matty!!! ...-Gritó poniéndose de pie y separándose de él cuanto pudo.

Su amigo empezó a reírse con ganas, apoyando su espalda en el respaldo del sofá y llevando sus
brazos uno a cada lado para recostarse en posición chulesca, separando las piernas y mostrándole
abiertamente el bulto que había empezado a emerger en su entrepierna.

-Venga, Jar… si sabes que te gustó.- Volvió a bromear.

Jared se llevó las manos a su melena, enlazándolas entre su pelo y mirándole, por mucho que
intentara mostrar lo contrario, con expresión divertida.

-Aquello fue en último curso y estábamos experimentando, Matty… No cuenta.- Le dijo


levantando un dedo a modo de advertencia para que parara.

-Pues bien que contó para sacarte del armario, ¡madre superiora!- Se quejó riéndose el moreno.

Y es que el último curso del instituto fue en el que Jared definitivamente admitió que le gustaban
los hombres.

Todo empezó entre ellos dos como un juego de dos chavales de último curso experimentando, y
terminó con Matt aprovechando la confusión de Jared para meterse entre sus piernas.

No es que llegaran al paso final, y no porque Matt no lo estuviera deseando - se moría por
demostrarle lo que realmente se perdía- pero Jared nunca le dejó llegar tan lejos. Así que se
limitaron a practicar todo tipo de besos, a meterse mano y hacerse alguna que otra mamada a
escondidas en sus habitaciones.

Fue el propio Jared el que frenó aquella situación. Matt y él habían sido amigos desde la guardería,
y no quería que todo el rollo de la experimentación y la confusión dieran al traste con su amistad.

A Matt no pareció afectarle entonces, y no parecía afectarle en esos instantes.

Al menos eso pensaba Jared. Que aquel suceso quedó como una cosa de críos de instituto, aunque
en el fondo había quedado grabado en el interior de su amigo.
Por ese motivo Matt se había prestado voluntario, por ese motivo había convencido a Jared de que
se presentara al casting, y por ese motivo había convencido a Jensen de que su amigo sería
perfecto para las fotos.

Quizá de esa manera, pasando más tiempo juntos y mostrándole a Jared lo que se perdía, el
castaño volvería a dejar que Matt se acercara a él del modo en que le gustaría hacerlo.

Parecía que todo le había salido a Cohen tal y como lo había planeado.

Solo había un inconveniente: El motivo por el que realmente Jensen había escogido a Jared no era
el que él pensaba.

*********************

Jensen llamó para quedar con él para darle los detalles media hora después. Pero decidieron que
era mejor tratar el tema en persona, así que quedaron a la mañana siguiente en el estudio del
fotógrafo, lugar al que se encaminó Jared totalmente decidido a declinar su oferta.

No es que no le tentaran los diez mil dólares, en realidad le vendrían estupendamente para
empezar en la ciudad, pero dada su historia con Matt y lo mucho que se frenaba al ponerse delante
de una cámara de fotos, creía que no era la persona correcta para el trabajo. Y por algún motivo
prefería no defraudar a Jensen.

El “estudio” del fotógrafo resultó ser una enorme habitación perfectamente habilitada como tal en
una bonita casa junto a la playa.

Cuando Jared llamó al timbre, una mujer rubia de unos cincuenta años le abrió la puerta y le
condujo hasta la terraza que había en la parte trasera de la casa, en la que Jensen le esperaba
sentado en las escaleras del porche, con los pies enterrados en la arena de lo que se adivinaba una
pequeña área privada de playa propiedad del rubio.

Toda su intención de decir no a la oferta del fotógrafo se desvaneció en cuanto volvió a ver a
Jensen.

Ese hombre era absolutamente perfecto.

Y encima le recibió en bañador, leyendo el periódico despreocupadamente mientras bebía lo que


parecía una bebida de frutas de color blanquecino que dio muchas, y muy malas ideas a Jared de
lo que podría hacer para conseguir una como ésa.

“Por Dios, Jared… “- Se regañó mentalmente para no empezar a pensar en hacerle ciertas cosas a
Jensen nada más acercarse a él.

Sabía que en el fondo, si el rubio le insinuara cualquier cosa entre ellos, él seguramente se
acojonaría y moriría de vergüenza antes de ser capaz de seguirle un poco el juego. Pero aún y así,
no podía evitar que ese hombre le revolucionara las hormonas como si todavía fuera un crío de
instituto.

Pero… ¿Cómo no iba a revolucionarse al ver semejante cuerpo bronceado y fuerte frente a él?

Jensen se acercó a él, todo sonrisa radiante, dejando la bebida sobre una pequeña mesa y
ofreciéndole su mano para que la estrechara. El verde jade de sus ojos resplandecía al sol de una
forma hipnótica.
-Me alegro mucho de verte de nuevo, Jared.

El castaño aferró su mano a la del rubio de forma casi automática, ya que en esos instantes no era
capaz de hacer otra cosa que sonreír como un idiota.

Jensen le guió hasta la habitación que hacía de estudio fotográfico, y cuando ambos estuvieron
dentro, cerró la puerta tras él.

“Joder, su piel está tan caliente…”- Pensaba Jared totalmente atontado mientras andaba tras él.

De repente los treinta y dos grados bochornosos de ese día en la costa de Los Ángeles, a Jared le
parecían cuarenta ardientes y sofocantes grados en el interior de esa casa.

-Siéntate, Jared. Por favor…

Le pidió el rubio, indicándole un pequeño asiento de piel blanca sin respaldo que había en un
extremo de la habitación. Dos focos altos iluminaban esa parte de la estancia, fijados en él, y un
fondo blanco decoraba la pared que había tras el asiento.

-¿Qué vamos a…- Jared se quedó parado en el centro del estudio mirando a Jensen interrogante,
pero por alguna razón no se negaba a lo que le pedía, simplemente quería saber qué iba a hacer.

-Voy a demostrarte que no tienes nada que temer…- Dijo con voz suave y dulce el fotógrafo,
acercándose a él y tendiéndole una mano para que la cogiera.

Jared extendió su mano y dejó que el rubio la sujetara y le guiara hacia el asiento.

El alto se sentó, sin saber a ciencia cierta qué hacer o cómo ponerse, viendo cómo el fotógrafo le
miraba a través del visor de su cámara de fotos, sin decir una sola palabra hasta que le vio empezar
a moverse nervioso y sin coherencia.

-Jared…- le llamó entonces Jensen.- Mírame… céntrate en mí, ¿de acuerdo?

Se acercó al castaño y se agachó frente a él.

El rubio llevó una mano a la barbilla de Jared y la acarició en un gesto amable.

-No voy a morderte…- Bromeó.- Bueno… a no ser que me lo pidas.

El castaño sonrió tímidamente y agachó la cabeza cohibido, mientras Jensen continuó dándole
indicaciones.

-Relájate. Vamos a hacer una pequeña prueba, una sesión como la que deberíamos haber hecho en
el Four Seasons… Tú solo olvida que la cámara existe. Simplemente mírame…

-¿Mirarte?...- Pensaba Jared totalmente eclipsado por la mirada del fotógrafo.- ¡Dios! Moriría feliz
si fueran esos ojos lo último que viera.

El rubio sujetó de nuevo su mentón y lo alzó para obligarle a mirarle directamente a los ojos.

- Piensa en que no hay nadie más aquí, nadie va a cuestionarte si lo haces bien o no… Y yo sé que
lo harás bien. Céntrate en mí, solamente estamos tú y yo… -Ante estas palabras Jared tragó saliva
con dificultad, haciendo saber al fotógrafo lo que su presencia y su cercanía le provocaban, y
Jensen no pudo más que imitar su gesto al ver esa enorme nuez de adán recorrer ese ancho y
apetecible cuello.
“Por favor… pídelo… pídeme que te muerda.”- Pensó en esos instantes el fotógrafo.

-Si vamos a hacer esto…- Continuó el rubio intentando quitarse ese pensamiento de la cabeza o
volvería a empalmarse.- Debes confiar en mí. Al principio, yo te diré cómo debes ir poniéndote, o
qué expresión quiero que muestres… una vez tengas práctica, no necesitarás que te pida nada,
sabrás lo que quiero de ti en cada momento. Estoy seguro.

Jared sí que estaba seguro… seguro de que olvidaba algo. Lo tenía clarísimo. Pero es que Jensen
estaba tan cerca de él que le nublaba el juicio.

Había salido de casa completamente centrado en pedirle disculpas al rubio y declinar su oferta.
Pero una vez ahí, mientras el fotógrafo daba por supuesto que iba a trabajar con él, que ya había
aceptado el trabajo, Jared no era capaz de decir lo contrario, solamente de asentir.

Asentir y concentrarse en esa sensual voz profunda y ordenante que le prometía que con el tiempo
“sabría lo que necesitaría de él sin necesidad de que se lo pidiera”.

Por él como si le pedía que se bajara los pantalones y se dejara follar. Porque en esos momentos,
Jared Padalecki estaba seguro de que ese hombre de rasgos perfectos, de ojos verdes y preciosas
pecas que tenía agachado delante, sería capaz de tomar de él lo que quisiera, sin que a él se le
pasara por la cabeza siquiera negarse.

-Tienes pecas…- Dijo de pronto, sin venir a colación.

Jensen sonrió divertido y asintió.

-Sí, y veo que te han distraído lo suficientemente bien como para que te relajes y dejes de
escucharme.

-No, no, no, no…- Se apresuró a decir Jared.- Te estaba escuchando. De verdad… Confiaré en
ti… Te prometo que intentaré hacer lo que me pidas todo lo mejor que pueda.- Contestó como un
niño obediente que no quiere que su maestro favorito se enfade con él.

Jensen volvió a sonreír, esta vez satisfecho.

“Ya eres mío”.- Pensó el pequeño demonio de repente aposentado en el hombro derecho del
rubio.

“¿Qué demonios estás haciendo, Jensen?” - Le dijo en su lugar el pequeño angelito que le
miraba con el ceño fruncido desde el izquierdo.

Puede que no se diera cuenta realmente de ello todavía, pero Jensen Ackles acababa de perder su
perfecto enfoque definitivamente.

Continuará….
Exposición (Exposure)

Parte 2: Exposición - Exposure (O de cuando Jensen empieza a obsesionarse con Jared)

En fotografía y artes gráficas , la acción o hecho de someter materiales sensibles a la luz (


fotosensibles ) a la exposición prolongada de ésta.

No hay material más sensible que el corazón, ni sentimiento más peligroso que la pasión, por eso
el de Jensen se encontró siendo fotosensible a la luz que desprendía la sonrisa de Jared.

*********

Mientras Jensen le miraba a través del visor de su cámara, pidiéndole de vez en cuando cómo o
dónde colocarse para fotografiarle, Jared lo único que podía hacer era contemplarle maravillado.

Y es que había hecho lo que el fotógrafo le había pedido, centrarse en él. En esas enormes
pestañas que debían ser la envidia de cualquier mujer, esos labios carnosos que de vez en cuando
el rubio lamía para humedecerlos, haciendo que hasta lo más profundo de sus entrañas se
revolviera por las ganas de pedirle que saltara sobre él y le tomara allí mismo… y en esos ojos que
por más que los mirara, nunca conseguiría acostumbrarse a lo increíblemente verdes que eran.

Procuraba no mirar el pecho desnudo del rubio, porque entonces toda la concentración se iría al
traste y tendría que pasar un mal rato explicándole por qué estaba totalmente empalmado.

En esos instantes, Jared no era otra cosa que una marioneta dispuesta a obedecer en manos de
Jensen.

-Abre las piernas…- Pidió el fotógrafo.

Esas palabras sacaron de su ensoñación al castaño momentáneamente. Estaba sentado en el


pequeño asiento blanco, con las piernas juntas, y recostado hacia un lado, pero se incorporó de un
salto y le miró asustado.

-¿Qué?

Jensen se rió al ver su expresión de pánico y bajó la cámara para acercarse a él.

-Siéntate…

Jared obedeció rápidamente. Su enorme cuerpo moviéndose torpe y ansiosamente sobre el


pequeño asiento.

-¿Estás bien?- Preguntó el fotógrafo.

-Sí…- Contestó tímidamente el castaño.

-¿Cómo te sientes ahora, Jared? Pareces incómodo.

El chico se quedó pensando unos instantes.

-¡No!- Se apresuró a decir el alto, cosa que hizo sonreír al rubio.- Estoy cómodo. Me siento
cómodo contigo, es sólo que… no lo sé… yo me siento…
-¿Expuesto? ¿Desnudo?- Preguntó el fotógrafo. Sabía perfectamente lo que sentía el chico; él
también había pasado por esa situación cuando era un novato.

-Sí… algo así.- Sonrió con timidez el otro.

-No tienes por qué, Jared… Mírame. Mírame de arriba abajo y dime qué ves.

Nuevamente Jared se quedó callado unos instantes, pensando en lo que le había preguntado
Jensen. ¿Realmente quería que dijera lo que pensaba?

¿Al hombre más sexy, guapo y dulce que he conocido en mi vida?- Se decía el castaño en su
interior.

Decidió no ser del todo sincero.

-¿A alguien que se ha equivocado de lado de la cámara? Deberías ser tú quien estuviera aquí
sentado y yo quien te fotografiara… Es obvio que eres mucho más fotogénico que yo.

Jensen soltó una sonora carcajada como respuesta antes de contestarle.

-Gracias, viniendo de alguien como tú…- observó mirándole de arriba abajo con expresión
lasciva-… eso es todo un cumplido, créeme. Pero no, no me refería a eso. Me refiero a… ¿qué
ves que llevo puesto?

Jared maldijo al cielo por tener que fijar su mirada en el cuerpo bronceado y bien formado del
rubio a tan poca distancia, al mismo tiempo que sentía cómo el calor de la excitación que le
producía el fotógrafo empezaba a recorrer su cuerpo.

-Un bañador…

-¿Y tú qué llevas puesto?

-Mis vaqueros, una camisa y… - Jensen sonrió y por fin el castaño entendió a qué se refería.-
Vale… ya lo pillo. Lo que quieres darme a entender es que aquí el único que debería sentirse
desnudo eres tú…

El rubio volvió a sonreír y le guiñó un ojo.

¡Oh Dios mío…! Vuelve a hacer eso y no seré capaz de decirte que no a nada.- Se dijo el alto.

-Ahora confía en mí, incorpórate, desabrocha un par de botones de la camisa y abre un poco las
piernas, Jared.

Saboreando en la punta de la lengua el dulce sonido de su nombre recitado por los labios del
fotógrafo, que siempre lo pronunciaba de un modo tan sensual que hacía que su sangre se
agolpara de un modo inevitable en su miembro y le hiciera ponerse todavía más duro, el castaño
hizo lo que le pedían. Se sentó en el medio del sillón blanco, desabotonó los dos primeros botones
de su camisa y separó un poco las piernas.

Aún y así, eso no pareció ser suficiente para Jensen.

El rubio soltó la cámara un instante, dejándola en el suelo a su lado. Entonces sujetó con sus
manos los muslos de Jared y acariciándolos suavemente hasta llegar a las rodillas, metió ambas
manos entre sus largas piernas y las separó un poco más. Después, se metió entre ellas y se quedó
a pocos centímetros de la boca del castaño, mirándole con avidez y hablándole en susurros.
-Así… - Dijo su voz ronca y sutil, sus manos sujetándose con fuerza a las piernas abiertas de
Jared.- Debes imaginar que hay alguien entre ellas, debe caber el cuerpo de la otra persona entre
tus piernas… Durante los próximos días, este espacio estará ocupado prácticamente todo el
tiempo… Debes acostumbrarte a ello.

Lo único que pudo hacer Jared fue asentir levemente con la cabeza, incapaz de nada más que
mirar fijamente los labios del fotógrafo y sentir el calor de su proximidad contra su boca.

Jensen tuvo que luchar contra las ganas que sentía de tirarse sobre él que crecían en su interior.

Podía ver su nuez subir y bajar con dificultad por su cuello, angustiado y sediento de sus labios al
mismo tiempo. Era fácil sentir que el castaño deseaba tanto como él que diera el paso. Incluso
podía notar el bulto en los pantalones de Jared gracias al roce de sus cuerpos. Sabía que estaba
empalmado tanto como él y eso hacía más difícil hacer caso a su buena conciencia y no dejarse
llevar y arrancarle la ropa para follarle sin descanso sobre ese pequeño sillón.

Jensen hizo un lento movimiento hacia delante, recortando un poco más la escasa distancia entre
sus labios y la boca de Jared. Sintió con más firmeza el bulto del miembro duro del alto contra su
estómago y se lamió el labio inferior intentando contenerse.

Y en ese preciso instante, un suave, pequeño y traicionero gemidito se escapó de entre los labios
del chico.

Algo hizo click en la cabeza de Jensen, que se dio cuenta de lo que iba a hacer y luchando con
más fuerza contra su voluntad se separó de él. Intentando no perder la compostura, cogió la
cámara y se levantó de nuevo.

Jared se quedó en el sillón, maldiciéndose a sí mismo por ser tan crío y dejarse llevar por el
calentón de estar tan cerca de un hombre como ése, y rezando para que Jensen no le mandase a la
mierda y decidiera contratar a otro.

“Aunque hubiera jurado que iba a besarme…”- Se dijo algo desilusionado.

El fotógrafo salió un momento de la habitación, sin avisarle ni de a dónde iba, y unos minutos
después regresó.

-Toma, ponte esto.- Le dijo tirándole un bañador. Era uno de los que tenia de repuesto y aunque
fuera algo pequeño, pensó que debería valerle.

Bueno, más o menos…

Después de todo, si le quedaba ceñido, nadie iba a quejarse...

Al menos Jensen no…

Jared cogió el bañador mirándolo extrañado.

-¿Y esto? ¿Es que vamos a hacer fotos en traje de baño?

-En realidad…- Dijo el rubio dejando la cámara sobre la mesa y guardándola después en su
funda.- Había pensado en hacer un descanso y darnos un baño, ¿te apetece?

Jensen le miró expectante, mordiéndose el labio ligeramente esperando su respuesta.

Jared sonrió feliz.


-Me encantaría.

-Venga, cámbiate aquí si quieres… te espero fuera.- Dijo el fotógrafo devolviéndole la sonrisa.

***********

Ni siquiera sabía qué demonios estaba haciendo ahora. A cada segundo su conciencia iba de un
lado a otro cambiando de opinión. Un momento quería tirarse sobre Jared y hacerle suyo, y al
segundo siguiente quería pedirle que se marchara para poder quitarse su sonrisa tímida llena de
hoyuelos de la cabeza.

Vamos, Jensen, ¿qué eres, un maldito niñato de veinte años hiper hormonado que se empalma
con cualquier cosa? Que ya rondamos los 30, por Dios …

Jensen intentaba hacerse razonar a sí mismo, de pie junto al porche que daba al recinto de la playa
privada de su casa, hundiendo los pies en la cálida arena para distraerse de lo que el chico que en
esos momentos se disponía a enfundarse uno de sus propios trajes de baño, le hacía sentir y hacer.

Era la primera vez que alguien que iba a trabajar para él entraba en su casa.

¡Casi no conocía a Jared y ya le había invitado a su propia casa!

Si ni siquiera el propio Matt, al que conocía desde hacía dos años, había pisado su casa mientras
trabajaba con él.

¿Pero en qué demonios estaba pensando?

Sin duda algo no cuadraba en su cabeza. Y lo que ese chico le provocaba no era para nada
normal.

Jensen nunca había sido un tío lanzado que se tira a la yugular del primer veinteañero que viene a
pedirle una oportunidad. Siempre había tenido muy claro que no debía mezclarse con la gente con
la que trabajaba, ni con los clientes ni con los empleados. Esa clase de líos solamente traían otra
clase de líos que siempre lo estropeaban todo. Y él tenía muy claro que no quería que nada
estropeara su carrera y le impidiera alcanzar su objetivo.

Y sin embargo, con Jared todo parecía descontrolarse. No solamente le había pedido que se
reunieran en su propia casa para “hablar de trabajo”, le había hecho una sesión de fotos especial
en ella y ahora le “invitaba a darse un baño”

En serio, Jensen… ¿En qué coño estás pensando?- Se reprochaba.- ¡Se acabó! Os dais un baño y
le mandas a casita con mamá… Esto no puede seguir así o acabarás cagándola por querer
follarte a un novato que todavía no ha cumplido los veinticinco.

Era fácil aclarar las ideas y hacer que su mente se centrara cuando Jared no estaba delante, pero
cuando aparecía frente a él…

-Por poco tengo que salir sin él…- Decía el castaño mientras se acercaba a él. Acababa de salir de
la casa e iba dándose tirones del pequeño traje de baño que el fotógrafo le había dejado. Le
quedaba bastante… muy estrecho.

¿Por qué me odias, Dios?- Jensen miró al cielo mientras esas palabras le pasaban por la mente.

El bañador se ajustaba tanto al cuerpo de Jared que apenas dejaba nada a la imaginación. Sus
abdominales bien dibujadas daban paso a unos perfectos oblicuos que se escondían levemente en
el filo del traje de baño. Su pecho era ancho y bien definido, brazos grandes y fuertes… Jensen
tuvo que ahogar un gemido al fantasear lo que sería dejarse empotrar contra la pared por esos
enormes y musculosos brazos.

- He estado por bañarme en crema corporal para poder meterme dentro de esta cosa.- Bromeaba
Jared refiriéndose al bañador.

Era como si realmente alguien estuviera poniendo a prueba a Jensen. Una prueba que sin duda no
iba a pasar…

-Si lo que pretendes es matarme… hazlo de una vez. ¡Quítatelo!- Dijo sin pensar.

Jared le miró ruborizado y sonrió adulado.

-No es para tanto…

-Venga pequeño, vamos a enfriar ese cuerpo antes de que se derrita al sol.- Rió el fotógrafo
satisfecho por haberle hecho sonrojar. Era como si de ese modo se vengara un poco por dejar que
Jared le afectara del modo que lo hacía.

************

Un par de horas después, entre sonrisas de complicidad, roces “accidentales” y alguna que otra
miradita insinuante, Jensen pidió a Jared que le siguiera y salieron del agua fría y salada del mar
para descansar un rato en la terraza de la casa del fotógrafo.

Habían estado conversando de todo y de nada, preguntándose sobre su procedencia, sus familias,
sus estudios… Había sido algo incómodo empezar a hablar, pero una vez lo hicieron, enseguida se
sintieron como si hiciera años que se conocían.

La conexión entre ambos era tan intensa que les hacía sentirse abrumados, y parecía que ninguno
de los dos se atrevía a sacar el tema directamente.

Jensen se acercó a una de las tumbonas que había en la terraza, sobre la que descansaban dos
toallas grandes, mientras Jared se sentaba en un extremo de la otra que había a su lado.

El fotógrafo cogió una toalla para ofrecérsela al chico, pero una sonrisa traviesa pasó por su rostro
y en lugar de dársela, la abrió y se acercó a su espalda para rodearla él mismo con la toalla.

El castaño estaba tan ensimismado observando alelado las gotas de agua deslizarse por el cuerpo
musculoso de Jensen, deseando fundirse con ellas y poder recorrer y saborear su piel, que ni
siquiera lo vio venir.

-Toma… sécate.- le ronroneó al oído del castaño mientras se sentaba tras él en la tumbona y
colocaba la toalla sobre sus hombros.- No quiero que te resfríes ahora que he logrado convencerte
de que poses para mí… Estoy seguro de que mi cámara te echaría de menos.

Jared sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al sentirle contra él. Ese pecho con el que fantaseaba
segundos antes, ahora estaba pegado a su espalda. El fotógrafo no se había apartado de él tras
ponerle la toalla, seguía acoplado a su cuerpo, con los brazos rodeándole y mirándole fijamente
mientras respiraba cerca de su cuello.

Jensen podía sentir en su pecho cómo la espalda del chico subía y bajaba, podía notar su pulso
acelerado, escuchar el ritmo desenfrenado de su corazón sin necesidad de poner el oído en su
pecho… Sabía que Jared se estaba excitando tanto como él.

Por ese motivo decidió no parar.

Bueno… en realidad no lo decidió. Fue algo que su cuerpo y su mente hicieron por propia
voluntad. El fotógrafo ya no parecía ser dueño de ninguno de los dos.

-¿Te pongo nervioso, Jared?- Preguntó con un tono de voz insinuante, sin dejar de acercar su
boca a la nuca del castaño y de mirarle como si quisiera devorarle por completo.

-No…- Contestó el chico, su voz apenas un murmullo.

No sabía si mentía o no realmente. Creía que lo que sentía por Jensen no era miedo, quizás
admiración, por supuesto atracción… ¡Por Dios!, podía sentir la polla del rubio endurecida contra
su trasero y su boca se hacía agua solamente de pensar en tenerla dentro… No, definitivamente no
creía que aquello fuera miedo.

En un arrebato de valentía, Jared ladeó su cara para poder ver desde cerca el rostro del rubio.

-Entonces, ¿Es que te sientes incómodo conmigo?- Volvió a preguntarle Jensen, moviéndose y
rozando levemente la punta de la nariz del alto con sus labios al hablarle.

Un suspiro salió del interior de Jared antes de responder, que seguía quieto como una estatua entre
los brazos del fotógrafo, sin ser capaz de moverse. No quería hacer ningún movimiento en falso y
que el rubio le soltara.

-No… ¿Por qué piensas eso?- Preguntó entonces. No sabía por qué podía pensar algo así. Puede
que se sintiera incómodo al principio, pero no ahora. Ahora se sentía… sentía tantas cosas en esos
instantes, que era incapaz de calificarlas todas.

-Porque cada vez que me acerco a ti de este modo…- Dijo entonces Jensen levantándose un
instante del lugar que había ocupado tras su espalda y sentándose nuevamente, esta vez frente a él.

Ambos mirándose fijamente, mientras el rubio le obsequiaba con una sonrisa pícara y juguetona.

-… cuando invado tu espacio personal…- el rubio se acercó más al cuerpo de Jared, metiéndose
literalmente entre sus piernas, y se quedó a pocos centímetros de su boca.- … siento que te
estremeces. Siento como si mi cercanía te pusiera nervioso… como si el contacto de mi cuerpo
contra el tuyo te hiciera querer escapar…

“Y es tan intoxicante”- pensaba para sí el fotógrafo.

Jared se quedó prácticamente sin aire durante varios segundos. El alto se dejó embaucar por la voz
sensual de Jensen, que no se equivocaba en una cosa. El contacto de su cuerpo le estaba
volviendo loco, haciéndole sentir mareado por la necesidad de tocarlo que se agolpaba en su
cabeza.

-Me siento cómodo… créeme, no me importa tu cercanía, al contrario. Y no es miedo lo que me


haces sentir con tu contacto, ni ganas de escapar…- Su tono de voz oscurecido por la excitación,
mientras miraba los labios del rubio como si fueran a desvanecerse frente a él si perdía el contacto
visual.

El fotógrafo sonrió satisfecho. Podía ver cómo admitir aquello estaba siendo todo un reto para el
chico, que temblaba entre nervioso y excitado entre sus piernas.
¡Joder! Esto es tan divertido… - Se dijo a sí mismo complacido. Volver loco a Jared, calentarle,
ponerle nervioso y excitarle de ese modo estaba siendo algo que podría llegar a ser como una
droga para él.

-Tengo veintidós años, Jensen. Soy perfectamente consciente de que lo que me hace sentir el
contacto con tu cuerpo no es miedo precisamente.- Dijo esta vez el chico en un tono más
divertido.

¿Veintidós?- Pensó el rubio, esta vez alarmado.- ¡Joder! Hubiera jurado que era mayor.- Pero
decidió no decirle nada al respecto, no quería romper el momento.

-¡Me alegro!- dijo en su lugar con una sonrisita satisfecha y autosuficiente que no pasó
desapercibida al castaño.

Entonces Jensen se separó un poco de su cuerpo, haciendo que Jared sintiera como si le
arrebataran una parte de él mismo. Pero sin perder el contacto entre ellos totalmente. El rubio dejó
sus piernas sobre las del otro, y se mantuvo sentado entre sus largas piernas mientras le hablaba.

- Si vamos a trabajar juntos es muy importante que confíes en mí, que te sientas cómodo conmigo
y con mi cercanía.- Le explicó esta vez algo más serio.- Matt y tú ya os conocéis desde hace años,
el contacto, la invasión del espacio personal está superada entre vosotros. Al igual que lo está entre
Matt y yo, puesto que hace un par de años que nos conocemos y somos buenos amigos… Pero
contigo es diferente. Entre tú y yo tiene que haber cierta complicidad. Tengo que poder acercarme
a ti sin miedo al rechazo, sin miedo a que temas que me acerque demasiado… si no no
conseguiremos reflejar lo que pretendemos en nuestras sesiones.

Resuelto y decidido, sin saber todavía de dónde estaba sacando tanta valentía, Jared se acercó un
poco más a Jensen, sujetándole de las piernas y haciéndole subirse un poco más sobre su cuerpo,
siendo esta vez él quien invadía el espacio personal del fotógrafo, demostrándole que hablaba en
serio.

-Me siento cómodo contigo… Puede que en un primer momento no fuera así, pero después de esa
sesión de fotos de esta mañana, después de pasar este rato contigo, charlando y bañándonos en la
playa… conociéndonos mejor… puedo decir que definitivamente confío en ti, en tu trabajo.
Siento que hay una conexión entre nosotros. Me siento cómodo contigo y con tu contacto… -
Respiró profundamente antes de terminar de hablar.- Puede que incluso más de lo que te imaginas,
o más de lo que debería.

Jensen le miró complacido por su respuesta, y no pudo evitar portarse mal al verle armarse de
valentía de esa manera. Le gustaba demasiado la timidez que mostraba Jared cuando se insinuaba
con él. Adoraba hacer que se ruborizara y se excitara hasta temblar de anticipación como una
virgen en su primera vez.

-¿Puedo decirte algo?... En confianza.- Dijo el rubio, su tono lleno de mala intención.

-Claro.- Jared intentó imitar su tono de voz decidido, pero su timidez asomaba inevitablemente en
ella.

-Me quedó claro hace mucho que mi proximidad no te incomodaba precisamente, únicamente
estaba jugando un poco contigo.- Se rió Jensen.

-¿Ah, sí? ¿Y se puede saber cuándo llegaste a esa conclusión?- Preguntó fingidamente molesto el
castaño.

-Durante la sesión de fotos de antes, cuando me arrodillé entre tus piernas para abrirlas para mí…
-con toda la intención de hacer que sus palabras tuvieran el efecto que quería en Jared, Jensen bajó
la voz un poco más-… sentí tu polla dura contra mi estómago, Jared… te sentí duro en cuanto te
acaricié… -Volvió a subir la voz antes de continuar.- Eso me hizo pensar que mi contacto no te
disgustaba. Si te hubieras sentido mal con eso me habrías partido la cara en cuanto puse mis
manos sobre ti, o habrías salido corriendo llamándome cabrón pervertido, pero no lo hiciste…

Jensen le miraba completamente serio, devorando con la mirada sus labios de una forma tan
intensa que resultaba casi obscena.

Esta vez fue Jared quien no pudo evitar morderse el labio inferior intentando contenerse eso hizo
que el fotógrafo nuevamente no pudiera parar. No quisiera parar.

-… y apuesto que en estos momentos te alegras de mi cercanía tanto como entonces… Estoy
seguro de que bajo esa toalla que tan fuertemente aferras a tu cuerpo, tu enorme polla vuelve a
estar dura a causa de mi contacto… de mis palabras.- Sonrisita autosuficiente y aunque a Jared le
gustaría negarlo, no podría.

-¿Quieres comprobarlo?- Nunca sabría de dónde estaba sacando el valor para hacer esa pregunta,
ni nada de lo que ese hombre rubio le estaba provocando hacer, pero de pronto sintió que
necesitaba demostrarle que no era tan impresionable como creía.

-¡Oh, sí!...- Contestó Jensen.- Puedes estar seguro de ello…- Dijo sujetando la toalla con sus
manos por los mismo extremo que lo estaba haciendo el chico. Pero en lugar de abrirla para poder
dar rienda suelta a sus deseos, la sujetó con más fuerza sobre el cuerpo del castaño para que no se
destapara.

Aquello estaba siendo demasiado divertido para dejarlo terminar tan fácilmente.

-No sabes cuánto me gustaría, Jared… no puedes llegar a imaginártelo… pero no suelo follarme a
mis empleados. Normas de la casa.- Dijo sonriendo al ver la reacción sorprendida y decepcionada
del alto.- Así que, por mucho que me duela, y por mucho, mucho que me apetezca… porque me
apetece pequeño y no sabes de qué manera…- Jensen cerró los ojos para dar énfasis a esas
últimas palabras.-… deberíamos dejarlo aquí antes de que todo se complique más.

Jared agachó la cabeza aferrando la toalla contra su cuerpo, sintiéndose avergonzado. Sabía que el
rubio estaba jugando con él, Jensen mismo lo había admitido. Pero también sabía que sus palabras
eran ciertas, que el fotógrafo se moría por enterrarse en él tanto como él mismo deseaba que lo
hiciera. De nuevo odió secretamente esa “norma no escrita” por la que se regía, y además de
avergonzado se sintió decepcionado.

Pero no iba a darse por vencido. Sabía que Jensen le deseaba, había conseguido hacerle admitirlo
tan sólo veinticuatro horas después de conocerse. Estaba seguro que si pasaban más tiempo a
solas, sería capaz de hacer que el fotógrafo se dejara llevar y le pidiera él mismo que le dejara
follarle.

Una pequeña sonrisita se dibujó en la boca de Jared antes de contestarle. Una que el rubio
interpretó por tímida, pero que en el fondo era de pura satisfacción al pensar en lo que pretendía
hacer para conseguir que Jensen le diera lo que quería.

-Tienes razón…- Sonrisita, hoyuelos y cara de niño que no ha roto un plato en su vida.- No sería
nada profesional dejar que mi jefe me follara antes de haber empezado a trabajar… Será mejor que
me vaya.

-Será lo mejor…- Afirmó el rubio, creyendo que había conseguido lo que quería.
Jensen se levantó y automáticamente Jared hizo lo propio tras él.

-Quedamos el miércoles en la suite del Four Seasons en la que hicimos el casting. Matt y tú debéis
estar allí a las cuatro. No os retraséis.

Escondiendo su propia excitación, el rubio le dio la espalda, quedándose apoyado en la barandilla


del porche de la casa y mirando hacia el mar. Jared estaba seguro de que lo hacía para no verle
cuando se quitara la toalla. Seguramente si le veía empalmado como estaba, no sería capaz de
decirle nuevamente que no.

Pero él no estaba dispuesto a dejarle ganar esa batalla tan fácilmente. Temblando por los nervios,
se quitó la toalla y se acercó a Jensen, se quedó tras él y se apoyó sobre su cuerpo, imitando el
gesto que el rubio había hecho con él momentos antes, dejando caer la toalla sobre la espalda del
fotógrafo y presionando su polla dura contra su trasero.

Puede que el fotógrafo no quisiera verle empalmado, pero Jared se aseguraría de que podía sentirle
de nuevo antes de irse.

-Hasta el miércoles, jefe.- Le dijo al oído, imitando su comportamiento anterior.- Estaré allí sin
falta a las cuatro en punto.

Jensen sonrió con malicia y movió su culo levemente hacía atrás para volver a sentirle
completamente antes de separarse.

-Hasta el miércoles, Jared.- Casi gimió el fotógrafo.- Estoy seguro de ello.

************

En cuanto llegó al apartamento le dio la buena noticia a su nuevo compañero. Matt se puso tan
contento que apenas quiso saber el motivo del repentino cambio de opinión de Jared.

Aún y así, algo en su interior, probablemente el sentido de culpabilidad, hizo que el castaño le
diera más explicaciones de las necesarias.

Por supuesto, todas falsas.

-Es mucho dinero, me va a venir estupendamente para empezar… Y Jensen ha dicho que
procurará ponérmelo todo lo fácil que pueda… que haremos varias sesiones para que no me sienta
bajo presión por hacerlo todo en un solo día….

Matt se creyó hasta la última palabra. Mintió tan bien, que hasta él mismo se creyó sus propias
excusas.

Ni siquiera se paró a pensar en que realmente ese dinero le iba a venir estupendo para empezar, o
en el por qué mentía tan descaradamente a uno de sus mejores amigos a causa de un hombre al
que conocía desde hacía veinticuatro horas.

Tampoco se paró a pensar en cómo ese hombre hacía que algo se encendiera en su interior de una
manera tan potente que su timidez nata se convertía en innato descaro.

**********
Lo que había surgido entre ellos tenía toda la pinta de volverse un complicado círculo vicioso.

Jensen se moría de ganas de meterse entre las piernas de Jared, pero le gustaba jugar con él y
deseaba divertirse hasta que el chico le rogara entre lágrimas y ardiente ansiedad que le follara de
una maldita vez.

Iba a ser duro, pero estaba decidido a hacerlo a su manera.

Eso también le proporcionaría un material estupendo con el que trabajar. Sabía que si Jared se
centraba en intentar conquistarle, pondría todas sus ganas en mostrárselo en las sesiones de fotos.
Si el castaño tenía dentro la mitad del fuego que el fotógrafo pensaba, la lujuria alcanzaría un
nuevo significado en las fotos resultantes de su pequeño experimento.

Al mismo tiempo, Jared se moría de ganas de que Jensen cediera, y tenía decidido que jugaría con
su paciencia y su temple hasta que le rogara que le dejara hacerlo. No iba a ponérselo
precisamente fácil. Estaba dispuesto a todo con tal de conseguir lo que quería del fotógrafo.
Quería demostrarse a sí mismo y a todos, que no era tan fácil e impresionable como pensaban.

Luego estaba Matt, que tenía decidido hacer que Jared sucumbiera a sus encantos nuevamente
durante las sesiones de fotos. No sabía el pobre chico dónde se estaba metiendo.

La primera sesión de fotos debería haber sido la más tranquila.

Debería.

Se suponía que harían varias, si todo iba bien, no más de tres o cuatro. La primera debía ser para
hacer que Jared se situara, para que se acostumbrara a posar con Matt y pudieran establecer una
química entre ambos que se reflejara en las fotos que Jensen obtendría de ella.

Las primeras serían más sencillas, pero poco a poco irían incrementando la intensidad de la
representación en las sesiones. Las fotos irían siendo algo más comprometidas y ardientes a
medida que Jared se fuera acostumbrando a posar. Y del resultado de esos encuentros, Jensen
elegiría un máximo de veinte fotos, que si resultaban ser la mitad de buenas de lo que esperaba,
representarían la lujuria en su estado más puro, y las exhibiría en su exposición en la galería
Carlson.

Finalmente, esa sesión inicial fue de todo menos tranquila.

Jared pasó casi todo su tiempo intentando llamar la atención de Jensen, cosa que hizo de una
forma absolutamente perfecta, porque definitivamente le había vuelto completamente loco.

Al final, el muy cabrón del niño parecía haber nacido para representar escenas porno.

Tonteaba con Matt tanto como podía, pero definitivamente sus miradas, sus gestos y hasta el más
mínimo sonido que salía de su boca, fingido o no, iba dirigido al fotógrafo.

Por supuesto, Jensen no dejó que Jared se diera cuenta de lo mucho que le estaba afectando su
comportamiento, e hizo caso omiso de todas las insinuaciones que el chico le hizo durante la
sesión de fotos.

Algo que le resultó difícil, muy muy difícil.

Resultado del jueguecito… Jared se fue a casa totalmente frustrado y cabreado por no haber
conseguido captar la atención del fotógrafo, y Jensen acabó bajo el grifo de la ducha de su casa,
dejando correr el agua helada sobre su cuerpo y gritando improperios a su propia conciencia para
que dejara de joderle.
*********

-Voy a la ducha, ¿te vienes?

Jared levantó la cabeza alucinado al escuchar la pregunta. Estaba tirado en el sofá del apartamento
de Matt, agotado, frustrado y muy molesto por el rechazo de Jensen durante la sesión de fotos.

-¿Qué?- Volvió a preguntar Matt cuando vio que le miraba con expresión incrédula.- Tenía que
intentarlo, ¿no? Lo mismo me habrías dicho que sí.

Por un momento, Jared se rió de las palabras de su amigo. Había que admitir que el chico no
paraba de intentarlo. Las sutilezas no iban precisamente con él, pero aún y así, tenía su mérito.
Pero después se sintió demasiado cansado para decir algo divertido al respecto. Tenía mucho en
qué pensar.

Bueno… en realidad no había tantas cosas, solamente una.

Jensen…

-Estoy demasiado cansado para contestarte.- Dijo Jared volviendo a tumbarse y cerrando los ojos,
prácticamente arrastrando las palabras.- Ve a darte una ducha fría, haré como que no te he oído.

-Una pena…- contestó el otro.- Yo sabría cómo hacer que te relajaras y te olvidaras del cansancio.

Después de oírle decir eso, casi estuvo tentado a seguirle. Por una parte le habría gustado
desconectar de la necesidad que sentía por obtener la aceptación del fotógrafo, olvidar su rechazo
y dejarse llevar entre los brazos de Matt.

Pero algo en su interior le pedía que no se diera por vencido. Sabía que a pesar de que ese juego
que había entre ellos podría acabar haciendo que se llevara un gran desengaño, Jensen valía la
pena el esfuerzo.

Por eso no iba a darse por vencido… Todavía no.

***********

La segunda sesión de fotos se complicó cuando ya casi tenía que terminar.

Matt y Jared habían estado de broma prácticamente todo el tiempo. El primero le tiraba indirectas
y hacía comentarios socarrones y subidos de tono al castaño, y éste simplemente se dejaba llevar,
exagerando la atención que le proporcionaba a su nuevo compañero de casa únicamente por
captar la atención de Jensen.

Y es que al fotógrafo al principio ese tira y afloja absurdo que tenían entre ellos sus modelos no le
importó. Después de todo, aquello hacía que Jared se sintiera menos cohibido y más colaborador,
y había sacado unas cuantas imágenes muy buenas y provocativas hasta el momento.

Pero en algún momento, sin apenas percatarse de ello, Jensen empezó a molestarse por la
dinámica que se había establecido entre los dos chicos.

No hizo caso de esa sensación que le agujereaba el estómago hasta que escuchó un comentario de
Jared que definitivamente no le molestó; le dolió y le enfadó como nunca lo habría imaginado.
A Matt se le notaba que le atraía su amigo, la forma en la que miraba a Jared lo decía
prácticamente a gritos. Pero por su parte, el alto parecía llevar aquello como un juego. Hasta que
esa frase le hizo creer a Jensen que era algo más.

-Maldita sea Jar… - Se quejaba Cohen bromeando- ¿Tienes miedo de que a tu grandullón le guste
mi culo o qué? Acércate más a mí, no haremos nada que tú no quieras que haga.- Se rió.

Estaban en el sofá del salón de la suite presidencial del Four Seasons. Matt sentado entre las
piernas de Jared, con la espalda pegada al pecho del alto y éste estaba tras él, rodeándole con los
brazos y acariciando sus piernas con sus enormes manos.

El único problema era que, aunque le gustaba fingir ser más lanzado, a la hora de la verdad Jared
no se pegaba a él tanto como le gustaría.

-No quieras despertar al grandullón, Matty.- Le siguió el juego el castaño, eso era algo fácil, era
algo que habían hecho desde que iban al instituto.- Puede que tu culo acabe sufriendo las
consecuencias.

Pero aunque le hablaba a su amigo, Jared no dejaba de mirar al fotógrafo.

Toda su atención de nuevo estaba centrada en Jensen, que estaba frente a ellos disparando
instantáneas con su cámara, y en el hecho de cómo el rubio apartaba en ocasiones la pequeña
máquina de su cara para poder mirarle directamente a los ojos y sonreírle con picardía.

Sabía por qué lo hacía, estaba seguro de que Jensen había elegido la postura en la que estaban
para esa foto porque era la más parecida a lo que ocurrió días atrás en su casa entre ellos dos.
Sabía que deseaba tenerlo pendiente de lo que sentía por él, aunque luego se mantuviera alejado
dejándole con ganas de tenerle a él entre sus piernas.

-Promesas, promesas…- Contestó divertido Cohen.- ¿Intentas meterme miedo?

-No es miedo lo que te gustaría que te metiera, Matty… - Provocó el castaño.- Sabes que has
tenido al grandullón mucho, mucho más cerca otras veces y te ha gustado.

Ahí estaba… esa era la frase que necesitaba.

Jared había estado intentando poner celoso a Jensen todo el tiempo, pero fue esa frase, directa a
donde más dolía, la que hizo que el fotógrafo se quedara de repente quieto como una estatua frente
a ellos, con la cámara en la mano y mirándole con expresión furiosa.

Matt empezó a reírse de forma exagerada y Jared le siguió la corriente.

-Vale, vale, quinceañeras.- Jensen dejó la cámara a un lado y se acercó a ellos. Su tono severo y
serio, aunque intentando parecer despreocupado.- Os recuerdo que estamos recreando la lujuria,
no la diversión ni el atontamiento juvenil, así que más vale que os centréis si queréis que saquemos
algo en claro de todo el trabajo que hemos hecho hoy.

-Lo siento, jefe.- Soltó Jared con un tono de voz juguetón y remarcando la palabra jefe para que el
rubio le entendiera. Diciendo sin palabras, “No quieres lo que ves, se lo ofrezco a otro”.

-Tú… levanta…- Jensen se hizo el loco, como si no hubiera entendido el desafío en las palabras
del modelo, y se dirigió a Matt para pedirle que se separara de Jared y poder ocupar su puesto.

Se sentó entre las piernas del alto, apretando bien su trasero contra el miembro del chico, que a
diferencia de lo sucedido momentos antes, no mostró necesidad de separarse lo más mínimo de él
en ningún momento.

Incluso Matt se dio cuenta de ello, aunque en esos instantes no lo tuvo en cuenta, estaba
demasiado ocupado cogiendo la cámara de Jensen sin que él se diera cuenta para hacerles una
foto.

-Tienes que aferrarte a él, Jared…- Empezó a explicarle el fotógrafo al castaño, al mismo tiempo
que le sujetaba sus grandes manos y las introducía bajo su camiseta para llevarlas a su propio
pecho para que el chico le acariciara.

-Tienes que sentir su cuerpo, acariciarlo y desearlo apretado contra el tuyo…- la voz de Jensen
empezó a oscurecerse en cuanto sintió la excitación de Jared crecer contra su culo. Ese chico era
como un puto coche de carreras, se ponía de cero a cien en tan sólo un segundo en cuanto había el
más mínimo contacto entre ellos.

El fotógrafo le hablaba mirándole directamente a los ojos, con la cabeza ladeada para quedar lo
suficientemente cerca como para mostrarle lo que tenía, pero negándoselo de manera descarada.
Sentía sus propias manos arder con el roce de la piel de Jensen.

En esos instantes Jared solamente podía centrarse en ese tacto, en esos labios y en la voz profunda
del rubio.

Por ese motivo no se daba cuenta de que la sonrisa autosuficiente y satisfecha que le había
provocado el saber que Jensen se había puesto celoso de Matt, no conseguía desdibujarse de su
cara.

-Tienes que querer saborearle con tus manos, Jared, con tus labios, con tu mirada…- Continuaba
diciéndole el fotógrafo.- Necesito que me muestres lo que sientes, lo que te gustaría hacer con la
persona que tienes entre tus piernas si toda esta ropa no os impidiera sentiros de verdad…

Una de las grandes manos del castaño llegó en esos momentos hasta la cinturilla de su pantalón, y
Jensen vio cómo, tras decir esas últimas palabras, la boca de Jared se inclinaba lentamente hacia él.
El chico se estaba dejando llevar demasiado en el momento y el lugar equivocados.

Tenía que pararlo.

De modo que cambió su tono de voz oscurecido por uno más resentido y con toda la intención de
mundo de sonar a castigo antes de continuar hablándole.

-Así que, si quieres que esto salga bien, borra esa estúpida sonrisa de niño alegre de tu cara y
céntrate…- Le dijo de pronto.- Necesito que la gente se ponga cachonda cuando te vea, Jared. No
que se descojone de risa.

Después de decir eso, el fotógrafo se levantó del sofá de sopetón, dejando a un confundido y
necesitado Jared con las ganas de más. Otra vez.

Matt volvía a su sitio entre las piernas del castaño, mientras Jensen cogió su cámara y se preparaba
para continuar con el trabajo.

-Vaya…- Dijo cuando sintió la erección de su amigo.- Parece que el jefe te pone más que yo.-
Bromeó.

-Cállate, Matty.- Gruñó Jared insatisfecho por haber vuelto a perder otra batalla.
*********

Mientras tanto, Jensen hacía ver que limpiaba y preparaba su cámara para concederse un tiempo
que necesitaba para centrarse.

-¿Celoso, Jensen?- Le decía su angelito sobre el hombro izquierdo.- ¿Juegas con él? ¿O juega él
contigo?... Es que no me ha quedado del todo claro… ¡Venga, déjalo ya!... Sabes que todo este
asunto de jugar con el chico solamente te traerá problemas… ¡olvídale!.. No es más que un crío
novato. Todo esto solamente puede acabar explotándote en la cara.

-Lo único que va a explotarle en la cara es ese chico, cuando pongas tus labios sobre su polla
por fin, se correrá tan fuerte, que a partir de ese día no será capaz de masturbarse una sola vez
sin gritar tu nombre a pleno pulmón entre gemido y gemido… Venga, Jensen. Dale lo que quiere
y enséñale quién manda aquí.-Decía el demonio que descansaba sobre su hombro derecho.

Jensen se pasó la mano por la cara al tiempo que cerraba los ojos, intentando hacer que esos dos
incordios que habían empezado a hablarle como la voz de su conciencia dividida, desaparecieran
y le dejaran tranquilo un rato.

Unos minutos después, volvieron al trabajo y el fotógrafo sacó un par de fotos más, pero el corte
que le había dado a Jared parecía haberlo descolocado tanto que el chico no se centraba, de modo
que decidieron dejarlo por ese día.

Esa noche había una fiesta en el edificio de la compañía discográfica Capitol Records. Jensen
había hecho un par de sesiones de fotos con Katy Perry, la famosa cantante británica, y ella le
había obsequiado con la invitación a la gran fiesta de aniversario de la compañía. Podía llevar al
acompañante que quisiera.

Había estado tentado de invitar a Jared, aunque después lo había pensado mejor y había decidido
que era un error. Pero justo cuando los chicos se habían vestido y se preparaban para marcharse,
escuchó cómo Matt le hablaba a su amigo de la fiesta.

Era normal que Cohen estuviera invitado, había trabajado con mucha gente famosa y era de
esperar. Lo que no esperaba era que fuera a invitar a Jared a acompañarle.

Y zas… otro impulso.

Antes de que se diera cuenta, Jensen había interrumpido la conversación e invitado a Jared a ser su
acompañante.

Ni que decir que el castaño se quedó realmente sorprendido por la invitación, pero esta vez Matt
tampoco pareció quedarse impasible.

-¿Creía que no invitabas a tus empleados a los eventos a los que asistías?-Preguntó Matt con algo
de desconfianza en su voz.

Jared acababa de dejarle a solas con el fotógrafo para ir al baño.

-En realidad así es.- Contestó el rubio.- Pero como oficialmente, ninguno de vosotros sois
empleados míos, puedo darme el lujo de hacerlo.

Y era cierto, porque tanto Matt como Jared habían firmado un contrato de confidencialidad que les
obligaba a no divulgar información sobre el proyecto en el que trabajaban ni para quién lo hacían,
hasta que la exposición estuviera inaugurada.

-¿Pero por qué Jared? Ni siquiera se parece a ningún tío con el que hayas salido antes. Y él no es
como el tipo de tíos que acude a esas fiestas.- Observó Matt.

-¿Qué sabrás tú sobre los tíos con los que yo salgo? … Además, tú ibas a invitarle…- soltó el
fotógrafo.

Cohen le miró con recelo y Jensen decidió darle una respuesta que le permitiera quitar esa diana
que el moreno parecía haber acabado de colocar en su culo.

-Tú ya estás invitado, - mintió descaradamente.- Pensaba que si salíamos los tres eso sería bueno
para fomentar un poco más la confianza entre nosotros. Jared parece algo tenso todavía con la
idea.

“Joder, qué mal mientes Ackles”- Se dijo.

Para sorpresa de Jensen, su pobre excusa funcionó.

-Ok, entonces… buena idea, jefe.- Sonrió Matt.

Estaba claro que lo que Cohen sentía por su amigo hacia que estuviera medio ciego en todo lo que
se refería a él. Jensen no sabía cómo podía haberse tragado esa excusa tan pobre, sabía que Matt
era más listo que eso.

En esos momentos apareció Jared y ambos chicos se marcharon a casa a cambiarse de ropa.

**************

Menos de una semana… ciento cuarenta malditas horas y Jared ya había conseguido que hiciera
más estupideces que en los seis años que llevaba en Los Ángeles.

¡Maldita sea! Veinticuatro horas después de haberle conocido ya estaba sentado entre sus piernas
diciéndole obscenidades… ¿de qué coño se sorprendía ahora?

Sabía que desde el primer momento que había puesto sus ojos en ese chico, todo se estaba
descontrolando, pero lo de esa noche ya era demasiado para Jensen.

Si les hubieran pillado, si alguien de la compañía hubiera entrado en ese estudio en esos
instantes… pero no lo habían hecho… y había sido… Dios, había sido… Sentía que se le hacía la
boca agua sólo de pensarlo.

Eran más de las cuatro de la mañana, el fotógrafo estaba sentado en una silla que había en el
centro del cuarto oscuro de su casa. El lugar en el que revelaba todas y cada una de las fotos que
hacía con su cámara. Con todas las fotos que había realizado en las dos primeras sesiones con sus
dos nuevos modelos, observando detenidamente cada expresión del rostro de Jared.

No podía dejar de comparar aquellas fotos con la expresión de placer que había visto en el rostro
de Jared esa noche en el Capitol Records.

Si consiguiera reflejar esa expresión en una sola de las fotos que iba a publicar en la exposición,
tendría el éxito asegurado. No creía que pudiera haber un ser humano capaz de ser insensible a esa
pura y verdadera expresión de lujuria.

Y lo mejor era que la había provocado él.


************

Unas horas antes…

Matt y Jared llegaron a las fiesta sobre las diez, y Jensen llegó justo diez minutos más tarde.

Charlaron animadamente durante gran parte de la noche. A Jared parecía habérsele olvidado el
desplante de Jensen durante la sesión fotográfica en cuanto había escuchado la invitación para la
fiesta, de modo que todo fue sobre ruedas entre ellos desde ese momento.

Además, el fotógrafo le presentó a ciertas personas influyentes que podrían ayudarle en su carrera
como actor.

-Jared, este es Steve Carlson, dueño de la galería de arte Carlson y de la empresa Carlson
Industries entre otras muchas cosas.- Le dijo Jensen divertido, haciéndole alusión al gran emporio
de empresas importantes que tenía en su haber el hombre de aspecto bohemio y melena rubia al
que le estaba presentando.

-Encantado de conocerte, Jared.- El hombre estrechó su mano al mismo tiempo que hacía un
escáner rápido del resto de su cuerpo con su mirada.

Por supuesto, Jensen no le dijo a Steve quién era Jared realmente, ya lo haría en otro momento, o
cuando fuera necesario.

Pero a pesar de la euforia de la fiesta y de lo agradecido que estaba por los buenos y nuevos
contactos que había hecho esa noche, las ganas de venganza por lo ocurrido esa tarde hicieron que
Jared intensificara sus ganas de conseguir que Jensen cediera ante él.

De modo que no se cortó lo más mínimo en hacérselo saber al rubio. Estuvo insinuándose
descaradamente durante más tiempo del que el fotógrafo pudo aguantar.

No tenía problema aunque estuvieran acompañados. Las miradas, sus gestos, todo su cuerpo al
completo dejaba entender con facilidad lo que sentía por Jensen. Únicamente se frenaba cuando
Matt estaba delante, y era porque no quería arriesgarse a herir los sentimientos de su amigo.

***********

Cada conversación entre ellos se convertía en un tira y afloja más descarado para ver quién era el
que dominaba al otro.

Jensen hablaba en esos instantes con Steve, apoyado en la pared junto a uno de los grandes
ventanales que daban a los balcones que rodeaban la última planta del edificio, sin poder evitar
mirar de forma “casual” a Jared de vez en cuando.

Por más que intentaba quitar su vista de él, le era imposible. ¿Qué demonios hacía hablando con
Eric? No recordaba haberles presentado.

Y es que el chico estaba hablando con otro tipo a un par de metros de distancia de ellos, en esa
misma sala -con un actor de rostro pícaro y simpático, moreno y alto pero de complexión delgada-
Ambos parecían estar manteniendo una conversación bastante agradable, se les veía animados, y
muy cómodos el uno con el otro.

El fotógrafo podía ver claramente la cara de felicidad de Eric y cómo miraba a Jared, pero al
castaño no le veía con claridad porque estaba de espaldas a él.
En medio de su conversación con Steve el móvil de Jensen sonó, era un mensaje de texto.

“Sé que te resulta difícil, pero ¿puedes dejar de mirarme el culo?”

Jared sí podía verle, a través del espejo que había frente a él, justo detrás de Eric.

Sin darse cuenta de que lo hacía, el rubio sonrió al leer el mensaje. Tras pensarlo unos instantes le
contestó.

“No seas tan creído, no es a ti a quien miro, sino a la rubia que tienes al lado”

Por supuesto, eso era una auténtica mentira, pero le encantaba cabrear al chico.

Envió el mensaje y espero a que Jared lo recibiera.

El otro sacó el móvil y tras leer su mensaje miró disimuladamente a la chica que había a su lado.

La contestación no se hizo esperar.

“JA! Tengo q recordarte q eres muuuuy gay, Jenny?”

Segundos después.

“ No t creas todo lo q oyes. Ni siquiera Matt me conoce tanto. Gay no, Bi”

Jared le miró con expresión divertida tras leer ese último mensaje, volvió a escribir en su móvil.
Luego volvió a mirarle, esta vez con expresión desafiante, dándole a entender que sabía que
mentía.

“Ten cuidado al andar no t tropieces con las cadenas, Casper”

Jensen se rió divertido, con tantas ganas que Steve se dio cuenta de que algo raro pasaba.

-¿Estás bien amigo? Me da que ni siquiera me estás escuchando. ¿Pasa algo? –Preguntó el
empresario.

-Sí… sí…-Contestó distraído- estoy bien, es solo que… voy a salir a tomar el aire fuera un
momento ¿te importa?

-No claro… nos vemos luego.

Justo cuando Jensen fue a salir hacia el balcón, Steve miró en dirección a Jared y le vio mirar
disimuladamente al rubio y después al móvil que llevaba en su mano.

El empresario se imaginó que era él con quien hablaba su amigo y se sonrió divertido al olerse que
algo había entre esos dos.

Cuando el fotógrafo estuvo a solas por fin contestó al mensaje.

“Missy, 23, profe de yoga. Si tienes huevos de llevártela a casa dile q te enseñe la postura del
perrito”

En realidad Jensen sabía toda esa información de la chica porque habían coincidido en una sesión
de fotos unos seis meses atrás, pero eso no pensaba decírselo tampoco.

Jared le miró molesto después de leer eso.


“No t creo”

Entonces Jensen le desafió.

“Compruébalo… aunq estoy seguro de q con tu labia no tardará + de media hora en patearte”

En menos de dos minutos el fotógrafo veía como Jared se las intentaba apañar para averiguar el
nombre de la chica y su profesión.

Y no le hizo ninguna gracia averiguar que el rubio no mentía.

**************

Jensen estaba prácticamente escondido en un extremo del largo balcón que rodeaba el edificio
Capitol, apoyando sus brazos sobre la barandilla y contemplando las preciosas vistas nocturnas de
la ciudad. Pensaba en las tonterías que estaba haciendo manteniendo una conversación por sms
con Jared en medio de una fiesta como esa, y en cómo se estaba comportando como un crío
cuando el castaño apareció a su lado.

-¿Ya te ha dado puerta?- Le preguntó con toda la intención del mundo de ser grosero y sin
molestarse en mirarle.- Has durado aún menos de lo que esperaba.

-Ni de coña…- Contestó el castaño ofendido- la tengo en el bote, solamente he venido a aclarar
los puntos de nuestra apuesta.

-¿Apuesta?- Jensen se volvió a mirarle con expresión descolocada, dejándose caer contra la pared.

-Bueno… me has dicho que lo compruebe ¿no? Eso me suena a apuesta…-

El chico empezó a acercarse a su cuerpo, sin molestarse en averiguar si alguien les observaba, y
siguió hablándole casi pegado a su oído y con un tono que, muy a su pesar, le ponía a cien.

- Pues como me suena a apuesta, quiero saber que me vas a dar si consigo llevármela a casa.
¿Cuál será mi premio?... ¿Si consigo meterla en mi cama te unirás a nosotros? –Se acercó tanto al
fotógrafo que casi le tenía acorralado contra la pared.

Jared ni siquiera sabía cómo era posible que se atreviera si quiera a insinuar algo parecido a un
trío. Esa palabra era demasiado atrevida o por así decirlo desinhibida para tener nada que ver con
él… Al menos hasta que conoció a Jensen.

Ver la expresión de deseo en la cara del fotógrafo cuando hizo esa insinuación le volvió loco de
placer.

Pero el rubio no iba a ceder tan fácilmente.

¡Por algo la experiencia es un grado!

Jensen miró alrededor, buscando miradas curiosas sobre ellos, al no encontrarlas hizo lo que
pasaba por su mente. Se lamió el labio inferior, lenta y descaradamente, consiguiendo que Jared
fuera incapaz de mirar otra cosa que ese ligero y pequeño movimiento. Y cuando tuvo al chico fijo
en su boca, aprovechó la distracción para meter su mano entre sus cuerpos y acariciar la polla del
otro.

-De eso nada, niño- Contestó entonces el fotógrafo con tono socarrón- el día que tenga esto para
mí no pienso compartirlo…

Jared sintió el roce del rubio sobre su pantalón y se mordió el labio de excitación. Al ver esa
reacción, Jensen sonrió satisfecho y se separó de él.

-Espera, Jensen…- Pidió agitado el chico.

-No seas ansioso, Jared… -contestó guasón el rubio mientras se alejaba de él- si tienes paciencia
todo llega.

Jared se acercó de nuevo a él y le sujetó del brazo para impedirle que se fuera.

-La paciencia no ha sido nunca una de mis mayores virtudes.

-Una pena… -se limitó a decir el fotógrafo antes de sonreírle provocador y marcharse para dejarse
allí a solas.

*************

Algunos minutos más tarde, Steve parecía estar pasándoselo de maravilla mientras veía cómo ese
joven encantador y alegre intentaba coquetear con su amigo. Jared le gustaba, pero algo le decía
que debía haber una historia entre Jensen y él que prometía ser bastante interesante.

Tomó nota mental de preguntar a Jensen en cuanto estuvieran a solas.

Ajeno a lo que sucedía entre los otros dos hombres, y viendo que era pronto para pedir a Jared que
saciara sus instintos y consumara sus deseos, Matt decidió dejar a un lado su “operación
conquistar a Padalecki” por una noche y acabó perdiéndose con uno de los cantantes de un nuevo
grupo de pop que acababa de lanzar la compañía. Un niño bonito de piel suave y bronceada, de
melena rubia y de ojos azules que prácticamente tenía un letrero de neón con una tabla de surf
marcado en la frente y unos abdominales casi tan bestiales como su redondeado culo.

Ése fue el momento que Jared había estado esperando para saltar nuevamente sobre Jensen.

Pero esta vez el fotógrafo se adelantó…

Había algo que llevaba rondando en su cabeza desde el incidente de esa tarde con Jared.

Porque a pesar de que Matt no se había percatado de nada, para ellos dos, aquel tira y afloja,
aquella batalla por mantener el control, había sido más intensa para ellos de lo que creían.

Sobre todo para Jensen.

Para Jared había sido otra batalla perdida, otro intento de conseguir que el rubio le diera lo que
quería de él, lo que sabía que él mismo ansiaba. Pero para el fotógrafo había sido diferente. Algo
más.

Para Jensen había sido el descubrimiento de un sentimiento que no sabía que albergaba en su
interior… La posesión. Los celos…

Nunca antes había sentido que nadie fuera de su propiedad, hasta el momento en que Jared
insinuó que algo había sucedido en el pasado entre Matt y él.

Cohen acababa de llamar a su compañero de piso para decirle que no le esperara al terminar la
fiesta, la sonrisa coqueta de Jared mientras hablaba con él por teléfono le estaba poniendo enfermo
fiesta, la sonrisa coqueta de Jared mientras hablaba con él por teléfono le estaba poniendo enfermo
de celos, otra vez.

Cuando el chico colgó el teléfono, el fotógrafo fue al grano.

-¿Te lo follaste?- Preguntó comprobando que nadie les escuchara.

Jared casi se atraganta con su bebida cuando escuchó esa pregunta. Pero después fingió
tranquilidad, se terminó de un trago la copa y cogió otra de la bandeja de la camarera que pasó a
su lado.

Todo antes de contestarle.

Jensen se estaba poniendo furioso. Odiaba que le hicieran esperar. Necesitaba saberlo ya.

-¿Qué más te da?- Contestó entonces con tono burlón el castaño.- Tú no tienes intención de
hacerlo… eres mi jefe. Eso lo estás dejando muy claro…

El rubio desvió la mirada del chico un momento, comprobando que a su alrededor nadie había
escuchado sus palabras. Primero lo del balcón y ahora esto, ¿desde cuándo era tan lanzado el
chico tímido que casi vomita en su primera sesión de fotos?

“Joder…- Pensó Jensen.- No debería haberle dejado beber tanto…

Jared aprovechó ese despiste para acercarse cuanto pudo a él y terminar de hablarle al oído. Había
bebido, pero no lo suficiente como para no saber perfectamente lo que decía o hacía.

-Tengo que descargar toda la energía que produces en mí de alguna manera… Jensen.- Su aliento
caliente y cargado de alcohol rozando suavemente el lóbulo del rubio.- Me pones tan cachondo
que si no lo hiciera, seguramente me reventaría la polla… Joder, jefe… paso empalmado el
noventa y nueve por ciento del tiempo que pasas a mi lado… cuando he rozado tu culo de nuevo
esta tarde… - El fotógrafo habría jurado que Jared emitía un pequeño gemido ahogado contra su
oreja.- ¿Quieres que muera de un calentón antes de que cambies de opinión y decidas follarme?

La reacción por parte de Jensen no se hizo esperar. Sintió un tirón en su ingle y cómo se
empalmaba al instante con esas simples palabras.

Estaba decidido, lo que tenía con ese chico no era normal.

Esta vez fue él quien habló al oído de Jared.

-Tienes la boca muy sucia para ser un niño de veintidós años que no tiene ni puta idea de lo que
quiere.- El tono de Jensen era agresivo y desafiante.

El castaño le miró furioso antes de contestarle.

-Sé muy bien lo que quiero, Jensen. Eres tú el que parece no enterarse.- Gruñó descontento con la
respuesta.

-No…- Contestó entonces el fotógrafo con voz dominante.- Eres tú el que parece que no se
entera, niño…- Sabía que Jared odiaba que hiciera alusión a la diferencia de edad, todo el mundo
lo hacía, él no iba a ser diferente. Por eso el rubio utilizaba eso contra él.- Y parece que voy a
tener que dejártelo claro…

Sabía que aquello se le estaba yendo de las manos, pero algo en su interior había explotado y no
podía pararlo. Sabía que era egoísta por su parte, pero pensar en Matt obteniendo de Jared lo que
él deseaba le daba ganas de liarse a darle golpes a todo lo que encontrara a su paso.
Entonces Jensen tiró del brazo del sorprendido Jared y le condujo prácticamente a rastras hasta
otra parte de la última planta del Capitol Records. A un lugar mucho más apartado y solitario del
que estaban hablando en esos instantes, que era en el que tenía lugar la fiesta.

Acabaron entrando en un estudio de grabación. Jensen abrió la puerta, comprobó que no había
nadie dentro y después hizo entrar a Jared para cerrarla con el seguro tras él.

El alto se vio empotrado contra una de las paredes del estudio sin previo aviso, con el rubio
pegado a su cuerpo, mirándole con una expresión que le hizo sentir casi tanto miedo como
excitación.

-¿Es ahora cuando vas a follarme, jefe? - Las palabras de Jared eran un desafío tras otro. Estaba
muy cerca de obtener lo que quería.- ¿Ahora vas a demostrarme lo que quiero mientras te corres
dentro de mí?

-Ahora es cuando te enseño lo que vas a perderte si te atreves a desahogarte con alguien que no
sea yo…- Las palabras de Jensen no eran amenazas, eran simples hechos que iba a demostrar con
creces. Mientras su mano se adentraba en los pantalones de Jared, directa a su miembro erecto y
presionándolo entre sus dedos con tantas ganas de poseerle que casi dolía.

-Oh, joder… sí, Jensen…- Dijo entre jadeos el castaño al sentir el calor de la piel del rubio contra
su polla.- Hazlo. Sé que lo deseas… hazlo.- Por fin, estaba tan cerca.

La expresión de lujuria que se dibujó en esos instantes en el rostro de Jared quedaría eternamente
grabada a fuego en la prodigiosa mente fotográfica de Jensen. El placer se reflejaba en la cara del
chico de una manera tan natural y perfecta, que el fotógrafo no pudo más que gemir de placer al
verle.

-Sí, voy a follarte, Jared…- Dijo excitado, siendo esclavo de esa expresión de lujuria. Le estaba
costando tanto controlarse que no sabía cuánto tiempo conseguiría hacerlo.-… Pero lo haré
cuando todo esto termine. Dónde y cuándo yo quiera… Ni antes ni después. Ni aunque supliques
y ruegues que lo haga… porque lo harás… después de esto créeme que lo harás.

-Jensen…- El fotógrafo le masturbaba al mismo tiempo que le hablaba con esa voz dominante
cerca de su boca y el castaño sentía que el suelo temblaba bajo sus pies.- Hazlo… Jensen… oh,
Dios… Jen…

Esa última palabra fue como una descarga de energía derecha a la polla dura de Jensen, que dolía
como el fuego del Infierno aprisionada entre su ropa interior, clamando por ser liberada y obtener
lo que le ofrecían.

-No…- Contestó tajante el rubio.- Pero voy a darte un anticipo que te dejará bien claro quién
manda aquí… niño…

Tras esas palabras el fotógrafo desabrochó completamente los pantalones del alto y los dejó caer al
suelo por su propio peso, apartando rápidamente su ropa interior para tener su miembro bien
expuesto ante él.

Sin vacilar, sin pensarlo dos veces, sin darle tiempo al chico a ver lo que pretendía, Jensen se
agachó frente a él y envolvió su miembro con su boca.

Jared sintió la humedad de la boca del fotógrafo envolver su polla caliente y dura y no pudo evitar
gemir su nombre con fuerza.

-Jensen… joder…- Dijo aferrándose con ambas manos al corto pelo del otro.
El fotógrafo se entretuvo lamiéndole de arriba abajo, pasando su lengua por toda la extensión de la
polla necesitada de atención de Jared.

El alto no podía evitar mirar hacia abajo para poder observar cómo el fotógrafo le engullía una y
otra vez, mezclando su saliva con el líquido pre seminal que manaba de su interior.

Los labios de Jensen envolviendo su polla era una de las visiones más excitantes y eróticas que
había visto en su vida, sentía el orgasmo empezando a formarse en su interior, el semen a punto de
estallar y manar por la boca del hombre que le estaba volviendo loco como nunca lo habían hecho
antes.

Esa simple visión, ese último pensamiento y un roce de los dientes del rubio que hicieron presión
contra la piel de su polla, y Jared sintió cómo se corría con fuerza en su boca.

Después de tragar hasta la última gota de semen del alto, el fotógrafo se levantó y aprisionó la
boca de Jared contra la suya.

Jensen le besó con todas las ganas que sentía en su interior de arrancarle la ropa y terminar lo que
había empezado, de sentirle completamente de una vez por todas, mezclando esa sensación con la
necesidad de someterle. Le folló la boca con la lengua dándole a probar su propio sabor, sin
dejarle un instante de descanso para recobrar el aliento.

-Joder…- Pura coherencia la de Jared en el instante en el que se separaron.- Esto ha sido…

-La mejor mamada que te han hecho en la vida… Lo sé.- Se rió.

¿Desde cuándo eres tan engreído, Ackles?

Jared sonrió satisfecho por haber hecho que el fotógrafo se dejara llevar de ese modo, y no
contento con lo que había conseguido, quiso más.

Cogió a Jensen del cuello y volvió a unir sus bocas en un nuevo beso todavía más apasionado, al
que el rubio contestó con ganas apretándose contra su cuerpo y dejándole sentir la dureza de su
polla contra su cadera, pero que no terminó como el castaño habría querido.

Cuando Jensen rompió el beso, respiró profundamente antes de hablar, pero sus palabras fueron
tajantes.

-A partir de ahora sólo te desahogarás cómo y con quien yo lo crea conveniente.-Fue una
afirmación, no una petición.

-¡Que te jodan, jefe! – Contestó Jared, empujándole con fuerza para separarle de su cuerpo.- No
creo que en nuestro contrato pusiera nada de que te debo explicaciones de lo que hago con mi
polla.- Dijo riéndose completamente descontrolado.

En realidad solamente se negaba por orgullo, porque en esos instantes hubiera jurado fidelidad a
Jensen por el resto de los tiempos. Pero se debatía entre la mejor de las sensaciones de éxtasis que
había experimentado, y el rechazo más absoluto a dejarse controlar por el rubio.

-No te lo estaba pidiendo, Jared.- Aclaró Jensen.- Después de esto, no serás capaz de querer que
nadie que no sea yo te dé lo que deseas… A partir de ahora serás incapaz de masturbarte sin gritar
mi nombre mientras te corres.- ¿Citando a tu mala conciencia, Ackles? ¿Qué cojones te pasa?
¿Se te ha ido definitivamente la cabeza?

-¡Jódete!- Contestó Jared haciéndole un gesto con el dedo.


Jensen se rió con maldad al principio. Pero entonces hizo algo que descolocó aún más al castaño.

De pronto algún pensamiento extraño pareció pasar por su mente y se puso completamente serio,
se pegó de nuevo a su cuerpo y acercó una de sus manos a la mejilla de Jared para acariciarle.

Éste iba a negarse a la cercanía del fotógrafo, pero la expresión arrepentida y triste de su rostro se
lo impidió.

-Jay, yo…- Susurró antes de posar sus labios sobre los del alto, esta vez con suavidad y dulzura.

Ese beso fue totalmente diferente. Lento, delicado, tan profundo y sentido que hizo suspirar a
Jared dentro de él.

Cuando se separaron, Jensen le miró con algo que creyó identificar como temor, y por un
momento pareció querer decir algo más, pero entonces se separó bruscamente de él y salió a toda
prisa de la habitación.

Jared se dejó caer contra la pared, tan aturdido y confuso que no fue capaz de seguirle;
simplemente se deslizó por la superficie hasta caer al suelo y quedarse allí sentado, sopesando lo
que había pasado.

¿Quizás había presionado demasiado a Jensen?

***********

Su teléfono móvil sonó mientras rememoraba lo sucedido con Jared en el Capitol records. Jensen
lo vio brillar entre la oscuridad de su cuarto de revelado y se preguntó quién podría llamarle a esas
horas.

Después de lo sucedido había sido incapaz de irse a dormir tras llegar de la fiesta, por lo que se
había metido allí adentro a pensar. Siempre había conseguido centrarse dentro de ese lugar.

Seguía reclinado en una silla frente a las fotos que había sacado en las sesiones con Jared y Matt.
Completamente obsesionado con la imagen de la expresión de lujuria que se había reflejado en el
rostro del chico al creer que esa noche iba a conseguir lo que codiciaba de él.

Se incorporó hacia adelante y cogió el móvil, que descansaba a su lado sobre una pequeña mesa
auxiliar.

Casi se quedó sin aire al reconocer el número de Jared en la pantalla del terminal.

Continuará…
Sobrexposición (Overexposure)

Parte 3: Sobrexposición – Overexposure (O de cuando a Jensen todo se le va de las manos


sin que pueda hacer nada para evitarlo)

En fotografía, la exposición a la luz un material fotosensible más de lo necesario para


reproducir un original de la forma más fiel posible y lograr el acabado deseado.

Cada minuto en esa situación se hacía más difícil para Jensen. Cada vez que presionaba el botón
de su cámara, cuando miraba a través del visor y le veía, algo en su interior se encendía y ardía
como una bomba de relojería a punto de explotar.

Tener a Jared a su merced de esa manera, enfocado en el objetivo de su cámara durante horas,
semidesnudo, totalmente expuesto a sus demandas y concentrado en su mirada, le mataba a cada
segundo de un modo más doloroso y profundo.

Sabía que se había expuesto demasiado a la luz cegadora que desprendía el aura de ese castaño de
ojos grises, a ese magnetismo extraño e imposible de ignorar que emanaba su alma y que cada día
le tenía más obsesionado.

Pero cada vez que intentaba alejarse, cada vez que decidía que iba a sacar a Jared de su vida antes
de que fuera demasiado tarde y tuviera que arrepentirse de sus actos, el chico decía algo que
volvía a hacerle caer de lleno en esa espiral de actos inconscientes y descontrolados que se estaba
volviendo su vida.

********

Su teléfono móvil sonó mientras rememoraba lo sucedido con Jared en el Capitol records, Jensen
lo vio brillar entre la oscuridad de su cuarto de revelado y se preguntó quién podría llamarle a
esas horas.

Después de lo sucedido había sido incapaz de irse a dormir tras llegar de la fiesta, por lo que se
había metido allí adentro a pensar. Siempre había conseguido centrarse dentro de ese lugar.

Seguía reclinado en una silla frente a las fotos que había sacado en las sesiones con Jared y Matt,
completamente obsesionado con la imagen de la expresión de lujuria que se había reflejado en el
rostro del chico al creer que esa noche iba a conseguir lo que codiciaba de él.

Se incorporó hacia adelante y cogió el móvil, que descansaba a su lado sobre una pequeña mesa
auxiliar.

Casi se quedó sin aire al reconocer el número de Jared en la pantalla del terminal.

Al principio pensó en no cogerlo, pero la insistencia del chico le hizo declinar la idea. Estaba claro
que iba a seguir llamando hasta que contestara al maldito teléfono.
Jared era guapo, divertido, dulce, sensual y apasionado, pero también muy muy cabezota, eso
estaba claro.

Cogió el móvil, presionó la tecla verde para contestar y se lo puso pegado a la oreja, pero cuando
fue a hablar no fue capaz de hacerlo. Estaba seguro de que Jared llamaba para mandarle a la
mierda y decirle que lo dejaba, que no pensaba trabajar con un pervertido celoso y dominante
como él.

No podía culparle.

-¿Jensen?-Preguntó el castaño al escuchar al otro lado de la línea el sonido que hace el teléfono al
ser descolgado.

Silencio…

-¿Jensen? ¿Me oyes?... ¡Jensen!….-.Su tono de voz era ansioso y preocupado.

Jared estaba sentado en el filo de su cama en el apartamento que compartía con Matt. El cual no
había aparecido todavía por casa esa noche. Debía haberle ido bien con el surfero.

El silencio continuaba del lado de la línea del fotógrafo.

-No seas gilipollas… sé que estás ahí. Te he oído descolgar el teléfono, ten al menos la decencia
de contestar-. Su tono de voz se hizo más molesto.

-¿Qué quieres Jared?-.En cambio el tono en la voz de Jensen era resignado y débil. Esperaba que
el chico empezara a soltarle improperios de un momento a otro.

-Jensen, yo quiero decirte que…

-Déjalo, por favor-. Le interrumpió el rubio. Estaba incorporado en la silla, había puesto sus codos
sobre las rodillas, cerrado los ojos y se masajeaba el puente de la nariz intentando hacer que la
sensación de presión en su cabeza desapareciera-.Sé lo que vas a decir. Yo sé lo que…

-No ocurrió nada entre nosotros… Entre Matt y yo-.Esta vez fue Jared el que le interrumpió a él.
Todo sea dicho, dejándole bastante descolocado.

-¿Qué?-.Preguntó quedándose de pronto totalmente quieto y abriendo los ojos de par en par.

- Bueno sí…-. Empezó a explicarse el chico.- ocurrió algo, pero fue hace mucho tiempo y no fue
más que un montón de tonterías experimentales entre dos críos de último curso del instituto. Yo
todavía no tenía del todo clara mi sexualidad y Matt era más lanzado y… No significó nada para
mí. Te lo prometo…

Jensen no supo qué decir durante unos largos segundos. No era eso lo que esperaba.

-¿Jensen?-. Preguntó Jared con la voz temblorosa, no le había gustado eso de que se hubiera
quedado tan callado de golpe.

-¿En serio me estás llamando a las cuatro de la mañana para darme explicaciones sobre algo que
pasó en el instituto entre Matt y tú?

En serio... No se lo podía creer.

-¿Y por qué quieres que te llame si no?

-No lo sé… ¿por la locura de esta noche en el Capitol quizás? ¿Para decirme que me meta en mis
-No lo sé… ¿por la locura de esta noche en el Capitol quizás? ¿Para decirme que me meta en mis
putos asuntos? ¿Para mandarme a la mierda y dejar el trabajo? Yo que sé… por algo realmente
importante, Jared. ¡Son las cuatro de la mañana!-. Casi gritó Jensen.

-No estabas durmiendo-. Se defendió el otro como un crío insultado.

-Pero podría haberlo estado-. Replicó él.

-Pero no lo estabas… Sabía que no lo estarías-. Esta última frase Jared la dijo con voz más baja y
triste, dejándose caer hacia atrás y tumbándose en la cama.

-¿Y de dónde sacas esa conclusión?-. Jensen volvió a dejarse caer hacia atrás en la silla. Esa
conversación no tenía ni pies ni cabeza.

-Sé que te arrepientes de lo que ha pasado esta noche-. Contestó directo el castaño-. Pude verlo en
tus ojos cuando saliste corriendo después de besarme…

¿Besarle? –Pensaba el fotógrafo, ¿él le hacía una mamada y todo lo que podía pensar el crío era
en que le había besado? Tenía que ser una puta broma.

Jensen volvió a guardar silencio un momento. Esta vez Jared le imitó.

-Me comporté como un cretino.

Eso era lo más parecido a un “lo siento” que Jared iba a conseguir de él.

Jensen no era de los que piden perdón. En realidad no era de los que hacen nada de lo que solía
hacer últimamente, pero es que esa última semana ya casi no se conocía a sí mismo.

-Yo te provoqué. Es culpa mía.- Le contestó el otro.- No paré de hacer estupideces hasta que
conseguí que cedieras.

-No digas gilipolleces. Yo simplemente reaccioné mal Jared. No hay nada entre nosotros, ni
siquiera somos pareja ni nada por el estilo. No debí tratarte como lo hice ni pedirte explicaciones
de algo que no era mi puto asunto-. Dijo afligido el fotógrafo-. Es solo que… no lo sé. No sé lo
que me pasó… Últimamente no sé nada de lo que pasa por mi maldita cabeza.

Jensen se levantó de la silla y empezó a andar de un lado para otro de la habitación, estaba
completamente oscuro a excepción de la luz rojiza que calentaba las fotos en proceso de revelado.

-No, puede que no seamos pareja-Afirmó Jared-. Pero no puedes decir que no hay nada entre
nosotros… ¡Maldita sea!, desde que te conocí no puedo dejar de pensar en nada que no seas tú,
Jensen.

-A eso se le llama calentón, Jared.-Dijo el rubio intentando quitarle importancia al asunto. Algo le
decía que la conversación terminaría complicándose y dando paso a los sentimientos-. Soy un tío
mayor que tú, que te pone cachondo y te da juego y tú te dejas impresionar por mi posición…
suele pasar-. En realidad ni siquiera pensaba eso, solo se comportaba así por miedo a explicar al
chico lo que realmente pensaba.

Jensen era “alérgico” a mostrar sus sentimientos.

En esos instantes la voz del gran Jeff Padalecki tronó en la cabeza de su hijo “Eres demasiado
impresionable”

-Y una mierda…-Contestó el entonces Jared completamente enfadado-. Esto es diferente, Jensen.


No me digas que tú no lo sientes… No sé qué es, pero es diferente. Estoy seguro…
-Jared…-. El rubio dejó de andar un momento y se paró junto a la pared, dejando caer su cabeza
hacia delante y pegando su frente contra la fría superficie. Le dolía tanto la cabeza… Pensar tanto
no podía ser sano.

-No, Jensen.- Le interrumpió tajante el castaño.- No te atrevas a decirme lo contrario… Estoy


seguro de que te das cuenta tanto como yo de que algo está pasando entre nosotros, por mucho
que me intentes hacer creer lo contrario.

Jared se sentía como un tonto hablando de esa manera.

-Mira, no podemos…-. Empezó a decir el fotógrafo.

-Lo más triste es que tenías razón ¿sabes?- Jared sonreía con melancolía al otro lado de la línea.

-¿A qué te refieres?-Preguntó Jensen-. Por lo que más quieras, dame una pista. Mi cerebro no está
para acertijos a estas horas de la madrugada. Miró su reloj en la muñeca, casi las cinco menos
cuarto de la mañana.

-Haría cualquier cosa por estar contigo-. Afirmó el chico-. No sé qué diablos es lo que me has
hecho Jensen, pero sé que no puedo dejar de pensar en ti. Llevo toda la noche dándole vueltas y…

-Te dije que soy bueno haciendo mamadas.- Se rió con sarcasmo el rubio.

-Vete a la mierda…- Se rió Jared.- No es por eso. No son tus labios sobre mi polla precisamente
lo que veo cuando cierro los ojos, son tus labios sobre los míos… Es ese último beso fue…

El fotógrafo volvió a empezar a moverse por la habitación. Cuando escuchó esas últimas palabras
se quedó de repente parado frente a una foto de Jared en la que el chico estaba sonriendo
abiertamente, con sus hoyuelos marcados y que parecía que estaba mirándole directamente.

Puede que esa foto no le sirviera para la exposición, pero ver esa sonrisa le reconfortó en esos
instantes de un modo que no habría imaginado. Casi podía sentir que estaba en esa habitación con
él.

-También soy muy bueno besando, debí haberte advertido.- Cínico sí, pero tenía miedo de tomarse
en serio las palabras de Jared. La afirmación de que ese beso pudo contener algo más le había
hecho sentir una sensación extraña en el pecho.

Jared decidió no hacerle caso y seguir con lo que estaba decidido a decir.

-Desde que me besaste de ese modo yo… Fuiste tan dulce, Jensen. No fue solo sexo, en esos
instantes no jugabas conmigo. Estoy seguro de que en ese último beso hubo algo más… Yo lo
sentí y juraría que tú también.

-Jared…-Jensen pegó su espalda a la pared y se dejó caer hacia abajo, una vez su trasero hubo
tocado el suelo levantó las rodillas, apoyó el brazo libre en ellas y escondió su cabeza en el hueco
entre su pecho y sus piernas.

Debía zanjar esa conversación de una vez por todas.

Pero de nuevo él no le dejó terminar.

-Lo sé… es complicado. Y quiero que sepas que no voy a volver a insistir con el tema.-Declaró-.
No diré nada a no ser que tú me lo pidas. No porque espere que cuando este proyecto termine
cambies de opinión y decidas acostarte conmigo, sino porque quiero saber qué es esto que siento
por ti, Jensen… Puede que tú decidas ignorarlo, te aseguro que no me interpondré si es lo que
quieres, pero si decides que vale la pena averiguarlo… Estaré esperando.

En esos instantes debió decir que no, que no quería que él estuviera ahí. Sabía que debía alejarse
de Jared si no quería que las cosas se complicaran aún más.

“Si el chico acaba encaprichándose de ti será un auténtico desastre” “¿Es que pretendes
romperle el corazón al novato?” “Si te queda algo de decencia en ese oscuro corazón, le dirás
que se marche” Su angelito volvía a tener algo que decir al respecto.

“¿Qué pasa tienes miedo?” “¿En serio vas a dejar escapar una oportunidad como esa por
principios?” “No es que el chaval te lo esté poniendo fácil para rechazarle, decirle que no
también le romperá el corazón” Su demonio particular también tenía siempre un punto de vista
sobre el tema.

Tenía que olvidar a Jared. Tenía que zanjar ese asunto, era el momento y el lugar indicado.

Pero no fue capaz.

Jensen no tuvo valor de decirle al chico que fuera listo y se alejara de él. Porque aunque no
quisiera admitirlo, él también se moría de ganas de averiguar que era aquello que Jared le hacía
sentir.

-Está bien…-. Dijo en lugar de negarse.- continuaremos juntos con el proyecto. Nos conoceremos
mejor y veremos qué pasa después… Pero primero tienes que hacer algo por mí.

-Soy todo oído… -. Dijo extrañado el castaño.

-Admite que fue la mejor mamada que te han hecho nunca…- El tono de voz de Jensen era pícaro
y divertido. Estaba dando por zanjado el tema de la manera más fácil que conocía, siendo
sarcástico y tomándoselo todo a broma.- Te aseguro de que Cohen no se me puede comparar en
ese campo…

-Eres un auténtico gilipollas cuando te lo propones, jefe. ¿Lo sabías?

Jensen se rió de forma exagerada al otro lado de la línea.

-Estoy esperando, Jared…- Bromeó.

-Jodido narcisista…-. Se quejó el alto riéndose. Después le siguió el juego-. Pues no lo sé…
quizás debería liarme con él y refrescar la memoria, por eso de comparar… o puede que tú tengas
que recordármelo, empieza a estar nublado en mi mente.

-No mientas, pequeño. Sabes que aún lo estás sintiendo en tu piel como si estuviera ahí contigo.

-¿Lo dices por propia experiencia? Todavía debes tener rojos los labios de tanto chupármela…. Y
tú sabes que no soy “pequeño”, así que deja de decir idioteces.

-No te pongas chulo, niño. Ponme a prueba y haré que te corras tan rápido que no te daría tiempo
ni a replicar.

-¿Me ofreces sexo telefónico, jefe?-. Se rió Jared con tono burlón.

-¿Quieres que quedemos mañana para comer?-Soltó de improvisto, Jensen.

Jared se quedó tan descolocado durante un momento que casi no recordó ni respirar. Las cosas
con ese hombre siempre eran muy confusas. Todo cambiaba de blanco a negro a una velocidad de
vértigo.

-Claro-. Contestó finalmente.

-Si te portas bien puede que me meta debajo de la mesa del restaurante y te haga una mamada…
por eso de refrescarte la memoria-. Dijo el rubio juguetón.

-Dios… estás enfermo-. Se rió Jared.

-Pues es culpa tuya, así que vete acostumbrando-. Contestó Jensen-. Antes de conocerte yo era un
tipo serio y centrado.

-Sabes que eso ha sido lo más cercano a una confesión que has hecho hasta ahora.- Dijo con tono
satisfecho el castaño.

Jensen tardó unos segundos más en contestar.

-En el Café Paradise de la quinta mañana sobre las nueve-. Para variar se hizo el loco y decidió
ignorar las palabras del novato.

-¿Es una cita?- Preguntó intentando que sonara a broma, pero su tono en el fondo era
esperanzado. Jared sabía que acababa de prometer dejar el tema hasta que el fotógrafo decidiera
dar el paso, pero no había podido evitarlo.

-Jared…

-Lo sé… lo sé… Era una broma. Nos vemos allí-. Contestó escondiendo la desilusión que sentía
en su interior.

*************

Cuando colgó el teléfono, Jensen casi no podía creer la conversación que había tenido con Jared.

Después de lo sucedido en la fiesta sabía que debía dejar a un lado todo el tema de ese maldito
chico que le hacía comportarse como un cabrón caprichoso y dominante, estaba seguro de que lo
mejor para ambos era apartarse del camino del novato y olvidarle de una vez por todas.

Pero el hecho de que Jared le hubiera pedido perdón por presionarle en lugar de mandarle a la
mierda por cómo le había tratado, le había pillado fuera de juego.

Le había dicho que sería capaz de cualquier cosa por él...

Eso le hizo pensar a Jensen hasta dónde sería capaz él mismo de llegar por estar con Jared…

Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo al darse cuenta de que no tenía una respuesta.

¿Sería capaz de decir que no en el momento oportuno? ¿Sería capaz de parar si la cosa se
descontrolaba totalmente?

Pronto iba a averiguar la respuesta.

**********

Jared se sentía como un idiota hablándole a Jensen de sentimientos confusos y de la necesidad que
tenía de averiguar lo que podía haber entre ellos.

En algunos momentos había estado a punto de colgar el teléfono reprochándose que se comportara
como una adolescente encaprichada, pero algo en la voz de Jensen se lo impedía.

En el fondo sabía que su padre podría tener razón, que a veces se dejaba impresionar con
facilidad. Pero con el fotógrafo era diferente.

Había algo más… Sabía que había algo más…

Y tenía que hacer que Jensen se diera cuenta de ello a cualquier precio.

Se paró a pensar con calma una vez más lo que estaba a punto de hacer.

“Le prometiste que lo dejarías pasar” Se recordó a sí mismo.

Pero él mismo sabía que sus palabras eran falsas. De ninguna manera lo dejaría pasar. Únicamente
iba a esperar…

Esperaría al momento correcto. Su padre siempre le decía que no se diera por vencido, que fuera
paciente.

Y por una vez le iba a hacer caso…

Aunque puede que esta no fuera la mejor ocasión para seguir sus consejos.

Tal vez debiera haberlo dejado cuando estaba a tiempo. Porque puede que esta vez sí se estuviera
equivocando al no darse por vencido.

Jared iba a averiguar hasta que punto era capaz de todo por Jensen al mismo tiempo que iba a
aprender que todo acto tiene sus consecuencias.

***********

Al principio cumplió su promesa. Jared esperó, fue paciente y bajó el ritmo e hizo que con ese
comportamiento Jensen también bajara la guardia.

La mañana siguiente de la fiesta del Capitol Records desayunaron juntos tal y como habían
planeado, ninguno de los dos habló de lo sucedido la noche anterior. Decidieron hacer como si
nada hubiera sucedido y se limitaron a conocerse.

El resultado del encuentro fue el gran descubrimiento de lo mucho que tenían en común.

Creyeron que sería difícil lidiar con la tensión física y sentimental que revoloteaba alrededor de
ellos, pero tras un par de cafés y varios pasteles, Jared se comportaba de un modo tan normal que
Jensen no pudo evitar dejarse llevar.

Lo que únicamente iba a ser un encuentro para desayunar acabó convirtiéndose en un paseo por el
muelle de la Bahía de Santa Mónica. El paseo dio paso a un partido de rugby improvisado en la
playa, tras el cual terminaron comiendo hamburguesas sentados junto a la orilla, riéndose a
carcajadas porque uno de los chicos que les había invitado a participar en el juego, no había
dejado de intentar ligar con Jared en todo el tiempo.

-¡Dios…! ¿Cuántas veces te ha placado?- Se reía Jensen recordándolo.

Se sentía feliz y relajado como nunca sentado en la ardiente arena, sintiendo el olor del mar y el
aire en la cara mientras estaba junto al castaño.

-Ya ni me acuerdo-. Contestó divertido Jared-. Pero estoy seguro de que la mitad de las veces yo
ni siquiera tenía el balón… Creo que lo hacía a posta.
ni siquiera tenía el balón… Creo que lo hacía a posta.

Jensen soltó una carcajada exagerada.

-Mierda, Jared. Pues claro que lo hacía a posta. Ese tío quería tirársete encima en muchos otros
aspectos y no sabía cómo hacértelo saber.

-JA…-Protestó Jared, aunque en el fondo aquello le estaba resultado muy gracioso-. Cómo se nota
que no eres tú quien ha tenido que aguantar sus cien quilos de peso todo el rato.

-Venga nene… - Jensen le dio un golpecito en el brazo con su hombro y le habló con tono
divertido-. Después de todo sabes que no puedes culparle…

Jared se sorprendió por ese comentario, sobre todo por el tono cariñoso que usó el fotógrafo con
él.

-¿Y se puede saber por qué?

-Venga ya… Qué querías que hiciera el pobre si le pones delante semejante material-. Le dijo
señalando su cuerpo-. Has estado sin camiseta todo el partido, normal que casi le diera un ataque
cardíaco de la emoción… No puedes culparle por tener buen gusto.

Esta vez fue Jared quién dejó escapar una sonora carcajada.

-¿Así que la culpa es mía porque mi cuerpo llamaba su atención?-Preguntó fingiendo ofenderse.

Jensen le miró y se rió con la boca llena de hamburguesa.

-Pues para que lo sepas…-Jared no podía evitar reírse mientras hablaba al verle hacer el tonto de
ese modo-. No era su atención la que quería captar, sino la tuya, pero como tú pareces inmune, el
pobre ha pagado el pato… ¡Mala suerte!

El fotógrafo se quedó callado hasta que terminó de tragar lo que tenía en la boca, luego le miró
con expresión triste y desvió la mirada de nuevo para centrarla en el mar.

¿Cuándo aprenderé a cerrar mi bocaza?-Se reprochó Jared.

Ambos se mantuvieron en silencio unos minutos tras esas palabras, hasta que el castaño no pudo
aguantar más el momento incómodo e intentó hacer como si no había pasado nada cambiando de
tema.

Ese día estaba resultando perfecto y no quería que se estropeara.

-¿Sabes que esta es la primera vez que vengo a este sitio? Esta playa es increíble. Matt me ha
hablado mucho de Santa Mónica pero todavía no habíamos venido y…

-¿Cómo puedes ser tan iluso?-Le interrumpió el fotógrafo.

-¿Qué? Hey… ¡es verdad! Matt me dijo que…

-Si fuera inmune a ti no estaríamos aquí. Si eso fuera cierto no habría hecho muchas de las cosas
que he hecho últimamente Jared. Y te puedo asegurar que me gustaría, me encantaría serlo…
Cada centímetro de mi maldito cerebro me pide me aleje de ti, me pide que te advierta que esto no
es buena idea… Pero cada fibra de mi ser me ruega que no te deje marchar… - Jensen sonrió con
melancolía-. Y por alguna razón que desconozco, contigo mi buena conciencia y mi
responsabilidad se van a la mierda para dar paso a impulsos que normalmente suelo evitar… Así
que no, no soy inmune a ti…
Jared le miró fijamente a los ojos sin saber qué decir. Las palabras de Jensen le habían dejado
prácticamente sin habla.

-Solamente quería que lo supieras-. Tras decir esas palabras el fotógrafo se levantó y le tendió la
mano para ayudarle a que se incorporara también-. Vamos, se ha hecho tarde y tenemos trabajo.

-Gracias-. Le dijo Jared cuando estuvo de pie frente a él.

Jensen se limitó a sonreírle con dulzura y a seguir caminando.

Esta vez no hubo bromas al respecto, ni comentarios jocosos para evitar admitir que le estaba
abriendo su corazón y mostrándole sus sentimientos.

Eso fue algo que hizo que el propio corazón de Jared se acelerara y se llenara de una extraña
felicidad.

*********

Tres días, dos cenas, una comida y tres almuerzos después, se reunieron para la tercera y última
sesión fotográfica.

Todo iba sobre ruedas hasta que a Matt se le ocurrió decir que esa noche Jared y él iban a celebrar
su cumpleaños. A solas.

-¿Creía que tu fiesta de cumpleaños era el sábado Matt?-Jensen intentó que no se notara la poca
gracia que le hacía la idea de Jared y Matt a solas bebiendo copas y frecuentando la clase de antros
que solía visitar el modelo.

-Así es, pero en realidad esta noche no vamos a salir. Tenía planeado cenar con mi querido amigo
de la infancia para celebrarlo, después de todo mi cumpleaños realmente es hoy.

-Cena típica tejana, algo de whisky del bueno, música relajante… Hablaremos de los viejos
tiempos y nos dejaremos llevar-. Apuntó Jared. Si no fuera porque el chico le había prometido
dejar de coquetear con él mientras trabajaban, Jensen habría pensado que intentaba ponerle celoso
describiéndole el plan para esa noche.

Aunque en realidad Jared sí intentaba ponerle celoso, lo que realmente pasaba por su mente era
algo un poco más… retorcido.

-Sí…-Contestó Matt ajeno a sus planes sobre el fotógrafo-. Jar va a cocinar para mí. Hace tanto
que no le hinco el diente a un auténtico filete al estilo de Texas que ya ni me acuerdo.

-Tú también eras de Texas, ¿No, Jensen?- Preguntó Jared, fingiendo que sus palabras no iban
llenas de intención.

-Dallas, para ser más exactos.

-Apuesto el cuello a que hace siglos que no pruebas un buen plato de chili con carne y salsa
picante al auténtico estilo tejano…

Jensen le sonrió como respuesta, haciéndole un movimiento con las cejas arqueadas poniendo
expresión de estar pensando en la última lejana vez que tomó el manjar de su tierra.

-Oye, se me acaba de ocurrir… ¿Por qué no te vienes a cenar con nosotros?- Le preguntó de
pronto Jared.
-¿Qué?-Preguntaron al unísono los otros dos hombres.

-Sí, sería genial…-El tono era casual y muy fingidamente espontaneo en la voz del castaño
mientras intentaba llevarse a sus dos amigos a su terreno. Tenía que hacerlo muy bien si no quería
que Matt se enfadase por invitar a Jensen a su pequeña fiestecita privada. Al mismo tiempo que
tenía que convencer al rubio de que no podía perdérsela.- Intercambiaremos historias grotescas y
divertidas de nuestra tierra natal, será divertido.

Jensen dudó.

-No lo sé, Jared… No quisiera molestar.

Matt sonrió.

-Tranquilo, lo comprendemos. Seguramente estarás muy ocupado.

Jensen alzó una ceja, esta vez por la sorpresa de notar los celos y las pocas ganas de compartir a
Jared con él que Matt dejaba notar en su voz.

-No, si no tengo planes pero…

-A Matty no le importará, estoy seguro. Cuantos más seamos, más divertido será. Es lo que dice
siempre él. ¿Qué, te apuntas?-. Insistió Jared.

Jensen podía sentir desde donde estaba como Matt aguantaba la respiración esperando una
respuesta negativa.

Sonrió con maldad al moreno antes de contestar a Jared.

-Está bien… Me apunto… Texas, Whisky y dos amigos de mi querida tierra natal… esto promete.

La sonrisa triunfal de Jared era casi tan brillante como el destello de odio en la mirada de Matt.

**********

Lo que pasaba por la mente de Jensen en el momento de aceptar la invitación de Jared fue un
burdo intento de excusarse por volver a caer en las redes del chico de un modo tan absurdo.

Lo tuvo claro desde el principio. El pensamiento pasó fugazmente pero con total resolución por su
mente. “Pasara lo que pasara esa noche, le echaría la culpa al alcohol”. Fuera cual fuera la
estupidez que sus confusos sentimientos hacia Jared le provocaran hacer, él lo achacaría todo a la
oportuna embriaguez.

Una excusa que durante los siglos de los siglos había resultado útil a gran parte de la raza humana,
pero que Jensen iba a averiguar que en su caso, todo el alcohol del mundo nunca habría sido
suficiente para perdonar lo que hizo a continuación.

***********

Cuando Jensen llegó al apartamento de Matt esa noche y llamó al timbre, fue un semi desnudo y
sonriente Jared el que abrió la puerta.

-Hey… -Repasó su cuerpo de arriba abajo, sonrió de medio lado y levantó ambas cejas indicando
que le gustaba lo que veía-Jensen, que vestía unos vaqueros, camisa negra y botas camperas, para
variar estaba guapísimo- después la sonrisa de Jared se hizo enorme al mirarle a los ojos.- Pasa.
Cocina.
Intentando que no se notara el rubor de sus mejillas, causado por el calor que le producía el simple
hecho de ver a ese crío castaño desnudo de cintura para arriba –por milésima vez esos días-,
Jensen entró en el apartamento y se dirigió a la cocina, tal y como le habían ordenado.

Cuando entró en ella descubrió que Jared estaba a solas.

-¿Y Matt?-Preguntó extrañado.

-Ha salido a buscar algo de hielo, se nos ha terminado y la idea del Whisky sin hielo no nos
convencía-.Jared se movía de un lado para otro de la cocina mientras preparaba la cena, en esos
momentos dándole la espalda al rubio. Esa ancha y musculada espalda que le pedía a gritos que se
acercara y la mordiera.

Jensen se preguntó por un instante si Jared solía pasearse por el apartamento sin camiseta, y sin
poder evitarlo sintió un latigazo en el pecho causado por los repentinos celos.

-Ah, vale… -Contestó el rubio.-Viendo tus pintas hubiera apostado más que seguía en la cama.

Se dio cuenta de que no debería haber dicho eso en cuanto vio la sonrisa satisfecha de Jared.

-¿Qué?-Preguntó molesto el fotógrafo. Dejando caer su espalda contra la nevera y desviando la


mirada para que el chico no se diera cuenta de dónde venía su enfado.

-Es genial, estás celoso.-Afirmó Jared sonriendo.

-En tus sueños, niño-.Contestó el fotógrafo. Y su sonrisa se borró de un plumazo.

Jensen consiguió lo que quería, herir a Jared con esa última palabra. Pero el chico en lugar de
dejarlo acorrer parecía conseguir más fuerzas con cada uno de sus rechazos.

Jared dejó los utensilios de cocina que tenía en sus manos y se acercó a él. Se puso frente a Jensen
casi pegándose a él, atrapándole entre la nevera y su enorme cuerpo. Con una expresión tan seria
que el fotógrafo casi se asustó.

Las enormes manos del chico se colocaron cada una a un lado de su cabeza, pegadas a la fría
superficie de la nevera.

-No cuela… Ahora sé que no eres inmune a mis encantos, tú mismo lo admitiste. Así que no te
hagas el duro, puedo notar los celos en tu voz a kilómetros-. Dijo acercando su boca a la del
fotógrafo mientras hablaba.

Jensen le dio un empujoncito hacia atrás antes de contestarle.

-Se te están subiendo muchos los humos, niño… Si no cierras tú enorme bocaza quizá tenga que
bajártelos-. El fotógrafo tenía una de sus manos contra el pecho de Jared y le hacía retroceder a
cada palabra que salía de su boca.

-¿Me estás amenazando? ¿Es que piensas pegarme? ¿O vas a bajarme los humos a base de
mamadas como en el Capitol? Porque en ese caso, puede que decida seguir portándome mal…-
No sabía lo que tenía el fotógrafo, pero ese hombre acababa de entrar por la puerta y ya le tenía
excitado con su sola presencia.

Jensen sabía que el chico le estaba retando, pero aún y así no podía evitar dejarse llevar por su
juego.

-Por eso lo haces, ¿verdad?- el fotógrafo le hizo seguir retrocediendo hasta que la espalda de Jared
dio con la barra de bar que separaba la cocina del salón- Aquello fue tan bueno para ti que no
puedes evitar querer repetirlo…

Una vez sus palabras sonaron tan narcisistas que hasta él mismo sintió repulsión de ellas.

- Ya te estás portando otra vez como un crío malo y caprichoso… Se suponía que ibas a portarte
bien, no a tirarte al cuello de tu jefe a la mínima que os quedarais a solas para rogarle que te la
chupe otra vez.

-No te estoy rogando… no fui yo quien empezó todo esto, ni el que está celoso de Matt…-
Contestó Jared con desdén. Jensen sabía muy bien como volverle loco, pero también era experto
en sacarle de sus casillas con una sola palabra. Odiaba ese “crío” que salía de su boca cuando
quería hacerle daño.

-Casi estás suplicando, pequeño. Eres incapaz de mantenerte al margen. Aún después de haberlo
prometido no eres capaz de esperar a que esto termine.

Jensen se pegó a su cuerpo, mirando con deseo sus labios de una manera casi inconsciente.

-Ya ha terminado…- Afirmó Jared, sin poder apartar la vista de la hambrienta boca del rubio-.
Hoy hemos hecho la última sesión de fotos. Has dejado de ser mi jefe a todos los efectos en el
momento en el que has apagado esa cámara de fotos.

-Pero la exposición todavía no se ha inaugurado-. Replicó el fotógrafo defendiéndose, sin dejar de


mirar sus labios con avidez.

-Excusas- Jared fue tajante-. Tienes miedo…

-¿Miedo?- Preguntó con tono de burla el rubio-. ¿De ti, niñato?

-Miedo de dejarte llevar-. Contestó el chico-. Porque puede que cuando lo hagas seas incapaz de
parar.

Jensen se rió, apartando la mirada de él durante un momento y posándola en el suelo, después


volvió a acercarse a Jared un poco más, levantó una de las manos para acariciar su mejilla y la
dejó allí, sujetando el rostro del chico mientras acariciaba su labio inferior con su dedo pulgar.

-No tengo miedo de no poder parar Jared- Contestó seguro de sus palabras, aunque eso no era del
todo cierto.- Sé… estoy seguro, muy seguro de que cuando me deje llevar por ti no podré parar…
porque no querré hacerlo.

-Entonces, ¿qué te impide hacerlo?- No quería que el tono de su voz sonara necesitado, pero
inevitablemente fue así.

-Porque hay algo que si me da miedo-. Afirmó Jensen.

-¿Qué? ¿Es por Matt? ¿Es…

-Tengo miedo de lo que vendrá después, Jared- Dijo respirando profundamente y dejándose caer
hacia él lo suficiente como para que su frente tocara suavemente la del castaño.

Jared quiso preguntar a qué se refería, pero justo en esos instantes escucharon la puerta de la
entrada del apartamento abrirse y Matt hizo acto de presencia.

La expresión en la cara de su amigo al entrar y verles a ambos tan cerca el uno del otro fue tan
fácil de interpretar como un libro abierto; no le hizo ninguna gracia encontrarles en esa situación,
casi parecía como si estuvieran a punto de besarse.

Jensen pareció moverse a la velocidad de la luz para apartarse de Jared cuando le vio mirarle con
desprecio, a Jared le quedó claro que no quería que Matt supiera lo que estaba pasando entre ellos.

Por su parte, cuando vio al rubio apartarse de él tan deprisa, el alto se limitó a ponerse con
tranquilidad la camisa de cuadros que tenía colgada sobre uno de los asientos que había junto a la
barra de bar y a volver a encaminarse hacia la cocina.

Matt no dijo nada, simplemente se acercó hasta la nevera y metió el hielo en el congelador. Fuera
lo que fuera lo que pasaba por su mente en esos instantes, ninguno lo supo.

Inconscientemente los tres decidieron hacer como que no había pasado nada y se limitaron a
asaltar la suculenta cena que Jared había preparado y a hablar sobre Texas y todo lo que tuviera
que ver con ella.

Sobre las once y media de la noche, dos botellas de whisky destilado en Laredo descansaban
vacías sobre la mesa del comedor, Jensen ayudaba a Jared a recoger los platos vacíos de la cena y
Matt se dedicaba a buscar en su colección de discos algún buen álbum de country que les
amenizara la partida de Poker que pretendían jugar.

-¿En serio vamos a jugar al poker?-Preguntó Jensen.

-¿Por qué no? No hay nada más tejano que el poker- contestó Matt con sarcasmo.

-Es que hace como mil años que no juego.

-Tranquilo, “jefe”. Procuraremos no desplumarte demasiado-. Bromeó Jared, haciendo énfasis


adrede en la palabra jefe para fastidiar a Jensen.

-No me llames jefe. Ya no trabajas para mí, ¿recuerdas? Dejaste de hacerlo en el momento que
apagué mi cámara esta tarde… Está bien…- dijo el fotógrafo molesto, al mismo tiempo que cogía
una de las sillas y le daba la vuelta para sentarse a horcajadas sobre ella.- tú lo has querido niñato,
como te descuides voy a desplumarte los diez mil que te he ingresado en la cuenta por las fotos y
los derechos de imagen. No te va a dar tiempo ni a olerlos.

Jared se rió y le imitó cogiendo otra silla y sentándose del mismo modo frente a él en el lado
opuesto de la mesa, aceptando el desafío.

Un par de horas y varias manos después, tres packs de doce cervezas descansaban vacíos sobre la
mesa del salón.

El alcohol ya había empezado a hacer mella en los tres hombres, pero era Jared el que más sentía
el efecto de todo lo que habían bebido hasta el momento.

El chico se sentía desinhibido como pocas veces, relajado, satisfecho… y sobre todo se sentía
capaz de decir y hacer cualquier cosa que pasara por su cabeza sin necesidad de pensarla antes.
Había una frase que no dejaba de rondar su cabeza “Ya no es tu jefe”.

-Venga Padalecki… No te lo pienses tanto. Total… esta mano es mía-. Bromeó Jensen.

En el centro de la mesa había también un buen montón de billetes esperando a que alguien ganara
la partida y se los llevara consigo.

-No me jodas, Ackles- Se quejó Matt. Jensen había ganado las últimas tres manos.
-Tranquilo, Matty… no es más que un farol- Jared se incorporó hacia adelante y dejó ver sus
cartas por fin, poniéndolas sobre la mesa para que sus amigos las vieran. Miraba al fotógrafo con
expresión socarrona y desafiante-. Deberías saber que Jensen SIEMPRE va de farol.

Esa última frase no tenía nada que ver con el juego, incluso Matt se dio cuenta de ello. Había
notado un tira y afloja extraño entre los dos hombres durante toda la noche, aunque no dijo nada al
respecto hasta que el fotógrafo contestó a su amigo y el contexto de la frase se hizo más obvio.

-Yo NUNCA voy de farol, Padalecki… Puede que cuando crezcas lo comprendas, no siempre se
puede tener lo que uno desea.

En ese instante Jensen dejó ver sus cartas y sus amigos dejaron escapar la misma palabra al
unísono.

-¡Mierda!

Sin duda Jensen había vuelto a ganar.

-Vale…- Dijo entonces Matt-. Me da que aquí me estoy perdiendo algo ¿se puede saber qué coño
pasa entre vosotros dos?

-¡Nada!- Dijeron ambos al tiempo.

Cohen se rió al ver sus reacciones. No le hacía gracia la idea de que Jensen hubiera conseguido
atraer la atención de Jared antes que él, pero la situación estaba tan tensa que tenía curiosidad.

-Ya… claro… Bueno, creo que voy a traer una cosita que conseguirá que todos nos relajemos un
poco.

Matt se levantó de la mesa de juego un momento para ir a una de las estanterías del comedor en las
que guardaba los cds de música y trajo de ella una pequeña cajita de color marrón. Sacó un
mechero, una cajita de papel de liar y…

-¿Marihuana?-Preguntó Jared escandalizado.

-¿Queeeeé? Noooo… ¿en serio?- Chilló Matt imitando su tono de voz, mientras Jensen se partía
de risa a su lado.

-Debes estar de coña- Contestó el castaño alucinado.

-De eso nada, necesitáis relajaros y no hay nada que relaje más que esto.

-No sabía que fueras un maldito drogadicto- Se quejó de nuevo Jared- Y estás borracho si piensas
que voy a fumarme esa porquería. ¡No, gracias!

-Ok, madre superiora, si tú no quieres más para nosotros.

Matt lió un cigarro con una facilidad innata en menos de treinta segundos y levantó la mano para
ofrecérselo a Jensen.

-Tú de verdad que alucinas si piensas que Jen…

Jared se quedó con la palabra en la boca y la frase a medio terminar cuando vio al fotógrafo coger
el cigarro y ponérselo tranquilamente en la boca para encenderlo. Estaba claro que no era el
primero.

Matt se rió al ver su cara de sorpresa.


Matt se rió al ver su cara de sorpresa.

-Jar… te puedo asegurar que no es el primero ni el último que Ackles se fuma conmigo- Dijo
divertido- Deberías ver los cariñoso que se pone cuando esta fumado.

Algo le decía que ese último comentario no había hecho ninguna gracia a ninguno de los dos
hombres que se sentaban junto a él en la mesa. Jensen cerró los ojos un momento con cara de
“Mierda, no deberías haber dicho eso”, y la expresión de Jared era de no poder creer lo que estaba
oyendo.

Vio como el castaño miraba a Jensen pidiendo explicaciones, pero este se hizo el loco y metió su
preciosa cara pecosa de lleno en las cartas.

-¿Acabas de insinuar que aquí el jefe y tú os liasteis después de fumaros unos canutos?- Si el chico
hubiera sido un león, le estaría mordiendo el cuello a su compañero de piso en esos segundos por
arrebatarle la presa.

-Venga, Jared…- Dijo riéndose el fotógrafo quitándole importancia al asunto. El comentario de


Matt podía echar por tierra todo lo que había entre ellos-. No es para tanto, fue hace mucho
tiempo. Matt y yo ni siquiera trabajábamos juntos. Fue en la fiesta de cumpleaños de un amigo en
común que se desmadró un poco y de la que no recuerdo la mitad de la noche, así que, ¿por qué
no te relajas un poco y te dejas llevar y olvidamos que aquí mi amigo el inoportuno ha abierto la
boca?

Jared no se podía creer lo que estaba oyendo. Estaba claro que lo que impedía al fotógrafo estar
con él ahora que ya no trabajaban juntos no era la edad, así que debía ser por él. Simplemente no
era lo bastante bueno para Jensen.

Esa idea dio vueltas en su cabeza del chico durante las dos manos siguientes “ Matt es lo
suficientemente bueno como para fumar esa mierda con Jensen y acabar acostándose con él,
pero yo no valgo la pena ni para arriesgarse a volver a besarme… No soy más que un juego
para él”

Jensen se sentía angustiado y nervioso por el silencio de Jared. Era imposible que el chico se
hubiera conformado con la contestación que le había dado, estaba seguro de que algo rondaba su
cabeza. Lo sabía por cómo le miraba cuando creía que no le veía.

Se dio cuenta de que no se equivocaba cuando de pronto Jared se rió sin motivo aparente y le
quitó el cigarro a Matt de la boca para metérselo en la suya y darle una calada.

-Creía que tú no querías probar esta “porquería”…- Se mofó Cohen.

-Cierra la puta boca, Matty- Fue todo lo que Jared contestó.

El chico sentía cómo la sangre hervía en sus venas por la rabia de la indiferencia del fotógrafo.
Dio una profunda calada haciendo que el humo de la marihuana entrara bien en sus pulmones bajo
la atenta mirada de sus dos amigos, rogando que Matt tuviera razón y esa cosa le aclarase las ideas
o por lo menos le ayudase a aplacar el dolor en su pecho.

Jugaron otra ronda, en la que por fin Cohen consiguió ganar a Jensen, antes de que Jared volviera
a hacer algún movimiento que delatara su verdadero estado de ánimo. Entonces el castaño se
levantó y fue en busca de otra de esas botellas de whisky de Laredo que tan fácilmente habían
vaciado durante la cena.

Jared no decía una palabra, pero no paraba de reírse casi en voz baja, como si lo hiciera de sus
propios pensamientos.
-No está acostumbrado, se le está empezando a subir…- Dijo Matt en voz baja. Miró a Jensen
buscando su opinión, pero el rubio se limitó a mirar con preocupación al chico y desvió la mirada
de nuevo a las cartas.

El fotógrafo estaba repartiendo una nueva mano cuando Jared por fin estalló.

Una carcajada tan sonora como espeluznante salió de la boca del castaño antes de hablar.

-¿Sabes qué es lo más gracioso de todo?...-Preguntó a Jensen.

Jared se sentó de nuevo en su silla, se desabrochó la camisa, dio un largo trago a la botella y la
dejó con un fuerte golpe sobre la mesa antes de continuar

-Lo más gracioso es que seas tú precisamente el que me diga que debería dejarme llevar. Nos
habríamos ahorrado muchas cosas si siguieras tus propios consejos.

Jensen no quería entrar en ese juego, sabía que acabarían discutiendo.

-Puede que si no fueras tan terco e insistente no hubiéramos necesitados ahorrarnos nada. Y ahora,
¿podemos jugar tranquilos?- Replicó quitándole el cigarro para darle una calada y pasándoselo
luego a Matt.

-Ah… claro… Se me olvidaba… Tú eres el único que decide cuándo, dónde y con quién se folla
aquí, ¿verdad Jefe?- El tono de la voz de Jared dejaba ver demasiado fácilmente lo herido que se
sentía- ¿Para acostarse contigo también le dio tantas vueltas al asunto, Matty?

Cohen negó con la cabeza sonriendo divertido.

-Ese día íbamos muuuuy fumados, y muy bebidos, todo sea dicho. Y Ackles estaba de bajón, lo
tuve bastante fácil.

-Déjalo ya, Jared… Te toca salir- Interrumpió Jensen tendiéndole sus cartas y esperando a que
comenzara la siguiente partida.

Pero Jared hizo caso omiso a sus palabras y siguió con su propia cruzada.

-Debiste decirme que ya te habías follado a Matt, así me habría ahorrado tener que decirle que no
mientras esperaba a que tu puto juego terminara-. Afirmó el castaño cabreado.

-Sip… eso hubiera sido un detallaaazo por tu parte, jefe- Se rió el moreno. Seguía la conversación
entre Jensen y Jared como si fuera un partido de tenis- ¿Sabes el tiempo que llevo detrás de ese
culito?- Preguntó con tono burlón.

Matt no podía evitar estar pasándolo de miedo con todo ese asunto, algo le decía que si las cosas
terminaban tan mal entre esos dos como pensaba, no tendría que preocuparse por que Jared
pudiera querer algo con el guapo fotógrafo.

Jared se rió ante el comentario. Su amigo le estaba siguiendo el juego, eso ensalzaba sus ánimos y
le hacía querer seguir adelante. Al menos él pensaba que se debía a eso, la verdad era que todo el
alcohol que llevaba en el cuerpo mezclado con su falta de costumbre al efecto de la marihuana, era
lo que realmente le estaba dando el valor de decir lo que pensaba.

Volvió a quitarle el cigarro a Matt, le dio una nueva y fuerte calada y se levantó, cogiendo con su
mano izquierda la botella de whisky y con la derecha la silla.

-¿Sabes, Matty?- Dijo colocando la silla en el medio del salón y quedándose un momento de pie
junto a ella- Aquí nuestro querido y fingidamente recatado jefe me hizo una mamada de
campeonato a escondidas en un despacho en mitad de la jodida fiesta del Capitol Records…

-¿No me jodas?- Matt se partía de la risa al mismo tiempo que les miraba a ambos sorprendido-.
Ya decía yo que entre vosotros dos saltaban chispas últimamente. No me extraña que no quisieras
nada conmigo, pedazo de traidor.

-Matt, cierra el pico joder… - Se quejó Jensen- Jared, ¿Qué mierdas…- intentó hablar pero el
castaño le interrumpió.

-Es bueno, ¿verdad?- Dijo el alto dirigiéndose a su compañero de piso- Con esos putos labios de
chica te hace ver las estrellas tan rápido que no sabes ni dónde estás mientras te la está
chupando…

- Estás fumado y no sabes lo que dices. Será mejor que dejes de decir gilipolleces antes de que
tengas que arrepentirte.

Jensen se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina, cuando salió de ella llevaba un vaso en la
mano, le quitó la botella a Jared y se sirvió un trago de whisky que enseguida engulló.

Aquello se les estaba yendo de las manos y no tenía ni idea de cómo pararlo.

Se reprendió a sí mismo haber bajado la guardia, haber bebido hasta el punto de que le costara
poder centrarse, y sobre todo haberlo empeorado fumándose esa porquería que Matt le había dado.
Hacía mucho desde la última vez que había probado uno de esos y la cabeza le daba vueltas.

“Mierda, Jensen… Céntrate, tienes que arreglar esto, céntrate, joder…”

-Ah no, jefe… Tienes que admitir que aquí mi colega tiene razón. Haces unas mamadas de
escándalo, no tan buenas como las mías, pero sí, muy buenas.

Sin saberlo Matt le había puesto en bandeja a Jared su siguiente paso.

-¿Pues sabes que alardea de que son mejores que las tuyas?

Si realmente hubiera sido consciente de la repercusión de las cosas que decía y hacía en esos
instantes, seguramente habría sido incapaz de decir semejante frase. En un día y en un momento
normal de sobriedad no se habría atrevido ni de broma a hacer lo que estaba haciendo, pero en
esos instantes eran su dolor y su impotencia los que hablaban a través de las drogas y el alcohol.

-Ni de coña…- Contestó Matt divertido.

Entonces Jared se acercó a Jensen, le quitó la botella y se la volvió a llevar consigo. Se acercó a la
silla y se quitó la camisa y la tiró al suelo, para después desabrocharse los pantalones y sentarse en
el centro de la estancia, mirándoles con expresión desafiante a los dos.

-¿Apostamos?- Dijo con una sonrisa malévola en su rostro.

-Jay… no hagas esto, por favor… - Rogó esta vez el rubio.

Jared se dio cuenta de que era la segunda vez que le llamaba de ese modo, “Jay”. Solamente había
usado ese diminutivo tan cercano con él cuando le había besado de aquel modo tan personal en
aquella habitación del Capitol, y como en aquella ocasión, la voz de Jensen estaba cargada de
miedo y preocupación.

-¡Diez de los grandes a que no me llegas ni a la suela, Ackles!- Matt seguía echando leña al fuego
y avivando las expectativas de Jared.

Para el moreno esa situación era tan fácil de llevar como un paseo por el parque.

-NO… ¡Joder!- Gritó Jensen tajante-. Jared está colocado, no pienso dejar que te aproveches de
la situación Cohen- Le advirtió a Matt- Vais a dejar de decir gilipolleces los dos y vamos a jugar al
poker o me largo a mi casa… O mejor, sabéis qué… Me largo.

Fue a encaminarse hacia la puerta, pero Jared le frenó al hablarle.

-¿Qué pasa, jefe?... ¿Tú puedes tenernos a los dos pero nosotros no podemos compartirte? Me
parece muy egoísta por tu parte- Le provocó.

-Jay… por favor, por favor… no sabes lo que estás haciendo. No sabes lo que me estás pidiendo
que haga… Lo vas a joder todo.

Esas palabras fueron directas al orgullo del chico, que se levantó como alma que lleva el diablo de
la silla y se puso frente a él.

-Tú lo has jodido todo, Jensen… - Dijo gritando prácticamente pegado a su cara, luego se apartó y
se acercó a Matt- tratándome como a un crío idiota y jugando conmigo… Yo solamente estoy
siguiendo tus pasos.

Y entonces le besó…

Jared sujetó a Matt de la cintura con ambas manos y devoró su boca como si hiciera años que la
deseara, haciendo que su amigo gimiera de placer al sentir por fin sus labios.

Jensen no pudo evitar seguir el impulso de ese sentimiento de posesión sobre él y se dirigió a toda
a prisa hacia ellos para separarles.

-¡Basta!- Gritó empujando a Cohen lejos del castaño.

Gritar no había ayudado, la cabeza le iba a estallar.

Jared tomó ese impulso como un triunfo.

-¿Celoso, Jensen?- Preguntó satisfecho-. Claro que sí… ¡Ven aquí!

Se acercó al rubio y le cogió entre sus brazos para besarle como lo había hecho con Matt. Jensen
forcejeó al principio, pero sentir de nuevo los labios del chico contra los suyos envenenó de tal
modo su alma que no pudo evitar dejarse llevar por ese beso.

-Jay… no, por favor…- Volvió a decir cuando por fin se separaron, su respiración entrecortada y
su ritmo cardíaco totalmente acelerado. Casi sentía como si el corazón se le fuera a salir del pecho.

-Por favor, Jen…- Le imitó Jared- Te dije que era capaz de cualquier cosa por ti y no me creíste.

Jensen recordó aquella conversación telefónica y se odió a sí mismo por no haber parado esa
locura cuando tuvo ocasión.

No era el hecho de acostarse con dos hombres, el fotógrafo no era tan inocente, ese habría sido el
menor de sus problemas en cualquier otra ocasión. El gran inconveniente en esa situación eran los
sentimientos que tenía hacia Jared.

No se sentía con valor, no tenía fuerzas de compartir a la persona de la que se había enamorado
con nadie más.
con nadie más.

Fue tras ese pensamiento cuando por fin se dio cuenta del verdadero y gran problema de todo lo
que rodeaba a su extraña relación con el chico.

Se había enamorado de Jared.

O no, puede que solamente fuera el efecto de todo lo que se había metido en el cuerpo que le
hacía pensar estupideces como esa.

No… se había enamorado de Jared. Incluso medio borracho y colocado podía diferenciar que ese
sentimiento era de verdad.

-No tienes que demostrarme nada- Dijo con voz triste.

-No tengo que hacerlo, pero quiero hacerlo…- Aclaró el alto acercándose de nuevo a su boca y
rozando el labio inferior del rubio con los suyos, rodeándole de nuevo con sus brazos y
apretándole contra él- Porque quiero que me digas que tú también me deseas, quiero que sientas
por mí lo que yo no puedo evitar sentir por ti… quiero que tu cuerpo y tu corazón queme y arda
por dentro como siento que lo hace el mío… aunque tenga compartirte con él para conseguirlo.

-Dios, Jay… no sabes lo que estás diciendo…

Jensen cerró los ojos abrumado por todo lo que estaba oyendo salir de la boca del chico.

Matt se había apartado como un mero espectador los últimos minutos. Tras el beso de Jared a
Jensen se había dado cuenta de que algo en el ambiente de esa habitación había cambiado, no era
solamente de sexo, de un simple revolcón de los que hablaban esos dos.

El peso en las palabras de ambos hombres iba más allá de querer saciar las ansias de poseer a
alguien, de obtener lo que quieres y quedar satisfecho. Los sentimientos que debía haber entre
ambos debían ser muy fuertes, mucho más de lo que ninguno parecía entender.

Matt si lo entendió.

Ver la situación desde fuera le hizo comprender su derrota. Una buena retirada a tiempo podría
haber hecho las cosas mucho más sencillas entre los dos hombres que se acariciaban frente a él,
incluso podría haber evitado lo que pasaría a continuación… lo que lo complicaría todo.

Pero él no iba a retirarse, algo en su interior le hizo actuar con egoísmo y continuar. Si no
conseguía que Jared quisiera estar a su lado, no iba a ser él quien le iba a poner las cosas fáciles a
otro.

-Venga, Ackles…- Ninguno de sus dos amigos se dio cuenta de cuando Matt se había acercado a
ellos y se había puesto tras Jensen. Acarició su espalda con suavidad antes de seguir hablando-
Incluso yo puedo ver lo mucho que lo deseas, desde hace semanas te observo mirarle como si
quisieras devorarle… ¿de qué tienes miedo?

El fotógrafo negó con la cabeza en un gesto apenas perceptible, era incapaz de moverse.

-Vamos…- insistió Matt-. La última vez no fue tan malo, ¿verdad Ackles? En el fondo lo pasamos
muy bien.

Cohen sabía que su amigo había prometido no volver a perder el control nunca como aquella
noche. Ahora que se había convertido en un fotógrafo de renombre no quería que aquella clase de
errores echaran por tierra su trabajo.
Jensen tragó saliva con dificultad, intentó decir algo, pero sentía un nudo en la garganta que no le
dejó hablar. Era incapaz de abrir los ojos y mirar a ninguno de los dos a la cara.

Sentía como si el angelito bueno de su conciencia se hubiera esfumado y en su lugar dos


demonios dispuestos a conseguir que cediera se hubieran aposentado en su cabeza.

Tenía que parar eso.

-Jen… por favor, dame una oportunidad… ¿Es que yo no soy lo suficientemente bueno para ti?...
¿No valgo la pena, Jen?…- Jared volvió a susurrar su nombre y atrapó los labios del fotógrafo
nuevamente, lamiendo con lentitud su boca, introduciendo su lengua y dándole a probar ese sabor
que le dejaba en blanco la poca conciencia que le quedaba.

La afirmación del chico había roto los pocos pedazos que quedaban del muro que el fotógrafo
inútilmente construyó en su conciencia para evitar que algo como lo que iba a suceder pudiera
pasar. ¿Cómo podía ser tan idiota de pensar que no era suficiente para él?

Cuando se separaron de ese intenso beso, Jensen abrió los ojos por fin y miró a Jared con dulzura,
levantó sus manos y atrapó su cuello entre ellas, volvió a besarle con avidez y le susurró las
últimas palabras de la noche contra su boca.

-Recuerda que tú quisiste esto… cuando despiertes mañana, recuerda que yo intenté decirte que
esto era un error.

Terminó de hablar y pasó su lengua con suavidad por los labios de Jared, antes de volverse hacia
Matt y atraparle entre sus brazos para besarle.

Lo siguiente que recordaría Jensen de esa noche sería la luz tenue de la habitación de Matt, la
expresión de placer y la excesiva lentitud con la que este lamía el cuello de Jared frente a él,
recreándose en lo que hacía tiempo deseaba mientras miraba al fotógrafo directamente a los ojos.

Y sobre todo recordaba el calor… el calor abrasador y el contacto del cuerpo del castaño contra el
suyo.

No olvidaría estar detrás de Jared, acariciando su musculosa espalda con uno de sus dedos hasta
llegar por fin a su redondeado y duro trasero.

Recordaría con claridad el jadeo de placer que se escapó de la garganta del chico cuando metió
sus dedos en su húmeda entrada para prepararle para él.

Pero sobre todo, lo que recordaría con dolorosa exactitud el resto de su vida sería el momento en
el que le penetro.

El momento en el que su polla entró en el estrecha y caliente interior de Jared quedaría grabado en
su memoria de por vida. Nunca antes sintió algo tan intenso con nadie, a pesar de saber que una
tercera persona compartía ese momento con ellos… a pesar de saber que a partir de ese instante
todo se habría estropeado entre ambos….

Jared gimió su nombre junto a su oído tantas veces y con tanta dulzura que sería incapaz de
olvidar ese sonido en su triste existencia. En ningún momento de toda aquella locura el nombre de
Matt salió de su boca, los tres se dieron cuenta, aunque ninguno hablaría de ello nunca.

Para Jared solamente existía Jensen, eso fue algo que quedó muy claro esa noche para el pobre
Matt, que casi se arrepentiría de no haberse retirado cuando tuvo ocasión.
Casi.

**************

Nunca tendría que haber cedido a la necesidad de conocerle. Nunca debió haber seguido aquel
primer impulso. Sabía que tarde o temprano se le iría de las manos y haría alguna tontería.

Había hecho muchas desde entonces…

Contratarle sin tener ninguna experiencia para un proyecto tan importante para él, dejar que todo
el mundo le viera meterse en el baño con Jared el día del casting para después de veinte minutos
salir y mandar a tomar viento fresco a todo el mundo sin motivo aparente y sin molestarse a
fotografiar a nadie más…

Coquetear con un empleado del modo más descarado que lo había hecho nunca e invitarle a su
propia casa –cosa que nunca antes se le habría pasado por la cabeza hacer-…

O la mejor de todas, llevar a un empleado como acompañante a una fiesta en la que, no solamente
su propio jefe podría darse cuenta de que ligaba con su modelo, sino en la que además había
acabado poniéndose celoso por culpa de ese crío y llevándole a una habitación a escondidas para
hacerla la mamada de su vida y así enseñarle quien manda aquí- Arriesgándose así a que
cualquiera les pudiera descubrir y su reputación de serio y correcto profesional se fuera a la mierda
en cuestión de un par de chupadas.

Sí, todo eso había sido muy poco profesional por su parte, pero desde luego, la de la noche
anterior era la más estúpida de todas…

************

Eran algo más de las siete de la mañana, Jensen estaba sentado en una silla junto a la cama de la
habitación de Matt, viendo como este y Jared dormían plácidamente, cada uno en un lado de la
cama.

El alto tumbado boca abajo, con el pelo totalmente despeinado y su cara enterrada en la almohada.
Matt tumbado de lado, con su brazo derecho apresando de manera posesiva la espalda de Jared.

Jensen sabía que aquello nunca debería haber pasado. Sabía que si se hubiera apartado
definitivamente del chico después de lo sucedido en el Capitol Records, ahora no estaría
contemplando al hombre del que se había enamorado mientras dormía en la cama con otro.

No debió jugar con él de ese modo. Le había empujado a hacer cosas que sabía que alguien como
él no habría hecho por propia voluntad…

Nunca debió contestar a esa llamada…

En realidad había tantas cosas que no debía haber hecho últimamente…

El peor de todos los errores que había cometido en esas semanas había sido el de enamorarse de
Jared.

Eso definitivamente debía solucionarlo. Tenía que romper con todo ese asunto de una vez por
todas. Hablaría con Jared después de su reunión con Carlson de esa mañana.

Estaba decidido.
Continuará…
Huellas de abrasión (Abrasion marks)

Parte 4: Huellas de abrasion - Abrasion marks (O las consecuencias de un acto desesperado


por recobrar el control).

Arañazos en una película fotográfica debidos al roce con algo duro. Suele deberse a la presencia
de suciedad (polvo, arena, etc…) en los aparatos o en la propia película. Si esas marcas están
por el lado de la emulsión , el daño puede ser irreparable.

Ese es precisamente el resultado de la sobre exposición de Jensen a la presencia de Jared, que


sentía como las huellas que había dejado en su piel el roce el contacto de ese chico habían
abrasado su alma y su cuerpo de una manera desenfrenada y totalmente irreparable.

******************

Nunca tendría que haber cedido a la necesidad de conocerle. Nunca debió haber seguido aquel
primer impulso. Sabía que tarde o temprano se le iría de las manos y haría alguna tontería.

Había hecho muchas desde entonces…

Contratarle sin tener ninguna experiencia para un proyecto tan importante para él, dejar que
todo el mundo le viera meterse en el baño con Jared el día del casting para después de veinte
minutos salir y mandar a tomar viento fresco a todo el mundo sin motivo aparente y sin
molestarse a fotografiar a nadie más…

Coquetear con un empleado del modo más descarado que lo había hecho nunca e invitarle a su
propia casa –cosa que nunca antes se le habría pasado por la cabeza hacer-…

O la mejor de todas, llevar a un empleado como acompañante a una fiesta en la que, no


solamente su propio jefe podría darse cuenta de que ligaba con su modelo, sino en la que además
había acabado poniéndose celoso por culpa de ese crío y llevándole a una habitación a
escondidas para hacerla la mamada de su vida y así enseñarle quien manda aquí- Arriesgándose
así a que cualquiera les pudiera descubrir y su reputación de serio y correcto profesional se fuera
a la mierda en cuestión de un par de chupadas.

Sí, todo eso había sido muy poco profesional por su parte, pero desde luego, la de la noche
anterior era la más estúpida de todas…

**********

Eran algo más de las siete de la mañana, Jensen estaba sentado en una silla junto a la cama de
la habitación de Matt, viendo como este y Jared dormían plácidamente, cada uno en un lado de
la cama.

El alto tumbado boca abajo, con el pelo totalmente despeinado y su cara enterrada en la
almohada. Matt tumbado de lado, con su brazo derecho apresando de manera posesiva la
espalda de Jared.

Jensen sabía que aquello nunca debería haber pasado. Sabía que si se hubiera apartado
definitivamente del chico después de lo sucedido en el Capitol Records, ahora no estaría
definitivamente del chico después de lo sucedido en el Capitol Records, ahora no estaría
contemplando al hombre del que se había enamorado mientras dormía en la cama con otro.

No debió jugar con él de ese modo. Le había empujado a hacer cosas que sabía que alguien
como él no habría hecho por propia voluntad…

Nunca debió contestar a esa llamada…

En realidad había tantas cosas que no debía haber hecho últimamente…

El peor de todos los errores que había cometido en esas semanas había sido el de enamorarse de
Jared.

Eso definitivamente debía solucionarlo. Tenía que romper con todo ese asunto de una vez por
todas. Hablaría con Jared después de su reunión con Carlson de esa mañana.

Estaba decidido.

************

Cuando Matt despertó horas después, ninguno de sus dos improvisados compañeros de cama de
esa noche estaba ya junto a él.

Se incorporó en la cama sintiendo el cuerpo dolorido y pesado como consecuencia de la fiestecita


nocturna. Cuando por fin los recuerdos de todo lo sucedido la noche anterior se agolparon en su
cabeza, sensaciones diferentes peleaban por ganar la batalla en su interior.

Se sentía eufórico a causa de tener la certeza de haber pasado una de las mejores noches de sexo
que había tenido en mucho, mucho tiempo. Pero esa sensación era contrarrestada por otra más real
y dolorosa, el corazón de Jared pertenecía a otra persona.

Ahora era consciente de ello, y lo primero y mejor que podía hacer al respecto era superarlo.

Se levantó de la cama y se duchó y se vistió sin dejar de pensar precisamente en el castaño, se


preguntaba si todavía seguiría en la casa o si se habría marchado con Jensen a vivir su fatídica y
confusa historia de amor.

Después de buscar sin ningún éxito a su amigo por todo el piso, se le ocurrió salir al balcón a
tomar el aire cuando por fin obtuvo la respuesta a sus dudas sin necesidad de preguntar.

Jared estaba allí afuera, sentado en el suelo, ya duchado y vestido y con una expresión tan triste y
desdichada, que Matt no pudo evitar recriminarse a sí mismo sentirse mal por saber que su amigo
no le correspondía.

El castaño le miró con melancolía cuando le vio aparecer, intentando sonreír pero fallando
estrepitosamente en el intento. Entre las manos de Jared había un vaso de agua en el que una
aspirina efervescente burbujeaba ruidosamente.

-Hey…- Susurró antes de vaciar el contenido del vaso en su garganta.

-Buenos días a ti también, amigo.- El moreno intentaba sonar despreocupado y alegre.

Jared volvió a intentar sonreír, esta vez con un poco más de entusiasmo, pero por desgracia su
compañero le conocía demasiado bien.

-¿Y Jensen?- Preguntó, viendo como el castaño no podía evitar suspirar angustiado al oír su
nombre-. ¿Hace mucho que se marchó?
-Pues si contamos que hace más de tres horas que me desperté y él ya no estaba…- Contestó Jared
mirando el reloj de su muñeca-. Sí… hace bastante que se fue.

-Tendrá trabajo.- De nuevo Cohen intentaba quitarle importancia al asunto.

-Sí… -Se rió su amigo con sarcasmo-. Debe estarlo mucho para no haber contestado a ninguna de
mis quince llamadas perdidas.

-¿Estás de coña, no? – Preguntó sorprendido-. ¿Dime que no va en serio que le has llamado
quince veces, Jar?

-Dieciséis si contamos la que hice antes de ducharme…- Contestó avergonzado Jared.

Alucinado por lo que oía, Matt se llevó las manos a la cabeza por un instante, cuando las bajó
respiró hondo y después se acercó a su amigo y se sentó a su lado.

-Imagino que eso significa que te acuerdas de todo lo que sucedió anoche.

-Sip…Todo…- Contestó avergonzado el castaño.

-Pues vaya… tenía la esperanza de que todo lo que te metiste en el cuerpo te hubiera hecho
olvidar alguna que otra cosilla.- Se lamentó.

No valía la pena seguir fingiendo que no había pasado nada, tenían que hablar de lo sucedido y
dejarlo pasar. Algo le decía que su amigo se estaba tomando lo sucedido demasiado a la ligera.

-Mira, Jar…- Empezó a decir, mirando con cariño al chico castaño apenado y compungido en el
que se había convertido su enorme y antes alegre amigo de la infancia.- Si fuera por mí, podríamos
darle vueltas durante meses intentando fingir que anoche no pasó nada, evadiendo el tema hasta
olvidarlo… pero conociéndote también podríamos hablar del tema durante horas para intentar
justificar lo que pasó y lo mucho que se descontrolaron las cosas… ¡Paso!

Jared se quedó tan alucinado como lo había estado su amigo momentos antes.

-¿Qué?

-Que paso, Jar… No quiero esta mierda entre tú y yo. No pienso dejar que una gilipollez como
esta estropee nuestra amistad. Eres demasiado importante para mí como para dejar que un simple
rollo de una noche lo joda todo… Pensándolo fríamente, hasta que hace unas semanas volviste a
aparecer en mi vida tenía más que asumido que lo nuestro no podría ser, así que prefiero dejar de
hacerme ilusiones y mantener nuestra amistad -la que de verdad que valoro más que nada- en el
buen punto en el que estaba, gracias.

-Pero…- Intentó decir Jared confuso.

-Bebimos demasiado, fumamos… no mucho aunque tú no estés acostumbrado y se te subiera más


rápido…-se rió- y acabamos algo descontrolados. Para mí eso no fue tan diferente a lo que suele
ser una noche loca más de las mías…

Jared levantó una ceja mirándole con expresión incrédula y Matt se volvió a reír, se le había
olvidado lo simple e iluso que resultaba ser en realidad su gigante amigo.

-Pero entre tú y Jensen me parece que la cosa fue bastante más complicada…

El alto agachó la mirada y se centró en el vaso ya vacío en su mano.


-Fue culpa mía- se lamentó-. Volví a joderla por segunda vez consecutiva por culpa de mi maldita
impaciencia… -Guardó silencio un momento y después siguió hablando, esta vez más acelerado-
Pero es que me supera, no logro pensar en otra cosa que no sea en él y sin darme cuenta hago
cosas que ni de broma habría pensado hacer… Me puse tan celoso de lo vuestro… lo mejor es que
ni siquiera sé por qué… Lo único que sé es que se me cruzaron los cables y me vi aceptando esa
porquería que fumabas sin pensármelo dos veces… ¿Crees que si no hubiera ido borracho y
fumado me habría atrevido a decir y hacer todo lo que hice?... Joder, que os ofrecí chupármela
para hacer una apuesta, Matty…

-Vaya… yo que pensaba que te estabas volviendo más divertida, monjita- Se burló Cohen.

-Puedes no reírte de mí, por favor…- Pidió el otro.

Jared se pasaba las manos por su larga melena castaña, visiblemente agobiado.

-Bueno… - contestó su amigo intentando animarle-. Te puedo asegurar que no eres el único que
está irreconocible últimamente… No había visto a Jensen relajarse tanto como lo ha hecho estas
últimas semanas en años. Creía que simplemente estaba empezando a tomárselo todo con más
calma, pero al parecer es cosa tuya. No sé qué le das amigo…-se cayó un momento y se rió con
malicia- bueno, en realidad ahora sí… o más bien lo que él te da a ti… -soltó juguetón.

-¡Matty!- Se quejó el castaño.

Su amigo volvió a reírse con ganas y continuó.

-A ver… lo que intento decir es que… deja de darle vueltas, ¿vale? Estoy seguro de que Jensen
simplemente está algo confuso con lo que pasó anoche.- Por fin Matt parecía ponerse serio con el
tema- El rubito se ha vuelto muy serio, hacía mucho que no se desmelenaba de esa manera. La
única vez que le he visto descontrolarse lo más mínimo fue en aquella fiesta de la que te hablé, y la
verdad es que el pobre no estaba pasando por una época muy buena.

Jared le miró con curiosidad.

-¿Qué le pasó?- Preguntó.

-Por aquel entonces había roto con su pareja, un cerebrito inglés del que por cierto solamente unos
pocos habíamos oído hablar, e imagino que aquello le hizo bajar la guardia un poco. Ese tema le
afectó tanto que estuvo a punto de perder un par de contratos bastantes importantes, por suerte se
centró rápido y volvió a convertirse en el aburrido y serio fotógrafo que solo piensa en el trabajo.
Desde entonces no le he vuelto a ver descentrarse de su carrera lo más mínimo… Por nada ni por
nadie.

De pronto Jared empezó a sentirse muy culpable por haber presionado al fotógrafo con su
encaprichamiento.

-Para que me entiendas: apenas sale, solamente hace acto de presencia en los eventos que son
necesarios y realmente importantes para su trabajo, no se enrolla con modelos ni otra gente con la
que trabaja… Digamos que mantiene su reputación impecable. Para él es algo así como muy
importante lo que la gente opina de él… ¡Hey! Que yo le entiendo, en este negocio puedes pasar
de lo más alto a darte el batacazo en cuestión de segundos y solamente por una foto oportuna o un
comentario mal interpretado… pero creo que se lo toma demasiado en serio…

Entonces Matt se calló un instante y miró a su amigo.

-Hasta que apareciste tú claro. Parece que le has trastocado todos los planes y has hecho salir a
pasear al chico malo que lleva dentro-le dio una palmadita al castaño en la pierna antes de
continuar- Enhorabuena, debes gustarle mucho grandullón…

Después de esa frase Jared se sentía muy pero que muy culpable.

-Soy un auténtico idiota- Afirmó dejando caer la cabeza hacia atrás y frotándose la cara con la
mano libre.

-Nah… estabas cachondo. Jensen tiene un polvazo tremendo, es comprensible.

-No tiene gracia… Jensen me gusta mucho, mucho… de verdad. No sé qué voy a hacer para que
me perdone.

-Claro que la tiene- Finalizó Matt- Mira… deja de compadecerte de ti mismo y habla con él.

-¿Cómo? Ni siquiera contesta a mis llamadas- Se quejó el otro.

-Pues ves a verle.-contestó el moreno- Ayer dijo algo de una reunión con el tío que financia la
exposición.

-¿Carlson?

-Steve, creo que se llama. Hemos coincidido en un par de fiestas… Tampoco está nada mal, por
cierto.- Afirmó.

-Sí… me parece una idea fantástica.- su voz era puro sarcasmo- seguro que a Jensen no le importa
que le joda la reunión con el pez gordo para ir a preguntarle si se arrepiente de haberse liado
conmigo.

-No se arrepentirá… estoy seguro. Habría que ser muy idiota para arrepentirse de liarse contigo
nene. Semejante material no se desperdicia…

Jared se rió, esta vez con más ganas, al ver cómo su amigo volvía a insinuarse mirándole de forma
lasciva.

-¿Eres incapaz de no decir chorradas sexuales todo el tiempo?- Le reprochó divertido.

-Grandullón, después de lo de anoche las chorradas que salen de mi boca tienen fundamento, no
puedes culparme.

-Vale… ahora soy yo quien se arrepiente de verdad.

-Pues anoche bien que me pedias…

-Matty, joder…

-Vaaaale… era coña. Perdón.- Se disculpó- Pero hazme caso y tomate esto menos en serio. Verás
como cuando hables con él la cosa no es para tanto. –Cambió el tono a uno más burlón- Hablaréis,
os diréis lo mucho que os gustáis, salvaréis todos los obstáculos que la dura vida del famoso
fotógrafo os ponga por delante… y al final terminaréis follando los dos solitos toda la noche
olvidándoos de que yo he existido… ¡una auténtica desgracia!... para mi claro.

-Rectifico… TÚ eres el idiota.

Los dos hombres se reían con ganas de las tonterías de Cohen cuando el móvil de Jared sonó.

El nombre de Jensen en la pantalla hizo que el corazón del castaño diera un vuelco en su pecho.
-¿Jen?... ¿Dónde estabas te he llamado como… - Preguntó ansioso.

-¿Podemos quedar? ¿Tienes algo que hacer esta tarde?- Le preguntó el rubio, sin molestarse a
contestar y siendo bastante más directo de lo que le hubiera gustado.

Jared pensó que quería hablar de lo sucedido la noche anterior y contestó casi tan rápido como
entusiasmado.

-Sí, claro. Puedo estar en tu casa en quince minutos si quieres.

-No hace falta que sea ya, Jay… He dicho luego. Hay una fiesta a la que quiero que me
acompañes. Ven sobre las nueve, te mando la dirección en un mensaje. Cómprate un traje elegante
y no llegues tarde.

-Sí… sí, claro. Está bien… nos vemos luego.- Su entusiasmo se dio de lleno con la indiferencia
con la que le hablaba Jensen.

-Bien, hasta luego.

Fue todo lo que dijo el fotógrafo antes de colgar el teléfono, ni siquiera se molestó en darle más
detalles. Aquella conversación dejó a Jared más nervioso y preocupado de lo que ya estaba.

***********

Eran las nueve y media de la mañana cuando Jensen entraba en el edificio de oficinas de la sede
de Carlson industries, situado en pleno corazón del centro de negocios de la ciudad de Los
ángeles.

Saludó a la recepcionista -una guapa pelirroja que no podía pasar de los veinte- y se encaminó a la
zona de los ascensores. Entro en el primero que se abrió y presionó el botón de la planta treinta.

El despacho de Steve estaba justo en la última planta del edificio, al hombre le gustaba tener
acceso libre para subir a la azotea.

Allí arriba tenía la pista de aterrizaje de su helicóptero privado, junto a una especie de mini campo
de golf del que disfrutaba en sus ratos de ocio y al que siempre invitaba al fotógrafo a jugar
cuando se veían. El empresario sabía que a Jensen le gustaba ese deporte tanto como a él.

Cualquiera que conociera a Steve mínimamente podría decir que el golf no era un deporte que
fuera precisamente con él. El hombre era el típico nuevo rico con la cabeza bien amueblada, un
auténtico lince para todo tipo de negocios, pero que no dejaba que su antigua vida se alejara
demasiado de la nueva. Le gustaba el lujo, por supuesto, -¿a quién no?-pero también era de los
que el concepto de la diversión era el de dos amigos tomando una cerveza y simplemente
charlando, no el de una fiesta por todo lo alto en la típica mansión de Beverly Hills.

Cuando salió del ascensor, una rubia de las mismas características que la pelirroja anterior –guapa
y rozando los adorados veinte de Carlson- le dio la bienvenida y le pidió amablemente que
esperara sentado en recepción, ya que el empresario estaba reunido y le atendería en cuanto
terminara.

No es que Steve tuviera una obsesión enfermiza con las veinteañeras, simplemente era un fanático
de la belleza de la vida -el californiano no se preocupaba por el sexo de la persona que pasaba la
noche con él, sino de su aspecto y lo que le hacía sentir en su interior-. Y al parecer para ese
hombre, las veinteañeras eran el adorno perfecto para su empresa, ya que todo el personal era de
las mismas características.
Unos veinticinco minutos después, el bohemio directivo salió de su despacho acompañado de dos
hombres orientales que le hacían reverencias con satisfechas y alegres sonrisas en sus caras.

-¡Mi fotógrafo favorito!- Exclamó contento tras despedirse de ellos y ver a Jensen.

-Steve…- El rubio se acercó y le estrechó la mano. Sintió su móvil vibrar en el interior del bolsillo
trasero de su pantalón mientras lo hacía, seguramente sería Jared de nuevo.

El chico le había llamado varias veces en la última hora, pero él se había negado a sí mismo el
contestar. Todavía no estaba seguro de lo que iba a decirle.

-Pasa amigo, tengo noticias que te van a gustar- Le pidió indicándole con la mano que entrara en
su despacho.

Y realmente las noticias de Carlson eran magníficas para Jensen.

Resultó que Steve había decidido que inauguraría la exposición del rubio el mismo día de su
cumpleaños, algo que aseguraba al fotógrafo que el más influyente y adinerado público estaría
invitado al evento.

Esa era una oportunidad magnífica para mostrar su verdadero talento y de ese modo hacer que la
gente por fin comprendiera que él no era solamente un estupendo fotógrafo de moda, sino un
auténtico genio de las instantáneas. Que era capaz de fotografiar de un modo único mucho más
que simples cuerpos perfectos y ropa de diseño.

Solo hubo algo que no le gustó de lo que el empresario y él hablaron durante la reunión, que Steve
quería ver ya el material que tenía preparado para exponer.

-Todavía no está preparado. Justamente ayer hicimos la última de las sesiones con los modelos,
está todo a medio revelar y pendiente de seleccionar las fotos finales y hacer el montaje final. –
Explicó el rubio mientras golpeaba la pequeña bola blanca con su palo de golf. Habían subido a la
azotea a jugar un poco mientras hablaban.- Pero tranquilo, para el día de la inauguración estará
todo preparado. Confía en mí…

Pero su excusa no sirvió de mucho, el empresario insistió en que quería ver lo que el fotógrafo
tenía hasta el momento.

-Debes comprender que me juego mucho, amigo.- Contestó- Confío en ti más que en nadie y lo
sabes… pero quiero ver cómo va la cosa. Además, sabiendo el tema de tu exposición, me muero
de curiosidad.

Podría haberse negado. No era que el fotógrafo no se pudiera permitir exponer su material en
cualquier otra compañía, era arriesgado pero podría conseguir fondos para hacerlo. Aunque
siempre aseguraba mejor el éxito contar con el apoyo de una compañía importante como la de
Carlson para un proyecto como ese.

El problema era que en el tiempo que llevaban trabajando juntos, Steve y él habían llegado a ser
muy amigos, por lo que no tuvo más remedio que ceder a su petición si no quería que se molestara
con él.

Así que, para pesar de Jensen, una hora después estaban en el cuarto oscuro de su casa, justo
frente a una de las fotos más subidas de tono de Jared cuando Steve dijo…

-Vaya, vaya… esto pinta incluso mejor de lo que esperaba. Este chico tiene algo que me gusta, y
créeme que no soy el único, causó bastante sensación la otra noche en el Capitol... Jared ¿no? –
Preguntó señalando al castaño en la imagen.
-Exacto.

Jensen esperaba que su amigo no preguntara mucho más sobre el chico -se había dado cuenta de
que a Steve le había gustado Jared en cuanto les había presentado- y no estaba en condiciones de
contestar a muchas preguntas sobre su pecado capital particular.

Por un instante el fotógrafo pensó que había tenido suerte y el empresario iba a dejar pasar el tema
del castaño, le vio seguir observando el resto de fotos con interés hasta que se paró justo al final de
la larga fila de fotos que colgaban del techo.

Apartada del resto había una instantánea en la que aparecían Jared y el propio Jensen, el hombre
se paró frente a ella y la descolgó de su lugar para poder sujetarla entre las manos y observarla con
más detenimiento.

El fotógrafo iba a decirle que no hiciera eso, que podría estropearla, cuando se dio cuenta de qué
foto era la que tenía su amigo entre las manos y empezó a ponerse nervioso.

-Esta…- Steve le habló completamente maravillado-. Esta es perfecta, Jensen… Quiero esta foto
en el panel central. La expresión de Jared es…

-No, no, no, no… Esa ni siquiera es para la exposición. No es más que una foto que tomó Matt
para entretenerse mientras yo le explicaba algo a Jared. Ellos son los modelos, no yo- Le advirtió
rápidamente.

En realidad esa foto no tendría ni que existir, el fotógrafo únicamente tenía intención de revelarla y
guardarla en un cajón bajo llave el resto de su existencia. Se sentía demasiado expuesto cuando la
veía.

-¿Estás de broma?... Esta foto es… No sabría explicártelo. La forma en que os miráis… Creo que
si en alguna has conseguido tu objetivo con creces, es en esta. Quiero esta foto en la exposición.

-No, Steve. Esa no… -Jensen no sabía qué decir para quitarle esa idea de la cabeza- Esa foto no es
más que una instantánea echa al azar, en serio, si ni siquiera estábamos posando, únicamente
hablábamos y yo le explicaba a Jared cómo tenía que ponerse y…

-Mira… me da lo mismo- Respondió tajante el empresario- Cómo si le estabas explicando el


Kamasutra, amigo… que por cierto, por la forma en que te mira, da igual lo que le estuvieras
diciendo, creo que se habría arrodillado ante ti y jurado amor eterno si se lo hubieras pedido. Fíjate
cómo te mira, es como si te rogara que le devoraras… Y no estamos hablando de comida, Jenny.

-No…-Se rió inquieto el fotógrafo. De todas las fotos que había, tenía que ir a gustarle esa.- no, es
que… él no…

-¿Y la forma en que le miras tú? –Siguió diciendo el otro, sin molestarse a dejarle rebatir sus
palabras- Cuando ves esta foto tienes la sensación de que vayas a saltar sobre él y… dios, es tan
buena… Esta foto es pura pasión, Jenny. El resto son muy buenas, geniales, pero esta… esta
TIENE que estar en la exposición. Y NO es discutible, en serio.

La cara de preocupación que puso Jensen al escuchar esas últimas palabras dejó claro a Carlson
que algo fallaba en ese asunto. Y no era solo la típica timidez del fotógrafo, había algo más en su
mirada aterrada.

-Por cierto… ¿Qué tal va la cosa entre vosotros dos?

Y tras esa pregunta fue cuando Jensen ya casi se cayó al suelo del susto.
-¿Pe… perdona?- Balbuceó.

-¿Qué cómo va todo entre vosotros? ¿Al final fuiste bueno y le diste al chico lo que quería,
Jenny? ¿o continúas teniéndole con el calentón para divertirte torturándole?

-No sé por qué dices eso…- Intentó hacerse el loco, pero no funcionó.

“Mierda”- Pensó Jensen.

-Sabes perfectamente de qué te hablo… granuja. Ese chico y tú os estuvisteis comiendo con la
mirada toda la noche. ¿De verdad crees que no me di cuenta de cuando desaparecisteis juntos?

Jensen tragó saliva acojonado al escucharle. -No es lo que…

-Oh sí… sí que lo es.- Le interrumpió Steve- No se te ocurra decirme que no estáis liados que no
me lo creo. Ese chico estuvo tirándose a tu cuello toda la maldita noche… suerte la tuya, por
cierto, el crío es todo un portento de la naturaleza, yo me lo habría llevado a casa sin dudarlo…
por eso pensé que al final habías cedido cuando os vi marcharos a toda prisa, sobre todo porque
no volvisteis a aparecer después. La cosa debió ir mejor de lo que creía… Dime que no me
equivoco e iré a por los doscientos dólares que me debe Mike gracias a ti.

-Que te debe dinero por mi culpa… ¿Por qué?

-¿Qué por qué? Aposté con él doscientos a que te lo tirabas. Yo tenía esperanzas en ti, le aseguré
que del vestíbulo no pasabais, pero Mike decía que eres un acojonado, que pasarías del chico y le
llevarías a casa… y bien, ¿Quién ganó, Jenny?

El fotógrafo se sentía como un auténtico idiota al escucharle.

Si su amigo y Mike se habían dado cuenta, cualquiera en aquella fiesta podía haberle visto
marcharse con Jared y no volver a hacer acto de presencia. Seguramente la noticia ya corría como
la pólvora entre los asistentes. “El serio y centrado Ackles desapareciendo con un modelo novato
en medio de una fiesta”

¡Genial!- Pensó esta vez molesto consigo mismo.

-Preferiría no hablar del tema, si no te molesta. Entre Jared y yo no hay nada, eso fue un mal
entendido- Se excusó, rezando por qué su amigo no insistiera más. Pero la expresión de su cara
era de una angustia tan obvia que Steve no se lo tragó.

-Mira, si quieres negarlo, por mi estupendo. Me parece genial que quieras llevar tu vida privada en
secreto y esas cosas… en realidad no era más que una broma que hablamos entre nosotros aquella
noche, no creo que nadie más se diera cuenta- Contestó su amigo dejándole bastante descolocado-
pero tus ojos me dicen que hay algo en ese chico que te tiene pillado… no lo puedes negar… ¡Los
ojos son el espejo del alma querido Jenny!…

-¡Quieres dejar de llamarme Jenny, joder!- Le gritó ofuscado.

Steve se quedó completamente parado, con el palo de golf medio levantado y en proceso de darle
a la pelota.

El fotógrafo no podía creerse que acabara de gritarle al hombre que iba a financiar su primera
exposición oficial.

Jensen suspiró profundamente, sintiéndose totalmente derrotado y se dejó caer sobre la barandilla
de la azotea del edificio.
- ¿Pillado?... –Se rió frustrado-No sabría explicarte con palabras lo que ese maldito chico le hace a
mi supuesta alma, Carlson…

En ese preciso instante, el móvil volvía a vibrar en su bolsillo con insistencia.

Jared…

Steve se acercó a él y le imitó poniéndose a su lado, aunque el fotógrafo miraba al suelo y él


observaba tranquilo las bonitas vistas de la ciudad.

- Estaba a punto de tirarte de esta azotea a abajo de una patada en el culo por gritarme, pero visto
lo visto y con la cara de necesitar un psicólogo que tienes, me voy a apiadar de ti y te lo voy a
pasar. ¿Qué coño ha pasado?

-Lo siento, no quería gritarte… es que últimamente todo se me está yendo de las manos y… mira,
déjalo… Es una larga historia. Una historia larga y confusa que no puede ser.

-¿Por qué? Hubiera jurado que el chico te gusta- Preguntó desconcertado el otro.

-Tengo que centrarme en la exposición y no es el momento ni el lugar para escarceos amorosos


con un novato al que le llevo seis años. Estoy muy cerca de conseguir lo que quería y esto
solamente lo estropearía.

-¿Por qué?-Volvió a preguntar su amigo- No veo el inconveniente en que estéis liados. No sé


cómo puede eso afectar a tu trabajo…

-No es el hecho de… no es por qué… -Ni siquiera él podía explicar claramente por qué tenía tanto
miedo de liarse con el chico- mira, cuando estoy con Jared todo se descontrola y no puedo
arriesgarme a…

Steve se rió al escucharle.

-Venga, ¿en serio vas a darme la excusa de que tienes que estar centrado en tu trabajo para que
todo salga perfecto y bla, bla, bla…?

Jensen le miraba boquiabierto, no se esperaba para nada esa reacción

- ¿Sabes cuál es tu problema, Jenny?

-Ilumíname…-pidió molesto, su amigo seguía pasando de él y llamándole como le daba la gana.


Después de tanto tiempo, todavía no había conseguido que Steve dejara de llamarle con ese apodo
de chica que tanta rabia le daba.

-Tu problema es que eres un jodido obsesionado del control.

-¿Qué? ¡No!…- Se quejó.

-Oh, sí… Y tanto que sí. Esa ha sido tu mayor manía desde que te conozco. Estás tan ocupado
intentando convertirte en el puto Van Gogh de las fotos que no eres capaz de darte cuenta de que
te estás perdiendo lo que de verdad importa…

-¿Ah, sí?… ¿Y qué es eso que tanto importa y que me estoy perdiendo según tú?

-La vida, amigo… la vida…- Afirmó Steve- Tienes esa maldita obsesión por controlarlo todo
metida en tu cabeza y eres incapaz de vivir de verdad. Tienes tanto miedo a dejarte llevar y que tus
perfectos planes se tuerzan, que eres no ves lo que te estás perdiendo.
-No dices más que tonterías.- Intentó defenderse el fotógrafo- La fotografía es mi vida, ¿vale? Yo
solamente intento salir adelante en un trabajo que está muy complicado y…

-Miedo, Jenny… Créeme, lo tuyo es miedo a no tener el control.- Le volvió a interrumpir Carlson-
Pues para que lo sepas, tarde o temprano te darás cuenta de que se te ha pasado el tiempo
intentando que todo sea tan perfecto a tu alrededor. Algún día mirarás hacia atrás y pensaras en
todas las personas a las que no diste la oportunidad de entrar en tu vida, y te darás cuenta de lo
mucho que la has cagado… ¿Qué harás cuando por fin hayas conseguido ser el dios de las
instantáneas?...

Jensen fue a contestar pero Steve no le dejó hacerlo, era una pregunta retórica.

-Nada… eso es lo que harás. Nada. ¿Crees que Jared te esperará hasta que te des cuenta de eso?
Que sientas algo por él no te garantiza que el chico te vaya a jurar amor eterno, Jenny… la vida es
corta, aprovéchala. Arriésgate y equivócate de vez en cuando, puede que al final salgas ganando.

-Yo no he dicho que sienta algo por él…-Susurró Jensen con voz triste.

-A veces las cosas no es necesario decirlas, amigo.-Contestó el otro dándole una palmadita en la
espalda.

En aquellos momentos el fotógrafo estaba a escasos segundos de admitir lo que sentía, de dejarse
llevar y explicarle a Steve todo lo que había pasado, pero su tozuda conciencia le impidió
desahogarse como debía haberlo hecho.

-No, no voy a estropearlo ahora que estoy tan cerca…- Su amigo fue a replicar, pero esta vez fue
él quien le cortó- No quiero seguir hablando del tema. No estoy enamorado de Jared y no hay
nada entre nosotros, solo ha sido un desliz que no volverá a ocurrir. Ahora, ¿podemos centrarnos
en nuestro trabajo? Por favor…

Jensen escupió todas y cada una de las palabras de su boca con auténtica rabia, pero ese último
por favor se ahogó en una triste súplica tan obvia que el empresario no pudo hacer más que dejar
el tema. Aunque no por completo.

-Está bien, ¿quieres negar lo evidente? Muy bien, es tu culo, tú verás lo que haces con él. ¿No
quieres hablar de lo que sea que haya pasado entre vosotros, perfecto?.. lo entiendo.- Contestó
muy serio- pero hay dos cosas que no puedo concederte… Si no estás de acuerdo y quieres que
anulemos lo de la exposición es cosa tuya, pero quiero esa foto en ella… Lo siento, pero eso ya te
he dicho que no es discutible… Quieres que tu nombre salga en primera página ¿no? Bien, pues
esa foto te dará todo lo que pides. Así que, por tu bien, espero que sigas mi consejo y la pongas en
el panel central…

-¿Cuál es la otra?-Preguntó el fotógrafo refiriéndose a las nuevas condiciones de su amigo.

-Me temo que vamos a tener que seguir hablando de Jared un poco más…- Jensen le miró
extrañado, no necesitó preguntar el por qué- mi amigo Mark, el de la productora…

-¿Sheppard? ¿El nuevo director ejecutivo de la CW?

-Sí, ese. Le viste en la fiesta del Capitol… Al parecer también quedó bastante maravillado con
Jared. No sé si es por sus hoyuelos, por su encanto o por sus jodidos dos metros de musculo, pero
el caso es que quiere hacerle una prueba. Dice que está rodando una serie en Atlanta y que aunque
parece que está algo verde, el chico puede ser perfecto para el papel de un nuevo personaje que
van a introducir en la tercera temporada.
-¿Y qué tiene que ver eso conmigo?

-Quiero que te pongas en contacto con él y le traigas esta noche a una fiesta que celebra Mark en
su restaurante de Newport Beach. Quiere hacerle la proposición él mismo, y de paso presentarle a
un par de personas con las que tendría que trabajar, para eso de ver si encaja o no… bueno, cosas
de productores, televisión y tonterías de esas que a mí ni me van ni me vienen….

-Le llamaré, dame la dirección y le diré que vaya allí. ¿A qué hora es?

-No, Jenny… No lo has entendido… la cuestión es que quiero que le invites y vengas con él.

-Pero, ¿por qué?... –Se quejó el fotógrafo- Puede ir él solo. Yo tengo trabajo aquí y…

-Solamente será por esta noche- Le cortó Carlson- Y quiero que vengas con él porque sé que serás
un gran apoyo para el chico…

Jensen pensó que estaba claro que su amigo no sabía lo que había sucedido entre ellos la noche
anterior, de otro modo no hubiera pensado que fuera tan buen apoyo psicológico para Jared como
él creía.

-Mira, Jared es novato, por mucho talento y por mucho don de gentes que tenga el grandullón,
cuando llegue a esa fiesta y se mezcle el solo con esa fauna se lo van a comer, Jenny. Será mucho
mejor si vas con él.

En realidad eso no debía importarle a Steve, pero algo le decía que debía dirigir a su amigo por el
camino correcto. Y estaba seguro de que ese camino iba en dirección a Jared.

-Está bien.-Renegó finalmente- Le llamaré, dime dónde y cuándo.

-A las nueve en punto en esta dirección.

Carlson le entregó un papelito con la dirección de Sheppard, Jensen lo cogió y se quedó


mirándolo un rato. Cuando levantó la vista de aquel objeto, Steve le miraba interrogante y con los
brazos cruzados sobre el pecho.

-¿Qué?-Preguntó molesto el fotógrafo.

-Si hace falta me quedaré aquí todo el día esperando a que le llames, así que haznos un favor,
llámale ya para que podamos irnos a almorzar con tranquilidad.

-¿Tranquilidad?... ¿tranquilidad para quién?- Se quejó de nuevo el fotógrafo. Luego cogió su


teléfono móvil y marcó el número de Jared.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos mientras lo hacía, que no se dio cuenta de cuanto le
temblaban las manos mientras apretaba las pequeñas teclas… pero por supuesto Steve sí lo hizo.

El empresario sonrió satisfecho cuando le escuchó pronunciar el nombre del castaño.

***********

La dirección que Jensen le había dado resultó ser la de un restaurante en el puerto de Newport, en
South California.

Matt en persona le llevó hasta allí.

-Imagino que nuestro rubito será lo suficientemente listo como para secuestrarte y llevarte a su
casa en cuanto termine la fiestecita, pero si no es así, llámame y pasaré a recogerte… sea la hora
casa en cuanto termine la fiestecita, pero si no es así, llámame y pasaré a recogerte… sea la hora
que sea.

-Gracias, Matty. Pero no será necesario, si he de volver solo cogeré un taxi. Tranquilo…-Contestó
Jared agradecido.

El mar seguía tomado por los surfistas todavía a esas horas, parecía que la luz de la luna les
incitaba a adentrarse en él en lugar de obligarles a marcharse.

Recorrió el tramo del paseo del puerto hasta el restaurante y cuando llegó a él se paró a contemplar
el lugar con curiosidad.

El sitio era un edificio de madera que imitaba la forma de un barco de los de los años veinte,
estaba iluminado por una estela de farolillos amarillos con forma de flotador que lo hacía destacar
en medio de la oscuridad de la noche y el mar.

Para llegar hasta el restaurante Jared tuvo que recorrer cien metros a través de un puente de
madera que llevaba hasta él, ya que la estructura estaba levantada sobre el propio mar.

-¿Tiene reserva, señor?- Le preguntó el hombre trajeado que le recibió en la entrada.

Iba a responderle que no cuando vio al hombre tocarse el auricular que llevaba en el oído y asentir
mirando en dirección al interior del restaurante.

-Acompáñeme, por favor.- Le pidió entonces al castaño.

El corazón del chico bombeaba a toda velocidad pensando en quien le esperaba en el interior de
aquel lugar.

Apenas hubo recorrido unos metros cuando por fin pudo ver a Jensen, pero para su sorpresa no
estaba solo. Varios hombres de negocios de los que recordaba haber visto en la fiesta del Capitol
estaban con él, incluido Steve Carlson.

-¡Jared!-Escuchó decir con exagerado entusiasmo al fotógrafo, para nada se esperaba que
reaccionara así al verle.- Ven amigo, te estábamos esperando.

El rubio se acercó a él y le dio un apretón en el brazo de forma amistosa, después le obligó a


acercarse a la mesa en la que se sentaban y se dirigió al resto de los acompañantes.

-Supongo que ya recuerdas a Steve…

El empresario se puso en pie y le ofreció la mano para saludarle.

-Es un placer volver a verte, Jared.

-El placer es mío, señor Carlson- le sonrió el castaño, la verdad era que Steve le había caído
realmente bien desde el primer minuto que les presentaron.

- A Mark también le conoces, ¿verdad, Padalecki?-Preguntó el fotógrafo. ¿Ahora le llamaba por


su apellido?

El pobre Jared estaba alucinando con la forma tan surrealista en la que Jensen le estaba tratando. O
había cambiado de opinión por lo de la noche anterior y ahora no pensaba que hubiera sido un
error, o estaba fingiendo y realmente era el mejor actor de la historia.

Sheppard se levantó a saludarle e hizo las presentaciones que quedaban. Varios hombres se
sentaban a la mesa junto a ellos, tres cincuentones de la cadena de televisión que dirigía y un par
de chicos más jóvenes que Jared identificó como actores de una de las nuevas series de moda de la
CW.

Una vez hechas todas las presentaciones fue Steve el que explicó al castaño el motivo de su
presencia en esa reunión.

Sintió la decepción crecer en su interior al ver que nada de aquello tenía que ver con lo sucedido
entre Jensen y él la noche anterior. Aunque también se sintió eufórico cuando supo que aquel
productor quería darle la oportunidad de dar por fin el primer paso en su carrera como actor.

Para cuando un par de horas después ya habían terminado de cenar y charlaban alegremente
mientras bebían champan del caro y los ricachones se adulaban los unos a los otros por creerse los
dueños del mundo, Jared ya tenía dos cosas totalmente claras.

La primera, aquella podía ser realmente la oportunidad que había estado esperando. Eso si
conseguía bordar el casting al que querían que se presentara y conseguía el papel. Le habían dicho
que sería un rol pequeño y poco recurrente al principio, pero en el que si se esforzaba y conseguía
hacerlo creíble podría llegar a convertirse a la larga en uno de los personajes principales.

Y la segunda, pero no por eso la menos importante, Jensen definitivamente fingía… Fingía y era
el mejor actor que se había echado a la cara en toda su vida.

Después de la extrañamente alegre bienvenida que le había dado y tras hacer las presentaciones, el
fotógrafo se había sentado a su lado y se limitó a hacer ver que no había pasado nada entre ellos.
Que simplemente eran buenos amigos.

Fue amable, atento, abierto y completamente divertido durante toda la cena. Incluso se permitió
bromear con él sobre su altura o su edad en varias ocasiones.

Al otro lado de la mesa, frente a Jared, Steve se pasó la velada estudiando cada uno de los
movimientos, miradas y palabras que se cruzaban entre ellos. Contento de ver que todo parecía ir
tan bien entre los dos.

Pero el castaño no era tan fácil de engañar, él sabía que fingía. Estaba seguro de ello. Porque bajo
todo aquel estúpido y surrealista camuflaje de hombre centrado y seguro de sí mismo que Jensen
dejaba ver al resto, él sabía que lo que realmente había era el temor a afrontarlo.

La prueba que necesitaba de que no se equivocaba se la dio el propio fotógrafo.

Jared sabía que únicamente tenía dejar de respetar el espacio personal del rubio durante dos
segundos seguidos para hacerle perder todo el control del que tanto alardeaba.

Si Jensen pensaba que iba a dejar pasar aquello tan fácilmente, se equivocaba.

No estaba dispuesto a caer sin luchar…

Estaban conversando tranquilamente sobre rodajes y fiestas de presentación varias, y Jensen


estaba distraído con lo que Sheppard le contaba, cuando el chico simplemente se dejó caer hacia
atrás en su asiento y pasó uno de sus brazos sobre la cabeza del rubio para apoyarlo en el de la
silla del otro.

La mano de Jared quedó apoyada justo a la altura de la nuca del fotógrafo de una manera que a la
vista de cualquiera hubiera parecido inocente y casual.

El castaño siguió hablando con Steve como si aquello no hubiera sido más que un movimiento
hecho por reflejos o por pura comodidad. Un movimiento que casualmente le había acercado
bastante más de lo que estaba al cuerpo de su amigo.

Cuando Jensen se dio cuenta de ello sintió como si el estómago se le encogiera, pero intentó que
su cercanía no le pusiera nervioso.

Minutos más tarde sintió los dedos de Jared acariciar con suavidad su cuello y como un acto
reflejo dio un bote en la silla y se puso de pie.

Cuando todos le miraron confundidos por ese sobresalto, el rubio salió del paso diciendo que le
dolía la cabeza y necesitaba salir un rato a tomar el aire.

Steve bromeó diciendo que la culpa era del champagne que bebían y el resto de asistentes se rió
del comentario y pareció olvidar el incidente. El empresario miró después divertido al castaño y le
guiñó un ojo, dejándole entender que había visto lo que había hecho.

Se preguntaba cuanto tardaría en inventarse una excusa para salir corriendo tras él.

Entonces Jared sacó su móvil de su bolsillo un instante, presionó varias teclas y después volvió a
meterlo en su americana.

Únicamente hacía cinco minutos que Jensen había salido del restaurante cuando el móvil del chico
sonó.

Fingiendo que era una llamada importante- y no la alarma que él mismo había programado
instantes antes para que sonara oportunamente- el castaño contestó al móvil y se excusó para salir
afuera para poder hablar por teléfono con tranquilidad.

Steve le vio salir del lugar a toda prisa justo en la misma dirección en la que el fotógrafo se
acababa de marchar y sonrió divertido. Aquello cada vez se ponía más interesante.

***********

Le costó encontrarle, estaba oscuro y prácticamente ya no quedaba nadie por la zona a esas horas,
pero Jared tenía sus propios recursos. Aprovechó que llevaba el móvil todavía en la mano y marcó
el número de Jensen, sabía que el otro no lo cogería, que simplemente lo dejaría sonar.

Escuchó la melodía de llamada del móvil del rubio y de esa forma dio con él.

El fotógrafo estaba escondido bajo el puente de madera que cruzaba desde la arena de la playa
hasta el edificio del restaurante, justo en la parte que tocaba casi con la orilla.

Jared iba decidido a pedirle explicaciones, a aclarar las cosas sin necesidad de pensar más en ello,
pero lo que hizo realmente fue acercarse a él y abrazarle. Una vez le tuvo delante no fue capaz de
hacer otra cosa que añorar su contacto.

Odiaba y adoraba por igual que ese hombre le hiciera sentirse de ese modo, incapaz de decirle que
no a nada con solamente una sonrisa, una mirada o su simple presencia.

Jensen sintió los brazos de Jared rodear su cintura y el abrumador calor de su cuerpo contra su
espalda y no pudo hacer otra cosa que suspirar. En su fuero interno sabía que el chico saldría en su
busca en cuanto tuviera una buena excusa para ello.

El castaño le abrazó con fuerza y besó su cuello con suavidad.

-¿Qué haces, Jay?- Preguntó al tiempo que cerraba los ojos por la agradable sensación de esos
labios contra su piel.
-Me muero de ganas de besarte desde que desperté esta mañana… sin duda ha sido el día más
largo de mi vida- Contestó con ternura- aunque preferiría que te dieras la vuelta y me dejaras
hacerlo en los labios, entonces pasaría a ser el MEJOR día de mi existencia.

Aquello era precisamente de lo que estaba huyendo el fotógrafo cuando se refugió en ese lugar.

Con un gesto lento pero decidido se separó del cuerpo del chico y se alejó de él.

-Estate quieto, podrían vernos- Le advirtió.

-Me da igual Jen…- Jared se acercó de nuevo a él, haciéndole retroceder hasta que le tuvo con la
espalda pegada a una de las vigas que sujetaban el puente- no me importa lo que piensen. Lo
único en lo que puedo pensar ahora mismo es en tu boca.

Antes de que el fotógrafo pudiera contestar, el castaño se abalanzó sobre él y le beso, sujetando el
cuello del rubio con sus dos enormes manos para impedir que huyera de él.

Al principio lo intentó, bueno… realmente su conciencia le pedía que saliera corriendo, que
empujara a ese maldito niño caprichoso que no hacía más que calentarle y se alejara a toda prisa
de él. Pero nuevamente su cuerpo siguió su propia estela y reaccionó por libre.

Prácticamente sin ser consciente de ello se encontró enterrando sus manos en la melena castaña del
alto.

Los recuerdos de la noche anterior estallaron en la cabeza como pequeños fogonazos. Jared
gimiendo su nombre, él enterrado en ese húmedo y estrecho paraíso que le hacía estremecerse, el
contacto de la piel caliente del chico desnuda contra la suya…

Fue incapaz de no devolverle el beso con ansias cuando sintió su lengua invadir su boca. Y a
duras penas fue capaz de cesar el contacto entre ellos minutos después.

-Jay… ¡No!- Cuando se separaron sus absurdas ideas volvieron al lugar en el que estaban. Se
alejó de Jared como si su contacto le quemara- No…

-Tranquilo, está oscuro, nadie puede vernos- Susurró el otro intentando volver a besarle.

-No, Jay… para… He dicho que no. Esto no puede continuar.

-¿Qué? ¿Qué pasa? Creía que tú y yo…- Empezó a decir el castaño.

Había esperado que Jensen fuera reacio a hablar de lo sucedido entre ellos, pero acababa de
devolverle el beso de una manera tan ardiente que pensaba que a lo mejor se había equivocado.
Ahora su rechazo volvía a golpearle en plena cara.

-No… no hay un tú y yo- le gritó el fotógrafo, en realidad estaba molesto consigo mismo- Esto no
puede ser… ¿Me oyes? No… No puede haber un tú y yo. No ahora…

-¿Qué? ¿Qué mierda significa eso, Jen?

Jensen se quedó callado intentando analizar el modo más sencillo de hacerle entender al chico sus
verdaderas prioridades, solo que le estaba costando saber realmente cuales eran y si estaba en lo
correcto.

¿Y si Steve tenía razón?

Volver a besar a Jared le había hecho sentir esa sensación que solamente conseguía recorrer su
cuerpo estando con él.

Estaba tan confuso que no se dio cuenta de que llevaba varios minutos perdido en sus
pensamientos, mirando al suelo sin hablar ni mirar al hombre que tenía frente a él, y que le rogaba
a gritos una oportunidad.

-Dime qué es lo que hago mal, Jen… explícamelo porque no consigo entenderlo. –Le rogó
finalmente, aguantando a duras penas las ganas de llorar- En un momento parece que todo está
bien, siento que de verdad hay algo bueno entre nosotros, que realmente podrías sentir algo por
mí... y al segundo siguiente me estás diciendo cosas que no concuerdan para nada con lo que
haces, con tu forma de comportarte conmigo.

El fotógrafo se llevó ambas manos a la cara, tapándosela y después masajeándose la sien


visiblemente agotado. Se dio la vuelta y le dio la espalda.

-Vete…- Rogó, pero el otro no se lo concedió. Se acercó a él y continuó hablándole mientras le


acariciaba con cariño uno de sus brazos con sus dedos.

-A veces eres dulce y cariñoso, tan pasional y abierto que siento que soy capaz de cualquier cosa
estando contigo… -de golpe paró de acariciarle- …pero sin saber por qué, al minuto todo cambia
y pasas a ser borde y distante, a hacerme sentir que ni siquiera soy lo suficientemente bueno para
que te molestes en mirarme dos veces a la cara después de haberme follado.

Tras esa afirmación Jensen volvió a darse la vuelta y le miró a los ojos.

-No lo entiendes…- Afirmó enfadado el rubio- Me descontrolas, Jay… Tu presencia hace que
pierda el control de mis actos, de mis malditos pensamientos… no puedo permitirme
desconcentrarme ahora, me juego mucho con la exposición y… yo… simplemente tengo que
ordenar mis prioridades.

Jared le miraba como si no fuera capaz de creer lo que estaba oyendo.

El rubio lamentaría el resto de su vida lo que iba a hacer, pero en esos instantes creía que era
necesario. O zanjaba ese tema de una vez por todas o no sería capaz de avanzar nunca más.

-Eres un chico muy perseverante, Jay… -al principio sus palabras salían de su boca débiles y
temerosas- ¿Por qué no haces algo inteligente con tu perseverancia por una vez y te centras en
impresionar a Sheppard y sus amigos los peces gordos…?

Entonces se quedó callado un momento más, armándose de valor para decir las últimas palabras
que pasaban por su mente- … y así ya de paso te olvidas de mí de una jodida vez… Mira
pequeño, esto no es cuestión de sentimientos, yo obtuve lo que quería y tú también. Asunto
zanjado.

Jared sintió en esos momentos como si alguien hubiera cogido uno de esos cuchillos dentados -
con los que aquellos ricos devoraban minutos antes el caro rosbif argentino que cenaban- y lo
hubiera hundido por la espalda en su corazón de un modo deliberado y completamente
desgarrador.

Una lágrima traicionera se escapó a través de su mejilla, humedeciendo sus labios mientras
hablaba.

Jensen sintió el impulso de acercarse y lamer esa lágrima de su rostro, de pedirle perdón y decirle
que no hablaba en serio, pero fue incapaz de moverse.

Ya ni siquiera sabía si era el angelito o el demonio quien dominaba cada uno de sus actos.
Simplemente era incapaz de seguir pensando con claridad, sus palabras salían de su boca sin saber
cómo ni por qué.

-Tienes razón… -las de Jared en cambio salían de forma atropellada de sus labios- después de
todo… tampoco es que lo de anoche fuera para tanto, ¿no?... No fue más que un desahogo sin
importancia… No es como si estuviera enamorado de ti ni nada de eso… sería una pérdida de
tiempo-todo su cuerpo temblaba de indignación.

Al oír estas palabras el fotógrafo sintió un dolor tan profundo en el pecho que creyó que había
dejado de respirar.

-Tampoco es como si hubiera sido el polvo de mi vida o algo por el estilo… No creo recordar que
la cosa fuera tan intensa. Bueno… puede que el estar medio borracho y fumado no ayudara… –Se
rió trastornado el castaño.

Después se acercó al fotógrafo y se quedó con su boca casi pegada a su mejilla, para de ese modo
poder susurrarle el resto al oído, antes de hablarle puso toda su rabia interior en sus palabras.

- … o puede que debiera haber dejado que fuera Matt quién me diera por el culo, quizás de ese
modo sí que hubiéramos conseguido que lo de anoche fuera inolvidable…

Supo que había dado donde más dolía por el empujón que le dio Jensen para apartarle de él. Lo
hizo con tanta fuerza que le hizo retroceder dos pasos de su lugar.

El rubio le miraba con una expresión indescifrable para él, pero con los ojos vidriosos por las
lágrimas contenidas.

-Duele cuando sabes que te están mintiendo a la cara, ¿verdad, Jen?... ahora sabes cómo me siento
yo desde que… -se paró a pensar un momento antes de seguir, y cuando continuó hablando
además de con la voz cargada de dolor, lo hizo con sarcasmo- prácticamente me he sentido así casi
todo el tiempo desde que te conozco.

-¿Entonces porque sigues aquí?- Contestó cruelmente tajante y sintiéndose la peor escoria del
mundo en su interior.

-Porque creía que valías la pena…-Afirmó con tristeza el otro- lo sentía hasta tal punto que me
permití enamo… -se obligó a sí mismo a no terminar esa frase-Ahora sé que me equivocaba.

Ambos se quedaron callados durante varios minutos.

Jensen mirando al suelo, incapaz de cruzar una mirada más con aquel chico que en tan poco
tiempo había trastocado todo lo que tan claramente creía tener controlado en su vida.

Jared sí era capaz de mirarle, viendo como el rubio desviaba la mirada sin molestarse si quiera en
rebatir sus palabras. Fue él quien dio por zanjada la conversación.

-Adiós, Jen… Espero que tus prioridades y tú seáis muy felices juntos. “Solo recuerda que esta
vez fuiste tú quien quisiste esto.”

Esa frase final emuló las últimas palabras que el rubio le dijo el día anterior antes de besarle y
poseerle. Le pareció irónicamente acertado terminar lo que había entre los dos con ellas.

***********

Volvieron al restaurante de forma separada, primero Jared, y varios minutos después Jensen.
Esa noche ambos terminarían interpretando el papel de sus vidas, fingiendo de un modo casi
perfecto que nada había ocurrido.

Aunque en su interior el fotógrafo se sentía vacío y abatido, y Jared lleno de rabia y traicionado.

Ya cansado de interpretar y a punto de estallar de indignación, el castaño iba a salir corriendo de


allí cuando alguien le hizo una pregunta que le permitió vengarse, solo un poquito.

-¿Y de qué os conocéis Jensen y tú? ¿Hace mucho que sois amigos?- Fue uno de los actores con
los que supuestamente trabajaría quién habló.

-En realidad no somos tan amigos, tenemos un amigo en común, mi compañero de piso y Ackles
son amigos hace años. Él nos presentó- Total indiferencia en su voz, como si hablara de una
persona a la que apenas conocía y por la que no sentía ningún interés.

Aunque sabía que la merecía, esa contestación hizo que se sintiera cómo si acabaran de pisotearle
el corazón y tirarlo a la basura.

Sus miradas se cruzaron y Jared le miró con tanto desprecio en sus ojos que Jensen se sintió
mareado.

-Si me disculpáis...

Se levantó y se encaminó al baño, la cabeza le daba vueltas y un centenar de tambores tronaban


en su sien.

Llegó al baño se hecho agua en la cara, se mojó la nuca también e intentó despejarse.

Jared le odiaba. ¿No se suponía que eso era precisamente lo que quería? ¿Y entonces porque se
había sentido tan dolido cuando había afirmado que no eran amigos? ¿Por qué le había dolido
tanto que hablara de él como si no significara nada?

***********

Mientras Jensen intentaba aclararse las ideas en el baño, Jared intentaba disimular su enfado frente
a los asistentes a la cena. Pero no podía evitar mirar cada cinco segundos en la dirección en la que
había desaparecido el fotógrafo.

Ya habían pasado más de diez minutos desde que el rubio se había marchado al lavabo.

Solo había una persona que estaba al tanto de la suficiente información sobre ellos dos como para
darse cuenta de que algo estaba sucediendo.

La ansiedad finalmente pudo con Jared, que de pronto se agradeció la velada y se disculpó
amablemente ante los asistentes diciendo que tenía que marcharse y salió del restaurante a toda
prisa.

Steve no tardó en salir tras él fingiendo que había olvidado comentarle algo.

Consiguió abordar al chico justo cuando este levantaba la mano en el paseo de la playa pidiendo
un taxi.

-Jared, ¿estás…- Pero su pregunta se quedó a medias cuando el castaño se giró para mirarle y vio
las lágrimas recorrer sus mejillas.

El empresario entendió por fin que las cosas no habían ido tan bien esa noche como esperaba.
-Parece que nuestro querido fotógrafo no ha hecho caso de ninguno de los consejos que le he
dado esta mañana.

-Sí, si alguno de esos consejos decía que debía hacer que me enamorara de él para luego darle una
patada en el culo y deshacerse de mí.

Jared ni siquiera supo porque confiaba en Steve en esos instantes, simplemente necesitaba
desahogarse.

-No… te puedo asegurar que eso es precisamente lo que le dije que no debía hacer.-Contestó el
otro.

Tras unos segundos de incomodo silencio, el empresario volvió a hablar.

-Venga, te llevo a casa.

El chico le miró sorprendido.

-No… cogeré un taxi. Tú tienes que volver ahí dentro-Contestó el castaño señalando el
restaurante.

-Nah… la fiesta ya casi ha terminado. Ya no se me ha perdido nada aquí. Además, me gustaría


pasar un rato contigo.

Jared asintió, no muy convencido, pero agradecido de no tener que estar solo en esos instantes en
los que se sentía tan vulnerable.

-Dame cinco minutos- le pidió el otro- Me despido y nos vamos. Venga, ven…

**********

Jensen hizo por fin acto de presencia nuevamente en la mesa justo cuando Steve salía por la puerta
del restaurante. Jared tampoco estaba ya allí.

Supo por Mark que se había marchado momentos antes que el empresario.

-Steve me ha dicho que te llamará mañana, que tenía prisa- Le aclaró el directivo.

En ningún momento asoció que pudieran haberse marchado juntos, pero fue entonces cuando por
fin algo hizo click en la cabeza de Jensen y de golpe un montón de sentimientos de
arrepentimiento inundaron su mente.

El llegar allí y ver que Jared simplemente había desaparecido, que se había marchado de su lado
con la certeza de que no sentía nada por él, que se había esfumado odiándole por traicionarle y ni
siquiera sabía cuándo o si volvería a verle.

Se despidió como pudo de Sheppard y los demás, alegando que tenía trabajo al día siguiente y
debía madrugar, y salió a toda prisa esperando poder encontrar a Jared.

Justo cuando llegó al final del puente que llevaba hasta la playa vio como el castaño se subía en el
Hummer negro de Steve y ambos se marchaban de allí. Juntos.

Hubiera tenido tiempo de gritar su nombre para evitar que se marcharan, pero aquella visión le
dejó tan descolocado que no fue capaz de reaccionar.

Mientras veía alejarse el 4x4 de Carlson con los dos hombres en su interior, tuvo por fin la certeza
de lo mucho que se había equivocado.

¿Qué demonios has hecho, Jensen? –Se preguntó a sí mismo.

**********

Siempre dicen que “Más vale tarde que nunca”, pues en esos instantes Jensen no pensaba lo
mismo.

Por fin se empezaba a darse cuenta de que estaba comportándose como un idiota en todo lo que se
refería a Jared, que no quería que desapareciera de su vida y que lo que sentía por él perfectamente
valía el esfuerzo de arriesgarse, pero era demasiado tarde.

Había visto al castaño marcharse con Carlson y el mundo se le había venido abajo.

¿Por qué demonios había dejado que todas esas tonterías le nublaran el juicio de esa manera?

Steve tenía razón… Steve tenía razón…

Repetía esa frase continuamente en su mente, castigándose a sí mismo mientras iba de camino al
aparcamiento, había dejado el coche al final del paseo de la playa, en un parking público de escasa
iluminación, rodeado de palmeras y atestado de coches descapotables.

Cuando por fin llegó a la altura de su Dodge Challenger negro de 2009, cuatro hombres con
pintas bastantes cuestionables estaban apoyados en el capó de su coche.

Tuvo un mal presentimiento en cuanto vio como le miraba uno de ellos, el que estaba sentado
justo en el centro.

El tío parecía el cabecilla, era como si los otros tres estuvieran colocados a su alrededor de manera
que le protegían, y para desgracia del fotógrafo, había un par de ellos que eran verdaderos
armarios con brazos de tamaño imposible y espaldas de esas que se te ponen delante y te tapan
hasta el sol.

“Y yo que pensaba que las cosas no podían empeorar hoy”-Se dijo a sí mismo con sarcasmo.

Si la cosa se ponía complicada, sabía que saldría perdiendo.

Jensen se acercó a la puerta de su coche, le miró y le pidió amablemente que se levantara de él.

Pero el hombre no pareció escuchar nada de lo que dijo.

-Bonito coche jefe… -Después le sonrió con malicia y miró al gigante que tenía a su derecha
haciéndole un gesto de asentimiento.

Lo siguiente que recordaría el fotógrafo sería el palo de béisbol que impactó contra sus costillas
momentos después, las patadas que venían de todas direcciones mientras él intentaba defenderse,
los puñetazos en su cabeza, la sangre que manaba de sus labios y se introducía en su boca, el dolor
lacerante… y finalmente el sonido del motor de su coche rugir al salir del parking mientras él caía
en la inconsciencia tirado en el suelo del aparcamiento.

Continuará…
Proceso cruzado (Cross processing)

PARTE 5: Procesado cruzado - Cross Processing (O de


cuando Jensen recibe lo que merece)
Proceso cruzado: Tratamiento de imagen que consiste en revelar un material fotográfico
tratándolo como si fuera otro distinto. Es decir, se "cruzan los procesos" de revelado (de ahí el
nombre): Una diapositiva que se revela con proceso E6, se revela como si fuera un negativo que
usa C41, o viceversa.

Nunca nada es lo que parece. Algo que puede parecer llevar una dirección concreta puede acabar
siguiendo un camino totalmente distinto al que imaginábamos.

***********

Jensen despertó al día siguiente con un fuerte dolor de cabeza, tumbado en una cama del Hospital
Saint John de Santa Mónica y sintiéndose como si le hubieran dado una paliza.

Bueno… en realidad se la habían dado.

Dos costillas fisuradas, el labio partido, la nariz rota y contusiones varias por todo el cuerpo. Sin
duda se habían despachado a gusto con él antes de robarle.

Resultó que aquellos cuatro hombres intentaban robar el coche del fotógrafo justo cuando a él se
le ocurrió ir a buscarlo para marcharse a casa, así que decidieron coger la vía fácil y darle una
paliza para quitarle de en medio y llevarse el Dodge intacto, llaves incluidas.

Por lo que la policía pudo explicar al rubio durante el interrogatorio-el cual le hicieron en cuanto
despertó, ni siquiera esperaron a que pudiera centrarse y saber dónde demonios estaba- aquellos
tipos sabían lo que hacían, no habían dejado huellas ni pista alguna que pudiera indicar su
procedencia o si pertenecían a alguna banda. Según ellos, a esas alturas el coche ya debía haber
abandonado el país.

En definitiva, que podía poner la denuncia si quería, pero que ya podía ir despidiéndose del coche.
Al menos esperaba que el seguro cubriera el robo.

Otra alegría más para el buen fotógrafo. ¿Alguna mala noticia más que quisiera darle su adorado y
simpático karma?

Justo en el momento en el que pensó eso, Matt apareció en la puerta de su habitación.

“Debe ser una broma”

-¿Qué demonios estás haciendo aquí, Cohen?


-Pues menuda mierda de bienvenida le das a un amigo que ha venido a hacerte un favor…- Se
quejó el modelo.

-¿Un favor? ¿De qué estás hablando?

Momentos después de que la policía se fuera del hospital, Jensen llamó a Mary -la mujer que le
cuidaba la casa- para que le hiciera el favor de llevarle algo de ropa para cambiarse y su
documentación del seguro médico para cuando le dieran el alta al día siguiente.

Decidió no avisar a nadie más de lo ocurrido, no quería que la noticia corriera de boca en boca
con la fecha de la exposición tan cerca.

El problema era que justo en el momento en el que Mary salía de la casa en dirección al hospital,
Matt apareció frente a ella buscando al fotógrafo.

En vista de lo tozudo y perseverante que fue el moreno y de que la mujer sabía que Jensen y él
eran amigos, a ella no le quedó más remedio de decirle lo que le había sucedido y a dónde se
dirigía.

Ese era el motivo de que Matt estuviera allí. Había convencido a Mary para que se marchara a
casa tranquila y él mismo le traía sus cosas a su amigo.

-Gracias…- Refunfuñó el rubio cuando el modelo se lo explicó.

-Ya… yo también te quiero.-Afirmó el otro con sarcasmo- Por cierto, tienes una pinta penosa
¿Qué coño te ha pasado?

-Digamos que unos amables caballeros decidieron que no necesitaba mi coche y se ofrecieron a
llevárselo- contestó devolviéndole el sarcasmo- lo malo es que también decidieron darme una
paliza para asegurarse de que no intentaba volver a recuperarlo.

-Joder, Ackles…- soltó el modelo- ¿te han dicho alguna vez que eres un puto imán para los
problemas?

Jensen se rió de forma tan exagerada que sintió que la presión le oprimía sus castigadas costillas y
le hacía ver la estrella de una forma nada agradable.

-No me hagas reír, joder.

Después de preguntarle por lo sucedido y enterarse de todos los detalles del asalto, Matt fue
directamente a lo que quería saber.

-¿Cuándo te darán el alta?

-Creo que mañana por la mañana. Lo de las costillas me dará guerra unas semanas, pero no parece
muy grave. ¿Por qué?

-Necesito saber cuándo vas a estar en condiciones de poder patearte el culo yo mismo y volver a
mandarte a esta preciosa cama blanca.

No necesitó preguntar a qué se refería, estaba claro que Jared había hablado con él.

-¿Qué te ha contado?

-Pues no mucho, la verdad… sabía que hablaría contigo y se largó antes de que pudiera sonsacarle
los detalles. Pero me dijo lo suficiente para que tenga ganas de matarte yo mismo… después de
que me cuentes los detalles claro, no voy a esperar hasta que él venga de su maldito viaje.

-¿Viaje? ¿A dónde?- Preguntó muy sorprendido. Esa información le había pillado bastante
descolocado. No habían pasado ni veinticuatro horas desde la última vez que se vieran.

-Pues ni idea… gracias a ti ni siquiera se ha molestado en darme explicaciones. Cuando ha


aparecido esta mañana estaba tan alterado que lo único que hizo fue balbucear incoherencias y
recoger sus cosas.

Jensen no pudo evitar pensar en Steve cuando escuchó decir a Matt que su amigo no había
aparecido por el piso hasta esa mañana. Rezó por que no hubiera sucedido entre ellos lo que su
retorcida mente estaba imaginando.

El modelo continuó hablando, a pesar de darse cuenta de que su amigo se quedaba


momentáneamente perdido en sus pensamientos.

-Lo único que dijo fue que le habían hecho una oferta y que se marchaba a rodar un anuncio. No
sé ni dónde ni si el jodido anuncio es de hemorroides o de crema dental… Estaba destrozado,
Jensen… ¿Qué mierdas pasó anoche? –Preguntó finalmente visiblemente enfadado.

-No quiero hablar de ello, ¿de acuerdo, Cohen? – Advirtió el fotógrafo- Te agradezco que hayas
venido, pero me gustaría estar solo.

Matt ser rió de forma irónica al escucharle decir eso.

-Sabes Ackles… dentro de poco no tendrás que preocuparte por que te dejemos solo, estás
alejando de un modo tan absurdo a todos las personas que nos preocupamos por ti, que pronto no
tendrás a nadie a quien de quién huir.

Jensen le miró sorprendido por su franqueza y después desvió la mirada avergonzado, pero no le
contestó.

-No siempre será como con Misha, ¿sabes? –Afirmó Matt, sentándose en la silla que había junto a
la cama de su amigo.

En realidad Matt sí que sabía mucho acerca del pasado del fotógrafo, pero era algo que mantenían
entre ellos dos.

Sabía que gran parte de la culpa de la forma en la que Jensen se escondía del mundo en general
era por la pérdida de aquel profesor con el que salía años atrás.

-No vayas por ahí…- le rogó en seguida el rubio.

-No… vas a escucharlo, porque será la única manera de que dejes de hacer las gilipolleces que
haces desde entonces.- Le advirtió el modelo- Yo entiendo que la fotografía sea muy importante
para ti, Ackles. Siempre has sido un tío con la cabeza muy bien amueblada, y muy centrado, pero
desde que murió Misha te lo tomas todo demasiado en serio.

-Él no tiene nada que ver con esto…- Jensen intentó cambiar de tema, pero su amigo no le dejó.

-Eso es de lo que intentas convencerte, pero tiene TODO que ver con esto, tío.-Le cortó el
moreno- desde que le perdiste te piensas que todo será siempre así. Que te enamorarás de alguien
y luego todo se irá a la mierda y afectará a tu carrera… que fuera así aquella vez no significa que
se vaya a repetir, amigo…

En realidad lo que él sentía por Jared no se parecía lo más mínimo a lo que sintió por Misha, era
algo más intenso. Mucho más real.

-¿Podemos dejar esta conversación?- No estaba dispuesto a que un modelo cuatro años menor que
él le psicoanalizara- Me estás dando dolor de cabeza.

-Está bien…- se rindió Matt, sabía que si Jensen no colaboraba aquello no tenía sentido. Le
conocía lo suficientemente bien para saber lo testarudo que era. La verdad es que en eso se parecía
bastante a Jared.

El modelo se levantó de la silla y se encaminó a la puerta de la habitación.

-Lo que Jared sentía por ti era de verdad, ¿sabes?… Yo habría dado lo que fuera por estar en tu
lugar…

-Lo estuviste…- Contestó el rubio tan borde como pudo- no te vi negarte a lo que te ofrecía la otra
noche.

Aquella referencia a lo que pasó entre ellos tres cuarenta y ocho horas antes le hizo sentirse tan
mal que tuvo la necesidad de disculparse.

-Lo siento por eso, ¡de verdad!…

-Sí, claro…- Jensen sonó todavía más sarcástico de lo que quería.

-Lo digo en serio…-Le repitió el moreno- Ahora sé que Jared solamente hizo aquello porque
estaba desesperado, y muy dolido… No debí interponerme entre vosotros, lo único que hice fue
empeorarlo.

-No puedes empeorar lo que no tiene futuro… Simplemente tenía que terminar mal.- Le corrigió el
otro.

-No creo que las cosas entre vosotros deban ser así… Sé que de verdad le importas, más de lo que
lo ha hecho nadie. Yo nunca le había visto tan destrozado como anoche…

Vio como Jensen hacía un gesto de dolor al escuchar esa afirmación.

-Solo espero que lo que sucediera entre vosotros no sea irreparable… espero que razones y te des
cuenta de lo mucho que le necesitas… y, sobre todo, espero que cuando lo hagas no sea
demasiado tarde para arreglarlo.

Cuando Matt terminó de hablar, abrió la puerta y se marchó.

Jensen apenas tuvo tiempo de darse cuenta de que nuevamente se había quedado solo cuando su
cuerpo empezó a sacudirse, se llevó las manos a la cara y sintió las lágrimas mojarle las palmas. Ni
siquiera fue consciente del momento en el que rompió a llorar, solo de lo mucho que lo necesitaba.

**********

Una semana después de salir del hospital Jensen ya tenía preparado todo el material para la
exposición. Únicamente le quedaba visitar la galería Carlson y planificar el montaje del material.

Estaba entrando por la puerta de las instalaciones del edificio de su amigo cuando su móvil sonó.

No había vuelto a saber de Steve desde la cena de aquella noche en Newport, cuando le vio
marcharse con Jared. Cuando salió del hospital encontró varias llamadas perdidas en su móvil
marcharse con Jared. Cuando salió del hospital encontró varias llamadas perdidas en su móvil
pero, imaginando que no quería hablar del tema, su amigo hacía días que había dejado de insistir
en intentar localizarle.

Por supuesto tampoco había sabido nada más del castaño desde entonces.

Durante esos últimos días el fotógrafo había tenido mucho tiempo para pensar, arrepentirse y,
sobre todo, para centrarse. Estar alejado de Jared le había demostrado lo mucho que le importaba y
lo mucho que le echaba de menos, pero sobre todo le había permitido darse cuenta de todos los
errores que había cometido últimamente y de que Steve tenía razón, debería tomarse la vida de
otro modo.

No es que fuera a pedirle una segunda oportunidad al castaño- tampoco es que el chico hubiera
contestado a ninguna de las cientos de llamadas perdidas que había hecho a su móvil- simplemente
había decidido que debía aceptar que se había equivocado y superarlo, para así poder seguir
adelante con su vida.

Jensen sabía que merecía el rechazo de Jared. Después de todo había sido él mismo quien le había
pedido, de la manera más cruel que había podido, que se alejara de su vida de una vez por todas.

Por ese motivo no podría culparle si se había alejado de él para refugiarse en los brazos de Steve.

Así que decidió no darle más vueltas al tema y contestar a la llamada de su amigo.

El empresario le llamaba desde su habitación de hotel en Mónaco.

-Buenos días, jefe…- Intentó sonar alegre y despreocupado.

-Buenos días, Jenny… ¿Qué tal está mi fotógrafo favorito?- Steve realmente se alegraba de oír su
voz, pero ahora que sabía toda la historia estaba sorprendido de que sonara tan animado.

-Bien… bien… -Contestó rápidamente el rubio, esperaba que no sacara el tema de Jared
demasiado pronto- En estos momentos estaba entrando por la puerta de tu preciosa Galería de
Arte. Iba a reunirme con los chicos del montaje para planificar la distribución de las fotos.

-Me alegra oír eso, imagino que entonces te encuentras mejor de tus lesiones, ¿no? Pedazo de
imbécil desconsiderado…

Steve soltó aquella pregunta de un modo tan directo que a Jensen casi se le cae el móvil de la
mano.

-¿Qué? ¿A qué…?

-Ni se te ocurra hacerte el loco conmigo, Jenny… Acabo de hablar con Mary. ¿Cuándo demonios
pensabas decirme lo que te ocurrió en Newport? Espero que tus costillas se hayan curado ya,
porque pienso partirte un par más en cuanto te vea…- Carlson parecía bastante enfadado.

¡Vaya! Otro que quiere darme una paliza…ten amigos para esto…-Pensó el fotógrafo.

-Pues estoy mejor, gracias… te lo hubiera dicho, pero no tenía ni idea de dónde demonios estabas.
Ya estaba preguntándome en que recóndito agujero del mundo estaba escondido mi jefe. Hace
días que no sé nada de ti.

Y no, no estaba del todo curado. En realidad sus costillas todavía dolían como el demonio
dependiendo del movimiento que hacía. Si no fuera por los calmantes que le había dado el médico
no sabía que sería de él. Pero, para variar, eso no pensaba decírselo.
-¿Estás de coña, no? Te llamé varias veces el día siguiente de la reunión con Sheppard. Pensé que
no me cogías el móvil por lo que sucedió con Jared… Te di tiempo para que tu atolondrada e
indecisa cabecita se centrara y cuando por fin me decido a llamarte me entero de que has estado en
el hospital por culpa de un robo con agresión… ¿Te parece bonito que tu jefe y amigo tenga que
enterarse por tu chacha de que te han dado una paliza?

-¿Cómo sabes lo que pasó con Jared? - De todo lo que salió por la boca de Steve, con un tono de
padre preocupado que abroncaba a su hijo, eso fue lo que quedó grabado en su mente.

-Me lo contó él, ¿vale? Y sí, Jenny, disculpas aceptadas.- Se quejó el empresario- ¿De todo lo que
te he dicho eso ha sido lo único que te ha importado?

- ¿Entonces está contigo?

Steve se quedó callado, intentaba encontrar las palabras para explicarle dónde estaba y lo que
hacía, y que efectivamente Jared estaba con él.

-Mira Jenny, ahora estoy en Mónaco, pero cuando llegue a L.A. me gustaría que habláramos,
tengo que explicarte un par de cosas que…

-No has contestado a mi pregunta- Jensen estaba ansioso por esa respuesta.

Lo sucedido a continuación fue como una de esas escenas oportunas que nunca son lo que
parecen pero que siempre acaban complicando las cosas aún más de lo que ya están.

El silencio que quedó entre ambas líneas fue interrumpido por la voz de Jared, que en esos
momentos entraba en la habitación de Steve.

-Duchado, vestido y listo para la acción… Todo tuyo nene, cuando quieras nos vamos.

Jensen se quedó sin aliento al oír su voz al otro lado de la línea.

El empresario rápidamente se dispuso a darle una explicación, estaba seguro de que si el fotógrafo
había escuchado lo que había dicho el chico lo interpretaría todo mal.

-Jenny, no es lo que…

-No hace falta que respondas, Carlson… lo entiendo. – Le interrumpió el rubio- Mira, estáis
ocupados, mejor hablamos cuando vuelvas y…

-No, no… espera, Jensen… hay algo que tengo que explicarte. Jared y yo…

-NO – Se apresuró a contestar el fotógrafo, casi gritando las palabras a través del auricular.- No…
en serio, no tienes que darme explicaciones. Nos vemos cuando vuelvas.

-Jensen, joder, espera…- Insistió el empresario.

-Tranquilo, estará todo preparado para cuando llegues. Pasadlo bien.

Steve ya no pudo seguir intentando explicarle que se equivocaba, el fotógrafo había colgado el
teléfono.

*************

-¡Mierda! … si es que soy idiota… ¡tendría que habérselo dicho, joder! Si es que…
Jared le miró preocupado al escucharle gritarse a sí mismo de ese modo.

-¿Se puede saber qué te pasa?

-Era Jensen…

No necesitó más que escuchar eso y pensar en sus últimas palabras para saber a qué se refería su
amigo.

El castaño tragó saliva visiblemente preocupado, pero se quedó en silencio.

-Sí, estoy seguro de que te ha oído. – Observó el empresario leyéndole la mente- Y también estoy
seguro de que ahora está pensando lo que no es.

Se sentía bastante mal por hacer pasar por aquello a su amigo sin motivos.

-¿Qué más da lo que piense? Me da igual que crea que estamos liados – Contestó un todavía
dolido Jared- No es como si le importara una mierda lo que haga con mi vida.

Steve le vio darse la vuelta y preparase para coger sus cosas y salir de la habitación, pero decidió
contarle lo que había averiguado gracias a Mary.

-¿Y a ti tampoco te importa lo que le suceda? –Preguntó con intención de captar su atención-
¿Aunque le hayan dado una paliza que le mandó directo al hospital?

Objetivo cumplido, el castaño se dio la vuelta rápidamente para mirarle.

-¿De qué hablas?

El empresario le explicó lo que había averiguado sobre el asalto al fotógrafo, diciéndole que era el
motivo por el que le había llamado y que no había tenido tiempo de explicarle por qué estaban
juntos en Mónaco.

Steve era un hombre con grandes expectativas, siempre intentaba avanzar en sus negocios y
arriesgaba en nuevos sectores del mercado. Con todo lo que había conseguido hasta el momento,
conseguir tener su propia marca de ropa interior no era más que otra inversión sencilla. Tanto
como lo pudo ser para él abrir una discoteca, su propia discográfica o conseguir fundar la galería
de arte más famosa de California.

Por eso estaban allí…

Carlson había contratado a Jared para que hiciera de modelo para el anuncio de presentación de
las primeras prendas que saldrían al mercado.

No porque no tuviera modelos, los tenía (tres), sino porque después de recoger los pedazos rotos
del chico tras la pelea con Jensen, le vio tan destrozado que decidió que darle algo que hacer y
mantenerle distraído era lo mejor que podía hacer por él.

Y por qué no decirlo, también por su amigo el fotógrafo. Jensen necesitaba tiempo para pensar y
darse cuenta de lo que podía perder.

-Bueno…- contestó Jared cuando hubo escuchado toda la historia- me alegro que no haya sido
nada, ahora ya puede continuar con su querida exposición. ¿Nos vamos?

Steve sabía que el castaño se había asustado tanto como él al escuchar la historia del ataque al
fotógrafo, pero que por culpa de su orgullo fingía que no le importaba.
No hacía mucho que se conocían, pero últimamente habían pasado mucho tiempo juntos, y habían
tenido ocasión de hablar de muchas cosas que le hacían conocer un poco la forma en la que esa
cabecita castaña le daba vueltas a las cosas.

La realidad era que al chico le había afectado la noticia hasta el punto de sentirse preocupado y de
tener el impulso de coger el teléfono y llamarle para asegurarse de que estaba bien.

-No finjas que no te afecta, estoy seguro de que te mueres por hablar con él y asegurarte de que
está bien.

Sí, después de varios días juntos Steve parecía leerle la mente.

-Mira, no te diré que no me alegro de que esté bien, pero no quiero saber nada más al respecto. Y
no pienso llamarle…- Afirmó Jared molesto por ser tan transparente.

Volvía a encaminarse hacia la puerta de salida cuando Steve le cogió del brazo y le obligó a
pararse frente a él.

-Pues eres un maldito idiota, porque vas a dejar que piense que estamos liados cuando es mentira.
– Le replicó- Te ha llamado cuánto ¿unas quinientas veces desde que estamos aquí? Ya se me de
memoria la melodía de tu móvil… ¿no crees que eso debe significar que se arrepiente e intenta
disculparse? Deberías hablar con él. ¿O vas a dejarle sufrir sin motivo solo por vengarte?

-Pues puede que sí…- Contestó enfadado el castaño, moviendo el brazo e intentando zafarse de su
agarre- él me lo ha hecho a mí, ¿por qué no debería hacérselo yo a él? Después de todo, ya no
significa nada para mí…

Steve empezaba a estar cansado de tanta indecisión entre sus dos amigos. ¿Por qué la gente tenía
que complicarse siempre tanto la vida? ¿Tan difícil era decir la verdad? ¿Qué tenían las palabras
“te quiero” que daban tanto miedo a todo el mundo?

-¿Pero qué mierdas estás diciendo ahora? ¿Es que crees que soy tonto? ¿Qué demonios os pasa a
vosotros dos? – le gritó a su amigo- ¿Acaso tanto calentón os ha chamuscado las pocas neuronas
que os quedaban… o simplemente es que sois los dos completamente gilipollas?

Jared volvió a intentar que su amigo le soltara moviéndose bruscamente para alejarse, al mismo
tiempo que pensaba que no debería haberle contado tantos detalles sobre todo lo que había
sucedido con Jensen desde que se conocieron. Pero no lo consiguió, en lugar de eso Steve le
arrastró hasta la mesa del salón de su suite y le obligó a escucharle.

-¿Cuál es tu maldito problema, chico?- Preguntó furioso el empresario.

Fue escuchar esa palabra y levantó de la silla de un golpe y le empujó con todas sus fuerzas.

-¿Qué cuál es mi maldito problema? – Gritó Jared con rabia – Yo te diré cuál es mi maldito
problema… que estoy harto de que los “adultos” como tú y Jensen os creáis mejores que yo y me
tratéis como a un crío solo porque tenéis unos pocos años más y un negocio propio… Pues bien,
para tu información, no lo soy… No soy un maldito niñato que no sabe lo que hace. Al contrario
que tu querido amigo el “maduro” fotógrafo yo siempre tuve claro lo que quería… ¡A él!... hice lo
imposible por estar con él, y lo único que conseguí fue que me utilizara y después me rechazara
como si ya no le sirviera… ¡Maldita sea yo le…!

Dejó de hablar y cogió aire como pudo, no sabía si era capaz de terminar la frase. Había
empezado a confiar mucho en el hombre que tenía delante, pero aún y así no se sentía cómodo
admitiendo eso.
-¿Tú qué, Jared?- Le animó el otro a continuar.

-Yo me enamoré de él, Stevie…

El castaño respiraba de manera agitada cuando terminó de hablar, estaba tan enfadado y sentía
tanta ira que creía que le explotaría el corazón de tanta tensión.

Aquel chico enorme pero dulce y divertido que conoció en la fiesta se había convertido en esos
instantes en un animal herido y tan enojado que, de haber sido de otro modo, hubiera desaparecido
de su vista en menos de diez segundos con tal de no arriesgarse de ser víctima de su resentimiento.

Pero Steve sabía lo que en realidad había en el interior de Jared, así que no se retiró, siguió
plantándole cara al chico hasta que dio en el punto en el que finalmente le desarmó.

-¿Y si le quieres por qué finges que le odias?- Preguntó con suavidad y en voz muy baja.

-Porque es la única manera que he encontrado de vivir con esta situación, es el único modo en el
que consigo mantenerme en pie día a día sin volverme loco… Si consigo odiarle, consigo no
pensar en él. Y si no pienso en él… no recuerdo lo mucho que me duele que me utilizara, ni las
ganas de salir corriendo hasta el teléfono para llamarle y pedirle que se lo piense mejor…

Steve no pudo aguantar más la tristeza con la que le hablaba el chico, así que se acercó a él y le
abrazó. Jared no se apartó, se dejó hacer como un niño herido buscando consuelo en los brazos de
su madre, y se aferró a su cuerpo como si no quisiera que le abandonara.

-Está bien… no le diré nada.- Le susurró al oído- Solo te pido que hables con él cuando estés
preparado. Esto no puede seguir así Jared…

El empresario pensó que si era lo que él quería tenía que respetar sus deseos. Después de todo no
creía que para Jensen tener un poco de su propia medicina durante unos días fuera a ser para tanto.
Su amigo había hecho pasar lo suyo a aquel pobre muchacho, ahora le tocaba a él sentir durante
unos días lo que era que le rechazaran…

Solo esperaba que eso hiciera que abriera los ojos de una maldita vez.

******************

Jensen se obligó a sí mismo a no pensar en la conversación con Steve ni en la voz alegre de Jared
al otro lado del teléfono. Se centró en el trabajo y durante todo el día intentó mantener la mente en
blanco.

Pero para cuando llegó a su casa, más o menos sobre las diez de la noche, el dolor de cabeza que
sentía de tanto forzarse a no pensar en ello le estaba matando.

Sacó un par de pastillas del bote de los calmantes que el médico le había recetado y se sentó en
una de las butacas que había en la terraza. Esperó que el efecto del fármaco y el sonido del mar le
dieran la tranquilidad suficiente para relajarse y que ese dolor punzante por fin se disipara de su
cabeza.

Pasó varias horas dormido en el exterior de la casa, acunado por el susurro de las olas y la
oscuridad de la noche. Se durmió tan rápido que casi no tuvo tiempo a darse cuenta de que se le
cerraban los ojos, pero incluso en sueños su mente era incapaz de alejarse del recuerdo de Jared.
Una pesadilla en la que el castaño se desvanecía como por arte de magia de entre sus brazos le
despertó de forma brusca. Cuándo se dio cuenta de dónde estaba se arrastró hasta la cama y se
dejó caer en ellas sin molestarse en quitarse la ropa.

Pensó que si volvía a dormirse rápidamente, quizá pudiera volver a soñar con Jared. De ese modo
podría volver a tenerle entre sus brazos, aunque fueran solo un par de segundos, aunque
únicamente fuera un sueño.

**************

A la mañana siguiente Jensen se despertó con el sentimiento de pérdida acrecentándose en su


interior.

Se hizo un café bien cargado y se sentó frente a su portátil para distraerse de los malos
pensamientos, con tan mala suerte que aquello no hizo más que empeorar las cosas.

Fue cuando revisó su cuenta bancaria cuando esa sensación se avivó.

Había un ingreso de diez mil dólares hecho unos días atrás. Incluso antes de revisar los datos de la
operación supo con certeza quién había hecho esa transferencia.

Jared le había devuelto el dinero que le había pagado por los derechos de imagen y las sesiones
de fotos.

En un primer momento intentó ser positivo, quizás había sido un error del banco. Pero después se
encontró a sí mismo siendo totalmente realista, era imposible que fuera un error.

Sin pensarlo cogió el teléfono y marcó el móvil de Jared. Por supuesto, el chico no le contestó.

No se molestó en dejar un mensaje, sabía que ni siquiera lo escucharía. Así que le mandó un
mensaje de texto. El ser humano era por defecto curioso, aunque fuera solamente por esa innata
curiosidad, debía de leerlo.

“Error en tu banco, devueltos los 10.000”

Sabía que si se molestaba en dar rodeos al tema Jared apagaría el móvil antes de tiempo.

Para bien o para mal, unos minutos después recibió respuesta del otro.

“No error. No quiero él dinero”

Respondió tan rápido como pudo y presionando las teclas de forma atropellada por los nervios.

A pesar de lo sucedido entre ellos Jared había trabajado duro en las sesiones de fotos, se había
entregado al proyecto y había dejado que le dieran órdenes sin rechistar, se había ganado ese
dinero tanto como Matt.

Jensen habría dado cualquier cosa por que el chico contestara a sus llamadas para poder
explicárselo con más claridad…

“Hiciste el trabajo, es lo justo. No mezcles lo personal con el trabajo, ese dinero es tuyo.”

Esta vez la respuesta fue mucho más rápida y dolorosa.

“Para mí nunca fue trabajo”


Su réplica fue casi automática.

“¿Sirve de algo si te digo que me equivoqué?”

Pero ese último mensaje nunca recibió respuesta.

**********************

Menos de media hora después de aterrizar en L.A. Steve ya estaba parado frente a la puerta de la
casa de Jensen.

Intentaba darle explicaciones, contarle todo lo ocurrido con Jared, pero el fotógrafo no quería oír
nada de lo que le decía.

Hasta que Steve se enfadó de verdad.

-Maldita sea, Jensen Ross Ackles… o sientas tu bonito culo ahora mismo y me escuchas, o tu
codiciada exposición no se inaugurará nunca.

No le quedó más remedio que amenazarle con dar al traste con todo su trabajo para que le
escuchara.

-¿Sabes que puedo financiarla yo mismo no?- Jensen era incapaz de admitir que su amigo le tenía
bien pillado con esa amenaza.

-Lo sé… pero tú sabes que por mucho que seas el mejor fotógrafo que conozco, el resultado
nunca sería el mismo que asociándote conmigo… y ahora, por lo que más quieras ¿puedes
escucharme? Por favor…- Le rogó esta vez el empresario con buenas maneras.

Jensen se sentó en el sofá de su sala de estar y cruzó los brazos sobre su pecho.

-Te escucho.

Esa pose altiva con la que el rubio se aposentó en su asiento para escucharle cambió
automáticamente a otra totalmente arrepentida y resignada en cuanto Steve le hubo contado todo
lo que había pasado con Jared desde que se fueron del restaurante en Newport.

-Soy tan idiota… - Eso era algo que últimamente Jensen se repetía a si mismo bastante a menudo.

-Sí… -afirmó su amigo- pero todavía puedes arreglarlo. Mira… -Steve se sentó a su lado mientras
le contestaba- Jared quiere estar contigo, de eso puedes estar seguro. He estado con él lo suficiente
como para saber que si dice lo contrario solo es porque está demasiado dolido para admitirlo.

-¿Y qué demonios hago entonces? –Preguntó agobiado el fotógrafo- Intento llamarle y hablar con
él pero no me contesta, incluso me ha devuelto el dinero que le pagué por las fotos.

-Ya… eso me lo esperaba-contestó el empresario con sinceridad- Aquella noche cuando salimos
de Newport no paraba de repetir que le habías usado y después pagado como a una puta… Está
claro que el chico tiene su orgullo.

-Joder…- Jensen se dejó caer hacia atrás en el sofá y se tapó la cara con ambas manos.- no me
jodas…

-Eh… no, no, no, no… levanta- le advirtió Steve- deja de compadecerte. Lo que tienes que hacer
es demostrarle que se equivoca.

-Sí, para ti es muy fácil decirlo- gritó el fotógrafo tras quitarse las manos de la cara- pero ¿cómo
mierdas hago eso?

-Es fácil… te arrastras, suplicas perdón, le dices lo mucho que te importa y rezas por qué él te
quiera tanto como parece y te perdone de una vez.- Le soltó su amigo sin miramientos.

-No voy a tener ocasión de que me escuche, olvídalo…- Estaba claro que Jensen se estaba dando
por vencido.

-Tú invítale a la exposición- Steve le habló mientras se ponía de pie y se dirigía a la puerta para
irse – yo me ocuparé de que aparezca.

El fotógrafo respiró profundamente para calmarse y le miró con expresión resignada pero
agradecida.

-¿Crees que funcionará?- Preguntó al empresario.

-Yo me ocuparé de que tengas tu oportunidad, luego serás tú quien tendrá que ocuparse de que
haya servido de algo.- Contestó Steve justo antes de salir de la casa.

**************

Steve sabía perfectamente a quien tenía que llamar para ocuparse de que Jared asistiera a la
exposición de Jensen.

-Hey… ¿Cohen? – dijo nada más escuchar el teléfono descolgarse al otro lado de la línea- Soy,
Steve... Carlson… tenemos que hablar…

[IMG]http://img.photobucket.com/albums/v725/SILVIACJ/Separador1copia.png[/IMG]

Después de hablar con Steve, Matt había recibido dos invitaciones de Jensen para la fiesta de
apertura de la exposición, una para él y otra para Jared. Esa noche únicamente se podría entrar con
invitación, además de ser la inauguración era el cumpleaños de Steve, y solamente la gente más
influyente asistiría al evento.

El modelo acababa de entrar en la habitación de su compañero y había dejado la invitación frente


a él para que la viera.

El castaño estaba doblando su ropa recién lavada esparcida sobre la cama. Junto a su chaqueta
había otra invitación exactamente igual.

-¿Vas a venir?

-No- contestó.

-Te arrepentirás, ¿lo sabes verdad? – preguntó apenado.

Matt odiaba ver a su amigo tan triste, desde lo sucedido con Jensen parecía ser otra persona mucho
menos alegre de lo que solía serlo.

Jared suspiró profundamente antes de contestarle.


-Lo sé… he hecho muchas cosas últimamente de las que me arrepiento, pero ya no sirve de nada
hablar de ello. – le contestó pero no le miró, escondió su tristeza entre la ropa y siguió con lo que
hacía.

Su amigo sabía que no era el momento de otro sermón, que llenarle la cabeza de más dudas no
arreglaría nada, así que se limitó a decir una última cosa más y después salió de la habitación
dejándole a solas.

-Todos nos equivocamos a veces, Jar… Nadie puede evitar hacer alguna vez cosas de las que se
arrepiente en el mismo instante en el que las está haciendo, pero ¿sabes?... a veces son esos
mismos errores los que nos llevan hasta el lugar en el que realmente debemos estar, o junto a la
persona a la que realmente pertenecemos… Solo… tú piénsalo.

Jared sintió el impulso de volverse hacia él, pero tuvo miedo de lo que su amigo pudiera leer en su
rostro y simplemente se quedó parado, estático frente a su cama, escuchándole.

-Si nada de esto hubiera ocurrido nunca te habrías enamorado de él, o él de ti… -continuó Matt-
porque créeme, él te quiere. Estoy seguro. Únicamente ha cometido algunos errores hasta que lo
ha comprendido… como lo hacemos todos.

Cuando por fin se quedó a solas, el castaño dejó a un lado la pieza de ropa que sujetaba con fuerza
en sus manos y se dejó caer sobre su cama.

Sus ganas de odiar a Jensen se columpiaban en el filo de una delgada línea que le llevaba a ceder
y a querer perdonarle. Después de hablar con su amigo no solo se sentía confuso, sino incapaz de
decidir si quería seguir intentando odiarle o darle una oportunidad.

Tenía mucho en qué pensar.

**********************

Por fin había llegado el gran día, la inauguración de la exposición de Jensen sería esa misma
noche. En un par de horas se abrirían las puertas y su trabajo sería mostrado al gran público.

Debería sentirse eufórico, pero todo lo que el fotógrafo podía sentir era inquietud. Estaba nervioso
pensando en si Jared aceptaría alguna de las dos invitaciones que le había hecho llegar a través de
Steve y Matt para acudir al evento.

Él lo había intentado, si el chico no aparecía no sería por que no se había enterado de que la
exposición era esa noche.

-Vendrá- Afirmó su amigo.

Jensen estaba parado frente a una de las fotografías en las que únicamente salía retratado Jared
cuando vio a Steve acercarse sigilosamente a él y quedarse de pie a su lado, mirando la foto.

La galería de arte estaba cerrada al público todavía, en esos instantes únicamente el personal
autorizado podía entrar en sus instalaciones hasta que el propio Jensen diera la orden de lo
contrario.

-Yo no estoy tan seguro- Se rió con tristeza el fotógrafo.

-Lo hará. Es mi cumpleaños, aunque sea solo por eso más le vale que se presente.
Las palabras de Steve hicieron el efecto deseado, el fotógrafo le miró sonriendo y asintió.

-Gracias de todos modos, significa mucho para mí todo lo que has hecho por él.

-Lo que hice fue por los dos, amigo… no solo por él. Sabía que te arrepentirías, era cuestión de
tiempo y de que te bajaras del burro para que te dieras cuenta. Eres muy cabezota, pero en el
fondo muy inteligente… sabía que acabarías abriendo los ojos.

Jensen se rió por su sinceridad.

-Bueno, solo espero que tampoco te equivoques respecto a Jared… -Agachó la cabeza y entrelazó
sus manos con gesto nervioso.

-Tranquilo – Steve se acercó y le acarició el hombro con un gesto cariñoso y volvió a repetirlo-
vendrá.

-Feliz cumpleaños, amigo…- Jensen le miró agradecido por la demostración de afecto. Lo cierto
era que, en los pocos años que hacía que conocía a Carlson, ese hombre nunca le había fallado.

Steve le sonrió y le guiñó el ojo.

-De nada pequeño, y ahora… vamos a hacer historia. Abre esas puertas ¿quieres?

******************

La galería de arte Carlson era una réplica exacta a una de esas plantaciones antiguas del viejo
Nueva Orleans, una de esas casas con hectáreas de jardín rodeando todas las instalaciones.

Tenía grandes balcones que rodeaban toda la planta superior y un porche enorme que hacía lo
propio con la inferior. Unas grandes escaleras de la misma piedra de color beige de la que se
constituía la fachada conducían a la entrada, y estaban custodiadas por preciosas plantas de los
colores más vivos a cada uno de sus extremos.

Todo adornado por unos jardines que, a plena luz del día tenían un verde tan brillante que parecía
casi fluorescente, y en los que una fuente de agua con una diosa de piedra blanca adornaba la
parte delantera.

La iluminación exclusivamente preparada para el evento nocturno daba a todo el recinto un


aspecto realmente especial.

Jensen había tenido oportunidad de visitar todas las instalaciones los días que estuvo trabajando a
solas en ellas, y todavía no podía parar de maravillarse con el contraste que Steve había
conseguido hacer con la parte exterior del lugar y la diferencia de lo que por el contrario había en
su interior.

La parte interna de la casa era totalmente modernista. Suelos de madera tratada y reluciente,
iluminación viva en cada uno de los paneles en los que se exhibían las obras, cómodos asientos de
piel marrón repartidos por todas las salas para que los asistentes pudieran contemplar con
tranquilidad las piezas expuestas… Aquel lugar contaba incluso con un pequeño salón con bar
para amenizar las veladas artísticas.

Por supuesto todo estaba decorado con el exquisito gusto del que hacia alarde el bohemio
empresario.
Hacía más de dos horas que se habían abierto las puertas y la exposición estaba siendo todo un
éxito. Todo el mundo estaba maravillado con el trabajo del artista y el porte de los modelos, con la
personificación de cada uno de los pecados representados en ellas.

Como era de esperar, el pecado de la lujuria había sido el que había resultado más alabado.

Y por supuesto Steve no se había equivocado, la foto de Jared y Jensen había sido la que más
había dado que hablar, por la que más le habían felicitado. Se sentía feliz por ambos, pero al
mismo tiempo apenado, el chico no estaba allí para verlo.

A esas alturas de la noche Jared no había aparecido todavía.

Jensen ya no tenía esperanzas de que lo hiciera cuando por fin le vio junto a una de las fotos que
representaba la avaricia, hablando con Matt y Steve. El chico estaba entregándole un regalo de
cumpleaños al empresario.

El fotógrafo sintió el corazón detenerse un instante cuando se dio cuenta de que era él, la
esperanza creció tímidamente en su interior.

“Ha venido. ¿Significará eso qué…?”

Se acercó a ellos lentamente pero decidido en su interior a hablar con él, pero en cuanto el chico le
vio llegar y sus miradas se cruzaron, se alejó de ellos.

-Voy a buscar algo de beber- Se excusó Jared con sus dos acompañantes y sin poder evitar mirar a
Jensen de reojo.

Steve asintió con la cabeza comprendiéndole.

-Era demasiado pedir que quisiera si quiera decirme hola ¿no? –Observó el fotógrafo cuando hubo
llegado a donde estaban los otros dos hombres.

-Venga, Ackles…- contestó Matt- sabes que no te lo va a poner tan fácil. Si lo quieres tendrás que
ganártelo.

Jensen le miró con cara de fastidio por esa afirmación, y para más molestia vio que Steve asentía
completamente de acuerdo con lo que el modelo acababa de decirle.

-Espabila y ve a hablar con él.

*****************

En realidad no le costó mucho encontrarle. Jared quería hacerle sufrir, que realmente se ganara el
derecho a ser escuchado, pero estaba deseando tanto como él ese momento entre ellos, de modo
que no se escondió mucho.

Jensen le encontró parado precisamente frente a la única foto de la exposición que ambos
compartían.

-¿Sabes lo que todo el mundo me ha dicho respecto a esta foto? –se sorprendió de ver que era
Jared quien empezaba la conversación, aunque no le miró al principio, pero eso le animó y le dio
fuerzas para acercarse a él.

-¿Que tienes mucho futuro como modelo? – Pregunto el rubio- me lo llevan diciendo toda la
noche, que hice bien en elegirte.

Jared negó con la cabeza.

-No… dicen que pueden ver en mi rostro la desesperación, las ansias de poseerte reflejadas en mi
mirada- aclaró el chico antes de soltar una carcajada irónica- tiene gracia… si supieran que eso era
exactamente lo que sentía… La desesperación de intentar llegar hasta ti y no ser capaz de hacerlo
de ningún modo.

Jensen tragó saliva, asustado, nunca había tenido tanto miedo de hablar como lo hacía en esos
momentos, pero ya se había callado demasiado, no podía seguir aplazando aquello más tiempo.

Se acercó hasta quedar lo más cerca de él posible para no tener que levantar la voz, pero sin
arriesgarse a incomodarle y que se apartara de él.

-¿Eso es lo que sientes tú realmente cuando miras esta foto, Jay?... –Preguntó el fotógrafo
mirándole fijamente, no apartó la mirada del chico ni un segundo, se centró en él como si todo lo
que había alrededor simplemente no existiese.- Llevo toda la noche escuchando que nuestras
miradas son la viva imagen de la lujuria, pero no tienen ni idea de lo que realmente pasaba por
cualquiera de nuestros pensamientos en esos instantes… ¿Sabes lo que realmente siento yo?

Jared le dirigió entonces una mirada llena de curiosidad, pero simplemente afirmó con la cabeza
para que continuara y desvió su mirada de nuevo hacia la fotografía.

-Siento excitación, pasión, ardor… -Dijo sin dejar de mirarle un solo instante- pero sobretodo
rabia, dolor, perdida… frustración

Entonces Jared volvió a desviar la mirada para contemplarle extrañado por sus palabras.

-Esta imagen me recuerda lo que tuve a mi alcance y no fui capaz de aprovechar… -Afirmó
Jensen con tristeza- siento rabia porque sé que fui el típico idiota que no sabe valorar lo que tiene
delante, me patearía a mismo sin dudarlo por hacer todas las estupideces que he hecho, por todo el
daño que te e causado con mis dudas egoístas y mi miedo al fracaso…

El fotógrafo intentaba armarse de valor para continuar hablando, pero le estaba resultando muy
complicado al ver como los ojos grises de Jared le miraban con fingida indiferencia.

-Siento la dolorosa perdida porque ahora he entendido que no hay nada que duela más que perder
a la persona única persona por la que he sentido algo en mucho tiempo. Por fin he entendido que
el miedo al fracaso no significa nada en comparación al de no volver a verte.

Jensen vio como con cada una de sus palabras el rostro del chico iba cambiando e iba reflejando lo
conmovido que se sentía al escucharle. Le vio tragar saliva intentando disolver el nudo que se
formaba en su garganta y por un momento creyó que su confesión estaba dando el resultado
deseado.

- Pero lo que más duele de todo es el fuerte sentimiento de frustración… continuó- El sentirte inútil
porque sabes que fue todo culpa tuya, que se acabó porque tú mismo lo hiciste todo mal… Lo
siento tanto, Jay… siento haberlo hecho todo mal. Merecías mucho más.

Jared se quedó callado unos instantes, volviendo a desviar la mirada hacia la imagen en la que
ambos aparecían que había frente a él, pensando en todo lo que el fotógrafo había dicho.

El rubio temblaba inconscientemente esperando su reacción.

-Yo también lo siento, Jen… -susurró por fin.


Desvió la mirada para volver a posarla en él, haciendo que Jensen se sintiera más esperanzado
durante unos segundos, pero sus siguientes palabras no fueron las que el fotógrafo esperaba.

-Has hecho un trabajo fantástico, enhorabuena. La exposición está siendo todo un éxito. Mañana
estarás en las primeras páginas de todas las revistas… Supongo que ya tienes lo que querías.- Su
mirada grisácea llena de lágrimas contenidas reflejaba lo que realmente sentía.

Tras esa frase Jared se separó de su lado, golpeando suavemente el brazo del rubio con el suyo
cuando pasó junto a él, y se alejó hacia donde Matt conversaba con otro hombre.

Jensen se quedó completamente estático en el mismo lugar en el que estaba, sintiendo que merecía
aquello tanto como lo esperaba.

Matt y Steve se habían equivocado esta vez, Jared no solo iba a ponérselo difícil, simplemente no
iba a perdonarle.

***************

Cansado de elogios que realmente no quería escuchar y deseando esconder la cabeza bajo tierra
para enterrar su sufrimiento, Jensen salió a los jardines en busca de algo de tranquilidad.

La fuente de la diosa de piedra estaba totalmente solitaria en esos instantes, paseó su mano por la
fría agua de su interior y después pasó sus dedos por su frente buscando algo de alivio a su dolor
de cabeza.

Se quedó parado frente a ella, mirándola ensimismado.

-¿Qué puedo hacer?-Le preguntó para sí.

Cuando llevaba al menos veinte minutos escondido en aquel lugar, contemplando la figura y
perdido en sus pensamientos, una voz tras él hizo que sintiera un escalofrío recorrer por completo
su cuerpo.

-Todo el mundo se pregunta dónde está el genio responsable de esta magnífica exposición en un
momento como este…

Jared estaba únicamente a un par de metros de distancia tras él. No necesitaba volverse para
reconocer esa voz.

Y es que el castaño lo había intentado pero no lo había conseguido.

Había intentado con todas sus fuerzas no hacer caso de todo lo que Jensen había dicho frente a
aquella foto. Se pidió a si mismo centrarse en recordar lo mucho que le dolió su rechazo para no
dejar de odiarle, pero su voluntad no le había permitido huir de él.

-Bueno, digamos que el genio tiene cosas mucho más importantes en las que pensar en estos
instantes.- Contestó el rubio, todavía sin darse la vuelta.

Sentía en su interior como las esperanzas volvían a crecer de forma incontrolable. Jared no se
había marchado, había vuelto a buscarle ¿significaría eso que al fin iba a darle una oportunidad?

-Steve acaba de dar su discurso de cumpleaños y te lo has perdido. Es uno de tus mejores amigos
a parte de tu jefe… ¿qué puede haber más importante? – Intentaba que su tono de voz fuera lo más
despreocupado que podía.
El fotógrafo se dio cuenta de que la voz del chico sonaba cada vez más cercana, Jared ya casi
había llegado hasta donde él estaba.

-La tranquilidad… -contestó sintiendo sus piernas temblar- necesito toda la que pueda para poder
pensar en un modo efectivo de conseguir que me perdones… abrirte mi corazón y decirte que lo
siento no parece haber dado mucho resultado.- Se rió con tristeza mientras miraba al suelo.

Por unos instantes pensó que había hablado demasiado, ya que pasaron un par de minutos hasta
que volvió a oír a Jared… o más bien hasta que por fin pudo sentirle.

El conocido calor del cuerpo del chico contra su espalda y las palabras que con voz dulce el
castaño susurró a su oído hicieron que cerrara los ojos sobrecogido por la situación.

-Rezaba por ser lo suficientemente fuerte para no contestar al maldito teléfono todas y cada una de
las veces que me llamaste… -susurraba Jared- cada vez que ese condenado chisme sonaba
mostrando tu nombre en la pantalla me odiaba a mí mismo por sentir tantas ganas de contestar y
pedirte que me dieras otra oportunidad… ¿Sabes lo mucho que me costó no coger el primer vuelo
a LA cuando me enteré de que te habían atacado, Jen?

Jensen no podía creer lo que estaba escuchando, después de todo sus palabras habían servido para
algo.

-Lo siento, Jay… -Fue todo lo que se atrevió a decir, ninguna excusa hubiera sido lo
suficientemente buena para todo lo que le había hecho pasar.- Lo siento, lo siento…

Y entonces se derrumbó.

Toda la tensión que había acumulado ese día esperando a que el chico apareciera y le diera una
oportunidad salió de su interior en forma de transparentes y húmedas lágrimas que recorrieron sus
mejillas de manera imparable. Por más que intentó disimular ante el otro no lo consiguió.

Fue cuando por fin Jared puso fin a su castigo y le envolvió con sus brazos.

-Intentaba odiarte con todas mis fuerzas, Jen, pero todo este tiempo en lo único en lo que podía
pensar era en volverte a ver y en abrazarte.

El castaño dejó un pequeño beso en su cuello mientras le abrazaba con fuerza.

-Hay tanto que quisiera decirte, tantas cosas que he hecho mal… ni siquiera sé por dónde
empezar. Lo siento, lo siento… abrázame, Jay… por favor… no me sueltes. No te alejes de mí…
otra vez no… lo siento tanto.

Jared sintió su corazón encogerse al ver a alguien tan seguro de sí mismo y tan duro como Jensen
rendirse entre sus jóvenes brazos de esa manera.

-Yo también lo siento, Jen… lo siento muchísimo… no pienso dejarte, ¿me oyes? No pienso
hacerlo.- Le susurró junto a su oído, besando con suavidad el lóbulo de su oreja al terminar de
hablar y sin dejar de aferrarle con fuerza.

Jensen se dio la vuelta para mirarle por fin, con los ojos llenos de lágrimas y mirándole como si
hiciera siglos que no le veía. Le cogió del cuello de la camisa y le besó.

Presionó sus labios húmedos por las lágrimas sobre los de Jared y este le contestó al beso con
dulzura y anhelo, atrapándole con más ganas entre sus brazos. El fotógrafo hundió sus manos en
la melena del castaño atrayéndole más contra él, profundizando aquel ansiado contacto entre ellos
tanto como pudo.

-Ejem ejem…

En esos instantes un sonido a sus espaldas interrumpió el deseado reencuentro.

Muy a su pesar, tuvieron que separarse para ver quién era el oportuno intruso.

El chico al que Steve había contratado como secretario del fotógrafo el tiempo que durara la
exposición les miraba con expresión sorprendida y arrepentida.

-Sr. Ackles, el Sr. Sheppard quiere verle él...

Jensen no tardó en contestar.

-Ahora no. Largo… - soltó tajante y volvió a centrarse en Jared.

-Pero señor, el señor Sheppard está interesado en adquirir para su colección privada…

-Me importa una mierda… - le gritó al pobre muchacho- sea lo que sea… me da igual. Vete.

El chico se quedó parado todavía unos instantes más, sopesando sus opciones, hasta que Jensen le
miró con cara de pocos amigos y prácticamente le gruñó que se fuera.

-Largo, joder…

Jared se rió divertido al ver al rubio reaccionar de ese modo.

-Algo me dice que acabas de perder mucho dinero.

-Pues te voy a decir a ti lo mismo que le he dicho a él… ¡me importa una mierda!... Lo que tengo
entre las manos vale muchísimo más.

Entonces volvió a hundir sus manos en la melena del chico y a atraer su boca para besarle.

Esta vez fue Jared quien rompió el beso.

-Me gustaría seguir besándote, Jen… pero quiero ir a casa…

Miedo era poco para describir lo que sintió el fotógrafo en ese instante.

-¿Qué?

Jared imaginó lo que estaba pensando y sonrió con malicia.

-Quiero que me lleves a casa, Jen… a tu casa… - Sabía que había sido cruel por su parte
confundirle de ese modo, pero le había encantado ver como en su rostro se reflejaba el miedo a
volver a perderle.- Quiero besarte ahora, pero quiero seguir besándote después, deseo con todas
mis fuerzas pasar el resto de la noche besándote sin descanso, despertarme y ver tu rostro y volver
a besarlo…

Deseo concedido.

Dos minutos después Jensen le arrastraba a través del salón principal de la casa con su mirada fija
en la puerta de entrada de la galería.

Únicamente entró para decirle al oído a Steve que se marchaba, era lo mínimo que le debía si iba a
dejarle plantado en medio de su fiesta de cumpleaños -que para colmo era la inauguración de su
propia exposición- pero Sheppard le vio aparecer y no pudo evitar que le detuviera.

-Jensen, quería hablar contigo de…

-No…- Contestó tajante el rubio- ahora no tengo tiempo. Si quieres habla con Steve y mañana me
decís lo que habéis acordado… ¿vale?

El tono despreocupado con el que le habló al rico dejó sorprendido a Steve, pero lo que más
alucinado le dejó fue ver como después su amigo se volvía hacia Jared y le ofrecía su mano para
que le siguiera.

-¿Nos vamos?

El chico sonrió feliz al ver que sus prioridades parecían haber cambiado y sujetó su mano para
después seguirle sin vacilar a lo largo del pasillo, hasta desparecer por la puerta de entrada.

-Nos vamos- Contestó sonriente.

-¿Qué demonios…?- Sheppard no entendía nada.

Sin embargo Steve lo entendió todo. Por fin las cosas iban a ser como debían.

**************

Esta vez Jensen recordaría lo sucedido entre ellos con todo detalle. No habría flashbacks ni
imágenes borrosas en su mente a la mañana siguiente.

Nada de lo vivido esa noche sería como la primera vez que tuvo a Jared entre sus brazos aquella
noche en casa de Matt.

Esta vez eran solo ellos dos, no había intrusos emocionales, sentimientos contradictorios ni culpa
rondando sus cabezas mientras hacían el amor, solamente la necesidad de amarse y de volver a
sentirse el uno al otro.

Fue consciente en todo momento de como su corazón parecía no caber en su pecho de felicidad
mientras veía a Jared sonreírle desde el asiento del copiloto.

Cuando salieron de la galería cogieron el nuevo Mustang negro de Jensen y se dirigieron a su casa
en la playa. El fotógrafo sujetaba con la mano derecha el cambio de marchas mientras el castaño
posaba la suya encima con cariño, intentando que el contacto entre ellos no fuera interrumpido por
nada.

Sus miradas deseando que el trayecto hubiera sido más corto, odiando que el tiempo pasara de una
forma tan lenta y les castigara de ese modo a tener que esperar a llegar a su destino para poder
amarse.

La enorme cama de Jensen fue testigo de la lentitud y la dulzura con la que desnudó a Jared, de
cómo el musculoso cuerpo del chico se deshacía entre sus manos con su suave toque.

El alma del fotógrafo puesta en cada caricia que rozaba la piel del castaño, fija en un solo
objetivo… hacerle saber lo que realmente sentía por él.

El chico cerró los ojos y dejó que cada beso, cada roce del otro le hiciera estremecerse de placer,
haciéndole sentir que su cuerpo se encendía ante sus contacto.

Ahogaba sus gemidos en la almohada de aquella enorme cama mientras las yemas de los dedos de
Jensen recorrían con delicadeza la piel de su arqueada espalda.

De alguna manera sentía como si el rubio intentara compensar sus errores de la vez anterior, cada
uno de los movimientos del fotógrafo aparecían en su mente como visiones de aquella noche en la
que por primera vez le hizo suyo.

Pero esta vez todo era distinto, igual pero completamente diferente.

Sus caricias eran igualmente apasionadas y ardientes, pero a diferencia de aquella vez en casa de
Matt, Jared podía sentir que el ímpetu y el desenfreno de sus actos habían sido sustituidos por
delicadeza y ternura.

Cuando la mano de Jensen tocó por fin la carne de su trasero, sintió la boca del rubio junto a su
oído y el calor que desprendía cada una de sus palabras atravesó su cuerpo como una llama
invisible que le descontrolaba y oscurecía la razón.

-Voy a compensarte por todo lo que te hice sufrir, Jay… voy a hacerte el amor como debía hacerlo
la primera vez que te toque, como deseé la primera vez que te besé… -lamió despacio su oído
antes de continuar y Jared sintió como su polla apretada contra el colchón le rogaba
inconscientemente el mismo trato- voy a darte todo lo que hay en mi interior…

El castaño se retorció excitado bajo su cuerpo. Es última frase saliendo de los labios de Jensen era
suficiente afrodisíaco como hacerle ver las estrellas sin necesidad de que le tocara.

-Si supieras lo caliente que resulta esa frase pronunciada por ti no serías capaz de decirla… “¿vas
a darme todo lo que hay en tu interior?”… joder, Jen… me estás volviendo loco.

Satisfecho con la afirmación del chico, el fotógrafo sonrió y apretó su cuerpo contra el del otro.
Pudo escuchar como gritaba de placer cuando su polla desnuda y dura rozó de nuevo su entrada.

-Jensen… mmm… dios…

Escucharle gemir su nombre le devolvía al estado de embriaguez que aquella noche sintió al
penetrarle, seguía recordando con increíble exactitud el momento en que se introdujo en él. Ese
pensamiento hizo que casi no fuera capaz de aguantar sin volver a hacerlo los escasos minutos que
necesitó para dilatarle y prepararle para él.

Cuando por fin dejó caer todo su peso contra el cuerpo de Jared, mientras su polla pujaba contra
su redondeada entrada y el castaño jadeaba excitado al sentirle, Jensen llevó sus manos hasta las
del chico para sujetarlas.

Las manos de Jared se aferraban a la almohada bajo su cabeza, pero aflojaron su agarre al sentir
las del fotógrafo reclamándolas.

Durante varios segundos sintieron como si el tiempo se detuviera, con sus manos entrelazadas y
sus cuerpos unidos sentían que por fin aquel momento era perfecto.

Jensen empezó a moverse en su interior, empezando con pequeñas y lentas estocadas que se
fueron recrudeciendo conforme el deseo aumentaba, con cada palabra que salía de la boca de
Jared pidiendo más.

-Te prometo que esta vez no te arrepentirás de haber confiado en mí… -Susurró el fotógrafo con la
voz oscurecida.
Y entonces, entre palabras de deseo y gemidos de placer, las dos palabras más deseadas salieron
de la boca del castaño.

-Te quiero…

La sensación que experimentó Jensen en esos instantes, al oír esas palabras, nunca antes había
existido para él. Fue algo tan nuevo y placentero lo que recorrió su cuerpo que fue incapaz de
decir nada que lo expresara.

Jared le observaba con tanto amor en la mirada que el fotógrafo se sintió conmovido. Nunca en su
vida había aspirado a que nadie pudiera quererle hasta el punto de mirarle de esa forma.

Agachó su cabeza y atrapó los labios del castaño entre los suyos, un beso que decía te quiero de
muchas maneras, pero sin necesidad de expresarlo con palabras.

Pero esta vez no quería estropearlo, sabía que Jared esperaba que correspondiera a esas palabras
con las mismas. Por más que se lo hubiera hecho entender, aunque sabía lo mucho que le asustara
decirlo, tenía que hacerlo.

Sin darse cuenta sonrió al pensar en ello, era algo que nunca hubiera esperado, pero en el fondo él
también tenía ganas de pronunciarlas.

-Te quiero, Jared…- susurró a su oído mientras se movía con fuerza para penetrarle
profundamente.

El chico gimió al volver a sentirle golpear su próstata y sus movimientos se hicieron más duros.

-Jen…

-Te quiero, te quiero, te quiero…- decía mientras sus embestidas se iban intensificando y se hacían
cada vez más rápidas.

Unos segundos después gemían fuertemente mientras se corrían casi al mismo tiempo, pero
ninguno hizo el más mínimo movimiento para separarse del otro una vez hubieron terminado.

Se quedaron allí, con sus cuerpos pegados y sus manos entrelazadas durante más tiempo del que
ninguno supo contar. Cayendo en la inconsciencia sin que ninguno se preocupara de lo ocurrido
hasta el momento, o de lo que pudiera depararles el mañana.

**************

La luna todavía era dueña del cielo cuando Jensen despertó varias horas después, añorando el
calor del cuerpo ardiente de Jared contra el suyo.

Vio la ropa del chico todavía esparcida por la habitación y sonrió aliviado. Empezaba a pensar que
el castaño había salido corriendo de su vida otra vez.

Cogió una de las sábanas de la cama y salió de la habitación, recorrió la casa hasta que encontró a
Jared sentado en las escaleras del porche que daba a la playa privada.

Su cuerpo todavía desnudo le pareció aún más perfecto bajo la tenue luz de la luna.

-Pensaba que habías huido de mí…- Jensen se sentó en la escalera superior a la que lo hacía el
castaño, poniendo una pierna a cada lado del chico y rodeándole también con la sábana para
taparle.

Jared se dejó arropar por los brazos del fotógrafo y la suave tela blanca y le sonrió con cariño.

-Esta vez no te va a resultar tan fácil deshacerte de mí… “jefe”- Bromeó.- Tenía calor…

-Ahora que dices eso…- se rió el rubio- hay algo que me gustaría proponerte.

El chico ladeó su cuerpo entre sus brazos para poder mirarle a la cara.

-Tú dirás…

-No aceptaste mi dinero…- empezó a decir el fotógrafo, viendo como la expresión alegre de Jared
cambiaba y se volvía seria- nunca quise que creyeras que te estaba utilizando. Llevaba toda la
noche pensando en decírtelo, necesitaba que lo supieras, que entiendas que no pretendía jugar
contigo… Yo… fui un idiota, nunca pensé que pudieras creer que intentaba pagarte por…

-Lo sé…- le detuvo el chico- todo se hizo muy cuesta arriba para mí. Esta situación me superó y
cada vez que le daba vueltas al tema lo único que hacía era buscar una nueva excusa para
odiarte…

-Supongo que te lo puse fácil…- bromeó triste el rubio.

-Bueeeeeeno…- le contestó divertido el otro- solo un poco.

-Lo siento… siento todas las tonterías que hice, Jay… –Jensen volvió a ponerse serio mientras
hablaba- lo que me haces sentir me sorprendió con la guardia baja y no pude evitar asustarme.
Nunca antes nadie me había hecho descontrolarme como tú lo haces, contigo hago las cosas sin
pararme a pensarlas… las estupideces que hice no…

-Schhhh… basta- le cortó el chico poniendo uno de sus dedos en sus labios- Yo también tuve mi
parte de culpa en todo este… “mal entendido”. Pero ya no quiero remordimientos, ni
culpabilidad… no quiero que nada de eso se interponga entre nosotros nunca más. Yo solamente
quiero estar contigo, Jen… No me importa el resto, ni lo que pasó… solo tú.

Jensen le apretó entre sus brazos y le besó con cariño.

-Creí que nunca me perdonarías, que no había nada que pudiera hacer para compensarte. Siempre
lo hago todo mal y…

-Bueeeeeno… - volvió a decir con tono guasón el chico- ya me lo cobraré. Se me ocurren varias
maneras muuuy satisfactorias de hacerlo.

Jared metió su mano entre las sabanas para acariciarle, cuando el fotógrafo sintió la enorme mano
del chico aprisionando su polla, se mordió el labio de excitación.

-Hay algo más que quiero decirte… o más bien proponerte- mientras hablaba una de sus propias
manos se movió hasta la polla del castaño.

-Oh… joder… sigue tocándome así y te daré lo que quieras- soltó impaciente el chico.

-Quiero que seas mi socio en el tema de la exposición.

Jared se quedó de pronto y le miró sorprendido.

-Nada de esto hubiera sido posible sin ti. Lo mejor de mi trabajo lo has inspirado tú y si la
exposición es un éxito será únicamente porque te tuve a mi lado…
exposición es un éxito será únicamente porque te tuve a mi lado…

-Jen yo…- el chico apenas sabía cómo reaccionar a lo que le contaba.

-Hay algo más…- Jared levantó las cejas y el rubio se rió por su gesto- cuando esta exposición
termine quiero abrir mi propia galería, y quiero inaugurarla con una exposición sobre…- dudó un
segundo avergonzado y después siguió- sobre el amor… y te aseguro que no pienso hacerlo con
nadie que no seas tú. No puede haber otro modelo que no seas tú para inspirarme ese sentimiento.

El castaño se quedó tan alucinado que tardó varios minutos en conseguir reaccionar.

-Por dios, Jared… dime algo.- Pidió el rubio ansioso.

-No… no sé qué decir, Jen… -contestó confuso- por supuesto que seré tu… tu modelo para lo que
quieras, como si es para representar un… anuncio de patatas o yo que sé… el cuento de los tres
cerditos…- Jensen soltó una fuerte carcajada al oírle, se dio cuenta de lo nervioso que estaba Jared
porque casi balbuceaba al hablar.

-Algo en tu cara de susto me dice que hay un pero.

-Pero…- afirmó el castaño- lo de ser tu socio es mucha responsabilidad, no quiero que te sientas
obligado a hacerlo por lo que ha pasado y…

-No, espera, espera, no es eso…hagamos una cosa. ¡Piénsalo! Piensa en ello y decide más
adelante. Todavía tenemos tiempo para el papeleo, así que… solo piensa en ello ¿vale?

-Está bien… -contestó el chico- pero…

-¿Otro pero?- se quejó el fotógrafo.

-Escucha, pesado…- le regañó Jared- en cuanto a lo de tener mucho tiempo… verás, mañana
salgo de viaje hacia Seattle.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Me presento al casting para la serie de la que Sheppard me hablaba en Newport, si todo va bien y
me cogen no volveré hasta dentro de varios días, y ESPERO, que todo vaya bien.

Jensen puso cara de fastidio al oírle, pero en seguida su expresión cambió. Jared le acarició la
mejilla y besó su frente, después le miró con cariño y sintió que todo iría bien.

-Pues vale…- refunfuñó el fotógrafo.- entonces tendremos que dejar el tema para cuando vuelvas.
Así al menos tendrás más tiempo para pensar en ello… Si no se interpone entre tu trabajo y esas
cosas, claro…

El pucherito adorable que hizo Jensen le resultó tan divertido que no pudo evitar querer comerle a
besos.

-Nada podrá interponerse entre nosotros, Jen… tranquilo…- Después cambió el tono a uno más
juguetón mientras le acariciaba nuevamente la polla con una de sus manos- aunque todavía tienes
algo que compensarme… ¿recuerdas? Si no me das lo que quiero puede que yo sí que tenga que
interponerme entre esta sábana y tú…

El fotógrafo sonrió complacido y le siguió la corriente.

-Te daré lo que pidas… sigue tocándome de ese modo y te daré lo que quieras – se burló imitando
sus palabras. - ¿Te apetece un baño a la luz de la luna?
“dios, que cursi ha sonado eso” –Pensó para sí.- ¿Qué demonios ha hecho este chico contigo?

-Qué cursi ha sonado eso, Jen… - se burló Jared leyendo sin saberlo su pensamiento- ¿Es que no
te preocupa que algún paparazzi esté vigilándonos y haciéndonos fotos desnudos o algo así? Eres
toda una celebridad…- Esta vez fue el chico quien se burló de su antigua manía por preocuparse
por lo que pensaran de él.

-Pues si nos están vigilando… -Jensen apartó la sábana de sus cuerpos y se levantó, tendiéndole la
mano para que le siguiera como ya lo había hecho esa noche en la galería-… más vale que
sonrías… que vean por las fotos que lo estabas pasando bien.

Jared soltó una sonora carcajada y se levantó para abrazarle.

A esas tempranas horas de la madrugada el agua se sentía tibia acariciando sus cuerpos desnudos.
La sensación era apacible y relajante, durante más de veinte minutos se limitaron a besarse y
abrazarse dentro del mar, pero la necesidad de mayor contacto entre sus cuerpos les obligó a salir
de él y tumbarse en la arena.

Esta vez era el cuerpo de Jensen el que descansaba con su espalda en la fría tierra y el de Jared el
que se situaba entre sus piernas para penetrarle.

No le importó sentirse como si protagonizara una de esas escenas típicas de película romántica en
la que la pareja hace el amor en la orilla de la playa, todo en lo que podía pensar en esos instantes
era en sentir a Jared dentro de él.

Jensen se sorprendió lo bien que se sentía cada centímetro que el otro se introducía en su interior, a
pesar de hacer tanto tiempo que no dejaba que nadie invadiera su intimidad de un modo tan
personal.

El chico se corrió en su interior mientras le abrazaba con fuerza y le prometía que nunca le dejaría
marchar, al mismo tiempo que el fotógrafo sentía que por fin su vida volvía a estar completa.

Por fin todo tenía sentido.

Por fin había hecho algo bien.

***********

El sonido del teléfono le despertó a la mañana siguiente. Miró el reloj de su mesilla de noche, eran
las diez y veintidós.

Por supuesto Jared ya no estaba a su lado, aunque esta vez se sentía tranquilo, sabía que tenía que
coger a primera hora el vuelo hacia Seattle, de modo que ya haría al menos un par de horas que se
habría marchado.

Sonrió al recordar todo lo sucedido la noche anterior y algo en su interior hizo que pensara que
quizás quien llamaba a esas horas de una forma tan insistente podría ser él, así que extendió la
mano y cogió el teléfono para contestar.

Vio el número de casa de Steve en la pantalla y decidió no contestar, en esos instantes únicamente
quería hablar con Jared. A su amigo ya le llamaría más tarde.

Ahora deseaba escuchar la voz del chico y ser la primera persona a la que diera lo buenos días.

Se levantó de la cama con toda la intención de hacerse un café y llamarle, así que se puso algo de
ropa interior y un pantalón de pijama, y justo cuando iba a ponerse una camiseta vio un sobre
blanco sobre la mesilla del lado de la cama en el que había dormido Jared.

Jensen se acercó a cogerlo y lo sujetó entre sus manos con curiosidad, cuando vio lo que había en
su interior algo en su interior se agitó nervioso sin saber el motivo.

Dentro del sobre había un cheque de tres mil dólares y una nota en la que rezaba la siguiente frase:

“Lo siento, no son diez mil pero es todo lo que tengo, espero que sea suficiente”

El fotógrafo no llegó ni a sacar por completo la nota del sobre, fue leer esa frase y mirar el cheque
que había en sus manos y su retorcida y asustadiza cabecita hizo el resto.

El dolor de Jared al pensar que le había dado los diez mil dólares como pago por sus “servicios”
pasó por su mente como un flash.

“El no… no puede ser… no puede hacerme esto a mí, yo… no, no, no- se decía a sí mismo en voz
alta.

-¿No?- Intervino entonces aquel odioso demonio que aparecía ocasionalmente en su hombro- ¿por
qué no? Tú le utilizaste, puede que el chico lo único que quisiera fuera un poco de venganza…
recibes lo que das, amigo mío…

-No, Jensen… sabes que él nunca te haría eso. Anoche te dijo que te quería, ¿qué más pruebas
necesitas?- Intentaba calmarse su angelito particular.

Por una vez el fotógrafo decidió hacer caso de la parte buena de su conciencia primero, cogió el
móvil y marcó el número de Jared. Pero el chico debía estar todavía en el avión o puede que
trabajando, porque todo lo que obtuvo fue la voz de su contestador.

La frustración le hizo tirar el móvil contra el suelo y verlo destrozarse en pedazos.

Y como le había pasado tan a menudo desde que había conocido a aquel castaño de ojos grises y
sonrisa amable, aparentemente inofensivo pero que conseguía volver su tranquila y calculada vida
en un desenfreno que era incapaz de controlar, Jensen hizo las cosas sin pensar… sin pararse a
razonar o a buscar una explicación lógica a aquel cheque.

Simplemente se vistió, metió el sobre en el bolsillo trasero de su pantalón y cogió las llaves de su
coche. Dispuesto a ir él mismo hasta Seattle a pedirle explicaciones a Jared en persona.

Si lo hubiera pensado con detenimiento, seguramente no lo habría hecho.

Continuará…
Revelado (Developed)

Parte 6: Revelado – Developed (O el enfoque de un nuevo objetivo)

El revelado fotográfico en blanco y negro es el proceso que hay que llevar a cabo para que la
imagen en negativo impresa en la placa o película fotográfica se haga visible.

El proceso consta de 5 pasos, tanto en negativo como en papel :

preparación
revelado
baño de paro o detención
fijación
lavado

Jensen todavía no lo sabía, pero estaba cometiendo un error tan grave, que iba a tener que preparar
su propio proceso de cinco pasos para poder recuperar a Jared.

Esta vez había metido la pata hasta el fondo y no le iba a ser tan fácil como la anterior arreglar las
cosas entre ellos.

****************

Seattle - Diecisiete horas y media después de que Jensen encontrara la nota de Jared…

Jared había intentado contactar con Jensen varias veces durante el día anterior, pero el teléfono del
rubio le devolvía sin descanso el mensaje de estar “apagado o fuera de cobertura”.

Al principio le extrañó que el rubio no contestara a sus llamadas, pero sabiendo el éxito de la
exposición pensó que estaría bastante liado con temas de trabajo y decidió volver a intentarlo al
día siguiente.

Ahora se moría de ganas de estar a solas para coger el teléfono y llamarle; acababan de darle una
noticia que no podía esperar a contarle.

Le habían dado el papel.

Jared estaba en el porche de la casa en la que se habían realizado los castings durante los dos días
anteriores hablando con otros compañeros, cuando vio aparecer el coche de Jensen frente a la
puerta.

Se sorprendió muchísimo de su presencia allí, pero feliz de poder compartir con la persona a la
que amaba su primer éxito, corrió hacia donde estaba para abrazarle.

Solo que el recibimiento del rubio no fue el que esperaba.

-¡Jen!- Chilló contento- ¿Qué haces…


-¿Tres mil dólares? ¿Eso es todo lo que valgo para ti?

Jared se quedó completamente estático en el sitio al escuchar cómo le gritaba.

-¿Qué?

- ¿Cómo has podido hacerme esto?- Preguntó bajando la voz dolido.

-¿De qué demonios hablas, Jen? –Preguntó esta vez el castaño asustado.

Jensen estaba de pie junto a su coche, Jared le sujetó del brazo y le llevó hacia la parte trasera de la
casa, para que nadie pudiera oírles.

- Creía que lo de anoche había sido de verdad, pero tú solamente estabas obteniendo tu
venganza… ¿te sientes mejor ahora, Jay? Ahora que por fin te has reído de mí…- las palabras
envenenadas salían de su boca mezcladas entre el dolor y el rencor.

Al escuchar esa afirmación fue cuando por fin Jared comprendió el estado en el que se había
presentado allí el fotógrafo.

-Te equivocas… ¿Es que no has leído mi nota?

-Sí, claro que la he leído.- Jensen sacó el sobre de su pantalón y lo tiró contra el pecho del castaño-
una pena que no tuvieras más ¿no? Al parecer todo lo que tienes para agradecerme mis servicios
son tres mil dólares…

El chico se agachó y cogió el sobre que había caído al suelo, lo abrió y sonrió con tristeza. Estaba
casi intacto.

El dolor que sintió entonces en su interior hizo que el miedo se transformara en rabia.

-Maldito imbécil…- le gritó al rubio- estoy seguro de que ni siquiera te has molestado en leer la
nota completa. ¿La has sacado al menos del sobre? ¿Has leído lo que escribí en el reverso? ¿O
simplemente has pensado lo peor COMO SIEMPRE y has venido corriendo a maldecirme sin
más?

Y entonces toda la ira que Jensen sentía simplemente se esfumó, algo le decía que lo había vuelto
a estropear todo.

Jared le tendió el sobre para que lo cogiera y el fotógrafo lo sujetó entre sus manos y sacó la nota
de su interior. Cuando le dio la vuelta y leyó la frase que había en el anverso, quiso que la tierra le
tragara por ser tan estúpido.

“Mi primera aportación como accionista. Sí, me encantaría ser tu socio. T.Q. Jay”

-Yo… - intentó excusarse pero el chico no le dejó.

-Vete a casa, Jensen. Hablaremos de esto cuando vuelva.- Le pidió con indiferencia dándole la
espalda para marcharse.

-Jay, no… espera yo… -Oírle hablarle de ese modo le destrozó el corazón.

-¿Cómo puedes haber pensado que yo sería capaz de hacerte algo así? Después de todo lo que
hemos pasado, de lo que sucedió anoche…- La expresión de Jared era de sentirse tan
decepcionado que creyó que esta vez la había jodido de verdad. Esta vez no habría vuelta atrás.

-No sé qué me ha pasado… yo leí esa frase y…


-No sé qué me ha pasado… yo leí esa frase y…

-Vete a casa, Jensen- repitió mientras caminaba alejándose de él.

-No, Jay, espera. Hablemos, esto no puede acabar así, no…- Jensen intentó parar al chico
interponiéndose en su camino, pero no tuvo éxito.

-¡HE DICHO QUE TE LARGUES!- Le gritó Jared pegándose a su cara.

El rubio tragó saliva angustiado y se apartó lentamente de su cuerpo. Vio como el chico se alejaba
de él sin molestarse en mirar atrás.

Jensen maldijo su destino durante todo el trayecto de vuelta a L.A.

¿Por qué demonios siempre lo hacía todo mal?

**************

Jensen tuvo mucho tiempo para pensar en lo sucedido durante el camino de vuelta a casa.

Sí, había vuelto a cagarla. Eso estaba más que claro. Pero esta vez no iba a darse por vencido a la
primera de cambio; en esta ocasión iba a luchar por lo que quería desde el principio.

No iba a ser fácil, pero por fin tenía claro que lo que sentía por Jared merecía el esfuerzo.

Los cinco pasos de los que constaba la idea que Jensen había cultivado en su cabeza para
recuperar a Jared, para lograr que le perdonara por ser tan necio y haber dudado de él, eran mucho
más sencillos de explicar que de realizar.

1- Disculparse: Era lo principal si quería tener una oportunidad. Pero debía hacerlo de una forma
creativa si quería que el chico le escuchara, debía estar cansado de sus excusas y no iba a ser fácil
conseguir que le dejara explicarse.

2- Mostrar su arrepentimiento: De nada serviría una disculpa si Jared no escuchaba que se sentía
como un idiota por haberle perdido. Otra vez…

3- Humillarse: Jared no era de los que perdonaban fácilmente, eso ya lo había comprobado con
anterioridad, de modo que iba a tener que esta vez esforzarse como nunca. Tenía que hacerle
entender que sería capaz de cualquier cosa por demostrarle lo mucho que se arrepentía de haber
vuelto a estropearlo todo.

4- Reparar lo agraviado: Jared no iba a perdonarle solamente porque le asegurara que era idiota y
se arrepentía de todo… “las palabras se las lleva el viento, Ackles… son los hechos lo que
cuentan” Esas sabías palabras de Steve fueron las que le dieron la idea.

5- Y finalmente: Esperar… rezar… pedir a dios o quien esté ahí arriba que todas las estupideces
que había hecho no le impidieran recuperar lo ahora sabía que realmente te le hacía feliz.

Jensen tenía que conseguir como fuera que le diera esa segunda oportunidad… Otra vez.

Solo esperaba que esa fuera la definitiva.

**********
PASO 1- Disculparse.

Ser creativo era más sencillo de pensar que de hacer. Por más que se había calentado la cabeza
pensando maneras originales de pedir perdón a Jared, el llamado “acoso y derribo” había sido la
única táctica que se le había ocurrido.

Jared llevaba en Seattle una semana y seguiría allí hasta el día siguiente, según información de sus
espías particulares –aka Carlson y Cohen- así que llamarle por teléfono no era una opción, más
que nada porque sabía que seguiría cabreado con él y no le contestaría.

Para variar…

De modo que tendría que empezar su redención con un clásico. Se sentó en la mesa de su
despacho de casa y redactó la carta más sentida, más arrepentida y más bonita que había escrito en
la vida.

Solo era un pequeño paso en su plan, pero era el primero de los muchos que estaba dispuesto a
dar.

-Un pequeño paso para la humanidad pero un gran paso para el hombre… ¿O no era así?- Se dijo
a sí mismo riéndose por sentirse tan ridículo por lo que iba a hacer.

**************

Cuando Jared llegó al piso de Matt al día siguiente, una carta enviada por correo le esperaba sobre
la mesa del escritorio de su habitación.

La sujetó entre sus manos y vio una frase en la parte posterior junto al nombre y la dirección de
Jensen.

Lo siento mucho ¡léelo, por favor!

-Llegó esta mañana a primera hora, deberías leerla- Observó su compañero de piso desde la puerta
de su dormitorio, por supuesto ya estaba al corriente de todo lo sucedido.

-No pienso hacerlo- Jared cogió la carta y la tiró a la basura sin apenas pestañear.

Su orgullo herido no dejó que la sensación de calor que sintió su corazón al ver el nombre de
Jensen en esa carta le dejara rendirse con facilidad.

-La vuestra debe ser la relación más corta de la historia- se burló Cohen buscando que su amigo
reaccionara- deberíais presentaros a los records Guines, al menos sacaríais algo de pasta de todo
este dramático circo que os habéis montado.

-Y tú deberías presentarte al premio Nobel de literatura, con lo bien que hablas fijo que te lo dan
solamente para que cierres esa puta bocaza que tienes.

Matt salió de la habitación riéndose a costa del enfado de su amigo y le dejó a solas deshaciendo la
maleta.

Una hora después Jared salió de ella ya duchado, con ropa cómoda y su portátil en la mano, con
toda la intención de sentarse un rato a descansar y revisar su correo electrónico entre otras cosas.

En cuanto abrió su portátil vio un mail que parpadeaba en la esquina inferior derecha de la
pantalla.

jensenRackles@hotmail.com

Asunto: Lo siento mucho ¡léelo, por favor!

Jared apagó el portátil directamente y lo dejó sobre la mesa del salón.

No, de eso nada… no pienso leerlo- se decía- por más que insista.

Se encaminó a la cocina en busca de algo para comer, abrió el frigorífico y en ese preciso instante
escuchó a su compañero llamarle desde la habitación contigua.

-Jar… -le gritó Cohen desde el salón.- Tu móvil se queja, creo que tienes un mensaje.

El chico se quedó parado un momento mirando la botella de leche que tenía en su mano sin verla
realmente.

No, no podía ser que también se la hubiera mandado por…

-Jar…- volvió a chillar su amigo- quieres coger este trasto de una vez, no para de sonar.

Jared fue hasta el salón y cogió su móvil, miró la bandeja de entrada de los sms.

¿15 mensajes?- Se dijo sorprendido.

Miró el destinatario.

Jensen, Jensen, Jensen, Jensen…

Fue leyendo uno a uno los destinatarios de los quince mensajes, todos de Jensen.

¿Es que el muy descerebrado le había mandado también la carta por sms? ¿En serio?

Por curiosidad abrió uno de los mensajes y se quedó de piedra al ver cómo empezaba.

Lo siento mucho ¡léelo, por favor!

Sí, también se la había mandado por sms. Definitivamente el fotógrafo parecía estar algo
desesperado por conseguir que leyera la carta que le había enviado.

O eso, o se estaba volviendo completamente loco.

Pero haciendo alarde de su estupenda cabezonería, Jared borró los quince mensajes sin siquiera
leerlos.

Volvió a la cocina y se preparó un sándwich y un vaso de leche, salió al salón y se desparramó en


el sofá completamente decidido a no pensar en su desastroso casi novio y sus múltiples cagadas.

Encendió la tele y puso su programa favorito de deportes, cuando llevaba unos veinte minutos
viendo la final del campeonato de K1 en Rusia, el timbre de la puerta de entrada sonó.

Matt estaba sentado en la mesa central del salón, revisando la información que su agente le había
hecho llegar para un anuncio de Tommy Hilfiger que iba a rodar al día siguiente.

-Yo abro.
Dos minutos después, su compañero apareció junto a él con un paquete de UPS en la mano.

-Han traído esto para ti- disimulando sus ganas de reírse Matt le tiró el paquete sobre su regazo.

Cuando Jared vio el destinatario casi no se lo creía.

-Tiene que ser una broma…

Abrió el paquete y se quedó con la boca abierta al ver en su interior un sobre exactamente igual al
anterior.

Lo siento mucho ¡léelo, por favor!- Rezaba en letras grandes y rojas en el anverso.

-Dios santísimo, se le ha ido la cabeza… ¿es que este hombre se ha vuelto loco?

Matt no pudo evitar reírse al oírle decir eso.

-Puede que la cuestión es que deberías leerla. ¿Qué mal te puede hacer simplemente darle unos
minutos? No es como si él estuviera aquí para ver tu reacción o algo así.

Jared se levantó molesto del sofá, metió la carta en el interior del paquete y se lo estampó en el
pecho a su amigo. Le cabreaba mucho que Jensen intentara manipularle, pero lo que más le
molestaba era ver la sonrisa divertida de Cohen respecto a todo ese tema. Saltaba a la vista que
sabía mucho más de lo que aparentaba.

-Por mi puedes quedártela y leerla las veces que quieras. Yo no pienso hacerlo.

Después volvió a sentarse en el sofá con su comida y su vaso de leche, y subió el volumen de
forma exagerada dándole a entender que no tenían nada más que hablar.

Matt simplemente se rió y dejó el paquete sobre la mesa pequeña que había frente a la televisión,
para que inconscientemente Jared no tuviera más opción que verla mientras veía su programa de
deportes.

Si su amigo se pensaba que aquello iba a ser todo…

Apenas acababa de terminar el torneo de K1 cuando Jared se levantó del sofá para llevar el vaso
de leche vacío a la cocina y escuchó el teléfono fijo sonar. Vio el número de la casa de Jensen
reflejado en la pantalla electrónica y decidió no contestar.

No iba a dejar que se saliera con la suya. De eso nada.

La llamada perdida pasó al contestador automático en cuestión de dos pitidos.

-Hola, Jay… -Escuchó decir a la voz del fotógrafo- imagino que no habrás querido leer la carta de
ninguna de las formas en las que te la he hecho llegar, así que… te la leeré yo mismo. Jay yo…

Jared saltó como un resorte en el sitio y salió corriendo hacia el aparato, en cuanto llegó a él
descolgó el teléfono y volvió a colgarlo golpeándolo con toda la rabia que pudo.

Al otro lado de la línea Jensen escuchó como la conexión del contestador se cortaba. Eso tampoco
había dado resultado.

-¡Tiene que ser una maldita broma!

Matt escuchó a Jared gritar esa frase desde su habitación y empezó a reírse con ganas.
Su querido Ackles se lo estaba poniendo complicado a su compañero de piso. Jared estaba
llegando al punto en el que, o cedía, o terminaría volviéndose loco viendo la carta por todas partes.

-Bien hecho, amigo- se dijo a sí mismo.

El castaño se fue a su habitación enfadado y se sentó en la cama. Miró hacia la puerta y vio una
pequeña llave colgando del pomo.

Aquel loft que Matt había comprado era bastante antiguo, él lo había reformado todo, pero había
conservado el hecho de que las puertas fueran cerradas con llave como antiguamente y no con un
pestillo, le parecía curioso y muy original.

Jared dio gracias por ello en esos instantes y se levantó para cerrar la puerta desde dentro, después
dejó la llave sobre su mesita y se tiró sobre su cama.

Se quedó pensando en lo sucedido mirando al techo.

Correo ordinario, mail, sms, mensajería, contestador… Jensen ya no tenía más vías que se le
ocurrieran para hacerle llegar la carta, así que… él ganaba.

-Se te acaban las jugadas, listillo.- Se quejó en voz alta aunque nadie pudiera oírle.

***********

Esa misma noche, sentado en la orilla de la playa junto a su casa, Jensen leía un mensaje de texto
que acababa de llegarle de Matt.

-No ha resultado, pero creo que le ha hecho pensar en ello más de lo que le apetecía. Sigue con
esto amigo, creo que vas bien.

Jensen suspiró profundamente. Eso era justo lo que iba a hacer, seguir adelante con su plan.

Jared estaba muy equivocado si pensaba que el fotógrafo no tenía más recursos que los que había
utilizado hasta el momento.

Puede que su primer paso no hubiera dado resultado, pero tenía otros cuatro más.

Y ahora venían las medidas desesperadas.

***************

PASO 2- Mostrar su arrepentimiento: De nada serviría una disculpa si Jared no escuchaba que
se sentía como un idiota por haberle perdido. Otra vez…

Jared apenas había podido dormir esa noche, no hacía más que darle vueltas a las numerosas
formas en que Jensen había intentado hacerle llegar la carta, y por más que lo intentaba, no podía
dejar de tener curiosidad y querer leerla.

Pero su orgullo podía más que su curiosidad, y aunque en varias ocasiones estuvo a punto de
levantarse y coger la copia que había en la basura del escritorio de su habitación, fue capaz de
aguantar la ansiedad hasta que cayó rendido de cansancio y se durmió.

Eran algo más de las ocho de la mañana cuando su enorme cuerpo se cansó de la posición en la
que estaba en la cama y decidió que quería darse la vuelta. En uno de esos actos reflejos en los
que abres los ojos para poder colocar bien la almohada y volverte a dormir, Jared vio una silueta
moverse frente a él.

Se levantó de un salto y quedó sentado en la cama.

-¿Jen? –Gritó alucinado cuando vio de quien era esa silueta.

-Buenos días, princesa- contestó el otro con dulzura.

Estaba sentado en la silla de su escritorio, justo a los pies de su cama. Vestido con un traje negro,
camisa blanca y corbata.

Si no fuera por la situación que había entre ellos dos, Jared habría pensado que esa era la mejor
visión que podía tener uno nada más levantarse.

-¿Qué estás…? – Pero entonces el chico recordó que había dejado la puerta cerrada con llave por
dentro.- ¿Cómo has entrado?

Jensen sacó una pequeña llave de su bolsillo y se la mostro.

-Matt es un buen amigo, haría cualquier cosa por ayudar… Me hizo esta copia antes de que
llegaras de Seattle, por si la necesitaba.

De forma inconsciente Jared miró hacia la mesilla de noche en la que había dejado su copia de la
llave la noche anterior. No estaba. Tomo nota mental de matar a Matt en cuanto tuviera ocasión.

-¿Dónde está mi llave?- Preguntó molesto y todavía sin creerse lo que estaba sucediendo.

-Se la ha llevado Matt.

Jared soltó una carcajada nerviosa y dejó caer su espalda contra el respaldo de la cama, hundiendo
sus manos en su pelo totalmente alucinado.

-Bien…- dijo en cuanto se hubo calmado- pues dame esa maldita llave y lárgate de mi habitación.

-No puedo hacer eso hasta que no me hayas escuchado, Jay.- Contestó con voz suave pero
decidida el fotógrafo.

Entonces el castaño volvió a reírse de manera exagerada y luego, con expresión bastante cabreada,
se levantó de golpe de la cama y se dirigió hacia él.

Jensen se levantó rápidamente de la silla y se separó de él.

-No hagas nada de lo que podrías arrepentirte, Jay- Le dijo esperando a que su novio no estuviera
tan cabreado como parecía y decidiera sacudirle.

Jared se quedó frente a él mirándole con cara de pocos amigos, sin ser consciente de que
únicamente llevaba puestos unos bóxer blancos que dejaban bien poco a la imaginación.

-Dame la maldita llave.- Gruñó.

-No puedo hacer eso.- volvió a decir el fotógrafo, mirándole inconscientemente de arriba abajo y
sin poder evitar lamerse el labio inferior disfrutando de la imagen que tenía frente a él.

“Joder… céntrate Ackles”- Pensó.


Fue entonces cuando Jared se dio cuenta de que iba prácticamente desnudo, y decidió utilizar eso
en contra del rubio. Sabía que era incapaz de resistirse.

Se acercó a Jensen, viendo como este iba retrocediendo cada vez más, hasta que la espalda del
fotógrafo dio con la puerta y no pudo seguir huyendo. Ahora el chico le tenía bien acorralado.

El alto puso una mano a cada lado de los hombros del fotógrafo, pegadas a la puerta, y se acercó
hasta él lo suficiente para que pudiera sentirle, pero sin llegar a tocarle.

-Dame esa puta llave, Jen… -Ordenó con voz grave junto a su oído.

Jensen sintió un agradable escalofrío de placer recorrerle el cuerpo al oírle, pero estaba decidido a
que le escuchara y no iba a dejar que le descontrolara y todo se fuera a la mierda.

Así que, sabiendo que si se ponía en ese plan el chico podía ser capaz de convencerle sin
necesidad de intentarlo demasiado, cogió la llave y sin pensarlo dos veces apartó con su mano
libre su propio pantalón y la dejó caer dentro de su ropa interior.

-Cógela tú mismo si tanto la deseas…- Retó al castaño, dejando un pequeño beso en la punta de
su nariz.

Jared devoró su boca con la mirada durante unos segundos, después bajó las manos con rabia y se
apartó de su lado.

-¿Así que este es tu plan, Jensen? ¿Encerrarme en mi propia habitación hasta que te escuche?-
Preguntó entre gritos de enfado.

No sabía si estaba más molesto con el fotógrafo por prácticamente haberle secuestrado, o consigo
mismo por sentirse tentado a mandar su orgullo a la mierda y comerle la boca hasta hacerle
suplicar ese perdón del que tanto hablaba.

-Bueno…- contestó con picardía el rubio- la verdad es que mi primera opción era atarte a esa cama
mientras dormías, pero la idea de tenerte esposado y a mi merced era tan excitante que creo que
me habría desviado de la cuestión principal.

-¿Estás de coña?- Preguntó Jared, intentó sonar muy borde, pero la verdad es que en su interior
había empezado a visualizar esa escena y si no conseguía quitarla de su mente acabaría
empalmado y ofuscado.

-Jay… -Jensen se acercó a él andando despacio, hablando con voz suave y tranquila- lo único que
quiero es una oportunidad para explicarme. No te pido que me perdones… bueno, sí… pero no
tienes que hacerlo si no quieres. Al menos escúchame, por favor…

Jared se alejó de su lado en cuanto le vio venir, se acercó a su armario y sacó un pantalón de
deporte de él, se lo puso y después se subió a su cama y se sentó en ella tal y como lo hacía un
rato antes, con la espalda contra la pared.

-Te escucho.- Fingió no tener interés en lo que le tenía que decir. Casi sonaba como si lo único
que quisiera era que hablara, se marchara de una vez y lo dejara tranquilo.

Después de todo, no estaba dispuesto a meter la mano en la ropa interior de Jensen para arrebatarle
la llave, aquello podría caldear las cosas hasta el punto de que todo lo ocurrido se borrara de su
mente y solamente se centrara en follarse al fotógrafo.

Y la verdad era que tirar la puerta abajo no era una opción, Matt le mataría.
Jensen volvió a sentarse en la silla que ocupaba cuando Jared se despertó, y sin más espera
empezó a hablar.

Había llegado el momento de poner en marcha el paso tres de su plan.

**************

PASO 3- Humillarse: Jared no era de los que perdonaban fácilmente, eso ya lo había
comprobado con anterioridad, de modo que iba a tener que esta vez esforzarse como nunca. Tenía
que hacerle entender que sería capaz de cualquier cosa por demostrarle lo mucho que se arrepentía
de haber vuelto a estropearlo todo.

Aunque para ello hubiera tenido que –literalmente- secuestrarlo en su propia casa, ese chico iba a
escuchar lo que tenía que decirle, y ahora había llegado el momento de humillarse y abrir su
corazón.

Porque para Jensen la humillación y la afirmación de sus sentimientos iban en el mismo paquete.
No había nada que le resultara más difícil que eso, admitir lo que sentía.

Ya le había dicho a Jared que le quería, pero había ciertas cosas escondidas en su interior de las
que no le había hablado. Era el momento de poner todas las cartas sobre la mesa, no podía dejar
que ningún mal entendido más se interpusiera entre ese chico y él por culpa de no ser del todo
sincero.

Mira, Jay… sé que no te convengo…- empezó a decir.

-¿En serio?...- le cortó el chico con impertinencia- ¿Así es cómo empiezas tu gran discurso?
Porque me da que no es una manera muy buena de convencer a nadie.

-¿Vas a dejarme hablar?- Se quejó el rubio.

-Claro… sigue Shakespeare- soltó el otro con chulería- esto promete.

El fotógrafo ignoró su comentario y cogió aire con fuerza dispuesto a ponerse serio y continuar
con lo que tenía pensado decir. Pero se puso tan nervioso que cuando empezó a hablar nada de lo
que decía era lo que había preparado.

-Sé que no soy el mejor novio que uno pueda esperar, soy cabezota, adicto al trabajo, un poco
cerrado a veces y encima tengo un maldito trastorno obsesivo compulsivo que hace que me resulte
casi imposible no querer tener el control sobre todo lo que rodea mi vida…

Jared levantó las dos cejas en gesto incrédulo, no es que le estuviera dando los mejores
argumentos del mundo para perdonarle.

-Pero aún y así te quiero… te quiero como nunca he querido a nadie, Jay…

Bueno, puede que después de todo Jensen no le estuviera dando tan malos argumentos.

-Y eso es algo que no he conseguido comprender. ¿Cómo puedo sentir por ti algo tan fuerte
cuando hace tan poco que apareciste en mi vida?

Jensen se levantó de la silla y se sentó a los pies de la cama, su expresión era tan tierna que Jared
no pudo evitar un leve suspiro al escucharle.
-He tenido otras relaciones, Jay… una de ellas bastante larga, a decir verdad. Una de esas
relaciones de años en las que todo va bien y parece perfecto, en las que quieres con locura a la
persona con la que estás.

Jared supo en seguida que se refería a la relación con aquel profesor que murió, aquel hombre del
que Matt le habló y que dejó a Jensen tan hundido que aquello casi repercutió a su carrera y marcó
su forma de ser los últimos años.

Estuvo tentado a preguntarle por qué motivo le hablaba de algo así o qué tenía que ver eso con
ellos, pero el chico no le interrumpió, decidió guardar silencio y esperar a escuchar el resto. El
fotógrafo no solía hablar de ese tema, sabía que le tenía que estar costando mucho hacerlo ahora
con él, lo mínimo que podía hacer era oír lo que quería decir.

-Cuando perdí a esa persona pensé que nunca volvería a querer a nadie como a él…-Jensen se rió
con ironía antes de seguir- pero me equivoqué. No solo he vuelto a querer, sino que lo he vuelto a
hacer de un modo en el que nunca lo había hecho antes… Ni siquiera con aquella persona.

Miró a Jared a los ojos, se movió para sentarse más cerca de él y extendió su mano para acariciar
un momento la mejilla del chico. El castaño no supo reaccionar, ni siquiera fue capaz de moverse
sorprendido por sus palabras.

-Todo lo que tiene que ver contigo es mucho más intenso de lo que lo ha sido nada en mi vida
antes, Jay… y me da tanto miedo no saber afrontarlo, no saber manejarlo, que no pienso las cosas
y acabo haciendo idioteces como las del Capitol, o lo de Newport, o lo del otro día en Seattle…
Me gustaría poder decirte que nunca volveré a equivocarme como lo hice ese día, o que no
volveré a ser tan capullo como lo he sido desde que te conozco, pero te mentiría…

Jared le miró extrañado, fue a decir algo pero Jensen no le dejó.

-Te mentiría porque simplemente yo soy así, Jay… esta es la persona de la que te has enamorado,
un fotógrafo cabezota y con un fuerte TOC por el control… el mismo hombre que se enamoró de
ti nada más enfocarte en el visor de su cámara aquel día en el Four Season, el imbécil que fue
incapaz de darse cuenta de ello hasta que había metido la pata hasta el fondo… el idiota que
volvió a estropear las cosas nada más arreglarlas por miedo a que todo fuera un sueño… y… y el
mismo miserable que no se cansaría de rogarte que le perdones aunque tuviera que seguir
haciéndolo el resto de su vida.

Jensen cogió aire con fuerza cuando terminó de hablar, mirando al perplejo chico castaño que
frente a él movía la boca de manera confusa intentando decir algo pero sin saber exactamente lo
que debía decir.

-Ahora es cuando debes decidir si me perdonas o me mandas a la mierda…

Jared dejó escapar el aire de sus pulmones de forma exagerada y se llevó las manos a la cara al
mismo tiempo que levantaba las piernas y pegaba sus rodillas a su pecho.

-Jen yo…- pero el rubio no le dejó terminar.

-Espera… me gustaría que vinieras conmigo a un sitio, quiero enseñarte algo antes de que tomes
esa decisión.

Se había concentrado tanto en decirle todo lo que sentía que casi olvida la parte más importante de
su plan.

-¿Qué? ¿A dónde?- el chico estaba más confuso a cada palabra que salía de la boca del fotógrafo.
-No puedo decírtelo. Me gustaría que fuera una sorpresa.- se acercó un poco más a Jared, nervioso
y esperando que el castaño no se alejara, y sujetó las manos del chico entre las suyas- Sé que es
algo difícil para ti en estos momentos, pero… tendrías que confiar en mí. Te prometo que no te
arrepentirás.

-Sabes que no es la primera vez que me prometes eso, ¿verdad?- preguntó el castaño sintiendo
como todo su cuerpo temblaba bajo el toque de las manos de Jensen sobre las suyas.

Tenía tantas ganas de ceder de una vez, de acercarse y besarle y decirle que le perdonaba… Pero
algo le mantenía estático en esa cama, sin ser capaz de hacer lo que tanto añoraba.

-Te recuerdo que la última vez que lo dijiste terminaste acusándome de vengarme pagándote tres
mil dólares por tener sexo conmigo.- dijo entonces apartando sus manos de las del rubio.

-Lo sé…- contestó apenado Jensen- pero te prometo que esta vez será distinto… Sé que no tengo
derecho a pedirte que lo hagas, pero por favor… confía en mí.

Entonces el rubio se levantó de la cama y se quedó de pie junto a él, sacó del cajón de la mesilla
de noche de Jared una llave igual que la que había metido dentro de su ropa interior y se la dio al
castaño.

El chico se quedó alucinado al ver que le había mentido, la otra llave había estado a su alcance
todo el tiempo.

-Una vez me dijiste que harías cualquier cosa por mí… yo estaba dispuesto a cualquier cosa por
ti… por conseguir que me escucharas.

Jared se quedó mirando la pequeña llave que había en su mano, recordando aquella conversación
telefónica como si ahora fuera algo tan lejano que apenas podía recordarlo con exactitud.

-Mi coche está aparcado frente a la puerta del apartamento, estaré esperando en su interior durante
los próximos treinta minutos- le explicó entonces el fotógrafo- si decides confiar en mí y darme
una oportunidad, reúnete conmigo antes de que ese tiempo transcurra y te llevaré al sitio del que te
hablo.

-¿Y si no lo hago?- Aquella pregunta salió de la boca de Jared con más miedo del que le hubiera
gustado demostrar.

-Aceptaré que no quieras darme la oportunidad que te pido y entenderé que has decidido que no
vale la pena el esfuerzo y me prefieres fuera de tu vida. – Las palabras de Jensen salieron aún más
cargadas de miedo que las del castaño.

Inconscientemente, como un reflejo al escucharle decir eso, Jared cerró los ojos angustiado.
Apenas unos segundos después escuchó al rubio despedirse y sintió sus suaves labios rozando su
frente.

-Hasta pronto, Jay- rogó Jensen antes de besar su frente. De ese modo le pedía por última vez que
asistiera a ese encuentro, que le diera esa última oportunidad de arreglar todo lo que había
estropeado entre ellos.

**********

Veintinueve minutos y medio después, Jensen escuchaba la puerta del copiloto de su coche se
abrirse y veía como Jared se sentaba a su lado.
-La confianza nunca fue un problema- afirmó el castaño sin mirarle, sus ojos estaban fijos en la
ventana- Esta es la última oportunidad que te doy- finalizó entonces mirándole cara a cara.

El fotógrafo sonrió esperanzado.

-Gracias- se limitó a decir, después puso la llave en el contacto y encendió el coche para ir camino
de su destino.

No valían más promesas, ahora tenía que demostrarle que de verdad no iba a arrepentirse.

Era el momento de pasar al cuarto paso del plan.

*********

PASO 4- Reparar lo agraviado: Jared no iba a perdonarle solamente porque le asegurara que es
idiota y se arrepentía de todo… “las palabras se las lleva el viento, Ackles… son los hechos lo que
cuentan” Esas sabías palabras de Steve fueron las que le dieron la idea.

El castaño le había dado el beneficio de la duda, ahora le tocaba demostrarle todas y cada una de
sus palabras.

Aquella había sido la manera más original y especial que se le había ocurrido.

-¿Vamos a coger el ferry?- preguntó extrañado Jared cuando el fotógrafo aparcó su coche en el
estacionamiento del puerto de Los Ángeles.

-Es una sorpresa, ¿recuerdas?- Le sonrió Jensen. Sacó su cámara de fotos de la guantera y se la
colgó del cuello.- no seas impaciente. Valdrá la pena, tranquilo.

A diferencia de lo que el chico creía, no era el Ferry el transporte que les llevaría hasta su lugar de
destino, sino un barco de pesca pequeño modelo Starfisher 670 de unos siete metros de eslora
propiedad del mismo Jensen.

-¿Tienes un barco?- Preguntó Jared alucinado mientras aceptaba la mano del fotógrafo para
ayudarle a subir a bordo.

-Sí, lo compré hace unos dos años, en aquel momento me pareció una idea estupenda… -contestó
el rubio soltando el amarre del barco y poniéndose frente al timón para ponerse en marcha- pero
no suelo utilizarlo nunca, en realidad hasta ahora no había tenido muy buenos motivos para
hacerlo.

-¿Qué más motivos puedes necesitar que perderte en la tranquilidad del mar?- preguntó el chico,
para él el mar era una de las cosas que más le había atraído de LA cuando Matt le pidió que se
trasladara allí con él.

-Digamos que no tenía la compañía adecuada con la que perderme – respondió Jensen sonriéndole
con dulzura.- perderme solo no me parece ni la mitad de excitante que hacerlo contigo.

El rubor en las mejillas de Jared fue casi automático, y ese hecho hizo que el fotógrafo se alegrara
de volver a ver aquella preciada inocencia que el castaño tenía cuando apareció frente a él la
primera vez.

Unas millas al noroeste del puerto de LA había una pequeña islita de pescadores llamada Santa
Rosa.
Un isla en la que prácticamente el ochenta por ciento de su terreno era compuesto por selva virgen
y rodeado por arena blanca y playas del más bello color turquesa.

La población no pasaba de los cien habitantes y además de las pocas casas y tiendas que
componían el pueblo, únicamente destacaba una gran construcción.

Un hotel de lujo situado en lo más alto de la montaña central de la isla. Era un edificio antiguo de
tres plantas de estilo victoriano que a pesar de los años se mantenía majestuoso y prácticamente
intacto coronando la isla.

-Es increíble…- afirmó Jared cuando por fin estuvo frente a él, maravillado por la belleza
arquitectónica que tenía delante.

-El Madame Bobary, que es como le llamaron hace unos cincuenta años, era un hotel de lujo
construido por un matrimonio inglés en los años sesenta. Toda la decoración está inspirada en el
estilo victoriano del siglo 19. Le pusieron ese nombre porque era el personaje del libro favorito de
la dueña. Lo cerraron cuando ella murió, el marido dijo que este edificio era el sueño de su mujer
y que, aunque aceptaría venderlo y que otra persona se ocupara de él, nunca daría permiso para
derribarlo.

-¿Y cómo se ha asegurado de que no lo hagan después de tantos años?- preguntó curioso el
chico.- El dueño ya debe estar… ya me entiendes.

-Sigue vivo…- se rió Jensen- tiene exactamente noventa y cinco años. Y además del hotel, es el
dueño de esta isla, al completo.

-Jo.der…- soltó Jared.- Ese está aún más forrado que tú.

-Sí…- se rió el rubio- ahora no está muy bien de salud, pero aún y así ha conseguido que su nuevo
dueño firme un contrato en el que se comprometa a reabrirlo y dejarlo tal y como está. Tendrías
que verlo por dentro, Jay… parece que no haya pasado el tiempo, ese hombre lo tiene tan
conservado como el primer día que lo abrieron… limpio, cuidado… perfecto.

Estaban parados frente a las puertas cerradas del hotel, observando el lugar mientras hablaban.
Entonces Jared hizo lo que llevaba mucho rato queriendo hacer. Obtener respuestas.

-Este sitio es genial, Jen. Pero… ¿Qué tiene que ver esto con nosotros? ¿Piensas pagarme un fin
de semana romántico para compensar o algo así? Por qué algo me dice que este sitio todavía no
está abierto. – golpeó la enorme puerta de la entrada intentando abrirla pero ni siquiera se movió.
Sin darse cuenta se sentía algo más relajado y acababa de hacer una broma.

-Verás…- Jensen sacó un llavero de su bolsillo del pantalón en el que habían cinco llaves de
metal, metió la más grande en la cerradura de la entrada y la abrió- acabo de comprarlo.

Jared se quedó sin habla al verle atravesar aquellas preciosas y gigantescas puertas como si
realmente aquello fuera suyo.

-¿Es coña no?- soltó sin pensar.- ¿Intentas decirme que esto es tuyo? ¿Te has comprado un hotel?-
Alucinado era decir poco.

-En realidad…- se rió Jensen al ver lo perplejo que había quedado el que esperaba que al final del
día siguiera siendo su novio- es nuestro. He firmado el contrato esta misma mañana. Y si firmas un
papel que traigo conmigo, el cincuenta por ciento de la propiedad que he puesto a tu nombre será
oficialmente tuyo… Digamos que aquel cheque de tres mil dólares ha sido tu primera aportación a
nuestro nuevo negocio.
Y ahí fue cuando Jared ya no pudo sostenerse más en pie y se dejó caer sobre el primer asiento
que encontró. Las escaleras que daban a la planta superior.

-¿Nuestro? Yo… tú… ¿cobraste el cheque? esto no… ¿Cómo…?

El fotógrafo se sentó lentamente a su lado y le explicó con todo detalle lo que quería decir.

-Cuando te dije que quería comprar un lugar en el que montar nuestra propia galería, no te
mentía… -empezó a decir- Aún después de meter la pata como lo hice en Seattle, volví a LA
decidido a seguir adelante y llamé a Steve para que me buscara un lugar entre sus contactos. Él me
habló de este sitio, me dijo que iba a comprarlo él mismo pero que el dueño no le dejaba
modificarlo como quería y que lo iba a dejar correr. En cuanto me dijo el nombre del lugar supe
que este sitio era para mí, para nosotros dos.

-¿Por qué?-preguntó el castaño- ¿qué puede tener que ver contigo este sitio? ¿O conmigo?

-Mis padres celebraron su primer aniversario en este hotel. Recuerdo que desde niño mi madre
siempre ha contado historias sobre aquel fin de semana mágico que compartieron en el fascinante
Hotel Madame Bovary de la Isla Santa Rosa…

Estaban sentados en las escaleras mientras Jensen le contaba toda la historia, sus cuerpos pegados
y sus piernas tocándose.

-Te juro que en cuanto escuché ese nombre pensé en ti…- levantó la mano y acarició con miedo la
rodilla de Jared.- y cuando Steve me trajo a ver este lugar, automáticamente me vi pensando en
cómo sería compartir esto contigo… Quizá podríamos crear juntos algunos recuerdos tan felices
como los que tienen mis padres de este sitio.

En esos instantes fue cuando el chico fue incapaz de seguir resistiéndose a tocarle e
inconscientemente sujetó la mano del rubio que tocaba su rodilla.

Jensen sintió el cálido contacto del castaño apretando su mano y no pudo parar de hablar.

-Ya lo he hablado con el dueño, lo reabriremos y además lo convertiremos en galería de arte.


Todas y cada una de las piezas que decoren el hotel serán piezas de artistas de nuestra galería,
tanto mías como de los que contratemos. No tendremos que encargarnos apenas de nada, podemos
contratar personal externo-preferiblemente del pueblo- y tú puedes ir y venir siempre que quieras
por tu trabajo con el barco, yo mismo te enseñaré a usarlo. Incluso tengo pensado el nombre, pero
si no te gusta podemos cambiarlo y ponerle el que a ti te parezca más acorde…

Jensen sabía que hablaba demasiado deprisa, pero estaba tan nervioso que las palabras salían de su
boca sin permiso de su cerebro.

Entonces Jared se quedó completamente callado durante varios minutos, únicamente mirándole
como si decidiera cuál iba a ser su siguiente movimiento.

Y el fotógrafo odió que por fin hubiera llegado el quinto paso de su plan, el más odioso y
desolador de los cinco.

La espera…

********
PASO 5- Y finalmente: Esperar… rezar… pedir a dios o quien esté ahí arriba que todas las
estupideces que había hecho no le impidieran recuperar lo que ahora sabía que realmente le hacía
feliz.

Ver a Jared mirarle de ese modo durante tanto tiempo le aceleró el ritmo cardíaco de tal manera
que parecía que le iba a dar un ataque al corazón.

-Por dios, Jay… odio que hagas eso. ¡Dime algo! Me va a dar un ataque de tanta tensión…- No
pudo evitar que la ansiedad ganara la partida a la paciencia.

Y entonces por fin salió el sol, por fin la sonrisa llena de hoyuelos que había robado el corazón de
Jensen volvió a hacer acto de presencia. Y esta vez volvía para quedarse.

Amplia, genuina y hermosa como nunca antes la había visto.

Jared no habló, simplemente le sujetó con sus manos de ambas mejillas y le besó. Le acarició con
sus labios de una forma lenta y tan afectuosa que le robó el aliento, y el rubio no pudo hacer otra
cosa que dejarse perder en ese beso con el que tanto había soñado y por el que tanto había rezado.

-¿Cuál es el nombre que tenías pensado?- Le preguntó cuándo cesó el beso, pero sin apartar su
cara de la de Jensen y con sus manos sujetando sus mejillas todavía.

-¿Qué? ¿De qué?- El fotógrafo seguía tan aturdido por el beso que todavía no había sido capaz de
reaccionar. Jared le había perdonado.

- ¿Qué cuál es el nombre que tenías pensado?- se rió el castaño al verle tan ensimismado.

-Hotel San Antonio… pensé que te haría ilusión. Sé que echas de menos tu hogar y esas cosas
y…- afirmó el rubio.

-Es un nombre horrible, Jen…- se rió el otro- ¿Qué te parece Hotel Agatha? ¿O quizás Hotel Ms
Marple?- preguntó ante la sorprendida mirada del fotógrafo- no son nombres demasiado bonitos,
pero aquel día en la playa me dijiste que tu escritora favorita era Agatha Christie, y este hotel antes
tenía el nombre de un personaje de libro, me parece más adecuado.

Jensen no podía creer que su novio todavía recordara aquella conversación en su primera cita, el
único día que habían tenido un encuentro medianamente normal –comida, paseo por la playa- todo
lo demás que había sucedido entre ellos había sido una locura tan desastrosa que apenas recordaba
ya aquel momento.

-Sabes…- Jared interrumpió sus pensamientos- tienes razón. Eres un desastre como novio. -El
chico sintió un agradable calor en su pecho al pronunciar esa última palabra.

El fotógrafo le miró con expresión resignada y asintió con la cabeza.

-Pero eres MI desastre – se rió el castaño- así que… no me quedará más remedio que aguantarte.

Esta vez fue Jensen quien se reía de absoluta felicidad.

-Pues, ¿qué te parece si mientras te enseño este lugar? Así tu tortura no será tan dolorosa- le
preguntó al tiempo que pasaba sus brazos alrededor de su cuello y dejaba un pequeño beso en sus
labios.

**************
Jared contemplaba las instalaciones de aquella enorme y antigua casa totalmente alucinado.

El hotel constaba de sesenta habitaciones repartidas entre las dos primeras plantas y acabadas con
todo lujo de detalles y servicios. Habitaciones dobles, otras triples, unas equipadas especialmente
para familias con hijos, otras con jacuzzi para veladas románticas… y en la planta superior estaba
la suite nupcial.

Una inmensa habitación que ocupaba toda la tercera planta del hotel.

-Esta será la nuestra- comentó Jensen al abrir las dos grandes puertas que daban la bienvenida a
aquella enorme habitación.

-¡Madre Mía!- Exclamó alucinado el chico.- ¿Espera… has dicho que esta va a ser la nuestra? ¿Es
coña?

-Últimamente preguntas mucho eso…- se burló el rubio- No, no es coña. Esta va a ser nuestra
habitación cuando estemos alojados aquí, que espero sea la mayoría del tiempo.

-¡La leche! esta cama es enorme…- Gritó el castaño desde el otro lado de la suite. Había salido
corriendo totalmente excitado y se había metido en el dormitorio principal.

Aquella estancia contaba con todo lo que pudieran necesitar. Dos baños, uno con una bañera aún
más grande que Jared y otro que tenía un fantástico Jacuzzi que Jensen se moría por estrenar,
salón con un sofá tan grande como para un equipo de fútbol al completo, un balcón/terraza con
vistas al mar que rodeaba toda la fachada, y una habitación con una cama tan enorme que incluso
consiguió maravillar a alguien de la altura de su novio.

-Espera… ¿Qué es lo último que has dicho?- Jared se acercó de pronto a él y le rodeó con sus
brazos la cintura para atraerle hacia sí, sentándose en el enorme sofá de piel blanca y obligándole a
sentarse en su regazo.

El rubor apareció en las mejillas del fotógrafo por primera vez desde que se conocían, y es que se
sintió como una chica en ese instante, sentado sobre las piernas de ese crío grandullón que le
miraba con una sonrisa en los labios que decía a gritos “me quieres y no puedes evitarlo,
¡supéralo!”.

-He dicho que me gustaría que viviéramos aquí más a menudo, los dos, juntos…- aclaró el
fotógrafo mirando al suelo todavía algo avergonzado- y no me hagas repetirlo más porque ya me
habías oído perfectamente, niñato engreído…

-Lo sé…- se rió el otro con picardía- pero es que me apetecía volverlo a oír.

Dejó un beso en la mejilla del rubio y le abrazó con cariño.

-¿Y cuáles son tus planes?- preguntó después.

-Verás…- Jensen se levantó de encima suya y se sentó a su lado, parecía muy decidido y muy
centrado, debía tenerlo todo muy bien pensado.- pasaremos aquí todo el tiempo que podamos, y el
que no…

-¿Lo alquilarás? – Preguntó le otro.- Esta suite es la hostia, tiene que dar una pasta inmensa…

-No…-contestó el fotógrafo sorprendiéndole- esta será únicamente para nosotros, nadie más la
utilizará. Antiguamente fue el hogar del matrimonio que construyó el hotel y creo que me gustaría
seguir con la tradición y mantenerlo de esa manera… Ahora será nuestro hogar…
Jared tuvo suerte de que en esos instantes la nueva Blackberry de Jensen sonara interrumpiendo la
conversación, porque oír decir al fotógrafo de una forma tan convencida que quería que aquel sitio
se convirtiera en el hogar de ambos, le dejó una sensación tan profunda de amor en su interior que
creyó que sería incapaz de soportarla sin desmayarse de la emoción.

-¿Stevie?- Preguntó el rubio al contestar al móvil.

El castaño se quedó sentado en el sofá, observando como el hombre más increíble que había
conocido nunca andaba de un lado para otro de la habitación sonriendo con el teléfono en la oreja.
Dio gracias a su sexto sentido por no haberle permitido tirar la toalla con todo lo referente a
Jensen, puesto que sabía desde la primera vez que le vio que todo lo que tuviera que pasar por
estar con él valdría la pena. Tanto lo bueno, como lo malo.

Todo.

***************

Un repartidor de comida a domicilio llamaba a las puertas del gran hotel un par de horas después,
sorprendido gratamente porque aquel lugar fuera a ser reabierto.

-¿Puedes hacerme un favor?- Le pidió Jensen al chico al tiempo que le pagaba y recogía la
comida.- ¿Podrías hacer correr la noticia de que vamos a volver a abrir y necesitamos personal?
Nos gustaría que contar con gente de la propia isla entre nuestros empleados. Chefs, azafatas,
personal de la limpieza… todo. Y si estás interesado en cambiar de trabajo, ya sabes…

-¡Por supuesto, señor!- El chico cogió el dinero con expresión jovial y agradecida y se marchó.

-¿Sabes que cuando no te comportas como un idiota eres una excelente persona?- Le preguntó
Jared acercándose a él para ayudarle con comida y robarle un beso.

-¿Sabes que das pena haciendo cumplidos?- preguntó en su lugar el rubio, haciendo que su novio
se riera ante su respuesta.- Anda… vamos a comer.

**************

Pasar el día en el que sería su nuevo hogar fue algo mágico para ambos. Hicieron planes para el
futuro del hotel y comentaron los detalles para convertirlo en galería de arte sin arruinar la magia
que aquel estilo antiguo otorgaba al lugar. Hablaron del tiempo que pasarían juntos allí y de lo
mucho que se añorarían cuando alguno de los dos tuviera que viajar por trabajo.

Después de comer Jared paseaba por la habitación observando cada detalle con la cámara de
Jensen colgada ahora de su cuello y todavía alucinado con aquel sitio, cuando vio una estrecha
escalera de caracol en un extremo de su dormitorio que le llamó la atención.

-¿Qué es eso, Jen?

-Ahí arriba está la buhardilla- contestó el rubio.

Automáticamente su novio salió corriendo hacia la escalera y comenzó a subir.

-Adoro las buhardillas.- dijo dando palmaditas como un niño entusiasmado con un juguete nuevo.
-Que cruz… -suspiró Jensen. La verdad es que a veces ese chico enorme era como un crío
pequeño gigante.

El interior de aquella última planta era todavía más acogedor que le resto. Aquella pequeña
buhardilla que coronaba el edificio del hotel estaba ambientada como un tranquilo rincón de
descanso para la lectura.

Había una biblioteca de madera repleta de libros de todos los tipos que tapaba de principio a fin
una de las cuatro paredes de la estancia. Todo el suelo era de madera y la pared estaba decorada
con piedra de mármol blanco. En medio de ella había una chimenea que daría calor al lugar en los
fríos días de invierno.

En un extremo había una mesita de lectura con dos sillas y en el lado opuesto un cómodo sofá de
mimbre y cojines de algodón blanco junto a un enorme ventanal con vistas al mar.

-Y cuándo pensaba que este lugar no podría ser más perfecto…-susurró Jared alucinado.

-Esto iba a ser una sorpresa- comentó Jensen- pensaba arreglarlo antes de enseñártelo…

-¿Arreglarlo?– soltó el otro como si no creyera lo que oía- ni se te ocurra tocarlo o vas por esa
ventana abajo.

-Vaaaale- Se rió el fotógrafo antes su amenaza.- Solamente quería ambientarlo para pasar una
velada romántica.

En esos instantes Jared dejó el libro que tenía en la mano y se volvió para mirarle.

-¿Una velada romántica?- se alejó de la estantería y se sentó en el mullido sofá de mimbre, colocó
sus largos brazos extendidos uno a cada lado y sus larguísimas piernas estiradas frente a él.- ¿Y
con qué tenías pensado sorprenderme?- preguntó de forma totalmente inocente.

El chico no era consciente de lo mucho que tentaba al fotógrafo ver ese cuerpo enorme y
musculado tirado de esa forma tan casual y despreocupada frente a él. Para Jensen esa imagen era
como el castaño le estuviera ofreciendo una droga a la que era total e irremediablemente adicto.

Había deseado tanto a Jared a lo largo del día que se sentía como si hiciera años que no le poseía.
El problema era que se había dado cuenta de que el chico a veces le rehuía, como si no estuviera
seguro todavía si debía ceder ya a sus deseos o por el contrario debería hacerle sufrir un poco más
por su error.

No podía culparle. Pero tampoco iba a permitirle dudar por mucho tiempo.

El castaño supo el error que había cometido al preguntar eso en cuanto vio la sonrisa juguetona en
el rostro del fotógrafo antes de contestarle.

-Pues la verdad…- empezó a decir el rubio, deshaciéndose la corbata con dos dedos mientras
hablaba- había pensado en emborracharte lo justo para que te olvidaras de que he sido un capullo,
después iba a coger mi corbata y atarte a ese sofá para follarte hasta conseguir que no pudieras
andar bien en dos semanas…

Jared tragó saliva al oírle decir eso, acojonado y excitado al mismo tiempo. Intentaba hacerse el
duro, mantener su dignidad intacta como castigo hacia su novio. No es como si fuera a dejar que
Jensen le follara una semana después de haberle acusado injustificadamente de pagarle por sexo…

Aunque les hubiera comprado un hotel y hecho su socio, aunque le hubiera dicho lo mucho que le
quería y se arrepentía…
Ni si quiera por mucho que se estuviera muriendo de ganas de hacerlo…

Se aclaró la garganta de forma torpe antes de hablar.

-¿Ese es tu concepto de una velada romántica?- preguntó fingiendo que no le afectaba ver como el
fotógrafo empezaba a desabrocharse la camisa. Esa camisa blanca que resaltaba sus preciosos ojos
verdes, su piel morena y sus graciosas pecas.

-No… en realidad no- contestó el fotógrafo- sabía que no podía entrarte a lo bestia nada más
pedirte que me perdonaras, así que había decidido preparar primero una cenita con velas y algunas
de esas tonterías románticas que tanto le gustan a las chicas… -cambió su tono de voz divertido
por otro más ardiente- Pero hoy tienes un brillo especial en tus ojos, Jay, y he extrañado tanto tu
sonrisa que no puedo dejar de mirarla… el problema es que cuanto más te miro más me excito, y
ya no sé lo que tenía planeado hacer, pero sí lo que me encantaría hacerte.

Para que luego su novio dijera que no era romántico.

Jensen terminó de desabrocharse la camisa caminó hacia él, su pecho insinuándose entre la
obertura de esa prenda de ropa que Jared deseaba en esos momentos arrancar de su cuerpo con sus
propios dientes.

-Acabas de llamarme chica…- aclaró el castaño ahora fingiéndose molesto- vas mejorando… a
este paso terminarás pasando la velada romántica tú solito.

El fotógrafo se rió, sabía que el otro lo único que intentaba era distraer la atención de lo que estaba
seguro empezaba a correr por sus venas.

Deseo.

Podía verlo en sus ojos… esa mirada encendida cargada de lujuria que tanto le había robado el
sueño.

-No finjas que no llevas cinco minutos mirándome la polla con disimulo, Jay…- el rubio se acercó
y se sentó a horcajadas sobre su novio, mientras este último intentaba sin éxito no empalmarse
solamente de escucharle.- puedo ver como lo deseas por más que intentes apelar a tu sentido
común… pero no funciona, porque no puedes resistirlo. Lo sé porque a mí me pasa continuamente
contigo…

Jensen hizo un ligero movimiento que colocó su culo justo sobre la erección del chico, sintiendo
su dureza y acariciándola con descaro, provocándole para que le diera la razón.

Jared cerró el puño y movió una de sus manos hasta su propia boca, mordiéndose la carne en un
gesto desesperado por no gemir, y enmascarando ese movimiento en un fingido bostezo de
aburrimiento.

-Deja de fingir, niño- se burló el fotógrafo- puedo sentir tu polla dura contra mi culo igual que la
sentía aquel día en mi casa… ¿Te acuerdas, Jay? ¿El día que hicimos aquella sesioncita de fotos
privada en la que te empalmaste solamente con rozarte?… Entonces tampoco podías dejar de
mirar mi pecho desnudo, eras incapaz de hacerlo por mucho que te sintieras avergonzado…

De pronto Jared se sentía como si hubieran vuelto a aquel día, como si todo lo malo entre ellos no
hubiera pasado y él volviera a ser aquel modelo novato que se dejaba impresionar por el famoso y
sexy fotógrafo Californiano.

-Digamos que entonces me tenías bastante deslumbrado…- replicó entonces el chico- pero las
cosas han cambiado, Jen… ahora vas a tener que trabajártelo más si quieres meterte en mi culo.
Ya no soy aquel crío impresionable…

Jensen restregó su culo contra la polla de Jared antes de susurrarle al oído.

-¿Y quién ha dicho que quiera meterme en tu culo, niño?... ¿Y si lo que quiero es que me folles
como un animal?... ¿Crees que estarás a la altura ahora, hombretón?

Por más que el chico intentara fingir que aquello no le estaba poniendo completamente cachondo,
su polla se empeñaba en dejarle por mentiroso. Sintió el culo del rubio presionarla contra él y esta
vez no pudo evitar gemir de placer al recordar lo que se sentía estando enfundado en él.

Sus manos viajaron sin permiso hasta la cintura del fotógrafo y presionaron su erección con más
fuerza contra su culo.

-Es curioso…- contestó Jared con voz oscurecida- solamente me has dejado que te folle dos veces,
cuándo la jodiste dejándome, y ahora que quieres que te perdone por cagarla con lo del dinero…
¿Es que cada vez que hagas algo mal vas a dejarme que te la meta como compensación, Ackles? –
Preguntó burlón- porque si es así espero que seas muy malo de ahora en… Ahh.. Cristo, Jen… tu
culo…

El movimiento cada vez más rápido del culo de Jensen contra su polla le hizo volver a gemir
interrumpiendo sus palabras.

-No alucines, niño, ¿es que te piensas que todos los días son navidad?- preguntó con malicia- si
quieres esto tendrás que suplicar por ello.

-Maldito cabrón… que cara más dura tienes- Replicó Jared mientras se apretaba más contra ese
culo que le hacía desear estar desnudo para poder penetrarle como quería- Siempre te ha gustado
jugar conmigo porque sabes que soy incapaz de resistirme cuando te pones en este plan… cuando
te da por ponerte mandón no soy capaz de pensar en nada más que en follarte y bajarte los humos.

Jensen empezó a moverse aún más rápido contra él y el chico se sintió estallar.

-Aquí el único que va a bajar algo soy yo, Jay…-susurró nuevamente el rubio a su oído- estás tan
duro que si no te corres vas a reventar los vaqueros.

El fotógrafo le desbrochó el pantalón para darle algo más de espacio a su dura erección, después
hizo lo mismo con la camisa y empezó a acariciarle el pecho al mismo tiempo que aumentaba el
ritmo de la fricción en su polla. Entonces sacó de alrededor del cuello del castaño su propia
cámara de fotos y una sonrisa totalmente malvada pasó por su rostro.

“Dios, este chico va a conseguir que me convierta en un auténtico depravado”- se dijo a sí mismo
al pensar en la idea que se le acababa de ocurrir.

El fotógrafo cogió su cámara y la encendió, mirando a través del visor y enfocando en él a su


novio sin dejar de mover su culo.

-¿Es que piensas en incluir alguna foto más a tu lujuriosa exposición?- bromeó Jared.

-No…- contestó el otro - estas son para mi propia colección. Así podré masturbarme con ellas
cuando no estés a mi lado y podré correrme jadeando tu nombre mientras las miro…

-Joder…Jen…- exclamó totalmente excitado mientras el rubio le fotografiaba.

Se cansó de no sentir la piel de Jensen y desabrochó su pantalón, metiendo una mano en el interior
del bóxer y empezando a masturbarle.

Ese chico le estaba volviendo completamente loco, el fotógrafo sentía su polla tan hinchada bajo el
pantalón que creía que reventaría, pero estaba decidido a darle a su novio una velada que no
pudiera olvidar y estaba tan cerca de conseguirlo que no quería estropearlo parando en esos
instantes para darse alivio a sí mismo.

Por eso cuando el chico agarró su polla con su enorme mano, el escalofrío que recorrió su cuerpo
le hizo detenerse unos instantes.

-No…- le ordenó sujetando su mano para que se detuviera- quiero ver cómo te corres… no seré
capaz de aguantar si me tocas… me estás volviendo tan loco, Jay… deberías verte la cara, estás
tan cachondo… - le dijo mientras continuaba moviéndose y fotografiándole.

En esos instantes Jared ya no podía evitar gemir una y otra vez sintiendo cada vez más cerca el
ansiado premio a aquella dulce tortura. Se aferró de nuevo a la cintura del fotógrafo y se dejó
llevar.

-Oh, dios, Jen, si te sigues moviendo de ese modo me voy a correr en los pantalones, para… por
favor- le rogó el castaño. Aunque en lo más hondo de su alma deseaba que no se detuviera nunca.

Jensen no solamente no paró, sino que empezó a moverse de un modo más duro contra su polla.

-Hazlo, Jay… córrete…-le pidió mientras presionaba nuevamente el botón de su cámara.

-Jen... Jen… Jen…oh, sí… sí… joder, sí…

Jared se corrió con fuerza en sus propios pantalones, escuchando de fondo el click de la cámara de
Jensen al mismo tiempo que lo hacía, y aferrándose a la cintura de su novio mientras sentía el
placer más intenso recorrer su cuerpo.

-Maldita sea, Jay… tendrías que haber visto tu cara…

El fotógrafo no le dio tiempo a descansar, dejó la cámara a un lado y se abalanzó sobre él. Devoró
su cuello con ansia, lamiéndolo de forma sucia y húmeda, entreteniéndose en su oreja para poder
decirle al oído lo excitado que estaba solamente de sentirle sobre la ropa.

-Fóllame, Jay…- Le ordenó. Porque no era un ruego lo que había en su voz, sino una petición.

Se levantó el segundo necesario para deshacerse de su pantalón y volver a sentarse a horcajadas


sobre el castaño, colocando su entrada justo sobre la carne ardiente de la polla de Jared.

El chico sintió la urgencia que desprendía el cuerpo del fotógrafo y pronto empezó a sentir que
volvía a ponerse duro. Los labios y la lengua de Jensen recorrían todo su cuerpo con una
necesidad apremiante que le puso caliente en cuestión de segundos.

Le volvía loco sentir que el rubio le necesitaba de un modo tan desesperado.

Y entonces rozó la entrada de Jensen con su polla y le escuchó gemir deseoso de más. Ese simple
sonido fue lo único que necesitó para sentir que su polla estaba de nuevo completamente dura y
lista para él.

Jared lamió sin más espera dos de sus propios dedos y los llevó a la entrada del fotógrafo, que
jadeó entre la excitación y el leve dolor por la intrusión.

-Déjalo… -rogó Jensen, ya se preocuparía más tarde si no podía sentarse después de eso- hazlo ya,
Jay… vamos niño, hazlo… ¿A qué esperas? ¿Es que quieres mi bendición o algo así?

Escuchar como el rubio le retaba de ese modo acabó con la poca cordura que le quedaba, así que
presionó su polla contra la entrada de su novio y se introdujo en él de un modo violento y voraz
que le hizo gritar de dolor.

-Dios, Jen…- jadeó con la voz entrecortada- lo siento… yo no…

-Cierra la boca y fóllame, niño… mañana si quieres puedes regalarme flores para compensar- se
burló el rubio con malicia.

Entonces Jared respondió a su burla enfundándose de nuevo en él con fuerza y empezando a


embestirle una y otra vez. La polla del chico deslizándose una y otra vez en su apretado agujero y
haciéndole sentir que no tardaría mucho en correrse.

-Oh,sí… vamos, así, Jay… más….

Jensen se sentía fuera de control entre los brazos del castaño, moviéndose de forma desenfrenada
y rogándole que le penetrara cada vez con más fuerza.

Para cuando Jared sujetó su polla con una de sus calientes manos, el fotógrafo estaba tan al límite
que no necesitó más de un par de sacudidas para correrse sobre su pecho de una forma tan brutal
que le obligó a contraer su cuerpo al completo y dejarse caer sobre su novio.

Cuando el chico sintió la humedad del fotógrafo estrangularle de ese modo tan feroz no fue capaz
de aguantar esa sensación tan intensa y acabó corriéndose del mismo modo en el interior de su
novio.

-Madre mía, Jen…- soltó con el ritmo cardíaco totalmente descontrolado al mismo tiempo que
dejaba caer su cabeza hacia atrás.- ¿Qué demonios has desayunado hoy?

Jensen se rió de forma escandalosa y enterró sus manos en su pelo para volver a atraerle hacia su
boca y besarle.

-¿Y ahora qué?- preguntó entonces Jared, refiriéndose al desastre que había hecho su novio sobre
su pecho.

-Pues se me ocurre que este sitio es muy grande y que hay muchos sitios que tenemos que
“bautizar” antes de abrirlo.- El fotógrafo le hizo un gesto insinuante con las cejas y le sonrió con
picardía.

Ante ese comentario lo único que pudo hacer su novio fue sonreír y mirarle completamente
enamorado.

ººº

Jared consiguió que Jensen proclamara una tregua el tiempo suficiente para bajar al piso inferior y
visitar el baño.

Esa tregua no duró mucho más que los cinco minutos que necesitó el chico para limpiarse y salir
del lavabo todavía desnudo. Cuando fue a coger su ropa para ponérsela, el rubio se tiró sobre él y
le obligó a caer de espaldas en la enorme cama del que a partir de ahora sería su dormitorio.

-Por el amor de dios…- gritó divertido el castaño mientras sentía como el fotógrafo se situaba entre
sus piernas y empezaba a lamer su pecho en dirección a su ombligo.- ¿Es que nunca te cansas?
-¿De ti?... Nunca.- Contestó el otro separando su lengua de la piel del chico únicamente para
hablar y luego volviendo a centrarse en ella.

-Jen… dudo mucho que sea capaz de otro asalto tan pronto… vas a matarme- afirmó riéndose.

-Nah… tienes veintidós años, Jay. De algo te tiene que servir ser un chaval de dos metros hiper
hormonado, este cuerpo es capaz de aguantar lo que le echen… estoy seguro que en cuanto me
meta tu polla en la boca estarás duro otra vez en cuestión de segundos…

A Jensen le encantaba provocar a su novio con el tema de la edad, sabía que funcionaba si lo que
quería era que el castaño se encendiera y le siguiera el juego.

Jared no necesitó sentir esos labios alrededor de su polla, solamente con recordarlos sobre ella ya
sintió que empezaba a empalmarse de nuevo.

-Bueno…- contestó intentando distraerse del recorrido de esa lengua viciosa que lamía su cuerpo-
digamos que para ser un viejo que ya roza los treinta tú tampoco lo haces nada mal…

Sus palabras se quedaron a medias cuando sintió el extremo de la lengua de Jensen pasearse por la
punta de su polla, y todo lo que salió de su boca fue un gemido ahogado.

Hizo que Jared se deshiciera entre sus labios el tiempo suficiente para tenerle bien dispuesto y
preparado para ese nuevo asalto y entonces el fotógrafo se incorporó y se puso sobre él, todavía
situado entre sus piernas abiertas.

-No sabes cuánto he echado de menos este culito estrecho, Jay- le provocó el rubio susurrándole
las palabras contra la piel de su mejilla al mismo tiempo que llevaba uno de sus dedos hasta la
entrada del chico.- No sabes lo que me produce el simple hecho de pensar en sentir tu culo
suplicándome, succionándome…

-Es todo tuyo, Jen… todo tuyo- Se rindió el castaño al sentirle.- Yo soy todo tuyo, Jen… siempre
lo he sido…

Ya no tenía sentido seguir luchando, o seguir negándolo. Jared supo que le perdonaría en el
mismo instante en el que despertó y le vio sentado en aquella silla frente a su cama. Y en esos
instantes, mientras Jensen empezaba a enfundarse en su interior, supo que lo que sentía por ese
hombre que le poseía sería eterno. Imposible de borrar.

Por más obstáculos que encontraran a su paso, amaría a ese hombre el resto de su vida a pesar de
todo y de todos.

************

El Hotel Miss Marple abría sus puertas exactamente dos meses después. Con todo el personal e
instalaciones totalmente adecuados y preparados para recibir a sus primeros huéspedes.

La noche de la inauguración del hotel sería totalmente gratuita para todos aquellos que hicieran
una reserva en él. Como era de esperar, eso hizo que el hotel estuviera al completo desde el primer
día.

Por supuesto, unos de los primeros huéspedes de ese lugar fueron las familias de ambos. Tanto los
Ackles como los Padalecki estaban ansiosos de conocer el lugar, y todo sea dicho, sobre todo a la
nueva pareja de su hijo.
La Galería de arte estaba ya también perfectamente preparada. Habían instalado una sala especial
para ella en la primera planta, convirtiendo lo que sería en su día una sala de reuniones en la nueva
galería de arte “Revelations” propiedad del famoso fotógrafo Ackles y su nuevo y públicamente
confirmado novio, Jared Padalecki.

Tal y como Jensen dijo, todas y cada una de las piezas de arte fotográficas expuestas en el edificio
al completo eran de su propia colección.

Aquella famosa foto de la exposición de los siete pecados capitales en la que ambos aparecían,
obtuvo un lugar de honor sobre el cabezal de su propia cama en la suite nupcial. Muy a pesar del
director Sheppard, que por más que intentó comprar esa pieza ofreciendo sumas desorbitantes al
fotógrafo, nunca consiguió que la vendiera.

Jared consiguió su primer papel en la serie de la CW para la que hizo los castings en Seattle,
dejándole en su interior la sensación de triunfo que daba el saber que por fin obtenía una
compensación a lo que tanto había trabajado y soñado. Y al mismo tiempo la certeza más absoluta
de que añoraría cada segundo que pasara alejado de ese fotógrafo increíblemente sexy e indeciso
que tenía por novio.

Jensen se sintió feliz por él. Por ese castaño desgarbado y al principio tímido que unos meses atrás
volviera su planeada y centrada vida completamente del revés, y sin el que sabía que ahora sería
incapaz de encontrar un motivo para seguir adelante.

-Fin-

Please drop by the archive and comment to let the author know if you enjoyed their work!

También podría gustarte