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Presentado por:
Universidad Mariana
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Evaluación Clínica en Contextos Psicoanalíticos
Programa de Psicología
San Juan de Pasto
2020
Ensayo Sobre Diagnóstico y estructuras psicoanalíticas
Presentado por:
Presentado a:
Universidad Mariana
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Evaluación Clínica en Contextos Psicoanalíticos
Programa de Psicología
San Juan de Pasto
2020
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Kentron
Introducción
Siguiendo la primera parte del texto de Joël Dor (2006): Estructuras clínicas y psicoanálisis –
letra, la palabra y el lenguaje –como lengua y no como metalenguaje–, pensar el proceder con el
que se diagnostica desde la medicina devela una instrumentalización y, por qué no, una
institucionalización del diagnóstico que empata con un discurso Amo. En la misma línea, y con
“individuos”, fácilmente se des-cubre que se está trabajando con una ontología del ser; y bien
sabemos que el psicoanálisis no es una metafísica del ser –decir esto es un pleonasmo, pero nos
sirve para identificar que el psicoanálisis lacaniano no trabaja con el concepto de ousía. El sujeto
lacaniano no es “ontologizable”, y por tanto, las estructuras clínicas no remiten a modos de goce
estacionarios, invariantes y determinados de una vez y para siempre. Con esto intentaré
ella.
Análisis
El primer momento de este escrito estriba en la noción del diagnóstico en psicoanálisis, de sus
desde la causalidad orgánica; así, esta disciplina hace uso de instrumentos de evaluación
más a una afección (natural, orgánica) que a una enfermedad (cultural) (Turner, 1989).
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Por otro lado, y como lo recalca el autor del texto, el psicoanálisis no se basa en el causalismo
–ni mucho menos en la causalidad orgánica– como centro para el diagnóstico. En psicoanálisis,
las dimensiones del “hecho” y el “dicho” son contempladas bajo la lógica del determinismo
psíquico (que no equivale a decir causalidad, sino más bien, que obedece al principio de razón
suficiente). Es por esto que no es lícito buscar en el psiquismo causas de efectos sintomáticos
que nos indiquen el proceder y la dirección de la cura. Pues es solo a través de la palabra, de la
letra y del discurso, que se puede diagnosticar, esto es: en función de la escucha, de la lectura y
del análisis.
Si el diagnóstico resulta imperativo para el analista, es fácil entrever que las entre-vistas
preliminares son espacios dedicados a la escucha y la lectura del trazo del sujeto, de sus
significantes.
en la mera praxis subjetiva, es decir, recusa del método hipotético-deductivo que pretendería
“otorgarle” desde el “ojo clínico” tal o cual enfermedad a un paciente (como se haría en un
dispositivo médico). Por lo que, según el texto, es deber ético del analista establecer un
pregunta, el autor responde que: “La vía regia es, precisamente, el discurso. Sin él, no podría
existir decodificación posible de la puesta en acto del inconsciente” (p.26). Para la segunda
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pregunta responde: “Por más que sea un tiempo de observación, éste tiempo preliminar, desde su
suficientes para establecerlo –lo que es evidente pues de lo contrario estaríamos hablando de un
modelo médico. A estos elementos sintomáticos tributarios del lenguaje que los llama
Dichas indicadores deben ser diferenciados de lo que llama rasgos estructurales. Los indicadores
diagnósticos estructurales deben ser entendidos como formaciones del inconsciente que localizan
y, de alguna forma, sirven como índices de los rasgos estructurales que, se comprenden como las
En el tercer momento se esboza lo que se conoce como: los tiempos del Edipo y la “fijación”
de la estructura del sujeto (propiamente dicho). Se comienza explicando que para que se
atraviese el Edipo hacen falta el padre, la madre, el hijo y el falo ¿Por qué el falo? Porque es este
el que ordena el deseo y el poder en el drama Edípico (que no es otra cosa que la dialéctica de
sea: es el falo. En este tiempo el padre, en todas sus “formas” (real, imaginario, simbólico)
aparece velado, pues el deseo de la madre absorbe al hijo. En el segundo tiempo del Edipo, al
del padre en la realidad. Generalmente es por el discurso de la madre. En este tiempo, el hijo
(imaginariamente) se da cuenta de que la madre está en falta y castrada, por lo que, el hijo
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conoce que el objeto de deseo de la madre puede investirse en otro, en este caso: en el padre, que
tiene el falo. Siguiendo esta trama, en el tercer tiempo de este mito, la identificación fálica con la
madre se ve amenazada por otro que parece ser (mediado por discurso de la madre) el que
encarna la Ley; este otro en calidad de Otro es el padre, y, es quien priva, corta, escinde la diada
de deseo entre la madre y el hijo. Así “caería” el ideal del yo del hijo marcado por el vehemente
deseo de ser el falo para la madre, o lo que es igual: ser lo que la madre quiera que sea.
Así, la función fálica no es otra cosa que la función paterna que, por medio de la metáfora-
del-padre, se inscribe al hijo en el mundo simbólico y en la estructura del lenguaje, del Otro. Si
madre, y su elección objetal no encuentra libre paso, devendrá en problemas clínicos con la
Crítica. Es claro que el método de evaluación diagnóstica en medicina está atravesado por
reglas y deberes burocráticos que dan pie a la institucionalización del mismo. Existe una inútil
suministrados y adelantados por los profesionales del campo médico para la venta farmacológica
como sinónimo de cura. Todo esto gracias a que los quehaceres médicos están basados en la
universalidad orgánica, es decir en la causalidad del signo orgánico. En medicina se hace uso de
tantas herramientas y utensilios como sea posible para escudriñar el efecto de un mal biológico
que será atribuido a una causa del mismo talante que solo puede ser curado por ellos.
neurótico, se sigue diagnosticando al individuo con una suerte interpretativa de los signos de una
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enfermedad, y esta práctica, claramente, no compete al psicoanálisis. Si se dice que tal persona
(1973), el discurso ontologizante está estrechamente ligado al discurso Amo. El síntoma tiene
que ver con el saber, no con el ser. Como complemento de esta idea, Alfredo Eidelsztein (2003)
refiere:
goce, etc., a partir del individuo, sólo se sostendría una acepción de “sujeto” equivalente a las
diferencias “subjetivas” respecto de una base conocida –no olvidemos que “diagnóstico” en su
sucede en medicina.
que la estructura clínica no debe propender por una “ontologización” del ser; se entenderá
verdrängung, verwerfung y verleugnung; es decir, son tres mecanismos que están en las tres
estructuras.
Si penetramos en el centro del concepto de estructura, pronto develaremos que no existe tal
centro; la estructura carece centro y, por ende, no tiene origen y no tiene fin. “No se puede
determinar el centro y agotar la totalización puesto que el signo que reemplaza al centro, que
lo suple, que ocupa su lugar en su ausencia, ese signo se añade, viene por añadidura,
de centros. Para esbozar la historia –y en cierto modo el origen– de la estructura, Derrida (2009)
(…) la determinación del ser como presencia en todos los sentidos de esa palabra. Se podría
mostrar que todos los nombres del fundamento, del principio o de centro han designado
siempre lo invariante de una presencia (eidos, arché, telos, energeia, ousía [esencia,
(p.385)
Conclusiones
El deslinde del método de diagnóstico médico por parte del psicoanálisis, supone una nueva
orgánico) en el cuerpo, sino que se trabaja con la palabra, con la lengua y el discurso.
Si en un dispositivo analítico se pretende hacer uso del diagnóstico, es deber ético del analista
conocer bien las estructuras clínicas con las que se intenta trabajar. A la par, es de imperativa
importancia reconocer que los síntomas no son material suficiente para establecer la estructura
de tal o cual sujeto; hace falta poder leer y escribir el mito familiar del paciente para tal empresa.
que su inmutabilidad no puede ser tal (de manera ortodoxa), pues no se pretende diagnosticar al
Referencias
Recuperado de https://teorialiteraria2009.wordpress.com/2009/06/08/102/
Amorrortu.
http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=704
Lacan, J. (1973, 01, 09). Seminario 20, Otra Vez Encore (Traductor Rodríguez, R). Recuperado
dehttps://www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanseminario20.html
http://www.multimedia.pueg.unam.mx/lecturas_formacion/genero_cuerpo/LB1/Bryan_T
urner_El_cuerpo_y_La_Sociedad.PDF