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VARIEDADES

2 REVISTA CUBANA DE DERECHO

LA CONTROVERSIA SOBRE LA PROPIEDAD


LITERARIA DE "MEIN KAMPF" (a)
Por BERNARD M. BRADLEY, Ph. B., LL. B.

"Mein Kampf", obra profética del Canciller Adolfo Hitler, ha


causado una seria controversia en el ramo de la protección
internacional de la propiedad literaria. Por primera vez, en el Derecho
Anglo-Norteamericano, se ha planteado el problema de la
nacionalidad del autor con relación a la obra en controversia. Se
ventiló este delicado asunto en el reciente caso de Houghton Mifflin
Co. v. Stackpole & Sons and The Telegraph Press (1). En 1925,
Adolfo Hitler publicó el primer volumen de su obra en Alemania.
Franz Eher Nachfolger, G. m. b. H. de Munich adquirió los derechos
de la obra del señor Hitler y registró la propiedad literaria de "Mein
Kampf" en Estados Unidos de Norteamérica ese mismo año. En la
solicitud de registro, este editor alemán designó al autor como un
alemán "sin patria". El registrador estadounidense se rehusó a tomar
conocimiento de tal condición política e inscribió al autor como
nacional alemán. Publicóse en 1927 el segundo volumen en Alemania
y su propiedad literaria también fué registrada en los Estados Unidos
de Norteamérica. Allí, el señor Hitler fué clasificado como súbdito
austriaco.
Mediante ciertos trámites, en 1933 el editor alemán, Franz Eher
Nachfolger, cedió sus derechos a Houghton Mifflin & Company,
editores anglo-norteamericanos. Estos publicaron una versión de la
obra en estilo bastante compendiado (Traducción Dugdale). Al
convertirse el señor Hitler en personaje de importancia internacional,
salieron al mercado un
__________
(a) Agradecemos esta interesante colaboración al Dr. Bradley, distinguido abogado, doctor
en Filosofía, de Los Ángeles, California.
__________

(1) Houghton Mifflin Company v—Stackpole & Sons and The Telegraph Press
"Injunction" concedida en favor de Houghton Mifflin; este fallo fué también afirmado por la
Suprema Corte de EE. UU. en 60 S. Ct. 131.
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sinnúmero de traducciones espurias y plagiadas. Stackpole & Sons,


casa editorial de gran importancia en Estados Unidos, su vez introdujo
otra versión también vertida al inglés. Esto último trajo por resultado
una demanda judicial de Houghton Mifflin Company v. Stackpole &
Sons Inc. and The Telegrap Press (solicitando una injunction contra
Stackpole et al.) Alegó Stackpole, inter alia, que mediante consulta ju-
rídica emitida por el jurisperito, Philp Wittenberg, este último aseguró
que los derechos literarios de "Mein Kampf" no habían sido
infringidos, y expuso las siguientes razones:

(I) Que la Copyright Act de Estados Unidos sólo confiere el


derecho de autor cuando existan tratados recíprocos
entre los países en controversia ;

(II) Que en el registro del primer volumen de la


obra, el señor Hitler fué designado como ale
mán "sin patria"; puesto que "no tenía pa
tria", resultaría un absurdo querer concebir
un tratado en pro de la protección literaria con
un país inexistente;

(III) Que en el registro del segundo volumen, se ase


guró que al autor era ciudadano austriaco; que
Adolfo Hitler perdió su nacionalidad austriaca
por haber ingresado a las filas del ejército ale
mán durante la Gran Guerra pasada;

(IV) Que el actual régimen nazi es un gobierno de facto,


usurpador y totalitario y que se sostiene merced al fiat
dictatorial; por consiguiente no Be le podía considerar
como el legítimo sucesor del régimen que ratificó el
Tratado Germano-Estadounidense protector de la
propiedad literaria internacional;

(V) Que por la razones expuestas, la obra no debería gozar


de la protección del Tratado, pues venía a formar ya
parte del dominio público, nulificándose así todos los
derechos del autor.
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Por su parte, Stackpole & Sons añadieron con cierto pavoneo,


que independientemente de la aludida infracción, dicha traducción
llevaba por fin un "mejoramiento social" en beneficio del público
anglo-parlante, ya que en 1934 el señor Hitler enjuició a una casa
editorial francesa en igualdad de circunstancias y que "amenazaba"
con prohibir por completo toda traducción subsecuente. Como es de
suponerse, dicho caveat no se lanzaba contra los Estados Unidos de
Norteamérica, pues recordaremos que los derechos literarios de
traducción habían sido cedidos a Houghton Mifflin & Company.
Agregó Stackpole que los honorarios del autor, que en este caso llega-
ban al quince por ciento, no estaban llenando sus cofres, sino que
estaban siendo distribuidos entre los refugiados judíos indigentes
procedentes del "infierno nazi".
Es, pues, evidente que la validez del registro de esta obra en
Estados Unidos depende de la ciudadanía del señor Hitler durante
1925 y 1927. Demos, por lo tanto, una breve ojeada sobre el pasado
del actual Führer. Por el año 1912 el señor Hitler se mudó de Austria a
Munich donde ingresó al ejército de Bavaria. Por declaración jurada
(affidavit) de Maximilian Mintz, abogado austriaco, residente actual
de Estados Unidos, se sabe que el señor Hitler perdió su ciudadanía
austriaca por haber emigrado de Austria sin previa autorización
gubernamental. Sin embargo, por otra declaración jurada de Otto
Zucker, también abogado austríaco, se asegura que el autor de "Main
Kampf" no perdió su ciudadanía austríaco de origen, pues afirma que
la nacionalidad de origen no se podía perder hasta que se adquiriera
otra distinta; que Adolfo Hitler no había tomado tales pasos y por lo
tanto era incompatible atribuirle una clasificación "sui generis" o
"negativa". ¿Cuál, entonces, era la posición o condición política del
Führer al tiempo en que se registró su obra? Dos pruebas
diametralmente opuestos (Mintz y Zucker) fueron ventiladas. ¿Cuál
de ellas es fidedigna y verídica? El internacionalista Hall sostiene (2):
"No es incompatible que una persona se encuentre politicamente
desamparado, v. g. los súbditos austriacos que emi-
__________

(2) Halla, Internacional Law, p. 256. Cf. Wener Vo. v. Encyclopaedia Britannica Co.,
154 Federal 831.
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gran sin la previa autorización de su Gobierno, por ese hecho pierden


su ciudadanía de origen". Si se suscribiera este raciocinio, ¿diríase
entonces, que el señor Hitler al perder su nacionalidad austriaca, se
convirtió en súbdito alemán o, por lo contrario, podríase también
sostener que quedó "sin patria"? Para esto, consultemos la
jurisprudencia anglicana.
Lord Phillimore en el caso de Ex parte Weber (3) negó la
condición política de un "sin patria", alegando que esto constituía un
raciocinio al absurdo y un insulto a la inteligencia humana. Sin
embargo, en 1920, en el caso de Stoech v. Public Trustee (4), el
tribunal británico desechó la jurisprudencia del caso Weber y adoptó
la doctrina "sin patria". Tenía por amicus curias el foro al eminente
doctor Goldschmidt quien declaró, per curiam, que según el Derecho
Internacional Privado, la ley municipal del origen del interesado (la
del autor en este caso era Austria), y no la ley del foro inglés deter -
minaría la validez de la condición de un "sin patria"; que tanto
Austria, como Alemania, reconocían tal condición política; luego ese
mismo raciocinio adoptaría el foro anglicano. Para afianzar este
criterio, Inglaterra promulgó la Act of 1914, section 14 (2), que reitera
casi verbatim lo declarado en el caso Stoeck v. Public Trustee.
Legislación semejante ha sido promulgada en Estados Unidos y
Canadá.
Por lo tanto, si el señor Hitler, hubiere sido súbdito austríaco,
alemán o "sin patria", les leyes en pro de la protección literaria le
deberán amparar. La sección 55 de la Copyright Act a que se refiere
Stackpole tiene carácter protector y no coercitivo como lo quisieran
interpretar los demandados. Asentó la Suprema Corte de los Estados
Unidos en la presente controversia "que el fin de la Copyright Act es
de fomentar la producción literaria internacional y salvaguardarla de
los tores y autores poco escrupulosos y de habilidad poco fecunda,
que a menudo se valen de tecnicismos y errores insignificantes al
registrarse una obra literaria y a toda prisa pretenden declarar dicha
obra propiedad del Dominio Público, enriqueciéndose así
injustamente. Además, si se permitiera que
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(3) Ex parte Weber, 1 A. C. 42 (1916).
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(4) Stoeck v. Public Trustee, 2 Ch. 67 (1920).
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los autores "sin patria" (que por ahora abundan) fueran usurpados de
su propiedad intelectual, constituiría un salto atrás a las épocas
bárbaras culminaría en el caos de toda la legislación protectora de la
propiedad literaria. Simpaticemos o no con el actual régimen nazi de
Alemania, este hecho por si solo no autoriza a que este foro prive al
señor Hitler de sus honorarios y a Houghton Mifflin Company de su
derecho exclusivo".

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