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VITRINA LEGAL

La NO GRAVABILIDAD de los
SERVICIOS PROFESIONALES
por el Impuesto Municipal a las
ACTIVIDADES ECONÓMICAS

Alberto Blanco-Uribe Quintero


Abogado “Magna cum Laude”, UCV 1983.
Especialista en derecho administrativo, UCV 1987.
D.E.A. en derecho público, Universidad Robert Schuman, Fran-
cia, 1989.
Especialista en justicia constitucional, Universidad de Casti-
lla-La Mancha, España, 2006, 2007 y 2008.
Profesor agregado de derecho constitucional UCV y de con-
tencioso tributario, postgrados UCV y UNIMET.
Asesor y litigante en temas constitucionales y tributarios.

Artículo publicado orginalmente en: https://albertoblancouribe.wordpress.com/2012/02/07/la-no-gravabili-


dad-de-los-servicios-profesionales-por-el-impuesto-municipal-a-las-actividades-economicas/
SUMARIO
I. Del Carácter No Mercantil de las Actividades
de las Personas Jurídicas Prestadoras de Servicios
Profesionales:

II. La Jurisprudencia:

III. Alguna Muestra de la Tradicional Doctrina


Administrativa Municipal:

IV. Fundamentos Jurídico-Constitucionales de la


Jurisprudencia:

V. Conclusión:
Alberto Blanco-Uribe Quintero

I. Del Carácter No Mercantil de las Actividades de las Perso-


nas Jurídicas Prestadoras de Servicios Profesionales:

Las Administraciones Tributarias Municipales, sin duda, gozan de


claras y amplias facultades legales para investigar, fiscalizar e ins-
peccionar las actividades económicas que se desarrollan dentro
de sus jurisdicciones territoriales, a fin de determinar la ocurrencia
del hecho imponible del Impuesto Municipal a las Actividades Eco-
nómicas, y liquidar los montos a pagar, y los particulares, perso-
nas naturales o jurídicas, deben prestar su apoyo a los funcionarios
competentes en la ejecución de sus tareas.

En tal sentido, se encuentran habilitadas legalmente para ejercer


dichas funciones incluso tratándose el interesado de una entidad
prestadora de servicios profesionales, la cual, con el objeto de co-
laborar con las autoridades municipales, para evitar que se incurra
en alguna premisa falsa, por la eventual falta de comprobación
de los hechos, que podría conducirlas a la errónea idea de que
tal entidad ejerce actividades económicas gravables, de carácter
comercial o industrial, estaría llamada a advertir a los fiscales, por
escrito y dentro del marco de su derecho a participar en el pro-
cedimiento administrativo tributario de determinación, argumen-
tadamente, acerca del carácter no mercantil de sus actividades,
siempre, obviamente, que su giro económico sea exclusivamente
en el ámbito de la prestación de servicios profesionales.

Las Administraciones Tributarias Municipales incurrirían (siendo co-


mún que lo hagan) en la violación del principio de investigación de
la verdad real, si pretendiesen que este tipo de entidades ejercen
actividades económicas de carácter comercial o industrial, pues
su caso es el de la exclusiva realización de actividades profesio-
nales de índole civil, como paradójicamente lo suelen reconocer
las ilegales actas de reparo y resoluciones culminatorias, con o sin
basamento en inconstitucionales ordenanzas municipales.

Así, se debe estar pendiente del contenido de los objetos sociales


presentes en los documentos constitutivo-estatutarios de las socie-
dades prestadoras de servicios profesionales, desde su redacción,

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La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

de modo de evitar la inclusión de actividades claramente mer-


cantiles, como la construcción, se deseen realizar (para lo cual
seria menester constituir otra sociedad para ello) o no, y las con-
traproducentes notas genéricas tan empleadas por corporativistas
inexpertos de “y demás actividades de lícito comercio”, hasta el
respectivo registro, toda vez que estos mismos corporativistas fre-
cuentemente olvidan la figura de la sociedad civil con forma mer-
cantil prevista en el artículo 1.651 del Código Civil, que es la que
legalmente corresponde a estas sociedades, que deben primero
protocolizar su documento constitutivo-estatutario ante el registro
civil, para adquirir allí la personalidad jurídica, para luego pasar
por el registro mercantil, solo a los fines de cumplir con la mera for-
ma de sociedad anónima.

En consecuencia se deben atender dos cosas esencialmente: La


manera en que conviene cumplir la gestión de registro correspon-
diente; y, el contenido redaccional de la cláusula del objeto so-
cial. Todo sin perjuicio de que, a la postre, en derecho tributario
es la realidad económica lo que ha de trascender e imperar. Solo
que si la forma jurídica cabalga al unísono de tal realidad, mejor
posicionamiento imposible.

Este tipo de observaciones no se aplica a las sociedades presta-


doras de servicios profesionales de derecho, bufetes y firmas de
abogados, por cuanto la Ley de Abogados prohíbe expresamente
que las mismas revistan forma mercantil, debiendo ser constituidas
exclusivamente como sociedades civiles, no pudiendo legalmen-
te tampoco ejecutar actos de comercio.

Por su parte, las sociedades prestadoras de servicios profesionales


de contaduría pública y auditoria externa acostumbran revestir la
forma de sociedades civiles, sin tampoco poder llevar a cabo ac-
tos de comercio.

Sin embargo, muy diferente es el caso de las sociedades presta-


doras de servicios profesionales de ingeniería, las cuales, aunque
sin exigencia legal al respecto, pero si por generalizados requeri-
mientos del sector financiero y de los entes públicos licitantes, se
ven precisadas a acoger la forma de sociedades anónimas, las

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más de las veces sin primero haber cumplido la tramitación de las


sociedades civiles con mera forma mercantil, lo cual ha empujado
a muchas Administraciones Tributarias Municipales a mal entender
que son ejecutoras de servicios mercantiles gravables con este tri-
buto.

Es de destacar sobre el particular, que la normativa contenida en


la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones
Afines, indubitablemente dispone, en forma mandatoria, en su ar-
tículo 3, que:

“El ejercicio de las Profesiones de que trata esta Ley no es una in-
dustria y por tanto no podrá ser gravado con patentes o impuestos
comercio industriales”.

En lo sucesivo, y sin que los argumentos de fondo dejen de ser co-


munes a cualquiera sea el tipo de servicio profesional que se pres-
te, centraremos el análisis en las sociedades prestadoras de servi-
cios profesionales de ingeniería, dado que es en función de ellas
que se ha generado la abundante jurisprudencia existente, por ser
las que han sido mayormente más perseguidas por las Administra-
ciones Tributarias Municipales, por este concepto.

En este orden de ideas, a pesar que la sociedad prestadora de


servicios profesionales de ingeniería esté constituida bajo la forma
de sociedad anónima, ello no quiere decir que estén sujetas a la
mercantilidad las actividades que realiza, ya que el Código de
Comercio, en su artículo 3, estatuye que se reputan actos de co-
mercio, además de los contemplados en el artículo 2 “eiusdem”,
cualesquiera otros contratos y cualesquiera otras obligaciones de
los comerciantes, si no resulta lo contrario del acto mismo, y si tales
obligaciones y contratos no son de naturaleza esencialmente civil.
Esta disposición debe leerse en concatenación con el artículo 200
“eiusdem”, que establece que:

“sin perjuicio de lo dispuesto por leyes especiales, las sociedades


anónimas y las de responsabilidad limitada tendrán siempre carác-
ter mercantil, cualquiera que sea su objeto, salvo cuando se dedi-
quen exclusivamente a la explotación agrícola o pecuaria” (subra-
yado del autor).

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La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

Como puede observarse, el Legislador patrio ha creado una pre-


sunción meramente “juris tantum” de mercantilidad sobre las so-
ciedades anónimas, presunción ésta que puede desvirtuarse en
tres supuestos, a saber:

Según lo dispuesto en el acto mismo, que devendría del pre-


1.- vio cumplimiento de la constitución como sociedad civil con
forma mercantil;

2.- Según lo dispuesto en leyes especiales; y,

Cuando se dediquen exclusivamente a la explotación agrí-


3.-
cola o pecuaria.

Sin perjuicio de la excepción de lo dispuesto en el acto mismo, don-


de los socios harían declaración de su exclusivo desempeño en el
ámbito civil de la prestación de servicios profesionales, en la cláu-
sula del objeto social, y teniendo en cuenta la excepción según lo
dispuesto en leyes especiales, es menester aplicar el principio de la
transparencia de las personas jurídicas, también llamado principio
del levantamiento del velo corporativo, ampliamente difundido
en la materia tributaria, por cuanto pechar a una persona jurídica
implica, evidentemente, afectar el patrimonio de aquellas perso-
nas naturales profesionales que representan, con exclusividad, su
elemento humano o subjetivo. De lo contrario, además, se burlaría
el mandato que obliga a las autoridades tributarias a determinar
la realidad económica de las operaciones realizadas, sin atender
sólo a la mera forma jurídica.

Las sociedades prestadoras de servicios profesionales de ingenie-


ría sólo pueden estar (y esta es otra observación para los corpora-
tivistas inexpertos) compuestas por profesionales de tal área y no
representan otra cosa que una estructura organizacional adecua-
da, para la mejor prestación de sus servicios profesionales. En otras
palabras, los socios deben ser personas naturales debidamente ti-
tuladas de ingeniería u otra profesión afín o necesaria para el des-
empeño de sus funciones, tales como arquitectos, administrado-
res, entre otros, aptos legalmente para ejercer la profesión (por
ejemplo la titulación o reválida universitarias, la inscripción y sol-

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vencia con los colegios profesionales que correspondan), y/o por


sociedades con esta característica, y nunca por verdaderas socie-
dades mercantiles que giren en el fondo como comerciantes.

Siendo comprobados estos extremos, y consistiendo el objeto so-


cial, exclusivamente, para mejor ilustración, en actividades de
asesoría, inspección, supervisión, evaluación, elaboración de ma-
nuales y proyectos, etc., efectivamente realizadas por la sociedad
prestadora de servicios profesionales de ingeniería en jurisdicción
de algún municipio del país, tenemos que la misma se rige por una
ley especial, como lo esla Leyde Ejercicio dela Ingeniería,la Arqui-
tecturay Profesiones Afines, que niega categóricamente que di-
chas actividades tengan el carácter de comercial, y es por ello
que no se encuentran comprendidas dentro de los actos objetivos
de comercio enunciados en el artículo 2 del Código de Comercio.

Así mismo, es importante recalcar que el ejercicio de las profesiones


liberales, no importa de cual se trate (la contaduría, la abogacía,
la economía, la ingeniería, etc.), tiene naturaleza esencialmente
civil, cuestión ésta que se corrobora en sus respectivas leyes de
ejercicio, y particularmente enla Ley de Ejercicio de la Ingeniería,
la Arquitectura y Profesiones Afines, que excluye de manera explí-
cita que pueda tenérsele como industria o comercio, prohibiendo
que se le grave con tributos comercio industriales, como lo es, sin
duda, el Impuesto Municipal a las Actividades Económicas.

II. La Jurisprudencia:

A continuación se presentan algunas de las sentencias más impor-


tantes que avalan las aseveraciones expresadas anteriormente y
que demuestran, a pesar de alguno que otro fallo aislado de la
Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia (que
han de ceder y decaer frente a la doctrina vinculante de la inter-
pretación de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justi-
cia que aquí se presenta), el carácter reiterado y uniforme de la
doctrina jurisprudencial, en la materia:

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La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

Así, en fallo de fecha 15 de enero de 1982, dictado por el Tribunal


Superior en lo Civil, Mercantil y Contencioso Administrativo de la
Región Occidental, se estableció lo siguiente:

“(…omissis…) es verdad que de acuerdo con el Artículo 200 del Có-


digo de Comercio, “las compañías o sociedades de comercio son
aquellas que tienen por objeto uno o más actos de comercio. Sin
perjuicio de lo dispuesto por leyes especiales, las sociedades anó-
nimas y las de responsabilidad limitada tendrán siempre carácter
mercantil, cualquiera que sea su objeto, salvo cuando se dediquen
a la explotación agrícola o pecuaria”.

Pero la misma norma trae la excepción, dejando a salvo cuando se


dediquen exclusivamente a la explotación agrícola o pecuaria, y
en todo caso, sin perjuicio de lo dispuesto por las leyes especiales.

Y resulta que la ley especial que regula el objeto de la sociedad,


está dada por la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y
Profesiones Afines, la cual en su artículo 3, excluye de todo grava-
men de patentes de impuestos comercio-industria, el ejercicio de
las profesiones de la Ingeniería, Arquitectura y otras especialidades
en ramas de la ciencia física y matemática; siendo entonces, ile-
gal imponer multas o impuestos con motivo del ejercicio de las pro-
fesiones comentadas, por más que tengan formas de sociedades
mercantiles, pues la forma mercantil, se da sin perjuicio de la norma
especial y en atención a la naturaleza del objeto de la sociedad,
tal como lo ha establecido el Máximo Tribunal de la República para
casos similares.

Es así, como la Corte Suprema de Justicia en Sala Político-Adminis-


trativa en sentencia de fecha 14 de junio de 1978, estableció que:

“La Constitución Nacional al disponer en su Artículo 79 que toda


persona natural o jurídica podrá dedicarse libremente al desarrollo
de la actividad docente, no distingue cual es la forma de persona
jurídica que se debe adoptar para desarrollar tal actividad, por lo
cual los promotores del Colegio E. al organizarse como sociedad
mercantil para ejercer la docencia se acogieron a lo dispuesto en
la norma constitucional citada; y si bien, al escoger la forma de
sociedad mercantil, la recurrente puede ser calificada como co-
merciante, de tal circunstancia no se deduce que todos los actos
y actividades desarrolladas por la sociedad en cuestión sean ne-
cesariamente, de naturaleza mercantil, consideración ésta susten-
tada por autorizada doctrina y reiterada jurisprudencia y tal como

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lo expresa la Fiscalía General de la República en su dictamen… ”si


ellos escogieron la forma de compañía anónima, es lógico que, en
principio, como tal, es comerciante pero la actividad que realiza
por su naturaleza intrínseca, como lo es la de la educación, en nin-
gún momento puede constituir acto de comercio, razón por la cual
no opera con respecto a esa persona jurídica la presunción legal de
comercialidad establecida en el Artículo 3 del Código de Comer-
cio, porque ella es juris tantum, y no debe aplicarse cuando resulta
lo contrario del acto mismo o cuando éste sea de naturaleza esen-
cialmente civil (…omissis…).

En la facti species, es evidente que la naturaleza u objeto de acti-


vidad de la recurrente, es pertinente a la profesión de la Ingenie-
ría, Arquitectura y ramas afines, y si se ve también de la relación
intersubjetiva surgida, conducta-objeto, del contrato celebrado
con Corpozulia, pertinente a actividades de vigilancia e inspec-
ción relativas exclusivamente a la Ingeniería; y, como ya se dijo, tal
pertinencia es posible por la norma civil 1.651, que dejó la puerta
abierta al porvenir creando la figura de sociedad civil con forma
mercantil, lo cual hace posible la reunión de voluntades con fines
profesionales excluidos de impuestos, tanto para estudios colecti-
vos correspondientes a la Ingeniería como si se quiere también a la
Abogacía, otras profesiones, y bien pudieran constituirse socieda-
des mercantiles para información jurídica, doctrina y jurisprudencia;
de modo que en un objeto plural, se pudiera atender cuestiones pe-
nales, civiles, mercantiles, laborales, administrativas, etc., que desde
el punto de vista individual, resulta hoy imposible concentrar en una
persona natural. Y como el ejercicio de la Ingeniería esta exento de
patentes o impuestos comercio-industria, el Artículo Tercero de la
Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines,
se constituye en excepción a la norma general 200 antes mentada
y transcrita del Código de Comercio; de modo tal que los actos
administrativos de la Municipalidad resultan ilegales y violatorios del
instrumento especial mencionado (Artículo 3 de la Ley de Ejercicio
de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines) y del Artículo
1.651 del Código Civil, porque, como puede leerse del acto confir-
matorio de la Cámara en cuanto a la multa, el aspecto sustancial
descansa, en que Proyectistas Asociados S.A., es una persona jurídi-
ca de naturaleza de sociedad anónima, “completamente distinta
a las personas físicas que la integran”, como si las sociedades civiles
con el Registro Público y las formas establecidas para las socieda-
des mercantiles, no adquirieran personalidad jurídica a los fines de
tener efecto contra terceros.

De esto resulta que el acto administrativo emanado de la Admi-

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nistración de las Rentas Municipales, mediante Resolución Nº 002


de 3 de Octubre de 1.980, confirmado por la Cámara Municipal
del Distrito Urdaneta del Estado Zulia, por Resolución Nº 85 de 20
de Noviembre de 1.980, es ilegal, porque el Artículo 23 Parágrafo
Segundo de la Ordenanza de Industria, Comercio y Servicios Cone-
xos, así como el Artículo 11 de la Ordenanza de Industria, Comercio
y Servicios Conexos, en concordancia con el Artículo 2º Parágrafo
Cuarto, no tiene que cumplirlos la recurrente, por tratarse de una
sociedad civil con forma mercantil, cuyo objeto está comprendido
en el ejercicio de la ingeniería, exento de declaraciones y pago de
impuesto, por tratarse de una actividad no industrial y por tanto no
puede ser gravada con patentes o impuestos comercio-industria tal
como dispone el Artículo 3 de la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la
Arquitectura y Profesiones Afines; y así se establece” (consultada en
original. Paréntesis y subrayados del autor).

En idéntico sentido, en sentencia de fecha 31 de enero de 1983, la


Corte Primera de lo Contencioso Administrativo (caso Proyectistas
Asociados, S.A. Proyecta), estableció lo que sigue:

“Es cierto, que la Ley últimamente citada, en su Artículo 3º, califica


como no industrial el ejercicio de las profesiones de que trata, o sea,
de la Ingeniería, la Arquitectura y demás Profesiones Afines, y que
por esta razón, las declara exentas de impuestos comercio-indus-
triales. Por tanto, se impone determinar dos situaciones: Primera: Si
la inspección de obras, que es la actividad que realiza la empresa
en el Distrito Urdaneta constituye el ejercicio de alguna de las pro-
fesiones señaladas. Segunda: Si una sociedad mercantil deja de ser
tal por el hecho de que su objeto o actividad material sea exclusi-
vamente actos propios del ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura
y Profesiones Afines.

La Ingeniería constituye una profesión mediante la cual se aplican


los conocimientos científicos físico matemáticos para la invención,
perfeccionamiento y utilización técnica de bienes y servicios, en
la construcción e industria. Dentro de tal especialidad cabe per-
fectamente la inspección de una obra que puede prestarse en la
ejecución de un proyecto determinado, como un asesoramiento
al propietario, al contratista o al proyectista. Dicho asesoramiento
supone, entre otras actividades, la de verificación, supervisión, asis-
tencia, comprobaciones técnicas, ensayos, pruebas y control. Evi-
dentemente que una actividad como la descrita forma parte del
ejercicio profesional de la Ingeniería, porque implica el conocimien-
to y aplicación de las ciencias físicas y matemáticas, y por lo tanto,

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se rige por las disposiciones de la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la


Arquitectura y Profesiones Afines. De forma, que al tenor de su Artí-
culo 3º, el ejercicio profesional de la inspección de obras no es una
industria y, en consecuencia, no puede ser gravado con patentes o
impuestos comercio-industriales” (Consultada en original. Subraya-
do del autor).

Desde la misma perspectiva se han pronunciado reiteradamente


los Tribunales Superiores de lo Contencioso Tributario, como se des-
prende de las citas jurisprudenciales que siguen:

Así, el Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso Tributario dictó


la sentencia Nro. 339 del 5 de agosto de 1996, caso: Tecnoconsult
Ingenieros Consultores, S.A., contra Resolución de la Dirección de
Administración Tributaria del Municipio Bolívar del Estado Anzoáte-
gui, consultada en original, en donde tras reconocer la existencia
del vicio de falso supuesto, estableció:

“De lo anteriormente expuesto, se deduce que efectivamente la


actividad asumida por la recurrente se encuadra en el ejercicio pro-
fesional de la ingeniería de consulta, bajo la figura de firma consul-
tora, con propósito debidamente tutelado por la Ley de Ejercicio de
la Ingeniería, Arquitectura y Profesiones Afines, y por consiguiente,
en tal ejercicio no cabe determinar la actividad descrita, como he-
cho susceptible de imposición tributaria municipal.

Siendo que la actividad de la recurrente, no puede resultar según


las especificaciones contractuales y las formas que rigen la Ingenie-
ría de Consultas, gravadas por la decisión reparatoria de la Hacien-
da Municipal del Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui, pues su
actividad está exenta, a la luz de disposición expresa de la Ley y Re-
glamento que rige tal profesión, por una parte, y por otra, no puede
haber imposición tributaria legitimada si no existe ley que la prevea,
acatado el principio universalmente conocido, de “nulum tributum
sine lege”, que debe estar presente en todo ámbito tributario”.

También, en Sentencia Nro. 964, emanada del Tribunal Superior Ter-


cero de lo Contencioso Tributario, en fecha 7 de agosto de 1998,
caso: Jantesa Ingeniería y Gerencia Integral de Proyectos, S.A. vs.
Alcaldía del Municipio Los Taques del Estado Falcón, se dispuso lo
siguiente:

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“En efecto, para este Juzgador, la protección a los profesionales


universitarios es de carácter individual y personal, pero es lógico
considerarla procedente aún cuando sus actividades se enmar-
quen en una sociedad de naturaleza mercantil, pues eso es, a
nuestro juicio, lo que debe deducirse del análisis lógico y conjunto
de los textos legales estudiados y considera por tanto, que si bien lo
ideal y correcto, como dispone a tales efecto la Ley de Abogados,
es que los profesionales liberales universitarios no usen denomina-
ciones comerciales que puedan prestarse a confusión ni realicen
actividades de tal naturaleza, ni se agrupen en forma de persona
jurídica mercantil, no por ello debe desecharse que una sociedad
de naturaleza jurídica mercantil, pueda en verdad ser civil en sus
reales actividades, en sus verdaderas funciones, porque la presun-
ción es juis tantum y admite, por ende, prueba en contrario y ello
está en concordancia con lo que prevé el artículo 2 y el artículo 3
del Código de Comercio, al disponer cuáles son actos objetivos y
cuáles subjetivos de comercio, diciendo respecto de estos últimos
que se reputan actos de comercio cualesquiera otros contratos y
cualesquiera otras obligaciones de los comerciantes, si no resulta lo
contrario del acto mismo, o si tales contratos y obligaciones no son
de naturaleza esencialmente civil. (Subraya el Tribunal).

Casualmente, las actividades propias regladas por la Ley de Ejerci-


cio de la Ingeniería, la Arquitectura y profesiones Afines, son de na-
turaleza esencialmente civil, siendo nuestro criterio que ello es así, se
ejerzan individual o agrupadamente, ya sea por personas naturales
o por personas jurídicas que exclusivamente tengan esa actividad.

En este orden de ideas debemos puntualizar que la presunción ju-


ris tantum de que la recurrente es una persona jurídica mercantil
por estar constituida conforme al régimen del Código de Comercio,
debe haber sido desvirtuada en estrados, lo que de seguidas pasa-
rá a examinar y analizar, y consecuentemente a determinar, este
Órgano Jurisdiccional.

Al analizar el documento constitutivo reformado, consignado a los


autos por la recurrente y examinar el artículo segundo (folio 269) del
mismo, encontramos que en él taxativamente se dispone que:

“La Sociedad tendrá por objeto, lo siguiente: El estudio y la elabo-


ración de Proyectos, el asesoramiento y/o la supervisión de toda
clase de obras de Ingeniarías; y en general, y en el cumplimiento de
su objeto, la realización de cualquier actividad profesional conexa
con dicho objeto principal.

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Esta claro entonces que el objeto de la compañía, en principio, y


según la declaratoria formal del artículo segundo de su acta cons-
titutiva reformada, sería la realización de actividades profesionales
propias de la ingeniería de asesoramiento y supervisión de toda cla-
se de obras de ingeniería.

…omissis… En base a los razonamientos que anteceden, este Tri-


bunal Superior Tercero de lo Contencioso Tributario, administrando
justicia declara que no debe ser considerada como contribuyente
del Municipio en referencia al pago de la Patente de Industria y Co-
mercio correspondiente, y que por consiguiente no está obligada a
pagar el tributo que establece dicha Ordenanza” (consultada en
original).

Por otro lado, tenemos la Sentencia signada con el Nro.765, ema-


nada del Juzgado Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario,
caso: Compañía Venezolana de Inspección, C.A. (COVEIN) vs. Al-
caldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, en fecha 10 de
noviembre de 2000, la cual expresa lo siguiente:

“Es de observar que el hecho de que la recurrente haya solicitado


y obtenido la patente de industria y comercio, no evidencia por si
el ejercicio de actividades comerciales, hace presumir el ejercicio
de tales actividades pero se trata de una presunción iuris tantum. El
nacimiento de la obligación tributaria es consecuencia de la pro-
ducción del hecho imponible, y éste se produce cuando acaece el
supuesto previsto como tal por la Ley, no depende de su nacimiento
de la voluntad de los sujetos y por ello si el supuesto respectivo no se
ha producido, aun cuando el sujeto, presunto contribuyente, haya
cumplido los deberes establecidos en la Ley respectiva para los su-
jetos pasivos, no se darán las consecuencias jurídicas respectivas,
sólo cuando el sujeto encuadra dentro del supuesto legal, ante el
nacimiento de la obligación tributaria estará obligado a cumplir los
deberes a su cargo y a extinguir la obligación tributaria, y en caso
de incumplimiento el sujeto activo debe ejercer las acciones perti-
nentes. Por tanto, si como afirma la recurrente las actividades que
ha ejercido son de carácter profesional y la administración tributa-
ria solo se apoya en las solicitudes hechas por la recurrente, en el
objeto establecido en el Documento Constitutivo y en el volumen
de los ingresos obtenidos, y no demostró el nacimiento del hecho
imponible es forzoso declarar con vista a los elementos que cursan
en autos, ajustados a derecho los alegatos de la recurrente, y así
se declara. Por tanto la recurrente no estaba obligada a pagar el
impuesto de patente de industria y comercio en jurisdicción del Mu-

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La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

nicipio Chacao del Estado Miranda” (consultada en original).

Claro que estos tribunales solo seguían lo que había sido el criterio
de su alzada natural, como se observa de del fallo de la entonces
Corte Suprema de Justicia, en Sala Político-Administrativa, conteni-
do enla Sentenciade fecha 18 de mayo de 1995, caso Tecnofluor,
C.A. contra Resolución dela Direcciónde Hacienda dela Alcaldía-
del Municipio Los Taques del Estado Falcón, que puede catalogar-
se de “sentencia líder”, importante además por su reiteración de
la doctrina que se desprende de la sentencia de fecha 14 de junio
de 1978 (caso Colegio Emil Friedman, C.A.), donde se estableció
que:

“La Constitución Nacional al disponer en su Artículo 79 que toda


persona natural o jurídica podrá dedicarse libremente al desarrollo
de la actividad docente, no distingue cual es la forma de persona
jurídica que se debe adoptar para desarrollar tal actividad, por lo
cual los promotores del Colegio Emil Friedman al organizarse como
sociedad mercantil para ejercer la docencia se acogieron a lo dis-
puesto en la norma constitucional citada; y si bien, al escoger la for-
ma de sociedad mercantil, la recurrente puede ser calificada como
comerciante, de tal circunstancia no se deduce que todos los actos
y actividades desarrolladas por la sociedad en cuestión sean nece-
sariamente, de naturaleza mercantil, consideración ésta sustentada
por autorizada doctrina y reiterada jurisprudencia y tal como lo ex-
presa la Fiscalía General de la República en su dictamen… ”si ellos
escogieron la forma de compañía anónima, es lógico que, en prin-
cipio, como tal, es comerciante pero la actividad que realiza por
su naturaleza intrínseca, como lo es la de la educación, en ningún
momento puede constituir acto de comercio, razón por la cual no
opera con respecto a esa persona jurídica la presunción legal de
comercialidad establecida en el Artículo 3 del Código de Comer-
cio, porque ella es juris tantum, y no debe aplicarse cuando resulta
lo contrario del acto mismo o cuando éste sea de naturaleza esen-
cialmente civil (…omissis…).

En la facti species, es evidente que la naturaleza u objeto de acti-


vidad de la recurrente, es pertinente a la profesión de la Ingenie-
ría, Arquitectura y ramas afines, y si se ve también de la relación
intersubjetiva surgida, conducta-objeto, del contrato celebrado
con Corpozulia, pertinente a actividades de vigilancia e inspec-
ción relativas exclusivamente a la Ingeniería; y, como ya se dijo, tal
pertinencia es posible por la norma civil 1.651, que dejó la puerta

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abierta al porvenir creando la figura de sociedad civil con forma


mercantil, lo cual hace posible la reunión de voluntades con fines
profesionales excluidos de impuestos, tanto para estudios colecti-
vos correspondientes a la Ingeniería como si se quiere también a la
Abogacía, otras profesiones, y bien pudieran constituirse socieda-
des mercantiles para información jurídica, doctrina y jurisprudencia;
de modo que en un objeto plural, se pudiera atender cuestiones pe-
nales, civiles, mercantiles, laborales, administrativas, etc., que desde
el punto de vista individual, resulta hoy imposible concentrar en una
persona natural. Y como el ejercicio de la Ingeniería esta exento de
patentes o impuestos comercio-industria, el Artículo Tercero de la
Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines,
se constituye en excepción a la norma general 200 antes mentada
y transcrita del Código de Comercio; de modo tal que los actos
administrativos de la Municipalidad resultan ilegales y violatorios del
instrumento especial mencionado (Artículo 3 de la Ley de Ejercicio
de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines) y del Artículo
1.651 del Código Civil, porque, como puede leerse del acto confir-
matorio de la Cámara en cuanto a la multa, el aspecto sustancial
descansa, en que Proyectistas Asociados S.A., es una persona jurídi-
ca de naturaleza de sociedad anónima, “completamente distinta
a las personas físicas que la integran”, como si las sociedades civiles
con el Registro Público y las formas establecidas para las socieda-
des mercantiles, no adquirieran personalidad jurídica a los fines de
tener efecto contra terceros.

De esto resulta que el acto administrativo emanado de la Admi-


nistración de las Rentas Municipales, mediante Resolución Nº 002
de 3 de Octubre de 1.980, confirmado por la Cámara Municipal
del Distrito Urdaneta del Estado Zulia, por Resolución Nº 85 de 20
de Noviembre de 1.980, es ilegal, porque el Artículo 23 Parágrafo
Segundo de la Ordenanza de Industria, Comercio y Servicios Cone-
xos, así como el Artículo 11 de la Ordenanza de Industria, Comercio
y Servicios Conexos, en concordancia con el Artículo 2º Parágrafo
Cuarto, no tiene que cumplirlos la recurrente, por tratarse de una
sociedad civil con forma mercantil, cuyo objeto está comprendido
en el ejercicio de la ingeniería, exento de declaraciones y pago de
impuesto, por tratarse de una actividad no industrial y por tanto no
puede ser gravada con patentes o impuestos comercio-industria tal
como dispone el Artículo 3 de la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la
Arquitectura y Profesiones Afines; y así se establece” (consultada en
original. Paréntesis y subrayados nuestros).

En este orden de ideas encontramos jurisprudencia de muy recien-

15 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

te data, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,


como la contenida en su sentencia de fecha 12 de diciembre de
2002, caso: Compañía Venezolana de Inspección, C.A. (COVEIN),
en acción de inconstitucionalidad contra la Ordenanza de Im-
puesto sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Bolí-
var del Estado Anzoátegui, en la cual, consideración hecha de los
regímenes constitucionales de 1961 y de 1999, se ha establecido
que:

“Pasa esta Sala a examinar las denuncias de inconstitucionalidad


esgrimidas por la representación judicial de COVEIN S.A. y en tal
sentido observa que las mismas se circunscriben a la violación por
parte del artículo 1 de la Ordenanza de Impuesto sobre Patente de
Industria y Comercio del Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui,
así como del Código n° 50094, “Otras Empresas de Ingeniería, Pro-
yectos y Diseños no clasificados anteriormente” del Clasificador de
Actividades Económicas integrante de la Ordenanza mencionada,
de los límites de la potestad tributaria originaria municipal conte-
nidos en el artículo 31, numeral 3, de la derogada Constitución de
1961, vigente para el momento de la sanción de la Ordenanza par-
cialmente impugnada, los cuales se encuentran en el artículo 179,
numeral 2, de la Constitución de 1999, vigente al momento de enjui-
ciar la procedencia del recurso, y del principio de legalidad tributa-
ria contenido en los artículos 317 eiusdem y 3 del Código Orgánico
Tributario, en perjuicio del principio de la certeza tributaria y de la
seguridad jurídica, al considerar como objeto del impuesto creado
(patente de industria y comercio) a las actividades económicas de-
sarrolladas con motivo del ejercicio de la ingeniería.

Entiende la Sala, que cuando los Municipios ejercen, a través de sus


órganos legislativos, la potestad tributaria originaria que le confie-
re el Texto Constitucional, entendida ésta como el poder de crear
normas jurídicas de contenido tributario, deben respetar en todo
momento un conjunto de límites formales y materiales, que garanti-
zan a los particulares una regulación tributaria conforme a la Norma
Suprema, siendo tales límites, los principios de legalidad tributaria,
de la capacidad contributiva, de la igualdad de los contribuyentes,
de la proporcionalidad del tributo, de la generalidad de los tributos
y de la no confiscatoriedad.

El primero de los principios mencionados, de la legalidad tributaria,


en tanto límite formal que precisa el ámbito en que puede ser ejer-
cida la potestad tributaria originaria de la República, de los Estados

16 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

y de los Municipios, exige que la autoridad competente (en el pre-


sente caso, el Concejo) al momento de dictar la norma tributaria se
ajuste, entre otros elementos, al supuesto de hecho (hecho impo-
nible) que de manera inequívoca está contenido en la disposición
constitucional con base en la cual pretende imponer un gravamen
a los particulares que realicen actividades económicas de industria,
comercio o de prestación de servicios de naturaleza mercantil en su
jurisdicción; lo anterior quiere decir que al legislar, la autoridad muni-
cipal no podría, “interpretando” el precepto constitucional más allá
de su sentido literal posible, ejercer su potestad tributaria originaria
para aplicar un impuesto a supuestos no contemplados por la Cons-
titución, o a sujetos que ésta no permite gravar a través de la figura
impositiva respecto de la cual se pretende legislar.

En efecto, en tales casos, la Sala estima que el legislador nacional,


estadal o municipal estaría partiendo de un falso supuesto de de-
recho, originado en la incorrecta interpretación de una disposición
constitucional que a pesar de establecer límites precisos, es des-
bordada en su sentido mediante el ejercicio inconstitucional de la
potestad tributaria originaria, en perjuicio de los límites materiales y
formales antes mencionados, entre los que se hallan algunos de los
principios denunciados como vulnerados por la Ordenanza parcial-
mente impugnada por los apoderados judiciales de COVEIN S.A.,
como, por ejemplo, el de la seguridad jurídica en materia tributaria,
piedra angular del derecho que tienen todos los contribuyentes a
la normatividad, a la previsibilidad y a la tipicidad del tributo (Cfr.
César García Novoa, El Principio de Seguridad Jurídica en Materia
Tributaria, Madrid, Marcial Pons, 2000, pp. 91 y ss).

Por tanto, y en atención a la interpretación realizada de la dispo-


sición contenida en el numeral 2 del artículo 179 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, la Sala considera que
ni la derogada Constitución de 1961, tal y como lo reconoció la
jurisprudencia de la antigua Corte Suprema de Justicia ni la actual
Constitución de 1999, permite a los Concejos de los Municipios, en
ejercicio de su potestad tributaria originaria, dictar Ordenanzas so-
bre impuesto a las actividades económicas que graven con tal tri-
buto a las actividades económicas desarrolladas por personas na-
turales o jurídicas con motivo del ejercicio de una profesión como la
ingeniería, la arquitectura, la abogacía, la psicología, la contaduría,
la economía, entre otras, por cuanto el objeto de éstas, al ser de
naturaleza civil y no mercantil, impiden que tal actividad sea con-
siderada como un supuesto de sujeción al pago de dicha figura
tributaria.

17 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

Así las cosas, se observa que en el presente caso, el artículo 1 de


la Ordenanza de Impuesto sobre Patente de Industria y Comercio
del Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui, que fue parcialmen-
te impugnado, así como del Código n° 50094, “Otras Empresas de
Ingeniería, Proyectos y Diseños no clasificados anteriormente” del
Clasificador de Actividades Económicas integrante de la Ordenan-
za, que fue impugnado en su totalidad, impone a sociedades ci-
viles como COVEIN S.A., creada conforme a lo establecido en el
artículo 1.651 del Código Civil y cuyo objeto es esencialmente civil
(prestación de servicios profesionales de ingeniería en el área de
garantía de calidad e inspección), según se desprende del artículo
segundo del documento constitutivo-estatutario (folio 235), de las
cláusulas primeras de los contratos de servicios suscritos con COR-
POVEN S.A. (folios 119, 137, 157, 173, 193 y 205) y de las facturas de
los pagos efectuados por CORPOVEN S.A. a la recurrente (folios 220,
222 y 224), la obligación legal de pagar el impuesto sobre activida-
des económicas industriales o comerciales, antiguamente llamado
patente de industria y comercio, cuando establece que el ejercicio
de “cualquier actividad económica” ejercida dentro de la jurisdic-
ción del Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui, entre las que se
incluyen las derivadas del ejercicio de la ingeniería, está sujeto al
pago del tributo.

En tal sentido, se aprecia que el legislador municipal no reparó en


que las actividades económicas realizadas por personas jurídicas
como la recurrente, no tienen el carácter mercantil que exige la
disposición constitucional contenida en el numeral 2 del artículo 179
del Texto Constitucional (artículo 31, numeral 3, de la Constitución
de 1961), con lo cual, ciertamente, incurrió en extralimitación de la
potestad tributaria originaria, y vulneración del principio de legali-
dad tributaria, cuya fuente primera es la Constitución (artículos 7 y
317; y 2, numeral 1, del Código Orgánico Tributario) y del principio
de seguridad jurídica en materia tributaria, que se desprende de la
noción misma del Estado Constitucional de Derecho, que implica la
sujeción de los órganos y entes públicos no sólo a la ley, sino a los
valores, principios y derechos contenidos y enunciados en la Norma
Fundamental (artículos 2 y 3).

En efecto, al no limitar su actividad creadora de normas jurídicas


tributarias al supuesto de hecho o hecho imponible contenido en la
Constitución (la actividad económica de carácter industrial, comer-
cial, de servicios o de índole similar, es decir, de naturaleza mercan-
til, el Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui), de gravar aquella
derivada del ejercicio de la ingeniería, desbordó los límites de la
potestad tributaria originaria en materia de impuesto a las activida-

18 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

des económicas (actual artículo 179, numeral 2, derogado artículo


31, numeral 3), e ignoró al mismo tiempo, la vigencia del artículo 3
de la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones
Afines, publicada en Gaceta Oficial n° 25.822, del 26 de noviembre
de 1958, el cual expresa lo siguiente:

“Artículo 3. El ejercicio de las profesiones de que trata esta Ley no


es una industria y por tanto no podrá ser gravado con patentes o
impuestos comercio-industriales”.

Constatada, pues, la contradicción de los dispositivos legales mu-


nicipales, con las disposiciones contenidas en los artículos 179, nu-
meral 2, y 317 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, la Sala declara con lugar el recurso de nulidad por in-
constitucionalidad e ilegalidad incoado por la representación judi-
cial de COVEIN S.A., de manera parcial, contra el artículo 1 de la
Ordenanza de Impuesto sobre Patente de Industria y Comercio del
Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui, y de manera total contra el
Código n° 50094, “Otras Empresas de Ingeniería, Proyectos y Diseños
no clasificados anteriormente” del Clasificador de Actividades Eco-
nómicas integrante de la referida Ordenanza, por cuanto los mis-
mos exigen a las personas naturales o jurídicas que prestan servicios
profesionales en el área de la ingeniería, dentro de la jurisdicción
del Municipio Bolívar del Estado Anzoátegui, el pago del impuesto
de patente sobre industria y comercio, actualmente denominado
impuesto sobre actividades económicas de industria, comercio, ser-
vicios o de índole similar de naturaleza mercantil.

En consecuencia, de declara la nulidad parcial del artículo 1 de la


Ordenanza antes referida, el cual queda redactado como a conti-
nuación se indica:

“Artículo 1. La presente Ordenanza establece los requisitos que de-


ben cumplir las personas naturales o jurídicas, unidades económi-
cas, asociaciones, sociedades, asociaciones de hecho, consorcios,
etc., residentes o no en el Municipio Bolívar, para el ejercicio de ac-
tividades industriales, comerciales, de prestación de servicios, de
negocios o de índole similar en jurisdicción del Municipio Bolívar del
Estado Anzoátegui, así como los impuestos y tasas sobre patente de
industria y comercio que deban pagar quienes ejerzan tales activi-
dades con fines de lucro o remuneración.

Parágrafo Primero. La presente Ordenanza norma lo concerniente


a la Patente que por Actividades Económicas, Industriales, Comer-

19 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

ciales y/o de Servicio deban tributar al Fisco Municipal las personas


naturales jurídicas, unidades económicas, asociaciones de hecho
consorcios, etc., residentes o no en el Municipio Bolívar.

Parágrafo Segundo. Quedan obligados a obtener su Licencia o Car-


ta patente, quienes inicien actividades económicas, industriales,
comerciales y/o de servicio aun en casos de exenciones y exonera-
ciones, asimismo a tributar en proporción a sus ventas y/o ingresos
brutos, el monto del contrato más el monto de sus ajustes, escala-
ciones, aumento de obras, etc. De conformidad a las disposiciones
de la presente Ordenanza”.

Asimismo, se declara la nulidad total del Código n° 50094, “Otras


Empresas de Ingeniería, Proyectos y Diseños no clasificados ante-
riormente” del Clasificador de Actividades Económicas integrante
de la Ordenanza antes mencionada, motivo por el cual se levantan
los efectos de la medida cautelar dictada por la Corte Suprema de
Justicia en Pleno el 7 de diciembre de 1999, al no existir base legal
con fundamento en la cual producir nuevos daños o perjuicios a la
sociedad recurrente, y, asimismo, se ordena al Municipio Bolívar del
Estado Anzoátegui que se abstenga de cobrar el impuesto sobre
actividades económicas de industria, comercio, servicios o de ín-
dole similar de naturaleza mercantil, a personas naturales o jurídicas
que ejerzan actividades económicas derivadas de la prestación de
servicios profesionales cuyo objeto sea esencialmente civil, como es
el caso de la ingeniería.

Igualmente, de conformidad con lo previsto en los artículos 119 y


120 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, esta Sala,
atendiendo a razones de seguridad jurídica, fija los efectos de esta
decisión ex nunc, es decir, que éstos comenzarán a computarse a
partir de la publicación del presente fallo en la Gaceta Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela, tal y como lo acordó en su
decisión n° 1674/2002, del 18 de julio, sin perjuicio de las acciones
que por daños y perjuicios tengan derecho a ejercer los particulares
perjudicados. Así se decide.

Por último, quiere la Sala dejar en claro que en el presente caso


fue enjuiciada la constitucionalidad de la norma impugnada a la
luz del Texto Constitucional de 1999, por cuanto sólo al existir la co-
lisión con la norma constitucional vigente es que puede declararse
la nulidad de leyes dictadas bajo la vigencia de la Constitución de
1961, sin embargo ello no obsta para que las impugnaciones de
actos de efectos particulares fundadas en normas legales viciadas

20 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

de inconstitucionalidad respecto de la derogada Constitución de


1961 sean analizadas a la luz de dicho Texto Constitucional, al no ser
admisible la “convalidación” de la inconstitucionalidad de ninguna
norma legal violatoria de la Constitución de 1961, por ser dicha nor-
ma legal acorde con el ordenamiento constitucional actual”.

En idéntico sentido, mediante sentencia de fecha 15 de julio de


2003, dictada en el expediente Nº 02.2634, la Sala Constitucional-
del Tribunal Supremo de Justicia admitió un recurso de nulidad por
razones de inconstitucionalidad, conjuntamente con solicitud de
medida cautelar innominada, contra las normas contenidas en los
artículos 31, 67 y 69 y contra el Grupo XXI del Clasificador de Acti-
vidades dela Ordenanzanúmero 004-02 sobre Actividades Econó-
micas del Municipio Chacao del Estado Miranda, del 30 de agosto
de 2002, publicada enla Gaceta Municipal N° 4255, Extraordinario,
que pretendían gravar con este tributo las actividades económi-
cas desarrolladas por los profesionales todos (ingenieros y otros), se
dispuso lo siguiente:

“Ciertamente, esta Sala en el fallo N° 3241/2002 se pronunció acer-


ca de la inconstitucionalidad de una norma similar de la Ordenanza
sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Bolívar del Esta-
do Anzoátegui, y aunque en este sentido, los apoderados judiciales
del Municipio Chacao alegaron que el contenido de dicho fallo es
circunstancial con respecto al petitorio realizado en esta causa por
la parte recurrente, es menester precisar, en tal virtud, que el fumus
boni iuris es, precisamente eso, una presunción que pretende man-
tener lo más posible el carácter interlocutorio del pronunciamiento
que otorgue la medida cautelar (entendido interlocutorio como no
adelantamiento del fondo).

Es por ello que, en todo caso, el estudio del caso, tal como lo ale-
gan los opositores a la medida, realizado con base en la normativa
constitucional vigente, es una actividad intelectual que pertenece
a la labor cognoscitiva del Juez para emitir el pronunciamiento de
fondo, siendo suficiente para que esta Sala estime satisfecha la pre-
sunción de buen derecho que en una oportunidad anterior haya
realizado un pronunciamiento de inconstitucionalidad contra una
norma similar en donde, según lo expuesto por los mismos oposito-
res, se indicó que tanto la Constitución vigente como la anterior no
previó que el impuesto municipal se extendiera a los profesionales y
que cualquier Ordenanza que así lo estableciera estaba viciada de
inconstitucionalidad. Así se decide.

21 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

Por tanto, luego de haber realizado esta Sala la ponderación de


los intereses en juego atendiendo especialmente a lo célere con
que se tramitará este recurso, declara con lugar la medida cautelar
solicitada y, en consecuencia, inaplica para todos aquellos profe-
sionales que presten sus servicios en o desde el Municipio Chacao
las normas contenidas en los artículos 31, 67, 69 y el Grupo XXI del
Clasificador de Actividades de la Reforma de la Ordenanza N° 004-
02 sobre Actividades Económicas del Municipio Chacao del Estado
Miranda de 30 de agosto de 2002, publicada en la Gaceta Munici-
pal de Chacao de 8 de noviembre de 2002, N° 4352, Extraordinario,
hasta tanto esta Sala tramite y decida en el fondo el recurso de
nulidad ejercido. Así se decide”.

Con mucha mayor trascendencia, cabe citar el fallo definitivo del


caso inmediatamente antes mencionado, contenido en la senten-
cia de fecha 6 de abril de 2006, en la cual la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia anuló las normas aludidas, con-
tentivas de la inconstitucional pretensión de ese Municipio Cha-
cao del Estado Miranda, de gravar con el Impuesto Municipal a las
Actividades Económicas, los ingresos brutos derivados del ejercicio
intelectual de las actividades civiles de los distintos profesionales
liberales, estableciendo en derecho y en justicia que:

“Acerca de este punto, la Sala, en sentencia n° 3241/2002, ha te-


nido oportunidad de pronunciarse señalando expresamente “(…)
que cuando el artículo 179, numeral 2, de la Constitución de la Re-
pública Bolivariana de Venezuela establece la posibilidad para los
Municipios de gravar la actividad económica generada con moti-
vo de la prestación de servicios, les confiere a éstos potestad tribu-
taria originaria para pechar solo a aquellas derivadas del ejercicio
o desempeño de actividades económicas de naturaleza mercan-
til (…)”, por lo que los Municipios pueden “(…) gravar únicamente
aquellos servicios cuya prestación implique el desarrollo de una ac-
tividad económica de naturaleza mercantil por parte de la persona
natural o jurídica que brinde tales asistencias, quedando excluidas
del hecho generador del impuesto municipal contemplado en el
numeral 2 del artículo 179 del Texto Constitucional, todas aquellas
actividades económicas de naturaleza civil, como las desempeña-
das con motivo del ejercicio de profesiones liberales como la inge-
niería, la arquitectura, la abogacía, la psicología, la contaduría, la
economía, entre otras, por constituir un supuesto de no sujeción al
referido tributo (…)”.

22 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

No obstante tal precedente, los defensores del acto sostienen la


constitucionalidad de la Ordenanza alegando que la máxima juris-
prudencial citada se produjo dentro de un contexto distinto al hoy
discutido. En aquella oportunidad se trataba de una Ordenanza
previa a la Constitución de 1999, refieren, mientras que en esta se
trata de una Ordenanza dictada con ocasión a la interpretación
del artículo 179.2 constitucional hecha por el legislador municipal;
sin embargo, se trata de un argumento que riñe con lo que ha sido
la concepción histórica del aludido impuesto y con el principio de
división de poderes que reserva al Poder Público nacional todo lo
concerniente a la regulación de las profesiones liberales.

En efecto, en el precedente citado se indicó que lo que es hoy el


impuesto sobre actividades económicas de industria, comercio y
servicios y otras actividades de índole similar siempre ha estado vin-
culado de forma directa con el desempeño de actividades eco-
nómicas de naturaleza mercantil. Ese sustrato histórico permite afir-
mar que sólo las actividades realizadas con fines de lucro -y no de
honorarios- que tienen su causa en el desempeño de una industria
o comercio, o en una actividad de servicio que sea afín con cual-
quiera de éstas, en tanto actividad de naturaleza mercantil o de
interposición en el tráfico económico, han sido objeto del antiguo
impuesto de patente sobre industria y comercio, sin que se tuviera
conocimiento, destacó en esa oportunidad la Sala, que activida-
des de naturaleza civil hayan sido gravadas en Venezuela por esta
vía tributaria con fundamento en alguna Constitución o en la Ley.

Por otra parte, las profesiones liberales jamás han tenido naturaleza
mercantil, el Código de Comercio, publicado en Gaceta Oficial n°
475 Extraordinario del 26 de julio de 1955, establece de forma ex-
presa cuáles actividades son en Venezuela consideradas de natu-
raleza mercantil al enumerar, en su artículo 2, todas las actuaciones
económicas que según el legislador nacional son actos objetivos de
comercio, y al señalar, en su artículo 3, que se repuntan como actos
subjetivos de comercio cualesquiera otros contratos y cualesquiera
otras obligaciones de los comerciantes, si no resulta lo contrario del
acto mismo, o si tales contratos y obligaciones no son de naturaleza
esencialmente civil.

Tal regulación mercantil permite afirmar, como ya se hizo en la sen-


tencia aludida, que todos los demás actos o negocios jurídicos cuyo
objeto sea valorable económicamente que no puedan ser subsumi-
dos en ninguno de los dispositivos legales referidos, bien porque no
sean actos objetivos de comercio, bien porque no sean realizados
por comerciantes o bien porque aun siendo comerciante el sujeto

23 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

que la realiza cae en alguna de las excepciones contenidas en el


artículo 3, son de naturaleza esencialmente civil y, por tanto, se en-
cuentran regulados por las disposiciones del Código Civil, como es
el caso de las profesiones liberales.

No desconoce la Sala, y este fue un argumento que trajo a colación


la representación del Municipio Chacao del Estado Miranda, que
la Ley Orgánica del Poder Público Municipal trae una definición de
aquello que debe entenderse por actividad económica de servicio
en el mismo sentido que lo hace la Ordenanza impugnada, pero se
trata de un argumento que dilucidarlo a fondo implicaría excederse
del objeto de esta causa, pues amerita analizar la constitucionali-
dad del precepto de esa Ley nacional. En todo caso, lo importante
a retener aquí es que la concepción histórica del impuesto sobre
actividades económicas de industria, comercio, servicios y activi-
dades de índole similar obliga a entender que el término servicio se
refiere a servicios conexos a actividades industriales y comerciales,
pues es ese tipo de actividad, en definitiva, la que genera verda-
dera riqueza, al extremo que doctrinariamente el beneficio econó-
mico que se obtiene de cada una de ellas se denominan de forma
diferente si se trata de una u otra. Al de las primeras se les llama
ganancias; mientras que al de los servicios profesionales se les de-
nomina honorarios.

Por otro lado, la constitucionalidad del precepto riñe también con


la distribución de competencia a que alude nuestra carta Magna
en su artículo136. Toda la regulación de las profesiones liberales
pertenece al Poder Público nacional por una razón fundamental:
la necesidad de unificar el régimen y evitar arbitrariedades al mo-
mento de estipular los requisitos que se deben cumplir para ejercer
cualquier profesión, que por sus características son indispensables
para la buena marcha de la sociedad. En definitiva, el Constituyen-
te fue previsivo al resguardar de posibles regulaciones dispares los
requisitos para ejercerlas.

Al ser ello así, no le cabe duda a esta Sala de que el Municipio


Chacao del Estado Miranda, al interpretar que el vocablo “servi-
cios” que contiene el artículo 179.2 de la Constitución se refiere a
cualquier tipo de servicios y no a los conexos a actividades indus-
triales y comerciales se excedió del ámbito de sus competencias,
trasgrediendo con ello la norma contenida en el artículo 136 de la
Constitución, pues invadió la esfera competencial del Poder Públi-
co nacional, razón por la cual esta Sala declara la nulidad de las
normas contenidas en los artículos 30, 66 y 68 la Ordenanza sobre
Actividades Económicas del Municipio Chacao del Estado Miranda.

24 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

Asimismo, declara la nulidad del Grupo XXIII del clasificador de Ac-


tividades de esa Ordenanza.

Por otra parte, la Sala, haciendo uso de la denominada interpreta-


ción constitucionalizante, declara que cuando los artículos 3 y 25 de
la aludida Ordenanza se refieren a actividades de servicio está ha-
ciendo alusión a los servicios conexos a las actividades industriales
y comerciales, por lo que no tiene cabida su aplicación a las profe-
siones liberales. Al ser ello así, esta Sala considera inoficioso pronun-
ciarse sobre el resto de los argumentos esgrimidos para defender la
inconstitucionalidad de los preceptos anulados. Así se decide”.

Y, en la misma perspectiva, mediante la sentencia Nro. 1634/2006


de fecha 21 de agosto de 2006, dictada por la Sala Constitucio-
nal del Tribunal Supremo de Justicia, que luego de admitir un re-
curso de nulidad por razones de inconstitucionalidad, conjunta-
mente con solicitud de medida cautelar innominada, contra las
normas contenidas en el artículo 4 y el Grupo 20 del Clasificador
de Actividades Económicas de la Ordenanza sobre Actividades
Económicas de Industria, Comercio, Servicios o de Índole Similar
del Municipio Baruta del Estado Miranda, publicada enla Gaceta
Municipal Nro. Extraordinario 319-12/2005 del 6 de diciembre de
2005, que pretende gravar con este tributo las actividades econó-
micas desarrolladas por los profesionales todos (ingenieros y otros),
se dispuso lo siguiente:

“…la Sala pasa a examinar si en el presente caso se cumplen con


los extremos de ley para el otorgamiento de la tutela cautelar re-
querida y, a tal efecto, observa que los apoderados judiciales de la
accionante fundamentaron la presunción grave del derecho que
se reclama, en que esta Sala, en sentencia nº 3241/2002, declaró la
nulidad de normas de similar naturaleza y contenido, en los términos
siguientes:

“…que cuando el artículo 179, numeral 2, de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela establece la posibilidad para
los Municipios de gravar la actividad económica generada con
motivo de la prestación de servicios, les confiere a éstos potestad
tributaria originaria para pechar sólo a aquellas derivadas del ejer-
cicio o desempeño de actividades económicas de naturaleza mer-
cantil (…), por lo que los Municipios pueden (…) gravar únicamente
aquellos servicios cuya prestación implique el desarrollo de una ac-

25 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

tividad económica de naturaleza mercantil por parte de la persona


natural o jurídica que brinde tales asistencias, quedando excluidas
del hecho generador del impuesto municipal contemplado en el
numeral 2 del artículo 179 del Texto Constitucional, todas aquellas
actividades económicas de naturaleza civil, como las desempeña-
das con motivo del ejercicio de profesiones liberales como la inge-
niería, la arquitectura, la abogacía, la psicología, la contaduría, la
economía, entre otras, por constituir un supuesto de no sujeción al
referido tributo …”.

Recientemente, esta Sala, en sentencia nº 781/2006 del 6 de abril,


ratificó el criterio antes citado y anulo normas contenidas en los artí-
culos 30, 66 y 68 y el Grupo XXIII del Clasificador de Actividades de la
Ordenanza número 004-02 sobre Actividades Económicas del Muni-
cipio Chacao del Estado Miranda, publicada en la Gaceta Munici-
pal N° Extraordinario 6008, del 15 de diciembre de 2005.

Para corroborar lo alegado por los apoderados de la accionan-


te, resulta imprescindible comparar el contenido de las normas im-
pugnadas en el presente caso, con aquellas que fueron objeto del
pronunciamiento realizado por esta Sala en sentencias números
3241/2002 y 781/2006, antes referidas. En tal sentido, se observa que
el artículo 4 de la Ordenanza sobre Actividades Económicas de In-
dustria, Comercio, Servicios o de Índole Similar del Municipio Baruta
del Estado Miranda establece lo siguiente:

“Artículo 4º: Toda persona natural o jurídica que pretenda desarro-


llar habitualmente actividades económicas de industria, comercio,
servicios o de índole similar en o desde el Municipio Baruta, deberá
obtener previamente la autorización por parte de la Administración
Tributaria Municipal denominada Licencia de Actividades Econó-
micas, la cual será expedida mediante un documento que deberá
ser exhibido en un sitio visible del establecimiento.

PARÁGRAFO ÚNICO: El Reglamento de la presente Ordenanza de-


terminará las personas naturales o jurídicas que estarán exceptua-
das de cumplir con el deber a que se refiere el encabezado de este
Artículo”.

Por su parte, el Grupo 20 del Clasificador de Actividades Económi-


cas de la referida ordenanza municipal establece que:

“Actividades de Servicios Profesionales: Actividades constituidas


en esencia por la prestación de servicios por personas naturales en

26 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

áreas para las cuales se encuentran acreditadas por un título de


educación superior. Se entenderá por título de educación superior
el así clasificado por la Ley Orgánica de Educación”.

Por otra parte, se advierte que, en sentencia en nº 3241/2002, esta


Sala declaró la inconstitucionalidad de una norma similar contenida
en la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Munici-
pio Bolívar del Estado Anzoátegui. En la referida decisión se estable-
ció que la Constitución no previó que el impuesto municipal sobre
actividades económicas, comercio, servicios, o de índole similar,
previsto en el artículo 179.2 del Texto Fundamental, se extendiera a
los profesionales, por lo que cualquier ordenanza que así lo estable-
ciera estaba viciada de inconstitucionalidad.

En virtud de lo anterior, la Sala considera suficiente el precedente


judicial antes referido, como presunción grave del derecho que se
reclama (fumus boni iuris), y así se declara.

Con respecto al periculum in mora, la Sala considera que la posibi-


lidad de que se aplique a los profesionales que ejercen las llamadas
“profesiones liberales” la sanción establecida en el artículo 103 de la
Ordenanza sobre Actividades Económicas de Industria, Comercio,
Servicios o de Índole Similar del Municipio Baruta del Estado Miran-
da -la cual sanciona con multa equivalente a cincuenta unidades
tributarias (50 U.T.), a los contribuyentes o responsables que inicien
cualquier actividad objeto del referido impuesto, sin obtener previa-
mente la Licencia de Actividades Económicas a que hace referen-
cia el artículo 4 eiusdem- constituye un perjuicio cuya reparación
no goza del carácter de inmediatez, al no tener los contribuyentes
certeza con respecto a la oportunidad en la cual obtendrían la re-
petición o la compensación de las cantidades pagadas, en caso
de que se declara la nulidad de la norma que establece dicho im-
puesto. De allí que la Sala estime cumplido el extremo del periculum
in mora.

Por tanto, verificado el cumplimiento de los requisitos exigidos en los


artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento Civil, y luego de
realizada la ponderación de los intereses en juego, esta Sala Cons-
titucional acuerda otorgar la medida cautelar solicitada y, en con-
secuencia, ordena la suspensión, con carácter erga omnes, de los
efectos del Grupo 20 del Clasificador de Actividades Económicas
de la Ordenanza sobre Actividades Económicas de Industria, Co-
mercio, Servicios o de Índole Similar del Municipio Baruta del Estado
Miranda, publicada en la Gaceta Oficial del dicho municipio nº 319-

27 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

12/2005, extraordinario, del 6 de diciembre de 2005, hasta tanto de


decida sobre el fondo del presente juicio. Además, por cuanto la
presente decisión ordena la no aplicación de una norma de efec-
tos generales, la Sala considera necesaria ordenar su publicación
en la Gaceta Municipal del Municipio Baruta del Estado Miranda,
la cual deberá ser realizada por la Alcaldía de la referida entidad
político-territorial, dentro de los diez (10) días siguientes a su citación.
Así se decide”.

De este modo, se evidencia que las Administraciones Tributarias


Municipales no pueden exigir a las sociedades prestadoras de ser-
vicios profesionales de ingeniería, o de otro tipo de profesión, ni la
obtención de una licencia de industria y comercio, ni la presenta-
ción de declaraciones estimadas o definitivas de ingresos brutos, ni
el pago del Impuesto Municipal a las Actividades Económicas, por
no ser contribuyente de tal tributo.

III. Alguna Muestra de la Tradicional Doctrina Administrativa


Municipal:

Desde hace muchos años los municipios habían aceptado la rea-


lidad jurídica de la no gravabilidad de los servicios profesionales
con este tributo, aunque en la actualidad la voracidad fiscal se
haya manifestado en ese rubro precisamente. Veamos:

a) G.P.I.-Davy McKee Ingeniería, C.A., que consta enla Reso-


lución Nro. J-DGHPM-0029/93 de fecha 25 de noviembre de 1993,
emanada del Alcalde del Municipio Baruta del Estado Miranda:

“El Numeral 10 del Artículo 41 de la Ordenanza de Impuesto Sobre


Patente de Industria y Comercio trascrito supra, al referirse a las “aso-
ciaciones de personas que se dediquen por sí mismas al ejercicio de
profesiones liberales…” no debe interpretarse estrictu sensu como
aquellas asociaciones civiles sin fines de lucro, sino que allí están
incluidas las diferentes formas de sociedades civiles y mercantiles,
que se dediquen al ejercicio de profesiones liberales amparadas
por leyes de ejercicio profesional”.

b) Basic Asesores en Inversiones, C.A., que consta enla Resolu-


ción Nro. J-DGHPM-0030/95 sin fecha, emanada del Alcalde del

28 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

Municipio Baruta del Estado Miranda, que reitera lo anterior y ex-


presa:

“La empresa recurrente reviste la forma de sociedad mercantil, sin


embargo ello no significa que la forma que adopte el grupo de per-
sonas para el ejercicio de actividades profesionales desvirtúe en
modo alguno éste. Por otra parte, la Doctrina y la Jurisprudencia
han sido uniformes y reiteradas al sostener que no se es sujeto pasi-
vo del impuesto por el sólo hecho de revestir la forma de compañía
anónima, sino que lo que tiene trascendencia es la actividad reali-
zada. Vale decir que el hecho imponible de la obligación tributaria
es el “Presupuesto establecido por Ley para tipificar el tributo y cuya
realización origina el nacimiento de la obligación”, tal como lo pre-
vé el Artículo 36 del Código Orgánico Tributario”. Asimismo, el ejerci-
cio de actividades profesionales no constituye actos de comercio”.

c) Inelectra, C.A., que consta en la Resolución Nro. J-DGHPM-0020/95


de fecha 15 de febrero de 2005, emanada del Alcalde del Muni-
cipio Baruta del Estado Miranda, que reitera lo anterior y, aunque
habla erróneamente de exención, en lugar de no sujeción, expre-
sa:

“Por tanto, demostrado como ha sido que la empresa recurrente


se dedica al ejercicio de la actividad profesional de la ingeniería,
debemos concluir que los ingresos brutos por tal concepto están
exentos de los impuestos a que se contrae la Ordenanza de Impues-
to sobre Patente de Industria y Comercio, independientemente que
perciba otros ingresos cuya gravabilidad esté prevista en el citado
instrumento jurídico y así se declara”.

d) Venin Ingeniería, S.A., que consta enla Resolución Nro. 001685


de fecha 22 de octubre de 1991, emanada dela Dirección Gene-
ral de Rentas Municipales del Municipio Sucre del Estado Miranda.
Este caso es de otro municipio, pero parte de iguales bases jurí-
dicas, como se podrían citar de diversos municipios del país, que
aunque habla erróneamente de exención, en lugar de no suje-
ción, expresa:

“Por todo lo antes expuesto y en vista de que la recurrente cumple


con los parámetros establecidos en el Artículo 41 de la Ordenanza
del ramo, es procedente la solicitud de Exención de Impuesto Sobre
Patente de Industria y Comercio, a la Empresa VENIN INGENIERIA,

29 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

SA., por el ejercicio de la profesión de Ingeniería realizadas por per-


sonas amparadas por la correspondiente Ley de ejercicio de esta
profesión, no estará exentas del pago de Impuesto Sobre Patente
de Industria y Comercio para el ejercicio de otras actividades co-
mercio industriales en esta Jurisdicción”.

IV. Fundamentos Jurídico-Constitucionales de la


Jurisprudencia:

Todo acto administrativo que contenga un reparo tributario contra


una entidad prestadora de servicios profesionales, emanado de
una Administración Tributaria Municipal, con ocasión de este tri-
buto, será indefectiblemente antijurídico, por inconstitucionalidad,
incluso en el caso de que la ordenanza municipal prevea la gra-
vabilidad, caso en el cual también la ordenanza será antijurídica,
por falso supuesto de derecho, al considerar erróneamente que
el Municipio tiene potestad tributaria para gravar el ejercicio de
actividades económicas distintas de las comerciales o industriales
o similares.

Al pretenderse que las personas prestadoras de servicios profesio-


nales están gravadas con este tributo, claramente se viola el artí-
culo 179, numeral 2 de la Constitución de la República, que en for-
ma mandatoria regula y desarrollala Potestad Tributaria Originaria
Municipal, y que a continuación se transcribe:

Artículo 179 dela Constitucióndela República:

“Los Municipios tendrán los siguientes ingresos:

…(omissis)…

2. …; los impuestos sobre actividades económicas de industria, co-


mercio, servicios, o de índole similar, con las limitaciones estableci-
das en esta Constitución; …” (subrayado nuestro).

En virtud del Principio de Supremacía de la Constitución y del Prin-


cipio de Legalidad en Derecho Público, el Poder Público, obvia-
mente incluida en él su rama ejecutiva (sea nacional, estadal o lo-

30 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

cal, en su distribución vertical, de corte territorial), no puede actuar


caprichosamente o con un concepto laxo de la discrecionalidad,
sino que ha de hacerlo tomando en consideración y con apego
estricto a los dispositivos constitucionales (y legales, tratándose del
ámbito municipal) que está llamado a ejecutar, en este caso en
forma indirecta, por tratarse de la Función Estatal Ejecutiva.

“En los sistemas del Derecho moderno se admite, en efecto, que


toda norma jurídica encuentra fundamento en una norma superior,
a la cual, para ser válida debe estar conforme tanto formal como
materialmente. Y, en este sentido, la Constitución es la norma supe-
rior del orden interno de la República.

La superlegalidad de la Constitución ha quedado delineada en la


doctrina, bajo el concepto evidente de que todo acto de autori-
dad delegada contrario a los términos de la comisión en virtud de
la cual se ejerce, es nulo…. (omissis) .. Es, por esto, que los órganos
del Poder Público, de creación y vida derivadas de la Constitución,
jamás deben violar o contravenir sus disposiciones, ya que resulta
inconcebible que una autoridad instituida por un ordenamiento le-
gal, le sea permitido infringirlo” (Sarmiento Núñez, José Gabriel, en
Libro Homenaje al Doctor Eloy Lares Martínez, Tomo II, UCV, Facultad
de Ciencias Jurídicas y Políticas, Instituto de Derecho Público, Cara-
cas, 1994, páginas 707-708).

“1. Los mecanismos conservadores de las constituciones. Los propios


estatutos constitucionales incluyen siempre mecanismos para su es-
tabilidad y mantenimiento. Recordemos los más usuales:

a) Los controles de constitucionalidad, sean políticos o judiciales,


con facultades para impedir la expedición de leyes inconstituciona-
les, retirarlas del ordenamiento jurídico o inaplicarlas, modalidad de
guarda formal de la constitución en que el orden jurídico se tutela
a sí mismo;

… 2. Las fuerzas destructoras de las constituciones. Frente a los me-


canismos establecidos encontramos como principales factores de
disolución de un régimen político, concretado en un ordenamiento
constitucional, éstos:

… b) La deformación de las instituciones, resultante de su abuso e


interpretación arbitraria”. (Sáchica Aponte, “Siete Estudios Constitu-
cionales”, Ediciones Rosaristas, Bogotá, 1986, páginas 75-76).

31 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

“Sobre las características de la norma constitucional, indica que


ésta constituye la Norma suprema del Estado, así:

Este es un principio harto sabido, pero sobre el cual se ha reparado


en los últimos tiempos, si bien es principio pacífico en el ámbito del
derecho constitucional norteamericano desde el siglo XIX. Siendo
la norma suprema y no existiendo ninguna que esté por encima de
ella, se desprende que ni en jerarquía ni en el alcance tiene igualdad
con el resto de normas que componen el ordenamiento jurídico de
un determinado Estado. Por tanto, su tratamiento necesariamente
debe ser distinto, pues es una norma o conjunto normativo que es
tan norma como las demás, pero con superior jerarquía” (García
Belaúnde, Domingo, “La interpretación constitucional como proble-
ma”,.en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, 1ª
Edición, Fundación Konrad Adenauer Stiftung, AVDC y otros, 1996,
páginas 70-71).

Efectivamente se suele incurrir en la burla a la garantía constitu-


cional conocida como principio de supremacía dela Constitución,
toda vez que los funcionarios fiscales cuantiosas veces pretenden
aplicar sus propias interpretaciones laxas de las normas locales,
sin perjuicio de los mandatos en contrario que pueda contenerla
Constitucióndela República. Enefecto, toda persona, particular o
agente del poder público (nacional -legislativo, ejecutivo, judicial,
ciudadano o electoral-, estadal o municipal), pero con mayor ra-
zón en esa última posición, está obligada a respetar y cumplirla
Constitución, pues de lo contrario, sus actos (leyes, ordenanzas,
actos administrativos, sentencias, etc.) serán nulos y verán com-
prometida su responsabilidad individual, penal, civil y administrati-
va, según los casos, siendo estas las bases jurídicas de una verda-
dera democracia.

Así, el finado Profesor Oswaldo Padrón Amaré, en su trabajo “Los


límites necesarios de la justicia constitucional” (Semanario Quinto
Día, Sección Judicial, ediciones del 22 de febrero al 1 de marzo de
2002 y del 8 al 15 de marzo de 2002, Caracas, páginas 24 y 22, res-
pectivamente), textualmente expresa:

“Por otra parte, si algo es meridiano en el texto constitucional es la


noción de que toda autoridad está sujeta a la Constitución y que
los actos violatorios de su texto son nulos (Constitución, artículo 27),

32 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

cuestión que estaba sancionada en términos similares en Constitu-


ciones anteriores (Constitución 1961, artículo 46), de modo que la
extensión absoluta de ese principio es lo que otorga sentido al ar-
tículo 334 de la Constitución vigente, cuyo texto no admite dudas
ni desviaciones interpretativas susceptibles de neutralizar cualquier
principio…

…omissis…

Cuando la Constitución extiende su obligatoria observancia a todos


los funcionarios, se cuida bien de no excluir a ninguno, lo que es
especialmente importante cuando se trata de los jueces…el ejerci-
cio inconstitucional del poder engendra responsabilidades, como
también lo define expresamente la Constitución” (subrayados del
autor).

La Constitución es obligatoria para todo funcionario público, le-


gislativo, administrativo o judicial, debiendo en el marco de sus
actuaciones preferirla antes de cualquier otra norma inferior que
le sea contraria, pudiendo, según los casos, derogarla (si es el le-
gislador), anularla (si es el tribunal de control concentrado de la
constitucionalidad) o desaplicarla (si es el juez del control difuso
de la constitucionalidad o el funcionario administrativo, este último
quien estará en definitiva a la postre sujeto al control judicial).

En presencia de una Ley (nacional, estadal o local), ese antece-


dente o circunstancia que la justifica o explica en Derecho, no
puede ser otra cosa que una previsión constitucional (y legal -na-
cional o estadal-, tratándose del ámbito municipal), a la cual eje-
cutará de forma directa, máxime en el campo tributario, pues es
la Constitución de la República la fuente única de Potestad Tribu-
taria Originaria, dado que el deber de contribuir con las cargas
públicas es una limitante a la libertad, esencialmente del derecho
al patrimonio.

Desde esta perspectiva, se observa que la Potestad Tributaria Ori-


ginaria del Municipio está regulada por el artículo 179 de la Cons-
titución de la República, en donde se confiere al Municipiola Po-
testad Tributaria suficiente, para desarrollar el régimen jurídico que
corresponda y recaudar únicamente los siguientes ingresos tributa-

33 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

rios ordinarios:

“Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrati-
vas por licencias o autorizaciones; los impuestos sobre actividades
económicas de industria, comercio, servicios, o de índole similar,
con las limitaciones establecidas en esta Constitución; los impuestos
sobre inmuebles urbanos, vehículos, espectáculos públicos, juegos
y apuestas lícitas, propaganda y publicidad comercial; y la contri-
bución especial sobre plusvalías de las propiedades generadas por
cambios de uso o de intensidad de aprovechamiento con que se
vean favorecidas por los planes de ordenación urbanística” (subra-
yado del autor).

Estos ingresos municipales de fuente tributaria, de naturaleza taxa-


tiva y de interpretación restrictiva, han sido considerados, en cuan-
to a su conceptualización se refiere, como parte integrante de los
principios constitucionales que rigenla Hacienda Pública Municipal
(Ver: Allan Randolph Brewer-Carías, “Introducción General al Ré-
gimen Municipal”, in “Ley Orgánica de Régimen Municipal1989”,
Colección Textos Legislativos Nº 10, Editorial Jurídica Venezolana,
Caracas, 1990, páginas 104 y 105).

Así, es evidente que cuando los funcionarios fiscales municipales


levantan actas de reparo a estas entidades de prestación de ser-
vicios profesionales, pretendiendo desarrollar el régimen jurídico y
garantizar la recaudación del impuesto de marras, no cumplen
su Función Ejecutiva, en ejecución indirecta del artículo 179, nu-
meral 2, de la Constitución de la República, causa jurídica única y
esencial de tal acto administrativo, a la cual, además y lo que es
más grave aún, ha de someterse plenamente la Ordenanza de la
materia.

Por tanto, estando este tributo previsto en el Texto Fundamental,


como un impuesto que grava exclusivamente el ejercicio de acti-
vidades comerciales o industriales y no toda actividad económica
y con fines lucrativos, como las profesionales, es el caso que en
tales supuestos de asiste al perfeccionamiento de un vicio en la
causa o motivo o razón jurídica de la actuación administrativa,
puesto que se da al artículo 179, numeral 2, de la Constitución de
la República, una desautorizada y arbitraria interpretación exten-

34 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

siva (a pesar del carácter excepcional de la carga tributaria, por


implicar una limitación al derecho constitucional a la propiedad),
pretendiendo pechar con este tributo el ejercicio de actividades
económicas de otra índole, como las profesionales, de naturaleza
esencialmente civil.

Ahora bien, el error de interpretación atañe, ya no a la existencia,


sino al significado de la norma constitucional como premisa ma-
yor. El error sobre el contenido de una norma jurídica, más gravoso
en presencia del rango constitucional, se verifica cuando el legis-
lador (intérprete fundamental), aún reconociendo la existencia y
la validez de la norma constitucional apropiada, que se pretende
desarrollar en un texto de ley, yerra al interpretarla en su alcance
general y abstracto.

La interpretación errónea de la norma jurídica constitucional ocu-


rre, cuando se desnaturaliza su sentido y se desconoce su signifi-
cación, en cuyo supuesto, la Administración Tributaria Municipal,
a pesar de acertar en la elección del dispositivo constitucional vi-
gente a desarrollar, al cumplir su Función Ejecutiva, incurre en error
en cuanto a su correcta interpretación, haciéndose derivar de ella
consecuencias que no resultan de su contenido. Se trata, enton-
ces, de un error de inteligencia sobre el contenido de la norma
constitucional, sea por su sentido gramatical o por la intención del
Constituyente.

Entonces, tenemos que el Ordenamiento Jurídico Constitucional


Venezolano confiere a los Municipios, como entidad primaria y au-
tónoma dentro de la organización nacional, la correspondiente
autonomía financiera y tributaria. De allí que la antes Corte Supre-
ma de Justicia haya dejado sentado lo siguiente:

“La Constitución atribuye autonomía financiera y tributaria a los Mu-


nicipios dentro de los parámetros estrictamente señalados en su artí-
culo 31 (ahora 179), con las limitaciones y prohibiciones prescritas en
los artículos 18, 34 y 136 del mismo texto constitucional, derivadas de
las competencias del Poder Nacional, a fin de garantizar la autosufi-
ciencia económica de las entidades locales. … Por lo que respecta
a los límites de la autonomía tributaria municipal, su ejercicio debe
supeditarse a los principios de la legislación reglamentaria de las

35 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

garantías constitucionales, que corresponde al Poder Nacional, ya


que la legalidad tributaria es una garantía ligada al surgimiento mis-
mo del Estado de Derecho” (paréntesis del autor) (Sentencia de la
entonces Corte Suprema de Justicia en Corte Plena de fecha 29 de
noviembre de 1989, Caso: Heberto Contreras Cuenca, consultada
en original, página 12).

Por tanto, el reconocimiento constitucional de la Potestad Tributa-


ria Originaria del Municipio, razón de su autonomía tributaria, impli-
ca que el Municipio puede regular todo el régimen jurídico tributa-
rio, desde la creación del tributo hasta su recaudación e inversión,
sin injerencias de las ramas Estadal y Nacional del Poder Público,
pero sólo y siempre que se respeten los términos del artículo 179 del
Texto Fundamental. Es decir, que únicamente se pueden pechar
los siguientes hechos imponibles, como lo son: el uso de sus bienes
y servicios, el dominio sobre inmuebles urbanos o vehículos, y el
ejercicio del comercio o la industria.

De este modo, tenemos que esta Potestad Tributaria Municipal


no puede llevarse a cabo sino dentro de los estrictos parámetros
constitucionales, por lo que:

“La realidad que se impone de la estructuración del Estado bajo un


esquema federal atípico, exige que la interpretación de la percep-
tiva constitucional se haga tomando en cuenta el interés general,
supremo del Estado en el campo de la tributación. Si bien los deno-
minados intereses locales son públicos y generales, lo son en exten-
sión menor a los atribuidos al Estado, debiendo, en consecuencia,
al momento de ejercer el Municipio su Poder Tributario, no perder
de vista los fines supremos que garantizan la existencia de la nación
venezolana. Cuando se sanciona una Ordenanza que establece un
tributo con ribetes de confiscatoriedad, estructurado sobre elemen-
tos definitorios de una competencia rentística ajena al poder local,
que evidencia una invasión y extralimitación inaceptable, o con su-
perposición de efectos sobre los tributos ya existentes, reservados al
poder nacional o estadal, se entorpece la consecución de los fines
supremos del Estado venezolano expresados en el artículo 223 de
la Constitución de la República”. (Palacios M., Leonardo, “Marco
jurídico de la tributación local en Venezuela, una aproximación al
reconocimiento y declaración constitucional de la autonomía mu-
nicipal. Limitaciones directas o explícitas al Poder Tributario local”,
Revista dela Fundación Procuraduría General dela República, año

36 VITRINA LEGAL
Alberto Blanco-Uribe Quintero

IX, Nº 10, Caracas, 1994, página 36).

En idéntica perspectiva, tenemos que uno de los principios cons-


titucionales fundamentales de nuestro Derecho Tributario, es el
conocido Principio de Legalidad Tributaria (“nullum tributum sine
lege”), consagrado en el artículo 317 dela Carta Magna, siendo
que:

“En cuanto a la Hacienda Pública Municipal este principio de la


legalidad del tributo rige completamente, con las siguientes mo-
dalidades: en primer lugar, los tributos que pueden establecer los
Municipios son los que se enumeran en el ordinal 3º del Artículo 31
(ahora numeral 2 del artículo 179) de la Constitución…”. (Paréntesis
y subrayado del autor). (Allan Randolph Brewer-Carías, “Introduc-
ción General al Régimen Municipal”, in “Ley Orgánica de Régimen
Municipal1.989”, Colección Textos Legislativos Nº 10, Editorial Jurídi-
ca Venezolana, Caracas, 1.990, páginas 99 y 100).

Particularmente en cuanto concierne al régimen constitucional


del impuesto municipal de marras, tal como ha sido evidenciado
pacíficamente por nuestra Doctrina Especializada y por la Jurispru-
dencia emanada de los Juzgados Superiores de lo Contencioso
Administrativo, de los Juzgados Superiores de lo Contencioso Tribu-
tario, de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo y de la
entonces Corte Suprema de Justicia, en Sala Político-Administrati-
va y en Corte en Pleno, pero también del Tribunal Supremo de Jus-
ticia, en Sala Político-Administrativa e incluso en Sala Constitucio-
nal, tenemos que sus características esenciales son las que siguen:

En primer lugar, se trata (y no puede tratarse más que) de un im-


puesto al ejercicio de la actividad comercial y/o de la actividad
industrial o similar, dentro de la respectiva jurisdicción territorial de
un Municipio.

Y, en segundo lugar, para determinar la existencia del tributo, es


necesario que el sujeto pasivo del tributo, tenga en la jurisdicción
territorial del Municipio una agencia o sucursal, oficina o sitio físico,
en el cual se origina la actividad comercio-industrial, que determi-
na el hecho generador del impuesto.

37 VITRINA LEGAL
La No Gravabilidad de los Servicios Profesionales por el Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas

V. Conclusión:

En consecuencia, en virtud de que las actividades económicas


llevadas a cabo por las sociedades prestadoras de servicios profe-
sionales son única y exclusivamente de tipo profesional, vale decir,
de naturaleza civil, siendo el caso quela Potestad Tributaria Ori-
ginaria reconocida al Poder Municipal por la Constitución de la
República, en su artículo 179, ordinal 2°, está sólo referida, en este
ámbito, a la posibilidad de pechar exclusivamente la realización
de actividades comerciales y/o industriales, tal como reiterada-
mente lo ha dejado sentado la jurisprudencia de la entonces Corte
Suprema de Justicia, y del ahora Tribunal Supremo de Justicia, que
no ha vacilado a la hora de anular Ordenanzas que pretendieron
pechar actividades económicas no comerciales ni industriales, de
la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo y de los Tribu-
nales Superiores de lo Contencioso Administrativo y de lo Conten-
cioso Tributario, dichas sociedades no están legalmente obligadas
a obtener licencias de actividades económicas, ni a preparar y
presentar declaraciones estimadas o definitivas de ingresos brutos,
ni a pagar el Impuesto Municipal a las Actividades Económicas,
ni a tramitar y exhibir solvencias municipales con dichos tributos
(lo cual resulta trascendente frente a tramitaciones ante CADIVI o
para participar en licitaciones, por ejemplo).

38 VITRINA LEGAL

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