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El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

(FAO), QU Dongyu, instó hoy a los dirigentes de los países del G20 a que adopten medidas para
que los sistemas alimentarios mundiales sigan funcionando de forma adecuada, en particular en
relación con el acceso a los alimentos de las personas más pobres y vulnerables del mundo
durante la pandemia de COVID-19.

Qu hizo su llamamiento en una intervención vía Internet desde Roma en la Cumbre virtual
extraordinaria de dirigentes del G20 sobre COVID-19. El rey saudita Salman Bin Abdulaziz Al
Saudha sido el encargado de presidir este evento, en el que se ha pedido una respuesta mundial
coordinada a la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias humanas y económicas.

"La pandemia de COVID-19 está afectando a los sistemas alimentarios y a todas las dimensiones
de la seguridad alimentaria en el mundo", dijo Qu. "Ningún país es inmune".

"Tenemos que asegurarnos -añadió- que las cadenas de valor de los alimentos no se interrumpan y
sigan funcionando bien, y promover la producción y la disponibilidad de alimentos diversificados,
inocuos y nutritivos para todos".

El Director General advirtió que los confinamientos y las restricciones de movimientos podrían
perturbar la producción, procesado, distribución y venta de alimentos, tanto a nivel nacional como
mundial, con el potencial de tener un impacto "inmediato y grave" sobre aquellas personas que
tienen restringida su movilidad.

"Los pobres y los vulnerables serán los más afectados, y los gobiernos deberían reforzar los
mecanismos de seguridad social para garantizar su acceso a los alimentos", dijo.

Qu aseguró que los mercados mundiales de alimentos están bien abastecidos, pero que existe una
creciente preocupación y que se deben tomar medidas para asegurar que tanto los mercados
nacionales de alimentos como el mercado mundial continúen siendo una fuente transparente,
estable y fiable de suministro de alimentos.

En referencia a la crisis mundial de los precios de los alimentos de 2007-08, el responsable de la


FAO recordó que la incertidumbre en ese momento desencadenó una ola de restricciones a la
exportación por parte de algunos países, mientras que otros comenzaron a importar alimentos de
forma compulsiva. Según Qu, esto contribuyó a una excesiva volatilidad de los precios, lo que
resultó perjudicial para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos.

A medida que la actividad económica se desacelera por la pandemia de COVID-19, el acceso a los
alimentos se verá afectado negativamente por la reducción de ingresos y la pérdida de empleos.

"Debemos asegurarnos de que el comercio agrícola siga desempeñando su importante función de


contribuir a la seguridad alimentaria mundial y a una mejor nutrición", dijo Qu. "Ahora, más que
nunca, necesitamos reducir la incertidumbre y reforzar la transparencia del mercado mediante
una información oportuna y fiable".

La FAO y el Sistema de información del mercado agrícola (AMIS, por sus siglas en inglés) puesto en
marcha por el G20 en 2011, seguirán vigilando los mercados alimentarios y proporcionando
información oportuna, de modo que todos puedan tomar decisiones con conocimiento de causa.
Entre otros participantes en la cumbre se incluyen el Grupo del Banco Mundial, la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

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