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CRITERIOS PARA LA EXPLORACIÓN DE ESMERALDAS EN EL CINTURÓN

ESMERALDÍFERO OCCIDENTAL (CORDILLERA ORIENTAL, COLOMBIA)

Mantilla, F. L. C.; Silva A.; Serrano, J.; Ramírez, J.; Conde J., Gómez, C.; Meza, A.; Pelayo

J.; Ortega, L.; Peña E., Plata, L.; Gaviria, G., Pinto J. (1)

(1)
Grupo de Trabajo ‘Proyecto Esmeraldas’, Escuela de Geología. Universidad Industrial de
Santander (UIS). A. A. 678. Correo electrónico: lcmantil@uis.edu.co

RESÚMEN

El Cinturón Esmeraldífero Occidental (CEOCC) se conoce como una franja de rocas Cretácicas que
afloran al occidente de los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander (Cordillera
Oriental-CO); en parte de las Planchas 169, 170, 189 y 190 (Escala 1:100.000, según el Instituto
Geográfico Agustín Codazzi); en donde hay evidencias claras de la existencia de depósitos de
esmeraldas (formados en un ambiente sedimentario-hidrotermal); y en donde además se supone (por
sus características geológicas) deberían existir otros depósitos similares a los conocidos, pero los
cuales aún no han sido descubiertos. Esta definición, aunque a primera vista parezca ser simple e
intuitiva, es necesario mencionarla para fines de delimitar la aplicación de los criterios de
exploración que se proponen en este trabajo.

Las poblaciones más importantes al interior del CEOCC de la CO, en donde actualmente se
desarrollan labores mineras de explotación esmeraldífera son: Muzo, Quípama, Otanche, La Palma,
San Pablo de Borbur, Maripí y Yacopi, entre otras.

Los límites exactos del CEOCC aún no se conocen muy bien, aunque indirectamente se han
sugerido algunos criterios estructurales y estratigráficos que apuntan de manera indirecta a su
delimitación (Sarmiento, 1989; Reyes et al., 2006). Por otro lado, los pocos estudios entorno a los
paleo-eventos hidrotermales en las rocas de ese sector de la CO, hace difícil la tarea de delimitar al
CEOCC desde el punto de vista paleohidrotermal. Éste último aspecto es de enorme importancia,
teniendo en cuenta que de esta manera estaríamos delimitando el área afectada por el evento (o
eventos) hidrotermal (celda o celdas hidrotermales) que favoreció la formación de estos depósitos.
Diferentes estudios geológicos realizados en años anteriores por diversas instituciones y personas en
el área del CEOCC de la CO (Beus y Minieev, 1972; Hall, 1976; Cheilletz et al., 1994; Branquet et
al., 1999; Giuliani et al., 2000, otros), han permitido conocer aspectos básicos de la geología del
área y han contribuido a caracterizar los depósitos de esmeraldas, lo cual ha permitido entender
varios aspectos geológicos involucrados en la formación de los mismos. Sin embargo, es evidente
que aún persisten varios interrogantes geológicos claves por resolver o en los cuales se debe
profundizar aún más. Por ejemplo: Que relación existe entre la mineralización y la presencia de
cloritoide (reportado en Mantilla et al., 2006) en el área de estudio?; cuales son los límites del área
afectada por los procesos paleohidrotermales mineralizantes?; cual o cuales son las fuentes de los
metales y los solutos (en general), presentes en el fluido mineralizante?; cual es la fuente o las
fuentes del disolvente?, realmente es una sola fuente?; cuales fueron las condiciones químicas reales
del fluido percolante?; cual fue la secuencia reaccional derivada de la interacción fluido-roca?.
Adicionalmente, consideramos que existe igualmente una evidente necesidad de profundizar aún
más sobre la discusión entorno a la edad de la mineralización. No obstante, a pesar de estas y otras
inquietudes, consideramos que con el conocimiento actual se pueden identificar una serie de
criterios geológicos que pueden ser de gran ayuda para localizar nuevas áreas con potencial
esmeraldífero, tanto al interior de las actuales zonas mineras conocidas, como en las áreas
circunvecinas.

Recientemente, con el propósito de definir criterios geológicos para la exploración de este tipo de
piedra preciosa (aspecto de enorme utilidad para identificar nuevas áreas potenciales), el
INGEOMINAS y la UIS subscribieron el acuerdo especifico No. 01 a finales del año 2005 , el cual
es complementario al convenio marco de cooperación 005/2001 existente entre estas dos
instituciones. Este trabajo es motivado por la necesidad actual de nuestro país de apoyar el
crecimiento de este sector de la economía, más aún en estos momentos, en donde se ha presentado
una caída sensible en la exportación de esmeraldas durante los últimos años.

Con éste objetivo antes mencionado, se recopiló y analizó la información geológica existente sobre
el tema y se pudieron identificar algunos criterios para la exploración de este mineral. Asimismo, se
realizaron nuevos análisis con el ánimo de definir y apoyar aún más algunos criterios de
exploración claves.

Desde los primeros trabajos geológicos realizados en el CEOCC (Según Maya et al., 2004, el
primer trabajo sobre esmeraldas en ese sector lo realiza Scheibe en el año 1916), se empiezan a
identificar criterios de exploración de tipo estratigráfico y estructural. Esto, debido a que muchos de
esos primeros trabajos se enfocaron en identificar la unidad estratigráfica hospedadora o productora
de esmeraldas y las estructuras tectónicas asociadas (Scheibe, 1916; Oppenheim, 1948; Bürgl, 1955
y 1959; Hubach, 1956; Restrepo, 1958 y 1959; Bürlg y Nicholls, 1959; Ulloa y Rodríguez, 1979;
Castañeda, 1996; Branquet et al., 1999a,b). Sin embargo, recientemente con los trabajos realizados
por el INGEOMINAS (en Reyes et al. 2006), se re-plantea el nombre y los límites de algunas
unidades estratigráficas con base en su contenido fósil y se concluye que las unidades productoras
son las formaciones Rosablanca (de edad Valanginiano) y la Formación Muzo (de edad
Hauteriviano-Barremiano). Estas dos, separadas por una potente unidad pelítica (considera estéril,
por no contener mineralización), denominada Formación Furatena (de edad Valanginianao). Por
otro lado, los trabajos estructurales realizados en el área (Branquet et al., 1999a,b,c,d), han permito
identificar las estructuras tipo decollement, como zonas que favorecen el escape de los fluidos
hidrotermal, lo que implica que aquellas áreas donde se identifiquen esas estructuras en el marco del
CEOCC, deben ser tenidas en cuenta como áreas de interés esmeraldífero. Este último aspecto
resulta muy interesante y útil especialmente en la unidad de roca denominada formación Muzo,
pues para la formación Rosablanca un condicionante estructural evidente es la presencia del
anticlinal de Peñas Blancas.

Estudios geoquímicos realizados en el sector con mineralización esmeraldífera (Beuss y Mineev,


1972; PNUD, 1975; Giuliani et al., 1990; analizados y recopilados en Güiza, 2006); permiten
identificar como criterio de exploración fundamental la relación K/Na.

Los estudios mineralógicos de las vetas productoras (Scheibe, 1916; Oppenheim, 1948; Bürlg y
Nicholls, 1959; Hubach, 1956), han permito reconocer la presencia fundamentalmente de albita,
calcita y dolomita en éstas, lo cual implica que aquellos sectores del CEOCC con este tipo de
materiales de relleno de venas (adicional a los criterios derivados de los estudios ya mencionados),
deben ser igualmente considerados como estratégicos por su posible potencial esmeraldífero.

Los estudios que han permitido una mejor caracterización del proceso paleohidrotermal
mineralizante (Medina, 1970; Schwarz, 1987; Ottaway, 1991; Banks et al., 1995; Giuliani et al.
2000, otros) y aquellos trabajos en donde se reportan diferentes edades para la mineralización; una
propuesta entorno a 35-38 Ma, según dataciones Ar-Ar en agregados de mica potásica (Giuliani et
al., 2000) y otra propuesta que sustenta que la mineralización tuvo lugar aproximadamente 65 Ma,
según dataciones Rb-Sr directamente utilizando esmeraldas (errocrona reportada en Romero et al.,
2000); permiten extraer como criterios de exploración la presencia de fluidos hipersalinos
(presentes en el evento o en los eventos paleohidrotermales con las edades mencionadas) a manera
de inclusiones fluidas (IF) en los precipitados hidrotermales. El mismo estudio de los solutos en las
IF, podría ser utilizado igualmente como criterio de exploración, dado que sus solutos
(específicamente sus complejos salinos clorurados) parecen proceder exclusivamente de la
disolución de evaporitas (posiblemente derivados de los domos salinos del sector Zipaquirá).
Desde el punto de vista geofísico, se han propuesto como herramientas para la exploración de
esmeraldas, la magnetometría, radiometría y geoelectrica (Ochoa, 2004). Por otro lado, un grupo de
trabajo del INGEOMINAS en el área de la geofísica, liderado por el Dr. Luis Vasquez, esta
desarrollando un importante estudio en este sentido.

A pesar de la información ya disponible, se evidenció la necesidad de realizar estudios


mineralógico-petrográficos y geoquímicos adicionales en aras de reconocer aspectos geológicos
comunes a estos depósitos, ligados a la nueva cartografía geológica elaborada por el
INGEOMINAS (en Reyes et al., 2006), y considerando en el análisis la información geológica
disponible sobre un sector al norte, limítrofe con el CEOCC (en Mantilla y Nolasco, 2003; Mantilla
et al., 2003, 2004 a,b y 2006). Todo esto, con el propósito fundamental de identificar nuevos
criterios de exploración de esmeraldas en el CEOCC.

La revisión del conjunto de la información geológica disponible de los trabajos anteriores y los
estudios recientes realizados por el INGEOMINAS y la UIS, permiten proponer diez criterios
básicos de exploración, los cuales tienen en cuenta aspectos geológicos a distintas escalas (mega-,
macro- y microscópica). Estos son: 1) La localización con relación al área depocentral Muzo-
Chivor desarrollada durante el Cretácico Inferior; 2) La edad de las rocas; 3) La tipología de las
estructuras tectónicas e hidrotermales; 4) Los aspectos geoquímicos y mineralógicos; 5) La madurez
termal de las rocas (a partir de sus componentes orgánicos e inorgánicos); 6) La tipología de la
Inclusiones Fluidas en materiales de relleno de venas; 7) La composición isotópica de los
carbonatos y sulfuros; 8) El comportamiento comparativo de los elementos de Tierras Raras (REE)
entre los precipitados hidrotermales y la roca encajante ; 9) La composición de elementos Trazas en
los materiales de relleno de venas hidrotermales; y; 10) Las relaciones de isótopos radiogénicos
(87Sr/ 86Sr) en materiales de venas y roca encajante. Estos tres últimos criterios aún en proceso de
estudio.
Los anteriores criterios de exploración, consideramos son aspectos claves para definir zonas o vetas
con potencial esmeraldífero, en las cuales se justificaría el desarrollo de labores mineras. No
obstante, considerando que la explotación de gemas es una actividad comparativamente poco
efectiva; dado que podemos tener zonas y vetas con buenos indicadores, pero la concentración de
las gemas en sí, solo llega a presentarse en puntos muy restringidos; se hace necesario profundizar
en un estudio geoquímico (especialmente a nivel de química mineral) de detalle por sectores con
rasgos geológicos afines. Un muestreo en aquellos puntos más ricos en gemas de las vetas que se
explotan (los cuales son generalmente los más restringidas para el muestreo) y entorno a ellas,
seguramente nos permitirá reconocer con buena exactitud el trazador que nos conduzca
directamente hacia las zonas con concentraciones importantes de gemas.

Palabras Clave: Esmeraldas, Criterios de Exploración, Cordillera Oriental, Colombia.

Mantilla, F. L. C.; Silva A.; Serrano, J.; Ramírez, J.; Conde J., Gómez, C.; Meza, A.; Pelayo J.;
Ortega, L.; Peña E., Plata, L.; Gaviria, G., Pinto J. (2007): Criterios para la exploración de
esmeraldas en el cinturón esmeraldífero Occidental (Cordillera Oriental, Colombia).
Memorias XI Congreso Colombiano de Geología. Bucaramanga. Agosto 14 al 17 de 2007.
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