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BALUN CANAN DE ROSARIO CASTELLANOS:

AUTOBIOGRAFIA Y NOVELA

T E S I S
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
LICENCIADO EN LETRAS HISPANICAS
P R E S E N T A

GERARDO BUSTAMANTE BERMUDEZ


MATRÍCULA: 98324759

ASESORA:

DRA. ARALIA LOPEZ GONZALEZ

LECTORAS:

DRA. ANA ROSA DOMENELLA AMADIO


MTRA. MARINA MARTINEZ ANDRADE

MEXICO, 2003.
¿Por qué y para qué escribe? Balún Canán : autobiografía y novela.

I Introducción
A) Contexto histórico
B) Contexto literario: la novela indigenista
C) “Primera revelación” como génesis de Balún Canán
D) Organización discursiva de Balún Canán

II Autobiografía y novela: el tema del narrador


A) Voz y focalización narrativa
B) La autobiografía como Intratextualidad en Balún Canán
C) ¿Novela y poesía? ¿ Novela e historia?
D) La escritura en primera persona: una niña sin nombre: (1ra. Parte)
E) La escritura de un narrador omnisciente y el problema de la nación : voz y conciencia
crítica: (2da. Parte)
F) La escritura de la narración infantil: una niña sin mundo: (3ra. Parte)
G) Oralidad y escritura

III Personajes
1) Masculino y femenino: dominadores y dominados
A) César – Zoraida
B) Niño – niña
C) Nana – indios
D) Niña- nana

2) Los marginados desde la perspectiva dominante


A) Ernesto
B) Tío David
C) Felipe
D) Silvina

IV Mujer, sexualidad y maternidad: frustraciones múltiples


A) Zoraida: maternidad e insatisfacción
B) La nana: maternidad sustituta
C) Amalia: la soltería como oficio
D) Juana: la mujer estéril
E) Las tías: Francisca, Romelia y Matilde : negación de la maternidad

V Los símbolos en Balún Canán

A) El espejo: la no identidad
B) El cofre o el arca: la memoria
C) La llave: autosalvación y culpa
D) Los augurios: muerte del hermano y derrumbe del sistema señorial
E) Escritura y hacienda: tumba de Mario y cementerio de vivos

VI Dos temas reiterativos en la producción literaria de Rosario Castellanos

A) La maternidad
B) La soltería

VII Conclusiones
INTRODUCCIÓN

Estamos convencidos de que en la literatura, se cuenta también, aunque de manera ficticia, la


historia de los pueblos; en este sentido, la mediación subjetiva del escritor(a) puede servir sobre
todo en algunos casos como complemento a la historia real y “objetiva”. La literatura recrea la
historia, juega con ésta, puede introducir en ella el mito, la visión irónica o sarcástica, etc. Por
ejemplo, la Ilíada y la Odisea, narran aunque de forma mitológica, la historia del pueblo troyano.
Desde este punto de vista, estamos de acuerdo con el concepto de “mimesis” propuesto por
Aristóteles en su Poética.
Al llegar los españoles a lo que sería México ( 1519) comienzan a escribir sus “ Crónicas”
en donde describen su extrañamiento por los indios, y su admiración por un lugar abundante en
climas y riquezas: por lo tanto sus escritos se convierten en documentos históricos. Pasada la
época colonial, en donde los problemas sociales siguen vivos, con la etapa independentista en
Hispanoamérica a partir de 1800, seguirá reflejándose en la literatura parte de la historia y la
cultura de los pueblos, mostrando cómo surge el sentimiento y el concepto de nacionalidad.1 En
el caso de México, la novela romántica y realista del siglo XIX, además de hablar de la nación,
toma como personajes, por un lado, a los campesinos e indios que en ocasiones son presentados
de manera idealizada; y las mujeres generalmente aparecen encasilladas dentro de una visión
conservadora y tradicional de acuerdo con la época. Los autores mexicanos de este periodo como
Ángel de Campo, Emilio Rabasa, Federico Gamboa, Ignacio Manuel Altamirano, Rafael
Delgado, por citar sólo algunos, presentan a las mujeres como seres subordinados o dependientes
a un orden patrialcal “cerrado” cuya posible transgresión a dicho orden, supone un final
generalmente trágico. Los personajes femeninos de estas novelas tienen muy pocas alternativas
sociales de autonomía y reivindicación: o se convierten en monjas, se suicidan o caen enfermas:
Clemencia (1869), Santa (1900), La Calandria ( 1890). Con la novela de la revolución y la
novela de la tierra nacen en Hispanoamérica nuevas formas de explorar la problemática social,
incluyendo la opresión de la mujer y la de las clases populares y campesinas, en particular la del
indígena.

1
La literatura a partir de las Independencias Hispanoamericanas arroja una considerable producción: poesía,
narrativa y dramática en donde se exalta el nacionalismo de los países independizados, mezclado con el
romanticismo hispanoamericano del siglo XIX.
La novela “indigenista” de la década de los 20 al 50, presenta al indio de una forma en donde se
pone énfasis en su marginalidad, en el abuso o sometimiento de éstos frente al terrateniente. La
novela indigenista en algunos casos pintoresca y folclórica, en cuanto a la figura del indio, casi
siempre es tratada con una perspectiva maniqueísta: los indios son buenos, ignorantes por la
situación en la que viven, y los hacendados blancos son malos y explotadores. Si bien es cierto
que el objetivo es la denuncia de las condiciones de vida del pueblo indio, también la novela
indigenista se convertirá en un modelo literario reiterativo en cuanto a los personajes; pues si
pasáramos revista a la narrativa de esta corriente, encontraremos que los personajes son
esteriotipados: indio ( marginado), terrateniente (explotador), el cura (corrompido por los
caciques) el abogado ( a favor de la clase acomodada), el capataz ( subordinado al poder, y en
contra de los indios), el indio líder ( conciencia de sus comunidades), un mestizo letrado (que
crea conciencia a los indios),etc.2
Hasta aquí hemos presentado muy someramente, algunas de las muchas manifestaciones
literarias que nos hacen pensar en la literatura como partícipe de la historia de los pueblos
latinoamericanos. En el caso de Rosario Castellanos, su obra en general tiene un considerable
peso histórico : Oficio de tinieblas ( 1962) está basada en la última sublevación indígena del
siglo XIX en Chiapas Por otra parte, sus ensayos sobre literatura y cultura femenina son el
resultado de una preocupación y un deseo reivindicativo de la condición social de la mujer, así

2
Son los casos , por ejemplo de Aves sin nido (1889) de la peruana Clorinda Matto de Turner, en donde el cura
abusa de la ignorancia de los indios para manipularlos a su antojo, y más aún, hace que las mujeres entren a la mitra
parroquial, y salgan, según el narrador “con la cabeza agachada”. Otro caso es el de Huasipungo (1934) del
ecuatoriano Jorge Icaza, en donde los personajes indios actúan de acuerdo a las convicciones del capataz, y del cura
que les hace creer que a través del dinero dado al clero: ( al cura), pueden ganar el cielo, de lo contrario, irán al
infierno: “ Roscas miserables. Por un trapito se dejan conocer. Cuando estén muriendo y caigan en la paila grande
del infierno también:<Nu hay... Nu hay ... Nu hay misericordia>, ha de decir taita Dios”. ( Jorge Icaza. Huasipungo,
6ta ed., Plaza & Janés, México, 1998. p.49.
En 1919 el boliviano Alcides Arguedas publica Raza de bronce que plantea el problema social del indígena, pero
desde un naturalismo fatalista a través de cuya lente los indios no tienen redención, no tienen futuro.
como de su mayor participación histórica y cultural en México3, participación que ya se estaba
gestando, pues en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortínez concede el voto a la mujer. 4
Existe un deseo por parte de la mujer , de tener voz; de escribir no sólo de mujeres, sino del
mundo en el que se desenvuelven. Ejemplo claro lo tenemos en Castellanos y su primera novela
Balún Canán (1957); en donde por un lado encontramos la voz femenina infantil, y por el otro, la
conciencia crítica del narrador omnisciente en tercera persona quien habla del problema “local”y
“nacional”; es decir, de las nuevas políticas agrarias y educativas decretadas por el gobierno de
Lázaro Cárdenas ( 1936-1940) en el estado de Chiapas y a nivel nacional.5
Nos interesa presentar sobre todo, el contexto autobiográfico de sus obras, además del
político, histórico e ideológico. Rosario Castellanos emplea ciertos temas que al parecer son
obsesivos para ella y los refleja en su producción literaria: la importancia de la palabra oral y
escrita, los indígenas, la mujer (india, mestiza, rural o de ciudad), la memoria y la soledad como
experiencia existencial. Uno de los temas que no agotará en los géneros literarios que domina
será el de la mujer vista desde diversos ángulos. ¿ En cuál de sus obras no existe una focalización
especial hacia los personajes femeninos? Sin lugar a equivocarnos creemos que en todas; desde la
poesía intimista, pasando por el teatro, la narrativa, y aún en un género tan propositivo como el
ensayo, basta mencionar Mujer que sabe latín (1973), tal parece que Rosario Castellanos está

3
A partir del la década de los 50, la mujer mexicana comienza a tener ingerencia en otras actividades que no sean
las domésticas: ahora de manera paulatina ingresa a otras terrenos importantes para la cultura nacional, entre los que
se encuentra la escritura en revistas literarias como: América ( publicación de la SEP a cargo de Efrén Hernández,
que abre espacio a nuevas voces literarias) y Rueca; esto quiere decir que la literatura como oficio, comienza a
profesionalizarse; y será a partir de éstas y otras publicaciones periódicas de menor circulación que las escritoras
ingresan al mercado. En el caso específico de Castellanos, cabe recordar que sus primeras publicaciones salieron a
la luz en publicaciones locales de Chiapas en 1949 con “ Crónica de un suceso incomformable” y “Primera
revelación” de 1950.
4
En 1960 también se pone en circulación la píldora anticonceptiva; tan vilipendiada por las clases conservadoras y
la iglesia, y aunque las intenciones del Estado apuntan a un mayor control de la natalidad, hay que reconocer que
México fue uno de los primeros países Latinoamericanos que pusieron en circulación la pastilla, en todos los
estratos sociales, sobre todo los marginales.
5
A continuación, documento los géneros literarios y la cronología de la obra publicada de Rosario Castellanos:
POESÍA: Trayectoria del polvo(1948), Apuntes para una declaración de fe ( 1948), De la vigilia estéril (1950),
Presentación al templo (1951), El rescate del mundo (1952), Poemas (1953-1955,1957), Salomé y Judith, (poemas
dramáticos, 1959), Al pie de la letra (1959), Material memorable (poesía y ensayo, 1959), Lívida luz (1960), Poesía
no eres tú.(Obra poética de 1947-1971,1972). NARRATIVA: Balún Canán (1957), Ciudad real (1960), Oficio de
tinieblas (1962), Los convidados de agosto (1968), Álbum de familia (1971), Rito de iniciación (1997. Póstuma).
NARRACIONES BREVES: “Crónica de un suceso incorformable” (1949), “Primera revelación” (1950), “Tres
nudos en la red” (1961). OBRA ENSAYÍSTICA: Sobre cultura femenina (tesis de maestría, 1950), Juicios sumarios
( 1966), La novela mexicana moderna y su valor testimonial (1966), Mujer que sabe latín (1972), El uso de la
palabra (1974.Póstuma), El mar y sus pescaditos (1975.Póstuma). TEATRO. Tablero De damas (1952), El eterno
femenino (1975. Póstuma), Teatro Petul ( Didáctico para los indígenas, 1961), EPISTOLAR: Cartas a Ricardo
(1994. Póstuma).
pensando en la teoría del “eterno femenino”, pero con miras progresistas en donde la libertad y el
reconocimiento hacia la mujer sea un acto palpable en la sociedad. Si bien es cierto que la
presencia del indio es insoslayable en sus tres obras de corte indigenista6, Balún Canán, desde
nuestra visión, es una novela, si no feminista, sí femenina,- por el análisis minucioso de la mujer
como subordinada a un mundo masculino-: llámese patriarcado, matrimonio o soltería, estado
que forzosamente desencadenan para el género femenino, una frustración.

Metodología
Para el estudio de Balún Canán, nos basamos en un enfoque sociológico y autobiográfico, en
este último optamos por realizar una investigación a manera de entrevistas y confirmación de
lugares y acontecimientos de Comitán, Chiapas, que se transforman de manera directa a la
ficción literaria. Comenzamos haciendo referencia al panorama literario, biográfico y político de
los años 30 porque Balún Canán no es una obra ajena a la situación nacional de su época, sino
que considera el proceso cultural, ideológico, político y literario de entonces.
No podemos sostener que Balún Canán tenga como materia literaria en primer plano a los
indios, dibujarlos y recrear el conflicto entre éstos y los mestizos; de ser así, la novela
podríamos incluirla como indigenista, y recordemos que Balún Canán sale a la luz cuando la
novela indigenista ya se había prácticamente agotado,7 y por el contrario, en el mundo literario
arribaban nuevas formas de expresión: el neorrealismo, el existencialismo, las vanguardias
artísticas , etc. Por tal motivo consideramos a Balún como una novela innovadora para las letras
mexicanas, al emplear en ella discursos y motivos heterogéneos como lo lírico, mítico, el
intimismo femenino y lo autobiográfico, pero nunca desde el punto de vista del “ yo sufro, yo
siento”. De acuerdo con Aralia López, los textos con matices autobiográficos de Castellanos
son: Balún Canán (la niñez), Las Cartas a Ricardo ( juventud y madurez) y Rito de Iniciación
( mirada femenina e intelectual), las dos últimas, de reciente publicación. (Confer. Nota cinco).

6
Según los críticos: Balún Canán (1957), Ciudad Real (1960) y Oficio de tinieblas (1962).
7
La propia Castellanos, en una entrevista con Luis Adolfo Domínguez mencionó: “Yo he hecho hasta ahora un tipo
de literatura que se llama indigenista. Este es un título que no me gusta, pero que tengo que aceptar, porque es el que
le corresponde. Si yo pensara que mis libros van a ser leídos por los indios, estaría completamente fuera de onda: los
indios no están ni castellanizados ni alfabetizados”. ( Revista de Bellas Artes, México, abril de 1969) p. 33. El
subrayado es mío). En varias ocasiones Castellanos siguió inconforme con la atribución de “indigenista” a su obra.
A lo anterior nosotros agregamos el cuento “Tres nudos en la red” (1961) que narra la muerte
de la madre a causa del cáncer, “Primera revelación” (1950), que cuenta la muerte del hermano, y
la poesía intimista.

¿ Por qué nuestro interés en el análisis de Balún Canán? Por varias razones: porque es la
primera obra narrativa de su “trilogía de Chiapas”8, y porque además la palabra en esta obra es
una manera de preservar la memoria personal y social a través de la escritura: dos temas
importantes en Castellanos. Otro motivo son los discursos que integran la novela: el poético,
filosófico, mítico e interpretativo; éste último lo entendemos en un plano de significación donde
confluyen de manera dialógica dos mundos contrarios que son reunidos en un mismo texto
literario. El fenómeno de sincretismo de los personajes también es muy notorio: los indios y los
ladinos que están en contacto - conflicto tienen estrecha relación con la protagonista ¿escritora?
También nos interesa el modo de producción literaria de Rosario Castellanos en cuanto a lo que
llamamos “expansión temática”, pues si hacemos una revisión bibliográfica de su obra
encontraremos que las situaciones, los temas y algunos de los mismos personajes con frecuencia
aparecen en varias de sus obras sin ser una copia o reproducción. Llegado el momento, la
escritora los agota y pasa a explorar nuevas formas tanto expresivas como temáticas.
En síntesis podemos decir que en la obra de Rosario Castellanos confluyen inevitablemente
diversos tipos de discursos: sociopolítico, feminista, existencial, autobiográfico y cultural
complementándose y construyendo una literatura que es el reflejo de los componentes sociales.
Por último, nos interesa el tema de la marginalidad social en Balún Canán, pues aquí confluyen
dos tipos de personajes excluidos: los indios (as) y la niña (mujer); lo que hará Castellanos es
poner a dialogar a dos mundo diferentes unidos por la exclusión, ella misma refiere: “En la
medida en que yo tengo una serie de semejanzas y de problemas que comparto con otros, se
puede establecer la comunicación”9

8
Nos referimos a Balún Canán, Ciudad real, y Oficio de tinieblas, de las que Joseph Sommers califica como una
nueva corriente literaria. Esta obras nos permiten conocer la trayectoria literaria de Castellanos respecto a la figura
del indio y más aún, la trayectoria de la mujer en una sociedad tan mediatizada como la chiapaneca.
9
Entrevista con Luis Adolfo Domínguez. Revista de Bellas Artes, México, Abril de 1969. p. 33.
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA AUTORA

Rosario Castellanos Figueroa nace en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, y muere


electrocutada el 7 de agosto de 1974, en Tel Avid, Israel, donde ocupaba el cargo de embajadora
de México en aquél país10. Su infancia y adolescencia transcurren en Comitán Chiapas, junto a
sus padres, César Castellanos Castellanos , ingeniero de profesión, y terrateniente, y su madre,
Adriana Figueroa Abarca, que hasta su matrimonio (que significó un ascenso social y económico)
perteneció al barrio de San Sebastián desempeñándose como costurera. Castellanos fue la
primogénita, le sigue Mario Benjamín, muerto a los siete años de edad a causa de una apendicitis.
Desde niña, Rosario experimenta la marginación por ser mujer; es decir, aunque es la
primogénita, las atenciones y los derechos le corresponden a Mario, por ser el hijo varón, el
heredero. A la muerte del hermano, Rosario siente culpa, porque en el fondo rivalizaba y
deseaba la muerte de su oponente. Mahum Megged, el amigo israelí de Castellanos, cuenta que
frente a los augurios de la muerte de uno de los hijos, Adriana expresa el deseo de que no sea
Mario; (el varón), es decir, la madre muestra su preferencia por el hijo en detrimento de la hija
del sexo femenino. En la infancia de Rosario, la soledad es una constante: “ me producía una
especie de escalofrío saber que en alguna parte la gente se reunía, y estas reuniones eran
placenteras”11. Su primer contacto con las letras fue la suscripción a una revista infantil, en donde
los niños enviaban pequeñas colaboraciones:” Desde el primer momento supe que allí, en esas
páginas, tenía yo reservado un lugar.”12 Otro de sus primeros contactos con las letras fue
Serenidad de Amado Nervo, libro que sus padres le regalan al cumplir trece años.
Dentro de su formación como ser social, la presencia de su nana Rufina es muy importante
porque a partir de las narraciones mitológicas o históricas, le comparte la memoria y le crea la
conciencia del mundo indígena, que más adelante retoma como promotora cultural del INI. Una
vez que la familia Castellanos llega a la ciudad de México para que Rosario estudie Química o
Derecho, ésta elige la carrera de Filosofía en la UNAM. En 1948, mueren sus padres, doña

10
Para la década de los 70´s nos resulta interesante resaltar el hecho que una mujer ocupe un cargo diplomático a
nivel internacional; esto es prueba de la paulatina incursión de la mujer mexicana en otros ámbitos. En el caso de
México, la diplomacia era hasta entonces meramente masculina: Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno,
Federico Gamboa, Amado Nervo, Juan José Tablada, Enrique González Martínez, Alfonso Reyes, Jaime Torres
Bedet, Agustín Yánez, José Luis Martínez, Rafael Bernal, Carlos Fuentes, entre muchos otros.
11
Emmanuel Carballo. “ Rosario Castellanos” en Los narradores ante el público, Joaquín Mortiz, México, 1966, p.
90. Además de la soledad, el sentimiento de rechazo y la inseguridad en si misma, parece que son una constante en
su vida.
12
Ibid. p. 91.
Adriana, el 2 de enero, víctima de cáncer y don César, veintiún días después de un paro
cardiaco, cuando caminaba con su hija por las calles de República del Brasil, en la Ciudad de
México.13 A partir de entonces, Rosario asume la escritura como profesión, ya no escribe desde
el anonimato, como lo hace en los versos por encargo de la adolescencia, es decir;
intelectualmente se libera. En 1950 obtiene el grado de maestra en Filosofía con la tesis titulada
Sobre cultura femenina. Ese mismo año obtiene una beca del Instituto de Cultura Hispánica
para realizar estudios de Estética en Madrid, en donde viaja con su mejor amiga Dolores Castro
(Lolita). En su estado natal, también se desempeña como profesora en el Instituto de Ciencias y
Artes. En el Instituto Indigenista en San Cristóbal de las Casas además de ser responsable del
teatro guiñol en el Centro Coordinador Tzeltal – Tzotzil14, realiza una interpretación de la
Constitución Mexicana para los indígenas y redacta el libro de texto bilingüe Mi libro de lectura,
también para la comunidad indígena. Se desempeñó como jefa de información y prensa de la
UNAM donde fue catedrática. Impartió cursos de literatura inglesa, mexicana, iberoamericana,
francesa y española en diferentes Universidades de México y el mundo. Impartió clases en la
Universidad Hebrea de Israel sobre literatura mexicana. Su obra ha sido traducida al inglés,
francés, italiano , hebreo y alemán, incluyendo desde luego a Balún Canán, traducida a todos
estos idiomas.
Por órdenes del presidente Luis Echeverría sus restos fueron sepultados en la Rotonda de los
Hombre Ilustres en el panteón Dolores de la Ciudad de México.15
Por otra parte, resulta de suma importancia hablar de las Cartas a Ricardo ( 1994)16 por dos
razones: 1) esta obra nos permite seguir fielmente el proceso emocional e intelectual de una

13
Marco Antonio Puig Albores comenta que don César Castellanos muere caminando y no en automóvil, como lo
relata Oscar Bonifaz. Al caer muerto su padre, Rosario solicita la intervención de un médico, quien no declara el
descenso del padre de la escritora. Años más tarde, se presentará una enfermera para solicitar cierta cantidad de
dinero a cambio del silencio. Puig Albores también cuenta que a la muerte de doña Adriana don César dijo: “ En el
momento que Adriana murió, morí yo también” . La repentina muerte de don César, hizo que Rosario solicitara que
se le cortaran las venas a su padre, pues tenía miedo de que se tratara de un estado cataléptico. ( Testimonio recogido
en enero del 2003 en Comitán, Chiapas)
14
Rosario Castellanos es la creadora del muñeco “petul”, y una vez que la escritora abandona el Centro Coordinador
Tzeltal – Tzotzil desaparece el teatro didáctico para los indígenas cuyo objetivo era concienciar a los indígenas de
los Altos sobre algunos aspectos básicos de higiene, alimentación y derechos y culturas indígenas.
15
De manera nada formal y paradógica, Castellanos , en su carta fechada en México D.F., 27 de noviembre de
1967, le dice, al entonces su esposo: Te diré que mi última voluntad es que no me entierren en la Rotonda de los
Hombres Ilustres como decía Vasconcelos. Entre otras cosas porque soy mujer”. Rosario Castellanos. Cartas a
Ricardo, CNCA ( Memorias mexicanas) , México, 1996, p. 330.
16
Cuando las Cartas a Ricardo, salen a la luz pública en 1994, fueron en un principio vistas con desprecio por
algunos críticos de Castellanos, desde nuestro punto de vista, son parte de la producción literaria de la autora,
aunque ubicadas en el terreno autobiográfico. La escritora Elena Poniatowska, introduce a la lectura de las Cartas,
mujer nacida en la segunda década del siglo XX. 2) es una forma de conocer la trayectoria de su
vida con relación a la obra. Por lo relevante que resulta para nuestro tema de la autobiografía, a
continuación presento un pequeño esquema de la trayectoria vital y emocional que se registra en
las cartas:
Un primer periodo epistolar va del 28 de julio al 15 de agosto de 1950. El tema es
principalmente el amor y la relación entre la escritora y quien fuera su esposo, Ricardo Guerra.
El segundo periodo17 corresponde a su estancia en Madrid y otras ciudades europeas ( 1950-
1951): le escribe desde el barco (Ss Argentina), también desde Madrid, Nápoles, Viena, Roma y
París. La temática son sus viajes, la gente que conoce, sus lecturas, sus cursos de estética y el
amor. Para estas fechas, Ricardo se une en matrimonio con Lilia Carrillo, y Rosario regresa a
México en diciembre del 51.
El tercer periodo, sólo incluye una carta del 10 de enero de 1952, es más bien una petición a
Ricardo para que entregue a “Dolores” unas obras de María Luisa Algarra, y también es un
recuento de la relación que según Castellanos: “no te preocupaste jamás en cuidar”.18
Un último periodo lo encontramos en las cartas fechadas entre 1966 y 1967, época en la cual
Castellanos se desempeña como catedrática en las Universidades de Estados Unidos: Wisconsing,
New York, Blomington y Boulder, en donde dicta cursos de literatura mexicana,
hispanoamericana y literatura comparada. A mediados de 1967 regresa a México,( D.F, y
Cuernavaca), toma las riendas de la casa, , cuida a su hijo y a los hijos de Ricardo, escribe y
sufre por el amor que ella misma sabe: “sólo existe de su parte”. La desilusión y la falta de
interés del esposo ausente, son palpables.
No siempre es válido hacer una relación entre la vida y la obra del autor, en el caso de
Castellanos, su misma obra es el testimonio innegable de la escritura autoreferencial, más aún
cuando las anécdotas del pueblo comiteco pasan al campo de la literatura. Rosario fue una mujer
que se sintió aislada con respecto a su entorno familiar, al igual que su protagonista infantil en

un prologo en donde deja ver a una Rosario que no hace más que sufrir la vida y soportar las infidelidades amorosas,
cuando los lectores en realidad asistimos a un documento que va más allá del sufrimiento y del dolor, - o al menos
esa es nuestra lectura-, pues consideramos a las Cartas desde la perspectiva de la formación intelectual, personal
( existencial), de una mujer adelantada a su tiempo.
17
En su carta fechada el 17 de abril de 1951, se pueden encontrar dos poemas que hasta el momento no han sido
incluidos en sus libros de poesía; éstos son: “El don rechazado” ( título también de un cuento de Ciudad Real,
( 1960), “El despertar” . un tercer poema, tampoco incluido en un libro es el que aparece en la carta fechada el 28 de
noviembre de 1971, es un poema erótico y sin título, a Ricardo Guerra.
18
Castellanos no contraerá nupcias con Ricardo Guerra sino hasta 1958, un año después de la publicación de su
primera novela Balún Canán, publicada en la colección “Letras Mexicanas”.
Balún Canán. ¿ Qué relación puede tener la mujer creativa, crítica, sensible, inteligente , que
leía a Simone Weil, a Virginia Woolf, a Simone de Beauvoir, a Sartre, a Proust, y a otros
muchos escritores mundiales, con un mundo familiar y social tan ajeno al de ella? Rosario fue
una mujer preocupada por los problemas nacionales, a diferencia de su prosapia, que veía en
los indios y en la mujer a seres inferiores. Castellanos encarnizó una lucha con el sistema
familiar y patriarcal, que conocía de cerca; sabía que en estas familias, la primacía social la
ocupaba el varón, a pesar de que su abuela paterna fue una excepción. Renné Petrich, sobre la
familia de Castellanos menciona:

[Rosario Castellanos nace en] la clásica familia finquera, que deja sentir su presencia en
las regiones chiapanecas de los altos y las cañadas, desde mediados del siglo pasado. Hoy,
para los que conocen esa zona, pueden encontrar en la tradición oral voces de desprecio
entre los indios hacia doña “Chayota” Castellanos, la abuela de Rosario, la matrona
implacable de la familia Castellanos en la región, y que actualmente tiene su exponente en
la figura en otro representante de la familia: el general Absalón Castellanos Domínguez,
exgobernador chiapaneco, secuestrado y liberado por el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, en 1994.19

La trayectoria literaria de Rosario Castellanos, es motivo suficiente para prestarle atención;


Los premios recibidos a lo largo de su carrera son: Chiapas de 1958, por Balún Canán, Xavier
Villaurrutia por Ciudad Real, sor Juana Inés de la Cruz, por Oficio de tinieblas, Carlos Trouyet
de Letras, y Elías Sourasky, por su trayectoria literaria, además de algunos homenajes póstumos.

CAPÍTULO 1

A) CONTEXTO HISTÓRICO

Nos interesa ubicar a Balún Canán en un escenario y en una época: Comitán, (1924-1940).
Chiapas es el estado de la República Mexicana fronterizo con Guatemala. Al norte colinda con
Tabasco, al sur con el Océano Pacífico, al Oeste con Oaxaca y al oeste y noroeste con Veracruz.
Chiapas es uno de los estados de la República Mexicana donde se concentra una población

19
Renné Petrich. Ensayando ensayo. Rosario Castellanos: su obra narrativa y su tiempo. La página WEB de este
documento es: http//www.nalejandria.com/00/rol/arrecife5e.htm. Entre los indios de la región de Ocosingo, todavía
es común encontrar las mismas voces de desprecio hacia todos los Castellanos: “ No distinguen un caxlán de otro”
indígena elevada, sin embargo entre las diversas etnias (tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles,
quelenes, zoques, lacandones, etc.), existen diferencias lingüísticas incluso entre un solo grupo.
Desde la época prehispánica, Chiapas fue un lugar apartado y de difícil acceso. Las formas de
gobierno de los indígenas ha estado a cargo de los “señores principales” cuya función es proteger
y ser lideres en asuntos religiosos, sociales y culturales, (esto lo podemos apreciar en Oficio de
tinieblas, y en menor medida en Balún Canán. En la actualidad la presencia de los “principales”
sigue vigente, como también algunas formas de legislación e impartición de justicia.
En 1527 el estado de Chiapas fue conquistado por el español Pedro de Alvarado, quedando
más tarde sujeta al dominio de la audiencia de México hasta el año de 1553 que se somete a la
audiencia de Guatemala, y en 1824 se anexa nuevamente a México. En la época colonial, Chiapas
se convierte en un atractivo para la explotación no sólo de las riquezas naturales, sino de los
indios, sometidos al trabajo explotado. El proceso de evangelización de la zona estuvo a cargo de
órdenes religiosas como: dominicos, mercedarios, franciscanos juaninos y jesuitas. El proceso de
conversión no se realizó en su totalidad, pues los indios, a pesar de haber sido bautizados,
practicaron la fe católica a su manera, creando un sincretismo religioso20. Entre los frailes
defensores de los indios de Chiapas, destacan Fray Pedro de Lorenzo y Fray Bartolomé de las
Casas quienes argumentaban que la conquista de los indios no les cancelaba sus derechos a sus
costumbres y cultura, y más aún doloroso era que los sometieran a una condición infrahumana
de vida, es decir: se promulgaban a favor del reconocimiento de los derechos y la libertad del
indio evangelizado.
Durante la Colonia, Chiapas se convierte en un estado eminentemente agrícola en productos
como: maíz, cacao, frijol, café, trigo, caña, entre otros. Los poblados que cuentan con mayores
vías de comunicación y comercio a partir del porfiriato son: Comitán, San Cristóbal de las
Casas21, Tapachula, y Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado, antes llamada ( Corzo de Chiapa)
Aunque los movimientos de independencia en México dieron al estado las garantías de
igualdad entre los diversos sectores concentrados en la población, son los criollos y mestizos los
que gozan de los privilegios, dejando así a la alta población indígena en la exclusión, despojando

20
El historiador Emilio Zebadúa refiere que los indígenas tenían un panteón de ídolos y dioses a los que adoraban a
lo largo del año, estos dioses pertenecen a elementos de la naturaleza, que con la evangelización, se fueron
mezclando hasta tener dioses a la manera de los indios. Para mayor información consúltese Emilio Zebadúa. Breve
historia de Chiapas, FCE – COLMEX , México, 1999.
21
Desde que se funda la ciudad con el nombre de Ciudad Real en marzo de 1528, fue capital del estado. En 1892 el
gobernado Emilio Rabasa, traslada el poder a Tuxtla Gutiérrez, creando así una rivalidad entre las dos ciudades.
a éstos de las pocas tierras que durante la colonia habían rescatado. La secular explotación del
sector indígena, hará en el caso de los varones, y de las “criadas indias”, seres dependientes a un
patrón cuyo dominio económico, político y sociocultural es patente, creando entre la población
indígena “el endeudamiento eterno” y la discriminación. Después de ser promulgadas las “Leyes
de Reforma”, los indígenas, despojados, ingresan a las fincas de los ladinos. Según el historiador
Fernández Chávez, la población indígena de la segunda década del siglo XX que ingresa a las
fincas como peón es de 57.7%,[ y a su vez] Comitán cuenta a principio de 1900 con 106 fincas.22
La concentración de la mano de obra indígena trae como consecuencia no sólo la dependencia
“subalimenticia” de los indios, sino el estancamiento en salud y educación, por mencionar sólo
algunos aspectos básicos.
El porfiriato significó una de las épocas más difíciles para el indio de Chiapas, ya que fueron
despojados prácticamente de todas sus propiedades, por lo que tienen que trabajar la finca de los
señores. En Chiapas con la revolución mexicana:
Vencieron los terratenientes... al llegar a gobernador su caudillo Tiburcio
Fernández, siguieron los años veinte y muchos indios seguían siendo baldíos y
mozos. Ya en el cardenismo, gracias al liderazgo de Ernesto Urbina, se llevó a
efecto la recuperación de tierras indígenas arrebatadas por hacendados. A partir de
entonces se formaron ejidos por dotación gubernamental o compra de parte de
comunidades indígenas, pues el manejo político de Urbina dio espacios a
favoritismos con respecto a sus amistades ladinas, sobre todo en lo referente a
porciones de tierras fértiles que se dejaban fuera de afectación y que se
consideraban los casos de las fincas.23

La revolución mexicana no logrará favorecer del todo las demandas del sector campesino, por
el contrario, la desigualdad en relación al régimen de propiedad siguió favoreciendo a pudientes
y privilegiados. Las políticas estatales y federales de los primeros treinta años del siglo XX, en
ninguno de los casos satisfacen la creciente necesidad por crear programas asistenciales
prácticos y de calidad a los más desprotegidos.
Las frecuentes disputas políticas entre los presidentes Álvaro Obregón (1920 – 1924) y
Plutarco Elías Calles (1925 – 1928) trajeron como consecuencia la inestabilidad nacional. Calles,
desde el maximato continuó manejando el rumbo del país durante los gobiernos interinos de
Portes Gil, Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. A pesar de que el reparto de tierras a nivel
nacional se realizó paulatinamente desde el gobierno de Obregón, no lograban satisfacer las

22
Hernández Chávez. Anuario Chiapas, Gobernación, México, 1921.
23
Jacinto Arias. “ Nuestra batalla para pertenecernos a nosotros mismos”, en Chiapas. Una radiografía. Ma Luisa
Armendáriz ( comp.), FCE, (Vida y pensamiento de México), México, 1994, p. 294.
demandas de la población campesina. No será hasta que Lázaro Cárdenas asume la presidencia
apoyado por el sector popular y campesino, que las condiciones de vida comienzan a mejorar,
aunque sin reparar del todo el fuerte pasado de miseria del sector indígena. Con el cardenismo,
comienzan en el Estado los conflictos y la disputa de la tierra entre las alianzas indio-gobierno,
frente ladino-autoridad local, que desde hacía tiempo venían ostentando el poder para
salvaguardar los intereses de la clase adinerada. Como parte de los programas de gobierno de
Cárdenas a favor de los campesinos, tenemos: la reorganización del sistema financiero de la
agricultura, impulso a la educación popular- rural, laica, gratuita y emancipadora, combatir el
fanatismo religioso y el alcoholismo entre los indios principalmente, libertad e igualdad jurídica
de los campesinos e indígenas. El gobierno estatal durante el periodo (1936-1940) estuvo a cargo
de Efraín Gutiérrez, quien dependiente del gobierno federal, trató de cumplir con los planes de
Cárdenas, creando créditos agrarios para los campesinos.
El cardenismo significó, una pugna con los grandes poseedores (dominadores sociales, políticos
y económicos) por el cambio social, fue una emancipación agraria de las condiciones históricas
de exclusión, significó también un intento por incorporar al indio a un sistema educativo
nacional, pero el atropello y despojo de tierras a los indios desde las ciudades hasta los Altos de
Chiapas, continuó a cargo de “los inspectores agrarios”, cuyo objetivo era supervisar la
extensión de las fincas, censar el número de familias indígenas que cada finca poseía, e informar
sobre las condiciones de vida los trabajadores y campesinos.

B) CONTEXTO LITERARIO. LA NOVELA INDIGENISTA

La novela. Génesis del concepto de indianismo, indigenismo y neoindigenismo

La tradición literaria en Hispanoamérica ha dado diversos nombres a la literatura de tema


indígena. Desde la Conquista, el indio aparece como problema en un mundo que a partir de
entonces será pensado por y para el “blanco”. Desde la Colonia hasta los movimientos actuales
de reivindicación social, el indio continúa sin reconocimiento étnico- nacional. El problema
multicultural en Hispanoamérica es en este sentido reflejado en las letras. De manera significativa
encontramos que los escritores son blancos o mestizos, preocupados de forma individual en la
problemática <india>, <nacional>.
Existe una considerable cifra de obras a lo largo de la historia, que dan cuanta de la presencia
del indio como ser “social”. Sin embargo nos interesa ubicar los conceptos de “indianismo,
indigenismo y neoindigenismo”, que nos servirán como punto de referencia para comprender y
justificar la presencia de los personajes indios en Rosario Castellanos.
De acuerdo con los críticos, el indianismo en la literatura del siglo XIX ve al natural sólo
como materia literaria o elemento decorativo y exótico, pero sin explorar la problemática social,
es decir, lo analiza como la añoranza de un pasado precolombino perdido por la sustitución de
un mundo occidental en el que aún se conservan tradiciones, usos y costumbres, vestimentas, y
que en ocasiones, -advierten los autores, o al menos esa es la intención- está a punto de
extinguirse, por lo tanto el uso de la palabra escrita de un blanco o mestizo, da cuenta de un
pasado a la manera del romanticismo hispanoamericano.
El otro extremo es la literatura de corte indigenista que hace una auscultación de la
problemática social, de los abusos e injusticias cometidas por el blanco, hacia lo que desde hace
tiempo se convirtió en “el otro”: (el indio), que inmerso en la miseria atroz, no tiene otra opción
que ser sometido, desplazado al monte y sucumbir frente a un modelo de vida que no
corresponde a la de él, porque las injusticias, el hambre, la enfermedad, el afán de riqueza y
explotación del latifundio, lo han hecho, en la mayoría de los casos, más vulnerable, aunque el
coraje, en algunas otras, lo ha encaminado a la sublevación. La novela indigenista responde a un
modelo de escritura, con personajes, que aunque no caen en un estereotipo, se van repitiendo a lo
largo de la producción novelística.
La novela indigenista supone estudiar el enfrentamiento entre los “señores”, poseedores
de todo, y los naturales “desposeídos y mancillados”. Frente a esta visión, la narrativa de tema
indigenista se convierte en la mayoría de las veces en una cuestión meramente maniquea o en un
estudio antropológico; aunque en otras, la revelación del indio en su lucha por la libertad y la
tierra, los convierte en seres que aparecen ante nosotros como más reales. El pensamiento
literario indigenista busca de manera paternalista, el reconocimiento e incorporación del indio a
la cultura occidental.
Antonio Cornejo Polar refiere que la novela indigenista, así como el indigenismo en sí, no
parten del problema del indio, sino que por el contrario, la cultura occidental, aún no ha
comprendido las formas de los naturales:
No debe comprenderse en relación exclusiva con el mundo indígena, como la
revelación e el esclarecimiento de esa realidad, o como la reivindicación de sus
intereses sociales y la revalorización de su cultura: tiene que comprenderse como
un ejercicio cultural que se sitúa en la conflictiva intersección de dos sistemas
socioculturales, intentando un diálogo que muchas veces es polémico, y
expresando en el nivel que le corresponde, uno de los problemas medulares de la
nacionalidad: su desmembrada y conflictiva constitución.24

El peruano José Carlos Mariátegui estudia la corriente indigenista desde una visión
marxista-socialista, indicando que el problema indígena tiene sus orígenes en la economía de los
países, desde la época colonial hasta el siglo XX. El problema del indio debe estudiarse, según él,
teniendo en consideración un sentido histórico, económico, social y político, más que filosófico,
étnico o cultura. El problema por lo tanto emerge desde la sociedad “capitalista y excluyente” de
un sector que ha sido ignorado por siglos, y por lo tanto relegado al progreso nacional. Para
Leopoldo Zea, la figura del indio es desde la conquista una expresión de lo subhumano asociado
a la barbarie primitiva y por lo tanto a una corta inteligencia que sólo responde a su instinto
violento.25 Por otro lado, el conflicto de la propiedad de la tierra y de la servidumbre del indio
frente al “gamonal” o “encomendero” es una de las rivalidades entre el señor y el sirvo, dado que
dentro de la cosmovisión indígena, la tierra está relacionada con la existencia misma de los
naturales, que una vez despojados, sólo pueden desempeñarse como trabajadores al servicio del
latifundio.
A partir de la nueva narrativa hispanoamericana, mejor conocido como el “Boom”, las
letras apelan a la creatividad y al compromiso estético por parte del escritor. Los adscritos a este
nuevo movimiento rechazan la narrativa de tema regional, que para ellos estaba anquilosada, de
tal forma que decretan la muerte del indigenismo, porque al igual que el romanticismo, el
modernismo y otras tendencias literarias, se había agotado.
Si bien es cierto que la narrativa indigenista en Hispanoamérica llegó a convertirse en
panfletaria, documentalista, con abundantes americanismos y regionalismos, también
destaquemos el valor literario de algunas obras coma Hombres de maíz del guatemalteco Miguel
Ángel Asturias, que se destaca por su lirismo basado en la evocación de imágenes plásticas,
metáforas y repeticiones, que aunque tienen sus orígenes el libros como el Popol – Vuh o el
Chilam Balam, que emplean la técnica de la repetición, alcanzan la autonomía estética. Además

24
Antonio Cornejo Polar. La novela i ndigenista. Literatura y sociedad en el Perú, Lasontay, Lima, 1989. p. 76
25
El término de subhumano también se aplica la mujer desde la antigüedad, especialmente en el Medievo, donde se
discutía su calidad de ser humano, justificando en algunas ocasiones que la mujer era “una criatura pequeña”,
invención del demonio y sin inteligencia” así lo demuestra por ejemplo la teoría de San Agustín.
del caso de Asturias, tenemos otros ejemplos como La cruz del sureste de Bonifaz Nuño, Nayar
de Miguel Ángel Meléndez, y El resplandor de Mauricio Magdaleno. En estas novelas existe
una preocupación por el lenguaje que en ocasiones se convierte en poético y por lo tanto literario.
Las figuras retóricas empleadas frecuentemente son la metáfora, la comparación, la repetición,
así como una especial atención a los diminutivos y peyorativos, por ejemplo El resplandor,
emplea estos dos últimos recursos de una manera abundante, el lenguaje en esta y en otras
novelas como Huasipungo en el Ecuador, está llena de modismos o voces indígenas, esto con el
objetivo de ser más realistas.26
Por otro lado, las preocupaciones de los escritores del “Boom” es valorar el panorama de las
letras en Latinoamérica: ( el recuento y el futuro), y a su vez definir lo que es un escritor,
calificando de paternalista, defectuosa y regional a la literatura anterior. Frente a esto, tenemos
dos visiones ideológicas y literarias opuestas: una más occidentalizada y cosmopolita, y la otra
con más influencia del mundo indígena y regional, así como de su problemática.
Lo anterior nos sirve como antecedente, pues la presencia de los indios en Balún Canán , nos
permitirá ubicar a la novela entre la vanguardia y el indigenismo. La crítica ha señalado que la
trilogía indigenista de Castellanos es: Balún Canán, Ciudad Real y Oficio de tinieblas, sin
embargo, -como lo estudiaremos en los próximos capítulos, Balún Canán, no puede ser sólo
incluida como una novela indigenista, pues aunque el indio esté presente, únicamente sirve para
lo que explicaremos con el concepto de transculturación. Una vez que hemos definido muy
someramente los conceptos, podemos cuestionar si la narrativa de Castellanos es o no
indigenista, a nuestro juicio podemos calificarla como neoindigenista, pues el demás corpus
literario está pensando al indio como un ser inmerso en la discriminación racial, política, social y
económica, descuidando en ocasiones la elaboración artística, por su parte la preocupación de
Castellanos es estética, por lo tanto lo social es un pretexto para la creación literaria. La autora
de Balún Canan refiere en una entrevista:
Yo he hecho hasta ahora un tipo de literatura que se llama indigenista. Éste es un
término que a mi no me gusta, pero que tengo que aceptar porque es el que le
corresponde. Si yo pensara que mis libros van a ser leídos por los indios, estaría
completamente fuera de onda: los indios no están ni alfabetizados ni
castellanizados.
Yo no soy tan optimista como para pensar en que me van a leer mis amigos... Lo
que pasa es que yo escribo para mi. Me interesa, como lectora, aquello que yo

26
Sobre los usos poéticos en la narrativa indigenista, véase Lancelot, Cowie. “ Estilo y técnicas de la narrativa
indigenista”, en El indio en la narrativa contemporánea, INI- CNCA, ( Presencias), México, 1990.
puedo escribir. Hay una serie de fenómenos en el mundo que no entiendo si no los
expreso... y me interesa entenderlos. 27

Como antecedente y continuación del tema del indígena en las letras, en México, a partir de
los movimientos armados de 1994, se ha dado difusión a una nueva forma de expresión, que es la
literatura indígena, escrita por los indios y publicada por algunas casas editoriales o
instituciones gubernamentales cuyos tirajes en la mayoría de los casos son bilingües, y productos
de convocatorias de creación literaria en lengua indígena. Aunque la temática no deja de ser
regionalista, - al menos en el corpus conocido por nosotros-, es interesante que el indio haga uso
de la palabra escrita, ahora como autor, que dirige su producción a un publico exclusivamente
letrado.
El siglo XX es sin lugar a dudas un periodo en el cual se desarrolla la narrativa mexicana con
gran éxito. A pesar de que algunos teóricos y críticos auguraban la extinción de la novela, ésta
cada día parece reavivarse. A partir de la revolución mexicana, el indio y el campesino
aparecerán de manera constante en la literatura, sólo que con la misma suerte; pues la revolución
ha sido para este sector marginado un acontecimiento “fallido”, por lo tanto, pareciera que el
único medio en el que pueden tener incursión es en la literatura. Cada autor lo presentará en
situaciones diferentes, pero coinciden en mostrar a un indio inmerso en la miseria y exclusión.
El contexto literario mexicano de Balún Canán es muy amplio, a nosotros nos basta
mencionar algunas obras que siguen siendo representativas de las letras mexicanas. La primera de
ellas es El luto humano de José Revueltas publicada en 1943, y aunque Balún es del 1957 nos
interesa por la presencia del indio y por la propuesta de Revueltas. En El luto humano, la historia
se sitúa en la época cristera, la narración recae sobre el matrimonio zapoteco de Úrsulo y
Cecilia que sólo esperan la muerte de su hija (Chonita) quien muestra las síntomas de la
tuberculosis y no tiene atención médica. Revueltas analiza a sus personajes indios de un modo
más cercano al existencialismo: los indios no importan de manera decisiva, son más bien un
pretexto para cuestionar la existencia humana y su función en un mundo donde están
abandonados por el mismo Dios: “... el cura se sentó sobre una piedra , con la cabeza entre las
manos, y se puso a llorar. El tampoco tenía iglesia. Tampoco tenía fe. Ni Dios”28. Dentro de la
complejidad temática de Revueltas en El luto humano, los personajes se acercan a una realidad

27
Entrevista con Luis Adolfo Domínguez, Revista de Bellas Artes, Abril de 1969. p. 28.
28
José Revueltas. El luto humano, Era, México, 1997, p. 177.
sentimental: experimentan celos, se regresa al pasado de los indios para justificar su
desconfianza hacia el otro, o simplemente para aclarar aspectos de su vida pasada: Calixto conoce
a su esposa (la Calixta) en un hotel de la Ciudad de México donde se hospeda después de desertar
de las filas villistas; “ la Calixta” trabajaba en la limpieza del lugar: “ La Calixta diariamente era
golpeada por el administrador, aun sin motivo. Era preciso pegarle, según él, ya que la mujer es
de condición estúpida y sólo a golpes se maneja. Aceptaba ella los golpes con docilidad,
exagerando siempre el dolor que le causaba”29. Aunado a la temática existencial del hombre,
tenemos el aspecto social encarnado en una huelga fracasada, todo ha sido fallido, tanto lo
familiar con la muerte de Chonita y lo laborar: la lucha por unas tierras inhóspitas y unas aguas
dañinas para el cultivo a las que ni siquiera tienen acceso.
El luto humano es la novela de la muerte, no existe salvación: (la tierra está muerta, la niña
muere a causa de la enfermedad, los personajes morirán para ser devorados por los zopilotes30.
Los personajes de El luto humano experimentan la soledad absoluta , la desesperanza, el
abandono del hombre y de Dios, son seres “feos” físicamente, según la insistencia del narrador,
pero son individuos devorados por el olvido.
En 1950 aparece la novela de Bruno Traven, La rebelión de los colgados que narra las
condiciones infrahumanas a las que son sometidos los indios mexicanos en las monterías del
sureste de México. El objetivo de esta novela de corte indigenista es la denuncia de un sistema
opresivo compuesto por los señores ladinos, sus capataces, las autoridades del gobierno y de
manera implícita también la iglesia quien a través del discurso religioso amedrenta al indio. La
denuncia es clara: los enrolan mediante la compra a otros capataces, o bien a través de alguna
pequeña deuda, y los obligan a derribar cuatro toneladas diarias de leña, la comida es casi nula,
quien desea escapar es colgado, mutilado o asesinado. La rebelión de los colgados está sujeta al
corte tradicional de la novela indigenista: están los opresores: ( el ladino, el capataz, el gobierno y
el clero) y los oprimidos (grupo de indios y su líder, en este caso encarnado en la figura de “el
profesor”, de carácter humilde y con ideas revolucionarias quien despierta entre los indios el
sentido de la lucha por la tierra y la dignidad humana). El profesor es la imagen del hombre

29
Ibid. p. 104. En El luto humano hay una fuerte presencia de la condición femenina indígena como sujeto social
por ser seres más vulnerables a la discriminación y al racismo; por ser indias y por ser mujeres.
30
De manera muy simbólica en el capítulo VIII de la novela se da el significado de la palabra zopilote: “compuesta
de tzol, basura, y pilotl, acto de levantar o recoger. Resulta doblemente significativo porque el final de la narración se
presenta con unos zopilotes ansiosos por (recoger basura humana - cadáveres).
letrado que guía a los indios para conseguir su reivindicación, se identifica con ellos porque
también ha sido reprimido respecto al pensamiento:

Soy maestro de escuela, y un tipo de los que no saben arrastrarse ni lamer las
botas de los de arriba. Soy un maestro de escuela, un simple maestro de escuela;
pero después, cuando reine la paz en el país, cuando finalmente nos
desembaracemos del dictador, cuando cada quien tenga su tierra y goce de
libertad, entonces yo seré maestro de las nuevas generaciones en la Universidad.
Ahora saben porque estoy con ustedes en este momento, porque no sé ni doblar el
espinazo ni buscar el saludo de quienes me desprecian. La libertad no existe
cuando está prohibida la expresión del pensamiento. Para ustedes será la tierra que
cultivan. Yo no quiero tierra, yo quiero solamente libertad para enseñar lo que
para mí es sensato y verdadero. 31

La rebelión de los colgados presenta al indio como un ser que en un principio se asume como
subordinado e inferior al ladino, pero con el proceso de emancipación el conflicto se convierte en
una lucha por la supervivencia y por mejoras en sus condiciones de vida. En la novela se analiza
al indio desde una óptica social: por un lado, viene a poner de manifiesto que no existen leyes
que protejan al indio, por el contrario, el sistema opresor está compuesto por un grupo de
confabuladores cuyo objetivo es ver al indio como “algo” que con seguridad les genera ingresos
económicos. La propuesta de Traven es interesante desde el punto de vista del análisis
sociológico, pues de manera simbólica, aunque se ha empezado el movimiento de rebelión y
reivindicación, no se logran ver avances respecto al destino de este grupo de indios que al grito
de “tierra y libertad” proclaman la destrucción del estado feudal y proponen una especie de
sociedad socialista. La narración se interrumpe dejando un final inconcluso, lo cual nos hace
establecer un paralelismo extra literario con los movimientos indígenas de México y de otros
países de Hispanoamérica donde las reivindicaciones indígenas siguen “inconclusas”.

Otra novela de igual relevancia es El indio (1935), de Gregorio López y Fuentes, que obtiene
el Premio Nacional de Literatura ese mismo año. El valor de esta obra que por un lado tiene sus
antecedente en novelas como La bola (1887) de Emilio Rabasa, Tomóchic (1892) de Heriberto
Frías, y La parcela (1898), de José López-Portillo y Rojas, se debe a la mezcla y manejo del
contenido literario y social. El indio, presenta a sus personajes “sin nombre” ya sean blancos e
indios. Lo que destaca es la lucha del indio (pueblo) frente al blanco, que al inicio del relato a la

31
Bruno Traven. La rebelión de los colgados, 18 ed., Selector, México, 2002. p. 216.
manera de la conquista española, pretenden despojar de la “memoria” ( sagrada entre los indios),
para extraer el oro de la región y para que después puedan mancillar a los habitantes. La
estructura temática de la novela la hemos dividido en tres partes: 1) la llegada del blanco, el
abuso y engaño de éstos frente al secreto de los naturales. 2) Las costumbres o creencias (relato
mítico del nahual), así como los conflictos internos entre indios. 3) Conflictos externos (a nivel
de nación). Propuestas de reivindicación social de “el maestro”: hombre mestizo y progresista
que considera que sólo a través de la educación el indio se puede incorporar a un modelo de la
“nación”. A diferencia de otras novelas, cuyo objetivo es mostrar las condiciones latentes y
infrahumanas en las que son sometidos los naturales, López y Fuentes toma al indio como tema
para cuestionar el lugar que ocupan en una sociedad que carente de políticas sociales sólo puede
excluirlos dado que el modelo social gestado a partir del porfiriato, no los considera como parte
del desarrollo nacional, es decir, que son seres sin espacio y tal parece que sin futuro. El mismo
presidente municipal dice: “¡ Han hecho bien los progresistas y prácticos de otros países, al
exterminarlos! ¡Raza inferior! Si el gobierno del centro me autorizara, yo estaría sangre y fuego
en todos los ranchos, matando a todos, como se mata a los animales salvajes”32. En la novela se
cuestionan los conceptos de “civilización” (hombres de razón - blancos-gobierno) y la barbarie
(indios naturales—a los cuales les es atribuida una vida miserable, sin advertir que opera un
modelo latifundista en donde no hay lugar para el “otro”.
La última obra elegida dentro de nuestro reducido corpus es El resplandor ( 1937) de Mauricio
Magdaleno. Esta obra describe la miseria, el abuso y la “esperanza” de los otomíes el Valle del
Mezquital: los de San Andrés de la cal, los de San Felipe Tepetate y los habitantes de la Brisa.
Los personajes son seres determinados por la miseria de unas tierras, que como el nombre de los
poblados lo indica, sólo existe cal y tepetate; sin embargo tienen que “esperar la construcción de
una presa” por parte del nuevo presidente municipal: don Saturnino Herrera, presa que no será
construida por causas evidentes: la ostentación del poder y la negativa de ayudar a los indios, que
si en un principio vieron en él una vía de desarrollo, más tarde sólo pueden verlo como un
“diablo”: “Ahora todo estaba frustrado para siempre. Era, a secas, el verdugo de los otomíes , el
malvado que los engañó con ficciones y palabras huecas y luego los sacrificó a su insaciable
codicia y los hizo asesinar por manos de los de Rendón”33.

32
Gregorio López y Fuentes. El indio, Pról. de Antonio Magaña- Esquivel, Purrúa ( Sepan cuantos núm. 218),
México, 2000. p. 75.
33
Mauricio Magdaleno. El resplandor, LECTORUM, México, 2001. p. 283.
El resplandor responde al modelo de escritura de la novela indigenista en el sentido de que
está presente la figura del maestro rural; no viciado por los que ostentan el poder y convencido
de que sólo a través de la educación se puede lograr la emancipación de los campesinos
indígenas, sin embargo los naturales rechazan la educación a cambio de la esperanza de poseer un
pedazo de tierra fértil para los suyos.
A nuestro juicio, El resplandor es una crítica al Estado posrevolucionario, basado en las
promesas de una mejor calidad de vida para las comunidades campesinas inmersas en una
miseria secular.
Lo anterior nos sirve para ejemplificar que Balún Canán no comparte escenario con la
novela indigenista de corte tradicional cuyo objetivo es la denuncia de un sector anquilosado
cultural e históricamente. A excepción de la obra de Revueltas – que tampoco responde a dicho
modelo- la obra de Castellanos está mucho más cercana al análisis existencial, sobre todo de la
etapa infantil. Desde este punto de vista Balún dialoga de manera perfecta con Los ríos
profundos del peruano José María Arguedas, que se publica un año después que la de
Castellanos. La situación es en gran escala la misma de Balún: un niño <transculturado>
“consciente” del problema indio en el Perú, separado de la figura materna y en gran medida de la
paterna, y por lo tanto se introduce en el mundo indígena.

C) PRIMERA REVELACIÓN COMO GÉNESIS DE BALÚN CANÁN

La publicación de la primera novela de Castellanos, tiene su origen en el cuento “Primera


revelación” de 1950, texto publicado en la revista América. El tratamiento del tema es diferente al
de la novela, sin embargo en este texto se pone mayor énfasis en la relación entre la niña y
Mario, así como en la muerte de éste. La figura de la nana- tan significada en la novela-, no hace
su aparición, ni física ni referencial. La “niña”, narradora en primera persona, presenta la
relación desigual entre el hermano y ella. A diferencia de la novela, - y por motivos evidentes de
expansión-, los lugares y los personajes son reducidos: la casa, la calle y el cementerio (en el
poblado de Comitán).
Lo que se rescata como génesis de Balún, es la muerte de Mario, aunado a un miedo y a un
sentimiento religioso. La presencia de los indios es nula; de ahí nuestro interés por analizar a la
novela desde un punto de vista meramente autobiográfico, y ¿ por qué no?, desde la perspectiva
de la reflexión feminista aún parcialmente. La propia Rosario en alguno de sus ensayos de El uso
de la palabra, se refiere a sus tres obras calificadas por los críticos como “indigenistas”, así
como a Los convidados de agosto, de la siguiente manera:
... si hay un hilo que corra a través de las páginas de Balún Canán, de Oficio de
Tinieblas, de Ciudad Real y de Los convidados de agosto, no son las tierras altas
de Chiapas, en las que se desarrolla la anécdota ni la inconformidad y la rebeldía
de un grupo contra sus opresores, ni, menos aún esos opresores cerrados en una
cárcel de prejuicios que no son capaces de abandonar porque fuera de ella, su vida
carece de sustento y sus acciones de justificación.
No, la unidad de esos libros la constituye la persistencia recurrente de ciertas
figuras: la niña desvalida, la adolescente encerrada, la solterona vencida, la casada
defraudada. ¿ No hay otra opción? Dentro de esos marcos establecidos, sí. La
fuga, la locura, la muerte. La diferencia entre un cauce y otro de vida es
únicamente de grado. Porque si lo consideramos bien, tanto las primeras como las
otras alternativas no son propiamente cauces de vida, sino formas de muerte.34

El hilo conductor es claro: la presencia femenina en un núcleo social dominante y excluyente.


La presencia de Catalina, Idolina, Teresa ( en Oficio), Romelia, Ernestina, Cástula, ( de Los
convidados), Manuela y su hija (en “El don rechazado”, perteneciente a Ciudad Real, o “
Modesta Gómez”, del mismo libro), además de todos los personajes femeninos de Balún, de sus
piezas teatrales, de su poesía, en sus ensayos, e incluso de su novela póstuma Rito de iniciación,
y de manera evidente en Álbum de familia. Castellanos apela al lector para que éste centre su
atención en los personajes femeninos en relación a las alternativas de desarrollo ya sea familiar
e intelectual. En este sentido es que orientamos el estudio de Balún, así como el de su génesis.
El título: “Primera revelación”, alude de manera directa a un conocimiento inmediato, pero
abstracto para los dos hermanos: la existencia de Dios, que no obstante, - a pesar de que según la
niña – Mario posee una “sabiduría innata”, no logra descifrar. La revelación inmediata para la
niña (mujer) es sentirse relegada y devaluada frente al hermano (varón), sin embargo la disputa,
al menos para ella, no se manifiesta a través del sexo, sino a través del conocimiento (revelación).
La relación entre los hermanos se convierte desde la óptica de la niña, en una lucha de ideas; así
pues, se establece una relación de rivalidades: cuando ella quiere enseñar ( compartir
conocimientos), al que es “un año menor”, éste ya está enterado:
Sabía... que los sucesos que uno veía en el cine eran ficciones... que los pétalos de
los geranios eran el mejor borrador de pizarras habido y por haber... un día, al
volver de la escuela... le participé que Cristóbal Colón había descubierto
América. Mario, que por su edad, deletreaba todavía en la cartilla y permanecía en
la casa durante mi ausencia, me miró con una leve compasión. Una sonrisa media

34
Rosario Castellanos. El uso de la palabra., Ediciones de Excélsior, (Crónicas), México, 1974, p. 229.
burlona, medio condescendiente, curvó sus labios. Y me contestó: sí y en un
barco.35

Los datos que en la novela no están incluidos son: la maestra con frecuencia “enferma del
hígado” (p.940). La niña, - como método para aligerar el aburrimiento-, o más bien su soledad se
inventa un ídolo: Rosita, que en el juego es el sustituto de las muñecas, que la niña- de manera
muy conciente- rechaza36. Sin embargo se traslada del cuento a la novela el gusto que la niña
tiene de la palabra “meteoro”, que de manera significativa antepone el gusto por la escritura. Así,
pues, en el cuento se lee: “las alumnas bordábamos manteles, iluminábamos mapas y
aprendíamos, maravilladas, el significado de la palabra meteoro” (p.940). En la novela, la
protagonista escoge el signo lingüístico “meteoro”, la descubre y la hace suya; por el contrario,
en el cuento, se le proporciona, es decir, no la descubre. En la novela se lee: “ [la maestra]
permite que cada una escoja lo que mejor le convengan. Yo escogí desde el principio, la palabra
meteoro. Y desde entonces la tengo sobre la frente, pensando, triste de haber caído del cielo”
(p.22).
En “Primera revelación”,la niña acepta ser diferente del hermano, no sólo en sexo37 e ingenio,
sino también en gustos, sin embargo están unidos por un sentimiento: el miedo a dos “objetos
temibles”, un perro, que si en un principio anhelaron, ahora los asusta, y por otro lado la imagen
estereotipada que Mercedes (la amiga de su madre que les enseña la doctrina) les proporciona.
Es evidente que a lo largo del cuento la idea que se tiene del cielo, así como de Dios, es
catastrófica: “ Una mañana Mario me despertó sacudiéndome. Estaba pálido. Había tenido una
pesadilla, un mal sueño. Había soñado a Dios” (p. 447 el subrayado es mío). La religión como
credo, está basado en la visión maniqueísta del bien y del mal que perturba y amenaza a los

35
Rosario Castellanos. “ Primera revelación”, en Obras I. Narrativa, FCE (Letras mexicanas), México, 1996, pags.
940-491.
36
La visión que la niña tiene respecto a las muñecas, es la de un “objeto”, que en su caso, no la entretienen:
“ inanimadas, la boca entreabierta y el mismo vestido que les pusieron en la tienda” (p.941). La niña en este sentido
no desempeña dentro del juego el rol de madre, que viste, da de comer, baña, e incluso reprendo o educa a sus hijos.
Por el contrario sus instintos maternales, no experimentados, los sustituye con la soledad, es decir: no se afianza
como sujeto porque la indiferencia a las muñecas será el principio de que se afirma como mujer, pero no como
madre.
37
La teoría psicoanalítica de Freud sobre la etapa infantil, señala que la niña llega a sentir envidia o frustración
( se siente castrada), cuando descubre el sexo del hermano. Simone de Beauvoir retoma en El segundo sexo los
señalamientos de Freud, pero aplicándolo a una sociedad en donde el conflicto no es la presencia o ausencia del
pene, señalando que el problema emerge de la sociedad l falocéntrica que reafirma la primacía y superioridad del
varón frente a la mujer. En “Primera revelación” la niña experimenta la envidia al sentirse “poco creativa” respecto
a los juegos ingeniosos del hermano, que tal parece “a ella nunca se le ocurrirían”, por lo tanto la rivalidad entre los
personajes del cuento se orienta hacia las ideas: la niña como sujeto social comprueba su” inferioridad”.
niños: no quieren ir al cielo, Mercedes ( Amalia en Balún), les ha infundido, no el respeto y la
veneración a un Dios, sino el rechazo, el miedo y el acoso de un Dios “poderoso”.
Al caer enfermo el hermano, (apendicitis), y ante la presencia inquisitiva del cura, la niña
ingenia la forma de que Dios no se lleve a Mario:
Cuando Dios llegara le diría que se había equivocado, que éramos unos niños
muy malos... Pero si insistía, a pesar de todo en llevarse a Mario que era por quien
mostraba predilección porque a mi no me hacía ningún caso, yo lo escondería a
mis espaldad. Como Mario era más pequeño que yo no se vería. Además yo podía
ponerme uno de los vestidos de mi madre. Extendería los brazos y siendo las
mangas tan anchas lo cubriría íntegramente. Mire usted, le diría yo, aquí no está.
Se ha ido, tal vez por allá. Y señalaría al azar y Dios se iría detrás del engaño y
nosotros quedaríamos felices, libres. (p. 951)

El pacto entre los hermanos se establece a través de una asociación de ideas desagradables
sobre lo que es Dios – según se los presenta Mercedes “con sus ojos que tienen un brillo
maligno” (p.950). El personaje de Mercedes dista mucho del personaje de la novela, porque en
“Primera revelación no hay un secreto”, en Balún sí: (la llave), y es lo que le crea la culpa a la
protagonista. Mercedes es más bien la imagen de la soterona “malvada” cuyo papel se limita a
crear una conciencia fatalista. En síntesis, consideramos que la muerte del hermano, así como la
rivalidad de los sexos es lo que se rescatará en la novela, aunado al despojo del latifundio,-
presentado a lo largo de la novela-, y sólo referido al inicio del cuento como un pasado: “Ahora
sé que es imposible, pero entonces la casa en la que vivíamos era mucho más grande,
incomparablemente más grande, que el pueblo donde estaba la casa” (p. 939 . El subrayado es
mío).

“Primera revelación” transcribe casi de manera textual, el final de la novela: “Al llegar a la casa
cogí un lápiz y con mi letra inhábil, tosca, escribí el nombre de Mario en las paredes del
corredor. Mario, en los ladrillos del jardín. Mario, en las páginas de mis cuadernos. Para que si
Dios venía alguna vez a buscarlo creyera que estaba todavía aquí” (p.954) En capítulos
posteriores trataremos de explicar las diferencias entre los dos finales.
Como mencionamos a lo largo de este trabajo, el tema de la mujer es trabajado por Rosario
Castellanos en la variedad de sus escritos como actividad creativa y crítica. Existen otras historias
que son retomadas de un texto a otro y que se relacionan directamente con la biografía de la
autora. Como en la génesis de Balún Canán, existen otros textos como “Historia mexicana”,
publicado en Excélsior el 24 de julio de 1966 y recopilado en 1974 en las notas periodísticas38
de El uso de la palabra. Este relato breve recrea la primera parte de la novela póstuma Rito de
iniciación. Según Eduardo Mejía,- descubridor de la novela- afirma que la escritura de ésta
corresponde al año de 1965. Los amigos de la escritora, así como sus críticos han señalado la
censura o el poco valor que algunos lectores del manuscrito le dieron a la novela, motivo
suficiente para que Castellanos decidiera no publicarla, aún cuando públicamente anunció su
aparición en 1964. Historia mexicana”, sólo incluye las aspiraciones y la decisión de Cecilia
para estudiar en la Universidad, por tal motivo, la gente y Enrique ( su enamorado) la ven como
“anormal”, porque en lugar de: “aprender corte y confección o cultura de belleza [ oficios
socialmente destinados a la mujer] Cecilia picaba más alto. Iba a ingresar en la Universidad, a
hacer una carrera como cualquier hombre”39 En esta narración la autora deja ver el complejo y
cerrado mundo de una sociedad tradicional y recalcitrante en donde cada sexo tiene destinados
roles específicos, sin embargo, para Cecilia, como para Rosario Castellanos40, la transgresión
como significado de superación, las hacen autodefinirse como sujetos independientes y con
aspiraciones intelectuales, es decir, rompen con el enraizado estereotipo en donde la mujer espera
la “edad de merecer” para casarse, convertirse en la esposa y madre. Existen para Cecilia otros
ámbitos como la escritura y la palabra, que la hace antes los “otros” un ser extraño:

Era anormal. No es que hubiera nacido con seis dedos en los pies, ni que se
hubiera enamorado de un asno, de un pavorreal, no de alguna de sus compañeras
de juego. No es que le hubiera brotado un lobanillo en la nariz ni una joroba en la
espalda. Era que hablaba. Y decía todo lo que se le ocurría y se le ocurrían cosas
que no se le ocurrían a los demás. No, incoherencias no. Rarezas, asociaciones
peregrinas de ideas, comparaciones ridículas de figuras, calificativos exactos de
hechos. (El subrayado es mío)41

La decisión de no publicar la novela no significa que Castellanos no rescatara la historia, -


que tal parece- le resulta muy importante. Las narraciones breves de Castellanos, como
documentos autobiográficos, “ Primera revelación”, Historia mexicana” y “ Tres nudos en la red”

38
En las publicaciones de Excélsior, Rosario Castellanos va más allá de la nota periodística e informativa, pues en
ocasiones elabora crítica literaria ensayo o narraciones breves.
39
Rosario Castellanos. “ Historia mexicana”, en El uso de la palabra, Excélsior, (Crónicas) , México, 1974, p. 51.
Otro texto en donde se retoma la misma historia se encuentra en la pieza teatral en Tablero de damas (1952),
retomado en el cuento “Álbum de familia”, que a su vez aparece como parte de la novela póstuma de Castellanos.
40
Para nuestro tema de autobiografía, Rito de iniciación , corresponde a la etapa adolescente de Rosario Castellanos:
la joven de provincia que llega a la ciudad de México para ingresar a la Universidad en la carrera de Filosofía,
después de que siente adversión a los métodos de enseñanza de las letras.
41
Rosario Castellanos. “ Historia mexicana, Ibid. págs. 48-49.
constituyen el desarrollo personal e intelectual de la autora; el primero corresponde a la niñez,
mientras que los dos restantes a la autoafirmación como sujeto intelectual, además de las Cartas
a Ricardo en donde el desarrollo intelectual y por lo tanto creador, ya se ha alcanzado.

A) ORGANIZACIÓN DISCURSIVA EN BALÚN CANAN

El texto analizado está constituido por sesenta y seis capítulos dividido en tres partes. La
distribución textual es de la siguiente manera: primera parte (XXIV capítulos), segunda parte
( XVIII capítulos), tercera parte (XXIV). Como vemos la primera y la tercera parte tienen el
mismo número de capítulos. Los epígrafes que preceden a las partes son citas de libros
prehispánicos: El Libro de Consejos, el Chilam Balam de Chumayel, y los Anales de los
Xahil. La novela se construye a través del diálogo entre los personajes aun en la segunda
parte, a pesar de que los comentarios del narrador omnisciente en tercera persona llegan a
tener tintes críticos o hasta irónicos. A diferencia de algunas novelas indigenistas, la narración
de Balún Canán no se auxilia de un paratexto que ayude al lector a entender un lenguaje
cortado, folclórico, o regionalista, pues las expresiones comitecas o palabras en tzeltal como :
tzec, dzulum, Catashaná, etc., están referidas en un contexto. Balún Canán puede ser leída
dentro de la corriente del realismo crítico, por la re-visión sociológica que se hace de los
personajes más vulnerables en la narración: el indio y la mujer. La objeción que nosotros
hacemos es que el realismo crítico en Castellanos no es totalitario en la narración, pues las
creencias indígenas, la idolatría, los mitos, y la propia prosa poética que emplea la autora,
rompe con la denominación genérica de lo que es el realismo. Entre las tres partes que
construyen la novela se presenta lo que Tzvetan Todorov en Littérature et signification llama
“ historia de la novela (ficción) e Historia en la novela (el problema indígena nacional)
presentado por el narrador omnisciente”. En la novela también se hace uso del realismo
mágico al hablar de los indígenas, de sus mitos, de elementos naturales sagrados, etc.42

42
La terminología de “realismo mágico” es propuesta por Alejo Carpentier en la primera edición de su novela El
reino de este mundo (1949) para el escritor cubano el continente americano es una crónica natural de lo real
maravilloso presente en la naturaleza, el hombre, la historia y los mitos de los pueblos americanos. Una de las
característica de lo real maravilloso que a su vez lo diferencia del realismo mágico, es la naturalidad de la vida en
general– materia bruta la llama Carpentier-, por encima del artificio, en este sentido se puede hablar de una realidad
objetiva y cotidiana que se presenta a los ojos del hombre no americano como insólito. Cabe mencionar que lo real
maravilloso según Carpentier no debe confundirse con lo fantástico que resulta ser más enigmático, inexplicable, y
por lo tanto cae en el descrédito. Para Carpentier, en la medida que el escritor americano descubre las formas de
Balún Canán es el antiguo nombre que los naturales le dieron a Comitán, Chiapas. El
título de la novela alude,- como lo desarrollamos más adelante,- a los nueve guardianes de
Comitán; es decir que Rosario Castellanos elige un código ajeno a la visión occidental. La
anécdota de la novela es la siguiente: Una niña de siete años, sin nombre, narra en primera
persona la relación entre su nana india y su familia mestiza. A través de las narraciones de la
nana, la niña va introduciéndose en un mundo diferente al suyo, es decir, su infancia
transcurre entre un espacio occidental e indígena. De manera significativa la novela inicia
con la narración que la nana hace sobre la conquista, es decir comienza hablando de los indios
como conquistados, mientras que en el final del la obra, lo aniquilados económica y
socialmente son los contrarios a los indios, es decir, los Argüello.
Existe en la novela de Castellanos una unidad lógica entre la primera y tercera parte: el
escenario lo ocupa la niña, mientras que la segunda parte, el cambio de narrador personaje a
narrador omnisciente, se debe, según nuestra hipótesis, a que el problema indigenista de
Chiapas, requiere un narrador no infantil, por lo tanto, de manera significativa la niña
desaparece no sólo como narradora, sino como personaje43 cediéndole la palabra a una voz
¿ autora- narradora adulta? que cuenta los conflictos y los cambios políticos a nivel local y
nacional, impulsados por el gobierno de Cárdenas, Así pues, el segundo capítulo de la novela
relata una serie de conflictos entre los indios y los Argüello 44, este acontecimiento, así como
el cambio de gobierno, vienen a poner fin al latifundio chiapaneco, del cual el padre de la
niña es representante. Tanto los críticos de Castellanos, así como la propia autora, señalaron
la fragmentación entre la primera y tercera parte en relación a la segunda. Tomando como
base la escritura autobiográfica, nosotros hablamos de una mirada adulta por parte del
“narrador- autor”, que consciente de la problemática indígena de los años treinta puede hablar
de una parte de la “nación”. Por otro lado debemos señalar que si la niña no relata la segunda
parte es por que aún no tiene conciencia histórica suficiente y, por lo tanto, resultaría
inverosímil. La nana en el capítulo IX de la primera parte le dice: “Todavía no lo sabes. Pero

vida de los pueblos plasma una realidad – identidad (real) que ante los americanos resulte cotidiana, mientras que
para los “otros” impresionista (maravilloso) se puede hablar de una literatura “real maravillosa. Esta tesis es
desarrollada en Tientos y diferencias, ARCA, Montevideo, 1967.
43
En el capítulo IX, la niña aparece en el río y le comunica a Matilde que extraña a su nana y quiere regresar a
Comitán.
44
Entre los grandes poseedores de la tierra comiteca, destacan en la época los apellidos: Castellanos, Domínguez,
Rovelo, y Grijalva, Tovar, Albores, Román, además del Argüello.
si miras con atención, cuando tengas más edad y mayor entendimiento lo conocerás”45, por
otro lado, la protagonista, al inicio de la novela, insiste en que ella sólo mira lo que está a su
nivel; en este sentido, el problema nacional aún no lo está. Por lo anterior, consideramos que
la segunda parte puede leerse dentro de un contexto sociológico más que literario, mientras
que las parte restantes resultan más literarias. La primera parte en relación a la tercera
contiene tintes eminentemente más poéticos que se infieren de acuerdo a la subjetividad de la
narradora en relación a su espacio familiar y social. Aunque esta primer novela de Rosario
Castellanos sigue un modelo hasta cierto punto convencional, no podemos hablar de un
realismo en un sentido amplio similar al siglo XIX o principios del XX, pues la subjetividad
autobiográfica y el empleo del recurso poético la acercan a una escritura más novedosa.46 La
repartición narrativa sigue un orden cronológico en toda la novela a pesar de que el cambio e
intenciones del narrador omnisciente se centran el un análisis social. Existen por lo tanto una
continuidad de acciones que no se ven interrumpidas por el abrupto cambio de narrador.

CAPÍTULO II
Autobiografía y novela: El tema del narrador

A) Voz y focalización narrativa

El concepto que se tiene del género autobiográfico es tan ambiguo aún en nuestros días, como
lo es la diferenciación entre cuento largo y novela corta. A pesar de las abundantes páginas que
los teóricos y críticos le han dedicado a este tema, no hemos encontrado una definición que sea
45
Rosario Castellanos. Balún Canán, en Obras I. Narrativa, FCE ( Letras mexicanas), México, 1996, p. 35. A partir
de aquí, cuando cito parte de la obra, sólo coloco el número de página después de la cita.
46
Existe en Hispanoamérica todo un corpus de novelas escritas principalmente por mujeres que recurren a la
narración infantil, en algunos casos con tintes autobiográficos, sirvan como ejemplos de literatura mexicana:
Molinos sin viento (2001) de Angelina Muñiz- Huberman, que cuanta en tercera persona, la historia de Alberina
( fonéticamente parecido al nombre de la autora: Angelina) una niña burguesa y judía, que crece y es educada en un
colegio católico. Existe, como en la novela de castellanos, la muerte de un hermano, del que se conservan sus
juguetes y demás objetos dentro de un baúl ( la memoria).
Un segundo ejemplo corresponde al relato Lilus Kikus de Elena Poniatowska (1954). Lo citamos sólo para
referirnos a la escritura de un personaje infantil. Dicha publicación, ilustrada por Leonora Carrington, puede leerse
como literatura infantil, pues el narrador en tercera persona presenta a Lulis como una niña burguesa que juega,
hace travesuras, explora, contempla y va conociendo. Sobre la literatura de personajes infantiles escrita por mujeres
consúltese: Nora Pasternac, Ana Rosa Romenella y Luzelena Gutiérrez de Velasco. ( Coordinadoras). Escribir la
infancia. Narradoras mexicanas contemporáneas. COLMEX ( Programa interdisciplinario de estudios de la mujer),
México, 1996.
útil y aplicable a Balún Canán. Por nuestra parte, no queremos a ultranza decir que dicha
novela sea autobiográfica, simplemente presentamos algunas similitudes entre la vida de la autora
en relación a su primer novela, así como también en otros textos que se relacionan directamente
con la escritura autobiográfica, pero nunca desde el “Yo- Rosario”: “ Primera revelación”
(1950), “Tres nudos en la red” ( 1961), y algunos poemas como “Entrevista de prensa”47, e
incluso su novela póstuma Rito de iniciación (1997) en donde sostiene la necesidad personal
y/o existencial por la escritura. Este tema será tratado en el capítulo de “Temas reiterativos”.
El tema de la autobiografía o de los textos autobiográficos, según Georges May y Philippe
Lejeune se puede rastrear desde Las confesiones de San Agustín hasta nuestros días, pasando por
toda una serie de textos que May analiza en su libro La autobiografía (1979). A pesar del
interesante y exhaustivo estudio que hace el autor, no logra – y así lo advierte al final del libro-
dar una definición de lo que es la autobiografía, precisamente porque – según nuestro criterio- no
existe una fisiología de los textos autobiográficos. May se pregunta si ¿ son clasificables las
autobiografías?, pregunta a la que no da un respuesta. Frente a estas interrogantes cabe
preguntarse ¿ cómo se lee un texto? ¿ tomando en consideración la vida del escritor y su entorno,
o como una ficción?48 De cualquier forma, la obra – en este caso la novela- por ser una “ficción”
debe leerse como tal y el hecho de que el lector tenga en sus manos un documento
autobiográfico, no es en ninguno de los casos prueba de que sea verídico, al menos en su
totalidad.49 En el capítulo que May le dedica al “punto de vista del lector”, es interesante
reconocer que las autobiografías o libros autobiográficos con frecuencia se convierten en los
preferidos para el afanoso lector que trata de encontrar en el texto el último resquicio de la vida
del creador para asociarlo con la creación, ya que esto le produce placer e interés por la lectura.
Frente a esta diligente investigación del lector surge el problema de (ficción y realidad)
La definición más simple sobre la autobiografía, es la que da May: “ la autobiografía es una
persona hecha por ella misma”50. Haciendo a un lado algunos textos autobiográficos y religiosos
como Las confesiones, podemos decir que la autobiografía o la autografía (término propuesto

47
Este poema pertenece a la publicación Poesía no eres tú. Obra poética: 1948-1971, FCE (Letras mexicanas),
México, 1995.
48
Como la anotamos en la Introducción, todo escritor, aun los que utilizan el género fantástico, escriben sobre su
entorno inmediato, sobre un suceso que les resulta importante o que conocieron de cerca. La pregunta que surge es:
el tema del exilio o de la dictadura, por mencionar dos ejemplos, ¿ puede leerse como un texto autobiográfico?
49
El diario íntimo, las memorias e incluso las biografías, resultan con mayor frecuencia más verídicas que la
autografía. Para mayor información confróntese el libro de Georges May.
50
Georges May. La autobiografía., trad. De Danubio Torres Fierro, FCE (Breviarios), México, 1982, p. 13.
por Jean Molino y retomado por Rolf Eberenz y otros críticos) se basa en el individualismo del
autor que con ayuda de la memoria y la palabra escrita, manifiesta cierto pasaje de su vida, si no
es que un recuento cronológico a manera de balance o justificación frente al lector-juez51. Darío
Villanueva define a la autobiografía como: “una narración autodiegética construida en su
dimensión temporal sobre una de las modalidades de la anacronía: la analepsis y la
retrospección...”52 Georges May dice que el objetivo perseguido por parte del autobiógrafo es:
“recobrar el movimiento de su vida”53 ( en el caso de Balún, sólo la infancia). Estamos
convencidos de que la etapa infantil significó para Castellanos no sólo el fin del sistema señorial
(al menos el de su familia), sino que fue decisivo para lo que simbólicamente se traduce como la
necesidad de escribir. Para Georges May: El propio acto de poner por escrito el recuerdo que se
tiene de un acontecimiento del pasado implica inevitablemente una aproximación o un
enfrentamiento entre el pasado del recuerdo y el presente de la escritura
La idea generalmente aceptada sobre el fenómeno autobiográfico es que el autobiógrafo es
una persona madura cuyo testimonio está asociado a una conciencia igualmente madura. La
publicación de Balún Canán se da cuando Castellanos tiene treinta y dos años; es su primera
novela y sólo ha publicado ensayo, poesía, teatro y algunos relatos.
Aunque de manera casi sistemática, se advierte que el uso del “yo” es característico en la
autobiografía,54 es común encontrar obras en donde se inventa un personaje como
distanciamiento entre el autor y el lector y en donde el personaje funge por un lado como
mediador y por el otro como pretexto para la composición estética, a esto Georges May lo
denomina “ autobiografía por interpósita persona”. En el caso de Balún la niña desempeña este
papel, es decir, la autora no compromete su función creadora dentro de la diégesis.
Benedetto Croce afirma la inexistencia fehaciente de los géneros literarios, pero frente a
este problema del género, habría que reconsiderar el cómo se lee la novela de Castellanos: como
autobiográfico o como novela, considerando la magnitud que implica encasillar la narración
nosotros proponemos una lectura híbrida que permita a su vez diferenciar los rasgos
autobiográficos, pero sin apartarla de la ficción.

51
Esto es lo que Lejoune llama “ el pacto entre el autor y el lector”
52
Darío Villanueva. “Para una pragmática de la autobiografía”, en Ensayos, Labor, Barcelona, 1995, p.76
53
Georges May. Op cit., p. 33.
54
May menciona que la curiosidad del público lector por conocer la vida de un escritor, lleva a este en ocasiones a
titular su autobiografía con títulos alusivos como: Historia de mi vida, Recuerdos de infancia, etc., desde éste punto
de vista – advierte- se cae en el peligro de que un escritor no conocido, sea más valorado por su vida que por su obra
(no autobiográfica).
Aplicando lo que hasta aquí hemos expuesto, a continuación presentamos un breve cuadro en
relación a la autobiografía, que en su momento nos servirá para desglosar algunos puntos:

Autobiografía Personajes Tiempo Objetivos de la Narradores


escritura - Niña (primera
-Cuadros mentales -Autor (creador)- Cronológico-
autobiográfica persona). Manejo
que se construyen a estructural (partes I
personaje (niña) - Rememoración de del discurso
través de la y III)
un pasado que existencial. ( Partes
memoria. -Autor – persona -Tiempo mítico o
resulta decisivo I y III)
-Es una biografía interpósita ancestral
para el autor, así - Omnisciente en
escrita por el propio (epígrafes,
como la recreación tercera persona.
autor. narraciones de la
de un contexto (mira el problema
- Emplea la nana)
referencial agrario nacional).
autodiégesis y -Temporal
(Chiapas y el Trabaja con el
recurre a la (Gobierno de
problema indígena) discurso histórico-
retrospección, para Lázaro Cárdenas.
social y
justificar o Parte II)
antropológico.
autojustificar el
pasado en el
presente.

Con el cuadro anterior queremos señalar los diversos tipos de discursos y tiempos empleados
a lo largo de la narración. En Balún, la autodiégesis se presenta de la siguiente manera: existe un
autor real: (Rosario Castellanos) que alude a un autor personaje ( niña). La relación entre una
(narradora- autora,) adulta, y (un narrador- personaje), infantil, se basa en la relación intrínseca
que ambas tienen con su mundo: (Chiapas. Siglo XX). El tiempo que ocupa la narración de la I y
III parte tiene una aparente continuidad. Es un tiempo real dentro de un contexto social: reparto
agrario y muerte de Mario. El tiempo mítico o ahistórico se representa a través de la memoria y
de las narraciones de la nana y de Felipe, así como de los epígrafes de los libros prehispánicos.
Es palpable la atención narrativa por parte de la niña hacia el empleo de un discurso de carácter
existencial. Sólo la segunda parte de manera amplia, se ocupa del estudio histórico- social y
antropológico: ( el indio como problema).

B) LA AUTOBIOGRAFÍA COMO INTRATEXTUALIDAD EN BALÚN CANÁN


Pregunta el reportero, con la sagacidad
Que le da la destreza de su oficio:
-¿ Por qué y para qué escribe?

-Pero señor, es obvio. Porque alguien


(cuando yo era pequeña)
dijo que gente como yo no existe.
Porque su cuerpo no proyecta sombra,
porque no arroja peso en la balanza,
porque su nombre de del los que se olvidan...

Rosario Castellanos.

Hasta el momento nos hemos asociado con términos como autografía, autobiografía o novela
personal, nosotros preferimos emplear el término “intratextualidad”, para explicar de qué manera
se introduce la vida del autor y/o sus experiencias dentro de la obra. Considero que la propia vida
del autor se traduce como un texto autodiegético, aún si no ha sido escrito como autobiografía.
Es en este sentido que lo identificamos conceptualmente con el término “Intratextualidad”, es
decir, la narradora lo utiliza en su novela como un texto personal.
Existen muy pocos referentes extraliterarios confiables que nos ayuden a descifrar el lugar que
la escritora ocupa dentro del patriarcado familiar, sin embargo ella misma refiere en Los
narradores ante el público (1966):
Tuve un hermano, un año menor que yo. Nació dueño de un privilegio que nadie
le disputaría: ser varón. Más para mantener cierto equilibrio en nuestras relaciones
nuestros padres recordaban que la primogenitura había recaído sobre mí.... Esta
rivalidad, cuyos matices amenazaban con ser infinitos, se interrumpió
abruptamente con la muerte de mi hermano, recurso que les permitió expulsarme
para siempre del campo visual de unos padre ciegos de dolor y de nostalgia.
Recuerdo un jardín enorme y abandonado; unos corredores desiertos; unas alcobas
clausuradas. Recuerdo la cripta, húmeda, oscura, fragante de flores y de ceras,
resonante de sollozos y alaridos. Me recuerdo a mí misma, sola.
Para conjurar los fantasmas que me rodeaban yo no tuve a mi alcance más que las
palabras. Más una vez pronunciadas su poder se evaporaba, se diluía en el aire, se
perdía. Era preciso fijarlas en una sustancia más firme, en una materia más
duradera. La cal de las paredes – donde apuntaba el nombre del muerto- se
descascaraba. Las páginas de mis cuadernos se rompían. Pero aún estas catástrofes
tardaban más tiempo en producirse y durante ese tiempo yo me sentía fuerte y a
salvo de quién sabe qué amenazas.55 ( El subrayado es mío).

Otro documento extraliterario sobre la muerte del hermano lo encontramos en las Cartas a
Ricardo, en él Rosario Castellanos expresa la inseguridad que siente desde la infancia y la
adolescencia para hacer felices a los demás:
Usted sabe que tuve un hermano y que se murió y que mis padres, aunque nunca
me lo dijeron directa y explícitamente, de muchas maneras me dieron a entender
que era una injusticia que el varón de la casa hubiera muerto y que en cambio yo
continuaba viva y coleando. Siempre me sentí un poco culpable de existir; durante
todos esos años hubiera querido pedir perdón a todos por estar viviendo...

55
Tomado de Los narradores ante el público, Joaquín Motriz, ( Confrontaciones), 1966.
Además constantemente me echaban en cara que si yo no hubiera vivido ellos
hubieran podido tranquilamente suicidarse pero que yo los ataba a una vida que no
deseaban y que soportaban sólo por su sentido del deber... Cuando alcancé a
darme cuenta de la injusticia de esta posición y de este trato me rebelé
violentamente contra ella; lo dije todo, reclamé, protesté, sin respeto y sin piedad.
Ellos lo reconocieron y quisieron cambiar dándome un afecto que yo rechacé por
parecerme tardío. 56

La citas nos sirve para contrastar un referente extraliterario con lo que en su momento
analizaremos como el “oficio de la niña” (la escritura infantil en las paredes y los cuadernos, que
más tarde se convertirá en la palabra escrita: en la obra). Frente a un destino tan desolador, lleno
del dolor de los padres en un mundo donde el omnipresente sigue siendo el hermano muerto,
recurrimos a la pregunta formulada por Aralia López en el análisis de Oficio de tinieblas: ¿ Hay
un presente? (para la niña). El presente inmediato es el continuar y el futuro sólo puede ser (hasta
el momento), el de la escritura interminable. Desde este punto de vista, en realidad la
autobiografía entraña un testimonio, que en esta ocasión está presente tanto en la novela como en
lo extraliterario (la entrevista y las cartas).
Para Jean Molino: “ La autobiografía, como todos los géneros literarios, pero de forma tal vez
más evidente, tiene un fundamento antropológico; hay situaciones de existencia en las que
aparece un retorno sobre sí mismo y esas situaciones dan origen a diversas conductas de las que
la autobiografía no es más que una manifestación entre otras”57
Aunado al fundamento antropológico, nosotros incluimos un fundamento existencial, que en
el caso de Balún se aplica de la siguiente manera:

Fundamento existencial Fundamento histórico- social, antropológico


El lugar que ocupa la niña en un mundo Situación social – (nacional) - Conflicto entre indios
sociocultural de carácter sincrético (indios y y señores - ( La ideología, los intereses y las clases
blancos), basado en la exclusión tanto social sociales, no son compatible - Fin del sistema señorial
(indios) como de género (mujeres)

Como ya señalamos, la crítica literaria ha incluido a Balún Canán como parte de la trilogía
indigenista de Castellanos, sin embargo nosotros preferimos verla como una novela de corte
autobiográfico, pues la presencia indígena sólo puede estar justificada por el entorno en que se
desenvuelve tanto la niña como su familia, aunque el discurso antropológico y existencial. –

56
Rosario Castellanos. Cartas a Ricardo, Op. Cit., p. 36.
57
Jean Molino. “ Interpretar la autobiografía”, en Ensayos, Labor, Barcelo, 1987, p. 59.
como se explica más adelante – se unen por la exclusión y la marginalidad. Ambos tipos de
discursos (el existencial y el social-antropológico aparecen contextualizados en relación estrecha
con la niñez de la autora, es decir, se recurre a un “yo perdido” que sólo puede ser recobrado a
través de la memoria y de la escritura de un “yo adulto”.
A continuación presentamos un cuadro en donde se observan los procedimientos narrativos
empleados por la autora en conexión a lo que May llama “empleo de persona interpósita”

Sujeto de la enunciación. ¿De Niña ( su mundo y relación con


quién se habla? los suyos)
Sujeto del enunciado ¿ quién Autora (recurre a la narración de
habla o quién escribe? una niña (que narra en primera
persona), pero no se compromete
como creadora de la ficción

Para Georges May la “autobiografía es deudora de la novela”58 en el sentido de que la


primera toma la estructura ficticia para recrear una historia que inevitablemente presenta la
oposición: “sinceridad (lo que espera el lector)- ficción (presupone una alteración temática por
parte del autor). La relación que el autor de La autobiografía encuentra entre la novela y la
autografía es que ambas tienen un fin: contar la historia de un personaje: “el novelista extrae
siempre los materiales de su obra de un mismo fondo, que es el de su experiencia personal, y por
otra parte, la novela conserva siempre huellas de ese origen, se vuelve literalmente imposible
distinguir entre el conjunto de esas novelas las que son “autobiográficas” y las que no lo son”59
Para Elena Ponoatowska la obra de Castellanos, como ninguna otra: “está tan ligada a la propia
vida como la de esta escritora, ninguna tan clara, tan rica en información personal”60
A continuación presento algunos elementos biográficos ( intratextuales) que informan
directamente al contenido de la novela y que reafirman en el caso de Castellanos, la alteración
literaria de “su verdad histórico-familiar y personal”, pero que al mismo tiempo coinciden de
alguna manera con acontecimientos reales en la vida de la autora:
1) Rosario Castellanos vive sus primeros años, hasta la adolescencia, en Comitán Chiapas
(lugar en el que se sitúa la novela).

58
Georges May. Op. Citl. P. 210.
59
Georges May. Ibid. p. 223.
60
Elena Poniatowska. “ Perfil de Rosario Castellanos por Elena Poniatowska”, citada por María Magdalena del
Carmen Argüello Díaz, en Recopilación cronológica de datos sobre Comitán de Domínguez, Tesis inédita, México,
1981, p. 136.
2) En una conversación con los dramaturgos Sergio Magaña y Emilio Carballido ( a quien le
dedica la novela), Rosario escribe en diez meses Balún Canán61.:

“La visitábamos mucho y empezó a contarnos, a Magaña y a mí, su infancia en


Comitán, su Chiapas.
-¡ Tienes que escribir todo eso!
Dudaba. La insistencia nuestra fue mucha: “tienes que, tienes que”. Poco a poco
fueron brotando las páginas cada vez más fáciles, más abundantes de Balún
Canán62.

Rosario Castellanos, en Los narradores ante el público, sobre la escritura de esta novela dice:

A medida que avanzaba iba cobrando conciencia de cuál había sido la vida en la
que había transcurrido mi infancia, de cuál era la clase a la que hasta entonces
había pertenecido y de que el problema indígena, en el que jamás me detuve a
pensar, demandaba ahora no sólo mi atención intelectual, sino una actitud moral
determinada. [ ficción] Me decidí entonces a volver a Chiapas y ver de qué
manera podía ser útil al Instituto Nacional Indigenista, que había establecido un
Centro Coordinador en San Cristóbal.[ praxis]63

3) Es a través de las historias de su nana Rufina ( sin nombre en la novela), y de sus cargadoras
(presentes en la narración con el nombre de Vicenta y Rosalía), que se adhiere y compromete de
manera ideológica con el sector indígena.
4) La muerte y la edad del hermano (un año menor que ella), coincide más o menos con el
personajes de la novela, que muere clínicamente de “apendicitis”
5) El nombre propio del padre (César) coincide con el referente real, aunque no así el apellido:
César Castellanos, ( César Argüello en la novela)64
6) El rechazo y la experiencia existencial son palpables tanto en la protagonista de la novela,
como en la autora real.
7) La familia Castellanos es prácticamente despojada de sus tierras con el reparto agrario durante
el gobierno del general Lázaro Cárdenas por lo que deciden vender la pequeña propiedad y
trasladarse a la Ciudad de México.

61
No es nuestro objetivo analizar el tiempo en la narración, sin embargo el periodo de escritura coincide con la
progresión narrativa. La novela comienza en el mes de febrero ( el en capítulo XII de la primera parte se festeja las
fiestas de San Caralampio de inician en 20 de ese mes), y la novela termina en el mes de noviembre ( capítulo XXII
de la tercera parte)
62
Emilio Carballido. “ La niña Chayo”, en Homenaje nacional a Rosario Castellanos, CNCA-INBA, México, 1995,
p. 29.
63
Emmanuel Carballo. “ Rosario Castellanos”, en Los narradores ante el público”, Op. Cit. p. 97.
64
Comprendemos que si Rosario no emplea su apellido en la narración, esto se debe a que desea mantener el
distanciamiento entre el lector y el autor para no comprometerse de manera objetiva; porque dentro de las similitudes
de la vida con la obra, es evidente que la historia está ficcionalizada.
8) Tomando en cuenta la fecha de nacimiento de la autora (1925) y relacionándolo con la edad
de la niña de la novela (7 años), podemos situar los acontecimientos textuales en 1932. de ser así,
literalmente observamos un desfase temporal en la narración, ya que el gobierno de Cárdenas
( 1934-1940) tuvo lugar dos años después, sin embargo, las alusiones en la novela al cierre de las
iglesias y al arresto del cura que acude a dar la extremaunción a Mario, etc., sí corresponden al
mandato de Plutarco Elías Calles todavía en 1932. En la historia real de la familia Castellanos
sabemos que cuando Mario Benjamín muere (1933) cuando Rosario tiene ocho años y él siete.
9) Según Elena Poniatowska, doña Pastora es un personaje real : “vende telas y trae noticias de
Guatemala”65
10) El nombre propio de la madre de Rosario: Adriana Figueroa no coincide con el de la novela:
Zoraida Solís (de los Solís de abajo) que antes de casarse trabaja como costurera en el barrio de
San Sebastián. ¿ por qué razón se le da otro nombre a la madre si en la narración y no así a otros
personajes como César y Mario?
11) La revelación sobre la muerte de uno de los hijos recae sobre una amiga de Adriana Figueroa,
cuando en la novela es la nana quien anuncia el suceso. La propia Rosario se refiere a este hecho
y lo traslada de manera casi textual a la novela: “Estábamos descansando en el comedor mi
hermano de siete años, mi mamá y yo, cuando entró despavorida ésta amiga, con el pelo blanco
todo parado y sin peinar, como una especie de medusa y le dijo a mi mamá que acababa de
aparecérsele un espíritu que le avisó que uno de sus dos hijos iba a morir. Entonces mi mamá se
levantó como resorte y gritó: pero ¿no el varón verdad?66
12) La muerte de Mario Benjamín junto con las pérdidas económicas de la familia, trajeron como
consecuencia la decadencia más que económica, existencial, tanto de la autora, como de sus
padres. Como consecuencia del desastre económico y emocional y existencial, la familia se
traslada ala Ciudad de México, en donde Rosario ingresa a la Universidad. En Rito de iniciación,
el narrador refiere la muerte del hermano de la protagonista:
Cecilia era hija única. Por lo menos desde que tenía memoria, porque más allá
hubo una atmósfera de la que conservó la sensación oscura de un duelo por algún
hermano muerto, de nostalgia por alguna criatura nonata. Algo de esa atmósfera
impregnaba aún los actos de su madre – inopinados, bruscos, doloridos- y sus
palabras como a detenerse en el brocal de un pozo cegado. ( El subrayado es mío)67

65
Elena Poniatowska. “Perfil de Rosario Castellanos por Elena Poniatowska” en Op. Cit. p. 147.
66
Ibid.p. 148.
67
Rosario Castellanos. Rito de iniciación, Alfaguara, México, 2000, p. 89. Una de las características de la
protagonista de la novela, es la pérdida de la memoria, que de manera significativa alude a la pérdida de la
En apartados anteriores hablamos sobre la auténtica veracidad de un texto autobiográfico en
relación a otros géneros como las memorias, el diario íntimo o las cartas. Si bien es cierto que la
infancia de Castellanos se inserta en el terreno de la ficción, hay que señalar que desaparecen
momentos o personajes no incluidos, esto no demuestra que dejen de ser importantes, tal es el
caso de María Escandón, la niña-compañera de juegos de Rosario, quien dice: “
Era una niña muy mimada, igual que su hermano Minchito, que murió de
apéndice... Yo la cuidaba, era su “cargadora”, como le dicen allá. Como de cuatro
años ella, yo como de siete.... Jugábamos a las muñecas, pero a pesar de que las
tenía bonitas (eran gente acomodada) preferíamos arrullar ladrillos o palos, a los
que pintábamos ojos... le gustaban los libros de monitos y se la pasaba pintando
garabatos. Yo creo que desde chiquita traía lo de escribir... A la muerte de sus
padres, Rosario se sintió libre y empezó a escribir, a hacer sus cosas, entonces se
soltó, como que despertó. Conocía a los indígenas desde chica, sabía de todas las
injusticias que sufren, su papá tenía dos fincas grandes, y los indios acudían a
trabajar... cuando Chayito creció y escribió en contra de esos malos tratos a los
indígenas, su familia le dejó de hablar, sus tías se enojaron. La llamaron
renegada.68

En la génesis de la novela, la protagonista manifiesta un rechazo hacia las muñecas, las


sustituye con la creación de Rosita, sin embargo, tanto en la novela como en el cuento, no existe
la presencia de ese otro personaje infantil “real”, que fue su compañera de juego, María
Escandón. En el apartado de “ Notas autobiográficas” que perteneciente a la publicación de El
uso de la palabra, Rosario recuerda a este personaje como servicial, discreta y dedicada a cuidar
de la familia Castellanos. A la muerte de los padres, María se compromete hacerse cargo de
Rosario, cuidarla; y así lo hizo aun en la tuberculosos de su ama, hasta 1958 año en que
Castellanos contrae nupcias con Ricardo Guerra.
En la infancia de Rosario Castellanos, las familias adineradas acostumbraban tener cerca de
sus hijos a un niño de su edad y de su sexo, como compañero de juego: “El día en que, de una
manera fulminante, se me reveló que esa cosa de la que yo hacía uso era una persona, tomé una

identidad. En los doce puntos que hemos presentados sólo recogemos algunos fragmentos de entrevistas y otras
publicaciones tanto de la autora como de sus amigos y críticos. De la misma forma hemos procedido con las
similitudes que encontramos en la novela. En los pie de página correspondientes a los siguientes capítulos
recogemos testimonios orales de amigos y colaboradores de Rosario Castellanos que actualmente radican en
Comitán, Chiapas.
En Rito de iniciación, también se presentan, algunos rasgos poéticos para hablar del pasado de Cecilia, sirva
como ejemplo el final de esta cita.
68
Entrevista de Herminia Dosal con María Escandón, en Excélsior, domingo 13 de abril de 1975, Págs. 6,12 y 23.
Las fincas a las que se refiere llevaban por nombre “ El Rosario, y Chapatengo”.
decisión instantánea: pedir perdón a quien yo había ofendido. Y otra para el resto de mi vida: no
aprovechar mi situación de privilegio para humillar a otro”69. De cualquier formal la relación
entre Rosario y María se basa en los servicios de ésta hacia la escritora. Llevado a cabo el
matrimonio, María Escandón ingresa a la casa de la antropóloga Gertrudis Duby quien: “ no
salía de su asombro ( y así me lo dijo con reproche) de que después de tantos años de convivencia
yo no le hubiera enseñado a María ni a leer ni a escribir. Yo andaba de Quetzalcóatl por montes y
collados mientras junto a mí alguien se consumía en ignorancia.”70 María Escandón muere en
1994 en la Posada Na – Bolom, en San Cristóbal de las Casas.
Hemos presentado algunas dicotomías entre la obra de Castellanos en relación a su primera
novela, lo que nos interesa en este apartado es ver de qué manera se transforma la vida y la
historia dentro de la ficción.

C) ¿Novela y poesía?

La literatura ha sido clasificada a través de la historia en tres grandes géneros: lírica, drama y
épica. El concepto de novela alude de manera inmediata a la narración de un relato, es en este
sentido que hablar de novela lírica resulta un tanto paradójica. Dentro de los lineamientos de la
ficción, la novela lírica asume una acumulación de recursos ajenos, incorporándolos a la narrativa
lo cual implica una subjetividad aún mayor.
Los discurso lírico y narrativo, se diferencian en que el primero resulta ser más subjetivo y
con frecuencia más autobiográfico. Otra de las características de este tipo de discurso es el
empleo de figuras retóricas encaminadas a hacer más bello lo enunciado, sin embargo parece que
en Balún, ambos discursos se funden en uno solo, tanto en la primera como en la tercera parte. Lo
que convierte en lírico el discurso de la novela se debe en gran medida al código que se establece
entre la nana y la niña; así pues, es frecuente encontrar frases poéticas como: “ Hoy he conocido
al viento”(p.29)71. La coexistencia del discurso narratológico y lírico se acentúa con mayor fuerza
entre la niña y la nana, sin embargo, el narrador omnisciente también lo emplea. En la novela de

69
Rosario Castellanos. El uso de la palabra, Op. Cit. p, 262.
70
Ibid. p. 263.
71
Rosario Castellanos. Balún Canán, en Obras I, Narrativa, FCE (Letras mexicanas), México, 1996 p. 29. Cuando
cito fragmentos de la obra, sólo coloco el número de página después de la cita.
Castellanos tenemos por tanto una doble composición literaria: 1) la narrativa: cuenta la historia
de los Argüello y de los indígena, 2) la lírica: se emplea para subjetivar el mito y lo sagrado para
los indios, así como el dolor existencial de la niña.
En Balún Canán, el lenguaje empleado por la nana está estilizado, es decir, no utiliza
modismos como los personajes de algunas novelas indigenistas como Huasipungo o La rebelión
de los colgados. En Balún Canán hay un realismo lingüístico en todos los personajes, en este
sentido, sólo podemos diferenciarlos por su papel dentro de la novela: el señor y el criado. El
discurso lírico se establece a través de metáforas, símiles o comparaciones, además de los relatos
míticos en donde las reminiscencias y el estilo de la narración aluden a textos como el Popol Vuh,
el Chilam Balam de Chumayel, algunas partes de La visión de los vencidos, (los Icnocuicatl), los
Huehuetlatolli, y otros textos de carácter prehispánico.
A continuación presentamos algunas de las muchas reminiscencias poéticas empleadas en la
novela:
La nana:
-“ La palabra, que es el arca de la memoria”.... “ Queda la ceniza sin rostro” (p19)
-“ En el aire se huele la tempestad”(p.26)
La niña:
-“Mi madre es diferente. Sobre su pelo – tan negro, tan espeso, tan crespo- pasan los pájaros y les
gusta y se quedan” (p.19)
-“Llanos donde el viento aúlla”(p.35)
-“Estoy llorando en el aire sordo” (p36)
- Viento: violento, perezoso (p.29)72

72
En las referencias al viento se recurre a la “personificación” para destacar las cualidades y el carácter de éste. El
viento es uno de los nueve guardianes de Comitán. El título de la novela retoma a estos guardianes que según los
antiguos son: 1) Caal. Sol. También se le llama Chul – Tatik ( precioso padre). 2) Uj. Luna. También se llama Chul
Metik ( preciosa madre). 3) Dzujal- Ek. Roja estrella ( cualquier estrella de color rojizo). 4) Xanab – Ek. Huarache
estrella ( varias estrellas que forman un montoncito). 5) Jak – Pat – Ek. Siete espaldas – estrella. ( no identificada).
6) Oxkot – Ek. Tres estrellas ( ¿ las tres Marías?) 7) El viento. 8) Kana- Ek. Osa mayor. 9) Makul – Ek. Venus
matutino o vespertino. Anuncia la noche o el amanecer. Estas información puede ser consultada en: Alfonso Villa
Rojas. Etnografía tzeltal de Chiapas. Modalidades de una cosmovisión prehispánica, Gobierno del Estado de
Chiapas, México, 1990, p. 215. Lo anterior es una teoría que no consideramos certera, al menos para la novela de
Castellanos. Es interesante que a lo largo de la novela no se menciona la totalidad de estrellas que cuidan a Comitán.
En el capítulo VIII de la primera parte la niña pregunta al tío David cuáles son los nueve guardianes, éste responde:
“ – Niña, no seas curiosa. Los mayores lo saben y dan a esta región el nombre de Balún Canán. La llaman así
cuando conversan entre ellos” (p. 31). Nos resulta de suma relevancia el término que Castellanos emplea como título
de su primera novela, pues en la lengua maya lingüísticamente no existe, y nueve estrellas se traduce como
“BALUNEM K´ANAL”. La hipótesis más convincente para nosotros es: las nueve estrellas a las que los antepasados
-“ Avanzo así en esta atmósfera irrespirable de estrella recién derribada. El día se esparce,
desmelenado y sin olor, en el jardín... En las alacenas, durmiendo un suelo infinitivo, los trastes”.
(p.222)73
-“Sus palabras nos llegan tantas semanas después que las recibimos marchitas y sin olor”(p.44)
-“El viento duerme”(p.47)
- “ Mi nana la mira y conforme la mira va dando cabida en ella a un sollozo que busca salir como
el agua que rompe las piedras de la cerca” (p.144)
-“Parejos a nosotros van los pinos. Detienen al viento con sus manos de innumerables dedos y lo
sueltan ungido de resinas saludables” (p.60)
-“Acuden las nubes de lana oscura y se arrebañan sobre nosotros” (p.60)
-
El narrador, al referirse a Matilde, dice:
-“ El día estaba erguido frente a ella como un árbol enorme que era necesario derribar” (p.144)
El narrador al referirse a Juana, señala:
- Juana fue derrumbándose hasta quedar de rodillas en el suelo, sacudida como un arbusto por un
viento de sollozos” (p. 146)
En el manuscrito que la niña descubre en la biblioteca de su padre, el indio escribe:
- “ ¿ quién conjura a la nube en cuyo vientre se retuerce el relámpago”(p.54)

¿ Novela e historia?
La teoría literaria contemporánea ha estudiado la inserción de la historia dentro de la literatura,
para lo cual ha empleado términos como la “representación”, utilizado por Jean Besiére, “la
teoría del reflejo”, propuesto por Lukács, etc. Para Roland Barthes, la literatura no debe limitarse
a ser un vehículo de contenidos (representaciones de la realidad), aún en períodos como el

se referían están concentradas en una sola con sus nueve puntos cardinales que corresponden a nueve centros
ceremoniales que hasta el momento el INAH sólo ha podido identificar seis: Junchavin, Chincultik, Cone, Tenam
Puente, Tenam Rosario y Chivol. De manera significativa la distribución geográfica de estos centros ceremoniales
tienen la misma distancia. Se cree que la estrella con nueve picos es una de las casas del rey Chavin, de ahí el
nombre Junchavin (Jun- uno), es decir, primer rey: Chavin. En cada uno de estos centros ceremoniales se rinde culto
a algún elemento de la naturaleza, de ahí que Castellanos habla de que el viento es uno de los nueve guardianes de
Comitán, los demás no se mencionan en la novela porque el INAH interviene hasta 1992 y empieza sus
excavaciones. En Balún Canán se establece una dicotomía entre las nueva estrellas como guardianes indígenas de
Comitán, frente a la concepción católica de la que habla Amalia: en las estrellas hay ángeles que vigilan a los niños,
además de ser el espacio por donde Dios observa al hombre.
73
Como ejemplo de narrativa lírica, ver el capítulo VIII de la tercera parte donde el uso del plano lírico es superior al
plano anecdótico o narrativo.
realismo, pues en él la realidad persigue un fin esencialmente estético por lo tanto la historia
como representación literaria no puede ser referida fielmente en su totalidad, pues lo que interesa
es la creación como signo lingüístico. Si bien es cierto que la historia tiene un peso insoslayable
dentro de las letras, el sujeto de análisis, según Barthes se encuentra en la forma de expresión.
Jean Bessiére ´ indica que: “La ficción, aunque sea en el realismo, no obedece a la obligación del
enunciado de la realidad convencionalista, la ficción es, en su arbitrio, medio de mediación
porque supone convenciones compartidas – el propio lenguaje en primer lugar”74. La historia por
lo tanto no puede volver sobre una realidad, ya sea histórica inmediata o ahistórica, porque la
creación literaria la modifica por el lenguaje, la subjetividad, o la alteración conciente de la
historia misma. De acuerdo con Paul Ricoeur, el conocimiento histórico pertenece al plano de la
representación, - representancia-, mientras que la función significativa – significancia-, es lo que
reviste al la ficción75. Se establece por tanto una dicotomía entre la representación histórica y la
significación literaria, sin que ambos términos dejen de pertenecer al discurso literario, más aún
cuando hablamos de novela lírica.
El pasado histórico como ciencia de investigación, recurre a la objetividad, el uso de la
palabra escrita es de carácter ensayístico o informativo, por el contrario, la literatura como
creación estética apela a la subjetividad, sin embargo esto no significa que la literatura no se
pueda leer como un fenómeno social y por lo tanto histórico. Para Pierre Barberis: “ El
documento literario es naturalmente un documento histórico, y puede ser leído como tal... él tiene
su lenguaje propio, y expresa aspectos que no expresa el documento histórico”76
La función del signo lingüístico y de la representación, aparecen en Balún Canán de la
siguiente manera: representación de una realidad subjetiva (contenido de la segunda parte), y la
presentación del discurso ( lírico- existencia de la primera y tercera parte). El último punto es
esencialmente importante porque representa el emblema característico de la escritura de Rosario
Castellanos a lo largo de sus obras, mientras que el discurso histórico o antropológico, en el caso
de Balún Canán se puede ver desde nuestro punto de vista como un “intratexto”. La primer
novela de Castellanos puede leerse, de acuerdo con Jean Besiére, como: “ una institución de

74
Jean Bessiére. “ Representación y realidad”, en Marc Angenot, Jean Besiére y otros. Teoría literaria, Siglo XXI,
México, 1993, p. 365.
75
Paul Ricoeur. “ La realidad del pasado histórico”, en Tiempo y narración III, Siglo XXI ( Lingüística y teoría
literaria), México, 1996, p.837.
76
Pierre Barberis y George Duby. “ Literatura y sociedad”, en Roland Barthes, Pierre Barberis, y otros. Escribir...
¿ por qué? ¿ para quién?, Monte Ávila editores, Caracas, 1974, p. 45.
significaciones, inseparable de la institución social, como la manera en que ésta se simboliza y
como la continuidad histórica de la escritura,”77 es decir, que la autonomía de la literatura no
implica la ausencia de un referente histórico. La propuesta que nosotros hacemos respecto a la
lectura de la novela se basa en un dialogismo entre la parte histórica (contenido social ) y la
literatura ( como signo estético de la ficción). Desde esta perspectiva la novela como género, la
historia subjetiva y la lírica como estética dialogan perfectamente.
Como parte del discurso oficial e histórico, en Balún se presentan claramente los elementos
de transición política en el sentido de que los resabios del maximato, así como las nuevas
políticas del gobierno cardenista se transforman de lo histórico a lo literario. Algunos ejemplos
son los siguientes:
- La educación que imparte la señorita Silvina es una tradición familiar, por lo tanto no hay un
plan de estudios vigente y práctico, además de que su preparación como profesora rural es
improvisada, como lo será la de Ernesto. La educación impartida no es laica (en el salón de
clases reluce la imagen de San Caralampio –patrono del pueblo- , además de que se reza antes de
las sesiones.
Aunque Cárdenas no condenaba la religión dentro de las aulas: “el 17 de octubre de 1943, la
cámara de senadores aprobó la reforma al artículo tercero implantando la educación socialista”78
excluyendo toda práctica doctrinaria con el fin de combatir los prejuicios y el fanatismo
religioso, pues una de las características de las políticas educativas es que la educación apele al
cientificismo y a la racionalidad y cuyo objetivo es preparar – en el caso de la educación
superior- a profesionistas capacitados para enfrentarse a los graves estancamientos sociales del
país, por lo que la educación socialista está orientada a fines prácticos en pro del progreso
nacional, en la novela, este tipo de educación está reflejado en:
- El hijo abogado de don Jaime Rovelo, cuya preparación positivista79 le hace afianzar su
desprecio hacia el latifundio, es decir, la educación en este sentido se convierte en el
aniquilamiento del cacique:

77
Jean Bessiére. “ Literatura y representación”, Op. Cit. p. 365.
78
Tzvi Medin. “La educación socialista”en Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas” Siglo XXI, México,
1995, p. 181
79
El positivismo es un movimiento ideológico europeo de principios del siglo XX cuyos representantes son Comte y
Spencer principalmente. Esta etapa de pensamiento tiene su antecedente en el empirismo inglés quien defiende la
idea de la vida como conocimiento. El positivismo hispanoamericano retoma los preceptos europeos para
reorganizar a las naciones ideológicamente teniendo como objetivo el progreso de mundo hacia un estado moderno,
-Ah sí, un hijo modelo. Hizo una carrera brillante y acaba de recibir el título de
abogado. Nadie mejor que él para defendernos de esta coyuntura. Ganaría nuestro
caso. Y no lo ganaría para mí, sino para él, porque es su herencia. Pero ¿sabe
usted lo que me contestó cuando se lo propuse? Que él renunciaba a la parte que
le correspondía en ese botín de ladrones que son los ranchos, pues siquiera nos
había costado el trabajo de robarlos (p.186).
Jaime Rovelo dice: “Mi hijo opina que la ley es razonable y necesaria; que
Cárdenas es un presidente justo.(p.46)

Otro personaje que encarna los mismos ideales que el hijo de don Jaime es Gonzalo Utrilla,
ahijado de César e hijo natural de la difunta Gregoria. Utrilla perteneció a la clase de los
marginados en su infancia, ahora la preparación en la ciudad le permite perseguir la
reivindicación de los indios en el reparto agrario, así como también le permite adoptar una actitud
paternalista, porque sabe lo que es el abuso y la discriminación:
Trabajo en el gobierno... soy inspector agrario... Estoy haciendo un recorrido
reglamentario por toda la zona fría. He encontrado muchas irregularidades en la
situación de los indios. Los patrones siguen abusando de su ignorancia. Pero ahora
ya no están indefensos.
- ¿ y qué sucede cuando encuentras esas irregularidades?
- Eso lo verá usted, padrino.
- Espero que no. Mis asuntos están en orden.
- Ojalá (págs. 110 –111)80

Frente a los dos personajes masculinos y “positivistas”, está la contraparte, la maestra Silvina:
mujer tradicional, débil y soltera que sólo puede encontrar en la educación un empleo con el cual
puede subsistir:
Nadie ha logrado descubrir qué grado cursa cada una de nosotras... esta situación
se prolonga durante años. Y de pronto sin que ningún acontecimiento lo anuncie,
se produce el milagro. Una de las niñas es llamada aparte y se le dice:
Trae un pliego de papel cartoncillo porque vas a dibujar el mapamundi.
La niña regresa a su pupitre revestida de importancia, grave y responsable. Luego
se afana en unos continentes más grandes que otros y mares que no tienen ni una
ola. Después sus padres vienen por ella y se la llevan para siempre. (p.22)

Este acontecimiento presupone el final académico de las niñas que una vez que son capaces de
dibujar el mapamundi, abandonarán la escuela para en un futuro desempeñar el papel de esposas-
madres.

impulsando entre otras cosas la educación científica e industrial. A nuestro entender, México al adoptar el ideal de la
modernidad cierra y por lo tanto excluye al sector indígena que no ve con interés dicha propuesta de progreso.
80
Utrilla sí representa al personaje de la novela indigenista que ayuda a conseguir la emancipación de los indios a
través de la palabra, por su parte el hijo de Jaime Rovelo es un símil de la propia autora: frente a una visión amplia
del problema indio, rechaza la tierra como muestra del deseo que se tiene del fin de latifundio en México. En Oficio
de tinieblas, Fernando Ulloa encarna las misma ideas positivistas.
La vinculación entre novela e historia la encontramos a lo largo de la segunda parte, que es la
que se ocupa del análisis de las relaciones entre los dominadores y dominados, entre los
poseedores que se convertirán en desposeídos. La niñez y adolescencia de Castellanos trascurren
en medio de una nueva gestación política e ideológica que impulsa el derrumbe del latifundio con
los valores morales caducos, y a su vez, esta etapa implica el nacimiento de la clase urbana y un
incipiente desarrollo de la sociedad industrial.

D) La escritura en primera persona: una niña sin nombre: (primera parte)

En Balún Canán los personajes poseen un nombre propio, sin embargo significativamente la
protagonista (la niña), así como la nana (india), no tienen nombre ( identidad y reconocimiento).
La intención de Castellanos es significar que socialmente tanto la niña mestiza y la india, son
personajes anónimos por ser mujeres. Así pues en el capítulo V de la tercera parte, Zoraida dice a
Jaime Rovelo: “¿ se acuerda usted de aquella india, una tal que servía de nana a la niña?” (p.187).
Como vemos, Zoraida tiene la posibilidad de mencionar el nombre de la india y el de la hija, sin
embargo el cuidado en la escritura intencionalmente no lo permite. Esta ausencia de nombre
propio, - creemos- se debe a la exclusión e indiferencia de ambos personajes, en donde una
además de ser mujer es india, y la otra es la primogénita de una estructura patriarcal donde la
primacía la obtiene el varón por encima de la mujer, es decir, que el orden de nacimiento no
imposibilita el reconocimiento familiar y social del hombre frente a la mujer. Con el nacimiento
de la niña, de manera directa se afectan los intereses familiares que sólo pueden preservarse
con el heredero. Por su parte, la nana no es aceptada ni reconocida entre los indios porque sirve a
la casa ladina en donde tampoco se le acepta. Ambos personajes son relegados, esto hace que la
protagonista se identifique subjetivamente con la nana, aunque desde la primer capítulo se
establece un conflicto de jerarquías sexistas muy marcadas en donde cada sexo tiene reservado un
lugar.
El reconocimiento subjetivo con la nana, así como la diferenciación con el hermano, un año
menos que la protagonista, están presentes de manera significativa al inicio y al final de la
novela. En el primer capítulo la nana aparece como la madre sustituta y protectora, por su parte,
al final de la novela esta figura se ha desdibujado físicamente: “Nunca, aunque yo la encuentre,
podré reconocer a mi nana. Hace tanto tiempo que nos separaron. Además, todos los indios tienen
la misma cara” (p.227). La pérdida física de la nana se convierte en un símbolo de abandono y
por lo tanto de pérdida de la identidad. Por su parte, las reflexiones iniciales que la protagonista
hace de Mario, están basadas en una superioridad del conocimiento, más adelante con la muerte
del hermano, las referencias a éste están fundamentadas en la culpa. Por lo anterior observamos
que las dos figuras a las que se hace referencia el inicio y al final de la novela, se traducen como
pérdidas.
Por la importancia del personaje de la nana en la producción literaria de Castellanos, abrimos
un paréntesis para ejemplificar la función de estas mujeres en otras obras.
Cronológicamente a Balún Canán, la nana aparece en el poema dramático Salomé de 1959. De
manera significativa la madre de la protagonista, el indio y la nodriza, carecen de nombre propio,
y en el texto sólo se les refiere de acuerdo a su función o a su origen: madre ( reproducción
biológica), la nodriza (cuidadora) el hombre ( un indio chamula). La tesis que planteamos para la
novela es la misma para el poema dramático: los personajes sin nombre no existen socialmente, y
el de Salomé sólo se justifica en función de la intertuxtualidad bíblica.
Aunque la acción está situada en la casa del jefe político (espacio cerrado), durante el
porfiriato, la relación entre Salomé y la nana es similar a la de los personajes de la novela aquí
analizada. La relación afectiva entre la madre está quebrantada, por lo tanto la comprensión y el
cuidado son desempeñados por una india a la que también su “tribu” le ha hecho daño por servir
a los ladinos:
... tengo miedo, señora, tengo miedo / de esta sangre que me anda por las venas/ y
que es la de ellos. / ¡ Se me levantará como ola brava/ reclamando el degüello! /
Pues yo soy como malva trasplantada / en un solar que no es el de mi abuelo...
Porque me odian como a renegada / ¡ y aún se cumplen en mí sus sortilegios!...
Yo no menosprecié a los de mi raza. / Pero entre ellos y entre todos soy / la
despreciada.81

En Salomé, la “ revelación” como símbolo de la libertad es proporcionada por la nodriza, quien


en los augurios vaticina la presencia de un indio sublevado que vendrá a liberar a la protagonista
de un encierro al que la madre la tiene sometida. Este último personaje es singularmente
importante pues responde al personaje de Zoraida, la madre de la novela que desprecia a los
indios y es una mujer frustrada en lo conyugal. De su matrimonio dice:

81
Rosario Castellanos. Salomé, en Poesía no eres tú, FCE, ( Letras mexicanas), México, 1995, págs. 130, 135.
Desde hace años/ entre él y yo no hay vínculo / de palabra, de mesa ni de lecho. /
Peor que una soltera o que una viuda / mi castidad sin mérito/ se alza junto al
esposo que detesto... Mi talador, mi buitre / en los meses primeros. / Después un
congelado/ espejo/. Me traicionó con todas las mujeres, / con el hastío, y el poder
y el juego./ Vi entrar por esa puerta la embriaguez, / el grosero deseo / y la
brutalidad del amo ante la sierva y el desprecio... Mis hermanas/ tienen sus propio
infierno. / Y fui educada para obedecer/ y sufrir en silencio. / Mi madre en vez de
leche / me dio el sometimiento.82

La nodriza, además de revelarle el destino a través de los augurios, no abandona su


inclinación maternal. Al final de la obra, la nana toma a Salomé en su regazo, la arrulla y le
recita una canción donde la “encomienda” al sueño ( al destino) para que éste no sea adverso con
la protagonista: “ Se blando con su cuerpo/ dolorido... no la desamparéis/ en el camino. / Que
donde va su corazón no vaya/ el frío”83. En la novela este mismo acto lo lleva a cabo la nana en
el capítulo XX . Consideramos este capítulo como el inicio de un compromiso de la niña (ladina),
hacia los indios. El “ofrecimiento” que la nana hace a Dios deja ver su función maternal hacia la
niña-hija:
Señor, tú eres testigo de que no puedo velar sobre ella ahora que va a dividirnos la
distancia... Abre sus caminos para que no tropiece, para que no caiga. Que la
piedra no se vuelva en su contra y la golpee. Que no salte la alimaña para
morderla. Que el relámpago no enrojezca el techo que la ampare. Porque por mi
corazón ella te ha conocido y te ha jurado fidelidad y te ha reverenciado. (p. 58).

Por otro lado, a lo largo de este capítulo la nana solicita a Dios que haga de su (niña- hija), un
ser sensible y humano ante los demás y que no abuse de su condición social “privilegiada” para
mancillar al otro:
“ Que no mire a su alrededor como miran los ojos del ave de rapiña [ como los
ladinos]...Que ella también se incline a recoger esa flor preciosa – que a muy
pocos es dado cosechar en este mundo – que se llama humildad... Abre su
entendimiento, ensánchalo, para que pueda caber la verdad. Y se detenga antes de
cargar el latigazo, sabiendo que cada latigazo que cae graba su cicatriz en la
espalda del verdugo. Y así sean sus gestos como el ungüento derramado. (p. 59).

Con el “ofrecimiento” que hace la nana, se alimenta la justicia y la verdad: “ Mira que no lo
que he rezado es como si hubiera yo vuelto. Otra vez, a amamantarte” (p.59). Este capítulo es un
despertar de la conciencia crítica hacia la mirada social discriminatoria y excluyente del ser
humano en tanto que individuo social, y aunque la edad de la niña no le permite discernir los

82
Ibíd.. págs. 124, 126.
83
Ibid. P. 144.
conceptos de humildad, verdad y antidiscriminación, el concepto de injusticia sí lo conoce,
porque sexualmente es víctima: “ una vez cae sobre mí todo el peso de la injusticia” (p.19).84

La revelación como culpa

De la misma forma que la nodriza de Salomé, la nana de la novela es víctima de brujería por
parte de los indios, pues de alguna manera se afectan los intereses y la moral de un grupo que se
manifiesta a favor de la emancipación, y frente a un mundo ladino- poderoso, sólo encuentran los
conjuros como método de venganza. En el capítulo IV la niña se entera del “maleficio” que los
indios de Chactajal le han hecho a su nana-madre. Esta revelación se presenta como una culpa de
carácter afectivo y social, así como el inicio de un compromiso con la nana que sufre por servir
“al que manda”:
Y alzándose el tzec, la nana me muestra una llaga rosada, tierna, que le desfigura
la rodilla.
Yo la miro con los ojos grandes de sorpresa.
No digas nada, niña Me vine de Chactajal para que no me siguieran. Pero sus
maleficios alcanzan lejos.
-¿ Por qué te hacen daño?
- Porque he sido crianza de tu casa. Porque quiero a tus padres y a Mario y a ti.
- ¿ Es malo querernos?
- Es malo querer a los que mandan, a los que poseen. Así dice la ley [de los
indio].

Como resultado de la revelación la protagonista de la novela experimenta la culpa y el rechazo


hacia los de su raza: “ Yo salgo triste por lo que acabo de saber [ descubrir, conocer]. Mi padre
despide a los indios... Y ahora lo miro por primera vez. Es el que manda, el que posee. Y no
puedo soportar su rostro y corro a refugiarme a la cocina” (p.24. El subrayado es mío).
Otra fuente de revelación corresponde al manuscrito escrito en español por un indio y que la
niña encuentra en la biblioteca de su padre. Este documento es doblemente revelador: por un
lado la protagonista conoce el origen y la formación de Chactajal, y al mismo tiempo se entera
de su prosapia, así como de la acumulación de las riquezas familiares, producto de la ambición y
explotación indígena a través de los siglos. Los personajes a los que se refiere el indio son:
84
En una tercera obra, Oficio de tinieblas, la protagonista y la nana sí tienen nombre propio, aunque un porvenir
incierto. La presencia de Teresa Entzín López, nana de Idolina, cumple en gran medida la misma función que la nana
de Balún Canán. Teresa es una india “caxlana”, que ha servido a la casa ladina por mucho tiempo; es a su vez la
madre sustituta de Idolina. La narraciones indígenas de Teresa también funcionan equiparablemente con la porvenir
tanto de los indios como de la mujer. Para un estudio detallado consúltese: Aralia López González. La espiral parece
un círculo, UAMI ( Texto y contexto núm. 3), México, 1991.
Abelardo Argüello, José Domingo, Josefa, Rodulfo, Estanislao, Otilia ( la huérfana recogida),
todos comparten el mismo apellido, aun la huérfana “que por matrimonio llegó a usas el
apellido... [y que] sólo dio varones y entre sus hijos dejó repartida la herencia” (p.56).
Los dos personajes femeninos (Josefa y Otilia) poseen la fuerza y el carácter dominante de la
abuela de Castellanos. La primera “impuso la costumbre del látigo y el uso del cepo” (p.55),
además de recurrir a los brujos como método de dominio y sometimiento de los indios (como el
personaje de tía Francisca). La segunda hizo bautizar a los niños y casar a las parejas. El
cuaderno escrito por el indio conecta al presente con un pasado a través de la escritura; a su vez,
constituye una prueba mediante la cual relata un pasado indígena reducido por la imposición
cultural, religiosa y económica. El documento se presenta como una “voz anónima”, y representa
lo que Paul Ricoeur llama documento (escrito), y monumento ( la formación y la construcción de
Chactajal)85 en la novela de Castellanos se entrecruzan el discurso histórico y el narrativo
constituyendo así una sola recepción a nivel del texto. En Balún Canán, el relato histórico
también sirve para dejar en claro el futuro de Mario, el heredero, así lo expresa Zoraida:
Una sombra, más espesa que la de las hojas de la higuera, cae sobre mí. Alzo los
ojos. Es mi madre. Precipitadamente quiero esconder los papeles. Pero ella los ha
cogido y los contempla con aire absorto.
- No juegues con estas cosas – dice al fin-. Son la herencia de Mario. Del varón
(p. 56).
-
Con esta otra revelación de carácter sexista se acentúa el privilegio del hombre y el
desplazamiento de la primogénita, que como ya mencionamos, socialmente tiene destinado otro
futuro que no es el dominio como herencia.
La escritura del indio tiene un estilo y una reminiscencia que nos recuerda a los Cantos tristes
de la conquista, pues el indio habla desde la formación de Chactajal, así como del despojo e
expansión territorial de la familia Arguello. Este escrito también significa una forma de preservar
la memoria a través de la escritura: “En estas palabras volvemos a estar juntos, como en el
principio, como en el tronco de la ceiba sus muchas ramas” (p.56).
Por otro lado, desde el inicio de la novela, la narradora hace énfasis en la “altura”: “ Miro lo que
está a mi nivel” (p.19), es decir, sólo puede observar a la nana y al hermano. A la primera la
mira a su altura, porque es igualmente excluida y devaluada como sujeto, (mujer- india), y a su
hermano lo mira como su igual porque ella tiene siete años y sabe más: “ porque nació después

85
Paul Ricoeur. “ Entre el tiempo vivido y el tiempo universal”, en Op. Cit.., p. 805.
de mí y, cuando nació, yo ya sabía muchas cosas que ahora le explico minuciosamente” (p.19),
sin embargo el sexo del hermano no la coloca a su altura. Parte de los conocimientos que la niña
le comparte a Mario son: Colón descubrió América, vaca suiza quiere decir gorda, etc., sin
embargo el hermano muestra indiferencia: “ Mario se queda viéndome como si el mérito no me
correspondiera y alza los hombros con gesto de indiferencia. La rabia me sofoca. Una vez más
cae sobre mi el peso de la injusticia” (p.19). Lo que la niña deja en claro es su valor por haber
nacido antes que Mario y saber más que él. Sin embargo la primera revelación se presenta cuando
la nana le dice: “ Te vas a volver india [por tomar café]” frente a la advertencia, la niña piensa:
“ su amenaza me sobrecoge. Desde mañana la leche no se derramará” (p.20). El miedo a
convertirse en india le revela la exclusión y la marginalidad, por lo tanto hay una pérdida de la
identidad: no se identifica con los indios, pero tampoco con los ladinos (no tiene mundo un
mundo-espacio definido). La presencia indígena de la primera parte de la novela se justifica en
función de una estructura social basada en la relación entre señores y siervos. A pesar de que en
esta primera parte la niña describe personajes, lugares y objetos, hay dos momentos en los que
“la revelación” de la injusticia y la venganza se le presentan como imborrables. El primero de
ellos corresponde a la muerte de un indio que sirve a la finca de los Argüello. En el capítulo X se
lee:
Desangrándose sobre una parihuela que cuatro compañeros suyos
cargaban ... Un machetazo casi le había desprendido la mano. Los trapos
en que se la envolvieron estaban tintos de sangre. Y sangraba también por
las otras heridas. Y tenía el pelo pegado a la cabeza con costras de sudor y
de sangre. (p.35).

La muerte del hombre es resultado de una venganza entre indios “que ya no quieren tener
patrón”, y en el proceso de emancipación recurren al asesinado de los “indios de confianza”.
Este capítulo es quizás una de las revelaciones86 más importantes que la niña descubre. La
imagen del indio muerto y ensangrentado la hace establecer un paralelismo entre lo rojo de las
aguas y el rojo de la sangre: “Yo huyo, despavorida, y encuentro a mi nana lavando nuestras
ropas a la orilla de un río rojo y turbulento”(p.36). La representación de la muerte violenta
además de ser un acontecimiento difícil para una niña de siete años , hace que ésta, establezca

86
En esta primera parte insistimos sobre el concepto de revelación como vía de aprendizaje para la protagonista que
paulatinamente irá descubriendo la injusticia y el abuso hacia los indio y hacia las mujeres (incluida ella misma)
otra correspondencia entre el indio y el Cristo crucificado 87 de la parroquia del Calvario. En el
capítulo XIII se lee:

La revelación [del Cristo] es tan repentina que me deja paralizada. Contemplo la


imagen un instante, muda de horror. Y luego me lanzo, como ciega, hacia la
puerta. Forcejeo violentamente, la golpeo con mis puños, desesperada. Y es en
vano. La puerta no se abre. Estoy cogida en una trampa... algo dentro de mí se
rompe y se entrega, vencido.
- Es igual (digo señalando al crucifijo), es igual al indio que llevaron macheteado
a nuestra casa. (p. 43. El subrayado es mío).88

Otro capítulo de burla, discriminación e injusticia hacia el indio corresponden al capítulo XII,
en donde la nana y la niña asisten a la feria de San Caralampio y presencian el desprendimiento
de un indio en la rueda de la fortuna:
De pronto empezamos a adquirir velocidad. La rueda gira
vertiginosamente. Los rostros se confunden, las imágenes se mezclan. Y
entonces un grito de horror sale de los labios de la multitud que nos
contempla desde abajo. Al principio no sabemos qué sucede. Luego nos
damos cuenta de que la barra del lugar donde va el indio se desprendió y
él se ha precipitado. Pero alcanza a cogerse de la punta del palo y allí se
sostiene mientras la rueda continúa girando una vuelta y otra y otra.
(p.41).

Al igual que el automóvil , considerado por la nana como una invención del demonio, la rueda
de la fortuna es algo nuevo para el poblado, sin embargo, por tratarse de un indio, el escarnio y el
desprecio se enfatizan. Tanto el automóvil y la rueda de la fortuna aparecen como objetos de la

87
En Oficio de tinieblas también se aprecia de manera muy amplia, la crucifixión de un “ Cristo indígena” :
Domingo Gómez Checheb.
88
La parroquia del Calvario se encuentra hacia el suroeste de la presidencia municipal de Comitán Chiapas. Es una
parroquia céntrica que aún conserva los santos que por órdenes del gobierno del general Calles debieron ser
quemados en la explanada del palacio municipal. De la tradición oral de Comitán hemos recogido los siguientes
versos que aluden a las órdenes del presidente: “ Don Liborio Ramos y don Chus (Jesús) Durán, / quemaron los
santos de San Sebastián”. Por error geográfico, la parroquia del Calvario es confundida por la de San Sebastián,
situada al norte de la presidencia municipal. La tradición oral cuenta que la gente se aglomeró en la parroquia y
escondieron a : La dolorosa, el bien ladrón, el mal ladrón, San Juan y al Cristo ( que significativamente destaca por
ser muy blanco en contraposición a la imagen del indio macheteado). Se dice que lo que se quemó en la explanada
municipal fueron pedazos de objetos religioso y de santos ya inservibles. Actualmente los santos continúan en su
altar.
“ civilización” comiteca. Las fiestas de San Caralampio 89, patrono del pueblo, se llevan a cabo en
el mes de febrero, los indios de los altos, sólo bajan en ocasiones especiales, como ésta.
En una de las Cartas a Ricardo, fechada en Comitán. Chiapas, el 7 de agosto de 1950,
Rosario Castellanos cuenta el mismo episodio de la rueda de la fortuna:

...Los pobres [los indios] están en un estado de maravilla sólo comparable al de su


borrachera. Acaban aquí sus ahorros y su trabajo de todo el año. Y se regresan a
su casa, crudos, explotados, cansados, pero eso sí, convertidos en hombres de
mundo... uno de [ellos] se subió a la rueda de la fortuna. No tenía ni la menor idea
de cómo era ni de los efectos que producía. Y cuando empezó a funcionar se
asustó de una forma tan grande que pretendió tirarse en el momento en que su
lugar pasaba en el punto más cercano al suelo... Quedó entonces prendido de ese
palo que tienen los asientos de la rueda para que uno se detenga. La rueda siguió
funcionando pero la gente se dio cuenta de lo que sucedía y empezó a gritar.
Disminuyeron la velocidad de la rueda y le hacían señas al indio de que se soltara
pero él no obedecía. Cuando pararon lo bajaron casi a la fuerza. Quería otra tanda.
Así era más bonito y cómodo para él. No se lo permitieron y quedó sumamente
triste.90

En el terreno de la ficción, el indio es doblemente marginado: por un lado, su ignorancia en


relación a la rueda de la fortuna, no le permite medir la velocidad y fuerza del objeto, a lo que
responde por instinto, por el otro la burla también se presenta a nivel del lenguaje, pues por regla,
hablar español, sobre todo en una festividad, es exclusivo de los mestizos, que emplean el
lenguaje para hablar de “ usted” a los superiores, de “tú” a los iguales, y de “vos” a los indios, por
lo tanto el mismo idioma como instrumento de comunicación no puede ser empleado por un
indio, pues siempre aparecerá como inferior e irrespetuoso del “occidental”. Las diferencias
sociales están explícitas dentro del lenguaje mismo, así pues, en el capítulo de la feria un mestizo
le dice al indio: “Indio enbelequero, subí, subí... Andá a beber trago” (p. 41). A continuación
presentamos algunos usos y variantes del “usted”, del “tú” y del “voz” empleado por los
mestizos.
89
La feria de San Caralampio es una celebración religiosa en donde convergen los ladinos y los indígenas que
vienen de diversas regiones de Chiapas a celebrar la fiesta del santo patrono. En esta celebración también asisten
algunos pueblos fronterizos de Guatemala, que religiosa y culturalmente comparten escenario con el pueblo
chiapaneco, específicamente con Comitán. En la festividad se realizan actos dancísticos, procesiones religiosas,
alegorías de pasajes religiosos, así como comidas colectivas, además de las tradicionales peticiones al santo. La
forma de veneración de los indígenas consiste en musitar oraciones en que ponen todo su dolor, lloran en su idioma
y contemplan la imagen del santo por varias horas, pues en el caso de los indígenas de los Altos, sólo bajan en
ocasiones muy especiales como esta.
90
Rosario Castellanos. Cartas a Ricardo. Op. Cit. p. 32. Este es otro ejemplo de cómo se traduce la vida o las
experiencias de la autora dentro de la ficción, recurriendo a la “ intratextualidad”, aunque alterando la temporalidad
del relato: ( 1932- 1950).
1) Doña Pastora, socialmente inferior a una ladina, le habla de “tú” a Zoraida porque conoce su
origen humilde: “ Traigo muchas cosas. Ya conozco tu gusto y me acordé de ti cuando las
compraba” (p.47).
2) Zoraida, por su parte emplea el “voz” para hablar a los indios: “- Ve vos... como te llamés. Vas
a ir a la casa de la niña Amalia Domínguez. Necesita un burrero para que cargue la leña. Y vos
también, preguntá dónde vive don Jaime Rovelo...” (p. 58). El desprecio que experimenta Zoraida
hacia los indios la lleva a emplear el lenguaje preciso dar una orden, en cambio, en el caso de la
“tullida”, se le habla de “tú” porque aunque es pobre es mestiza: “ - Es la primera vez que te
traigo a mis hijos. Quería yo que los conocieras. Al niño principalmente. Porque te voy a pedir un
favor” (p.192)
3) César, como ladino calculador, emplea el “tú” o el “voz” de manera estratégica, a los indios de
la finca les puede hablar de “vos”: “- Ey voz, mirá aquel becerrito, el negro con la estrella en la
frente...” (p. 74)., en cambio a Ernesto y a Felipe los trata como a sus iguales con el objetivo de
tenerlos bajo su dominio: “. Ponte en razón, Felipe. Este no es asunto que se resuelva así,
ligeramente” (p. 152)
4) Las clases sociales está tan marcada que incluso los custitaleros (vendedores ambulantes)
hacen uso del “ vos” para hablar con los indios: “ - ¿ Tenés dinero vos?” (p. 92).
5) En el encuentro entre Matilde y Ernesto, ella al sentirse “inferior” a un hombre, emplea
paradójicamente el “usted” : “ - ¿ Con qué derechos viene usted a insultarme?” en cambio
Ernesto la ve como su “igual” por sus intenciones “deshonrosas”: “ – No me hables en ese tono,
Matilde” (p. 102)
6) Una vez que doña Amantina, la curandera, sabe que la “ enfermedad” de Matilde es un
embarazo ilegal, le habla de “voz” porque “ahora” Matilde : ya no tiene valor social y está en
igualdad con ella:
... No te quedés allí, criatura, que te vas a pasmar. Pasá adelante. Estás en el mero
chiflón. Pasá. Sentate. ¿ O te querés acostar?
Acentuaba el voz como con burla, con insolencia. Nadie le había dado esa
confianza, pero doña Amantina se sentía con derecho a tomarla...
-Pasá, muchacha. Yo sé lo que tenés. Pasá yo te voy a ayudar. (p.139)

7) Doña Nati, como mujer humilde utiliza el “usted” para hablar con Zoraida: “ – Y qué razón me
da usted de mi hijo Ernesto?” (p. 179)., en cambio Zoraida hace uso del “tú” para dar la noticia
de la muerte de Ernesto: “... ¿ Sabes, Nati? Ernesto está un poco delicado” (p. 180)
8) Cuando la nana anuncia la muerte de Mario a Zoraida, ésta enfatiza el “voz” como símbolo
de desprecio: “- ¿ Por qué lo decís vos, lengua maldita? (p. 183)., la nana por el contrario se
revela utilizando el segundo pronombre del singular: “- No me toques, señora. No tienes derecho
sobre mí. Tú no me trajiste con tu dote” (p. 184)

Doña Pastora91. El secreto rechazado

El personaje de doña Pastora tiene una importancia simbólica dentro de la narración. Esta
mujer no sólo es la vendedora que trae noticias y mercancías de Guatemala a Comitán y las
ofrece a los pobladores entre los cuales se encuentra Zoraida, sino que también es
alegóricamente la vendedora de un secreto: la huída de la familia Argüello en un momento
difícil:
Dile a tu marido que puedo venderlo lo que necesita.
¿ Qué?
Un secreto.
¿ Un secreto?
Un lugar en la frontera. No hay guardias. Es fácil cruzarlo a cualquier hora. Dile
que si me paga le muestro dónde es.
Mi madre sonríe creyendo que escucha una bromo.
- César no le va hacer la competencia doña pastora. No piensa dedicarse el
contrabando.
Doña Pastora mira a mi madre y repite como amonestándola:
- Dile92 lo que te dije. Para cuando sea necesario huir. (p. 48).

La presencia de esta mujer “ vieja, gorda, vestida humildemente” (p.46), viene a acentuar el
inicio de una crisis económica de la familia Argüello, así como una pérdida de autoridad hacia los
indios. Los objetos que doña Pastora ofrece a Zoraida son: pañuelos, sábanas, joyas, como las
que “antes” podía comprar y que “ahora” rechaza, manifestando que sólo pueden adquirir lo
“necesario”. Al igual de la india Manuela del cuento “ El don rechazado” incluido en Ciudad
real, Zoraida rechaza la ayuda, el secreto de doña Pastora que significa que si el enigma es
revelado a cambio de dinero, Mario se salva, es decir, que a través del rechazo y la incredulidad,
Zoraida se convierte de manera paradójica en la responsable de la muerte de su hijo. La frontera

91
El poeta comiteco Jorge Melgar Durán recuerda a esta mujer con el nombre de doña Juana, que vivía en San
Cristóbal de las Casas, Chiapas e iba a Comitán a vender a las fiestas patronales el contrabando que traía de
Guatemala. Entre sus clientes destacaban las señoras ladinas, como doña Adriana, aunque también extendía su
puesto en el suelo junto con otras mujeres conocidas como las zacatecas ( trabajadoras del zacate)
92
El tuteo al que recurre doña Pastora pone en claro la igualdad entre Zoraida y la contrabandista que conoce el
origen y el valor social de Zoraida, una mujer venida a más. ( Véase “hablar de usted, de tú o de vos)
territorial de la que habla doña Pastora es Guatemala, lugar donde no hay “guardias” que impidan
el paso (la salvación). Esto último también puede interpretarse como el lugar en donde ya no
están los nueve guardias de Comitán.
El conocimiento o revelación social y existencial se presenta en espacios cerrados y abiertos
como en el cuadro que sigue:

Espacios cerrados Espacios abiertos


Casa. ( revelación de “maleficio” de los indios hacia La feria. ( Revelación de la discriminación étnica)
la nana), ( revelación de una futura irrealización La calle. ( descripción de lugares, animales,
femenina) hombres y mujeres mestizos e indios)
Cocina ( lugar donde se le narran las historias
míticas)
La iglesia. ( revelación del asesinato de un indio y
de la crucifixión de Cristo)
Salón de clases. ( elige la palabra “meteoro”. Gusto
por la palabra)
La biblioteca. ( se revela el origen de Chactajal, la
acumulación de vienes de los Argüello, así como la
herencia de Mario)

En la primera parte de Balún Canán la “revelación” como proceso de aprendizaje social está
vinculado a la discriminación sexistas y por lo tanto a una irrealización de la niña que en más de
una ocasión detiene su discurso como significado de un futuro incierto, pues empieza a conocer
cuál es el lugar que se le ha destinado: “cuando yo sea grande... (p.21)

E) La escritura de un narrador omnisciente y el problema de la nación: voz y


conciencia crítica: ( 2da. Parte)

Si bien es cierto que la presencia indígena es insoslayable a lo largo de la novela, sólo se


puede acreditar en la primera y tercera parte como el conjunto de un núcleo social en el que
convergen la clase dominada y dominante. Como lo hemos estudiado, la poética de la novela
está afianzada en la autobiografía y en la mirada crítica hacia los personajes femeninos: (niña,
indias, ladinas y solteronas), todas ellas subordinadas, frustradas, devaluadas, irrealizadas
como individuos sociales (mujeres).
En la segunda parte de Balún Canán encontramos un cambio de la narración en primera
persona, a un narrador omnisciente que presenta la problemática indígena en relación al
proceso de emancipación socioeconómica nacional. Este proceso es parte de la praxis del
gobierno de Lázaro Cárdenas en donde se ponen en crisis los intereses de los grandes
latifundistas que desde la Colonia vienen mancillando al indio y acaudalando la tierra dando
origen a “su gran capital”.
En la segunda parte de la novela de Castellanos, por tratarse del análisis de los “ cambios de
transición estatal” es necesario el cambio de ( ¿ narradora – autora infantil?) a ( ¿ autora-
extradiegética adulta?). Si la ausencia de la niña como narradora de esta segunda parte es
palpable, se debe en gran medida a que de manera evidente la edad de la protagonista no le
permite hablar de una compleja problemática de transición, y sólo se le puede “revelar” a
manera de experiencia la marginalidad de los indios, además de la suya. En el Capítulo III se
menciona la presencia de los niños, pero no como narradores:
Lo que no soporta [Ernesto] es que lo pongan a cuidar a los niños... Aún ignora
cómo pudo reprimirse el primer día en que estos niños, señalando a Ernesto como
si fuera un juguete mal hecho y divertido, se habían puesto a gritar: “bastardo,
bastardo” (p.81).
En el capítulo IX aparece la niña: Al pie de un árbol, con la cara pegada contra el
tronco, estaba llorando la niña. Y cuando sintió que unos pasos se aproximaban al
lugar en el que se había refugiado, cerro fuertemente los ojos, se tapó los oídos
con los dedos, porque era la única manera que de defenderse de las amenazas.
Pero la mano que la tocó era una mano suave y protectora que la separaba del
tronco cuyas asperezas había dejado su cicatriz en la frente, en la mejilla de la
criatura. Cuando la tuvo frente así Matilde le pasó los dedos por la cara como para
borrar ese gesto de persona adulta que la desfiguraba... Matilde le preguntó con
dulzura93:
- ¿ Qué viniste a hacer aquí?
La voz de la niña, quebrantada en sollozos, dijo:
- Quiero irme a Comitán. Quiero irme con mi nana. (p.116 El subrayado es mío).

La segunda parte de la novela, inicia con un epígrafe del Chilam- Balam de Chumayel, al que
le sigue una frase aislada muy significativa escrita en un tono impersonal: “ Esto es lo que se
recuerda de aquellos días: (p. 67), ¿ quién recuerda?, ¿ la autora adulta? No obstante que la
sexualidad del narrador se mantiene como neutral.

93
El narrador quiere dejar en claro que el sufrimiento de una niña de siete años es anormal, pues este sufrimiento –
al menos como lo experimenta la niña-, es exclusivo de los mayores.
Además del cambio de narrador, se da una transposición de espacios ( la casa de Comitán:
primera y tercera parte) y ( la finca de Chactajal: segunda parte).
En entrevista con Emmanuel Carballo , la autora se menciona que en la segunda parte de su
novela:
En núcleo de la acción que por objetivo corresponde al punto de vista de los
adultos, está contado por el autor en tercera persona . La estructura desconcierta a
los lectores. Hay una ruptura en el estilo, en la manera de ver y de pensar. Esa es,
supongo, la falla principal de libro. Lo confieso: no pude estructurar la novela de
otra manera.94

La ruptura en el estilo, así como la forma de presentar la narración corresponden a un


narrador(a) adulto(a) que lo hace mucho más verosímil frente al lector. Lo que para Castellanos
es un “falla”, para nosotros es un “acierto”, pues es evidente que la escritora tuvo que recurrir a
otro tipo de narrador no infantil, para que a través de una mirada objetiva se presente la
liberación del yugo y la destrucción del sistema dominante, al menos dentro la familia Argüello.
Si la novela presentara el mismo narrador infantil en toda la historia, no sólo se afectaría la
objetividad de lo enunciado, sino también la visión partidista de una protagonista que aunque no
representa los intereses de sus padres, sí es parte, - al menos en lo económico- de los
dominadores.
Aunque el narrador de Balún Canán no se compromete con la diégesis, su omnisciencia, en
ocasiones crítica, lo identifica con un narrador diferente a la protagonista que “sólo mira lo que
está a su altura”. Desde esta perspectiva no puede hablar de un acontecimiento difícil e incierto.
De los XVIII capítulos que resultan más extensos que la primera y tercera parte, tomaremos
aquellos en donde se destaca la nebulosa problemática indio- ladino en relación al “deseo” de
libre albedrío de los primeros frente a los privilegios milenarios de los segundos. Los capítulos
en donde se subraya la presencia indígena en relación a sus actos y demandas son: (I, III, IV, VII,
VIII, XIV, XV y XVI)
En el apartado sobre la novela indigenista, indicamos que dichas novelas denuncian, en
ocasiones de una forma descarnada, las precarias situaciones de subsistencia del indio y el abuso
de los patrones. El modelo de este tipo de narraciones en cuanto a los personajes es básicamente
el mismo: los indios, los patrones, el clero, el estado, y el protector de los indios “ hombre de

94
Emmanuel Carballo. XIX protagonistas de la literatura mexicana del siglo XX, Empresas editoriales, México,
1965, p. 254.
ideas avanzadas que les crea la conciencia y los incita a obtener independencia”. En Balún
Canán , los indios ya están informados sobre los derechos que la ley les proporciona como
individuos, por lo tanto la presencia de Gonzalo Utrilla sólo viene a reafirmar la disposición y
anhelo que tiene el gobierno mexicano para mejorar las condiciones de vida de los indios. La
novela de Castellanos no es en ninguno de los casos, un instrumento de denuncia a la
explotación de los naturales que en su lento proceso de emancipación y concientización son
desde explotados hasta masacrados, lo que plantea la escritora es el reconocimiento de un sector
vulnerable como el indígena, o en su defecto cuestiona el lugar que ocupan los indios a nivel
nacional, pero nunca desde una visión maniqueísta: han sido explotados y minimizados por
siglos, pero también son capaces de enfrentarse de los ladinos.

El antes y el ahora

En la narración se juega con un tiempo histórico, el “antes” (el abuso) y el ahora” (la rebelión
y la promesa); dichos conceptos están en función de los cambios nacionales. Cuando Gonzalo
Utrilla visita Chactajal para supervisar el cumplimiento de la ley, César le recrimina que trabaje
en el gobierno: “ ¿ No te da vergüenza?... en mis tiempos, servir al gobierno era un desprestigio.
Equivalía a ... a ser un ladrón” (p.112). Aunque el comentario de César tiene como objeto medir
las intenciones de su ahijado respecto a la seriedad con que toma su trabajo, este responde: “ Por
fortuna ya no son sus tiempos, don César... He encontrado muchas irregularidades en la situación
de los indios. Los patrones siguen abusando de su ignorancia. Pero ahora ya no están indefensos”
(págs. 110 y 111. El subrayado es mío). En el capítulo VIII Zoraida recrimina a su esposo la
nula reprimenda que se le da a los indios a diferencia de épocas pasadas. César responde: “ – Tú
lo has dicho: antes. Pero, ¿ no estás viendo cómo ha cambiado la situación? Si los indios se
atreven a provocarnos es porque están dispuestos a todo. Quieren un pretexto para echársenos
encima”. (p. 107).
En el encuentro que tiene Utrilla con los indios también les plantea la liberación “ Les dijo que
ya no tenían patrón. Que ellos eran los dueños del rancho, que no estaban obligados a trabajar
para nadie” (p. 112).
En el capítulo XV César dice: “[mi padre] era bueno por naturaleza. Les tocaron épocas
mejores... Los indios eran sumisos se desvivían por cumplir a conciencia con su deber” (p. 174)
Como parte de la conciencia crítica indígena y de la transición política de México, presentamos
el siguiente cuadro para ejemplifica cuál es la situación entre un pasado y un presente.
ANTES AHORA
-Los indios, en un acto masoquista, eran azotados. -Se dejan de practicar estos actos, cuando
-Los indios están sometidos por tradición. Estanislao Argüello los prohíbe.
- No tienen escuela. - Tienen conciencia sobre la subordinación y se
- No existen leyes que los protejan o los reconozcan revelan.
de manera práctica. - Por órdenes del gobierno se promete que los indios
- Por jerarquías sociales los indios no pueden hablar tendrán alfabetización a través de la construcción de
español. una escuela y la presencia de un maestro rural.
. Los indios no representan un peligro latente para Felipe promete a los indios que una vez
los ladinos. alfabetizados ya no podrán “burlarse” de ellos.
- Los Argüello son los que mandan, los poseedores - Los indios se expresan en español para hablar con
de grandes extensiones de tierras, así como de un “superior” y reclamar sus derechos. Usan la
familias enteras de indios. palabra “camarada” ( compañero) como símbolo de
- Los actos idolátricos, la naturaleza, los lugares y unión y libertad ( a la manera de un socialismo
cosas, tienen nombre en tzeltal. indígena). Se dirigen de “tú” hacia César y Ernesto
( son iguales).
- Los Argüello experimentan miedo.
- Los Argüello han sido derrotados por los indios:
sus bienes están destruidos y la herencia de Mario
quedará en crisis.
- Las ceremonias y las fiestas han cambiado de
nombre: En lugar de realizar idolatría, los indios
celebran ( a su manera) la fiesta de Nuestra Señora
de la Salud, se ha construido una ermita.
( Sincretismo religioso)

En el caso de los indios aglomerados en Chactajal, ya se muestran los actos de liberación de


los nativos a través de sus maneras de actuar: exigen que los finqueros proporcionen un maestro
rural para alfabetizar a los indios, están informados de la proporción de tierras que el gobierno
federal les garantiza, demandan la construcción de una escuela, etc., pero también toman
venganza, recurren a la brujería para afectar a los Argüello e incendian la finca95.
Compartimos la opinión expresada por Castellanos en relación complejo mundo de compresión
indígena basado en la contradicción que a su vez es el resultado de la desconfianza que sienten
los naturales desde la conquista española. En la novela, César refiere que en cierta época (antes)
los indios gozaban con ser golpeados:
Mi padre me decía que antes, cuando los indios oían las campanadas, salían
corriendo de sus jacales para venir a juntarse aquí, bajo la ceiba. El mayordomo

95
Marco Antonio Puig sostiene que en la realidad no hay incendio de las fincas, sino lo que lo que arruina a los
Castellanos es la nueva política ejidal de Cárdenas, por lo que salen huyendo de sus fincas y de Comitán por la
pena de sentirse humillados y ante el “qué dirán” de los comitecos, emigran a la ciudad de México.
los esperaba con su ración de quinina y un fuerte en la mano. Y antes de
despacharlos a la labor les daba sus buenos fuetazos. No como castigo, sino para
acabar de despabilarlos. Y los indios se peleaban entre ellos queriendo ganar los
primeros lugares. Porque cuando llegaban los últimos ya el mayordomo estaba
cansado y no pegaba con la misma fuerza. (p. 69).

Entre el “antes” y el “ahora” se presentas cambios de actitud muy significativos. Los indios se
valen del español para reclamar sus derechos o para interactuar con los ladinos a manera de
iguales, de ahí el extrañamiento y el rechazo de los Argüello, hacia esta forma de expresión: “ Un
infeliz indio atreviéndose, primero, a entrar sin permiso hasta donde ellos están. Y luego a hablar
en español. Y a decir palabras como “camarada”, que ni César – con todo y haber sido educado
en el extranjero – acostumbraba emplear” (p. 84). La connotación de “camarada” ostenta un
significado de compañerismo o unión entre los indios, así lo expresan los niños indios que pasan
junto al río y no se detienen frente a la presencia de Zoraida, Matilde, una criada y los niños, que
están dentro de las aguas. Zoraida dice a Matilde: ¿ Ya entendiste lo que están gritando?... –
Gritan “ camaradas”. Oye. Y lo gritan es español. (págs. 123-124). El vocablo “camarada”
significativamente es empleado por Ernesto más de una vez, y aunque es un Argüello, no será
reconocido; por lo tanto esto lo pone en igualdad con los indios. Es importante el discurso que
emplea ya que su experiencia lo hace sentir que la educación no libera a los indios ni a él de un
medio determinista mientras no exista un reconocimiento: ( social para los indios y familiar para
Ernesto).
- Estamos perdiendo el tiempo en una forma miserable, camaradas. ¿De qué nos
sirve juntarnos aquí todos los días? Yo no entiendo ni jota de la maldita lengua de
ustedes y ustedes no saben ni papa del español. Pero aunque yo fuera un maestro
de esos que enseñan a los alumnos la tabla de multiplicar y toda la cosa, ¿ de qué
nos serviría? No va a cambiar nuestra situación. Indio naciste, indio te quedas.
Igual yo. No quise ser burrero, que era lo natural, lo que me correspondía (p. 130.
El subrayado es mío).

Otro pasaje del indio como hombre contradictorio, se presenta en las intenciones que tiene el
indio- líder Felipe Carranza Pech en relación a la construcción de una escuela, a lo que algunos
se resisten, es decir, se presenta una disgregación no ideológica respecto a la emancipación, pero
sí un rechazo a la alteración de un “orden” en donde el poder lo ostenta el mestizo rico y por lo
tanto no se atreven a contravenir un futuro que se les presenta como incierto a tal grado que el
miedo no les permite confiar de su propio líder: “- No demos oídos a Felipe. Nos está tendiendo
una trampa. – Si seguimos sus consejos el patrón nos azotará” (p. 87). Lo que se presenta aquí es
una concepción “cerrada” sobre su propia situación, frente a una mirada “abierta” y liberadora de
Felipe. Los indígenas de la finca rechazan en un principio la construcción de una escuela, es
decir, que no ven en la educación el camino hacia la libertad. A pesar de que César se muestra
calculador en el trato hacia los indios, la conciencia de éstos ya no es un aliciente para continuar
inmersos en un medio que se les presenta como una lucha por la autonomía, reconocimiento e
igualdad. Entre un “antes” y un “ahora”, las intenciones de César son seguir “comprando” la
conciencia, en este caso, de dos personajes importantes para la emancipación indígena: Felipe, el
representante de los indios, y Gonzalo Utrilla el titular del gobierno:
Quisiera yo darme una vuelta por Ocosingo para hablar con el Presidente
Municipal. Somos amigos. Le explicaría yo mi situación y me ayudaría. A lo
mejor me querría alegar que se compromete ayudándome, que las órdenes vienen
de arriba y que la política de Cárdenas está muy a favor de los indios. Eso me lo
podrá decir, pero yo le alego que estamos tan aislados que ni quién se entere de lo
que hacemos. El mentado Gonzalo Utrilla ha de estar inspeccionando por otra
zona. Y a él también se le podría convencer para que se pase de nuestro lado. (p.
148)96.
Sobre Felipe dice:
No será tan macho que con unas vaquillas que se le regalen no se aplaque
bastante. (p. 147).

Los capítulos XV y XVI destacan por la venganza de los indios: abandonan la molienda de
caña y queman la finca. Si la construcción de la escuela y la presencia del maestro rural son un
paliativo para tranquilizar las diferencias con los indios; es la “conciencia” la que motiva a los
naturales a realizar la sublevación. La golpiza que Ernesto da a un “kerem” en realidad es un
pretexto para la insurrección. La venganza responde a una conciencia milenaria y por lo tanto,
“ahora”, con el apoyo de un gobierno que “promete repartición de ejidos, libertad, educación e
igualdad frente al blanco”, los indios sienten el coraje para actuar en contra de César y su familia.
Una vez que han destruido la finca también sienten culpa, por haber abusado de las “potencias del
fuego” (elemento generalmente sagrado dentro de la cosmovisión indígena), es decir, destruyen
la flora y fauna de Chactajal:97 “ Esa noche los indios se miraron con recelo, porque cada uno
podía albergar un propósito de delación. Y comieron su comida con remordimiento. Y bebieron
trago fuerte para espantar al espanto. Y en sus sueños volvió a moverse la violencia del incendio.

96
En la parte subrayada consideramos que antes del vocablo “ compromete” debe existir una negación, de decir: (...
me querría alegar que no se compromete ayudándome, que las órdenes vienen de arriba...). Errores como éste se
presentan en las reediciones de la novela, sin que hasta el momento se haya realizado un trabajo filológico o de
corrección.
97
En el capítulo IV, al hablar de Ernesto planteamos la hipótesis de la muerte de este personaje como resultado de la
alteración y agresión al hábitat natural ( la muerte del venado, animal sagrado para los tzeltales). En este mismo
sentido, el miedo que tienen los indios después de haber incendiado Chactajal, corresponde a un miedo a ser
castigados por sus dioses, y no hacia las represalias de César, como podría pensarse.
Y sólo uno pudo pensar que se había obrado con justicia” (p. 159). En la entrevista que sostienen
Felipe con César, el primero le manifiesta el interés que los suyos tienen en que se construya una
escuela: “ para que se cumpla la ley” (p.84). Nótese cómo la frase sólo alude al acatamiento de un
decreto y no a la necesidad de alfabetización, que en realidad no puede llevarse a cabo por
razones tan sustantivas como el idioma de los indios, la improvisación de Ernesto como maestro
rural y los nulos programas educativos:
[el maestro] leía los horóscopos, los chistes, el santoral. Los niños lo
contemplaban embobados, con la boca abierta, sin entender nada. Para ellos era lo
mismo que Ernesto leyera el Almanaque o cualquier otro libro. Ellos no sabían
hablar español. Ernesto no sabía hablar tzeltal. No existía la menor posibilidad de
comprensión entre ambos. Cuando dio por terminada la clase, Ernesto se acercó a
Felipe con la esperanza de que se hubiera dado cuenta de la inutilidad de la
ceremonia y renunciara a exigirla. Pero Felipe parecía muy satisfecho de que se
estuviera dando cumplimiento a la ley. Págs. 118-119).

La construcción de la escuela y la presencia de un maestro rural únicamente responden al


cumplimiento de una ley que los ladinos no están dispuestos a sujetar y sólo la cumplen “a
medias” improvisando, en este caso a Ernesto, hijo bastado del hermano de César y que por
problemas económicos cumplió hasta el cuarto año de primaria, es decir, que no está preparado
para enseñar a los alumnos las nociones básicas, por su parte los indios cumplen de manera
modesta con su parte: construyen la escuela. El capítulo VII el narrados omnisciente cede la
palabra a una voz impersonal, pero que representa a la parte indígena. En este capítulo se cuenta
a la manera de una ceremonia idolátrica cómo es que se construye la escuela: “elegimos un
lugar...Bendito porque asiste al nacimiento del sol... Cavamos, herimos a nuestra madre, la tierra.
Y para aplacar su boca que gemía, derramamos la sangre de un animal sacrificado: el gallo de
fuertes espolones que goteaba por la herida del cuello” (p. 104). Como un acto de preservar la
memoria y como un deseo por “adoctrinarse”, Felipe graba en una inscripción: “ Esta es nuestra
casa. Aquí la memoria que perdimos vendrá a ser como la doncella rescatada de la turbulencia de
los ríos. Y se sentará entre nosotros para adoctrinarnos. Y la escucharemos con reverencia. Y
nuestros rostros resplandecerán como cuando da en ellos el alba” (p. 104). Si en un principio la
idea de alfabetizar a los indios causó aversión entre ellos, más tarde ven en la educación la
posibilidad de ser reconocidos e igualados socialmente:
- Mi hijo sabrá leer y escribir. Hablará castilla cuando esté entre los ladinos.
-Se sabrá defender . No lo engañarán fácilmente.
-A mí me vendieron una vez un zapato porque no tenía yo paga suficiente para
comprar el par. Cuando me lo puse los keremitos de Comitán se reían de mí.
Felipe se aproximó y tocó el hombro del que había hablado.
- De tu hijo ya no podrán burlarse. Te lo prometo. (p.145)

La cita que presentamos a continuación nos resulta básica para entender el complejo mundo de
los indígenas en relación a un medio social cerrado para ellos. César denota: “Hay que cuidarlos
para que no pidan lo que no les conviene. ¡Ejidos! Los indios no trabajan si la punta del chicote
no les escuece el lomo. ¡Escuela! Para aprender a leer. ¿ A leer qué? Para aprender español.
Ningún ladino que se respete condescenderá a hablar español con los indios” (p.150). Con estas
palabras se deja en claro que aunque se les reparta la tierra, se les alfabetice y se les enseñe
español, los indios no podrán ingresar a un medio que se les seguirá presentando hecho por y para
los occidentales.
Chactajal ( lugar abundante de agua), se convierte en una zona de concentración
indígena, que por las descripciones que se hacen, no llega a ser rural. En la finca los hombres
trabajan, las mujeres reproducen su especie y los hijos están determinados a ser propiedad del
patrón. Aunque la finca es rica en ganado y tierra, las condiciones de vida no resultan ser
favorables incluso para los propios patrones: “ Pero aquí no había más que un caserón viejo. En
el cuarto de Ernesto había goteras... Los platos eran de peltre, estaban descarcarados por el uso.
La comida no era mejor que la que su madre preparaba en Comitán” (p. 76).
La basta extensión de tierra de Chactajal, así como las propiedades, se repartió, según César,
con el testamento de sus padres, la finca y parte de la “indiada” pasaron a ser de su propiedad, a
pesar de que “ Poco a poco han ido mermando. Las enfermedades – hay mucho paludismo y
disentería – diezman a los indios. Otros se desperdigan. Se meten al monte, se huyen. Además yo
regalé algunas familias a los otros Argüello” (p. 70). A pesar de que la propiedad se ha repartido
entre la familia, la herencia de César es muy basta: cuenta con cincuenta jacales, y una veintena
de familias indias. Los instrumentos de trabajo para el campo son aún rudimentarios, sin
embargo se presume que la finca es la mejor de la región: “- En caso de necesidad puede
engancharse a los indios. Naturalmente que César había oído hablar de aparatos más modernos,
más rápidos ... Pero como éste aún daba buen rendimiento, César no veía ningún motivo para
cambiarlo” (p. 75). Al igual que la “posible” liberación de los indios, la situación económica de
los Argüello comienza a quebrantarse: el caserón es viejo, Zoraida ya no puede adquirir más de lo
necesario, las mecedoras de mimbre y otros objetos están desgastados y no pueden ser sustituidos
por otros nuevos.
En el incendio de la finca, es importante señalar que no se hace referencia alguna a la presencia
física de la niña y sólo en narrador hace una focalización de Mario (dormido, indefenso), pues
es éste el directamente afectado: no habrá herencia, no hay porvenir.
Aunque no es el tipo de lectura que nos convence, la segunda parte de Balún Canán, puede
leerse como indigenista, pues la presencia de los naturales está en función de un análisis sobre la
situación de dominio y emancipación. De hacerse esta lectura, no encontramos la denuncia,
generalmente característica principal del corpus indigenista, ni tampoco se presenta un lento
proceso de albedrío. En Balún Canán los indios ya tienen conciencia y se revelan. La segunda
parte de la novela de Castellanos destaca por una transposición de los tiempos históricos ( el
“antes” y el “ahora”). El indio como individuo social ve en el nuevo gobierno la ruptura de un
sistema de dominio. La actitud paternalista por parte del Estado “promete” reivindicar al indio a
un modelo social y esto es lo que Rosario Castellanos presenta y cuestiona en su novela, pues la
autora está pensando al indio como problema en una nación en la que ni la educación, la libertad
y el reparto de tierras soluciona un conflicto milenario. El problema de equidad es por lo tanto,
rebasado por un obstáculo de carácter social, es decir, aunque la ley los reconozca, la
discriminación seguirá presente.

F) La escritura de una narración infantil: una niña sin mundo: (3ra. Parte).

En la tercera parte de la novela la voz narrativa regresa a la niña. En esta sección se pone mayor
énfasis en otros personajes, temas y revelaciones que directamente repercuten en la construcción
de un mundo adverso para la protagonista, basado en la desilusión y en la soledad. El
acontecimiento más significativo es la muerte del hermano, que ella interpreta como una culpa
ya que no entregó la llave. Lo que para la niña es una muerte de la cual se siente responsable,
para sus padres es una venganza de los indios de la finca. Con la experimentación de una culpa,
se infiere un futuro familiar en donde el dolor y la presencia omnipresente del hermano seguirá
entre los padres, y de forma indirecta en la niña, es decir, que la atención y por lo tanto la
rivalidad sexista seguirá presente.98

98
En la historia de los Castellanos Figueroa, Mario Benjamín es sepultado en la perpetuidad de la familia Figueroa
Abarca, en el panteón municipal de Comitan, Chiapas, donde don César le va a leer algunos cuentos diariamente, le
lleva flores, dulces, juguetes y otros regalos. Cuando la familia se traslada a la Ciudad de México, llevan consigo los
Desde el epígrafe tomado de los Anales de Xahil se anuncia la destrucción, en este caso
aplicado a un sistema basado en la consanguineidad familiar y de carácter feudal, así como
también el del antiguo mundo indígena del cual la nana le habla a la niña. Pero es
precisamente a través de esta comunicación con la nana, que la niña comprende el final al
novela que vive en un mundo de terrible injusticia y desigualdades raciales, de clase, de
sexos, etc., y es que así adquiere y asume una conciencia social y genérica. El epígrafe
funciona a manera de sentencia: “ Y muy pronto comenzaron para ellos [para los Argüello]
los presagios. Un animal llamado Guarda Barranca se quejó en la puerta de Lugar de la
Abundancia,[Chactajal] cuando salimos del Lugar de la Abundancia. ¡ Moriréis! ¡ Os
perderéis! Yo soy vuestro augur” (p.173). En los XVIII capítulos de la tercera parte, los temas
de la soledad como experiencia existencial,, y el miedo como destrucción son una constante:
la brujería hacia Mario, la religión católica , la devastación de Chactajal, la postergación de
Zoraida hacia su hija, la ausencia de la nana y la escritura como símbolo de expiación de una
culpa. El destino para la protagonista se presenta como incierto, vacío y doloroso en la
medida que descubre cuál será su lugar a la muerte de su hermano.
Si el incendio de la finca se traduce como un derrumbe económico y una afrenta irreparable
para los Argüello, la muerte de Mario será la destrucción familiar. En el capítulo IV la nana
anuncia:
- Hasta aquí, no más allá, llega el apellido Argüello. Aquí ante nuestros ojos, se
extingue. Porque tu vientre fue estéril y no dio varón... [Mario] no se va a
lograr, señora. No alcanzará los años de su perfección... lo dijeron otros que
tienen sabiduría y poder. Los ancianos de la tribu de Chactajal se reunieron en
deliberación. Pues cada uno había escuchado, en el secreto de su sueño, una voz
que decía: “que no prosperen, que no se perpetúen. Que el puente que tendieron
para pasar a los días futuros se rompa.” 99
- Los brujos se lo están empezando a comer... Los brujos no quieren dinero. Ellos
quieren al hijo varón, a Mario. (págs. 182-184).

Conjuntamente a la anunciación de la muerte del varón, se expone otra pérdida importante, al


menos para la niña: su añorada cuidadora, su madre sustituta, la mujer que le ha creado la

restos del niño, que son sepultados por segunda vez cuando en enero de 1948 muere doña Adriana. Actualmente
madre e hijo se encuentran en el panteón Francés de la Ciudad de México.
99
Notamos un singular parecido entre los diálogos de las mujeres de la pieza dramática Judit, en relación a lo
enunciado por la nana: MUJER 5, No abunden sus cosechas. MUJER 6. No prosperen en hijos. MUJER 7. Todo se
pudra en ellos igual que una ciénaga. MUJER 8. Porque hurtaron migajas de alegría / mientras sobre su hermano / se
ceba el homicida. MUJER 9. Porque a escondidas ríen / mientras su pueblo sube a la horca y la noche / viene con un
cuchillo entre los dientes. “ Judith” en Rosario Castellanos. Poesía no eres tú. FCE, ( Letras mexicanas), México,
1995. págs. 146- 147.
conciencia social. Frente a la desgarradora imagen de la india tirada en el suelo, la niña habla, por
primera vez de la desvalorización humana y social de su nana-madre: “ Silenciosamente me
aproximé a la nana que continuaba en el suelo, deshecha, abandonada como una cosa sin valor”
(p. 184).

Brujería y ciencia médica

A partir de la anunciación de la muerte, la tensión narrativa aumenta y se carga sobre Mario. Si


en un principio Zoraida interpreta las palabras de la india como una amedrentación hacia su
familia, más adelante la incertidumbre y desesperación la llevan a consultar otros medios
adivinatorios y médicos que, a pesar de todo no podrán evitar el desencadenamiento del hecho
adverso e irreparable: la muerte de su único hijo varón. Por considerarse “una señora”, Zoraida
supone que la brujería no influye en los de su raza. Así le contesta a Romelia, quien relata la
historia de un compadre que se arruinó por tener como enemigo a un brujo: - ¡ Eso no es verdad
más que entre los indios! Ante nosotros sus amenazas no valen. Somos de otra raza, no caemos
bajo su poder” (p. 189). Hasta aquí Zoraida no ha vislumbrado que la derrota de los de “ su raza”
no se limita a la destrucción de la finca, sino que también se cumple en : la muerte de Mario a
quien los indios perciben como perpetuador de una descendencia dominadora que por tradición,
su función social está basada en el acaparamiento de las riquezas y el sometimiento de los indios.
En el capítulo VII, Zoraida visita, en compañía de sus hijos, a la tullida, y le pide que lea las
cartas, el resultado de la lectura es “ las espadas” cuyo significado se traduce como “penas”. El
enojo de la madre no se hace esperar: “- ¿ Y esta es tu gratitud? ¿ Y para recibir esta recompensa
he venido, día tras día durante años, a limpiar tus llagas apestosas, a arrastrarte de un lugar a otro
como si fueras un tronco, a aplacar el hambre tuya que no se sacia nunca?” (p. 193). Lo que
vemos es la desesperación de una madre que en su afán porque Mario no muera y se convierta en
el heredero, también consulta al señor cura, quien irascible reprende su actitud100 y no da crédito

100
La presencia del cura no cumple en ninguno de los casos la función del estereotipo de la novela indigenista:
generalmente está a favor de los patrones, utiliza a la religión para amedrentar a los indios, etc., en el caso de la
novela de Castellanos, el sacerdote no responde a la figura tolerante, sacrificado por los fieles, consejero y cuyo
trabajo consiste en reivindicar espiritualmente a los católicos, él mismo acepta: “ Pronuncio siempre la misma
absolución sobre los mismos pecados... tampoco es por ustedes por quienes me sacrifico. ¿ Valdría la pena aguantar
hambres en honor de un ranchero que conoce todas las argucias para no pagar los diezmos y primicias a la iglesia”
(p. 197). Nótese que las reclamaciones del cura persiguen un fin netamente económico en función de los intereses de
la iglesia, sin embargo no habla de la explotación de los indios en manos de los ladinos.
a la hechicería porque en la religión católica no es permisible. A la crítica implícita que la autora
implícita lanza contra el clero le sigue el descrédito del doctor Mazariegos, médico de la familia.
Si bien es cierto que en los años treinta la ciencia médica comienza a vislumbrar significativos
adelantos , el médico de la narración figura como incompetente para atender un caso al que no
acierta a dar un diagnóstico preciso, y más aún no se encuentra facultado para llevar a cabo una
cirugía101. Con la aparición del doctor Mazariegos, se recurre a la ironía para dejar ver su
ignorancia respecto al caso. Hace alarde de su incapacidad justificando que su madurez le ha
dado experiencia:
Hizo usted bien el llamarme. Si este caso hubiera caído en las manos de un
médico joven, un doctor soflamero y atrabancado, no titubearía en darle un
nombre, uno de esos nombres nuevos que jamás hemos oído mentar. Prescribiría,
tal vez, una operación. Prefieren cortar el mal de raíz antes de tener la paciencia
de combatirlo por otros medios, más lentos, pero a la larga más inofensivos. Por
ejemplo , se ha comprobado que un gran porcentaje de pacientes a los que se
extirpa el apéndice resultan después con sordera.
- Entonces , es apendicitis lo que tiene Mario.
- No he dicho eso, doña Zoraida. No hay que precipitarse. Estoy exponiendo la
teoría general. (p. 211).

Aunque el niño no presenta ningún síntoma, más que las pesadillas, el médico no agota la
posibilidad de una operación en caso de ser necesario: “ Naturalmente seguí mis cursos en la
Facultad de Medicina y los aprobé con muy buenas notas. Pero de eso hace ya tantos años. Y
como no he tenido la oportunidad de ejercer esta rama de mi profesión, pues he perdido la
práctica y ... “ (p. 211). El doctor Mazariegos tampoco da crédito a la brujería, a lo que él llama
“ supersticiones”, y aunque su diagnóstico es impreciso ( puede tratarse de una apendicitis o de
paludismo), juzga la enfermedad de Mario como un estado transitorio. Lo que se presenta es la
rivalidad o el descrédito de la brujería ( no aceptada y reconocida para la iglesia y la ciencia),
frente a la medicina ( que tampoco logra precisar el padecimiento del niño). En el capítulo XIX
la conversación de Rosalía, Vicenta y tío David refuerza la idea de una pasmosa muerte como
resultado merecido o de una venganza: Vicenta señala: “ - ¡ Quién los mira tan orgullosos!
Nomás porque usan chaleco y leontina de oro. Pero estas familias tienen mucho que pagar” (p.

101
Mario Benjamín murió clínicamente de apendicitis, doña Adriana no logró trasladarlo a la ciudad de México y
murió en Comitán. Según Marco Antonio Puig, la familia Castellanos Figueroa nunca descartó la posibilidad de que
la muerte del varón pudo haber sido provocada por los indios quienes eligen al hijo de un ladino para descargar una
justicia milenaria, de ahí la ambigüedad en la novela con respecto a la actitud de Zoraida en relación a estas
creencias.
221). Vemos en este capítulo un gozo por el sufrimiento de los blancos ricos, pues Vicenta y
Rosalía pertenecen a la esfera indígena y hablan de una justicia con lo que también se fortifica la
idea de un “antes” (indios pasivos), y un “ahora” (indios vengativos). Don Jaime Rovelo a la
muerte de Mario le dice a la niña: “Ahora tu padre ya no tiene por quién seguir luchando. Ya
estamos iguales. Ya no tenemos hijo varón” (p. 220). Con lo anterior se insiste que el sexo de la
niña la desautoriza como heredera. La tradición se ha quebrantado, los hijos varones de los
señores no continuarán su dominio.
Un último intento por devolver la salud a Mario es cuando Amalia prepara un bebedizo con
“agua de Lourdes y un escapulario de la Virgen del Perpetuo Socorro”, para darlo de beber al
enfermo. Más allá de las palabras del doctor Mazariegos, (representante de la ciencia), de las del
cura ( representante de la iglesia), que se muestran incrédulos a los actos de maleficio
sobrenatural, al significado de las cartas ( en donde se auguran las penas), se contraponen los
actos de brujería que los indios de Chactajal descargan sobre la familia Argüello como una
venganza ( se están comiendo a Mario, al varón), al que sería en un futuro será un representante
de “los que mandan, los que poseen”.

Los miedos y la muerte

El tema del miedo es tratado en la tercera parte de una forma mágica y enigmática. La religión,
en este caso, el catolicismo, infunde miedo en los hermanos que aunque tienen la idea de que el
infierno es un sitio de fuego donde va a sufrir la “gente mala”, no se les ha “revelado” a manera
de experiencia vivida y sólo pueden aceptar las conjeturas que Amalia les proporciona. Dichos
conceptos religiosos engendran un temor hacia lo desconocido. En las clases de catecismo,
Amalia les comunica la existencia del infierno, la niña en su soliloquio dice:
No era una revelación. Otras veces habíamos oído pronunciar esta palabra. Pero
sólo hasta ahora estábamos aprendiendo que significaba algo rojo y caliente donde
hacían sufrir de muchas maneras a quienes tenían la desgracia de caer allí. Los
bañaban con grandes peroles de aceite hirviendo. Les pinchaban los ojos con
alfileres...
Mario y yo habíamos vivido siempre distraídos, mirando para otro lado... Pero
ahora adquirimos, repentinamente, la conciencia de nuestra compañía... de tal
modo que, cuando Amalia nos participó que en el infierno bailan los demonios
bajo la dirección de Lucifer, pudimos cogernos, sin dificultad, de la mano.
Estaban sudorosas y frías de miedo. (p. 201. El subrayado es mío).
Dentro de los “pecados” que figuran para ir al infierno se encuentran: Desobedecer a los padres,
robar dulces, y pelear con otros niños. En relación a estos tres pecado, notamos que en un sentido
generalizado estos actos con frecuencia son realizados inocentemente por cualquier niño, y
aunque la protagonista afirma que: “ las posibilidades de un viaje al infierno no son tan
inminentes”(p. 201), el acto de esconder (robar), la llave del oratorio, convierte a los hermanos en
candidatos para visitar el infierno según ellos lo interpretan.
Cuando el personaje de Amalia les crea el temor a lo inexplorado, dicho miedo se reafirma con
la narración de Vicenta, la nueva cargadora de la niña. Esta mujer india también cumple la
función de contar historias a la protagonista, entre las que destaca la historia de “el diablo de las
siete cuerdas”, que se desprende de la propuesta que hace la niña para jugar “colores”:
- Pues ahí tienen que estos eran dos niños que les decían por nombre Conrado y
Luis. Todas las noches se juntaban con otros indizuelos102 y se iban a jugar al
traspatio... Pues una de tantas noches los muchachitos se dispusieron a jugar
colores. Pero ya tenía rato que todos lo habían escogido y el niño Luis no se
asomaba... por fin oyeron un ruido como de pasos entre las hojas y una voz ronca,
como de gente grande, que decía:
- ¿Quién es?
Y la voz ronca les contestó:
- El diablo de las siete cuerdas.
Les extrañó que el niño Luis dijera que era el diablo de las siete cuerdas porque
habían quedado que era el ángel de la bola de oro...[ Luis escogió el color belesa
que correspondía al de su hermano]. Conrado no podía verle bien la cara porque,...
el traspatio de esa casa era muy oscuro. Y de pronto, quién sabe en qué artes, se fue
encendiendo una luz. Y cuál se va quedando el niño Conrado al catar delante de él
un muchachito pero que no era su hermano Luis. Su cara era como la de los niños
pero llena de arrugas y de pelos. ¡ Era el diablo de las siete cuerdas, por mal nombre
llamado Catashaná!
El niño Conrado quiso salir corriendo pero tropezó con un cuerpo que estaba tirado
baca abajo... Catashaná... dijo señalando el cuerpo:
- Mira cómo dejaste a tu hermano Luis de tanto pegarle. Se lo dijo porque
Catashaná es el padre de la mentira.( págs. 203 – 204)103

El relato mítico- popular de la historia de Catashaná continúa cuando éste pide al niño Conrado
que le traiga una hostia. Y Aunque la actitud del niño es “ malcriada”, se prepara para la “primera
comunión” en donde como castigo, la hostia se convierte en una bola de plomo, produciéndole la
muerte. La narración de Vicenta infunde nuevamente el miedo: “ Mario salió corriendo de la

102
En la edición de la que tomamos la cita se utiliza la grafía “z” en lugar de “c”.
103
En la tradición Tzeltal, Catashaná es la traducción del diablo. Existen en la lengua maya otras figuras o
denominaciones como Ikál ( el negro), o Puk´u ( diablo).
cocina y al pasar junto a la vela la apagó. Yo corrí tras él. Y cuando le di alcance en el corredor,
me dijo al oído, sollozando:
- No quiero comulgar. (p. 205).
Como en “Primera revelación”, la religión se critica como fuente de angustia por sus
truculentas historias de pecados y castigos, los cuales en la edad infantil no se logran descifrar.
Tanto el personaje de Mercedes en el cuento, como el de Amalia en la novela, aparecen como
seres detestables en relación con la inocencia de un niño. En el capítulo XIII Amalia obsequia a
los niños unos dulces que no aciertan a llevarse a la boca:” Mario y yo los apretamos entre
nuestras manos húmedas y allí se van derritiendo, cubriéndonos la piel de una sustancia
pegajosa...” (p. 207). En “Primera revelación” existe el miedo por parte de los niños de ir al cielo
y conocer a Dios, en Balún Canán, por el contrario, el temor es ir al infierno, porque la religión
predicada por Amalia, y la historia del “diablo de las siete cuerdas”, contada por Vicenta, los han
paralizado.
Como un juego infantil, en el capítulo III de la primera parte, las alumnas de la maestra
Silvina, juegan, sin temor, a: “ el ángel de la bola de oro y el diablo se las sietes cuerdas, o
“vamos a la huerta del toro, toronjil”. (p.22). El temor lo crea la religión, ya sea ya sea en una
versión popular como en la historia de Catashaná o con las enseñanzas de Amalia.104

La pérdida

A lo largo de Balún Canán se presentan varios tipos de pérdidas, ya sea materiales o de vidas
humanas. Dentro de las mermas materiales para los hacendados incluimos la quema de la finca
por los indios, y el despojo de la gran propiedad para ser repartida en ejidos en cumplimiento a
las leyes gubernamentales sobre Reforma Agraria. En las tres partes de la novela, las pérdidas
humanas son las más frecuentes: asesinan a Ernesto, Matilde se interna en los Altos y se supone
que el “dzulum” se la llevó, asesinan a un indio de la finca, etc. Las pérdidas decisivas para la
niña son la nana despedida por la madre y la del hermano por muerto. A los que al inicio de la

104
Rosario Castellanos también ensayó el tema del miedo y la muerte en algunas canciones infantiles de carácter
popular. En su ensayo “La muerte y el niño” dice que en los juegos infantiles, así como en las canciones de cuna, el
miedo aparece como una constante que resulta muy familiar al niño, aunque sin dejar de causarle temor. Una de las
siete canciones recogidas es: “Cuchillito, cuchillito / mató a su mujer / con un cuchillito/ del tamaño de él./ Le sacó
las tripas/ las fue a vender/ - ¡ Mercarán tripas del tamaño de él”, en Rosario Castellanos. “La muerte y el niño”,
Mujer que sabe latín, Obras II, Op. Cit.., p.975.
novela los tomó como medida de comparación y los consideraba menos que ella (una es india y el
otro es un año menor y por lo tanto “conoce” menos que la protagonista), ahora se le revelan
significados por su ausencia: experimenta la soledad por la muerte del hermano y se siente
desprotegida por la ausencia de su nana. En el capítulo VIII, que es corto y en el que se destaca
lo poético recurriendo principalmente a las imágenes visuales y sensitivas que trasmite al lector,
la añoranza de la niña en relación a su nana – madre desemboca en un sentimiento de vacío,
tristeza y desilusión. La protagonista imagina la presencia de la nana en el llano Nicalococ ( lugar
que se caracteriza por su viento implacable), donde volarán papalotes, verán llegar el circo, y
sentirán el viento. La niña utiliza el tiempo futuro para marcar el deseo de recuperación y la
añoranza de lo perdido que no acierta a reencontrar más que en el deseo y en el recuerdo:
Y de pronto mi nana bajará los párpados y me obligará a bajarlos a mi también.
Porque delante de nosotros estará el viento con su manto de gala.105 Paseará por
el llano hasta no dejar más presencia que la suya, cuando todos se hayan rendido
a su calidad de rey. Oiremos su gran voz, temblaremos bajo su fuerza. Poco a
poco, sin que él se de cuenta, iremos arriesgando los ojos hasta que nos rebalsen
de su figura. Y mi nana y yo quedaremos aquí sentadas, cogidas de la mano,
mirando para siempre. (p. 194. El subrayado es mío).

A la muerte de Mario el resquebrajamiento familiar se hace presente, colocando a la niña en


un espacio lleno de soledad y dolor. El deceso del hermano se traduce en la indiferencia de los
padres hacia la existencia de la niña. La destrucción de un mundo construido a partir de dos
visiones: la indígena y la occidental en conflicto, construyen la mirada infantil. A excepción de la
añoranza de la niña por recuperar a su nana, en Balún Canán no hay una mirada hacía el futuro
porque es incierto y sólo hay una rememoración en el presente que parece eterno.

El mundo “entre” de la niña

El concepto de entre lo comprendemos de acuerdo al complejo mundo de componentes sociales,


étnicos, sexuales, morales, religiosos, patriarcales, etc., que aparecen en la novela. La
transculturación de la niña presupone la adopción de concepciones ideológicas indígenas, pero
sin dejar de pertenecer al sector criollo, blanco, llamado ladino por los indios en un contexto
peyorativo. En este sentido observamos que a lo largo de la novela la niña se desenvuelve “entre”

105
La nana enseñará a la niña a reverenciar al viento.
dos mundos étnicos y culturales diametralmente opuestos. Como parte del “entre” cultural,
sexual, encontramos la crianza de la niña en manos de una india por lo que forzosamente adopta
modelos de vida diferentes: la revelación como compromiso social y la revelación existencial de
la devaluación de su sexo-género al sentirse desplazada por el mundo masculino. Aunque la
protagonista no emite juicios sobre el desplazamiento sexista y las múltiples frustraciones en las
que desemboca el género femenino, es palpable que la narración coloca al lector frente a una
perspectiva autoral donde el matrimonio, la maternidad y la soltería, son fuentes de frustración.
A continuación presentamos un esquema que nos permite visualizar el concepto del “entre” en el
que vive la protagonista y que, a nuestro juicio tiene que ver con la construcción de un mundo,
que si bien es cierto, comienza a construirse con la conciencia de desigualdad y conflicto social
que le engendra su nana, al desaparecer ésta no se concluye, sólo se destruye, colocando a la
protagonista en un nuevo mundo de tinieblas.

El mundo “entre” de la protagonista

I) INDIOS. (Nana, el indio macheteado, los I) LADINOS. (Sus padres, Mario, sus tías,
indios de Chactajal) los terratenientes, la maestra Silvina,
2 )SEXO. La rivalidad inmediata la Amalia, Ernesto)
sostiene con su hermano (varón) 2) LAS MUJERES ( Matilde, Romelia,
3) EDUCACIÓN Y CUIDADOS. Francisca, Amalia, Silvina) son mujeres
Proporcionados por una india. frustradas e irrealizadas.
4) MÉXICO. Se queda para ver cómo se 3) OCCIDENTALES. La maestra Silvina le
derrumba el sistema socioeconómico trasmite enseñanza básica. Zoraida, la
familiar. madre, ni la educa ni la cuida directamente.
5) MUERTE. Los indios han elegido a Distante afectivamente de su hija.
Mario para que muera. 4 ) GUATEMALA. Quiere huir de México,
6) RELIGIÓN CATÓLICA. Infunde el desea salvarse.
miedo ( El catecismo, la existencia del cielo 5) VIDA- MUERTE. Zoraida, deja ver que
y el infierno, el Cristo crucificado de la prefiere la muerte de la niña, que la del
Parroquia del Calvario). varón, heredero de apellido y linaje.
7 ) TRANSICIÓN POLÍTICA. Los ladinos 6) LEYENDA Y SINCRETISMO. El relato
sienten que la repartición de los ejidos es mítico – indígena del dzulum no le
una ofensa y tratan de defender “lo suyo” despierta el miedo, pero sí la narración
8 ) COMITÁN. Lugar de hacendados. indígena-católica sobre la existencia de
9)EL BAÚL. Se guarda la memoria Catashaná.
ancestral indígena (la niña tiene acceso a lo 7) REPARTO AGRARIO. Tanto El
que no es parte de su cultura, sino la gobierno como los campesinos hablan de
otredad). Es un objeto que provoca una recuperación de tierras acaparadas por
curiosidad ( es una revelación). el latifundio.
10) LA LLAGA. Hace que la protagonista 8 CHACTAJAL. Espacio rural compuesto
experimente una culpa social ajena a ella casi en su totalidad por indios.
pero heredada. 9)LA LLAVE. Se cierra o abre para recibir
11) EL CRISTO. Figura martirizada que la comunión ( religión católica). Es un
pertenece al cristianismo y que causa objeto que causa miedo y se guarda en el
“horror” en la niña. cofre de la nana (la memoria indígena)
12) ORALIDAD. La conciencia social en la 10) EL PADRE. Es el responsable directo
protagonista se crea a partir de la cultura del orden social injusto que provoca la
oral: las historias que le cuenta la nana, en maldición india sobre la familia. La
las cuales se muestra el conflicto entre protagonista siente un rechazo critico hacia
culturas indias y criollas, oral y escrita, César.
tradicional y moderna, antiguos propietarios 11) INDIO-CRISTO. Figura martirizada y
de la tierra y nuevos, etc. “real” que causa “temor” y “remordimiento
social”.
12) ESCRITURA. Cultura escrita en la
lengua oficial, el español; en la novela se
alude a la escritura de propiedad de la
hacienda, a la escritura de las leyes
revolucionarias, en particular las de la
Reforma Agraria, que disminuyen la
propiedad de los terrenos de los Argüello.
Además, al final de la novela la niña escribe
el nombre del hermano a modo de
perennizar su memoria.

G) Oralidad y escritura.

Los hechos de oralidad y escritura, han sido estudiado desde la antigüedad, basten como
ejemplos La retórica de Aristóteles, o El orador de Cicerón. Ellos están pensando el uso de
la palabra en cuanto a persuasión. En literatura existen innumerables muestras, sobre todo de
textos clásicos, en donde los personajes, con gran éxito, influyen en el comportamiento de sus
interlocutores. El empleo de la retórica clásica se destinaba a ocasiones o usos honorables,
religiosos y políticos principalmente. Tanto Aristóteles como Cicerón, ofrecen una gama de
conceptos como: dispositio, elocutio, exclamario, etc, que son partes de la retóricas y que se
utilizan para persuadir al “otro”.
El uso de la oralidad en Balún Canán, persigue otro objetivo. Las narraciones orales de la
nana son esencialmente importantes porque transmiten a una niña occidental una cosmovisión
y una experiencia diferentes desde la perspectiva india. Para Walter J. Ong: “la narración es
de particular importancia en las culturas orales primarias porque es capaz de reunir una gran
cantidad de conocimientos populares en manifestaciones relativamente sustanciales y
extensas que resultan sustanciales y perdurables, lo cual en una cultura oral significa formas
sujetas a la repetición.”106
Desde la conquista, y aún en la colonia con el surgimiento de los mestizos, la historia de
las ideas indígenas estuvo a cargo de los conquistadores o de la nueva clase, siempre desde
la mirada europea. Los textos indígenas más cercanos que han llegado hasta nuestros días,
durante y después de la conquista son los Icnocuícatl (cantos tristes de la conquista) de Los
anales de Tlatelolco, y otros que por cuestiones temáticas no analizamos. En dichos textos se
presenta la mirada de los vencidos en relación al futuro de los antiguos mexicanos.
Una vez que los conquistadores se establecen en Mesoamérica, el indio deja de ser
narrador y se convierte en personaje. La historia a partir de entonces es pensada y escrita
( oralidad secundaria) por el hombre occidental, tomando como escenario a los pueblos de
América, pero viéndolos como una colonia española: Cartas de relación de Hernán Cortés,
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, la
Historia general de Gonzalo Fernández de Oviedo, etc. Con gran extrañamiento sobre el
idioma y la forma de vida en general, los conquistadores describen y hacen conjeturas sobre
los pobladores, es decir, interpretan el pasado con una mirada occidental. La lengua oral,
para algunos historiadores, fue el principal instrumento de dominación americana, pues es
sabido que la memoria prehispánica que narraba los orígenes y la grandeza de la civilización
mesoamericana fue destruida y perseguida, sustituyéndolo por una imposición religiosa y
cultural que hasta nuestros días se ha conservado de manera sincrética entre algunos pueblos
indígenas como los tzotziles y tzeltales, por mencionar sólo dos ejemplos de resistencia
cultural y religiosa. Para Dora Pellicer la consigna de los europeos se reduce a conocer para
destruir. La tradición oral es la forma más antigua para registrar la historia de los pueblos,
que sólo es sustituida por la escritura oficial, dejando al margen a diversos grupos. Dentro de

106
Walter J. Ong. Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, FCE ( Lengua y estudios literarios), México,
1987. El autor explica al inicio de su libro que por oralidad primaria, refiere a todo uso de la palabra que desconozca
la escritura como trasformación o reproducción de lo hablado.
las formas de tradición oral de padres a hijos destacan la leyenda, la canción popular, las
consejas, las adivinanzas, los juegos infantiles, el cuento, el mito y los refranes. La oralidad
entre los pueblos perenniza la memoria e historia constituyendo la identidad de los “otros”
( las ahora minorías). A nuestro juicio, la persistencia de las lenguas indígenas y sus
tradiciones trasmitidas oralmente constituyen una de las formas de resistencia indígena en
México Por medio de ellas se produce, reproduce y se trasmite una identidad social a través
de un código ajeno a los no indohablantes. Para Dora Pellicer: “ el papel de la lengua radicaba
... en la interacción del hombre con los dioses y con el mundo”107. La imposición cultural
europea trataba de asimilar a las culturas nativas, tomó las formas literarias de los
huehuetlatolli ( consejos de los padre a los hijos) y adoptó el didactismo de estas consejas a
la liturgia católica para realizar la conversión religiosa. El nuevo campo semántico no
significó una adopción totalitaria de una cosmovisión europea ajena a los indios, pues como
se muestra en Balún Canán ( situada en la tercera década del siglo XX) y en Oficio de
tinieblas ( basada en la última sublevación indígena en Chiapas en el siglo XIX), los actos de
idolatría siguieron, y siguen vigentes. El la transición oral de los relatos indígenas confluyen
varios puntos como son: comunicar para influir en el comportamiento, compartir la identidad
a través de la memoria, pero también estos relatos poseen su propia estética y su visión
imaginaria para crear lo fantástico, mágico y maravilloso. Frente a esto último ¿ se considera
literatura a las narraciones orales? Si tomamos literalmente el término, encontramos que
como literatura se considera lo que aparece escrito.108 La retórica de las narraciones indígenas
con su mirada fantástica o maravillosa son - al menos para nosotros-, parte de la literatura y
de la cultura de los pueblos indios. Si la interpretación de los relatos escritos se reduce al
contenido del texto, en la oralidad el discurso siempre es aditivo y se transforma en distintas
versiones, este es quizás el punto por el que la literatura oral se clasifica y reduce a la cultura
popular. El estudio de la oralidad a través de la historia ha sido objeto de investigaciones
antropológicas, históricas, literarias, lingüísticas, etc. El lenguaje, cuyo origen es oral, se
transmite por generaciones, aunque en algunos casos, al no convertirse en signos lingüísticos

107
Dora Pellicer. “ Oralidad y escritura de la literatura indígena: una aproximación histórica” en Montemayor,
Carlos. Situación actual y perspectiva de la literatura en lenguas indígenas, CNCA ( Pensar la cultura), México,
1993, págs. 19-20.
108
Nótese cómo existen en la historia literaria grandes obras como las tragedia griegas que se generan a través de la
oralidad y del mito, sólo que dichas obras son reconstruidas y escritas por los autores y traspasan la oralidad
primaria.
escritos, tiende a desaparecer. La palabra oral con frecuencia se reduce al habla (se pierde),
la escritura como registro verbal permanece. En el caso específico de la novela aquí
analizada, la oralidad cumple la función de transmitir a una niña criolla la memoria indígena
no oficializada en la educación nacional.
Las narraciones orales de la nana la muestran como poseedora de un pasado, a la vez
que la niña cumple la función de intérprete y depositaria de esa memoria ancestral, para que
“cuando sea grande pueda mirar”. La intención de Castellanos no es hacer un estudio
etnográfico de los indios de Chiapas, sino la de poner en relación a dos enfoques
diametralmente opuestos para crear un dialogismo en el cual la nana (enunciador) lanza un
mensaje a la niña (receptor), este mensaje transmite la experiencia de los marginados, igual
que por su condición genérica resulta la misma niña dentro de sus sistema familiar y social
imperante. Por lo anterior sostenemos que la nana proyecta e influye en la construcción de un
futuro horizonte de comprensión de una niña que juzgará y valorará de una manera distinta
la concepción indígena sobre el pasado, llegando a utilizar en un futuro el mismo código
indígena De las tres narraciones orales primarias que la india le comparte a la protagonista
en la primera parte de la novela sobresale el inicio de dicha narración. La nana habla de la
historia como un registro de la memoria de los “otros” de los desposeídos, alejada de la
versión oficial. Como parte de los indígenas, la nana enuncia desde un “nosotros”,
dirigiéndose a un “ustedes”. Entre un nosotros y un ustedes se establece la conquista y la
derrota de la cultura indígena:
-... Y ENTONCES, coléricos, nos desposeyeron, nos arrebataron lo que
habíamos atesorado: la palabra, que es el arca de la memoria. Desde
aquellos días arden y se consumen con el leño en la hoguera. Sube el
humo en el viento y se deshace. Queda la ceniza sin rostro109. Para que
puedas venir tú, y el que es menor que tú y les baste un soplo, solamente
un soplo... (p. 19. El subrayado es mío)110

Lo que se destaca al inicio de la novela es la destrucción de la cultural nativa, la conquista e


imposición de un nuevo modelo de vida en donde no se incluyó a “los que ya estaban” y se
privilegió a los colonizadores. Del dominio español y al mismo tiempo del mestizaje, surge una
nueva composición y ordenamiento social en los cuales el pasado indígena y autóctono va
109
Entre las prácticas religiosas o mágicas realizadas por los indios se encuentra la lectura de la ceniza.
110
La historia señala que la conquista española buscó principalmente el despojo de tierras americanas así como la
explotación del medio geográfico, poniendo el segundo término la conquista del hombre aborigen y de su
conversión al cristianismo. En este sentido la nana habla de un despojo cultural sagrado y doloroso para los indios
alejada de cualquier versión oficial. Nótese que habla de la pérdida de la memoria y no de las perdidas materiales.
perdiendo sus rasgos definitorios y diluyéndose en una memoria nostálgica que ya no tiene rostro
(como la ceniza).
Un segundo relato se ofrece en el capítulo VI de esta primera parte, donde se narra de manera
mítica cuenta cómo es que el dzulum se apoderó de Angélica, (una mestiza que la familia
Argüello recoge)111:
[ Angélica] era como una vara de azucena. Y tan dócil y sumisa con sus
mayores... Le abundaban los enamorados. Pero ella como que los miraba menos o
estaba esperando a otro. Así se iban los días. Hasta que una mañana amaneció la
novedad de que el dzulum andaba rondando en los términos de la hacienda. Las
señales eran los estragos que deja donde quiera. Y un terror que había secado las
ubres de todos los animales que estaban criando. Angélica lo supo. Y cuando lo
supo tembló como las yeguas de buena raza... Desde entonces ya no tuvo
sosiego... Se levantaba a deshora, a beber agua serenada porque ardía de sed. Tu
abuelo pensó que estaba enferma y trajo al mejor curandero. Quién sabe qué cosas
se dirían. Pero el hombre salió espantado y esa misma noche regresó a su casa, sin
despedirse de ninguno. Angélica se iba consumiendo como el pabilo de las velas.
En las tardes salía a caminar al campo y regresaba, ya oscuro, con el ruedo del
vestido desgarrado por las zarzas... nos miraba como pidiendo ayuda... Hasta que
una vez no volvió...
- Los indios salieron a buscarla con achones de ocote. Gritaban y a machetazos
abrían la vereda. Iban siguiendo un rastro. Y de repente el rastro se borró.
Buscaron días y días. Llevaron a los perros perdigueros. Y nunca hallaron ni un
jirón de la ropa de Angélica, ni un resto de su cuerpo. (págs. 27 –28).

El miedo que para los ladinos puede tener una figura mítica que emerge del pensamiento
indígena se sustenta en el temor a lo desconocido y aunque este personaje mágico – religioso es
similar al diablo de la religión católica, a éste último lo conocen a través de la doctrina cristiana.
En la narración de la nana se contrasta la pasividad y ausencia del miedo que siente y a pesar
de que ella tampoco lo conoce, no lo piensa como un peligro: “ Yo tengo para mí que es muy
hermoso, porque hasta las personas de razón le pagan tributo” (p. 27)
La tercera historia mítica ocupa el capítulo IX de esta misma parte, en él la autora implícita
recurre al manejo intertextual del Libro de Consejos en donde se narra la creación del hombre.
Según la nana, antes de la llegada de Santo Domingo, San Caralampio y la Virgen del Perpetuo

111
En la novela el dzulum sólo se apodera de dos mujeres mestizas: Angélica, de Francisca y de manera ambigua de
Matilde. El dzulum es entre los indios de los Altos de Chiapas, un animal que no les causa temor, aunque desciende
del Puk´u (diablo), por eso la nana dice “ No se mueve por hambre, sino por voluntad de mando” (p.27). En algunas
comunidades indígenas, hasta hace tiempo todavía se consideraba que cuando los animales desaparecen, se enferman
de manera repentina y mueren, es porque vieron al dzulum; esto coincide con lo que la nana relata: “ Nadie lo ha
visto y ha vivido después” (p. 27).
Socorro112, sólo existían cuatro señores del cielo, que después de la creación del mundo,
acordaron crear al hombre. Como en el Popol Vuh, en un principio los creadores hicieron al
hombre de barro, de madera, y de oro y como no resistieron las pruebas del fuego, del agua y de
los sentimientos ( el hombre de oro no tenía corazón), uno de los creadores: “con su machete se
cortó los dedos de la mano izquierda... sin haber pasado por la prueba del agua ni por la del
fuego” (p. 34). En la narración de la nana, una vez que el hombre de carne va distinguiendo su
entorno, aparece el hombre de oro (el que tiene valor como el ladino) y frente a su arrogancia y
ostentación hace del hombre de carne (alegoría del indio) su subordinado, es cuando los
creadores: “... dispusieron que el rico cuidara y amparara al pobre por cuanto de él había recibido
beneficios. “Y ordenaron que el pobre respondería por el rico ante la cara de la verdad. Por eso
dice nuestra ley113 que ningún rico puede entrar al cielo si un pobre no lo lleva de la mano” (p.
34. El subrayado es mío). El mito de la creación del hombre sirve para diferenciar dos clases
sociales: la de los terratenientes ( dominadores) y los indígenas ( los dominados). Aunque el
relato mítico corresponde a la cosmovisión de los naturales, se asemeja a la mirada del
cristianismo que señala lo mismo que afirma la nana: “por las buenas obras hacia los pobres se
puede ganar el cielo”, por tal motivo cuando la niña pregunta quién es su pobre, la nana responde
creándole conciencia e influyendo en su comportamiento: “ – Todavía no lo sabes. Pero si miras
con atención, cuando tengas más edad y mayor entendimiento lo reconocerás” (p. 35).

Capítulo III
Los personajes.
1) Masculino y femenino: dominadores y dominados

En la introducción manifestamos nuestro interés por analizar la primera obra de Castellanos de


acuerdo a una perspectiva autobiográfica, pero sin olvidar el factor social que une a indígenas y
mujeres por la experiencia discriminatoria en relación a un mundo en donde la preponderancia
sociohistórica y cultural recae sobre el varón, y la exclusión está reservada para las mujeres y

112
Aquí se muestra claramente la imposición de una religión, en este caso de otros santos, que en la actualidad son
venerados por los indígenas de diferentes regiones de Chiapas y de Guatemala.
113
La nana habla de “nuestra ley” incluyéndose como parte de los indios y sus leyes, aunque sea despreciada entre
los de su raza por ser “aladinada”, es decir, hablara español y vivir en casa de los señores hacendados blancos.
para los indios como seres vulnerables del patriarcado y de un núcleo social cerrado en donde es
imposible que entre el indio y la mujer y se igualen en jerarquías. En este capítulo trataremos
sobre el problema de los dominadores en relación a los dominados, y aunque la narratología
ofrece una gama de posibilidades de estudios de la obra narrativa, por la temática de este
capítulo, nos acercaremos más sociológicamente a la cuestión de la diferencia sexista entre los
géneros.

A) César – Zoraida

La relación en la pareja se basa en el concepto sexista y tradicional que se tiene sobre el


matrimonio, es decir, el hombre es el que manda, el que lleva las riendas de la casa, mientras que
la mujer es la encargada de cuidar a los hijos, ocuparse – en este caso de manera indirecta- de los
quehaceres del hogar. El papel de la mujer se reduce a la pasividad y a la espera, este es el caso
de Zoraida. La formación social de este personaje la hace un ser inútil y desvalido que no acierta
a dar un paso si la orden del varón no se impone, como ejemplo sirva la función que cumple en
la novela, pues frente a la ausencia del esposo no puede trasladar a Mario a Tuxtla o al Distrito
Federal para que reciba atención médica y por lo tanto ve cómo se derrumba y se consume su
hijo preferido que es garantía para perpetuar su linaje.
El vínculo entre César y Zoraida se reduce a la procreación de los hijos, sobre todo el varón
( trofeo y orgullo), y al cuidado de los bienes materiales que posee la familia Argüello. Hay una
ausencia de todo contacto físico, amoroso, por no hablar de la nulidad erótica como satisfacción
sexual, ya que esta se presenta de manera perniciosa en Zoraida, no así en César que está
acostumbrado a ejercer su sexualidad de manera libre con las indias de la finca y con las mestizas
pobres. En gran medida esto se debe a que la intención de la autora es presentar a una mujer a la
que no le es lícito hablar del amor o del erotismo como placer (realización femenina) , pues esto
sería para un personaje tan conservador y religioso como Zoraida un acto pecaminoso aunque se
practicarse dentro del matrimonio. Además de la rivalidad sexista y social en donde cada cual
cumple la función impuesta, la relación entre dominador y dominada se establece a través de las
ideas o del intelecto, como lo desarrollamos en líneas posteriores.
César, el hombre letrado y calculador hacia el trato con los indios y con su esposa, busca
siempre acaparar beneficios, disfrazando sus intenciones. Lo que por tradición parece una unión
legítima a través del matrimonio, se convierte en una frustración para la mujer, por lo tanto su
función se reduce a la reproducción biológica y presta su vientre para que nazca el heredero.
Como hombre calculador y como dominador, César no tiene socialmente alguien superior a él;
en la novela, personajes como Jaime Rovelo son “sus iguales”. Dentro de la esfera social en la
que se desarrolla la narración, César es el dominador de los indios, porque éstos son inferiores a
los ladinos e iguales a las bestias. Con los indios la dominación se establece por medio del
desprecio racial, de tal forma que cuando abandonan la molienda de caña, los amedrenta para
regresar al trabajo: “ No estoy jugando. Al que no se levante lo clareo aquí mismo a balazos” (p.
153). También es el dominador de Ernesto, el maestro rural e hijo natural del hermano de César.
Si en un principio el cálculo de César lo motiva a tratar al “bastardo” como un igual: “ – Soy tu
tío. No me digas señor” (p. 52), más tarde la humillación y el repudio hacia Ernesto no se harán
esperar.
En relación a Zoraida, ésta no tiene opinión sobre las conversaciones del esposo y sus
comentarios se reducen a manifestar su rechazo hacia los indios. Zoraida sólo puede intervenir en
las conversaciones de su esposo cuando se trata de defender los intereses de la familia:
“ [ ¿es justo defender los derechos de los indios] cuando nos arrebatan nuestras
propiedades? Y para dárselas ¿ a quiénes?, a los indios. Es que no los conoce [ el hijo de
don Jaime]; es que nunca se ha acercado a ellos ni ha sentido cómo apestan a suciedad y a
trago. Es que nunca les ha hecho un favor para que le devolvieran ingratitud. No les ha
encargado una tarea para que mida su haraganería. ¡ Y son tan hipócritas, y tan solapados
y tan falsos! ( p. 46)

Una de las afrentas que sufre Zoraida por parte de su marido, es que ya no puede gastar como
antes, se le tiene prohibido comprar más de lo necesario. La comunicación entre la pareja es
inexistente. Zoraida se mantiene alejada de toda conversación abstracta: “ [César] se aburre
conmigo porque no sé platicar. Como él se educó en el extranjero. Cuando éramos novios me
llegaba a visitar de leva traslapada. Y me quería explicar lo de las fases de la luna. Nunca lo
entendí. Ahora casi no habla conmigo” (p. 79). Rosario Castellanos en Cartas a Ricardo,
comenta que la relación entre sus padres era inexistente. (Confer, la carta fechada el 3 de octubre
de 1966, p. 200). Como un referente extraliterario, dona Lolita Albores dice que don César y
doña se comunicaban muy poco y que las conversaciones sobre literatura y política se establecían
entre Rosario y su padre:
...doña Adriana quedaba aislada y por esos cuando yo estaba con ella se sentía
contenta de tener con quien hablar de cosas más sencillas... Pero como
conversadora y observadora, doña Adriana les ganaba; yo siempre la vi serena y
de carácter muy dulce. [ a don César lo recuerdo] como un hombre muy sensible,
que se dolía mucho de las penas ajenas y trataba a todos con mucha cortesía y
amabilidad; así los recuerdo cuando tuve la oportunidad de vivir en su casa y ellos
en la mía.114

El narrador omnisciente de Balún Canán dice: “ Zoraida se aburre. La escena que está
presenciando es la misma del día anterior y del otro y del otro” (p. 83). La monotonía es parte
del modo de vivir destinado a Zoraida. Por otra parte, ella misma deja ver que su esposo ( su
verdugo) es su dominador: “ Como es mayor que yo, me impone. Hasta dan ganas de tratarlo de
usted” (p.79). Zoraida es una mujer mestiza que a través del matrimonio lograr ascender y ser
reconocida como una señora, por lo tanto ya no es propio que realice funciones de servidumbre.
En Chactajal, no obstante, Zoraida tiene que desempeñar funciones en las cuales ya no tiene
destreza:
César retira con disgusto la taza de café y volviéndose a Zoraida protesta:
- Está frío.
Zoraida toma la jarra para llevarla a la cocina. (p. 85)

En el capítulo VIII de la segunda parte los indios realizan una ceremonia idolátrica en la
ermita. El diálogo entre César y Zoraida se convierte en una discusión:
- ¿ Esos indios van a estar aullando como batzes todo el santo día?...
- No podemos hacer nada. Estas cosas son, ¿ Cómo te diré?, detalles. Te
molestan. Pero si los acusas ante la autoridad no encontrarían delito.
Zoraida enarcó las cejas en un gesto de sorpresa exagerada.
- ¡ Ah, habías pensado recurrir a la autoridad!
- Y luego, sarcástica:
- Es la primera vez. Antes arreglabas tus asuntos tu solo. César azotó el periódico
contra el suelo, irritado.
- Tú lo has dicho: antes. Pero, ¿ no estás viendo cómo ha cambiado la situación?
Si los indios se atreven a provocarnos es porque están dispuestos a todo...
Zoraida sonrió desdeñosamente. La intención de esta sonrisa no pasó
inadvertida por César.
- No me importa lo que opines. Yo sé lo que debo hacer... Zoraida se detuvo, roja
de humillación. César nunca se había permitido hablarle así... su orgullo quería
protestar, reivindicarse. Pero ya no se sentía segura de su poder delante de este

114
Dolores Albores. “Sí conocí Rosario Castellanos Figueroa”, en Imaginarte a Comitán. Publicación sobre el
pasado, presente y futuro de Comitán y la Región Fronteriza de Chiapas, año siete, núm., 149, (2da. Quincena de
agosto de 2002), p. 3. Cabe destacar que este es + el testimonio de una mujer que conoció de cerca de los Castellanos
Figueroa, aunque desde la visión de Rosario Castellanos, el padre era un hombre incapaz de ser condescendiente y
comprensivo con los demás, incluso con su propia familia.
hombre, y el miedo a ponerse en ridículo la enardeció. (págs. 106-107. El
subrayado es mío).

Como vemos la vulnerabilidad y subordinación de Zoraida no le permite reaccionar de


acuerdo a sus sentimiento que la haga sentir menospreciada como esposa, por el contrario, sólo
puede reprimir sus impulsos, lo que como veremos en el capítulo VI de este trabajo, produce
frustración. En el mismo capítulo, César humilla a Zoraida haciendo que ésta realice nuevamente
las actividades domésticas. En esta ocasión se lo ordena en presencia de Gonzalo Utrilla.
- ¿ No habrá un refresco que podamos ofrecer al señor, Zoraida? Un vaso de ...
¿ de qué prefiere usted? Ya sabe de lo que se dispone en los ranchos.
Quería humillarla también delante de este hombre haciéndola ir a la cocina y
preparar el refresco. Porque de sobra sabía que las criadas estaban en la fiesta.
Zoraida apretó los labios, resentida y sin embargo, dispuesta a obedecer. (p. 109. El
subrayado es mío)

Zoraida considera que sus expectativas de vida se están extinguiendo, frente a su esposo se
siente como denigrada. Cuando los Argüello caen en la ruina, aparece Zoraida realizando labores
domésticas: “ Mi madre entra con unos vasos de limonada. Le ofrece a don Jaime” (p. 176).
Cuando los indios queman la finca, Zoraida, en un gesto extremoso llega a plantearse la
posibilidad de abandonar a su esposo y trabajar para sostener a sus hijos. Sin embargo se aprecia
que se trata de pensamientos transitorios e irrealizables, pues no está preparada para llevar una
vida independiente cuando en la sociedad comiteca es el varón quien proporciona la
sobrevivencia y lugar social. Una vez más Zoraida cumple su rol pasivo y subordinado, no tiene
capacidad de decisión , sin embargo, el temor a las burlas de verla llegar derrotada, la hace
declarar por primera vez: “No quiero regresar a Comitán como limosnera. No quiero ser pobre
otra vez, prefiero que muramos todos” (p. 159). En este punto notamos que el conflicto de
Zoraida es personal ( se siente frustrada) e interpersonal ( teme a la burla, al rechazo de los
demás).
La diferencia mayor entre César ( dominador) y Zoraida (dominada), consiste en que él
siempre ha poseído riquezas, por lo tanto invariablemente se le ha respetado y reconocido como
“señor”, en cambio ella asciende a través del matrimonio, esto hace que a pesar de que sea una
“señora” comiteca, su origen social poco prestigioso no corresponde al título adquirido, por eso
algunas mujeres “inferiores” le hablan de igual.
B) Niño – niña.

A lo largo de la novela la relación entre dominador y dominado se establece a través de una lucha
de contrarios. La correspondencia más inmediata entre los dos hermanos se determina por medio
del sexo como una imposibilidad – en el caso de la niña- para su realización como ser social.
Como en el caso de Zoraida, el género predetermina un destino impuesto por los patrones
sociales y patriarcales. En el análisis de la primera parte, así como del génesis de la novela,
estudiamos la diferenciación sexual como una rivalidad, a pesar de que la niña (la mujer)
destaca por conocer o saber más que Mario ( el hombre). En “ La mujer y su imagen”, Rosario
Castellanos ve que la mujer es vista dentro de su núcleo como una criatura humana
intrascendente, monótona y sin significado, convirtiéndose en un mito negativo para los otros.115
En Balún Canán Mario , como el hijo varón y el heredero, aparece como “dominador”. Aquí no
importa que la niña sea la primogénita, porque su sexo le impide ser la heredera, por lo tanto la
exclusión familiar hace de la niña un ser “dominado”. Los privilegios son para el hermano, así lo
manifiesta la niña cuando quieren ir al circo: “ Mario también tiene ganas de ir. El no discute.
Únicamente chilla hasta que le dan lo que pide”. (p.25). En el capítulo VII de la primera parte,
los Argüello llevan a su hijos al llano Nicalococ ( casa del viento), para que allí, el papalote de
Mario se eleve por encima de todos los demás. El volar papalotes es una recreación infantil
exclusiva, - en este contexto- de los hombres, la niña y las demás criadas que acompañan a la
familia sólo pueden ser observadoras del “triunfo de los varones”. Una voz que se identifica con
alguno de los padre dice a la niña:
“ – Pero qué tonta eres. Te distraes en el momento en que gana el papalote de tu
hermano.
Él está orgulloso de su triunfo y viene a abrazar a mis padres con las mejillas
encendidas y la respiración entrecortada. (p. 29)

La actividad que realiza el hermano (el juego), dista mucho de la contemplación (pasividad)
con que la protagonista siente al viento, que para ella es: “ un animal que trisca” (p. 29). La
concepción indígena que se tiene en relación al viento, apunta hacia la percepción animada,
mágica, de los elementos naturales. La niña recurre a la “animación”, para decir que el viento es
un animal que comunica, que emite sonidos a la manera de un lenguaje, que ella asocia con un

115
Esta misma tesis es planteada por Simine de Beauvoir a lo largo de su libro El segundo sexo. Para mayor
información consúltese: Rosario Castellanos. “La mujer y su imagen”, en Obras II.. Poesía, Teatro y Ensayo, FCE
(Letras mexicanas), México, 1998.
cúmulo de significados. Una vez que la niña conoce al viento puede identificar la soledad de éste
con la suya: “ Ahora me doy cuenta de que la voz que he estado escuchando desde que nací es
ésta. Y ésta la compañía de todas mis horas” (p. 29). En cambio, para Mario, el viento es “útil” en
tanto que su fuerza le permite volar papalotes. El concepto que la protagonista tiene del viento,
difiere de la visión de los demás dentro de su clase social:
Es la temporada en que las familias traen a los niños para que vuelen sus
papalotes. Hay muchos en el cielo. Allí está el de Mario. Es de papel de china
azul, verde y rojo. Tiene una larguísima cauda. Allí está, arriba, sonando como a
punto de rasgarse, más gallardo y aventurero que ninguno. Con mucho cordel para
que suba y se balancee y ningún otro lo alcance. (p. 28)

La descripción física que la niña hace sobre el papalote deja ver que además de ser una práctica
exclusiva de los varones, los padres anhelan que el papalote de sus hijos sea el que más se eleve y
esto los lleva a : “cruzar apuestas” (p.28). Las mujeres por su parte, se colocan como
observadoras: “ Nosotras miramos apartadas de los varones, desde nuestro lugar” (p. 29). Para
María Estela Franco:
La niña observa embelesada el papalote pene – falo imagen de potencia – belleza
– completud. La fuerza de esta vivencia parecería hacerla perder la distancia y
ubicarla y conducirla, a través de una ensoñación, a identificarse transitoriamente
con y sentirse ella el papalote. .. Ella no es el papalote, ni siquiera es quien puede
dirigirlo. El dueño del papalote es y seguirá siendo su hermano.116

Aunque el interesante análisis de la doctora Franco se sustenta en un estudio psicoanalítico de


Rosario Castellanos a través de sus obras, consideramos que la ensoñación de la niña como etapa
transitoria, cambia de rumbo: es cierto que no puede competir con el hermano, pero éste no es
capaz ( porque no “sabe”) de sentir y hablar del viento, en este sentido la niña rebasa la capacidad
sensitiva del hermano, es decir, que como mujer es “dominada” mientras que por el lado de las
ideas y de las sensaciones es “dominadora”, aunque este último punto no sea valorado en su
núcleo social. De cualquier forma en el concepto del viento, se nos presentan dos códigos
distintos en donde cada uno tiene una imagen diferente del concepto.
Las significaciones de dominador y dominado responden, en el caso de los hermanos, a una
sujeción familiar sustentada en la fuerza y supremacía del sexo masculino, es decir, que las
intenciones del hermano no son propiamente discriminar a la hermana. El futuro que los padres
le tienen destinado a Mario es el de ser “poseedor”, sinónimo de “dominador”, en cambio para la

116
María Estela Franco. Rosario Castellanos. Semblanza psicoanalítica. Otro modo de ser humano y libre, Plaza &
Janés, México, 1984, p.70.
niña no hay futuro porque se intuye que será igual al de cualquier mujer comiteca. La niña en el
capítulo II de la primera parte dice: “ Debe ser tan bonito estar siempre, como los balcones,
desocupado y distraído, sólo mirando. Cuando yo sea grande... (p. 21. El subrayado es mío). En
esta cita ,la niña detiene su discurso porque sabe que es incierto e impuesto, por eso teme
continuar y concluir las expectativas de vida de cualquier niña de siete años, en este sentido
existe en el pensamiento de la protagonista una conciencia sobre la situación del género al que
pertenece.
En una conversación con el tío David, Mario y la niña le comparten sus planes. Dice la
protagonista: “yo quiero ser la dueña de la casa... y convidar a los que lleguen a la hora de
comer” (p. 31). Mario por su parte, quiere ser cazador como el tío David. Aquí hablamos de dos
niños de siete y seis años respectivamente , y su edad aún no les permite pensar en la ambición
ladina, de eso se encargará la familia y por el momento Mario se inclina hacia la aventura por
conocer ( no poseer), mientras que su hermana quiere poseer para compartir.
La rivalidad, y por lo tanto también la situación de exclusión de la niña aparece en el texto a la
muerte de Mario. Cuando esto sucede, no hay un reconocimiento familiar de la existencia de la
hija, sino la referencia y recuerdo eterno del “otro”, el que vale más por haber nacido varón.
Entre los dos hermanos alejados siempre el uno del otro, existe un punto de unión o encuentro : el
miedo a lo desconocido ( Dios en “Primera revelación”, y el infierno en Balún Canán), así como
el secreto de la llave que abre la puerta del oratorio donde deberían hacer la comunión. La
primera relación fraternal entre Mario y la protagonista se da cuando Amalia les comparte la
existencia del infierno: “ Pudimos cogernos, sin dificultad de la mano” (p. 201. El subrayado es
mío). El circunstancial de modo acentúa el hecho de que frente a un sentimiento compartido
como el miedo, no existe celos ni rivalidad de la protagonista hacia el hermano. A partir de la
experiencia basada del miedo, se establece una relación de complicidad entre ambos: no quieren
comulgar y la niña esconde la llave del oratorio en el baúl de la nana ( la llave en este caso
representa un secreto y una culpa compartida (robar y esconder la llave), al mismo tiempo que
esto implica en la fantasía de los dos, esquivar el peligro de morir al comulgar. El hecho de
guardar la llave (secreto-culpa-salvación) en el baúl de la nana que ésta dejó - memoria
indígena-, puede ser entre otras interpretaciones el gesto de confianza de la niña hacia la
representación de una persona protectora en la experiencia de la protagonista, sentimientos
secretos, culpables o salvadores a la vez, da la desigualdad social entre nana india e hijos de
patrones.

C) Nana - indios

La relación entre dominadores y dominados es en este punto recíproca, pues la nana y los indios
cumplen ambas funciones. Por servir a los Argüello, la nana es considerara por los indios como
“parte” de los ladinos, aunque siempre cumpliendo funciones para las que los de su raza están
destinados: la servidumbre. La mirada inquisitiva de los de sus contrarios supone el rechazo
pero también en situación “dominada”. Los indios luchan valiéndose de la brujería. Cuando a
un indio de confianza lo llevan macheteado a la casa, la nana dice: “ Lo mataron porque era de la
confianza de tu padre. Ahora hay división entre ellos y han quebrado la concordia como una vara
contra sus rodillas” (p.36). Las palabras que la nana pronuncia dejan ver a un pueblo indígena
que no admite el contacto con los ladinos y cuando alguien altera una ley, entran en conflicto
mostrándose recelosos y castigando a los infractores.
Sin embargo la nana se siente parte de la comunidad indígena. Al inicio de la novela, al
referirse a la conquista dice: “ nos desposeyeron” (p. 19). En el relato mítico sobre la creación
del hombre también enfatiza: “ dice nuestra ley” ( p. 34). La nana como objeto, es parte de las
pertenencias de los Argüello, y a pesar de que está dentro de la casa no pertenece a ella más que
como una “criada”, aunque en una escala social los indios la relacionen con la traición que es
sinónimo de dominio. Por la desconfianza y el recelo, los indios no alcanzan a discernir que
entre el estar “dentro” y “fuera” de la casa, la nana no se coloca por encima de los demás, dado
que el reconocimiento y la aceptación como parte de la familia no es posible.
Una vez que la nana manifiesta la segura muerte de Mario, su historia en la narración es
incierta – igual que el futuro de la protagonista-. Por el rechazo de los indios, se intuye que una
vez que Zoraida la echa de la casa, ya no puede regresar con “los suyos” porque su supuesta
traición se lo impide. Así no habrá un reconocimiento de esta mujer que marginada entre los
ladinos y entre los indios, se le pierde el rostro dentro de la historia narrativa, convirtiéndose en
una incógnita. El reduccionismo y aniquilamiento del que son objeto los dos personajes indios: la
nana y el indio macheteado, es parte de lo que muestra Rosario Castellanos al hablar de una
cosmovisión indígena que no admite el diálogo entre las partes, dado que hay un resentimiento
anquilosado y unas leyes escritas que impiden el acceso al occidental, por tanto la incorporación
de los propios indios a la nación. Por supuesto que el problema no se reduce a una cerrazón
indígena, pues la ineficacia de las leyes para reconocer en la práctica al indio parte de la
México, y más aún como sujeto de derecho en igualdad de condiciones con todos los mexicanos,
sigue siendo parte del planteamiento de la autora.

D) Niña - nana

En capítulos anteriores hemos presentado la relación niña-nana con especial énfasis para tratar
el tema de la maternidad y de la trasculturación en cierto sentido mutua. Los conceptos de
dominador y dominado se establecen de acuerdo a las jerarquías de clase social, ideológica y de
raza principalmente.
La niña sólo puede ser reconocida como hija de hacendados criollos, aunque como ya hemos
dicho, en términos sexistas, su género le impide la realización personal y le predetermina un
destino basado en la subordinación. Sin embargo ser hija de blancos le permite en un nivel
sociocultural tener un valor superior al de los indios, en este sentido cumple el papel de
dominadora .
La nana es doblemente marginada, dado que además de ser una mujer que no se realizó a través
de la maternidad, es india. Como india y como mujer sólo le es lícito la obediencia y el servicio
hacia los señores, es una entre tantos, es un ser sin valor y sin trascendencia . Al inicio de la
novela la nana advierte a la protagonista que no tome café porque se volverá india. La noción
que la niña tiene de los “indios” debe ser catastrófica, que se asusta, sobre todo porque ha visto
de cerca el trato que se les da en su propia casa: “ Su amenaza me sobrecoge. Desde mañana la
leche no se derramará” (p. 20). Como en el caso Mario-niña, la posición de dominador y
dominado se determina familiar y socialmente. Pero en un nivel histórico, lingüístico y
antropológico, los criollos, en este caso la niña y su familia aparecen en falta con los indígenas,
ya que no comparten su memoria histórica, ni sus lenguas ni sus culturas, ni pertenecen a los
pobladores del origen de esta tierra. La niña en relación con la nana, primero por su edad y
segundo por desconocer la historia de los indios, aparece en cierto sentido como subordinada a la
nana. Es ésta quien la educa, quien posee en pasado indígena, lo registra por medio de la
memoria histórica y oral, y lo comparte (enseña) a la niña. Así, las posiciones de dominador y
dominado pueden desplazarse, especialmente en los espacios privados o íntimos y entre las del
género femenino.

2. Los marginados desde la perspectiva dominante

Balún Canán se construye en gran medida por el análisis sociológico de las condiciones de vida
de cada uno de los personajes: son dominadores o dominados. La novela es una lucha de fuerzas
contrarias que socialmente están en conflicto independientemente de que sean indios o no. En la
primer novela de Castellanos encontramos básicamente dos ejes de significación social; el
primero corresponde a la presentación de las mujeres cuyos patrones de vida son impuestos por el
hombre, causando así una dependencia y una frustración reprimida y por lo tanto callada; el
segundo eje de significación lo ocupa la interesante presencia indígena frente a un mundo
mestizo. Ambos planos de significación crean el sistema literario bajo una correlación mutua
que semánticamente responde a una exclusión social y sexista que Castellanos abstrae y
vincula racionalmente.
El tema de la marginalidad se inserta en el texto de Castellanos para cuestionar la inanidad
impuesta hacia las mujeres y los indios, que de una forma racional en la autora y subjetiva en el
texto, cumple desde una perspectiva social y de género, el papel de marginados. Por la
importancia que tienen para el texto la nana y la niña es claro que son las representantes de los
marginales, aunque en este apartado trataremos sobre otros personajes – indios y mestizos
principalmente-, que son minimizados por su raza u origen.

A) Felipe
En la introducción de este trabajo hemos sostenido que Balún Canán no es una novela
indigenista porque el énfasis se presenta en la construcción histórica – personal de una niña de
siete años, que crece en un mundo predominantemente indígena. La presencia e importancia del
pueblo indio en Balún Canán es parte del cuestionamiento de la autora en relación a un proyecto
futurista que lleve al indio hacia la civilización, lo cual no presupone una aceptación e
incorporación a México. Lo que hay que cuestionar es ¿hasta qué punto el ideario político de
Cárdenas se llevó a la práctica en el país, o simplemente se convirtió en un proyecto no
realizado en su totalidad? Si nos remontamos al periodo posrevolucionario, (1920 –1930
aproximadamente), encontramos que el indio aparece en el diversas disciplinas artísticas como
parte de la mexicanidad; por ejemplo en el muralismo, en el teatro y más tarde en el cine117, así
como en la literatura, por mencionar algunos ejemplos. Entre las múltiples presentaciones están:
el sojuzgado, el pobre, el incivilizado, el buscapleitos, el alcohólico, etc., pero todas estas
visiones de la “otredad” generalmente llevan a presentarlo como un elemento exótico y
folclórico; por tanto se considera marginado y excluido.
En el texto de Castellanos lo que se presenta es una lucha de contrarios: el mestizo que
representa el ideal moderno y oficial, que habla castilla y profesa la religión católica, por lo tanto
es civilizado y mexicano; frente al indio que es el heredero de un pasado secular para el mundo
moderno lo cual supone un no reconocimiento al incivilizado que en su afán por preservar su
cultura no es parte de lo que se entiende por México en el siglo XX: la nación positivista, con
miras al futuro y a la modernización. En Balún Canán la situación en términos de tiempo
( gobierno de Lázaro Cárdenas) contrasta con la pérdida de una memoria ancestral y colectiva
por parte de los indios.
La importancia del personaje de Ernesto va más allá del modelo estereotipado de algunas
novelas indigenistas en donde la explotación, la marginalidad y la burla de los señores feudales
hacia los indios, motiva al líder a concienciar a los otros sobre la situación. Si bien es cierto que
el personaje de Felipe cumple la función de guía (conciencia del indio), también apreciamos la
relación desigual y preponderantemente machista entre éste y su esposa Juana, la mujer
minimizada y burlada. Aquí presentamos al personaje de Ernesto de acuerdo a su función social,
el comentario del matrimonio lo reservamos para el capítulo IV.
El papel del indio Felipe Carranza Pech ( Cap. III, IV, XIV, y XV de la segunda parte) es ser la
“conciencia histórico –actual y la memoria perdida” que a él mismo se le ha “revelado” cuando
escuchó en discurso del presidente Cárdenas. Las palabras del general hacen que Felipe pueda
vislumbrar el “nuevo proyecto nacional” que incluye al sector indígena. Cuando habla de igual a
igual con César, ya hay una conciencia plena, no hay temor porque Cárdenas le ha infundido el
ignorado concepto de justicia. Felipe se presenta frente al patrón para reclamara el cumplimiento

117
Ricardo Pérez Montfort en su ensayo “Indigenismo, Hispanismo y Panamericanismo” señala que en 1921 el
periódico El Universal, lanza la convocatoria para el concurso “La india bonita” con la intención de presentar una
connotación exótica y un sentimiento nacionalista que paradójicamente contrasta con el ideal europeizante del
presidente Obregón y del entonces secretario de Relaciones Internacionales Alberto J. Pani. La intención es mostrar
en el extranjero la imagen “extraña” del indio como parte de la diversidad cultural y étnica, pero no como parte de la
nación. Para mayor información consúltese “ Indigenismo, Hispanismo e Panamericanismo, en Roberto Blancarte
(comp.), Cultura e identidad nacional, CNCA – FCE ( Obras de historia), México, 1994.
de una ley: la instrucción de los indios; ahora sabe que a través de la educación podrán
defenderse: “ Felipe era el único entre ellos que sabía leer y escribir. Porque aprendió en
Tapachula, después de conocer a Cárdenas” (p.90). El despertar de una conciencia crítica sobre
las condiciones de miseria y explotación indígena llevan a Felipe a la instrucción, de esta
manera se dará cumplimiento a la ley y Felipe se erige como el representante del progreso.
La estrategia de César como hombre calculador es proporcionar al maestro rural y la
construcción de la escuela queda a cargo de los indios como un acto por liberarse del yugo
hacendario y poseer la educación oficial como arma. En la reunión que Felipe sostiene con el
resto de su comunidad, de manera interesante se habla de un “antes” y un “ahora” indígena: si
los antepasados construyeron Chactajal por órdenes del blanco, ahora, los descendientes han
abandonado ese oficio (herencia) y algunos se han aculturado118 y subordinado al trabajo de las
fincas, así lo testifica tata Domingo, el personaje con mayor poder después de Felipe: “ Mis hijos
son servidores de la casa grande. Se han enemistado conmigo” (p.89). La ruptura entre los
indios responde a un abandono e incluso a una pérdida de identidad cultural en donde el indio,
en su afán por sobrevivir, se ve obligado a entrar a la casa ladina, lo que implica adoptar o en
ocasiones aceptar la imposición ideológica ladina: ser indio es deshonroso en un mundo mestizo,
por eso se avergüenzan y rechazan sus raíces. A las palabras de tata Domingo se antepone las
capacidades arquitectónicas de los antepasados para construir la casa grande que “todavía sigue
en pie”, frente a las débiles chozas o hacinamientos en las que “ahora” viven los indios: “Las
paredes de bejuco delgadas, dispares, unidas con lianas, no los defendían del frío que entraba a
morderlos como una animal furioso. Y cuando el granizo apedrea el techo de paja lo rompe.
Porque esto es todo lo que el indio puede hacer cuando la voluntad del blanco no lo respalda” (p.
86). La explotación del blanco ha hecho que el indio abandone una tradición y una herencia
antigua que caracteriza culturalmente a los habitantes de Chactajal.
Felipe regresa a Chactajal no para cuidar su casa y sus milpas, sino para convertirse en el
emancipador de los indios: “ Volvió a Chactajal para traer la buena nueva” (p.89). Para el
narrador la llegada del Felipe se da en un tiempo y espacio en donde la cultura se ha perdido y se
ha impuesto y prolongado el sometimiento por encima del silencio. Felipe comparte una

118
De acuerdo con Angel Rama, el termino “aculturación” significa el abandono de una cultura por la imposición o
elección de otra distinta a la propia; en este sentido es que entendemos la “aculturación” (los indios de Chactajaul),
por el contrario, el término “transculturación” significa adoptar partes de otra cultura sin abandonar la propia ( la
nana y la niña)
conciencia naciente en su viaje a Tapachula, desempeña la función de guía de sus “hermanos
menores”, teniendo como referente la última sublevación indígena en Chiapas a finales del siglo
XIX y que Rosario Castellanos recrea también en Oficio de tinieblas:
[Felipe] sabía que era necesario que entre todos ellos uno se constituyera en el
hermano mayor. Los antiguos tuvieron uno que los guiaba en sus peregrinaciones,
que los aconsejaba entre sus sueños. Este dejó constancia de sus paso, una
constancia que también les arrebataron . Y desde que los abandonó, años, anos de
tropezar contra la piedra. Nadie sabía cómo aplacar las potencias enemigas.
Visitaban las cuevas oscuras, cargados de presentes, en las épocas calamitosas.
Masticaban hojas amargas antes de decir sus oraciones y, ya desesperados una vez
escogieron al mejor de entre ellos para crucificarlo. Porque los blancos tienen así
a su Dios, clavado de pies y manos para impedir que su cólera se desencadene.
Pero los indios había visto pudrirse el cuerpo martirizado que quisieron erguir
contra la desgracia. Entonces se quedaron quietos y todavía más: mudos: (p.90)

La falta de un guía hace que los indios erijan un cristo indígena a la manera occidental que
desemboca en la frustración, en el descrédito, y más aún, en sentirse abandonados y sometidos,
por eso “ahora” se trata de legitimar las decisiones de la comunidad siempre desde un consenso.

Tapachula. Espacio abierto y símbolo de emancipación

El viaje de Felipe por Tapachula lo lleva a explorar y comprender la difícil problemática social
en donde el indio no es el único vulnerable, pues existen “blancos que trabajan con el ladino o
piden limosna”. La diferencia entre el líder y el resto de la comunidad es que él conoce (espacios
abiertos), es decir, se le han “revelado”, a través del discurso político, las condiciones de vida
indígena , así como la promesa de un cambio. Los indios como propiedad de la finca, se mueven
en un espacio reducido (no llegan a conocer más de lo que experimentan), por lo tanto las
noticias del progreso nacional se quedan dentro de la casa grande; esto nos habla no sólo de un
atraso social, sino de un modelo de vida basado en el trabajo que nos les permite conocer más allá
de su poblado. El siguiente diálogo entre Felipe y los indios lo ejemplifica:
- ¿ Qué es el Presidente de la República?... - ¿Es Dios?
- Es hombre . Yo estuve cerca de él.... El Presidente de la República quiere que
nosotros tengamos instrucción. Por eso mandó al maestro, por eso hay que
construir la escuela.
Tata Domingo dudaba
- El Presidente de la República quiere. ¿ Tiene poder para ordenar?
Felipe declaró orgulloso:
- Tiene más poder que los Argüello y que todos los demás dueños de fincas
juntos...
- ¿ y dónde está tu Presidente?
- En México.
- ¿ Qué es México?
- Un lugar.
- ¿ Más allá de Ocosingo?
- Y más allá de Tapachula. (p. 82. El subrayado es mío)

Vale la pena destacar que de manera evidente el microespacio indígena no les permite conocer
lo que es un Presidente, cuales son sus funciones, así como el poder que ejerce sobre la nación, y
más aún no se sienten parte del país, pues como presentados con anterioridad, las decisiones y las
formas de gobierno dentro de las comunidades no admiten un mando ajeno a su concepción del
mundo, y en este caso el Presidente es un mestizo y las leyes son diferentes a las que estipulan
sus códigos internos; por eso hablan de “ tu presidente” y se muestran recelosos con Felipe
considerándolo en un principio como transgresor de la justicia y autonomía indígena. Por otro
lado cabe destacar que frente al abandono de los dioses indígenas y del cristo- indio
específicamente, Felipe cree en las ideas progresistas de Cárdenas como si éste fuera el nuevo
Dios indígena que los protege por medio del reparo de tierras y la instrucción educativa como vía
de emancipación.
Entre un “antes” y un “ahora”, Felipe ha cambiado su manera de tratar al patrón, ya no se quita
el sombrero, se apropia de la lengua del dominador para reclamar lo que por órdenes del
Presidente debe cumplirse. Felipe se convierte en el intérprete de un pasado y el visionario de un
futuro prometedor.

B) Ernesto119

A Ernesto lo comprendemos como uno de los personajes mestizos y dominados más trágicos
de la narración. La presencia de Ernesto enfatiza un determinismo social basado en la exclusión,
el repudio y el no reconocimiento por ser hijo natural, lo cual para la sociedad comiteca resulta

119
Marco Antonio Puig sostiene que Rosario Castellanos elabora al personaje de Ernesto basándose en el hijo
natural de don César Castellanos, Raúl Castellanos quien en la historia real fungió como el maestro rural, pero no
fue asesinado por los indios ni sostuvo una relación incestuosa con Matilde. En la novela se adjudica la paternidad de
Ernesto al hermano de César ( también llamado Ernesto en la narración). En el referente real César Castellanos tuvo
un hermano (Raúl Castellanos) que se suicidó como el personaje de la movela. ( Testimonio personal). El personaje
de Raúl Castellanos es referido por Rosario Castellanos en las Cartas a Ricardo. Para mayor información consúltese
las páginas (27, 30,32,33,33,35,87,111,120,122,124,134,169,173,y,175 de la edición antes mencionada).
inadmisible y deshonroso. La vida de Ernesto está acompañada de una frustración por saberse el
hijo bastardo de Ernesto Arguello; y aunque sea un mestizo socialmente está en igualdad con los
indios.
Como símbolo de dominio y hombría, los señores ladinos acostumbran tener hijos con las
indias que al enredarse con “un superior”, adquieren mayor valor dentro de su grupo120:
- Ahí están las indias a tu disposición Ernesto. A ver cuándo una de estas criaturas
resulta de tu color .
A Ernesto le molestó la broma porque se consideraba rebajado al nivel de los
inferiores. Respondió secamente.
- Tengo malos ratos pero no malos gustos, tío.
- Eso dices ahora. Espera que pasen unos meses para cambiar de opinión. La
necesidad no te deja escoger. Te lo digo por experiencia.
- ¿ Usted?
- ¿ Qué te extraña? Yo. Tengo hijos regados entre ellas.
Les había hecho el favor. Las indias eran más codiciadas después. Podían casarse a
su gusto. El indio siempre veía en la mujer la virtud que le había gustado al patrón.
Y los hijos eran de los que se apegaban a la casa grande y los que servían con
fidelidad. (págs. 70-71. El subrayado es mío).

El comentario del narrador viene a poner de manifiesto que Ernesto sólo puede aspirar a
enredarse con alguien de su nivel (las indias). De la misma forma Ernesto representa a esos hijos
naturales subordinados al patrón como empleados fieles. El hecho de que sea hijo de una mestiza,
doña Nati, no hace que los Argüello dejen de considerarlo como a cualquier indio. En tanto que
es un bastardo no tiene acceso social pleno, así mismo, la iglesia le inhibe sus aspiraciones por
estudiar acentuando sus determinismo. Dice doña Nati:
... empecé a notar que mi Ernesto era formal y que tenía entendimiento. Entonces
fui hablar con el señor cura, para que lo admitiera en su colegio. Me endité para
pagar las mensualidades, pero ¡qué contento venía de la escuela! Diario con
palabras nuevas que le habían enseñado... comenzó a secarse en la ambición.
Quería ir a México, seguir estudiando, ser titulado como el hijo de don Jaime
Rovelo... – Luego me vino la enfermedad, me cogió un mal aire. Ernesto tuvo que
salir de la escuela y entró de oficial en un taller. (p. 180).

Desde el punto de vista subjetivo de la madre, Ernesto es el modelo del hijo perfecto: educado,
inteligente, trabajador, responsable y con aspiraciones de ser reconocido e identificado como un
ladino. Lo cierto es que para los Argüello representa un trabajador – objeto; así, César, el ladino
calculador, le ofrece ser el maestro rural, aunque como instrucción sólo cuente con el cuarto año

120
En Oficio de tinieblas, por el contrario, el caso de Marcela, la india violada por Cifuentes, la devalúa socialmente
y sólo puede aspirar a casarse con Lorenzo Díaz Puiljá, un deficiente mental.
de primaria. Resulta evidente que la necesidad de Ernesto por ser reconocido, lo lleva a aceptar el
viaje a Chactajal. Ernesto es un personaje fatalista que no mejora su condición de vida humilde
y subordinada. Si en un principio, César lo persuade con las palabras que Ernesto “quiere oír”:
“ creo que somos medio parientes. ¿ No es así?” (p. 51), más adelante, cuando se rehúsa a
impartir las clases a los indios, la respuesta de César lo coloca (regresa) a su estado subordinado:
“- Aquí no eres tú quien va a disponer de nada, sino yo. Y si yo mando que desquites tu comida
dando clases, las darás” (p. 85). Para Ernesto no existe posibilidad de reivindicación, no lo
mueven las ganas de poseer y ser el patrón, sino el deseo utópico de ser incluido como Argüello.
A su frustración amorosa le sigue la relación incestuosa con su tía Matilde.

¿ Amor legítimo a brujería?

La relación entre Ernesto y Matilde resulta especialmente enigmática y la interpretamos con dos
ejes de significación: 1) la relación se consuma de manera forzada cuando Matilde recurre a los
brebajes para conquistar no el objeto amado, pues este acto sólo responde a la necesidad de
realizarse como mujer (autosatisfacción) y como ser social (requisito), aunque este último no
autorizado por que se realiza antes del matrimonio y porque son consanguíneos. 2) Ernesto cede a
la relación por la necesidad de reconocimiento. Matilde lo reconocen en función de un beneficio
( el despojo de la virginidad como vergüenza y estorbo). Así mismo, ésta, en su estancia en
Chactajal desempeña labores domésticas a la manera de la esposa, esto complace a Ernesto.
Hay que subrayar que los actos de brujería salen del círculo indígena y permean el ámbito
ladino, tal es el caso de tía Francisca, que frente a la presentación torpe que hace el narrador de
Matilde, la hermana como prestidigitadora de un destino, de manera indirecta e irónica se la
ofrece a Ernesto: En cuando a Matilde, todavía no es propiamente una vieja. ¿ No te parece
Ernesto?.- Tía Francisca no obtuvo respuesta. Continuó - : Debe divertirse un poco” (págs. 64 –
65). Por los acontecimientos narrativos podemos hablar de un ofrecimiento “sexual”, pues tía
Francisca, a través de ese primer contacto entre la pareja, intuye la consumación del acto sexual y
el final trágico . Por su parte, Matilde, como última alternativa por sentirse y realizarse como
mujer, se vale de la brujería para despertar el deseo en Ernesto:
De una cajita de cedro que trajo consigo de Palo María, sacó un manojo de
hierbas. Las ocultó bajo el delantal y fue a la recámara de Ernesto. Arreglarla era
una tarea que no encomendaba a las criadas... recogió las sábanas que habían
estado asoleándose en el petril de la ventana y las sacudió enérgicamente...
después tendió las cobijas y, bajo la almohada, metió el manojo de hierbas que
había traído. (p. 101).

El desarrollo progresivo del brebaje, así como su posible efecto, se ve interrumpido cuando
Ernesto la descubre: “ Usted no vino huyendo de nadie. Usted vino a buscarme a mi” (p.101). Lo
que une a la pareja es el destino fatalista del que son objetos, el reduccionismo familiar y social
del que son víctimas: ella es una Argüello “solterona” (sin valor), él es un Argüello, pero “mal
habido”, frustrado. Entre Matilde y Ernesto existe también un reconocimiento subjetivo; ambos
son seres transgresores que perecen a sus propios miedos y aspiraciones: Matilde encuentra la
humillación cuando se realiza como mujer, dicha humillación configura su pérdida física ( muy
posiblemente su muerte), Ernesto sólo busca ser burlado por César como trabajador sin salario,
y por Matilde como objeto sexual.

La invención como reconocimiento

Ernesto es ante los Argüello el responsable directo del incendio de Chactajal. En su viaje a
Ocosingo para entrevistarse con el Presidente Municipal y dar cuenta de lo sucedido en la finca,
idea una cadena de sucesos inventados a la manera de una ensoñación. La invención responde a
una evasión de su realidad social, y a su frustración por sentirse hijo natural, en una sociedad en
donde ser bastardo es un estigma. Entre lo que “sueña ser” y lo “que es” recurre a una doble
identidad en donde reproduce la personalidad, el carácter y el talento de los “superiores”, en este
caso de los Argüello: Ernesto es un ingeniero, por lo tanto es un hombre de ideas avanzadas que
no discrimina a los indios. Su condición de hombre mestizo y letrado lo pone en igualdad con el
Presidente Municipal, quien al ver a Ernesto reconocería su linaje ladino 121: ¿ Una cervecita,
señor Argüello? (p. 167). En este imaginar de lo anhelado y reprimido notamos cómo Ernesto
siempre justifica en lo enunciado, aquello que no es y le gustaría ser: “Ernesto estaba en
Chacatjal ejecutando unos trabajos de ingeniería. Por deferencia familiar únicamente, porque
clientela era lo que le sobraba en Comitán. (p. 167. El subrayado es mío)”. En su “imaginar” no
descarta la oportunidad de mencionar su origen: “Siendo sobrino legítimo de César” (p. 167).

121
En la novela la presencia física de Ernesto lo identifica con un hombre pobre, de mal vestir y zapatos gastados,
que bien puede pasar como un mestizo pobre como los que Felipe conoció en Tuxtla Gutiérrez, pero no como un
ladino.
Ernesto también justifica su relación sexual con una molendera india, lanzando un comentario
favorable hacia la mujer indígena , negando toda posibilidad de verse “enredado” con alguien
que no es su igual:
... Ernesto, logró escapar gracias a la astucia y a la protección que le prestó la
molendera, una india que le tenía ley... declararía después que aquella pobre mujer
había ido a ofrecérsele. Pero que él no había querido abusar de su situación.
Además, las indias – aquí sí cabía un guiño picaresco – no eran platillo de su
predilección. ¡ Pobres mujeres! Las tratan como animales. (p. 168. El subrayado
es mío)

La muerte por la transgresión


Al igual que la muerte de Mario, el asesinato de Ernesto presupone una venganza indígena. Los
elementos que nos hacen pensar lo anterior se presentan paulatinamente en la narración. Desde el
capítulo VIII de la primera parte, tío David habla de un respeto que los no indígenas deben tener
sobre algunas plantas y animales sagrados para los indios. La agresión de Ernesto al matar a un
venado – animal sagrado entre los tzeltales y otras culturas indígenas de los Altos de Chiapas,
que asocian al venado como un consejero de los dioses,- por lo tanto se espera un destino trágico
para el transgresor:
[el venado] quiso volver, huir, pero ya Ernesto había desenfundado su pistola y la
disparó sobre la frente del animal... Quedó tendido, con los cascos llenos de lodo
de su carrera funesta, con la piel reluciente del último sudor.
- Vino a buscar la muerte... Los otros indios se inclinan ... se retiran y van a
encuclillarse lejos de nosotros, evitándonos. Desde allí nos miran y cuchichean.
- ¿ Qué dicen? – Pregunta Ernesto con un principio de malestar...
Desata los caballos y vámonos.
Su voz está llena espesa de cólera. Ernesto no entiende. Insiste.
- ¡ Y el venado?
- Se pudrirá aquí
Desde entonces los indios llaman a aquel lugar “ Donde se pudre nuestra sombra”.
(págs. 62 – 63).

A partir de la muerte del animal, la conducta y estado de ánimo de Ernesto empiezan a


modificarse: “ no puede dormir bien, se sobresalta en sueños, tiene pesadillas. Los incidentes del
viaje a Chactajal (el venado aquel sobre el que disparó tan irreflexivamente) acabaron de hacerle
perder el sosiego” (p. 80). La transgresión e ignorancia de Ernesto lleva a los indios a
identificarlo con el sector ladino. En el viaje de Ernesto a Ocosingo, el narrador refiere que el
caballo desvía su rumbo, es decir, lleva a Ernesto al lugar donde perecerá: “... el caballo se
empeñaba en subir al cerro del Chajlib” (p. 166).122. En el texto se explica el asesinato de
Ernesto básicamente de dos maneras: 1) tiene que morir porque funge de mensajero para pedir la
intervención del Presidente Municipal en el incendio de la finca, 2) es un ajuste de cuentas por
matar al venado y golpear a un kerem.
Amén a esto hay que mencionar otro plano de significación: la posible intervención de tía
Francisca en el homicidio, dicha intervención responde a la venganza incestuosa entre Matilde y
Ernesto. Dice tía Francisca: “ Yo sé quién mató a Ernesto. Y sé también que mientras yo tenga en
depósito la pistola con que se cometió el crimen, nadie podrá nada contra su dueño” (p. 175)
Ernesto establece un conflicto encarnizado con él mismo. Su estancia con los Argüello
transcurre entre un “ser” ( su realidad social presente ), y un llegar a ser”( lleno de aspiraciones
cuya realización es imposible). Chactajal se convierte para él en una pérdida de la libertad, en
una subordinación que lo obliga a realizar funciones que lo humillan y que están muy alejadas
de las promesas de César: no sólo es el maestro rural, sino que también cuida a los niños, acarrea
agua, está al servicio de Zoraida, y es mensajero. Ernesto se presenta como un marginado que
intenta legitimar su nacimiento al entrar como maestro rural, pero al transgredir el espacio
sagrado de los indios y el círculo ladino, encuentra que no hay lugar para la realización plena.

C) Tío David123

La importancia de este personaje radica en ser un “entre” transculturado, que no obstante maneja
su discurso bajo un código indígena. Aunque su participación narrativa es mínima, su
enunciación temática nos exige una presentación. Tío David pertenece al sector de los mestizos
pobres y sin familia; de ahí que los Argüello en un acto de compasión, aconsejen a sus hijos
llamarle tío. El tema que desarrolla este personaje es la desigualdad social. El discurso de tío
David es en gran medida la réplica masculina de la nana: infunde la conciencia social a Mario y a
la niña: “ si los patrones quieren que les siembren la milpa, que les pastoreen el ganado, su dinero
les costará. ¿ Y saben qué cosa va a suceder? Que se van a arruinar. Que ahora vamos a ser todos

122
Los poblados de Bajucú ( lugar donde Ernesto mata al venado), y Chjlib ( lugar donde un indio asesina a
Ernesto), se sutuán al norte de Comitpan, cercar del municipio de Ocosingo.
123
El la historia real, tío David es recordado por los comitecos adultos como un hombre de sesenta años
aproximadamente, cantor popular y cazador, de muy mal vestir y sin familia, que se acercaba a los ladinos de
Comitán para recibir comida o algunas monedas. ( Testimonio de Marco Amtonio Puig y del poeta comiteco Jorge
Melgar Durán)
igual de pobres... [van a] pedir limosna; ir a la casa ajena a la hora de comer, por si acaso
admiten un convidado” (págs. 30 – 31). Lo que hace tío David es colocar a dos niños ladinos para
que experimente el lugar de la otredad. Sus palabras se cohesionan con el discursos oficial de la
reforma agraria, y a su vez anticipa el derrumbe económico de los Argüello. De manera indirecta
tío David habla de un ingreso del indio a la historia nacional que promete, . al menos bajo el sello
del cardenismo,- igualdad social, educativa, jurídica, así como mejoras económicas en las
condiciones del indios. Si la situación para este sector no mejora, por lo menos tío David se
manifiesta a favor de una igualdad: indios y mestizos pobres.
Dada la visión sincrética de mundo de tío David, se le asocia con la brujería, práctica que
niega; así se lo hace saber a Amalia:
-¿ Qué te parece para lo que me llamaron, Amalita? Para que yo ahuyente los
malos espíritus que están atormentando al niño. ¡ No fantaba más sino que yo
también fuera brujo! Y este es un crimen que me han levantado las malas lenguas,
las malas lenguas que no descansan inventando calumnias... Que me haya
sucedido una desgracia eso no quiere decir que yo sea brujo... a mi no me avisaron
cuando me interné por primera vez en la zona del Tziscao. (p. 213).

Tío David tiene una memoria no sólo histórico-indígena, sino mestiza, su condición de
vagabundo le ha permitido conocer la vida de los ladinos; por ejemplo sabe cómo fue la
infancia de Zoraida y de su ascenso socioeconómico: “ – pero es que me da cólera que ahora
Zoraida, a quien yo conozco desde que era así, tamañita, me haya salido con esa embajada de la
brujería. Nomás porqué ella desde que se casó con César es gente de pro, se siente con derecho a
insultar a la gente menuda” (p. 213). Tío David representa al mestizo humilde y marginal: “ Vino
aquí porque los señores del velorio desdeñan y evitan su compañía” (p. 221), es decir, viene
huyendo de un espacio donde se congregan los principales. Al ser rechazado busca a quienes son
sus iguales socialmente: las indias Vicenta y Rosalía, con quien puede de manera subjetiva e
histórica emplear el código de los marginados para hablar de una justicia milenaria basada en la
discriminación, en la burla, el sometimiento. Para los marginados también hay un “antes” pasivo
e irracional, frente a un “ahora” activo y racional.

D) Silvina124

124
Corresponde a la señorita Ana María Román. Mujer pobre del barrio de San Sebastián que se ocupaba como
maestra de las hijas de los ladinos.
De manera general las figuras femeninas en Rosario Castellanos están desvalidas de todo
mecanismo que las lleve a ostentan el poder, y las autodefina como independiente. Las mujeres
que transgreden el limitado horizonte que comprensión que les proporciona el mundo masculino,
son castigadas. Cuando revisamos la producción narrativa de la autora encontramos que buena
parte de sus personajes femeninos que “intentan” liberarse y autodefinirse encuentran la
frustración personal y el castigo social, se autoreprimen en todo caso.
Por la descripción que se hace de la maestra Silvina, el lector la asocia con un ser desvalido, sin
conocimiento del mundo exterior (su espacio y comprensión de lo que pasa fuera del salón de
clases es reducido). Silvina repite su clase de acuerdo a una tradición. El magisterio no es para
ella una profesión ( realización), sino una de las pocas opciones que tiene la mujer pobre y
mestiza para conseguir el sustento; sus conocimientos anquilosados están alejados de los planes
de estudios : “Lecciones de cosas125, Fuerzas y palancas, Historia y calor”. Su contacto con el
mundo exterior lo establece con sus alumnas ( únicamente mujeres), por lo que el miedo al
conocer y tener contacto con el mundo exterior es una constante en su personalidad, además de
que este sentimiento no le permite tener miras a un futuro más ambicioso. Silvina vive en un
presente sustentado en un pasado impuesto y tradicional. La descripción física de la maestra, así
como su moral religiosa y sus preceptos morales, prefiguran que también será una solterona: “ La
maestra está allí, dentro de su vestido negro, tan pequeña y tan sola como un santo en su nicho”
(p. 22. El subrayado es mío).
Silvina se convierte en un personaje dominado, en este caso por el gobierno que le hace cerrar
su escuela. Su incapacidad para sostener una conversación con el inspector (hombre), la lleva al
sometimiento, a la inanidad de saberse una mujer sola, impotente e incapaz de transgredir las
nuevas decisiones del gobierno.: “ La señorita Silvina, con su vestido negro, con su azoro, con
su pequeñez parecía un ratón cogido en una trampa”” (p. 50). En el comentario de la niña se
enfatiza la imagen desvalida, “pequeña” de la maestra; esto alude a un “poder” que ejerce el
dominador sobre el dominado”. Hablar de pequeñez nos remite a hablar de “altura” o jerarquías
de poder; en este sentido el comentario ofensivo del inspector, minimiza la imagen de Silvina y
de sus pocas capacidades intelectuales. Si en la maestra no hay una inquietud intelectual, esto se
debe a que su mundo cerrado no le ha “revelado” la otra forma de realización de la mujer (las
ideas por encima del matrimonio). En Comitán no hay modelos femeninos que le inspiren la

125
Título de un poema de Rosario Castellanos.
realización (transgresión para el universo masculino). Lo cierto es que Silvina es reducida a la
pasividad y a la espera: no será una mujer de ideas, pero tampoco podrá casarse.
Los estudios de género han dicho que la maternidad y las labores domésticas son el obstáculo
inmediato para la plena realización de la mujer como individuo social; en el caso de las solteras y
específicamente de Silvina, que posee libre albedrío, su visión de mundo cerrada, su nulo
contacto con el exterior, así como la precaria preparación que tiene para ejercer el magisterio son
una fuente de frustración que no acierta a transgredir totalmente porque se impone su miedo, su
vida la lleva de una manera práctica: se reduce a trabajar. El acto de ser autosuficiente responde
a que es una mujer “solterona” que ya no “sueña” con depender de un hombre que la provea de
bienes materiales. En un acto no de liberación, sino de subsistencia, Silvina ejerce el magisterio
clandestino. Sus preceptos morales, religiosos y pedagógicos no se modifican porque su inanidad
no le permite visualizar un futuro más próspero y digno. Para Silvina no hay un “ahora” y menos
un despertar crítico y real de la conciencia; se impone su irracionalismo, por lo tanto se intuye
que su destino será el mismo que el de Amalia: la soltería como oficio.

Capítulo IV
Mujer, maternidad y sexualidad: frustraciones múltiples

Se olvidaron de mí, me dejaron aparte.


Y yo no se quién soy
porque ninguno ha dicho mi nombre; porque nadie
me ha dado ser, mirándome...
Rosario Castellanos
Los estudios de género han afirmado en reiteradas ocasiones que el matrimonio y la
maternidad históricamente son formas de vida destinadas a la mujer, por lo tanto su realización
como ser social se reduce a las “obligaciones” domésticas, al cuidado de los hijos y del esposo, es
decir, que su yo se reduce al hogar. Desempeñando las funciones anteriores puede decirse que la
mujer ha cumplido y se ha realizado, al menos para el cerrado mundo al que es sometida o al cual
se autosomete por costumbre y por necesidad; al no tener más alternativas. Con frecuencia la
mujer mexicana no se considera así misma “completa” o “realizada” si no es a través de la
fecundación; en cambio para el esposo la maternidad propicia la opresión y la dependencia de su
cónyuge. Rosario Castellanos en “La mujer y su imagen” sostiene que la mujer misma ignora su
esencia femenina y la reduce al matrimonio y a la maternidad. 126 El “rito de iniciación” de la
mujer es por tanto el matrimonio seguido de la maternidad; las aspiraciones intelectuales, - en
caso de tenerlas- queda al margen de toda realización porque su nuevo rol ya no se lo permite. El
género femenino desde la perspectiva patriarcal debe tener algunas virtudes que desembocan en
el servilismo como: “la constancia, la lealtad, la paciencia, la castidad, la sumisión, la humildad,
el recato, la abnegación, el espíritu de sacrificio...”127 Todos estas cualidades califican y definen
a una “buena mujer”, si las posee, es digna de ser esposa y madre.
Tomando como premisa el comentario anterior, ¿ qué pasa con la soltera, con la estéril, y más
aún, con la mujer casada cuyas expectativas de vida previas al matrimonio no contemplan la
destrucción familiar así como su propio aniquilamiento? En este apartado estudiamos la función
familiar y social de la mujer dentro de una sociedad tradicionalista que la somete y margina.
Rosario Castellanos presenta a las mujeres de Balún Canán bajo el mismo criterio del resto de su
producción literaria para cuestionar cuál es el papel de la mujer en una sociedad conservadora y
hasta dónde le es lícito explorar lo desconocido o añorado sin transgredir lo estipulado por el
patriarcado y el machismo imperante de su sociedad. Las mujeres de Balún Canán encajan
perfectamente en un cuadro de costumbre, ellas misma van demostrando los valores eternos e
invariables a los que son sometidas.
Hemos señalado con anterioridad, que la transgresión -o el “contrauniverso” lo llama
Simine de Beauvor en El segundo sexo, es castigado por los “otros”, entre ellos hombres y
mujeres, aunque en ocasiones se trata de un “autocastigo” que responde a la incapacidad de la
mujer,- que acostumbrada a la dependencia del hombre-, no encuentra otras alternativas más que
el silencio, el acatamiento, la opresión en síntesis, ya que ser madre y por lo tanto “señora” es
símbolo de respeto, admiración y ejemplo a seguir. Desde una perspectiva social es mejor ser
madre que soltera, por no hablar de la prostitución o de la esterilidad que son condenadas.

126
Rosario Castellanos. “ La mujer y su imagen” en Juicios sumarios, Obras II.. Poesía, teatro y ensayo, FCE
(Letras Mexicanas), México, 1998, p. 564.
127
Rosario Castellanos. “La participación de la mujer mexicana en la educación formal”, en Mujer que sabe latín,
Obras II., Op. Cit.,, p. 877.
A) Zoraida: maternidad e insatisfacción

La presencia narrativa de Zoraida viene a invalidar la idea del matrimonio y la maternidad


como satisfacción y realización plena, su función es procrear al hijo varón. El mundo tal y como
se le propone la convierte a menudo en un objeto que da a luz el “trofeo” familiar. También para
ella existe un “antes” (el ideal del matrimonio feliz) y un “ahora” (frustración conyugal). La
figura estereotipada del héroe romántico de las novelas sentimentales, está muy lejos de ser lo
que César representa en el matrimonio: el antagonista represor de Zoraida. La unión de los
Argüello significa la opresión de la mujer, en dicho patrimonio intervienen asuntos de carácter
económico. Zoraida ve en el matrimonio la posibilidad de abandonar la vida pobre que tanto
detesta. Una vez que se convierte en madre, paulatinamente va sintiendo una insatisfacción
conyugal, un desprecio hacia su opresor, sin embargo su irracionalidad se imponen por encima de
sus sentimientos.
La realidad femenina de Zoraida está muy lejos de ser lo que “soñó: “... cuando César se fijó en
mí y habló con mamá porque tenía buenas intenciones vi el cielo abierto” (p.78). Entre lo que
“espera” ser como esposa y madre y lo que “es” como mujer frustrada e insatisfecha, se presenta
la imagen de una mujer degradada, que a pesar de contar con el título de “señora”, el respeto y el
valor que el marido “debe” proporcionarle es inexistente. Haciendo la analogía entre el carácter
sumiso de Zoraida y Adriana, la propia Rosario Castellanos dice:
Con mi mamá pude todavía reconciliarme tres años antes de su muerte; comprendí
su sufrimiento, su situación de inferioridad en la casa por el hecho de que ella
pertenecía a una familia pobre y no de las reputadas como “aristócratas” en
Comitán. Que se había casado sin amor, por miedo a la pobreza, con un hombre
veinte años mayor que ella y lleno de manías y de conceptos equivocados sobre su
propio valor, sobre la obligación que tenían los demás de rendirse a su voluntad
( por otra parte una voluntad tornadiza y débil) y de demostrarle un afecto que él
no era capaz de corresponder ni de demostrar. Era natural que en esas
circunstancias mi mamá no tuviera más dónde refugiarse que en sus hijos y que
perdió el más querido, en el que podía poner sus mejores esperanzas porque una
mujer no podía más que repetir el destino de ella que había sido tan doloroso. Eso
fue lo que no puede perdonarle a mi papá; su crueldad, su incomprensión, su falta
de flexibilidad para tratarla a ella que era una criatura sensible y afectuosa.128

Zoraida es el estereotipo de la mujer mexicana del siglo XX que como en el caso del personaje
de Justina del cuento “Cabecita blanca” no la sobrecoge la noticia de una infidelidad conyugal

128
Rosario Castellanos. Cartas a Ricardo, Op. Cit., p. 36
porque el ser “señora” también es símbolo de privilegios y decencia: “Me daba miedo casarme
con un señor tan alto, tan formal y que ya se había amañado a vivir solo. Porque no se le
conocían queridas. Queridas de planta, pues, formales. Quebraderos de cabeza nunca le han
faltado. Dejaría de ser hombre” (p.78). Parece que Zoraida no ha distinguido el ser “señora” del
ser “mujer”. Su realización inmediata es convertirse en benefactora de los necesitados, entre los
que se encuentra “la tullida”, una mujer pobre, paralítica y enferma de reumatismo. La tullida es
otra mujer solterona y sin valor alguno, por el contrario sólo puede causar compasión.
Los valores morales de Zoraida están sustentados en la religión católica, por eso se convierte en
benefactora de los pobres, aunque a lo largo de la narración este personaje se caracteriza por su
desprecio total hacia los indios129. Zoraida es una “señora venida a más” que se sabe “superior” a
los indios y por lo tanto los concibe en igualdad con los animales sin darse cuenta que el
equilibrio social entre mujeres e indios es el misma: ambos carecen de valor para el patriarcado
tradicional comiteco, y sólo se les puede utilizar como “objetos”. En la narración existen
personajes que conocen su pasado humilde por lo tanto la sigue viendo como a una “igual”, tal es
el caso de doña Pastora y de Tío David.
En el capítulo IX de la primera parte, la niña refiere que su madre no la lleva cuando ésta hace
sus visitas: “... coge el rumbo de San Sebastián... Le he pedido muchas veces que me lleve con
ella. Pero siempre me rechaza diciendo que soy demasiado pequeña para entender las cosas y que
me hace daño madrugar” (p.32. El subrayado es mío). Zoraida restringe el espacio a su hija, para
que ésta no conozca su origen “deshonroso”, y es que entre un “antes” y un “ahora”, Zoraida no
ha logrado legitimar su asenso social, frente a los “otros” sigue siendo como “una gallina
comprada” (p.79), ella misma dice: “ Y cuando me casé era yo joven y era yo regular. Después
me vinieron los achaques. Me sequé de vivir con un señor tan reconcentrado y tan serio que
parece un santo entierro” (p.79). A Zoraida el matrimonio como práctica se le presenta como una
experiencia negativa, alejada del ideal estereotipado a la manera de un ensueño y frente al fracaso
conyugal, justifica su valor a través de la maternidad: “Después que nació Mario quedé muy
mala. Ni un hijo más, me sentenció el doctor Mazariegos. Lástima. Yo hubiera querido tener
muchos hijos. Alegran la casa. César dice que para qué queremos más. Pero yo sé que si no fuera

129
Doña Adriana Figueroa, se caracterizó por ser una mujer compasiva con las necesidades económicas de los
mestizos pobres, no así de los indios a quienes siempre considero inferiores mostrando su odio y rechazo hacia ellos,
especialmente hacia la nana Rufina con quien pocas veces sostenía una conversación (que sólo se militaba a
ordenar). Antes de la muerte de Mario Benjamín, Adriana despide a la nana de Rosario y nunca vuelven a tener
noticias de ella). ( Testimonio personal de Marco Antonio Puig)
por los dos que tenemos ya me habría dejado” (p. 79. El subrayado es mío) En las palabras de
Zoraida notamos que el deseo por tener más hijos le daría mayor valor, pero como su vientre no
es suficientemente fecundo, por lo menos: “gracias a Dios... uno es varón” (p.79)
Con frecuencia se piensa que la madre ejerce sobre sus hijas una influencia de lo que es la
feminidad de acuerdo a su limitado horizonte de comprensión, en este sentido Zoraida no
desempeña este papel, pues el distanciamiento y rechazo hacia su hija son también una constante
en ella130. La sobreprotección hacia Mario contrasta con el estado casi de orfandad en el que vive
la protagonista. Zoraida tiene preparado un futuro próspero para el varón que se dará cuando éste
viaja a la Ciudad de México a realizar sus estudios profesionales, en cambio para la niña no hay
un futuro similar porque se intuye que la tradición femenina del matrimonio y la maternidad son
oficios obligatorios que debe cumplir cualquier mujer que desee ser respetable, es decir, desde la
infancia se le condena a un porvenir basado en la repetición de un modelo ideológico (la
sumisión y la inanidad) y biológico ( la descendencia).
La maternidad en Zoraida no es satisfactoria porque su matrimonio en sí está más cercano a un
contrato social en donde César obtiene al que será su heredero, mientras que Zoraida asciende a
un rango social respetable además de que el matrimonio le asegura una dependencia económica
privilegiada. Las aspiraciones económicas de Zoraida previas al matrimonio tampoco contemplan
el fin de un sistema económico: “[ César] Era rico y como quería quedar bien. ¡Qué vueltas da el
mundo! Ahora dice que está escaso de dinero y hasta me hace devolver lo que compro” (págs.
78-79).
En una lectura general del personaje de Zoraida, puede decirse que se revela contra su
condición de esposa fracasada. Si bien es cierto lo anterior, esto se queda en un acto de
frustración intrascendente y reprimido que no llega a la liberación quedándose en el nivel de lo
irracional. El concepto de la irracionalidad en Zoraida lo aplicamos exclusivamente a la
maternidad, pues no “sabe” que a través de este estado la marginación se enfatiza sobre ella, ya
que sólo pudo procrear dos hijos. Por otro lado sí logra visualizar que la relación matrimonial fue
un fracaso irremediable. En un acto de desilusión, Zoraida manifiesta “en silencio” su desprecio
hacia su esposo: “Sacrifícate por él si todavía crees que vale la pena. Todavía no has acabado de
entender que los Argüello ya no son los de antes. Daba gusto servirlos cuando tenían poder,
cuando tenían voz. Pero ahora andan sobre la punta de los pies, aconsejando prudencia,

130
La educación femenina es un aspecto que incluso la propia nana no proporciona, ya que lo lesconoce.
escatimando el dinero. Nos arrimamos a un mal árbol, Ernesto, a un árbol que no da fruto”
(p.119)
Con el personaje de Zoraida, Rosario Castellanos replantea y cuestiona el matrimonio y la
maternidad como fuentes de realización femenina, en este caso, Zoraida manifiesta una
insatisfacción, producto del descubrimiento engañoso de un universos prometedor. Zoraida
fracasa como mujer y como madre, su existencia siempre estuvo en función de la existencia y
realización de los dos varones de la familia. A la muerte de Mario, su alter ego, Zoraida deja
de tener valor para los demás y para ella misma; significativamente después del deceso no vuelve
a tener voz narrativa porque sus sentimientos y opiniones son inválidas, y sólo sabemos de ella a
través de otros personajes.

B) La nana: maternidad sustituta

Los personaje en Balún Canán se construyen en gran medida por la información narrativa sobre
su infancia o adolescencia. En términos generales todos los personajes tienen un pasado y por
medio de éste se entiende y justifica su presente: en la infancia, Zoraida era pobre y siempre soñó
con estrenar “unos choclos y unas medias de popotillo”, su padre murió cuando ésta tenía cinco
años, su situación económica fue muy difícil hasta que se casó con un hacendado. Por su parte,
César viene de una familia finquera, hizo estudios en el extranjero y se casó cuando era un
hombre maduro. De las tías Argüello ( Francisca, Romelia y Matilde) también se proporciona
información que va desde la infancia a la juventud. El matrimonio indígena de Felipe y Juana
cuenta con un historial previo al matrimonio: ambos estuvieron a prueba en la casa de sus
respectivos suegros para comprobar que ya era el momento del matrimonio. Asimismo se refiere
la vida infantil de Ernesto: sus exitosos estudios básicos, el acercamiento con su padre, etc.
Significativamente la nana, que junto con la niña que son los personajes principales de la novela
no hay una referencia, no digamos de la etapa infantil, sino de un pasado inmediato. Esto
también puede apreciarse en las dos criadas indias (Vicenta y Rosalía) de las que sólo se refiere
que antes de trabajar con los Argüello, se empleaban como cuidadoras en la casa de don
Límbano Román. La ausencia de una etapa infantil denota que para la mujer indígena que se
emplea en la casa ladina desde la edad temprana, el servilismos sustituye a una etapa de la vida
que se manifiesta como inexistente.
La nana únicamente puede ser considerada como una criada adscrita a la casa ladina. Su
servidumbre hace de su espacio un lugar cerrado, para ella no hay un “antes” porque se entiende
que su vida ha transcurrido en la inanidad personal y en el cuidado de los hijos ajenos, en este
caso de la hija de los Argüello. La actitud maternal de la nana hacia la niña nos hace pensar en
una maternidad sustituta donde predominan no sólo los cuidados maternos, sino también una
educación basada en el respeto y la comprensión del “otro”, del oprimido. El rechazo de Zoraida
hacia su hija hace que la nana desempeñe el papel de madre, la intención de esta mujer india
“aladinada” es educar a la protagonista a través de un pasado indígena. Es por medio de la nana
que la niña descubrirá en un futuro que las mujeres y los indios son dentro de la sociedad
mexicana seres marginados.

C) Amalia: la soltería como oficio131

El tema de la soltería al igual que la prostitución femenina han sido satanizados por la sociedad
en general, así como por las diversas religiones del mundo. Ser soltera o prostituta es motivo de
deprecio y discriminación. Desde esta perspectiva identificamos a la mujer soltera como parte de
las minorías sociales que padecen la vulnerabilidad del espacio en el que viven. Rosario
Castellanos en “ La participación de la mujer mexicana en la educación formal” se refiere a la
soltería de la siguiente forma: “Quedarse soltera significa que ningún hombre consideró a la
susodicha digna de llevar su nombre ni de remendar sus calcetines. Significa no haber transitado
jamás de un modo de ser superfluo y adjetivo a otro necesario y sustancial. Significa convertirse
en el comodín de la familia”132
En el caso del hombre soltero (el macho), generalmente se le permite ejercer su sexualidad sin
que se le sancione moralmente. De la misma forma le es lícito socialmente el rechazo al
matrimonio – a excepción que se trate de un homosexual-. En el caso particular de la mujer
“debe” cumplir y comprometerse con el matrimonio y la maternidad porque desde las escrituras
bíblicas se estipula que ha nacido para acompañar al hombre y perpetuar la especie.

131
El nombre real es Concepción Ulloa quien nació y vivió en Comitán, aunque muere en Tapachula. Era una mujer
delgada y de pelo blanco que como en la narración, prestaba su casa durante la época cristera para la realización de
ceremonias religiosas. Su madre era una anciana nacida en el poblado de Cuico, Guatemala. Murió en Comitán,
aunque siempre anheló regresar a su país. ( Testimonio de Marco Antonio Puig, Jorge Melgar y Romelia Castellanos
en enero del 2003)
132
Rosario Castellanos. “ La participación de la mujer mexicana en la educación formal”, en Mujer que sabe latín,
Op. Cit., P.885.
El personaje de Amalia Domínguez pertenece a la clase pudiente comiteca. Su soltería está
asociada a la espera, en este caso, de la muerte de su madre, para que pueda ingresar a un
convento. En la narración no se hace referencia alguna a un amor irrealizado que provoque el
ingreso a un noviciado. Amalia sustituye y rechaza la experiencia sexual-matrimonial-maternal
como obligación. Sin embargo el paso del tiempo y la soledad son una constante; así lo describe
la protagonista: “ Tiene la boca apretada como si se la hubiera cerrado un secreto. Está triste
sintiendo que sus cabellos se vuelven blancos” (p.21). Las palabras de la niña nos interesan
porque a su edad ya puede relacionar la soltería con un acto condenable que provoca vergüenza y
frustración en quien lo padece. La soltería de Amalia es un acto de elección, pero no representa
una libertad de género, y aunque ha manifestado su indiferencia a lo profano, su desconocimiento
del mundo y del género mismo, sólo le permite sustituir-evadir su soltería con la religión, pues
desde el punto de vista de la doctrina cristiana es más útil y menos condenable ser monja que ser
soltera. En este sentido la soltería no es una transgresión porque no ofende al conservadurismo
social, pero sí se le da un valor menor al de cualquier mujer casada dado que la soltería evoca un
estado parasitario y por lo tanto poco productivo para la comunidad.
La presencia narrativa de Amalia está dada a lo largo de la novela exclusivamente por la niña
quien enfatiza el paso del tiempo, el pelo blanco de la soltera, las actividades que realiza, así
como su estereotipado y débil aspecto físico:
Cuando nos abren la puerta es como si destaparan una caja de cedro, olorosa,
donde se guardan listones desteñidos y papeles ilegibles.
Amalia sale a recibirnos. Lleva un chal de lana gris, tibio, sobre la espalda. Su
rostro es el de los pétalos que se han puesto a marchitar entre las páginas de los
libros. Sonríe con dulzura pero nosotros sabemos que está triste porque su pelo
comienza a encanecer. (p.37).

El espacio físico de Amalia se limita al encierro de la casa. Sus actividades encajan


perfectamente en las de cualquier solterona de provincia: la iglesia, el bordado y el cuidado de su
madre, una anciana que desea que la lleven a Guatemala antes de morir. La frustración de Amalia
se da a través del sacrificio que hace por seguir cuidando a su madre; ha perdido la esperanza de
entrar al convento porque su edad ya no se lo permite, sin embargo sigue deseando el deceso de
la anciana, preparando el acontecimiento a la manera de una celebración: “- Gracias a Dios ya
tengo listas todas las cosas de su entierro. El vestido es de gro muy fino. Lleva aplicaciones de
encaje” (p.37).
La función narrativa de Amalia sirve únicamente para mostrar cómo vive una mujer solterona
de provincia cuyas autolimitaciones únicamente le permiten pensar en el tiempo como espera; su
apego a la religión fuera del convento le sirve para evadir la soledad. Por oto lado, la pasividad de
Amalia lograr revelarse y transgredir una ley de gobierno: el cierre de las iglesias y la
persecución de los curas. El compromiso es por tanto con la iglesia y así se siente más útil
prestando su casa para la realización de ceremonias clandestinas: “- No, no me casé, no tuve
hijos, no pude ser monja. Y durante años he estado avergonzándome de ser como un estorbo,
como una piedra contra la que tropiezan los que caminan. Pero ahora es distinto. Ahora sirvo para
algo” (p.198).
Amalia es por tanto un personaje que ha experimentado la libertad de elegir una vida a la cual –
piensa-, ha sido destinada, sin advertir en la religión en ella otra forma de opresión, sustituyendo
a la del marido e hijos. Amalia es un ser marginado e inútil que encuentra en la religión el refugio
como única alternativa para aligerar su catastrófica soledad.

D) Juana: la mujer estéril

Si la mujer casada aparece con frecuencia como frustrada y subordinada a las leyes estipuladas
por el mundo masculino, la mujer estéril ante la familia y la sociedad es doblemente
despreciada, . En la cultura indígena, generalmente la fertilidad femenina es lo que consolida al
matrimonio, y no así el amor que en ocasiones es inexistente, dado que es una tradición que los
padres unan a sus hijos en matrimonio aunque no haya amor, colocando a la mujer en un estado
de ser-objeto del cual nacerán los hijos.
En general el hilo conductor de Balún Canán, Ciudad Real y Oficio de tinieblas es la
presencia de las mujeres y los indios como “seres-objetos” no hacedores de la historia, por el
contrario, su presencia deja en claro las tendencias regresivas del México de los años 30 a los 60
aproximadamente. Y es que desde la perspectiva dominante la mujer indígena al igual que la
mestiza, no tienen voz propia porque la superioridad del hombre no le autoriza la racionalidad
de su condición subordinada.
Podría pensarse que en el círculo indígena la situación de la mujer india es diferente a la de la
mestiza, dado que el contrato social de la unión de dos ladinos presupone el respeto, y
realización social de la mujer, además de que a través de ésta se perpetúa el linaje de los
hacendados. Sin embargo el caso particular de Juana, la esposa del líder indígena Felipe
Carranza Pech, está lleno de frustración por la esterilidad que sufre:
Juana no tuvo hijos. Porque un brujo le había secado el vientre. Era en balde que
macerara las hierbas que le aconsejaban las mujeres y que bebiera su infusión. En
balde que fuera ciertas noches del mes, a abrazarse a la ceiba de la majada. El
oprobio había caído sobre ella. Pero a pesar de todo Felipe no había querido
separarse. Siempre que se iba – porque era como si no tuviera raíz – ella se
quedaba sentada, con las manos unidas, como si se hubiera despedido para
siempre. Y Felipe volvía. Pero esta vez que volvió de Tapachula ya no era el
mismo. Traía la boca llena de palabras irrespetuosas, de opiniones audaces. Ella,
porque era humilde y le guardaba gratitud, pues no la repudió a la vista de todos,
sino en secreto, callaba. Pero temía a este hombre que le había devuelto la costa,
amargo y áspero como sal, perturbador, inquieto como el viento. Y en lo profundo
de su corazón, en ese sitio hasta donde no baja el pensamiento, ella deseaba que se
marchara otra vez. Lejos. Lejos. Y que no regresara nunca. (p.91)

Nótese cómo los sentimiento de Juana en relación a su esposo se van modificando, por un lado
“teme” que ya no regrese; lo cual implica la burla y el comentario social sobre el abandono, y
por el otro, el brusco cambio de actitud del esposo, aunado a la esterilidad de la mujer, la hacen
anhelar el abandono de éste. Cabe señalar que para el narrador la esterilidad del personaje se
relaciona con los actos de brujería, sin embargo esta misma voz atribuye otra opción: “ Porque
Dios la había castigado al no permitirle tener hijos” (p.140).
La presencia narrativa de Juana deja ver a una mujer impedida para la maternidad,
convirtiéndose así en un ser sin valor entre el grupo de indios que la desprecian; sin embargo el
desprecio no reside exclusivamente entre los “otros”, sino también en ella misma que sabe que
entre la moral indígena también funcionan ciertos códigos sagrados y obligatorios para la mujer:
virginidad-matrimonio-maternidad que son símbolos de realización femenina. De cualquier
forma el repudio-silencio de Felipe contrasta con la gratitud de su esposa quien se siente
desplazada por la comunidad indígena. Para Juana, el cambio de actitud indiferente de su
marido representa una afrenta a su género y al sentir que las ideas progresistas de Felipe distan
mucho de ser las anteriores a su viaje a Tapachula: “ Felipe estaba riendo a carcajadas. Su mujer
lo miró con espanto como si se hubiera vuelto loco” (p.86).
Para Juana también hay un “antes” y un ahora” en relación al matrimonio que se le presenta
como un fracaso. El narrador refiere que previo al matrimonio la pareja tuvo que pasar por la
aprobación de los respectivos suegros en un acto tradicional que consiste en ponerlos aprueba
respecto al trabajo y así comprobar que están listos para la unión. Felipe pasa algún tiempo en
casa de sus suegros y demuestra que es un hombre trabajador, Juana por su parte, desempeña los
oficios domésticos. Sin embargo entre el noviazgo y el matrimonio encontramos a un Felipe
desobligado, que hace uso de la violencia, que al igual que los mestizos, ignora la existencia de
su mujer, que no es capaz de llevar alimento a su casa. El hogar de Juana, físicamente está
desprovisto de mobiliario, alimentos o animales, sólo se hace referencia a un cerdo hambriento y
flaco, a un tronco de árbol que sirve como asiento, así como a una raquítica porción de café. En
la narración se hace mención al desgaste de la camisa que Juana usó el día de su casamiento. Lo
que tradicionalmente es un recuerdo de un día especial, aparece al igual que su relación como
algo desgastado:
De la batea de ropa sacó una camisa. Era la que había usado el día de su
casamiento. Después la guardó para lucirla en las grandes ocasiones. Pero ahora
se la ponía ya entre semana y había tenido que llevarla a lavar al río varias veces.
Por más cuidado que pusiera, por más delicadeza, por más esmero, el tejido iba
adelgazándose y en algunos lugares estaba roto.... Felipe podía regresar en
cualquier momento y encontrarla cumpliendo esa tarea. Pero ni siquiera le
preguntaría si necesitaba dinero para comprarse un corte de manta nueva. (p. 140).

En Juana también hay una revelación no manifiesta cuando piensa ingresar a la casa ladina, lo
cual significa hablar español, dejar de usar el tzec y despojarse de una cultura que la margina: “
No voy a aguantar más, dijo Juana. Me voy a ir con los patrones cuando se vayan a Comitán. Voy
a ser la salera. Voy hablar Castilla delante de las visitas. Sí, señor. Sí, señora. Y ya no voy a usar
tzec” (p.144). Y es que Juana sabe que como su esterilidad la ha devaluada frente a los indios, por
lo menos entrar de criada la hace más digna frente a ella misma. Sin embargo sus aspiraciones se
ven reprimidas cuando Felipe entra al jacal: “ Cuando Felipe abrió la puerta del jacal y entró, su
mujer inclinó la cabeza como lo hacen los carneros cuando van a embestir” (págs. 144 - 145).
Entre las pocas alternativas que tiene la mujer indígena para mejorar su situación económica se
encuentra la servidumbre y la prostitución. En el caso específico de Juana, su objetivo es ofender
la cerrada tradición indígena, esto es, transgredir un espacio y romper con una cultura para
adoptar la del dominador, es decir, que en la medida en que Juana sea unas india “aladinada”, los
indios empezarán a mirarla como traidora a la vez que “superior”. Juana resulta un personaje
tremendista, frustrada en su afán por tener hijos, de tal forma que llega e sentir “envidia” de su
propia hermana: quien le dice: “- Tú, como no tienes hijos, no puedes saber lo que es esto”
(0.149). La frustración, los celos y el coraje la llevan a poner la escoba detrás de la puerta. Este
acto en la tradición popular significa un deseo porque los visitantes se alejen inmediatamente, y
es que para Juana, los indios transgreden y alteran su espacio conyugal, es decir, que en este
sentido la función de líder de Felipe la hace sentir doblemente relegada.
En análisis femenino que hace Rosario Castellanos resulta por demás interesante, pues Juana
no representa a la mujer abusada por el mestizo y despreciada por su condición de india, sino que
es su propia raza quien le deja en claro que su esterilidad le da un valor inferior a las otras
mujeres indias. En su hogar predomina la pobreza, la indiferencia-lástima-compromiso del
esposo, el desprecio del resto de los indios, así como la esterilidad-frustración del personaje.

E) Las tías: Francisca, Romelia y Matilde: negación de la maternidad

La relación entre las tres hermanas se establece mediante una jerarquía de poderes muy
marcada. Dominio-fuerza-poder son características de Francisca, frente a la debilidad-sumisión
de Romelia y Matilde. En este apartado hablaremos sobre la situación específica de cada una,
pues su visión cerrada les determina irrevocablemente su funcionalidad social como elemento
femenino. Las primas de César pertenecen al sector burgués, son poseedoras de grandes
extensiones de tierra entre las que destacan la finca de Palo María133. Las tres hermanas no
cuentan con el tradicional y obligatorio “respeto de varón”, sin embargo en su microespacio
social (la hacienda), su condición dominadora hace que los indios las vean con respeto-temor,
sobre todo Francisca cuya actitud basada en la masculinidad la convierte en una mujer temida.

Francisca
El poder que ejerce sobre sus hermanas y los indios finqueros la convierte en representante del
matriarcado. A lo largo de la narración se aprecia su autonomía personal, su fuerza, así como su
poder de decisión: “ – Ahí tienes a tus primas, César – dijo tía Francisca-. Lloran si oyen volar
un mosquito, se ponen nerviosos, toman aspirinas. Y yo soy la que tiene que coger la escoba y
barrer los vidrios rotos” (p.64). Queremos hacer notar que la imagen (revelación) que la niña
manifiesta en relación a la soltería, generalmente está asociado a un estado deshonroso, en donde
la mujer se avergüenza de lo siente como un estado inútil, sin embargo la protagonista presenta
la imagen de las tías de la siguiente manera: “ La próxima estación es Palo María, una finca

133
Es el nombre real de la finca de las Castellanos. Se cuenta que fue una de las últimas fincas despojadas con la
reforma agraria. ( Testimonio de Romelia Castellanos)
ganadera que pertenece a las primas hermanas de mi padre. Son tres: tía Romelia, la separada,
que se encierra en su cuarto cada vez que tiene jaqueca; tía Matilde, soltera, que se ruboriza
cuando saluda, y tía Francisca” (p.63). Nótese cómo la protagonista refiere una conducta
socialmente negativa de Romelia y Matilde, no así de Francisca que también es una solterona,
pero su poder-dominio sobre los demás es motivo para no exista comentario desfavorable hacia
su persona lo cual contrasta con el tradicional concepto pasivo de la mujer frustrada que no es
esposa y madre.
Desde la muerte de sus padres, Francisca toma las riendas de la hacienda, y desempeña una
maternidad sustituta, abandonando, según el narrador de la segunda parte, todo interés por el
matrimonio: “ Pues Francisca tomó el lugar de madre muerta al nacer Matilde. Y desde ese día
se acabaron las fiestas y las diversiones, se acabó el noviazgo con Jaime Rovelo. Francisca se
dedicó a cuidar a Matilde” (p. 95). Y es que Francisca sabe sólo pueden buscar en ella su dinero.
A diferencia del resto de las solteronas insatisfechas que presenta Rosario Castellanos, no
aparece de manera explícita como una mujer frustrada, su carácter masculino atemoriza a sus
hermanas y el resto de los indios. Al llegar el agrarismo, el trato hacia los indios es todavía más
severo: “ Levantó el cepo en medio de la majada. Y a punto de cocotazos metía allí a los indios y
los dejaba a sol y sereno. Los que no aguantaban se morían. Pero no así nomás. Antes de que
murieran Francisca los cogía y ...” (p. 96).
Lo que mueve al personaje es una ambición por el dinero, de tal forma que cierra su espacio
desplazando a sus hermanas y a los indios finqueros. Lo anterior se relaciona con los actos de
brujería practicados por Francisca con el objetivo de ser temida: “Francisca no salía de casa.
Dispuso que había de tapizar de negro todos los cuadros. Después ella misma clavó las tablas
para hacer el ataúd. ¡Lo pintó de negro! Lo puso en el lugar donde antes tenía su cama. Y ahí se
acuesta. Pero no duerme. Yo lo he visto. No puede dormir” (p.97). En el texto también se
menciona la relación de obediencia que Francisca profesa hacia el dzulum. Este animal asociado
con el diablo indígena, hace que los indios consulten a Francisca y también le rindan obediencia:
(- Había un tal Emilio Jatón134. Le dijo: no vas a llegar sano a tu casa. Y en el
camino le agarró una congoja y como mal de corazón y calló desvanecido. Entre
cuatro lo llevaron cargado a su jacal. Allí se estuvo semanas, tendido en un petate,
agonizando. Hasta que le mandó un bocado a la patrona y le rogó que viniera a
curarlo. Entonces Francisca preparó un bebedizo y se lo dio a tomar. El indio se

134
Puede ser el mismo indio que da muerte a Ernesto y el que en el capítulo I de la tercera parte abre la puerta a los
Argüello.
alivió como con la mano. Y ahora estaba sirviendo de semanero en la casa
grande). (p.97)

Como Francisca encuentra que la Reforma Agraria atenta contra los intereses de los finqueros,
busca el medio para causar temor-respeto, sobre todo entre los indios. Francisca tiene su
precedente en el cuento “Cuarta vigilia” de Ciudad Real, aquí aparece el personaje de la niña
Nides, que es una solterona deficiente mental, que utiliza a un indio chamula para enterrar en el
patio de su casa un cofre vacío, que piensa; está lleno de monedas de oro. Este relato hace
referencia al despojo económico que sufre su abuela, doña Simeona Durán, en manos de los
carrancistas, quienes se llevan el oro y llenan los cofres de “bilinbiques”. En “Cuarta vigilia” el
narrador omnisciente recurre a lo grotesco para presentar a la “niña” Nides cometiendo el mismo
acto que su abuela: se valen de un indio para enterrar al oro y después lo asesinan para que no
hable. La actual locura de Nides no le permite situarse en un presente en donde ya no posee
económicamente nada. Este personaje su sitúan en un pasado donde la avaricia y es despojo se
relacionan con su locura.
Por su parte, Francisca es un personaje “transculturado” únicamente en función de demostrar
sus poderes sobrenaturales, lo cual la convierte ente los otros en una especia de mujer-demonio
que se involucra en las creencias indígenas con el objetivo de infundir temor y respeto. “La
encontraron como muerta en el fondo de un barranco. Golpeada por las piedras, lastimada por las
espinas. Cuando volvió en sí dijo que había tenido una visión. Entre los indios se corrió la voz de
que la había arrastrado el dzulum” (p.97)
La actitud fuerte de Francisca la iguala al hombre mestizo-ladino en prestigio y autoridad
social. A lo largo de la narración no aparece como una mujer frustrada a causa de su libre
elección para negarse al matrimonio-maternidad, porque su fuerza casi masculina, sus riquezas y
su carácter dominante la sitúan en un realidad y un tiempo en donde los hombre únicamente
pueden acercarse a ella por interés económico. De cualquier forma, la diferencia con sus
hermanas, es que éstas se avergüenzan de su estado de solteronas y creen que sólo a través de la
realización femenina (matrimonio-sexualidad-maternidad) es como pueden alcanzar el grado de
“señoras” respetables.
Romelia

Su presencia en la novela es mínima, sin embargo nos interesa porque viene a dejar en claro que
una mujer separada del esposo no justifica su existencia-realización y tiene que “arrimarse” a la
casa de un familiar, en este caso de su primo César, para considerarse a sí misma una mujer
aceptada y digna. En el texto no se informan los motivos de dicha separación. Romelia es una
mujer sin carácter por eso aparece desdibujada, sin autonomía y sin consistencia ideológica sobre
el género, por eso acepta sin discusión que las jerarquías sexuales están bien marcadas: el hombre
es el fuerte, el señor y por lo tanto el que domina, mientras que la mujer sólo obedece a las leyes
del varón, y sin él“no es nadie”. Romelia es una mujer sin hijos, aunque no se menciona que sea
estéril, sin embargo piensa que el matrimonio es la mejor condición de vida para la cual una
mujer debe estar preparada. Por Francisca sabemos que Romelia: “ Está perfectamente sana pero
la consuela saber que sufre todas las enfermedades” (p.64). Los comentarios hacia su marido son
mínimos, y de manera interesante muestran una decisión por abandonar al esposo lo cual ya no
habla de una dependencia al hombre: “-Sí, ya sé que ese dichoso marido es un holgazán, un
inútil. Por algo me separé de él. Pero tengo que hacer corazón grande porque si no la que se
vuelve loca soy yo” (p.189).

Matilde
Es uno de los personajes mestizos más trágicos de la narración por su “insoportable” estado de
soltería lo cual desencadena una autodestrucción. En este apartado haremos referencia a la
metáfora del cuerpo como elemento femenino degradado social y existencialmente. El personaje
de Matilde, a diferencia de Francisca y Romelia, está analizado desde una interioridad
existencial, pues su carácter de solterona es algo que le causa vergüenza ya que socialmente es un
acto condenable. Por tal motivo Matilde sueña con una exigencia social-personal:
Le gustaba acostarse en la hamaca el día entero y quedarse allí, pensando. ( Era
siempre en una fiesta. Matilde estaba sentada bajo una lámpara de cristal. El
ruedo de su vestido se derramaba a su alrededor y ella tenía una copa en la mano.
Había música, una orquesta tocaba un vals y las parejas bailaban. Matilde tenía los
ojos bajos, por modestia. Alguien la había elegido desde lejos y venía a invitarla a
bailar. Ella veía primero sus pies, calzados de charol. Y luego el traje de casimir
fino y la camisa blanca y el nudo de la corbata bien hecho. Y cuando iba a verle el
rostro, un grito, el aletear de los gavilanes rondando el gallinero, una puerta
cerrada por un golpe del viento, algo, la despertaba. El rostro de ese hombre - el
que iba a llegar, al que estaba destinada- se le ocultó siempre como se le había
ocultado siempre el rostro de su madre. (P. 99)

La ensoñación de Matilde responde a un deseo por complacer socialmente y autocomplacerse


como mujer. Entre lo que “sueña ser” y lo que “consigue” hay marcadas diferencias, pues el
modelo del hombre perfecto y de su misma condición social contrasta con la imagen humilde de
Ernesto. La cita anterior presenta con la siguiente una relación antitética que responde a una
realidad:
Volvió a ser joven como antes. Como cuando se sentaba bajo la lámpara de
cristal, sintiendo una copa entre su mano. Amortiguados por la música de la
orquesta se acercaban los pasos. Miró primero los zapatos. Eran viejos. Los
pantalones remendados; el cuello de la camisa abierta, sin corbata. Y por fin el
rostro, el rostro de Ernesto. Su mano soltó la copa que fue a estrellarse contra el
suelo. (p.104. el subrayado es mío)

Nótese cómo ambas citas se contraponen: en la primera, la fantasía de Matilde le permite


“soñar” con un hombre elegante, de buen vestir, pero sin rostro, en la segunda el escenario del
“ensueño” de juventud es el mismo, pero difiere con la vejez de Matilde, con la humildad de
Ernesto al cual sí le puede ver el rostro. Lo que “antes” se le presentaba como una ensoñación
(represión), “ahora” es una realidad (consumación del acto sexual) que desencadena en la
frustración, en el asco que le produce dicha práctica sexual): Como en el caso de Zoraida, en
Matilde hay una total ausencia del erotismo no permisible y manifiesto dentro de la sociedad
conservadora de la que pertenece, más aún cuando se trata de un incesto. A nivel social Matilde
figura como transgresora en su afán por realizarse como mujer, aunado a esto, la vergüenza de su
vejez la lleva a un fallido intento de suicidio en el río: “ Cuando la frotaron con alcohol para
reanimarla, el cuerpo entero le dolió como una llaga y entonces supo que estaba todavía viva”
(p.127). Y es que la vida se le presenta como un estado rutinario, inactivo, en donde debe
mostrar siempre un gesto alegre frente a los “otros”, para que no se piense que su soltería
empieza a estorbarle, dado que este acto debe ser mirado con resignación por quien lo padece.
Para Matilde la vida también es un despertar al sufrimiento por eso busca la evasión de la
realidad a través del sueño: “Apretaba los párpados con obstinación pidiendo al sueño un minuto
más de tregua” (p.113).
Aquí deseamos hacer un comentario acerca de la metáfora del cuerpo como dolorido y
ultrajado. Matilde es la menor de las tres hermanas, sin embargo se pone especial énfasis en su
vejez, en su cuerpo inútil, agredido, desgastado: “opaco, feo, vencido” (p.126), apunta el
narrador. En el encuentro con Ernesto, la propia Matilde advierte: “Mírame, mírame bien. Estoy
arrugada. Soy vieja, Ernesto. Podría ser tu madre” (p.103).
Por otra parte, el desconocimiento del acto sexual lleva al personaje a experimentar asco hacia
su sobrino, asociando la consumación del acto con una culpa religiosa y existencial. Nótese
cómo relaciona el placer al pecado y el suicidio al enclaustramiento de las monjas que es para
Matilde otra forma de muerte:
Y yo tengo miedo al dolor, no quiero que los animales me muerdan. No quiero
que me desgarren otra vez, no quiero que me hieran. Ni una gota de sangre más.
Es horrible. Me da nausea sólo el recordarlo. ¡Cómo pudo suceder, Dios mío! No,
no puede ser pecado. Pecado cuando se goza. Pero así. En el asco, en la
vergüenza, en el dolor... ¿ No hay una manera de ir quedándose dormida cada vez
más, cada vez más profundamente hasta que ya no se pueda despertar? Pero en el
botiquín no hay pastillas suficiente. Y yo no puedo arriesgar a quedar viva, a que
me hagan curaciones horribles. Y dolorosas. No quiero que se rían de mí, que me
señalen con el dedo: se quiso matar. Como las que se meten al convento y no
aguantan y se vuelven a salir (p.115).

En la novela encontramos a Matilde como una mujer sin espacio y sin posibilidades de elegir
lo desead (un hombre). Es una mujer sin autonomía, desplazada y despojada económicamente por
Francisca, repudiada por haber cometido un acto amoral.
La maternidad en el personaje no es un acto de elección, sino otra de las muchas
frustraciones que desencadenan la tragedia: “ Porque no quiero que nazca este hijo tuyo. Porque
no quiero tener un bastardo” (p.129). El final de Matilde no es explícito, pero se intuye que
como sus alternativas de sobrevivencia son mínimas se perdió en las montañas y allí se entregará
a la voluntad del dzulum: “ Matilde besó por última vez la mejilla de Ernesto y se puso de pie.
Echó a andar. Bajo el sol de la llanura requemada. Y más allá. Nadie siguió su rastro, Nadie supo
dónde se perdió” (p.171).
Entre los Argüello, Matilde es la que verdaderamente siente el asesinato de Ernesto, a pesar de
que también lo utiliza, sin embargo entre ambos personajes hay una identificación subjetiva, una
consumación del acto sexual como respuesta a una necesidad de ser reconocidos: él como un
Argüello y ella como mujer. El cuerpo de Matilde como significación femenina, carece de
sentido cuando rechaza la maternidad para no ser burlada por los otros.
Capítulo V
Los símbolos en Balún Canán

El estudio de lo símbolos en términos generales ha merecido estudios sociológicos,


antropológicos, religiosos, psicoanalíticos, literarios, entre muchos otros. La propuesta de
Rosario Castellanos está encaminada a presentar una significación mágica tradicional (el mundo
indígena) y religiosa (el miedo de los hermanos hacia Dios y el infierno). En este capítulo
hablaremos sobre los símbolos como ejes de significación poética en Balún Canán de acuerdo a
las emociones experimentadas par la protagonista de una manera inconsciente en ella, pero
significativa para el lector de la novela que advierte un dualismo simbólico: el histórico y el
existencial . Tanto el espejo, la llave y el cofre denotan un estado de ánimo subjetivo en la niña,
como resultado de una culpa social y existencial, en síntesis un castigo que únicamente puede ser
reivindicado a través de la escritura interminable. Para John Shorupski, existen cuatro formas de
expresión simbólica en los textos tradicionales:
...a) pueden ser inconscientemente simbólicos; [el cofre de la nana]
b)pueden convertirse en simbólicos cuando su lógica está propiamente
estudiada e interpretada; [ la niña piensa que es responsable de la muerte
de Mario cuando decide no entregar la llave guardada en el cofre de la
nana india] c) pueden haber sido simbólicos en principio y después
haberse hecho literales [ el cofre y la llave] d) pueden ser simbólicos en la
tradición del observador, [ cofre-nana] pero no en la del actor [niña
mestiza)135

Los cuatro puntos propuestos por Shorupski los aplicamos a la protagonista de la novela de
acuerdo a sus enunciaciones y acciones inconscientes o irreflexivas; pues al hablar del espejo, del
cofre, de la llave y de una escritura automática, nos queda claro que prevalece y destaca un estado
subjetivo basado en un dolor por las pérdidas humanas (la nana y el hermano), así como la
existencia de ella misma.

A ) El espejo

En Balún Canán específicamente denota, un espado de debilidad, de rechazo a un


reconocimiento de género, y por lo tanto existencial. El espejo como símbolo de reflejo, sólo es
referido por la protagonista y aplicado a ella misma quien rechaza la presencia de éste como

135
Jonh Skorupski. Símbolo y teoría, Premiá (La red de Jonás), México, 1985, p. 48.
elemento de tortura psicológica. El espejo se convierte para la protagonista en un juez inapelable
en el cual tampoco hay compasión para quien se ve reflejado en él: “ El espejo... ¡ No quiero que
me vea! Y corro hasta el sillón donde está sentada la viejecita y hundo mi rostro en su regazo...”
(p.219).El espejo para la protagonista también significa un autoconocimiento social al ser la
dominadora de los indios. Así pues, desde el inicio de la narración se establece una diferencia
social y de género en donde la niña rechaza su clase social ( que implica abuso) y su estado
femenino (el rechazo familiar); la niña apunta: “ Me da miedo que del otro lado haya un espejo”
(p.20) El significado del espejo, según los Diccionarios de símbolos, está asociado a la
imaginación, a la conciencia o al pensamiento de quien se refleja en él. Otra interpretación es la
negación a un reflejo social, ésta negación aparece asociada con la experiencia del miedo.136
Cuando Zoraida lleva a sus hijos a la casa de Amalia, la niña recurre a la personificación del
espejo. “ Espejos enormes que parecen inclinarse (por la manera en que prenden de sus clavos) y
hacer una reverencia a quien se asoma a ellos. Miran como los viejos, con las pupilas empañadas
y remotas” (p.37). A lo largo de la narración se puede apreciar que la niña no se mira en los
diferentes espejos que se le presentan, ya sea porque “no están a su altura” o porque evade una
realidad presente y un futuro inmediato trágico (la muerte del hermano): “Sí, es cierto que estuve
revolcándome en el suelo y que lancé uno de los abanicos contra el espejo para destrozarlo”
(p.220) La destrucción del espejo-juez-testigo, también está asociado a un recuerdo doloroso: ser
mujer y responsable de la muerte de Mario.

B) El cofre o el arca: la memoria


El elemento simbólico del cofre o el arca, es referido de acuerdo a un carácter cosmológico
indígena. Para la simbología, el cofre puede adquirir el carácter simbólico de corazón, cerebro,
vientre maternal, etc. Desde la antigüedad, los recipientes cerrados representan todo aquello que
pueda contener secretos, como el arca de la alianza tan significada para el pueblo hebreo, o la
caja de pandora, por mencionar dos ejemplos. En el Diccionario de símbolos de Juan Chevalier y
Alain Gheerbrant se lee : “El simbolismo del cofre se apoya en dos elementos: el hecho de que se
deposite allí un tesoro material o espiritual; el hecho de que la abertura del cofre sea el
equivalente de una revelación... Lo que se deposita en el cofre es el tesoro de la tradición, el

136
Juan Eduardo Cirlot. Diccionario de símbolos, Labor, Barcelona, 1992. y Juan Chevaliar y Alain Gheerbrant.
Diccionario de símbolos, Herder, Barcelona, 1995.
instrumento de su revelación y su comunicación con el cielo. El cofre no puede abrirse más que
en la hora providencialmente dispuesta y por quien posee legítimamente la llave”137
Tomando como premisa lo anterior, podemos decir que la niña no está totalmente autorizada
para abrir y revelar a los “otros” el secreto de su nana, de tal manera que también transgrede la
memoria indígena. Por otro lado, apreciamos que el cofre tan significado en la narración es
abierto por Vicenta, otra india, compartiendo así el secreto de la protagonista y fungiendo como
cómplice ya que no la delata, aunque sí la recrimina silenciosamente: “ ¡ Ha abierto el cofre de mi
nana, ha visto la llave escondida en la ropa, ha visto en mis ojos el remordimiento. Y Antes de
que pronuncie mi nombre, y antes de que me sañale, salgo corriendo al patio, a la oscuridad”
(p.222).
Es interesante destacar que la nana “abandona” su memoria al dejar la casa de los Argüello:
“En el cuarto de mi nana está todavía el cofre de madera con su ropa: el tzec nuevo, con sus
listones de tantos colores; la camisa de vuelo; el perraje de Guatemala. Y, envueltas en un pedazo
de seda, las piedrecitas de Chactajal. Vuelvo a cogerlas. Las guardo, para que se entibien, entre
mi blusa” (págs. 187-188)
El abandono de una memoria por parte de la nana, también puede interpretarse como una
herencia hacia la niña mestiza que a partir de entonces – se entiende-, tendrá en cuenta al indio
como individuo social sobre el cual ha caído una injusticia histórica, basada en el trabajo forzado
y en el no reconocimiento social y nacional. Por otra parte se puede notar que las “piedrecitas”
de Chactajal son rechazadas por la nana y recuperadas por la protagonista. En términos generales
puede pensarse que las “piedrecitas” no poseen un valor especial, sin embargo, como elemento de
construcción, la piedra está ligada a la sedentarización de los pueblos. La piedra también es
símbolo de la madre tierra, de conocimiento o de sabiduría (como en la tradición bíblica).
La utilidad que la niña le da al cofre de su nana, es el de guardar una llave-secreto para que así
no puedan abrir el oratorio y los hermanos no reciban la temida comunión por temor a ser
castigados por Catashaná: “ Empujada por un impulso irresistible fui y arranqué la llave de la
cerradura. Mario Retrocedió espantado. No quiso acompañarme. Se quedó allí mientras yo iba,
sin testigos, a esconder la llave en el cofre de mi nana entre su ropa y las piedrecitas de
Chactajal” (p.207). La niña guarda un secreto religioso donde “antes” se guardaba una memoria
indígena.

137
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. Ibid, p.315.
C) La llave: autosalvación y culpa

La llave como elemento simbólico presenta en la protagonista una dicotomía con relación a un
sentimiento de culpa por la muerte del hermano, así como una necesidad por salvarse de un
derrumbe ya no económico, sino religioso, es decir, que su aflicción por no entregar la llave, es
una reacción a una culpa moral y religiosa. Para la simbología, la llave es símbolo de iniciación
y saber, de revelaciones psicológicas; y en un sentido religioso: “ abre las puertas de la muerte
para la inmortalidad”.138 En Balún Canán, la llave adquiere una simbología especial cuando
Mario y la niña rechazan la comunión estableciendo una complicidad, a pesar de que Mario
desconoce el lugar donde se guardó la llave:
Mario y yo nos quedamos contemplando como hipnotizados ese pedazo de fierro
que separa el oratorio de nosotros, del día de nuestra primera comunión.
Empujada por un impuso irresistible fui y arranqué la llave de la cerradura.
Mario retrocedió espantado.
No quiso acompañarme. Se quedó allí mientras yo iba, sin testigos, a esconder la
llave en el cofre de mi nana... (p.207)

A partir del momento en que la niña esconde la llave, se establece nuevamente una relación de
rivalidad sexista, dado que “ahora” la vida de Mario, según las asociaciones que hace la
protagonista, está en sus manos, de ella depende que su hermano pueda salvarse:
“ Y Mario apretando los dientes, resistiendo en medio de sus dolores y pensando
que yo lo he traicionado. Y es verdad. Lo he dejado retorcerse y sufrir, sin abrir el
cofre de mi nana. Porque tengo miedo de entregar esa llave. Porque me comerían
los brujos a mí; a mí me castigaría Dios, a mí me cargaría Catashaná. ¿ Quién iba
a defenderme? Mi madre no. Ella sólo defiende a Mario porque es el hijo varón.
(p.218).

La muerte de Mario, en un sentido simbólico es un acto de elección-condena de la protagonista,


e incluso de venganza, porque sabe que el género determina en este caso la predilección de la
madre. Sin embargo esto desencadena la culpa, pues en su imaginación es la responsable de la
muerte-castigo-dolor de su adversario. Así lo refiere cuando rechaza la invitación de Amalia de
ver el cuerpo de Mario: “ Vuelvo la cara con repugnancia. No, no lo podría soportar. Porque no
es Mario, es mi culpa la que se está pudriendo en el fondo de ese cajón” (p.221). Apreciamos en
las palabras de la niña la metáfora del cuerpo “descompuesto” en relación a su propia culpa-

138
Juan Eduardo Cirlot. Op. Cit., p. 310.
muerte, ya que para la protagonista hay un doble castigo: uno social ( jamás podrá ser
reconocida) y otro religioso (es la responsable de la muerte-descomposición de Mario). Frente al
derrumbe familiar, la niña se siente a salvo porque sabe que no podrá ser castigada, así se lo
expresa en un principio a tío David, quien anuncia la destrucción: “No puedo irme. Tengo que
entregar una llave” (p.215). Sin embargo una vez que la culpa rebasa la autosalvación, la niña
quiere huir a Guatemala:
La viejecita solloza, murmura su deseo de que la lleven a Guatemala... Y de
pronto ese nombre se abre paso hasta mi entendimiento. ¿ Guatemala? Sí el lugar
adonde uno va cuando huye. Doña Pastora le prometió, hace tiempo, venderle un
secreto a mi madre: el punto de la frontera que no está vigilado. Se puede pasar
sin que nadie lo detenga a uno. Del otro lado ya no podrían darnos alcance. Ni
Amalia, ni el señor cura, ni Dios, ni Catashaná. Porque ninguno conoce este
camino, es el secreto de doña Pastora. Un secreto que vende por dinero. No tengo
dinero. Pero tengo... un chorro de piedrecitas de Chactajal... se alegrará y su
secreto será nuestro. Y correremos lejos, hasta donde estemos libres de esta
persecución, de esta pesadilla. (p.218).139

Como un acto condescendiente, la niña lleva al cementerio la llave del oratorio, es decir,
comparte el secreto “ahora” que ella se ha salvado, al menos de la muerte: “Pero antes dejo aquí,
junto a la tumba de Mario, la llave del oratorio. Y antes suplico, a cada uno de los que duermen
bajo su lápida, que sean buenos con Mario. Que lo cuiden, que jueguen con él, que le hagan
compañía. Porque ahora que ya conozco el sabor de la soledad no quiero que lo pruebe” (p.226.
El subrayado es mío). A la niña se le sigue “revelando” a manera de experiencia vivida lo
tormentoso de su existencia-soledad por lo que se intuye que la infancia prefigura un destino
igualmente tormentoso.

D) Los augurios: la muerte del hermano y el derrumbe del sistema señorial

A lo largo de las páginas de Balún Canán se presentan varios anuncios sobre el fin del sistema
latifundista en México, así como el despojo de los bienes de la familia Argüello, entre los que
destaca su único hijo varón. Cabe mencionar que los anuncios están dados por diversos
personajes ya sean indios o mestizos: la nana, tío David, Ernesto, Felipe, Jaime Rovelo, etc. Sin
embargo la mayoría de estos comentario anuncian una época difícil para los terratenientes. En

139
Nótese que el miedo es a la religión ( Amalia, el señor cura y Dios), así como a Catashaná (asociación que hace la
protagonista con el diablo indígena. La transculturación del personaje se plantea incluso en el mismo miedo ¿ a
quién? ¿ A la religión católica o a las creencias indígenas?
este apartado, nosotros presentamos únicamente dos comentarios que aluden más que a los
cambios políticos, a la destrucción familiar. Dichos anuncios están dados por dos personajes
marginales: la nana y tío David: En el capítulo I de la primera parte se hace referencia a la
lectura de la ceniza sin rostro para los indígenas. El mismo significado lo podemos aplicar al final
trágico de una familia mestiza, es decir, que con la muerte del heredero también se borra y
desaparece el sistema de dominio. Iniciada la novela la nana dice: “No es tiempo de diversiones,
niña. Siéntate: en el aire se huele la tempestad” (p.26). Este vaticinio tiene una doble
significación: la referida históricamente en relación al reparto agrario, y la muerte prefiguración
implícita dela muerte de Mario. Por otra parte, la presencia del dzulum también subraya la
apropiación de los personajes femeninos mestizos (Angélica, Francisca y Matilde).
Por su parte tío David anuncia la devastación de la casa:
-¿ No te gustaría hacer un viaje conmigo? Nos iríamos al monte, al mero corazón
de Balún-Canán, al lugar donde viven los nueve guardianes. Los mirarías a todos,
tal y como son, con su verdadera cara, te darían su verdadero nombre...
Moví la cabeza, negando enérgicamente. Entonces tío David, a punto de llorar,
insistió:
-¡Vámonos! No te quedes aquí, no hagas lo que hice yo. Date cuenta que la casa
se está derrumbando. ¡ Vámonos antes que nos aplaste!. (´.215)

Tanto las palabras de la nana y de tío David están orientadas al anuncio de un destino trágico
ya no para la familia, sino exclusivamente a la niña como parte de la destrucción de un mundo
infantil donde las alternativas de una vida feliz son prácticamente nulas.

E) La escritura y la hacienda: tumba de Mario y cementerio de vivos

Uno de los objetivos de la escritura de Rosario Castellanos es hacer un registro escrito y no oral
sobre los temas o personajes que le interesan. En la poesía por ejemplo, es común encontrar el
tema de la memoria como un registro de lo vivido que perenniza a través de las letras. El tema del
hermano muerto, como hemos visto a lo largo de este trabajo, es referido en entrevistas, en
castas, así como en “Primera revelación” y en menor grado en Rito de iniciación. Tal parece que
al igual que los padres de la autora, en ella el personaje del hermano muerto, sigue vivo en su
memoria, pero enfatizando el dolor y la culpa. Por tal motivo, significativamente creemos que
Balún Canán retoma la presencia omnipresente de Mario Benjamín en su producción literaria
autoreferencial, así como en su propia vida.
En el caso particular de la protagonista de la novela, la memoria es un ensueño-pesadilla que
responde a la reparación de una culpa a través de la escritura automática. Así pues, cuando
Amalia lleva a la niña al cementerio, ésta se da cuenta de que en la lápida: “Todavía no han
escrito su nombre” (p.226). Por la culpa, la niña sólo puede reivindicar al hermano a través de la
escritura interminable en diversos objetos y lugares. Por lo anterior vemos que la hacienda se
convierte en un cementerio de vivos: “ Cuando llegué a la casa busqué un lápiz. Y con mi letra
inhábil, torpe, fui escribiendo el nombre de Mario. Mario, en los ladrillos del jardín. Mario en las
paredes del corredor. Mario en las páginas de mis cuadernos. Porque Mario está lejos y yo
quisiera pedirle perdón” (p.228. El subrayado es mío). Lo que el la novela es un arrepentimiento,
en “Primera revelación” es un miedo a ser castigada: “ Al llegar a la casa cogí un lápiz y con mi
letra inhábil, tosca, escribí el nombre de Mario en las paredes del corredor. Mario en los ladrillos
del jardín. Mario en las páginas de mis cuadernos. Para que si Dios venía alguna vez a buscarlo
creyera que estaba todavía aquí.”140 En ambos finales existe un deseo-obsesión por la escritura
en la casa-cementerio, así como en los cuadernos, que de manera simbólica asociamos a la
escritura adulta de Castellanos. A la muerte de Mario, lo que prevalece es la destrucción
familiar-existencial, la culpa y la desolación de un mundo que se revela doloroso en la vida de la
protagonista y que lo eterniza a través de la memoria-escritura.

Capítulo VI
Dos temas reiterativos en la producción literaria de Rosario Castellanos

Los temas de este capítulo son en gran medida una expansión temática a lo largo de la
producción literaria de Rosario Castellanos, ya sea en la narrativa, en la poesía, en el teatro e
incluso en el ensayo. El tema de la mujer en relación a la maternidad, y soltería son en gran
medida los contenidos de Rosario Castellanos, todos ellos desembocan generalmente en la
soledad. Se puede apreciar en la obras de la autora que desmitifica algunos temas como la

140
Rosario Castellanos. “ Primera Revelación”, en Op.cit., p. 954.
maternidad al presentar a mujeres que a pesar de tener esposo e hijos, la soledad sigue siendo una
constante.
Sin embargo la historia literaria en relación a la mujer comienza desde la Conquista y la
Colonización americana, pasando por la Independencia y llegando hasta nuestros días. Son
numerosos los ejemplos de escritoras latinoamericanas que presentan los mismos temas que
Castellanos aplicados a la mujer. A nosotros nos basta mencionar a personajes tan importantes
para las letras latinoamericanas como Sor Juana Inés de la Cruz, Gertrudis Gómez de
Avellaneda, Juana Manuela Gorriti, Soledad Acosta de Samper, Clorinda Matto de Turner,
Mercedes Cabello de Carbonera, Angélica Palma, Gabriela Mistral, Delmira Agustín, Alfonsina
Storni, Sara de Ibáñez, Norah Lange, Rosario Ferré, así como la extraordinaria Alejandra
Pizarnik. Por supuesto que el corpus de literatura femenina es muy amplio, pero las escritoras
aquí referidas presentan a la mujer desde un análisis a veces existencial, otras tantas se trata de
una denuncia de género en relación a la subordinación y desigualdad frente al hombre.
Para la presentación de los temas trabajados por Rosario Castellanos tomaremos algunos
ejemplos de otras obras para demostrar que los temas “se expanden” incluso bajo la misma
situación que Balún Canán: la mujer que sólo se puede realizar y por lo tanto valer socialmente si
decide “ o la eligen” para ser esposa o madre; de lo contrario la frustración y la soledad se
convierten en un sello de carácter existencial. Por supuesto que nuestro comentario no es
exhaustivo, pues sólo queremos replantear los temas recurrentes en otros espacios y personajes.

A) La maternidad

La posición crítica de Rosario Castellanos frente al papel de la maternidad, va adquiriendo


diversos matices a lo largo de su obra literaria, especialmente en la narrativa141 y en la obra
teatral El eterno femenino. La representación materna es en la literatura de Castellanos una tarea
inherente a la condición femenina. A las mujeres casadas que presenta Rosario Castellanos, la
maternidad se les presenta como un hecho intangible que afecta su condición femenina en un
círculo falocéntrico; sin embargo la teoría del “eterno femenino” es una herencia que también se
transmite de generación en generación. Ejemplo de lo anterior lo encontramos en El eterno

141
En este apartado no enumeramos la importancia de la maternidad en Oficio de tinieblas, sin embargo personajes
como Isabel, Teresa y Catalina, desempeñan dicha función, ya sea biológica o sustituta. Sobre este tema consúltese
Aralia López Gonzáles. La espiral parece un círculo, Op., Cit.
femenino donde se cuestiona baja una visión sarcástica e irónica los conceptos de la virginidad,
de las labores domésticas, el matrimonio, las ambiciones femeninas, la abnegación, y por
supuesto la maternidad. Lupita, el personaje principal de esta pieza dramática, cuyo género
dramático se ubica en la farsa, es una joven recién casada que sufre los embates del matrimonio
seguido de la maternidad. Si en un principio existen elementos que hagan pensar al lector-
espectador en una conciencia crítica del personaje, esta idea queda anulada cuando la madre de la
protagonista intervienen con sus comentarios en relación al matrimonio y a la maternidad como
satisfacción femenina. En esta pieza el personaje de Lupita acepta y reproduce los mismos
patrones femeninos que su madre, produciéndose así una complicidad femenina en relación a su
palpable desventaja y sometimiento hacia el esposo y hacia los hijos: “ Porque no vas a ser
distinta de lo que fui yo. Como yo no fui distinta de mi madre. Ni mi madre distinta de mi
abuela”142
El cuestionamiento irónico de la autora deja ver que el problema de la desigualdad de género
no reside necesariamente en los hombres, sino en las propias mujeres que heredan-imponen la
misma suerte. En El eterno femenino encontramos el planteamiento que hace Rosario Castellanos
en “ La participación de la mujer en la educación formal” en relación al desconocimiento que
tiene la propia mujer sobre su género. Por ejemplo, Lupita dice a su esposo que la obediencia-
sometimiento-pérdida de la libertad al momento del matrimonio fue un acto de ignorancia, amor
o inocencia femenina. Entre la forma y época en que vive el personaje de Lupita, también
encontramos que su hija quiere ingresar a la “Universidad”, lo cual implica un horizonte de
comprensión que va más allá del matrimonio-maternidad. En esta obra es importante destacar el
comentario que una mujer identificada como la “señora 4” lanza en relación a la maternidad
como objeto: “Lo que yo trato de demostrar es que si nos ceñimos a la maternidad como única
función, no seremos indispensables por mucho tiempo. Nos convertiremos en bocas inútiles a las
que se dejará morir de hambre en tiempos de escasez; a las que se tratará como objeto de
experimentación o de lujo...”143 El eterno femenino presenta a varias generaciones de mujeres en
donde, las primeras se someten por influencia de la madre, ya que pensar otro ámbito de vida
femenina se condena desde la infancia. Castellanos también muestra que la descendencia de
Lupita, se revela al tratar de explorar otros ámbitos previos a la maternidad que les permitan la

142
Rosario Castellanos. El eterno femenino. Obras II., Op., Cit, p 383.
143
Ibid., p. 447.
realización femenina y por lo tanto la independencia del varón. Este mismo punto es planteado en
el personaje de Cecilia en Rito de iniciación. Aquí la protagonista ha transgredido la moral
conservadora de su pueblo y decide abandonar (sustituir) a un novio adolescente, por el
conocimiento universitario.
Por su parte, el cuento “Tres nudos en la red”, que a su vez coincide con la etapa adolescente de
la propia autora, también presenta y desenmascara el tema de la maternidad. Aquí, Juliana144,
madre de Águeda, la protagonista del relato, experimenta una frustración matrimonial, al vivir al
lado de Esteban, un hombre recalcitrante de buena familia. La relación entre la pareja se establece
a través de las constantes discusiones, de la indiferencia e incomprensión de ambos,
especialmente de él, quien pasa el mayor tiempo fuera de casa, leyendo el periódico en la
Alameda o inventando reuniones de negocios. Para Juliana, el matrimonio se le presenta como un
sometimiento de género, más aún cuando siente que su ascenso socioeconómico fue un acto de
caridad por parte de su esposo “ un Sanromán”. A través del dinero, el narrador omnisciente,
refiere que Juliana: “aseguró para siempre fidelidad y abnegación”145. La fidelidad en este
sentido la profesa hacia su hija, mientras que la abnegación es una cualidad inherente a su
condición social y a su estado de mujer casada. En este texto también apreciamos la educación
femenina que Juliana intenta proporcionar a su hija en relación al estereotipo de belleza:
“ Juliana tenía confianza de que la niña embarnecería con la edad. Además ella iba a encargarse
de que recurriera a todos los artificios dela coquetería. Si se esmeraba en ser limpia y hacendosa
y en parecer de sangre liviana no faltaría quién se fijara en ella para desposarla”.146 Las
intenciones de la madre, contrastan con su desgastado y descuidado aspecto físico, pues el poder
económico de la familia en la Ciudad de México, no es el mismo que el de Comitán.
La relación de rivalidad e insatisfacción entre el matrimonio, llevan al personaje de Águeda a
experimentar otras vías de realización femenina como el ingreso a la Universidad en la carrera de
Derecho y la dependencia económica a través de un empleo; dichas actividades son repudiadas
entre el propio círculo familiar. La frustración femenina y la desilusión familiar de Juliana, la
acompañan hasta el octavo piso del Hospital de Cancerología, dicho piso está destinado a los
incurables. Lo anterior sirve para desmitificar la idea de que la mujer casada tiene un respaldo

144
Nótese la similitud fonética entre el nombre Adriana y Juliana. Incluso comparten el mismo número de letras.
145
Rosario Castellanos. “Tres nudos en la red”, en Obras I. Op. Cit., p. 971.
146
Ibid. P. 964.
del esposo y de los hijos, pues en el caso específico de Juliana, sólo la soledad la respalda hasta
su muerte.
Un tercer texto sobre la maternidad lo encontramos en el cuento “Cabecita blanca” incluido en
Álbum de familia. En este relato, la señora Justina es presentada bajo una mirada narrativa que
recurre a la ironía y a lo grotesco para presentar a una mujer de un medio urbano y conservad
cuya función genérica es el matrimonio y la maternidad. Castellanos enfatiza el sarcasmo y
recurre al mito para presentar la inanidad de una mujer que emerge del mito mexicano en relación
a la figura de la madre abnegada-sacrificada por el esposo y los hijos. Desde el inicio de la
narración, la señora Justina, hojea revistas de cocina, ve telenovelas en donde el marido engaña a
la esposa y los hijos no están sometidos a la voluntad de su madre. Esto de manera irónica es
una síntesis de la vida familiar de doña Justina, pues sus hijos son transgresores de una moral
conservadora: sus dos hijas ya no representan la abnegación femenina y actúan de acuerdo a sus
convicciones, ninguna tiene marido y una de ella practica de manera clandestina la prostitución.
Por su parte, su único hijo varón establece una relación homosexual también clandestina con su
mozo. Lo que se presenta en este relato es una disparidad temporal e ideológica que la señora
Justina no quiere aceptar, es decir, que existe una liberación por parte de los hijos que ya no
están sujetos a las imposiciones familiares, actividad para la cual la señora Justina ha sido
educada. Y es que a través del matrimonio y la maternidad, al menos el lector identifica que
ambas funciones desencadenan una frustración, dado que la protagonista misma redujo sus
espacios a lo que Rosario Castellanos denominó “la galería donde su vida trascurre”.147

B) La soltería
De noche la soltera
se tiende un su lecho de agonía.
Brota un sudor de angustia a humedecer las sábanas
y el vacío se puebla
de diálogos y hombres inventados...

Rosario Castellanos

147
Rosario Castellanos. “ La mujer y su imagen” en Obras II. Op., Cit. p. 573. Para un detallado análisis, consulte
Aralia López González. “ La vida “no” es un espejismo de merengue y fresa. (Análisis de “Cabecita blanca” de
Rosario Castellanos”, en De la ironía a lo grotesco (en algunos textos literarios hispanoamericanos), UAMI,
México, 1992. De la misma autora. “Una mujer sin espacio ni tiempo (Análisis de cabecita blanca)”, en La espiral
parece un círculo, Op. Cit.
En este apartado haremos referencia al aniquilamiento que causa la soltería femenina. El tema
de la soltería aparece en varios poemas de la autora como un conflicto emocional-existencial que
responde a un compromiso y requisito social, pues la presencia de un marido proporciona en la
mujer un nivel social asociado al respeto de los “otros” así como una dependencia económica. La
soltería es un estado de vergüenza para la mujer que lo padece. La soledad, la inanidad y la
eterna espera son una constante en su vida. (Confe., el poema Jornada de la soltera). Para el
comentario de este apartado elegimos el cuento “Los convidados de agosto”, pues con él
demostramos que en los ambientes de provincia que presenta Rosario Castellanos, ser soltera
representa una afrenta familiar, un rechazo social y una frustración personal.
“ Los convidados de agosto” recrea la vida de Emelina148, una joven comiteca cuya actividad se
reduce a la espera del hombre que venga a desposarla en las festividades de Santo Domingo de
Guzmán:“ (ella no había hecho en su vida más que esperar.”149 En la narración se plantea la
preocupación femenina por el matrimonio, ya sea con un habitante de la región, e incluso con un
extranjero (elección condenable por el párroco de la iglesia y por la sociedad en general). Por el
narrador sabemos que otras mujeres como “ La Estambul o la Casquitos de Venado”, han
buscado en otros regiones la realización femenina ya que: “ no tenían mucha honra que perder y
ningún apellido que salvaguardar.”150 Como otros personajes femeninos de Rosario Castellanos,
en Emelina también está presente la metáfora del cuerpo desgastado e irrealizado que cada día
envejece sin que haya un momento de gozo ya sea sexual o sentimental. La protagonista de este
relato toma su soltería como una vergüenza, y siempre busca en la festividad anual, realizada en
el mes de agosto, el momento para ser pretendida por algún hombre “extranjero”: “-¿Será mi
última feria de agosto? – se preguntó Emelina con angustia, palpitando los músculos flojos de su
cuello.”151 El hastío social y el desconocimiento femenino también son una constante en el
personaje, dado que ser mujer de provincia no le permite un modelo ambicioso sobre la
condición femenina. Emelina encuentra en un hombre extranjero la aventura amorosa, hasta el

148
El nombre real es Elvira. El domicilio que habitó junto con sus dos hermanas Ester y Lesvia y su hermano
Eduardo Culebro, es actualmente una casa deshabita junto a la parroquia del Calvario. ( Testimonio de Jorge Melgar
Durán). Eduardo Culebro era alcohólico y flojo para hablar [tartamudo], fue conocido como el “tatabatas”. El
acontecimiento referido por Castellanos dio lugar en agosto de 1962. Por influencia de doña Lola Albórez,
Castellanos transforma los chismes de Comitán. ( Testimonio de Marco Antonio Puig).
149
Rosario Castellanos. “ Los convidados de agosto”, en Los convidados de agosto, Obras I. Op. Cit., p.751.
150
Ibid. p. 748.
151
Ibid. P. 750.
momento desconocida, y la transgresión social como deseo de salvación a un futuro que se
intuye será igual al de los años anteriores, por lo tanto es necesario transgredir a pesar de la
condena de los “otros”.
En “Los convidados de agosto”, Castellanos no presenta la identidad de hombre, pues para
Emelina el hecho de conocer a un extraño es un acto de escape. Como en el caso de Matilde en
Balún Cánan, Emelina es castigada por haber deshonrado a la familia al ingresar a una cantina
con un desconocido. Las posibilidades de salvación femenina, se truncan cuando Mateo, su
hermano, y su amigo Enrique, impiden la huida-salvación. Al final del cuento se concluye que
Emelina será doblemente condenada por la sociedad, pues entrar a una cantina con un extranjero
y planear la huida, la denigran aún más, auque para ella, el salir de Comitán es un deseo por
conocer y experimentar lo que en su espacio es condenable: “no me iba a hacer nada malo. Solo
me iba a enseñar la vida. Cuando adquirió plena conciencia de que la oportunidad había pasado,
Emelina se puso a aullar, como una loca, como un animal”152

CONCLUSIONES

Como ha destacado la crítica, la obra literaria de Rosario Castellanos es producto del proceso
histórico de México, por eso referimos en la introducción a este trabajo que la literatura llega a
replantear la historia de los pueblos desde la ficción literaria. La autora de Los convidados de
agosto trabaja la historia desde la literatura; así pues, encontramos en Oficio de tinieblas la
referencia histórica dela última sublevación indígena en Chiapas el siglo XIX, el gobierno
cardenista en Balún Canán, el paulatino ingreso de la mujer a las aulas universitarias en Rito de
iniciación, etc. Los acontecimientos históricos que plantea la autora están ligados de manera
directa a su entorno, especialmente su primera novela donde la vida se enlaza a los conflictos
nacionales. La propia Rosario Castellanos refiera que en la medida que escribe logra entender lo
que pasa. Desde esta mirada nosotros habamos de una memoria histórica (social y sexista) que
impulsa a la autora el replantear y cuestionar ciertos temas que son una constante. En el caso de
la mujer y el indio, se presentan como personajes no hacedores o partícipes de la historia oficial,
por lo tanto sólo encuentran espacio en la ficción literaria. Anterior a la producción de escritores
mexicanos como Juan Rulfo, Agustín Yánez, Carlos Fuentes y la propia Rosario Castellanos,

152
Ibid. p. 767.
predominan los escenarios y los temas planteados en la novela de la Revolución mexicana, sin
embargo esta nueva corriente de escritores no abandona totalmente el tema sino que lo
literaturiza bajo el sello de nuevas estéticas como el realismo mágico, el realismo social que
muestra, pero no denuncia, la novela urbana y el neoindigenismo. A los cambios de transición
nacional se adhiere una nueva visión literaria que rompe con la narrativa tradicional. En el caso
específico de Rosario Castellanos, podemos hablar de una peculiaridad que otros escritores y
ninguna escritora de su tiempo llevó a cabo: el compromiso social llevado a la praxis en sus
actividades por los Altos de Chiapas. Además de sus experiencias con los indígenas, Rosario
Castellanos conoció de cerca los códigos morales de la sociedad falocéntrica que la vio crecer en
donde el binomio mujer-indio son objeto de desprecio.
Es importante destacar que en México, el ideal de la modernidad (progreso nacional)
acentúa conflictos y rezagos sociales, especialmente el de los campesinos mexicanos, pues el
desplazamiento de un medio rural a urbano (Distrito Federal), no resuelve del todo las
necesidades de los que abandonaron y sustituyeron sus actividades por otras. Esto es en gran
medida lo que Carlos Fuentes plantea en La región más transparente (1958).La novela mexicana
de los años sesentas según la propia Rosario Castellanos, responde a los cambios nacionales.153
Sin embargo esto no representa que la problemática rural quede rebasada por lo urbano, ideal de
progreso nacional. Los temas y personajes de Rosario Castellanos ofrecen un conocimiento sobre
el pasado y el presente de la historia de México, no así un futuro, pues se intuye que es incierto
para mujeres e indios.
La transición de espacios ( rural a urbano) responde a la modernidad capitalista iniciada
incipientemente en los años cuarenta. Por supuesto que esta transición ideológica, social,
tecnológica y económica, no resolvió las demandas del campesino mexicano, especialmente las
del indígena, que en la actualidad siguen siendo replanteados aspectos como la autonomía de las
pueblos. Lo mismo sucede en el caso de la mujer mexicana, pues a pesar de que ha logrado
destacar en otros ámbitos previos al matrimonio, hay que destacar que en los sectores
económicamente más marginales, la violencia, la subordinación y el homicidio no son actos
aislados, ejemplo de ello, lo constituyen la desaparición y el feminicidio en Ciudad Juárez,
Chihuahia y es que para los indios y las mujeres todavía podemos aplicar la frase apocalíptica
que cierra Oficio de tinieblas “faltaba mucho para que amaneciera”.

153
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