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Cuestionario

1. ¿Qué es una economía de fichas y para que se utiliza?


La economía de fichas es una técnica psicológica de modificación de
conductas que resulta de gran utilidad cuando se trabaja con los niños. Basada
en los principios de condicionamiento operante, la técnica consiste en
establecer un sistema en el que el niño gane puntos o fichas por comportarse
de una determinada manera.
La economía de fichas se utiliza para acordar con el niño que si consigue un
determinado número de fichas o puntos podrá acceder a un juego, actividad,
juguete, etc. que desee.
2. Ventajas principales de emplear una economía de fichas como
reforzadores.
Existen dos ventajas principales en el uso de fichas como reforzadores:
En primer lugar, pueden darse inmediatamente después de la conducta
deseable tenga lugar y cambiarse más tarde por el reforzador de apoyo.
Por tanto, en demoras largas funcionan como pueden entregarse las
respuestas objetivo y el reforzador de apoyo, lo cual es especialmente
importante cuando es imposible entregar este último inmediatamente
después de la conducta.

En segundo lugar, las fichas que se emparejan con muchos tipos


distintos de reforzadores de apoyo se convierten en reforzadores
condicionados generalizados, y por eso su fuerza no depende de una
operación de motivación especifica. Esto hace más fácil la
administración efectiva de los reforzadores cuando se trabaja con un
grupo de personas con diferentes estados motivacionales.

3. ¿Cuáles características debe de tener una ficha?


Las fichas deben ser fácilmente manipulables, permitiendo que el sujeto
pueda estar en contacto con ellas, desde que se le entregan hasta que
las intercambia por los reforzadores deseados.

Las fichas han de poder ser aplicables en todo momento sin romper las
cadenas conductuales en curso y funcionar como puente temporal entre
la emisión de la conducta deseada y el momento de entrega del
verdadero estímulo reforzador (se obvia el lapso temporal entre
conductas emitidas hace tiempo y la entrega del refuerzo).
El valor de las fichas dependerá de la magnitud de los estímulos
reforzadores a los que se ha asociado.
El tipo de sucesos reforzantes por los que puede cambiarse la ficha es
muy variado, dependiendo de los ambientes en que se aplique el
programa. Cuanto más variados sean, más difícil es que se produzcan
efectos de saciación.
4. ¿Cuáles son los pasos iniciales en el establecimiento de un
programa de economía de fichas?

Decisiones sobre los objetivos conductuales


Las conductas meta se decidirán fundamentalmente de acuerdo con el tipo de
personas que se está trabajando, atendiendo a los objetivos que se persiguen
a corto y largo plazo, y de acuerdo con los problemas conductuales específicos
que interfieren con la consecución de estos objetivos.
Cuanto más homogéneo sea el grupo con el que se trabaja, más fácil será
estandarizar las reglas concernientes a las actividades específicas que se
reforzarán y al número de fichas que se entregarán. Es preferible que los
integrantes de los grupos con quienes se está manejando la economía de
fichas posean el mismo grado de pericia en el ámbito de interés. Incluso
cuando se trabaja con grupos homogéneos es necesario establecer reglas
específicas de reforzamiento para participantes conforme a sus necesidades
específicas.
El registro de las líneas base
Antes de empezar a trabajar con la economía de fichas hay que obtener la
línea base correspondiente a las actividades que se pretenden intervenir.
Podría darse el caso de que los clientes ya estén rindiendo a un nivel
satisfactorio y que los beneficios potenciales de iniciar un programa de
economía de fichas no justifiquen el tiempo, esfuerzo y coste que acarrearían.
Después de aplicar el programa, la comparación de los resultados con los
datos de la línea base permitirá determinar su eficacia.
La elección de los reforzadores de apoyo
Hay que tener en cuenta que un sistema de fichas permite aumentar la
variedad de reforzadores ofertables, ya que no tienen que limitarse a aquellos
que puedan entregarse inmediatamente después de la respuesta deseada.
Siempre hay que tener en cuenta la ética, por ello, nunca proyectaremos una
intervención que conlleve la privación potencial de ningún aspecto que legal y
moralmente pertenece a las personas.
Después de establecer cuáles van a ser los reforzadores de apoyo y cómo se
van a gestionar, debiera considerarse el método general de entrega. Disponer
de una tienda, un despacho o un mostrador es esencial para la mayoría de
estos programas. En una aplicación pequeña como un aula escolar, cualquier
contenedor en la mesa de los profesores podría servir de tienda. En una
economía de fichas más grande, el mostrador suele ser mayor y ocupa una o
varias habitaciones. Se debe mantener en todo momento un sistema de
registro de las compras e inventario, sobre todo los bienes muy demandados
para no exceder el presupuesto disponible.
La elección del tipo de fichas
Las fichas adoptan formas muy distintas: cheques personales, entradas en una
libreta de ahorros, marcas en una libreta, pegatinas… ellas dependen del tipo
de clientes. Las fichas han de ser atractivas, ligeras, transportables,
perdurables, fáciles de manejar y difíciles de falsificar. Hay que cerciorarse de
que se dispone de una cantidad suficiente de fichas y contar aproximadamente
con 100 fichas por niño cuando se empieza una economía de fichas en el aula.
Hay que contar con accesorios para manejar y almacenar las fichas. Por
ejemplo, los niños necesitarían cajas o estuches para guardarlas.
Identificación de ayuda disponible
La ayuda de otras personas no es indispensable para que la economía de
fichas funcione en un aula pero es deseable, especialmente en las etapas
iniciales del programa. En una aplicación institucional grande (como en una
sección psiquiátrica) la colaboración es esencial. Son muchas las fuentes de
las que obtener ayuda: personal que ya trabaje con los clientes, voluntarios,
personas de la institución con un repertorio comportamental más avanzado y
miembro de la propia economía de fichas. En algunos casos, los usuarios
aprenden a entregarse las fichas a sí mismos de manera contingente a la
conducta apropiada.
Después de que la economía haya empezado a funcionar, muchos de los
miembros serán capaces reasumir cada vez más responsabilidades y contribuir
a lograr las metas establecidas.
Elección de la localización
No es imprescindible un lugar especial para poner en marcha una economía de
fichas. Sin embargo, y en función del tipo de sistema que estemos usando,
algunos lugares son mejores que otros. Las aulas en que se trabaja con
economías de fichas suelen dar la impresión de ambientes ruidosos y por ello,
los observadores ajenos al proyecto podrían quedarse con una impresión de
confusión. Sin embargo, los alumnos se adaptan rápidamente al ruido de forma
que no interfiere con su aplicación y la consecución eficiente del trabajo.
Gracias a Internet los estudiantes que participan en la economía de fichas
pueden residir en cualquier parte.

5. Procedimientos específicos de la aplicación

Cómo registrar los datos: concretar el tipo de hojas de datos que se va


a usar, quién va a recoger los datos y cuándo se va a hacer el registro.
El agente reforzador: decidir quién va a administrar el reforzamiento y
para qué conductas. Hay que tener cuidado para asegurarse de que las
fichas se conceden siempre de forma positiva y evidente, justo después
de la emisión de una respuesta deseada. Conviene sonreír al entregar la
ficha y comunicar a los participantes la razón por la que la reciben.

Número o frecuencia de las fichas que se entregan: hay que tener en


cuenta la etapa de la economía de fichas en la que nos encontramos y lo
acostumbrados que están los consumidores a recibir fichas. También
hay que reflexionar sobre el valor terapéutico de la conducta que se está
reforzando y la probabilidad de que los clientes la mantengan sin fichas.

Manejo de los reforzadores de apoyo: hay que considerar con qué


frecuencia están disponibles los reforzadores (con qué frecuencia se va
a programar el horario de la “tienda”). Al principio, la frecuencia debe ser
alta e ir reduciéndola posteriormente de manera gradual. Es necesario
decidir cuántas fichas equivalen al reforzador de apoyo. Además del
coste monetario, hay otros dos factores a tener en cuenta: la oferta y la
demanda. Los objetos para los que la demanda sea más alta que la
oferta tendrán precio más elevado y aquellos en que la oferta supere a la
demanda costarán menos. Esto ayuda a mantener un suministro
adecuado de reforzadores efectivos y a optimizar la utilización de la
potencia de los reforzadores de apoyo. El otro factor es el valor
terapéutico y por ello, siempre habrá que cobrar poco por los
reforzadores beneficiosos para los clientes. Lo cual contribuye a que
estos se familiaricen con las recompensas.

Posibles contingencias de castigo: el uso de fichas proporciona la


posibilidad de aplicar multas como castigo por conductas inapropiadas.
Este tipo de castigo se prefiere frente al físico a al tiempo fuera. Si se
multa, en una economía de fichas habría que añadir contingencias de
ensayo para enseñar a los clientes a aceptar las sanciones sin
reacciones emocionales o agresivas.

Supervisión de la plantilla: los supervisores de una economía de fichas


deben recibir refuerzo por conductas apropiadas y se les deben corregir
las inapropiadas. Se les explicará sus funciones y se hará un
seguimiento de sus actuaciones, primero se harán comprobaciones
frecuentes para después ir reduciéndolas.

Problemas potenciales en la gestión: es adecuado prever la aparición


de dificultades en forma de: confusión, escasez de plantilla, intentos de
los usuarios de conseguir fichas que no han ganado, que los clientes
jueguen con las fichas, fracasos a la hora de comprar reforzadores de
apoyo.
6. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de asignar solo a una
persona la tarea de reforzar respuestas concretas en un momento
determinado?

7. ¿Cómo deben entregarse las fichas?

Al principio del programa, es necesario que la entrega de fichas sea muy


abundante y con valor elevado, para conseguir que el sujeto se motive
(que participar en el programa le reduzca más ventajas o reforzamientos
que no hacerlo). El programa de entrega de fichas, ha de ser continuo
(cada conducta ha de ir seguida por las fechas). Cuando el programa
haya avanzado, el objetivo es aproximarse a las condiciones de control
de las conductas en la vida ordinaria, para lo que se pasara a índices de
refuerzo intermitente.

La economía de ficha, requiere el control sobre la administración del


reforzamiento. El reforzamiento solo se entregara a cambio de fichas,
que solo se conseguirán con las conductas establecidas. Es necesario
que todo el personal integrado en el programa reciba una adecuada
formación para la entrega contingente de los refuerzos (incluso de los
sociales, más difíciles de controlar).

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