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Receptor a reacción para Onda Corta (III)

Comenzamos aquí el tercer y último artículo de la


serie dedicada al receptor a reacción para onda
corta.
Una vez que en los dos artículos anteriores hemos
desarrollado la necesaria información sobre
algunos pormenores y características concretas
de este receptor, aplicables también a otros
receptores, pasamos a continuación a describir su
funcionamiento general y a exponer las
especificaciones constructivas para finalizar con
éxito su montaje.
Ya hemos explicado el sistema utilizado para
regenerar la señal captada por la antena por medio
de la realimentación positiva.
También hemos hablado sobre la importancia del
circuito resonante de sintonía, de su "Q" o factor
de calidad y de la necesidad de una toma intermedia en el mismo para atacar la base del transistor
amplificador de RF, de manera que dicho circuito resonante no resulte amortiguado.
El cuidado de estos detalles redundará en una mayor sensibilidad y mejor selectividad de este
receptor el cual, no nos cabe ninguna duda, dará muchas alegrias a todos aquellos que acometan
su construcción.
En el presente artículo veremos su funcionamiento general punto por punto de manera que al
final estaremos en condiciones de contestar cualquier pregunta que se nos formule sobre él.
¡Síguenos!.
Para empezar vamos a acompañar a la señal de radiofrecuencia (RF) durante su camino, desde
que entra a través de la antena. ¡Comenzamos!.
EL RECORRIDO DE LA R.F.
Las señales de RF son captadas por la antena y aplicadas a la bobina L3, la cual induce en el
circuito resonante formado por L2 y C1 solo aquella que hemos elegido según nuestras
preferencias, mediante el ajuste del mencionado condensador variable C1.
Como ya hemos explicado en el artículo anterior de esta serie, el condensador C2 extrae la señal
escogida de la toma intermedia de la bobina y la aplica a la base de T1, adaptando las
correspondientes impedancias y conservando un alto factor de calidad en el circuito tanque.
Para saber más sobre la importancia de una correcta adaptación de impedancias te
recomendamos el artículo " Por qué adaptar impedancias".
En un principio, la misión del transistor T1 es amplificar todo lo posible la señal, la cual podemos
recoger en su colector una vez aumentado su nivel.

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La señal amplificada continúa su camino y recorre las espiras de L1. El efecto de su paso por este
último bobinado es el alma de nuestro receptor. Una vez que esto ocurre la RF elige la ruta más
fácil hacia masa, la que le ofrece menos resistencia, y entonces atraviesa el condensador C4 que
es practicamente un cortocircuito para ella y C12 que actúa de desacoplo de la batería.
Pero detengámonos un momento en ver que pasa en las bobinas. Cuando la señal de RF circula
por L1 induce en L2 el flujo que ha creado en la primera de manera que, tal y como explicamos
en su momento, nos encontramos en la base del transistor T1 con la suma de dos señales; la que
ha entrado por la antena mas la que induce L1 en L2.
A este respecto debemos decir varias cosas importantes. Por pura lógica deducimos que si
invirtiéramos las conexiones de la bobina L1 la señal inducida en vez de sumarse a la recibida
por la antena se restaría de ella. Entonces en vez de obtener un aumento de la sensibilidad de
nuestro receptor obtendríamos el efecto contrario.
En este último caso estaríamos usando realimentación negativa en vez de positiva, por lo que
evidentemente hay que cuidar este punto. Veremos más adelante que la realimentación negativa
se usa y resulta muy útil en determinadas ocasiones, pero sin embargo no es deseable utilizarla
aquí.
Otro dato interesante es que el flujo creado por L1 no solo se induce en L2, también se induce
en L3 que es el bobinado que conecta la antena. Es más, incluso L2 induce también su flujo en
L3.

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La consecuencia inmediata de esto es que parte de la señal resulta radiada, lo cual puede crear
interferencias en receptores cercanos.
Particularmente esto último se convertiría en un grave problema si la realimentación positiva que se
aplica es excesiva, ya que nuestro receptor produciría la RF por sí mismo (o como diría un filólogo
latino motu proprio), es decir, se transformaría en un pequeño transmisor de radio.
Entonces no tendríamos un receptor, sino un oscilador o generador de RF conectado a una antena
la cual emitiría la señal que se ha originado. Por lo tanto, la señal realimentada desde L1 jamás
debe tener un nivel muy elevado (nunca superior a la señal original captada por la antena).
¡Cuidado con esto también!.
Necesitamos, pues, urgentemente, un medio para poder controlar la realimentación positiva, o
reacción, que estamos implementando en nuestro circuito. Existen varias maneras de llevar esto a
cabo. La más simple es haciendo posible que la bobina L1 pueda acercarse y alejarse a voluntad
de L2, de manera que así controlaríamos el nivel del campo magnético inducido en la última.

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Sin embargo, en este receptor vamos a usar un método, digamos, más elegante y a la vez
igualmente efectivo. Se trata de controlar la ganancia (nivel de amplificación) del transistor T1
modificando su polarización de base.
Efectivamente, aprovechando la circunstancia de que existe un tramo de la tensión base-emisor
del transistor T1 en el que, al modificar su valor, su ganancia también resulta modificada entre
márgenes lo suficientemente amplios, usaremos ese sistema para conseguir nuestro propósito.
EL CONTROL DE LA REACCIÓN
Como hemos indicado, para controlar el nivel de reacción usaremos el método de modificar la
ganancia del transistor T1. Pero puede que te preguntes... ¿se puede conseguir exactamente el
mismo efecto con este sistema que con el de ajustar la distancia entre bobinas?. ¡Claro que si!.
Te lo explicamos.
De lo que se trata básicamente es de controlar el flujo magnético que L1 induce en L2. Si
controlamos el nivel de la señal de RF que circula por L1 estaremos controlando dicho flujo. ¿Lo
entiendes?. Podemos asimilar el efecto que L1 produce en L2 como si de un transformador de
corriente alterna se tratara.
Imagina un transformador cuyo primario se ha diseñado para 125 voltios y su secundario para
220 voltios. Si en vez de introducir en su entrada 125V lo atacamos con por ejemplo solo 25V (o
sea la quinta parte de 125V), el flujo que inducirá en el secundario será cinco veces menor y no
podrá generar los 220V previstos, sino correspondientemente solo una quinta parte de esa
tensión, es decir, 44 voltios. ¡Es fácil de entenderlo!... ¿no?.

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Por lo tanto, y volviendo a nuestro circuito, podemos equiparar el primario del transformador anterior
con L1 y el secundario con L2. Mediante el control de la amplificación del transistor T1
controlaremos el nivel de la señal alterna de RF que circula por la bobina L1 y, como
consecuencia, también controlaremos la potencia del flujo que genera, con lo cual también
estaremos controlando a su vez el nivel de la señal que se induce en L2. El efecto es el mismo
que si estuvieramos modificando la distancia entre bobinas.
Esto lo vamos a conseguir mediante 2 potenciómetros, los cuales hemos señalado en el esquema
del receptor como P1 y P2. Estos potenciómetros serán una especie de "grifos" que controlarán
(abrirán más o menos) el paso de la señal amplificada hacia el colector de T1 actuando sobre
su base. Pero... ¿por qué vamos a usar 2 potenciómetros?... ¿por qué no usar solo uno?.
La respuesta está en las características inherentes a los receptores a reacción. La sensibilidad
más elevada que puede conseguirse con este tipo de aparatos se obtiene cuando están a punto de
oscilar. Por esta razón tenemos que procurar ajustar la reacción lo más cerca posible del punto
de oscilación pero sin llegar a él, porque entonces dejaríamos de oir la emisora seleccionada y
además aparecerían los problemas de radiaciones indeseables de RF de los que ya hemos
hablado.
Como resulta que este ajuste es bastante crítico, se han dispuesto dos potenciómetros. Con el
primero (P1) ejecutaremos un ajuste general de la reacción y con el segundo (P2) tendremos la
posibilidad de realizar un ajuste "fino" y "preciso", permitiendonos llegar al punto de reacción
ideal con mucha más facilidad y exactitud.

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Por lo tanto, en este receptor dispondremos de un control "general" (los ingleses lo llaman
"coarse") que estará a cargo de P1, mediante el cual produciremos grandes cambios en la
reacción, y otro control "fino" (al que los ingleses llaman "fine") que estará comandado por P2 y
que solo modificará la reacción levemente a fin de conseguir la precisión necesaria.
Ya solo nos queda hablar sobre como se realiza la detección de la señal de RF para obtener el
audio y posteriormente aplicarlo al amplificador de BF. Quizás te parezca mentira pero, si eres
asiduo lector de nuestros artículos, seguro que sabes como realiza nuestro receptor el proceso de
la detección.
LA DETECCIÓN O DEMODULACIÓN DE LA RF
Te remitimos a continuación a nuestro artículo titulado " Como mejorar el receptor de galena". Si te
fijas, el último receptor del que hablamos allí tiene ciertas similitudes con el del presente artículo.
Te mostramos su esquema en la siguiente ilustración.

Como seguro que ya has notado, una de las cosas evidentes que podemos observar es que le falta
el devanado que provoca la reacción. Sin embargo, la demodulación de la señal de RF sigue el
mismo principio en ambos receptores. Efectivamente, es el diodo base-emisor el que detecta la
RF, por lo que podemos extraer la señal de audio amplificada del colector del transistor.
Para que entiendas esto fíjate en la siguiente ilustración. En ella puedes ver la llamada curva de
entrada del transistor en emisor común. En el eje de abscisas (el horizontal) se ha representado
la tensión aplicada entre base y emisor (Vbe), lo que corresponde a la señal de RF con que se
ataca a dichos electrodos. Esta es la señal completa de RF recibida por la antena. Por otra parte,
en el eje de ordenadas (el vertical) se representa la intensidad de corriente de base (Ib) que
corresponde a cada valor que toma la tensión base-emisor Vbe.

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Sin embargo, advertimos como la intensidad de corriente de base, debido al estratégico punto de
polarización estática base-emisor conseguido mediante R1, solo "ve" una de las semiondas de
la señal. Se ha efectuado la demodulación de la señal. La intensidad de corriente de colector sigue
fielmente a la de base, por lo que en su circuito está presente y amplificada la señal detectada.
No obstante, y volviendo a nuestro receptor a reacción, en el colector del transistor T1 conviven
las dos señales al mismo tiempo; la de RF y la de audio detectada.
Para la señal de RF solo existe L1 en el circuito de colector, ya que el grupo RC formado por R3 y
C4 es asimilado como un verdadero cortocircuito al no ofrecer prácticamente resistencia alguna a
su paso.
Sin embargo, para la señal demodulada de B.F. el cortocircuito resulta ser la bobina L1,
actuando R3 como resistencia de carga de colector y C4 como filtro para restaurar
correctamente la señal de audio. Dicha señal se extrae mediante el condensador C5 de 10μF y
es encaminada al amplificador de BF.
Este último amplificador está constituido por un circuito integrado LM386 el cual no necesita de
mayores explicaciones, ya que se trata de un montaje clásico y de simple concepción.
Hasta aquí los artículos dedicados a nuestro receptor a reacción. Esperamos que hayas disfrutado
de su lectura. Pronto, en la sección de descargas, nuestros suscriptores dispondrán de toda la
información práctica necesaria para su construcción, incluyendo el diseño de la placa de circuito
impreso, valores de componentes y todos los detalles constructivos de las bobinas. ¡Hasta la
próxima!.

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