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El artículo 1438 del Código Civil señala que “Contrato o convención es el acto por el
cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa”.
a) Bilateral: Toda vez que ambos contratantes se obligan, uno a prestar determinados
servicios y el otro a pagar por dichos servicios una remuneración también determinada, o
al menos determinable.
b) Oneroso: Porque cada parte se grava en beneficio de la otra, es decir cada contratante
obtiene una utilidad.
c) Conmutativo: Puesto que las obligaciones que contraen las partes se miran o estiman
como equivalentes.
d) Principal: Toda vez que subsiste por sí mismo, sin necesidad de otra convención.
e) Consensual: Se perfecciona por el solo acuerdo de voluntades, no requiriendo ninguna
solemnidad o formalidad para nacer a la vida jurídica.
f) Nominado: Porque tiene un nombre determinado y una identidad legal, con su
reglamentación.
g) Dirigido: En cuanto la ley señala los elementos básicos, y de esta forma la autonomía de
la voluntad de las partes se encuentra fuertemente limitada, ya deben enmarcarse dentro de
ciertos límites establecidos por la ley.
h) De tracto sucesivo: las obligaciones y derechos de las partes se van extinguiendo y
volviendo a surgir periódicamente.
i) Intuito persona: Toda vez que las partes lo celebran teniendo en especial consideración la
persona del otro contratante.
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Elementos del Contrato Individual de Trabajo.
Del concepto de contrato de trabajo pueden distinguirse sus elementos esenciales, que
son los que determinan que la relación jurídica que vincula a las partes sea de carácter laboral
y no de otra naturaleza, por lo que si ellos no concurren no existirá un contrato de trabajo,
quedando su regulación fuera del Derecho del Trabajo, y entre estos elementos se encuentran:
Cuando se estima que sólo empleador y trabajador son los sujetos de la relación
laboral, estamos en presencia de la postura Bipartista, que se contrapone a la Tripartista, que
incluye al Estado, por cuanto sería éste en definitiva el que en la regulación de los aspectos
esenciales de la relación laboral supliría la voluntad de empleador y trabajador.
El Trabajador.
Esta definición, señala los elementos que caracterizan al trabajador, los cuales son:
- Persona natural: Lo que quiere decir que las personas jurídicas no pueden suscribir
contrato de trabajo, en calidad de trabajador. Lo anterior quiere decir que cualquier
prestación de servicios efectuada por una persona jurídica estará fuera del derecho del
Trabajo, y será, por lo tanto regulada por el Derecho Civil o Comercial.
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Sin embargo, la relación jurídica laboral va a dar lugar a un gran número de derechos y
obligaciones, como son, por ejemplo, el derecho a los descansos, a la protección en la
prestación de servicios, el deber de cuidado, de respeto, etc.
El Empleador.
Este es la persona natural o jurídica que utiliza los servicios intelectuales o materiales
de una o más personas en virtud de un contrato de trabajo.
Como se aprecia, al contrario del trabajador, no existe inconveniente en que éste sea
una persona natural o jurídica
b) La prestación de servicios:
También hemos señalado que los servicios deben ser prestados personalmente por el
trabajador, constituyendo ésta su principal obligación
c) La remuneración:
Como veremos la remuneración debe ser determinada, aun cuando también puede ser
determinable, como es el caso de las comisiones.
d) La subordinación o dependencia:
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- La obligación de acatar órdenes e instrucciones en el desempeño de sus funciones.
- El sometimiento a supervigilancia.
- El sometimiento a controles de diversa índole.
- La obligación de rendir cuenta del desempeño.
En todo caso, los elementos señalados sólo son ejemplos, por lo que la existencia de la
subordinación debe constatarse caso a caso, ya que no es necesario que concurran todas las
mencionadas copulativamente, e incluso pueden existir otros elementos que demuestren su
existencia.
El inciso 1° del artículo 8 establece que toda prestación de servicios en los términos
referidos en la definición del contrato de trabajo, hace presumir la existencia de éste.
Por el contrario, en los incisos 2 y 3 del mismo artículo se establecen prestaciones que
no dan lugar al contrato de trabajo.
Finalmente cabe reseñar que se ha derogado el inciso final del artículo 4, el cual
establecía que no hacía presumir la existencia de contrato de trabajo los servicios prestados en
forma habitual en el propio hogar de las personas que los realizan o en un lugar libremente
elegido por ellas, sin vigilancia ni dirección inmediata del que los contrata, razón por la cual
debemos estimar que en la actualidad sí hacen presumir la existencia del contrato.
A este respecto cabe señalar que esta norma tuvo una azarosa vida, ya que, en el
Código de 1986, se establecía que este tipo de prestación de servicios derechamente no daba
lugar al contrato. Luego se estableció la norma que acaba de ser derogada, lo cual estimamos
es una protección a una forma especial de prestación de servicios, que se supone cada día será
más frecuente, denominada teletrabajo.
- Colectivo: Idem en el artículo 344, inciso 2º. A este respecto también debe señalarse
el Convenio Colectivo, que no es otra cosa que un contrato colectivo originado en un proceso
de negociación colectiva no reglada.
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b) En cuanto a su duración:
- A plazo fijo: Es aquel que tiene una duración prefijada, en cuanto al tiempo, se sabe
con certeza el día en que deja de vincular a las partes.
Se encuentra regulado en el artículo 159 Nº4 del Código, entre las normas relativas a la
terminación del contrato de trabajo.
De igual modo, de acuerdo al inciso segundo del Nº4 del artículo 159, el trabajador
que hubiere prestado servicios discontinuos en virtud de más de dos contratos a plazo, durante
doce meses o más en un período de quince meses, contados desde la primera contratación, se
presumirá legalmente que ha sido contratado por una duración indefinida.
Lógicamente lo único que permite la ley es la indefinición del plazo de duración del
contrato, debiendo cumplirse con todas las demás estipulaciones señaladas en el artículo 10
del Código.
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Al término del contrato de trabajo de plazo indefinido pueden producirse una serie de
consecuencias que analizaremos posteriormente, y que no necesariamente se dan en el caso de
los contratos a plazo fijo o por obra o servicio determinado.
Para Héctor Humeres, al agregar el artículo citado que "deberá constar por escrito en
los plazos a que se refiere el inciso siguiente..." el contrato de trabajo ha dejado de ser
consensual, y de exigirse la escrituración como formalidad por vía de prueba, ha pasado a ser
un contrato solemne, en cuanto se exige que sea por escrito, en dos ejemplares y se sanciona al
empleador por el incumplimiento de esta obligación.
Si el empleador no hace uso de este derecho dentro del plazo de 15 días de incorporado
el trabajador, "La falta de contrato escrito hace presumir legalmente que son estipulaciones del
contrato las que declare el trabajador".
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Como una obligación anexa, se debe mantener un ejemplar del contrato de trabajo y
uno del finiquito, en su caso, en que conste el término de la relación laboral, firmados por
ambas partes.
Ius Variandi
Derecho de resistencia
Deber de respeto
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del empleador
Deber de protección efectiva
Etico
Jurídico
Deber de respeto
Deber de cuidado
Punto de vista
del trabajador Deber de diligencia
Deber de fidelidad
Deber de probidad
El contrato de trabajo tiene por objeto regular los derechos y obligaciones recíprocos
que su celebración genera entre empleador y trabajador, obligaciones que recaen,
principalmente, sobre dos cosas: la del empleador de pagar una remuneración, y la del
trabajador de prestar los servicios convenidos.
Sin embargo, aparte de estas obligaciones principales, existen muchas otras cuyo
objetivo es complementar o ayudar a la ejecución de las obligaciones principales, las que, por
regla general, se reúnen bajo el concepto de “Contenido del Contrato Individual de Trabajo”.
Clasificación.
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heteronómico, si éste es impuesto por la autoridad, sea por medio de la ley o de un
reglamento.
- La naturaleza de los servicios, en cuanto a que las órdenes y directrices que imparta el
empleador deben referirse al desarrollo de la actividad que se ha acordado como objeto de
la obligación del trabajador de prestar servicios, no pudiendo destinarlo a cumplir
funciones distintas a las pactadas.
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- En relación al tiempo de prestación de los servicios, el poder sólo puede ejercerse dentro
del tiempo de duración de la jornada pactada.
- La potestad sólo puede ejercerse dentro de los límites del lugar convenido para la
prestación de los servicios.
Este poder tiene dos manifestaciones principales como son la posibilidad del
empleador de establecer un sistema de obligaciones, deberes, prohibiciones e ilícitos o
infracciones a que deben sujetarse los trabajadores, el que se reconoce expresamente en el
artículo 154 N°5 del Código, a propósito del Reglamento Interno, y por otra parte la
posibilidad de que el empleador vincule como consecuencia del incumplimiento de los
deberes y obligaciones un sistema de sanciones, de acuerdo al artículo 154, N°10 del Código.
En todo caso, las sanciones presentan una doble limitación, primero en cuanto a que
sólo pueden consistir en amonestaciones, sean éstas verbales o escritas o multas, cuyo monto
no puede superar el 25% de la remuneración diaria del trabajador.
A este respecto se señala que existiendo un deber del empleador de ejercer la potestad
de mando, ello no sería congruente con la calificación de “facultad” de ejercer el mando.
En todo caso, este deber se deduce de la propia naturaleza jurídica del contrato de
trabajo, el cual tiene como elemento fundamental y específico la subordinación jurídica, la que
se traduce necesariamente en la existencia de un poder jurídico del empleador sobre el
trabajador, el que no puede ser abstracto, sino que debe concretarse en el desarrollo de la
actividad laborativa, mediante el ejercicio que de ella hace el empleador. Positivamente el
deber de ejercicio de la potestad de mando se ve reflejado en la obligación del empleador de
dictar el Reglamento Interno, que contiene obligaciones y prohibiciones unilateralmente
impuestas por éste.
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Lógicamente este deber es una manifestación del Principio de Continuidad de la
Relación Laboral.
2. Deber de Responsabilidad.
3. Derecho de Resistencia.
Es la posibilidad que tiene el trabajador para, en ciertos casos calificados, no acatar las
órdenes e instrucciones que le entregue el empleador.
Este derecho se encuentra implícito en el artículo 160, N°4 del Código que establece
como causal de término del contrato la negativa a trabajar, sin causa justificada, en las faenas
convenidas en el contrato.
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a) Desde el punto de vista del Trabajador.
Como hemos señalado, esta es la principal obligación del trabajador, debiendo realizar
las labores productivas en forma personal, prolongada y remunerada, en el marco de un
proceso productivo organizado y bajo subordinación jurídica de su empleador.
En la actualidad no se discute que esta obligación del trabajador es de hacer, toda vez
que existe consenso en que el trabajo no es una cosa, y menos una mercancía que se transe en
el mercado. No se trata de la venta de fuerza de trabajo, sino de una actividad personal que no
puede separarse de quien la realiza.
2. El Deber de Asistencia.
El incumplimiento de esta obligación puede llegar a tener como sanción el término del
contrato, por la causal del artículo 160, N°3 del Código.
1. El Deber de Permanencia.
Estas se encuentran dentro de las normas de protección a las remuneraciones, entre las
cuales contamos las siguientes obligaciones:
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- Pagar el ingreso mínimo mensual por la jornada ordinaria legal.
- Pagar en moneda de curso legal, sin perjuicio de la posibilidad de pagar parte en especies.
- Pagar dentro del período máximo que señala la ley, que es de 30 días.
- Pagar en día de trabajo, de lunes a viernes y en el lugar donde se prestan los servicios, a
más tardar dentro de la hora inmediatamente siguiente al término de la jornada.
- Pagar al propio trabajador y documentar debidamente el pago.
1. Deber de Respeto.
- El deber de higiene y seguridad que impone al empleador la obligación de tomar todas las
medidas necesarias para salvaguardar los bienes jurídicos fundamentales del trabajador,
como son la higiene (salud laboral) y la seguridad (prevención de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales), temas a los cuales se refiere el artículo 184 del Código, la
Ley de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales y múltiples reglamentos.
El cumplimiento de este deber no está entregado a la discrecionalidad del empleador, ya
que según los artículos 190 y 191 del Código se encuentra sometido a las instrucciones
que le impartan tanto los Servicios de Salud como la Dirección del Trabajo.
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- El deber de asistencia inmediata, se refiere a que en caso de accidentes de trabajo, el
empleador debe contar con los medios para proporcionar asistencia médica de carácter
primario lo más rápido posible al afectado, en tanto no entren a operar los organismos
encargados de la asistencia médica definitiva.
Aun cuando cierta doctrina niega esta obligación del empleador, estimamos que ella es
de singular importancia, toda vez que, más allá de la remuneración que se le pague por sus
servicios, toda persona siente la necesidad intrínseca de sentir que lo que se le paga es por un
trabajo de utilidad que desarrolla.
No son escasos los casos en que como una medida de persecución a los trabajadores,
no obstante pagársele las remuneraciones, no se les proporciona ningún tipo de trabajo,
cuestión que puede producir consecuencias psicológicas de gravedad en el trabajador.
1. Deber de Respeto.
Siendo este un deber recíproco entre las partes, se aplica lo ya señalado respecto del
empleador.
2. Deber de Cuidado.
El trabajador debe tener una conducta que no genere riesgos innecesarios al interior de
la empresa, tanto respecto de las personas que allí se encuentran como guardando el debido
cuidado de las herramientas maquinarias y cualquier otro implemento que se le entregue para
el cumplimiento de sus funciones.
Cabe señalar que este deber también puede ser considerado dentro del contenido
netamente jurídico del contrato, pero lo incluimos acá para diferenciarlo del deber de
responsabilidad.
3. Deber de Diligencia.
El trabajador debe cumplir sus funciones haciendo un esfuerzo tal que la prestación sea
de utilidad para el empleador. Lo anterior quiere decir que no basta que el trabajador concurra
a sus funciones y lo haga dentro de la jornada establecida, sino que el tiempo de permanencia
en la empresa debe ser de utilidad para el empleador, salvo razones de fuerza mayor que le
impidan o dificulten la prestación.
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4. Deber de Fidelidad.
Puede ser observado desde dos puntos de vista diversos, ya que impone al trabajador
dos obligaciones distintas
Según los autores, esta obligación sólo sería una manifestación del principio de
la buena fe que informa toda la relación laboral.
5. Deber de Probidad.
El artículo 10 del Código señala las estipulaciones mínimas que debe contener el
contrato de trabajo, entre las que no se cuenta, obviamente, el contenido del contrato según lo
hemos analizado precedentemente, siendo dichas estipulaciones:
Cabe señalar que la ley 19.759 agregó la posibilidad que se acuerde la prestación de dos o
más funciones complementarias o alternativas, lo que supones puede ser una fuente de
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explotación del trabajador, quien deberá realizar todas las funciones que se estipulen en el
contrato.
f) Plazo del contrato. Como vimos en la clasificación de los contratos, los efectos que se
producen, sobre todo desde la perspectiva del término de la relación laboral son muy
distintos según se trate de un contrato de plazo fijo, indefinido, o por obra o servicio
determinado.
g) Los demás pactos que acuerden las partes. Estos deberán estar dentro de los marcos
permitidos por la legislación.
En primer lugar, debe tenerse presente que pese a las limitaciones que el Derecho del
Trabajo impone a la autonomía de la voluntad, el propio Código, en el artículo 5, inciso 3°,
establece que los contratos individuales y colectivos podrán ser modificados, por mutuo
consentimiento, en aquellas materias que las partes hayan podido convenir libremente, es decir
en todo aquello que no vulnere los límites mínimos o máximos establecidos por la ley.
Sin embargo, no es necesario modificar los contratos para dejar constancia en ellos por
escrito de los aumentos derivados de reajustes de remuneraciones, sean ellos legales, o
establecidos por contratos o convenios colectivos o por fallos arbitrales.
De todos modos, aun en estos casos, las remuneraciones del trabajador deben aparecer
actualizadas en los contratos, a lo menos, una vez al año.
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En relación a las modificaciones del contrato de trabajo, casi es de perogruyo señalar
que éstas deben, de acuerdo a las normas generales sobre los contratos, ser adoptadas de
común acuerdo entre las partes, sin embargo, es importante tener presente a este respecto las
denominadas CLAUSULAS TACITAS, es decir, aquellas estipulaciones introducidas al
contrato de trabajo, por la costumbre, es decir, por el modo como se ha hecho efectivo el
contrato en la realidad diaria.
Lo anterior emana del carácter consensual del contrato de trabajo, entendiéndose que el
contrato no sólo obliga a lo escriturado en él, sino que también deben entenderse como
cláusulas incorporadas a él las que resulten de la reiteración constante y por un tiempo
prolongado de pago de beneficios, prácticas relativas a forma de cumplimiento de funciones,
horarios, jornadas, etc., a las que las partes han prestado su anuencia diaria o periódica,
configurándose así un consentimiento tácito, dando origen de este modo a una cláusula tácita,
la que debe entenderse incorporada la contrato de trabajo, con igual eficacia que el resto de las
normas de éste, e incluso con poder para modificar las cláusulas escrituradas.
El Ius Variandi.
En este caso, el empleador podrá modificar la función para la cual fue contratado el
trabajador, con la sola condición de que se trate de labores similares, y que esto no signifique
menoscabo para el trabajador, entendiéndose esto dentro de las facultades de administración
de la empresa, las que, en todo caso, no son ilimitadas, ya que como veremos, el trabajador
puede reclamar de la decisión.
Puede el trabajador ser trasladado de su lugar habitual de trabajo a otro distinto, con los
requisitos de que este último quede dentro del mismo lugar o ciudad, y que ello no signifique
menoscabo para el trabajador.
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c) Alteración de la jornada de trabajo.
De la resolución dictada por la Inspección del Trabajo puede recurrirse ante el juez
competente, dentro de quinto día de notificada la resolución, resolviendo éste en única
instancia, sin forma de juicio y oyendo a las partes.
LA CAPACIDAD
Como vimos en clases pasadas, en el sistema de trabajo del siglo XVIII y mediados del
XIX, de extrema influencia capitalista, los niños y las mujeres eran sometidos a sistemas de
explotación al igual que el resto de la población adulta que solo podía vender su fuerza de
trabajo para obtener los medios mínimos para subsistir.
Contratación de menores:
De acuerdo a las reglas generales de nuestro derecho, toda persona mayor de 18 años,
es decir, que haya cumplido la mayoría de edad, puede contratar libremente, salvo que haya
sido declarada en interdicción, lo que quiere decir que la capacidad para contratar siendo
mayor de edad es la regla y las limitaciones a esta capacidad la excepción.
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En lo que a nosotros respecta, también toda persona mayor de 18 años puede contratar
libremente sus servicios.
A falta del padre y la madre, la autorización debe ser otorgada por el abuelo o abuela
paterno o materno; y a falta de éstos, por los guardadores, personas o instituciones que hayan
tomado a su cargo al menor, y a falta de todos los anteriores, por el Inspector del Trabajo
respectivo, el que obviamente será el del domicilio del menor.
Se establece como requisito que el trabajo no dificulte la asistencia del menor a clases
o su participación en programas educativos o de formación, y además que:
- Si el menor de 18 años está cursando la educación básica o media, no pueden trabajar más
de 33 horas semanales durante el período escolar.
- En ningún caso puede trabajar más de ocho horas diarias.
- A petición de parte, la Dirección Provincial de Educación, o la respectiva municipalidad
debe certificar las condiciones geográficas y de transporte en que el menor debe acceder a
su educación.
- Las empresas que contraten menores, deben registrar los contratos en la Inspección del
Trabajo.
Una vez otorgada la autorización, al menor se le aplican las normas del artículo 246
del Código Civil que señala que "El hijo de familia se mirará como mayor de edad para la
administración y goce de su peculio profesional o industrial, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 254". (este último, por su parte, señala que "No se podrán enajenar ni hipotecar en
caso alguno los bienes raíces del hijo, aun pertenecientes a su peculio profesional, sin
autorización del juez con conocimiento de causa".)
La mujer casada menor de 18 años no necesita autorización alguna para contratar sus
servicios, debiendo aplicarse, en consecuencia, el artículo 150 del Código Civil, que dispone,
en lo pertinente, "La mujer casada de cualquier edad podrá dedicarse libremente al ejercicio de
un empleo, oficio, profesión o industria.
"La mujer casada que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión, oficio o
industria, separados de los de su marido se considerará separada de bienes respecto del
ejercicio de ese empleo, profesión o industria y de lo que en ellos obtenga, no obstante
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cualquier estipulación en contrario; pero si fuere menor de 18 años, necesitará autorización
judicial, con conocimiento de causa, para gravar y enajenar los bienes raíces."
Contratación de mujeres:
Prohibiciones:
El inciso segundo el mismo artículo señala que los menores de 21 años no podrán ser
contratados para trabajos subterráneos sin someterse previamente a un examen de aptitud.
El empleador que contrate a un menor de 21 años sin haber cumplido con el requisito
antes señalado, es decir, el examen de aptitud, será sancionado con una multa de 3 a 8 U.T.M.,
la que se duplicará en caso de reincidencia.
2) Otra prohibición a este respecto es la que señala que los menores de 18 años, en ningún
caso podrán trabajar más de 8 horas diarias, lo que significa que no pueden trabajar horas
extras, salvo que la jornada diaria pactada sea inferior a dicha cantidad de horas.
El inciso segundo del artículo señalado establece una excepción a la norma, cuando el
menor cumpla con los requisitos generales ya señalados, y cuente con expresa autorización de
su representante legal y del juez de menores.
4) Del mismo modo, se prohibe, por el artículo 18 del Código a los menores de 18 años todo
trabajo nocturno en establecimientos industriales y comerciales. El período que comprende
esta prohibición se extiende por once horas consecutivas y comprende el intervalo que media
entre las 22 y las 07 horas.
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Sanciones:
De acuerdo al artículo 17, si se contrata a un menor sin cumplir con lo dispuesto en los
artículos anteriores, el empleador estará sujeto a todas las obligaciones inherentes al contrato
mientras éste está vigente. Sin embargo, el Inspector del Trabajo, de oficio o a petición de
parte, deberá ordenar la cesación de la relación y aplicar las sanciones que correspondan.
Este tema se encuentra tratado en el Capítulo II del Libro I del Código, que comprende
los artículos 19 y 20 del Código.
Lo anterior está dado por que es un deber del Estado proteger, en primer lugar a los
nacionales, traduciéndose esta obligación en este caso en la protección al estamento laboral
nacional.
A este respecto todas, o casi todas las legislaciones exigen que un cierto número de
trabajadores de una empresa sean nacionales del país.
El artículo 20, por su parte, estipula las reglas que se deben aplicar para determinar la
proporción:
1.- Se debe tomar en cuenta el número total de trabajadores que el empleador ocupe
dentro del territorio nacional y no el de las distintas sucursales que posea separadamente.
2.- Para el cómputo se excluye el personal técnico especialista que no pueda ser
reemplazado por personal nacional.
3.-Se considera chileno al extranjero cuyo cónyuge o sus hijos sean chilenos o que sea
viudo o viuda de cónyuge chileno.
4.- Se consideran chilenos a los extranjeros residentes por más de 5 años en Chile, sin
tomar en cuenta ausencias temporales.
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obtenga la visación de residente sujeto a contrato, y que se cumplan las siguientes
condiciones:
1.- La empresa, institución o persona empleadora debe tener domicilio legal en Chile.
2.- El contrato de trabajo que sirve de fundamento a la visación deberá ser firmado en
Chile ante notario por el empleador y el trabajador, o por quienes los representen. Si el
contrato se celebra en el exterior, deberá ser firmado, por las mismas partes ante el agente
diplomático o consular competente, y deberá ser legalizado ante el Ministerio de Relaciones
Exteriores, según el procedimiento del artículo 345 del C.P.C.
5.- Que las actividades que desempeñará el extranjero no sean consideradas como
peligrosas o atentatorias para la seguridad nacional. Si existen dudas a este respecto debe
consultarse previamente al Ministerio de Defensa Nacional.
- Una cláusula especial que obligue al empleador a pagar al trabajador y a los demás
miembros de la familia de este último que se especifiquen, el pasaje de regreso a su país de
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origen o al que se convenga. Puede estipularse también una garantía para el cumplimiento
de esta obligación.
La obligación de pago del pasaje de regreso se hace efectiva cuando cesa el contrato y está
firmado el finiquito cesa la obligación si el extranjero obtiene una nueva visación, u
obtiene su residencia definitiva.
El Residente Temporario:
Es aquel extranjero que tiene el propósito de radicarse en el país, siempre que tenga en
él vínculos familiares, intereses, o que su avecindamiento se estime útil y ventajoso.
Su grupo familiar, entendiéndose por tal su cónyuge, hijos y padres de ambos o de uno
de ellos tienen derecho al mismo tipo de visación.
El titular de este tipo de visación puede desarrollar cualquier clase de actividad lícita.
En cambio, los componentes de su grupo familiar se entienden dependientes de él, por lo que
no pueden desarrollar labores remuneradas, a menos de ser titulares personales de este tipo de
visación.
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- Periodistas o profesionales de medios de comunicación social que viajen a Chile por
motivos de sus actividades.
- Otros que sean calificados por los Ministerios del Interior o de Relaciones Exteriores,
según proceda.
Estas visaciones tendrán una duración máxima de un año, pudiendo ser inferior y
pueden ser renovadas por un período igual, por una sola vez.
Todo lo que hemos visto, es sin olvidar que siempre el 85%, a lo menos de los
trabajadores que sirvan a un mismo empleador deben ser chilenos.
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