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cielo y negamos los propósitos del infierno y declaramos que ellos tienen derechos de pactos, de
bendición, bendición, bendición, bendición.
1. Rompa el poder del pecado y la iniquidad arrepintiéndose de su propio pecado (Salmos 24:6)
2. Identifique los pecados generacionales que están obrando en su familia y llévelos a Jesús para
que sean destruidos. (Salmos 51:5-11)
3. Perdone a sus antepasados que causaron esas debilidades o tendencias en su línea familiar,
aunque cada uno toma la decisión de actuar sobre ellas.
4. Reconozca y crea con el corazón que Dios tiene toda autoridad y esta ha sido delegada a
Jesucristo, dándonos el poder para ser libres de iniquidades familiares y de toda obra del
enemigo. (Mateo 18:18-20)
OREMOS:
Padre, en el nombre de Jesús me acerco confiadamente al Trono de Tu Gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Yo me arrepiento por el pecado generacional de
parte de mi familia. Hoy apelo al sacrificio que hiciste por mi y por mis generaciones en la Cruz del
Calvario, lo cual nos da el poder de ser llamados hijos de Dios. (1 Juan 1:12-13) El Espíritu Santo
habita en mí, y los patrones de iniquidad en mis generaciones no será reproducido o reforzado, sino
aniquilado. Te doy gracias por la Sangre de Jesús, porque por el poder y la autoridad de Tu Sangre,
ahora puedo renunciar al pecado en mi línea familiar. Yo rompo en el nombre de Jesús el poder de la
iniquidad sobre mis hijos y los hijos de mis hijos.
Yo renuncio a toda atadura, maldición o espíritu inmundo asignado a mi nombre o a mis apellidos,
corto todas las maldiciones establecidas en los apellidos de mi familia en el nombre de Jesús. Corto
ahora mismo toda iniquidad familiar pasada, por causa del linaje en el nombre de Jesús. Yo declaro
que sobre mi vida y la de mis generaciones la única sangre que tiene validez es la Sangre de Cristo y
ninguna maldición de mis antepasados, de mis ancestros tiene poder, ni autoridad para gobernar nada,
ni en mi vida, ni en mi familia, ni en mi salud, ni en mis finanzas, ni en mi ministerio, ni en mis hijos
naturales, ni en mis hijos espirituales en el nombre de Jesús. Yo renuncio en el nombre de Jesús a la
raíz de idolatría, al castigo de la maldad por la práctica de la idolatría de mis antepasados y mi práctica
personal cuando consulté o cuando fui a buscar ayuda en los ídolos. Declaro en el nombre de Jesús
que se ha secado lo que el enemigo produjo por causa del pecado de la idolatría.
Señor en el nombre de Jesús, declaro una vez mas sobre mi, mis hijos y mis generaciones que en este
día que la Sangre de Jesús nos limpia y las maldiciones se rompen sobre nuestras vidas, adicciones
se rompen sobre nuestras vidas, enfermedades se rompen sobre nuestras vidas, debilidades,
iniquidades se rompen sobre nuestras vidas. Las arranco de nosotros desde la raíz, remuevo esas
cosas de nuestro destino, nos liberamos en el nombre de Jesús y nos desatamos en la plenitud de
nuestros destinos.
Lucas 1:50 Y de generación en generación es su misericordia para los que le temen.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano
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