Está en la página 1de 12

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

ASIGNATURA: FILOSOFIA

TEMA: LA FILOSOFIA EN HONDURAS

CATEDRATICO: INGENIERO GUILLERMO BRAND

ALUMNO: RUDY HERCULES NATAREN

CUENTA: 201430010203

SAN PEDRO SULA, 06 DE AGOSTO DEL 2015


INTRODUCCION

Tratar de explicar el estado de los estudios filosóficos suena pretencioso, por ello
en el presente informe trataremos de enunciar algunas cuestiones referidas al
ámbito académico, a su origen, a las dificultades en el desarrollo de la filosofía
académica, a los temas de estudio y algunas características de las investigaciones
realizadas y despejar algunas interrogantes que en determinado momento nos
hemos planteados como por ejemplo: ¿Que se entiende hoy por Filosofía y para
qué sirve?
La aplicación del conocimiento trae como consecuencia un individuo mejor, capaz
por consiguiente de construir un mundo mejor. La experiencia filosófica promueve
una actitud activa y participativa de las personas, que ponen en juego sus mejores
cualidades.
Es importante rescatar el arte de pensar y reflexionar, para buscar la sabiduría y
llevarla luego a la práctica. La utilidad de la filosofía consiste en potenciar esos
valores interiores que todos poseemos. Esto proporciona una mayor seguridad en
uno mismo, mayor confianza en los demás y, sobre todo, una inagotable
capacidad para resolver todas las dificultades de la vida con buen ánimo e
inteligencia despierta.
OBJETIVO GENERAL

 Conocer la historia de la filosofía en Honduras y los aportes de nuestros


filósofos llevando sus conocimientos y contribuyendo al análisis, a la
investigación de las ideas y a la creación del pensamiento filosófico,
formando profesionales críticos que dirijan proyectos de investigación para
el nivel superior y en el nivel secundario, lograr una preparación filosófica,
científica y didáctica adecuada.
OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Ayudar a esclarecer los fundamentos, las finalidades, las estructuras y los


sistemas de valores de los distintos de nuestra cultura.

 Constituir un lenguaje conceptual que ayudara a describir y explicar las


distintas esferas de la realidad, tanto material como espiritual

 Generar un sentido de totalidad hacia las cosas examinadas.

 Adquirir mayor seguridad y confianza en sí mismo y desarrollar nuestra


capacidad para comprender y vivir con serenidad las dificultades cotidianas.

 Conocer y manejar las causas y efectos de sus propias circunstancias.

 Descubrir el sentido de la vida, conocer y aprovechar las causas y


finalidades de la vida.
Los antecedentes pueden rastrearse con cierta precisión desde el siglo XIX ya que
se encuentran datos que inician en el Colegio Tridentino de Comayagua y en la
Universidad fundada por José Trinidad Reyes en 1847, con la formación de
Bachilleres en Filosofía, y el cierre de esos estudios en 1882 cuando entra en
vigencia el Código de Instrucción Pública del Gobierno de Marco Aurelio Soto y
Ramón Rosa. Pasaron casi 96 años sin que existieran intereses de parte del
Estado por impulsar la enseñanza de la filosofía, algo que no es de extrañar en
nuestro país en donde la mayoría de los gobernantes no han intentado edificar
una nación desde unas bases culturales sólidas que nos coloquen en niveles
cercanos al promedio del llamado mundo occidental. Más bien los encargados de
la cultura oficial se han empeñado en mostrar asuntos folclóricos como la danza y
la música costumbristas y no en erigir una plataforma cultural. El empeño oficial se
ha cristalizado en mayores atrasos en el campo del conocimiento y de la técnica, y
en producir individuos eficientes para el sistema.
Los estudios se reabren hasta 1978 con la fundación de la Carrera de Filosofía, ya
que se consideró que ni el país ni la universidad podían desarrollarse sin la
filosofía,
Se creyó que se necesitaban sistematizadores teóricos de la actividad académica,
voces críticas y coherentes que contribuyeran a forjar nuestra cultura.
Entre otras cosas se pretendía lo siguiente:
Sobre todo: se intentaba aprender, enseñar y practicar la filosofía y para esto se
exige conocer la historia de la disciplina, dominar sus métodos, considerar los
problemas contemporáneos, relacionar teóricamente las diferencias, cuestionar,
proponer y mostrar las posibilidades teóricas y prácticas. Con esas intenciones se
organizó la carrera y su plan de estudios en dos grandes bloques: el de la
formación general y el de la formación específica. El plan está cruzado por seis
ejes de aprendizaje:
-La historia del pensamiento.
-La lógica y la teoría de la ciencia.
-La filosofía fundamental.
-La filosofía social.
-Los estudios complementarios.
-La investigación.
En general puede afirmarse que hemos tenido un equilibrio a veces muy frágil.
Más que todo por las dificultades presupuestarias, por el desinterés institucional
hacia el desarrollo de la filosofía y a veces por ciertas características personales
que han complicado la convivencia entre los estudiosos de la disciplina.
Con todo y que hayan pasado 28 años desde la fundación de la carrera de
filosofía, carecemos de estadísticas y datos similares que ayuden a conocer el
perfil del alumno que aspira estudiar filosofía, aunque si tenemos un perfil del
egresado bastante detallado. Esto significa que todavía poseemos muchas
deficiencias y hace falta más precisión en el currículo. Se han hecho intentos de
cambiar los programas de estudio y otros elementos formales, esto se ha logrado
con pocas dificultades, pero la honestidad y la voluntad de cambiar a profundidad
está oculta y así, encontramos teóricos que simulan serlo o pragmáticos que
parecen teóricos, también existe el diferente que hace las cosas en serio, algunos
que van de paso y que utilizan los espacios académicos para otros intereses
particulares. Espero que alguien se dé por aludido, pero debe ser una
característica del dedicado a la filosofía, tanto profesores como estudiantes, el de
poseer por lo menos la voluntad de cambiar ciertas cosas que están mal y de
mostrar inconformidad con los
Algunos resultados generados por los profesionales de la filosofía se han visto en
importantes contribuciones de filósofos hondureños y así, como se oye, filósofos
por derecho propio, que con sus trabajos desarrollan importantes discusiones
sobre temas de epistemología, filosofía educativa, temas de identidad nacional,
sobre historia de las ideas, filosofía de la historia, investigación social, ética,
bioética y filosofía del arte. Las producciones teóricas existentes enseñan la
importancia de la construcción colectiva y que cualquier ensayo de pensamiento
analítico exige respeto a otras disciplinas y participación de las opiniones que
puedan parecer diferentes. Aunque no se trata de proporcionar un inventario
completo de lo producido hay trabajos importantes de Irma Becerra sobre filosofía
de la historia, de Augusto Serrano en epistemología, Oscar Soriano ha
incursionado en la filosofía de la educación, Ramón Romero en asuntos de
identidad y ética, Roberto Castillo en estética y en historia del pensamiento
hondureño, Renán Rápalo en temas de filosofía social, Xiomara Bú con
investigaciones en la bioética, en fin, son algunos de nuestros autores que desde
la filosofía y la investigación generan discusiones y, de algún modo, estimulan a
los nuevos estudiantes que se están formando en la carrera de filosofía.
Estos aportes forman parte del pensamiento nacional y han sido generados desde
la carrera de filosofía y con profesionales que se desempeñan en el sistema
educativo nacional. Pero, y esto es importante saberlo, tal producción no ha
obedecido a unos esfuerzos sistemáticos y planificados por la Universidad, son
más bien consecuencia del trabajo individual, aislado, o promovido por las
exigencias laborales de otras instituciones.
Aquí hay algunos elementos que quiero resaltar y que, posiblemente, sean
algunas de las características del pensamiento contemporáneo tanto de
Latinoamérica como de Honduras. En esto están de acuerdo distintos pensadores
como el cubano Pablo Guadarrama, el mexicano Leopoldo Zea o el peruano
Augusto Salazar Bondy.
Hay una gran capacidad de recepción del pensamiento universal; sea de forma
abierta o parcial, se aceptan los diversos resultados teóricos de escuelas famosas
y de pensadores europeos en especial. Por ello, se pueden encontrar ecos de la
filosofía analítica anglosajona, del marxismo, de la filosofía crítica, del
existencialismo o del estructuralismo francés. Hay, pues, una recepción de lo
universal. Incluso, se incursiona en el campo de las ideas con ayuda de moldes
superados como los del positivismo. Esto hace que el tema de la originalidad, la
autenticidad y los aportes al pensamiento universal provoque inquietudes.
Nuestro pensamiento se ve cruzado por dos tendencias, al parecer opuestas. Por
un lado se nota la ausencia de una tendencia unificadora, definida y capaz de
fundar una tradición de pensamiento nacional. Por ejemplo, el empirismo inglés es
un producto casi totalmente británico y está presente en toda la filosofía inglesa.
No existe una tradición semejante en nosotros, aunque a veces aparezcan
inclinaciones prácticas ellas desaparecen cuando nacen nuevas influencias. A
menos que se acepte que el carácter distintivo de nuestro pensamiento sea la
ausencia de definiciones y una gran cantidad de concepciones recibidas.
Esto puede ser ventajoso ya que nos permite reflexionar más libremente y no
encerrarnos en rígidos esquemas. Pero también tiene sus dificultades; una de
ellas es que puede provocar un relativismo en las ideas que nos hace creer que
cualquier reflexión deba ser aceptada ya que la elabora alguien con formación
filosófica, que seamos también muy sensibles a la crítica, hasta generar
intolerancias o inconsistencias teóricas, ya que podemos mezclar elementos
dispersos y mostrarlos con cierta coherencia, a veces forzada, pero que suenan
bien.
La segunda es la existencia de una tendencia humanista, que trata de situar al
individuo en niveles superiores de humanización y que lucha contra las fuerzas
que lo enajenan. Esto último posiblemente sea un componente básico del
pensamiento nacional ya que, sin importar las diferencias partidistas que existan o
el área de investigación, en los distintos productos teóricos se nota el interés por
elevar al individuo y por señalar los problemas que nos mantienen en el atraso.
Esta tendencia puede encontrarse en el periodismo y en la literatura desde 1800
hasta la fecha. Igual se nota este humanismo desalienante en las obras teóricas
de los académicos nacionales y en el trabajo colectivo de investigación acerca de
la realidad nacional. Se necesita definir esas tendencias y corrientes y descubrir
otras que se van gestando.
Otra característica es que la influencia de los aportes filosóficos es muy reducida,
hay pocas tesis expuestas o ideas nuevas que puedan incorporarse al
pensamiento mundial. Los exponentes más relevantes son académicos y hay
otros que participan en el proceso educativo, pero su efecto es local, es muy
limitado o se desconoce su importancia. Algunos de esos aportes obtenidos en las
investigaciones sociales son tan especializados que solamente son manejados
como material de consumo interno en las instancias técnicas de la educación o de
las agencias internacionales. Se requiere, entonces, intentar la divulgación de
esos trabajos.
Otra dificultad que aparece entre los especialistas de la historia, de la filosofía, y
en general en nuestras ciencias sociales, es el de las periodizaciones. Se han
impuesto periodizaciones que corresponden a la historia europea o que han sido
tomadas del materialismo histórico o de corrientes similares, por ello se necesita
elaborar otras formas de ordenar los períodos que ayuden a comprender de mejor
modo nuestra complejidad; periodizaciones que tomen en cuenta el grado del
desarrollo mundial, el contexto específico en que nacen las ideas, los conflictos
sociales, políticos, ideológicos, las diferencias étnicas y otras formas de la vida
espiritual como la religión el desarrollo artístico y literario, los niveles de
intercambio y de comunicación que faciliten el análisis de nuestra realidad y el
acceso a la producción filosófica universal. Tomar en cuenta, también la existencia
de criterios opuestos, de opiniones diferentes a la nuestra y que ayuden a elaborar
mejores teorías.
Por último, existe un gran distanciamiento entre los que practican la filosofía y su
comunidad. Es muy difícil ver en nuestros pensadores concepciones en donde el
pueblo se reconozca, y no es que la filosofía tenga que ser popular, pero cuando
es un producto espiritual que sabe expresar la conciencia nacional y es aceptado
por sus repercusiones éticas y políticas, puede llegar a formar parte de grandes
grupos sociales. Entonces, ¿cómo superar estas dificultades?
La cuestión está en no perder de vista que la mejor tradición del pensamiento
nacional y latinoamericano y las ideas que más han trascendido se distinguieron
por su carácter y por la función social progresista que han desempeñaron.
De aquí se desprende otras preguntas: ¿cómo mantener esa tradición?, ¿cómo
seguir manteniendo la tesis de Sócrates de que el conocimiento conduce al bien?
¿Cómo fundir ese presupuesto con la despreciada tesis número 11 de Marx de
que no sólo basta contemplar la realidad sino transformarla?
CONCLUCIONES

La filosofía ha sido siempre una forma de entender, y en algunos casos de tratar


de transformar la realidad a partir de la propia experiencia vital, del propio mundo y
del propio tiempo. Ahora, esta exigencia es particularmente apremiante ante los
problemas de la época que nos exigen no sólo filosofar sobre filosofías hechas,
sino ser más protagonistas de la aventura teórica de nuestro tiempo.
El desafío que se nos impone no es sólo pensar nuestra historia, sino, desde ella,
pensar la historia de la humanidad. No sólo pensar nuestra cultura a nivel de país,
sino pensar los riesgos que la cultura en general, y la nuestra en particular, está
corriendo ante el empuje de una cultura tecnológica que, bien empleada, puede
ser una fuerza maravillosa para potenciar las posibilidades del ser humano en
cualquier parte que éste se encuentre. Debemos analizar lo que hemos llamado
acumulaciones históricas. Hay hechos no resueltos en nuestra historia que se van
acumulando
Las comunidades cada vez están más alejadas de un desarrollo social y de bien
colectivo, las personas cada vez somos más egoístas y por tanto la filosofía es a
conveniencia, pocos son los valores que quedan para poder reflexionar acerca del
desarrollo personal sin remordimiento.
RECOMENDACIONES

Contribuir al descubrimiento o creación de elementos que creen Identidad


Nacional (formas de pensar y de actuar, sentimientos, costumbres, intereses,
valores y aspiraciones de futuro), estudiando la conciencia popular y haciendo
aportes críticos y metodológicos específicos para el trabajo interdisciplinario que
tal tarea supone.
Someter a prueba de validez y crítica de contenido los discursos en que puedan
existir elementos de Identidad Nacional, a fin de medir su coherencia lógica, su
fundamento de realidad, su correspondencia con el proyecto histórico de
Liberación Nacional y su factibilidad.
ANEXOS

También podría gustarte